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Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Tercer post:
-Yo… yo… no quería espiar… es
que… estaba ordenando algunas cajas mientras dábais la clase y después has
comenzado a contar todo… y yo…
Rachel observó con atención como
los ojos de Jesse estaban levemente enrojecidos, señal de que había estado
llorando durante un buen rato.
-Lo… lo mejor es que me vaya… A…
adiós, Rachel…
Antes de que la morena pudiera
decir nada, Laura se fue corriendo escaleras arriba hacia su habitación.
-¡Mierda! ¡Lo he vuelto a
estropear todo!- se quejó Jesse, mientras golpeaba una de las cajas que habían
caído al suelo.
-¡No! ¡Jesse, escúchame! ¡Esta es
la oportunidad perfecta para que le demuestres que puede contar contigo!
¡Tienes que subir y decirle que quieres estar a su lado! ¡Qué vas a ayudarla a
superarlo!
-¡Pero, Rach! ¡Aunque quisiera
ella nunca me dejaría! ¡Está decidida a sacarme de su vida como sea!
-¡No, Jesse! ¡No te rindas! ¡Por
favor! ¡Ya lo has oído! ¡Lea ha sufrido muchísimo! ¡Ahora más que nunca te
necesita!
-Sí… ¡Tienes razón, Rach!
¡Gracias!
Jesse sonrió para después salir
corriendo tras la enfermera, que permanecía sentada a un lado de la cama,
abrazando un marco de fotos mientras lloraba sin parar. El joven entró muy
despacio, temeroso de hacer algún ruido que pudiera asustarla. Cuando llegó a
su posición, se sentó junto a ella sin decir nada. Unos minutos después reunió
el valor suficiente y poco a poco comenzó a acercarse a ella, acortando la
distancia que los separaba, hasta que consiguió que la joven alzara el rostro
para mirarle fijamente a los ojos. Jesse sintió cómo su corazón se rompía en
mil pedazos al contemplar el sufrimiento y la agonía que había en sus ojos. Laura
era incapaz de contener el llanto mientras lo miraba al tiempo que todo su
cuerpo temblaba de forma incontrolable.
-Po… por favor… no… no le cuentes
esto a nadie…- le suplicó ella, sollozando.
-Nunca haría una cosa así…- le
aseguró él, con una sonrisa tierna, acercándose un poco más a ella- Lau… puedes
contar conmigo, en serio…
Ella interrumpió entonces su
llanto para mirarle con los ojos muy abiertos. Después se fue acercando
lentamente a él para finalmente arrojarse a sus brazos, que la abrazaron con
ternura.
-Gracias, Jesse… eres… un buen
amigo- dijo ella, en un susurro apenas audible.
-Ahí es dónde está el problema…
-¿Có… cómo dices?- preguntó ella,
separándose, sin comprender absolutamente nada.
-Lau… yo… no puedo… bueno… más
bien no quiero ser sólo tu amigo…
-Jesse… ya hemos hablado antes de
esto… yo…- dijo ella, nerviosa de repente.
-¡Un minuto! ¡Dame sólo un
minuto, por favor!- le rogó él, estrechando sus manos con afecto- ¡Laura, tú
eres mi vida! ¡Nunca había sentido esto por nadie! ¡Desde que me levanto hasta
que me acuesto sólo puedo pensar en ti! ¡Te amo!- dijo él, cada vez más
nervioso- Ya sé que tienes muchos motivos para no creer en el amor pero te
ruego que me des una oportunidad… Yo nunca te haría daño… te lo juro…
-Jesse…
-Tranquila, si la respuesta es no
lo entenderé y no volveremos a hablar del tema, te lo aseguro…
-Yo…
-Pero, si la respuesta es sí, te
prometo que nunca más te harán daño porque yo no pienso moverme de tu lado y
siempre estaré ahí para protegerte.
-¿Por qué haces esto?
-Ya te lo he dicho antes… porque
te amo…
-¡No! Lo que quiero decir es…
¿Por qué yo?
-Creo que precisamente porque
eres tú… nunca he conocido a nadie igual… tan especial… tan tierna y frágil… Tú
controlas todos y cada uno de los latidos de mi corazón- dijo, mientras ponía
una de las manos de ella sobre su pecho- ¿Lo oyes? Late así por ti…
Laura se quedó mirando su mano
fijamente, sin apartarla de él. Por primera vez en mucho tiempo, un sentimiento
de calidez se apoderó de ella y la recorrió de arriba a abajo, como una
descarga eléctrica. Cuando él, al ver que no contestaba, puso una de sus manos
sobre la suya, un escalofrío recorrió la espalda de ella al tiempo que su piel
se ponía de gallina ante aquel simple contacto. Sus miradas volvieron a
cruzarse una vez más y entonces ella, ignorando todos sus miedos, se armó de valor y acabó con la distancia que
los separaba para besarle con ternura. Jesse permaneció unos segundos inmóvil,
sin saber cómo reaccionar. El joven tenía miedo a que alguno de sus movimientos
pudiera asustarla y no se atrevía a moverse. Sin embargo, cuando sintió que
ella se relajaba y profundizaba el beso, todas sus defensas se vinieron abajo
mientras la rodeaba con sus brazos y la acercaba más hacia sí. Poco a poco, los
besos fueron siendo más apasionados y las caricias más atrevidas. Jesse miró a
Laura a los ojos, esperando alguna indicación para que parase, pero la joven se
limitó a sonreír con ternura, besándolo de nuevo. Aquella señal fue más que suficiente para él, que
comenzó a tumbarla con suavidad mientras recorría su cuello con pequeños y
dulces besos. Laura se mordió el labio inferior, presa del placer que le
proporcionaban sus caricias. A pesar de que hacía mucho tiempo que no hacía
nada parecido, con Jesse todo resultaba más sencillo. Por alguna razón, sus
besos y sus caricias le hacían sentirse protegida y aunque algo le decía que
debían parar, el latido desbocado de su corazón se lo impedía. Cuando sintió
las yemas de sus dedos sobre el borde de su falda, no pudo evitar sobresaltarse
al pensar en lo que iba a suceder a continuación. Jesse se dio cuenta y se
retiró inmediatamente, mirándola con culpabilidad en los ojos.
-¡Perdóname! ¡Por un momento he
perdido el control! – dijo él, sentándose al borde de la cama, con las manos
sobre la cabeza- ¡Mierda! ¡Soy un animal!
-No… no digas eso…- dijo ella,
colocándose a su lado- No has hecho nada malo… yo… creo que estoy preparada para
dar ese paso… lo que ocurre es que…
-Tranquila, yo no tengo prisa…
podemos esperar el tiempo que quieras… yo…
Jesse no pudo seguir, ya que
Laura lo silenció poniendo un dedo sobre su boca.
-Por favor, deja que termine… lo
que quería decir es que… hace mucho tiempo que no hago esto… te quiero, Jesse…
por eso siempre huía de ti o te hablaba mal… porque no quería aceptar mis
sentimientos… tengo demasiado miedo a que me amen y luego me abandonen…
-¡Yo nunca haría eso! ¡Te daría
todo el espacio que quisieras! ¡Por estar contigo haría lo imposible!- exclamó,
tomando su rostro entre sus manos- Tú eres lo más importante para mí… no podría
abandonarte jamás…
-Jesse…
-Te amo, Laura…
Esas tres palabras le dieron la
fuerza que necesitaba para continuar. Laura se lanzó de nuevo a sus brazos para
caer de nuevo en la cama. Allí comenzaron a desnudarse poco a poco, con
delicadeza, sin dejar de mirarse a los ojos ni un minuto. Finalmente, los dos
se unieron en uno entre besos y caricias hasta caer rendidos, justo cuando los
primeros rayos de sol comenzaban a despuntar esa mañana.
Unas horas después, Jesse fue el
primero en despertarse al sentir ruido en la cocina. El joven no pudo reprimir
una sonrisa de absoluta felicidad cuando se giró para encontrase a Laura, que dormía
plácidamente a su lado hecha un ovillo, con una expresión tranquila en el
rostro. Jesse no pudo evitar acercarse para besarla en los labios, obligándola
a despertar.
-¡¿Qué… qué pasa?!- dijo ella,
incorporándose de golpe, muy nerviosa - ¡Oh! Jesse… ¿Qué hora es?- preguntó, más
tranquila al reconocerle.
-Tranquila… Aún es temprano- le
tranquilizó él, besando su frente- Al parecer Thom anda algo revuelto esta
mañana, está haciendo mucho ruido en la cocina. Será mejor que baje a hablar
con él para que me deje ir al pueblo.
-Jesse… tenemos que hacer algo…
Rachel no aguantará aquí encerrada mucho más tiempo- dijo ella, incorporándose.
-Sí, lo sé. Mi intención es huir
hoy mismo…
-¡¿QUÉ?! ¡¿Te has vuelto loco,
Jess?!
-¿Jess?- preguntó él, con una sonrisa.
-¡Oh, perdón! ¡Ha sido sin
querer!- se disculpó ella, sonrojándose.
-¡Ey, no! ¡Me gusta que me llames
así! Es… especial…
Ella sonrió mientras él volvía a
acercarse para darle un beso suave.
-Confía en mí… la policía conoce
a la perfección todos nuestros movimientos… está todo controlado…
-Pero… ¿Y si algo sale mal?-
preguntó ella, con un nudo en la garganta.
-Todo saldrá bien, pero… si algo
me pasara, tienes que prometerme algo…
-¿Qu.. qué?- dijo ella, con
lágrimas en los ojos.
-Laura, pase lo que pase, tienes
que sacar a Rachel de aquí. ¿Entendido?
-No, pero…
-¡Prométemelo! ¡Es muy
importante!
-Te… te lo prometo- dijo ella,
cada vez más preocupada.
-¡No te preocupes! ¡Todo va a
salir bien! ¡Bueno, será mejor que me vista! ¡Thom no es de esa clase de psicópatas
a los que les gusta que les hagan esperar!
Laura no pudo evitar sonreír ante
aquellas palabras mientras los labios de él se posaban otra vez sobre los
suyos. Finalmente ella lo vio marchar escaleras abajo, mientras no podía evitar preguntarse si realmente
él tendría razón y todo saldría según lo previsto.
Por otro lado, en casa de Finn y
Rachel, Puck y Emily preparaban el desayuno mientras Finn estaba en el despacho
con los niños, escribiendo sin parar en un viejo cuaderno.
-¡Finn! ¡El desayuno está listo!
¡Baja ya con Chris e Irina, por favor!- exclamó Emily, desde el piso de abajo.
-¡Ya… ya voy!- dijo Finn, con el
ceño fruncido, sin dejar de escribir.
-¡Como no bajéis en dos minutos
yo misma subiré!- les amenazó la joven, con ambas manos sobre la cintura.
-¡Vamos, Em! ¡Déjales, ya
bajaran! ¡Ven, vamos a la cocina!- le interrumpió Puck, arrastrándola hacia la
habitación, dónde la apoyó contra la puerta de la nevera, mientras repartía
pequeños besos sobre su cuello.
-Pe… pero… se va a… enfriar… la…
leche…- se quejó Emily, entre suspiros.
El sonido del timbre los
interrumpió, separándolos de repente.
-¡Voy!- dijo, Em algo apurada-
¿Quién será a estas horas?
Emily corrió para abrir la
puerta, descubriendo a la persona que menos deseaba encontrar.
-¡TÚ! ¡¿Qué demonios haces tú
aquí?!
Esa persona sonrió de forma
inocente, mientras daba un paso adelante para entrar.
-¡Perdona, Emily! ¡Lamento llegar
así de improviso pero necesito hablar con Finn! ¡Es muy urgente!
-¿Disculpa? ¡Isabella, creí
haberte dicho hace tiempo que no eras bien recibida en esta casa!- le espetó la
joven, impidiendo su avance.
Isabella entrecerró los ojos unos
segundos para finalmente sonreír, quitándole importancia al asunto.
-¡Vamos, Em! ¡Lo que pasó ese día
fue tan sólo un malentendido! ¿En serio crees que yo podría hacerle algo malo
al hijo de Finn?
-¡Claro que lo pienso! ¡Eres
mala, Isabella! ¡Lo vimos tanto Quinn como yo y no pienso permitir que te
acerques a ese pequeño ni a Finn! ¡Ya tenemos bastante aquí con la ausencia de
Rachel! ¡Márchate! ¿Tan difícil es de entender?
-¡NO! ¡Eres tú la que no
entiende! ¡Pienso hablar con Finn con o sin tu autorización! ¡Déjame pasar!- le
espetó Isabella, con la voz cargada de odio.
Las chicas comenzaron a pelear
por el control de la situación justo en el momento en el que Finn bajaba las
escaleras con los dos pequeños en brazos.
-¡Ey! ¡¿Qué está pasando aquí?!
¡Isabella, suéltala!- le ordenó, bajando a toda velocidad la escalera.
-¡FINN! ¡Tenemos que hablar!-
consiguió decir Isabella, exhausta tras el forcejeo.
-La verdad, no sé de qué
tendríamos que hablar….- dijo Finn, intentando mantener la calma mientras le
tendía los niños a Emily.
-Finn, yo… necesito hablar
contigo… por favor- rogó ella, con carita de niña buena.
-¡¿Qué demonios vas hablar con él?!
¡Finn, no la escuches! ¡Es una bruja!
-¡Em, por favor!- exclamó él,
mirándola directamente a los ojos con un brillo especial en la mirada- Déjanos
a solas...
-¿Qu… qué? Pero…
-¡Vamos, Em! ¡Sigamos con el
desayuno!- interrumpió Puck, guiñándole un ojo a su amigo y llevándose a Emily
y a los niños de allí.
-Eh… ¿Quieres pasar al salón?
-Claro… gracias, Finn- le
agradeció ella, con una sonrisa angelical mientras entraba y tomaba asiento.
-Bueno… Es tu turno… tú dirás qué
estás haciendo aquí…
-¡Oh! En realidad no es la
primera vez que vengo… pero nunca te encontrabas en casa…- respondió ella, algo
incómoda al sentir la frialdad en sus palabras- yo… quería brindarte mi apoyo…-
explicó acercándose más a él y tomándole de la mano- sé que estos meses están siendo muy difíciles para ti y…
quiero que sepas que no estás solo, Finny…
-Isabella…
-¡Bella, por favor! Estamos en
confianza- dijo ella, acercándose peligrosamente a él.
-¡YA BASTA, ISABELLA! ¡NO PIENSO
LLAMARTE ASÍ NUNCA!- gritó él, poniéndose en pie, perdiendo los nervios-
¿Cuándo vas a entender que nunca habrá nada entre nosotros?
-Pe… pero… ya hace meses desde que
ella os abandonó… piénsalo, Finn… ya no tenemos motivos para esconder nuestros
sentimientos…- dijo ella, mirándolo con lágrimas en los ojos.
-¡Me parece que te has equivocado
conmigo, Isabella! ¡Yo no tengo esa clase de sentimientos hacia ti! ¡Además, lo
que haya pasado entre Rachel y yo no es asunto tuyo!
-¡Pero, Finny…!
-¡No me llames así! ¡NO ME GUSTA!
¿LO ENTIENDES?
-¡¿Por qué me tratas así?! ¡¿Todo
esto es por Emily, verdad?! ¡Ella te ha envenenado contra mí!- chilló ella,
muerta de rabia y celos.
-¡Te equivocas! ¡Nadie me ha
envenenado! ¡Simplemente sé diferenciar cuándo alguien me está mintiendo y
cuando no!
-¡¿Insinúas que estoy
mintiéndote, Finn?!- exigió saber ella, cruzada de brazos.
-¡Por supuesto que sí, Isabella-
le espetó él, perdiendo la paciencia- ¡No sé cómo te atreves a aparecer por aquí
después de lo que me contaron que le dijiste a mi hijo!
-Finn yo… puedo explicarlo…
-¡No hay nada que explicar! ¡No
voy a permitir que nada malo le suceda a Chris! ¡Él es lo más importante que
tengo! ¡Así que márchate ahora o tendré que echarte yo mismo!
-¿Qu… qué? ¡No! ¡Tú no puedes
echarme de tu vida, Finn! ¡NO PUEDES!
-¡Claro que puedo! ¡Entiéndelo de
una vez, Isabella! ¡ENTRE TÚ Y YO NUNCA HA HABIDO NI HABRÁ NADA!
-¡No! ¡Mientes! ¡Nuestro beso fue
real!- chilló ella, muerta de rabia.
-¡Te equivocas! ¡Además, no nos
besamos! ¡TÚ te abalanzaste sobre mí! ¡Yo en ningún momento provoqué esa
situación y lo sabes!
-Muy bien… si eso es tal y como
dices… ¿Por qué Rachel os dejó más solos que la una a ti y a Chris?
Finn sintió como sus puños se
cerraban al escuchar el nombre de Rachel salir de sus labios llenos de veneno.
-No, te estás equivocando… Rachel
no tiene nada que ver en esto… estamos hablando de mi hijo…
-¡Claro que tiene que ver! ¡Esa
mosquita muerta siempre ha sido el maldito problema! ¡La razón por la que
nosotros no estamos juntos!
-¡Estás enferma, Isabella! ¡Eso
es mentira! ¡Rachel no tiene nada que ver en eso! ¡Lo que ella y yo sentimos
está por encima de todo esto!
-¡¿Cómo?! ¡¿Todavía sigues
sintiendo algo por esa zorra?!
-¡YA BASTA, ISABELLA! ¡NO TE
CONSIENTO QUE HABLES ASÍ DE RACHEL! ¡ELLA ES LA MADRE DE MI HIJO!
-No has contestado a mi pregunta,
Finn…- dijo ella, mirándole con una expresión sombría en el rostro.
-Sí, Isabella… aunque Rachel se haya marchado yo nunca voy a
dejar de quererla y necesitarla… ¿Quieres saber por qué? Sencillamente porque
es la persona más especial que he conocido y porque desde que la vi por primera
vez sentí esa conexión que sólo experimentas con una persona en toda tu vida…
entonces es cuando te das cuenta de que tu destino y el de ella van a estar
unidos para siempre y que pase lo que pase nunca dejarás de quererla…
-Muy bien… pues peor para ti…-
sentenció ella, entrecerrando los ojos mientras se colgaba de nuevo el bolso
para después desaparecer de allí dando un portazo.
Isabella se marchó corriendo de
allí, subiendo al coche para después conducir hacia el aeropuerto a toda
velocidad.
-Así que crees que porque Finn te
ama ya has ganado, Rachel Berry… - dijo, con gran desprecio en la voz- Muy
bien… creo que ha llegado el momento en el que tú y yo nos veamos las caras de
nuevo… y esta vez me ocuparé personalmente de que no vuelvas a ser un problema
nunca más…
Dicho esto, la joven aceleró más
aún mientras sacaba su teléfono móvil y realizaba algunas llamadas. Cuando
llegó al aeropuerto, su vuelo privado ya la esperaba y ella subió lo más rápido
que pudo, con una sonrisa malvada en el rostro.
Por otro lado en la cabaña, Lau
terminó de vestirse y decidió que había llegado el momento de avisar a Rachel
sobre el plan de rescate. La enfermera abrió la puerta con cuidado y bajó en
silencio las escaleras, intentando no llamar mucho la atención. Sin embargo,
justo cuando iba a alcanzar el primer escalón que bajaba al sótano, una mano se
posó sobre su hombro obligándola a girarse.
-Hola, Thom…- saludó Lau, en un
tono inexpresivo- ¿Ocurre algo?
-Me gustaría hablar un momento
contigo, preciosa…- dijo él, agarrándola del brazo.
-Verás… es que Rachel aún no ha
desayunado y yo…
Laura no pudo seguir, ya que Thom
aumentó la fuerza de su agarre causándole un gran dolor.
-No te lo he preguntado, nena…-
le susurró, a escasos centímetros de su
rostro- ¡Acompáñame a la cocina! ¡Tenemos que hablar!
La joven asintió, conteniendo las
lágrimas como podía, mientras lo seguía en silencio.
-Bueno… soy todo oídos, Thom…- dijo ella,
apoyada contra la encimera mientras trataba de esconder sus manos temblorosas.
-Me habéis mentido… Todo ha sido
mentira- dijo él, con los puños apretados, dándole la espalda.
-¿Có… cómo dices?- logró
preguntar ella, al tiempo que sentía como su corazón comenzaba a latir cada vez
más deprisa.
-¡NO TE HAGAS LA TONTA CONMIGO!
¡LLEVÁIS AQUÍ MESES Y TODAVÍA NO HE VISTO NI UN RESULTADO! ¡¿ACASO PRETENDÍAIS
ENGAÑARME?! ¿CREÍAIS QUE PODRÍAS TOMARME EL PELO A MÍ?- le espetó él, furioso,
dando golpes contra la mesa de madera.
-N… no, Thom… te… te aseguro que
no esa no es nuestra intención… te lo juro…
-¿Entonces por qué demonios estás
temblando?- dijo él, girándose y señalando con una pistola sus manos.
-¡Oh! ¡No es nada! Lo que pasa es
que… no me gustan las armas- consiguió decir, en un tono más calmado,
intentando sonreír.
-Ya…- dijo Thom, bajando la
pistola en silencio- De acuerdo… te propongo un trato… tú dices que no tenéis
nada que ocultar y que todo está saliendo según lo previsto, ¿no es así?
-Sí… por supuesto- respondió
ella, sosteniendo su mirada.
-En ese caso, me gustaría
comprobarlo hoy mismo- dijo él, con una sonrisa diabólica.
-Es que… Jesse no está y yo…
-¡Vamos, preciosa! ¡Ambos sabemos
que tú eres el cerebro de todo esto! ¡Quiero ver el cambio de Rachel y tú serás
la encargada de mostrármelo!- dijo, acercándose a ella y enredando sus dedos
entre sus cabellos- ¿Sabes que eres muy hermosa? Es una pena que seas tan fría…
yo podría darte justo lo que necesitas…
Laura tragó saliva, luchando
contras las ganas que tenía de golpearle en toda su entrepierna. Finalmente
logró sonreír mientras ponía un dedo sobre su pecho, separándose de él.
-Está bien… bajaré a por Rachel.
Espéranos en el salón, Thom.
-Muy bien, tienes cinco minutos…-
respondió él, molesto por su rechazo.
Laura asintió para después salir
corriendo hacia el sótano. Una vez allí, abrió la puerta lo más rápido que
pudo, controlando a duras penas el intenso temblor de sus manos, que aumentaba
más y más por momentos. Cuando finalmente consiguió abrir la puerta, descubrió
a Rachel en una esquina, abrazándose a sí misma mientras cerraba los ojos con
fuerza.
-¡No, déjame! ¡No… no te acerques
a mí!- chilló, presa del pánico.
-¡Ey! ¡Rachel, tranquila!
¡Mírame, soy yo! ¡Soy yo!- le rogó Laura, mientras trataba de abrir el candado
que mantenía presas sus manos.
-Lea… ¡Oh, qué susto! ¡Thom lleva
toda la mañana haciendo ruido y me asusté! ¡Ya pensé que venía dispuesto a lo
peor!- confesó la joven, sollozando.
-Nada malo va a pasarte, lo
prometo- le aseguró la enfermera, liberando también su cuello.
-Un… un momento… ¿Por… por qué me
sueltas?- preguntó Rachel, con los ojos muy abiertos.
-Rachel, nos vamos de aquí…
-¡¿QUÉ?! ¿En serio?- exclamó
Rachel, con lágrimas de emoción en sus ojos marrones.
-Sí, pero tienes que hacer caso a
todo lo que yo te diga, ¿de acuerdo?- le pidió Laura, mirándola a los ojos con
intensidad.
-Sí, te lo prometo…- respondió
Rachel, con un nudo en la garganta, cada vez más nerviosa.
-De acuerdo… vamos, Rachel… Thom
nos espera en el salón así que tendremos que escapar por la puerta trasera de
la cocina…- dijo la enfermera, tomando la mano de Rachel, que sólo era capaz de
asentir mientras subían las escaleras intentando hacer el menor ruido posible.
Las chicas subieron en silencio
hasta la cocina y allí Laura comenzó a rebuscar entre los cajones hasta que en
el último de ellos encontró lo que estaba buscando y lo escondió bajo su falda,
a la altura de la cadera. La enfermera se dirigió entonces hacia la puerta de
la cocina y comenzó a girar suavemente el picaporte hasta que un grito ahogado
hizo que se girase para descubrir a Thom, que tenía a Rachel entre sus brazos y
apuntaba directamente su cabeza con una pistola.
-¡ESTÚPIDA! ¡¿QUÉ DEMONIOS CREES
QUE ESTÁS HACIENDO?! ¡CIERRA ESA PUERTA AHORA MISMO O TE JURO QUE LA MATO!- gritó
Thom, fuera de sí, presionando sobre la sien de Rachel, que apenas podía
contener el llanto.
-Ya basta, Thom… - le dijo Lau,
con una de sus manos debajo de su camisa, aferrando con fuerza lo que había
escondido bajo la falda- Ambos sabemos que no lo harás.
-¡MALDITA ZORRA! ¡¿ACASO QUIERES
QUE TE LO DEMUESTRE?! ¡LE VOLARÉ LA CABEZA AHORA MISMO A TU AMIGA SI NO TE
RINDES!- le aseguró, centrando su atención en Rachel, que temblaba a causa del
miedo.
-¡SUÉLTALA, THOM!- exclamó Lau,
en un tono totalmente autoritario.
-¡¿Qué…?!
Thom no pudo seguir ya que
enmudeció al contemplar como aquella joven enfermera que él había creído tan
inocente le estaba apuntando en ese preciso momento con una pistola.
-Bueno… preciosa, ahora estamos
empatados….- dijo Thom, recuperando el control de la situación mientras
acercaba a Rachel más hacia sí- Si dejas el arma en el suelo prometo que Rachel
no sufrirá ningún daño…
-¡No, Thom! ¡Tu juego macabro se
terminó! ¡Si hay alguien que tiene que rendirse ahora mismo ese eres tú!- le
dijo Lau, con gran seguridad en sus palabras mientras le apuntaba sin vacilar.
-¡Vamos, nena! ¡Ambos sabemos que
no sabes utilizar una pistola! ¡No seas estúpida y tira el arma! ¡Vamos! ¡Atréve…
te!
Thom no fue capaz de continuar,
ya que el sonido de un disparo captó toda su atención. El joven miró a la
enfermera totalmente sorprendido mientras ésta bajaba el arma al tiempo que
comenzaba a tirar de su pelo, desvelando una peluca.
-¿Qui… quién eres?- dijo,
soltando a Rachel para finalmente caer al suelo, temblando a causa del dolor
mientras un pequeño charco de sangre comenzaba a formarse a su alrededor.
-Lau…- consiguió decir Rachel,
totalmente sorprendida.
-¡Rach, quítale el arma!- le pidió
la enfermera, sin dejar de apuntarle.
Rachel la miró con los ojos como
platos pero finalmente obedeció sin rechistar, lanzando la pistola lo más lejos
posible de la habitación.
-Ya… ya está- logró decir,
situándose junto a ella.
-¡Sí, vámonos! ¡Por aquí, por la
puerta de atrás!- dijo Lau, sin dejar de vigilar a Thom.
-Maldita seas… no puedo creer que
una mujer…
-Bueno, esto te servirá de
lección… ya no volverás a tener a nadie prisionero nunca más… Se acabó, Thom…
Dicho esto, Lau bajó el arma para
después desaparecer tras la puerta junto a Rach.
-¡Oh, Dios mío! ¡Lo hemos matado,
Lau!
-¡Rach, tranquila!
-¡¿Qué vamos a hacer ahora?!
¡Iremos a la cárcel!
-¡RACHEL BERRY! ¡ESCÚCHAME!- rogó
Lau, zarandeándola hasta atraer su atención- Nadie va a ir a la cárcel salvo
ese malnacido y sus cómplices…
-Pe… pero…
-Sólo ha sido un disparo en la
pierna, Rachel. Thom sobrevivirá…
-¿Pero… cómo… sabes eso?-
preguntó Rachel, algo más calmada.
-Bueno… ¿Soy enfermera,
recuerdas?-dijo Lau, con una pequeña sonrisa.
-Oh, Dios mío… entonces… aquella
historia es…
-Sí, es mi historia, Rachel…
¡Pero ahora no tenemos tiempo de discutir eso! ¡Tenemos que huir de aquí y
pedir ayuda!
-¿Dónde está Jesse?
-¡Él ha ido a avisar a la
policía! ¡Tenemos que escondernos hasta que vengan a por nosotras!
-Vale…
Las chicas comenzaron a correr lo
más rápido que pudieron a través de la
montaña cubierta de nieve que rodeaba la cabaña. Sin embargo, cuando iban a
alcanzar la carretera, alguien se interpuso en su camino, apuntándolas con un
arma.
-¡Quietas! ¡Ni se os ocurra
moveros o soy capaz de lo peor!
-¡Isabella! ¡Lo sabía!- exclamó
Lau, escondiendo a Rachel tras ella.
-¡Tú cállate, maldita traidora!-
chilló Isabella, fulminándola con la mirada- ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Si no
te hubieras metido en lo que no te llaman habría liquidado todo este asunto en la
mitad de tiempo!
-¡No, Isabella! ¡No pienso
permitir que les hagas daño!
-¡Eres una estúpida, Laura! ¡No
vales para nada! ¡Sólo para dar problemas! ¡Por eso ya me he encargado de que
alguien muy especial sepa toda la verdad!
-Alejandro…- dijo Lau, con un
grito ahogado.
-¡NO! ¡Eres un monstruo!- gritó
Rachel, con lágrimas en los ojos- ¡¿Cómo has podido hacer una cosa así?!
-¡TÚ CÁLLATE, ZORRA! ¡¿CÓMO TE
ATREVES A DIRIGIRTE A MÍ?! ¡POR TU CULPA FINN NI ME MIRA! ¡AÚN NO ENTIENDO CÓMO
PUEDE PREFERIRTE A TI ANTES QUE A MÍ! ¡PERO PIENSO SOLUCIONAR ESE PEQUEÑO
INCONVENIENTE AHORA MISMO!
Isabella quitó el seguro de la
pistola mientras apuntaba con ella directamente al corazón de Rachel.
-¡Ya basta, Isabella! ¡Suelta el
arma!- chilló Lau, interponiéndose entre ambas.
-¡NO! ¡Ella no puede vivir!
¡Apártate!
-¡No! ¡Tendrás que matarme a mí
primero!
-¡Muy bien! ¡Cómo quieras!
Lau aferró con fuerza la mano de
Rachel justo en el momento en el que Isabella disparó. Sin embargo, una figura
apareció de repente, interponiéndose entre ella y la bala.
-¡NO! ¡Maldito estúpido! ¡¿Qué
haces tú aquí?!
Lau abrió los ojos asustada al
oír sus palabras y sus peores sospechas se confirmaron al descubrir el cuerpo de un hombre tirado sobre la nieve,
completamente inmóvil.
-¡JESSE!- chilló Lau, corriendo
hacia él y acogiéndolo entre sus brazos- ¡Por favor, despierta! ¡Dime algo!
-La… u- consiguió decir el joven,
con los ojos llenos de lágrimas- lo si… siento… he… llegado… demasiado tarde…
-¡No! ¡No digas eso!- dijo ella,
acariciando sus cabellos al tiempo que las lágrimas se deslizaban por sus
mejillas-- ¡Te vas a poner bien, ya lo verás!
-Apenas puedo verte… ¿Don… dónde
estás?- preguntó él, algo desorientado.
-¡Aquí, estoy aquí! ¡A tu lado!-
dijo ella, entrelazando sus manos.
-Lau… re… recuerda lo que me
prometiste…
-No, Jesse… no podré hacerlo sin
ti…- dijo ella, con lágrimas en los ojos, besando su mano.
-Tienes que hacer… lo… una
promesa es… una promesa- dijo él, con un hilo de voz.
-De acuerdo, pero ya verás cómo
te vas a poner bien… tan sólo tienes que…
Antes de que pudiera terminar la
frase Jesse se desplomó en sus brazos, totalmente inconsciente.
-¡Jesse! ¡NO! ¡Jesse, háblame!
¡Por favor, dime algo!- le suplicó, mientras lo zarandeaba para despertarle- Te
amo…
-¡Ha… ha sido culpa suya! ¡Si no
se hubiera metido en medio nada de esto estaría pasando ahora mismo!- chilló
Isabella, nerviosa de repente.
-¡ASESINA!- gritó Lau, dejando a
Jesse junto a Rachel, que lloraba junto al cuerpo de su amigo- ¡¿CÓMO HAS…
PODIDO HACER ALGO ASÍ?!- le reprochó Lau, dirigiéndose a ella con una expresión
de profundo dolor en el rostro.
-¡Ya basta! ¡Ya te he dicho que
no quería hacerlo! ¡Más bien deberías echarte tú misma la culpa! ¡Ese estúpido
ha muerto por salvarte!
-¡CÁLLATE! ¡ERES UN MONSTRUO!- le
espetó Laura, llorando desconsoladamente.
Las sirenas de la policía y la
ambulancia interrumpieron aquel momento.
-¡Maldición! ¡La policía!
Isabella echó a correr hacia el
pico de la montaña. Laura secó sus lágrimas y después siguió a toda prisa los
pasos de Isabella a través del espeso bosque. Finalmente la encontró en el pico
de la montaña, al borde del acantilado.
-¡Estúpida! ¡Todo esto es por tu
culpa! ¡Me has arruinado la vida!
-¡No, Isabella! ¡Eso lo has hecho
tú solita! ¡Pero no creas que pienso dejar que te salgas con la tuya! ¡Rachel
va a salvarse cueste lo que cueste!
Tras estas palabras, Lau se dio
la vuelta para volver con los demás. Sin embargo, Isabella se lo impidió
abalanzándose sobre ella, haciéndola caer.
-¡De eso nada! ¡Ahora sí me las
vas a pagar todas, Laurita!
Las dos comenzaron a rodar sobre
la nieve, luchando la una contra la otra por el control de la situación.
Isabella arrastró a Laura al borde del acantilado, mientras la enfermera
luchaba con todas sus fuerzas por librarse de su agarre.
-¡No, suéltame! ¡Isabella, nos
vamos a matar!- exclamó la joven, horrorizada
-¡Me da igual! ¡Las dos tenemos
que pagar por nuestros crímenes! ¡Tienes que pagar por lo que le hiciste a tu
hija, desgraciada!
-¡No! ¡No te atrevas a hablar de
mi niña! ¡Déjala en paz!- chilló Lau, entre lágrimas, aferrándose con fuerza al
suelo nevado.
-¡Ven aquí, maldita zorra! ¡Eres
una asesina! ¡Igual que yo!
-¡No! ¡Yo jamás seré como tú!
Isabella intentó golpear a Lau
para hacerla caer, con tan mala suerte que ambas perdieron el equilibrio y
cayeron por el acantilado.
La montaña quedó en silencio por
unos segundos, hasta que de repente una mano se aferró con fuerza a la cima,
escalando finalmente hasta el pico. Lau intentó controlar su respiración al
tiempo que se giraba para contemplar el profundo abismo que se presentaba ante
sus ojos. Las lágrimas acudieron a sus ojos al pensar en Jesse y en el
sacrificio que él acababa de hacer.
Unos minutos después, Laura se
reunió con el cuerpo de policía y la ambulancia, que ya estaba atendiendo tanto
a Jesse como a Rachel.
-¡Señorita! ¡¿Se encuentra bien?!
-¡¿Dónde está Jesse?! ¡¿Qué van a
hacer con él?!
-¡No se preocupe! ¡Los equipos de
emergencia han logrado estabilizarle! ¡Por favor, tiene que tranquilizarse!
-¿Qu… qué? ¿Entonces… él no…?
¿Sigue vivo?- logró preguntar, con lágrimas en los ojos.
-Sí, señorita. Su novio se va a
poner bien, ya lo verá…
Por primera vez en mucho tiempo,
Laura tuvo ganas de llorar de felicidad.
-¡Oh! ¿Dónde lo tienen? ¡Quiero
ir con él!
-Sí, en seguida, pero… ¿Dónde
está la señorita Nichols?
-Ella ha… cayó por el acantilado…
no pude salvarla…- dijo Lau, reanudando su llanto.
-Tranquilícese, lo peor ha pasado
ya….- le aseguró el agente, acompañándola hacia la furgoneta.
Los chicos viajaron hacia el
hospital más cercano de la zona y allí dejaron ingresado a Jesse, que seguía
sin recuperar el conocimiento. Al día siguiente, Lau llevó a Rachel de vuelta a
Ohio, dónde ya la esperaban todos muertos de nervios.
-De… ¡De acuerdo! ¿Está todo preparado?-
preguntó Emily, yendo de un lado para otro, presa de la preocupación.
-¡Tranquila, Em! ¡Ya sabes lo que
Lau nos ha dicho! ¡Lo que menos le conviene ahora a Rachel es alterarse!- le
recordó su marido, besando su frente.
-Sí, tienes razón, Puck…- dijo
ella, sonriéndole con ternura-Supongo que estoy demasiado nerviosa…
-No te preocupes, todo va a salir
bien…
Emily sonrió y justo en el
momento en el que iba a contestar apareció Finn, que bajaba las escaleras con
Chris en brazos.
-Finn… ¡Pero qué guapo que
estás!- dijo Emily, con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿En… en serio?- preguntó Finn,
mirando a su pequeño, con el ceño fruncido- ¿Crees que le gustaremos?
-Por supuesto, Finn. Tanto o más
que antes- le aseguró Emily.
Finn sonrió y dejó a su hijo
junto a su prima justo en el momento en el que un todoterreno aparcaba en
frente de la casa. Finn se levantó de un salto y en un segundo ya estaba junto
a la puerta.
-Voy yo- dijo Emily, abriendo la
puerta y saliendo al pequeño porche de madera que tenían en la entrada.
Todos salieron para ver a Lau
bajar del coche. La enfermera les dedicó una sonrisa débil para después
dirigirse a uno de los asientos traseros del coche, del que lentamente fue
saliendo Rachel. La joven llevaba nerviosa todo el camino. Sus pulsaciones se
habían multiplicado con solo pensar que hoy por fin volvería a reencontrarse
con las dos personas más importantes de su vida: Finn y su pequeño Chris. La
joven se asustó al sentir los rayos del sol sobre su rostro, pero finalmente se
armó de valor y salió del coche. Una vez fuera sonrió al ver a Emily, que le
correspondió el saludo y después su mundo se detuvo al ver al bebé más hermoso
del mundo. Rachel se emocionó al comprobar lo mucho que había crecido y lo
mucho que seguía pareciéndose a su padre. El pequeño restregó sus ojitos,
intentando esconderlos del efecto del sol. Sin embargo, cuando Chris vio a
Rachel junto al coche, supo inmediatamente que aquella era su mamá.
-¡Ajo, ajo!- pidió, tirando de la
camisa de Finn, que no sabía cómo reaccionar.
-¿Qui… quieres bajar?- logró
preguntar Finn, con un nudo en la garganta.
Chris asintió y en cuanto sus
pies tocaron el suelo, el pequeño comenzó a caminar tan rápido como pudo hacia
su madre, que contemplaba la escena totalmente conmocionada. Finalmente, cuando
el niño llegó a ella con su carita sonriente, Rachel abrió sus brazos de forma
instantánea, abrazándole como en otros tiempos solía hacer. Madre e hijo
siguieron abrazándose durante algunos minutos, felices al haberse reencontrado
al fin.
-Mi bebé… mi precioso bebé… ¡Qué…
qué grande estás!- dijo Rachel, sin poder contener las lágrimas, mientras lo
estrechaba entre sus brazos- ¡Te quiero mucho, mi pequeño! ¡Te quiero, tanto!
Rachel cogió a su pequeño en
brazos y comenzó a caminar hacia la puerta, dónde esperaba Finn, muerto de
nervios. A medida que avanzaba, Rachel podía sentir cómo su corazón comenzaba a
acelerarse por momentos al tiempo que su respiración se agitaba al volver a
verlo después de todo este tiempo. Finn observaba la escena desde el porche muy
emocionado mientras buscaba las palabras adecuadas para saludarla. El joven temía
demasiado miedo a asustarla y no quería decir algo que pudiera empañar aquel
momento tan especial. Cuando por fin la tuvo frente a él, todo lo que había
preparado se esfumó, dejando su mente en blanco.
-Ho… hola, Rachel… bien… bienvenida
a casa…- consiguió decir, entre balbuceos, sin dejar de mirarla.
-Finn...
¿Qué pasará entre Finchel ahora que Rachel ha regresado? ¿Conseguirá Rachel adaptarse de nuevo a su vida anterior? ¿Logrará recuperarse Jesse? ¿Qué ocurrirá entre él y Lau?
¡TODO ESTO Y MÁS COSAS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE "OTRA OPORTUNIDAD"!
-Yo… yo… no quería espiar… es
que… estaba ordenando algunas cajas mientras dábais la clase y después has
comenzado a contar todo… y yo…
Rachel observó con atención como
los ojos de Jesse estaban levemente enrojecidos, señal de que había estado
llorando durante un buen rato.
-Lo… lo mejor es que me vaya… A…
adiós, Rachel…
Antes de que la morena pudiera
decir nada, Laura se fue corriendo escaleras arriba hacia su habitación.
-¡Mierda! ¡Lo he vuelto a
estropear todo!- se quejó Jesse, mientras golpeaba una de las cajas que habían
caído al suelo.
-¡No! ¡Jesse, escúchame! ¡Esta es
la oportunidad perfecta para que le demuestres que puede contar contigo!
¡Tienes que subir y decirle que quieres estar a su lado! ¡Qué vas a ayudarla a
superarlo!
-¡Pero, Rach! ¡Aunque quisiera
ella nunca me dejaría! ¡Está decidida a sacarme de su vida como sea!
-¡No, Jesse! ¡No te rindas! ¡Por
favor! ¡Ya lo has oído! ¡Lea ha sufrido muchísimo! ¡Ahora más que nunca te
necesita!
-Sí… ¡Tienes razón, Rach!
¡Gracias!
Jesse sonrió para después salir
corriendo tras la enfermera, que permanecía sentada a un lado de la cama,
abrazando un marco de fotos mientras lloraba sin parar. El joven entró muy
despacio, temeroso de hacer algún ruido que pudiera asustarla. Cuando llegó a
su posición, se sentó junto a ella sin decir nada. Unos minutos después reunió
el valor suficiente y poco a poco comenzó a acercarse a ella, acortando la
distancia que los separaba, hasta que consiguió que la joven alzara el rostro
para mirarle fijamente a los ojos. Jesse sintió cómo su corazón se rompía en
mil pedazos al contemplar el sufrimiento y la agonía que había en sus ojos. Laura
era incapaz de contener el llanto mientras lo miraba al tiempo que todo su
cuerpo temblaba de forma incontrolable.
-Po… por favor… no… no le cuentes
esto a nadie…- le suplicó ella, sollozando.
-Nunca haría una cosa así…- le
aseguró él, con una sonrisa tierna, acercándose un poco más a ella- Lau… puedes
contar conmigo, en serio…
Ella interrumpió entonces su
llanto para mirarle con los ojos muy abiertos. Después se fue acercando
lentamente a él para finalmente arrojarse a sus brazos, que la abrazaron con
ternura.
-Gracias, Jesse… eres… un buen
amigo- dijo ella, en un susurro apenas audible.
-Ahí es dónde está el problema…
-¿Có… cómo dices?- preguntó ella,
separándose, sin comprender absolutamente nada.
-Lau… yo… no puedo… bueno… más
bien no quiero ser sólo tu amigo…
-Jesse… ya hemos hablado antes de
esto… yo…- dijo ella, nerviosa de repente.
-¡Un minuto! ¡Dame sólo un
minuto, por favor!- le rogó él, estrechando sus manos con afecto- ¡Laura, tú
eres mi vida! ¡Nunca había sentido esto por nadie! ¡Desde que me levanto hasta
que me acuesto sólo puedo pensar en ti! ¡Te amo!- dijo él, cada vez más
nervioso- Ya sé que tienes muchos motivos para no creer en el amor pero te
ruego que me des una oportunidad… Yo nunca te haría daño… te lo juro…
-Jesse…
-Tranquila, si la respuesta es no
lo entenderé y no volveremos a hablar del tema, te lo aseguro…
-Yo…
-Pero, si la respuesta es sí, te
prometo que nunca más te harán daño porque yo no pienso moverme de tu lado y
siempre estaré ahí para protegerte.
-¿Por qué haces esto?
-Ya te lo he dicho antes… porque
te amo…
-¡No! Lo que quiero decir es…
¿Por qué yo?
-Creo que precisamente porque
eres tú… nunca he conocido a nadie igual… tan especial… tan tierna y frágil… Tú
controlas todos y cada uno de los latidos de mi corazón- dijo, mientras ponía
una de las manos de ella sobre su pecho- ¿Lo oyes? Late así por ti…
Laura se quedó mirando su mano
fijamente, sin apartarla de él. Por primera vez en mucho tiempo, un sentimiento
de calidez se apoderó de ella y la recorrió de arriba a abajo, como una
descarga eléctrica. Cuando él, al ver que no contestaba, puso una de sus manos
sobre la suya, un escalofrío recorrió la espalda de ella al tiempo que su piel
se ponía de gallina ante aquel simple contacto. Sus miradas volvieron a
cruzarse una vez más y entonces ella, ignorando todos sus miedos, se armó de valor y acabó con la distancia que
los separaba para besarle con ternura. Jesse permaneció unos segundos inmóvil,
sin saber cómo reaccionar. El joven tenía miedo a que alguno de sus movimientos
pudiera asustarla y no se atrevía a moverse. Sin embargo, cuando sintió que
ella se relajaba y profundizaba el beso, todas sus defensas se vinieron abajo
mientras la rodeaba con sus brazos y la acercaba más hacia sí. Poco a poco, los
besos fueron siendo más apasionados y las caricias más atrevidas. Jesse miró a
Laura a los ojos, esperando alguna indicación para que parase, pero la joven se
limitó a sonreír con ternura, besándolo de nuevo. Aquella señal fue más que suficiente para él, que
comenzó a tumbarla con suavidad mientras recorría su cuello con pequeños y
dulces besos. Laura se mordió el labio inferior, presa del placer que le
proporcionaban sus caricias. A pesar de que hacía mucho tiempo que no hacía
nada parecido, con Jesse todo resultaba más sencillo. Por alguna razón, sus
besos y sus caricias le hacían sentirse protegida y aunque algo le decía que
debían parar, el latido desbocado de su corazón se lo impedía. Cuando sintió
las yemas de sus dedos sobre el borde de su falda, no pudo evitar sobresaltarse
al pensar en lo que iba a suceder a continuación. Jesse se dio cuenta y se
retiró inmediatamente, mirándola con culpabilidad en los ojos.
-¡Perdóname! ¡Por un momento he
perdido el control! – dijo él, sentándose al borde de la cama, con las manos
sobre la cabeza- ¡Mierda! ¡Soy un animal!
-No… no digas eso…- dijo ella,
colocándose a su lado- No has hecho nada malo… yo… creo que estoy preparada para
dar ese paso… lo que ocurre es que…
-Tranquila, yo no tengo prisa…
podemos esperar el tiempo que quieras… yo…
Jesse no pudo seguir, ya que
Laura lo silenció poniendo un dedo sobre su boca.
-Por favor, deja que termine… lo
que quería decir es que… hace mucho tiempo que no hago esto… te quiero, Jesse…
por eso siempre huía de ti o te hablaba mal… porque no quería aceptar mis
sentimientos… tengo demasiado miedo a que me amen y luego me abandonen…
-¡Yo nunca haría eso! ¡Te daría
todo el espacio que quisieras! ¡Por estar contigo haría lo imposible!- exclamó,
tomando su rostro entre sus manos- Tú eres lo más importante para mí… no podría
abandonarte jamás…
-Jesse…
-Te amo, Laura…
Esas tres palabras le dieron la
fuerza que necesitaba para continuar. Laura se lanzó de nuevo a sus brazos para
caer de nuevo en la cama. Allí comenzaron a desnudarse poco a poco, con
delicadeza, sin dejar de mirarse a los ojos ni un minuto. Finalmente, los dos
se unieron en uno entre besos y caricias hasta caer rendidos, justo cuando los
primeros rayos de sol comenzaban a despuntar esa mañana.
Unas horas después, Jesse fue el
primero en despertarse al sentir ruido en la cocina. El joven no pudo reprimir
una sonrisa de absoluta felicidad cuando se giró para encontrase a Laura, que dormía
plácidamente a su lado hecha un ovillo, con una expresión tranquila en el
rostro. Jesse no pudo evitar acercarse para besarla en los labios, obligándola
a despertar.
-¡¿Qué… qué pasa?!- dijo ella,
incorporándose de golpe, muy nerviosa - ¡Oh! Jesse… ¿Qué hora es?- preguntó, más
tranquila al reconocerle.
-Tranquila… Aún es temprano- le
tranquilizó él, besando su frente- Al parecer Thom anda algo revuelto esta
mañana, está haciendo mucho ruido en la cocina. Será mejor que baje a hablar
con él para que me deje ir al pueblo.
-Jesse… tenemos que hacer algo…
Rachel no aguantará aquí encerrada mucho más tiempo- dijo ella, incorporándose.
-Sí, lo sé. Mi intención es huir
hoy mismo…
-¡¿QUÉ?! ¡¿Te has vuelto loco,
Jess?!
-¿Jess?- preguntó él, con una sonrisa.
-¡Oh, perdón! ¡Ha sido sin
querer!- se disculpó ella, sonrojándose.
-¡Ey, no! ¡Me gusta que me llames
así! Es… especial…
Ella sonrió mientras él volvía a
acercarse para darle un beso suave.
-Confía en mí… la policía conoce
a la perfección todos nuestros movimientos… está todo controlado…
-Pero… ¿Y si algo sale mal?-
preguntó ella, con un nudo en la garganta.
-Todo saldrá bien, pero… si algo
me pasara, tienes que prometerme algo…
-¿Qu.. qué?- dijo ella, con
lágrimas en los ojos.
-Laura, pase lo que pase, tienes
que sacar a Rachel de aquí. ¿Entendido?
-No, pero…
-¡Prométemelo! ¡Es muy
importante!
-Te… te lo prometo- dijo ella,
cada vez más preocupada.
-¡No te preocupes! ¡Todo va a
salir bien! ¡Bueno, será mejor que me vista! ¡Thom no es de esa clase de psicópatas
a los que les gusta que les hagan esperar!
Laura no pudo evitar sonreír ante
aquellas palabras mientras los labios de él se posaban otra vez sobre los
suyos. Finalmente ella lo vio marchar escaleras abajo, mientras no podía evitar preguntarse si realmente
él tendría razón y todo saldría según lo previsto.
Por otro lado, en casa de Finn y
Rachel, Puck y Emily preparaban el desayuno mientras Finn estaba en el despacho
con los niños, escribiendo sin parar en un viejo cuaderno.
-¡Finn! ¡El desayuno está listo!
¡Baja ya con Chris e Irina, por favor!- exclamó Emily, desde el piso de abajo.
-¡Ya… ya voy!- dijo Finn, con el
ceño fruncido, sin dejar de escribir.
-¡Como no bajéis en dos minutos
yo misma subiré!- les amenazó la joven, con ambas manos sobre la cintura.
-¡Vamos, Em! ¡Déjales, ya
bajaran! ¡Ven, vamos a la cocina!- le interrumpió Puck, arrastrándola hacia la
habitación, dónde la apoyó contra la puerta de la nevera, mientras repartía
pequeños besos sobre su cuello.
-Pe… pero… se va a… enfriar… la…
leche…- se quejó Emily, entre suspiros.
El sonido del timbre los
interrumpió, separándolos de repente.
-¡Voy!- dijo, Em algo apurada-
¿Quién será a estas horas?
Emily corrió para abrir la
puerta, descubriendo a la persona que menos deseaba encontrar.
-¡TÚ! ¡¿Qué demonios haces tú
aquí?!
Esa persona sonrió de forma
inocente, mientras daba un paso adelante para entrar.
-¡Perdona, Emily! ¡Lamento llegar
así de improviso pero necesito hablar con Finn! ¡Es muy urgente!
-¿Disculpa? ¡Isabella, creí
haberte dicho hace tiempo que no eras bien recibida en esta casa!- le espetó la
joven, impidiendo su avance.
Isabella entrecerró los ojos unos
segundos para finalmente sonreír, quitándole importancia al asunto.
-¡Vamos, Em! ¡Lo que pasó ese día
fue tan sólo un malentendido! ¿En serio crees que yo podría hacerle algo malo
al hijo de Finn?
-¡Claro que lo pienso! ¡Eres
mala, Isabella! ¡Lo vimos tanto Quinn como yo y no pienso permitir que te
acerques a ese pequeño ni a Finn! ¡Ya tenemos bastante aquí con la ausencia de
Rachel! ¡Márchate! ¿Tan difícil es de entender?
-¡NO! ¡Eres tú la que no
entiende! ¡Pienso hablar con Finn con o sin tu autorización! ¡Déjame pasar!- le
espetó Isabella, con la voz cargada de odio.
Las chicas comenzaron a pelear
por el control de la situación justo en el momento en el que Finn bajaba las
escaleras con los dos pequeños en brazos.
-¡Ey! ¡¿Qué está pasando aquí?!
¡Isabella, suéltala!- le ordenó, bajando a toda velocidad la escalera.
-¡FINN! ¡Tenemos que hablar!-
consiguió decir Isabella, exhausta tras el forcejeo.
-La verdad, no sé de qué
tendríamos que hablar….- dijo Finn, intentando mantener la calma mientras le
tendía los niños a Emily.
-Finn, yo… necesito hablar
contigo… por favor- rogó ella, con carita de niña buena.
-¡¿Qué demonios vas hablar con él?!
¡Finn, no la escuches! ¡Es una bruja!
-¡Em, por favor!- exclamó él,
mirándola directamente a los ojos con un brillo especial en la mirada- Déjanos
a solas...
-¿Qu… qué? Pero…
-¡Vamos, Em! ¡Sigamos con el
desayuno!- interrumpió Puck, guiñándole un ojo a su amigo y llevándose a Emily
y a los niños de allí.
-Eh… ¿Quieres pasar al salón?
-Claro… gracias, Finn- le
agradeció ella, con una sonrisa angelical mientras entraba y tomaba asiento.
-Bueno… Es tu turno… tú dirás qué
estás haciendo aquí…
-¡Oh! En realidad no es la
primera vez que vengo… pero nunca te encontrabas en casa…- respondió ella, algo
incómoda al sentir la frialdad en sus palabras- yo… quería brindarte mi apoyo…-
explicó acercándose más a él y tomándole de la mano- sé que estos meses están siendo muy difíciles para ti y…
quiero que sepas que no estás solo, Finny…
-Isabella…
-¡Bella, por favor! Estamos en
confianza- dijo ella, acercándose peligrosamente a él.
-¡YA BASTA, ISABELLA! ¡NO PIENSO
LLAMARTE ASÍ NUNCA!- gritó él, poniéndose en pie, perdiendo los nervios-
¿Cuándo vas a entender que nunca habrá nada entre nosotros?
-Pe… pero… ya hace meses desde que
ella os abandonó… piénsalo, Finn… ya no tenemos motivos para esconder nuestros
sentimientos…- dijo ella, mirándolo con lágrimas en los ojos.
-¡Me parece que te has equivocado
conmigo, Isabella! ¡Yo no tengo esa clase de sentimientos hacia ti! ¡Además, lo
que haya pasado entre Rachel y yo no es asunto tuyo!
-¡Pero, Finny…!
-¡No me llames así! ¡NO ME GUSTA!
¿LO ENTIENDES?
-¡¿Por qué me tratas así?! ¡¿Todo
esto es por Emily, verdad?! ¡Ella te ha envenenado contra mí!- chilló ella,
muerta de rabia y celos.
-¡Te equivocas! ¡Nadie me ha
envenenado! ¡Simplemente sé diferenciar cuándo alguien me está mintiendo y
cuando no!
-¡¿Insinúas que estoy
mintiéndote, Finn?!- exigió saber ella, cruzada de brazos.
-¡Por supuesto que sí, Isabella-
le espetó él, perdiendo la paciencia- ¡No sé cómo te atreves a aparecer por aquí
después de lo que me contaron que le dijiste a mi hijo!
-Finn yo… puedo explicarlo…
-¡No hay nada que explicar! ¡No
voy a permitir que nada malo le suceda a Chris! ¡Él es lo más importante que
tengo! ¡Así que márchate ahora o tendré que echarte yo mismo!
-¿Qu… qué? ¡No! ¡Tú no puedes
echarme de tu vida, Finn! ¡NO PUEDES!
-¡Claro que puedo! ¡Entiéndelo de
una vez, Isabella! ¡ENTRE TÚ Y YO NUNCA HA HABIDO NI HABRÁ NADA!
-¡No! ¡Mientes! ¡Nuestro beso fue
real!- chilló ella, muerta de rabia.
-¡Te equivocas! ¡Además, no nos
besamos! ¡TÚ te abalanzaste sobre mí! ¡Yo en ningún momento provoqué esa
situación y lo sabes!
-Muy bien… si eso es tal y como
dices… ¿Por qué Rachel os dejó más solos que la una a ti y a Chris?
Finn sintió como sus puños se
cerraban al escuchar el nombre de Rachel salir de sus labios llenos de veneno.
-No, te estás equivocando… Rachel
no tiene nada que ver en esto… estamos hablando de mi hijo…
-¡Claro que tiene que ver! ¡Esa
mosquita muerta siempre ha sido el maldito problema! ¡La razón por la que
nosotros no estamos juntos!
-¡Estás enferma, Isabella! ¡Eso
es mentira! ¡Rachel no tiene nada que ver en eso! ¡Lo que ella y yo sentimos
está por encima de todo esto!
-¡¿Cómo?! ¡¿Todavía sigues
sintiendo algo por esa zorra?!
-¡YA BASTA, ISABELLA! ¡NO TE
CONSIENTO QUE HABLES ASÍ DE RACHEL! ¡ELLA ES LA MADRE DE MI HIJO!
-No has contestado a mi pregunta,
Finn…- dijo ella, mirándole con una expresión sombría en el rostro.
-Sí, Isabella… aunque Rachel se haya marchado yo nunca voy a
dejar de quererla y necesitarla… ¿Quieres saber por qué? Sencillamente porque
es la persona más especial que he conocido y porque desde que la vi por primera
vez sentí esa conexión que sólo experimentas con una persona en toda tu vida…
entonces es cuando te das cuenta de que tu destino y el de ella van a estar
unidos para siempre y que pase lo que pase nunca dejarás de quererla…
-Muy bien… pues peor para ti…-
sentenció ella, entrecerrando los ojos mientras se colgaba de nuevo el bolso
para después desaparecer de allí dando un portazo.
Isabella se marchó corriendo de
allí, subiendo al coche para después conducir hacia el aeropuerto a toda
velocidad.
-Así que crees que porque Finn te
ama ya has ganado, Rachel Berry… - dijo, con gran desprecio en la voz- Muy
bien… creo que ha llegado el momento en el que tú y yo nos veamos las caras de
nuevo… y esta vez me ocuparé personalmente de que no vuelvas a ser un problema
nunca más…
Dicho esto, la joven aceleró más
aún mientras sacaba su teléfono móvil y realizaba algunas llamadas. Cuando
llegó al aeropuerto, su vuelo privado ya la esperaba y ella subió lo más rápido
que pudo, con una sonrisa malvada en el rostro.
Por otro lado en la cabaña, Lau
terminó de vestirse y decidió que había llegado el momento de avisar a Rachel
sobre el plan de rescate. La enfermera abrió la puerta con cuidado y bajó en
silencio las escaleras, intentando no llamar mucho la atención. Sin embargo,
justo cuando iba a alcanzar el primer escalón que bajaba al sótano, una mano se
posó sobre su hombro obligándola a girarse.
-Hola, Thom…- saludó Lau, en un
tono inexpresivo- ¿Ocurre algo?
-Me gustaría hablar un momento
contigo, preciosa…- dijo él, agarrándola del brazo.
-Verás… es que Rachel aún no ha
desayunado y yo…
Laura no pudo seguir, ya que Thom
aumentó la fuerza de su agarre causándole un gran dolor.
-No te lo he preguntado, nena…-
le susurró, a escasos centímetros de su
rostro- ¡Acompáñame a la cocina! ¡Tenemos que hablar!
La joven asintió, conteniendo las
lágrimas como podía, mientras lo seguía en silencio.
-Bueno… soy todo oídos, Thom…- dijo ella,
apoyada contra la encimera mientras trataba de esconder sus manos temblorosas.
-Me habéis mentido… Todo ha sido
mentira- dijo él, con los puños apretados, dándole la espalda.
-¿Có… cómo dices?- logró
preguntar ella, al tiempo que sentía como su corazón comenzaba a latir cada vez
más deprisa.
-¡NO TE HAGAS LA TONTA CONMIGO!
¡LLEVÁIS AQUÍ MESES Y TODAVÍA NO HE VISTO NI UN RESULTADO! ¡¿ACASO PRETENDÍAIS
ENGAÑARME?! ¿CREÍAIS QUE PODRÍAS TOMARME EL PELO A MÍ?- le espetó él, furioso,
dando golpes contra la mesa de madera.
-N… no, Thom… te… te aseguro que
no esa no es nuestra intención… te lo juro…
-¿Entonces por qué demonios estás
temblando?- dijo él, girándose y señalando con una pistola sus manos.
-¡Oh! ¡No es nada! Lo que pasa es
que… no me gustan las armas- consiguió decir, en un tono más calmado,
intentando sonreír.
-Ya…- dijo Thom, bajando la
pistola en silencio- De acuerdo… te propongo un trato… tú dices que no tenéis
nada que ocultar y que todo está saliendo según lo previsto, ¿no es así?
-Sí… por supuesto- respondió
ella, sosteniendo su mirada.
-En ese caso, me gustaría
comprobarlo hoy mismo- dijo él, con una sonrisa diabólica.
-Es que… Jesse no está y yo…
-¡Vamos, preciosa! ¡Ambos sabemos
que tú eres el cerebro de todo esto! ¡Quiero ver el cambio de Rachel y tú serás
la encargada de mostrármelo!- dijo, acercándose a ella y enredando sus dedos
entre sus cabellos- ¿Sabes que eres muy hermosa? Es una pena que seas tan fría…
yo podría darte justo lo que necesitas…
Laura tragó saliva, luchando
contras las ganas que tenía de golpearle en toda su entrepierna. Finalmente
logró sonreír mientras ponía un dedo sobre su pecho, separándose de él.
-Está bien… bajaré a por Rachel.
Espéranos en el salón, Thom.
-Muy bien, tienes cinco minutos…-
respondió él, molesto por su rechazo.
Laura asintió para después salir
corriendo hacia el sótano. Una vez allí, abrió la puerta lo más rápido que
pudo, controlando a duras penas el intenso temblor de sus manos, que aumentaba
más y más por momentos. Cuando finalmente consiguió abrir la puerta, descubrió
a Rachel en una esquina, abrazándose a sí misma mientras cerraba los ojos con
fuerza.
-¡No, déjame! ¡No… no te acerques
a mí!- chilló, presa del pánico.
-¡Ey! ¡Rachel, tranquila!
¡Mírame, soy yo! ¡Soy yo!- le rogó Laura, mientras trataba de abrir el candado
que mantenía presas sus manos.
-Lea… ¡Oh, qué susto! ¡Thom lleva
toda la mañana haciendo ruido y me asusté! ¡Ya pensé que venía dispuesto a lo
peor!- confesó la joven, sollozando.
-Nada malo va a pasarte, lo
prometo- le aseguró la enfermera, liberando también su cuello.
-Un… un momento… ¿Por… por qué me
sueltas?- preguntó Rachel, con los ojos muy abiertos.
-Rachel, nos vamos de aquí…
-¡¿QUÉ?! ¿En serio?- exclamó
Rachel, con lágrimas de emoción en sus ojos marrones.
-Sí, pero tienes que hacer caso a
todo lo que yo te diga, ¿de acuerdo?- le pidió Laura, mirándola a los ojos con
intensidad.
-Sí, te lo prometo…- respondió
Rachel, con un nudo en la garganta, cada vez más nerviosa.
-De acuerdo… vamos, Rachel… Thom
nos espera en el salón así que tendremos que escapar por la puerta trasera de
la cocina…- dijo la enfermera, tomando la mano de Rachel, que sólo era capaz de
asentir mientras subían las escaleras intentando hacer el menor ruido posible.
Las chicas subieron en silencio
hasta la cocina y allí Laura comenzó a rebuscar entre los cajones hasta que en
el último de ellos encontró lo que estaba buscando y lo escondió bajo su falda,
a la altura de la cadera. La enfermera se dirigió entonces hacia la puerta de
la cocina y comenzó a girar suavemente el picaporte hasta que un grito ahogado
hizo que se girase para descubrir a Thom, que tenía a Rachel entre sus brazos y
apuntaba directamente su cabeza con una pistola.
-¡ESTÚPIDA! ¡¿QUÉ DEMONIOS CREES
QUE ESTÁS HACIENDO?! ¡CIERRA ESA PUERTA AHORA MISMO O TE JURO QUE LA MATO!- gritó
Thom, fuera de sí, presionando sobre la sien de Rachel, que apenas podía
contener el llanto.
-Ya basta, Thom… - le dijo Lau,
con una de sus manos debajo de su camisa, aferrando con fuerza lo que había
escondido bajo la falda- Ambos sabemos que no lo harás.
-¡MALDITA ZORRA! ¡¿ACASO QUIERES
QUE TE LO DEMUESTRE?! ¡LE VOLARÉ LA CABEZA AHORA MISMO A TU AMIGA SI NO TE
RINDES!- le aseguró, centrando su atención en Rachel, que temblaba a causa del
miedo.
-¡SUÉLTALA, THOM!- exclamó Lau,
en un tono totalmente autoritario.
-¡¿Qué…?!
Thom no pudo seguir ya que
enmudeció al contemplar como aquella joven enfermera que él había creído tan
inocente le estaba apuntando en ese preciso momento con una pistola.
-Bueno… preciosa, ahora estamos
empatados….- dijo Thom, recuperando el control de la situación mientras
acercaba a Rachel más hacia sí- Si dejas el arma en el suelo prometo que Rachel
no sufrirá ningún daño…
-¡No, Thom! ¡Tu juego macabro se
terminó! ¡Si hay alguien que tiene que rendirse ahora mismo ese eres tú!- le
dijo Lau, con gran seguridad en sus palabras mientras le apuntaba sin vacilar.
-¡Vamos, nena! ¡Ambos sabemos que
no sabes utilizar una pistola! ¡No seas estúpida y tira el arma! ¡Vamos! ¡Atréve…
te!
Thom no fue capaz de continuar,
ya que el sonido de un disparo captó toda su atención. El joven miró a la
enfermera totalmente sorprendido mientras ésta bajaba el arma al tiempo que
comenzaba a tirar de su pelo, desvelando una peluca.
-¿Qui… quién eres?- dijo,
soltando a Rachel para finalmente caer al suelo, temblando a causa del dolor
mientras un pequeño charco de sangre comenzaba a formarse a su alrededor.
-Lau…- consiguió decir Rachel,
totalmente sorprendida.
-¡Rach, quítale el arma!- le pidió
la enfermera, sin dejar de apuntarle.
Rachel la miró con los ojos como
platos pero finalmente obedeció sin rechistar, lanzando la pistola lo más lejos
posible de la habitación.
-Ya… ya está- logró decir,
situándose junto a ella.
-¡Sí, vámonos! ¡Por aquí, por la
puerta de atrás!- dijo Lau, sin dejar de vigilar a Thom.
-Maldita seas… no puedo creer que
una mujer…
-Bueno, esto te servirá de
lección… ya no volverás a tener a nadie prisionero nunca más… Se acabó, Thom…
Dicho esto, Lau bajó el arma para
después desaparecer tras la puerta junto a Rach.
-¡Oh, Dios mío! ¡Lo hemos matado,
Lau!
-¡Rach, tranquila!
-¡¿Qué vamos a hacer ahora?!
¡Iremos a la cárcel!
-¡RACHEL BERRY! ¡ESCÚCHAME!- rogó
Lau, zarandeándola hasta atraer su atención- Nadie va a ir a la cárcel salvo
ese malnacido y sus cómplices…
-Pe… pero…
-Sólo ha sido un disparo en la
pierna, Rachel. Thom sobrevivirá…
-¿Pero… cómo… sabes eso?-
preguntó Rachel, algo más calmada.
-Bueno… ¿Soy enfermera,
recuerdas?-dijo Lau, con una pequeña sonrisa.
-Oh, Dios mío… entonces… aquella
historia es…
-Sí, es mi historia, Rachel…
¡Pero ahora no tenemos tiempo de discutir eso! ¡Tenemos que huir de aquí y
pedir ayuda!
-¿Dónde está Jesse?
-¡Él ha ido a avisar a la
policía! ¡Tenemos que escondernos hasta que vengan a por nosotras!
-Vale…
Las chicas comenzaron a correr lo
más rápido que pudieron a través de la
montaña cubierta de nieve que rodeaba la cabaña. Sin embargo, cuando iban a
alcanzar la carretera, alguien se interpuso en su camino, apuntándolas con un
arma.
-¡Quietas! ¡Ni se os ocurra
moveros o soy capaz de lo peor!
-¡Isabella! ¡Lo sabía!- exclamó
Lau, escondiendo a Rachel tras ella.
-¡Tú cállate, maldita traidora!-
chilló Isabella, fulminándola con la mirada- ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Si no
te hubieras metido en lo que no te llaman habría liquidado todo este asunto en la
mitad de tiempo!
-¡No, Isabella! ¡No pienso
permitir que les hagas daño!
-¡Eres una estúpida, Laura! ¡No
vales para nada! ¡Sólo para dar problemas! ¡Por eso ya me he encargado de que
alguien muy especial sepa toda la verdad!
-Alejandro…- dijo Lau, con un
grito ahogado.
-¡NO! ¡Eres un monstruo!- gritó
Rachel, con lágrimas en los ojos- ¡¿Cómo has podido hacer una cosa así?!
-¡TÚ CÁLLATE, ZORRA! ¡¿CÓMO TE
ATREVES A DIRIGIRTE A MÍ?! ¡POR TU CULPA FINN NI ME MIRA! ¡AÚN NO ENTIENDO CÓMO
PUEDE PREFERIRTE A TI ANTES QUE A MÍ! ¡PERO PIENSO SOLUCIONAR ESE PEQUEÑO
INCONVENIENTE AHORA MISMO!
Isabella quitó el seguro de la
pistola mientras apuntaba con ella directamente al corazón de Rachel.
-¡Ya basta, Isabella! ¡Suelta el
arma!- chilló Lau, interponiéndose entre ambas.
-¡NO! ¡Ella no puede vivir!
¡Apártate!
-¡No! ¡Tendrás que matarme a mí
primero!
-¡Muy bien! ¡Cómo quieras!
Lau aferró con fuerza la mano de
Rachel justo en el momento en el que Isabella disparó. Sin embargo, una figura
apareció de repente, interponiéndose entre ella y la bala.
-¡NO! ¡Maldito estúpido! ¡¿Qué
haces tú aquí?!
Lau abrió los ojos asustada al
oír sus palabras y sus peores sospechas se confirmaron al descubrir el cuerpo de un hombre tirado sobre la nieve,
completamente inmóvil.
-¡JESSE!- chilló Lau, corriendo
hacia él y acogiéndolo entre sus brazos- ¡Por favor, despierta! ¡Dime algo!
-La… u- consiguió decir el joven,
con los ojos llenos de lágrimas- lo si… siento… he… llegado… demasiado tarde…
-¡No! ¡No digas eso!- dijo ella,
acariciando sus cabellos al tiempo que las lágrimas se deslizaban por sus
mejillas-- ¡Te vas a poner bien, ya lo verás!
-Apenas puedo verte… ¿Don… dónde
estás?- preguntó él, algo desorientado.
-¡Aquí, estoy aquí! ¡A tu lado!-
dijo ella, entrelazando sus manos.
-Lau… re… recuerda lo que me
prometiste…
-No, Jesse… no podré hacerlo sin
ti…- dijo ella, con lágrimas en los ojos, besando su mano.
-Tienes que hacer… lo… una
promesa es… una promesa- dijo él, con un hilo de voz.
-De acuerdo, pero ya verás cómo
te vas a poner bien… tan sólo tienes que…
Antes de que pudiera terminar la
frase Jesse se desplomó en sus brazos, totalmente inconsciente.
-¡Jesse! ¡NO! ¡Jesse, háblame!
¡Por favor, dime algo!- le suplicó, mientras lo zarandeaba para despertarle- Te
amo…
-¡Ha… ha sido culpa suya! ¡Si no
se hubiera metido en medio nada de esto estaría pasando ahora mismo!- chilló
Isabella, nerviosa de repente.
-¡ASESINA!- gritó Lau, dejando a
Jesse junto a Rachel, que lloraba junto al cuerpo de su amigo- ¡¿CÓMO HAS…
PODIDO HACER ALGO ASÍ?!- le reprochó Lau, dirigiéndose a ella con una expresión
de profundo dolor en el rostro.
-¡Ya basta! ¡Ya te he dicho que
no quería hacerlo! ¡Más bien deberías echarte tú misma la culpa! ¡Ese estúpido
ha muerto por salvarte!
-¡CÁLLATE! ¡ERES UN MONSTRUO!- le
espetó Laura, llorando desconsoladamente.
Las sirenas de la policía y la
ambulancia interrumpieron aquel momento.
-¡Maldición! ¡La policía!
Isabella echó a correr hacia el
pico de la montaña. Laura secó sus lágrimas y después siguió a toda prisa los
pasos de Isabella a través del espeso bosque. Finalmente la encontró en el pico
de la montaña, al borde del acantilado.
-¡Estúpida! ¡Todo esto es por tu
culpa! ¡Me has arruinado la vida!
-¡No, Isabella! ¡Eso lo has hecho
tú solita! ¡Pero no creas que pienso dejar que te salgas con la tuya! ¡Rachel
va a salvarse cueste lo que cueste!
Tras estas palabras, Lau se dio
la vuelta para volver con los demás. Sin embargo, Isabella se lo impidió
abalanzándose sobre ella, haciéndola caer.
-¡De eso nada! ¡Ahora sí me las
vas a pagar todas, Laurita!
Las dos comenzaron a rodar sobre
la nieve, luchando la una contra la otra por el control de la situación.
Isabella arrastró a Laura al borde del acantilado, mientras la enfermera
luchaba con todas sus fuerzas por librarse de su agarre.
-¡No, suéltame! ¡Isabella, nos
vamos a matar!- exclamó la joven, horrorizada
-¡Me da igual! ¡Las dos tenemos
que pagar por nuestros crímenes! ¡Tienes que pagar por lo que le hiciste a tu
hija, desgraciada!
-¡No! ¡No te atrevas a hablar de
mi niña! ¡Déjala en paz!- chilló Lau, entre lágrimas, aferrándose con fuerza al
suelo nevado.
-¡Ven aquí, maldita zorra! ¡Eres
una asesina! ¡Igual que yo!
-¡No! ¡Yo jamás seré como tú!
Isabella intentó golpear a Lau
para hacerla caer, con tan mala suerte que ambas perdieron el equilibrio y
cayeron por el acantilado.
La montaña quedó en silencio por
unos segundos, hasta que de repente una mano se aferró con fuerza a la cima,
escalando finalmente hasta el pico. Lau intentó controlar su respiración al
tiempo que se giraba para contemplar el profundo abismo que se presentaba ante
sus ojos. Las lágrimas acudieron a sus ojos al pensar en Jesse y en el
sacrificio que él acababa de hacer.
Unos minutos después, Laura se
reunió con el cuerpo de policía y la ambulancia, que ya estaba atendiendo tanto
a Jesse como a Rachel.
-¡Señorita! ¡¿Se encuentra bien?!
-¡¿Dónde está Jesse?! ¡¿Qué van a
hacer con él?!
-¡No se preocupe! ¡Los equipos de
emergencia han logrado estabilizarle! ¡Por favor, tiene que tranquilizarse!
-¿Qu… qué? ¿Entonces… él no…?
¿Sigue vivo?- logró preguntar, con lágrimas en los ojos.
-Sí, señorita. Su novio se va a
poner bien, ya lo verá…
Por primera vez en mucho tiempo,
Laura tuvo ganas de llorar de felicidad.
-¡Oh! ¿Dónde lo tienen? ¡Quiero
ir con él!
-Sí, en seguida, pero… ¿Dónde
está la señorita Nichols?
-Ella ha… cayó por el acantilado…
no pude salvarla…- dijo Lau, reanudando su llanto.
-Tranquilícese, lo peor ha pasado
ya….- le aseguró el agente, acompañándola hacia la furgoneta.
Los chicos viajaron hacia el
hospital más cercano de la zona y allí dejaron ingresado a Jesse, que seguía
sin recuperar el conocimiento. Al día siguiente, Lau llevó a Rachel de vuelta a
Ohio, dónde ya la esperaban todos muertos de nervios.
-De… ¡De acuerdo! ¿Está todo preparado?-
preguntó Emily, yendo de un lado para otro, presa de la preocupación.
-¡Tranquila, Em! ¡Ya sabes lo que
Lau nos ha dicho! ¡Lo que menos le conviene ahora a Rachel es alterarse!- le
recordó su marido, besando su frente.
-Sí, tienes razón, Puck…- dijo
ella, sonriéndole con ternura-Supongo que estoy demasiado nerviosa…
-No te preocupes, todo va a salir
bien…
Emily sonrió y justo en el
momento en el que iba a contestar apareció Finn, que bajaba las escaleras con
Chris en brazos.
-Finn… ¡Pero qué guapo que
estás!- dijo Emily, con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿En… en serio?- preguntó Finn,
mirando a su pequeño, con el ceño fruncido- ¿Crees que le gustaremos?
-Por supuesto, Finn. Tanto o más
que antes- le aseguró Emily.
Finn sonrió y dejó a su hijo
junto a su prima justo en el momento en el que un todoterreno aparcaba en
frente de la casa. Finn se levantó de un salto y en un segundo ya estaba junto
a la puerta.
-Voy yo- dijo Emily, abriendo la
puerta y saliendo al pequeño porche de madera que tenían en la entrada.
Todos salieron para ver a Lau
bajar del coche. La enfermera les dedicó una sonrisa débil para después
dirigirse a uno de los asientos traseros del coche, del que lentamente fue
saliendo Rachel. La joven llevaba nerviosa todo el camino. Sus pulsaciones se
habían multiplicado con solo pensar que hoy por fin volvería a reencontrarse
con las dos personas más importantes de su vida: Finn y su pequeño Chris. La
joven se asustó al sentir los rayos del sol sobre su rostro, pero finalmente se
armó de valor y salió del coche. Una vez fuera sonrió al ver a Emily, que le
correspondió el saludo y después su mundo se detuvo al ver al bebé más hermoso
del mundo. Rachel se emocionó al comprobar lo mucho que había crecido y lo
mucho que seguía pareciéndose a su padre. El pequeño restregó sus ojitos,
intentando esconderlos del efecto del sol. Sin embargo, cuando Chris vio a
Rachel junto al coche, supo inmediatamente que aquella era su mamá.
-¡Ajo, ajo!- pidió, tirando de la
camisa de Finn, que no sabía cómo reaccionar.
-¿Qui… quieres bajar?- logró
preguntar Finn, con un nudo en la garganta.
Chris asintió y en cuanto sus
pies tocaron el suelo, el pequeño comenzó a caminar tan rápido como pudo hacia
su madre, que contemplaba la escena totalmente conmocionada. Finalmente, cuando
el niño llegó a ella con su carita sonriente, Rachel abrió sus brazos de forma
instantánea, abrazándole como en otros tiempos solía hacer. Madre e hijo
siguieron abrazándose durante algunos minutos, felices al haberse reencontrado
al fin.
-Mi bebé… mi precioso bebé… ¡Qué…
qué grande estás!- dijo Rachel, sin poder contener las lágrimas, mientras lo
estrechaba entre sus brazos- ¡Te quiero mucho, mi pequeño! ¡Te quiero, tanto!
Rachel cogió a su pequeño en
brazos y comenzó a caminar hacia la puerta, dónde esperaba Finn, muerto de
nervios. A medida que avanzaba, Rachel podía sentir cómo su corazón comenzaba a
acelerarse por momentos al tiempo que su respiración se agitaba al volver a
verlo después de todo este tiempo. Finn observaba la escena desde el porche muy
emocionado mientras buscaba las palabras adecuadas para saludarla. El joven temía
demasiado miedo a asustarla y no quería decir algo que pudiera empañar aquel
momento tan especial. Cuando por fin la tuvo frente a él, todo lo que había
preparado se esfumó, dejando su mente en blanco.
-Ho… hola, Rachel… bien… bienvenida
a casa…- consiguió decir, entre balbuceos, sin dejar de mirarla.
-Finn...
¿Qué pasará entre Finchel ahora que Rachel ha regresado? ¿Conseguirá Rachel adaptarse de nuevo a su vida anterior? ¿Logrará recuperarse Jesse? ¿Qué ocurrirá entre él y Lau?
¡TODO ESTO Y MÁS COSAS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE "OTRA OPORTUNIDAD"!
¡GRACIAS POR LEER! ^^!
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Lau!!!!
Apenas vi el correo dije yeaaaahhhh a leer (se nota q no tengo trabajo jijijiji)
Como te dije ayer quedo simplemente perfecto, me encanta Tio Finny
jajajaja (como se recupero y aww todo nerviosito por la vuelta de su
unico y verdadero amor y mas que nada ame todo lo q le dijo a Isafea y a
Quinn)
Mis papis hermosos los adoro, quedaron tan bellos, siempre preocupandose
por todos y Quinn bueno estoy empezando a perdonarla jajaja
Lau fue la HEROE del capi, Dios esa mujer me tenia con el corazon en la
mano, primero le dispara a Thom y luego esta en la muerte de Isafea por
mi q la hubiera lanzado ella misma
Jesse haces q lo ame (sabes q eso es dificil) pero como ama a Laura aaaww esta Cute!!!!
Rach y Chris llore con ese momento fue tan bello, tiernos, madre e hijo una preciosidad.
Espero q:
1. Thom se hunda en la carcel cadena perpetua o la silla electrica
2. Isafea q se la coman los cuervos jijijiji
3. Q Finn con su amor ayude a Rach y sean un Finchel felices por siempre con su hermoso Chris
4. Que Jesse se recupere y Lau le diga de frente que lo ama y se casen y mucho amor jajajaja
Que mas mmmm solo decir que eres maravillosa, que encantaron los videos y
que pienso que Alejandro es SEXY, un sexy muuyyyy malo :S jajaja
Muchas felicidades por terminar un capitulo GENIAL y no me queda mas q esperar el siguiente
Saludos
Iri
Apenas vi el correo dije yeaaaahhhh a leer (se nota q no tengo trabajo jijijiji)
Como te dije ayer quedo simplemente perfecto, me encanta Tio Finny
jajajaja (como se recupero y aww todo nerviosito por la vuelta de su
unico y verdadero amor y mas que nada ame todo lo q le dijo a Isafea y a
Quinn)
Mis papis hermosos los adoro, quedaron tan bellos, siempre preocupandose
por todos y Quinn bueno estoy empezando a perdonarla jajaja
Lau fue la HEROE del capi, Dios esa mujer me tenia con el corazon en la
mano, primero le dispara a Thom y luego esta en la muerte de Isafea por
mi q la hubiera lanzado ella misma
Jesse haces q lo ame (sabes q eso es dificil) pero como ama a Laura aaaww esta Cute!!!!
Rach y Chris llore con ese momento fue tan bello, tiernos, madre e hijo una preciosidad.
Espero q:
1. Thom se hunda en la carcel cadena perpetua o la silla electrica
2. Isafea q se la coman los cuervos jijijiji
3. Q Finn con su amor ayude a Rach y sean un Finchel felices por siempre con su hermoso Chris
4. Que Jesse se recupere y Lau le diga de frente que lo ama y se casen y mucho amor jajajaja
Que mas mmmm solo decir que eres maravillosa, que encantaron los videos y
que pienso que Alejandro es SEXY, un sexy muuyyyy malo :S jajaja
Muchas felicidades por terminar un capitulo GENIAL y no me queda mas q esperar el siguiente
Saludos
Iri
Irina Monteith- Master Fanfic 2011
- Mensajes : 963
Fecha de inscripción : 25/01/2010
Edad : 37
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Querida Lau,
Mi corazón aún late de emoción con este capítulo maravilloso, realmente cada vez te superas más. Lo único que te pido ahora es que no tardes mucho para continuar el capítulo ya que la espera me mata.
Cariños
Mi corazón aún late de emoción con este capítulo maravilloso, realmente cada vez te superas más. Lo único que te pido ahora es que no tardes mucho para continuar el capítulo ya que la espera me mata.
Cariños
CLAU_FINCHEL* - Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 20/05/2011
Edad : 53
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
maravilloso capitulo, Lau!!!
eres una total genia!!!!, nos e como tienes tanta imaginación!!!!!, otro increible capitulo para el mejor fic del foro ;)
que horror ese Alejandro!!!!, es MALO, MALO, MALOOO!!, pobre Lau, que historia traumática, pero es una mujer fuerte y lo superará
porfavor sube rápido el proximo capi, muero por saber que hay de finchel!!!
XOXO
eres una total genia!!!!, nos e como tienes tanta imaginación!!!!!, otro increible capitulo para el mejor fic del foro ;)
que horror ese Alejandro!!!!, es MALO, MALO, MALOOO!!, pobre Lau, que historia traumática, pero es una mujer fuerte y lo superará
porfavor sube rápido el proximo capi, muero por saber que hay de finchel!!!
XOXO
Fedee Horan- - Mensajes : 1367
Fecha de inscripción : 26/03/2011
Edad : 27
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
o dios me hiciste botar mas de una lagrima xD no se en q momento me volvi tan sentimental pero es q el capitulo fue genial!! no se si antes me habia emocionado tanto por un capitulo o tres xD
y por fin rach volvio aunq me sige dando pena todo lo q paso su hijo al fin esta con el y finn , y la historia de lau em dio mucha pena ojala q jesse se recupere es una buena persona y ademas lau esta saliendo con el seria muy mala suerte si se muriera xD
y por fin rach volvio aunq me sige dando pena todo lo q paso su hijo al fin esta con el y finn , y la historia de lau em dio mucha pena ojala q jesse se recupere es una buena persona y ademas lau esta saliendo con el seria muy mala suerte si se muriera xD
la.dori*** - Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Edad : 29
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
HOLAAA AYYY XDIOS EL CAPITULO ES EPICO.... NOC X DOND EMPEZAR: LA TRAGICA HISTORIA DE LAU :( :( ; LO DULCE DE JESSE; EL ENCUENTRO DE LA FLIA FINCHEL :D :P :lol!: [b] . LAS GANAS D MATAR A ISABELLA Y THOM.... AY NIÑA COMO SIEMPRE ADORO TU FIC ESTOY ESPERANDO CON ANSIAS EL PROXIMO CAP... ESPERO UN NUEVO BABY FINCHEL JAJAJA BESOS
May_FinChel* - Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 05/07/2011
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
OMG!!!
Morii Mil veces y volví a nacer xD
Muy bueno el capitulo
Pobre Lau su historia es super
Triste pero que bueno que tiene A Jesse *--*
Al Fin rescataron A Rachel el reencuentro fue muy tierno
Mi Finn! <3 Un amor como siempre Se pudo recuperar :P
Mellizos <3<3<3 Edward y Barbra <3<3<3
Ojala que se Seque Thom en la cárcel ¬¬
Pliss!! Actualiza pronto :) estuvo perfecto el capitulo
bueno eso chau cuídate :B
Morii Mil veces y volví a nacer xD
Muy bueno el capitulo
Pobre Lau su historia es super
Triste pero que bueno que tiene A Jesse *--*
Al Fin rescataron A Rachel el reencuentro fue muy tierno
Mi Finn! <3 Un amor como siempre Se pudo recuperar :P
Mellizos <3<3<3 Edward y Barbra <3<3<3
Ojala que se Seque Thom en la cárcel ¬¬
Pliss!! Actualiza pronto :) estuvo perfecto el capitulo
bueno eso chau cuídate :B
angelitaXD** - Mensajes : 93
Fecha de inscripción : 08/02/2011
Edad : 28
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Lau... me encanto... pero mi Jess, OMGroff pobre my Drama King debe recuperarse... no tengo palabras para explicar lo ansiosa que me puse al ver que actualizaste...
Lau, Mil felicidades nuevamente por el premio que obtuviste y repito, para mi el mejor Finchel (y eso que no soy adepta a la pareja), pero amo como relatas y mas el toque de romanticismo que le das a tus personajes sin llegar a la meloseria creo que es lo que me encanta de como escribes... Mil Felicidades!!!!
Lau, Mil felicidades nuevamente por el premio que obtuviste y repito, para mi el mejor Finchel (y eso que no soy adepta a la pareja), pero amo como relatas y mas el toque de romanticismo que le das a tus personajes sin llegar a la meloseria creo que es lo que me encanta de como escribes... Mil Felicidades!!!!
almi********-*- - Mensajes : 1044
Fecha de inscripción : 25/11/2010
Edad : 43
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
WOW... Eso es lo único que puedo decir, Lau. En serio, sabes que te adoro y que adoro tu fic, y no tengo palabras para describir este capítulo. Así que digamos que es PERFECTO. Me he tenido que reprimir las ganas de llorar (tenía que irme a comer y no quería que nadie me viera), y con decirte lo mucho que me emocioné cuando me nombraste y me dijiste eso, te juro que no podría ser más feliz. Sabes lo mucho que te echo de menos?? :( Pero bueno, volviendo al capítulo... ADORO lo que le has hecho a Isafea y a Thom, que se pudra en la cárcel :twisted: No puedes dejar el final con un cliffhanger! Eso es malvado! Con lo impaciente que soy... Bien!!! Boda Puckmily! Me hubiera gustado que Rach estuviera alli, pero aún así me encantó. Y, por último, los bebés Fravebrans :D Y me gustó un montón que Finn por fin saliera de su burbuja de tristeza y reaccionara de una vez, está bien que se hiciera cargo de Chris de una vez! Eso es todo, creo :)
finchel_4ever* - Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 01/05/2011
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Lau, ya me lo he leido como dije por Twitter!
Me has hecho llorar, reir, emocionarme, gritar, cabrearme... muchas emociones con el fic!
Enhorabuena, te merecias esos premios en los FanFic Awards!
Espero el proximo cap! ^^
Me has hecho llorar, reir, emocionarme, gritar, cabrearme... muchas emociones con el fic!
Enhorabuena, te merecias esos premios en los FanFic Awards!
Espero el proximo cap! ^^
AnaGleek*-*- -
Mensajes : 2618
Fecha de inscripción : 30/12/2010
Edad : 29
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola primero que nada debo decirte que me tuviste durante una semana como loca obsesiva leyendo tu fic eres la segunda persona que lo logra ya que por lo particular leo los que estan inicando y no los que ya van empenzados pero no se me gusto el titulo de tu fic empece a leer el primer capitulo he hiciste que me obsesionara como loca con este fic en verdad es un buen fic finchel y es uno de mis fic favoritos bueno con esto quiero decir que ya tienes una nueva lectora bastante fiel jejeje
Bueno pasando al fic que te lo voy a resumir jejeje
Déjame iniciar diciéndote que al inicio sentía pena por Thom ya que se enamoro de una persona que no le podía corresponder pero ahora mis sentimientos hacia el son de odio espero que se pudra en la cárcel o que tenga un castigo peor yo que se pero no se merece nada se merece lo mismo que le paso a Isabella (como la odio) :twisted:
Jesse adoro a este personaje el siempre tan lindo es mi heroe espero que pronto pueda despertar para que se que de con Laura hablando de ella me encanto este personaje que valiente resulto en verdad que jesse despierte ya que ella ha sufrido mucho y por fin cuando encontro el amor se lo quitaron muy rápido yo quiero boda mmm no se como acomodar el nombre de los dos pero bueno yo quiero que haya boda de Jesse y Laura
Quinn que te puedo decir de esta mujer la adoro en este fic me da mucho gusto que Rach sea su amiga es que muy bastante lindo como se deprimio porque se amiga no estaba e incluso siempre la defendio y supo que su amiga no es así ame cuando le puso a uno de su mellizos como su amiga que gran detalle en verdad adoro a esta mujer y que bueno que se haya quedado con Sam
Me gustaria seguir diciendote lo mucho que amo a los personajes que escribiste en este fic pero creo que nunca terminaría solo para concluir en cuanto a los personajes me queda decirte que me han gustado todos
Bueno en cuanto la historia me encanto es que no tengo palabras para decirte lo mucho que me ha encantando lo unico que debo decirte es que hiciste que llorara muchas veces, hiciste que me riera, que me pusiera feliz, que me enojara por la actitud de los personajes, que me deprimiera, manejaste todas las emociones en mi y bueno en verdad no se como explicar lo mucho que me gusta tu fic
Bueno creo que ahora si eso ha sido todo espero no haberte aburrido mucho con mi comentario
Nos vemos y espero la actualización de tu fic por cierto te mando un abrazo :D
PD: ame el recuento de Rachel con Chris en verdad me pusiste a llorar bueno ahora si es todo bye
Edito: ya que se me olvido decir algo no se si yo me lo perdí porque leí algunos capítulos muy noche y fue el sueño que no hizo que leyera bien o no ha pasado yo estoy muy segura que no ha pasado pero bueno lo diré solo espero que ya haya boda Finchel bueno cuidate y espero actualización
Bueno pasando al fic que te lo voy a resumir jejeje
Déjame iniciar diciéndote que al inicio sentía pena por Thom ya que se enamoro de una persona que no le podía corresponder pero ahora mis sentimientos hacia el son de odio espero que se pudra en la cárcel o que tenga un castigo peor yo que se pero no se merece nada se merece lo mismo que le paso a Isabella (como la odio) :twisted:
Jesse adoro a este personaje el siempre tan lindo es mi heroe espero que pronto pueda despertar para que se que de con Laura hablando de ella me encanto este personaje que valiente resulto en verdad que jesse despierte ya que ella ha sufrido mucho y por fin cuando encontro el amor se lo quitaron muy rápido yo quiero boda mmm no se como acomodar el nombre de los dos pero bueno yo quiero que haya boda de Jesse y Laura
Quinn que te puedo decir de esta mujer la adoro en este fic me da mucho gusto que Rach sea su amiga es que muy bastante lindo como se deprimio porque se amiga no estaba e incluso siempre la defendio y supo que su amiga no es así ame cuando le puso a uno de su mellizos como su amiga que gran detalle en verdad adoro a esta mujer y que bueno que se haya quedado con Sam
Me gustaria seguir diciendote lo mucho que amo a los personajes que escribiste en este fic pero creo que nunca terminaría solo para concluir en cuanto a los personajes me queda decirte que me han gustado todos
Bueno en cuanto la historia me encanto es que no tengo palabras para decirte lo mucho que me ha encantando lo unico que debo decirte es que hiciste que llorara muchas veces, hiciste que me riera, que me pusiera feliz, que me enojara por la actitud de los personajes, que me deprimiera, manejaste todas las emociones en mi y bueno en verdad no se como explicar lo mucho que me gusta tu fic
Bueno creo que ahora si eso ha sido todo espero no haberte aburrido mucho con mi comentario
Nos vemos y espero la actualización de tu fic por cierto te mando un abrazo :D
PD: ame el recuento de Rachel con Chris en verdad me pusiste a llorar bueno ahora si es todo bye
Edito: ya que se me olvido decir algo no se si yo me lo perdí porque leí algunos capítulos muy noche y fue el sueño que no hizo que leyera bien o no ha pasado yo estoy muy segura que no ha pasado pero bueno lo diré solo espero que ya haya boda Finchel bueno cuidate y espero actualización
Última edición por karisasa19 el Lun Oct 31, 2011 3:06 am, editado 1 vez
karisasa19********-*- - Mensajes : 1062
Fecha de inscripción : 23/07/2011
Edad : 33
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Hola Pequeña
Siendo sincera, me he puesto a leer los capítulos desde el comienzo
y me los he devorado..
Vaya que ha evolucionado la historia.. aunque siempre adorare a Finchel
odiare a Isabella y Thom.. he aprendido a encantarme con Jesse y Laura.
Adoro tu forma de escribir y crear momentos magicos, unicos y hasta aterradores..
Por favor, en verdad cree en ti y en ese bello talento :)
Espero la próxima actualización
Siendo sincera, me he puesto a leer los capítulos desde el comienzo
y me los he devorado..
Vaya que ha evolucionado la historia.. aunque siempre adorare a Finchel
odiare a Isabella y Thom.. he aprendido a encantarme con Jesse y Laura.
Adoro tu forma de escribir y crear momentos magicos, unicos y hasta aterradores..
Por favor, en verdad cree en ti y en ese bello talento :)
Espero la próxima actualización
enohia- Master Fanfic 2011
- Mensajes : 922
Fecha de inscripción : 12/10/2010
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Que buen Fic por Dios!! :D!. Me imagino al pequeño Chris corriendo como puede hacia Rachel . Y Puck cansándose :O!!!!!.Y Finn es el mejor jeje
espero actualización con muchas ansias.....
espero actualización con muchas ansias.....
Tango** - Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 14/07/2011
Edad : 30
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Amoooooooo tu fic es muy lindo en la menera en que lo narras e imaginas, es uno de los mejores que eh leido relmente me volvi adicta a tu fic XD
Espero al proximo capi (si es que sobrevivo con tantas ansias) :)
Espero al proximo capi (si es que sobrevivo con tantas ansias) :)
Juuly_Gleek***** - Mensajes : 280
Fecha de inscripción : 22/11/2011
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
querida lau, te exijo que termines lo antes posible este fic, es una maldad que nos tengas esperando tanto tiempo.
CLAU_FINCHEL* - Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 20/05/2011
Edad : 53
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
CLAU_FINCHEL escribió:querida lau, te exijo que termines lo antes posible este fic, es una maldad que nos tengas esperando tanto tiempo.
Hola Clau,
Muchísimas gracias por seguir apoyando el fic a pesar de que hace muchísimo que no actualizo su publicación
La verdad es que siento muchisimo el retraso pero entre la uni y mis problemas de inspiración no he podido detenerme casi a escribir.
No quiero prometer algo que no sé si podré cumplir, pero intentaré continuarlo para que podáis leerlo cuanto antes.
Muchísimas gracias por seguir apoyando el fic a pesar de que hace muchísimo que no actualizo su publicación
La verdad es que siento muchisimo el retraso pero entre la uni y mis problemas de inspiración no he podido detenerme casi a escribir.
No quiero prometer algo que no sé si podré cumplir, pero intentaré continuarlo para que podáis leerlo cuanto antes.
MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS LOS QUE COMENTAN Y APOYAN ESTE FIC
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Lauuuu!!! holas!
me acabo de leer todo el fic, me llevo dos dias. se ha vuelto una adiccion.. por favor termonaloo!!!!!
me encantoooo!!!
saludos!
me acabo de leer todo el fic, me llevo dos dias. se ha vuelto una adiccion.. por favor termonaloo!!!!!
me encantoooo!!!
saludos!
Nattiadams** - Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 10/11/2011
Edad : 35
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
cuandooooooo actualizas me encanta tu fic es muy dramatico y yo soy dramatica asi que va conmigo plisss actualiza pronto ya quiero ver que pasa en el reencuentro de finn y rachell plis actualiza
perpachina***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Chic@s, estoy trabajando en el capítulo!!!
Trataré de publicarlo lo antes posible ^^!
Un saludo y gracias por todos los comentarios interesándoos por el fic!!!
¡Besitos! :3
Trataré de publicarlo lo antes posible ^^!
Un saludo y gracias por todos los comentarios interesándoos por el fic!!!
¡Besitos! :3
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
yyy cuandoo lo estarias publicando enserio tu fic es demasiado buenoo tiene de todo drama amor todoooo por eso lo amoo pliss actualixa pronto o enloquecere okno ahhah pero igual me encanta tu ficc :>.<:
perpachina***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Edad : 26
amo tu ficc
yyy cuandoo lo estarias publicando enserio tu fic es demasiado buenoo tiene de todo drama amor todoooo por eso lo amoo pliss actualixa pronto o enloquecere okno ahhah pero igual me encanta tu ficc :>.<:Lau_finchelforever escribió:Chic@s, estoy trabajando en el capítulo!!!
Trataré de publicarlo lo antes posible ^^!
Un saludo y gracias por todos los comentarios interesándoos por el fic!!!
¡Besitos! :3
perpachina***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
vuelveee y terminalo!! u.u
Maye_Santiago* - Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 29/02/2012
Edad : 36
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
¡Hola a tod@s! Ante todo quiero pedir PERDÓN por el gran retraso que lleva la historia. Ahora estoy en mi último año de carrera y eso hace que mi tiempo para el fic sea casi inexistente. Sin embargo, aunque no sé cuándo, prometo que tarde o temprano lo terminaré (tenéis mi palabra, en serio).
Esta es sólo la primera parte del capítulo 19, espero que os guste y os pido perdón de corazón si no es lo que esperábais de Finn y Rachel (Juro que he hecho todo lo que he podido), pero si alguien quiere hacer alguna crítica, siempre me vienen muy bien para mejorar.
Un beso para todas las personas que siguen el fic a pesar del retraso en su publicación y espero de corazón que a alguien le guste el resultado de esta primera parte y no os haya decepcionado demasiado.
Bueno, ya no me enrollo más y os dejo aquí esta PRIMERA PARTE, va por todos vosotros, que dais sentido a este fic, GRACIAS.
PD: Ni Glee ni sus personajes me pertenecen.
Cáp. 19- Regreso
El corazón de Rachel empezó a latir con más fuerza cuando sus miradas conectaron y, en un solo instante, todo lo que ella había querido decirle se desvaneció por completo. Finn, a tan sólo unos pasos de distancia, sostuvo su mirada muerto de nervios, incapaz de mover un solo músculo de su cuerpo.
El joven contenía las lágrimas como podía mientras la miraba, llevaba tanto tiempo soñando con este momento que temía que cualquier movimiento, por pequeño que fuese, pudiera asustarla y hacerla retroceder. Así que respiró profundamente, intentando tranquilizarse, para poco a poco comenzar a observarla con más detenimiento. Rachel no sólo estaba bastante más delgada que la última vez que la vio, sino que además toda su piel estaba pálida debido al largo encierro al que había sido sometida. Finn apretó los puños, luchando contra las ganas que tenía de correr hacia ella, abrazarla con todas sus fuerzas y prometerle que a partir de ahora nada ni nadie volvería a hacerle daño porque él sería su protector. Sin embargo, sabía que eso no era lo más aconsejable pues ahora Rachel era frágil como una muñeca de cristal y había que llevar las cosas con calma. De manera que decidió simplemente observarla con un brillo de emoción en sus ojos, intentando transmitirle todo el amor y la adoración que sentía por ella.
Esa mirada le dio a Rachel la seguridad que necesitaba para seguir avanzando lentamente hacia él, sin dejar de sostener a Chris, que descansaba plácidamente su cabecita sobre el hombro de su madre.
Finn no pudo evitar sonreír de medio lado al ver su reacción y miró por un segundo a su prima, que sonrió y le indicó con un movimiento de cabeza que avanzara hacia Rachel. Entonces, algo más relajado, comenzó a acercarse muy despacio a ella, la única mujer que había logrado entrar en su corazón y que le había dado lo más importante de su vida: su hijo.
Cuando por fin quedaron frente a frente, Finn se armó de valor y comenzó a mover su mano muy despacio, sin dejar de mirarla y atento en todo momento a no asustarla con sus movimientos. Todo iba bien hasta que, a mitad de camino, su mano rozó sin querer el brazo con el que Rachel sostenía a Chris. Finn se detuvo, totalmente paralizado, esperando muy nervioso alguna respuesta de ella, que tenía la vista fija en su mano. Entonces, cuando él iba a romper el contacto, ella alzó el rostro y Finn se sorprendió al descubrir que no sólo no había ni un ápice de miedo en sus ojos sino que además la joven le sonreía tímidamente, invitándole a continuar. Finn sonrió de nuevo y poco a poco reanudó el movimiento de su mano, que finalmente se detuvo junto al pequeño Chris, que observaba a sus padres con curiosidad y que parecía encantado con aquella situación. Finn revolvió los cabellos de su hijo mientras le hacía una serie de muecas que provocaron la risa del niño, que comenzó a revolverse divertido entre los brazos de su madre. Rachel no pudo evitar emocionarse al contemplar una escena tan hermosa y de repente una lágrima se deslizó involuntariamente por su mejilla. Sin embargo, la pequeña gota apenas llego a la mitad de su recorrido, ya que Finn se apresuró a retirarla rápidamente para después comenzar a acariciar su mejilla con ternura. Rachel sonrió ante aquel gesto y después besó la frente de su pequeño sin dejar de mirar a Finn con un brillo de emoción en los ojos.
-Eh… siento interrumpir- se disculpó Emily, con una intensa capa de rubor cubriendo sus mejillas- pero creo que sería mejor que entráramos todos en casa…
-Sí, vamos- dijo Puck, rodeando el hombro de su esposa con un brazo- ¡Bienvenida de nuevo a casa, Berry!
Rachel sonrió y siguió a Finn, que la escoltó hacia el interior de la casa.
-Vaya…-fue lo único que pudo decir, al comprobar que nada había cambiado en aquella casa en los nueve meses que ella había permanecido fuera.
Rachel descubrió con asombro cómo todo seguía colocado en su mismo lugar y cómo la mesa estaba dispuesta justo en la forma en que a ella le gustaba, como si durante todo este tiempo ella hubiese estado allí.
-Espero que todo esté a tu gusto, Rach…- dijo Emily algo nerviosa, al sentir como su amiga observaba todo con los ojos muy abiertos.
-Sí, es… perfecto, Em- logró decir Rach, con lágrimas en los ojos- No podría estar mejor, en serio.
-Gracias, Rach…- logró decir Em, presa de la emoción, mientras se acercaba a ella para finalmente fundirse en un abrazo- No sabes cuánto te hemos echado todos de menos…
-Lo sé, yo también a vosotros…- respondió Rachel, entre lágrimas.
-¡Bueno, Em! ¡Lo importante es que Berry ya está aquí con nosotros!- dijo Puck, con una gran sonrisa- ¡Ven aquí con el tío Noah!
Rachel sonrió y fue a refugiarse entre sus brazos, que la abrazaron con fuerza.
-Yo también te he extrañado, pequeñaja- admitió Puck, en un susurro para que nadie le oyese.
-¿Rach, tienes hambre? He pensado que tal vez sí y te he preparado algo…- dijo Emily, con una sonrisa tímida.
-Sí, creo que a Rachel le vendría bien tomar algo caliente- dijo Lau, que acababa de colgar una llamada y había entrado en la casa.
-No sé, no tengo mucho apetito ahora mismo…
-¡Vamos, Rach! ¡Tienes que comer! ¡Son órdenes de tu enfermera!- ordenó Lau, apartando una de las sillas de la mesa.
-Es que… yo…
-Si quieres yo… te acompaño- logró decir Finn, en un susurro.
Todos sonrieron al ver que Rachel finalmente asentía e iba junto a Finn hacia la mesa.
-¡Bueno, voy a por la comida! ¡Ya mismo vengo!
-¡Te acompaño!- dijo Lau, siguiéndola hacia la cocina.
Emily comenzó a preparar entusiasmada un plato de sopa mientras Lau la observaba con atención.
-¡Ay, Lau! ¡Por fin Rachel está aquí con nosotros! ¡Todavía no puedo creer que sea cierto!
-Sí, Em, pero…- intentó decir la enfermera.
-¡Sí, lo sé! ¡No te preocupes que daremos a Rach todo el espacio que necesite! ¡Ya se lo he repetido a todos un millón de veces y a Finn el primero!
-¡Em, no es sólo eso!- interrumpió Laura, al ver tan emocionada a su amiga.
-¿Co… cómo? ¿A qué te refieres sino?
-Bueno, es obvio que Rachel ha vuelto, pero… aunque ahora parezca tranquila e incluso sonría, la realidad es que se ha convertido en una persona muy frágil. No pretendáis que las cosas sean como antes, al menos de momento…
-Oh… sí, comprendo. Es que, los he visto tan enamorados hace un momento que yo…
-Rachel sigue amando a Finn tanto o más que antes, pero tienes que comprender que en muy poco tiempo su vida ha cambiado una barbaridad. Ahí es donde todos vosotros resultáis fundamentales para que consiga llevar cuánto antes una vida normal.
-¿Querrás decir nosotros, no? ¡No puedes irte ahora, Lau! ¡Rach te necesita!- exclamó Emily, aterrorizada.
-Sí, es verdad, pero ahora hay otra persona que me necesita más que ella y debo estar a su lado- dijo Lau, con un toque de tristeza en la voz- Confío plenamente en que todos vosotros cuidaréis bien de Rachel- sentenció la enfermera, con una sonrisa.
-Te prometo que haremos todo lo posible…- le aseguró Emily, tomando su mano- ¿Qué han dicho los médicos? ¿Se sabe cuándo despertará?
-La verdad es que acabo de recibir una llamada del hospital y parece que su ritmo cardiaco es constante y permanece estabilizado- dijo Laura, en un suspiro de alivio- Acabo de reservar un billete de avión, quiero estar allí cuando Jesse despierte.
-Ya verás como sale todo bien, Lau- le animó Emily- Una persona tan buena y generosa como tú merece ser feliz al lado de la persona que ama.
-Gracias, Em…- agradeció Lau, con lágrimas en los ojos- Tú sí que eres de las mejores personas que he conocido en toda mi vida.
-¡No seas boba! ¡Tú has hecho mucho más por todos nosotros! ¡Nos diste esperanza a Puck y a mí cuando más la necesitábamos! ¡Salvaste la vida de Rach!
-¡Sí, pero puse a Jesse en peligro! ¡Él arriesgó su vida por mi culpa!
-¡No! ¡Eso no es cierto! ¡Si se sacrificó fue porque te amaba y sentía con todo su corazón que merecía la pena sacrificarse! ¡No vuelvas a pensar cosas así!
-No sé, ojala tengas razón y cuando despierte no esté enfadado conmigo…
-¡Ya verás cómo no! ¡Todo saldrá bien! ¡Anda, vamos con los demás antes de que sospechen!
-Sí, tengo que despedirme de Rachel y los demás antes de marcharme…
Las chicas salieron de la cocina y se dirigieron hacia el salón donde esperaban los demás.
-¿Lau… pasa algo? ¿Jesse está bien?- preguntó Rachel, presa del pánico al pensar en su amigo.
-Sí, no te preocupes. Me han llamado hace un momento y me han asegurado que sigue estable. Ahora tengo que marcharme para estar con él cuando despierte.
-Sí, lo entiendo. Cuando despierte…dale las gracias a él también…
-Tranquila, se lo diré- le aseguró la enfermera, poniéndose de cuclillas para quedar a su altura- Rach, tienes que prometerme que vas a intentar ser fuerte, ¿vale?
-Sí, te lo prometo- le dijo Rachel, abrazándola con fuerza- Gracias por cuidar de mí todo este tiempo.
-Bueno, creo que hemos cuidado mucho la una de la otra- respondió Lau, correspondiendo al abrazo.
-Te acompaño a la puerta- dijo Finn, incorporándose.
-¡De eso nada! ¡Tú quédate aquí con Rachel! ¡Yo me sé de sobra el camino!- exclamó la enfermera guiñándole un ojo para después abrazarle- Cuídala mucho y dale todo el espacio que puedas, ¿de acuerdo?- le susurró.
-Prometido- respondió él, con su sonrisa de medio lado.
-Perfecto, me marcho mucho más tranquila, entonces- sonrió la joven, yendo hacia la puerta- ¡Adiós, chicos! ¡Espero regresar pronto con muy buenas noticias!
Rachel observó como la persona que había estado cuidándola durante todos estos meses desaparecía tras la puerta al tiempo que una lágrima comenzaba a deslizarse por su mejilla.
-Rachel… ¿Estás bien?- preguntó Finn, lleno de preocupación.
-Eh… nosotros estaremos arriba, ordenando algunas cosas- dijo Emily, dándole un codazo a Puck para que recogiera a la pequeña Irina y siguiera sus pasos escaleras arriba.
-¿Rach?- insistió Finn, cada vez más alarmado.
Rachel permaneció en silencio mientras contemplaba a su hijo, que disfrutaba jugando en su pequeño parque infantil. La joven no pudo evitar emocionarse al contemplar lo grande que estaba y cómo sus mejillas tenían un hermoso tono rosado. Sin pensarlo, se puso en pie y comenzó a caminar hacia él, ignorando las preguntas de Finn que la miraba cada vez más preocupado.
-Chris… mi bebé…- empezó a susurrar Rach, arrodillándose frente a él- te quiero… te quiero tanto- dijo, en un tono algo ausente, mientras acariciaba sus cabellos.
-¡Rach mírame, por favor!- suplicó Finn con voz muy suave, sentándose a su lado- Por favor, dime todo lo que sientas. Quiero ayudarte…
-Yo… no sé si puedo vivir así…- logró decir Rach, entre lágrimas, alzando el rostro para mirarlo- tengo mucho miedo, Finn…
-¡No, Rach! ¡Ya estás a salvo! ¡Nunca dejaré que nada malo te pase!
-Tú no lo conoces… no sabes hasta dónde está dispuesto a llegar por conseguir lo que quiere…- le aseguró Rach, muy afectada.
-Ese bastardo no volverá a acercarse jamás a ti o a nuestro hijo, Rach. Te lo juro- prometió Finn, intentando contener la rabia que se acumulaba en sus nudillos al pensar en aquel animal que tanto daño les había hecho.
-Lo sé- dijo ella, con una sonrisa débil- sé que tú nos protegerás a Chris y a mí, pero… han pasado demasiadas cosas… cosas horribles que no sé si podré superar…
-¡Chst! ¡No digas nada más!- le suplicó Finn, acercándose un poco más a ella- Tan sólo dejemos que el tiempo ponga todo en su sitio… Aunque ahora no lo creas, tú eres fuerte, Rach. Entre los dos lograremos superar esto, ¿vale?
-Gracias, Finn…- consiguió decir ella, muy emocionada- Tus palabras me dan fuerzas para seguir adelante- le aseguró, con una sonrisa.
Los chicos se miraron directamente a los ojos y por un momento todo volvió a ser como antes. Finn sonrió de medio lado y comenzó a acercar su mano hacia la de Rachel. Justo cuando las yemas de sus dedos iban a rozar la piel de ella, la risa de Irina les interrumpió.
-¡Oh, Em!- exclamó Finn, muy nervioso- ¡No sabíamos que estabais ahí!
-Lo siento, yo… no quería interrumpir, pero… he preparado el baño de Rach y venía a decirle que puede subir con Chris cuando quiera…
-De acuerdo, ahora sube …- respondió Finn, volviendo a centrar toda su atención en Rachel, que seguía pendiente de todos los movimientos de su hijo.
Emily esbozó una sonrisa amable para volver a desaparecer segundos después con su hija.
-Bueno, me parece que si no te dejo ir pronto se te va a enfriar el baño- bromeó Finn, con su sonrisa de medio lado- Te veo luego, Rach.
Rachel asintió en silencio, cogió a su pequeño en brazos y lo llevo escaleras arriba hacia el cuarto de baño. Sin embargo, cuando llegó al último escalón, no pudo evitar girarse una última vez y conectar su mirada con la de Finn, que respondió con una gran sonrisa. Una vez arriba, abrió la puerta para encontrarse con la bañera preparada y rebosante de espuma.
-Oh…- fue todo lo que Rach consiguió decir, mientras aferraba más el cuerpecito de Chris contra el suyo.
-¡Ah, ya estáis aquí!- exclamó Emily con una sonrisa, entrando al cuarto de baño con una cesta repleta de sales aromáticas y jabones naturales- Espero que te gusten los baños de espuma…
-Sí, muchas gracias, Em- dijo Rachel, con voz suave- ¿Dónde vamos a dejar a Chris?- preguntó, algo apenada al saber que estaría unos minutos separada de su pequeño.
-Bueno, en realidad pensé que tal vez te gustaría compartir tu baño con él- propuso Emily, con una sonrisa tímida.
-Cla… claro…- consiguió decir Rachel, presa de la emoción.
-Perfecto, pues primero voy a desnudar a esta preciosidad- dijo Emily, cogiendo a Chris de los brazos de Rach y llevándolo al cambiador- ¿Quieres que te ayude después a ti?
-No, no te preocupes, puedo sola…
Rachel comenzó a deslizar lentamente todas las prendas por su cuerpo y cuando ya estuvo lista se metió lentamente en la bañera, estirando las piernas.
-¿El agua está bien así?- preguntó Emily, que ya había vuelto con Chris y estaba encantada con la sonrisa que había en el rostro de su amiga.
-Sí, está perfecta- dijo Rachel, más relajada que nunca.
En cuanto tuvo a su pequeño entre sus brazos, Rachel Berry se olvidó de repente de todas las palizas, los cardenales, los insultos y demás horrores que había tenido que vivir. Ahora sólo podía pensar en disfrutar al compartir juegos con su hijo bajo el agua, verle salpicar con sus pequeñas manitas y escuchar su risa cuando ella lo estrechaba entre sus brazos o le hacía cosquillas. Unos minutos después, el baño terminó y Emily se encargó de secar a Chris mientras Rachel permanecía unos instantes más en la bañera.
-¿Te sientes mejor?- logró preguntar Emily, mientras terminaba de poner a Chris su pijama.
-Sí, mucho mejor, gracias Em.
-Voy a dejar a Chris en la cuna, ahora vuelvo.
Emily salió de la habitación y cuando regresó al cuarto de baño encontró a Rach fuera de la bañera en ropa interior y envuelta con una toalla, terminando de secarse.
-Espera, deja que te ayude- Emily cogió una toalla y empezó a secar sus brazos hasta que de repente la toalla de Rach cayó, revelando todos sus cardenales.
-¡Oh, Rach!- fue todo lo que pudo decir la joven, con los ojos llenos de lágrimas.
-No te preocupes, Em, ya no me duelen- le aseguró Rach, terminando de ponerse su pijama.
-Rach, yo… lo siento tanto…
-No es culpa tuya… en serio…- intentó decir Rachel, conteniendo las lágrimas.
-¡Dios mío! ¡¿Pero qué te ha hecho ese monstruo…?!
Rachel bajó la cabeza mientras se cubría todo el cuerpo, que temblaba de arriba abajo al recordar todos los juegos macabros y las perversiones de Thom.
-Chst… no llores… ahora estás a salvo… él no volverá a hacerte daño…
-Tengo miedo, Em… no quiero separarme más de vosotros…
-No volverá a pasar… no dejaremos que pase jamás…
Las dos amigas se abrazaron, intentando darse fuerzas la una a la otra.
-Emily… ¿Podrías hacerme un favor?- logró decir Rach, visiblemente afectada.
-Claro, pídeme lo que quieras- le aseguró la joven, con una sonrisa amable.
-¿Podrías deshacerte de todos mis vestidos blancos que sean de tirantes?- suplicó Rachel- Me traen muy malos recuerdos…
-Por supuesto, lo haré antes de marcharme, lo prometo.
Mientras tanto, en el piso de abajo, Finn iba de un lado para otro en el salón, en un esfuerzo por calmar sus nervios y por aclarar todas las cosas que tenía ahora en la cabeza. A pesar de que se sentía inmensamente feliz porque Rachel había regresado, sabía que muchas cosas habían cambiado y que ahora más que nunca debían tomar las cosas con calma, pues un solo error podría ser fatal. Ese pensamiento llenaba su alma de miedo y confusión, pues su vida no tendría sentido sin Rachel y Chris a su lado. Finn sintió cómo una lágrima de rabia se deslizaba por su mejilla al recodar lo vulnerable que la había visto hacía unos instantes. Su mirada de temor y desolación se había clavado en su alma y en su corazón y si de algo estaba seguro es que se lo haría pagar cómo fuera al responsable. Sus pensamientos se silenciaron al sentir la voz de Emily, que lo llamaba desde las escaleras.
-Finn, ¿te encuentras bien?
-Sí, Em… tan sólo estoy algo cansado… es sólo eso…
-Voy a hacer café, ¿quieres que te prepare alguna cosa?- preguntó, con voz suave.
-No, gracias…
-De acuerdo, estaré en la cocina por si me necesitas…- comentó Emily, algo ausente.
-Vale…- respondió Finn frunciendo el ceño, extrañado por su actitud.
Emily abandonó la habitación en silencio en dirección a la cocina, sin advertir que su primo la había seguido hasta allí.
-¡Finn! ¡Qué susto me has dado!- exclamó la joven, con una mano sobre el pecho, sobresaltada- ¿Qué… qué ocurre?
-¿Dónde está Rach?-quiso saber Finn, sospechando que algo había sucedido con su novia.
-¡Oh! Pues… la he dejado durmiendo con Chris en vuestra habitación…. la pobre estaba agotada…- murmuró Em, con lágrimas en los ojos al recordar el descubrimiento de los cardenales.
-Emily… -la llamó él, yendo a su encuentro.
-¿Sí?- preguntó ella, cada vez más inquieta.
-¿Hay algo que deba saber sobre Rach?- cuestionó él, mirándola con un toque de ansiedad y preocupación en sus ojos marrones- ¿Ha ocurrido algo mientras estabais en el cuarto de baño?
-¿En el baño? Pues… ¡no! ¡Todo ha ido bien, Finn!- dijo ella, comenzando a rellenar la cafetera.
-¡Emily Hudson no me mientas! ¡Te conozco demasiado bien como para saber cuándo lo estás haciendo!
-¡No… no es nada, Finn! ¡Cosas de chicas!- exclamó Emily, cada vez más nerviosa.
-¡Ya! ¡Una mierda!-gritó Finn, perdiendo la paciencia- ¡Em, dime de una maldita vez qué es lo que le ha hecho ese bastardo a Rachel!- exigió Finn, elevando considerablemente el tono de voz.
-¡Finn, baja la voz! ¡Los vas a despertar!- suplicó Emily, con lágrimas en los ojos.
-¡Me da igual! ¡Si tú no me lo dices subiré a preguntárselo yo mismo!
-¡NO!- exclamó Emily, interponiéndose entre su primo y la salida- Por favor… no lo hagas, Finn…
-Entonces dime qué es lo que has descubierto, Em. Si algo le ha pasado a Rach debo saberlo.
-De acuerdo… ¡Pero me tienes que prometer que te controlarás después de escuchar lo que voy a contarte!
-¡No puedo prometerte eso, Em!
-¡Finn Hudson, es eso o nada!
-¡Muy bien, me controlaré! ¡Dímelo ya o te juro que no respondo!- respondió él, cruzado de brazos.
-Yo…está bien…-comenzó a decir Emily, cada vez más nerviosa- Pues… después del baño ayudé a Rachel a secarse y entonces se cayó la toalla que cubría su cuerpo y…
-¡¿Qué?! ¡¿Qué le ha hecho ese animal?!-preguntó Finn, perdiendo la paciencia- ¡Dímelo, Em! ¡¿Qué has visto?!
Emily miró a su primo al tiempo que se mordía el labio inferior, presa de la indecisión. Por un lado sabía que Finn tenía todo el derecho a saberlo pero, por otro lado, conocía a su primo como a la palma de su mano y contarle la verdad le haría perder por completo el control y ella no sería capaz de detenerlo. La joven dudo unos instantes más hasta que finalmente suspiró para después alzar la mirada hacia Finn, que contenía su ansiedad como podía.
-Cardenales…- susurró, con lágrimas en los ojos- Rachel tiene cardenales por todo el cuerpo, Finn… eso fue lo que vi…
La estancia quedó en completo silencio durante algunos segundos que parecieron horas. Finn cerró la boca con fuerza, conteniendo a duras penas la rabia que comenzaba a subir por su garganta. El joven apretó los puños con fuerza, poniendo todos sus músculos en tensión, marcando los nudillos. Su cabeza comenzó a dar vueltas hasta el punto que pensó que iba a desmayarse. Sin embargo, un instante después, su mente se despejó y sus ideas se aclararon. Finn relajó levemente la expresión de su rostro para tranquilizar a Emily, que lo observaba atentamente.
-Maldito hijo de…- comenzó a decir Finn, escupiendo cada palabra.
-Lo sé, Finn…- dijo Emily, asintiendo con tristeza- Ahora lo que tenemos que conseguir es que se sienta segura con nosotros y que pueda olvidar todo eso cuanto antes…
-Sí…- dijo Finn- más para sí mismo que para su prima, mientras retrocedía.
-¿Finn? ¿Dónde vas?
-Voy a subir arriba… quiero verla, Em- susurró él con lágrimas en los ojos.
-Mmm… de acuerdo, Finn…. Pero ten cuidado de no despertarla, Lau nos dijo que debía descansar…
-Tranquila, no haré mucho ruido.
Dicho esto, Finn abandonó rápidamente la cocina para dirigirse hacia la habitación, dónde encontró a Rachel durmiendo en la cama, abrazada al pequeño Chris, que permanecía acurrucado a su lado. Finn no pudo evitar que una lágrima se derramase lentamente por su mejilla al contemplar esa escena después de tanto tiempo. El joven permaneció donde estaba unos segundos más, vigilando sus respiraciones constantes y pausadas a causa del sueño para después dirigirse al armario, donde sacó con cuidado su chupa de cuero negra y finalmente abandonar la habitación sin hacer un solo ruido. En cuanto giró el picaporte para cerrar salió corriendo escaleras abajo, buscando en el recibidor del vestíbulo las llaves de su coche.
-¡Maldita sea! ¡¿Dónde demonios dejé las llaves?!
Un poco después, al sentir ruido en el vestíbulo, Emily salió a toda prisa de la cocina, descubriendo las intenciones de su primo.
-¡FINN! ¡ME PROMETISTE QUE NO HARÍAS NADA!- exclamó la joven interponiéndose entre la puerta y él.
-¡Lo siento, Em! ¡No pienso quedarme aquí sentado mientras ese malnacido sigue impune a unos kilómetros de aquí!
-¡No, Finn! ¡Lo tienen retenido en comisaría! ¡Ahora la policía está a su cargo! ¡Por favor, deja que la justicia se encargue de él! ¡Rach no querría que te metieras en líos!
-¡¿Meterme en líos?! ¡Maldita sea, Em! ¡Ese asqueroso hijo de su madre se ha atrevido a maltratarla y quién sabe qué más cosas le habrá hecho! ¡No pararé hasta darle una buena lección! ¡Ya estoy harto de observar y no actuar! ¡Todo eso se acabó!
-¡Finn, por favor! ¡Te lo suplico! ¡No hagas nada de lo que luego puedas arrepentirte toda tu vida! ¡Piensa también en tu hijo! ¡Chris te necesita a su lado!- rogó Emily, agarrando con fuerza una de las mangas de su chaqueta.
-¡Si lo hago es precisamente por ellos! ¡No pienso permitir que ese bastardo siga siendo una amenaza para nosotros! ¡Le voy a dar de su propia medicina, Em! ¡Ahora déjame pasar o te juro que soy capaz de tirar la puerta abajo!
-¡Ey! ¡¿A qué vienen esos gritos?! ¡Acabo de dormir a la niña! ¡¿Es que os habéis vuelto locos?!- exclamó Puck, bajando las escaleras a toda prisa- ¿Qué está pasando aquí?
-¡Puck!- exclamó Em, acercándose a su marido- ¡Por favor, hazle entrar en razón! ¡Finn quiere ir a buscar a Thom a la comisaría!
-¡¿Qué?! ¡Pero eso es una locura, tío!
-¡Ese animal ha pegado a Rach, Puck! ¡No pienso permitir que su crimen quede impune!
-¡¿Cómo?! ¡¿Thom ha golpeado a Rachel?! ¿Os lo ha confesado ella?
-No, hace un rato lo descubrí yo misma cuando la ayudaba a secarse… Puck, Rach tiene cardenales por todo el cuerpo… y no todos son recientes…- reconoció Emily, refugiándose en sus brazos.
Puck abrió la boca, totalmente sorprendido, para después mirar a Finn a los ojos mientras asentía.
-Vete, Finn. No pierdas más tiempo- dijo el joven, con determinación.
-¡¿Qué?! ¡¿Puck, es qué tú también has perdido el juicio?!- gritó Emily, cada vez más desesperada- ¡Si dejamos que se vaya podría cometer una locura!
-Aún así nosotros no somos nadie para impedírselo, Em- respondió Puck, acariciando su espalda- Estoy seguro de que Finn sabe exactamente cómo tratar a ese gusano- le dijo a su amigo, guiñándole un ojo.
-Gracias, Puck- agradeció Finn, abriendo la puerta para marcharse.
-¡Ey, espera!
-¿Qué?
-¡Olvidabas esto!- le recordó Puck, lanzándole las llaves del coche.
-¡Gracias! ¡Volveré antes de que Rachel despierte!- prometió Finn, ya de camino hacia el auto.
-¡Por favor, ten mucho cuidado!- suplicó Emily, muy nerviosa.
-¡Lo tendré!
Unos segundos después, Finn ya estaba de camino hacia la comisaría de policía de Lima, dónde iría a preguntar a Michael Stevenson, uno de los agentes que ya les había ayudado en el pasado, sobre dónde tenían retenido a Thom a la espera de que se celebrase el juicio. Finn llegó al lugar unos minutos después y tras aparcar el coche se dirigió a toda prisa hacia el mostrador, dónde pregunto por el agente, que acudió a su encuentro poco tiempo después.
-¡Señor Hudson! ¡Cuánto tiempo!- exclamó el policía, estrechando su mano con firmeza- ¡¿Cómo se encuentra la señorita Berry?!
-De eso mismo venía a hablarle, agente…- comenzó a explicar Finn, intentando mantener un tono calmado- ¿Podríamos hablar un momento en privado?
-¡Claro, acompáñeme!
Finn acompañó a aquel hombre regordete hasta la última de las oficinas de aquel lugar, dónde el policía le rogó que tomara asiento tras cerrar la puerta.
-¡Si le soy sincero, me sorprende verle hoy por aquí! ¡Según tengo entendido la señorita Berry ya está en su casa!
-Sí, está en lo cierto… lo que ocurre es que…
-¿Sí?- preguntó el agente, mirándole con curiosidad.
-Verá… yo… me preguntaba si podría usted hacerme un favor…
-¿Un favor?- preguntó el policía, comprendiendo al instante el rumbo de aquella conversación.
-Un favor enorme, en verdad…- confesó Finn, entrelazando sus manos temblorosas.
-Muy bien, dígame y veré qué puedo hacer…-respondió el policía, sin dejar de mirarle.
-Agente… necesito que me diga dónde tienen retenido a Thomas Doyle… tengo que hablar con él…
-Señor Hudson, esa información es…
-¡Confidencial, lo sé!- interrumpió Finn, perdiendo los nervios- ¡Por favor, se lo suplico! ¡Necesito estar cara a cara con ese gusano! ¡Tengo que hacerle pagar lo que le ha hecho a Rachel y a mi familia!
-¡Pero señor Hudson, la justicia se encargará de eso cuando ese hombre sea juzgado!
-¡Una mierda!- exclamó Finn, dando un golpe en la mesa- ¡Usted y yo sabemos que la justicia no hará más que meterle unos cuantos años en la cárcel! ¡NADA MÁS! ¡Lo que ese malnacido necesita es una buena lección para que no se le ocurra jamás volver a acercarse a los míos!
-Lo siento, señor Hudson… entiendo sus razones pero le ruego que comprendo que lo que me está pidiendo excede a mis competencias…
-Por favor… se lo ruego… ¡Ya no puedo más! ¡Estoy desesperado!- suplicó el moreno, acercándose al agente-.
-Señor Hudson, no me lo haga más difícil… créame que si estuviera en mi mano no tendría piedad con ese monstruo, pero lamentablemente la justicia no funciona así… espero que lo comprenda…
-¿Usted, tiene familia?- preguntó Finn, tras permanecer varios segundos en silencio, con lágrimas de desesperación en los ojos.
-Mmm… Sí… estoy casado y tengo dos niñas preciosas- sonrió el policía, al recordar a sus gemelas.
-¿Qué haría si una persona los golpease hasta llenar todos sus cuerpos de cardenales?
El policía se tensó al imaginar la escena, para finalmente responder con la cabeza baja.
-Lo destrozaría con mis propias manos…- admitió, dándole la razón, en un suspiro de resignación.
-Por favor… tan sólo le pido que me diga dónde está…
El policía alzó la cabeza para mirarlo, mientras meditaba su respuesta.
-Está bien… pero esta información que voy a proporcionarle no debe salir de aquí bajo ningún concepto… Si alguien le pregunta, usted y yo nunca hemos tenido esta conversación, ¿entendido?
-¡Sí, muchísimas gracias, agente!
-De nada… por suerte tengo un contacto fiable en la comisaría dónde lo tenemos retenido…- dijo el policía, pasando una mano sobre su cabello- Mire, haremos lo siguiente: le voy a dar la dirección de la oficina y cuando llegue haga el favor y pregunte por Monty… ¿De acuerdo?
-¿Monty?- preguntó Finn, algo extrañado.
-Sí, su nombre completo es Montgomery pero sólo en la comisaría lo llaman así. Ahora mismo me pondré en contacto con él para que lo acompañe a la celda donde tenemos retenido al señor Doyle…
-Muchísimas gracias, agente- agradeció Finn, levantándose a toda prisa al tiempo que se guardaba en el bolsillo el papelito con la dirección que el policía le tendía.
Tan sólo unos minutos más tarde, Finn ya conducía tan rápido como podía por la autopista hacia Westerville, una ciudad ubicada cerca de Columbus, la capital de Ohio, dónde tenían a Thom bajo arresto hasta que se decidiera una fecha para el juicio. La respiración del joven se aceleró a medida que se iba acercando a su destino y cuando finalmente llegó unas horas después, tuvo que controlarse para no entrar corriendo y liberar toda la rabia y el odio que recorrían todo su cuerpo. Cuando aparcó el coche y entró, la actividad de la comisaría se detuvo por un momento y todos se giraron para mirarlo, con curiosidad en la mirada, al ver lo tarde que era. Finalmente una de las recepcionistas le hizo una señal para que se acercase al pequeño mostrador.
-Buenas noches… ¿Puedo ayudarle en algo, señor?
-Eh… sí… yo… preguntaba por Monty…- consiguió decir Finn, intentando aparentar normalidad.
-Mmm… de acuerdo… un momento...
La recepcionista descolgó el teléfono y esperó pacientemente alguna respuesta mientras miraba a Finn por encima de sus gafas de lectura.
-Muy bien, el agente Surrey ya puede atenderle- respondió la recepcionista- Le está esperando en la oficina del fondo.
-Muchas gracias.
Finn fue en aquella dirección con paso rápido, cada vez más nervioso, hasta que llegó al final, dónde ya lo esperaba un hombre que debía de ser Monty.
-Buenas noches, señor Hudson…- saludó el agente, mirando con cautela hacia todos lados- Acompáñeme por favor…
Finn asintió y acompañó al policía escaleras abajo, hacia el lugar dónde se encontraban las celdas. El joven recorrió aquel oscuro pasillo en silencio, mirando a todos lados, buscando a Thom con ansiedad.
-No está aquí…- dijo finalmente Monty, al advertir su estado de nervios- Lo hemos encerrado en una sala especial… somos muy pocos los que sabemos que está aquí…
El agente giró a la derecha al final del pasillo, revelando una última habitación, diferente a las demás.
-De acuerdo…tiene cinco minutos… no puedo darle más tiempo…- se disculpó el policía.
-Muchas gracias, agente, será suficiente- respondió Finn, apretando los puños.
-Por favor, no haga ninguna tontería- le previno el policía, mirándolo directamente a los ojos.
-No se preocupe, tan sólo quiero hablar con él- le aseguró el joven, sosteniendo su mirada.
-De acuerdo, confío en usted- sentenció el policía, abriendo la puerta- Cinco minutos…
Finn asintió y ambos entraron en una sala en la que únicamente había una mesa y un par de sillas.
-¿Dónde está?- preguntó Finn, con el ceño fruncido, algo confuso.
-Ahora lo traigo, no se mueva de aquí, por favor- rogó el policía, que abrió otra de las puertas que daban a aquella sala- ¡Vamos, sal! ¡Tienes visita!
Unos segundos después, el agente volvió arrastrando consigo a Thom, que alzó la cabeza y sonrió de forma malvada al encontrarse a Finn.
-Vaya, vaya… ¡Mirad a quien tenemos aquí! ¡El gran Finn Hudson que viene a defender lo que cree que es suyo! ¿O me equivoco?- preguntó Thom, observándole con la cabeza levemente inclinada hacia un lado.
-No, no te equivocas, gusano- respondió Finn, sintiendo como su mandíbula se tensaba con sólo mirarle.
Thom comenzó a negar con la cabeza, ensanchando su endiablada sonrisa, que provocaba que la furia de Finn aumentase por momentos.
-¡Ey, tranquilo! ¡Saquemos la parte positiva! ¡Por fin nos hemos conocido! – dijo Thom, mirándole de arriba abajo- Si te soy sincero, te imaginaba más alto…
-¡Cállate! ¡No he venido aquí para escuchar tus provocaciones, sino para decirte que no pienso permitir que vuelvas a tocar a Rachel en lo que te queda de vida! - le dijo Finn, escupiendo cada palabra de su boca como si quemaran-Espero que te haya quedado todo claro, porque si algún día vuelves a intentar algo te juro que no seré tan amable - sentenció Finn, mirándole con los ojos entrecerrados y los puños apretados, para después darse la vuelta para abandonar la sala.
-¡¿Eso es todo?! ¡Debo admitir que estoy bastante decepcionado, Hudson! ¡Y pensar que has recorrido tantos kilómetros sólo para soltarme un sermón tan flojo! ¡Por esa razón Rach debe de estar a mi lado! ¡Yo soy capaz de todo por ella!
-¡Cállate, maldito bastardo!- gritó Finn, yendo hacia él con el cuerpo en tensión- ¡No te permito siquiera que la nombres! ¡¿Me has entendido, basura?!- le preguntó Finn, agarrándole del cuello de la camisa- ¡RESPÓNDEME!
-¡¿Por qué habría de responderte?! ¡¿Es que te crees mejor que yo porque ahora ella está contigo?! ¡¿Acaso piensas que eso significa que te prefiere a ti?! ¡Iluso! ¡Tendrías que haber estado allí cuando me suplicaba que volviera con ella! ¡Cuando se acercaba a mí con ese camisón blanco tan sugerente! ¡Mmm, sólo de pensarlo se me hace la boca agua!- dijo Thom, con una sonrisa malvada en el rostro- ¡Por no hablar de sus gemidos cuando la tocaba! ¡Se moría de ganas de…!
Thom no pudo terminar, ya que Finn le dio un puñetazo en la cara con toda la rabia que llevaba dentro. Thom cayó al suelo con fuerza, sin dejar de sonreír de forma desafiante. Eso enfureció aún más a Finn que continuó golpeándolo por todo el cuerpo durante unos segundos para después asestarle una patada en su entrepierna. Justo cuando iba a rematarle con un golpe en la mandíbula, el policía se interpuso en su camino.
-¡Señor Hudson, deténgase por favor!- rogó el agente Montgomery, sin saber muy bien qué hacer.
-¡No puedo! ¡Ese bastardo tiene que pagar lo que le ha hecho a Rach!- gritó el joven, apretando aún más sus puños manchados de sangre, con lágrimas de rabia en sus ojos.
-Lo sé, señor, pero si dejo que lo siga golpeando tan sólo habrá problemas para usted… le ruego que entre en razón y abandone ahora mismo la comisaría…
Finn apretó los labios, para finalmente asentir al tiempo que abandonaba aquella habitación sin mirar atrás. Poco después ya estaba en el coche conduciendo de vuelta a Lima. Unas horas más tarde, ya de madrugada, llegó a su casa, dónde lo esperaban despiertos Puck y Emily.
-¡Puck, la puerta!- exclamó Emily, levantándose de un salto del sofá- ¡Es él, ha vuelto!
Finn apareció tras la puerta, revelando un profundo cansancio en su rostro.
-¡Finn! ¡Has vuelto!- dijo la joven, corriendo a su encuentro y observándole con atención- ¡Dios mío! ¡Tienes los puños manchados de sangre! ¡¿Qué ha pasado?!- preguntó la joven, alarmada al ver sus nudillos ensangrentados.
-No es nada, Em…- susurró Finn, muy cansado, restándole importancia- ¿Cómo está Rach? ¿Ha despertado desde que me fui?
-No, estaba tan cansada que ni siquiera me he atrevido a despertarla para cenar… Chris está con ella en la habitación- explicó Emily, suavizando el tono de su voz.
-Bien… me voy con ellos… ya he perdido demasiado tiempo…
-¡¿Pe… pero?!- balbuceó Emily, buscando una explicación.
-Déjalo, Em. Finn necesita descansar. Mañana hablaremos todo con más calma- le dijo su marido, rodeando su cintura.
-Mmm…. De acuerdo- concedió finalmente Emily, aún no muy convencida.
-Gracias, chicos- agradeció Finn, entre bostezos- Hasta mañana.
Los chicos esperaron a que Finn cerrara la puerta de su habitación para seguir con la conversación.
-Puck, ¿tú crees que hicimos bien dejándole marchar?- preguntó la joven a su marido, que seguía con la vista clavada en la puerta.
-Sí, ahora Finn ya ha saldado la cuenta que tenía pendiente consigo mismo- dijo Puck, más para sí mismo que para ella- Además, yo habría hecho lo mismo por ti- le aseguró, alzando su barbilla para que lo mirase a los ojos- Te quiero, señora Puckerman.
-Puck… yo también te quiero- consiguió decir ella, presa de la emoción.
La pareja selló el momento con un dulce beso, para después subir juntos a su habitación, dónde ya dormía plácidamente su pequeña.
Por otro lado, desde la otra punta de la habitación, Finn contemplaba cómo Rachel y Chris dormían profundamente. Una sonrisa de felicidad se formó en su rostro al pensar que realmente aquello que estaba viendo no era un sueño, sino que por fin su familia estaba unida y esta vez nada ni nadie los volvería a separar. Finn suspiró con alivio mientras se encaminaba hacia el cuarto de baño. Una vez allí, abrió el grifo del lavabo y dejó que la calidez del agua eliminara por completo cualquier rastro de sangre en sus nudillos. A continuación, tomó una pastilla de jabón y frotó con ella sus manos hasta que quedaron suaves y limpias. Cuando terminó de asearse, se puso el pantalón del pijama y una camiseta blanca de tirantes para finalmente dirigirse al lado vacío de la cama, dónde se tumbó con cuidado, dejando al pequeño Chris en medio. Finn besó la cabeza de su hijo con cariño y después se dedicó a vigilar el sueño de Rachel hasta que el agotamiento pudo con él y acabó quedándose profundamente dormido, con una sonrisa de felicidad en sus labios.
A la mañana siguiente Rachel seguía durmiendo, acurrucada a un lado de la cama. Su sueño era tranquilo y feliz y sus respiraciones suaves y pausadas. Todo iba a la perfección hasta que se despertó, al sentir unas manos tocando su rostro. Un instinto de alerta recorrió todo su cuerpo al instante, bloqueando cualquier movimiento. La joven cerró los ojos con fuerza, tratando de calmarse y de respirar profundamente para ahogar todos sus miedos. Finalmente se armó de valor y los abrió, descubriendo frente a ella el hermoso rostro de Chris, que le sonreía de manera adorable y comenzó a reír al comprobar que había logrado su objetivo y su mamá había despertado.
-Hola…- susurró Rach, con una sonrisa dulce, visiblemente más relajada- ¿Has dormido bien, mi amor?
-Chi…- respondió el pequeño, acurrucándose a su lado- Mami… tego habe…
-¿Tienes hambre?- preguntó Rachel, incorporándose ligeramente al ver que Chris asentía- ¡Vamos a la cocina, entonces!
Justo cuando Rach iba a bajar de la cama Finn llamó a la puerta, portando consigo una bandeja con el desayuno y una hermosa rosa roja a un lado.
-Buenos días, Rach- saludó, dejando la bandeja a un lado de la cama- ¿Cómo has pasado la noche? ¿Has podido descansar bien?
Rach permaneció unos segundos en silencio, contemplando encantada el cabello desordenado de Finn y su aspecto que, aunque parecía algo desaliñado, era en realidad bastante sexy.
-¿Rach?- preguntó de nuevo él, cada vez más nervioso- Perdona si te he incomodado, yo…
-¡No!-le interrumpió ella, sonrojándose- Discúlpame tú es que… estaba distraída… ¡La rosa es preciosa, Finn!- exclamó ella, oliendo la flor, para después posar su mirada en sus manos vendadas- ¡Dios mío, Finn! ¡¿Qué te ha pasado en las manos?!- exclamó, muy asustada, señalándolas.
-Ah, eso… no es nada… ayer me las pillé sin querer con la puerta de la cocina- le dijo él, recuperando su sonrisa de medio lado, restándole importancia al asunto- ¿Te apetece comer algo?- le ofreció, señalando la bandeja.
-Bueno…- concedió ella, no muy convencida con su respuesta- Está bien, aunque creo que tu hijo ya ha terminado prácticamente con la mermelada- señaló Rach, sonriendo al contemplar a Chris, que tenía el tarro entre sus piernas y chupaba encantado su manita llena de comida- Me sorprende mucho que me haya reconocido después de nueve meses separados y siendo tan pequeño…- comentó, observando a su hijo encantada.
-Bueno, tanto Emily como nuestros padres se encargaron de mantener viva su memoria…- respondió Finn, rascándose la nuca, algo incómodo.
-Oh… ahora entiendo…- susurró Rachel, intuyendo que había metido la pata- Bueno, será mejor que desayune lo que me haya dejado Chris.
-¡Claro! Si necesitas algo más puedo bajar a la cocina a por ello…
-No, no te preocupes- contestó Rachel, con una tostada con mantequilla entre sus manos.
-Rachel… hoy vienen nuestros padres a verte- comentó Finn tras beber un trago de zumo, mirándola de reojo, esperando su respuesta.
-¿En serio? ¿Cuándo estarán aquí?- preguntó ella, muy feliz al saber que hoy volvería a ver a sus padres.
-Pues, en una hora más o menos estarán aquí- respondió él, feliz al ver lo emocionada que estaba con la noticia- ¿Quieres que llame a Em para que te ayude a cambiarte?
-¡Sí, por favor! ¡Quiero tener el mejor aspecto posible para no preocuparles!
Finn sonrió al ver cómo Rachel se levantaba de un salto de la cama para dirigirse corriendo hacia el armario, dónde empezó a sacar un vestido tras otro.
-Bueno, Rach, voy a cambiar a Chris- le dijo Finn, sonriendo al verla tan concentrada en su tarea- ¡Ahora volvemos!
-¡Vale!- dijo ella, soltando algunos vestidos sobre su cama.
Finn cogió a su pequeño y lo llevó al cuarto de baño para cambiarle el pañal. Una hora después, Emily ya había ayudado a Rachel a arreglarse y todos esperaban en el salón la llegada de Burt, Carole, Hiram y Leroy.
-¿Qué tal estoy, Em?- preguntó Rachel, sentada en uno de los sofás, muerta de nervios- ¿De verdad tengo buen aspecto?
-Estás preciosa…- susurró Finn, desde su sillón, mirándola totalmente embelesado.
-¡Sí, Rach! ¡Estás perfecta! ¡Ya verás cómo todo sale a la perfección!- le aseguró Emily, que acababa de terminar de arreglar la mesa para la comida y ahora estaba sentada a su lado.
En ese momento sonó el timbre y Puck fue a abrir la puerta, descubriendo a los padres de Rachel, que corrieron a abrazar a su hija, muy emocionados.
-¡Mi princesita!- chilló Leroy, estrechándola entre sus brazos, con lágrimas en los ojos- ¡No sabes cuánto te hemos echado de menos!
-¡Sí, pero por fin te tenemos aquí con nosotros!- exclamó Hiram, besando el cabello de Rachel, que sonreía, al sentir a sus padres tan cerca después de tanto tiempo.
-¡Yo también os he echado muchísimo de menos!- dijo Rachel, abrazándose a ellos con fuerza.
A continuación, Burt y Carole saludaron a Rachel y finalmente todos se sentaron en el salón a charlar un rato. Cuando llegó la hora de comer, Emily reunió a todos alrededor de la mesa y la comida comenzó. Rachel sonrió al comprobar que, a pesar del tiempo que había pasado, en aquella casa nada había cambiado y todos la trataban como si nada hubiese ocurrido. Un par de horas más tarde, los padres de Finn y Rachel se marcharon, prometiendo volver mañana.
-¡Adiós, princesita!- se despidió Leroy, dándole un par de besos mientras la abrazaba- ¡Cuídala mucho, Finn!
-No te preocupes, lo haré- le aseguró Finn, acercándose ligeramente a Rach.
-Bueno, nosotros también nos vamos- dijo Carole, mirando emocionada a la novia de su hijo- Me alegro mucho de volver a verte, Rach. ¡Ya quiero que vengas a nuestra casa y veas la habitación que hemos preparado para Chris!
-Sí… iremos pronto… supongo…- respondió la joven, algo nerviosa ante la idea de salir de allí.
-Bueno, no hay prisa, tesoro- le aseguró Carole mientras la abrazaba con ternura- Tú descansa y en cuanto te sientas con fuerzas vienes, las puertas de nuestra casa siempre estarán abiertas para vosotros, Rachel- le tranquilizó Carole, con una sonrisa maternal.
-Gracias, Carole…- agradeció Rachel, con un nudo de emoción en la garganta, acompañándolos hasta la puerta.
-No hay por qué darlas, cariño- respondió la madre de Finn, que a continuación se dispuso a despedirse de su hijo- Adiós, Finn-se despidió, besando su mejilla con un brillo de emoción en los ojos- ¡Recuerda lo que me has prometido!
-Sí, no lo olvidaré, mamá- prometió Finn, con su sonrisa de medio lado, guiñándole un ojo.
Carole sonrió satisfecha y finalmente todos se marcharon, dejando el salón de nuevo en silencio. Rachel se sentó a un lado del sofá frunciendo ligeramente el ceño, algo pensativa.
-¿Rach, va todo bien?- quiso saber Finn, que se había sentado a su lado mientras Puck y Emily recogían todo.
-Sí, tan sólo me siento un poco triste ahora que nuestros padres se han marchado… - admitió, con un toque de tristeza en la voz- No sabes cuánto he echado de menos la compañía de todos vosotros…
-Sí, claro que lo sé, por eso tengo una sorpresa para ti- le anunció Finn, encantado al ver la hermosa sonrisa que se formó en su rostro.
-¡¿En serio?! ¿De qué se trata?- preguntó, muerta de curiosidad, recogiendo a Chris, que tiraba de su vestido reclamando su atención.
-Si te lo dijese dejaría de ser una sorpresa, ¿no?
-Jo, pero…
-¡Pronto lo sabrás! ¡Lo prometo!- le aseguró Finn, guiñándole un ojo.
-De acuerdo…- se rindió Rachel, que no pudo reprimir un pequeño bostezo poco después.
-¿Quieres ir a dormir un rato, Rach?- preguntó Finn, muy atento a su respuesta- Si quieres puedo acostar yo a Chris mientras tú descansas- ofreció el joven, sin dejar de mirarla a los ojos.
-En realidad, me gustaría mucho acostar a Chris- reconoció ella, mordiéndose el labio inferior, acurrucando a su pequeño en sus brazos- Si no te molesta, claro…
-¡Por supuesto que no, Rach! ¡Vamos, te acompaño a la habitación!
Rachel sonrió y los tres juntos fueron a la salita de juegos dónde estaban todos los libros que leían a Chris para que se durmiese. Rach caminó con su hijo en brazos hacia la hermosa estantería de madera para elegir un cuento. El pequeño sonrió y comenzó a señalar con sus pequeñas manitas uno en particular.
-¿Cuál quieres, Chris? ¿Este?- preguntó Rachel, enseñándole uno y dejándolo segundos después al ver que su hijo negaba con la cabeza- ¿Este entonces?
Finalmente Rachel encontró el cuento que Chris había escogido y sonrió al ver la portada, en la que destacaba un niño jugando al baloncesto.
-Ese es su preferido- susurró Finn, que había contemplado embelesado la escena desde el marco de la puerta y que ahora estaba a escasos centímetros de ellos dos.
-¿Sí?- preguntó Rachel, muy emocionada al ver que Chris asentía, intentando sostener el enorme libro entre sus pequeñas manitas- ¡Voy a leérselo ya mismo, entonces!
Finn sonrió al verla tan entusiasmada mientras se encaminaba hacia la mecedora de madera que había en su dormitorio. El joven permaneció en pie, apoyado en una pared, observando cómo Rachel leía el cuento a su hijo, totalmente concentrada. Poco a poco, el pequeño comenzó a restregarse los ojitos, en señal de cansancio, hasta que finalmente cayó rendido en los brazos de su madre, totalmente dormido. Rachel continuó leyendo hasta el último párrafo, dónde el sueño finalmente le venció y se quedó dormida junto a su hijo, con el libro aún en las manos.
Finn no pudo contener un escalofrió al contemplarlos dormir de aquella manera tan tierna. Con cuidado de no despertarlos, se acercó hacia la mecedora y los cogió entre sus brazos para llevarlos hasta la cama, donde finalmente se durmieron los tres.
Un par de horas después, Emily despertó a Finn para decirle que la sorpresa de Rachel ya había llegado. El joven sonrió de oreja a oreja y poco a poco fue despertando a Rach, que dormía plácidamente junto a su pequeño.
-Rach, despierta- susurró Finn, meciendo uno de sus hombros con suavidad.
-¿Mmm?- murmuró ella, medio dormida.
-Tu sorpresa, ya ha llegado- le anunció él, sonriendo de medio lado.
-¡¿Qué?! ¿En serio? ¿Dónde está?- preguntó la joven, incorporándose algo desorientada.
-Me temo que tendrás que bajar al salón con Chris para averiguarlo- respondió Finn, abriéndole la puerta de la habitación.
Rachel sonrió para después recoger a Chris, que aún no había despertado, y salir corriendo escaleras abajo hacia el salón, dónde encontró a Quinn y a Kurt, que la miraban muy emocionados.
-Quinnie… Kurt…
Rachel no pudo contener las lágrimas mientras dejaba a su hijo en los brazos de Emily, que la miraba sonriente cuando tan sólo unos segundos después se había unido a sus dos mejores amigos en un abrazo fuerte.
-¡Chicos, no sabéis cuánto os he echado de menos! ¡Me habéis hecho tanta falta! Yo…- balbuceó Rachel entre lágrimas, sin soltar a sus amigos.
-¡Chstt! ¡Ya está, no llores más, pequeña diva!- susurró Kurt, mientras acariciaba su cabello de forma protectora.
-¡Sí, Kurt tiene razón, Rach! ¡Lo importante es que estamos juntos de nuevo y que ya nunca más volveremos a separarnos!- exclamó Quinn, también con lágrimas en los ojos.
-Sí, tenéis razón- dijo la joven poco después, entrelazando sus manos con las de ellos- Ahora toca volver a empezar.
-Si, exacto…- dijo Quinn, sonriendo, algo nerviosa- Además, hay dos personitas a las que creo que deberías conocer…
-¿Cómo? ¿De qué…?
Rachel no pudo terminar su pregunta ya que Quinn se retiró unos pasos, descubriendo tras ella a Sam, que portaba en sus brazos dos hermosos bebés de ojos claros y cabello rubio.
-Quinn…
-Sí, Rach… son nuestros hijos…- respondió la joven, sonriendo a su marido y tomando a su pequeño entre sus brazos- ¿Quieres tenerlo en brazos?
Rachel se giró emocionada para encontrarse con Finn, que había observado todo junto a Emily y la miraba sonriente mientras asentía.
-Pues… claro…
Quinn se acercó y puso al pequeño bebé en brazos de Rachel, que lo miraba totalmente emocionada.
-No entiendo nada… ¿Cuándo…?
-Cuando te fuiste ya estaba embarazada de algunos días, Rach…- le explicó Quinn con lágrimas en los ojos al tiempo que tomaba a su hija de los brazos de Sam.
-¡Oh, Quinnie! ¡Son preciosos!- exclamó Rach entre lágrimas, acariciando con su nariz el rostro del pequeño, que rió ante el contacto- ¿Cómo se llaman?
-Pues el pequeño terremoto que tienes en brazos se llama Edward.
-¿Terremoto? ¡Pero si es un cielo esta preciosidad!- exclamó Rachel, asombrada.
-¡Qué no te engañe su aspecto angelical, Rach!- le previno Quinn, con una gran sonrisa- Edward tiene un buen par de pulmones y sabe utilizarlos realmente bien.
-¡Oh, vaya! ¡Quién lo diría viéndole ahora!- rió Rach, contemplándolo con una sonrisa.
-¡Eso es porque le has gustado!- sentenció Quinn, sonriendo a su pequeña- ¿Quieres coger a la niña?
-¡Claro, Quinn!- respondió Rachel, dejando al pequeño Edward en brazos de su padre y tomando en su lugar a la niña que reía en los brazos de Quinn- ¡Ay, es igual de bonita que tú, Quinnie! ¡Parece una muñequita con esas mejillas tan rosadas!
-Sí, Barbra es una niña preciosa- comentó Sam, contemplando a su pequeña embelesado.
-¿Có… cómo has dicho que se llama, Sam?- preguntó Rachel, sin poder creer lo que acababa de escuchar.
-Sí, Rach, mi hija se llama Barbra- le confirmó Quinn, acercándose a ella.
-¡Oh, Quinnie! ¡No sabes cuánto significa eso para mí!- respondió Rach, llorando en el hombro de su mejor amiga.
-Lo sé, no hace falta que digas nada…- le susurró la rubia, dejando a la niña en su carrito- ¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta con Kurt?
-¿Sa… salir?- logró preguntar Rachel, entre tartamudeos, aterrorizada ante la idea.
-¡Sí, vamos Rach! ¡Tenemos muchísimo de que hablar y te vendrá genial tomar aire fresco!- le animó Kurt, sumándose a la idea de la rubia.
Rachel se mordió el labio inferior, presa del pánico, mientras miraba a su alrededor en busca de apoyo. Cuando su mirada se cruzó con la de Finn. El joven dio un paso adelante, incorporándose a la conversación.
-Veréis, chicos, no sé si Rachel está aún preparada para salir de aquí…- comentó el joven, situándose junto a su novia con Chris en brazos.
-¡No digas tonterías, Finn!- exclamó Quinn- ¡Tan sólo daremos un paseo por el jardín para pasear a los mellizos! ¡Además, Chris puede venir también! ¡Vamos, Rach! ¡Anímate!
Finn vio como el cuerpo de Rach temblaba de arriba abajo. Sin embargo, su corazón terminó de romperse cuando vio un par de lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. El joven cerró los puños, ignorando el dolor de sus heridas, al pensar en el sufrimiento que Rachel llevaba dentro. Él simplemente quería protegerla de todo y de todos, pero no sabía cómo. Su primer impulso fue acercarse y poner una de sus manos sobre su hombro en un gesto protector mientras se inclinaba ligeramente para quedar a su altura.
-Rach, no tienes que salir si no quieres- le aseguró Finn, en un susurro- Decidas lo que decidas yo estaré aquí para apoyarte.
-Es que… yo… quiero… quiero ir… pero… tengo miedo, Finn…- logró responder ella, temblando un poco menos al sentirle cerca.
-Yo estaré aquí, nada malo te pasará, lo prometo…- prometió él, acariciando su hombro levemente con el pulgar.
-Yo…
-Confía en mí…
Rachel se giró para mirarlo con lágrimas en los ojos para finalmente asentir, con una sonrisa débil en el rostro.
-Está bien, salgamos al jardín- concedió, cogiendo a su hijo de brazos de Finn.
Los tres amigos salieron afuera y durante una hora Quinn y Kurt le contaron a Rachel todo lo que había sucedido en su ausencia. Al principio la joven sentía que iba a desvanecerse en cualquier momento a causa del miedo, pero poco a poco fue ganando confianza y al final fue capaz de disfrutar de un hermoso paseo con su hijo y sus dos preciosos sobrinitos.
Al mismo tiempo dentro de la casa, Finn observaba consternado como Rachel miraba a todos lados, muy asustada, aferrando a Chris con fuerza contra ella. El joven golpeó la encimera de la cocina con fuerza cuando vio cómo una lágrima de pánico se deslizaba por la mejilla de Rachel. Aquella fue la gota que colmó el vaso para Finn, que se dirigió a toda prisa hacia la puerta, para impedir que aquella situación continuase.
-¡Finn, para! ¡¿Dónde vas?!- exclamó Em, que había escuchado un golpe y se había acercado para ver qué ocurría con su primo.
-¡No puedo soportarlo más! ¡Voy a traer a Rachel aquí ahora mismo! ¡No puedo seguir aquí sin hacer nada mientras ella sufre!
Emily se asomó y observó a Rachel durante algunos segundos, antes de girarse de nuevo para contestar a su primo.
-Finn, creo que no es una buena idea…
-¡¿Qué?! ¡¿Te has vuelto loca?! ¡Le prometí a Rach que la protegería y es lo que pienso hacer!
-¡No, Finn! ¡Si sales ahí fuera lo que harás será sobreprotegerla y lo que conseguirás a cambio es que tenga aún más miedo de todo lo que la rodea! ¿Acaso es eso lo que quieres?
Finn frunció el ceño, incapaz de creer lo que acababa de escuchar.
-¿Qué? ¡Claro que no quiero eso! ¡Pero tampoco puedo soportar estar aquí quieto mientras ella sufre!
-Lo siento, pero tendrás que ser fuerte por ella. Si quieres llorar, sube arriba y hazlo ahora que ella no puede verte, pero no salgas fuera y le muestres que tú también estás sufriendo. Eso sería contraproducente y además tendría un efecto terrible para ella, Finn.
-Yo… no puedo más con todo esto, Em… No sabes las ganas que tengo de abrazarla, de tocarla como antes…- confesó Finn, con lágrimas en los ojos.
-Sí, me lo puedo imaginar…- dijo la joven, acercándose para consolarlo- Pero ahora nos toca a nosotros ser fuertes por Rach, Finn. Ahora más que nunca ella necesita tu mejor sonrisa.
-¿Y si no puedo seguir fingiendo? ¡Verla temblar así me mata!
-¡Pues tienes que hacerlo como sea, Finn! ¡Ve arriba y desahógate! ¡Como sea pero hazlo!
Finn no lo pensó dos veces y salió corriendo de allí, subiendo a toda prisa las escaleras, pensando en alguna cosa que le permitiera descargar toda la frustración y el dolor que llevaba dentro. Cuando llegó a su habitación, dio una patada a la puerta, pero eso no le hizo sentir mejor. En lo más profundo de su corazón quería llorar como un niño asustado, pero dónde nadie pudiera verlo, dónde no tuviera que reprimir sus sentimientos. Dio vueltas por la habitación hasta que vio la puerta del baño entreabierta. Finn corrió hacia allí, cerrando la puerta tras de sí con un portazo para después cerrar con llave. Una vez dentro se dirigió hacia la ducha, dónde accionó la manilla del agua fría. Durante varios segundos dejó que el frío líquido se deslizase por su rostro y su espalda, mientras golpeaba con fuerza la pared, reabriendo las heridas de los nudillos mientras lágrimas de rabia se deslizaban por sus ojos.
Esta es sólo la primera parte del capítulo 19, espero que os guste y os pido perdón de corazón si no es lo que esperábais de Finn y Rachel (Juro que he hecho todo lo que he podido), pero si alguien quiere hacer alguna crítica, siempre me vienen muy bien para mejorar.
Un beso para todas las personas que siguen el fic a pesar del retraso en su publicación y espero de corazón que a alguien le guste el resultado de esta primera parte y no os haya decepcionado demasiado.
Bueno, ya no me enrollo más y os dejo aquí esta PRIMERA PARTE, va por todos vosotros, que dais sentido a este fic, GRACIAS.
PD: Ni Glee ni sus personajes me pertenecen.
Cáp. 19- Regreso
El corazón de Rachel empezó a latir con más fuerza cuando sus miradas conectaron y, en un solo instante, todo lo que ella había querido decirle se desvaneció por completo. Finn, a tan sólo unos pasos de distancia, sostuvo su mirada muerto de nervios, incapaz de mover un solo músculo de su cuerpo.
El joven contenía las lágrimas como podía mientras la miraba, llevaba tanto tiempo soñando con este momento que temía que cualquier movimiento, por pequeño que fuese, pudiera asustarla y hacerla retroceder. Así que respiró profundamente, intentando tranquilizarse, para poco a poco comenzar a observarla con más detenimiento. Rachel no sólo estaba bastante más delgada que la última vez que la vio, sino que además toda su piel estaba pálida debido al largo encierro al que había sido sometida. Finn apretó los puños, luchando contra las ganas que tenía de correr hacia ella, abrazarla con todas sus fuerzas y prometerle que a partir de ahora nada ni nadie volvería a hacerle daño porque él sería su protector. Sin embargo, sabía que eso no era lo más aconsejable pues ahora Rachel era frágil como una muñeca de cristal y había que llevar las cosas con calma. De manera que decidió simplemente observarla con un brillo de emoción en sus ojos, intentando transmitirle todo el amor y la adoración que sentía por ella.
Esa mirada le dio a Rachel la seguridad que necesitaba para seguir avanzando lentamente hacia él, sin dejar de sostener a Chris, que descansaba plácidamente su cabecita sobre el hombro de su madre.
Finn no pudo evitar sonreír de medio lado al ver su reacción y miró por un segundo a su prima, que sonrió y le indicó con un movimiento de cabeza que avanzara hacia Rachel. Entonces, algo más relajado, comenzó a acercarse muy despacio a ella, la única mujer que había logrado entrar en su corazón y que le había dado lo más importante de su vida: su hijo.
Cuando por fin quedaron frente a frente, Finn se armó de valor y comenzó a mover su mano muy despacio, sin dejar de mirarla y atento en todo momento a no asustarla con sus movimientos. Todo iba bien hasta que, a mitad de camino, su mano rozó sin querer el brazo con el que Rachel sostenía a Chris. Finn se detuvo, totalmente paralizado, esperando muy nervioso alguna respuesta de ella, que tenía la vista fija en su mano. Entonces, cuando él iba a romper el contacto, ella alzó el rostro y Finn se sorprendió al descubrir que no sólo no había ni un ápice de miedo en sus ojos sino que además la joven le sonreía tímidamente, invitándole a continuar. Finn sonrió de nuevo y poco a poco reanudó el movimiento de su mano, que finalmente se detuvo junto al pequeño Chris, que observaba a sus padres con curiosidad y que parecía encantado con aquella situación. Finn revolvió los cabellos de su hijo mientras le hacía una serie de muecas que provocaron la risa del niño, que comenzó a revolverse divertido entre los brazos de su madre. Rachel no pudo evitar emocionarse al contemplar una escena tan hermosa y de repente una lágrima se deslizó involuntariamente por su mejilla. Sin embargo, la pequeña gota apenas llego a la mitad de su recorrido, ya que Finn se apresuró a retirarla rápidamente para después comenzar a acariciar su mejilla con ternura. Rachel sonrió ante aquel gesto y después besó la frente de su pequeño sin dejar de mirar a Finn con un brillo de emoción en los ojos.
-Eh… siento interrumpir- se disculpó Emily, con una intensa capa de rubor cubriendo sus mejillas- pero creo que sería mejor que entráramos todos en casa…
-Sí, vamos- dijo Puck, rodeando el hombro de su esposa con un brazo- ¡Bienvenida de nuevo a casa, Berry!
Rachel sonrió y siguió a Finn, que la escoltó hacia el interior de la casa.
-Vaya…-fue lo único que pudo decir, al comprobar que nada había cambiado en aquella casa en los nueve meses que ella había permanecido fuera.
Rachel descubrió con asombro cómo todo seguía colocado en su mismo lugar y cómo la mesa estaba dispuesta justo en la forma en que a ella le gustaba, como si durante todo este tiempo ella hubiese estado allí.
-Espero que todo esté a tu gusto, Rach…- dijo Emily algo nerviosa, al sentir como su amiga observaba todo con los ojos muy abiertos.
-Sí, es… perfecto, Em- logró decir Rach, con lágrimas en los ojos- No podría estar mejor, en serio.
-Gracias, Rach…- logró decir Em, presa de la emoción, mientras se acercaba a ella para finalmente fundirse en un abrazo- No sabes cuánto te hemos echado todos de menos…
-Lo sé, yo también a vosotros…- respondió Rachel, entre lágrimas.
-¡Bueno, Em! ¡Lo importante es que Berry ya está aquí con nosotros!- dijo Puck, con una gran sonrisa- ¡Ven aquí con el tío Noah!
Rachel sonrió y fue a refugiarse entre sus brazos, que la abrazaron con fuerza.
-Yo también te he extrañado, pequeñaja- admitió Puck, en un susurro para que nadie le oyese.
-¿Rach, tienes hambre? He pensado que tal vez sí y te he preparado algo…- dijo Emily, con una sonrisa tímida.
-Sí, creo que a Rachel le vendría bien tomar algo caliente- dijo Lau, que acababa de colgar una llamada y había entrado en la casa.
-No sé, no tengo mucho apetito ahora mismo…
-¡Vamos, Rach! ¡Tienes que comer! ¡Son órdenes de tu enfermera!- ordenó Lau, apartando una de las sillas de la mesa.
-Es que… yo…
-Si quieres yo… te acompaño- logró decir Finn, en un susurro.
Todos sonrieron al ver que Rachel finalmente asentía e iba junto a Finn hacia la mesa.
-¡Bueno, voy a por la comida! ¡Ya mismo vengo!
-¡Te acompaño!- dijo Lau, siguiéndola hacia la cocina.
Emily comenzó a preparar entusiasmada un plato de sopa mientras Lau la observaba con atención.
-¡Ay, Lau! ¡Por fin Rachel está aquí con nosotros! ¡Todavía no puedo creer que sea cierto!
-Sí, Em, pero…- intentó decir la enfermera.
-¡Sí, lo sé! ¡No te preocupes que daremos a Rach todo el espacio que necesite! ¡Ya se lo he repetido a todos un millón de veces y a Finn el primero!
-¡Em, no es sólo eso!- interrumpió Laura, al ver tan emocionada a su amiga.
-¿Co… cómo? ¿A qué te refieres sino?
-Bueno, es obvio que Rachel ha vuelto, pero… aunque ahora parezca tranquila e incluso sonría, la realidad es que se ha convertido en una persona muy frágil. No pretendáis que las cosas sean como antes, al menos de momento…
-Oh… sí, comprendo. Es que, los he visto tan enamorados hace un momento que yo…
-Rachel sigue amando a Finn tanto o más que antes, pero tienes que comprender que en muy poco tiempo su vida ha cambiado una barbaridad. Ahí es donde todos vosotros resultáis fundamentales para que consiga llevar cuánto antes una vida normal.
-¿Querrás decir nosotros, no? ¡No puedes irte ahora, Lau! ¡Rach te necesita!- exclamó Emily, aterrorizada.
-Sí, es verdad, pero ahora hay otra persona que me necesita más que ella y debo estar a su lado- dijo Lau, con un toque de tristeza en la voz- Confío plenamente en que todos vosotros cuidaréis bien de Rachel- sentenció la enfermera, con una sonrisa.
-Te prometo que haremos todo lo posible…- le aseguró Emily, tomando su mano- ¿Qué han dicho los médicos? ¿Se sabe cuándo despertará?
-La verdad es que acabo de recibir una llamada del hospital y parece que su ritmo cardiaco es constante y permanece estabilizado- dijo Laura, en un suspiro de alivio- Acabo de reservar un billete de avión, quiero estar allí cuando Jesse despierte.
-Ya verás como sale todo bien, Lau- le animó Emily- Una persona tan buena y generosa como tú merece ser feliz al lado de la persona que ama.
-Gracias, Em…- agradeció Lau, con lágrimas en los ojos- Tú sí que eres de las mejores personas que he conocido en toda mi vida.
-¡No seas boba! ¡Tú has hecho mucho más por todos nosotros! ¡Nos diste esperanza a Puck y a mí cuando más la necesitábamos! ¡Salvaste la vida de Rach!
-¡Sí, pero puse a Jesse en peligro! ¡Él arriesgó su vida por mi culpa!
-¡No! ¡Eso no es cierto! ¡Si se sacrificó fue porque te amaba y sentía con todo su corazón que merecía la pena sacrificarse! ¡No vuelvas a pensar cosas así!
-No sé, ojala tengas razón y cuando despierte no esté enfadado conmigo…
-¡Ya verás cómo no! ¡Todo saldrá bien! ¡Anda, vamos con los demás antes de que sospechen!
-Sí, tengo que despedirme de Rachel y los demás antes de marcharme…
Las chicas salieron de la cocina y se dirigieron hacia el salón donde esperaban los demás.
-¿Lau… pasa algo? ¿Jesse está bien?- preguntó Rachel, presa del pánico al pensar en su amigo.
-Sí, no te preocupes. Me han llamado hace un momento y me han asegurado que sigue estable. Ahora tengo que marcharme para estar con él cuando despierte.
-Sí, lo entiendo. Cuando despierte…dale las gracias a él también…
-Tranquila, se lo diré- le aseguró la enfermera, poniéndose de cuclillas para quedar a su altura- Rach, tienes que prometerme que vas a intentar ser fuerte, ¿vale?
-Sí, te lo prometo- le dijo Rachel, abrazándola con fuerza- Gracias por cuidar de mí todo este tiempo.
-Bueno, creo que hemos cuidado mucho la una de la otra- respondió Lau, correspondiendo al abrazo.
-Te acompaño a la puerta- dijo Finn, incorporándose.
-¡De eso nada! ¡Tú quédate aquí con Rachel! ¡Yo me sé de sobra el camino!- exclamó la enfermera guiñándole un ojo para después abrazarle- Cuídala mucho y dale todo el espacio que puedas, ¿de acuerdo?- le susurró.
-Prometido- respondió él, con su sonrisa de medio lado.
-Perfecto, me marcho mucho más tranquila, entonces- sonrió la joven, yendo hacia la puerta- ¡Adiós, chicos! ¡Espero regresar pronto con muy buenas noticias!
Rachel observó como la persona que había estado cuidándola durante todos estos meses desaparecía tras la puerta al tiempo que una lágrima comenzaba a deslizarse por su mejilla.
-Rachel… ¿Estás bien?- preguntó Finn, lleno de preocupación.
-Eh… nosotros estaremos arriba, ordenando algunas cosas- dijo Emily, dándole un codazo a Puck para que recogiera a la pequeña Irina y siguiera sus pasos escaleras arriba.
-¿Rach?- insistió Finn, cada vez más alarmado.
Rachel permaneció en silencio mientras contemplaba a su hijo, que disfrutaba jugando en su pequeño parque infantil. La joven no pudo evitar emocionarse al contemplar lo grande que estaba y cómo sus mejillas tenían un hermoso tono rosado. Sin pensarlo, se puso en pie y comenzó a caminar hacia él, ignorando las preguntas de Finn que la miraba cada vez más preocupado.
-Chris… mi bebé…- empezó a susurrar Rach, arrodillándose frente a él- te quiero… te quiero tanto- dijo, en un tono algo ausente, mientras acariciaba sus cabellos.
-¡Rach mírame, por favor!- suplicó Finn con voz muy suave, sentándose a su lado- Por favor, dime todo lo que sientas. Quiero ayudarte…
-Yo… no sé si puedo vivir así…- logró decir Rach, entre lágrimas, alzando el rostro para mirarlo- tengo mucho miedo, Finn…
-¡No, Rach! ¡Ya estás a salvo! ¡Nunca dejaré que nada malo te pase!
-Tú no lo conoces… no sabes hasta dónde está dispuesto a llegar por conseguir lo que quiere…- le aseguró Rach, muy afectada.
-Ese bastardo no volverá a acercarse jamás a ti o a nuestro hijo, Rach. Te lo juro- prometió Finn, intentando contener la rabia que se acumulaba en sus nudillos al pensar en aquel animal que tanto daño les había hecho.
-Lo sé- dijo ella, con una sonrisa débil- sé que tú nos protegerás a Chris y a mí, pero… han pasado demasiadas cosas… cosas horribles que no sé si podré superar…
-¡Chst! ¡No digas nada más!- le suplicó Finn, acercándose un poco más a ella- Tan sólo dejemos que el tiempo ponga todo en su sitio… Aunque ahora no lo creas, tú eres fuerte, Rach. Entre los dos lograremos superar esto, ¿vale?
-Gracias, Finn…- consiguió decir ella, muy emocionada- Tus palabras me dan fuerzas para seguir adelante- le aseguró, con una sonrisa.
Los chicos se miraron directamente a los ojos y por un momento todo volvió a ser como antes. Finn sonrió de medio lado y comenzó a acercar su mano hacia la de Rachel. Justo cuando las yemas de sus dedos iban a rozar la piel de ella, la risa de Irina les interrumpió.
-¡Oh, Em!- exclamó Finn, muy nervioso- ¡No sabíamos que estabais ahí!
-Lo siento, yo… no quería interrumpir, pero… he preparado el baño de Rach y venía a decirle que puede subir con Chris cuando quiera…
-De acuerdo, ahora sube …- respondió Finn, volviendo a centrar toda su atención en Rachel, que seguía pendiente de todos los movimientos de su hijo.
Emily esbozó una sonrisa amable para volver a desaparecer segundos después con su hija.
-Bueno, me parece que si no te dejo ir pronto se te va a enfriar el baño- bromeó Finn, con su sonrisa de medio lado- Te veo luego, Rach.
Rachel asintió en silencio, cogió a su pequeño en brazos y lo llevo escaleras arriba hacia el cuarto de baño. Sin embargo, cuando llegó al último escalón, no pudo evitar girarse una última vez y conectar su mirada con la de Finn, que respondió con una gran sonrisa. Una vez arriba, abrió la puerta para encontrarse con la bañera preparada y rebosante de espuma.
-Oh…- fue todo lo que Rach consiguió decir, mientras aferraba más el cuerpecito de Chris contra el suyo.
-¡Ah, ya estáis aquí!- exclamó Emily con una sonrisa, entrando al cuarto de baño con una cesta repleta de sales aromáticas y jabones naturales- Espero que te gusten los baños de espuma…
-Sí, muchas gracias, Em- dijo Rachel, con voz suave- ¿Dónde vamos a dejar a Chris?- preguntó, algo apenada al saber que estaría unos minutos separada de su pequeño.
-Bueno, en realidad pensé que tal vez te gustaría compartir tu baño con él- propuso Emily, con una sonrisa tímida.
-Cla… claro…- consiguió decir Rachel, presa de la emoción.
-Perfecto, pues primero voy a desnudar a esta preciosidad- dijo Emily, cogiendo a Chris de los brazos de Rach y llevándolo al cambiador- ¿Quieres que te ayude después a ti?
-No, no te preocupes, puedo sola…
Rachel comenzó a deslizar lentamente todas las prendas por su cuerpo y cuando ya estuvo lista se metió lentamente en la bañera, estirando las piernas.
-¿El agua está bien así?- preguntó Emily, que ya había vuelto con Chris y estaba encantada con la sonrisa que había en el rostro de su amiga.
-Sí, está perfecta- dijo Rachel, más relajada que nunca.
En cuanto tuvo a su pequeño entre sus brazos, Rachel Berry se olvidó de repente de todas las palizas, los cardenales, los insultos y demás horrores que había tenido que vivir. Ahora sólo podía pensar en disfrutar al compartir juegos con su hijo bajo el agua, verle salpicar con sus pequeñas manitas y escuchar su risa cuando ella lo estrechaba entre sus brazos o le hacía cosquillas. Unos minutos después, el baño terminó y Emily se encargó de secar a Chris mientras Rachel permanecía unos instantes más en la bañera.
-¿Te sientes mejor?- logró preguntar Emily, mientras terminaba de poner a Chris su pijama.
-Sí, mucho mejor, gracias Em.
-Voy a dejar a Chris en la cuna, ahora vuelvo.
Emily salió de la habitación y cuando regresó al cuarto de baño encontró a Rach fuera de la bañera en ropa interior y envuelta con una toalla, terminando de secarse.
-Espera, deja que te ayude- Emily cogió una toalla y empezó a secar sus brazos hasta que de repente la toalla de Rach cayó, revelando todos sus cardenales.
-¡Oh, Rach!- fue todo lo que pudo decir la joven, con los ojos llenos de lágrimas.
-No te preocupes, Em, ya no me duelen- le aseguró Rach, terminando de ponerse su pijama.
-Rach, yo… lo siento tanto…
-No es culpa tuya… en serio…- intentó decir Rachel, conteniendo las lágrimas.
-¡Dios mío! ¡¿Pero qué te ha hecho ese monstruo…?!
Rachel bajó la cabeza mientras se cubría todo el cuerpo, que temblaba de arriba abajo al recordar todos los juegos macabros y las perversiones de Thom.
-Chst… no llores… ahora estás a salvo… él no volverá a hacerte daño…
-Tengo miedo, Em… no quiero separarme más de vosotros…
-No volverá a pasar… no dejaremos que pase jamás…
Las dos amigas se abrazaron, intentando darse fuerzas la una a la otra.
-Emily… ¿Podrías hacerme un favor?- logró decir Rach, visiblemente afectada.
-Claro, pídeme lo que quieras- le aseguró la joven, con una sonrisa amable.
-¿Podrías deshacerte de todos mis vestidos blancos que sean de tirantes?- suplicó Rachel- Me traen muy malos recuerdos…
-Por supuesto, lo haré antes de marcharme, lo prometo.
Mientras tanto, en el piso de abajo, Finn iba de un lado para otro en el salón, en un esfuerzo por calmar sus nervios y por aclarar todas las cosas que tenía ahora en la cabeza. A pesar de que se sentía inmensamente feliz porque Rachel había regresado, sabía que muchas cosas habían cambiado y que ahora más que nunca debían tomar las cosas con calma, pues un solo error podría ser fatal. Ese pensamiento llenaba su alma de miedo y confusión, pues su vida no tendría sentido sin Rachel y Chris a su lado. Finn sintió cómo una lágrima de rabia se deslizaba por su mejilla al recodar lo vulnerable que la había visto hacía unos instantes. Su mirada de temor y desolación se había clavado en su alma y en su corazón y si de algo estaba seguro es que se lo haría pagar cómo fuera al responsable. Sus pensamientos se silenciaron al sentir la voz de Emily, que lo llamaba desde las escaleras.
-Finn, ¿te encuentras bien?
-Sí, Em… tan sólo estoy algo cansado… es sólo eso…
-Voy a hacer café, ¿quieres que te prepare alguna cosa?- preguntó, con voz suave.
-No, gracias…
-De acuerdo, estaré en la cocina por si me necesitas…- comentó Emily, algo ausente.
-Vale…- respondió Finn frunciendo el ceño, extrañado por su actitud.
Emily abandonó la habitación en silencio en dirección a la cocina, sin advertir que su primo la había seguido hasta allí.
-¡Finn! ¡Qué susto me has dado!- exclamó la joven, con una mano sobre el pecho, sobresaltada- ¿Qué… qué ocurre?
-¿Dónde está Rach?-quiso saber Finn, sospechando que algo había sucedido con su novia.
-¡Oh! Pues… la he dejado durmiendo con Chris en vuestra habitación…. la pobre estaba agotada…- murmuró Em, con lágrimas en los ojos al recordar el descubrimiento de los cardenales.
-Emily… -la llamó él, yendo a su encuentro.
-¿Sí?- preguntó ella, cada vez más inquieta.
-¿Hay algo que deba saber sobre Rach?- cuestionó él, mirándola con un toque de ansiedad y preocupación en sus ojos marrones- ¿Ha ocurrido algo mientras estabais en el cuarto de baño?
-¿En el baño? Pues… ¡no! ¡Todo ha ido bien, Finn!- dijo ella, comenzando a rellenar la cafetera.
-¡Emily Hudson no me mientas! ¡Te conozco demasiado bien como para saber cuándo lo estás haciendo!
-¡No… no es nada, Finn! ¡Cosas de chicas!- exclamó Emily, cada vez más nerviosa.
-¡Ya! ¡Una mierda!-gritó Finn, perdiendo la paciencia- ¡Em, dime de una maldita vez qué es lo que le ha hecho ese bastardo a Rachel!- exigió Finn, elevando considerablemente el tono de voz.
-¡Finn, baja la voz! ¡Los vas a despertar!- suplicó Emily, con lágrimas en los ojos.
-¡Me da igual! ¡Si tú no me lo dices subiré a preguntárselo yo mismo!
-¡NO!- exclamó Emily, interponiéndose entre su primo y la salida- Por favor… no lo hagas, Finn…
-Entonces dime qué es lo que has descubierto, Em. Si algo le ha pasado a Rach debo saberlo.
-De acuerdo… ¡Pero me tienes que prometer que te controlarás después de escuchar lo que voy a contarte!
-¡No puedo prometerte eso, Em!
-¡Finn Hudson, es eso o nada!
-¡Muy bien, me controlaré! ¡Dímelo ya o te juro que no respondo!- respondió él, cruzado de brazos.
-Yo…está bien…-comenzó a decir Emily, cada vez más nerviosa- Pues… después del baño ayudé a Rachel a secarse y entonces se cayó la toalla que cubría su cuerpo y…
-¡¿Qué?! ¡¿Qué le ha hecho ese animal?!-preguntó Finn, perdiendo la paciencia- ¡Dímelo, Em! ¡¿Qué has visto?!
Emily miró a su primo al tiempo que se mordía el labio inferior, presa de la indecisión. Por un lado sabía que Finn tenía todo el derecho a saberlo pero, por otro lado, conocía a su primo como a la palma de su mano y contarle la verdad le haría perder por completo el control y ella no sería capaz de detenerlo. La joven dudo unos instantes más hasta que finalmente suspiró para después alzar la mirada hacia Finn, que contenía su ansiedad como podía.
-Cardenales…- susurró, con lágrimas en los ojos- Rachel tiene cardenales por todo el cuerpo, Finn… eso fue lo que vi…
La estancia quedó en completo silencio durante algunos segundos que parecieron horas. Finn cerró la boca con fuerza, conteniendo a duras penas la rabia que comenzaba a subir por su garganta. El joven apretó los puños con fuerza, poniendo todos sus músculos en tensión, marcando los nudillos. Su cabeza comenzó a dar vueltas hasta el punto que pensó que iba a desmayarse. Sin embargo, un instante después, su mente se despejó y sus ideas se aclararon. Finn relajó levemente la expresión de su rostro para tranquilizar a Emily, que lo observaba atentamente.
-Maldito hijo de…- comenzó a decir Finn, escupiendo cada palabra.
-Lo sé, Finn…- dijo Emily, asintiendo con tristeza- Ahora lo que tenemos que conseguir es que se sienta segura con nosotros y que pueda olvidar todo eso cuanto antes…
-Sí…- dijo Finn- más para sí mismo que para su prima, mientras retrocedía.
-¿Finn? ¿Dónde vas?
-Voy a subir arriba… quiero verla, Em- susurró él con lágrimas en los ojos.
-Mmm… de acuerdo, Finn…. Pero ten cuidado de no despertarla, Lau nos dijo que debía descansar…
-Tranquila, no haré mucho ruido.
Dicho esto, Finn abandonó rápidamente la cocina para dirigirse hacia la habitación, dónde encontró a Rachel durmiendo en la cama, abrazada al pequeño Chris, que permanecía acurrucado a su lado. Finn no pudo evitar que una lágrima se derramase lentamente por su mejilla al contemplar esa escena después de tanto tiempo. El joven permaneció donde estaba unos segundos más, vigilando sus respiraciones constantes y pausadas a causa del sueño para después dirigirse al armario, donde sacó con cuidado su chupa de cuero negra y finalmente abandonar la habitación sin hacer un solo ruido. En cuanto giró el picaporte para cerrar salió corriendo escaleras abajo, buscando en el recibidor del vestíbulo las llaves de su coche.
-¡Maldita sea! ¡¿Dónde demonios dejé las llaves?!
Un poco después, al sentir ruido en el vestíbulo, Emily salió a toda prisa de la cocina, descubriendo las intenciones de su primo.
-¡FINN! ¡ME PROMETISTE QUE NO HARÍAS NADA!- exclamó la joven interponiéndose entre la puerta y él.
-¡Lo siento, Em! ¡No pienso quedarme aquí sentado mientras ese malnacido sigue impune a unos kilómetros de aquí!
-¡No, Finn! ¡Lo tienen retenido en comisaría! ¡Ahora la policía está a su cargo! ¡Por favor, deja que la justicia se encargue de él! ¡Rach no querría que te metieras en líos!
-¡¿Meterme en líos?! ¡Maldita sea, Em! ¡Ese asqueroso hijo de su madre se ha atrevido a maltratarla y quién sabe qué más cosas le habrá hecho! ¡No pararé hasta darle una buena lección! ¡Ya estoy harto de observar y no actuar! ¡Todo eso se acabó!
-¡Finn, por favor! ¡Te lo suplico! ¡No hagas nada de lo que luego puedas arrepentirte toda tu vida! ¡Piensa también en tu hijo! ¡Chris te necesita a su lado!- rogó Emily, agarrando con fuerza una de las mangas de su chaqueta.
-¡Si lo hago es precisamente por ellos! ¡No pienso permitir que ese bastardo siga siendo una amenaza para nosotros! ¡Le voy a dar de su propia medicina, Em! ¡Ahora déjame pasar o te juro que soy capaz de tirar la puerta abajo!
-¡Ey! ¡¿A qué vienen esos gritos?! ¡Acabo de dormir a la niña! ¡¿Es que os habéis vuelto locos?!- exclamó Puck, bajando las escaleras a toda prisa- ¿Qué está pasando aquí?
-¡Puck!- exclamó Em, acercándose a su marido- ¡Por favor, hazle entrar en razón! ¡Finn quiere ir a buscar a Thom a la comisaría!
-¡¿Qué?! ¡Pero eso es una locura, tío!
-¡Ese animal ha pegado a Rach, Puck! ¡No pienso permitir que su crimen quede impune!
-¡¿Cómo?! ¡¿Thom ha golpeado a Rachel?! ¿Os lo ha confesado ella?
-No, hace un rato lo descubrí yo misma cuando la ayudaba a secarse… Puck, Rach tiene cardenales por todo el cuerpo… y no todos son recientes…- reconoció Emily, refugiándose en sus brazos.
Puck abrió la boca, totalmente sorprendido, para después mirar a Finn a los ojos mientras asentía.
-Vete, Finn. No pierdas más tiempo- dijo el joven, con determinación.
-¡¿Qué?! ¡¿Puck, es qué tú también has perdido el juicio?!- gritó Emily, cada vez más desesperada- ¡Si dejamos que se vaya podría cometer una locura!
-Aún así nosotros no somos nadie para impedírselo, Em- respondió Puck, acariciando su espalda- Estoy seguro de que Finn sabe exactamente cómo tratar a ese gusano- le dijo a su amigo, guiñándole un ojo.
-Gracias, Puck- agradeció Finn, abriendo la puerta para marcharse.
-¡Ey, espera!
-¿Qué?
-¡Olvidabas esto!- le recordó Puck, lanzándole las llaves del coche.
-¡Gracias! ¡Volveré antes de que Rachel despierte!- prometió Finn, ya de camino hacia el auto.
-¡Por favor, ten mucho cuidado!- suplicó Emily, muy nerviosa.
-¡Lo tendré!
Unos segundos después, Finn ya estaba de camino hacia la comisaría de policía de Lima, dónde iría a preguntar a Michael Stevenson, uno de los agentes que ya les había ayudado en el pasado, sobre dónde tenían retenido a Thom a la espera de que se celebrase el juicio. Finn llegó al lugar unos minutos después y tras aparcar el coche se dirigió a toda prisa hacia el mostrador, dónde pregunto por el agente, que acudió a su encuentro poco tiempo después.
-¡Señor Hudson! ¡Cuánto tiempo!- exclamó el policía, estrechando su mano con firmeza- ¡¿Cómo se encuentra la señorita Berry?!
-De eso mismo venía a hablarle, agente…- comenzó a explicar Finn, intentando mantener un tono calmado- ¿Podríamos hablar un momento en privado?
-¡Claro, acompáñeme!
Finn acompañó a aquel hombre regordete hasta la última de las oficinas de aquel lugar, dónde el policía le rogó que tomara asiento tras cerrar la puerta.
-¡Si le soy sincero, me sorprende verle hoy por aquí! ¡Según tengo entendido la señorita Berry ya está en su casa!
-Sí, está en lo cierto… lo que ocurre es que…
-¿Sí?- preguntó el agente, mirándole con curiosidad.
-Verá… yo… me preguntaba si podría usted hacerme un favor…
-¿Un favor?- preguntó el policía, comprendiendo al instante el rumbo de aquella conversación.
-Un favor enorme, en verdad…- confesó Finn, entrelazando sus manos temblorosas.
-Muy bien, dígame y veré qué puedo hacer…-respondió el policía, sin dejar de mirarle.
-Agente… necesito que me diga dónde tienen retenido a Thomas Doyle… tengo que hablar con él…
-Señor Hudson, esa información es…
-¡Confidencial, lo sé!- interrumpió Finn, perdiendo los nervios- ¡Por favor, se lo suplico! ¡Necesito estar cara a cara con ese gusano! ¡Tengo que hacerle pagar lo que le ha hecho a Rachel y a mi familia!
-¡Pero señor Hudson, la justicia se encargará de eso cuando ese hombre sea juzgado!
-¡Una mierda!- exclamó Finn, dando un golpe en la mesa- ¡Usted y yo sabemos que la justicia no hará más que meterle unos cuantos años en la cárcel! ¡NADA MÁS! ¡Lo que ese malnacido necesita es una buena lección para que no se le ocurra jamás volver a acercarse a los míos!
-Lo siento, señor Hudson… entiendo sus razones pero le ruego que comprendo que lo que me está pidiendo excede a mis competencias…
-Por favor… se lo ruego… ¡Ya no puedo más! ¡Estoy desesperado!- suplicó el moreno, acercándose al agente-.
-Señor Hudson, no me lo haga más difícil… créame que si estuviera en mi mano no tendría piedad con ese monstruo, pero lamentablemente la justicia no funciona así… espero que lo comprenda…
-¿Usted, tiene familia?- preguntó Finn, tras permanecer varios segundos en silencio, con lágrimas de desesperación en los ojos.
-Mmm… Sí… estoy casado y tengo dos niñas preciosas- sonrió el policía, al recordar a sus gemelas.
-¿Qué haría si una persona los golpease hasta llenar todos sus cuerpos de cardenales?
El policía se tensó al imaginar la escena, para finalmente responder con la cabeza baja.
-Lo destrozaría con mis propias manos…- admitió, dándole la razón, en un suspiro de resignación.
-Por favor… tan sólo le pido que me diga dónde está…
El policía alzó la cabeza para mirarlo, mientras meditaba su respuesta.
-Está bien… pero esta información que voy a proporcionarle no debe salir de aquí bajo ningún concepto… Si alguien le pregunta, usted y yo nunca hemos tenido esta conversación, ¿entendido?
-¡Sí, muchísimas gracias, agente!
-De nada… por suerte tengo un contacto fiable en la comisaría dónde lo tenemos retenido…- dijo el policía, pasando una mano sobre su cabello- Mire, haremos lo siguiente: le voy a dar la dirección de la oficina y cuando llegue haga el favor y pregunte por Monty… ¿De acuerdo?
-¿Monty?- preguntó Finn, algo extrañado.
-Sí, su nombre completo es Montgomery pero sólo en la comisaría lo llaman así. Ahora mismo me pondré en contacto con él para que lo acompañe a la celda donde tenemos retenido al señor Doyle…
-Muchísimas gracias, agente- agradeció Finn, levantándose a toda prisa al tiempo que se guardaba en el bolsillo el papelito con la dirección que el policía le tendía.
Tan sólo unos minutos más tarde, Finn ya conducía tan rápido como podía por la autopista hacia Westerville, una ciudad ubicada cerca de Columbus, la capital de Ohio, dónde tenían a Thom bajo arresto hasta que se decidiera una fecha para el juicio. La respiración del joven se aceleró a medida que se iba acercando a su destino y cuando finalmente llegó unas horas después, tuvo que controlarse para no entrar corriendo y liberar toda la rabia y el odio que recorrían todo su cuerpo. Cuando aparcó el coche y entró, la actividad de la comisaría se detuvo por un momento y todos se giraron para mirarlo, con curiosidad en la mirada, al ver lo tarde que era. Finalmente una de las recepcionistas le hizo una señal para que se acercase al pequeño mostrador.
-Buenas noches… ¿Puedo ayudarle en algo, señor?
-Eh… sí… yo… preguntaba por Monty…- consiguió decir Finn, intentando aparentar normalidad.
-Mmm… de acuerdo… un momento...
La recepcionista descolgó el teléfono y esperó pacientemente alguna respuesta mientras miraba a Finn por encima de sus gafas de lectura.
-Muy bien, el agente Surrey ya puede atenderle- respondió la recepcionista- Le está esperando en la oficina del fondo.
-Muchas gracias.
Finn fue en aquella dirección con paso rápido, cada vez más nervioso, hasta que llegó al final, dónde ya lo esperaba un hombre que debía de ser Monty.
-Buenas noches, señor Hudson…- saludó el agente, mirando con cautela hacia todos lados- Acompáñeme por favor…
Finn asintió y acompañó al policía escaleras abajo, hacia el lugar dónde se encontraban las celdas. El joven recorrió aquel oscuro pasillo en silencio, mirando a todos lados, buscando a Thom con ansiedad.
-No está aquí…- dijo finalmente Monty, al advertir su estado de nervios- Lo hemos encerrado en una sala especial… somos muy pocos los que sabemos que está aquí…
El agente giró a la derecha al final del pasillo, revelando una última habitación, diferente a las demás.
-De acuerdo…tiene cinco minutos… no puedo darle más tiempo…- se disculpó el policía.
-Muchas gracias, agente, será suficiente- respondió Finn, apretando los puños.
-Por favor, no haga ninguna tontería- le previno el policía, mirándolo directamente a los ojos.
-No se preocupe, tan sólo quiero hablar con él- le aseguró el joven, sosteniendo su mirada.
-De acuerdo, confío en usted- sentenció el policía, abriendo la puerta- Cinco minutos…
Finn asintió y ambos entraron en una sala en la que únicamente había una mesa y un par de sillas.
-¿Dónde está?- preguntó Finn, con el ceño fruncido, algo confuso.
-Ahora lo traigo, no se mueva de aquí, por favor- rogó el policía, que abrió otra de las puertas que daban a aquella sala- ¡Vamos, sal! ¡Tienes visita!
Unos segundos después, el agente volvió arrastrando consigo a Thom, que alzó la cabeza y sonrió de forma malvada al encontrarse a Finn.
-Vaya, vaya… ¡Mirad a quien tenemos aquí! ¡El gran Finn Hudson que viene a defender lo que cree que es suyo! ¿O me equivoco?- preguntó Thom, observándole con la cabeza levemente inclinada hacia un lado.
-No, no te equivocas, gusano- respondió Finn, sintiendo como su mandíbula se tensaba con sólo mirarle.
Thom comenzó a negar con la cabeza, ensanchando su endiablada sonrisa, que provocaba que la furia de Finn aumentase por momentos.
-¡Ey, tranquilo! ¡Saquemos la parte positiva! ¡Por fin nos hemos conocido! – dijo Thom, mirándole de arriba abajo- Si te soy sincero, te imaginaba más alto…
-¡Cállate! ¡No he venido aquí para escuchar tus provocaciones, sino para decirte que no pienso permitir que vuelvas a tocar a Rachel en lo que te queda de vida! - le dijo Finn, escupiendo cada palabra de su boca como si quemaran-Espero que te haya quedado todo claro, porque si algún día vuelves a intentar algo te juro que no seré tan amable - sentenció Finn, mirándole con los ojos entrecerrados y los puños apretados, para después darse la vuelta para abandonar la sala.
-¡¿Eso es todo?! ¡Debo admitir que estoy bastante decepcionado, Hudson! ¡Y pensar que has recorrido tantos kilómetros sólo para soltarme un sermón tan flojo! ¡Por esa razón Rach debe de estar a mi lado! ¡Yo soy capaz de todo por ella!
-¡Cállate, maldito bastardo!- gritó Finn, yendo hacia él con el cuerpo en tensión- ¡No te permito siquiera que la nombres! ¡¿Me has entendido, basura?!- le preguntó Finn, agarrándole del cuello de la camisa- ¡RESPÓNDEME!
-¡¿Por qué habría de responderte?! ¡¿Es que te crees mejor que yo porque ahora ella está contigo?! ¡¿Acaso piensas que eso significa que te prefiere a ti?! ¡Iluso! ¡Tendrías que haber estado allí cuando me suplicaba que volviera con ella! ¡Cuando se acercaba a mí con ese camisón blanco tan sugerente! ¡Mmm, sólo de pensarlo se me hace la boca agua!- dijo Thom, con una sonrisa malvada en el rostro- ¡Por no hablar de sus gemidos cuando la tocaba! ¡Se moría de ganas de…!
Thom no pudo terminar, ya que Finn le dio un puñetazo en la cara con toda la rabia que llevaba dentro. Thom cayó al suelo con fuerza, sin dejar de sonreír de forma desafiante. Eso enfureció aún más a Finn que continuó golpeándolo por todo el cuerpo durante unos segundos para después asestarle una patada en su entrepierna. Justo cuando iba a rematarle con un golpe en la mandíbula, el policía se interpuso en su camino.
-¡Señor Hudson, deténgase por favor!- rogó el agente Montgomery, sin saber muy bien qué hacer.
-¡No puedo! ¡Ese bastardo tiene que pagar lo que le ha hecho a Rach!- gritó el joven, apretando aún más sus puños manchados de sangre, con lágrimas de rabia en sus ojos.
-Lo sé, señor, pero si dejo que lo siga golpeando tan sólo habrá problemas para usted… le ruego que entre en razón y abandone ahora mismo la comisaría…
Finn apretó los labios, para finalmente asentir al tiempo que abandonaba aquella habitación sin mirar atrás. Poco después ya estaba en el coche conduciendo de vuelta a Lima. Unas horas más tarde, ya de madrugada, llegó a su casa, dónde lo esperaban despiertos Puck y Emily.
-¡Puck, la puerta!- exclamó Emily, levantándose de un salto del sofá- ¡Es él, ha vuelto!
Finn apareció tras la puerta, revelando un profundo cansancio en su rostro.
-¡Finn! ¡Has vuelto!- dijo la joven, corriendo a su encuentro y observándole con atención- ¡Dios mío! ¡Tienes los puños manchados de sangre! ¡¿Qué ha pasado?!- preguntó la joven, alarmada al ver sus nudillos ensangrentados.
-No es nada, Em…- susurró Finn, muy cansado, restándole importancia- ¿Cómo está Rach? ¿Ha despertado desde que me fui?
-No, estaba tan cansada que ni siquiera me he atrevido a despertarla para cenar… Chris está con ella en la habitación- explicó Emily, suavizando el tono de su voz.
-Bien… me voy con ellos… ya he perdido demasiado tiempo…
-¡¿Pe… pero?!- balbuceó Emily, buscando una explicación.
-Déjalo, Em. Finn necesita descansar. Mañana hablaremos todo con más calma- le dijo su marido, rodeando su cintura.
-Mmm…. De acuerdo- concedió finalmente Emily, aún no muy convencida.
-Gracias, chicos- agradeció Finn, entre bostezos- Hasta mañana.
Los chicos esperaron a que Finn cerrara la puerta de su habitación para seguir con la conversación.
-Puck, ¿tú crees que hicimos bien dejándole marchar?- preguntó la joven a su marido, que seguía con la vista clavada en la puerta.
-Sí, ahora Finn ya ha saldado la cuenta que tenía pendiente consigo mismo- dijo Puck, más para sí mismo que para ella- Además, yo habría hecho lo mismo por ti- le aseguró, alzando su barbilla para que lo mirase a los ojos- Te quiero, señora Puckerman.
-Puck… yo también te quiero- consiguió decir ella, presa de la emoción.
La pareja selló el momento con un dulce beso, para después subir juntos a su habitación, dónde ya dormía plácidamente su pequeña.
Por otro lado, desde la otra punta de la habitación, Finn contemplaba cómo Rachel y Chris dormían profundamente. Una sonrisa de felicidad se formó en su rostro al pensar que realmente aquello que estaba viendo no era un sueño, sino que por fin su familia estaba unida y esta vez nada ni nadie los volvería a separar. Finn suspiró con alivio mientras se encaminaba hacia el cuarto de baño. Una vez allí, abrió el grifo del lavabo y dejó que la calidez del agua eliminara por completo cualquier rastro de sangre en sus nudillos. A continuación, tomó una pastilla de jabón y frotó con ella sus manos hasta que quedaron suaves y limpias. Cuando terminó de asearse, se puso el pantalón del pijama y una camiseta blanca de tirantes para finalmente dirigirse al lado vacío de la cama, dónde se tumbó con cuidado, dejando al pequeño Chris en medio. Finn besó la cabeza de su hijo con cariño y después se dedicó a vigilar el sueño de Rachel hasta que el agotamiento pudo con él y acabó quedándose profundamente dormido, con una sonrisa de felicidad en sus labios.
A la mañana siguiente Rachel seguía durmiendo, acurrucada a un lado de la cama. Su sueño era tranquilo y feliz y sus respiraciones suaves y pausadas. Todo iba a la perfección hasta que se despertó, al sentir unas manos tocando su rostro. Un instinto de alerta recorrió todo su cuerpo al instante, bloqueando cualquier movimiento. La joven cerró los ojos con fuerza, tratando de calmarse y de respirar profundamente para ahogar todos sus miedos. Finalmente se armó de valor y los abrió, descubriendo frente a ella el hermoso rostro de Chris, que le sonreía de manera adorable y comenzó a reír al comprobar que había logrado su objetivo y su mamá había despertado.
-Hola…- susurró Rach, con una sonrisa dulce, visiblemente más relajada- ¿Has dormido bien, mi amor?
-Chi…- respondió el pequeño, acurrucándose a su lado- Mami… tego habe…
-¿Tienes hambre?- preguntó Rachel, incorporándose ligeramente al ver que Chris asentía- ¡Vamos a la cocina, entonces!
Justo cuando Rach iba a bajar de la cama Finn llamó a la puerta, portando consigo una bandeja con el desayuno y una hermosa rosa roja a un lado.
-Buenos días, Rach- saludó, dejando la bandeja a un lado de la cama- ¿Cómo has pasado la noche? ¿Has podido descansar bien?
Rach permaneció unos segundos en silencio, contemplando encantada el cabello desordenado de Finn y su aspecto que, aunque parecía algo desaliñado, era en realidad bastante sexy.
-¿Rach?- preguntó de nuevo él, cada vez más nervioso- Perdona si te he incomodado, yo…
-¡No!-le interrumpió ella, sonrojándose- Discúlpame tú es que… estaba distraída… ¡La rosa es preciosa, Finn!- exclamó ella, oliendo la flor, para después posar su mirada en sus manos vendadas- ¡Dios mío, Finn! ¡¿Qué te ha pasado en las manos?!- exclamó, muy asustada, señalándolas.
-Ah, eso… no es nada… ayer me las pillé sin querer con la puerta de la cocina- le dijo él, recuperando su sonrisa de medio lado, restándole importancia al asunto- ¿Te apetece comer algo?- le ofreció, señalando la bandeja.
-Bueno…- concedió ella, no muy convencida con su respuesta- Está bien, aunque creo que tu hijo ya ha terminado prácticamente con la mermelada- señaló Rach, sonriendo al contemplar a Chris, que tenía el tarro entre sus piernas y chupaba encantado su manita llena de comida- Me sorprende mucho que me haya reconocido después de nueve meses separados y siendo tan pequeño…- comentó, observando a su hijo encantada.
-Bueno, tanto Emily como nuestros padres se encargaron de mantener viva su memoria…- respondió Finn, rascándose la nuca, algo incómodo.
-Oh… ahora entiendo…- susurró Rachel, intuyendo que había metido la pata- Bueno, será mejor que desayune lo que me haya dejado Chris.
-¡Claro! Si necesitas algo más puedo bajar a la cocina a por ello…
-No, no te preocupes- contestó Rachel, con una tostada con mantequilla entre sus manos.
-Rachel… hoy vienen nuestros padres a verte- comentó Finn tras beber un trago de zumo, mirándola de reojo, esperando su respuesta.
-¿En serio? ¿Cuándo estarán aquí?- preguntó ella, muy feliz al saber que hoy volvería a ver a sus padres.
-Pues, en una hora más o menos estarán aquí- respondió él, feliz al ver lo emocionada que estaba con la noticia- ¿Quieres que llame a Em para que te ayude a cambiarte?
-¡Sí, por favor! ¡Quiero tener el mejor aspecto posible para no preocuparles!
Finn sonrió al ver cómo Rachel se levantaba de un salto de la cama para dirigirse corriendo hacia el armario, dónde empezó a sacar un vestido tras otro.
-Bueno, Rach, voy a cambiar a Chris- le dijo Finn, sonriendo al verla tan concentrada en su tarea- ¡Ahora volvemos!
-¡Vale!- dijo ella, soltando algunos vestidos sobre su cama.
Finn cogió a su pequeño y lo llevó al cuarto de baño para cambiarle el pañal. Una hora después, Emily ya había ayudado a Rachel a arreglarse y todos esperaban en el salón la llegada de Burt, Carole, Hiram y Leroy.
-¿Qué tal estoy, Em?- preguntó Rachel, sentada en uno de los sofás, muerta de nervios- ¿De verdad tengo buen aspecto?
-Estás preciosa…- susurró Finn, desde su sillón, mirándola totalmente embelesado.
-¡Sí, Rach! ¡Estás perfecta! ¡Ya verás cómo todo sale a la perfección!- le aseguró Emily, que acababa de terminar de arreglar la mesa para la comida y ahora estaba sentada a su lado.
En ese momento sonó el timbre y Puck fue a abrir la puerta, descubriendo a los padres de Rachel, que corrieron a abrazar a su hija, muy emocionados.
-¡Mi princesita!- chilló Leroy, estrechándola entre sus brazos, con lágrimas en los ojos- ¡No sabes cuánto te hemos echado de menos!
-¡Sí, pero por fin te tenemos aquí con nosotros!- exclamó Hiram, besando el cabello de Rachel, que sonreía, al sentir a sus padres tan cerca después de tanto tiempo.
-¡Yo también os he echado muchísimo de menos!- dijo Rachel, abrazándose a ellos con fuerza.
A continuación, Burt y Carole saludaron a Rachel y finalmente todos se sentaron en el salón a charlar un rato. Cuando llegó la hora de comer, Emily reunió a todos alrededor de la mesa y la comida comenzó. Rachel sonrió al comprobar que, a pesar del tiempo que había pasado, en aquella casa nada había cambiado y todos la trataban como si nada hubiese ocurrido. Un par de horas más tarde, los padres de Finn y Rachel se marcharon, prometiendo volver mañana.
-¡Adiós, princesita!- se despidió Leroy, dándole un par de besos mientras la abrazaba- ¡Cuídala mucho, Finn!
-No te preocupes, lo haré- le aseguró Finn, acercándose ligeramente a Rach.
-Bueno, nosotros también nos vamos- dijo Carole, mirando emocionada a la novia de su hijo- Me alegro mucho de volver a verte, Rach. ¡Ya quiero que vengas a nuestra casa y veas la habitación que hemos preparado para Chris!
-Sí… iremos pronto… supongo…- respondió la joven, algo nerviosa ante la idea de salir de allí.
-Bueno, no hay prisa, tesoro- le aseguró Carole mientras la abrazaba con ternura- Tú descansa y en cuanto te sientas con fuerzas vienes, las puertas de nuestra casa siempre estarán abiertas para vosotros, Rachel- le tranquilizó Carole, con una sonrisa maternal.
-Gracias, Carole…- agradeció Rachel, con un nudo de emoción en la garganta, acompañándolos hasta la puerta.
-No hay por qué darlas, cariño- respondió la madre de Finn, que a continuación se dispuso a despedirse de su hijo- Adiós, Finn-se despidió, besando su mejilla con un brillo de emoción en los ojos- ¡Recuerda lo que me has prometido!
-Sí, no lo olvidaré, mamá- prometió Finn, con su sonrisa de medio lado, guiñándole un ojo.
Carole sonrió satisfecha y finalmente todos se marcharon, dejando el salón de nuevo en silencio. Rachel se sentó a un lado del sofá frunciendo ligeramente el ceño, algo pensativa.
-¿Rach, va todo bien?- quiso saber Finn, que se había sentado a su lado mientras Puck y Emily recogían todo.
-Sí, tan sólo me siento un poco triste ahora que nuestros padres se han marchado… - admitió, con un toque de tristeza en la voz- No sabes cuánto he echado de menos la compañía de todos vosotros…
-Sí, claro que lo sé, por eso tengo una sorpresa para ti- le anunció Finn, encantado al ver la hermosa sonrisa que se formó en su rostro.
-¡¿En serio?! ¿De qué se trata?- preguntó, muerta de curiosidad, recogiendo a Chris, que tiraba de su vestido reclamando su atención.
-Si te lo dijese dejaría de ser una sorpresa, ¿no?
-Jo, pero…
-¡Pronto lo sabrás! ¡Lo prometo!- le aseguró Finn, guiñándole un ojo.
-De acuerdo…- se rindió Rachel, que no pudo reprimir un pequeño bostezo poco después.
-¿Quieres ir a dormir un rato, Rach?- preguntó Finn, muy atento a su respuesta- Si quieres puedo acostar yo a Chris mientras tú descansas- ofreció el joven, sin dejar de mirarla a los ojos.
-En realidad, me gustaría mucho acostar a Chris- reconoció ella, mordiéndose el labio inferior, acurrucando a su pequeño en sus brazos- Si no te molesta, claro…
-¡Por supuesto que no, Rach! ¡Vamos, te acompaño a la habitación!
Rachel sonrió y los tres juntos fueron a la salita de juegos dónde estaban todos los libros que leían a Chris para que se durmiese. Rach caminó con su hijo en brazos hacia la hermosa estantería de madera para elegir un cuento. El pequeño sonrió y comenzó a señalar con sus pequeñas manitas uno en particular.
-¿Cuál quieres, Chris? ¿Este?- preguntó Rachel, enseñándole uno y dejándolo segundos después al ver que su hijo negaba con la cabeza- ¿Este entonces?
Finalmente Rachel encontró el cuento que Chris había escogido y sonrió al ver la portada, en la que destacaba un niño jugando al baloncesto.
-Ese es su preferido- susurró Finn, que había contemplado embelesado la escena desde el marco de la puerta y que ahora estaba a escasos centímetros de ellos dos.
-¿Sí?- preguntó Rachel, muy emocionada al ver que Chris asentía, intentando sostener el enorme libro entre sus pequeñas manitas- ¡Voy a leérselo ya mismo, entonces!
Finn sonrió al verla tan entusiasmada mientras se encaminaba hacia la mecedora de madera que había en su dormitorio. El joven permaneció en pie, apoyado en una pared, observando cómo Rachel leía el cuento a su hijo, totalmente concentrada. Poco a poco, el pequeño comenzó a restregarse los ojitos, en señal de cansancio, hasta que finalmente cayó rendido en los brazos de su madre, totalmente dormido. Rachel continuó leyendo hasta el último párrafo, dónde el sueño finalmente le venció y se quedó dormida junto a su hijo, con el libro aún en las manos.
Finn no pudo contener un escalofrió al contemplarlos dormir de aquella manera tan tierna. Con cuidado de no despertarlos, se acercó hacia la mecedora y los cogió entre sus brazos para llevarlos hasta la cama, donde finalmente se durmieron los tres.
Un par de horas después, Emily despertó a Finn para decirle que la sorpresa de Rachel ya había llegado. El joven sonrió de oreja a oreja y poco a poco fue despertando a Rach, que dormía plácidamente junto a su pequeño.
-Rach, despierta- susurró Finn, meciendo uno de sus hombros con suavidad.
-¿Mmm?- murmuró ella, medio dormida.
-Tu sorpresa, ya ha llegado- le anunció él, sonriendo de medio lado.
-¡¿Qué?! ¿En serio? ¿Dónde está?- preguntó la joven, incorporándose algo desorientada.
-Me temo que tendrás que bajar al salón con Chris para averiguarlo- respondió Finn, abriéndole la puerta de la habitación.
Rachel sonrió para después recoger a Chris, que aún no había despertado, y salir corriendo escaleras abajo hacia el salón, dónde encontró a Quinn y a Kurt, que la miraban muy emocionados.
-Quinnie… Kurt…
Rachel no pudo contener las lágrimas mientras dejaba a su hijo en los brazos de Emily, que la miraba sonriente cuando tan sólo unos segundos después se había unido a sus dos mejores amigos en un abrazo fuerte.
-¡Chicos, no sabéis cuánto os he echado de menos! ¡Me habéis hecho tanta falta! Yo…- balbuceó Rachel entre lágrimas, sin soltar a sus amigos.
-¡Chstt! ¡Ya está, no llores más, pequeña diva!- susurró Kurt, mientras acariciaba su cabello de forma protectora.
-¡Sí, Kurt tiene razón, Rach! ¡Lo importante es que estamos juntos de nuevo y que ya nunca más volveremos a separarnos!- exclamó Quinn, también con lágrimas en los ojos.
-Sí, tenéis razón- dijo la joven poco después, entrelazando sus manos con las de ellos- Ahora toca volver a empezar.
-Si, exacto…- dijo Quinn, sonriendo, algo nerviosa- Además, hay dos personitas a las que creo que deberías conocer…
-¿Cómo? ¿De qué…?
Rachel no pudo terminar su pregunta ya que Quinn se retiró unos pasos, descubriendo tras ella a Sam, que portaba en sus brazos dos hermosos bebés de ojos claros y cabello rubio.
-Quinn…
-Sí, Rach… son nuestros hijos…- respondió la joven, sonriendo a su marido y tomando a su pequeño entre sus brazos- ¿Quieres tenerlo en brazos?
Rachel se giró emocionada para encontrarse con Finn, que había observado todo junto a Emily y la miraba sonriente mientras asentía.
-Pues… claro…
Quinn se acercó y puso al pequeño bebé en brazos de Rachel, que lo miraba totalmente emocionada.
-No entiendo nada… ¿Cuándo…?
-Cuando te fuiste ya estaba embarazada de algunos días, Rach…- le explicó Quinn con lágrimas en los ojos al tiempo que tomaba a su hija de los brazos de Sam.
-¡Oh, Quinnie! ¡Son preciosos!- exclamó Rach entre lágrimas, acariciando con su nariz el rostro del pequeño, que rió ante el contacto- ¿Cómo se llaman?
-Pues el pequeño terremoto que tienes en brazos se llama Edward.
-¿Terremoto? ¡Pero si es un cielo esta preciosidad!- exclamó Rachel, asombrada.
-¡Qué no te engañe su aspecto angelical, Rach!- le previno Quinn, con una gran sonrisa- Edward tiene un buen par de pulmones y sabe utilizarlos realmente bien.
-¡Oh, vaya! ¡Quién lo diría viéndole ahora!- rió Rach, contemplándolo con una sonrisa.
-¡Eso es porque le has gustado!- sentenció Quinn, sonriendo a su pequeña- ¿Quieres coger a la niña?
-¡Claro, Quinn!- respondió Rachel, dejando al pequeño Edward en brazos de su padre y tomando en su lugar a la niña que reía en los brazos de Quinn- ¡Ay, es igual de bonita que tú, Quinnie! ¡Parece una muñequita con esas mejillas tan rosadas!
-Sí, Barbra es una niña preciosa- comentó Sam, contemplando a su pequeña embelesado.
-¿Có… cómo has dicho que se llama, Sam?- preguntó Rachel, sin poder creer lo que acababa de escuchar.
-Sí, Rach, mi hija se llama Barbra- le confirmó Quinn, acercándose a ella.
-¡Oh, Quinnie! ¡No sabes cuánto significa eso para mí!- respondió Rach, llorando en el hombro de su mejor amiga.
-Lo sé, no hace falta que digas nada…- le susurró la rubia, dejando a la niña en su carrito- ¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta con Kurt?
-¿Sa… salir?- logró preguntar Rachel, entre tartamudeos, aterrorizada ante la idea.
-¡Sí, vamos Rach! ¡Tenemos muchísimo de que hablar y te vendrá genial tomar aire fresco!- le animó Kurt, sumándose a la idea de la rubia.
Rachel se mordió el labio inferior, presa del pánico, mientras miraba a su alrededor en busca de apoyo. Cuando su mirada se cruzó con la de Finn. El joven dio un paso adelante, incorporándose a la conversación.
-Veréis, chicos, no sé si Rachel está aún preparada para salir de aquí…- comentó el joven, situándose junto a su novia con Chris en brazos.
-¡No digas tonterías, Finn!- exclamó Quinn- ¡Tan sólo daremos un paseo por el jardín para pasear a los mellizos! ¡Además, Chris puede venir también! ¡Vamos, Rach! ¡Anímate!
Finn vio como el cuerpo de Rach temblaba de arriba abajo. Sin embargo, su corazón terminó de romperse cuando vio un par de lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. El joven cerró los puños, ignorando el dolor de sus heridas, al pensar en el sufrimiento que Rachel llevaba dentro. Él simplemente quería protegerla de todo y de todos, pero no sabía cómo. Su primer impulso fue acercarse y poner una de sus manos sobre su hombro en un gesto protector mientras se inclinaba ligeramente para quedar a su altura.
-Rach, no tienes que salir si no quieres- le aseguró Finn, en un susurro- Decidas lo que decidas yo estaré aquí para apoyarte.
-Es que… yo… quiero… quiero ir… pero… tengo miedo, Finn…- logró responder ella, temblando un poco menos al sentirle cerca.
-Yo estaré aquí, nada malo te pasará, lo prometo…- prometió él, acariciando su hombro levemente con el pulgar.
-Yo…
-Confía en mí…
Rachel se giró para mirarlo con lágrimas en los ojos para finalmente asentir, con una sonrisa débil en el rostro.
-Está bien, salgamos al jardín- concedió, cogiendo a su hijo de brazos de Finn.
Los tres amigos salieron afuera y durante una hora Quinn y Kurt le contaron a Rachel todo lo que había sucedido en su ausencia. Al principio la joven sentía que iba a desvanecerse en cualquier momento a causa del miedo, pero poco a poco fue ganando confianza y al final fue capaz de disfrutar de un hermoso paseo con su hijo y sus dos preciosos sobrinitos.
Al mismo tiempo dentro de la casa, Finn observaba consternado como Rachel miraba a todos lados, muy asustada, aferrando a Chris con fuerza contra ella. El joven golpeó la encimera de la cocina con fuerza cuando vio cómo una lágrima de pánico se deslizaba por la mejilla de Rachel. Aquella fue la gota que colmó el vaso para Finn, que se dirigió a toda prisa hacia la puerta, para impedir que aquella situación continuase.
-¡Finn, para! ¡¿Dónde vas?!- exclamó Em, que había escuchado un golpe y se había acercado para ver qué ocurría con su primo.
-¡No puedo soportarlo más! ¡Voy a traer a Rachel aquí ahora mismo! ¡No puedo seguir aquí sin hacer nada mientras ella sufre!
Emily se asomó y observó a Rachel durante algunos segundos, antes de girarse de nuevo para contestar a su primo.
-Finn, creo que no es una buena idea…
-¡¿Qué?! ¡¿Te has vuelto loca?! ¡Le prometí a Rach que la protegería y es lo que pienso hacer!
-¡No, Finn! ¡Si sales ahí fuera lo que harás será sobreprotegerla y lo que conseguirás a cambio es que tenga aún más miedo de todo lo que la rodea! ¿Acaso es eso lo que quieres?
Finn frunció el ceño, incapaz de creer lo que acababa de escuchar.
-¿Qué? ¡Claro que no quiero eso! ¡Pero tampoco puedo soportar estar aquí quieto mientras ella sufre!
-Lo siento, pero tendrás que ser fuerte por ella. Si quieres llorar, sube arriba y hazlo ahora que ella no puede verte, pero no salgas fuera y le muestres que tú también estás sufriendo. Eso sería contraproducente y además tendría un efecto terrible para ella, Finn.
-Yo… no puedo más con todo esto, Em… No sabes las ganas que tengo de abrazarla, de tocarla como antes…- confesó Finn, con lágrimas en los ojos.
-Sí, me lo puedo imaginar…- dijo la joven, acercándose para consolarlo- Pero ahora nos toca a nosotros ser fuertes por Rach, Finn. Ahora más que nunca ella necesita tu mejor sonrisa.
-¿Y si no puedo seguir fingiendo? ¡Verla temblar así me mata!
-¡Pues tienes que hacerlo como sea, Finn! ¡Ve arriba y desahógate! ¡Como sea pero hazlo!
Finn no lo pensó dos veces y salió corriendo de allí, subiendo a toda prisa las escaleras, pensando en alguna cosa que le permitiera descargar toda la frustración y el dolor que llevaba dentro. Cuando llegó a su habitación, dio una patada a la puerta, pero eso no le hizo sentir mejor. En lo más profundo de su corazón quería llorar como un niño asustado, pero dónde nadie pudiera verlo, dónde no tuviera que reprimir sus sentimientos. Dio vueltas por la habitación hasta que vio la puerta del baño entreabierta. Finn corrió hacia allí, cerrando la puerta tras de sí con un portazo para después cerrar con llave. Una vez dentro se dirigió hacia la ducha, dónde accionó la manilla del agua fría. Durante varios segundos dejó que el frío líquido se deslizase por su rostro y su espalda, mientras golpeaba con fuerza la pared, reabriendo las heridas de los nudillos mientras lágrimas de rabia se deslizaban por sus ojos.
Unos minutos después, se dejó caer al suelo, preso del agotamiento, mientras el agua limpiaba la sangre de sus puños y las lágrimas de su rostro. Aquel acto, aunque había impulsivo e infantil, le había dado las fuerzas que necesitaba para volver a mirar a Rachel con una sonrisa. A pesar de que él sufría inmensamente por ella, Em tenía razón y ahora tocaba más que nunca ser valientes y no mirar atrás. Finalmente, Finn se levantó de un salto y cerró el grifo. Después cogió una toalla y se secó la cabeza con ella al tiempo que iba hacia uno de los cajones de la habitación para cambiar su camisa mojada.
Cuando Finn bajó, se encontró a Rachel entrando en casa con su hijo en brazos. La joven observó con curiosidad su cabello húmedo, pero finalmente le dedicó una pequeña sonrisa.
-¿Qué… qué tal ha ido?- logró preguntar Finn, pasándose una mano por su cabello.
-¡Genial, Finn!- exclamó Quinn, presa de la emoción- ¡Al final hemos conseguido que Rach se sintiera a gusto ahí fuera! ¿A que sí?
-Sí…- reconoció Rachel, algo más relajada.
-Bueno, poco a poco- le animó Kurt, frotando su espalda.
-¡Sí, mañana venimos a dar otra vuelta contigo!- le dijo Quinn, muy emocionada.
-De acuerdo… ¿nos acompañarás esta vez, Finn?
-Claro, Rach- respondió él, con una sonrisa.
Así fueron pasando los días y dos semanas después los chicos habían pensado que ya había llegado el momento en el que Rach saliese de Ohio.
-¡Vamos, Finn! ¡Ya habéis salido a visitar sus padres y a los tuyos!- exclamó Quinn.
-Sí, Quinn, pero sólo ha sido un trayecto en coche hasta otra casa- respondió Finn, no muy seguro- ¡Lo que quieres hacer podría ser demasiado para ella!
-¿Y cómo lo vamos a saber si nunca lo intentamos? ¡Al menos dejemos que sea Rachel quien decida!
-¿Decidir el qué?- preguntó Rach, que volvía de cambiar a Chris.
-Rach, los chicos han estado pensando que quizá ha llegado el momento de hacer una salida y…
-¡Rach! ¿Te gustaría ir al zoo el próximo fin de semana?
¿Cómo evolucionará Rachel? ¿Irán finalmente al zoo? ¿Qué pasará con Jesse y Lau? ¿Lograrán avanzar en su relación Finn y Rachel? ¡TODO ESTO Y MÁS EN LA SEGUNDA PARTE DE "OTRA OPORTUNIDAD"!
Cuando Finn bajó, se encontró a Rachel entrando en casa con su hijo en brazos. La joven observó con curiosidad su cabello húmedo, pero finalmente le dedicó una pequeña sonrisa.
-¿Qué… qué tal ha ido?- logró preguntar Finn, pasándose una mano por su cabello.
-¡Genial, Finn!- exclamó Quinn, presa de la emoción- ¡Al final hemos conseguido que Rach se sintiera a gusto ahí fuera! ¿A que sí?
-Sí…- reconoció Rachel, algo más relajada.
-Bueno, poco a poco- le animó Kurt, frotando su espalda.
-¡Sí, mañana venimos a dar otra vuelta contigo!- le dijo Quinn, muy emocionada.
-De acuerdo… ¿nos acompañarás esta vez, Finn?
-Claro, Rach- respondió él, con una sonrisa.
Así fueron pasando los días y dos semanas después los chicos habían pensado que ya había llegado el momento en el que Rach saliese de Ohio.
-¡Vamos, Finn! ¡Ya habéis salido a visitar sus padres y a los tuyos!- exclamó Quinn.
-Sí, Quinn, pero sólo ha sido un trayecto en coche hasta otra casa- respondió Finn, no muy seguro- ¡Lo que quieres hacer podría ser demasiado para ella!
-¿Y cómo lo vamos a saber si nunca lo intentamos? ¡Al menos dejemos que sea Rachel quien decida!
-¿Decidir el qué?- preguntó Rach, que volvía de cambiar a Chris.
-Rach, los chicos han estado pensando que quizá ha llegado el momento de hacer una salida y…
-¡Rach! ¿Te gustaría ir al zoo el próximo fin de semana?
¿Cómo evolucionará Rachel? ¿Irán finalmente al zoo? ¿Qué pasará con Jesse y Lau? ¿Lograrán avanzar en su relación Finn y Rachel? ¡TODO ESTO Y MÁS EN LA SEGUNDA PARTE DE "OTRA OPORTUNIDAD"!
Última edición por Lau_finchelforever el Lun Abr 30, 2012 5:22 am, editado 1 vez
Lau_finchelforever**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 23/12/2010
Edad : 34
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
uhhh ame tu capitulo fue super largo y me encanto esoooooo quiero que haya un verdadero reencuentro de finn y rachel y que sae asi como una cena romantica o algooo haahhaah bueno esas son mis ideas y pliss pliss no te demores tanto publicando los capitulos me vuelve lokaaaa ahhah ok no pero igual plissss te quieroo hahaha
perpachina***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 11/09/2011
Edad : 26
Re: Fic Otra oportunidad (POR FAVOR LEED MI ÚLTIMO MENSAJE)
Ay, Lau, eche de menos tu fic, me alegro de que volvieras :')
El reencuentro Finchel ha sido perfecto! El tan protector y ella con miedo, en el fondo entiendo como se siente Finn, es normal :)
Lo de la pequeña pelea con Thom en la carcel no me parecio bien del todo por el hecho de que podria meterse en problemas, pero, quien no haria eso? xD
Me encanta la amistad Rachel/Emily, y me encanto como la trataron todos despues de semejante infierno...
Espero el proximo capitulo! :D
El reencuentro Finchel ha sido perfecto! El tan protector y ella con miedo, en el fondo entiendo como se siente Finn, es normal :)
Lo de la pequeña pelea con Thom en la carcel no me parecio bien del todo por el hecho de que podria meterse en problemas, pero, quien no haria eso? xD
Me encanta la amistad Rachel/Emily, y me encanto como la trataron todos despues de semejante infierno...
Espero el proximo capitulo! :D
AnaGleek*-*- -
Mensajes : 2618
Fecha de inscripción : 30/12/2010
Edad : 29
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