Fic "Fall For You" Capítulo XIX

-Sólo fue un sueño, Damian. No te alarmes- Le dijo su amigo al escuchar su relato.

Había soñado que Lindsay y Samuel, su novio, eran gigantes que lo miraban desde arriba y se burlaban de él. Él era pequeño, prácticamente diminuto y se desnucaba para mirarlos. El muchacho de rastas lo escupía y ella le decía palabras hirientes como “cobarde”, “estás solo” o “estúpido”. Se veían felices juntos, y por supuesto no tenían problema de demostrar su amor frente a él: se abrazaban, se besaban, se querían. El irlandés se había despertado sudando, encolerizado y dolido a la vez. Había sido un mal sueño, casi una pesadilla, pero parecía muy real. Casi sintió la saliva del joven en su cara, por lo que se levantó de inmediato y llamó a su amigo.

-Pareció tan real, Cam. Tendrías que haberlo soñado para entenderme.
-¿Qué mal te tiene Pearce, eh?
-No… no es para tanto- El chico de grandes anteojos rió ante su respuesta. Sabía lo testarudo que era su mejor amigo a la hora de admitir sus sentimientos.
-Claro, claro…- Atinó a decir desde el otro lado de la línea
-Cam, el sueño fue malo, pero lo que vi anteayer fue mucho peor- No quería recordar lo que había pasado dos días atrás, pero necesitaba contárselo a alguien. No quería acordarse de la forma en la cual se abrazaban sonriendo, pero le urgía la necesidad de ser escuchado y aconsejado. Relató con lujo de datalles la escena que vio, mientras sus desnudos pies eran lamidos por un juguetón Rupert. Su amigo permaneció callado durante todo la narración, sin emitir juicio alguno.
-Damo... ¿Te diste cuenta de algo?- Le preguntó, pensativo.
-¿De qué?
-Soñaste lo que viste, o sea soñaste prácticamente la misma situación, pero potenciada. Soñaste lo que sentiste.
-No fue un sueño, ¡fue una especie de pesadilla!
-Entonces aprende de ella. Si reaccionas intentando olvidarla, te perderás la oportunidad de aprender de ella. Debes interpretar el mensaje que te deja- Se produjo un incómodo silencio. Cameron decidió cambiar de tema, para relajar las cosas- ¡Ah! Casi lo olvido. Me invitaron a una fiesta en “Blex” ésta noche- Dijo, cambiando de tema, Cameron, al caer en cuenta del incómodo silencio que se produjo.
-Ah… qué bien.- Dijo un desganado Damian mientras en su mente yacían las imágenes del raro sueño, entre mezclándose con lo que su amigo le había dicho.
-No entendiste. NOS invitaron- Manifestó resaltando la palabra “nos” con su tono de voz- Marissa nos invitó. Un amigo de ella organiza la fiesta- Agregó.
-No, Cameron. No. No estoy para fiestas y lo sabes bien.
-¿Por qué? ¿Qué hay de malo en divertirse un poco? Ambos sabemos lo mucho que lo necesitas, Damian. Además… mi prima Amber estará presente. Puedes conocerla, no tienes nada que perder- Su amigo tenía razón. Deseaba conocer personalmente a la muchacha, esa era una de sus posibilidades para olvidarse de Lindsay.
-N…no no lo sé.- Respondió indeciso, tartamudeando.

Se estiró, cansado. Colgó el teléfono luego de despedirse de su amigo y se acostó en el diván del living, admirando el paisaje que podía verse desde el gran vidrio traslúcido del inmenso ventanal.
Estaba desganado y mirar el nublado cielo lo deprimía. La tarde se veía opacada por las nubes que cubrían por completo el cielo. Estaba anocheciendo y no quería quedarse solo en su casa para deprimirse más.
Pensó en la invitación de esa noche y en la posibilidad de ir con su amigo. Blex era uno de los bares más conocidos de la ciudad, y era sabido que las fiestas allí eran magistrales.
Luego de meditarlo un poco, decidió ir. Pensó que yendo podría divertirse. Necesitaba divertirse. Pensó en que la mejor manera de alejar las penas era yendo a una fiesta y distrayendo su mente.
Se bañó, cambió y alimento a Rupert. Ya estaba casi listo.

Cam, ceno algo y voy. Estaré listo en… ¿media hora? Algo así. Media hora no es nada. Te veo allá, nerd.

Luego de mandarle el mensaje de texto a su amigo, fue directo a la cocina. No tenía ganas de cocinar nada. En realidad, no tenía ganas de nada. Abrió la heladera y sacó un plato con porciones de pizza que habían sobrado del día anterior. Las calentó en el microondas y las comió despacio, con inapetencia.










-¡No te escucho!
-¡Dije hola!
-¿Qué?
¡Hoooooolaaaaaa!- Le gritó Damian a Cameron debido a que la música estaba muy fuerte como para mantener una conversación en un tono normal de voz.
-Vamos, tienes que conocer a un par de personas.

Caminaron a través de la pista, chocando a las personas que bailaban descontroladamente. El lugar estaba tan lleno que no cabía un alfiler.

-Oh, ¡miren quién llegó!- Gritó un muchacho que se encontraba rodeado por otros. Estaban sentados en sillones que no tenían respaldo, y en el medio de ellos había una mesa llena de bebidas alcohólicas y rodajas de limón.
-¡Hola, chicos! Les presento a mi amigo Damian- Todos lo saludaron y él dio comienzo a la fiesta.

Los muchachos, ebrios y divertidos, lo incitaban a entretenerse, por lo que aceptó una cerveza que le habían ofrecido. Empezó a relajarse, y se hizo amigo del tequila y el limón y la sal fueron sus soldados. El Dj reventaba los parlantes con la fuerte música, cosa que al principio le molestó debido a que sentía que sus tímpanos estallarían, pero luego dejó de importarle. No le prestaba atención a nada, pero todo le interesaba a la vez. Era una sensación rara.
Sonrió. Era una buena noche. Era SU noche.

-Vení, te presento a mi prima- Mitchell lo agarró del brazo y se lo llevó hacia la pista.

Las luces parpadeantes de colores no le permitían ver bien, por eso caminó con cuidado. Le presentó a su prima: una muchacha de un año mayor que ambos, que lucía provocativa con su vestido negro ajustado a su perfecto cuerpo y con escote bien pronunciado. Ella miraba tentadoramente a Damian con una pícara sonrisa en sus rojos labios.

-¿Bailamos?- Le preguntó ella, por lo que él reaccionó tomándola de sus manos y la guió hacia el medio de la pista. Sus dos pies izquierdos no impidieron que bailaran juntos y que se coquetearan.

Al principio se miraban, tímidos, hasta que Damian decidió romper el hielo invitándole un trago. Bebieron diversos tragos de colores que el musculoso cantinero les preparaba. Les comenzó a hacer calor, por lo tanto ella se recogió su largo y rubio cabello, y él arremangó las mangas de su camisa y desprendió un par de botones de la misma.
Bebían descontroladamente, se reían, se abrazaban, bailaban y hablaban separando sílabas y alargando las palabras por el efecto que el alcohol les ocasionaba.

De pronto, ella se apoderó de su cara y comenzó a besarlo apasionadamente. Él se dejó llevar y la besó febril, mientras Cameron reía al ver la escena.
Damian se sentía a gusto en esa situación, el alcohol en verdad era la solución para sus males. Hacía mucho que no se sentía tan contento, tan divertido. Su mente estaba en blanco, algo que no solía ocurrir con frecuencia.

-Vamos a otro llllllado. A un lugar máaas privado- Le musitó ella, borracha. Hablaba con dificultad pero se le entendía perfectamente.
-Vamos a mi… departamento- Le dijo finalmente él, sonriente, con su cabeza de lado. La tomó por el brazo y la condujo hacia el estacionamiento donde había dejado su camioneta.

Había un joven en el establecimiento, que, apoyado en la pared, le entregó al irlandés una especie de cigarrillo, mientras le decía, cómplice: -¿Para qué beber y conducir cuando puedes fumar y volar?

Damian fumó un poco y subió al asiento del conductor. Comenzó a toser mientras manejaba su vehículo camino a su hogar. Era lejos y no estaba en condiciones para conducir, no coordinaba sus movimientos. Pasó todos los semáforos en rojo y tuvo la suerte de que las calles estuvieran vacías. Conducir le resultaba sumamente complicado en ese estado.




-¡Cameron! ¿Dónde está Amber? ¡No la encuentro por ningún lado!
-Tranquila, cariño. Está con Damian. Allá- Le dijo a Marissa, su novia, señalándole el lugar en el cual había estado toda la noche su amigo y su prima.
-¿Me estás tomando el pelo?- Le dijo ella, fastidiada al ver que no había nadie allí.
-Pero, ahí estaban segundos atrás...Oh, ¡No!- Cameron corrió a buscarlos a la barra. No estaban allí. Los buscó por todo el lugar y no los encontró. Temió lo peor y corrió hacia el estacionamiento. Caminó a través de los autos y se percató de que la camioneta del irlandés no estaba. Encontró el reloj de su amigo en el suelo.

-Se fue- Le dijo un drogado muchacho.

Se agarró la cabeza y miró al cielo. Damian estaba muy borracho como para conducir.





-Despacio, Damian- Le expresó Amber al bajar del oscuro vehículo.
-Tranquila, yo sé lo que hago- Mintió.
Caminaron abrazados hacia la puerta del edificio puesto que ninguno podía mantenerse en pie.
-¿Da…Da…mian?- Escuchó una temblorosa voz y volteó a ver de quién era.










Lo miró apenada y sorprendida a la vez. Sus ojos estaban rojos y alrededor de su boca había rastros de rouge de mujer. Esos rastros que sólo los besos dejan. Venía abrazado con una sexy joven. Ambos reían, divertidos y sus cejas bailaban en su cara como de costumbre. Una lágrima cayó por su mejilla al verlo. Se sintió tonta por esperarlo en medio de la noche, afuera de su edificio.

-¡Hoooola, Lindsay!- Lo saludó él con una sonrisa- Amber, saluda a Lindsay.- Le ordenó el joven y así lo hizo su acompañante. La joven de ojos claros empezó a sentir un nudo en su estómago. Nunca se había sentido tan humillada, nunca se había sentido tan idiota. Nunca pensó que iba a encontrar a su amigo en esas condiciones y menos con una muchacha tan bella ingresando a su departamento. Se sintió inferior. La joven era una especie de modelo rubia, y ella estaba muy lejos de desfilar en una pasarela. Su corazón se partió en mil pedazos.

-¡Damian Mcginty!, ¡Amber Mitchell! ¿Se puede saber qué mierda están haciendo?- Gritó un agitado Cameron, al llegar al edificio. Había salido en su auto tras ellos, violando todas las medidas de seguridad viales existentes para llegar a tiempo. Temía lo peor, puesto que su amigo tenía una borrachera asombrosa. Estaba enojado, su imprudencia lo había sacado de sus cabales.

-¡Hermano! Vinimos a despejarnos un poco, no te preocupes- Damian rió al verlo con cara de preocupación. Para él todo estaba bien. Sólo estaba divirtiéndose un poco, no veía nada malo en ello.
De repente, pequeñas gotas de lluvia comenzaron a mojar sus cabezas, y poco a poco las gotitas se unieron para, juntas, formar parte de una incesante lluvia ácida.

-¡Damian Joseph Mcginty, subí a tu departamento en éste preciso instante!- Le ordenó un molesto Cameron a los gritos- Mañana hablaremos seriamente- El muchacho estaba muy enfurecido debido a que el irlandés no sólo había puesto en peligro su vida, sino también la de su prima. Había sido muy irresponsable y un completo inconsciente al conducir ebrio- ¡Amber sube al auto ahora!
La joven se despidió de Damian con un mojado beso en los labios y un chupón en el cuello. Era demasiado, hasta para Cameron. La muchacha había sobrepasado los límites del buen gusto con esa forma indecorosa para despedirse.

Lindsay los observaba con profundo dolor y sintió que en su cara las lágrimas comenzaban a mezclarse con las gotas de lluvia. No pudo evitar quebrar en llanto al verlo posando sus labios en los de la chica modelo. Hería, hería mucho. La lluvia la agregaba una innecesaria pizca de dramatismo al asunto.
Ella había estado esperándolo, sola, durante dos largas horas. Ni en el peor de los sueños se hubiera imaginado que Damian regresaría de esa forma.
Sus sollozos se hacían notar, lo que le avergonzaba totalmente. Si bien le lastimaba saber que había estado besándose con la prima de Cameron y el hecho de que iban a su departamento a hacer Dios sabe qué cosa, más le dolía asumir el hecho de que venía de destrozar un corazón por él. El corazón de alguien especial, de alguien que apreciaba mucho, de alguien que la había consolado cuando él la había dañado: el corazón de Samuel, su ahora ex novio.
Amber subió al auto y Cameron se dirigió a Lindsay.

-Me disculpo en nombre de él por esto. No sabe lo que hace, está muy ebrio. Por favor, te suplico que lo lleves a su cuarto y lo acuestes. No puede caminar solo- Le dijo, tomándola por los hombros y mirándola serio, mientras le entregaba, en un marco de profunda confianza, el reloj de su amigo. Lindsay se limitó a asentir, por lo que Cameron, luego de sacudir sus grandes anteojos, se dispuso a retirarse con su borracha prima.











Veía todo borroso y todo daba vueltas. Ya acostado, con su camisa desprendida, mojó su cama con las empapadas prendas que vestía. Estaba muy mareado.
Echó un vistazo a ambos lados y logró distinguir a su amiga que lo observaba, arenta- Linds…

-Shhhh, sólo descansa- Le dijo ella, mandona, en voz baja.
Unas fuertes náuseas arremetieron contra él. Quería ir al baño para vomitar, pero no tenía fuerzas suficientes para levantarse-Linds… no te vayas

-No me voy a ningún lado, Damo.
-No te vayas… no te vayas con el imbécil de tu novio
-¡¿Qué?! No hables así de Samuel, Damian. No te lo permito- La joven lo miró con resentimiento.
-No dije nada que… no sea cierto- Damian cerró sus ojos por un momento, se sentía pésimo.
-¡Basta! No puedo escucharte, cállate ¿Acaso no puedo escucharte sin que unas terribles ganas de golpearte se apoderen de mí? No, no puedo. Le dices imbécil a Samuel y no te pones a pensar que sos vos quien me rompe el corazón cada día, quien me lastima, quien me quita el sueño ¡Sos vos el imbécil que no se da cuenta, Damian! Y yo aquí, confesándolo como si lo merecieras… No, no lo mereces. No me mereces. Si te vieras ahora mismo me darías la razón- La joven suspiró aliviada. Más que una confesión, parecía que había tenido una charla con su almohada, pero no le importó demasiado. Le había dicho toda la verdad. Al fin le había revelado sus sentimientos. Se calmó un poco pero la rabia de haber visto lo que vio en la entrada del edificio aún permanecía latente.

Se volteó para mirarlo, mientras esperaba su respuesta, y lo encontró profundamente dormido. Se lamentó por haber hablado en vano y corrió a sacarle las humedecidas zapatillas. Colocó su preciado reloj en la mesa de luz y murmuró “descansa” involuntariamente.
Se veía sumamente tierno durmiendo, por lo que su colérica cara cambió por una enternecida. Sin embargo, recordó los sucesos ocurridos en la planta baja y salió indignada de la habitación.








Un intenso dolor de cabeza embistió contra su cotidianidad. Se sentó en la cama, perdido, sin saber qué hora era ni en qué día estaba. Intentó pararse, y luego de varios intentos fallidos, lo consiguió. Su cabeza ardía, por lo que su cara de sufrimiento era esperada.
Caminó despacio hacia la cocina y vio que era de día. El reloj del living marcaba las tres en punto. Se giró al ver que la mesa lucía un mantel naranja (el mismo que había llevado al picnic con los Pearce tiempo atrás), y un plato yacía en él. Levantó la tapa del plato, y se sorprendió al ver filetes de pescado y ensalada de diversas verduras. Sintió que era un sueño, ya que era imposible que él hubiera preparado tremendo manjar. Fue directo a la heladera puesto que moría de sed, y encontró una nota escrita a mano, sostenida con un imán de flor.

“La comida está servida. Te aconsejo que te alimentes aunque no tengas apetito. Descansa y toma mucha agua”- Rezaba el mensaje.

Se preguntó por el remitente debido a que no estaba firmado. Sin embargo, sospechó quién era. Esa letra, esas palabras que evidenciaban preocupación... Todo hacía referencia a alguien en especial. Y él sabía de quién se trataba. En el fondo lo sabía.
Abrió la ventana y un fuerte aroma a tierra mojada invadió sus fosas nasales.

Primero que nada a me encanta que hayas actualizado

Spoiler:

este es un gif que representa mis emociones!!!

Mujer es enserio lo que dices de que me vas a decepcionar???? eso me hace sentir triste ya que creo que no te ha quedado claro una cosa que es la de como me voy a decepcionar de una de mis escritoras FAVORITAS!!! en verdad jamás pasara ya que siempre que entro a este blog espero que ya hayas subido cap y cuando es así lo vengo a leer y cuando no pues me pongo triste pero se que la espera por leer este maravilloso fic vale la pena esperar :D así que por favor deja de decir eso

Bueno ahora de mi breve introducción me gustaría pasar al fic
Debo decir que cervezas, tequila y cockteles (acá en México así se les llama a la combinación de alcohol con algo por ejemplo jugo o otro alcohol) que mala combinación eso si que es una borrachera seguro luego mezclado con cigarros pésima elección y después de eso condujo creo que hoy fue el día que Damian se nos puso rebelde en verdad se pudo haber muerto por todo el alcohol que tenia en sus venas en verdad que la suerte del irlandés estuvo con el y después de hacer sus tonterías Lindsay todavía le prepara el desayuno eso si que es suerte

Se que quería que Lindsay y Samuel terminaran pero no se después de todo lo que le dijo a Linds creí que esperaría un poco más no se me da penita por Sam ya que el es un gran chico ya se que se quede con la prima de Cameron y así me dejan a Damsay en paz

Y bueno por las nubes grises me debí esperar que fuera un día nublado, gris y triste para Linds pobre cuando leí que empezó a llover me sentí triste ya que me imagine la escena y yo también quería llorar (en verdad que a ti te gusta que llore verdad ) ya que si seria duro quedarte a esperar dos horas y que de la nada veas al amor de tu vida borracho y con otra llevándosela a su depa eso si que ha de doler y más que supongo que iba para darle la noticia que ya había terminado con Sam y que lo único que le importaba era que lo amaba y que deberían de estar juntos woh eso es bastante triste ella no tuvo la suerte del irlandés en verdad como te puede cambiar la vida en un segundo ya que ella iba a decirle algo bonito y a cambio se llevo un corazón roto bueno lo único que espero es que lo puedan solucionar

Bueno creo que eso es todo si hoy no fue un gran comentario pero bueno mi falta de ideas y mi estress porque debería estar haciendo tarea y aquí me tienes escribiéndote un comentario es lo que hacen que el día de hoy no sea un buen comentario pero bueno lo único que me dejas decirte es que eres una gran escritora ya lo dije arriba eres una de mis favoritas y que en verdad eres genial y que este capitulo estuvo asombroso bueno nos vemos y espero tu actualización :D

PD: por cierto ni creas que se me olvida que Linds tiene prohibido ver a Damian así que espero que las dos horas que estuvo fuera de su casa no le hayan causado problema ya que a la pobre tiene suficiente con un corazón roto ya que seria triste regaño y corazón roto

PD2: Por cierto dices que te esta costando escribir capítulos (que para mi me parecen geniales) lo unico que te puedo recomendar es que te regreses a escribirlos en la bici fija jajajaja? (es broma)

PD3: Nos vemos te mando un abrazo y que estes bien :D

Atte: Tu gran fan y fiel lectora

-Maldito alcohol- Pensó mientras intentaba rememorar lo que había sucedido el día anterior.
Recordaba haber llegado a la fiesta, haberse encontrado con Cameron, haber saludado a unos chicos y haber conocido a Amber. Recordó haber tomado un par de tragos, y a partir de ese momento, sólo imágenes recortadas aparecían en su mente.
No se acordaba cómo había hecho para llegar a su departamento, y se preguntaba cómo ELLA había ingresado para cuidarlo. Sí, él sabía que sólo ELLA haría algo así, demostrando una vez más, ser una muy buena amiga.
No tenía noción de cómo se había comportado la noche anterior, pero al fallar su memoria, tenía un plan B, tenía a alguien cuya memoria no fallaría... tenía a Cameron.
Se hartó de la amnesia que tenía y decidió llamarlo. Todavía la resaca lo acosaba como para poder ir de visita a la casa de su amigo, por lo que simplemente marcó su número telefónico.








-Será mejor que te disculpes.

Con esas palabras finalizó su llamada.
Le pidió disculpas a su amigo por lo irresponsable que había sido el día anterior, no sin antes firmar una especie de contrato cuya cláusula principal lo retiraba de su libertad, situándolo al final de la pirámide de clases sociales, volviéndolo un completo esclavo del joven de grandes anteojos.
Tenía razón: debía disculparse con Lindsay, pero no tenía en mente cómo hacerlo. Sus ideas ya se habían acabado, y no estaba seguro de que ella lo perdonaría. Ya lo había perdonado muchas veces.



El alcohol, dulce tormento. Sentía remordimiento por la noche anterior, había hecho cosas que él jamás haría. Sintió que se trataba de otra persona.
No recordaba nada de lo que Cameron le había contado. No podía creer haber actuado de esa forma. Juró nunca más beber de esa manera mientras secó su labio superior que se encontraba mojado al haber bebido agua por décima novena vez.
Su dedo índice se manchó con… ¿rouge rojo?
Abrió los ojos como platos. Estaba seguro que él no se había pintado la boca. Estaba seguro de su elección sexual. Estaba completamente seguro de que no quería salir del clóset. En realidad, estaba seguro de que no estaba en ningún clóset. A él le gustaban las mujeres, las hembras, las chicas. Sabía que muchos lo habían mirado raro más de una vez, pero si había algo que nunca cambiaría en él, era su amor por las mujeres.
Supuso que el labial pudo ser producto de un beso. Claro, era un beso.
¿Pero con quién se había besado? Deseó haberse besado con su amiga, pero algo le decía que era con la prima de su amigo nerd. Se tranquilizó, debido a que si iba a besar a Lindsay por tercera vez, quería recordarlo, quería estar sobrio para ello.









-¿Qué estás haciendo aquí?
-Hola, el gusto es mío.
-No me causa ninguna gracia- Sus ojos reflejaban profundo enojo. No se quejó de ello, sabía que se lo merecía.
-¿Puedo pasar?
-No te voy a dejar colgando de mi ventana, aunque te lo merezcas- Le contestó ella, ofreciéndole su delicada mano y haciéndolo ingresar a su cuarto.

Había tocado sus suaves manos. El contacto lo estremeció por completo. Cada vez que sus pieles se rozaban era motivo de festejo para sus hormonas, era algo que no podía dejar pasar por alto.
Antes de omitir palabra alguna, observó la habitación. Era la habitación de su amiga, de quien le quitaba el sueño, de quien no podía dejar de pensar.
Miró la cama. Allí dormía su Lindsay, allí soñaba su Lindsay. Se preguntó si alguna vez allí habría soñado con él. Sonrió al sólo imaginar esa posibilidad.

El cuarto estaba totalmente ordenado, algo sumamente esperado, algo que no lo desconcertó en absoluto. Ella era pulcra, cuidadosa, y demasiado perfeccionista si se lo preguntaban, pero aquello no le fastidiaba, bueno no siempre. Sin embargo, si se lo preguntaban, diría que quería a su amiga maniática del orden y la limpieza, la quería a pesar de todo.

El espejo de pie apuntaba hacia la ventana y había un enorme cuadro de flores pintadas arriba del cabezal de su cama. El buen gusto predominaba allí, por lo que supuso que ella misma lo había decorado.

-¿Viniste a inspeccionar mi cuarto?- Sus mejillas se volvieron del color de los tomates al escucharla. No quería parecer un acosador, menos un detective.
-¡N...n...no! Vine a... lo de siempre
-¿Ah?
-A disculparme, Lindsay. Siempre vengo a hacer lo mismo.
-Y lo dices como si fuera un logro. Bien, Damian ¡Felicidades!
-¡No! Claro que no lo es- Mintió. Tenía ganas de decirle que, en realidad, sí lo era. La palabra LOGRO encajaba a la perfección con la idea de verla. No importaba la razón por la cual él estaba presente en su casa esa noche, sólo importaba que estaba ante ella- Perdóname, Linds. Soy un imbécil.
-Sí, lo sos.
-Sí... perdón por todo lo que fuera que hice ayer. La verdad, no lo recuerdo bien. Lo siento...
-¿No lo recuerdas? ¿No lo recuerdas? ¿No te acuerdas que tuve que subirte arrastrando hasta tu departamento, que tuve que sacarte el calzado empapado o que tuve que acomodar tu pesado cuerpo en la cama para que no amanecieras con dolores musculares porque te habías recostado como un perfecto contorsionista? ¿No recuerdas el discurso que te di cuando estabas en cama? Ah, ¡por supuesto que no! Estabas completamente borracho y te quedaste dormido cuando apenas empecé a hablar ¿Y no te acuerdas cuando me pedías que me quede? No querías quedarte solo y pensaste que yo...- Ella hablaba gesticulando más de lo debido.

En verdad estaba enojada ¿Acaso no se callaría nunca? No le importó demasiado, podía estar horas escuchando ese "bla bla bla" constante, sin prestarle atención y sólo mirándola... Porque para él no había en el mundo nada mejor que mirarla. Porque al mirar sus azules ojos se sentía cerca de ella, porque al mirarla sentía que su corazón latía más rápido y más fuerte. Porque al mirarla un grupo de confusas sensaciones se abrían paso ante él, dejándolo perplejo y en completo shock.

Continuó observándola en silencio, mientras jugaba con los botones de su camisa y pensaba en lo afortunado que era por estar frente a ella. Sintió que estaba dirigiendo demasiado interés en su rostro, temiendo así que sus pupilas se dilataran, delatando sus emociones ante ella.

-Entonces, ¿me perdonas?- La interrogó, interrumpiéndola.
-¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¡No es tan fácil, Damian! ¿Crees que puedes venir, disculparte levemente y hacer como si nada hubiese pasado?
-Sí, ¿me perdonas?
-¡No!- Él puso una graciosa cara, causando en ella una sonora carcajada- ¡No, no te perdono, Damo!- Ella se había dirigido ante él con su apodo. Un apodo que sólo ella y su intelectual mejor amigo utilizaban, pero el apodo en su voz sonaba mejor. Todo sonaba mejor si ella lo decía. Todo parecía especial si salía de esa celestial voz.
-Ah, ¿no? ¡Entonces me voy!- Fingió estar molesto.
-¡Vete! No estás perdonado- Damian le dedicó una irresistible mirada, mientras sus juguetonas cejas apuntaban al suelo.

Esa era su cara tierna, que con el tiempo descubrió que hasta podía resultar lastimosa. Nadie resistía a esa cara. La implementaba desde que era tan sólo un niño, motivo por el cual muchas veces su abuela le había contado un cuento más antes de dormir, y su madre lo había dejado repetir el postre. Nadie era inmune a esa cara, ni siquiera ELLA.

Lindsay lo miró inexpresiva. Ello le dio la señal que necesitaba. Sabía que ya estaba perdonado.







-¿Por qué no me dijiste que podía subir por las escaleras laterales? Me hubiese ahorrado un par de rasguños. Las plantas de tu madre tienen espinas, ¿sabes?
-Sí, lo sé. Lo que no sabía es que vendrías. Preferiste caer de sorpresa que avisar, ¿no?- En sus ojos todavía había restos de enojo, ella simplemente no podía disimularlo. Estaban en su ventana estilo bahía, sentados en el asiento que ésta traía incorporado, mirando el nocturno paisaje. La luna estaba presente, más redonda que nunca, y sólo había una estrella en el cielo.
-¡Claro! a veces es mejor conservar el misterio, Linds.
-Estás loco, Damian.
-A veces es bueno un poco de locura en la vida, ¿sabes? Te ayuda a mantenerte en pie. Todos somos un poco locos.
-No, no estoy de acuerdo.

El rió. No esperaba que ella coincidiera con su razonamiento. Nunca estarían de acuerdo en algo, y en el fondo eso le gustaba.

-Oh, no, no, no. Tienes prohibido dormir aquí- Le dijo ella al ver que los ojos del irlandés se habían cerrado por tan sólo dos segundos. Habían sido sólo dos segundos de un suspiro, dos segundos en los cuales él había intentado poner su mente en orden.
-Gracias por la invitación, pero no tengo sueño aún- Musitó él, burlándose de su equivocación- ¡Linds, mirá esa estrella! ¿No es preciosa?
-Es sólo una estrella, ¿qué tiene de especial?
-Es la estrella de Gaspar, uno de los tres reyes magos.
-No tengo cuatro años, Damian. Todos saben que los reyes magos no existen.
-Es verdad. No existen. Lo supe de niño. En realidad, alguien se encargó de decírmelo...- Se dirigió hacia ella, culpándola, mientras apoyaba su cabeza en el marco de la ventana y tomaba aire despacio.
-¿Yo? ¿Yo te dije el secreto?
-¿Quién más?- Rió. No estaba molesto con ella por algo que había sucedido hace tanto tiempo, no guardaba rencor.
-¡Soy una maldita bruja! ¿Cómo pude habértelo dicho? Qué cruel fui...
-Eso es parte del pasado, Linds. Los niños son despiadados y demasiado sinceros, no es tu culpa- Unas incontrolables ganas de abrazarla surgieron en él, pero se contuvo. Con mirarla bastaba- Las estrellas son las pequeñas hijas de la luna
-¡Pero por favor, Damo! ¡Sos tan infantil! Las estrellas son esferas compuestas de gas y radiación, son cuerpos espaciales con luz propia- Ella era una especie de biblioteca andante, ¿acaso lo sabía todo? Él simplemente rodeó sus ojos al escucharla.
-Todas están formadas por gas, menos una.
-¿Cuál?
-Menos esa...- Le informó, señalando la única estrella que yacía en el cielo esa noche- Todas menos tu estrella.
-Dejá de delirar, ¡por favor!
-No, no es un disparate, es algo que vos misma dijiste cuando estábamos sentados en la plaza una noche de verano, años atrás. Me dijiste que la estrella que brillaba esa noche, era tu estrella. Me dijiste que si había solamente una estrella en el cielo era tuya, porque sólo tu estrella podía aparecer solitaria en el firmamento porque estaba compuesta por luces de colores. Y yo te preguntó ese día el por qué no se veían esos colores que decías, y me contestaste que los colores no podían ser vistos porque delatarían a tu estrella, y las demás se iban a poner celosas.
-¿En verdad dije eso? ¡Qué imaginación tenía!

Ambos rieron de la ocurrencia que sólo una niña podía tener.

-Damo, esa estrella está titilando porque hay mucha distancia entre la tierra y el espacio exterior, y es en realidad una distorsión óptica producida por la densidad de la atmósfera. No está en realidad centellando...
-Oh, no de nuevo. Eso dolió. Me quitaste la ilusión de pensar que las estrellas titilan. Gracias, Lindsay. Buen trabajo, ahora cada vez que vea una brillante estrella en el cielo recordaré tus sabias palabras- Ella lo contempló risueña, mientras él perdía el control y la abrazaba precipitadamente. Quedaron así, abrazados, admirando la estrella Pearce que se hallaba despampanante en el firmamento, haciéndole compañía a una radiante luna llena.








https://youtu.be/SRsR9hnXpVQ
Loca vos no entendés nada de vivir.
Se fueron con septiembre tus ganas de mí.
Y una forma errante de permanecer
llenó de noches todo nuestro amanecer- Cantar para ella en verdad era un placer. Por ella cantaba acapella, sin "Juliet", su guitarra. Juliet lo había acompañado siempre desde que tenía doce años. El nombre lo había proporcionado su abuela, en su loca idea de ponerle nombre a las cosas. Damian jamás cantaba acapella, siempre necesitaba el apoyo de "Ju" (como Cameron decía para abreviar el "larguísimo" nombre). "Ju" era su amuleto de la suerte, era su compañera. Sin "Ju" se sentía desnudo, pero en ese momento nada importaba. Estaba ante Lindsay, y "Ju" era sólo un accesorio. Ahora su profunda voz era lo único que interesaba.

Loca vos no entendés nada del amor.
Yo no puedo cantar Blackbird como Paul.
Loca, tengo ganas locas de volver
como flores que volvieron a crecer.

Loca, me gustás así de loca
inestable y caprichosa.
Mucho mejores que el vino
son los besos de tu boca.- Cantó con pasión las palabras, mirándola simpático y con sus sentidos alerta, mientras le dedicaba en su mente cada una de las palabras.
Ella era loca, inestable y caprichosa, pero no cualquier loca-inestable-caprichosa... ella era SU loca-inestable-caprichosa. Y así le gustaba: loca, inestable y caprichosa.

Y tal vez es porque vivo
de la forma en que mal vivo
que te digo lo que digo,
que me encuentro tan perdido.

Loca, sólo lo que escribo es lo que soy
y no tengo mucha energía para hoy.
Loca, tengo ganas locas de volver
como flores que volvieron a crecer.

Me gustás así de loca,
me gustás así de loca.
Mucho mejores que el vino
son los besos de tu boca.

Y tal vez es porque vivo
de la forma en que mal vivo
que te digo lo que digo,
que me encuentro tan perdido.

La nostalgia es un espejo
que duplica lo vivido
rescatando nuestro tiempo
de las garras del olvido- Nostalgia. Nostalgia es eso que sentía al recordar sus días de niño con ella, al recordar su primer beso, al rememorar la segunda vez en la cual sus bocas se habían tocado, ya siendo unos hormonales adolescentes. Nostalgia es eso que sentía al recordar a su abuela, a sus padres, a Irlanda: su país natal. La nostalgia era algo muy presente en él, algo que en verdad rescataba sus más preciados recuerdos de las crueles garras del olvido.

Y es que no tengo más nadie
que pelear más que conmigo
porque eternos como el tiempo
son las noches y el vacío- Pensó las palabras mientras las cantaba siguiendo el ritmo de la hermosa canción. Él era su único enemigo, él y sus sentimientos, sus pasiones, sus emociones. Cada noche debía empezar y lograr terminar una dura batalla contra sí mismo... porque, en lo profundo de su ser, sabía que el causante de todos sus males no era Dios, no era el destino, no eran las personas. Era él mismo. Nadie más que él podía volver eterna una hermosa noche y abismal un simple vacío. Todo dependía de la perspectiva que él le daba a las cosas... un panorama que siempre rozaba el límite de lo nocivo y nefasto.

Porque nado hasta encontrarte
en este salvaje río.
Porque no me queda nada
que perder que lo vivído.

Loca, vos no entendés nada del amor.
Loca, vos no entendés nada de vivir...

-¡Qué bella canción, Damo! ¡Qué buena melodía! ¡Tu voz es simplemente increíble!
-¡Eh, no! ¡Todavía no terminó la canción! La arruinaste...
-¡Oh, lo siento! Continua entonces, y olvida lo que dije...- Manifestó ella, ruborizándose por meter la pata.

Loca, vos no entendés nada de vivir.
Loca, vos no entendés nada de vivir...- Cantó finalmente para luego revolcarse en el piso de las carcajadas, al ver el decepcionado rostro de su amiga. Pensó que seguramente ella había creído que a la canción le faltaba un par de estrofas más, no dos tontos y repetidos versos. Recibió un golpe con un floreado almohadón por ello.

La miró, divertido, esperando que captara la indirecta que le había enviado al cantarle una de sus canciones preferidas. Lindsay lo contempló, entristecida, logrando que miles de dudas se estrellaran en su cabeza. Algo le decía que ella no había descifrado el mensaje.

Tenía ganas de gritarle "¡Te dediqué la canción porque en verdad me gustas!", pero no lo hizo. Tenía ganas de decirle lo linda que se veía en pijamas, pero no lo hizo. Tenía ganas de besarla, aún sabiendo que sus locas hormonas no soportarían tanto contacto con ella, pero no lo hizo. No hizo más que callar esa noche, dejando sus emociones vacilantes, por temor a lo que ella no sintiera lo mismo.
Sin darse cuenta, formó parte de uno de esos momentos de película en los que a la audiencia entera le hubiese gustado entrar en escena para gritarle "¡El sentimiento es mutuo, idiota!, ¡sólo bésala!".

Primero que nada cite tu respuesta a mi comentario porque debo decir que ahora la que me hace sonronjar eres tu además de que siempre me quieres hacer llorar por tus lindos comentarios a mi persona, ademas también lo cite para aclararte unas cuantas cosas déjame decirte que en cuando dices que no te destacas en nada estas en un error ya que tienes bastante talento para escribir en verdad te lo digo no tengo porque mentirte creo que tienes un don especial y no cualquiera lo logra ya que habrá fic entretenidos, otros bien escritos pero el tuyo tiene un plus especial que cada vez que subes capitulo haces que corra a leerlo, así que para concluir si te destacas en algo en especial.
Otro punto es que si soy tu fan ya que cuando hablas de ser fan es cuando admiras o te gusta alguien o algo en este caso yo te admiro por tu forma de escribir y me gusta mucho tu fic así que de las dos maneras soy tu fan jejeje eso si espero que en verdad nunca dejes de hacerlo ya que veo que escribir es como una de tus pasiones además que eres muy buena solo espero que cuando escribas otra cosa no dudes en mandarle un mensaje a tu fan en México jajaja
Y por ultimo claro que me gustaría ser tu amiga cuando quieres yo estaré aquí para apoyarte en verdad por lo que quieras incluso si quieres consejos o que te ayude con algo relacionado la escuela (claro si estudias algo relacionado con contabilidad o administración soy tu chica jejeje pero si no olvídalo ya que si estudias historia pues no creo poder ayudarte jejeje)

Bueno pasaremos al fic porque creo que ya realice todo una historia anteriormente y no me gustaría aburrirte jejeje:
Primero que nada porque rompes mi ilusión como que los Reyes Magos no existen entonces eso significa que el 6 de enero no voy a recibir nada osea que a mis 19 años mis papas siempre me han dicho mentiras??? osea no vienen en caballo, elefante y camello??? jajajaja no es broma ya que los reyes no existen solo lo puse para bromear tantito contigo jajajaja ahora pasando a asuntos más serios que mala era Linds de niña porque le dijo a Damo que no existían que cruel es le quito la ilusión a un niño pero bueno que más se le puede hacer si ya lo hizo y me alegro que Damo no le guardara rencor a Linds.

Me agrado mucho el capitulo de esta semana creo que es realmente lindo ya que Damo si la tenia difícil de que Linds lo perdonara ya que como dije antes creo que fue bastante duro para ella ver la escena entre Damo y Amber pero bueno al final hasta yo lo hubiera perdonado con las cosas lindas que dice es que en verdad es un amor y luego le dedica una canción que lindo es lastima que los dos sean un par de tarados y no se den cuenta que los dos estan muy enamorados ya que al parecer ella piensa que Damo quiere con Amber y Damian cree que Linds quiere o siente algo por Samuel que confunsión espero que alguien le habra los ojos y por fin esten juntos pero bueno hasta que eso no pase pues a esperar jajaja

Me gusto la canción no conocía al grupo pero me gusto bueno solo espero que estés bien y espero que puedas actualizar pronto jejejeje bueno nos vemos y te mando un saludo y un gran abrazo :D

PD: Te deseo suerte en tus exámenes bueno nos vemos y espero que te cuides y que en tus exámenes saques la más alta calificación bueno ahora si nos vemos :D