Re: FanFic [Brittana/Faberry] Café sonata. Epílogo

por Cami Rivera Sáb Sep 28, 2013 6:11 pm

¡Oh! Joder, muy buen capítulo. Pagaría lo que fuera por oír la improvisación que hicieron. Es increíble lo que la música puede hacer, lo que puede hacer sentir, y lo que deja escapar desde el interior, lo reveladora que llega a ser con los sentimientos. Espero el próximo capítulo... Infinitas gracias por actualizar tan rápido!
Reafirmo lo dicho anteriormente, Quinn y Rachel nunca pierden el tiempo. Y Rachel ya no puede dar pasó hacia atrás. Creo que lo más probable es que sucumba irremediablemente a los encantos de Quinn. Espero ver más de Santana y Brittany, creo que están a un paso también de caer en lo incontenible, su único "pero" es la inseguridad de Santana de no poder controlar el efecto que causa Brittany en ella, aunque creo que lo único que debería hacer es dejarse guiar por lo que siente.

Espero el próximo capítulo :D

por Elisika-sama Sáb Sep 28, 2013 6:18 pm

sigo sin entender los miedos de Quinn, a ver... puedo imaginarme dos o tres razones por la que es asi, porque con lo que dice santana de que se las ha tenido que arreglar es que quinn a vivido una vida dura y recuerdo que dijo algo de que no todos tienen buena suerte con los padres o algo asi... Por otro lado, la cabezonería de Rachel respecto a ser solo 'amantes temporales' eso es ridículo, a ver lo entiendo pero lo habria dicho de otra manera. A ver si se sinceran de una vez jajajaja

Y respecto a las brittana pues a ver que pasa con ellas con el viaje de vuelta. Tengo curiosidad de si vuelven a hablar del tema del beso... Y esa Brittany siendo tan... Brittany jajajaja juntando a todas sin dudarlo.
Se enteraran las cuatro de quien esta con quien? Sería genial!

Besos!

por **Marta_Snix** Sáb Sep 28, 2013 6:31 pm

andre *-* escribió: waaaooooo ese capitulo me a dejado simplemente sin palabras...

de verdad amo tu fic..
actualiza pronto

Me alegra que te este gustando, te dejo

Jane0_o escribió:Oh dios!

Las faberry van mas rapido que las brittanas!

Genial el capitulo
Aunque quinn todavia me
Intriga su pasado!

Saludos y hasta la siguiente
Actualizacion!

Sí, las Faberry no pierden el tiempo jajaja
Lo de Quinn ya se sabra, muy pronto
Nos vemos

Cami Rivera escribió:
¡Oh! Joder, muy buen capítulo. Pagaría lo que fuera por oír la improvisación que hicieron. Es increíble lo que la música puede hacer, lo que puede hacer sentir, y lo que deja escapar desde el interior, lo reveladora que llega a ser con los sentimientos. Espero el próximo capítulo... Infinitas gracias por actualizar tan rápido!
Reafirmo lo dicho anteriormente, Quinn y Rachel nunca pierden el tiempo. Y Rachel ya no puede dar pasó hacia atrás. Creo que lo más probable es que sucumba irremediablemente a los encantos de Quinn. Espero ver más de Santana y Brittany, creo que están a un paso también de caer en lo incontenible, su único "pero" es la inseguridad de Santana de no poder controlar el efecto que causa Brittany en ella, aunque creo que lo único que debería hacer es dejarse guiar por lo que siente.

Espero el próximo capítulo :D

Ya también, pero no modo, incluso busque, pero no hay, solo lo dejo como que lo hicieron pero en la vida real no hay musica, si encuentras una que se parezca, te animo a que la pongas :P
Siempre que puedo y mi novia no me distrae intento actualizar
No, las Faberry no pueden perder el tiempo, ellas por lo menos ya hablaron y quedaron en algo no como las Brittana.
De las Brittana...mejor lee el siguiente capitulo

por **Marta_Snix** Sáb Sep 28, 2013 6:33 pm

Capítulo 16

La noche era agradable, con una calma poco habitual, a pesar de la reputación de ciudad extremadamente ventosa que tenía East Quay. “Cuidado con el viento, niña. Un día se te llevará la cabeza”, solía bromear su padre por las mañanas, cuando Brittany salía hacia el colegio. No era ninguna tontería: aquella exageración tenía su base, ya que era cierto que el viento la había derribado de su bicicleta cuando tenía doce años. Cayó sobre un jardín, y aplastó el premiado rododendro de la señora Jenison. Ahora Brittany estaba junto al coche de Santana, tras haber cerrado la portezuela, y no notó ni la más ligera brisa. Pensó que tal vez la naturaleza estaba conteniendo el aliento por ella, e inmediatament e se recriminó por su desbocada imaginación. Lo único que deseaba era sincerarse con Santana, contarle cara a cara lo que sentía y acabar de una vez con aquello. Y sin embargo lo único que hacía cuando estaba con ella era ir de puntillas todo el tiempo, temerosa de perturbarla, de ahuyentarla tal vez. Aquella situación la estaba volviendo loca.

—Hermosa noche, ¿verdad? —comentó Santana al tiempo que rodeaba el automóvil, que había aparcado frente a su edificio.

—Sí que lo es.

La calle estaba prácticamente desierta, como si Santana y ella fuesen las dos últimas personas sobre la faz de la Tierra.

—Aunque algo sobrecogedora también —añadió—, con todo tan desolado. Si no son más que las ocho…

—Sí. Voy a entrar ya.

—Yo también.

Brittany la siguió hasta el ascensor. Habían regresado en silencio. Brittany seguía absorta pensando en el extraño, genial, pero extraño, suceso que acababa de tener lugar. Al principio ni siquiera era capaz de hablar sobre ello.

—No estuvo nada mal, ¿eh?

Santana pulsó el botón de llamada del ascensor, dio media vuelta y se apoyó en la pared.

—¡Fue increíble!

El gutural sonido de su voz hizo que a Brittany se le erizase la piel en brazos y muslos.

—Sin proponérnoslo hemos conseguido hacer algo único —dijo Brittany pulsando los botones del tercero y el cuarto—. Vale la pena seguir explorando, Santana. Y ¿te has fijado en la forma en que Rachel se dirigía a Quinn? Se han hecho muy íntimas en estas semanas.

—Parecen haberse convertido en buenas amigas, sí.

Brittany soltó una carcajada ante la educada réplica de Santana. Desde luego, no tiene ni rastro de gaydar.

—No había nada “amistoso” en la forma en que Quinn miraba a Rachel, nena.

El atrevido apelativo se escapó de sus labios antes de que Brittany tuviese siquiera tiempo de pensarlo. Santana pestañeó pero no apartó la mirada.

—Ah, ¿no?

—No.

—Y ¿cómo la miraba?

El ascensor se detuvo en el piso de Brittany, quien abrió la reja de un empujón para que no siguiese su camino.

—De una forma muy parecida a como te miro yo —contestó con voz grave—. Con admiración… pero también con deseo.

Acercándose más a Santana, Brittany apoyó una mano en la pared, cerca de su cabeza.

—Conozco bien ambos sentimientos.

Se inclinó hacia ella y la besó en los labios. Fue un beso superficial, y no intentó ir más allá. En cambio, deslizó la otra mano por el interior de la chaqueta de tweed de Santana y la posó en su cintura, sin dejar de mantenerla prisionera de sus labios.

—Sé exactamente lo que Quinn desea hacerle a Rachel —susurró Brittany junto a su boca—, aunque no sabía que Rachel fuese lesbiana.

Santana cerró un segundo los ojos, y al contestar su voz sonó como aturdida:

—Tampoco lo sabía yo. ¿Lo es?

—No lo sé, y me pregunto si lo sabrá la propia Rachel.

Brittany comenzó a darle pequeños mordiscos en la mejilla, y a continuación bajó por el cuello. Su mano, comenzando a viajar por cuenta propia, acabó justo bajo la curva del pecho de Santana. Ambas contuvieron el aliento al mismo tiempo.

—Brittany… —susurró Santana.

—Rachel tendría que ser de piedra para resistirse a Quinn —le dijo Brittany posando los labios sobre su oreja—. Espero que sepa comprender sus sentimientos y ser cuidadosa, reaccione como reaccione. A Quinn le han destrozado el corazón, varias veces.

—¿No nos ha ocurrido a todas, en un momento u otro? —dijo Santana posando la mano sobre el hombro de Brittany.

Brittany no sabía si con aquel gesto intentaba mantener las distancias o acercarla más a sí.

—Sí, es cierto. Pero una no gana nada escondiéndose. Puedes creer que estás a salvo siempre que no te muevas, pero eso no es cierto.

Santana se estremeció y apretó con más fuerza el hombro de Brittany. —Todo esto me aterra, Brittany.

Brittany comprendió que para Santana no había sido nada fácil confesar aquello.

—Yo te ayudaré.

Volvió a besarla, y al mismo tiempo su mano ascendió unos milímetros, rodeando la base de uno de sus senos. Introdujo brevemente la lengua en la boca de Santana y la encontró dispuesta y sorprendentemente ansiosa. El beso no duró más que unos segundos, mientras su mano envolvía por completo el pecho de Santana. Notó que su compañera se estremecía. Pellizcó suavemente el pezón, del tamaño de una frambuesa, por debajo del sujetador, lo que hizo gemir a Santana. Por fin se apartó de ella y recogió su guitarra antes de abrir la puerta exterior del ascensor. No había nada que desease más que llevarse a Santana a su apartamento y demostrarle lo bien que podrían estar las dos juntas, pero se limitó a sonreír y a cerrar de nuevo la verja.

—Nos vemos mañana, en la fiesta de la señora Sylvester. Buenas noches.

Se quedó mirándola, justo antes de que las puertas se cerrasen del todo. Los ojos de Santana tenían el mismo tono café oscuro que aquella noche en el apartamento de Brittany, cuando tocó para ella por primera vez. Y las encontradas emociones que reflejaba claramente su rostro eran todavía más intensas de lo que lo habían sido entonces. Brittany sabía que se había vuelto a arriesgar mucho con Santana, pero su instinto le decía que, si le ofrecía demasiado espacio, ella comenzaría a racionalizar, hasta encontrar un motivo perfectamente plausible para sus propias reacciones, y se echaría atrás. “Debo mantenerla al límite lo más posible.”

Abrió la puerta con su llave, metió dentro la guitarra y la apoyó con cuidado contra la pared. “¡Hoy hemos creado música! Y Santana era parte de todo aquello, tan embebida en el proceso como todas las demás.” Brittany sabía que el hecho de haber compartido con ella aquel proceso creativo redundaba en su favor. Si Santana estaba tan conmovida con aquella experiencia musical como ella, estaría deseando repetirla. Normalmente a Brittany no le gustaba nada tener que vestirse de gala para las recepciones de etiqueta, pero esta vez estaba deseando que llegase el día. “Mañana tengo que pasarme un momento por la tienda de Genevieve. Da igual si fundo mi tarjeta Visa. ¡Necesito un vestido!”

* * *

En cuanto Quinn deslizó los dedos por dentro de la blusa de Rachel, abotonada de arriba abajo, y comenzó a deslizarlos por su vientre, creando caprichosos y apasionados dibujos, Rachel pasó de la tibieza al ardor en apenas unos segundos. Nunca había respondido con tal rapidez y apasionamiento a las caricias de otra persona.

—¡Hueles tan bien…! —murmuró.

Seguía con la mano posada sobre el desnudo seno de Quinn; con la mano libre rodeó su cintura para acercarla más a sí. Su compañera le tiró suavemente del pelo para que alzase el rostro. Sus labios se encontraron de nuevo, y esta vez Rachel hundió la lengua en su boca, devorándola entre gemidos. Sus piernas se estremecieron, y notó una fuerte presión entre ambas que acentuó todavía más la humedad que la iba invadiendo. Le era imposible dejar de ondularse y apretarse contra Quinn, abriendo las piernas al tiempo que saboreaba su dulce boca. Notaba cosquilleos en la mano, aquella mano posada sobre el pecho de otra mujer, el pecho de Quinn. La firme elevación, con su rígido pezón en la cima, tenía un tacto flexible y delicado a la vez. Rachel lo masajeó suavemente, temerosa de hacer algo mal sin pretenderlo, pero Quinn se apretó más contra ella y dejó escapar un fuerte gemido. Quinn dejó de besarla un momento, aunque estaba lo bastante cerca para que Rachel notase su ardiente aliento sobre el rostro.

—Sí, Rachel, acaríciame. He soñado con este momento. ¡Lo necesito!

Rachel deslizó las yemas de los dedos hacia fuera, desde el centro del pedregoso pezón.

—¿Así? ¿Te gusta, linda?

—Maravilloso. Lo haces más que bien. No te… detengas.

—No lo haré.

El corazón de Rachel comenzó a latir desbocado, y notó que el sudor corría por entre sus pechos y bajo la nuca.

—Tengo que quitarme esto —consiguió decir—. Aquí hace demasiado calor.

—Sí, demasiado calor.

Quinn arrojó al suelo su camisa, dejando al descubierto sus pechos desnudos. Cuando atrajo a Rachel hacia sí y le abrió rápidamente la blusa, esta tomó conciencia de la camisola de seda que llevaba y de su sujetador blanco, no muy sexy. Era una prenda diseñada para contrarrestar el efecto de la gravedad y disimular el hecho de que ya no tenía diecisiete años y le sobraban unos cuantos kilos. De pronto se sintió bastante estúpida, presa de un ataque de timidez. No solía ser tan pacata respecto a su físico. Durante muchos años, antes de confirmar su categoría de prima donna assoluta, había tenido que compartir vestuario con muchas otras mujeres, algunas veces en lugares muy estrechos. Y no era tímida, punto. Muy pocas veces llegaba a enrojecer siquiera.

—¿Qué ocurre? —preguntó Quinn tomándola de los hombros.

—Creerás que no soy más que una tonta ridícula.

—Seguro que no. De hecho, puedo prometerte que no será así.

—Yo… hace años que no me desnudo ante nadie, a excepción de mi ayudante de camerino. Y no soy ninguna jovencita, Quinn.

La expresión del rostro de Quinn se suavizó, y sus ojos se volvieron de un color verde intenso

—No tienes por qué disculparte, y tampoco tienes por qué desnudarte. Aquí no existen las obligaciones.

—Lo sé. Supongo que me siento insegura sin ningún motivo.

—Todo tiene algún motivo —replicó Quinn sonriendo con malicia, al tiempo que se encogía de hombros—. Soy quince años más joven que tú. ¿Acaso crees que espero que tu cuerpo tenga el aspecto de alguien de mi edad o menos?

Acarició la mejilla de Rachel con una mano y con la otra le cogió la mano y volvió a ponerla sobre su pecho.

—Pero ¿es que no lo ves? —continuó—. Esto me gusta porque eres tú la que me toca, al igual que me gusta acariciarte porque se trata de tu cuerpo, no el de otra. Da la casualidad de que creo que eres preciosa, pero, aunque no lo fueses, seguiría deseándote, sólo por ser tú.

—¿Preciosa, linda?

Rachel intentó asimilar lo que Quinn acababa de decirle. Naturalmente, aquellas frases eran muy reconfortantes, pero una parte de ella seguía poniendo en duda el que Quinn supiese de lo que estaba hablando. Notó que le temblaban las piernas y tuvo que apoyarse en la encimera.

—¿Te estoy haciendo daño? —preguntó alarmada Quinn, retrocediendo.

—No, no me haces daño —la tranquilizó Rachel, tendiendo la mano hacia ella—. Quédate a mi lado.

Quinn asintió y sujetó la camisola de Rachel por el borde inferior. Cuando tiró de ella hacia arriba hasta quitársela, dejándola después sobre la encimera, Rachel reprimió las ganas de cubrirse con las manos. Se quedó allí temblando, cubierta tan sólo por el sujetador.

—¡Qué hermosa eres! —susurró Quinn.

Sus ojos irradiaban un alegre brillo verdoso, y se volvían más oscuros a cada segundo que pasaba. A continuación tendió la mano para bajarle los tirantes del sujetador. Rachel gimió al notar el leve roce.

—¿Puedo? —preguntó Quinn con voz segura.

—Sí.

Rachel no podía dudarlo, ni tener miedo. Y sin embargo notó la boca seca, y contuvo el aliento mientras Quinn la envolvía entre sus brazos para desabrochar el sostén. Desnuda de cintura para arriba, consciente del amplio volumen de sus senos y de los pezones dolorosamente erectos, Rachel reunió todo su valor antes de mirar a Quinn.

—¡Dios mío! —susurró apenas Quinn, tendiendo la mano hacia ella; tomó el pecho izquierdo de Rachel en su mano y lo sopesó con delicadeza—. Es maravilloso, Rach.

—Gracias.

“Mierda, qué ridículo suena”, pensó Rachel mientras intentaba humedecerse los labios.

Entonces Quinn tomó el otro seno en la mano que le quedaba libre y, con unas suaves caricias circulares, comenzó a explorarlos definitivamente, llevando a Rachel al éxtasis y haciéndola olvidar todas sus inseguridades.

—Vamos, pongámonos más cómodas —sugirió Quinn; tomó a Rachel de la mano y la llevó de nuevo hacia el sofá de cuero negro—. Échate aquí. ¡Estás temblando!

Rachel se derrumbó sobre los almohadones que había junto al brazo del sofá y cerró los ojos, pero volvió a abrirlos de inmediato, temerosa de perderse lo poco que podía distinguir del rostro de Quinn. “Llegará un momento, y será pronto, muy pronto, en el que ya no podré ver su rostro, ni sus ojos. ¿Cómo podré vivir sin contemplar su belleza… y lo peor, sin tenerla a ella?” Rachel gimió cuando Quinn le retorció muy suavemente los pezones. No sabía que sus pechos podían ser tan sensibles. Notó unos pequeños estremecimientos que nacían en donde Quinn acababa de acariciarla y le atravesaban el vientre. Entre sus piernas brotaba de nuevo la humedad. Seguro que notará… Pero no había tiempo para avergonzarse. Rachel no pudo evitar cerrar los ojos y dejar escapar un gemido cuando Quinn volvió a besarla. Notaba fuego en los pechos, y la lengua de Quinn dentro de su boca avivaba todavía más aquel incendio.

—¡Rachel! —gimió Quinn, tan conmovida al parecer por aquella intimidad como ella misma—. ¡Oh, Dios, Rachel, abrázame!

Cuando Rachel alzó los brazos y tiró de su compañera hasta tenderla sobre ella, Quinn tuvo que soltar su pecho, pero en el momento en que los senos de ambas se rozaron se sintió inundada por una sensación completamente nueva. Rachel notó que sus pezones vibraban sacudidos por pequeños aguijones de placer y se encogían hasta convertirse en dos palpitantes balas que salieron disparadas hacia su húmedo sexo. Instintivamente volvió a alzar las piernas y las anudó alrededor del cuerpo de Quinn.

—¡Linda! Me haces sentir… Yo nunca… —balbució gimiendo.

—Tampoco yo. Nunca me había sentido así —susurró Quinn, casi con miedo—. ¡Nunca!

El dolor que sentían debido a su imposible situación y el alivio que para ellas representaba el poder acariciarse eran casi tan poderosos como el deseo que las embargaba. Rachel acunó amorosamente a Quinn mientras su amante se frotaba contra ella. “¿Amante? Sí, por supuesto que sí. Ahora Quinn es mi amante, desde este mismo momento.” Rachel estuvo a punto de perder el control al notar las costuras de los vaqueros de Quinn hundiéndose entre sus carnes. Temblaba de arriba abajo, atravesada por relámpagos ardientes y helados a la vez que la dejaban sin aliento y con los ojos llorosos.

—¡Quinn…!

¿Lo había susurrado o lo había gritado? No tenía ni la más remota idea.

—Lo sé, Rachel. No pasa nada. Déjate llevar.

“¿De verdad no pasaba nada?” ¿Estaba bien que ella alcanzase el orgasmo en aquel sofá, con aquella maravillosa mujer entre sus brazos? Rachel intentó reprimirse, pero al mirar a Quinn su determinación cayó hecha añicos: sus ojos brillaban con algo muy parecido al amor y, por mucho que Rachel supiese que se trataba más de un deseo que de una realidad, su cuerpo se aferró a aquel sentimiento y la condujo al paraíso.

—Lo estás haciendo estupendamente. ¡Entrégate a mí! —le rogó Quinn, moviéndose con suave insistencia contra su cuerpo—. ¡Déjate llevar!

Rachel alcanzó por fin el orgasmo una y otra vez, dejando escapar un grito ahogado mientras Quinn seguía meciéndose contra ella. Notó cómo los violentos estremecimientos surgían y se atenuaban, en oleadas.

—¡Quinn!

“¡Imposible! ¡Oh, Dios, no me lo puedo creer!” Rachel arqueó la espalda y cerró los ojos. Los temblores reverberaron dentro de ella unos segundos más, hasta que, ya sin fuerzas, se derrumbó de nuevo sobre el brazo del sofá, arrastrando a Quinn con ella. Agradeció el peso de Quinn sobre su cuerpo, a pesar del calor que despedía, sumado al que irradiaba la chimenea.

—¡Linda…!

—Aquí estoy. Te tengo bien sujeta.

—Sí, es cierto. Me tienes.

Rachel se sentía confusa, como flotando. Se lamió los secos labios para humedecérselos. No recordaba siquiera haber llegado alguna vez al orgasmo de aquella manera, y desde luego nunca lo había conseguido a base de simples caricias como ahora. Era maravilloso sentir a Quinn sobre ella, calmando todo lo que apenas unos momentos antes le dolía tantísimo, y oliendo tan divinamente.

—No me sueltes —suplicó—. Estoy algo mareada.

—Necesitas agua. Iré a buscar un vaso —dijo Quinn, y se incorporó a pesar de la súplica de Rachel.

La sala le pareció desolada cuando Quinn se fue. Rachel seguía temblando por dentro. Al notar las braguitas empapadas entre las piernas, se movió torpemente. Buscó una manta y se envolvió en ella con manos temblorosas. Estar desnuda en medio de la agonía de la pasión era una cosa, pero recibir ahora a Quinn en el mismo estado era impensable. “Dios, ¿qué pensará de mí? ¿Y si me ve como a una vieja ridícula, medio ciega… y tan necesitada de contacto humano que alcanza el clímax a la mínima insinuación?” ¿Cómo podría explicarle que, si había llegado al orgasmo de forma tan inmediata, era por ella? Sólo la presencia de Quinn, sus caricias y su voz podían explicar por qué Rachel se había puesto en órbita y alcanzado la Luna con el mero roce de las caderas de Quinn. Cuando Quinn regresó con el agua y las ropas de ambas en la mano, Rachel aceptó el vaso, agradeciendo que Quinn no intentase ayudarla a beberlo. “Al menos no me trata como a una inválida.” Al notar que su estómago protestaba bebió otro gran trago de agua. “Bueno, al menos por ahora. ¿Qué ocurrirá si acabo teniendo que depender de otros para seguir viviendo? ¿Y si llego a necesitar ayuda para bastante más que beber un vaso de agua?” Dejó el vaso sobre la mesita de centro y posó las trémulas manos sobre los muslos.

Quinn la miraba intensamente, con los ojos llenos de mudos interrogantes. Al contrario que Rachel, ella parecía haber olvidado que estaba semidesnuda, y no hizo nada por intentar cubrirse.

—Casi no has tomado zumo.

Rachel se oyó a sí misma diciéndole aquello y deseó chillar. ¡Merde! ¡Menuda idiota soy! “Es lo menos romántico, lo más estúpido que podría haberle dicho!”

—Estaba ocupada atendiéndote a ti —replicó Quinn con voz neutra, sin dejar de mirarla fijamente.

—Sí —contestó rápidamente Rachel con una sonrisa, y decidió que desde ese momento se dejaría guiar por la cautela—. Y fue…precioso.

Quinn sonrió con cierta reserva.

—Sí que lo fue.

—Pero tú no has podido llegar…

—No era lo más importante en ese momento. Deseaba simplemente estar cerca de ti. Me sentí feliz al ver que tú sí llegabas. La próxima vez me tocará a mí, ¿vale?

Rachel cogió rápidamente su vaso, pero al oírla estuvo a punto de atragantarse con el siguiente sorbo de agua. “¿Quiere repetir esta escena tan penosa?”

—¿La próxima vez?

Quinn se encogió perceptiblemente.

—No deseas que haya una próxima vez —dijo, y no era una pregunta.

Rachel se sintió abochornada. No, no era eso lo que ella había querido decir.

—Pensaba… es decir, estaba segura de que esto había sido una decepción para ti. No estoy habituada a… sentir tanta pasión y, cuando me acariciaste… nunca había… imaginado…

Increíblemente, el fragmentado discurso de Rachel consiguió ser comprensible para Quinn.

—No has sido ninguna decepción —murmuró, sonriendo tímidamente—. Eres preciosa, y conseguir que llegases al orgasmo de esta manera ha sido una de las experiencias más estimulantes de mi vida.

—Gracias —acertó a decir Rachel, atónita.

—¿Podrías tomarte unas horas libres mañana por la noche? —añadió seguidamente sin pensar, asombrándose ella misma de sus palabras—. Me han invitado a una gran celebración en el ayuntamiento, y me gustaría muchísimo que me acompañaras.

“Va a decir que no.”

El rostro de Quinn pasó del asombro al placer, dando paso enseguida al terror:

—¿En el ayuntamiento?

—Sí, pero ¿querrías venir conmigo? —preguntó Rachel, con los ojos llenos de lágrimas.

¡La respuesta de Quinn era tan importante para ella…! Se dio cuenta de que su tono había sido de súplica. “¡Patética, de nuevo!”

—Por supuesto. Tan sólo dime cómo se espera que vaya vestida, para no hacer el ridículo.

—Esmoquin para los hombres y traje de noche para las mujeres. Y tú nunca harías el ridículo.

Quinn se encogió de hombros.

—Muy bien. ¿A qué hora?

—A las ocho en punto.

—Entonces, ¿qué tal si te recojo a las siete y media? Tengo un coche pequeño que apenas utilizo, pero funciona perfectamente.

Rachel exhaló un suspiro de alivio.

—Perfecto.

Quedó en silencio un momento. Buscó la mano de Quinn, la tomó entre las suyas y le acarició el dorso con el pulgar antes de añadir:

—Supongo que ahora tendrás que subir a tu trabajo.

—Sí. Me parece que necesitas descansar para esa gran celebración de mañana. ¿Qué tal si te relajas un poco sobre el sofá? Cuando estés dispuesta llamaré un taxi.

Rachel sonrió ante la formalidad de aquella frase.

—Muchas gracias.

—Hasta luego.

Quinn se inclinó a darle un rápido beso y se dispuso a ponerse en pie. Rachel sintió un repentino pánico al pensar que se iría antes de que ella tuviese la oportunidad de decirle lo que deseaba explicarle. Se acercó más a ella y rodeó su rostro con ambas manos.

—¡Linda! Sabes lo especial que ha sido esto para mí, ¿verdad? ¿Tienes idea de lo increíblemente bien que me has hecho sentir?

Los rasgos de Quinn se suavizaron.

—Sí, creo que sí —contestó, al tiempo que asentía lentamente.

—Supongo que tendrás que ser paciente conmigo y, sobre todo, enseñarme a… complacerte —dijo Rachel, escandalizada ante sus propias palabras.

Quinn la tomó entre sus brazos y la estrechó con fuerza.

—Muy pronto, te lo prometo.

Se quedaron un rato así abrazadas, sin decir nada, y después se separaron. Rachel se sintió más vacía que antes. “¡Oh, Quinn!”

—Nos vemos arriba, pues —dijo esta poniéndose en pie, aunque después dudó un momento—. ¿Podrás subir sin problema los escalones?

—Sí. Hasta luego.

Cuando Quinn se hubo marchado se quedó allí sentada, inmóvil, durante un buen rato, acercando la manta hacia ella. El sótano estaba iluminado por multitud de pequeñas lámparas cuidadosamente repartidas por todas las estancias, lo que hacía que el apartamento fuese muy acogedor. Sin embargo, sin la presencia de su dueña era lo que era: un sótano oscuro, sabiamente decorado. Rachel se estremeció y cerró los ojos.

Santana estaba sentada ante el piano, mirando fijamente las teclas. Su mente seguía repleta de las notas de aquella experiencia musical que habían compartido. “Sesión de improvisación”, se corrigió a sí misma. Sin embargo, por mucho que la hubiese impresionado, fueron los sucesos del ascensor los que crearon el caos en su corazón y en su cuerpo. Aún podía sentir la mano de Brittany sobre su pecho y los implacables labios contra los suyos. Santana dejó que sus dedos comenzasen un acorde, y al escucharlo sonrió. Sonaba bien, sin notas falsas, aunque definitivamente estaba en un tono menor. Las melancólicas notas resonaron en la sala, y se preguntó si Brittany las habría oído en el piso de abajo. Se ciñó mejor la bata de felpa sobre el cuerpo desnudo, y se apartó del rostro el húmedo cabello. Su siguiente intento de repetir lo que había sentido en el sótano de Quinn resultó en otro acorde igualmente solemne. Acabó cerrando de golpe la tapa sobre las teclas del piano, irritada. Se puso en pie y fue hasta el dormitorio. Por una vez no se molestó en secarse meticulosamente el cabello. Cerró las cortinas y se quitó la bata. Bajó la vista hasta su cuerpo y frunció el ceño al verse tan ruborizada, un rubor que ascendía desde su pecho. “Darme un baño relajante y sentarme un rato ante el piano no ha servido de nada. Antes solía funcionar…”

Dio media vuelta y se metió en la cama, estremeciéndose ligeramente cuando el fresco y limpio tejido de algodón tomó contacto con su cuerpo. Se tendió sobre los almohadones, dejando escapar un suspiro, mientras en su mente aparecían imágenes de Brittany, la trenza que se le había aflojado cuando se colgó aquella salvaje guitarra suya, la decisión con la que la había besado… “Y con pasión también. Es una mujer que resplandece, y sin embargo ¡es tan… real…! La tocas y es pura realidad.”

Santana deslizó ambas manos por su cuerpo, intentando calmarlo o satisfacerlo, pero no conseguía concentrarse ni relajarse lo suficiente para sentir de verdad sus propias caricias. Se removió inquieta de un lado a otro de la cama, mientras entre los muslos su sexo proclamaba sus urgencias. Se frotó de cualquier modo, intentando acabar de una vez con aquel tormento. “Esa mujer ha entrado a hurtadillas en mi mente y ahora me está volviendo loca. ¡No, ahora no! No quiero hacerlo con su rostro invadiendo todos y cada uno de mis pensamientos. Ese pelo… Esas piernas interminables… y sus pechos, pequeños y descarados, apenas de la medida de mi mano… ¡No!”

Santana introdujo varios dedos en la vagina y comenzó a emitir atormentados gemidos, uno tras otro. Estaba muy cerca del orgasmo, pero cada vez que creía estar a punto de hallar cierto alivio se veía defraudada. Una y otra vez se veía casi llegando, pero al final se le cansaron los brazos y el sudor enfrió su cuerpo. El ardor inicial se convirtió en estremecimientos. A sus ojos asomaron lágrimas de frustración. A punto de chillar de rabia, Santana decidió ceder por fin. Hundió el rostro en la almohada, se arrebujó en las mantas y, tras luchar un poco más con las imágenes de Brittany que seguían flotando en su mente, finalmente se durmió.

por micky morales Sáb Sep 28, 2013 7:08 pm

estos capitulos estuvieron excelentes en verdad, por momentos me he imaginado a rachel como una vieja decrepita insatisfecha, pero luego he recordado quien es rachel berry en realidad, en cuanto a santana la entiendo, pero como se resiste a una mujer como brittany?

por Cami Rivera Sáb Sep 28, 2013 7:42 pm

Quinn debe ser realmente embriagadora para Rachel, la pudo satisfacer con sólo caricias... Este FF está cada vez más bueno. Ojalá Santana deje pronto la autosatisfacción para dejarle ese trabajo a Britt, que claramente no la dejaría tan frustrada como quedó. Ya no tiene sentido que niegue lo innegable!

Espero que tu novia no te moleste hasta que subas todos los capítulos del FF jajaja, bueno creo que es muy extremista, pero que te deje un buen tiempo para que puedas actualizar constantemente.

Gracias por el capítulo!

Un abrazo!

por Jane0_o Sáb Sep 28, 2013 7:44 pm

No me imagino a rachel berry de 38 años
Bueno santana que espera con brittany!

En fin muy buenos
Los capitulos

Saludos

por DafygleeK Sáb Sep 28, 2013 8:15 pm

Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

por DafygleeK Sáb Sep 28, 2013 8:52 pm

Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

por DafygleeK Sáb Sep 28, 2013 8:53 pm

Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

por DafygleeK Sáb Sep 28, 2013 8:55 pm

Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

por DafygleeK Sáb Sep 28, 2013 9:04 pm

Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

por imperio0720 Dom Sep 29, 2013 2:35 am

ohhh rachel no pienses así...me encanta la actitud de britt... quinn es tierna y santana es pues santana pobrela se quedo con las ganas jajaa la parte de la música me enanto

por Keiri Lopierce Dom Sep 29, 2013 2:51 am

Siii por aqui YO de nuevo comentando que puedo decir me ha encantado el capitulo que bueno que Santana se vaya relajando y dejándose llevar por Brittany son tan perfectas juntas y pues ARIA MI QUERIDA ARIA ella es muy genial y es con la que mas me la llevo del foro tenemos un química no se un tanto extraña jajajaja pero igual no deja de ser mi maestra acosadora jajaja

por **Tat-Tat** Dom Sep 29, 2013 12:00 pm

OMG! El día de ayer me topé con tu fic... Y a pesar que sea una adaptación me ha encantado como has puesto a las chicas..
Me las imagino en esas condiciones...
Wow.. Faberry más rápidas que Brittana O_O. Eso me ha shockeado xD
Y Santana jamás besada? Y dentro del clóset? (Es tan incomodo por cierto xD)

Solo espero tener pronta actualización tuya.

ayer me quede hasta las 2:00 leyendo... y me reto mi madre... y tengo mucho sueño xD

Saludos!

por **Marta_Snix** Dom Sep 29, 2013 12:46 pm

micky morales escribió:estos capitulos estuvieron excelentes en verdad, por momentos me he imaginado a rachel como una vieja decrepita insatisfecha, pero luego he recordado quien es rachel berry en realidad, en cuanto a santana la entiendo, pero como se resiste a una mujer como brittany?

Jajajaja Esta muy bien tu descripción de Rachel, pero poco acertada, pero sí, Rachel al lado de Quinn se ve así, asi que has dado en el clavo con el miedo de Rachel.
Yo tampoco entiendo como San puede resistirse a Britt

Cami Rivera escribió:
Quinn debe ser realmente embriagadora para Rachel, la pudo satisfacer con sólo caricias... Este FF está cada vez más bueno. Ojalá Santana deje pronto la autosatisfacción para dejarle ese trabajo a Britt, que claramente no la dejaría tan frustrada como quedó. Ya no tiene sentido que niegue lo innegable!

Espero que tu novia no te moleste hasta que subas todos los capítulos del FF jajaja, bueno creo que es muy extremista, pero que te deje un buen tiempo para que puedas actualizar constantemente.

Gracias por el capítulo!

Un abrazo!

Quinn es un genio!! Solo con caricias, yo también quiero a Quinn :P
Sí, creo que lo que le hace falta a San es hacerle más caso a la rubia que esta loca por ella y dejar de intentar hacerse la fuerte y querer resistirse a sus encantos, porque es imposible.
Bueno, ahi anda mi novia...pero a ella también le interesa que suba capitulos, le gusta y como no le digo que va a pasar...pues debe dejarme adaptar para enterarse ella también de lo que pasa jajaja. Pero bueno...es dificil resistirse a ella , solo me gusta un poco no gran cosa...¿no se me cree verdad? Ya, no tampoco, la amo demasiado
Nos vemos, te dejo el primer capitulo del dia

Jane0_o escribió:No me imagino a rachel berry de 38 años
Bueno santana que espera con brittany!

En fin muy buenos
Los capitulos

Saludos

Es raro, para mi también, pero cambie las edades, en verdad en el libro Rachel tendría muchos más, pero no quise ponerla tan vieja, asi que solo hice que las edades de las dos Quinn y Rachel, estuvieran alejadas la una de la otra, por eso los miedos de Rachel, porque Quinn es mucho más joven.
San...bueno ya veremos...
Nos vemos

DafygleeK escribió:Querida Pretty! Fue genial!!!! No puedo creer que britt y san casi lo hacen en el ascensor! Cuando lei eso solo pensaba en que alguien podria entrar y verlas! Lol. Ya quiero que esten juntas!
Me voy del foro para ver una pelicula y un capitulo de keeping up with the kardashian y me pierdo 2 actualizaciones?!?! Es genial!!! Eso dice lo mucho que te involucras en este fic! Lo adoro!!! Me encanta la idea de que utilises mis palabras en tu fic! Pretty actualiza pronto please! ;) xoxo.

Britt dio un gran paso, pero paró a tiempo de que alguien las viera y de hacerlo con San en el ascensor.
No te puedes ir, si te vas hay actualizaciones jajaja, ¿que peli fue? si puede saberse, ¿estuvo bien?. Bueno, me involucro en todos mis fic, pero en este comentais casi minutos despues de poner un capitulo, asi que me anima para ponerme a adaptar y subiros otro.
Lo hare, usare tus palabras en mi otro fic, cuando lo vea oportuno saldrá, seguramente dicho por Brittany.
Aqui te dejo un nuevo capitulo. Besos!!

imperio0720 escribió:ohhh rachel no pienses así...me encanta la actitud de britt... quinn es tierna y santana es pues santana pobrela se quedo con las ganas jajaa la parte de la música me enanto

La parte de la musica estuvo muy bien, uniendo sus talentos para crear algo maravilloso.
Rachel...tiene demasiadas inseguridades y ahora que se esta quedando ciega aún más.
Britt me encanta lo decidida que es, no se calla nada y dice todo lo que piensa.
Quinn adora a Rachel
San...tu mismo lo dijiste es San

Keiri Lopierce escribió: Siii por aqui YO de nuevo comentando que puedo decir me ha encantado el capitulo que bueno que Santana se vaya relajando y dejándose llevar por Brittany son tan perfectas juntas y pues ARIA MI QUERIDA ARIA ella es muy genial y es con la que mas me la llevo del foro tenemos un química no se un tanto extraña jajajaja :lol:pero igual no deja de ser mi maestra acosadora jajaja

Como siempre un placer leerte por aqui
Vaya!! Me estoy poniendo celosa, yo que creia que tendria dos acosadoras, y va y acosadora maestra y alumna tienen química, se liaran y abandonaran a la acosada *Caminado a un rincón a llorar *

Tat-Tat escribió:OMG! El día de ayer me topé con tu fic... Y a pesar que sea una adaptación me ha encantado como has puesto a las chicas..
Me las imagino en esas condiciones...
Wow.. Faberry más rápidas que Brittana O_O. Eso me ha shockeado xD
Y Santana jamás besada? Y dentro del clóset? (Es tan incomodo por cierto xD)

Solo espero tener pronta actualización tuya.

ayer me quede hasta las 2:00 leyendo... y me reto mi madre... y tengo mucho sueño xD

Saludos!

Hola, me alegra verte, como estas?
Me alegra que te este gustando
Sí, Santana nunca ha sido besada, hasta que Brittany le dio su primer beso. Y sí, en el clóset
Pobre...lo siento, no deberías trasnochar tanto. Pongo un capitulo para compensarte
Nos vemos

por **Marta_Snix** Dom Sep 29, 2013 12:50 pm

Capítulo 17

Brittany dejó escapar un suspiro mientras rebuscaba entre la hilera de vestidos. Todos eran preciosos, pero no había nada que pudiese quedarle bien. Era demasiado larguirucha, y su piel demasiado pálida. Echó un vistazo a su alrededor, dispuesta ya a rendirse. Sin embargo, la de Genevieve era la mejor boutique de la ciudad, y si no encontraba nada allí no lo encontraría en ningún otro lugar.

—¿Puedo ayudarla, señora?

Era la dueña de la tienda en persona.

—Sí, por favor. Necesito un vestido para esta noche.

—¿Para la fiesta de la señora Sylvester?

—Sí. Y ninguno de estos me parece adecuado.

—Ya veo —dijo Genevieve observándola detenidamente—. ¿Qué le parecería un vintage?

—¿Un vintage? Claro, ¿por qué no? Los colores pastel que se llevan este año quedan fatal con mi pelo. Por cierto, me llamo Brittany.

—Y yo Genevieve. En esta parte tenemos una colección de vestidos vintage de diseñadores de renombre, algunos en varios colores. Están todos como nuevos, y algunos son auténticas piezas de coleccionista.

—Ah, ¿sí?

Brittany no solía interesarse demasiado por la moda, aunque de vez en cuando gastaba grandes cantidades de dinero en chaquetas y botas. La hilera de trajes estaba tras una cortina. Genevieve la apartó a un lado, y de inmediato Brittany comprendió que aquellos vestidos tenían mucho mayor potencial.

—Están ordenados cronológicamente, por décadas. Eche un vistazo a ver cuál le gusta. Si necesita ayuda, no tiene más que llamarme.

—Gracias.

Brittany se colocó más arriba la correa del bolso. Los colores de los sesenta y setenta eran mucho más favorecedores, pensó. Cuando ya había escogido dos trajes y se dirigía hacia los probadores, con los vestidos colgados del brazo, alguien pasó justo delante de ella, y a punto estuvo de tropezar. Unos fuertes brazos la agarraron, estabilizándola.

—Lo siento muchísimo… ¿Brittany? —preguntó Quinn, atónita—. ¿También tú estás comprando algo para esta noche?

—¡Quinn! Sí. Ya estaba a punto de darme por vencida cuando me encontré estos dos —dijo alzando el brazo hacia ella.

—¿Te los puedes probar para que vea cómo te quedan? Tal vez me sirva de inspiración. He estado mirando tres o cuatro vestidos y… me estoy volviendo majara.

Brittany intentó recordar si alguna vez había visto a Quinn con un vestido puesto. O una falda, incluso. No recordaba ninguna.

—Sí, ven a ayudarme. O me pongo uno de estos, o mi chaqueta de pana y los chinos.

Quinn la siguió hasta la amplia zona de probadores, donde Brittany se probó un traje de terciopelo celeste, de manga reglan. Hizo un pase de modelos para Quinn, saliendo adonde esta se hallaba aguardándola.

—¿Este?

—Te queda sensacional. No sabía que estuvieses tan bien formada.

—Sí, hace que destaquen mis curvas. Eso es bueno —dijo pellizcando la amplia falda justo por debajo de la estrecha cintura—. Muy bien. Ahora el siguiente.

Entonces se puso un vestido corto, azul oscuro, que abrazaba su cuerpo de una manera muy distinta. Aunque dejaba sus piernas al descubierto hasta la mitad del muslo, Brittany no se esperaba en absoluto la reacción de Quinn.

—¡Oh, Brittany, Dios Santo! Si apareces allí con eso puesto… ¡Estás imponente!

—No parezco yo —dijo, tirando del dobladillo, pues se sentía algo desnuda.

—Tengo las medias perfectas para ese vestido, y también unas botas de aspecto muy original —dijo Genevieve entrando en la zona de probadores—. Voy a por ellas.

Regresó al momento con unas botas de cuero que llegaban a la altura de la rodilla, muy delgadas y flexibles.

—He calculado que gastas el nueve.

—Pues has calculado bien —dijo Brittany sonriente, disponiéndose a probarlas.

No se atrevió a ver la etiqueta para comprobar el precio, aunque la imagen reflejada en el espejo de cuerpo entero lo decía todo. Genevieve se colocó tras ella y le levantó la trenza, creando rápidamente un peinado alto con ayuda de unas cuantas horquillas que aparecieron como por arte de magia.

—Mucho mejor. Si compras el vestido yo te regalaré unas increíbles piezas de bisutería original.

—Sabes bien cómo hacer negocio, sí señora —murmuró Brittany, sin dejar de observar su imagen mientras se volvía de un lado a otro frente al espejo—. ¿Estás segura de que esto irá bien para la fiesta? Es bastante corto.

—Sí, pero no demasiado. Tienes las piernas perfectas para lucirlo, Brittany, y el vestido cubre lo que ha de estar cubierto.

Quinn se puso en pie.

—Tienes que comprar este vestido, Brittany. Se van a quedar de piedra.

—¡Ya te digo! Pero es que… no estoy segura…

—Te haré un descuento del sesenta y cinco por ciento en las botas —ofreció Genevieve con una sonrisa.

—¡Ay, entre las dos vais a matarme! Está bien. Muéstrame la bisutería y, si va con el vestido, me la llevaré.

—Un segundo —dijo Genevieve, y desapareció por una de las puertas.

Quinn comprobó la textura de la tela.

—¿Qué es?

—Me parece que lo de debajo es una especie de seda, y lo de encima es gasa. Tenemos que preguntarlo.

—Aquí tienes —anunció Genevieve al regresar con un surtido de bisutería original—. Todos estos son más o menos del mismo precio. Mi regalo consiste en un collar y un par de pendientes. ¿Tienes las orejas agujereadas? Ah, bien. Siéntate y echa un vistazo. Tómate el tiempo que necesites.

Brittany aceptó la bandeja y fue estudiando las coloridas piezas mientras oía charlar a Quinn y Genevieve.

—¿Y qué puedo hacer por usted, señora? La vi entrar hace un rato, pero estaba al teléfono, lo siento. ¿Necesita también un vestido?

—No. Sí. Es decir… he echado un vistazo a los vestidos, pero no son para mí. No me interprete mal, son magníficos, pero no soy mujer de llevar vestidos.

—Tiene razón. Yo incluso le diría que no existe tal criatura, y sin embargo tengo algunas cosas más con las que podría usted estar espectacular.

Genevieve se volvió hacia una pequeña puerta.

—Estos los tengo para clientas especiales —dijo, y sacó una percha en la que colgaba lo que parecía ser un traje pantalón negro—. Y con él seguirá acatando la etiqueta.

Brittany alzó la vista, curiosa.

—¡Un esmoquin! ¡Qué gran idea!

Quinn se quedó mirando fijamente el traje, asombrada.

—¿Estás segura de que se puede?

—Tanto como llevar el que yo he elegido. Pruébatelo, Quinn.

—Sí, hágalo —la animó Genevieve.

Los ojos de la propietaria reflejaban una novedosa calidez. Brittany se preguntó si las razones por las que deseaba ver a Quinn con el esmoquin puesto eran algo más que mercantiles.

—Está bien —dijo Quinn, aunque su voz seguía dubitativa—. ¿Es de mi talla?

—Debería serlo. Ahora mismo lleva puesta una camisa blanca, de modo que podrá ver qué tal resulta.

Quinn desapareció en una de las cabinas y, cuando regresó unos minutos después, Brittany no podía creer lo que veían sus ojos: le pareció más alta, más rubia e impresionantemente atractiva.

—¡Oh, sí, tienes que comprarlo, Quinn! ¡Estás deslumbrante!

Quinn se acercó al espejo. Al principio su expresión era casi indescifrable pero, cuando Brittany se inclinó hacia ella y formó un círculo con el índice y el pulgar, en su rostro fue apareciendo tímidamente una sonrisa.

—Sí, la verdad es que me queda guay, ¿no?

—Más que guay. A Rachel le dará un colapso.

La mirada de Quinn se ensombreció, y se le borró la sonrisa del rostro.

“¿Qué demonios está sucediendo entre esas dos? Está claro que algo hay.” Tal vez Quinn acabaría confiándoselo.

—¿Qué tal si pagamos todo esto y nos vamos al Sea Fabray a tomar un café?

—De acuerdo, buena idea. ¿Has encontrado algo que sea de tu gusto? —preguntó Quinn, echando un vistazo a la bisutería que su amiga tenía sobre el regazo.

—Sí, estos —contestó Brittany, mostrándole un collar y un par de pendientes azules con camafeos que representaban un delicado rostro femenino.

—Son preciosos —comentó Quinn antes de ir a cambiarse—. Estoy lista en un segundo.

Brittany entró en la cabina de al lado.

—Bueno; ahora que ya estamos despampanantes, quisiera saber si tendremos suerte esta noche.

—¿Cómo?

—No importa. Ya te lo contaré más tarde, mientras tomamos un exprés con leche.

* * *

Quinn vertió un chorro de leche calentada al vapor sobre sus cafés, acabando de servir así un exprés con leche para Brittany y otro para ella. Después de asegurarse de que Emma lo tenía todo bajo control, se sentó en un taburete que había tras el mostrador.

—Y bien, ya puedes empezar a cantar.

—Supongo que te refieres a lo que te dije sobre tener suerte —dijo Brittany, tomando un sorbo de su café después de lamer la larga cucharilla—. En fin, como ardo en deseos de enterarme de lo que hay entre Rachel y tú, confesaré yo primero: espero conquistar a Santana esta noche con mi sexy vestido.

Quinn sonrió, pero en su interior fueron otros sentimientos, más complejos, los que se reavivaron, sentimientos más candentes aún que el café que tenía ante sí.

—Así que estás coladita por la hermosa heredera —se burló—. No me extraña. Posee todo lo que podrías desear: inteligencia, belleza, corazón y dinero.

—El dinero es lo de menos.

—Lo sé, sólo he dicho que lo tiene.

—También tiene un enorme armario en el que ha establecido su residencia permanente.

—¡Mierda! —exclamó Quinn apoyando la barbilla sobre la palma de la mano.

De modo que ambas estaban en el mismo barco, más o menos.

“La verdad es que es bastante extraño.”

—Eso mismo pienso yo.

—Entonces, ¿qué planes tienes?

—No tengo más plan que intentarlo una y otra vez —replicó Brittany encogiéndose de hombros—. Sabe inventar mil razones por las cuales ambas no deberíamos ser más que buenas amigas. Pero yo no puedo ser una simple amiga suya, Quinn —concluyó, cruzándose firmemente de manos.

—Lo sé, yo tampoco puedo —murmuró esta al tiempo que bebía un sorbo del largo vaso.

—Rachel te atrae.

—Mucho. Estoy loca por ella.

“¡Sueño con ella, respiro por ella!”

—¿Y ella? Ayer me fijé en cómo te miraba.

Quinn dejó el vaso sobre la barra y comenzó a hacer círculos con el dedo sobre el borde del mismo, una y otra vez.

—Sé que le gusto, y que la atraigo, a pesar de todo.

—¿Qué quieres decir con eso de “a pesar de todo”?

—A pesar de mi pasado, de mi edad y de mi sexo —contestó Quinn amargamente—. A pesar de todo.

—Eres una mujer preciosa que se ha hecho a sí misma. Has recorrido un largo camino hasta llegar adonde estás.

—¿Un largo camino desde las calles de Providence, quieres decir? Sí, lo sé. Pero Rachel se merece a alguien de su mismo nivel. Y no va a estar en East Quay más que una temporada. En cuanto… acabe todo se marchará.

Brittana posó una mano sobre la de Quinn.

—¿Estás segura de eso? Es que… te mira de una forma… a mí me parece que siente algo muy profundo por ti.

—Es una artista, una intérprete. Los sentimientos profundos son su especialidad.

Quinn sabía que aquella frase había sonado llena de amargura, pero no fue capaz de contenerse.

—Es capaz de identificarse con sus personajes, en sus diferentes roles —continuó—. Y ahora mismo siente que me necesita, quién sabe por qué razón. Me ha dejado muy claro que se marchará una vez que lo haya… superado.

—¿Superado? ¿Lo que siente por ti, quieres decir?

—En parte —contestó Quinn, pues no deseaba revelar la confidencia que Rachel le había hecho sobre su estado de salud.

—No me encaja como frase muy propia de ella. Parece una persona muy honrada, incluso más que la mayoría de la gente. Una típica ciudadana de Nueva Inglaterra, si quieres mi opinión —concluyó Brittany con una sonrisa.

—Tal vez —replicó Quinn, y su estómago rugió por enésima vez en los últimos tiempos—. Ojalá pudiese dar marcha atrás, pero no puedo.

Brittany la observó detenidamente.

—Te ha dado fuerte, ¿eh?

—Fuerte de verdad.

—Menudo par de tontas que somos, enamorándonos de mujeres difíciles, prácticamente inalcanzables. La una hetero y la otra encerradita en su armario. Si lo piensas bien, hasta es ridículo.

—Sí, somos unas ingenuas —proclamó Quinn, y alzó a continuación su vaso—. ¡Por los corazones en peligro!

—Corazones en peligro, tú lo has dicho —la imitó Brittany, y bebió un sorbo de café con leche.

Se quedaron un rato allí sentadas en silencio, y Quinn comprendió que su buena amiga Brittany se había convertido en su íntima amiga Brittany.

—Gracias por comprenderlo.

Brittany alzó la vista. Sus ojos tenían una expresión muy dulce bajo el moratón de la frente, bastante difuminado ya.

—Gracias a ti. Y aquí me tienes para cuando me necesites, Quinn. Lo digo en serio.

Quinn sintió un gran consuelo, pues sabía que lo más probable era que necesitase muy pronto la comprensión y la amistad de Brittany… en cuanto Rachel abandonase East Quay.

Santana contempló su imagen con distante aprobación. Llevaba puesto el traje de fiesta amarillo pálido que había comprado en la boutique de Genevieve, con una chaquetilla corta blanca de encaje salpicada de cristales de strass. En sus orejas relucían unos pendientes de diamantes, y llevaba el cabello peinado en un complejo moño bajo sujeto con uno de los prendedores de diamantes de su abuela. Su valor era incalculable, no solamente por las piedras preciosas, sino porque pertenecían a la única mujer que hubo en su vida a partir de los catorce años. Clarisse Beloc había sido una mujer fuerte, casi implacable, forjada por sus experiencias en Francia y Londres durante la Segunda Guerra Mundial. No era fácil de abordar, pues valoraba mucho las formalidades y eso la hacía ser muy reservada. Tan sólo se ablandó un poco después de que la madre de Santana abandonase a su marido. Clarisse se aseguró de que Santana aprendiese lo que ella llamaba le devoir d’une femme d’avoir l’air d’une reine, “el deber que tenía la mujer de parecer una reina”. Le impartió lecciones de etiqueta y otras habilidades sociales, y sus enseñanzas sólo se vieron interrumpidas cuando el padre de Santana la envió a un internado. Cuando regresó a casa, su abuela continuó instruyéndola, y durante aquellos ratos que estuvieron juntas descubrieron ambas su común interés por la música clásica, lo que ayudó a acercarlas, en parte gracias a Sue, amiga de Clarisse por entonces. Sue ayudó a Santana a comprender a su abuela. Finalmente, fue su común amor y adoración por J.B., el abuelo de Santana, lo que acabó de afianzar la relación entre ambas. Santana se aseguró de que las medias estuviesen perfectas antes de deslizar los pies en las sandalias doradas de tacón alto, que añadían cinco centímetros a su estatura. Tras mirarse por última vez en el espejo se echó la estola de imitación de piel sobre los hombros y recogió su bolsito a juego. Blaine la saludó militarmente cuando la vio llegar. Ella arrugó ligeramente la nariz, pues sabía bien que el chófer lo había hecho en broma.

—¿Adónde vamos, señora? —preguntó al ocupar su puesto frente al volante.

—Vamos a recoger a mi acompañante, en la Thatcher Victorian Inn —dijo Santana, comprobando la hora en su reloj de oro.

—Muy bien —dijo Blaine, incorporándose al tráfico.

Santana sintió frío y se arrebujó en su estola. “¡Brittany estará allí. Entonces comprenderá por qué no podemos seguir con esto, por mucho que…” Interrumpiendo sus pensamientos, ajustó la salida del climatizador para aumentar el calor.

—Ya hemos llegado, señora —dijo Blaine, aparcando junto al bordillo y saliendo del auto.

La puerta a la izquierda de Santana se abrió y un hombre atractivo, cercano a la treintena, entró en el coche, dedicándole una radiante sonrisa.

—Encantado de volver a verte, Santana.

—Hola, Sam —contestó ella sonriendo educadamente—. Muy elegante, como siempre.

—Por supuesto. A ti no puedo ofrecerte sino lo mejor, amor.

Santana había utilizado a Sam Evans dos veces, un año antes.

—Muy bien. ¿Sabes adónde vamos, y por qué?

—Sí, Pearl me ha puesto al tanto de todo.

—Perfecto. Comienza el espectáculo —comentó Santana mirando por la ventanilla.

Sam Evans salió el primero del auto y le ofreció su mano para que ella descendiese también. Santana lo tomó del brazo, llevando su bolsito en la otra mano. Mientras atravesaban la multitud, Santana comprendió que la prensa debía de haberse enterado de la presencia de Rachel en la fiesta, pues había varias caravanas de distintos medios de comunicación estacionadas en la calle. “Nuestra mundialmente famosa hija pródiga regresa para homenajear a nuestra Venerable Dama, y para actuar gratis para nosotros. Y, por supuesto, aquí están los buitres.” Palideció al pensarlo: si Sue no hubiese regalado a Brittany una invitación especial, ella sería también uno de los “buitres”. “¡No, ella nunca!”

Cuando entraron en el enorme vestíbulo de mármol que conducía al imponente auditorio, utilizado también en algunas ocasiones como salón de baile, se encontraron con Sue, apoyada en un bastón de ébano.

—Mi preciosa Santana, bienvenida —la saludó, inclinándose hacia delante para besarla en la mejilla; a diferencia de tantas otras personas de su círculo, ella no se limitó a dar un beso al aire, sin rozarla siquiera.

—Feliz cumpleaños, Sue. Me ocupé que te enviasen tu regalo esta mañana a primera hora. Espero haber acertado.

—Estoy segura de que sí. Ya tengo curiosidad por verlo. Y hablando de curiosidad… ¿quién es este apuesto joven?

—Este es Sam, Sue. Habías coincidido con él una vez, en el club de yates de Newport.

—Ah, es cierto.

Sue le ofreció su mano, y Santana se sintió complacida al ver que Sam la besaba.

—Si me permite decirlo, señora, tiene usted un aspecto deliciosamente juvenil.

—Naturalmente que se lo permito —replicó Sue con una sonrisa—. Y si sigue diciéndome cosas tan bonitas como ésa, será usted más que bienvenido.

—Le encanta que la adulen —le dijo Santana a Sam fingiendo hacerle una confidencia al oído, lo cual hizo que Sue soltase una carcajada.

—Vamos, niños —dijo esta a continuación guiñándoles un ojo—, id a mezclaros con los demás y averiguad dónde están vuestros asientos. Necesito un descanso, pero volveré cuando sea la hora de cenar.

Cuando ambos se dirigían tranquilamente hacia los planos de ubicación de los asientos, Santana dio un codazo sin querer a una mujer alta de vestido azul oscuro.

—Oh, lo siento, no… ¡Brittany!

Sí, era la misma mujer que la había besado en el ascensor el día anterior, aunque estaba casi irreconocible. El vestido la hacía parecer más alta de lo habitual. Iba calzada con unas ceñidas botas de tacón, del estilo de las que solía llevar la madre de Santana cuando esta era una niña. Recorrió con la mirada las largas piernas y aquel talle sorprendentemente ondulante, hasta llegar al rostro maquillado por una mano experta y los cabellos rubios recogidos en un perfecto moño francés.

—Estás… espectacular —consiguió apenas decir.

Vio que algo de color azul brillaba en los lóbulos de sus orejas, y no pudo más que mover la cabeza de un lado a otro.

“¡Impresionante!”

—Hola, Santana —la saludó educadamente Brittany, mirando a Sam con expresión confusa—. ¿No vas a presentarme a tu amigo?

“¿Amigo?” Santana hizo un esfuerzo por recuperar el control.

—Sí, por supuesto. Sam, esta es Brittany Pierce, mi vecina. Brittany, este es Sam Evans, mi cita de esta noche.

En cuanto pronunció aquellas palabras, Santana deseó haber podido retirarlas. Los ojos azules de Brittany perdieron todo su brillo, y su rostro palideció.

—¿Tu cita? —la voz de Brittany sonaba normal, aunque privada de su habitual energía—. Ah, claro. Encantada de conocerte, Sam.

—Lo mismo digo, Brittany —replicó Sam, y Santana supo que estaba escrutándola discretamente—. Estás preciosa.

—Gracias.

Brittany apartó la vista un momento, y después se volvió rápidamente hacia el plano de situación.

—Será mejor que localice mi asiento. Oh, aquí está —dijo señalando una mesa en medio de la sala—. Pero tiene que haber un error.

Santana se acercó más a Brittany y quedó envuelta en su perfume, un ligero aroma de vainilla y cítricos en seductora mezcla.

—¿Por qué?

—¡Es la mesa principal!

—Sí que lo es. Es una mesa muy grande —comentó Santana, intentando que su voz sonase neutra—. Estás ahí, justo al lado de… ¡Oh, Dios Santo!

—Justo al lado de Karofsky, exactamente —completó Brittany dando un paso atrás—. No puedo…

—Por supuesto que no puedes —dijo Santana colgándose del brazo de Brittany, sin pensarlo siquiera.

Brittany dio otro paso y el brazo de Santana cayó, sin apoyo. Al parecer no la quería junto a sí.

—Yo me ocuparé de solucionarlo. Seguramente Karofsky fue invitado mucho antes de los sucesos de la semana pasada. Es obvio que la persona encargada de adjudicar los asientos no ha estado al tanto de las noticias en estos últimos días.

—Y tú estás sentada justo frente a mí…

La voz de Brittany había perdido toda su energía, y ahora parecía cansada y decepcionada. Sam se había alejado un poco hacia un lado, para dejar pasar a un nutrido grupo de invitados. Brittany lo miró con gesto apagado y bajó todavía más la voz:

—Cinco minutos antes eso me habría alegrado el día, pero ahora ya da lo mismo, ¿no es cierto?

A Santana el corazón le dio un vuelco al percibir la mirada derrotada de Brittany. Deseaba decirle la verdad, pero de repente ya no estaba tan segura de qué verdad se trataba. Podría haber cancelado la cita con su acompañante, si hubiera querido. ¿Acaso no era cierto que se había traído a Sam consigo para enviarle un mensaje a Brittany? Un mensaje cruel y definitivo para que supiera que lo que fuese que existía entre ambas estaba condenado al fracaso. Y ahora… Santana parecía tranquila exteriormente, pero tenía un nudo en el estómago y el corazón le latía desbocado. Estaba segura de que le golpeaba el pecho con tal fuerza que tenía que ser visible en la parte delantera de su vestido.

—Vayamos a localizar nuestros asientos —sugirió, casi esperando que Brittany rechazara la idea—. Buscaré a la ayudante de Sue para que solucione el problema.

—¿Para qué lo solucione? ¿Todo el problema? —preguntó Brittany dirigiéndole una mirada fría como el hielo. —Eso es imposible —continuó, mirando de reojo a Sam al tiempo que elevaba la voz— Lo que pretendes está bastante claro. Sé que él no es más que una pantalla, pero servirá para confirmar tu fama de devorahombres.

“Es obvio que Brittany no puede evitar ser directa y sincera, incluso en un lugar como este. Menos mal que somos de las primeras en llegar y no hay nadie cerca que pueda oírnos.”

—Por favor, Brittany, aquí no.

Brittany se alisó el vestido a la altura de las caderas, alzó la vista y sonrió.

—Por supuesto que no. Juguemos al divertido juego de mantener las apariencias hasta el final —replicó, y de pronto se acercó y le susurró al oído, mientras su rostro se mantenía inexpresivo—: Pero quiero que sepas que, si crees que el hecho de traerte al señor Semental número trescientos setenta y cinco te ayudará a mantenerte a salvo, estás engañándote a ti misma. Un día de estos la gente se olerá lo que está sucediendo y, en lugar de sentirte orgullosa de quien eres, con todo lo que eso significa, tu gran secreto quedará al descubierto, lo quieras o no, y tendrás que afrontarlo tú sola, dado que has elegido apartarme de tu vida.

Los ojos de Brittany relampaguearon mientras continuaba hablando:

—Sabía que nos habían invitado por separado, y que no se trataba de una cita, pero… me pareció… pensé que al menos acudirías sola. No puedo creer que hayas hecho esto.

—Pero, Brittany…

—No se preocupe, señora López. Mantendré las apariencias por esta noche. Pero, para hacerlo… necesito una copa.

Santana se quedó allí de pie, helada, preguntándose si alguna vez volvería a entrar en calor.

por AndreaDaru Dom Sep 29, 2013 1:12 pm

Molaria que Brittany jugara con Sam a coquetearse jajajajaja seria muy bueno pero no creo que pase, bueno quien sabe
A ver que pasara en esta cena, seguro que Britt coqueteara con otro o no FanFic [Brittana/Faberry] Café sonata. Epílogo - Página 5 2145353087

FanFic [Brittana/Faberry] Café sonata. Epílogo - Página 5 2145353087

Y de Santana mejor no hablemos..

PD: Ay Elijah! FanFic [Brittana/Faberry] Café sonata. Epílogo - Página 5 1215408055

por Jane0_o Dom Sep 29, 2013 1:38 pm

Dios!
Como lo dejas ahi!!

Ya quiero ver se
Desarrolla la fiesta

Saludos

por DafygleeK Dom Sep 29, 2013 1:39 pm

Pretty, pretty, pretty!!!! Me encanto!!!! Odio el hecho de que santana tenga una cita!!!! Si no va con britt que vaya sola!!! Encima britt se sienta junto a karofsky!!! Lo unico bueno es que tal vez se siente junto a san!!!
Tienes razon siempre que me desconecto me pierdo una actualizacion, o algo interesante! Ya no saldre nunca mas...
La peli que vi se llama "busqueda implacable 2" y fue genial! Definitivamente me imagino a britt con mis palabras! Pretty actualiza pronto please!!!!!! ;) xoxo

por DafygleeK Dom Sep 29, 2013 1:39 pm

Pretty, pretty, pretty!!!! Me encanto!!!! Odio el hecho de que santana tenga una cita!!!! Si no va con britt que vaya sola!!! Encima britt se sienta junto a karofsky!!! Lo unico bueno es que tal vez se siente junto a san!!!
Tienes razon siempre que me desconecto me pierdo una actualizacion, o algo interesante! Ya no saldre nunca mas...
La peli que vi se llama "busqueda implacable 2" y fue genial! Definitivamente me imagino a britt con mis palabras! Pretty actualiza pronto please!!!!!! ;) xoxo

por **Tat-Tat** Dom Sep 29, 2013 2:49 pm

Hay que reconocer que no me esperaba a Britt tan tranquila, era de esperar que San fuera con alguien, no sería real que sus murallas cayeran tan rápido, aunque sea por Britt...

Y Quinn...con esmoquín? Es que eso necesito verlo...
Mi Dios... me complacerás nuevamente?
Tendré otro post tuyo??? Es que esta historia me ha atraído demasiado... y yo debiese estar estudiando xD
Seré tan mala profesional..

Besotes!

por micky morales Dom Sep 29, 2013 3:29 pm

Realmente Brittany parece sentirse muy herida, espero que tenga una aptitud que haga sentir a santana muy pero que muy culpable!

por Cami Rivera Dom Sep 29, 2013 4:27 pm

¡Hola Marta! ¿Cómo estás? Espero que muy bien.

¡OH JODER! ha sido un capítulo impactante. Simplemente maravilloso. Me encanta que Brittany sea tan directa y sincera con Santana por que realmente es la única forma de que ella se dará cuenta de cuan intensos son los sentimientos que tiene por Britt. Me gustaría poder ver fotos con sus vestidos :(...

Que bueno enterarme de que estás tan enamorada! Felicitaciones. También me alegra el saber que tu novia es igual seguidora del FF, por que así tenemos una aliada que nos asegurará que actualizarás seguido. Bueno en realidad creo que no nos podemos quejar por que hasta el momento has sido increíble.

¡Un abrazo! hasta la siguiente actualización.

por aria Dom Sep 29, 2013 4:31 pm

Actualizaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

FanFic [Brittana/Faberry] Café sonata. Epílogo - Página 5 2824147739

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