Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba1011%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba1019%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 19% [ 7 ]
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba1011%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba1024%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 24% [ 9 ]
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba1027%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 27% [ 10 ]
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba108%Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

+13
Dolomiti
micky morales
Linda23
neniirivera
ToLeedithaa.16
3:)
Patri_glee
Elita
raxel_vale
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
floor.br
monica.santander
YoyoMay
17 participantes

Página 4 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por evean Lun Ene 27, 2014 11:39 pm

hola!!
me gusta mucho tu historia
pero sabes seria de mucha ayuda para tus lectoras, como yo, que colocaras la fecha o numero del capitulo en el que vas porque me meto y a veces nose si actualizaste o no... por fis
saludos
evean
evean
********-
********-

Mensajes : 791
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por floor.br Mar Ene 28, 2014 3:11 pm

CAP 18
—Mejor que cojamos mi coche —dijo Brittany—, que ya está
caldeado.
—Me gusta tu coche —dijo Santana.
—Era de mi padre. ¿Quieres conducir tú?
—No, hay demasiado hielo y demasiada nieve.
—No te preocupes — Brittany le lanzó las llaves—. Confío en ti.
Santana condujo con precaución, atenta a placas resbaladizas.
La carretera, sin embargo, estaba despejada y seca, así que se
relajó y disfrutó del coche.
—Tú ya habías pasado por esta carretera —la acusó—, o sea
que sabías que estaba despejada. No me acabo de creer que
confíes en mí.
—Confío en ti.
Consciente de que Brittany la estaba mirando, dijo:
—Este coche está bien para dos personas.
—Sí. Es muy íntimo.
—Me resulta un poco difícil conducir si no dejas de mirarme.
—Sólo te estoy mirando.
—Pero tu mirada es como una caricia.
Obediente, Brittany miró a través del parabrisas y preguntó:
—¿Qué has hecho esta mañana?
—Recordar. ¿Cómo es que te has mojado tanto? ¿No estaba
bien la nieve?
—No, es que me he caído muchas veces. Y luego he estado
sentada un buen rato en un banco, en la nieve, recordando.
Supongo que ha sido entonces cuando se me ha mojado la ropa.
—Eso de que te caigas no me gusta mucho. Podrías hacerte
daño.
—No me haré daño.
Santana aparcó frente al Harrah’s.
—Ya sé que es muy pronto para tomar una copa —dijo,
mientras cruzaban el aparcamiento—, pero aquí en el Harrah’s
hay un sitio con una vista increíble. Me gustaría estar allí
contigo, tú y yo solas.
—De acuerdo. Perfecto.
—Tengo que encontrar a y explicarle por qué hoy no
voy al casino con ella. Déjamelo a mí, ya sé lo que tengo que
hacer.
—Somos dos desconocidas en una ciudad desconocida —observó
Brittany—. ¿Cómo puede ser que haya tanta gente por todas
partes?
Encontraron a Quinn en el Harvey’s.
—Te he visto esta mañana —le dijo Quinn a Brittany—. En la
joyería del Harrah’s. Te he saludado y ni me has visto.
—¿Ah, no? Ay, lo siento, perdona — Brittany parecía tan avergonzada
que Santana y Quinn se echaron a reír—. Tenía que
hacer unas llamadas y tengo tantas cosas en la cabeza...
Quinn se encogió de hombros.
—Me he imaginado que pasaba algo. No te preocupes, el ego
de Quinn es invencible —le sonrió a Brittany—. Lo mismo que su
curiosidad —puesto que Brittany no respondió, se encogió de hombros
una vez más.
Santana, sorprendida, miró a Quinn, pero luego descartó la
idea.
—Voy a enseñar a Brittany a jugar al blackjack y luego he pensado
que podríamos ir en coche a la orilla norte. ¿Te apetece venir?
—dijo.
—Dios mío, no. Con un poco de suerte, aquello está más
muerto que mi abuelo. Que os divirtáis, niñas. Quinn se queda
aquí a jugar a las tragaperras con los vivos.
Mientras subían en el ascensor, Brittany dijo:
—Supongo que sabías que diría que no...
Santana asintió.
—Creo que nos hemos librado de la gente por lo menos
durante un rato.
Minutos más tarde, estaban sentadas, contemplando un
paisaje de árboles y nieve. Brittany dijo:
—Es un sitio increíble.
El camarero les trajo el vino. Brittany la había estado mirando
fijamente y, cuando el camarero se alejó, dijo:
—Tienes los ojos de un marrón muy claro, pero de día se te
ven unas manchitas verdes.
—Mi madre tenía los ojos verdes.
—No me has hablado de tu madre, sólo de tu padre.
—Murió cuando yo tenía cuatro años. La atropellaron
delante de casa y el conductor se dio a la fuga. Nunca le encontraron.
—Menuda tragedia —murmuró Brittany—. ¿Te acuerdas de
ella?
—Muy vagamente. Después de aquello, hubo un desfile de
mujeres por casa y todas querían hacerme de madre... supongo
que para impresionar a papá. Pero nunca volvió a casarse. ¿Y tu
madre?
—Está casada, vive en Pacifica. Estamos un poco más unidas
desde que murió papá, pero tampoco demasiado. Se divorció de
papá cuando yo tenía diez años y yo luché para quedarme con él. Yo adoraba a mi padre y supongo que a una madre le resulta
muy difícil entender o perdonar eso. Tengo el pelo y los ojos de
mi padre y, desde luego, no hay duda de que soy su hija. Sin
embargo, mi madre tenía todos los motivos del mundo para
divorciarse de él. Era un donjuán, un hombre muy atractivotuvo
muchísimas amantes.
—¿Y tú qué pensabas?
—En aquella época, me ponía celosa. No me daba cuenta de
lo poco importantes que eran aquellas mujeres para él. Estos
días, Santana, he estado pensando en ello y en esa historia de
Mercedes y los guiones. El estuvo con muchas mujeres... yo he estado
con muchos hombres. Recuerdo que justo antes de que ocurriera lo
de Ellen... Lo recuerdo como si fuera hoy... —su expresión era
sombría—. Me dijo que una relación entre dos mujeres era la
perversión más irracional, despreciable y ridicula de todas.
Asombrada, Santana dijo:
—¿Y por qué te dijo eso? ¿Cómo iba a saberlo? ¿Cómo puede
saberlo un hombre?
—No creo que lo supiera. Creo que tal vez... notó algo en mí.
—Puede ser... Y ahora entiendo por qué huías de lo que de
verdad necesitabas. No era una cuestión de valor personal... Era
el miedo que tenías a que te criticara la persona cuya opinión
más te importaba en el mundo.
Muy despacio, Brittany dijo:
—Pero creo que hay algo de verdad en esa historia de Mercedes
y los guiones. Papá no quería que yo tuviera la misma vida que
había tenido él. Ahora me doy cuenta de que estaba muy solo,
atrapado en sus propias energías, y de que no quería que a mí
me ocurriera lo mismo. Mark no era la clase de hombre que él
quería para mí... los objetivos que tenía Mark en esta vida eran
demasiado modestos. Pero se encariñó con él. Antes de Mark,
yo llevaba una vida muy alocada... y mi padre quería verme
casada y feliz con un solo hombre. Cuando Mark murió, creo
que él lo pasó tan mal como yo.
—¿Por qué no me hablas de Mark?
—Claro, por qué no. Era dibujante publicitario. Muy guapo...
por lo menos, para mí. Delgado, con el pelo castaño oscuro que
le llegaba casi hasta los hombros, ojos marrón oscuro. Tenía
unos rasgos muy sensibles. Era un hombre sensible, muy poco
común. Ignoró todos mis juegos.
—¿Juegos?
—Juegos de poder. Esos juegos para conseguir que sea el
otro el que ceda porque tú no piensas ceder. Siempre los pongo
en práctica y siempre gano aunque, evidentemente, ganar es
perder. El campo de batalla ha sido siempre el escenario de todas
mis relaciones sentimentales con hombres. No estoy muy orgullosa
de ello, Santana, pero así es como funciono. Excepto con Mark.
—¿Y por qué él era distinto? —sintió una urgente necesidad
de saber más sobre aquel hombre a quien Brittany había amado.
—Creo que porque... porque él no permitía que su ego interfiriera.
Y porque me quería de verdad. Solía decirme: «Otra vez
te estás comportando como una niña, Brittany» y luego se iba a
cuidar su jardín. Tenía una casita con un jardín lleno de rocas
y helechos y toda clase de plantas raras. Le gustaba hacer cosas
en solitario. A veces se iba a pasear: caminaba kilómetros y kilómetros
y luego volvía y me contaba historias muy divertidas
sobre las cosas que había visto. Tenía una forma muy particular
de ver las cosas, es difícil de explicar. Y le gustaba cocinar. Le
gustaba esperarme y supongo que esa era otra forma de preocuparse
por mí. En muchos sentidos, era como un hermano para
mí, como un amigo.
—Me alegro de que te conociera.
—Eso es muy bonito. Pero yo me alegro de haberlo conocido
a él, porque me hizo ver muchas cosas. Supongo que
entonces era demasiado joven para darme cuenta y probablemente
no lo demostré. Creo que no se lo he demostrado a nadie,
excepto a ti —buscando las palabras cuidadosamente, Brittany
dlijo- : No entiendo cómo tu novio pudo hacerte daño.
—Yo aún estoy tratando de entenderlo. No me casé con
Noah... mi único matrimonio fue como cumplir condena en la
cárcel. Pero tal vez ese fue uno de los motivos que hicieron que
él no valorara lo suficiente nuestra relación. Hubo otras mujeres
—no le costó demasiado pronunciar aquellas palabras que no
había dicho a nadie—. Dice que no volverá a hacerlo nunca más,
quiere otra oportunidad, pero yo no me veo capaz de perdonarle.
Brittany arqueó las cejas ligeramente.
—Debe de estar loco. Eres deseable y sensual, la clase de
mujer con la que sueñan los hombres.
—Yo... —Santana hablaba con dificultad— contigo soy
distinta... a como soy con los demás.
—Yo también soy distinta contigo.
—No puedo compararte con nadie.
—Ni yo a ti.
—¿Sabes que los ojos te cambian de color todo el rato? —dijo
Santana—. Ahora mismo, son entre azul y gris. Casi siempre son
así. Son bonitos.
—Gracias. Santana... esta mañana he visto que tienes unos
moretones en los hombros —suspiró—. No recuerdo habértelos
hecho. No puedo creer que te los haya hecho yo.
Estaban muy cerca la una de la otra, hablando en voz baja.
—Me estabas abrazando y me pusiste las manos en los
hombros. Me clavaste los dedos.
—Lo siento.
Santana la miró a los ojos y deseó poder cogerle las manos.
—No, de verdad —dijo—, no lo sientas. Fuiste muy dulce
conmigo. Fue durante tu primera vez y tus manos me ayudaron
a saber... cómo tenía que... tocarte.
—Me acuerdo. Me acuerdo de haberte cogido de los
hombros, pero no sabía que te estaba clavando los dedos.
—No me los clavabas, fue algo repentino —Santana tocó con
los dedos la zona donde estaban los moretones, por encima del
jersey—. Me gusta tenerlos.
—¿Te hice daño en algún otro momento... sin darme cuenta?
—La segunda vez, me pusiste las manos en el pelo. Y la
tercera. Las otras veces, te agarraste a la manta o a las sábanas.
—Tú no cierras las manos —Brittany le mostró sus manos:
extendió sus finos dedos y los separó tanto como pudo—. Tú
las pones así. Completamente rígidas. Y te tiemblan, lo mismo
que el resto de tu cuerpo.
Santana no contestó, porque temía que le fallara la voz. Brittany,
que jugueteaba con su vaso de vino, miró a través de la ventana.
Santana observó cómo sus dedos secaban el vaho del vaso.
Al cabo de un rato, Santana preguntó:
—¿En qué piensas?
Brittany volvió la mirada hacia Santana. Los rasgos de su cara
parecían endurecidos, casi austeros; sus ojos se habían oscurecido
visiblemente: eran casi grises.
—En tu sabor —dijo—. ¿De verdad no te lo imaginabas?
Santana desvió la mirada hacia la ventana: en su mente no
había rastro de pensamientos, el corazón le latía con un ritmo
sordo. Brittany dijo:
—¿Qué te parece si hablamos de blackjack y de todo lo que
me hace falta aprender para poder jugar?
Santana, agradeciendo la distracción, inició un debate sobre el
juego: Brittany escuchaba atentamente y hacía preguntas.
—A veces, todo el mundo es simpático, hasta el crupier
—concluyó Santana—, pero suele ser un juego muy tranquilo y, por
lo general, asexual. Los hombres te prestan muy poca atención.
—Será un cambio bastante reconfortante.
—¿Te incomoda tener el aspecto que tienes?
—A veces.
—¿Te gustaría ser menos atractiva de lo que eres?
—Ahora mismo, no —dijo Brittany. Dejó un billete sobre la
cuenta—. No discutamos sobre quién paga, ¿vale?
Santana la observó con insistencia.
Brittany apartó la mirada y, con voz grave, dijo:
—Creo que tendríamos que tener... un poco de cuidado a la
hora de mirarnos.
— Brittany... cuando vuelvas a San Francisco...
—No quiero hablar de eso —dijo, en tono neutro—. No
quiero pensar en nada que no seas tú y estar contigo todo el día
y toda la noche.
Entraron en el casino.




floor.br
floor.br
*****
*****

Femenino Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 07/01/2014
Edad : 26
Amamos a Sue Sylvester Blake


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Elita Mar Ene 28, 2014 4:01 pm

Que bueno que todo va bien... aunque me intriga saber que pasara cuando deban irse...

Saludos
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por 3:) Mar Ene 28, 2014 4:19 pm

me encanta que estén juntas,...
ya se están haciendo a la idea de que se tienen que separar por lo menos san!!!
a ver como sigue la noche para las dos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por evean Mar Ene 28, 2014 5:46 pm

hola!!
que bueno que hayas colocado el numero del capitulo que actualizas... asi no me pierdo ninguno
 Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 2145353087 
cuidate
saludos
evean
evean
********-
********-

Mensajes : 791
Fecha de inscripción : 24/06/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por monica.santander Mar Ene 28, 2014 8:15 pm

Hola adoro esta historia cada ves mas!!
Que pasara cuando se tengan que despedir??
saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por micky morales Miér Ene 29, 2014 12:49 am

vaya como ira a ser cuando tengan que separarse, yo Santana me iria con Britt, pero ella se lo pediria?
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por floor.br Miér Ene 29, 2014 8:24 pm

HOLA CHICAS GRACIS POR SUS COMENTARIOS..
U.U A LAS BRITTANA LES QUEDA POCO TIEMPO JUNTAS..PERO OJO QUE SI HAY ALGUIEN QUE SABE APROVECHAR EL TIEMPO SON ELLAS..
GRACIAS X COMENTAR..
DEPENDE DE LA CANTIDAD DE COMENTARIOS ACTUALIZO O NO MAÑANA
---------------------------------------------------------------------------------------
—Buena suerte —dijo Santana. Dejó un billete de diez dólares
en la casilla de apuestas que había frente a Britttany.
La banca tenía blackjack, para desesperación de toda la
mesa.
—Eso no ha estado bien —observó Britttany. Sacó un billete de
cincuenta dólares de su cartera.
—Así me gusta, cariño —dijo la crupier, una mujer grandota
con el pelo negro y muy rizado—. Soy famosa por mi increíble
crueldad.
Santana, riéndose, se fijó en su placa. Sorprendida, preguntó:
—¿Se llama Benny?
—No, Carlotta. He perdido mi placa. Esta la he encontrado
por ahí.
Los jugadores de la mesa se echaron a reír. La crupier se
encogió de hombros.
—Las normas dicen que tenemos que llevar una placa con el
nombre, pero qué más da lo que diga. A ver, ¿de qué les parece
que puede ser diminutivo Benny?
—¿Qué tal Bernadette? —sugirió Britttany.
—Bernadette, Benny —dijo la crupier, mientras cambiaba
por fichas los cincuenta dólares de Britttany—. Podría ser. ¿No es
ese el nombre de una de esas santas que morían vírgenes?
—Creo que sí —dijo Britttany.
—Pues menuda tontería.
Britttany se inclinó y dejó diez dólares en la casilla de apuestas
que había frente a Santana; sus brazos se rozaron y Santana percibió
la fragancia de su perfume.
—Buena suerte —dijo.
Sus ojos se encontraron. Santana bajó la vista hacia la cintura
de Britttany, hacia las curvas de su cuerpo ceñidas por los minúsculos
eslabones dorados de su cinturón. Sus ojos siguieron la
línea de su muslo. Notó que el deseo, como una enorme y cálida
oleada, la invadía.
Santana miraba las cartas de Britttany, se acercaba a ella, le daba
explicaciones, contemplaba divertida su reacción cuando perdía
o ganaba, la observaba mientras jugaba y observaba también la
forma en que tocaba las cartas y el dinero, con aquellos dedos
largos y finos de uñas ligeramente cuadradas.
El hombre que estaba sentado al otro lado de Britttany preguntó
algo que Santana no pudo oír.
—No, estoy acompañada —contestó Britttany distraídamente, sin
apenas mirarlo. Luego recogió sus cartas e ignoró al hombre.
Observó los delicados huesos de las muñecas de Britttany y
recordó haberlos besado, haberlos recorrido con la lengua
Descubrió, a través de la blusa, el perfil de los pechos de Britttany
y se dio cuenta de que tenía los pezones duros. Frente a ella, la
crupier tamborileaba con los dedos, impaciente.
—Lo siento —dijo Santana, y miró sus cartas—. Tienes unas
manos muy bonitas —le dijo a Britttany.
—Gracias —dijo Britttany, divertida—. Me alegro de que te
gusten —se movió, inquieta, en su silla.
Santana pensó en el cuerpo esbelto que había bajo aquella blusa
blanca de seda, lo imaginó estremeciéndose entre sus brazos y
notó que la invadía otra oleada de deseo, tan intensa que se le
formó un nudo en la garganta.
De nuevo, la crupier tamborileaba de impaciencia frente a ella
Antes estaba usted bien, cariño. ¿Tanto la aburro, que se
está durmiendo.
—Vamos a hacer otra cosa — Britttany recogió su dinero.
—Me cuesta concentrarme —le dijo Santana a la crupier—. Lo
siento.
—No pasa nada, querida. Hay mucha gente por aquí que no
duerme lo bastante.
—¿Qué quieres hacer? —le preguntó Britttany, mientras paseaban
por el casino.
Santana se encogió de hombros y suspiró:
—Creo que la segunda cosa que me gustaría hacer es dar una
vuelta en coche.
—¿Y cuál es la primera?
Con una débil sonrisa, Santana dijo:
—¿De verdad no te lo imaginas?
—No — Britttany la cogió del brazo, la llevó a un sector de
mesas vacío y la miró fijamente—. Dímelo. Dime qué es lo que
de verdad quieres hacer.
—Quiero acostarme contigo y tú lo sabes.
—Yo también. Ahora mismo. ¿Nos vamos a un motel?
—Sí.
—Yo conduzco. Tú buscas uno.
Britttany condujo el coche hacia el exterior del aparcamiento.
—En la siguiente esquina, a la derecha —ordenó Santana .
Por qué no se nos ha ocurrido antes?
—Porque las dos estamos acostumbradas a que alguien tome
la iniciativa por nosotras. Hasta hace un par de noches, ni
siquiera había sido agresiva físicamente. Bueno, por lo menos
nprendemos rápido. A lo mejor encontramos un sitio rodeado de
pinos.
Santana observó a Britttany mientras conducía: su delicado pie,
envuelto en piel, en el acelerador; y la pierna libre, ligeramente
arqueada, que se apoyaba en el muslo. Su mirada viajó hacia las
manos enguantadas, en el volante, y luego hacia la cara de Britttany,
bordeada de oro: su perfil se recortaba nítidamente contra el
luminoso cielo.
— Me resulta un poco difícil conducir si no dejas de mirarme
—se burló Britttany.
—Sólo te estoy mirando —dijo Santana, sonriendo.
—Tienes razón, las miradas pueden ser como una caricia
—Britttany la observó de reojo—. Además, se supone que estás
buscando un motel.
Santana colgó los abrigos y Britttany descorrió las cortinas para
que la luz entrara en la habitación.
—Mira —dijo, señalando hacia el lago y las montañas
circundantes, blancas como la tiza.
—Sí —dijo Santana. Su mirada estaba fija en Britttany. Se acercó
a ella por detrás, la rodeó con sus brazos y hundió la cara en
aquel pelo perfumado. La besó en la nuca y notó un estremecimiento
en el cuerpo de Britttany. Con las manos, Britttany acarició los
brazos de Santana y dejó caer la cabeza hacia atrás: sus caras se
tocaron. Santana le desabrochó el cinturón a Britttany y, lentamente,
lo sacó de las trabillas, hasta que tuvo en la palma de su mano
los minúsculos eslabones dorados. Soltó a Britttany, la obligó a
volverse y cogió con las manos el fino cordón de la blusa blanca
de seda... al mismo tiempo que advertía en su garganta el ritmo
acelerado de su pulso. La rodeó con sus brazos: Britttany parecía
aletargada, casi inerte, su respiración era agitada. Santana la miró
y vio en su rostro aquellos mismos rasgos endurecidos, casi
austeros, que había visto en el bar del Harrah’s. Su mirada se
había vuelto de un gris más intenso, y parecía borrosa, desenfocada.
Desmayadamente, Britttany dijo:
—Me parece que... siento algo demasiado fuerte por ti.
—No pasa nada. No pasa nada.
Britttany permaneció inmóvil mientras Santana la desnudaba sin
prisas pero sin pausas.
—No quiero... estar así.
—No pasa nada. De verdad —Santana forzó la voz para
expresar convicción—. De verdad, no pasa nada —se despojó de
sus propias ropas y guió a Britttany hacia la cama.
—Necesito abrazarte —dijo Britttany, casi con desesperación.
Santana se sentó en la cama y tiró de Britttany para que se sentara
a horcajadas sobre ella.
—Oh, Santana —susurró Britttany. Rodeó los hombros de Santana
con sus brazos.
— Britttany —respondió ella, mientras sus dedos la buscaban.
Britttany contrajo el cuerpo y contuvo la respiración. Santana la
acarició, entró en su interior: Britttany arqueó el cuerpo, movió las
caderas siguiendo un ritmo propio y urgente; sus brazos
temblaron sobre los hombros de Santana; su respiración se volvió
irregular, jadeante.
— Britttany —susurraba Santana una y otra vez. Las caderas de
Britttany se estremecían sobre sus muslos, al compás de una frenética
danza erótica; su respiración era un sollozo desesperado; sus
manos se aferraban a los hombros de Santana.
—Oh, Dios —jadeó junto al cuello de Santana, tensando repentinamente
el cuerpo—. Oh, Dios... —sacudió violentamente la
cabeza hacia atrás y los sonidos de su garganta cesaron abruptamente,
en mitad de las convulsiones que experimentaba su
cuerpo.
Rodeándola con un brazo, Santana la llevó suavemente hacia la
cama. Sus dedos siguieron dentro de Britttany: notó los violentos
estremecimientos, su lucha por recuperar el aliento. Rozó con
los labios la cara de Britttany y el pulso agitado en su garganta.
—Estás preciosa —le dijo en voz baja—. Dios, estás preciosa
ahora mismo.
Varios mechones de pelo rubio le cayeron sobre la cara.
Mientras abrazaba a Britttany, sopló con suavidad para apartarlos y
se quedó mirando cómo flotaban en el aire. Transcurrió cierto
tiempo antes de que Britttany hablara: su voz, junto a la oreja de
Santana, era sosegada.
—Gracias por decirme que estaba preciosa, después de esto.
—Lo estabas. Y lo sigues estando.
—Cuando estábamos tomando una copa, quería estar así
contigo. Y cuando estábamos jugando a aquel juego. Y cuando
aquel hombre me preguntó si quería tomar una copa... quería
estar así contigo.
—Britttany —susurró Santana, cerrando los ojos y estrechando su
abrazo.
Al cabo de un rato, Britttany dijo:
—Lo que acabas de hacerme tenía algunas de las propiedades
de los sedantes, pero yo no quiero dormir. ¿Quieres ducharte
conmigo?
—¿Por qué no duermes un rato, mientras te abrazo?
—No quiero dormir. Quiero ducharme contigo.
Santana sonrió. En la voz de Britttany había la misma terquedad
que en la de una niña.
—Es obligatorio —dijo Britttany—. La escena obligatoria de la
ducha —sonrió persuasivamente. El cansancio le pesaba en los
párpados.
—Bueno, pues si es obligatorio... —dijo Santana. Invadida por
la ternura, la besó en la frente y le siguió la corriente como si
fuera una niña.
Britttany permaneció un rato bajo el agua fría. Santana la contemplaba
desde la puerta abierta de la ducha y admiraba la forma
en que el agua resbalaba por las esbeltas curvas de su cuerpo.
Britttany graduó la temperatura del agua y le tendió una mano.
Santana se quedó bajo el chorro y Britttany se apoyó en la pared,
observándola. De repente, se encontró en los brazos de Britttany y
cerró los ojos cuando ella cubrió los moretones de sus hombros
de besos breves, cargados de ternura.
—A ver si así se van —murmuró Britttany.
En broma, Santana la apartó y se frotó los hombros, como si
quisiera borrar los besos.
—A mí me gustan. No quiero que se vayan.
Sonrió, rodeó con sus brazos los hombros de Britttany y se puso
de puntillas, de manera que los ojos de ambas quedasen a la
misma altura.
Britttany se echó a reír.
—Estás loca. Y eres preciosa. Tanto, que aún no he decidido
qué es lo que me gusta más de ti. La primera noche, pensé que
era esto —la besó ligeramente en la boca—. Pero luego pensé
que no había nada como esto —le cogió los pechos con las
manos—. La medida justa de mis manos. Maravillosos. Me
encanta besarlos. Pero anoche descubrí un sitio completamente
nuevo —la boca de Britttany estaba junto a la oreja de Santana—. Y
de momento es mi favorito.
—Yo no tengo preferencias —bromeó Santana—. Me gusta
todo de ti.
—¿Todo?
—Todo.
—Bésame un pecho. El que quieras.
-—No sé si confío en ti. ¿Qué es lo que se le ha ocurrido a
esa cabecita tuya? —se inclinó hacia ella y Britttany le pasó la
pastilla de jabón por delante de la boca.
—¿Qué pasa? Pensaba que te gustaba todo de mí.
—Eres muy mala. Eres perversa —Santana la cogió y empezó
a hacerle cosquillas.
—¡No soporto que me hagan cosquillas! —gritó Britttany, tan
convincentemente que Santana paró. Le enjabonó el cuerpo a
Santana con tanta fuerza que ésta no paraba de retorcerse y
reírse—. ¿Y tú qué, Santana? ¿No tienes cosquillas? ¿No tienes?
—exploró su cuerpo con los dedos.
—Claro que no —dijo Santana, apretando los dientes.
—¿Ah, no? —Santana se había apartado de un salto—.
¡Mentirosa! — Britttany volvió a cogerla y pegó su cuerpo al de ella,
se restregó lascivamente contra la espuma, mientras sus ojos
traviesos brillaban—. Estás monísima cubierta de espuma.
Preciosa.
Notó el sabor del agua en los labios de Britttany y el roce breve de
su lengua; el aliento cálido junto a su oreja y de nuevo la caricia
de la lengua de Britttany; la boca de Britttany una vez más junto a la suya,
venciendo su resistencia con sucesivas caricias de la lengua. Britttany
deslizó las manos hacia las caderas de Santana y le acarició los
muslos. Santana se acercó más a ella y el chorro de agua barrió la
espuma de sus cuerpos. Britttany la abrazó, la besó, la acarició...
—Te deseo —dijo Santana, con voz trémula.
Britttany la empujó hacia la otra pared de la ducha.
—Dímelo otra vez —se arrodilló ante ella—. Quiero oírtelo decir.
—Oh, te deseo —susurró Santana. Cerró los ojos con fuerza:
los muslos le temblaban a cada caricia de aquella lengua cálida.
Arqueó el cuerpo, mientras las gotas de agua caían sobre los
hombros de Britttany y rebotaban en el aire.
—Estas duchas son demasiado pequeñas para poder maniobrar
bien —dijo Britttany, mientras se secaba el pelo enérgicamente—.
Y el agua se lleva eso que nos gusta tanto saborear.
—Me ha gustado —dijo Santana, con las piernas aún temblorosas.
Cogió la toalla de Britttany, se secó y bebió algunas de las
gotas transparentes que aún permanecían sobre la piel de Britttany.
—Vamos a la cama —dijo Britttany, cogiendo una de sus manos.
Cuando se tumbaron sobre la cama, Santana la rodeó con sus brazos.
—Quiero abrazarte un rato.
—No quiero dormir —dijo Britttany, con aquella voz terca de
niña—, ¿Es que no deseas lo mismo que yo?
—Claro que sí —dijo Santana con dulzura. Levantó la sábana,
colocó la cabeza de Britttany junto a sus pechos y le acarició el
pelo—. Pero quiero que nos quedemos así un rato, muy juntas.
Britttany suspiró de lujuria y apoyó la cara en los pechos de
Santana. Un poco más tarde, completamente feliz, Santana rodeó
con sus brazos el cuerpo dormido de Britttany.
floor.br
floor.br
*****
*****

Femenino Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 07/01/2014
Edad : 26
Amamos a Sue Sylvester Blake


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por monica.santander Miér Ene 29, 2014 9:22 pm

jajajajaa Sos mala!!!! Por que no actualizarías mañana??
Excelente capitulo!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por 3:) Miér Ene 29, 2014 10:30 pm

me encanto el capitulo,.... como siempre!!!!!
oye no seas mala,.... actualiza mañana!!!! plisssssssssssssssss!!!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por DokuDoku Miér Ene 29, 2014 10:33 pm

Actualiza :c , siempre leo y nunca comento pero bueno la situación lo merita e-e soy lectora fiel :c <3
DokuDoku
DokuDoku
*
*

Mensajes : 1
Fecha de inscripción : 29/01/2014
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Elita Miér Ene 29, 2014 10:43 pm

En serio ya no hay duda de que no pierden el tiempo & bueno..no me quejo jaja..

Bah! Espero que actualices mañana ;)
Saludos!
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Invitado Miér Ene 29, 2014 11:55 pm

Hola !
Ojala actualices mañana ;)

Saludos
Au revoir :D
avatar
Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por micky morales Jue Ene 30, 2014 12:48 am

De verdad, no quiero que se separen, si Britt tiene que viajar que pase algo, lo que sea para que Santana pda estar con ella!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Linda23 Jue Ene 30, 2014 10:07 am

Hola!

Me encanta, las chicas juntas son de lo mejor, pero no quiero que sé separen. Britt que no sé valla. sé sé va Santana que sé valla con ella.
Linda23
Linda23
****
****

Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Linda23 Jue Ene 30, 2014 10:08 am

Hola!

Me encanta, las chicas juntas son de lo mejor, pero no quiero que sé separen. Britt que no sé valla. sé sé va Santana que sé valla con ella.

Tienes que actualizar, lo dejaste en la mejor parte.
Linda23
Linda23
****
****

Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por raxel_vale Jue Ene 30, 2014 2:01 pm

me gusta mucho la historia
quizás una separación sea buena para que tengan sus emociones claras
y no se confundan ...luego puedan vivir sin condición juntas aaaah i love brittana
raxel_vale
raxel_vale
******
******

Femenino Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 33
Club Brittana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Dolomiti Vie Ene 31, 2014 1:29 am

Waaa!! Como lo dejas ahí!!
Sólo espero puedas actualizar pronto!!
 Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL - Página 4 2414267551 
Saludines ñ.ñ/
Dolomiti
Dolomiti
-
-

Femenino Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por floor.br Vie Ene 31, 2014 8:46 am

HOLA CHICAS LA VERDAD MIL DISCULPAS POR NO HABER SUBIDO CAP AYER PASA QUE NO ESTUVE EN MI CASA EN TODO EL DIA..
AL PARECER HAY QUE AMENAZARLAS PARA QUE COMENTEN JAJA
COMO CUMPLIERON Y COMENTARON.. IRREPONSABLE FUI YO,LES DEJO 3 CAPS PARA QUE DISFRUTEN.BSS Y COMENTEN
------------------------------------------------------------------------------------
CAP 20
Santana se despertó en la oscuridad y cogió su reloj, que estaba
sobre la mesita de noche. Eran las nueve.
Se sentó y contempló a Brittany durante largo rato: estaba
tumbada bocabajo, con las manos junto a la cabeza, igual que
una niña. Luego se quedó mirando por la ventana, hacia las
sombras oscuras de las sierras y, por primera vez en los dos
últimos días, pensó en Noah.
¿Cómo era posible, se preguntó contemplando de nuevo el
reposo de Brittany, que le gustara abrazar la espalda ancha de un
hombre y, sin embargo, le gustara abrazar también aquellos
hombros esbeltos? Le gustaba enterrar la cara en el pelo del
pecho de Noah, pero también le gustaba apoyar la cara en la
extraordinaria suavidad de los pechos de Brittany, y aspirar su
fragancia. Él tenía unos labios duros, ansiosos, excitantes; los de ella eran suaves, delicados, tiernos. Los brazos de Noah la alzaban
en vilo, las prisas de su cuerpo la arrastraban. Los brazos de Brittany
se entregaban, su cuerpo se deshacía. Con él, las sensaciones eran
difusas, envolventes, mezcladas con la urgencia y la excitación. Con
ella, el orgasmo era poderoso y puro... a veces hasta veía lucecitas.
Y Brittany era la espectadora maravillada que conocía perfectamente
la intensidad de aquel éxtasis. Y cuando aquel mismo éxtasis, el
éxtasis que ella le proporcionaba, invadía a Brittany, entonces era
Santana la que se convertía en una espectadora maravillada.
Entretenimientos pasajeros. Aquellas palabras la perseguían.
Tal vez Brittany se limitara a regresar a San Francisco, una vez satisfecho
su deseo de poseer a una mujer, y retomara su vida sin
molestarse en volver la vista atrás. El día siguiente era como una
mancha negra, sin forma y decidió apartarlo de sus pensamientos.
Contempló de nuevo a Brittany. Era una hermosa y delicada
niña rubia, cuya respiración era profunda, pausada. Su cuerpo
apenas se movía. Eres todo lo que deseo, se dijo. Todo lo que
quiero es mirarte y saber que puedo abrazarte.
Pronunció muy despacio el nombre de Brittany, para despertarla,
y la besó en la frente.
—Santana —dijo Brittany, medio dormida. Se dio la vuelta y
buscó a Santana—. ¿Qué hora es?
—Las nueve y media —dijo Santana, acariciándole el pelo.
Brittany la abrazó, le besó la cara y los ojos. Se sentó, rodeando a
Santana con un brazo, y contempló las formas oscuras de las montañas.
—¿Cómo es que se nos ha hecho tan tarde?
—Será mejor que volvamos —dijo Santana. Le dio un beso en
la mejilla.
Se vistieron. Santana estaba en pie junto a la mesita de noche,
poniéndose la pulsera: observó a Brittany, que estaba frente al espejo
y se cepillaba el pelo con movimientos rápidos y experimentados.
Santana dejó resbalar su mirada por el cuerpo de Brittany y se recreó en sus caderas. Experimentó una cálida oleada de placer al
recordar la noche anterior, la pasión de su boca y de sus manos
al recorrer el cuerpo de Brittany, y sus gemidos, parcialmente
amortiguados por la almohada.
Brittany descubrió su mirada en el espejo.
—Te pillé —dijo. Se acercó a ella, con una media sonrisa en
los labios. Rodeó con las manos la cintura de Santana—. ¿En qué
estabas pensando exactamente?
Santana la miró con franqueza.
—En algo que tengo pensado hacerte otra vez.
—Una de las dos es una adicta al sexo.
Santana puso las manos sobre los hombros de Brittany.
—¿Cuál de las dos?
Conscientes de su capacidad de provocar placer se miraron
descaradamente a los ojos. Brittany sonrió, de nuevo con aquella
media sonrisa, y besó a Santana, mientras con las manos le acariciaba
lentamente la espalda, por debajo del jersey.
Santana, ardiente por aquel contacto sedoso en su piel, se
entregó a aquellos brazos que la estrechaban: el deseo, como una
corriente dulce y caliente, traspasó su cuerpo. Las manos de
Brittany resbalaron por su espalda, hacia las caderas. Cuando los
besos se volvieron más apasionados, ciñó con las manos las caderas
de Brittany, pegó su cuerpo al de ella y empezaron a mecerse suavemente.
Jadeante, Santana apartó la boca.
—Yo —dijo Brittany, con las manos en el cinturón de los pantalones
de Santana.
—Tenemos que volver —dijo Santana, no muy convencida. Y
entonces tensó el cuerpo, justo antes de empezar a estremecerse.
Brittany la condujo a la cama, le bajó los pantalones, se los quitó
y se arrodilló junto a la cama.
—Oh, Santana... —susurró.
Santana gimió y rodeó con las piernas aquel contacto, suave
como la seda .

Circulaban a toda velocidad por la Autopista 50, en dirección a
la cabaña. Santana, con la cabeza apoyada en el reposacabezas,
miraba cómo conducía Brittany y se dio cuenta de que ella no dejaba
de fijarse en todos los restaurantes, a lo largo de la carretera.
—¿Tienes hambre?
—Me muero de hambre. Estaba a punto de preguntarte lo
mismo.
—Yo también —dijo Santana, dándose cuenta de que estaba
famélica.
—Menos mal. Pensaba que me ibas a decir otra vez que
tenemos que volver.
—Me acuerdo muy vagamente de haber dicho eso. Supongo
que, en cierta manera, ya sabía que tú conseguirías hacerme
perder el mundo de vista.
Brittany se echó a reír: su risa era alegre, suave.
—¿Qué tal si nos comemos alguna porquería? —señaló un
letrero de McDonald’s en la autopista.
—Soy adicta a las porquerías —dijo Brittany minutos más tarde,
masticando con satisfacción su hamburguesa—. Aunque nutritivamente
sea muy poco sano.
—¿Cocinas? —preguntó Santana, sin dejar de mirarla y sonreír.
—Cuando tengo tiempo. Me gusta, de vez en cuando. ¿Y tú?
—Sí, tenía que cocinar cuando estaba casada y cuando vivía
con Noah. Pero me gusta, aunque sea para mí sola.
—Las patatas fritas de McDonald’s son las mejores del
mundo —dijo Brittany, estrujando un cartón vacío—. ¿Te gusta
vivir sola?
—No mucho. Pero me hacía falta, durante un tiempo. Tú...
¿vives sola?
—Ahora sí. En general, es más fácil.
En la mente de Santana, surgió una pregunta. Con indiferencia,
preguntó:
—¿Cómo era Ellen?
Brittany la miró.
—¿Qué quieres saber?
—¿Qué clase de persona era?
—Tenía dieciocho años. No creo que nadie sea especialmente
interesante a esa edad.
Santana se sintió incómoda por las evasivas de Brittany.
—¿Cómo era, físicamente?
Brittany bebió un sorbo de Coca-Cola antes de contestar:
—Alta, pelo moreno, ojos oscuros.
—¿Era guapa?
—Mucho. Llegó a la final de un concurso de belleza juvenil.
—Oh —desalentada, Santana mordisqueó su hamburguesa.
—Era la madre de Ellen quien la animaba a hacer esas cosas.
Era vergonzoso: Ellen se volvió completamente narcisista en
cuanto a su aspecto. No te puedes ni imaginar el tiempo que dedicaba a arreglarse —Brittany bebió otro sorbo de Coca-Cola—.
Mi padre siempre decía que la madre de Ellen era una salvaje.
Me dijo miles de veces que la belleza física estaba ridiculamente
sobrevalorada en nuestra sociedad y que para aquellos que la
poseen, es más un castigo que una bendición.
—¿Y estás de acuerdo con eso?
—Totalmente. Ese es el origen de todos mis jueguecitos. Me
servían para descubrir quién me veía como a una persona y quién
quería únicamente lucirme.
De repente, guiada por un impulso, Santana preguntó:
— Brittany... ¿yo te gusto?
Brittany la miró.
—Tu valentía no deja de sorprenderme.
—No sé por qué sigues diciendo eso. Hoy, cuando hemos
llegado al motel, la forma en que has confiado en mí ha sido un
acto de gran valentía.
—Supongo... —dijo Brittany, pensativamente— que sí. No
habría confiado... en nadie más. Pero tú me has enseñado mucho
sobre valentía y confianza estos días.
—¿Vas a contestar a mi pregunta?
—Sí. Pero no ahora, ni aquí. Lo que quiero hacer ahora es
mover el coche —señaló hacia un sector vacío del aparcamiento.
Brittany apagó el motor y le cogió una mano a Santana: la apoyó
en su muslo y jugueteó con los dedos.
—¿Puedes comer con una mano?
—Claro —dijo Santana, sonriendo.
Su mano descansó en el muslo de Brittany durante todo el
camino de vuelta a la cabaña. Acarició con los dedos el interior
de aquellos muslos y, a través del tejido, notó su calidez y su
firmeza.
—Me voy a salir de la carretera.
Santana apartó la mano y Brittany dijo:
—No hace falta que la quites, pero tampoco la muevas así.
Ahora ya deberías saber cómo me pone eso —miró a Santana, mientras ella dejaba de nuevo la mano sobre su muslo—. Te
arde la mano. Toda tú eres ardiente. Me haces muy feliz —dijo,
meditativa, mientras guiaba el coche por las curvas en la oscuridad
de la montaña—. Me haces muy feliz, y no sólo sexualmente.
—El sexo entre nosotras es increíble —murmuró Santana.
—Sí.
—¿Crees que siempre es así de maravilloso entre mujeres?
Brittany dejó caer su mano desnuda, fría por el contacto con el
volante, sobre la de Santana y la presionó suavemente contra la
calidez de su propio muslo.
—Lo único que sé es que sí lo es entre tú y yo.
floor.br
floor.br
*****
*****

Femenino Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 07/01/2014
Edad : 26
Amamos a Sue Sylvester Blake


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por floor.br Vie Ene 31, 2014 8:47 am

CAP 21
Llegaron a la cabaña poco antes de las once de la noche
y descubrieron que Mercedes se había ido aquella tarde.
—Se le metió en la cabeza volver antes y darle una sorpresa
a Artie —dijo Rachel—. Espero que Artie no se lleve una sorpresa
de verdad. Le sugerí que llamara desde Placerville y espero que lo
haga —se rió entre dientes—. Me juego el cinturón de castidad
a que Artie ha encontrado a alguien para que le ayude a compartir
todo ese espacio propio.
—Me gustaría saber si le llamará —se preguntó Brittany.
—Quién sabe —dijo Rachel—. ¿Lleváis casos de divorcio?
Sonriendo, Brittany sacudió la cabeza.
—¿Qué tal habéis pasado el día, chicas? —preguntó Sugar.
—Un día fantástico —dijo Brittany.
—Brittany tiene madera de jugadora de casino flotante —dijo
Santana.
—Bueno, ¿y en qué momento te has plantado? —le preguntó
Dani a Brittany—. ¿Vas ganando o perdiendo? —añadió con impaciencia,
cuando Brittany la miró sin entender.
—Ah, creo que voy ganando cincuenta dólares.
—Más o menos —dijo Santana, sonriendo.
—¿Por qué no nos lo cuentas mientras Santana va al baño?
—dijo Sugar.
—Sí, por qué no se lo cuentas —dijo Santana, con una sonrisa
traviesa, cuando Brittany la miró con preocupación—. Cuéntales lo
de Benny.
—Ah, sí.
Cuando volvió, Brittany estaba sentada junto al fuego: tenía en
la mano un vaso de vino del cual no había bebido y escuchaba
historias de casinos.
—El baño es todo tuyo —dijo Santana. Brittany se puso en pie y
se disculpó. Le dio a Santana el vaso de vino: sus ojos rebosaban
de alegría.


Brittany bajó la trampilla.
—Me has dejado sola con esas lobas, ¿verdad, señorita
Lopez? Sin ningún escrúpulo.
—Eres abogada, señorita Pierce. ¿No usas tu labia
para salir de los aprietos? ¿De cualquier aprieto?
Estaban sentadas en la cama y Santana había apoyado la cabeza
en el hombro de Brittany.
—Menos mal que ellas han empezado a contar sus historias
de casinos —dijo Brittany. Sus manos estaban bajo el pijama de
Santana, acariciaban su piel con suavidad.
—Sabía que pasaría eso. La gente que juega se puede pasar
horas enteras contando historias.
Se besaron prolongadamente, cogidas de las manos.
—Hacía más de una hora que no podía tocarte —murmuró
Brittany—. Reconozco que no me gusta eso de no poder tocarte
—colocó una mano bajo la cara de Santana—. Hoy me has hecho
dormir y la verdad es que lo necesitaba. Las dos lo necesita
bamos. Me has cuidado muy bien.
—Me gusta cuidarte. Y ahora, tenemos mucho tiempo pata
hablar.
—O para cualquier otra cosa que se nos ocurra hacer.
Tácticas evasivas otra vez, pensó Santana con tristeza. Brittany,
sin embargo, dijo:
—Vamos a arreglar un poco la cama, y así podremos hablar.
Retiraron la manta y, tras experimentar brevemente, Brittany se
recostó en las almohadas. Colocó otra almohada sobre su regazo,
en la que se apoyó Santana, y se taparon las dos con la colcha.
—Un iglú muy acogedor —-dijo Brittany, en señal de aprobación.
—Perfecto —dijo Santana, acariciándole el pelo—. Háblame de
ti. De tu trabajo. ¿Cómo es tu despacho?
—Es muy bonito. Papá me ayudó a amueblarlo. Está decorado
en tonos dorados y marrones, y tengo algunas piezas
buenas, como una silla Reina Ana, una mesa antigua, dos
cuadros valiosos... Ahora tengo el escritorio de mi padre y me
alegro mucho de tenerlo. Me gusta mi despacho de noche. De
noche, el silencio es distinto, como una calma especial, y la
ciudad es realmente bonita.
—Me gustaría ver tu despacho. Me encanta tu ciudad —al
ver que Brittany permanecía en silencio, Santana añadió—: Háblame
de tus compañeros de trabajo.
Brittany le ofreció una serie de breves esbozos, algunos bastante
divertidos, de la personalidad de los hombres con los que trabajaba,
y le habló también de problemas y proyectos en los que
había estado involucrada.
—No soporto perder —dijo—. Me atormenta durante días y
días. Siempre pienso que si me hubiera esforzado más, si me
hubiera preparado mejor, si hubiera presentado mejor los
hechos... No soporto perder —le habló de la Facultad de Derecho—.
¿Seguro que todo esto te interesa? —preguntó una vez más.
—Desde luego. Es fascinante. No importa lo mucho que te
influyera tu padre, tú has nacido para hacer lo que haces.
Brittany hablaba sosegadamente: a menudo, mientras transformaba
sus pensamientos en palabras, miraba distraída por la
ventana. Acariciaba el pelo de Santana con los dedos y de vez en cuando se detenía para rozarle la cara con la suya. Su aliento era
ligero y cálido. Le habló de su infancia en Oklahoma y de su
adolescencia en California.
—Esta es su vida, Brittany Pierce —bromeó—. Caramba,
creo que en toda mi vida no había hablado tanto. Ahora quiero
que me hables de ti. Háblame de tu trabajo.
—No hay mucho que contar. Quiero entrar en Gestión de
Personal. Me gradué en la universidad hace tres años, por fin,
pero para entonces mi vida estaba estrechamente vinculada a
Noah y supongo que me dejaba llevar por la inercia... Es muy
fácil quedarse con lo que ya conoces. Ahora ya no me siento así.
Hay tantas posibilidades, tantas cosas excitantes... Me siento
como la jirafa de Mercedes, estirando el cuello para ver qué pasa
alrededor de mí.
Brittany sonrió y la besó: recorrió sus ojos y sus labios con besos
delicados.
Santana, con los ojos aún cerrados, susurró:
—Tienes unos labios increíblemente suaves y delicados.
Con un dedo, Brittany acarició y perfiló los labios de Santana.
—Los tuyos son deliciosos y suaves. Háblame de las cosas
que te gustan. ¿Qué libros prefieres?
Hablaron de libros y de música. Brittany le acariciaba el pelo a
Santana, recorría su cara con los dedos.
—Eres muy guapa —le dijo Brittany—. Tienes unos rasgos
suaves y delicados. Todo en ti es suave y lleno de curvas, hasta la
forma en que se te ondula el pelo y te cae sobre la cara. Cuéntame
cómo es un día cualquiera en tu vida. Pero espera un minuto —se
besaron lentamente, durante largo tiempo. Santana le acarició los
hombros a Brittany.
Santana habló de sus actividades diarias, de su vida en Los
Angeles. Brittany recorrió su garganta con los dedos y le desa
brochó la chaqueta del pijama para acariciarle los hombros, para
acariciar aquella zona en la que nacían sus pechos. Hacía ya rato
que había empezado a desearla, hacía ya rato que el deseo iba en aumento: para Santana ya no era ninguna sorpresa lo mucho que
deseaba a Brittany, o lo fácil que le resultaba empezar a desearla.
—Cuéntame cómo es el sitio donde vives, descríbemelo —las
uñas de Brittany arañaron delicadamente el hueco de la garganta
de Santana y recorrieron sus hombros.
—Me cuesta un poco hablar.
—Ya lo sé, te lo noto en la voz. Quiero oír cómo te sientes
cuando te toco. ¿Te parece bien?
—Sí. Si puedo...
—Tienes la garganta sedosa y los hombros tan bonitos y
suaves... Cuéntame cómo es el sitio donde vives.
—Es un bloque de apartamentos, en el valle. Muy tranquilo.
Tiene una habitación, un comedor pequeño...
Mientras seguía hablando, Brittany la miró a los ojos y le
acarició los brazos, los codos, las muñecas... Le besó los dedos
y las manos.
—Tienes las manos tan suaves y delicadas... —dijo Brittany—.
Tan femeninas... Cuando me abrazas, noto la suavidad de tus
brazos y descubro todos esos adorables rincones que me encanta
acariciar y besar. Dime qué colores hay en tu habitación.
Descríbemela con detalle.
—Las paredes son de color crudo. La colcha es azul marino.
En una de las paredes, tengo fotos del océano...
Brittany le acarició los pechos, siguió sus curvas con aquellos
dedos finos y flexibles. Buscó con la mirada los ojos de Santana
quien, en mitad del placer que experimentaba, hacía esfuerzos
por seguir hablando.
—¿Cuál es tu color favorito? —le preguntó Brittany. Sus dedos
aleteaban suavemente, rítmicamente, sobre los pezones de
Santana.
—El gris... el azul... —jadeó Santana.
—¿No el gris azulado? — Brittany sonrió.
Santana habló con menos dificultad cuando los dedos se apartaron
de sus pezones para acariciarle los pechos una vez más.
—No, hay más gris que azul —dijo, mirándola a los ojos.
—Algunas cosas no se pueden describir —dijo Brittany, en voz
baja, pensativa—. Me gusta lo duros y suaves que son tus
pechos. Y me gusta cómo se adaptan a mis manos... Son tan
bonitos... Santana, dime dónde te gustaría vivir, si pudieras.
—En el océano.
—Descríbeme la casa que te gustaría tener en el océano.
—Está en la playa —dijo Santana—. Las ventanas son muy
grandes... llegan hasta... hasta el suelo. Y... hay una chimeneacerca
de las ventanas para poder quedarme allí... mirando el
fuego... y el agua — Brittany dejó de besar un pecho para besar el
otro—. Y también hay... libros por todas partes... Y... moqueta
roja... para nosotras... —Santana acercó la boca de Brittany a la suya.
—Santana.
—Sí —susurró.
—Mírame. Dime cómo te sientes.
Santana abrió los ojos. Le pesaban los párpados, como si los
tuviera hinchados.
—Como si estuviera rellena de nata líquida.
—Hay un rincón junto a tus pezones, justo al lado, que me
encanta besar. Me encantan tus pechos, me encanta besarlos.
Hay otro rincón de tu cuerpo que me encanta besar porque
conozco el placer que te produce —recorrió con sus besos el
cuerpo de Santana y le bajó con las manos el pantalón del pijama—.
Es una sensación de poder que me encanta... ¿Santana?
—Sí —estaba allí, desnuda, disfrutando de todas aquellas
sensaciones: las manos, los labios y la lengua de Brittany acariciando
su cuerpo; el pelo sedoso de Brittany en contacto con su piel.
—Tienes un cuerpo maravilloso, que se deshace cada vez que
lo acaricio... Tu piel es suave entre mis manos, tu cuerpo es
dulce en mis labios... Háblame de tu casa junto al océano.
Cuéntame cómo es la habitación. Dime de qué color es.
—Azul... diferentes tonos... de azul —se estremeció al notar
entre sus muslos las manos y los labios de Brittany.
—Terciopelo... Me gustaría acariciarte y besarte aquí eternamente...
Me encanta cómo te estremeces... Y tu pelo tan suave...
Háblame de nuestra habitación, Santana. Háblame. Dime cómo es
nuestra habitación...
—Los cristales... llegan hasta el... suelo... y... hay una
chimenea...
—Oh, tu sabor es tan dulce... Santana... sigue hablando...
— Brittany...
Hablaba en susurros entrecortados, torpemente, haciendo
muchas pausas mientras buscaba las palabras.
—Arroyos, ríos de sensaciones. Y luego es como un líquido
caliente que llega hasta el borde, a punto de derramarse, está a
punto, a punto y entonces, oh, se derrama, se vierte sobre mí,
cae por todas partes a la vez, en mi garganta, por mis piernas
y mis brazos y mis muñecas. Por todas partes... y todo mi
cuerpo resplandece. Tu boca es el paraíso —terminó y se enfadó
consigo misma por intentar describir lo que no podía describir,
por lo ridículo de sus palabras. Pero Brittany apretó los brazos
bruscamente, un abrazo doloroso y despreocupado.
— Brittany, ¿qué sabor tengo?
Brittany guardó silencio durante un rato. Le acarició el pelo a
Santana.
—Es más que sabor. Es la sensación que me produces... como
si fueras de seda en algunas partes... intrincada. Es como oler
árboles, flores, la tierra y la lluvia. El sabor de... ¿Cómo te lo
podría explicar? —sonrió de repente—. Ya sé. Nuestra Emily
escribió algo acerca de un colibrí borracho de néctar. «Pruebo
un licor jamás elaborado». Tu sabor, Santana.
—Para mí, tú sabes igual que el océano.
—¿A... sal?
—Un poco sí. No lo sé. No puedo explicarlo de otra forma.
Es como estar en el océano. Me encanta.
Santana se separó de Brittany y se sentó.
—¿Por qué no quieres hablar de lo que pasará a partir de
ahora? ¿Soy un entretenimiento pasajero para ti, Brittany?
—No, pero pienso que tal vez yo sí lo soy para ti.
Santana permaneció sentada, aturdida por la sorpresa.
—No lo entiendo.
—Én los últimos días, las dos hemos descubierto cosas sobre
nosotras. Pero tus descubrimientos y los míos son distintos.
Ahora, tú sabes que puedes estar con una mujer. Y yo he descubierto
que necesito estar con una mujer.
—Sigo sin entenderlo.
—Lo que quiero decir es que tú acabas de descubrir la idea
del sexo con otra mujer, pero no te has parado a pensar en las
implicaciones.
—Sí que lo he hecho —Santana pensó en la terrible experiencia
que la había conducido hasta Dam Salvatore—. Podemos solucionar
cualquier problema si de verdad queremos... estar juntas.
—Ni siquiera te has parado a pensar en lo que estás diciendo,
Santana. No has tenido tiempo, no es posible. Lo sé, porque he
vivido con eso durante quince años. Estás confundiendo el
descubrir algo nuevo con el ser valiente.
—No sólo me interesa el sexo, Brittany.
—De eso se trata, precisamente.
—Y tampoco soy ninguna niña. Tengo veitisiete años.
—Tienes muchas necesidades... y muchas opciones.
—No soporto los eufemismos —dijo Santana con vehemencia—,
y menos si vienen de ti.
—Sólo te estoy pidiendo que lo pienses.
Con una sensación de desesperación, Santana dijo:
—No necesito pensarlo. Sé perfectamente lo que siento y
puedo decírtelo ahora mismo.
Brittany alzó una mano, con un gesto imperativo.
—No. No hasta que te hayas alejado durante un tiempo de
las estrellas y de la nieve... y de esta habitación.
—De ti.
—Durante un tiempo.
—¿Necesitas pensar en mí?
—Para mí es distinto. Ahora sé que, para mí, Mark fue un
accidente... como yo lo soy para ti.
—Pues yo creo que esto le puede suceder a todo el mundo.
Brittany suspiró.
—Hay muchas cosas posibles y las etiquetas que atribuye
la gente son absurdas. Pero nuestra opinión no cambiará la
realidad. Quiero que te tomes un tiempo para pensar en todo
esto, en mí, en el contexto de tu vida. Cuando estás con tu
familia y tus amigos, por ejemplo, o cuando haces planes de
futuro. Ya te he contado cómo habría reaccionado mi padre ante
una relación como la nuestra. ¿Qué pensaría tu padre?
—Papá siempre me ha dicho que yo tengo toda la inteligencia
que me hace falta para tomar decisiones correctas en mi
vida y que siempre debía pensar en mi propia felicidad.
—¿Y esto le haría feliz a él?
Santana titubeó.
—Es mi vida, Brittany.
—¿Y qué hay de tus amigos? ¿De Quinn? ¿De tus
compañeros de trabajo?
—Es mi vida —repitió Santana tercamente.
—Eso es lo mismo que te estoy diciendo yo. Sólo quiero que
pienses muy bien en tu propia felicidad.
—¿Y durante cuánto tiempo quieres que piense?
—Creo que un mes.
—¡Un mes! —dijo Santana, horrorizada—. ¿Sin verte? ¿Podré
hablar contigo?
Brittany sacudió la cabeza.
—A lo mejor sólo soy algo de lo que puedes curarte, como
un sarampión. Un ataque virulento —dijo, con una sonrisa de
orgullo—. Estás despechada por un hombre al que querías: tal
vez vuelvas con él... o con cualquier otro hombre... y entonces,a mí me guardarás en tu álbum de recuerdos como tu aventura más
interesante y rara. Quizá haya en todo esto algún factor psicológico
que se te escapa, algo relacionado con tu infancia. Tal vez sea eso
lo que hace que necesites a una mujer, porque es ahora cuando te
has enfrentado a ese deseo y lo has trabajado. A lo mejor te iría bien
hablar con un algún psicólogo para entender lo que sientes.
—Un mes es toda una vida —insistió Santana—. ¡Es demasiado
tiempo!
—Después de pasar la primera noche contigo, cuando supe
que volvería a ti, me pasé el día entero pensando en un verso de
Emily Dickinson: «Tuve hambre, muchos años» — Brittany la
observó durante largos minutos—. Todos esos años, Santana. Sólo
te pido que te tomes un mes. Un mes, para pensar en si esto es
lo que quieres o no.
—Yo también he tenido hambre muchos años, Brittany.
Esperando a Brittany Pierce, la persona, sea hombre o mujer.
—Admito —dijo Brittany, pausadamente— que yo prefiero que
Santana Lopez sea una mujer.
—¿Y qué pasa si no necesito todo el mes? —dijo Santana.
Brittany sonrió:
—Un mes, Santana. El poema de Emily Dickinson dice
también que el hambre es un estado que tiene la gente afuera de
las ventanas y que al entrar, lo pierde. Si al entrar no lo
perdemos, nos quedarán muchos años.
No me hará esperar un mes entero, pensó Santana.
—De acuerdo —dijo.
—Me llamas dentro de cuatro semanas, a partir de hoy.
Jueves, a las siete de la tarde. ¿Hecho?
No me hará esperar tanto, pensó Santana.
—Hecho.
—Tengo una cosa para ti — Brittany abrió el cajón de la mesita
de noche—-. Lo he encontrado esta mañana cuando estaba
llamando por teléfono —le entregó a Santana una cajita de joyería,
forrada de terciopelo.
Santana cogió la caja, con una mirada interrogante. La abrió y
la acercó a la luz. En el interior de terciopelo negro había una
cruz de plata con una cadena muy fina. En cada uno de los cuatro
extremos de la cruz resplandecía un diamante.
—La Cruz del Sur —susurró Santana.
—Tenía que comprártela. Así podrás mirar tu propia Cruz
del Sur, hasta que veas la de verdad. Me alegro tanto de haberla
encontrado... La vi enseguida: estaba sólita en una bandeja de
terciopelo negro.
—Brittany... es preciosa —Santana la contempló. Giró la caja
entre las manos, absorta en el débil resplandor de la plata y el
centelleo de los diamantes—. Parece muy cara.
—Lo es. ¿Te preocupa eso?
Lo pensó.
—No, me alegro de que me la hayas regalado. A menos que
haya sido una excentricidad que no te puedes permitir.
—Me lo puedo permitir. ¿Quieres que te la ponga?
—Ojalá yo también te hubiera comprado algo. Ojalá pudiera
regalarte tu fantasía de correr desnuda bajo la lluvia.
Brittany sonrió.
—Piénsalo bien, Santana. ¿Acaso no he estado corriendo
desnuda, con la lluvia en la cara?
Santana le dio la caja a Brittany y observó cómo sus dedos separaban
la cruz y la cadena de los pliegues de terciopelo negro.
Brittany abrochó la cadena alrededor del cuello de Santana, sostuvo
la cruz con una mano y besó aquel punto bajo la garganta de
Brittany donde descansaría la cruz en cuanto la soltara.
—Te queda muy bien —dijo.
Santana le acarició la cara a Brittany y la besó dulcemente.
—Gracias, Brittany.
—De nada —dijo Brittany con la voz ronca y los ojos cerrados.
—Supongo —dijo Santana, en un tono pretendidamente
informal—, que tendré que pagártela, ¿no? No me la has regalado
con intenciones puramente platónicas, ¿verdad?
Brittany desvió la mirada, pero sus labios se curvaron en un
principio de sonrisa.
—Hace ya algún tiempo que no tengo intenciones platónicas
en lo que a ti se refiere.
—¿No es esto lo que la gente llama pagar en especie?
Brittany la miró, sonriente.
—Eso creo. Pero primero te voy a quitar la cruz, porque si
no vamos con cuidado te la puedes clavar. Y yo no pienso ir con
cuidado.
—¿Estás segura de que no tienes intención de volver a San
Francisco a liarte con alguna de esas mujeres solícitas?
—¿Estoy hablando con una mujer celosa?
—No lo soy. Creo que no me parezco para nada a Rachel, pero
como te pille mirando a otra mujer...
—Me gusta que seas celosa —dijo Brittany, mientras guardaba
la cruz en su caja de terciopelo negro—. Pero no hace falta.
Santana suspiró.
—Y ahora, fuera ese pijama. A mi manera -—-dijo, apartando
las manos de Brittany de los botones. Rodeó a Brittany con sus brazos
y bromeó—: Creo que también te haré describir cosas. Primero,
tu apartamento, luego...
—No puedo, Santana —dijo Brittany, muy seria—. Bastante
trabajo tengo para respirar.
Santana le cogió la cara con las manos, le echó hacia atrás el
pelo rubio, la besó en la frente.
—Lo que es justo, es justo —la abrazó y, lentamente, la dejó
caer sobre la cama—. Estaba pensando en darte besos por todo
el cuerpo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies, con alguna
que otra parada larga por el camino. ¿No puedes ni gemir un
poquito?
—Los gemidos están garantizados —susurró Brittany.
----------------------------------------------------------------------------------------------
—Gracias por todo, Rachel —dijo Santana—. No sé qué decirte
para darte las gracias.
Las mujeres estaban frente a la cabaña: Rachel, Sugar y Dani se
preparaban para dirigirse a las pistas de esquí; Brittany estaba junto
a su coche, colocando el equipaje en el maletero.
Rachel sonrió.
—Me alegro mucho de que hayas venido, Santana. Y me alegro
de que te lo hayas pasado bien.
—Por favor, llámame cuando vayas a Los Ángeles. Tengo
que recompensarte por tu hospitalidad.
—Para nada. Te veré en San Francisco.
—Me encantaría —se despidió de Dani y de Sugar. A Dani
le estrechó la mano y a Sugar la abrazó. Cogió las manos de
Brittany sin pronunciar palabra.
floor.br
floor.br
*****
*****

Femenino Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 07/01/2014
Edad : 26
Amamos a Sue Sylvester Blake


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por floor.br Vie Ene 31, 2014 8:49 am

Y LAS BRITTANA SE TIENEN QUE DESPEDIR U.U

CAP 22
Brittany la miró durante largos instantes, luego le apretó las
manos, las soltó, dio media vuelta y se metió en su coche.
Siguió el coche de Brittany por la carretera de montaña. En el
cruce con la Autopista 50, justo antes de entrar en la autopista,
Brittany se volvió para mirarla, bajó la ventanilla y la llamó:
—¿Santana?
—¿Sí? —contestó Santana, invadida por la esperanza.
—Cuídate mucho, Santana.
—Tú también, Brittany —siguió mirando hasta que el minúsculo
coche plateado desapareció. Luego entró en la autopista y
condujo hasta el Harrah’s para recoger a Quinn.
—Yo conduzco hasta Placerville —dijo Quinn— y allí
cambiamos. Más vale que cambiemos bastante a menudo, porque
las dos estamos muy cansadas.
—Yo no estoy cansada —se sentía vacía, vacía de todo
excepto de tristeza y dudas.
—Eres más lento que una tortuga, macho, muévete de una
vez —le gruñó Quinn al camión que se arrastraba delante de
ellas—. ¿A qué distancia está el próximo carril de adelantamiento?
—Creo que a unos seis kilómetros —dijo Santana, ausente—.
Dime una cosa, Quinn. Pregunta hipotética: pongamos que
una... chica judía se enamora de... un chico negro. Se enamora
un poco por accidente, o sea, que no puede evitarlo y...
—Eso es lo que pensaba —la interrumpió Quinn—. Por accidente.
Es decir, si tuviera un poco de sentido común... ¿Quién
quiere un lío así?
Santana no le hizo caso y se concentró en la elección de las
palabras.
—Hacen el amor y él no le dice a ella lo mucho que le
importa, no con esas palabras, pero se comporta como si de
verdad ella le importara. Todo lo que hace indica claramente
que ella le importa. Le compra un regalo muy caro, le dice que
se tome un mes para pensar en todo lo ocurrido y estar segura
de lo que siente, para estar segura de que esa relación merece enfrentarse a los problemas que surgirán... ¿Crees que él habla
en serio? Es un debate que tuvimos en la cabaña —añadió apresuradamente,
puesto que Quinn la miraba fijamente.
—Vaya tontería de debate —dijo Quinn, mirando de nuevo
al frente, pegada al camión—. La respuesta es no, él no habla
en serio. El regalo caro es la pista... eso siempre significa adiós
muy buenas. Si de verdad quieres estar con alguien, tienes que
apechugar con las consecuencias. Esa otra clase de amor... esa
clase de amor en el que una persona quiere tanto a otra que
incluso se arriesga a perderla... eso sólo pasa en los libros.
Entristecida por la respuesta, Santana se quejó:
—Pues yo creo que puede pasar.
—No has vivido lo suficiente. Una cosa está clara: tu hipotética
chica judía saldrá de dudas dentro de un mes —Quinn se
echó a reír—. Si le llama y él no se acuerda ni de su nombre,
tendrá un grave problema. Habéis tenido unos debates bastante
raros en la cabaña, ¿no?
—Sí —con la intención de calmarse, Santana sacó su cruz de
debajo del jersey y acarició el metal, caliente por el contacto con
su piel.
Quinn desvió el coche hacia un lado y adelantó al camión en
una demostración de potencia.
—¿Dónde te han dado el carné, hijo de puta? ¿En una
tómbola? —gritó, haciéndole al conductor un gesto con el dedo
corazón. Cuando el coche estuvo de nuevo en el carril de la
derecha, se volvió para mirar a Santana.
—¡Santana! ¿Qué haces con eso? Ayer vi a Brittany Pierce
comprarlo en el Harrah’s.
—Es un préstamo —farfulló Santana, convencida de que se
había puesto pálida.
—¿Un préstamo? —dijo Quinn con incredulidad. Frenó
bruscamente al acercarse a una curva—. Eso es lo más ridículo
que he oído en mi vida. Son auténticos. La vi en una joyería que
no vende imitaciones de diamantes.
—Ella insistió. Lo compró para... —añadió, tras pensar
desesperadamente— una prima suya de... de Laguna Beach.
—¿Una prima?
—Me... no, era una hermana —dijo, histérica—. Va a ir a visitarla
este mes para dárselo, dice que es más seguro que lo guarde
yo...
—Eso sí que me lo creo —dijo Quinn—. San Francisco ha
cambiado tanto que no viviría allí ni aunque me pagaran. Pero
es un regalo un poco caro para una hermana, ¿no?
Intentando que su voz sonara neutra, Santana dijo:
—¿Por qué? Tiene dinero. Es abogada, lleva un Mercedes.
—Ya. Pero aún así, una hermana...
Apresuradamente, Santana dijo:
—Brittany no me ha comentado que te hubiera visto en el
Harrah’s.
—Pero si lo comenté yo ayer cuando os vi a las dos, ¿no te
acuerdas? Ella casi no dijo nada cuando se lo comenté y la verdad
es que mientras lo compraba su actitud también era bastante rara.
—¿Rara?
—Como si estuviera en otra parte. Ya sabes lo cotilla que es
Quinn, así que me acerqué para ver qué estaba comprando. Le
dije algo y ella me miró como si yo ni siquiera estuviera allí. La
verdad es que es muy atractiva.
—Sí.
—Rachel me dijo que cambia de hombre como quien cambia de
zapatos. Mercedes la llama Venus Atrapahombres.
Santana se rió, aliviada porque la conversación iba ahora en
otra dirección.
—¿Y qué? —dijo con indiferencia. Se dio cuenta de que le
importaba muy poco saber con cuántos hombres había estado
Brittany... mientras ella fuera la única mujer.
—¿Es ninfómana?
—¿Qué estás diciendo? —preguntó Santana, estupefacta—. Y
además, ¿cómo quieres que lo sepa?
—Habéis pasado mucho tiempo juntas. ¿De qué habéis
hablado?
—De astronomía, de derecho, de libros, de música —con una
sonrisa, añadió—: De arquitectura, decoración de interiores...
—Dios mío. Con ese aspecto que tiene, y todos esos hombres…
supongo que es ninfómana. Porque si no, ya estaría casada.
—¿Y por qué tú no estás casada? ¿Por qué no estoy yo
casada?
—Eh, no me ataques, que a mí me da igual —Quinn viró
bruscamente en una curva—. A ver si arreglan de una vez este
camino de carros. Santana, cariño —prosiguió, en un tono más
sosegado—, lamento mucho lo del cabrón ese que has conocido
aquí.
—No te preocupes, olvídalo. Te agradeceré toda la vida que
me convencieras para venir aquí.
—Eso suena un poco exagerado —el tono de Quinn era de
satisfacción, aunque con un rastro de perplejidad.
—Pues lo digo en serio.
—¿Te sientes mejor respecto a Noah?
—Me siento mejor respecto a mí misma. A partir de ahora,
intentaré ser posesiva con todo lo que ame. Lucharé para
conservarlo.
—Eso no lo dices por Noah, ¿verdad?
—Lo digo en general.
—Bueno, espero que hayas aprendido a ver a Noah con un
poco más de frialdad y te des cuenta de que tampoco es ninguna
gran pérdida. Cuando un hombre de veintiocho años quiere
pasarse el fin de semana jugando al golf, empiezas a sospechar
que aún conserva su patito de goma.
Santana se rió.
—Me inclino ante tu sabiduría, Quinn.
—Quinn sabe de lo que habla.
Mientras Quinn seguía hablando, Santana acarició la cruz que
colgaba junto a su garganta, reflexionando sobre lo poco que le había faltado para ser incapaz de soltar una mentira. No estaba
acostumbrada a mentir. Pero ahora serían interminables las
mentiras que tendría que decir para protegerse a sí misma y a
aquellos a los que amaba... y a Brittany. Brittany le había pedido que
pensara en aquella relación teniendo en cuenta el contexto de su
vida. ¿Sería capaz de aceptar las mentiras, los engaños, los fraudes?
Pensó con seriedad en la valentía que necesitaba la gente para salir
de aquel armario de secretismo en el que ella acababa de entrar.
¿Qué clase de valentía tenía ella? ¿Era lo bastante fuerte?



SALUDOS Y COMENTEN
floor.br
floor.br
*****
*****

Femenino Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 07/01/2014
Edad : 26
Amamos a Sue Sylvester Blake


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Linda23 Vie Ene 31, 2014 11:52 am

Hola!

Ayer me desespere demasiado xq no actualizaste, y con estos tres capítulos, por cierto que capítulos quedé peor, no veo la hora en que vuelvas actualizar.

Los tres capítulos estuvieron maravillosos y la despedida fue linda, aunque duele xq es una despedida pero con fecha de reencuentro, Britt sabe lo que siente por san, ahora falta ver que pasa en este mes y sí Santana es capaz de salir del claset y enfrentar lo que sé viene sí desea una relación con mi rubia. La conversación que tuvieron fue tan realista y sincera, ven un futuro juntas pero antes hay que dejar claro lo que realmente sienten y ese mes es el indicado.

Actualiza pronto, me voy a morir de la intriga sí no lo haces.
Linda23
Linda23
****
****

Mensajes : 185
Fecha de inscripción : 08/12/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por raxel_vale Vie Ene 31, 2014 12:21 pm

ha sido una maraton excelente
creo que britt esta 100% de lo que siente. .. y este mes servira para q no halla confusion despues. ..

a me encanto el regalo de la cruz lo ame! !

saludos!!
raxel_vale
raxel_vale
******
******

Femenino Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 33
Club Brittana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Elita Vie Ene 31, 2014 12:21 pm

Excelentes caps! ;)
Quiero que pase rapido ese mes entre ellas & espero que sigan sintiendo lo mismo o quizas tal vez aun mas fuerte *-*

Saludos!
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por 3:) Vie Ene 31, 2014 12:51 pm

me encantaron los 3 capítulos,...
me gusto la reflexión de britt al respecto de la "relación" que tiene con san,...es verdad san necesita tiempo para aclarar todo y si da se da,....
va a ser un mes difícil para las dos!!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: Fanfic Brittana : "Curious Wine"-FINAL

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 4 de 6. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.