FIC BRITTANA : Mi Reina de la noche - capitulo 46, FINAL.

   Sonó el teléfono. Estaba tan cómoda acostada junto a santana y besándola  que no me apetecía responder, así que lo dejé sonar. Ella interrumpió el beso.




—¿No piensas contestar? —me preguntó.



—¿Por qué? —le contesté, muy alegre—. No puedes ser tú, porque ya estás aquí.



Sonrió.



—Bueno, a lo mejor hay otras personas en el mundo con las que te apetece hablar de vez en cuando.



—En este momento, no. —Seguí haciendo caso omiso del teléfono y busqué sus labios, pero me esquivó



—. Lo siento —dijo —, pero es que me pone nerviosa.




Empezó a levantarse. Su teléfono sólo sonaba por un motivo y fue entonces cuando entendí por qué estaba nerviosa. De repente, me di cuenta de que prácticamente tenía el auricular en la mano.




—¡No! ¡TÚ NO CONTESTES ! —grité, y ella me miró dolida—. Podría ser mi madre —aclaré— y siempre duran horas hablando cuando tú respondes al teléfono. —Asintió con la cabeza, descolgó y me pasó el auricular.




—¡Ah, Emily! —Desde luego, me alivió mucho descubrir quién estaba al otro lado de la línea, pues no me sentía capaz de soportar en ese preciso instante una conversación telefónica de 5 horas con mi madre.




—Me he enterado de que ya hace tiempo que has vuelto de hecho haces unos meses y ni siquiera me has llamado.—Como mejor amiga que era, tenía todo el derecho del mundo a quejarse por mi silencio. Su tono de reproche era auténtico, pero yo sabía que no estaba muy enfadada conmigo.




—Sólo hace un mes y unos días que he vuelto. — Sabía que aquello no era una excusa y menos ante Emily Fields.




—Dos meses —me susurró santana desde atrás.



Me giré a toda prisa y le indiqué con un gesto que guardara silencio.



—Eso no es una excusa —me reprendió Emily, tal y como yo esperaba—. Después de todo, dos meses pueden pasar muchas cosas.



—Eso es verdad —admití. Solté un grito cuando santana me dio un beso en el trasero  y me voltee indignada.



—¿Qué pasa? —me preguntó Emily, un tanto preocupada. Al fin y al cabo, nuestra última conversación telefónica había sido sobre cuestiones muy graves.



—Nada —afirmé rápidamente—. Me acabo de pellizcar el dedo con el teléfono.




—¿Con el teléfono? —Emily se estaba empezando a enfadar.




En ese momento, no pude decir nada, pues me estaba besando la nuca al mismo tiempo que me acariciaba el estómago. ¡Lo estaba haciendo sólo para fastidiarme!




—sss-sí —quise proseguir, casi sin aire—. Tengo uno nuevo, con un montón de timbres y sonidos.



No me dejaba en paz. Había empezado a acariciarme las piernas y tuve que jadear para recuperar el aliento.



Emily  se echó a reír.




—Ahora lo entiendo. No estás sola.




—No —confirmé. No podía decir nada más, pues me estaba mordisqueando los pechos con los labios.



—¿Ella está ahí? —preguntó Emily, muy interesada. Al parecer, quería proseguir con la conversación.



—mmm sssí —jadeé, a modo de respuesta. Uno de mis pezones estaba ya en su boca y lo acariciaba con la lengua.




Emily  se echó a reír de nuevo.



—No me parece que se estén peleando.



—En absoluto —le dije a Emily —. Pero no tardaremos mucho —dije entre dientes, mirando a santana la cual arqueó las cejas en un gesto inocente, soltó mi pecho unos segundos y esperó.



—Te he llamado porque... —prosiguió emily, sin hacerme caso.




En ese mismo momento, santana se llevó mi otro pezón a la boca y empezó a chuparlo. Se me escapó un fuerte gemido—. Veo que estás muy bien, ¿no? —preguntó emily. Sabía exactamente cómo estaba yo y la situación le parecía diabólicamente divertida.




—Son tal para cual—dije, con los dientes apretados.




Emily  soltó otra carcajada.




—Quería preguntarte si nos vemos en el bar “cherries” esta noche, hanna ira a una convención de medicina en Miami y estaremos allí tomándonos unos tragos antes de ella irse, pensé que ...—era evidente que estaba tratando de contener la risa—. ….Podrías venir así saludas a hanna y te quedas conmigo después de que se haya ido , la noche es joven y no quisiera llegar temprano a mi casa vacía.




—no estoy segura em’ sabes que no le agrado mucho a tu chica, por eso de que soy tu ex.




—por hanna no te preocupes ya eso es tema más que superado para ella créeme, por cierto puedes venir con tu chica caliente... cuando se hayan vestido, claro.





—¡Emily!





—Bueno, en otros tiempos siempre te desnudabas antes de hacerlo —contestó, en un tono de lo más inocente—.¿Ahora ya no?




—¡Basta! —dije, dirigiéndome a las dos a la vez. santana, sin embargo, colocó una mano entre mis piernas. No aguantaba más—Nos vemos en “cherries”. —No me quedaba más remedio que aceptar, pues estaba a punto de perder el control.




—A las ocho —puntualizó emily. —Se echó a reír—. Y pásala bien hasta entonces.— colgó.





Dejé caer el teléfono y me derrumbé sobre la cama. Santana retiró la mano y se echó a reír. Se reía con ganas, muy contenta, como una adolescente que  acababa de hacer una travesura —¡Eres muy mala! —dije, rabiosa.




—Eso es verdad. —Seguía riéndose, aunque hacía visibles esfuerzos por contener la risa—. ¡Pero ha sido tan divertido!




—¡Para ti! —me enfadé—. O mejor dicho, ¡para ustedes!




—¿Se dio cuenta? —me preguntó,sonriendo para sus adentros.




—¡Pues claro! —estallé—. Me conoce muy bien.




—Ah, ya —comentó muy tranquila—. Estoy segura de que es capaz de reconocer todos tus ruiditos.




Levantó las manos y se tapó la cara para protegerse de la almohada que acababa de lanzarle. Me volví y le di la espalda, pero noté cómo se acercaba muy despacio por detrás y me rodeaba con sus brazos.




—No te enfades conmigo britt —me susurró al oído—. Cuando hablas por teléfono te ves  tan sexy...




—Te encanta, ¿verdad? Te encanta ponerme nerviosa cuando estoy hablando por teléfono —la reté como si fuera una mascota traviesa.




—Lo he descubierto contigo. ¡Y la verdad es que lo haces muy bien! —se burló.




—¿Y yo qué gano? —Traté de hablarle en un tono muy serio, pero la verdad es que ya la había perdonado.




Se apoyó contra mí.




—Espero que mucho. —Si existe una voz sensual en el mundo, no había duda de que era la de santana lopez .




Empezó a acariciarme el cuerpo con las manos. Más tarde, no me quedó más remedio que admitir que tenía razón: al parecer, yo también ganaba mucho.




La noche se acercaba y santana aún no sabía nada de la invitación de Emily , pero yo ya había aceptado. Era comprensible dadas las circunstancias, pero lo cierto es que ya no estábamos en París y no estaba muy segura de poder convencerla para que me acompañara por otro lado ya había dejado su trabajo entonces ¿Qué podría pasar?.




Estábamos tumbadas en la cama, sin hacer nada más que descansar y recuperarnos.




Me giré y le acaricié la mejilla. Volteo su hermoso rostro hacia mí y apenas pude mirarla, pues cada vez que lo hacía me dejaba sin aliento. Sonrió, mientras yo le acariciaba el pelo.




—Eres tan hermosa —comenté, por enésima vez desde que nos conocimos.




—.es algo defecto que se corrige con la edad. —Se rió.Me invadió una gran ternura.



—Cuando tengas ochenta años, seguirás siendo hermosa.



Arqueó las cejas.




—Bueno, si vivo hasta esa edad, podremos comprobar si tu predicción era acertada —bromeó.




Seguí jugueteando con su brillante melena negra.




—¿Tienes planes para esta noche? —le pregunté, sin mala intención.



Me observó perpleja.



—¿Por qué has pensado eso?



—Podría ser… —dije, encogiéndome de hombros.




—¿Te refieres a citas? —Parecía un poco enfadada. En su rostro apareció una expresión impenetrable. —britt sé que estás acostumbrada a que en las noches atendía clientas pero ¡YA NO ES ASÍ!




“¿Es que siempre tengo que meter la pata?”, me dije.




—eso lo se sany—me apresuré a rectificar—. Ni siquiera había pensado en eso. Me refiero a otra cosa. —Ella había adoptado una expresión muy reservada. Suspiré—. Emily  me ha preguntado antes si queríamos quedar con ella esta noche, en el bar cherries.




—¿Queríamos? —Había captado al instante el elemento clave.




—Sí —respondí, como si fuera lo más obvio del mundo—. Y le  dije que sí. — Empezó a negar con la cabeza, así que me apresuré a seguir hablando—. Tú también tienes parte de culpa santana, porque no me dejaste pensar en ese momento.




Sonrió al recordarlo. "Algo es algo", me dije.




—Ya, pero...aún es muy pronto.. Recién he dejado el trabajo  —Se mostraba muy prudente y en su rostro había aparecido de nuevo una expresión grave.




—En ese bar no te encontrarás a nadie —dije, para tranquilizarla.




—¿Por qué estás tan segura? —contesto, aún a la defensiva.




Me eché a reír.



—La gente que va allí no tiene dinero ni para pagarse una pizza.




“rayos —me dije—, ¿en qué estás pensando? En nada, ese es el problema”. santana reaccionó de la forma que yo esperaba.




—¿Quieres decir que esas mujeres no tienen dinero para pagar  miles de dolares por mí, para haber sido una de mis clientas?




Si las cosas seguían por ese camino, jamás la convencería para que me acompañara.




—Perdóname amor , por favor —le supliqué—. Lo he dicho sin pensar. No me refería a eso.




No parecía muy dispuesta a dejarse tranquilizar.




—Supongo que tienes razón —comentó en un tono frio.




Me acerqué más a ella y le rocé la mejilla con mi nariz. No me lo impidió, pero tampoco pareció muy emocionada.



—Por favor... No quiero que discutamos por eso ahora, ni por eso ni por nada , acabamos de reconciliarnos cariño,  Y sé que he cometido un error, pero no quiero estropear la noche.



Se negó a ceder y su expresión no cambió ni un poco. Me incliné y la besé suavemente en los labios, que me parecieron fríos e inaccesibles.



—¿Me perdonas una vez más? — Susurré junto a su boca—. Te prometo que a partir de ahora me portaré mejor.




—Pero sólo esta vez.




La abracé y rodamos juntas sobre la cama. Ahora era ella la que estaba encima de mí. Le acaricié el trasero, mientras pensaba en lo mucho que me gustaría estar dentro de ella.




—¿Me acompañarás? —le pregunté con naturalidad.




—No. —Le apreté un poco más el trasero, la atraje hacia mí y levante mis caderas.




—¿En serio? —pregunté otra vez.



—No —insistió.





Coloqué una pierna entre las suyas y la levanté un poco, al mismo tiempo que la sujetaba con fuerza y empezaba a moverme muy despacio bajo su cuerpo.




—Te arrepentirás —le advertí.



—Ya me estoy arrepintiendo —dijo.



Le introduje una mano entre las piernas, a lo cual respondió con un gemido. Daba la sensación de que, muy a su pesar, le gustaba.




—Por favor san, di que sí —le supliqué—.Emily se llevará una decepción si no vienes.



—Sólo quieres lucirme... ahh—dijo, aunque con cierto esfuerzo.



Había empezado a seguir con las caderas el ritmo de mis movimientos.




—Sí, en eso tienes parte de razón — admití—. Quiero lucirte. No conozco a ninguna mujer que se pueda comparar contigo.




—¿En qué terreno? —me preguntó, un tanto recelosa. Su voz sonaba un poco forzada.




—En todos. —Me quedé quieta—. No quiero obligarte a hacer nada —le expliqué con dulzura—. Quiero que lo hagas por voluntad propia.




—Por voluntad propia —repitió, Le acaricié la espalda y, poco a poco, se fue relajando sobre mi cuerpo—Me parece que te acompañaré — decidió finalmente.
.



Sonreí, la obligué a inclinar la cabeza y la besé.





—Me alegro mucho amor .  

  [Continuara…]  

    Emily  atravesó las puertas  de “cherries ” junto a hanna la cual se quedó en la barra saludando a unos médicos que estaban allí con unos tragos, Emily me vio y se acercó a nuestra mesa. Antes de saludarme, le dio un repaso a mi acompañante.




—Así que esta es santana. —Me lanzó una mirada acusadora—. ¿Por qué la tenías tan escondida? —La miré con un gesto interrogante. “¿De qué está hablando?”, me pregunté—. La luna se moriría de envidia frente a ti santana ya que brillas con tanta intensidad que iluminas todo este lugar con tu belleza—añadió.




De no haber sido porque conocía muy bien a Emily , habría jurado que sólo estaba coqueteando, pero sabía que si alguna vez a lo largo de su vida había hablado en serio, era en ese momento



—. Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida —dijo mi amiga.




Era un cumplido sincero, pero percibí cierta actitud a la defensiva junto a mí. Emily también lo notó y se sentó.



Tomó la mano de santana que había junto a la mía, sobre la mesa, para estrechársela. El primer impulso de mi morena  fue apartarla, pero Emily no se lo permitió.




—No, no —insistió con amabilidad—, aquí estamos en familia—Echó un alegre vistazo a su alrededor—. Y la verdad es que nadie se atrevería a negar lo que acabo de decirte.




Hanna se acercó a nosotras con su típico andar glamuroso y una bandeja con cuatro copas llenas de un líquido rosa, Emily inmediatamente se levantó y la ayudo a colocar la bandeja en la mesa.




—Gracias amor —le dijo  hanna a Emily antes de darle un beso de pico y sentarse en una silla de la mesa a su lado.




—de nada princesa, saluda a las chicas. —le dice em señalándonos con la mano extendida.




—A eso iba cariño—dice con una gran sonrisa, —hola brittany, años sin verte—me saludo con un beso en la mejilla.




—hola hanna, lo mismo digo, debo decir que luces muy bien, ¿has estado corriendo en las mañanas?.




—¡siii! Exacto —dice tan contenta como si le hubieran regalado un auto nuevo— lo vez Emily ella “si” lo notó , no como tú que tuve que decírtelo para que lo notaras, —le dice a mi amiga mientras le da un golpecito en el brazo Emily solo asiente con gesto despreocupado —,incluso, ni siquiera notas que salgo por las mañanas ya que duermes como marmota —  santana me mira sonreída por la situación.




. —hanna, te presento a mi novia —le digo mientras tomo de la mano a santana.




—Hola soy Hanna Marín, un placer conocerte—dice al tomarle la mano a santana y estrechársela.



—Santana López—dice mi latina al sonreírle —¿y esas copas?



—ohh  me tome la libertad de comprar la primera ronda, no sé si son entusiastas de los Cosmopolitan pero a Emily y a mí nos encantan, además son afrodisiacos y siempre terminamos… bueno ustedes saben —dice hanna moviendo las cejas de repetidas veces. —santana se ríe con ganas y yo la observo maravillada.



—para serte sincera … ¿Hanna no? —Pregunta santana y la rubia asiente— yo nunca he probado un Cosmopolitan —hanna la mira incrédula.




—¡imposible! —Dice hanna boquiabierta —pues ¿Qué estamos esperando? Pruébalo .. Anda ¡toma un sorbo! — le dice hanna con entusiasmo, yo paso un brazo por ambos hombros de santana acariciándole uno de ellos con la yema de mis dedos, mi morena me mira con una sonrisa y yo se la regreso perdiéndome en sus ojos, nos quedamos así por un instante.




—hey , yujuuu, —dice emily moviendo ambas manos frente a nosotras sacándonos de nuestro trance— seguimos aquí, y santana no le has dado el sorbo a tu bebida.




—es cierto y hasta que no lo hagas nosotras tampoco —dice hanna negando con la cabeza —¿verdad amor? —pregunta a Emily.



—Así es princesa—le responde Emily inclinándose hacia hanna dándole un rápido y sonoro beso en el cuello.



—Está bien, le daré un sorbo al coctel —dice mi latina con una blanca sonrisa, todas la observamos expectantes—pero antes… hanna me gustaría saber que lleva esta bebida. —pregunta dubitativa.



—veras bella latina, el Cosmopolitan contiene….




—no creo que hanna sea la que más sabe de este coctel, me refiero a que hay alguien en esta mesa que sabe más que hanna del Cosmopolitan, ¿cierto britt? —me pregunta Emily con una expresión traviesa en su rostro, la miro confundida.



—em’ , estoy a punto de decirle a santana que contiene la bebida y me interrumpes—le dice hanna  rodando los ojos.




—lo siento amor, continua.




—como te decía santana, el Cosmopolitan contiene: Cointreau, zumo de arándonos rojos, zumo de limón, Vodka por supuesto, y los típicos cubitos de hielo. —dice hanna muy segura de sus palabras.




— Suena fascinante —le contesta santana con la copa en sus manos





—¡oh sí!, es un trago muy dulce y fresco, la sequedad del vodka se complementa a la perfección con el dulce sabor de los arándanos, si a esto le sumamos la acides del limón, tenemos un trago perfecto—le dice hanna como una alta experta del Cosmopolitan.




Finalmente santana se lleva la copa a los labios y le da su primer sorbo , los ojos se le agrandaron y solto una leve risita.




—me gusta —dice  —me gusta mucho —le beso la mejilla y todas alzamos las copas brindando y dándoles un largo sorbo.






Las horas al igual que las rondas de Cosmopolitan, pasaban y santana se llevaba cada vez mejor con hanna y emily, lo cual me encantó, no podía ocultar mi sonrisa fascinada.







—recuerdo que a pierce le encantaban los Cosmopolitan en nuestra época universitaria. —comenta Emily.



—¿Ah sí? , cuéntame más —pide santana muy interesada. —hanna y yo miramos a Emily observando su sonrisa mientras comienza a hablar.



—Pues estábamos en la universidad y todos bebíamos Cosmopolitan los fines de semana cuando nos reuníamos y todo por iniciativa de brittany la cual siempre ordenaba ese coctel para nosotros, recuerdo un hecho importante de britt cuando se alcoholizaba en aquella época…..—dice Emily al fingir un gesto pensativo en su rostro.




—y ¿cuál es ese hecho amor? —pregunta hanna.




—sí, dinos cuál es ese hecho—dice santana, Emily amplía su sonrisa mirándome y en ese preciso instante es cuando recordé lo que yo solía hacer, ese “hecho” al que Emily  se refiere .



—¡no dirás nada Emily Fields! —le digo autoritariamente mientras la señalo con mi dedo acusador.




—¿Quién me lo impide? Jajaja ¿Tu? —me pregunta con gesto relajado mientras se ríe —no me intimidas Pierce, puede que ahora seas una alta ejecutiva poderosa pero para mí siempre serás la britt de aquella época—me dice con una sonrisa cariñosa, voltea y mira a nuestras parejas — además las chicas quieren saber, ¿no es asi? —les pregunta y ellas rápidamente asienten.




Suspiro negando  de manera resignada, Emily continua.




—mi amiga aquí presente—dice al levantarse por un momento de su silla para despeinarme , santana se ríe y yo lo ordeno enseguida pasando mis manos por mi cabeza—solía quitarse la ropa cuando estaba verdaderamente ebria —culmina emily mientras santana me mira boquiabierta, con gesto divertido  y  sin poder creerlo .





Con mi más avergonzada expresión decido hablar




—en aquella época, era muy inmadura, amor —le digo a santana antes de darle un dulce beso en los labios el cual fue bien recibido por su parte.




—wow britt toda una aventurera—dice hanna riendo.



—¡pero ella no era la más alocada de nosotras! —comenta emily antes de darle un trago a su coctel.




—¿y quién era amor? —le pregunta hanna.




—Nuestra gran y leal amiga Quinn Fabray—respondo antes que Emily, y santana se impresiona notablemente.



—Increíble —comenta mi chica con una sonrisa y negando con la cabeza.




—espera, ¿quinn fabray? , ¿la prestigiosa abogada amiga de ustedes dos? —pregunta hanna curiosa.




—Esa misma, ahora es una seria mujer de familia pero antes  sí que se volvía loca después de unos tragos jajaja —digo recordándolo con una sonrisa.




—jajaja ¿cómo olvidarlo? Si cada vez que fabray estaba ebria quería hacérselo a rachel en cualquier sitio que estuviera, ¡en lugares públicos! —contaba emily muy contenta.




—y la pobre rachel solía ser una chica tan reservada y tenía que soportar la  embriaguez de quinnie —digo entre risas.





—Recuerdo que quinn solía decirles las mismas palabras durante sus borracheras……—dice Emily





—rach gracias por aceptarme en tu vida —decimos Emily y yo al unísono imitando a nuestra quinn antes de reírnos.




Hanna y santana nos observan con una sonrisa, tomo la mano de santana y le dejo un suave beso en ella.



—deberíamos reunirnos pronto con ellas y divertinos, claro no como antes sino de una manera más madura por supuesto —propone Emily



—estoy de acuerdo ,  deberíamos reunirnos con ellas y crear nuevos recuerdos —digo con una sonrisa.




—sí que solían divertirse —comenta santana sonriendo.




—asi es amor… aquellos tiempos…—digo suspirando con nostalgia —em’ ¿recuerdas cuando estábamos en la secundaria y todo el tiempo  acompañábamos a quinn a buscar a rachel a casa de sus papas?



—jajaja si! , claro que lo recuerdo. —contesta emily




—¿y eso por qué amor? ¿Por qué tenían que buscar a rachel junto a quinn? —le pregunta hanna.



—en ese entonces el abogado jesse jt james y quinn pretendían a rachel al mismo tiempo y uno de los papas de rachel ,Leroy simplemente no toleraba a quinn, decía que era el típico caso de adolescente millonaria, revoltosa y fiestera.—contesta em’.




—Lo cual era cierto—digo y todas estallamos en risas— pero siempre le fue fiel a rachel quinn jamás fue del tipo mujeriega, solo que muy fiestera y eufórica jajaja .




—Y  obviamente el papa de rachel  prefería a jesse por sobre quinn ya que siempre fue muy estirado y supuestamente encantador —prosiguió emily  



—¿y tú también eras así de revoltosa como quinn? — pregunta santana mirándome curiosa.




—debo confesar que sí lo era —le contesto con una sonrisa ladeada.




—¿cómo cambio de parecer el papá de rachel ? —nos pregunta mi latina.




—quinn le demostró que tenía fuertes sentimientos hacia rachel y que sus intenciones con ella eran las correctas—contesto orgullosa de mi amiga. —se convirtió en toda una dama por ella y después de culminar la universidad pidió la mano de rachel en compromiso.



—extremadamente romántico—comenta hanna con una sonrisa boba apoyada en el hombro de emily.      

  [Continuara…]