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[Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
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Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Espero que actualizes pronto, por far.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Hay que bonito
Me encanto el capitulo, que bueno que Blain ya esta mejor... Muy bien acompañado por lo visto... Espero que actualices pronto... Besos
Me encanto el capitulo, que bueno que Blain ya esta mejor... Muy bien acompañado por lo visto... Espero que actualices pronto... Besos
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Doce.
Se separó de mis labios lentamente. Me miró a la cara con su dulce mirada y posicionó uno de sus tiernos besos sobre mi frente la cual luego de eso acarició con la yema de sus dedos.
— Todo parecía un infierno sin ti — susurró mientras se recostaba a mi lado.
Por suerte para ambos las camillas eran grandes. Quizás en que hospital estaba… debía ser uno caro sin duda.
— ¿Por cuánto fue? — Pregunté angustiado — ¿Por cuánto fue que dormí?
— Muy poco, no te preocupes.
Enredó sus brazos alrededor de mi cuerpo y se mantuvo así por un buen rato. Sentía el golpe de su respiración en mi cuello. Aquello de alguna forma se sentía bien.
— ¿Kurt? — consulté.
— Dime… — pidió dulce.
— ¿Qué ocurrió con… — vacilé por unos segundos esperando que él pudiera comprender aquello, pero no lo hizo y me miró esperando que yo terminara la pregunta, trague saliva y exhalé fuerte —… Con Sebastian?
Rodeo sus ojos al suero que se encontraba ya casi terminado sobre mí y asintió.
— Será mejor que avise a los doctores que le suero se acabó — murmuró mientras se ponía de pie.
— Kurt — le llamé antes de que cruzara la puerta. Este volteó y me miró preocupado ¿por qué no quería hablar de aquello?
— Iré por el doctor — anunció y cruzó la puerta dejándome solo y con preguntas dentro de la habitación.
Bufé y miré las flores. Un pequeño papel se encontraba sobre un gran ramo rojo. Lo miré y me propuse como meta cogerlo aunque mi pecho me prohibiera enderezarme. Lentamente me comencé a sentar y estiré mi mano con la intención de tomarlo, pero por poco lo alcanzaba.
Lamentablemente no lo logré. Volví a intentarlo y lo tomé. Tenía el curioso papel amarillo entre mis manos.
Me recosté lentamente otra vez y abrí el pequeño sobre.
De: Helen Hattaway
Para: Blaine Anderson.
Primero, si eres Kurt el que está leyendo lo siento, pero debía explicarle al chico el porqué de todo. Sé que tú, “Kurt-si”, no lo harás.
Reí al leer aquello.
Blaine, te preguntarás quién es Helen, bueno… yo soy una compañera de Kurt (Sí, Kurt, tu torpe ángel). Querrás saber el porqué de todo esto y él porqué es simple: Kurt se enamoró de ti, ¿Tienes idea de lo terrible que es esto en nuestro mundo, nuestro reino? Demasiado, cuando uno se convierte en ángel y en un ángel guardián, lo primero que dicen es: jamás, jamás deben enamorarse de su misión. Kurt lo ha echo, y él está en problemas. Amigo, sólo te pediré una cosa (aparte de que te recuperes) necesito que te alejes de él. Deja de meterte en problemas, deja de llamarlo con la mente cuando no lo necesitas. Es por tú bien y por la estadía de mi amigo en el cielo.
Arrugué la carta en mis manos y lo guarde debajo de las frazadas. Sentí como lagrimas caían por mis mejillas. ¿Quién se creía al venir y pedir que me alejara de Kurt? ¿Cómo se supone que logre hacer eso? Jamás, jamás lograría vivir sin él. Últimamente es mi todo. Un todo completo, sin él no respiro, sin él no sé qué día es, sin él no distingo el bien del mal, sin él… no podría vivir.
La puerta se abrió de golpe y con ella vino Kurt. Me estaba mirando asustado… no, asustado no es la palabra correcta, me miraba sin expresión. Detrás de él apareció un pequeño medico con una enfermera morocha. Ambos me miraron y sonrieron.
— ¡Despertaste! — exclamó el hombre y quitó la inyección de suero que tenía en mi brazo.
No respondí y sólo mire a Kurt. El doctor subió mi mano y con ella el papel, la carta. Kurt lo miro extrañado y se acercó para quitarla de mis manos. Quise impedirlo, pero quería respuestas… y sabía que yo no podría hacer las preguntas. Se paró en un rincón y comenzó a leerla, silenciosa y rápidamente. Luego de unos segundos subió su mirada a mí y negó con la cabeza.
— Traeré a tus padres — creo que fue lo que dijo el doctor y se alejó junto con la enfermera.
Kurt me miró con un rostro completamente dañado.
— No te alejes — alcancé a susurrar antes de que me ahogara en un mar de lágrimas.
Él sólo me miraba, no respondía y me hacía sentir inútil ¿Qué debía hacer ahora? ¿Mirar, sentir, esperar a que llegue el momento en que él se aleje para siempre?
Un Capítulo Extra... Gracias por sus linduras de comentarios
Se separó de mis labios lentamente. Me miró a la cara con su dulce mirada y posicionó uno de sus tiernos besos sobre mi frente la cual luego de eso acarició con la yema de sus dedos.
— Todo parecía un infierno sin ti — susurró mientras se recostaba a mi lado.
Por suerte para ambos las camillas eran grandes. Quizás en que hospital estaba… debía ser uno caro sin duda.
— ¿Por cuánto fue? — Pregunté angustiado — ¿Por cuánto fue que dormí?
— Muy poco, no te preocupes.
Enredó sus brazos alrededor de mi cuerpo y se mantuvo así por un buen rato. Sentía el golpe de su respiración en mi cuello. Aquello de alguna forma se sentía bien.
— ¿Kurt? — consulté.
— Dime… — pidió dulce.
— ¿Qué ocurrió con… — vacilé por unos segundos esperando que él pudiera comprender aquello, pero no lo hizo y me miró esperando que yo terminara la pregunta, trague saliva y exhalé fuerte —… Con Sebastian?
Rodeo sus ojos al suero que se encontraba ya casi terminado sobre mí y asintió.
— Será mejor que avise a los doctores que le suero se acabó — murmuró mientras se ponía de pie.
— Kurt — le llamé antes de que cruzara la puerta. Este volteó y me miró preocupado ¿por qué no quería hablar de aquello?
— Iré por el doctor — anunció y cruzó la puerta dejándome solo y con preguntas dentro de la habitación.
Bufé y miré las flores. Un pequeño papel se encontraba sobre un gran ramo rojo. Lo miré y me propuse como meta cogerlo aunque mi pecho me prohibiera enderezarme. Lentamente me comencé a sentar y estiré mi mano con la intención de tomarlo, pero por poco lo alcanzaba.
Lamentablemente no lo logré. Volví a intentarlo y lo tomé. Tenía el curioso papel amarillo entre mis manos.
Me recosté lentamente otra vez y abrí el pequeño sobre.
De: Helen Hattaway
Para: Blaine Anderson.
Primero, si eres Kurt el que está leyendo lo siento, pero debía explicarle al chico el porqué de todo. Sé que tú, “Kurt-si”, no lo harás.
Reí al leer aquello.
Blaine, te preguntarás quién es Helen, bueno… yo soy una compañera de Kurt (Sí, Kurt, tu torpe ángel). Querrás saber el porqué de todo esto y él porqué es simple: Kurt se enamoró de ti, ¿Tienes idea de lo terrible que es esto en nuestro mundo, nuestro reino? Demasiado, cuando uno se convierte en ángel y en un ángel guardián, lo primero que dicen es: jamás, jamás deben enamorarse de su misión. Kurt lo ha echo, y él está en problemas. Amigo, sólo te pediré una cosa (aparte de que te recuperes) necesito que te alejes de él. Deja de meterte en problemas, deja de llamarlo con la mente cuando no lo necesitas. Es por tú bien y por la estadía de mi amigo en el cielo.
Arrugué la carta en mis manos y lo guarde debajo de las frazadas. Sentí como lagrimas caían por mis mejillas. ¿Quién se creía al venir y pedir que me alejara de Kurt? ¿Cómo se supone que logre hacer eso? Jamás, jamás lograría vivir sin él. Últimamente es mi todo. Un todo completo, sin él no respiro, sin él no sé qué día es, sin él no distingo el bien del mal, sin él… no podría vivir.
La puerta se abrió de golpe y con ella vino Kurt. Me estaba mirando asustado… no, asustado no es la palabra correcta, me miraba sin expresión. Detrás de él apareció un pequeño medico con una enfermera morocha. Ambos me miraron y sonrieron.
— ¡Despertaste! — exclamó el hombre y quitó la inyección de suero que tenía en mi brazo.
No respondí y sólo mire a Kurt. El doctor subió mi mano y con ella el papel, la carta. Kurt lo miro extrañado y se acercó para quitarla de mis manos. Quise impedirlo, pero quería respuestas… y sabía que yo no podría hacer las preguntas. Se paró en un rincón y comenzó a leerla, silenciosa y rápidamente. Luego de unos segundos subió su mirada a mí y negó con la cabeza.
— Traeré a tus padres — creo que fue lo que dijo el doctor y se alejó junto con la enfermera.
Kurt me miró con un rostro completamente dañado.
— No te alejes — alcancé a susurrar antes de que me ahogara en un mar de lágrimas.
Él sólo me miraba, no respondía y me hacía sentir inútil ¿Qué debía hacer ahora? ¿Mirar, sentir, esperar a que llegue el momento en que él se aleje para siempre?
Un Capítulo Extra... Gracias por sus linduras de comentarios
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
NO PORFAVOR NO HAGAS QUE SE ALEJEN no pueden vivir sin el otro
PD: actualiza pronto
PD: actualiza pronto
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Trece.
— No lo haré — susurró.
Subí mi vista con un dejo de desconfianza ante aquellas palabras y le miré pidiendo que no detuviera su hablar. Pero el desvió su vista a la puerta por la cual aparecieron mis padres. Sonrieron al verme, pero luego aquellas sonrisas se desasieron cuando vieron mi triste estado de ánimo.
— ¿Cómo te sientes? — consultó mi madre tomando asiento a mi lado.
Asentí, como si aquello le dejara claro que bien.
— ¿Hijo, que ocurre? — preguntó mi padre, mientras fulminaba a Kurt con la mirada.
— Nada — dije en un hilo de voz.
No quería seguir hablando, un nudo en mi garganta me quemaba por dentro, no podía hacer sufrir a mis padres con mis problemas, no podía mentirle a mi familia.
— Kurt, ¿podrías dejarnos solos por un momento? — consultó mi madre con un buen tono de voz.
El chico asintió. Estaba destrozado.
— Blaine, con lo ocurrido el otro día, espero que seas más precavido — decía mi padre mientras acariciaba mi frente — La madre de Sebastian te mando saludos y nosotros ya dimos nuestro pésame como familia.
¿Pésame? ¿Para qué? les mire extrañada. Y entonces mi padre frunció su entrecejo.
— ¿Kurt no te explico aquello? — preguntó mi madre angustiada.
Negué mientras trataba de calmar mi respiración.
Mi padre bufó, al tiempo que le mandaba extrañas miradas a mi madre.
Y por último mi madre habló.
— Sebastian murió cariño — dijo cariñosa.
— El auto, lo lanzó muy fuerte, su débil cuerpo no pudo resistir — me explicó papá.
Los miré a ambos y asentí mientras hablaban.
Murió, Sebastian murió.
La forma en que adivinaba lo que quería decir también. Algo en él no encajaba, pero lo hacía lucir casi perfecto para la mirada de las demás chicas.
Y entonces recordé lo que pensé cuando lo conocí. Sebastian, ese raro chico castaño, se comportaba igual que Kurt a mi lado.
La puerta se abrió de golpe y el doctor apareció con un anotador en sus manos.
— Muy bien señor Anderson, veo mejoras en sus exámenes. Por lo tanto en dos días más, estará de regreso en su casa — exclamó el doctor sonriente.
— Gracias doctor — dijo mi madre.
— Quiero estar solo — susurré.
Mi madre me miró dudosa y el doctor de la misma manera.
— Hijo — susurró tratando de comprender mis palabras.
— Mamá, quiero estar solo — volví a susurrar.
Y entonces se marcharon.
Nuevamente el llanto se hizo presente y la soledad que tanto anhelaba me duro sólo segundos. Luego la puerta se abrió y por ella apareció él.
— No llores — dijo con un rostro demacrado.
— ¿Cómo quieres que no lo haga si te irás? — murmuré.
Se acercó a mí y se sentó a mi lado en la camilla. Me miró el rostro, los labios y luego se recostó sobre mis piernas. Con sus brazos envolvió mi cuerpo y luego comencé a sentir sus sollozos.
No pude evitar romperme en pedazos al sentir aquello. ¿Por qué, si todo estaba tan lindo?
Con mi mano acaricié su pelo. Su respiración estaba tan agitada.
— Kurt — sollocé.
Pero no respondió y entonces abrace su cuerpo acomodando mi cabeza sobre la suya y aquel dolor tan agudo que sentía en mi pecho en un principio, desapareció como por arte de magia.
De apoco su respiración se fue calmando y la mía también. Sentí como acariciaba mi cintura y luego con un movimiento lento hizo que me sentara como corresponde, él me miró a los ojos ya sentado de la misma forma y nuevamente sentí como mi corazón se quebraba en miles de pedazos. Sus ojos estaban tan cristalizados.
— Te amo — dije torpemente, pero sin arrepentirme de hacerlo.
Llevó una de sus manos a mi cabello y lo acarició hacia atrás.
— Yo también te amo, más de lo que pensé lograr sentir — dijo y beso mis labios con aquella lentitud y pasión que lo caracteriza.
— No te irás ¿verdad? — pregunté ilusionado.
— No, no me iré — dijo y volvió a besar mis labios.
Aquella tan torpe electricidad que me hace temblar me recorrió por completo, haciéndome delirar nuevamente.
— Tú me haces sentir extraño, me haces sentir como si… — vacilo por un segundo y miró mis labios ya en ese momento, creo yo, rojos — Me haces sentir vivo.
…
Había pasado los dos días en el hospital, nada extraordinario ni grave ocurrió con mi cuerpo. Siempre creo que Kurt hace esas cosas. Me cura a escondidas. Días geniales junto a él. Creo que la tal Helen no mandara más torpes mensajitos desubicados de su parte. Kurt está cada vez más cercano a mí, y cada minuto que pasa pienso que no se alejara nunca.
Hace ya una semana que no voy al instituto, el doctor me lo prohibió debía reposar… aunque no sintiera dolor alguno en mi cuerpo.
— ¿Nada nuevo en el instituto? — consulté mientras mi ángel tomaba asiento a mi lado y me entregaba la materia pasada.
— Nada — dijo y me dedicó una sonrisa — Sólo que te extrañe.
— Yo también te extrañé — murmuré y comencé a copiar la materia que me faltaba.
— ¡Blaine! — Gritó mi madre — Te busca un chico - Miré a Kurt y este se encogió de hombros.
— ¿Tienes alguna idea? — le consulté. Negó con la cabeza. Me puse de pie y bajé las escaleras con cuidado. Llegué a la plataforma y miré a mi madre quien me observaba inquieta — ¿Quién es? — pregunté en un susurro solo para que ella pudiera oírlo. Nuevamente recibí como respuesta una encogida de hombros. Miré hacia la entrada en donde había un muchacho. Su anatomía se me hacía tan familiar.
Actualizare pronto, gracias x comentar
Enjoy!
— No lo haré — susurró.
Subí mi vista con un dejo de desconfianza ante aquellas palabras y le miré pidiendo que no detuviera su hablar. Pero el desvió su vista a la puerta por la cual aparecieron mis padres. Sonrieron al verme, pero luego aquellas sonrisas se desasieron cuando vieron mi triste estado de ánimo.
— ¿Cómo te sientes? — consultó mi madre tomando asiento a mi lado.
Asentí, como si aquello le dejara claro que bien.
— ¿Hijo, que ocurre? — preguntó mi padre, mientras fulminaba a Kurt con la mirada.
— Nada — dije en un hilo de voz.
No quería seguir hablando, un nudo en mi garganta me quemaba por dentro, no podía hacer sufrir a mis padres con mis problemas, no podía mentirle a mi familia.
— Kurt, ¿podrías dejarnos solos por un momento? — consultó mi madre con un buen tono de voz.
El chico asintió. Estaba destrozado.
— Blaine, con lo ocurrido el otro día, espero que seas más precavido — decía mi padre mientras acariciaba mi frente — La madre de Sebastian te mando saludos y nosotros ya dimos nuestro pésame como familia.
¿Pésame? ¿Para qué? les mire extrañada. Y entonces mi padre frunció su entrecejo.
— ¿Kurt no te explico aquello? — preguntó mi madre angustiada.
Negué mientras trataba de calmar mi respiración.
Mi padre bufó, al tiempo que le mandaba extrañas miradas a mi madre.
Y por último mi madre habló.
— Sebastian murió cariño — dijo cariñosa.
— El auto, lo lanzó muy fuerte, su débil cuerpo no pudo resistir — me explicó papá.
Los miré a ambos y asentí mientras hablaban.
Murió, Sebastian murió.
La forma en que adivinaba lo que quería decir también. Algo en él no encajaba, pero lo hacía lucir casi perfecto para la mirada de las demás chicas.
Y entonces recordé lo que pensé cuando lo conocí. Sebastian, ese raro chico castaño, se comportaba igual que Kurt a mi lado.
La puerta se abrió de golpe y el doctor apareció con un anotador en sus manos.
— Muy bien señor Anderson, veo mejoras en sus exámenes. Por lo tanto en dos días más, estará de regreso en su casa — exclamó el doctor sonriente.
— Gracias doctor — dijo mi madre.
— Quiero estar solo — susurré.
Mi madre me miró dudosa y el doctor de la misma manera.
— Hijo — susurró tratando de comprender mis palabras.
— Mamá, quiero estar solo — volví a susurrar.
Y entonces se marcharon.
Nuevamente el llanto se hizo presente y la soledad que tanto anhelaba me duro sólo segundos. Luego la puerta se abrió y por ella apareció él.
— No llores — dijo con un rostro demacrado.
— ¿Cómo quieres que no lo haga si te irás? — murmuré.
Se acercó a mí y se sentó a mi lado en la camilla. Me miró el rostro, los labios y luego se recostó sobre mis piernas. Con sus brazos envolvió mi cuerpo y luego comencé a sentir sus sollozos.
No pude evitar romperme en pedazos al sentir aquello. ¿Por qué, si todo estaba tan lindo?
Con mi mano acaricié su pelo. Su respiración estaba tan agitada.
— Kurt — sollocé.
Pero no respondió y entonces abrace su cuerpo acomodando mi cabeza sobre la suya y aquel dolor tan agudo que sentía en mi pecho en un principio, desapareció como por arte de magia.
De apoco su respiración se fue calmando y la mía también. Sentí como acariciaba mi cintura y luego con un movimiento lento hizo que me sentara como corresponde, él me miró a los ojos ya sentado de la misma forma y nuevamente sentí como mi corazón se quebraba en miles de pedazos. Sus ojos estaban tan cristalizados.
— Te amo — dije torpemente, pero sin arrepentirme de hacerlo.
Llevó una de sus manos a mi cabello y lo acarició hacia atrás.
— Yo también te amo, más de lo que pensé lograr sentir — dijo y beso mis labios con aquella lentitud y pasión que lo caracteriza.
— No te irás ¿verdad? — pregunté ilusionado.
— No, no me iré — dijo y volvió a besar mis labios.
Aquella tan torpe electricidad que me hace temblar me recorrió por completo, haciéndome delirar nuevamente.
— Tú me haces sentir extraño, me haces sentir como si… — vacilo por un segundo y miró mis labios ya en ese momento, creo yo, rojos — Me haces sentir vivo.
…
Había pasado los dos días en el hospital, nada extraordinario ni grave ocurrió con mi cuerpo. Siempre creo que Kurt hace esas cosas. Me cura a escondidas. Días geniales junto a él. Creo que la tal Helen no mandara más torpes mensajitos desubicados de su parte. Kurt está cada vez más cercano a mí, y cada minuto que pasa pienso que no se alejara nunca.
Hace ya una semana que no voy al instituto, el doctor me lo prohibió debía reposar… aunque no sintiera dolor alguno en mi cuerpo.
— ¿Nada nuevo en el instituto? — consulté mientras mi ángel tomaba asiento a mi lado y me entregaba la materia pasada.
— Nada — dijo y me dedicó una sonrisa — Sólo que te extrañe.
— Yo también te extrañé — murmuré y comencé a copiar la materia que me faltaba.
— ¡Blaine! — Gritó mi madre — Te busca un chico - Miré a Kurt y este se encogió de hombros.
— ¿Tienes alguna idea? — le consulté. Negó con la cabeza. Me puse de pie y bajé las escaleras con cuidado. Llegué a la plataforma y miré a mi madre quien me observaba inquieta — ¿Quién es? — pregunté en un susurro solo para que ella pudiera oírlo. Nuevamente recibí como respuesta una encogida de hombros. Miré hacia la entrada en donde había un muchacho. Su anatomía se me hacía tan familiar.
Actualizare pronto, gracias x comentar
Enjoy!
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
AMO TU FIC!
es hermoso*-* porfavor que no se separen TwT
saludos!
es hermoso*-* porfavor que no se separen TwT
saludos!
DaniColferPotter* - Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 25/08/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Ojala que Kurt no se aleje de Blaine , y este fic me hace acordar a una pelicula que vi .
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto
@gleeklaine***** - Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 22/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
NO que no se alejen todo va a ser peor para ellos si eso pasa
PD:actualiza pronto
PD:actualiza pronto
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Catorce.
Miré de reojo hacia la escalera, de seguro Kurt sabía y no me quería decir.
Caminé hacia donde el chico y éste volteó en seguida. Mi asombro fue tal que no pude evitar llevar mis manos al rostro extrañado.
Las palabras salieron de mi boca, solas.
— ¿Finn? — consulté recordando aquellos tiempos, o mejor dicho… aquel momento.
— Increíble, aun me recuerdas — susurró casi sin voz.
— Oh por dios — murmuré— ¿Qué haces por estos lados?
Se encogió de hombros y entonces recordé que Kurt estaba en mi habitación.
— Creo que necesito de tu ayuda — susurró.
Algo dentro de mí se alarmó. ¿Qué necesitaba? Podría necesitar que lo ayude con Kurt, o es más; quizás me viene a preguntar qué ocurrió hace dos años.
— Aguarda un segundo, ya vuelvo — dije y comencé a echar vuelo hacia las escaleras.
Llegué a la habitación y entre abruptamente.
Aprecié en un segundo como Kurt se enderezaba de la cama y me miraba con sus ojos azules y hermosos, luego reaccioné y con mi mano indiqué hacia abajo.
— No me recuerda — me tranquilizó.
— No lo sé Kurt — susurré — Parece tan urgido, me comenzara a preguntar cosas de ti y no quiero.
— No hará eso, no te preocupes — dijo y me sonrió.
Todas las interrogaciones que surgían en mi mente se tranquilizaron por un momento y entonces le miré.
— Sólo bajo ¿verdad? Hago como si nada y luego subo para verte ¿seguro? Finn parece diferente que hace dos años, ha bajado mucho de peso, pero no pude olvidar su rostro.
— ¿Bajó de peso? — consultó burlonamente.
— Si, está bastante delgado, antes estaba algo ¿gordito? — consulté sonriendo ante su expresivo rostro de extrañes.
— Si, un poco — dudo por un segundo — ¡Increíble! Aun no puedo creer que Finn allá dejado de comer esas grasosas hamburguesas o hecho alguna dieta — volvió a reír pero esta vez era esa risa tan peculiar y extraña en él, que me encantaba.
— La verdad no se ve mal, quizá lo hizo por una buena causa o solo se aburrió de ello — musité mientras daba media vuelta para marcharme.
— Esto debo verlo con mis ojos — dijo y tomó de mi mano.
— Oh no Kurt, ni se te ocurra — exclamé y solté de su mano lentamente.
— ¿Por qué no? — Dijo — ¿Tienes alguna idea de cuánto Finn amaba sus hamburguesas? ¿O de cuantas veces intenté reorganizar su estilo para vestirse, pero no pude porque nuestras tallas no coincidían?
Negué con la cabeza. Le sonreí y sacudí su cabello.
— No puedes bajar, entiéndelo ¿Qué haremos si te reconoce? — consulté.
— Nada, porque no me reconocerá o más bien no me recordara.
Tomó de mi mano nuevamente con firmeza y me jaló lentamente para que bajara a recibir a Finn.
Los nervios me comían por dentro, el corazón parecía querer salir del pecho y mi pulso no debía ser el mejor.
Finn volteó al momento en que los pasos se hicieron más próximos a él. Y sonrió. No vi ni una pizca de admiración al momento en que vio a Kurt. Me relaje rápidamente.
— Hola — dijo Finn a Kurt.
— Hola — murmuró Kurt sin dejar de sonreír.
— Finn él es Kurt, Kurt él es Finn — los presente, como si nunca se hubieran conocido y tragué saliva asustado, con tristeza al pensar que era su hermano pero Finn no lo reconocería.
— ¿Kurt? — Consultó Finn, y el latir de mi corazón nuevamente amenazaba con dejarme sin vida — ¿Así es tu nombre?
— Sí, Kurt — dijo Kurt y sonrió.
Nuevamente me tranquilice, un chico me ponía nerviosa, dos chicos me matan del susto.
— Kurt — susurró Finn — Mi hermano se llamaba así - ‘Se llamaba’, me estremecí al escuchar eso.
- Bajó mucho de peso – me susurró, de modo que sólo yo lo oyera. Yo le miré de soslayo, negando con la cabeza.
Kurt carcajeó un poco para dentro. Y luego volvió a ser el chico serio que siempre es.
Sonreí… como odiaba aquella situación. ¿Por qué Kurt decidió hacer lo que hizo? Ahora serían unos hermanos tan unidos, una familia perfecta.
— Siento interrumpir esta extraña situación — dije entre dientes — Pero Finn, ¿Qué necesitabas?
— Oh, claro — dijo riendo y mirándome fijamente. La mano de Kurt me soltó lentamente y le miré nervioso, él estaba pálido, podría jurar que vi como una gota de sudor caía por su frente, y entonces me estremecí lentamente para luego volver mi vista a Finn.
— Iré por un vaso de agua — susurró mi ángel. Kurt se alejó lentamente hasta desaparecer cruzando el marco de la cocina.
— Lo que necesito es que me narres cada detalle de lo que viste y sentiste el día en que nos conocimos — susurró casi de una manera inaudible.
— ¿Qué? — Pregunté, tratando de que lo que dijo, cambiara.
— Necesito que me narres cada detalle de lo que viste y sentiste el día en que nos conocimos — volvió a decir. Le miré perplejo y parpadeé un par de veces.
— Lo siento Finn — susurré — Pero, tengo la mala costumbre de olvidar cada detalle doloroso en mi vida.
— No te preocupes Finn — susurró Kurt a mi espalda — Dinos la hora, el día y estaremos en tu casa narrando cada detalle.
Fulminé a Kurt con la mirada ¿Qué hacía?
— Muchas gracias Kurt — dijo Finn y sonrió con aquella sonrisa de lado.
— Oh si, muchas gracias Kurt — dije con sarcasmo.
Kurt me devolvió aquella mirada dulce y con la vista quiso hacerme entender algo que no logre captar.
— Ok, este es mi número de teléfono y la calle de la casa… — comenzó a decir Finn mientras lo anotaba todo en un pequeño papel que sacó de su pantalón. Kurt recibió el papel y miro extrañado la hoja.
— ¿Se mudaron? — Comentó y luego se percató de que literalmente metió la pata con aquella pregunta.
— ¿Perdón? — consultó Finn extrañado tanto o quizás más que yo.
¿Qué pasará con la metida de pata de Kurt? ¿Cómo lo arreglará?
Espero sus comentarios.
Miré de reojo hacia la escalera, de seguro Kurt sabía y no me quería decir.
Caminé hacia donde el chico y éste volteó en seguida. Mi asombro fue tal que no pude evitar llevar mis manos al rostro extrañado.
Las palabras salieron de mi boca, solas.
— ¿Finn? — consulté recordando aquellos tiempos, o mejor dicho… aquel momento.
— Increíble, aun me recuerdas — susurró casi sin voz.
— Oh por dios — murmuré— ¿Qué haces por estos lados?
Se encogió de hombros y entonces recordé que Kurt estaba en mi habitación.
— Creo que necesito de tu ayuda — susurró.
Algo dentro de mí se alarmó. ¿Qué necesitaba? Podría necesitar que lo ayude con Kurt, o es más; quizás me viene a preguntar qué ocurrió hace dos años.
— Aguarda un segundo, ya vuelvo — dije y comencé a echar vuelo hacia las escaleras.
Llegué a la habitación y entre abruptamente.
Aprecié en un segundo como Kurt se enderezaba de la cama y me miraba con sus ojos azules y hermosos, luego reaccioné y con mi mano indiqué hacia abajo.
— No me recuerda — me tranquilizó.
— No lo sé Kurt — susurré — Parece tan urgido, me comenzara a preguntar cosas de ti y no quiero.
— No hará eso, no te preocupes — dijo y me sonrió.
Todas las interrogaciones que surgían en mi mente se tranquilizaron por un momento y entonces le miré.
— Sólo bajo ¿verdad? Hago como si nada y luego subo para verte ¿seguro? Finn parece diferente que hace dos años, ha bajado mucho de peso, pero no pude olvidar su rostro.
— ¿Bajó de peso? — consultó burlonamente.
— Si, está bastante delgado, antes estaba algo ¿gordito? — consulté sonriendo ante su expresivo rostro de extrañes.
— Si, un poco — dudo por un segundo — ¡Increíble! Aun no puedo creer que Finn allá dejado de comer esas grasosas hamburguesas o hecho alguna dieta — volvió a reír pero esta vez era esa risa tan peculiar y extraña en él, que me encantaba.
— La verdad no se ve mal, quizá lo hizo por una buena causa o solo se aburrió de ello — musité mientras daba media vuelta para marcharme.
— Esto debo verlo con mis ojos — dijo y tomó de mi mano.
— Oh no Kurt, ni se te ocurra — exclamé y solté de su mano lentamente.
— ¿Por qué no? — Dijo — ¿Tienes alguna idea de cuánto Finn amaba sus hamburguesas? ¿O de cuantas veces intenté reorganizar su estilo para vestirse, pero no pude porque nuestras tallas no coincidían?
Negué con la cabeza. Le sonreí y sacudí su cabello.
— No puedes bajar, entiéndelo ¿Qué haremos si te reconoce? — consulté.
— Nada, porque no me reconocerá o más bien no me recordara.
Tomó de mi mano nuevamente con firmeza y me jaló lentamente para que bajara a recibir a Finn.
Los nervios me comían por dentro, el corazón parecía querer salir del pecho y mi pulso no debía ser el mejor.
Finn volteó al momento en que los pasos se hicieron más próximos a él. Y sonrió. No vi ni una pizca de admiración al momento en que vio a Kurt. Me relaje rápidamente.
— Hola — dijo Finn a Kurt.
— Hola — murmuró Kurt sin dejar de sonreír.
— Finn él es Kurt, Kurt él es Finn — los presente, como si nunca se hubieran conocido y tragué saliva asustado, con tristeza al pensar que era su hermano pero Finn no lo reconocería.
— ¿Kurt? — Consultó Finn, y el latir de mi corazón nuevamente amenazaba con dejarme sin vida — ¿Así es tu nombre?
— Sí, Kurt — dijo Kurt y sonrió.
Nuevamente me tranquilice, un chico me ponía nerviosa, dos chicos me matan del susto.
— Kurt — susurró Finn — Mi hermano se llamaba así - ‘Se llamaba’, me estremecí al escuchar eso.
- Bajó mucho de peso – me susurró, de modo que sólo yo lo oyera. Yo le miré de soslayo, negando con la cabeza.
Kurt carcajeó un poco para dentro. Y luego volvió a ser el chico serio que siempre es.
Sonreí… como odiaba aquella situación. ¿Por qué Kurt decidió hacer lo que hizo? Ahora serían unos hermanos tan unidos, una familia perfecta.
— Siento interrumpir esta extraña situación — dije entre dientes — Pero Finn, ¿Qué necesitabas?
— Oh, claro — dijo riendo y mirándome fijamente. La mano de Kurt me soltó lentamente y le miré nervioso, él estaba pálido, podría jurar que vi como una gota de sudor caía por su frente, y entonces me estremecí lentamente para luego volver mi vista a Finn.
— Iré por un vaso de agua — susurró mi ángel. Kurt se alejó lentamente hasta desaparecer cruzando el marco de la cocina.
— Lo que necesito es que me narres cada detalle de lo que viste y sentiste el día en que nos conocimos — susurró casi de una manera inaudible.
— ¿Qué? — Pregunté, tratando de que lo que dijo, cambiara.
— Necesito que me narres cada detalle de lo que viste y sentiste el día en que nos conocimos — volvió a decir. Le miré perplejo y parpadeé un par de veces.
— Lo siento Finn — susurré — Pero, tengo la mala costumbre de olvidar cada detalle doloroso en mi vida.
— No te preocupes Finn — susurró Kurt a mi espalda — Dinos la hora, el día y estaremos en tu casa narrando cada detalle.
Fulminé a Kurt con la mirada ¿Qué hacía?
— Muchas gracias Kurt — dijo Finn y sonrió con aquella sonrisa de lado.
— Oh si, muchas gracias Kurt — dije con sarcasmo.
Kurt me devolvió aquella mirada dulce y con la vista quiso hacerme entender algo que no logre captar.
— Ok, este es mi número de teléfono y la calle de la casa… — comenzó a decir Finn mientras lo anotaba todo en un pequeño papel que sacó de su pantalón. Kurt recibió el papel y miro extrañado la hoja.
— ¿Se mudaron? — Comentó y luego se percató de que literalmente metió la pata con aquella pregunta.
— ¿Perdón? — consultó Finn extrañado tanto o quizás más que yo.
¿Qué pasará con la metida de pata de Kurt? ¿Cómo lo arreglará?
Espero sus comentarios.
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Yo espero que actualices.. creeme que quiero saber... Cuidate, besos :(K):
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Espero que actualizes pronto esta súper, apareció Finn
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
NO QUE HIZO KURT!!!!! hay por dios actualiza pronto tengo que saber el resto!!!!
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Quince.
— Eh, eh, mmm — comencé a vacilar mientras apretaba del brazo a Kurt tratando de no caer al piso colapsado. Sabía, sabía que iba a ocurrir algo como eso — Kurt decía, que, que, que él.
— Conocí a tu hermano — me interrumpió el castaño y me guiño un ojo.
Volví a respirar, el aire entró por mis pulmones y salió por mis fosas nasales de manera lenta y tranquila. El chico se defendía, era habiloso.
— ¿Enserio? — consultó Finn sonriendo.
— Claro, éramos muy buenos amigos — respondió Kurt y enrolló mi cintura con su brazo.
Finn miro la escena y sonrió.
— ¿Son novios, o algo? — preguntó ante la extraña e inesperada caricia de Kurt.
— Si
— No — dije. El jamás me ha pedido que sea su novio.
Finn comenzó a reír y yo me sonrojé.
— En realidad en eso estamos — dijo Kurt entre dientes. Sonaba enojado pero aun así no quito su mano de mi cintura.
— Oh — dijo Finn casi ahogado en risas — Ya veo.
— ¿Entonces? — Consulté — ¿Cuándo quieres que vayamos a tu casa?
— Podría ser mañana — sugirió — Claro, si no tienen problemas.
— Ninguno — dijo Kurt y estrechó la mano de Finn.
Finn salió de la casa y nos hizo prometer que estaríamos allá mañana.
Luego de ver como Kurt sonreía lo miré y le codeé el pecho.
— ¿Desde cuándo que somos novios? — consulté tratando de sonar ofendido y subiendo las escaleras sin voltear y observar su rostro para desvanecerme en risas. Ese chico logra tantos cambios en mí.
— ¿Te molestó? — escuché que preguntó, pero no me detuve para responderle y entré a mi cuarto.
— Sí, no, digamos que no — susurré y me recosté en la cama.
— Oh vamos — murmuró y se recostó a mi lado. Pasó una de sus pálidas manos sobre mi cintura y me apegó a su anatomía.
Me acurruqué a su pecho y besé su cuello para luego envolverlo con mis brazos y sentir el frágil latido de su corazón.
¿Cómo es que aun late algo allí adentro? ¿Cómo es que puedo tocarlo? ¿Cómo es que aun puedo sentirlo aun cuando no está? ¿Cómo lo hace para respirar? ¿Por qué amo algo que no existirá por siempre?
— Kurt — llamé su atención e hice que sus ojos me miraran.
— Dime — dijo y besó cortamente mis labios.
— Necesito saber algo que me desconcierta — dije seriamente.
— ¿Qué cosa? Sabes que siempre te diré la verdad — susurró y volvió a besar mis labios con aquella dulzura.
— ¿Cómo murió Sebastian? — pregunté angustiado.
— Blaine — murmuró tratando de evitar el tema.
— ¡Kurt! — Exclamé — Se supone que debes hacerme feliz, que debes evitar que yo sienta sentimientos tormentosos.
— Si pero…
— Pero ¿Qué? — vociferé poniéndome de pie.
Rodó sus ojos y se puso de pie. Se acercó a mí con aquella lentitud y besó mi frente mientras que con sus brazos acariciaba mis hombros.
— Pero nada — dijo y me sonrió de costado.
— Kurt — susurré mientras pasaba mi mano por su pecho — Quiero la verdad.
— La tendrás, pero sólo espera un poco hasta que las cosas se tranquilicen — susurró y beso mi frente nuevamente.
— ¿Cuánto falta para eso? — pregunté.
Kurt rió y luego me miró a los ojos.
— Poco.
— Otra cosa — dije y sonreí — ¿Por qué le dijiste a Finn que le contaríamos lo que ocurrió ese día?
Me miró y se puso serio.
— Me da vergüenza decirlo — susurró y se sentó sobre la cama.
— Vamos, dilo — le alenté y tomé asiento a su lado.
Me miró nuevamente y besó mis labios.
— Te quiero, por eso lo diré.
— Yo te quiero más Kurt, por eso quiero saber — dije y acaricié el hermoso mechón que caía por su frente.
— Extraño a mi familia — dijo y sentí como se creaba un nudo en su garganta. Yo era capaz de soportarlo todo, un coma de dos semanas, un choque de automóvil, ser tragado por la tierra, ser golpeado por un demonio, soportaría un disparo en mi corazón, pero jamás podría soportar verlo llorar otra vez, no otra vez.
— Kurt — susurré
— Extrañaba ver a mi hermano, ¿sabías que siempre peleábamos por la ropa que él usaba? — Dijo y sonrió amargamente — Quiero ver a mi padre, extraño sus retos, sus frases orgullosas de mí. Extraño a Carol y su gentil manera de cuidarme. Extraño a Finn con sus consejos de amor, extraño jugar video juegos con él.
— Kurt — volví a susurrar pero el solo me sonrió.
— Extraño vivir - Y allí mi corazón se quebró, en miles, miles de pedacitos. Fue tan doloroso que tuve que llevar una de mis manos al pecho para verificar si seguía allí algo que latiera. Me lancé a sus brazos y comencé a llorar como un niño pequeño.
— ¿Por qué lo hiciste Kurt? — Reclamé con el corazón en mis mangas hecho pedazos.
— ¡No sabía lo que hacía! — grito ahogado en lágrimas. Y entonces se comenzaron a romper más cosas dentro de mí.
— Kurt — sollocé.
— Era un estúpido, ¡creí ilusamente que era la mejor opción! Caí en un error gigante y ahora solo quiero despertar en mi casa, en mi cama, con mi familia… quiero conocerte como se debe. ¡Quiero tener una vida! — sus palabras eran como viles puñaladas en lo poco y nada que quedaba de mi corazón.
— Debe haber una solución — propuse mirando sus enrojecidos ojos.
— No la hay, esta es mi condena — murmuró y secó sus lágrimas con brusquedad.
— Eh, eh, mmm — comencé a vacilar mientras apretaba del brazo a Kurt tratando de no caer al piso colapsado. Sabía, sabía que iba a ocurrir algo como eso — Kurt decía, que, que, que él.
— Conocí a tu hermano — me interrumpió el castaño y me guiño un ojo.
Volví a respirar, el aire entró por mis pulmones y salió por mis fosas nasales de manera lenta y tranquila. El chico se defendía, era habiloso.
— ¿Enserio? — consultó Finn sonriendo.
— Claro, éramos muy buenos amigos — respondió Kurt y enrolló mi cintura con su brazo.
Finn miro la escena y sonrió.
— ¿Son novios, o algo? — preguntó ante la extraña e inesperada caricia de Kurt.
— Si
— No — dije. El jamás me ha pedido que sea su novio.
Finn comenzó a reír y yo me sonrojé.
— En realidad en eso estamos — dijo Kurt entre dientes. Sonaba enojado pero aun así no quito su mano de mi cintura.
— Oh — dijo Finn casi ahogado en risas — Ya veo.
— ¿Entonces? — Consulté — ¿Cuándo quieres que vayamos a tu casa?
— Podría ser mañana — sugirió — Claro, si no tienen problemas.
— Ninguno — dijo Kurt y estrechó la mano de Finn.
Finn salió de la casa y nos hizo prometer que estaríamos allá mañana.
Luego de ver como Kurt sonreía lo miré y le codeé el pecho.
— ¿Desde cuándo que somos novios? — consulté tratando de sonar ofendido y subiendo las escaleras sin voltear y observar su rostro para desvanecerme en risas. Ese chico logra tantos cambios en mí.
— ¿Te molestó? — escuché que preguntó, pero no me detuve para responderle y entré a mi cuarto.
— Sí, no, digamos que no — susurré y me recosté en la cama.
— Oh vamos — murmuró y se recostó a mi lado. Pasó una de sus pálidas manos sobre mi cintura y me apegó a su anatomía.
Me acurruqué a su pecho y besé su cuello para luego envolverlo con mis brazos y sentir el frágil latido de su corazón.
¿Cómo es que aun late algo allí adentro? ¿Cómo es que puedo tocarlo? ¿Cómo es que aun puedo sentirlo aun cuando no está? ¿Cómo lo hace para respirar? ¿Por qué amo algo que no existirá por siempre?
— Kurt — llamé su atención e hice que sus ojos me miraran.
— Dime — dijo y besó cortamente mis labios.
— Necesito saber algo que me desconcierta — dije seriamente.
— ¿Qué cosa? Sabes que siempre te diré la verdad — susurró y volvió a besar mis labios con aquella dulzura.
— ¿Cómo murió Sebastian? — pregunté angustiado.
— Blaine — murmuró tratando de evitar el tema.
— ¡Kurt! — Exclamé — Se supone que debes hacerme feliz, que debes evitar que yo sienta sentimientos tormentosos.
— Si pero…
— Pero ¿Qué? — vociferé poniéndome de pie.
Rodó sus ojos y se puso de pie. Se acercó a mí con aquella lentitud y besó mi frente mientras que con sus brazos acariciaba mis hombros.
— Pero nada — dijo y me sonrió de costado.
— Kurt — susurré mientras pasaba mi mano por su pecho — Quiero la verdad.
— La tendrás, pero sólo espera un poco hasta que las cosas se tranquilicen — susurró y beso mi frente nuevamente.
— ¿Cuánto falta para eso? — pregunté.
Kurt rió y luego me miró a los ojos.
— Poco.
— Otra cosa — dije y sonreí — ¿Por qué le dijiste a Finn que le contaríamos lo que ocurrió ese día?
Me miró y se puso serio.
— Me da vergüenza decirlo — susurró y se sentó sobre la cama.
— Vamos, dilo — le alenté y tomé asiento a su lado.
Me miró nuevamente y besó mis labios.
— Te quiero, por eso lo diré.
— Yo te quiero más Kurt, por eso quiero saber — dije y acaricié el hermoso mechón que caía por su frente.
— Extraño a mi familia — dijo y sentí como se creaba un nudo en su garganta. Yo era capaz de soportarlo todo, un coma de dos semanas, un choque de automóvil, ser tragado por la tierra, ser golpeado por un demonio, soportaría un disparo en mi corazón, pero jamás podría soportar verlo llorar otra vez, no otra vez.
— Kurt — susurré
— Extrañaba ver a mi hermano, ¿sabías que siempre peleábamos por la ropa que él usaba? — Dijo y sonrió amargamente — Quiero ver a mi padre, extraño sus retos, sus frases orgullosas de mí. Extraño a Carol y su gentil manera de cuidarme. Extraño a Finn con sus consejos de amor, extraño jugar video juegos con él.
— Kurt — volví a susurrar pero el solo me sonrió.
— Extraño vivir - Y allí mi corazón se quebró, en miles, miles de pedacitos. Fue tan doloroso que tuve que llevar una de mis manos al pecho para verificar si seguía allí algo que latiera. Me lancé a sus brazos y comencé a llorar como un niño pequeño.
— ¿Por qué lo hiciste Kurt? — Reclamé con el corazón en mis mangas hecho pedazos.
— ¡No sabía lo que hacía! — grito ahogado en lágrimas. Y entonces se comenzaron a romper más cosas dentro de mí.
— Kurt — sollocé.
— Era un estúpido, ¡creí ilusamente que era la mejor opción! Caí en un error gigante y ahora solo quiero despertar en mi casa, en mi cama, con mi familia… quiero conocerte como se debe. ¡Quiero tener una vida! — sus palabras eran como viles puñaladas en lo poco y nada que quedaba de mi corazón.
— Debe haber una solución — propuse mirando sus enrojecidos ojos.
— No la hay, esta es mi condena — murmuró y secó sus lágrimas con brusquedad.
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
no te voy a mentir, me hiciste llorar con este último capítulo. ¡yo también quiero que Kurt viva!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Me hisiste llorar con este capitulo
(soy mala lectora lo se)
perdón por no comentar antes
gracias por subir me gusta mucho este fic
es hermoso
(soy mala lectora lo se)
perdón por no comentar antes
gracias por subir me gusta mucho este fic
es hermoso
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Si yo no llore , pero me emocione , y yo tambien quiero que Kurt viva.
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto.
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto.
@gleeklaine***** - Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 22/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Me emociono mucho las palabras de Kurt, espero que actualizes pronto ya quiero saber cuando vaya a su casa Kurt.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
ok lo admito LLORE :\'(: pobre kurt!!!!
actualiza pronto y porfavor que no les pase nada al ir a la casa de kurt
actualiza pronto y porfavor que no les pase nada al ir a la casa de kurt
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Dieciséis.
— ¿Cómo fue que ocurrió? — pregunté sin pelos en la lengua.
— ¿Qué cosa? — consultó mientras trataba de calmarse al igual que yo.
— ¿Cómo fue que te hallaron Kurt? Quizás, solo debemos juntar pistas y pedirle al hombre, a tu jefe, que te de una nueva oportunidad.
— Blaine, me maté ¿comprendes? — dijo enfadado
— Pero…
— ¡No! — Gritó — Jamás habrá otra oportunidad para alguien que decidió acabar con su vida por decisión propia. Es ley.
— Kurt — sollocé — No te pueden impedir vivir.
Acarició mi espalda y besó mi frente con cautela.
— Ni siquiera el paraíso es la gran cosa — susurró y me estiró una de sus pálidas manos.
— Aun así sientes dolor — reclamé entre dientes.
El chico asintió y enrolló mi cintura con uno de sus brazos.
— ¿No crees que ya es hora de dormir? — dijo en un susurro mientras me arrastraba hasta la cama.
— ¿Juntos? — consulté con la esperanza de que digiera que sí.
— Como siempre.
Me recosté sobre las tapas y Kurt a mi lado. Y sin darme cuenta, me quedé dormido y abrazado a él, sintiendo ese calor tan especial que tiene al envolverme. Sintiendo el latido tan tranquilo de su corazón y la reconstrucción del mío. Sintiendo su aliento chocar contra mis labios, y deseando que aquello fuese para siempre. Que en nuestra historia no exista un último beso, una última caricia, que no exista un último adiós.
Parpadeé antes de abrir los ojos del todo y observé mi habitación completa, Kurt no estaba.
Me puse de pie a duras penas he ingresé al baño para tomar una cálida ducha.
Luego de quince minutos me encontraba listo para bajar a desayunar.
— Mamá, ¿has visto mi…
No terminé la oración al ver que se encontraba conversando animadamente con una de las personas, la cual jamás imagine volver a ver.
— Blaine, veo que estás como nuevo — susurró amablemente.
Asentí, mi estado era en shock, no podía creerlo.
— Hijo, Grace ha venido a visitarnos — dijo mi madre y se puso de pie junto a la mujer. Un extraño escalofrió recorrió mi cuerpo recordando aquel día.
Grace, la madre de Sebastian se encontraba en mi casa.
— ¿Cómo te ha ido con la recuperación? — preguntó la mujer mientras se acercaba para abrazarme.
— Bi…bien — dije asustado mientras me envolvía en sus brazos.
— Blaine ¿te encuentras bien? — consultó mi madre algo intranquila.
Negué con la cabeza. Y entonces el timbre de la casa sonó.
— ¡Yo voy! — grité y salí corriendo hacia la entrada.
Abrí la puerta rápidamente y allí estaba de pie Kurt. Por suerte, aun podía sentir cuando le llamaba. Quizás no podía leer mi aura pero aun podía recibir mis llamados.
Me lancé a sus brazos y traté de tranquilizarme en estos.
— Tranquilo, ya se irá — dijo refiriéndose a la madre de Sebastian — Pero ella no es como su hijo.
— ¿Cómo lo sabes? — pregunté.
— Solo lo sé — me anunció.
Entró a la casa tomado de mi mano y mi madre sonrió.
— Kurt, ¿Cómo has estado? — preguntó.
— De maravilla.
— Hola — dijo Grace saludando a mi chico.
— Hola — murmuró Kurt.
— Mamá, saldré con Kurt — le anuncié.
— ¿A dónde van los tortolitos? — preguntó divertida. Ella estaba al tanto de lo nuestro y me apoyaba, por suerte.
— Por allí — dije y comencé a empujar a Kurt para salir lo más rápido de la casa.
Ya afuera comencé a caminar, pero Kurt de un leve jalón me detuvo.
— Ni creas que caminaré hasta la casa de Finn — susurró y comenzó a reír.
— ¿Ah, no? — pregunté.
Negó con la cabeza y me condujo hasta un auto, una camioneta aparcada a la salida de mi casa. El color azul eléctrico era tan llamativo que no pude creer lo despistado que estaba al no verlo antes.
— Él auto es hermoso — susurré embobado.
— No se compara contigo — dijo haciéndome sonrojar. Le codeé el pecho y quise abrir la puerta para entrar, pero él con amabilidad y rapidez la abrió antes que yo.
— Aún tenemos algo de tiempo antes de ir a la casa de mi familia — dijo sonriendo ya dentro del auto.
— Si — susurré.
— ¿Te parece si vamos a dar una vuelta? — Consultó algo nervioso.
— ¿Una vuelta? — Pregunté sin entender.
— Ya sabes, ¿no? - Negué con la cabeza y luego me eche a reír. Me acomodé a su lado y besé su mejilla.
— Sabes que puedes llevarme a donde quieras — murmuré y besé sus labios lentamente.
Kurt sonrió y comenzó a conducir sin dejar de mirar la carretera. Sin distraerse con mis caricias, ni con mis pequeños besos en su cuello. El auto se detuvo y yo di un pequeño salto, al parecer me había quedado dormido. Subí mi rostro, el cual se encontraba cómodamente descansando sobre el hombro de mi ángel, y le observé por un segundo, para que luego mis labios fueran devorados por los de él. Un beso tierno y cariñoso, lleno de sentimientos de mi parte y de su parte también. El aroma del ambiente era completamente dulzoso. Abrí mis ojos y observe los de él ya abiertos.
— Hola dormilón — dijo riendo. Acarició mi mejilla y abrió la puerta para bajarse. Rodeó el carro y abrió mi puerta… nuevamente de aquella forma tan caballerosa.
— ¿En dónde estamos? — consulté al ver las olas chocar contra las rocas, al ver palmeras por doquier, uno que otro pajarito jugando divertido, y una hermosa puesta de sol de fondo. ¿Cuánto nos tomó el pequeño viaje?
— Por lo que veo diría que es una playa — se burló.
— Lo sé — reclamé — Pero… ¿Qué hora es ya?
— Las 7:34 de la tarde — dijo sonriendo y se acercó a mí para abrazarme.
— ¿7:34? Kurt, ¿Qué ocurrió con ir a ver a tu familia? — consulté.
- Ya llamé a Finn, dijo que no había problema si íbamos mañana — me explicó — Además no arruines este momento - Lo miré lleno de intriga y carcajeé.
— Supongo que haré lo que me pidas — dije sonriendo. Kurt entrelazó su mano con la mía y comenzamos a caminar por la orilla de la playa. Las olas chocaban contra las rocas de manera increíble y el crepúsculo estaba haciendo su aparición. Sonreí, aquello era maravilloso.
— Tú querías saber el porqué de esto ¿verdad? — susurró deteniendo su caminar en la mitad de la playa. Le miré, había tantas cosas que quería saber, que no sabía que se refería claramente.
— Son muchos los porqué que quiero saber, explícate — le pedí poniéndome frente a él. El sol contra el rostro de Kurt lo hacía lucir aún más perfecto de lo que ya es.
— En esta playa fue — murmuró mientras jugaba con un mechón de mi cabello y con la mano libre acariciaba la mía, la cual estaba enrollada a la de él.
— ¿Qué paso acá? — volví a consultar.
— Aquí fue donde yo morí.
Mi estómago se contrajo y un horrible dolor dentro de mi pecho me hizo sollozar. ¿Cuándo mi corazón dejaría de sufrir?
Le miré incrédula y negué con la cabeza.
— No me gusta este lugar — susurré entre dientes.
— Vamos, ¿crees que para mí es muy lindo? — preguntó tratando de sonar pasivo.
— Entonces ¿Qué mierda hacemos acá? — grité dando media vuelta pero no halle nada, y ni siquiera sé porque busqué algo.
— Es porque tengo la necesidad de contarte lo que ocurrió conmigo — me explicó de manera lenta y calmada.
— Kurt — me opuse — No quiero saber.
— Pero debes saberlo — me retó.
Suspiré y asentí mientras tomaba asiento sobre la arena, sobre la cálida y pura arena.
Él se sentó a mi lado y entrelazó su mano con la mía.
— Era un día miércoles — comenzó a contar — Era un viaje en familia, de esos que hacíamos cada fin de semana sin importar el clima. Mi padre no dejaba de decir que quería contarnos algo, Carol andaba más feliz de lo normal. Finn hablaba por teléfono con su novia, creo que su nombre era Rachel. Bajamos todos de la camioneta, yo tomé mi guitarra y me senté en aquella roca — dijo apuntando hacia mi derecha en donde había unas rocas inmensas y las olas de manera fantásticas chocaban contra ellas — Llevaba meses aguantándome el dolor que me provocaban las burlas de mis compañeros de escuela, pero no quería decirle nada a mi padre.
— ¿Por qué? — protesté.
Kurt me miro y sonrió mientras acariciaba lentamente mi mano.
— Tarde o temprano sabrás como ocurrió todo, aunque te esmeres en interrumpir — dijo entre carcajadas.
— Ok — bufé — No interrumpiré lo juro.
— Comencé a tocar pequeñas notas, luego cree una canción. Corrí hacia el auto en donde se encontraba mi padre para mostrársela, pero en el camino caí al suelo y la guitarra se quebró. En ese instante supe que todo aquel día sería doloroso. No había nada más en el mundo que amase como amaba a mi guitarra — dijo melancólico, pude presentirlo en el tono de su voz — Decidí tomar asiento sobre la arena y observar como mi familia jugaba y se amaban de manera feliz, como si yo no hiciera falta. Sabía que por mi sexualidad, la vida me deparaba pocos minutos de alegría. Pero aun así seguía allí, luchando para los demás, aunque el dolor en mi alma fuera negro y pesado. No podía más, no quería más, ya no quería vivir. Dime… — dijo mirándome directamente a los ojos, sintiendo como esa mirada trataba de leer lo que yo sentía o pensaba — Dime dulzura — volvió a decir mientras se acercaba a mi lentamente — ¿Cómo alguien puede respirar contra su voluntad?
Negué con la cabeza, no sabía la respuesta.
— Exacto — susurró — Yo tampoco se aun como lo lograba. Corrí hasta acá — dijo palmando donde nos encontrábamos sentados — Y miré el mar, el gran y espacioso mar. Y decidí que aquellos minutos serían los últimos en mi vida, tan inesperados como la muerte repentina de mi guitarra.
Le mire incrédulo y me lancé a sus brazos, tapando con mi mano sus labios, impidiendo que siguiera relatando todo. No podía soportarlo.
— Calla Kurt, calla — le pedí con un nudo en la garganta.
— Pequeño, debes ser fuerte y oírlo — dijo con tranquilidad mientras besaba mi mano y me miraba a los ojos.
— No quiero — me negué.
— ¡Yo me lance por aquella roca! — Gritó al ver como yo con mis manos tapaba mis oídos — ¡Me lance por allí, fui un cobarde y lo sigo siendo! —volvió a gritar.
Saqué las manos de mis oídos y le miré asustado mientras mi mirada se desvanecía en dirección a la roca, en donde las olas chocaban creando hermosas imágenes. Todo se comenzó a mover en cámara lenta: La mano de Kurt tomando la mía y está zafándose de él. Una sonrisa que se había creado en sus labios quedo en nada, quedo hecha una línea recta sin emoción. Mis ojos dilatados trataron de no botar lágrimas. Pero yo sabía que aquello sería una misión imposible.
— ¿Por qué? — Grité poniéndome de pie.
— Porque lo necesitaba — murmuró impaciente ante mi reacción.
— Kurt — sollocé.
— Lo siento — balbuceo. Mi mente ya estaba hecho un lio.
— Te amo — dije tratando de calmar mi respiración — Pero eso no impide que odie este momento.
— Yo te amo más — susurró y me envolvió con sus fuertes brazos — Y no te pido que ames este momento, solo te pido que comprendas lo que hice. — Jamás podré hacer eso — susurré sobre su cuello — Pero jamás tampoco podré dejar de amarte.
— Te amo Blaine y sé que te hubiera amado de esta dolorosa manera vivo, tanto como lo hago ahora muerto - Hundí mi rostro en su cuello y traté de calmar mi respiración sintiendo la de él a un ritmo lento.
— Supongo que lo nuestro se llama destino — pensé en voz alta al momento en que buscaba sus labios.
Wow! Un capítulo fuerte! Me recordó a Karofsky :S
Espero sus comentarios que me encantan, gracias por leer
— ¿Cómo fue que ocurrió? — pregunté sin pelos en la lengua.
— ¿Qué cosa? — consultó mientras trataba de calmarse al igual que yo.
— ¿Cómo fue que te hallaron Kurt? Quizás, solo debemos juntar pistas y pedirle al hombre, a tu jefe, que te de una nueva oportunidad.
— Blaine, me maté ¿comprendes? — dijo enfadado
— Pero…
— ¡No! — Gritó — Jamás habrá otra oportunidad para alguien que decidió acabar con su vida por decisión propia. Es ley.
— Kurt — sollocé — No te pueden impedir vivir.
Acarició mi espalda y besó mi frente con cautela.
— Ni siquiera el paraíso es la gran cosa — susurró y me estiró una de sus pálidas manos.
— Aun así sientes dolor — reclamé entre dientes.
El chico asintió y enrolló mi cintura con uno de sus brazos.
— ¿No crees que ya es hora de dormir? — dijo en un susurro mientras me arrastraba hasta la cama.
— ¿Juntos? — consulté con la esperanza de que digiera que sí.
— Como siempre.
Me recosté sobre las tapas y Kurt a mi lado. Y sin darme cuenta, me quedé dormido y abrazado a él, sintiendo ese calor tan especial que tiene al envolverme. Sintiendo el latido tan tranquilo de su corazón y la reconstrucción del mío. Sintiendo su aliento chocar contra mis labios, y deseando que aquello fuese para siempre. Que en nuestra historia no exista un último beso, una última caricia, que no exista un último adiós.
Parpadeé antes de abrir los ojos del todo y observé mi habitación completa, Kurt no estaba.
Me puse de pie a duras penas he ingresé al baño para tomar una cálida ducha.
Luego de quince minutos me encontraba listo para bajar a desayunar.
— Mamá, ¿has visto mi…
No terminé la oración al ver que se encontraba conversando animadamente con una de las personas, la cual jamás imagine volver a ver.
— Blaine, veo que estás como nuevo — susurró amablemente.
Asentí, mi estado era en shock, no podía creerlo.
— Hijo, Grace ha venido a visitarnos — dijo mi madre y se puso de pie junto a la mujer. Un extraño escalofrió recorrió mi cuerpo recordando aquel día.
Grace, la madre de Sebastian se encontraba en mi casa.
— ¿Cómo te ha ido con la recuperación? — preguntó la mujer mientras se acercaba para abrazarme.
— Bi…bien — dije asustado mientras me envolvía en sus brazos.
— Blaine ¿te encuentras bien? — consultó mi madre algo intranquila.
Negué con la cabeza. Y entonces el timbre de la casa sonó.
— ¡Yo voy! — grité y salí corriendo hacia la entrada.
Abrí la puerta rápidamente y allí estaba de pie Kurt. Por suerte, aun podía sentir cuando le llamaba. Quizás no podía leer mi aura pero aun podía recibir mis llamados.
Me lancé a sus brazos y traté de tranquilizarme en estos.
— Tranquilo, ya se irá — dijo refiriéndose a la madre de Sebastian — Pero ella no es como su hijo.
— ¿Cómo lo sabes? — pregunté.
— Solo lo sé — me anunció.
Entró a la casa tomado de mi mano y mi madre sonrió.
— Kurt, ¿Cómo has estado? — preguntó.
— De maravilla.
— Hola — dijo Grace saludando a mi chico.
— Hola — murmuró Kurt.
— Mamá, saldré con Kurt — le anuncié.
— ¿A dónde van los tortolitos? — preguntó divertida. Ella estaba al tanto de lo nuestro y me apoyaba, por suerte.
— Por allí — dije y comencé a empujar a Kurt para salir lo más rápido de la casa.
Ya afuera comencé a caminar, pero Kurt de un leve jalón me detuvo.
— Ni creas que caminaré hasta la casa de Finn — susurró y comenzó a reír.
— ¿Ah, no? — pregunté.
Negó con la cabeza y me condujo hasta un auto, una camioneta aparcada a la salida de mi casa. El color azul eléctrico era tan llamativo que no pude creer lo despistado que estaba al no verlo antes.
— Él auto es hermoso — susurré embobado.
— No se compara contigo — dijo haciéndome sonrojar. Le codeé el pecho y quise abrir la puerta para entrar, pero él con amabilidad y rapidez la abrió antes que yo.
— Aún tenemos algo de tiempo antes de ir a la casa de mi familia — dijo sonriendo ya dentro del auto.
— Si — susurré.
— ¿Te parece si vamos a dar una vuelta? — Consultó algo nervioso.
— ¿Una vuelta? — Pregunté sin entender.
— Ya sabes, ¿no? - Negué con la cabeza y luego me eche a reír. Me acomodé a su lado y besé su mejilla.
— Sabes que puedes llevarme a donde quieras — murmuré y besé sus labios lentamente.
Kurt sonrió y comenzó a conducir sin dejar de mirar la carretera. Sin distraerse con mis caricias, ni con mis pequeños besos en su cuello. El auto se detuvo y yo di un pequeño salto, al parecer me había quedado dormido. Subí mi rostro, el cual se encontraba cómodamente descansando sobre el hombro de mi ángel, y le observé por un segundo, para que luego mis labios fueran devorados por los de él. Un beso tierno y cariñoso, lleno de sentimientos de mi parte y de su parte también. El aroma del ambiente era completamente dulzoso. Abrí mis ojos y observe los de él ya abiertos.
— Hola dormilón — dijo riendo. Acarició mi mejilla y abrió la puerta para bajarse. Rodeó el carro y abrió mi puerta… nuevamente de aquella forma tan caballerosa.
— ¿En dónde estamos? — consulté al ver las olas chocar contra las rocas, al ver palmeras por doquier, uno que otro pajarito jugando divertido, y una hermosa puesta de sol de fondo. ¿Cuánto nos tomó el pequeño viaje?
— Por lo que veo diría que es una playa — se burló.
— Lo sé — reclamé — Pero… ¿Qué hora es ya?
— Las 7:34 de la tarde — dijo sonriendo y se acercó a mí para abrazarme.
— ¿7:34? Kurt, ¿Qué ocurrió con ir a ver a tu familia? — consulté.
- Ya llamé a Finn, dijo que no había problema si íbamos mañana — me explicó — Además no arruines este momento - Lo miré lleno de intriga y carcajeé.
— Supongo que haré lo que me pidas — dije sonriendo. Kurt entrelazó su mano con la mía y comenzamos a caminar por la orilla de la playa. Las olas chocaban contra las rocas de manera increíble y el crepúsculo estaba haciendo su aparición. Sonreí, aquello era maravilloso.
— Tú querías saber el porqué de esto ¿verdad? — susurró deteniendo su caminar en la mitad de la playa. Le miré, había tantas cosas que quería saber, que no sabía que se refería claramente.
— Son muchos los porqué que quiero saber, explícate — le pedí poniéndome frente a él. El sol contra el rostro de Kurt lo hacía lucir aún más perfecto de lo que ya es.
— En esta playa fue — murmuró mientras jugaba con un mechón de mi cabello y con la mano libre acariciaba la mía, la cual estaba enrollada a la de él.
— ¿Qué paso acá? — volví a consultar.
— Aquí fue donde yo morí.
Mi estómago se contrajo y un horrible dolor dentro de mi pecho me hizo sollozar. ¿Cuándo mi corazón dejaría de sufrir?
Le miré incrédula y negué con la cabeza.
— No me gusta este lugar — susurré entre dientes.
— Vamos, ¿crees que para mí es muy lindo? — preguntó tratando de sonar pasivo.
— Entonces ¿Qué mierda hacemos acá? — grité dando media vuelta pero no halle nada, y ni siquiera sé porque busqué algo.
— Es porque tengo la necesidad de contarte lo que ocurrió conmigo — me explicó de manera lenta y calmada.
— Kurt — me opuse — No quiero saber.
— Pero debes saberlo — me retó.
Suspiré y asentí mientras tomaba asiento sobre la arena, sobre la cálida y pura arena.
Él se sentó a mi lado y entrelazó su mano con la mía.
— Era un día miércoles — comenzó a contar — Era un viaje en familia, de esos que hacíamos cada fin de semana sin importar el clima. Mi padre no dejaba de decir que quería contarnos algo, Carol andaba más feliz de lo normal. Finn hablaba por teléfono con su novia, creo que su nombre era Rachel. Bajamos todos de la camioneta, yo tomé mi guitarra y me senté en aquella roca — dijo apuntando hacia mi derecha en donde había unas rocas inmensas y las olas de manera fantásticas chocaban contra ellas — Llevaba meses aguantándome el dolor que me provocaban las burlas de mis compañeros de escuela, pero no quería decirle nada a mi padre.
— ¿Por qué? — protesté.
Kurt me miro y sonrió mientras acariciaba lentamente mi mano.
— Tarde o temprano sabrás como ocurrió todo, aunque te esmeres en interrumpir — dijo entre carcajadas.
— Ok — bufé — No interrumpiré lo juro.
— Comencé a tocar pequeñas notas, luego cree una canción. Corrí hacia el auto en donde se encontraba mi padre para mostrársela, pero en el camino caí al suelo y la guitarra se quebró. En ese instante supe que todo aquel día sería doloroso. No había nada más en el mundo que amase como amaba a mi guitarra — dijo melancólico, pude presentirlo en el tono de su voz — Decidí tomar asiento sobre la arena y observar como mi familia jugaba y se amaban de manera feliz, como si yo no hiciera falta. Sabía que por mi sexualidad, la vida me deparaba pocos minutos de alegría. Pero aun así seguía allí, luchando para los demás, aunque el dolor en mi alma fuera negro y pesado. No podía más, no quería más, ya no quería vivir. Dime… — dijo mirándome directamente a los ojos, sintiendo como esa mirada trataba de leer lo que yo sentía o pensaba — Dime dulzura — volvió a decir mientras se acercaba a mi lentamente — ¿Cómo alguien puede respirar contra su voluntad?
Negué con la cabeza, no sabía la respuesta.
— Exacto — susurró — Yo tampoco se aun como lo lograba. Corrí hasta acá — dijo palmando donde nos encontrábamos sentados — Y miré el mar, el gran y espacioso mar. Y decidí que aquellos minutos serían los últimos en mi vida, tan inesperados como la muerte repentina de mi guitarra.
Le mire incrédulo y me lancé a sus brazos, tapando con mi mano sus labios, impidiendo que siguiera relatando todo. No podía soportarlo.
— Calla Kurt, calla — le pedí con un nudo en la garganta.
— Pequeño, debes ser fuerte y oírlo — dijo con tranquilidad mientras besaba mi mano y me miraba a los ojos.
— No quiero — me negué.
— ¡Yo me lance por aquella roca! — Gritó al ver como yo con mis manos tapaba mis oídos — ¡Me lance por allí, fui un cobarde y lo sigo siendo! —volvió a gritar.
Saqué las manos de mis oídos y le miré asustado mientras mi mirada se desvanecía en dirección a la roca, en donde las olas chocaban creando hermosas imágenes. Todo se comenzó a mover en cámara lenta: La mano de Kurt tomando la mía y está zafándose de él. Una sonrisa que se había creado en sus labios quedo en nada, quedo hecha una línea recta sin emoción. Mis ojos dilatados trataron de no botar lágrimas. Pero yo sabía que aquello sería una misión imposible.
— ¿Por qué? — Grité poniéndome de pie.
— Porque lo necesitaba — murmuró impaciente ante mi reacción.
— Kurt — sollocé.
— Lo siento — balbuceo. Mi mente ya estaba hecho un lio.
— Te amo — dije tratando de calmar mi respiración — Pero eso no impide que odie este momento.
— Yo te amo más — susurró y me envolvió con sus fuertes brazos — Y no te pido que ames este momento, solo te pido que comprendas lo que hice. — Jamás podré hacer eso — susurré sobre su cuello — Pero jamás tampoco podré dejar de amarte.
— Te amo Blaine y sé que te hubiera amado de esta dolorosa manera vivo, tanto como lo hago ahora muerto - Hundí mi rostro en su cuello y traté de calmar mi respiración sintiendo la de él a un ritmo lento.
— Supongo que lo nuestro se llama destino — pensé en voz alta al momento en que buscaba sus labios.
Wow! Un capítulo fuerte! Me recordó a Karofsky :S
Espero sus comentarios que me encantan, gracias por leer
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Estuvo triste la muerte de Kurt, espero que actualizes pronto.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Si es verdad a mi tambien me hiso acordar a el .
Fue muy triste pero me encanto el capitulo.
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto
Fue muy triste pero me encanto el capitulo.
Saludos Suerte.
PD:Actualiza pronto
@gleeklaine***** - Mensajes : 204
Fecha de inscripción : 22/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Este capítulo fue muy intenso... y hermoso.
Blaine estaba equivocado, tenía que escuchar a Kurt, sería como un peso menos de encima.
Amo esta fic, seguila :).
Blaine estaba equivocado, tenía que escuchar a Kurt, sería como un peso menos de encima.
Amo esta fic, seguila :).
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
wow que fuerte lo de kurt
tambien me acordo a karofsky
porfavor actualiza pronto
tambien me acordo a karofsky
porfavor actualiza pronto
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Diecisiete.
— El destino existe para los vivos — susurró Kurt antes de capturar mis labios por completo. Fue un beso hermoso, lleno de amor y sentimientos que me alejaban de la maldita realidad que nos rodeaba. Su lengua con la mía hacían la mezcla perfecta y yo no sabía si dejar que mi corazón se derritiera o solo quedarme en silencio.
— Tú estás vivo, Kurt — dije luego de que sus labios dejaran de ofrecerme ese perfecto beso.
— Tú me haces sentir vivo, esa es la gran diferencia — dijo para luego volver a besarme con aquella pasión y dulzura tan representante en él.
— Supongo que no estaremos todo el resto de la tarde que queda tratando este tema ¿cierto? — le consulté sonriendo.
— No — respondió — Quiero preguntarte algo — dijo algo intranquilo.
— Dime, Kurt — le pedí sonriendo y tomando sus manos.
— ¿Aún piensas en Sebastian? — consultó.
— Algo, trato de no hacerlo.
— Él, Sebastian era un enviado, quiero decir; hay alguien que no está entre nosotros que te quiere hacer daño — me explicó.
Le miré perplejo y traté de caer en cuenta de que puede haber amor entre los muertos como también puede haber odio.
— ¿Pero ya no hay peligro? — consulté.
— Mientras yo esté a tu lado, jamás — me dijo sonriendo y luego besó mis labios lentamente.
— Gracias — murmuré y me lancé a sus brazos. No sé qué haría sin Kurt. Él acarició mi cabello y besó mi frente con sus delicados labios.
— Hay otra cosa que quiero decirte — dijo elevando mi rostro con sus manos.
— Habla, Kurt — le animé.
— Esto es algo complejo para mí, jamás lo he consultado y bueno... no lo sé...
— Kurt me pones nervioso, habla luego — le interrumpí y carcajeé al ver su rostro tan intranquilo.
— Ok — arregló su voz fingiendo una pequeña tosecita y luego me miró a los ojos con esos pequeños y hermosos ojos azules que me fascinan — Desde que te vi en la escuela, antes de que ocurriera todo lo que ocurrió con mi vida, sentí algo muy atrayente a ti. Te seguía por los pasillos y procuraba no encontrarme contigo nunca, digamos que yo era tu gran admirador secreto. Me encantaba la forma en que te escabullías a la biblioteca y la forma en que tratabas de evitar a la gente. Amo la forma en que mueves tus manos cuando estas nervioso y me fascinaste desde el día en que te observé sonreír entre mis brazos. En simples palabras, me encanta cada detalle perfecto e imperfecto de ti.
— ¿Me conocías desde antes y jamás me hablaste en la escuela? — le pregunté asombrado. Aun no podía creerlo.
— Siempre fui tímido — susurró y sonrió.
— Pero Kurt — murmuré.
— Aun no termino — susurró — Bien, Blaine ahora que estamos conectados, ahora que puedo decir que te amo, ahora que sé que seremos siempre uno, ahora amor, te pregunto ¿quieres ser mi novio?
Mi mente se detuvo pero mi corazón comenzó a latir como nunca lo había hecho. Mis manos comenzaron a temblar nerviosas y mis ojos se perdieron en los de él, los cuales tenían un brillo intenso y perfecto.
— Sabes que nunca podría decir que no — dije sobre sus labios y los capturé en un beso. El mejor beso de mi vida y espero que quede en el recuerdo para él.
…
Me puse de pie corriendo y tomé el celular con mi mano libre ya que en la otra cargaba la ropa que me pondría ese día.
— ¿Diga? — consulté agitado de tanto correr.
— ¡Hola! — dijeron de manera alegre al otro lado de la línea.
— ¿Finn? — Pregunté al no reconocer muy bien la voz
— Con él — dijo riendo.
— ¡Oh! ¿Sabes? Justo íbamos hacia allá con Kurt — dije riendo y mirando a mi novio, el cual acababa de llegar.
— Precisamente los estoy esperando, iba a preguntar si iban a venir — comenzó a reír y luego se detuvo de golpe.
— Bueno, en quince minutos estaremos por allá — murmuré.
— Los estaré esperando, adiós.
Colgué la llamada y gire para mirar a Kurt.
— Nos estará esperando — exclamé lo último que dijo Finn y Kurt sonrió de oreja a oreja.
Nos paramos fuera de la dirección que anotó Finn cuando fue a mi casa y mire Kurt, quien sonreía y miraba emocionado y, quizás, esperanzado por lo que podría a ver al otro lado de la puerta.
— Kurt — susurré tratando de llamar su atención.
— ¿Qué ocurre? —consultó con la mano en puño dispuesto a golpearla contra la blanca puerta.
— ¿Seguro que es acá? — pregunté dudoso y riendo sin dejar de ver el pequeño y plateado número que la diferenciaba de las demás.
— Tan seguro, como el día en que dije que eras mi todo — murmuró y besó la comisura de mis labios.
— Entonces, es ahora o nunca — dije mientras golpeaba la puerta con alegría.
Esperamos unos segundos hasta que la puerta se abrió. Y una mujer de cabello rubio y corto se paró sonriente para recibir a las visitas.
— Ustedes deben de ser Kurt y Blaine ¿verdad? — preguntó emocionada y sonriendo plenamente.
— Ellos mismos — dije sonriendo y apretando la mano que ella estiró con gentileza hacia mí.
— Un gusto, queridos — dijo sonriendo.
Desvíe mi vista hacia Kurt y este se encontraba sonriendo y si no me equivoco, con un brillo inusual en sus ojos.
Carcajeé y Kurt me miró sonriendo. No sé por qué, pero sentía que ese era el mejor día que Kurt estaba recibiendo en su visita a la vida.
— Oh, pero que maleducada estoy siendo. Adelante — dijo la madre de mi ángel y nos hizo pasar.
— Muchas gracias — dijimos ambos al unísono al momento de poner pie dentro de la casa.
En el interior todo estaba tan bien y perfectamente adornado, lo que me hacía sentir completamente desalineado.
— ¡Kurt! — exclamó Finn, quien se encontraba de pie en la escalera con una sonrisa simplemente perfecta dibujada en su rostro.
— Finn, hermano — respondió Kurt mientras se acercaba a él para dar un leve saludo con las manos.
“Hermano”. Mi cuerpo tembló entero al oír aquello.
— ¿Cómo has estado? — consultó Finn con una sonrisa gigante. ¿Cómo hacía para no recordarlo? Yo sufro porque sé que no lo podré olvidar.
— Excelente ¿y tú? — preguntó Kurt al momento que desviaba su mirada hacia la cocina de donde salía un hombre de estatura media, con ropa de mecánico y una gorra cubriendo su cabeza.
— Kurt, Blaine… él es mi padre Burt — dijo Finn mientras se acercaba al sonriente hombre quien le tendió su mano cordialmente a Kurt.
— Es un gusto, Kurt — dijo el hombre y luego me miró a mí — Es un gusto también para usted.
Pasamos todos a la sala y nos acomodamos, mientras que Carole iba a la cocina por gaseosas. Un pequeño retrato familiar reposaba sobre una mesita a un lado del sofá que ocupaba Burt. Yo palidecí al ver a Kurt en él, sonriendo junto a su hermano. Si reparaban en aquella fotografía, todo se iría a la mier*da. ¿Cómo demonios le haría para salir de esa situación? Definitivamente había sido una mala idea venir aquí.
— Bueno, Kurt, realmente te agradezco el que hayas convencido a Blaine de venir aquí, puesto que es un tema complicado — Murmuró Finn. Burt se removió en su asiento con cierta inseguridad respecto al motivo de nuestra visita.
— Yo… yo — pasé saliva, intentando pensar en algo para salir de allí, ya que en la pared, otra fotografía de Kurt me había confirmado lo mal que habíamos hecho por acudir a la ex casa de mi ángel — En… es realidad… es…
— ¿Qué ocurre? — Susurró Kurt a mi lado, siguiendo la dirección de mi mirada — ¡Mier*da! — maldijo para sus adentros.
— ¿Qué va mal, Blaine? — Finn se percató de que no conseguía apartar mi vista de ambos retratos. Estaba sudando en frío y no tenía idea de cómo salir de esto — ¿Qué demonios? — exclamó el hermano de mi ángel al ver lo que yo no podía dejar de mirar. Su vista se paseó repetidas veces entre Kurt y las fotos, tan incrédulo de lo que veía como yo — Tú… tú… ¿Por qué es que eres idéntico a mi hermano?
El sonido de los cristales romperse, nos hizo voltear hacia la entrada de la cocina a todos. Carole había soltado la bandeja que traía y miraba con ojos perturbados a mi novio.
— ¿Qué es lo que has dicho, Finn? — consultó en un murmullo casi sin aire.
— Que… Que Kurt es demasiado parecido a mi hermano y no sé por qué – musitó confundido, pasando una mano por su pelo.
Burt se puso en pie, irrumpiendo la pregunta que Carole no alcanzó a hacer.
— Fuera de mi casa — ordenó con los ojos cristalizados. Yo me puse en pie en medio segundo, halando del brazo de Kurt. Él estaba paralizado.
— Nos iremos — susurré asustado ante la inesperada reacción de Burt.
— No me gustan las bromas de este tipo. Sufrí mucho cuando perdí a mi hijo ¿Acaso les parece gracioso? — dijo, para luego dar un paso hacia nosotros.
Volteé mi cuerpo, no podía soportar aquello. Una familia completa unida, pero los padres sin poder recordar al hijo y su hermano sin lograr entenderlo. Mi alma lloraba con un doble peso, ya que la de Kurt no lo hacía.
Nuevamente tiré del brazo de Kurt, para salir de la casa lo antes posible. Finn tomó la foto entre sus manos aun sin creerlo. Le mire perplejo mientras que todo entorno a mí se movía en cámara lenta. Carole, la madre de mi ángel se puso de pie delante de Burt para contenerlo, mientras él bufaba de coraje. Finn nos miró y luego se puso a un lado de ella al ver la expresión del rostro de su madre, un rostro demacrado por la tristeza y por los recuerdos que al parecer aun no eran sanados por el tiempo. Luego mi vista calló al suelo en donde por lo menos nada tenía sentimientos y nada podía seguir dañando mi alma y corazón.
— No quiero volver a verlos por aquí — murmuró el hombre, Burt.
No pude evitar mirar a Kurt de forma nostálgica, sus ojos estaban llenos de lágrimas y si no hubiera sido por las miradas de Carole y Finn, unas miradas completamente aterrorizadas, lo hubiera abrazado allí mismo. Pero tuve que hacer algo por el chico que amo, por el chico que está pasando por todo esto sólo porque debe protegerme.
— Lamento las molestias — exclamé y tomé a Kurt del brazo para sacarlo de aquella situación. Salimos de la casa y comencé a jalar a Kurt, a casi arrastrarlo por la vereda. Pero el chico no reaccionaba, él solo caminaba porque yo le exigía hacerlo — ¿Kurt? — Le hablé asustado ante su no reacción — ¿Kurt? — volví a exclamar está vez deteniendo mi caminar y parándome frente a él.
— Me reconoció — susurró con un hilo de voz.
— No Kurt, sólo creyó que eras igual. Debes estar tranquilo — le susurré antes de abrazarlo.
— Mi hermano… — fue lo último que oí de su boca antes del mar de lágrimas por el cual fue inundado. No pude evitar y lloré junto a él, rezando a dios, quien en aquel momento era el único que oía mis llantos.
:\'(: Me da mucha pena este capítulo, pobrecito Kurt...
Lo más dificil fue adaptarlo, porque no se me ocurria nada
Espero sus comentarios y gracias a las que leen cada vez que actualizo. Las adoro
— El destino existe para los vivos — susurró Kurt antes de capturar mis labios por completo. Fue un beso hermoso, lleno de amor y sentimientos que me alejaban de la maldita realidad que nos rodeaba. Su lengua con la mía hacían la mezcla perfecta y yo no sabía si dejar que mi corazón se derritiera o solo quedarme en silencio.
— Tú estás vivo, Kurt — dije luego de que sus labios dejaran de ofrecerme ese perfecto beso.
— Tú me haces sentir vivo, esa es la gran diferencia — dijo para luego volver a besarme con aquella pasión y dulzura tan representante en él.
— Supongo que no estaremos todo el resto de la tarde que queda tratando este tema ¿cierto? — le consulté sonriendo.
— No — respondió — Quiero preguntarte algo — dijo algo intranquilo.
— Dime, Kurt — le pedí sonriendo y tomando sus manos.
— ¿Aún piensas en Sebastian? — consultó.
— Algo, trato de no hacerlo.
— Él, Sebastian era un enviado, quiero decir; hay alguien que no está entre nosotros que te quiere hacer daño — me explicó.
Le miré perplejo y traté de caer en cuenta de que puede haber amor entre los muertos como también puede haber odio.
— ¿Pero ya no hay peligro? — consulté.
— Mientras yo esté a tu lado, jamás — me dijo sonriendo y luego besó mis labios lentamente.
— Gracias — murmuré y me lancé a sus brazos. No sé qué haría sin Kurt. Él acarició mi cabello y besó mi frente con sus delicados labios.
— Hay otra cosa que quiero decirte — dijo elevando mi rostro con sus manos.
— Habla, Kurt — le animé.
— Esto es algo complejo para mí, jamás lo he consultado y bueno... no lo sé...
— Kurt me pones nervioso, habla luego — le interrumpí y carcajeé al ver su rostro tan intranquilo.
— Ok — arregló su voz fingiendo una pequeña tosecita y luego me miró a los ojos con esos pequeños y hermosos ojos azules que me fascinan — Desde que te vi en la escuela, antes de que ocurriera todo lo que ocurrió con mi vida, sentí algo muy atrayente a ti. Te seguía por los pasillos y procuraba no encontrarme contigo nunca, digamos que yo era tu gran admirador secreto. Me encantaba la forma en que te escabullías a la biblioteca y la forma en que tratabas de evitar a la gente. Amo la forma en que mueves tus manos cuando estas nervioso y me fascinaste desde el día en que te observé sonreír entre mis brazos. En simples palabras, me encanta cada detalle perfecto e imperfecto de ti.
— ¿Me conocías desde antes y jamás me hablaste en la escuela? — le pregunté asombrado. Aun no podía creerlo.
— Siempre fui tímido — susurró y sonrió.
— Pero Kurt — murmuré.
— Aun no termino — susurró — Bien, Blaine ahora que estamos conectados, ahora que puedo decir que te amo, ahora que sé que seremos siempre uno, ahora amor, te pregunto ¿quieres ser mi novio?
Mi mente se detuvo pero mi corazón comenzó a latir como nunca lo había hecho. Mis manos comenzaron a temblar nerviosas y mis ojos se perdieron en los de él, los cuales tenían un brillo intenso y perfecto.
— Sabes que nunca podría decir que no — dije sobre sus labios y los capturé en un beso. El mejor beso de mi vida y espero que quede en el recuerdo para él.
…
Me puse de pie corriendo y tomé el celular con mi mano libre ya que en la otra cargaba la ropa que me pondría ese día.
— ¿Diga? — consulté agitado de tanto correr.
— ¡Hola! — dijeron de manera alegre al otro lado de la línea.
— ¿Finn? — Pregunté al no reconocer muy bien la voz
— Con él — dijo riendo.
— ¡Oh! ¿Sabes? Justo íbamos hacia allá con Kurt — dije riendo y mirando a mi novio, el cual acababa de llegar.
— Precisamente los estoy esperando, iba a preguntar si iban a venir — comenzó a reír y luego se detuvo de golpe.
— Bueno, en quince minutos estaremos por allá — murmuré.
— Los estaré esperando, adiós.
Colgué la llamada y gire para mirar a Kurt.
— Nos estará esperando — exclamé lo último que dijo Finn y Kurt sonrió de oreja a oreja.
Nos paramos fuera de la dirección que anotó Finn cuando fue a mi casa y mire Kurt, quien sonreía y miraba emocionado y, quizás, esperanzado por lo que podría a ver al otro lado de la puerta.
— Kurt — susurré tratando de llamar su atención.
— ¿Qué ocurre? —consultó con la mano en puño dispuesto a golpearla contra la blanca puerta.
— ¿Seguro que es acá? — pregunté dudoso y riendo sin dejar de ver el pequeño y plateado número que la diferenciaba de las demás.
— Tan seguro, como el día en que dije que eras mi todo — murmuró y besó la comisura de mis labios.
— Entonces, es ahora o nunca — dije mientras golpeaba la puerta con alegría.
Esperamos unos segundos hasta que la puerta se abrió. Y una mujer de cabello rubio y corto se paró sonriente para recibir a las visitas.
— Ustedes deben de ser Kurt y Blaine ¿verdad? — preguntó emocionada y sonriendo plenamente.
— Ellos mismos — dije sonriendo y apretando la mano que ella estiró con gentileza hacia mí.
— Un gusto, queridos — dijo sonriendo.
Desvíe mi vista hacia Kurt y este se encontraba sonriendo y si no me equivoco, con un brillo inusual en sus ojos.
Carcajeé y Kurt me miró sonriendo. No sé por qué, pero sentía que ese era el mejor día que Kurt estaba recibiendo en su visita a la vida.
— Oh, pero que maleducada estoy siendo. Adelante — dijo la madre de mi ángel y nos hizo pasar.
— Muchas gracias — dijimos ambos al unísono al momento de poner pie dentro de la casa.
En el interior todo estaba tan bien y perfectamente adornado, lo que me hacía sentir completamente desalineado.
— ¡Kurt! — exclamó Finn, quien se encontraba de pie en la escalera con una sonrisa simplemente perfecta dibujada en su rostro.
— Finn, hermano — respondió Kurt mientras se acercaba a él para dar un leve saludo con las manos.
“Hermano”. Mi cuerpo tembló entero al oír aquello.
— ¿Cómo has estado? — consultó Finn con una sonrisa gigante. ¿Cómo hacía para no recordarlo? Yo sufro porque sé que no lo podré olvidar.
— Excelente ¿y tú? — preguntó Kurt al momento que desviaba su mirada hacia la cocina de donde salía un hombre de estatura media, con ropa de mecánico y una gorra cubriendo su cabeza.
— Kurt, Blaine… él es mi padre Burt — dijo Finn mientras se acercaba al sonriente hombre quien le tendió su mano cordialmente a Kurt.
— Es un gusto, Kurt — dijo el hombre y luego me miró a mí — Es un gusto también para usted.
Pasamos todos a la sala y nos acomodamos, mientras que Carole iba a la cocina por gaseosas. Un pequeño retrato familiar reposaba sobre una mesita a un lado del sofá que ocupaba Burt. Yo palidecí al ver a Kurt en él, sonriendo junto a su hermano. Si reparaban en aquella fotografía, todo se iría a la mier*da. ¿Cómo demonios le haría para salir de esa situación? Definitivamente había sido una mala idea venir aquí.
— Bueno, Kurt, realmente te agradezco el que hayas convencido a Blaine de venir aquí, puesto que es un tema complicado — Murmuró Finn. Burt se removió en su asiento con cierta inseguridad respecto al motivo de nuestra visita.
— Yo… yo — pasé saliva, intentando pensar en algo para salir de allí, ya que en la pared, otra fotografía de Kurt me había confirmado lo mal que habíamos hecho por acudir a la ex casa de mi ángel — En… es realidad… es…
— ¿Qué ocurre? — Susurró Kurt a mi lado, siguiendo la dirección de mi mirada — ¡Mier*da! — maldijo para sus adentros.
— ¿Qué va mal, Blaine? — Finn se percató de que no conseguía apartar mi vista de ambos retratos. Estaba sudando en frío y no tenía idea de cómo salir de esto — ¿Qué demonios? — exclamó el hermano de mi ángel al ver lo que yo no podía dejar de mirar. Su vista se paseó repetidas veces entre Kurt y las fotos, tan incrédulo de lo que veía como yo — Tú… tú… ¿Por qué es que eres idéntico a mi hermano?
El sonido de los cristales romperse, nos hizo voltear hacia la entrada de la cocina a todos. Carole había soltado la bandeja que traía y miraba con ojos perturbados a mi novio.
— ¿Qué es lo que has dicho, Finn? — consultó en un murmullo casi sin aire.
— Que… Que Kurt es demasiado parecido a mi hermano y no sé por qué – musitó confundido, pasando una mano por su pelo.
Burt se puso en pie, irrumpiendo la pregunta que Carole no alcanzó a hacer.
— Fuera de mi casa — ordenó con los ojos cristalizados. Yo me puse en pie en medio segundo, halando del brazo de Kurt. Él estaba paralizado.
— Nos iremos — susurré asustado ante la inesperada reacción de Burt.
— No me gustan las bromas de este tipo. Sufrí mucho cuando perdí a mi hijo ¿Acaso les parece gracioso? — dijo, para luego dar un paso hacia nosotros.
Volteé mi cuerpo, no podía soportar aquello. Una familia completa unida, pero los padres sin poder recordar al hijo y su hermano sin lograr entenderlo. Mi alma lloraba con un doble peso, ya que la de Kurt no lo hacía.
Nuevamente tiré del brazo de Kurt, para salir de la casa lo antes posible. Finn tomó la foto entre sus manos aun sin creerlo. Le mire perplejo mientras que todo entorno a mí se movía en cámara lenta. Carole, la madre de mi ángel se puso de pie delante de Burt para contenerlo, mientras él bufaba de coraje. Finn nos miró y luego se puso a un lado de ella al ver la expresión del rostro de su madre, un rostro demacrado por la tristeza y por los recuerdos que al parecer aun no eran sanados por el tiempo. Luego mi vista calló al suelo en donde por lo menos nada tenía sentimientos y nada podía seguir dañando mi alma y corazón.
— No quiero volver a verlos por aquí — murmuró el hombre, Burt.
No pude evitar mirar a Kurt de forma nostálgica, sus ojos estaban llenos de lágrimas y si no hubiera sido por las miradas de Carole y Finn, unas miradas completamente aterrorizadas, lo hubiera abrazado allí mismo. Pero tuve que hacer algo por el chico que amo, por el chico que está pasando por todo esto sólo porque debe protegerme.
— Lamento las molestias — exclamé y tomé a Kurt del brazo para sacarlo de aquella situación. Salimos de la casa y comencé a jalar a Kurt, a casi arrastrarlo por la vereda. Pero el chico no reaccionaba, él solo caminaba porque yo le exigía hacerlo — ¿Kurt? — Le hablé asustado ante su no reacción — ¿Kurt? — volví a exclamar está vez deteniendo mi caminar y parándome frente a él.
— Me reconoció — susurró con un hilo de voz.
— No Kurt, sólo creyó que eras igual. Debes estar tranquilo — le susurré antes de abrazarlo.
— Mi hermano… — fue lo último que oí de su boca antes del mar de lágrimas por el cual fue inundado. No pude evitar y lloré junto a él, rezando a dios, quien en aquel momento era el único que oía mis llantos.
:\'(: Me da mucha pena este capítulo, pobrecito Kurt...
Lo más dificil fue adaptarlo, porque no se me ocurria nada
Espero sus comentarios y gracias a las que leen cada vez que actualizo. Las adoro
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
No, no, no puede estar pasando esto. Se suponía que no lo iban a reconocer.
Seguila :).
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RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
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