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[Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
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Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Dieciocho.
— Mis padres no me reconocieron—dijo entre lágrimas.
— Es mejor así Kurt—pronuncié preocupado— ¿Qué hubiera ocurrido si se enteran?
— Tienes razón—susurró y secó sus lágrimas—Gracias.
Se acercó a mis labios lentamente y los capturó con aquella lentitud tan perfecta y única de él.
Llevé mis manos a sus hombros y acaricie parte de ellos, mientras rezaba para que aquel momento tan amargo y dañino fuese nuevamente uno romántico.
…
Iba corriendo por la calle, gruesas gotas de agua caían por mi rostro y una torpe sensación de miedo corría por mis venas. Sabía que estaba durmiendo, si no lo hubiese estado Kurt ya me hubiera ayudado a sentirme bien o ya hubiera aparecido brindándome aquella paz tan hermosa que él me brinda.
Doble en la esquina de la calle, y todo me parecía tan familiar, pero a la vez desconocido. Las calles estaban oscuras y la lluvia no cesaba. Y en la oscuridad unos ojos titilantes me observaron. Sentí los latidos de mi corazón como si fuesen los últimos. Los ojos no dejaban de verme con aquella sensación de nerviosismo y no sé por qué razón me desplomé sobre el piso. Sentí golpes sobre mí, como aquella vez, como la vez en que Sebastian quiso matarme. Comencé a gritar tratando de despertar pero nada. Luego me calmé, como por arte de magia dejé de sentir los golpes, dejé de sentir el miedo, dejé de sentirlo todo. Me puse de pie aun con los ojos cerrados y una mano, una mano de temperatura perfecta me acarició. Luego unos labios se posaron sobre mi mejilla y mis ojos se abrieron para ver su rostro.
— Jamás, nunca te ocurrirá algo mientras yo este contigo—dijo y besó mis labios.
— Estoy durmiendo ¿verdad?—le pregunté a aquel chico tan perfecto que osa siempre ser parte de mis sueños.
— Así es—susurró
Estar abrazado a él era tan real como cuando estoy despierto.
— Blaine—me llamó.
— ¿Qué ocurre Kurt?—dije sonriendo.
— No todo lo bueno es para siempre—murmuró.
Le miré sin saber a qué se refería y fruncí mi entrecejo para luego observar aquellos tan pequeños y perfectos ojos.
— Quiero decir que... ¿recuerdas que yo era un enviado?—consultó.
Asentí y sonreí.
— Bueno, tenía una misión y está ya fue cumplida.
Fue como un golpe en el centro de mi estómago al oírlo decir aquello.
— Pero tú no te vas a ir ¿verdad?—cuestioné alarmado.
— Lo siento—susurró y besó mi frente.
— ¡Kurt!—le llamé, pero el ya no se encontraba en mí.
Caí al suelo de manera dramática y comencé a llorar sin detenerme, mi corazón había muerto o quizás él se lo había llevado. Me ahogaba en el llanto pensando y odiándome a mí misma. ¿Cómo iba a hacer ahora para vivir?
Di un salto al sentir los gritos de mi madre tras de la puerta, sequé las lágrimas que caían por mi rostro debido a la horrible pesadilla que tuve. El dolor en mi pecho ardía con rabia y yo rezaba para que aquello fuese mentira, aunque estaba consciente de que lo era.
— ¡Debes ir a la escuela Así que ponte de pie! —gritó mi madre desde el pasillo.
— Ya estoy de pie—respondí mientras ingresaba a la ducha.
…
Bajé del auto de mi madre he ingrese a la escuela, las miradas me seguían los pasos y yo trataba de no pensar en que era el centro de atención por primera vez.
Llegué a la clase de biología y tomé asiento en el último mesón. Las chicas hablaban entre susurros y en algunos de ellos podía escuchar el nombre de Sebastian y de Kurt.
Por la puerta, ingresó el maestro Korn y tras él Kurt.
Al verme sonrió y camino rápido hasta tomar asiento a mi lado. Me miró y besó mi mejilla mientras yo entrelazaba mi mano con la suya para sentirlo cerca, más de lo que ya estábamos.
— Buenos días príncipe—susurró por lo bajo mientras el maestro hablaba.
— Buenos días ángel—dije mirándolo a los ojos.
— ¿Cómo dormiste?—preguntó.
Preferí no responder y recordar aquella tan horrible pesadilla. Entonces el maestro comenzó a dar unas instrucciones de trabajo para la clase. Yo no quería que Kurt se fuera de mi lado nunca, y si para eso debía poner en riesgo mi vida constantemente sería capaz de hacerlo. Ningún dolor se compararía jamás con el dolor que sentí en el sueño, prefiero volverme masoquista en lugar de verlo partir, y prefería mil veces estar en el hospital conectado a suero en lugar de estar en espera por algún corazón que latiera como el mío late cuando esta junto al de Kurt.
— Cariño—me llamó Kurt— ¿Qué ocurre?
Volteé mi rostro y observé el de él, su perfecto rostro.
— Sólo que te extrañe por la noche—murmuré.
— Hay algo que debo decirte—susurró.
— Dilo—le alenté.
— Pero aquí no—me hizo saber al momento que el profesor se acercaba con la hoja de ejercicios y lo posaba sobre el mesón.
Eran simples los ejercicios y mientras yo procesaba la información en mi mente, Kurt se dedicaba a resolver la hoja que el profesor Korn nos pasó.
¿Qué mierda quería preguntarme?
Esa fue una de las tantas preguntas que pasaron por mi mente en sólo escasos segundos. El chico no hablaba, no lo habitual y eso me ponía aún más nervioso.
—Kurt—le llamé.
— ¿Qué ocurre?—preguntó sin desviar su vista del pizarrón.
—Nada—susurré por ultimo. Se notaba que no quería hablar.
Volteé mi cuerpo hacia la ventana en donde vi una extraña silueta correr por el patio del instituto. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y Kurt, al parecer, percibió aquello y rápidamente consulto:
— ¿Qué sucede?
Negué con la cabeza al tiempo que lo observaba entonces se dio cuenta de lo que me tenía perturbado, y se puso de pie de manera rápida. El profesor le llamó la atención pero Kurt no hizo caso y corrió hacia la entrada.
Me puse de pie tras él y corrí aunque el profesor me llamara la atención como loco.
— ¡Kurt!—le llamé.
Pero este no volteó y siguió corriendo. No tenía otra opción que correr tras él en silencio. Salió del recinto y me di cuenta que afuera estaba lloviendo, ¿Cómo es qué no me di cuenta de eso cuando mire por la ventana?
— ¡Kurt!—volví a gritar, pero nuevamente no hubo respuesta.
Refunfuñe enfadado y volteé para ingresar al pasillo, pero al hacerlo un cuerpo choco contra el mío.
Caí al suelo y me empapé con las posas de agua que se habían formado en segundos sobre el pasto.
Limpié mis manos en mi ropa y me puse de pie.
— ¿Estás bien?—preguntó Kurt, no podía desconocer su voz.
—Estoy empapado ¿Qué no ves?—pregunté enfadado.
Mire a la persona con la que choqué y esta era menuda, era una chica. Su piel pálida, una sonrisa torcida que la hacía semi perfecta. Completamente neutra y no dejaba de sonreír.
— ¿Qué haces aquí?—preguntó Kurt sin mirarla, ya que me ayudaba a ponerme de pie.
—Vine a hablar algunas cosas con tu chico—anunció al mismo tiempo que se paraba frente a mí.
—Helen, ¡largo!—gritó Kurt y se aferraba a mi cuerpo.
—Oh! Vamos no temas Kurt, no le haré nada lo juro—dijo riendo.
—Yo iba a hablar con ella de eso, no necesito de tú ayuda—murmuró mi chico mientras suspiraba.
—Sí, si la necesitas, si no, no me hubieran enviado—apuntó Helen.
Su nombre se me hacía tan familiar. Y entonces recordé la carta que leí el día en que caí al hospital:
De: Helen Hattaway
Para: Blaine Anderson.
“Blaine te preguntaras quien es Helen, bueno… yo soy una compañera de Kurt (si Kurt, tu torpe ángel). Querrás saber el porqué de todo esto y él porque es simple: Kurt se enamoró de ti, ¿tienes idea de lo terrible que es esto en nuestro mundo, nuestro reino? Demasiado, cuando uno se convierte en ángel y en un ángel guardián lo primero que dicen es: jamás, jamás deben enamorarse de su misión. Kurt lo ha hecho, y él está en problemas. Amigo, solo te pediré una cosa (aparte de que te recuperes) necesito que te alejes de él. Deja de meterte en problemas, deja de llamarlo con la mente cuando no lo necesitas. Es por tú bien y por la estadía de mi amigo en el cielo.”
Sabía que eso estaba mal. No hubiera bajado ella si lo que me tenía que decir Kurt no fuera tan desagradable o difícil de decir.
—No necesito tu ayuda Helen—explotó Kurt y la amenazó con una mirada furiosa.
—Aun así lo diré—dijo la chica—Escúchame muy bien Blaine, Kurt es tú ángel, y no es para siempre. Vete haciendo la idea de que los problemas para ti acabaron, ya no hay peligros a tu alrededor, ya nadie te volverá a herir, así que amigo, comienza a contar los minutos que te quedan junto a él.
— ¡Cierra el pico, Helen!—gritó Kurt al tiempo que llevaba sus manos a mis oídos.
—Kurt—sollocé.
Si lo que la chica decía era verdad, entonces ¿lo que soñé pasaría? Quité las manos que Kurt había puesto sobre mis oídos, y miré a Helen.
—No me dejaras ¿verdad?—le pregunté al castaño que me tenía al borde de la muerte o quizás lo más cercano en ese momento al llanto.
—Pequeño, yo...—vaciló por unos momento que parecían eternos y por último la chica habló por él.
—No creo que lo ames tanto.
La fulminé con la mirada. ¿Cómo un ángel podía ser tan idiota?
— ¿Tú qué sabes de amor si no lo alcanzaste a sentir?—grité y Kurt me abrazó por la cintura, luego apoyo su cabeza sobre mi hombro.
—Tranquilo, sabes que yo jamás te dejare.
Suspiré y cerré mis ojos, luego volteé mi rostro y besé su frente.
—Ya estamos bien—susurró él. Abrí mis ojos y mire hacia delante, para encontrarme con el cielo calmado, sin lluvia y a Helen quien ya no estaba allí.
…Llegué a mi casa, Kurt dijo que debía hacer cosas de 'ángeles' y no pasaría la noche conmigo otra vez. Yo no podía dejar de pensar en el loco día que me tocó vivir. Odiaba a Helen. No iba a dejar que Kurt desapareciera de mi lado, no iba a dejar que se fuera para siempre, no iba a acostumbrarme jamás a una vida sin sus besos. Yo respiraba porque él lo hacía. Entré en la cocina, en donde me encontré con mi madre hablando por teléfono. Y a mi padre lavando los trastes. Los saludé y les avisé que saldría. Tomé mi chaqueta y corrí hasta el carro de mi mamá. Comencé a conducir por el centro de Ohio.
Hasta que una idea llegó a mi mente. Y no dudé en no dejarla pasar. Bajé del auto. Y entré al recinto de manualidades. Si ya no existían peligros a mí al rededor, ¿Podía yo ser mi peligro? ¿Podía yo volverme masoquista por amor?
— ¿Tienen navajas, quiero decir estiletes o corta cartón?—le consulté torpemente al chico que atendía.
—De todas las clases—respondió riendo.
—Ok, quiero uno.
Salí de la tienda con mi navaja en mano y subí al auto. Manejé hasta llegar a la entrada del mismo prado en donde por primera vez bese a Kurt. Bajé del carro y corrí hasta llegar cerca del lago, en donde tomé asiento y saqué de mi bolsillo la navaja que acababa de comprar, mi cómplice, el objeto que mantendría a Kurt a mi lado. Subí un poco la manga de mi chaqueta, hasta la altura de mi codo. Deslicé un poco el nivelador de tamaño de mi corta cartón y lo apunté sobre mi muñeca. Me estaba volviendo loco.
¿Llegará Kurt a tiempo para detenerle? ¿Llevará a cabo Blaine su locura de amor?
— Mis padres no me reconocieron—dijo entre lágrimas.
— Es mejor así Kurt—pronuncié preocupado— ¿Qué hubiera ocurrido si se enteran?
— Tienes razón—susurró y secó sus lágrimas—Gracias.
Se acercó a mis labios lentamente y los capturó con aquella lentitud tan perfecta y única de él.
Llevé mis manos a sus hombros y acaricie parte de ellos, mientras rezaba para que aquel momento tan amargo y dañino fuese nuevamente uno romántico.
…
Iba corriendo por la calle, gruesas gotas de agua caían por mi rostro y una torpe sensación de miedo corría por mis venas. Sabía que estaba durmiendo, si no lo hubiese estado Kurt ya me hubiera ayudado a sentirme bien o ya hubiera aparecido brindándome aquella paz tan hermosa que él me brinda.
Doble en la esquina de la calle, y todo me parecía tan familiar, pero a la vez desconocido. Las calles estaban oscuras y la lluvia no cesaba. Y en la oscuridad unos ojos titilantes me observaron. Sentí los latidos de mi corazón como si fuesen los últimos. Los ojos no dejaban de verme con aquella sensación de nerviosismo y no sé por qué razón me desplomé sobre el piso. Sentí golpes sobre mí, como aquella vez, como la vez en que Sebastian quiso matarme. Comencé a gritar tratando de despertar pero nada. Luego me calmé, como por arte de magia dejé de sentir los golpes, dejé de sentir el miedo, dejé de sentirlo todo. Me puse de pie aun con los ojos cerrados y una mano, una mano de temperatura perfecta me acarició. Luego unos labios se posaron sobre mi mejilla y mis ojos se abrieron para ver su rostro.
— Jamás, nunca te ocurrirá algo mientras yo este contigo—dijo y besó mis labios.
— Estoy durmiendo ¿verdad?—le pregunté a aquel chico tan perfecto que osa siempre ser parte de mis sueños.
— Así es—susurró
Estar abrazado a él era tan real como cuando estoy despierto.
— Blaine—me llamó.
— ¿Qué ocurre Kurt?—dije sonriendo.
— No todo lo bueno es para siempre—murmuró.
Le miré sin saber a qué se refería y fruncí mi entrecejo para luego observar aquellos tan pequeños y perfectos ojos.
— Quiero decir que... ¿recuerdas que yo era un enviado?—consultó.
Asentí y sonreí.
— Bueno, tenía una misión y está ya fue cumplida.
Fue como un golpe en el centro de mi estómago al oírlo decir aquello.
— Pero tú no te vas a ir ¿verdad?—cuestioné alarmado.
— Lo siento—susurró y besó mi frente.
— ¡Kurt!—le llamé, pero el ya no se encontraba en mí.
Caí al suelo de manera dramática y comencé a llorar sin detenerme, mi corazón había muerto o quizás él se lo había llevado. Me ahogaba en el llanto pensando y odiándome a mí misma. ¿Cómo iba a hacer ahora para vivir?
Di un salto al sentir los gritos de mi madre tras de la puerta, sequé las lágrimas que caían por mi rostro debido a la horrible pesadilla que tuve. El dolor en mi pecho ardía con rabia y yo rezaba para que aquello fuese mentira, aunque estaba consciente de que lo era.
— ¡Debes ir a la escuela Así que ponte de pie! —gritó mi madre desde el pasillo.
— Ya estoy de pie—respondí mientras ingresaba a la ducha.
…
Bajé del auto de mi madre he ingrese a la escuela, las miradas me seguían los pasos y yo trataba de no pensar en que era el centro de atención por primera vez.
Llegué a la clase de biología y tomé asiento en el último mesón. Las chicas hablaban entre susurros y en algunos de ellos podía escuchar el nombre de Sebastian y de Kurt.
Por la puerta, ingresó el maestro Korn y tras él Kurt.
Al verme sonrió y camino rápido hasta tomar asiento a mi lado. Me miró y besó mi mejilla mientras yo entrelazaba mi mano con la suya para sentirlo cerca, más de lo que ya estábamos.
— Buenos días príncipe—susurró por lo bajo mientras el maestro hablaba.
— Buenos días ángel—dije mirándolo a los ojos.
— ¿Cómo dormiste?—preguntó.
Preferí no responder y recordar aquella tan horrible pesadilla. Entonces el maestro comenzó a dar unas instrucciones de trabajo para la clase. Yo no quería que Kurt se fuera de mi lado nunca, y si para eso debía poner en riesgo mi vida constantemente sería capaz de hacerlo. Ningún dolor se compararía jamás con el dolor que sentí en el sueño, prefiero volverme masoquista en lugar de verlo partir, y prefería mil veces estar en el hospital conectado a suero en lugar de estar en espera por algún corazón que latiera como el mío late cuando esta junto al de Kurt.
— Cariño—me llamó Kurt— ¿Qué ocurre?
Volteé mi rostro y observé el de él, su perfecto rostro.
— Sólo que te extrañe por la noche—murmuré.
— Hay algo que debo decirte—susurró.
— Dilo—le alenté.
— Pero aquí no—me hizo saber al momento que el profesor se acercaba con la hoja de ejercicios y lo posaba sobre el mesón.
Eran simples los ejercicios y mientras yo procesaba la información en mi mente, Kurt se dedicaba a resolver la hoja que el profesor Korn nos pasó.
¿Qué mierda quería preguntarme?
Esa fue una de las tantas preguntas que pasaron por mi mente en sólo escasos segundos. El chico no hablaba, no lo habitual y eso me ponía aún más nervioso.
—Kurt—le llamé.
— ¿Qué ocurre?—preguntó sin desviar su vista del pizarrón.
—Nada—susurré por ultimo. Se notaba que no quería hablar.
Volteé mi cuerpo hacia la ventana en donde vi una extraña silueta correr por el patio del instituto. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y Kurt, al parecer, percibió aquello y rápidamente consulto:
— ¿Qué sucede?
Negué con la cabeza al tiempo que lo observaba entonces se dio cuenta de lo que me tenía perturbado, y se puso de pie de manera rápida. El profesor le llamó la atención pero Kurt no hizo caso y corrió hacia la entrada.
Me puse de pie tras él y corrí aunque el profesor me llamara la atención como loco.
— ¡Kurt!—le llamé.
Pero este no volteó y siguió corriendo. No tenía otra opción que correr tras él en silencio. Salió del recinto y me di cuenta que afuera estaba lloviendo, ¿Cómo es qué no me di cuenta de eso cuando mire por la ventana?
— ¡Kurt!—volví a gritar, pero nuevamente no hubo respuesta.
Refunfuñe enfadado y volteé para ingresar al pasillo, pero al hacerlo un cuerpo choco contra el mío.
Caí al suelo y me empapé con las posas de agua que se habían formado en segundos sobre el pasto.
Limpié mis manos en mi ropa y me puse de pie.
— ¿Estás bien?—preguntó Kurt, no podía desconocer su voz.
—Estoy empapado ¿Qué no ves?—pregunté enfadado.
Mire a la persona con la que choqué y esta era menuda, era una chica. Su piel pálida, una sonrisa torcida que la hacía semi perfecta. Completamente neutra y no dejaba de sonreír.
— ¿Qué haces aquí?—preguntó Kurt sin mirarla, ya que me ayudaba a ponerme de pie.
—Vine a hablar algunas cosas con tu chico—anunció al mismo tiempo que se paraba frente a mí.
—Helen, ¡largo!—gritó Kurt y se aferraba a mi cuerpo.
—Oh! Vamos no temas Kurt, no le haré nada lo juro—dijo riendo.
—Yo iba a hablar con ella de eso, no necesito de tú ayuda—murmuró mi chico mientras suspiraba.
—Sí, si la necesitas, si no, no me hubieran enviado—apuntó Helen.
Su nombre se me hacía tan familiar. Y entonces recordé la carta que leí el día en que caí al hospital:
De: Helen Hattaway
Para: Blaine Anderson.
“Blaine te preguntaras quien es Helen, bueno… yo soy una compañera de Kurt (si Kurt, tu torpe ángel). Querrás saber el porqué de todo esto y él porque es simple: Kurt se enamoró de ti, ¿tienes idea de lo terrible que es esto en nuestro mundo, nuestro reino? Demasiado, cuando uno se convierte en ángel y en un ángel guardián lo primero que dicen es: jamás, jamás deben enamorarse de su misión. Kurt lo ha hecho, y él está en problemas. Amigo, solo te pediré una cosa (aparte de que te recuperes) necesito que te alejes de él. Deja de meterte en problemas, deja de llamarlo con la mente cuando no lo necesitas. Es por tú bien y por la estadía de mi amigo en el cielo.”
Sabía que eso estaba mal. No hubiera bajado ella si lo que me tenía que decir Kurt no fuera tan desagradable o difícil de decir.
—No necesito tu ayuda Helen—explotó Kurt y la amenazó con una mirada furiosa.
—Aun así lo diré—dijo la chica—Escúchame muy bien Blaine, Kurt es tú ángel, y no es para siempre. Vete haciendo la idea de que los problemas para ti acabaron, ya no hay peligros a tu alrededor, ya nadie te volverá a herir, así que amigo, comienza a contar los minutos que te quedan junto a él.
— ¡Cierra el pico, Helen!—gritó Kurt al tiempo que llevaba sus manos a mis oídos.
—Kurt—sollocé.
Si lo que la chica decía era verdad, entonces ¿lo que soñé pasaría? Quité las manos que Kurt había puesto sobre mis oídos, y miré a Helen.
—No me dejaras ¿verdad?—le pregunté al castaño que me tenía al borde de la muerte o quizás lo más cercano en ese momento al llanto.
—Pequeño, yo...—vaciló por unos momento que parecían eternos y por último la chica habló por él.
—No creo que lo ames tanto.
La fulminé con la mirada. ¿Cómo un ángel podía ser tan idiota?
— ¿Tú qué sabes de amor si no lo alcanzaste a sentir?—grité y Kurt me abrazó por la cintura, luego apoyo su cabeza sobre mi hombro.
—Tranquilo, sabes que yo jamás te dejare.
Suspiré y cerré mis ojos, luego volteé mi rostro y besé su frente.
—Ya estamos bien—susurró él. Abrí mis ojos y mire hacia delante, para encontrarme con el cielo calmado, sin lluvia y a Helen quien ya no estaba allí.
…Llegué a mi casa, Kurt dijo que debía hacer cosas de 'ángeles' y no pasaría la noche conmigo otra vez. Yo no podía dejar de pensar en el loco día que me tocó vivir. Odiaba a Helen. No iba a dejar que Kurt desapareciera de mi lado, no iba a dejar que se fuera para siempre, no iba a acostumbrarme jamás a una vida sin sus besos. Yo respiraba porque él lo hacía. Entré en la cocina, en donde me encontré con mi madre hablando por teléfono. Y a mi padre lavando los trastes. Los saludé y les avisé que saldría. Tomé mi chaqueta y corrí hasta el carro de mi mamá. Comencé a conducir por el centro de Ohio.
Hasta que una idea llegó a mi mente. Y no dudé en no dejarla pasar. Bajé del auto. Y entré al recinto de manualidades. Si ya no existían peligros a mí al rededor, ¿Podía yo ser mi peligro? ¿Podía yo volverme masoquista por amor?
— ¿Tienen navajas, quiero decir estiletes o corta cartón?—le consulté torpemente al chico que atendía.
—De todas las clases—respondió riendo.
—Ok, quiero uno.
Salí de la tienda con mi navaja en mano y subí al auto. Manejé hasta llegar a la entrada del mismo prado en donde por primera vez bese a Kurt. Bajé del carro y corrí hasta llegar cerca del lago, en donde tomé asiento y saqué de mi bolsillo la navaja que acababa de comprar, mi cómplice, el objeto que mantendría a Kurt a mi lado. Subí un poco la manga de mi chaqueta, hasta la altura de mi codo. Deslicé un poco el nivelador de tamaño de mi corta cartón y lo apunté sobre mi muñeca. Me estaba volviendo loco.
¿Llegará Kurt a tiempo para detenerle? ¿Llevará a cabo Blaine su locura de amor?
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
omg!
sigue esta hermoso el fic
sigue esta hermoso el fic
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Esta súper, espero que Blaine no haga una tontería, actualiza pronto por favor.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Diecinueve.
El metal frio y filudo rosaba mi delicada y traslucida piel. Mis venas se marcaban purpuras producto del frío y yo trataba de no pensar en Kurt para que no llegara a impedirme aquel acto masoquista. Tomé aire, haciendo que el éste calara en mis pulmones. Lo amaba tanto, que podía admitir que estaba loco, loco de amor por mi ángel.
Desde el día en que lo conocí, el día en que miré sobre el vidrio y lo vi dentro de su ataúd. El día en que no pude evitar largarme a casa junto a mis padres y tuve que volver dentro de la escuela solo para quitar aquella agonía que me comía. El día en que caí. Ese día que me cambió como si fuera parte de un milagro. Puedo decir sin pelos en la lengua que estuve destinado a conocerlo y a no separarme de él.
Las lágrimas torpemente se amontonaron en mis ojos. Cayeron hirviendo y parpadeé un poco para que mi vista fuese más nítida. Noté que lo que estaba haciendo era un error. Noté que prefería ser víctima de una locura en lugar de perderlo.
Cerré mis ojos y suspiré amargamente. Apreté la navaja en mis manos y sin pensar ya nada más, deslice el corta cartón sobre mis venas.
No abrí mis ojos, el dolor que sentía recorrer mi cuerpo y lo frío que se sentía sobre mi muñeca me decían que había terminado con éxito mi ataque personal.
Era un palpitar lo que me hacía chillar del dolor sobre el pasto húmedo. Mi cuerpo contraído entre si y mis ojos negándose a mirar mi herida. Todo mezclado con el miedo. Abrí mis ojos de golpe y observé mi mano hecha añicos. Grité al verla y una lágrima se trabó en mi garganta impidiéndome respirar de forma normal.
—Mierda—chillé entre dientes y saqué mi abrigo con delicadeza.
Al rozar la tela con mi herida un aire agrio entró por mis venas. Haciéndome llorar de dolor.
Envolví mi chaqueta alrededor de mi muñeca para que la sangre se detuviera, traté de hacer una llave, pero mis manos temblaban y no tocaban bien. ¿Por qué lo hice?
¿Has pasado por momentos en la vida en que crees que lo mejor sería morir para estar con el ser amado? ¿Has pensado alguna vez lo grave que han sido tus actos? ¿Te has atrevido a atentar contra tu cuerpo, solo para que esa persona no se valla? ¿Has actuado sin pensar?
Dejé de mirar, mis ojos se nublaron en la oscuridad. Dejé de sostener el abrigo con fuerzas en contra de mi voluntad sobre mi muñeca. Dejé de sentir dolor sobre mi mano, lo único que me proporcionaba dolor era mi pecho.
Dejé de respirar con impaciencia. Dejé de respirar... por segundos
…
— T-E-A-M-O —deletrearon cerca de mi oído—Te amo.
Lo último fue un sollozo.
— ¿Cómo estará?—preguntaron minutos después.
No hubo respuestas ante esa pregunta, o al menos yo no capté una. El silencio estaba presente a mí alrededor. Odio el silencio. Traté de mover mis dedos, pero no los sentía o mejor dicho; no sentía la fuerza para hacerlo. Moví mis labios o trate de hacerlo. Mis ojos fueron la última parte del cuerpo que traté de mover, pero nada.
— ¡Está respirando!—gritaron haciendo que la nube de silencio desapareciera — ¡Está respirando Doctor!—volvió a gritar la misma voz.
Esa voz tan conocida para mí. La melodía para mis oídos.
Quise articular algo, pero de mi boca no salía siquiera un gemido. No me iba a rendir tan fácilmente, yo iba a verlo. Moví mis ojos, traté de mover algo de mi cuerpo pero mierda no lo conseguía. Intente con mi mano, con mis dedos y lentamente concentré mi poca energía en este. Y por fin, pude cantar victoria, este se movió.
—Movió su dedo—dijo Kurt, tomándolo con su mano.
Si podía mover mi dedo, podía mover mis ojos ¿no? Intenté con mis ojos, nuevamente concentré todo lo llamado energía en ellos y lentamente sentí como se separaban para poder ver.
Una horrible luz me cegó por completo y un acto estúpido de cerrarlos produjo aquello. Pero antes de que lo hiciera por completo un grito de alegría fue cautivando mis oídos. Era él, él estaba allí. Él no se ha marchado.
—Blaine—susurró cerca de mi rostro—Aquí estoy, contigo, para siempre ¿lo recuerdas?
Una sonrisa se escapó por mis labios y aquello le hizo saber que recordaba a la perfección. Abrí mis ojos lentamente y lo observé, como siempre tan lindo, tan perfecto. Sonreí y él hizo lo mismo.
—Hola—pude articular con esfuerzo, al menos fue un 'hola' claro.
—Hola—dijo con lágrimas en sus ojos al tiempo que pasaba su mano por mi rostro con suavidad, como si aquello lograra quebrarme.
Miré la habitación de reojo, un hombre calvo, el mismo hombre de siempre se encontraba de pie mirando la escena. ¿Acaso este hospital no tenía otros doctores? El hombre me saludo y sonrió al verme. Apago una máquina y con su mano hizo señas de que se marchaba. Volví mi vista a Kurt y este, de la alegría que demostraba en un principio, hizo un cambio y me miró enfadado, tanto que podía sentir su decepción.
— ¿Por qué lo hiciste?—preguntó molesto y poniendo distancia entre ambos.
—Porque no quiero que te alejes de mí, y si para que te quedes debo estar en peligro, ¡bien! Mira ¡estoy en peligro!—sollocé.
— ¡Debes pensar antes de actuar!—me gritó algo exaltado.
—Lo hice, por eso actué de esa forma—balbuceé
—No, no, no—repetía para sí mismo, mientras llevaba sus manos a su pelo, preocupado—No lo hiciste.
—Kurt—sollocé.
—Yo, ¡mírame!—me exigió—Yo haré todo lo que este a mi alcancé para quedarme a tu lado, haré de todo, hasta lo inalcanzable, seré capaz de vivir en tus sueños, pero quiero vivir en ti... aunque no lo esté—finalizó. Mi corazón explotó pero de alegría. Al menos, yo no era el único que se estaba volviendo loco por amor.
—Y ¿qué sucede si ese todo no nos alcanza?—pregunté derramando lágrimas.
No respondió ya que la puerta se abrió y como de costumbre por ella entraron mis padres con los ojos hinchados, demacrados completamente.
Quizás Kurt tenía razón al decir que actué sin pensar.
—Blaine ¡por dios! ¿En que estabas pensando hijo?—articuló mi padre acariciando el hombro de mi madre de manera dramática.
—Yo, yo—balbuceé ¿Qué se supone que les diría? “Mamá, Papá. Yo quería sufrir para que Kurt no se fuera de mi lado ya que él es un ángel”. ¡Obviamente no podía decirles eso!
—Creo que no es correcto que le haga ese tipo de preguntas Señor Anderson—espetó Kurt, llamando la atención de los dos llorones.
—Kurt—lloró mi madre— ¿Cómo es que estás tan tranquilo?
—Sé que no lo volverá a hacer—murmuró y volteó su vista a mí.
Un aire frío recorrió mi cuerpo, como odiaba este momento.
— ¿Tienes alguna idea de lo mal que me he sentido las últimas horas?—me reclamó mi madre.
—Lo siento, ¿ok? ¡No era mi intención hacerte sentir mal!—respondí de mala manera.
Kurt se acercó a mí. Tomó de mi mano y la entrelazó con la de él.
—Por favor, si van a estar de esta forma frente a Blaine, no tendré otra opción que llamar al doctor encargado de él—susurró Kurt de manera gentil.
Si había algo que amaba de él, era que me protegía de todos hasta de mis padres. Mi madre suspiró intranquila y miró a mi padre quien estaba algo sorprendido con la reacción de Kurt.
—Lo siento, es solo que me da miedo perderte hijo—susurró mi madre y acarició mi cabello. La maraña de cabello que tenía.
—Está bien—murmuré—Sé que cometí un grave error.
Mi padre bufó enfadado y volteó para salir de la habitación. Mi madre asustada lo miró y le siguió el paso. Saliendo ambos del dormitorio. Miré a Kurt, quien se encontraba sentado sobre mi cama. Acarició mi cabello y yo no pude evitar reventar en llanto nuevamente. ¡No quería perderlo!
—Ya no llores—me pidió mientras pegaba sus labios a mi frente—Yo me quedaré junto a ti para siempre.
—Pero...—interrumpí.
—No cariño, no hay peros.
Odiaba cuando Kurt usaba todos sus dones para tranquilizarme. Cerré mis ojos y me deje llevar por la hermosa melodía que salía de su voz. Supongo que después de todo, el realmente se quedaría conmigo para siempre.
Narra Kurt.
Blaine se quedó dormido en mis brazos, amaba cuando ocurría eso. Besé su frente por última vez y salí de la habitación. Saludé al doctor que venía a examinarlo y salí del recinto. El sol iluminaba de manera increíble, no como ayer cuando lo encontré tendido en el pasto húmedo, repleto de sangre. ¡Dios! Si yo tuviera vida, creo sinceramente que la hubiera perdido en el momento que lo vi.
Crucé la entrada del hospital y me dirigí al estacionamiento. Saqué las llaves de mi pantalón y entonces una voz tan familiar para mí hizo que no pudiera seguir con mi recorrido.
— ¿Kurt? —la sorpresa incluida en la voz me preocupaba.
—Finn —era incómodo no saber cómo saludarle después de todo lo ocurrido en su casa.
— ¿Cómo… Cómo has estado? —era evidente que para él tampoco era simple.
—Bien, supongo ¿Qué haces en el hospital? — quise saber.
—Me enteré que Blaine tuvo un accidente y… vine a verlo —mostró una sonrisa de lado tan típica en él.
—Oh—me acerqué un poco a él—Finn, con respecto a lo que pasó en tu casa…
—No te preocupes—me interrumpió—Yo, y todos estábamos algo sensible y reaccionamos de forma inadecuada. Burt se siente muy mal por haberlos echado.
—Yo entiendo sus motivos —le miré afectuosamente.
—Esto… am… Creo que Dios tiene muchas maneras de hacer las cosas, y todas están bien. Tal vez se llevó a mi hermano de una forma horrible, pero te puso en nuestro camino para que jamás dejáramos de recordarle. Quizás eso explique lo mucho que se parecen ustedes dos.
—Tal vez—solté un suspiro, sintiéndome un poco mejor—Bueno, debo irme.
—De acuerdo, nos vemos… hermano—me envolvió en un espontáneo abrazo, el cual yo recibí con agrado.
Luego de indicarle el número de habitación de Blaine y darle un pase de visita, le vi marcharse. Me subí a mi carro para ir a encontrarme con Kate, mi guía de grupo. Conduje de manera rápida hasta un lugar seguro y emprendí vuelo hacía donde siempre. Arriba me encontré con los arcángeles molestos por mi demora. Kate estaba sería, poco común en ella y a su lado estaba Helen.
—Siento la demora—susurré.
— ¡Ay! Siento la demora—se burló Helen imitando mi voz. La fulminé con la mirada.
— ¿Qué?—cuestionó haciéndose la ofendida.
—Ya ¡basta Helen!—gritó Kate—Y tú Kurt—me llamó—Por favor deja de bajar a verlo, recuerda, tú ya no tienes que hacerlo, tú ya no estas capacitado para esta misión.
—No puedo—susurré.
— ¿Por qué no?—preguntó irritada.
—Porque lo amo.
El metal frio y filudo rosaba mi delicada y traslucida piel. Mis venas se marcaban purpuras producto del frío y yo trataba de no pensar en Kurt para que no llegara a impedirme aquel acto masoquista. Tomé aire, haciendo que el éste calara en mis pulmones. Lo amaba tanto, que podía admitir que estaba loco, loco de amor por mi ángel.
Desde el día en que lo conocí, el día en que miré sobre el vidrio y lo vi dentro de su ataúd. El día en que no pude evitar largarme a casa junto a mis padres y tuve que volver dentro de la escuela solo para quitar aquella agonía que me comía. El día en que caí. Ese día que me cambió como si fuera parte de un milagro. Puedo decir sin pelos en la lengua que estuve destinado a conocerlo y a no separarme de él.
Las lágrimas torpemente se amontonaron en mis ojos. Cayeron hirviendo y parpadeé un poco para que mi vista fuese más nítida. Noté que lo que estaba haciendo era un error. Noté que prefería ser víctima de una locura en lugar de perderlo.
Cerré mis ojos y suspiré amargamente. Apreté la navaja en mis manos y sin pensar ya nada más, deslice el corta cartón sobre mis venas.
No abrí mis ojos, el dolor que sentía recorrer mi cuerpo y lo frío que se sentía sobre mi muñeca me decían que había terminado con éxito mi ataque personal.
Era un palpitar lo que me hacía chillar del dolor sobre el pasto húmedo. Mi cuerpo contraído entre si y mis ojos negándose a mirar mi herida. Todo mezclado con el miedo. Abrí mis ojos de golpe y observé mi mano hecha añicos. Grité al verla y una lágrima se trabó en mi garganta impidiéndome respirar de forma normal.
—Mierda—chillé entre dientes y saqué mi abrigo con delicadeza.
Al rozar la tela con mi herida un aire agrio entró por mis venas. Haciéndome llorar de dolor.
Envolví mi chaqueta alrededor de mi muñeca para que la sangre se detuviera, traté de hacer una llave, pero mis manos temblaban y no tocaban bien. ¿Por qué lo hice?
¿Has pasado por momentos en la vida en que crees que lo mejor sería morir para estar con el ser amado? ¿Has pensado alguna vez lo grave que han sido tus actos? ¿Te has atrevido a atentar contra tu cuerpo, solo para que esa persona no se valla? ¿Has actuado sin pensar?
Dejé de mirar, mis ojos se nublaron en la oscuridad. Dejé de sostener el abrigo con fuerzas en contra de mi voluntad sobre mi muñeca. Dejé de sentir dolor sobre mi mano, lo único que me proporcionaba dolor era mi pecho.
Dejé de respirar con impaciencia. Dejé de respirar... por segundos
…
— T-E-A-M-O —deletrearon cerca de mi oído—Te amo.
Lo último fue un sollozo.
— ¿Cómo estará?—preguntaron minutos después.
No hubo respuestas ante esa pregunta, o al menos yo no capté una. El silencio estaba presente a mí alrededor. Odio el silencio. Traté de mover mis dedos, pero no los sentía o mejor dicho; no sentía la fuerza para hacerlo. Moví mis labios o trate de hacerlo. Mis ojos fueron la última parte del cuerpo que traté de mover, pero nada.
— ¡Está respirando!—gritaron haciendo que la nube de silencio desapareciera — ¡Está respirando Doctor!—volvió a gritar la misma voz.
Esa voz tan conocida para mí. La melodía para mis oídos.
Quise articular algo, pero de mi boca no salía siquiera un gemido. No me iba a rendir tan fácilmente, yo iba a verlo. Moví mis ojos, traté de mover algo de mi cuerpo pero mierda no lo conseguía. Intente con mi mano, con mis dedos y lentamente concentré mi poca energía en este. Y por fin, pude cantar victoria, este se movió.
—Movió su dedo—dijo Kurt, tomándolo con su mano.
Si podía mover mi dedo, podía mover mis ojos ¿no? Intenté con mis ojos, nuevamente concentré todo lo llamado energía en ellos y lentamente sentí como se separaban para poder ver.
Una horrible luz me cegó por completo y un acto estúpido de cerrarlos produjo aquello. Pero antes de que lo hiciera por completo un grito de alegría fue cautivando mis oídos. Era él, él estaba allí. Él no se ha marchado.
—Blaine—susurró cerca de mi rostro—Aquí estoy, contigo, para siempre ¿lo recuerdas?
Una sonrisa se escapó por mis labios y aquello le hizo saber que recordaba a la perfección. Abrí mis ojos lentamente y lo observé, como siempre tan lindo, tan perfecto. Sonreí y él hizo lo mismo.
—Hola—pude articular con esfuerzo, al menos fue un 'hola' claro.
—Hola—dijo con lágrimas en sus ojos al tiempo que pasaba su mano por mi rostro con suavidad, como si aquello lograra quebrarme.
Miré la habitación de reojo, un hombre calvo, el mismo hombre de siempre se encontraba de pie mirando la escena. ¿Acaso este hospital no tenía otros doctores? El hombre me saludo y sonrió al verme. Apago una máquina y con su mano hizo señas de que se marchaba. Volví mi vista a Kurt y este, de la alegría que demostraba en un principio, hizo un cambio y me miró enfadado, tanto que podía sentir su decepción.
— ¿Por qué lo hiciste?—preguntó molesto y poniendo distancia entre ambos.
—Porque no quiero que te alejes de mí, y si para que te quedes debo estar en peligro, ¡bien! Mira ¡estoy en peligro!—sollocé.
— ¡Debes pensar antes de actuar!—me gritó algo exaltado.
—Lo hice, por eso actué de esa forma—balbuceé
—No, no, no—repetía para sí mismo, mientras llevaba sus manos a su pelo, preocupado—No lo hiciste.
—Kurt—sollocé.
—Yo, ¡mírame!—me exigió—Yo haré todo lo que este a mi alcancé para quedarme a tu lado, haré de todo, hasta lo inalcanzable, seré capaz de vivir en tus sueños, pero quiero vivir en ti... aunque no lo esté—finalizó. Mi corazón explotó pero de alegría. Al menos, yo no era el único que se estaba volviendo loco por amor.
—Y ¿qué sucede si ese todo no nos alcanza?—pregunté derramando lágrimas.
No respondió ya que la puerta se abrió y como de costumbre por ella entraron mis padres con los ojos hinchados, demacrados completamente.
Quizás Kurt tenía razón al decir que actué sin pensar.
—Blaine ¡por dios! ¿En que estabas pensando hijo?—articuló mi padre acariciando el hombro de mi madre de manera dramática.
—Yo, yo—balbuceé ¿Qué se supone que les diría? “Mamá, Papá. Yo quería sufrir para que Kurt no se fuera de mi lado ya que él es un ángel”. ¡Obviamente no podía decirles eso!
—Creo que no es correcto que le haga ese tipo de preguntas Señor Anderson—espetó Kurt, llamando la atención de los dos llorones.
—Kurt—lloró mi madre— ¿Cómo es que estás tan tranquilo?
—Sé que no lo volverá a hacer—murmuró y volteó su vista a mí.
Un aire frío recorrió mi cuerpo, como odiaba este momento.
— ¿Tienes alguna idea de lo mal que me he sentido las últimas horas?—me reclamó mi madre.
—Lo siento, ¿ok? ¡No era mi intención hacerte sentir mal!—respondí de mala manera.
Kurt se acercó a mí. Tomó de mi mano y la entrelazó con la de él.
—Por favor, si van a estar de esta forma frente a Blaine, no tendré otra opción que llamar al doctor encargado de él—susurró Kurt de manera gentil.
Si había algo que amaba de él, era que me protegía de todos hasta de mis padres. Mi madre suspiró intranquila y miró a mi padre quien estaba algo sorprendido con la reacción de Kurt.
—Lo siento, es solo que me da miedo perderte hijo—susurró mi madre y acarició mi cabello. La maraña de cabello que tenía.
—Está bien—murmuré—Sé que cometí un grave error.
Mi padre bufó enfadado y volteó para salir de la habitación. Mi madre asustada lo miró y le siguió el paso. Saliendo ambos del dormitorio. Miré a Kurt, quien se encontraba sentado sobre mi cama. Acarició mi cabello y yo no pude evitar reventar en llanto nuevamente. ¡No quería perderlo!
—Ya no llores—me pidió mientras pegaba sus labios a mi frente—Yo me quedaré junto a ti para siempre.
—Pero...—interrumpí.
—No cariño, no hay peros.
Odiaba cuando Kurt usaba todos sus dones para tranquilizarme. Cerré mis ojos y me deje llevar por la hermosa melodía que salía de su voz. Supongo que después de todo, el realmente se quedaría conmigo para siempre.
Narra Kurt.
Blaine se quedó dormido en mis brazos, amaba cuando ocurría eso. Besé su frente por última vez y salí de la habitación. Saludé al doctor que venía a examinarlo y salí del recinto. El sol iluminaba de manera increíble, no como ayer cuando lo encontré tendido en el pasto húmedo, repleto de sangre. ¡Dios! Si yo tuviera vida, creo sinceramente que la hubiera perdido en el momento que lo vi.
Crucé la entrada del hospital y me dirigí al estacionamiento. Saqué las llaves de mi pantalón y entonces una voz tan familiar para mí hizo que no pudiera seguir con mi recorrido.
— ¿Kurt? —la sorpresa incluida en la voz me preocupaba.
—Finn —era incómodo no saber cómo saludarle después de todo lo ocurrido en su casa.
— ¿Cómo… Cómo has estado? —era evidente que para él tampoco era simple.
—Bien, supongo ¿Qué haces en el hospital? — quise saber.
—Me enteré que Blaine tuvo un accidente y… vine a verlo —mostró una sonrisa de lado tan típica en él.
—Oh—me acerqué un poco a él—Finn, con respecto a lo que pasó en tu casa…
—No te preocupes—me interrumpió—Yo, y todos estábamos algo sensible y reaccionamos de forma inadecuada. Burt se siente muy mal por haberlos echado.
—Yo entiendo sus motivos —le miré afectuosamente.
—Esto… am… Creo que Dios tiene muchas maneras de hacer las cosas, y todas están bien. Tal vez se llevó a mi hermano de una forma horrible, pero te puso en nuestro camino para que jamás dejáramos de recordarle. Quizás eso explique lo mucho que se parecen ustedes dos.
—Tal vez—solté un suspiro, sintiéndome un poco mejor—Bueno, debo irme.
—De acuerdo, nos vemos… hermano—me envolvió en un espontáneo abrazo, el cual yo recibí con agrado.
Luego de indicarle el número de habitación de Blaine y darle un pase de visita, le vi marcharse. Me subí a mi carro para ir a encontrarme con Kate, mi guía de grupo. Conduje de manera rápida hasta un lugar seguro y emprendí vuelo hacía donde siempre. Arriba me encontré con los arcángeles molestos por mi demora. Kate estaba sería, poco común en ella y a su lado estaba Helen.
—Siento la demora—susurré.
— ¡Ay! Siento la demora—se burló Helen imitando mi voz. La fulminé con la mirada.
— ¿Qué?—cuestionó haciéndose la ofendida.
—Ya ¡basta Helen!—gritó Kate—Y tú Kurt—me llamó—Por favor deja de bajar a verlo, recuerda, tú ya no tienes que hacerlo, tú ya no estas capacitado para esta misión.
—No puedo—susurré.
— ¿Por qué no?—preguntó irritada.
—Porque lo amo.
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
sigue sigue tengo favoritos fics y sin duda el tuyo es de mis favoritos, últimamente o desde que entre en este foro no tengo tiempo de comentar y mas el tuyo (la vida me odia) pero bueno puedo decir que el fic es hermoso enserio se que es adaptada lo se, pero enserio la adaptación es hermosa y perfecta, gracias por subirla aquí, gracias de nuevo
sigue sigue.
sigue sigue.
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Perdón por perderme capítulos :(, pero acá estoy :).
¡SEGUÍ! quiero saber que le van a decir a Kurt sobre amar a Blaine.
PD: Odio a Helen.
¡SEGUÍ! quiero saber que le van a decir a Kurt sobre amar a Blaine.
PD: Odio a Helen.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Estuvo genial, ojalá y Kurt pueda estar para siempre no Blaine.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Veinte.
— ¿Cómo lo vas a amar?—gritó, haciendo que todos los que por allí paseaban se detuvieran para observar.
La última vez que un ángel se enamoró de su misión fue echado del 'cielo'.
—Lo amo, lo amo como tú amas a Jorsh. Lo amo como las personas aman respirar, lo amo; porque él es lo único que me hace sentir vivo—exclamé disminuyendo mi voz hasta convertirla en un pequeño susurro.
— ¡Te lo dije!—gritó Helen—te dije que Kurt se había enamorado de ese idiota.
—No le digas así—dije entre dientes.
—Helen ya deja de tratar al chico de esa forma. No debe ser un idiota si Kurt se enamoró de él—murmuró Kate.
—Gracias—susurré.
—Pero Kurt, debes olvidarlo—musitó mi guía.
—No puedo—me quejé.
—Si se puede, yo te puedo ayudar—dijo Helen algo más gentil.
—No, yo no quiero a nadie más que no sea él.
¿Acaso Helen, sabiendo que soy gay, se estaba ofreciendo para ser algo más que mi 'amiga'?
—Kurt—susurró Kate algo piadosa, posó sus manos sobre mis hombros y me miro con pena—Tú decidiste acabar con tú vida, ahora no puedes desear volver a él.
—Cometí un error—dije con una lágrima atrapada en mi garganta.
—Todos hacemos eso, lo siento Kurt, de verdad. Si estuviera en mis manos hacerte volver sabes muy bien que lo haría, pero esto no está a mi juicio.
Kate se marchó junto a Helen, y yo quedé allí de pie en medio de la nada.
Sentía como mi chico me llamaba, lo sentía. Y no comprendía porqué lo seguía sintiendo si se supone que mi misión junto a él había acabado. Bufé y entré a mi cuarto en donde comencé a tararear canciones para que sus llamados se ahogaran con mi voz, pero era imposible, si no lo oían mis oídos, lo oía mi corazón.
Me puse de pie y nuevamente estaba dispuesto a escabullirme para verlo.
Crucé la entrada. Por suerte, no había arcángeles vigilando. Y me lancé. Caí justo en su casa, por suerte él ya estaba en ella. Sentía su calmada respiración. Ingresé a su cuarto y lo vi recostado. Sus llamados eran porqué estaba soñando conmigo.
—Aquí estoy—le susurré al oído.
Se movió un poco dándome espacio para recostarme a su lado.
—Te extrañé ¿Dónde estabas?—consultó algo adormilado.
—Por allí—susurré y con mi brazo rodee su cintura para apegarlo a mí.
Besé sus labios lentamente y él escondió su rostro en mi cuello, sentir la magia de su respiración chocar contra mi piel, era algo que no quería dejar de sentir nunca. Yo no quería que esto acabase.
Narra Blaine.
Abrí mis ojos y me encontré con los de él observándome de manera especial. Como amaba a ese castaño.
—Dormir—susurró—Me gusta dormir porque duermo a tu lado.
Sonreí y besé sus labios. Él era un caso imborrable en mi vida. Me puse de pie lentamente, aún estaba algo delicado.
—Yo te ayudo—susurró y tomó de mi brazo para ayudarme. Siempre teniendo en cuenta el horrible parche que adornaba mi muñeca.
Bajamos las escaleras de mi casa y nos adentramos a la cocina, la cual por suerte estaba vacía. Quizás adonde habían ido mis padres.
—Ayer me fue a visitar Finn —susurré riendo y tomando asiento en la barra de la cocina.
—Lo sé—murmuró colocando dos vasos delante de mí.
— ¿Cómo lo sabes?—le consulté mirando como vertía jugo dentro de los vasos.
—Me topé con él antes de marcharme—me anunció sonriendo. Colocó pan dentro de la tostadora y sacó algunos ingredientes para hacer nuestro desayuno más exquisito.
—Y que tal ¿tuviste problemas con Finn?—le pregunté mordiendo una rebanada de mi pan.
—Él le da su propia interpretación a las cosas—dijo.
— ¿A qué te refieres con eso, Kurt? ¡Acaso Finn lo sabe!—exclamé.
—No te preocupes—susurró—Finn cree que es una forma que utilizó Dios para que él no olvidara a su hermano, y que por eso éramos similares. Finn no sabe que soy un ángel.
— ¿Entonces las cosas están bien entre ustedes?—le pregunté mientras enredaba mi mano sana en su pelo.
— Algo así. Incluso se disculpó por la actitud grosera de mi padre —me sonrió de lado.
Amaba cuando Kurt estaba tan alegre, me ponía de buen ánimo a mí.
—Te amo—susurré y me acerqué para besar sus labios.
—Yo no—dijo mirándome a los ojos—Este sentimiento es demasiado grande como para compararlo con un mísero 'te amo'.
Y luego de aquella frase tan hermosa, sus labios fueron míos y los míos de él. Amaba besar a Kurt, creo que no hay nada mejor en la vida. No existirá nunca nada más bello que el sentir de sus dedos enredándose en los míos. O mejor, sus brazos enrollando mi cuerpo por las noches. Creo que él tiene razón; nuestro sentimiento es más grande que un mísero 'te amo'. Se separó lentamente, solo para darle paso al aire en mis pulmones. Lo miré a los ojos y sonreí.
—Creo que me encanta esto—susurró. Carcajeé y me puse de pie.
—Vamos, que no quiero estar todo el día aquí en la cocina.
— ¿A dónde quieres ir?—preguntó—Recuerda, el doctor dijo...
—Kurt—le interrumpí. Levanto su mirada y sonrió.
— ¿Qué?—preguntó.
—No me importa lo que dijo el doctor, solo quiero pasar tiempo contigo.
Asintió y beso cortamente mis labios.
—Supongo que a mí tampoco me importa lo que dijo el doctor.
Narra Kurt.
Kate me estaba buscando, mierda, Kate me estaba buscando. ¿Qué iba a hacer ahora? Con la idiota de Helen allá arriba, todos mis planes estaban en peligro.
—Blaine, debo marcharme—le informé antes de que lograra entusiasmarse con nuestro día juntos.
— ¿Qué?—exclamó algo alterado.
—Me llaman, debo ir o si no...—vacilé por unos segundos y luego suspiré.
—O si no ¿qué?—preguntó con sus ánimos por el piso.
—O si no dudo que pueda regresar—susurré amargamente. Me miró espantado y tragó saliva de manera sonora.
—Ve—susurró seco contra su voluntad.
—Gracias—musité—Prometo volver para pasar la noche juntos.
—Te estaré esperando—dijo. Asentí y me acerqué a él para besar sus labios. Y decirle por décima vez en el día que lo amaba. Coloqué mis manos sobre sus mejillas y las acaricié, él solo sonrió y luego se acercó para besar mis labios.
Me separé lentamente y volteé sin mirar atrás, saliendo por la ventana. No habían pasado más de sesenta segundos desde que salí de la casa y ya le extrañaba, tanto que podría decir sinceramente que hasta dolía.
Los arcángeles me miraron horrible cuando crucé la puerta de entrada. Murmuraban cosas entre ellos, cosas que no podía captar. Pude divisar a Kate sentada en la única banca blanca del recinto. Estaba leyendo sin expresión en su rostro, y cambiaba hojas como si fuera el catálogo de una revista.
—Pensé que demorarías más—susurró sin elevar su vista.
—Hubiera deseado haber hecho eso—dije lentamente tomando asiento a su lado.
—Hablé con el jefe—me hizo saber al momento en que me acomodé a su lado.
—Si es algo malo no quiero saberlo—anuncié listo para ponerme de pie.
Kate subió su vista del libro y me miró, nuevamente con esa pena que me condenaba.
—Es bueno por un lado y malo por el otro—susurró seca mientras cerraba el libro de un golpe.
—En serio, prefiero no saberlo—volví a anunciar.
—Tienes tres días para despedirte de él, y cada día las horas se te irán quitando... aprovecha el tiempo que te queda.
Fue lo último que dijo y se puso de pie. Camino casi brincando hasta la entrada de nuestras habitaciones. Y yo quedé con problemas ya que aún no podía procesar lo que dijo en mi mente. Miré la hora en mi reloj de muñeca y este marcaba la una de la tarde. Me puse de pie rápidamente y antes de que pudiera dar un paso ella apareció a mi lado y dijo:
—Desde mañana comienzan a contar las horas, hoy tienes las 24 horas del día, mañana tienes 12, luego 6, luego 3 y últimas.
Quise responder algo, reclamar pero ella ya se había ido. ¡Todo era una injusticia! Era increíble cómo hasta el cielo podía llegar a ser mi infierno. Salí casi gritando del lugar y bajé para estar con Blaine en las míseras cuarenta y cinco horas restantes que nos quedaban juntos.
¿Cómo iba a despedirme del amor de mi eternidad en solo cuarenta y cinco horas? Me salté por su ventana y lo vi tomando una siesta, era muy temprano para que estuviera durmiendo entonces lo desperté. No teníamos tiempo para perder. Quería vivir todo lo que no logré hacer y lo quería vivir con él.
—Volví—susurré sobre su oído.
Giró sobre la cama y abrió lentamente los ojos y sonrío.
— ¿Ya es de noche?—preguntó entusiasmado.
—No—respondí sonriendo— ¿Por qué te acostaste tan temprano?—pregunté para dejar de pensar en lo que Kate me dijo.
—Pensé que si me acostaba luego, más rápido llegaría la noche y con ella tú—respondió algo tímido.
Él era la persona más tierna que había conocido. Me recosté a su lado y lo apegué a mi cuerpo.
—Y ¿qué te parece si pasamos el día juntos? Si tú quieres claro—le ofrecí sonriendo.
—Pasaremos todos los días juntos Kurt, sabes que si quiero.
'Todos los días juntos'. Mierda, como me dañaba eso.
—Claro—dije algo forzado. No quería mentir.
Se puso de pie y corrió al baño cerró la puerta y no pasaron segundos cuando la abrió y me miró con esa sonrisa pícara.
—Lo siento, ya te extrañaba.
Carcajeé al oír eso y me puse de pie.
— ¿Qué tanto te duele la muñeca?—le pregunté tomando su brazo entre mis dedos.
—La verdad nada cuando estoy contigo, cuando estoy con mis padres o alguien más no soporto el dolor.
—Genial, porqué hoy pasaras todo el día conmigo.
Me acerque a él y besé su frente. Luego lo deje para que se duchara tranquilo. Pasaban los minutos y Blaine seguía en la ducha. Minutos que estaba perdiendo con él. No es que sea un manipulador o un machista. Es que no quiero perder tiempo.
— ¡Vamos Blaine!—le pedí algo ya urgido—Está bien que tengamos todo el día—bufé, pero no tenemos todo la vida, pensé para luego re traerme y tratar de borrar aquello de mi mente.
— ¡Ya voy tranquilo!—reclamó y la puerta del baño se abrió.
Llevaba puesto un pantalón ajustado de color claro que hacían resaltar su hermosa piel. Su cabello acomodado con fijador, lo cual lo hacía ver mucho más oscuro. Simplemente perfecto.
—Te ves hermoso—dije para luego tocar su nariz con la punta de mi dedo.
—Gracias—dijo luego.
— ¿A dónde quiere ir mi pequeño Blaine?—consulté mientras entrelazaba nuestras manos.
—A dónde me quiera llevar mi príncipe—murmuró y apretó nuestros dedos.
— ¿Cómo lo vas a amar?—gritó, haciendo que todos los que por allí paseaban se detuvieran para observar.
La última vez que un ángel se enamoró de su misión fue echado del 'cielo'.
—Lo amo, lo amo como tú amas a Jorsh. Lo amo como las personas aman respirar, lo amo; porque él es lo único que me hace sentir vivo—exclamé disminuyendo mi voz hasta convertirla en un pequeño susurro.
— ¡Te lo dije!—gritó Helen—te dije que Kurt se había enamorado de ese idiota.
—No le digas así—dije entre dientes.
—Helen ya deja de tratar al chico de esa forma. No debe ser un idiota si Kurt se enamoró de él—murmuró Kate.
—Gracias—susurré.
—Pero Kurt, debes olvidarlo—musitó mi guía.
—No puedo—me quejé.
—Si se puede, yo te puedo ayudar—dijo Helen algo más gentil.
—No, yo no quiero a nadie más que no sea él.
¿Acaso Helen, sabiendo que soy gay, se estaba ofreciendo para ser algo más que mi 'amiga'?
—Kurt—susurró Kate algo piadosa, posó sus manos sobre mis hombros y me miro con pena—Tú decidiste acabar con tú vida, ahora no puedes desear volver a él.
—Cometí un error—dije con una lágrima atrapada en mi garganta.
—Todos hacemos eso, lo siento Kurt, de verdad. Si estuviera en mis manos hacerte volver sabes muy bien que lo haría, pero esto no está a mi juicio.
Kate se marchó junto a Helen, y yo quedé allí de pie en medio de la nada.
Sentía como mi chico me llamaba, lo sentía. Y no comprendía porqué lo seguía sintiendo si se supone que mi misión junto a él había acabado. Bufé y entré a mi cuarto en donde comencé a tararear canciones para que sus llamados se ahogaran con mi voz, pero era imposible, si no lo oían mis oídos, lo oía mi corazón.
Me puse de pie y nuevamente estaba dispuesto a escabullirme para verlo.
Crucé la entrada. Por suerte, no había arcángeles vigilando. Y me lancé. Caí justo en su casa, por suerte él ya estaba en ella. Sentía su calmada respiración. Ingresé a su cuarto y lo vi recostado. Sus llamados eran porqué estaba soñando conmigo.
—Aquí estoy—le susurré al oído.
Se movió un poco dándome espacio para recostarme a su lado.
—Te extrañé ¿Dónde estabas?—consultó algo adormilado.
—Por allí—susurré y con mi brazo rodee su cintura para apegarlo a mí.
Besé sus labios lentamente y él escondió su rostro en mi cuello, sentir la magia de su respiración chocar contra mi piel, era algo que no quería dejar de sentir nunca. Yo no quería que esto acabase.
Narra Blaine.
Abrí mis ojos y me encontré con los de él observándome de manera especial. Como amaba a ese castaño.
—Dormir—susurró—Me gusta dormir porque duermo a tu lado.
Sonreí y besé sus labios. Él era un caso imborrable en mi vida. Me puse de pie lentamente, aún estaba algo delicado.
—Yo te ayudo—susurró y tomó de mi brazo para ayudarme. Siempre teniendo en cuenta el horrible parche que adornaba mi muñeca.
Bajamos las escaleras de mi casa y nos adentramos a la cocina, la cual por suerte estaba vacía. Quizás adonde habían ido mis padres.
—Ayer me fue a visitar Finn —susurré riendo y tomando asiento en la barra de la cocina.
—Lo sé—murmuró colocando dos vasos delante de mí.
— ¿Cómo lo sabes?—le consulté mirando como vertía jugo dentro de los vasos.
—Me topé con él antes de marcharme—me anunció sonriendo. Colocó pan dentro de la tostadora y sacó algunos ingredientes para hacer nuestro desayuno más exquisito.
—Y que tal ¿tuviste problemas con Finn?—le pregunté mordiendo una rebanada de mi pan.
—Él le da su propia interpretación a las cosas—dijo.
— ¿A qué te refieres con eso, Kurt? ¡Acaso Finn lo sabe!—exclamé.
—No te preocupes—susurró—Finn cree que es una forma que utilizó Dios para que él no olvidara a su hermano, y que por eso éramos similares. Finn no sabe que soy un ángel.
— ¿Entonces las cosas están bien entre ustedes?—le pregunté mientras enredaba mi mano sana en su pelo.
— Algo así. Incluso se disculpó por la actitud grosera de mi padre —me sonrió de lado.
Amaba cuando Kurt estaba tan alegre, me ponía de buen ánimo a mí.
—Te amo—susurré y me acerqué para besar sus labios.
—Yo no—dijo mirándome a los ojos—Este sentimiento es demasiado grande como para compararlo con un mísero 'te amo'.
Y luego de aquella frase tan hermosa, sus labios fueron míos y los míos de él. Amaba besar a Kurt, creo que no hay nada mejor en la vida. No existirá nunca nada más bello que el sentir de sus dedos enredándose en los míos. O mejor, sus brazos enrollando mi cuerpo por las noches. Creo que él tiene razón; nuestro sentimiento es más grande que un mísero 'te amo'. Se separó lentamente, solo para darle paso al aire en mis pulmones. Lo miré a los ojos y sonreí.
—Creo que me encanta esto—susurró. Carcajeé y me puse de pie.
—Vamos, que no quiero estar todo el día aquí en la cocina.
— ¿A dónde quieres ir?—preguntó—Recuerda, el doctor dijo...
—Kurt—le interrumpí. Levanto su mirada y sonrió.
— ¿Qué?—preguntó.
—No me importa lo que dijo el doctor, solo quiero pasar tiempo contigo.
Asintió y beso cortamente mis labios.
—Supongo que a mí tampoco me importa lo que dijo el doctor.
Narra Kurt.
Kate me estaba buscando, mierda, Kate me estaba buscando. ¿Qué iba a hacer ahora? Con la idiota de Helen allá arriba, todos mis planes estaban en peligro.
—Blaine, debo marcharme—le informé antes de que lograra entusiasmarse con nuestro día juntos.
— ¿Qué?—exclamó algo alterado.
—Me llaman, debo ir o si no...—vacilé por unos segundos y luego suspiré.
—O si no ¿qué?—preguntó con sus ánimos por el piso.
—O si no dudo que pueda regresar—susurré amargamente. Me miró espantado y tragó saliva de manera sonora.
—Ve—susurró seco contra su voluntad.
—Gracias—musité—Prometo volver para pasar la noche juntos.
—Te estaré esperando—dijo. Asentí y me acerqué a él para besar sus labios. Y decirle por décima vez en el día que lo amaba. Coloqué mis manos sobre sus mejillas y las acaricié, él solo sonrió y luego se acercó para besar mis labios.
Me separé lentamente y volteé sin mirar atrás, saliendo por la ventana. No habían pasado más de sesenta segundos desde que salí de la casa y ya le extrañaba, tanto que podría decir sinceramente que hasta dolía.
Los arcángeles me miraron horrible cuando crucé la puerta de entrada. Murmuraban cosas entre ellos, cosas que no podía captar. Pude divisar a Kate sentada en la única banca blanca del recinto. Estaba leyendo sin expresión en su rostro, y cambiaba hojas como si fuera el catálogo de una revista.
—Pensé que demorarías más—susurró sin elevar su vista.
—Hubiera deseado haber hecho eso—dije lentamente tomando asiento a su lado.
—Hablé con el jefe—me hizo saber al momento en que me acomodé a su lado.
—Si es algo malo no quiero saberlo—anuncié listo para ponerme de pie.
Kate subió su vista del libro y me miró, nuevamente con esa pena que me condenaba.
—Es bueno por un lado y malo por el otro—susurró seca mientras cerraba el libro de un golpe.
—En serio, prefiero no saberlo—volví a anunciar.
—Tienes tres días para despedirte de él, y cada día las horas se te irán quitando... aprovecha el tiempo que te queda.
Fue lo último que dijo y se puso de pie. Camino casi brincando hasta la entrada de nuestras habitaciones. Y yo quedé con problemas ya que aún no podía procesar lo que dijo en mi mente. Miré la hora en mi reloj de muñeca y este marcaba la una de la tarde. Me puse de pie rápidamente y antes de que pudiera dar un paso ella apareció a mi lado y dijo:
—Desde mañana comienzan a contar las horas, hoy tienes las 24 horas del día, mañana tienes 12, luego 6, luego 3 y últimas.
Quise responder algo, reclamar pero ella ya se había ido. ¡Todo era una injusticia! Era increíble cómo hasta el cielo podía llegar a ser mi infierno. Salí casi gritando del lugar y bajé para estar con Blaine en las míseras cuarenta y cinco horas restantes que nos quedaban juntos.
¿Cómo iba a despedirme del amor de mi eternidad en solo cuarenta y cinco horas? Me salté por su ventana y lo vi tomando una siesta, era muy temprano para que estuviera durmiendo entonces lo desperté. No teníamos tiempo para perder. Quería vivir todo lo que no logré hacer y lo quería vivir con él.
—Volví—susurré sobre su oído.
Giró sobre la cama y abrió lentamente los ojos y sonrío.
— ¿Ya es de noche?—preguntó entusiasmado.
—No—respondí sonriendo— ¿Por qué te acostaste tan temprano?—pregunté para dejar de pensar en lo que Kate me dijo.
—Pensé que si me acostaba luego, más rápido llegaría la noche y con ella tú—respondió algo tímido.
Él era la persona más tierna que había conocido. Me recosté a su lado y lo apegué a mi cuerpo.
—Y ¿qué te parece si pasamos el día juntos? Si tú quieres claro—le ofrecí sonriendo.
—Pasaremos todos los días juntos Kurt, sabes que si quiero.
'Todos los días juntos'. Mierda, como me dañaba eso.
—Claro—dije algo forzado. No quería mentir.
Se puso de pie y corrió al baño cerró la puerta y no pasaron segundos cuando la abrió y me miró con esa sonrisa pícara.
—Lo siento, ya te extrañaba.
Carcajeé al oír eso y me puse de pie.
— ¿Qué tanto te duele la muñeca?—le pregunté tomando su brazo entre mis dedos.
—La verdad nada cuando estoy contigo, cuando estoy con mis padres o alguien más no soporto el dolor.
—Genial, porqué hoy pasaras todo el día conmigo.
Me acerque a él y besé su frente. Luego lo deje para que se duchara tranquilo. Pasaban los minutos y Blaine seguía en la ducha. Minutos que estaba perdiendo con él. No es que sea un manipulador o un machista. Es que no quiero perder tiempo.
— ¡Vamos Blaine!—le pedí algo ya urgido—Está bien que tengamos todo el día—bufé, pero no tenemos todo la vida, pensé para luego re traerme y tratar de borrar aquello de mi mente.
— ¡Ya voy tranquilo!—reclamó y la puerta del baño se abrió.
Llevaba puesto un pantalón ajustado de color claro que hacían resaltar su hermosa piel. Su cabello acomodado con fijador, lo cual lo hacía ver mucho más oscuro. Simplemente perfecto.
—Te ves hermoso—dije para luego tocar su nariz con la punta de mi dedo.
—Gracias—dijo luego.
— ¿A dónde quiere ir mi pequeño Blaine?—consulté mientras entrelazaba nuestras manos.
—A dónde me quiera llevar mi príncipe—murmuró y apretó nuestros dedos.
Última edición por miirna el Jue Sep 12, 2013 11:27 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
No puede ser que sólo tenga 45 horas para estar con Blaine, ojalá y suceda un milagro y puedan estar juntos para siempre.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Veintiuno.
Esta vez no quería andar en auto, quería recorrer Ohio junto a él a pie.
—Vayamos a la playa—propuso.
Muy lejos, pensé. Negué con la cabeza.
—Y ¿si vamos a nuestro prado?—consulté esperanzado, al menos estaba más cerca.
—Claro—susurró.
Entrelacé su mano con la mía y traté de parecer normal aunque sabía que no lo lograría.
[Narra Kurt]
¡Nuestro prado!... Me encantaba cuando todo lo relacionaba a ambos. Nuestro amor, nuestro prado, nuestra vida.
—Y ¿ahora?—pregunté al verlo pensativo.
— ¿Qué te gusta más?—dijo sonriendo y tomando mis manos para que pudiera bajar el tronco que tapaba la entrada a nuestro prado.
— ¿Ah?
Me miró y luego sonrió nervioso.
—Me refiero a si me prefieres junto a ti por las noches o por el día—me explicó.
Me regaló una de esas miradas tan encantadoras y besó mi mejilla.
—Mmm...—pensé por unos segundos. ¡Me gustaban las dos cosas! Mientras más tiempo pasase con él mucho mejor— ¿Por qué?—cuestioné.
Nuevamente entrelazó nuestras manos para que camináramos hasta el lago hermoso que nos regalaba la naturaleza.
—Porque mañana debo hacer algo y Kate me dio doce horas para estar contigo—susurró algo nervioso.
Procesé la información en mi mente. ¿Doce? Muy poco, estaría doce horas muerto sin él.
— ¿Quién es Kate?—pregunté mientras metía mi mano dentro de la cálida agua del lago.
— ¿Jamás te hablé de ella?—preguntó sorprendido y mirándome fijamente.
—No que lo recuerde—dije, quizás lo hizo, quizás cuando lo hizo me distraje con sus ojos.
—Kate es la mandamás de mi grupo—anunció introduciendo su mano en el agua y haciendo como si nadase por esta hasta juntarla con la mía y así mantenerlas unidas, aunque la leve corriente del lago no quisiera eso. Si fue tan fácil juntar nuestras manos bajo el agua ¿Por qué es tan difícil juntar nuestro amor en el aire?
—Grupo—susurré—No sabía que los ángeles se dividían por grupo.
—Así es, yo soy del grupo 'D'... Somos especiales porque nos suicidamos, Kate era psicóloga antes de morir, entonces el jefe creyó que era lo mejor para ese grupo... Ella lidera nuestra hora de salida hasta nuestra hora de entrada...
Y así pasó la tarde, hablamos de todo lo que queríamos... de lo lindo, de lo feo. Nos divertimos y nos aburrimos mirando las hojas caer. Jugamos con nuestras manos, moldeamos nuestros cuerpos de maneras divertidas.
Traté de morder el lóbulo de su oreja y él trató de mojarme con el agua. Fue lo más genial... pero llegó la noche y con ella la hora de regresar a casa. Por suerte Kurt dijo que estaría conmigo toda la noche. Pero que antes debía decidir que me gustaba más, si la noche o el día.
— ¡Llegué!—grité cuando entré en la casa.
Mi madre asomo su rostro desde la cocina y se acercó a mí de manera extraña, corriendo en puntillas y con una mezcla extraña de sentimientos dibujados en su rostro.
—Hay alguien esperando por ti—espetó y volteó sigilosamente hacia la cocina.
— ¿Quién?—consulté y miré hacia la cocina.
—Es un pequeño—dijo y luego sacudió su cabeza—No, tendrá ¿tu edad?
No tenía el genio ni el tiempo para acertijos. Mañana estaría doce horas sin mi chico, doce horas muerto, doce horas tratando de respirar yo solo. Caminé hacia la cocina y mi madre me siguió en puntillas. Empujé la puerta de manera rápida y le vi sentado. Subió su rostro al verme y sonrió.
—Disculpa, ¿te conozco?—pregunté al tiempo que miraba hacia atrás y veía como mi madre desaparecía.
—Un placer, ¿mi nombre? Craig. ¿Me conoces? Lo dudo.
Comencé a llamar a Kurt con la mente, algo en él no me gustaba.
—Supongo que también es un placer—dije y estreché la mano que él había estirado.
Al hacer contacto con su piel, ese sentimiento de reconocer lo que tocas, de reconocer la temperatura de piel. Un sentimiento extraño, ese sentimiento que siento cuando solo Kurt esta junto a mí se hizo presente. El sonido de la puerta abrirse hizo que nuestras manos perdieran el contacto. Volteé agradecido. Era imposible no reconocer ese olor. Sonrió al verme y luego su expresión cambio al ver a Craig. Al extraño Craig.
— ¿Kate te mando?—cuestionó mi ángel.
—Si lo hizo o no ¡qué más da!
Al momento en que Kurt nombró a Kate supe que Craig era un ángel.
—Adiós—dijo Kurt elevando su mano en gesto de despedida.
— ¿Ya se lo explicaste?—preguntó Craig de manera irónica y elevó una ceja.
Kurt rugió, pude sentirlo y oírlo. Entonces los miré pero Kurt hizo un movimiento algo extraño, tan rápido que no pudo ser captado por mi estúpida vista. Y ya no estaba más frente a mí... ninguno de los dos. Ni siquiera el olor seguía en el aire. Nada. Di media vuelta... Kurt prometió pasar tiempo conmigo, lo debía cumplir. Subí las escaleras rápidamente y me cambié de ropa, coloqué mi pijama y me escabullí entre las sabanas.
[Narra Kurt]
¡Malditos arcángeles! Como odiaba que me odiasen. Como odiaba tener solo treinta y tres horas para despedirme de él. ¡¿Cómo iba a lograr alejarme?!Miré a Craig quien no dejaba de sonreír.
— ¡Vamos Kurt, solo estaba bromeando!—dijo riendo y canalizando el vuelo para retirarse.
—Escúchame bien—dije tomando de su camiseta y haciendo que tocara el suelo a la fuerza—Vuelves otra vez a tratar de hablar con mi chico y te arrepentirás por el resto de existencia que te queda ¿oíste?
Este asintió y luego lo dejé ir. Pobre imbécil. Subí por la ventana y crucé su habitación. Él ya dormía y no quería que lo hiciera. Hundí mi rostro en su cuello para tratar de despertarlo y él sólo suspiró para luego tomar mi pelo con delicadeza y arrastrarme lentamente hasta sus labios. Delicamente me posicioné sobre su cuerpo y besé aquellos labios, mi propia droga.
—Me gusta más la noche—susurró y luego soltó una sonrisita. Carcajee.
—Entonces mañana estaré junto a ti toda la noche.
— ¿Lo prometes?—consultó.
—Lo prometo.
Nos quedamos dormidos de forma inmediata. Él abrazado a mí. No podía creer lo poco y nada que nos quedaba juntos. Miré mi reloj de muñeca, me puse de pie. Ya solo faltaba un minuto para que las veinticuatro horas con él acabaran. Gimió al momento de no sentirme cerca. Era increíble cómo se había acostumbrado a mí y cómo me iba a doler dejarlo. Fruncí el entrecejo y me acerqué a él para solo besar sus labios antes de alejarme por doce horas. Una eternidad.
—Volveré en doce horas más—espeté con delicadeza sobre su rostro.
—No te alejes—susurró adormilado.
Me partía el corazón oírlo decir eso. Pero quería pasar tiempo con él y si quería eso debía irme. Miré mi reloj y ya eran las veinticuatro, besé por última vez sus labios y partí...
[Narra Blaine]
Desperté dando un salto sobre la cama. Mis manos sobre mi pecho... mi mente no estaba en mi cuerpo. ¿Mi corazón estaba junto a mí? Asustado inhalaba y exhalaba tratando de calmar mi respiración y darme un tiempo para oír si mi corazón latía dentro. La puerta se abrió de golpe y otro salto de espanto se apoderó de mí. Mi madre, quien abrió la puerta, me miró extrañada y sonrió.
— ¿Qué ocurre?—preguntó mientras se acomodaba a mi lado.
—No siento—susurré casi sin voz.
—Hijo, ¿Qué no sientes?—cuestionó pasando su mano por mi cabello.
—Esto—le indiqué mientras con mi mano apretaba mi pecho.
— ¿Tú pecho?—dijo sonriendo—Mi niño, ¿Por qué no tomas una ducha?
Le mire espantado. ¿Por qué no se daba cuenta? Me puse de pie a duras penas e ingrese a la ducha. Fue rápido y preciso. Salí y tomé lo primero que hallé en el closet luego bajé y tomé asiento en la cocina junto a mi familia. Ni siquiera tenía hambre, todo por la culpa de él. Pensaba en el día que me tocaba vivir y un nudo en mi garganta se creaba impidiendo el paso de hasta mi saliva.
—Es mejor que comas—murmuró mi padre con ese tono de autoridad.
—No puedo—me quejé. Mi madre me miró de reojo y luego desvió su vista a mi padre—Lo siento—dije y me puse de pie.
Corrí escaleras arriba hasta llegar a mi cuarto. Quité la ropa que me había puesto y coloqué mi pijama. Apagué las luces y cerré las cortinas. Coloqué presión en mi puerta para que nadie pudiese pasar y dejé la ventana junta para que él pudiera hacerlo cuando la noche cayera. Alejé las torpes lágrimas que cayeron por mis mejillas y abrí las sábanas para recostarme lo más pronto posible. Coloqué la cabeza sobre la almohada y tapé hasta el último mechón de mi cabello con las sábanas. Susurraba su nombre, no paraba de hacerlo. Pensaba en sus ojos, en sus labios... en él. Pero aun así no aparecía. ¡Es que ya me estaba volviendo loco! ¡Es que ya me costaba respirar por mí solo! ¡Es que este amor me estaba devorando de a poco! ¡¿Es que este chico se estaba convirtiendo en más que mi todo?!
[Narra Kurt]
Mire la hora desesperadamente y esta marcaba las dos de la tarde. ¡Mierda! ¿Cómo se suponía que debía hacerlo? ¿Esperar hasta las doce de la madrugada? Me faltaban diez horas, diez dolorosas horas. Golpeé mi mesa de noche con rabia, más pena que rabia. La puerta se abrió de golpe y no tuve que voltear para saber de quien venía aquella tan 'inesperada' visita.
— ¡¿Qué mierda?!—Grité volteando mi cuerpo con furia solo para observarlos a la cara al trío de imbéciles— ¡¿Qué no puedo estar en mi cuarto solo?!
Kate sacudió la cabeza y se acercó a mí.
—Kurt—susurró.
La observé y luego mi mirada se desvió hacia Helen y Craig quienes miraban la escena como si fuese la de una película.
—No me digas que esto es por mi bien—le pedí calmando mi respiración.
— ¡Pero lo es!—exclamó.
— ¡No!—vociferé—No, no lo es. Estar bien es estar feliz y yo me siento morir otra vez.
Kate se puso de pie y estiró su mano para que yo también lo hiciera. Y aunque no quería lo terminé haciendo. Salimos de mi habitación y le pidió de forma amable a Craig y a Helen que no nos siguieran. El portón que separa el territorio de los ángeles y de las almas estaba abierto. Una luz cegante provenía de allí y Kate solo tomó de mi mano con fuerzas.
—Kurt—dijo mientras giraba mi rostro para que la mirara a los ojos.
— ¿Qué hacemos?—le pregunté sin comprender por qué estábamos allí.
—Mañana, a las tres de la tarde, el jefe te dio una oportunidad—me explicó—Mañana entraras allí para buscar tu cuerpo.
Me sentí vivo con solo dos palabras. Pero luego descubrí el mensaje oculto de aquello.
—Ese es el territorio de las almas, ¿mi cuerpo que hace allí?—le consulté algo asustado.
— ¿Recuerdas la rara conexión tuya y de tú chico?—preguntó sonriendo. Asentí y sonreí emocionado—Bueno, el destino para ustedes si existía, estaba escrito. Todo el universo se había puesto de acuerdo para que ustedes estuvieran juntos. Kurt, estas no son cosas que pasan, esto es el destino, esto es algo que debía pasar, pero no fue así. Y no por una imprudencia de tu parte el mundo va a cambiar su ideología sobre ambos. Al contrario, el lazo se hace más fuerte haciendo que el amor que de ustedes nacería ya existiese antes de sus existencias. Y tu cuerpo está allí dentro, porque eso es lo que te tiene conectado con ella. Sus cuerpos son como imanes, deben estar juntos y sus almas son una sola, deben depender de ellas. Comprendía cada palabra como si ya me las hubiesen explicado, como si solo me estuvieran haciendo un recordatorio de todo.
—Y ¿Me dieron la posibilidad de buscar mi cuerpo entre los millones y millones de almas?—pregunté.
—Exacto—susurró.
Me senté en la única banca blanca del lugar. Miraba hacia dentro del recinto y podía apreciar como lucecitas se movían de forma divertida dentro. No podía dejar de observar mi reloj de muñeca cada cinco minutos. Y cada vez el tiempo avanzaba de forma rápida.
[Narra Blaine]
Ya me sentía morir. No podía respirar como corresponde, estuve todo el día acostado deseando que el tiempo pasase de manera rápida, pero se me estaba haciendo una eternidad. Había decidido dejar de ver la hora cuando el reloj marcaba las tres. Desde ese momento deje de tener noción del tiempo. Con dificultad trataba de dejar de pensar en otra cosa que no fuese él. Pero hacer algo como eso es como lograr decir que no lo amo. Sentí el pequeño rose de algo con la ventana. Miré esta y me puse de pie al reconocer la figura que se dibujaba tras las cortinas. Lo observé con lágrimas en mis ojos. Ya estaba con él nuevamente. Las cortinas se expandieron y lo vi entrar. Su pelo castaño fue lo primero en hacerme sentir vivo. Y entonces, antes de que él lograra estabilizar sus pies sobre mi habitación, yo ya colgaba de su cuello y sollozaba de alegría porque nuevamente me encontraba con la droga que me hacía sentir adicto.
Tan sólo queda un capítulo más, que es el FINAL. Así es, esta historia llega a su fin. Gracias a todas por comentar siempre
Esta vez no quería andar en auto, quería recorrer Ohio junto a él a pie.
—Vayamos a la playa—propuso.
Muy lejos, pensé. Negué con la cabeza.
—Y ¿si vamos a nuestro prado?—consulté esperanzado, al menos estaba más cerca.
—Claro—susurró.
Entrelacé su mano con la mía y traté de parecer normal aunque sabía que no lo lograría.
[Narra Kurt]
¡Nuestro prado!... Me encantaba cuando todo lo relacionaba a ambos. Nuestro amor, nuestro prado, nuestra vida.
—Y ¿ahora?—pregunté al verlo pensativo.
— ¿Qué te gusta más?—dijo sonriendo y tomando mis manos para que pudiera bajar el tronco que tapaba la entrada a nuestro prado.
— ¿Ah?
Me miró y luego sonrió nervioso.
—Me refiero a si me prefieres junto a ti por las noches o por el día—me explicó.
Me regaló una de esas miradas tan encantadoras y besó mi mejilla.
—Mmm...—pensé por unos segundos. ¡Me gustaban las dos cosas! Mientras más tiempo pasase con él mucho mejor— ¿Por qué?—cuestioné.
Nuevamente entrelazó nuestras manos para que camináramos hasta el lago hermoso que nos regalaba la naturaleza.
—Porque mañana debo hacer algo y Kate me dio doce horas para estar contigo—susurró algo nervioso.
Procesé la información en mi mente. ¿Doce? Muy poco, estaría doce horas muerto sin él.
— ¿Quién es Kate?—pregunté mientras metía mi mano dentro de la cálida agua del lago.
— ¿Jamás te hablé de ella?—preguntó sorprendido y mirándome fijamente.
—No que lo recuerde—dije, quizás lo hizo, quizás cuando lo hizo me distraje con sus ojos.
—Kate es la mandamás de mi grupo—anunció introduciendo su mano en el agua y haciendo como si nadase por esta hasta juntarla con la mía y así mantenerlas unidas, aunque la leve corriente del lago no quisiera eso. Si fue tan fácil juntar nuestras manos bajo el agua ¿Por qué es tan difícil juntar nuestro amor en el aire?
—Grupo—susurré—No sabía que los ángeles se dividían por grupo.
—Así es, yo soy del grupo 'D'... Somos especiales porque nos suicidamos, Kate era psicóloga antes de morir, entonces el jefe creyó que era lo mejor para ese grupo... Ella lidera nuestra hora de salida hasta nuestra hora de entrada...
Y así pasó la tarde, hablamos de todo lo que queríamos... de lo lindo, de lo feo. Nos divertimos y nos aburrimos mirando las hojas caer. Jugamos con nuestras manos, moldeamos nuestros cuerpos de maneras divertidas.
Traté de morder el lóbulo de su oreja y él trató de mojarme con el agua. Fue lo más genial... pero llegó la noche y con ella la hora de regresar a casa. Por suerte Kurt dijo que estaría conmigo toda la noche. Pero que antes debía decidir que me gustaba más, si la noche o el día.
— ¡Llegué!—grité cuando entré en la casa.
Mi madre asomo su rostro desde la cocina y se acercó a mí de manera extraña, corriendo en puntillas y con una mezcla extraña de sentimientos dibujados en su rostro.
—Hay alguien esperando por ti—espetó y volteó sigilosamente hacia la cocina.
— ¿Quién?—consulté y miré hacia la cocina.
—Es un pequeño—dijo y luego sacudió su cabeza—No, tendrá ¿tu edad?
No tenía el genio ni el tiempo para acertijos. Mañana estaría doce horas sin mi chico, doce horas muerto, doce horas tratando de respirar yo solo. Caminé hacia la cocina y mi madre me siguió en puntillas. Empujé la puerta de manera rápida y le vi sentado. Subió su rostro al verme y sonrió.
—Disculpa, ¿te conozco?—pregunté al tiempo que miraba hacia atrás y veía como mi madre desaparecía.
—Un placer, ¿mi nombre? Craig. ¿Me conoces? Lo dudo.
Comencé a llamar a Kurt con la mente, algo en él no me gustaba.
—Supongo que también es un placer—dije y estreché la mano que él había estirado.
Al hacer contacto con su piel, ese sentimiento de reconocer lo que tocas, de reconocer la temperatura de piel. Un sentimiento extraño, ese sentimiento que siento cuando solo Kurt esta junto a mí se hizo presente. El sonido de la puerta abrirse hizo que nuestras manos perdieran el contacto. Volteé agradecido. Era imposible no reconocer ese olor. Sonrió al verme y luego su expresión cambio al ver a Craig. Al extraño Craig.
— ¿Kate te mando?—cuestionó mi ángel.
—Si lo hizo o no ¡qué más da!
Al momento en que Kurt nombró a Kate supe que Craig era un ángel.
—Adiós—dijo Kurt elevando su mano en gesto de despedida.
— ¿Ya se lo explicaste?—preguntó Craig de manera irónica y elevó una ceja.
Kurt rugió, pude sentirlo y oírlo. Entonces los miré pero Kurt hizo un movimiento algo extraño, tan rápido que no pudo ser captado por mi estúpida vista. Y ya no estaba más frente a mí... ninguno de los dos. Ni siquiera el olor seguía en el aire. Nada. Di media vuelta... Kurt prometió pasar tiempo conmigo, lo debía cumplir. Subí las escaleras rápidamente y me cambié de ropa, coloqué mi pijama y me escabullí entre las sabanas.
[Narra Kurt]
¡Malditos arcángeles! Como odiaba que me odiasen. Como odiaba tener solo treinta y tres horas para despedirme de él. ¡¿Cómo iba a lograr alejarme?!Miré a Craig quien no dejaba de sonreír.
— ¡Vamos Kurt, solo estaba bromeando!—dijo riendo y canalizando el vuelo para retirarse.
—Escúchame bien—dije tomando de su camiseta y haciendo que tocara el suelo a la fuerza—Vuelves otra vez a tratar de hablar con mi chico y te arrepentirás por el resto de existencia que te queda ¿oíste?
Este asintió y luego lo dejé ir. Pobre imbécil. Subí por la ventana y crucé su habitación. Él ya dormía y no quería que lo hiciera. Hundí mi rostro en su cuello para tratar de despertarlo y él sólo suspiró para luego tomar mi pelo con delicadeza y arrastrarme lentamente hasta sus labios. Delicamente me posicioné sobre su cuerpo y besé aquellos labios, mi propia droga.
—Me gusta más la noche—susurró y luego soltó una sonrisita. Carcajee.
—Entonces mañana estaré junto a ti toda la noche.
— ¿Lo prometes?—consultó.
—Lo prometo.
Nos quedamos dormidos de forma inmediata. Él abrazado a mí. No podía creer lo poco y nada que nos quedaba juntos. Miré mi reloj de muñeca, me puse de pie. Ya solo faltaba un minuto para que las veinticuatro horas con él acabaran. Gimió al momento de no sentirme cerca. Era increíble cómo se había acostumbrado a mí y cómo me iba a doler dejarlo. Fruncí el entrecejo y me acerqué a él para solo besar sus labios antes de alejarme por doce horas. Una eternidad.
—Volveré en doce horas más—espeté con delicadeza sobre su rostro.
—No te alejes—susurró adormilado.
Me partía el corazón oírlo decir eso. Pero quería pasar tiempo con él y si quería eso debía irme. Miré mi reloj y ya eran las veinticuatro, besé por última vez sus labios y partí...
[Narra Blaine]
Desperté dando un salto sobre la cama. Mis manos sobre mi pecho... mi mente no estaba en mi cuerpo. ¿Mi corazón estaba junto a mí? Asustado inhalaba y exhalaba tratando de calmar mi respiración y darme un tiempo para oír si mi corazón latía dentro. La puerta se abrió de golpe y otro salto de espanto se apoderó de mí. Mi madre, quien abrió la puerta, me miró extrañada y sonrió.
— ¿Qué ocurre?—preguntó mientras se acomodaba a mi lado.
—No siento—susurré casi sin voz.
—Hijo, ¿Qué no sientes?—cuestionó pasando su mano por mi cabello.
—Esto—le indiqué mientras con mi mano apretaba mi pecho.
— ¿Tú pecho?—dijo sonriendo—Mi niño, ¿Por qué no tomas una ducha?
Le mire espantado. ¿Por qué no se daba cuenta? Me puse de pie a duras penas e ingrese a la ducha. Fue rápido y preciso. Salí y tomé lo primero que hallé en el closet luego bajé y tomé asiento en la cocina junto a mi familia. Ni siquiera tenía hambre, todo por la culpa de él. Pensaba en el día que me tocaba vivir y un nudo en mi garganta se creaba impidiendo el paso de hasta mi saliva.
—Es mejor que comas—murmuró mi padre con ese tono de autoridad.
—No puedo—me quejé. Mi madre me miró de reojo y luego desvió su vista a mi padre—Lo siento—dije y me puse de pie.
Corrí escaleras arriba hasta llegar a mi cuarto. Quité la ropa que me había puesto y coloqué mi pijama. Apagué las luces y cerré las cortinas. Coloqué presión en mi puerta para que nadie pudiese pasar y dejé la ventana junta para que él pudiera hacerlo cuando la noche cayera. Alejé las torpes lágrimas que cayeron por mis mejillas y abrí las sábanas para recostarme lo más pronto posible. Coloqué la cabeza sobre la almohada y tapé hasta el último mechón de mi cabello con las sábanas. Susurraba su nombre, no paraba de hacerlo. Pensaba en sus ojos, en sus labios... en él. Pero aun así no aparecía. ¡Es que ya me estaba volviendo loco! ¡Es que ya me costaba respirar por mí solo! ¡Es que este amor me estaba devorando de a poco! ¡¿Es que este chico se estaba convirtiendo en más que mi todo?!
[Narra Kurt]
Mire la hora desesperadamente y esta marcaba las dos de la tarde. ¡Mierda! ¿Cómo se suponía que debía hacerlo? ¿Esperar hasta las doce de la madrugada? Me faltaban diez horas, diez dolorosas horas. Golpeé mi mesa de noche con rabia, más pena que rabia. La puerta se abrió de golpe y no tuve que voltear para saber de quien venía aquella tan 'inesperada' visita.
— ¡¿Qué mierda?!—Grité volteando mi cuerpo con furia solo para observarlos a la cara al trío de imbéciles— ¡¿Qué no puedo estar en mi cuarto solo?!
Kate sacudió la cabeza y se acercó a mí.
—Kurt—susurró.
La observé y luego mi mirada se desvió hacia Helen y Craig quienes miraban la escena como si fuese la de una película.
—No me digas que esto es por mi bien—le pedí calmando mi respiración.
— ¡Pero lo es!—exclamó.
— ¡No!—vociferé—No, no lo es. Estar bien es estar feliz y yo me siento morir otra vez.
Kate se puso de pie y estiró su mano para que yo también lo hiciera. Y aunque no quería lo terminé haciendo. Salimos de mi habitación y le pidió de forma amable a Craig y a Helen que no nos siguieran. El portón que separa el territorio de los ángeles y de las almas estaba abierto. Una luz cegante provenía de allí y Kate solo tomó de mi mano con fuerzas.
—Kurt—dijo mientras giraba mi rostro para que la mirara a los ojos.
— ¿Qué hacemos?—le pregunté sin comprender por qué estábamos allí.
—Mañana, a las tres de la tarde, el jefe te dio una oportunidad—me explicó—Mañana entraras allí para buscar tu cuerpo.
Me sentí vivo con solo dos palabras. Pero luego descubrí el mensaje oculto de aquello.
—Ese es el territorio de las almas, ¿mi cuerpo que hace allí?—le consulté algo asustado.
— ¿Recuerdas la rara conexión tuya y de tú chico?—preguntó sonriendo. Asentí y sonreí emocionado—Bueno, el destino para ustedes si existía, estaba escrito. Todo el universo se había puesto de acuerdo para que ustedes estuvieran juntos. Kurt, estas no son cosas que pasan, esto es el destino, esto es algo que debía pasar, pero no fue así. Y no por una imprudencia de tu parte el mundo va a cambiar su ideología sobre ambos. Al contrario, el lazo se hace más fuerte haciendo que el amor que de ustedes nacería ya existiese antes de sus existencias. Y tu cuerpo está allí dentro, porque eso es lo que te tiene conectado con ella. Sus cuerpos son como imanes, deben estar juntos y sus almas son una sola, deben depender de ellas. Comprendía cada palabra como si ya me las hubiesen explicado, como si solo me estuvieran haciendo un recordatorio de todo.
—Y ¿Me dieron la posibilidad de buscar mi cuerpo entre los millones y millones de almas?—pregunté.
—Exacto—susurró.
Me senté en la única banca blanca del lugar. Miraba hacia dentro del recinto y podía apreciar como lucecitas se movían de forma divertida dentro. No podía dejar de observar mi reloj de muñeca cada cinco minutos. Y cada vez el tiempo avanzaba de forma rápida.
[Narra Blaine]
Ya me sentía morir. No podía respirar como corresponde, estuve todo el día acostado deseando que el tiempo pasase de manera rápida, pero se me estaba haciendo una eternidad. Había decidido dejar de ver la hora cuando el reloj marcaba las tres. Desde ese momento deje de tener noción del tiempo. Con dificultad trataba de dejar de pensar en otra cosa que no fuese él. Pero hacer algo como eso es como lograr decir que no lo amo. Sentí el pequeño rose de algo con la ventana. Miré esta y me puse de pie al reconocer la figura que se dibujaba tras las cortinas. Lo observé con lágrimas en mis ojos. Ya estaba con él nuevamente. Las cortinas se expandieron y lo vi entrar. Su pelo castaño fue lo primero en hacerme sentir vivo. Y entonces, antes de que él lograra estabilizar sus pies sobre mi habitación, yo ya colgaba de su cuello y sollozaba de alegría porque nuevamente me encontraba con la droga que me hacía sentir adicto.
Tan sólo queda un capítulo más, que es el FINAL. Así es, esta historia llega a su fin. Gracias a todas por comentar siempre
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Aaaaaah me arrepiento de no estar mucho tiempo
ya llega a su fin...*solloza tirada en el piso*
bueno ni modo por lo menos vivirán felices por siempre
ame el fic.
ya llega a su fin...*solloza tirada en el piso*
bueno ni modo por lo menos vivirán felices por siempre
ame el fic.
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Un capítulo tan lindo y tierno, actualiza pronto, por favor .
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
¡Dios mío! Perdón por no comentar antes, había perdido el link. ¡No puedo creerlo! Ojalá Kurt encuentre su alma, ¡Seguila!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Capítulo Veintidós “Final”.
—Tranquilo, ya estoy acá—susurró mientras acariciaba mi espalda.
—No vuelvas a dejarme—le pedí con un nudo en mi garganta.
—Ok—fue lo único que respondió y luego acarició mi mejilla con la yema de sus dedos.
Junté sus labios con los míos. ¿Cómo es que logré sobrevivir doce horas sin él?
—Te amo, te extrañé y me sentí como en el infierno hoy—susurré mientras jalaba de su mano para que se recostara junto a mí.
—Lo siento—se disculpó.
Me tapó lentamente con las sábanas y besó mi frente de la manera más tierna. Me acurruqué a su lado, él cruzó uno de sus brazos alrededor de mi cintura, dando los más cálidos masajes sobre ella. Mis ojos se comenzaron a cerrar y no sabía porque... estuve toda la tarde durmiendo, tratando de que la noche cayera de manera rápida solo para verlo y ahora que lo tengo a mi lado solo quiero dormir en sus brazos. No comprendo, de seguro Kurt estaba haciendo algo para que yo me quedara dormido. Y sin previo aviso terminé cerrando mis ojos y me volví víctima de sus brazos.
Me desperté de un salto y giré mi cuerpo para ver si estaba a mi lado y... no. Salté de la cama y quité rastros de esta de mi rostro. Miré alrededor de mi habitación pero nada de él, nada. Abrí la puerta del baño y miré adentro lo busqué hasta por detrás de las cortinas que separaban la tina del resto. Un nudo se creó en mi garganta y no sabía porque... quizás él estaba con mi madre desayunando.
Corrí escaleras abajo y busqué por el comedor, aunque fue inútil. Luego corrí hacía la cocina en donde no había nadie. Abrí la puerta de la calle y no me importó andar con pijama. Corrí hasta el auto de mi papá solo para ver si él estaba dentro, pero nuevamente fue un intento fallido. Mi corazón se apretujó.
Entré a la casa y tomé el teléfono móvil... marqué el número de mamá en un segundo y esperé para que contestaran al otro lado de la línea. El pito sonaba y sonaba... luego me pareció oír un timbre a lo lejos, con el teléfono en la mano comencé a caminar y divise sobre el televisor del comedor el celular de mi madre marcando y marcando.
— ¿Para qué lo tienen?—grité enfadado.
Lancé el teléfono que sostenía en mi mano al suelo y corrí escaleras arriba.
Me cambié de ropa de la manera más rápida... jamás pensé que lograría algo como eso, y tomé las llaves del auto de mi padre para salir a buscar a Kurt... aunque él ya hubiese estado a mi lado ante tanto llamado que mi mente hacía.
(Pon esta canción mientras lees)
Arranqué sin tomarle importancia a las flores de mi madre. Conduje un poco hasta que vi a Finn. ¡Claro! Quizás estaba con su familia, con él. Me bajé rápidamente y corrí hacia el chico.
— ¡Finn!—le llamé a lo lejos.
El chico volteó y sonrió al verme aunque rápidamente su sonrisa se borró.
— ¿Qué ocurre Blaine?—preguntó.
— ¿Has visto a Kurt?—dije alarmado. Si no hubiese sido porque estaba junto a mi hubiese explotado en lágrimas frente a él.
—Se fue—dijo en respuesta.
Desvié mi vista de Finn. ¡¿Que mierda dijo?! Fue como en esas películas, en donde cada cosa se mueve en cámara lenta. La sonrisa de Finn se expandió por toda su cara y luego volvió a susurrar.
—Se fue, anoche vino a verme, se despidió de mí y me dijo que te dijera que...—dudó por unos segundos, de seguro estaba recordando lo que mi ángel le encargo—Me dijo que te dijera: 'Te amo, más que a nada en esta eternidad y no estarás solo, volveré'.
Sonó tan igual a él, a mi Kurt, a mi ángel. Subí mi rostro para mirar los ojos de Finn, y estaban llenos de sinceridad todo era cierto. Exploté. Finn me miró angustiado. Llevé mis manos al pecho y le di las gracias a Finn con un gesto de manos. Luego volteé y comencé a contar mis minutos de vida.
— ¡¿Blaine, estas bien?!—gritó.
Levanté mi mano en señal de que lo estaba, aunque fuese mentira. Subí al auto de mi padre y millones de lágrimas se apoderaron de mí. Apreté el acelerador y conduje sin rumbo.
¿Cómo iba a soportar una vida sin él? ¿Cómo iba a lograr suspirar por alguien más? ¿Cómo mierda se supone que logre ser feliz? ¿Qué va a ser de mí ahora? ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejó? ¿Por qué no baja a recuperarme, a salvarme, a quitarme el aliento y el dolor del cual él suele alejarme? Mis venas amenazaban con explotar del dolor, mi mente sostenía una guerra con mi corazón por haberse enamorado de esa forma... haberse enamorado hasta enloquecer. A mi alma no la sentía dentro... es como si no tuviera esencia. Doblé a la derecha y solté el volante para secar mis lágrimas. Cerré mis ojos para que la limpieza fuese más profunda y al momento de abrirlos vi el auto encima de mí. Traté de frenar, juro que traté de hacerlo. Pero no pude y solo una maniobra mal hecha hizo que mi auto impactara contra la barrera que impedía el paso a una construcción. Revoté dentro del auto, como si estuviese en la luna, floté y salí volando por la ventana. El retrovisor impacto contra mi frente, los millones de vidrios se enterraron en mi cuerpo. Colisioné contra la pared de madera que cubría parte de la construcción y rápidamente todos los carteles que estaban pegados a ella cayeron sobre mi cuerpo y al final mis venas pudieron reventar sin problemas...
[Narra Kurt]
Subí antes al cielo, sólo para entrar antes para poder buscar mi cuerpo. Eran millones y millones de almas, de luces... ¿Cómo se suponía que lo hallaría antes de que anochezca? Además había algo que me tenía preocupado: ya no podía sentir lo llamados de mi chico. La noche anterior le pedí a Finn que le diera un recado, viéndome en la obligación de contrale algunas cosas... espero que allá cumplido. Miré a Kate a lo lejos y esta se acercó.
— ¿Estás listo?—preguntó al momento que no dejaba de sonreír.
—Listo—susurré. Y después de decir eso un empujón de su parte fue lo que hizo que entrara al templo de las almas. Las puertas se cerraron y me perdí. Demoraría miles de años en encontrar mi cuerpo. Había cuerpos en el lugar, pero no era el mío. Al parecer yo no era el único que pasaba por lo mismo.
[Narra Blaine]
Abrí mis ojos, intenté ver pero estaba cegado por la luz blanca del recinto ¿Es que estaba en el cielo? No podía recordar nada, no podía recordar cómo fue que llegué allí... solo recordaba el dolor que mi cuerpo aun siente, y no era un dolor de heridas, sino más bien uno de ausencia. No podía soportar el dolor, no podía hacer que se vaya ¿Por qué me ocurrió esto a mí? La luz se alejó y el pensamiento de creer que estaba en el cielo se fue con ella.
— ¿Qué ocurre?—le pregunté al doctor, al mismo de siempre.
—Fue un accidente muy fuerte, cualquiera hubiera muerto—respondió mientras quitaba el suero de mi brazo—Al parecer arriba hay alguien que te quiere.
Dos años después...
Me puse de pie y colgué el bolso en mi hombro, tomé el vaso con el café en mi mano y caminé hacia la salida. Empujé la puerta del local para salir, pero alguien también lo había hecho... pero él muy amable dejó que yo saliera antes de que el entrara.
—Lo siento, no te vi debido al cartel que tapa la mayor parte de la puerta—susurró el chico. Subí mi mirada y mi corazón se detuvo. Juré nunca olvidar esos ojos, esa mirada, esa sonrisa, esos labios, ese pelo... juré jamás olvidarlo.
Fruncí mi entrecejo, de seguro y estaba volviendo mi depresión. Tomé aire y sonreí. Obviamente no era él.
—No hay problema—dije algo tembloroso.
—Aguarda—dijo él con asombro.
— ¿Qué ocurre?—pregunté con una sonrisa.
—Te me haces bastante familiar—murmuró.
¡Diablos! No sé por qué pero se me vino a la mente el recado que le dejo a Finn antes de marcharse: 'Te amo, más que a nada en esta eternidad y no estarás solo, volveré'
— ¿Cómo te llamas?—pregunté sonriendo. Traté de ocultar al máximo mi nerviosismo.
—Kurt Hummel.
La sonrisa de mi rostro se esfumó. Parpadeé un par de veces y luego sentí como el aire entraba en mis pulmones. Un aire nuevo... llevé torpemente las manos a mi pecho y sentí como mi corazón volvía a latir después de dos años apagado, muerto. Estaba nuevamente con mi ángel.
— ¿Me recuerdas?—le pregunté torpemente.
—Te me haces demasiado familiar, pero no logro saber de dónde es que te conozco—susurró y dio un paso.
—Claro—musité. Mi corazón se apagó.
—Nos vemos—murmuró y abrió la puerta para entrar. Asentí y cerré mis ojos. Di media vuelta y me alejé sin voltear atrás. Caminé unas cuantas cuadras y una silueta frente a mi corría con nerviosismo. Se paró frente a mí y era una chica. Una dulce chica.
— ¡Hola! — dijo agitada.
— ¿Hola?—murmuré algo asustado por aquel saludo.
—Debes ir con Kurt—exclamó y giró de mi cuerpo para luego comenzar a empujarme hacia el local.
— ¿Qué dices?—pregunté extasiado.
—Ve con Kurt, él buscó su cuerpo en el templo de las almas por ¡dos años! Solo para volver a verte—gritó y dio su último empujón, quede frente a la puerta del local.
— ¿Qué? ¿Quién eres?—exploté y le planté cara.
—Ah cierto, soy Kate ex jefa de grupo de Kurt, ahora ve y habla con Kurt, él debe recordar lo que vivió junto a ti—dijo agitada.
—Pero... ¿Por qué no me recuerda?
—Porque se supone que cuando uno recupera su cuerpo... olvida que alguna vez fue ángel—me explicó esta vez algo irritada.
—Gracias—grité y la abracé. Volteé y entré al local... busqué con la vista a Kurt y le vi sentado bebiendo un capuchino. Corrí hacía donde estaba y me senté frente a él en su mesa.
—Hola otra vez—susurré.
—Hola—murmuró sonriendo.
No me importa si debía demorar toda una eternidad en hacerle recordar todo, en hacer que me mirase nuevamente con aquellos ojos... solo me importaba que gracias a un milagro yo lo tenía junto a mi otra vez y para siempre, a mi ángel, MI ANGEL GUARDIAN!...
FIN.
Debo agradecer de corazón a todas las que siempre leyeron la novela y se dieron el tiempo de comentar, así como muchas anónimas que también leían. Fue un tanto difícil adaptar la historia, pero resultó bien así que soy feliz con que la hayan disfrutado. Muchas gracias y ya nos estaremos viendo con otra novela, aparte de las que ya tengo.
[FIC KLAINE] PRETENDING: http://www.gleeklatino.com/t19307-fic-klaine-pretending-capitulo-25
[FIC KLAINE] BESOS DE MURCIÉLAGO: http://www.gleeklatino.com/t19552-fic-klaine-besos-de-murcielago-capitulo-10
SHOOTS KLAINE [VARIOS]: http://www.gleeklatino.com/t19561-shoots-klaine-varios-10mo-kurt-vs-jeringa
—Tranquilo, ya estoy acá—susurró mientras acariciaba mi espalda.
—No vuelvas a dejarme—le pedí con un nudo en mi garganta.
—Ok—fue lo único que respondió y luego acarició mi mejilla con la yema de sus dedos.
Junté sus labios con los míos. ¿Cómo es que logré sobrevivir doce horas sin él?
—Te amo, te extrañé y me sentí como en el infierno hoy—susurré mientras jalaba de su mano para que se recostara junto a mí.
—Lo siento—se disculpó.
Me tapó lentamente con las sábanas y besó mi frente de la manera más tierna. Me acurruqué a su lado, él cruzó uno de sus brazos alrededor de mi cintura, dando los más cálidos masajes sobre ella. Mis ojos se comenzaron a cerrar y no sabía porque... estuve toda la tarde durmiendo, tratando de que la noche cayera de manera rápida solo para verlo y ahora que lo tengo a mi lado solo quiero dormir en sus brazos. No comprendo, de seguro Kurt estaba haciendo algo para que yo me quedara dormido. Y sin previo aviso terminé cerrando mis ojos y me volví víctima de sus brazos.
Me desperté de un salto y giré mi cuerpo para ver si estaba a mi lado y... no. Salté de la cama y quité rastros de esta de mi rostro. Miré alrededor de mi habitación pero nada de él, nada. Abrí la puerta del baño y miré adentro lo busqué hasta por detrás de las cortinas que separaban la tina del resto. Un nudo se creó en mi garganta y no sabía porque... quizás él estaba con mi madre desayunando.
Corrí escaleras abajo y busqué por el comedor, aunque fue inútil. Luego corrí hacía la cocina en donde no había nadie. Abrí la puerta de la calle y no me importó andar con pijama. Corrí hasta el auto de mi papá solo para ver si él estaba dentro, pero nuevamente fue un intento fallido. Mi corazón se apretujó.
Entré a la casa y tomé el teléfono móvil... marqué el número de mamá en un segundo y esperé para que contestaran al otro lado de la línea. El pito sonaba y sonaba... luego me pareció oír un timbre a lo lejos, con el teléfono en la mano comencé a caminar y divise sobre el televisor del comedor el celular de mi madre marcando y marcando.
— ¿Para qué lo tienen?—grité enfadado.
Lancé el teléfono que sostenía en mi mano al suelo y corrí escaleras arriba.
Me cambié de ropa de la manera más rápida... jamás pensé que lograría algo como eso, y tomé las llaves del auto de mi padre para salir a buscar a Kurt... aunque él ya hubiese estado a mi lado ante tanto llamado que mi mente hacía.
(Pon esta canción mientras lees)
Arranqué sin tomarle importancia a las flores de mi madre. Conduje un poco hasta que vi a Finn. ¡Claro! Quizás estaba con su familia, con él. Me bajé rápidamente y corrí hacia el chico.
— ¡Finn!—le llamé a lo lejos.
El chico volteó y sonrió al verme aunque rápidamente su sonrisa se borró.
— ¿Qué ocurre Blaine?—preguntó.
— ¿Has visto a Kurt?—dije alarmado. Si no hubiese sido porque estaba junto a mi hubiese explotado en lágrimas frente a él.
—Se fue—dijo en respuesta.
Desvié mi vista de Finn. ¡¿Que mierda dijo?! Fue como en esas películas, en donde cada cosa se mueve en cámara lenta. La sonrisa de Finn se expandió por toda su cara y luego volvió a susurrar.
—Se fue, anoche vino a verme, se despidió de mí y me dijo que te dijera que...—dudó por unos segundos, de seguro estaba recordando lo que mi ángel le encargo—Me dijo que te dijera: 'Te amo, más que a nada en esta eternidad y no estarás solo, volveré'.
Sonó tan igual a él, a mi Kurt, a mi ángel. Subí mi rostro para mirar los ojos de Finn, y estaban llenos de sinceridad todo era cierto. Exploté. Finn me miró angustiado. Llevé mis manos al pecho y le di las gracias a Finn con un gesto de manos. Luego volteé y comencé a contar mis minutos de vida.
— ¡¿Blaine, estas bien?!—gritó.
Levanté mi mano en señal de que lo estaba, aunque fuese mentira. Subí al auto de mi padre y millones de lágrimas se apoderaron de mí. Apreté el acelerador y conduje sin rumbo.
¿Cómo iba a soportar una vida sin él? ¿Cómo iba a lograr suspirar por alguien más? ¿Cómo mierda se supone que logre ser feliz? ¿Qué va a ser de mí ahora? ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejó? ¿Por qué no baja a recuperarme, a salvarme, a quitarme el aliento y el dolor del cual él suele alejarme? Mis venas amenazaban con explotar del dolor, mi mente sostenía una guerra con mi corazón por haberse enamorado de esa forma... haberse enamorado hasta enloquecer. A mi alma no la sentía dentro... es como si no tuviera esencia. Doblé a la derecha y solté el volante para secar mis lágrimas. Cerré mis ojos para que la limpieza fuese más profunda y al momento de abrirlos vi el auto encima de mí. Traté de frenar, juro que traté de hacerlo. Pero no pude y solo una maniobra mal hecha hizo que mi auto impactara contra la barrera que impedía el paso a una construcción. Revoté dentro del auto, como si estuviese en la luna, floté y salí volando por la ventana. El retrovisor impacto contra mi frente, los millones de vidrios se enterraron en mi cuerpo. Colisioné contra la pared de madera que cubría parte de la construcción y rápidamente todos los carteles que estaban pegados a ella cayeron sobre mi cuerpo y al final mis venas pudieron reventar sin problemas...
[Narra Kurt]
Subí antes al cielo, sólo para entrar antes para poder buscar mi cuerpo. Eran millones y millones de almas, de luces... ¿Cómo se suponía que lo hallaría antes de que anochezca? Además había algo que me tenía preocupado: ya no podía sentir lo llamados de mi chico. La noche anterior le pedí a Finn que le diera un recado, viéndome en la obligación de contrale algunas cosas... espero que allá cumplido. Miré a Kate a lo lejos y esta se acercó.
— ¿Estás listo?—preguntó al momento que no dejaba de sonreír.
—Listo—susurré. Y después de decir eso un empujón de su parte fue lo que hizo que entrara al templo de las almas. Las puertas se cerraron y me perdí. Demoraría miles de años en encontrar mi cuerpo. Había cuerpos en el lugar, pero no era el mío. Al parecer yo no era el único que pasaba por lo mismo.
[Narra Blaine]
Abrí mis ojos, intenté ver pero estaba cegado por la luz blanca del recinto ¿Es que estaba en el cielo? No podía recordar nada, no podía recordar cómo fue que llegué allí... solo recordaba el dolor que mi cuerpo aun siente, y no era un dolor de heridas, sino más bien uno de ausencia. No podía soportar el dolor, no podía hacer que se vaya ¿Por qué me ocurrió esto a mí? La luz se alejó y el pensamiento de creer que estaba en el cielo se fue con ella.
— ¿Qué ocurre?—le pregunté al doctor, al mismo de siempre.
—Fue un accidente muy fuerte, cualquiera hubiera muerto—respondió mientras quitaba el suero de mi brazo—Al parecer arriba hay alguien que te quiere.
Dos años después...
Me puse de pie y colgué el bolso en mi hombro, tomé el vaso con el café en mi mano y caminé hacia la salida. Empujé la puerta del local para salir, pero alguien también lo había hecho... pero él muy amable dejó que yo saliera antes de que el entrara.
—Lo siento, no te vi debido al cartel que tapa la mayor parte de la puerta—susurró el chico. Subí mi mirada y mi corazón se detuvo. Juré nunca olvidar esos ojos, esa mirada, esa sonrisa, esos labios, ese pelo... juré jamás olvidarlo.
Fruncí mi entrecejo, de seguro y estaba volviendo mi depresión. Tomé aire y sonreí. Obviamente no era él.
—No hay problema—dije algo tembloroso.
—Aguarda—dijo él con asombro.
— ¿Qué ocurre?—pregunté con una sonrisa.
—Te me haces bastante familiar—murmuró.
¡Diablos! No sé por qué pero se me vino a la mente el recado que le dejo a Finn antes de marcharse: 'Te amo, más que a nada en esta eternidad y no estarás solo, volveré'
— ¿Cómo te llamas?—pregunté sonriendo. Traté de ocultar al máximo mi nerviosismo.
—Kurt Hummel.
La sonrisa de mi rostro se esfumó. Parpadeé un par de veces y luego sentí como el aire entraba en mis pulmones. Un aire nuevo... llevé torpemente las manos a mi pecho y sentí como mi corazón volvía a latir después de dos años apagado, muerto. Estaba nuevamente con mi ángel.
— ¿Me recuerdas?—le pregunté torpemente.
—Te me haces demasiado familiar, pero no logro saber de dónde es que te conozco—susurró y dio un paso.
—Claro—musité. Mi corazón se apagó.
—Nos vemos—murmuró y abrió la puerta para entrar. Asentí y cerré mis ojos. Di media vuelta y me alejé sin voltear atrás. Caminé unas cuantas cuadras y una silueta frente a mi corría con nerviosismo. Se paró frente a mí y era una chica. Una dulce chica.
— ¡Hola! — dijo agitada.
— ¿Hola?—murmuré algo asustado por aquel saludo.
—Debes ir con Kurt—exclamó y giró de mi cuerpo para luego comenzar a empujarme hacia el local.
— ¿Qué dices?—pregunté extasiado.
—Ve con Kurt, él buscó su cuerpo en el templo de las almas por ¡dos años! Solo para volver a verte—gritó y dio su último empujón, quede frente a la puerta del local.
— ¿Qué? ¿Quién eres?—exploté y le planté cara.
—Ah cierto, soy Kate ex jefa de grupo de Kurt, ahora ve y habla con Kurt, él debe recordar lo que vivió junto a ti—dijo agitada.
—Pero... ¿Por qué no me recuerda?
—Porque se supone que cuando uno recupera su cuerpo... olvida que alguna vez fue ángel—me explicó esta vez algo irritada.
—Gracias—grité y la abracé. Volteé y entré al local... busqué con la vista a Kurt y le vi sentado bebiendo un capuchino. Corrí hacía donde estaba y me senté frente a él en su mesa.
—Hola otra vez—susurré.
—Hola—murmuró sonriendo.
No me importa si debía demorar toda una eternidad en hacerle recordar todo, en hacer que me mirase nuevamente con aquellos ojos... solo me importaba que gracias a un milagro yo lo tenía junto a mi otra vez y para siempre, a mi ángel, MI ANGEL GUARDIAN!...
FIN.
Debo agradecer de corazón a todas las que siempre leyeron la novela y se dieron el tiempo de comentar, así como muchas anónimas que también leían. Fue un tanto difícil adaptar la historia, pero resultó bien así que soy feliz con que la hayan disfrutado. Muchas gracias y ya nos estaremos viendo con otra novela, aparte de las que ya tengo.
[FIC KLAINE] PRETENDING: http://www.gleeklatino.com/t19307-fic-klaine-pretending-capitulo-25
[FIC KLAINE] BESOS DE MURCIÉLAGO: http://www.gleeklatino.com/t19552-fic-klaine-besos-de-murcielago-capitulo-10
SHOOTS KLAINE [VARIOS]: http://www.gleeklatino.com/t19561-shoots-klaine-varios-10mo-kurt-vs-jeringa
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Te felicito,estuvo súper, nos vemos en tus otros Fics.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
Perdona por no comentar antes...
Esa cancion es perfecta...
Me has hecho llorar, que final tan hermoso!!!
Te felicito, tu novela fue realmente buena, la ame...
Cuidate mucho, mucha suerte en los proyectos que hagas & pues... Nos leemos pronto...
Esa cancion es perfecta...
Me has hecho llorar, que final tan hermoso!!!
Te felicito, tu novela fue realmente buena, la ame...
Cuidate mucho, mucha suerte en los proyectos que hagas & pues... Nos leemos pronto...
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
que te puedo decir...
me fascino se que llegue tarde pero aun asi cuenta mi comentario ajajja
realmente, yo amo los finales felices o trágicos, soy algo medio rara pero buena y tierna
me encanto la adaptación, nunca me ha hecho llorar un fic con final feliz, soy muy llorona, no diré que nunca e llorado con fics si e llorado pero no con finales felices
Sinceramente comentare
Sentí un punzón en el pecho al leer el final y derrame unas muchas lagrimas, porque lo ame, eres una muy buena adaptadora y/o escritora, me encanto el final, dios creo que llorare, cuando vi por primera vez el fic ya ibas muy adelantada y comente, pero fue hace unos cinco o cuatro capítulos
aun así es hermoso este fc.
Nos leemos pronto linda :)
me fascino se que llegue tarde pero aun asi cuenta mi comentario ajajja
realmente, yo amo los finales felices o trágicos, soy algo medio rara pero buena y tierna
me encanto la adaptación, nunca me ha hecho llorar un fic con final feliz, soy muy llorona, no diré que nunca e llorado con fics si e llorado pero no con finales felices
Sinceramente comentare
Sentí un punzón en el pecho al leer el final y derrame unas muchas lagrimas, porque lo ame, eres una muy buena adaptadora y/o escritora, me encanto el final, dios creo que llorare, cuando vi por primera vez el fic ya ibas muy adelantada y comente, pero fue hace unos cinco o cuatro capítulos
aun así es hermoso este fc.
Nos leemos pronto linda :)
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
No puedo hacer nada más que felicitarte y aplaudirte por adaptar tan hermosa historia.
En serio, es una de las más lindas que leí jamás.
Nos leemos en tus demás historias, en als que también comento :).
En serio, es una de las más lindas que leí jamás.
Nos leemos en tus demás historias, en als que también comento :).
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Resuelto][Fic-Klaine]¨Mi Ángel Guardián¨ CAPÍTULO 22 "FINAL"
EL FINAL ES HERMOSO Y LA CANCION PERFECTA por lo demas lloro de felicidad
ahora siempre que escuche esa cancion me voy a acordar de tu fic :\'(: sigo llorando pero de verdad tengo lagrimas es demasiado hermoso el fic en general y kurt paso 2 AÑOS buscanso su cuerpo solo para poder estar con blaine ES UN AMOOOOOORRRR!!!!!!!! fue hermoso el fic de verdad lastima que se alla acabado pero espero que pronto subas un nuevo fic que sea asi o mas hermoso
PD: aunque en si todos los fics klaine son hermosos porque ellos siempre experimentan el verdadero amor
BYE NO LEEMOS EN TU SIGUIENTE FIC :\'(: y si sigo llorando
ahora siempre que escuche esa cancion me voy a acordar de tu fic :\'(: sigo llorando pero de verdad tengo lagrimas es demasiado hermoso el fic en general y kurt paso 2 AÑOS buscanso su cuerpo solo para poder estar con blaine ES UN AMOOOOOORRRR!!!!!!!! fue hermoso el fic de verdad lastima que se alla acabado pero espero que pronto subas un nuevo fic que sea asi o mas hermoso
PD: aunque en si todos los fics klaine son hermosos porque ellos siempre experimentan el verdadero amor
BYE NO LEEMOS EN TU SIGUIENTE FIC :\'(: y si sigo llorando
fernimontecinos*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 23/07/2013
Edad : 24
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