[Resuelto]FanFic BRITTANA: "5ta Avenida Neoyorkina". 2da Parte (Primero viene el amor....luego viene el matrimonio). EPÍLOGO

Hola……buenas       noches a todas/os…..sé que indiqué que actualizaría el día de hoy, pero debo decirles que lo haré el día de mañana……¿Por     qué?.....me resfríe y esas       molestias tan propias de la gripe no me permiten avanzar rápido en la adaptación del capítulo, ya empecé a consumir la medicación que me recetaron………sobra decir que ya tengo una mitad y algo más del capítulo adaptado, pero lo completaré hasta mañana……en compensación       por hacerlas esperar, les dejo a continuación unos adelantos de lo que verán en el capítulo a publicarse mañana (aclaro que si bien habrá       drama……..ya se viene y consolida la       reconciliación…….y de qué manera……justo me quedé en la parte candente, etc.)




Breves adelantos del capítulo de mañana


- Ha pasado un tiempo, Santana ¿Qué ha estado ocurriendo? –preguntó la Doctora Sylvester en esa cuidadosa voz suya. Ella había logrado dominar el arte de no sonar preocupada. Tampoco demasiado relajada. Sólo calmada. Reconfortante.


Solía fastidiarme por completo. Hubo un tiempo en que habría dado cualquier cosa por oírla gritar a sus hijos por alguna fechoría sólo para poder escuchar un poco de presión arterial elevada en su voz. Quería pruebas de que era humana.

*********

- Cuando se fue me culpé –admití-. La forma en que reaccioné…..puedo ver por qué ella se sentiría de esta manera, actuar de esta manera. Pero cuando está justo frente a mí, mirando a través de mí, no queriendo que la toque, incapaz de soportar mi toque, casi la odio. Me siento tan sola.- Las lágrimas rodaron por mis mejillas-. Y ella prometió que no me sentiría de esa manera otra vez.


La Doctora Sylvester se inclinó y apretó los pañuelos en mi mano, dando un apretón reconfortante mientras lo hacía.


**************

Con los nervios exaltados, me paré frente al espejo de nuestro dormitorio y levanté mi camiseta.


Nada de barriga aún.


Pasé mi mano sobre mi estómago pensando en lo extraño que era que había una pequeña persona dentro de mí, a quien yo ya amaba más allá de la razón.


Ahora si sólo mi rubia sexy me diera la oportunidad de decirle eso.


********

Mis ojos se sentían doloridos cuando intenté abrirlos, la consciencia volviendo a mí, y con ella la sensación de algo pesado y cálido descansando en mi cintura.


Cuando abrí los ojos, me di cuenta que se sentían hinchados y ahí fue cuando recordé el por qué. Me tensé por el recuerdo de llorar en los brazos de Liv al mismo tiempo que miraba al rostro dormido de mi esposa.

***********

- ¿Esa es la razón por la que te vas a mudar?


- ¿Qué? –preguntó con incredulidad, con sus ojos oscureciéndose-. ¿De qué estás hablando?

*****
- Me excluiste. ¡Estaba asustada y confundida y me dejaste sola¡ -mi voz se rompió cuando le grité, y la ruptura disminuyó mi voz-. No me dejabas que te toque. Te echabas atrás cuando me acercaba.- Observé su rostro suavizarse-. Me prometiste que ya no estaba sola, pero en su lugar, me hiciste pensar que me odiabas. Y creo que te odio un poco por eso.

**********

Asentí, aferrándome a ella, el alivio y el perdón derritieron mi cuerpo en el suyo.


- Lo prometo. Y no sólo por ti y por mí. Tenemos un bebé en el que pensar de ahora en adelante. Por cierto, felicidades rubia sexy…….pronto seremos madres.

Hola…….buenas       noches a todas/os………por fin he conseguido       concluir la adaptación de este capítulo que es prácticamente el último…….infinitas gracias       a todas uds. que tan gentilmente han venido leyendo y comentando esta historia……pero como ya había anticipado hace tiempo atrás, luego de este capítulo, existe un complemento adicional “sobre lo que pensó Brittany cuando se reencontró con Santana (en paños menores) (ver la primera parte de la historia, creo que es el capítulo 2)………y hace unos días navegando en internet en mis ratos de ocio, hallé otros 2 capítulos sobre la perspectiva de Britt sobre momentos importantes de su historia con Santana (están en inglés…….me daré a la tarea de traducirlos y los publicaré también)……..luego de todo esto, agregaré un epílogo de mi autoría para relatar como hubiera seguido la historia entre nuestras dos protagonistas.


*Día de próxima actualización: sábado o domingo a más tardar.


Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo


Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.


NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- La presente historia no me pertenece…………puesto que se basa en la obra “Castle Hill” (continuación del libro “Calle Dublín”) de Samantha Young, y en la traducción de dicha obra realizada por la fabulosa comunidad virtual Bookzinga (Versión que puede hallarse en Internet).


Aclaro que si bien en la obra, la historia los lugares principales que se señalan son Escocia y EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee mantuve EE.UU (concretamente Nueva York) e Italia como lugar de inicio de historia (¿algo loco no?........se han imaginado a Naya/Santana con esos aires tan característicos de los italianos………yo ya lo hice jejejeje). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades.


Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

Capítulo 7
“Sensación de libertad”

- Ha pasado un tiempo, Santana ¿Qué ha estado ocurriendo? –preguntó la Doctora Sylvester en esa cuidadosa voz suya. Ella había logrado dominar el arte de no sonar preocupada. Tampoco demasiado relajada. Sólo calmada. Reconfortante.


Solía fastidiarme por completo. Hubo un tiempo en que habría dado cualquier cosa por oírla gritar a sus hijos por alguna fechoría sólo para poder escuchar un poco de presión arterial elevada en su voz. Quería pruebas de que era humana.


Ahora sabía que ella era humana. Podría estar un poco en el lado sarcástico. Esa es probablemente la razón por la que me gustaba tanto.


- Brittany y yo nos casamos –le informé en voz baja, con las manos descansando en mi estómago.


Ella sonrió.


- Felicitaciones.


- Gracias.


La Doctora Sylvester levantó una ceja. Dio un buen levantamiento de ceja.


- ¿Algo más?


Aligerando la razón de mi visita, evité el tema por completo.


- Conseguí un agente.- Eso era cierto. Dana había llamado a principios de la semana y había firmado con ella. Debería haber sido uno de los momentos más emocionantes de mi vida-. Ella tiene una editorial interesada en mi manuscrito.- De hecho. Una vez más, debería haber sido uno de los momentos más emocionantes de mi vida.


- Esa es una gran noticia.


La Doctora Sylvester también parecía temer a la exageración y a las expresiones de emoción. Una vez más, otra de las razones por las que me gustaba tanto.


- Estoy embarazada.


La buena doctora permaneció tranquila un momento mientras procesaba mi balbuceo.


- ¿Es por eso que estás aquí?


Asentí, tratando de ignorar el nudo de lágrimas en mi garganta mientras pensaba en los últimos días. Nuestra casa había sido un lugar silencioso y frío recientemente. Toda mi vida lo había sido. Rachel y Quinn se habían negado a entrometerse, por lo que se estaban quedando fuera por completo. Creo que Rachel debe haber hablado con Shelby para lo mismo porqu no había oído hablar de ella. Había recibido mensajes de textos tentativos de mis amigos, pero nadie quería sacar el tema.


- Eso edificó este enorme muro entre Brittany y yo.


- ¿Eso lo ha hecho o tú lo haces?


- En realidad, ella lo ha hecho.- Me encogí de hombros-. Tuve miedo cuando sospeché que estaba embarazada. Estaba aterrorizada cuando me enteré de que era verdad. Pero sabía que eso no era todo. Yo sólo……tenía que alejarme, ir a mi lugar para procesarlo. Antes de que pudiera, Brittany llegó allí, le dije, y ella echó un vistazo a mi rostro y asumió……lo peor.


- ¿Lo peor?


- Que soy infeliz. Que no quiero un hijo con ella. Estaba tan enojada, tan herida, ella no me dejó y aún no me permite explicar.


- ¿Y qué le dirías si te diera la oportunidad?


Mis manos se presionaron más firme contra mi estómago.


- Que nuestro hijo significa más para mí que cualquier cosa jamás lo ha hecho antes. Que me da miedo sentir eso por nadie. Siempre lo hará. Pero que estoy trabajando en eso, ahora. Que todavía estoy asustada, y me da miedo arruinarlo todo, pero yo quiero esto con ella. Sólo necesitaba tiempo para averiguar lo que estaba sintiendo.


- ¿Y eso era?


Sonreí ante la ironía.


- Tan feliz que estaba paralizada.


- ¿Todavía crees que todo lo bueno será seguido de algo malo?


- No lo he hecho desde hace mucho tiempo.- Sacudí la cabeza-. Pero esto es enorme. Tuve una recaída.


- Santana, se te permite sentirte de esta manera. Lo reconociste y estás trabajando en ello. Eso es todo lo que cualquiera puede pedir.


Nos quedamos en silencio un momento mientras estudiaba mis anillos de boda, torciendo las bandas en mi dedo.


- Ella me lastimó –susurré, no queriendo admitirlo en voz alta.


- ¿Brittany?


Asentí con la cabeza.


- Ella no es perfecta, Santana. Siempre has sabido que era una mujer de familia. Debe ser difícil para ella preguntarse si está casada con una mujer que podría ser infeliz por llevar a su propio hijo, su hijo.


- Pero ella no me va a dejar explicar.


Ella inclinó su cabeza hacia un lado, dándome una pequeña sonrisa tranquilizadora.


- Tal vez ella tiene miedo de escuchar lo que tienes que decir. Así que, has que escuche.


- Lo haría….pero…..


- Santana…….


- Cuando se fue me culpé –admití-. La forma en que reaccioné…..puedo ver por qué ella se sentiría de esta manera, actuar de esta manera. Pero cuando está justo frente a mí, mirando a través de mí, no queriendo que la toque, incapaz de soportar mi toque, casi la odio. Me siento tan sola.- Las lágrimas rodaron por mis mejillas-. Y ella prometió que no me sentiría de esa manera otra vez.


La Doctora Sylvester se inclinó y apretó los pañuelos en mi mano, dando un apretón reconfortante mientras lo hacía.


- Tienes que tratar de superar esa sensación el tiempo suficiente para hablar con ella. Este es un caso de total falta de comunicación y ustedes dos han llegado demasiado lejos para dejar que eso las destruya.


Asentí mientras me limpiaba las lágrimas.


- Y Santana…….


- ¿Sí?


Sonrió amablemente.


- Felicidades.


Ella era la primera persona en decírmelo en persona, y aunque comprendí que era mi culpa que nadie más lo hiciera, aún así era agradable escucharlo.


- Gracias.


**********************************************************************************************


Apagué la laptop después de haber acabado de comprar todos los libros de autoayuda que Amazon tenía de ser mamá por primera vez. Después de mi sesión con la Doctora Sylvester volví a casa, a un apartamento vacío y entré a este modo hiperactivo, de limpiar, arreglar y tirar cosas. También ignoré los recordatorios de que Brittany y yo no estábamos compartiendo la misma cama cuando entré en la habitación de invitados para medirlo y vi sus cosas esparcidas por todas partes. Este iba a ser el cuarto de nuestro hijo. Estaba pensando en amarillo o verde para una combinación de colores ya que ambos eran de género neutral.


Entonces abrí mi laptop para revisar un correo electrónico de mi nuevo agente, diciéndome que había enviado mi manuscrito al editor, y le gustaría que yo empezara a pensar conceptos para un nuevo libro. Por un tiempo escribí notas de varias ideas que habían surgido, para complementar más tarde.


Y entonces empecé a enloquecer al pensar que yo no sabía nada acerca de ser una madre y comencé con comprar compulsivamente en línea.


Con los nervios exaltados, me paré frente al espejo de nuestro dormitorio y levanté mi camiseta.


Nada de barriga aún.


Pasé mi mano sobre mi estómago pensando en lo extraño que era que había una pequeña persona dentro de mí, a quien yo ya amaba más allá de la razón.


Ahora si sólo mi rubia sexy me diera la oportunidad de decirle eso.


Miré el espacio entre la ventana y la cama preguntándome si había espacio suficiente para poner la cuna del bebé allí por un tiempo. Quería que él o ella este cerca de nosotras. Ya sabía que iba a encontrar difícil dormir si no sabía que nuestro hijo estaba a salvo y al alcance de la mano.


Después de unos minutos de infructuosa búsqueda de la cinta métrica, vagué de nuevo en la habitación de invitados para ver si la había dejado allí. La encontré en la mesa de noche, pero a medida que me alejaba, la dirección en una carta medio escondida debajo de un libro me detuvo en seco.


Con el latido del corazón terriblemente alto, deslicé la carta fuera de la novela y el miedo hormigueó por mi piel con escalofríos mientras la leía.


Mis dedos quedaron adormecidos y la carta revoloteó fuera de mi alcance hacia el suelo.


Era una carta para los inquilinos de Brittany, pidiéndoles desocupar la dependencia en el plazo de un mes. Era su ático de soltera. El que había puesto es renta cuando se mudó conmigo.


El que podía tomar de vuelta de los inquilinos en un corto plazo si lo necesitaba para uso personal.


Mi timbre sonó.


Una distracción bienvenida del miedo puro corriendo frío en mis venas.


- ¿Liv? –dije, después de abrir mi puerta, sorprendida de verla en mi umbral.


Olivia y yo éramos buenas amigas, pero por alguna razón ella no era la primera persona que esperaba ver. Bree y yo éramos más cercanas. Liv y yo sólo nos conocíamos debido a Bree, pero rápidamente nos habíamos unido como conciudadanas latino italianas y entusiastas de libros.


Los ojos de Liv barrieron sobre mí con preocupación y al instante me tensé. Sabía lo que estaba viendo. Los círculos oscuros bajo mis ojos porque no había estado durmiendo; un aspecto pálido, repulsivo; y el cabello que estaba por todos lados.


- ¿Está Brittany aquí? –preguntó casualmente mientras irrumpía justo delante de mí y dentro del apartamento.


No había necesidad de irrumpir. Daba la bienvenida a su presencia, siempre y cuando habláramos de cualquier otra cosa que no sea Brittany y mi embarazo.


- No, ella está en el trabajo –le contesté mientras la seguía a la cocina.


Cuando llegué ahí, ella ya estaba haciendo café. Ella frunció el ceño.


- Necesitas cuidar mejor de ti misma.


- He estado ocupada –salté a un tema diferente rápidamente-. Un agente literario de Nueva York me representa ahora.


Liv sonrió con emoción.


- ¿Ella amó tu libro?


- Ella amó mi libro.


- Santana, eso es increíble.


Le devolví la sonrisa, sabiendo que de todos Liv sería la única en entender realmente lo genial que era. Liv era una bibliotecaria. Los libros eran su pasión.


Cuando sus ojos cayeron a mi estómago, la incertidumbre entrando en sus profundidades, interrumpí su obvia siguiente pregunta.


- Ella piensa que debería empezar a trabajar en otro.


Para mi alivio, Liv me permitió zafarme con la distracción, escuchándome vociferar sobre mis ideas diferentes mientras nos instalábamos en la sala de estar con café y galletas. Cualquier cosa, cualquier cosa para olvidar la carta de acababa de encontrar.


Yo estaba en mitad de una frase acerca de esta loca idea distópica que tuve, que era completamente diferente a lo que mi agente tenía en mente cuando me pidió que pensara en nuevos conceptos, cuando la puerta principal se abrió.


Brittany.


Sentí mi cuerpo entero bloquearse con tensión mientras miraba, esperando con esta horrible sensación de malestar en mi estómago, a que Brittany apareciera en la puerta y me aplaste.


Ella apareció, viéndose tan cansada como yo me sentía, y se detuvo en el umbral.


- Liv –la saludó antes de mirar hacia mí. Sus ojos instantáneamente se estrecharon a la vista de mí-. ¿Has dormido hoy?


¿Me estás dejando?


- No pude.


Viéndose molesta, suspiró.


- Necesitas dormir un poco –quitándose la chaqueta, se encaminó fuera de la vista.


- ¿Santana? –el susurro ansioso de Liv trajo mi atención de regreso a ella. Se veía tan preocupada por mí-. Amiga, ¿Qué estás haciendo?


¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo?


- No lo hagas –ella no sabe nada.


Nos sentamos en silencio tenso, bebiendo café.


- Tengo una reunión tardía con Quinn –oímos decir a Brittany mientras caminaba por el pasillo. Otra mentira. La puerta principal se cerró de golpe detrás de ella. Me estremecí y traté desesperadamente de no llorar. Este embarazo me estaba convirtiendo en un agujero negro emocional.


- Oh, cariño.- Liv se puso de pie, como si viniera a abrazarme.


Levanté una mano para detenerla.


- Me abrazas y no voy a dejar de llorar. Y necesito no llorar.


Ella se quedó inmóvil, mirándose impotente y enojada porque se sentía de esa manera.


Sabía exactamente como se sentía.


- No soy yo.- Necesitaba que alguien aparte de la Doctora Sylvester supiera eso-. No lo he excluido. Ahora mismo estoy teniendo un tiempo en verdad difícil y lo arruiné. Arruiné esto para ella.


- ¿Ella es la que no está hablando contigo?


- Habla. Pero es………es como si apenas pudiera soportar estar en la misma habitación que yo estoy. No me ha preguntado cómo me siento sobre esto ahora que la sorpresa ha pasado. No quiere saber. No quiere que la toque…….


- Lo siento, Santana.


- Ella nunca ha sido así.- La carta volvió a mi mente y sentí ese pánico tragarme por completo-. Creo que la he jodido.- Mi risa histérica de inmediato se volvió en sollozos fuertes, duros que no podía controlar. No podía siquiera estar mortificada de que me estaba derrumbando. Estaba llorando tan duro como para que me importe.


Sentí la calidez reconfortante de Liv mientras con cuidado me acercaba a su lado en la silla y se acurrucaba en mi lado para así ella poder presionarme entre sus brazos. Y luego, todo simplemente desapareció mientras la dejaba calmarme, las lágrimas empapando su camisa como un testimonio al hecho de que yo no estaba sola.


No fui consciente de las sacudidas deteniéndose, o las lágrimas llegando a un alto. Todo quedó en negro cuando al final caí en el profundo alivio del sueño.


**********************************************************************************************


Mis ojos se sentían doloridos cuando intenté abrirlos, la consciencia volviendo a mí, y con ella la sensación de algo pesado y cálido descansando en mi cintura.


Cuando abrí los ojos, me di cuenta que se sentían hinchados y ahí fue cuando recordé el por qué. Me tensé por el recuerdo de llorar en los brazos de Liv al mismo tiempo que miraba al rostro dormido de mi esposa.


La calidez pesada alrededor de mi cintura era su brazo.


Estábamos acostadas en la cama, juntas.


No sabía cómo habíamos llegado aquí.


Comencé a llorar de nuevo.


El brazo de Brittany se apretó alrededor de mí y a través de la imagen borrosa por las lágrimas, vi que la había despertado.


- No era que no estaba feliz –susurré, lamiendo el agua salada de mis labios-. Estaba tan feliz que me aterrorizó.


Sus dedos cálidos rozaron mi mentón y sentí la gentil presión de su toque mientras inclinaba mi cabeza hacia atrás de modo que encontraría su mirada dubitativa.


- ¿Aterrorizada?


Asentí.


- Sólo porque no lo estuve en un largo tiempo, no quiere decir que todavía no me sienta de esa forma. No me dejaste explicar. Todavía estoy aterrorizada de perder todo lo bueno que tenemos juntas.- Teníamos juntas.


Brittany frunció el ceño, incorporándose.


- Estás aterrorizada de perder a nuestro bebé, por lo que me excluiste antes de que yo………


- ¡No¡ -me senté, mirándola fijamente-. Tú me excluiste.


- Pensé que habíamos pasado todo eso.


- Entonces, ¡me dejas jodidamente explicar¡


Me miró con furia pero se calló.


También la miré con furia.


- Sabes que tengo miedo de perder a las personas que amo. Pero mi hijo, nuestro hijo, ya lo amo tanto que no puedo respirar. La idea de algo sucediendo……….


Brittany negó con la cabeza lentamente.


- Seguiste evitando hablar sobre tener niños…….comencé a preocuparme de que no los quisieras a pesar de que antes de casarnos iniciamos el tratamiento. Pensé que contigo huyendo a la Estatua de la Libertad significaba que estabas preparándote para dejarme fuera porque……..no querías a nuestro hijo. Luego cuando intentaste explicar, yo estaba…..- Suspiró.


- ¿Estabas qué?


- Asustada –admitió en voz baja, con sus ojos fijos en los míos-. Mi madre nunca me quiso, Santana. Nunca. No fui una niña feliz y nunca desearía esa clase de infancia para nadie, muchos menos para mis propios hijos. Me prometí que si alguna vez tenía hijos, seria la clase de madre que la mía nunca fue y con certeza no me casaría con alguien que no los trataría como si fueran su mundo entero. Así que no sabía cómo sentirme sobre mi esposa no queriendo a nuestro hijo. No sabía cómo reaccionar a eso y qué significaba para nosotras.


Un dolor como una cuchillada cruzó mi pecho.


- ¿Esa es la razón por la que te vas a mudar?


- ¿Qué? –preguntó con incredulidad, con sus ojos oscureciéndose-. ¿De qué estás hablando?


- La carta –levanté una mano temblorosa, apuntando hacia el pasillo-. Encontré la carta en la habitación de invitados, en la que les pides a los inquilinos de tu antiguo apartamento que se muden en un mes.


Un silencio denso cayó entre nosotras.


Brittany salió de la cama, con la mirada perdida por un momento antes de volverse a mí con una ira muy conocida.


- Esa es la segunda carta para aquellos inquilinos. En la primera les dije que estaban siendo desalojados debido a las quejas que había recibido de los residentes del edificio. La carta que viste era una advertencia diciéndoles cuanto tiempo tenían para irse.


Oh.


Joder.


- Pensaste sin hablar conmigo, o intentar hacer funcionar esta tontería que yo….que yo…….¡estaba dejándote¡ -gritó con incredulidad.


Oh, no, no acaba de enojarse. Salí de la cama en el lado opuesto.


- Me excluiste. ¡Estaba asustada y confundida y me dejaste sola¡ -mi voz se rompió cuando le grité, y la ruptura disminuyó mi voz-. No me dejabas que te toque. Te echabas atrás cuando me acercaba.- Observé su rostro suavizarse-. Me prometiste que ya no estaba sola, pero en su lugar, me hiciste pensar que me odiabas. Y creo que te odio un poco por eso.


Me di la vuelta para que no me viera llorar de nuevo.


Dos segundos después estaba girándome en sus brazos.


- Maldita sea, Santana –susurró con voz ronca-. Tú sabes cómo te amo irremediablemente……y sabes que tan sólo con tu mirada tienes a cualquier hombre o mujer a tus pies.


Había tanto alivio de sentir sus brazos alrededor de mí, su pecho debajo de mí. Inhalando su aroma. Empapándome de ella. Pero no le devolví el abrazo.


- Lo siento –dijo casi a punto de quebrarse, con desesperación, a mi oído, liberándome para mirarme a los ojos. Apartó el cabello de mi rostro antes de acunarlo entre sus manos. Había algo como pánico en ellos-. Santana, nunca te haré sentir así otra vez. Lo prometo. Lo siento tanto.- Me besó con desesperación, saboreando mis lágrimas-. Estaba asustada. Actué como una idiota, pero sólo era debido a que este es nuestro hijo. Significa más para mí que cualquier otra cosa jamás lo ha hecho. Lo jodí. Lo arruiné esta vez, pero lo lamento. Lo lamento tanto, cariño. Te amo. ¿Me crees? –Me presionó más contra ella, sus manos recorriendo mi espalda-. ¿Me crees?


Respiré profundamente, intentando dejar ir los últimos días. Sería muy fácil aferrarme al dolor y la ira. Pero en su lugar, vi en retrospectiva a los años cuando estaba tendida en los brazos de Brittany, agradecida de que ella me hubiera perdonado por todo lo que le hice pasar.


Levanté los brazos y los envolví en torno a su espalda.


- Te creo.


Me beso una vez más, esta vez más lento, más profundo. Cuando se apartó, estaba frunciendo el ceño.


- Lo jodí –repitió en voz baja.


- Bueno, era tu turno.


- Habrá veces –murmuró contra mis labios -, cuando no nos gustemos mucho la una a la otra, pero necesito que sepas que nunca dejaré de amarte. Esta vez fui yo la que estaba aterrorizada de perderte, y te alejé porque tenía miedo de escuchar lo que ibas a decir. Si, Dios no lo quiera, alguna vez te lastimara, dímelo. No me dejes fuera. No me cierres la puerta de la ducha en la cara. Grítame. No me dejes escapar de ello hasta que estés almacenando toda esa furia y decepción, y mirándome como si estuvieras atormentada. Porque…..juro por Dios, que esa mirada en tus ojos esa noche en la ducha, casi rompió en mil pedazos mi corazón que sólo te pertenece a ti y a nuestro hijo. Tenemos que dejar de hacernos eso la una a la otra. Ahora mismo.


Asentí, aferrándome a ella, el alivio y el perdón derritieron mi cuerpo en el suyo.


- Lo prometo. Y no sólo por ti y por mí. Tenemos un bebé en el que pensar de ahora en adelante. Por cierto, felicidades rubia sexy…….pronto seremos madres.


Los ojos de Brittany se iluminaron.


- Felicidades, cariño.


Me reí.


- Oh, Jesucristo, eso nos tomó demasiado tiempo.


Me levantó en sus brazos, mis pies dejando el suelo. Automáticamente me sostuve de su cuello y envolví las piernas alrededor de su cintura, sólo para encontrarme siendo bajada sobre mi espalda en la cama.


Brittany yació encima de mí, con sus ojos amorosos mirando directamente a los míos.


- Te he extrañado.


Deslicé las manos debajo de su pijama, sintiendo su espalda caliente y vibrante debajo de mis dedos.


- También te he extrañado –le dije con la voz quebrada-. Te amo demasiado. Incluso cuando no te guste mucho, te amé plenamente.


Su pulgar rozó por mi pómulo.


- Al igual que yo a ti, mi amor. Y jamás dejaré de amarte. Pero en caso que tengas tus dudas –me lanzó una sonrisa rápida y traviesa mientras sus dedos se curvaban en la cinturilla de mis pantalones de chándal-, permíteme mostrarte cuán inmenso y profundo…..y frenéticamente te amo.


Incliné las caderas, dándole mejor acceso para que poco a poco me sacara los pantalones. Tan pronto como se habían ido, rodeé su espalda con mis piernas y sus hombros con mis brazos.


- Vamos a hacer esto en la ducha –murmuré con avidez contra su boca.


Sosteniéndome con fuerza, Brittany se puso de pie y acunó una mano en mi nuca, llevando mi boca a la suya. Nos devoramos en ese beso, saboreándonos, nuestros labios hinchándose por los constantes besos apasionados.


- Me encanta besuquearme contigo –le confesé, acunando su cuello mientras comenzó a caminar hacia el baño.


Sonrió en acuerdo y lentamente me bajo al suelo una vez que estuvimos dentro del cuarto de baño. Me saqué la camiseta y me estiré para encender la ducha mientras Brittany se desvestía. Despojándome a mi misma de mi sujetador y bragas, mis ojos hambrientos vagaron por el cuerpo de mi irresistible esposa cuando se sacó la fina lencería que tenia puesta. La parte inferior de mi vientre se apretó con necesidad cuando me atrajo con cuidado a ella, sus ojos claros ardiendo con deseo, sus manos acariciando mi columna, tocando la curva de mi trasero.


Suspiré, pasando mis manos mis manos por sus pechos, antes de darle besos suaves a cada uno de ellos, deteniéndome para saborear uno de sus pezones con mi lengua.


Me apretó el trasero, gimiendo y atrayéndome más hacia ella. Continúe explorándola, mi boca trazando besos por su piel, mientras mis manos bajaban rozando sus pechos y abdomen, rocé su cintura, y agarré su firme trasero.


Como represalia, Brittany soltó mi trasero, acariciando mis lados hasta que cubrió mis dos pechos sensibles con sus manos. Un dolor placentero se disparó a través de mí cuando los masajeó y jadeé, arqueando el cuello.


- Están sensibles –susurré, recordándole mi estado de embarazo.


Los masajeó más fuerte y sentí una avalancha de excitación dispararse entre mis piernas.


- Brittany –gemí, presionándolos con más intensidad contra ella.


Para mi decepción, liberó su agarre en mí.


La miré cuestionándola y sonrió, contestando sin decir nada al arquearme sobre su brazo y levantar mis pechos a su boca ardiente y húmeda. Grité por la sensación de sus dientes raspando con suavidad mi pezón y luego estaba esperando por compasión mientras ella chupaba hondo en su boca.


Mis pechos nunca habían estado tan sensibles antes.


- Oh, Dios, creo que me voy a correr –dije jadeando, incrédula, mis caderas ondulando contra ella.


Como si tuviera que probar esa teoría, Brittany succionó más fuerte, rodeando mi pezón con su lengua, mientras apretaba y masajeaba mi otro pecho.


Estaba en llamas, mi cuerpo entre caliente y tieso.


Y luego sentí la repercusión en mi estómago y la humedad resbaladiza entre mis piernas. Acababa de tener un mini-orgasmo causado por Brittany jugando con mis pechos.


Ella levantó la cabeza cuando sintió mi cuerpo relajarse, con su mirada inquisitiva.


Respirando con dificultad, sonreí lánguidamente, apartándole el cabello del rostro.


- Sí.


Brittany deslizó su mano por mi estómago sin esfuerzo y me estremecí, mi sexo apretándose con anticipación. Deslizó dos dedos dentro de mí fácilmente y sus ojos se oscurecieron.


- Estás empapada.- Movió sus dedos repetidamente y me mecí contra ellos-. Esto va a ser divertido, mi amor –murmuró en tono amenazante.


Me aferré a sus hombros, moviéndome contra sus dedos.


- Cariño, no te detengas.- Estaba cerca de nuevo.


- Quiero probarte –dijo Brittany, deteniendo la penetración-. Quiero que te corras en mi lengua.


No iba a discutir con eso.


En segundos me encontré dentro de la ducha, con la espalda contra la pared, Brittany de rodillas. Ella enganchó mi pierna por encima de su hombro y yo hundí los dedos en su cabello a medida que bajaba su boca mientras el agua de la ducha caía a raudales por su espalda. Consumida por el placer, con perseguir el orgasmo, nada más importaba salvo su lengua rodeando mi clítoris, sus dedos bombeando dentro de mí. Mi cuerpo se puso rígido cuando el clímax se precipitó sobre mí. Grité el nombre de mi esposa mientras me estremecía por mi liberación contra su talentosa lengua aún lamiendo.


Aletargada, lánguida, mis manos se deslizaron para descansar sobre los hombros de Brittany, pasando por sus pechos mientras ella se levantaba, besándome con un erótico beso húmedo. Con una mano agarró la parte posterior de mi muslo derecho, y con la otra mi trasero y de alguna manera me las arreglé para saltar hacia arriba, envolviendo mis piernas alrededor de ella para que pudiéramos dirigirnos a nuestra cama. Mis músculos internos se estremecieron ante su cercanía y caricias ardientes y Brittany gimió contra mis labios.


Nuestras miradas se sostuvieron mientras ella me depositaba lenta y suavemente en la cama de nuestro dormitorio, con nuestra respiración haciéndose más superficial de forma constante.


- Te extrañé –gimió, y sus caricias en mi cuerpo eran delicadas y fuertes a la vez mientras se posicionaba en mí para terminar con cualquier distancia y empezar con unos movimientos excitantes.


- También te extrañé –la besé. La besé con todo lo que tenía y Brittany dobló un poco las rodillas, los movimientos que hacia eran mágicos, inigualables…….en ese momento supe que sólo con ella podía sentirme así, sólo ella……..yo siempre la amaría sin importar nada……y ella era sólo mía, me lo había demostrado siempre.


Mis uñas se clavaron en su piel mientras continuábamos haciendo el amor con una lenta intensidad que de seguro me mataba. Todos mis músculos estaban rígidos mientras alcanzábamos otro clímax.


El cálido aliento de Brittany resopló en mi boca.


- Córrete para mí, Santana –jadeó, con sus caderas flexionándose más rápido a medida que se acercaba un orgasmo de grandes magnitudes para ambas.- Necesito que te corras, mi morena hermosa.


Como si fuese una señal la presión en la parte inferior de mi cuerpo explotó y me hice pedazos en un grito ahogado.


- Joder –gruñó, presionando su rostro en mi cuello mientras aceleraba el ritmo de movimientos que ella había marcado, con mayor intensidad, hasta que su propio grito de clímax fue amortiguado contra mi piel. Sus cuerpo se sacudió contra el mío, estremeciéndose con fuerza.


Me quedé allí, entrelazada a su cuerpo por un tiempo mientras tratábamos de recuperar el control de nuestra respiración.


Finalmente, Brittany levantó la cabeza y antes de que yo pudiera decirlo ella sonrió con suficiencia y murmuró contra mi boca:


- La mejor ducha y experiencia de mi vida.


**********************************************************************************************


Brittany miró fijamente la vista y luego se volvió hacia mí con una arruga de confusión en medio de su frente y una pizca de irritación en sus ojos.


- Y estamos aquí, ¿Por qué?


De pie en la parte alta de la Estatua de la Libertad, envolví mis brazos alrededor de la cintura de mi atractiva esposa y me apreté con fuerza, inclinando mi cabeza hacia atrás para mirarla a los ojos.


- En algún punto tuviste la impresión de que sólo vengo aquí cuando estoy desesperada. Creo que es por eso que me excluiste. Estabas enojada que viniera aquí cuando me enteré de nuestro bebé.


Ella asintió, con su agarre en mis caderas apretándose.


- No tenemos que volver a discutir esto, Santana.


Era una semana después de nuestra reconciliación y las cosas desde entonces habían sido vacilantes, un poco frágiles, pero buenas. Estábamos adaptándonos de nuevo, pero esta vez como una pareja que esperaba a su primer hijo. Brittany estaba tan emocionada de ser mamá que realmente me estaba ayudando a superar mis miedos. También hablé con ella acerca de ver a la Doctora Sylvester de nuevo y habíamos acordado verla juntas, de modo que ella entendiera todavía mejor lo que me estaba pasando. Ver a una terapeuta no estaba en la lista de cosas que Brittany alguna vez quisiera hacer, pero lo estaba haciendo por nuestra familia.


- No lo voy a discutir de nuevo –le prometí.- Necesito que sepas que no vengo aquí cuando estoy desesperada.


Ella frunció el ceño.


- ¿No lo haces?


- No.- Sonreí, sacudiendo la cabeza-. Vengo aquí siempre que necesito calma. Algo de paz y tranquilidad para procesar las cosas. Cuando me enteré que estaba embarazada todo simplemente llenó mi cabeza. Mi mamá y papá. Andrés. Tú. Shelby. Clark. Todas las personas que amo. Y el bebé, nuestro bebé. No sabía si estaba asustada, feliz, triste o emocionada. Es una sensación incómoda tener toda esa basura chocando sin enfoque. Vine aquí para enfocarla de modo que pudiera encontrarle la vuelta a lo que estaba sintiendo. Pero apareciste antes que pudiera.


- Y salté a conclusiones.


- Sí. Luego quería hablarlo detenidamente contigo. Realmente lo hacía. Quería tu ayuda.


- Y fui una completa imbécil.


Me eché a reír.


- No es por eso que te traje aquí. Te traje aquí para que supieras que esto no es como hace tres años. Cuando tenga que encontrarle la vuelta a algo no voy a huir de ti. Pero si vengo aquí necesito que sepas que es sólo un lugar al que me gusta venir en busca de paz y tranquilidad. No te estoy excluyendo de ello. Quiero compartirlo contigo.


Inclinó la cabeza para hablar en voz baja contra mi boca.


- Este es tu lugar. No tienes que compartirlo conmigo. Con tal de que compartas lo que está pasando contigo, soy feliz.


- Definitivamente puedo hacer eso.


Sonriendo, Brittany agachó la cabeza mientras abría su chaqueta y sacaba un pequeño paquete del bolsillo interior. Tenía una forma extraña y estaba muy mal envuelto para regalo.


- Para ti.


Perpleja, tomé el obsequio.


- ¿Qué es?


Se encogió de hombros, todavía sonriendo.


- Sólo algo para recordarte quién eres y la gran madre que vas a ser.


Agradecida de que pensara así, rápidamente desenvolví el regalo, con mi corazón dando un vuelco en mi pecho cuando lo reconocí. Era un sonajero de bebé de plata y si le daba la vuelta encontraría mi nombre grabado en un lado y el de mi hermano menor Andrés grabado en el otro. Había sido mi sonajero y cuando llegó Andrés hice que mi mamá mandara a grabar el nombre de Andrés en el otro lado para que yo pudiera dárselo a mi hermano menor. Mi madre lo había guardado en una caja forrada de seda, con la esperanza de que hubiésemos comenzado una nueva tradición de dejarlo en herencia en la familia. No era una historia que le hubiese contado a Brittany, incluso cuando lo había rescatado de la instalación de almacenamiento en Milán cuando habíamos ido allí para limpiar las pertenencias de mi familia.


Incluso sin conocer la historia, ella había sabido que significaba mucho para mí.


- Lo saqué de la caja con todas las cosas que has guardado de tu familia, lo mandé a pulir.- Lo volteó en mi mano para que el nombre de Andrés quedara hacia arriba-. Estaba pensando que si tenemos un pequeñito, podríamos llamarlo Andrés.


Tragando el nudo de emoción obstruyendo mi garganta, asentí.


- Me gustaría eso. Gracias.- Arrojé mis brazos alrededor de su cuello, el sonajero apretado fuertemente en mi puño, mientras la besaba.


Nos besamos, dulces roces de nuestros labios que rápidamente se volvieron ardientes. Mi respiración era pesada cuando me aparté, presionando mi frente contra la suya.


- ¿Crees que por fin lo superamos?


- ¿Lo superamos?


- Toda la mierda.- Sonreí descaradamente-. ¿Crees que por fin entendemos todo la una de la otra?


Brittany negó con la cabeza, presionando otro beso en mis labios mientras me aferraba a ella.


- No, nena. Vamos a pasar cada día madurando. Aprenderemos nuevas cosas acerca de nosotras mismas, mucho más la una de la otra.


Me aparté.


- ¿Alguien le dijo alguna vez que cuando su miedo no se interpone en el camino de su perspicacia, es una mujer increíblemente sabia, Señora Pierce?


Ella puso los ojos en blanco.


- ¿Alguna vez voy a conseguir que olvides eso?


Solté un bufido, pasando mi brazo a través del suyo mientras empezábamos a pasear por el monumento.


- Cuando lo arruiné bromeaste sobre ello de manera inapropiada durante meses y luego lo sacabas de vez en cuando siempre que querías asegurarte algo.


Ella gruñó.


- Te permitiré que me manipules emocionalmente con eso durante una semana.


- Un año.


- Un mes.


- Un año.


- Seis meses.


Pensé en ello. Ese era un periodo bastante prolongado de tortura y probablemente encajaba mejor con el transcurso de nuestro embarazo.


- Está bien, seis meses. Pero debería advertirte que incluirá más que manipulación emocional.


- Da más detalles.


Le sonreí.


- Estoy embarazada. Mis peticiones, antojos, pueden resultar un poco escandalosos.


Su cuerpo se estremeció de risa.


- Estás llevando a nuestro hijo. Probablemente me echaría la culpa si asesinaras a alguien.


- Probablemente harías eso de todos modos, embarazada o no.


Brittany sonrió suavemente hacia mí.


- Quita el probablemente en ello.


Riendo, me aferré con más fuerza.


- Voy a hacer que vayas conmigo a comprar ropa de maternidad.


- Puedo manejarlo. De hecho, tengo bastantes ganas de que tengas tu barriguita.- Ella pasó una mano a través de mi estómago, algo que había llegado a hacer un montón de veces.


- ¿Mi barriguita? ¿Por qué?


- Es una cosa propia de mi forma de ser –bromeó.


- Da más detalles –le repetí sus palabras.


- No estoy segura de que quieras saber. Recientemente acabas de dejar de estar enojada conmigo.


- Brittany……….


Se detuvo justo cuando estábamos a punto de caminar fuera de la entrada de la Estatua de la Libertad hacia el panorama que se nos ofrecía. Dejé que me halara contra ella mientras se inclinaba para susurrar su respuesta en mi oído.


- Cuando cada persona vea nuestra barriguita, sabrán que yo fui y soy a quien amas, sabrán que eres mía y yo soy tuya, y que eso creciendo dentro de ti es nuestro hijo.


Mis labios se abrieron mientras me echaba para mirarla a los ojos.


- La idea de la barriguita te excita –dije de forma más sucinta.


Ella sonrió sin arrepentimiento.


Me encogí de hombros.


- Por mí está bien. Empiezo a mostrarla durante mi segundo trimestre, y he oído que es también cuando me pondré cachonda como el infierno.


Brittany agarró mi mano cuando empezamos a caminar hacia la salida.


- Haré mi mejor esfuerzo por complacerte.


- Estoy esperando mucho –bromeé-. Comentarios obscenos en restaurantes, sexo en baños, autos, ascensores, vestuarios de tiendas de ropa de maternidad………


Mi esposa se echó a reír, dejando ir mi mano para envolver su brazo alrededor de mis hombros y acercarme más a ella.


- Te faltó el sofá, la mesa de la cocina, la ducha, la bañera…..y la cama también podría funcionar, ya sabes.


- Tenemos que conseguir un taxi.- Empecé a caminar más rápido por la avenida.


Sentí a Brittany sonriéndome.


- ¿Hormonas del embarazo?


- Hormonas inducidas por Brittany –refunfuñé, parando un taxi negro en sentido contrario. Me volví hacia ella, con los ojos brillando con anticipación-. Dado que lo jodiste la semana pasada, yo estoy a cargo. Y voy arriba. Vamos a ver cómo va a partir de ahí.


Suspiró profundamente, como si fuese una privación tal.


- Ah, y así comienza.





FIN………….