[Resuelto]FanFic BRITTANA "Play With Me" EPÍLOGO

Hola      ……buenas tardes       a todas/os (me siento tan       extraña actualizando a estas horas jajajajaja)………..a pedido masivo       hoy la actualización por adelantado……..quise retribuir       a su gran apoyo a la historia publicando temprano el capítulo y porque más tarde estaré       ocupada con tareas y cosas de la Universidad.



Me gustaría       saber su opinión………¿Qué me aconsejan?¿qué hacer cuando una persona que creías era totalmente justa e intachable resulta ser un fraude? (ojo, que la situación me dejo muy pensativa ante algunas noticias hoy en la mañana que terminaron por defraudarme de una persona en la que creí……..por si acaso no son cosas del corazón eh)




*Para quienes no hayan leído la historia anterior, esta es la dirección:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo



*Próxima actualización: día sábado…….me encantaría hacerlo antes, pero pasa que en estos días ando algo ocupada con cosas de la Universidad (por eso me tomé algo de tiempo para actualizar el día de hoy antes de ir a clases, y psss el siguiente capítulo esta a media adaptación) (*debo decir que el siguiente capítulo está presente el elemento       wanky en su contenido, y pues esas situaciones son algo complejas para mí……..creo que ya me sonrojé       jejejeje)…….pero si pudiera actualizar antes lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo




Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.



Y la canción del día es……….




*Hace poco tiempo atrás empecé a oír algo de salsa y entre estas canciones esta de Marc Anthony (ya luego me dicen que les pareció)       jejejeje



NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana)……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Play With Me” de Kristen Proby, la traducción de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)


Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York y mantendré el nombre de la historia original, es decir, “Play With Me”. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente       jejejeje.



Algo más……en la historia original el deporte al que se alude es fútbol americano, sin embargo pensé que lo ideal en el caso de nuestra pareja preferida el tenis se ajustaba mejor



Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.












Me despierto y me siento en la cama, al principio desorientada. Estoy vestida con una sugerente y definitivamente sexy pijama de Santana. Que inmediatamente me hizo recordar. Estoy en una gran habitación, bañada por la luz de la luna, y estoy en la habitación de Santana.


En la cama de Santana.


La sexy morena está durmiendo profundamente a mi lado, de frente a mí. Su hermoso rostro está relajado en el sueño y hay unos pequeños pero adorables hoyuelos que se le forman en el rostro mientras sonríe inconscientemente. Su cabello está más enmarañado que de costumbre, pidiendo a mis dedos pasar a través de él.


Así que lo hago.


Ella está en unos sugerentes shorts y camiseta de pijama, y aquí, en su habitación bellamente decorada, con una cama del tamaño de un pequeño país, ella fue una dulce y perfecta dama tan respetuosa conmigo.


La amo y odio por eso.


Estoy lista para entregarme a ella sin reservas. ¡Mierda! Creó que ya le di mi corazón. Y eso que me asusta cómo el infierno. Estoy así por un largo rato, acariciando suavemente su cabello, memorizando su rostro adormecido. Ella se acerca un poco más hacía mí, tomando mi mano en la suya y la besa. Sin abrir los ojos me jala contra su pecho, envolviendo sus brazos alrededor de mí y me abraza fuertemente.


―Vuelve a dormir cariño ―susurra y besa mi cabello.


Mis ojos se cierran, y me duermo escuchando el sonido de su corazón contra mi oído.




― ¿Sabes cómo manejar un auto sincrónico? ―Santana me pregunta algo nerviosa, mientras ajusto el asiento del conductor de su sensual Mustang.


―Claro que sí. No me insultes. ―Le doy una mirada seria, e inmediatamente me río histéricamente, brincando emocionada en el asiento―. Dame las llaves.


―Eres adorable. ―Ella está sonriendo hacía mí, disfrutando de mí entusiasmo. Está dejándome conducir su auto, para la cita de esta noche.


―Estoy lista para conducir; entrégalas, López. ―Extiendo mí mano, con la palma hacía arriba, a la espera de las llaves. Ella besa mi mano, y deja las llaves en ella.


―Ok, vamos.


Sujeto el embrague y enciendo el auto que parece ronronear a la vida y suspiró de felicidad.


―Podría tener un orgasmo mientras conduzco ―insinúo casualmente.


―Preferiría que no lo tengas ―Santana se ríe―. Vamos a intentar llegar seguras cariño.


― ¿Hacia dónde estamos yendo? ―preguntó y comienzo a salir del garaje, pero el auto se detiene provocando una sacudida frenética.


― ¡Mierda Santa! ―exclama Santana, agarrándose de la puerta del auto.


―Lo siento. Sólo estaba acostumbrándome al embrague. ―Enciendo nuevamente el auto y salgó del garaje, ignorando las miradas que venían de la sexy pasajera sentada a mí lado.


―No mates el motor.


―Oh, cálmate. Es sólo un auto, ¿cierto? ―bato las pestañas hacia ella y le doy una sonrisa, cuándo ella toma mi oreja con sus dedos torciéndola―. ¿Para dónde vamos?


―Boliche, la pista no está muy lejos de tu casa.


― ¿Una cita de parejas? ―preguntó, incrédula.


―No, una reunión familiar ―aclara Santana.


Miró fijamente su perfil por unos segundos, luego regresó la mirada hacía la vía, sin poder dejar de reír.


― ¿Este es tú plan para mantener tus manos alejadas de mí, hasta que termine la tercera cita oficialmente? —preguntó.


Ella sonríe frotando sus manos por su cara.


―Mierda.


―Casi hicimos el amor con tu familia sentada a unos veinte metros de distancia anteriormente, Santana.


Ella me mira y luego sonríe nuevamente.


―Desde ese entonces eras caliente para mí.


―Sea como fuera, no te quedes pensando ―ahogo una sonrisa, y regreso la conversación al programa―. ¿Por qué jugar boliche?


―Bien, algunas veces por año nos gusta reunirnos con toda la familia en algún lugar.


La miro boquiabierta, intentando colocar en mi cabeza, a Artie Abrams, el director de cine, en un boliche.


―Quédate tranquila cariño, está todo bien, te enseñare a jugar.


Está vez, no puedo contener mi sonrisa presumida. Juego muy bien, muchas gracias, pero la dejo pensar que va a darme instrucciones. Hmmm…Santana presionándose contra mi espalda, mostrándome cómo rodar la bola hacia abajo por la pista…


Si, esto tiene posibilidades.


― ¿Entonces, quien va a estar allá? ―preguntó, y a propósito salgo de mi carril, para asustarla.


― ¡Oye, mantente en tu carril!


―Tienes seguro. ―Le sonrío, ganando otra mirada furiosa. Doy una alta carcajada, divirtiéndome tanto con ella, como con el auto.


Éste auto es jodidamente increíble.


― ¿Quién viene con nosotros? ―preguntó nuevamente.


―Rachel y Quinn, Artie y Kitty, Mary, Isaac y Stacy, aunque ella solo va a ver, ya que está miserablemente embazada en éste momento. ―Ella me ofrece una larga sonrisa―. Y creó que Puck, Caleb y la hermana de Artie, Samantha, están viniendo también está noche, con eso conseguimos reunir a todos.


―Voy a necesitar algunas bebidas ―murmuró, y Santana hace una mueca.


―No, sin alcohol para cualquiera de nosotras está noche. ―Ella sacude la cabeza con firmeza.


― ¿Por qué no?


―Porque cuándo te lleve de vuelta a mi cama más tarde, voy a hacer el amor contigo por horas, y no estarás apenas despierta para eso, tendrás pleno uso de tu hermosa consciencia. ―Toma mi mano con la suya, entrelaza nuestros dedos y besa los míos―. Quiero hacer el amor contigo sin alcohol hoy, Britt. Por favor.


¿Cómo puedo rechazar eso?


―Ok, sin alcohol ―asiento y mi estómago se retuerce y da vueltas nerviosamente. Ella sonríe suavemente y besa mi mano nuevamente, antes de que entre al estacionamiento del boliche. Encuentro un espacio, y apago el motor, luego tomo una profunda respiración.


―Gracias por dejarme conducir tu auto ―murmuró hacia ella con una gran sonrisa en mi rostro.


―De nada. Te ves caliente conduciendo este auto.


―Es el auto. Cualquiera estaría caliente mientras conduce.


― ¿Puedo tomar mis llaves de regresó ahora? ―pregunta ella.


Encontramos a todo el grupo ya en el boliche, calzando los zapatos y escogiendo las bolas. El local es pequeño, en un barrio del centro de Nueva York, y estoy segura de que fue escogido a propósito, para minimizar la posibilidad de que Artie y Santana fueran reconocidos. Los pasillos son oscuros, y el local es iluminado con la luz negra, y música pop está sonando bien alto. Ésta es, obviamente, noche de techno en el boliche.


Santana y yo nos acercamos al mostrador.


—Queremos alquilar zapatos ―ella sonríe hacia mí, y yo hago una mueca.


―Y alquilar una enfermedad de pies.


Ella ríe alto y besa la cima de mi cabeza.


―Ellos lo desinfectan, creo.


― ¿Con que, Aquanet8? ―Miró la lata de spray en el banquillo y al chico detrás del mostrador que me da una fea mirada.


― ¿Tamaño? ―pregunta el tipo grande.


―Treinta y seis ―murmuró.


―Treinta y cuatro ―responde Santana y doy una risita.


― ¿Qué? ―preguntó ella.


― ¿Sabes lo que dicen sobre las personas con pies pequeños?… ―le doy otra risita, mientras ella me mira, y si no me engaño, confundida.


―Compórtate.


― ¿Qué dije? ―preguntó inocentemente.


―Sí, no te hagas la inocente, cariño. ¿Tenías que usar esa ropa?


Miro hacia mi vestido rojo, largo a la altura del muslo, y me encojo de hombros frunciendo el ceño.


― ¿Qué está mal con mi vestido?


― ¿Está llevando bragas? ―murmura en mi oído, para que sólo yo pueda oírlo.


―Claro que no.


―Eso es lo que está mal con tu vestido.


― ¡Oye, vamos a comenzar éste juego, Santana! ―grita Rachel desde la pista, y nos unimos a ellos. Kitty y Rachel me jalan hacía un gran abrazo. Estoy emocionada por verlas. Realmente las extrañé estos últimos años.


―Hey, chicos ―Santana aprieta la mano de sus hermanos, y besa a las chicas en la mejilla, sentándose para colocarse los zapatos.


―Hey, Britt, ¿cómo estás? ―pregunta Stacy desde su silla. Santana no estaba bromeando cuándo dijo que ella estaba increíblemente embarazada.


―Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás sintiéndote, pequeña mamá?


Stacy ríe y frota su vientre.


―Oh, ¡está moviéndose! Aquí. ―Ella toma mi mano, jalándome para agacharme frente a ella y coloca mi mano sobre su vientre, y con seguridad, el bebé está empujando fuerte contra mi palma.


―Es un bebé que se mueve bastante y pareciera que extendiera y moviera sus manitas. ―Sonrío hacia ella y ella ríe.


—Mis costillas estarían de acuerdo. Será un excelente jugador de tenis.


―Sí, tenis. ―Todos los hombres la corrigieron al unísono, y nos reímos.


―Yo soy Mary ―una mujer hermosa, de cabello castaño, con ojos más oscuros, estaba sonriendo hacía mi desde su asiento al lado de Stacy―. Nos conocimos en la fiesta, pero realmente no llegue a conversar contigo.


―Hola, Mary. Soy Britt. ―Me levanto, y estrecho su mano.


― ¿En serio? Podemos comenzar aquí. ¡Dios, ustedes! ―exclama Rachel. Kitty y Artie están agarrándose, de nuevo.


―Ignóralos ―murmura Quinn en su oído y Rachel sonríe hacia ella. Wow, ella la ama. La Rachel que conocí, nunca miró a alguien así. Naturalmente, Quinn es una bellísima rubia que se complementa perfectamente con Rachel. El tatuaje que lleva en su brazo derecho es de una chica mala y audaz.


―Para de comerte con los ojos a mí cuñada ―gruñe Santana en mi oído.


―No lo estoy. Estoy sólo apreciando el tatuaje en su brazo.


―Hablando de tatuaje, ¿Qué música es esa en tu brazo, Britt? ―pregunta Puck, refiriéndose al tatuaje en el interior de mi brazo.


―Oh, sólo una canción ―digo despreocupadamente, y buscó en mi cabeza algo para cambiar la conversación. Prefiero no discutir sobre la canción, o lo que significa para mí.


Todavía no.


―Está bien, ven acá, voy a mostrarte cómo tirar la bola.


―Oh, no tienes que… ―Rachel comienza, pero sacudo la cabeza hacía ella, interrumpiéndola. Ella sonríe dulcemente hacía su hermana―. Espera. Ve hacia adelante y muéstrale a ella.


― ¿Eres la mujer correcta para ese trabajo? ―pregunto sarcásticamente.


―Me llevo bien con cualquier deporte, cariño. Además soy muy hábil con las manos. ―Ella me guiña, una expresión maliciosa en su rostro―. Trabajo en el deporte para vivir.


―Oh, mi Dios, por favor, no hables toda la noche sobre deporte y habilidad de tus manos, ambas sabemos a qué quieres referirte ¿verdad? Me voy a enfermar ―Rachel le hace una mueca, y Santana sonríe.


Santana escoge una bola y regresa hasta la pista, doblando el dedo hacia mí, con una sonrisa en sus labios sensuales.


―Oh, gracias a Dios que estás aquí para mostrarme cómo lidiar con los deportes ―anuncio sarcásticamente, ganando risas de nuestros amigos.


―Vamos, graciosa. ―Estoy al frente, y ella dobla su cuerpo detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mí y coloca la bola en mis manos. Para torturarla un poco más, muevo mi trasero contra ella, inclinado mi cuerpo junto al de ella.


Ella gime bajo en su garganta y maldice sobre su respiración, antes de comenzar sus instrucciones.


―Tienes que ser gentil con la bola. Respétala. Visualiza en tu cabeza, dónde quieres que vaya la bola. ―Sonrío y huelo su cuello, y ella hace una mueca.


―Presta atención.


Aclaro mi garganta.


―Lo siento mucho.


― ¿Quieres intentarlo? ―pregunta ella.


―Seguro.


―Está bien. Buena suerte.


Ella acaricia disimuladamente mi trasero, y se aleja hacia atrás, y tengo que morderme el labio para no romper en una histérica carcajada. Tomando mi posición de costumbre, alineo la bola con la flecha que va a llevarla a casa, doy un, dos, tres pasos y en seguida ruedo la bola hacia abajo por la pista. Se mueve rápidamente en línea recta sobre la flecha que apunté para golpear, ¡acierta al pino de cabeza y cae!


¡Strike!


― ¡Sí! ―Golpeo las palmas y giro con los aplausos, mirando a una Santana estupefacta.


―Me engañaste.


―Sobrevivirás. ―Me encojo de hombros, y paso mis brazos alrededor de ella para abrazarla.


― ¿Juegas? ―pregunta.


―Ella es una excelente jugadora. Perdíamos con ella todo el tiempo ―dice Kitty hacia ella, y sonríe presumidamente.


― ¿Por qué no me dijiste? ―pregunta ella.


― ¿Y dañar la diversión de que me mostraras cómo lidiar con los deportes? Nunca. Los ojos de Santana se estrechan y me mira, y no puedo evitar mi gran sonrisa. ¿Cuándo había disfrutado de atormentar tanto a alguien?


Nunca, creo que no.


Ella se inclina y susurra en mi oído.


―Vas a pagar por eso más tarde.


―No puedo esperar ―respondo y me deslizo, hacía atrás, para unirme a las chicas.


Caleb es el próximo en golpear todos los pinos en un Strike. Wow, es muy musculoso y, bien, un poco terrorífico. Es el primo de Santana, un auténtico militar, y es tan grande, alto, largo y musculoso, atractivo subyugante como signo distintivo de la familia de Santana. Estoy rodeada de un montón de cosquilleo. Si no fuera yo, estaría con celos de mí. Eso me hace reír de mi misma.


― ¿De qué te estás riendo? ―Artie me pregunta. Tiene ojos bondadosos. Nunca percibí eso antes. Artie Abrams es súper sexy, y muy dulce. Y está completamente enamorado de su esposa e hija.


―Nada, solo intento saber cómo es que llegue aquí.


Él sonríe conscientemente.


― Éste clan puede ser mucho para lidiar.


―Todo el mundo es tan bueno, que es…


―Lo entiendo. ―Él sonríe tranquilamente―. No soy una parte de ellos desde hace tiempo, solo un año. Es muy abrumador al principio.


―Oh, no soy parte de ellos, solo estoy saliendo con Santana.


―Cierto. ―Él sonríe y sacude la cabeza―. Brittany, no sé tú, pero pase un tiempo con Santana, confía en mí. Ella no está sólo saliendo contigo.


Observo a Santana lanzar la bola hacía la línea de la pista, murmurando y pateando el suelo cuando solo golpeó ocho pinos hacia abajo. Mi mirada encuentra la de Artie nuevamente.


― ¿Lo crees?


―Lo sé. Ten cuidado. Diviértete. Ella es una buena chica. ―Y con eso, me da una palmadita en la rodilla y se mueve de regreso hacia su esposa.


― ¿De qué estaban hablando? ―pregunta Santana, mientras toma el asiento desocupado de Artie.


―Nada. Él solo estaba preguntado cómo estaba. ¿Ustedes realmente hacen esto regularmente? ―preguntó, intentando distraernos a las dos.


―Intentamos. Pero generalmente es difícil reunir tantos de nosotros de una sola vez, cómo hoy.


―Es divertido. Y es bueno que a todos les guste salir juntos.


― ¿No te gusta salir con tu familia? ―pregunta Santana.


Mierda. ¿Por qué abrí ese asunto de familia?


―Uh.


―Hey, Britt, ¿has hablado con Sylvia últimamente? ―pregunta Rachel y toma un trago de su cerveza.


Dios, me gustaría beber una cerveza ahora.


―No, no en el último año ―murmuró e inmediatamente comienzo a retorcer mis dedos nerviosamente. Por favor, no preguntes de Sam.


Santana frunce el ceño hacia mí.


― ¿Quién es Sylvia?


―Su madre ―Rachel habla con naturalidad.


― ¿No hablas con tu madre desde hace un año? ―pregunta ella.


Todo el mundo estaba quieto ahora, oyendo está conversación, y yo sólo quiero morir.


―No. Esto no es gran cosa.


Rachel bufa. Kitty se mueve incomoda. Puck me enfrenta en silencio, y el restante del grupo se sentó detrás de la silla, y me miran pensativos.


― ¿Más margaritas? ―pregunta Samantha brillantemente.


―Voy a comprar está ronda ―Caleb y Samantha hacen un viaje hacía el bar para pedir las bebidas, y todo el mundo comienza a hablar sobre otras cosas, para mi alivio.


―Éste asunto no está cerrado ―susurra Santana en mi oído.


―Sí, lo está.


― ¡Amo esa música! ―Rachel se levanta y levanta a Kitty con ella, que luego me levanta y a Mary para unirse a ellas en un baile sobre la pista inventada por ellas. Carly Rae Jepsen está cantando Call Me Maybe. Odio esa música. Y todavía así, no puedo evitar amar la canción.







Samantha y Caleb regresan con un nuevo lote de bebidas, y Samantha se une a nosotras en nuestro frenesí de baile, saltando y balanceándose alrededor de nosotras, Stacy aprieta su vientre, mientras ríe y canta junto con nosotras la divertida música.


Estábamos bailando, cómo una banda de chicas locas. Miro hacia los demás, y ellos están mirándonos con sonrisas en sus rostros.


―Todas tienen el mismo gusto musical de una niña de trece años ―Quinn nos provoca.


―Cada mujer en éste país ama esa canción ―Mary le responde―. Es una ley, eso creo, Hey Puck, ¿no es una ley?


Puck ríe y aprieta los labios, como si estuviera pensando realmente sobre eso.


―No presto atención a las leyes femeninas ―responde finalmente, haciendo que Mary le haga una mueca.


―Traidor.


Cuándo la canción termina, otra comienza, y me encojo. Es Lonely Soul por Nash.


La banda de Sam Evans.


Cómo extraño a Sam.


Él y yo escribimos esa canción juntos, antes de que él partiera a los Ángeles. Sam había ido a mi casa, había salido conmigo, me había oído quejarme de las perras en la universidad. Y quejarme sobre el chico con el cuál salí dos veces, dormí con él.


Y nunca me llamó de nuevo.


Por eso, la regla de las tres citas.


Yo podría decir que él quería ir detrás del idiota y golpearlo, pero él solo me oyó y bebió cerveza conmigo. No era como si yo estuviera llorando sobre aquel idiota, pero poniendo los hechos al único hermano que tuve, que me conocía y conseguía poner las cosas en perspectiva. Y me dio el mejor consejo que ya me había dado hasta aquella noche.


―”Pajarito ―dijo serio― tienes que enseñarles a las personas cómo tratarte. Si te vas a poner como una mierda, y no alegrarte con nada más que el respeto, es eso lo que vas a conseguir. Pero si dejas a las personas pisotearte, y tratarte cómo si fueras desechable, entonces es eso lo que siempre tendrás. Eres muy buena para eso”.


Lo echo de menos.


― ¡Amo está canción! ―exclama Samantha y canta en voz alta.


―Es una gran banda ―Rachel asiente y me guiña.


Me encojo de hombros hacía ella y canto en mi cabeza.


Es realmente una gran canción.




―Cuéntame sobre Sylvia.


Santana y yo estamos de vuelta en su auto, en dirección a su casa, y mis nervios están agitándose dentro de mí. Entonces es eso. Está noche, es la noche.


Realmente quería tener algo para beber.


―Sylvia no importa.


―Es tu madre.


―Confía en mí, la genética no hace de alguien una madre.


―Dime. ―Ella me mira, su rostro es ilegible y suspiró.


― ¿Por qué?


―Porque tenemos que hablar de alguna cosa, o voy a aparcar el auto y hacerte mía en el capó. Y está cita técnicamente estará acabada cuando estemos dentro de la casa. Así que habla.


―Está bien. ―Aclaro mi garganta―. ¿Pero podemos hacer la fantasía del capó pronto?


Ella me mira y sus manos aprietan el volante. Ella no me está tocando.


―Sí. Habla.


―Fui llevada lejos de ella cuándo tenía doce años.


― ¿Por qué? ―pregunta ella, engañosamente suave.


―Porque estaba jodida cómo progenitora. Drogas. Una puerta giratoria de hombres.


― ¿Alguno de ellos…? ―Ella no pudo terminar la frase.


―No. Ella me hacía ir a mi habitación y trancar la puerta, cuándo los hombres estaban alrededor. Principalmente ella me descuidaba, o simplemente se olvidaba de comprar comida, se olvidaba de enviarme a la escuela. Eventualmente una profesora tuvo interés, y me llevaron lejos.


― ¿Qué sucedió luego?


―Estuve rodando por diez lugares adoptivos, por cuatro años.


― ¿Y entonces encontraste una familia para quedarte hasta los dieciocho años? ―preguntó Santana.


―No, luego fui emancipada. El sistema no podía mantenerme más.


― ¿Estuviste por tu propia cuenta a los dieciséis años? ―pregunta ella, conmocionada y con rabia.


―Tenía a Sam. Él ya había venido a Nueva York para ir a la universidad, por eso lo seguí, y estuve con él. Me ayudó a conseguir un empleo, matricularme en el instituto. Fue realmente un hermano para mí.


― ¿Cómo lo conociste? ―La voz de Santana es más suave, pero todavía no parece feliz.


―Primero en el orfanato. Él también estaba allá. Teníamos la música en común. Me enseñó a tocar violín, y tenía un empleo, luego me dio un móvil, para que pudiera estar en contacto siempre con él.


―Estoy feliz de que lo tuvieras a él ―gruñe―. ¿Por qué todavía no hablas con tu madre?


―Le envío dinero todos los meses.


¡Maldición! No quería decir eso.


― ¿Qué? ―ahora, ella está muy, muy enojada―. ¿Por qué demonios le envías dinero?


―Porque me siento culpable ―miró hacía mis manos y me siento avergonzada―. Porque ella probablemente moriría de hambre sin él.


―Ella te habría dejado morir de hambre, Brittany.


―No necesito del dinero. Ella si ―me encojo de hombros―. Y si enviar el dinero la mantiene en Montana, tal vez nunca venga aquí para pedirme nada.


La última parte fue un susurro. Nunca antes le había dicho eso a nadie.


Nunca.


― ¿Cuál es el código? ―pregunta ella con una sonrisa.


―051877 ―respondo y mi morena sexy sacude la cabeza alegremente, tecleando el código y entrando al garaje. Salimos del auto, y ella me lleva hacía la casa.


Por el garaje, entramos hasta una ante sala y después a su maravillosa cocina. Es abierta, con un espacio para servir la cena, y sala familiar, con ventanas desde el suelo hasta el techo, cubriendo una pared entera, con una vista fantástica.


―Realmente amo tu casa ―murmuró y camino hasta las ventanas disfrutando de la vista. Está oscuro. Las luces de las casas y las oficinas se reflejaban en cada lugar.


―Realmente amo tenerte en mi casa.


La voz de Santana es suave. Ella está de pie, a pocos metros detrás de mí. Veo su reflejo en la ventana oscura. Sus manos están en puños a cada lado, y está respirando rápidamente. Sus ojos están pasando de arriba abajo por mi espalda. Encojo mis hombros y giro hacía ella. Mi vestido rojo tiene tirantes finos y fluye hacia abajo alrededor de mis caderas hasta la mitad del muslo con mis movimientos. Su mirada encuentra la mía en el vidrio, y después cierra los ojos con fuerza y exhala.


― ¿Santana? ―preguntó, cuándo me giró para mirarla. Dios, ella es tan hermosa. Está usando un atuendo de diseñador color gris, con las mangas enrolladas en los antebrazos. Está con jeans negros, y ya se quitó los zapatos. Por lo que está descalza. Sus ojos marrones son cálidos en los míos.


― ¿Si, cariño?


― ¿Está cita ya acabó? ―preguntó.


―Creo que sí.


―Gracias a Dios.




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Breves adelantos – Capítulo 9


Me permite el lujo de quedar de pie, solo mirándola. Mi Dios, es físicamente perfecta. Sus brazos, abdomen y piernas son completamente definidos. Su cuerpo es divino cual diosa griega, y en su caso toda una diosa latina y para mi fortuna es…..sólo mía. Su cuerpo es tan hermoso, y casi intimidante.


―Entonces eso es lo que sucede con tu cuerpo, mientras estás entrenando todos los días ―comprendí que lo dije en voz alta, cuando Santana sonrío―. Eres solo…wow.

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―Eres increíble, Britt, amo todo de ti. No necesitas estar preocupada de si vas a gustarme o no……….porque tú para mi eres la persona más perfecta, tierna, afectuosa con los niños, la rubia más sexy que haya visto……..y lo mejor de todo es que eres sólo mía –expresa mientras continua besándome con fervor y pasión.


Ella apoya sus codos a cada lado de mi cabeza, entierra sus dedos en mi cabello y besa el hoyuelo en mi mejilla y después hacía abajo siguiendo hasta mi cuello.


―Eres tan hermosa. Eres lo único que necesito para saber que soy feliz.

**********

―No pasamos todo este tiempo juntas para conocernos una a la otra, llevándonos a la locura, para sólo tener una follada rápida y seguir nuestros caminos. Necesitas comprenderlo, Brittany. Una vez que haga el amor contigo, serás sólo mía y yo seré tuya y de nadie más.


Siento mis ojos ensancharse y mi quijada caer, y sólo puedo mirarla en shock. ¿Ella dijo eso? ¿Y por qué eso no me asusta?

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¿Qué les pareció el capítulo?......................¿Y los adelantos?

      Hola……buenas       noches a todas/os………por fin terminó la semana         jejeje……..quise actualizar antes pero aún estaba algo       saturada con cosas de la Universidad y el capítulo lo tenía a medias, pero lo bueno fue que el esfuerzo       valió la pena en los exámenes que di pues pude obtener la beca para ser auxiliar de docencia.



Debo advertirles que siempre se me hace         difícil adaptar la parte candente de la historia pues en la versión original los protagonistas son un chico y chica…….para el caso nuestro tuve que recurrir a lo que creí conveniente y modifiqué completamente algunas partes pues       San y Britt se lo merecían…..Dios, me sonrojé             mientras escribía algunas escenas       jejejeje, pero en otras deje que mi romanticismo y cursilería       escondidos hicieran de las suyas.



*Para quienes no hayan leído la historia anterior, esta es la dirección:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo



*Próxima actualización: día martes…….salvo que esta vez me conminen por unanimidad a hacerlo antes. Gracias por su comprensión y paciencia.



Algo más…….sé que muchas a medida que lean el capítulo querrán secuestrar       a Santana en 3, 2, 1 jejejeje…………sobre los adelantos sólo diré que no se adelanten a los hechos y prejuzguen a la morena.


Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo



Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.


Y la canción del día es……….




*En el momento de meditar que canción podía poner ocasionalmente oí la que puse a consideración a la par que mi lado       cursi pudo más en mi       jejejeje



NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana)……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Play With Me” de Kristen Proby, la traducción de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)



Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York y mantendré el nombre de la historia original, es decir, “Play With Me”. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente       jejejeje.



Algo más……en la historia original el deporte al que se alude es fútbol americano, sin embargo pensé que lo ideal en el caso de nuestra pareja preferida el tenis se ajustaba mejor



Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.












Salto hacía los brazos de Santana, aferrándome fuertemente a ella, entierro mis dedos en su cabello y la beso cómo si estuviera muriendo, ella agarra mi trasero, poniendo mis piernas alrededor de su cintura y suelto un gemido.


―Vamos hacerlo aquí mismo, en la barra de la cocina ―exclamo con ansiedad y beso su cuello. Ella ríe y me lleva hasta la escalera en dirección a su habitación.


―De ninguna manera, mi cama primero. La cocina después.


―Está bien. ―Asiento. Me inclino hacia atrás completamente confiada de que no va a soltarme y desabotono su precioso atuendo de diseñador. Ella me coloca de pie en el borde de la cama, enciende la luz lateral, toma el borde de mi vestido, sacándolo por mi cabeza en un movimiento rápido. Inmediatamente yo trato de quitarle su sujetador pero ella me aleja de su alcance.


―Ven aquí, quiero verte desnuda.


―Déjame mirarte a ti ―murmura, tomando mis brazos para detenerme.


―No, ya me viste. Déjame verte a ti, Santana. En serio, voy a morir si no quedas desnuda en treinta segundos.


Sus ojos calientan mí cuerpo, mientras ella rápidamente lanza fuera lo que le quedaba de ropa, quedándose solo con una sugerente y sexy lencería de color negro.


Me permite el lujo de quedar de pie, solo mirándola. Mi Dios, es físicamente perfecta. Sus brazos, abdomen y piernas son completamente definidos. Su cuerpo es divino cual diosa griega, y en su caso toda una diosa latina y para mi fortuna es…..sólo mía. Su cuerpo es tan hermoso, y casi intimidante.


―Entonces eso es lo que sucede con tu cuerpo, mientras estás entrenando todos los días ―comprendí que lo dije en voz alta, cuando Santana sonrío―. Eres solo…wow.


Y luego pulsa mi baja autoestima. No me aproximo a lo que veo en Santana…….soy sólo una chica rubia con poco tiempo para los deportes. No soy muy fuerte. No corro. Tengo un trabajo exigente que me mantiene siempre ocupada, y no consigo entrenar en el gimnasio muchas veces. Comienzo a cubrirme, pero rápidamente ella me levanta en sus brazos y me recuesta en su cama, cubriendo mi cuerpo con besos delicados.


―No escondas ese cuerpo increíble, cariño.


Sonrío e intento desviar la mirada, pero ella agarra mi barbilla y me obliga a mirarla a los ojos.


―Eres increíble, Britt, amo todo de ti. No necesitas estar preocupada de si vas a gustarme o no……….porque tú para mi eres la persona más perfecta, tierna, afectuosa con los niños, la rubia más sexy que haya visto……..y lo mejor de todo es que eres sólo mía –expresa mientras continua besándome con fervor y pasión.


Ella apoya sus codos a cada lado de mi cabeza, entierra sus dedos en mi cabello y besa el hoyuelo en mi mejilla y después hacía abajo siguiendo hasta mi cuello.


―Eres tan hermosa. Eres lo único que necesito para saber que soy feliz.


Sus labios viajan a mi cuello y luego hacia abajo a mi esternón. Pasó mis manos sobre sus brazos y hombros, luego a su suave cabello, y después hacía abajo a los hombros nuevamente.


―Santana…


―Shhh. Déjame divertirme contigo.


―Ya te divertiste conmigo. Es mi turno ―me quejó y ella sonríe contra mi estómago.


―Tendrás tu oportunidad, confía en mí, amor. Pero primero quiero besar completamente ese delicioso cuerpo.


Me muevo debajo de ella, impaciente.


―Ya esperamos tiempo suficiente. ¿No podemos sólo follar rápido primero y hacer el amor después?


Ella me sienta rápidamente, y acerca su cuerpo al mío, aferrándome más a ella. Sus ojos están en llamas y está sin aliento.


―No vamos a follar, Britt. Incluso cuándo fuera algo rápido, excitante, o muy sucio, no voy a deshonrarte de esa manera. En la cocina, en la habitación, en el auto o en cualquier lugar que quisiera estar contigo, no va hacer una simple tontería de una follada. Follar es para extrañas o personas que no dan la mínima parte de una hacia la otra ―Ella me abraza y me acaricia tiernamente mientras susurra entrecortadamente lo mucho que me ama, y muerdo el labio para ahogar un gemido.


―Está bien ―susurro y cierro los ojos.


―Abre los ojos ―obedezco―. No eres una follada rápida para mí. ¿Entiendes lo que estoy diciéndote?


―Creo que sí.


―No pasamos todo este tiempo juntas para conocernos una a la otra, llevándonos a la locura, para sólo tener una follada rápida y seguir nuestros caminos. Necesitas comprenderlo, Brittany. Una vez que haga el amor contigo, serás sólo mía y yo seré tuya y de nadie más.


Siento mis ojos ensancharse y mi quijada caer, y sólo puedo mirarla en shock. ¿Ella dijo eso? ¿Y por qué eso no me asusta?


Ella me está mirando, esperando mi reacción y, de repente, me siento……feliz. Esto es lo que quiero. Este es el lugar dónde debería estar.


―Di algo, cariño, porque me estoy muriendo aquí ―paso los dedos por su cabello y tomo su rostro en mis manos, empujándola hacía mí, para poder besar sus labios suavemente. Paso mis labios sobre los suyos, una vez, dos veces, mis ojos nunca dejando los suyos.


―Eres mía ―susurro y veo con satisfacción cuándo sus ojos se dilatan, y la respiración que estaba sosteniendo se escapó.


―Puedes apostar a que lo soy, mi amor ― gime y toma mi boca nuevamente, está vez con desesperación, como si quisiera dejar su marca con hierro. Ella se mueve hacia abajo por mi cuerpo nuevamente, prestando atención especial a cada seno, por mí estómago y, enseguida, abruptamente me gira.


― ¡Hey! Así no puedo verte.


―Este es un ángulo que no había explorado antes ―oigo la sonrisa en su voz―. Veo un nuevo hoyuelo en la mejilla, y no es el hoyuelo que tienes en el rostro, cariño.


―Es falta de educación hablar de mi celulitis la primera vez que hacemos el amor sin reservas, Santana. Y todavía no me has hecho tuya.


Ella le da una palmada en mi trasero con firmeza, haciéndome dar un grito.


― ¡Hey!


―No hay ninguna celulitis allí. Pero tienes los más lindos hoyuelos a lo largo de tu trasero. ―Ella lo besa y, enseguida, muerde cada una de mis nalgas, haciéndome levantar mi trasero en el aire.


―Tienes el más dulce trasero. ―Ella vuelve a besar cada mejilla, y la próxima cosa que siento, es ella separando delicadamente mis piernas, mis labios abiertos, y su boca está en mí.


― ¡Por Dios! ―sus manos aprietan mis caderas firmemente sobre la cama y su boca va hasta mi centro, chupando, lamiendo, mordiendo y cuándo ella chupa mi clítoris y mi piercing en su boca, levantó mi cuerpo del colchón, deseando tenerla más cerca y que esto no acabe nunca, gritando en la almohada por el placer que me provoca, mis músculos pulsando. Finalmente ella suelta mis manos, y me desciende más abajo, tirando mi cabello de mi rostro, y antes de que pueda decir algo, ella levanta mis caderas y pone la boca en mí nuevamente, ansiosamente está vez, rítmicamente empujando su lengua dentro y fuera de mí, mientras su nariz empuja mi piercing.


Es demasiado.


―No puedo ―murmuró, pero ella sólo suelta un gemido contra mí, y aumenta la velocidad de los movimientos de su increíble lengua―. Santana, diablos, no puedo. ―Ella saca su rostro y sustituye su boca con los dedos, dos de ellos, trabajando lentamente en hacerme perder la razón, extendiendo la humedad alrededor de mis labios y clítoris.


―Sí, puedes. Necesito dejarte lista para que seas consciente de que de aquí para adelante sólo eres mía


―Ya soy tuya Santana……..


―Lo sé, pero tienes que saber que ya no habrá más nadie para ti……..además llevo tanto tiempo esperando tenerte así para mí.


― ¡Estoy completamente segura de que quiero ser tuya ahora mismo! ―gritó de frustración y ella ríe.


―Casi. Dios, eres tan sexy, cariño.


La miro, su cuerpo ahora está tenso de deseo y necesidad, y veo su evidente excitación reflejada en sus ojos oscurecidos por la pasión.


― ¿Puedo quitártelas? –pido mientras señalo descarada e inocentemente hacia su sexy ropa interior de color negro.


Sus ojos se estrechan en mí.


―Por favor. ―Ella me ofrece una sonrisa dulce.


Con esa mirada y sonrisa irresistible me da tiempo suficiente para despojarla de la última prenda que la cubría y ella está arrodillada frente a mí, completamente desnuda.


¡Por todos los cielos, esta sexy y ardiente morena es tan hermosa!


Realmente hermosa.


―Amo eso ―susurra, mientras frota el dedo en mi piercing, haciéndome retorcer.


―Me alegra.


―Es muy sexy. ―Ella se inclina y pasa su lengua sobre el piercing dos veces y aprieto su cabello en mis dedos y disfruto con cada uno de sus movimientos. Cuándo soy capaz de abrir los ojos de nuevo, Santana sube a mi cuerpo, cubriéndome de caricias y besos que reflejan su ansiedad y amor por mí.


―Mmm… ―suelto un gemido y envuelvo mis brazos alrededor de ella, manteniéndola cerca de mí ―. Eres tan buena.


―Britt, abre los ojos ―susurra, mientras mueve sus caderas de una forma que me enloquece. Sus profundos ojos marrones mirando en los míos, mientras toma mis manos entre las suyas provocando que sienta una inminente carga de corriente o energía recorriendo mi cuerpo……tal vez este sea la muestra del inminente amor que empiezo a sentir por Santana.


― ¿Estás segura? ―susurra ella.


―Santana, nunca había estado más segura de algo en la vida y ahora sé que deseo ser tuya siempre……… Ahora que lo sabes yo –pero me veo interrumpida cuando ella sonríe suavemente y empuja dentro de mí sus hábiles dedos, oh, tan lentamente…….. Dulce Jesús, es tan excitante y atemorizante a la vez el hecho de saber que ella es sólo mía y yo de ella, tal vez esto no va a funcionar. No hay forma que pueda creerlo. Mis ojos se ensanchan, pero ella me besa suavemente.


―Está bien. Vamos Britt, no te inhibas. ―Ella mueve sus caderas en perfecta sincronía mientras arremete con mayor ansiedad y pasión en su deseo por mí.


―Solo relájate. Prometo no lastimarte ni hacerte sufrir nunca, porque yo te amo como no tienes idea. ―Ella besa mi rostro y mi cuello, luego besa mis labios nuevamente, mientras nuestros cuerpos deseosos una de otra continúan con el movimiento de caderas en un ritmo, largo y lento. Suavemente y con delicadeza me repite al oído lo mucho que me ama.


―Me siento tan bien, tan tranquila y en paz cuando te tengo junto a mí ―susurra.


―Puedes tener la seguridad de que yo también siento lo mismo por ti ―susurro de vuelta. Amo el silencio en la habitación, es como si estuviéramos escribiendo nuestra propia música.


―Adoro sentirte junto a mí, saber que por fin he encontrado en ti a mi alma gemela. Nunca sentí nada parecido cómo lo que siento contigo. ―Ella levemente continua con el movimiento de caderas que nos había llevado al placer irrefrenable, sus movimientos y sus caricias son tan dulces y apasionadas a la vez, que yo no puedo reprimir mis jadeos.


― ¿Piercing? ―pregunta ella.


―Sí, golpea mi clítoris cuando mueves tus caderas de esa manera.


―Es bueno saberlo ―gruñe, con una sonrisa pícara mientras parece meditar para luego detenerse.


Giro mis caderas, y sólo ansío desesperadamente que se mueva.


―Ah, infierno, no hagas eso.


Sonrió y lo hago nuevamente.


―Britt……mi amor, no vamos a durar mucho tiempo si continuas… ―antes de que ella pudiera terminar la frase, giro mis caderas nuevamente y ella no tiene más alternativas que moverse para hacerme perder la cordura una vez más.


―Oh, sí.


― ¿Es eso lo que quieres?


―Sí.


―Dime, cariño ―su voz es ronca, y el sudor está deslizándose por su frente, y quedo conmocionada por cuanto ella me quiere.


―Te quiero. Solo a ti.


―Por supuesto, correcto, solo yo ―y con eso ella toma el ritmo balanceándose, continuando con una habilidad asombrosa mientras dulce y ardientemente continua con sus dedos dentro y fuera de mí en una dulce entrega…….haciéndome saber siempre lo que siente por mí, y esto lo sé porque estoy consciente de que yo también la amo de una forma inimaginable que casi duele.


―Maldición ―sus ojos están cerrados. Toma mis manos, entrelaza nuestros dedos, y los lleva encima de mi cabeza, restringiéndome―. Eres tan dulce y sexy, Britt.


Con cada roce de cuerpo junto al mío me deja en llamas, hasta que, finalmente, no aguanto más. Siento el orgasmo acercándose, mis piernas se aprietan, y aprieto más sus manos.


―Córrete ―susurra con dulzura en mi oído y muerde mi cuello, mandándome al borde, palpitando y convulsionando debajo de ella, el mejor orgasmo de mi maldita vida.


―Ah…..te amo, Britt. ― balbucea y me sigue con su propia liberación, entierra el rostro en mi cuello y abre nuestros dedos. Envuelvo mis brazos alrededor de ella y la aseguro firmemente contra mí, con ella todavía acariciándome y besando mis hombros, y sé que estoy total, completa y perdidamente enamorada de esta hermosa latina. Ella se mueve hacia un lado y me lleva con ella aferrándome a su cuerpo, invirtiendo nuestras posiciones……….Ella consigue sacar lo mejor de mí, y sé que es con ella con quiero pasar el resto de mi vida.


―Bien, creo que es seguro decir que somos compatibles en la cama ―murmuró contra sus pechos. Ella ríe y besa mi cabeza.


―Es verdad, pero podrás querer matarme.


― ¿Por qué?


―Ahora que te tengo, no creó que nunca seré capaz de tener suficiente de ti. Creó que ya me volví adicta a ti, a cómo te sientes, los sonidos que haces y a tenerte entre mis brazos Britt.


Realmente no me importa el sonido que hago cuándo estoy excitada por ella. Y lo más importante, es que es totalmente reciproco. Suspiro y descanso mi brazo sobre su pecho. Santana roza la canción tatuada en mi brazo con el dedo.


― ¿Qué canción es? ―pregunta ella en voz baja.


―I dare you to move, de Swichfoot.


― ¿Que parte de la canción está aquí?


Aterrada, la miro.


―Me conoces muy bien, ¿no?


―No iras a poner nada permanente a tu cuerpo, al menos que eso significara algo. ¿Qué parte de la música te tatuaste? ―Ella sonríe hacia mí y besa mi frente.


Nunca compartí eso con nadie.


―«Te desafío a levantarte del suelo»―susurro, y siento el suspiro de Santana.


―Es hermoso ―murmura y descarta el tema.


―Me gustan los tuyos también. ―Le sonrío y, enseguida la pellizco.


― ¡Hey! ¿Por qué hiciste eso?


―Nunca me dijiste que tenías un par de tatuajes.


―Nunca me preguntaste ―Ella me abraza más fuerte, y pasa su mano por mi espalda hasta mi trasero e hizo el mismo movimiento nuevamente. Quiero ronronear cómo un gatito.


―Me encanta la cruz tatuada que tienes, pero el resto, ¿Qué quiere decir? ―le preguntó a ella mientras acaricio lentamente su rostro. Su tatuaje está en la parte baja de su espalda.


―Mira atentamente ―refunfuña y levanta el brazo derecho, para que yo pudiera tener una mejor visión y señala directamente a su muñeca.


Mierda, creo saber lo que significa lo que veo.


― ¿Es una palabra en hebreo, no? ―preguntó.


―Sip. Tienes mucha razón, es una palabra en hebreo que significa “amor”, me la tatué al día siguiente de conocerte Representa lo que siento por ti y todo lo bueno que hay en el mundo. Puedo ser una deportista estrella del tenis, pero estoy rodeada por todo un grupo de excelentes personas. Entonces, tenía la idea de hacérmelo hace mucho tiempo pero no lo concretaba, me bastó verte aquel día en ese restaurant cuando saludabas a Rachel y me fulminabas con la mirada para hacerlo lo antes posible.


― ¿Y los otros tatuajes que tienes? ―preguntó.


― Todo comenzó en el instituto, y fui añadiendo los que me parecieron importantes con el pasar de los años.


― ¿Y si alguna vez te arrepientes del tatuaje de la muñeca derecha? ―preguntó.


―No pasará. No podría arrepentirme de ninguna manera porque como nunca siento en el alma y en el corazón de que tú eres lo que siempre busqué y soñé.


―Eres única, “estrella sexy de tenis” ―susurro, ganando una pequeña palmada en mi trasero y sonrío. Continúo recorriendo su cuerpo traviesamente con mis dedos, y me inclino para besar su barbilla.


―Entonces, no sólo eres una carita bonita ―comento sarcásticamente.


―No, eso eres tú, cariño. Tienes un rostro hermoso.


―Sólo que no soy tu tipo ―acaricio su rostro con mis manos.


― ¿Qué rayos significa eso?


Santana rueda encima de mí, mirándome molesta.


―Sólo significa que no soy lo que atletas sexys como tú buscarían. No soy una modelo o chica con la que se pueda lograr algo fácilmente. No soy el tipo dulce. Soy una rockera que se volvió enfermera. No soy nadie especial ―con cada palabra que salía de mi boca, estoy fastidiando más a Santana.


¿Pero por qué? Si esa es la verdad.


― ¿Has oído una palabra de lo que te he dicho? Eres exactamente mi tipo. Física y emocionalmente. Amo ese dulce cuerpo. Amo tu boca sucia. Además de tus locos horarios, me siento malditamente orgullosa de ti siendo una enfermera increíble, y amiga de todos los niños. No me importa lo que alguien diga, tú eres a quien quiero.


Ella asegura mi rostro en sus manos.


―Eres lo que yo quiero. Solo a ti.


―No quise hacerte enojar, solo…


—Tú no me molestaste cariño, sólo mostraste tú sentimientos y heriste los míos. Créeme, si no estuviera interesada tú no estarías aquí.


Paso los dedos por su rostro y sonrío con cuidado.


―Ok.


―Ahora tengo hambre.


― ¿Sexo en la cocina? ―pregunto excitada, mientras ella me levanta y me lanza una de sus camisas.


―Comida primero, después sí, si eres buena, voy a dejarte tener la fantasía conmigo en el mostrador de la cocina.

― ¡Sí!




―Nunca noté cuan sucio puede ser el sexo en la cocina ―murmuro y Santana cambia la posición para la ducha, reduciendo para que el agua no golpee directo en mi rostro.


Su ducha es enorme. Podríamos fácilmente instalar una pequeña habitación aquí.


―Así está mejor, vamos. ―Ella toma mi mano y me saca suavemente hasta la ducha, Oh, Dios, el agua caliente es increíble. Miró para abajo, para ver los restos de helado y chocolate drenándose por el desagüe.


―Aquí, la culpa es tuya que este toda pegajosa. Me lavas ―le entrego una esponja, y ella me enjabona con mi jabón―. Hey, ¿Cómo apareció mi jabón aquí?


―Lo compre para tenerlo. Espero que estés aquí toda tu vida junto a mí. ―Ella sonríe hacia mí y el calor se extiende dentro mío―. Por supuesto que eres bienvenida aquí, incluso cuándo yo no estuviera en casa.


―Estoy feliz de estar cuándo estás en casa. Parece una tontería estar aquí cuándo tú no estuvieras, incluso si mi casa está a unos veinte minutos de aquí. Vamos a tener que guardar algunas de tus cosas en mi casa también, para cuándo estés allá. ―Me jala hacía ella y me besa profundamente.


― ¡Hey! no estoy limpia. Vamos a estar limpias, antes de que nos ensuciemos de nuevo.


Ella ríe y termina de limpiarnos, y luego nos turnamos para enjuagarnos la espuma de nuestros cuerpos. Santana me envuelve en una gran toalla de baño, cálida a causa del calentador de toallas.


―Me vas a mal acostumbrar, López.


―Genial. ―Ella besa mi frente y envuelve una toalla alrededor de su apetecible cuerpo―. Vamos a regresar a la cama.


―Mi cabello está mojado.


Ella frunce el ceño hacía mi cabello por un segundo.


―Espera aquí.


Y sale hacia fuera del baño, escuchó las puertas del armario golpeando y después ella regresa con un secador de cabello.


―Rachel dejo esto aquí hace algunos meses atrás mientras yo estaba plenamente concentrada en mis partidos y sin tiempo para nada, probablemente ella tiene diez de ellos.


Ella enciende el secador, y asiente para que vaya frente a ella, y comienza sistemáticamente a secar mi cabello mojado. Bien. Nadie jamás hizo eso conmigo antes. Encuentro sus ojos en el espejo y ella sonríe satisfecha, entonces se concentra nuevamente en mi cabello. Cuándo está seco, apaga el secador y lo deja en el mostrador para enfriarlo.


―Cama.




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Breves adelantos – Capítulo 10


—No me puedo quedar. Tengo que ir a entrenar por un rato. Puedes venir conmigo, si quieres. —Besa mi nariz, mientras río.


—Santana, yo no corro. Si me ves corriendo, mejor sería empezar a correr mucho, porque significa que algo me está persiguiendo.


Se ríe de mí, me besa otra vez, y después se sienta.

********

— ¿Quién fue asignado a Nick esta mañana?


—Elena, ¿por qué? —pregunta Hanna con una mueca.


—Él tiene dos horas de atraso del remedio preescrito para su fiebre, Hanna. Se está incendiando. ¿Ella le dio algo durante el día?


—Creo que sí.

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—Creo que voy a volver a la casa. Tienes un juego hoy en la noche, deberías dormir un poco.


—Estoy bien, cariño. Voy a dormir mejor si estás aquí. Me desperté varias veces, para asegurarme de que estabas aquí de todas formas.


Muerdo mi labio inferior. ¿A quién estoy engañando? Quiero verla. Estar desnuda con ella. Agradecerle por lo que hizo más temprano.


—Estoy yendo para tu casa —murmuro.


—Genial. —Oigo la sonrisa en su voz cuando cuelga.

*********

—Lo que queremos saber es que más está pasando —dice Kitty con una sonrisa.


—No lo sé. Solo comenzamos a dormir juntas esa noche.


— ¿Tu regla de tres encuentros? —pregunta Rachel.


—Sí. —Le sonrío con aire de suficiencia.

—Buena chica. —Kitty choca la mano contra la mía en el aire, y río.

*********

—Buena suerte la próxima semana, Srta. López.


Santana sacude la cabeza y, entonces, las pantallas vuelven hacia los cuatro hombres en una mesa conversando sobre el juego.


—Britt, ella no quiso hacerlo sonar de esa manera —dice Rachel calmadamente.


¿Santana dijo que no parecía alguien con quién saldría? Tengo nauseas.





¿Qué les pareció el capítulo?......................¿Y los adelantos?