Fic: El Amor nunca es fácil-No Huyas-Cap. 144

-¿Qué haces aquí tan temprano porcelana?-dijo Santana al abrir la puerta del departamento y encontrarse con su amigo cargando unas bolsas con comida.

-Vine a cenar con ustedes.

-Sí, pero habíamos acordado que la cena seria…-titubeo mirando el reloj-dentro de dos horas.

-Blaine me escribió, suspendieron sus clases, así que podremos hablar más temprano, y no quería dejar para otro día nuestra reunión…

-Ok… aceptare tal falta de respeto a los horarios solo porque el Hobbit no aguantaría perderse la única oportunidad de tener una reunión ciber-erótica contigo.

-¡Santana!-regaño el castaño sintiendo como la sangre subía a su rostro.

-¿Qué? Blaine tiene tiempo, tú tienes tiempo, adelantas nuestra cita… obviamente están preparando algo-resolvió la latina como si todas las piezas calzaran.

-No afirmare ni negare nada-terminó por decir Kurt haciéndose paso en dirección a la cocina sin mirarla.

-¡Lo sabía!… ¡Berry, Kurt tendrá sexo por webcam!-chillo desde la sala.

-¿De verdad Kurt?-dijo al aparecer corriendo desde una de las habitaciones para saludar al recién llegado.

-¡¿Que rayos tienen ustedes dos en la cabeza?! Si tengo o no algún asunto con Blaine es problema nuestro, no suyo.

-Recuerdo esas largas conversaciones que ustedes dos mantenían cuando él estaba en Lima…-recordó la morena perdiéndose en sus pensamientos.

-¡Rachel!

-¿Qué? ¿Creías que no lo sabía? ¡Kurt, nuestros cuartos estaban separados por una cortina!-le dijo alzando los brazos haciendo obvio el hecho.

-No sé qué hago aquí-dijo Kurt negando con la cabeza mientras arreglaba su abrigo como si se preparara para marcharse.

-Vamos Kurt, sabes que haces aquí, solo somos una excusa para intentar relajarte, supongo que hace un tiempo no tienes nada de acción con tu pequeño novio.

-¡Blaine no es pequeño Santana!

-No quiero saber tanto acerca de su intimidad, Hummel.

-¡Santana!-chilló el castaño.

-Ok, se acabó, deja de molestar a Kurt Santana. Seremos personas normales, tendremos una cena bastante temprano y tu podrás ir a tu departamento a hacer lo que desees con Blaine, al final eso es asunto tuyo, ¿está bien así?-preguntó dándoles una mirada a ambos jóvenes quienes se observaban recelosos de brazos cruzados.

-Por fin alguien con un poco de cordura-soltó el castaño girando sobre sus talones para ir a sentarse al sofá.

-Bueno…-bufo molesta Santana-Pero primero cuéntame algo, ¿harás algo especial? Ya sabes, ¿lencería puede ser?

-La lencería es para mujeres, deja de tratarme como su fuese una por favor

-Ese tipo de sensibilidades son las que me hacen dudar.

-¿Podrían dejar de discutir y venir a ayudarme con la cena?-se quejó Rachel abriendo las bolsas que Kurt había traído.


-¿Podrías decirme para que rayos se supone necesitas todo esto?-pregunto Alex ayudando a Blaine a cargar un par de bolsas.

-Dentro de poco tendré una cita…-respondió en tono emocionado el moreno sacando las llaves del departamento y dejando pasar primero a su amiga.

-Espera… ¿Kurt está aquí?

La muchacha soltó las bolsas que traía y comenzó a dar vueltas por el lugar esperando encontrarse al novio de su amigo casi debajo de la cama.

-¡Claro no! Me gustaría, pero solo será una de nuestras citas…

-Entonces ¿me puedes explicar para que necesitas una película, helado, chocolates, una manta y… bueno no quiero imaginar que compraste cuando me dijiste que a “eso” no te podía acompañar?

-Kurt, debe estar cenando a esta hora con sus amigas…

-¿Cenando? ¿No es un poco temprano para eso? ¿Tomando en cuenta la hora que debe ser en NY?

-Sí, pero no contábamos con que suspendieran las clases.

-Oh, una cita express…

-Algo así.

-Bastante preparación para ser express ahora que lo pienso.

-Como sea, solíamos tener noches de película por lo menos una vez a la semana, ya sabes, la escuela, nuestros trabajos, no siempre podíamos pasar todo el tiempo que deseábamos… solo abrazados.

-Y hoy planean ver una película solo “abrazados” claro, como si eso fuese físicamente posible obviando el que estén en continentes separados.

-Bueno, lo hacíamos cuando yo estaba en Lima y el en NY, no sabría por qué  ahora debería ser diferente.

-Ok… yo solo preguntaba.

-Mejor deja de intentar arruinar mi perfecta cita y ayúdame a ordenar.


-¿Ya tienes que irte?-preguntó Rachel tomándose del brazo del castaño quien recogía su bolso.

-Sí, Blaine debe estar listo para nuestra cita y no quiero llegar tarde.

-¿Las cosas están bien entre ustedes?

-Rachel, no comiences de nuevo por favor.

-Solo quiero asegurarme de que estés feliz Kurt, sabes cuánto te quiero.

-Rachel, estoy bien, Blaine me hace inmensamente feliz y hace todo lo posible para que nuestra relación marche bien.

-¿Si en algún momento las cosas van mal me lo dirás no es así?-pregunto con ternura la morena tomando el rostro del castaño entre sus manos.

-Claro que sí, si en algún momento algo malo ocurriera -Broadway nos libre de aquello- definitivamente necesitaría a mi mejor amiga a mi lado.

-Gracias, y ahora vete antes de que Blaine se desespere, o peor, que Santana siga con sus cosas.


Kurt subió corriendo hasta su departamento, se quitó la chaqueta y fue a la sala en busca de su laptop. Al conectarse, noto que Blaine ya estaba ahí.

-Perdón, ¿te hice esperar demasiado?-pregunto el castaño un poco apenado al iniciar la video llamada.

-Llegas sutilmente retrasado, perfecto para poner un poco de emoción a nuestra cita-le dijo observándolo como si no existiese nada más en el mundo.

-¿Entonces?

-Entonces, tenemos todo el tiempo del mundo-suspiro tomando el peso de lo que aquellas palabras significaban.

-¿Cómo estuvo tu día?

-Aburrido, hasta que nos dijeron que las clases se suspenderían.

-¿Te estas volviendo perezoso Blaine Devon Anderson?

-Me estoy volviendo adicto a ti Kurt Hummel-le contesto alzando lo hombros.

-Pensé que ese problema lo tenías hace un tiempo ya…

-Me atrapaste, es este síndrome de abstinencia el que me tiene así, te necesito, de muchas maneras.

-¿Podrías decirme algunas de ellas?-pregunto inocentemente el castaño sonrojándose como cada vez que Blaine le coqueteaba, sentía las mismas mariposas en el estómago, justo como esa primera vez que lo había visto en Dalton.

-Ok… partiré por las cosas más triviales, te necesito para beber el mejor café todas las mañanas, te necesito porque extraño alimentarme de todas esas cosas deliciosas que preparas, te necesito cuando mi despensa está llena de chocolate y no sé qué hacer con el…

-¿Todas tus necesidades son acerca de comida?

-Dije que partiría por cosas triviales Kurt…-rio Blaine inclinándose sobre el escritorio como si en cualquier momento pudiese atrapar los labios del otro en un beso fugaz.

-Ok, entonces sigue.

-Pasare a las cosas más importantes para que no te enojes-aseguro tomando un tono serio- Te necesito para respirar tu aroma cuando despierto, te necesito para sonreír cuando algo no va de la manera que esperaba, te necesito cuando quiero perderme en el gris, en el azul profundo o en el celeste de tus ojos, te necesito cuando recuerdo el color y el sabor de tus labios, te necesito cuando mis manos extrañan tu piel, te necesito cuando mi piel extraña tus manos…

-Si estuvieses a mi alcance hubiese comenzado a besarte desde la parte del chocolate.

-Lo sé, y me encantaría que pudiésemos hacerlo.

-¿Lo del chocolate?

-No soy tan exigente, un solo beso me bastaría para ser completamente feliz.

-Daria todo por poder hacerte completamente feliz ahora-susurró el castaño sonriéndole.

-No nos concentremos en lo que no podemos tener, es un poco deprimente-confeso acariciando su nuca en señal de resignación-¿Cómo estuvo tu cena?

-Bien, aunque al comienzo fue un poco incómodo.

-¿Ocurrió algo malo?

-No, es solo que… ya sabes, ellas lo pueden oler…-dijo bajando el tono de su voz.

-¿Oler? ¿Oler qué?

-Santana… ella de alguna extraña y espeluznante manera, sabía que nuestra cita de hoy…-dijo ruborizándose.

Blaine lo observo unos segundos antes de que los cables en su cabeza hicieran conexión.

-Oh… ella…

-Sí, ella huele esas cosas, ¿tendremos algún olor especial cuando…? Tu y yo…

-Kurt, te conoce, eso es todo.

-Como sea, fue un poco molesto.

-Te diría que hablare con ella para que deje de hacerlo, pero ambos sabemos que no le interesara y seguirá como si nada.

-Lo sé.

-Ok, señor Hummel, no perdamos más tiempo y demos oficialmente por iniciada nuestra cita.

El castaño asintió con una enorme sonrisa en el rostro.

-Primero quiero pedirle, y espero no ser muy osado… que se dirija a su habitación.

-Nuestra-corrigió en tono serio.

-Muy cierto, y agradezco que lo recuerde.

-Ok… -dijo Kurt encaminándose a la recamara -Aquí estoy…

-Perfecto, ahora puede acomodarse porque disfrutaremos de una hermosa película-invito mostrándole un DVD.

-Blaine…

-Lo sé, soy el mejor novio del mundo-dijo complacido.

-¿Me das un minuto para ir por algo de comer?

-¿Pensé que habías cenado hace poco?

-Sabes que esta película…

-Debes verla con helado de chocolate-termino de hablar mostrándole su propio envase de helado.

Kurt le sonrió sintiéndose definitivamente como el hombre más afortunado del mundo.

Unos minutos más tarde Kurt tenía todo preparado, estaba recostado sobre su lado de la cama observando a la pantalla que le mostraba el televisor de Blaine pero que también le permitía ver a su novio, casi como si lo tuviese a unos pocos centímetros de distancia.

-Parece que ha pasado una eternidad desde que no hacíamos esto-susurro el castaño mientras la película comenzaba.

-Y lo han sido, varios meses en realidad.

La película transcurrió tranquilamente, entre pequeños comentarios y sollozos del castaño, momentos en los cuales volvían a la realidad, no habían abrazos, no habían caricias ni pequeños besos que pudiese ofrecer para calmar a Kurt

-Podrías haber escogido una comedia…-dijo Kurt una vez la película hubo llegado a su fin.

-Es tu película favorita…

-Pero preferiría no haber llorado tanto en nuestra cita, si estuvieses aquí…

-No podrías ir corriendo al baño a mojarte un poco la cara mientras tu novio a varios cientos de kilómetros quita la película del reproductor.

-Te amo-dijo Kurt lanzándole un beso y desapareciendo de la pantalla.

Blaine hizo lo que dijo, y ordeno un poco la cama, que también tenía pañuelos regados por todos lados y un envase de helado a medio terminar.

-Hola de nuevo…-saludo el moreno cuando Kurt estuvo de vuelta.

-Hola…

-¿Te había dicho lo perfecto que se ve tu rostro en esta cita?

El ojiazul rio de buena gana, Blaine siempre lo hacía sentir como el más guapo de los hombres, resaltando incluso las cosas que a él mismo le molestaban.

-Deja de adularme.

-Solo digo la verdad.

Kurt lo observo durante unos segundos, simplemente sonriéndole, pensando, imaginando.

-¿Qué ocurre? ¿Tengo helado en la cara?-pregunto el moreno luego de unos segundos comenzando a pasar su mano por la boca y mejillas en busca de un rastro de suciedad.

-Es solo que… ya sabes, nuestras últimas conversaciones han sido tan rápidas, por lo ocupados que estamos-suspiro-Solo estoy recordando y volviendo a enamorarme de cada parte de tu rostro.

Blaine esquivo la mirada sintiéndose extrañamente avergonzado.

-Hacia mucho que no te veía ruborizarte, me encantas.

-Kurt…-susurro esbozando una minúscula sonrisa y acariciando su cabello nervioso.

-¿Qué? ¿Crees que solo tú tienes dominio sobre los piropos en esta relación?

-No… es solo que generalmente...-titubeo acomodándose en la cama, dejando su computador a su lado y apoyándose sobre uno de sus brazos para quedar de costado, como si tuviese al castaño justo frente a él.

-Blaine-dijo tomándose unos segundos para tomar la misma posición de su novio-No soy tan bueno con las palabras como tú, pero eso no significa que no piense en ellas, o que note que eres hermoso.

-¿Hermoso? No creo que esa sea una palabra que me describa realmente.

-¿Como que no? Lo eres.

Blaine negó sintiendo que todo era abrumador en ese instante, se sentía como un adolescente nuevamente.

-Son tus ojos, quizás tu barbilla, o la curva de tu mandíbula…

-Aunque hora que lo pienso bien-dijo tomándose un segundo-Puede ser tu nariz, o tus cejas, esas pequeñas orejas que tienes, tal vez sea tu cuerpo, tu cuello-dijo deteniéndose unos segundos y fijando su vista justo en ese lugar- Siento que tu cuello siempre me invita a besarlo…

-También están tus brazos, nunca me he sentido tan seguro como estando entre tus brazos Blaine y ¿qué puedo decir de tu espalda? esa pequeña mancha al lado derecho del lugar donde termina tu cuello.

-Algo que también me fascina son tus ridículamente perfectas pestañas o la manera en que se forma una arruga en tu entrecejo cuando algo te molesta, la manera en tus ojos se hacen pequeños cuando una sonrisa se dibuja en tu rostro.

-Pero si tengo que ser completamente honesto, lo que me enamoro de ti fue la forma en que ves a todo el mundo, siempre confiando, siempre feliz, siempre tan transparente, y claramente la forma en que me miras, eso definitivamente es algo hermoso, me haces sentir amado con solo una mirada Blaine.

Blaine no estaba muy seguro acerca de que debía decir, tenía una extraña sensación de orgullo en su interior, era cierto, Kurt no solía decirle ese tipo de cosas muy a menudo, no porque no las sintiera como le había dicho antes, sino porque era Kurt, y él es diferente.

Kurt prefiere realizar pequeños actos que le demuestren a su novio lo que siente por él, pero esto era especial, tal vez por la distancia, tal vez porque realmente lo extrañaba.

El moreno por un pequeño instante logro sentir esa conexión entre ellos, aquel hormigueo eléctrico en su piel que percibía cada vez que lo tocaba, aquella burbuja en la que se sumergían, una burbuja creada en esta ocasión solo gracias a las palabras, porque por ahora era lo que tenían al alcance, y era perfecto para él.

-¿Te deje sin palabras?-pregunto el castaño acomodándose en la almohada creyendo por un segundo que a Blaine no le habían agradado sus comentarios.

-¿En realidad ves todo eso en mí, Kurt?

-Veo y amo mucho más que eso Blaine, y sé que no te lo digo siempre, y sé que no te beso o acaricio tanto como desearías, pero he mejorado mucho desde que éramos novios…

-Aun somos novios Kurt…

-Sabes que no me refiero a eso, te considero más que un novio ahora Blaine, solo porque aún no hemos firmado un papel no ando diciendo por la vida que eres mi esposo.

-¿Esa es alguna extraña manera de proponer algo señor Hummel?

-Pensé que ese sería tu trabajo, tú eres el príncipe ¿o no?

-Ambos podemos compartir ese título.

-Ok… entonces tal vez un día te sorprenda.

-Cuando vuelva, te llevare un anillo, y no podrás decir que no.

-Ese si fue un anuncio de propuesta Blaine Anderson.

-Claro que sí, unos cuantos meses más Kurt, te juro que cuando este de vuelta nos casaremos-dijo completamente seguro.

-Estas diciéndome esto solo para tener un poco de acción…

-Me atrapaste…

-¡Blaine!-rio ante las palabras de su novio.

-¿Cómo puedes creer que podría hacerte una propuesta así de seria solo por “un poco de acción”?

-Así son los hombres…

-Kurt…

-Estoy bromeando… y solo para que sepas, ya comencé a idear la boda, así que no puedes arrepentirte.

-Pensé que tu boda estaba planeada desde que tenías como 10 años.

-La moda ha cambiado un poco desde esa época Blaine.

-Está bien-dijo el moreno acomodándose sobre su brazo.

-Quiero que me abraces…-dijo haciendo un puchero Kurt un poco molesto.

-Ven aquí entonces-le respondió Blaine extendiendo sus brazos como si de verdad Kurt pudiese refugiarse en ellos.

-No obtendrás nada de acción si sigues así de bromista.

-¿Estás diciéndome que ni siquiera podré ver algo de tu piel luego de todo lo que me esforcé realizando esta estupenda cita?

-Aquí tienes algo de mi piel-respondió el castaño levantando la manga de su sweater.

-No quería ver precisamente esa parte-se quejó Blaine frunciendo el ceño como un pequeño al que le niegan algo que realmente desea.

-¿A si? ¿Y qué parte pretendía ver el señor Anderson en esta inocente cita?

-No lo sé, tal vez… si te quitaras toda esa ropa que llevas encima…-sugirió-Ese sweater se ve realmente incomodo…

-¿Tú crees? Porque en realidad si es un poco incómodo, ¿debería quitármelo?

-C-Claro…-afirmo con entusiasmo el menor.

-Si… pero…-hablo con voz insegura el muchacho- es que no quiero que pienses que soy un tipo de una noche, al que puedes pedirle que se quite la ropa así de simple.

-Jamás pensaría eso de usted señor Hummel, créame, tengo la mejor impresión de su persona… solo quiero que se sienta cómodo.

-Podría hacerlo, solo si usted también lo hace, ya sabe, para no sentirme en desventaja.

Blaine sin pensarlo dos veces se deshizo de su camisa y camiseta dejando ver su torso.

-Vaya, eso sí fue rápido-bromeo Kurt observando con detenimiento la piel de su novio.

-¿Quieres que me tape?

-No, así está bien…

-Entonces…

-¿Entonces?

-Aún estoy viendo todas esas capas de ropa sobre su piel…

-O cierto…-dijo como si acabase de recordarlo-Solo deme un segundo-pidió saliendo del área de la cámara.

Blaine aguardo unos segundos que se sintieron como una eternidad esperando ver a Kurt.

-¿Aun sigues ahí?-pregunto al no ver señales de vida de su novio.

-Aquí estoy…-se escuchó desde la lejanía-Primera capa-anuncio arrojando una primera prenda que Blaine vio pasar por sobre la cama.

-Segunda capa-volvió a decir ahora al lanzar su camisa.

-Y tercera capa…-finalizo dejando sutilmente sus pantalones tapando parte del campo de visión que tenía Blaine.

-Por favor, déjame verte-dijo un poco desesperado el moreno quien comenzaba a sentir el efecto del juego de Kurt.

-Aquí estoy señor impaciente-hablo finalmente quitando la prenda que seguía sobre su computador-¿Suficiente piel para usted?

-Perfecto…-dijo esbozando una pequeña sonrisa al ver el cuerpo del mayor, la longitud de su cuello, el blanco color de su pecho, se veía tan suave, pensó.

-¿Estas bien?-pregunto curioso y divertido Kurt ante el silencio del otro muchacho.

-S-Si… más que bien realmente.

Roto

Las semanas siguieron pasando, molestas y aletargadamente, era como si el tiempo desde que Blaine había partido hubiese decidido transcurrir con más calma, al parecer cada segundo demoraba el doble de tiempo en pasar.

Kurt llevaba todo el maldito día pensando en cómo decirlo, había estado distraído en sus clases, no había tenido apetito, y se había llevado un par de regaños en el trabajo, apenas llego al departamento se metió en la ducha para aclarar sus ideas.

Salió del baño solo envuelto en una toalla y aun sintiendo el vapor rodearlo, miro hacia la cocina, alcanzaba a ver los días marcados en rojo en el calendario, era el tiempo que había pasado desde la partida de Blaine, no sabía muy bien porque cada mañana al despertar lo primero que hacía era digirse al inservible calendario y tachar con un marcador rojo un día mas, muchas veces se dijo que era estúpido y que no lo volvería a hacer, era doloroso, pero en su cabeza tenía claro que al día siguiente volvería a poner una línea sobre el numero en blanco.

Camino hasta su habitación, alejando con el pie a Brian que intentaba colarse también, pero Kurt necesitaba estar solo durante unos minutos. Se desplazó hasta el enorme espejo que se encontraba justo al lado del closet y se observó, cerró sus ojos unos segundos antes de aclarar su garganta.

-Blaine… tengo algo que decir-titubeo sintiendo su voz más insegura de lo que imaginaba.

Volvió a aclarar su garganta.

-Blaine, yo te había dicho…-apenas susurro suspirando pesadamente y volviéndose hacia la cama donde se dejó caer.


-Blaine, sé que no estas completamente seguro acerca de todo esto, pero tengo un plan.

-¿Un plan? ¿Vas por fin a aceptar que te lleve en la maleta conmigo? Porque eso es lo único que me podría levantar un poco el ánimo-murmullo.

-Esto es una oportunidad Blaine-repitió por centésima vez.

-Una oportunidad que abrirá muchas puertas, un gran paso para el futuro, algo que cualquiera desearía, un reconocimiento a lo que amo hacer… basta de toda esa basura por favor Kurt, deja de pretender que todo está bien, ¡deja de fingir!-termino de hablar alzando la voz más de lo necesario.

Kurt lo observo con los ojos muy abiertos, sintiendo que su corazón se rompía nuevamente, sintiendo que Blaine no alcanzaba a ver como sus palabras lo dañaban, como si el pensara que no le importaba, pero no lloraría, eso sería darle la razón, eso sería amarrarlo a su lado y quitarle algo que dentro de un tiempo rogaría por tener.

-No estoy fingiendo Blaine, y todo estará bien-afirmo lo más seguro que pudo.

-¿A si?

-Sí, ya te lo dije tengo un plan, no te darás cuenta cuando el tiempo nos permita estar juntos de nuevo, ¿recuerdas cuando fuimos a Ohio y tú le dijiste a tu mama  que no exagerara con eso de la distancia, que podría visitarte…?

-No es lo mismo Kurt, y lo sabes.

-Déjame hablar, yo podría viajar también… solo un par de semanas, pero eso es mejor que nada-dijo esbozando una pequeña sonrisa que calmara el pesimismo de su novio.

-Un par de semanas…-repitió mirando al cielo- Eso es todo a lo que puedo optar ¿no es así?

Kurt escondió su mirada, sabía que no era la mejor propuesta que había hecho, pero en realidad era lo único que tenían.

-Y-Yo solo…-alcanzo a musitar, sentía el crujir de sus propios dientes, pero debía aguantar.

Blaine se giró para poder mirar a Kurt a los ojos, sintiendo que en cualquier momento podría desaparecer.

-Perdóname Kurt, no quise decir eso. Pero tienes que entender, estuve esperando un año completo sin ti, luego me encontré despertando a tu lado cada mañana, y todo se siente tan bien, ¿y  ahora solo me pides que deje ir todo lo bueno que tengo?

-No estoy pidiendo que lo dejes Blaine, solo que le des un respiro.

-¿Un respiro?

-Es una oportunidad de conocer el mundo.

-Sin ti.

-Un par de semanas Blaine, podrás mostrarme un mundo en un par de semanas, te dije que tengo un plan.

-¿Y cuál sería tu plan, asaltar un banco, pedir vacaciones, dejar la escuela “un par de semanas” y volar a Inglaterra?

-Isabelle me debe más que un par de semanas de descanso, podemos esperar a que termine el semestre y yo esté libre de la escuela… y no necesitaremos asaltar un banco, solo tendré que ajustar un poco el presupuesto, tal vez Isabelle pueda darme un pequeño ascenso, o podría presentar algunos bocetos, ya sabes, si le gustan los incluiría en un desfile, tal vez gano otro de esos bonos que siempre ofrece.

El suspiro y la pequeña sonrisa que se dibujó en el rostro de Blaine fueron más que suficientes para llenarse de seguridad. Kurt tomo la mano de su novio con fuerza antes de llevarla a sus labios y besarla.

-Te lo prometo-dijo sobre la cálida piel del muchacho.

-¿Estás seguro de todo esto?

-Tan seguro como lo estoy del amor que siento por ti Blaine.

-No voy a decirte que con esto repentinamente deseo marcharme, aun quiero quedarme, pero si no va a haber otra opción, por lo menos es una luz.

-Ya veras, será genial.

Blaine lo atrajo hacia su cuerpo en un fuerte abrazo, respirando profundamente, llenándose de Kurt, como lo había estado haciendo desde que supo la inminente despedida, no estaba tranquilo, ni menos entusiasmado, aun pensaba que podría convencer a su novio de que todo esto era una mala idea.


Kurt aguardo en silencio esperando la reacción de Blaine, solo ahí, sentado frente a la pantalla de su computador, con su espalda recta, respirando lo más tranquilamente que podía

-¿Estás hablando en serio? ¡Tú me lo prometiste!-dijo Blaine un poco molesto frunciendo el ceño al escuchar las palabras de Kurt.

-Blaine, solo estoy diciendo que no creo sea un buen momento-hablo el castaño lo más calmado posible intentando hacerle ver su punto de vista al moreno.

-¿No es un buen momento? ¿Y cuando crees que será un buen momento? ¿Cuándo esté llegando al aeropuerto en seis o siete meses? O espera… ¿quién sabe, quizás hasta dentro de otro año?-reclamo sarcástico.

-Blaine, por favor…

-¿Por favor qué? Llevo meses esperando a que puedas viajar, si yo tuviese algo de tiempo lo haría, porque te extraño, en cambio tu…

-¿En cambio yo que Blaine? ¿Yo no te extraño? ¿Yo vivo día a día sin hacer nada? Tengo un trabajo, clases y una casa que mantener.

-¡Por lo menos tú tienes a la gente que quieres cerca!-escupió cerrando sus ojos con fuerza y respirando agitado.

-Pero no te tengo a ti-le grito aguantando las lágrimas que gritaban por salir, podía sentirlas acumulándose en sus ojos y nublándole la vista-No quiero discutir y decir algo realmente malo como tú lo acabas de hacer, hablamos después-termino antes de desconectarse.

Kurt apago su computador sintiéndose realmente miserable, no solo por lo que Blaine le acababa de decir, sino también porque el realmente deseaba visitarlo, pero no tenía el dinero suficiente, había hablado con Isabelle hacía ya varias semanas pidiéndole que redujera sus horas de trabajo, lo que traía consigo una disminución importante en el cheque que llegaba a sus manos al final del mes, estaba agotado, la escuela absorbía gran parte de su tiempo y cada vez todo era más difícil, dedicaba cada segundo libre para adelantar trabajo de la revista e intentaba llegar temprano a casa para poder ver a Blaine apenas unos minutos antes de seguir trabajando hasta la madrugada, hacía meses que ni siquiera podía diseñar algo, la inspiración lo había abandonado, sentía que estaba a punto de colapsar, sentía que no podría mantenerse así por mucho tiempo, era esa la verdadera razón por la que no podía viajar, no tenía nada que ver con no desear ver a su novio, cualquier persona que lo conociese sabría que dejaría absolutamente todo por tenerlo cerca, pero no podía solo marcharse, tenía responsabilidades, y debía cumplir.

El moreno apenas podía controlar las ganas que tenia de lanzar todo por la ventana de su departamento, estaba triste, enojado, frustrado y se sentía impotente.

-Simplemente no quiere verme-se dijo a si mismo tomando su cabeza entre las manos y dejándose caer sobre el escritorio.

El sonido de su teléfono saco a Blaine de sus pensamientos, miro el identificador, Alex.

-¡Hey Blaine!-saludo llena de ánimo la muchacha.

-Hola…

-Sé que no te interesa, pero aquí me están obligando a llamarte, sabes que la próxima semana comienzan los exámenes y los muchachos organizaron una fiesta, va a ser en el bar a un par de calles de tu departamento, ¿quieres venir?

Blaine suspiro agotado.

-Está bien, sé que nunca quieres…

-Ok, ¿puedes pasar por mí?-dijo Blaine mientras se levantaba y miraba por la ventana la oscura noche.

-Para la próxima vez… ¿qué? ¿Dijiste que si?

-Necesito borrar este día Alex, ¿nos vemos dentro de media hora?

-Sí, perfecto… ¿Blaine?

-¿Si?

-¿Estas bien?

-No quiero hablar ahora Alex.

-Paso por ti en media hora entonces.

-Gracias-dijo colgando.


-Rachel?

-¿Kurt? ¿Qué ocurre?-pregunto preocupada la morena al escuchar el murmullo de su amigo.

-Y-Yo… solo, necesitaba hablarte.

-¿Ocurrió algo? ¿Es Blaine no es así?

-¿Por qué siempre crees que es Blaine?-respondió con una casi imperceptible risa.

-¿Quien más podría provocar esa tristeza en tu voz?

Kurt suspiro pesadamente, apoyando el teléfono entre la almohada y su oído, ni siquiera se sentía con la fuerza para sostenerlo.

-¿Qué ocurrió?

-No voy a poder viajar.

-¿De verdad pensabas viajar con todo lo que tenemos que hacer? Sin contar tu trabajo claro.

-Se lo había prometido.

-Kurt, soy testigo de todo lo que estás haciendo.

-No es suficiente.

-Te lo he dicho, tu no deberías estar sosteniendo todo esto solo.

-Si debería.

-¿Que dijo Blaine cuando le contaste?-pregunto preocupada, no debía ser nada muy bueno por la condición en que se encontraba su amigo.

-Estaba molesto, el…

-Kurt…

-El solo, no sabe…

-No, no lo sabe, y tu deberías decírselo, el entendería, te ama.

-¿Tú crees eso realmente?-dijo como si fuese un niño asustado.

-Claro que si tonto. Por eso deberías contarle.

-Pero… no quiero que se preocupe, el solo debe concentrarse en estudiar.

-Tú también deberías concentrarte solo en eso.

-Pero no puedo

-Deberías decírselo.

-No ahora.

-Solo dale tiempo para que se calme, ¿necesitas que vaya a tu departamento?

-No, estoy bien, solo necesito dormir.

-¿Nos vemos mañana?

-Sí.

-¿Estás seguro que no quieres que te acompañe? no tengo problema en ir a verte si me dejas compartir la cama con Brian-bromeo intentando subir el ánimo a su amigo.

-No te preocupes, mejor nos vemos mañana.

-Cuídate Kurt.

-Rachel…

-¿Si?

-Gracias.

-No tienes nada que agradecer, te dije que cuando las cosas fueran mal, aquí estaría.

-¿Están muy mal las cosas? –pregunto sintiendo la pena invadirlo de nuevo.

-No, solo están un poco enredadas, duerme, mañana el sol volverá a brillar.

-Buenas noches.

-Buenas noches cariño.


-¿Está todo bien?-pregunto Alex al ver la mueca mezcla de molestia y tristeza en el rostro de Blaine.

-No.

-¿Me vas a contar que paso?

-No.

-Sabes, si vas a tener esa actitud toda la noche, mejor quédate en tu departamento.

Blaine resoplo mientras metía las manos dentro de su chaqueta, hacia frio, y de repente quedarse en el departamento no parecía tan mala idea.

-Discutí con Kurt.

-¿Qué ocurrió?

-No va a venir.

-¿Cómo? Pero si ya tenías todo planeado…-dijo con una voz desilusionada que al parecer afecto más a Blaine.

-Bueno, solo así, él no va a venir, y mis planes se fueron por el retrete.

-P-Pero, ¿por qué no vendrá?

-“No es el momento indicado”-gesticulo haciéndolo sonar ridículo.

-¿Eso fue lo que te dijo?

-Sí, y ahora solo quiero ir a beber algo, y olvidar nuestra conversación.

-Eso no hará que el problema desaparezca Blaine.

-Lo sé, maldita sea, pero por lo menos me permitirá dormir en paz unas horas.

-¿Y tú crees realmente que te dijo la verdad?-insistió Alex ganándose una mirada de odio por parte de su amigo.

-¿Por qué mentiría? Ok, si tal vez mintió, simplemente él no quiere verme-dijo dando por acabada la conversación dirigiéndose a paso rápido hasta el bar.

Eran pasadas las 2.30 am y Blaine estaba bastante borracho, bailaba despreocupado con Alex cuando la muchacha decidió volver a preguntar.

-¿Estas lo suficientemente borracho como para contarme que paso con Kurt?

-Ya te lo dije, no vendrá.

-¿Y cómo te sientes con eso?

-¿Cómo me siento? ¿Cómo crees? El me lo prometió, yo lo necesito, ¿sabes lo difícil que es estar lejos de cada una de las personas que amas? Además, ¿tu desde cuando eres mi psicóloga?

-Soy tu amiga, solo quiero saber si ustedes van a estar bien.

-No lo sé.

-¿Que le dijiste cuando te conto?

Blaine se llevó las manos a su cabello, sintiendo como el alcohol comenzaba a hacer estragos.

-Le grite. Y dije algo que lo lastimo.

-Eres un idiota.

-¿Yo? Pero… el rompió una promesa.

-Y por todo lo que me has contado de él, no creo que la haya roto por un motivo sin importancia.

-El solo dijo que no era el mejor momento. ¿Sabes cómo me hizo sentir eso?

Alex simplemente lo dejo hablar, por lo menos ahora estaba hablando.

-Fue como… si no le importara, ¿acaso no entiende cuanto lo extraño? Me sentí vacío, innecesario.

-Él te ama.

-No lo parece.

-Estoy segura que hay algo que él no te está diciendo Blaine., lo conoces mejor que yo, deberías saberlo.

-Tal vez solo se cansó de todo esto del amor a distancia.

-No confías en lo que siente por ti.

-Suenas como él.

-El suena como alguien inteligente-bromeo acariciando el brazo del moreno quien definitivamente necesitaba algo de apoyo.

-No debería haber bebido tanto-se regañó a si mismo Blaine acariciando su nuca.

-Solo por esta noche tienes permitido dejarte llevar, mañana arreglaras las cosas, tendrás una charla con tu lindo novio y por la tarde me contaras cuáles serán los planes para remediar esto de la “no visita”.

-¿Crees que lo podremos arreglar?

-Claro que sí, siempre hay una solución para todo, aunque a veces no sea la mejor, o la que esperábamos.

-Eso suena a seguir esperando.

-La paciencia es recompensada joven Anderson.

-Eso espero-termino por decir justo cuando recibía otro vaso de alcohol de uno de sus amigos de facultad.

Las burbujas parecían tener una propia fiesta en la cabeza de Blaine, sentía el calor en sus mejillas y sin darse cuenta se encontró bailando con un tipo al que jamás había visto.

-¿Donde esta Alex?-pregunto al desconocido quien lo sostuvo por la cintura cuando casi pierde el equilibrio al mover demasiado rápido la cabeza.

-¿Alex? ¿La muchachita que no te dejaba solo?

-Sí, ella-rio pensando el su amiga casi como una guardiana, tal como lo eran Rachel y Santana de Kurt. Kurt. Kurt.

-Creo, que será mejor que me vaya, no debería estar bailando contigo-susurro colocando sus manos sobre el pecho del hombre que insistía en mantenerlo aferrado por la cintura.

-Vamos, aún es temprano, luego podremos ir a otro lugar si eso quieres.

-¿Qué? ¿Tú y yo? Claro que no…-se quejó negando con fuerza, provocando un molesto martilleo en su sien.

-Eso dolió…-dijo ofendido el rubio riendo.

-Lo siento, no es nada en tu contra, pareces agradable, pero tengo novio-dijo enseñándole el anillo en su mano.

-Podrías haberlo dicho cuanto te invite a bailar-le respondió sin soltarlo y meciéndose al ritmo de la música.

-¿Eso hiciste? Porque realmente no lo recuerdo.

-Bueno, no recordaste a tu novio en ese instante tampoco, así que no lo tomare como algo personal.

-Siempre pienso en mi novio, así que mejor, déjame ir-dijo zafándose del agarre

-Creo que si tu novio no está aquí, y tú ni siquiera lo recuerdas cuando alguien te invita a bailar… ya sabes, eso debe significar algo.

-Sí, significa que mi novio, no puede acompañarme justo ahora, y yo bebí demasiado-balbuceo comenzando a buscar en todas direcciones a su amiga que parecía haber desaparecido en el momento menos indicado.

-¿Un beso de despedida?-le dijo al moreno acercándose tanto que Blaine podía sentir que había sido lo último que el tipo había bebido.

-Claro que no, ya te dije, tengo novio-rio de buena gana alejándose hacia la barra.

-¿Has tenido una buena noche?-pregunto el barman secando un par de copas.

-No realmente.

-Te vi muy divertido hace un rato bailando.

-Es el alcohol…

-Siempre culpan al alcohol.

-Eso creo, hace mucho que no bebía tanto…

-No es una buena práctica.

-Lo sé, por eso nunca lo hago, creo que algo en mi cabeza hace cortocircuito cuando comienzo a beber.

-Les pasa a todos-rio el joven que debía tener más o menos la misma edad de Blaine.

-¿Tu novio te dejo?-pregunto apuntando hacia el muchacho con el que hacía unos minutos atrás había estado bailando.

-El no es…, mi novio esta en NY-le conto tomando la copa vacía recién pulida.

-¿Por eso la cara de desolación?

-Soy demasiado obvio.

-Deberías llamarlo.

-No creo que quiera escucharme, menos a esta hora.

-No lo sabrás hasta que no lo intentes. Créeme, vivo escuchando historias en este lugar, la gente piensa que viniendo aquí los problemas se solucionaran solos. Te lo digo, no funciona.

Blaine sonrió, tal vez no era tan mala idea, tal vez escucharlo haría que sintiera mejor.

-Ok…-le respondió poniéndose de pie y caminando un poco más lejos de todo el ruido.

Eran pasadas las 22.00 hr y Kurt estaba simplemente recostado mirando el techo de la habitación. La noche estaba particularmente fría, de alguna manera Brian había logrado meterse a la habitación y se encontraba hecho un ovillo a su lado, de cierto modo Kurt lo agradecía, lo hacía sentirse menos solo, no recordaba en que momento había comenzado a acariciarle el cabello, como a veces lo hacía con Blaine, lo extrañaba, el suave ronroneo del animalito le daba un poco de tranquilidad.

El sonido de su teléfono pareció sacarlo del trance. Sin mirar el identificador y creyendo que se trataba de Rachel contesto.

-Rachel, deja de preocuparte por mí, de verdad no necesito que vengas a cuidarme.




-¿Kurt…? ¿Estás bien? ¿Por qué Rachel tendría que cuidarte?-dijo en tono preocupado Blaine.

-¿Quién habla?-pregunto sintiendo que su estómago daba un giro, era su voz.

-Soy yo…

-Blaine…-susurro mientas acercaba a Brian a su cuerpo, casi como si fuese una extensión de su novio, era a él a quien deseaba poder tener así de cerca.

-Sí, no me cortes por favor…-le pidió apenas con un hilo de voz, sabía que en su última conversación no había sido nada de amable, pero estaba enojado, eso lo disculpaba ¿o no?

-Por… estas bebiendo-afirmó con voz seria Kurt frunciendo el ceño y sintiendo un poco de molestia, beber no era la manera de afrontar sus discusiones.

-¿Cómo sabes que…?

-Te conozco, tienes ese tono de voz…

Blaine suspiro dejando que una pequeña sonrisa se asomara. El lo sabía todo, siempre.

-Sí, estoy bebiendo, me invitaron a una fiesta.

-No suenas muy animado. Has bebido demasiado-acuso sin levantar la voz, no iba a armar  otro problema, no ahora. No cuando su última discusión aun los rondaba, no cuando había sido completamente su culpa.

-Claro que sí, ¿qué esperabas? ¿Qué me quedara deprimido en el departamento, sintiéndome miserable?

Incluso el mismo moreno se sorprendió de sus palabras, no quería sonar agresivo, pero aún se sentía un poco despreciado.

-Blaine…-musito triste acurrucándose aún más sobre su cama.

-¿Sabes? hace un rato un tipo quiso besarme-soltó con tono casual el moreno.

Kurt sintió como su estómago se retorcía, ese miedo que durante tanto tiempo se mantuvo dando vueltas a su alrededor  se hacía realidad, Blaine terminaría cansándose de la distancia, alguien le ofrecería lo que él no podía darle.

Siempre lo supo, aquello era lo único que terminaría por pasar, aquello era lo que había atormentado sus noches desde que había aceptado por fin que lo del viaje por ahora sería imposible.

-¿Por qué me cuentas eso…?-dijo con la voz quebrada -Si me vas a engañar por lo menos podrías tener la decencia de decírmelo mirándome a los ojos-ahora estaba dolido, podía sentir como sus ojos se llenaban de lágrimas, estaba solo, por su cuenta, era peor de lo que Finn le había dicho.

-¿Eso crees no es así?

-Acabas de decir…

-Siempre me dices que no confío en lo que sientes por mí, aun así lo primero que pensaste fue en que te había engañado.

-No puedes culparme, después de lo de hoy.

-Le dije que tenía novio, y que aunque estaba lejos, simplemente no lo iba a hacer. Lo de hoy no significa que vaya a correr con el primer tipo que me encuentre y te engañe.

-Blaine…

-Solo te llamaba para que supieras que te necesito…ni siquiera imaginas cuánto.

-Yo también te necesito Blaine.

La voz temblorosa de Kurt solo acrecentó la necesidad de Blaine, quería tenerlo cerca, abrazarlo.

-Tuve que venir a emborracharme para dejar de pensar que no querías verme.

-¿Por qué piensas eso?

-Porque no vendrás, porque cuando dijiste “solo no es un buen momento”, sentí que no te importaba.

Kurt guardo silencio durante unos segundos, él nunca quiso hacer sentir mal a Blaine, no había escogido bien las palabras, solo quería hacerlo sonar como si no fuese un gran problema que no podrían solucionar, no se había oído así al parecer.

-Eres lo más importante en mi vida Blaine, pero ahora no es el momento.

-¿Desde cuándo esa se transformó en tu frase favorita?-dijo riendo tímido-Tú me lo prometiste.

-Lo sé, y vamos a conversar.

-Eso estamos haciendo…

-Cuando estés sobrio.

-No, vamos a hablar ahora, solo dilo. Te juro que solo guardare silencio y escuchare, necesito saber Kurt.

-No es nada de lo que puedes estar imaginando.

-Tu aun…

-Ni siquiera pienses en eso Blaine, ya te lo dije, eres lo más importante para mí.

-¿Entonces?

-Todo esto pareciera estar sobrepasándome.

Blaine tal como prometió guardo silencio, pero el miedo seguía creciendo en su interior.

-Deberías ir a tu departamento y dormir, ¿estás solo?

-Así me siento.

-Blaine…

-Lo siento, no debí decir eso.

Alex camino hasta donde se encontraba Blaine, lo vio cabizbajo apoyado contra una pared como buscando algo de privacidad, al acercarse noto que hablaba con alguien por teléfono, pudo intuir que se trataba de Kurt, así que le dio unos minutos.

-¿Me prometes que dejaras de beber por esta noche?

-Eso creo.

-¿Puede acompañarte alguien al departamento?

-Kurt, puedo arreglármelas solo.

-No lo parece-dijo con la voz apagada.

-¿Kurt?-dijo una muchacha al otro lado del teléfono.

-¿Quién es?-pregunto el castaño.

-Soy Alex, yo me encargo de Blaine, no te preocupes.

-Cuídalo por favor.

-No te preocupes, estará bien. Te doy con él.

-Gracias, adiós.

-Adiós.

-¿Blaine?

-Sí.

-Te amo.

-¿Estás seguro…?

-Como el primer día.

-Entonces explícame…

-Luego de que hayas dormido, te prometo que mañana te daré todas las explicaciones que necesites y hablaremos como personas adultas.

-No digas eso por favor.

Kurt gurdo silencio durante unos segundos.

-Dijiste que hablaríamos como personas adultas si las cosas estaban mal, dijiste que…

-Cálmate por favor-se apresuró en decir sintiendo el miedo en la voz de Blaine, recordaba perfectamente cuando había mencionado aquello de “hablar como adultos”-Las cosas no están mal, solo un poco enredadas-le contesto recordando las palabras de su amiga.

-Esta bien.

-Blaine.

-¿Si?

-Nunca olvides que te amo.

-Y yo a ti.

-Buenas noches.

-Buenas noches.


-¿Te sientes mejor?-pregunto Alex quien nuevamente se acercó.

-¿Quieres la respuesta agradable?

-No, la real.

-Tengo miedo.

-No deberías, él se preocupa por ti, me lo dijo.

-Una vez creí que me estaba preocupando por Kurt, y termine con él.

-Esperemos que Kurt no sea tan idiota como tú.

-Siempre ha sido más inteligente que yo.

-Eso espero-dijo la muchacha ofreciendo su brazo para acompañarlo hasta su departamento.

Mi Necesidad

La habitación estaba silenciosa, apenas se escuchaba la respiración del moreno, su pecho subiendo y bajando de manera acompasada, la mañana estaba fría y las cortinas cerradas dejaban el lugar a oscuras.

-Despierta dormilón.

La voz de Kurt se sintió cálida sobre el oído de Blaine, quien se retorció entre las sabanas rogando por unos minutos más de sueño.

-Solo un min…-dijo el moreno abriendo sus ojos de repente como si acabase de darse cuenta de algo realmente importante.

-¿K-Kurt…?-susurro pestañeando un par de veces apartando el sueño que tenía.

El castaño lo miro y no pudo evitar soltar una risa divertida.

-No, soy Santa… y sí, he bajado de peso y he sido asesorado en cuanto a vestimenta-bromeo.

-Estás aquí…-dijo con la voz quebrada y lanzándose a los brazos de Kurt dejándolo sin aliento.

-Cálmate, no vas a poder disfrutarme si me matas asfixiándome…

Tan pronto como había sentido liberarse de los brazos del moreno sus palabras fueron cayadas por un beso, estaban unidos, la calidez estaba de vuelta, su sabor, su olor, el aire caliente de su respiración arrítmica golpeándolo, sus labios se movieron lentamente, reconociéndose durante unos instantes, sus formas redondeadas, el suave tacto del cabello de Kurt entre los dedos de Blaine.

-Sigues dejándome…

-Sin aliento-termino de decir el moreno con una sonrisa, aun con los ojos cerrados.

-¡Estas aquí!- volvió a confirmar Blaine llevando sus manos al rostro del castaño, recorriendo con delicadeza su mandíbula, su nariz y sus labios, sus labios.

-Llegue esta mañana-dijo Kurt pasando su mano por el cabello sin producto y claramente más largo de Blaine-Alex dejo una llave bajo el tapete.

-¿Alex?...

-Sí, hable con ella hace unos días, más bien le escribí-se corrigió a sí mismo.

-No me dijo nada…

-¿Que esperabas? le pedí que guardara el secreto Blaine.

-Me las va a pagar-reclamo el moreno sin poder dejar de sonreír.

-¿Estas feliz?

-Soy la persona más feliz del mundo.

-Creo que tengo en mente un par de cosas que podrían hacerte cambiar de opinión…

-¿De qué hablas?-pregunto frunciendo el ceño y alejándose unos centímetros sin soltar aun su rostro.

-Estoy completamente seguro que puedo hacer algo para que seas aún más feliz de lo feliz que crees ser ahora-le susurró al oído acercando su cuerpo y terminando por empujarlo de vuelta a la cama.

Kurt paseo sus dedos por los rizos de su novio, sus rostros apenas separados por unos centímetros, perdido en sus ojos sonrió sin tener muy claro el por qué.

-Eres más hermoso de lo que recordaba- dijo rozando sus labios.

Blaine lo observaba en silencio, sus manos lentamente se dirigieron hacia su espalda, levantando su camisa para poder sentir su piel.

-Te extrañe-confeso el moreno con el rostro serio, sin apartar la mirada ni por un segundo.

-Yo también-respondió Kurt besándolo nuevamente.

Su respiración agitada, sus brazos apenas lo sostenían, dejo caer suavemente su cuerpo sobre el del otro.

-Extrañaba sentir tu peso-rio Blaine abrazándolo con fuerza y respirando sobre el hueco de su cuello.

Kurt rio de vuelta alzándose para observar nuevamente el rostro de Blaine, lleno de felicidad, la misma felicidad que el mismo estaba sintiendo en ese instante.

-¿Cuánto tiempo te quedaras?-susurro Blaine.

-Una semana-afirmo el ojiazul besándolo en la mejilla.

-No es mucho tiempo…

-Por lo mismo debemos aprovecharlo.

Blaine acaricio los botones de la camisa color turquesa que llevaba puesta Kurt, sin atreverse a dar un paso más.

-Te dije que deberíamos aprovechar el tiempo-reclamo besándolo profundamente  comenzando el mismo la labor de desvestirse.

El moreno se deshizo de la camiseta que traía puesta y aguardo a que Kurt terminara de quitarse la suya, quedándose un par de segundos observando el pecho desnudo de su novio.

El castaño se tomó todo el tiempo del mundo antes de que sus cuerpos hiciesen contacto, era una sensación maravillosa, su piel, cálida y temblorosa, como la primera vez, tanto tiempo esperándolo. Kurt beso su cuello con dedicación, mientras que sus manos acariciaban cada centímetro de piel desnuda bajo el, los pequeños gemidos que salían de los labios del moreno eran incentivos a su labor.

Kurt, Kurt…-eran las únicas palabras que escuchaba mientras seguía lamiendo, olfateando, succionando. Sus manos descendieron hasta el pantalón de dormir que aun vestía a Blaine.

-Necesito tocarte-susurro en el oído del ojimiel, provocando que este arqueara su columna en busca de más cercanía.

-Hazlo, puedes hacer lo que quieras.

Kurt descendió lentamente, dejando pequeños besos y mordidas por el abdomen de un Blaine completamente entregado a sus deseos, rozo con su nariz la piel sensible, provocando la contracción de su musculatura, se detuvo donde comenzaban los pantalones de su novio, tocando con la yema de sus dedos ese pequeño límite entre la piel y la prenda, metiendo solo la punta de los dedos bajo ella, atormentando a Blaine en su juego.

-Kurt… por favor-suplico Blaine, parecía irreal, su rostro rodeado por el azul profundo del mullido almohadón donde hundió su cabeza, todo parecía tan familiar.

El ojiazul volvió a subir a los labios de Blaine, metió definitivamente las manos bajo la ropa de dormir de su novio y lo desnudo.

-¿Quieres torturarme?-pregunto el moreno recorriendo el pecho de Kurt descuidadamente.

-Claro que no, solo quiero disfrutar esto lo más posible, quiero recordarte, quiero grabar esto en mi mente, necesito tener algo con lo que sobrevivir una vez que ya no esté aquí.

-No digas eso por favor.

-Bésame Blaine.

El menor tomo a Kurt por la cintura y lo volteo para quedar sobre él, tomo la hebilla del pantalón que llevaba y se lo quito, quería verlo, quería tocar toda su piel libremente, besándolo, mordiéndolo, sintiéndolo.

Y ahí estaba, Kurt, su ángel, frente a sus ojos, con los labios enrojecidos luego de profundos besos, llenos de necesidad, sus mejillas sonrojadas, y una pequeña capa de sudor cubriendo su frente.

Kurt cerro sus ojos dejándole a su piel el trabajo de reconocer, las yemas ásperas de los dedos de Blaine acariciándolo, palpando sus costillas, delineando la musculatura de sus brazos, sus labios respirando dulcemente sobre uno de sus pezones, lamiendo, su saliva, cálida, perfecta para calmar el roce de los dientes de su novio.

El castaño se regocijo con el recorrido que hizo Blaine con su nariz a través de su cuello, respirando su aroma hasta llegar a su cabello.

-Extrañaba este olor-susurro el moreno al sentir los dedos de Kurt enredarse en sus rizos, jalándolo y girándose para ofrecer su espalda como tributo.

El ojiazul sonrió al sentir las manos de Blaine masajeándolo con cuidado, dedicándole atención a cada parte, recorriendo de arriba hacia abajo, hundiendo sus pulgares con la justa presión a la altura de su cuello, provocando que se arqueara  y terminara rozando su espalda baja con la entrepierna de Blaine, acto que llevo directamente una descarga eléctrica a través del cuerpo del moreno.

Blaine apoyo su pecho contra la espalda de Kurt, dejando que el calor disipara entre ellos, se acercó a su oído y lamio el lóbulo antes de darle un pequeño mordisco.

-Ahora eres tú el que quiere torturarme-soltó entre una pequeña risita el castaño aun con los ojos cerrados.

-Voy a hacerte el amor ahora-rio aun sobre su oído causándole unas deliciosas cosquillas.

-He estado esperando escuchar esas palabras desde el día que partiste.

Y así ocurrió, Blaine estaba entregándole todo el amor que no había podido entregarle durante todos esos meses, y Kurt se sentía en el cielo, se preocupó de acariciarlo, besarlo, y motivarlo.

-No sabes cuanta falta me has hecho Blaine.

El moreno ni siquiera podía contestarle, estaba envuelto en el suave olor que el castaño expelía.

Kurt abrió sus ojos por fin, perdiéndose en el cabello húmedo de Blaine, sus movimientos acompasados, marcando el ritmo que estaba volviéndolo loco, cada vez más rápido.

El ojiazul tomo el rostro de su novio y lo alzo para poder ver su mirada, y ahí estaba, dulce, altiva, y llena de amor, amor por él, la sonrisa dulce que se dibujó en el rostro de su amante le hizo ver que seguramente su propio rostro estaba diciendo lo mismo, era la imagen más hermosa que jamás vería, la felicidad pura reflejada en el moreno, se sentía afortunado; por lo que Blaine le hacía sentir, pero por sobre todo, por poder hacer feliz a aquel hombre que le había salvado la vida en tantos sentidos, volver a tenerlo así era mágico, sentirlo suyo otra vez, dejar todo lo que fue, es y será en las manos de Blaine, era seguro, era perfecto, tal como debía ser, porque era a quien debía amar, incluso antes de saber lo que aquella palabra significaba, sin duda Kurt Hummel había sido creado para Blaine.

Ambos soltaron un último suspiro antes de terminar diciendo el nombre de su amado, el sudor los bañaba dejándoles un recuerdo palpable de le momento vivido, dulce, salado, cálido y frio a la vez, complementados, únicos, así era siempre, y así esperaba siguiese siendo.

El cansancio los encontró sumiéndolos en un profundo sueño, abrazados, cubiertos apenas por una sabana, que importaba el frio que hubiese afuera, mientras estuviesen juntos estarían bien.

Kurt abrió lentamente los ojos, aun podía sentir el olor de Blaine a su alrededor, lo cual provoco que una sonrisa se formara en su rostro, toco sus labios, sentía todavía el calor de los labios de Blaine sobre los suyos, sobre todo su cuerpo, llevo su mano al pecho tomando el pijama que llevaba puesto. Pijama.

Las ideas en su cabeza comenzaron a moverse, imágenes borrosas, palabras sueltas, él nunca había tenido el mail de Alex, apenas y había hablado con ella una vez por teléfono, no tenía idea de cómo llegar al departamento donde vivía Blaine.  Ese almohadón azul, el de la cama, era su propio almohadón.

Parpadeo un par de veces mirando a su alrededor, seguía en Nueva York, la cama vacía a su lado lo confirmaba, Blaine no se hubiese apartado de su lado si hubiesen pasado la noche juntos.

Lentamente se sentó, llevando una de sus manos a su cabello, mientras con la otra recorría su rostro, lágrimas secas, ahí estaban las lágrimas que había derramado la noche anterior luego de la llamada de Blaine. Su estúpida cabeza le había jugado una broma, le acababa de dar aquello que tanto deseaba, aquello que no podía tener, aquello que había provocado una discusión hacía apenas unas horas, había sido demasiado perfecto como para que fuese verdad ¿no es así?

Se levantó y camino hasta la cocina, marco otro día en el calendario, se dirigió hasta la sala, y tomo el cuaderno donde escribía sus peticiones, hacía varios días que no anotaba nada, ahora se sentía mal hacerlo, era un recuerdo del tiempo transcurrido, un recuerdo de lo arrepentido que estaba de algunas decisiones, de haberlo dejado partir, habían tantos instantes, tantos deseos escondidos tras aquellos “me debes un beso” o “Quiero tocarte”, recorrió las hojas, leyendo algunos párrafos y sintió que no le alcanzaría la vida para ponerse al día con tantas cosas que solicitaba, se preguntó si acaso Blaine habría escrito algo, ¿se sentiría igual?

Tomo el teléfono y llamo a Rachel, necesitaba hablar con alguien.

-¿Kurt?

-Buenos días…

-Buenos días.

-¿Sigue en pie la invitación al café?

-Claro que sí, ¿a qué hora quieres que nos veamos?-pregunto con voz tranquila la joven intentando no hacer demasiadas preguntas, ya llegaría el momento.

-¿Dentro de una hora estaría bien?

-Claro.

-Gracias, nos vemos Rachel.

-Nos vemos-se despidió pensando en si debía o no decirle acerca del mail que había recibido apenas unas horas después de su conversación la noche anterior.

Una hora más tarde Kurt llegaba al café de siempre, Rachel se encontraba sentada en una de las mesas más lejanas, un lugar solitario, apartado que les permitiría hablar con tranquilidad.

-¿Cómo estás?-pregunto de inmediato la pequeña poniéndose de pie y abrazando con cariño a su amigo.

-Bien, supongo.

-¿Qué ocurre? Anoche no querías hablar…

-Blaine…

-Sé que esto es por Blaine, me lo dijiste…

-El me llamo anoche.

-¿Desde Inglaterra?

-Claro, ¿desde donde más Rachel?-intento bromear sin mucho éxito, simplemente la mueca que se posó en su rostro no se asemejaba en nada a lo que debía ser una sonrisa.

-¿Y qué ocurrió? ¿Discutieron de nuevo?

-No lo sé, es decir, estaba borracho Rachel, sabes cómo se vuelve cuando bebe demasiado.

-¿Estas justificando algo?

-No, al parecer él se comportó.

-¿Entonces?

-Me dijo que él creía que ya no me importaba.

-¿Cómo puede decir eso? Si supiera…

-No lo sabe Rachel, y voy a decírselo, pero…

-Pero… ¿pero qué?

-Ya no estoy seguro.

-¿De que estas hablando Kurt?-dijo preocupada acomodándose en la silla y tragando saliva de manera audible.

-De nosotros, sabes que lo amo más que a nada en el mundo, pero…-se detuvo un segundo, temeroso de lo que pasaba por su mente-Mira esto-le dijo buscando dentro de su bolso la libreta.

-¿Y esto es…?

-Una estupidez que se me ocurrió hace un tiempo, se supone que Blaine también tiene una, se supone que escribimos ahí cada vez que necesitamos del otro, y ponemos una petición, algo que nos faltó en ese instante.

Rachel ojeo la libreta durante unos segundos, cosas simples, una tarde leyendo, una película, una canción, una flor, había miles de cosas escritas ahí.

-¿Te das cuenta?-pregunto Kurt intentando entender si lo que ocurría en su cabeza era real o solo parte de su imaginación.

-Has escrito... todo Kurt.

El castaño suspiro pesadamente escondiendo su rostro entre las manos.

-Lo extraño, cada cosa que veo Rachel-hablo con la voz quebrada, sintiendo una fuerte presión en su nariz, como si las lágrimas comenzaran a acumularse en alguna parte.

-¿Cómo voy a seguir con todo esto? ¿Qué ocurrirá si Blaine tiene la opción de quedarse allá por más tiempo? ¿Qué pasara si no puedo viajar a verlo dentro del corto plazo? ¿Qué pasa si un día me canso de escribir?

Rachel sintió el temor y el dolor en las palabras de su amigo, eran las mismas dudas que ella le había planteado en algún momento, y que al parecer se habían hecho visibles para él hace poco.

-Kurt…-susurro tomando su mano y acariciándola.

-No puedo con esto yo solo.

-No estás solo, siempre lo has dicho, estas con Blaine.

-No, no estoy con él, y eso es lo terrible en toda esta situación, lo amo, y sé que él también me ama, pero seamos honestos, ambos, estamos solos, estoy solo en mi cama, estoy solo en la cena, estoy solo cuando hablamos, al igual que él, ¿se supone que así debe ser una relación?

-Kurt…

-No, el no merece algo así, y… yo tampoco creo merecerlo.

-No tomes una decisión de la que luego te arrepentirás-dijo temerosa la muchacha.

-No estoy tomando ninguna decisión Rachel, una vez le dije que nunca seria yo quien le diré adiós, pero creo que estoy viendo las cosas como son en realidad por primera vez en todo este tiempo-dijo demasiado alterado.

-Tienes que hablar con Blaine.

El castaño asintió, lo sabía, se lo había prometido a Blaine, pero aun no sabía cómo lo haría.

Rachel se quedó observándolo por unos instantes, no era el momento para hablar acerca del otro asunto, tal vez una vez hubiese arreglado las cosas con Blaine.

Kurt estuvo dando vueltas por la ciudad durante casi dos horas, debía volver a casa, tenía deberes, trabajos y una conversación pendiente, pero había estado buscando excusas para retrasarlas, obviamente, ya no quedaban muchas.


-¿Hablaste con él?

-Lo siento, no creo que sea un buen momento.

-¿Está todo bien?

-No realmente, es decir, espero que se solucione, pero no sé si sea bueno que lo sepa.

-Nunca le haría daño.

-Lo sé, temo que seas tú quien termine con algún daño.

-¿Mas?

-A eso me refiero, ahora tienes más que perder.

-Ok, estaré allá dentro de unos días.

-Estaré esperándote, podemos salir a conversar.

-Necesitare de tu ayuda para acostumbrarme.

-Hablas como un pueblerino, conoces mejores lugares que este.

-Aun no encuentro mi lugar.

-Creí que trabajabas en eso.

-Estoy intentándolo.

-Espero conocerlo pronto.

-Solo unos días más señorita Berry.

-Nos vemos.

-Adiós, cuídate.


Blaine sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento, coloco sus pulgares sobre su sien apretando infructuosamente en busca de alivio, el dolor pareció multiplicarse cuando las cortinas eran abiertas de par en par.

-¡Ponte de pie!-dijo una voz aguda que resonó como una bocina en los oídos del moreno.

-¡Que rayos haces aquí Alex!-le respondió molesto cubriendo su cabeza con un almohadón.

-Anoche le prometí a un lindo neoyorquino que te cuidaría, y eso es lo que estoy haciendo.

-No me estás haciendo sentir bien exactamente-se quejó.

-Blaine, te vas a levantar, dar una ducha y beber por lo menos dos litros de agua, necesitas sacar el alcohol de su sistema antes de que hables con tu novio.

-No quiero hablar.

-No fue lo que le dijiste anoche, así que ahora hazte responsable, despertaste al pobre muchacho en la madrugada, le dijiste que un tipo había intentado besarte y le recriminaste un par de cosas, le exigiste una conversación, el acepto y ahora no lo vas  a dejar plantado-hablo con voz autoritaria la muchacha dándole una patada a la cama de su amigo.

-No sabes cuan molesta puedes llegar a ser.

-Eres tu quien no lo sabe-amenazo.

Blaine decidió que sería mejor dejarlo, después de todo él había pedido la conversación y la explicación, y aunque más que nada lo que sentía era miedo por lo que el castaño pudiese decirle, Alex tenía razón, debía hacerse responsable.


Kurt encendió su computador esperando a que el nombre de Blaine apareciera como conectado. Dos minutos exactos pasaron cuando el icono cambio de un color gris de Desconectado al verde brillante de Disponible.

-Hola…-saludo el castaño haciéndole una pequeña seña con la mano.

-Disculpa por lo de anoche… yo estaba un poco…

-¿Borracho?-interrumpió con una pequeña mueca.

-Eso creo. Perdón.

-Está bien, después de la conversación supongo que es una reacción esperable.

-Tú no lo hiciste-dijo escondiendo en aquellas palabras un “porque a ti no te importa”.

-Sabes que soy bastante aburrido, especialmente en los momentos tristes.

-No debí llamarte.

-Por lo menos gracias a esa llamada estamos hablando ahora, supongo que no tenías planes de volver a hablarme hasta dentro de un par de días más-dijo con pesar el castaño tomándose el cuello, sentía que un dolor de cabeza comenzaba a formarse en aquella zona.

-Estaba enojado, no debí gritarte, o llamarte…

-Estabas enojado, y dolido, tampoco fui muy gentil contigo.

-Eso suena casi como una disculpa.

-¿Es eso lo que quieres?

-Para ser sincero, esperaba una dolorosa y cruel ruptura.

-Acaso tú quieres…

-¡¿Qué?! Claro que no… solo creí que después de lo de la llamada, no querrías volver a saber nada de mí.

-¿Podrías dejar de decir que no quiero saber de ti, o que no te extraño, o que no me importas? –pidió con la voz temblorosa -Blaine, eres lo más importante para mí.

-De todas maneras no vendrás.

-Te debo una explicación.

Blaine guardo silencio, atento a las palabras que su novio le diría.

-Blaine, no es que yo no quiera viajar, la verdad es que yo no puedo viajar.

El moreno escucho, pero no entendió, porque no podía hacerlo, por lo menos le había dicho que “no querer” no era la razón.

-¿Por qué?

-Cuando te dije que hablaría con Isabelle para que me dejara no ir a la oficina los fines de semana, o cuando te dije que podía llegar más temprano a casa para que habláramos… tuve que dejar horas de trabajo, y obviamente me están pagando menos… mucho menos en realidad.

-¿Por qué no me dijiste…?

-Porque te conozco, y sé que te sentirías culpable, y te juro que lo hice porque de verdad necesitaba tenerte unos minutos más Blaine, además, mis clases… nos están dando trabajo extra, y Carmen nos ha pedido ayuda con los alumnos de primer año…

-Es mi culpa…-susurro Blaine bajando la mirada.

-Claro que no Blaine, tú no tienes la culpa en nada de esto, es por mí, porque yo… no puedo con todo esto, yo…-dijo tomando la fuerza necesaria para no romper a llorar en ese mismo instante-Después de todo lo que insistí para que te fueras, después de haber repetido una y otra vez que sería sencillo…

-Kurt…

-Perdóname Blaine, sé que te había hecho una promesa, pero no fui capaz…

-Debiste haberme contado, yo podría…

-Nada, tu solo tienes que aprovechar cada segundo en tus estudios, esa fue la otra razón por la que no te lo mencione, era la excusa perfecta para dejar todo y volver, no me lo habría perdonado Blaine.

-Cómo puedo ayudarte…-pregunto el moreno sintiéndose inútil a la distancia.

-Yo estoy bien, no me hace falta nada, solo… no he podido reunir el dinero necesario para el viaje, por lo demás estoy bien.

-¿Estás seguro?-dijo frunciendo el ceño, sabiendo que si Kurt no le había dicho nada durante todo este tiempo no le diría tan fácilmente si algo realmente estaba mal.

-Completamente, no quiero que creas que estoy viviendo en la miseria ni mucho menos, solo la velocidad en que puedo ahorrar es menor, y para serte sincero, no sé cuándo pueda reunir el dinero que me falta…

-Llamare a casa-afirmo estirándose para alcanzar su teléfono y enviarle un e-mail en ese mismo instante a su mama.

-Claro que no Blaine, tus papas no pueden estar cubriéndonos por siempre, somos adultos.

-Pero…

-Tendremos que ser pacientes.

-He tenido mucha paciencia… demasiada-suspiro claramente no refiriéndose solo al asunto del dinero.

-Blaine, tenemos que hablar acerca de algo…

Blaine sintió como el corazón se apretaba fuertemente en su pecho, el mismo temor luego de su conversación, Kurt había hablado acerca de una “conversación como adultos” aquello no podía ser bueno.

El moreno asintió lentamente, su boca estaba demasiado seca como para emitir palabras.

-Este tiempo… ha sido complicado, para ambos-aclaro dadas las inseguridades de su novio-Yo… te extraño, y te amo más que nunca, me has hecho sentir realmente orgulloso, y feliz, cada vez que me hablas acerca de lo genial que es todo allá, siento que cada segundo en que me he sentido solo, o en que te he extrañado ha valido la pena, que fue una buena decisión que te marcharas…

-¿Podrías solo ir al grano?-pregunto un tanto ansioso- Estoy sintiendo que en cualquier momento vas a decir algo terrible, y prefiero que sea rápido Kurt.

-Quiero que hablemos acerca de la posibilidad de que te quedes allá por más tiempo.

Blaine suspiro pesadamente, no quería hablar de eso, le faltaban apenas unos cuantos meses para terminar sus clases, le encantaba aquel lugar, pero extrañaba a Kurt, y ni siquiera había pensado en la posibilidad de mantenerse alejado de el por más tiempo, nadie le había mencionado nada, así que había asumido que terminado su año podría volver sin problemas a Nueva York, donde pertenecía.

El silencio del moreno llamo la atención de Kurt.

-¿Blaine? ¿Qué ocurre? ¿Alguno de tus profesores se comunicó contigo?-pregunto intentando no sonar asustado ante una posible respuesta positiva.

-No.

-Ok, aún queda tiempo, y debes tener claro que existe la posibilidad…

Kurt se sentía falso, como podía estar alentando y esperanzando a Blaine para que se mantuviese lejos por más tiempo, si el mismo solo deseaba tenerlo de vuelta, aquel sueño se lo había mostrado más claro de lo que cualquiera podría haberlo hecho, había estado engañándose, diciéndole a todos que estaba bien, que lo estaban sobrellevando, que deseaba que Blaine disfrutara de la experiencia, todo era una falsa, él lo quería a su lado, lo quería en su cama, lo quería al despertar, por más egoísta que sonara, no lo quería estudiando en Inglaterra.

-Kurt…

El castaño guardo silencio, Blaine parecía en otro mundo, parecía no estar escuchando nada de lo que le decía.

-¿Cómo pretendes que todo esto funcione?-hablo finalmente el menor dándole una mirada preocupada.

-¿Recuerdas eso de ser adultos?

-Dijiste que no querías terminar todo, ¿esto significa que cambiaste de opinión?

-Esto significa, que aunque no fui capaz de cumplir mi promesa acerca de visitarte, hay una promesa que jamás romperé, porque te amo, yo nunca Blaine, y escúchame bien, nunca te diré adiós, jamás escucharas de mis labios que lo nuestro llega a su fin.

-¿Entonces?



-Entonces estoy dándote mi palabra de que esto no se acabara hasta que tú lo decidas.

-Yo…

-No lo digas Blaine. Sé cómo te sientes, porque yo me siento igual, pero también tengo claro que tú estás solo…

-No lo estoy, te tengo a ti.

-Blaine, mi corazón te acompaña en cada instante, pero tenemos que ser honestos, estamos separados, y… es difícil, hoy desperté sintiéndome completo otra vez…-dijo antes de suspirar resignado-Pero luego me di cuenta de lo mucho que me haces falta, no estoy diciendo que antes no lo supiera, porque…

Kurt cerró sus ojos durante unos instantes esperando buscar las palabras que lograran expresar lo que realmente sentía.

-Hay algo que me falta aquí-dijo colocando su mano en el pecho-que me recuerda a diario que tu no estas, pero esta mañana me di cuenta que no es solo eso, mi cuerpo te extraña, te necesita, cuando desperté sentí tus labios sobre los míos, sentí tu olor rodeándome, y por un segundo ese dolor en mi pecho se desvaneció, pero luego… todo pareció volverse cien veces más pesado, lo único que pude hacer fue llamar a Rachel para hablar, necesitaba a alguien que me conociera, que me ayudara a ordenar todo lo que tengo en mi cabeza Blaine.

-Ella dijo…

-Ella me dijo que tenía que estar tranquilo -interrumpió- que todo se arreglaría, que tú me amas, y que no hiciera algo de lo que luego me arrepentiría.

-Tú de verdad lo pensaste…

-Ya te lo dije, nunca lo escucharas de mis labios. Pero Blaine, tú no tienes a una Rachel que te mantenga centrado, tus amigos, tu familia, la gente que de verdad te conoce está aquí, ¿qué va a ocurrir cuando todo de verdad se vuelva oscuro? ¿Qué ocurre si yo no puedo viajar a verte? ¿Y si tenemos otra discusión? ¿Qué va a pasar si alguien intenta acercarse de nuevo, pero esta vez la soledad no te deja decir que no?

-Kurt, yo nunca…

-Blaine, cuando estuvimos separados, te necesitaba, y no podía tenerte, el dolor que sientes en tu interior solo se alivia con un poco de contacto, a veces ese dolor es tanto, que puedes hacer cualquier cosa para sentirte amado, y luego te arrepentirás-dijo en lo que se escuchó casi como un mero susurro, recordando casi avergonzado sus propias acciones con James en busca de algo de paz-¿Has pensado en eso Blaine?

El moreno negó firmemente, como podría pensar en algo así, el solo tenía ojos para Kurt, se había sentido solo, pero aun así, nada como eso había pasado por su mente.

-Suena como si me estuvieses dejando libre.

-No creas que tienes permitido ir de fiesta en fiesta liberando tensiones Blaine Anderson-bromeo intentando alivianar el ambiente.

-Así sonó.

-Te lo aclaro entonces-rio-solo estoy diciendo que te amo, y sé que me amas, pero si en algún momento las cosas se ponen mal, tú debes decírmelo, si te das cuenta de que necesitas algo, que obviamente yo no pueda darte, lo hablaras conmigo, de manera tranquila y llegaremos a una solución y no me refiero solo a sexo Blaine, tú necesitas conectar con alguien, hay diferentes maneras de hacerlo, tal vez tomarnos un tiempo, y te repito, no estoy pensando necesariamente en estar con alguien más, solo un tiempo para no tener presiones, para que puedas salir y hacer lo que quieras sin sentir que estas engañándome o dejándome de lado, un respiro.

-No quiero algo así.

-No ahora Blaine, pero no sabes cómo te sentirás dentro de seis o siete meses, aun no sabes cuánto tiempo estarás allá, solo.

-Yo no quiero compartirte con nadie.

-Acabo de decirte que no necesariamente hablo de otro novio o amante… solo un tiempo de libertad. Solo te pido que seas honesto conmigo.

-¿Tu harás lo mismo?

-Te repito, nunca romperé mi promesa.

-Entonces esta todo en mis manos-dijo en voz baja sintiéndose responsable desde ya de algo que odiaría.

-Como mi corazón Blaine.

-¿Esto quiere decir que todo está bien entre nosotros?

-Claro que sí.

Los días transcurrieron sin muchos problemas, Blaine había comenzado con un par de proyectos en la universidad y había tenido sesiones de estudio para sus siguientes pruebas, por lo que había estado bastante ocupado, aun así Kurt había sido bastante comprensivo ya que por su parte tampoco sobraba el tiempo.

Kurt caminaba despreocupado por los pasillos de la escuela cuando se encontró con Rachel hablando con alguien por teléfono.

-Hola-saludo el castaño recibiendo como respuesta solo una pequeña señal para que guardara silencio.

-Sí, nos podemos juntar hoy en el café…-dijo sonriendo.

-¿Quién es?-susurró curioso Kurt acercándose al teléfono esperando poder escuchar algo.

-¿No te han dicho que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?-cuestiono su amiga.

-¿Es Santana?

-No.

-¿Finn? Hola Finn!-grito hacia el auricular-Llámame hermano mal agradecido.

-Si Finn estuviese aquí supongo que habría ido a hablar antes contigo Kurt…

-Cierto…

-¿Podrías dejarme hablar tranquila?-pregunto caminado en otra dirección.

-Claro, ¡eres una excelente amiga!-volvió a gritar mientras esperaba a que terminase de conversar.

Apenas unos minutos después la muchacha volvía para saber que deseaba.

-¿Y?

-¿Y qué?

-¿Supongo que querías algo importante?-pregunto Rachel riendo.

-No, solo quería saber cómo estabas, y con quien hablabas.

-Te ves de muy buen humor, ¿cómo va todo con Blaine?

-Bien, digo, tuvimos una conversación en la que aclaramos varias cosas, le explique mis razones para no poder viajar.

-¿Y las entendió?

-No creo que realmente las haya entendido, pero las acepto.

-Le hablaste acerca de… ya sabes, ¿ser adultos y eso?

-Sí, seremos honestos, sinceros y si algo anda mal lo hablaremos, y si es necesario nos daremos un tiempo.

-¿Que dijo con respecto a eso?-frunciendo el ceño, conocía a Blaine y esa idea extraña de Kurt no le gustaría mucho.

-Al comienzo no le agrado, pensó que era una especie de “eres libre de meterte con quien quieras”

-Eso parece Kurt…

-¿Tú también? claro que no, es solo que si en algún momento necesitamos un respiro, o enfocarnos en algo, ya sea trabajo o estudio y nuestra relación comienza a verse afectada, podremos dar un paso al lado, por un tiempo, uno corto por cierto.

-Sabes que eso es peligroso ¿no es así?

-Un poco, no quiero pensar en que si ocurre, Blaine se vea demasiado emocionado con su libertad.

-¿Y que hay contigo?

-¿Conmigo?

-La libertad será mutua, que harás si conoces a alguien, y ya sabes…

-No, eso no ocurrirá.

-No lo sabes.

-Claro que lo sé, Blaine es mi alma gemela, nada o nadie me hará pensar otra cosa.

-¿Y por qué crees que Blaine hará eso de darte o darse libertad…?

-Solo ocurrirá si es realmente necesario.

-¿Y si el conoce a alguien?

Kurt respiro profundo, y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, no quería siquiera imaginar ese escenario, se culparía por siempre haber propuesto aquella idea, pero confiaba en su novio, y en lo que sentían.

-Si eso ocurre, aunque espero que no ocurra-aclaro-Seré feliz, si él es feliz.

-Mentiroso.

-Si eso ocurre, dile a Blaine que eso es lo que yo pienso por favor.

-¿Aunque sea mentira?

-Si él se enamora de alguien más, quiero que sea feliz, no quiero terminar siendo quien lo mantenga al borde de lo que siempre quiso solo por pena.

-Estás loco.

-Estoy siendo realista.

-Como sea, solo espero que no ocurra, o que si ocurre no termine saliendo todo mal Kurt, lo que ustedes tienen no es algo que se deba tirar por la borda.

-Lo sé, y lo estoy protegiendo.