Fic: El Amor nunca es fácil-No Huyas-Cap. 144

Las semanas pasaron más rápido de lo que Kurt y Blaine hubiesen deseado, pero estaba fuera de sus manos controlar aquello, Kurt mantuvo su promesa, todos sus últimos fines de semana habían sido dedicados exclusivamente a estar en casa o a disfrutar de alguna salida especial con Blaine.

Cuando apenas les quedaba un mes antes del viaje Blaine decidió que era momento de hablarlo con sus padres, sabía que ellos querrían verlo y pasar algún tiempo con él, y aunque de verdad amaba aquello, su prioridad era Kurt.

Viajaron a Lima para contarles directamente a todos, no era una noticia que se pudiese dar por teléfono.

Habían citado a los Hummel-Hudson y a los Anderson en la casa de estos últimos el día sábado para un almuerzo familiar.

-Bueno, ya que estamos todos-dijo el padre de Blaine mirando los rostros a su alrededor- Piensan decirnos de que se trata este viaje sorpresa, ¿y esta reunión? Hemos estado imaginando anuncios importantes que merezcan algo así.

Los muchachos se tomaron de la mano sobre la mesa en señal de apoyo, esta era una gran noticia, pero sabían que no era exactamente lo que sus padres esperaban.

-¿Van a casarse?-titubeo Finn bebiendo un poco de su copa-Porque si es así, exijo ser el padrino.

-Cariño, no apresures las cosas, mejor deja que ellos hablen-calmo la situación Carole recordando el ultimo mal entendido relacionado con ese tema.

-¿Entonces?

Kurt tomo la iniciativa, acaricio la mano de Blaine que aún mantenía sostenida y hablo.

-Blaine se ira a Inglaterra, le han ofrecido una beca completa en la  Royal Academy of Music.

Todos los presentes se quedaron mirando atónitos, sin entender mucho en realidad.

-Felicidades… -dijeron Burt y Carole aun tratando de entender.

-Hijo…

Ambos jóvenes les dieron una sonrisa tímida en señal de correspondencia ante el gesto.

-Y… ¿cuándo se irán?-pregunto Finn pareciendo el más tranquilo de todos.

-¿C-Como que…”Cuándo se irán”? Kurt… ¿acaso piensas abandonar tus estudios?-dijo Burt alarmado con el ceño fruncido.

-No papa, Blaine se ira solo-le respondió con un dejo de tristeza.

-P-Pero… Blaine ¿cuándo te vas? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué pasara con ustedes? ¿Su vida en NY?-lanzo de una sola vez la madre de Blaine un poco angustiada.

-Me iré dentro de un mes mama, por un año…

-Tal vez más-añadió Kurt dándoles una sonrisa torcida.

-Solo será un año-repitió con confianza mirando directamente a los ojos al castaño-Nosotros estaremos bien, y Kurt seguirá en NY con sus estudios y el departamento Burt.

-Ok…entonces, supongo que debemos celebrar ¿no es así?

Tanto los padres de Blaine como los de Kurt se miraron entre sí, definitivamente esto era algo que deberían celebrar, pero había algo en la mirada de sus hijos que les hacía pensar que aquello no era completamente correcto.

-Estamos orgullosos de ti Blaine-dijeron los Anderson poniéndose de pie para abrazar a su hijo, uniéndose luego  los Hummel-Hudson.

-Ahora creo que lo que prepare es demasiado sencillo para la ocasión-se lamentó Elizabeth tomando la mano de Kurt quien se mantenía abrazado por la cintura a su novio.

Eran pasadas las siete de la tarde cuando Finn salió al patio donde se encontraba Kurt tomando un café sentado en las escaleras.

-Así que estarás por tu cuenta durante un tiempo…-comenzó a hablar el más alto tomando asiento al lado de su hermano.

-Eso creo.

-¿Y estas seguro  de todo?

-Mucho, tal como tú lo estuviste cuando dejaste ir a Rachel, tal como lo estuvo Blaine cuando me dejo ir.

-Entonces no estás muy seguro-bromeó- Se perfectamente como es, como se siente y como termina-susurro en calma quitándole el café a su hermano y bebiendo un poco-Esto sabe horrible, no entiendo como es que a ustedes les gusta tanto.

Kurt rio entre dientes apoyando su cabeza en el brazo de Finn.

-¿Cómo has estad tú?-preguntó Kurt mirando por sobre el hombro al más alto.

-Bien, la escuela es genial, ser profesor es lo que siempre soñé, ya sabes, poder ayudar a la gente perdida, como lo éramos nosotros.

-Serás el mejor.

-Cuando las cosas se pongan mal, puedes llamarme ¿lo sabes?

-Las cosas no se pondrán mal Finn.

-Lo sé, solo lo decía para que no olvidaras que sigo aquí, que soy tu hermano y que puedes contar conmigo, además sabes que me encantaría ir a visitarte  NY.

-¿A mí o a Rachel?

-Ambos.

-Bueno, puedes hacerlo cuando quieras-le respondió recuperando su vaso y bebiendo de él.

-¿Que hacen ustedes aquí?-dijo Burt al ver a sus hijos callados contemplando el atardecer

-Conversación de hermanos.

-Ya veo-resopló con orgullo-Blaine está preparando algo de comer para ver el partido, podrías ir a ayudarlo Finn.

-Ok…-refunfuño el muchacho despeinando el cabello de Kurt al ponerse de pie.

Burt se quedó pensativo durante unos segundos.

-Las cosas estarán bien entre ustedes-hablo finalmente cuando vio que su otro hijo había desaparecido.

-Eso es justo lo que quería escuchar papa…

-Lo sé, por eso te lo digo, ustedes se aman, y estoy seguro de que dentro de un año cuando Blaine vuelva, todo será mejor, luego ustedes se casaran y nos darán muchos nietos-dijo riendo.

-Papa…

-¿Qué? ¿Acaso no piensas darme nietos? Mira que si no lo haces tú, moriré esperando a que Finn arregle sus asuntos con Rachel.

-Algún día…

-Supongo que tendré que hablarlo con Blaine también…

Kurt rió de buena gana viendo en su mente aquella imagen.

-Vamos adentro, está empezando a hacer frío, y tu novio debe estar preguntándose donde estas.

-Debe estar esperando por el partido.

-Sabes que te prefiere por sobre cualquier partido, u otra cosa que le guste.

-¿Gracias?

-No hay de que…-rió empujándolo hacia el interior de la casa.


-¿Blaine nos das un segundo?-preguntaron los señores Anderson al ver que su hijo y Finn jugueteaban en la cocina llenando bandejas con frituras.

-Claro…

Los tres subieron a la habitación de Blaine para tener un poco de privacidad.

-Hijo, primero queríamos decirte que estamos orgullosos de lo que has logrado, esto no hace más que demostrarnos cuan equivocados estuvimos antes…

-Mama, Papa, eso quedo atrás…

-Así es, y aunque estamos muy contentos con todo esto…

-¿Que ocurre…?-dijo el moreno cruzándose de brazos.

-Kurt-dijeron al unísono.

-Kurt…

-Hijo, esto es algo que mereces, pero… ¿él está bien con esta decisión?

-Fue el quien casi me obligo a aceptar, yo había estado ocultándoselo, porque sabía perfectamente lo que el haría.

-¿Por qué se lo ocultaste Blaine?

-Porque me obligaría a aceptar.

-Hijo, recuerdo perfectamente como desde niño amabas la música, ¿por qué rechazarías esto?-cuestiono la madre de Blaine.

-Porque…

-¿Lo hiciste por él? Porque aunque me encanta verlos felices… tú no puedes dejar de perseguir tus sueños por…

-No es por él, es por mí, y si, sé que esto es mi sueño, pero… tener una vida con Kurt también lo es… solo elegí… y ahora me obliga a no elegirlo a él.

-Él está pensando en ti.

-Lo sé, y eso me hace amarlo cada vez más, pero…

-No quieres separarte de él-concluyo el hombre mayor sonriendo de medio lado tal cual lo hacia su hijo cuando no quería demostrar tristeza.

Blaine afirmo bajando la mirada, se sentía como un niño, avergonzado por demostrar su inseguridad.

-Está bien hijo, sentirse así está bien-dijo Elizabeth Anderson abrazándolo.

-Vamos, Kurt debe estar preguntando por ti-interrumpió William antes de que todo esto se saliera de sus manos y terminaran todos llorando.

La familia completa se volvió a reunir en la sala a ver el partido, Carole y Elizabeth en realidad se dedicaron a charlar acerca del viaje de Blaine, y de alguna posible visita al país europeo, mientras Burt, Finn y William se mantuvieron atentos a la televisión comiendo las cosas que minutos atrás habían preparado.

Blaine fingiendo prestar atención al partido sostenía a Kurt sobre su regazo, jugando con los dedos del castaño quien se mantenía firmemente aferrado a él. De este modo, en silencio transcurrieron los minutos hasta que fue tiempo de despedirse, los muchachos se quedaron en Lima durante cuatro días más, y rápidamente fue momento de volver a NY, ambos aún tenían responsabilidades que cumplir y que no podían abandonar.

-No puedo creer que no volveré a verte en quien sabe cuánto tiempo-dijo Elizabeth rodeando el cuello de su hijo al despedirse.

-Vamos mama no seas exagerada, existe internet, y siempre puedes llamar o incluso visitarme si tienen algo de tiempo y dinero-rio Blaine besando a la mujer varias veces en las mejillas.

Kurt y Blaine se despidieron de sus padres mientras se dirigían a NY nuevamente. Su último mes.


Ahora, el tiempo se les había acabado, eran las seis de la tarde, y al día siguiente a medio día un avión se llevaría a Blaine a un lugar muy lejano donde comenzaría a cumplir uno de sus sueños.

-¿Estás seguro de que no olvidas nada?-pregunto Kurt revisando los cajones donde apenas y quedaban un par de camisas de Blaine.

-Lo único que quiero de verdad llevarme no puedo llevármelo.

-Blaine, ya hablamos de esto…

-Lo sé, pero tu preguntaste, tengo muy clara la diferencia entre el querer y el deber.

-¿Entonces? ¿Llevas todo?

-Eso creo-respondió dando una mirada a su alrededor.

-¿Qué quieres hacer ahora? Te gustaría ir a cenar afuera… ¿O reunirte a una última celebración con Joey y el resto?

-No, solo quiero estar aquí contigo y esperar a despertar y que aún me queden dos meses.

Kurt se acercó al moreno sintiendo una enorme tristeza, hubiese dado cualquier cosa por no tener que separarse de él, pero la decisión estaba tomada.

-Me encantaría que eso pudiese ocurrir-dijo colocando sus manos sobre el pecho del moreno y besando con dulzura su mejilla.

-¿Todo va a estar bien?

-Todo estará perfecto…-dijo intentando convencerse a sí mismo.

Kurt preparo una sencilla cena para ambos mientras Blaine tarareaba una canción observándolo. Esa pequeña escena era lo que siempre había soñado, lo que siempre había esperado alcanzar, durante su adolescencia se sintió solo en muchas ocasiones, viendo a sus amigos tener una novia, viendo todas esas películas en que se encuentra al alma gemela y al final todo es perfecto, justo como lo que estaba observando en ese instante, si pudiera detener el tiempo, se quedaría ahí, cantándole a Kurt por la eternidad, viéndolo dar vueltas, y probando lo que cocinaba, dándole pequeñas miradas y uniéndose de vez en cuando a su canto.

Luego de cenar ambos se quedaron recostados en el sofá mirando una película, abrazados y cubiertos por una manta.

Ni siquiera había pasado una hora cuando el castaño sintió la respiración acompasada de Blaine que le indicaba que había caído en un profundo sueño, el moreno descansaba sobre su pecho, con un rostro tranquilo, sus labios levemente abiertos dejando entrar y salir el aire.

Kurt apenas deslizo sus dedos a través de rostro de su novio, delineando la curvatura de su mandíbula como intentando memorizarla, se inclinó suavemente para oler el cabello de Blaine dejando un pequeño beso sobre él, por un segundo se perdió en las pestañas oscuras del muchacho, recordando lo hermosas que se veían cuando ambos se miraban, su tiempo se acababa, y por más que estos últimos dos meses había estado repitiéndose miles de veces que todo estaría bien, en su interior estaba aterrado, no deseaba dejarlo partir, no quería ser olvidado, no quería que Blaine olvidara como se sentían sus caricias, como se sentían sus labios sobre su piel, pero trato, se esforzó por no mostrar ese lado oscuro de su mente al menor, el merecía ese viaje, merecía todo lo bueno que esto significaba, y no quería por ningún motivo que las dudas nuevamente llenaran su mente.

-¿Estas mirando cómo duermo?-dijo somnoliento el moreno al despertar por el cálido toque de Kurt sobre su rostro.

-Siempre…

-¿Qué hora es?-dijo sintiendo como si hubiese pasado mucho tiempo.

-Es temprano aún, si quieres nos vamos a dormir, mañana tendrás un gran día.

-No quiero perder mis últimas horas contigo simplemente durmiendo. Me gusta estar así contigo, abrazados.

-Podemos seguir abrazados en nuestra cama, estarás varias horas en un avión y creo que este es el momento para descansar.

Ambos se retiraron a su habitación, en unos pocos minutos estaban ya en la cama.

-Nuestra última noche…-susurro Blaine tomando la mano del castaño bajo las sabanas.

-Vendrán muchas más-le respondió Kurt girándose para poder mirar al moreno.

-¿Eso crees?

Los dos guardaron silencio y Blaine tomo la misma posición de su novio para poder observarlo.

-Si Blaine, eso creo.

-Confiare en ti, siempre tienes razón.

Kurt atrapo el rostro del moreno con su mano libre, aun sosteniendo con la otra la de Blaine, y lo beso, con necesidad, con ansiedad, con el sentimiento que se tiene cuando deseas sellar una promesa y anhelas que esta se cumpla a cabalidad.

-No sé cómo esperas que pueda solo dormir después de eso-bromeo cerrando sus ojos y respirando el aliento de Kurt.

-No se cómo piensas que vamos a dormir luego de esto-rió volviendo a atacar sus labios.

Kurt trepo sobre el cuerpo de su novio sin dejar de besarlo, esta sería su última noche, era cierto, y seria especial. Quería decirle todo lo que sentía, aunque sabía perfectamente que las palabras no saldrían de sus labios porque seguramente terminarían traicionándolo.





-No quiero que esta sea nuestra última vez-hablo el moreno sobre los labios de Kurt quien solo se aferró con más fuerza a sus labios.

-No será la última, ya te lo dije.

-¿Lo prometes?

-Claro que sí y deja de hablar por favor-se quejó el mayor removiéndose sobre la cintura de Blaine arrancándole un gemido por el roce de sus cuerpos.

-No quiero subirme a ese maldito avión-confesó el menor metiendo sus manos dentro del pantalón y luego de manera torpe dentro de la ropa interior de su novio, quien descendía lento desde la boca hacia su cuello, mordiendo, besando, oliendo y acariciando.

-No quiero hablar de eso ahora Blaine.

Las manos del moreno se movieron rápidamente hacia la espalda de Kurt, acercándolo más hacia su cuerpo y girándolo para tenerlo bajo el.

-¿Estás seguro de que no quieres hablar de eso?-dijo separándose agitado de los labios ahora rojos de su novio -Porque de verdad podemos simplemente olvidarnos de todo y seguir con nuestras vidas.

Los ojos de Kurt demostraban su sorpresa, su anhelo por simplemente decir que sí, pero no podía.

-Sé que tú también deseas eso Kurt, puedo verlo, en tu mirada, tu rostro-susurro recorriendo con la yema de su dedo la comisura de los labios del hombre que amaba.

El castaño respiraba rápido y de manera superficial, con los labios entreabiertos y sus manos aun aferradas a la camiseta que aun cubría el pecho de Blaine.

Un segundo después Kurt movía su cabeza negando.

-¿Me amas Kurt?-pregunto sin despegar la mirada de los ojos azul intenso que ahora se fijaban en él.

-Más que a nada en el mundo.

-¿Recuerdas eso que dijiste acerca de ser sincero?

-Tú no lo fuiste-se defendió.

-Tenía mis razones… pero ahora soy completamente honesto, y solo pido que en nuestra última noche tú lo seas también, si quieres mañana puedes volver a toda esta mentira del novio feliz.

Kurt soltó el agarre del cuerpo de su novio dando un largo suspiro-Esta bien.

-Entonces dilo.

-¿Qué quieres que diga?

Blaine se acercó peligrosamente a su rostro-Lo que tú quieres decir-resopló sobre los labios de Kurt.

El mayor paso sus brazos por el cuello de Blaine provocando que el otro dejara caer todo su peso sobre él.

-No quiero… que te vayas-dijo atropelladamente sintiendo como las lágrimas se acumulaban en el borde de sus ojos.

Blaine alzo los brazos de Kurt para poder quitarle la camiseta, luego de lo cual hizo lo propio con la suya.

-Yo tampoco quiero irme, no quiero tener que dejar de besarte o tocarte durante tanto tiempo-confeso quitando con sus labios las lágrimas que el mayor había derramado.

El castaño  arañó la espalda de su novio provocando que una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo, momento que aprovecho para introducir indecorosamente su lengua dentro de la boca del otro, haciéndolo gemir y golpeando con su aliento.

-No quiero dejar de respirar tu aliento-suplico acercando su mano a la boca de Blaine como si intentara atrapar entre sus dedos algo de ese aire que lo embriagaba.

-No dejes de hacerlo.

Las manos de Blaine comenzaron a descender  de manera acompasada por los costados del torso de su novio, sintiendo cada centímetro de la piel que recorría, subió y bajo en varias ocasiones, desviándose cada ciertos momentos y dirigiéndose hacia el pecho ahora cubierto por una cálida capa de sudor.

-Prométeme que nadie te tocara así cuando no esté-exigió Blaine.

-Nadie lo hará, te lo prometo-dejo escapar con apenas un hilo de voz al sentir las manos de Blaine seguir la línea por debajo de su ombligo.

Kurt mantenía ahora sus ojos cerrados, apretados intentando controlar la presión bajo su vientre, una calidez que amenazaba con llenarlo por completo.

-Te necesito Blaine-pidió deteniendo el suave y rítmico movimiento que la mano de su novio realizaba todavía.

El tono de voz del castaño. La manera en que se mordió el labio luego de decir su nombre hizo que la mente del moreno se nublara, solo deseaba sentirlo, una vez más, deseaba escucharlo, deseaba saber que lo necesitaba, deseaba que Kurt sintiera cuanto lo necesitaba el también.

-Te amo Kurt, no quiero dejarte, no quiero perderte.

-Nunca me perderás, solo tienes que recordarlo… siempre serás tú, pase lo que pase.

-Siempre fuiste tú Kurt.

-Y lo seguiré siendo-termino por decir con seguridad antes de dejarse llevar completamente por el lento baile al que Blaine le invitaba mientras se besaban.

-Por siempre.

-Por siempre.

Los minutos transcurrieron lentamente, sus corazones latiendo ya más tranquilos luego de haber expresado la necesidad que tendrían el uno del otro, se llenaron de calor en una ligera conversación de besos y caricias inocentes antes de dormir, ninguno deseaba realmente hacerlo, sabían que cuando ambos volviesen a estar conscientes seria para despedirse.

Blaine fue el primero en caer ante el cansancio, Kurt a pesar de haber tenido un día agitado, no solo física sino emocionalmente insistía en mantenerse despierto, se negaba a cerrar los ojos, se quedó largo rato solo observando al moreno, dibujándolo en su mente, pensando en lo corto que habían parecido estos meses viviendo juntos, en lo mucho que lo amaba, y en como hacía unos años esto ni siquiera habría pasado por su mente, se suponía que ellos vivirían en NY hasta que ambos se graduaran, luego trabajarían y serian exitosos, se casarían y formarían una familia, ahora todo parecía oscuro e incierto, deseaba con todas sus fuerzas que dentro de un tiempo Blaine entrara por la puerta diciéndole  que su pasantía había acabado y que ya no necesitaba seguir en Inglaterra, pero tenía muy claro que Blaine era muy bueno, sabía que sería el mejor y que era muy probable que le ofrecieran mantenerse allá por más tiempo del que se suponía, y eso lo aterraba, y se sentía mal por eso, terror no era el sentimiento correcto, debía ser felicidad y orgullo, pero era algo que no podía evitar.

-¿En qué piensas?…-pregunto una voz medio adormilada a su lado como había ocurrido hacía unas horas en el sofá.

Kurt no tenía idea de cuánto rato Blaine había estado observándolo, su mano seguía vagando por el rostro de su novio inconscientemente mientras él estaba perdido en sus pensamientos.

-En ti… siempre pienso en ti.

-¿Piensas en mi o en que todo esto es un error?

-Pienso en ti, siendo el mejor y haciéndome sentir orgulloso.

-Yo estoy orgulloso de ti.

Los tenues rayos de sol característicos de la época despertaron a Blaine, quien se removió entre las sabanas en busca del cálido cuerpo de Kurt, pero solo se encontró con un espacio vacío a su lado, un suave olor a café recién preparado le aviso del paradero del castaño.

-¿No podías solo quedarte conmigo por siempre en la cama?-pregunto asomándose a la cocina donde Kurt se encontraba dando vuelas preparando un contundente desayuno.

-Desperté temprano y luego de estar mirándote dormir casi una hora creí que esto era más productivo.

-Me estas asustando.

-Solo…

-Yo tampoco quiero que llegue la hora del viaje-confeso acercándose y abrazándolo por la espalda.

-No quiero pensar en eso, solo en lo bueno que será para ti.

-Me fascina la manera en que puedes mantenerte en negación, especialmente cuando anoche pudiste por fin ser completamente honesto acerca de cómo te sientes.

-Aprendes a hacerlo cuando muchas cosas malas te han pasado.

-Estas aceptando que esto es algo malo entonces-susurro sobre el cuello de su novio.

-No, solo acepto que esto no es completamente bueno-respondió girando su rostro para encontrarse con los labios del más bajo.




El aeropuerto estaba repleto, Blaine arrastraba sus maletas buscando algún lugar vacío donde esperar el llamado de su vuelo, Kurt caminaba a su lado sin soltar su mano, como si  el solo hecho de liberarlo provocara que mágicamente el moreno desapareciera.

-Creo que ahí hay unos asientos-dijo Kurt apuntando hacia un rincón del aeropuerto.

Ambos muchachos tomaron los lugares y se quedaron mirando a la nada.

-Si vas a decir algo, creo que este es el momento-dijo Blaine rompiendo el silencio sepulcral.

-¿Qué quieres que diga?

-No lo sé, ¿qué me quede tal vez?-intento mirándolo de reojo.

-Sabes perfectamente…

-Que no lo dirás-interrumpió Blaine sonriendo mientras miraba sus propios zapatos-Lo sé.

-Vamos a estar bien…

-Vamos a estar bien…-repitió el menor abrazando a Kurt como si aquellas palabras fuesen un mantra, sabía que eso era lo que necesitaba, decirle que en ese instante estaban juntos, y que aunque luego físicamente no lo estuviesen su amor permanecería intacto.

-Te amo mucho Blaine-hablo con la voz quebrada el castaño mientras las lágrimas que había estado reteniendo por los últimos dos meses decidían salir de una sola vez.

-Yo más a ti-respondió suavemente el moreno quitando con el pulgar parte de las lágrimas que recorrían el rostro de su pequeño y preciado ángel.

La primera llamada a abordar los encontró abrazados, uno aferrado al otro como si de aquello dependiese su vida.

-No me olvides.

-Deja de hablar como si me fuera a la guerra por favor

-Está bien, es cierto…-hablo alejándose unos centímetros y limpiándose la nariz con la mano.

Blaine fue sacado de sus pensamientos por la voz que hacia el último llamado para abordar.

-Es el momento…-dijo levantándose.

-Estaré esperando por ti-prometió finalmente besándolo en los labios dulcemente -Ten, quiero que te lleves esto.

-Pero… es tu anillo.

-Y es mi pertenencia más preciada, quiero el tuyo. Como una promesa.

Blaine rodeo la cintura de su novio atrayéndolo a su cuerpo de manera posesiva, sintiendo cada centímetro de su anatomía, su calidez, incluso su peso, aumento la intensidad del beso pasando su mano libre por el cuello de Kurt y agarrando con fuerza el cabello de su nuca.

-Sigues dejándome sin aliento-susurro el mayor tomando una bocanada de aire y abriendo los ojos lentamente cuando el oxígeno había escapado completamente de sus pulmones.

-Seguiré haciéndolo, prometo dejarte sin aliento en cada beso, prometo dejarte sin aliento cuando nos volvamos reunir, aquí o en Inglaterra, donde sea. Por este anillo.

-Como cada día.

-Cada día, te amo.

-Cada día-se dijo a si mismo Kurt al verlo desaparecer, y ahí estaba, por su cuenta, como se lo había dicho Finn, y ya lo extrañaba, ya sentía que la mitad de su corazón lo había dejado.

Dos semanas habían pasado desde que Blaine partió, este era un gran día para el moreno y Kurt se lo estaba perdiendo, su primer día como estudiante de la Academia Real de Música.

Los últimos días habían sido difíciles, ambos se extrañaban aunque mantenían largas conversaciones cada noche, cinco horas y un largo camino los separaban.

-Deberías estar durmiendo-dijo Kurt mirando a la cámara al ver el rostro cansado de su novio.

-Estoy bien, aún tengo problemas para dormir con esto del cambio de horario, además, no quería acostarme sin verte…

-Mañana es un gran día.

-Hoy es un gran día- corrigió mirando su reloj.

-Cierto, olvido que vives en el futuro-sonrió apoyando su cabeza sobre la palma de su mano.

-Quiero volver a casa.

-Blaine, ¿vamos a comenzar otra vez?

-Te extraño.

-Y yo a ti, pero comenzaran tus clases, tus profesores serán geniales, te maravillaras con todo y ya no me extrañaras tanto, te darás cuenta de que esto es una gran oportunidad.

-Lo sé, pero para de decir que dejare de extrañarte.

-Se cómo te sientes Blaine.

Blaine sentía que Kurt estaba disfrutando su nueva vida en solitario, cada conversación transcurría entre largas historias de la cantidad de cosas que el castaño estaba haciendo y las aburridas e interminables tardes que él vivía.

-No lo parece.

-¿Crees que solo para ti esto es difícil? ¿Qué me dices de tener que despertar con tu olor en la almohada pero saber que no estas a mi lado? ¿Y cómo crees que se siente preparar mi desayuno y luego de unos minutos darme cuenta de que preparé inconscientemente una taza de café extra?

-Lo siento.

Kurt suspiro pesadamente ordenado las ideas en su cabeza.

-Perdóname tú a mí, no quiero pelear contigo.

-Ni yo.

-¿Tu día estuvo bien?-hablo Kurt intentando cambiar el tema.

-Sí, eso creo, es decir, no salí a ninguna parte, he estado mirando por mi ventana e intentando darle un poco de vida a este lugar-dijo dando una rápida mirada al pequeño departamento que la universidad le había asignado.

-Blaine, estas en una ciudad maravillosa, deberías estar tomando fotos y recorriendo el lugar, cuando te visite no quiero que el único lugar que conozcas sea el camino desde el departamento hasta tu academia.

-No tengo mucho ánimo realmente.

-Blaine…

El moreno forzó una sonrisa mirando a la cámara.

-Es una horrible sonrisa, lo cual es realmente extraño porque siempre he pensado que tu sonrisa es perfecta.

Blaine sonrió esta vez de verdad, deseando poder tomar el rostro de Kurt entre sus manos y besarlo.

-Creo que será mejor que vaya a dormir-dijo pestañeando rápido intentando contener sus lágrimas, no se lo había dicho a Kurt, pero así habían terminado la mayoría de sus conversaciones, y se sentía estúpido, después de todo estaba donde siempre había soñado, estaba cumpliendo sus sueños, pero aun así parecía que algo le faltaba, y sabía perfectamente que ese “algo” era Kurt.

-Descansa, espero que tengas un perfecto primer día de clases.

-Espero que tengas un perfecto día también.

-Blaine, necesito que me prometas algo.

Blaine lo observo en silencio.

-Más tarde, cuando estés yendo a tu primera clase…

Blaine lo escuchaba con atención intentando sonreír como siempre le pedía el castaño.

-Solo déjalo ir, deja de pensar por un segundo en lo que no tienes, y sorpréndete por lo que si tienes, yo estoy contigo, aunque nos separen miles de kilómetros, estoy pensando en ti en cada instante, estaré imaginándome caminando junto a ti por la ciudad, hazlo tú también, no quiero que tengas un mal recuerdo de todo esto.

-Pero…

-Nada de “peros”, promételo.

-Ok…

-Tendrás que hacer un video con tu teléfono y enviármelo para así poder tener pruebas de que cumpliste tu promesa, si no lo haces vas a tener serios problemas Blaine Anderson-regaño el castaño en tono de broma.

-Te lo prometo-respondió finalmente mostrándole el anillo que llevaba en su dedo.

-Debes cuidarlo, yo no me separo del tuyo.

El moreno le sonrió y le envió un beso antes de desconectarse.

Kurt apago su notebook y el silencio termino por abrumarlo, miro en todas direcciones y solo se encontró con la visión de su gato mirando de manera bastante sospechosa al pez que ya había roto un record de sobrevivencia. Aun así se sentía solo, camino hasta donde se encontraba Brian y se lo llevo a la cama.

-¿Extrañas a papa?-le pregunto tomando el rostro del gato entre sus manos.

-Yo también lo extraño…-se respondió a si mismo luego de unos segundos.

-Creo que estoy empezando a perder la cabeza, no puedo creer que sea contigo con la única persona/animal que puedo hablar de Blaine sin sentir ganas de salir corriendo a tomar un vuelo a Inglaterra.

El gato se removió intentando zafarse de las manos de su dueño.

Blaine despertó cinco minutos antes de que su despertador comenzara a sonar, esto era algo común desde que había llegado a Inglaterra, normalmente Kurt tenía que pelear con el para que saliera de la cama cuando tenía clases, al parecer la ausencia de compañía no le daba mayores motivos para ser perezoso.

Como había sido rutina durante los últimos días, se dio una ducha rápida antes de desayunar, hoy era el supuesto gran dia, y ni siquiera estaba nervioso, hubiese preferido estar en NY preparando un sándwich y recibiendo el café que Kurt solía darle antes de partir.

-“Nunca comiences el día con el estómago vacío”- solía decir enviándole un beso.

Blaine no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al imaginarse a Kurt regañándolo por la mala actitud que demostraba en ese instante.

-¡Hola!-saludo una muchacha que estuvo sentada a su lado durante la última hora y media de clases.

Blaine le dio una mirada antes de saludarla con un movimiento de cabeza.

-¿Emocionado? Creo que esta escuela es genial-hablo con entusiasmo metiendo sus cuadernos dentro de su bolso mientras Blaine hacia lo mismo.

-Supongo.

-Hombre de pocas palabras-bromeo dándole un golpecito en el hombro – ¿Cómo te llamas?

-Blaine…

-Lindo nombre, yo soy Alex, y puedes decirme Alex –rio-No pareces muy comunicativo, ¿dónde vives?

Blaine frunció el ceño y se acomodó el bolso en el hombro, él nunca fue alguien tímido o alguien a quien le costara entablar conversaciones, pero esta muchacha era demasiado habladora, a Kurt le hubiese agradado.

-Vivo a unas calles de aquí.

-Que bien, porque yo tengo que viajar casi una hora para llegar desde mi casa… sin contar con el tiempo que pierdo trabajando.

-Que lastima…creo.

-No, está bien, tuve que esperar dos años para poder entrar a esta escuela, pero valió la pena, es genial, la mejor, ¿y tú? ¿Tuviste que esperar mucho o fuiste afortunado?

Blaine se sentía idiota, aquella muchacha sí que estaba feliz, porque al parecer esto realmente le había costado mucho, pero se sentía afortunada a pesar de todo, y él seguía sintiéndose miserable.

-¿Y? Hombre de pocas palabras… ¿Cuál es tu historia?

-Y-Yo… vengo de NY, gane una beca para estudiar aquí durante un año.

-Wow… eso es… wow, ¡debes ser muy bueno! Yo nunca he estado en NY, ¿cómo es allá?  Seguramente todos deben envidiarte, imagino como debiste reaccionar cuando te ofrecieron esto…

Blaine le regalo una media sonrisa antes de comenzar a caminar. Ella hablaba demasiado.

-Bueno, ¿Blaine? Espero encontrarte en alguna otra clase… ¡que tengas un buen día!

-Igual, adiós.

Blaine volvió esa tarde a su casa solo en busca de un poco de paz, de Kurt.

Su primer día no fue tan malo después de todo, aunque no había sido lo que esperaba, la escuela era impresionante, todo parecía girar en torno a la música, aunque de una manera muy distinta a como era en NY, sus profesores eran más exigentes, y sus horarios bastante más ajustados, y en cada una de las clases a las que asistió se le repitió una y otra vez que allí solo llegaban los mejores, y que para ellos estaba prohibido fallar.

-¿Y? ¡¿Cómo estuvo tu primer día?! ¿Hay muchos estudiantes? ¿Cómo son tus profesores? ¿Usan todos esos sombreros graciosos que aparecen en las películas? ¿Te trataron bien?-chillo emocionado Kurt apenas el rostro de Blaine apareció frente a la pantalla.

-Bien supongo. No son muchos. Serios. No usan sombreros y si me trataron bien-respondió de manera robótica.

-¡Blaine! Deberías estar más entusiasmado, he estado todo el día hablando de que debías estar sorprendiendo a todos allá, y de que seguramente ya eres el mejor de tu clase…

-Es el primer día Kurt, ni siquiera hable.

-Eso está muy mal Blaine, debes hacerte notar.

-No es algo que me interese Kurt.

-¿Como que no?  ¿A qué fuiste entonces?

-¿De verdad estas preguntándome eso?-bufó Blaine alzando una ceja.

-Claro, se supone que irías a ser el mejor, ¿recuerdas eso de hacerme sentir orgulloso?

-Kurt, ni siquiera quiero estar aquí.

-¿Sabes algo? Me haces sentir realmente como si fuese un tonto.

-¿Por qué dices eso?-hablo molesto el moreno, sintiendo como si estuviese culpándolo de algo.

-Porque yo te deje ir, porque confié en ti, porque todos confiaron en tus capacidades, porque tus padres hoy me llamaron y les dije que de seguro estabas feliz haciendo lo que amabas, porque Rachel hoy me dijo que algún día ambos podrían escribir una canción, porque hoy yo mismo pensé en que un día podríamos escribir una canción, y tu simplemente estas desaprovechando la mayor oportunidad que alguna vez pudiste soñar.

Blaine guardo silencio observando el enojo en la mirada del castaño.

-Te estas comportando como un niño estúpido Blaine, y me haces sentir como un estúpido a mí también. ¿Cuándo piensas dejar de lamentarte?

-¡Tal vez no estaría lamentándome si no me hubieses obligado a venir!-soltó de una sola vez arrepintiéndose casi al mismo instante de terminar la frase.

-¿Así que esto es mi culpa Blaine?-pregunto alzando una ceja.

-Y-Yo… Yo no…-tartamudeo el menor escondiendo su mirada.

-¿Tu no qué? ¿No quisiste decir eso Blaine? Pues lo dijiste, ¿sabes?-dijo apartando la vista y sonriendo, esto era una mala broma -Haz lo que quieras, deprímete, y deja pasar tu sueño, al final… ¿a quién le importa? si no te importa a ti, a nadie más debería, cuando ya no creas que soy el culpable de tu desgraciada vida como estudiante en la mejor escuela de música del mundo tal vez quieras hablar, adiós-grito desconectándose y lanzando un par de improperios en el solitario departamento.

Kurt miro el reloj colgado en la pared, el tic-tac del correr de los minutos era el único sonido a su alrededor, apenas eran las diez de la noche, pero se sentía agotado, solo quería meterse en la cama y dormir dos días seguidos, ¿para qué tanto esfuerzo si Blaine parecía así de desdichado?

El moreno no era capaz de conciliar el sueño,  había estado pensando en lo que le dijo a Kurt, ¿el realmente deseaba estar en NY en lugar de Inglaterra? Definitivamente deseaba estar con su novio, pero… estaba en el lugar que siempre quiso, ni siquiera en sus mejores sueños, ni siquiera cuando decidió que NYADA no cumplía con todas sus expectativas se le había pasado por la mente llegar al lugar donde estaba, pero, ¿por qué seguía comportándose así? ¿Por qué seguía aferrándose a su pasado? ¿Era por Kurt?  No podía culparlo a él, Kurt solo había sido el más racional y maduro en todo esto.

Una semana, una semana  y cuatro días desde la última vez que se habían visto.

-¡Hola Blaine!-saludo Alex dándole un apretón en el brazo.

-Hola…

-¿No te he visto en clases? ¿Qué ocurre?

-Nada, solo he estado ocupado…-dijo esquivando la conversación con la muchacha que insistía en caminar a su lado. Él no quería compañía.

-Pareciera que no te gusta estar aquí…

-No es eso-respondió Blaine acomodando su bolso en el hombro.

-Pareces preocupado por algo, o arrepentido, ¿extrañas  tus amigos? ¿A tu familia?

-Mi novio.

-¡Vaya! un novio… ¿termino contigo por todo esto?

-¿Q-Que? ¡Claro que no!-dijo espantado con el solo hecho de imaginar algo así.

-Oh, lo siento, es que te ves… no lo sé.

-Fui un idiota, es todo…

-¿El te apoya?

-¿Por qué crees que no lo haría?

-No lo sé, dijiste que estas así por tu novio, y pareces arrepentido de algo, y bueno, te viniste del otro lado del mundo, supuse que tu querías venir, él se opuso, terminaron, viajaste y ahora estas extrañándolo…

-Lo extraño, hace una semana que no hablo con el…

-Entonces si están mal…

-No, soy yo el que está mal.

-¿Por ganarte una beca?

-No, por no aprovechar todo esto-dijo apuntando a su alrededor -O eso es lo que él dijo.

-No estoy entendiendo.

Blaine dio un fuerte suspiro y guardo silencio durante un segundo-Yo no quería venir, el me “empujo” a aceptar la beca.

-¿Por qué alguien que ama la música, como supongo tú haces, no querría venir a estudiar acá?

-Porque soy un idiota, creo haberlo mencionado.

-¿Y por eso se pelearon?

-Sí, estuve toda la primera semana lamentándome por estar acá, y creo que simplemente se cansó.

-¿Tan terrible crees que es esta escuela?-pregunto en tono de broma Alex.

-Claro que no, es… él se quedó allá, solo, en nuestro departamento, estudiando y trabajando, esperando a que yo hiciera lo que amo, y yo solo, pareciera que no puedo estar feliz con todo eso…

-¿No puedes o no quieres?-pregunto con suspicacia la joven mirando en otra dirección.

-¿A qué te refieres?-cuestiono  observándola.

-¿Te gusta lo que haces?

-Amo lo que hago…

-Entonces, puedes ser feliz… algo me dice que simplemente no quieres estar feliz por todo esto.

Blaine bajo la mirada siguiendo su camino.

-Así es como lo veo, amas a tu novio, amas lo que haces, definitivamente te gusta este lugar, pero cuando estas empezando a disfrutar, piensas en lo solo que él está, y en lo que te estás perdiendo… en como posiblemente él está poniendo todo de su parte para mantener lo que ustedes tienen, y…

-Y yo estoy aquí viviendo un sueño-suspiro al terminar la frase.

-Te sientes culpable-sentencio la muchacha de manera seria como si fuese una psicóloga.

-¿Esta mal sentirme así?

-Claro que no Blaine, somos humanos, siempre sentimos culpa, es lo que nos mantiene en el camino, y no nos deja andar por la vida pasando por sobre el resto.

-Es agotador.

-Eso es porque no deberías sentir ese tipo de culpa, déjalo ir, entendería que sintieras culpa si el no quisiese que estuvieras aquí y tú solo lo hubieses dejado, pero me dices que él quería que viajaras.

-Así es…

-Bueno, él está haciendo algo realmente grande por ti, lo sabes, y creo que en agradecimiento, lo mínimo que deberías hacer es responderle de buena forma, aprovecha todo esto-dijo la muchacha mirando a su alrededor – Esto te abrirá muchas puertas, podrás ser mejor, mejor para ti, mejor para él.

Alex se adelantó unos pasos al moreno girándose sobre sus talones para observarlo.

-¿A qué se dedica tu novio? ¿Cómo se llama?

-Kurt, él es… genial, ama la música tanto como yo, ama estar sobre un escenario, y también tras él, ama diseñar ropa, trabaja a medio tiempo en una revista, si pudieses verlo, tiene tantas ideas siempre en su cabeza, es como una fábrica de locuras, y aun así, siempre tiene tiempo para el resto, para sus amigos, su familia, para mi…

-Estás loco por el-rio Alex sonoramente.

-Siento que gran parte de mi alegría se quedó con él en Nueva York.

-Entonces toma esa alegría que te queda, hazla crecer y regálasela, estoy segura de que si él te ama tanto como tú lo haces, es justo lo que está esperando.

-No sé si el querrá hablar conmigo luego de nuestra discusión.

-Blaine, antes que todo, tienes que cambiar de actitud, cuando dejes de culparte y comiences a disfrutar, él lo notara, y no podrá resistirse a perdonar lo que sea que le hayas dicho…

El moreno afirmó dándole una sonrisa como hacía tiempo no le daba a nadie.

-No creo que pueda resistirse a eso-bromeo Alex apuntando hacia su rostro-Lo primero que tienes que hacer es empezar a ir a clases, no creo que le agrade enterarse que te han quitado la beca por tus ausencias.

-Lo sé, soy… en ocasiones necesito que me recuerden lo que debo hacer… esa era la tarea de Kurt.

-¿Y cuál era tu tarea?

-Dejarlo sin respiración-soltó sin pensarlo recordando la promesa que le había hecho un tiempo atrás.

-Ok, creo que eso es demasiada información para mí.

-No estoy hablando de lo que tú crees…-dijo negando el moreno al darse cuenta de que sus palabras podían ser malentendidas.

-Las excusas agravan la falta…

-P-Pero…

-¡Estoy bromeando Blaine! Mejor vamos a clases, y así comienzas a tener buenas historias que contarle a tu novio cuando arreglen todo.

Blaine comenzó a andar en dirección a su próxima clase, estaba decidido,  le demostraría a Kurt que todo esto era igual de importante para él, que se esforzaría y que definitivamente lo haría sentir orgulloso.

-Supongo que esa sonrisa significa que ¿comenzaras a cumplir las expectativas de tu novio?-pregunto Alex al entrar al salón de música.

-Sí, y puede que necesite de tu ayuda.

La tarde pasaba lentamente en Nueva York, Kurt revisaba por enésima vez su correo en busca de una señal de vida de su novio.

-¿Aun no se comunica verdad?-pregunto Rachel sentándose al lado de su amigo en la biblioteca de la escuela.

-Nada.

-¿No crees que él esté pensando en volver no es así?

-No, o eso espero.

-Sería muy inmaduro de su parte

-Rachel, el solo se siente perdido, me he sentido así estos últimos días, está solo, y seamos honestos, el de verdad no tenía muchas ganas de viajar, fui yo quien…

-Detente ahí Kurt-dijo Rachel en voz alta y con una mueca de disgusto en el rostro-No vas a comenzar a culparte por todo esto, tu hiciste lo correcto, lo que cualquier persona que ama haría, si Blaine no es capaz de verlo, ese no es tu problema.

-Pero…

-Entiendo que lo amas, y confío en que el buen juicio de Blaine termine haciéndolo comprender que esto es lo mejor, pero no voy a dejar que tú te culpes.

El castaño asintió actualizando nuevamente la página de internet.

-Ok, deja eso, esta noche saldremos a celebrar.

-¿A celebrar que?-pregunto el castaño apoyando su cabeza sobre la mesa completamente desanimado.

-¿Hablas en serio? Tenemos una presentación importante dentro de una semana Kurt, gente importante nos escuchara, lo dijo Carmen, ¿recuerdas? Escuche que incluso estará ese profesor que hace clases en la escuela de Blaine. Además todo va bien en la revista, hay miles de motivos para celebrar.

-Pero y si Blaine me escribe o…

-Si te escribe, tendrás un aviso en tu teléfono, no vas a quedarte en tu departamento hablando como cada noche con tu gato y con un pez.

-Tengo conversaciones realmente enriquecedoras con Brian… y bueno, Doris no es tan habladora.

-¿Te estas escuchando Kurt?

El muchacho suspiro y asintió-Creo que debo salir a tomar aire-termino estando de acuerdo.

-Perfecto, llamare a Santana.


-¿Crees que nos echen si nos encuentran aquí?-pregunto Blaine silenciosamente y mirando en todas direcciones al entrar en un gran salón a oscuras.

-Espero que no, no sabría cómo explicar algo así en mi casa-se lamentó Alex buscando la cámara en su bolso.


-Rachel, ¿sabes dónde deje mi teléfono?-pregunto Kurt gritando cerca del oído de la morena quien no le prestaba mucha atención mientras se movía al ritmo de la música.

-No lo sé Kurt-grito alzando los brazos- Pregúntale a Santana, vi que ella tenía nuestras cosas.

-Si…

-Podrías dejar de pensar y solo relajarte…-animó Rachel tomando las manos de Kurt y haciéndolo girar.

El castaño miro entre la multitud en busca de su amiga, y la encontró muy divertida mirando su teléfono en la barra.

-Voy a buscar a Santana.

-Ok, señor aburrido.

-¿Qué haces?-pregunto Kurt acercándose a la morena quien no quitaba la vista del teléfono que tenía entre sus manos.

-Blaine es realmente gracioso cuando quiere arreglar las cosas contigo-comento.

-¿Blaine escribió?-pregunto ilusionado el castaño sonriendo.

-No, ¿sabes que eso de ser exagerado parece contagiarse?-le dijo divertida mostrándole la pantalla del teléfono -Te envió un video.

Kurt le arranco el aparato de las manos a su amiga y comenzó a caminar hacia la salida, necesitaba escuchar la voz de Blaine.


-¿Listo?-pregunto Alex antes de encender la cámara.

-¿Podrías dejarme hacer esta parte solo?-pidió el moreno con cara de vergüenza.

-Claro…



Blaine coloco la cámara sobre su bolso en una mesa y se dispuso a hablar.

-Kurt, sé que no he sido quien esperabas, sé que tanto tu como todos allá solo desean lo mejor para mí. Lo siento-dijo tomándose un respiro y dándole media sonrisa.

-Tenía y tengo miedo, de estar separados, y sentía culpa, por no estar contigo, por tener todo esto-dijo apuntando hacia su alrededor-Es genial, y me gustaría que estuvieses aquí para conocerlo conmigo, pero sé que por ahora eso es imposible.

-Pero voy a hacerlo por ti, y por mí, por nosotros. Dijiste que todo estaría bien y…-Blaine se tomó un instante para continuar-Por sobre todo confío en ti, perdón si no lo entendí antes, a veces es difícil cuando te lo dice la persona con quien se relacionan gran parte de tus miedos. Te amo.

-Kurt, me pediste que volviera cuando dejara de culparte, solo quería decir que era mi propia culpa la que no me dejaba en paz. Y como ya estoy listo, te envío esto, lo prepare para que pudieses sentirte un poco más cerca, me tomo un par de días terminarlo.
Kurt comenzó a ver fotos de la escuela y los alrededores del lugar por el que al parecer Blaine transitaba a diario.

-Cuando vengas a visitarme tendremos una cita justo en aquel parque-decía el moreno a la cámara mientras apuntaba hacia un lugar ahora cubierto por una delgada capa de escarcha.

Kurt sonreía como si le estuviese ofreciendo el mejor plan de su vida.

-Por cierto, tengo una amiga aquí, se llama Alex y es un poco agresiva-dijo al momento en que la cámara se movía hacia el rostro de una niña más baja que su novio, de ojos verdes y con un gorro que le tapaba gran parte de la cabeza.

-Hola…-saludo.

La siguiente imagen era de un gran salón a oscuras, lleno de asientos y rodeados por decenas de lo que Kurt supuso eran estuches de diversos instrumentos musicales.

-Se supone que no deberíamos estar aquí- susurro mientras se escuchaban los ecos de unos pasos corriendo hacia algún lugar del salón.

La luz se encendió mostrando un lugar más espacioso de lo que parecía anteriormente.

-Aquí tendré clases el siguiente semestre, aprenderé a tocar alguno de esos…o porque no, quizás todos-rio con suficiencia Blaine guiñándole un ojo a la cámara.

-Son casi las diez de la noche, y casi todos se han ido porque afuera está nevando, luego te contare lo que tuvimos que hacer para estar aquí, pero te adelanto que nuestra estancia en esta escuela podría peligrar-siguió susurrando.

Kurt estaba feliz, no solo porque al parecer Blaine había logrado dejar sus temores de lado, sino también porque había encontrado a una amiga, alguien en quien apoyarse cuando el no pudiese hacerlo físicamente, eso lo hacía sentir bien.

Unos segundos después la imagen había cambiado, ahora Blaine se encontraba al otro lado de un vidrio, llevaba una camisa azul oscuro que recordaba haberle comprado un par de meses atrás, Alex lo filmaba desde lo que era un estudio de grabación.

-Y ese es tu novio jugando a ser un buen cantante-se escuchó la voz de la pequeña joven quien no despegaba el lente de la imagen de Blaine con unos enormes audífonos cantando al lado de unos jóvenes.

-Llevamos como seis horas aquí, y se supone que esto no ira en tu video, pero tengo mis recursos- relato Alex al mismo tiempo que se escucharon risas que Kurt asumió eran de otras personas fuera de la cabina -Teníamos una tarea y de alguna extraña manera termino siendo acerca de ti.

Las imágenes que siguieron fueron de más lugares que a Blaine le parecían dignos de ser grabados, un par de personas, salones y pasillos, hasta que finalmente la imagen volvió a la que era la habitación de Blaine.

-Espero que te haya gustado-dijo finalmente pasado sus manos por su rostro intentando quitarse la pereza de encima-He tenido un largo día, y estoy un poco cansado, son casi las cuatro de la mañana-confeso en medio de un bostezo-Debes estar espantado por mi rostro.

-Te extraño, quiero besarte, quiero olerte, quiero escuchar tu voz, quiero…Sabes perfectamente lo que quiero-rio.

-Ahora iré a dormir, en unas horas tengo clases, estaré conectado por la noche si aún quieres perdonar a tu novio, si no apareces, cargaras en tu conciencia con el suicidio de un estudiante enamorado.

-Una cosa más, la canción… la grabamos en una clase, para ti. Te amo.

Necesidades y Asuntos Pendientes

Kurt se quedó un par de minutos a las afueras del Pub, sintiendo el viento frio golpear su rostro, el aire dentro de la fiesta estaba viciado y necesitaba un respiro. El ojiazul aún mantenía firmemente su teléfono entre las manos, como si fuese un pequeño trocito de la felicidad de Blaine, aquello lo reconfortaba, definitivamente ahora él también era más feliz.

-¿Dónde se metió Kurt?-pregunto Rachel a Santana cuando fue por algo de beber.

-No lo sé, salió disparado hace un rato-dijo apuntando hacia el enorme letrero de neón color verde que indicaba la salida.

-Por dios… espero que no se haya ido, ha estado tan desanimado con todo esto del viaje de Blaine-hablo un poco desanimada tomando asiento.

-No creo que sea eso, el hobbit le envió un video, por eso salió, supongo que quería algo de privacidad-dijo con voz pícara.

-¡Hola muchachas!-chillo unos minutos más tarde el castaño rodeándolas  por el cuello en un efusivo abrazo.

-Por favor dime que ese video contenía imágenes eróticas de Blaine, porque es eso o te fumaste algo allá afuera-rio Santana intentando deshacerse del brazo que comenzaba a asfixiarla.

-Nada de eso, ¡Blaine por fin está feliz!-suspiro como si se hubiese quitado un enorme peso de encima mientras se apropiaba de la copa que le acababan de servir a Rachel dando un trago largo y desahogado.

-¿Y eso significa que no habrán mas lamentaciones acerca de lo mal que te sientes?-pregunto Rachel con un claro tono esperanzador en su voz.

-¡Exacto!

-¿Y eso significa que no arruinaras esta noche y te comportaras como un joven hombre neoyorkino y no como una abuela?-cuestiono la latina sonriendo.

-Así es.

-¡Perfecto! Porque ya estabas agotándome con todas las recriminaciones.

-¡Rachel! Somos amigos, es tu deber aguantarme en mis peores momentos.

-Estoy de acuerdo con porcelana, tal cual nosotros te aguantamos cuando te baja la melancolía por Finn.

La más pequeña les dedico una mirada de molestia y luego pidió otro trago ya que Kurt definitivamente se había apropiado del suyo.

Era casi medianoche cuando los tres muchachos se encontraban bailando en medio de la pista, Kurt se había negado ya tres veces a un insistente rubio que estaba empezando a molestarle.

-No te quita la mirada de encima-dijo Santana guiñándole un ojo al muchacho quien solo se limitó a alzar su copa en su dirección y hacer un movimiento de cabeza hacia el castaño.

-Ve a bailar con el pobre tipo…-se compadeció la morena ante la mirada reprobatoria de Rachel.

-Tu solo quieres un trago gratis Santana-reclamo Kurt-Y yo no voy a ser la moneda de cambio.

-Kurt… no seas tan melodramático, la noche aun es joven, y tu estas aquí disfrutando, un baile no te matara, y a mí de verdad de hace falta otro trago.

-Podría ser solo un baile-se unió finalmente Rachel saludando a un jovencito que paso por su lado.

-No.

Las copas fueron nuevamente vaciadas y Kurt sentía como la cabeza le daba vueltas, la música, el parpadeo de las luces y la vibración que se sentía bajo sus pies lo hacían sentir animado y extrañamente lleno de energía.

-¿Hace cuanto no hacías algo así Kurt…?-dijo Rachel moviendo su cabeza al ritmo de la música.

-Mmm… desde… creo nunca había estado así de ebrio-rio haciendo dar un giro a Santana quien lo abrazaba por la espalda.

-El hobbit no sabe divertirse-afirmo la latina soltando a Kurt y lanzándose hacia Rachel.

-En eso te equivocas, Blaine si sabe cómo divertirse-le respondió sintiendo las burbujas recorrer su garganta-Y por sobre todo, sabe cómo divertirme.

-Ustedes dos son unos pervertidos.

-Claro que no, solo somos creativos. ¡Y lo extraño tanto!

-Recuperaras tu virginidad para cuando se vuelvan a ver.

-¡Santana! Por dios, guárdate tus comentarios-grito Rachel dándole un golpe en el brazo.

-Blaine debe estar igual que tú, ¿por lo menos le diste una buena despedida?-pregunto la Santana tranquilamente como si le estuviese hablando de lo que había desayunado en la mañana.

-Sí, fue buena, muy buena en realidad -confesó el castaño sintiéndose completamente desinhibido.

El calor comenzó a elevarse en el lugar, sin darse cuenta y dada la gran cantidad de gente que había, Kurt perdió de vista a sus amigas. Comenzó a mirar en todas las direcciones cuando vio a la latina haciéndole señas a un par de metros, camino hacia ellas siendo detenido por el mismo tipo que había estado molestándolo con anterioridad.

-Por fin te liberas de tus amigas-le susurró al oído acercándose demasiado.

El castaño no le prestó atención y siguió su camino, Rachel y Santana notaron al hombre que molestaba a Kurt y comenzaron a avanzar en su dirección.

-¿A dónde vas…?-volvió a decir el rubio tomándolo esta vez del brazo y obligándolo a girar en su dirección-¿No quieres un poco de diversión?-pregunto con una sonrisa ladina, moviendo su mano desde el brazo hasta la cintura de Kurt.

-Aléjate de mí-advirtió el castaño empujándolo bruscamente.

-¿Y qué vas a hacer si no lo hago?

Kurt fue golpeado por el aliento del otro hombre sobre su rostro, olía a cerveza y cigarro, pudo sentir como tragaba fuerte y lo observaba  complacido.

-¿No quieres ir a un lugar más privado?-pregunto el tipo dándole un fuerte agarrón en el trasero.

Kurt no supo si fue el alcohol que corría por su propia sangre o el asco que aquel tipo le había provocado, pero solo atino a darle un fuerte golpe en el rostro haciéndolo retroceder un par de pasos mientras se llevaba una mano a la boca.

-¡Quién demonios te crees!-vocifero dando un par de zancadas hacia Kurt.

-Quieto ahí rubiecito-lo empujo Santana interponiéndose entre él y su amigo-¿Piensas pegarle a una mujer?-pregunto mirándolo erguida y desafiante.

-Fue el quien me golpeo.

-¿Tu Hummel?-dijo sorprendida la morena quien al parecer se había perdido parte del show.

-E-El… me, él puso su mano donde no debió-acuso.

-Ok… ¡Hey! Atención, aquí hay un violador-grito Santana llamando la atención de todos en el lugar en busca de testigos para que esto no se le saliera de control.

-¿Que ocurrió, estas bien?-pregunto Rachel tomando el rostro de Kurt entre sus manos y revisándolo como si se tratara de un niño al que acabasen de atacar.

-Sí, estoy bien, pero quiero irme de aquí.

-¿Crees que puedes golpearme y luego solo dejarlo pasar?-escupió el rubio empujando a Kurt quien al parecer estaba completamente dispuesto a atacarlo de nuevo.

-Creo que todos han bebido mucho esta noche-hablo Santana tomando a Kurt por los brazos para que se calmara.

-Mejor lárguense-dijo con desdén el hombre caminando hacia sus amigos.

-¡A quien crees que le estás hablando! ¿Quieres que nos quedemos para terminar de enseñarte las cosas que no debes hacer?-hablo altanera la latina chasqueando los dedos cerca del rostro del tipo.

-Esto no se va a quedar así.

-Claro que no, cuando el novio de mi amigo se entere, terminara de romperte la cara-amenazo Rachel.

Los tres muchachos decidieron que lo mejor era salir del lugar, ya pasaban de la una de la mañana y el alcohol parecía haber desaparecido mágicamente de su sistema.

-Podríamos volver adentro, lo golpeas de nuevo y te grabo para enviárselo a Blaine-rio Santana poniéndose en frente de sus amigos entusiasmada.

Kurt solo se envolvió en sus brazos acomodándose la chaqueta.

-¿Estas bien? ¿No quieres que vayamos a un hospital para que te vean esa mano?-consulto Rachel un poco más preocupada que su amiga.

-No, solo necesitara un poco de hielo-respondió mirando como su mano adquiría un color rojizo.

-Nunca me dijiste que sabias pelear Kurt, pensé que estabas en contra de todo eso de la violencia.

-Lo estoy, pero también estoy un poco borracho -rio- Blaine hace un tiempo insistió en eso de la autodefensa, y como el practica boxeo, me enseño como golpear, claro que era más sencillo y menos doloroso cuando usaba sus guantes-se quejó.

-Ok, esa es una imagen extraña-dijo Rachel imaginándose a sus amigos practicando boxeo. -Si quieres puedes dormir en nuestro departamento esta noche.

-No, estoy bien, solo quiero mi cama, tomar una pastilla y dormir mucho, se supone que hablare con Blaine en la noche, y no quiero que me vea con este rostro.

-¿Le vas a contar lo que paso?-pregunto la latina mirando en todas direcciones en busca de un taxi.

-Estás loca, él no se va a enterar de nada, no quiero preocuparlo ¿esta entendido?

-Si-afirmaron ambas.

-Ok. Ahora recuerdo porque nunca bebo-murmuro el castaño llevando ambas manos a la cabeza.

Apenas media hora después el castaño se encontraba entrando a su departamento, abrió la puerta sigilosamente como si temiera despertar a alguien, pero en cambio solo se encontró con su gato sentado a la entrada del pasillo.

-¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo-le dijo al animalito acercándose para tomarlo entre sus brazos.

El felino ronroneo ante las caricias de su amo y luego escapo en dirección a la habitación.

Kurt se dirigió al baño en busca de unas pastillas.

“Nunca más volveré a salir con Rachel y Santana” -se reprendió mentalmente antes de caminar hacia su habitación para cambiarse de ropa e ir a dormir. Los ojos le pesaban.

Apenas se recostó sintió el dolor sobre cada uno de sus músculos, como si acabase de correr una maratón, se sentía realmente cansado pero su cabeza se negaba a rendirse, comenzó a revivir lo que había ocurrido en la noche, y siempre se detenía en el mismo instante, la sonrisa de Blaine, el brillo en sus ojos mientras cantaba, el anillo en su dedo cuando apunto al lugar en que tendrían un día su cita, el cabello un poco más largo y desordenado al momento de despedir el video, sus labios, su rostro, su imaginación parecía llevarlo un poco más lejos, creyó sentir su aroma, podía ser porque la esencia de Blaine aun rondaba por su habitación, era apenas un susurro de lo que había sido semanas atrás, pero si cerraba los ojos, se concentraba y respiraba profundo aun podía sentirlo, fue así que su cerebro comenzó lentamente a apagarse, por fin tendría un descanso, aunque sabría que no lo seria de manera completa mientras su cama siguiese sintiéndose así de vacía.

A la mañana siguiente el castaño se revolvió entre las sabanas, sintiendo como su espalda era utilizada a modo de almohada, torció el cuello para mirar sobre su hombro y se encontró con su mascota perezosamente recostada sobre él.

-Bájate de ahí-le dijo medio dormido, consiguiendo nula respuesta del gato.

-Sabes que a Blaine no le gusta que estés aquí, estas aprovechándote.

Un suave gruñido le hizo entender que Brian no tenía la más mínima intención de moverse.

-Si vas a usarme de almohadón por lo menos exijo que controles tu peso, gato gordo-reclamo cayendo nuevamente en un profundo sueño.

El resto del día del castaño paso dolorosamente lento, esa noche por fin podría volver a saber de Blaine, lo extrañaba, y aunque el video que le había enviado lo había dejado profundamente tranquilo, no era suficiente, necesitaba sentirlo cerca, aunque fuese a través de una cámara web.

Eran cerca de las seis de la tarde cuando Kurt decidió ir por un café, camino de vuelta hacia su departamento para alcanzar a prepararse para Blaine.

A la hora de siempre se conectó, esperando ansioso que su novio apareciese frente a su pantalla.

-Hola…-dijo el moreno sacando a Kurt de sus pensamientos con una inmensa sonrisa.

-Blaine…-susurro en lo que pareció un gemido necesitado.

-Kurt, yo solo quería disculparme por lo…

-No más disculpas Blaine-interrumpió mirándolo con cariño y una pequeña sonrisa tranquila -Fuiste tonto y ciego, y yo fui inmaduro y poco sensible por no entender cómo te sentías, es cierto, es diferente como te estas sintiendo tú y como me estoy sintiendo yo.

-A mí me faltas tú-suspiro Kurt deteniéndose un par de segundos- A ti en cambio, te falta tu familia, tus amigos, tu casa,  tu cama, tu café de siempre preparado por mi…y realmente espero que también me extrañes a mí-termino de decir riendo para ocultar su propia tristeza.

Ambos se quedaron mirando en silencio durante unos segundos, Kurt podía ver como Blaine intentaba aguantar las lágrimas, sus largas y oscuras pestañas se movían rápidamente mientras desviaba su vista entre la pantalla y sus propias manos, jugando con su anillo, señal inequívoca de su nerviosismo.

-Blaine, está bien que te sientas triste, y que necesites un tiempo para adaptarte. No debí presionarte tanto, ni menos dejarte solo. Perdón.

-Pensé que no habría disculpas-susurro con la voz quebrada.

-Siempre rompo las reglas-bromeo sonriendo de esa manera que solo él podía hacerlo.

-Te extraño Kurt.

-Y yo a ti, no sabes cómo quisiera poder abrazarte ahora mismo, y besarte, extraño tus labios, y tus manos…

Blaine asintió, sabia como se sentía, lo sabía perfectamente, las palabra siempre sobraron entre ellos, solo bastaba con observarse, una pequeña mirada decía más que cualquier cosa, podían leer sus ojos, solo con un toque calmar al otro, pero justo aquello era de lo que estaban privados. Afortunadamente aún tenían esas hermosas miradas en las cuales solían perderse, aquello ni siquiera la distancia lo podía cambiar, y lo agradecían.

-Hace dos días-hablo Blaine tomando un respiro-Estuve con muchas cosas en la cabeza, las clases, trabajos… y yo llegué aquí… solo deseaba que me abrazaras, como siempre, que me dijeras que yo podía con todo esto y que pasara lo que pasara tú me ayudarías y no me dejarías.

-Blaine, nunca te dejare, y tú no necesitas que yo este repitiéndote que puedes lograr cosas, simplemente las logras, eres la persona más talentosa que he conocido, por eso me enamore de ti, además de esa sonrisa encantadora que tienes.

-Siempre sabes que decir.

-Siempre te he dicho que soy un hombre sabio.

-Lo eres.

-Ok, mira, vamos a hacer como si la última semana no hubiese existido… a excepción de toda esa diversión que tuviste claro.

-Está bien…

-Sabes, hoy fui por un café, y cuando caminaba de regreso, me encontré con una pequeña librería que abrieron hace poco.

-¿Si?

-Si… justo al costado de donde vendían esos pasteles de frambuesa que comprábamos para el fin de semana.

-Lo recuerdo…

-Bueno, el asunto es que entre porque vi un lápiz hermoso con diseños de tijeras y bowties que me recordó a ti, y cuando estaba dentro, comencé a observar algunas agendas y artículos de oficina para mi trabajo, y se me ocurrió una idea para que llevemos mucho mejor todo esto de la distancia.

-Tus ideas siempre me sorprenden.

-Eso  también lo sé.

-¿Entonces? ¿Qué extraña idea paso por la cabeza de Kurt Hummel?

-Compre esto-dijo enseñándole un cuadernillo de color purpura con una inscripción en pequeñas letras doradas que decía “Mientras más difícil ha sido tu historia, más hermoso será el final”

-Que apropiado-dijo Blaine apoyando su cabeza sobre su mano.

-Así es.

-¿Y podría saber que tiene que ver ese cuaderno con la idea que tuviste?

-Muy sencillo Blaine Anderson-dijo con tono intelectualoide.

-Aquí-dijo volviendo a mostrar la libreta-Escribiré cada momento en el que te extrañe, y colocare algo así como una petición.

-¿Una petición?-dijo el moreno divertido al ver la seriedad con la que su novio hablaba.

-Si, por ejemplo escribiré que un tipo intento seducirme con sus enormes y trabajados bíceps y que necesite a mi novio en ese lugar besándome apasionadamente para demostrarle que estaba comprometido y completamente enamorado.

-Aclárame eso de los enormes y trabajados bíceps-rio Blaine.

-¡Estoy hablándote en serio!-respondió intentando mantener la mueca de enojo.

-Aun no entiendo cómo hacer eso nos ayudara en algo con lo de la distancia.

-Blaine, eres un músico.

-O eso intento-interrumpió el moreno.

-Lo eres, y serás el mejor luego de que termines de estudiar.

-Gracias.

-¿Puedes dejar de desviarte del tema por favor?

-Claro señor gruñón-hablo en tono divertido.

-Aclaro tu duda. Tú también tendrás un cuaderno, y escribirás en el cada vez que te sientas triste, cuando ocurra algo y necesites de mí o simplemente cuando me extrañes, harás también eso de escribir lo que necesitas, un beso o un abrazo, lo que tú quieras.

-Ok… un diario de vida-sentencio cruzándose de brazos y reclinándose sobre la silla del escritorio.

-¡No lo llames así! haces que suene estúpido e infantil, es una “Libreta de Necesidades y Asuntos Pendientes”-dijo bajando el tono de voz, casi avergonzado.

-Lo siento, es un gran nombre…y por cierto, no es estúpido-se retractó de inmediato.

-Escribir hará que te desahogues cuando no tengas con quien hablar…-susurro-Y cuando vuelvas, prometo darte todas las “necesidades” que hayas escrito en tu libreta.

-¿Hablas en serio? Porque te advierto que tengo una necesidad especial que colocare cada vez que pueda en la libreta que compraré.

-Cumpliré absolutamente todo-hablo ahora con tono sugerente guiñándole un ojo.

Blaine mordió su labio y sonrió coqueto por la inmensidad de cosas que pasaban por su mente en ese instante.

-Acabas de darme otra razón para estar feliz Kurt.

-¿Otra?

-Claro, estar viéndote justo ahora ha sido la primera.

-¿Te das cuenta ahora de que no es un simple “diario de vida” como lo llamaste?

-Me arrepiento completamente de la visión superficial que le di a tu excelente idea en un primer instante, esto es un diario de vida erótico.

-¡Blaine!-grito el castaño dándole una severa mirada.

-Estoy bromeando, me parece algo completamente romántico y especial Kurt, como todo lo que tú haces.

-Me pone muy feliz que hayas recuperado tu sentido del humor, solo quería ver y escuchar tu risa de nuevo.

-Estoy viviendo uno de mis sueños, no el más importante claro, pero uno que merece la pena vivir, estoy feliz por eso.

-¿Y cuál es tu sueño más importante entonces?-pregunto juguetón el castaño sabiendo de que hablaba el moreno, después de todo ese era su propio sueño también.

-Tener mi propio “Vivieron Felices Por Siempre” contigo.

-Deberías saber que la felicidad absoluta no existe.

-Cada momento contigo, incluyendo los malos… son felices para mí, solo porque tu estas ahí.

-No quiero ni imaginar como será el futuro a tu lado-dijo sonriendo embobado el ojiazul.

-¿Por?

-Compondrás las mejores canciones de amor de todos los tiempos y tendré que espantar a todas las jovencitas que quieran intentar conquistarte. Será un futuro muy estresante.

-No hay nada que puedan conquistar esas jovencitas de las que hablas, mi corazón te pertenece.

-Dime de donde sacas todas esas frases cursis Blaine, podrían serme de ayuda en algún momento.

-Lo lamento, solo aparecen en mi cabeza cuando pienso en ti.

-¿Y eso es muy seguido?-dijo divertido Kurt.

-Todo el tiempo-termino de decir enviándole un beso a través de la cámara.

"Sesiones"

Las semanas comenzaron a transcurrir, la escuela avanzaba rápido, clases, trabajos y los primeros exámenes comenzaban a llenar cada una de las horas del moreno, Alex era de gran ayuda, Blaine había descubierto lo talentosa que realmente era su amiga.

-¿Nos vemos a las siete en tu departamento?-pregunto Alex acomodando su bolso en el hombro mientras caminaban hacia la estación de buses donde la pequeña partía hacia su trabajo.

-Perfecto, adelantare lo que pueda hasta que llegues-dijo Blaine despidiéndose cuando el bus se acercaba.

-Adiós.

-Adiós.

Blaine apenas y había hablado con Kurt esa semana, el castaño también había comenzado con sus exámenes por lo que su tiempo era escaso, aun así, aunque fuese durante diez minutos, ambos conectaban sus computadores para poder saludarse

-¿A dónde vas tan apurado?-pregunto Rachel al ver que Kurt dejaba la mitad de su sándwich y su vaso de café mientras se despedía.

-Tengo que llegar a casa, Blaine tiene mucho que hacer hoy, así que dijo que solo podríamos hablar unos minutos.

-Pero… ni siquiera has comido…

-Lo hago luego en casa, no te preocupes-dijo lanzándole un beso y abandonando la cafetería.

-Ahí estas-rio Kurt al mirar a la cámara.

-¿Quién es ese tipo al que acaricias…?-dijo el moreno cruzándose de brazos y reclinándose sobre la silla de su escritorio.

-Brian, actualmente tenemos una amistad un poco extraña, en las noches se mete en mi cama…-susurro tapando las orejas del gato que perezosamente apoyaba su cabeza sobre el escritorio.

-¡Kurt! Prometiste que sería el único que dormiría contigo…

-Prometí que serias el único hombre, nunca hablamos de gatos.

Blaine rio de buena gana mientras observaba a Kurt acurrucar a su gato  y tomarlo de las patas haciendo señas a la cámara.

-Nos hemos visto poco estos días…

-Lo sé, supongo que estas al igual que yo, lleno de deberes…-se lamentó el castaño empujando a su mascota fuera del teclado y haciéndole un puchero a su novio.

-Así es, ya ni siquiera tengo tiempo de comer.

-Blaine, no puedes dejar de comer, no puede ser que esos profesores explotadores traten así a sus estudiantes, son peores que los profesores que tenías acá.

-Kurt, es una manera de decir, claro que estoy comiendo… no tan bien como quisiera, porque la comida de la cafetería no se compara con la que tu preparas.

-¿No has pensado en preparar tu propia comida?

-¿Estas bromeando? ¿Quieres que muera? Prefiero comer mal antes que intoxicarme.

-Vamos Blaine, no exageres, te he enseñado algo durante este tiempo que hemos vivido juntos.

-Por lo mismo, sabes perfectamente que necesito de supervisión al momento de entrar a la cocina.

-Voy a enviarte un par de recetas, por lo menos para que durante los fines de semana comas de manera decente.

-¿Y que te parece si los fines de semana hablamos durante las mañanas y me guías en vivo y en directo?-pregunto mirando a su novio con ojos de cachorro.

-Sabes perfectamente que a veces tengo que trabajar los fines de semana Blaine.

-¿Y cuando no tengas trabajo?

El castaño guardo silencio durante unos segundos mientras Blaine lo observaba listo para utilizar sus técnicas de convencimiento en cualquier momento.

-Está bien, me encantaría, intentare trabajar los fines de semana solo por las tardes, así podremos tener tiempo para tu comida.

-Perfecto, cocinare en cantidades industriales y así incluso podre tener comida para el resto de la semana.

-Estás haciéndome dudar de tu idea Blaine.

-¿Por? ¿No quieres que me alimente bien?

-No es eso, solo siento que de pronto seré completamente prescindible en tu vida.

-¿Así te sentías cuando yo estaba en Lima y tú en Nueva York? ¿Pensante en algún momento que ya no me necesitabas?

-Claro que no… al contrario.

-Kurt, mientras más pasa el tiempo, parece que es más sencillo darme cuenta de cuanto me haces falta, yo… yo solo quiero sentirme un poco más cerca de ti, puede parecerte tonto, pero el solo hecho de pasar unos minutos de mi día contigo diciéndome como picar verdura me hace pensar que estas aquí, conmigo.

-Quiero sentirme cerca de ti también Blaine.

-Entonces no digas que serás prescindible en mi vida, te necesito más que a nada-termino de decir cuando sintió que tocaban a la puerta-Maldición.

-¿Qué ocurre?

-Es Alex, tenemos trabajo que hacer.

-Está bien, supongo que hasta aquí llego nuestra cita.

-Prometo que mañana…

-No tienes nada que prometer Blaine -interrumpió el ojiazul- Entiendo, mañana hablaremos y ordenaremos como serán nuestras clases de cocina, y un par de cosas que he estado pensando.

-¿Qué cosas?-dijo mientras daba un vistazo a la puerta que parecía que se iba a venir abajo por los golpes de Alex.

-Ya te hablare de eso, mejor ábrele a tu amiga, que realmente parece desesperada.

-Ella es así…

-Ve a trabajar, quiero una excelente calificación en lo que sea que estén preparando, recuerda que debes hacerme sentir más orgulloso de lo que ya estoy.

-Lo hare, te lo prometo.

-Te amo Blaine, nunca lo olvides.

-Y yo a ti. Adiós.

-Adiós, un beso.

-Eso mejor anótalo en la libreta-sugirió el moreno observándolo con tristeza, todo era tan injusto, ¿por qué no podía tener a Kurt a su lado? ¿Por qué tenían que mendigar tiempo?

-¡Hey tú!-saludo Alex golpeando el hombro de Blaine quien parecía desanimado.-Tardaste en abrir.

-Estaba hablando con Kurt.

-Los interrumpí, perdón…

-No, está bien, tenemos mucho trabajo por delante.

-¿Como van las cosas entre ustedes?

-Bien, es decir dentro de lo que se puede obtener cuando estas a miles de kilómetros de la única persona a la que deseas tener cerca.

-¿Aun te sientes mal por estar aquí?

-De verdad estoy intentando mantener una actitud positiva, y aquí todo es genial, pero aún sigo extrañándolo como el primer día.

-Lo amas.

Blaine suspiro intentando que la angustia que sentía en su pecho cada vez que pensaba en Kurt desapareciera.

-Es mi mundo.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

-Claro…

-Yo me he enamorado, y he sentido que esa persona es mi mundo, y todas esas cosas que uno piensa cuando está enamorado, pero…

Blaine la observaba sonriendo, sabía a qué venia todo esto, lo había escuchado antes.

-Hace mucho alguien me dijo, que la única manera de saber si realmente amas a la persona correcta es cuando terminas la relación que los unía, lo cual en un comienzo me pareció realmente estúpido y contradictorio… pero si lo piensas durante un momento, parece tener sentido.

-¿Tú crees?

-Sí, es como poner las cosas en perspectivas, ya no tienes la presión de dañar al otro con tus palabras, ni la presión de los amigos…

-Bueno, yo termine con Kurt una vez-suspiro.

-Ustedes…

-Sí, yo entiendo tu punto de vista, no es primera vez que alguien me pregunta eso, Kurt fue mi primer novio, tal como yo fui su primer novio, ambos hemos sido nuestra primera vez en muchas cosas.

-¿Me estás diciendo que ustedes nunca han estado con otra persona?

-Así es… quiero decir, han existido algunas personas en nuestra historia, pero siempre hemos sido solo nosotros, y he escuchado más de una vez lo jóvenes que somos como para pensar que esto es amor, o que no hemos aprovechado nuestra juventud al estar amarrados el uno con el otro…

-¿Y eso no es cierto?

-Amo a Kurt, lo sé, lo siento aquí-dijo colocando su mano sobre su pecho-Se cómo es la vida sin él, es horrible, hemos estado físicamente separados antes y se siente igual que ahora, como si la mitad de mi corazón se hubiese quedado al otro lado del mundo.

-Aun así estas aquí.

-Por nosotros. No te voy a mentir, he deseado tomar mis cosas y marcharme en un avión en más de una ocasión, pero entonces recuerdo su mirada repitiéndome que yo merecía esto, que él quiere verme feliz haciendo lo que amo, hacerlo sentir orgulloso, luego, durante diez minutos puedo verlo y escucharlo en el computador y la calma regresa, Kurt es lo que quiero, lo que necesito, y sé que el siente lo mismo, lo he visto. No hay nada que yo esté perdiéndome por estar con él, nada se compara con llegar a nuestro departamento y verlo estudiar, discutir con el comentarista de una alfombra roja, verlo despertar o escuchar su voz diciéndo que me ama.

-Me gustaría algún día sentirme así-termino por decir Alex sonriéndole.

-Estoy seguro que encontraras a alguien, yo me siento afortunado por haberlo logrado tan pronto.

Alex asintió  conforme con la respuesta de su amigo.

-Será mejor que nos pongamos a trabajar, así podemos terminar temprano y tendrás tiempo para pensar en tu príncipe azul.

El moreno rio antes de ponerse de pie y comenzar a buscar lo necesario para dar inicio a su trabajo.

-Kurt, necesitamos hablar-dijo Rachel mientras observaba al castaño jugar con su comida en el plato.

-¿Si? que necesitas….

-No necesito nada Kurt, tú necesitas algo.

-¿De qué hablas?-pregunto levantando la mirada para ver el rostro preocupado de su amiga.

-De ti, de tu cara, de tu ánimo…todo esto es por Blaine ¿no es así?

-¿“Todo esto” que Rachel? Yo estoy bien.

-No lo estas Kurt.

-Claro que sí, mira, sigo haciendo mi vida como siempre.

-Kurt, apenas te he visto en clases, ya no vienes a visitarnos y supongo que estas pendiente de tu computador cada segundo del día.

-Lo extraño Rachel ¿qué quieres que haga?… y por cierto asisto a todas mis clases, solo optimizo mi tiempo.

-¿Y la revista?

-Mi trabajo va perfecto, Isabelle está feliz y todo marcha de maravilla.

-¿Y Blaine?

-Blaine está adaptándose a todo, sus clases parecen ser lo que espero, tiene una amiga, y estamos organizando clases de cocina.

-¿Y tú?

-¿Yo? Ya te dije, estoy bien.

-¿Cuándo fue la última vez que hablaste con tu papa? ¿Cuándo fue la última vez que salimos, cuando fue la última vez que te diste el tiempo de ir al cine o a comer?

-Rachel, no tengo tiempo para tus juegos.

-No son juegos Kurt, estas dejándote de lado, mírate, eres un joven estudiante con un gran trabajo y un departamento, viviendo en la mejor ciudad del mundo-dijo intentándole hacer ver su punto-Y tu… solo pasas tus días sentado frente a un escritorio.

-Rachel, no he podido llamar a papa por falta de tiempo, no creo que sea necesario recordarte que ocurrió la última vez que salimos, ¿sabes lo deprimente que es ir a comer o a ver una película solo? Sin Blaine, no le encuentro el sentido a todo eso.

-¿Recuerdas como estaba Blaine cuando llego a Inglaterra?

-Cómo olvidarlo.

-Bueno, déjame decirte que estás haciendo exactamente lo mismo.

-Claro que no-dijo aumentando una octava su tono de voz.

-Lo haces Kurt, y no me parece justo.

-Ok Rachel, voy a decirte esto solo una vez, porque eres mi amiga y porque te adoro.

La muchacha lo miro con rostro cansino sabiendo que se acercaba un sermón.

-Tengo una relación con Blaine desde hace mucho tiempo, vivimos juntos, dormimos juntos y somos lo que cualquiera llamaría un matrimonio feliz. Cuando amas a alguien, como yo amo a Blaine, algunas cosas cambian-dijo tomándose un respiro -Yo entiendo que tu creas que dejar de asistir a fiestas, o salir por las noches con tus amigos a bailar sea aburrido, pero para mí, en este instante de mi vida y en las condiciones en las que estoy, ese tipo de actividades no me parecen tan llamativas como a ti. Ni siquiera cuando Blaine estaba aquí salíamos mucho, lo sabes, estar con él para mi es la mejor manera de divertirme, de relajarme y de descansar, yo no estoy dejando de lado mis responsabilidades, tengo que mantener un departamento solo, tengo que ser un buen estudiante y cumplir en mi trabajo, discúlpame si eso me deja con poco tiempo para Santana y para ti, pero son las condiciones en las que actualmente me encuentro, perdóname si prefiero salir de clases e ir a dormir un par de horas antes de hablar con mi novio que se encuentra demasiado lejos como para prepararme la ducha y darme un descanso, pero por ahora es lo único que puedo ofrecer.

-Kurt…

-Rachel, yo no quiero alejarme de ustedes, estaría más que feliz de que fueran a visitarme un día de estos, me encantaría que preparáramos una tarde de cine como antes, pero por favor, no quieras obligarme a perderme toda una noche en uno de esos lugares a los que sueles ir con Santana, tan vez cuando Blaine vuelva, tal vez cuando no tenga exámenes, quien sabe, pero ahora no, y no me digas por favor que todo esto es culpa de Blaine, porque él no tiene la culpa de nada, tomamos una decisión, y simplemente estoy cumpliendo con mi parte, cuando el regrese todo será como antes, yo tengo que mantener todo esto en pie por ahora.

-No es tu responsabilidad mantener todo en pie Kurt.

-Lo es cuando formas parte de una pareja, lo es cuando Blaine está poniendo todo de su parte para ser el mejor, lo es cuando Blaine se queda hasta la madrugada esperando a que yo llegue del trabajo o de clases para poder hablar durante unos minutos, lo es cuando ambos estamos comprometidos por un futuro en común Rachel, ¿olvidaste todo lo que hiciste por Finn alguna vez? ¿Olvidaste que incluso pensaste en no viajar a NY por quedarte un año más con él en Lima?

-No es lo mismo…

-No, no lo es, tú tienes a Finn a un paso de distancia, y aun así eres demasiado orgullosa como para arreglar sus asuntos-le dijo bastante enojado y dolido antes de levantarse de su asiento y marcharse.

***

La semana paso rápido, el castaño había hablado con Isabelle acerca de sus horarios y la mujer había accedido a que los sábados Kurt trabajara solo por las tardes, aunque le había pedido que si lo necesitaba tiempo extra durante la semana no podría negarse, cosa a la que el castaño accedió.

-Hola mi pequeño chef-saludo Kurt a Blaine quien cargaba su notebook por el departamento.

-No soy pequeño…

-Claro que lo eres, necesitas supervisión en la cocina, eso definitivamente te hace pequeño.

-¿Estás listo para ser mi maestro?-pregunto el moreno acomodando su laptop sobre un mesón.

-Claro que sí, mira, tengo todo aquí preparado…-le respondió mostrándole la vista de su propia cocina. Incluso tenemos espectadores- añadió girando la pantalla para darle una vista de Doris y Brian.

-Esto es peor que estar dando un examen…

-Ellos te adoran, podrías quemar todo y se lo comerían igual…

-Claro, hablamos de un gato que evidentemente se come todo lo que se le cruza y un pez que suele comer pellet.

-Yo comería lo que tú prepararas.

-Solo porque me amas.

-No, porque sé que cocinas bien y se perfectamente que todo esto es solo porque deseas desesperadamente escucharme dándote órdenes. Además confió en el excelente cocinero que te enseña.

-Si estuvieses aquí te aseguro que estaría usando este aparador para algo mucho más divertido que cocinar Kurt Hummel-dijo riendo coqueto Blaine guiñándole un ojo a su novio.

-Hablando de eso…-susurro acercándose a la pantalla como si le fuese a decir un secreto que no quisiese que nadie más escuchara.

-¿Si…?

-Me gustaría retomar nuestros chats “especiales”

-¿Estás haciéndome una propuesta indecente?-inquirió el moreno alzando una ceja y acercándose un poco más a la pantalla como si aquello le permitiese sentir el aliento de Kurt salir de su boca.

-La más indecente que puedas imaginar Anderson…

-No me llames así…

-¿Aun te molesta cierto?-bromeo Kurt haciendo un puchero-No te gusta que te haga enojar Anderson?

-Te estas aprovechando Kurt.

-Siempre quiero aprovecharme de ti Anderson.

-Kurt…-regaño cerrando los ojos y llevando sus manos a la nuca.

-¿Te gustaría tener una noche especial un día de estos? Ya sabes… tenemos buenas cortinas aquí, y un departamento vacío… ya no tendría que preocuparme de que Rachel o Santana me interrumpieran... sabes a lo que me refiero ¿no?

Blaine trago fuerte y se dio dos pequeños golpes en la frente contra el mueble donde estaba apoyado, no pudo contener una sonrisa al recordar lo excitante que eran aquellas sesiones cuando él estaba en Lima y Kurt en NY.

-Se a lo que te refieres-afirmo el menor sin mirar aun al castaño quien sonreía complacido por lo que era capaz de generar en su novio.

-Entonces, ¿qué dices? ¿Volveremos a tener nuestras sesiones?

-Oh dios, claro que si quiero- se rindió levantando los brazos.

-Perfecto, entonces podemos continuar con nuestra clase de cocina… ¿Compraste las verduras que te dije?-hablo el castaño como si nada comenzando a moverse por el espacio alrededor suyo.

-¿Cómo me puedes hacer eso, estas intentando matarme?

-¿Que hice ahora?-pregunto divertido el castaño.

-¡Kurt! Acabas de provocarme cierto asuntito aquí…. Y tu como si nada.

-Ayuda bastante el hecho de que no tenga nada puesto bajo la camiseta…-hablo con seriedad el castaño alzando una de sus piernas desnudas y con el resto de su cuerpo escondido tras el mueble de cocina.

Blaine abrió los ojos casi como si intentara fulminar aquel mueble para que nada se interpusiera en su visión.

-No tienes vista de rayos X Blaine, ¿lo sabes?-aviso Kurt al notar la mirada de su novio.

-T-Tu e-e-estas…

-¡Blaine! ¡Cocinar desnudo no es higiénico! ¿Cómo crees que haría eso?-le pregunto dejándolo ver el pantalón extra corto que usaba.

-Eso se ve bastante ajustado-rio Blaine al notar que no era el único con un problema.

-Soy un excelente actor Blaine, pero hay cosas que no puedo controlar.

-Ahora sí que estoy seguro, no podre cocinar nada.

-Concéntrate Blaine, quiero que te sientas satisfecho esta semana- termino de decir en tono sugerente el ojiazul mientras comenzaba a picar un par de verduras.

Libreta de Necesidades y Asuntos Pendientes

“Diario de Vida erótico”

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