[Resuelto]FIC BRITTANA: Yo Estaré Contigo - Final

CAPÍTULO 53: NUEVA VIDA

Brittany abrió lentamente sus ojos, sentía unos brazos alrededor de su cintura y un cuerpo en su espalda. No necesitaba volverse para saber quien era. Miró el reloj, eran las seis menos cinco de la mañana. No faltaba mucho para que sonara la alarma de su despertador. Si la que estuviera detrás de ella fuera Santana, se volvería con cuidado para poder observarla por un ratito antes de empezar su día. Sin embargo, no sentía lo mismo por la chica que estaba con ella, por lo que se levantó sin despertar a su acompañante.

Casi siete años, ese era el tiempo que había pasado y su ex novia seguía en sus pensamientos. No lo podía evitar, su amor era tan grande y habían hecho tanto la una por la otra... Pero todo se tuvo que fastidiar por el peor error que Brittany había cometido en su vida... O al menos, eso creía ella. Se duchó y realizó sus rituales de belleza mientras, como todas las mañanas, pensaba en una chica de larga melena morena, ojos de color café y curvas muy sexys... A veces sentía que su actual novia lo sabía... Eso no era justo, pero ella se sentía incapaz de dejarla. Se sentía sola y vulnerable desde que Santana se alejó de su lado. Cuando estaba a punto de salir del baño para vestirse, unos brazos rodearon su cintura.
– Buenos días amor. – Mia la besó en la boca.
– Buenos días. Voy a vestirme y te espero para desayunar. – La rubia se dirigió a la habitación.
La pareja llevaba junta cinco años. Cuando llegaron a Nueva York la morena respetó la tristeza de su amiga, no quería ser simplemente un desahogo. Cuando pasó un año desde la ruptura, empezó a intentar conquistar a la ojiazul, que se dejaba coquetear sin protestar hasta que al final aceptó ser su pareja. No se arrepentía, hacía tiempo que se había dado cuenta de que nunca amaría a nadie como a Santana, pero debía intentar seguir adelante y la joven era lo más parecido a la felicidad que podía encontrar.

Se vistió y empezó a preparar tostadas y café. Su novia entró a la cocina con la toalla atada de manera que se veían sus largas piernas y dejaba poco a la imaginación. La visión la dejó helada, no porque se sintiera excitada por lo que veía. Más bien al contrario, se sentía culpable porque debería sentirse atraída por la imagen y deseosa de intimar con ella. Sin embargo, se sentía como si la que estuviera enfrente de ella fuera más una hermana que su novia. Se sentaron y desayunaron en silencio. No tenían nada que decirse. Mia terminó de vestirse y las dos salieron a sus respectivos trabajos. En esos momentos, la morena estaba grabando su primer disco y Brittany trabajaba diseñando juguetes. Había renunciado a sus sueños de ser bailarina.

Una vez llegaba a su trabajo, todo solía ser mejor. Allí se olvidaba de sus problemas durante al menos unos minutos, aunque había días en los que no podía evitar tener a Santana en sus pensamientos. Ese era uno de esos días... Ese día habrían hecho ocho años de relación. Sin quererlo se encontró a sí misma imaginándose la sorpresa que le habría dado para celebrar tan importante fecha. Seguro que habrían ido a uno de los mejores restaurantes de la ciudad y habrían celebrado con champán. Puede que hubiera una propuesta de matrimonio que la rubia habría aceptado con lágrimas en los ojos... Tal vez una conversación sobre buscar un lugar más grande en el que vivir con el pensamiento de formar una familia juntas... ¿Por qué no veía todas esas cosas con su novia? En todos sus sueños de futuro, sólo veía a la latina.

De repente, el teléfono de su oficina comenzó a sonar.
– Brittany Pierce al habla. ¿En qué puedo ayudarle?
– Soy Rachel, déjate de formalidades.
– Sabes de sobra que debo contestar al teléfono así. – Protestó la rubia.
– Ya lo sé, sólo te tomaba el pelo...
– Bien, ahora que te has burlado lo suficiente de mí, ¿puedo saber el motivo de la llamada?
– Sí, claro... Me gustaría que cenáramos las cuatro mañana en el italiano que estuvimos la última vez... ¿Te parece bien?
– Por mi genial.
– Estupendo... Quinn está deseando verte.
– Lo sé. Yo también quiero verla.
– Ahora cambiando de tema, ¿cómo estás?
– Bien.
– No mientas, hoy sería tu aniversario con Santana, estoy segura de que no lo llevas nada bien.
– Ya lo sabes, la echo de menos.
– ¿Por qué no dejas a Mia?
– No voy a recuperar a Santana si hago eso.
– Si no lo haces tampoco, pero al menos serás sincero con ella y contigo misma.
– Yo sé lo que siento.
– En ese caso... ¿Qué haces saliendo con Mia?
– Es mi oportunidad de ser feliz.
– Brittany... No eres feliz.
– Sólo hay una persona que me puede hacer feliz.
– Ella desapareció de tu vida hace muchos años. Deberías mirar hacia el futuro.
– Eso hago, por eso estoy con Mia.
– No voy a discutir otra vez contigo por esto. Nos vemos mañana.
– Adiós.

La rubia terminó su día de trabajo y volvió a su apartamento donde su pareja la estaba esperando. Cenaron juntas, vieron la televisión un rato, se fueron a la cama y tuvieron relaciones. Cuando Mia Pierce estuvo segura de que su pareja dormía, ella se puso a llorar, como todas las noches durante los últimos siete años. Todos los días era la misma rutina. Su dolor, en vez de disminuir, aumentaba. No sabía por cuanto tiempo sería capaz de vivir así. ¿Pasaría algo que cambiara la situación?



CAPÍTULO 54: CITA DE CUATRO

La cena con Faberry era esa noche y Brittany corría por el apartamento buscando un collar que conjuntase con el vestido que llevaba. Mia no apartaba la mirada de ella, lo que le ponía más nerviosa.
– O dejas de mirarme o me ayudas a buscar.
Su novia se levantó y fue a la cocina... Pensó que era el único lugar seguro, porque allí no había ninguna prenda que la ojiazul necesitase. La chica sabía que siempre estaría a la sombra de Santana Lopez y eso le enfurecía. Esto provocaba que, cada vez que la rubia estaba de mal humor, discutieran de una manera muy fuerte, incluso a veces agresiva, aunque nunca llegaron a golpearse. Saber que la persona a la que amas está contigo porque el amor de su vida la abandonó no es algo agradable y Mia no es la excepción.

Una hora más tarde, las dos llegaban al restaurante. Pidieron la comida y estuvieron charlando de cosas triviales como el trabajo o las últimas películas que habían visto. En el momento en que les sirvieron el postre, sacaron unas copas y una botella de champán. El camarero llenó las copas y las dejó solas. En ese momento, Quinn levantó la copa y realizó un brindis.
– Quiero brindar por Rachel, el amor de mi vida... ¡Y mi futura esposa! – La última frase prácticamente la gritó la ojiverde. Brittany miró sorprendida a la pareja que sonreía y la castaña sacó de debajo de la blusa una cadena que tenía un anillo. La pareja que se casaba recibió la felicitación de sus amigas.
– Me lo pidió la semana pasada, no llevo el anillo porque me está grande y no me quiero separar de él, por lo que el joyero me dijo que fuera el lunes y me lo arreglaría lo más pronto posible. No lo quiero perder... – Explicó Berry
– Eso es algo maravilloso. ¿Qué habéis planeado para la boda?– Quiso Brittany.
– Nos casaremos en Lima. De momento no sabemos más. Aprovecharemos la visita a nuestros padres para darles la noticia y empezar los preparativos. – Respondió Fabray.
– Es genial, me alegro por vosotras. – Comentó Mia.
– ¿Y para cuando os vais a animar vosotras? – Dijo la castaña con malicia mirando a su mejor amiga.
– Llevamos bastante menos tiempo que vosotras, todo a su debido momento. – Explicó la rubia.
– La verdad es que queríamos comentaros algo, queremos invitar a la boda a todos los New Directions y a los miebros de Vocal Adrenaline que coincidieron con nosotras. – Añadió la ojiverde.
– Me parece fantástico, será increíble volver a reunirnos todos. – Confirmó la morena.
– Eso incluye a Santana. – Aclaró la castaña.
El silencio se hizo en la mesa. Las futuras esposas sabían que era una pregunta incómoda, pero habían estado hablando del tema durante horas. Por un lado sabían que eso incomodaría a sus amigas, pero por el otro, Quinn echaba de menos a su amiga y Rachel debía reconocer que le gustaría que volviera a formar parte de su vida. El tiempo debería haber curado las heridas que le causaron a la latina y no debería haber problemas para que asistiera a su boda.
– A mí no me agrada la idea. – Mia informó.
– ¿Y qué quieres hacer? ¿Vas a prohibirles que inviten a una amiga a su boda? – Protestó Brittany
– Yo simplemente soy sincera.
– Si no quieres ver a Santana, no vayas a la boda. A mí nada ni nadie me estropeará el día, disfrutaré de la boda de mis amigas, sin importarme nada más. – Comentó Pierce.
– No queremos que nadie se sienta incómoda, si no le agrada la idea... – Comenzó la castaña, pero fue interrumpida por su mejor amiga.
– Ni hablar, de verdad. Yo me encargo de Mia, vosotras no debéis preocuparos de nada que no sean vuestros vestidos, las flores, las invitaciones, la recepción, el lugar de la ceremonia, el menú y esas cosas.
– Gracias Brittany, pero necesitamos pedirte un último favor. – Pidió la ojiverde.
– Tú dirás.
– Necesitamos la dirección de Santana. – Confesó la más baja.
– No sé nada de ella desde hace siete años.
– Lo sabemos, pero supongo que sí tendrás la dirección de Amanda o su teléfono o algo, tú estuviste allí y hablaste con ella. – Explicó Quinn.
– Claro, la buscaré y en cuanto la encuentre os la digo... También podrías hablar con Claudia, seguro que puede deciros como encontrar a Santana.
– Se mudaron. Ya no viven en Lima y no tengo confianza suficiente con sus padres como para ir y preguntarles. – Informó Rachel.
– No sabía que Claudia se había ido...
– ¿Todavía guardas información sobre ella? – Mia estaba claramente celosa.
– Sólo son unas direcciones y números de teléfono que están en mi agenda. Siempre escribí todos los datos importantes en ella por si en algún momento ocurre algo con mi móvil, pero eso tú ya lo sabías. No sé a qué vienen esos celos.
– No son celos, pero no pretendas que todo está bien... Santana es tu ex novia. – La morena estaba claramente enfadada.
– Normalmente no me meto en discusiones de pareja, pero no deberías tomarte esto tan mal... Rachel conserva el número de Johanna y la llamaremos mañana para invitarla, como al resto de compañeros. – Aclaró Fabray.
– ¿Vas a invitar a Johanna? – Mia miraba sorprendida a Quinn.
– Sí, ¿por qué no habría de invitar a una de mis mejores amigas de la juventud? – Cuestionó Berry
– Rompiste con Quinn por su culpa... – Aclaró la morena.
– Al final de todo, lo que me importa es que Rachel se va a la cama conmigo, que me ama a mí y soy yo a la que ha elegido para que la acompañe el resto de su vida. – Sentenció la ojiverde, ganándose una mirada de cariño de su futura esposa.
– ¿Y si vuelve a mirarle el culo a Johanna? – Insistió Mia
– En ese caso, yo se lo miraré a Santana. – Bromeó la rubia, guiñó un ojo a su prometida y ésta le regaló una gran sonrisa.
– Eso no lo he entendido. – Confesó la morena.
– Quinn y Santana fueron pareja antes de que empezara a salir conmigo. – Aclaró Berry.
– ¿De verdad?
– Sí. – Confirmaron las dos.
– ¿Y aun así la invitáis a la boda?
– Sí. – La pareja parecía haber ensayado para responer a la vez.
– No os entiendo.
– Nadie te pide que lo hagas, me importa menos que nada lo que opines de mi vida. Amo a Quinn, Santana es una gran amiga a la que perdí por TÚ culpa y no me vas a impedir que la recupere. Si no te gusta, es tu problema. – La castaña estaba claramente enfadada.

El resto de la noche fue más tranquila porque Mia decidió no intervenir en la conversación. Al llegar a casa discutió con Brittany como habían hecho tantas veces, gritando de tal manera que un vecino llamó a la policía. No era la primera vez que les visitaban. Como siempre, Mia se fue a la habitación de invitados y a la mañana siguiente ni siquiera desayunaron juntas. Sólo por la noche fueron capaces de reconciliarse, aunque no cambiaban de opinión sobre lo ocurrido. Nada haría que dieran su brazo a torcer...


CAPÍTULO 55: COMIENZA LA BÚSQUEDA

Todos los amigos residentes en Nueva York se encontraban en casa de Faberry porque estos habían convocado una reunión de emergencia. Sólo el futuro matrimonio sabía el motivo de la reunión. Allí estaban Brittany, Mia, Finn , Bree, Blaine, Kurt, Wendy y Peter, su novio.
– ¿Podemos saber el motivo de la reunión? – Preguntó Kurt.
– Queríamos saber si alguno de vosotros sabe dónde está Santana. – Informó Rachel.
– Ya te dije que no sé nada de ella desde hace siete años. ¿No has hablado con Amanda? – Quiso saber Brittany.
– Yo lo llamé, no sabe nada... Una vez al mes realiza una llamada desde donde quiera que esté. Se turna para llamar a sus tías, sus padres y su hermana. No les dice donde vive ni tienen direcciones o teléfonos donde ponerse en contacto con ella. La cosa es que nos casamos en un mes y no saben si podrán darle el recado y ella venir. – Informó Quinn.
– Aun no entiendo las prisas. – Dijo Bree.
– No puedo tener vacaciones en otras fechas que no sean ahora y no quiero casarme y quedarme sin luna de miel. Además, todos habéis confirmado que os viene bien esa fecha y podéis ir... No tenemos 200 invitados, sólo la gente a la que amamos y todos podéis ir en un mes a Lima... ¿Qué más da lo demás? – Exclamó Fabray.
– Podríais esperar al año que viene. No sé como vais a preparar todo. – Comentó Pierce.
– No necesito nada que no sea mi familia, amigos y a Rachel en el juzgado. Lo demás no importa. – Tras esta confesión, la rubia recibió un beso de parte de su futura esposa.
– Me gusta la idea, una boda no tiene por qué ser un evento social. Es una demostración de amor entre dos personas y lo demás da igual. – Añadió Mia.
– Lo tuyo es llevarme la contraria, ¿verdad? – Protestó Brittany.
– Tú has dado tu opinión y yo doy la mía.
– Ahora vuelvo. – Finn salió de la sala ante la atenta mirada de todos, cuando volvió se sentó y miró a su hermanastra, como pidiéndole perdón por lo que iba a decir. – He llamado a Puck, fue la última persona que la vio antes de salir en dirección a Londres.
– ¿Cómo? ¿Alguno de vosotros ha estado en contacto con ella? – Cuestionó Berry.
– Puck y 'Cedes se fueron a vivir a Los Ángeles y la buscaron. Al final recuperaron su amistad.
– ¿Por qué yo no lo sabía? – Preguntó Pierce.
– Santana pidió que todos pensaran que no tenían contacto con ella. De hecho, no sabe que yo estoy informado. Puck fue el que primero se acercó a ella y luego la convenció para que aceptara verse con Mercedes.
– ¿Por qué no me lo contaste? – Bree lo miró sorprendida.
– Si te lo hubiera contado, habrías tardado cinco segundos en contárselo a Kitty que se lo habría dicho a Christina que se lo habría dicho a Rachel que habría empezado a planear su viaje allí con Brittany para la reconciliación Brittana.
– ¿Y eso que tiene de malo? – Preguntó Berry.
– Primero, Santana se habría enterado de que Puck y Mercedes la habían traicionado... en el caso de ella, por segunda vez. Segundo, ella tomó una decisión que, aunque te parezca mentira, respeto. Por último, no creo que hubiera sido sano para nadie que ellas dos volvieran.
– ¿Has dicho que se fue a Londres? Por favor, cuéntame todo lo que sabes de Santana. Drew, Thad, Sebastian y yo nos hemos tenido que comer vuestros fallos. Perdimos una amiga por vuestra culpa y encima sabéis cosas de ella que nosotros no. – Dijo suavemente Wendy.
– Cuando dejó Lima, se fue a vivir a Los Ángeles, hasta ahí es todo lo que sabéis... ¿verdad? – Todos respondieron con un si, mirando a Finn llenos de interés. Aunque normalmente no lo decían en voz alta, querían a Santana y querían saber que había sido de ella en esos años. – Fue al instituto donde terminó sus estudios con unas notas excelentes, algo que a ninguno os debe sorprender.
– ¿Alguna relación amorosa? – Preguntó Brittany.
– Amorosa... ninguna. Sexuales... muchas. Puck se quejaba de que ligaba más que él cuando salían. – La expresión de Pierce era indescifrable, como sus sentimientos. Por un lado se sintió aliviada por el hecho de que nadie hubiera ocupado su corazón, pero por otro sentía unos celos enormes por todas las mujeres que habían tocado a la latina. – La cosa es que consiguió una beca para estudiar música en un importante conservatorio de Londres. Se graduó de las primeras de la clase y abandonó la ciudad. De vez en cuando Puck y 'Cedes reciben un correo o una carta de Santana, pero cada vez proviene de un país diferente. Es como si viajase continuamente.
– ¿Te ha dicho países de donde vienen las cartas? – Preguntó Blaine.
– Túnez, India, Egipto... Básicamente África y Asia... Aunque a veces pueden llegar de Europa, es lo menos común.
– ¿Qué hace Santana por allí? – Quiso saber Kurt.
– No lo sabemos, nadie lo sabe... Puck tiene miedo, la última vez que habló con Santana por teléfono, poco antes de que terminara los estudios le dijo que había conocido a unas personas nuevas. Al parecer estuvo saliendo con ellos por Londres y decidió seguirlos a donde fuera que ellos iban... No sabemos si son peligrosos o no, si son gente de fiar, si realmente la están cuidando bien o por el contrario está atrapada... Los lugares donde reside no son precisamente muy seguros.
– ¿Ella no es lesbiana? – Preguntó Peter.
– Sí, ¿por qué? – Wendy se quedó mirando a su novio.
– Hay países en África y Asia que son muy duros en cuanto a su orientación sexual... Además de que es mujer y son lugares muy machistas. Aunque las personas que estén con ella sean de fiar, el simple hecho de que esté allí es un riesgo si la descubren...
– ¿Qué tipo de riesgos? – Preguntó Rachel asustada.
– Hay países extremistas que condenan a los homosexuales a penas de muerte. – Informó Peter.
– Esa es otra cosa en las que habíamos pensado... ¿Qué puede hacer que Santana esté en un sitio así? – Aclaró Finn.
– ¿Amor? – Cuestionó Blaine ajeno a los sentimientos de Brittany por la latina.
En ese momento el corazón de Pierce dejó de latir. No se lo podía creer, en ningún momento había pensado que Santana pudiera estar con otra. Eso le dolía mucho.

Acordaron intentar encontrar información sobre Santana, aunque era difícil no se rendirían. Cuando llegaron a casa, Brittany y Mia volvieron a discutir. Cuanto más cerca sentía la morena a la latina, más peleas comenzaban. La rubia no durmió. Por suerte, la discusión hizo que su novia pasara la noche en otra habitación, por lo que ella pudo meterse en la cama y llorar libremente.

Durante cuatro semanas estuvieron buscando a Santana, pero no encontraron ninguna pista. Al día siguiente sería la boda y era imposible que la morena estuviera en ella.

CAPÍTULO 56: SORPRESA

Rachel estaba terminándose de preparar en una sala del juzgado. Llevaba su vestido blanco, sencillo y por debajo de la rodilla. Habían decidido que no irían de largo. Su mente no dejaba de pensar que no estarían todos. Abandonó el lugar para buscar a su novia. Cuando entró, todos se alarmaron porque se suponía que no se podían ver antes de la boda. Se acercó a su pareja y le agarró la cara, de manera que no pudiera mirar nada que no fueran sus ojos.
– Quinn, no nos podemos casar... No ahora... Quiero que estén todos nuestros amigos... ¿No quieres que esté Santana? Tal vez Brittany tenga razón y debamos esperar al año que viene, así podremos avisar con tiempo y ella podrá venir...
– Nunca pensé que sería capaz de retrasar una boda que no fuera la mía. – Todos se volvieron hacia la puerta donde estaba la latina, apoyada en el marco con una de sus manos, luciendo más sexy que nunca, con un vestido rojo y muy cambiada, pero a la vez totalmente reconocible.
– ¿Qué...? ¿Cómo...? ¿Cuándo...? – Comenzó a decir la castaña sin apenas mover un músculo. Su expresión era de total sorpresa, como si acabase de ver un zombi o un fantasma...
– ¿Quién, dónde y por qué? – Rió la menor. – Llamé a Mandy hace dos días y me lo contó... Cogí el primer vuelo que había, pero aún así no sabía si llegaría a tiempo... Afortunadamente lo he conseguido, aunque gracias a mi padre que me ha ahorrado ir hasta casa. Me ha llevado el vestido y me he lavado un poco en el aeropuerto... Hubiera preferido una ducha, pero si tenía que pasar por casa definitivamente no llegaba.
Berry se abalanzó sobre los brazos de su amiga y le rodeo el cuello mientras la morena situaba sus manos en su espalda. Mientras estaban abrazadas, la castaña comenzó a darle besos muy sonoros a su compañera en la mejilla, que se puso roja por la presión y en la que se podía apreciar un poco del pintalabios de la joven. Cuando Rachel la liberó se volvió a ver atrapada por otros brazos, esta vez los de Fabray, que repitió los mismos gestos de su prometido... Santana pensó que estaban hechas la una para la otra, aun más que hacía siete años cuando las vio por última vez...

Después de despedirse de la pareja, salió hacia la zona que ocuparían los invitados. Mientras estaba en el pasillo de entrada a la sala, vio a Fred y Brenda, que habían sido invitados. Sonrió mientras se acercaba a saludarlos.
– Preciosa, ¡Cuánto tiempo sin vernos! – La saludó el padre de su ex novia. Al ser recibida entre los brazos de ese hombre, tuvo una sensación como si hubiera llegado a casa, al fin y al cabo, los Pierce-Hudson la ayudaron muchísimo en sus dos últimos años en Lima. – ¿Dónde has estado?
– Creo que esa va a ser la pregunta del día... – Bromeó el aludido mientras besaba la mejilla de la mujer.
– Ey San! ¿Qué tal? – Preguntó Finn mientras entraba con Bree al pasillo donde se encontraban los demás. Los dos abrazaron a su amiga a la vez, por lo que los tres se encontraban unidos cuando Brittany entró con su novia. Al separarse, la rubia tuvo una visión que la dejó sin habla. Santana llevaba un vestido rojo ajustado que le quedaba perfecto, como a una modelo de revista y unos zapatos de tacón negros que hacían que sus piernas parecieran infinitas. Su pelo estaba recogido en una coleta a un lado de su cara, dejando que las ondas cayeran por su hombro derecho y su pecho. Se encontraba algo más bronceada y delgada... Como complemento perfecto a todo su atuendo, sus ojos brillaban de felicidad acompañando esa sonrisa que hacía tanto tiempo que anhelaba ver.
– Ho-Ho... Hola. – Tartamudeó la mayor.
– Brittany, que alegría... – La morena abrazó a su amiga. – Mia, veo que la has cuidado como te pedí... Me alegra saber que sois felices, de verdad. – Tendió la mano a la morena y ésta aceptó el saludo, aunque no de buena gana. Todos miraban la escena sorprendidos y Bree salvó a su “cuñada” pidiéndole que la acompañara al baño para retocarse el maquillaje.
Entraron a una sala llena de sillas donde se celebraría la ceremonia. Allí estaban gran parte de sus amigos esperando y se levantaron a saludar a todos los recién llegados. Hubo lágrimas por parte de alguna de las chicas y muchos abrazos de todos.
– Satanás. – Kurt bromeó con la latina que lo abrazó con mucho cariño. Pasaron mucho tiempo en esa postura ya que el castaño no la quería dejar ir.
– Kurt, amor... Creo que ya es suficiente.
– No estés celoso, es mi amigo... No creo que necesite decirte eso... – Dijo la morena un poco preocupada.
– No seas idiota, lo que pasa es que quiero abrazarte yo también... – Anderson imitó el gesto de su novio. Mientras estaban abrazados, Brittany y Bree regresaron y la rubia recibió una mirada de odio por parte de su novia. Cuando los dos morenos se separaron fue otra persona la que habló.
– Pensaba que no vendrías... Hace cuatro días hablé con Mandy... No me dijo nada. – Puck abrazó a su amiga y todos notaron que ese abrazo era distinto a todos los dados anteriormente. Era más intenso y, por primera vez, una lágrima asomaba en los ojos de la menor. – Ni se te ocurra llorar, hoy es un día para celebrar... ¿Cuánto te quedas? Tengo tantas cosas que me gustaría hacer contigo... ¿Tienes novia? Ya sabes, quiero ir a ligar y, si es hetero para mí, si es lesbi para ti... Dime que vamos a poder hacerlo... Quinn y Rachel han sido tan desconsideradas que no han invitado a ninguna mujer de nuestra edad que no conozca... Y la hermana de Quinn es muy pequeña... Tiene 17 años... ¡Es menor de edad!
– Tranquilo, Bro – Todos miraron a la latina... ¿Desde cuando decía Bro...? ¿Qué más había cambiado? – Muchas preguntas... A ver... No tengo novia, tengo “novio”...
– ¿Qué? – Todos preguntaron a la vez, como si estuviera preparado.
– He trabajado en varios países con muchos prejuicios sobre la homosexualidad y muy machistas, así que un amigo se hace pasar por mi novio en esos casos, para evitarme problemas... Hace mucho que no estoy con nadie y él tampoco, por lo que ya tenemos la costumbre de darnos besos en la boca y de dedicarnos motes cariñosos... vamos, un novio...– Dijo con una sonrisa. – Contestando a otra de tus preguntas, me quedo un mes...
– ¿Sólo? ¿Por qué no te quedas más? ¡Mejor dicho! ¿Porqué no te quedas definitivamente aquí? – Noah le preguntó.
– Aquí no tengo nada que me retenga y me haga feliz, allí sí. – Le dijo la latina.
– ¿Y yo que soy, un pasatiempo...? si sabías que ibas a abandonarme no entiendo el motivo por el que empezaste conmigo. – Protestó el judío.
– Sabes que te quiero muchísimo, es sólo que mi deber está allí, mi trabajo también me hace feliz. – Respondió la menor.
– Esa es otra... ¿A qué te dedicas que no puedes llamarnos ni venir a pasar una temporada? – Esta vez fue Tina la que preguntó.
– Trabajo en zonas que no tienen teléfono ni nada... Soy voluntaria en una ONG. Ahora estaba construyendo un hospital en una ciudad muy pobre al sur del Sahara junto con varios compañeros. Me quedo un mes porque quiero volver para ayudar con la campaña de vacunación... He aprendido algo de enfermería, cosas básicas y así puedo ayudar más. No hay nada más gratificante que ver la felicidad en los ojos de esas personas cuando haces por ellos algo tan simple como darles un poco de comida, enseñarles a leer o curarles una enfermedad.


CAPÍTULO 57: PLACER

Todos los invitados se sentaron, la ceremonia estaba a punto de comenzar. Primero entró Quinn acompañada por su padre. Poco después entró Rachel con su hermano, que sería su padrino. Las damas de honor eran Wendy, Lily (hermana de Quinn) y Brittany. La boda comenzó con unas palabras definiendo qué es el amor y el matrimonio. Poco después llegó la hora de los votos y la pareja habló. La primera fue la castaña.
– Ni siquiera recuerdo el momento en el que nos conocimos. Éramos muy pequeñas y apenas entendíamos el significado de palabras como amistad y amor, pero eso hace nuestra relación especial, aprendimos juntas. Tú me has enseñado lo que es ser una buena amiga, una buena compañera, una buena novia... Porque todo eso es lo que tú eres, eres mi otra mitad, me llenas y me haces sentir especial... Te amo. – Las dos estaban llorando por la emoción.
– Rachel, con solo verte soy la persona más feliz de la tierra. Todavía me cuesta creer que me has elegido a mí para ser tu compañera el resto de nuestra vida... Algo bueno he debido hacer si te tengo a mi lado, porque tú eres todo para mí. No le temo al futuro porque sé que tú estarás a mi lado, en lo bueno y en lo malo... En este momento dejamos de ser dos y pasamos a ser una, porque no concibo mi vida sin ti... Te amo.
Se besaron y fueron interrumpidas por el juez.
– Chicas, todavía no hemos llegado a esa parte... Primero debo declararos matrimonio...
La ceremonia siguió, la pareja se dio el “si quiero”, intercambio anillos y entonces se besaron otra vez.
Cuando acabaron, salieron todos al lugar donde sería la recepción. Todos los ex miembros de New Directions y Vocal Adrenaline se sentaron en una mesa larga. Santana se las ingenió para no quedar muy cerca de Brittany, o al menos, eso pensó la rubia al verla sentarse en el otro extremo de la mesa.
Después de la cena, todos se fueron a la sala donde sería la fiesta. La música y la bebida animaba el ambiente. La morena atendía a todos sus amigos, excepto a su ex novia y a Mia. Fue en el momento en el que se fue al baño cuando sintió una mano que la arrastraba a una pequeña habitación que se utilizaba de guardarropa y en la que había muchos abrigos y chaquetas de todos los invitados. Brittany empujó a la latina contra la pared y la besó. Al principio la más baja no respondía al beso, pero la rubia no se resistía y seguía empeñada en seguir besando a la otra. Mordió el labio inferior de Santana y ésta abrió un poco la boca, lo que le sirvió a la ojiazul para meter su lengua dentro de la otra. Bajó su mano derecha hasta la pierna de su ex novia y movió la falda para poder colar su mano por debajo. Subió la mano por la parte interior del muslo de la morena hasta llegar a sus partes íntimas. La latina soltó un jadeo que quedó ahogado en la boca de la rubia. Fue en ese momento cuando la menor abrazó a la otra chica y respondió al beso, haciendo que sus lenguas lucharan por el control De manera rápida, Brittany se deshizo del vestido de la menor y luego se quitó ella el suyo. Tumbó a la morena en el suelo y se posicionó encima de ella, hacía mucho tiempo que anhelaba tener el cuerpo de su ex pareja entre sus brazos y no lo iba a desperdiciar. Notó que la latina comenzaba a resistirse y decidió acelerar un poco. Volvió a besar la boca de la más baja y metió su mano por debajo de las medias y la braga para comenzar a masturbarla con su mano. Los gemidos de la latina no se hicieron esperar. Notaba como la chica se tensaba, dando señales de que pronto llegaría al orgasmo, por lo que decidió parar... Quería torturarla un poco y que lo deseara tanto como ella. Se quitó la poca ropa que le quedaba y desnudó a su amante, para volver a besarla. Habían pasado siete años, pero el amor, el deseo y la pasión entre ellas no había desaparecido. Al contrario, tanto tiempo separadas había conseguido que aumentase y las dos sentían que ese era el mejor momento de sus vidas. Brittany abandonó la boca de la morena y rápidamente bajó por su cuello, pecho y tripa hasta llegar a su clítoris, que comenzó a acariciar lenta y toruosamente. Poco después su lengua pasó a moverse de manera rápida y eficaz. Aun así, el placer era tal que la más baja no pudo evitar mover sus caderas buscando más contacto y velocidad. Finalmente su cuerpo se tensó y llegó al orgasmo, empapada en sudor. Se sentía agotada, pero la rubia no planeaba darle descanso. Bajó por las piernas de su amiga, acariciando y besando cada centímetro de piel de manera amorosa y delicada. Luego volvió al pecho de la morena, la pasión había dado paso a la dulzura. Era cierto que la ojiazul estaba ansiosa por llegar al orgasmo, pero aun más quería transmitir todo lo que su corazón y su cuerpo querían. No era sexo, le estaba haciendo el amor. Después de lo que pudieron ser horas de besos y caricias, la ojiazul se dio cuenta de que había llegado el momento. Brittany se sentó encima de Santana, con sus rodillas apoyadas en el suelo y con las piernas de la morena totalmente abiertas, una entre las piernas de su amante, para que sus clítoris estuvieran juntos. La rubia comenzó a mover las caderas mientras introducía un dedo en el interior de la otra. Los movimiento les causaban placer y la mayor decidió meter un segundo y tercer dedo en la latina a la que embestía con su mano mientras frotaba sus clítoris. Pronto las dos gritaban muy alto, como si el tiempo no hubiera pasado y aun estuvieran en casa de los Pierce-Hudson con Finn y Puck en la planta de abajo escuchando todo. La menor ayudaba a Brittany en sus movimientos, sujetándola por las caderas y moviendo las suyas. Primero llegó la rubia al orgasmo, seguida por una Santana que no pudo aguantar mucho más al ver a la otra consumida por el placer. Cuando la ojiazul se separó, la morena se levantó rápidamente y empezó a recoger su ropa.
– No te vayas... Quédate... – Suplicó Pierce acariciando la pierna de la latina.
– ¿No lo entiendes? Brittany, me has convertido en tu amante, acabo de hacerle a Mia algo horrible. Yo sé lo que se siente y nunca se lo haría a nadie... O al menos eso pensaba... Me has convertido en alguien que detesto... Pero parece que no te importa... Supongo que como nunca te importó hacérmelo a mí... – La chica comenzó a vestirse.
– Eso si que no te permito que lo digas, te amo, siempre lo he hecho... Mia fue un error que me hizo perderte. Me he arrepentido de eso todos los segundos desde ese día. A Mia no la amo, sólo me importa lo que te hago a ti... Volvamos a intentarlo.
– ¿Hasta cuando? ¿Hasta que otra chica sexy vaya detrás de ti y te haga sentir importante?
– He aprendido de este error, no lo cometería dos veces.
– Eres consciente de que has vuelto a hacerlo, ¿verdad?
– No, no lo he vuelto a hacer... La diferencia es que a ti sí te amo, a Mia sólo la quiero... Hay una gran diferencia...
– Me voy en un mes, esto no tiene ningún sentido... Será mejor que evites buscarme... Las dos sabemos que no me puedo resistir a ti y si volvemos a vernos puede que volvamos a cometer el mismo error... Yo te amo y quiero lo mejor para ti... Una persona capaz de hacer lo que yo he hecho ahora no es lo mejor para ti...
Santana salió de la sala, dejando a Brittany sola llorando...

CAPÍTULO 58: ADIOS

Brittany se quedó llorando mientras se vestía. No podía pensar claramente. Decidió ir a arreglarse al baño, por lo menos allí tendría un espejo. Cuando salió del guardarropa se encontró con Mia. Se sintió miserable, no necesitaba mirar su reflejo para saber que todos los poros de su piel gritaban que había tenido sexo salvaje. Por no hablar de su ropa. Y mejor no pensar como estaría su pelo.
– Mia, yo...
– No digas nada. Os he oído desde el baño. Sois realmente escandalosas, ¿Te lo habían dicho?

Flashback

– Nosotros no preguntamos lo que hacíais, nos ha quedado más que claro por los sonidos que venían de arriba. – Dijo el judío.
– Lo siento. – Dijo la rubia avergonzada.
– No pasa nada, pero que sepas que la próxima vez puede que suba a haceros compañía. Santana debe ser muy buena si gritas así. – Bromeó Noah.
– Ni en tus mejores sueños, Puckerman. – Cortó la latina al notar la incomodidad y la vergüenza de su novia.

Fin del Flashback

– Por supuesto que no me lo habían dicho, ¿Te has pensado que voy haciéndolo en lugares públicos para que todo el mundo se entere?
– Brittany, acabas de hacerlo en el guardarropa de un restaurante lleno de invitados a una boda...
– Yo...
– Y en el juego del Yo nunca hace años con los chicos confesaste haberlo hecho en un coche. Me acuerdo porque hacía poco que nos habíamos besado y siempre había tenido la fantasía de hacerlo en el asiento trasero de un coche lujoso. Algo a lo que tú siempre te opusiste.
– Mia, yo...
– Siempre ha sido ella, ¿verdad? Cuando gritabas en sueños, cuando tenías pesadillas, cuando me pedías que te hiciera el amor, cuando me besabas... ¿Siempre pensabas en ella?
– Yo...
– ¡¡¡¿Sabes decir algo que no sea “yo...”?!!!
– ¡¡¿Quieres la verdad?!!! – La morena asintió. – Tú has sido el mayor error de mi vida, por tu culpa perdí a Santana, el amor de mi vida.
– Perdona, pero el beso...
– ¡¡¡¡Me besaste tú primero!!!!
– ¡¡¡Y tú me lo devolviste!!! Y fuiste tú la que le mintió... Y por lo que he podido escuchar, también la has hecho sentirse mal por lo que acaba de pasar... ¿No te cansas de dañar a la gente a tu alrededor? – Como su novia no decía nada, se atrevió a preguntar, algo más calmado. – ¿Alguna vez has sentido algo por mí? ¿Alguna vez te he excitado? ¿Alguna vez te he conseguido satisfacer en algún sentido?

Flashback

Brittany bajaba las escaleras de la casa de la familia Pierce-Hudson. Allí se encontraban Puck y Finn jugando a los videojuegos. En ese momento, sintió una punzada en el corazón. La última vez que se había encontrado en una situación similar había sido tres años antes, de la mano de Santana. El solo recuerdo le dolía y mucho.
– Hola chicos ¿Qué tal? – Preguntó la rubia intentando aparentar la mayor normalidad posible.
– Mejor que tú. – Respondió Puck.
– ¿Qué quieres decir con eso? – La ojiazul se extrañó.
– Hemos oído el escándalo que ha montado Mia en la habitación, pero a ti no te hemos oído... Podría al menos masturbarte o algo... vamos, digo yo. – Dijo Noah.
– Yo también he tenido un orgasmo, gracias por tu preocupación. – Respondió Brittany de manera cortante.
– Britt, cuando lo hacías con Santana te oíamos desde aquí... y no porque prestáramos atención... Pero ahora a ti no te hemos escuchado... No lo pasas tan bien con Mia como con tu ex... ¿Por qué no lo admites? – Intervino el más alto.
– Estoy muy bien con ella, gracias.
– Eso sin contar los traumas que Brittana me causó porque estabais constantemente excitados... – Siguió el hermanastro de la ojiazul.
– Ahora también estoy siempre deseando estar con Mia. – Se defendió la rubia.
– No... sabes que no... Si no la amas será mejor que la dejes y busques la felicidad... Yo solo quiero lo mejor para ti... – Dijo el mayor.
– Ella es lo mejor para mí.

Fin del Flashback

– Eres lo más parecido a Santana que he podido encontrar, pero no eres ella... Lo siento, pero no lo puedo olvidar... Te quiero, pero no lo suficiente. Sé que me merezco el sufrimiento que estoy pasando y entiendo que estés enfadada. Soy la peor persona del mundo.
– Ok, lo nuestro ha acabado. Espero de verdad que seas feliz junto a ella.
– Creo que la he cagado, no va a volver conmigo. Ella me ha olvidado, me ha superado. Y yo sólo os hago sufrir.
– Brittany, ella te ama. Piensa en lo que te ha dicho hace un rato. Analiza las palabras que ha usado.
– Me odia, piensa que la he utilizado y que me gusta hacer daño a mis parejas... Y la verdad, no la culpo...
– Brittany, reproduce mentalmente la conversación que has tenido con ella, encontrarás la respuesta que necesitas. Volveré a New York antes que tú, para cuando llegues ya no estaré en el apartamento. Adiós.
– Lo siento mucho. Adiós.
Se dieron un casto pico de despedida. Todo acababa ahí.

Por su parte, Santana fue a sincerarse con Puck.
– Quiero hablar contigo. – Pidió la menor.
– Tú dirás. – Dijo el judío.
– No creo que a Finn le agrade la conversación. – Indicó la latina.
– ¿Sobre Brittany? – Preguntó Hudson, Lopez asintió. – Cuéntanos.
Santana les contó a sus amigos lo ocurrido. Los dos amigos se dedicaron una mirada cómplice.
– ¿Qué? – Apremió la morena.
– Sois bastante obvias, ¿no crees? – Preguntó Noah. La latina lo miró extrañada.
– Seguís tan enamorados como a los diecisiete años... Y os comportáis como adolescentes hormonadas. – Añadió Hudson.
– Ella no me ama... – Comenzó a decir la menor.
– Claro que sí. – Respondieron los otros dos
– Además, le he hecho daño a Mia. – Protestó Santana.
– Tía, le has pagado con la misma moneda. Ella te hizo eso antes. – La consoló Puck.
– Eso no hace que lo que he hecho esté mejor...



CAPÍTULO 59: NO HUYAS MÁS

Un mes había pasado desde la boda de Quinn y Rachel. Santana había estado esos días con su familia y pasaba sus últimas horas en Lima. Pronto viajaría a Nueva York para coger el avión que la llevaría de regreso. En ese momento se encontraba en el cementerio, en frente de una lápida en la que había dejado un ramo de tulipanes, los favoritos de la persona que estaba ahí enterrada.
– Marley... No podía irme sin despedirme... Puede que tú aun me odies por lo que pasó, no lo sé... Pero yo sigo amándote como siempre... Eres mi mejor amiga... Debí decírtelo en vida, pero siempre pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo... Y no es así... No llegaste a cumplir los 18... ¿Qué Dios permitiría eso? Te necesito más que nunca... Necesito un consejo y no tengo a nadie a quien recurrir.
– ¿Podrías intentarlo conmigo? – Dijo una voz femenina detrás de ella. Al darse la vuelta vio a la madre de Marley. Se parecían muchísimo. A Santana le dio una punzada el corazón cuando ve en los ojos de ella la misma expresión de su hija.
– No sé que hacer...
– Brittany. – Afirmó la mayor.
– Si.
– No huyas más. Te fuiste lejos para huir de los problemas. El accidente no fue tu culpa, el estar decaída esos días no fue tu culpa, era lo normal, el beso de Brittany y Mia no fue tu culpa... No te escondas, da un paso adelante y dile al mundo que estás aquí, que eres fuerte y que no vas a desfallecer. Demuéstrale a Brittany lo que sientes y deja todo claro con aquellos que tengas que hablar. Pero no huyas... Me gustaría volver a ver a la chica que soñaba con vivir en Nueva York, hacerse cantante y disfrutar de cada segundo de su vida. No me gusta la mujer en el que te has convertido.
– ¿Por qué? Estoy ayudando a la gente...
– Estas mostrando cobardía. Como la niña que fingió ser heterosexual y se fue al Carmel pretendiendo ser una anti social.
– Hace mucho que dejé de ser ese chica...
– Demuéstralo. Decide lo que quieres sin pensar en las consecuencias... Arriesga, sólo así ganarás...

Brittany estaba en su apartamento acompañada por Blaine, Kurt y Rachel. El móvil del moreno comenzó a sonar. Miró la pantalla y se extrañó.
– Es Mia... – Descolgó – ¿Qué quieres?... No... ¿En serio?... No... Si... Yo me encargo...Adiós... – Colgó. – Brittany, ¿Qué fue exactamente lo que te dijo Santana después del sexo salvaje?
– Que le había hecho daño...
– Quiero palabras exactas... ¿Podrías escribir lo que te dijo?
Brittany cogió un papel y plasmó en el papel cada una de las palabras que se le habían quedado grabadas en el corazón desde ese momento. No había olvidado ninguna...

– ¿No lo entiendes? Brittany, me has convertido en tu amante, acabo de hacerle a Mia algo horrible. Yo sé lo que se siente y nunca se lo haría a nadie... O al menos eso pensaba... Me has convertido en alguien que detesto... Pero parece que no te importa... Supongo que como nunca te importó hacérmelo a mí...

– Me voy en un mes, esto no tiene ningún sentido... Será mejor que evites buscarme... Las dos sabemos que no me puedo resistir a ti y si volvemos a vernos puede que volvamos a cometer el mismo error... Yo te amo y quiero lo mejor para ti... Una persona capaz de hacer lo que yo he hecho ahora no es lo mejor para ti...

Blaine le arrebató el papel y rodeó tres palabras exactas. “Yo te amo”. Brittany lo leyó... Esas fueron sus palabras... No las había olvidado... Estaba segura...
– Ella me ama... – Dijo la rubia.
– Eso es lo que me ha dicho Mia. – Respondió Anderson.
– ¿Ella también lo escuchó? – Preguntó la ojiazul.
– Si. – Confirmó el moreno.
– Su vuelo sale en una hora. – Exclamó la joven.
– Habrá que darse prisa. – Propuso Hummel.

Los cuatro amigos corrieron al aeropuerto. Tuvieron suerte y en seguida encontraron un taxi. Cuando llegaron quedaban 10 minutos para que embarcaran los pasajeros. Brittany corrió en busca de su amada. Los demás la esperaron fuera, querían darles algo de intimidad. El vuelo despegó y ellos estaban preocupados porque no sabían lo que había pasado. En ese momento vieron llegar a Brittany sola, llorando desconsoladamente. Se abrazó a sus amigos y siguió dejando que las lágrimas salieran. Había sido una estúpida una vez más y había vuelto a perder al amor de su vida.
– No la he encontrado. No la he podido ver. Ni siquiera me he podido despedir. – Susurró la rubia.

Los demás acompañaron a la ojiazul a su apartamento. Todos estaban tristes, querían la felicidad de sus dos amigas, por que sí, era la de sus dos amigas la que estaba en juego. Brittany había sido una tonta y Santana una cobarde. Eso las había llevado a separarse.

CAPÍTULO 60: FOREVER

Brittany abrió lentamente sus ojos, sentía unos brazos alrededor de su cintura y un cuerpo en su espalda. No necesitaba volverse para saber quien era. Miró el reloj, eran las siete menos diez de la mañana. No faltaba mucho para que sonara la alarma de su despertador, así que decidió apagarlo. Una sonrisa se dibujó en su cara mientras se volvía con cuidado para no despertar a su acompañante. La observó dormir. Esas ondas tan delicadas que se formaban en su cabello, sus largas pestañas que descansaban suavemente en sus mejillas, sus labios deliciosos que estaban un poco separados en ese momento, su cuerpo cubierto solo por la sábana que le llegaba poco más arriba de la cadera y un camisón sexy y casi transparente. Se acerco lentamente a ella y comenzó a darle pequeños besos cerca de la boca, pero sin llegar a tocar sus labios. Enseguida se formó una sonrisa en la morena mientras movía ligeramente su cara para atrapar los labios de la rubia. La latina introdujo la lengua dentro de la boca de su pareja, dispuesto a repetir lo ocurrido justo un año antes...

Flashback

Santana besó a Brittany. Acababan de tener una conversación que ambas se debían. Habían hablado de muchas cosas, por lo que tocaba la segunda parte de la reconciliación. Sus labios comenzaron tímidos, intentando recordar cada sabor que había en ellos. No pasó mucho tiempo hasta que la lengua de la rubia pidió permiso para entrar en la boca de la menor, que la recibió con gusto. Estaban ansiosas por sentir cada centímetro de la piel de la otra, pero aun más ansiosas por hacerle sentir a la otra todo su amor. Siete años sin decirse que se amaban, siete años sin demostrar lo importante que era la otra en sus vidas, siete años son mucho tiempo y querían compensarlo en ese momento, como si no hubiera un mañana y debieran decírselo todo con esa noche de pasión. Más de una hora estuvieron besándose por la cara y cuello. Poco a poco fueron quitándose la ropa y re-descubriendo el cuerpo de la otra. Los gemidos se escuchaban en la habitación, acompañados de palabras de amor susurradas.

Fin del Flashback

Un año después, el amor, la pasión y el deseo era aun mayor si cabe.

Después de amarse, las dos se dieron una ducha juntas, se vistieron y, como Brittany tardaba algo más en arreglarse, Santana preparó el desayuno mientras su novia terminaba. Degustaron la comida juntas, charlando, riendo y dándose de comer. Cuando acabaron, recogieron la cocina y salieron a trabajar.

Las dos llegaron al local de ensayos preparadas para comenzar con el primer día de prácticas. Todo había sido muy rápido y ninguna se esperaba estar así. Santana había conseguido un contrato con una discográfica y buscaban chicas para ser sus bailarinas y coristas. Brittany se presentó a los casting sin saber para qué...

Flashback

La rubia entra a una sala donde le harán una prueba. Está nerviosa. Dirige su mirada hacia las cuatro personas que valorarán su actuación. Una mujer castaña de aspecto serio, un hombre calvo, otro con una coleta canosa y... ¿Santana?
– Soy Brittany Pierce y voy a bailar y cantar I'm Slave 4 U, de Britney Spears.

Fin del Flashback

Santana no llegó a decidir quién sería su bailarina. Explicó a los otros miembros de selección que tenía un conflicto de intereses y que, si su pareja obtenía el puesto, sería por sus propios méritos y no por estar con ella. El resto no llegaron siquiera a saber quien era la novia de la morena. Aun así, decidieron que la ojiazul era perfecta para la gira.

Así que allí estaban las dos, trabajando juntos en la coreografía de las canciones del primer disco de la latina. La ojiazul miró a su chica sin poder evitar recordar lo pasado un año antes, cuando ella pensaba que todo estaba perdido y, sin embargo, se encontró con que su vida iba a cambiar tanto e iba a ser tan feliz como en ese momento. Todo por Santana, porque siempre es ella... Sólo ella.

Flashback

Subieron las escaleras que conducían a la puerta de la residencia de la rubia después del mal momento vivido en el aeropuerto. Cuando llegaron allí vieron a tres personas sentadas en el suelo, con la espalda apoyada en la pared.
– Finn ¿Qué haces aquí? – Preguntó Rachel.
– Esto... Quinn y yo hemos venido a... – el más alto dirigió una mirada a la aludida para pedirle ayuda.
– A... Para qué buscar excusas. Santana no sabía donde vive Brittany, así que nos buscó y la trajimos aquí... Tal vez nos tengamos que ir ya... Blaine, Kurt, Rach... ¿Os apetece un café?
Los cinco se marcharon dejando solas a Lopez y Pierce. Brittany abrió la puerta de su casa e invitó a la morena a pasar...

Una vez dentro, las dos se sentaron para hablar. Durante unos segundos, ninguna dijo nada. Sólo se miraban con cautela y miedo. No sabían lo que iba a pasar. Por fin, Santana se decidió a hablar.
– Te amo.
Brittany se puso a llorar. Eso era lo que necesitaba, saber que la morena le amaba.
– Yo también te amo. Mia ha sido la mayor error de mi vida.
– El mayor error de mi vida fue alejarme de aquí, alejarme de ti.
– ¿Y ahora qué? ¿Olvidamos todo lo que ha pasado entre nosotros y empezamos de cero?
– No, no podemos olvidar lo que ha pasado.
La rubia aumentó su llanto, pensaba que todo había acabado. La latina agarró dulcemente su cara y con los dedos fue quitando una a una cada lágrima.
– Brittany... Si olvidamos lo que ha pasado podemos cometer los mismos errores que hace años. Quiero aprender de ellos y no volver a repetirlos. No volveré a encerrarme en mí misma, haciendo que busques cariño en otras... Seré yo quien te satisfaga en todos los sentidos. Escucharé lo que me tengas que decir, dejaré de ser egoísta y pensar solo en mí.
– Santana... ¿Cuándo has cometido esos errores? La culpa de todo ha sido mía, yo te fui infiel y te mentí. Lo estabas pasando mal y en vez de ayudarte y consolarte me dediqué a besarme con Mia...
– Las dos cometimos errores... Sólo espero que no sea demasiado tarde para solucionarlos.
– Mientras me ames, nunca será tarde.
La latina sonrió, en ese momento entendió que su sufrimiento había acabado. Al ver esa sonrisa, la rubia se relajó, sabía que todo se había solucionado. Poco a poco, la morena se acercó a su ex pareja, dispuesto a juntar sus labios. Al principio los besos fueron tímidos, intentando recordar el sabor del otro...

Fin del Flashback

Desde entonces las cosas habían ido lentas y rápidas a la vez. Al principio les costó acoplarse a la otra. Había muchas cosas que habían cambiado y debían volver a aprender a compenetrarse. Sin embargo, cuando llevaban seis meses decidieron mudarse juntas y desde entonces todo había ido relativamente bien. Por supuesto que tuvieron problemas de convivencia y otros aspectos, como cualquier pareja, pero nada que no supieran solucionar por su amor. Porque se amaban por encima de todo... Porque Brittana es para siempre.



EPÍLOGO

Cuando acabaron el último ensayo antes de comenzar la gira, se fueron a casa a descansar. Había sido un día largo. Santana preparó la cena mientras Brittany se ponía algo de ropa más cómoda. La rubia salió con una caja en la mano.
– Santana...
La aludida se volvió y se quedó blanca al ver lo que la rubia sostenía en sus manos.
– ¿Esto es lo que creo que es? – Preguntó la ojiazul.
– Se supone que no debías encontrarlo.
– ¿Cuando...?
– El día del primer concierto.
– Sí quiero. – Besó a su novia mientras le daba la caja. Ésta la abrió y sacó un anillo de oro blanco con un brillante de color azul que puso cuidadosamente en su dedo.
– Brittany... ¿Por qué tienes que estropearme la mejor sorpresa que había preparado nunca?
– ¿Qué habías preparado?
– No te lo voy a decir, puede que no te vaya a pedir matrimonio en ese momento, pero eso no quita que te merezcas la sorpresa... y yo te la voy a dar.
Volvieron a besarse. Esa vez fue un beso más pasional. Tanto así que dejaron la cena para más tarde, tenían otras necesidades más urgentes que saciar.

El día del primer concierto llegó. La pareja estaba esperando su turno para salir.
– Sé que lo vas a hacer genial. No tengas miedo. – Dijo la rubia.
– No tengo miedo. – Contestó la morena sonriendo y se acercó a su novia para besarla. – Si te reconquisté y conseguí que volvieras conmigo, soy capaz de conseguir cualquier cosa.
– ¿No hemos vivido antes algo parecido? – Preguntó la ojiazul confundida.
La latina rió. El concierto comenzó y las dos se dejaron la piel sobre el escenario. Su complicidad y amor se notaba a distancia.

Cuando acabaron, Lopez llevó a su novia a la suite de un hotel. Todo estaba adornado con velas y flores. La mesa estaba preparada con la cena. Cuando la cena acabó, Santana se levantó y cogió a su pareja para bailar agarradas la lenta melodía que sonaba. Tras cuatro canciones, los acordes de Songbird sonaron y la morena comenzó a cantar para la rubia.

Cuando acabó, miró a Brittany.
– Éste era el momento en el que te pedía que te casaras conmigo. – Dijo la latina.
– ¿Por qué tuve que adelantarme?
– Porque eres una ansiosa y no puedes esperar. – Sonrió la cantante. – Pero a mí me gustas así. Sino, no serías tú.
– Te amo.
– Yo también te amo.

El amor de Brittany y Santana había pasado por mucho, demostrando que era inquebrantable. Nada podría separarlas otra vez, nada estropearía lo que habían construido. Les había costado mucho tiempo, muchas lágrimas, pero por fin lo tenían todo. Tenían su amor, tenían su relación, tenían su promesa de matrimonio, tenían su presente, tenían su futuro y tenían su trabajo soñado... ¿Qué más podían pedir?