[Resuelto]FIC BRITTANA: Yo Estaré Contigo - Final

CAPÍTULO 16: LAS COSAS DEBEN CAMBIAR

Los chicos se despidieron de los New Directions y se montaron en el coche de Rachel para emprender su camino al Carmel. Sin embargo, no recorrieron muchos metros cuando la castaña se dio cuenta de que los frenos de su coche no funcionaban y chocaron contra un árbol. Afortunadamente, el golpe no fue fuerte y sólo tuvieron que lamentar una brecha en la frente de Quinn y un esguince cervical de Berry, que hizo que tuviera que llevar collarín unos días. Pero el susto que se llevaron no fue pequeño. Descubrieron que los frenos estaban rotos, pero no se sabía si había sido una avería o habían sido manipulados. Los chicos habrían olvidado el asunto si no hubieran recibido unas fotos del accidente acompañadas de una nota hecha con letras de recortes de revista que decía: “La próxima vez no fallaremos”. Tenían miedo, no sabían lo que les iban a hacer, por lo que apenas salían de las seguras paredes del Carmel... Pero se acercaba las vacaciones de navidad, por lo que tendrían que ir con sus familias. La policía no podía hacer nada.

Estaban los ocho amigos sentados en la sala común de la residencia conversando pacíficamente.
– ¿Qué vais a hacer en Navidad? – Quiso saber Wendy.
– Yo me voy a Toronto a visitar a mi abuela. – Dijo Sebastian.
– Yo me voy de vacaciones a Hawai. – Informó Drew.
– Rachel y yo las pasaremos juntas, como siempre. – Comentó Quinn.
– Yo estaré en casa de la hermana de mi madrastra. – Dijo Brittany.
– Yo tendré a todos mis primos en casa, va a ser una locura. – Thad exclamó.
– Yo voy a San Francisco, de turismo. ¿Y tú, Santana? – comentó Wendy.
– Yo... Bueno... Lo de todos los años... – Dijo la morena.
– Que es... – Dijo Rachel, animando a la más joven a hablar.
– Vale, os lo cuento... ¡Pero nada de sentir pena! Yo estoy bien con ello, es más, lo prefiero así. – Advirtió Santana mirando seriamente a los chicos. – Las voy a pasar sola.
– ¿Qué? – Gritaron todos los demás.
– Mis padres se van a Suiza a tener un viaje romántico, lo hacen todos los años, como si no estuvieran todo el año viajando solos. – Dijo la morena en tono de burla. – Se supone que yo debería ir a Los Ángeles con mi hermana, pero... ¿Qué soltera joven en su sano juicio acepta hacerse cargo de una adolescente? No se... Me siento como una carga para ella. Así que me quedo en casa y pido comida china.
– Ok, eso habrá sido los últimos... los años que sea. Me da igual. Este año vas a vivir la Navidad al estilo Fabray-Berry – Dijo Quinn después de haber tenido una conversación con Rachel con la mirada, esas conversaciones que sólo ellas dos podían tener.
– Claro que sí. – Confirmó la castaña. – Va a ser genial.

Dos días antes de las vacaciones, Quinn y Santana fueron a la cafetería del Carmel solas. La mayor estaba nerviosa, había tomado una decisión.
– ¿Estás bien? – Quiso saber Lopez.
– Si, solo que... Quiero hacer algo, pero temo que te enfades conmigo o algo y dejes de hablarme o nuestra relación cambie. – Dijo Fabray.
– Solo... Hazlo, prometo no tomármelo mal.
En ese momento, la mayor juntó sus labios con los de la latina. Santana tardó un segundo en responder al beso. Poco a poco, subieron la intensidad, dejando que la lengua de Quinn entrara en la boca de la otra y comenzaran una dulce lucha por el control. La más joven sentía que ese beso era algo maravilloso, los sentimientos que una vez tuvo por su compañera resurgieron y pensó que ese momento era mucho mejor que el vivido con Brittany días atrás. La mayor puso la mano en la mejilla de su amiga en cuanto notó sus lenguas entrar en contacto y la morena acercó dulcemente a la rubia con un rápido movimiento mientras la sostenía de la cintura.
– Wow. Eso ha sido... – Dijo Quinn.
– Maravilloso. – Concluyó Santana.
Las dos se dirigieron una mirada y una sonrisa antes de volver a besarse.

Sin embargo, no todo fue felicidad para la nueva pareja. Cuando Rachel se enteró, se enfadó tanto que dejó de hablarles a las dos, cosa que sorprendió a ambas. Brittany empezó a comportarse de una manera muy borde con Santana. La latina no lo entendía, puesto que ella la había rechazado. Sin embargo, la pareja decidió que eso no iba a empañar el comienzo de lo que podía ser una bonita historia de amor... Aunque un poco rara, si tenemos en cuenta que Lopez conocería a la familia de su novia cuando llevaban tan sólo tres días de relación.

– ¿Cómo estás? – Preguntó Brittany mientras se sentaba al lado de Rachel en la habitación de la castaña.
– ¿Cómo quieres que esté? – Berry dijo.
– Yo estoy igual – Dijo la rubia.
– Al final sí sientes algo por Santana. – Afirmó en vez de preguntar la judía.
– Fui una estúpida, si no la hubiera rechazado, Santana estaría conmigo y tú tendrías una oportunidad con Quinn.
– Es tarde para lamentarse... – Dijo la más baja.
– Tienes razón, quizá sea hora de entrar en acción.
CAPÍTULO 17: UNA NAVIDAD MUY FELIZ

Eran las 17:00 del 24 de diciembre, Rachel estaba fingiendo que leía un libro mientras observaba como Quinn y Santana se besaban y derrochaban la ternura típica del primer amor. Estaba claramente celosa. Sin embargo, debía reconocer que Quinn era feliz y que Santana parecía otra, siempre sonriendo. Decidió arreglar las cosas con la pareja.
– Falta tiempo para cenar... ¿Os apetece ver una película o algo? – Quiso saber la castaña.
– Claro. – Dijo la pareja.
Se pusieron a ver Love Actually y estuvieron toda la película comentando las escenas, riendo y bromeando. Después decidieron jugar a las cartas y Quinn ganó todas las partidas. La hora de la cena llegó y todos se sentaron a la mesa. Estaban los Señores Fabray, los Señores Berry, la hermana pequeña de Quinn, Lily de 9 años y el hermano mayor de Rachel de 25, Bill. Santana fue incluida en todas las conversaciones y tratada como si fuera un miembro más de la familia. Aunque los adultos sabían que Rachel estaba enamorada de Quinn (porque esas cosas se saben) y que el sentimiento era mutuo, por que por mucho que lo negara, Quinn también estaba enamorado de Rachel. También sabían que lo que siente la rubia por la más joven es algo especial y ellos querían hacer de esas navidades las mejores en la vida de la menor.

La mañana del 25 llegó y Santana se llevó una grata sorpresa cuando se enteró que había tres regalos para ella bajo el árbol. Desde los 11 años no recibía nada por navidad.
– Éste es de parte de Brittany, Rachel, Wendy, Drew, Thad, Sebastian y mío. – Le dijo Quinn acercándole una caja envuelta en papel azul oscuro con un lazo plateado. Al abrirla, el ojimiel se llevó una gran sorpresa. Era una foto en un marco. En ella aparecían los 8 amigos en los camerinos de los sectionals.
– Me encanta. Gracias chicas. – Santana dijo con una gran sonrisa mientras sacaba su movil, escribía un mensaje diciendo “Me ha gustado mucho vuestro regalo, muchas gracias” y se lo envíaba a sus amigos.
– Ahora abre el mío. – Pidió Quinn.
Santana cogió el paquete envuelto en papel verde y con un lazo dorado. Al abrirlo vio un vestido rojo muy sexy.
– Es perfecto. – Se acercó y le dio a su novia un rápido pico en los labios. Cuando la niña vio a su hermana besando a la chica no pudo evitar poner cara de asco y exclamar “Ag” lo que provocó la risa de todos y un color sonrosado en las mejillas de la pareja.
– Ahora el nuestro. – Dijo la Señora Fabray emocionada, dándole una pequeña caja envuelta en papel rojo con un lazo blanco. Al abrirla, Santana se quedó sin palabras. Le habían regalado un colgante en forma de estrella, exactamente igual al que llevaban Bill, Lily, Quinn y Rachel.
– Nuestras hijas nos dijeron que la familia de Brittany te había acogido como a una hija... Nosotros queríamos hacer lo mismo y se nos ocurrió que ésta era la mejor forma de darte la bienvenida. – Explicó uno de los padres de Berry.
– No tengo palabras... – Dijo la chica al borde de las lágrimas y se levantó para abrazar a los cuatro adultos.
– Yo también tengo algo para vosotros. – Dijo Santana mirando a los padres de sus amigos. – Quinn me dijo que no os regalan nada en navidad porque preferís que disfruten de su dinero en vez de gastarlo en vosotros, pero yo no me pude resistir. – Les dio una rosa a Lily y a la señora Fabray y una caja de dulces a los cuatro adultos. – Ahora, para la princesa de la casa. – La niña recibió una bolsa con chucherías y una caja envuelta en papel con dibujos de pricesas. En ella había una muñeca. La niña abrazó a la chica para darle las gracias. Después entregó su regalo a Bill, un libro (para elegirlo había contado con la ayuda de Quinn).
– Ahora llegan los más especiales. – Anunció la latina sosteniendo dos cajas en sus manos. Primero le dio la envuelta en papel dorado a Rachel. Al abrirla se encontró con una edición limitada de varios musicales de Broadway en DVD.
– Wow. Es fantástica. Muchísmas gracias. – La castaña abrazó a su amiga. Se sentía culpable por haber sido tan borde esos últimos días.
– Ahora te toca a ti. – Le dio a Quinn la caja envuelta en papel azul. Al abrirlo, la rubia vio con cariño el regalo que le había hecho su novia. Era una pulsera de plata sencilla pero hermosa. En esos momentos no le importó ni la presencia de sus padres ni nada más en el mundo. Lo único que quería era saborear los labios de su pareja, por lo que se acercó a ella y la besó con dulzura.
Continuaron intercambiando regalos y se fueron a desayunar. Sin embargo, a Santana le faltaba algo por hacer. Salió de la cocina y se dirigió a la habitación que ocupaba esos días, sacó su teléfono y marcó.
– Hola – Una voz saludó al otro lado de la línea.
– Hola Mandy, soy Santana. – Dijo la menor.
– Hermanita, ¿Cómo estás? – Preguntó la mayor.
– Bastante mejor que cuando me viste. – Respondió sinceramente la estudiante.
– Me alegra mucho oir eso. – Dijo Amanda.
– Siento todo lo que te dije. – La voz de la más joven era totalmente sincera.
– Y yo siento todo lo que hice... Y lo que no hice. – Dijo la actriz. – Entonces... ¿Amigas?
– No, amigas no. – Dijo Santana.
– Ah. – La tristeza de Amanda era inmensa.
– Amigas no. Hermanas. – Concluyó la menor.
El resto de la conversación sirvió para ponerse al día. La estudiante le habló a su hermana de los Vocal Adrenaline y los New Directions y la mayor le habló de sus casting y su nuevo novio.

CAPÍTULO 18: LA HORA DE LA SINCERIDAD

El resto de las vacaciones fueron estupendas para todas las chicas. Sin embargo, Santana tenía una duda que quería hablar a solas con su novia. Así que cuando llegaron al Carmel, se decidió:
– ¿Podemos hablar?
– Claro. – Dijo Quinn.
– Quiero que seas totalmente sincera. – La latina insistió, a lo que su novia asintió. – He visto como Rachel y tu os complementáis, como mantenéis conversaciones con sólo una mirada, como os conocéis... Tu y yo nunca tendremos nada de eso, ¿Verdad?
– Santana, yo... – Empezó a decir la mayor
– Lo entiendo. Pero quiero que seas sincera conmigo, ¿sientes algo por Rachel? – La menor evitaba la mirada de la otra chica.
– Si, pero es algo que no va a ocurrir... Creo que tú y yo tenemos una oportunidad para ser felices juntas. Por favor, sólo te pido que tengas paciencia. – suplicó Quinn.
– ¿Como puedes estar tan ciega? – dijo desesperada. – No necesito conocer desde siempre a Rachel para saber que siente lo mismo por ti. Así que no seas una idiota y pierdas al amor de tu vida por el miedo. – Para sorpresa de ambas, Santana no estaba dolida. Habían confundido la gran amistad que se tenían por amor. Lo único que podían hacer era solucionarlo de la mejor manera posible.
– Santana...
– No te preocupes por mi. Me he sentido querida... El problema es que quieres a alguien más que a mí. Creo que las dos nos hemos utilizado para olvidar a quienes realmente queremos. Sólo te pido que sigas siendo mi mejor amiga... ¡Pero sin besos en la boca! – La última frase de la latina sirvió para que su compañera sonriera, ya que sabía que no le había dolido tanto.
– ¿Para cuando el noviazgo de Brittany y Santana? – Le preguntó a la menor.
– A diferencia tuya, a mí ya me han rechazado... – Dijo Santana. – Y ahora, a por tu chica. – Le dio un beso en la mejilla.
Quinn siguió el consejo de su amiga y se fue a buscar a Rachel que seguro que estaba en la habitación. Al entrar en ella, la castaña se estaba cambiando la camiseta. La rubia nunca se había sentido tan excitada como en ese momento al verla, pero la cosa había cambiado porque tenía la seguridad de que Santana tenía razón, era correspondida. La ojiverde no sabía que decir, las palabras no le salían, así que optó por los actos. Se acercó a Rachel y le dio un beso. Enseguida fue correspondida y las lenguas de ambas chicas comenzaron a mezclarse mientras las manos de Fabray recorrían la espalda de su mejor amiga y las manos de la castaña sujetaban la nuca de Quinn. Sin embargo, la más baja reaccionó y le dio a la rubia una bofetada.
– ¿Qué demonios estás haciendo? ¡Tienes novia!
– Ya no, acabamos de romper. Se ha dado cuenta de lo que siento por ti.
– ¿Y qué se supone que sientes?
– Amor
Al oir esta última palabra, Rachel sintió que toda la felicidad del mundo atravesaba su piel y se alojaba en su corazón. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó a los brazos de su mejor amiga y la besó de forma necesitada. Se tumbaron en la cama y estuvieron besándose durante mucho rato, perdiendo la noción del tiempo. En su mundo sólo existían ellas dos. Esas dos niñas que hacía años habían paseado por un parque de la mano, en ese momento se entregaban al amor que sentían la una por la otra. No había prisas, solo besos y caricias. Amor y confianza. Respeto y pasión. Puede que no lo hubieran planeado, que su primera vez no la hubieran soñado así, pero de seguro que no había mejor manera de tenerla. Con la persona a la que más amaban, su compañera de toda la vida, pasada y futura. Puede que no fuera la más satisfactoria en cuanto a placer, pero sí fue la más satisfactoria en cuanto a belleza y amor. Desde ese momento, ambas chicas dibujaron una sonrisa en sus caras que era muy dificil de borrar.

Al día siguiente, todos menos Santana y Brittany se sorprendieron al ver a Rachel y Quinn entrando al comedor de la mano.
– ¿Qué ha pasado aquí? – Quiso saber Wendy, mirando disimuladamente a Santana.
– Que estas dos tortolitas están juntas. – Santana no dejó tiempo a la pareja a contestar.
– ¿Qué? – Todos los miembros de Vocal Adrenaline se sorprendieron.
– ¿No estaba contigo? – Le preguntó Sebastian.
– Tuvimos nuestro momento... Pero cualquiera se da cuenta de que le gusta más Rachel que yo. – Respondió la latina.
– Santana... – Empezó Rachel a hablar.
– Te digo lo mismo que le dije a Quinn. Lo único que te pido es que lo que ha pasado no suponga que perdamos nuestra amistad, que para mí es lo más importante en el mundo. – Le interrumpió la menor.
– Claro que seremos amigas por siempre, sólo espero que pronto tú también encuentres el amor... ¡Y no vuelvas a intentar ligar con Quinn! – Dijo la castaña, exagerando la voz en la última frase para que su amiga supiera que era una broma.
– Yo no lo intento si tú me prometes que la harás feliz. – Dijo Santana.
– Supongo que el Plan Vocal Adrenaline se para. – Dijo Dylan, uno de los miembros del Glee Club.
– ¿Qué plan? – Preguntó Brittany.
– Nada. Es que todos nos habíamos dado cuenta de la conexión Faberry y queríamos que fueran felices. – Mintió Drew rápidamente antes de que Dylan siguiera metiendo la pata.
– ¿Faberry? – Preguntó la castaña.
– Fabray + Berry – Respondió Wendy como si fuera lo más obvio del mundo.
Siguieron charlando y bromeando durante el desayuno. Sin embargo, Brittany estaba intrigada. ¿Por qué ella no había sido incluida en el plan? Se puso a pensar y se dio cuenta de los movimientos de los chicos en los últimos meses. No parecían hechos para juntar a la pareja. Más bien, parecía querer juntarlas a Rachel con ella por un lado y a Quinn con Lopez. Entonces lo entendió, realmente, el plan había fracasado porque no habían elegido las parejas correctas. Ahora sólo faltaba esperar un poco para que Santana se centrara y así la ojiazul podría reconocer sus sentimientos frente a ella y, si seguía sintiendo lo mismo, empezar una relación.






CAPÍTULO 19: LA NUEVA INTEGRANTE DE VOCAL ADRENALINE

La semana fue muy normal para las chicas. Faberry no daban muchas muestras de amor en público, pero siempre mantenían contacto entre ellas. Santana y Brittany reestablecieron su amistad sin necesidad siquiera de comentar lo sucedido. El viernes llegó y Drew entró en la sala de los Vocal Adrenaline arrastrando a Santana con ella.
– Siéntate. – Obligó a la menor mientras la situaba en un sillón junto a Brittany y otro miembro del Glee Club llamado Sean. – Mañana por la noche, fiesta en el Karaoke Sings, todos estáis obligados a asistir. Brittany, si quieres puedes invitar a los New Directions.
Todos los chicos comenzaron a gritar y a hacer planes sobre la noche del sábado. Santana se volvió hacia Brittany.
– Necesitaré tu ayuda. – Le dijo.
– ¿Quieres que te ayude a elegir la ropa que llevarás? – Preguntó la rubia distraída mientras enviaba mensajes a sus amigos del McKinley para que asistieran.
– No, ya sé lo que me pondré. – La ojiazul volvió su vista incrédula hacia la morena. – Es verdad, luego te lo enseño. Lo que necesito es que me ayudes a evitar cantar en el karaoke, me temo que Drew y Wendy no me lo pongan fácil... E incluso puede que convenzan a Faberry.
– Santana, cantas muy bien... No tienes que tener miedo. – Brittany la miró directamente a los ojos.
– No apresures las cosas. Siento que aún no estoy preparada. – Dijo la menor.
– Ok. Yo te ayudaré.

El día de la fiesta llegó y todos los chicos estaban en el Karaoke. Tenían el local para ellos solos, por lo que había pista de baile, mesas y sillas para que descansasen y un escenario donde había un par de micrófonos. Nada más entrar, Rachel se subió al escenario y empezó a cantar. Para la cuarta canción los chicos la abuchearon y se tuvo que bajar. El resto de asistentes se fueron turnando y eligiendo canciones. Santana iba evitando subirse al escenario y con la ayuda de Brittany pudieron controlar a Berry, Quinn, Wendy y Drew... Pero no contaban con Mercedes. Jones sujetó a la latina por el brazo y la subió al escenario.
– Bueno... Todos o casi todos los que estamos aquí hemos visto a Santana bailando y estamos de acuerdo en que lo hace muy bien... Lo que nadie ha hecho es escucharla cantar, así que no te escapas, ¡a cantar!
Las notas de River Deep, Mountain High de Tina Turner comenzaron a sonar y las dos chicas comenzaron a cantar y bailar. Wendy miraba la escena sin mover un sólo músculo, muy concentrada. Cuando la actuación acabó, Rachel se acercó a Lopez y empezó a lloriquear y poner caritas diciendo que no la quería porque no había cantado con ella, por lo que a la menor no le quedó otra alternativa que cantar con ella. Eligieron So Emotional de Whitney Houston como canción. Brittany sonreía desde la pista de baile. Santana estaba disfrutando y se veía muy cómoda. Entonces la rubia sintió una mano sobre su hombro. Al darse la vuelta vio a Wendy.
– ¿Sabías que canta? – Quiso saber la morena.
– Si, canté con ella antes de navidad. – Se sinceró la ojiazul.
– Puede ser lo que nos falta para ganar los regionales. Si queremos vencer necesitamos a alguien que haga magia en el escenario y Santana la hace, de eso estoy segura. – Dijo la morena.
– Imaginate lo que puede hacer después de ensayar... Ten en cuenta que ésto es improvisado y que hace mucho que no canta... – Añadió la más joven.

La fiesta siguió. Los chicos bailaban, cantaban y se divertían. Hubo un momento en el que Mike propuso un concurso de baile en el que él sería el juez. Les iba proponiendo pasos y se eliminaba a los que no eran capaces de hacerlos. El concurso lo ganó Quinn y como premio obtuvo una sesión de besos de Rachel de más de 5 minutos. Después de eso Puck propuso jugar a la botella. Así que todos los chicos se sentaron y empezaron a jugar. La primera en girar la botella fue Mercedes, a la que le tocó besar a Thad. Luego Blaine besó a Sebastian. A Puck le tocó besar a Drew. El juego siguió. Cuando llegó el turno de Rachel, la botella señaló a Santana.
– Vaya, Santana, vas a ser la única que ha besado a todas las lesbianas del Carmel. – Bromeó Drew.
– Un momento, ¿Cuándo besó a Brittany? – Preguntó Finn.
– Antes de navidad. – Informó Wendy como si se tratase de algo normal.
– ¿Pero no estaba con Quinn? – Mercedes dijo confusa.
– Tía, son lesbianas. ¡Viva el sexo! – Dijo Puck.
– Nadie a hablado de sexo. – Comentó Santana de manera cortante.
– ¿Otra mojigata? – Dijo Noah.
– Que tú seas un tío que piensa con la entrepierna no significa que los demás seamos igual. – Contestó la latina.
– Cuatro lesbianas y las cuatro vírgenes... Un mito que se cae. – Drew añadió en tono jocoso
Ante este comentario el color de la piel de Rachel y Quinn se volvió de un rojo intenso.
– Un momento, ¡NO SOIS VÍRGENES! – Gritó Thad señalando a la pareja.
– Vale, lo dejamos aquí. – Rachel agarró a Santana de la camiseta y la besó. El juego continuó, pero aún dejó un momento más digno de destacar. Brittany giró la botella y se paró apuntando a Santana de nuevo.
– Beso, beso, beso. – Comenzó a gritar Rachel y poco después todos la siguieron.
La rubia se acercó a la menor y juntó sus labios. Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de ambas chicas. El color de sus mejillas se tornó rosado. Las manos de ambas temblaban de emoción y todo a su alrededor desapareció, dándoles la sensación de estar ellas dos solas en la sala... Hasta que alguien las interrumpió:
– Luego dicen que no les gusta el sexo. – Dijo Puckerman rompiendo la magia del momento.

El lunes, en la reunión del club glee del Carmel...
– Demos la bienvenida a la nueva integrante de Vocal Adrenaline, Santana Lopez. – Dijo Wendy.
La música comenzó y abrieron la puerta para que entrara la morena cantando Valerie de Amy Winehouse.