Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba1011%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 11% [ 4 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba1019%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 19% [ 7 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba1011%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 11% [ 4 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba1024%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 24% [ 9 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba1027%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 27% [ 10 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba108%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

+15
AngySalas
monica.santander
Ana Bedoya
VictoriaRivera
Dani(:
vidia
3:)
Nathie_B4E
Anddy Rivera Morris
lauravm98
micky morales
fanybeaHEYA
jas2602
Elita
marcy3395
19 participantes

Página 6 de 13. Precedente  1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13  Siguiente

Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Miér Ago 20, 2014 11:40 pm

Me encanto, San aveces se pasa de tierna xD No demores mucho en actualizar porfa !
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Jue Ago 21, 2014 7:53 pm

holap dan,...

me gusta que empieces el 2do libro,...
hasta ahora es mas de lo normal,.. celosas y posesivas las dos!!
a ver como y quien aparece jajaja???

nos vemos!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Anddy Rivera Morris Vie Ago 22, 2014 12:49 pm

ES EL MEJOR PRIMER CAPÍTULO QUE HE LEÍDO DE UN SEGUNDO TOMO DE CUALQUIER TRILOGÍA! *-*
Fue tan... "Asdfghjkl" <3
Anddy Rivera Morris
Anddy Rivera Morris
*******
*******

Femenino Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Club Brittana Blake


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Dom Ago 24, 2014 6:38 pm

micky morales escribió:santana es espectacular y la sumision de brittany es una buena tecnica por el bien de la relacion ya que ambas han pasado por cosas no muy agradables! hasta pronto!

Hola Hola!
Britt es muy sumisa pero creo que deberian buscar un punto medio el algo no ?
Saludos  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864 

lauravm98 escribió:Me encanto, San aveces se pasa de tierna xD No demores mucho en actualizar porfa !

Hola Hola!
San puede ser una cosita hermosa cuando quiere :3 jajja
Saludos  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864 

3:) escribió:holap dan,...

me gusta que empieces el 2do libro,...
hasta ahora es mas de lo normal,.. celosas y posesivas las dos!!
a ver como y quien aparece jajaja???

nos vemos!!

Hola Hola :) !
Me alegro que te guste :P y jajajajaj ya veremos como se viene toda esa mierda !
Saludos  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864 

Anddy Rivera Morris escribió:
ES EL MEJOR PRIMER CAPÍTULO QUE HE LEÍDO DE UN SEGUNDO TOMO DE CUALQUIER TRILOGÍA! *-*
Fue tan... "Asdfghjkl" <3

Hola Hola!
Me alegro que te gustara mucho  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 2145353087 FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 2145353087 FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 2145353087 
Jajajjajaja yo tbm fui como ajsakdjakjf :3 *_______________________* jajajaja
Saludos  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864 
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Dom Ago 24, 2014 6:43 pm

Capítulo 2


Justo antes de salir del ascensor al vestíbulo de Waters Field & Leaman, la empresa de publicidad en la que trabajaba en la planta vigésima, Santana me susurró al oído: —Piensa en mí todo el día.

Le apreté la mano discretamente en la atestada cabina—Siempre lo hago.

Ella continuó viaje hasta el último piso, que albergaba la oficina central de López Industries El edificio Lópezfire era suyo, una de las muchas propiedades que poseía por toda la ciudad, incluido el complejo de apartamentos en el que vivía yo.

Procuraba no pensar en eso Mi madre era esposa florero profesional.

Había renunciado al amor de mi padre por un estilo de vida opulento, con el que yo no tenía nada que ver en absoluto Yo prefería el amor antes que la riqueza, dónde va a parar, pero supongo que para mí era fácil decirlo porque tenía dinero —una considerable cartera de valores— propio No es que lo hubiera tocado alguna vez no quería Había pagado un precio demasiado alto y no imaginaba nada que mereciera semejante coste.

Megumi, la recepcionista, me abrió desde el otro lado la puerta de seguridad acristalada y me saludó con una gran sonrisa era una mujer guapa, joven como yo, con una moderna melena de pelo negro brillante que enmarcaba unos bellísimos rasgos— ¡Oye! —Dije, deteniéndome junto a su mesa— ¿Tienes planes para almorzar?

—Ahora sí.

—Estupendo—Sonreí abierta y genuinamente por mucho que quisiera a Rachel y disfrutara estando con ella, también necesitaba otras amigas Rachel ya había empezado a crearse una red de conocidos y amigos en nuestra ciudad de adopción, pero yo me había visto absorbida por el torbellino de Santana casi desde el principio prefería pasar todo el tiempo con ella, pero sabía que eso no era muy saludable las amigas le hablaban a una con franqueza cuando era necesario, e iba a tener que cultivar esas amistades si de verdad las quería.

Enfilé el largo pasillo hasta mi cubículo cuando llegué a mi mesa, metí mi bolso y la bolsa en el cajón inferior y dejé fuera el Smartphone en silencio Vi que había un mensaje de Rachel: «Lo siento, nena».

—Rachel Berry —suspire— Te quiero... incluso cuando me cabreas Y últimamente me había cabreado soberanamente a ninguna mujer le apetece llegar a casa y encontrarse con que en el suelo del salón hay un follón sexual en curso. Y menos cuando se ha peleado con su nueva novia.

«Guárdame el fin de si puedes», le escribí yo a mi vez Hubo una larga pausa y me la imaginé asimilando mi petición.

« ¡Caray! —Escribió finalmente— Debe de ser la hostia lo que has planeado».

—Puede que haya algo de eso —mascullé, estremeciéndome al recordarla orgía... con la que me encontré Pero sobre todo pensaba que a Rachel y a mí nos hacía falta pasar un buen rato juntas No llevábamos mucho tiempo viviendo en Manhattan era una ciudad nueva para nosotras, un apartamento nuevo, nuevos trabajos y experiencias, nuevas novias y novios para ambas estábamos fuera de nuestro elemento y luchando por salir adelante, y como las dos arrastrábamos un considerable equipaje de nuestro pasado, la lucha no se nos estaba dando muy bien por lo general nos apoyábamos la una en la otra para equilibrarnos, pero últimamente no habíamos tenido mucho tiempo para eso necesitábamos encontrar tiempo.

« ¿Mola un viaje a Las Vegas? ¿Solas tú y yo?».

« ¡Joder, sí!».

«OK... más después».

Al silenciar el teléfono y dejarlo a un lado, posé brevemente la mirada en los dos collages de fotos enmarcados que tenía junto al monitor, uno con fotos de mis padres y una de Rachel, y el otro lleno de fotos de Santana y yo Santana se había encargado de componer este último para que tuviera un recordatorio de ella, de la misma forma que ella tenía uno mío encima de su mesa Como si me hiciera falta...

Me encantaba tener esas imágenes de la gente a la que quería: mi madre, con su mata dorada de rizos y su explosiva sonrisa, su figura curvilínea apenas cubierta por un minúsculo biquini, disfrutando de la Riviera francesa en él y ate de mi padrastro; éste, Richard Stanton, con su aspecto regio y distinguido, su pelo plateado complementando de manera un tanto extraña el aspecto de su mucho más joven esposa; y Rachel, a la que captaron en toda su gloria fotogénica, con su brillante pelo castaño y sus chispeantes ojos oscuros, la sonrisa amplia y pícara esa extraordinaria cara había empezado a aparecer en revistas por todas partes y pronto adornaría carteleras y paradas de autobús anunciando ropa de Grey Isles.

Miré al otro lado del pasillo y por la pared de cristal que rodeaba la muy pequeña oficina de Kurt Hummel y vi que tenía la chaqueta colgada en el respaldo de su silla Aeron, aunque a él no se le veía por ningún sitio No me sorprendió encontrarle en la sala de descanso contemplando su taza de café con cara de pocos amigos; él y yo compartíamos una máquina de café—Creía que ya te apañabas con ella —dije, refiriéndome a los problemas que tenía con el funcionamiento de la cafetera de una sola taza.

—Y así es, gracias a ti—Kurt alzó la cabeza y me dedicó una encantadora mueca de sonrisa Tenía una reluciente piel clara, perilla bien recortada y unos dulces ojos A demás de ser agradable a la vista, era un jefe extraordinario, muy dispuesto a enseñarme la profesión de la publicidad y a confiar rápidamente en que no tenía que decirme dos veces cómo hacer algo Trabajábamos bien juntos, y yo confiaba en que así fuera durante mucho tiempo.

—Prueba esto —dijo, cogiendo una segunda taza de humeante café que esperaba en la encimera. Me la alcanzó y yo la acepté agradecida, dándome cuenta de que había tenido el detalle de añadir nata y edulcorante, que era como a mí me gustaba.

Tomé un sorbo con cautela, pues estaba caliente, y el inesperado —y poco grato— sabor me hizo toser.

— ¿Qué es esto?

—Café con sabor a arándanos.

De repente, era y o la que fruncía el ceño— ¿Y a quién demonios puede gustarle esto?
—Ah, ¿ves?..., nuestro trabajo consiste en averiguar a quién, y luego vendérselo a ellos—Levantó su taza para hacer un brindis—. ¡Por nuestro último encargo!

Haciendo un gesto de disgusto, me enderecé y tomé otro sorbo estaba segura de que aún tenía en la boca el sabor dulzón a arándanos artificiales dos horas después en el rato de descanso, me puse a buscar en internet al doctor Terrence Lucas, quien claramente había irritado a Santana cuando los vi juntos durante la cena de la noche anterior no había terminado de escribir el nombre del doctor en el recuadro de búsqueda cuando sonó el teléfono de mi mesa.

—Oficina de Kurt Hummel —respondí—Brittany Pierce al habla.

— ¿Dices en serio lo de Las Vegas? —preguntó Rachel sin preámbulos.

—Completamente.

Hubo una pausa— ¿Es ahí donde vas a decirme que te mudas con tu novia multimillonaria y que tengo que irme?

— ¿Qué? No ¿Se te ha ido la olla? —Apreté los ojos, comprendiendo la inseguridad de Rachel, pero pensando que éramos amigas desde hacía demasiado tiempo como para esa clase de dudas— Tú y yo estamos amarradas de por vida, y lo sabes.

— ¿Y sencillamente te has levantado y has decidido que deberíamos ir a Las Vegas?

—Más o menos pensé que podíamos tomarnos unos mojitos junto a la piscina y disfrutar unos días de servicio de habitaciones.

—No sé y o si podré contribuir mucho.

—No te preocupes, paga Santana El avión y el hotel Sólo la comida y las bebidas corren de nuestra cuenta—Mentira, ya que había pensado pagarlo yo todo salvo el billete de avión, pero Rachel no tenía por qué saberlo.

— ¿Y ella no viene?

Me eché hacia atrás en la silla y contemplé una de las fotos de Santana Yale echaba de menos y hacía tan sólo unas dos horas que habíamos estado juntas—Tiene asuntos de trabajo en Arizona, así que tomaremos el mismo vuelo tanto a la ida como a la vuelta, pero sólo tú y yo nos quedaremos en Las Vegas creo que nos hace falta.

—Sí—Exhaló ásperamente—Me vendría bien un cambio de aires y pasar un tiempo disfrutando con mi mejor chica.

—De acuerdo, entonces ella quiere salir mañana a las ocho de la tarde.

—Me pondré con el equipaje ¿Quieres que prepare tus cosas también?

— ¿Lo harías? ¡Sería estupendo! —Rachel podría haber sido estilista o personal shopper Tenía mucho talento en lo que a la ropa se refería.

— ¿Britt?

— ¿Sí?

Suspiró—Gracias por aguantar mis gilipolleces.

—Cállate.

Cuando colgamos, me quedé mirando el teléfono durante un minuto largo, lamentando que Rachel fuera tan desgraciada cuando todo en su vida iba tan bien Experta en sabotearse a sí misma, no terminaba de creerse que fuera digna de ser feliz.

Cuando volví a centrar la atención en el trabajo, la barra de búsqueda de Google me recordó el interés que tenía yo en el doctor Terry Lucas. En la Web había varios artículos sobre él, con fotografías que cimentaron la comprobación.

Pediatra Cuarenta y cinco años de edad Casado desde hacía veinte años, Nerviosa, busqué «Doctor Terrence Lucas y esposa», temblando por dentro ante la idea de ver a una morena de pelo largo y castaño Respiré aliviada cuando vi que la señora Lucas era una mujer de piel clara con el pelo corto y rojizo.

Pero aquello me dejó con dos interrogantes más Me había figurado que era una mujer la que había causado los problemas entre Santana y el.

El hecho era que Santana y yo realmente no sabíamos mucho la una de la otra Sabíamos las cosas feas; al menos, ella sabía las mías; yo sobre todo había adivinado las suyas a partir de algunas pistas obvias. Después de pasar muchas noches durmiendo en nuestros respectivos apartamentos, conocíamos de cada una los aspectos básicos de la convivencia ella había conocido a la mitad de mi familia y yo a toda la suya Pero no habíamos pasado juntas el tiempo suficiente para tocar muchos de los asuntos periféricos Y francamente, creo que no fuimos todo lo comunicativas o inquisitivas que podríamos haber sido, como si temiéramos acumular más porquería sobre nuestra ya de por sí difícil relación.

Estábamos juntas porque éramos adictos la una a la otra Nunca me había sentido tan embriagada como cuando éramos felices juntas, y sabía que a ella le ocurría otro tanto. Nos exigíamos mucho la una a la otra por esos momentos de perfección entre nosotras, pero eran tan endebles que sólo nuestra cabezonería, nuestra determinación y nuestro amor nos mantenían luchando por ellos.

Ya vale de volverte loca tú misma.

Revisé el correo electrónico, y vi que había recibido la alerta diaria de Google sobre Santana López El resumen de vínculos del día llevaba en su mayor parte a fotos de Santana, de su vestido rojo, y de mí en la cena de beneficencia en el Waldorf-A storia la noche anterior— ¡Dios! —No pude evitar acordarme de mi madre cuando me vi en las fotos con aquel vestido de noche color champán de Vera Wang. No sólo por lo mucho que me parecía a mi madre —excepto por el pelo, más largo y liso el mío—, sino también por la megamagnate cuyo brazo adornaba yo.

A Mónica Mitchell Stanton se le daba muy, muy bien ser esposa florero sabía exactamente lo que se esperaba de ella y cumplía sin falta Aunque se había divorciado dos veces, en ambos casos fue ella quien tomó la decisión, y a sus ex maridos les dolió perderla No tenía mal concepto de mi madre, porque ella pagaba con la misma moneda y nunca subestimaba a nadie, pero yo crecí luchando por ser independiente El derecho a decir no era lo más importante para mí.

Minimicé la ventana del correo electrónico y, dejando a un lado mi vida personal, seguí buscando comparaciones de mercado sobre el café afrutado Coordiné varias reuniones iniciales entre los analistas y Kurt y ayudé a Kurt a organizar una campaña para un restaurante de cocina sin gluten. Era casi mediodía y empezaba a tener verdadera hambre cuando sonó el teléfono Respondí con mi saludo habitual— ¿Brittany? —Me saludó una voz femenina— Soy Magdalene ¿Tienes un minuto?

Me recliné en la silla, alerta en una ocasión Magdalene y yo compartimos un momento de solidaridad a propósito de la inesperada e indeseada reaparición de Emily en la vida de Santana, pero nunca olvidaría la crueldad con que me acogió Magdalene cuando nos conocimos—A ver, ¿qué pasa?

Suspiró, luego habló rápidamente, sus palabras fluían como un torrente—A noche estuve sentada a la mesa detrás de Emily Oí parte de lo que se decían Santana y ella durante la cena.

Se me tensó el estómago, preparándome para el golpe emocional Magdalene sabía cómo aprovecharse de mis inseguridades respecto a Santana—Remover la mierda mientras trabajo es una nueva bajeza —dije fríamente— No quiero...

—Ella no te estaba ignorando.

Me quedé boquiabierta durante unos instantes, pero ella enseguida llenó el silencio—Estaba controlándola, Britt Ella le sugería sitios a los que llevarte en Nueva York , dado que eres nueva en la ciudad, pero lo estaba haciendo jugando al viejo juego de acuérdate-de-cuando-tú-y -y o-fuimos-allí.

—Rememorando el pasado —musité, agradecida por no haber podido oír gran cosa de la conversación que Santana mantuvo en v oz baja con su ex.

—Sí. —Magdalene respiró hondo— Te marchaste porque creías que te estaba ignorando por ella Y quiero que sepas que parecía estar pensando en ti, tratando de evitar que Emily te disgustara.

— ¿Y a ti por qué te preocupa?

— ¿Quién dice que lo haga? Te debo una, Brittany, por cómo me presenté cuando nos conocimos.

Me quedé pensándolo exacto, me debía una por la vez en que me tendió una emboscada en el cuarto de baño con su malicioso arrebato de celos no es que me tragara que fuera su única motivación. Quizá era el mal menor quizá quería mantener a sus enemigos cerca—Vale, Gracias.

No puedo negar que me sentí mejor se me había quitado de encima un peso que no me había dado cuenta que llevara—Una cosa más —siguió Magdalene— Salió detrás de ti.

Apreté el auricular Santana siempre venía detrás de mí... porque yo siempre salía corriendo Mi recuperación era tan frágil que había aprendido a protegerme a toda costa Cuando algo amenazaba mi estabilidad, me deshacía de ello—Ha habido otras mujeres en su vida que han probado con esa clase de ultimátum, Brittany. Se aburrían o deseaban que les prestara atención o alguna clase de gesto grandilocuente... A sí que se marchaban y esperaban que ella saliera tras ellas ¿Sabes lo que hacía ella?

—Nada —respondí suavemente, conociendo a mi mujer Una mujer que no socializaba con las mujeres con las que se acostaba y que no se acostaba con las que sí socializaba. Emily y yo éramos las únicas excepciones a esa regla, que era otra razón por la que me daban ataques de celos de su ex.

—Nada salvo asegurarse de que Angus las dejara en su casa sin ningún percance —confirmó, haciéndome pensar que ella había intentado esa táctica en algún momento— Pero cuando tú te marchaste, ella no pudo salir detrás de ti con la suficiente rapidez. Y estaba muy alterada cuando se despidió Parecía... ida.

Porque le había entrado miedo Cerré los ojos y me pateé mentalmente Con fuerza.
Santana me había dicho más de una vez que le aterrorizaba que saliera corriendo, porque no podía soportar la idea de que no volviera. ¿De qué servía que le dijera que no me imaginaba la vida sin ella cuando con tanta frecuencia le mostraba todo lo contrario con mis actos? ¿Era de extrañar que no se hubiera abierto a mí respecto a su pasado?

Yo debía dejar de correr Santana y yo íbamos a tener que pelear por ello, por nosotras, si queríamos alimentar alguna esperanza de que nuestra relación funcionara— ¿Estoy en deuda contigo yo ahora? —pregunté en tono neutro, mientras devolvía el adiós con la mano a Kurt cuando se iba a almorzar.

Magdalene exhaló apresuradamente—Santana y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. Nuestras madres son muy amigas. Tú y yo nos v eremos por ahí, Britt, y confío en que encontremos la forma de evitar momentos incómodos.

Aquella mujer se me había acercado para decirme que en cuanto Santana me «metiera los dedos» todo habría «terminado». Y me había venido con ésas justo cuando yo me sentía especialmente vulnerable—Mira, Magdalene, si tú no montas dramas, todo irá bien—Y dado que ella estaba siendo tan franca...—: Puedo fastidiar mi relación con Santana yo solita, de verdad. No necesito ayuda.

Ella se rio por lo bajo—C reo que ése fue mi error, fui demasiado cuidadosa y demasiado complaciente ella debe ponerse a ello contigo. Bueno... se ha terminado mi minuto Te dejo.

—Que tengas un buen fin de semana —dije, en vez de gracias Seguía sin fiarme del motivo de su llamada.

—Tú también.

Mientras dejaba el auricular en su soporte, se me fue la mirada a las fotos de Santana y de mí. De repente me sentí tremendamente acaparadora y posesiva ella era mía; sin embargo, no podía estar segura de sí de un día para otro seguiría siéndolo. Y la idea de que pudiera pertenecer a otra mujer me enloqueció.

Abrí el cajón inferior y saqué mi Smartphone del bolso Impulsada por la necesidad de que ella pensara en mí con la misma fiereza, le escribí un mensaje sobre cuánto deseaba devorarle: «Daría cualquier cosa por mamarte ahora mismo».

Sólo de pensar en ella cuando me comía su centro... en los sonidos salvajes que emitía cuando estaba a punto de correrse...

Me levanté y borré el mensaje en cuanto vi que había salido, luego volvía guardar el teléfono en el bolso. Como era mediodía, cerré todas las ventanas del ordenador y me dirigí a recepción a buscar a Megumi— ¿Te apetece algo en particular? —me preguntó, poniéndose en pie y dándome la oportunidad de admirar su vestido con cinturón, sin mangas y de color lavanda.

Su pregunta, tan próxima al texto que acababa de escribir, me hizo toser—No, Lo que tú quieras. No soy tiquismiquis.

Salimos por la puerta acristalada y nos dirigimos a los ascensores—Estoy deseando que llegue el fin de semana —dijo Megumi con un quejido al tiempo que apretaba el botón de llamada con un dedo que lucía uña postiza—Sólo falta un día y medio.

— ¿Tienes algún plan interesante?


—Está por ver. —Suspiró y se entremetió el pelo detrás de la oreja—Cita a ciegas —explicó con pesar.

—Ah ¿Te fías de la persona que te lo ha organizado?

—Mi compañera de piso Más vale que por lo menos el tipo o la tipa sea físicamente atractiva, porque sé dónde duerme ella por la noche y las revanchas son un asco.

Yo sonreía cuando el ascensor llegó a nuestro piso y nos metimos dentro—Bueno, eso aumenta las posibilidades de pasártelo bien.

—En realidad no.

—Humm.

—Ya lo sé, ¿v ale? —Megumi meneó la cabeza y levantó la vista hacia la antigua y decorativa aguja que había sobre las puertas de la cabina y que marcaba los pisos que iban pasando.

—Ya me contarás cómo te va.

—Claro, Deséame suerte.

— ¡Por supuesto!

Acabábamos de salir al vestíbulo cuando noté que me vibraba el bolso debajo del brazo Mientras pasábamos por los torniquetes, saqué el teléfono y se me encogió el estómago al ver el nombre de Santana Me estaba llamando, no contestándome con un mensaje erótico—Discúlpame —le dije a Megumi antes de contestar.

Ella hizo un gesto despreocupado con la mano—A delante.

—Hola —le saludé alegremente.

—Britt.

Di un traspié al oír cómo pronunció mi nombre Cuánto prometía la aspereza de aquella voz.
Aflojé el paso y me di cuenta de que me había quedado muda, sólo de oírle decir mi nombre con aquella tensión anhelada, aquel tono incisivo que me decía que deseaba meterme sus dedos más que ninguna otra cosa en el mundo.

Mientras la gente se apresuraba a mí alrededor, entrando y saliendo del edificio, yo me había quedado parada ante el abrumador silencio de mi teléfono ella me requería de manera callada, casi irresistible. No hacía ningún ruido, ni siquiera le oía respirar, pero notaba su sed. De no ser porque Megumi me esperaba pacientemente, estaría subiendo en el ascensor hasta el último piso para satisfacer su tácita orden de llevar a cabo mi ofrecimiento.
Me estremecí al recordar la vez en que la había mamado en su oficina, se me hacía la boca agua. Tragué saliva—Santana...

—Reclamabas mi atención... ya la tienes Quiero oírte decir esas palabras.

Noté que me sonrojaba—No puedo. Aquí no Te llamo luego.

—A cércate a la columna y échate a un lado.

Inquieta, le busqué con la mirada luego me di cuenta de que el identificador de llamada le situaba en su oficina. Levanté la vista, buscando las cámaras de seguridad.

Inmediatamente, supe que tenía los ojos fijos en mí, ardientes y deseosos. Sentí una oleada de excitación, provocada por su deseo—Date prisa, cielo Tu amiga te espera.

Me fui hacia la columna, con la respiración agitada y audible—Dime, Britt El mensaje que me has enviado me ha mojado tanto ¿Qué piensas hacer al respecto?

Me llevé una mano a la garganta y miré con impotencia a Megumi, que me observaba con las cejas enarcadas Alcé un dedo para pedirle un minuto más, luego le di la espalda y susurré—Quiero tener la boca ahí.

— ¿Para qué? ¿Para jugar conmigo? ¿Para burlarte de mí como lo estás haciendo ahora? —No hablaba con vehemencia, sino con serena severidad.

Era consciente de que debía ser muy cuidadosa cuando Santana se ponía seria al hablar de sexo—No—Levanté la cara hacia la cúpula tintada del techo que escondía la cámara de seguridad más cercana—Para hacer que te corras me encanta hacer que te corras, Santana.

Ella exhaló con brusquedad—Un regalo, entonces.

Sólo yo sabía lo que significaba para Santana ver el acto sexual como un regalo Anteriormente, para ella el sexo se relacionaba con el dolor y la humillación o con la lujuria y la necesidad. A hora, conmigo, se relacionaba con el placer y el amor—Siempre.

—Bien porque eres un tesoro para mí, Britt, y valoro mucho lo que hay entre nosotras e incluso esa impulsiva necesidad de follar la una con la otra constantemente que tenemos las dos significa mucho para mí, porque es importante.

Me apoyé en la columna, reconociendo que había caído en un viejo y destructivo hábito: aprovechaba la atracción sexual para disminuir mis inseguridades Si Santana me deseaba, no podía desear a nadie más ¿Cómo sabía ella siempre lo que tenía y o en la cabeza? —Sí —musité, cerrando los ojos—Es importante.

Hubo un tiempo en que recurría al sexo para sentir afecto, confundiendo deseo pasajero con verdadero cariño, que era la razón por la que ahora insistía en tener un cierto tipo de marco amistoso establecido antes de irme a la cama con una persona No quería volver a dejar la cama de una amante sintiéndome despreciable y sucia Y desde luego no quería degradar lo que compartía con Santana sólo porque tuviera un miedo irracional a perderla.

Entonces me di cuenta de que estaba confusa Tuve una sensación de malestar en el estómago, como si fuera a pasar algo terrible—Tendrás lo que quieras después del trabajo, cielo—Su voz se tornó más grave, más ronca—Mientras tanto, disfruta del almuerzo con tu compañera de trabajo estaré pensando en ti Y en tu boca.

—Te quiero, Santana.

Tuve que respirar hondo varias veces después de colgar para serenarme y volver con Megumi—Lo siento.

— ¿Todo bien?

—Sí, Todo bien.

— ¿Siguen las cosas calientes y difíciles entre Santana y tú? —Me miró con una ligera sonrisa.

—Humm...

—Ah, sí

—Sí, eso bien, también—Y deseé con todas mis fuerzas poder desahogarme. Poder abrir la válvula y hablar de mis abrumadores sentimientos por ella De cómo me consumía pensar en ella, de cómo su tacto en mis manos me volvía loca, de cómo la pasión de su alma torturada se me había clavado como una espada afilada.

Pero no podía. Nunca ella era demasiado importante, demasiado conocida Los chismes privados sobre su vida valían una pequeña fortuna.

No podía arriesgarme.

—Ella sí que está bien —estuvo de acuerdo Megumi—Pero que muy bien ¿La conocías de antes de empezar a trabajar aquí?

—No, pero supongo que habríamos terminado por conocernos—Debido a nuestro pasado. Mi madre hacía generosas donaciones a muchas instituciones benéficas que trabajaban contra el maltrato infantil, al igual que Santana Era inevitable que nuestros caminos se hubieran cruzado en algún momento. Me preguntaba cómo habría sido ese encuentro: ella con una morena despampanante del brazo y yo con Rachel ¿Habríamos tenido la misma reacción visceral a distancia que la que tuvimos de cerca en el vestíbulo del Lópezfire? Me había deseado desde el momento en que me vio en la calle.

—Me lo preguntaba—Megumi empujó la puerta giratoria del vestíbulo—He leído que la cosa va en serio entre vosotras dos —siguió diciendo cuando me puse a su lado en la acera—Por eso pensé que quizá la conocías de antes.

—No te creas todo lo que lees en los blogs de cotilleo.

— ¿A sí que no vais en serio?

—Yo no he dicho eso. —A veces íbamos demasiado en serio. Dolorosa y tremendamente en serio.

Ella meneó la cabeza—Vaya, ya estoy metiéndome donde no me llaman. Lo siento. El cotilleo es uno de mis vicios Como también las mujeres increíblemente sexys como Santana López No puedo dejar de preguntarme cómo sería pillar a alguien cuyo cuerpo rezuma sexo por todas partes Tiene que ser alucinante en la cama.

—No me oirás quejarme.

— ¡Zorra con suerte! —Chocando hombros conmigo para darme a entender que bromeada, dijo—: ¿Y qué me dices de la compañera de piso esa que tienes? Por las fotos que he visto, también está buenísima ¿Está sola ahora? ¿Me organizas una cita?

Volviendo la cabeza rápidamente, disimulé una mueca Había aprendido por las malas a no volver a preparar encuentros entre conocidos o amigos y Rachel nunca más Era muy fácil quererle, lo cual terminaba con muchos corazones rotos porque ella no podía corresponder de la misma manera.

Cuando las cosas empezaban a ir demasiado bien, Rachel las saboteaba—No sé si tiene pareja o no Su vida es un poco... complicada en este momento.

—Bueno, si se presentara la oportunidad, desde luego no me opondría Sólo lo digo ¿Te gustan los tacos?

—Me encantan.

—Conozco un sitio un par de calles más allá. Vamos.

Las cosas me iban bien cuando Megumi y yo volvíamos de almorzar.

Después de cuarenta minutos de cotilleo, de comernos a las chicas con los ojos y de tres estupendos tacos de carne asada, me sentía fenomenal. Y volvíamos al trabajo con unos diez minutos de antelación, lo cual me alegraba, ya que últimamente no había sido muy puntual, aunque Kurt nunca se quejaba.

La ciudad vibraba a nuestro alrededor, gente y taxis apresurándose entre el calor y la humedad crecientes, tratando de aprovechar al máximo las insuficientes horas del día Observaba a la gente descaradamente, pasando los ojos por todo y por todos.

Hombres con trajes de ejecutivo y mujeres con faldas sueltas y chancletas Señoras con ropa de alta costura y zapatos de quinientos dólares pasaban tambaleándose junto a humeantes carritos de perritos calientes y vendedores ambulantes que gritaban. La mezcla ecléctica de Nueva York era la gloria para mí y me provocaba un entusiasmo que me hacía sentir más dinámica que en ningún otro sitio en que hubiera vivido.

Nos detuvimos en un semáforo justo enfrente del Lópezfire, y la mirada se me fue inmediatamente al Bentley negro parado a la puerta Seguramente Santana acababa de volver del almuerzo no pude por menos de imaginarla sentada en su coche el día en que nos conocimos, mirándome mientras yo asimilaba la imponente belleza del Edificio Lópezfire.
Sentí un cosquilleo sólo de pensar en ello...
De repente, me quedé helada.

Porque una atractiva mujer morena salió tan campante por las puertas giratorias justo en ese momento, y se detuvo, dándome la oportunidad de echarle un buen vistazo: el ideal de Santana, tanto si ella se había dado cuenta como si no Una mujer en la que yo le había visto fijarse en cuanto la vio en el salón del Waldorf-A storia. Una mujer cuyo porte y dominio sobre Santana despertó en mí las peores inseguridades.

Emily Fields parecía un soplo de aire fresco con aquel vestido tubo color crema y unos zapatos de tacón rojo cereza se pasó una mano por aquel oscuro pelo que le llegaba hasta la cintura, y que no parecía tan liso como la noche anterior, cuando la había conocido de hecho, daba la impresión de estar un poco revuelto. Y se frotaba la boca con los dedos, limpiándose el contorno de los labios.

Saqué mi Smartphone, activé la cámara y tomé una foto Con la aproximación del zoom, pude ver por qué se toqueteaba tanto la pintura de labios: la tenía corrida no, más bien aplastada Como tras un beso apasionado.

Cambió la luz del semáforo. Megumi y yo cruzamos con la multitud, acortando la distancia entre nosotras y la mujer a quien una vez Santana dio promesa de matrimonio Angus salió del Bentley y lo rodeó, luego habló brevemente con ella antes de abrirle la puerta trasera el sentimiento de traición —la de Angus y la de Santana— era tan intenso que no podía respirar Me tambaleaba.

— ¡Eh! —Megumi me agarró del brazo para sujetarme— ¿Serás enclenque?, pero si sólo hemos tomado unos margaritas sin alcohol.

Vi cómo el esbelto cuerpo de Emily entraba en la parte trasera del coche de Santana con estudiada elegancia Apreté los puños mientras notaba cómo me invadía la rabia entre los ojos nublados por furiosas lágrimas, el Bentley se separó del bordillo y desapareció.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola!

Bueno vengo a dejar el segundo capitulo :) espero que les guste y comenten que les parecio !
 FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 918367557  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 918367557  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 918367557 

Saludos Y besos  FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864 


Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Dom Ago 24, 2014 7:29 pm

solo pueso decir: britt no te vayas a las primeras, deja que santana te explique! hasta muy pronto, por favor!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Dom Ago 24, 2014 10:02 pm

holap dan,...

que puedes hace uno si tiene una amiga como rachel solamente aguante la y divertirte!!! jajajja
me encanta que Magdalene,... que no hace nada para meterse en la relación!!!
uff Emily!!! a ver que paso,..!!!!

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Dom Ago 24, 2014 10:07 pm

Me ha encantado, odio a Emily es una perra! XD Quiero mas, porfa no tardes
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por monica.santander Lun Ago 25, 2014 12:10 am

Jajaja pobre Britt!!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Anddy Rivera Morris Lun Ago 25, 2014 12:04 pm

Excelente capítulo *-*
Anddy Rivera Morris
Anddy Rivera Morris
*******
*******

Femenino Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Club Brittana Blake


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Ago 30, 2014 12:48 am

¡AVISO!

Hola chicas perdon por no actulizar me paso un accidente con el archivo de mis capitulos pero el Lunes sin falta traigo capitulo :)

Gracias por su compresion ;)


Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Lun Sep 01, 2014 7:41 pm

Capítulo 3


Cuando Megumi y yo entramos en el ascensor, apreté el botón del último piso—Volveré en cinco minutos, por si alguien pregunta —le dije al bajarse ella en la planta de Waters Field & Leaman.

—Dale un beso de mi parte, ¿vale? —Me pidió, haciendo como que se abanicaba— Me acaloro sólo de pensar en experimentarlo indirectamente a través de ti.

Conseguí esbozar una sonrisa antes de que se cerraran las puertas y el ascensor continuara subiendo Cuando alcanzó el final del trayecto, salí a un vestíbulo inequívocamente Frio y decorado con gusto Unos cestillos colgantes con helechos y azucenas suavizaban las puertas de seguridad de cristal ahumado en cuyo rótulo se leía LÓPEZ INDUSTRIES.

La pelirroja recepcionista de Santana se mostró más servicial que de costumbre y apretó el botón del portero automático antes de que yo llegara a la puerta luego me sonrió de una manera que me encrespó.

Siempre había tenido la sensación de que no le caía bien, así que no me fie de esa sonrisa ni por un momento. Me puso nerviosa. A un así, levanté una mano y le dije hola, porque yo no era una arpía... a menos que me dieran una buena razón para serlo.

Enfilé el largo pasillo que conducía hasta Santana, deteniéndome en una amplia segunda zona de recepción que Scott, su secretario, atendía.

Al acercarme, Scott se levantó—Hola, Britt —me saludó al tiempo que cogía el teléfono— La haré saber que estás aquí.

La pared de cristal que separaba la oficina de Santana del resto de la planta era, por lo general, transparente, pero podía hacerse opaca son sólo apretar un botón en aquel momento se encontraba escarchada, lo que acrecentó mi desasosiego— ¿Está sola?

—Sí, pero...

Fuera lo que fuese, lo que dijo se perdió cuando empujé la puerta de cristal y entré en el territorio de Santana Era un espacio inmenso, con tres zonas de estar distintas, cada una de ellas más grande que la oficina entera de Kurt, mi jefe. En contraste con la elegante calidez del apartamento de Santana, su oficina estaba decorada con una fría gama de negros, grises y blancos, salvo por los vistosos colores de las licoreras de cristal que adornaban la pared de detrás de un mostrador.

En dos lados había ventanas de suelo a techo desde donde se dominaba la ciudad. La única pared compacta, enfrente del inmenso escritorio, estaba llena de pantallas planas en las que se veían diferentes canales de noticias de todo el mundo.

Paseé la mirada por la habitación y me fijé en el cojín tirado en el suelo Junto a él, en la superficie alfombrada, se veían las marcas que delataban dónde se apoyaban las patas del sofá normalmente Al parecer, algo había hecho que el mueble se desplazara unos milímetros.
Se me aceleró el corazón y se me humedecieron las palmas de las manos.

El tremendo desasosiego que había sentido antes se intensificó.

Acababa de fijarme en que estaba abierta la puerta del baño cuando salió Santana, dejándome sin respiración ante la belleza de su torso desnudo Tenía el pelo húmedo, como si se hubiera dado una ducha recientemente, y colorados el cuello y la parte superior de los pechos que estaban tapados con un sujetador negro, igual que cuando hacía ejercicio físico.

Se quedó paralizada cuando me vio, ensombrecida la mirada durante un instante antes de que su perfecta e implacable máscara volviera sin esfuerzo a su sitio—No es un buen momento, Brittany —dijo, poniéndose una camisa de vestir ajustada que tenía colgada en el respaldo de una banqueta alta de bar... una camisa diferente de la que llevaba a primera hora de aquella mañana—Llego tarde a una cita.

Apreté mi bolso con fuerza Al verla de aquella manera tan íntima, me di cuenta de lo mucho que la deseaba, la quería con locura, la necesitaba como necesitaba el aire para respirar... lo cual sólo hizo que comprendiera mejor cómo se sentían Magdalene y Emily y que simpatizara con lo que estarían dispuestas a hacer con tal de apartarla de mí— ¿Por qué estás a medio vestir?

Era irremediable mi cuerpo respondía instintivamente a la vista del suyo, lo cual hacía que me fuera aún más difícil refrenar mis sublevadas emociones. Su camisa bien planchada dejaba ver la tersura de su piel morena sobre unos abdominales y unos pechos perfectamente redondos sólo pensar en la sensación de tener su pezón dentro de mí boca me llenaba de dolorosa nostalgia—Tenía algo en la camisa—Empezó a abrocharse al dirigirse hacia la barra del bar, donde vi que le esperaban sus tacones— Debo darme prisa si necesitas algo, díselo a Scott, que él se ocupará O lo haré yo cuando regrese No tardaré más de dos horas.

— ¿Por qué tienes tanta prisa?

No me miró cuando respondió—He tenido que hacer hueco para una reunión de última hora.
No me digas—Te duchaste esta mañana— Después de hacerme el amor durante una hora— ¿Por qué te has duchado otra vez?

— ¿A qué viene este interrogatorio? —soltó ella.

Necesitada de respuestas, fui al baño la humedad persistente era sofocante haciendo caso omiso de la voz interior que me decía que no buscara problemas que no soportaría encontrar, saqué su camisa del cesto de la ropa sucia... y vi que uno de los lados de un pecho tenía una mancha de carmín rojo que parecía sangre Sentí una punzada de dolor en el pecho.

Dejando caer la prenda en el suelo, di la vuelta y salí, deseando alejarme de Santana todo lo posible Antes de que vomitara o empezara a sollozar.

—Brittany—dijo bruscamente cuando pasé a su lado a toda prisa— ¿Qué demonios te pasa?

—Que te jodan, mamona.

— ¿Perdona?

Ya tenía la mano en el picaporte cuando ella me alcanzó y se puso a tirarme del codo Me giré y le di una bofetada con la suficiente fuerza como para hacer que volviera la cabeza y a mí me ardiera la palma de la mano—Maldita sea —bramó, agarrándome de los brazos y sacudiéndome— ¡No me pegues, joder!

— ¡No me toques! —El tacto de sus manos en la piel desnuda de mis brazos era demasiado.
Retrocedió y se apartó de mí— ¿Qué puta mosca te ha picado?

—La he visto, Santana.

— ¿Qué has visto a quién?

— ¡A Emily!

Ella frunció el ceño— ¿De qué estás hablando?

Saqué mi Smartphone y le planté la foto delante de las narices—Pillada.

Santana aguzó la vista sobre la pantalla, luego relajó el ceño— ¿Pillada haciendo qué exactamente? —preguntó muy suavemente.

—Oh, qué te den—Me giré en dirección a la puerta, mientras me guardaba el teléfono en el bolso—No pienso explicártelo.

Estampó la mano contra el cristal y mantuvo la puerta cerrada encajonándome con su cuerpo, se inclinó y me susurró al oído—Sí, claro que vas a explicármelo.

Cerré los ojos con fuerza, pues la postura en la que estábamos me trajo a la memoria ardientes recuerdos de la primera vez que había estado en la oficina de Santana Me había inmovilizado de la misma manera, seduciéndome hábilmente, arrastrándonos a un apasionado abrazo en el mismo sofá que hacía poco había presenciado alguna clase de acción lo bastante enérgica como para moverlo de sitio— ¿No dice una imagen más que mil palabras? —mascullé con los dientes apretados.

—Así que han maltratado a Emily ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

— ¿Te burlas de mí? Déjame salir.

—No encuentro nada ni remotamente gracioso en todo esto en realidad, creo que nunca he estado tan cabreada con una mujer. Vienes aquí con tus vulgares acusaciones y gilipolleces de niña buena...

— ¡Porque lo soy! —Me retorcí y me escabullí por debajo de su brazo, poniendo una distancia muy necesaria entre nosotras estar cerca de ella dolía demasiado— ¡Yo nunca te engañaría! Si quisiera follar con otras, primero rompería contigo.

Santana se apoyó en la puerta y cruzó los brazos seguía con la camisa medio abierta que dejaban ver sus redondos y suaves pechos a la vista; la encontraba delo más sexy y atractiva, lo cual no hizo sino enfurecerme más— ¿Crees que te he engañado? —Su tono era cortante y gélido.

Respiré hondo para superar el dolor de imaginarla con Emily en el sofá que tenía a mis espaldas—Explícame qué hacía ella, con ese aspecto, en el Lópezfire Por qué está así tu oficina qué haces tú así.

Dirigió la mirada al sofá, luego al cojín que estaba en el suelo, luego a mí otra vez—No sé qué hacía aquí Emily ni por qué tenía ese aspecto No he vuelto a verla desde anoche, cuando estabas conmigo.

A noche parecía haber ocurrido hacía una eternidad, y deseé que no hubiera ocurrido nunca—Pero yo no estaba contigo —señalé— Te miró con ojos tiernos, te dijo que quería presentarte a alguien y me dejaste allí plantada.

— ¡Joder! —Le centelleaban los ojos— ¡Y dale!

Me enjugué con furia una lágrima que me resbalaba por la mejilla.

Ella rezongó— ¿Crees que la acompañé porque me dominaban las ganas de estar con ella y de alejarme de ti?

—No lo sé, Santana Te deshiciste de mí Tú eres quien tiene que responder.

—Tú te deshiciste de mí primero.

Me quedé boquiabierta— ¡Mentira!

— ¡Y una mierda! Te largaste casi nada más llegar Tuve que buscarte y, cuando te encontré, resulta que estabas bailando con esa gilipollas.

— ¡Aria es sobrina de Stanton! Y dado que Richard Stanton es mi padrastro, considero a Aria de la familia.

—Por mí, como si es una puñetera monja esa quiere engancharte.

— ¡Santo Dios! ¡Eso es absurdo! Deja ya de desviar la conversación estabas hablando de negocios con tus colegas era una situación incómoda para ellos y para mí.

—Ése es tu sitio, incómodo o no.

Eché la cabeza hacia atrás como si me hubiera dado una bofetada— ¿Qué has dicho?
— ¿Cómo te sentirías tú sí yo te dejara de repente en una fiesta de Waters Field & Leaman porque tú te pusieras a hablar de una campaña? ¿Y luego, cuando te pusieras a buscarme, me encontraras bailando lentamente con Magdalene?

—Yo... —Dios. No se me había ocurrido verlo de esa manera Santana parecía tranquila e imperturbable con su suave cuerpo apoyado en la pared, pero yo notaba la ira que palpitaba bajo aquella calmada superficie estaba siempre fascinante, pero especialmente cuando hervía de pasión.

—Lo mío es estar a tu lado, apoyarte, y sí, a veces quedar puñeteramente guapa de tu brazo es un derecho, un deber y un privilegio para mí, Britt, como lo es para ti al revés.

—Pensé que te hacía un favor quitándome de en medio.

Arqueó una ceja a modo de sarcástica y silenciosa respuesta crucé los brazos sobre el pecho— ¿Por eso te fuiste con Emily? ¿Querías castigarme?

—Si quisiera castigarte, Brittany, te daría unos azotes.

Agucé los ojos—Eso no sucederá nunca.

—Sé cómo te pones —dijo secamente— No te quería celosa de Emily antes de tener la posibilidad de explicarme. Necesitaba unos minutos para asegurarme de que entendiera que tú y yo vamos muy en serio, y lo importante que era para mí que tú disfrutaras de la velada esa es la única razón por la que me aparté con ella.

—Le pediste que no dijera nada sobre vosotras dos, ¿verdad? Le pediste que guardara silencio sobre lo que significa ella para ti. Una lástima que Magdalene lo fastidiara todo.

A lo mejor lo habían planeado Emily y Magdalene. Aquélla conocía a Santana lo bastante bien como para prever sus movimientos; le habría resultado fácil hacer planes imaginando la reacción de Santana a su inesperada presencia en Nueva York.

Y eso arrojaba nueva luz sobre por qué me había llamado Magdalene por la mañana Emily y ella estaban hablando en el Waldorf cuando Santana y yo las vimos Dos mujeres que querían a otra mujer que estaba con otra mujer no tenían nada que hacer mientras yo estuviera en el medio, y por esa razón no podía descartar la posibilidad de que estuvieran maquinando algo juntas—Quería que te enteraras por mí —dijo con tensión.

Con un gesto de la mano, resté importancia a esa cuestión, más preocupada por lo que estaba sucediendo ahora—He visto a Emily subirse al Bentley, Santana Justo antes de subir aquí.

Enarcó la otra ceja a juego con la primera— ¿Ah, sí?

—Sí ¿Puedes explicármelo?

—No, no puedo.

La rabia me quemaba por dentro. De pronto no soportaba ni mirarla siquiera—Entonces apártate de mi camino, tengo que volver a trabajar.

No se movió—Sólo quiero estar segura de algo antes de que te vayas: ¿crees que he follado con ella?

Me estremeció oírselo decir en voz alta—No sé qué creer. Las pruebas...

—Me daría igual que entre las «pruebas» figurase el que nos hubieras encontrado a ella y a mí desnudas en la cama. —Se separó tan deprisa, que me tambaleé hacia atrás por la sorpresa. Se acercó amenazadoramente— Quiero saber si crees que he follado con ella Si crees que lo haría. O podría. ¿Lo crees?

Empecé a dar golpecitos con el pie, pero no retrocedí—Explícame por qué tenías carmín en la camisa, Santana.

Tensó la mandíbula—No.

— ¿Qué? —Su tajante negativa me puso en el disparadero.

—Responde a mi pregunta.

Le miré el rostro detenidamente y vi la máscara que llevaba con otra gente, pero que nunca había llevado conmigo alargó la mano hacia mí como para acariciarme la mejilla con la punta de los dedos, pero la retiró en el último momento en el breve instante en que se apartó bruscamente, oí que le rechinaron los dientes, como si no tocarme fuera un esfuerzo.

Acongojada, agradecí que no lo hiciera—Necesito que me lo expliques —susurré, preguntándome si había imaginado el gesto de dolor que le cruzó el rostro. A veces quería creer tanto en algo que inventaba excusas deliberadamente e ignoraba la dolorosa realidad.
—No te he dado ninguna razón para que dudes de mí.

—Me la estás dando ahora, Santana —Espiré deprisa, desinflándome Retrayéndome ella estaba delante de mí, pero parecía a kilómetros de distancia—Entiendo que necesitas tiempo para compartir secretos que te son dolorosos. A mí también me ha pasado, saber que necesitaba hablar de lo que me había sucedido y darme cuenta de que aún no estaba preparada Por eso no he querido forzarte ni meterte prisa. Pero este secreto me hace daño, y eso es diferente. ¿A caso no lo ves? Maldiciendo entre dientes, me rodeó la cara con manos frías.

—Me tomo la molestia de asegurarme de que no tengas ninguna razón para sentirte celosa, pero cuando te muestras posesiva, me gusta. Quiero que luches por mí. Quiero importarte hasta ese punto. Te quiero loca por mí. Pero la actitud posesiva sin confianza es un infierno. Si no confías en mí, no tenemos nada.

—La confianza debe ser mutua, Santana.

Respiró hondo— ¡Maldita sea! No me mires así.

—Trato de entender quién eres. ¿Dónde está la mujer que vino directamente y me dijo que quería follar conmigo? ¿La mujer que no dudó en decirme que la desconcertaba, en el mismo momento en que estaba rompiendo con ella? Creía que siempre serías así de clara y sincera contaba con ello pero ahora... —Moví la cabeza, con un nudo en la garganta que me impedía seguir hablando.

Sus labios eran una severa línea, pero siguió sin des-pegarlos.

Le cogí de las muñecas y aparté sus manos estaba resquebrajándome por dentro, rompiéndome—Esta vez no echaré a correr, pero puedes hacer que me vaya Quizá quieras pensar en ello.

Me marché Santana no me lo impidió.

Pasé el resto de la tarde concentrada en el trabajo a Kurt le encantaba devanarse los sesos en voz alta, lo cual era un magnífico ejercicio de aprendizaje para mí, y su modo confiado y amable de tratar con sus clientes era ejemplar. Observé cómo enfocaba dos reuniones con un aire de autoridad que resultaba tranquilizador y nada intimidatorio.

Luego abordamos el análisis de las necesidades de una empresa de juguetes infantiles, centrándonos en los rendimientos de capital así como en nuevas vías de negocio, como la publicidad en blogs de madres. Daba gracias por que el trabajo fuera una distracción de mi vida personal, y estaba deseando irme después a la clase de Krav Maga, y así quemar un poco de aquel desasosiego que me invadía.

Eran las cuatro pasadas cuando sonó el teléfono de mi mesa. Descolgué inmediatamente, y el corazón me dio un vuelco al oír la voz de Santana—Tenemos que irnos a las cinco —dijo—, para llegar puntuales a la consulta del doctor Petersen.

—Oh—Se me había olvidado que nuestras sesiones de terapia de pareja eran los jueves a las seis de la tarde esta iba a ser la primera.

De repente me pregunté si no sería también la última—Pasaré a buscarte —continuó bruscamente—, cuando sea la hora Suspiré; no me veía en condiciones para ello. Estaba dolida e irritable por la pelea que habíamos tenido.

—Siento haberte pegado no debería haberlo hecho lo lamento de verdad.

—Cielo. —Santana resopló con aspereza—. No me hiciste la única pregunta que importa.
Cerré los ojos era irritante la facilidad con que me leía el pensamiento—Da igual, eso no cambia el hecho de que te guardas secretos.

—Los secretos son algo que podemos tratar de resolver; el engaño, no.

Me froté el dolor que notaba en la frente—En eso tienes razón.

—No hay nadie más que tú, Britt. —El tono de su voz era duro y cortante.

Me estremecí ante la furia latente en sus palabras Seguía enfadada porque había dudado de ella Bueno, yo también estaba enfadada—Estaré lista a las cinco.

Llegó puntual, como siempre. Mientras y o apagaba el ordenador y cogía mis cosas, ella habló con Kurt sobre cómo iba el trabajo de Kingsman Vodka. Yo observaba a Santana a hurtadillas. Daba una imagen imponente con aquel cuerpo de hermosas curvas, delgado, vestida con traje oscuro y una falda de tubo y comportándose de una manera que proyectaba impenetrabilidad, si bien yo la había visto muy vulnerable.

Estaba enamorada de aquella mujer tierna y profundamente emotiva Y me disgustaba aquella fachada y que tratara de esconderse de mí.

En aquel momento, giró la cabeza y me sorprendió observándola. Vi un destello de mi querida Santana en su tormentosa mirada café, que dejó entrever brevemente un desamparado anhelo. Pero desapareció enseguida, sustituido por la fría máscara— ¿Lista?

Era muy evidente que ocultaba algo, y me dolía que hubiera ese abismo entre nosotras. Saber que había cosas que no me confiaba.

Cuando salíamos por recepción, Megumi apoyó la barbilla en una mano y dejó escapar un aparatoso suspiro—Está chiflada por ti, López —murmuré, mientras salíamos y apretábamos el botón de llamada del ascensor.

—Pues qué bien —bufó— ¿Y qué sabe de mí?

—Yo llevo todo el día haciéndome la misma pregunta —dije con voz queda.

Esta vez tuve la certeza de que se había estremecido.

El doctor Lyle Petersen era alto, con un pelo gris bien cuidado y unos ojos azules avispados pero afables. Su oficina estaba decorada con gusto, entonos neutros, y los muebles eran muy cómodos, algo en lo que me había fijado todas las veces que había ido allí. Me resultaba un poco extraño verle ahora como mi terapeuta. En el pasado, él me había recibido como hija de mi madre. Era el loquero de mi madre desde hacía v arios años Se sentó en el sillón orejero gris frente al sofá en el que estábamos Santana y yo. Su perspicaz mirada alternaba entre nosotras, fijándose en que nos habíamos sentado cada una en un extremo del sofá y en cómo nuestras rígidas posturas revelaban que estábamos a la defensiva.

Habíamos hecho el viaje hasta allí de la misma manera.

El doctor Petersen abrió la funda de su tableta y cogió el lápiz electrónico— ¿Os parece que empecemos por la causa de la tensión que hay entre vosotras? —preguntó.

Esperé unos instantes para darle a Santana la oportunidad de hablar primero. No me sorprendió mucho que se quedara allí sentada sin decir una palabra—Bueno... en las últimas veinticuatro horas he conocido a la novia que no sabía que tuviera Santana...

—Exnovia —gruñó Santana.

—... He averiguado que ella es la razón de que sólo tenga citas con morenas...

—No era una cita.

—... y la he pillado con este aspecto saliendo de su oficina después de almorzar... —Saqué mi teléfono.

—Salía del edificio —intervino Santana—, no de mi oficina.

Busqué la foto y le pasé el teléfono al doctor Petersen— ¡Y entrando en tu coche, Santana!

—Angus acaba de decirte antes de que entráramos aquí que la vio allí de pie, la reconoció y simplemente fue amable.

— ¡Y qué otra cosa iba a decir! —solté yo—. Es tu chófer desde que eras pequeña ¡Cómo no te va a guardar las espaldas!

— ¡Vaya!, así que ahora se trata de una conspiración.

— ¿Qué hacía ahí él entonces? —le cuestioné.

—Llevarme a almorzar.

— ¿A dónde? Comprobaré que tú estabas allí y ella no, y pasaremos a otra cosa.

Santana se quedó boquiabierta—Ya te lo he dicho. Tuve una cita imprevista y no pude ir a almorzar.

— ¿Con quién era la cita?

—Con Emily, no.

— ¡Eso no es una respuesta! —Me volví hacía el doctor Petersen, quien, con calma, me devolvió el teléfono—. Cuando subí a su oficina para preguntarle qué demonios pasaba, me la encontré a medio vestir y recién salida de la ducha, con uno de los sofás movidos y los cojines tirados por el suelo...

— ¡Un puñetero cojín!

—... y la camisa manchada de carmín.

—Hay decenas de oficinas en el Lópezfire —dijo Santana fríamente— Emily podría haber estado en cualquiera de ellas.

— ¡Ya! —Respondí yo arrastrando la palabra, con una voz que destilaba sarcasmo—. Por supuesto.

— ¿No la habría llevado yo al hotel?

Tomé una profunda bocanada de aire; me sentí mareada— ¿Aún tienes esa habitación?

Se le cayó la máscara, y en su rostro vi un destello de pánico. Darme cuenta de que aún tenía el picadero —una habitación de hotel que usaba exclusivamente para follar y un lugar al que yo nunca volvería— me impactó como una bofetada y me produjo un intenso dolor en el pecho.

Dejé escapar un leve sonido, un apenado gemido que me obligó a cerrarlos ojos—Vamos a calmarnos un poco —interrumpió el doctor Petersen, garabateando rápidamente—. Me gustaría retroceder un poco Santana ¿por qué no le hablaste a Brittany de Emily?

—Tenía plena intención de hacerlo —respondió Santana con firmeza.

—Ella no me cuenta nada —susurré, buscando un pañuelo de papel en mi bolso para que no se me corriera el rímel por la cara. ¿Por qué seguía manteniendo esa habitación? La única explicación era que pensaba usarla con alguien que no era yo.

— ¿De qué habláis? —preguntó el doctor Petersen, dirigiendo la pregunta a las dos.

—Por lo general, yo me disculpo —musitó Santana.

El doctor Petersen levantó la vista— ¿Por qué?

—Por todo—Se pasó una mano por el pelo.

— ¿Tienes la impresión de que Britt es demasiado exigente o de que espera demasiado de ti?

Noté que Santana me miraba—No, Ella no me pide nada.

—Salvo la verdad —la corregí, volviéndome hacia ella.

Le centelleaban los ojos, que me abrasaban con el calor—Nunca te he mentido.

— ¿Te gustaría que te pidiera cosas, Santana? —inquirió el doctor Petersen.

Santana frunció el ceño—Piénsalo Volveremos a ello. —El doctor Petersen se dirigió a mí—. Me intriga la foto que tomaste, Britt Te viste frente a una situación que afectaría profundamente a muchas mujeres...

—No existió ninguna situación —reiteró Santana fríamente.

—Su percepción de una situación —matizó el doctor Petersen.

—Una percepción ridícula a todas luces, teniendo en cuenta el aspecto físico de nuestra relación.

—De acuerdo. Hablemos de eso. ¿Cuántas veces a la semana mantenéis relaciones sexuales? Por término medio.

Noté que me acaloraba. Miré a Santana, que me devolvió la mirada con una sonrisa de complicidad—Hmm... —Torcí los labios, compungida—. Muchas.

— ¿Diariamente? —El doctor Petersen enarcó las cejas cuando crucé y volví a cruzar las piernas, asintiendo con la cabeza—. ¿Varias veces a diario?

—Por término medio —terció Santana.

Apoyándose la tableta en el regazo, el doctor Petersen cruzó la mirada con Santana— ¿Este nivel de actividad sexual es habitual?

—Nada en mi relación con Britt es habitual, doctor.

— ¿Con qué frecuencia mantenías relaciones sexuales antes de conocer a Brittany?

Santana tensó la mandíbula y me miró—No importa —le dije, al tiempo que reconocía que yo tampoco querría contestar a esa pregunta delante de ella.

Santana me tendió la mano, cubriendo la distancia que había entre nosotras. Yo le puse la mía encima y agradecí el apretón tranquilizador que me dio—Dos veces a la semana —dijo con tirantez— Por término medio.

Enseguida se me vino a la cabeza el número de mujeres a que eso ascendía. Cerré con fuerza la mano, que ella ya me había soltado, sobre el regazo.

El doctor Petersen se reclinó hacia atrás—Britt ha expresado su preocupación por la infidelidad y la ausencia de comunicación en vuestra relación. ¿Con qué frecuencia se utiliza el sexo para resolver desavenencias?

Santana enarcó las cejas—Antes de que dé por sentado que Britt sufre con las exigencias de mi libido hiperactiva, debe saber que ella toma la iniciativa en el sexo por lo menos con la misma frecuencia que yo. Y de preocuparse alguien por mantener el ritmo.

El doctor Petersen me miró esperando confirmación—La mayoría de las interacciones nos llevan al sexo —reconocí—, incluso las peleas.

— ¿Antes o después de que las dos deis por resuelto el conflicto?

Suspiré—Antes.

El doctor dejó el lápiz electrónico y se puso a teclear. Se me ocurrió que al final acabaría teniendo una novela— ¿Vuestra relación ha sido tan sexual desde el principio? —preguntó.
Asentí con la cabeza, pese a que él no estaba mirando—Sentimos una fuerte atracción mutua.

—Obviamente. —Levantó la vista y nos dedicó una amable sonrisa—. No obstante, me gustaría proponeros la posibilidad de una abstinencia mientras...

—No hay ninguna posibilidad —terció Santana—. Eso es imposible Sugiero que nos centremos en lo que no funciona sin suprimir una de las pocas cosas que sí lo hacen.

—No estoy seguro de que esté funcionando, Santana —dijo el doctor Petersen sin alterarse—. No como debería.

—Doctor. —Santana apoyó un tobillo en la rodilla contraria y se echó hacia atrás, dando la imagen de quien ha tomado una decisión irrevocable— Sólo muerta podría mantener las manos lejos de ella encuentre otra forma de arreglarnos.

—No tengo experiencia en esto de la terapia —dijo Santana después, cuando estábamos ya en el Bentley camino de casa—. Así que no estoy segura ¿Ha sido tan desastroso como parecía?

—No podría haber ido mejor —respondí yo, desfallecida, apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos. Estaba muy cansada. Demasiado cansada para pensar siquiera en asistir a la clase de Krav Maga de las ocho— Mataría por una ducha rápida y mi cama.

—Yo aún tengo cosas que hacer.

—Muy bien—Bostecé—. ¿Qué tal si nos tomamos la noche libre y nos vemos mañana?

Mi sugerencia fue recibida con un espeso silencio. Tras unos instantes, se hizo tan tenso que me llevó a levantar tanto la cabeza como mis pesados párpados para mirarla.

Tenía los ojos clavados en mí, apretados los labios en una delgada línea que expresaba frustración—Me estás rehuyendo.

—No, qué va...

— ¡Y una mierda que no! Me has juzgado y condenado, y ahora me eludes.

—Estoy exhausta, Santana Y aguanto sandeces hasta cierto punto Necesito dormir y ...

—Y yo te necesito a ti —soltó—. ¿Qué voy a tener que hacer para queme creas?

—No creo que estés engañándome, ¿v ale? Por muy sospechoso que parezca todo, no logro convencerme a mí misma de que serías capaz. Es tanto secreto lo que empieza a superarme. Yo estoy poniendo toda la carne en el asador, y tú...

— ¿Crees que yo no? —Se removió en el asiento, colocando una pierna doblada entre las dos para mirarme cara a cara—. Nunca había luchado tanto por algo en la vida como lo hago por ti.

—No puedes hacer ese esfuerzo por mí. Tienes que hacerlo por ti misma.

—No me vengas con esas gilipolleces. No necesitaría trabajar en mis habilidades de relación con nadie más.

Con un tenue gemido, apoyé la mejilla en el asiento y cerré los ojos otra vez—Estoy cansada de pelear, Santana Sólo quiero un poco de paz y tranquilidad por una noche. Me he encontrado mal todo el día.

— ¿Estás enferma? —Cambiando de postura, me rodeó la nuca con delicadeza y me puso los labios en la frente—. No parece que tengas fiebre ¿Tienes el estómago revuelto?

Aspiré hondo, absorbiendo el delicioso aroma de su piel. El deseo de hundir la cara en el hueco de su cuello era casi irresistible—No. —Y entonces caí en la cuenta. Emití un gemido.

— ¿Qué ocurre? —Me acercó a su regazo, meciéndome— ¿Qué te pasa? ¿Necesitas un médico?

—Es el periodo —susurré, no queriendo que Angus lo oyera—. Tiene que bajarme un día de éstos. No sé cómo no me he dado cuenta antes.

Ahora entiendo por qué estoy tan cansada y de mal humor; soy muy sensible a las hormonas.

Se quedó callada. Tras unos instantes, incliné la cabeza hacia atrás para verle la cara—Eso es nuevo para mí. No es algo que se te presente cuando llevas una vida sexual irregular pero a si a mí también me tiene que venir ahorita —reconoció, con gesto compungido.

—Tienes suerte. Vamos a tener que experimentar el inconveniente reservado a las personas con novia o esposa.

—Sí que tenemos suerte. —Santana me apartó de las sienes unos mechones de pelo suelto, enmarcado su esculpido rostro por su cabello—.Y quizá, si de verdad tenemos suerte, tú te sientas mejor mañana y vuelva a gustarte de nuevo.

Oh, Dios. Sentí que me dolía el corazón.

—Me gustas, Santana Lo único que no me gusta es que te guardes secretos. Terminarán por separarnos.

—No lo permitas —murmuró, recorriéndome las cejas con la yema del dedo—. Confía en mí.

—Haz tú otro tanto conmigo.

Encorvándose hacia mí, apretó sus labios contra los míos— ¿Es que no lo sabes, cielo? —dijo en voz baja—. No hay nadie en quien confíe más.

Deslizando los brazos por debajo de su chaqueta, la abracé, empapándome de la calidez de su cuerpo No podía evitar la preocupación de que estuviéramos empezando a alejarnos la una de la otra.

Santana aprovechó la situación y hundió la lengua en mi boca, tocando e incitando ligeramente a la mía con aterciopeladas lamidas. Engañosamente pausadas. Busqué un contacto más profundo, necesitada de más. Siempre más, aborreciendo el que, aparte de esto, me ofreciera tan poco de sí misma.

Gimió dentro de mi boca, un erótico sonido de placer y necesidad queme recorrió entera.

Ladeando la cabeza, apretó sus labios bellamente esculpidos contra los míos. Ese beso profundizó aún más, rozándose las lenguas, acelerándose la respiración de ambas.

Tensó el brazo con el que me rodeaba la espalda, acercándome más a ella.

Flexionó las yemas de los dedos, amansándome aun cuando su beso crecía en intensidad. Me plegué a la caricia, necesitada del consuelo de su roce en mi piel desnuda—Santana...

—Por primera vez, la cercanía física no fue suficiente para calmar el desesperado anhelo que me invadía.

—Shh —me tranquilizó—. Estoy aquí. No me voy a ningún sitio.

Cerré los ojos y hundí la cara en su cuello, preguntándome si no seríamos las dos demasiado testarudas y por eso seguiríamos juntas ,aunque resultara que sería mejor terminar con aquella relación.


-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola!

Bueno despues de algun tiempo vengo a dejar otro capitulo C: espero que les guste y que comenten si quieren que siga con esta historia :)

Saludos
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864


Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Lun Sep 01, 2014 8:49 pm

holap dan,...

ufff intenso!!!
si san en cierto tiempo no habla con britt toooodoooo el tiempo va ser así,...
celosas posesivas!!! y sobre todo están enamoradas,...

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por monica.santander Lun Sep 01, 2014 11:39 pm

Hola!!! Ni se te ocurra abandonar la historia!!!!!!!
Espero leerte pronto
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Anddy Rivera Morris Mar Sep 02, 2014 9:21 am

Fue demasiado intenso, fue demasiado bueno *.*
Oh y por supuesto que debes continuar con la adaptación :)
Muchos besos xoxo
Anddy Rivera Morris
Anddy Rivera Morris
*******
*******

Femenino Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 27
Club Brittana Blake


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Mar Sep 02, 2014 11:26 am

vaya apareciste, pense por un momento ir con el equipo S.W.A.T a rastrear tu paradero!!!!! gracias por el capitulo, como siempre me encanto!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Mar Sep 02, 2014 2:49 pm

Omg! Cada vwz amo mas este fic y a mis Brittana's no lo dejes porfa, te amo :v
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Miér Sep 03, 2014 11:41 pm

3:) escribió:holap dan,...

ufff intenso!!!
si san en cierto tiempo no habla con britt toooodoooo el tiempo va ser así,...
celosas posesivas!!! y sobre todo están enamoradas,...

nos vemos!!!

Hola Hola!
Exacto necesitan comunicacion !
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864

monica.santander escribió:Hola!!! Ni se te ocurra abandonar la historia!!!!!!!
Espero leerte pronto
Saludos

Hola Hola!
Bueno aqui estare :)
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864

Anddy Rivera Morris escribió:Fue demasiado intenso, fue demasiado bueno *.*
Oh y por supuesto que debes continuar con la adaptación :)
Muchos besos xoxo

Hola Hola!
Aqui estare me alegra que te gustara :)
Saludos y Besos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 918367557

micky morales escribió:vaya apareciste, pense por un momento ir con el equipo S.W.A.T a rastrear tu paradero!!!!! gracias por el capitulo, como siempre me encanto!

Hola Hola!
JAJAJAJAJAJAJ me hiciste la noche XD y me alegra que te gustara FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 918367557

lauravm98 escribió:Omg! Cada vwz amo mas este fic y a mis Brittana's no lo dejes porfa, te amo :v

Hola Hola!
Me alegro que te guste no lo dejare :)
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Jue Sep 04, 2014 12:32 am

Capítulo 11


Me desperté con un grito que amortiguaba una palma sudorosa sobre mi boca Un peso aplastante me dejaba sin aire mientras otra mano se movía por debajo de mi camisón, toqueteando y lastimándome el pánico se apoderó de mí y me sacudí, pataleando frenéticamente.

No... Por favor, no... Ya basta. Otra vez no.

Resollando como un perro, Nathan me separó las piernas La cosa dura de entre sus piernas hurgaba a ciegas, chocando contra la cara interna de mis muslos no podía quitármele de encima. No podía huir.

¡Para! ¡Quítate de encima! No me toques. Oh, Dios... por favor, no me hagas eso... no me hagas daño... ¡Mamá!

Nathan me apretaba con fuerza, aplastándome la cabeza contra la almohada cuanto más forcejaba y o, más se excitaba él Diciéndome entrecortadamente horribles y desagradables palabras al oído, encontró el lugar sensible de entre mis piernas y entró en mí, gruñendo me quedé paralizada, atrapada en una espiral de dolor.

Ya verás... —gruñó—... te gustará una vez dentro... pequeña zorra... te gustará...
No podía respirar, trémulos los pulmones con los sollozos, los orificios dela nariz tapados con el talón de su mano. Veía puntitos danzando delante de los ojos; me ardía el pecho. Seguí luchando... necesitaba aire...necesitaba aire desesperadamente...

— ¡Britt! ¡Despierta!

Abrí los ojos de golpe al oír aquella voz apremiante conseguí soltarme de las manos que me sujetaban los bíceps, consiguiendo liberarme. Pugné a zarpazos con las sábanas que me inmovilizaban las piernas...desplomándome... El tremendo impacto contra el suelo me despertó por completo, y de mi garganta brotó un terrible sonido de dolor.

— ¡Por Dios, Britt! ¡Maldita sea, no te hagas daño!

Aspiré grandes bocanadas de aire y me precipité hacia el baño a cuatro patas Santana me cogió y me sujetó contra su pecho—Britt.

—Arcadas —dije con voz entrecortada, poniéndome una mano en la boca al agitárseme el estómago.

—Ya te tengo —dijo con tono grave, llevándome en brazos con enérgicas zancadas me llevó al baño y levantó la tapa del inodoro.

Arrodillándose a mi lado, me sujetó el pelo hacia atrás mientras yo vomitaba, acariciándome arriba y abajo la espalda—Shh..., cielo —murmuraba una y otra vez—No pasa nada estás a salvo.

Cuando ya no me quedaba nada en el estómago, tiré de la cadena y apoyé la frente, empapada de sudor, en el antebrazo, procurando concentrarme en cualquier cosa menos en los últimos rastros del sueño—Nena.

Volví la cabeza y vi a Rachel de pie en el umbral del baño, con un ceño que le echaba a perder su hermoso rostro estaba completamente vestida con unos vaqueros sueltos y una camiseta suelta, lo cual hizo que me diera cuenta de que Santana también estaba vestida se había desprendido del traje y la falda tubo con anterioridad, cuando volvimos a mi apartamento, pero no llevaba el chándal que se había puesto entonces. En su lugar, vestía unos vaqueros y una camiseta negra.

Desorientada por el aspecto de las dos, eché un vistazo a mi reloj y vi que era pasada la medianoche— ¿Qué estáis haciendo, chicas?

—Yo acabo de llegar —dijo Rachel—. Y me he encontrado con López cuando subía miré a Santana, cuyo gesto de preocupación no tenía nada que envidiar al de mi compañera de piso.

— ¿Has salido?

Santana me ayudó a ponerme en pie—Ya te dije que aún tenía cosas que hacer ¿Hasta medianoche?

— ¿Qué cosas?

—Nada importante.

Me desasí de ella y me fui al lavabo a cepillarme los dientes otro secreto ¿Cuántos tenía? Rachel apareció a mi lado, su mirada se cruzó con lamía en el reflejo de mi espejo de aumento—Hacía mucho tiempo que no tenías un mal sueño al mirar yo sus preocupados ojos cafés, le dejé ver lo agotada que estaba me dio un apretón en el hombro para tranquilizarme—Nos lo tomaremos con calma este fin de semana Cargaremos las pilas a las dos nos hace falta ¿Estarás bien esta noche?

—Me tiene a mí. —Santana se levantó de su asiento en el borde de la bañera, donde se había quitado las converse que andaba.

—Eso no quiere decir que yo no esté aquí. —Rachel me dio un beso rápido en la sien—Grita si me necesitas.

La mirada que me lanzó antes de salir de la habitación lo decía todo... No se sentía muy cómoda con Santana durmiendo en casa. La verdad era que yo tenía mis reservas también pensaba que el recelo que producía ese trastorno del sueño de Santana estaba contribuyendo en gran medida a mi descontrol emocional. Como Rachel me había dicho recientemente, la mujer a la que amaba era una bomba de relojería, y yo dormía con ella.

Me enjuagué la boca y volví a poner el cepillo de dientes en su soporte—Necesito una ducha.

Había tomado una antes de sufrir el colapso, pero me sentía sucia otra vez. Tenía la piel impregnada de sudor frío y cuando cerraba los ojos, olía a él, a Nathan.

Santana abrió el agua, luego empezó a desnudarse, distrayéndome felizmente con la visión de su magnífico cuerpo curvado Tenía los músculos duros y unas curvas, era de constitución delgada pero poderosa y elegante.

Dejé la ropa donde cayó al suelo y me deslicé bajo la lluvia de agua caliente con un quejido ella entró detrás de mí; empezó a cepillarme pelo hacia un lado y me besó en el hombro— ¿Qué tal estás?

—Mejor.

—Porque estás cerca.

Me rodeó la cintura con los brazos y dejó escapar una trémula exhalación—Yo... ¡Por Dios, Britt! ¿Estabas soñando con Nathan?

Respiré hondo—Algún día hablaremos de nuestros sueños, ¿eh?

Inspiró con fuerza, tensando los dedos contra mis caderas—Es así, ¿verdad?

—Sí —musité—. Es así.

Estuvimos allí durante un buen rato, rodeadas de vapor y secretos, físicamente cercanas pero emocionalmente distantes la detestaba sentía unas abrumadoras ganas de llorar y no las reprimí me sentaba bien desahogarme Toda la tensión de aquel largo día parecía abandonarme con los sollozos—Cielo... —Santana se apretó contra mi espalda, rodeándome la cintura con los brazos, sosegándome con el escudo protector de su cuerpo—No llores... ¡Dios! No puedo soportarlo dime qué necesitas, cielo dime qué puedo hacer.

—Lávamelo —susurré, apoyándome en ella, necesitada del consuelo de su tierna actitud posesiva entrelazamos los dedos sobre mi estómago—Límpiame.

—Lo estás.

Tomé aire trémulamente, moviendo la cabeza—Escúchame, Britt Nadie puede tocarte —dijo con fiereza—. Nadie podrá acercarse a ti, Nunca más.

Apreté los dedos sobre los suyos—Tendrán que pasar por encima de mí, Britt Y eso no ocurrirá nunca.

El dolor que me atenazaba la garganta me impedía hablar. La idea de que Santana hiciera frente a mi pesadilla... de que viera al hombre que me había hecho aquellas cosas...
tensaba aún más el gélido nudo que había sentido en el estómago todo el día.

Santana alcanzó el champú y yo cerré los ojos, tratando de no pensar en nada, excepto en la mujer cuya única preocupación en aquel momento era yo.

Esperaba con ansia el tacto de sus dedos mágicos. Y cuando llegó, tuve que apoyarme en la pared de delante para no perder el equilibrio. Con ambas palmas apretadas contra el frío azulejo, saboreé entre gemidos el tacto de sus dedos masajeándome el cuero cabelludo— ¿Te gusta? —preguntó, con voz grave y áspera.

—Siempre.

Me entregué por completo a aquella dicha mientras ella me lavaba y suavizaba el pelo, temblando ligeramente cuando me pasaba un peine de púa ancha por mis empapados mechones. Lamenté que hubiera terminado y debí de emitir algún sonido de pesar, porque ella se inclinó hacia delante—Aún no he terminado —me aseguró.

Me llegó el olor de mi gel baño... entonces... —Santana.

Me rendí a la suavidad de sus manos enjabonadas. Me masajeó delicadamente los nódulos de mis hombros, ablandándolos con la presión adecuada de sus pulgares luego se empleó a fondo con la espalda... las nalgas... las piernas... —Me voy a caer... —dije, arrastrando las palabras, ebria de placer.

—Yo te cogeré, cielo siempre te cogeré.

El dolor y la humillación de mis recuerdos se evaporaron bajo el reverencial cuidado, desinteresado y paciente, de Santana Más que el agua y el jabón, era su tacto el que me liberaba de la pesadilla. Me giré ante su insistencia y contemplé cómo, agachada allí delante, deslizaba las manos por mis pantorrillas, su cuerpo una increíble exhibición de feminidad y flexibilidad. Rodeándole la mandíbula con las manos, le alcé la cabeza— ¡Puedes hacerme tanto bien, Santana...! —le dije quedamente—. No sé cómo podría olvidarlo. Ni por un minuto siquiera.

Hinchó el pecho al tomar una rápida y profunda bocanada de aire. Se enderezó, deslizando las manos por mis muslos, hasta ponerse a mi altura.

Apretó sus labios contra los míos, suavemente. Ligeramente—Sé que hoy ha sido un día muy jodido. ¡Mierda!... toda la semana. Ha sido muy difícil para mí también.

—Lo sé. —La abracé, apretando mi mejilla contra sus pechos. Eran tan redondos y circulares... Me encantaba cómo me sentía cuando estaba entre sus brazos.

Notaba sus pezones duros como roca entre las dos, y más aún cuando me acurruqué contra ellos—Britt... —carraspeó—Déjame terminar, cielo.

Le mordisqueé la barbilla y llevé las manos a su perfecto trasero, empujándola hacia mí— ¿Por qué no empiezas, mejor?

—Esto no iba encaminado hacia ese fin.

Como si pudiera haber terminado de otra manera cuando estábamos desnudas las dos deslizándonos las manos por todas partes Santana podía ponerme la mano en la parte inferior de la espalda mientras caminábamos y me excitaba igual que si me la pusiera entre las piernas—Bueno... entonces vuelve a repasar, campeona.

Santana llevó las manos a ambos lados de mi garganta, con los pulgares bajo la barbilla para empujar hacia arriba. Su ceño fruncido la delató, y antes de que pudiera decirme por qué no era buena idea que hiciéramos el amor en ese momento, baje la mano hasta su clictoris.

Emitió un gruñido al tiempo que le daba una sacudida en las caderas—Britt...

—Sería una pena desperdiciarlo.

—No puedo fastidiarla contigo. —Sus ojos eran oscuros como chocolate amargo—Si alguna te atemorizara al tocarte, me volvería loca.

—Santana, por favor...

—Yo digo cuándo. —Su voz de mando era inconfundible.

La solté automáticamente.

Ella retrocedió y se alejó.

Yo me revolvía nerviosa, sin poder apartar la vista de aquella habilidosa mano y sus largos y elegantes dedos. A medida que la distancia entre nosotras se agrandaba, empecé a suspirar, mi cuerpo respondía a la pérdida del suyo. La cálida languidez que ella le había infundido con su roce se convirtió en un fuego lento, como si hubiera preparado una hoguera que hubiera sido atizada de repente— ¿Ves algo que te guste? —ronroneó, masturbándose.

Asombrada de que se burlara de mí después de haberme rechazado, levanté la vista... y me quedé sin respiración.

Santana ardía también. No se me ocurría otra palabra para describirla. Me miraba con los párpados cargados, como si quisiera comerme viva. Se pasó la lengua despacio por la costura de sus labios, como si estuviera saboreándome. Cuando se mordió todo el labio inferior, habría jurado que la sentí entre mis piernas. Conocía tan bien aquella mirada... lo que venía a continuación... la fiera que podía ser cuando me deseaba de aquella manera.
Era una mirada que pedía SEXO a gritos. Sexo duro, hondo, interminable, de alucinar. Estaba allí, en el otro extremo de mi ducha, separados los pies, con aquel cuerpo de curvas flexionándose rítmicamente mientras se acariciaba su hermoso centro con unos roces circulares y lentos.

Nunca había visto nada tan abiertamente sexual, tan audazmente caliente— ¡Dios mío! —Susurré, fascinada— ¡Joder, qué caliente eres!

El brillo de sus ojos me decía que era consciente de lo que me estaba haciendo. Deslizó la mano que tenía libre hacia su pecho derecho y se apretó el pezón, dándome envidia— ¿Podrías correrte mientras me miras?

Entonces caí en la cuenta. Temía tocarme de un modo sexual cuando había pasado tan poco tiempo desde mi pesadilla, temía lo que pudiera ocurrir entre nosotras si me incitaba.

Pero estaba dispuesta a montar todo un número para mí —para inspirarme—, de manera que pudiera tocarme a mí misma. La oleada de emoción que sentí en ese momento fue tremenda.
Gratitud y afecto, deseo y ternura.

—Te quiero, Santana.

Cerró los ojos, apretándolos, como si aquellas palabras fueran demasiado para ella Cuando volvió a abrirlos, la fuerza de su voluntad me produjo un estremecimiento de deseo—Demuéstramelo.

Rodeaba con sus dedos su centro y Apretó, y el arrebol que le cruzó el rostro me llevó a mí a juntar los muslos con fuerza. Se frotó el pezón Una, dos veces. Emitió un áspero sonido de placer que me hizo salivar.

El agua que me daba en la espalda y la nube de vapor que se alzaba entre nosotras no hacía sino añadir erotismo a la imagen que ella ofrecía.

Aceleró el movimiento de la mano, deslizándola rítmicamente en círculos Incapaz de aguantar el dolor de mis pezones endurecidos, me llevé ambas manos a los pechos y apreté—Eso es, cielo muéstrame lo que te hago.

Hubo un momento en el que me pregunté si podría. No hacía mucho que me había sentido avergonzada al hablar cara a cara con Santana de mi vibrador—Mírame, Brittany —Se cogió los pezones con tanta fuerza estaba descaradamente húmeda—No quiero correrme sin ti quiero que me acompañes.

Quería estar igual de excitada para ella Quería que suspirara y se sintiera tan necesitada como me sentía yo Quería que mi cuerpo —mi deseo — se le grabara a fuego en el cerebro como aquella imagen de ella quedaría grabada en el mío.

Con los ojos clavados en los suyos, deslicé las manos por mi cuerpo Observaba sus movimientos... estaba atenta por si le oía quedarse sin aliento... me servía de sus pistas para saber qué le volvía loca.

De algún modo era tan íntimo como cuando estaba dentro de mí con sus dedos, quizá más, puesto que estábamos separadas y expuestas del todo.

Completamente desnudas. Nuestro placer se reflejaba en la otra.

Empezó a decirme lo que quería con esa áspera voz de diosa del sexo: —Tírate de los pezones, cielo... Tócate... ¿estás húmeda? Métete los dedos... ¿Notas lo prieta que estás? Un pequeño cielo, apretado y suave, para mis dedos... Eres tan jodidamente guapa... tan sexy estoy tan mojada que me duele... ¿Ves lo que haces conmigo? Voy a correrme entera para ti...

—Santana —susurré, masajeándome el clítoris en rápidos círculos con la yema de los dedos, ayudándome con el movimiento de las caderas.

—Estoy ahí contigo —dijo con voz ronca, pelándosela con rápidos y brutales movimientos en su centro en su carrera hacia el orgasmo.

A la primera sacudida de mi vagina, grité, temblándome las piernas.

Apoyé una palma contra el cristal de la cabina para no caerme, pues el orgasmo me había dejado sin fuerzas en los músculos Santana vino a mí un segundo después, aferrándose a mis caderas de una forma que expresaba avidez y posesión, tensando los dedos con impaciente agitación—¡Britt! —Bramó— Joder.

Encorvándose sobre mí, me hundió los dientes en esa zona sensible entre el cuello y el hombro, un sencillo asidero que revelaba la crudeza de su placer. Los bramidos que profería retumbaban en mí, entonces se corrió.

Era poco después de las seis de la mañana cuando salí del dormitorio sigilosamente. Llevaba un rato levantada, viendo dormir a Santana Era todo un lujo, pues rara vez conseguía despertarme antes que ella Podía contemplarla sin ninguna preocupación de que se molestara.

Sin hacer ruido recorrí el pasillo hasta llegar al espacio diáfano de la principal zona de estar. Era ridículo que Rachel y yo viviéramos en el Upper West Side en un apartamento lo bastante grande como para una familia, pero hacía tiempo que había aprendido a no librar todas las batallas en lo que se refería a discutir con mi madre y mi padrastro sobre mi seguridad.

De ninguna manera iban a cambiar de opinión sobre la ubicación o ciertos aspectos de seguridad como un conserje y una zona de recepción, pero podía aprovecharme de mi colaboración en el tipo de vivienda para conseguir que ellos cedieran en otros puntos.

Estaba en la cocina esperando a que se terminara de hacer el café cuando apareció Rachel Estaba increíble con un chándal gris de la Universidad Estatal de San Diego, el pelo marrón chocolate todo despeinado tras una noche de sueño—Buenos días, nena —murmuró, plantándome un beso en la sien al pasar.

—Te has levantado pronto.

—Mira quién habla. —Sacó dos tazas del armario, luego la leche semidesnatada del frigorífico. Me acercó las dos cosas y se me quedó mirando—. ¿Qué tal estás?

—Estoy bien. En serio —insistí ante su escéptica mirada— Santana me cuidó.

—Vale, ¿pero realmente es tan buena idea si resulta que ella es la razón de que estés lo bastante estresada como para tener pesadillas?

Llené dos tazas, añadiendo azúcar a la mía y leche a ambas. Mientras lo hacía, le hablé de Emily y la cena en el Waldorf, y la discusión que había tenido con Santana a propósito de la presencia de aquélla en el Lópezfire Rachel permaneció con la cadera apoyada en el mostrador, las piernas cruzadas en los tobillos y un brazo cruzado en el pecho. Daba sorbos a su café.

—Sin más explicaciones, ¿eh?

Negué con la cabeza, sintiendo el peso del silencio de Santana— ¿Y a ti? ¿Qué tal te va?
— ¿Vas a cambiar de tema?

—No hay nada más que contar. Es una versión parcial.

— ¿Alguna vez dejas de pensar en que quizá siempre tenga secretos?

Frunciendo el ceño, bajé la taza— ¿A qué te refieres?

—Me refiero a que es la hija de veintiocho años de un estafador suicida, seguidor del esquema Ponzi, y que casualmente es la propietaria de un buen pedazo de Manhattan. —Alzó una ceja desafiante—. Piénsalo ¿Realmente son cosas que puedan excluirse mutuamente?

Bajando la mirada a mi taza, tomé un sorbo y no le confesé que yo me había preguntado eso mismo una o dos veces. La magnitud de la fortuna y del imperio de Santana era asombrosa, sobre todo teniendo en cuenta su edad—No imagino a Santana timando a gente, no cuando resulta que es un desafío mayor lograr lo que tiene legítimamente.

—Con todos los secretos que tiene, ¿puedes estar segura de que la conoces lo suficiente como para emitir ese juicio subjetivo?

Pensé en la mujer que había pasado la noche conmigo y me sentí tranquila de lo segura que estaba de mi respuesta... al menos de momento—Sí.

—De acuerdo, entonces. —Rachel se encogió de hombros—. Ayer hablé con el doctor Travis.

Inmediatamente mis pensamientos dieron un giro cuando mencionó a nuestro terapeuta de San Diego— ¿A h, sí?

—Sí. La otra noche la cagué de verdad.

Por la agitada forma en que se apartaba el flequillo de la frente, supe que se refería a la orgía con la que me había encontrado—López le rompió a Ian la nariz y le partió el labio —dijo, recordándome lo violentamente que había respondido Santana a la grosera proposición del amigo de Rachel de que me uniera a ellos—. Ayer vi a Ian y parece como si le hubieran dado en la cara con un ladrillo. Me preguntó quién le había zurrado, para poder presentar cargos.

—Oh. —Por unos instantes me falló la respiración—. ¡Mierda!

—Lo sé. Multimillonarias más demandas judiciales es igual a beaucoup pavos. ¿En qué cojones estaba yo pensando? —Rachel cerró los ojos y se los frotó—. Le dije que no sabía quién era tu acompañante, que debía de tratarse de alguna tía que te habías ligado y llevado a casa López le atacó por el lado ciego, así que Ian no vio una mierda.

—Las dos chicas que estaban contigo vieron a Santana perfectamente —repliqué en tono grave.

—Salieron volando por esa puerta —Rachel apuntó hacia el otro lado del salón como si la puerta siguiera reverberando por el portazo— como almas que lleva el diablo. No vinieron a urgencias con nosotros, y ninguno de los dos sabemos quiénes son. Si Ian no se las encuentra, no hay problema.

Noté un escalofrío y me froté el estómago, me encontraba mal otra vez—Estaré al tanto de la situación —me aseguró—. La noche entera fue una seria llamada de atención, y hablar sobre ella en psicoterapia me dio cierta perspectiva. Después, fui a ver a Finn Para disculparme.

Oír el nombre de Finn me entristeció. Yo confiaba en que la prometedora relación de Rachel con el estudiante de veterinaria funcionase, pero Rachel se había encargado de sabotearla. Como siempre— ¿Qué tal te fue?

Se encogió de hombros otra vez, pero el movimiento fue incómodo—Le hice daño la otra noche porque soy gilipollas. Y ayer volví a hacérselo tratando de hacer lo correcto.

— ¿Rompiste la relación? —Le tendí una mano y le apreté la suya cuando la colocó sobre la mía.

—Se ha enfriado bastante. Como el hielo. Quiere que sea totalmente hetereo, y no lo soy.
Resultaba doloroso oír que alguien quería que Rachel fuera diferente a como era, porque siempre le había pasado lo mismo. Me costaba entender cuál era la razón. Para mí, era maravillosa tal cual—Lo siento mucho, Rach.

—Yo también, porque es un tipo estupendo. Sencillamente ahora mismo no estoy preparada para las exigencias de una relación complicada. Tengo mucho trabajo. Aún no soy lo bastante estable como para que me joroben la cabeza. —Se le fruncieron los labios—. Quizá tú también deberías pensarlo. Acabamos de mudarnos aquí. Las dos aún tenemos cosas que resolver.

Asentí con la cabeza, entendiendo sus razones y sin discrepar, pero decidida a luchar por mi relación con Santana— ¿También has hablado con Quinn?

—No hace falta. —Me pasó un pulgar por los nudillos—. Ella es fácil.

Resoplando, tomé un buen trago del café que se me estaba enfriando—No sólo en ese sentido —me reprendió, esbozando una pícara sonrisa— Quiero decir que no espera nada ni exige nada. Mientras me vista bien y llegue al orgasmo al menos tantas veces como yo, todo va bien. Y yo estoy a gusto con ella, y no sólo porque sea capaz de succionar el acero cromo de un parachoques. Es relajante estar con alguien que simplemente quiere divertirse y no provoca estrés.

—Santana me conoce. Comprende mis problemas e intenta ayudarme con ellos ella está intentándolo también, Rachel Tampoco es fácil para ella.

— ¿Crees que López echó un polvo de mediodía con su ex? —preguntó sin rodeos.

—No.

— ¿Estás segura?

Respiré hondo y tomé un tonificante trago de café—Prácticamente —admití—. C reo que bebe los vientos por mí. La cosa está de lo más ardiente entre nosotras, ¿sabes? Pero su ex tiene algún poder sobre ella, Ella dice que es culpabilidad, pero eso no explica su fascinación con las morenas.

—Explica por qué perdiste los estribos y le pegaste; El que ella le ronde otra vez te reconcome. Pero ella sigue sin decirte qué pasa. ¿Te parece bien?

No. Ya lo sabía. La detestaba—Ayer por la tarde vimos al doctor Petersen.

Rachel enarcó las cejas— ¿Y qué tal fue?

—No nos dijo que echáramos a correr, que nos alejáramos la una de la otra rápidamente.

— ¿Y si os lo dijera? ¿Le harías caso?

—No pienso achicarme esta vez cuando las cosas se pongan difíciles. En serio, Rach —le sostuve la mirada—, ¿realmente he adelantado algo si no soy capaz de hacer frente al oleaje?

—Nena, López es un tsunami.

— ¡Ja! —Sonreí, incapaz de evitarlo Rachel podía hacerme sonreír entre lágrimas—. Si te digo la verdad, si no soluciono esto con Santana, dudo que pueda hacerlo con nadie más.

— ¡Ahí está tu autoestima de mierda!

—Conoce lo que llevo conmigo.

—Vale.

Alcé las cejas, sorprendida— ¿Vale? —Demasiado fácil.

—No me lo trago, pero estoy dispuesta a hacerlo. —Me cogió de la mano—. Vamos, ven que te peino.

Sonreí, agradecida—Eres la mejor.

Chocó su cadera contra la mía—Y no dejaré que lo olvides.

--------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola!

Bueno paso dejando un capitulo ;)

Espero que les guste y comenten :P

Saludos
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Jue Sep 04, 2014 8:58 am

Pobre Britt cada veze intriga mas el secreto de Santana... Gracias y no tardes eh!..
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Jue Sep 04, 2014 9:37 am

seria sumamente feliz sino tardaras tanto en actualizar y en cuanto a la historia se que santana se abrira en cualquier momento a britt y le contara todo lo que tenga que contar hasta pronto!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Jue Sep 04, 2014 10:57 pm

holap dan,...

ahí que esperar el momento en que san diga todo,..
volvieron las pesadillas para britt ahora,...
para rache estaría bueno estar sola un poco para encontrar el norte!! pero un buen polvo no se le niega a nadies!!!

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Lun Sep 08, 2014 6:38 pm

lauravm98 escribió:Pobre Britt cada veze intriga mas el secreto de Santana... Gracias y no tardes eh!..

Hola Hola!
San en algun momento debera hablar con Britt!
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864

micky morales escribió:seria sumamente feliz sino tardaras tanto en actualizar y en cuanto a la historia se que santana se abrira en cualquier momento a britt y le contara todo lo que tenga que contar hasta pronto!

Hola Hola!
:C disculpa es que tengo problemas con un archivo ! y exacto!
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864

3:) escribió:holap dan,...

ahí que esperar el momento en que san diga todo,..
volvieron las pesadillas para britt ahora,...
para rache estaría bueno estar sola un poco para encontrar el norte!! pero un buen polvo no se le niega a nadies!!!

nos vemos!!!

Hola Hola!
Exacto san debera abrirse en algun momento y esas pesadillas uffff y exacto un poco de serenidad!
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Lun Sep 08, 2014 7:29 pm

Capítulo 5


—Para ser una trampa mortal —dijo Rachel—, ésta es muy fardona. Meneé la cabeza cuando le precedí para entrar en la cabina principal del avión privado de Santana —No vas a morir Volar es más seguro que conducir.

— ¿Y tú no crees que la industria aeronáutica habrá pagado para que se recopilen esas estadísticas?

Al pararme para darle un manotazo en el hombro, paseé la mirada por aquel increíble y opulento interior y me sentí algo más que asombrada. A lo largo de mi vida había visto unos cuantos aviones privados, pero, como siempre, Santana alcanzaba unas cotas a las que pocos podían permitirse llegar.

La cabina era espaciosa, con un amplio pasillo central. La gama decolores era neutra con detalles marrones y de un azul glacial. A la izquierda había asientos en volventes giratorios con mesas, mientras que a la derecha se veía un sofá modular. Cada silla tenía al lado una consola de entretenimiento de uso individual. Yo sabía que al fondo del avión se encontraría un dormitorio y uno o dos suntuosos baños.

Un auxiliar de vuelo se encargó de mi bolsa de lona y de la de Rachel, luego nos indicó que tomáramos asiento en una de las zonas de sillas que tenían mesa.

—La señora López llegará en diez minutos —informó—Mientras tanto, ¿quieren tomar algo?

—Agua para mí, por favor—Miré mi reloj eran las siete y media pasadas.

—Un Bloody Mary —pidió Rachel—, si tienen.

El auxiliar sonrió—Tenemos de todo.

Rachel captó mi mirada— ¿Qué? No he cenado todavía. El zumo de tomate me mantendrá hasta que comamos, y el alcohol servirá para que el Drama mine me haga efecto antes.
—Yo no he dicho nada —protesté.

Me giré para mirar por la ventana el cielo de la tarde, y enseguida se me vino Santana al pensamiento, como siempre. Había estado muy tranquila todo el día, desde el momento en que se despertó. Habíamos hecho el camino al trabajo en silencio, y cuando a las cinco terminó mi jornada, me había llamado sólo para decirme que Angus me llevaría a casa y que luego nos conduciría a Rachel y a mí al aeropuerto, donde ella se reuniría con nosotras.

En cambio, opté por volver andando a casa, puesto que no había ido al gimnasio la noche anterior ni había tenido tiempo de hacer ejercicio antes del vuelo Angus me había advertido que a Santana no le gustaría que me negara a ir en el coche, pese a que lo había hecho educadamente y con una buena razón creo que Angus pensó que estaba enfadada con él por llevar en coche a Emily, y en cierto modo así era lamentaba reconocer que, por un lado, deseaba que se sintiera mal por ello. Y por otro, detestaba que pudiera ser tan infame.

Mientras cruzaba Central Park, dando un rodeo por un camino entre árboles altos, me propuse que no iba a ser mezquina por ninguna tía Ni siquiera por Santana No iba a permitir que mi frustración con ella impidiera que me lo pasara bien en Las Vegas con mi mejor amiga.

A medio camino de casa, me había detenido y dado la vuelta, al reconocer el ático de Santana en lo alto de la Quinta Avenida Me pregunté si estaría allí, haciendo la maleta y planificando un fin de semana sin mí. O si seguiría en el trabajo, concluyendo los negocios urgentes de la semana.

—Oh-oh —canturreó Rach, cuando el auxiliar de vuelo regreso con una bandeja con nuestras bebidas—Tienes esa mirada.

— ¿Qué mirada?

—La mirada de estoy -que-echo-humo—Chocó su vaso alargado y fino contra el mío de agua— ¿Quieres hablar de ello?

Estaba a punto de responder cuando Santana entró en el avión. Tenía un aspecto adusto y llevaba un maletín en una mano y una bolsa en la otra.

Después de entregarle la bolsa al auxiliar de vuelo, se detuvo junto a mí y a Rachel, saludando a mi compañera de piso con un rápido gesto de la cabeza antes de acariciarme la mejilla con el dorso de los dedos aquel mero roce me atravesó como una descarga de electricidad luego entró en una cabina de la parte trasera y cerró la puerta.

Arrugué el ceño—Es tan voluble...

—Y está buenísima también Hay que ver lo que hace a ese vestido...

La mayoría de los vestidos hacían a la mujer Santana hacía cosas a un vestido escotado que deberían haber estado prohibidas—No me distraigas con su aspecto —refunfuñé.

—Hazle una mamada es un mejor ante del humor garantizado.

—Dicho por una mujer.

— ¿Esperabas algo diferente? —Rachel cogió la botella fría de cristal que contenía el agua que no había cabido en mi vaso de cristal— Fíjate en esto.

Me mostró la etiqueta, que llevaba el nombre de López Towers and Casino—Eso sí que es una fanfarronada.

Hice un gesto burlón—Es para las ballenas.

— ¿Qué?

—Son los grandes apostadores de los casinos. Los jugadores que no pestañean al poner cien de los grandes a una carta. Reciben muchos obsequios para atraerlos: alimentos, suites y viajes de ida y vuelta el segundo marido de mi madre era un cliente ballena. Ésa fue una de las razones por las que le dejó.

Me miró meneando la cabeza—Joder, tú lo sabes ¿Es este un avión de la compañía?

—Uno de cinco —respondió el auxiliar, que regresaba con una bandeja de frutas y queso.

— ¡Madre mía! —Musitó Rachel—Eso es toda una flota.

La miré mientras sacaba del bolsillo una caja de Dramamine y se tragaba las píldoras con su Bloody Mary— ¿Quieres? —preguntó, dando unos golpecitos al envoltorio que estaba sobre la mesa.

—No, gracias.

— ¿Vas a vértelas con Doña Buenorra y Voluble?

—No estoy segura creo que voy a sacar mi libro electrónico.

Rachel asintió con la cabeza—Probablemente sea lo mejor para tu salud mental.

Treinta minutos después, Rachel roncaba ligeramente en su asiento reclinable, con unos auriculares supresores de ruido en las orejas La observé durante un minuto largo, apreciando esa imagen de ella con aspecto tranquilo y relajado, suavizadas con el sueño las finas estrías de alrededor de la boca.

Luego me levanté y fui a la cabina en donde había visto entrar a Santana antes dudé sobre si llamar o no, y , al final, decidí que no me había dejado fuera; no iba a darle la oportunidad de hacerlo ahora.

Levantó la vista cuando entré, sin mostrar sorpresa ante mi súbita aparición estaba sentada a un escritorio, escuchando a una mujer que hablaba con ella por videoconferencia tras mirarme brevemente, reanudó la conversación.

Empecé a quitarme la ropa.

Lo primero fue la camiseta sin mangas, luego las sandalias y los vaqueros la mujer seguía hablando, mencionando «motivos de preocupación» y «discrepancias», pero Santana tenía los ojos clavados en mí, ardientes y ávidos.

—Volveremos sobre esto por la mañana, Allison —terció, apretando un botón en el teclado que oscureció la pantalla justo antes de que le lanzara el sujetador a la cabeza.
—Soy yo la que está con el síndrome premenstrual, pero eres tú quien tiene los cambios de humor y eso que ya te paso la regla.

Tiró del sujetador hasta que le cayó en el regazo y se echó hacia atrás en la silla, apoyando los codos en los reposabrazos y juntando los dedos de las manos en forma de torre— ¿Vas a hacer un striptease para que me mejore el humor?

— ¡Ha! ¡Qué predecibles sois algunas personas! Rachel me sugirió que te lamiera para que te pusieras contenta No... No te emociones—Enganché los pulgares en la cinturilla de mis bragas y me balanceé sobre los talones.

Tuve que hacer méritos para que me mirara a los ojos y no a los pechos—Creo que estás en deuda conmigo, campeona De primera línea. Estoy siendo una novia muy comprensiva, dadas las circunstancias, ¿no te parece?

Arqueó el ceño—Me refiero a que me gustaría ver qué harías —continué—, si vinieras a mi casa y pillaras a mi ex novia saliendo a la calle mientras se metía la camisa por dentro de los pantalones. Y luego, cuando subieras, encontraras el sofá todo revuelto y a mí recién salida de la ducha.

A Santana se le tensó la mandíbula—A ninguna de las dos nos gustaría ver lo que haría.

—A sí que las dos estamos de acuerdo en que he estado la mar de formidable bajo circunstancias extraordinarias—Crucé los brazos sabiendo que de esa manera exhibía los bienes que ella amaba—Dejaste muy claro cómo me castigarías ¿Qué harías para recompensarme?

— ¿Es decisión mía? —preguntó, arrastrando las palabras, pesados los párpados.

Sonreí—No.

Dejó mi sujetador sobre el teclado y se levantó lentamente, con gracia—Entonces, ésa es tu recompensa, cariño ¿Qué quieres?

—Quiero que dejes de ser una gruñona, para empezar.

— ¿Gruñona? —Torció los labios reprimiendo una sonrisa—Bueno, me he despertado sin ti, y ahora tengo que afrontar otras dos mañanas de la misma manera.

Bajé los brazos a ambos lados, me fui hacia ella y le puse las palmas en el pecho— ¿Realmente sólo es eso?

—Britt —Era una mujer fuerte, físicamente hermosa, y, sin embargo, me tocaba con tal deferencia...

Bajé la cabeza, consciente de que algo en mi voz me había delatado ella era muy perspicaz cogiéndome la cara entre sus manos, Santana me echó la cabeza hacia atrás y me escudriñó—Habla conmigo.

—Tengo la impresión de que te estás alejando.

Entre nosotras retumbó un tenue gruñido—Tengo muchas cosas en la cabeza eso no significa que no piense en ti.

—Lo percibo, Santana Hay una distancia entre nosotras que no existía antes.

Deslizó las manos hasta mi cuello, envolviéndolo—No hay ninguna distancia me tienes agarrada por el cuello, Britt. —Apretó levemente— ¿No percibes eso?

Respiré bruscamente la inquietud me aceleró el latido del corazón, una respuesta física al miedo que me venía de dentro y no de Santana, de quien tenía la certeza de que nunca me haría daño ni me pondría en peligro—A veces —dijo con voz ronca, mirándome con abrasadora intensidad—, me cuesta mucho respirar.

Podría haber escapado de no ser por aquellos ojos, que revelaban tanto anhelo y tanta confusión... Estaba haciéndome sentir a mí la misma pérdida de fuerza, la misma sensación de depender de otra persona hasta para respirar.

Así que hice lo contrario de correr echando la cabeza hacia atrás, me entregué, y aquel hormigueo de temor desapareció inmediatamente. Me daba cuenta de que Santana tenía razón sobre mi deseo de cederle el control. Al hacerlo, algo se sosegaba en mi interior, cierta necesidad que no sabía que tuviera.

Hubo una larga pausa en la que sólo se oía su respiración. Notaba cómo luchaba con sus emociones y me preguntaba cuáles serían, qué era lo que le atormentaba.

Liberó tensión con una profunda exhalación— ¿Qué necesitas, Britt?

—A ti... por encima de todo.

Deslizó las manos por mis hombros y apretó, luego me acarició a lo largo de los brazos entrelazó sus dedos con los míos y apoyó su sien contra la mía— ¿Qué te pasa a ti con el sexo y los medios de transporte?

—Contigo, en cualquier sitio y momento —le dije, repitiendo un sentir que en una ocasión me expresó ella a mí—. Probablemente hasta el próximo fin de semana no estaré lista para zarpar, gracias a mi periodo.

— ¡Joder! Necesito que nos venga igual.

—Ésa es la idea.

Alcanzó una chaqueta y, envolviéndome en ella, me condujo fuera de la cabina— ¡Oh, Dios! —Me aferré a las sábanas que tenía debajo, arqueando la espalda mientras Santana me sujetaba las caderas contra la cama y batía la lengua por mi clítoris Tenía la piel cubierta de una fina capa de sudor, y seme nublaba la vista mientras mi vagina se tensaba preparándose para el orgasmo el pulso me latía aceleradamente, en armonía con el zumbido constante de los motores del avión.

Ya me había corrido dos veces, tanto de ver su oscura cabeza entre mis piernas como por aquella pícara y privilegiada boca. Tenía las bragas destrozadas, literalmente hechas jirones por cómo me las agarraba, y ella seguía completamente vestida.

—Estoy lista. —Le hundí los dedos en el pelo, notando la humedad en las raíces el autodominio le pasaba factura. Siempre era muy cuidadosa conmigo, tomándose tiempo para asegurarse de que yo estaba blanda y húmeda antes de llenarme por completo con sus dedos.

—Yo decido cuando estás lista.

—Quiero que entres... —De repente el avión tembló, y a continuación bajó, dejándome como en el aire, salvo por la succión de la boca de Santana ¡Santana!

Me estremecí con otro orgasmo, arqueado mi cuerpo con la necesidad de sentir sus dedos dentro de mí. Entre el latido de la sangre en los oídos, oí una voz que anunciaba algo a través del sistema de comunicación, pero no entendí las palabras—Estás muy sensible ahora. —Levantando la cabeza, se lamió los labios—Te estás corriendo como loca.

Jadeé—Me correría con más intensidad si tuviera tus hermosos dedos dentro.

—Lo tendré en cuenta.

—No importa que termine un poco dolorida —razoné—. Tendré varios días para recuperarme.
Algo centelleó en lo más profundo de su mirada, y se levantó—No, Brittany.

El aturdimiento posorgásmico se me desvaneció ante la dureza de su voz me apoyé en los codos y observé cómo empezaba a desvestirse, con movimientos rápidos y gráciles—Yo decido —le recordé.

Rápidamente se quitó los tirantes del vestido— ¿De verdad quieres jugar esa carta, cielo? —preguntó con voz demasiado serena.

—Si hace falta...

—Hará falta mucho más para que yo te haga daño deliberadamente—A continuación se empezó a bajar el vestido, más despacio; era un striptease mucho más seductor de lo que había sido el mío— Para nosotras, el dolor y el placer se excluyen mutuamente.

—No me refería a...

—Sé a lo que te referías. —Se enderezó tras bajarse las bragas y el sujetador, luego se arrodilló a los pies de la cama y se arrastró hacia mí como una hermosa pantera al acecho—Sufres sin mis dedos Dirás cualquier cosa para que te penetre.

—Sí.

Se cernió sobre mí y el pelo le caía como una oscura cortina alrededor de la cara, proyectando sus hermosas curvas sobre las mías ladeando la cabeza, se acercó a mi boca y, con la punta de la lengua, recorrió la costura de mis labios—Los deseas, Te sientes vacía sin ellos.

—Sí, maldita sea—La agarré de las caderas, arqueándome hacia arriba para intentar sentir su cuerpo contra el mío. Nunca me sentía tan cerca de ella como cuando hacíamos el amor, y ahora necesitaba aquella cercanía, necesitaba sentir que todo iba bien antes de que pasáramos el fin de semana separadas.

Se acomodó entre mis piernas, sus dedos, en contacto con los labios de mi vulva—Te duele un poco cuando entran hasta el fondo, y no puede evitarse tienes un coño prieto y pequeño y te lo lleno por completo. A veces pierdo el control y soy brusca, y no puedo evitarlo tampoco. Pero nunca me pidas que te haga daño deliberadamente. No puedo.

—Te deseo —susurré, mientras frotaba descaradamente mi húmeda vulva contra su pierna y sus dedos.

—Aún no. —Se movió, separándome, abriéndome la vulva al tiempo que introducía sólo la punta de sus tres dedos encajó tan ajustadamente que me estremecí; mi cuerpo se resistía— Aún no estás lista.

—Penétrame. Por Dios... penétrame.

Bajó una mano y me sujetó la cadera, deteniendo mis desenfrenados intentos por elevarme y hacer que sus dedos entraran más—Estás hinchada.

Intenté que me soltara. Le clavé las uñas en las curvas de su trasero y la empujé hacia mí. Me daba igual que me doliera. Pensaba que si no conseguía que entrara con esos dedos, me volvería loca.

—Vamos, ven aquí.

Santana deslizó su mano libre entre mi pelo, agarrándolo para sujetarme donde ella quería—Mírame.

— ¡Santana!

—Mírame.

Me quedé inmóvil ante aquella voz de mando. Levanté la vista hacia ella y mi frustración se disolvió mientras contemplaba la lenta y gradual transformación que estaba sufriendo su hermoso rostro.

Se le endurecieron los rasgos, como si estuviera apenada un gesto de dolor le crispó el ceño. Separó los labios con un jadeo, empezó a agitársele el pecho, respiraba trabajosamente. Le apareció un tic nervioso en la mandíbula, contrayéndosele el músculo con violencia. La piel le ardía, y me abrasaba. Pero lo que más me fascinó fue sus penetrantes ojos cafés y la inconfundible vulnerabilidad que los empañaba como el humo.

Se me aceleró el pulso en respuesta al cambio que se operaba en ella El colchón se movió al hundir ella los pies, su cuerpo preparándose...—Britt —Se le dio una sacudida a sus pechos, y empezó a correrse, Su gruñido de placer reverberó contra mí—. ¡Oh, Dios!

No dejó de mirarme en ningún momento, mostrándome la cara que normalmente escondía en el hueco de mi cuello. Me di cuenta de que había querido que viera... lo que trataba de explicarme...

Nada se interponía entre nosotras.

Bamboleando su centro en mi muslo, liquidó el resto del orgasmo, Me soltó la cadera y dejó que me balanceara hacia arriba; dejó que buscara la presión perfecta sobre mi clítoris para activarme. Con sus ojos aún fijos en los míos, llevó la mano libre hacia atrás para cogerme las muñecas. Primero uno y luego el otro, me levantó los brazos por encima de la cabeza, conteniéndome.

Prendida al colchón por su agarre, el peso de su cuerpo estaba completamente a su merced. Empezó a empujar sus dedos, acariciando las temblorosas paredes de mi sexo —Lópezfire —susurró, recordándome mi contraseña.

Gemí cuando mi sexo se tensó con el orgasmo, apretándole los dedos— ¿Notas eso? —Santana me pasó la lengua por la oreja, echándome el aliento en húmedos jadeos—Me tienes agarrada por el cuello y las tetas ¿Dónde está la distancia, cielo?

Durante las siguientes tres horas, no hubo ninguna.

La directora del hotel abrió la puerta doble de nuestra suite y Rachel emitió un largo y tenue silbido— ¡La leche! —Exclamó, agarrándome del codo para entrar en la habitación—Fíjate qué tamaño tiene se podrían hacer volteretas aquí.

Tenía razón, pero tendría que esperar hasta la mañana siguiente para comprobarlo aún me temblaban las piernas después de mi iniciación en el Club Mile-High.

Ante nosotras teníamos una deslumbrante vista de la Franja de Las Vegas de noche las ventanas eran de suelo a techo, envolviendo un rincón en el que había un piano— ¿Por qué siempre hay pianos en las suites de los grandes apostadores? —preguntó Rachel, levantando la tapa y tecleando una rápida melodía.

Me encogí de hombros y miré hacia la directora, pero ya había salido, moviendo silenciosamente sus tacones de aguja sobre la gruesa moqueta blanca la suite estaba decorada en lo que yo llamaría la elegancia hollywoodiense de los cincuenta la chimenea de doble cara estaba recubierta de rugosa piedra gris y adornada con una obra de arte que parecía un tapacubos con radios psicodélicos que sobresalían del centro.

Los sofás eran verde turquesa con patas de madera tan finas como los tacones de la directora. Todo tenía un aire retro que resultaba glamoroso y acogedor a la vez.

Era demasiado. Yo esperaba una habitación agradable, pero no la suite presidencial estaba a punto de rechazarla cuando Rachel me obsequió con una enorme sonrisa y los dos pulgares hacia arriba Como no tuve el valor de negarle aquella dicha, me di por vencida y confié en que no estuviéramos privando a Santana de una reserva más lucrativa.

— ¿Aún quieres una hamburguesa de queso? —le pregunté, alcanzando el menú del servicio de habitaciones que había encima del aparador de detrás del sofá.

—Y una cerveza que sean dos.

Rachel siguió a la directora hasta un dormitorio que había a la izquierda de la zona de estar, y yo cogí el auricular del antiguo teléfono de disco para encargar la comida.

Treinta minutos después, estaba como nueva tras una ducha rápida, con el pijama y a puesto, y comiendo pollo Alfredo sentada con las piernas cruzadas en la alfombra Rachel estaba dando buena cuenta de su hamburguesa y me miraba con ojos felices desde su sitio, al otro lado de la mesita de centro—No es bueno comer tantos carbohidratos a estas horas de la noche —apuntó entre bocados.

—Voy a tener el periodo.

—Seguro que el ejercicio que has hecho durante el camino contribuye a ello.

La miré entrecerrando los ojos— ¿Y tú cómo lo sabes? Estabas dormida.

—Razonamiento de ductivo, nena cuando me quedé dormida, parecías mosqueada cuando me desperté, parecía que te acababas de fumar un buen porro.

— ¿Y qué aspecto tenía Santana?

—El mismo de siempre... culo prieto y sexy a rabiar.

Clavé el tenedor en mis fideos—Eso no es justo.

— ¿Y a quién le importa? —Hizo un gesto a cuanto nos rodeaba—Fíjate qué alojamiento te ha buscado.

—No necesito una vieja amante rica, Rachel.

Ella masticó una patata frita— ¿Has pensado un poco más en lo que sí necesitas? Tienes su tiempo, su fantástico cuerpo y acceso a todo lo que posee no está mal.

—No —admití, retorciendo el tenedor sabía por los muchos matrimonios de mi madre con personas poderosas que tener su tiempo era lo más importante de todo, porque para ellos era realmente lo más valioso de su vida—No está mal pero no es suficiente.

—Esto es vida —manifestó Rachel,  acostada en una tumbona junto a la piscina Llevaba un bikini verde claro y gafas oscuras, provocando que un inusual número de mujeres y hombres pasearan por nuestro lado de la piscina—Lo único que echo en falta es un mojito tengo que beber alcohol para celebrarlo.

Torcí la boca estaba tomando el sol en la tumbona de al lado, disfrutando con el calor seco y algún chapuzón que otro celebrar cosas era algo habitual para Rachel, algo que siempre me había gustado de ella— ¿Y qué celebramos?

—El verano.

—De acuerdo—Me senté y deslicé las piernas fuera de la tumbona, atándome el pareo en la cadera antes de levantarme Aún tenía el pelo húmedo del chapuzón que me había dado en la piscina y sujeto en lo alto de la cabeza con una pinza. La sensación de aquel sol abrasador en la pielera agradable, un sensual beso capaz de hacerme sentir menos cohibida a consecuencia de los líquidos que estaba reteniendo... gracias a la regla.

Me dirigí hacia el bar de la piscina, paseando la mirada por las otras tumbonas y sombrillas entre los cristales morados de mis gafas de sol. La zona estaba llena de huéspedes, muchos de los cuales eran lo bastante atractivos  y atractivas como para merecer segundas y terceras miradas me llamó la atención una pareja en particular, porque me recordaba a Santana y a mí.

La rubia estaba tendida boca abajo, con el torso apuntalado en los brazos y movía las piernas alegremente. Su muy apetecible morena estaba tumbada en la silla junto a ella, con la cabeza apoyada en una mano mientras le acariciaba la espalda arriba y abajo con los dedos de la otra.

Ella me pilló mirándola y su sonrisa se desvaneció al instante. No podía verle los ojos tras sus enormes gafas estilo Jackie O., pero sabía que estaba fulminándome con la mirada.

Sonreí y aparté la vista, sabiendo lo que era que otra mujer no quitara ojo a su mujer.

Encontré un sitio libre en la barra e hice un gesto al camarero para queme atendiera cuando pudiese. Los nebulizadores del techo me refrescaban la piel y me animaron a sentarme en una banqueta que había quedado libre mientras esperaba— ¿Qué tomas?

Al volver la cabeza vi a la mujer que se había dirigido a mí—Todavía nada, pero estoy pensando pedirme un mojito.

—Deja que te invite. —Sonrió, mostrando unos dientes blanquísimos pero ligeramente torcidos. Me tendió una mano, movimiento que atrajo mi atención hacia sus bien definidos  pechos.

—Dianna.

Le di la mía—Brittany, encantada de conocerte.

Cruzó los brazos sobre la barra y se apoyó en ella— ¿Qué te trae a Las Vegas? ¿Negocios o placer?

—Descanso y recreo ¿Y a ti? —Dianna tenía un interesante tatuaje escrito en un idioma extranjero en su costilla derecha, y me fijé en ella Era guapa de una forma elegante, exactamente, pero se la veía segura y con aplomo, dos cosas que me parecían más atractivas en una persona que los meros rasgos físicos.

—Trabajo.

Lancé una mirada a su bikini—Me he equivocado de trabajo.

—Vendo...

—Perdón.

Las dos nos volvimos hacia el rostro de la mujer que se había inmiscuido en nuestra conversación. Era una mujer menuda, morena, vestida con una camisa polo oscura que llevaba su nombre bordado —Sheila— además de López Towers and Casino  el auricular que llevaba en el oído y el cinturón multiusos que lucía en la cintura la delataban como personal de seguridad.

—Señorita Pierce —Me saludó con un gesto de la cabeza.

Enarqué las cejas— ¿Sí?

—Hay un camarero que puede llevarle lo que ha pedido a su parasol.

—Estupendo, gracias, pero no me importa esperar aquí.

Como no hice ademán de moverme, Sheila dirigió su atención a Dianna—Dama, si fuera usted tan amable de trasladarse al otro extremo de la barra, el camarero se encargará de que sus siguientes bebidas corran por cuenta de la casa.

Inclinó levemente la cabeza, y luego me dedicó una encantadora sonrisa—Estoy bien aquí, gracias.

—Me temo que debo insistir.

— ¿Cómo? —Su sonrisa se convirtió en una mueca de disgusto— ¿Por qué?

Miré parpadeando a Sheila cuando comprendí Santana me tenía vigilada.

Y pensaba que podía controlar lo que hacía de lejos.

Sheila me devolvió la mirada, impasible su rostro.

—La acompañaré hasta su sombrilla, señorita Pierce.

Por un momento, estuve tentada de jorobarle el día, agarrando a Dianna y besándole hasta dejarla sin sentido, por ejemplo, más que nada para enviar un mensaje a mi dominante novia, pero conseguí contenerme. Ella sólo estaba haciendo su trabajo. Era su jefa la que necesitaba que le dieran una patada en el culo.

—Lo siento, Dianna —dije, abochornada. Me sentía como un niño al que han regañado y eso realmente me fastidió— Ha sido un placer conocerte.

Ella se encogió de hombros—Si cambias de opinión...

Notaba la mirada de Sheila en la espalda cuando la precedía hacia mi tumbona. De repente, me encaré con ella—Vamos a ver, ¿sólo tiene instrucciones de intervenir cuando me aborda alguien? ¿O tiene una lista de situaciones posibles?

Ella dudó un momento, luego suspiró. No podía por menos de imaginarme lo que pensaría de mí, un bombón, una rubia guapa a la que no se podía dejar sola mezclándose con la gente—Existe una lista.

—Claro que existe—Santana no dejaría nada al azar. Me pregunté cuándo habría elaborado esa lista, si la habría hecho cuando hablé de Las Vegas o si y a la tendría a mano. A lo mejor la había compuesto cuando estaba con otras mujeres. A lo mejor la había redactado para Emily.

Cuanto más pensaba en ella, más furiosa me ponía— ¡Es increíble, joder! —Me quejé a Rachel cuando ella se apartó discretamente, como si eso fuera suficiente para olvidarme de que andaba por ahí—Tengo niñera.

— ¿Qué?

Le conté lo que había sucedido y vi cómo se le tensaba la mandíbula—Eso es de locos, Britt —dijo.

— ¡Y una mierda! No pienso tolerarlo. Tiene que aprender que las relaciones no son así.

Después de todas esas chorradas que me dijo sobre la confianza—Me dejé caer en la tumbona— ¿Cuánto confía en mí, si tiene que contar con alguien que me siga de cerca para espantar a los desconocidos?

—No me gusta nada, Britt —Se sentó y pasó las piernas a un lado de lasilla—Esto no está bien.

— ¿Crees que no lo sé? simplemente me pregunto si espera que la chica me siga hasta los servicios o es que no se fía de un tío para que me vigile.

— ¿Lo dices en serio? ¿Y qué haces tomando el sol en lugar de montarle una buena?

Estaba dándole vueltas a una idea que finalmente tomó forma—Estoy tramando algo.

— ¡Oh! —Torció la boca en una malvada sonrisa—Cuenta, cuenta.

Cogí mi smartphone de la pequeña mesa de mosaico situada entre las dos y busqué entre mis contactos hasta dar con Benjamin Clancy, el guardaespaldas personal de mi padrastro.

—Hola, Clancy soy Britt —le salude cuando respondió, nada más sonar el primer tono de llamada.

Rachel abrió los ojos de par en par detrás de sus gafas de sol— ¡Oooh!

Me puse en pie y articulé sin voz: Me voy arriba.

Ella asintió—Todo bien —dije, en respuesta a la pregunta de Clancy esperé hasta que entré en el hotel y comprobé que Sheila estaba varios pasos detrás de mí y aún fuera—Oye, quiero pedirte un favor.

Nada más terminar de hablar con Clancy, recibí una llamada sonreí al ver quién era—Hola, papá —respondí eufórica.

Él se rio— ¿Qué tal está mi niña?

—Metiéndome en líos y disfrutando de ello—Extendí el pareo encima de una silla del comedor y tomé asiento— ¿Cómo te va?

—Tratando de evitar que haya líos y, en ocasiones, disfrutando de ello.

Victor Pierce era un agente de policía de la ciudad de Oceanside, California, razón por la que había elegido ir a la Universidad de San Diego.

Mi madre había atravesado una mala racha con su marido número tres y yo me encontraba en una fase de rebeldía, pasándolo fatal mientras intentaba olvidar lo que Nathan me había hecho durante tanto tiempo.

Salir de la sofocante órbita de mi madre había sido una de las mejores decisiones que había tomado en la vida. El amor callado e inquebrantable que me tenía mi padre, a mí, su única hija, me había cambiado la vida. Él me concedió una libertad muy necesaria —dentro de unos límites bien definidos— y lo dispuso todo para que viera al doctor Travis, lo cual me llevó al inicio del largo viaje de la recuperación y de mi amistad con Rachel.

—Te echo de menos —le dije. Quería mucho a mi madre y sé que ella me quería a mí, pero mi relación con ella era inestable, y era tan fácil con mi padre...

—Entonces, a lo mejor te alegras con la noticia que voy a darte. Puedo ir a verte dentro de unas dos semanas, la semana después de la que viene... si te va bien. No quiero molestar.

—Por favor, papá, tú nunca podrías molestarme. Me encantará verte.

—Será un viaje corto cogeré un vuelo nocturno el jueves por la noche y regresaré el domingo por la tarde.

— ¡Qué contenta estoy! Pensaré en algo lo pasaremos bomba.

La suave risilla de mi padre me llenó de emoción—Voy a verte a ti, no Nueva York  No te vuelvas loca por llevarme a ver monumentos ni nada por el estilo.

—No te preocupes. Me aseguraré de que tengamos tiempo para nosotros. Y conocerás a Santana —Imaginarlos juntos me estremecía el estómago.

— ¿Santana López? Me dijiste que no había nada.

—Ya—Arrugué la nariz—. En aquel momento pasábamos una mala racha y creí que habíamos terminado.

Hubo una pausa— ¿Va en serio?

Guardé un momento de silencio yo también, removiéndome inquieta. A mi padre le habían enseñado a observar; vería enseguida que había tensión, sexual y de otro tipo, entre Santana y yo—Sí, No siempre es fácil. Da mucho trabajo, yo doy mucho trabajo, pero las dos nos estamos esforzando.

— ¿Te valora, Britt? —La v oz de mi padre era brusca y muy, muy seria—.Me da igual el dinero que tenga; tú no tienes nada que demostrarle.

—No es así. —Me quedé mirando cómo retorcía los dedos de mis cuidados pies y me di cuenta de que el encuentro sería más complicado que la sencilla presentación de un padre protector a la novia de su hija. Mi padre tenía problemas con las persona ricas, gracias a mi madre—. Ya verás cuando la conozcas.

—De acuerdo. —Su voz estaba teñida de escepticismo.

—En serio, papá—No podía tomarme a mal su inquietud, dado que había sido mi tendencia autodestructiva hacia las personas que no me convenían la que le había llevado a buscar al doctor Travis. En especial se las había visto con un cantante, para quien yo había sido poco más que una groupie, y con una artista del tatuaje a quien mi padre había obligado a detener el coche para encontrarse con que le estaban haciendo una mamada mientras conducía... pero no yo— Santana es buena para mí me comprende.

—No iré con ideas preconcebidas, ¿vale? Y te enviaré un correo electrónico con una copia de mi itinerario cuando reserve el vuelo ¿Cómo va todo lo demás?

—Acabamos de empezar una campaña para un café con sabor a arándanos.

Otra pausa—Me tomas el pelo.

Me eché a reír—Qué más quisiera yo, Deséanos suerte para que se venda. Te guardaré un poco para que lo pruebes.

—Pensaba que me querías.

—Con todo mi corazón ¿Qué tal tu vida amorosa? ¿Te fue bien la cita?

—Bueno... no estuvo mal.

— ¿Vas a quedar con ella otra vez? —pregunté, resoplando.

—Ése es el plan, de momento.

—Eres una fuente de información, papá.

Volvió a reírse y oí el crujido de su silla favorita al cambiar de postura—Realmente no te gustaría saber cosas de la vida amorosa de tu viejo.

—Cierto. —Aunque a veces me preguntaba cómo había sido su relación con mi madre él era un holandés de los barrios bajos y ella una rubia debutante con el símbolo del dólar en sus ojos azules. Suponía que había habido mucha pasión entre ellos.

Hablamos durante unos minutos más, entusiasmados los dos de volver a vernos. Había confiado en que no nos alejaríamos una vez que terminara la universidad, razón por la que había hecho de la llamada de los sábados una necesidad para seguir en contacto. El que viniera a verme tan pronto aliviaba mi preocupación.

Acababa de colgar cuando entró Rachel, con todo el aire del modelo que era— ¿Sigues maquinando? —preguntó.

Me levanté—Todo preparado Éste era mi padre Viene a Nueva York en dos semanas.

— ¿En serio? Mola mazo Victor es genial.

Las dos fuimos a la cocina, y cogimos dos cervezas del frigorífico. Me había dado cuenta de que la suite estaba provista de una serie de artículos y productos que yo solía tener en casa. Me preguntaba si Santana era así de observadora o si había conseguido la información de otra forma, como mirando recibos. No la creía capaz. Le costaba reconocer que había límites entre nosotras, y el que me hubiera puesto bajo vigilancia la había evidenciado.

— ¿Cuándo fue la última vez que tus padres estuvieron juntos en el mismo estado? —Preguntó Rachel, levantando las tapas de los botellines con un abridor—Por no hablar de la misma ciudad.

Ay, Dios.

—No estoy segura. ¿Antes de que yo naciera? —Di un buen trago a la cerveza que me pasó—. No tengo intención de juntarlos.

—Por los grandes planes—Entrechocó el cuello de ambas botellas—Por cierto, estaba pensando en echar un casquete rápido con una piba que he conocido en la piscina; pero, en cambio, he subido aquí. He pensado que como ni tú ni yo tenemos nada que hacer, podríamos pasar el día juntas.

—Es un honor —respondí con guasa—Me disponía a bajar.

—Hace demasiado calor fuera el sol es bestial.

—El mismo que tenemos en Nueva York, ¿no?

—Sabihonda. —Le brillaban sus ojos cafés— ¿Qué te parece si recogemos y nos vamos a almorzar por ahí? Invito yo.

—Muy bien. Pero no aseguro que Sheila no quiera apuntarse también.

—Que la jodan, a ella y a su jefa ¿Qué les pasa a los ricos con eso de controlar?

—Se hacen ricos porque saben controlar.

—Lo que sea. Yo prefiero a los pirados como nosotras... por lo general nos jodemos a nosotras mismas. —Se cruzó un brazo en los pechos y se apoyó en la encimera—. ¿Vas a aguantar esas gilipolleces?

—Depende.

— ¿De qué?

Sonreí y empecé a caminar hacia mi habitación—Prepárate, Te lo contaré en la comida.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola!

Bueno queria pedir disculpas por tardar tanto espero que les guste el capitulo !

Y que me dejen su comentario al respecto :)

Saludos Y besos
 FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 6 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Lun Sep 08, 2014 9:09 pm

holap dan,...

la relación de britt y san es básicamente esto,.-----> Para nosotras, el dolor y el placer se excluyen mutuamente.!!! a que no???
san puede estar en el otro lado del universo pero va a tener os ojos en britt jajajaj
a ver que hacen usaran la frase de "lo que pasa en Las Vegas queda en Las Vegas" jajajaja

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 6 de 13. Precedente  1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.