Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba1011%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 11% [ 4 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba1019%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 19% [ 7 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba1011%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 11% [ 4 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba1024%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 24% [ 9 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba1027%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 27% [ 10 ]
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba108%FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

+15
AngySalas
monica.santander
Ana Bedoya
VictoriaRivera
Dani(:
vidia
3:)
Nathie_B4E
Anddy Rivera Morris
lauravm98
micky morales
fanybeaHEYA
jas2602
Elita
marcy3395
19 participantes

Página 8 de 13. Precedente  1, 2, 3 ... 7, 8, 9 ... 11, 12, 13  Siguiente

Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Miér Sep 24, 2014 8:08 pm

no lo pdo creer como lo dejas ahi, voy a morir, literalmente!!!!!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Miér Sep 24, 2014 11:12 pm

holap dan!!!

mmm me parece a mi o kitty acaba de cavar su propia tumba,.. y la banda se queda sin cantante jajajaja
a ver que pasa??????,.. pelea pelea pelea jajajajajajaja
britt la grupi/musa de kitty????!!!!

nos vemos!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por marcy3395 Jue Sep 25, 2014 12:47 am

noooooooooooooo como te atrves si quiera a dejarlo ahi? hasta cuando me vas a tener conlas manos amarradas para no leer el libro original, no he quierido leer ninguno hasta que no acabes la adaptacion de mi pareja favorita, de verdad eres muy mala
marcy3395
marcy3395
*****
*****

Mensajes : 255
Fecha de inscripción : 21/06/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Jue Sep 25, 2014 12:20 pm

Jajajajajaja mori... como lo dejas ahi?! Vuelve vuelve!! Jajajajajaja see ya
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Sep 27, 2014 6:28 pm

micky morales escribió:no lo pdo creer como lo dejas ahi, voy a morir, literalmente!!!!!!!!!

Hola Hola!
C: aqui estoy de nuevo jajaja
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

3:) escribió:holap dan!!!

mmm me parece a mi o kitty acaba de cavar su propia tumba,.. y la banda se queda sin cantante jajajaja
a ver que pasa??????,.. pelea pelea pelea jajajajajajaja
britt la grupi/musa de kitty????!!!!

nos vemos!!

Hola Hola! :)
JAJAJAJJA creo que algo asi va a pasar jajajja y mmmmm si quien lo diria no -_- rach tendria que haberlo dicho jajaj
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

marcy3395 escribió:noooooooooooooo como te atrves si quiera a dejarlo ahi? hasta cuando me vas a tener conlas manos amarradas para no leer el libro original, no he quierido leer ninguno hasta que no acabes la adaptacion de mi pareja favorita, de verdad eres muy mala

Hola Hola!
c: perdon perdon ya aqui estoy ! espero que no murieras :D jajajaj
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

lauravm98 escribió:Jajajajajaja mori... como lo dejas ahi?! Vuelve vuelve!! Jajajajajaja see ya

Hola Hola!
Aqui estoy :)
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Sep 27, 2014 7:36 pm

Capítulo 10


El impacto hizo que me tambaleara las dos mujeres cayeron sobre el asfalto con un terrible golpe sordo se oyó el grito de una mujer yo no podía hacer nada me quedé inmóvil y en silencio mientras en mi interior se retorcían distintas emociones en una maraña frenética.

Santana agarró a Kitty por el cuello y le aporreó en las costillas con una incesante serie de puñetazos actuaba como una máquina, silenciosa e imparable Kitty lanzaba bufidos con cada uno de los brutales impactos y trataba de soltarse.

— ¡López! Dio mío.

Me puse a llorar cuando apareció Arnoldo dando un brinco agarró a Santana, pero cayó hacia atrás cuando Kitty dio un tirón y las dos mujeres se revolcaron por el suelo.

Los compañeros del grupo de Kitty se abrieron camino entre la multitud cada vez más numerosa que había delante de los autobuses, dispuestos a armar camorra... hasta que vieron con quién estaba peleándose Kitty, La mujer adinerada que estaba detrás de su casa de discos.

— ¡Wilde, eres una gilipollas! —Callie, la batería, le agarraba del pelo con las manos— ¿Qué demonios estás haciendo? Kitty se soltó, se puso de pie dando tumbos y atacó a Santana lanzándola contra un lateral del autobús Santana se agarró las manos y golpeó a Kitty en la espalda como si fuera una porra, haciendo que ésta se apartara tambaleándose aprovechándose de eso, Santana arremetió con un gancho seguido de un rápido puñetazo en la barriga Kitty se dio la vuelta y sus bíceps se inflaron al apretar los puños para asestar un golpe, pero Santana se agachó con flexibilidad y contraatacó con otro gancho que hizo que Kitty echara la cabeza hacia atrás.

Dios mío.

Santana no hacía ruido alguno, ni cuando daba puñetazos ni cuando Kitty acertó con un golpe directo sobre su mandíbula la silenciosa intensidad de su furia era escalofriante pude sentir la rabia que emanaba de ella, la vi en sus ojos, pero ella seguía serena y actuaba de forma sorprendentemente metódica en cierto modo, había desconectado, retrocediendo hasta un lugar donde podía observar de manera objetiva cómo su cuerpo provocaba un grave daño a otra persona.

Yo había provocado aquello, Había convertido a aquella mujer cálida y perversamente juguetona que me había hechizado durante toda la velada en aquella púgil fría y criminal que tenía delante de mí.

—Señorita Pierce —Angus me agarró del codo.

Lo miré con desesperación.

—Tienes que detenerla.

—Por favor, vuelva a la limusina.

— ¿Qué? —Miré por encima de él y vi que salía sangre de la nariz de Kitty Nadie lo estaba impidiendo— ¿Estás loco?

—Tenemos que llevar a casa a la señorita Anderson Es su invitada debe ocuparse de ella.

Kitty se tambaleó y cuando Santana hizo un amago de lanzarse hacia un lado, Kitty embistió con su otro puño sobre el hombro de Santana, lanzándola unos cuantos pasos hacia atrás.

Yo agarré a Angus de los brazos.

— ¿Qué te pasa? ¡Páralas!

Sus ojos azul claro se ablandaron.

—Ella sabe cuándo parar, Brittany.

— ¡No digas gilipolleces!

Miró por encima de mí.

—Señor Ricci, si hace el favor.

Lo siguiente que sé es que iba colgada sobre el hombro de Arnoldo y que éste me llevaba a la limusina levantando la cabeza, vi que el círculo de mirones se cerraba al salir yo impidiéndome ver Grité de frustración y di puñetazos sobre la espalda de Arnoldo, pero ni se inmutó subió a la parte trasera de la limusina conmigo y cuando Shawna entró un momento después, Angus cerró la puerta como si todo aquello fuese jodidamente normal.

— ¿Qué demonios estás haciendo? —le espeté a Arnoldo mientras me levantaba para agarrar la manilla de la puerta y la limusina se ponía suavemente en marcha por mucho que lo
intenté, no se abrió y no pude quitarle el seguro— ¡Se trata de tu amiga! ¿Vas a dejarla así?

—Es tu novia —El tono neutro y calmado de la voz de Arnoldo me llegó a lo más profundo— Y eres tú la que la está dejando ahí.

Me desplomé sobre el asiento con el estómago revuelto y las palmas delas manos húmedas Santana...

—Tú eres la Brittany de la canción «Rubia», ¿verdad? —preguntó Shawna en v oz baja desde su asiento de enfrente.

Arnoldo dio un respingo, sorprendido ante aquella conexión.

—Me pregunto si Santana... —Suspiró—Por supuesto que lo sabe.

— ¡Fue hace mucho tiempo! —dije defendiéndome.

—Al parecer, no lo suficiente —puntualizó.

Desesperada por poder ver a Santana, no podía quedarme quieta en el asiento Movía nerviosamente los pies y mi cuerpo luchaba contra aquella inquietud con tanta intensidad que sentía como si quisiera salirme de él.

Le había hecho daño a la mujer a la que amaba y, con ella, a otra mujer que no había hecho nada más que ser ella misma Y no tenía ninguna excusa para ello echando la vista hacia atrás, no tenía ni idea de qué era lo que me había pasado ¿Por qué no me había apartado antes? ¿Por qué le había devuelto el beso a Kitty?

¿Y qué iba a hacer Santana al respecto?

La idea de que pudiera romper conmigo me hacía sentir un pánico insoportable estaba muy preocupada ¿Le había hecho daño? Dios mío...pensar que Santana estuviera sufriendo me corroía como el ácido ¿Se había metido en un lío? Había sido ella quien había atacado a Kitty Las palmas de las manos se me humedecieron al recordar que Rachel había dicho que su amigo también quería presentar cargos por agresión.

La vida de Santana se había descontrolado... por mi culpa en algún momento se daría cuenta de que no merecía la pena esforzarse tanto por mí.

Miré a Shawna, que a su vez miraba por la ventanilla pensativa yo había echado a perder su estupenda noche Y la de Arnoldo también.

—Lo siento —susurré abatida—Lo he fastidiado todo.

Me miró, se encogió de hombros y, a continuación, me dedicó una amable sonrisa que hizo que la garganta me quemara por dentro.

—No es para tanto lo he pasado en grande espero que las cosas salgan lo mejor posible.

Lo mejor para mí era Santana ¿Lo había echado a perder? ¿Había tirado a la basura lo más importante que había en mi vida por una extraña e inexplicable locura temporal?

Seguía sintiendo la boca de Kitty sobre la mía me restregué los labios, deseando poder borrar la última media hora de mi vida con la misma facilidad.

Mi ansiedad hizo que me pareciera una eternidad hasta que llegamos a casa de Shawna me bajé y le di un abrazo en la acera, delante de su edificio de apartamentos.

—Lo siento —dije de nuevo, tanto por lo que había pasado antes como por lo de ahora, porque estaba deseando ver a Santana, donde quiera que estuviera, y temía que se me notara la impaciencia no estaba segura de poder perdonar nunca a Angus ni a Arnoldo por haberme sacado de allí en aquel momento y del modo en que lo hicieron.

Arnoldo le dio un abrazo a Shawna y le dijo que ella y Doug tenían una reserva permanente en Tableau One para cuando quisieran mis sentimientos hacia él se suavizaron había cuidado bien de ella toda la noche.

Volvimos a subir a la limusina y partimos hacia el restaurante yo me acurruqué en un rincón oscuro del asiento y lloré en silencio, incapaz de contener el torrente de desesperación que me inundaba.

Cuando llegamos al restaurante hice uso de mi camiseta para secarme la cara Arnoldo me detuvo cuando iba a salir.

—Sé dulce con ella —me reprendió mirándome fijamente a los ojos—Nunca la he visto con nadie como la veo contigo no sé si eres digna de ella, pero sí que puedes hacerla feliz la he visto con mis propios ojos hazlo o vete pero no la marees.

El nudo que tenía en la garganta me impedía hablar, así que asentí, esperando que pudiera ver en mis ojos lo mucho que Santana significaba para mí todo.

Arnoldo desapareció en el interior del restaurante Antes de que Angus cerrara la puerta, yo me deslicé hacia delante en el asiento.

— ¿Dónde está? Necesito verla, Por favor.

—Ha llamado—La expresión de Angus era amable, lo cual hizo que empezara a llorar otra vez— La llevaré con ella ahora.

— ¿Está bien?

—No lo sé.

Me eché en el asiento encontrándome mal físicamente a penas presté atención a dónde nos dirigíamos, pues lo único en lo que podía pensar era en que necesitaba explicarme necesitaba decirle a Santana que la amaba, que nunca la dejaría si todavía quería tenerme, que era la única mujer a la que deseaba, la única que hacía que mi sangre ardiera.

Finalmente, el coche aminoró la marcha, miré por la ventanilla y me di cuenta de que habíamos regresado al auditorio mientras yo miraba por la ventanilla buscándola, la puerta que había detrás de mí se abrió, sobresaltándome me di la vuelta y vi que Santana entraba y se colocaba en el asiento en frente del mío.

Me tambaleé hacia ella.

—Santana...

—No—Su v oz me fustigó con rabia, haciendo que yo retrocediera y cayera hacia atrás la limusina se puso en marcha, sacudiéndome.

Llorando, vi cómo se servía un v aso de licor de ámbar y se lo bebía.

Esperé en el suelo del coche y con el estómago revuelto por el miedo y la pena volvió a llenarse el vaso antes de cerrar el bar y recostarse en su asiento quería saber si Kitty estaba bien o malherida quería saber cómo estaba Santana, si se había herido o si se encontraba bien pero no podía.

No sabía si ella malinterpretaría esas preguntas y supondría que cualquier muestra de preocupación por Kitty significaba más de lo que era en realidad.

Su rostro permanecía impasible y su mirada era dura como el zafiro.

— ¿Qué significa ella para ti?

Me quité las lágrimas que caían en torrente por mi cara.

—Un error.

— ¿Entonces o ahora?

—Las dos cosas.

Retorció los labios con expresión desdeñosa.

— ¿Siempre besas así a tus errores?

El pecho me subía y bajaba mientras yo trataba de contener las ganas de llorar negué con la cabeza con fuerza.

— ¿La deseas? —me preguntó con tono severo, antes de volver a beber.

—No —susurré— Yo sólo te deseo a ti, Te quiero a ti, Santana Tanto que duele.

Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás aproveché la oportunidad para arrastrarme hacia ella necesitaba, al menos, salvar la distancia física que había entre las dos.

— ¿Te corriste por mí cuando tenía mis dedos dentro de ti, Brittany? ¿O por su maldita canción?

Oh, Dios mío... ¿Cómo podía dudarlo?

Yo le había hecho dudar, Había sido yo.

—Por ti, Tú eres la única que puede hacerme eso hacerme olvidar dónde estoy, de tal forma que no me importa quién está alrededor ni qué está pasando con tal de que me estés tocando.

— ¿No es eso lo que ha pasado cuando te ha besado? —Santana abrió los ojos y me miró fijamente—Ha tenido su boca en tu coño, Te ha follado...se ha corrido por ti.

Me encogí ante el terrible resentimiento que había en su tono, su despiadado rencor sabía bien cómo se sentía sabía muy bien que las imaginaciones podían herir y arañar hasta sentir que te estás volviendo loca en mi imaginación, ella y Emily habían follado docenas de veces mientras yo miraba con furia y celos enfermizos.

De repente, ella se incorporó y se echó hacia delante para acariciarme los labios con su dedo pulgar.

—Ha tenido tu boca.

Cogí su vaso y me bebí lo que quedaba en él, sintiendo asco por su sabor fuerte y la aguda quemazón me armé de valor y me lo tragué el estómago se me agitó a modo de protesta el calor del alcohol se extendió hacia fuera desde mis tripas.

Santana se dejó caer en su asiento, con el brazo extendido hacia mi cara.

Yo sabía que seguía viéndome besando a Kitty Sabía que eso le empezaba a corroer la mente.

Dejé caer el vaso en el suelo, me levanté entre sus piernas y hurgué en el botón de su pantalón.

Me agarró los dedos con fuerza pero mantuvo los ojos escondidos bajo su antebrazo.

— ¿Qué coño estás haciendo?

—Córrete en mi boca —le supliqué—Límpiala.

Hubo una larga pausa se quedó allí sentada, completamente inmóvil a excepción del fuerte movimiento de su pecho.

—Por favor, Santana.

Murmurando una maldición, me soltó dejando caer la mano a un lado.

—Hazlo.

Me abalancé sobre ella y el pulso se me aceleró al pensar que podría cambiar de idea y rechazarme... que pudiera decidir que había terminado conmigo la única ayuda que me ofreció fue una momentánea elevación de su cadera para que yo pudiera bajarle los vaqueros y las Bragas.

Entonces, su hermoso y delicioso coño quedo para mi boca.

Gemía al saborearla, al sentir el calor y la suavidad satinada de su piel, al olerla acaricié con mi mejilla su entrada, deseando tener su aroma por todo mi cuerpo, marcándome como suya mí lengua recorrió desde su entrada hasta su clictoris, lamiéndola de arriba a abajo.

Oí que hacía rechinar sus dientes cuando empecé a chuparla succionándole con fuerza su clictoris, con gemidos de disculpa y absoluta felicidad vibrando en mi garganta Me rompía el corazón que permaneciera tan callada, mi ruidosa amante que siempre me decía cochinadas, que siempre me decía lo que quería y lo que necesitaba... lo bien que se sentía cuando hacíamos el amor se estaba conteniendo, negándome la satisfacción de saber que le estaba dando placer.

Empecé a chuparle con más ganas la entrada hasta subir hasta su clictoris mas y más rápido, metí mi lengua en su entrada que está muy muy mojada en ese momento Juntó los muslos y su respiración se convirtió en fuertes jadeos sentí cómo se retorcía con el cuerpo en tensión y yo me volví loca, le metía la lengua hasta el fondo y forzando tanto mi boca que me dolía.
Estiró la espalda y levantó la cabeza del asiento dejándola caer cuando el primer chorro de su orgasmo se hizo presente.

Gimoteé mientras su sabor ponía en marcha mis sentidos haciendo que ansiara más le chupa la entrada succionando todo su jugo, su cuerpo tembló durante un largo rato al correrse nuevamente, No emitió sonido alguno, permaneciendo tan silenciosa como había estado durante la pelea.

Habría estado chupándola durante horas quise hacerlo, pero colocó las manos sobre mis hombros y me apartó. Levanté los ojos hacia su rostro desgarradora-mente hermoso y vi que los ojos le brillaban en aquella semioscuridad. Me rozó los labios con el pulgar, embadurnándolos con su líquido.

—Penétrame con tus dedos—me ordenó con v oz quebrada—Tengo más para ti.

Temblorosa y asustada por su severa lejanía, me zafé de los culottes que llevaba puestos.

—Quítatelo todo, menos las botas.

Hice lo que dijo, acelerando mi cuerpo al oír su orden haría lo que ella quisiera le demostraría que era suya y sólo suya pero para compensar, ella me necesitaba para saber que yo la amaba me desabroché la falda y me la quité, después me saqué la camiseta por la cabeza y la lancé sobre el asiento de enfrente. Luego me quité el sujetador.

Cuando me senté a horcajadas sobre ella, Santana me agarró de la cadera y levantó la vista hacia mí.

— ¿Estás húmeda?

—Sí.

—Te pone caliente chuparme.

Los pezones se me endurecieron el modo directo y burdo con el que hablaba de sexo también me ponía cachonda.

—Siempre.

— ¿Por qué la has besado?

Aquel repentino cambio de conversación me pilló de sorpresa el labio inferior me empezó a temblar.

—No lo sé.

Me soltó y levantó los brazos por encima de sus hombros para agarrarse con las dos manos al reposacabezas ver aquello me excitó, como todo lo que tenía que ver con ella Quería ver su cuerpo desnudo brillando de sudor, sus pechos rebotando y flexionándose mientras movía sus dedos dentro de mí.

Me lamí los labios saboreándola.

—Quítate la camisa.

Entrecerró los ojos.

—Esto no es para ti.

Me quedé petrificada y el corazón se me aceleró dentro del pecho.

Estaba utilizando el sexo en mi contra en la limusina, donde habíamos hecho el amor por primera vez, en la misma posición en que la había tenido por primera vez.

—Me estás castigando.

—Te lo has merecido.

No me importaba que tuviese razón si yo me lo merecía, ella también.

Me agarré con una mano a la parte superior del respaldo para no perder el equilibrio y con la otra mano empecé a buscar su entrada seguía muy muy mojada un músculo de su cuello se retorció cuando yo la acaricié para prepararla.

Mis ojos seguían posados en los suyos la miraba mientras la iba provocando, buscando cualquier indicio de la amante apasionada a la que adoraba no estaba allí una extraña furiosa me devolvía la mirada, desafiándome, mofándose de mí con su indiferencia.

Introduje en ella tres dedos de un solo y buscando también que nuestros sexos se rozaran.

—Dios, Joder —dijo pronunciando cada sílaba con una sacudida—Hostias.

Empecé a mover mis dedos de adentro hacia afuera y en círculos mientras mi clictoris rozara con el de ella de un forma provocadora y en ese momento vi que sus músculos estaban duros como una piedra y que su cuerpo abandonaba aquella mentira, No era indiferente.

Cada vez que sacaba mis dedos deliciosamente despacio de ella era una sensación de plenitud, aquella conexión tan caliente, era demasiado exquisita como para contenerse.

Gemí y ella se movió nerviosamente, formando con la cadera un delicioso círculo antes de poder quedarse quieta logrando que nuestros clictoris se rozaran totalmente.

—Cómo me gusta sentirte —susurré acariciando su centro con mi sexo ansioso y dolorido—Eres lo único que necesito, Santana Lo único que quiero estás hecha para mí.

—Se te había olvidado —dijo con los nudillos blancos de apretar el respaldo del asiento.

Me pregunté si simplemente se estaba sujetando o si se estaba conteniendo físicamente para no agarrarme.

—Nunca, No podría olvidarlo nunca formas parte de mí.

—Dime por qué la has besado.

—No lo sé—Apoyé mi frente húmeda contra la suya, sintiendo que las lágrimas me abrasaban dentro de los ojos—Dios mío, Santana, te juro que no lo sé.

—Entonces, cállate y haz que me corra.

Si me hubiese dado una bofetada no podría haberme asustado más, Me incorporé y me separé de ella.

—Vete a la mierda.

—Ya lo estás entendiendo.

Las lágrimas empezaron a correr por mi rostro.

—No me trates como a una puta.

—Brittany —Hablaba en voz baja y áspera, con tono de advertencia, pero sus ojos eran oscuros y desolados Llenos de un dolor igual al mío—Si quieres parar, ya sabes lo que tienes que decir.

Lópezfire Con una sola palabra pondría fin de una forma inequívoca e irrefutable a aquella agonía.

Pero no podía utilizarla ahora el simple hecho de que ella hubiera mencionado mi palabra de seguridad demostraba que me estaba poniendo a prueba, que me estaba provocando tenía un plan y si yo abandonaba ahora, nunca sabría cuál era.

Arqueé la espalda y arrastré mi sexo húmedo a lo largo de su vello púbico y, a continuación, bajé del todo. Ajusté el ángulo para que nuestros clictoris rozaran otra vez, jadeando mientras la sentía Enfadada o no, mi cuerpo adoraba al suyo. Me encantaba sentirla, aquella percepción de idoneidad que había allí a pesar de la rabia y el dolor.

Su respiración propulsaba sus pulmones con cada moviento de mis dedos y de mis caderas. Su cuerpo estaba caliente, muy caliente, irradiaba calor como un horno. Moví las caderas arriba y abajo. Tomando el placer que ella se negaba a darme. Mis muslos, mis nalgas, mi vientre y todo mi ser se tensaban con cada impulso.

La follé con todo mí ser, Soltó bufidos entre sus dientes apretados. Después, se corrió con fuerza, sus líquidos salían de su entrada grité, encantada de sentir aquello, buscando un orgasmo que me destrozara. Me agarraba con tanta fuerza que mi cuerpo estaba deseando liberarse después de haberle dado placer dos veces.

Pero se movió, agarrándome por la cintura e impidiendo que yo me moviera para rozarme contra ella, ahogué un grito cuando me di cuenta de que lo que ella hacía era evitar deliberadamente que yo me corriera.

—Dime por qué, Brittany.

— ¡No lo sé! —exclamé, tratando de empujar mis caderas contra ella, golpeándole los hombros con mis puños cuando me apretó aún más.

Manteniéndome clavada, Santana se puso de pie y todo cambió, me dio la vuelta para que no la mirara, después me inclinó por el borde del asiento con mis rodillas sobre el suelo. Con una mano en la parte inferior de la espalda, impidiendo que me levantara, colocó la palma de la otra sobre mi sexo y lo acarició, masajeando sus jugos en el interior de mi coño los esparció, cubriéndome con él. Mis caderas daban vueltas en círculo, buscando esa presión pequeña y perfecta que haría que me corriera.

Ella me la negaba, Deliberadamente.

Las caricias sobre mi clítoris y la anhelosa tensión dentro de mi coño vacío me estaban volviendo loca y mi cuerpo ansiaba liberarse. Me metió dos dedos y hundí las uñas en el cuero negro del asiento. Me folló con los dedos sin prisas, deslizándolos despacio hacia dentro y hacia fuera, manteniéndome al borde.

—Santana —gemí, mientras los tejidos sensibles de mi interior se ondulaban ávidamente alrededor de sus dedos. Estaba envuelta en sudor y apenas podía respirar empecé a rezar para que el coche se detuviera, para que llegáramos a nuestro destino, aguantando la respiración ante la desesperada expectativa de la huida. Pero la limusina no se detuvo.

Siguió avanzando más y más, y yo tenía el cuerpo tan sujeto que no podía levantarme para ver dónde estábamos.

Ella se plegó sobre mi espalda con sus pezones erectos en mi espalda.

—Dime por qué, Brittany—canturreó en mi oído—Sabías que yo iba detrás de ti... que te iba a ver...

Apreté los ojos y las manos hasta convertirlas en puños.

—No-lo-sé ¡Joder! ¡No tengo ni puta idea!

Sacó los dedos por un momento y, entonces, metió tres dedos de un golpe Mi sexo se contrajo espasmódicamente alrededor de su deliciosos dedos, succionándolos hacia el interior. Oí cómo su respiración se convertía en un gemido sordo y, a continuación, empezó a follarme

Grité de placer y todo mi cuerpo se estremeció de gusto mientras me follaba hasta el fondo, mientras sus dedos me frotaban y tiraba de mis tiernos y sobre estimulados nervios. La presión era cada vez más intensa y se preparaba como si fuera una tormenta.

—Sí —jadeé, estirándome mientras esperaba el final.

Se salió ante el primer apretón de mi sexo, dejándome de nuevo colgada del precipicio. Grité llena de frustración, tratando de levantarme y apartarme de aquella amante que se había convertido en la fuente de un tormento insoportable.

—Dime por qué, Brittany —susurró en mi oído como si fuese el mismo diablo— ¿Estás pensando en ella ahora? ¿Desearías que fuesen sus dedos los que están dentro de ti? ¿Desearías que fueran sus dedos los que se están follando tu perfecto coñito?
Volví a gritar.

— ¡Te odio! Eres una sádica y egoísta hija de... Volvió a meter sus tres dedos dentro de mí, inundándome, golpeando rítmicamente mi tembloroso interior.

Incapaz de aguantarlo un minuto más, traté de llevarme los dedos al clítoris porque sabía que una simple caricia haría que me corriera de una forma violenta.

—No —Santana me agarró las muñecas y me sostuvo las manos contra el asiento, con sus muslos entre los míos, manteniendo mis piernas abiertas para poder hundir sus dedos más adentro Una y otra vez. El ritmo de sus embistes firme e incesante.

Yo me revolvía, gritaba, me volvía loca. Podía hacer que me corriera solamente con sus dedos, provocándome un intenso orgasmo vaginal si simplemente pusiera sus dedos una y otra vez sobre el punto donde yo necesitaba que lo hiciera, un lugar cualquiera de mi interior que ella conocía de manera instintiva cada vez que me follaba.

—Te odio —dije entre sollozos mientras unas lágrimas de frustración mojaban mi rostro y el asiento que estaba debajo de mi mejilla.

Inclinándose sobre mí, jadeó en mi oído.

—Dime por qué, Brittany.

La furia se desató en mi interior y salió a borbotones.

— ¡Porque te lo merecías! ¡Porque tenías que saber qué es lo que se siente! ¡Lo mucho que duele, gilipollas egoísta!

Se quedó quieta Sentí cómo su respiración salía de ella entrecortadamente sentía un zumbido en los oídos, tan fuerte que al principio imaginé que deliraba al oír su voz suavizada y llena de ternura.

—Cielo—Acarició mi hombro con sus labios y sus manos me soltaron las muñecas deslizándose hasta cubrir con ellas mis pesados pechos—Mi testarudo y hermoso cielo por fin has dicho la verdad.

Santana me levantó y me puso derecha. Agotada, dejé caer la cabezas obre su hombro y mis lágrimas empezaron a caer sobre su pecho. No me quedaban fuerzas para seguir luchando y apenas fui capaz de gimotear cuando apretó uno de mis doloridos pezones entre sus dedos y bajó la otra mano hasta mis piernas abiertas. Sus dedos empezaron a embestir y sus dedos bombearon hacia arriba dentro de mí mientras pellizcaba los labios de mi sexo alrededor de mi palpitante clítoris y los frotaba.

Me corrí con un grito ronco pronunciando su nombre y mi cuerpo entero se convulsionó con violentos temblores mientras el alivio estallaba en todo mi cuerpo. El orgasmo duró una eternidad y Santana permaneció infatigable, extendiendo mi placer con las perfectas estocadas de sus dedos que con tanta desesperación había ansiado yo antes.

Cuando por fin me dejé caer en sus brazos, resollando y empapada en sudor, ella me levantó con cuidado para sacar sus dedos de mí y me tumbó sobre el asiento. Destrozada, me cubrí la cara con las manos, incapaz de detenerla cuando me abrió las piernas y puso su boca sobre mí. Estaba empapada de sus jugos y no le importó, dando lengüetazos y chupando mi clítoris hasta que me corrí otra vez. Y otra.

Arqueé la espalda con cada orgasmo y la respiración salía de mis pulmones con un susurro.

Perdí la cuenta de cuántos orgasmos tuve después de que empezaran a interponerse unos sobre otros subiendo y bajando como la marea. Traté de separarme, pero ella se estiró y subiéndose encima de mí con una rodilla sobre el asiento y la otra pierna extendida hasta el suelo.

Puso las manos sobre la ventanilla que había sobre mi cabeza, exponiendo su cuerpo de la misma forma que antes se había negado a hacerlo.

La empujé.

— ¡Ya está! No puedo más.

—Lo sé—Su brazo se endureció cuando deslizó sus dedos dentro de mí, con los ojos sobre mi rostro mientras empujaba con cuidado entre los tejidos hinchados—Sólo quiero estar dentro de ti.

Mi cuello se arqueó cuando entró más adentro y de mí se escapó un pequeño sonido al sentir taaaanto placer. Por muy agotada y sobre estimulada que estuviera, seguía ansiando poseerla y que ella me poseyera. Sabía que siempre la desearía.

Bajó la cabeza y presionó los labios contra mi frente.

—Tú eres lo único que quiero, Britt No hay nadie más Y nunca la habrá.

—Santana—Ella sabía, aunque yo no, que la noche se había echado a perder por culpa de mis celos y mi profunda necesidad de hacer que sintiera lo mismo.

Me besó con ternura, con veneración, borrando el recuerdo de los labios de cualquier otra sobre los míos.

—Cielo—La v oz de Santana sonó áspera y cálida en mi oído—Despierta.

Solté un gemido, apretando los ojos y enterrando la cara aún más bajo su cuello.

—Déjame, obsesa sexual.

Su risa silenciosa me sacudió me besó con fuerza en la frente y se revolvió para salir de debajo de mí.

—Hemos llegado.

Entre abrí un ojo y la vi poniéndose de nuevo los vaqueros no se había quitado la camisa en ningún momento. Me di cuenta de que había salido el sol. Me incorporé en el asiento y miré por la ventanilla, ahogando un grito cuando vi el mar. Habíamos parado en una ocasión para echar gasolina pero no había sido capaz de ubicarme ni imaginar dónde estábamos Santana no quiso contestarme cuando se lo pregunté, y sólo dijo que se trataba de una sorpresa.

— ¿Dónde estamos? —pregunté en voz baja, estremecida al ver el sol sobre el agua. Tenía que estar bien entrada la mañana. Quizá fuese mediodía.

—Carolina del Norte, Levanta los brazos.

Obedecí de forma automática y ella me metió la camiseta por la cabeza.

—Necesito mi sujetador —murmuré cuando volví a verla.

—Aquí no hay nadie que vaya a verte más que yo y vamos directos a la bañera.

Volví a mirar el edificio erosionado y cubierto de guijarros junto al que estábamos aparcadas tenía al menos tres plantas con terrazas y balcones en la fachada y en los laterales y una curiosa puerta sencilla en la parte de atrás. Se levantaba sobre unos pilotes en la orilla del mar, tan cerca del agua que supe que la marea debía subir justo por debajo de ella.

— ¿Durante cuánto rato hemos estado viajando?

—Casi diez horas. —Santana me subió la falda por las piernas y me puse de pie para que pudiera colocarla en su sitio y subirle la cremallera—Vamos.

Ella salió primero y, después, extendió la mano para que yo me agarrara a ella. La brisa fresca y salada me dio en la cara despertándome. El cadencioso oleaje del océano me hizo conectar con el momento y el lugar donde nos encontrábamos. No veía a Angus por ningún lado, lo cual era un alivio, puesto que yo era muy consciente de que me faltaba la ropa interior.

— ¿Ha estado Angus conduciendo toda la noche?

—Nos intercambiamos cuando paramos a echar gasolina.

Miré a Santana y el corazón se me paró al ver la forma tan tierna y embrujada con que me miraba. Tenía la sombra de una magulladura en la mandíbula y extendí la mano para tocársela, sintiendo un dolor en el pecho cuando acarició con la nariz la palma de mi mano.

— ¿Te duele en algún otro sitio? —le pregunté emocionalmente desnuda tras la larga noche que habíamos pasado.

Ella me agarró de la muñeca y atrajo mi mano abriéndola por encima de su corazón.

—Aquí.

Mi amor... También había sido duro para ella.

—Lo siento mucho.

—Yo también. —Me besó las yemas de los dedos y, después, entrelazó nuestras manos y me condujo al interior de la casa.

La puerta estaba abierta y entró directamente había una cesta de mallade alambre sobre una consola justo detrás de la puerta con una botella de vino y dos copas anudadas con un lazo. Cuando Santana giró el cerrojo con un firme chasquido, cogí el sobre de bienvenida y lo abrí. Sobre la palma de mi mano cayó una llave.

—No vamos a necesitar eso. —Cogió la llave y la dejó sobre la consola—Durante los próximos dos días, vamos a ser ermitañas las dos.

Un zumbido de placer me invadió por dentro, seguido de algo más que asombro por el hecho de que una mujer como Santana López pudiera disfrutar tanto de mi compañía como para no necesitar a nadie más.

—Vamos —dijo tirando de mí escaleras arriba—Nos ocuparemos del vino después.

—Sí, Primero café.

Me fijé en la decoración de la casa era rústica por fuera pero moderna por dentro las paredes tenían un zócalo de madera y estaban pintadas de un luminoso color blanco con montones de fotografías de conchas de mar en blanco y negro. Los muebles eran todos blancos y la mayoría de los accesorios eran de cristal y metal. Habría quedado austero de no ser por la hermosa vista del océano, el color de las alfombras que cubrían los suelos de madera y la colección de libros de tapa dura que llenaban las estanterías empotradas.

Cuando llegamos a la planta superior, sentí un aleteo de felicidad el dormitorio principal era un espacio completamente abierto tan sólo roto por dos columnas ramos de rosas blancas, tulipanes blancos y lirios de agua blancos cubrían casi todas las superficies planas y había incluso algunas en el suelo de alguna zona estratégica la cama era enorme y estaba vestida con satén blanco, lo que me recordó a una suite nupcial, impresión que quedó reafirmada por la fotografía en blanco y negro de un vaporoso pañuelo o velo que levantaba el viento y que colgaba por encima del cabecero.

Miré a Santana.

— ¿Has estado aquí antes?

Alargó la mano y soltó mi cola de caballo ahora torcida.

—No, ¿Qué motivos iba a tener para venir?

Exacto, No llevaba a mujeres a ningún sitio aparte de su picadero en el hotel, el cual, al parecer, seguía conservando mis ojos se me cerraron de cansancio cuando me pasó los dedos por los mechones sueltos de mi pelo.

Yo no tenía fuerzas ni para enfadarme por eso.

—Quítate la ropa, cielo voy a preparar el baño.

Retrocedió abrí los ojos y la agarré de la camisa no sabía qué decir.
Simplemente no quería dejar que se fuera.

Ella debió entenderlo.

—No me voy a ninguna parte, Britt —Santana colocó las manos sobre mi mandíbula y me miró fijamente a los ojos, mostrándome la intensidad y el rayo láser que me había atrapado desde la primera vez—Si lo quisieras a ella, para mí no sería suficiente dejarte marchar, Te quiero demasiado quiero que estés conmigo, en mi vida, en mi cama si puedo conseguir eso, lo demás no importa no soy demasiado orgullosa a la hora de coger lo que puedo tener.

Me dejé caer hacia ella, atraída por su obsesiva e insaciable necesidad de mí, lo cual reflejaba lo mucho que yo la necesitaba.

Cerré la mano sobre el algodón de su camisa.

—Cielo —susurró mientras bajaba la cabeza para apretar su mejilla contrala mía— Tú tampoco puedes dejarme marchar.

Me cogió en brazos y me llevó con ella al baño.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola C:

Bueno aqui vengo a dejarles otro capitulo de esta historia :)

Dejen sus opiniones sobre como estuvo el capitulo
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 918367557

Saludos Y besos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Sáb Sep 27, 2014 10:36 pm

holap dan,..

intenso,... si que britt le hizo pagar a san un poco de celos con el beso a kitty!!!
ufff linda forma de conseguir la verdad de birtt jajajajaj
a ver como pasan le de ermitañas ???

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Dom Sep 28, 2014 9:51 pm

Omg! Ha estado super intenso el capitulo, amo que san se ponga celosa, fue fuerte y Wanky! Aeww se necesitan tanto!
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por monica.santander Lun Sep 29, 2014 12:43 am

mamita que capitulo!!!!!!!
Creo que tienen mucho que hablar estas chicas!!
Hermoso capitulo!!
saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Mar Sep 30, 2014 1:02 pm

Ha estado increible! San velosa me gusta y su forma de vengarze o savat informacion xD no yardes!
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Miér Oct 01, 2014 8:34 pm

3:) escribió:holap dan,..

intenso,... si que britt le hizo pagar a san un poco de celos con el beso a kitty!!!
ufff linda forma de conseguir la verdad  de birtt jajajajaj
a ver como pasan le de ermitañas ???

nos vemos!!!

Hola Hola :)
Creo que San me puede hacer pagar asi cuando quiera jajaja y ya veremos que se hablara ahi !
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

monica.santander escribió:mamita que capitulo!!!!!!!
Creo que tienen mucho que hablar estas chicas!!
Hermoso capitulo!!
saludos

Hola Hola!
Viste todo un espectáculo jajajjaja y ya veremos todo lo que hablaran y mmmmm y no hablaran :P jajajjaa
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

lauravm98 escribió:Ha estado increible! San velosa me gusta y su forma de vengarze o savat informacion xD no yardes!

Hola Hola!
jajajajajja san :3 mi amor jajajajja y ella me puede sacar asi toda la información que quiera jajaja
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Miér Oct 01, 2014 9:17 pm

Capítulo 11


Eché la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y la espalda apoyada sobre el pecho de Santana, escuchando el sonido del agua mientras deslizaba lentamente las manos por mi cuerpo en la bañera con patas.

Me había lavado el pelo y, después, el cuerpo, acicalándome con mimo.

Sabía que estaba compensándome por la noche anterior y el modo en que hizo que me enfrentara a la verdad, Una verdad que ella conocía de sobra, pero que necesitaba que yo también viera.

¿Cómo es que me conocía tan bien... mejor de lo que me conocía yo misma?

—Háblame de ella —murmuró pasando los brazos alrededor de mi cintura.

Respiré hondo había estado esperando que me preguntara por Kitty.

Yo también conocía bien a Santana.

—Primero dime si está bien.

Hubo una pausa antes de que contestara.

—No tiene ningún daño irreparable ¿Te importaría que lo tuviera?

—Claro que sí—Oí cómo rechinaban sus dientes.

—Quiero que me hables de vosotras dos —me pidió con tono serio.

—No.

—Brittany...

—No utilices ese tono conmigo, Santana Estoy cansada de ser un libro abierto para ti mientras tú te guardas todos tus secretos—Eché la cabeza a un lado para apretar mi mejilla contra la suya mojada— Si lo único que consigo tener de ti es tu cuerpo, lo aceptaré pero no puedo darte nada más a cambio.

—Quieres decir que no quieres, Seamos...

—No puedo—Me separé de ella, girándome para poder mirarla a la cara— ¡Mira lo que esto está haciendo conmigo! Anoche te hice daño apropósito sin tan siquiera darme cuenta de ello, porque el rencor me corroe aun cuando me convenzo de que puedo vivir con todo lo que no me cuentas.

Se incorporó y abrió los brazos.

— ¡Estoy completamente abierta para ti, Britt! Haces que suene como si no me conocieras... como si lo único que tuviéramos fuera sexo... cuando tú me conoces mejor que ninguna otra persona.

—Hablemos de las cosas que no conozco ¿Por qué eres propietaria de un porcentaje tan grande de Vidal Records? ¿Por qué odias la casa de tu familia? ¿Por qué estás enemistada con tus padres? ¿Qué hay entre tú y el doctor Terrence Lucas? ¿A dónde fuiste la otra noche cuando tuve aquella pesadilla? ¿Qué hay detrás de las tuyas? ¿Por qué...?

— ¡Basta! —exclamó bruscamente pasándose las manos por el pelo mojado.

Yo me calmé, observando y esperando mientras ella claramente luchaba consigo misma.
—Ya deberías saber que puedes contármelo todo —le dije en voz baja.

— ¿De verdad? —Me miró fijamente— ¿No has tenido ya que pasar por alto suficientes cosas? ¿Cuánta mierda tengo que echarte encima hasta que salgas corriendo?

Coloqué los brazos sobre el borde de la bañera, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos.

—Muy bien entonces, sólo tendremos un rollo sexual y nos quejaremos ante un terapeuta una vez por semana me alegra saberlo.

—Me la follé —soltó de pronto—Ahí lo tienes ¿Te sientes mejor?

Me levanté tan rápido que el agua se derramó por el filo de la bañera sentí un calambre en el estómago.

— ¿Te follaste a Emily?

—No, maldita sea—Tenía el rostro encendido—A la mujer de Lucas.

—Ah... —Recordé la foto de ella que había visto cuando busqué en Google.

—Es pelirroja —dije sin convicción.

—Mi atracción por Anne estaba completamente basada en su relación con Lucas.

Fruncí el ceño confundida—Entonces, ¿las cosas entre tú y Lucas iban mal antes de que te acostaras con su mujer? ¿O fue ése el motivo?

Santana apoyó el codo en el borde de la bañera y se frotó la cara.

—Él me alejó de mi familia, Yo le devolví el favor.

— ¿Destrozaste su matrimonio?

—La destrocé a ella —dijo con un fuerte suspiro—Se acercó a mí en una gala benéfica para recaudar fondos Yo la ignoré hasta que supe quién era sabía que haría polvo a Lucas si se enteraba de que me la había tirado se presentó la oportunidad, así que la aproveché se suponía que sólo iba a ser una vez, pero Anne se puso en contacto conmigo al día siguiente como a él le haría más daño saber que no había tenido suficiente, dejé que continuara cuando estuvo dispuesta a dejarlo por mí, la envié de vuelta con su marido.

Me quedé mirándola, notando su desafiante bochorno lo volvería a hacer, pero sentía vergüenza por lo que había hecho.

— ¡Di algo! —exclamó.

— ¿Creía ella que la amabas?

—No, Joder Soy una gilipollas por haberme enrollado con la mujer de otro, pero no le prometí nada estaba jodiendo a Lucas a través de ella no esperaba que se convirtiera en un daño colateral. De haberlo sabido, no habría permitido que llegáramos tan lejos.

—Santana —suspiré negando con la cabeza.

— ¿Qué? —Casi tenía los nervios de punta y se mostraba inquieta y ansiosa— ¿Por qué has pronunciado mi nombre de esa forma?

—Porque, para ser una mujer tan inteligente, te comportaste de forma ridícula y torpe ¿Te acostabas con ella habitualmente y no esperabas que se enamorara de ti?

—Dios mío—Dejó caer la cabeza hacia atrás con un gruñido— Otra vez no entonces, se incorporó de repente.

—Mira, ¿sabes una cosa? Sigue pensando que soy un regalo de Dios para las mujeres, cielo es mejor para mí que creas que soy lo mejor que puedes conseguir.

La salpiqué agua la facilidad con que rechazaba su atractivo era otra cosa en la que me veía reflejada en ella Conocíamos nuestras cualidades y jugábamos nuestras mejores bazas pero no sabíamos ver lo que nos hacía lo suficientemente únicas como para que alguien nos quisiera de verdad.

Santana se movió hacia delante y me agarró de las manos.

—Ahora cuéntame qué cojones tuviste con Kitty Wilde.

—Tú no me has contado qué hizo el doctor Lucas para cabrearte.

—Sí que lo he hecho.

—No con detalle —alegué.

—Te toca a ti desembuchar a delante.

Tardé un largo rato en conseguir que me salieran las palabras ninguna persona quería a una antigua puta como novia pero Santana esperó pacientemente obstinadamente. Yo sabía que no iba a permitir que me saliera de la bañera hasta que le hablara de Kitty.

—Yo no era más que un polvo cómodo para Kitty —confesé sin más, deseando acabar con aquello—Y lo permití... Hice todo lo posible porque fuera así... porque en esa época de mi vida el sexo era la única forma que conocía de sentirme querida.

—Ha escrito una canción de amor sobre ti, Brittany.

Aparté la mirada.

—La realidad no habría servido para ninguna balada, ¿no crees?

— ¿Tú la querías?

—Yo... no. —Miré a Santana cuando soltó un fuerte suspiro, como si hubiese estado conteniendo la respiración—Me volvían loca ella y su forma de cantar, pero era algo absolutamente superficial. Nunca llegué a conocerla de verdad.

Vi que todo su cuerpo se relajó—Fue parte de una... fase ¿Es eso?

Asentí y traté de soltar mis manos de las suyas, deseando deshacerme de mi sensación de vergüenza no culpaba a Kitty ni a ninguna de las personas que habían pasado por mi vida en aquella época. No podía culpar a nadie más que a mí misma.

—Ven aquí. —Santana me agarró por la cintura y me acercó a ella, apoyándome otra vez sobre su pecho su abrazo era la sensación más maravillosa del mundo. Acariciaba con sus manos toda mi espalda, tranquilizándome—. No voy a mentirte quiero moler a palos a cualquier persona que te haya tenido más vale que las mantengas alejadas de mí pero nada de lo que haya en tu pasado puede cambiar lo que siento por ti Y Dios sabe que no soy ninguna santa.

—Ojalá pudiera hacer que todo eso desapareciera —susurré—No me gusta recordar la chica que era entonces.

Apoyó el mentón en lo alto de mi cabeza.

—Te entiendo, Por mucho que me duchara después de haber estado con Anne, nunca era suficiente para sentirme limpia.

Apreté los brazos alrededor de su cintura, mostrándole consuelo ya probación. Y, a cambio, aceptando agradecida lo que éramos las dos.

La bata de seda blanca que encontré colgada en el armario era preciosa.

Estaba revestida con un magnífico tejido de felpa y tenía bordados de hilo de plata en los puños. Me encantaba, lo cual era bueno puesto que, al parecer, se trataba de la única prenda de ropa que había para mí en toda la casa.

Vi que Santana se ponía unos pantalones de pijama de seda negra y se ataba el cordón y después se ponía un top deportivo.

— ¿Por qué tú tienes ropa y yo una bata?
Levantó los ojos hacia mí a través de un mechón de pelo negro que le caía por encima de la frente.

— ¿Porque he sido yo quien lo ha organizado todo?

—Mala.

—Simplemente me hace más fácil estar a la altura de tu insaciable apetito sexual.

— ¿Mi insaciable apetito? —Fui al baño para quitarme la toalla de la cabeza—Recuerdo claramente que anoche te supliqué que me dejaras tranquila ¿O ha sido esta mañana, después de pasar toda la noche sin dormir?

Vino hasta la puerta detrás de mí.

—Esta noche vas a tener que suplicármelo otra vez, Voy a preparar café.

En el espejo, vi que se giraba y advertí el cardenal oscuro que tenía en un costado estaba en la parte inferior de su espalda, donde no había tenido oportunidad de verla antes.

Me di la vuelta— ¡Santana! Estás herida Deja que lo vea.

—Estoy bien—Ya había bajado la mitad de las escaleras antes de que pudiera detenerla—No tardes mucho.

Me invadió un sentimiento de culpa y sentí un espantoso deseo de llorar.

La mano me temblaba mientras me pasaba un cepillo por la cabeza. Habían equipado el baño con mis habituales artículos de tocador, demostrando una vez más lo considerada y atenta que era Santana, lo que no hacía más que subrayar mis carencias estaba convirtiendo su vida en un infierno.

Después de todo lo que ella había sufrido, lo último que necesitaba era tener que ocuparse de mis problemas.

Bajé las escaleras hasta la primera planta y me sentí incapaz de ir con Santana a la cocina necesitaba un minuto para calmarme y poner una cara sonriente no quería echarle a perder también el fin de semana.

Salí por la puerta de cristal que conducía a la terraza. Sentí de inmediato el fragor del oleaje y el agua salada pulverizando mi cuerpo. El dobladillo de mi bata se ondulaba suavemente con la brisa del mar, refrescándome de una forma que me pareció estimulante.

Respiré hondo, me agarré a la barandilla y cerré los ojos, tratando de encontrar la paz que necesitaba para evitar que Santana se preocupara. Mi problema era yo misma y no quería molestarla con algo que ella no podía cambiar sólo yo podía hacer de mí una persona más fuerte y tenía que hacerlo si quería hacerla feliz y ofrecerle la seguridad que tan desesperadamente buscaba en mí.

La puerta se abrió detrás de mí y respiré hondo antes de girarme con una sonrisa Santana salió con dos tazas humeantes cogidas en una mano; una de ellas con café solo y la otra con leche semidesnatada. Sabía que estaría completamente a mi gusto y delicioso porque Santana sabía exactamente lo que me gustaba no porque yo se lo hubiese dicho, sino porque prestaba atención a todo lo que me concernía.

—No sigas machacándote —ordenó con tono severo mientras colocaba las tazas sobre la barandilla.

Dejé escapar un suspiro. Por supuesto, no podía ocultarle mi estado de ánimo con una simple sonrisa. Veía a través de mí.

Agarró mi cara entre sus manos y me miró.

—Ya ha pasado, Olvídalo.

Extendí los brazos y pasé los dedos por donde había visto la magulladura.

—Tenía que ocurrir —dijo con sequedad—No, Calla y escúchame creía entender lo que sentías con respecto a Emily y, francamente, pensaba que simplemente no lo llevabas bien pero no tenía ni idea he sido una idiota egoísta.

—No lo llevo bien, La odio con toda mi alma no puedo pensar en ella sin ponerme de mal humor.

—Lo entiendo ahora antes no—Retorció la boca con expresión de arrepentimiento—A veces, hace falta que ocurra algo drástico para hacerme despertar por suerte, siempre se te ha dado muy bien llamar mi atención.

—No trates de quitarle importancia a esto, Santana Podrías haber terminado gravemente herida por mi culpa.

Me agarró por la cintura cuando iba a darme la vuelta.

—He terminado gravemente herida por ti al verte en los brazos de otra, besándola —Sus ojos se volvieron abrasadores y oscuros— Me destrozó, Brittany Me partió en dos y me desangró La golpeé como una forma de autodefensa.

—Oh, Dios mío —susurré, devastada por aquella brutal sinceridad—Santana.

—Estoy indignada conmigo misma por no haber sido más comprensiva con lo de Emily Si un beso puede hacer que me sienta así... —Me envolvió con fuerza entre sus brazos, con un brazo alrededor de mi cintura y con el otro sobre mi espalda para agarrarme la parte posterior dela cabeza, apresándome—Si alguna vez me engañaras, me moriría —dijo con voz ronca.

Giré la cabeza y apreté los labios contra su cuello.

—Ese estúpido beso no significó nada menos que nada.

Me agarró el pelo y echó mi cabeza hacia atrás—No entiendes lo que tus besos significan para mí, Britt Tú simplemente los das como si fuera una tontería...

Santana bajó la cabeza y selló su boca con la mía empezó suavemente, de una forma dulce y provocadora, acariciando con su lengua mi labio inferior abrí la boca y asomé la lengua para tocar la suya. Inclinó la cabeza y lamió el interior de mi boca con lametones rápidos y profundos que despertaron un deseo dormido.

Levanté los brazos y deslicé los dedos por su cabello mojado, poniéndome de puntillas para besarla más dentro sus labios se movían contra los míos, y se volvían más húmedos y calientes.

Nos estábamos comiendo la una a la otra, de un modo cada vez más feroz hasta que empezamos a follarnos mutuamente la boca, copulando apasionadamente con labios, lenguas y pequeños mordiscos. Yo jadeaba de deseo por ella y movía mis labios por encima de los suyos, mientras de mi garganta salían sonidos de deseo.

Sus dedos eran regalos me besaba con todo su ser, con fuerza, pasión, deseo y amor no se guardaba nada, lo daba todo, lo ponía todo al descubierto.

La tensión se marcó en su poderoso contorno y su dura piel de satén se fue calentando de una forma febril sumergía la lengua en mi boca enredándola con la mía y su respiración rápida se mezclaba con la mía inundándome los pulmones mis sentidos se empaparon de ella, de su sabor, de su olor, y la mente me daba vueltas mientras yo ladeaba la cabeza tratando de saborearla aún más quería lamerla más adentro, chuparle con fuerza devorarla.

La deseaba demasiado.

Sus manos recorrían mi espalda temblorosas e inquietas gimió y mi sexo respondió apretándose. Tirando del cinturón de mi bata, lo soltó y ésta se abrió agarró mi cintura desnuda. Me mordió el labio inferior hundiendo los dientes en él mientras lo acariciaba con la lengua. Yo gimoteé deseando más, sintiendo que mi boca se hinchaba y se volvía más sensible.

Por muy cerca que estuviésemos, nunca era suficiente.

Santana me agarró las nalgas y me atrajo con fuerza hacia ella, y sus pezones a través del top se pagaban a los míos era como el cielo Me soltó el labio y volvió a entrar en mi boca, llenándome con el sabor de su deseo mientras su lengua se convertía en un látigo de terciopelo de un placer atormentador.

Una fuerte sacudida la hizo estremecerse y soltó un gruñido mientras movía la cadera en círculo. Apretó los dedos sobre mi culo y su gemido hizo que mis labios vibraran se corrió con un fuerte gemido, empapando la seda de su pantalón.

Yo solté un grito, enternecida y dolorida, completamente excitada al ver que podía hacer que perdiera el control de esa forma simplemente con besarla.

Me soltó y sus pulmones se movían pesadamente.

—Tus besos son míos.

—Sí, Santana... —Estaba conmocionada, me sentía desnuda y expuesta tras el momento más erótico de mi vida.

Ella se puso de rodillas y me metió la lengua hasta que estallé en un orgasmo.

Nos duchamos y pasamos durmiendo toda la mañana. Me sentía de maravilla al dormir con ella de nuevo, con la cabeza apoyada en su pecho, el brazo envolviendo su vientre y las piernas enredadas entre las suyas.

Cuando nos despertamos poco después de la una de la tarde, yo estaba hambrienta.

Bajamos a la cocina juntas y descubrí que me gustaba aquel espacio de apariencia tan moderna y austera. Las puertas de los armarios de cristal aguado hacían buena pareja con el granito y el suelo de madera oscura. Y lo que era aún mejor, la despensa estaba totalmente equipada.

No había necesidad de salir de la casa para nada.

Fuimos a lo fácil y preparamos bocadillos, nos los llevamos a la sala de estar y nos los comimos con las piernas entrelazadas sobre el sofá, una frente a otra.

Llevaba la mitad cuando sorprendí a Santana mirándome con una sonrisa.

— ¿Qué? —pregunté mientras daba un mordisco.

—Arnoldo tiene razón, Es gracioso verte comer.

—Cállate.

Su sonrisa se volvió más amplia parecía tan despreocupada y feliz que sentí una punzada en el corazón.

— ¿Cómo has encontrado este lugar? —le pregunté—. ¿O fue Scott quien lo encontró?

—Fui yo. —Se metió una patata frita en la boca y se lamió la sal de los labios, lo que me pareció de lo más erótico—. Quería llevarte a alguna isla donde nadie pudiera molestarnos esto se le parece mucho, sin tener que perder tiempo en el viaje. En principio, había pensado que viniéramos en avión.

Seguí comiendo pensativa, recordando el largo viaje hasta allí. Pese a que podría haber sido una locura, había algo excitante en la idea de que hubiera tenido que reorganizar nuestro programa simplemente para follarme hasta la extenuación durante horas, utilizando la necesidad que yo tenía de ella para enfrentarme a una verdad que había bloqueado. Imaginé toda la frustración y la rabia que debían haber impulsado sus planes... con el pensamiento centrado en liberar toda aquella furiosa pasión sobre mi indefenso y voluntarioso cuerpo...

—Estás poniendo esa mirada de fóllame —observó—Y me llamas a mí obsesa sexual.

—Perdona.

—No es que me queje.

Rebobiné mis pensamientos hasta un momento anterior de la noche.

—Ya no le gusto a Arnoldo.

Me miró arqueando una de sus oscuras cejas.

— ¿Estás poniendo esa cara de fóllame mientras piensas en Arnoldo? ¿También a él voy a tener que darle una paliza?

—No, mujer Lo he dicho para que no pensáramos en el sexo y porque necesitaba decírtelo.
Se encogió de hombros.

—Hablaré con él.

—Creo que debería ser yo quien lo hiciera, por si sirve de algo.

Santana me estudió con sus ojos increíblemente cafés.

— ¿Qué le vas a decir?

—Que tiene razón, Que no te merezco y que la he jodido pero que estoy locamente enamorada de ti y que me gustaría tener la oportunidad de demostraros a los dos que puedo ser lo que necesitas.

—Cielo, si te necesitara más, no podría vivir. —Se llevó mi mano a los labios para besarme en las yemas de los dedos—. Y no me importa lo que piensen los demás. Tenemos nuestro propio ritmo y para nosotras funciona.

— ¿Para ti funciona? —Cogí mi botella de té helado de la mesita y di un trago—Sé que te agota. ¿Piensas alguna vez que es demasiado difícil o doloroso?

—Eres consciente de lo sugerente que suena eso, ¿Verdad?

—Ay, Dios mío —me reí—Eres terrible.

Sus ojos brillaron divertidos.

—Eso no es lo que sueles decir.

Negué con la cabeza y continué comiendo.

—Cielo, prefiero discutir contigo que reírme con nadie más.

¡Dios mío! Tardé un minuto en poder tragarme el último bocado que había en mi boca.

—Sabes... que te amo con locura.

Sonrió.

—Sí, lo sé.

Tras recoger lo que habíamos ensuciado con el almuerzo, lancé el estropajo al fregadero.
—Tengo que hacer la llamada de los sábados a mi padre.

Santana negó con la cabeza.

—Imposible, Tendrás que esperar al lunes.

— ¿Qué? ¿Por qué?

Me atrapó contra el mostrador agarrándose al filo conmigo en medio.

—No hay teléfonos.

— ¿En serio? ¿Y tu teléfono móvil?

—Yo me había dejado el mío en casa antes de que fuéramos al concierto, sabiendo que no tenía sitio para guardarlo y que no tenía intención de utilizarlo de todos modos.

—Va en la limusina camino de Nueva York Tampoco hay internet mandé que se llevaran el módem y los teléfonos antes de que llegáramos.

Me quedé sin habla Con todas las responsabilidades y compromisos que tenía, quedarse incomunicada durante el fin de semana era.... increíble.

—Vaya ¿Cuándo fue la última vez que desapareciste así de la faz de la tierra?

—Pues... nunca.

—Debe haber al menos media docena de personas aterradas por no poder consultarte nada.
Levantó los hombros con despreocupación—Se las apañarán.

El placer me invadió—Te tengo toda para mí.

—Absolutamente—Su boca adoptó una sonrisa maliciosa— ¿Qué vas a hacer conmigo, cielo?
Le devolví la sonrisa, extasiada de felicidad.

—Seguro que se me ocurre algo.

Fuimos a dar un paseo por la playa.

Me remangué unos pantalones de pijama de Santana y me puse mi camiseta blanca sin mangas, que quedaba indecente porque mi sujetador iba camino de Nueva York junto con el teléfono móvil de Santana.

—Me he muerto y estoy en el cielo —dijo, mirándome el pecho mientras caminábamos por la orilla—, donde se hacen realidad todos los sueños y fantasías eróticas de mi adolescencia, y todo es para mí.

Golpeé su hombro con el mío.

— ¿Cómo puedes pasar de ser irresistiblemente romántica a grosera en el espacio de una hora?

—Es otro de mis muchos talentos. —Su mirada volvió a aterrizar en las puntas prominentes de mis pezones, que estaban duros por la exposición a la brisa del mar. Me apretó la mano y soltó un exagerado suspiro de felicidad— En el cielo con mi cielo, No se puede estar mejor.

Tuve que asentir la playa era preciosa, temperamental y agreste, y me recordaba mucho a la mujer cuya mano agarraba el sonido del oleaje y los graznidos de las gaviotas me invadían con una auténtica sensación de felicidad el agua estaba fría bajo mis pies mojados y el viento me azotaba el pelo sobre la cara había pasado mucho tiempo desde que no me sentía tan bien y le estaba agradecida a Santana por habernos regalado ese tiempo apartadas para disfrutar la una de la otra Éramos perfectas cuando estábamos juntas y solas.

—Te gusta esto —apuntó.

—Siempre me ha encantado estar cerca del agua el segundo marido de mi madre tenía una casa en un lago recuerdo pasear por la orilla con ella como ahora y pensar que algún día me compraría algo cerca del agua.

Me soltó la mano y, en su lugar, me pasó el brazo por los hombros.

–Pues hagámoslo ¿Qué hay de este sitio? ¿Te gusta?

La miré, amando los ojos que el viento dejaba entrever a través de su pelo.

— ¿Está en venta?

Tiró hacia la playa que teníamos frente a nosotras.

—Todo está en venta por un precio adecuado.

—¿A ti te gusta?

—El interior es un poco frío con tanto blanco, aunque el dormitorio principal me encanta como está podríamos cambiar el resto hacerlo más nuestro.

—Nuestro —repetí, preguntándome qué sería eso me encantaba su apartamento con esa elegancia del Viejo Mundo. Y creo que se sentía cómoda en mi casa, que era más moderna combinando las dos...—Un paso muy grande eso de comprar una casa juntas.

—Un paso inevitable —me corrigió—Dijiste que la separación del doctor Petersen no es una opción.

—Sí, es verdad. —Caminamos un poco más en silencio. Traté de saber qué sentía ante el hecho de que Santana quisiera que hubiese un nexo más tangible entre las dos. También me pregunté por qué había elegido una propiedad conjunta como el modo de conseguirlo—. Entonces, supongo que a ti también te gusta esto.

—Me gusta la playa—Se apartó el pelo de la cara—. Tengo una fotografía con mi padre construyendo un castillo de arena en una playa.

Fue un milagro que no me tambaleara Santana daba muy poca información de forma voluntaria sobre su pasado y, cuando lo hacía, casi se trataba de un hecho trascendental.

—Me gustaría verla.

—La tiene mi madre—Dimos unos cuantos pasos más antes de que dijera—: Se la pediré para que la veas.

—Iré contigo—Aún no me había dicho por qué, pero sí me había contado una vez que la casa de los Vidal suponía para ella una pesadilla.

Sospeché que cualquiera que fuese el origen de su parasomnia habría tenido lugar allí.
El pecho de Santana se hinchó al respirar hondo.

—Puedo pedir que me la envíen por correo.

—De acuerdo—Giré la cabeza para besar sus magullados nudillos, que descansaban en mi hombro—Pero mi oferta sigue en pie.

— ¿Qué te pareció mi madre? —preguntó de repente.

—Es muy guapa, Muy elegante, Refinada—La observé y vi el cabello negro de Elizabeth Vidal y sus impresionantes ojos azules— También parece quererte mucho lo v i en sus ojos cuando te miraba.

Ella continuó con la vista al frente.

—No me quiso lo suficiente.

De inmediato, me quedé sin respiración como no sabía qué era lo que le provocaba unas pesadillas tan tormentosas, me había estado preguntando si quizá ella la habría querido demasiado fue un alivio saber que no era el caso ya era bastante espantoso saber que su padre se había suicidado que su madre la hubiese traicionado también podría ser más de lo que ella pudiera superar nunca.

— ¿Cuánto es suficiente, Santana?

Apretó la mandíbula su pecho se ensanchó al respirar.

—No me creyó.

Me paré en seco y me di la vuelta para mirarla.

— ¿Le contaste lo que te había pasado? ¿Se lo contaste y no te creyó?

Miró por encima de mi cabeza.

—Ya no importa, Hace mucho tiempo.

—Y una mierda sí que importa, Importa mucho. —Me sentía furiosa por ella Furiosa porque una madre no hubiese cumplido con su deber de estar del lado de su hija Furiosa porque esa niña había sido Santana—Apuesto a que, además, duele muchísimo.

Bajó sus ojos hasta mi cara.

—Mírate, enfadada y molesta no debería haber dicho nada.

—Deberías haberlo dicho antes.

La tensión de sus hombros se relajó y su boca se curvó con arrepentimiento.

—No te he contado nada.

—Santana...

—Y por supuesto que me crees, cielo has dormido en una cama conmigo.

Cogí su cara entre mis manos y la miré fijamente a los ojos.

—Te creo.

Su rostro se contrajo de dolor durante una fracción de segundo, antes de cogerme y darme un tierno abrazo.

—Britt.

Me agarré con las piernas a su cintura y la abracé.

—Te creo.

Cuando regresamos a la casa, Santana entró en la cocina para abrir una botella de vino mientras yo examinaba con detenimiento las estanterías de la sala de estar, sonriendo al encontrarme el primer libro de la serie de la que le había hablado, de la que había adoptado su apodo, campeona.

Nos tumbamos en el sofá y me puse a leerle mientras ella jugaba distraídamente con mi pelo estaba pensativa tras nuestro paseo y, al parecer, su mente se encontraba lejos de mí no me molestó. Nos habíamos dado la una a la otra mucho en lo que pensar durante los últimos dos días.

Cuando subió la marea, el agua quedó justo por debajo de la casa, produciendo un sonido alucinante y una visión aún más asombrosa.

Salimos a la terraza y vimos cómo bajaba y subía, convirtiendo la casa en una isla entre las olas.

—Vamos a preparar galletas —dije mientras me inclinaba por la barandilla con Santana abrazada a mi espalda—En esa chimenea exterior que hay ahí.

Enganchó sus dientes al lóbulo de mi oreja.

—Quiero lamer chocolate líquido en tu cuerpo.

Sí, por favor...

Me reí.

— ¿No quema eso?

—No, si lo hago bien.

Me giré para mirarla a la cara y ella me levantó y me sentó en la ancha barandilla. Después, se abrió paso entre mis piernas y me abrazó por la cintura. Había una maravillosa paz que acompañaba aquel atardecer y las dos nos hundimos en ella le pasé las manos por el pelo, justo como lo hacía la brisa de la noche.

— ¿Has hablado con Ireland? —le pregunté al acordarme de su hermanastra, que era tan guapa como su madre. La conocí en la fiesta de Vidal Records y enseguida tuve claro que estaba deseando hablar un poco con su hermana mayor o tener noticias de ella.

—No.

— ¿Qué te parece si la invitamos a cenar cuando venga mi padre a la ciudad?

Santana inclinó la cabeza hacia un lado mientras me miraba.

— ¿Quieres que invite a una niña de diecisiete años a cenar conmigo y con tu padre?

—No, Quiero que tu familia conozca a la mía.

—Se va a aburrir.

— ¿Cómo lo sabes? —la desafié—En cualquier caso, creo que tu hermana te adora como si fueses una heroína estoy segura de que con tal de que le prestes atención, tendrá suficiente.

—Britt —Dejó escapar un suspiro de clara exasperación—Sé realista, No tengo ni la más remota idea de cómo entretener a una adolescente.

—Ireland no es una chica cualquiera. Es...

— ¡Me da igual lo que sea!

Entonces, se me ocurrió.

—Le tienes miedo.

—Venga ya—Se mofó.

—Es verdad, Te da miedo. —Y dudé sí tendría algo que ver con la edad de su hermana o con el hecho de que se tratara de una chica.

— ¿A ti qué te pasa? —Se quejó—Te ha dado por Ireland, Déjala en paz.

—Es la única familia que tienes, Santana —Y estaba dispuesta a mantener lo dicho su hermanastro Christopher era un gilipollas y su madre no se merecía tenerla en su vida.

— ¡Te tengo a ti!

—Cariño—Suspiré y la en volví con mis piernas—Sí, me tienes a mí pero en tu vida hay espacio para más personas que te quieren.

—Ella no me quiere —murmuró— No me conoce.

—Creo que en eso te equivocas, pero, de no ser así, te querría si te conociera.

—Ya basta, Volvamos a la cuestión de las galletas.

Traté de sostenerle la mirada, pero fue imposible cuando ella consideraba que un tema estaba zanjado, no había manera de continuarlo así que tendría que dar un rodeo.

— ¿Quieres que hablemos de galletas, campeona? —Me pasé la lengua por el labio inferior— ¿De todo ese chocolate pegajoso en nuestros dedos?

Santana entrecerró los ojos.

Pasé los dedos por sus hombros y los bajé por sus pechos.

—Quizá me deje convencer para que me untes todo el cuerpo con ese chocolate también podrías convencerme para que unte el tuyo.

Arqueó la ceja— ¿Intentas hacerme chantaje otra vez con el sexo?

— ¿He dicho eso? —Parpadeé inocentemente—Yo creo que no.

—Lo has insinuado así que vamos a ser claras—Hablaba con voz peligrosamente baja y me miraba con sus ojos oscuros mientras deslizaba la mano por debajo de mi camiseta y me agarraba el pecho desnudo—Invitaré a Ireland a cenar con tu padre porque te hace feliz y a mí eso me hace feliz.

—Gracias —dije con la respiración entrecortada, pues había empezado a tirar de mi pezón de forma rítmica haciéndome gemir de placer.

—Voy a hacer todo lo que quiera con el chocolate fundido y tu cuerpo porque eso me dará placer a mí y te lo dará a ti, Yo diré cuándo y cómo repítelo.

—Tú dirás... —Ahogué un grito cuando su boca envolvió mi otro pezón por encima del algodón elástico—Oh, Dios.

Me dio un mordisco—Dilo.

Todo mi cuerpo se tensó, respondiendo rápidamente a su tono autoritario.

—Tú dirás cuándo y cómo.

—Hay cosas con las que puedes regatear, cielo, pero tu cuerpo y tu sexo no son negociables.
La agarré del pelo como una reacción instintiva a su forma incesante y deliciosa de chupar mi sensible pezón. Ya no quería intentar comprender por qué quería que fuera ella quien tuviese el control. Simplemente era así.

— ¿Con qué más voy a negociar? Lo tienes todo.

—Tu tiempo y atención son dos cosas con las que me puedes influir haré lo que sea por ellas.
Sentí un escalofrío.

—Me pones húmeda —susurré.

Santana se separó de la barandilla y me llevó con ella.

—Porque así es como quiero que estés.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola ! FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 2145353087

Bueno aqui vengo a dejar otro capitulo espero que les guste mucho y que comenten :)

Saludos Y besos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864


Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Miér Oct 01, 2014 9:23 pm

super intenso, britt lastimo a san pq en algun momento ella sintio lo mismo pero fue para mi una tonta revancha! hasta pronto!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Miér Oct 01, 2014 10:44 pm

holap dan,...

britt ya justifico el beso con kitty!!!,...
ya quedo claro que san mmmmm ¿mataría? por britt!!!!!
por lo menos de muuuuuuuuuuyyyyyyyyyy de a poco va diciendo las cosas de lo que paso en su vida san,...
el dolor de las dos lo complementan una a la otras!!

no vmeos!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Jue Oct 02, 2014 12:41 pm

Awwwwe ha estado perfecto! Creo que es mi capitulo favorito, ha estado muy bueno! Son perfectas juntas! Que le paso a San? Me tiene con esa incógnita desde el primer libro!
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por monica.santander Jue Oct 02, 2014 11:40 pm

Muyyyyyy intenso!!!!
Quiero saber mas de San.
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Oct 11, 2014 8:02 pm

micky morales escribió:super intenso, britt lastimo a san pq en algun momento ella sintio lo mismo pero fue para mi una tonta revancha! hasta pronto!

3:) escribió:holap dan,...

britt ya justifico el beso con kitty!!!,...
ya quedo claro que san mmmmm ¿mataría? por britt!!!!!
por lo menos de muuuuuuuuuuyyyyyyyyyy de a poco va diciendo las cosas de lo que paso en su vida san,...
el dolor de las dos lo complementan una a la otras!!

no vmeos!!

lauravm98 escribió:Awwwwe ha estado perfecto!  Creo que es mi capitulo favorito,  ha estado muy bueno! Son perfectas juntas! Que le paso a San? Me tiene con esa incógnita desde el primer libro!

monica.santander escribió:Muyyyyyy intenso!!!!
Quiero saber mas de San.
Saludos

Hola Chicas !

Muchas Gracias por sus comentarios !

Saludos
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Sáb Oct 11, 2014 8:10 pm

Capítulo 12


Santana y yo regresamos a Manhattan justo antes de la medianoche del domingo habíamos pasado la noche anterior durmiendo separadas, pero la mayor parte del día juntas en la cama del dormitorio, besándonos y acariciándonos Riendo y susurrando.

Por un acuerdo tácito no hablamos de nada doloroso durante el resto del tiempo que estuvimos fuera no quisimos encender la televisión ni la radio porque no nos parecía bien compartir nuestro tiempo con nadie más.

Volvimos a pasear por la playa hicimos el amor despacio y durante un largo rato en la terraza de la tercera planta jugamos a las cartas y ella me ganó en todas las manos recargamos pilas y nos recordamos la una a la otra que merecía la pena luchar por lo que habíamos descubierto en nosotras.

Fue el día más perfecto de mi vida.

Regresamos a mi apartamento al volver a la ciudad Santana abrió la puerta con la llave que yo le había regalado y entramos al espacio oscuro lo más silenciosamente que pudimos para no despertar a Rachel, Santana medio las buenas noches con uno de sus besos que quitan el aliento, se dirigió al cuarto de invitados y yo me metí en mi solitaria cama sin ella.

Echándola de menos me pregunté cuánto tiempo estaríamos durmiendo separadas ¿Meses? ¿Años?

No quería pensar en ello, así que cerré los ojos y empecé a dejarme llevar.

La luz se encendió.

—Britt Levántate. —Santana entró en la habitación, fue directo a mi vestidor y se puso a rebuscar entre mi ropa.

Yo la miré parpadeando, y me di cuenta de que se había puesto unos pantalones ajustados y una camisa cuello V.

— ¿Qué pasa?

—Es Rachel —contestó con tono serio— Está en el hospital.

Un taxi nos esperaba en la acera cuando salimos de mi edificio Santana me dejó pasar y, después, se colocó a mi lado.

El taxi parecía avanzar muy despacio. Todo parecía moverse despacio.

Me agarré a la manga de Santana.

— ¿Qué ha pasado?

—La agredieron el viernes por la noche.

— ¿Cómo lo sabes?

—Tu madre y Stanton han dejado mensajes en mi móvil.

— ¿Mi madre...? —La miré confundida— ¿Por qué no me...?

No, no podía llamarme. No me llevé el teléfono. La culpa y la preocupación me invadieron, haciendo que me costara respirar.

—Britt —Me pasó un brazo por encima de los hombros, instándome a que apoyara la cabeza contra ella— No te preocupes hasta que sepamos algo más.

—Han pasado días, Santana Y no he estado con ella.

Las lágrimas caían por mi rostro y no podía parar, incluso después de llegar al hospital. A penas me fijé en el exterior del edificio, pues mi atención estaba embotada por la enorme ansiedad que me recorría el cuerpo. Di las gracias a Dios por tener a Santana, que se mostraba calmada y se encargaba de todo. Un bedel nos dio el número de la habitación de Rachel, pero ahí terminó toda su ayuda Santana hizo unas cuantas llamadas en plena noche para conseguir que me dejaran ver a Rachel, pese a que no eran horas de visitas Santana había sido en ocasiones una generosa benefactora y eso no era algo que se pudiera descartar ni olvidar con facilidad.

Cuando entré en la habitación de Rachel y la vi, el corazón se me hizo añicos y las piernas me empezaron a temblar Santana impidió que cayera al suelo la mujer a la que yo consideraba mi hermana, la mejor amiga que había tenido ni tendría nunca, yacía en silencio e inmóvil en la cama. Tenía la cabeza vendada y los ojos amoratados por uno de sus brazos se introducían vías intravenosas y el otro lo tenía escayolado. De no haber sabido quién era, no la habría reconocido.

Había flores por todos lados, ramos alegres y coloridos. Había también globos y unas cuantas tarjetas. Supe que algunas serían de mi madre y de Stanton, quienes por cierto, también se estaban ocupando de los cuidados de Rachel.

Nosotros éramos su familia. Y todos habían estado allí con ella excepto yo.

Santana me acercó a la cama rodeando mi cintura con brazo firme para sostenerme Yo sollozaba con densas y abrasadoras lágrimas. Aquello era lo único que yo podía hacer para permanecer en silencio.

Aun así, Rachel debió oírme o notar mi presencia. Sus párpados se agitaron y, después, se abrieron. Tenía sus preciosos ojos cafés inyectados en sangre y con la mirada perdida.

Tardó un rato en encontrarme Cuando lo hizo, parpadeó unas cuantas veces y, entonces, las lágrimas empezaron a rodar por sus sienes.

—Rachel —Me abalancé sobre ella y deslicé la mano entre la suya—Estoy aquí.

Ella me apretó con tanta fuerza que me dolió.

—Britt.

—Siento haber tardado tanto. No tenía el teléfono. No tenía ni idea Habría venido de haberlo sabido.

—Está bien. A hora sí estás aquí. —Trató de tragar saliva—Dios... me duele todo.

—Voy a buscar a una enfermera —dijo Santana, pasando la mano por mi espalda antes de salir en silencio de la habitación.

Vi una pequeña jarra y un vaso con una pajita en la mesa con ruedas.

— ¿Tienes sed?

—Mucha.

— ¿Te puedo incorporar? ¿O no? —Tenía miedo de hacer algo que le causara dolor.

—Sí.

Utilizando el mando que había junto a su mano, levanté la parte superior de la cama para que estuviese recostada Después, le llevé la pajita a los labios y vi cómo bebía con avidez.
Dejó escapar un suspiro.

—Qué alegría volver a verte, nena.

— ¿Qué demonios ha pasado? —Dejé el vaso vacío en la mesa y volví a agarrarle la mano.

—Ni puta idea. —Su voz sonaba débil, casi como un susurro—Saltó sobre mí con un bate.

— ¿Con un bate? —Sólo con pensarlo me puse enferma. Qué brutalidad, Qué violencia...— ¿Fue una loca?

—Claro que sí —contestó con brusquedad, y una línea de dolor se cruzó entre sus cejas.
Yo di un paso atrás.

—Lo siento.

—No, No lo sientas. Mierda. Estoy ... —Cerró los ojos—. Estoy agotada.

Justo entonces entró la enfermera vestida con una bata con dibujos de depresores de lenguas y estetoscopios. Era joven y guapa, de pelo oscuro y ojos endrinos. Revisó el estado de Rachel, le tomó el pulso y, a continuación, apretó un botón que colgaba de la barandilla protectora.

—Puedes administrártelo tú misma cada media hora para el dolor —le dijo— Simplemente, pulsa este botón. No dispensará la dosis si no ha pasado el tiempo suficiente, así que no tendrás que preocuparte por si lo pulsas demasiado a menudo.

—Una sola vez ya es demasiado —murmuró mientras me miraba.

Comprendí su renuencia. Tenía una personalidad adictiva había pasado por una corta fase de yonqui antes de que yo consiguiera hacer que entrara en razón.

Pero era un alivio ver que las arrugas de dolor que había en su frente se suavizaban y que su respiración adoptaba un ritmo más profundo.

La enfermera me miró.

—Tiene que descansar Vuelva durante las horas de visita.

Rachel me miró con desesperación.

—No te vayas.

—No se va a ir a ningún sitio —dijo Santana entrando de nuevo en la habitación—He dado orden de que traigan una cama esta noche.

No creí que fuese posible querer a Santana más de lo que ya la quería, pero, de algún modo, siempre terminaba encontrando el modo de demostrar que me equivocaba.

La enfermera sonrió a Santana con timidez.

—Rachel va a necesitar más agua —le dije mientras ella apartaba con desgana la mirada de mi novia para mirarme a mí.

Cogió la jarra y salió de la habitación.

Santana se acercó a la cama y le habló a Rachel.

—Cuéntame qué pasó.

Rachel suspiró.

—Finn y yo salimos el viernes, pero él tuvo que retirarse temprano Yo le acompañé a coger un taxi, pero era imposible hacerlo en la puerta de la discoteca, así que fuimos hasta otra calle. Él se acababa de ir cuando me golpearon en la parte posterior de la cabeza. Me tiró al suelo y me aporreó unas cuantas veces. No tuve ocasión de poder defenderme.

Las manos empezaron a temblarme y Rachel me acarició suavemente con el dedo pulgar.

—Oye —murmuró—Enséñame, No metas tus cosas en la persona equivocada.

— ¿Qué?

Vi que los ojos de Rachel se cerraban y, un momento después, era evidente que estaba durmiendo. Miré a Santana con desesperación al otro lado de la cama.

—Me informaré de todo —dijo—Sal conmigo un momento.

La seguí, volviendo en repetidas ocasiones la mirada hacia Rachel Cuando cerramos la puerta al salir, le dije:

—Dios mío, Santana, tiene un aspecto horrible.

—Le dieron una buena paliza —dijo con tono serio—Tiene una fractura en el cráneo, una seria conmoción cerebral, tres costillas astilladas y un brazo roto.

Era terriblemente doloroso escuchar aquella lista de lesiones.

—No entiendo por qué iba alguien a querer hacerle esto.

Me atrajo hacia ella y presionó los labios contra mi frente.

—El médico me ha dicho que es posible que dejen que Rachel se vaya dentro de uno o dos días, así que voy a organizar la asistencia a domicilio diré también en tu trabajo que no vas a ir.
—Hay que decírselo al representante de Rachel.

—Yo me encargo.

—Gracias—La abracé con fuerza— ¿Qué haría yo sin ti?

—Eso nunca lo sabrás.

Mi madre me despertó a las nueve de la mañana siguiente, entrando inquieta en la habitación de Rachel en cuanto dieron comienzo las horas de visita. Me sacó al pasillo, llamando la atención de todos los que estaban cerca era temprano, pero estaba impresionante con sus llamativos zapatos de Louboutin de suela roja y con su vestido de tubo de color marfil sin mangas.

— ¡Brittany, no me puedo creer que hayas pasado todo el fin de semana sin el teléfono móvil! ¿En qué estabas pensando? ¿Y si había alguna emergencia?

—Ha habido una emergencia.

— ¡Exacto! —Levantó una mano, pues con el otro brazo tenía agarrado el primero por debajo—. Nadie podía ponerse en contacto contigo ni con Santana Dejó un mensaje diciendo que te llevaba fuera el fin de semana pero nadie sabía dónde estabais ¡No me puedo creer que haya sido tan irresponsable! ¿En qué estaba pensando?

—Gracias por haberte ocupado de Rachel —la interrumpí, puesto que se estaba enrollando y repitiéndose—Significa mucho para mí.

—Bueno, por supuesto. —Mi madre se tranquilizó—. Nosotros también la queremos, y a lo sabes. Esto me tiene destrozada.

El labio inferior le temblaba y buscó en el bolso su pañuelo, siempre a mano.

— ¿Está investigándola la policía? —le pregunté.

—Sí, claro, pero no sé si sacarán algo en claro. —Se tocó ligeramente los rabillos de los ojos—. Yo quiero mucho a Rachel, pero es una golfa Dudo que pueda recordar a todas las mujeres y hombres con los que ha estado ¿Te acuerdas de la subasta benéfica a la que asististe con Santana? ¿En la que te compré ese sensacional vestido rojo?

—Sí—Nunca podría olvidarla. Fue la noche en la que Santana y yo hicimos el amor por primera vez.

—Estoy segura de que Rachel se lio con una rubia con la que estuvo bailando esa noche... ¡mientras estaban allí! Desaparecieron y, cuando regresaron... En fin, sé reconocer a una mujer satisfecha Me sorprendería que ella supiera siquiera el nombre de ella.

Recordé lo que Rachel había dicho antes de quedarse dormida.

— ¿Crees que este ataque está relacionado con alguien con quien se haya acostado?

Mi madre me miró pestañeando, como si de pronto recordara que yo no sabía nada.

—Le dijeron a Rachel que mantuviera las manos lejos de ella... quien quiera que sea esa ella. Los detectives van a venir hoy para tratar de sacarle algunos nombres.

—Dios mío. —Me restregué los ojos ansiando con todas mis fuerzas poder lavarme la cara y, aún más, tomarme una taza de café—. Tienen que hablar con Quinn Fabray.

— ¿Quién es ésa?

—Una chica con la que Rachel se ha estado viendo. Creo que estaría encantada con algo así el novio de Rachel las pilló juntas y ella se quedó tan tranquila. Le encantó ser la causa del drama.

Me rasqué la nuca y entonces me di cuenta de que el cosquilleo que sentía era por otro motivo completamente distinto. Miré hacia atrás y vi que Santana se acercaba, y sus piernas acortaban la distancia que nos separaba con aquel paso acompasado. Vestida con un vestido para ir a trabajar, con una gran taza de café en una mano y un pequeño bolso negro en la otra ella era exactamente lo que necesitaba en ese preciso momento.

—Perdóname. —Me acerqué a Santana y me lancé directa a sus brazos.

—Hola—Me saludó con los labios sobre mi cabello—. ¿Cómo lo llevas?

—Es horrible. Y absurdo. —Los ojos me ardían—. No necesitaba otro desastre en su vida. Ya ha tenido más que suficiente.

—Tú también. Y estás sufriendo con ella.

—Y tú conmigo—Me puse de puntillas y la besé en la mandíbula después, me retiré—Gracias.
Me dio el café.

—Te he traído algunas cosas. Una muda de ropa, tu teléfono y tu tableta electrónica y cosas de aseo.

Sabía que tanta consideración por su parte le pasaría factura, literalmente. Tras un fin de semana fuera tendría que abrirse paso entre una pequeña montaña de trabajo valorada en millones de dólares en lugar de andar por ahí ocupándose de mí.

—Dios, Te quiero.

— ¡Britt! —La exclamación de sorpresa de mi madre hizo que me estremeciera. Ella era partidaria de reservar los te quieros hasta la noche de bodas.

—Lo siento, mamá. No he podido evitarlo.

Santana me pasó por el cuello los dedos calientes por el café.

—Santana—empezó a decir mi madre acercándose hasta ponerse justo a nuestro lado—, deberías saber que no puedes llevarte a Brittany de viaje sin contar con ningún medio de pedir ayuda. Sé que lo sabes.

Claramente se estaba refiriendo a mi pasado. Yo no estaba segura de porqué creía mi madre que yo era tan delicada que no podía valerme por mí misma. Ella era muchísimo más frágil.
Lancé a Santana una mirada compasiva.

Ella sostuvo en el aire el bolso que me había traído y la mirada calmada y segura que había en su rostro transmitía que se sentía absolutamente cómoda tratando con mi madre. A sí que dejé que lo hiciera. Yo no podía enfrentarme a ella hasta tomar mi dosis de café.

Volví a entrar en la habitación de Rachel y vi que estaba despierta Sólo con verla, las lágrimas brotaron y sentí un nudo en la garganta. Era una mujer muy fuerte y vibrante, llena de vida y muy revoltosa Me producía un enorme dolor verla tan destrozada.

—Hola —murmuró—. Deja de echar lagrimones cada vez que me ves. Me haces sentir como si me fuera a morir o algo así.

¡Caray! Tenía razón. Mis lágrimas no le hacían ningún bien. A demás, el poco alivio que me producían suponía una mayor carga para ella Tenía que ser mejor amiga.

—No puedo evitarlo —dije sorbiéndome la nariz—. Qué mal. Alguien se me ha adelantado y te ha dado una paliza antes de que pudiera hacerlo yo.

— ¿A h, sí? —Dejó de fruncir el ceño— ¿Y qué he hecho ahora?

—No me dijiste lo de Kitty y los Six-Ninths.

—Sí... —A sus ojos regresó algo de su antiguo destello— ¿Qué aspecto tenía?

—Bueno, Muy bueno. —Estaba buenísima, pero me reservé ese pensamiento—Aunque ahora mismo puede que no tenga mejor aspecto que tú.

Le conté lo del beso y la pelea de después.

—López le dio una paliza, ¿eh? —Rachel negó con la cabeza, hizo después un gesto de dolor y se quedó quieta—Hay que tener tetas para enfrentarse a Kitty. Es una matona de bar al que le gustan las peleas.

—Y Santana es una experta en diferentes artes marciales. —Empecé a rebuscar en el bolso que Santana me había traído—. ¿Por qué no me habías dicho que los Captive Soul habían firmado con una discográfica importante?

—Porque no quería que cayeras en ese agujero otra vez hay chicas que pueden salir con estrellas del rock, pero tú no eres una de ellas. Todo el tiempo que pasan en la carretera, todas las fans... Te volverías loca y la volverías loca a ella.

La fulminé con la mirada.

—Estoy absolutamente de acuerdo contigo. Pero me ofende que creas que volvería corriendo con ella porque tiene éxito.

—Ése no es el motivo no quería que escucharas su primer sencillo si se podía evitar.

— ¿«Rubia»?

—Sí... —Me estudió mientras me dirigía al baño— ¿Qué te pareció?

—Es mejor que una canción que se titule «Me la he tirado».

Soltó una carcajada y esperó a que volviera a salir con la cara lavada y el cabello cepillado
—Entonces... ¿La besaste?

—Ése es el principio y el final de la historia —respondí fríamente—. ¿Has hablado con Finn desde el viernes?

—No. Se han llevado mi teléfono. También la cartera, supongo. Cuando recuperé la conciencia, estaba aquí, vestida con esta cosa tan monstruosa—dijo levantándose la bata del hospital.

—Voy a ir a por tus cosas. —Volví a meter en el bolso los artículos del baño y, a continuación, fui a sentarme en la silla que había a su lado con mi café en la mano— Santana está preparándolo todo para llevarte a casa con una enfermera privada.

—Vaya... Ésa es una fantasía que tengo. ¿Puedes asegurarte de que la enfermera esté buena? ¿Y soltera?

La miré sorprendida. Aunque en el fondo me aliviaba ver que su aspecto y su voz empezaban a parecerse más a ella misma.

—Es evidente que te encuentras mejor si estás tan juguetona. ¿Cómo te fue con Finn ?

—Bien —contestó con un suspiro—Me preocupaba que no se encontrara a gusto en la fiesta. Había olvidado que ya conocía a mucha de la gente.

Rachel y Finn se habían conocido en una sesión de fotos en la que Rachel era la modelo y Finn el ayudante del fotógrafo detrás de la cámara.

—Me alegra saber que lo pasasteis bien.

—Sí, Él estaba absolutamente decidido a no acostarse conmigo.

—A sí que lo intentaste... después de haber dicho que no lo harías.

—Es de mí de quien estamos hablando. —Puso los ojos en blanco—.Joder, sí. Lo intenté. Está bueno y es estupendo en la cama....

—... y está enamorado de ti.

Dejó salir en un torrente la respiración que tenía contenida, haciendo una mueca de dolor mientras el pecho se expandía.

—Nadie es perfecto.

Tuve que reprimir una carcajada.

—Rachel Berry, estar enamorado de ti no es un defecto.

—Bueno, tampoco es lo más inteligente. He sido una gilipollas con él —murmuró contrariada—. Puede aspirar a algo mucho mejor.

—Eso no es una decisión que puedas tomar por él.

—Alguien tiene que hacerlo.

—Y tú te ofreces voluntaria porque también lo quieres. —Sonreí— ¿Tan malo te parece?

—No le quiero lo suficiente. —De su rostro desapareció todo signo de frivolidad, dejando detrás a la mujer herida y solitaria a la que yo conocía tan bien—. No puedo ser fiel, como él quiere. Solos él y yo. Me gustan las mujeres. De hecho, me encantan. Sería como hacer desaparecer la mitad de mí. Sólo pensarlo hace que me enfade con él.

—Te has esforzado mucho para aceptarte —dije con tono suave, recordando aquella época con algo más que una punzada de tristeza—. Te comprendo perfectamente y no estoy en desacuerdo contigo, pero ¿has probado a hablar de ello con Finn?

—Sí, lo he hablado con él Me estuvo escuchando. —Se pasó los dedos por la ceja—. Le entiendo, de verdad. Si me dijera que quiere tirarse a otra tía mientras está saliendo conmigo, me cabrearía mucho.

— ¿Pero no si fuera con un hombre?

—No. No lo sé. Mierda. —Sus ojos cafés inyectados en sangre me miraron suplicantes—. ¿Habría alguna diferencia para ti si López se estuviera follando a otra tía? ¿O simplemente a un hombre?

La puerta se abrió y entró Santana Le sostuve la mirada mientras respondí:

—Si el coño de Santana tocara algo aparte de su mano o mi cuerpo, habríamos terminado.
Me miró sorprendida—Vaya.

Yo sonreí dulcemente y le guiñé un ojo—Hola, campeona.

—Hola, cielo—Miró a Rachel— ¿Cómo te encuentras esta mañana?

Rachel retorció los labios irónicamente.

—Como si me hubiese atropellado un autobús... o un bate.

—Estamos organizándolo todo para instalarte en casa. Parece que lo conseguiremos para el miércoles.

—Tetas grandes, por favor —dijo Rachel—. O fuertes músculos cualquiera de las dos cosas me sirve.

Santana me miró.

Yo sonreí.

—Habla del enfermero o la enfermera privada.

—Ah.

—Si es una mujer —continuó Rachel—, ¿puedes pedirle que lleve uno de esos vestidos blancos de enfermera que llevan cremallera por la parte frontal?

—Sólo puedo imaginarme el frenesí de los medios de comunicación con la demanda por acoso sexual —respondió Santana fríamente—. ¿Qué tal en su lugar una colección de porno con enfermeras traviesas?

—Tía, tú sí que sabes—Rachel le dedicó una amplia sonrisa y, por un momento, se pareció a la que solía ser.

Santana me miró—Britt.

Me puse de pie y me incliné para besar a Rachel en la mejilla.

—Vuelvo enseguida.

Salimos de la habitación y vi a mi madre manteniendo una conversación con el médico, que parecía deslumbrado por ella.

—He hablado con Hummel esta mañana —dijo Santana refiriéndose a Kurt, mi jefe—. Así que no te preocupes por eso.

No lo estaba porque ella había dicho que se ocuparía de ello.

—Gracias. Tendré que ir mañana. Voy a ver si puedo ponerme en contacto con Finn, el novio de Rachel Quizá él pueda quedarse aquí mientras yo voy a trabajar.

—Dime si necesitas alguna ayuda con eso. —Santana miró su reloj—.¿Quieres volver a quedarte aquí esta noche?

—Sí, si es posible. Hasta que Rachel vuelva a casa.

Cogió mi cara entre sus manos y apretó sus labios contra los míos.

—De acuerdo. Tengo mucho trabajo con el que ponerme al día. Recarga tu teléfono móvil para que pueda llamarte.

Oí un leve zumbido Santana se apartó y metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta para sacar el teléfono.

—Tengo que contestar, Hablamos luego —dijo tras mirar la pantalla.

Y entonces, se fue, caminando por el pasillo con la misma rapidez con la que había venido.
—Va a casarse contigo —dijo mi madre, apareciendo a mi lado— Lo sabes, ¿verdad?

No, no lo sabía. Yo seguía sintiendo un pequeño destello de gratitud cada mañana cuando me despertaba y me daba cuenta de que seguíamos juntas.

— ¿Por qué dices eso?

Mi madre me miró con sus ojos azules de bebé.

—Te ha absorbido por completo y se ha hecho con el control de todo.

—Simplemente porque ése es su carácter.

—Es el carácter de las personas poderosas —aclaró extendiendo los brazos para arreglarme mi absurda cola de caballo—. Y te va a mimar porque está haciendo una inversión en ti. Eres un activo para ella Eres guapa, de buena educación y bien relacionada, y rica sin ella También estás enamorada de ella y no puede apartar los ojos de ti. A puesto a que tampoco puede apartar las manos de encima de ti.

—Mamá, por favor. —No estaba de mucho humor para una de sus lecciones sobre cómo cazar a una persona rica y casarse con ella.

—Brittany Susan —me reprendió mirándome directamente a los ojos—. No me importa si me escuchas porque soy tu madre y tienes que hacerlo o porque estás enamorada de ella y no quieres perderla, pero vas a escucharme.

—No tengo otra opción —murmuré.

—A hora eres un activo —repitió—. Debes cuidar que las decisiones que tomes en tu vida no te conviertan en un bien pasivo.

— ¿Te refieres a Rachel? —La rabia hizo que mi voz se volviera más aguda.

—Me refiero a la magulladura que tiene Santana en la mandíbula. Dime que no tiene nada que ver contigo.

Me ruboricé.

Chasqueó la lengua.

—Lo sabía Sí, es tu amante y ves un lado íntimo de ella que pocos pueden ver, pero no olvides nunca que también es Santana López Tienes todo lo que necesitas para convertirte en la esposa perfecta de una mujer de su altura, pero aun así, eres sustituible, Brittany Lo que ella ha construido, no. Si pones en peligro su imperio, te dejará.

Apreté los dientes.

— ¿Has terminado?

Me pasó los dedos por las cejas, con mirada perspicaz y calculadora.

Supe que en su mente me estaba haciendo una pequeña transformación, pensando en modos de mejorar lo que me había dado al nacer.

—Crees que soy una caza fortunas sin corazón, pero lo que me mueve es la maternidad, lo creas o no. Deseo con toda mi alma que estés con una mujer que tenga el dinero y los medios para protegerte con todo lo que tenga, así sabré que estás a salvo. Y quiero que estés con una mujer a la que amas.

—La he encontrado.

—Y no sabes lo mucho que me alegra. Me encanta que sea joven y aun así, que esté dispuesta a correr riesgos, mostrándose indulgente y comprensiva con tus... peculiaridades.

Y lo sabe todo —susurró, suavizando la mirada y volviéndose más cristalina—. Pero ten cuidado. Es lo único que trato de decirte. No le des motivos para apartarse de ti.

—Si lo hiciera, no sería amor.

Adoptó una fría sonrisa y me besó en la frente.

—Vamos. Eres mi hija. No puedes ser tan ingenua.

— ¡Britt!

Me giré al escuchar mi nombre y sentí un enorme alivio al ver a Finn dirigiéndose a toda prisa hacia mí. Era de estatura alta y tenía un cuerpo bonito y el pelo café y despeinado, ojos de color avellana Iba vestido con unos vaqueros desgastados y raídos y una camiseta y me sorprendió el hecho de que no fuera del tipo llamativo tan habitual en Rachel Parecía que por una vez la atracción había sido menos superficial.

—Acabo de enterarme —dijo cuando llegó a mi lado—. Esta mañana han venido unos detectives a mi trabajo a interrogarme. No me puedo creer que esto ocurriera el viernes por la noche y yo me esté enterando ahora.

Yo no pude utilizar contra él el mismo tono ligeramente acusatorio.

—Yo misma me he enterado a primera hora de esta mañana. Estaba fuera de la ciudad.

Tras una rápida presentación entre mi madre y Finn, ella se excusó para ir a sentarse con Rachel, dejando que fuera yo quien le ampliara a Finn la información que le había dado la policía.

Finn se pasó las manos por el cabello, haciendo que pareciera aún más despeinado.

—Esto no habría pasado si me la hubiese llevado cuando me fui.

—No puedes culparte.

— ¿A quién más voy a culpar por el hecho de que esté follándose a la chica de otra? —Se puso la mano en la nuca—. Soy yo el que no es suficiente para ella Tiene el apetito de una adolescente hormonando y yo estoy en el trabajo o estudiando todo el maldito tiempo.

¡Uf! Eso era mucho más de lo que yo quería saber y traté de no hacer ninguna mueca. Pero comprendí que probablemente Finn no tenía a nadie más con quien poder hablar tranquilamente sobre Rachel.

—Es bisexual, Finn —dije con tono suave, levantando una mano tranquilizadora para pasarla por su bíceps.

—No sé cómo vivir con esto.

— ¿Por qué no te piensas acudir a un psicólogo? Los dos, quiero decir.

Me miró con ojos angustiados durante un largo rato y, a continuación, dejó caer los hombros.

—No sé. Creo que tengo que decidir si puedo aceptar que me engañe ¿Tú podrías, Brittany? ¿Podrías quedarte en casa esperando a tu mujer sabiendo que está con otra persona?

—No—Un gélido escalofrío me recorrió el cuerpo al decirlo—. No, no podría.

—Y ni siquiera sé si Rachel aceptaría ir a terapia. Siempre intenta alejarme me quiere pero, después, no. Se compromete y, a continuación, no lo hace. Quiero entrar en su vida, Britt, del mismo modo que dejó que tú entraras, pero siempre está cerrándome la puerta.

—Yo tardé mucho tiempo en abrirme paso hasta ella Trató de alejarme con el sexo, siempre seduciéndome, provocándome. Creo que el viernes tomaste la decisión correcta al mantenerla de manera platónica Rachel cree que su valor está en su apariencia y su atractivo sexual. Tienes que demostrarle que no es sólo su cuerpo lo que quieres.

Finn dejó escapar un suspiro y cruzó los brazos.

— ¿Es así como os hicisteis tan amigas? ¿Porque no te acostabas con ella?

—En parte. Sobre todo es porque soy un desastre. Ahora no resulta tan obvio como cuando nos conocimos, pero ella sabe que no soy perfecta.

— ¡Yo tampoco lo soy ! ¿Quién lo es?

—Cree que eres mejor que ella, que te mereces algo mejor—Sonreí—. Y en cuanto a mí... bueno, apuesto a que una parte de ella cree que la merezco que nos merecemos la una a la otra.

—Qué cabrona —murmuró.

—A sí es ella —confirmé—. Por eso es por lo que la queremos, ¿no? ¿Quieres entrar a verla? ¿O quieres irte a casa a pensar en ello?

—No. Quiero verla —Finn echó los hombros hacia atrás a la vez que elevaba el mentón—. No me importa qué es lo que le haya traído hasta aquí. Quiero estar con ella mientras esté pasando por esto.

—Me alegra oírlo—Pasé mi brazo por el suyo y le llevé a la habitación de Rachel.

Entramos con el sonido de la risa vibrante y juvenil de mi madre. Estaba sentada en el filo de la cama y Rachel le sonreía con adoración. Para ella era su madre tanto como lo era para mí y la quería mucho por ello. Su propia madre la había odiado, había abusado de ella y había permitido que otros también lo hicieran.

Levantó los ojos y nos vio y las emociones que pasaron por su cara en ese momento me hicieron sentir una presión en el pecho. Oí que a Finn sele entrecortaba la respiración nada más ver el estado de Rachel Me odié por no haberle avisado con antelación de que no cometiera el error de ponerse a llorar como hice yo.

Finn se aclaró la garganta.

—Eres la reina del drama —dijo con hosco afecto— Si querías flores, no tenías más que pedirlas esto es demasiado.

—Y nada efectivo, al parecer —replicó Rachel con voz ronca, claramente tratando de recobrar la compostura—No veo flor ninguna.

—Yo veo toneladas—Finn pasó brevemente la vista por la habitación y, a continuación, volvió a mirar a Rachel—Sólo quería saber a qué me enfrentaba, para así derrocar a mis oponentes.
Fue imposible no ver el doble sentido de aquella afirmación.

Mi madre se levantó de la cama se inclinó y besó a Rachel en la mejilla.

—Me llevo a Britt a desayunar volveremos dentro de una hora o así.

—Dadme un segundo y dejaré de molestaros, chicos —dije pasando junto a la cama rápidamente.

Cogí mi teléfono y el cargador del bolso y lo puse en un enchufe junto a la ventana.

En cuanto se encendió la pantalla, envié un rápido mensaje compartido a Shawna y a mi padre que simplemente decía: «Luego te llamo». Después, me aseguré de que el teléfono estuviera en modo silencio y lo dejé en el alféizar de la ventana.

— ¿Lista? —preguntó mi madre.

—Más que nunca.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Chicas!

Bueno sin mucho que decir espero que les guste el capitulo!

Saludos



Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por 3:) Sáb Oct 11, 2014 9:33 pm

holap dan,..

britt no tiene la culpa de lo que le paso,.. son cosa ammmm que pueden suceder.
espero que rachel se recupere pronto,.. y dentro de lo normal no fue tan malo

nos vemos!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por monica.santander Sáb Oct 11, 2014 11:52 pm

Me dejaste helada por lo de Rachel!!!!
Por que le hicieron eso??? Quiero saber mas!1
Saludos. Hermoso capitulo.
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por micky morales Dom Oct 12, 2014 11:03 am

yo creo que fue una amante celosa o la esposa de alguien, la relacion de britt y san mas que perfecta, hasta pronto!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por lauravm98 Dom Oct 12, 2014 3:39 pm

Que fin de semana tan perfecto como para que se venga a dañar con lo triste que le paso a Rachel, espero y todo este bien!
lauravm98
lauravm98
*******
*******

Mensajes : 489
Fecha de inscripción : 04/06/2014

Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Jue Oct 16, 2014 4:39 pm

3:) escribió:holap dan,..

britt no tiene la culpa de lo que le paso,.. son cosa ammmm que pueden suceder.
espero que rachel se recupere pronto,.. y dentro de lo normal no fue tan malo

nos vemos!!!

Hola Hola!
Rach seguira ahi !
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

monica.santander escribió:Me dejaste helada por lo de Rachel!!!!
Por que le hicieron eso??? Quiero saber mas!1
Saludos. Hermoso capitulo.

Hola hOla!
Creo que Rach esta metida en cada cosa! y ya sabras suposiciones!
Me alegro que te gustara
saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

micky morales escribió:yo creo que fue una amante celosa o la esposa de alguien, la relacion de britt y san mas que perfecta, hasta pronto!

Hola HOla!
Mmmm puede ser o ya veran ! y mmm ya veremos como siguen !
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864

lauravm98 escribió:Que fin de semana tan perfecto como para que se venga a dañar con lo triste que le paso a Rachel, espero y todo este bien!

Hola Hola !
Rach seguira ahi y creo que San sera la que lo cague ;l
Saludos FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Jue Oct 16, 2014 4:44 pm

Capítulo 13


El martes por la mañana tuve que levantarme antes del amanecer le dejé una nota a Rachel donde la viera nada más despertarse y, después, salí acoger un taxi que me llevara a nuestra casa me duché, hice café y traté de convencerme de que no pasaba nada malo estaba estresada y sufría la falta de sueño, lo cual siempre conduce a pequeños brotes de depresión.

Me dije a mí misma que no tenía nada que ver con Santana, pero el nudo que sentía en el estómago me indicaba lo contrario.

Miré el reloj y vi que eran las ocho pasadas tendría que salir pronto porque Santana no me había llamado ni me había enviado ningún mensaje diciéndome que me llevaría ella Habían pasado casi veinticuatro horas desde la última vez que la había visto o tan siquiera hablado con ella de verdad.

La llamada que le hice a las nueve de la noche anterior había sido menos que breve estaba en medio de algo y apenas nos dijimos hola y adiós.

Yo sabía que ella tenía mucho trabajo sabía que no debía enfadarme con ella por tener que pagar con horas extra por el tiempo que estuvimos fuera para poder ponerse al día me había ayudado mucho para enfrentarme a la situación de Rachel, más de lo que cualquiera hubiese esperado a mí me tocaba averiguar cómo me sentía al respecto.

Me terminé el café, enjuagué la taza y, después, cogí el bolso para salir.

Mi calle bordeada de árboles estaba tranquila, pero el resto de Nueva York se había despertado con su incesante energía, emitiendo un zumbido con una fuerza tangible mujeres con elegante ropa de trabajo y hombres contraje trataban de parar los taxis que pasaban a toda velocidad, antes de conformarse con autobuses llenos de gente o con el metro había puestos de flores que explotaban con colores brillantes y ver aquello siempre conseguía alegrarme por las mañanas, al igual que la visión y el olor procedente de la panadería del barrio, que a esas horas estaba en pleno funcionamiento.

Había bajado un poco por Broadway cuando sonó mi teléfono.

La pequeña emoción que atravesó mi cuerpo al ver el nombre de Santana hizo que acelerara el paso.

—Hola, forastera.

— ¿Dónde demonios estás? —preguntó bruscamente.

Un escalofrío de desasosiego echó por tierra mi emoción.

—Voy camino del trabajo.

— ¿Por qué? —Habló con alguien tapándose el auricular y continuó después—: ¿Estás en un taxi?

—Voy andando Dios mío ¿Te has levantado con el pie izquierdo o qué?

—Debías haber esperado a que te recogieran.

—No he tenido noticias tuyas y no quería llegar tarde después de no haber ido ayer a trabajar.

—Me podrías haber llamado en lugar de irte sin más—Su v oz sonaba grave y enfadada.
Yo también me enfadé.

—La última vez que te llamé estabas demasiado ocupada como para concederme más de un minuto de tu tiempo.

—Tengo cosas que atender, Brittany Dame un respiro.

—Claro ¿Qué tal ahora? —Colgué y dejé caer el teléfono de nuevo en el bolso.

Empezó a sonar de nuevo inmediatamente y no le hice caso me hervía la sangre cuando el Bentley se detuvo a mi lado unos minutos después, yo seguí caminando se puso en marcha otra vez mientras se bajaba la ventanilla delantera.

Angus se inclinó hacia ese lado.

—Por favor, señorita Pierce.

Me detuve y lo miré.

— ¿Estás solo?

—Sí.

Con un suspiro, entré en el coche mi teléfono seguía sonando sin parar, así que lo cogí y lo puse en silencio una manzana después escuché la voz de Santana por los altavoces del coche.

— ¿La has recogido?

—Sí, señor a—contestó Angus.

La línea se cortó.

— ¿Qué narices le pasa? —pregunté mirando a Angus por el espejo retrovisor.

—Tiene muchas cosas en las que pensar.

Lo que quiera que fuera, estaba claro que no era yo no podía creer que estuviese siendo tan estúpida la noche anterior también había estado seca, pero no grosera.

Pocos minutos después de llegar al trabajo, Kurt apareció en mi puesto.

—Siento lo de tu compañera de piso —dijo colocando una taza de café recién hecho sobre mi escritorio— ¿Se pondrá bien?

—Sí, Rachel es fuerte se recuperará. —Dejé mis cosas en el cajón de abajo de mi escritorio y cogí agradecida la taza humeante—Gracias Y gracias también por lo de ayer.

Sus ojos me miraron con preocupación y calidez.

—Me sorprende verte hoy aquí.

—Necesito trabajar—Conseguí poner una sonrisa a pesar de que en mi interior sentía que todo estaba del revés y dolorido nada iba bien en mi vida cuando las cosas entre Santana y yo tampoco iban bien— Ponme al día con lo que me he perdido.

La mañana pasó rápidamente tenía una lista de cosas que revisar desde la semana anterior y Kurt tenía hasta las once y media para darle la vuelta a una licitación de un fabricante de productos de promoción cuando hubimos enviado la licitación, volví a la rutina dispuesta a olvidar el malhumor de Santana de esa mañana me pregunté si habría tenido otra pesadilla y no había dormido bien decidí llamarla cuando llegara la hora del almuerzo, por si acaso.
Y entonces, miré en mi bandeja de entrada.

La alerta de Google que había establecido con el nombre de Santana me estaba esperando abrí el correo electrónico esperando hacerme una idea de en qué estaría trabajando las palabras «antigua prometida» en algunos de los titulares aparecieron ante mí el nudo que había sentido en el estómago esa misma mañana regresó, con más fuerza que antes.

Entré en el primer enlace, que me llevó a un blog de cotilleos donde había fotografías de Santana y Emily cenando en Tableau One estaban sentadas muy juntas en la ventana de la fachada y la mano de ella descansaba íntimamente sobre el antebrazo de ella Santana tenía puesto el vestido que el día anterior había llevado en el hospital, pero, de todos modos, comprobé la fecha, esperando desesperadamente que las fotos fueran antiguas, No lo eran.

Las palmas de las manos me empezaron a sudar. Me torturé entrando en todos los enlaces y estudiando cada fotografía que encontraba ella sonreía en algunas de ellas y parecía especialmente contenta para tratarse de una mujer cuya novia estaba en un hospital con su mejor amiga apaleada casi hasta morir. Sentí ganas de vomitar. O de gritar. O de irrumpir en el despacho de Santana y preguntarle qué demonios pasaba.

Ella me había ninguneado cuando yo la llamé la noche anterior... para ir a cenar con su ex.
Di un brinco cuando sonó mi teléfono lo cogí recitando con voz inexpresiva: «Despacho de Kurt Hummel, le habla Brittany Pierce».

—Brittany —Era Megumi, de recepción, y sonaba tan alegre como siempre—Hay alguien que pregunta por ti abajo, Kitty Wilde.

Me quedé en silencio un momento largo, dejando que aquello penetrara en mi febril cerebro. Reenvié el resumen de la alerta al correo electrónico de Santana para que ella supiera que yo lo sabía.

—Ahora mismo bajo —contesté.

Vi a Kitty en el vestíbulo nada más pasar por los torniquetes de seguridad.

Llevaba unos vaqueros negros ajustados y una camiseta de los Six-Ninths. Unas gafas de sol ocultaban sus ojos, pero el pelo de punta con las puntas teñidas llamaba la atención, al igual que su cuerpo Kitty tenía lindos pechos y curvas de perderse.

Kitty se sacó las manos de los bolsillos al ver que me acercaba y enderezó su postura.
—Hola, Qué guapa estás.

Bajé la mirada a mi vestido de manga japonesa con su favorecedor plisado y me di cuenta de que ella nunca me había visto vestida con ropa elegante.

—Me sorprende que sigas en la ciudad.

Más me sorprendía que me fuera a buscar, pero no lo dije. Me alegraba de que lo hiciera porque había estado preocupada por ella.

—Vendimos todas las entradas del teatro Jones Beach durante el fin de semana, y luego tocamos en el Meadowlands anoche. Me he escaqueado de los chicos porque quería verte antes de que nos fuéramos para el sur te he buscado por internet, he visto dónde trabajas y he venido.

« ¡Caray con Google!», pensé con tristeza.

—Me hace mucha ilusión que todo te esté yendo bien ¿Tienes tiempo para comer algo?

—Sí.

Pronunció su respuesta de forma rápida y ferviente, lo que hizo que saltara cierta alarma en mí. Estaba enfadada, muy dolida y deseando poder vengarme de Santana, pero no quería engañar a Kitty aun así, no pude resistir llevarla al restaurante donde una vez nos habían fotografiado juntas a Rachel y a mí, con la esperanza de que los paparazzi volvieran a descubrirme. Así v ería Santana lo que se sentía.

En el taxi, Kitty me preguntó por Rachel y no se sorprendió al saber que mi mejor amiga se había venido a este lado del país conmigo.

—Las dos erais siempre inseparables —dijo—. Excepto cuando se iba adormir. Salúdala de mi parte.

—Claro. —No mencioné que Rachel estaba en el hospital porque me parecía que era algo demasiado íntimo como para decirlo.

Hasta que estuvimos sentadas en el restaurante, Kitty no se quitó las gafas, y fue entonces la primera vez que pude ver el moratón que abarcaba desde la ceja hasta la mejilla.

— ¡Dios mío! —Susurré con una mueca de dolor— Lo siento mucho.

Ella se encogió de hombros.

—Con el maquillaje no se me ve en el escenario. Y tú me has visto en peores condiciones. Además, yo también di un par de golpes buenos, ¿no?

Recordé las magulladuras en la mandíbula y en la espalda de Santana y asentí.

—Es verdad.

—A sí que... —Hizo una pausa cuando llegó el camarero para dejar dos vasos y una botella de agua fría—. Estás saliendo con Santana López.

Me pregunté por qué siempre parecía surgir esa pregunta cuándo yo no estaba segura de sí la relación iba a continuar.

—Hemos estado saliendo.

— ¿Vais en serio?

—A veces parece que sí —contesté con sinceridad— ¿Tú estás saliendo con alguien?

—Ahora no.

Nos dimos un tiempo para leer el menú y pedir el restaurante estaba concurrido y había mucho ruido. A penas podía escucharse la música de fondo por encima del zumbido de las conversaciones y el repiqueteo de los platos procedente de la cocina, que estaba al lado. Nos miramos a través de la mesa, evaluándonos sentí las vibraciones de la atracción que había entre las dos cuando ella se mojó los labios con la punta de la lengua, supe que ella también lo había notado.

— ¿Por qué escribiste «Rubia»? —pregunté de repente, incapaz de contener la curiosidad un minuto más. Tanto con Santana como con Rachel había simulado que no significaba nada, pero me estaba volviendo loca.

Kitty se apoyó en el respaldo de la silla.

—Porque pienso mucho en ti. La verdad es que no puedo dejar de hacerlo.

—No entiendo por qué.

—Estuvimos juntas seis meses, Britt Es lo máximo que he estado con nadie.

— P e r o no estábamos juntas —argüí. Bajé la voz— Aparte de sexualmente.

Apretó los labios.

—Sé lo que yo era para ti, pero eso no quiere decir que no me doliera.

Me quedé mirándola un largo rato y el corazón me empezó a latir con fuerza en el pecho.
—Debo estar borracha o algo parecido. Tal y como yo lo recuerdo, nos enrollábamos después de los conciertos y luego tú te ibas por tu cuenta. Y si yo no estaba por allí, te ibas con otra.
Ella se inclinó hacia delante.

—Tonterías. Yo quería que saliéramos. Siempre te pedía que te quedaras.

Respiré profunda y rápidamente un par de veces para tranquilizarme.

Apenas podía creer que ahora, casi cuatro años después, Kitty Wilde estuviera hablándome como entonces había deseado que lo hiciera.

Estábamos juntas en un lugar público, almorzando, casi como en una cita.

Me estaba haciendo un lío, y ya me sentía bastante confusa y atolondrada por Santana.

—Yo estaba muy enamorada de ti, Kitty Escribía tu nombre con corazoncitos alrededor, como una adolescente loca de amor. Deseaba con todas mis fuerzas ser tu novia.

— ¿Estás de broma? —Extendió la mano y agarró la mía—Entonces, ¿qué coño pasó?

Bajé la mirada hacia donde ella daba vueltas distraídamente al anillo que Santana me había regalado.

— ¿Te acuerdas de cuando fuimos a la sala de billar?

—Sí, ¿cómo iba a olvidarlo? —Se mordió el labio de abajo, claramente recordando el polvo que le había echado en el asiento de atrás de su coche, decidida a que fuera el mejor que hubiese echado nunca para que dejara de fijarse en otras chicas—. Creía que había llegado el momento en que íbamos a empezar a vernos fuera del bar, pero me plantaste en el momento en que entramos.

—Fui al baño —contesté en v oz baja, recordando el dolor y la vergüenza, como si aquello acabara de ocurrir—, y cuando salí, tú y Darrin estabais cambiando monedas para las mesas de billar. Me estabas dando la espalda, así que no me viste. Os oí hablar... y reíros.
Respiré hondo y retiré la mano.

En su favor, debo decir que la expresión de Kitty era de clara vergüenza.

—No recuerdo exactamente lo que dijimos, pero.... Joder, Brittany Tenía veintiún años. El grupo empezaba a hacerse famoso. Había chicas por todas partes.

—Lo sé —contesté con frialdad—. Yo era una de ellas.

—Para entonces, ya había estado contigo varias veces. A l llevarte conmigo a la sala de billar estaba dejando claro a los demás que las cosas entre nosotras estaban avanzando. —Se frotó la ceja en un gesto muy típico de ella—. No tuve tetas de admitir lo que sentía por ti.

Hice que girara en torno al sexo, pero no era verdad.

Levanté mi v aso y bebí, haciendo que se deshiciera el nudo que sentía en la garganta ella dejó caer la mano sobre el brazo del sillón.

—A sí que la fastidié por bocazas, Por eso me dejaste tirada esa noche por eso no volviste a ir conmigo a ningún otro sitio.

—Estaba desesperada, Kitty—admití—, pero no quería que se me notara.

El camarero nos trajo la comida. Me pregunté por qué había pedido nada. Estaba demasiado nerviosa como para comer Kitty empezó a cortar su filete atacándolo de verdad. De repente, dejó en la mesa el cuchillo y el tenedor.

—Metí la pata entonces, pero ahora todos saben lo que tengo en la cabeza. «Rubia» es nuestra canción más conocida. Es lo que nos ha permitido firmar con Vidal.

Ver cómo se cerraba el círculo me hizo sonreír.

—Es una canción preciosa y tu voz suena impresionante cuando la cantas. Me alegra de verdad que hayas venido a verme antes de irte.

Significa mucho para mí que hay amos hablado de esto.

— ¿Y si no quiero irme? —Respiró hondo y soltó el aire de pronto—Has sido mi musa durante los últimos años, Britt Gracias a ti he escrito las mejores canciones que ha tenido nunca el grupo.

—Eso es muy halagador... —empecé a decir.

—Saltaban chispas cuando estábamos juntas. Todavía ocurre. Sé que lo sientes así. Por el modo en que me besaste la otra noche...

—Aquello fue un error. —Entrelacé las manos por debajo de la mesa. No podía soportar más dramatismos. No podía pasar otra noche como la del viernes—. Y tú debes pensar en el hecho de que Santana tiene el control de tu discográfica. No querrás tener problemas ahí.

—Que le den, ¿Qué va a hacer? —Golpeteaba con los dedos sobre la mesa—. Quiero volver a intentarlo contigo.

Negué con la cabeza y cogí mi bolso.

—Eso es imposible. Aunque no tuviera novia, no soy la chica más adecuada para tu estilo de vida, Kitty Soy difícil de complacer.

—Lo recuerdo —dijo toscamente—. Dios, cómo lo recuerdo.

Me ruboricé.

—No me refería a eso.

—Y no es eso lo único que quiero. Puedo estar a tu lado. Mírame ahora el grupo está en la carretera pero tú y yo estamos juntas. Puedo dedicarte tiempo. Quiero hacerlo.

—No es tan fácil. —Saqué dinero de mi cartera y lo dejé sobre la mesa—No me conoces. No tienes ni idea de lo que implicaría tener una relación conmigo, del esfuerzo que requiere.

—Ponme a prueba —me retó.

—Soy exigente, dependiente y muy celosa. Te volvería loca en una semana.

—Siempre me has vuelto loca, Eso me gusta—Su sonrisa desapareció—No sigas huyendo,
Brittany Dame una oportunidad.

La miré a los ojos y le sostuve la mirada.

—Estoy enamorada de Santana.

Me miró sorprendida Pese a estar destrozada, su cara era imponente.

—No te creo.

—Lo siento, Tengo que irme—Me puse de pie dispuesta a marcharme.

Me agarró del codo.

—Brittany...

—Por favor, no montes una escena —susurré, arrepintiéndome de mi impetuosa decisión de ir a comer a un lugar tan concurrido.

—No has comido.

—No puedo, Tengo que irme.

—Bien pero no me voy a rendir—Me soltó—Cometo errores, pero aprendo de ellos.

Me incliné sobre ella y le hablé con firmeza.

—No tienes ninguna posibilidad, Ninguna.

Kitty clavó el tenedor en su filete.

—Demuéstramelo.

El Bentley me estaba esperando en la calle cuando salí del restaurante.

Angus salió y me abrió la puerta de atrás.

— ¿Cómo sabías dónde estaba? —le pregunté, inquieta ante su inesperada aparición.

Su respuesta fue una sonrisa amable y un toque en la visera de su gorra de chófer.

—Es espeluznante, Angus —me quejé mientras subía al asiento de atrás.

—Estoy de acuerdo con usted, señorita Pierce Simplemente hago mi trabajo.

Le envié un mensaje a Rachel en el camino de vuelta al Lópezfire: «He comido con Kitty Quiere otra oportunidad conmigo».

Rachel contestó: «Las desgracias nunca vienen solas...».

«Todo el día = Mierda», escribí. «Quiero que empiece de nuevo».

El teléfono sonó, Era Rachel.

—Nena —dijo arrastrando las palabras—Quiero ser comprensiva, de verdad, pero este triángulo de amor es muy excitante la estrella de rock empeñada y la millonaria posesiva ¡Guau!

—Ay, Dios, Tengo que colgar.

— ¿Te veo esta noche?

—Sí. Por favor, no hagas que me arrepienta. —Colgué mientras le escuchaba reírse, encantada en el fondo de oírle tan feliz. La visita de Finn había hecho maravillas.

Angus me dejó en la acera frente al edificio Lópezfire y yo fui corriendo para huir del calor hacia el fresco vestíbulo conseguí entrar en un ascensor antes de que se cerraran las puertas había media docena de personas conmigo en la cabina divididas en dos grupos que charlaban entre sí yo me quedé en el rincón de delante y traté de sacar de mi mente mi vida privada no podía pensar en ella en el trabajo.

—Vaya, nos hemos pasado de planta —dijo la chica que había a mi lado.

Miré el indicador que había encima de la puerta.

El tipo que estaba junto al panel de los botones pulsó repetidamente todos los botones, pero ninguno de ellos se encendía... a excepción del dela planta superior.

—Los botones no funcionan.

El pulso se me aceleró.

—Utiliza el teléfono de emergencia —propuso una de las otras chicas.

El ascensor seguía subiendo rápidamente y las mariposas de mi estómago aumentaban conforme iba pasando cada planta. Por fin, el ascensor se detuvo en el piso superior y se abrieron las puertas Santana estaba en el umbral y su rostro era una máscara hermosa e impasible sus ojos eran de un café brillante... y fríos como el hielo al verla, me quedé sin respiración.

En el ascensor, nadie dijo nada. Yo no me moví, rogando que las puertas se cerraran rápidamente Santana metió el brazo, me agarró del codo y me sacó. Yo me resistí, demasiado furiosa como para querer nada que tuviera que ver con ella Las puertas se cerraron detrás de mí y ella me soltó.

—Tu comportamiento de hoy ha sido vergonzoso —gruñó.

— ¿Mi comportamiento? ¿Y qué me dices del tuyo?

Me di la vuelta para pulsar el botón y bajar, No se encendió.

—Te estoy hablando, Brittany.

Miré las puertas de seguridad de López Industries y sentí alivio al ver que el recepcionista pelirrojo no estaba en su puesto.

— ¿Ah, sí? —La miré y me odié por seguir encontrándola tan irresistiblemente atractiva cuando se estaba portando tan mal—Es curioso que eso no haga que me entere de nada, como por ejemplo, que saliste anoche con Emily.

—No deberías fisgonear en internet cosas sobre mí —espetó— Intentas buscar de forma deliberada algo por lo que enfadarte.

—A sí que tu comportamiento no es el problema —respondí sintiendo la presión de las lágrimas en mi garganta— Pero el hecho de que yo me entere de él sí.

Cruzó los brazos.

—Tienes que confiar en mí, Brittany.

— ¡Haces que eso sea imposible! ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir a cenar con Emily?

—Porque sabía que no te gustaría.

—Y aun así lo hiciste. —Y eso me dolió después de todo lo que habíamos hablado durante el fin de semana... después de que ella dijera que comprendía lo que se sentía.

—Y tú has salido con Kitty Wilde sabiendo que a mí no me gustaría.

— ¿Qué te dije? Eres tú quien sienta los precedentes con respecto a cómo me relaciono con mis antiguas amantes.

— ¿Ojo por ojo? ¡Menuda demostración de madurez!

Me aparté de ella con un traspiés no había nada de la Santana que yo conocía en la tipa que tenía delante era como si la mujer a la que yo quería hubiese desaparecido y la que tenía delante fuera una completa extraña en el cuerpo de Santana.

—Estás consiguiendo que te odie —susurré—Déjalo y a.

Algo cruzó brevemente por la cara de Santana, pero desapareció antes de que me diera tiempo a saber qué era. Dejé que su lenguaje corporal se expresara por ella estaba lejos de mí, con los hombros rígidos y la mandíbula apretada.

Sentí lástima y bajé los ojos.

—No puedo estar a tu lado ahora mismo deja que me vaya.

Santana se acercó a los otros ascensores y pulsó el botón de llamada.

Dándome la espalda y mirando el indicador, dijo:

—Angus te recogerá todas las mañanas espérale. Y prefiero que almuerces en tu mesa será mejor que no andes dando vueltas por ahí ahora mismo.

— ¿Por qué no?

—Estoy muy ocupada en este momento...

— ¿Cenando con Emily?

—... y no puedo estar preocupándome por ti —continuó, ignorando mi interrupción—Creo que no estoy pidiéndote demasiado.

Algo no iba bien.

—Santana, ¿por qué no hablas conmigo? —Extendí la mano y le acaricié el hombro, pero ella se apartó como si la hubiese quemado más que cualquier otra cosa, el modo en que rechazó mi caricia me hirió profundamente—Dime qué está pasando, Si hay algún problema...

— ¡El problema es que no sé dónde demonios estás la mitad del tiempo! —Exclamó, girándose para reprenderme cuando las puertas del ascensor se abrieron— Tu compañera de piso está en el hospital, Tu padre viene de visita. Simplemente... concéntrate en eso.

Entré en el ascensor con los ojos ardiendo aparte de para sacarme del ascensor cuando llegué, Santana no me había tocado no me había pasado los dedos por la mejilla ni había hecho ningún intento de besarme. Y no hizo mención a que quisiera verme después, pasando por encima del resto del día para decirme que Angus me estaría esperando por la mañana.

Nunca había estado tan confundida. No podía imaginar qué estaba pasando, por qué de repente había aquel enorme abismo entre nosotras, por qué Santana estaba tan tensa y enfadada, por qué no parecía importarle que hubiese estado almorzando con Kitty.
Por qué no parecía importarle nada.

Las puertas empezaron a cerrarse Confía en mí, Brittany.

¿Había susurrado esas palabras un segundo antes de que las puertas se cerraran? ¿O simplemente yo deseaba que lo hubiese hecho?

En cuanto entré en la habitación de Rachel, supo que yo iba falta de energías había aguantado una sesión de Krav Maga con Sam, luego me pasé por el apartamento sólo el rato suficiente para ducharme y comer unos insípidos fideos chinos la descarga de la sal y los carbonos en mi cuerpo tras un día sin comer fue más que suficiente para agotarme más allá del punto de no retorno.

—Tienes un aspecto horrible —dijo tras silenciar la televisión.

—Mira quién fue a hablar —respondí, demasiado sensible como para soportar ninguna crítica.

—A mí me han golpeado con un bate de béisbol ¿Cuál es tu excusa?

Coloqué la almohada y la áspera manta en mi cama y, a continuación, le conté cómo había sido mi día de principio a fin.

—Y no he tenido noticias de Santana desde entonces —terminé con voz cansada— Incluso Kitty se ha puesto en contacto conmigo después de comer ha dejado un sobre en el mostrador de seguridad con su número de teléfono también incluía el dinero que dejé en el restaurante.

— ¿Vas a llamarla? —preguntó Rachel.

— ¡No quiero pensar en Kitty! —Me tumbé boca arriba en la cama y me pasé las manos por el pelo—Quiero saber qué le pasa a Santana ¡Ha sufrido un trasplante completo de personalidad en las últimas treinta y seis horas!

—Puede que sea por esto.

Levanté la cabeza de la almohada y vi que apuntaba a algo que había en su mesa de noche poniéndome de pie, vi lo que era... Una revista de Lesbianismo.

—Finn la ha traído hoy —dijo.

La foto de Rachel ocupaba la primera página con la noticia de su asalto e incluía especulaciones sobre que podría haberse tratado de un delito con agravante de discriminación mencionaban el hecho de que viviera conmigo y de que yo estuviese viviendo una relación romántica con Santana López sin ninguna razón, aparte de dar un toque jugoso a la noticia.

—Está también en la página web —añadió en voz baja—. Supongo que alguien de la agencia se ha ido de la lengua y la noticia se ha extendido convirtiéndose en una gilipollez política para alguien. Sinceramente me cuesta mucho imaginar que a López no le importa...

— ¿De que seas bisexual y que practiques la poligamia? No, no le importa ella no es así.

—Pero su equipo de Relaciones Públicas puede pensar otra cosa puede que sea por eso por lo que quiere tenerte dentro de su radar Y si está preocupada porque alguien pueda ir detrás de ti para llegar hasta mí, puede que eso explique por qué quiere que estés escondida y apartada dela calle.

— ¿Y por qué no me lo dice? —Dejé la revista en la mesa— ¿Por qué está siendo tan estúpida? Cuando estuvimos fuera todo era maravilloso ella era maravillosa Creía que habíamos dado un paso adelante creía que no era la mujer que había conocido al principio y ahora resulta que es peor se ha convertido en esta... no sé ahora se encuentra a un millón de kilómetros de distancia de mí no lo comprendo.

—No soy yo a quien debes preguntar, Britt —Rachel me agarró la mano y la apretó—Es ella quien tiene las respuestas.

—Tienes razón. —Fui a por mí bolso y cogí el teléfono—Vuelvo en un momento.

Fui al pequeño balcón cerrado que estaba al lado de la sala de espera de los visitantes y llamé a Santana El teléfono sonó una y otra vez y, al final, conectó con el buzón de v oz probé con el número de su casa tras el tercer toque, Santana respondió.

— ¿Sí? —dijo con voz cortante.

—Hola.

Hubo un silencio que duró lo que un latido del corazón y, a continuación:

—Espera.

Oí que se abría una puerta el sonido del teléfono cambió había salido de dondequiera que estuviese.

— ¿Va todo bien? —preguntó.

—No—Me froté mis cansados ojos— Te echo de menos.

Suspiró.

—Yo... no puedo hablar ahora, Brittany.

— ¿Por qué no? No entiendo por qué estás siendo tan fría conmigo ¿He hecho algo malo? —Oí un murmullo y me di cuenta de que había tapado el auricular para hablar con otra persona una terrible sensación de traición se aferró en mi pecho haciendo que me costara respirar— Santana, ¿quién está contigo en tu casa?

—Tengo que colgar.

— ¡Dime quién está contigo!

—Angus estará a las siete en el hospital duerme un poco, cielo.

La línea se cortó.

Bajé la mano y me quedé mirando el teléfono, como si de algún modo pudiera revelarme qué coño acababa de ocurrir.

Regresé a la habitación de Rachel, sintiéndome débil y triste cuando abrí la puerta.

Rachel me miró y soltó un suspiro.

—Parece como si acabara de morirse tu cachorrito, nena.

El dique se abrió empecé a llorar.
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Dani(: Jue Oct 16, 2014 4:49 pm

Capítulo 14


Apenas dormí en toda la noche. Di vueltas, me sacudí, dormitando de manera intermitente las frecuentes visitas de la enfermera para ver a Rachel también me despertaron su escáner cerebral y los informes del laboratorio eran buenos y no había nada importante por lo que preocuparse, pero yo no había estado a su lado cuando lo agredieron. Sentía que tenía que estar ahí ahora, durmiera o no.

Justo antes de las seis, me rendí y me levanté de la cama.

Cogí mi tableta y el teclado inalámbrico y me dirigí a la cafetería a por un café. Retiré una silla de una de las mesas y me dispuse a escribirle una carta a Santana En el poco tiempo que había conseguido estar con ella durante el último par de días no había sido capaz de comunicarle lo que pensaba.

Tendría que hacerlo a través de la escritura. Manteniendo una comunicación regular y abierta era la única forma en que podríamos sobrevivir como pareja.

Le di un sorbo al café y empecé a escribir, dándole las gracias por el precioso fin de semana que habíamos pasado fuera y por lo mucho que había significado para mí. Le dije que pensaba que nuestra relación había dado un paso importante hacia delante durante ese viaje, lo que hacía que la recaída durante esta semana fuera más difícil de soportar...

—Britt ¡Qué agradable sorpresa!

Giré la cabeza y vi al doctor Terrence Lucas de pie detrás de mí, sosteniendo una taza de café desechable como la que yo me había servido Iba vestido para trabajar, con pantalones informales, corbata y una bata blanca.

—Hola —lo saludé, esperando ocultar mi recelo.

— ¿Te importa si me siento contigo? —preguntó dando la vuelta.

—En absoluto.

Vi cómo tomaba el asiento que había a mi lado y volví a recordar el momento de su aparición. Tenía el pelo completamente blanco, sin una brizna de gris, pero su atractivo rostro no tenía arruga alguna. Sus ojos eran de un tono verdoso poco usual y reflejaban inteligencia. Su sonrisa era tan confiada como encantadora. Supuse que sería popular entre sus pacientes... y entre sus madres.

—Debe haber algún motivo especial —empezó a decir— para que te encuentres en el hospital mucho antes de las horas de visita.

—Mi compañera de piso está aquí—No le ofrecí más información, pero él lo adivinó.

—Así que Santana López ha hecho uso de su dinero y ha conseguido un buen arreglo para ti.
—Negó con la cabeza y dio un sorbo a su café—. Y tú le estás agradecida. Pero ¿qué coste tendrá para ti? Me apoyé en el respaldo de mi silla, ofendida en nombre de Santana por el hecho de que su generosidad quedara reducida a tener una motivación posterior.

— ¿Por qué os tenéis tanta aversión?

Sus ojos perdieron toda dulzura.

—Le hizo daño a una persona muy cercana a mí.

—A tu esposa, Me lo ha contado—Estoy segura de que aquello le sorprendió—. Pero ése no fue el comienzo, ¿verdad? Sino la consecuencia.

— ¿Sabes lo que hizo y aun así sigues con ella? —Lucas apoyó los codos sobre la mesa—. Está haciendo lo mismo contigo. Pareces agotada y deprimida. Eso forma parte del juego para ella, ¿sabes? Es una experta a la hora de adorar a una mujer como si la necesitara para respirar. Y luego, de repente, no puede soportar verla.

Aquella declaración fue una descripción dolorosamente exacta de mi actual situación con Santana el pulso se me aceleró.

Su mirada bajó por mi cuello y, después, de nuevo a mi cara. Su boca se curvó en una sonrisa burlona y cómplice.

—Has sufrido esto de lo que te estoy hablando, Va a seguir jugando contigo hasta que dependas de su estado de ánimo para medir el tuyo entonces, se aburrirá y te dejará.

— ¿Qué ocurrió entre vosotros? —Volví a preguntarle sabiendo que ésa era la clave.

—Santana López es una sociópata narcisista —continuó como si yo no hubiese dicho nada—. Estoy convencido de que es una misógina. Utiliza su dinero para seducir a las mujeres y, a continuación, las desprecia por ser lo suficientemente superficiales como para sentirse atraídas por su riqueza utiliza el sexo para controlar y nunca se sabe en qué estado de ánimo te la vas a encontrar eso forma parte de su ataque. Cuando siempre te preparas para lo peor, te mentalizas para sentir una oleada de alivio cuando está de buenas.

—No la conoces —dije con tono suave, negándome a morder el anzuelo— Ni tampoco tu mujer.

—Ni tú—Se apoyó en el respaldo y se bebió el café, aparentando tanta serenidad como yo trataba de tener—. Nadie la conoce. Es una experta manipuladora y una mentirosa No la subestimes. Es una mujer retorcida y peligrosa, capaz de todo.

—El hecho de que no quieras contar de dónde viene su rencor hacia time hace pensar que el culpable eres tú.

—No deberías hacer tantas suposiciones. Hay cuestiones sobre las que no tengo libertad para hablar.

—Qué bien te viene eso.

Soltó un suspiro.

—No soy tu adversario, Brittany Y López no necesita que nadie pelee sus batallas. No tienes por qué creerme. Francamente, estoy tan resentido que ni siquiera yo me creería si estuviese en tu lugar. Pero tú eres una joven guapa e inteligente.

Últimamente no lo había sido, pero arreglar eso o marcharme, era cosa mía.

—Si te retiras un poco —continuó— y ves lo que te está haciendo, lo que piensas de ti misma desde que estás con ella, si de verdad te satisface vuestra relación, sacarás tus propias conclusiones.

Se oyó un zumbido y se sacó el teléfono del bolsillo de la bata.

—Ah, mi último paciente acaba de llegar al mundo.

Se puso de pie y me miró, colocando la mano sobre mi hombro.

—Serás tú la que la deje, Eso me alegra.

Vi cómo salía con paso alegre de la cafetería y caí sobre el respaldo de misilla en el momento en que desapareció de mi vista, desinflándome por el agotamiento y la confusión. Miré la pantalla oscurecida de mi tableta. No tenía fuerzas para acabar la carta.

Recogí y me fui para prepararme para la llegada de Angus.

— ¿Te apetece comida china?

Levanté la vista del diseño para el anuncio de café con sabor a arándanos que había sobre mi escritorio y vi los cálidos ojos de mi jefe. Me di cuenta de que era miércoles, nuestro día habitual para salir a comer con Blaine.

Por un segundo, consideré la posibilidad de excusarme y comer en mi escritorio para contentar a Santana Pero con la misma rapidez supe que me arrepentiría si lo hacía. Aún estaba tratando de hacerme una vida en Nueva York, lo cual incluía hacer amigos y tener planes aparte de la vida que compartiera con ella.

—Nunca digo que no a la comida china —contesté. Mi primera comida con Kurt y Blaine había sido de un chino para llevar y la tomamos en la oficina, una noche en la que estuvimos trabajando hasta bien pasada la hora de salida y Blaine se pasó para darnos de comer.

Kurt y yo salimos a mediodía y yo me negué a sentirme culpable por algo que me gustaba tanto Blaine nos estaba esperando en el restaurante, sentado en una mesa redonda con una bandeja giratoria lacada en el centro.

—Hola —me saludó con un gran abrazo y, a continuación, apartó una silla para mí. Me observó mientras los dos nos sentábamos—Pareces cansada.

Supuse que debía de tener un aspecto realmente malo, puesto que todo el mundo me lo decía.

—Está siendo una semana difícil.

La camarera se acercó y Blaine pidió un aperitivo de dim sum y los mismos platos que habíamos compartido en aquella primera cena tardía: pollo k ung pao y ternera con brócoli.

—No sabía que tu compañera de piso fuera lesbiana ¿Nos lo habías contado? —dijo Blaine cuando volvimos a quedarnos solos.

—En realidad, es bisexual. —Me di cuenta de que Blaine, o alguien a quien él conocía, debía haber visto la misma publicación que Rachel me había enseñado—No creo que haya surgido el tema.

— ¿Qué tal está? —preguntó Kurt con auténtica preocupación.

—Mejor, Puede que vuelva hoy a casa. —Lo cual era algo a lo que le había estado dando vueltas toda la mañana, puesto que Santana no me había llamado para decirme definitivamente si era así.

—Dinos si necesitas ayuda —se ofreció Blaine, abandonando el anterior tono de frivolidad—Estamos a tu disposición.

—Gracias, No se trató de un delito por discriminación —aclaré—. No sé de dónde ha sacado eso el periodista. Yo respetaba antes a los periodistas Ahora, sólo unos pocos hacen sus deberes y aún menos saben escribir con objetividad.

—Estoy seguro de que debe ser duro vivir bajo los focos de los medios de comunicación. —Blaine me apretó la mano por encima de la mesa. Era un tipo sociable y bromista, pero bajo esa capa de diversión había un hombre formal y de buen corazón—. Pero es algo que debes esperarte cuando haces juegos malabares con estrellas del rock y millonarias.

—Blaine —lo reprendió Kurt con el ceño fruncido.

— ¡Uf! —Exclamé arrugando la nariz—Shawna os lo ha contado.

—Por supuesto que sí —contestó Blaine—. Es lo menos que podía hacer después de no haberme invitado a ir con ella al concierto. Pero no te preocupes. No es chismosa. No se lo va a contar a nadie más.

Asentí, sin sentir preocupación alguna al respecto. Shawna era buena gente. Pero aun así, me daba vergüenza que mi jefe supiera que había besado a una mujer mientras estaba saliendo con otra.

—No está mal que López pruebe su propia medicina —murmuró Blaine.

Yo lo miré confundida, Después, vi la mirada compasiva de Kurt.

Me di cuenta de que la revista gay no era lo único que habían leído.

Debían haber visto también las fotos de Santana y Emily Sentí que la cara se me enrojecía de la humillación.

—La saboreará si tengo que hacérsela tragar —murmuré.

Blaine me miró sorprendido y, después, soltó una carcajada dándome golpes en la mano.
—Hazlo, chica.


Acababa de llegar a mi mesa cuando sonó el teléfono.

—Despacho de Kurt Hummel, Le habla Brittany...

— ¿Por qué te resulta tan jodidamente difícil seguir órdenes? —preguntó Santana con tono severo.

Yo me quedé inmóvil, mirando el collage de fotos que ella me había regalado, fotografías en las que parecíamos conectadas y enamoradas.

— ¿Brittany?

— ¿Qué quieres de mí, Santana? —pregunté en v oz baja.

Hubo un momento de silencio y, después, ella suspiró.

—Rachel vuelve esta tarde a vuestro apartamento bajo la supervisión de su médico y de una enfermera privada. Estará allí cuando vuelv as a casa.

—Gracias—Hubo otro momento de silencio en la línea, pero no colgó.

Por fin, yo pregunté—: ¿Hemos terminado?

Aquella pregunta tenía un doble significado. Me pregunté si ella lo habría entendido o si, al menos, le importaba.

—Angus te llevará a casa.

Apreté la mano que sostenía el teléfono.

—Adiós, Santana.

Colgué y volví al trabajo.

Comprobé el estado de Rachel nada más llegar a casa. Habían apartado su cama a un lado apoyándola en vertical sobre la pared para dejar espacio para una cama de hospital que ella pudiera ajustar a su gusto. Estaba dormida cuando entré. Su enfermera estaba sentada en un nuevo sillón abatible leyendo su libro electrónico. Era la misma enfermera que había visto la primera noche en el hospital, aquélla tan guapa y de aspecto exótico que no podía apartar los ojos de Santana.

Me pregunté cuándo habría hablado con ella, si lo había hecho ella misma u otra persona, y si ella habría aceptado por el dinero, por Santana o por las dos cosas.

El que yo estuviera demasiado cansada como para que me importara si había sido de una forma u otra decía mucho de mi propia desconexión.

Quizá hubiera gente por ahí cuyo amor podría sobrevivir a todo, pero el mío era frágil. Tenía que nutrirse para poder prosperar y crecer.

Me di una ducha larga y caliente y, después, me metí en la cama. Me puse la tableta electrónica en el regazo y traté de continuar con mi carta a Santana Quería expresar mis pensamientos y mis reservas de un modo maduro y convincente. Quería que le resultara fácil comprender mis reacciones ante algunas de las cosas que ella hacía y decía, para que pudiese verlo desde mi punto de vista.

Al final, no tuve fuerzas pero escribí:

No voy a seguir explicándome, porque si continúo, voy a suplicar. Y si no me conoces lo suficientemente bien como para saber que me estás haciendo daño, una carta no va a solucionar nuestros problemas.

Estoy desesperada por ti. Estoy triste sin ti pienso en el fin de semana y en las horas que pasamos juntas y no sé qué podría hacer para volver a tenerte así. Y sin embargo, tú pasas el tiempo con ELLA mientras yo paso sola mi cuarta noche sin ti.

A un a sabiendas de que has estado con ella, quiero arrastrarme de rodillas ante ti y suplicarte que me des las sobras, Una caricia, Un beso.

Una palabra tierna, Has hecho que me vuelva así de débil.

Odio verme así. Odio necesitarte tanto. Odio estar tan obsesionada contigo.

Odio estar enamorada de ti.

Britt.


Adjunté la carta a un correo electrónico con el asunto «Mis pensamientos... sin censura», y lo envié.

—No te asustes.

Me desperté al escuchar estas tres palabras en una completa oscuridad.

El colchón se hundió cuando Santana se sentó a mi lado, inclinándose sobre mí y abrazando mi cuerpo y las mantas que nos separaban una crisálida y una barrera que permitió que mi mente se despertara sin temor.

La deliciosa e inconfundible fragancia de su jabón y de su champú se mezclaban con el olor de su piel, tranquilizándome junto con su voz.

—Cielo—Tomó mi boca llevando sus labios hacia los míos

Yo le acaricié los pechos con los dedos y noté su piel desnuda ella gimió y se levantó, inclinándose sobre mí de modo que su boca permaneciera unida a la mía mientras apartaba las mantas.

A continuación, se puso encima de mí y noté su cuerpo desnudo y caliente al acariciarla su boca ardiente bajó por mi cuello y sus manos subían por mi camiseta para poder llegar hasta mis pechos. Sus labios rodearon mis pezones y los chupó y, mientras apoyaba su peso en el colchón sobre un brazo, con la otra mano separaba mis piernas.

Cogió mi sexo en la palma de su mano y deslizó un dedo por el satén hasta el borde de los labios. Movió la lengua por encima de mi pezón poniéndolo duro y tenso, hundiendo los dientes ligeramente dentro de la carne apretada.

— ¡Santana! —Las lágrimas caían como ríos por mis sienes y la insensibilidad a modo de protección que había sentido antes desapareció, dejándome expuesta. Me había estado marchitando sin ella, el mundo que me rodeaba estaba perdiendo su dinamismo y el cuerpo me dolía por estar separado del suyo. Tenerla conmigo... tocándome... era como la lluvia para la sequía. Mi alma se desplegó para ella, abriéndose para absorberla.

La amaba tanto.

Su pelo me hacía cosquillas en la piel mientras su boca abierta se deslizaba por mi escote, su pecho se expandía al respirarme, acariciándome con la nariz y regodeándose con mi olor.

Llegó a la punta de mi otro pecho con una fuerte y profunda succión. El placer me recorrió todo el cuerpo, provocando que mi sexo se apretara contra su dedo provocador.

Bajó por mi torso, lamiéndolo y mordisqueándolo mientras se abría camino a lo largo de mi vientre, mientras la anchura de sus hombros me obligaba a abrir las piernas hasta que su aliento caliente sopló por encima de mi coño resbaladizo. Apretó la nariz contra el húmedo satén, acariciándolo. Aspiró con un gruñido.

—Britt, Estaba hambrienta de ti.

Con dedos impacientes, Santana apartó la entrepierna de mis bragas y colocó la boca sobre mí. Me habría con los pulgares y me azotaba el palpitante clítoris con la lengua. Arqueé la espalda con un grito y todos mis sentidos se agudizaron sin poder ver. Inclinó la cabeza y se clavó dentro de aquel temblor abriéndome el sexo, follándome cadenciosamente, provocándome con zambullidas superficiales.

— ¡Dios mío! —Me retorcí de placer y mi coño se apretaba y se abría con los primeros zumbidos del orgasmo.

Me corrí con un violento torrente mientras el sudor me humedecía la piel y los pulmones me quemaban y se esforzaban por respirar. Sus labios rodeaban mi temblorosa abertura, chupando y hurgando con su lengua.

Me estaba comiendo con una intensidad contra la que yo me sentía indefensa. La carne que había entre mis piernas estaba inflamada y sensible, vulnerable a su hambre feroz. Iba a tener otro orgasmo en pocos momentos e hinqué las uñas en las sábanas.

Tenía los ojos abiertos y cegados por la oscuridad cuando ella me quitó la ropa interior y se colocó sobre mí. Sentí cómo tres dedos entraban en los labios de mi sexo y, entonces, embistió entrando hasta el fondo de mí con un gemido animal. Grité, sorprendida por su agresividad y poniéndome más caliente.

Santana se apartó mientras mis muslos estaban abiertos sobre los suyos.

Me agarró de la cadera, elevándola, inclinándome hasta el ángulo que ella buscaba. Balanceó su mano moviendo sus dedos dentro de mí, empujándome contra ella hasta que yo ahogué un grito de dolor por lo profundo que había entrado. Los labios de mi sexo se aferraron base de sus dedos, abriéndose para abarcar todo Me los metió todos, cada centímetro, y yo me sentía llena y me encantaba. Llevaba varios días vacía, tan sola que me dolía.

Sacando sus dedos de pronto, me dio la vuelta, me puso boca abajo y me levantó la cadera. Yo me agarré al cabecero de la cama apretando mi cara húmeda contra la almohada. Esperé a que ella se metiera en mí y me estremecí cuando sentí su aliento contra mis nalgas.

Después, di una fuerte sacudida al notar que lamía la costura de mi culo. Me lamió con la punta dela lengua estimulando la arrugada abertura de mi ano.

Un sonido entrecortado salió de mi cuerpo no practico sexo anal, Brittany.

El apretado anillo del músculo se flexionó al recordar sus palabras, reaccionando sin poder contenerse al delicado revoloteo. En nuestra cama no había nada más aparte de nosotras. Nada podía afectarnos cuando nos estábamos tocando.

Santana apretó mis dos nalgas entre sus manos, inmovilizándome en ese mismo momento. Yo me abrí en dos para ella en todos los sentidos, completamente expuesta a su beso exuberante y oscuro.

— ¡Ah! —Todo el cuerpo se puso en tensión. Tenía la lengua dentro de mí, clavándomela. Mi cuerpo empezó a temblar con aquella sensación, apretando los dedos de los pies y expandiendo y contrayendo mis pulmones mientras ella me poseía sin pudor ni reserva—. A h... Dios.

Me acerqué a su boca y me entregué a ella La afinidad que había entre las dos era brutal y salvaje, casi insoportable. Sentí cómo su deseo me abrasaba, la piel se me volvía febril y el pecho me daba sacudidas con sollozos que no podía controlar.

Metió la mano por debajo de mí y apretó los dedos contra mi dolorido clítoris, frotándolo y masajeándolo. Su lengua me estaba volviendo loca. El orgasmo que se estaba formando dentro de mí la alentó el hecho de saber que ella ya no veía barreras en mi cuerpo. Haría lo que quisiera... poseerlo, usarlo, disfrutarlo.

Enterré la cara en la almohada y grité al correrme, con un éxtasis tan salvaje que mis piernas se rindieron y yo caí sobre el colchón.

Santana se deslizó sobre mi espalda, empujando con su rodilla para que abriera las piernas y cubriendo mi cuerpo con el suyo resbaladizo por el sudor. Me montó metiendo sus dedos dentro de mí y clavando mis manos a la cama. Yo estaba llena de ella, que se mecía sobre mí y deslizaba hacia dentro y hacia fuera sus dedos mientras nuestros sexos rozaban.
—Te necesito desesperadamente —dijo con voz ronca—Soy una desgraciada sin ti.

Yo me puse en tensión.

—No te burles de mí.

—Yo te necesito igual—Acarició mi pelo con su nariz mientras me follaba despacio y tranquilo—. Estoy igual de obsesionada ¿Por qué no confías en mí?

Cerré los ojos con fuerza y unas cálidas lágrimas empezaron a brotar de ellos.

—No te comprendo, Me estás destrozando.

Giró la cabeza y me clavó los dientes en el hombro. Un gruñido de dolor retumbó en mi pecho y sentí que se corría, porque sus humedad se rego por sus muslos.

Relajó la mandíbula y me soltó. Jadeó y siguió agitando la cadera para seguir rozándonos.
—Tu carta me ha destrozado.

—No quieres hablar conmigo... No quieres escucharme...

—No puedo —se quejó, apretando con un brazo alrededor de mi cuerpo de forma que quedaba completamente a su merced—. Es que... tiene que ser así.

— Yo no puedo vivir así, Santana.

—Yo también estoy sufriendo, Brittany A mí también me está matando esto ¿No lo ves?

—No —grité, mientras la almohada se iba mojando bajo mi mejilla.

— ¡Entonces deja de darle tantas vueltas y siéntelo! ¡Siénteme!

La noche pasó en una nube borrosa. Yo la castigué con manos y dientes codiciosos, pasando las uñas por su piel y sus pechos hasta que soltó un bufido de dolor placentero.

Su deseo era frenético e insaciable, con un matiz de desesperación que me asustaba porque parecía desesperada lo sentí como una despedida.

—Necesito tu amor —susurró contra mi piel— Te necesito.

Me acariciaba todo el cuerpo entraba constantemente en mí con sus dedos o su lengua.

Los pezones me ardían, abiertos de tanto chupar el sexo me latía con fuerza y lo sentía magullado por sus salvajes y fuertes embestidas mi último recuerdo era de ella abrazada a mi espalda, con el brazo sobre mi cintura mientras me llenaba por detrás, las dos doloridas, agotadas e incapaces de parar.

—No me dejes —supliqué tras jurarle que yo no lo haría.

Cuando me desperté, vi alarmada que se había ido.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola Hola Chicas!

Espero que les gusten los dos capituos y que dejen sus comentarios :)

PD:¿Que creen que esta pasando para que San actue asi ?

Saludos y besos
FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17  7/6/15) - Página 8 1206646864
Dani(:
Dani(:
********-*-
********-*-

Femenino Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

Activo Re: FanFic Brittana: No te escondo nada #3 ( Capítulo 17 7/6/15)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 8 de 13. Precedente  1, 2, 3 ... 7, 8, 9 ... 11, 12, 13  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.