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[Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
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monica.santander
Jane0_o
JanethValenciaaf
micky morales
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Hola……….buenos días a todas/os……….espero les agraden los capítulos de hoy……deséenme suerte que mañana tengo examen jejejeje
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
*Actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=pGVUc8cLcZo
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Home” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Alabama, Tusscalosa fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Inglaterra y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + prólogo + 27 capítulos + epílogo + capítulo extra (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de vista de Santana, en el caso de esta adaptación) / (este primer libro es absolutamente desde el punto de vista de Brittany; el segundo libro se compone de: sinopsis + prólogo + 37 capítulos + epílogo + capítulo extra (este segundo libro es narrado desde la perspectiva de Santana rememorando varios capítulos descritos en el primer libro, a la par que se agregan otros más)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 6
Eso fue hace dos días. El equipo... mi equipo... ahora estaba de vuelta en el entrenamiento. Después de la charla con la entrenadora conmigo, las cosas se sentían más fáciles, y yo estaba agradecida de estar de vuelta en Lima. Por supuesto, los mensajes desde casa ordenándome discutir el asunto del matrimonio eran constantes, pero decidí que tenía que poner un poco de espacio entre mis padres y yo por un tiempo.
Había estado pensando mucho acerca de lo que dijo la entrenadora y se me ocurrió un plan. Uno: mantener mi cabeza en el tenis. Dos: agudizar mi enfoque en lo que hago mejor. Tres: priorizar el tratar con todas mis fuerzas de alejar de mi vida toda la estupidez de beber alcohol y de andar con putas alrededor.
Mi prima y yo estábamos caminando hacia clase, y Marley estaba hablando sin parar acerca de una chica que vivía para hacerla enojar, pero me separé hacia otro lugar, sentí un sentimiento cercano a la emoción en el estómago mientras nos acercábamos al edificio de Humanidades. Sí, eso nunca había ocurrido antes, y mucho menos por la filosofía, pero aquí estaba yo, casi corriendo para llegar al aula. Ya no estaba renegando acerca de por qué.
―¡Demonios, Santana! ¡Más despacio! ―dijo Marley, mientras corría tratando de estar a la par con mis zancadas—. ¿Por qué demonios estás tan apurada?
―Nada. Simplemente, no quiero llegar tarde.
Su mano agarró mi codo, tirando de mí para detenerme, mirándome con unos enormes ojos marrones. ―¿ Desde cuándo? ―Preguntó con una risa incrédula.
―¿ Desde cuándo, qué? ―Traté de evadir su interrogatorio.
Era demasiado entrometida por su propio maldito bien.
―¡Tú! ¿Por qué estás tan preocupada con las clases, de repente? No eres exactamente la estudiante del año.
―Vamos a ir o voy a dejarte atrás. ―Empecé a caminar de nuevo, y ella dejó escapar un enorme suspiro detrás de mí.
Girándome, me quejé con exasperación. ―¿Y ahora qué?
Sus labios hicieron un mohín y luego estalló en una sonrisa. ―Estoy detrás de ti.
Haciendo caso omiso de ella, me dirigí a la clase. A medida que pasábamos a través de la puerta, Marley seguía riendo a mi lado, lo que sólo sirvió para hacerme enojar más y de inmediato miré hacia la mesa de asistente de Brittany, sintiéndome decepcionada al instante cuando comprobé que ella no estaba allí. Por difícil que era admitir para mí misma, extrañé no verla en toda la semana. Estaba harta de su imagen en mi cabeza, me impedía dormir, y pensé que estaba a punto de verla de una vez en persona de nuevo.
―¡Oh, San, ¿viste eso?! Nada de Brittany ―dice Marley con voz cantarina mientras subía las escaleras. Estaba acostumbrada a que tratara de sacarme de quicio, como una hermana pequeña, haciéndolo molesto, pero esta vez, ella estaba realmente lo estaba consiguiendo.
Alguien entró en la habitación, y eché un vistazo desde la comisura de mi ojo. Era Brittany, con la cabeza gacha, vestida con jeans cortos, una camiseta blanca ajustada, y una versión en blanco de los horrendos zapatos. Bordeó por delante de mí hacia su mesa, ni siquiera me reconoció.
Eso me molestó.
―Pierce. ―La saludé, tratando de llamar su atención. Pero aún nada. Me estaba ignorando por completo y no me sentaba bien. Mi buen humor, ahora, desaparecido por completo.
Me abrí paso por las escaleras hasta mi asiento junto a Marley, tratando de no prestarle atención a Shelly. Ella, como siempre, comenzó batiendo sus pestañas en mi dirección.
Sacudiendo la cabeza, me preguntaba ¿Por qué estaba siendo tan estúpida? No podía creer que mantuviera los falsos coqueteos después de lo horrible que fue nuestra última reunión.
Me senté en mi asiento, preguntándome por qué Brittany estaba siendo tan extraña, cuando ella avanzó hacia el atril, con la frente ceñuda, tocando el pequeño micrófono, los sordos golpes hicieron eco atrayendo la atención de todos.
—Hola, a todos. La profesora Holliday me pidió que dirigiera el seminario de hoy, sobre la introducción al utilitarismo, y en las próximas sesiones, les daré algunas notas breves sobre los principales argumentos antes de explorar algunos ejemplos para la discusión.
Tenía esa confianza nuevamente, casi arrogancia, cuando se trataba de su tema. Ella se movió desde el atril, dejando caer sus notas, su apretado trasero flexionando bajo sus pantalones cortos. Me moví mientras me entraba un calor interno sofocante. Se lamió los labios, ajustando sus gafas, y yo luchaba por no gemir en voz alta por lo que tenía a la vista.
»—En términos simples, la idea del utilitarismo es la teoría de que las acciones de un individuo se basan en el hecho de que nosotros, como humanos, buscamos activamente placer al tomar decisiones. Por lo tanto, este argumento es visto como el enfoque hedonista a la ética —que hacemos las cosas para sentirnos bien, impulsados por la búsqueda de placer. Jeremy Bentham propuso que los seres humanos funcionan con un principio de placer-dolor, es decir, que buscamos el placer y evitamos el dolor a toda costa.
Ni una sola vez me miró mientras hablaba. La clase era pequeña y miró a cada par de ojos en la habitación excepto a los míos. Llegó a mí... me llegó.
»—Bentham creía que este principio podría ser adaptado a la sociedad en su conjunto y que funcionaría mejor si se opera en un sistema que considera el mayor bienestar para la mayor cantidad de personas. Esto es evidente en muchos sectores de la sociedad, pero es un buen ejemplo de ello, es la forma en que se vota en una democracia. El voto de la mayoría beneficia a la mayoría de la gente. Por lo tanto, la mayoría de la gente en esa sociedad es feliz, es decir, siente placer por el resultado, creando una sociedad más activa.
Después de algunos minutos en el que todavía no conseguir nada, ni siquiera un atisbo, decidí que era hora de cortar sus ganas de hacerme a un lado y hacerla reconocerme. Lo que Brittany no sabía era que tenía una sólida comprensión de este tema. Y lo usaría para mostrarle que no me gustaba ser ignorada.
Esperé hasta que hizo una pausa en su conferencia y dejé escapar una dramática tos, moviéndome hacia adelante en mi asiento y fingiendo escuchar con atención, siendo deliberadamente desagradable. Sus ojos se clavaron en los míos y se estrecharon. Perfecto. Había empezado a enojarme demasiado.
—¿Dónde estaba? —dijo en voz alta, de manera sutil con una mirada de amonestación en mi dirección—. Oh, sí. Hoy vamos a discutir el concepto del principio de placer-dolor y si los humanos realmente funcionan de esta manera. Yo, por mi parte, tiendo a estar de acuerdo con la mayor parte de esta teoría….
—¿En serio? —Solté, interrumpiéndola a mitad de sus comentarios. Mis compañeros de clase me miraron boquiabiertos desde sus asientos. Sí, nunca he participado en la clase.
Diablos, la mayoría de estas personas probablemente no me habían escuchado decir nada en casi cuatro años de estar en esta sala. Yo sabía que tenía la reputación de ser una deportista tonta, y ¿qué me importaba? Dejé que los cretinos creyeran lo que querían. Iba a hablar hoy, sin embargo, y todo era porque quería la atención de una chica.
Brittany se había paralizado, con el pulso en su cuello golpeando furiosamente bajo su piel expuesta. —¿Perdón?
Allí estaba, ese fuego, esa chispa que mantiene tan bien escondida. Tomando mi lápiz, le di la vuelta entre mis dedos, como si no me importa nada, y por la expresión de su rostro, estaba logrando aumentar su irritación.
—Estaba expresando mi sorpresa a que estés de acuerdo con Bentham, en su mayor parte. —le dije, exagerando las últimas cuatro palabras.
—Entonces, la respuesta es sí, has oído bien —me espetó.
Cristo, se veía aún más linda cuando estaba enojada como el infierno, y su actitud me estaba haciendo dar vueltas —¡Eh! —murmuré, mordiendo el lápiz. La habitación estaba absolutamente silenciosa, e incluso la profesora nos estaba observando con gran atención.
Marley me golpeó con su codo en mi costilla y silbó —Ya basta, Santana. Ella no va a encontrarlo divertido. Déjala malditamente en paz. —Por un momento, me sentí un poco culpable, pero estaba teniendo demasiada maldita diversión con este combate para importarme realmente nada.
—Eh, ¿Qué? ¿Marie? —Preguntó ella con una sonrisa maliciosa. Eso me hizo callar, y cualquier humor que tenía pronto se transformó en rabia. Ella usó ese maldito nombre, sabiendo exactamente lo que sentía por eso... ¿Y además en público? Era tan rastrero que era glacial y no podía creer que me hubiera hecho eso a mí, no le creía capaz de ser tan malditamente cruel.
Su ceja se levantó, un claro desafío, y me gruñó. ¿Ella quería jugar sucio? Que comience el juego.
Tomando una respiración profunda, dije—: Creo que es absurdamente idealista pensar de tal manera, Pierce, y para alguien de tu supuesta inteligencia, estoy sorprendida de que eso saliera en absoluto de tu boca.
—¡San! —Marley me advirtió silenciosamente a mi lado, pero no podía detenerme. Tenía un ardiente deseo de molestarla después de que me llamara por ese bastardo nombre tan maliciosamente.
—Quiero decir, mira a la analogía de votación que diste: mayor bienestar para el mayor número de personas. Mencionaste cómo era considerado bueno para la sociedad, cuando la mayoría de la gente estaría contenta con el resultado, pero todo lo que veo son defectos. ¿Y si la "mayoría" que la gente vota son malos o tienen malas intenciones y la minoría son personas inocentes y buenas son puestos en peligro por el hecho de que son superados en número? ¿Qué pasa si la persona que votaste tiene motivos ocultos y se retracta de lo que dijeron que iban a hacer?
Ella abrió la boca para meter baza, pero seguí mi camino, levantando la voz aún más fuerte para que ella no pudiera detenerme en mi perorata.
»—Mira a Hitler. Fue elegido por el voto democrático, y por un momento, él fue lo que era correcto para la mayoría de las personas que estaban viviendo en la pobreza sin ninguna esperanza real. Pero mira cómo terminó eso... Yo sólo estoy diciendo que aunque parece bueno en teoría, la parte práctica realmente no da resultado, ¿o sí?
Levanto mi barbilla con arrogancia, desafiándola a intensificar su juego. Salió de la protección del atril, mientras caminaba hacia adelante, con el propósito de caminar dando los dos primeros pasos hacia mí, su pelo rebotaba con largos mechones rubios cayendo en sus ojos.
—Para empezar, hazme el honor de permitirme terminar antes de interrumpir bruscamente. —Sus dientes estaban apretados juntos y sus ojos encendidos de ira—. Con lo que estoy de acuerdo en esa idea es que los individuos sí viven, en muchos casos, por placer sobre el dolor, al menos en su mayor parte. Seguramente que estarías de acuerdo con eso, Srta. Oh tan fantástica tenista. ¿No toma la mayoría de tus decisiones basadas en tu ilustre carrera deportiva, algo que te produce placer?
Así que ella iba a ir a la yugular, tratando de derribarme. Me pregunté qué diablos había hecho para merecer su ira. —Tienes razón, lo hago, pero también lo hago para los espectadores, para mis compañeros de equipo. Ellos encuentran alegría en el tenis, a diferencia de algunos —le dije con intención.
Sus manos se posaron en sus caderas. —¿Qué significa eso?
—Significa que en Lima, Shakespeare, el tenis es el mayor placer que hay; lo juegas, lo observas, entrenas. Mi entrenamiento, y por lo tanto mi éxito, me beneficia tanto a mí como a otros. Tú pareces ser la única a la que no le gusta.
Sus labios temblaron y una sonrisa victoriosa se posó en su rostro. —Entonces has demostrado que tengo razón. En Lima, el mayor bien para el mayor número de personas es el tenis, ya que da placer a la mayoría de la población.
—En este sentido, puede que tengas razón, pero no siempre es así de simple.
—Continúa —dijo ella, con los brazos cruzados bajo su pecho, su pie golpeando ruidosamente contra las escaleras de madera.
—Tú hablas de que los individuos hacen las cosas por placer y para evitar el dolor, ¿cosas que no les gustan?
—Sí.
—Pero muchas personas hacen cosas que causan a sí mismos dolor o desagrado para satisfacer las necesidades y deseos de otras personas. —Ella debería haber entendido la referencia. Cristo, era la única persona en la que había confiado. Sólo ella sabía de la presión de mis padres para casarme con Shelly y cumplir sus órdenes. Que me torturen si iba a dejar que siguiera escupiendo nuevas cosas de mí delante de extraños.
—Oh, no estoy segura de que son siempre tan doloroso hacer ciertas cosas o ciertos actos que los demás quieren, quiero decir. —Sí, Ella iba a ir allí, y casi rompo el escritorio de la rabia.
—Debes ser muy clara, Pierce. ¿A qué quieres llegar? —Agarré el lápiz como si fuera una pelota para el estrés.
—Bueno, vamos a usar el sexo, como ejemplo. Una de las dos personas que toman parte en el acto podría querer más, y la segunda persona puede ser del todo indiferente en sus afectos, pero la segunda persona cede en última instancia, y lo hace de todos modos para hacer a la primera persona feliz. Sin embargo —y aquí radica la ironía— el que es infeliz todavía encuentra la liberación sexual. Por lo tanto, esa parte en realidad no experimenta malestar en absoluto. ¿O lo hacen?
Cielos. La comprensión me golpeó. Todo este tiempo se trató de Shelly. Ella pensó que me follé a Shelly la noche que hablamos en el balcón, y claramente no le gustaba.
El lápiz en mis dedos se rompió bruscamente, junto con mi paciencia y tolerancia por la forma pública de vengarse que tiene Brittany... ¡Y por algo que no hice, demonios! ¿Así que ella quería airear todos los trapos sucios? Entonces yo ventilaría lo mismo.
—¿O qué tal una persona que decide que sería una buena idea besar a otra, debido a alguna extraña e inexplicable atracción, pero luego, en retrospectiva, decide que fue un maldito error? ¿Que hablaban de cosas personales por primera vez con alguien diferente, alguien nuevo, pensando “¿tal vez pueda confiar en esta persona para que conozca a la verdadera yo?” Sólo para darte cuenta de que lo que hiciste fue estúpido y nunca debió haber sucedido. ¡Afianzando que la gente es sólo una gran decepción! —me pasé las manos por el pelo, dejando caer el lápiz ahora destrozado al suelo.
—Jesús, San —susurró Marley a mi lado, su mirada simpática recayendo sobre Brittany. Alcé los ojos para ver lo que la tenía tan molesta. Brittany seguía de pie en el segundo escalón, con los ojos llorosos, y completamente avergonzada. ¡Rayos! ¿Cómo diablos había ocurrido esto? Se suponía que debía ser un debate estúpido, no una masacre verbal completa. Dios, pero la chica me podía sacar de quicio en más de un sentido.
Sus ojos azules dejaron rápidamente los míos, y ella miró el reloj, anunciando en voz baja—: En el próximo seminario se analizarán las notas personales de Bentham. La lectura esencial está en el esquema del curso. Clase terminada.
Colgándome la mochila al hombro, corrí por las escaleras, sin ni siquiera mirar a Brittany en su escritorio, la necesidad de salir como alma que lleva el infierno fuera de la habitación sofocante abrumó todo lo demás. Shelly irrumpió pasando junto a mí, casi dislocando mi hombro en el proceso, y los demás compañeros de clase se escabulleron con susurros apresurados. Caminando hacia la esquina del pasillo, me apoyé en la pared, respirando profundamente. Una tos ligera irrumpió a través de mi aturdimiento.
—¿Qué? —dije, sabiendo que era Marley.
—¿Estás bien? —preguntó en voz baja.
Abrí los ojos y me eché a reír con sarcasmo.
—¡De estúpido color rosa! Me encanta que mi vida personal sea objeto de rumorología
Ella me miró fijamente durante un rato antes de sacudir la cabeza.
—Tengo que llegar a mi siguiente clase. No hagas nada estúpido.
—Cállate, Mar.
—Lo digo en serio. Sé que estás esperándola. —Lo hacía. Pierce y yo necesitábamos tener una pequeña conversación privada acerca de cómo mantener un maldito secreto—. Mira, San, me he vuelto muy cercana a esa chica últimamente. Diablos, se ha convertido en una de mis amigas más cercanas. No quiero que la hagas pasar un mal rato, ¿me oyes? No está acostumbrada a la gente como tú. ¡Lastímala y tendrás que lidiar conmigo!
Cruzando los brazos sin dar una respuesta, dejé caer mi mirada, observando los pies de Marley cuando ella se marchaba con un suspiro de frustración. Dos minutos más tarde, Brittany salió del aula de clase y, al instante, estuve ante ella.
—¿ De qué se trató todo eso?
Su sorpresa ante mi presencia fue evidente en sus ojos enormes y el ritmo de su respiración tartamudeó.
—Fuiste grosera —dijo con severidad, comprobando a nuestro alrededor.
Estábamos solas, me había asegurado de ello. Esto era entre ella y yo.
—Estaba debatiendo. Eso es lo que haces en filosofía. Tú lo hiciste personal. —Podía escuchar el borde áspero en mi voz, pero Brittany no estaba intimidada, permaneció firme, manteniendo mi mirada fulminante con la suya.
—¡Tú también lo hiciste! —Ella devolvió el golpe, con el rostro sonrojado con ira.
¿No podía ella ver lo que había hecho? ¿Cómo me había llevado al borde de perder la compostura frente a una clase con sus palabras...? ¿Con ese maldito nombre?
—¿Por qué sacaste a colación la otra noche? Lo que hablamos fue en confianza. Te dije cosas que nunca he dicho a otra persona jamás, ¿y me lo echaste en cara en una clase públicamente? —Me acerqué, oliendo ese maldito aroma a fresas de su... ¿Qué? ¿Su pelo, su piel? Dios, me estaba volviendo loca. Así de cerca, noté más cosas sobre ella, como lo perfecta que era su piel, sin marcas o manchas, y sus ojos tenían una extraña sombra color caramelo alrededor del iris. Jesús, estaba furiosa, pero no quería nada más que empujarla contra la pared y besarla. Follarla hasta someterla. Follarla, hasta que aprendiera a no volver a cruzarse conmigo. Volviendo a orientar mi mente, dije—: Deposité mi confianza en ti ¿y tú sacaste los trapos sucios en tu conferencia por tu propio maldito beneficio de sabelotodo?
Mi mandíbula se apretó cuando ella puso los ojos en blanco y se rió.
—Confianza, ¡maldición! Toda la universidad sabe que utilizas a las chicas para tener relaciones sexuales, lo que, sinceramente, me hace sentir asco.
Ella acababa de ganar el primer round.
—Por lo que vi la otra noche con ella, lo hiciste entonces también, después de que me confiaste que ella no te gustaba, después de haber conectado tan profundamente conmigo.
Round dos.
—¿Dónde está la moral en eso? ¿Supongo que no pudiste resistirte a sus piernas abiertas?
¡Estúpido round tres!
Perdiendo por completo mi cordura, hice retroceder a Brittany contra la pared y en un rincón oscuro. Estábamos completamente ocultas a la vista. Acercándome cada vez más, pregunté—: ¿Por qué te importa a quien folle? ¿Qué significa para ti? —La furia fue rápidamente reemplazada por la lujuria, las dos mezclándose en mi mente. Su respiración agitada y la piel de gallina en su piel sólo me incitaban aún más.
Puede que no se haya dado cuenta, pero Brittany no podía apartar la mirada de mis labios.
—No significa nada para mí —dijo ella con los dientes apretados, pero esos ojos entrecerrados me dieron todas las indicaciones que necesitaba. Ella también me deseaba infernalmente, pero no podía salir y simplemente decirlo, ¿o sí? No, Britt se contentaba con presionar cada maldito botón que tenía. Golpeé mi mano contra la pared, inclinándome más cerca, hasta el punto en que casi estábamos tocándonos.
—Estás mintiendo.
Sus firmes pechos estaban presionados contra mi pecho, mientras me dice entre dientes—: ¡No estoy mintiendo! No tiene que interesarme con quien follas, ¡cómo tan elocuentemente lo pones!
—¡Tonterías! ¡No te creo! —Escupí mientras ella golpeó mi pecho, e intenté de nuevo—. ¡Dije que no te creo! Dime por qué te importa ¡y no me mientas, Cielos! — Sentí sus manos rozando mi estómago, casi haciéndome gemir en voz alta.
—¡Muy bien! —gritó—. ¡Me importa porque me besaste! Me besaste como si no tuvieras otra opción, ¡maldita sea! No me gusta ser sólo otro juguete cuando confié en ti. Nunca hago eso ¡y ahora recuerdo exactamente por qué!
Ahora estábamos llegando a alguna parte.
—Para tu información, Para tu información, no la follé. De hecho, le dije directamente que no iba a seguir con ella. Lo que me dijiste tenía sentido... sobre vivir mi propia vida. Lograste llegarme al corazón. Tú... me afectaste. Y entiende esto claramente... no eres el juguete de nadie, Pierce. Puedo andar follando por ahí, pero no voy a jugar contigo.
Esos malditos labios se abrieron de nuevo, pero yo ya estaba harta de todo, así que puse mi dedo en su boca, atrapándola en mi agarre. —Eres valiente, Pierce, al hablarme así. Yo no lo... tolero de nadie. La gente de por aquí sabe que no deben abordarme. Tienen el sentido de dejar las cosas en paz.
Sus ojos se estrecharon y ella preguntó—: ¿Me estás amenazando?
Mis ansias por tocarla se incrementaron con mis fuerzas a punto de romperse, pero esta sexy inglesa me tenía encendida demasiado.
—No estoy amenazándote, Pierce, sino aconsejándote. Encuentro que tú y esa boca que tienes son verdaderamente excitantes. Pero estoy más interesada en enseñarte cómo mantenerla cerrada.
Su cuerpo la estaba traicionando; capté su garganta tragando y el retorcimiento de sus muslos. A ella le gustaba la forma en que estaba siendo con ella, y la idea de que esta señorita buena en realidad pudiera gustarle de esta manera simplemente me estaba volviendo más loca.
—Guarda ese tipo de conversación para cuando te revuelques con Shelly de nuevo. —espetó.
—¡Te dije que no la toqué, demonios! —Traté de decirlo con calma, pero salió más como un gemido.
—Eso no es lo que ella ha estado diciendo. —Su voz estaba entrecortada; estaba perdiendo la actitud retadora que había adoptado.
Con ambos calmados ahora, traté de hacerle comprender cómo me sentía. —No podría importarme menos lo que ella dice. Pensé que eras diferente, Britt. ¿Por qué hacer gran cosa acerca de Shelly, o el tenis, después de lo que te había dicho por lo que yo estaba pasando?
Respirando fuerte, comenzó a frotarse las sienes. —Mira, simplemente estoy de un humor de mierda. No debería haberte atacado de esa manera y me disculpo por haber traicionado tu confianza. Fue mala educación de mi parte. Estaba enojada contigo, he estado cabreada contigo durante días. No sé cómo estar cerca de ti. Tú... me confundes.
Hablando acerca de conflicto. Estaba muy enfadada con ella por su pequeña presentación anterior, pero la anhelaba. No tenía ni idea de por qué, pero yo nunca había querido a una chica como ella antes, cada fibra de mi ser me gritaba para tomarla, hacerla mía. A medida que mi mente se arremolinaba con estos pensamientos, mi agarré en su momento se aflojó, y trató de deslizarse más allá de mí.
—¿Dónde diablos crees que vas? —Le espeté.
—Me voy. Ya he terminado con esto... terminé con nosotras y con lo que demonios sea que acaba de pasar.
¿Acabar? Ella no había acabado. Estábamos empezando.
Cuando trató de moverse más allá de mí otra vez, renuncié a mi moderación y gruñí—: ¡Me estás volviendo condenadamente loca, Pierce! —Y agarrándola con fuerza alrededor de la parte posterior de su cuello, presioné eso malditos labios fruncidos contra los míos.
Cielos, se sentía bien.
Comí su boca, devorando todo lo que tenía como una persona hambrienta en un banquete. Mi lengua exploró sin descanso, y ella me dio la bienvenida a todo lo que daba. Era perfecta, esto era perfecto, y me estaba volviendo en más que un poco obsesionada.
Oí el ruido sordo de sus libros cuando los tiró al suelo y sentí el agarre su mano en el material suelto de mi camiseta. Yo la estaba tomando y ella me estaba tomando de regreso. Quería esto tanto como yo.
Yo era una chica poseída. Agarrándola con fuerza alrededor de sus brazos, la empujé contra la pared, mis ganas por explorar su cuerpo eran enorme, moliendo, y gimiendo contra su boca. Ella dejó escapar un fuerte gemido, y de repente, la realidad se vino de nuevo. Estaba tratando con dureza a Britt en un maldito pasillo.
Temor se construyó en mi estómago. Se suponía que debía evitar hacer tonterías como esta, conseguir pasar través de este año con facilidad. Brittany estaba demostrando ser una gran distracción. Por un lado, quería probar más de ella, pero, por otro, quería que se quedara lejos.
Expulsé un gemido enojado. —Cielos, Britt, ¿por qué no puedo sacarte de mi cabeza? Eres todo en lo que pienso y no sé cómo tratar con ello.
Ella se veía espectacular: el rostro enrojecido, los labios hinchados, los ojos brillantes de deseo. —¿En serio? —susurró, y podía ver que le gustaban esas palabras que fueron derramadas de mi estúpida boca.
—Cada minuto. De. Cada. Día.
Empujando mis manos detrás de mi cabeza, vi cómo empezó a recoger sus cosas, preparándose para irse. Teníamos que aclarar esto entre nosotras.
—No sé qué hacer contigo. Está confundiéndome y no me gusta. Nunca estuve así por una chica. —Me maldije por decir eso. Era Brittany con la que estaba hablando, no una maldita seguidora—. Pero no creo que seas simplemente una chica. He pensado eso desde el momento que te vi toda nerviosa en el pasillo el primer día de clases. Cristo, no he sido capaz de probar nada excepto a ti desde que nos besamos en la maldita iniciación.
Esperé su respuesta, pero en cambio, ella se fue, corriendo, gritando de regreso—: T… Tengo que ir a la biblioteca.
Casi golpeé la pared mientras se escapó de mí tan rápido como le fue posible. Empecé a seguirla, pero decidí dejarla ir y me obligué a mantenerme quieta. La vi alejarse, pero cuando ella tímidamente miró hacia atrás, le aseguré—: Esto está muy lejos de terminar, Pierce... ¡lejos de que se termine, demonios! —Y entonces ella se fue, dejándome reprimida con ira, confundida como el infierno y atascada con la mayor excitación que he tenido en mi vida.
Brittany Susan Pierce me iba a matar.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 7
FAYETTEVILLE, ARKANSAS
—¡Mierda, Snix, esa chica no puede apartar los ojos de ti! ―dijo Ryder emocionado.
Levanté la cabeza de mi cerveza, revisé a la atractiva rubia, atrapando su sonrisa acogedora, pero moviendo la cabeza en negación.
Quinn puso su mano en mi cabeza, fingiendo comprobar mi temperatura. ―¿Te sientes bien?
Con una sonrisa dije—: Sí, sólo que no estoy interesada.
—¿Estás segura de que te encuentras bien? ―Esta vez estaba serio. Su boca colgaba abierta y me miraba en estado de sorpresa. Asentí con la cabeza lentamente en respuesta y golpeé mi cerveza con la suya, riendo.
—¿Cómo puedes no estar interesada en eso? ¡Es una maldita diosa! ―Se quejó Ryder, levantándose del sofá, caminando por la sala y probando su suerte con la rubia.
—Cincuenta dólares a que ella lo rechaza ―dijo Noah con una sonrisa mientras le daba un codazo a mi brazo.
—Demonios, no va a tocarlo. Ella es un nueve. Él... no. Estaría entregando mi dinero tomando esa apuesta.
Quinn se adelantó hacia el sofá y tendió la mano. —Oye, ahora, dale una oportunidad. Será el próximo titular el año siguiente. Demonios, San, ¡él será tú! Voy a tomar la apuesta... de ambos.
Los tres nos sentamos de nuevo y observamos a Ryder mientras se pavoneaba hacia la rubia, engreído. Ella me miró por encima de su hombro, pero lo que sea que Ryder le dijo la hizo repentinamente ponerse de pie y su sonrisa de “fóllame” cayó de su cara.
Él trabajó la buena charla, susurrando en su oído, tocando su mejilla y su brazo desnudo con los dedos.
Noah me miró boquiabierto, claramente pensando lo mismo que yo: el cretino estaba dentro.
La rubia pasó la mano por su pecho, luego, tomando su mano, comenzó a llevarlo fuera de la sala. Ryder nos miró, la mayor maldita sonrisa en su cara, luego desapareció escaleras arriba.
—¡Menos mal! ¡Lo sabía! ―aulló Quinn, frente a Noah y a mí, dijo—: ¡Paguen, perras! ―con una sonrisa de comemierda.
Sacudiendo mi cabeza, metí la mano en el bolsillo sacando un billete de cincuenta, Noah hizo lo mismo, cada uno lo dejamos en la mano extendida de Quinn. —Nunca pensé que vería el día en el que anotara por su cuenta.
—Ha estado observándote, en el campo y fuera del campo, como un maldito halcón. Va a ser peligroso el próximo año ―dijo Quinn en broma y se movió del sofá para unirse a algunos de nuestros compañeros y compañeras que se dirigían hacia el patio trasero por comida.
Estábamos en una fiesta en una casa por cortesía de uno de los primos de los jugadores de los Hogs. Era la costumbre, —coños solícitos, licor fluyendo— pero lo que era inusual era que yo no tuviera ni un gramo de maldito interés en nada de eso, estaba demasiado ocupada preguntándome qué estaba haciendo Brittany para regresar a casa, demasiado ocupada preguntándome si ella había visto mi espectáculo deportivo en el partido.
Casi había renunciado a tratar de sacarla de mi mente.
Noah se levantó para conseguir más cerveza, unos minutos más tarde el cojín del sofá se hundió junto a mí, indicando su retorno. Lanzándome otra botella, me preguntó ―: ¿Estás bien?
Asentí, mordiendo el tapón con los dientes antes de tomar un largo trago.
—Conseguirás estar en forma de nuevo, ya sabes. Sólo estás teniendo un mal comienzo en la temporada.
—¿Mal comienzo? Demonios. No puedo jugar más. Nada de lo que intento va bien. Me sobrepasé en el pase para ti hoy, unos cinco metros, ―murmuré hoscamente.
—Cállate, San. Eres la maldita mejor jugadora en el estado, demonios, del país. Simplemente estás pasando por demasiado y no puedes dejar que ese equipaje te saque del juego.
—¿Cómo sabes por lo que estoy pasando?
Noah se encogió de hombros. —Te he visto así antes, cuando aceptaste la beca de tenis en la UL. Tu padre te golpeó casi enviándote al hospital, y tú, la hija de puta sádica que eres, simplemente lo dejaste.
Ese recuerdo era difícil de olvidar. Yo había ido directamente a casa desde mi partido para decirle a mi padre que había aceptado una beca con la universidad local. La entrenadora había estado viniendo a algunos de mis partidos de último año en la escuela secundaria y cuando escogimos universidad, ella me ofreció un lugar en la UL en el acto. Fue uno de los días más felices de mi vida. Eso fue hasta que se lo dije a papá. Creo que él siempre había asumido que finalmente yo habría convenido con su forma de pensar, que a la larga renunciaría a toda la mierda del tenis, seguiría sus pasos y entraría en el negocio familiar. Pero no entendía la pasión que yo tenía por el juego, nunca lo hizo y ahí es donde empezaron nuestros problemas actuales.
En el momento en que le dije que había conseguido una beca completa, se había soltado. Recuerdo darme cuenta en ese momento que él nunca iba a dejarme llevar mi propia vida. Y a saber por qué, pero me puse delante de mi padre iracundo, el hombre fornido lanzando golpe tras golpe... y tomé cada uno. Sonreí a través de cada golpe. Luego, ensangrentada y golpeada, empaqué mis cosas y dormí en el piso de Noah durante varias semanas antes de tener que regresar a casa a esperar el resto del año. Evité a mis padres durante meses, quedándome fuera de su camino, viviendo en su mayoría en la vieja cabaña en sus tierras, luego saliendo para el campamento de entrenamiento de verano con el equipo de la universidad y nunca miré atrás.
Volviendo al presente, con la música metal golpeando a través de los altavoces, le dije—: No tenía sentido defenderse. Había aprendido que sólo lo volvía peor.
—Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿Sigue tratando de impedirte entrar en la liga profesional?
—Sí, nada nuevo ―dejé escapar una risa cansada. —Pero ahora quiere que me case con Shelly. Me negué, por supuesto, no he hablado con él desde entonces, pero sé que no va a rendirse. ―Eché un vistazo a la botella en mi mano y dije—: Nada cambia para nosotros ¿verdad, hermano?
Sacudiendo la cabeza, Noah dijo—: A veces, Santana, me pregunto cómo conseguimos tal mierda de vidas. Tú con todo el dinero del mundo, pero con los peores padres en la Tierra. ―En realidad me reí de eso—. O yo, nada más que un pedazo de remolque de basura, con dos hermanos cabeza hueca y una santa por madre que apenas puede caminar ya.
Incliné mi botella de cerveza en su dirección y él hizo tintinear la suya contra la mía, no necesitaban ser dichas más palabras.
La fiesta continuó, la mayoría de los jugadores anotaron con chicas para la noche, y Quinn volvió a entrar en la habitación para encontrarnos a Noah y a mí todavía en el mismo lugar —¡Chicos! Un grupo de nosotros se está dirigiendo a un bar, ¿vienen?
—¿Tu chica no va a estar enojada contigo si lo haces? ―le pregunté con una sonrisa burlona.
Quinn estaba loca por su nueva chica, no dejó de hablar de la maldita castaña tejana en todo el camino a Arkansas. Al parecer, la chica era aventurera como el infierno en la cama, lo que descubrí después de la séptima explicación detallada de sus diez mejores posiciones sexuales.
—¡Demonios no! Probablemente Rachel patearía mi trasero si no saliera y bebiera, ella sabe que no me desviaría.
Le creí. Era una buena persona.
—Voy a pasar ―le dije—. Creo que sólo voy a regresar al hotel.
Inclinándose, Quinn presionó su mano contra mi cabeza una vez más. —En serio, Snix, ¿estás enferma? ¿En serio? Primero, ninguna mujer en semanas y ahora, ¿negándote a ir a un bar? ¡Tú estando de acuerdo con la Invasión de los Ladrones de Cuerpos está asustándome!
Riendo, me paré, dándole una palmada en la espalda. —Estoy harta de todo, rubia. Necesito bajar mi cabeza y centrarme. Te veo más tarde.
Noah regresó conmigo, algo claramente molestándolo también, pero sabíamos cómo no inmiscuirnos en los problemas del otro y en cambio hablamos de tenis todo el camino de vuelta a nuestras habitaciones.
Una vez en la cama, cerré los ojos, fue el rostro de Brittany lo que vi, el beso que probé y suspirando, empecé a contar las horas hasta que pudiera volver a verla.
Estaba tan condenadamente empezando a enamorarme.
******
Tan pronto como el avión golpeó el asfalto, los mensajes comenzaron. Mi papá escribiendo que quería verme, necesitaba verme, ¡advirtiéndome que haría bien en ir a verlo!
Luego, a las seis y media de la maldita mañana, llamó. Decidiendo sólo responder y terminar con su sermón, lo saludé con un reacio. —Papá.
—Estoy casi en los terrenos de tu escuela. Sugiero que te encuentres conmigo inmediatamente. No me hagas ir a buscarte. ―Mis puños se apretaron y casi rompieron el bastardo celular en mis manos.
—Te veré en el patio.
Recogiendo mis llaves, salí rápidamente de mi habitación, casi corriendo al patio, todavía usando la misma ropa con la que acababa de viajar. El lugar estaba desierto, demasiado temprano para los estudiantes estén levantados, pero el sol ya estaba ardiendo caliente, el campus extrañamente tranquilo.
Doblando la esquina, no tomó mucho tiempo para detectar el preciado Bentley de mi padre, plateado, ostentoso y me detuve en la acera, justo en el capó del coche.
Mi padre abrió la puerta, su traje ligeramente desaliñado y sus ojos marrones cansados. Por un momento vacilé, pensando que estaba aquí para entregar malas noticias, hasta que lo vi rechinando los dientes y supe que estaba aquí por mí.
—Santana ―saludó, cruzando los brazos sobre su pecho.
Odiaba que estuviera así de calmado y sereno, con su voz tranquila y baja. Nunca podía predecir su estado de ánimo cuando estaba así, nunca supe si se preparaba para un golpe o si yo estaba a punto de ser chantajeado para hacer alguna mierda que no quería.
—Papá ―dije con cautela.
—Has estado ignorando mis llamadas, mensajes, correos electrónicos.
—Necesitaba un descanso. El tenis ha sido intenso, y la escuela está volviéndose más loca mientras más me acerco a la graduación. Y sé que todavía quieres que me case con Shelly y no quería discutir sobre ello nunca más. ―Sus ojos se encendieron algo ante eso.
—Maldición, claro que quiero este matrimonio. ―Dio un paso más cerca, pero con mi altanería, me elevaba por encima de él—. Mira, necesito que te cases con ella. Tengo que mantener el negocio entre las dos familias.
Mi padre estaba actuando extraño. Podía sentir la desesperación en su voz, verlo en su postura, la forma en que constantemente estaba pasando la mano por su cabello. Mis sospechas estaban por las nubes. Algo más que el matrimonio claramente lo estaba molestando, pero maldición si podía adivinar qué. Mi padre nunca me lo diría si le preguntaba. De ninguna manera iba a mostrar debilidad frente a mí, pero tenía que intentarlo.
—Dime por qué estás presionando esto tanto ―le exigí, viendo la ira en sus tensos rasgos ante mi línea de preguntas. Esa era una de las muchas cosas que eran prohibidas, cuestionar las instrucciones de mi padre. Frunciendo sus labios con disgusto, él empujó un dedo hacia mi pecho.
—Haz lo que te dicen. ¡Lleva a cabo la tarea por la que te mantuvimos! ―Y allí estaba.
El recordatorio no-tan-sutil de que nunca fui querida.
Me mantuve firme —¿Sabes qué, viejo? Que se pudra tu matrimonio arreglado. Nada ha cambiado. Nada va a cambiar. Renuncia a eso ya.
Su rabia tomó el control y el hombre con el que había crecido mostró su fea cabeza, la falsa cortesía olvidada mientras agarraba mi chaqueta en sus puños. —¡Insolente de mierda! ¿Por qué osas desafiarme a cada paso? ―Sus ojos estaban asustadizos y eso sólo confirmó mis sospechas.
Algo más grande tenía que estar detrás de esto. Él no había sido así de físico en años. No peleé con él, pero respondí—: Porque no quiero esta vida para mí ¡No quiero ser tú!
Inclinándose hacia mi oreja, dijo en voz baja—: ¡Tú nunca fuiste lo suficientemente buena para esta familia! ―Y por instinto, llevó hacia atrás una mano pero se detuvo, claramente tratando de contenerse de su antigua forma de castigo. Yo podía defenderme ahora que era más grande, más fuerte, y el viejo bastardo lo sabía. Tenía diecisiete años la última vez que lo había dejado golpearme, pero nunca me tocó en público. No había manera de que él arriesgara su perfecta reputación. Pero allí estaba, atacando a plena luz del día, su compuesta persona desintegrándose.
—¡Hazlo! ―gruñí, inclinando mi barbilla en ofrecimiento.
—¡No me tientes, muchacha! ―Amenazó, y sólo sonreí en respuesta. Había aprendido que si conseguíamos un buen golpe en el camino, eso me compraría un par de semanas de silencio. Necesitaba unas pocas semanas de tranquilidad.
Desesperadamente las necesitaba.
Empujé a su pecho y grité —: ¡Hazlo! ¡Golpéame! ¡Sé que eso es lo que quieres!
Sus labios se apretaron mientras decidía qué hacer, así que sonreí de nuevo, realmente incitándolo, y ese fue el momento en que se rompió. Retiró su mano y en segundos chocó con mi cara.
De inmediato dejó caer la mano, caminando hacia atrás, y aseguró—: No voy a parar hasta que estés caminando por ese maldito pasillo. ¡Es imprescindible que te cases con Shelly Blair! ¡Imprescindible! —Y con eso saltó de regreso en su Bentley y se marchó.
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 8
La sangre de mi labio goteaba por la barbilla, pero la dejé. Mi mejilla palpitaba y mi mandíbula dolía, pero me recordó por qué no podía casarme con Shelly, no podría vivir esto por siempre, finalmente recurriría al licor como mi mamá, para lidiar el quedar atrapado en el sofocante mundo de cenas de sociedad y deberes.
Me dirigí directo al árbol más cercano y golpeé la corteza hasta que mis manos se entumecieron, mis músculos dolían, la sangre se derramaba de mis nudillos. La pesadez de mis jadeos agotando mi cuerpo, me desplomé en el suelo, mirando sin ver el césped ante mí.
¡Demonios! No podía seguir viviendo en este constante infierno, esta oscuridad.
¿Cómo demonios se había ido todo a la mierda tan rápidamente? Podía sentir el peso de todo presionando sobre mí; mis amigos, el tenis, la escuela y apenas podía respirar o pensar. Quería acurrucarme en una bola justo aquí en el suelo, sin realmente importarme quién encontraría a la grandiosa “Snix” López reducida a un lastimoso desastre ensangrentado.
Escuché el sonido de una ramita seca romperse junto a mí, cuando levanté la cabeza, Brittany estaba de pie ante mí, con las manos temblando, con lágrimas en sus ojos, susurrando—: Santana, Dios…
Se veía como un maldito ángel.
Se dejó caer de rodillas junto a mí, sus ojos azules se suavizaron en simpatía. Se puso a limpiar mis cortes, pero nada de eso se registró realmente; mi mente estaba perdida en una densa niebla.
—¿Te duele? —se detuvo a preguntar, pero sólo pude sacudir la cabeza.
Se acercó más, su pequeño cuerpo apretado entre mis piernas, presionó un trozo de tela rosa en mi labio. Aun así, sólo podía mirar.
—Enjuaga tu boca, San. Esa sangre no puede saber demasiado bien. —Me dio la botella e hice lo que dijo, escupiendo el agua en el suelo, la tierra seca mezclada con rojo.
Luego me sorprendió, tomando suavemente mi mano y sentándose junto a mí. Al mirar sus pequeños dedos envueltos alrededor de los míos, me di cuenta que esta chica se estaba convirtiendo en todo lo que necesitaba pero nunca soñé con ser capaz de conseguir. En la superficie, ella era exactamente mi opuesto, pero muy en el fondo, me estaba entendiendo como nadie lo había hecho antes.
Sintiendo su mano apretar la mía en apoyo, salí de mi aturdimiento y dije con voz ronca—: Hola, Britt.
—Hola, tú.
—¿Cuánto viste? —pregunté, temiendo la respuesta.
Moviéndose más cerca, su brazo rozó el mío, poniendo su cabeza en mi cuello, ella respondió—: Lo suficiente.
Alguien finalmente había presenciado a mi papá en acción y sintiéndome como si tuviera ocho años otra vez, dejé caer mi cabeza contra el árbol, sintiéndome humillada porque ella me hubiera visto así, aun estúpidamente una víctima de mi padre.
—¿Quién era el hombre en el Bentley?
—Mi papá —admití después de unos segundos de silencio.
—¿Tu padre? —Eso la impresionó y esos ojos se tensaron con ira, su cuerpo curvándose hacia mí protectoramente. Esa fue sin duda la primera vez. No podía hablar ante el gesto, un momento de felicidad apoderándose de mi voz. Nunca había tenido a alguien reconfortándome antes, nunca tuve a alguien que se preocupara lo suficiente para confortarme antes. Estar alrededor de Brittany me hacía feliz… cielos… ella en realidad me hacía feliz…
Mantuve su mano apretada en la mía porque no quería dejar ir este sentimiento.
—¿Estás bien? —preguntó de nuevo.
—No —confié, las lágrimas amenazando con caer.
—¿Quieres hablar de eso? —No quería en absoluto, así que negué con mi cabeza.
—¿Te pega mucho?
Decidí sólo ir con eso. Ella había visto más de lo que nadie nunca lo había hecho; no había necesidad de pretender otra cosa. —No tiene mucha oportunidad ya. Estaba enojado con algo que había hecho. Me llamó para reunirnos y… bueno, viste el resto.
Moviéndose frente a mí, preguntó —¿Qué hiciste tan mal para que él te golpeara de esa manera?
Quería responder con la verdad, porque era una desgracia en sus perfectas vidas, un recordatorio de algo que preferirían olvidar, pero nunca iba a ir ahí, nunca iba a revelar eso, así que simplemente dije—: Dinero, decepción, el no ser la hija obediente. Lo de siempre. Sin embargo, nunca había llegado tan lejos en público antes. Nunca lo he visto tan enfadado.
—¡Pero tú eres su hija! ¿Cómo se atreve a tratarte así? ¿Qué demonios has hecho para merecer que te golpeen?
No iba a ir ahí.
Sentándose frustrada, pero aceptando que no iba a obtener una respuesta, Brittany cambió de tema, preguntando sobre el partido de Arkansas. Confesé que no había jugado bien.
—Nunca había tenido tan mal comienzo en una temporada en toda mi vida. En mi último año, en el que voy a ser reclutada, y todo se está yendo por el desagüe.
—¿Por qué va tan mal? —Sus cejas hacia abajo, con sus marcos gruesos deslizándose una fracción por su nariz.
Empujándolos de vuelta a su posición normal, revelé —Porque no puedo completar siquiera uno de mis pases. Estoy decepcionando al equipo y a los aficionados. Mis padres no van a dejar de molestar por lo de Shelly, lo que acabas de presenciar es la insistencia de mi padre sobre esa cuestión. Está siendo una sanguijuela más grande de lo normal y estoy constantemente peleando con ella. Mi cabeza está dispersa, no puedo dormir o centrarme, y estoy pensando en una cierta muchacha inglesa que me mantiene despierta toda la noche. Cada maldita noche. Ella está plagando mis sueños.
Necesitando sentir su toque, puse su mano contra mi mejilla, el contacto calmándome justo ahí.
—Sí, sé lo que es eso. —Su respuesta susurrante, diciéndolo.
Era hora de que le dijera algunas verdades. —He pensado en nuestro último encuentro sin cesar mientras estuve fuera.
—Sí. Yo también. Ha sido... diferente el tener la cabeza llena de cierto bombón de Lima y no de Dante, Descartes o Kant. —Quería reírme de su lindo acento, como el infierno, y agradecer a Dios que hubiera estado pensando en mí también.
—¿Crees que soy un bombón? —pregunté bromeando, empujando su brazo.
—Estás bien —su nariz se arrugó al sonreír y ese rubor subió por sus mejillas. Había pasado de odiar al mundo a sentirme en la cima.
—¿A dónde ibas a esta hora de la mañana cuando viste a este bombón recibiendo una paliza? —Necesitaba moverme de este árbol, estaba segura como el infierno que no iba a clase. Quería estar donde sea que ella estuviera y yo hacía más o menos siempre lo que quería.
—San… —Iba a decir algo, pero se interrumpió.
—Responde la maldita pregunta, Pierce.
—A la biblioteca. Tengo unas notas que necesito escribir para la Profesora Holliday. Ella tiene una oficina ahí donde puedo trabajar sin ser molestada. Vi… lo que paso contigo y tu papá y pensé que me necesitabas más de lo que el emocionante mundo de la academia me necesita ahora.
Levantándome, arrastrándola conmigo, anuncié—: Vamos.
—¿A dónde? —frunció el ceño en confusión.
—A la biblioteca. Voy a ayudarte. No podemos decepcionar al mundo de la academia ahora ¿verdad? ―Levanté su bolsa del suelo y la coloqué en su hombro.
—Santana… ¿estás segura que no quieres ir a casa o hacer algo más? Podríamos hablar más si quieres. Lo que necesites.
Jesús, hablar más sobre mi vida en casa no era lo que quería. Diablos, lo que realmente quería era llevar a Brittany de vuelta a mi habitación y no molestarme en salir hasta que tuviera suficiente, pero no estaba segura de que esa sugerencia fuera a ir muy bien.
Tirando de su mano, dije—: No. Vamos a ir a la biblioteca y te voy a ayudar con tu ensayo.
—¿Vas a ayudarme con la filosofía? —Debí haberme sentido insultado por su incredulidad, pero ese aire de arrogancia que siempre tenía cuando se refería a sus estudios sólo me dieron ganas de demostrarle que estaba equivocada.
Girándola y envolviendo mis brazos alrededor de sus hombros, susurré—: Oye, sólo porque sea deportista no significa que sea estúpida. Para tu información, soy sobresaliente en esa clase. Quizás sea capaz de mostrarte una cosa o dos.
La dejé ir y cité—: Por ejemplo, Immanuel Kant era un verdadero marica quien raramente era estable.
Dejando escapar una risa emocionada, cantó ―Heidegger, Heidegger era un mendigo borracho que podrνa pensar debajo de la mesa.
—Aristσteles, Aristσteles era un cabrσn por la botella y Hobbes estaba encariρado con su copita —Hice un gesto para que terminara.
—Y Rene Descartes era un pelmazo borracho. Bebo, luego existo.
Era británica después de todo. No era ver Monty Python como un rito de iniciación o algo así? Su enorme sonrisa me dijo que acababa de sumar unos puntos en su libro.
—Así que eres una fan de Monty Python? —preguntó emocionada.
—Bueno, no puedes estudiar filosofía y no estar familiarizado con “Bruces” la canción de los filósofos —La verdad era que uno de mis primero profesores de filosofía en segundo año solía reproducir esa canción todo el maldito tiempo. Después de eso, vi cada película que hicieron.
—Estoy de acuerdo, pero nunca te identifiqué como una fanática de la comedia británica.
—Es Python —dije sencillamente. Extendí mi mano —Vamos. Te sorprendí una vez con mi conocimiento de filosofía. Estoy bastante segura que puedo hacerlo otra vez.
—Lo que tú digas, tienes veintiuno años. Yo tengo solo veinte y ya estoy haciendo un Master. Dudo que haya algo que me pueda mostrar, superestrella del teni. Esta es mi especialidad.
Ahí iba con esa boca otra vez. Sujetando su mano, tire de ella hacia mi pecho, sujetándola fuertemente, me incliné para susurrar—: Quizás no en filosofía, pero estoy segura como el infierno que puedo enseñarte otras cosas, Britt, en mi área de especialización.
—¿Y cuál es esa? —preguntó y sonreí, sintiendo su corazón latir como loco en su pecho.
Recorrí mis labios por la piel de su cuello, besando su pulso y provocando. —Cosas mucho más… placenteras que el trabajo.
Atrapé la pausa en su respiración, satisfecha de que hice repiquetear sus nervios, la arrastré conmigo. —Vamos, mega cerebro, vamos a investigar y a sacar de tu mente sucia las vulgaridades.
Eso le enseñará a probarme.
*****
Trabajamos en la biblioteca durante horas. Ni una vez me presionó hablar sobre mi padre o sobre algo más; su mente estaba completamente enfocada en su tarea. Me recordaba a Rain Man cuando trabajaba, totalmente absorta en su propio mundo pequeño.
—Vamos, Pierce, te llevaré a casa —dije finalmente cuando Brittany bostezó por quinta vez en el espacio de diez minutos y mi trasero había empezado a doler después de estar sentada en un solo lugar demasiado tiempo.
—Sí, está bien —estuvo de acuerdo cansadamente, nos fuimos de la biblioteca, sólo unos estudiantes trasnochadores aun pasando en los pisos casi vacíos.
El campus estaba bastante callado mientras caminábamos por el camino principal, feliz de que nadie estuviera alrededor, me agaché, tomando la mano de Brittany en la mía. Al principio sus dedos se tensaron ante la acción y me lanzó una mirada inquisitiva, pero viendo mi negativa de soltar, sólo lo dejo ser. Se sentía bien tenerla cerca, y me gustaba que si alguien nos veía, lucía como si fuera mía. Ese sentimiento me agradaba más de lo que debería. Yo era Santana López. No me comprometía con chicas, pero Brittany estando en mi brazo se sentía tan perfecto.
A mitad de camino a casa, Brittany preguntó—: ¿San?
—¿Si?
—¿Te divertiste cuando estuviste en Arkansas?
Esa pregunta me atrapó desprevenida, miré hacia abajo a su cabeza gacha, preguntándome a dónde demonios se dirigía esta conversación.
—No realmente. La verdad, no podía esperar volver. —La atraje hacia mí para que me mirara, tratando de leer su humor—: ¿A dónde quieres llegar?
Pateando sus dedos en el césped debajo de nosotros, me miró y dijo tímidamente—: Rachel trajo a colación algunas fotos de la fiesta después de la fiesta a la que asististe, en Facebook.
Frunciendo el ceño, pregunté—: Sí, ¿y?
—Bueno, vi lo que algunos de los chicos estaban haciendo. Ya sabes, tragos… cerveza… mujeres… no vi ninguna de ti, pero… —su voz se fue apagando.
Colocando un dedo debajo de su barbilla, la obligué a encontrar mi mirada otra vez
—¿Quieres saber si me follé a alguien?
Sus ojos se entrecerraron. —Bueno, no lo habría puesto tan groseramente, pero sí, supongo que sí. Sé que no es mí asunto, así que siéntete libre de decirme que me joda si he ido demasiado lejos. —Sus ojos cayeron al suelo otra vez.
—Mírame —instruí y lo hizo cautelosamente—. Muchas fanáticas intentaron coquetearme. Siempre lo hacen. No tengo que intentarlo muy duro, Britt.
—¡Oh! —su cabeza se inclinó y sus hombros cayeron en decepción, me hizo más allá de lo malditamente feliz que la idea de mí estando con alguien más la molestara tanto.
—Pero les dije a todas que se fueran al diablo y me fui a casa sola. —Terminé y su cabeza se alzó bruscamente.
—¿Lo hiciste? —dijo con un tono sorprendentemente feliz.
—Sí —me incliné y sonreí—. ¡Ninguna de ellas podía discutir sobre utilitarismo en filosofía!
Rompió a reír y volvió a tomar mi mano. Terminé de acompañarla de vuelta a casa, su mano esta vez un poco menos tensa en la mía.
Era la primera noche en un largo tiempo que dormí sin pesadillas… nada en mi mente salvo cierta linda rubia inglesa.
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Adelantos caps. 9, 10 & 11
—¿Qué te trae por aquí tan temprano?
Dándole mi mejor sonrisa seductora, dije—: Necesito un favor.
Inclinó su cabeza, divertida. —Ahora, sabes que no puedo darte ningún tratamiento especial. Tengo que darles a todos los estudiantes el mismo trato.
—Oh, sé eso señorita Rose, pero pensé, bueno, porque somos tan buenas amigas, haría una excepción. ¿Solo por esta vez?
Acariciando mi mano con sus dedos huesudos, habló efusivamente—: ¡Santana López, chica mala! Y el Señor sabe que nunca he sido capaz de resistirme a una chica mala, ¡especialmente una tan guapa como tú! Cariño, ¿qué necesitas?
Siempre funcionaba. —¿Puedes abrir la oficina privada de la profesora Holliday para mí? Estoy trabajando ahí hoy y me olvidé la llave.
Guiñando, se levantó del mostrador y arrastró dolorosamente sus pies hacia el ascensor. —Vamos a ir antes de que me meta en problemas por romper las reglas.
+++++++++
El ruido en el estadio aumentó a un volumen ensordecedor, pero todavía podía oír a la entrenadora gritando mi nombre desde la banda, la ira hirviendo a la vista de su capitana de equipo yendo desde el campo hasta el medio del estadio, lo que le obligó a pedir un tiempo muerto precioso. Sabía que iba a conseguir un castigo severo por correr fuera del campo, pero lo único que podía pensar era en Brittany.
Tirando de ella hacia mí, al mando de su atención inmediata, dije simplemente—: Viniste.
Todo su cuerpo parecía derretirse en mis brazos y suspiró. —Vine —con la sonrisa más impresionante, robando mi maldito aliento.
La desesperación se apoderó de mi cerebro y espeté:
—¿Por qué cambiaste de opinión? —Lo necesitaba saber. Había estado tan malditamente renuente.
Encogiéndose en broma, dijo en voz baja—: Lograste llegar a mi corazón. —Y con eso, algo dentro de mí se rompió. Cualquier preocupación bloqueando mi mente se aclaró, y todos los pensamientos de las burlas de mis padres que había estado afectando mi juego se evaporaron.
++++++++++
―San, simplemente no me apetecía ir a la fiesta esta noche, eso es todo. Ve y disfruta. No necesitabas venir a chequearme. ―Ella estaba tratando de alejarme. Sabía que era una idea aterradora para ella, infiernos, para la mayoría, pero esta era una pelea que no iba a perder. Ella era una chica de la que simplemente no podía alejarme.
—No voy a ninguna parte ―le aseguré, con voz severa y autoritaria. Hice una mueca internamente, sin saber si mi tono podría asustarla. Pero infiernos, este era yo: testaruda, estricta, una chica de mal humor, y albergaba una desesperada necesidad de tener el control.
Como siempre, la chica me sorprendió, y en lugar de estar disuadiéndome y diciéndome que me fuera, estalló en una risa histérica.
No estaba segura de si estar enojada, o unirme a la diversión.
―¿Qué encuentras tan gracioso, Pierce? ―le pregunté, una rugosidad ronca en mi voz.
Inclinándose más hacia adelante, silbó―: Que la versión más sexy y femenina de Romeo ha venido a mi balcón para luchar por mi atención. ―Casi ni noté que dijo ese nombre; yo estaba demasiado hipnotizada por el ascenso de su espíritu.
Juntando las manos, recitó―: Los muros de esta puerta son altos y no se pueden escalar, podrías encontrar la muerte. Considerando quien eres, si alguno de mis parientes aquí… te matarán.
―¿Cómo diablos sabes eso de memoria? ―le pregunté, luchando por no devolverle la amplia sonrisa que fue plasmada en su lindo rostro.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
me encantan los pensamientos de santana, como alguien pde ser tan hijo de p.... claro, no es su papa en realidad!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Me encanta la perspectiva de San!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
micky morales escribió:me encantan los pensamientos de santana, como alguien pde ser tan hijo de p.... claro, no es su papa en realidad!!!!!
verdad que dan ganas de torturar a los padres de San jejejeje
monica.santander escribió:Me encanta la perspectiva de San!!
Saludos
siempre se debe tener ambas versiones de la historia...concuerdo contigo, era necesario y emocionante la perspectiva de San
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Hola……….buenos días a todas/os……….espero les agraden los capítulos de hoy……probablemente viaje el día jueves, de hacerlo les pondré la publicación el día miércoles pero a modo de compensación pondré 4 capítulos (el viaje esta un por confirmarse)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=icOQT880SiU
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Home” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Alabama, Tusscalosa fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Inglaterra y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + prólogo + 27 capítulos + epílogo + capítulo extra (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de vista de Santana, en el caso de esta adaptación) / (este primer libro es absolutamente desde el punto de vista de Brittany; el segundo libro se compone de: sinopsis + prólogo + 37 capítulos + epílogo + capítulo extra (este segundo libro es narrado desde la perspectiva de Santana rememorando varios capítulos descritos en el primer libro, a la par que se agregan otros más)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 9
Al día siguiente, después del entrenamiento de la mañana, me duché y me puse mi pantalón jeans y una sexy camiseta en tiempo récord. Noah y Quinn se miraron mutuamente desde el otro lado de los vestuarios, moviendo sus cabezas confundidos ante mi prisa.
—¿Vas a alguna parte? —preguntó Noah.
Pasando mis dedos por mi cabello mojado, respondí evasivamente—: Sí, te veo más tarde. —Con eso, corrí a la biblioteca y directamente a la oficina de la profesora Holliday, probando con el picaporte.
Bloqueado. Demonios.
Miré la hora, Brittany no tardaría en llegar. Sólo había una cosa por hacer. Tendría que ver a la señorita Rose. Un escalofrío recorrió mi espalda, sabiendo que en el minuto en que me viera, estaría demasiado emocionada y pegada a mí como el arroz.
Dirigiéndome al escritorio, vi un cabello largo y gris, y, apoyándome sobre el mostrador, con una entonación—: Hola señorita Rose, ¿cómo le va? Se ve bien. El púrpura es su color.
Giró lentamente al oír mi voz y sonrió. —¡Santana López! ¡Querida, qué bueno verte!—Se acercó al escritorio, mostrando sus dientes amarillos mientras echaba hacia atrás sus delgados labios en una sonrisa amplia, moviéndose para pararse justo delante de mí. Vaya, cómo aún trabajaba a pesar de su edad era un misterio para mí. Debe estar llegando a los cien.
—¿Qué te trae por aquí tan temprano?
Dándole mi mejor sonrisa seductora, dije—: Necesito un favor.
Inclinó su cabeza, divertida. —Ahora, sabes que no puedo darte ningún tratamiento especial. Tengo que darles a todos los estudiantes el mismo trato.
—Oh, sé eso señorita Rose, pero pensé, bueno, porque somos tan buenas amigas, haría una excepción. ¿Solo por esta vez?
Acariciando mi mano con sus dedos huesudos, habló efusivamente—: ¡Santana López, chica mala! Y el Señor sabe que nunca he sido capaz de resistirme a una chica mala, ¡especialmente una tan guapa como tú! Cariño, ¿qué necesitas?
Siempre funcionaba. —¿Puedes abrir la oficina privada de la profesora Holliday para mí? Estoy trabajando ahí hoy y me olvidé la llave.
Guiñando, se levantó del mostrador y arrastró dolorosamente sus pies hacia el ascensor. —Vamos a ir antes de que me meta en problemas por romper las reglas.
La señorita Rose abrió la oficina, encendió la luz, y me dejó, pero no antes de palmear firmemente mi trasero al pasar.
La miré boquiabierta en estado de shock mientras se retiraba. ¿En serio?
Lanzando mi bolso a la mesa, riéndome de su audacia, me senté y me puse cómodo, esperando que llegara cierta señorita Pierce.
Treinta minutos más tarde y la puerta crujió abriéndose, Brittany saltó sorprendida ante mi postura perezosa, recostada en mi asiento.
—Ya era hora, Brittany. Ya escribí una maldita tesis esperándote.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, la sonrisa más grande que la mayor jugada perfecta brillaba en su rostro.
Levantándome del asiento, me moví para pararme delante de ella, diciendo—: Estoy aquí para ayudar a la asistente. Ponme a trabajar. Estoy impaciente por complacerte. — Meneando mis cejas por el efecto adicional.
Dejando su libro, me miró especulativamente. —¿Quieres contarme cómo entraste aquí, en una sala cerrada con llave?
—Tengo una admiradora secreta en la biblioteca. La abrió para mí después de una pequeña y dulce charla. —Y tocar mi trasero, pero no me sentía completamente cómoda compartiendo esa información.
—¿La señorita Rose? ¡Tiene como noventa años! —dijo Britt, atragantándose con una risa.
—Más como una puma cazando —transmití con una mueca y ojos muy abiertos.
Brittany perdió su sentido del humor y me estudió. —Mm-hmm. ¿Y por qué, Santana, quieres ayudarme a escribir notas de nuevo?
Mi estómago cayó. Nunca había considerado que no quisiera que la interrumpa en sus estudios de nuevo. ¡Rayos! Cruce mis brazos y refunfuñe—: ¿No me quieres aquí? Me iré si me estoy metiendo en tu camino. No quiero estar donde no me quieren.
Sus rasgos se suavizaron y colocó sus cálidas manos sobre mis mejillas, su pulgar rozaba mi amoratada mejilla y labio. —Oye, no dije eso. Solo estoy sorprendida por el hecho de que quieras estar aquí conmigo. Es... agradable estar contigo, en cualquier momento.
El alivio corría por mi cuerpo tenso y moví mi cabeza para presionar un beso en su palma. —Britt, a mí también me gusta estar cerca de ti. Me siento bien cuando lo estoy. Además, te lo debo por lo que hiciste por mí ayer.
—No me debes nada —susurró sacudiendo su cabeza profusamente.
Sintiéndome completamente tranquila e incluso feliz, acaricié mi mejilla en su hombro. —Me voy a quedar contigo.
—¿Qué hay de tus clases?
No importaban mis clases. No me estiraban si no estaba ahí. —Me voy a quedar contigo.
Me convertí en una especie de adicta.
—¿Adicta? —preguntó recelosa.
Cada vez más cerca, trazando a lo largo de su cadera con mi mano, confesé—: Eso es correcto. De ti y cómo me haces sentir.
—Bien, bueno... vale... pongámonos a trabajar entonces —dijo, tropezando tanto en sus pies y hablando.
Era tan linda.
Las horas pasaron y no tomamos ningún descanso, estaba hambrienta. Me puse de pie, mirando a Brittany que garabateaba furiosamente en su cuaderno, su cabello soltándose de su moño, murmurando para sí misma sobre Paley y su reloj. No iba a parar pronto en ningún momento.
Deslizándome fuera de la oficina, me dirigí a la cafetería de estudiantes, abasteciéndome de rosquillas de queso crema y cappuccinos. Después de pagar los aperitivos, capté a esa idiota del basquetbol, Micaela mirándome desde su mesa al otro lado de la habitación. Era evidente que estaba de nuevo junto con la chica que follé a su espalda. Chica con clase.
Pasé por delante, tratando de ignorarla, pero tenía otros planes. —¿Te perdiste?
Me detuve y giré para enfrentarla. —¿Qué? —pregunté cansadamente.
—Dije: ¿Estás perdida? —dijo lentamente, como si fuera muda, riendo hacia su novia, quién mantuvo firmemente su cabeza hacia abajo. Golpeando la mesa, escupió—: Mierda, no me extraña que estés pasando tiempo en la biblioteca. Todavía estás tratando de averiguar el final del alfabeto, ¿no es así?
Sí, follé a su chica. Lo entiendo, pero ni siquiera sabía quién era ella hasta que estuvo sobre mí después del entrenamiento dos días más tarde. Puede que no sea grande moralmente, pero no he tocado con conocimiento a la chica de otra persona. Dame un poco de crédito. Fue una fiesta, estaba borracha hasta mi trasero, y ella me llevó a la cama. Había sido breve, pero Micaela aún no podía dejarlo ir.
La gente en el café dejo de charlar, escuchando.
—Micaela, te lo advierto una vez. Cierra la boca. Hoy no estoy de humor para tu mierda —advertí. Solo quería volver junto a Brittany. Pelear con esta imbécil era la última cosa que estaba mi mente.
Observando como una lenta sonrisa se extendía por su rostro. Al parecer no estaba sintiendo lo mismo. —Tienes razón. Dejaré que vuelvas a la sección de retardadas en el primer piso.
Si la comida en mis manos no hubiera sido para Brittany que se encontraba escaleras arriba, trabajando para sí misma hacia las primeras etapas de la desnutrición, habría arrojado todo en su cabeza y golpeado sus dientes delanteros. Pero simplemente sonreí y respondí—: Lo haré, Micaela, y dejaré que vuelvas a tu copia de El Kama Sutra.
—Crucé los dedos de mi mano derecha y se los mostré, sonriendo sarcásticamente—. No queda mucho antes de que puedas hacer que tu chica se venga sin un consolador y deje de ir de compras por el campus por sustitutos. —Con eso, dejé a Micaela furiosa en su asiento y ordenándole a su chica que la siguiera a su casa, los estudiantes escuchaban riéndose de nuestro show.
Cinco minutos más tarde y de vuelta al piso de arriba, suspiré mientras veía que Brittany aún estaba escribiendo furiosamente y viéndose más que exhausta, una enorme pila de notas apilonadas a su derecha. Mi entrada finalmente la apartó de su zona de filosofía y me miró en estado de shock.
—Necesitamos un descanso —dije severamente.
—¿Cuánto tiempo hemos estado aquí? —preguntó bostezando, estiró sus músculos acalambrados y frotó sus ojos bajo sus marcos negros.
—Cerca de seis horas —respondí con un tono reprimenda mientras le entregaba una rosquilla.
—Oh. Demonios.
—Sí, demonios —respondí con una sonrisa, su acento exagerado me divertía sin fin. Nunca había conocido a una británica antes de Brittany, y, a veces las cosas le salían y la forma en que pronunciaba mierda era muy hilarante.
No podía quitar mis ojos de ella mientras se sentaba en su asiento, y lo más importante, no podía apartar mis ojos de la lengua de Brittany, mientras la pasaba a lo largo de ambos labios mientras miraba su comida. Apreté mi mano sobre mi café en un agarre de muerte, imaginando su boca besando mi cuello. Y cuando tomó un sorbo de su capuchino, gimiendo en voz alta satisfecha, la bastarda tapa se desprendió, el líquido caliente hirviendo sobre mi pecho.
—¡Rayos! —grité, levándome de golpe, estirando de a tela de mi camiseta gris húmeda e hirviendo.
—¿Estás bien? —preguntó Brittany, con una ceja levantada.
—Simplemente... Britt, no hagas ese tipo de ruidos a mi alrededor —instruí fuertemente, moviéndome para tratar de calmarme del evidente calor que me provocaba ella. La respiración de Brittany aumentó ante mis palabras y sus pechos empujaron contra su vestido. La deseaba malditamente tanto, pero no era como las otras chicas. No era solo una follada, no daba su cuerpo a cualquiera que vistiera una camiseta de algún equipo deportivo. Y lo más chocante, es que rápidamente me estaba dando cuenta de que la quería para algo más que una noche.
Sí. Imagínate eso. Mis sentimientos hacia ella se encontraban descontrolados, confundiendo todo el drama fuera de mí.
Tomando asiento, ambas nos miramos la una a la otra en silencio, la tensión pulsando una vez más, hasta que hice sonar mis nudillos y extendí mis brazos, diciendo—: Ya debes haber casi terminado ahora. Nunca he visto a nadie trabajar tan duro en algo. Diablos, no tengo dudas de que va a ser una buena profesora.
Perdiéndome en el rubor a sus mejillas acaloradas, se encogió de hombros. —Me encanta estudiar. Me mantiene ocupada.
—¿De qué?
—De pensar en otras cosas.
—¿Cómo? —La desolación que apareció en su rostro ante esa pregunta me llegó al corazón.
—Cosas malas... cosas inquietantes... cosas de mi pasado.
Sentía ese dolor, conocía ese dolor, así que me acerqué y agarré su mano que estaba apoyando sobre la mesa, lanzando toda precaución al viento y confesando—: Así que, ¿estudiar es para ti es lo que tú me haces a mí?
Su mano sacudió ligeramente la mía, y se parecía a cualquier cosa menos a mí. Estiré su mano, trayéndola más cerca. —Es verdad. Britt, estás haciendo algo por mí.
—Yo... ¿Qué? ¿Tú...? —murmuró, de mal humor estirando su mano cuando me reí y luego me lanzó un pedazo de su rosquilla, supuse, que a mi cabeza, pero en cambio golpeó en mi pecho. Puede que fuera una genio, pero tenía una puntería mala.
Mi corazón casi estalló de alegría mientras lo metía en mi boca y ella no podía contener su risa. Parecía que éramos buenas haciéndolo la una por la otra, aligerando nuestros estados de ánimo después de habernos perdido en los recuerdos de nuestros tiempos oscuros.
—Entonces, ¿cómo te sientes hoy? —preguntó, con sincera preocupación en su tono.
Alguien estaba sinceramente preocupado por mí. Se sentía... bien.
—Mejor —contesté, sonriendo—. Esta linda chica me ayudó a pasar a travesar un problema personal.
Inclinó su cabeza y levantó su mirada juguetona a través de sus largas pestañas, pretendiendo buscar debajo de la mesa y alrededor de la habitación. —¿Qué chica? ¿Qué aspecto tiene?
Arrugando mi rostro fingiendo concentración, respondí—: Rubia, acento cálido, malditamente sexy como el infierno de bibliotecarias con gafas.
Brittany sacudió su cabeza en rechazo. —Cierto. Pero en serio, ¿estás bien?
Tiempo de cortar la galantería. Merecía saberlo, y lo más importante, finalmente quería abrirme a alguien, incluso si era solo un pequeño vistazo de quién era. —Lo voy logrando. Un día a la vez —confié en voz baja.
Asintiendo con orgullo, Brittany volvió a sus notas, comprendiendo que no podía ser presionada demasiado lejos. Amaba eso de ella. No podía quitar mis ojos de ella mientras bebía su café. Era bonita —no había duda de eso—, pero no se esforzaba en hacerse más hermosa, no tenía ni una sola capa de maquillaje o ropa ajustada. Pero sentada frente a mí en este momento, se veía como una supermodelo, la chica más impresionante que nunca vi. Su fácil aceptación de mis malditas formas cambiantes la convirtió para mí, en la chica más hermosa del mundo.
En ese momento, mi decisión estaba tomada. La quería, estaba consumida por mi necesidad de ella, y decidí afrontar las consecuencias.
Estaba haciendo mi movimiento.
Dejé la taza sobre el escritorio, una pequeña gota de espuma en su labio. Levantándome de mi asiento, aceché alrededor de la mesa, viendo que abría sus ojos nerviosamente mientras me acercaba. Me agaché, atrapándola en la silla, mi atención firmemente fija en mi objetivo.
—Santana, que… —susurró, pero me incliné, sacando rápidamente mi lengua y lamiendo la espuma de sus labios suaves.
—Tenías espuma sobre tu labio —dije tan casualmente como pude, empujándola de vuelta.
—Oh, yo… —Decepción cruda ensombrecía sus ojos azules. Fui todo lo convincente que necesitaba. Agarrando sus mejillas en mis dos manos, me moví, estrellando nuestros labios juntos y agarrando su cabello en mis puños, al borde de perder el control mientras gemía de deseo puro en contra de mi boca ocupada.
Tuve que parar antes de que las cosas fueran demasiado lejos. Tanto como quería tocar y hacer mía Brittany, no iba a hacerlo en la biblioteca por el amor de Dios. Quería más cuando se trataba de ella, así que a regañadientes me aparté.
—¿Y entonces? —preguntó sin aliento cuando acarició su nariz contra mi mano.
Al tocar mi frente contra la de ella, confesé—: Bueno, entonces, solo quería besarte. —Sus labios temblaron y una tímida sonrisa iluminó su rostro.
Alentada por sus reacciones, caí de rodillas, pasando mis manos por sus muslos desnudos, y le pedí—: Ven a partido este fin de semana.
—Tengo que estudiar.
Mi corazón se desplomó en mi estómago. —Britt, es sólo por unas horas.
Comenzó a tocarme con sus manos y sacudió su cabeza. —Lo sé, pero me pagan por ayudar a la profesora y me enorgullezco de mi misma sobre tenerlo todo hecho a tiempo. San, necesito mi sueldo para sobrevivir. Vivir en la casa de la hermandad es caro. Estaré aquí el sábado, cuando el partido comience.
Su respuesta desdeñosa me desconcertó y entré en pánico pensando que me equivoqué. ¿Por qué no iba a venir a mi partido? Podía estudiar antes o después. De repente se me ocurrió que quizás no sentía lo que yo sentía, y ese pensamiento casi me rompió.
Suspirando profundamente, dije—: Está bien, claro que no me gusta, pero lo entiendo.
Sus manos suaves sostuvieron mi rostro, sus ojos azules implorándome que entendiera.
—Por favor, no estés decepcionada. Los deportes no son lo mío. No tengo ni idea acerca del tenis, o sets, ¿recuerdas? —Terminó con una sonrisa apaciguadora.
Brevemente cerrando mis ojos, respondí—: Te escucho, Britt. De todos modos nunca tengo a nadie para apoyarme. Nada nuevo. —No lo era. Marley y, en ocasiones, sus padres eran los únicos, quiénes alguna vez se habían molestado en presentarse para apoyarme.
—Santana… —susurró, su voz sonando conflictiva.
Necesitaba salir, la decepción no me dejaba otra opción excepto largarme, así que me puse de pie, mirando a la puerta, hable sin pensar—: Tengo entrenamiento. Mejor me voy.
No lo tenía, no tenía absolutamente ningún lugar en el que estar, pero me sentía un poco humillada ante su rechazo.
Brittany extendió su mano y entrelazó sus dedos con los míos, haciendo que me detuviera. Miré hacia abajo a nuestras manos, y luego al pánico en su rostro.
Jesús. ¡No podía conseguir una maldita lectura de lo que infiernos quería!
—Voy a estar aquí unas horas más todavía. Te veré después, ¿está bien? —ofreció cortésmente, solo sirvió para confundirme más.
Tratando de encontrar algún tipo de respuesta, me agaché, mirándola a los ojos, captando el interés evidente en sus profundidades.
Ahí estaba, esa mirada, la que me contaba que me deseaba, sólo necesitaba un empujoncito suave en mi dirección.
Dejé la habitación, y una vez en el pasillo, saqué de mi bolsa un lápiz y papel y escribí una nota rápida:
“Por favor, ven al partido.
Te quiero allí. Tuya por siempre….Santana”
Leí la nota de nuevo para mí misma y casi la arrugué. Maldita sea, eso era cursi. ¿Tuya por siempre…..Santana? ¿Qué demonios estaba pensando?
Britt se vio bastante contenta con nuestra casual conexión de apodos universitarios de Shakespeare la otra noche, ¿pero estaba llevándolo demasiado lejos? ¿La persuadiría de ir al juego, o simplemente le haría creer que era una tonta?
Pellizcando el puente de mi nariz, me reí de la situación ridícula de mí misma. Cristo, toqué el punto más bajo en la historia de Santana López, suspirando por una chica, la cual no cayó inmediatamente a mis pies. Pero infiernos, por razones que no podía explicar por completo, la quería entre las gradas llenas, observándome jugar. Quería demostrarle que valía la pena, que era buena en algo. Quería —no, necesitaba—, que creyera en mí.
Comprobando que no había nadie alrededor, deslicé la nota debajo de la puerta, alejándome rápidamente y simplemente más que nunca, deseando que fuera la única persona en mi vida que no me decepcionara.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 10
Mi respiración se hizo eco en mis oídos, silbando en voz alta, el rugido de las cien mil personas entre muchedumbre que animaba fue ahogado por el duro golpe de mi corazón mientras esperaba a que el silbato sonara.
El árbitro se colocó en posición para el tercer intento, el sonido del silbato sólo aumentó mi anticipación y mi respiración.
—La jugada sorpresa X a la cuenta de tres —dije en el recuento fuerte. Mi compañera de este juego de parejas no me prestó atención. Grité la jugada de nuevo, añadiendo esta vez—: ¡Vamos! —Casi en silencio, el chasquido salió fuera de la escopeta.
Capturando la pequeña pelota, di un paso atrás, un, dos, en busca de algún espacio libre frente a la pareja rival. Allí estaba, siendo bloqueada por una sola chica que me aniquilaba con la mirada. Levanté mi brazo, retiré mi mano y luego equivoqué la jugada y la pelota... aterrizó lejos del campo de juego por un metro y medio... otra vez.
¡DEMONIOS!
No me perdí la creciente oleada de decepción, que emanaba alrededor del estadio. Troté fuera del campo de juego, incapaz de soltar mi puño cerrado de mi raqueta mientras gritaba una serie de improperios en el aire, golpeando mi mano libre en el maldito campo.
Observando a mi entrenadora de mirándome desde la barrera, me preparé para su diatriba. — ¡Snix, ten la cabeza en el juego! ¡Centrate, comprueba bien las jugadas para completarlas, maldita sea! —Terminó su discurso inspirador arrojando las fotos de las jugadas en mi mano—. ¡Estúdialas! ¡Ahora!
Agarrando las imágenes, revisé mis opciones, enderezando mis hombros, tratando de mantener mi cabeza en el juego, pero todo lo que pude sentir fue una aplastante presión.
Con cada foto que veía, las palabras de mi padre se hicieron eco en mi cabeza. ¡El tenis nunca va a pasar, muchacha! ¡Cumple con tu deber! Las burlas de mi madre siguieron. ¡Vas a arruinar el tenis de todos modos, al igual que arruinas todo lo demás! ¡Naciste para ser un fracaso!
Lo era. Estaba tirando todo a la basura y mi equipo de la universidad no se merecía tenerme arruinando la temporada nunca más.
Ryder se movió lo más cerca posible al campo de juego, lanzando algunas palabras.
—Tienes esto, Snix. ¡Céntrate! —Sabía que el chico estaba tratando de ser solidario, pero si una persona más me decía que me centrara, iba a embestir mi puño a través de su cabeza.
En repetidas ocasiones.
Sin hacerle caso, mis piernas temblaban por la adrenalina, y traté de visualizar el siguiente esquema de juego, como la entrenadora me había enseñado. Me imaginé que iba perfectamente, imaginé que mi equipo anotaba un juego perfecto, la multitud rugía de felicidad.
Antes de darme cuenta, estaba de vuelta en el campo. Tienes esto, Santana. Tienes esto, me dije a mí misma, tratando como el infierno a darme una charla animada a mí misma. Si la psicología deportiva nunca funcionaba para mí, para mi equipo y para mi escuela, bueno, había llegado su momento.
Y entonces estuve en el juego. Chasquido. Atrapada sincronizada. Lanzada.
La bola navegó hacia mi compañera, ni siquiera acercándose a ella, y en lugar de llegó en espiral directamente a la multitud. Cualquier cantidad de corazón que había dejado en este juego de inmediato se hundió en mi estómago cuando los fans comenzaron a caer a sus asientos con exasperación ante mis jugadas de porquería siendo ejecutadas como pases suaves y erróneos.
Un niño de la liguilla de tenis podía lanzar mejor.
Dándole la espalda a mis compañeros de equipo igualmente frustrados, vi la pantalla gigante, esperando ver mi replay horrendo, pero en su lugar vi una pelea estallando en la sección de estudiantes inferior de las gradas, a la derecha, cerca de donde estaba sentada Marley, y fui testigo de una chica siendo golpeada en el suelo por los idiotas. Una chica rubia, que, cuando la multitud se aclaró, se sentó, aturdida, tapándose la nariz.
El reconocimiento me golpeó como un impacto contundente. Rayos. ¡Brittany!
Actuando por puro instinto, afloje el agarre de mi raqueta, y me dirigí hacia allá, ignorando por completo a todo el cuerpo técnico en el campo gritando a mi espalda y mis compañeros de equipo mirándose con absoluta incredulidad.
Salté la barrera de las gradas, me abrí paso entre el alumnado, jalando mi camiseta y haciendo caso omiso de las jovencitas que intentaban frotarse contra mí.
Un camino apareció ante mí y en su extremo, Brittany miró a su alrededor, luciendo tan sexy con un vestido blanco corto y botas de vaquero marrón que mostraban sus piernas blancas a la perfección. Pero eso no me distrajo del pánico que se filtraba por mis venas al pensar que estaba herida... por mi pase de porquería.
—¡Demonios, Pierce! Lo siento mucho. ¿Estás bien? —Dejé caer la raqueta al suelo con un golpe, corrí a través de la multitud hasta Brittany con su rostro enrojecido con vergüenza y, sin pensarlo, tomé sus flamantes mejillas en mis manos, mi cordura, una vez más, se había ido sin dejar rastro.
Grandes ojos azules se lanzaron en todas partes, expresando claramente su falta de comodidad en su puesta en pantalla, pero al diablo con eso. Necesitaba saber que estaba bien. Y más que eso, rápidamente me di cuenta que había venido. Cielos. Había venido aquí por mí... por esa nota... Realmente había hecho realmente lo que le pedí... Ella había decidido venir por mí.
—San, estoy bien. Salvo mis gafas. Ellas pusieron sus vidas en peligro para salvar a mi nariz. —Sostuvo las monturas rotas en sus manos, manteniéndolas constante contra sus ojos, y no pude dejar de reír. El estadio se desvaneció cuando ella se quejó con los chicos borrachos que la golpearon en el rostro, pero todo lo que podía pensar mientras divagaba era que ella estaba aquí.
Rocé mi pulgar sobre su mejilla, sacudí mi cabeza y me reí.
—Tenías que ser tú. Fuera de todo el mundo en todo este estadio, tenías que ser la que estuviera involucrada. —Inclinando la cabeza, continué—. Ya no me sorprende; que siempre estés ahí. Creo que alguien está tratando de decirme algo.
Un rubor inundó sus mejillas, el calor de la acción calentando mis manos.
—Iba por una Coca-Cola —respondió, y no pude dejar de reírme de ella agarrando los dos trozos de plástico roto en sus ojos, sólo para poder seguir mirando su rostro.
—¿Durante mi jugada? —bromeé con irritación fingida.
Mordiéndose la lengua y arrugando la maldita nariz, ella confesó: —Vaya, bueno, sinceramente, no sabía qué diablos estaba pasando, y tenía sed.
El ruido en el estadio aumentó a un volumen ensordecedor, pero todavía podía oír a la entrenadora gritando mi nombre desde la banda, la ira hirviendo a la vista de su capitana de equipo yendo desde el campo hasta el medio del estadio, lo que le obligó a pedir un tiempo muerto precioso. Sabía que iba a conseguir un castigo severo por correr fuera del campo, pero lo único que podía pensar era en Brittany.
Tirando de ella hacia mí, al mando de su atención inmediata, dije simplemente—: Viniste.
Todo su cuerpo parecía derretirse en mis brazos y suspiró. —Vine —con la sonrisa más impresionante, robando mi maldito aliento.
La desesperación se apoderó de mi cerebro y espeté:
—¿Por qué cambiaste de opinión? —Lo necesitaba saber. Había estado tan malditamente renuente.
Encogiéndose en broma, dijo en voz baja—: Lograste llegar a mi corazón. —Y con eso, algo dentro de mí se rompió. Cualquier preocupación bloqueando mi mente se aclaró, y todos los pensamientos de las burlas de mis padres que había estado afectando mi juego se evaporaron.
Un gordo y bajo doctor trató de alejar a Brittany de mis brazos. Lanzándole una mueca amenazadora, le pregunté a Brittany una vez más si se encontraba bien. Después de asegurarme de que estaba, se fue a pie, pero eso no iba a suceder. Necesitaba saborearla. Sin pensar en nada más, aplasté sus labios contra los míos, tirando de ella tan cerca que no sería capaz de romper. Fue breve, dulce, y me hizo sentir como si fuera quien dominara el mundo entero.
Retrocediendo, miré la boca hinchada de Brittany en este espectáculo flagrante de afecto en público, y sonriente, corrí de nuevo al campo, sin importarme nada que la entrenadora me rasgara verbalmente de nuevo, o que Noah y Quinn sacudieran sus cabezas ante mi maldita estupidez. Brittany se había presentado, y al instante supe que no iba a arruinar a este juego. Supe que no iba a perder. Ella se daría cuenta de que yo era digna.
Convocando a mi compañera, grité—: La jugada sorpresa X otra vez a la cuenta de tres.
Noah desde el banquillo más próximo gritó y sacudió la cabeza. —Prueba otra jugada, Snix.
Sí, sabía que él no confiaba en mis planes después de cuatro meteduras de pata, pero algo dentro de mí había cambiado.
Manteniendo mis ojos en los suyos y simultáneamente en los de mi compañera, grité—: ¡La jugada sorpresa X a la cuenta de tres! ¡Y Noah, no me cuestiones!
Mirando hacia atrás y con ganas de discutir, pero sabiendo que nunca se cuestionaba a la capitana, Noah sólo suspiró mientras gritaba hacia mi compañera—: ¡Anda, haz lo que Snix manda! —Y todos mis compañeros y compañeras se colocaron en pie desde la zona de descanso mientras esperaban en suspenso el resultado de mis decisiones, cada fibra de mi estallando a la vida.
Había encontrado mi estado de flujo. Estaba en la zona.
El tiempo pareció detenerse cuando una de las jugadoras contrarias ubicada en el centro del campo de juego, soltó la pelota hacia mí, y en un estado de calma mental completo, ubiqué visualmente indiqué a mi compañera como ejecutaríamos nuestra jugada en el espacio libre que nuestras rivales habían dejado.
Mi pareja de juego procedió a ejecutar un saque de banda mientras yo corría al lado derecho de nuestro sitio en el campo de juego y ejecuté un golpe certero y potente con mi raqueta. Una intensa gratificación me atravesó cuando la pelota llegó en espiral perfectamente en sus manos en la ruta de destino en la zona de anotación.
El estadio estalló en celebración por ello. Una jugada magistral, y que fue la mejor espiral que había tirado toda la temporada, infiernos, tal vez todos los tiempos.
Mis compañeras y compañeros de equipo me alcanzaron, saltando sobre mi espalda, y disfruté de su celebración. Quinn me levantó en sus brazos, sólo para ponerme abajo y gritar—: ¡A partir de ahora, será mejor le des un beso a Brittany antes de cada maldito partido!
Con mis cejas fruncidas, le pregunté—: ¿De qué estás hablando?
Golpeando mi mejilla suavemente, contestó con una risa emocionada.
—¡Besaste a Brittany, morena! No para decirlo sin rodeos, pero, diablos, Snix, has estado jugando terrible durante semanas, ¡pero un beso de ella y lanzaste como una maldita demonia!
Mirando a los fans gritando todo el estadio, un resoplido de incredulidad salió de mi garganta. —Por supuesto, tienes razón.
Agarrando mi cuello, Quinn me acercó y declaró—: Cada partido, ¿entiendes?
Una lenta sonrisa tiró de mis labios. Demonios, sí. Como si incluso necesitara una excusa para probar esos labios de nuevo o tomar esas malditas curvas de cerca en mi contra. Los fanáticos de Lima podrían ser más allá de supersticiosos, y con mucho gusto le daría a sus caprichos.
Con mucho gusto.
Quince minutos más tarde y ganamos. Jugué como si estuviera poseída. Me pregunté si estaba —infiernos, estaba absolutamente obsesionada con Brittany y podía conseguir suficiente de lo que se sentía estando cerca de ella. Como si, mis problemas no existieran... Como si me entendiera... A mí, Santana, no Snix, no la capitana del equipo de tenis universitario famosa... excepto yo.
Al final del partido, la entrenadora, las animadoras, y la banda inundaron el terreno de juego, mientras los periodistas en sus masas se dirigieron directamente a mi dirección, haciendo las mismas malditas preguntas como siempre, y di las mismas respuestas, evitando cualquier mención de Brittany o de cualquier explicación de ese beso.
Después de combatir con Shelly y aplastar su misión de conseguir que nos viéramos como una pareja en la cámara, me dirigí directamente a los asientos de Marley, necesitando ver a Brittany de nuevo.
Marley estaba de pie junto a Quinn y su nueva chica, que estaban una encima de la otra. Parecía aliviada de verme y le echó los brazos alrededor de mí en un abrazo.
—¡Bien hecho, cariño! —gritó de emoción. No estaba siendo exactamente atenta a todo lo que ella decía, demasiado ocupada buscando en los asientos de los alrededores por Brittany, pero no había ni rastro.
—¡Oye, hablando aquí! ¡Prima devota cantando sus alabanzas, siendo totalmente ignorada! —Marley gritó en mi rostro.
Volviendo hacia ella, le di otro rápido abrazo y le pregunté—: ¿Dónde está?
Cruzando los brazos sobre su pecho, ella sonrió, melodiosa. —¿Quién, cariño?
—Corta la ironía, Mar —dije secamente—. ¿Dónde se fue?
Dejando caer su sonrisa de suficiencia, se encogió de hombros.
—Dijo que tenía que estudiar.
Mi corazón se quebró en eso.
—¿No podía quedarse un poco más?
Quinn y su nueva chica llegaron todos alegre, y la castaña tendió la mano en mi dirección. —Rachel Barbra, querida, pero mis amigos me llaman Rach.
—Santana.
Sus cejas bailaron.
—Lo sé. —Dio un paso hacia adelante, colocando su mano sobre mi hombro—. Una cosa que necesitas saber acerca de mi chica Brittany es que el estudio es lo primero, todo lo demás en segundo lugar. Si ella no consigue un mínimo de diez horas de estudio en un día, no lo ve tan productivo y enloquece tanto. No sé qué más decir. Todo ese tiempo pasado en sus libros la mantienen cuerda. —Eso sonaba bastante bien de todo lo que había presenciado.
Mirando hacia atrás a mi prima, dije—: Fiesta esta noche. Tráela. No me defraudes.
Marley sacudió con la cabeza.
—Lo intentaré, pero no contengas la respiración, San. Ella no es exactamente una chica fiestera.
—Hazlo, Mar. Cuento contigo.
Con eso, me dirigí a las duchas, diciendo a mis compañeras y compañeros que corran la voz sobre la fiesta y para abastecerse de cerveza.
No más esperas, no más pensar demasiado las consecuencias de estar con la chica que quería... Esta noche la haría mía. Y molería a golpes a cualquiera que se interpusiera en mi camino.
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 11
—Entonces... ¿quieres mostrarme tu habitación?
—Negativo.
Uñas rojas afiladas corrieron por mi brazo.
—Aww, vamos, Snix. Puedo mostrarte cosas que nunca has visto antes... Te he estado deseando por años.
Frotando mi mano sobre mi cara, me incliné hacia atrás y gemí un frustrado—: ¡Por favor, solo vete!
La rozadura de una silla me dijo que había disuadido con éxito a otra maldita fan. Apostaba a que sus mamás y papás estarían orgullosos sabiendo que estaban pagando para que sus hijas entraran a la universidad, no para aprender, sino en su lugar ofrecerse a sí mismas en una bandeja dorada a la capitana del equipo deportivo principal de la universidad.
Un aplauso bajo llamó mi atención. Cuando abrí los ojos, Noah estaba de pie delante de mí, riéndose.
—¡Santana López! ¡Mostrando cierta maldita moderación con las chicas! —Su sonrisa vaciló cuando miró hacia la puerta, y girando para ver lo que había conseguido su atención, divisé a Marley, Rachel, y esa chica gótica ¿Kitty? Entrando a la fiesta.
Me pregunté por qué demonios estaba actuando tan raro cuando se deslizó fuera de la puerta de atrás sin decir nada más, echando una mirada frustrada más a Kitty. Su rostro cayó mientras lo veía escabullirse, y ella giró sobre sus talones y se dirigió a un grupo de animadoras pasándola bien en la cocina.
Me pregunté sobre qué demonios iba eso, pero cosas más urgentes estaban en mi mente.
Me puse de pie, caminando en su dirección. Marley me vio primero, seguida de Rachel, que tropezó hacia mí, con los brazos extendidos mientras caía sobre mi pecho, casi tirándome al suelo. Claro, estaba borracha.
Empujándola de vuelta, ayudándola a equilibrarse, señalé mi barbilla hacia mi prima.
—¿Dónde está?
La cara de Marley cayó.
—No quiso venir.
Ira y decepción se fusionaron en mi pecho, y gruñí en voz alta—: ¿Por qué diablos no?
—Dijo que estaba cansada.
—¡Por amor de Dios! —grité, haciendo a Rachel saltar a una posición vertical sosteniendo su celular.
Jugueteando con la pantalla, ella lo puso en su oreja, me guiñó, y luego mal articuló—: ¡Britt, trae tu jugoso trasero inglés fuera! Estamos emborrachándonos y necesitamos a la cuarta mosquetera! —Rachel me sonrió, asintiendo con aire de suficiencia, como pensando que su pequeña llamada borracha funcionaría. No podía oír lo que Brittany estaba diciendo, pero por la caída en la expresión de Rachel, me di cuenta que no estaba recibiendo la respuesta que quería.
Marley hizo un gesto de estrangulamiento detrás de la espalda de Rachel y arrebató el dispositivo de su mano. Rachel trató de luchar para tenerlo de nuevo, pero se distrajo al ver a Quinn bajando las escaleras y, gritando de emoción, corrió a sus brazos abiertos, básicamente tirándola al suelo.
Marley ahora estaba hablando en el celular de Rachel.
—¿Estás segura que no quieres venir, querida? No me gusta que estés sola en tu habitación y todo el mundo esté aquí teniendo un buen rato.
Contuve la respiración, sin apartar los ojos de Marley, pero cuando se opacaron con decepción, me bebí el resto de mi cerveza, escuchando a Marley despidiéndose, terminando abruptamente la llamada con un movimiento de cabeza.
—Dice que solo está cansada. —Extendiéndose, Marley puso su mano en mi brazo desnudo—. Brittany es extremadamente cautelosa, San. Realmente no deja entrar a nadie. Ella es la persona más privada que conozco.
No es cierto, ella me había dejado entrar, en el balcón de Marley, esa noche en la iniciación. Yo era diferente para ella. Sabía que lo era, pero su nunca presentarse o quedarse allí por mí para verla estaba realmente empezando a enojarme.
En un segundo, me decidí... Tiempo de pagarle a la señorita Pierce con una visita.
No más esconderse.
—Conozco esa cara —dijo Marley con cautela, una avalancha de preguntas en sus ojos.
Retrocediendo a la puerta de entrada y sonriendo a su cara de reproche, gesticule con la mano.
—Nos vemos más tarde. Tengo un lugar en el que estar.
Golpeando sus manos en la cintura, Marley gritó—: ¡San, no estoy tan segura si sea una buena idea ir allí sin invitación! ¡Ella no es una de tus putas! —Fingiendo no escuchar la preocupación y censura en su tono, seguí adelante a través de la multitud, pero sonreí cuando oí su grito a regañadientes—: ¡Es el balcón a la izquierda del mío, en la planta superior! ¡Pero no digas que no te lo advertí!
Saliendo de la puerta de atrás de mi casa de fraternidad y corriendo por la calle, me encontré debajo del balcón de Brittany, mirando las columnas de piedra, una tenue luz proviniendo de su cuarto, y sacudí la cabeza con incredulidad completa.
Romeo abajo del balcón de Julieta.... En serio estaba ocurriendo algo similar con nosotras.
Extendiendo mis brazos a mis costados para tratar de calmar mi ansiedad... Ya saben, solo en caso que hubieran sido capaz de alguna estupidez que asustara a Briutt ante este acto tan patético y desesperado, pero sí, logré controlarme por la chica en esa habitación a un tiro de piedra de distancia.
Me agaché por los lujosos bordes de la estampa de césped, recogí algo de grava roja que rodeaba las plantas y rodé las piedras en mis manos. Estaba a punto de tirar de ellos en su ventana cuando mi celular vibró en mi bolsillo, mis dedos se abrieron y la grava se deslizó a través de los huecos.
Moviéndome a un oscuro lugar aislado, me dejé caer sobre la hierba cálida y leí el mensaje.
Papá: “Mira, hija, fui demasiado lejos contigo el otro día. Vamos a hablar de esto con calma. Realmente necesito que hagas que este matrimonio con Shelly suceda. El negocio lo necesita, la familia lo necesita, y si quieres mantener las cosas bien entre nosotros, necesitas que suceda también”.
Mi cabeza cayó hacia adelante. Incluso cuando estaba tratando de ser amable, no podía dejar de emitir una amenaza. No sabía de quién lo había sacado. Mis abuelos eran la gente más agradable en la Tierra. Su hermano, el padre de Marley, un santo, pero mi padre fue arruinado por el dinero y la codicia, y conocer a mi mamá, quien era igual de hambrienta de dinero, lo convirtió en una pesadilla.
Mi estómago se hundió un poco al pensar en mis abuelos paternos. Había sido muy joven cuando se mudaron a Florida, y ambos fallecieron poco después de irse.
Recuerdo a mi abuelo llevándome a la liga infantil de tenis por primera vez. Él había estado tan condenadamente orgulloso de mí ese día, orgulloso que su nieta hubiera mostrado una buena promesa. Pero nunca llegó a verme jugar apropiadamente, y me hubiera gustado que pudiera estar alrededor por más tiempo para ver lo que me convertí. Recuerdo sentirme tan diferente estar cerca de mis abuelos; incluso como una pequeña niña me di cuenta de eso. Ellos siempre se preocupaban por mí, y en mi décimo octavo cumpleaños, me enteré de cuánto. Ellos me habían dejado un fondo fiduciario, un enorme fondo fiduciario de sorpresa, que mis padres no podían tocar. Mi papá enloqueció cuando le dije que un abogado se había presentado en mi casa de fraternidad con los detalles, y fue a partir de ese día que supo que ya no podía usar el dinero para controlarme, por lo que cambió al chantaje y humillación en su lugar.
Luchando la urgencia de gritar y golpear los puños contra la pared, miré hacia el cielo, sumida en mis pensamientos.
¿Qué estaba haciendo? Mis padres nunca me iban a dejar salir de este matrimonio arreglado, y una parte de mí se sentía como que le gustaría sólo ceder por una vida más fácil, pero más de mí quería resistir con cada onza de mí ser.
Rodando mi cuello, mire fijamente de vuelta hacia el balcón de Brittany. Si seguía yendo por este camino con ella, sabía que existiría peligro muy real de nunca ser capaz de dejarla ir. No era estúpida. Cristo, ella ya se había metido en mi cabeza y apenas incluso la había tocado, casi apenas arañado la superficie de quien era ella en realidad. Pero era adicta, no obstante, y tenía que decidir ahora mismo si ella merecía la pena... merecía la pena desobedecer a mis padres... merecía la pena enfrentar meses de infierno... merecía la pena bajar mis barreras.
Pensamientos del juego de hoy se vertieron en mi mente. Le había pedido que estuviera allí para mí, para apoyarme, y aunque no era lo que ella quería, vino de todos modos, sacrificando su valioso tiempo de estudio... por mí. Tenerla allí cambió totalmente mi juego, ese beso relajándome por primera vez en mucho tiempo. No podría nunca decir lo mismo de mis padres, o cualquier otra chica con la que follé. Demasiadas personas me hicieron daño hasta el punto de romperme, pero no Brittany. Ella escuchó, me consoló, y me tranquilizó enseguida. ¿Quién no se volvería desesperada por tener ese nivel de conexión todo el maldito tiempo? Brittany me hacía sentir bien conmigo misma. Cristo, ella me hacía sonreír, y la forma en que había hecho frente a tanta dificultad en su propia vida me dio esperanza, esperanza de que tal vez pudiera lograr atravesar mis obstáculos también... un día... tal vez con su ayuda.
¡Al diablo con todo! Ella era digna de cada mensaje tierno que pudiera enviarle, cada insulto agresivo y cada golpe de mis padres viniendo en mi camino.
Después de estar sentada debatiendo mi situación durante casi una hora, me puse de pie con un nuevo sentido de determinación, recogiendo más de grava mientras caminaba, y me puse a lanzarla a las puertas cerradas del balcón de Brittany. Pensé que si ese debilucho de Montesco podría conseguir su premio de esta manera, tenía una muy buena oportunidad de hacerlo también.
Las sombras bailaban detrás de las cortinas blancas y las puertas del balcón se abrieron lentamente.
—¿Brittany? —llamé en voz baja, revisando los terrenos de la casa de hermandad para asegurarme que no había nadie alrededor.
Hubo algunos momentos llenos de sonidos de pies arrastrándose antes que una masa de cabello largo y rubio cayera sobre la barandilla del balcón y un par de gafas encintadas bajara la mirada hacia mí.
—Hola, Britt —dije, mi pecho ya sintiéndose más ligero en su presencia.
—Hola, tú. ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, sus cejas uniéndose en un ceño fruncido.
—Vine a verte.
Se enderezó un poco y preguntó:
―¿En serio? ¿Por qué?
Porque no puedo dejar de pensar en ti. Porque quiero besar esos malditos labios otra vez tan fuerte que no puedo soportarlo... Entonces quiero continuar hacia el sur hasta que te pruebe en mi lengua cuando te corras y te retuerzas en contra de mi boca... solo para luego desnudarte y hacerte mía hasta no lo puedas soportar. No creo que la verdad podría ir demasiado bien con una chica como Brittany, por lo que simplemente respondí―: Porque me di cuenta de que no estabas. Y quería asegurarme de que estabas bien después de lo de hoy. He estado pensando en ti toda la noche.
Empujando sus marcos rotos de nuevo en la nariz, me preguntó―: ¿No deberías estar con Shelly?
Esas palabras hicieron endurecer mi espalda y le espeté―: ¿Por qué diablos iba a estar con ella? ―El simple hecho de que Brittany pensara que yo estaría con Shelly de entre todas las personas, me tenía hirviendo de la rabia. ¡Shelly! ¿Por qué todo siempre gira en torno a ella?
Aclarando su garganta, Brittany respondió―: Ella estaba contigo después del partido. Las dos se veían cómodas. Pensé que podrías haber querido celebrarlo con ella esta noche.
A pesar de que estaba luchado para ocultarlo, vi la decepción en su voz. Lo capté. Había escuchado todos los rumores sobre mí, sobre cualquier maldito pedazo de chica que se movía, así que ¿Por qué debería confiar en mí? ¿Por qué iba a pensar que ella era diferente para mí?
Necesitaba convencerla.
Ubicada justo debajo de ella y sujetándola con mi mirada, le dije―: Vamos aclarar esto ahora mismo. Ella no es nada para mí. Nunca lo va a ser. ―Todo el cuerpo de Brittany se relajó visiblemente y una pequeña sonrisa irrumpió en sus labios.
Espera…
―¿Es por eso que abandonaste la fiesta? ¿Debido a que pensaste que yo estaría con esa zorra intrigante? ―Incluso en la oscuridad, pude ver el sofocante rubor en sus mejillas por la culpa.
Cielos. Por eso despreció ir a mi partido y el por qué no estaba allí para mí al final del juego.
―San, simplemente no me apetecía ir a la fiesta esta noche, eso es todo. Ve y disfruta. No necesitabas venir a chequearme. ―Ella estaba tratando de alejarme. Sabía que era una idea aterradora para ella, infiernos, para la mayoría, pero esta era una pelea que no iba a perder. Ella era una chica de la que simplemente no podía alejarme.
—No voy a ninguna parte ―le aseguré, con voz severa y autoritaria. Hice una mueca internamente, sin saber si mi tono podría asustarla. Pero infiernos, este era yo: testaruda, estricta, una chica de mal humor, y albergaba una desesperada necesidad de tener el control.
Como siempre, la chica me sorprendió, y en lugar de estar disuadiéndome y diciéndome que me fuera, estalló en una risa histérica.
No estaba segura de si estar enojada, o unirme a la diversión.
―¿Qué encuentras tan gracioso, Pierce? ―le pregunté, una rugosidad ronca en mi voz.
Inclinándose más hacia adelante, silbó―: Que la versión más sexy y femenina de Romeo ha venido a mi balcón para luchar por mi atención. ―Casi ni noté que dijo ese nombre; yo estaba demasiado hipnotizada por el ascenso de su espíritu.
Juntando las manos, recitó―: Los muros de esta puerta son altos y no se pueden escalar, podrías encontrar la muerte. Considerando quien eres, si alguno de mis parientes aquí… te matarán.
―¿Cómo diablos sabes eso de memoria? ―le pregunté, luchando por no devolverle la amplia sonrisa que fue plasmada en su lindo rostro.
―Lo he leído acerca de un centenar de veces. Es maravillosamente trágico. ―Apuntando hacia mí, luego a sí misma, dijo―: Un poco como nosotras, ¿No crees?
Ella había dado con el maldito clavo. Éramos trágicas, bastante complicadas. Pero podríamos estar juntas, equilibrarnos.
Corrí al lado de la terraza, vi un enrejado y gimiendo por la maldita ironía, empecé a subir por la pared como una posesa.
―¡Santana, ten cuidado! ¿Qué demonios estás haciendo? ―susurró Brittany, mirándome con horror.
―Subiendo a ver a mi Julieta ―le dije en broma, viendo su rostro pálido mientras ella se tambaleaba hacia atrás, sorprendida, luego subí el resto del camino y salté a la terraza. Golpeé el suelo con un ruido sordo, pero luego me miró... y casi tuve un accidente cerebro vascular.
Cabello rubio hasta la cintura, lo más sedoso que haya visto, y el más corto, más delgada tela rosa apenas cubría sus curvas impresionantes, las cuentas de sus visibles pezones, me tentaban a sólo un paso delante de mí a tomarlos en mi boca. Mi corazón latía aceleradamente, y acercándome a ella, observando el aumento acelerado de su respiración y la caída de sus pechos sin sujetador, extendí la mano, acariciando su suave cabello, ni siquiera la delgada envoltura con cinta de deportes en el centro de sus lentes, podrían distraerme de lo impresionante que tenía justo aquí ante mí.
En un movimiento instintivo, su mano encontró la mía, y aprovechando la aparición de la lujuria en sus ojos, me moví, pasando mi dedo por su cuello, mi moderación colgando de un hilo.
―¿Santana? ¿Qu… qué estás haciendo? ―preguntó Brittany, su pregunta más que un gemido ahogado que otra cosa.
―No estoy segura. Pero no deseo parar ―le susurré contra su cuello.
Fresas. Ella era la perfección.
―San, no creo… ―Se detuvo a media frase cuando se dio la vuelta para mirar hacia abajo al patio trasero, el miedo en su rostro. Los estudiantes inundaron el patio, la fiesta derramándose a este lado de la calle. No me importa nada, sin embargo. De hecho, que todo el cuerpo estudiantil nos vean de esta manera. Así que con más agresividad, cerré su cuerpo contra el mío y besé a lo largo de la piel desnuda de su cuello, continuando donde lo dejamos.
―Nosotras... Necesitamos parar ―susurró Brittany en mi oído, pero no había convicción en su tono, solo suplicas entrecortadas estimulándome.
―No, Britt. Me he mantenido fuera durante el tiempo suficiente. He tratado de tomar las cosas con calma, pero ya no más. No voy a seguir siendo nada para ti nunca más. Te quiero. Te deseo tanto... ―dije en voz baja, con la voz ronca por la necesidad, mi desesperación aumentaba a cada segundo. La realidad y fantasía eran borrosas entre sí, y no podía apartar la imagen de nosotras entrelazadas en la cama de mi mente. Casi me quejé en voz alta ante la idea de que en unos diez minutos, la tendría desnuda, y podría sumergirme en la exploración de su cuerpo.
Manos suaves deambularon por mis brazos desnudos, sintiéndose tan bien contra mi piel.
―Santana. Esto no es una buena idea. No puedo hacer esto. ―Pero ella no se apartó; sus caderas y pechos todavía estaban presionados contra mi cuerpo.
―Seguro que puedes ―murmuré, con las manos a la deriva lentamente hacia abajo, al oír su respiración entrecortada mientras acariciaba su cintura.
Esas manos suaves de repente me empujaron hacia atrás, me ajuste a la crudeza de la realidad.
―Por favor... sólo... espera un momento ―dijo en un jadeo, cerrando sus brazos entrelazados para evitarme acercarme más.
Bueno, esa era la primera, una chica que me impedía follarla. No había tenido que trabajar por el sexo desde que estaba en la escuela secundaria; de hecho, nunca lo hice, ni siquiera entonces. Las chicas terminaban siempre atraídas por mí. No Brittany, sin embargo; ella estaba demostrando ser una nuez dura de roer.
―¿Qué? ―preguntó de repente, y me di cuenta de que estaba imitando una maldita estatua, de pie mirándola en shock. Ella todavía jadeaba, tratando de recobrar el aliento.
Arrastrando los pies torpemente, admití―: Nunca nadie me dijo que no antes.
Su boca cayó como un maldita personaje de dibujos animados, y ella emitió una risa incrédula.
―¿Hablas en serio?
―Así es ―respondí entre dientes. Cielos, me sentía como si estuviera adolorida, mis puños se apretaron mientras trataba de contenerme.
Una risita escapó de su boca, y me dijo―: Eso es... patético.
Sí... supongo que lo era.
Arrastrando los dientes a lo largo de mi labio inferior, me moví hacia su cuerpo tenso y la abracé por las caderas. El sonido dulce de su risa se rompió a través de la gruesa pared de mi agresión, y con el fantasma de una sonrisa, le confesé:
―Pero es cierto.
Ella sacudió con la cabeza, viéndose realmente muy disgustada, e inclinó la barbilla hacia el cielo. Se me ocurrió que tal vez mi pasado con las chicas la estaban haciendo apartarse.
Con temor enfrentado en mi pecho, me armé de valor para preguntarle:
―¿Tú no quieres esto? ¿No me quieres... a mí? ―Estaba tan malditamente asustada de oír su respuesta. En realidad asustada por primera vez en años.
―Santana... Yo…
―¿Qué? ―le interrumpí. No quería ser compadecida. No sería puesta en ridículo. No por ella. Ni por cualquier persona.
Vi el conflicto en sus ojos, pero con una bajada de sus hombros, ella finalmente cedió, su deseo por mí, por nosotras, dominar su lógica.
―Eres mucho para asumir, ya sabes ―dijo con un suspiro derrotado, pero sus dedos envueltos en mi ropa, sutilmente llevándome más cerca.
―Lo sé ―respondí con sarcasmo, sintiendo como si acabara de ganar la lotería.
Esos hipnotizante ojos azules buscaron en los míos, confusión pasando a través de ellos, y confesó:
―No sé lo que quieres de mí. Me confundes y no estoy acostumbrada a eso.
Tú, te quiero sólo a ti, pensé. Pero en voz alta, Le dije―: Entonces déjame mostrarte lo que quiero. Deja de luchar contra esto. ―No podía seguir haciendo frente a sus escapadas y escondidas, no podía tolerar un día más sin saber que la tenía como mía.
Con brazos inquietos trató de soltarse, pero la agarré con fuerza, lo que le hizo murmurar―: No, San, esto es solamente... sólo...
Bien, verdaderamente había tenido suficiente de estas idas y venidas de indecisión.
―Quiero estar contigo ―le dije, perdiendo la paciencia, mis brazos atornillándose alrededor de su cintura―. Vamos, Britt. Te necesito. Dime que me entiendes. Dime que estás tan interesada en mí como yo en ti.
Cerró sus ojos azules, y cualquier pedazo restante de resistencia abandonó su cuerpo rígido. Luego, una palabra de su boca lo cambió todo.
―Entra.
Exhalé un largo y reprimido suspiro, solo podía responder de la mejor manera que sabía, con un rotundo y un sincero―: Cielos, sí.
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Breves adelantos caps. 12, 13 & 14
—Tenemos que encontrar algo que hacer, San. ¡Realmente necesito distraerme ahora mismo!
Retirándole la almohada, sosteniendo la risa, dije—: Has robado mi frase, Pierce. ¿Acaso no soy la que debería decirte eso?
—Probablemente, pero estoy a punto de saltar a tus huesos y preferiría que esta noche no si pudiera evitarlo. ¡Me gustaría no irme de casi virgen a mujerzuela después de una noche en tu compañía!
Incapaz de dejar de reír esta vez, desternillándome, caí sobre mi espalda y tiré de ella para colocarla sobre mi pecho.
—¿Qué debemos hacer, entonces, casi virgen, solo para que no te rindas, y saltes sobre mis huesos? Aunque, es muy tentador para mí solo dejarte hacer lo tuyo.
—Tengo solo la cosa perfecta, si estás en el juego.
++++++
El silencio reinó. Entonces, sorprendiéndome, preguntó con calma—: ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? ¿Qué quieres? Lo que haga que esto suceda, lo haré por ti, lo obtendré para ti.
Eso me impactó hasta el punto en que no pude moverme. ¿Estaba el gran Señor López en realidad tratando de negociar?
Pellizcando el puente de mi nariz, respondí—: Nada. Nada va a hacerme cambiar de opinión. Lo siento, papá, sé que piensas que estoy fallando en mi deber como tu hija. Pero es mi vida y no voy a casarme con alguien por el bien de tu negocio ya estúpidamente rico... no voy a casarme sólo para que puedas obtener más dinero ... no estoy hecha para esa vida. El tenis es lo que voy a hacer en el futuro.
Una tos profunda sonó al otro lado de la línea y él dijo—: ¿No vas a cambiar de opinión sobre esto? ¿Lo entiendo bien?
Exhalando un fuerte suspiro, contesté—: No, No voy a cambiar de opinión.
—Entonces, hazlo a tu manera.
Me quedé inmóvil, mirando sin ver, a través de las ventanas de la cafetería.
++++++++
—¿Están todas ahí? —Le pregunté, amando sentir esta libertad, lo suficientemente ligera para bromear, viendo sus labios fruncirse con la confusión, sin seguir lo que quería decir.
—¿Qué?
—Mis costillas. ¿Falta una?
Inclinándose hacia adelante y sosteniendo mi cintura, ella murmuró con diversión—: Bien, creo que has perdido un tornillo. ¿Crees que perdiste una costilla?
—Sólo pensaba que Dios tomó una de las mías cuando te hizo. —Sabía que sonaba poco convincente, pero Cielos, apestaba en el romance, y una chica como mi Britt, bueno, ella debería tener lo mejor para decirle, las palabras más románticas escritas para ella. Yo no tengo eso en mí, no podría darle lo que se merecía... pero era lo suficientemente afortunada de que ella me quisiera a pesar de todo, y por último, todos esos malditos años en la escuela dominical se volvieron útiles. Infiernos, de la forma en que me estaba sintiendo en este momento, me pararía en el mismo centro del Bryant-Denny y recitaría poesía si esto la hacía sonreír.
—San, a veces eres muy dulce, ¿lo sabías?
¿Dulce? Bien, tomaría eso. —Sólo para ti.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
san esta empecinada con britt!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
hola,...
britt desde el primer momento se convirtió en su amuleto,..
nos vemos!!!!
britt desde el primer momento se convirtió en su amuleto,..
nos vemos!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
micky morales escribió:san esta empecinada con britt!
jejeje...asi es
3:) escribió:hola,...
britt desde el primer momento se convirtió en su amuleto,..
nos vemos!!!!
por supuesto....ellas son tan adorables
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….espero les agraden los capítulos de hoy……mil disculpas por no actualizar ayer (me siento muy apenada)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
*Actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=41JSBv4HxYc
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Home” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Alabama, Tusscalosa fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Inglaterra y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + prólogo + 27 capítulos + epílogo + capítulo extra (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de vista de Santana, en el caso de esta adaptación) / (este primer libro es absolutamente desde el punto de vista de Brittany; el segundo libro se compone de: sinopsis + prólogo + 37 capítulos + epílogo + capítulo extra (este segundo libro es narrado desde la perspectiva de Santana rememorando varios capítulos descritos en el primer libro, a la par que se agregan otros más)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 12
En el momento en que entramos en su habitación, estuve sobre Britt —manos vagando por su estrecho cuerpo, haciendo un puño su camisón— y poco a poco la hice retroceder hacia su cama. Nuestras bocas enredadas furiosamente, nuestras lenguas golpeando juntas cuando golpeamos el colchón, y me puse a hacer lo que hacía mejor.
Brittany agarró mi ropa con fuerza, gimiendo en mi boca, y cuando sus manos encontraron la piel desnuda de mi espalda, fue la luz verde que había estado esperando.
Alejándome de su boca, deslicé mi mano por su muslo, trabajando hacia su centro, cuando ella me hizo frenar en seco con un férreo control en mi muñeca.
—Y… no puedo. Vamos demasiado rápido
Inclinando la cabeza hacia atrás, casi grité de frustración. Estaba tan encendida que estaba casi ciega por la necesidad. Brittany lanzó un gemido avergonzado, y al ver su cara enrojecida, al instante me sentí como una cretina.
—No hagas eso —le dije, sosteniendo su cara entre mis manos.
—¿Hacer qué?
—Sentirte mal por parar. Nunca te sientas mal por eso. Cuando te haga mía, va a ser cuando te tenga retorciéndote de necesidad, rogándome que te haga el amor. Nunca te sientas mal por parar. Cuando te entregues a mí, será porque estés tan húmeda que no podrás soportarlo.
Sus pupilas se dilataron y sus labios se entreabrieron.
—¿Cuando me entregue a ti?
Era tan malditamente linda.
—Cuando te entregues a mí.
Desplazándose un poco lejos de mí, dijo, ofendida—: Estás muy segura. Podría rechazarte.
Ella no lo haría. Sí, puede que sonara como una arrogante imbécil, pero la forma en que sus ojos me devoraban, mi cuerpo, no había ninguna manera que aguantara mucho tiempo.
Ella todavía estaba mirándome, esperando a que hablara, así que dije—: Va a suceder. Las dos sabemos que es verdad, y estoy contando los días hasta que pueda hacerte mía y te haga venir... una y otra vez. Voy contando los minutos...
La lujuria se hizo cargo y ella casi se abalanzó sobre mí en el acto, pero la empujé de vuelta al colchón. Ella era la única chica que no quería simplemente follar e irme tan pronto como estuviera hecho.
—No debería haberte presionado. No estás lista.
—No lo hiciste. Es que... Es que... yo... no soy muy experimentada... y yo...
Me senté, la realidad golpeando en casa.
—Woww, ¿eres virgen?
Se movió delante de mí, se sonrojó y confesó:
—No, no soy virgen, pero exactamente no soy muy experta en todas las cosas... de seducir. Sólo he dormido con una persona y sólo una vez, el año pasado.
Y solo así, realmente deseaba que fuera virgen, celosamente sobre algún imbécil desconocido adueñándose.
Algún estúpido indigno tuvo a mi Britt.
—¿Cuándo sucedió esto? —le pregunté con los dientes un poco apretados.
—Cuando estaba en Oxford. Sam y yo…
—¿Sam? —la interrumpí.
Sus cejas se juntaron y dijo—: Sí, Sam Evans.
No pude evitarlo, pero me reí, mi enojo a un lado por un minuto. La forma en que dijo ese nombre inglés del pomposo cretino era divertido. ¿Evans? Cielos, y pensé que Santana Marie López era bastante malo.
—¿Qué? —cuestionó, pareciendo muy enojada conmigo.
Aclarando mi garganta y tratando de ocultar mi sonrisa con mi mano, le dije—: ¿Sam Evans? Muy... británico.
Sus ojos se estrecharon detrás de esos lentes gruesos y destacó:
—¡Él es británico! ¡Como yo! ¡Deja de burlarte!
Con un gemido de frustración, Brittany se volvió de espaldas a mí, haciendo que me tragara mi maldita risa y tiré su espalda contra mi pecho.
—De acuerdo, de acuerdo, lo siento.
Ella sacudió la cabeza con la amonestación, pero cuando lanzó una pequeña sonrisa, supe que estábamos bien.
—¿Así que Sam, era tu novio? —le pregunté, de repente en ese estado raro de la mente en la que no quieres saber la respuesta, pero la necesitas desesperadamente, al mismo tiempo.
—Sí, supongo. Intenté tenerlo como un novio de todas formas.
—¿Intentaste? —cuestioné la extraña respuesta.
Sus pestañas revolotearon mientras sus ojos encontraron rápidamente los míos, dijo:
—Sí. Yo... realmente no soy muy cercana con la gente. Traté con él, pero, al final, simplemente no pude. Habíamos estado saliendo durante algo así como unos meses, citas para tomar café, compañeros de estudio, ese tipo de cosas, y me decidí a dar el siguiente paso, simplemente llegar de una vez. Él quería mucho. Yo era indiferente. Así que pensé ¿por qué no? Sam era dulce para mí y él me gustaba bastante. El sexo, no tanto.
—¿Qué? ¿No te gustó el sexo? —casi grité. ¿Cómo podría no gustarle el sexo a alguien?
Su rostro se puso rojo como mi uniforme deportivo de la universidad, y admitió—: Fue incómodo, hecho torpemente, y no todo lo alucinante que prometía ser.
—Samy simplemente no hizo las cosas bien.
Mirándola a los ojos, dije—: Me imagino que contigo, Brittany, sería increíble. Nunca he querido nada tanto en mi vida, probarte, sentirte... oírte gritar mi nombre.
El pulso su cuello se desató como los golpes de un tambor y la atracción que ambas sentimos comenzó a tirar de nosotros más cerca.
—Santana… —Ella se apartó, pero tiré de su brazo para mantenerla cerca.
—Voy a parar, pero no voy a ocultar el hecho de que te deseo tanto, Britt. Demasiado.
Vi como sus muslos se apretaron juntos y yo honestamente hacia lo imposible por contenerme. Las cosas estaban demasiado tensas, pero Brittany manejó difundir el momento empujando una almohada sobre su cabeza, advirtiendo:
—Tenemos que encontrar algo que hacer, San. ¡Realmente necesito distraerme ahora mismo!
Retirándole la almohada, sosteniendo la risa, dije—: Has robado mi frase, Pierce. ¿Acaso no soy la que debería decirte eso?
—Probablemente, pero estoy a punto de saltar a tus huesos y preferiría que esta noche no si pudiera evitarlo. ¡Me gustaría no irme de casi virgen a mujerzuela después de una noche en tu compañía!
Incapaz de dejar de reír esta vez, desternillándome, caí sobre mi espalda y tiré de ella para colocarla sobre mi pecho.
—¿Qué debemos hacer, entonces, casi virgen, solo para que no te rindas, y saltes sobre mis huesos? Aunque, es muy tentador para mí solo dejarte hacer lo tuyo.
—Tengo solo la cosa perfecta, si estás en el juego.
Puso Monty Python.
Vimos la película. De hecho, vi una película con una chica y no hice nada para seducirla... no mucho. Todavía tomé un beso y la caricia ocasional, pero lo más sorprendente, me gustó simplemente pasarlo bien con Britt. En cierto modo se sentía como si tuviera doce años de nuevo, en alguna primera cita que nunca había tenido, pero fue bueno... Me hizo sentir un poco normal.
Eso fue hasta que lo arruiné por ofenderme por su broma.
Solo estaba llevándome la última de las palomitas a la boca cuando Brittany arrancó el cuenco de mis manos.
—¡Estás destinada a ser una atleta! ¿No es esto una sobrecarga de almidón- carbohidratos para ti o algo así? ¡Lo has limpiado, por si fuera poco, maldita codiciosa!
Resoplando una carcajada, flexioné mis brazos y le mostré mi tonificado abdomen, captando los pequeños jadeos impresionados de Britt, y le dije—: Soy una máquina incontrolable, Pierce. ¡Las palomitas de maíz no son rival para mí!
—¡Lo siento, me olvidé de que estaba hablando con Snix! —bromeó, pero sus palabras se sintieron como un balde de agua fría vertiéndose sobre mi cabeza.
—No —le susurré, perdiendo todo el humor.
—¡Limmmmaaa! ¡Levántense para recibir a su estrella local, Santana... “Snix”... López! Hay una bala en la pistola. Hay un fuego en tu corazón. Moverás todas las montañas que se interponen en tu camino...
Brittany se reía mientras cantaba esa maldita canción que los chicos de IT siempre tocaban en Bryant-Denny cada vez que estaba en la pantalla grande, pero todo lo que sentía era molestia. Ella no estaba recibiendo la señal de que hablaba en serio.
Apoderándome de sus muñecas, tiré de ella hacia delante hasta que sus ojos se encontraron con los míos y gruñí:
—Deja eso, Britt. ¡Demonios!
Casi ahogándose con sus palabras, se echó hacia atrás.
—Solo estoy bromeando. No tienes que ser tan condenadamente malhumorada conmigo.
No tenía intención de serlo, pero odiaba ese nombre o apodo deportivo era casi tan malo como Marie. Odiaba el despliegue publicitario de tenis tan condenadamente mucho; siempre los problemas hechos en casa eran mucho peor.
Tomé otra mirada en el rostro herido de Brittany, suspiré.
—Lo sé, lo siento, pero odio toda esa atención extra porque juego tenis. No sabes cuánto. No quiero ser Snix en tu caso. Eres la primera persona que alguna vez no se verá afectada por toda la fama del tenis. Para ti... solo quiero ser Santana.
Brittany me entendió. Entendió que no quería entrar en eso, la fama de tenis me molestaba mucho, y moviéndonos de ese tema incómodo, me preguntó:
—¿Así que... JMV?
—Sí. Loco teniendo en cuenta que no podía golpear a un camión para la primera mitad.
¿Cómo le digo que verla en las gradas cambió todo, sin revelar demasiado acerca de mis sentimientos? ¿Cómo podía decirle que fue la primera persona que tiraba nunca a través de mí sin tener que explicar mi pasado y mi gente?
No podía encontrar las palabras. Así que en vez de eso, solo le informé de la charla de vestuario.
— Los fanáticos y el equipo están presionando, diciendo que “eso” es por tu culpa.
Que eres mi amuleto de la buena suerte, todo desde ese dulce beso.
Y luego ella se movió de un jodido tirón, disparándose a la posición sentada, luchando por respirar y frotando su pecho. Parecía que estaba teniendo un maldito ataque al corazón.
—¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué dije? —le pregunté frenéticamente.
Sus ojos eran tan grandes como la maldita luna y trató de hablar, pero no salió nada. Mi corazón golpeó latiendo demasiado rápido, así que le tomé de la mano y la observé mientras calmaba los demonios abajo, el color regresó a su rostro pálido. Me quedé mirando nuestras manos unidas en confusión, preguntándome ¿qué demonios había sucedido?
—¿Qué es, Britt? Dime. —Empujé, necesitando alguna explicación de por qué acababa de casi colapsar.
Tomando una respiración profunda, dijo—: Lo siento, es solo algo que mi abuela solía decirme. Me llevó de nuevo a esos días. Me entró el pánico. Yo sólo... estaba sorprendida cuando lo dijiste. De todas las formas de decir lo que dijiste, citaste palabra por palabra.
—¿Qué te decía? ¿Qué dije?
Dándome una sonrisa rota, dijo en voz baja:
—Que tenía dulces besos. Abuela diría que un dulce beso de mi parte haría cualquier problema solo un poco más fácil.
—Creo que ella podría estar en lo cierto. Debe de haber sido una mujer sabia, porque eso es exactamente lo que hiciste por mí esta noche en el juego.
—Lo era. Ella lo era todo para mí. —Las lágrimas caían de sus ojos mientras sus dedos se apretaban contra los míos—. Solíamos decir que éramos un engranaje. Cuando murió, tomó la mitad de mi alma con ella. No me gusta pensar en mi pasado demasiado... Me mata recordar todo lo que he perdido.
Me quedé en silencio. No hay palabras para consolar a alguien que había perdido a las personas más cercanas. Así que le dejé sacar todo cuando la apreté a mi lado, recostada en la cama, usando mi toque para mantenerla calma. Cielos. Mi toque la había mantenido en calma.
—¿Así que te fuiste de tu propia fiesta? —preguntó Brittany finalmente mientras miraba al techo, dándome cuenta que en realidad podía estar tan acomplejada como yo.
—No estabas allí.
Brittany desplazó sus piernas hacia mí y nerviosamente preguntó—: ¿Te importo mucho?
Quería reírme en su cara, convencida de que si supiera la gravedad de mi obsesión con ella, habría corrido por las malditas colinas.
—¿De verdad no lo sabes?
Ella sacudió con la cabeza, por lo que empujando su espalda en el colchón, confesé:
—Me gusta la forma en que estás conmigo. Me gusto cuando estoy contigo. Me siento como si pudiera decirte todo, que podrías soportar mi alma negra. Me haces sentir... bueno... ya sabes... ¿Me entiendes? —Era una total idiota y evidentemente no era buena en absoluto en las cosas románticas.
Pero acarició con un dedo mi mejilla, y con una sonrisa tan condenadamente grande, Brittany dijo—: Te entiendo, Santana.
Nos quedamos así por un tiempo, sólo hablando. Se disculpó por nuestro enfrentamiento en la conferencia, admitiendo que estaba enojada conmigo después de creer que había dormido con Shelly. Le dije la verdad, que lo hice con todo el mundo menos ella, y parecía más que feliz con este hecho.
Después de un tiempo, la música comenzó a todo volumen desde el patio trasero y estaba claro que la fiesta solo era cada vez más grande. No me pude quejar, sin embargo, porque Brittany me pidió que me quedara —¡solo para dormir! Declaró— y no podía haberme sentido más feliz.
Brittany se movía en la cama, nerviosa mordiéndose el pulgar y observando cada movimiento que hacía. Cuando me metí en la cama junto a ella y me aferré a ella, empezó a moverse contra mi cuerpo, tomó toda mi fuerza hasta el borde delantero y susurrar—: Tenemos que tratar de dormir o las cosas se saldrán de control. Solo tengo cierta moderación.
— E-está bien —susurró a su vez, y envolví mi brazo alrededor de su cintura mientras se metía a sí misma más en mi contra.
Se sentía tan condenadamente bien.
—Buenas noches, Brittany—dije en voz baja.
—Buenas noches, Santana Marie —respondió, y no podía dejar de reír con incredulidad. Ella se puso rígida ante mi diversión, así que me expliqué rápidamente.
—De hecho, me gusta el sonido de mi nombre en tus labios. Algo que nunca pensé que iba a suceder. Creo que es el acento Inglés. Suena todo correcto, al igual que la forma en que Shakespeare pretendía. Nadie me llama Marie, jamás me han llamado Marie. No lo permito. Pero extrañamente, me gusta cuando lo haces.
La oí exhalar y la sentí tratar de volverse y hacerme frente. Por alguna razón no podía dejarla, también superado por la emoción de tenerla mirándome a los ojos, para ver a los demonios que luchaban en mi mirada. Pero cuando ella susurró—: ¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa con cualquier otro nombre olería igual de dulce; Romeo, seguiría siendo él si no se llamara Romeo. Tú eres especial, Santana Marie —Me sentía como si no pudiera respirar. Los recuerdos, el dolor que ese nombre agitó en mí era demasiado.
—No... Por favor... —le rogué, incapaz de decirle por qué ese nombre era una carga tan pesada.
— ¿Por qué no lo permites?
—Es una larga historia —evadí, mi pánico ahora saliendo a la superficie.
—Tenemos tiempo.
—Ahora no —le dije más duro de lo que pretendía, pero no podía ir allí todavía. Tal vez nunca. Era simplemente demasiado.
Brittany suspiró con decepción, pero me alegré cuando ella cambió de tema y preguntó—: ¿Qué dice el tatuaje en tu espalda?
—El logro más grande no consiste en nunca caer, sino en levantarnos de nuevo cuando caes. Es de Vince Lombardi.
—Es hermoso. Este filósofo Vince Lombardi debe ser bueno. ¿Por qué nunca he oído hablar de él? —Y así como así, ella me sacó de un lugar malo. Solo Brittany había sido capaz de hacer eso por mí... Era adictivo.
—¿Y ahora qué? —se quejó, claramente sobre mí riéndome de cada pequeña cosa que ella decía mal.
—Era un entrenador de tenis. Un muy famoso entrenador de tenis.
—Oh. Realmente tengo que ponerme al día en todo lo relacionado al tenis.
—Me gustaría que no lo hicieras. No estás impresionada por el alboroto que viene conmigo jugando y nunca quiero que sea así tampoco. Es mejor si no conoces a fondo lo que significa todo esto para la gente de por aquí.
—¿Quieres decir que realmente no quieres que te llame Snix?
—No.
—Lo que sea que te haga feliz.
Te juro que iba a matarme.
—Duerme, Britt, o vamos a terminar haciendo lo que me haría increíble y muy feliz.
—Una pregunta más, entonces me voy a dormir.
Apretándola con fuerza, le dije—: Una más. Estás tentando a la suerte.
—¿Por qué Un Día?
Recuerdos de conseguir el tatuaje en la cadera jugaron a través de mi mente, y finalmente tomar un riesgo, le dije lo que nunca había dicho a nadie.
—Que saldré de este lugar un día. Que seré yo misma, un día. Que haré lo que yo quiera… un día.
La mano de Brittany apretó en la mía.
—¿Siempre ha sido tan malo para ti?
No pude, no podía hablar de ese tema, alguna fuerza extraña dentro de mí robaba mi voz, así que respondí—: Esas fueron dos preguntas, Pierce. Estuve de acuerdo en una. Ahora duerme.
—¿Santana? No quiero que todos sepan acerca de nosotras todavía. Quiero mantener nuestra relación para nosotras mismas —soltó Brittany de repente cuando estaba a mitad del camino de quedar dormida.
La ira golpeó a través de mí a un ritmo alarmante, rompiéndome despierto, y me tuve que mover, sentada en el borde de la cama.
—Lo entiendo. Estás avergonzada de estar conmigo. Snix, la agresiva, la no material para novia, ¿verdad? Pero buena para una follada en secreto... —Odiaba la manera en que estaba hablando, dura, maliciosa, pero ella diciendo eso me hizo sentir avergonzada. No creía que fuera digna de estar con ella en público.
La cálida respiración de Brittany se propagó en mi espalda y sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura.
—¿Qué? ¡No! ¡Yo solo... estoy nerviosa! —dijo, presa del pánico.
Sentí como si un peso se había levantado, me volví, tomando sus manos, y le pregunté—: ¿Nerviosa por qué?
Me tomó la mano y se alisó el cabello y el dobladillo de su camisón.
—Mira, no soy lo que persigues normalmente. No me parezco a las otras, pulida, perfecta, de las que se ven bien desde todos los ángulos. Por favor, ¿podemos esperar un poco más antes de que todo el campus se entere? ¿Por mi bien? Va a tomar algún tipo de ajuste de mi parte para estar contigo. Solo necesito un poco de tiempo.
Impresionante, pensé. La única chica que quiero tener en mi brazo para que todo el mundo lo vea, y quiere esconderse en secreto.
El Karma es una perra.
Al presionar mi cabeza con la de ella, le dije—: Quiero mostrarle a todo el mundo que estoy contigo ahora. No voy a escondernos, y no me importa lo que la gente piense. En cuanto a mi pasado, eso no es lo que quiero de ti. Quiero más. ¿No lo has entendido a estas alturas? ¡Cristo!
—Por favor. Sólo por un tiempo. Eres Santana López. Tu reputación... me asusta un poco. Vamos a ser nosotras en privado por un tiempo, ver cómo va sin que nadie interfiera.
—¡Rayos, Britt! —grité un poco demasiado ruidosa. Estaba enojada. Sí, mi reputación era como un remolino de miedo, pero yo era diferente con ella, feliz de noquear a cualquiera que tratara de decir lo contrario. Quería protegerla.
—Por favor —rogó una vez más, y el infierno, no me pude resistir a esos ojos suplicantes. De ninguna manera iba a abandonarla. Si teníamos que quedar en secreto por ahora, solo iba a tener que ajustarme.
Me reuní con la mirada aprensiva de Brittany, dije—: ¡Muy bien! Guardaremos el secreto... Yo no quiero eso, pero lo voy a hacer por ti, incluso si la idea de que somos un secreto me dan ganas de golpear a alguien en la cara.
Un estúpido secreto. Perfecto.
Diablos, esto no iba a ser divertido...
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 13
Mi celular vibró en mi bolsillo, y lo tomé, mi estado de ánimo al instante se amargó.
—Papá, que amable al llamar de nuevo —dije sarcásticamente mientras caminaba a través de la universidad hacia la cafetería para el almuerzo, mis músculos todavía doloridos por mi sesión de entrenamiento.
—¡Es un buen día, Santana! Martin Blair ha aprobado el acuerdo prenupcial. Cuando te cases con Shelly, Martin finalmente se retirará y te regalará el treinta por ciento de sus cincuenta por ciento como regalo de bodas. Él ha querido irse desde hace un tiempo, y tú haciéndote cargo de la gestión del día a día de la empresa junto a mí es exactamente lo que hemos querido ¡Control total López!
Nunca había oído a mi padre sonar tan feliz, sin embargo, yo estaba en plena ebullición.
—Lo que has querido. —Inmediatamente me estreso.
—¿Qué? —espetó, su momento de euforia pronto olvidado.
Preparándome para lo que venía, le dije—: Lo que has querido. Te lo he dicho una vez y no voy a seguir repitiéndolo: ¡No. Me. Casaré. Con. Shel!
El silencio reinó. Entonces, sorprendiéndome, preguntó con calma—: ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? ¿Qué quieres? Lo que haga que esto suceda, lo haré por ti, lo obtendré para ti.
Eso me impactó hasta el punto en que no pude moverme. ¿Estaba el gran Señor López en realidad tratando de negociar?
Pellizcando el puente de mi nariz, respondí—: Nada. Nada va a hacerme cambiar de opinión. Lo siento, papá, sé que piensas que estoy fallando en mi deber como tu hija. Pero es mi vida y no voy a casarme con alguien por el bien de tu negocio ya estúpidamente rico... no voy a casarme sólo para que puedas obtener más dinero ... no estoy hecha para esa vida. El tenis es lo que voy a hacer en el futuro.
Una tos profunda sonó al otro lado de la línea y él dijo—: ¿No vas a cambiar de opinión sobre esto? ¿Lo entiendo bien?
Exhalando un fuerte suspiro, contesté—: No, No voy a cambiar de opinión.
—Entonces, hazlo a tu manera.
Me quedé inmóvil, mirando sin ver, a través de las ventanas de la cafetería.
—¿Qué diablos significa eso?
—Hiciste tu elección. Ahora tendrás que vivir con ello. No voy a complacerte.
—¿Qué significa eso? —grité de nuevo, tratando de mantener la voz baja, ya que los estudiantes que me rodeaban empezaron a mirar en mi dirección.
Me di cuenta de que el teléfono había muerto y, al ver el bote de basura delante de mí, grité con frustración y envié el maldito cilindro de estaño volando a través de la acera con una enorme patada. Los chillidos impresionados de las chicas rodeándome, sólo me enfurecieron más, y, entré a la cafetería, ignorando las miradas inquisitivas de los demás, me dejé caer en mi silla, mirando perdida en mis pensamientos, en el tablero de plástico.
¿Qué demonios quiso decir? ¡Jesús! Él siempre estaba molestando mi cabeza. Prefería recibir una paliza que esta maldita tortura mental. Por lo menos con un golpe sabía dónde me encontraba.
Levanté la cabeza, busqué en la habitación, necesitaba desesperadamente ver a Brittany, y cuando lo hice, me encontré esos ojos azules ya clavando la vista en mí. Sus cejas se juntaron por la preocupación. Sintiéndome un poco más tranquila sabiendo que ella estaba cerca, le di una inclinación tranquilizadora con mi barbilla.
No ser capaz de tenerla en mis brazos me estaba matando. No ser capaz de tirar de ella en mi regazo, besar su cuello, y mostrar al mundo que era mía me estaba matando.
La siguiente hora iba a ser una tortura.
Estaba en lo cierto. El almuerzo pareció prolongarse. Y cuando Caroline se pavoneó e intentó ligar, escupiendo un poco de mierda sobre destronar a la reina perra de Shelly, no me importó, no estaba ni remotamente interesada en su oferta cachonda, la despedí con un gesto desdeñoso y un cortés, ¡Vete al diablo!
Chris Porter me miraba con curiosidad desde unos asientos más allá, con una sonrisa en su rostro zalamero.
—¿De qué demonios te ríes, Porter? —gruñí, mi voz sonaba letal incluso para mis oídos.
—¿Ahora te dedicas a cumplir un voto de castidad? —Trató de bromear, así que le mostré el dedo, oyendo a mis compañeros reír en respuesta.
En una fuerte explosión, miré hacia la entrada de la cafetería. Y Shelly entró en la sala, inmediatamente observando la cara de Brittany. Observé, la furia construyéndose dentro de mí cuando le arrancó las gafas a Brittany, tirándolas al suelo. Ocurrió tan rápido, que ni siquiera tuve la oportunidad de hacer nada para evitarlo.
—¿Qué pasa? ¿Mamá y papá no tiene dinero cariño? ¿Pobre Brittany? —chilló Shelly, lo suficientemente fuerte como para que toda la habitación captara cada palabra. No oí el resto de lo que estuviera escupiendo; mi sangre corrió por mis oídos, ahogando el sonido.
Brittany se levantó de su asiento, con una mirada furiosa en sus ojos, pero Shelly la empujó de nuevo en la silla.
Mi paciencia para tratar con idiotas se había desgastado completa y totalmente, golpeando el puño sobre la mesa, me puse de pie y ordené: —¡Basta! —Tan fuerte que pude sentir las vibraciones en las sillas de plástico. Miré directamente a los ojos de Shelly y espeté—: Aléjate de ella. ¿Qué tienes, veintiuno o doce años?
La cafetería se detuvo al oír mis palabras, sin importarme nada la reacción de Shelly, me acerqué a Brittany, levanté sus gafas del suelo, y las puse de nuevo en su rostro sonrojado antes de presionar mis manos en sus hombros consolándola.
—¡Quita tus manos de ella! —siseó Shelly junto a mí, como si tuviera una maldita propiedad, alguno derecho sobre mí. Tomé una rápida mirada por la sala, observando un mar de ojos mirándome fijamente, aturdidos.
¡Este día iba al desastre absoluto! Primero mi padre me chantajeaba, lanzando amenazas, ahora su chica de oro abría su maldita boca hacia una de las dos únicas chicas que me importaban. Quien sabía lo que mis padres hacían. Descubriría eso con el tiempo, pero iba a detener la ilusión de Shelly ahora, públicamente, tirarla de su pedestal.
Sintiendo una onza de control apoderarse de mi cuerpo, rodeé a Shelly, levantando la voz para que toda la sala pudiera oírme. —Entiende esto. No estamos juntas, nunca lo estaremos. Es hora de cortar lo que sea que hayas estado diciendo. —Señalando a Shelly, me enfrenté a la multitud boquiabierta—. ¡A pesar de la mierda que pueda decir, sepan que no estoy con ella, nunca lo he estado, y todo lo que ella dice es absolutamente mentira!
Me aseguré de que Brittany estuviera bien, entonces prácticamente la levanté de su asiento y le instruí. —Toma tu bolso, Pierce. Nos vamos.
Haciendo lo que le pedí, Brittany me siguió fuera de la cafetería y hacia el patio. Con cada paso, me enfurecía más. Nadie podría incluso prestarle a Brittany una onza de atención si no fuera por mí, si Shelly no sospechara que estaba con ella. Una chica inteligente como Britt ni siquiera aparecía en el radar de nadie y sus vidas tristes serían peores. Mi chica estaba siendo acosada por mi causa, y si ella no tenía la intención de mantenernos en secreto, podía decirles a todos que era mía y que necesitaban alejarse de ella.
Bien. Lo entendía, y no quería sacudir demasiado ese barco, asustarla antes de que hubiéramos tenido oportunidad de empezar, pero no sería más un objetivo a causa de esas estúpidas gafas. Me aseguraré de ello.
—Santana, más despacio. ¿A dónde vamos? —jadeó Brittany detrás de mí. No me detuve ni le di una respuesta, incapaz de frenar por miedo de marchar de nuevo en la cafetería y decirles a todos la verdad sobre nosotras.
—Entra —pedí entre dientes una vez que llegamos a mi camioneta.
Luego de dejar la escuela detrás, cada segundo en la presencia de Brittany me tranquilicé aún más, permitiendo que le preguntara: —¿Seguro que estás bien? —Ella no había dicho nada desde que estuvimos en la carretera, comprendiendo que yo no podía hablar en ese momento, que necesitaba algo de tiempo para relajarme.
Con inquietud nerviosa, Brittany respondió—: Sí. Un poco avergonzada, pero estoy bien.
¿Avergonzada? ¡Eufemismos! Odiaba la atención, y hoy, Shelly la había empujado directamente al centro de atención.
—¿Cómo se atreve a hablarte de esa manera? ¡Es una perra! ¿Por qué demonios perdí gran parte de mi maldito tiempo en ella? —espeté, más para mí que para ella. Estaba tan enojada que apenas podía funcionar.
—Tú quitaste las palabras de mi boca. —Echando un vistazo a Brittany y viendo su pequeña sonrisa de orgullo ante su comentario, descongeló mi rabia, y no pude evitar sonreír un poco a cambio.
Esta chica me sorprendía. Shelly se había burlado de sus padres frente a una buena parte de los estudiantes, sus padres muertos de los que ella nunca hablaba. Pero tomó los malvados comentarios de Shelly como una campeona, siguiendo el camino ético, poniéndome a mí y a mi reacción típicamente agresiva en vergüenza.
—Britt, lamento mucho lo que le dijo acerca de tus padres. No puedo imaginar cómo se debió sentirse eso.
Una mano suave acarició mi rodilla. —No tienes nada de qué disculparte.
Agarrando sus dedos, respondí—: No es cierto. Ella está molestándote porque ve mi interés por ti. Lo vio desde nuestro primer beso. Tú eres el enemigo ahora Britt, y no puedo decir suficientes lo siento por eso. Te puse en esta posición, y ella va a tratar de hacer tu vida un infierno.
Con una sonrisa impresionante, ella se acercó más, poniendo su cabeza en mi hombro, su aliento calentaba la piel desnuda de mis brazos. Ella no tenía miedo, nunca le importaba lo que los demás pensaran. Mi cuerpo se relajó y, envolviendo mi brazo alrededor de su hombro, pasé los dedos por sus mechones de cabello. Era el primer pedazo de paz que había sentido en semanas. Aquí mismo, ahora mismo, sólo nosotras dos... era perfecto.
Al menos lo era hasta que ella me preguntó—: ¿San, con quien hablabas por teléfono antes, fuera de la cafetería?
Mierda. No esperaba que la conversación fuera allí. Aclarando mi garganta, pregunté: —¿Me viste?
—Sí —respondió ella con tristeza.
—Realmente no quiero hablar de ello. —Realmente no quería. ¿Qué diablos le iba a decir? Oh, sí, era mi papá. Él ha estado negociando mi contrato prenupcial con Shel. Ya sabes... ¿la chica que te destrozó por ser pobre? Bueno, ella. Nunca quise a Brittany en la guerra entre mis padres y yo, nunca quise que estuviera en el extremo receptor de su basura; infiernos, yo ni siquiera quería que supieran de la existencia de Brittany, era demasiado importante para mí para ponerla en ese tipo de situación.
—Está bien. Sólo tienes que responder una cosa. ¿Eran tus padres? —preguntó cuidadosamente, trayéndome de nuevo al aquí y ahora.
—Sí —admití finalmente.
Ella se apretó alrededor de mi cintura por unos segundos, luego se movió hacia atrás y miró por la ventana, sin más preguntas acerca de mis padres.
—¿Por qué estamos aquí? —Sus cejas se juntaron mientras observaba el gran centro comercial.
Saliendo de la camioneta y ayudando a Brittany a bajar, dije—: Vamos a comprar unas gafas nuevas. Ven.
Traté de caminar hacia el oftalmólogo, pero ella clavó sus talones y me detuvo.
Mirándome fijamente con firme determinación, espetó—: Santana, no puedo permitírmelas todavía.
¡Esto no estaba sucediendo! Encontrando su mirada decidida, repetí—: Yo te las compraré. ¡Ahora vamos! —Se quedó clavada en el suelo, y empecé a enloquecer de nuevo. Quería ayudarla, maldita sea, pero su carácter obstinado estaba siendo todo orgulloso. Sólo quería cuidar de ella, ¿que eran un par de cientos de dólares para hacer su vida infinitamente más fácil en la facultad?
—Santana, no soy una obra de caridad. Conseguiré mis propias y malditas gafas cuando haya reunido dinero suficiente. No me las comprarás. No te lo permitiré. Ser pobre no me avergüenza, ¡Aceptar el dinero por piedad sí!
Gemí y la atraje hacia mí, amando la manera en que la lujuria florecía en sus ojos cada vez que su cuerpo se encontraba con el mío. —Brittany, maldita sea, no me salgas con eso. Indirectamente fui yo quien rompió las malditas gafas con mi pasado de porquería. Fui yo quien sacó de quicio a Shelly por demostrarles a todos que me gustabas, y permití que su ego se inflara por tolerar sus aires de reina de Lima los últimos tres años. Te conseguiré las gafas nuevas y tú me lo permitirás, no tienes otra elección. Esto no se trata de vergüenza; se trata de proteger lo que es mío. —Sus pupilas se dilataron mientras miraba hacia mí. Sí, podía estar enojada con mi tono agresivo, pero no me echaría para atrás. Era mía y no dejaría que fuera confrontada por cualquier cosa... por nadie.
Brittany estaba tranquila pero nunca vaciló en mi mirada. Ambas teníamos miradas penetrantes, ambas negándonos a someternos. Gimiendo, exasperada, agarré su pelo en mis manos, me incliné y le pregunté con dureza: —¿Me entiendes?
Sus ojos azules se abrieron un poco ante mi movimiento agresivo y, con un movimiento suave de su cabeza, seguido de una sonrisa divertida, susurró—: Te entiendo.
Claro que lo hacía.
Brittany Pierce, cediendo y renunciando al control, dándome lo que necesitaba, lo que yo anhelaba. La deseaba tan condenadamente mucho que era doloroso.
Sintiendo una explosión extraña de algo en mi pecho, la besé en la cabeza y la llevé al centro comercial.
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Capítulo 14
—Dios mío, San, esto es increíble —susurró Brittany mientras observaba mi lugar secreto con la más grande sonrisa en su rostro. Gracias a sus nuevas lentes de contacto, pude ver cuán brillantemente sus ojos centelleaban, y su feliz, y hermoso, rostro me robaba mi aliento.
Tomando su mano, la llevé hasta el arroyo. Este lugar era mi refugio, el único lugar donde nadie me molestaba. Mis padres poseían hectáreas de tierra, pero nunca ponían un pie en la mayor parte de esta. Nunca antes había compartido con nadie este lugar, nunca he tenido la necesidad. Ahora lo hacía, sin embargo.
Brittany tenía que ver este lugar; algo dentro de mí simplemente sabía que le encantaría.
—Está bien, ahora en serio tienes que decirme dónde estamos. Es posiblemente el lugar más bonito en la tierra —dijo mientras nos sentábamos bajo el gran roble al lado del agua.
Aquí vamos. Con un profundo suspiro, le dije: —Es el arroyo en la parte trasera de la casa de mis padres.
Sus cejas se fruncieron. —¿La casa de tus padres? —Observé a su garganta tragar grande y la aprensión cubrió sus rasgos.
Estirando el cuello, ella revisó en todas direcciones, todos los campos aparentemente interminables. —¿Ellos son dueños de todo esto? —Su voz se había debilitado, y pude ver que la comprensión de la riqueza de mi familia estaba pesando.
Orando porque no dejara que esta revelación cambiara nada, me recosté, admitiendo de mala gana. —Es una plantación, Britt.
Sus enormes ojos eran casi cómicos. —¿Plantación? ¿Tus padres son dueños de toda una plantación?
Mis padres ni siquiera le daban un maldito uso correcto, como una granja, ellos sólo querían la maldita fortuna más grande en Lima. Exhibicionismo total.
Al mirar de nuevo hacia Britt, pude ver que su mirada era nerviosa mientras comprobaba el entorno.
Riendo ligeramente, le aseguré—: Relájate, no van a saber siquiera que estamos aquí. Yo vengo aquí siempre. Es el lugar donde me alejo de todo.
Ella inclinó la cabeza, mirándome con una mirada incrédula.
—¿Qué?
—Esto. Tú. Una plantación. Somos de mundos completamente diferentes. — Captando el parpadeo de duda en sus ojos, agarré su mano, besándola, dije—: Esto no soy yo, créeme. Si sólo supieras... todo esto pertenece a mis padres, no a mí. Yo sólo soy la misma yo y tú eres solo tú, Santana y Brittany.
La sonrisa tirando de esos condenados labios casi me tuvo tumbándola al piso.
—Ven aquí. —Exigí, tirando de ella para tumbarla en la hierba junto a mí. Una risita se le escapó de su boca mientras yo lo hacía. No podía apartar mis ojos de su cara.
Cielos, ella era increíble.
Sin pensarlo bien, espeté—: No puedo creer lo hermosa que te ves con esas lentillas. Tus ojos son del color azul más intenso que haya visto... Estoy tratando con todas mis fuerzas de abstenerme de tocarte de la forma que quiero.
Ese maldito dedo pulgar de ella fue a su boca y gemí bajo en mi garganta, mi sangre latina entró en acción. Estábamos solas; yo la quería, la necesidad de tomarla como quería, bajo mis términos, comenzaron a tomar fuerza. Ella había estado con una persona en su vida y, por su propia admisión, no le gustó. Y mi estilo, cuando se trataba de sexo, bueno, no era exactamente gestos románticos y caricias amorosas. Estaba apenada de que al mostrarle esa parte de mí pudiera estropear todo.
Y entonces cinco palabras de su boca me sobresaltaron. —Puedes tocarme si quieres.
Tomando una respiración, como si acabara de recibir un golpe en mi plexo solar, le advertí—: No juegues con fuego, Pierce. Es demasiado para que una bonita niña inglesa le haga frente.
Una sonrisa tímida se extendió por sus labios. ¡Cristo! Yo me estaba sosteniendo por un condenado hilo delgado, y por el aspecto de las cosas, ella lo sabía. —¿Qué puedo decir...? —respondió en broma—. Soy una persona a la que le gusta el riesgo.
—Britt.... —le advertí de nuevo a través de los dientes dolorosamente apretados. Con los ojos entornados con la lujuria, mi chica se apoyó sobre sus manos y rodillas y comenzó a arrastrarse hacia mí, la friki desapareció y una muy sexy gatita tomó su lugar.
Ella tenía una última oportunidad para alejarse antes de que yo realmente la dejara conseguirlo. —Britt... —le advertí por última vez, pero ella no se detuvo, y cuando se arrodilló ante mí, el olor de fresas me hizo perder toda cordura. Agarré su muslo desnudo, nunca rompiendo el contacto visual, y deslicé mi mano más arriba por la piel, justo hasta que mis dedos corrieron por la línea de sus bragas.
El cálido aliento de Brittany jadeaba rápidamente a través de los labios fruncidos y, inclinándose, los rozó contra mi boca. Era demasiado suave, demasiado poco contacto, pero la dejé marcar el ritmo.
Ella todavía era bastante inexperta y yo no quería ponerme demasiado fuerte. Pero cuando su mano se movió por mi estómago, se metió en mis vaqueros, y casi rozó mi centro, Cielos lo perdí, el tiempo para los buenos modales y la paciencia se había ido de largo. Iba a hacerla venirse, ver su protección caer, y disfrutar de cada segundo.
Agarrando la carne de sus muslos, la extendí a través de mi entrepierna, sus pechos presionadas justo contra mi cuerpo, mi mano envuelta firmemente alrededor de la parte posterior de su cuello. Mi boca se aplastó con furia contra la suya y, tomando ventaja de su posición, apreté mi mano traviesa que vagaba acariciándola justo entre sus piernas, dejando que mi deseo anulara cualquier otra cosa.
Masajeando la carne suave de su pecho en mi mano, me presioné más contra su boca, luego moví mi mano a su vulva, y oyendo su gemido cargado de desesperación por mi toque, me volvió loca. Ella estaba más que gustándole lo que yo le estaba dando, como se lo estaba dando... haciéndolo de la manera en que yo necesitaba que fuera.
—Santana... —gimió de frustrada excitación, esos ojos recién expuestos rodando mientras yo jugueteaba con mi dedo contra su clítoris cubierto de algodón.
—Britt... yo... yo... —Quería decirle como me estaba sintiendo, pero estaba luchando contra un bloqueo con cicatrices de toda la vida en mi garganta.
—Por favor... —gimió otra vez, apretándose con fuerza contra mi mano.
—Britt... Dios... me estás volviendo loca... —siseé, mordiendo su hombro desnudo, tratando de calmarme.
—¡San... ahora! —Exigió ella, lo cual simplemente molestó de lleno a mi vieja yo.
Tomándola por sorpresa, aparté sus bragas a un lado y llevé su boca a la mía, callándola de una vez, y empalé su estrecho agujero con mi dedo. La trabajé atrás y adelante, sintiendo el calor construirse y la estrechez de sus paredes internas apretarse.
Me separé de ella, y me miró, no podía apartar esos ojos de mí.
—No vuelvas a decirme qué hacer. —le dije con firmeza. Doblando mis dedos sólo lo justo, rocé la yema de mi dedo medio a través de ese suave lugar que sabía la haría gritar, embromándola, haciéndola desear más—. ¿Me oyes? —grité de nuevo, la necesidad de controlar a mi chica estaba haciéndose cargo de cada célula de mi cuerpo. En este punto, yo había ido demasiado lejos para ocultar a la verdadera yo.
—Sí. Sí —gimió ella, empujándose con más fuerza sobre mi dedo.
Ella era perfecta, un ajuste natural, abiertamente receptiva a mi aspereza. Yo nunca me había permitido ser así con ninguna de mis folladas al azar, nunca estuve lo suficientemente sobria como para que me importara lo suficiente para intentarlo. Pero aquí, en este momento, lo era todo, completa y total exposición de quién era yo.
Mi atención se fijó en cada suspiro de Brittany, cada contracción de su centro caliente, y el rubor cubriendo cada centímetro de su desnuda y bronceada piel. Entonces esos ojos se abrieron y, lamiendo y mordiendo su labio inferior, su mano se deslizó hacia mis vaqueros. Mi corazón latía aceleradamente ante la expectativa de sus caricias—: Britt, no, tú no… —Mis palabras se atoraron en mi garganta cuando su suave mano se vagó alrededor de mis piernas y suavemente comenzó a acariciarlas de arriba abajo.
Se sentía demasiado bien para que se detuviera.
—Déjame cuidar de ti. Déjame darte lo que necesitas. Por favor... —suplicó ella, aun rodando sus caderas contra mi mano.
Al encontrar sus ojos, estuve perdida, cegada por ella. No había sonidos, aparte de nuestros desordenados jadeos y gemidos entre los kilómetros de tierras rurales de cultivo, y nada más se registraba salvo el placer insano que estábamos dándonos la una a la otra. En realidad, eso era una mentira. Yo estaba sintiendo una tonelada, probablemente demasiado para ser revelado a mi chica justo ahora. Nunca había sentido nada así de verdadero antes, y yo necesitaba tiempo para digerirlo yo misma.
—Ah, San... yo... —Brittany me acariciaba ardientemente más rápido, mientras yo me centraba en su punto G con mis dedos y su clítoris, al mismo tiempo.
Ella estaba ardiendo. Por sus pezones duros como piedras, cara enrojecida y los ojos pesados, sabía que estaba a punto de venirse, con fuerza. —Déjate ir, Britt... maldita sea déjate ir —le di instrucciones, y ella gritó en voz alta. Quería devorar sus gritos, así que aplasté sus labios con los míos, su implacable mano sobre mis piernas mientras ella me hacia delirar.
A la vista de ella dejándose ir, mi cuerpo se estremeció y me recorrió una deliciosa corriente de energía, rodé mis caderas hacia un lado, gimiendo mientras trataba de tranquilizarme. Ella lentamente movió su mano, pero yo no retiré mi dedo de su interior, no estaba lista. No quería que este sentimiento adictivo terminara.
La realidad de lo que acababa de pasar entre nosotras penetró en nuestras conciencias. Britt se inclinó hacia delante, besé y mordisquee su piel húmeda. Mi dedo acarició suavemente contra su clítoris, su respiración enganchándose cuando todo se volvió demasiado, demasiado sensible.
Echándose hacia atrás desde la seguridad de mi abrazo, ella sonrió tímidamente.
Maldición, ella era hermosa.
—Hola, Britt —susurré, mi mano barriendo un pedazo suelto de cabello delante de su rostro.
—Hola, tú —murmuró ella en respuesta, pero no estaba revelando nada. De hecho, ella estaba siendo demasiado tímida. Al instante empecé a sentir pánico de que yo hubiera sido demasiado ruda, demasiado agresiva para ella.
Cielos, ¿estaba herida?
—¿Estás bien? —Le pregunté secamente, cada fibra de músculo se tensó por su respuesta.
Sus ojos color azul se centraron en el suelo y la vergüenza se apoderó de mí, yo conocía la forma en que yo era, sin tabúes, estaba bastante confundida, probablemente demasiado para que alguien como Brittany entendiera.
Pero entonces ella habló, casi tirándome al suelo en estado de conmoción. —Más que bien.
—Mírame —le solté de inmediato.
Y Cielos, ella lo hizo... Ahora mismo.
Buscando sus ojos, le pregunté: —¿Te gustó eso? ¿Te gustó como te hablé, como te ordené?
Ella encontró mi intensa mirada, pero no dijo ni una maldita palabra. Moviéndome nerviosa, demandé de nuevo. —Britt, te gustó... ¿no?
Rayos. La idea de perderla me aplastaba, mi voz atrapada por la emoción.
Pasando un dedo por mi cara, su expresión llenándose con afecto, susurró—: Sí, Santana. Yo… yo no sabía que me gustaría... así... pero... creo que ambas sabemos que sí.
Los músculos se estiraron, los labios se extendieron, y supe que estaba sonriendo, infiernos, no sonriendo, radiante. Necesitando otra oportunidad para tocarla, agarré sus manos, meneando mis cejas, y pasándolas por mis costillas. Una sonrisa cuestionadora tiró de sus labios.
—¿Están todas ahí? —Le pregunté, amando sentir esta libertad, lo suficientemente ligera para bromear, viendo sus labios fruncirse con la confusión, sin seguir lo que quería decir.
—¿Qué?
—Mis costillas. ¿Falta una?
Inclinándose hacia adelante y sosteniendo mi cintura, ella murmuró con diversión—: Bien, creo que has perdido un tornillo. ¿Crees que perdiste una costilla?
—Sólo pensaba que Dios tomó una de las mías cuando te hizo. —Sabía que sonaba poco convincente, pero Cielos, apestaba en el romance, y una chica como mi Britt, bueno, ella debería tener lo mejor para decirle, las palabras más románticas escritas para ella. Yo no tengo eso en mí, no podría darle lo que se merecía... pero era lo suficientemente afortunada de que ella me quisiera a pesar de todo, y por último, todos esos malditos años en la escuela dominical se volvieron útiles. Infiernos, de la forma en que me estaba sintiendo en este momento, me pararía en el mismo centro del Bryant-Denny y recitaría poesía si esto la hacía sonreír.
—San, a veces eres muy dulce, ¿lo sabías?
¿Dulce? Bien, tomaría eso. —Sólo para ti.
Brittany tomó mi mano entre las suyas y, presionando besos perezosos en mi palma, se perdió en sus pensamientos. Con sus ojos vidriosos por la preocupación, lamió a lo largo de su labio inferior.
Algo estaba definitivamente molestándola.
—¿Qué estás pensando?
—¿Cuando dices que te gusta mandar, ¿hasta qué punto tienes la necesidad de dominar? —espetó ella, con su rostro coloreándose de rojo, ya sea con los nervios o la vergüenza. No estaba segura.
No pude evitarlo, pero me eché a reír. ¡Cielos! ¿Ella pensaba que yo quería atarla a una cama y azotarla? Mmm... Podía ver cómo sería de tentador, pero no era exactamente lo mío.
Enfrentando a Brittany, una vez más, con su atormentadora uña del pulgar de nuevo en su boca, le aseguré—: No soy una sádica, así que puedes quitar esa expresión de tu bonita cara. A mí me gusta tener el control... no sé... soy así. Hay algunas cosas bastantes problemáticas en mi vida sobre las que no puedo tener el poder, así que lo necesito con las cosas que se me dan bien. Simplemente tener la seguridad de que estoy a cargo. Soy una buena deportista destacada en el tenis porque me gusta liderar, dirigir el espectáculo. Es lo mismo con el sexo.
Inclinando mi barbilla, la insté a responder.
Tragando duro, ella susurró: —Me gustó como tomaste el control. Estoy tan acostumbrada a tener que ser independiente y autosuficiente, siempre tomar las decisiones, y lo odio. Eso se sintió... liberador entregarme a ti, entregar las riendas.
Envolviéndola en mis brazos, tiré de ella directamente sobre mi pecho, mi posesiva desesperación por ella más fuerte que nunca. —Ahora eres mía, Britt. Ya lo sabes, ¿verdad? Nunca he tenido a nadie respondiendo a mí como tu pareces hacerlo, cada movimiento, beso, caricia, y la entrega total de ti misma. —Trabajé un dedo de nuevo, todavía dentro de ella. Necesitaba verla llegar de nuevo. Pero esta vez ella se estaría viniendo como mía, la revelación completa… la poseía ahora y ella, a su vez, a mí.
—Sí, soy tuya —jadeó, sus caderas golpeando hacia abajo, luego rodando hacia atrás y adelante.
Después de unos minutos de silencio, su respiración se niveló y sonreí, dándome cuenta de que se había quedado dormida en mis brazos. Mirando el arroyo azul, algo sucedió. Con Brittany envuelta en mi abrazo protector, aceptándome en todos los niveles, mis problemas, mi necesidad de control, mis prioridades cambiaron. Todo cambió para mí en ese segundo, y mi chica estaba ahora justo sobre mí.
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Adelantos caps. 15, 16 & 17
—Cuando tenía diecisiete años, pasé mis exámenes pasé mis exámenes antes, fui a la universidad un año más joven, —salí de mis propios pensamientos y escuché con atención una vez más—, y me ofrecieron un lugar avanzado en Oxford. Me gradué y vine aquí. Me iré a vivir a otro lugar para mi doctorado.
Eso me estancó... asustándome también. Ella nunca había estado en un lugar demasiado tiempo.
—¿Así que huyes?
Rompiendo la tranquilidad en la que habíamos estado sentadas, Brittany agarró mis brazos, tratando de soltar mis manos alrededor de su cintura. No había una maldita oportunidad que la soltara.
+++++
—Shel, no puedo. Las cosas para mí, ahora son diferente.
Entrecerró sus ojos. —Es por causa de ella, ¿no es así?
—¿Quién? —respondí, fingiendo confusión.
—¡Brittany! —Pude ver la incredulidad en su rostro y espetó—: San, da igual. Cuanto más rápido superes tu pequeña obsesión con ese espectáculo horroroso de cerebrito, mejor estaremos todos. Todos vemos cómo la miras. Si me lo preguntas, es muy raro. La gente ha estado hablando, y para que lo sepas, voy a decírselo a tus padres, y ambas sabemos que no van a estar felices.
¡Cielos! No quería que Britt tuviera que lidiar con mis padres, pero Shelly estaba jugando a ser muy dura, y amenazando con decirles a mis padres, acababa de empezar un peligroso juego. Sin embargo, una cosa me hizo sentir mejor, y era la información de que al parecer todo el mundo ya vio mi interés en Britt, sabían que andaba alrededor de la chica. Perfecto. Entonces, ya no necesito mantenerlo en secreto.
+++++
―Brittany... ―Beso―.Nena... ―Beso―.Pierce... ―Beso.
Bajé de la cama, presionando suaves besos a lo largo del cuello de Brittany, su clavícula, y de vuelta a su boca haciendo pucheros.
Gimiendo, levantó su mano y me empujó, llevando las mantas de nuevo sobre su cuerpo, ella no era buena con las madrugadas. Abriendo un ojo, me vio, todavía cerniéndome por encima de ella, y hundió su cabeza en la almohada.
No pude dejar de reír, y arranqué la colcha hacia abajo. ―Nena, me voy. Tengo entrenamiento hasta tarde.
Rodando la cabeza y suspirando derrotada, me miró, preguntando―: ¿Estarás fuera todo el día? ―Mientras se limpiaba el sueño de los ojos.
―Sí, te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
cuando estan juntas son tan lindas, y me encanta que san sea tan mandona!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
holap,...
san y su instinto dominante jjajaj
me gusta como cuida de britt,... si que la cambio jajaj
nos vemos!!!
san y su instinto dominante jjajaj
me gusta como cuida de britt,... si que la cambio jajaj
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Me gusta que Santana sea mandona son una linda pareja las dos... Saludos
Lucy LP**** - Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
micky morales escribió:cuando estan juntas son tan lindas, y me encanta que san sea tan mandona!!!!!
tienes mucha razon.......ojala hubieramos visto algo de esto en la serie, pero no (asi que tenemos que dar rienda suelta a nuestra imaginacion)
3:) escribió:holap,...
san y su instinto dominante jjajaj
me gusta como cuida de britt,... si que la cambio jajaj
nos vemos!!!
awwww ......las cosas que hace el amor
Lucy LP escribió:Me gusta que Santana sea mandona son una linda pareja las dos... Saludos
a ti las gracias por apoyar esta historia
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….espero les agraden los capítulos de hoy……mil disculpas por no actualizar ayer (me siento muy apenada)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=ZGoWtY_h4xo
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Home” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Alabama, Tusscalosa fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Inglaterra y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + prólogo + 27 capítulos + epílogo + capítulo extra (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de vista de Santana, en el caso de esta adaptación) / (este primer libro es absolutamente desde el punto de vista de Brittany; el segundo libro se compone de: sinopsis + prólogo + 37 capítulos + epílogo + capítulo extra (este segundo libro es narrado desde la perspectiva de Santana rememorando varios capítulos descritos en el primer libro, a la par que se agregan otros más)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 15
Vimos la puesta de sol, juntas.
Así es, yo, Santana “Snix” López, despertando a una chica que dormitaba en mis brazos para ver una maldita puesta de sol... y era increíble. Nunca había conocido tanta paz antes. Nunca había conocido tanta felicidad. Siempre había conocido una vida dura con mis padres, pero hasta que Brittany llegó a mi vida, nunca me detuve a pensar acerca de qué tan complicado que era todo.
Qué tan acomplejada yo estaba.
Mi chica estaba apretada entre mis brazos, y yo quería saber más sobre ella, sobre su familia, quería saber más que nadie. Cielos. Por lo que pude ver, ella lo había tenido muy complicado en sus veinte años. Donde yo quería que mis padres desaparecieran, Brittany daría cualquier cosa por tener los suyos de vuelta. Ella nunca me dijo cómo murió su padre, así que realmente sin pensarlo bien, le pregunté, y Cielos, pero no me esperaba la respuesta que ella dijo.
—...Lo recuerdo como si fuera ayer. Llegué a casa de la escuela y mi abuela estaba molesta y me senté en la sala principal. Ella me dijo que a mi papá se lo habían llevado al cielo. —Ella se echó a reír, pero no era divertida. Podía sentir su tensión y sabía que venía de un lugar de dolor real—.En ese momento pensé que me habían castigado por ser un niña mala. Pronto quedó claro que no había muerto de una enfermedad o porque Dios me estaba castigando, sino que se levantó como de costumbre, me vio, su niñita, entrando por la puerta de la escuela, se metió en la baño, y se cortó las muñecas con una hoja de afeitar.
Cielos. No esperaba eso. ¿Qué demonios le dices a una persona cuyo padre se había suicidado, de tal manera?
—Ohhh nena. No creí que... lo siento mucho.
Prosiguió diciéndome cómo luchaba a diario con su elección, por qué lo hizo. Me habló de cómo ella hizo frente cuando su abuela murió, y maldita sea si no tuve que luchar con un nudo en la garganta al pensar en mi chica sola, cuidando a su abuela, y luego la única persona que amaba muriendo en sus brazos. No podía dejar de imaginar los minutos que siguieron a la muerte de su abuela, como se habría estado sintiendo, la tranquilidad, el golpe de comprensión de que estaba sola en el mundo.
Brittany tenía catorce años cuando perdió a su último pariente, catorce estúpidos años. Sabía que estaba abrazándola con demasiada fuerza, pero mirándome con esos ojos azules, ella sólo sonrió y puso un beso en mi boca. Ella era tan condenadamente fuerte.
Mientras hablaba de sus temporadas en hogares de acogida, me sentí momentáneamente enojada con su padre. Sí, es un error pensar mal de los muertos, pero durante tres años ella había sido obligada a soportar la soledad en la casa de un desconocido y tuvo que lanzarse a la única cosa que ella amaba, estudiar, para poder sobrevivir. Pero, diablos, no la conocía, no sabía de su situación, así que sentí que no debería juzgar. Daba miedo, sin embargo, lo mucho que su vida en esos años era como un reflejo de la mía —siempre sola, lanzándonos a nuestras pasiones como distracción—, y utilizarlo como un salvavidas para salir del desastre, aunque fuese temporalmente.
—Cuando tenía diecisiete años, pasé mis exámenes pasé mis exámenes antes, fui a la universidad un año más joven, —salí de mis propios pensamientos y escuché con atención una vez más—, y me ofrecieron un lugar avanzado en Oxford. Me gradué y vine aquí. Me iré a vivir a otro lugar para mi doctorado.
Eso me estancó... asustándome también. Ella nunca había estado en un lugar demasiado tiempo.
—¿Así que huyes?
Rompiendo la tranquilidad en la que habíamos estado sentadas, Brittany agarró mis brazos, tratando de soltar mis manos alrededor de su cintura. No había una maldita oportunidad que la soltara.
—No luches. Responde a la pregunta. —Me mordí con más fuerza.
—¡No tienes idea de lo que ha sido mi vida! ¡No tienes derecho a juzgarme! —gritó.
—No te estoy juzgando. Pero huyes de tus problemas, ¿no?
—¿Y qué? No tengo un hogar, ni familia. ¿Por qué no?
—Eso puede haber sido cierto antes, pero ahora tienes personas que se preocupan por ti, realmente se preocupan por ti. No dejaré que te escapes de mí.
Necesitaba que ella creyera en esas palabras, que creyera en mí. Ahora que la tenía, no había manera en el infierno que la dejara ir y huir de mí cuando los tiempos se pusieran difíciles era inaceptable.
No era ingenua. Sabía que estar con Brittany iba a causar una gran carga de problemas con mis padres. Bueno, eso es si alguna vez se enteraban, cosa que iba a evitar a toda costa.
Aun tratando de alejarse, puse mi boca en su oído. —No voy a permitir que me dejes.— Toda la lucha desapareció de su pequeño cuerpo. Era la primera vez que había visto a su pesada guardia emocional agrietarse.
Brittany se rompió. Las compuertas se abrieron y ella lloraba y lloraba, incapaz de detenerse durante varios minutos. La abracé hasta que sus sollozos cesaron. Podría haber sido minutos, horas, días, y cuando los únicos sonidos fueron unos suspiros entrecortados o un extraño sollozo, le pregunté: —¿Por qué huiste de Oxford hasta aquí?
Su cabeza se recostó de nuevo en mi pecho y deposité un beso tras beso en su frente.
—Sam quería más de mí. Él se quedó para hacer su doctorado y quiso dar un paso más. No lo hice, no sabía nada de mí. Nunca se lo dije.
—Después de que nos acostamos, yo sabía que no podía hacerlo más. Pensé tener intimidad con él me ayudaría a acercarme más, que derribaría mis muros. Pero todo lo que sentí fue una estrangulada decepción. Pensé que era incapaz de estar siempre cerca de otra persona de nuevo. Al final, me asusté. Hui. Sencillo. Se despertó y me había ido. No he hablado con él desde entonces.
Saber que un estúpido chico tuvo a mi rubia desnuda, atrapada bajo él, venirse en su interior, hacía a la ira palpitar en mis venas. No podía hablar. Era como si estuviera poseída, y por un momento, la gravedad de esa posesión me asustó. La niña era hechizante.
Por la inquietud del cuerpo de Brittany, sabía que quería que dijera algo, pero no podía, no podía hacer frente a la idea de ella con otra persona. Finalmente, ella se sentó, aceptando mi incapacidad para hablar, y con un suspiro tranquilizador, confesó—: Eso fue hasta que te conocí. Estoy cerca de ti. Te dejé entrar. Tal vez no estoy tan dañada como yo pensaba.
Jesús. Esas palabras me hicieron algo en el interior, como si un rayo de luz se elevara a través de mi cuerpo. Era cerca de mí, ella me dejó entrar. Yo era alguien que no la merecía, era completamente inútil, por lo que me han dicho toda mi vida, pero eso sólo hizo lo que dijo que mucho más especial. Para ella, yo era digna.
Sintiéndome en la cima del mundo, le dije suavemente—: Tú no eres la única que se siente enloquecer cuando los tiempos se ponen difíciles, nena, pero a partir de ahora, no voy a dejar que huyas de cualquier lugar si no voy corriendo a tu lado.
Pero entonces ella preguntó por mí, mi familia, y una sacudida de pánico estalló en mí. ¿Cómo iba a decirle mi problema? Estaba más allá de lo complicado, y no podía hacerlo.
—Tenemos que irnos —Pedí abruptamente cuando sentí crecer frío y estremecerse con la brisa de la tarde.
Tensándose, protestó—: Yo no quiero irme todavía. Quiero saber de ti.
Pero yo no quería que ella supiera, no quería mancharla con mis enredos problemáticos. Brittany era ahora una parte de mi vida, además de tenis, de las que mis padres no tenían control, y que me condenen si la infectaba con ese veneno.
Había acabado con cualquier conversación sobre mi pasado, mis padres. Así que tirando de ella fuera de la hierba, esquivé sus preguntas y la conduje en silencio a la camioneta.
Mientras conducía, mi mente trabajaba en horas extras. Traté de encontrar una razón por la que Brittany querría estar conmigo, con los recuerdos de mis padres diciéndome que nadie me amaría. Ella no daba importancia a mi dinero, no tenía ni idea de tenis, e incluso así cuando me había visto jugar, no parecía preocupada por toda la publicidad. No daba nada acerca de su posición social, no se preocupaba por su popularidad; ella tenía su propia mente, sus propias metas, ninguna de las cuales se verán favorecidos por mí. Sólo me llevó a una conclusión, pero es que no me atrevía a creerlo.
—¿Estás bien? Pareces a millas de distancia —preguntó Brittany, tomando mi mano, mirándome con esa hermosa, cara.
—Sí.
—¿Estás segura? No lo pareces. —Volví mi cabeza para mirarla a sus ojos preocupados, no podía pronunciar las palabras. ¿Por qué me quieres? No soy lo suficientemente buena para ti. Debes irte antes de que sea demasiado tarde.
—San, ¿qué es? —Preguntó ella, esta vez con más insistencia.
Me aclaré la garganta y murmuré, avergonzada—: No sabía antes de esta noche lo que se siente ser querida... sólo por mí. —Vi la tristeza arrastrándose en su rostro, pero necesitaba saber algo por mi salud mental, por lo que pregunte—. ¿Por qué me quieres, Britt? Estoy tratando de averiguarlo.
—Simplemente te quiero —dijo ella, cada vez más cerca y presionándose en mi costado, besando mi hombro desnudo.
—Eso es lo que no entiendo. ¿Por qué me quieres sin motivo? Nunca nadie lo ha hecho antes. Estoy molesta las veinticuatro horas de día, los siete días de la semana. Soy posesiva y no soy buena con los compromisos, ¿dónde está el atractivo?
—Entonces soy la primera, porque te quiero sin nada a cambio. ¿Por qué un ser humano quiere a otro? Mi cuerpo te reconoce como algo que es bueno para mí. Mi mente te reconoce como la persona correcta para mí, y mi alma te reconoce como alguien que está destinada para mí.
La sinceridad llenaba cada palabra que decía.
Me relajé, avergonzada por el hecho de que, por primera vez en toda mi vida, me querían... sólo por mí. Saboreando la satisfacción que se estaba acomodando en mi sangre, le susurre—: Estamos profundamente acomplejadas, ¿no es así, Pierce?
—Creo que eso es un eufemismo —dijo Brittany con esa enorme sonrisa impresionante suya. Cuando miré hacia abajo a su cara feliz, yo no pensaba más que en estacionar y hacerle el amor hasta la próxima semana. No pensaba en como sabría retorciéndose en mi lengua. Sólo la quería junto a mí, así, queriéndome. Así que, inclinando mi cabeza, ordene—: Ven aquí. —Y lo hizo, sin hacer preguntas, entendiéndome como nadie antes.
Después de dejar fuera a Britt en su puerta, me dirigí a mi casa de la fraternidad, estacioné, y me dirigí a la entrada principal. Pasé la sala de televisión, y varios de los chicos y chicas, incluyendo Noah, Ryder y Quinn, levantaron la vista cuando entré. Ya sentía raro, no estar con Britt y estar de vuelta con los chicos... Se sentía un poco mal, cada célula de mi cuerpo instándome a ir con ella de nuevo.
Yendo a la cocina, necesitando una distracción, abrí la nevera y cogí un jugo.
Cuando cerré la puerta, Noah estaba apoyado contra la isla, mirándome.
—Hola —saludé.
—¿Dónde demonios has estado? Te saltaste los ejercicios de entrenamiento esta noche. ¡Tuve que tener a Ryder apoyándome y ese chico es un insoportable! —Parecía un poco enojado.
Apoyándome en el mostrador, me encogí de hombros. —Solo salí.
Sus cejas se levantaron—: Has estado con esa chica británica, Brittany, ¿no es así?
Me tensé. Noah lo captó y sonrió. —Escuché que causaste una escena en la cafetería, interrumpiendo a Shelly, y luego arrastrando a la chica y alejándote con ella en tu camioneta. Los chicos y chicas no saben qué demonios hacer con todo. Tú, actuando toda loca con esa chica.
Me ocupé con desgarrar la etiqueta de la botella de jugo, sin decir absolutamente nada en respuesta.
—San —dijo Noah y me levantó la mirada para verlo, con los brazos extendidos, esperando una respuesta. Maldita sea. Brittany no quería que dijera a nadie sobre nosotras como pareja, infiernos, pero no iba a romper esa promesa, por lo que tomé mi botella y salí de la habitación sin decir palabra.
Subí las escaleras a mi habitación, cerré la puerta y me senté en el final de mi cama sin hacer nada, bebiendo mi jugo y pensando en mi chica. Mi ansiedad por ella cada vez se hacía más difícil de soportar.
Pensando en ella, deslicé mi mano en mi cuerpo y comencé a acariciarme. Pero no se sentía lo mismo, así que insistí, pero solo Britt podía provocar que perdiera el control con solo una mirada o caricia suya.
Nada. Nada parecía a lo que Britt me hizo sentir esta noche, y yo estaba desesperada por tenerla cerca otra vez.
Quitando mi mano de mi cuerpo y gimiendo de frustración, me recosté en mi cama y cerré los ojos. Me preguntaba lo que estaría haciendo en este momento. ¿Estaría pensando en mí también? ¿En esta noche? ¿Estaría excitada como yo, tratando de sentir ese placer otra vez?
Ese pensamiento me hizo levantarme de golpe.
Al diablo con todo. No iba a estar aquí sentada toda la noche, obsesionada con tocarla, cuando estaba al otro lado de la calle. Intensa o no, iba a dormir junto a ella a partir de ahora.
Recogiendo mis llaves y la cartera de la mesa, corrí por las escaleras, casi sacando Noah en el pasillo cuando pasé.
Él me miró sorprendido, y luego cruzó los brazos, sonriendo. —Déjame adivinar.
¿Vas a salir?
Resoplando una risa, le di una palmada en el hombro. —Ya sabes. —Echó su cabeza hacia atrás, riendo también, y continuó subiendo las escaleras.
A los pocos minutos había llegado casa de hermandad de Britt y, cogiendo un puñado de piedras del césped en el patio trasero, comencé arrojándolas contra sus puertas del balcón. Segundos más tarde, sus puertas se abrieron de golpe y miró hacia abajo, sonriendo, y no pude evitar sonreír de regreso. Rápidamente me subí al enrejado, y al verla de pie delante de mí en su balcón con sólo un pequeño camisón púrpura, sus pechos y sus diminutas bragas prácticamente se podían ver a través de la semi-pura tela, sabía que había tomado la decisión correcta al aparecer.
Agarrando su cintura, la llevé directamente a mis brazos. —Volví a la casa de la fraternidad y de inmediato me pregunté qué estabas haciendo. Decidí dejar de preguntarme y sólo venir a averiguar.
Metiendo sus brazos alrededor de mi espalda, inclinando su barbilla para que pudiera verla, ella bromeó—: Lo único que quieres es quedarte otra vez, ¿no? ¿Planeas hacer de esto una cosa normal?
—Oh, puedes contar con eso, cariño. Después de hoy, tengo derechos a ciertos privilegios.
Cielos. Esto se sentía bien, tan bien.
—¿En serio? ¿Y cuáles son? —Preguntó ella arqueando su ceja.
—Ya lo sabrás a su debido tiempo, Pierce. Ahora propongo que tu bonito trasero, se meta en la cama y en mis brazos.
Y demonios, ella hizo lo que le instruí, pero miró hacia atrás mientras se arrastraba en su colchón sobre sus manos y rodillas, y me mostró una visión de su cuerpo y trasero con curvas. —¡No recuerdo a Romeo siendo tan insistente con Julieta!
Mis ganas por tocarla indecentemente mostró su reconocimiento de su posición, y tuve que contenerme de atacarla por la espalda. —Y mira cómo eso funcionó para ellos. Mi sistema es mejor, menos muerte, más orgasmos.
Ella se echó a reír y me señaló con el camino y las instrucciones: —Tú. Cama. Ahora.
Rápidamente me deshice de mi ropa y me dirigí a la cama, acostándome a su lado, mirándola a sus ojos azules en cada parte de mi cuerpo.
Inmediatamente besándola y lamiendo el lado de su cuello, llegué a su alrededor y hundí mis dedos directamente en sus bragas. Dios, estaba tan caliente, húmeda y lista para mí.
Un fuerte gemido sorprendido vino directamente de su boca, haciéndome deslizar mis dedos en su calidez, murmurando—: Ahora sobre esos privilegios...
La espalda de Britt se arqueó y ella llevó su brazo hacia arriba y lo envolvió alrededor de mi cuello, meciéndose contra mi mano.
Nunca saldría de esta cama otra vez...
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 16
A la mañana siguiente, el entrenamiento fue el mejor que tuve en esta temporada. Nunca perdí un pase, hice una nueva marca personal en mis rutinas de ejercicio, y cada saque que pasé fue perfecto.
La entrenadora se acercó, sonriendo ampliamente, exclamando—: Cualquier cosa que hicieras para sacarte de tu mala racha Snix, ¡diablos, sigue haciéndolo! ¡Con certeza, conseguiremos otro campeonato nacional si mantienes el entrenamiento de esta manera!
Duchándome rápidamente, sintiéndome muy bien, me vestí y quedé encontrarme con Noah y Ryder para almorzar en unas pocas horas. Mientras salía a través de las puertas del gimnasio para dirigirme a mi clase de económicas, vi a Shelly apoyada contra la verja exterior del estadio, esperando, supuse, por mí.
Deteniéndome en seco en mi camino, incliné mi cabeza hacia atrás, lamentándome. Me preparé para pasar rápidamente por delante de ella, pero entonces vi su cara. Se veía tan miserable que no podía dejar de suavizar una parte. Sabía que la trataba como una tonta la mayor parte del tiempo, pero hubo un tiempo en el que habíamos sido amigas. Crecimos juntas, siendo obligadas a ir juntas a cada maldito baile y fiesta, e incluso me gustó, como una amiga, un tiempo. Pero entonces la presión de nuestros amigos para estar juntas se volvió una locura y nos llevó a distanciarnos. O por lo menos a distanciarme, ella solo se volvió loca con la necesidad de atraparme en sus garras. Quería la vida que esperaba, que pendía de un hilo delante de sus ojos.
Sabía que en los últimos años, verme con diferentes chicas la había matado. Dios, incluso pensar en otra persona aparte de mí, tocando a Britt me tendría escupiendo enojada, así que, por primera vez en mucho tiempo, de verdad me sentí mal por ella. Estaba fallando en su deber, tanto como yo, y aunque Martin Blair no era tan fastidioso como mi papá, no era exactamente fácil de llevar.
De mala gana me acerqué a donde estaba parada, cabizbaja y con sus brazos cruzados y la saludé—: Shel.
Cuando levantó su cabeza, pude ver que había estado llorando.
—Hola Santana —dijo con voz ronca.
—¿Qué está mal?
Mirando fijamente en la distancia, se encogió de hombros.
—Solo quería disculparme por lo de ayer. Odié la forma en que me hablaste en la cafetería. Sé que probablemente me lo merecía, estaba de mal humor, pero... es solo... solo... —Ahuecó sus manos sobre su cara y sus hombros comenzaron a temblar por los sollozos.
Apretando mi mandíbula, miré a nuestro alrededor antes de colocar torpemente una mano sobre su hombro. —Shel, cálmate.
Se movió hacia adelante, presionando su cara contra mi pecho, y me puse rígida antes de acariciar su espalda un par de veces para consolarla. Vi a algunos del equipo caminando pasándonos, lanzándome gestos sugestivos o sonrisas de complicidad. La mayoría del equipo la tendría en un santiamén. Pero nunca lo sentí. Maldita sea, hubiera hecho mi vida un infierno mucho más fácil si lo hiciera.
Dando un paso atrás, Shelly me miró, sonriendo avergonzada. —Lo siento por todo esto.
Sacudiendo mi cabeza desechando su disculpa, respondí—:¿Qué pasa?
—Mi papá y yo tuvimos una pelea... sobre ti.
Pasando mis manos a través de mi cabello, me maldije a mí mismo. —¿Qué pasó?
—Papá dijo que era mi culpa que rechaces el matrimonio, que no me esforcé lo suficiente para ser tu chica. Dijo que solo quiere que tomes su lugar en López Oil para mantenerlo en la familia, y si no lo haces, no será capaz de retirarse como planeaba, y ya tiene un problema cardiaco y dijo que iba a terminar trabajando hasta su muerte.
Demonios. No podía imaginar al señor Blair siendo tan duro, adoraba a Shelly, pero cielos, mira a mis padres. La gente es completamente diferente cuando el mundo no lo ve.
—Shel, lo siento. Si te ayuda, sé cómo te sientes, ¿de acuerdo?
Sorbiendo, me miró y sonrió. —Sí, lo sé.
Pasaron unos momentos incómodos de silencio, entonces, de pronto, se movió, echando sus brazos alrededor de mi cuello y presionando sus labios contra los míos. Solo me tomó un segundo darme cuenta de lo que estaba pasando, y, agarrando sus brazos, los arranqué alejándola de mí, gritando: —Shel, ¿qué rayos?
—Yo solo... solo... ¿Por qué no me deseas? ¡Todo el mundo en esta maldita universidad lo hace, excepto tú! ¡No la gran Santana Marie López! —Me tensé cuando dijo ese nombre. Solo Britt podría salirse con la suya llamándome así.
—Cálmate ahora, estúpida —dije secamente.
Tomando una respiración profunda, pareció soltarse suavemente. —Simplemente no te entiendo. Tienes esta vida perfectamente trazada para ti, más rica que lo que podrías soñar, pero eliges luchar todo el camino, ¿y para qué? Por el tenis, una carrera que va a durar, ¿qué? Quizás diez, quince años, si eres afortunada. Si no consigues cumplir con lo planeado, no entiendo esa vida tampoco, y es todo lo que siempre quise... ¡No sé qué más hacer para hacerte cambiar de opinión!
—Bueno, Shel, lo siento, pero no me voy a casar contigo. Y eso es todo. —Crucé mis brazos sobre mi pecho para mantenerme controlada.
Una expresión fría cruzó su rostro. —San, acéptalo. Este matrimonio tiene que ocurrir. Cuanto más rápido lo aceptes, todo será mejor.
—Todo esto, esta pequeña actuación, todo era falso, ¿no es así? —susurré entre dientes—. ¿No te peleaste con tu papá?
—No, créeme, ocurrió, sigue ocurriendo, ¡y estoy harta de eso! Pensé que si tal vez veías lo que tu terquedad me estaba haciendo, lo reconsiderarías. Sería un pedazo de papel. Ni siquiera tendría que ser un matrimonio real. Solo, por favor, te suplico, ¡cambia de opinión!
—Shel, no puedo. Las cosas para mí, ahora son diferente.
Entrecerró sus ojos. —Es por causa de ella, ¿no es así?
—¿Quién? —respondí, fingiendo confusión.
—¡Brittany! —Pude ver la incredulidad en su rostro y espetó—: San, da igual. Cuanto más rápido superes tu pequeña obsesión con ese espectáculo horroroso de cerebrito, mejor estaremos todos. Todos vemos cómo la miras. Si me lo preguntas, es muy raro. La gente ha estado hablando, y para que lo sepas, voy a decírselo a tus padres, y ambas sabemos que no van a estar felices.
¡Cielos! No quería que Britt tuviera que lidiar con mis padres, pero Shelly estaba jugando a ser muy dura, y amenazando con decirles a mis padres, acababa de empezar un peligroso juego. Sin embargo, una cosa me hizo sentir mejor, y era la información de que al parecer todo el mundo ya vio mi interés en Britt, sabían que andaba alrededor de la chica. Perfecto. Entonces, ya no necesito mantenerlo en secreto.
Inclinándome hacia Shelly, le advertí en voz baja—: Permanece lejos de mí, ¿me oyes? Y si vamos al caso, también de Brittany.
—San, estás eligiendo mal.
—¡Al diablo si lo estoy! Sabes, Shel, no siempre fuiste tan perra. ¿Qué pasó con la chica despreocupadamente feliz que conocí cuando éramos niñas?
Parecía ahogarse con una risa amarga. —Lo mismo que pasó con la niña pequeña que fuiste una vez... ¡la vida! San, ambas somos peones, y ambas tenemos nuestra parte en el juego.
Infiernos, dio en el blanco. Supongo que de alguna manera, éramos iguales, ambas hastiadas. Pero eso no cambiaba nada.
Giré bruscamente tan rápido como me fue posible antes de que las cosas se salieran de control, oyendo el clic de los tacones de Shelly mientras caminaba airadamente. Cuanto más rápido viera a Britt en mis brazos, donde pertenecía, mejor. Mi chica me odiaría por ello, haciéndolo tan público, pero hoy, para el final de las clases, todo el maldito campus sabría que era mía. No más ocultarnos, no más fingir que no nos pertenecemos la una a la otra.
Justo cuando estaba a punto de entrar en mi clase de negocios, un mensaje de texto llegó a mi celular. Me preparé, esperando que sea de mi papá sobre Shelly, quizás sobre Brittany, pero era Marley.
Mar: ¿¿¿Harás un hábito el bajar por los balcones???
Cerré mis ojos, suspiré. Mi prima lo sabía.
Oh, bueno. Una persona menos a quién contárselo...
*****
—¿Quieres ir afuera por comida? Tengo un antojo de comida mexicana —preguntó Ryder, mientras me encontraba con él y Noah fuera del edificio de Económicas para el almuerzo.
—No, vamos a dirigirnos a la cafetería —respondí y empecé a caminar, deslizándome sobre mi sombra.
—¿Por qué comemos allí de nuevo? —se quejó. Noah hizo rodar sus ojos hacia Ryder y su actitud molesta antes de darle una palmada sobre su cabeza.
—Hay algo que necesito hacer —contesté.
—¿En la cafetería? —preguntó Ryder una vez más, con el ceño fruncido mientras frotaba su cabeza.
—¡Sí! O en el patio. ¡Deja de quejarte y vamos!
Noah se paró a mi lado, dejando a Ryder arrastrarse detrás de nosotros, enfurruñado como un niño pequeño y silencioso. —¿Qué rayos estás haciendo? San, conozco esa mirada en tu cara. Estás pensando en algo.
—Sí. Algo que debería haber hecho hace mucho tiempo. —Noah me miró con curiosidad, pero permaneció en silencio mientras seguía caminando a mi lado.
Caminamos a grandes zancadas a través del patio, el lugar estaba repleto de gente. La temperatura era aun muy caliente, y todo el mundo se estaba aprovechando de ello antes de que se instale el invierno.
A mitad del camino, vi a Quinn, Rachel, Marley, y Kitty sobre la hierba. Momentáneamente Rachel se apartó de Quinn y entonces fue cuando vi a Brittany, sentada frente a ellas, sonriendo a algo que estaban diciendo. Estaba deslumbrante, y un rayo de felicidad me golpeó mientras la veía muy relajada, pasando el tiempo con sus amigas.
Era vagamente consciente de que la gente nos estaba observando a los tres caminando hacia ella. Siempre miraban boquiabiertos al equipo de tenis, pero no les presté atención, demasiado ocupada mirando a mi chica.
En el momento en que levantó su mirada de sus amigos, nuestras miradas se encontraron. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Sabía que lo que iba a hacer, la avergonzaría hasta la médula. Por un momento me pregunté si era correcto hacerlo, pero me decidí a seguir con el plan... Necesitaba hacerlo.
—¿Qué estás haciendo aquí con nosotras? —preguntó Quinn cuando las alcanzamos.
Nadie esperaba la respuesta que iba a dar, pero, acercándome sobre los ojos de Brittany, podía ver que se dio cuenta de lo que estaba por hacer. —Solo viendo a mi chica.
Brittany abrió su boca en estado de shock. Me senté, estirándola sobre mi regazo, y me moví para darle un beso. Cielos, la poseí con ese beso, mostrándole al mundo que estábamos juntas.
Estirándome hacia atrás, ambas sin aliento, pregunté—: Cariño, ¿cómo estás hoy?
Me preparé a mí misma para que estuviera molesta, pero cuando sonrió y respondió:
—Estoy bien. En realidad, genial. —Sabía que había hecho lo correcto. Estaba feliz de que todos supieran sobre nosotras, y era la maldita mejor sensación del mundo.
—¡Bueno, supongo que eso responde mi pregunta de si le gustas! —dejó salir en voz alta Rachel, pero no podía estar molesta mientras mi chica se relajaba de nuevo en mis brazos.
Encontré mi mirada con la de Marley un segundo, y me hizo un guiño. Sabía que estaría enojada de que no le conté sobre nosotras, pero me di cuenta de que independientemente de eso, se encontraba feliz por mí. Ella amaba cada parte de Britt, rápidamente se volvieron buenas amigas. Era la única chica por la cual Marley no me daría ningún reclamo por estar con ella.
—Ayer en la cafetería, pensé que algo no cuadraba. Todos sabemos que Snix no se relaciona, así que pensé que estaba siendo extrañamente agradable. Pero las lentes de contacto, Britt desapareciendo durante horas... ¡tiene sentido ahora totalmente! — prosiguió Rachel, su voz sonando cada vez más animada con cada palabra que soltaba. Conocía mi reputación, sabía que las amigas de Brittany probablemente se preocuparían de que no fuera a hacer lo correcto por ella. Necesitaba demostrar lo mucho que significaba para mí.
—Esto es diferente. Estamos juntas, una pareja, ¿cierto Pierce? —le dije a Brittany, depositando besos sobre toda su cara.
Sonrojándose y bajando sus largas pestañas, estuvo de acuerdo: —Sí. Estamos juntas.
Presioné un beso en el costado de su cuello, y ella se echó hacia atrás contra mi pecho. Podía ver a los estudiantes alrededor a mirando fijamente, completamente sorprendidos, pero me encantó, me encantó que la gente supiera que realmente teníamos una relación.
Ryder estaba como una estatua viéndonos a mi chica y a mí, el cretino probablemente en duelo por el hecho de que ya no podía tener mis desechos semanales. Junto a él, Noah inclinó la barbilla con conocimiento. Sí, supongo que lo había destapado un poco la otra noche, pero él parecía bien con ello, incluso feliz por mí. Kitty, sin embargo, le espetó a Brittany por no decirle antes, pero lo superó y luego no podía quitar esa maldita sonrisa atolondrada de su cara demasiado blanca.
Mientras charlábamos, vi a varias de mis viejas conquistas con el ceño fruncido y burlándose de Brittany desde lejos, y mi ira estaba construyéndose gradualmente. Pero cuando esa imbécil basquetbolista, Micaela, la tipa que más me odiaba, nos vio, una sonrisa cruel se dibujó en su rostro. Rayos. Ella había estado esperando para desquitarse conmigo durante meses, y le acababa de dar la oportunidad perfecta.
Me prometí que si es ella incluso venía a unos pocos metros de nosotras, le arrancaría el corazón.
Ella y yo íbamos a pelearnos en algún momento; eso era un hecho. Era solo una cuestión de cuándo, y por la forma en que me miraba a mí, a mi chica, parecía que iba a ser hoy.
Micaela se puso de pie, y me tensé, la mirada de Brittany disparándose a la mía al sentir mi malestar. Observé cada movimiento que ella hizo, y mi sangre hirvió cuando la vi girar a propósito por el camino que conducía directamente por nuestro grupo.
Cuando Micaela nos alcanzó, se rió, justo en la cara de Britt, y dijo—: ¡Cielos, Snix, si no lo veo no lo creo!¿Renunciaste a todos los coños del campus por eso? Dime, ¿ella, al menos, te pone a cien con su toque?
¿Eso? ¿Eso? ¿Lo estaba diciendo en serio? ¡Britt estaba convirtiéndose en todo para mí y ella tuvo la audacia de pararse ahí y de destrozarla en pedazos... delante de mí! Dejando que mi enojo afianzarse, cogí a Britt y, moviéndola a un lado, me puse de pie y derribé a la idiota en el suelo, embistiendo mi puño derecho en su cara. Un profundo sentido de satisfacción se extendió por mi pecho mientras veía la sangre estallar de su nariz, pero la imbécil simplemente no sabía cuándo parar.
—Tiempo de la revancha, Snix. Voy a por tu chica, ve cómo te gusta.
Avanzando lentamente, mi brazo presionado contra su cuello, susurré—: Como si tuvieras incluso la oportunidad. Ella nunca te haría caso, ni siquiera le daría a una desgraciada como tú la hora del día.
Sonriendo, con la boca llena de sangre, me susurró de vuelta: —Nunca digas nunca. Vas a arruinarlo, siempre lo haces, y cuando llegue ese momento, seré yo quien la folle con tanta fuerza que se olvidará que incluso exististe.
Vi rojo y golpeé su cara, di rodillazos en sus costillas repetidamente. Haciendo una pausa por un momento, la amenacé: —No te atrevas a hablar así de Britt otra vez. ¿Me entiendes, imbécil?
Pero ella solo sonrió y tosió: —La friki esa, es una mierda para ver, pero claramente folla bien si te ha domado. ¿Lo hace? ¿Folla como una puta con experiencia?
Levanté mi brazo para finalmente noquearla, cuando alguien agarró mi muñeca.
Cuando miré hacia atrás, Brittany estaba detrás de mí, con miedo en sus ojos.
Mi estómago se hundió.
—Santana, no —suplicó.
Una guerra estalló dentro de mí. Micaela tenía que pagar por hablar de mi chica de esa manera, pero la forma en que ella estaba mirándome, como si la estuviera decepcionando, estaba matándome.
Micaela se rió, y mi decisión estaba tomada. —Demonios, retrocede, Britt —ordené y la aparté. Ella soltó mi brazo y mi atención se centró en la cara presumida por debajo de mí.
Levanté mi brazo de nuevo, pero Britt repente gritó: —San, detente. Ahora. ¡Eres mejor que esto!
Haciendo una mueca ante sus palabras, me quedé quieta, Micaela aprovechando para burlarse: —Sí, San, para. Escucha a tu chica.
Con una última mirada a Brittany y su rostro devastado, me hundí. ¿Qué diablos estaba haciendo? Aquí estaba yo tratando de ser mejor para ella, ser lo que ella se merecía, así que escucharía y retrocedería en este momento.
Pero solo por ella.
Mirando hacia abajo hacia Michaels, escupí—: Tienes suerte de que no haga un agujero en tu maldito cráneo, ¡pero no voy a hacerlo delante de mi chica!
Me puse de pie bruscamente, y viendo a Brittany detrás de mí, agobiaba con nervios, la abracé a mi pecho, respirando la fragancia de fresas en su piel, usándola para tranquilizar el infierno.
Levantando la vista, vi a Micaela ser levantada del suelo, por sus compañeras de equipo, y ella llevó dos dedos a su boca y extendiéndolos abiertos, chasqueando la lengua hacia la espalda de Brittany. Tomó toda la fuerza que tenía para no ir tras esa estúpida.
—Vete al infierno, Micaela, ¡y sal de mí vista antes de que cambie de opinión y acabe con esto!—grité, elogiando a sus amigas por arrastrar su tonto trasero lejos.
Me aferré a Brittany, el movimiento de sus manos en mi espalda calmándome poco a poco. Después de unos minutos, le confesé: —Tendría que haberla golpeado bien después de lo que dijo. —No fui más lejos en los detalles, no me atreví a repetirlos.
Retrocediendo para mirarme a los ojos, Britt dijo: —No, no deberías hacerlo. ¿Qué sentido hubiera tenido? Las dos sabíamos que estar en una relación "oficial" iba a causar alguna habladuría.
—Sí, pero ella se lo merecía desde hace mucho tiempo, nena. La maldita se merece una buena paliza.
Pude verla pensando, siempre malditamente pensando. Mirándome fijamente a los ojos, preguntó: —¿Por qué estaba tan hostil hacia ti en primer lugar?
¡Cielos! Nunca quise que mi pasado la afectara. Estaba tan avergonzada de la forma en que había vivido antes que ella llegara a mi vida.
—¿Qué? —preguntó ella, tragando recelosa en mi negativa a hablar.
—Yo... yo… —¡Maldita sea! No podía decirle que... ella me odiaría, estaría avergonzada.
Los ojos azules se nublaron y presionó: —¿Tú qué?
Me entró el pánico. No quería que lo que acabábamos de encontrar la una en la otra sea puesto en peligro. Necesitaba que ella aún me quiera igual que esta mañana, como la noche anterior.
—Solo escúpelo, San —dijo ella, pero esta vez con mucha más fuerza.
Centrándome en el suelo, admití: —Me acosté con su chica hace unos meses.
Mirando hacia arriba, pude ver la decepción en su expresión y ella dio un paso atrás, con las manos extendidas en desaprobación, rechazándome.
¡Jodida Micaela!
—Ahora que estás enojada conmigo. ¡Estoy totalmente pateándole el trasero ahora mismo!
No podía tomar esa mirada de censura en sus ojos, pero cuando me di la vuelta para irme, una mano suave agarró la mía. —Déjala —susurró en voz baja.
—Estás enojada, ¿verdad?
—Bueno, no estoy haciendo exactamente volteretas al oír que follaste a su novia, ¿verdad?
Una completa carga de dolor era evidente en su voz, pero ella hablándome así tan mal, encima de todo lo que va de hoy, realmente me molestó.
—Voy a dejarte ir esta vez, ya que estás claramente molesta, y supongo que con razón—dije malhumorada.
Y entonces ella me volvió a sorprender al verme sonriéndome.
¿Ella ahora estaba encontrando todo divertido? ¡Dios santo, no tenía ni idea de qué diablos pensar! Un minuto ella estaba enojada, al siguiente riendo... vaya, que mente completa.
—¿Oíste lo que dijo de ti? —empujé.
Encogiéndose de hombros, ella respondió—: Sí, pero no me importa, nunca me ha importado lo que otros pensaran de mí. —Ella estaba diciendo la verdad; la expresión en blanco en su cara me lo dijo.
—Ven, siéntate conmigo un poco más. —Mi chica me tendió la mano, pero no pude tomarla. Este tipo de tratamiento iba solo va a continuar. Yo había hecho un montón de tonterías en los últimos años, cosas que daría cualquier cosa por recuperar en este momento. Necesitaba ponerle un alto a esto.
—Britt, permíteme poner a esa idiota en su lugar de una vez por todas. Enviará un mensaje a todos para que nos dejen en paz. Hay muchos más idiotas que he cabreado y que disfrutarán de molestarnos por estar juntas.
Pero ella no lo haría y tendió su mano de nuevo, asintiendo severamente para que la tome. Se veía tan linda, siendo toda insistente. Malditamente adoraba a esta chica. —¡Cielos, Britt, voy a obtener una nueva reputación: Santana López, nueva integrante de las Dominadas!
Nos sentamos bajo un árbol y me aferré a Brittany con fuerza. Ella jugaba con mis dedos, suavemente besando cada uno y atrapé a nuestros amigos viéndonos, una mezcla de incredulidad y felicidad en sus rostros.
Estar con Brittany solo me hacía mejor. Ella hizo todo en mi vida mejor.
—¿Qué demonios es esto? —Cerré mis ojos con exasperación cuando reconocí la voz.
—Ahh, vete a la mierda, Shel. ¡Ya he tenido suficiente de lidiar con imbéciles por un día!
Mirándola a los ojos, pude ver que ella sabía que me estaba refiriendo a nuestro enfrentamiento anterior fuera del gimnasio.
—¿Estás en serio con ella? —La sorpresa en su rostro era cómica. Ella sabía que me gustaba Brittany; había hecho eso claro, tal vez incluso esperaba que la follara, pero obviamente nunca pensó que algo habría salido de ello, que ella se había convertido mi chica.
Sonriendo en su cara sorprendida, me agaché y tomé la boca de Brittany con la mía, con un maldito ve por ello, brusca, posesivamente, mostrando a Shelly y a cualquier otra persona que seguía de mirón que ella era mía.
Separándome, contesté—: Sí, en serio estoy con ella.
—Sabes que no se quedará contigo, ¿verdad, cariño? —se dirigió Shelly a Britt.
—¿Y por qué?
—Porque mamá y papá López no aceptarán una puta caza fortunas para su hija, y realmente pueden ser persuasivos. Ellos me quieren y me van a conseguir, puedes contar con eso. —Mi corazón cayó ante la mención de mis padres, que era la única área gris que tuve con Britt. La única parte de mi vida me había mantenido privada de ella.
—Divertido, una puta caza fortunas, eso es exactamente lo que dijo mi San sobre ti.
Casi me orino de la risa, pero cuando Shelly se lanzó hacia adelante, con furia en su rostro, gritando—: ¡No eres nada! Una pieza pura de…
Tuve que interrumpir. —Cierra tu boca malvada y lárgate antes de que haga algo de lo que me arrepienta.
Shelly sabiamente se retiró de Britt, pero cuando me miró, la sangre en mis venas se convirtió en hielo. —Voy a darles un mes y luego ya veremos lo que tus padres hacen. Estarás de vuelta en mis brazos en cualquier momento. ¡A tu mamá le va a dar un ataque!
En ese momento, supe que mi tiempo se había terminado. Shelly les diría a mis padres de mí estando oficialmente con Britt, y yo, sinceramente, no sabía qué demonios iban a hacer. Shelly parecía convencida de su plan, sin embargo, y ese brillo sabelotodo en sus ojos me hizo decir entre dientes: —Nunca te tocaría de nuevo y no estaría contigo si fueras la última persona en la Tierra. Eres una perra vengativa y amargada. En cuanto a mis padres, estoy aprendiendo rápidamente que me importa una mierda lo que digan ya. Quiero a Britt y ella me quiere. Fin de la discusión. Nada que tú o mis padres digan hará una maldita diferencia para cambiar eso. Ahora déjanos en paz, idiota.
Me di cuenta de los chismes alrededor de nosotras, por lo que grité—: Eso se aplica a todos, ¡déjennos solas o lidiarán conmigo! ¡La siguiente persona que interfiera o incluso respire mal en nuestra dirección, no voy a ser tan indulgente con ellos!
Shelly salió rápidamente y los espectadores se dieron la vuelta. Pero Britt, Britt estaba volviéndose loca. Ella había vuelto toda tranquila, cerrada en sí misma. —No le hagas caso, ¿de acuerdo? Lo que dijo, son solo palabras. No lo confundas con la verdad.
Sin responderme, Britt se levantó y se alejó para sentarse sola. Ella había ido del completo anonimato a ser el tema de la rumorología del campus en cuestión de minutos y fue evidente que no lo maneja bien. La realidad de estar conmigo estaba golpeándola en la cara, con toda su fuerza.
La dejé sola por todo el tiempo que pude, y luego me agaché frente a ella, diciendo—: Te has quedado muy callada conmigo, Pierce. No me gusta.
—Estoy bien, cariño. No te preocupes. —Ella trató de asegurarme, pero pude ver a través de su confusión. Decidí seguir adelante con la exposición, como un apósito, desprendiéndola rápidamente, mostrándole al mayor número posible de personas que estábamos juntas. Entonces con suerte las cosas se establecerían.
Hicimos planes para salir con nuestros amigos después del partido de este fin de semana, y Brittany parecía un poco menos tensa mientras la llevé a clase, su mano en la mía. Yo solo rezaba para que a partir de este momento, nuestra vida fuera menos... dramática.
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Capítulo 17
―Brittany... ―Beso―.Nena... ―Beso―.Pierce... ―Beso.
Bajé de la cama, presionando suaves besos a lo largo del cuello de Brittany, su clavícula, y de vuelta a su boca haciendo pucheros.
Gimiendo, levantó su mano y me empujó, llevando las mantas de nuevo sobre su cuerpo, ella no era buena con las madrugadas. Abriendo un ojo, me vio, todavía cerniéndome por encima de ella, y hundió su cabeza en la almohada.
No pude dejar de reír, y arranqué la colcha hacia abajo. ―Nena, me voy. Tengo entrenamiento hasta tarde.
Rodando la cabeza y suspirando derrotada, me miró, preguntando―: ¿Estarás fuera todo el día? ―Mientras se limpiaba el sueño de los ojos.
―Sí, te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
Sonriendo, enganchó su brazo alrededor de mi cuello, llevándome a su boca. Una mano se posó en el nudo en la cintura de mis jeans, y me tiró encima de ella, envolviendo sus piernas alrededor de mi cintura. Usando mis brazos para prepararme encima de ella, me encontré con su boca con avidez antes de reírse de nuevo contra mis labios.
―Mmm... Te deseo ―murmuró, agarrándose a mí como un mono araña.
―Tengo que ir, mi amor. Tengo que llegar al entrenamiento.
―No, tienes que quedarte conmigo. ―Me extendí hasta mi cuello, rompiendo su agarre. Por fin abrió los dos ojos e hizo un puchero―. ¿Por favor? ―dijo con su hermoso lindo acento.
Fijando sus brazos sobre su cabeza, me incliné y mordisqueó su labio inferior.
―Si sigues suplicándome, voy a hacerte el amor sin parar, Britt, ¿de acuerdo? Te ataré a la cama y lo haré… sin descansar. Estoy tratando de ser respetuosa y esperar hasta que estés lista, pero lo estás haciendo tan difícil. ―Se quedó sin aliento, y se arqueó para lamer el fondo de mi garganta, haciendo que gimiera en respuesta.
―Estoy pensando que eso suena como una buena idea, San. Estoy empezando a preguntarme ¿por qué demonios estamos esperando de todos modos? Estoy lista.
Eso me hizo callar, y cuando una sonrisa se extendió sobre sus labios, me dijo que era una broma, retrocedí de la cama, diciendo―: Ten cuidado, niña...
Metiéndose de nuevo bajo las sábanas, cerró sus ojos. ―Diviértete en el entrenamiento. Voy a volver a dormir para soñar con cosas traviesas sobre ti... y yo... y lo que habría pasado si te hubieras quedado aquí en vez de ir al tenis a practicar y jugar con otras personas.
Y maldita sea, lo hizo; en cuestión de segundos ella estaba fuera, la pequeña tentadora, y me dejó muy caliente.
****
Para el mediodía, estaba casi terminado. La entrenadora nos había empujado hasta el límite para conseguir que nos preparáramos para el partido de este fin de semana. Volviendo a mi casillero, tomé mi celular y auriculares, necesitando música para el gimnasio, cuando una persona apareció en la pantalla: Mama. Traté de pensar sobre que infiernos podría desear. Ella nunca me hablaba; demonios, pasarían los meses y podríamos no habernos dicho más de dos palabras la una a la otra.
Término la llamada, pero cuando ella comenzó a llamar de nuevo, gemí y respondí―:¿Mamá?
―Santana, necesito un favor. ―Directa al grano. Pero al menos no había ninguna pretensión en lo que se refería a ella y a mí. Ella no tenía ningún problema con la forma en que la que me trataba, no ocultó su completa indiferencia hacia mí como su hija.
―¿Sí?
―Necesito una camiseta firmada para un almuerzo de caridad que hago mañana. ¿Asumo que puedes arreglar eso?
―Sí, puedo conseguirla para ti. ¿Para cuándo lo necesitas?
Hubo una pausa, y luego dijo―: En realidad, voy a estar en el almuerzo esta tarde. ¿Podrías arreglarlo dentro del próximo par de horas y dejarlo en el camino?
―Estoy haciendo ejercicios en el gimnasio ahora, así que eso debería estar bien. ¿Dónde estarás?
―En el centro en Lorenzo. ¿Digamos a la una y media?
―Está bien.
Y con eso, se cortó la línea, no adiós o gracias.
Liberé toda la tensión en mi cuerpo a través de los ejercicios. Siempre era así cuando hablaba con mi mamá. Era como si yo tuviera algo de un síndrome de Estocolmo o algo así. Siempre tuve un impulso dentro de mí acerca de hacer lo que siempre pedía sin argumentar, siempre luchando por su alabanza. Yo, literalmente, no tenía recuerdos de ella siendo atenta, siendo amada, ninguna memoria de la cual pudiera recordar haberla hecho sentirse orgullosa. Todo lo que tenía eran los recuerdos de dolor, no, no físicos, mi papá era el único que usó sus puños, pero el dolor de su hostilidad hacia mí, su desprecio absoluto que me tenía como su hija.
Pasando a otro aparato del gimnasio, no pude evitar recordar todas las veces que intenté y fracasé en ganar su aprobación. El primer recuerdo fue el día de la Madre Cuando tenía unos seis años. Mi profesora tenía a todos los de la clase haciendo cartas para darles a nuestras mamás después de la escuela.
Me acuerdo de ir a casa, emocionada, esperanzada que lo que había hecho la haría feliz. Busqué en la casa de arriba a abajo y la encontré finalmente en el salón en la parte trasera de nuestra enorme casa, bebiendo de nuevo. En ese momento no me di cuenta que mi mamá era una borracha.
Corrí, mostrando con orgullo la tarjeta roja, con dibujo de un corazón en el frente, en el interior del mensaje decía: "Te amo mucho, mamá."
Me acuerdo de ella rodando sus ojos cuando entré en la habitación, preguntando―: ¿Qué demonios quieres? Estoy ocupada.
Caminando, con una gran sonrisa, convencida de que sería este el día en que me diría que me amaba, le mostré la carta, queriendo que supiera que también la amaba.
Poniendo su whisky sobre la mesa, tomó la tarjeta y leyó el mensaje en el silencio. Contuve la respiración, el corazón me latía rápido con los nervios. Pero entonces levantó su cabeza y se echó a reír y reír, me puse a llorar mientras ella rompía la tarjeta roja en dos, lanzando la tarjeta destruida al suelo a mis pies. Debido a mis lágrimas, sólo se rió incluso más fuerte.
Recogiendo su bebida, miró por la ventana, negándose a mirarme a los ojos y dijo―: ¡No vuelvas a hacer algo así nunca más! Es insultante.
Y nunca lo hice. Nunca lloré delante de ella otra vez después de ese día.
Cristo. Tenía seis años.
La entrenadora de repente se paró frente a mí y sacó los auriculares Beats de mis oídos.
―Basta, Santana. Te estás presionando demasiado duro. No querrás tener una lesión.
Deteniéndome, cogí mi toalla y me fui a las duchas. El equipo firmó la camiseta carmesí local y me dirigí hacia la ciudad.
No podía creer lo que veía. Al acercarme al restaurante Lorenzo, planeando hacer todo esto corto y dulce, inmediatamente vi a mi mamá en la terraza. Sentada junto a ella estaba la señora Blair y la tonta de Shelly en el lado opuesto, las tres sonriendo, la imagen perfecta de la alta sociedad.
Pronto se hizo evidente que había sido una trampa. Así que, girando lentamente, me moví para alejarme cuando escuché—: Santana, ¿a dónde vas? ¡Estamos justo aquí! — Tomando una respiración profunda, me di la vuelta para ver a mi mamá parada, Shelly y la Sra. Blair sonriendo alegremente en mi dirección.
Mantén la calma. Sé casual. Termina esto, me dije mientras tomaba una segunda profunda y relajante respiración. No quería hacer una escena, no quería que mi mamá sospechara.
Agitando la mano en reconocimiento, entré al restaurante, congelándome cuando mi mamá me besó en la mejilla, todo parte del show, Shelly y la Sra. Blair hicieron lo mismo. Mi mamá vivía la perfecta doble vida: la dama de la sociedad por excelencia en el exterior, una pesadilla en el interior.
—Aquí está la camiseta que me pediste —dije, entregándosela.
—¡Perfecto! Toma asiento, —dijo, haciendo un gesto hacia la silla desocupada junto a Shel.
Mordiéndome la lengua, me senté a regañadientes, siguiéndole el juego, y dije—: No me di cuenta que todo el mundo estaría aquí. Pensé que iba a dejarte esto e irme. —Señalé la camiseta de jersey, mi voz perfectamente monótona, no traicionando mi ira.
Mi mamá se inclinó hacia delante, los ojos autoritarios.
—Bueno, tuvimos una interesante llamada de Shelly aquí ayer. Ella nos dijo que has hecho un gran anuncio en la escuela. Algo sobre una británica transferida de la que te has...¿enamorado un poco?
Detecté la ira, la amenaza en su voz, y sus ojos azules no se movieron de los míos. Mi corazón latía en mi pecho, tan fuerte que me sentí como si estuviera golpeando contra mis costillas. Sabía lo de Brittany, pero estaría condenada si demostraba que me molestó. Tenía que protegerla. Necesitaba lanzar a mi mamá fuera de escena.
—¿Y bien? —La señora Blair presionó, Shelly se inclinó sobre la mesa para escuchar mi respuesta.
Encogiéndome de hombros, dije con desdén—: Sí, la he estado viendo, casualmente, pero no es nada grave. Ya me conoces. No soy del tipo monógama. Simplemente fue una buena distracción durante un tiempo. Hemos terminado ahora.
Shelly puso su mano en mi muslo de la emoción. —¿Quieres decir que todo este tiempo has estado tonteando con ella? Oh, Dios mío, San, eso es hilarante. La forma en que esa chica te mira, ¡Ella, obviamente está enamorada! Estará devastada cuando termines con ella.
Shelly no podía dejar de reír, y quería darle una patada a su silla. Sus palabras, sin embargo, rondaron mi mente —la forma en que esa chica te mira, ella, obviamente, está enamorada. ¿Lo estaba? ¿Britt estaba enamorada de mí?
—Mejor que eso sea cierto, Santana. Y todas esas chicas, eso tiene que parar. Shelly debe ser tu único objetivo ahora. Ya has tonteado todo el tiempo suficiente, pero es hora de crecer, es hora de actuar con responsabilidad.
Me quedé en silencio. No iba a entrar en una conversación con estos tres buitres sobre este maldito ridículo matrimonio. Mi mamá sabía dónde estaba parada en toda la maldita farsa. Estaba segura de que mi padre hubiera dicho algo, y no iba a ventilar todo aquí en esta terraza, en público.
Shelly se acercó más, y me di cuenta por la mirada en su cara que ella había creído todo lo que acababa de decir. Fue la única vez que estuve agradecida de que me había acostado con un montón de chicas alrededor de mi pasado; mi desestimación por Brittany era un comportamiento creíble para "Snix".
Cuando Shelly puso su mano alrededor de mi cintura, esa sensación sofocante se deslizó hasta mi garganta, pero tuve que fingir que no me molestaba, a pesar de que me sentía con ganas de volcar la mesa delante de mí.
La señora Blair pasó a preguntarme sobre el tenis y le di alguna respuesta de rutina sobre triunfos, la práctica y campeonatos. Shelly se rió a mi lado quien sabe de qué y luego puso su mano sobre mi pecho, plantándome un beso en la mejilla. Mi mandíbula se apretó en la acción, mis manos se cerraron en puños. Cuando levanté la vista, mi mamá me miraba como un halcón, con el ceño fruncido.
Me estaba vigilando. No muchas cosas se le escapaban y casi podía ver los engranajes zumbando en su cabeza.
—¡Bueno, bueno, chicas! ¡Qué encantador verlas aquí!
Mi atención se ajustó al lado del restaurante. Marley estaba de pie en la acera, más allá de la valla blanca, con los brazos cruzados y mirando a Shelly prácticamente manoseándome.
—Marley, siempre es un placer —mi mamá saludó con frialdad.
—Tía Maribel, encantada de verte —repitió con igual desdén.
—¿Qué haces aquí, Mar? —le pregunté, esperando que recibiera el mensaje para que se fuera, para que no se involucrara en esto.
—Bueno, estaba de compras con algunas amigas. —Mi corazón cayó cuando vi la amonestación en su rostro. —Sí, San, todas están un poco más allá de la calle. —Se dio la vuelta, apuntando a una fila de tiendas, y vi a Rachel y Kitty de pie delante de Brittany. Ellas claramente habían estado tratando de detenerla de ver. Brittany me miraba con la más malditamente mirada en su rostro, sus ojos completamente enfocados en la mano de Shelly sobre mi pecho, antes de moverlas a sostener las mías, la devastación en su expresión.
Demonios……no.
Duramente retirando a Shelly de encima de mí, me puse en pie, ladrándole a Marley—: ¿Está molesta?
—¿Qué demonios piensas? ¡Todo su maldito día acaba de ser arruinado por ti, idiota!
—¡Cielos! ¿Qué está diciendo? ¿Va a terminar conmigo? No respondió de inmediato, así que pregunté de nuevo.
—¡Mar! ¿Va a terminar conmigo? ¿Qué está diciendo?
—Creo que sí. ¿No lo sé? Quiere irse; está en shock. He tratado de decirle que aquí no pasa nada, pero, bueno... —Señaló a Shelly—. Es algo que se ve mal de donde ella está de pie.
Un agudo dolor se disparó en mi pecho y, sintiendo furia, tiré mi cabeza en mis manos.
—San, pensé que habías dicho que no era nada para ti —Shelly preguntó desde mi lado mientras Marley le lanzaba dagas con sus ojos.
—¡Cierra la boca, Shel! —grité, causando que la señora Blair jadeara y mi mamá saltara a sus pies con indignación.
Echando una mirada atrás a Brittany, vi la aflicción en su cara, y me perdí el momento en que la vi irse. Se quitó por la calle, ondeando su mano hacia un taxi.
Empujando Shelly fuera del camino, grité—: Brittany —tan fuerte como pude. Ella se detuvo y se quedó quieta en su lugar, y me sentí respirar de nuevo. Sus hombros se hundieron, y lentamente se dio la vuelta. Nuestros ojos se encontraron y traté de demostrarle cuánto lo sentía en mi mirada, pero cuando olí el fuerte perfume de mi madre a mi lado y oí su risa burlona en mi oído, me congelé.
—Marie, la arruinaré. Este es el momento en que decides si quieres destruir la vida de alguien. Chica, créelo. Tú la eliges, las arruinaré a ambas.
La indecisión me atormentaba. Mi mamá siempre quería decir lo que decía. Nunca se detenía hasta que conseguía lo que quería. La había visto en acción. Cuando quería ser la dirigente de algún estúpido comité, empañaba la reputación de los demás en la carrera hasta que ganaba. Cuando quería que mis notas fueran más altas de lo que eran en la secundaria, chantajeaba a la maestra hasta que mi promedio milagrosamente aumentaba.
Si quería a Brittany ahora fuera de escena, todos mis instintos me decían que iba a encontrar una manera para lograr hacerlo. No podía dejar que Brittany atravesara esto. Cristo, ya había tenido suficiente, su padre, su abuela, por nombrar solo un par, pero no podía perder a mi chica.
—¡San! No la escuches. ¡No puede controlarte más!
Miré fijamente a mi prima, pero no podía hablar, lo que la hizo gemir exasperada y lanzar sus manos al aire.
Prácticamente podía sentir a mi madre sintiéndose victoriosa, la sonrisa petulante pegada en su cara de botox, pero cuando los ojos azules de Brittany cayeron al suelo y detuvo un taxi que desaceleró, mi pelea o instinto de pelea me golpeó.
Girando hacia mi mamá, dije—: Se acabó. No te vas a acercar a mí o Britt de nuevo. Si lo haces, te arrepentirás, esa es una promesa que me aseguraré de mantenerla. —Fue la primera vez en toda mi vida que me pare ante ella y la primera vez que la vi desconcertada, sin palabras.
Saltando por encima de la pequeña cerca blanca, empecé a correr a través de la calle, esquivando los vehículos que venían, ignorando a mi mamá frenética que gritaba—: ¡Santana, ni se te ocurra! —Detrás de mí.
Brittany subió al taxi. Corrí hacia él, incapaz de soportar la idea de que se alejará de mí. El taxi empezó a moverse. Forzando mis piernas tan duro como pude, salí corriendo junto a él, estirando de la manija de la puerta, frenéticamente rogándole que se detuviera, para que me escuche. Se veía tan rota, sentada, tan pequeña en el asiento trasero. Esto hizo que le doliera a mi corazón cuando giró su cara hacia mí y el taxi chilló alejándose, dejándome de pie, sola en medio de la calle.
Regresando a la acera, corrí hacia mi coche, haciendo caso omiso de los compradores sorprendidos frente a mí. Marley, Rachel, y Kitty aún estaban de pie en la acera frente a mí. Cuando Rachel me vio acercándome, se paró directo en mi camino, bloqueando mi trayecto.
—Rachel, muévete —advertí, pero me ignoró, y, maldita sea, esa mujer loca balanceó su puño derecho hacia mi estómago.
—¡Estúpida imbécil! ¿Cómo te atreves a tratar a Brittany así?
Jadeando y agachándome ligeramente, argumenté—: No era lo que parecía. Estaba protegiéndola. Nunca engañaría a Britt. ¡Por amor de Dios! ¡Ella es todo lo que quiero!
—¡Bueno, claro que parecía que algo estaba pasando, y con esa perra flaca, también!—Rachel estaba respirando pesadamente, y pude ver la furia en su rojo rostro mientras me miraba.
—Rachel, cariño, déjala en paz. —Kitty estiró el brazo de Rachel, calmándola, antes de mirarme, tímidamente—. Santana, Brittany no tomará esto bien. No confía en la gente con facilidad y creo que hoy cuando te vio con Shelly, se rompió su corazón.
—Lo sé, Kitty, pero escucha esto: ella es mía y haré lo que sea para protegerla. Te doy mi palabra.
Incluso para mí, mi voz sonaba estrangulada. Pero Lexi debió haber oído mi sinceridad porque sonrió y apretó mi brazo en apoyo.
Marley me estiró para un abrazo rápido, susurrando—: Ve por ella. Eso era exactamente lo que pensaba hacer.
****
Dejé mi camioneta en el estacionamiento, y corrí hacia el patio trasero de la casa de la hermandad, escalando hasta el balcón de Brittany, solo para ser recibida por las puertas cerradas.
¡Cielos! Nunca cerraba las puertas de su balcón, era obvio lo que estaba tratando de decir.
Sintiendo pánico, agité el picaporte repetidamente y grité—: ¡Britt! Solo abre. ¡Sé que estás ahí! —Golpeé la puerta, casi sacándola de sus bisagras, pero no se movía.
Pude ver el contorno sombreado de Britt acurrucada sobre su cama, y necesitaba que me escuchara, pero estaba claro que no iba a abrir las puertas y dejarme entrar.
Bajando de vuelta por el balcón, corrí alrededor de la casa y entre por la puerta principal. Una chica que se veía atlética corrió en el pasillo y empezó a tratar de empujarme de nuevo fuera de la puerta mientras comenzaba a subir las escaleras.
—¿Qué diablos? No puedes entrar aquí... ¡espera! —gritó, saltando directo en mi camino.
—¡MUÉVETE! —grité. No lo hizo, así que, agarrándola de su cintura, la moví a un costado, y salí corriendo, una vez más, la morena musculosa inmediatamente siguiéndome detrás.
Al ver la puerta de Brittany, apresuré mis pasos, la chica detrás de mí gritando—: ¡Brittany! ¡Brittany! Ten cuidado…
Viendo a Brittany a través de la puerta, me la encontré sentada en su cama, con los ojos rojos boquiabierta y conmocionada.
—Traté de detenerla, pero no quiso irse. ¿Quieres que llame a los de seguridad?
Pude ver que Brittany lo estaba considerando. Pero nadie me haría ir a ninguna parte. Iba a escucharme, le gustará o no.
—No lo hagas. Ni lo Pienses. —dije con voz severa, observando a Britt suspirar derrotada y luego negar con su cabeza a su amiga.
—¿Estás segura? —Volvió a preguntar la chica. Vaya, estaba a punto de empujar a la maldita chica por la puerta yo mismo.
—Sí. Cait, gracias —contestó Britt con una pequeña sonrisa agradecida.
Casi mirando hacia mí con desprecio, Cait insistió—: Grita si me necesitas. —Se fue, y el silencio que llenaba la habitación era insoportable.
—Santana, solo vete. No tengo nada que decirte —dijo Brittany fríamente, viéndose tan malditamente pequeña en el centro de su cama.
Se había dado por vencida conmigo, eso era obvio. Mi furia desesperada me tomó, y mis manos estaban temblando ligeramente de miedo. Me dirigí a la cama y grité—: ¡Bueno, tengo algo que decirte!
Levantando sus cejas marrones, arremetió—: ¿Qué? ¿Qué me has esto mintiendo y engañando todo este tiempo cuando decías que estabas entrenando en el gimnasio, ¿cuando en realidad querías decir es que estabas viendo a tu querida mami y a esa puta?
—¡Eso no es lo que pasó en lo absoluto!
Traté de explicarle, pero levantó su mano arriba y susurró—: Da igual. No me importa. Vete.
No podía dejar que hiciera esto, no podía dejar que me alejara sin escucharme, así que extendí mi mano, sosteniéndola en mis brazos, obligándola a que me escuchara. —Mi mamá me pidió que nos encontráramos hoy. Algún lugar de caridad para los niños en los que esta le pidieron un jersey del equipo firmado para una subasta .Fui a dejárselo y cuando llegué allí, Shelly y la señora Blair estaban esperando con ella en el restaurante.
Frunció sus labios, como hacía cuando estaba estudiando, y sabía que tenía su atención. Colocándola de vuelta en la cama, expliqué—: Ellas me bombardearon. Shelly les contó sobre ti y empezaron a hablar sobre cuán irresponsable era y todo eso. Mi madre se inclinó hacia mí y me dijo que si no rompía contigo, ella se aseguraría de hacerlo. No podía dejar que eso te pasara.
¿Cómo podía entender el verdadero significado de lo que estaba diciendo? Nunca le había contado acerca de lo malos que eran mis padres. Vio a mi padre golpeándome, y ahora a mi mamá manipulándome, pero eso era solo una muestra de la forma en que podría ser. ¿Cómo podía decirle hasta donde llegaba su crueldad?
Viendo nada, excepto comprensión en los ojos de mi chica, confesé—: Mis padres... ellos... Mira, cariño. Me trataban muy mal. No es normal, pero lo hacen, ¡Y soy su hija! No podía dejar que te molestaran de la misma manera, así que dije un poco de palabras sobre que solo eres una aventura, una amiga. Shelly es demasiado estúpida como para darse cuenta siquiera de que estaba mintiendo. Me quedé durante el almuerzo para apaciguar a mi mamá. De ninguna manera nada te va a ocurrir. Tendrían que pasar sobre mi primero.
Levantando su cabeza, preguntó—: ¿Por qué mentiste y dijiste que ibas al gimnasio? ¿Por qué no solo fuiste honesta conmigo?
—Fui honesta, lo juro. Llamó cuando estaba terminando. El plan era simplemente dejar la camiseta e irme.
—Pero Shelly estaba tocándote. ¡Te besó y la dejaste hacerlo! ¿Cómo pudiste hacer eso?
Dios, ¿cómo podía hacerle entender?
—¡Porque no quiero que mis padres vengan por ti! Tuve que fingir... para protegerte. ¡No entiendes cómo son! Britt, poderosos. Por aquí son muy poderosos.
Inclinándome, capturé la cara enrojecida de Brittany entre mis manos. —Dios, mi amor. Nunca haría nada para perderte. Créeme cuando digo que me senté ahí y soporté su infierno intrigante para protegerte. ¡A la idiota Shelly, no puedo soportar a la perra! —Era verdad. Cualquier atisbo de respeto que sentía por esa chica había sido completamente destruido en los últimos días.
Pasando una mano por mi cara, dije—: Por supuesto, ahora no importa.
—¿Por qué es eso?
Ni siquiera tuve tiempo para pensar sobre lo que había hecho hoy y no pude evitar soltar una risa nerviosa mientras lo hacía.
—Porque le dije a mamá que se fuera al diablo con el matrimonio Blair/López cuando salí corriendo detrás de ti.
—¿Lo hiciste? —dijo, esperanzada, y supe que lo había conseguido, mi cuerpo rígido relajándose por primera vez desde que entró en el taxi.
Brittany me observó mientras me acercaba a la cama, subiéndome, obligándola a recostarse sobre su espalda con el peso de mi cuerpo. —Mmhmm. Le dije que nunca me casaré con Shelly porque estoy contigo. Que terminé con sus tonterías porque estoy contigo. Además, corrí bajando la calle detrás de tu taxi, gritando y golpeando la pintura. Estoy segura de que recalqué mi punto.
Sus pupilas se dilataron, y agarró mi pelo, atrayéndome hacia sus labios, solo para decir—: Tienes que decirme si pasas por estas cosas con tus padres. Dímelo y así no podré dudar de ti. Es difícil para mí confiar, pero estoy aprendiendo a confiar en ti. Por favor… confía en mí.
Quería, pero aún no estaba lista. Nunca le había dicho a ni una maldita alma la verdad sobre mis padres, sobre los años de abuso que sufrí... Nunca verdaderamente lo admití, hasta que Brittany entró en mi vida, y me mostró que las cosas podrían ser diferentes, que podría elegir un camino diferente.
—Cariño... estás a salvo conmigo, y te hubiera contado todo lo que pasó cuando llegara a casa. No esperaba verte. Dios, casi me destrozó cuando vi tu reacción desde el otro lado de la calle... y luego empezaste a correr, después de que me prometiste que nunca huirías de mí.
Se arrastró debajo de mí, y, ante el movimiento, solo suspiré.
Exhalando fuerte, murmuró—: Confío en ti. S… solo se veía mal. Te besó. No... no me gustó. Necesitaba alejarme.
Contoneándome más fuerte, dije—: Pierce, nunca voy a engañarte. Eres demasiado importante para mí para eso. Te dije que nunca iba a dejar de estar a tu alrededor, y no me gusta que dudes.
—Está bien —espetó, ahora su respiración entrecortada y desigual.
No iba a hacerla mía secamente, como una adolescente caliente. Si quería que yo le de lo que necesitaba, iba a hacerlo bien.
Empujando sus muslos y asegurándolos en su posición con mis manos, me incliné y pase mi lengua desde su coño hasta la punta de su clítoris. Sus caderas se levantaron casi fuera del colchón cuando gritó, poniendo a prueba las raíces de mi pelo mientras envolvía sus puños alrededor de los largos mechones.
Trató de mover sus piernas, pero la abracé con fuerza mientras la trabajaba con mi lengua, saqueando, y entrando y saliendo, y succionando su clítoris. Sus gemidos estaban construyéndose y estaba poniéndose más caliente, sabía que estaba cerca. Mi corazón palpitaba aceleradamente.
Con un gemido entrecortado, Britt se vino, apretando sus muslos, sus dedos estirando mi pelo.
Era hermosa.
Moviéndome de vuelta a la almohada junto a ella, la abracé con fuerza en mis brazos, aferrándome a ella como si fuera a cambiar de opinión, como si fuera a darse cuenta y sacarme como algo más de su vida en cualquier momento. Hoy había estado demasiado cerca, como a una llamada.
Después de permanecer inmóvil durante varios minutos, Brittany levantó su cabeza, con una sonrisa conflictiva en sus labios. —Dios, San. Me tienes tan confundida. Nunca sé si vengo o voy contigo.
No podía dejarlo pasar, excepto hacer obvia la broma. —Siempre vienes, espero.
Riendo, me dio un codazo en las costillas, pero el peso de hoy comenzó a jugar en mi mente, su expresión ahora—preocupada presionándome a confesar—: No estoy segura de que entiendas lo que significa lo que hice hoy al venir detrás de ti dejando a mi mamá así.
Nunca le iba a decir a Brittany esto, pero estaba paralizada de miedo, petrificada ante lo que pueden intentar hacer. Mientras miraba a los ojos azules de Brittany, sabía que no iba a sobrevivir si la perdía.
—No me dejes nunca —susurré, las palabras veraces casi involuntariamente derramándose de mi boca en un momento de debilidad.
—Oye, ¿qué es todo esto? —preguntó dulcemente mientras presionaba besos amorosos arriba de mi cabeza.
—Simplemente no puedo creer que te tengo en mi vida. Haces que todo sea mejor y no quiero perderte.
—No te dejaré.
—Casi lo hiciste hoy. Me dijiste que te dejara —Sonó como acusación, pero eso dolía, dolía saber que aún no tenía su plena confianza.
—Fue un malentendido —dijo firmemente, pero escuche los latidos de su corazón aumentando ligeramente a medida que colocaba mi cabeza sobre su pecho, haciendo que levantará mi mirada con preocupación.
Tragando, preguntó—: Siendo sinceras, San, ¿cuántos problemas van a causarnos tus padres?
No sabía la respuesta. Me gustaría saberlo. Existía la posibilidad de que lo dejarían todo y cortarían todos los lazos conmigo de una vez por todas, pero conociendo a mis padres, me estaba preparando para exactamente lo contrario. Realmente podrían tratar de hacernos daño. Y protegería a mi chica aunque fuera la última cosa que hiciera.
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Breves adelantos caps. 18 y 19
Girando alrededor, pregunté—: ¿Qué? ¡Cielos, hombre, déjame en paz! —Pero Ryder sólo señaló la escalera, haciendo caso omiso de mi actitud, con la boca abierta.
Mirando hacia arriba, rápidamente registré lo que tenía, a Noah, y ahora a Quinn, embobados. Brittany. Mi Britt luciendo como una supermodelo caminando por las escaleras.
Alejándome de la pared, golpeé con el hombro a Ryder fuera de mi camino, ignorando la forma en que su lengua estaba prácticamente colgando de su boca al ver a mi chica.
Marley me guiñó un ojo al pasar, pero sólo tenía ojos para Britt: un ajustado vestido negro mostraba sus curvas irreales, con el cabello largo y rubio cayendo en suaves rizos sobre sus hombros, y su rostro sonrojado luciendo nerviosamente tan condenadamente hermosa que casi me hizo caer de rodillas.
Extendiendo las manos, envolví mis brazos alrededor de su cintura, luchando contra mis ganas de tocarla como quería. Presionando un beso en sus labios, dije en voz baja, solo para sus oídos: — Cielos, Britt. Estás poniendo a prueba mi autocontrol así de hermosa. ¿Cómo demonios se supone que debo pasar la noche? Voy a estar peleando con los chicos. Ellos van a meterse en problemas si te miran un segundo.
+++++
Cayendo de rodillas, froté lo largo del fino tatuaje y comenté—: ¿Un tatuaje, Pierce? Me sorprendes. Nunca me has dejado ver esto antes. —La vi tragar y su aliento comenzó a tartamudear, su ansiedad apoderándose. Agarrando su mano con fuerza para detener el pánico, leí: “Eres para mis pensamientos como el alimento a la vida, o como el dulce y condimentado rocío lo es para el suelo” y besé a lo largo de su suave piel.
—¿Qué es esto, nena? ¿Por qué estas palabras toman un lugar preferente en este hermoso cuerpo?
Envolviendo sus dedos en mi pelo largo, lágrimas llenando sus ojos, susurró—: Es William Shakespeare, de uno de sus sonetos de amor, el número setenta y cinco.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
por fin santana sabe lo terrible que fue para britt perder a su abuela y la forma como murio su padre, y que san se peleara con medio mundo por ella es solo una "pequeña"consecuencia de su pasado!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Estuvo bien que Santana al fin se desligue de su madre de verdad me da ganas y agarrar a patadas o como saco de box a esa mujer por mala ... Muy bonitos capítulos
Lucy LP**** - Mensajes : 168
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
micky morales escribió:por fin santana sabe lo terrible que fue para britt perder a su abuela y la forma como murio su padre, y que san se peleara con medio mundo por ella es solo una "pequeña"consecuencia de su pasado!
asi es......pero nada podra romper el vinculo que tienen ellas
Lucy LP escribió:Estuvo bien que Santana al fin se desligue de su madre de verdad me da ganas y agarrar a patadas o como saco de box a esa mujer por mala ... Muy bonitos capítulos
y por gente asi a una le dan ganas de torturarla por su crueldad.....pero somos mejor que eso o no?jejejeje
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA “Sweet Home” (2da parte) - Sinopsis + Prólogo + Capítulos 37 & Epílogo + Capítulo Extra (07 de Septiembre 2015)
Hola……….buenas noches a todas/os……….ufff, ya no se ni que decir en mi defensa por no actualizar el jueves……si de algo les sirve, esta semana que acaba y la siguiente estoy y estaré bastante ocupada con deberes universitarios…..en razón a esto el día de hoy solo les pondré 2 capítulos y el lunes otros dos capítulos….ya desde la subsiguiente semana retornare al ritmo de actualización anterior (3 capítulos)
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
*Actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=P8ubN6d0yEQ
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Sweet Home” y es de autoría de Tillie Cole (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual SIMPLY BOOKS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).
Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Alabama, Tusscalosa fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Inglaterra y Lima-Ohio (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + prólogo + 27 capítulos + epílogo + capítulo extra (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de vista de Santana, en el caso de esta adaptación) / (este primer libro es absolutamente desde el punto de vista de Brittany; el segundo libro se compone de: sinopsis + prólogo + 37 capítulos + epílogo + capítulo extra (este segundo libro es narrado desde la perspectiva de Santana rememorando varios capítulos descritos en el primer libro, a la par que se agregan otros más)………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 18
“¡EL BESO DE LA SUERTE DE LA SEXY LATINA ESTRELLA DEL TENIS CON SU NOVIA PARA SALVAR LA TEMPORADA!”
Sonreí a Ryder mientras leía el titular de esta noche en el informe del partido, pensando divertidamente en Brittany avergonzándose en las gradas mientras el público le cantaba para que fuera al campo y me besara, usando la camiseta de la universidad que había dejado en la almohada para ella esta mañana, con mi número en la parte posterior, por supuesto, con otra nota cursi adjunta.
“Mi jersey para que MI chica la utilice en el partido.
Siéntate con Marley e iré a recoger mi dulce beso de la buena suerte.
Tuya por siempre…Santana”
Sí, sí, estaba dominada, y sinceramente, no podría importarme nada al respecto. De hecho, me encantaba.
Sus piernas se habían sacudido todo el camino hasta el campo, pero el orgullo estallaba en mi pecho cuando le mostraba a los cien mil aficionados en el estadio y millones de personas alrededor del mundo que Brittany Pierce me pertenecía.
Cuando se acercó a mi lugar en la línea de banda, pude ver sus ojos fijos en el suelo, moviendo los labios mientras murmuraba palabras de consuelo para sí misma. Apuesto a que nunca pensó en un millón de años que mi ruego de que viniera a mi juego, en la biblioteca todas esas semanas atrás, daría lugar a ser puesta en el punto de mira de besar a su novia, la capitana del equipo de tenis, debido a una superstición.
Cuando estuvo de pie delante de mí, me moví un poco hacia delante, agarrándola de la nuca, haciendo que sólo estuviera enfocada en mí, presionando mi frente con la suya, susurré—: Hola, Britt. —Con eso se relajó, con una pequeña sonrisa en esos labios rosados.
—Hola, tú.
—¿Vas a entregarme ese dulce beso de la suerte?
—Si eso es lo que quieres.
No tenía idea de cuánto.
—Sin duda lo es. —Con eso me incliné y le di un beso, mi lengua buscaba la suya – batiéndose a duelo, lamiendo, poseyendo- y luego me separé antes de ponerme demasiado caliente, teniendo en cuenta que era un juego familiar y todo.
El equipo de la universidad ganó.
Brittany fue elogiada por el poder de su beso de la suerte, y luego mi prima me alejó de mi chica y me ordenó volver esta noche a las nueve; ella había planeado algo para Britt. Pero sólo Cristo sabía lo que estaba haciendo.
Llegaron las ocho con cuarenta y cinco y no podía esperar más, así que con los chicos y chicas nos dirigimos a la casa de la hermandad de Britt. Era como retroceder cuando estábamos separadas, y sabía que probablemente no era saludable.
Llamando a la puerta de la casa hermandad de mujeres, Ryder, Noah, Quinn, y yo fuimos recibidos por la deportista de la otra noche. Cait, ¿verdad? Perfecto, nos caímos tan bien la primera vez.
Después de rodar los ojos y gemir de decepción justo en mi cara, Cait dejó la puerta abierta y se dirigió escaleras arriba, mirando hacia atrás sólo para espetar:
—Quédense ahí. ¡No vengan arriba! Les diré a las chicas que están aquí.
Quinn me miró y se quitó el sombrero Stetson, sacudiendo la cabeza.
—Cait Turner, jugadora de soccer y campeona de todo el estado. Escuché que molió a golpes a Cody Brown por agarrar su trasero hace unas semanas. —Levantando su ceja, preguntó—: ¿Qué has hecho para que saque su pistola por tu sangre?
Encogiéndome de hombros, contesté: —Irrumpí para hablar con Britt el otro día y como que luché con ella por las escaleras cuando trató de sacarme por la fuerza.
Noah se limitó a sacudir la cabeza, riendo.
—Juro San, tú sí que sabes cómo tratar a las mujeres. ¡Si no están abriéndose ampliamente por tu trasero malhumorado, están tratando de patearlo!
—Puckerman, vete al demonio.
Mientras esperábamos por las chicas, Quinn contó una historia sobre uno de sus hermanos allá en Texas quien corría en camiones monstruos, estaba hablando animadamente de un tirón cuando Ryder empezó a darme golpecitos en el brazo. Ignorándolo, volví mi atención a Quinn, tratando de averiguar cómo diablos la historia había virado a tirar vacas en la secundaria, pero Ryder continuó, y después de unos segundos, estaba dispuesta a golpearlo.
Girando alrededor, pregunté—: ¿Qué? ¡Cielos, hombre, déjame en paz! —Pero Ryder sólo señaló la escalera, haciendo caso omiso de mi actitud, con la boca abierta.
Mirando hacia arriba, rápidamente registré lo que tenía, a Noah, y ahora a Quinn, embobados. Brittany. Mi Britt luciendo como una supermodelo caminando por las escaleras.
Alejándome de la pared, golpeé con el hombro a Ryder fuera de mi camino, ignorando la forma en que su lengua estaba prácticamente colgando de su boca al ver a mi chica.
Marley me guiñó un ojo al pasar, pero sólo tenía ojos para Britt: un ajustado vestido negro mostraba sus curvas irreales, con el cabello largo y rubio cayendo en suaves rizos sobre sus hombros, y su rostro sonrojado luciendo nerviosamente tan condenadamente hermosa que casi me hizo caer de rodillas.
Extendiendo las manos, envolví mis brazos alrededor de su cintura, luchando contra mis ganas de tocarla como quería. Presionando un beso en sus labios, dije en voz baja, solo para sus oídos: — Cielos, Britt. Estás poniendo a prueba mi autocontrol así de hermosa. ¿Cómo demonios se supone que debo pasar la noche? Voy a estar peleando con los chicos. Ellos van a meterse en problemas si te miran un segundo.
Era cierto; hasta ahora realmente no había tenido que preocuparme porque otras personas miraran a Britt. Ella siempre se había deslizado bajo su radar. Pero infiernos, estaba más allá de un diez, parada frente a mí ahora; siempre lo había sido para mí, pero ahora el mundo lo vería. No estaba segura de poder soportar que otros la miraran e imaginaran cosas sucias con ella. Me iba a volver loca, no importa lo mucho que me asegurara que era mía y sólo mía.
Esta noche sería una prueba, eso era seguro.
Nos sentamos en una de las cabinas privadas del Club Flux y pedimos unas bebidas de una camarera rubia que me resultaba vagamente familiar. Había estado en lo cierto acerca de que esta noche sería una prueba; ya me había ganado la desaprobación de Brittany por casi golpear a un fan del equipo demasiado entusiasmado que la había agarrado para felicitarla por su beso. Me había perdonado, pero quién sabía cuánto tiempo iba a durar.
La rubia volvió con nuestras bebidas, sonriéndome sugestivamente, y el recuerdo empezó a resurgir.
Fue la temporada pasada, ¿tal vez después del partido contra Auburn? Estaba totalmente borracha cuando hizo su movimiento, sentándose en mi regazo mientras casi perdía el conocimiento en mi silla, y luego me llevó a la parte trasera del club. La había follado por la espalda, con su cara apretada contra la pared, así no tenía que ver con quién estaba follando. Nunca había importado. Pero con Britt, ella estaría mirando directamente mis ojos y saborearía cada segundo.
Mientras sacaba el recuerdo de mi mente, me concentré de nuevo en la camarera.
Ah, infiernos. Por la mirada en el rostro de la rubia esto no iba a salir bien.
Brittany se había puesto rígida en mis brazos, y traté de ignorar a la chica mientras ella hacía todo, excepto desnudarse delante de mí. Luego renunció a tratar de llamar mi atención y, finalmente, dijo—: Oye, Snix, ¿qué tal has estado?
¿Qué tal he estado? Ni siquiera conocía a la maldita chica.
—Hemos terminado aquí —dije.
Un repentino desafío se encendió en los ojos de la camarera, y Brittany comenzó a inquietarse. Marley sutilmente me golpeó bajo la mesa, y Noah se frotó los ojos con frustración al ver adonde claramente se dirigía esto. Los dos sólo me estaban cabreando más; no necesitaba que me recordaran que esta iba a ser una situación realmente molesta.
—Nunca me llamaste después de nuestra noche juntas —dijo la rubia, y supe que eso era todo. La primera noche de Brittany en un club y boom, una follada barata intenta marcarme como su territorio. Si se invirtieran los papeles, ya habría matado a alguien para este momento. Como era, no estaba muy segura de lo celosa que Brittany podría ponerse. No podía averiguar cómo iba a tomar todo esto.
—Nunca iba a hacerlo. Lo diré otra vez... Hemos terminado aquí. O si necesitas una respuesta más simple... lárgate —gruñí.
Su boca se apretó y espetó—: Había oído hablar en el viñedo que eras una Dominada, maldita forma de desperdiciar una buena chica. —Miró a Britt, asimilando sus curvas naturales y su impresionante cara, y frunció los labios—. Y para eso también. Ella debe follar mejor de lo que usa ese vestido. —Capté la aguda inhalación de Brittany al respirar. Sabía que ella pensaba que no estaba a la altura de los demás, y ese comentario le había hecho daño.
Britt saltó de mis brazos y me dio una bofetada, lo que era una primera vez. Su reacción me puso como loca, pero antes de que pudiera decirle algo, echó a correr hacia el baño... Había corrido, maldición.
—¡Maldición, San! ¡Será mejor que vayas a solucionar esto! —gritó Marley, lanzándome dagas a través de la mesa.
—¿Te follaste a esa camarera? Woww, ¿me puedes presentar? —Miré a Ryder, luchando contra el impulso de lanzarlo a través de la habitación. Tacto, hombre, el chico no tenía tacto o sentido del maldito momento.
—¡Ve, Snix, antes de que te pegue otra vez! —Rachel empujó mi brazo, y me levanté de mi asiento, casi tirando al bastardo, golpeando a través de la multitud de bailarines para conseguir a Brittany de vuelta.
La vi delante de mí. La camarera rubia estaba de pie en el bar, observándome correr con una amarga sonrisa en su rostro. Perra estúpida, había hecho todo esto a propósito, y había funcionado.
Extendiendo la mano, agarré el brazo de Brittany, sólo para que lo apartara, con sus ojos azules furiosos y llenos de dolor. Dios, era la primera vez que había ganado esa mirada de su parte, y estoy totalmente en pánico. Lucía... resuelta... como que su decisión estaba tomada sobre algo.
¡No! No podía...
Más que frustrada, tomé su brazo, la arrastré conmigo como una cavernícola, y nos encerré a ambas en un armario viejo y polvoriento.
Brittany estaba jadeando, con los puños apretados de ira. No se veía como si estuviera en el estado de ánimo de ser aplacada, así que sólo lo escupí—: Me la tiré una vez. El año pasado. No pasó nada más que eso. No tienes que estar molesta por ello, y sin duda no tienes que huir.
Por la forma en que se congeló, alzando la nariz con disgusto, me di cuenta que la había molestado... otra vez.
—¡Bueno, perdóname si no me gusta hacer alarde de tus hazañas con esa perra delante de mi cara!
Podía sentir que me ponía más loca. ¿Cómo diablos era mi culpa? Había tratado de alejarla; Brittany había visto eso. ¿Cómo podía evitarlo si ella no aceptaba un no por respuesta? Acercándome y viendo a Brittany congelarse con anticipación, grité—: ¿Quieres saber todo sobre mi pasado sexual, todos los sórdidos detalles? ¡Bien! Me he tirado un montón de chicas, de muchas maneras diferentes, en muchos lugares diferentes. Ellas se lanzaban en mi camino y les daba lo que querían, y les encantaba. —Estaba entusiasmada con demasiada adrenalina y sabía que estaba siendo una idiota, pero cuando los ojos de Britt ardieron y me abofeteó en la cara, sentí como que no podía respirar.
¡Me había golpeado, maldición! Brittany, mi tímida y dulce Britt, me había golpeado en la cara. Supongo que había encontrado su punto de quiebre.
—¿Eso se sintió bien? ¿Lo has sacado de tu sistema ahora? —dije con frialdad.
Brittany instantáneamente gritó, cubriéndose la boca con manos temblorosas mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Estaba disgustada consigo misma. Podía ver eso.
Verla tan triste me había hecho retroceder hasta la otra pared, graznando—: Ellas follaban a Snix. Sólo follaban a Snix...
Inspirando por la nariz y limpiándose frenéticamente los ojos, susurró—: Lindo, Santana. Realmente lindo. ¿Es eso lo que harás conmigo? ¿Dejarme follar a la gran Snix López, darme lo que quiero, y seguir adelante?
¡Dios! ¿Qué más tenía que hacer para demostrarle que era diferente? Habíamos hecho un montón en la cama, pero no habíamos ido hasta el final. La respetaba y no quería que se sintiera usada. Podía ver el conflicto en su rostro, esa mirada instándome a seguir adelante y decir—: Para nada, Pierce, pero escucha esto: Voy a follarte, pero también voy a hacer el amor contigo. Voy a poseer cada maldita pieza de tu alma, y nunca voy a dejarte ir. Vas a gritar mi nombre una y otra vez hasta que quede permanente grabado en tu garganta. No serás sólo una follada para mí, Britt, ¡serás mi salvación!
Ya lo era. Estaba haciendo mi vida mejor día a día. ¿Cómo podía no saber eso?
Brittany no podía mirarme a los ojos, y la forma en que se había cerrado a sí misma me estaba poniendo nerviosa como el infierno.
—Nena —dije con voz casi inaudible mientras cerraba sus ojos angustiados—. Tú harás el amor conmigo, Santana, no una maldita y patética alter ego de tenis. Obtendrás a la verdadera yo, toda yo, por siempre jamás. ¿Es lo suficientemente claro para ti? —Seguía sin decir nada, y un bulto de presentimiento me cerró la garganta.
Presionando su frente a la mía, traté de mantener mi voz baja y tranquila.
—¡Cristo, Britt! Nunca he hecho esto antes. Si hubiera sabido que estabas fuera esperando por mí, no hubiera follado todas esas chicas. Pero no puedo deshacerlo.
Se apoyó en mi pecho y miró hacia arriba, completamente derrotada, pasando un dedo por mi mejilla.
—Es demasiado, ¿no? Tu familia, obviamente me odia, Shelly no retrocederá, tú te vuelves contra cualquiera que me mire, y estas… chicas que has tenido en el pasado parecen no ser capaces de soltarte. Tengo mis propios problemas, Santana, lo sabes, y apilados con los tuyos... es demasiado. ¿Cómo podemos funcionar bajo todo este estrés?
No, no, no, no...
—No lo hagas. ¡No hagas eso! —supliqué con pánico.
—¿Hacer qué? —dijo, impasible, insensible incluso, mientras se centraba en el suelo, abatida, incapaz de siquiera mirarme a los ojos.
—Darte por vencida con nosotras. No huyas cuando se pone difícil. —Necesitaba que me mirara, maldición, por lo que la obligué a levantar la cabeza, agarrando su barbilla—. Luchaste con tus problemas pasados. Voy a aprender a controlar mi ira. Luchamos contra mi familia. Ignoramos a todos los demás. ¡Superaremos esto! No te atrevas a darte por vencida conmigo ahora, Pierce. ¡No te atrevas, maldición!
—San… —susurró, sonando completamente desconsolada.
Por primera vez en muchos años, de hecho pensé que iba a colapsar. La fiereza de lo mucho que necesitaba a mi chica era sorprendente incluso para mí.
—¡No! No voy a dejarte ir. Sé que soy toda clase de mal para ti, pero me has cambiado. ¡Me has cambiado, maldición! ¿Es que no te das cuenta? Vas a enfrentar esto conmigo. ¡Dilo! ¡Por favor, bebé, dímelo!
Ella no escaparía. No la dejaría. Ella me lo había prometido. Mirándola directo a los ojos, insistí frenéticamente—: Di que lo entiendes, ¿Britt?
—San, yo… —Su llanto ahogado cortó sus palabras.
Estaba tan confundida por su rechazo. Sabía que me quería, tal vez incluso cerca de amarme, pero no estaba luchando por nosotras y eso me cabreaba demasiado, haciendo que golpeara mi puño contra la estantería de metal detrás de ella, el alto artilugio se balanceó cuando grité—: No escaparás. ¿ME ENTIENDES?
—¡SÍ! ¡SÍ, TE ENTIENDO, MALDICIÓN! —gritó, con las palmas de las manos golpeando mi pecho antes de agarrar mi chaqueta y tirar de mí cerca, el sonido de nuestra respiración era pesada como un maldito trueno.
Mis manos se dirigieron a sostener su cuello mientras le preguntaba con cuidado—: ¿Todavía estás dentro?
Sus ojos azules se dilataron y, envolviendo una pierna alrededor de mi cadera, comenzó a acercarse más.
—Todavía estoy dentro.
Sintiendo el calor construyéndose entre sus piernas, la lujuria asaltó mi cuerpo, olvidándose al instante de toda la enojada tensión, y dije con voz ronca—: Cielos, te deseo tanto. Que hagas todo lo que digo me pone a mil.
Sumergiendo mi mano hacia abajo, empujé sus bragas a un lado y sentí a lo largo de su centro mojado.
—Britt... Cristo. Me estás matando. —Estaba tan mojada y lista.
Sus dientes y su lengua lamían y mordían mi cuello, mi oreja y mi mandíbula, deteniéndose sólo para admitir—: Me gusta cuando tomas la delantera, cuando afirmas tu autoridad. Me enciende.
Realmente me estaba matando. Mi corazón se sentía como que iba a explotar en cualquier momento si no hacía el amor con ella de una vez por todas.
—Dios... puedo decirlo, y me gusta que te rindas. Esto... me calma. Eres lo que necesito. Maldita sea, eres perfecta para mí. Hermosa, sexy como el infierno, con un cuerpo que hace llorar a los pintores.
Su cabeza rodó hacia atrás mientras empujaba dos dedos en su interior.
—No habrá nadie más. Por primera vez en la historia, me estás dando lo que quiero, lo que necesito. Me das control total, y me encanta. A ti también, ¿verdad? ¿Te encanta...?—Su coño empezó a apretar, una y otra vez, y sus gemidos entrecortados aumentaron en ritmo contra mi cuello.
Volviendo sus ojos de nuevo a los míos, bajó las manos y empezó a abrir la cremallera de mis jeans. Al diablo con eso, yo quería mi atención en su rostro mientras se corría. Si me tocaba, explotaría.
—¡Fuera! Suéltame. Ahora. Esto no es sobre mí. No me vas a tocar a menos que yo lo diga.
La trabajé hasta que se puso rígida y golpeaba contra mi mano, gritando su liberación. La sostuve mientras su cuerpo se sacudía y su respiración volvía a la normalidad. Entonces le pregunté si estábamos bien y le confesé lo mucho que la deseaba... que la necesitaba.
—Te deseo, Santana. Me das algo que ni siquiera sabía que necesitaba también. —Y así como así, tenía a mi chica de nuevo.
Después de unos segundos de silencio, se mordió el labio, y luego le pregunté si pensaba que estábamos equivocadas. Sabía que la manera en que yo controlaba durante el sexo podría ser vista como extraño, pero era sólo un impulso que tenía y, Cristo, mi chica me dijo que le encantaba. No podía creer que alguien tan correcta hubiera sido hecho para mí, que nos hubiéramos encontrado la uno a la otra de una manera tan poco probable. Ella era mi igual en todos los sentidos.
Arreglando su vestido, Brittany sostuvo su mano, con ganas de ir a bailar. Personalmente, sólo quería ir a casa y hacerla mía, pero necesitábamos quedarnos. Mi chica tenía que volver a su primera noche de salida verdadera.
Estaba a punto de seguirla a la pista de baile, cuando dijo—: Quiero bailar, demostrarle a todas tus conquistas pasadas que eres mía. —Con eso, perdí todo el control que había estado luchando tan duro por mantener.
Golpeándola de nuevo contra mi pecho, agarré su trasero y envolví esas largas piernas alrededor de mi cintura, exigiendo que lo dijera de nuevo.
Con su cara sorprendida ahora iniciando una dulce sonrisa, dijo—: Tú eres mía ahora, sólo tú.
La empujé contra la pared. El tiempo de espera había terminado. Bajando la ropa de mi cuerpo, empecé a acariciarla con desesperación, a centímetros de finalmente poseer a mi chica por completo. Y fue entonces cuando un presumido gerente del diablo empezó a golpear la puerta, exigiendo que saliéramos.
Estaba loca y tan condenadamente desesperada por finalmente tomar a Britt que estaba casi ciega por la necesidad.
Gruñendo con frustración, dejé caer mi cabeza sobre su hombro, y su olor me calmó, como siempre lo hacía. Brittany rió ligeramente, estirándose para vestirme, acariciándome coquetamente, y susurró—: Vamos, cariño. Tengamos nuestra verdadera cita.
Encontrando algún maldito botón interno que no sabía que tenía, di instrucciones—: Ve por ahí y muéstrale a todas que estamos juntas. Te lo debes... a nosotras. Es hora de ser atrevida, cariño. Trae la maldita lluvia.
Y lo hizo, nunca soltó mi mano, descartando a la perra rubia tonta de antes, y me llevó a la pista de baile, completamente orgullosa de estar en mi brazo.
Nunca había estado tan feliz como cuando estaba viéndola relajarse y soltarse.
Unas horas más tarde, Brittany dejó de bailar, sus manos arrastrándose por mi cuerpo, y me miró con una expresión extraña en su rostro.
—¿Estás bien? —pregunté, ahuecando sus mejillas.
Negó con la cabeza. El pánico creció una vez más, y pregunté—: ¿Por qué? ¿Qué pasa?
—Quiero ir a casa.
—¿Te sientes mal? ¿Pasa algo malo? —Sus ojos estaban vidriosos y estaba al rojo vivo al tacto. Me preocupaba que fuera fiebre; estaba actuando de manera extraña—. ¿Qué es? Dime —exigí, mi paciencia se estaba desvaneciendo rápidamente.
Dio un suspiro tembloroso y respondió—: Quiero que me lleves a casa y a la cama.
—Está bien, ¿estás cansada? Todavía es muy temprano.
Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios y, frotándose contra mí, se inclinó a mi oído.
—Quiero que me lleves a la cama... entres a mi lado... y hagas el amor conmigo.
Girándola alrededor y presionándola contra la pared, le pregunté—: ¿Hablas en serio?
Sus ojos azules se fijaron en los míos con determinación.
—Totalmente.
¿Estaba borracha? Ella había tomado un montón de tequila. La cordura se abrió paso por un segundo, instándome a decir—: No quiero que hagas algo para lo que no estás lista. Has estado bebiendo. No quiero que te arrepientas de nosotras en la mañana.
—No estoy tan borracha para que mis sentimientos no sean correctos. Te deseo, Santana, nada de arrepentimientos.
Gracias.
—Entonces ruégame —Ordené, todas mis inhibiciones desaparecieron. Ella me conocía; me entendía. No tenía que tener miedo de ser yo misma.
Podía ver lo que le había tirado.
—Te dije que te tomaría sólo cuando me rogaras, cuando me desearas como a nadie. Si estás en ese punto, Britt, tienes que probármelo. Tienes que rogar. —Sus ojos se abrieron con lujuria. Esto éramos nosotras, cómo deberíamos ser, yo en control, ella cediendo a mis instrucciones.
—Santana López, quiero que me lleves a la cama, que me desnudes lentamente, y que me hagas completamente tuya. Por favor, Santana, hazme el amor... esta noche.
Exactamente quince minutos después, Brittany estaba delante de mí en su habitación, sin aliento con anticipación, y sabía que después de esta noche, al tomar este último paso, nunca seríamos las mismas.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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