Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba1011%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba1019%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 19% [ 7 ]
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba1011%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 11% [ 4 ]
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba1024%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 24% [ 9 ]
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba1027%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 27% [ 10 ]
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba108%[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

+10
micky morales
Daniela Gutierrez
Lucy LP
3:)
maraj
mystic
Elita
monica.santander
iFannyGleek
23l1
14 participantes

Página 4 de 5. Precedente  1, 2, 3, 4, 5  Siguiente

Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 14

Mensaje por 23l1 Jue Sep 10, 2015 12:36 am

Capitulo 14

Nuestra dicha se prolongó durante todo el fin de semana, se extendió a la semana siguiente y después durante todo el mes.

Cada día traía consigo un nuevo matiz de intimidad, tanto física como emocional. Físicamente, Santana era como una niña con un juguete nuevo, disfrutando de cada nuevo recoveco de nuestros cuerpos. Le encantaba tocar y ser tocada, descubrir todos los rincones secretos y especiales, capaces de arrancar tanto placer. No dudaba en decírmelo cada vez que descubría una nueva diferencia entre hombres y mujeres.

Con los ojos abiertos como platos por el asombro, movía despacio la cabeza, maravillada por un descubrimiento tras otro. A continuación esbozaba una sonrisa lenta, con ganas de contármelo, mimando y protegiendo cada nueva revelación antes de guardarla en el interior de su mente. Si bien una parte de mí se acongojaba ante aquellas comparaciones, escuchaba todas sus palabras, queriendo estar siempre a su lado y asegurarme de que no iba a poner barreras entre nosotras.

Nuestra forma de hacer el amor era suave y aventurera, enardecida y apasionada.

Más de una vez me descubrí a mí misma dispuesta con arrogancia a demostrarle que no había nada que un hombre pudiera darle y yo no. En aquellas ocasiones me encendía con más pasión, enterrando mis temores y mi enfado en el fuego que ardía en nuestro interior.

Con cierto sentimiento de culpa, me asustaba la intensidad que había entre nosotras y el temor de que llegara a acabarse.

La hacía desmayarse de placer, consciente de que, por el momento, había triunfado en mi arrogancia por el modo en que me sujetaba con fuerza, susurrándome lo maravilloso que era hacer el amor conmigo.

Cada día, la intensidad parecía que aumentaba, hasta el punto en que cada mirada, cada caricia estaba cargada con una corriente eléctrica implícita, todo ello, estoy segura, intensificado por la incertidumbre.

Todo era nuevo por el cambio en nuestra relación y cada vez que me sorprendía a mí misma sin acabar de creerme del todo lo que estaba ocurriendo, Santana estaba ahí, a mi lado, apretando su rodilla de forma sutil contra mi muslo en plena reunión, apoyando las manos en mis hombros y echándose un poco más adelante de lo necesario mientras echábamos un vistazo a los informes desparramados por mi escritorio, rozándome la mano mientras señalaba un problema en particular...

Y luego estaban las noches.

Los fines de semana.

A veces, Santana era romántica y, otras, era puro fuego. Cada día era una aventura y yo nunca sabía muy bien qué debía esperar.

Fue en una de esas noches, estando una en brazos de la otra, en silencio, cuando de repente irguió la cabeza y me sonrió con ternura.

—Háblame del parvulario. ¿Cómo eras? ¿Quién era tu maestra? ¿Te acuerdas de aquella época?

—¡Eh, espera un momento! ¿Qué significa esto?—le hice cosquillas y emití un chasquido con la lengua.

Me lanzó una mirada intensa.

—Quiero saberlo todo sobre ti. Quién eres. Dónde has estado. Quiero conocer todos los momentos importantes de tu vida.

La mirada que estaba clavada en la mía era nítida y seria. Me pregunté si sabría lo importantes que eran aquellas palabras para mí, lo mucho que significaba que quisiese conocer cada detalle de mi vida.

—La Sra, Emma—sonreí, más por mis pensamientos sobre Santana que por el recuerdo—¿Y tú?

Sacudió la cabeza.

—Tú primero. Te hablaré sobre mí mañana por la noche.

Me gustaba aquel juego.

Miré al techo e inicié una cuenta atrás en el tiempo. Vino a mi mente la imagen de una niña con el pelo despeinado y llorando a lágrima viva en el vestíbulo del parvulario, negándose a soltar la mano de su mamá.

—Lloré como una magdalena el primer día. No quería separarme de mi mamá.

—Oh, pobrecita—Santana tenía una expresión triste—Cuéntame qué pasó.

Se lo conté, con todos los detalles.

Y cada noche me pedía que siguiera donde lo habíamos dejado la noche anterior. Y cada noche una le contaba a la otra un momento significativo de su pasado. Nada era demasiado insignificante mientras nos pasábamos las horas hablando y escuchándonos, pidiéndonos mutuamente explicaciones de todos nuestros sentimientos y narrando todos los años de nuestra vida sin omitir nada.

Y así fue como llegué a conocer a Santana.

No a la Santana del frío traje azul, sino a la diablita de ojos oscuros con coletas que se pasaba el día peleándose con su hermano y que hacía rabiar a su hermanita sin piedad.

Siempre había sabido que me sentía atraída por Santana y casi podía señalar sin temor a equivocarme el día exacto en que había sabido que la deseaba, pero durante aquellas conversaciones en plena noche descubrí que la adoraba, que la quería y que me estaba enamorando de ella sin remedio.

—Sin duda alguna eres la amante más atenta que he tenido en mi vida.

Santana dijo aquellas palabras en un susurro, para que sólo mis oídos pudieran captarlas.

Era un jueves por la noche y estábamos con nuestros compañeros de trabajo en un bar local, después de la jornada laboral. Era yo quien había insistido en salir con ellos, ya que sabía que ya hacía bastante tiempo que no habíamos visto al grupo en una reunión social y que, a pesar de todo, continuábamos teniendo la responsabilidad de guardar las apariencias.

Estábamos ahí sentadas, interviniendo de vez en cuando en la conversación, pero siendo más un par de figuras decorativas que una parte del grupo. Nos sentamos en un extremo de la mesa mientras los demás daban buena cuenta de sus bebidas.

Miré a Santana de reojo y me di cuenta que tenía la mirada clavada en mis ojos. Después de asegurarme de que nadie podía oírnos, le pedí que me explicara lo que me había dicho antes. Un amago de sonrisa se asomó a la comisura de sus labios, pero ella continuó pensativa.

—Eres atenta en muchos sentidos, de verdad, pero ahora mismo estaba pensando en la parte física.

Me llevé la copa de vino a los labios para ocultar mi sonrisa.

—Explícamelo—insistí.

—Eres tan cuidadosa y sensible... Es como si escucharas todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo, como si pudieras oír lo que dicen o lo que gritan. Y sabes cómo responder, sabes exactamente cómo tocarme—se acomodó en la silla y escrutamos a los demás.

Cuando continuó hablando, lo hizo en un tono de voz más bajo.

—Es casi como si no supiera dónde acaba mi cuerpo y dónde comienza el tuyo, por el modo en que me abrazas, me besas y me tocas en tantas partes a la vez... Me siento embriagada, llena y rica en mi interior.

Vaya.

Mis emociones crecían mientras mi cuerpo reaccionaba físicamente a sus palabras. Di otro sorbo de vino y le lancé lo que esperaba fuera una mirada discreta.

—¿Yo te hago sentir todo eso?

Me miró y se detuvo a estudiar mi rostro. Sus propias facciones eran una mezcla de dolor, encantamiento, temor y deseo. Asintió con la cabeza, clavando sus ojos oscuros en los míos y haciendo que un temblor me recorriera el cuerpo.

Alguien interrumpió nuestra charla, se sentó en la silla que había junto a Santana y comenzó a darnos conversación. De repente vi a la Santana profesional, a la Santana «normal», emerger a la superficie. Esbozando una sonrisa graciosa, riendo en el momento preciso... Mi mente empezó a dar vueltas con aquel déja vu.

Nada era lo que parecía. Recordé —no por primera vez y, desde luego, tampoco por última—, lo extraño de la situación. Tan frágil...

Entonces, por debajo de la mesa, oculta a todas las miradas, noté la presión de unos dedos enfundados en unas medias de seda que buscaban mi pie, acariciaban mi tobillo y recorrían mi pantorrilla.

Participé en la conversación, sonriendo y riendo sin esfuerzo. La presión de su rodilla contra mi muslo era un recordatorio constante y reconfortante.

Durante casi una hora continuamos con la charla social, sin abandonar la escena de arrumacos que estaba teniendo lugar bajo la mesa. Santana siguió dejando a todos los demás boquiabiertos y de vez en cuando alargaba el brazo para pellizcarme suavemente la mano o darme un golpecito en el hombro, en lo que parecía una demostración amistosa.

Sin embargo, las miradas que me dirigía hablaban de su deseo y conseguían que unos escalofríos me recorriesen de arriba abajo la espina dorsal. Yo la miraba, encendida por el juego al que estábamos jugando, fascinada por el modo en que conseguía que todo el mundo estuviera pendiente de sus palabras.

La miraba del mismo modo en que la había mirado tantas y tantas veces en el pasado, pero sabiendo que, al menos en el presente, era mía, sabiendo también que quizá tuviera que contentarme con el presente. Me dije a mí misma que el futuro no importaba lo más mínimo.

Al final se volvió hacia mí y, sin dejar de sonreír, me preguntó si estaba lista para irnos.

—Estoy un poco cansada y tengo hambre—explicó.

Luego bebió un trago de vino y se aproximó hasta mí, hablándome en un susurro apenas audible.

—Quiero comerte y, cuando lo haga, quiero que estés dentro de mí.

El ardor en mi entrepierna cobró vida inmediatamente y ahogué un gemido. Como si fuera un trozo de arcilla entre sus manos, dejé que nos excusara ante los demás y nos fuimos despidiendo de todo el mundo.



Aquella noche hicimos el amor como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, saboreando el momento, con una dulzura mortificante. Al terminar, permanecimos acurrucadas la una en la otra, su cabeza descansaba en el hueco de mi cuello y sus dedos dibujaban el contorno de mi cuerpo.

Parecía pensativa y esperé que pusiese voz a sus pensamientos como sabía que lo haría.

—No es fácil, ¿verdad?

—¿El qué?—pregunté, enterrando mis dedos en su pelo.

—Ser gay.

Tardé en contestar y ella continuó hablando.

—Lo único que quería hacer cuando estábamos en el bar era cogerte de la mano. Una cosa tan simple... Y no podía hacerlo—se irguió sobre un codo hasta ponerse a la altura de mi cabeza—¿Llegas a acostumbrarte alguna vez?

Percibí la tristeza en sus palabras y la vi reflejada en sus ojos.

—Sí, con el tiempo—le dije—Te hace apreciar los pequeños detalles mucho más.

—¿Y nunca te hace indignarte?

—Por supuesto que sí. Puedo llegar a ser muy vehemente con las cuestiones relacionadas con la homosexualidad, pero he aprendido a controlar mi enfado y a escoger mis batallas con cuidado—lancé un profundo suspiro, sintiéndome incómoda, sin saber cómo explicarme—A veces veo las cosas en general y otras veces procuro ocuparme sólo de mi pequeño mundo.

Santana asintió, hundiéndose despacio entre mis brazos. Casi oía las preguntas que comenzó a hacerse. Eran las mismas preguntas que me había hecho yo años atrás. Aunque quería darle las respuestas, era consciente de que no podía intentar persuadirla para que sintiese lo que yo quería que sintiera.

Lo único que podía esperar era que las respuestas, cuando surgiesen, la condujeran hasta mí.



************************************************************************************************


A pesar de que me moría de ganas de contarle a Quinn los cambios que se habían producido en mi relación con Santana, me daba cierto miedo coger el teléfono para llamarla. No estaba preparada para oír el rapapolvo que estaba segura de que me echaría. Al final fue Quinn quien me llamó el domingo por la mañana, una semana después de la confesión de Santana.

Acabábamos de desayunar y Santana me tenía sujeta a la cama, jugando conmigo y haciéndome cosquillas despiadadamente. Santana había echado todo su peso encima de mí y me estaba besando despacio cuando sonó el teléfono. Yo estaba dispuesta a dejar que continuara sonando durante todo el día, pero Santana se irguió lo justo para acercarse al aparato y coger el auricular.

—¿Diga?

Se colocó el receptor en la oreja y lo inclinó un poco hacia mí para que pudiera oír la voz del otro lado del aparato.

—Quiero hablar con Brittany.

Oí a Quinn con toda claridad y vocalicé su nombre a Santana para que supiera de quién se trataba.

—¿Eres Marley?

Santana hizo una mueca al oír el nombre de Marley y arqueó las cejas mientras esbozaba una sonrisa maliciosa.

—No—dijo—, Te has equivocado de chica.

Ahogué una risa y se hizo un silencio al otro lado del hilo telefónico. Imaginé la cara de Quinn, incómoda y sin saber qué decir.

—Oh, lo siento—respondió con rapidez—Soy Quinn Fabray. ¿Está Brittany por ahí?

—Hola, Quinn
—la voz de Santana acariciaba el nombre de Quinn—Está aquí, a mi lado. Ahora mismo te la paso.

Me alcanzó el teléfono y me dio un beso sonoro en los labios.

—Debería darte vergüenza no haberle hablado todavía de lo nuestro—me regañó en un tono de voz más bien alto.

Luego sonrió y me dijo bajando la voz.

—Me voy a dar una ducha, así podrán charlar un rato ustedes dos—me besó de nuevo y se fue a su habitación.

—Hola, Quinn.

—Debería darte vergüenza no haberle hablado a tu mejor amiga de lo suyo
—dijo, copiando las palabras de Santana—Dios mío, Brittany, ¿tienes una puerta giratoria ahí en tu habitación o qué?

Me eché a reír y dejé que continuara hablando.

—¿Qué está pasando? ¿Quién es ella? ¿Cómo se llama?

Me preparé psicológicamente para la reacción de Quinn.

—Quinn—bajé el tono de voz—, Es Santana.

—¿Santana?


No podía dar crédito a mis palabras.

—, ¿Tu Santana?

—Sí.

—¡Aagh!
—gritó en el auricular—Lo sabía, lo sabía, traidora. Te lo dije.

Se pasó los siguientes minutos, felicitándose a sí misma por haberlo presentido.

—¿Cómo ocurrió? Vamos, cuéntamelo—me suplicó—No me lo puedo creer.

Dudé un momento y decidí no entrar en detalles.

—Me dijo que sentía algo por mí.

—¿Que sentía algo por ti? Vaya, vaya...


Noté el tono de alarma en su voz.

—Le dije que yo sentía lo mismo.

—¿Ah, sí? ¿Y luego qué?


Quinn me animó a que siguiera adelante, sin apenas darme tiempo a contestar.

—Hablamos, bailamos...—dejé la frase suspendida en el aire y disfruté por un instante al ver la ansiedad que le estaban provocando mis palabras, pero pronto comprobé que era un error porque iba muy por delante de mí.

—¿Te has acostado con ella?

Me encogí un poco ante su desparpajo, hacer el amor con Santana era algo tan nuevo para mí, tan precioso, que me era imposible hacerme la arrogante. Un escalofrío recorrió mi columna y Quinn captó el significado de mi silencio.

—Lo has hecho—su voz expresaba su asombro—¿Cuándo? Dímelo.

—La verdad es que todas las noches. Desde el viernes pasado.

—¿Hace una semana?

—Sí.

—¿Y no me has llamado?
—preguntó alzando la voz.

—Lo siento. Ha sido todo tan rápido...[/i]—suspiré y añadí en voz baja—He estado en el séptimo cielo y no quería romper el hechizo.

Vaciló un instante.

—¿Esto no es un rollo de una noche ni nada parecido?—había relajado el tono de voz y ahora parecía preocupada.

—No, más bien somos...—me esforcé por encontrar la palabra adecuada para describirlo—Ahora somos amantes. Estamos juntas a todas horas.

Quinn dio un largo silbido, luego se quedó en silencio y al final dijo algo:

—Eres feliz con esto.

Oí las dudas que perfilaba su voz y supe que quería decirme que tuviera cuidado.

—Muy feliz—respondí sin dudarlo.

—Britt, me alegro por ti, pero tengo que decirte que estoy un poco preocupada.

—Bueno no lo estés.

—No quiero que te hagan daño.

—No sigas por ahí, Quinn, por favor
—me alteré un poco—No quiero pensar en ello ahora mismo, ¿de acuerdo?

Al otro lado del aparato sólo se oía un profundo silencio.

—Te agradezco que te preocupes por mí, de verdad, pero ahora sólo quiero disfrutar del presente.

La voz de Quinn se suavizó.

—Supongo que es un poco tarde para advertencias, ¿no?

—Sí, me temo que sí.


Continuamos charlando durante un rato. Cambiamos de tema y le expliqué que seguramente no estaría de vuelta en Boston antes del día de Acción de Gracias. Santana tenía que ir a ver a su familia y yo había pensado en coger el avión de vuelta a casa con ella.

Le dije a Quinn que ya la llamaría y colgué el receptor.

Me quedé pensativa unos minutos antes de levantarme de la cama. Aquella llamada telefónica me rondaba por la cabeza como una nube que amenazase tormenta. Había demasiadas preguntas sin respuesta, pero era demasiado pronto para preocuparse, me dije.

Podía pasar cualquier cosa.

Por mucho que intentara resguardarme de mis propios temores, el mundo exterior comenzó a filtrarse por las rendijas de mi realidad.


Estábamos en mi oficina, felicitándonos unos a otros por la buena marcha del proyecto cuando Santana tuvo que irse un momento. Blaine aprovechó la ocasión para interrogarme.

—¿Se puede saber qué pasa entre ustedes dos?

—¿Qué quieres decir?—continuó sonriendo y traté de aparentar indiferencia.

—Escucha—comenzó a decir en un tono de voz cortante—, No creo que nadie más se haya dado cuenta, pero para mí es evidente el modo en que se miran la una a la otra. La he visto tocarte tres veces durante los últimos quince minutos, cuando no hace un mes siquiera quería estar en la misma habitación contigo.

Estaba preparada para las bromas de Blaine, pero la hostilidad de su voz me cogió por sorpresa. Lo miré con gesto tranquilo, intentando comprender su enfado.

—¿Estás preocupado por que los demás se enteren?—le pregunté.

—No sería bueno, que digamos, Brittany.

Estaba frunciendo el ceño y me indigné. Repliqué en un tono frío.

—Santana y yo no vamos a hacer ninguna tontería, y a ti nadie te va a señalar con el dedo más de lo que ya lo hacen.

Pensó en mis palabras mientras se acariciaba la barbilla.

—Ya lo sé, lo siento. No debería haber dicho esto.

Tozuda, no quise salir en su ayuda. Lo miré fijamente y rae sentí herida por las implicaciones de sus palabras. Puso mala cara y luego me preguntó cómo se lo había tomado Marley.

—La verdad es que bien—me encogí de hombros, sin ceder un ápice—A ella no le importa, no había nada serio entre nosotras.

—¿Significa eso que Santana y tú van en serio?—arqueó una ceja.

Su tono de voz era hiriente y suspicaz.

Me sentí incómoda y me puse a la defensiva, tratando de escoger mis palabras con mucho cuidado.

—Aún no hemos llegado tan lejos.

Era la verdad.

A pesar de lo unidas que estábamos, no habíamos hablado de futuro todavía. Mis pensamientos se entretuvieron en aquellas palabras hasta que el carraspeo de Blaine interrumpió mi ensimismamiento.

—No dejes que juegue contigo, Brittany—bajó el tono de, voz hasta hablarme en un susurro—Los hombres y las mujeres heterosexuales son todos iguales. Juegan contigo hasta que se aburren y luego vuelven a sus propias vidas.

La amargura de sus palabras era muy elocuente y saltaba a la vista que le habían hecho daño en el pasado, pero, ¿a quién no?

Tanto los amantes gays como los que no lo eran, se trataba de un dolor distinto, por supuesto, pero dolor al fin y al cabo. Por muy ciertas que fueran sus palabras, no estaba preparada para escucharlas.

Todavía no.

Estaba más tranquila cuando respondí.

—Siento que ésa haya sido tu experiencia, Blaine, pero no quiero oír esto ahora mismo.

Un brillo irónico iluminó sus ojos.

—No, estoy seguro de que no.

Se apoyó en la silla y se levantó. A continuación, se desperezó un poco antes de dirigirse hacia la puerta.

—Pero luego no digas que no te lo advertí, Britt—exclamó por encima del hombro antes de desaparecer tras el cristal.

Casi había conseguido borrar mis temores por completo, pero ahora, después de una simple conversación con Blaine, el miedo volvía para apoderarse de mí, para instalarse en mi corazón y dar muerte a la chispa de vida que salía de mi interior.

Mierda, mierda, mierda...

Profiriendo una maldición tras otra, me volví en la silla para mirar por la ventana.


El otoño había hecho su entrada en Atlanta.

Los árboles semidesnudos me recordaban que el invierno estaba a la vuelta de la esquina. Apenas quedaban unos días para Acción de Gracias y el año nuevo se acercaba a marchas forzadas y con él, el fin del proyecto. Según el calendario previsto, debíamos tenerlo todo acabado para la primera semana de enero y sabía que, en todo caso, nos adelantaríamos a la fecha prevista, pero no íbamos a retrasarnos. La idea me aterraba, así que la deseché, sin ánimos para pensar en lo que haríamos o en cómo terminaría.

—¿Qué le pasa a Blaine?

Me volví y encontré a Santana sentada en la silla que Blaine había dejado libre minutos antes.

La miré y ahogué mis palabras.

Quise tomarla de la mano y salir huyendo de ahí, aislarnos lejos del mundo, lejos de cualquiera que pedirá interponerse entre nosotras.

—¿Por qué? ¿Qué te ha dicho?

—Me ha soltado un gruñido cuando me he cruzado con él en el pasillo.

Cogí un lápiz y me puse a dar golpecitos con él en la mesa, mirando a Santana con gesto triste y pensando en cómo articular mi respuesta.

—Blaine se ha dado cuenta de que hay algo entre tú y yo—le dije.

Frunció el ceño.

—¿Y qué? ¿Por eso iba a enfadarse?

Suspiré y solté el lápiz. Después puse ambas manos sobre la mesa.

—No, no creo que esté enfadado por ello. Creo que está comparando lo nuestro con algo suyo, ya sabes—hice un movimiento con la mano—Nos está equiparando con algo que antes le pasó a él.

Continuó frunciendo el ceño, luego arqueó una ceja y, al hablar, su voz denotaba cierto sarcasmo:

—Ah—asintió—Ya lo entiendo. El tema predominante entre ustedes, los gays.

Las palabras que había escogido me ofendieron: «Ustedes los gays.»

—¿Y qué se supone que significa eso?

Continuó hablando en voz baja:

—No te líes con hombres o mujeres heterosexuales. Te romperán el corazón. ¿Te suena de algo?

Me ruboricé y me negué a responder. Su tono de voz no me gustaba en absoluto.

—Marley también mencionó algo así. Aquella noche, cuando fui a verla al bar. De hecho, fue lo último que me dijo cuándo me abrazó para despedirse.

Parecía triste.

—¿Qué te dijo?—insistí.

Me miró, con los labios todavía torcidos en una mueca pesarosa.

—Me dijo que no te hiciera daño.

El corazón se me encogió al oír sus palabras.

—Lo siento. No debería haberte dicho eso.

Sus facciones se suavizaron y ahuyentó mi disculpa con un gesto.

—No te disculpes. Evidentemente, debe de tener sentido si todo el mundo lo dice.

Puso una expresión seria y se echó hacia delante a la vez que se ajustaba la chaqueta de su traje.

—No quiero hacerte daño, Britt.

Aquellas palabras me pincharon como aguijones. De todas las formas en que podía haberlo dicho, Santana había escogido aquellas palabras en concreto.

No había dicho No te haré daño o No voy a hacerte daño.

Tal vez, esas palabras hubieran aplacado mis temores, pero no. Había escogido No quiero hacerte daño.

Debió de presentir la herida que estaba abriendo, porque se puso en pie y me lanzó una mirada tranquilizadora.

—Vamos, se está haciendo tarde. Vámonos a casa.


Apenas se había cerrado la puerta de mi habitación en el hotel cuando sus manos y su boca se deslizaron por todo mi cuerpo. Me levantó la falda, maldijo mis medias de nailon y me desabrochó los botones mientras me empujaba contra la puerta. Con su lengua en mi boca y sus manos en mis pechos, me enfrenté a mi confusión emocional.


Me embargaba una tristeza implacable y me estaba dejando dominar por mi actitud fatalista. Y sin embargo, Santana me estaba besando y acariciando con un ansia que no había visto en ella jamás.

—No hagas esto—murmuraba entre beso y beso—No me alejes de ti, no te rindas, Britt. Dale tiempo al tiempo. Danos tiempo a nosotras dos.

Era increíble lo bien que me conocía, cómo era capaz de ver a través de mí. Reclamaba mi cuerpo por completo y mientras yo me resistía a la defensiva, comenzó de nuevo, con una ferocidad que no sabía que poseyera.

Mis medias estaban hechas jirones y sus dedos se adentraron en mi interior, sorprendiéndome con su agresividad, con su insistencia... Me sujetó contra la puerta mientras mi cuerpo se ponía rígido y me llevó al orgasmo sin más preámbulos y sin dar tiempo a que mi cuerpo se relajase. Luego empezó a arrullarme al oído y su dulzura de ahora era tan abrumadora como su agresividad anterior. Con las piernas desfallecidas, me caí contra ella y sus poderosos brazos me sujetaron con fuerza, sin dejarme caer.

Si el orgasmo me había desgarrado, también lo habían hecho las lágrimas. Me eché a llorar desconsoladamente y me estrechó entre sus brazos, calmándome y susurrándome al oído. Después, me llevó hasta la cama y me desvistió. Dejó caer su ropa al suelo, se metió conmigo en la cama, a mi lado, y comenzó a cubrirme de besos, a tocarme y a acariciarme suavemente, y a mimarme de nuevo.

Me hizo el amor una y otra vez hasta que por fin caímos vencidas por el sueño.

***************************************************************************************************************

Hola, solo decir que PUEDE que cambie el nombre del foro a: http://gleelatino.foroactivo.net el viernes, pero solo PUEDE que lo haga. Saludos =D
23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por monica.santander Jue Sep 10, 2015 1:44 am

Espero que San lo le falle a Britt!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por mystic Jue Sep 10, 2015 4:49 am

yo creo que San no le hara nada a Britt, es normal que se sientan un poco raras pero mientras que esten bien juntas que mas da que Santana fuera hetero? No me hagas enfadar y haz que sean felices! jajajjajajajja
por cierto, sigo enamorada de tu Santana. Si conoces a alguien asi, mandamela por favor. o como Britt [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087
mystic
mystic
***
***

Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 07/08/2015
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por micky morales Jue Sep 10, 2015 7:15 am

espero de verdad que santana no le haga daño a brittany, tal vez santana tambien la ame pero tenga miedo de aceptarlo!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Elita Jue Sep 10, 2015 12:51 pm

Está bien que San tenga sus dudas porque se supone nunca había tenido algo así, pero ya dio un gran paso al estar con Britt & todas esas cosas... no creo que le haga daño & si tiene sus dudas Britt debería entenderla, no? Apenas esta iniciada....
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por 23l1 Jue Sep 10, 2015 7:37 pm

monica.santander escribió:Espero que San lo le falle a Britt!!
Saludos


Hola, uuu seria lo peor!, pero no creo. Saludos =D




mystic escribió:yo creo que San no le hara nada a Britt, es normal que se sientan un poco raras pero mientras que esten bien juntas que mas da que Santana fuera hetero? No me hagas enfadar y haz que sean felices! jajajjajajajja
por cierto, sigo enamorada de tu Santana. Si conoces a alguien asi, mandamela por favor. o como Britt [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2145353087


Hola, yo tampoco, sip pienso igual! Jajajajjaj bueno, voy hacer lo que se pueda jajajajaajaj. Jajajjajajajajajjaa bueno si la encuentro te lo digo jaajjaajja. Saludos =D




micky morales escribió:espero de verdad que santana no le haga daño a brittany, tal vez santana tambien la ame pero tenga miedo de aceptarlo!


Hola, y yo también! Toda la razón! jajaajajaj. Saludos =D




Elita escribió:Está bien que San tenga sus dudas porque se supone nunca había tenido algo así, pero ya dio un gran paso al estar con Britt & todas esas cosas... no creo que le haga daño & si tiene sus dudas Britt debería entenderla, no? Apenas esta iniciada....


Hola, aaa sipoo jajaajjaj, algo es algo vrdd¿? jaajajajajajajaj. Obvio paso a paso jajajaajja. Saludos =D


23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 15

Mensaje por 23l1 Jue Sep 10, 2015 7:39 pm

Capitulo 15

El tiempo se nos empezaba a escurrir entre los dedos y cada día aumentaba mi sensación de pánico. Esperaba ansiosa el largo fin de semana de Acción de Gracias, consciente de que Santana y yo íbamos a estar separadas, ya que ella iba a estar con su familia casi todo el tiempo. Me preocupaba el resultado de aquella separación y el efecto que tendría en ella y en nosotras dos ver a su familia de nuevo.


Llegamos a Boston a primera hora de la tarde del miércoles y nos detuvimos unos minutos en su departamento del North End para que pudiera coger un abrigo antes de ir a casa de Quinn.

Después de los momentos de extrañeza inicial me sorprendió la rápida camaradería que surgió inmediatamente entre Santana y Quinn. Mientras las dos se conchababan para pincharme sin piedad, mi corazón comenzaba a dar saltos de alegría por ver a las dos mujeres favoritas de mi vida poner a prueba sus límites.

Santana y yo pasamos la noche ahí, acurrucadas en el pequeño futon. Por la mañana, me abrazó con fuerza en la puerta y dijo que me echaría de menos.

—Te llamaré más tarde. Siento no saber cuáles son mis planes para el resto del fin de semana—me besó despacio y traté de disimular mi preocupación.

Echó la cabeza hacia atrás y me miró.

—Me cae bien Quinn. ¿Crees que me ha dado el visto bueno?

Me eché a reír.

—Por supuesto que sí.

Hizo una mueca y me besó de nuevo.

—Pásatelo bien—exclamó y se fue.

Tal y como yo esperaba, Quinn se deshizo en halagos con Santana.

—Me ha sorprendido gratamente—me dijo mientras nos sentábamos una enfrente de la otra en la mesa de la cocina, con una taza de café en las manos.

—¿Por qué?—sonreí.

—No lo sé—respondió, encogiéndose de hombros—Es muy afable.

—¿Afable?

Menuda palabra.

—Sí, no se me ocurre una palabra mejor para describirla. Muy simpática, encantadora y guapa.

Hablaba en tono serio, lo que me sorprendió, y me miraba fijamente.

—No me extraña que te hayas enamorado de ella.

Esbocé una sonrisa radiante de felicidad.

—¿No me culpas?

—¿Cómo podría hacerlo?

Oí la sinceridad en sus palabras, pero también vi cómo una sombra le oscurecía el rostro. Mi sonrisa se desvaneció.

—Quinn, estoy tan asustada...

Las lágrimas asomaban en mis ojos.

—Ya lo sé, cariño—se acercó y me tomó de la mano—Dale tiempo.

—Nos estamos quedando sin tiempo, el proyecto prácticamente está terminado—suspiré y me sequé las lágrimas con la manga de la camisa—Ni siquiera hemos hablado de lo que vamos a hacer.

—Tarde o temprano tendrán que hablar de ello, pero no puedes dejar que la preocupación se interponga entre ustedes, Britt. Tienes que confiar en ella, por muy difícil que resulte.

Sabía que tenía razón, pero sus palabras no lograron apaciguar mi creciente pánico.


La amante de Quinn, Rachel, había ido a casa de su familia en Rhode Island a pasar el día, por lo que Quinn y yo fuimos a casa de su mamá, como habíamos estado haciendo durante los últimos cuatro años.

Agotadas y con el estómago lleno, volvimos a casa poco después de las seis y nos encontramos a Santana sentada en el umbral de la puerta.

Mientras la hacía entrar en la casa, me percaté dolorosamente de la mirada perdida y de desolación que había impregnada en sus ojos. Comenzó a tiritar al instante, por lo que la rodeé con mis brazos preguntándome cuánto tiempo habría permanecido ahí sentada, pasando frío.

Quinn encendió el fuego de la chimenea y se puso a preparar café mientras yo hacía lo posible por reconfortar a Santana. La llevé al sofá y permanecí abrazada a ella.

—Estoy bien—repetía una y otra vez casi sin aliento mientras se recuperaba del frío.

Al final, con una taza, humeante de café en las manos, sus ojos viajaron hasta Quinn un momento antes de posarse en los míos.

—De verdad, estoy bien. Resulta que ahora mismo estoy un poco sorprendida y me estoy enfadando por momentos—deslizó la mano sobre la mía y la retuve con firmeza.

Miró a Quinn de nuevo.

—No sé cómo lo hacen, de verdad.

—¿Hacer el qué? ¿Qué ha pasado?

Quinn se echó un poco hacia delante en la mesa.

Santana respiró hondo.

—Estábamos todos sentados a la mesa cenando cuando mi hermana comenzó a pincharme, a preguntarme cuándo iba a traer a casa a mi nuevo novio para que conociera a la familia. Le pregunté qué le hacía pensar que tenía un nuevo novio y mi mamá intervino diciendo que debía de haber conocido a alguien porque ya nunca volvía a casa los fines de semana.

La miré paralizada, capaz de imaginar lo que había sucedido, pero sin atreverme a hacer preguntas.

Quinn le pidió que continuara.

-—Bueno—dijo, encogiéndose de hombros—, Entonces les dije que estaba saliendo con una mujer.

Quinn lanzó un largo y débil silbido. Yo continué mirando a Santana fijamente con el miedo reflejado en mis ojos. No esperaba que fuera a decírselo a su familia.

Siguió hablando con voz colérica.

—De repente se hizo un silencio en la habitación. Mi hermana pequeña empezó a reírse y a decirme lo bueno que era mi chisté, me quedé ahí sentada, mirándolos a todos y cabreándome por momentos. Les dije que no se trataba de ningún chiste, que estaba saliendo con una mujer y que éramos felices, y entonces vino lo peor.

—¿Qué dijeron?

—Mi hermana me dijo lo pervertida y asquerosa que era. El gilipollas de mi hermano dijo «¡Vale, fantástico, mi hermana es una tortillera de mierda!» y mi papá le dijo que cuidara su lenguaje. Luego, todo el mundo comenzó a chillar y mi mamá se puso a llorar.

—¿Se echó a llorar?

Santana asintió.

—Después comenzó a repetirme que ellos me ayudarían a superarlo, me dijo que tal vez lo que tenía que hacer era hablar con nuestro párroco—iba alzando la voz a medida que iba hablando—¡Con nuestro párroco! ¡Por Dios santo! ¡Hace al menos veinte años que nadie va a la iglesia en esa casa!

—¡Oh, San!

Mi corazón sufría al verla así.

—¿Qué pasó luego?—le preguntó Quinn,

-—Le dije que no necesitaba ningún párroco ni tampoco ninguna puta iglesia, luego me fui.

—¿Te marchaste sin más?—le pregunté y asintió con un gesto.

—Dios mío.

Quinn estaba moviendo la cabeza de un lado a otro con cara de preocupación.

—¿Estás bien?—pregunté—¿Qué vas a hacer?

Santana se limitó a encogerse de hombros.

—No lo sé. Nunca me había pasado nada parecido. Mi familia nunca se enfada, siempre había pensado que eran geniales.

Quinn emitió un gruñido.

—La mayoría de familias no suelen ser tan geniales; al menos, no al principio. ¡Tendrías que haber visto la reacción de mi familia cuando les conté lo mío!

Quinn se pasó la siguiente hora relatándonos a Santana y a mí todas sus historias sobre cómo salió del armario. Me sentía agradecida de que Quinn estuviera ahí, tomando el control de la situación, ayudando a aliviar la tensión que se respiraba en el ambiente.

Aquella misma noche, más tarde Santana se acurrucó en mis brazos y le pregunté si pensaba que debía intentar hablar con su familia otra vez aquel fin de semana. Negó con la cabeza e hizo un ademán pensativo.

—No. Todos necesitamos algo de tiempo para acostumbrarnos a la idea. Ya saben cómo localizarme en Atlanta si quieren hablar conmigo.

A continuación me preguntó cómo se lo había tomado mi familia y se lo expliqué lo mejor que pude.

—Hace unos siete años que mi hermano no me habla. La verdad es que no fue una gran pérdida porque siempre fue un imbécil de todas formas, pero no puedo decirte que no duela algunas veces—hice una pequeña pausa—El resto de mi familia es bastante maja, pero desde luego, no tengo con ellos la misma relación que tenía en el pasado.

Me quedé pensativa unos instantes.

—No me extraña que algunas de mis amigas decidan no decírselo nunca a sus familias.

Pareció sorprenderse.

—No logro entenderlo, ¿sus familias no se lo imaginan?

—Seguramente, pero casi todas prefieren fingir que no lo saben. Resulta más fácil.

Santana parecía tan desolada por mis palabras que extendí el brazo para apretarle la mano.

—No puedo evitar sentirme responsable por todo esto. Lo siento mucho.

—No es culpa tuya, Britt. Tú no me sedujiste ni nada parecido—clavó la mirada en mis ojos y una sonrisa seductora asomó a sus labios.

Aquel gesto suyo consiguió que el corazón me fuera a cien por hora.

—Más bien creo que fue al revés—sonreí.

—Desde luego, no puede decirse que no lo intenté—dijo, esbozando una sonrisa forzada—A mi mamá le daría un infarto si llegara a enterarse.

Aquel comentario la hizo reír, pero enseguida se puso seria de nuevo.

—Espero que tengas paciencia conmigo, Britt. Ahora tengo que reflexionar sobre muchas cosas, ¿de acuerdo?



Pasamos el resto del fin de semana con Quinn y Rachel.

Santana al parecer se recuperó un poco de la escena con su familia, a pesar de que yo sabía que no dejaba de rondarle por la cabeza.

El sábado por la noche, las cuatro nos fuimos hasta Cambridge para ir a un bar de ambiente. Nos pasamos toda la noche bebiendo como cosacas y bailando sin parar.

Santana disfrutó como nunca y yo observé fascinada lo bien que se llevaban ella y Quinn.

Salimos del bar hacia la una de la madrugada y a la salida nos recibió una gélida ola de aire frío. Santana me agarró del brazo y se acurrucó a mi lado mientras cruzábamos una calle muy transitada para llegar hasta el coche de Quinn. Ella y Rachel iban unos cuantos pasos por delante de nosotras, cogidas de la mano y cantando por el camino.

De pronto, apareció por la esquina un coche deportivo de color oscuro como salido de la nada y por poco nos atropella, mientras un grupo de jóvenes de unos dieciséis o diecisiete años se asomaba a las ventanillas y comenzaba a chillarnos y a soltarnos toda clase de obscenidades, empujándonos hacia el bordillo.

—¡Marimachos!

—¡Tortilleras de mierda!

Haciendo chirriar las ruedas, proferían una risa cruel mientras el coche se alejaba y se perdía en la oscuridad.

—¡Hijos de puta!—oí decir a Quinn.

Con las mejillas ardiendo por la humillación, busqué la mirada de Santana. Estaba sentada sobre la acera, con las piernas dobladas y abrazada a las rodillas. Tenía la cara oculta, con la cabeza apoyada en los antebrazos. Me agaché y la toqué.

—¿Estás bien?—le pregunté en voz baja, sentada en cuclillas enfrente de ella.

Murmuró algo ininteligible y le cubrí las manos con las mías.

—¿Qué has dicho?—le pregunté en un tono suave.

—He dicho que no soy una tortillera de mierda—respondió en tono inexpresivo, con la voz frágil.

El corazón me dio un vuelco.

Levantó la cabeza y vi las lágrimas de frustración inundando sus ojos.

—No quiero ser una tortillera de mierda—me dijo, con una voz extraña, fría y hueca.

Nos miramos fijamente mientras yo permanecía inmóvil.

Quinn se agachó detrás de Santana y le puso las manos en los hombros. Mis ojos fueron hasta los de Quinn y supe al instante que había oído las palabras de Santana.

—Son unos cabrones—masculló Quinn y comenzó a darle a Santana un suave masaje con los dedos—Lo siento, Santana—su voz era como una caricia—Sé que ha sido un fin de semana muy duro para ti, pero no puedes dejar que sus palabras te afecten, eso es lo que quieren—deslizó los brazos por el cuello de Santana y le dio un breve abrazo—Y no hay nada malo en lo que hay entre Britt y tú.

Miré a Santana mientras cerraba los párpados sobre sus lágrimas y se dejaba arrastrar por el abrazo.

—¿Por qué eres tan buena conmigo?—le preguntó a Quinn.

—Porque me caes bien y porque Britt te quiere. Eso me basta.

Sus palabras eran contundentes.

Me estremecí al oír en boca de Quinn las palabras que yo no me había atrevido a pronunciar.

Santana me lanzó una mirada sombría, pero nítida.

—Creo que a ella le cuentas más cosas que a mí—me dijo con calma.

Empecé a tartamudear, sin saber qué decir. Quinn acudió en mi auxilio, levantándose e inclinándose para ayudar a Santana a hacer lo mismo.

—No tiene que decirme nada. Leo en ella como si fuera un libro abierto—le dio a Santana un cálido abrazo—Venga, vámonos a casa. Te sentarás junto al fuego y luego te meterás en la cama. Pondremos un poco de música, tal vez tomaremos un café...

Santana dejó que Quinn la metiera con cuidado en el coche y Rachel y yo nos sentamos detrás.


***********************************************************************************************


Santana estuvo un poco ausente después de aquel fin de semana. Yo veía cómo se esforzaba por disimularlo, pero sus sonrisas, eran cada vez más lánguidas, sus ojos menos brillantes y su risa cada vez más forzada.

Dejamos de hacer el amor.

Cada noche se acurrucaba a mi lado como una niña asustada, yo la abrazaba, intentando reconfortarla y ofrecerle seguridad.

Le costaba mucho hablar conmigo, pero lo intentaba, a trompicones. Sin embargo, sus palabras eran cada vez más sintéticas a medida que su espíritu se volvía más inerte.


Al cabo de poco más de una semana de nuestro regreso a Atlanta, vino a mi oficina a última hora de la tarde.

Alcé la vista y me la encontré enfrente de mi mesa, hecha un manojo de nervios. Se humedeció los labios varias veces en pocos segundos y en mi cabeza se encendieron las lucecitas de alarma.

—¿Qué te pasa?—le pregunté, con el corazón en un puño.

—Tenemos que hablar—murmuró—¿Puedes salir?

Miré el reloj. Eran casi las cuatro.

—Sí, claro.

Me puse un abrigo ligero y la seguí afuera. Juntas, iniciamos el recorrido familiar de vuelta al hotel.

Una sensación de pánico se apoderó de mí.

—¿Se puede saber qué pasa?—insistí.

Dio un largo y sonoro suspiro.

—Acabo de hablar con Will, en Boston. Al parecer, hemos captado unos nuevos clientes y quiere que vaya a la compañía y les ayude con el proyecto.

Aminoré el paso mientras trataba de asimilar sus palabras. Intenté conservar la calma desesperadamente.

—¿Dónde está la compañía?—pregunté, con la mirada fija hacia delante y sin atreverme a mirarla.

—En Wisconsin.

Con el corazón en carne viva, apreté los dientes tratando de controlar mi reacción.

—¿Y cuándo quiere que te vayas?—dije con voz ahogada—¿Por cuánto tiempo?

—Mañana. El tiempo que sea necesario.

Aquello fue una bomba para mí.

Me detuve en seco y me volví para mirarla a la cara.

—Pero Will no puede hacer eso.

Desesperada, mi mente luchaba frenéticamente por encontrar una salida.

—Tenemos que hacer algo. Tal vez yo pueda ir contigo.

Examiné su rostro y vi su expresión desolada. Sus ojos reflejaban tristeza.

—No puedo creerlo. Will no haría esto. No puedo creer que no me llamara a mí primero para decírmelo—moví la cabeza y luego me quedé inmóvil, dándome cuenta de lo que había pasado en realidad.

—Fui yo la que llamó a Will, Britt. Le dije que aquí el proyecto estaba casi terminado y que no había razón alguna para que las dos nos quedáramos. Le pregunté si había otro proyecto del que yo pudiera hacerme cargo.

Noté cómo me flaqueaban las rodillas y me sentí como si me faltara el aire para respirar. Santana alargó el brazo para ayudarme a mantener el equilibrio.

—De verdad que lo siento, Britt. Me entró el pánico. No sabía qué hacer.

—Podrías habérmelo dicho.

Me sentí herida, enfadada y traicionada.

—Podrías haberme dicho que querías dejar lo nuestro.

—No quiero dejar lo nuestro. Necesito tiempo para pensar. Yo sola. Lejos de mi familia y lejos del consuelo de tus brazos noche tras noche. Es demasiado fácil recurrir a ti y esperar que tú lo arregles todo. Eres demasiado buena, demasiado comprensiva. Veo todo el daño que te estoy haciendo y sé que me dejarías continuar haciéndotelo eternamente. No quiero hacerte más daño.

—Y por eso huyes de mí—dije en tono sarcástico.

Pestañeó con fuerza al oír mis palabras.

—No creo que sea eso lo que estoy haciendo—replicó en voz baja—Estoy hecha un lío, Britt. No puedo ser lesbiana para ti. Si eso es lo que soy, entonces es algo que tengo que ser aunque sea sin ti. Tengo que averiguarlo.

No pude frenar las lágrimas que comenzaron a resbalarme por las mejillas. Enfadada, me mordí el labio y miré hacia otro lado.

—Lo sé—le dije—Es demasiado pronto—se me quebraba la voz—Es sólo que no es justo, ¿sabes?—intenté sonreírle a través de mis lágrimas, pero no lo conseguí—Nunca he llegado a decirte lo que siento por ti.

—¿Y por qué no, Britt?—me preguntó con dulzura, sabiendo la respuesta.

—Tenía miedo de que huyeras de mí si te lo decía—admití.

Asintió con un gesto.

—¿Lo ves? Y yo nunca hablaba de mis sentimientos porque me aterrorizaban. Esto no es bueno para ninguna de nosotras.

Parpadeé con energía y me sequé las lágrimas antes de escudriñar su rostro cansado.

—Sé que tienes razón, pero pensaba que tendríamos más tiempo.

Me balanceé sobre los talones, sintiéndome incómoda, sintiéndome como una estúpida.

«Te creías muy lista, sabionda», me reprendí a mí misma.

—¿Me llamarás?

Frunció el ceño al mirarme.

—Sé que querré llamarte mañana por la mañana, tarde y noche, pero no puedo. No, durante algún tiempo. No, hasta que consiga saber qué quiero.

Se había acabado.

Simple y llanamente.

¿Cómo podía haberme liado con ella?

Se había acabado.





***************************************************************************************************************

Hola, solo decir que PUEDE que cambie el nombre del foro a: http://gleelatino.foroactivo.net el viernes, pero solo PUEDE que lo haga. Saludos =D
23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por micky morales Jue Sep 10, 2015 8:53 pm

vaya nos equivocamos, si termino haciendole daño a britt!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por maraj Jue Sep 10, 2015 9:44 pm

ay que triste [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739
maraj
maraj
*
*

Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/08/2015

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por 3:) Jue Sep 10, 2015 11:01 pm

hola morra,....

ammm que decir!!!
es comprensible el miedo que siente san cuando admite ser less,.. ver el rechazo de su filia y la "sociedad" que las rodea y no puede estar siempre protegida por britt,.. tiene que asumirla sola,..
a ver si birtt sigue ahi cuando san lo asimile!

nos vemos!!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Daniela Gutierrez Jue Sep 10, 2015 11:03 pm

Hola chica de las adaptaciones....

Lo sé, lo sé tarde mucho para comentar, pero es porque me estoy volviendo loca con todas las tareas que tengo y no puedo tener ni un día libre y eso me tiene triste ya que ni escribir puedo [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739
Pero volviendo al Fic...

Wooow con lo que paso entre Britt y Marley, se escuchara raro pero me gustaba un poco se relación...

Y que bello que San se haya atrevido a decirle a Britt lo que siente por ella...

Y que les pasa a la familia de Santana, porque no simplemente lo aceptan y apoyan, ellos tienen sus vidas y es justo que San haga la suya con alguien que quiere y le corresponde

En parte San tiene razón, necesita descubrir quien es y que es lo que quiere pero con Britt a un lado solo sera mas dificil...
Solo espero que ninguna de las dos se den por vencidas y vuelvan muy pero muuuuy pronto.

P.D: ¿Como estas?
P.D.2: Holaaaa
P.D.3: Yo sé que extrañas mis comentarios sexys
P.D.4: Tambien extrañas mis locas "P.D"
P.D.5: Besos y abrazos psicológicos
P.D.6: Saludines
P.D.7: TE PINCHES AMOOO [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055
P.D.8: Con el cambio del foro se mantendrán los Fics igual?
P.D.9: Cuídate muchísimo
P.D.10: Chauuu
P.D.11: Casi lo olvida... MIL MILLONES DE GRACIAS POR LOS CAPÍTULOS....
Daniela Gutierrez
Daniela Gutierrez
*****
*****

Femenino Mensajes : 281
Fecha de inscripción : 03/07/2014
Edad : 27
Club Brittana Samuel


Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Elita Jue Sep 10, 2015 11:21 pm

De nuevo..... Bah! -.-
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por monica.santander Vie Sep 11, 2015 12:49 am

Es triste pero entiendo completamente a San me parece una decisión dura pero acertada!!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por 23l1 Vie Sep 11, 2015 12:59 am

micky morales escribió:vaya nos equivocamos, si termino haciendole daño a britt!


Hola, mmm sip, esperemos y recapacite =( Saludos =D




maraj escribió:ay que triste [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739 [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739


Hola, toda la vrdd =( Saludos =D




3:) escribió:hola morra,....

ammm que decir!!!
es comprensible el miedo que siente san cuando admite ser less,.. ver el rechazo de su filia y la "sociedad" que las rodea y no puede estar siempre protegida por britt,.. tiene que asumirla sola,..
a ver si birtt sigue ahi cuando san lo asimile!

nos vemos!!!!


Hola lu, mmm si buen punto ai para san y britt... solo esperar no¿? esperemos y todo se solucione! Saludos =D




Daniela Gutierrez escribió:Hola chica de las adaptaciones....

Lo sé, lo sé tarde mucho para comentar, pero es porque me estoy volviendo loca con todas las tareas que tengo y no puedo tener ni un día libre y eso me tiene triste ya que ni escribir puedo [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739  [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739  [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 2824147739
Pero volviendo al Fic...

Wooow con lo que paso entre Britt y Marley, se escuchara raro pero me gustaba un poco se relación...

Y que bello que San se haya atrevido a decirle a Britt lo que siente por ella...

Y que les pasa a la familia de Santana, porque no simplemente lo aceptan y apoyan, ellos tienen sus vidas y es justo que San haga la suya con alguien que quiere y le corresponde

En parte San tiene razón, necesita descubrir quien es y que es lo que quiere pero con Britt a un lado solo sera mas dificil...
Solo espero que ninguna de las dos se den por vencidas y vuelvan muy pero muuuuy pronto.

P.D: ¿Como estas?
P.D.2: Holaaaa
P.D.3: Yo sé que extrañas mis comentarios sexys
P.D.4: Tambien extrañas mis locas "P.D"
P.D.5: Besos y abrazos psicológicos
P.D.6: Saludines
P.D.7: TE PINCHES AMOOO [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055  [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055  [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055  [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 1215408055
P.D.8: Con el cambio del foro se mantendrán los Fics igual?
P.D.9: Cuídate muchísimo
P.D.10: Chauuu
P.D.11: Casi lo olvida... MIL MILLONES DE GRACIAS POR LOS CAPÍTULOS....


Hola dani!, si muy perdida diria yo, pero si se entiende. Jajajaja cosas locas de la vida, no¿? jajajajaajajaj. Así son algunas personas, que le vamos hacer... dejarlas en tu tonto mundo jajaajjaj. Si san necesita "encontrarse" y britt necesita su tiempo, esperemos y las dos hagan bn las cosas. Y YO! jajajajajaj. Saludos =D

Pd1: bn y tu¿?
Pd2: holaaa... perdida
Pd3: jajajaajaj me pillaste jajajaja.
Pd4: jajaj sip!
Pd5: igual!
Pd6: Saludos =D
Pd7: jajajajaj es el efecto que causo [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 4061796348
Pd8: esk cambia el nombre, todo sigue igual... si es que cambia.
Pd9: gracias, tu igual!
Pd10: chaoo
Pd11: jajajaaj de nada, pero gracias a ti por leer y comentar!




Elita escribió:De nuevo..... Bah! -.-


Hola, mmm no ai mas palabras, no¿? jajajaaj. Saludos =D




monica.santander escribió:Es triste pero entiendo completamente a San me parece una decisión dura pero acertada!!!
Saludos


Hola, si, se entienden la dos posturas, pero no deja de ser triste la vrdd. Saludos =D


23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 16

Mensaje por 23l1 Vie Sep 11, 2015 1:02 am

Capitulo 16

Apenas cruzamos unas cuantas palabras el resto de la noche.

La miré mientras, una a una, iba colocando todas sus pertenencias en varias bolsas. Una parte de mí quería salir corriendo de ahí, pero en lugar de hacerlo, me quedé mirándola, como una masoquista, resistiéndome a tener que renunciar a ella ni siquiera un momento antes de lo debido.

La garganta me escocía por las lágrimas contenidas mientras descansábamos la una en brazos de la otra aquella noche. Sin embargo, a la mañana siguiente, cuando me desperté para hallar la almohada vacía junto a mí, me eché a llorar.

Tan sólo me daba los buenos días una hoja del papel de cartas del hotel en la que había garabateado un mensaje:

Te quiero, Britt.
Santana.



—Entonces, ¿por qué nunca me lo dijiste?—grité en la habitación vacía mientras las palabras me desgarraban por dentro.

Acurrucada en la cama y abrazada a su almohada, lloré como no lo había hecho nunca, hipando y sollozando hasta la extenuación.

Hice dos llamadas telefónicas, la primera, al buzón de voz de Blaine, diciéndole que tenía la gripe y que no iría a trabajar hasta al cabo de unos días. Luego llamé a Quinn.

Una voz soñolienta contestó al teléfono y le dije las tres palabras:

—Se ha ido.

Quinn se hizo cargo de la situación.

Necesitaba mi salvavidas y ahí estaba ella.

Antes que anocheciera, mi roca ya estaba llamando a la puerta de la habitación. Quinn me rodeó con los brazos y me eché a llorar amargamente en su hombro.

No estoy muy segura de cómo conseguí sobrevivir los meses siguientes. Pasé los primeros días encerrada en la habitación del hotel con Quinn, regodeándome en la autocompasión, reprochándome una y otra vez haberme liado con Santana. La voz de mi conciencia no dejaba de regañarme diciéndome «Te lo dije», hasta que sentí cómo el resentimiento se iba apoderando de mí y se ponían en marcha todos los viejos mecanismos de defensa.

Quinn reconoció las señales y, no sin cierta reticencia, regresó a Boston.

Me concentré de lleno en terminar el proyecto de Atlanta y decidí que quería volver a Boston para las Navidades, por lo que hice todo lo necesario para cumplir con el programa previsto.

En los peores momentos, cuando estaba más tranquila, pero también más débil, me permití a mí misma creer que lo nuestro con Santana no había terminado de verdad, que volvería el día menos pensado. Fantaseé con la idea de que aparecería en el umbral de mi puerta en Nochebuena, con los brazos cargados de regalos.

Yo me reiría y le diría que el único regalo que necesitaba era ella.

Sin embargo, pasó la Nochebuena y el día de Navidad, y así día tras día sin que tuviera noticias de Santana.

Dejé Atlanta a mis espaldas y volví a la oficina de Boston después de las vacaciones navideñas, eso sí, sin haber descansado en absoluto ni sintiéndome fresca precisamente. Con el futuro incierto, tanto sentimental como profesional, no estaba preparada para el chismorreo que me aguardaba en la oficina.


Apenas llevaba una hora en el despacho cuando Mercedes, la secretaria de nuestro departamento, me preguntó si sabía algo de Santana.

El corazón me dio un vuelco con la sola mención de su nombre.

Como en una nebulosa, tuve que escuchar que Sam estaba en Wisconsin con ella y que iba diciendo por ahí que Santana se iba a la cama, literalmente, con el dueño de la compañía con la que estábamos trabajando.

—Además—añadió en un susurro, mientras yo intentaba encontrar aire para respirar—, Sam dice que es negro, ¿no te parece increíble?

—Sam es un cerdo racista—repliqué en tono indiferente y la hice salir de mi despacho.

No te líes nunca con una mujer heterosexual.

Por lo menos, aquella noticia era el soplo de aire fresco que necesitaba, el permiso que me hacía falta para superar todo aquello y seguir adelante.



Conforme se iba acercando el final del mes de enero, comencé a ver con mayor claridad y a tomar las riendas de mi vida de nuevo. Quinn y yo echábamos un vistazo a los anuncios de demandas todos los domingos por la mañana, nos acurrucábamos enfrente de la chimenea, leíamos los anuncios y planeábamos mi nuevo futuro profesional.

No tardé demasiado en darme cuenta de que encontrar un nuevo trabajo y, con suerte, iniciar una nueva carrera laboral no iba a resultar tan sencillo como yo creía.


Decidí que había llegado la hora de enfrentarme a Will, de hablarle de mi frustración y de hacerle saber que necesitaba nuevos retos. Enfilé el pasillo que conducía a su oficina el lunes por la mañana y me acerqué a la mesa de Mercedes cuando ésta me hizo una señal.

—Will dice que quiere verte ahora mismo.

Tenía los ojos abiertos como platos por la expectación mientras se oían unos gritos de enfado que provenían del interior del despacho.

—¡No puedo creer que me estés haciendo esto!—se oía a Sam gritar mientras se me ponía la carne de gallina.

—¿Qué pasa?—le pregunté a Mercedes.

—Will lo acaba de poner de patitas en la calle. Se ve que le hizo alguno de sus comentarios a Santana porque estuviera acostándose con aquel hombre de color y Santana lo despidió, sin más—abrió los ojos con un entusiasmo apenas contenido—¿No te parece increíble?

Antes de darme tiempo a contestar, Sam salió como un vendaval del despacho, echando humo por los ojos mientras pasaba por mi lado y desfilaba por el pasillo.

Mercedes se puso de pie al instante y echó a correr detrás de él. Me los quedé mirando y luego respiré hondo.

¿Quién necesita esta mierda?, me dije.

No quería entrar en aquel despacho.

No quería oír nada más sobre Santana y el hombre de color.

Por Dios santo, ¿es que ese tipo no tiene un nombre?

Caminé por el suelo de cerámica y asomé la cabeza para ver a Will sentado en cuclillas en su silla y apoyando el cuerpo en el escritorio. Parecía que estaba hablando consigo mismo, vociferando mientras yo entraba en el despacho para decirle que estaba ahí.

—No puedes hacer eso—decía—No puedo dejar que lo hagas, eres demasiado importante para esta empresa y para este proyecto.

Me acerqué a él con sigilo, mirándolo mientras alzaba la vista para mirarme y un gesto de alivio cruzaba su cara.

—¡Brittany!—exclamó mi nombre con entusiasmo e hizo un movimiento con la mano para que me sentara en la silla de enfrente.

Señaló al teléfono manos libres que había encima de la mesa y me di cuenta de que estaba hablando con alguien.

—Habla con ella, Brittany, amenaza con irse. Dile que no puede hacernos esto.

Lo miré con gesto vacilante, sin saber de qué me estaba hablando.

—¿A quién?

—A Santana.

Me entraron unos sudores fríos mientras se volvía hacia el teléfono.

—Brittany, Brittany está aquí conmigo.

Se hizo un silencio.

—¿Brittany?—su voz denotaba cansancio.

La cabeza comenzó a darme vueltas.

—Hola, Santana.—dije las palabras en tono inexpresivo, sin emoción.

El corazón me latía desbocado.

Se hizo un nuevo silencio.

—Quiere irse, Brittany. Habla con ella—dijo Will.

Me dirigió una mirada dura que logró que me estremeciera en el asiento. No me salían las palabras al devolverle la mirada. Una vez más, se hizo un silencio demasiado largo.

—Ya he tenido suficiente, Will—la voz de Santana se oyó de nuevo, llenando la habitación.

—Escucha, lo he echado a la calle. Ya no tienes que tratar con Sam nunca más.—me miró de nuevo y esta vez me lanzó una mirada feroz—Díselo, Brittany.

Le devolví una mirada vacía.

—No puedo hacerlo, Will.

A pesar del modo en que me miraban sus ojos, no cambié de opinión.

—Santana ya sabe lo que tiene que hacer. Yo no voy a intentar convencerla de lo contrario—mi voz sonaba meticulosamente tranquila y controlada.

Will respondió extendiendo el brazo y apretando el botón que impedía escuchar la conversación por el altavoz.

—Vete—me ordenó entre dientes—Ya hablaremos más tarde.

—Lo siento, Will. Está quemada—me encogí de hombros.

Y yo también, pensé.

Levantó el dedo, tenía aspecto cansado mientras entrelazaba las manos. Apareció un gesto de resignación en su rostro.

—Vete a vigilar a Sam—me dijo—Asegúrate de que no haga ninguna tontería antes de marcharse.

Asentí con la cabeza, luego me levanté y salí de la habitación.

—Adiós, Britt.

Las palabras de Santana me llegaron justo cuando traspasaba el umbral de la puerta.

No me volví para contestarle.



Cuando llegué a casa aquella noche, Quinn estaba estirada en el sofá del salón, con una expresión de ansiedad dibujada en la cara.

En la televisión estaban dando las noticias locales. Arrojé mi maletín al suelo antes de echarme a su lado.

—Creo que ya no puedo más—le dije mientras cerraba los ojos y apoyaba la cabeza en su hombro.

Cuando siguió sin contestarme durante algunos segundos, abrí un ojo y le lancé una mirada suspicaz.

No era normal que estuviese tan callada.

—¿Qué pasa?—pregunté.

—Santana ha llamado.

Le devolví su mirada fija y luego, enfurecida de repente, levanté poco a poco la cabeza de su hombro.

—Quiere que la llames.

Cogí el trozo de papel que me ofrecía y me quedé mirando el número de teléfono que había garabateado ahí. Esperé que se me acelerara el corazón, pero no sentí nada.

—¿Has hablado con ella?

—Sólo un momento.

Arqueé las cejas y se retorció en el sofá.

—Parecía violenta y creo que la traté un poco mal.

Una pequeña sonrisa asomó a mis labios mientras me imaginaba la conversación.

—He hablado con ella hoy—dije en un susurro—Bueno, la verdad es que creo que sólo le dije «hola» y ya está.


Le resumí lo que había pasado en la oficina. Nos quedamos en silencio unos minutos mientras yo miraba el número de teléfono otra vez.

¿Por qué no tenía ganas de llamarla?

¿Por qué no me había abalanzado sobre el teléfono todavía?

Sacudí la cabeza y dejé el trozo de papel encima de la mesa.

—¿Vas a llamarla?

Miré a Quinn de reojo y negué con la cabeza.

—Me parece que no.

Se me quedó mirando un momento y luego asintió, aceptando mi decisión sin más. Se acercó y me pasó el brazo por los hombros. Me volví y apoyé las piernas en la mesita, acurrucándome en sus brazos mientras me concentraba en las noticias de la televisión.

—¿Cómo está Rach?—pregunté.

—Bien—respondió—Nos llevamos cada vez mejor, esto si va en serio.

No me molesté en llevarle la contraria.

—¿Britt?

—¿Sí?

—¿Has pensado alguna vez que tal vez tú y yo deberíamos estar juntas?

El hombre del tiempo estaba en pleno corazón de Estados Unidos.

—Sí,—admití—Lo cierto es que más de una vez.

Escuché atentamente la previsión meteorológica mientras aquel hombre hablaba entusiasmado sobre la ventisca que se cernía en aquel preciso instante sobre el Medio Oeste y que se esperaba que diese como resultado hasta un metro de nieve en Wisconsin antes de proseguir hacia el este del país.

Mi mente retrocedió en el tiempo hasta la tormenta de nieve de Chicago, con el recuerdo de Santana riendo mientras me estampaba una bola de nieve en plena cara. Recordé cuando la perseguí por el pasillo del hotel, queriendo besarla incluso entonces.

Bajé la vista para mirar el pequeño trozo de papel blanco que esperaba desafiante a que lo cogiera. Lancé un profundo suspiro y apreté con fuerza la mano de Quinn.




*****************************************************************************************************************

Hola, solo decir:

-Que queda un cap más el epílogo.

-Que PUEDE que cambie el nombre del foro a: http://gleelatino.foroactivo.net el viernes, pero solo PUEDE que lo haga.
Saludos =D


Última edición por 23l1 el Vie Sep 11, 2015 8:00 pm, editado 1 vez
23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por monica.santander Vie Sep 11, 2015 1:42 am

wooowwwwww la verdad es que estoy muy pero muy intrigada temo que esto no va a terminar bien.
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Elita Vie Sep 11, 2015 8:42 am

Jajajaja ya es viernes & sigue igual xD

Oye, espera..... Rachel trabaja con Britt también??????
Mmmm... de cierto modo me alegro que no la haya llamado...
Pero pues ya con el último cap, seguro que ya están juntas xD
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por andrenina89 Vie Sep 11, 2015 9:03 am

Nada mas queda esooo??? No vale demasiado corta esta historia :(
andrenina89
andrenina89
*
*

Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 20/03/2013

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por micky morales Vie Sep 11, 2015 9:18 am

vaya lo bueno no pde durar mucho, por un momento pense en big sean, que horror!!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por 23l1 Vie Sep 11, 2015 8:05 pm

monica.santander escribió:wooowwwwww la verdad es que estoy muy pero muy intrigada temo que esto no va a terminar bien.
Saludos


Hola, mmmm ojala y todo se solucione =/ Saludos =D

Pd: en cap anterior cometí un error de tipeo cuando salia "Rach o Rachel" era el nombre "Sam" (en la oficina)




Elita escribió:Jajajaja ya es viernes & sigue igual xD

Oye, espera..... Rachel trabaja con Britt también??????
Mmmm... de cierto modo me alegro que no la haya llamado...
Pero pues ya con el último cap, seguro que ya están juntas xD


Hola, jajaaj eso es bueno! Menos mal y siguieron con el dominio!!! o quizás no era esta semana xD esperemos y si siga el dominio jajaajajaj. Jajajja no es un error de tipeo esa el de sam. Tiene que tomar su tiempo, al igual que san. Obvio son las brittana! jajaajaj. Saludos =D




andrenina89 escribió:Nada mas queda esooo???  No vale demasiado corta esta historia :(


Hola, jaajajaj aquí el siguiente! ajajajajaj si, cortita, pero gusto mucho...vrdd¿? ajjajaj. Saludos =D

Pd: en cap anterior cometí un error de tipeo cuando salia "Rach o Rachel" era el nombre "Sam" (en la oficina)




micky morales escribió:vaya lo bueno no pde durar mucho, por un momento pense en big sean, que horror!!!!!


Hola, mmm así dicen =/ Q! nnonononononononononononononononon. Saludos =D


Pd: en cap anterior cometí un error de tipeo cuando salia "Rach o Rachel" era el nombre "Sam" (en la oficina)



Última edición por 23l1 el Vie Sep 11, 2015 8:13 pm, editado 1 vez
23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 - Fin

Mensaje por 23l1 Vie Sep 11, 2015 8:11 pm

Capitulo 17 - Fin

Tal y como había prometido el parte meteorológico, el Medio Oeste amaneció nevado por completo.

Las agencias de noticias locales y nacionales predecían algo similar para Boston antes del anochecer. Ya había comenzado a nevar y se esperaba que continuara durante todo el día.

Me planteé muy seriamente no ir a trabajar en todo el día.

Las noticias sobre el tráfico indicaban que la gente que tenía que desplazarse de las afueras al centro de la ciudad estaba quedándose en sus casas y sabía que casi todas las empresas cerrarían más temprano de lo habitual.

Al final decidí ponerme un par de vaqueros y un jersey cómodo, figurándome que casi todo el mundo haría lo mismo. Opté por el transporte público aquella mañana y comencé a tiritar con el aire frío y espeso que cubría la ciudad.

Mi actitud respecto al trabajo estaba empezando a asustarme.

No era normal en mí que no me motivara lo que estaba haciendo.


El centro de Boston tenía el aspecto escalofriante de una ciudad fantasma. Quizá no me había tomado las advertencias sobre la tormenta lo suficientemente en serio.

El bloque de oficinas de mi compañía estaba igual de vacío que todo lo demás, así que, me quedé un rato sin hacer nada de particular en la sala de ordenadores mientras el café se calentaba en la cafetera. Con una taza humeante por fin entre las manos me dirigí a mi despacho y me encaramé en el alféizar de la ventana, deseando haber traído conmigo el número de teléfono de Santana.

Ahora tenía la mente más despejada y me sentía más preparada para llamarla. Ya sabía por qué tenía miedo de hacerlo, tenía miedo de oír el rechazo de sus propios labios. Tenerla tan lejos me había ayudado a mitigar el dolor, sencillamente, era más fácil saber que se había acabado sin tenerlo que oír de su boca.

Me senté y miré por la ventana, fantaseando con la idea de llamarla, deseando saber qué iba a hacer con mi carrera y con mi futuro, y preguntándome si conseguiría reunir el coraje suficiente para decirle a Will que yo también necesitaba un respiro.

Hacia las diez y media, justo cuando la nieve empezaba a amontonarse alegremente en la calle, oí el sonido de unos pasos por el corredor. Era Will, sin duda. No había nada que consiguiera que aquel hombre se quedara en su casa y no viniera a trabajar, ni siquiera en un día como aquél.

Me puse en pie y decidí decirle que necesitaba un cambio. Enfilé el pasillo, me detuve justo delante de la oficina de Will y asomé la cabeza. Estaba sentado en su mesa, dándome la espalda. Me apoyé en las baldosas de la pared, armándome de valor y preparando mentalmente lo que iba a decirle.

Se oyeron más ruidos en el pasillo, al parecer, alguien más había decidido desafiar al mal tiempo. Eran unos ruidos extraños, como si alguien estuviera metiendo libros en una caja vacía.

Se me erizaron los pelos de la nuca mientras me incorporaba y echaba a andar por el pasillo en dirección al lugar de donde procedían los ruidos.

Era la oficina de Santana.

Tal vez, Sam hubiera vuelto y estuviera tramando alguna de las suyas. Apresuré el paso, decidida a saltar sobre él si de eso se trataba. Asomé la cabeza por la puerta y me detuve en el umbral.

Tardé unos segundos en reconocerla.

Era Santana, estaba vuelta de espaldas y sacando los libros de la estantería para arrojarlos sin contemplaciones en una caja abierta.

Apoyé la mano en el pomo de la puerta para ayudarme a mantener el equilibrio y comencé a sentir un hormigueo en la cabeza y en los dedos a causa de la ansiedad creciente.

Llevaba el pelo más largo y eran ahora más suaves por el peso. Lo llevaba recogido de cualquier manera con una sola goma de pelo y le caía en una cola por medio de los omoplatos. Estaba más delgada de lo que la recordaba y sus vaqueros ajustados seguramente eran dos tallas menores que los míos. Se había puesto un suéter de color azul oscuro y llevaba las mangas arremangadas.

Hechizada, la vi vaciar dos estantes enteros antes de encontrar un hilo de voz con el que hablarle.

—Hola.

Dio un salto al oír aquel saludo y se dio la vuelta rápidamente, a la defensiva. La observé mientras esbozaba un gesto de reconocimiento, suavizando su rostro con una sonrisa lenta y titubeante en los labios.

—Hola.

Aquella única palabra fue como una caricia que hizo que me flaquearan las piernas al instante.

—Tienes buen aspecto.

Qué frase tan estúpida, pensé.

—Gracias—dejó el libro que llevaba en la mano y se apoyó en la mesa, jugando distraídamente con un bolígrafo.

Me echó un rápido vistazo de arriba abajo.

—Tú pareces cansada.

¡Ay!

Esbocé una sonrisa forzada mientras luchaba por encontrar algo que decir.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Hice una mueca de dolor, consciente de lo frías que sonaban mis palabras.

—Me refiero a la tormenta. Pensaba que estabas atrapada en Wisconsin.

Santana prácticamente se encogió de hombros.

—En cuanto me di cuenta de lo difícil que iba a ser salir de ahí, me puse en camino hacia el aeropuerto. Sabía que me daría un ataque de claustrofobia si me quedaba.

Me lanzó una mirada cargada de complicidad, segura de que sabía a lo que se estaba refiriendo.

—Ya sabes lo que es...

La imagen de la persecución por el pasillo del hotel de Chicago acudió a mi mente, pero inmediatamente otra imagen la reemplazó: la de Santana en una habitación de hotel, en la cama con un hombre. Por su expresión ceñuda, me di cuenta demasiado tarde de que estaba haciendo una mueca de dolor.

—¿Te dijo Quinn que te llamé ayer?

Asentí tímidamente con la cabeza.

—¿No me llamaste, verdad que no?

Realmente parecía herida.

—Te dejé un mensaje y mi número de vuelo en la recepción del hotel

No podía creerlo.

Me imaginé que había supuesto que me pondría a saltar de alegría en cuanto hubiera recibido su llamada y qué echaría a correr hacia el aeropuerto para ir a buscarla.

Levanté la barbilla de forma involuntaria y me encogí de hombros.

—Supuse que esperar unas cuantas horas a que te llamara no era nada comparado a los dos meses que he esperado yo para tener noticias tuyas.

Me sentí aliviada al pronunciar aquellas palabras, a pesar de que iba arrepintiéndome de todas y cada una de ellas a medida que iban saliendo de mi boca.

Frunció los labios con gesto triste.

—Bueno, supongo que me lo merezco.

Parecía derrotada.

—Lo siento, ya sé que debería haberte llamado hace mucho tiempo.

—¿Ah, sí? ¿Para decirme qué? ¿Qué te estás yendo a la cama con un tipo?—hablaba en tono tranquilo, sarcástico—Eso ya hace tiempo que lo sé. No se habla de otra cosa desde hace un mes o algo así.

Estaba tratando de herirla, a la vez que deseaba con todas mis fuerzas que negara aquellas acusaciones.

Me devolvió una mirada serena, ni tan siquiera pestañeó.

¡Vamos!

¡Niégalo!

¡Niégalo!

El corazón me dio un vuelco. Los rumores eran ciertos después de todo.

—Sam—dijo con resignación.

Movió la cabeza lentamente y luego me miró a los ojos.

—Esto no está saliendo como lo había planeado—pasó por encima de una caja y se acercó a mí—Tenemos que hablar.

Me puse rígida.

Ya había oído suficiente.

Su falta de interés por negar las acusaciones había sido lo bastante elocuente.

—¡Eh, la has encontrado!

Will estaba detrás de mí, vociferando por encima de mi hombro antes de apoyarse en el marco de la puerta, junto a mí.

—¿Te lo ha dicho? La he convencido para que se tome una excedencia y se lo piense, en lugar de abandonarnos definitivamente.

Recorrí la habitación con la vista y me fijé en las cajas que contenían todos los objetos personales de Santana.

¿A quién creía Will que estaba engañando?

Aquello no me parecía una excedencia temporal.

Mis ojos se centraron en Santana de nuevo, que me estaba siguiendo con la mirada y mordiéndose la lengua.

Will estaba diciendo que necesitaba hablar con ella y me excusé, saliendo de la oficina y apartando mis ojos de los de Santana. Al cabo de tres pasos, noté, un violento martilleo en las sienes y me di unos masajes mientras caminaba por el pasillo en dirección a mi oficina.

Sin pensarlo dos veces, me puse el anorak de esquiar y me fui.

La nieve había cuajado, sobre todo en las calles del centro de la ciudad, y en las aceras no había rastro alguno de pisadas, avancé penosamente por una calle tras otra, sin rumbo fijo y con la nieve llegándome a los tobillos.

Estaba llena de ira y frustración.

Todos los sentimientos que había guardado celosamente en mi interior estaban haciendo su aparición de nuevo y mi enfado reprimido me escocía en la garganta. Los copos de nieve iban cayendo a mí alrededor y las diminutas bolas de hielo me azotaban la cara mientras vagaba por la ciudad silenciosa.

Los edificios del muelle me hacían señales, atrayéndome, hasta que me encontré en la orilla del océano, viendo las cabrillas chocar contra las amarras del puerto. Las fuertes ráfagas de viento formaban remolinos con la nieve y hacían que las campanas de los barcos amarrados sonasen en señal de protesta.

Mientras contemplaba el espectáculo de las olas al chocar contra el muelle, volví a pensar en Santana.

Se ha acabado, no pienses más en ella, olvídalo.

Comencé a tiritar de frío y me apoyé en la barandilla para observar el oleaje.

—He sido una egoísta.

Oí la voz de Santana en medio del fragor del viento. Sin necesidad de volverme para mirarla, podía notar su presencia junto a mí.

No respondí.

—Sé que estás enfadada y tienes todo el derecho a estarlo.

No sabía cómo contestarle y no tenía el valor para mirarla.

—Dime algo, Britt.

Parecía asustada.

—Grítame, por favor. Desahógate.

Miré hacia el océano y vi que la nieve era demasiado espesa para ver el aeropuerto Logan al otro lado de la bahía.

Ya no estaba enfadada y así se lo dije.

—Ya no hace falta—la miré de reojo un momento y me fijé en el modo en que el viento la despeinaba y le daba latigazos con el pelo en la cara.

Sabía que me estaba mirando, esperando que dijera algo más, pero ya no tenía nada más que decir.

Tirité de frío de nuevo y me hundí más en mi anorak.

—Te debo una explicación—dijo.

—No, no hace falta.

No quería escuchar sus palabras. Las excusas. La justificación... pero no quiso escucharme.

—He estado tan encerrada en mí misma, haciendo lo que creía que debía hacer—sus palabras sonaban afectadas y vacilantes—, Que ni siquiera pensé en el modo en que esto podría estar afectándote.

¿Cómo podía ser tan insensible?

Incrédula, al final me volví para encararla.

—¿No pensaste que me podría hacer daño oír que te estabas acostando con un hombre? ¿De verdad crees que estar contigo en Atlanta significó tan poco para mí que no me importaría que te estuvieras viendo con alguien? ¿Especialmente con un hombre?¿Especialmente después del modo en que te marchaste?

Me sentía insultada.

—¿De verdad signifiqué tan poco para ti?

Sus ojos reflejaron mi dolor.

Contuvo sus palabras mientras extendía la mano para tocarme el brazo. Intenté no inmutarme.

—Britt, no sabía lo que Sam estaba diciendo por aquí.

Una ráfaga de aire la empujó hacia mí y la cogí automáticamente para ayudarla a mantener el equilibrio. Sus ojos oscuros no dejaron de mirar a los míos mientras continuaba hablando.

—Supuse que estaría haciendo circular rumores sobre mí, pero no estaba segura. Además, confiaba en que tú me conocías bien. No me he estado acostando con nadie, Britt. Te lo juro.

Perpleja, me la quedé mirando fijamente, sin saber si dar crédito a sus palabras o no.

—No me marché de Atlanta para meterme en la cama con nadie. Me marché porque mi vida había cambiado de la noche a la mañana y no estaba preparada para enfrentarme a la manera en que la gente estaba reaccionado a este cambio. No sabía si podría vivir así—tragó saliva y continuó hablando—Cometí el error de creer que tenía que estar lejos de ti para encontrar las respuestas. Tenía tanto miedo de que lo que estaba sintiendo se interpusiera entre nosotras... No quería echarte las culpas ni hacerte más daño y veía cuánto daño te estaba haciendo—se estremeció y se apoyó contra la barandilla—He estado haciendo planes, tomando decisiones y haciendo toda clase de suposiciones, pero no tenía intención de dejar el trabajo o algo parecido hasta que hubiera hablado contigo.

La miré, más confundida que nunca.

—Santana, no lo entiendo—dije, negando con la cabeza—¿Qué quieres de mí?

Se pasó los brazos por la cintura. El delgado abrigo de lana que llevaba no podía abrigarla lo suficiente.

—Ahora mismo, quiero que te vengas a casa conmigo para que podamos hablar sin más malentendidos.

—¿Quieres quedarte atrapada en casa por la nieve conmigo y tu compañera de piso?

Esbocé una sonrisa irónica.

Se echó a reír.

—Se fue del piso el mes pasado. Está casi vacío.

Moví la cabeza de nuevo y suspiré. Me había invadido un cansancio repentino.

—¿Para qué, Santana? Tratar de olvidar lo nuestro ya ha sido bastante duro para mí. No quiero pasar por ello otra vez. Duele demasiado.

—Pero de eso se trata justamente. Yo no me he olvidado de lo nuestro, nunca intenté olvidar lo nuestro y no quiero olvidarlo.

—Santana, te estoy diciendo que no puedo hacerlo. No puedo despertarme todas las mañanas, preguntándome si vas a estar ahí o si simplemente soy algo en lo que entretenerte mientras encuentras al tipo adecuado.

Por vez primera en toda la mañana, un brillo colérico asomó por sus ojos. Se acercó a mí, apretó la mandíbula y presionó un dedo contra mi esternón. A pesar de que el anorak era grueso, noté la presión amenazadora.

—Has estado esperando que te fallara desde el primer día. Tú y tus amigos esperaban que te dejara, esperaban que volviera a los hombres. No te he dado ningún motivo para que creyeras que era eso lo que iba a hacer—se metió la mano en el bolsillo del abrigo y continuó con su diatriba, ahora más calmada—He pasado muchísimo tiempo asimilando todo esto. Sé que nunca me he sentido tan cerca de alguien. Nunca antes había tenido una amiga y una amante en la misma persona. Sé que un hombre nunca me podría dar esto y estoy segura de que no quiero que ningún hombre vuelva a tocarme jamás, no, después de haber hecho el amor contigo. Además, sé incluso que aunque te fueras y me dejaras ahora mismo, continuaría siendo lesbiana.

Me la quedé mirando, atónita, recordando las palabras que había dicho aquella noche fuera del bar de Cambridge.

«No soy una tortillera. No quiero ser una tortillera.»

—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?—le pregunté.

Ladeó la cabeza hacia atrás y se echó a reír, con una risa frívola.

—¿Quieres que te lo diga otra vez?—me preguntó en tono burlón.

Luego me miró fijamente y esbozó una sonrisa radiante.

— Soy lesbiana.

Pronunció la palabra con orgullo antes de alzar la voz para gritar a pleno pulmón.

—¡Soy lesbiana!

Fui incapaz de reprimir la sonrisa que afloró a mis labios.

—No puedo creer lo que estoy oyendo.

—Bueno, créelo—dijo en tono suplicante—Y deja ya de castigarme por no haber amado a otra mujer antes que a ti—bajó la voz.

¿Era eso lo que había estado haciendo?

¿Le había puesto una etiqueta y había llegado a unas determinadas conclusiones, basándome únicamente en aquella etiqueta?

Lo había hecho.

En aquel breve momento, la verdad y la sabiduría de aquellas palabras me azotaron con más fuerza y frío que las diminutas partículas de hielo que continuaban golpeándome la cara.

—¿Tú no eras heterosexual en algún momento de tu vida?—me preguntó—¿Antes de enamorarte de Julie y darte cuenta de que eras gay?

La miré a los ojos y me sentí derrotada.

—Nunca había pensado en ello desde ese ángulo—asentí haciendo una mueca—Tienes toda la razón—admití.

Las ráfagas de aire comenzaron a disminuir de intensidad mientras unos copos densos y pesados caían entre nosotras.

—Lo siento.

—Yo también lo siento. No he sido demasiado hábil, pero por Dios, Britt, si sientes algo por mí, no lo niegues y no lo dejes olvidado en un rincón. Ven a casa conmigo. Hablemos. Tenemos tanto de que hablar—se acercó a mí de nuevo y me rodeó el brazo con los dedos.

No podía creer que después de todos los malos tragos que mi mente me había hecho pasar durante los últimos meses, Santana estuviera realmente ahí, diciéndome todo aquello.

Todas mis suposiciones anteriores se vinieron abajo.

—Tienes razón, tenemos que hablar.

Vacilé un poco mientras recobraba el buen humor.

—¿No querrá esto decir que quieres salir conmigo de nuevo?

Vio mi sonrisa inesperada y lanzó una suave y deliciosa carcajada.

—¿Salir contigo?—dijo, negando con la cabeza—No. Quiero casarme contigo.

—No juegues conmigo, Santana—me aparté de su lado.

Extendió ambos brazos para cogerme por los hombros, con gesto compungido.

—No estoy jugando contigo.

El temor y las dudas se cernían como una losa pesada sobre nosotras.

—Oh, Britt-Britt, escúchame—me atrajo hacia sí hasta que su cara estuvo a escasos centímetros de la mía—Te quiero. ¿No lo sabías? Y quiero quererte como no fui capaz de hacerlo antes. Sin miedos, sin que ninguna de las dos sienta miedo.

La miré a los ojos, deseando creer sus palabras, escuchando la batalla que se estaba librando entre mi corazón y mi mente.

—¿Estás segura?—le pregunté, no sin cierto recelo.

—Nunca he estado más segura de algo en toda mi vida. La pregunta es, ¿qué quieres tú, Britt? ¿Qué sientes?

Suspiré, preguntándome si podría decir las palabras, sabiendo que tenía que hacerlo.

—Quiero un compromiso. Una pareja de verdad.

Me miró mientras una sonrisa lenta iba asomando a sus labios.

—¿Una especie de matrimonio?—dijo riendo.

Sentí cómo me embargaba una sensación de júbilo y la reprimí cuidadosamente.

—Algo así—respondí, aparentando indiferencia.

Esbozó una amplia sonrisa y asintió,

—Y una casa...—dejó la frase en suspenso.

—En las afueras. Con un gran jardín—la terminé.

Asintió de nuevo, disfrutando del juego.

—¿Con un cachorro? ¿Un gatito tal vez?

—Los dos—decidí—Y cualquier otra cosa que necesite un hogar.

Mis deseos se estaban transformando en sensiblería sentimentaloide.

—¿Y qué más, Britt-Britt?—extendió el brazo y en un solo movimiento vertical me bajó la cremallera del anorak.

Unos dedos fríos comenzaron a palparme el vientre y se detuvieron en mí cintura.

—¿Qué más quieres?

Me flaqueaban las rodillas y me puse seria al instante.

—Te quiero a ti. Quiero que estemos juntas.

Las palabras se escaparon de mis labios antes que pudiera frenarlas.

Lanzó una sonrisa de satisfacción y sus ojos se iluminaron cuando su mano izquierda fue a reunirse con la derecha por debajo de mi suéter.

—¿Y qué sientes por mí, Britt?

Me eché a reír, dándome cuenta de que estaba pinchándome de nuevo, deseando oír lo que había querido decirle durante tanto tiempo.

—Te quiero, San—levanté la mano para retirarle los mechones de pelo de las mejillas, tragando saliva—Siempre te he querido.

Sonrió, apoyándose en mí hasta que sus labios me rozaron el cuello.

—Por fin—suspiró—Dímelo otra vez.

Cerré los ojos y dejé que aquel embrujo me embargara mientras levantaba los brazos para rodear su cuerpo.

—Te quiero, Sanny.

A pesar de que no veía su cara, sabía que estaba sonriendo.

—Te quiero, Britt-Britt

Nos quedamos abrazadas un rato más hasta que levantó la cabeza.

—Si nos quedamos así mucho tiempo, a lo mejor Will nos ve y ya no hace falta que nos preocupemos porque me dé la lata para que me quede—me dio un beso rápido en los labios y dio un paso atrás, agarrándome del brazo—¿Te vienes a casa conmigo?

—Supongo que no tengo nada mejor que hacer—me encogí de hombros, sonriendo.

Nos volvimos y echamos a andar por la orilla del océano, escuchando la belleza silenciosa que nos rodeaba mientras avanzábamos con esfuerzo por la nieve.

—Quiero que conozcas a una amiga mía—dijo Santana, al tiempo que hacíamos lo posible por proteger nuestros rostros de los azotes de la nieve.

Arqueé las cejas, sin saber adónde quería ir a parar con lo que me estaba diciendo.

—Se trata de Emily, la he encontrado.

—¡No!

—Sí. Llamé a su familia y me dieron su número de teléfono. Me ha perdonado, Britt—la voz le tembló imperceptiblemente.

—¡San, eso es maravilloso!—la abracé con entusiasmo.

—No arruiné su vida como pensaba que había hecho.


Santana irradiaba alegría y estaba dando saltitos delante de mí como una niña.

—Conoció a una mujer justo después del instituto y todavía están juntas. Le hablé de ti.

Las palabras le salían atropelladamente de los labios.

Me detuve un momento y me la quedé mirando en silencio.

—Te ayudó a aclarar todo esto, ¿no es así? Me refiero a ti y a mí.

Se detuvo para devolverme la mirada, con una sonrisa pensativa en los labios.

—Sí, sí que me ayudó. Ironías de la vida, ¿no te parece?

Estuve de acuerdo con ella.

—Le dije que venía a Boston para conseguir que te volvieras loca por mí.

Esperó a que la alcanzara y, cuando llegué a su altura, deslizó su brazo por el mío de nuevo.

—¿Voy por buen camino hasta ahora?

Ladeé la cabeza.

—No está mal... para empezar. Pero vas a tener que resarcirme por todo el tiempo perdido.

Se echó a reír y me apretó el brazo.

—¡Oh, me muero de ganas de empezar a compensarte!. Voy a quererte cada minuto de mi vida. ¿No te he convencido todavía de que te cases conmigo?

Echó a correr delante de mí otra vez y se agachó para recoger un puñado de nieve.

—Todavía no—contesté—, Pero continúa intentándolo.

—Lo haré, Britt-Britt—exclamó—Lo haré.

Con el corazón rebosante de felicidad, me detuve y vi cómo empezaba a aplastar unos copos de nieve entre las palmas de las manos.

Ah. ¿Con que ésas tenemos, eh?, pensé, y me agaché para recoger algo de nieve yo también.

Cuando me estaba incorporando, una bola de nieve me aterrizó en la cara y unas risitas de regocijo llegaron hasta mis oídos. Cuando abrí los ojos, la vi correr a lo lejos, cayéndose y resbalándose mientras trataba de huir de mí, riendo y soltando carcajadas a mandíbula batiente.

Sólo tardé un segundo en echarme a correr tras ella, con mi propia risa uniéndose a sus carcajadas, consciente de que esta vez, cuando la atrapara, la enterraría entre la nieve y la cubriría de besos hasta la eternidad.



***************************************************************************************************************
Hola solo decir que en el cap anterior cometí un error de tipeo cuando salia "Rach o Rachel" era el nombre "Sam" (en la oficina) Saludos =D
23l1
23l1
-*-*-*
-*-*-*

Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Pao Up Vie Sep 11, 2015 8:47 pm

como que fin?!
avatar
Pao Up
---
---

Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Elita Sáb Sep 12, 2015 11:22 am

Estuvo bonito :3

Qué complicado esto de entrar ahora -.-'
Nade se hará cargo del foro?
Sabes quienes son las que administran esto ahora?????
Espero El Epílogo pronto.... & que puedas leer esto xD
Elita
Elita
-
-

Femenino Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Club New Directions Samuel


Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Lucy LP Sáb Sep 12, 2015 1:34 pm

https://gleelatino.forosactivos.net/ esta la nueva dirección del foro
Lucy LP
Lucy LP
****
****

Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Lucy LP Sáb Sep 12, 2015 1:35 pm

Elita escribió:Estuvo bonito :3

Qué complicado esto de entrar ahora -.-'
Nade se hará cargo del foro?
Sabes quienes son las que administran esto ahora?????
Espero El Epílogo pronto.... & que puedas leer esto xD

dicen que lo dejaran como foro Elita https://gleelatino.forosactivos.net/ esta sera la nueva direccion
Lucy LP
Lucy LP
****
****

Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 01/07/2015
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

[Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo - Página 4 Empty Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Nunca Digas Jamás (Adaptada) Cap 17 Epílogo

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 4 de 5. Precedente  1, 2, 3, 4, 5  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.