[Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final

Capitulo 32

Brittany se miró en el espejo, preguntándose por qué no se veía diferente esta mañana.

Ciertamente se sentía diferente.

¿Alguien sabría?

¿Alguien sabría qué había pasado los últimos dos días en la cama de otra mujer?

Agarró el mostrador con fuerza, todavía no se acostumbraba al flujo de deseo que se apoderaba de ella cada vez que pensaba en Santana haciéndole el amor y ella amando a Santana.

Sólo una vez más, le había rogado a Santana.

Sólo una vez más.

Un beso más, una caricia más.

Pero nunca era suficiente.

El sábado se convirtió en domingo, mientras cada una exploraba cada centímetro del cuerpo de la otra, encontrando los lugares secretos, llevándose la una a la otra al límite una y otra vez.

Y aun así no era suficiente.

Abrió el grifo, salpicando su cara con agua, recordando cada beso, cada caricia, cada vez que gritaba el nombre de Santana.

—Dios mío—murmuró.

Incluso ahora, aún podía sentir su deseo, aún podía oler a Santana, saborearla. Todavía podía imaginar sus dedos mientras se deslizaban en su humedad, acariciándola, haciéndole venir una y otra vez.

Cerró el suministro de agua, mirándose una vez más.

¿Cómo iba a superar el día?

Cuando viera a Santana, ¿cómo iba a detenerse para no tocarla?

¿Cómo sería capaz de mirarla y no la quererla?

¿Por qué no lo habían discutido?

¿Si quiera habían hablado?

No, en realidad no.

Ciertamente no sobre Sam. No tuvieron que hacerlo. Santana tocó su dedo donde el anillo había estado. No había necesidad de traer a Sam a su fin de semana.

¿Pero y el resto?

No, no habían hablado de ello.

Como Santana había dicho una vez, era muy aterrador.

Pero ¿qué harían ahora?

Ellas reconocieron su atracción, sí.

Actuaron en esa atracción.

¿Y ahora qué?

El pánico y el miedo le llenaron casi ahogándola.

¿Eso sería todo?

¿Un fin de semana?

¿Estaba Santana satisfecha?

¿O podrían tener citas ahora?

¿O Santana pensaría que necesitaban ver a otras personas?

¿Pensará que quiero ver a otras mujeres?

Respiró profundamente, preguntándose por qué de repente todo parecía tan complicado.

Así es que tuvieron sexo. Era algo natural. Se sentían atraídas la una a la otra, así es que tuvieron sexo. Nada más, nada menos.

Correcto.

Entonces, ¿entonces por qué en su interior sentía todo mezclado?

¿Por qué estaba su corazón alojado en su garganta?

¿Y por qué se escondía en el baño de mujeres a las siete y media de la mañana?

Antes de que una respuesta viniera a ella, la puerta se abrió. Levantó la mirada, capturando el reflejo en el espejo. En esa sola mirada, sus temores se apaciguaron tan rápidamente como habían aparecido. Debido a que la mirada en los ojos de Santana, era la misma mirada que había visto en todo el fin de semana.

Deseo.

Entendimiento.

Y la apenas simulada mirada de anhelo.

Brittany se volvió lentamente, absorbiendo la calidez y el afecto que encontró ahí, sorprendida de ser capaz de detenerse de lanzarse hacia los brazos de Santana.

—¿Estás bien?

Brittany asintió con la cabeza, temerosa de hablar.

Santana dejó que la puerta se cerrara detrás de ella, luego se acercó.

Demasiado cerca.

Esta vez Brittany no pudo detenerse y movió su mano capturando los dedos de Santana entre los suyos.

—Probablemente debimos haber hablado—dijo Santana, sus labios insinuando una sonrisa.

—Sí. No estoy segura de cómo se supone debo actuar esta mañana.

Se miraron la una a la otra, sus dedos aun tocándose. Entonces Santana finalmente sonrió, apretando sus dedos antes de alejarse.

—Vamos a estar bien—dijo—Somos compañeras—Santana se fue a la puerta, luego se detuvo, volviéndose—Tuve un fin de semana fantástico. ¿Cómo estuvo el tuyo?

Brittany rió, sintiendo la tensión salir de la habitación.

—Si. Fue un fin de semana maravilloso.

—Bien—Santana salió, luego asomó la cabeza al interior—¿Tal vez podríamos hacerlo de nuevo? ¿Pronto?

—Sí. Me gustaría eso.

—Bien—entonces le guiñó un ojo—¿Ves? Estamos hablando de eso.

La puerta se cerró detrás de ella y Brittany se volvió hacia el espejo, encontrándose con sus ojos. Había una clase diferente de miedo en ellos esta vez.

Creo que me estoy enamorando de ella.

Por supuesto, tomando en cuenta de cómo acababa de pasar el fin de semana, esperaba que fuera algo más que lujuria lo que la había mantenido en la cama de Santana durante dos días.

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Capitulo 33

Se reunieron rodeando el escritorio de Will, desordenando las sillas de visitantes para sentarse todos.

Quinn echó su silla hacia atrás, apoyándose en la pared mientras observaba a López y Pierce.

Estaba pasando algo con ellas.

En primer lugar, se sentaron tan lejos como les fue posible, lo que Quinn encontró extraño. Normalmente, estaban prácticamente pegadas por la cadera. Y en segundo lugar, no se estaban mirando la una a la otra. Arqueó una ceja mientras casualmente miró la mano de Brittany.

No había anillo.

¿No había anillo?

—Bueno, terminemos esto—dijo Will—Finalmente conseguí la aprobación para detener por 24 hs a John Doe. Tuve que sacar varios favores por esto, tomando en cuenta que ni siquiera es un sospechoso.

—Su hermano…

—Sí, el hermano misterioso, o hermana, dependiendo de su estado de ánimo—Will miró a Santana—López, entiendo que ambas hablaron con él el viernes. ¿Por qué no nos informan?

Santana cruzó las piernas y miró a Brittany rápidamente.

—Bueno, como todos saben, estuvimos buscando a John durante toda la semana. Finalmente lo encontramos la tarde del viernes. En un vestido.

—¿Qué diablos?

—Él dijo que era su turno de ser la hermana. Básicamente, cada vez que Patrick quiere que sea la hermana, le deja el vestido. Así que cuando John se despierta y el vestido está ahí, él sabe que tiene que ser la hermana.

—¿Y cuál es el propósito de eso?—preguntó Hudson.

—No tenemos idea—dijo Brittany—John no sabe por qué, y no se lo pregunta. Él simplemente hace lo que dice a su hermano.

—¿Crees que podría ser una coartada?—preguntó Quinn—Quiero decir, si John es visto en la calle con el vestido, ellos sólo asumirían que es Patrick, como siempre.

—Creo que el vestido es un capricho de Patrick—dijo Brittany—Pero no creo que sea la norma para él.

—John decía que eran lo opuesto—dijo Santana—Cuando él está despierto durante el día, Patrick duerme. Por la noche él duerme y Patrick está afuera y rondando. Y normalmente no duermen juntos.

—John dijo que Patrick se queda en el interior, donde es frío y oscuro. El agujero en la pared—dijo Brittany.

—¿Un almacén?

—Hay un montón de edificios abandonados. Podrían ser fríos y oscuros.

—John es como un niño—dijo Brittany—Ve las cosas en blanco y negro. Cuando le preguntamos dónde dormía Patrick dijo que en el agujero en la pared. Porque eso es lo que ve. Él no ve un edificio o un almacén, o lo que sea. Para él, ve a Patrick entrando en un agujero en la pared.

—Y tengo la impresión de que él tenía miedo de ese agujero—Santana añadido.

—Dile a Will sobre la parte gemela—dijo Quinn.

—Oh, sí. No sólo hermanos. Dijo que eran gemelos.

—¿Gemelos idénticos?—se preguntó Will—¿Me estás tomando el pelo?

—No idénticos—dijo Brittany—Su ADN es diferente.

—No lo entiendo.

—La secuencia de ADN de John sugiere que es un familiar, por lo tanto su hermano. Artie dijo que los gemelos idénticos proceden de un huevo que se divide, por lo que esencialmente son dos del mismo huevo. Los gemelos fraternos empiezan como dos huevos separados. Ellos podrían lucir iguales, pero no idénticos.

—¿Artie te dijo todo esto y tú realmente entendiste?—Santana bromeó.

—Hey, no soy tan tonta como parezco—dijo Quinn mientras le arrojaba un bolígrafo—No. Es que he estado con ustedes anteriormente, cuando Artie te explicó lo del ADN. He visto la mirada en blanco en tu cara.

—Niñas, ¿podemos enfocarnos en esto, por favor?

—Lo siento teniente—dijeron al unísono.

—Está bien, tenemos tres asesinatos relacionados con esto. El otro caso... ¿hace cuatro meses ahora?—él revisó a través de los archivos—El que Karofky y Smythe tenían. Sí, Christine Farmer. 26. departamentos Cascade. Luego pasaron casi tres meses antes de tener a Dana Burrows, la estudiante universitaria, en los departamentos de Stone Ridge. Ahora, Rhonda Hampton, de nuevo en Cascades. Todas mujeres en sus veintes, todas vivían solas.

—Todos en la planta baja—añadió Hudson.

—Ninguna de las mujeres fueron violadas, sin embargo, se ha encontrado semen en cada víctima—dijo Quinn.

—No se olviden de Rudy Bobby—dijo Santana—Nuestro vagabundo que fue asesinado con el arma homicida que usaron en nuestras chicas.

—Y la fibra que coincide—Brittany les recordó.

—Así es. Se encontró una fibra en Dana Burrows—dijo Will—Y coincidía con la manta que cubría al vagabundo.

—El Tox de Rudy Bobby mostró cocaína. Algo que nuestro niño dijo…—Santana miró a Hudson—…No tú. El otro niño. Él dijo que Patrick le da dinero. Y dijo que Patrick está afuera y rondando en las noches, no durante el día. Junta las piezas con el hecho de que los otros en la calle tienen miedo de Patrick…

—¿Distribuidor de drogas?

—Yo no diría distribuidor. Supongo que más bien un mensajero. Y apostaría que Rudy Bobby le robó un poco a Patrick y eso lo llevó a la muerte. Quizás Rudy Bobby estaba siguiéndole, vio cosas que no debió ver. Tal vez lo siguió hasta el departamento, vio el asesinato, entró…

—Sin saberlo, dejó una fibra—dijo Brittany.

—O tal vez vio el asesinato y chantajeó a Patrick, negociando su silencio por cocaína—sugirió Hudson.

Santana asintió.

—Podría ser más aceptable que robarlo, tienes razón.

—Todavía no entiendo lo del traje—dijo Will. Miró a Pierce—Dijiste que un capricho suyo, pero no la norma. ¿Cuáles son tus ideas?

—Creo que, como dijo Quinn, es una especie de coartada. No me sorprendería si él estuviera con el vestido puesto cuando mata a sus víctimas. Todos nos hemos preguntando cómo logra entrar en los departamentos. Vestido como una mujer. Una mujer joven, probablemente conseguiría con más facilidad que otra le abriera la puerta—miró a Santana—Si alguien lo ve yendo y viniendo, verían a una mujer.

—Y que John use el vestido de vez en cuando, le permitiría a Patrick estar en las calles durante el día haciéndose pasar por John. Tengo la impresión de John, que Patrick rara vez está fuera de casa durante el día. Así que en las ocasiones en que quiere, o necesita, estar afuera, hace que John use el vestido y Patrick se transforma en John, dejando al verdadero Patrick bajo cubierta.

Quinn la miró, sacudiendo la cabeza.

—Jesucristo, López, creo que has tomado demasiadas clases de psicología. ¿Él se transforma en John? ¿No crees que él sólo sea un matón que le va eso de vestirse como mujer?

—Creo que Santana tiene razón—dijo Brittany—Esto va más allá de jugar a disfrazarse. Y sé que nunca hemos conocido a Patrick, ni siquiera sabemos cómo luce, pero creo, como dice John, que ellos son bastante opuestos. Creo que es muy inteligente, mientras que John no lo es. Asumiría que es calculador, meticuloso. John es un niño, simple y por lo tanto fácil de manipular. Creo que el vestido es sólo parte del juego. No creo que él lo haga por razones emocionales.

Will se recostó en su silla, lentamente, frotándose la calva, observándolos. Se encontró con los ojos de Quinn y arqueó las cejas. Ella se encogió de hombros.

—El capitán quiere que traigamos a CIU, junto con un perfilador—dijo—Personalmente, no me gusta cuando CIU se involucra.

Él miró rápidamente a Quinn.

—Lo siento. Sin ánimo de ofender a Rachel.

Quinn sonrió.

—Me siento de la misma manera, Teniente.

—Bien. Vamos a tratar de terminar con esto. Detención por Veinticuatro horas. Ustedes deciden cómo romperlo. Nadie sale solo—dijo echando un vistazo a Santana—Si necesitamos ayuda, puedo intentar sacar a alguien de otro equipo. Sugeriría Karofky y Smythe, pero…

—Podemos manejarlo, Teniente—dijo Quinn rápidamente—Como dijo tratemos de terminar con esto.

—Muy bien. Pero quiero que me mantengas informado. Tengo una reunión con Figgins de narcóticos, quiero ver si este Patrick está en su radar.

—Sí, señor.

—Lo digo en serio. Déjenme saber lo que consiguen. El capitán quiere una actualización al final del día. Supongo que tenemos un par días más, antes de que CIU y el perfilador sean llamados.

—Bueno, Brittany y yo vamos a dirigirnos al refugio—dijo Santana—Queremos hablar con Emma otra vez. Ella conoce a John. Puede que no conozca a Patrick, pero a lo mejor sabe de Patty.

—Entonces parece que Hudson y yo tenemos la primera guardia—dijo Quinn cuando se puso de pie. Señaló a Santana y a Brittany—Ustedes dos necesitan descansar un poco esta tarde, si van a tomar el turno de la noche.

—¿Una siesta?

—Sí, López, vas a desear haber tomado una siesta cuando sean las 02 a.m. y estén rodando por los alrededores y cruzando la calle.

—Está bien. ¿Así que hacemos el cambio a las qué? ¿Siete? ¿Ocho?

—Digamos ocho. Y toma una radio en caso de que necesitemos reportar.

—Diez-cuatro—dijo Santana con una sonrisa.

Quinn salió con Santana, empujando su hombro.

—¿Y? ¿Tuviste un buen fin de semana?—preguntó en voz baja.

Quinn se sorprendió por el ligero rubor que coloreó el rostro de Santana.

—Sí. Bien—dijo—¿Tú?

—Uh-huh. Rach me arrastró en busca de casas.

—Lamento haberme perdido eso.

—Sí. Yo estaba esperando que me llamaras ayer y me persuadieras para ir al lago.

—Sí, bueno, tuve que...ya sabes, lavar la ropa y otras cosas para ponerme al día.

Quinn se rió.

—Eres tan malditamente linda, López.

—¿Qué demonios significa eso?

—Eso significa que soy una detective, sabelotodo.

Santana arqueó una ceja.

—Ella no está usando su anillo—dijo Quinn.

Santana se sonrojó de nuevo.

—Mira, por favor, no digas nada—susurró, y luego dio un paso atrás cuando Brittany se acercó.

—Estoy lista si tú lo estás.

—Sí, claro. Todo listo—se alejó y luego se volteó—Nos vemos a las ocho, Fabray.

Quinn las vio irse, sonriendo.

—¿Qué pasa contigo?—preguntó Hudson.

—Nada.

—¿Te diste cuenta que Pierce no tenía su anillo puesto?

Quinn se rió.

—Oh, sí. Me di cuenta.

—¿Qué pasa con eso?

—¿Cuál sería tu suposición, Hudson?
 

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Capitulo 34

Mientras se abrían camino por la acera a la entrada refugio, Brittany le agarró del brazo y la detuvo.

—Santana, ¿podemos hablar un momento?

Santana se dio la vuelta, asintiendo.

—Por supuesto. ¿Qué? ¿Quieres hacer el interrogatorio? Está bien. Emma…

—No. No, no es eso—Brittany la empujó a un lado—¿Por qué estamos haciendo esto?

—¿Haciendo qué?

—Santana, ¿estás...no sé... nerviosa por lo que pasó el fin de semana?

Santana se echó a reír y se dio cuenta de que sonaba nerviosa.

—Puede que lo esté un poco, sí. No pensé que lo demostraba.

Brittany sonrió ligeramente.

—Tuvimos un paseo agradable mientras veníamos para acá, hablando de temas tan diversos como el clima y nuestro persistente verano. Pero me pregunto por qué estamos evitando, e ignorando por completo, el hecho de que nosotras, bueno, que pasamos el fin de semana juntas. Desnudas.

Santana pasó la mano por su cabello, otro gesto nervioso, así que hundió sus manos en el bolsillo de sus pantalones vaqueros.

Sí, estaba nerviosa.

—No estoy segura de cómo hacer esto—dijo—Como he dicho, el fin de semana fue fantástico. Pero entonces…

—Pero entonces, ¿qué?—Brittany se volteó y la llevó al lado del edificio, lejos del tráfico—Pensaba que era yo quien debería estar nerviosa ya que todo esto es nuevo para mí, pero en realidad es nuevo para ti también—Brittany se acercó aún más—Debimos haber hablado acerca de esto antes de salir de tu cama ayer.

Santana casi tropezó por el impacto de esas palabras.

Antes de salir de tu cama.

Santana cerró los ojos por un momento breve mientras las imágenes de ellas, haciendo el amor, llenaban su mente.

—Hagamos esta entrevista, hagamos nuestro trabajo, luego por favor, ven a casa conmigo—dijo en voz baja—Hablaremos. Descansaremos un poco. Nos prepararemos para esta noche.

—Si vuelvo a casa contigo, no vamos a descansar, San.

Santana tragó saliva con dificultad.

—Por supuesto que lo haremos. Hablaremos. Vamos a decidir a dónde iremos desde aquí—Santana tomó una respiración profunda—Y nosotras...vamos a dormir.

—Está bien. Pero te lo estoy advirtiendo ahora. Si me meto en la cama contigo, dormir no va a ser lo número uno en mi mente, López.

Se dio la vuelta, volviendo a la acera, dejando a Santana mirándola fijamente.

No, dormir no estaría en su mente tampoco.



—¿Emma?—sonrió Brittany—Detectives Pierce y López.

—Por supuesto. Me acuerdo. ¿Tienen alguna noticia sobre Rudy?

Santana se adelantó.

—Nos gustaría hablar contigo de nuevo, si no te importa. ¿Tiene unos minutos?

Brittany miró alrededor de la sala grande, la mayoría de las mesas estaban vacías ahora que el desayuno ya se había servido. Un puñado de voluntarios, estaban ocupados con la limpieza de las mesas. Se volvió hacia Santana y Emma, esperando.

—La cocina está muy ocupada ahora. Están preparando el almuerzo. Vamos a entrar al almacén. Tendremos algo de intimidad ahí.

La siguieron, esquivando las mesas hacia el otro lado de la habitación y bajando por el pasillo. El olor de jabón y vapor las golpeó cuando doblaron la esquina. Las duchas, sin duda.

—¿A cuánto alimentas en una comida normal?—preguntó Santana.

—No hay comidas normales, detective. No es de extrañar, que el almuerzo sea la comida más ocupada. Algunos todavía están durmiendo la borrachera y pierden el desayuno. Otros comienzan su noche merodeando desde temprano y pierden la cena. Pero el almuerzo por lo general los atrae a todos—Emma se detuvo ante una puerta—Aquí.

El almacén era grande y estaba casi a punto de reventar. Brittany entró en la habitación, girando en un círculo.
—Wow. Muchas cosas.

—Sí. Estamos almacenando para el invierno. Esa enorme hueco en la pared…—dijo, señalando—…Está en su mayoría lleno de mantas y abrigos. Y por supuesto, cuando tenemos una colecta de alimentos, aquí es donde los productos enlatados terminan—Emma cerró la puerta detrás de ellas—Pero estoy segura de que no han venido a inspeccionar nuestro inventario.

—Tenemos algunas preguntas—dijo Santana—Acerca de John Doe.

Emma sonrió.

—Oh, sí. John es muy dulce. Uno de mis favoritos. No ha estado viniendo regularmente sin embargo.

—¿Cuando él viene, trae a alguien con él?—Brittany preguntó y luego miró a Santana—¿Alguien que se parezca a él? ¿Una chica que se la pase con él?

—No. Nunca lo he visto con nadie. Pero él es amigable con los otros—Emma frunció el ceño—¿Qué es lo que está preguntando?

—John tiene un hermano. O una hermana—dijo Santana—En realidad, es un hermano, que se viste como una chica de vez en cuando.

Las cejas de Emma se alzaron por la sorpresa.

—No. No ha habido nadie con él.

—Está bien. ¿Pero John siempre parece John?—preguntó Brittany—Quiero decir su personalidad—explicó.

—Todo el mundo tiene días malos, detective. No espero que John siempre tenga esa felicidad infantil de él. La vida es dura en la calle. Algunos días, me pregunto qué edad tiene John, es decir, se ve tan joven y sin preocupaciones. Entonces, otras veces, sus ojos tienen esa dureza, haciéndolo parecer mucho más viejo. No siempre es amable, no siempre es sociable. A veces, ni siquiera me habla—Emma se encogió de hombros—Pero como he dicho, la vida en la calle tienes días buenos y días malos.

—Pero cuando él es dulce, alegre, amable…—la persuadió.

—Sí. Entonces él siempre me habla. Me llama señorita Emma—ella sonrió—Sí, ese es el John que conocemos.

—¿Y nunca has visto a John en un vestido?—preguntó Santana.

—No. ¿Por qué John usaría un vestido? ¿Y qué tiene esto que ver con Rudy?—abrió mucho los ojos—¿Ciertamente no pensarán que John tenga algo que ver con su asesinato?

—No, no—le aseguró Brittany—Sólo estamos tratando de juntar toda nuestra información.

Santana se volvió, aparentemente inspeccionando los estantes llenos con productos enlatados, de espaldas a ellas.

—Dime, Emma, cuando John no parece ser John, ¿qué aspecto tiene?

—Bueno, sí. Él…—se detuvo, mirando entre ellas—Oh, Dios mío—dijo en voz baja—No. El cabello.

Santana se volvió.

—¿El cabello qué?

—John tiene el pelo claro. Pero a veces es más oscuro. No sé la razón por la que no me di cuenta antes. El otro día, cuando él estaba aquí, al ver que no me hablaba, me acerqué a preguntarle si se encontraba bien. Había algo diferente en él, su expresión, la mirada en sus ojos. Y su cabello. Estaba oscuro. Como si lo hubiera teñido—Emma frunció el ceño—¿Qué está pasando?

Brittany miró a Santana, que asintió con la cabeza. Ella se movió delante de Emma.

—John tiene un hermano. Un gemelo. Su nombre es Patrick

Sus ojos se abrieron.

—¿No se referirán al Patrick…?

—Creemos que sí. Él también se viste como una chica a veces. John lo llama Patty en esos días—dijo de manera práctica—Al parecer no podemos encontrar a alguien que conozca a Patrick. Creemos que cuando sale, lleva un vestido para que no lo reconozcan. Y cuando viste como un hombre, se hace pasar por John.

—Es por eso que a veces John me habla y a veces no lo hace—dijo Emma, su voz distante—Sammy. John se la pasa con Sammy en las noches. Si alguien pudiera saber, sería él.

—¿Dónde podemos encontrarlo?

—Sammy viene para la cena. Nunca se la pierde.

—¿Tienes una descripción de él?—preguntó Santana.

Emma sonrió con tristeza.

—Si. Un viejo desaliñado con una barba peluda y ropas desgarradas. No pueden perderlo.

—Lo siento—dijo Santana—No quise decir…

—Está bien Detective. Sé que estás haciendo tu trabajo. Honestamente, a pesar de mi descripción, todos tienen su propia apariencia, su propia personalidad. Las calles no pueden arrebatarles eso.

—¿A qué hora es la cena?—preguntó Brittany.

—Comienza a las 5:30 pm. A las siete, nos quedamos sin comida.

—¿Sería demasiado problema que nos llames cuando Sammy aparezca?—preguntó Santana—No quiero vigilar el lugar por horas. No tiene sentido hacer que todos se pongan nerviosos—dijo Santana.

—Puedo hacerlo—dijo Emma—Sammy generalmente viene a las seis.

Santana entregó su tarjeta.

—Vamos a esperar tu llamada. Gracias.

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Capitulo 35

Después de llamar a Fabray para hacerle saber que estarían trabajando hasta las 6 p. m., Santana guardó su teléfono, mirando una vez más a Brittany quien estaba sentada en silencio a su lado, con los ojos fijos en la ventanilla del copiloto.

Ellas no habían hablado, y sin duda las dos estaban nerviosas.

¿Podrían sentarse en el sofá y hablar?

¿Tal vez fuera en la terraza?

¿O simplemente rasgarían sus ropas y olvidarían todo sobre hablar?

—¿San?

—¿Hmm?

—No siempre va a ser tan incómodo entre nosotras, ¿verdad?

—No lo creo, no.

Brittany finalmente apartó sus ojos de la ventana, moviéndose en su asiento. Se inclinó sobre la consola y le tocó el brazo.

—Necesitamos hablar, lo sé. Sin embargo, parece que no puedo superar el hecho de que quiero hacer el amor contigo otra vez.

Santana sonrió.

—Sí, estaba tratando de decidir si podríamos sentarnos en el sofá y hablar como adultas maduras, o si solo rasgaría tu ropa y te arrastraría a la cama.

—Yo voto por la segunda.

Santana no dijo nada mientras dio la vuelta hacia su calle. No sabía por qué estaba tan nerviosa. Bien sea que hablaran primero o después, no tenía importancia. En algún momento, iban a estar desnudas.

Desnudas, tocándose...y haciendo el amor.

Entró en su estacionamiento y se detuvo. Ambas se quedaron sentadas, esperando. Finalmente, se dio la vuelta. Y se quedó sin aliento cuando vio la mirada indefensa en los ojos de Brittany.

—¿Tienes miedo?—susurró Brittany.

Santana asintió.

—Hace unos días estabas usando un anillo de compromiso. Sí, estoy muerta de miedo.

Brittany sonrió.

—También tenía miedo. Esta mañana, estaba asustada. ¿Qué he hecho? ¿Qué pasará después? ¿La gente sabrá? ¿Santana lo disfrutó? Toda clase de pensamientos corrían por mi mente—respiró profundamente—Pero entonces entraste en el baño de mujeres, y tu sola presencia me tranquilizó. Estabas tratando de parecer segura, en control—Brittany sonrió—Tenías la actitud en marcha. Pero luego miré a tus ojos y vi que estabas tan nerviosa como yo. Y cuando te fuiste, creo que estaba más asustada que antes. Porque me di cuenta de que me estaba enamorando de tú y me aterrorizó—Brittany tomó la mano de Santana y la apretó—Ya no estoy aterrorizada—dijo—Porque sé que también te estás enamorando de mí ¿no es así?

Santana no podía apartar sus ojos de Brittany, y definitivamente no podía negar esa declaración.

¿Era demasiado pronto para sentirse así?

¿Podría un fin de semana de pasión impulsarlas hacia el amor?

Hace años se hubiera burlado de la idea.

Sexo era sexo.

La parte de ella que estaba aterrorizada quería declarar que había sido sólo sexo. Sin embargo, su mente estaba convencida de la razón del porque estaba aterrorizada en primer lugar. Estaba asustada porque no era sólo sexo. Así que cedió a lo que su corazón ya sabía. No serviría de nada negarlo.

—Sí, estoy enamorada de ti.

Notó el brillo de alivio en los ojos de Brittany, y se preguntó si tal vez Brittany pensaba que podría refutarlo.

—¿Podemos entrar ahora?—Brittany preguntó en voz baja—Te voy a contar por qué ya no llevo un anillo y lo que le dije a Sam—Brittany apretó su mano de nuevo—Voy a decirte todo lo que quieras saber. Podemos hablar tanto como quieras—Brittany sonrió—O, poco.

Sí, Santana quería saber sobre el anillo.

Quería saber lo que Brittany le había dicho a Sam.

Pero eso podía esperar, pensó mientras llevaba a Brittany través de la casa hacia su dormitorio.

Hablar podía esperar.

Estarían atrapadas en un coche por doce horas. Podrían hablar entonces.

Ahora, sólo quería desnudarla.

Cuando se detuvo y se volvió, Brittany estaba ahí, deslizándose entre sus brazos. Su beso no era suave. Era hambriento y exigente, necesitado e insistente. Y tan embriagador como lo recordaba.

Se separaron, su respiración agitada, ambas jadeantes por la faltaba el aire. Sin una palabra, tiraron de sus ropas, arrojándolas lejos de ellas, desnudándose rápidamente, para sentir piel sobre piel, humedad sobre humedad.

Santana guio a Brittany hacia la cama, una necesidad ciega recorría todo su cuerpo mientras sus dedos encontraban a Brittany, llenándola, admirando como el placer transformaba su rostro.

Las caderas de Brittany se elevaron, tomándola dentro de ella, y Santana se deslizó profundamente, su mano bombeando con mayor rapidez, encontrándose con cada golpe que las caderas de Brittany creaban mientras se sacudía contra ella.

—Sí—susurró Brittany—Tómame, San...

Santana lo hizo.

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Capitulo 36

El sonido intermitente de su teléfono la despertó de su sueño y rodó suavemente desenredándose de los brazos de Brittany mientras llegaba a él.

—López—dijo adormilada.

—Soy yo.

Santana abrió los ojos, buscando adormilada su reloj.

¿Se habían quedado dormidas?

—Uh-huh.

—Pensé que despertaría tu culo—dijo Quinn—Estabas dormida ¿no?

—Correcto—dijo con un bostezo.

—Pero no estás sola, supongo. Espero que haya sido muy divertido.

—Cállate, Fabray.

Santana volteó los ojos cuando la risa de Quinn estalló.

—[o siento, morena. No me pude resistir.

—¿Hubo suerte?—preguntó cambiando de tema.

—Nop. Hemos patrullado un radio de doce cuadras todo el día y ni una sola señal del pequeño bastardo. La detención por 24 horas sólo funciona si efectivamente lo detenemos.

El comentario de Santana murió cuando sintió una cálida mano recorriendo su estómago y poseyendo su pecho. Volteó su cabeza encontrando los ojos de Brittany entrecerrados, con una mirada saciada en su rostro mientras sus dedos acariciaban suavemente su pezón endurecido.

Eran pasadas las 5pm, sólo habían dormido pocas horas y aun así su hambre por esta mujer era tan fresca y salvaje, como si nunca la hubiera tocado.

Sintió que el teléfono se resbalaba a medida que Brittany se acercaba, encontrando sus labios suaves, tocándolos con su lengua.

—¿López? ¿Te volviste a quedar dormida o qué?

Sintió la sonrisa de Brittany contra su boca y cogió el teléfono que se había deslizado hacia abajo entre ellas.

—Sí, Fabray. Lo siento. ¿Qué dijiste?

—Olvídalo. Pero no tienes tiempo para sexo, López. Aléjate de ella, toma una ducha, sola, y trata de mantener tus manos lejos de ella esta noche—se echó a reír—Hudson quiere un informe completo en la mañana.

Santana sonrió.

—Eres malvada. Los dos lo son.

—Sí, sí. Pero...bueno, ten cuidado, López.

Santana asintió.

Las palabras tenían un doble significado, lo sabía.

—Lo tendré. Gracias.

Cerró el teléfono y apretó a Brittany más cerca de ella, suspirando cuando sintió que sus labios se movieron a través de su pecho.

—Supongo que ellos lo saben—murmuró Brittany mientras su lengua acarició el pezón de Santana.

—Mmm. Sí, ellos saben.

Brittany levantó la cabeza.

—¿Estamos en problemas?

—No. Todavía no. No hasta que Will se entere—rodó sobre ella, dejando caer su peso sobre Brittany— Quinn me dijo que no teníamos tiempo para esto. Pero tenemos que tomar una ducha.

Brittany arqueó las cejas.

—¿Compartimos?






—Dios mío, hay tantas personas—dijo Brittany sus ojos escaneando el comedor del refugio.

Fila tras fila tras fila personas sentadas, en su mayoría hombres, en su mayoría desaliñados, comiendo tranquilamente su cena.

—Si. No se ves todo esto cuando estás patrullando por las calles—Santana señaló la línea de servicio—Hay está Emma.

—Estamos sobresaliendo como un pulgar dolorido, ya sabes.

Podía sentir los ojos sobre ellas.

—Lo sé.

Brittany llamó la atención de Emma, quien asintió con la cabeza hacia ellas, señalando a un lado. Esperaron pacientemente mientras Emma encontraba a alguien que la relevara en la línea de servicio.

—Le dije a Sammy que querían hablar con él. Es justo que sepa—dijo.

—Entiendo. ¿Todavía está dispuesto?

—Sí. Rudy era su amigo. Le dije que tenía preguntas sobre eso. No mencioné John.

—Bien. Gracias—Santana miró a la multitud—¿Dónde está él?

—Oh, no. Él no se reunirá con ustedes aquí.

—¿Cómo vamos a conocerlo?

—Él les encontrará fuera—Emma les entregó una bolsa de papel—Se fue sin comer. Por favor, denle esto.

Brittany asintió.

—Por supuesto, Emma.

—¿Así es que él no quiere ser visto hablando con los policías?—preguntó Santana.

—¿Debimos ser más discretas al venir aquí?

—No, está bien. Los policías vienen todo el tiempo. Sobre todo uniformados, pero aun así, después de lo que pasó con Rudy, no es raro que hayan preguntas—Emma se volvió para irse, pero se detuvo—Sammy es un buen hombre. Pero al igual que los demás, tiene más miedo de la maldad en las calles que de la policía. Solo les dirá lo que quiera.

—No vamos a acosarlo, si eso es a lo que estás haciendo alusión—Brittany le aseguró—Queremos sacar de las calles la maldad tanto como todos.

—Sí. Creo que lo hacen—hizo un gesto hacia la puerta—Sólo regresen a su coche. Estoy segura de que él las vio llegar. Él las encontrará.

—Gracias, otra vez, Emma—Santana asintió brevemente hacia ella—Una vez más, si te enteras de algo que podría ser útil para nosotros…"

—Voy a hacerles saber—se limpió las manos en el delantal—Ahora, si me disculpan, tengo que volver al trabajo.

Brittany siguió a Santana a la salida, haciendo una pausa para mirar hacia atrás.

—Admiro a la gente como Emma—dijo—Dudo que su salario esté muy por encima del mínimo, sin embargo, ella probablemente se preocupa por su trabajo más que la mayoría de la gente que gana cuatro veces más.

—Sí. Me pregunto si es algo personal para ella.

—¿Qué quieres decir? ¿Cómo su papá o algo así?

Santana se encogió de hombros.

—Tal vez. Conocí a una mujer cuya hermana vivía en la calle. Ella no tenía que hacerlo. La familia tenía dinero. Pero la hermana, creo que fue diagnosticada como bipolar. Ella entraba y salía de sus vidas. Lograban medicarla por un tiempo, pero ella desaparecía de nuevo en las calles—Santana se detuvo en la camioneta y presionó en el mando a distancia para abrirla—Conducían a lo largo de las calles y la veían mendigando.

—¿Qué pasó con ella?

—Murió. Fue enterrada como Jane Doe. Cuando lo averiguaron, movieron su cuerpo, todo fue muy triste. Pero de todos modos esta mujer, Sharon, después de eso, ofreció cada minuto libre que tenía para trabajar como voluntaria. Eso la consumía.

—Todas sus caras. Simplemente parecen tan desamparados.

—Y tal vez lo son—dijo Santana mientras abría la puerta.

—Vivir día a día. Sin felicidad, sin amor. Sólo existiendo.

Brittany se metió en el asiento del pasajero y cerró la puerta.

—Por supuesto, no tienes que ser vagabundo para tener esos síntomas.

—No, supongo que no.

Se sentaron en silencio por un momento, luego Santana encendió el automóvil.

—¿Qué te parece? ¿Manejamos por la cuadra o algo así?

—Todavía es de día. Si él no quiere que nadie lo vea, dudo que estará esperando en la acera por nosotras.

—Entonces vamos a recorrer la cuadra.

Pero no tuvieron que ir muy lejos. En el siguiente cruce, lo vieron recostado en la señal de pare. Barba abundante, la piel alrededor de sus ojos arrugada, su cabello largo oculto por una vieja capucha.

Santana se detuvo y bajó la ventanilla.

—¿Sammy?

El miró al frente, sin mirarla a ellas.

—Encuéntrenme en la esquina de Walton y Worth.

Santana asintió.

—Eso queda a pocas cuadras al norte de aquí. ¿A qué hora?

Él se encogió de hombros.

—No tengo ningún reloj.

Se dio la vuelta sin otra palabra, caminando lentamente hacia el refugio.

—Olvidé su bolsa—dijo Brittany, levantándola en el aire.

—Se la daremos más tarde—Santana miró su reloj—6:30. Creo que vamos a Walton y Worth y esperamos por él.

—¿Quieres que me reporte con Fabray?

—Sí. Y veamos si encontró a John.

—Aquí viene.

Santana miró en el espejo, asintiendo con la cabeza. Habían estado esperando cuarenta y cinco minutos. Lo suficiente como para que ellas dudaran de que él aparecería.

Fabray y Hudson habían visto a John finalmente. Lo atraparon comprando un burrito a un vendedor ambulante en Elm y lo siguieron al viejo cementerio que no había visto un entierro desde los años sesenta.

Ahí, sobre un banco de madera, se sentó y comió su cena. Desde ahí, regresó a la calle, desapareciendo por uno de los callejones en Deep Ellum.

—Podríamos conseguir mayor beneficio siguiendo a Sammy esta noche que vigilando a John por los alrededores—sugirió.

—Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que John esté afuera paseando por los departamentos. No olvidemos que le gusta ver chicas.

Santana bajó la ventana, esperando hasta que Sammy pasó de largo. Una vez más, no se detuvo para mirarlas.

—Vamos a caminar—dijo él, todavía arrastrando los pies a lo largo de la acera.

—Bueno, él es cuidadoso, tengo que decirlo.

—Estaba a punto de decir que él ha visto demasiadas películas de espías—dijo Santana—Pero quizás no.

Se bajaron de la camioneta, moviéndose detrás de él, y luego a su lado, una a cada lado. Mantuvo su ritmo lento y constante, sin hablar. Estaban en una zona residencial, las casas eran antiguas con grandes patios y árboles. Antes de llegar a Baumer, se metió detrás de una hilera de cercas de casi ocho metros de altura.

—Vengan, vengan. Fuera de la vista—dijo.

Se arrastraron entre las ramas y las hojas, Santana se encontró con los ojos de Brittany en las sombras.

—Que acogedor—murmuró.

—¿Sammy? Soy la detective Pierce. Esta es la Detective López—dijo Brittany.

—Lo sé. John me lo dijo. La señorita Brittany y la señorita Santana—se volvió hacia Santana—Tú eres la que lo ata.

—No lo ato—dijo Santana, ignorando la risa silenciosa de Brittany—Necesitamos tu ayuda, Sammy. Necesitamos encontrar al hermano de John ¿Sabes dónde se queda?

Sus ojos miraron los alrededores nerviosamente mientras negaba con la cabeza.

—No. No le veo mucho. No quiero verlo.

—Él mató a Rudy—dijo Brittany—También ha matado a otros. Mujeres jóvenes que viven solas. Tenemos que encontrarlo.

—¿Alguna vez lo has visto con John?—preguntó Santana.

—No sé a dónde va, dónde se queda. Él sólo aparece. Creo que John le tiene miedo.

—¿Tú tienes miedo de él?

Se echó a reír nerviosamente.

—Diablos, sí. No soy estúpido.

—¿Qué hizo Rudy?—preguntó Brittany—¿Qué hizo para que Patrick lo matara?

Él negó con la cabeza.

—No voy a hablar de eso. No tengo nada que ver con ese lío.

—¿Drogas?—preguntó Santana.

—Sí, drogas. Y le dije a Rudy que lo dejara. Pero no. Él siguió a Patrick una noche. Lo vio hacer un trato con un chico. Así que siguió al chico y lo revisó. Como si el chico no volvería con Patrick—sacudió la cabeza de nuevo—Patrick vino por él la noche siguiente. Oí los gritos. Todos lo hicimos. Luego no gritó más.

—¿Alguien vio a Patrick matándolo?

—No teníamos que ver.

Santana miró por encima de los arbustos a la calle, la oscuridad finalmente cubriendo la ciudad. Se volvió a Sammy.

—¿Tienes miedo a estar hablando con nosotras?

—Sí. Como he dicho, no soy estúpido.

—¿Pero te gusta John?—adivinó ella.

—John es sólo un niño. No importa qué edad tiene, él es sólo un niño. Él no conoce nada mejor. Le digo que no salga por la noche. Sé lo que él hace.

—¿En los departamentos?—preguntó Brittany.

—Él las mira.

—¿Crees que Patrick lo mira mientras él las observa?

Sammy miró fijamente.

—No sé nada de eso.

—John lleva un vestido a veces. ¿Qué pasa con eso?—Santana preguntó.

—No lo sé. Yo no sé nada—miró a la calle—Me tengo que ir. He estado aquí por mucho tiempo.

—Sammy, espera—dijo Brittany—La señorita Emma me dio una bolsa para darte. Está en la camioneta.

—No lo necesito. Sólo necesito volver—él caminó fuera de la cerca, pero se detuvo—Y no vuelvan a buscarme. Yo no sé nada más—se fue, corriendo de vuelta por la calle, su abrigo viejo apretado alrededor de él, incluso en esta cálida noche.

—¿Es un buen momento para hablar de lo absurdo de la situación?—preguntó Brittany.

—¿Qué quieres decir?

—Estamos escondidas en los arbustos, López—dijo Brittany con una sonrisa.

—Oh, sí, supongo que sí—Santana se echó a reír también—Interrogando a un vagabundo que sabe más de lo que quiere saber.

—Más de lo que nos está diciendo, sin duda.

Santana salió a la calle y le tendió la mano a Brittany.

—¿Te da la sensación de que la única manera que vamos a encontrar a Patrick es si nos tropezamos con él?

—Sí. Y quizá deteniendo a John no era la respuesta. Quiero decir, al parecer no se la pasan juntos, no duermen juntos.

—No. Sin embargo, eso que le dijiste a Sammy, sobre Patrick viendo a John ver a las chicas. Creo que es una excelente teoría.

—Tal vez. Pero no hay manera de probarlo.

—Bueno, a menos que vigilemos a John.

Brittany se detuvo en la camioneta, mirándola a través de la parte trasera.

—¿Te refieres a buscar a Patrick mientras él está viendo a John observar a las chicas?

—Sí.

Entraron en la camioneta, pero Brittany le tocó el brazo.

—Pero eso quiere decir que John es el que desencadena los asesinatos.

Santana frunció el ceño.

—¿Cómo es eso?

—Los reportes del mirón vienen a borbotones. Así es que si él está viendo a John, tiene que esperar hasta que el...bueno, hasta que la urgencia le pega. Y los patrones pasados indican que la incidencia ha aumentado en frecuencia, casi todos los días, antes de la matanza.

—Los asesinatos están aumentando en frecuencia también. Un lapso de tres meses entre el primero y el segundo, luego dos semanas.

—¿Por qué no sacamos los datos de ese lapso de tres meses? Quiero decir, tal vez John estaba fuera, pero Patrick no estaba interesado.

—Y estamos asumiendo que todos los reportes del mirón en esta área son de John. Las dos sabemos que no es probable—dijo Santana mientras encendía la camioneta.

—No creo que todos, no. Pero estos departamentos, dentro de nuestro radio, lo más probable es que sea John.

Santana condujo de vuelta a Elm, sin sentirse segura de que pudieran atrapar a John esta noche.

Quinn dijo que lo habían perdido cuando se había metió por el callejón detrás del Bar de Mariscos Captains’Chair. Y si no encontraban a John esta noche, no encontrarían a Patrick, entonces, CIU y su perfilador estaría sobre todo el caso.

—Si un perfilador se involucra, si CIU se involucra, entonces John ya no podrá ser protegido—dijo.

—No sé qué bien pueda hacer un perfilador.

—Bueno, técnicamente, Patrick es solamente un nombre. Nunca lo hemos visto. Es como un fantasma que ronda por las calles—Santana la miró—Tenemos el ADN, eso es todo. ¿Y Rudy Bobby? Sammy lo dijo bien. No, ellos no vieron a Patrick matarlo, pero todos saben que fue él. ¿Qué jodidamente bien podría hacernos eso en la corte?

—Tenemos la fibra—Brittany le recordó.

—Una fibra que potencialmente pone a Rudy en la escena del crimen de una mujer joven. Casi no implica Patrick.

Brittany se reclinó en el asiento, volviendo la cabeza ligeramente.

—¿Así que conduciremos toda la noche esperando tropezarnos con él?

—Así es como todo este caso está yendo, ¿no? Tropezamos con John. Obtenemos su ADN, pensando que es él a quien buscamos, sólo para tropezar con el hecho de que no, no es él, sino un pariente, posiblemente su hermano.

Giró a la derecha en Elm, de vuelta a Deep Ellum. El tráfico estaba pesado, como era costumbre, pero el tráfico peatonal era ligero a esta hora temprana. La gente después del trabajo que se reunían para la hora feliz se habían ido, y los regulares nocturnos no había llegado todavía.Porque incluso en un lunes por la noche, habían fiesteros.

—Va a ser una larga noche.

Santana se volvió y asintió.

—Si. Y exactamente no dormimos hoy.

Brittany sonrió.

—No exactamente, no.

—Bueno, podemos tomar turnos para conducir. Sé que no es el lugar más confortable para tomar una siesta, pero siéntete libre.

—Tal vez en un rato. Estoy bien por ahora.

Santana asintió con la cabeza y volvió su atención de nuevo a las calles.

No, no habían dormido mucho.

Algo, pero no mucho.

Ciertamente no lo suficiente como para mantenerse durante un turno de doce horas.

Pero fue bueno, ¿no?

Abrazándola mientras dormían, despertando con Brittany.

¿Así era como se sentía estar enamorada?

Porque si era así, todo lo anterior palidecía en comparación.

Sexo era sólo sexo.

Pero ya no.

Un puñado de citas no hacían una relación, y vivir con alguien no significaba que fuera tu compañera de vida.

¿Pero ahora?

Santana volvió a mirar a Brittany y se encontró con sus ojos. Sonrió y apartó la mirada, sintiéndose tan mareada por las posibilidades, estaba casi avergonzada. Entonces una mano suave tocó su brazo, unos dedos le acariciaron suavemente sobre la piel. Se dio la vuelta, quedando atrapada en la cálida mirada de Brittany.

Ninguna dijo nada.

No tenían que hacerlo.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!

Avisen si conocen a alguien del foro del cambio! Saludos =D