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[Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Susii escribió:se me hacen tan cortos los capitulosD:
QUIERO MAS!!! T.T
amo esta adaptacion<3
Cuidate,saludos
Hola, jajajaaj xD si es verdad jajaajajaj. Aquí otro cap ajajajaj. Eso es bueno! ajjaajaj. Gracias, tu igual! Saludos =D
micky morales escribió:me encanta esta historia y tambien se me hacen super cortos los capitulos!
Hola, jajajaaj vamos mas que bien entonces jaajajajjajaaj XD lo siento xD jajajaajaj. Saludos =D
JanethValenciaaf escribió:Quiero otro maratón, =)
Saludos baby
Hola, jajaajaj intentare subir otro mañana. Saludos =D
Daniela Gutierrez escribió:Hola chica de las adaptaciones...
Las dos ya van sintiendo algo, a mi no me engañan...
QUE BONITO
Muchas gracias por el maratón y los capítulos...
P.D: Cuídate
P.D.2: Te amo
P.D.3: Hoy no escribiré tanto (Comentario y capítulo), comienzo con exámenes la siguiente semana y tengo que estudiar...
P.D.4: Hasta luego
P.D.5: Saludos
P.D.6: Chau
Hola dani, jajajaj pienso igual! jajjaaj. O no¿? si son las mejores! ajajajajaj. De nada, gracias a ti por leer y comentar! Saludos =D
Pd: gracias, tu igual
Pd2: jaajaja es el efecto que causo en las personas
Pd3: jajjajaaj que fome XD a estudiar!
Pd4: hasta luego!
Pd5: Saludos =D
Pd6: Chao
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 17
Capitulo 17
Santana se detuvo al lado del coche de Brittany, sorprendida de que estuviera ahí.
Santana llegó 15 minutos temprano.
Sonrió a través de la ventana, viendo como Brittany hacía malabares con su cartera, la botella de agua y una bolsa de papas mientras trataba de cerrar su coche.
—¿Necesitas ayuda?—preguntó Santana cuando bajó la ventana.
—Ya lo tengo.
Santana se inclinó sobre la consola y abrió la puerta, luego tomó la botella que Brittany le entregó.
—¿Perdiste la cena?—preguntó mirando la bolsa de papas fritas.
—No estaba de humor para comida para llevar—dijo—Hay muchos lugares de comida rápida a los que puedes ir antes de que te enfermes a muerte de ellos.
—Ah, no cocinas—adivinó Santana—¿Lo hace Sam?—preguntó mientras retrocedía.
—¿Estás bromeando?
—¿Así que ustedes comen comida rápida para llevar todas las noches?
—No comida rápida para llevar, no. Pero sí, comemos fuera. Quiero decir, no necesariamente fuera. Puedes recoger los pedidos en casi todos los restaurantes hoy en día.
—No es tan difícil cocinar—dijo.
—Lo sé. No es que no sé cocinar. Bueno, no gourmet o cosas así, pero puedo salir adelante. Pero es que yo no cocino.
Santana levantó las cejas.
—Al principio, cocinaba todo el tiempo. Sin embargo, muy a menudo comía sola. Nuestros horarios no estaban en sincronía. Así es que terminó convirtiéndose en conseguir comida para llevar y que cada uno pudiera comer cuando quisiera.
—Ya veo.
Brittany suspiró.
—No, no lo haces. Es un arreglo loco, ya lo sabemos—se dio la vuelta—Pero no te imagino como cocinera.
—Oh, sé desenvolverme en la cocina—Santana se encogió de hombros—Pero es difícil cocinar para uno. Filete a la parrilla, papa al horno, vegetales y estoy lista. Pero como mucho comida para llevar también—dio la vuelta en Live Oak y se dirigió hacia el este—Y sabes, Rach cocina. Ellas me invitan todo el tiempo, pero trato de no ir demasiado. No quiero ser una plaga.
—Y ya comiste?
Santana se echó a reír.
—No. Tenía la esperanza de que pudiéramos tomar un descanso y comer una hamburguesa o algo así. O si no voy a robar la mitad de tus papas.
—Menos mal que opté por la bolsa más grande—Brittany las arrojó detrás en el asiento de atrás y sacó la hoja de cálculo y su linterna—Vamos a ver. Brookhaven requiere caminar, y Creekside creemos que no es accesible para un acosador. Por lo tanto, ¿quieres probar Cascades? ¿O Twin Peaks?
—¿Cuál de todas vigilaron anoche?
—Ya que Brookhaven requiere caminar, supongo que por eso la saltaron. Aparte de eso, parece que vigilaron todas.
—¿Cómo tuvieron tiempo para vigilarlas todas?
—Debido a que probablemente no se sentaron y estacionaron como nosotras.
—No me sorprende. Debería haberlo sabido. Quinn no puede quedarse quieta tanto tiempo.
—Vamos a hacer Cascades—sugirió Brittany—Nunca la vigilamos la otra noche. Mis notas dicen que tiene patios al aire libre en cada unidad de la planta baja.
—¿Qué cuadra?
—Gira a la derecha en el Hall. Es antes de llegar a Gaston.
Santana vio la puerta de entrada bien iluminada, al igual que la cascada, mucho antes de ver el letrero. Ella entró en el estacionamiento, conduciendo lentamente hasta que vieron la abertura entre los cuatro edificios.
—La vista no es grandiosa—dijo Brittany cuando estacionaron—Podemos marcarla como requiere caminar también.
Santana apagó el motor y abrió las ventanas, dejando entrar la poca brisa que había.
—Va a ser una noche cálida.
—Oh, bueno. Supongo que todos estamos acostumbrados hasta ahora.
Brittany volteó hacia Santana.
—Te imagino como del tipo de verano de todos modos. Completamente bronceada y todo, jugando en el lago.
—Sí. Me gusta el verano. En mis veinte años, estaba en el lago todo el tiempo—Brittany sonrió—Tenía mucha energía en ese entonces.
—No la teníamos todo.
—Sí. Mucha energía, menos sentido.
Brittany rodó la cabeza a lo largo del asiento, mirándola. Santana finalmente se volvió y levantó una ceja.
—¿Cuándo supiste que eras gay?
Santana sonrió.
—La pregunta estándar de una mujer hetero, ¿eh?
Brittany se encogió de hombros.
—Sólo me preguntaba.
—Lo supe cuando era joven, supongo. Siempre me sentí un poco diferente. Así que lo guardé para mí. No tenía un montón de amigos entonces. Creo que, en ese momento, lo atribuí a mi vida en el hogar. No era normal, por lo tanto, no me sentía normal. Y no era como si llevara amigos a casa, ni nada. No quería que mis padres estuvieran ahí al mismo tiempo. Si lo estaban, por lo general significa una pelea. Era más fácil mantener mi distancia con las personas...chicos.
—¿Qué edad tenías cuando...¿sabes?
—¿Qué? ¿Sexo?
—Sí. Tu primera vez.
—Tenía diecisiete años. Ella era la hermana de una amiga—Santana inclinó la cabeza hacia atrás, recordando—Ella era una estudiante de primer año en la universidad. Tenía las piernas más largas que había visto nunca—se dio la vuelta rápidamente, mirando a Brittany con una sonrisa—Cada vez que me veía, coqueteaba conmigo. Realmente no lo entendía. Hasta ese día. Era Acción de Gracias. Me habían invitado a su casa. Me llevó arriba para escuchar algo de música que acababa de comprar.
—¿Dónde estaba tu amiga?
—Ayudando en la cocina.
—¿Ella no lo sabía?
—No. Por supuesto, yo tampoco. Quiero decir, pensé que realmente íbamos a escuchar música. Fuimos a su habitación y antes de que supiera lo que estaba pasando, me tiró en la cama y su mano bajó mis pantalones.
—Pero sabías, ¿no?
—Sí. Lo sabía. Simplemente no era la manera en la que imaginé perder mi virginidad, ya sabes, con un rapidito antes de la cena de Acción de Gracias.
Brittany sonrió.
—¿La has visto otra vez?
—Sí. En Navidad—Santana se volvió, mirando por la parabrisas—Pero esa fue la última vez. Ella llegó a casa ese verano y tenía un novio. Ni siquiera quería hablar conmigo.
—¿Así que no era gay?
—No, ella era gay. Pero como algunos, intentó luchar contra eso. Está bien. No la culpo por eso.
—¿Has intentado luchar contra eso?
—No. En realidad, nunca se me ocurrió luchar. Es lo que yo era. Lo que soy. No veo el motivo de pretender.
—¿Así que nunca te has acostado con un hombre?
—No. Trato de no pensar en ello—Santana sonrió—"Debido a que eso sería asqueroso.
—Mmm.
—¿Mmm?
Brittany negó con la cabeza.
—Nada.
—Está bien. Así que ahora que estamos actuando como adolescentes y hablando sobre sexo, ¿cuándo fue tu primera vez?
—Te voy a dar una pista. Fui la virgen más vieja en la universidad.
—De ninguna manera.
—Sí.
—Hombre, los chicos tenían que estar cayendo sobre ti. Eres preciosa. ¿Cómo te las arreglaste?
—Tuve esa idea tonta de que esperaría hasta el matrimonio.
—Y supongo que no lo hiciste—Santana la miró fijamente—¿Sam es tu primera vez?
—No. Por supuesto que no. Me contuve hasta mi último año. Era una tortura. La mayoría de las chicas sabían que aún era virgen. Se burlaban constantemente.
—Espero que por lo menos haya sido lindo.
Brittany rió.
—No. Fue horrible. Él era virgen también.
—¡Oh, Dios mío!
—Sí. Bastante malo.
—¿Entonces qué?
—Bueno, pensé, ¿cuál era todo el alboroto? El sexo está sobrevalorado.
Santana se echó a reír.
—Espero que tus amigas no hayan sabido que el tipo era virgen.
—Probablemente. Lo peor, continuamos saliendo el resto de ese semestre.
—¿Mejoró en la cama?
—Ni un poco.
—Pobre chica.
—Sí.
—Así que, ahora…
—No, no, no. No voy a hablar de mi vida sexual contigo.
Santana se echó hacia atrás y se relajó.
—Bien. Me gustas. Trato de no pensar en ti con un chico.
Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Santana se encogió.
¿Qué demonios?
Santana cerró los ojos, esperando que Brittany no hiciera comentarios.
No lo hizo.
Pero la verdad era que le gustaba Brittany. Y también se dio cuenta que tendía a olvidar que Brittany estaba viviendo con un chico y comprometida para casarse. Y, probablemente, teniendo sexo heterosexual todas las noches.
Asqueroso.
Pero había algo en la forma en que Brittany se comportaba, algo en la mirada de sus ojos. Algo sobre la manera casual que la tocaba todo el tiempo. Había algo en Brittany que derretía a Santana. Le gustaba estar cerca de ella, como ahora. Apenas sentada, sin hablar. Sólo estar en su presencia física, provocaba algo en ella.
Se volvió para mirar por la ventana.
Jesús, por favor no te enamores de tu pareja heterosexual.
Idiota.
—Un poco tranquilo por aquí—dijo Brittany después de un largo silencio—¿Quieres dirigirte a Brookhaven?
Santana se sentó derecha.
—Sí, claro—encendió la camioneta y retrocedió, luego sonrió—Sabes, había un par de chicos merodeando por la zona de la piscina. Tal vez deberíamos colocarlos, ¿eh?
—Sí, creo que lo haré, sólo para darle a Hudson algo que comentar.
—Está bien, Brookhaven, está cerca de Ross, ¿no?
—Sí, es el lado de Ross—dijo ella, mirando sus notas.
Santana cruzó sobre Bryan, pasando por la zona residencial antes de acercarse a Ross.
—Pensarás que los conozco a todos hasta ahora, pero están empezando a correr juntos.
—Brookhaven está justo en el borde de nuestra radio. Creo que si no tenemos ningún resultado esta semana, me sentiría cómoda sacándolo de la lista. Eso nos daría menos que monitorear.
—Sí, pero tengo este miedo de que vamos a estar en un departamento mientras que el asesinato está ocurriendo en otro.
—Lo sé. He pensado en eso también. Pero no se puede estar en todas partes al mismo tiempo.
—No. Pero he estado pensando. En las noches cuando Fabray y Hudson estén vigilando los departamentos, creo que puedo vigilar Deep Ellum. Si realmente creemos que Patrick es nuestro vagabundo, entonces no estaría de más buscarlo donde pasa el rato.
—Pero no tenemos idea de cómo luce.
—No. Pero en base a lo que Emma dijo, él es más joven que la mayoría y tiene más bienes. Eso significa que quizás no se parezca a un vagabundo. Tal vez sus ropas no son tan gastadas y raídas. Tal vez esté bien afeitado.
—Está bien. Yo juego.
Santana negó con la cabeza.
—No, no me refiero a que me acompañes. Tres noches a la semana es suficiente. Es sólo que, ya sabes, tengo tiempo libre.
—Bueno, tengo dos problemas con eso. Uno, si es parte de trabajar en el caso, aunque no tengo tiempo libre no es un problema. Y dos, no debes estar sola, sin respaldo. Y me aventuro a suponer que si Will lo sabe, tendría tu culo.
Santana encontró un sitio para aparcar en la fila del medio y apagó el motor.
—Sí, probablemente lo haría. Pero estaba realmente planeando observar, no arrestar a alguien.
—Lo siento. Aun así no vas a hacerlo sola, López.
—Hablaremos de eso—admitió Santana.
Sin embargo, reconoció la mirada en los ojos de Brittany y se dio cuenta de que ya habían hablado de eso.
Bueno, así que no saldría sola.
Santana se dio la vuelta, permitiéndose una breve sonrisa. Había pasado un tiempo desde que alguien se había preocupado por ella.
—No olvides poner tu celular en vibrador—dijo mientras salía.
—Ya lo hice. Odio los teléfonos celulares.
—Sí. Un mal necesario.
Se mezclaron en las sombras, caminando entre los edificios y dirigiéndose a la zona común.
Después de las nueve, los miércoles por la noche, no había mucha gente pasando el reto en los alrededores, a excepción de la piscina. Parecía haber de seis a ocho personas aún en el agua.
—Un montón de arbustos y matorrales—señaló Brittany.
—Y vallas cortas alrededor de los patios. No hay mucha privacidad—Santana se detuvo, señalando—Ahí, por ejemplo. Las persianas están abiertas. Puedes ver todo el camino a través de la sala y la cocina.
—Sí. Dos chicos sentados alrededor sin sus camisas. Es probable que lo hagan a propósito.
Santana resopló.
—Sí, esa es la manera de atraer a las mujeres.
Brittany sonrió y le tocó el brazo, sujetándola.
—¿Quieres parar y darles consejos?
—Quiero decir, mi Dios, él tiene pelos por toda la espalda—se estremeció—Eso es asqueroso—miró rápidamente a Brittany—¿Debo pedir disculpas? Quiero decir ¿Sam tiene…?
—No. No tiene la espalda peluda—entonces se echó a reír—Y por favor, dime que no estás imaginando a Sam desnudo.
—Por supuesto que no.
No a Sam de todas maneras.
Santana siguió caminando, sintiendo la mano de Brittany alejarse de su brazo. Estaban en silencio mientras caminaban por la piscina, moviéndose lentamente como si estuvieran tomando un paseo nocturno. Había mesas de picnic y bancos en el césped, pero estaban vacías a esa hora.
Ellas cruzaron la acera, pasando al otro lado. Las sombras eran más espesas aquí, los árboles bloqueaban la luz de las lámparas de seguridad. Ambas lo vieron de inmediato y se detuvieron, instintivamente retrocediendo contra el edificio. Entró con pasos rápidos y cortos, deteniéndose con frecuencia para mirar a su alrededor, luego moviéndose otra vez.
Santana sintió como Brittany se tensaba detrás de ella.
—¿Crees que es él?—susurró.
Santana quería pensar que era él, pero estaba demasiado lejos para distinguir sus características o su ropa.
—Vamos a seguirlo.
Se movieron en silencio, lentamente, permaneciendo ocultas detrás de los arbustos. Deteniéndose cuando él se detenía y moviéndose cuando él se movía.
Brittany estaba ansiosa, Santana lo sabía.
Santana la agarró del brazo, manteniéndola tranquila a su lado. El hombre finalmente se detuvo, se arrastró a lo largo de la valla corta de uno de los departamentos. La luz estaba encendida, pero las persianas cerradas.
Cuando saltó la valla, Santana sintió a Brittany moverse.
—Tiene que ser él—dijo Brittany, saliendo de las sombras.
Santana la agarró, colocando una mano sobre su boca y tirando de Brittany a hacia atrás contra ella, manteniéndola quieta.
—Shhh—Santana le susurró al oído.
Sintió temblar a Brittany en su contra y la mano en la cintura de Brittany se apretó involuntariamente. Fue sólo entonces que se dio cuenta de su posición "Shhh".
Brittany no estaba preparada.
No tuvo tiempo de reaccionar.
Sintió que su cuerpo temblaba cuando el cuerpo de Santana se envolvió alrededor de ella. Su visión se nubló cuando sus caderas se moldearon contra sus nalgas y dos pechos firmes se apretaron en su espalda.
¿Dios, no podía haber usado un sujetador?
—Mira—Santana le susurró al oído mientras quitaba la mano que cubría su boca.
Pero la mano en la cintura se mantuvo, y Brittany trató de concentrarse en su sospechoso, pero en lo único que podía pensar era en la mujer que tenía tan cerca, y la mano aún apoyada en su cintura.
—No creo que sea nuestro hombre.
Brittany asintió con la cabeza, parpadeando varias veces para despejar su cabeza.
Alejate.
Pero no podía.
Se quedó clavada en el suelo, sintiéndose segura dentro de los cálidos brazos de Santana. Se relajó, dejando que su cuerpo descansara cómodamente contra Santana mientras observaban.
El hombre apretó la cara contra el cristal, como si buscara en su interior. Entonces, para su sorpresa, comenzó a golpear ligeramente. Las persianas se abrieron y la cara de una mujer apareció. Ella esbozó una sonrisa y luego desapareció. Unos segundos después, la puerta trasera se abrió y se abrazaron compartiendo un beso.
¿Qué demonios?
Pero aun así, no podía concentrarse. Sintió el apretón de Santana aflojarse, pero no pudo alejarse. Cerró los ojos, absorbiendo su calor, imaginando los pechos que se apretaban contra ella. Se mordió el labio, conteniendo el pequeño gemido que amenazaba con escapar.
Finalmente, gracias a Dios, Santana se apartó.
—Lo siento—murmuró.
Brittany ignoró su comentario.
Si ella lo reconocía, entonces reconocería lo que acababa de pasar. Y Brittany sabía que no podía hacer eso. Brittany sabía que tenía que hacer caso omiso de lo que acababa de suceder.
—¿Así que se conocen?
—Me imagino.
—¿Una aventura?
Santana se encogió de hombros moviéndose.
—¿Quién sabe?
Y así, el resto de la noche pasó con preguntas cortas y respuestas aún más cortas.
Vigilaron cinco complejos.
Y nada que destacar en el informe, en ninguno de ellos.
Cuando Santana la llevó hasta su auto más tarde, su despedida fue tan breve y abrupta como había sido su conversación.
Pero no pensó en ello.
Condujo a casa sin pensar, consciente del fuerte agarre que tenía en el volante. Y por suerte, Sam no estaba en casa todavía. Cerró la puerta, se fue a la cocina y se sirvió una copa de vino. Después de beber casi la mitad, tomó la botella con ella, fue al baño y cerró la puerta, se desnudó donde se encontraba mientras la bañera de llenaba con agua caliente. Solo cuando se dejó caer hasta que las burbujas cubrieron su cuello, copa en mano, fue que reconoció lo que había sucedido esa noche.
Podría interpretarse como algo perfectamente inocente.
No era culpa de Santana que su cuerpo haya respondido de esa manera.
Pero, Santana sabía, ¿no era así?
¿Por qué si no, había estado tan distraída el resto de la noche?
Santana tuvo que haber sabido que su cuerpo había respondido.
Brittany tomó un sorbo de vino, dejando surgir recuerdos que pensaba habían sido enterrados mucho tiempo atrás, olvidados hace mucho tiempo. Pero todo lo que había tomado era un corto momento entre los brazos de otra mujer para que reaparecieran.
Tenía diecinueve años, joven e ingenua. Su mamá estaba en su segundo matrimonio, esta vez un músico veinte años más joven. Y en cuanto a las relaciones, ella sabía lo que no quería. Ella no quería un matrimonio como el de sus padres, uno que terminara en divorcio. Y ciertamente no quería lo que su mamá tenía, un hombre tras otro, intentando llenar el vacío que había dejado su divorcio.
No, ella quería una vida normal, un matrimonio normal, un hombre normal.
Y había tenido un plan.
Estudiar duro, graduarse con honores, conseguir un buen trabajo, casarse con un hombre agradable y mudarse a una gran casa en los suburbios. Y tener una amante femenina no entraba en la ecuación.
Carol Ann.
Brittany dejó que sus ojos se cerraran, recordando a la niña de su pasado, la que había despertado tanta pasión en su interior. Dos desconocidas que se encontraron porque no tenían compañera de habitación, fueron asignadas a una habitación en la residencia de estudiantes.
Extrañas, sí, pero Brittany se derritió por ella desde el principio.
Alta y desgarbada, confiada y segura, Carol Ann sólo exudaba sexualidad. La primera vez que Brittany la vio desnuda, su corazón dio un vuelco. Recordó como su boca se había secado simplemente por mirar a Carol Ann. Y, para su horror, Carol Ann lo había notado.
Y Carol Ann estaba muy emocionada.
Debido a que ella era lesbiana.
La primera vez que se besaron, Brittany estaba segura de que iba a perder el conocimiento. No había sido como los besos que había tenido con los chicos.
No, los labios de Carol Ann eran suaves, no eran violentos.
Pero aun así, Brittany luchó.
Ella no era una lesbiana.
No entraba en su plan.
Pero no pudo resistir.
Los besos castos se convirtieron en más.
Cada noche, Carol Ann venía a ella, subiendo a su cama. Brittany trataba de luchar.
Ella lo hizo.
Pero simplemente no podía rechazarla.
Las sesiones de besos eventualmente le llevaron a tocarse. Cada vez la detenía antes de que fuera demasiado lejos. Y cada vez, Carol Ann se echaba hacia atrás, nunca la forzaba.
Nadie lo supo.
No pasaban tiempo juntas en la universidad. No compartían los mismos amigos o clases.
Por la noche, era su secreto. Ellas se desnudaban y yacían desnudas, tocándose. Y el deseo aumentaba cuando la boca de Carol Ann devoraba sus pequeños pechos.
Sí, ella la quería.
Pero nunca la dejó llegar hasta el final, siempre la detenía antes de que su mano pudiera deslizarse entre sus piernas y en la humedad que había causado.
Brittany era virgen.
Se estaba guardando para el matrimonio. Y, finalmente, Carol Ann se dio por vencida, cansada de su juego. El semestre siguiente, ella siguió adelante y Brittany tuvo una nueva compañera de cuarto. Y enterró los recuerdos, echándolos fuera como si nunca hubiesen sucedido.
Porque no entraban en sus planes.
Se sirvió más vino, sustituyendo los recuerdos de Carol Ann con una visión nueva y fresca de Santana.
Con los años, había sido muy cuidadosa.
No tenía muchas amigas. Las que permitía acercarse eran casadas, por lo general con los niños. Ellas eran seguras. Y cuando conoció a Sam, cuando sus citas les llevaron a ser una pareja, ya no temió estar cerca de una mujer.
Lo había superado.
Había sido una cosa de una sola vez, se había convencido a sí misma. Y era verdad.
Ella nunca tuvo esos sentimientos de nuevo.
No hasta esta noche.
No hasta que Santana la atrajo hacia sí, envolviendo su cuerpo inocentemente alrededor suyo.
Su mano tembló cuando trajo la copa de vino a sus labios.
El cuerpo de Santana había sido cálido, su mano casi quemándola cuando la apoyó en su cintura.
Y sus pechos...
—Dios—gimió recordando cómo se sentía al tenerlos presionados en su espalda.
¡Basta ya!
Ella cerró los ojos con más fuerza. Era perfectamente inocente. Santana no estaba diciendo nada con eso. Simplemente estaba deteniéndola, eso era todo.
¿Entonces por qué se había disculpado Santana?
¿Por qué se retiró?
¿Había sentido la reacción de Brittany?
¿Estaba avergonzada por ella?
Brittany golpeó el agua con su puño causando que las burbujas desaparecieran.
—Estás comprometida para casarte, y con un hombre, por el amor de Dios. Actúa como tal.
Y lo intentó.
Más tarde, cuando Sam llegó a casa y se metió en la cama junto a ella, Brittany no se resistió mientras sus brazos la atrajeron hacia sí, no se resistió cuando sus manos se movieron sobre su cuerpo, quitándole la camisa de dormir mientras acariciaba sus pechos.
—¿Quieres hacer el amor?
Ella asintió con la cabeza, tratando con todas sus fuerzas de sentir esa pasión que siempre le había eludido cuando él la tocaba. Ella se rindió a sus besos y a su contacto familiar, rezando para que fuera suficiente.
Pero nunca lo era.
Y cuando él le separó las piernas, cuando se puso sobre ella y entró en ella, no parecía darse cuenta de que ella no estaba lista. Brittany cerró los ojos controlando las náuseas que amenazaban con liberarse. Dejó que su mente se quedara en blanco como solía hacer cuando él le hacía el amor.
La verdad la golpeó entonces.
¿Cómo había pensado alguna vez que podía pasar el resto de su vida de esta manera?
Vagando lejos mientras un hombre usaba su cuerpo para su liberación. Afortunadamente, todo terminó rápidamente. Ella lo empujó mientras él se recuperaba, avergonzada por las lágrimas que sentía.
—Lo siento. No pude aguantar más—jadeó—Voy a compensarte.
Ella sacudió la cabeza y se sentó.
—No. Estoy bien.
Pero él la detuvo mientras ella trataba de levantarse de la cama.
—¿Qué pasa? ¿Te he hecho daño?
—No, no es nada—dijo ella, incapaz de detener la lágrima que se deslizaban por sus mejilla.
—Brittany, ¿qué?
—Sólo son las hormonas—mintió.
Como la mayoría de los hombres, lo tomó como una salida.
—Lo siento. No lo sabía.
—No, no. No es tu culpa. En absoluto—Ella se levantó—Yo sólo...sólo quiero tomar una ducha.
—Está bien—se levantó también—Estoy completamente despierto ahora. Creo que voy a comprobar la prensa de última hora o algo así.
Ella asintió con la cabeza y desapareció en el cuarto de baño una vez más cerrando la puerta detrás de ella. Se puso de pie en el agua caliente, fregándose a sí misma.
Y odiándose.
¿Por qué?
¿Por qué ahora?
Después de todos estos años, ¿por qué ahora?
Pero al secarse, se atrevió a mirarse a los ojos en el espejo. La verdad estaba ahí y ella no podía huir de la verdad.
—Te sientes atraída por ella.
Curiosamente, esas palabras no fueron tan aterradoras ahora para ella como lo fueron cuando tenía diecinueve años. No, el problema era si ella sería lo suficientemente adulta para ser capaz de hablar con Santana acerca de ellas. Porque francamente, correr y esconderse de ella parecía ser la elección lógica en este momento.
Santana llegó 15 minutos temprano.
Sonrió a través de la ventana, viendo como Brittany hacía malabares con su cartera, la botella de agua y una bolsa de papas mientras trataba de cerrar su coche.
—¿Necesitas ayuda?—preguntó Santana cuando bajó la ventana.
—Ya lo tengo.
Santana se inclinó sobre la consola y abrió la puerta, luego tomó la botella que Brittany le entregó.
—¿Perdiste la cena?—preguntó mirando la bolsa de papas fritas.
—No estaba de humor para comida para llevar—dijo—Hay muchos lugares de comida rápida a los que puedes ir antes de que te enfermes a muerte de ellos.
—Ah, no cocinas—adivinó Santana—¿Lo hace Sam?—preguntó mientras retrocedía.
—¿Estás bromeando?
—¿Así que ustedes comen comida rápida para llevar todas las noches?
—No comida rápida para llevar, no. Pero sí, comemos fuera. Quiero decir, no necesariamente fuera. Puedes recoger los pedidos en casi todos los restaurantes hoy en día.
—No es tan difícil cocinar—dijo.
—Lo sé. No es que no sé cocinar. Bueno, no gourmet o cosas así, pero puedo salir adelante. Pero es que yo no cocino.
Santana levantó las cejas.
—Al principio, cocinaba todo el tiempo. Sin embargo, muy a menudo comía sola. Nuestros horarios no estaban en sincronía. Así es que terminó convirtiéndose en conseguir comida para llevar y que cada uno pudiera comer cuando quisiera.
—Ya veo.
Brittany suspiró.
—No, no lo haces. Es un arreglo loco, ya lo sabemos—se dio la vuelta—Pero no te imagino como cocinera.
—Oh, sé desenvolverme en la cocina—Santana se encogió de hombros—Pero es difícil cocinar para uno. Filete a la parrilla, papa al horno, vegetales y estoy lista. Pero como mucho comida para llevar también—dio la vuelta en Live Oak y se dirigió hacia el este—Y sabes, Rach cocina. Ellas me invitan todo el tiempo, pero trato de no ir demasiado. No quiero ser una plaga.
—Y ya comiste?
Santana se echó a reír.
—No. Tenía la esperanza de que pudiéramos tomar un descanso y comer una hamburguesa o algo así. O si no voy a robar la mitad de tus papas.
—Menos mal que opté por la bolsa más grande—Brittany las arrojó detrás en el asiento de atrás y sacó la hoja de cálculo y su linterna—Vamos a ver. Brookhaven requiere caminar, y Creekside creemos que no es accesible para un acosador. Por lo tanto, ¿quieres probar Cascades? ¿O Twin Peaks?
—¿Cuál de todas vigilaron anoche?
—Ya que Brookhaven requiere caminar, supongo que por eso la saltaron. Aparte de eso, parece que vigilaron todas.
—¿Cómo tuvieron tiempo para vigilarlas todas?
—Debido a que probablemente no se sentaron y estacionaron como nosotras.
—No me sorprende. Debería haberlo sabido. Quinn no puede quedarse quieta tanto tiempo.
—Vamos a hacer Cascades—sugirió Brittany—Nunca la vigilamos la otra noche. Mis notas dicen que tiene patios al aire libre en cada unidad de la planta baja.
—¿Qué cuadra?
—Gira a la derecha en el Hall. Es antes de llegar a Gaston.
Santana vio la puerta de entrada bien iluminada, al igual que la cascada, mucho antes de ver el letrero. Ella entró en el estacionamiento, conduciendo lentamente hasta que vieron la abertura entre los cuatro edificios.
—La vista no es grandiosa—dijo Brittany cuando estacionaron—Podemos marcarla como requiere caminar también.
Santana apagó el motor y abrió las ventanas, dejando entrar la poca brisa que había.
—Va a ser una noche cálida.
—Oh, bueno. Supongo que todos estamos acostumbrados hasta ahora.
Brittany volteó hacia Santana.
—Te imagino como del tipo de verano de todos modos. Completamente bronceada y todo, jugando en el lago.
—Sí. Me gusta el verano. En mis veinte años, estaba en el lago todo el tiempo—Brittany sonrió—Tenía mucha energía en ese entonces.
—No la teníamos todo.
—Sí. Mucha energía, menos sentido.
Brittany rodó la cabeza a lo largo del asiento, mirándola. Santana finalmente se volvió y levantó una ceja.
—¿Cuándo supiste que eras gay?
Santana sonrió.
—La pregunta estándar de una mujer hetero, ¿eh?
Brittany se encogió de hombros.
—Sólo me preguntaba.
—Lo supe cuando era joven, supongo. Siempre me sentí un poco diferente. Así que lo guardé para mí. No tenía un montón de amigos entonces. Creo que, en ese momento, lo atribuí a mi vida en el hogar. No era normal, por lo tanto, no me sentía normal. Y no era como si llevara amigos a casa, ni nada. No quería que mis padres estuvieran ahí al mismo tiempo. Si lo estaban, por lo general significa una pelea. Era más fácil mantener mi distancia con las personas...chicos.
—¿Qué edad tenías cuando...¿sabes?
—¿Qué? ¿Sexo?
—Sí. Tu primera vez.
—Tenía diecisiete años. Ella era la hermana de una amiga—Santana inclinó la cabeza hacia atrás, recordando—Ella era una estudiante de primer año en la universidad. Tenía las piernas más largas que había visto nunca—se dio la vuelta rápidamente, mirando a Brittany con una sonrisa—Cada vez que me veía, coqueteaba conmigo. Realmente no lo entendía. Hasta ese día. Era Acción de Gracias. Me habían invitado a su casa. Me llevó arriba para escuchar algo de música que acababa de comprar.
—¿Dónde estaba tu amiga?
—Ayudando en la cocina.
—¿Ella no lo sabía?
—No. Por supuesto, yo tampoco. Quiero decir, pensé que realmente íbamos a escuchar música. Fuimos a su habitación y antes de que supiera lo que estaba pasando, me tiró en la cama y su mano bajó mis pantalones.
—Pero sabías, ¿no?
—Sí. Lo sabía. Simplemente no era la manera en la que imaginé perder mi virginidad, ya sabes, con un rapidito antes de la cena de Acción de Gracias.
Brittany sonrió.
—¿La has visto otra vez?
—Sí. En Navidad—Santana se volvió, mirando por la parabrisas—Pero esa fue la última vez. Ella llegó a casa ese verano y tenía un novio. Ni siquiera quería hablar conmigo.
—¿Así que no era gay?
—No, ella era gay. Pero como algunos, intentó luchar contra eso. Está bien. No la culpo por eso.
—¿Has intentado luchar contra eso?
—No. En realidad, nunca se me ocurrió luchar. Es lo que yo era. Lo que soy. No veo el motivo de pretender.
—¿Así que nunca te has acostado con un hombre?
—No. Trato de no pensar en ello—Santana sonrió—"Debido a que eso sería asqueroso.
—Mmm.
—¿Mmm?
Brittany negó con la cabeza.
—Nada.
—Está bien. Así que ahora que estamos actuando como adolescentes y hablando sobre sexo, ¿cuándo fue tu primera vez?
—Te voy a dar una pista. Fui la virgen más vieja en la universidad.
—De ninguna manera.
—Sí.
—Hombre, los chicos tenían que estar cayendo sobre ti. Eres preciosa. ¿Cómo te las arreglaste?
—Tuve esa idea tonta de que esperaría hasta el matrimonio.
—Y supongo que no lo hiciste—Santana la miró fijamente—¿Sam es tu primera vez?
—No. Por supuesto que no. Me contuve hasta mi último año. Era una tortura. La mayoría de las chicas sabían que aún era virgen. Se burlaban constantemente.
—Espero que por lo menos haya sido lindo.
Brittany rió.
—No. Fue horrible. Él era virgen también.
—¡Oh, Dios mío!
—Sí. Bastante malo.
—¿Entonces qué?
—Bueno, pensé, ¿cuál era todo el alboroto? El sexo está sobrevalorado.
Santana se echó a reír.
—Espero que tus amigas no hayan sabido que el tipo era virgen.
—Probablemente. Lo peor, continuamos saliendo el resto de ese semestre.
—¿Mejoró en la cama?
—Ni un poco.
—Pobre chica.
—Sí.
—Así que, ahora…
—No, no, no. No voy a hablar de mi vida sexual contigo.
Santana se echó hacia atrás y se relajó.
—Bien. Me gustas. Trato de no pensar en ti con un chico.
Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Santana se encogió.
¿Qué demonios?
Santana cerró los ojos, esperando que Brittany no hiciera comentarios.
No lo hizo.
Pero la verdad era que le gustaba Brittany. Y también se dio cuenta que tendía a olvidar que Brittany estaba viviendo con un chico y comprometida para casarse. Y, probablemente, teniendo sexo heterosexual todas las noches.
Asqueroso.
Pero había algo en la forma en que Brittany se comportaba, algo en la mirada de sus ojos. Algo sobre la manera casual que la tocaba todo el tiempo. Había algo en Brittany que derretía a Santana. Le gustaba estar cerca de ella, como ahora. Apenas sentada, sin hablar. Sólo estar en su presencia física, provocaba algo en ella.
Se volvió para mirar por la ventana.
Jesús, por favor no te enamores de tu pareja heterosexual.
Idiota.
—Un poco tranquilo por aquí—dijo Brittany después de un largo silencio—¿Quieres dirigirte a Brookhaven?
Santana se sentó derecha.
—Sí, claro—encendió la camioneta y retrocedió, luego sonrió—Sabes, había un par de chicos merodeando por la zona de la piscina. Tal vez deberíamos colocarlos, ¿eh?
—Sí, creo que lo haré, sólo para darle a Hudson algo que comentar.
—Está bien, Brookhaven, está cerca de Ross, ¿no?
—Sí, es el lado de Ross—dijo ella, mirando sus notas.
Santana cruzó sobre Bryan, pasando por la zona residencial antes de acercarse a Ross.
—Pensarás que los conozco a todos hasta ahora, pero están empezando a correr juntos.
—Brookhaven está justo en el borde de nuestra radio. Creo que si no tenemos ningún resultado esta semana, me sentiría cómoda sacándolo de la lista. Eso nos daría menos que monitorear.
—Sí, pero tengo este miedo de que vamos a estar en un departamento mientras que el asesinato está ocurriendo en otro.
—Lo sé. He pensado en eso también. Pero no se puede estar en todas partes al mismo tiempo.
—No. Pero he estado pensando. En las noches cuando Fabray y Hudson estén vigilando los departamentos, creo que puedo vigilar Deep Ellum. Si realmente creemos que Patrick es nuestro vagabundo, entonces no estaría de más buscarlo donde pasa el rato.
—Pero no tenemos idea de cómo luce.
—No. Pero en base a lo que Emma dijo, él es más joven que la mayoría y tiene más bienes. Eso significa que quizás no se parezca a un vagabundo. Tal vez sus ropas no son tan gastadas y raídas. Tal vez esté bien afeitado.
—Está bien. Yo juego.
Santana negó con la cabeza.
—No, no me refiero a que me acompañes. Tres noches a la semana es suficiente. Es sólo que, ya sabes, tengo tiempo libre.
—Bueno, tengo dos problemas con eso. Uno, si es parte de trabajar en el caso, aunque no tengo tiempo libre no es un problema. Y dos, no debes estar sola, sin respaldo. Y me aventuro a suponer que si Will lo sabe, tendría tu culo.
Santana encontró un sitio para aparcar en la fila del medio y apagó el motor.
—Sí, probablemente lo haría. Pero estaba realmente planeando observar, no arrestar a alguien.
—Lo siento. Aun así no vas a hacerlo sola, López.
—Hablaremos de eso—admitió Santana.
Sin embargo, reconoció la mirada en los ojos de Brittany y se dio cuenta de que ya habían hablado de eso.
Bueno, así que no saldría sola.
Santana se dio la vuelta, permitiéndose una breve sonrisa. Había pasado un tiempo desde que alguien se había preocupado por ella.
—No olvides poner tu celular en vibrador—dijo mientras salía.
—Ya lo hice. Odio los teléfonos celulares.
—Sí. Un mal necesario.
Se mezclaron en las sombras, caminando entre los edificios y dirigiéndose a la zona común.
Después de las nueve, los miércoles por la noche, no había mucha gente pasando el reto en los alrededores, a excepción de la piscina. Parecía haber de seis a ocho personas aún en el agua.
—Un montón de arbustos y matorrales—señaló Brittany.
—Y vallas cortas alrededor de los patios. No hay mucha privacidad—Santana se detuvo, señalando—Ahí, por ejemplo. Las persianas están abiertas. Puedes ver todo el camino a través de la sala y la cocina.
—Sí. Dos chicos sentados alrededor sin sus camisas. Es probable que lo hagan a propósito.
Santana resopló.
—Sí, esa es la manera de atraer a las mujeres.
Brittany sonrió y le tocó el brazo, sujetándola.
—¿Quieres parar y darles consejos?
—Quiero decir, mi Dios, él tiene pelos por toda la espalda—se estremeció—Eso es asqueroso—miró rápidamente a Brittany—¿Debo pedir disculpas? Quiero decir ¿Sam tiene…?
—No. No tiene la espalda peluda—entonces se echó a reír—Y por favor, dime que no estás imaginando a Sam desnudo.
—Por supuesto que no.
No a Sam de todas maneras.
Santana siguió caminando, sintiendo la mano de Brittany alejarse de su brazo. Estaban en silencio mientras caminaban por la piscina, moviéndose lentamente como si estuvieran tomando un paseo nocturno. Había mesas de picnic y bancos en el césped, pero estaban vacías a esa hora.
Ellas cruzaron la acera, pasando al otro lado. Las sombras eran más espesas aquí, los árboles bloqueaban la luz de las lámparas de seguridad. Ambas lo vieron de inmediato y se detuvieron, instintivamente retrocediendo contra el edificio. Entró con pasos rápidos y cortos, deteniéndose con frecuencia para mirar a su alrededor, luego moviéndose otra vez.
Santana sintió como Brittany se tensaba detrás de ella.
—¿Crees que es él?—susurró.
Santana quería pensar que era él, pero estaba demasiado lejos para distinguir sus características o su ropa.
—Vamos a seguirlo.
Se movieron en silencio, lentamente, permaneciendo ocultas detrás de los arbustos. Deteniéndose cuando él se detenía y moviéndose cuando él se movía.
Brittany estaba ansiosa, Santana lo sabía.
Santana la agarró del brazo, manteniéndola tranquila a su lado. El hombre finalmente se detuvo, se arrastró a lo largo de la valla corta de uno de los departamentos. La luz estaba encendida, pero las persianas cerradas.
Cuando saltó la valla, Santana sintió a Brittany moverse.
—Tiene que ser él—dijo Brittany, saliendo de las sombras.
Santana la agarró, colocando una mano sobre su boca y tirando de Brittany a hacia atrás contra ella, manteniéndola quieta.
—Shhh—Santana le susurró al oído.
Sintió temblar a Brittany en su contra y la mano en la cintura de Brittany se apretó involuntariamente. Fue sólo entonces que se dio cuenta de su posición "Shhh".
Brittany no estaba preparada.
No tuvo tiempo de reaccionar.
Sintió que su cuerpo temblaba cuando el cuerpo de Santana se envolvió alrededor de ella. Su visión se nubló cuando sus caderas se moldearon contra sus nalgas y dos pechos firmes se apretaron en su espalda.
¿Dios, no podía haber usado un sujetador?
—Mira—Santana le susurró al oído mientras quitaba la mano que cubría su boca.
Pero la mano en la cintura se mantuvo, y Brittany trató de concentrarse en su sospechoso, pero en lo único que podía pensar era en la mujer que tenía tan cerca, y la mano aún apoyada en su cintura.
—No creo que sea nuestro hombre.
Brittany asintió con la cabeza, parpadeando varias veces para despejar su cabeza.
Alejate.
Pero no podía.
Se quedó clavada en el suelo, sintiéndose segura dentro de los cálidos brazos de Santana. Se relajó, dejando que su cuerpo descansara cómodamente contra Santana mientras observaban.
El hombre apretó la cara contra el cristal, como si buscara en su interior. Entonces, para su sorpresa, comenzó a golpear ligeramente. Las persianas se abrieron y la cara de una mujer apareció. Ella esbozó una sonrisa y luego desapareció. Unos segundos después, la puerta trasera se abrió y se abrazaron compartiendo un beso.
¿Qué demonios?
Pero aun así, no podía concentrarse. Sintió el apretón de Santana aflojarse, pero no pudo alejarse. Cerró los ojos, absorbiendo su calor, imaginando los pechos que se apretaban contra ella. Se mordió el labio, conteniendo el pequeño gemido que amenazaba con escapar.
Finalmente, gracias a Dios, Santana se apartó.
—Lo siento—murmuró.
Brittany ignoró su comentario.
Si ella lo reconocía, entonces reconocería lo que acababa de pasar. Y Brittany sabía que no podía hacer eso. Brittany sabía que tenía que hacer caso omiso de lo que acababa de suceder.
—¿Así que se conocen?
—Me imagino.
—¿Una aventura?
Santana se encogió de hombros moviéndose.
—¿Quién sabe?
Y así, el resto de la noche pasó con preguntas cortas y respuestas aún más cortas.
Vigilaron cinco complejos.
Y nada que destacar en el informe, en ninguno de ellos.
Cuando Santana la llevó hasta su auto más tarde, su despedida fue tan breve y abrupta como había sido su conversación.
Pero no pensó en ello.
Condujo a casa sin pensar, consciente del fuerte agarre que tenía en el volante. Y por suerte, Sam no estaba en casa todavía. Cerró la puerta, se fue a la cocina y se sirvió una copa de vino. Después de beber casi la mitad, tomó la botella con ella, fue al baño y cerró la puerta, se desnudó donde se encontraba mientras la bañera de llenaba con agua caliente. Solo cuando se dejó caer hasta que las burbujas cubrieron su cuello, copa en mano, fue que reconoció lo que había sucedido esa noche.
Podría interpretarse como algo perfectamente inocente.
No era culpa de Santana que su cuerpo haya respondido de esa manera.
Pero, Santana sabía, ¿no era así?
¿Por qué si no, había estado tan distraída el resto de la noche?
Santana tuvo que haber sabido que su cuerpo había respondido.
Brittany tomó un sorbo de vino, dejando surgir recuerdos que pensaba habían sido enterrados mucho tiempo atrás, olvidados hace mucho tiempo. Pero todo lo que había tomado era un corto momento entre los brazos de otra mujer para que reaparecieran.
Tenía diecinueve años, joven e ingenua. Su mamá estaba en su segundo matrimonio, esta vez un músico veinte años más joven. Y en cuanto a las relaciones, ella sabía lo que no quería. Ella no quería un matrimonio como el de sus padres, uno que terminara en divorcio. Y ciertamente no quería lo que su mamá tenía, un hombre tras otro, intentando llenar el vacío que había dejado su divorcio.
No, ella quería una vida normal, un matrimonio normal, un hombre normal.
Y había tenido un plan.
Estudiar duro, graduarse con honores, conseguir un buen trabajo, casarse con un hombre agradable y mudarse a una gran casa en los suburbios. Y tener una amante femenina no entraba en la ecuación.
Carol Ann.
Brittany dejó que sus ojos se cerraran, recordando a la niña de su pasado, la que había despertado tanta pasión en su interior. Dos desconocidas que se encontraron porque no tenían compañera de habitación, fueron asignadas a una habitación en la residencia de estudiantes.
Extrañas, sí, pero Brittany se derritió por ella desde el principio.
Alta y desgarbada, confiada y segura, Carol Ann sólo exudaba sexualidad. La primera vez que Brittany la vio desnuda, su corazón dio un vuelco. Recordó como su boca se había secado simplemente por mirar a Carol Ann. Y, para su horror, Carol Ann lo había notado.
Y Carol Ann estaba muy emocionada.
Debido a que ella era lesbiana.
La primera vez que se besaron, Brittany estaba segura de que iba a perder el conocimiento. No había sido como los besos que había tenido con los chicos.
No, los labios de Carol Ann eran suaves, no eran violentos.
Pero aun así, Brittany luchó.
Ella no era una lesbiana.
No entraba en su plan.
Pero no pudo resistir.
Los besos castos se convirtieron en más.
Cada noche, Carol Ann venía a ella, subiendo a su cama. Brittany trataba de luchar.
Ella lo hizo.
Pero simplemente no podía rechazarla.
Las sesiones de besos eventualmente le llevaron a tocarse. Cada vez la detenía antes de que fuera demasiado lejos. Y cada vez, Carol Ann se echaba hacia atrás, nunca la forzaba.
Nadie lo supo.
No pasaban tiempo juntas en la universidad. No compartían los mismos amigos o clases.
Por la noche, era su secreto. Ellas se desnudaban y yacían desnudas, tocándose. Y el deseo aumentaba cuando la boca de Carol Ann devoraba sus pequeños pechos.
Sí, ella la quería.
Pero nunca la dejó llegar hasta el final, siempre la detenía antes de que su mano pudiera deslizarse entre sus piernas y en la humedad que había causado.
Brittany era virgen.
Se estaba guardando para el matrimonio. Y, finalmente, Carol Ann se dio por vencida, cansada de su juego. El semestre siguiente, ella siguió adelante y Brittany tuvo una nueva compañera de cuarto. Y enterró los recuerdos, echándolos fuera como si nunca hubiesen sucedido.
Porque no entraban en sus planes.
Se sirvió más vino, sustituyendo los recuerdos de Carol Ann con una visión nueva y fresca de Santana.
Con los años, había sido muy cuidadosa.
No tenía muchas amigas. Las que permitía acercarse eran casadas, por lo general con los niños. Ellas eran seguras. Y cuando conoció a Sam, cuando sus citas les llevaron a ser una pareja, ya no temió estar cerca de una mujer.
Lo había superado.
Había sido una cosa de una sola vez, se había convencido a sí misma. Y era verdad.
Ella nunca tuvo esos sentimientos de nuevo.
No hasta esta noche.
No hasta que Santana la atrajo hacia sí, envolviendo su cuerpo inocentemente alrededor suyo.
Su mano tembló cuando trajo la copa de vino a sus labios.
El cuerpo de Santana había sido cálido, su mano casi quemándola cuando la apoyó en su cintura.
Y sus pechos...
—Dios—gimió recordando cómo se sentía al tenerlos presionados en su espalda.
¡Basta ya!
Ella cerró los ojos con más fuerza. Era perfectamente inocente. Santana no estaba diciendo nada con eso. Simplemente estaba deteniéndola, eso era todo.
¿Entonces por qué se había disculpado Santana?
¿Por qué se retiró?
¿Había sentido la reacción de Brittany?
¿Estaba avergonzada por ella?
Brittany golpeó el agua con su puño causando que las burbujas desaparecieran.
—Estás comprometida para casarte, y con un hombre, por el amor de Dios. Actúa como tal.
Y lo intentó.
Más tarde, cuando Sam llegó a casa y se metió en la cama junto a ella, Brittany no se resistió mientras sus brazos la atrajeron hacia sí, no se resistió cuando sus manos se movieron sobre su cuerpo, quitándole la camisa de dormir mientras acariciaba sus pechos.
—¿Quieres hacer el amor?
Ella asintió con la cabeza, tratando con todas sus fuerzas de sentir esa pasión que siempre le había eludido cuando él la tocaba. Ella se rindió a sus besos y a su contacto familiar, rezando para que fuera suficiente.
Pero nunca lo era.
Y cuando él le separó las piernas, cuando se puso sobre ella y entró en ella, no parecía darse cuenta de que ella no estaba lista. Brittany cerró los ojos controlando las náuseas que amenazaban con liberarse. Dejó que su mente se quedara en blanco como solía hacer cuando él le hacía el amor.
La verdad la golpeó entonces.
¿Cómo había pensado alguna vez que podía pasar el resto de su vida de esta manera?
Vagando lejos mientras un hombre usaba su cuerpo para su liberación. Afortunadamente, todo terminó rápidamente. Ella lo empujó mientras él se recuperaba, avergonzada por las lágrimas que sentía.
—Lo siento. No pude aguantar más—jadeó—Voy a compensarte.
Ella sacudió la cabeza y se sentó.
—No. Estoy bien.
Pero él la detuvo mientras ella trataba de levantarse de la cama.
—¿Qué pasa? ¿Te he hecho daño?
—No, no es nada—dijo ella, incapaz de detener la lágrima que se deslizaban por sus mejilla.
—Brittany, ¿qué?
—Sólo son las hormonas—mintió.
Como la mayoría de los hombres, lo tomó como una salida.
—Lo siento. No lo sabía.
—No, no. No es tu culpa. En absoluto—Ella se levantó—Yo sólo...sólo quiero tomar una ducha.
—Está bien—se levantó también—Estoy completamente despierto ahora. Creo que voy a comprobar la prensa de última hora o algo así.
Ella asintió con la cabeza y desapareció en el cuarto de baño una vez más cerrando la puerta detrás de ella. Se puso de pie en el agua caliente, fregándose a sí misma.
Y odiándose.
¿Por qué?
¿Por qué ahora?
Después de todos estos años, ¿por qué ahora?
Pero al secarse, se atrevió a mirarse a los ojos en el espejo. La verdad estaba ahí y ella no podía huir de la verdad.
—Te sientes atraída por ella.
Curiosamente, esas palabras no fueron tan aterradoras ahora para ella como lo fueron cuando tenía diecinueve años. No, el problema era si ella sería lo suficientemente adulta para ser capaz de hablar con Santana acerca de ellas. Porque francamente, correr y esconderse de ella parecía ser la elección lógica en este momento.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pronto rediccionaran el link de www.gleeklatino.com a www.gleelatino.forosactivos.net, así sera mas fácil, pero como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!
Avisen si conocen a alguien del foro del cambio!. Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
se que viven juntos y son pareja pero no pdo evitar que me invada el malhumor cuando me los imagino juntos, en Glee sam me era indiferente, pero cuando se metio con brittany, les juro que en verdad lo odie!!!!! sentira san lo mismo que britt despues de ese acercamiento?
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Ahhh, así que se lo tenia bien calladito la rubia?! Jajajaja xD y yo pensaba que ni una mosca mataba xD
Pero me encantó eso *---*
Ah excepción de Sam, aquí la mayoría lo ODIA, pero como no sí es tan idiota & eso xD aparte fue así como "Te ignoro siempre pero hoy estoy despierto & quiero sexo" ¿En serio? -.- & aparte seguro que ni dos segundos tardó xD xD
Pero me encantó eso *---*
Ah excepción de Sam, aquí la mayoría lo ODIA, pero como no sí es tan idiota & eso xD aparte fue así como "Te ignoro siempre pero hoy estoy despierto & quiero sexo" ¿En serio? -.- & aparte seguro que ni dos segundos tardó xD xD
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
me dan ganas de vomitar cuando Sam y Britt estan juntos en la serie y en los fics siempre odiare esta pareja con todo mi ser>:c
Peeeeero... ya estan sintiendo algo mis brittanas !! que hermoso
Mireeen a Britt se lo tenia bien guardadito, bajo 7 llaves, que descarada sdfgjka
Peeeeero... ya estan sintiendo algo mis brittanas !! que hermoso
Mireeen a Britt se lo tenia bien guardadito, bajo 7 llaves, que descarada sdfgjka
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Ohhh santos dioses que capítulo, se me erizo la piel :3 esa atracción ira crece que crece y va a llegar un momento en que BOOM explotara.... saludos
Caritovega****** - Mensajes : 338
Fecha de inscripción : 13/05/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Britt trata de evitar lo inevitable!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Daniela Gutierrez escribió:Hola chica de las adaptaciones...
Una vez mas aquí comentando...
Bueno sé ve que la historia es bastante interesante ya veremos que pasa con San y Britt
Saludos.
TE PINSHIS AMO xD
Hola dani, jajaja lamento no haber respondido tu comentario, pero no lo vi! nose que paso, y ahora que lo estaba buscando no lo encontraba! ajjaajaj, pero lo encontré y pido disculpas por no haberlo respondido antes!
Gracias por comentar y leer! Saludos =D
Jajajaja es el efecto que causo
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
micky morales escribió:se que viven juntos y son pareja pero no pdo evitar que me invada el malhumor cuando me los imagino juntos, en Glee sam me era indiferente, pero cuando se metio con brittany, les juro que en verdad lo odie!!!!! sentira san lo mismo que britt despues de ese acercamiento?
Hola, y a mí, y a mí. Me paso igual me daba igual que volviera o no, pero cuando se metio donde no debía nonononono se pude ir otra vez! =o obvio! osea jajaaja. Saludos =D
Elita escribió:Ahhh, así que se lo tenia bien calladito la rubia?! Jajajaja xD y yo pensaba que ni una mosca mataba xD
Pero me encantó eso *---*
Ah excepción de Sam, aquí la mayoría lo ODIA, pero como no sí es tan idiota & eso xD aparte fue así como "Te ignoro siempre pero hoy estoy despierto & quiero sexo" ¿En serio? -.- & aparte seguro que ni dos segundos tardó xD xD
Hola, jajajaj parece jajajajaajjajajajja, todos nos dan sorpresas, no¿? jaajajaj. Jajajajajaj cada vez es mas idiota no¿? jajajaajaj, jajaajajajajajajaja xD jajajaajajajajaj. Saludos =D
Susii escribió:me dan ganas de vomitar cuando Sam y Britt estan juntos en la serie y en los fics siempre odiare esta pareja con todo mi ser>:c
Peeeeero... ya estan sintiendo algo mis brittanas !! que hermoso
Mireeen a Britt se lo tenia bien guardadito, bajo 7 llaves, que descarada sdfgjka
Hola, sip y yo también jajajajj. Aaa shi ya era hora no¿? ajajajajaj. Jajaja todos tenemos secretos jajaajajaj. Saludos =D
Caritovega escribió:Ohhh santos dioses que capítulo, se me erizo la piel :3 esa atracción ira crece que crece y va a llegar un momento en que BOOM explotara.... saludos
Hola, jajaajajaja es el efecto brittana jaajajajaj. Jajajaj sip pienso igual... espero que sea ya! ajjajaaj. Saludos =D
monica.santander escribió:Britt trata de evitar lo inevitable!!
Saludos
Hola, mmm no podrá, no podrá osea es san! ajajjaaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 18
Capitulo 18
Después de agonizar sobre lo sucedido durante toda la noche, Santana todavía estaba molesta por lo que había hecho la noche anterior. Se paró en su cubierta tomando una taza de café, al igual que había hecho la noche anterior, mientras tomaba una copa de vino.
Brittany había estado evidentemente molesta por ello.
¿Podría culparla?
Ella prácticamente la había manoseado.
Fue totalmente inapropiado.
Ella nunca hubiera hecho eso si su pareja hubiera sido un hombre. Y una pareja masculina nunca le hubiera hecho eso a ella.
Pero Santana lo hizo.
Agarró Brittany.
Ella la agarró y no la dejó ir.
Peor aún, la sostuvo como si...bueno, como si se tratara de un abrazo.
—Jesús Cristo—susurró.
¿Qué diablos está mal contigo?
Sí, Brittany había estado molesta.
Apenas había hablado el resto de la noche. Y Santana había estado demasiado avergonzada como para pedirle disculpas adecuadamente. Pero lo haría hoy.
La primera cosa que haría.
Iba a disculparse.
Y con un poco de suerte, Brittany no le levantaría cargos por acoso sexual.
—Idiota.
Pero sus planes para ir a trabajar temprano con la esperanza de que Brittany estuviese ahí, también fallaron cuando quedó atrapada en el tráfico. Para el momento en que su escáner de la policía le dio el lugar del accidente, fue demasiado tarde para tomar una ruta alterna.
Ahora, veinte minutos tarde, se apresuró a entrar en la sala de la brigada, casi chocando a Hudson cuando irrumpió a través de las puertas dobles.
—¿Dónde está el fuego, López?
—Lo siento, amigo. El tráfico era un infierno.
—Había un accidente en Garland—dijo Brittany.
Santana encontró sus ojos al otro lado de la habitación, asintiendo con la cabeza.
—Sí—se dirigió a su escritorio, con los nervios sacando lo mejor de ella.
—He oído que ustedes pensaban que tenían al asesino—dijo Quinn.
—¿Eh?
Brittany sonrió.
—Le estaba contando a Quinn cómo estuve lista para saltar de los arbustos y arrestar a este hombre antes de que me detuvieras.
Santana sintió que sus mejillas se sonrojaron y trató de actuar normal, pero sabía que estaba fallando.
—Si. Nuestra única emoción de la noche.
—Me gusta la idea de vigilar Deep Ellum—dijo Quinn—Aunque no sé si podamos emparejarte en las noches de descanso.
—Sí, lo sé. Rach me mataría—dijo Santana.
—Rach lo entendería. Es Hudson quien me preocupa.
Todos se volvieron a mirar a Finn.
—¿Qué?
—¿Sabes qué?…—Quinn bromeó y miró de nuevo a Santana—… Finn está enamorado.
—¡Oh, Dios mío! ¿Es una broma?
Santana estaba complacida por el rubor que cubrió el rostro de Finn.
—Yo no estoy enamorado—dijo.
—Claro que lo estás. ¿Ha tenido qué? ¿Cuatro citas?
—¿Cuatro citas? ¿Con la misma chica?—Santana miró a Brittany—Finn es de una cita y está fuera, normalmente.
—Bueno, que maravilloso, Finn. Felicitaciones.
Él miró a Quinn.
—Te voy a matar.
—Creo que es dulce.
—Cállate.
Santana se echó a reír.
—No se sientas avergonzado, Hudson. Todo el mundo debe enamorarse al menos una vez.
—¿Sí? ¿Qué hay de ti?
Santana se encogió de hombros.
—Todavía estoy esperando. Va a suceder algún día—su sonrisa se desvaneció—Espero—levantó la vista, sorprendida de encontrar los ojos azules de Brittany sobre ella.
Echó un vistazo a los otros, pero Quinn había cogido el teléfono y Hudson se había vuelto a su ordenador.
Hizo una seña al pasillo.
—¿Puedo hablar contigo?—preguntó en voz baja.
Brittany asintió con la cabeza y se levantó, luego siguió a Santana por el pasillo al baño de mujeres. Santana se volvió tan pronto como la puerta se cerró, enfrentando a Brittany.
—Necesito pedirte disculpas—dijo.
Brittany frunció el ceño.
—¿Porque?
—Vamos. Las dos sabemos por qué. Fue inapropiado. Lo siento.
Brittany levantó las cejas.
—¿Qué parte, Santana?
Santana dejó caer la cabeza.
Brittany no iba a hacérselo fácil ¿no es así?
—Si fueras un hombre, nunca hubiera hecho eso. Y si tu pareja hubiera sido un hombre, nunca te hubiera tocado de esa manera.
Brittany dio un paso más cerca.
—¿Tocado de esa manera?—repitió.
Santana asintió.
—He cruzado la línea. No sé lo que pasó. Yo sólo...yo sólo lo hice. Te agarré sin pensarlo.
Sus ojos se encontraron, manteniéndose. Santana trató de adivinar lo que estaba pasando por la mente de Brittany.
¿Estaba recordando la forma como Santana había acercado su cuerpo al de ella?
Santana tragó, tratando de despejar su cabeza, tratando de olvidar como se sentía.
—Si te da igual—dijo Brittany—Prefiero no hablar de ello.
Santana negó con la cabeza.
—No. No me da igual—dijo—Por favor, tenemos que hablar de ello. Me siento como una burra. Sólo quiero decir que lo siento y quiero pedirte que me perdones y olvidaremos todo al respecto.
Brittany le dio la espalda.
—Sólo tendremos que olvidar todo al respecto ¿no es así?
—Sí. No volverá a suceder. Lo siento.
Brittany se dio la vuelta.
—¿Así que el hecho de que tuve una...una reacción a tu toque no importa?
Fue el turno de Santana para mirar.
—¿Qué?
—Tal vez debería ser yo quien se disculpe.
Santana se acercó, alargando su mano para alcanzar el brazo de Brittany.
—¿De qué estás hablando? Yo lo hice, no tú. Podrías levantar cargos en mi contra.
Brittany sonrió.
—¿Es eso lo que te preocupa? ¿Acoso sexual?
—Me pasó por la mente.
—¿Fue acoso sexual?
—No, por supuesto que no. Te lo juro. No sé qué se apoderó de mí.
—Y yo no sé qué se apodero de mí.
Sus ojos se encontraron de nuevo y Santana se sorprendió por lo que vio ahí.
Era incapaz de apartar la mirada.
—Yo...yo sólo tuve un...un momento—dijo Brittany en voz baja—Pensé que tu podrías decirlo. Pensé que lo sabías.
Santana no podía apartar su mirada. Lo único que recordaba era la sensación de Brittany temblando en sus brazos.
Un temblor que supuso era de miedo.
—Creo que...bueno, supongo que tal vez tuve un momento también.
Ambas sonrieron y Santana se relajó, sintiéndose aliviada.
Al menos Brittany no estaba enojada con ella.
—Está bien, así que tuvimos un momento—dijo Brittany—Y no vamos a hablar más de eso, ¿no?
—Correcto.
Brittany asintió con la cabeza.
—Está bien. Puedo vivir con eso.
Pero cuando la puerta se abrió y entró Quinn, ambas dieron un paso alejándose la una de la otra. Los ojos de Brittany pasaron de la una a la otra.
—Estaba saliendo—dijo y salió corriendo de la habitación.
Quinn miró a Santana con las cejas enarcadas.
—¿Todo bien?
Santana asintió.
—Sí, claro. Estábamos...estábamos teniendo un momento.
Quinn sonrió y se acercó a uno de los puestos.
—Sí, Rach y yo solíamos tener momentos aquí todo el tiempo.
Sus ojos se encontraron y Santana sintió que su cara se sonrojaba. Ella siguió a Brittany hacia la sala, oyendo la risa burlona de Quinn.
—Hey, Artie llamó—dijo Hudson, cuando regresó a su escritorio—Concordancia positiva con las heridas del arma blanca. Y dijo que tiene el tox de tu vagabundo. Dijo que pasaras si querías hablar sobre el resultado, o te pasa un e-mail.
—Gracias. Creo que voy a pasarme por ahí—miró a Brittany—¿Quiere ir?
Se dio cuenta de su vacilación, y no la culpó, pero asintió.
—Si. Vamos.
Pero su silencio era inquietante y Santana finalmente se detuvo.
—Mira, ¿estás enojada conmigo?
—No, por supuesto que no.
—¿Estás segura?
Brittany se acercó un paso y Santana sintió unos dedos cálidos agarrando su brazo.
—Estamos bien, San. Pero, por favor, vamos a olvidarlo ¿de acuerdo? Porque todo está bien.
Brittany le apretó con sus dedos una vez más, y Santana vio cómo su mano se apartaba.
Estaríamos mejor si dejaras de tocarme, pensó la morena.
Brittany se volvió.
—¿Qué?
Los ojos de Santana se abrieron como platos.
—Oh, Dios mío. ¿Dije eso en voz alta? Pensé que lo estaba pensando.
—¿Pensar qué?
—Pensando lo que piensas que dije.
—¿Eh?
Santana se echó a reír.
—Pensé...bueno, no importa.
Brittany le miró fijamente, luego golpeó su hombro ligeramente a medida que comenzaban a caminar de nuevo.
—Ya sabes, con un poco de perfección, podemos tomar este acto de comedia en el camino.
—Divertido, Pierce.
Divertido, sí, pero Brittany sentía que iba a explotar si no lograba solucionar esto pronto.
Su admisión la pasada noche, y su plan de actuar como un adulto esta mañana y hablar con Santana se había ido por la ventana tan pronto como puso los ojos en ella. Era fácil dejar que Santana fuera devorada por la culpa pero Brittany no podía dejar que ella asumiera toda la culpa. Pero tampoco se atrevía a decir las palabras: me siento atraída por ti.
Así que se quedaron en las disculpas finalmente aceptando olvidar todo el asunto y seguir adelante. Lo que hubiera sido ideal, si no fuera por un pequeño problema.
Se sentía atraída por ella.
—¿Qué piensas?
Brittany parpadeó.
—¿Qué?
Santana inclinó su cabeza.
—Acerca de la cocaína.
Brittany frunció el ceño, mirando a los ojos de Santana.
—Está bien. Así que no estabas escuchando—dijo Santana elevando sus cejas—Tox dio positivo para cocaína. Los vagabundos no pueden permitirse la cocaína. Los vagabundos no pueden permitirse periodos de drogas. Entonces, ¿de dónde crees que obtiene la cocaína?
—¿Patrick?
—Si Patrick es un vagabundo también ¿de dónde consigue la cocaína?
—Está bien, ¿así es que es realmente una pregunta retórica?
Santana se echó a reír.
—No, yo esperaba que tuvieras una suposición.
—Por la forma en que ustedes han descrito a este Patrick, él pudiera ser el mensajero de un distribuidor. ¿Será por eso que es un poco mejor que los demás?—Artie sugirió.
—Pero, ¿qué distribuidor va a confiarle dinero a un vagabundo?—Brittany preguntó.
—Cierto.
Santana suspiró.
—Está bien, Artie. ¿Algo más?
—Nada más en tox.
—¿Y las heridas del arma blanca son una coincidencia positiva?
—Si. Voy a incluir fotos de ambas en mi informe. Voy a copiárselas a Fabray en un e-mail.
—Gracias. Al menos sabemos que tenemos un enlace ahora.
Brittany se sentó en silencio, viendo como Santana cepillaba su cabello inconscientemente metiendo las hebras más largas detrás de las orejas. Ella bajó sus ojos y se sintió horrorizada consigo misma cuando se encontró mirando los pechos de Santana.
Miró hacia otro lado, centrándose en Artie.
—Si puedes encontrarme un cuchillo, podremos comparar el corte.
—Sí, y si puedo encontrarme a Patrick, tal vez puedo encontrarte un cuchillo.
Santana se levantó.
—Gracias por tu tiempo, Artie.
Santana abrió la puerta para ella y Brittany pasó sin un comentario. De nuevo en la calle, se encontró manteniendo su distancia con Santana mientras se dirigían de vuelta a su edificio.
—Sabes, esta noche, no hay ninguna necesidad de que las dos salgamos—dijo Santana.
—¿Vas a empezar con eso de nuevo?
Santana la miró rápidamente, luego desvió la mirada.
—No te ofendas, pero parece que hay un poco de tensión entre nosotras. Y lo odio.
Brittany se detuvo, agarrando el brazo de Santana para obligarla a hacer lo mismo.
—Yo lo odio también. Lo siento.
Santana se pasó la mano por el pelo, mirando hacia el cielo.
—Mira, No sé qué hacer. Siento lo que pasó. Es obvio que te hace sentir incómoda estar cerca de mí.
—¿Qué?
—Es por eso que tal vez esta noche, no deberíamos estar juntas.
—López, supéralo ya, ¿quieres? Las dos somos adultas. Y por alguna razón, no estás viendo el cuadro completo.
Se dio cuenta de que todavía estaba agarrando el brazo de Santana y lo soltó.
Cristo, ¿podrías mantener tus manos alejadas de la morena?
Sus miradas eran intensas, ninguna la apartaba. Finalmente, Santana dio un paso atrás.
—Está bien. Voy a superarlo.
—Gracias.
Pero ni una palabra fue dicha mientras se dirigían a su edificio. En la puerta, se detuvo, moviéndose nerviosamente mientras Santana esperaba.
—Mira, tengo una cita—espetó Brittany. Mirando su reloj—Almuerzo temprano. Estaré de vuelta en una hora.
Santana frunció el ceño
—¿Qué?
—Llama a mi celular si me necesitas.
Dejó a Santana de pie en la puerta, pero tenía que escapar. Se sentó por un momento en su coche, tratando de decidir qué hacer.
Entonces una idea la golpeó.
Rachel.
Pero casi perdió sus nervios cuando entró en CIU. Rachel y Quinn eran buenas amigas de Santana.
Pero, ¿quién mejor que Rachel para hablar de esto?
Así que ella mostró su placa y se dirigió hacia la oficina de Rachel sin tener que explicar su negocio. En la puerta, levantó la mano para llamar pero se detuvo, cerrando sus ojos por un momento antes de tocar levemente.
Rachel miró hacia la puerta y luego dio un rápido: Entre. Se sorprendió cuando Brittany Pierce asomó la cabeza.
—Rachel, lamento irrumpir sin previo aviso, pero…
—No, adelante ¿Está todo bien?—entonces su corazón se aceleró—¿Quinn?
—No, no. Todo está bien. Sólo necesitaba... bueno, quería hablar. Es personal.
Rachel asintió con la cabeza.
—Por supuesto—indicó la silla frente a ella para las visitas, cuestionándose la mirada de preocupación en el rostro de Brittany.
—Sé que sólo son las 10:30 pero… ¿podrías hacer un alto para almorzar?
Algo en la mirada atormentada de sus ojos hizo que Rachel estuviera de acuerdo.
—Por supuesto. Puedo salir.
Brittany sonrió agradecida.
—Y cuando digo almuerzo, yo quiero decir que tengas que comer. Yo sólo...sólo...
—¿Necesitas hablar?—Rachel agarró su bolso—Entiendo. ¿Qué tal si caminamos hacia The Palms? Podemos tomar un poco de té helado y conseguir una mesa bajo la sombra—sugirió.
—Perfecto.
Rachel se detuvo en la recepción al salir, dejando saber a Sugar que estaría fuera.
Una vez que estuvieron en la acera, Rachel se acercó más.
—¿Quieres decirme ahora o prefieres esperar?
—Ya sabes ¿verdad?
—¿San?—adivinó Rachel.
Brittany miró hacia otro lado.
—Estoy comprometida para casarme y me encuentro atraída por una mujer—se detuvo en seco en la acera—Y no sé qué hacer.
Rachel la tomó del brazo.
—Vamos. Hablaremos.
En el restaurante The Palms, al aire libre, dirigió a Brittany a una mesa y luego fue en busca de un camarero. Dos tés y quiche de espinaca y champiñones debían servir como un almuerzo ligero. Cuando volvió a la mesa, ella apretó la mano de Brittany.
—No es el fin del mundo.
—Lo sé—Brittany retorció nerviosamente la servilleta—¿Qué hiciste cuando te sentiste atraída por Quinn? Quiero decir, estabas con un hombre entonces, ¿no?
Rachel sonrió ante el recuerdo.
—Sí. Y tenía miedo al principio, realmente no sabía lo que estaba sucediendo. Obviamente, eso hizo que me diera cuenta que lo que sentía por Jesse no era tal cosa, ¿sabes? Pero nosotros no vivíamos juntos, por lo que fue más fácil. Y no estábamos comprometidos. Él quería casarse, pero yo nunca estaba lista.
Rachel apretó la mano de Brittany nuevamente.
—Y por supuesto, ahora sé por qué no estaba lista.
—Es gracioso. Cuando Sam me pidió que me casara con él, pensé que sería bueno porque él todavía tenía sus amigos y sus juegos, y él no esperaría que yo estuviera con él constantemente—Brittany lanzó su servilleta y apoyó los codos sobre la mesa—¿No es eso una razón horrible que aceptar casarte?
Rachel la miró, preguntándose qué era lo que Brittany no le estaba diciendo. Ella no tuvo que preguntarse mucho tiempo.
—He tenido estos sentimientos antes—Brittany la miró—Por una mujer, quiero decir. Bueno, una chica realmente. Teníamos diecinueve. Y sin entrar en muchos detalles, hui de eso. Simplemente no podía hacerle frente en ese momento. No creía que pudiese lidiar con eso.
Brittany hizo una pausa cuando el camarero les trajo el té.
—Lo escondí, lo enterré y seguí con mi vida. La verdad es que me olvidé del asunto. Quiero decir, tengo treinta y dos. Los diecinueve pasaron hace mucho tiempo.
—Pero antes de Sam, ¿supongo que no hubo nadie?
—No, en realidad no. Salí, pero... ¿cómo lo sabes?
—Porque antes de Jesse, yo sentía de la misma manera. Y cuando lo conocí, pensé, esto no es tan malo. Quiero decir, tal vez esto es todo lo que, ¿sabes?
—Exactamente. Así era como me sentía con Sam. Había estado bien. Pero ahora, no está bien.
Rachel la miró.
—Santana, pienso en ella todo el tiempo. No puedo esperar para ir a trabajar cada día. Quiero estar cerca de ella, quiero tocarla. Y cuando llego a casa con Sam, me doy cuenta de que no se siento esas cosas con él. Nunca sentí esa necesidad de estar con él.
Rachel asintió con la cabeza.
—Sé exactamente cómo te sientes. Sólo quería estar con Quinn todo el tiempo. No me importaba cómo ni cuándo.
Brittany rió.
—Lo sé. Nunca pensé que me encantaría pasar toda la noche…vigilando.
Permanecieron en silencio por un momento, Rachel dejó que Brittany ordenara sus pensamientos. Ella finalmente se echó hacia atrás en su silla.
—¿Y? ¿Y ahora qué? ¿San lo sabe?
—O Santana es inconsciente de todo, o está fingiendo que lo es.
—Bueno, si se trata de algo parecido como con mi Quinny, tuve que golpearla prácticamente en la cabeza con eso. ¿Pero tal vez eso no es lo que quieres? ¿Tal vez quieres que San lo ignore?
—¿Como si se trata de una fase y voy a superarlo?
Rachel se encogió de hombros.
—Tal vez. Quiero decir, te consideras hetero, ¿no?
—Lo hice, sí.
—Yo también. Hasta que conocí a Quinn. Y pensé, qué gracioso. ¿Cuáles eran las posibilidades de que pudiera llegar a mis veinticinco años y nunca haber conocido a una mujer que agitara mi atracción sexual con anterioridad? Debe ser una anomalía. Pero no pudo sacudírmelo. Todas las cosas que me enseñaron que sentiría al enamorarme, nunca las sentí hasta que conocí a mi Quinny. Y una vez que acepté eso y deje de luchar contra ello, simplemente todo cayó en su lugar. Quinny, por otra parte, era más difícil de convencer. Tenía este enorme muro alrededor de ella. No iba a dejar que nadie se acercara. Ella no quería que nadie la amara y no quería amar a nadie. Era su manera de no salir herida—tomó un sorbo de su té, preguntándose cuánto decirle a Brittany—Sé que no las conoces muy bien, sobre todo a Quinn, pero, si las miras en serio parecen tan diferentes tanto físicamente como emocionalmente la una de la otra. Quinn es un poco más amable, pero siempre seria. Santana es todo lo contrario. Ella es distante, parece inaccesible para la mayoría. No hace amigos con facilidad. Y las dos se esconden detrás de estas características. Quinn perdió a toda su familia cuando era joven—hizo una pausa—Fueron asesinados mientras le hicieron verlo.
Los ojos de Brittany se abrieron como platos.
—No tenía ni idea.
—Ella tenía doce años y tuvo su efecto. Y San, bueno, ella sólo tuvo una infancia horrible. Y su hermano, bueno, vamos a decir que es un…
—Bastardo—Brittany terminó por ella—Ella me contó algo.
—Bien. Entonces puedes entender cómo ambas estuvieron hambrientas de familia. Por eso, cuando las dos se juntan, aun siendo tan diferentes como parecen en el exterior, cuando dejan sus escudos de protección, son tan parecidas, que da miedo. Podrían ser hermanas. Bromeo sobre eso todo el tiempo, y pese a sus protestas, creo que les encanta. Se necesitan una a la otra.
Brittany miró a través de la mesa, preguntándose a dónde iba con esta historia.
—Creo que lo que estoy tratando de decir es que debajo de esa persona “seria, despreocupada con su suerte” que refleja San la mayoría de las veces, se esconde un frágil y tierno corazón, al igual que mi Quinny. Y no quiero ver que se rompa. Ella no se merece eso.
Brittany sonrió.
—No. Pero eso significaría que tendríamos que realmente hablar de esto.
Rachel se echó a reír.
—Si. Buena suerte con eso. Lograr que ellas hablen de sus sentimientos es como tirar de los dientes.
El camarero trajo su quiche y Brittany levantó la vista con sorpresa.
—¿Almuerzo?
—Me perdí el desayuno—Rachel sintió que su rostro se ruboriza, recordando por qué había perdido el desayuno—Sucede muy a menudo.
Brittany cogió el tenedor, pero se detuvo.
—No vas a decir nada, ¿verdad? Quiero decir, ¿a Quinn?
—No. Te lo prometo. No voy a decir ni una palabra. Esto es entre tú y San.
Y Rachel no lo haría.
Se sentó ahí, mirando a Brittany, recordando su propia situación, recordando lo asustada que estaba cuando se dio cuenta que no era de Jesse de quien ella estaba enamorada, sino de una mujer.
Miedo, sí, pero había valido la pena. No había sido fácil, pero no lo cambiaría por nada.
Quinn era su vida.
Y ella no quería nada menos para Santana, que encontrar esa clase de amor. Independientemente que Brittany fuera o no la elegida, ella sabía que tendrían un duro camino por delante.
Pero algunas cosas valían la pena.
Brittany había estado evidentemente molesta por ello.
¿Podría culparla?
Ella prácticamente la había manoseado.
Fue totalmente inapropiado.
Ella nunca hubiera hecho eso si su pareja hubiera sido un hombre. Y una pareja masculina nunca le hubiera hecho eso a ella.
Pero Santana lo hizo.
Agarró Brittany.
Ella la agarró y no la dejó ir.
Peor aún, la sostuvo como si...bueno, como si se tratara de un abrazo.
—Jesús Cristo—susurró.
¿Qué diablos está mal contigo?
Sí, Brittany había estado molesta.
Apenas había hablado el resto de la noche. Y Santana había estado demasiado avergonzada como para pedirle disculpas adecuadamente. Pero lo haría hoy.
La primera cosa que haría.
Iba a disculparse.
Y con un poco de suerte, Brittany no le levantaría cargos por acoso sexual.
—Idiota.
Pero sus planes para ir a trabajar temprano con la esperanza de que Brittany estuviese ahí, también fallaron cuando quedó atrapada en el tráfico. Para el momento en que su escáner de la policía le dio el lugar del accidente, fue demasiado tarde para tomar una ruta alterna.
Ahora, veinte minutos tarde, se apresuró a entrar en la sala de la brigada, casi chocando a Hudson cuando irrumpió a través de las puertas dobles.
—¿Dónde está el fuego, López?
—Lo siento, amigo. El tráfico era un infierno.
—Había un accidente en Garland—dijo Brittany.
Santana encontró sus ojos al otro lado de la habitación, asintiendo con la cabeza.
—Sí—se dirigió a su escritorio, con los nervios sacando lo mejor de ella.
—He oído que ustedes pensaban que tenían al asesino—dijo Quinn.
—¿Eh?
Brittany sonrió.
—Le estaba contando a Quinn cómo estuve lista para saltar de los arbustos y arrestar a este hombre antes de que me detuvieras.
Santana sintió que sus mejillas se sonrojaron y trató de actuar normal, pero sabía que estaba fallando.
—Si. Nuestra única emoción de la noche.
—Me gusta la idea de vigilar Deep Ellum—dijo Quinn—Aunque no sé si podamos emparejarte en las noches de descanso.
—Sí, lo sé. Rach me mataría—dijo Santana.
—Rach lo entendería. Es Hudson quien me preocupa.
Todos se volvieron a mirar a Finn.
—¿Qué?
—¿Sabes qué?…—Quinn bromeó y miró de nuevo a Santana—… Finn está enamorado.
—¡Oh, Dios mío! ¿Es una broma?
Santana estaba complacida por el rubor que cubrió el rostro de Finn.
—Yo no estoy enamorado—dijo.
—Claro que lo estás. ¿Ha tenido qué? ¿Cuatro citas?
—¿Cuatro citas? ¿Con la misma chica?—Santana miró a Brittany—Finn es de una cita y está fuera, normalmente.
—Bueno, que maravilloso, Finn. Felicitaciones.
Él miró a Quinn.
—Te voy a matar.
—Creo que es dulce.
—Cállate.
Santana se echó a reír.
—No se sientas avergonzado, Hudson. Todo el mundo debe enamorarse al menos una vez.
—¿Sí? ¿Qué hay de ti?
Santana se encogió de hombros.
—Todavía estoy esperando. Va a suceder algún día—su sonrisa se desvaneció—Espero—levantó la vista, sorprendida de encontrar los ojos azules de Brittany sobre ella.
Echó un vistazo a los otros, pero Quinn había cogido el teléfono y Hudson se había vuelto a su ordenador.
Hizo una seña al pasillo.
—¿Puedo hablar contigo?—preguntó en voz baja.
Brittany asintió con la cabeza y se levantó, luego siguió a Santana por el pasillo al baño de mujeres. Santana se volvió tan pronto como la puerta se cerró, enfrentando a Brittany.
—Necesito pedirte disculpas—dijo.
Brittany frunció el ceño.
—¿Porque?
—Vamos. Las dos sabemos por qué. Fue inapropiado. Lo siento.
Brittany levantó las cejas.
—¿Qué parte, Santana?
Santana dejó caer la cabeza.
Brittany no iba a hacérselo fácil ¿no es así?
—Si fueras un hombre, nunca hubiera hecho eso. Y si tu pareja hubiera sido un hombre, nunca te hubiera tocado de esa manera.
Brittany dio un paso más cerca.
—¿Tocado de esa manera?—repitió.
Santana asintió.
—He cruzado la línea. No sé lo que pasó. Yo sólo...yo sólo lo hice. Te agarré sin pensarlo.
Sus ojos se encontraron, manteniéndose. Santana trató de adivinar lo que estaba pasando por la mente de Brittany.
¿Estaba recordando la forma como Santana había acercado su cuerpo al de ella?
Santana tragó, tratando de despejar su cabeza, tratando de olvidar como se sentía.
—Si te da igual—dijo Brittany—Prefiero no hablar de ello.
Santana negó con la cabeza.
—No. No me da igual—dijo—Por favor, tenemos que hablar de ello. Me siento como una burra. Sólo quiero decir que lo siento y quiero pedirte que me perdones y olvidaremos todo al respecto.
Brittany le dio la espalda.
—Sólo tendremos que olvidar todo al respecto ¿no es así?
—Sí. No volverá a suceder. Lo siento.
Brittany se dio la vuelta.
—¿Así que el hecho de que tuve una...una reacción a tu toque no importa?
Fue el turno de Santana para mirar.
—¿Qué?
—Tal vez debería ser yo quien se disculpe.
Santana se acercó, alargando su mano para alcanzar el brazo de Brittany.
—¿De qué estás hablando? Yo lo hice, no tú. Podrías levantar cargos en mi contra.
Brittany sonrió.
—¿Es eso lo que te preocupa? ¿Acoso sexual?
—Me pasó por la mente.
—¿Fue acoso sexual?
—No, por supuesto que no. Te lo juro. No sé qué se apoderó de mí.
—Y yo no sé qué se apodero de mí.
Sus ojos se encontraron de nuevo y Santana se sorprendió por lo que vio ahí.
Era incapaz de apartar la mirada.
—Yo...yo sólo tuve un...un momento—dijo Brittany en voz baja—Pensé que tu podrías decirlo. Pensé que lo sabías.
Santana no podía apartar su mirada. Lo único que recordaba era la sensación de Brittany temblando en sus brazos.
Un temblor que supuso era de miedo.
—Creo que...bueno, supongo que tal vez tuve un momento también.
Ambas sonrieron y Santana se relajó, sintiéndose aliviada.
Al menos Brittany no estaba enojada con ella.
—Está bien, así que tuvimos un momento—dijo Brittany—Y no vamos a hablar más de eso, ¿no?
—Correcto.
Brittany asintió con la cabeza.
—Está bien. Puedo vivir con eso.
Pero cuando la puerta se abrió y entró Quinn, ambas dieron un paso alejándose la una de la otra. Los ojos de Brittany pasaron de la una a la otra.
—Estaba saliendo—dijo y salió corriendo de la habitación.
Quinn miró a Santana con las cejas enarcadas.
—¿Todo bien?
Santana asintió.
—Sí, claro. Estábamos...estábamos teniendo un momento.
Quinn sonrió y se acercó a uno de los puestos.
—Sí, Rach y yo solíamos tener momentos aquí todo el tiempo.
Sus ojos se encontraron y Santana sintió que su cara se sonrojaba. Ella siguió a Brittany hacia la sala, oyendo la risa burlona de Quinn.
—Hey, Artie llamó—dijo Hudson, cuando regresó a su escritorio—Concordancia positiva con las heridas del arma blanca. Y dijo que tiene el tox de tu vagabundo. Dijo que pasaras si querías hablar sobre el resultado, o te pasa un e-mail.
—Gracias. Creo que voy a pasarme por ahí—miró a Brittany—¿Quiere ir?
Se dio cuenta de su vacilación, y no la culpó, pero asintió.
—Si. Vamos.
Pero su silencio era inquietante y Santana finalmente se detuvo.
—Mira, ¿estás enojada conmigo?
—No, por supuesto que no.
—¿Estás segura?
Brittany se acercó un paso y Santana sintió unos dedos cálidos agarrando su brazo.
—Estamos bien, San. Pero, por favor, vamos a olvidarlo ¿de acuerdo? Porque todo está bien.
Brittany le apretó con sus dedos una vez más, y Santana vio cómo su mano se apartaba.
Estaríamos mejor si dejaras de tocarme, pensó la morena.
Brittany se volvió.
—¿Qué?
Los ojos de Santana se abrieron como platos.
—Oh, Dios mío. ¿Dije eso en voz alta? Pensé que lo estaba pensando.
—¿Pensar qué?
—Pensando lo que piensas que dije.
—¿Eh?
Santana se echó a reír.
—Pensé...bueno, no importa.
Brittany le miró fijamente, luego golpeó su hombro ligeramente a medida que comenzaban a caminar de nuevo.
—Ya sabes, con un poco de perfección, podemos tomar este acto de comedia en el camino.
—Divertido, Pierce.
Divertido, sí, pero Brittany sentía que iba a explotar si no lograba solucionar esto pronto.
Su admisión la pasada noche, y su plan de actuar como un adulto esta mañana y hablar con Santana se había ido por la ventana tan pronto como puso los ojos en ella. Era fácil dejar que Santana fuera devorada por la culpa pero Brittany no podía dejar que ella asumiera toda la culpa. Pero tampoco se atrevía a decir las palabras: me siento atraída por ti.
Así que se quedaron en las disculpas finalmente aceptando olvidar todo el asunto y seguir adelante. Lo que hubiera sido ideal, si no fuera por un pequeño problema.
Se sentía atraída por ella.
—¿Qué piensas?
Brittany parpadeó.
—¿Qué?
Santana inclinó su cabeza.
—Acerca de la cocaína.
Brittany frunció el ceño, mirando a los ojos de Santana.
—Está bien. Así que no estabas escuchando—dijo Santana elevando sus cejas—Tox dio positivo para cocaína. Los vagabundos no pueden permitirse la cocaína. Los vagabundos no pueden permitirse periodos de drogas. Entonces, ¿de dónde crees que obtiene la cocaína?
—¿Patrick?
—Si Patrick es un vagabundo también ¿de dónde consigue la cocaína?
—Está bien, ¿así es que es realmente una pregunta retórica?
Santana se echó a reír.
—No, yo esperaba que tuvieras una suposición.
—Por la forma en que ustedes han descrito a este Patrick, él pudiera ser el mensajero de un distribuidor. ¿Será por eso que es un poco mejor que los demás?—Artie sugirió.
—Pero, ¿qué distribuidor va a confiarle dinero a un vagabundo?—Brittany preguntó.
—Cierto.
Santana suspiró.
—Está bien, Artie. ¿Algo más?
—Nada más en tox.
—¿Y las heridas del arma blanca son una coincidencia positiva?
—Si. Voy a incluir fotos de ambas en mi informe. Voy a copiárselas a Fabray en un e-mail.
—Gracias. Al menos sabemos que tenemos un enlace ahora.
Brittany se sentó en silencio, viendo como Santana cepillaba su cabello inconscientemente metiendo las hebras más largas detrás de las orejas. Ella bajó sus ojos y se sintió horrorizada consigo misma cuando se encontró mirando los pechos de Santana.
Miró hacia otro lado, centrándose en Artie.
—Si puedes encontrarme un cuchillo, podremos comparar el corte.
—Sí, y si puedo encontrarme a Patrick, tal vez puedo encontrarte un cuchillo.
Santana se levantó.
—Gracias por tu tiempo, Artie.
Santana abrió la puerta para ella y Brittany pasó sin un comentario. De nuevo en la calle, se encontró manteniendo su distancia con Santana mientras se dirigían de vuelta a su edificio.
—Sabes, esta noche, no hay ninguna necesidad de que las dos salgamos—dijo Santana.
—¿Vas a empezar con eso de nuevo?
Santana la miró rápidamente, luego desvió la mirada.
—No te ofendas, pero parece que hay un poco de tensión entre nosotras. Y lo odio.
Brittany se detuvo, agarrando el brazo de Santana para obligarla a hacer lo mismo.
—Yo lo odio también. Lo siento.
Santana se pasó la mano por el pelo, mirando hacia el cielo.
—Mira, No sé qué hacer. Siento lo que pasó. Es obvio que te hace sentir incómoda estar cerca de mí.
—¿Qué?
—Es por eso que tal vez esta noche, no deberíamos estar juntas.
—López, supéralo ya, ¿quieres? Las dos somos adultas. Y por alguna razón, no estás viendo el cuadro completo.
Se dio cuenta de que todavía estaba agarrando el brazo de Santana y lo soltó.
Cristo, ¿podrías mantener tus manos alejadas de la morena?
Sus miradas eran intensas, ninguna la apartaba. Finalmente, Santana dio un paso atrás.
—Está bien. Voy a superarlo.
—Gracias.
Pero ni una palabra fue dicha mientras se dirigían a su edificio. En la puerta, se detuvo, moviéndose nerviosamente mientras Santana esperaba.
—Mira, tengo una cita—espetó Brittany. Mirando su reloj—Almuerzo temprano. Estaré de vuelta en una hora.
Santana frunció el ceño
—¿Qué?
—Llama a mi celular si me necesitas.
Dejó a Santana de pie en la puerta, pero tenía que escapar. Se sentó por un momento en su coche, tratando de decidir qué hacer.
Entonces una idea la golpeó.
Rachel.
Pero casi perdió sus nervios cuando entró en CIU. Rachel y Quinn eran buenas amigas de Santana.
Pero, ¿quién mejor que Rachel para hablar de esto?
Así que ella mostró su placa y se dirigió hacia la oficina de Rachel sin tener que explicar su negocio. En la puerta, levantó la mano para llamar pero se detuvo, cerrando sus ojos por un momento antes de tocar levemente.
Rachel miró hacia la puerta y luego dio un rápido: Entre. Se sorprendió cuando Brittany Pierce asomó la cabeza.
—Rachel, lamento irrumpir sin previo aviso, pero…
—No, adelante ¿Está todo bien?—entonces su corazón se aceleró—¿Quinn?
—No, no. Todo está bien. Sólo necesitaba... bueno, quería hablar. Es personal.
Rachel asintió con la cabeza.
—Por supuesto—indicó la silla frente a ella para las visitas, cuestionándose la mirada de preocupación en el rostro de Brittany.
—Sé que sólo son las 10:30 pero… ¿podrías hacer un alto para almorzar?
Algo en la mirada atormentada de sus ojos hizo que Rachel estuviera de acuerdo.
—Por supuesto. Puedo salir.
Brittany sonrió agradecida.
—Y cuando digo almuerzo, yo quiero decir que tengas que comer. Yo sólo...sólo...
—¿Necesitas hablar?—Rachel agarró su bolso—Entiendo. ¿Qué tal si caminamos hacia The Palms? Podemos tomar un poco de té helado y conseguir una mesa bajo la sombra—sugirió.
—Perfecto.
Rachel se detuvo en la recepción al salir, dejando saber a Sugar que estaría fuera.
Una vez que estuvieron en la acera, Rachel se acercó más.
—¿Quieres decirme ahora o prefieres esperar?
—Ya sabes ¿verdad?
—¿San?—adivinó Rachel.
Brittany miró hacia otro lado.
—Estoy comprometida para casarme y me encuentro atraída por una mujer—se detuvo en seco en la acera—Y no sé qué hacer.
Rachel la tomó del brazo.
—Vamos. Hablaremos.
En el restaurante The Palms, al aire libre, dirigió a Brittany a una mesa y luego fue en busca de un camarero. Dos tés y quiche de espinaca y champiñones debían servir como un almuerzo ligero. Cuando volvió a la mesa, ella apretó la mano de Brittany.
—No es el fin del mundo.
—Lo sé—Brittany retorció nerviosamente la servilleta—¿Qué hiciste cuando te sentiste atraída por Quinn? Quiero decir, estabas con un hombre entonces, ¿no?
Rachel sonrió ante el recuerdo.
—Sí. Y tenía miedo al principio, realmente no sabía lo que estaba sucediendo. Obviamente, eso hizo que me diera cuenta que lo que sentía por Jesse no era tal cosa, ¿sabes? Pero nosotros no vivíamos juntos, por lo que fue más fácil. Y no estábamos comprometidos. Él quería casarse, pero yo nunca estaba lista.
Rachel apretó la mano de Brittany nuevamente.
—Y por supuesto, ahora sé por qué no estaba lista.
—Es gracioso. Cuando Sam me pidió que me casara con él, pensé que sería bueno porque él todavía tenía sus amigos y sus juegos, y él no esperaría que yo estuviera con él constantemente—Brittany lanzó su servilleta y apoyó los codos sobre la mesa—¿No es eso una razón horrible que aceptar casarte?
Rachel la miró, preguntándose qué era lo que Brittany no le estaba diciendo. Ella no tuvo que preguntarse mucho tiempo.
—He tenido estos sentimientos antes—Brittany la miró—Por una mujer, quiero decir. Bueno, una chica realmente. Teníamos diecinueve. Y sin entrar en muchos detalles, hui de eso. Simplemente no podía hacerle frente en ese momento. No creía que pudiese lidiar con eso.
Brittany hizo una pausa cuando el camarero les trajo el té.
—Lo escondí, lo enterré y seguí con mi vida. La verdad es que me olvidé del asunto. Quiero decir, tengo treinta y dos. Los diecinueve pasaron hace mucho tiempo.
—Pero antes de Sam, ¿supongo que no hubo nadie?
—No, en realidad no. Salí, pero... ¿cómo lo sabes?
—Porque antes de Jesse, yo sentía de la misma manera. Y cuando lo conocí, pensé, esto no es tan malo. Quiero decir, tal vez esto es todo lo que, ¿sabes?
—Exactamente. Así era como me sentía con Sam. Había estado bien. Pero ahora, no está bien.
Rachel la miró.
—Santana, pienso en ella todo el tiempo. No puedo esperar para ir a trabajar cada día. Quiero estar cerca de ella, quiero tocarla. Y cuando llego a casa con Sam, me doy cuenta de que no se siento esas cosas con él. Nunca sentí esa necesidad de estar con él.
Rachel asintió con la cabeza.
—Sé exactamente cómo te sientes. Sólo quería estar con Quinn todo el tiempo. No me importaba cómo ni cuándo.
Brittany rió.
—Lo sé. Nunca pensé que me encantaría pasar toda la noche…vigilando.
Permanecieron en silencio por un momento, Rachel dejó que Brittany ordenara sus pensamientos. Ella finalmente se echó hacia atrás en su silla.
—¿Y? ¿Y ahora qué? ¿San lo sabe?
—O Santana es inconsciente de todo, o está fingiendo que lo es.
—Bueno, si se trata de algo parecido como con mi Quinny, tuve que golpearla prácticamente en la cabeza con eso. ¿Pero tal vez eso no es lo que quieres? ¿Tal vez quieres que San lo ignore?
—¿Como si se trata de una fase y voy a superarlo?
Rachel se encogió de hombros.
—Tal vez. Quiero decir, te consideras hetero, ¿no?
—Lo hice, sí.
—Yo también. Hasta que conocí a Quinn. Y pensé, qué gracioso. ¿Cuáles eran las posibilidades de que pudiera llegar a mis veinticinco años y nunca haber conocido a una mujer que agitara mi atracción sexual con anterioridad? Debe ser una anomalía. Pero no pudo sacudírmelo. Todas las cosas que me enseñaron que sentiría al enamorarme, nunca las sentí hasta que conocí a mi Quinny. Y una vez que acepté eso y deje de luchar contra ello, simplemente todo cayó en su lugar. Quinny, por otra parte, era más difícil de convencer. Tenía este enorme muro alrededor de ella. No iba a dejar que nadie se acercara. Ella no quería que nadie la amara y no quería amar a nadie. Era su manera de no salir herida—tomó un sorbo de su té, preguntándose cuánto decirle a Brittany—Sé que no las conoces muy bien, sobre todo a Quinn, pero, si las miras en serio parecen tan diferentes tanto físicamente como emocionalmente la una de la otra. Quinn es un poco más amable, pero siempre seria. Santana es todo lo contrario. Ella es distante, parece inaccesible para la mayoría. No hace amigos con facilidad. Y las dos se esconden detrás de estas características. Quinn perdió a toda su familia cuando era joven—hizo una pausa—Fueron asesinados mientras le hicieron verlo.
Los ojos de Brittany se abrieron como platos.
—No tenía ni idea.
—Ella tenía doce años y tuvo su efecto. Y San, bueno, ella sólo tuvo una infancia horrible. Y su hermano, bueno, vamos a decir que es un…
—Bastardo—Brittany terminó por ella—Ella me contó algo.
—Bien. Entonces puedes entender cómo ambas estuvieron hambrientas de familia. Por eso, cuando las dos se juntan, aun siendo tan diferentes como parecen en el exterior, cuando dejan sus escudos de protección, son tan parecidas, que da miedo. Podrían ser hermanas. Bromeo sobre eso todo el tiempo, y pese a sus protestas, creo que les encanta. Se necesitan una a la otra.
Brittany miró a través de la mesa, preguntándose a dónde iba con esta historia.
—Creo que lo que estoy tratando de decir es que debajo de esa persona “seria, despreocupada con su suerte” que refleja San la mayoría de las veces, se esconde un frágil y tierno corazón, al igual que mi Quinny. Y no quiero ver que se rompa. Ella no se merece eso.
Brittany sonrió.
—No. Pero eso significaría que tendríamos que realmente hablar de esto.
Rachel se echó a reír.
—Si. Buena suerte con eso. Lograr que ellas hablen de sus sentimientos es como tirar de los dientes.
El camarero trajo su quiche y Brittany levantó la vista con sorpresa.
—¿Almuerzo?
—Me perdí el desayuno—Rachel sintió que su rostro se ruboriza, recordando por qué había perdido el desayuno—Sucede muy a menudo.
Brittany cogió el tenedor, pero se detuvo.
—No vas a decir nada, ¿verdad? Quiero decir, ¿a Quinn?
—No. Te lo prometo. No voy a decir ni una palabra. Esto es entre tú y San.
Y Rachel no lo haría.
Se sentó ahí, mirando a Brittany, recordando su propia situación, recordando lo asustada que estaba cuando se dio cuenta que no era de Jesse de quien ella estaba enamorada, sino de una mujer.
Miedo, sí, pero había valido la pena. No había sido fácil, pero no lo cambiaría por nada.
Quinn era su vida.
Y ella no quería nada menos para Santana, que encontrar esa clase de amor. Independientemente que Brittany fuera o no la elegida, ella sabía que tendrían un duro camino por delante.
Pero algunas cosas valían la pena.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pronto rediccionaran el link de www.gleeklatino.com a www.gleelatino.forosactivos.net, así sera mas fácil, pero como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!
Avisen si conocen a alguien del foro del cambio!. Saludos =D
Pd: Dani, lamento no haber respondido tu comentario antes, asik este cap es tuyo!
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Pd: Dani, lamento no haber respondido tu comentario antes, asik este cap es tuyo!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Te escribi alguna vez que me encantan los capitulos largos??? Los adoro gracias!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
excelente capitulo, me agrada la naciente amistad entre britt y rach, cada vez se acerca mas el momento en que britt se decida y para mi gusto que sea ella la que se mude bien lejos de boca trucha y su combo!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
monica.santander escribió:Te escribi alguna vez que me encantan los capitulos largos??? Los adoro gracias!!!!
Saludos
Hola, mmm sip creo que si jajajajaajj. Esperemos y este este igual o a la altura jajaaj. Saludos =D
micky morales escribió:excelente capitulo, me agrada la naciente amistad entre britt y rach, cada vez se acerca mas el momento en que britt se decida y para mi gusto que sea ella la que se mude bien lejos de boca trucha y su combo!!!!
Hola, jajaj vamos poco a poco no¿? jajajaja primero amigas de su amistad, luego ella! jajajaja. Jajajjajaaj tiene que hacer algo, si. Jajjaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 19
Capitulo 19
Santana se detuvo al lado del coche de Brittany, como siempre. Y como siempre, Brittany estaba esperando por ella. Esta vez traía dos botellas de agua.
—Estoy cansada de que robes la mía—dijo Brittany suavemente mientras le entregaba una a Santana.
—Y aquí te traje una bolsa extra de papas fritas—Santana dijo con una sonrisa.
Sus miradas se cruzaron por un segundo y Brittany asintió.
Sí, ambas sabían lo que estaban haciendo.
Y estaba bien.
Olvidarse de ayer.
Empezar de nuevo.
Podían hacerlo.
Santana se detuvo en el tráfico, conduciendo lentamente por Main, en dirección a Deep Ellum.
Fabray y Hudson ya debían estar fuera, patrullando los departamentos. Y con un poco de suerte, encontrarían algo. Porque la idea de estar fuera toda la noche, paseando por las calles, era deprimente.
—¿Sam tiene planes esta noche?—preguntó.
—No. En realidad, él estaba enojado.
—Te lo dije.
—Eso no importa. Te dije que no ibas a salir sola.
—Sí, bueno, no podemos mantener esto indefinidamente. Tu estarás divorciada antes de que te cases y yo nunca conseguiré una cita.
Brittany rió.
—¿Esas son nuestras opciones? ¿Divorciada y célibe?
Santana entró en Elm, desplazándose lentamente por el club del distrito.
—Entonces, ¿cuán enojado estaba?
—Aparentemente estoy rayando en la negligencia.
—Ya veo. ¿Comida o sexo?
—Las dos cosas. Parece que él no puede pedir comida para llevar por sí mismo.
—Pero el sexo por sí mismo no es un problema, ¿verdad?
Brittany rió.
—No lo sé. Pero tuvimos bastante con el argumento anterior.
—Lo siento. Una vez más…
—Detente. Nuestro argumento tenía poco que ver con que estuviera fuera nuevamente. Era sólo una excusa.
—No lo entiendo.
—Cuando Sam tiene opciones, como un juego de pelota, no le importa mi horario. Pero cuando no tiene nada, como esta noche, le importa. Y como le dije, si me hubiera dejado sola anoche mientras él iba a su partido, él no habría considerado negligente que estuviera sola en casa. Pero, al parecer, como estoy fuera esta noche, mientras él está solo en casa, de repente es un gran problema.
—¿Así que lo dejaste sin cena y estás haciendo que se valga por sí mismo?—adivinó Santana.
—Más o menos. Pero él terminará yendo donde Noah. Pedirán una pizza y jugarán video juegos, y olvidará todo acerca de nuestra pelea para cuando regrese a casa.
Y entonces podrán hacer las paces con sexo.
Santana se sorprendió por la sacudida de celos que sintió ante la idea.
Demonios.
Están comprometidos para casarse. Están viviendo juntos. Tienen sexo.
Supéralo.
Probablemente tuvieron sexo la noche anterior.
Miró rápidamente el perfil de Brittany. Estaba mirando por la ventana, perdida en sus pensamientos.
Sí, probablemente tuvo relaciones sexuales la noche anterior.
Santana había estado en casa, agonizando sobre la pequeña indiscreción que había tenido, y Brittany estaba con Sam.
Teniendo relaciones sexuales.
Santana no se dio cuenta del férreo control que tenía en el volante hasta que Brittany le tocó el brazo.
—¿Qué pasa?
—Nada. ¿Por qué?
—Tienes un agarre de muerte sobre el volante.
Santana se obligó a relajarse. Soltó una mano del volante y cogió su botella de agua, tomando un largo trago.
—¿San?
—¿Hmm?
—Me gustas mucho, lo sabes.
Santana se detuvo en un semáforo en rojo, mirándola. Pero la mirada de Brittany seguía al frente, mirando por la ventana.
El semáforo se puso en verde y continuó, sin saber qué decir. Y durante la siguiente hora, patrullaron de arriba a abajo por Elm, y por las calles laterales, en busca de alguien que les llamara la atención. Hablaron poco, pero su conversación tomó un tono menos personal.
Lo que estaba bien.
Era menos estresante de esa manera.
A las 10:30, justo cuando estaba planeando dar su última vuelta bajando por Elm, Brittany se fijó en él. Agarró el brazo de Santana, moviéndola de un tirón hacia ella.
—Ahí. Ese hombre.
Era un hombre joven, alto y delgado, y la única cosa fuera de lo ordinario era el abrigo largo que llevaba. Estaba por lo menos a ochenta grados. Él se metió por una calle lateral, caminando rápidamente, con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo, con la cabeza hacia abajo.
Santana giró por la calle, siguiéndole de lejos. El tráfico estaba ligero y se sintió visible.
—Voy a pasarlo. Será demasiado obvio que estamos siguiéndole si nos quedamos atrás.
—Está bien. Pero ve despacio.
Y Santana lo hizo, pasó por delante de él a una velocidad constante, y luego encendió la luz intermitente una cuadra más abajo y tomó otra calle. Condujo fuera de vista, luego hizo un giro en U y apagó sus luces.
Ellas esperaron.
—Ahí, es él.
El pasó la intersección de Baumer y se dirigió hacia el norte sobre Oak. Santana le permitió avanzar una cuadra más y se apartó de la acera.
—¿Lo ves?
—Sí. Está más adelante.
—Si se queda en Oak, tendrá que cruzar Gaston.
—¿Cascades? ¿Crees que se dirige ahí?
—Podría ser.
Santana esperó que la luz de cruce encendiera para entrar en el tráfico. Pasó entre dos coches, yendo lentamente mientras le pasaban otra vez. En Gaston, dobló a la derecha.
—Míralo.
Brittany se volvió en el asiento, mirando por la parte posterior.
—Lo tengo.
Santana condujo tan lento como pudo sin llamar la atención. A una cuadra de Gaston, en Hall, cambió de carril, moviéndose a la izquierda.
—¿Todavía puede verlo?
—No. Está fuera de la vista.
—Maldita sea—murmuró.
Corrió a través de la intersección, girando a la izquierda otra vez, tratando de volver a Oak.
—¿Dónde diablos estamos?
—Estamos en Swiss. Sigue adelante. Ahí se cruza con Oak.
Y ahí lo vieron de nuevo mientras corría a través de Swiss y cruzaba en Cobb, hacia el norte.
—Cascades está a una cuadra más arriba—dijo Brittany—¿Deberíamos llamar a Fabray?
—Vamos a esperar. Diablos, por lo que sabemos, él podría vivir ahí. Pudo haber pasado una noche en la ciudad y estar regresando a casa.
Condujo pasando Cobb, tomando la siguiente calle hacia arriba. Vio la caída de agua y se dirigió a la puerta de entrada del complejo Cascades, se estacionó en el primer lugar que encontró disponible y luego apagó el motor y las luces.
—Agáchate.
Ambas lo hicieron, deslizándose bajo el asiento. Y en cuestión de minutos, él apareció, cruzando prácticamente delante de ellas mientras se agachaba en las sombras, moviéndose silenciosamente entre los arbustos.
—Él no vive aquí—dijo
—No. Pero conoce los alrededores.
—Vamos a seguirlo.
Salieron, cerrando sus puertas en silencio. Sin pensarlo, Santana tomó el brazo de Brittany, tirando de ella, instándole a seguir primero. Ella la siguió, manteniéndose en las sombras, siguiéndolo. Brittany se detuvo en seco y Santana hizo lo mismo.
—Se fue entre los edificios—susurró.
Santana asintió con la cabeza, manteniendo una mano sobre el brazo de Brittany.
—Vamos a darle un minuto.
Y esperaron.
Santana podía sentir la tensión entre ellas. Apretó el brazo de Brittany quién se volvió hacia Santana, levantando las cejas.
—¿Lista?
Brittany asintió, moviéndose de nuevo, siguiéndolo. Lo encontraron fácilmente. Estaba al lado de un arbusto, mirando a un departamento, con la mano dentro de sus pantalones.
—Jesús Cristo—murmuró—Se está haciendo la paja.
—Creo que eso es lo que un mirón hace.
Santana se presionó contra el edificio, tirando a Brittany con ella. Se quedaron cara a cara, mirándose a los ojos.
—Quédate aquí—dijo—Voy a ir por un lado, para evitar que salga corriendo.
Brittany asintió con la cabeza, sin apartar sus ojos de Santana. Pero cuando Santana se volvió para irse, Brittany tiró de ella.
—Ten cuidado.
Palabras sencillas, pero maldición si no le provocaron un vuelco en el corazón.
La mirada de Santana cayó sobre los labios de Brittany y sintió una abrumadora urgencia de besarla, entró en pánico. Retrocedió, casi tropezando con el arbusto, sólo para recuperar el equilibrio cuando Brittany la agarró.
—¿Estás bien?
Santana sonrió.
—Soy una idiota. Aparte de eso, estoy bien.
Entonces escapó, volviendo al camino por donde habían venido y bajando por la acera y dirigiéndose para ponerse detrás de él. Cuando lo tuvo a la vista, aminoró el paso, caminando resueltamente hacia él.
—Hey, hombre. ¿Qué pasa?
El movió la cabeza y se miraron el uno al otro durante un segundo, luego salió disparado, dirigiéndose hacia Brittany. Ella sacó su arma, apuntando directamente hacia él.
—No te muevas.
Se detuvo, girando, pero Santana estaba ahí y ella agarró sus hombros, empujándolo contra la pared del edificio.
—No, no—dijo—No vas a ninguna parte.
—¿Quién eres tú?
—Policía. Y tú has sido muy travieso—Santana dio un paso atrás, mirándolo—Cristo, hombre, pon esa mierda de nuevo en los pantalones, ¿de acuerdo?
—Yo...yo no hice nada malo.
—¿Sí? ¿Crees que está bien ver a las chicas y hacerte la paja mientras lo haces?
—Pero ella deja las persianas abiertas.
—Lo que sea—Santana retorció sus manos detrás de su espalda—¿Cuál es tu nombre?
—John.
—Bueno, John, estás bajo arresto—Santana deslizó sus esposas alrededor de sus muñecas—Vamos a empezar con exposición indecente—dijo mirando de nuevo a sus pantalones desabrochados.
—Yo...yo no quería hacer daño, señora.
—Uh-huh. ¿Y cuál es tu apellido, John?
—Doe
—Doe? ¿Me estás tomando el pelo? ¿Vas a decirme Doe? ¿John Doe?
—¿Qué quieres decir? Ese es mi nombre.
Santana le dio la vuelta mientras sentía que Brittany se movía a su lado, sintió su ligero toque en el brazo.
—¿John? Soy la detective Pierce. Esta es la Detective López.
—¿Cuál es tu nombre?—él preguntó.
Brittany sonrió.
—Es Brittany. Ella es Santana.
—Bonitos nombres. El mío es John.
Brittany asintió con la cabeza.
—Sí. Vamos a querer que vengas con nosotras a la estación de policía, John. ¿Te parece bien?
Él se encogió de hombros.
—Ella me tiene atado. No sé si va a dejar que me vaya.
Brittany miró a Santana.
—Ella va a dejarte ir. De hecho, va a llevarnos.
—Está bien, entonces. Creo que puedo ir, señorita Brittany.
—Bien—Brittany se volvió hacia Santana—¿Está bien?
Santana asintió.
—Voy a llamar a Fabray.
—Estoy cansada de que robes la mía—dijo Brittany suavemente mientras le entregaba una a Santana.
—Y aquí te traje una bolsa extra de papas fritas—Santana dijo con una sonrisa.
Sus miradas se cruzaron por un segundo y Brittany asintió.
Sí, ambas sabían lo que estaban haciendo.
Y estaba bien.
Olvidarse de ayer.
Empezar de nuevo.
Podían hacerlo.
Santana se detuvo en el tráfico, conduciendo lentamente por Main, en dirección a Deep Ellum.
Fabray y Hudson ya debían estar fuera, patrullando los departamentos. Y con un poco de suerte, encontrarían algo. Porque la idea de estar fuera toda la noche, paseando por las calles, era deprimente.
—¿Sam tiene planes esta noche?—preguntó.
—No. En realidad, él estaba enojado.
—Te lo dije.
—Eso no importa. Te dije que no ibas a salir sola.
—Sí, bueno, no podemos mantener esto indefinidamente. Tu estarás divorciada antes de que te cases y yo nunca conseguiré una cita.
Brittany rió.
—¿Esas son nuestras opciones? ¿Divorciada y célibe?
Santana entró en Elm, desplazándose lentamente por el club del distrito.
—Entonces, ¿cuán enojado estaba?
—Aparentemente estoy rayando en la negligencia.
—Ya veo. ¿Comida o sexo?
—Las dos cosas. Parece que él no puede pedir comida para llevar por sí mismo.
—Pero el sexo por sí mismo no es un problema, ¿verdad?
Brittany rió.
—No lo sé. Pero tuvimos bastante con el argumento anterior.
—Lo siento. Una vez más…
—Detente. Nuestro argumento tenía poco que ver con que estuviera fuera nuevamente. Era sólo una excusa.
—No lo entiendo.
—Cuando Sam tiene opciones, como un juego de pelota, no le importa mi horario. Pero cuando no tiene nada, como esta noche, le importa. Y como le dije, si me hubiera dejado sola anoche mientras él iba a su partido, él no habría considerado negligente que estuviera sola en casa. Pero, al parecer, como estoy fuera esta noche, mientras él está solo en casa, de repente es un gran problema.
—¿Así que lo dejaste sin cena y estás haciendo que se valga por sí mismo?—adivinó Santana.
—Más o menos. Pero él terminará yendo donde Noah. Pedirán una pizza y jugarán video juegos, y olvidará todo acerca de nuestra pelea para cuando regrese a casa.
Y entonces podrán hacer las paces con sexo.
Santana se sorprendió por la sacudida de celos que sintió ante la idea.
Demonios.
Están comprometidos para casarse. Están viviendo juntos. Tienen sexo.
Supéralo.
Probablemente tuvieron sexo la noche anterior.
Miró rápidamente el perfil de Brittany. Estaba mirando por la ventana, perdida en sus pensamientos.
Sí, probablemente tuvo relaciones sexuales la noche anterior.
Santana había estado en casa, agonizando sobre la pequeña indiscreción que había tenido, y Brittany estaba con Sam.
Teniendo relaciones sexuales.
Santana no se dio cuenta del férreo control que tenía en el volante hasta que Brittany le tocó el brazo.
—¿Qué pasa?
—Nada. ¿Por qué?
—Tienes un agarre de muerte sobre el volante.
Santana se obligó a relajarse. Soltó una mano del volante y cogió su botella de agua, tomando un largo trago.
—¿San?
—¿Hmm?
—Me gustas mucho, lo sabes.
Santana se detuvo en un semáforo en rojo, mirándola. Pero la mirada de Brittany seguía al frente, mirando por la ventana.
El semáforo se puso en verde y continuó, sin saber qué decir. Y durante la siguiente hora, patrullaron de arriba a abajo por Elm, y por las calles laterales, en busca de alguien que les llamara la atención. Hablaron poco, pero su conversación tomó un tono menos personal.
Lo que estaba bien.
Era menos estresante de esa manera.
A las 10:30, justo cuando estaba planeando dar su última vuelta bajando por Elm, Brittany se fijó en él. Agarró el brazo de Santana, moviéndola de un tirón hacia ella.
—Ahí. Ese hombre.
Era un hombre joven, alto y delgado, y la única cosa fuera de lo ordinario era el abrigo largo que llevaba. Estaba por lo menos a ochenta grados. Él se metió por una calle lateral, caminando rápidamente, con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo, con la cabeza hacia abajo.
Santana giró por la calle, siguiéndole de lejos. El tráfico estaba ligero y se sintió visible.
—Voy a pasarlo. Será demasiado obvio que estamos siguiéndole si nos quedamos atrás.
—Está bien. Pero ve despacio.
Y Santana lo hizo, pasó por delante de él a una velocidad constante, y luego encendió la luz intermitente una cuadra más abajo y tomó otra calle. Condujo fuera de vista, luego hizo un giro en U y apagó sus luces.
Ellas esperaron.
—Ahí, es él.
El pasó la intersección de Baumer y se dirigió hacia el norte sobre Oak. Santana le permitió avanzar una cuadra más y se apartó de la acera.
—¿Lo ves?
—Sí. Está más adelante.
—Si se queda en Oak, tendrá que cruzar Gaston.
—¿Cascades? ¿Crees que se dirige ahí?
—Podría ser.
Santana esperó que la luz de cruce encendiera para entrar en el tráfico. Pasó entre dos coches, yendo lentamente mientras le pasaban otra vez. En Gaston, dobló a la derecha.
—Míralo.
Brittany se volvió en el asiento, mirando por la parte posterior.
—Lo tengo.
Santana condujo tan lento como pudo sin llamar la atención. A una cuadra de Gaston, en Hall, cambió de carril, moviéndose a la izquierda.
—¿Todavía puede verlo?
—No. Está fuera de la vista.
—Maldita sea—murmuró.
Corrió a través de la intersección, girando a la izquierda otra vez, tratando de volver a Oak.
—¿Dónde diablos estamos?
—Estamos en Swiss. Sigue adelante. Ahí se cruza con Oak.
Y ahí lo vieron de nuevo mientras corría a través de Swiss y cruzaba en Cobb, hacia el norte.
—Cascades está a una cuadra más arriba—dijo Brittany—¿Deberíamos llamar a Fabray?
—Vamos a esperar. Diablos, por lo que sabemos, él podría vivir ahí. Pudo haber pasado una noche en la ciudad y estar regresando a casa.
Condujo pasando Cobb, tomando la siguiente calle hacia arriba. Vio la caída de agua y se dirigió a la puerta de entrada del complejo Cascades, se estacionó en el primer lugar que encontró disponible y luego apagó el motor y las luces.
—Agáchate.
Ambas lo hicieron, deslizándose bajo el asiento. Y en cuestión de minutos, él apareció, cruzando prácticamente delante de ellas mientras se agachaba en las sombras, moviéndose silenciosamente entre los arbustos.
—Él no vive aquí—dijo
—No. Pero conoce los alrededores.
—Vamos a seguirlo.
Salieron, cerrando sus puertas en silencio. Sin pensarlo, Santana tomó el brazo de Brittany, tirando de ella, instándole a seguir primero. Ella la siguió, manteniéndose en las sombras, siguiéndolo. Brittany se detuvo en seco y Santana hizo lo mismo.
—Se fue entre los edificios—susurró.
Santana asintió con la cabeza, manteniendo una mano sobre el brazo de Brittany.
—Vamos a darle un minuto.
Y esperaron.
Santana podía sentir la tensión entre ellas. Apretó el brazo de Brittany quién se volvió hacia Santana, levantando las cejas.
—¿Lista?
Brittany asintió, moviéndose de nuevo, siguiéndolo. Lo encontraron fácilmente. Estaba al lado de un arbusto, mirando a un departamento, con la mano dentro de sus pantalones.
—Jesús Cristo—murmuró—Se está haciendo la paja.
—Creo que eso es lo que un mirón hace.
Santana se presionó contra el edificio, tirando a Brittany con ella. Se quedaron cara a cara, mirándose a los ojos.
—Quédate aquí—dijo—Voy a ir por un lado, para evitar que salga corriendo.
Brittany asintió con la cabeza, sin apartar sus ojos de Santana. Pero cuando Santana se volvió para irse, Brittany tiró de ella.
—Ten cuidado.
Palabras sencillas, pero maldición si no le provocaron un vuelco en el corazón.
La mirada de Santana cayó sobre los labios de Brittany y sintió una abrumadora urgencia de besarla, entró en pánico. Retrocedió, casi tropezando con el arbusto, sólo para recuperar el equilibrio cuando Brittany la agarró.
—¿Estás bien?
Santana sonrió.
—Soy una idiota. Aparte de eso, estoy bien.
Entonces escapó, volviendo al camino por donde habían venido y bajando por la acera y dirigiéndose para ponerse detrás de él. Cuando lo tuvo a la vista, aminoró el paso, caminando resueltamente hacia él.
—Hey, hombre. ¿Qué pasa?
El movió la cabeza y se miraron el uno al otro durante un segundo, luego salió disparado, dirigiéndose hacia Brittany. Ella sacó su arma, apuntando directamente hacia él.
—No te muevas.
Se detuvo, girando, pero Santana estaba ahí y ella agarró sus hombros, empujándolo contra la pared del edificio.
—No, no—dijo—No vas a ninguna parte.
—¿Quién eres tú?
—Policía. Y tú has sido muy travieso—Santana dio un paso atrás, mirándolo—Cristo, hombre, pon esa mierda de nuevo en los pantalones, ¿de acuerdo?
—Yo...yo no hice nada malo.
—¿Sí? ¿Crees que está bien ver a las chicas y hacerte la paja mientras lo haces?
—Pero ella deja las persianas abiertas.
—Lo que sea—Santana retorció sus manos detrás de su espalda—¿Cuál es tu nombre?
—John.
—Bueno, John, estás bajo arresto—Santana deslizó sus esposas alrededor de sus muñecas—Vamos a empezar con exposición indecente—dijo mirando de nuevo a sus pantalones desabrochados.
—Yo...yo no quería hacer daño, señora.
—Uh-huh. ¿Y cuál es tu apellido, John?
—Doe
—Doe? ¿Me estás tomando el pelo? ¿Vas a decirme Doe? ¿John Doe?
—¿Qué quieres decir? Ese es mi nombre.
Santana le dio la vuelta mientras sentía que Brittany se movía a su lado, sintió su ligero toque en el brazo.
—¿John? Soy la detective Pierce. Esta es la Detective López.
—¿Cuál es tu nombre?—él preguntó.
Brittany sonrió.
—Es Brittany. Ella es Santana.
—Bonitos nombres. El mío es John.
Brittany asintió con la cabeza.
—Sí. Vamos a querer que vengas con nosotras a la estación de policía, John. ¿Te parece bien?
Él se encogió de hombros.
—Ella me tiene atado. No sé si va a dejar que me vaya.
Brittany miró a Santana.
—Ella va a dejarte ir. De hecho, va a llevarnos.
—Está bien, entonces. Creo que puedo ir, señorita Brittany.
—Bien—Brittany se volvió hacia Santana—¿Está bien?
Santana asintió.
—Voy a llamar a Fabray.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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Avisen si conocen a alguien del foro del cambio!. Saludos =D
Pd: Dani, lamento no haber respondido tu comentario antes, asik este cap es tuyo!
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Capitulo tranqui!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Ahh! Necesito otro cap ahorita ya!
Por favor :D
Por favor :D
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
jonh Doe si claro, sera que nunca van a encontrar al asesino?
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
porque Santana no le dio un beso ahi mismo?>:c yo queria un beso
que asco el tipo asdkj
Quiero otro cap! :c
Saludos<3
que asco el tipo asdkj
Quiero otro cap! :c
Saludos<3
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
monica.santander escribió:Capitulo tranqui!!!!
Saludos
Hola, jajajaj si un poco de cada cosa jajajaaj. Saludos =D
Elita escribió:Ahh! Necesito otro cap ahorita ya!
Por favor :D
Hola, jajaaja bn aquí el siguiente! ajjaaj. Saludos =D
micky morales escribió:jonh Doe si claro, sera que nunca van a encontrar al asesino?
Hola, jajaja ya viene, ya viene jajajaaj. Saludos =D
Susii escribió:porque Santana no le dio un beso ahi mismo?>:c yo queria un beso
que asco el tipo asdkj
Quiero otro cap! :c
Saludos<3
Hola, nose! es lo que yo me pregunto! ajajajjaj y yo! jajajaaj. Cual¿? sam¿? sisisisis. Aquí el siguiente. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 20
Capitulo 20
—¿Y su nombre es John Doe? ¿Me estás tomando el pelo?
—Él es...bueno, él es un poco lento—dijo Santana.
—Y está dispuesto a dar ADN—añadió Brittany.
Quinn dio la vuelta.
—¿Sabe que está dando ADN? Si dices que está bajo arresto ¿él ha solicitado un abogado?
—No.
—Así que cuando dices que es lento, ¿siquiera sabe dónde está?—Quinn miró a Santana—Cristo, López, no podemos estropear esto por un tecnicismo.
—Ha sido por el libro, Fabray.
Brittany se movió entre ellas, sintiendo la necesidad de defender a Santana.
—Le dijimos que puede solicitar que un abogado esté presente. Le dijimos que no tenía que hablar con nosotros. Le dijimos que no tenía qué dar voluntariamente ADN. Es por el libro.
—¿Sabe por qué queremos su ADN?
—Sí.
Quinn asintió.
—Está bien. Lo siento. Es sólo que…
—Ha sido una larga noche para todos—dijo Santana—Vamos a hacerlo y acabar de una vez. Además, él no es el asesino.
—¿Cómo puedes estar tan segura? Cualquiera puede actuar y hacerse pasar por lento.
—Yo no creo que sea un acto, Fabray. Pero estamos tomando su ADN, por lo que no será un problema.
—Y podemos retenerlo durante la noche. Hablé con Artie. Llamó a Ryder. Van a apurarse con eso en el laboratorio.
—Está bien. ¿Le ofrecimos una llamada telefónica?
—Sí. Dijo que no tiene a nadie a quien llamar. Lo vamos a reportar perdido por la mañana.
Quinn se quedó mirándola a las dos, finalmente relajándose.
—Está bien. Es tu caso, tu llamada—Quinn se volvió para irse, pero se detuvo—¿Infórmale a Will?
—Sí—Santana sonrió—Él me dijo que lo dirijas tú.
—Maravilloso—murmuró con un suspiro—Está bien, estoy saliendo. Nos vemos en la mañana.
Santana se dejó caer en su silla tan pronto como Quinn se fue, y Brittany no pudo evitar ir hacia Santana. Deslizó sus manos sobre sus hombros, apretando suavemente, sintiendo los músculos tensos bajo sus dedos. Brittany apretó más fuerte, provocando un gemido de Santana.
Un gemido que hizo que un escalofrío corriera por su espalda.
Brittany cerró los ojos por un momento, sus manos todavía descansando en los hombros de Santana. Entonces se movió, acariciando su brazo en lo que esperaba fuera una manera amistosa.
—¿Estás tan cansada como yo?—preguntó suavemente mientras se sentaba en su propio escritorio.
—Mmm. Y me hubieras puesto a dormir con ese masaje en la espalda—dijo Santana, con los ojos todavía cerrados.
Brittany la miró, sin ser vista, lo que le dio la libertad de admirarla. La frente de Santana estaba fruncida, arrugada. Esta noche, su habitual aspecto impecable, mostraba signos de estrés. Hasta sus labios, por lo general curvado hacia arriba en una sonrisa, parecía sin vida. Pero entonces los ojos oscuros se abrieron, capturando su mirada fija.
Ellos la cautivaron, negándose a dejarla ir. No es que ella intentara apartarse.
Los ojos de Santana eran cualquier cosa menos sin vida.
—Deberías ir a casa—dijo Santana en voz baja—Es tarde.
—Tenemos que…
—Voy a esperar a Ryder. Tu vete—dijo flexionando sus hombros—Sam probablemente está preocupado.
Brittany casi hizo una mueca con la mención de su prometido. Esos momentos, cuando ella miraba fijamente los ojos de Santana, olvidaba que tenía un prometido. Se preguntó si Santana mencionó su nombre a propósito, sólo para recordarle. O tal vez para recordarse a si misma que existía.
Dios, de repente se estaba haciendo demasiado complicado.
Así que Brittany asintió con la cabeza, poniéndose de pie. Cogió las llaves de su escritorio y las metió en el bolsillo de sus vaqueros. Ella había dejado su bolso en el coche.
—Supongo que me voy entonces. Nos vemos en la mañana.
Santana asintió con la cabeza, cerrando los ojos nuevamente. Brittany la observó por un momento, luego se fue. Pero en la puerta, Santana la llamó.
—¿Britt?
—¿Hmm?
—Podemos hacerlo. Todo va a estar bien.
Las palabras fueron pronunciadas en voz baja, sin duda. Y la tomaron por sorpresa.
No tuvo que pedirle que se explicara.
Sabía exactamente lo que Santana quería decir.
Y estaba muerta de miedo.
—Él es...bueno, él es un poco lento—dijo Santana.
—Y está dispuesto a dar ADN—añadió Brittany.
Quinn dio la vuelta.
—¿Sabe que está dando ADN? Si dices que está bajo arresto ¿él ha solicitado un abogado?
—No.
—Así que cuando dices que es lento, ¿siquiera sabe dónde está?—Quinn miró a Santana—Cristo, López, no podemos estropear esto por un tecnicismo.
—Ha sido por el libro, Fabray.
Brittany se movió entre ellas, sintiendo la necesidad de defender a Santana.
—Le dijimos que puede solicitar que un abogado esté presente. Le dijimos que no tenía que hablar con nosotros. Le dijimos que no tenía qué dar voluntariamente ADN. Es por el libro.
—¿Sabe por qué queremos su ADN?
—Sí.
Quinn asintió.
—Está bien. Lo siento. Es sólo que…
—Ha sido una larga noche para todos—dijo Santana—Vamos a hacerlo y acabar de una vez. Además, él no es el asesino.
—¿Cómo puedes estar tan segura? Cualquiera puede actuar y hacerse pasar por lento.
—Yo no creo que sea un acto, Fabray. Pero estamos tomando su ADN, por lo que no será un problema.
—Y podemos retenerlo durante la noche. Hablé con Artie. Llamó a Ryder. Van a apurarse con eso en el laboratorio.
—Está bien. ¿Le ofrecimos una llamada telefónica?
—Sí. Dijo que no tiene a nadie a quien llamar. Lo vamos a reportar perdido por la mañana.
Quinn se quedó mirándola a las dos, finalmente relajándose.
—Está bien. Es tu caso, tu llamada—Quinn se volvió para irse, pero se detuvo—¿Infórmale a Will?
—Sí—Santana sonrió—Él me dijo que lo dirijas tú.
—Maravilloso—murmuró con un suspiro—Está bien, estoy saliendo. Nos vemos en la mañana.
Santana se dejó caer en su silla tan pronto como Quinn se fue, y Brittany no pudo evitar ir hacia Santana. Deslizó sus manos sobre sus hombros, apretando suavemente, sintiendo los músculos tensos bajo sus dedos. Brittany apretó más fuerte, provocando un gemido de Santana.
Un gemido que hizo que un escalofrío corriera por su espalda.
Brittany cerró los ojos por un momento, sus manos todavía descansando en los hombros de Santana. Entonces se movió, acariciando su brazo en lo que esperaba fuera una manera amistosa.
—¿Estás tan cansada como yo?—preguntó suavemente mientras se sentaba en su propio escritorio.
—Mmm. Y me hubieras puesto a dormir con ese masaje en la espalda—dijo Santana, con los ojos todavía cerrados.
Brittany la miró, sin ser vista, lo que le dio la libertad de admirarla. La frente de Santana estaba fruncida, arrugada. Esta noche, su habitual aspecto impecable, mostraba signos de estrés. Hasta sus labios, por lo general curvado hacia arriba en una sonrisa, parecía sin vida. Pero entonces los ojos oscuros se abrieron, capturando su mirada fija.
Ellos la cautivaron, negándose a dejarla ir. No es que ella intentara apartarse.
Los ojos de Santana eran cualquier cosa menos sin vida.
—Deberías ir a casa—dijo Santana en voz baja—Es tarde.
—Tenemos que…
—Voy a esperar a Ryder. Tu vete—dijo flexionando sus hombros—Sam probablemente está preocupado.
Brittany casi hizo una mueca con la mención de su prometido. Esos momentos, cuando ella miraba fijamente los ojos de Santana, olvidaba que tenía un prometido. Se preguntó si Santana mencionó su nombre a propósito, sólo para recordarle. O tal vez para recordarse a si misma que existía.
Dios, de repente se estaba haciendo demasiado complicado.
Así que Brittany asintió con la cabeza, poniéndose de pie. Cogió las llaves de su escritorio y las metió en el bolsillo de sus vaqueros. Ella había dejado su bolso en el coche.
—Supongo que me voy entonces. Nos vemos en la mañana.
Santana asintió con la cabeza, cerrando los ojos nuevamente. Brittany la observó por un momento, luego se fue. Pero en la puerta, Santana la llamó.
—¿Britt?
—¿Hmm?
—Podemos hacerlo. Todo va a estar bien.
Las palabras fueron pronunciadas en voz baja, sin duda. Y la tomaron por sorpresa.
No tuvo que pedirle que se explicara.
Sabía exactamente lo que Santana quería decir.
Y estaba muerta de miedo.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pronto rediccionaran el link de www.gleeklatino.com a www.gleelatino.forosactivos.net, así sera mas fácil, pero como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!
Avisen si conocen a alguien del foro del cambio!. Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
Massss!!!!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
pero porque tan corto:c
QUIERO MAS !
QUIERO MAS !
Susii********-*- - Mensajes : 902
Fecha de inscripción : 06/01/2015
Edad : 26
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
hola morra,...
volvi a la vida,...
me gusta tu adap,.. aunque ya la lei y tengo los libros por eso te lo pregunte el otro dia!
igual voy a coment,.
tensión es lo que ahi por ahora jajja
nos vemos!!!
volvi a la vida,...
me gusta tu adap,.. aunque ya la lei y tengo los libros por eso te lo pregunte el otro dia!
igual voy a coment,.
tensión es lo que ahi por ahora jajja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 41 - Final
monica.santander escribió:Massss!!!!!!!
Saludos
Hola, jaja bn aquí el siguiente cap! jajaajja. Saludos =D
Susii escribió:pero porque tan corto:c
QUIERO MAS !
Hola, jajajaja XD lo siento, aquí el siguiente! Saludos =D
3:) escribió:hola morra,...
volvi a la vida,...
me gusta tu adap,.. aunque ya la lei y tengo los libros por eso te lo pregunte el otro dia!
igual voy a coment,.
tensión es lo que ahi por ahora jajja
nos vemos!!!
Hola lu, volviste! jajaaj pudiste! jajajaajjaaj. XD ajajajajaj rayos, pero es mejor si es brittana, no¿? jajajaja. Eso es bueno jajajaj. Mmmm eso y mas diria yo jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Parejas (Adaptada) Cap 21
Capitulo 21
Santana estaba a dos manzanas de su edificio cuando su celular sonó. Era Fabray.
—Artie tiene algo para nosotras. ¿Por qué no me alcanzas en el laboratorio?
—¿Dónde está Pierce?
—Aún no ha llegado.
—Está bien. Bueno, te veré en el frente. Estoy estacionando.
Se sentó por un momento, preguntándose si debía llamar a Brittany. Por supuesto, no era tarde. Ni siquiera eran las ocho todavía.
Salió, mirando alrededor por Quinn. La vio saliendo del edificio cuando su celular sonó de nuevo.
Esta vez, era Brittany.
Respiró profundamente antes de contestar.
—Hey, soy yo.
Santana sonrió, sintiéndose tonta.
—Buenos días.
—Estoy parando para tomar un café. ¿Quieres uno?
—Sí, por favor.
—Así que estoy llegando tarde.
Santana sonrió.
—El café es una buena excusa.
—No hay excusa. No dormí bien—hizo una pausa—¿Tú?
Santana vaciló.
—No, en realidad tampoco dormí bien.
Oyó el suspiro que Brittany dejó escapar, por lo que forzó una sonrisa en su rostro.
—Pero es fin de semana. Vamos a ponernos al día.
—Si. Supongo—Brittany se aclaró la garganta—Está bien, bueno siento llegar tarde.
—No hay problema.
Santana se acercó para encontrarse con Quinn, sonriendo como saludo.
—Fabray y yo vamos de camino al laboratorio.
—¿Los resultados?
—No lo sé todavía.
—Está bien. Bueno, nos vemos en un rato.
—Sí—Santana cerró su teléfono, mirando a Quinn—Era Pierce.
—Ya veo—Quinn arqueó las cejas—Teniendo un momento, ¿no es así?
Santana no le hizo caso.
—Va a traernos a café.
—Grandioso.
Santana notó la sonrisa que Quinn estaba tratando de ocultar y le dio un codazo.
—Ya basta.
—No he dicho ni una palabra, López.
—No tienes que hacerlo.
Caminaron unos pasos más en silencio, luego Quinn se volvió hacia ella.
—Entonces, ¿estás completamente loca por ella o qué?
—Es posible. Debes saberlo.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Bueno, Fabray, que has estado ahí antes. ¿Tú me lo dijiste?
—Está comprometida.
—Sí, lo está. ¿Así que dime lo que tengo que hacer?
—Lo siento, morena. Estás por tu cuenta en este caso—Quinn se detuvo antes de llegar a la puerta—Pero sé por lo que estás pasando, San. Sólo ten cuidado.
Y así, habían hablado de ello sin realmente haber hablado.
Ella y Fabray... joder, vaya par.
Al igual que un par de chicos.
Santana sonrió siguiendo a Quinn mientras se dirigían a la oficina de Artie.
—Adelante—dijo él cuando Quinn llamó.
—¿Estás seguro de eso tan pronto, Artie?—dijo Santana.
—Ryder me llamó a las tres de la mañana. Quería que lo comprobara—empujó una gráfica sobre su escritorio—Es una secuencia de ADN.
Quinn se lo quedó mirando, esperando.
—Este es el perfil del ADN que fue dejado en la escena del crimen. Y este es el perfil del ADN de tu John Doe.
Santana cogió el papel.
—John Doe, ese es su nombre. No John Doe como si no supiéramos su nombre—corrigió ella.
—¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo?
Santana se encogió de hombros, mirando el papel. A continuación, se lo entregó a Quinn.
—Solo somos policías tontos, Artie—dijo—¿Secuencia de ADN? ¿Tenemos una coincidencia o no?
—No tenemos una coincidencia exacta, no—él tomó el papel de Quinn y señaló el grafico—Pero mira esto. Esta es la razón por la que Ryder me llamó. No es una coincidencia exacta, pero similar.
—¿Similar?
—Sin entrar en la secuencia de genes y perderlas por completo, en términos simples, están relacionados entre sí. Padre e hijo. Tal vez dos hermanos. Incluso podría ser un tío. Relacionado de esa manera.
—¿Hablas en serio? ¿Puedes decir eso desde...esto?—Quinn preguntó, señalando a la gráfica que sostenía.
—Sí. El perfil de DNA ha recorrido un largo camino. Hemos sido capaces de romper la secuencia de genes desde hace algunos años. Porque, si me das…
—Sí, Artie, eso es genial—dijo Quinn, interrumpiéndole—Vamos a volver a esto.
—Así que John no es nuestro asesino, pero es alguien que está relacionado con él—Santana se puso de pie, paseándose—Si él vive en la calle, es lógico pensar que su pariente también—Santana se detuvo, mirando a Quinn—¿Patrick?
—¿Podríamos tener tanta suerte?—se puso de pie también—Vamos a hablar con John Doe.
Santana asintió con la cabeza a Artie.
—Gracias, Arite. Buen trabajo.
—No me lo agradezcas. Ryder fue quien se quedó aquí toda noche.
—Así es que, piensas que si lo presionamos, él caiga—se preguntó Quinn.
—No lo sé. Como dije anoche, es un poco lento, pero no es estúpido.
—¿Así es que, Poli bueno - poli malo no funcionará con él?
Se quedó en la puerta, mirando a Brittany y Hudson. Una taza de café estaba en cada mesa. Brittany se volvió, como si sintiera que estaba siendo observada.
—Creo que deberíamos dejar que Pierce hable con él.
—¿Por qué?
—Por un lado, él no te conoce, y francamente, eres intimidante. Y por el otro, se encariñó con ella. Creo que va a hablar con ella.
—Está bien. Tu decisión. Sin embargo Hudson y yo vamos a observar, si no te importa.
—No, eso está bien.
—No puedo creer que estés dejando que la nueva chica haga esto—dijo Hudson mientras se apoyaba contra la pared.
Quinn se encogió de hombros.
—López pensó que era lo mejor.
Quinn se movió a la ventana, mirando como John era llevado a la sala de interrogatorio. Hudson se acercó a su lado y ajustó el volumen de los altavoces, dejando que la voz de Brittany llenara la habitación.
—¿Has dormido bien, John?—preguntó Brittany.
—Sí, señorita Brittany. Estaba suave—miró a López—Buenos días señorita Santana. ¿Estás aquí para atarme otra vez?
Santana sonrió.
—No, John. De hecho, vamos a llevarte de vuelta a las calles"
Su rostro se iluminó.
—¡Oh, qué bien!
—Pero primero, tenemos unas cuantas preguntas. Entonces te puedes ir. ¿Te parece bien? ¿Te puedo hacer unas preguntas?
—No me importa.
Hudson le dio un codazo en el brazo.
—Él no tiene ni idea acerca de sus derechos. Un juez tiraría esto en un instante.
—No estamos buscando una declaración. Sólo necesitamos un poco de información.
—John, vives en la calle, ¿no?—preguntó Brittany.
—Sí.
—¿Tienes un hermano?
Él negó con la cabeza.
—No. Yo no tengo un hermano.
—¿Tu papá vive contigo, tal vez?
Él hizo una mueca.
—¿Mi papá? Yo no tengo un papá.
—Está bien. Bueno, ¿hay alguien que vive contigo?
—¿Te refieres a mi hermana?
—¿Tienes una hermana?—preguntó Santana—¿No un hermano, pero una hermana?
Él asintió con la cabeza.
—¿Cuál es su nombre?—preguntó Brittany.
—Patty.
Santana y Brittany se miraron.
—¿Patty? ¿Ella tiene un apellido?—preguntó Santana.
Él hizo una mueca.
—Duh. Ella es mi hermana.
Brittany ocultó una sonrisa.
—Patty Doe.
Hudson se rió.
—Míralas. ¿Aún no tienen una pista?
—¿Qué quieres decir?
—Oh, vamos, Quinn. Ya he pasado por esto contigo y con Rachel, ¿recuerdas? Mira cómo se miran la una a la otra. Ni siquiera saben que lo están haciendo.
—Sí, ya veo lo que quieres decir.
—¿Y? ¿Tienen alguna pista?
Quinn se encogió de hombros.
— Brittany está comprometida.
Se oyó un golpe rápido en la puerta y se asomó la cabeza de Will.
—Libérenlo. Pagaron la fianza.
—¿Cómo?
—No lo sé. Pero su abogado está esperando. Acaba la entrevista.
—Es un vagabundo. ¿Qué abogado?—preguntó Hudson mientras Quinn zumbaba en la sala de interrogatorios.
Santana miró hacia la ventana, luego se dirigió al teléfono.
—López, Will dice que lo suelten. Su abogado está aquí.
Observaron el rostro de Santana, vieron su mirada de “qué hablas” mientras colgaba el teléfono.
—Dios, la amo—dijo Quinn sin pensar. Ella miró a Will y Hudson—¿Qué?
—Nunca voy a entender a las mujeres—Will murmuró mientras se alejaba.
—Hey, no me refiero a amor como amor, ya sabes.
—Lo que sea—se volvió a Hudson—Ahora él va a pensar que estoy teniendo un aventura con López.
—Sí. Espere hasta que tenga una idea de López y Pierce. Eso realmente le va a voltear la cabeza—él sonrió—Sé que ya está volteando la mía.
Caminaron por el pasillo cuando Santana y Brittany salieron con John Doe. Antes de que Quinn pudiera decir algo, dos hombres de traje se acercaron detrás de ellos.
—Bueno, bueno. Detective Fabray. Debí haberlo sabido.
Quinn dio la vuelta, encontrándose cara a cara con Jesse St. James, de todas las personas.
Maravilloso.
—Tengo entendido que ha estado interrogando a mi cliente sin representación.
—Él renunció a su derecho de un abogado.
Jesse St. James mostró una falsa sonrisa en su rostro.
—Vamos a ver. Desde ¿cuándo exposición indecente requiere tiempo en la cárcel? ¿O te ha dado por hostigar a los vagabundos ahora?
Quinn inclinó la cabeza, consciente de que todo el mundo estaba mirándolos.
—Yo no fui el oficial que le arrestó—Quinn dio un paso más cerca—Pero entiendo que se estaba exponiendo mientras observaba a una joven en su departamento.
—Yo no expuse nada—dijo John. Luego sonrió tímidamente—Bueno, tal vez sólo un poco.
—No tienes que decir una palabra más. Vamos a salir de la aquí—dijo Jesse—Te voy a llevar a casa.
—¿Quién eres tú?—John dio un paso atrás—Señorita Brittany ¿quién es él?
—Él es tu abogado.
—Yo no tengo ningún abogado. No, yo no quiero ir con él.
—¿Quién pagó su fianza?—preguntó Quinn.
—Tú eres el detective—dijo Jesse—Te dará algo en que ocuparte—miró a John de nuevo—John, te voy a llevar al refugio para que puedas comer algo ¿de acuerdo? Luego puedes quedarte. Puedes volver a las calles. No estás en problemas.
John miró a Brittany y ella asintió.
—Está bien, John. Ve con él.
—¿Te veré otra vez?
Brittany sonrió y le tocó el brazo cariñosamente.
—Pienso que sí ¿no crees?
—Espero que sí—se dio la vuelta—Señorita Santana, me alegro que no tuviera que atarme otra vez.
—Sí, yo también—miró a los demás—Pero para que conste, eran sólo las esposas.
Hudson le dio un codazo a Quinn cuando Brittany extendió la mano y apretó el brazo de Santana. Se inclinó más cerca.
—Te lo dije.
Regresaron a sus escritorios en silencio, luego Brittany se volvió, frente a ellos.
—¿Quién diablos era ese?—preguntó.
Quinn miró mientras todos los ojos estaban puestos en ella. Ella se encogió de hombros.
—St. James.
—¿St. James quién?
Hudson sonrió.
—Sí. ¿St. James quién?
—Cállate, Hudson.
Santana finalmente vino a su rescate.
—St. James, Jesse St. James, es el abogado defensor con quien Rach estaba saliendo cuando... bueno, cuando... ya sabes, cuando Quinn y Rach... cuando ellas... bueno cuando ellas...
—Eres de gran ayuda—murmuró Quinn. Miró directamente a Brittany—Para que conste, Rach rompió con St. James antes de que nosotras...bueno, antes de que nosotras, ya sabes... antes de la primera vez que... bueno, nosotras nunca...
Brittany se echó a reír, mirando a Santana luego a Quinn con un movimiento de su cabeza.
—Por Dios, ustedes dos son un par, ¿no?
Hudson se adelantó.
—Ellas estuvieron coqueteando la una con la otra, sin vergüenza, cuando Rachel dejó a Jesse. Me atrevo a decir que fue muy poco tiempo después de que Quinn y Rachel durmieron juntas por primera vez, volviendo su aventura amorosa oficial.
—¡Hudson!
—¿Qué? Yo estaba aquí. Se supone que se.
—Artie tiene algo para nosotras. ¿Por qué no me alcanzas en el laboratorio?
—¿Dónde está Pierce?
—Aún no ha llegado.
—Está bien. Bueno, te veré en el frente. Estoy estacionando.
Se sentó por un momento, preguntándose si debía llamar a Brittany. Por supuesto, no era tarde. Ni siquiera eran las ocho todavía.
Salió, mirando alrededor por Quinn. La vio saliendo del edificio cuando su celular sonó de nuevo.
Esta vez, era Brittany.
Respiró profundamente antes de contestar.
—Hey, soy yo.
Santana sonrió, sintiéndose tonta.
—Buenos días.
—Estoy parando para tomar un café. ¿Quieres uno?
—Sí, por favor.
—Así que estoy llegando tarde.
Santana sonrió.
—El café es una buena excusa.
—No hay excusa. No dormí bien—hizo una pausa—¿Tú?
Santana vaciló.
—No, en realidad tampoco dormí bien.
Oyó el suspiro que Brittany dejó escapar, por lo que forzó una sonrisa en su rostro.
—Pero es fin de semana. Vamos a ponernos al día.
—Si. Supongo—Brittany se aclaró la garganta—Está bien, bueno siento llegar tarde.
—No hay problema.
Santana se acercó para encontrarse con Quinn, sonriendo como saludo.
—Fabray y yo vamos de camino al laboratorio.
—¿Los resultados?
—No lo sé todavía.
—Está bien. Bueno, nos vemos en un rato.
—Sí—Santana cerró su teléfono, mirando a Quinn—Era Pierce.
—Ya veo—Quinn arqueó las cejas—Teniendo un momento, ¿no es así?
Santana no le hizo caso.
—Va a traernos a café.
—Grandioso.
Santana notó la sonrisa que Quinn estaba tratando de ocultar y le dio un codazo.
—Ya basta.
—No he dicho ni una palabra, López.
—No tienes que hacerlo.
Caminaron unos pasos más en silencio, luego Quinn se volvió hacia ella.
—Entonces, ¿estás completamente loca por ella o qué?
—Es posible. Debes saberlo.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Bueno, Fabray, que has estado ahí antes. ¿Tú me lo dijiste?
—Está comprometida.
—Sí, lo está. ¿Así que dime lo que tengo que hacer?
—Lo siento, morena. Estás por tu cuenta en este caso—Quinn se detuvo antes de llegar a la puerta—Pero sé por lo que estás pasando, San. Sólo ten cuidado.
Y así, habían hablado de ello sin realmente haber hablado.
Ella y Fabray... joder, vaya par.
Al igual que un par de chicos.
Santana sonrió siguiendo a Quinn mientras se dirigían a la oficina de Artie.
—Adelante—dijo él cuando Quinn llamó.
—¿Estás seguro de eso tan pronto, Artie?—dijo Santana.
—Ryder me llamó a las tres de la mañana. Quería que lo comprobara—empujó una gráfica sobre su escritorio—Es una secuencia de ADN.
Quinn se lo quedó mirando, esperando.
—Este es el perfil del ADN que fue dejado en la escena del crimen. Y este es el perfil del ADN de tu John Doe.
Santana cogió el papel.
—John Doe, ese es su nombre. No John Doe como si no supiéramos su nombre—corrigió ella.
—¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo?
Santana se encogió de hombros, mirando el papel. A continuación, se lo entregó a Quinn.
—Solo somos policías tontos, Artie—dijo—¿Secuencia de ADN? ¿Tenemos una coincidencia o no?
—No tenemos una coincidencia exacta, no—él tomó el papel de Quinn y señaló el grafico—Pero mira esto. Esta es la razón por la que Ryder me llamó. No es una coincidencia exacta, pero similar.
—¿Similar?
—Sin entrar en la secuencia de genes y perderlas por completo, en términos simples, están relacionados entre sí. Padre e hijo. Tal vez dos hermanos. Incluso podría ser un tío. Relacionado de esa manera.
—¿Hablas en serio? ¿Puedes decir eso desde...esto?—Quinn preguntó, señalando a la gráfica que sostenía.
—Sí. El perfil de DNA ha recorrido un largo camino. Hemos sido capaces de romper la secuencia de genes desde hace algunos años. Porque, si me das…
—Sí, Artie, eso es genial—dijo Quinn, interrumpiéndole—Vamos a volver a esto.
—Así que John no es nuestro asesino, pero es alguien que está relacionado con él—Santana se puso de pie, paseándose—Si él vive en la calle, es lógico pensar que su pariente también—Santana se detuvo, mirando a Quinn—¿Patrick?
—¿Podríamos tener tanta suerte?—se puso de pie también—Vamos a hablar con John Doe.
Santana asintió con la cabeza a Artie.
—Gracias, Arite. Buen trabajo.
—No me lo agradezcas. Ryder fue quien se quedó aquí toda noche.
—Así es que, piensas que si lo presionamos, él caiga—se preguntó Quinn.
—No lo sé. Como dije anoche, es un poco lento, pero no es estúpido.
—¿Así es que, Poli bueno - poli malo no funcionará con él?
Se quedó en la puerta, mirando a Brittany y Hudson. Una taza de café estaba en cada mesa. Brittany se volvió, como si sintiera que estaba siendo observada.
—Creo que deberíamos dejar que Pierce hable con él.
—¿Por qué?
—Por un lado, él no te conoce, y francamente, eres intimidante. Y por el otro, se encariñó con ella. Creo que va a hablar con ella.
—Está bien. Tu decisión. Sin embargo Hudson y yo vamos a observar, si no te importa.
—No, eso está bien.
—No puedo creer que estés dejando que la nueva chica haga esto—dijo Hudson mientras se apoyaba contra la pared.
Quinn se encogió de hombros.
—López pensó que era lo mejor.
Quinn se movió a la ventana, mirando como John era llevado a la sala de interrogatorio. Hudson se acercó a su lado y ajustó el volumen de los altavoces, dejando que la voz de Brittany llenara la habitación.
—¿Has dormido bien, John?—preguntó Brittany.
—Sí, señorita Brittany. Estaba suave—miró a López—Buenos días señorita Santana. ¿Estás aquí para atarme otra vez?
Santana sonrió.
—No, John. De hecho, vamos a llevarte de vuelta a las calles"
Su rostro se iluminó.
—¡Oh, qué bien!
—Pero primero, tenemos unas cuantas preguntas. Entonces te puedes ir. ¿Te parece bien? ¿Te puedo hacer unas preguntas?
—No me importa.
Hudson le dio un codazo en el brazo.
—Él no tiene ni idea acerca de sus derechos. Un juez tiraría esto en un instante.
—No estamos buscando una declaración. Sólo necesitamos un poco de información.
—John, vives en la calle, ¿no?—preguntó Brittany.
—Sí.
—¿Tienes un hermano?
Él negó con la cabeza.
—No. Yo no tengo un hermano.
—¿Tu papá vive contigo, tal vez?
Él hizo una mueca.
—¿Mi papá? Yo no tengo un papá.
—Está bien. Bueno, ¿hay alguien que vive contigo?
—¿Te refieres a mi hermana?
—¿Tienes una hermana?—preguntó Santana—¿No un hermano, pero una hermana?
Él asintió con la cabeza.
—¿Cuál es su nombre?—preguntó Brittany.
—Patty.
Santana y Brittany se miraron.
—¿Patty? ¿Ella tiene un apellido?—preguntó Santana.
Él hizo una mueca.
—Duh. Ella es mi hermana.
Brittany ocultó una sonrisa.
—Patty Doe.
Hudson se rió.
—Míralas. ¿Aún no tienen una pista?
—¿Qué quieres decir?
—Oh, vamos, Quinn. Ya he pasado por esto contigo y con Rachel, ¿recuerdas? Mira cómo se miran la una a la otra. Ni siquiera saben que lo están haciendo.
—Sí, ya veo lo que quieres decir.
—¿Y? ¿Tienen alguna pista?
Quinn se encogió de hombros.
— Brittany está comprometida.
Se oyó un golpe rápido en la puerta y se asomó la cabeza de Will.
—Libérenlo. Pagaron la fianza.
—¿Cómo?
—No lo sé. Pero su abogado está esperando. Acaba la entrevista.
—Es un vagabundo. ¿Qué abogado?—preguntó Hudson mientras Quinn zumbaba en la sala de interrogatorios.
Santana miró hacia la ventana, luego se dirigió al teléfono.
—López, Will dice que lo suelten. Su abogado está aquí.
Observaron el rostro de Santana, vieron su mirada de “qué hablas” mientras colgaba el teléfono.
—Dios, la amo—dijo Quinn sin pensar. Ella miró a Will y Hudson—¿Qué?
—Nunca voy a entender a las mujeres—Will murmuró mientras se alejaba.
—Hey, no me refiero a amor como amor, ya sabes.
—Lo que sea—se volvió a Hudson—Ahora él va a pensar que estoy teniendo un aventura con López.
—Sí. Espere hasta que tenga una idea de López y Pierce. Eso realmente le va a voltear la cabeza—él sonrió—Sé que ya está volteando la mía.
Caminaron por el pasillo cuando Santana y Brittany salieron con John Doe. Antes de que Quinn pudiera decir algo, dos hombres de traje se acercaron detrás de ellos.
—Bueno, bueno. Detective Fabray. Debí haberlo sabido.
Quinn dio la vuelta, encontrándose cara a cara con Jesse St. James, de todas las personas.
Maravilloso.
—Tengo entendido que ha estado interrogando a mi cliente sin representación.
—Él renunció a su derecho de un abogado.
Jesse St. James mostró una falsa sonrisa en su rostro.
—Vamos a ver. Desde ¿cuándo exposición indecente requiere tiempo en la cárcel? ¿O te ha dado por hostigar a los vagabundos ahora?
Quinn inclinó la cabeza, consciente de que todo el mundo estaba mirándolos.
—Yo no fui el oficial que le arrestó—Quinn dio un paso más cerca—Pero entiendo que se estaba exponiendo mientras observaba a una joven en su departamento.
—Yo no expuse nada—dijo John. Luego sonrió tímidamente—Bueno, tal vez sólo un poco.
—No tienes que decir una palabra más. Vamos a salir de la aquí—dijo Jesse—Te voy a llevar a casa.
—¿Quién eres tú?—John dio un paso atrás—Señorita Brittany ¿quién es él?
—Él es tu abogado.
—Yo no tengo ningún abogado. No, yo no quiero ir con él.
—¿Quién pagó su fianza?—preguntó Quinn.
—Tú eres el detective—dijo Jesse—Te dará algo en que ocuparte—miró a John de nuevo—John, te voy a llevar al refugio para que puedas comer algo ¿de acuerdo? Luego puedes quedarte. Puedes volver a las calles. No estás en problemas.
John miró a Brittany y ella asintió.
—Está bien, John. Ve con él.
—¿Te veré otra vez?
Brittany sonrió y le tocó el brazo cariñosamente.
—Pienso que sí ¿no crees?
—Espero que sí—se dio la vuelta—Señorita Santana, me alegro que no tuviera que atarme otra vez.
—Sí, yo también—miró a los demás—Pero para que conste, eran sólo las esposas.
Hudson le dio un codazo a Quinn cuando Brittany extendió la mano y apretó el brazo de Santana. Se inclinó más cerca.
—Te lo dije.
Regresaron a sus escritorios en silencio, luego Brittany se volvió, frente a ellos.
—¿Quién diablos era ese?—preguntó.
Quinn miró mientras todos los ojos estaban puestos en ella. Ella se encogió de hombros.
—St. James.
—¿St. James quién?
Hudson sonrió.
—Sí. ¿St. James quién?
—Cállate, Hudson.
Santana finalmente vino a su rescate.
—St. James, Jesse St. James, es el abogado defensor con quien Rach estaba saliendo cuando... bueno, cuando... ya sabes, cuando Quinn y Rach... cuando ellas... bueno cuando ellas...
—Eres de gran ayuda—murmuró Quinn. Miró directamente a Brittany—Para que conste, Rach rompió con St. James antes de que nosotras...bueno, antes de que nosotras, ya sabes... antes de la primera vez que... bueno, nosotras nunca...
Brittany se echó a reír, mirando a Santana luego a Quinn con un movimiento de su cabeza.
—Por Dios, ustedes dos son un par, ¿no?
Hudson se adelantó.
—Ellas estuvieron coqueteando la una con la otra, sin vergüenza, cuando Rachel dejó a Jesse. Me atrevo a decir que fue muy poco tiempo después de que Quinn y Rachel durmieron juntas por primera vez, volviendo su aventura amorosa oficial.
—¡Hudson!
—¿Qué? Yo estaba aquí. Se supone que se.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pronto rediccionaran el link de www.gleeklatino.com a www.gleelatino.forosactivos.net, así sera mas fácil, pero como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo!
Avisen si conocen a alguien del foro del cambio!. Saludos =D
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