FanFic BRITTANA: "Madam President": Sinopsis + Cap. FINAL (08 de Marzo 2016)- 2da PARTE

Hola……….buenas tardes a todas/os……….espero que disfruten los 5 capítulos de hoy, sé que se los debía……..así que a LEER….mil disculpas por no actualizar ayer


Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)




http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)





http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)





https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)



*Actualización: día SÁBADO…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….





https://www.youtube.com/watch?v=ULHnhfv0kro

NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Madam President” y es de autoría de T. Novan y Blayne Cooper (todos los derechos reservados para estas estupendas escritoras, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a estas distinguidas escritoras mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realizan); honestamente en honor a la verdad por más que revisé los archivos pdf que hallé hace tiempo en internet, no hallé ningún dato de algún foro o editorial que tuvo la gentileza de poner el archivo en internet…así que de todas maneras: gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras (dichos archivos los podrán encontrar en distintos sitios de internet).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Nashville y algunos otros lugares como Washington; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio y naturalmente Washington (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 2 libros que consta de: 1.- Libro 1 (no describe con precisión de cuantos capítulos tiene, pues solo muestra fechas, por ejemplo 6 de noviembre, etc.); 2.- Libro 2 (12 capítulos más el capítulo final o epílogo)………Espero disfruten de esta historia






Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

Capítulo 48
SABADO 7 DE NOVIEMBRE

— Vamos, papá. Coge el teléfono. Siempre estás en casa después de cenar.— Brittany pulsó las opciones de habla y de video y esperó, deseando que ésta fuera la noche que contestara. Había llamado a su padre diligentemente una vez al mes desde que murió su madre, tal y como venía haciendo también desde que se marchó de casa hacía ya trece años. Solo que, desde el suicidio de Anne Pierce, el padre de Brittany nunca estaba en casa cuando lo llamaba.

El retirado fontanero le dijo a su hija, en no muy buenos términos, que cuando ella decidió volver a Washington DC cuando Santana fue tiroteada, cuando Anne estaba todavía en el hospital, ella había elegido a Santana por encima de su madre.

Brittany estaba en desacuerdo con su padre. Pensó que las circunstancias no eran de la forma en que su padre las había hecho sonar, Brittany sabía de corazón, que si hubiera un verdadero contexto, elegiría siempre a Santana.

Su actitud se había suavizado inmediatamente después de la muerte de su mujer, y cuando Brittany volvió a casa para el funeral, la recibió con los brazos abiertos. Pero tan solo le tomó unas horas para que las feas ideas que rondaban su cabeza fluyeran y culpara a Brittany por su pérdida. Si ella solo hubiera estado allí para ayudar. El estrés de leer el romance de su hija con la Presidenta fue simplemente más de lo que la frágil mujer pudo soportar. Si ella hubiera llevado a Anne a unos médicos diferentes…La lista seguía y seguía y Brittany encontró que no podía dejar Ohio lo suficientemente rápido.

Pero de eso hacía ya cuatro meses, y aunque nunca habían estado muy unidos, no iba a permitir que no hubiera ningún contacto. Mientras estaba bastante segura de que nunca tendría el tipo de relación con su padre como la que tenía Santana con Maribel y Frank López, todavía lo quería y deseaba saber si se encontraba bien.

Brittany estaba a punto de dar la orden verbal para colgar el teléfono cuando su padre lo cogió. Una luz parpadeante verde en el teléfono le hizo saber a Brittany que no había una imagen disponible. Recordó que su padre había odiado siempre esa parte de los teléfonos y solo permitía una imagen visual para complacer a su madre. Ahora que su madre ya no estaba, él debía haber deshabilitado la opción dejando únicamente la verbal.

— ¿Hola?

— Papá Clic.

Brittany parpadeó con el sonido de tono del teléfono.

— Oh, ha ido bien. Imagino que no debe saber desactivar también el identificador de llamada. ¿Todavía enfadado conmigo por alguna razón en especial?,— susurró sarcásticamente. Pero se sentía herida, a pesar del hecho de haber intentado dejarlo correr.

La rubia mujer miró las correas de Gremlin y Princesa que estaban encima de su tocador. Ambos perros automáticamente aparecieron de la nada marcándole a Brittany la puerta.

— ¿Cómo hacen eso?,—preguntó a los dos animales sintiendo que su mal humor se disipaba un poco. Se levantó, tomó las correas y las enganchó a los collares y cogió una chaqueta del armario.

Cuando abrió, se sorprendió al encontrar a Ashley de pie allí.

— Hola Ashley.— Brittany echó un vistazo alrededor del hall buscando pero sin encontrar a los hermanos de Ashley.— Estaba a punto de ir a sacar a pasear a los perros. ¿En qué puedo ayudarte?.

Ashley frotó la punta de su pie contra la alfombra tímidamente.

— No sé.— Miró hacia abajo a Gremlin y a Princesa, quienes estaban agitando sus rabos contentos al ver a su amiga.

— Vale.— Brittany dibujó la palabra al pronunciarla.— Bien, podemos hablar cuando vuelva de pasear a los perros o puedes unirte a nosotros. A Grem le encanta cuando paseas con él.

Ashley sonrió.— Vine para ver si él y Princesa podían jugar. Estoy aburrida.

— Ah…ya veo.— dijo la escritora seriamente, tratando de recordar lo que a ella le divertía a la edad de Ashley, miró su reloj, 7:30pm. De alguna forma, no creía que tirarle piedras a la casa abandonada al final de la calle, poner monedas sobre las vías del tren para que cuando éste pasara las aplastara, o ver la televisión sin parar durante horas estuviera en lo alto de la lista de actividades permitidas de Santana.

— ¿Quieres que te deje una chaqueta?.

— Claro,— los ojos de Ashley se alzaron para mirarla.

— Vale, puedes ponerte ésta— sostuvo su chaqueta vaquera para que Ashley la inspeccionara,— o,— se puso la correa de Princesa entre sus dientes y cogió una segunda chaqueta del armario— ésta otra.

La niña eligió la segunda y se deslizó dentro de ella. Parecía haber sido engullida por la prenda y Brittany le echó un vistazo ayudándola a subirle las mangas antes de cerrar la puerta de su habitación.

Brittany le dijo al primer agente que encontró cuando cruzaron el pasillo…

— Nos vamos al lado sur a pasear al perros.— Unos segundos más y el agente asignado normalmente a Christopher se unió a ellas en lo alto de las escaleras, permaneciendo unos pasos por detrás. Brittany miró hacia abajo a Ashley.

— ¿Es la noche libre de Amy?

— Hu, uh.

Grem sabía que se estaban acercando a la puerta y empezó a tirar de Ashley. La morena niña intentaba poner al perro a línea tirando de su correa, pero fracasó miserablemente.

— ¡Gremlin!!,— le gritó Brittany.

Él aminoró el paso por el momento en respuesta a su llamada de atención pronunciando su nombre, pero pronto comenzó a tirar de la correa otra vez.

Ashley se rió. Su brazo estaba totalmente estirado y tenía que correr un poquito cada tres pasos.

— Realmente quiere salir.

— Eso parece.— Brittany agitó su cabeza.— Cambiemos.— Cogió la correa de Gremlin dándole un suave tirón para que aminorara el paso y luego le pasó la correa de Princesa a Ashley.

Princesa actuaba como, bueno, como su propio nombre indicaba, andando tranquilamente a lo largo del hall como lo haría la realeza. Era la imagen de la serenidad y obediencia.

— ¿Por qué pienso que en vez de adquirir la prestancia de Princesa, la arrastras a tus feos modales?,— preguntó sin ninguna emoción Brittany a Gremlin, más por oír a Ashler y reír que por regañar al perro.

Abrieron las puertas del lado sur y fueron recibidas por una brisa otoñal que olía fuertemente a las hojas húmedas de los árboles bañados por el sol.

— Buurrr,— Brittany se agitó al tiempo que metía la mano en su bolsillo. Mejor si hacemos de esto un viaje corto.

— Vale,— estuvo de acuerdo Ashley acomodándose mejor en su chaqueta.

— ¿Vas a contarme lo que te pasa?,— preguntó Brittany casualmente. Ashley era una niña abierta y habladora que dejaba a la vista todas sus emociones para que todo el mundo las pudiera ver. No hacía falta ser un genio para saber que le pasaba algo.— No perecías muy contenta cuando viniste a mi habitación.

— Tú tampoco parecías muy contenta,— le contestó Ashley.

— Eres demasiado lista para tu edad,— dijo Brittany.— como tu mamá.— Se movió hacia la izquierda, guiando a Ashley y a los perros por un largo camino.— Bien, ¿vas a contármelo?.

— Tú primero

Ello le valió a Ashley una ceja alzada, pero Brittany no rehusó.

— Traté de hablar con mi padre por teléfono y él me colgó.

— Eso no estuvo bien.

— No,— dijo Brittany y se ajustó mejor el cuello de su chaqueta.— No lo estuvo.

— ¿Está enfadado contigo?.

Brittany asintió con la cabeza.— Eso creo. Enfadado y decepcionado, me temo. Ashley hizo una mueca triste. No había nada peor que un padre decepcionado por ti.

— ¿Por qué?.

Brittany exhaló lentamente y miró a Ashley, pensando cuánto debía contar. Decidió que era suficientemente mayor para entender la simple verdad.

— Está decepcionado porque no me quedé en Lima para ayudar a mi madre el pasado verano.— Hubo una pausa.— Cuando estaba enferma.— Se acercaron a un banco y le indicó a Ashley para que se sentaran.

Ambas tomaron asiento.— Dejémosles que corran sueltos un rato. Brittany soltó la correa de Princesa primero y luego la de Gremlin.— Van a necesitar ir al baño.

— ¿Cómo es que no te quedaste en casa cuando ella estaba enferma?.

Brittany se estremeció por la complicada situación de ser desarmada por la simple pregunta de una niña.

— Ven aquí.— Extendió el brazo y Ashley se sentó más cerca presionando su cuerpo con el de Brittany.— No me quedé en casa porque, en mi corazón, sabía que no había nada que pudiera hacer por mi mamá. Pero tu mamá me necesitaba y pensé que yo podría hacerle sentir mejor,— dijo— así es que decidí venir a casa….ésta casa.

— Cuando le dispararon,— recalcó Ashley.

— Uh uh. Así es que por eso mi padre está enfadado conmigo.

— Eso no parece justo. Lo siento.

Brittany se inclinó y besó su cabeza.

— Estaré bien, cariño. Solo me pone triste. Pero estaré bien y lo solucionaremos,— " o no". Estuvieron unos momentos en silencio las dos, mirando a Gremlin y a Princesa jugar en el jardín.

— Mamá no vino a cenar a casa esta noche,— comentó Ashley muy despacio.— Trabaja hasta muy tarde.

"Ah….así que es eso".— Lo sé. Está en una reunión esta noche con unas personas de Méjico.

— No pudo venir a ver El Cascanueces conmigo la semana pasada. Era mi regalo de cumpleaños, iba a ser solo para nosotras dos. Sue me llevó, pero no es lo mismo.

— Oh, cariño.— Brittany cerró los ojos y apretó más a Ashley.— Ella quería ir contigo. Tu mamá se sintió terriblemente mal por ello. "estaba casi llorando esa noche cuando me lo contó". Pero había una emergencia y…

— Y tuvo que trabajar hasta tarde,— terminó Ashley apenada.— Siempre lo hace.

Brittany dejó ir un triste suspiro. No tenía una buena respuesta para ello. A Ashley le importaba una mierda la economía global.

— Sabes que tiene un trabajo muy importante que le ocupa la mayor parte del tiempo, ¿verdad?,— empezó retóricamente.

— Si,— una cabeza morena asintió— lo sé.

— Y cuando ella tiene que perderse estar contigo y con tus hermanos no es porque piense que ustedes son menos importante que su trabajo.

Los ojos de Ashley se entornaron un poco mirando a Brittany directamente a la cara para ver si le estaba contado toda la verdad.

— ¿No?.

— De ninguna manera, Ash. Nada es más importante para tu mamá que ustedes. Dijo la escritora firmemente. Tomó a Ashley de la barbilla.— Pero el trabajo que está haciendo es muy importante y sabe que la gente que la quiere se sacrificará aun cuando no hay suficientes horas en el día para dejarlo todo terminado. Nadie excepto su familia haría eso por ella.

— ¿Nadie?.

— No,— dijo sacudiendo la cabeza enérgicamente.

— No lo sabía.

— Lo sé. Es incluso difícil para los adultos entenderlo. Y no es justo para ti o para tu mamá. Pero lo está haciendo lo mejor que puede, Ashley. Si pudiera, pasaría todo el tiempo con ustedes.

— ¿Lo haría?, ¿de verdad?,— un sonrisa se posó en su cara.

— Por supuesto,— le dijo otra vez.— Está muy orgullosa de ustedes y los quiere con locura. Además,— apretó un poquito a Ashley contra ella— creo saber que consiguió entradas para esta semana, así es que todavía pueden ir al ballet.

— Lo sé. Iremos las dos juntas. ¿Te parece bien a ti?

— Por supuesto,— sonrió Brittany— lo pasarán genial y luego me lo podrás contar todo. Y, si por casualidad, pasara algo y tu mamá no pudiera ir…..aunque sea lo que más desea en el mundo…..tal vez ¿podíamos ir las dos?.

— ¡Claro!. Echaría de menos a mamá, pero eso sería divertido también.— Impulsivamente Ashley le dio un beso a Brittany en la cara.— Gracias Brittany.

— De nada cariño.

— Te quiero.

Brittany tragó fuerte,— Yo también te quiero.

Capítulo 49
MARTES 9 DE NOVIEMBRE

— Hemos terminado por hoy ¿verdad?,— dijo Santana levantándose ansiosamente del sofá.

— Claro,— respondió Brittany despacio.— Si eso quieres.— Dejó su libro de notas sobre la mesilla de café, un poco extrañada de que Santana quisiera terminar su entrevista tan pronto. Ésta había sido retrasada toda la semana. "Otra vez, es como si no llegáramos a ninguna parte". Habían sido treinta minutos de pura frustración, con Brittany apalancada con cada palabra de la normalmente habladora compañera. Santana había estado nerviosa e ida, buscando con la mirada el antiguo reloj de su abuelo a cada minuto, que había sido un añadido en la habitación de Brittany en Octubre. El súbito cansancio de Santana dejó confusa a Brittany.

La rubia se quitó sus gafas y comenzó a guardar sus auriculares.

— ¿Es que tienes una cita caliente ésta noche o algo así?,— preguntó a modo de broma. Pero sus palabras fueron lanzadas con enfado e inseguridad.

— No. No.— La Presidenta agitó su mano despreocupadamente.— No tengo nada.— gimió Santana para sí misma,— "mierda. ¿Eso sonó convincente?".

Cuando llevaban cinco minutos trabajando, cuando Santana estaba pensando en lo mucho que quería a Brittany y lo mucho que le gustaría casarse con ella, de repente se acordó que tenía una cita con el joyero para elegir un anillo de compromiso. Desde entonces había estado nerviosa, desde entonces había estado pensando en cómo hacer una rápida escapada en medio de su conversación sin levantar las sospechas de Brittany. "Dios, estoy perdida sin Marley y Jane para controlar mi agenda".

El joyero había preguntado también por el tipo de anillo y el tamaño de la mano de Brittany, dejando bien claro que ésta información era vital si Santana quería elegir la pieza adecuada de joyería. Personalmente Santana pensaba que aquello era un montón de basura, pero en lo concerniente a la felicidad de Brittany, no iba a correr riesgos.

— No hay nada,— volvió a repetir cuando parecía que Brittany esperaba por una respuesta más convincente. Se acercó para coger la mano de Brittany siendo ésta súbitamente rechazada.

— Ya veo.— Brittany saltó sobre sus pies, detectando inmediatamente la mentira de Santana. Cogió su libro de notas mientras caminaba hacia su escritorio y se sentaba muy despacio detrás de él. El reloj sonó siete veces y Brittany se preguntó si Santana estaría hambrienta. Brittany habló de espaldas a Santana a la vez que depositaba sus gafas cuidadosamente junto a su ordenador.— ¿Te gustaría que cenáramos juntas?. Estoy segura de que los niños ya han comido.

—"Arh".— No tengo hambre.

— Vale.— El propio apetito de Brittany desapareció. "Deja de comportarte como una cría. Ella no tiene que pasar cada tarde contigo. A lo mejor solo necesita un poco de tiempo para ella misma". Mantuvo conscientemente su voz suave.— Te veré mañana entonces.—

Santana se puso de pie y en un segundo se situó junto a Brittany.

— ¿Qué tal un tentempié un poco más tarde?. Estoy segura de que tendré hambre dentro de…digamos….dos horas.

— ¿Estás bien Santana?,— dijo Brittany mirándola a la cara.— Esta noche no pareces tú misma.

— Estoy bien.— Santana sonó algo más brusca de lo que pretendía. Soltó un suspiro y volvió a mirar al viejo reloj.— No tengo hambre, eso es todo.— Y era verdad.— Santana ni siquiera podía pensar en comida ahora. Casualmente volvió a intentar cogerla de la mano, solo para serle denegada otra vez. Santana lo intentó otra vez.

— ¿Pero qué te pasa?. Y no te atrevas a decirme que nada.— Una ceja bien delineada se alzó.— Estás actuando ansiosamente. Y ¿por qué no paras de intentar agarrarme la mano?.

— No estoy intentando agarrarte, estoy intentando sujetarte la mano y hablar contigo.— La voz de Santana tomó aquel tono profundo que reservaba para cuando las cosas no andaban bien en las reuniones.

— ¡Estás intentando agarrarme!.— El temperamento de Brittany salió y dejó su mano alzada frente a la cara de Santana, apartándola rápidamente cuando Santana intentó volver a cogérsela.— ¡¡Ves!!.— Un gesto enfadado empezó a cruzarle la cara.— Y no estás hablando conmigo. Me estás mintiendo.

— ¡No te estoy mintiendo!, ¡nunca lo he hecho!.— Fue como una bofetada en la cara, y Santana dio un paso atrás, molesta por la acusación que era técnicamente verdad, pero que pensaba que no era del tipo de mentira que Brittany imaginaba. Se mordió el labio y su propio temperamento apareció.— Gracias por tenerme en tan alta estima. No soy una mentirosa.

— Entonces ¿por qué continuas mirando el reloj cada diez segundos e insistes en que no tienes que ir a ningún lugar?,— le contestó Brittany. Caminó hacia Santana y la señaló con el dedo sobre su hombro para captar su atención.— No tienes que pasar cada minuto conmigo, ya soy adulta. Si tienes otros planes, ¡solo dilo!.

— Vale, de acuerdo.- Santana levantó sus manos a modo de defensa.— Tienes razón. Tengo que ir a un sitio. Tengo una cita esta noche. ¿Estás contenta ahora?.— Cruzó sus brazos sobre su pecho y esperó.

Gran parte del enfado de Brittany se desinfló, solo para ser reemplazado por dolor.

— No, no estoy contenta. Todo lo que tenías que hacer era decirlo desde un principio.— Le dio la espalda a la Presidenta y su voz se hizo un susurro.— Sam me mentía cuando servía a sus propósitos. No aguantaré eso otra vez, Santana. "No de alguien a quien amo".

— Eso sí que fue bonito,— a propósito ignoró el abatimiento en los hombros de Brittany.— Gracias. Gracias por compararme con tu infiel ex marido, quien se tiraba a su novia mientras te mentía a ti. Perdóname por tener una reunión sobre la que no puedo hablar.

Se detuvo y cogió su chaqueta del sofá.

Brittany la miró con los ojos abiertos de par en par.

— ¿Cómo sabes eso?. Sé que nunca te lo he contado.

— ¿Cómo diablos crees que lo sé?,— contestó mientras se abotonaba la chaqueta.— Hice los deberes cuando el FBI me trajo tu expediente.— Brittany abrió la boca para decir algo, pero Santana no la dejó hablar continuando ella,— y antes de que vayas y te enfades también por esto conmigo, ¿no creerías que el Partido te había contratado sin hacer una investigación completa sobre ti primero?. ¡O que te invitaría a mi casa, con mis hijos, sin hacerlo!. ¡Maldita sea Brittany!. Siempre he sido honesta contigo. Esta vez hay algo de lo que no puedo hablar contigo, y tú actúas como si fuera el fin del mundo. Bien, pues no lo es. Simplemente es algo que no puedo contarte.

La cara de Brittany se tornó de lo más enfadada y gruñó.— ¡Largo!.

— ¡Bien!,— Santana se giró y caminó hacia la puerta.— Sabes dónde encontrarme cuando entres en razón.

— ¿Por qué debería ir a buscarte?. Estoy segura que tienes a tus espías controlando cada movimiento que hago. ¡Tú puedes venir a buscarme!.— Brittany pasó rápidamente por delante de Santana abriéndole de golpe la puerta. Ésta golpeó tan fuerte la pared que un cuadro que había colgado se estampó contra el suelo.

Santana tomó aire profundamente y salió calmadamente de la habitación. Recogió el cuadro del suelo y volvió a colgarlo en la pared, mirando a Brittany cuando terminó.

— No tengo a nadie controlándote. Te quiero. Pero no voy a permitir que me trates de éste modo. No me marcho para herirte. Y tú lo sabes.— Sintió las lágrimas en sus ojos marrones y luchó por retenerlas allí.— Pero al parecer tu no puedes ofrecerme la misma cortesía.— Santana tomó aire fuertemente.— Buenas noches Brittany. Que duermas bien. Te quiero.— Miró unos segundos más el cuadro y se dio la vuelta para marcharse.

El corazón de Brittany se contrajo ante las palabras de Santana. Estuvo a punto de ir tras ella, pero su subconsciente y su enfado ganaron, haciendo que sus pies permanecieran firmemente pegados al suelo. Después de todo, ella no era la que había mentido. ¿Por qué debía correr tras Santana y disculparse cuando no había hecho nada malo?. Brittany sonrió burlonamente, completamente disgustada con ella misma. Sabía que una mirada más a aquellos ojos llenos de lágrimas y estaría disculpándose tanto si quería como si no.

— Mierda, mierda, mierda.— se dijo a sí misma, antes de cerrar lentamente la puerta de su habitación.

Gremlin y Princesa asomaron sus cabezas de debajo de la cama ahora que la ruidosa y antipática mujer se había ido. Miraron a Brittany cerrar la puerta y después inclinarse sobre ella con los ojos cerrados.

— Ya pueden salir de ahí, cobardes,— dijo Brittany, preguntándose cómo diablos las cosas se había salido de control tan rápidamente.— Se ha ido.— Brittany se dejó caer pesadamente sobre la cama y se abrazó a un cojín. Parpadeó rápidamente, dejando escapar abundantes lágrimas que rodaron por sus mejillas. Gremlin saltó sobre la cama y se subió al regazo de su ama, quien le dio un beso en la cabeza.

— Gracias, colega,— le susurró al perro.— Tenías razón, necesitaba un abrazo.


Santana entró a su despacho privado en su residencia y fue recibida por una sonriente Quinn y el joyero. Su mandíbula estaba cerrada fuertemente como una trampa de acero mientras intentaba sacudirse el dolor y el enfado. Se sacó la chaqueta y la colgó de una percha junto a la puerta. Tan pronto como soltó la prenda, ésta se resbaló de la percha y cayó al suelo. Pero Santana permaneció fría, sin importarle lo más mínimo. Permaneció así, de pie contra la pared por un largo momento antes de tomar aire profundamente y girarse para atender a su cliente.

— Buenas tardes,— dijo Santana, todavía desde la puerta.— Yo…se detuvo y se aclaró la garganta, tosiendo un poco.— Lo siento, llego tarde. Fui inevitablemente retenida.

Una mirada a la cara de Santana y Quinn recorrió el espacio que las separaba lo más rápidamente posible sin alarmar al joyero.

— ¿Estás bien?,— dijo mientras se acercaba y volvía a colocar la chaqueta en su sitio.

— A lo mejor deberíamos esperar para esto, Quinn.— Su voz rota.— Puede que ahora no sea el momento.

Quinn parpadeó rápidamente unos segundos mientras su boca hacía esfuerzos para emitir algún sonido.

— ¿Qué quieres decir con que ahora no es el momento?.

— Brittany y yo acabamos de tener una fuerte discusión.— Se mordió el labio.- A lo mejor estaba equivocada. Tal vez estoy yendo demasiado rápido.

— ¿Qué?,— Quinn silbó, cogiendo suavemente a Santana por el antebrazo y arrastrándola fuera de la habitación.— Miró sobre su hombro a un Alvin Cartier esperando.— Será solo un momento. Por favor, siéntese.— Una vez que estaban a solas, Quinn puso sus manos sobre sus caderas y preguntó,— ¿qué ha pasado?.

Santana lo pensó por un momento y se giró hacia su amigo.

— Me olvidé sobre la cita de esta noche, y cuando lo recordé estaba tan nerviosa que Brittany se dio cuenta y me preguntó que qué me pasaba, y desde ese momento comencé a despeñarme.— Le salió todo de carrerilla, tomó aire profundamente y dijo— tuvimos una discusión. Me acusó de mentirle y de ser como su ex marido…— volvió a salir su carácter.— Yo no soy así. Sé que estaba enfadada y que fue una discusión tonta, pero…

Santana se sintió confusa y, de repente, muy cansada. Todo lo que quería hacer en estos momentos era ir a su habitación, darse una ducha y meterse en la cama. Sabía que mañana probablemente todo habría acabado, pero ahora mismo eso dolía.

— ¿Pero realmente piensas que te estás precipitando? Porque si es así me marcharé ahora mismo y le diré a ese hombre que se largue a casa y que mantenga su boca cerrada.— Quinn apretó el hombro de Santana para reconfortarla.— Usted manda, Sra. Presidenta.— La rubia ojiverde no pensó por un momento que Santana lo involucraría en esa decisión. Pero estaba en "El Gran Libro de Mejores Amigas y Vicepresidentas" el ofrecer su ayuda de todos modos.

Antana cerró los ojos y tomó aire profundamente.

— Dios. No sé en lo que está pasando por mi maldita cabeza. No. Echaré un vistazo. La quiero demasiado como para dejarla marchar. No se va a alejar de mí tan fácilmente. Sólo tengo que enseñarle de qué está hecha esta Yankee.— dijo.— Y entonces aprovecharme de su sentido de la culpabilidad durante los dos primeros años que estemos casadas.

Quinn dejó escapar un explosivo soplo.

— Me has preocupado por unos momentos, Diabla. Creí que ibas a hacer algo estúpido por una simple pelea. No es que fuera la primera vez.— Su cara se tornó seria.— ¿Y qué demonios hiciste para que te comparara con su ex?. Jamás la he oído siquiera mencionarlo.

— Sabes,— sacudió la cabeza— no estoy segura.— Dijo que era como él porque le mintió también. Pero sé que en lo más profundo de su corazón ella no cree eso. Al menos espero que no lo haga. Estaba enfadada porque soy una idiota. Estoy tan nerviosa por todo esto que lo estoy echando a perder. Tendré que buscar la forma de hacerlo mejor con ella.

Quinn rodó sus ojos y sacudió la cabeza, sabiendo que Santana sería una Diabla hasta que consiguiera arreglarlo todo con Brittany.

— ¿Qué tal si comenzamos eligiendo de allá algo realmente especial?. Puedes arrastrarte más tarde. Siempre encuentro esto particularmente efectivo con Rachel.

Santana se rió, sintiéndose mucho mejor.

— Está bien saber que puedo recibir lecciones de cómo arrastrarme de una experta.— Le dio una palmada a su amiga en la espalda.— Ahora permíteme elegir el anillo perfecto para mi dama.

Capítulo 50
MIERCOLES 10 DE NOVIEMBRE

Santana había completado su rutina tres veces esperando a Brittany. Finalmente se convenció de que ésta mañana no vendría.

— Debe de estar realmente enfadada conmigo.

— ¿Señora?,— Jack, su compañero de footing, y el único agente con el que se había encariñado Santana, levantó una ceja.— ¿Está bien?.

Dejó escapara el aire

— Sí, estoy bien para ser una idiota. Vamos, démosles a los chicos y chicas una buena carrera.

Después de los disparos, era el hombro de Santana lo que le daba, y seguía dándole, problemas. Su cadera se había recuperado completamente, y ahora se encontraba mucho mejor que incluso antes en cuanto al jogging se refería. A pesar de ello, era su cadera la que le avisaba de cuándo iba a llover o cuándo iba a hacer frío. Y desde que el crudo otoño había llegado, ambas situaciones le había obligado a ejercitarse en el gimnasio. Santana estaba enfadada…con ella misma y con Brittany. Descargó su enfado en la carrera y, por extensión, en los agentes que corrían con ella. Su rápido paso hizo que dos de ellos sufrieran sendas lipotimias, dejándolos agotados en el suelo.

Jack le seguía el paso, pero no le era fácil. Se imaginaba que a la Presidenta le rondaba algo por la cabeza y, por Dios, esperaba que encontrara pronto la respuesta, o el cuerpo entero de seguridad se vería reducido a un completo desastre. Pero tenía que admitirlo, era algo divertido tener a una Presidenta que podía patearles el culo a los agentes más en forma con una carrera.

Para la hora a la que Santana finalmente terminó de correr, cerca de una hora después, su respiración estaba agitada, su pelo, pantalones cortos y camiseta estaban bañados en sudor. Caminó por la cinta unos minutos más para recuperar el aliento poco a poco, antes de coger una toalla de su bolsa y secarse el sudor que corría por su cara. Mientras bajaba la toalla, Marley entró al gimnasio.

— Buenos días Sra. Presidenta.

— No tan buenos, Marley,— murmuró Santana al tiempo que decía adiós con la cabeza a los hombres y mujeres que la habían acompañado en el gimnasio esa mañana. La carrera le había sentado bien a Santana, dándole tiempo para encontrar la solución.— Pero tengo esperanzas de poder salvarlo.

— ¿Señora?.

— Nada. ¿Qué tenemos en la agenda para hoy?.

— Bien, al ser sábado, tenemos un día algo ligero. Pero tengo buenas noticias para usted.

Santana dejó salir una patética sonrisa.

— Maravilloso. Podría servirme eso.

— El Secretario General de las Naciones Unidas llamó esta mañana. Siente informarle que le será imposible almorzar hoy con usted. Donde se encuentra está totalmente nevado, y la tormenta lo tiene incomunicado.— Marley sonrió entre dientes mientras miraba su agenda.— Le he asegurado que podríamos volver a concertar un encuentro para la próxima semana, así que lo he arreglado para que la reunión que tenía ésta tarde con el Secretario Wisecroft se convierta en un almuerzo. Así que después de su reunión con el Secretario de Prensa Allen, tiene almuerzo con el Secretario Wisecroft, y después estará libre por el resto del día.

— Sabes,— la sonrisa de Santana se hizo más grande— eres una buena chica, Marley. Si pudiera, te adoptaría.

Marley sonrió, genuinamente encantada de haber hecho feliz a su jefa.

— Mis padres es posible que protestaran, pero aprecio su comentario, Señora.

— Bien, entonces,— comenzó Marley al tiempo que salía del gimnasio y se dirigía hacia su residencia con Marley pisándole los talones.— Necesito que hagas un par de cosas por mí, después puedes tomarte el resto del día libre tú también.


Prefiriendo escaparse de su habitual tanda de ejercicios a encontrarse con Santana antes de estar lista para hablar con ella, Brittany había pasado el día sola en Georgetown, yendo de compras y tratando de no pensar en la forma en que habían dejado las cosas la noche anterior. Pero el tiempo que había pasado alejada le había sentado bien. Y pensó que una vez estuviera lista para poder hablar, aclararía las cosas. "Más vale tarde que nunca". Brittany todavía estaba confusa sobre por qué pensó Santana que era necesario mentirle, pero al menos que ahora había tenido la oportunidad de calmarse un poco, sentía que podían hablar sobre ello. Eso esperaba.

Brittany descubrió que necesitaba un día alejada de la Casa Blanca, el Servicio Secreto y especialmente de la prensa más de lo que se imaginaba. Nunca había entendido el valor de la cómoda privacidad hasta que careció de ella.

Cuando se hizo público que ella y Santana eran pareja, las dos mujeres tuvieron una fuerte discusión sobre la negación de Brittany a aceptar la protección del Servicio Secreto que Santana estaba determinada a pagar de su bolsillo. No era solo el dinero. Santana y su familia estaban muy bien situados económicamente y esto no afectaría a su estándar de vida. Era más lo que significaba que el hecho en sí. Se sentía como encerrada a cal y canto.

Solo se estaba engañando a sí misma, por supuesto. Brittany lo había reconocido en dos ocasiones hoy. La primera con un trabajador de la construcción de mediana edad, que trabajaba en un edificio cerca de donde había aparcado el coche. Cuando vio quien era ella, comenzó a gritar algo sobre impuestos, pensión alimenticia y Presidenta López. Brittany no se detuvo para una explicación. En lugar de ello, continuó andando.

La segunda, una empleada de una tienda de juguetes la había reconocido cuando estaba comprando a Quinn, Marley y Santana unas bolas antiestrés rosas. Brittany se sorprendió cuando la joven le pidió un autógrafo. Estaba a punto de preguntarle cual de sus biografías había leído cuando la empleada comenzó a preguntarle sobre su relación con Santana. ¿Qué tipo de champú usaba San?,¿qué se sentía viviendo en la Casa Blanca?, ¿eran los ojos de la Presidenta tan cafés como parecían en la televisión?. Brittany respondió a ésta última riendo tan alto que la chica casi se desmaya cuando le confesó que eran incluso mejor en la vida real.

Brittany tenía que enfrentarse a la cruda realidad. Mientras había conseguido un moderado éxito por ella misma, su vida privada nunca había sido pública. No como lo era ahora. Pero aunque su paciencia había sido forzada al límite un y otra vez desde que se había mudado a la Casa Blanca, en su corazón sabía que Santana se sentía mal todo el tiempo por ello.

Ahora, después de tener sus bolsas llenas de regalos de Navidad para los niños López, estaba de vuelta en el Ala Este y lista para buscar a Santana y tratar de arreglar las cosas entre ellas antes de que se les fuera de las manos. Las cejas de la escritora se juntaron cuando encontró una nota pegada en la puerta de su habitación. Luchando con sus bolsas, arrancó la nota y se las arregló para abrir la puerta y entrar sin tirar nada.

— Vale, la próxima vez que el portero me pregunte si necesito ayuda, diré que sí,— susurró.

Gremlin apareció por detrás del sofá y empezó a plantarse jugando alrededor de las piernas de Brittany. Ella rió.

— Yo también te quiero. Dame un segundo y podrás babearme todo lo que quieras.

Con cuidado dejó las bolsas en la cama y se sentó también. Gremlin saltó cerca de ella y dejó caer su cabeza sobre su regazo, donde recibió inmediatamente unas caricias detrás de las orejas.

— Placer perruno.— El rabo de Grem comenzó a agitarse a la vez que dejaba salir un gemido.— Ya, ya, te sacaré a dar un paseo en unos minutos. Deja que mis pies descansen un poco, ¿vale?. ¿Deberíamos ver qué hay en el sobre?.

Brittany deslizó su uña por debajo de la solapa del sobre y lo abrió con un sonoro "pop". Sacó la nota, su cara formando inmediatamente una sonrisa brillante antes incluso de comenzar a leerla. "Es la letra de Santana". Pegada a la nota había un pedazo de chocolatina enrollada con un papel plateado brillante. "Mmm...", Brittany dejó salir un sensual gemido por el aroma, mientras inmediatamente la desenrollaba y se la metía en su boca hecha agua.

Gremlin gimió.

— Lo siento. No hay chocolate para ti,—le dijo al perro simpáticamente.— Nunca podría ser un perro.

Brittany permitió que el sabor a chocolate invadiera su boca moviéndolo con su lengua a la vez que leía.

“Cariño, Lo siento.
No pretendía herirte o mentirte. He estado un poco Preocupada por algo muy importante éstas últimas Semanas y tenía una cita la pasada noche que me Ponía un paso más cerca de solucionarlo. Me temo Que no pueda hablar sobre ello en estos momentos. Solo por ésta vez tendrás que confiar en mí.
No estaba pensando con claridad e hice una pobre elección. Sé que nada de esto tiene sentido para ti. Pero te lo Explicaré lo mejor que pueda si me lo permites. Solo sé que te quiero y que no me gusta cuando discutimos. He estado pensando en ti todo el día. Hay algo que me gustaría compartir contigo. Todo lo que tienes que hacer Es seguir el rastro que dejé para ti.
Con todo mi amor, Tana.”

Rió por la firma de Santana. "Siempre encantadora, Santana. No debía haberte echado de mi habitación antes de que hubiéramos solucionado las cosas". Era inmaduro, y Brittany sabía que había dejado a su enfado dominar la situación. Ahora estaba más que preparada para hablar las cosas. "¿El rastro que dejé para ti?". Se rascó la mandíbula y saltó de la cama, enviando a Gremlin con Princesa, que estaba durmiendo a los pies de la cama boca arriba, la posición favorita de un perro. "¿Rastro?".

Brittany abrió la puerta y le echó un vistazo al hall. Ahora segura, había chocolatinas esparcidas por el hall en dirección opuesta de la que acababa de venir. "Tengo que mirar hacia debajo de vez en cuando".

Cerrando su puerta, Brittany se movió unos pasos a través del hall y recogió otra chocolatina empapelada. Unos pasos más y había otra. Y así el rastro continuaba, con Brittany saboreando la golosina, hasta que se encontró delante de la puerta del comedor oficial de la Presidenta.

La escritora se paró delante de la puerta para terminar de masticar y tragar habiéndose metido hasta cuatro trozos de chocolate de camino al comedor. Se limpió las comisuras de la boca con las yemas de los dedos, dándose cuenta de que estaba un poco nerviosa.

— Relájate. Solo es Santana,— se dijo a sí misma. Habían discutido ocasionalmente durante los últimos once meses. Y raramente provocaban lágrimas a alguna de ellas. Pero esta vez las había hecho llorar a las dos.

Brittany tomó aire profundamente y echó mano de su coraje, ignorando las repentinas mariposas en su estómago. Levantó su mano para llamar a la puerta, pero se dio cuenta de que estaba ligeramente abierta. La rubia mujer permaneció un momento con su mano todavía en alto, sin estar segura si la puerta abierta significaba una invitación a pasar o una intromisión en la parte de la Presidenta. Decidiendo que Santana cometía muy pocos errores, Brittany empujó la puerta y entró.

El Comedor Presidencial era uno de los lugares favoritos de la mujer más joven en la magnífica casa. Era luminoso, despejado gracias a los altos techos y a las baldosas verde—menta del suelo. Un delicado candelabro de cristal descansaba sobre la oscura mesa de madera y una prístina chimenea de mármol blanco presidía la habitación. Las sillas estaban tapizadas en verde y amarillo pálido. Y la mesa estaba adornada con varios centros florales que repetían, en preciosos bouquet, los colores de éstas. Era elegante sin llegar a ser excesivo.

Santana miró hacia arriba desde una pequeña e íntima mesa que había preparada para dos. La luz era baja, pero varias velas estaban encendidas y las cortinas estaban retiradas, permitiendo a los últimos rayos del sol atravesar las ventanas. Santana rápidamente se levantó sobre sus pies. Había estado allí cerca de una hora esperando que Brittany simplemente no tirara la nota a la papelera. Intentó encontrar su voz e hizo un gesto hacia la mesa.

— ¿Te gustaría tomar una cena temprana conmigo?

Brittany dejó escapar un suspiro contenido y asintió rápidamente con la cabeza, cruzando la habitación y plantándose en frente de su amante.

— Por supuesto,— dijo suavemente.— Se acercó y afectuosamente pasó sus dedos por el flequillo de San. "Dios, creo que le perdonaría cualquier cosa"— Me….me gustaría…..

Santana sonrió. Se acercó para coger la mano de Brittany, pero se detuvo. De ninguna forma iba a invadir su espacio personal sin su consentimiento, a pesar del hecho de que Brittany parecía consentirlo al tener todavía sus dedos entre el pelo de Santana.

— Lo siento,— dijo sinceramente empujando una silla para Brittany.

Brittany no dijo una palabra. La mirada de indecisión en la cara de Santana cuando intentaba coger su mano y rápidamente la había retirado, le había partido el corazón a Brittany. Se acercó y cogió la mano de Santana, entrelazando sus fuertes dedos con los largos de Santana. Atrajo hacia sí a la morena y la agarró en un apretado abrazo. Depositó su cabeza contra el cuello de Santana, sonriendo cuando unos largos brazos inmediatamente la envolvieron devolviéndole el sentido gesto.

— Yo también lo siento,— murmuró Brittany en una rasgada exhalación.

— Odio cuando discutimos,— le contestó Santana. Ajustó sus brazos aún más alrededor de Brittany.— No hagamos esto otra vez en un tiempo, ¿vale?.

Brittany asintió con la cabeza contra el hombro de Santana.— Trato hecho.

Su fuerte abrazo contra el pecho de Santana continuó y rezó una pequeña oración de agradecimiento mientras su mundo comenzaba a girar de nuevo.

Brittany dio una fuerte inspiración que le trajo la cálida y limpia esencia de la piel de Santana. Se encontraba extremadamente confortada y no quería moverse de esa posición. Pero después de un momento lo hizo, sabiendo que todavía no habían terminado. Las disculpas eran una cosa, pero esta pelea en particular exigía ciertas explicaciones. Se humedeció los labios y se separó del abrazo de Santana, levantando su cabeza para poder mirarla a la cara y hablar.

— ¿Podemos hablar de lo que ha ocurrido?

— Creo que dos adultos razonables pueden sentarse para tomar una maravillosa cena y hablar sobre ello, si quieres.

Santana comenzó a moverse hacia el teléfono pero Brittany la detuvo firmemente.

— Luego, por favor.

Santana volvió junto a Brittany, tragando fuertemente.

— Vale, yo….pero necesito saber si tú realmente crees que yo intencionadamente te mentiría alguna vez.— Santana se sentó en su silla y le hizo un gesto a Brittany para que se sentara en la suya. Entonces un flash pasó por su cabeza. "Oh Dios, ¿y si dice que sí?".

— No, cariño,— aseguró Brittany rápidamente viendo el miedo en los ojos de Santana. Se sentó y empujó su silla más cerca de Santana sin detenerse hasta que sus rodillas se estuvieron tocando.— No lo creo, al menos no de una forma planeada.

La mirada de Santana se posó en el suelo.

— Entiendo que tengas tus reuniones privadas,— Brittany se paró aquí, eligiendo sus palabras cuidadosamente mientras miraba un tenedor que había en la mesa y donde posó sus dedos.— Tienes muchísimas reuniones privadas sobre seguridad y esas cosas. Y he intentado duramente hacer que no me moleste,— una tímida sonrisa curvó los labios de Brittany,— lo cual es una difícil tarea considerando que empiezo a echarte locamente de menos después de unas horas.

Santana alzó la cabeza para mirar a Brittany. Una estúpida y feliz sonrisa entre dientes moldeó sus mejillas.

— No sabes cuántas reuniones me he tragado siendo tú la única cosa que tenía en la cabeza. No solo te echo de menos cuando estamos separadas. Diablos, empiezo a echarte de menos antes de irte,— rió Santana.— Te echo anticipadamente de menos.

Brittany suspiro, pero continuó.

— No estaba triste porque te marcharas. Estaba triste porque cuando te pregunté si tenías o no planes, dijiste que no, aunque no fuera cierto.— Miró a Santana con expresión dolida. ¿Por qué harías eso, Santana?,— preguntó suavemente.

Santana estrujaba la servilleta que había cogido mientras escuchaba hablar a Brittany.

— Por un montón de razones, supongo. "Y todas son una mierda".— Estoy con algo ahora que me está alterando los nervios. Tenía una reunión muy importante la pasada noche, que casi me pierdo por estar trabajando juntas en la biografía. Olvidé mi primer compromiso hasta cinco minutos antes de comenzar a trabajar juntas.

Santana levantó un hombro.— Entonces me di cuenta y me entró el pánico. Estaba avergonzada por mi fallo y no quería hacerte sentir mal o …— dudó admitiéndose esto a sí misma al tiempo que a Brittany— parecer egoísta al tener que cancelar nuestra cita. Así que intenté terminarla lo más rápidamente posible. Y entonces, para empeorar las cosas, intenté cubrirme por la errónea decisión que tomé.

Brittany dejó ir un agitado suspiro.

— ¿Eso es todo?.— Cuando Santana asintió con la cabeza instantáneamente, no pudo evitar rodar sus ojos. Había imaginado todo tipo de cosas equivocadas. Le gustaba la explicación de Santana mucho, mucho más. La mujer rubia dejó el tenedor que todavía sujetaba y alargó el brazo para coger la nerviosa mano de Santana.— Vale.

Brittany levantó la mano de Santana y se la llevó a sus labios besando tiernamente su sensible palma.

Santana asintió y bebió un sorbo de agua.

— Realmente me heriste doblemente al compararme con Sam. Te he contado cosas sobre mí misma que nadie en la tierra sabe excepto tú y yo. Y he confiado en ti para protegerlas. He sido honesta contigo incluso cuando hubiera sido mucho más fácil omitir o colorear la verdad. Así que cuando me comparaste con tu ex marido, quien sé que te engañó…— un suspiro— Me dolió mucho.

El estómago de Brittany se revolvió por el pensamiento del dolor que le había causado a Santana.

— Eso no es lo que quería decir. Al menos no literalmente. Estaba intentando decirte que cuando mentiste, me hiciste sentir como cuando Sam lo hacía, lo cual era asqueroso.

La escritora estudió sus entrelazadas manos. "Hora de abrirte un poco Britt. Es tu turno".

- Para cuando Sam comenzó a tener una aventura, a pesar de nuestros esfuerzos y propósitos, nuestro matrimonio estaba roto. No pude reunir el suficiente interés por nuestra relación e incluso envidiaba su búsqueda de la felicidad,….o sexo, supongo, en otro sitio. Pero aunque ya no fuéramos amantes, todavía lo consideraba un buen amigo.— La voz de Brittany era suave, pero Santana podía oír la frustración en sus palabras.— Cuando le pregunté si estaba viendo a alguien más, lo negó. Y lo hizo una y otra vez.— Brittany agitó su cabeza, sin entenderlo ella misma.— Sé que suena divertido, pero en mi cabeza, eso y no la aventura, era la verdadera traición.

Brittany sintió que Santana le apretaba la mano, y devolvió la reconfortante presión. Su cara tomó una expresión perdida.

— Dios, Santana, el pensamiento de llegar a eso otra vez sin importar...,— se detuvo y tragó pesadamente la pelota que se le estaba formando en la garganta.

— Eso no nos va a pasar a nosotras, ¿y sabes por qué?.— Había una confianza en los ojos de Santana que Brittany encontró reconfortante.— Porque nosotras podemos hacer esto después de discutir. Podemos sentarnos y hablar de ello para arreglarlo. Santana pasó su dedo pulgar por la mejilla de Brittany.— Déjame decirte esto. En lo que estoy trabajando es lo más importante que he hecho nunca. En el momento que pueda contarlo, tú serás la primera en saberlo.

— Es justo.— Se acercó y juntó sus labios con los de Santana, luego se separó unos milímetros y dijo— gracias por invitarme a cenar,— susurró besando a Santana otra vez.— Te quiero, aunque acabo de darme cuenta que estoy increíblemente hambrienta.

Una suave sonrisa fue la respuesta de Santana.

Capítulo 51
SABADO 13 DE NOVIEMBRE

Se empezaban a ver y a sentir las vacaciones en la Casa Blanca. Cada día Santana se sorprendía más al ver los tempranos adornos de Navidad aumentar— algunos antiguos, algunos nuevos... Estas fiestas eran algo así como ir a Disney World para un niño. Se empezó a dar cuenta de que muy pronto todos sus hijos serían demasiado mayores para un viaje así. "A lo mejor el próximo Agosto, antes de que empiece el colegio".

Ahora mismo necesitaba tener una charla con Brittany sobre una de las tradiciones más arraigadas en la familia López. Santana rezaba para que sus planes para incluir a Brittany en ellas fueran bien recibidos. Alzó la caja que llevaba bajo el brazo y llamó a la puerta de Brittany.

La puerta se abrió, y un brazo apareció, agarrándola por el cuello de su camisa y arrastrándola hacia adentro. Después le siguió un beso. "Wow". Santana gimió cuando, por fin la escritora la dejó marchar.

— ¡Hola!.

— Hola. Te eché de menos hoy.— Brittany sonrió ante la mirada turbada de Santana sintiendo en sí misma el rubor también.

— Yo también.— Santana giró sobre sí misma y cerró la puerta de la habitación. ¿Cómo te fue el día?. Brittany se pasó un mechón de pelo por detrás de la oreja y se quitó las gafas.

— Estuvo bien. Trabajé bastante.— Le hizo una mueca burlona a Santana.— Encontré un par de anuarios tuyos del instituto.

La sonrisa de Santana desapareció y fue sustituida por un ceño petulante. Brittany sacó hacia fuera su labio inferior y lo mantuvo en alto hasta que Santana sonrió.

— Jane también vino y trajo un par de cajas de sus propios momentos personales.— La rubia mujer parpadeó.— Te aseguro que no tienes ni idea de las cosas que tiene ahí. No sabía que se conocían desde la universidad. Y tiene fotos para probarlo.

Santana se cubrió los ojos.

— Oh, Dios. ¿Eso es lo que mi secretaria hace en su día libre?,— gruñó la Presidenta mientras tomaba asiento en el sofá de Brittany, dándole una palmada para que Brittany se uniera a ella.— La nueva biografía va a tener una más extensa sección fotográfica ¿verdad?.

— Ya lo sabes,— sonrió Brittany dejándose caer sobre el sofá cerca de Dev.— Tu madre ya ha donado fotos tuyas de cuando eras un bebé. Por cierto que Wayne está como loco por una foto de Santana desnuda cuando era un bebé sobre su mantita de dormir.

La cabeza de Santana cayó, pero Brittany podía ver sus hombros agitándose por una risa silenciosa.

— Voy a matar a mi madre.

— Wayne me ofreció un 5% extra en los beneficios si consigo una foto similar de la Santana adulta para hacer una comparación del "antes y el después".

— En sus sueños,— gruñó.

— Y los míos.— Brittany agitó sus cejas.— Vale, ¿qué ocurre?. No esperaba verte hasta ésta noche.

— Necesitamos tener una pequeña charla. ¿Tienes un minuto?.

Las cejas de Brittany se juntaron. No le gustaba la repentina cara seria de Santana.

— Abrí la puerta, ¿no?. Dispara.

— Vale. Cada año en Acción de Gracias los López ponen unas velas que queman durante las vacaciones, por nuestros familiares y amigos. Velas blancas por aquellos que están con nosotros. Azules por los que ya no están. Las ponemos sobre la chimenea. Santana miró a Brittany que escuchaba con atención.— Hay dos razones por las que te estoy contando esto. La primera es que hay unas velas para Samantha y sus padres.— La mirada de Santana se suavizó. Si te hacen sentir incómoda no las pondré.

Brittany posó su mano sobre la rodilla de Santana y la apretó. Sonrió tiernamente a su amiga. Sus sentimientos hacia Samantha estaban mezclados. Parte de ella admiraba a la mujer de Santana. Una maravillosa y cariñosa compañera de la joven y ambiciosa política, Santana Marie López. La otra parte la hacían sentir enfadada e inútil. No había comparación con la memoria de la primera mujer que fue el primer amor de Santana y la mujer que dio a luz a Christopher y Aaron. Pero Brittany se dio cuenta que todo era producto de sus inseguridades, y existían a pesar del hecho de que Santana nunca había hecho nada para alimentarlas. La rubia mujer tragó fuertemente.

— Santana, cariño, eso no es necesario.— Brittany mostró una sonrisa.— Samantha no tiene que desaparecer porque yo esté en tu vida ahora. No para ti o los niños. No me malinterpretes,— sonrió tímidamente, lista para admitir sus defectos— me hace sentir algo celosa. Pero ésta es una tradición preciosa que tiene que ser muy importante para ti y los niños. No veo ninguna razón para cambiarla.

La postura de Santana se relajó inmediatamente.

— Gracias.— Se inclinó sobre Brittany y le dio un suave beso en los labios que se alargó y profundizó. Santana no se apartó hasta que sintió el movimiento desigual en el pecho de Brittany, y su propia respiración ir más rápida.

Brittany gimió levemente cuando los que presionaban sobre los suyos se apartaron.

— ¿Te he dicho alguna vez lo estupenda besadora que eres?

Santana sonrió socarrona.

— No. Pero siéntete libre de hacerlo. Sobre todo porque eres una escritora, después de todo.

Las cejas de Brittany se alzaron sobre su frente y desaparecieron detrás de su pelo rubio.

— No gracias. Solo preguntaba.

— ¡Mocosa!,— dijo Santana sacándole le lengua.

Brittany sonrió juguetona. Luego le dio un golpecito a la caja.

— Así que, ¿qué tenemos aquí?. ¿Algo para mí?.

Santana acomodó mejor la caja sobre su regazo.

— Bueno, realmente, con tu permiso, estaba pensando en añadir algo a la tradición familiar, lo cual era lo segundo que quería preguntarte. Esto es para ti.— Santana le pasó la caja a su amante.— Es algo así como una oficiosa bienvenida a la familia.

— Whoa.— La mandíbula de Brittany se quedó abierta por el peso de la caja.— No tenías que…— se detuvo cuando sintió el aroma a vainilla en el aire. Dentro de la caja había dos velas blancas y una azul, cada una de aproximadamente cuatro centímetros de diámetro y diez de largo. Con mucho cuidado, Brittany hizo a un lado las velas para encontrar la razón del peso de la caja: tres brillantes candelabros de plata.— Son preciosos,— susurró cogiendo uno de ellos."Ann Susan Pierce" estaba grabado en letras en negrita por delante. Aguantó la respiración por la sorpresa, sintiendo cómo se formaban las lágrimas en sus ojos sin poder hacer nada por retenerlas.

Santana se acercó despacio y la atrajo muy despacio contra ella.

— Te quiero. Quiero poner éstas también junto a las de mi familia. ¿Te parece bien?.

Brittany se hundió en el abrazo de Santana.

— Yo también te quiero,— dejó escapar el aire lentamente y luego esnifó. La escritora se apartó un poco y cubrió con su mano la prominente mejilla de Santana acariciándola tiernamente.— ¿Estás segura, cariño?,— susurró emocionada.— Yo no soy realmente…

La Presidenta presionó dos dedos sobre los labios de Brittany para acallar sus protestas.

— No. Esta es una tradición para celebrar las vidas de las personas que nos han marcado. La gente que nos quiere. Y a la que queremos recordar. Tú perteneces a ella ahora. Perteneces tanto como Quinn y Rachel o Sue o Amy. Añadiremos una por la pequeña Liza este año.

Una rubia cabeza asintió una vez.


— Gracias,— susurró cuando los dedos de Santana liberaron sus labios. Brittany le sonrió afectivamente deseando expresar con palabras lo especial que le hacía sentir el pertenecer al clan de Santana, a quien amaba como jamás había creído que podría hacerlo. Esnifó otra vez.— No…no sé que decir.

Santana la arrimó un poco más y se reclinó sobre el sofá para acomodarse y dejarle claro que se quedaría allí un rato sosteniendo a su amante.

— Podrías decirme que vas a recuperar la foto mía que tiene Wayne de cuando era pequeña,— dijo inclinándose y besando la cabeza de Brittany.

Brittany se rió y pinchó el vientre plano de Santana.

— No, uh. Estás demasiado mona en esa foto como para no compartirla. Sufre, Sra. Presidenta.



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Capítulo 52
LUNES 22 DE NOVIEMBRE

— Buenos días Sra. Presidenta. Buenos días Brittany.— Marley le ofreció a Santana un expediente y una taza de café. Estaban en el Despacho Oval, Santana sentada detrás de su atestado escritorio de madera, con Brittany sentada varios pasos más allá sobre un sillón alto y tapizado en piel. Estaban juntas, pero sumergidas en sus propios trabajos. Brittany preparando unas preguntas para la entrevista que tendría esa tarde, y Santana mentalmente repasando una charla que tenía que dar esa mañana sobre las nuevas reformas en sanidad que pretendía proponer en Enero del 2022.

— Hoy es un día bastante ligero, Sra. Presidenta,— Marley continuó— Primero tiene que indultar un pavo.

Santana miró hacia arriba desde su posición y Brittany giró su cabeza hacia Santana, captando al instante la cara de sorpresa en la cara de Santana.

— ¿Perdón?.— De repente comenzó a prestar una mayor atención.— ¿Te he oído decir que tengo que indultar un pavo?.

Un suave "clic" y una risita burlona le indicaron que Brittany acababa de capturar la cara de sorpresa en la cara de Santana otra vez.

Marley sonrió, reprimiéndose el preguntarle a Santana si alguna vez le había echado una ojeada a lo que los demás Presidentes habían hecho en el pasado. No lo creyó necesario, pues imaginaba la respuesta.

— Sí, Señora, es una tradición de Acción de Gracias,— explicó Marley pacientemente, de algún modo mirando a Santana mientras hablaba y al mismo tiempo escribiendo algo en su agenda,— el Presidente siempre indulta un pavo y después es llevado a vivir a un zoo.

Santana dejó a un lado el lápiz para coger un bolígrafo y abrir el expediente que acababa de darle Marley.

— Marley, si indulto un pavo, ¿que me darán para la cena de Acción de Gracias?.

— Pavo, por supuesto. Solo que no el que usted indulte.— Marley se detuvo buscando las palabras adecuadas, no muy segura de cómo explicar éste extraño ritual. Finalmente dijo— Es solo una tradición. A los vegetarianos y a los niños les encanta.

— No a mis hijos,— dijo Santana.— Son carnívoros y no se avergüenzan de admitirlo.

— Especialmente Aaron,— añadió Brittany.— Ese niño podría comerse un pavo entero él solo. Creo que va a ser un luchador de sumo cuando crezca.

Santana tomó un sorbo de su taza de café mientras leía el resto de su agenda.

— Así que, básicamente, es una tradición para el Presidente ofrecerle al país su "pajarito" en Acción de Gracias.

Marley y Brittany rodaron sus ojos, pero riéndose a carcajadas por el chiste mientras Santana revolvía su escritorio en busca de algo.

La asistente de Santana se recuperó primero y miró a Brittany quien dijo entre risas…

— Ojala pudiera decir eso.

— Pero no lo diga en frente de un micrófono abierto, Sra. Presidenta,— sugirió Brittany tomando algunas fotos más, incluyendo una muy buena de Santana y Marley juntas buscando algo en el escritorio.

— ¡Quisquillosa!,— dijo Santana sin mirar hacia arriba.— Empiezas a sonar más como Quinn cada día.


— Quinn es una chica muy sabia,— contestó.

— ¿Cuánto te ha pagado para decir eso?.

— Nada. Pero ahora forma parte de mi grupo de gente favorita al donarme una fotografía de su habitación en la Universidad. Ahora sé de donde ha sacado Aaron sus asquerosas tendencias.

— Muy divertido.— Santana miró por encima del documento que estaba leyendo.— Toma nota de que dos personas compartían la habitación, una parte de ella estaba ordenada y limpia mientras que la otra parecía una pocilga. Entonces ve y echa un vistazo a la oficina de Quinn, y dime qué parte de la habitación era la mía. Son sus sudados calcetines los que están en el suelo de la fotografía.

Brittany se puso de pie y plantó sus manos sobre sus caderas. Entornó los ojos.

— ¿Cómo sabías que había un par de calcetines sudorosos en el suelo de la fotografía?.

— Porque en todo el tiempo en que Quinn y yo compartimos habitación, había un par de calcetines sudorosos tirados por el suelo. Y lo que realmente da miedo es que en lo más profundo de mi cabeza, sé que era el mismo par de calcetines todo el tiempo.

— Ew,— hicieron Marley y Brittany al mismo tiempo.

— Lo sé,— añadió Santana.

Quinn entró en la habitación, su cara concentrada en un expediente, lo cual hizo que cuando se dio cuenta dijo…

— Oh, lo siento.

Puso el expediente por debajo de su brazo a la vez que miraba a las sonrientes mujeres. Quinn comenzó a morderse el labio inferior nerviosamente.

— Uh, oh, esas sonrisas significan problemas. He visto antes a mi madre, a mi suegra y a mi cuñada en la misma habitación mirándome así. Al día siguiente nuestro comedor estaba pintándose de color lavanda.

— Tienes razón Quinn. Deberías estar asustada.— Santana no permitió que las risitas de Brittany la distrajeran.— Pero en ésta ocasión,— dijo mirando hacia arriba dejando el bolígrafo sobre la mesa— estábamos discutiendo sobre pavos, y de forma natural tu nombre salió a relucir.

Quinn soltó una sonrisa falsa. Levantó el expediente.

— Si no eres agradable conmigo, no te contaré lo que Santa Claus te va a traer éste año.

— Ya sé lo que Santa me traerá éste año.— Una sonrisa satisfecha cruzó los labios de Santana.— Lo mismo que obtuve por mi cumpleaños,— informó a Quinn de forma casual, sus ojos sin separarse de los de Brittany en ningún momento, quien lucía un intenso rojo en su cara.

Quinn miró a las dos mujeres para una explicación, pero pronto se dio por vencida.

— Sí, vale. Pero sus duendecillos acaban de enviar las enmiendas sugeridas de los Demócratas y Republicanos sobre tu acción de Registro del ADN.

Santana saltó de su escritorio y se unió a Quinn, arrebatándole el expediente.

— ¿Qué me costó?

— Por primera vez, la cláusula sobre delincuencia. Y…— Quinn se detuvo con una mirada tan satisfecha de sí mismo que Santana creía que explotaría. No pudo evitar sacar pecho.— Además nos las hemos arreglado para reescribirla obteniendo el completo soporte de la RNA y de los grupos de defensa para la aplicación de las leyes. Usted, Sra. Presidenta, es una persona muy popular ahora. Sus últimas cifras acaban de llegar y parece que el desastre de los atentados ha quedado atrás. Las Navidades van a ser buenas para ti, San. Mucha gente estará esperando para correr tras tus faldones.

— Y yo que pensé que mis faldones eran cortos e impopulares.

— ¡Ja!,— exclamó Quinn alzando la cabeza.

Santana saltó hacia atrás, sus ojos entornándose un poco.

— Para eso es para lo que yo estoy aquí. Los hago largos y populares. Brittany miró a Quinn con curiosidad.

— ¿Qué te puso Rachel en los cereales esta mañana, Quinn?.

Santana rodó sus ojos.

— No le prestes atención. Siempre se enamora de sí misma cuando hace un buen trabajo.— Santana le sacó la lengua a su Vicepresidenta.

Marley miró su reloj.

— ¿Debemos ir a indultar el pavo, Sra. Presidenta?.

Santana se alzó sobre sus piernas y cogió su chaqueta. Por inercia, Quinn se acercó y se la cogió de las manos para ayudarla a ponérsela.

— Un trabajo maravilloso, Quinn,— dijo Santana despacio sin ningún tono de broma en su voz. La rubia quitó una pelusa de la azul chaqueta de Santana.

— Deseabas esto, San,— contestó ella igualmente despacio.— Es una aportación muy buena a tu legislatura.

Santana asintió con la cabeza y se aclaró la garganta, rompiendo el íntimo momento entre amigos.

— De todos modos, vayamos a salvar la vida de una pequeña ave.— Miró a Marley y a Brittany cuyas caras permanecían impasibles.— Oh, vamos, esto se merece al menos un pequeño "¡yuju!".— Se encaró a ellos haciendo un gesto de "¡venga!" con las manos hasta que obtuvo la deseada respuesta.— Gracias. No dolió tanto ¿no?.


Brittany encontró a Santana en la Sala de Música que había sido añadida y decorada durante la legislatura de Bill Clinton. En ella se mostraban instrumentos que habían sido donados por algunos de los músicos más respetados de América. Las paredes estaban adornadas con una combinación eléctrica de discos de oro, partituras de música firmadas por algunos compositores de Broadway estupendos, fotografías de artistas que habían visitado y actuado en la Casa Blanca a lo largo de los años y pinturas de artistas que iban desde Louis Armstrong a John Denver o Kathleen Battle.


Santana lo tenía todo montado con lo último en equipamiento electrónico, y la sala era ahora una maravilla para los amantes de la música.

La escritora entró muy despacio, disfrutando de los sonidos de Vivaldi que llenaban la habitación. No fue hasta que se encontró muy cerca de Santana, que se dio cuenta que estaba dormida en un mullido y grande sillón.

— Ha sido una vida muy ocupada, ¿verdad cariño?,— dijo suavemente Brittany pasando sus dedos delicadamente por el pelo de Santana. La Presidenta había tenido que trabajar hasta casi la extenuación para tenerlo todo organizado y poder comenzar de nuevo a primeros de Enero.

Brittany le sonrió a su amante, y delicadamente incrementó la presión de sus dedos acariciando su frente.

— ¿Santana?,— la llamó con voz dulce. ¿Cariño?.

— ¿Mmm...?.

— Tu madre y tu padre llegarán en, aproximadamente una hora.

Los ojos de Santana permanecieron cerrados mientras alargaba su brazo y obligaba a Brittany a sentarse sobre su regazo. Pasó sus brazos alrededor de la pequeña mujer y rozó con su nariz una zona sensible detrás de la oreja de Brittany.

— No voy a hablar con mi madre,— dijo despacio, su voz todavía ronca por el sueño.— Te dio esa horrible foto.

—Es una monísima foto de un bebé desnudo. Me encanta.

— Mi madre es una alborotadora.

Brittany entrelazó sus dedos con los de Santana.

— Tu madre es una maravillosa, encantadora y dulce mujer.

Un solo ojo marrón se abrió muy despacio y vio la sonrisa que tanto adoraba Santana.

— ¿Tienes fiebre?, ¿Estás delirando?.

La mano de Santana recorrió el camino que faltaba para colarse bajo la camiseta de Brittany.

— Ooo..., esto está agradable y caliente.

Brittany pasó sus brazos alrededor del cuello de Santana y ésta enredó su mano libre por el pelo de Brittany acercándola y besándola en los labios.

— Oh, sí, lo tienen todo resuelto, Frank.— Maribel dio una palmada con sus manos.- ¡Sabía que ese libro sería una buena idea!.

La cabeza de Brittany se alzó a toda prisa y, de repente, los brazos que la sujetaban desaparecieron haciendo que se cayera hacia atrás. La morena mujer intentó agarrarla, pero fue demasiado tarde, y el trasero de Brittany golpeó el suelo con un glorioso ruido que fue inmediatamente seguido por un"auch".

Santana hizo una mueca de dolor mientras se inclinaba y ayudaba a Brittany a levantarse sobre sus pies.

— Lo siento, cariño.

Brittany se frotó el trasero, murmurando algo sobre enseñar a Maribel a llamar a la puerta.

— Está bien.

Santana le dio una pequeña palmada a Brittany en la espalda.

— ¿No fuiste tú la que, no hace ni dos minutos, la llamó maravillosa, encantadora y dulce mujer?.

— Qué amable de tu parte, querida,— le dijo Maribel López a Brittany y le abrió los brazos a la rubia esperando un abrazo.— Sabía que había una razón por la que me gustabas tanto.

Brittany se dirigió hasta Maribel y le dio un fuerte abrazo.

— Bienvenida, Maribel. Santana estaba justamente diciendo lo encantada que estaba de que donaras todas esas viejas fotografías.— Unos ojos azules bailaron con burla.— Espero que trajeras las otras de las que estuvimos hablando.

— Y más.

— ¡¡Oh, yuppy!!,— gruñó Santana mirando cómo Brittany abrazaba a su padre. Santana finalmente se acercó y abrazó a sus padres. Le dio un codazo a su padre.

— Estoy tan acabada.

— Si, lo estás, Diabla. Pero es un buen tipo de fracaso.— Se inclinó sobre Santana y le susurró al oído. “Ésta joven mujer sobre la que has puesto tus ojos está muy bien. O tu madre no la tendría en tan alta estima”.

Santana retrocedió un paso y miró a los ojos de su padre viendo la aceptación que siempre había en la profundidad sus ojos gris—azulados.

— Significa mucho para mí saber que a ti y a mamá les gusta ella.

— Ella es un encanto. Y tu madre la adora.

— Bien.— Santana desvió su mirada hacia Brittany y su madre que charlaban conspiradoramente. Volvió a mirar a su padre.

— Voy a pedirle que se case conmigo el día de Navidad.— Santana señaló con el dedo a su padre.— Pero no le cuentes nada a mamá,— susurró desesperadamente.— No habría forma alguna de que guardara el secreto. A Quinn y a mí nos está costando mucho que no se entere Rachel. Y el hecho de que esté tan nerviosa mordiéndome la lengua no está ayudando en absoluto.

— Santana eso es maravilloso. Y prometo no decirle una palabra a tu madre.— Pasó su brazo alrededor de los hombros de Santana y comenzó a llevarla hacia la puerta. Frank tenía unos nietos a los que malcriar.

Brittany y Maribel miraron alrededor para darse cuenta que estaban a solas. Encantadas, se alzaron de hombros y se sentaron en el sofá riendo y continuando con su conversación.

Frank le dijo a su hija…

— Tu madre lo pasará muy bien planeando una boda. Gracias a Dios que nuestra cartera está llena.

— Está más que llena y tú lo sabes,— dijo Santana.— Además agradezco que mamá quiera ayudar porque yo no tendría tiempo.— Lo miró otra vez.— Si tuviera que hacerlo yo, terminaríamos casándonos en frente de un juez de paz. Hey,— detuvo a su padre— Se suponía que no vendrían hasta dentro de una hora o así, y ¿cómo nos encontraron?.— Santana miró alrededor, dándose cuenta que sus padres no tenía a nadie del Servicio Secreto alrededor.

— Señorita, tu conoces a tu madre. Le dijo a ese estirado y joven agente que quería seguirnos a través del hall, que buscara a otro a quien proteger, que ella no iba a robar la porcelana china.

Santana rió suavemente.

— Suena como algo que diría Brittany.— Sacudió su cabeza.— No me extraña que se lleven tan bien.

Frank rascó su bien recortada barba blanca.

— Puede ser. Me he dado cuenta de algunas similitudes entre ellas,— le sonrió a su hija.— Buena suerte. Pero contestando a tu pregunta, cogimos viento de cola y llegamos más pronto. Personalmente pienso que fue intervención divina.

Santana paró de andar.

— ¿Qué?.

— Sé que los otros pasajeros estuvieron rezando para que el vuelo terminara lo más pronto posible y que tu madre dejara de torturarlos con sus conversaciones.

Esta vez la Presidenta estalló en carcajadas. Entrelazó su mano con la de su padre y miró atrás sorprendida de no ver a Brittany y a su madre siguiéndolos.

— ¿Deberíamos…?

— Hey, Santy, no vayamos tan rápido. Ya se darán cuenta de que no estamos.— Frank palmeó la mano que sostenía.— Además no te olvides que yo también iba en ese avión.

Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten los 5 capítulos de hoy, sé que se los debía……..así que a LEER….¿alguna sugerencia o consejo para recuperarme de un resfriado que por poco logra que no actualice hoy?


Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)




http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)





http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)





https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)



*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….






https://www.youtube.com/watch?v=c1r2WzZrNcg

NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Madam President” y es de autoría de T. Novan y Blayne Cooper (todos los derechos reservados para estas estupendas escritoras, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a estas distinguidas escritoras mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realizan); honestamente en honor a la verdad por más que revisé los archivos pdf que hallé hace tiempo en internet, no hallé ningún dato de algún foro o editorial que tuvo la gentileza de poner el archivo en internet…así que de todas maneras: gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras (dichos archivos los podrán encontrar en distintos sitios de internet).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Nashville y algunos otros lugares como Washington; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio y naturalmente Washington (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 2 libros que consta de: 1.- Libro 1 (no describe con precisión de cuantos capítulos tiene, pues solo muestra fechas, por ejemplo 6 de noviembre, etc.); 2.- Libro 2 (12 capítulos más el capítulo final o epílogo)………Espero disfruten de esta historia






Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

Capítulo 53
DICIEMBRE 2021
Viernes 3 de Diciembre

A Brittany ni si quiera le importó no quitarse la chaqueta o los zapatos antes de caer rendida boca abajo sobre la cama. Gremlin y Princesa saltaron sobre la ella y lamían concienzudamente su oreja cuando oyó que llamaban a la puerta.

— Pase bajo su propia responsabilidad,— gritó a través de la habitación volviendo a posar su cabeza sobre el colchón.

Santana dio un paso adentro, le echó un vistazo a su amante y una pequeña sonrisa cruzó inmediatamente se cara.

— Pobrecita.— ofreció con sincera simpatía cruzando la habitación y arrodillándose al lado de la cabeza de Brittany.

Princesa ya había saltado al suelo y se había escondido bajo la cama, donde se volvió inusualmente valiente y comenzó a gruñirle a la Presidenta.

Santana tan solo resopló.

Gremlin, por otro lado, estaba a la defensiva. Permaneció de pie en la cama, haciéndose hacia atrás y plantando su trasero directamente sobre la cabeza de Brittany, donde podía defender a su ama y tomar posiciones contra la Presidenta.

Brittany estaba demasiado cansada como para importarle. Pero se las arregló para mover su cabeza un poco y evitar la cola que le golpeaba la nariz.

Gremlin dio un ladrido. Después volvió a colocarse donde estaba mostrando sus finos y amenazantes dientes.

Santana se preguntaba por qué el feo animal la había tomado con ella. El perro gruñó. Santana le devolvió el gruñido y Grem se cayó de la cabeza de Brittany aterrizando sobre el colchón y después saltando a la alfombra donde rápidamente se unió a su compañera. Santana rodó sus ojos cuando los gruñidos de la fiera aumentaron una vez se sentía a salvo donde ella no podía alcanzarlo.

— Gallina.

Volviendo su atención a Brittany, la Presidenta pasó sus dedos por los rubios mechones intentando que su dueña la mirara e intentando con todas sus fuerzas no pensar dónde, instantes antes había posado Grem su trasero.

— ¿Cariño?.

— ¿Qué?,— fue la suave respuesta.

— ¿Cómo te fue el día?.

Brittany rodó con un gruñido, extendiendo sus brazos a los lados. Su voz adquirió un tono mimado.

— Fue horrible. Horrible.

— Uh uh.— Santana se levantó sobre sus pies y caminó alrededor de la cama. Acercándose, agarró delicadamente a Brittany y la alzó sentándola. Brittany se mantenía flácida como una muñeca de trapo mientras Santana le quitaba la chaqueta y la blusa dejándola vestida con el sujetador rojo de seda.

Una tímida sonrisa apareció en la cara de Brittany cuando se sintió más cómoda. Disfrutaba de cada segundo que Santana dedicaba a mimarla y Brittany felizmente se abandonó a ello.

— Pues cuéntamelo,— dijo Santana. Con mucho cuidado le quitó el pendiente de una de sus orejas, después el otro, acariciando el lóbulo de la oreja con su pulgar antes de dejar ambos pendientes sobre la mesilla de noche.

— ¿Mmm...?,— gimió la escritora, sintiendo cómo sus zapatos se deslizaban hacia fuera y el frío aire de la habitación le rozaba los pies mientras unos fuertes dedos comenzaban a masajearlos atentamente. Inmediatamente olvidó la pregunta de Santana y cerró sus ojos de placer.— Oh, Dios, eso está muy bien.

Santana sonrió.


— ¿Tu día?. Cuéntame sobre tu día.

— Oh, bien.— Brittany dejó salir un satisfecho gemido por la atención de Santana.— Bien, sabía que iba a ser uno de esos días cuando la alarma de mi despertador no sonó esta mañana. Necesito uno nuevo. Y no uno de eso que hablan. Los odio.

— Así es que por eso te ausentaste de nuestra sesión de ejercicios esta mañana.— Santana se sentó en el suelo y continuó frotando los doloridos pies. Miró hacia abajo para ver dos negras narices de perro, una fina y delicada, la otra grande, chata y cubierta por babas olisqueando por debajo de la cama. Gruñeron y Santana les contestó con otro gruñido. Miró divertida cómo las narices desaparecían.

Brittany iba a reprender a Santana por atemorizar a los perros, pero su pensamiento voló de su cabeza cuando Santana le flexionó los pies y los estiró primero uno y luego el otro.

— Jesús, qué gusto.

Santana esperó un poco para que Brittany continuara. Cuando no lo hizo, Santana la animó.

— ¿Brittany?.

— ¿Si?,— la relajada mujer contestó adormilada.

Brittany flexionó su pie en las muy atentas manos de Santana antes de continuar. Santana dejó escapar una sonrisa.

— Ibas a contarme sobre tu día.

- ¿Iba a hacerlo?,— Levantó un poco la cabeza y forzó a sus ojos a abrirse para ser recibidos por una interrogante ceja alzada. Su cabeza volvió a caer sobre el colchón.— Oh, bien. Si, por eso me perdí los ejercicios. Después mis pulgares atravesaron un perfecto par de medias mientras intentaba vestirme rápidamente.

— Odio cuando ocurre eso.

— Uh uh. Así que llegué tarde a todas mis citas esta mañana. Pinché una rueda en Georgetown. La suerte que tuve fue que mi primera cita era con Rachel para desayunar. Me perdonó por llegar cuarenta y cinco minutos tarde y llamé a la Triple A.

— ¿Por qué no los llamaste desde tu teléfono móvil?.

— Porque se me cayó al suelo y lo vi deshacerse en millones de trocitos.— Unos incrédulos y juguetones ojos marrones la cuestionaron.— Vale, fueron solo tres trozos,— concedió la escritora.— Pero estaba roto.

Unas oscuras cejas bajaron.

— Continúa, cariño.

Brittany quitó un pie de las manos de Santana tan solo para ser reemplazado por el otro.

— Después del desayuno, donde tomaron mal mi pedido, pero tenía tanta prisa que no pude devolverlo, llegué finalmente a la oficina del General Brendwell con dos minutos de sobra. Entonces ese cabrón me tuvo esperando cerca de una hora más de lo que esperaba.

— ¿Cuánto pensabas que sería?

— Media hora.

— El muy cabrón.

— Exacto. Entonces tuvo la cara dura de enfadarse cuando acorté su entrevista en un esfuerzo por mantener mi horario. Sabes, es un gilipollas total.

— Estoy de acuerdo. Pero es muy respetado y tiene una brillante mente militar.— Santana sonrió cuando Brittany gimió con deleite cuando pasó sus dedos pulgares por el centro de la planta del pie desde el talón hasta los dedos.

— Después de eso, me dejé las llaves dentro del coche y olvidé el código para abrirlo. Un poco más fuerte. Ah….justo ahí. Eso requirió otra llamada a la Triple A. Después de eso, me quedé atascada en Dupont Circle.— Brittany levantó la cabeza levemente señalándola con los ojos,— seguro que puedes hacer algo sobre eso.

— Lo siento. No estoy en la comisión de planificación y zonificación, pero mandaré una memo.

Su cabeza volvió a posarse sobre el colchón.

— Hazlo.

Santana se plantó sobre sus pies, escuchando las perezosas protestas de Brittany al haber finalizado con el masaje. Le bajó la cremallera de la falta.

— Levanta.

La escritora levantó sus caderas y su falda fue quitada. Un solo ojo permanecía abierto mirando mientras Santana cruzaba la habitación hacia el ropero y abría el segundo cajón.

— ¡Aja!,— Santana se giró y apuntó un dedo acusador sobre Brittany.— Me preguntaba dónde estaría ésta sudadera.

— Está bien,— dijo Brittany suavemente.— Como si fueras a darte cuenta de que había desaparecido. Tienes cientos de sudaderas.

Santana comenzó a revolver el cajón.

— ¡Y mis calcetines también!.Tú, pequeña ladrona.— Se rió.— ¿Es que no puedes robar solamente las toallas como hace todo el mundo?.

La Presidenta volvió a la cama y se inclinó lo justo para poner los calcetines en los pies de Brittany. Se dio cuenta de que se había olvidado de sacarle algo a Brittany para desvestirla, deslizó sus dedos por las caderas y le dio un pellizco en el trasero.

— ¿Cómo es que…?

— ¿Uh…. no medias?,— hizo una mueca provocativa— Solo se vive una vez.

— Esa es mi chica.— Santana le subió los pantalones por las piernas.

— Santana, cariño. No pretendo criticare, pero lo estás haciendo mal.

— ¿No se supone que deberías estar desvistiéndome?.

— Luego.

Brittany quería protestar, pero realmente no importaba cómo la tocara Santana. El caso es que lo hiciera. Además, “luego” también estaba bien.

— Vale.

— Levanta.

Brittany levantó sus caderas una vez más y sintió deslizarse los pantalones hacia arriba calentándole inmediatamente las piernas. Entonces una mano rodeó su cintura y se los acomodó adecuadamente.

— ¿Sujetador o no?.

Una ceja rubia se alzó de forma libidinosa.

— ¿Necesitas preguntar?

Dev sonrió entre dientes y amorosamente le quitó la prenda interior. Brittany gimió suavemente.

— ¿Luego?.

— Sí. Luego.— Brittany lanzó el sujetador a la montaña de ropa que le había quitado a Brittany. Ésta le ayudó a Santana a ponerse la sudadera levantando sus brazos. Santana no pudo resistirse y permitió a sus manos deslizarse por debajo de la sudadera de Brittany y moverse por su cálida piel.

Brittany saltó aguantando la respiración cuando santana utilizó sus nudillos para acariciar la sedosa piel alrededor de sus firmes pechos. Antes de que la rubia pudiera articular una palabra, los pulgares de Santana vagaron libremente sobre sus pezones, haciendo instantáneamente que se endurecieran dolorosamente.


Unos ojos marrones se movieron inocentemente.

— Soy buena. Hubiera sido mala si hubiera subido la sudadera…— cosa que hizo— y bajado mi boca…

— ¡Alto!.— Brittany se apartó y alzó su dedo índice frente a la cara de Santana.— Me has vuelto a vestir por alguna razón. Así que a menos que “luego” haya llegado ya, no empieces algo que no vayamos a terminar.— Se bajó la sudadera.— ¿Cuál es el plan?.

Santana frunció el cejo, pero rápidamente se dio cuenta que la sudadera de Brittany estaba bajada.

— ¿Tú, yo, los niños, el señor Monopoly, en el salón?. Sue hizo galletas y chocolate caliente.

— Maravilloso,— dijo Brittany sintiéndose mucho mejor que hacía unos momentos. Se inclinó y le dio a la alta mujer un beso que apenas pudo resistirse a hacerlo más profundo.

— Así que ¿cómo fue tu día?.

Limpió una mancha de pintalabios de la comisura de la boca de Santana.

Santana hizo una mueca. Plantándose, alzó a Brittany sobre sus pies y pasó un brazo por la cintura de su amante mientras comenzaban a caminar lentamente hacia la puerta.

— Volé a Nueva York esta mañana para dar un discurso frente a las Naciones Unidas.

— Presumida.

Capítulo 54
Sábado 18 de Diciembre

La mirada de Santana se fijó en su agenda de citas que estaba junto al ordenador, después en el reloj de la pared. Tapándose un poco, rodó sus ojos al hombre que había al final de la mesa que acababa de iniciar la que debía ser la cuarta holografía visual que explicaba la situación por la destrucción de las cosechas.

Sabía que debía estar prestando atención a lo que estaba diciendo, pero no podía evitarlo. Santana ya había decidido que iba a respaldar la petición de ayuda de los granjeros cuyas cosechas se habían perdido víctimas de las duras e inusualmente tempranas tormentas de nieves. Para Santana éste joven estaba malgastando saliva, como diría su padre. No necesitaba ser convencida.

Además, era sábado, tenía una cita caliente, y él ya había hablado más de lo que debía. Sus pensamientos comenzaron a vagar hacia la más reciente novela de Adrianne Nash escrita por Brittany. Pensó que su pseudónimo aparecería como co—autora. Le había dejado a Brittany el peso de la escritura mientras que su contribución consistía en dar ideas y ayudar en el desarrollo del argumento. Lo que no podía entender era por qué Brittany había decidido introducir a un nuevo y fornido personaje llamado Dirk. Y, peor aún, ¡por qué Dirk tenía que estar loco por Adrianne!.

Santana frunció el ceño y trazó una línea circular alrededor del nombre de Dirk en la agenda.

— ¡Mejor ser un maldito rojo y dejar que muerda el polvo, que dejar que se acerque a Adrianne!,— exclamó e hizo una mueca al darse cuenta que lo había dicho en voz alta.

— ¿Sra. Presidenta?.— El Secretario de Agricultura, y el joven ayudante que estaba haciendo la presentación, la miraron con ojos redondos, aterrorizados de que ella pudiera tener alguna pregunta.

Santana le ofreció una mirada de disculpa y agitó un poco la mano.

— Lo siento. Pensaba en voz alta por un momento. Continúe.

Él asintió con la cabeza, y ordenó un comando en la imagen holográfica para activar una nueva fotografía. Esta era de dos tallos afectados por el temporal. Uno de ellos estaba muy dañado, el otro no.

Santana miró las demás caras de la habitación y, tras confirmar que el Secretario de Agricultura seguía despierto, dejó a sus ojos viajar de nuevo a su block de notas. “Vas a desarrollar el perfecto subtexto, Brittany. Dios, sería tan horrible como había sido con Xena”. Hacía veinte años desde que la serie había terminado, y todavía estaba molesta porque los guionistas metieran siempre a un chico cada semana. Xena y Gabriel se amaban. Fin de la historia.

Su atención vagó por las páginas que habían escrito la noche anterior. Santana no estaba contenta con la forma en que Brittany había finalizado el capítulo. Hizo un dibujo de Dirk, con una soga rodeándole el cuello en su block de notas.

— ¡Mataré a esa estúpida rata!,— gruñó, y cada par de ojos giraron es su dirección. El Secretario de Agricultura abrió sus ojos espantado y tragó ruidosamente.

— Está bien, señoras y señores,— Quinn se acercó y palmeó el brazo de Santana delicadamente, haciéndose cargo de la reunión.— Creo que ya hemos terminado. La Presidenta tiene otra reunión y ya es tarde, así que…

El Secretario de Agricultura fue el primero en ponerse de pie, mirando e intentando leer los pensamientos de Santana. No estaba seguro de por qué la Presidenta estaba a punto de cometer un homicidio, pero él estaba seguro que no quería ser el objetivo.

— Gracias Sra. Presidenta por su tiempo. ¿Podemos contar entonces con el apoyo de la Casa Blanca?.

Quinn golpeó a Santana, quien apartó la mirada de su dibujo que, ahora incluía algo como una pistola apuntando la cabeza de Dirk.

— Por supuesto.— dijo cerrando su block de notas y poniéndose en pie.— Tendrán todo lo que necesiten desde primera hora de la mañana del lunes. ¿No es así, Quinn?.

— Así es, Sra. Presidenta.— Se irguió y se abotonó la chaqueta.— Puedo terminar aquí por usted, Sra. Presidenta, si usted quiere ir a su próxima reunión,— le indicó con la cabeza la puerta.

— Bien. Gracias, Quinn. Nos vemos el lunes.

Santana hizo todo lo posible por aguantarse la risa hasta que hubo entrado en la residencia particular. Terminó frente a la puerta de Brittany y utilizó sus nudillos para llamar. Cuando se abrió la puerta, sonrió a su amante que sostenía sus gafas en una mano y la cámara de fotos en la otra.

— Necesitamos hablar sobre Dirk.

— ¿Dirk?,— Brittany estaba realmente confusa.— ¿De mis libros?.

— Oh, sí. Por culpa de Dirk mi Secretario de Agricultura piensa que quiero matarlo.


Brittany yacía sobre la cama boca abajo. Esparcidos a su alrededor había docenas de papeles, referencias de libros y hasta mapas del mundo. Su barbilla se sostenía por una de sus manos, y estaba echada al revés, con lo cual su cabeza se hallaba a los pies de la cama. La escritora tenía un bolígrafo entre sus dientes, que ocasionalmente se sacaba de la boca para rallar algunos de los papeles amontonados.

Se había lavado la cara y cepillado los dientes y estaba tremendamente cómoda con su gastada camiseta de la Universidad de Ohio y un par de finos pantalones grises que estaban tan usados que si los sujetabas en alto podías ver a través de ellos.

Santana se sentó a su lado con la espalda apoyada en un montón de almohadas contra la cabecera de la cama. El área alrededor de ella estaba libre del desorden mientras que la parte de Brittany estaba toda llena de papeles cubriendo la cama. Ella sostenía únicamente un bolígrafo y un block de notas, que alternativamente mordía y golpeaba contra la cubierta del block.

El pelo de Santana estaba ligeramente húmedo por la ducha que se había dado hacía ya casi una hora. Vestía un suave pijama de franela rojo y unos calcetines gordos que apenas la resguardaban del frío que sentía en los dedos de los pies.

Aunque la temperatura en la Casa Blanca raramente variaba en un grado o dos, el resto de Washington DC estaba siendo azotada por una fría tormenta de nieve. El relativo silencio era roto periódicamente por las rachas de aire que lanzaban los copos de nieve contra las ventanas de la habitación.

Gremlin y Princesa se habían acomodado sobre el sofá y ahora roncaban tranquilamente cada uno en un extremo. Brittany había especulado sobre el hecho de que los perros habían tenido una pelea de enamorados ya que normalmente Princesa dormía sobre Gremlin y al perro no parecía importarle en lo más mínimo.

Tap. Tap. Tap. Tap. Tap.

Brittany giro su cabeza y miró con obvia irritación por encima de sus gafas a Santana golpeando nerviosamente el block de notas otra vez. La Presidenta parecía no darse cuenta de lo que hacía y Brittany se mordió el labio para no decirle algo grosero. Dejó escapar el aire impacientemente y volvió a girar la cabeza para centrarse en su propio trabajo. Brittany estaba a punto de imaginarse cómo Adrianne Nash, intrépida exploradora, estaba a punto de escapar de sus captores cuando escuchó, Tap, Tap,Tap, Tap….Tap. Cerró los ojos fuertemente pidiéndose a sí misma ser paciente antes de girarse y mirar a Santana que estaba sumida en sus pensamientos.

— ¿Te importa?

— ¿Hug?,— la cabeza de Santana se alzó un poco.

Brittany se incorporó un poco para alcanzar a Santana con la mano y de forma efectiva parar el molesto ruido.

— Me estás poniendo enferma.

Contrariada, Santanamiró a Brittany.

— ¿De qué estás hablando?. Estoy intentando pensar en ideas para Adrianne Nash. ¡No te estoy haciendo nada!.

Brittany gruñó frustrada. Santana estaba acostumbrada a trabajar con el incesante ruido de fondo de sus reuniones. Ella, por otro lado, tenía que refugiarse en el silencio de su habitación para poder hacer su trabajo.

— Vale. Tienes razón. Lo siento. Ese ruido estaba matando mi concentración. Vuelve a tus pensamientos.— Brittany golpeó suavemente el muslo de Santana y volvió a tumbarse a los pies de la cama revolviendo aún más los papeles mientras maduraba una idea que se le acababa de ocurrir.

Santana miró hacia abajo a Brittany.

— Necesitamos más luz.

— No, no la necesitamos.

Santana depositó su block de notas sobre sus muslos.

— Sí que la necesitamos. Trabajar con poca luz es malo para tus ojos.

Brittany dejó su propio bolígrafo y se giró otra vez.

— Eso no es cierto. No a menos que tenga que entrecerrar los ojos. Trabajo de noche todo el tiempo. La luz está bien. Puedo ver perfectamente.

Santana resopló.


— No digas una maldita palabra sobre mis gafas Santana. Mis problemas de visión no tienen dada que ver con la poca luz, y antes de que empieces otra vez, no voy a dejar a nadie que atraviese mis ojos con agujas o láser o lo que sea que utilicen,— contestó airada mientras volvía al trabajo, ahora tremendamente desconcentrada. Después de unos momentos de silencio sepulcral, añadió,— Y se acabó la discusión.

— Cariño,— sacó la lengua mordiéndosela con los labios mientras pateaba unos papeles que había alrededor de sus pies.— Dios, eres un desastre. Cogió un papel que no contenía nada salvo unos garabatos de Brittany, lo arrugó y los hizo una bola. Buscó la papelera junto al escritorio al otro lado de la habitación y, con un perfecto estilo libre, lo lanzó. Falló por varios pies.

Los ojos de Brittany se fijaron en la trayectoria del papel.

— Santana,— dijo frustrada— ¿Y si era importante?.

— No lo era,— dijo la Presidenta firmemente, se levantó lentamente y lo recogió del suelo en caso de que Brittany tuviera razón. Mejor asegurarse que equivocarse.— La cama parece una pocilga,— Santana empezó a apartar los papeles más vigorosamente.— ¿Cómo puedes trabajar así?.

Brittany estaba a punto de contestarle y llamarla “sabelotodo” pero echó un vistazo a los papeles, los mapas, y a las referencias de los libros sobre la cama. Dejó salir un resoplido a modo de enfado y frustración. Vale, así que solo era el desorden. Sin decir una palabra, Brittany cogió el dedo gordo del pie de Santana con una mano para levantar su larga pierna. Con su otra mano apartó los papeles que estaba aplastando debajo.

— ¡Hey!,— gritó Santana indignada.

— Silencio.— Brittany soltó el pie haciendo que la pierna de Santana cayera de la cama con un ruido sordo y rebotara una vez. Le sonrió al pie de Santana afectivamente y volvió a sus papeles.

— Coge mi pie…— las palabras salieron de la boca de Santana susurradas bajo su respiración.

Brittany comenzó a mover rítmicamente su propio pie mientras pensaba. “Adrianne podría escapar a caballo. Oh, sí, a la gente le encantaría eso”. La rubia mujer apartó un mapa preguntándose si esa isla en particular valdría. “Lo comprobaré mañana por Internet”. Inconscientemente seguía moviendo su pie hacia delante y hacia atrás.

Santana miró hacia abajo, a la ofensiva parte del cuerpo intentando, por todos los medios, ignorar el balanceo de la cama. De repente el pie de Brittany paró su movimiento, la Presidenta dejó salir un suspiro y sus pensamientos volvieron a su propio proyecto. “Dirk tiene que morir. Está solo. ¿Por qué Brittany no puede ver que Adrianne estaría mucho mejor alejada de ese chupapollas?. ¿Qué quiere decir Brittany con que “está pensando” en juntarlos? ¿Qué hay que pensar?. Son perfectos el uno para el otro. No te preocupes Adrianne. Yo pondré orden en éste lío. Palabra”.

La cama comenzó a agitarse otra vez con el nuevo balanceo de la, ahora pierna entera de Brittany. Santana fue sacada de sus planes y fijó su mirada en la fuente de su molestia, observando irritada mientras continuaba balanceándose, y balanceándose, y balanceándose.

—¡Para de mover la cama!.— Gritó cuando su paciencia sobrepasó sus límites.

— Claro, cariño,— contestó Brittany asintiendo y golpeando suavemente el tobillo de Santana. Estaba tan inmersa en su nueva idea que ni siguiera giró la cabeza cuando contestó.

Santana rodó los ojos cuando el movimiento paró por dos o tres segundos y luego continuó, no obstante se forzó a apaciguarse. Intentando ponerse más cómoda, se deslizó un poco más abajo en la cama, golpeando el codo de Brittany y haciendo que la joven mujer dibujara una raya sobre las notas que acababa de escribir.

— Oh, lo siento,— dijo Santana tranquilamente. Pero no movió su pie.— ¿Puedes …?

-¡¿Sí?!.— Brittany se encogió, dejando al menos dos pies de separación entre ellas para dejarle a la Presidenta más espacio. ¿Mejor?.

— Un poco.

Unos minutos más y Brittany volvió a oír el Tap, Tap, Tap, Tap…otra vez.

— ¡Agr.!,— la mujer rubia dejó caer la cabeza permitiendo que su frente golpeara la cama. Gruñó con sus dientes apretados.

Tap, Tap, Tap, Tap, Tap. Pausa. Tap, Tap, Tap, Tap.

Rápidamente Brittany se incorporó y escaló hasta la cabecera de la cama para unirse a Santana. Una vez allí le quitó el bolígrafo de los dedos y lo lanzó a través de la habitación con un golpe de muñeca.

Santana se quedó mirando sorprendida sin decir una palabra mientras veía el bolígrafo pegar contra la pantalla del ordenador de Brittany y luego rebotar en el suelo.

Brittany sonrió dulcemente.

— Eso está mucho mejor. Gracias.

— Tú,— Santana gesticuló con sus brazos enfadada.— ¡Tú…no puedes hacer eso!.

Brittany asintió con la cabeza, sus labios formando una fina línea blanca.

— Oh, sí…sí que puedo, Sra. Presidenta.

— Bien.— Unos ojos marrones se entornaron.— Si es eso lo que quieres.

Brittany alzó el pecho y cruzó los brazos sobre él.

— Oh, sí,— gruñó— es lo que quiero.

Una leve sonrisa predadora recorrió la cara de Santana y Brittany parpadeó al verla. Casualmente balanceó su pie sobre el borde de la alta cama y lo quitó aterrizando en el suelo.

Las cejas de Brittany se juntaron.

— Santana, ¿Dónde…?

Santana se agachó, agarró el edredón y estiró de él con un movimiento rápido que lanzó los papeles de Brittany al aire. Por unos segundos, flotaron alrededor de la cabeza de Brittany y después fueron cayendo sobre el edredón como si fueran copos de nieve rectangulares.

— Y eso,— Santanavolvió a colocar bien el edredón,— es lo que yo quiero. “Toma eso desordenada…desordenada...er…movedora de pies”.

— ¡Ooo...!,— la cara de Brittany se volvió completamente roja y se lanzó sobre su amante envolviendo sus brazos alrededor de Santana haciéndola caer de espaldas sobre la cama con un fuerte gruñido.— ¡No puedo creer…ufff…que...hicieras eso!!!.

Santana instantáneamente rodó atrapando con el peso de su cuerpo a Brittany.

— ¡Pues créelo!.

Las fosas nasales de Brittany se abrieron.

— ¡¡Quítate de encima!!.

—¡No!, ¡me estás volviendo loca!.

— ¿Yo?. ¡Ja!.— Brittany comenzó a empujar contra Santana tratando de quitársela de encima.—¡Tú eres la que está volviéndome loca!,— dijo la escritora con esfuerzo poniéndose todavía más roja.

Las venas en la garganta de Santana y una en su frente comenzaron a hincharse por la fuerza que hacía empujando a Brittany contra el colchón y evitando ser ella la capturada.

— ¡No voy a soltarte!. Lo revolverás todo más y te balancearás, te balancearás, te balancearás.— Santana se balanceó contra Brittany para enfatizar las palabras haciendo que el cabezal de la cama golpeara la pared con cada movimiento.

Brittany exhaló de forma explosiva y la transpiración cubrió su labio superior mientras tiró de su cuerpo intentando escapar.

— ¡Y después de quejarás!,— gruñó Santana dándose cuenta por primera vez de lo fuerte que era el cuerpo de Brittany al lograr casi soltarse de su agarre.

— ¿Quejarme?. ¡No lo creo, Doña Quejica!.— Brittany pudo por fin pasar sus brazos por entre sus cuerpos, pero sus muñecas fueron rápidamente capturadas por Santana quien las pasó por encima de la cabeza de Brittany y las apretó contra las suaves almohadas.— ¡Maldita sea!, ¡Quítate de encima y podré matarte!.

— ¡Nunca, nunca, nunca!.

Sus ojos se encontraron y se aguantaron la mirada la una a la otra, con caras desafiantes durante unos segundos antes de estallar en carcajadas. Santana soltó las muñecas de Brittany y esta vez fueron sus risas quienes agitaron la cama.

Brittany dejó escapar el aire pesadamente, cambiando de posición lentamente para que Santana no presionara tan fuerte sobre sus costillas. Enredó sus manos alrededor de su compañera sintiendo los suaves y morenos mechones de pelo entre sus dedos.

— Creo que ambas hemos perdido oficialmente la razón. La presión nos ha hecho finalmente que discutamos.— Pero estaba sonriendo todo el tiempo mientras hablaba y, realmente, no podía pensar en otro lugar más agradable en la tierra donde estar.

— Uh, uh.— Estuvo de acuerdo Santana. Se inclinó y presionó sus labios contra los suaves que había tan solo a unos milímetros de ella, haciendo que se abrieran fácilmente con su lengua para profundizar el beso.

Brittany gimió suavemente y sacó una pierna de debajo de Santana para inmediatamente rodear las caderas de ésta y mantener a la mujer más mayor en el sitio. Las dos respiraban dificultosamente por el inesperado beso que acababan de compartir.

— Estamos quejándonos y discutiendo como una pareja de casados,— murmuró Santana, mordiéndole suavemente el labio inferior a Brittany antes de retroceder despacio encantándole la forma en que sus cuerpos estaban ahora entrelazados.

Brittany asintió con la cabeza y la ladeó un poco considerando realmente las palabras de Santana.

— Sonamos como un matrimonio ¿verdad?.

Santana rió.

— Oh, sí.— Sentía el cuerpo caliente de la escritora contra su piel e incapaz de resistirse probó la suave y caliente piel de la garganta de Brittany.

Brittany gimió cuando unos atrevidos dientes y labios encontraron una zona sensible cerca de su yugular.

— Entonces, ¿por qué no…?

— Por qué no ¿qué?,— los labios de Santana comenzaron a vagar libremente por la garganta de Brittany, y la rubia se estremeció por las caricias.

— Nos casamos.— Las palabras salieron antes de que pudiera detenerlas o pensar en lo que querían decir.

Los labios de Santana se pararon a mitad de un beso y su cuerpo se quedó petrificado. Sus ojos permanecieron cerrados por varios latidos de corazón mientras su cabeza iba a la carrera. Entonces se apartó un poco y los abrió.

— ¿Acabas de proponerme en matrimonio?

Brittany parpadeó.

“Oh, Dios mío. Eso es exactamente lo que he hecho. No quería hacerlo ¿verdad?”. Una oleada de pánico la recorrió entera, pero estaba rodeada por el tranquilizador peso de su amante, que la sujetaba, en más de un sentido. Y con cada respiración se dio cuenta de que definitivamente era con Santana con quien quería pasar el resto de sus días. Su ansiedad desapareció tan rápida como había aparecido siendo reemplazada por una certeza de la que ni ella misma sabía que era capaz de sentir. Incluso si no lo hubiera dicho, en el fondo de su corazón sabía que eso era lo que quería.

— Yo…— se humedeció los labios incapaz de adivinar la respuesta de Santana por la expresión de su cara.— Eso creo…Si, sí lo he hecho,— dijo ahora firmemente.

Santana no pudo evitar sonreír. Parte de ella quería estrangular a Brittany por arruinar por completo todas esas semanas de planificación. Todas las preocupaciones y dudas que había sufrido, ¡para nada!. Pero una mayor parte de ella estaba tremendamente emocionada. Tan emocionada, de hecho, que por un momento olvidó contestar a la pregunta de Brittany hasta que sintió aumentar los latidos del corazón de la rubia contra su pecho.

— Sí,— sonrió y arqueó una ceja.

Brittany estudió cuidadosamente la cara de Santana. Su propia tímida sonrisa apareció y dejó escapar el aire retenido lentamente. Pero a Santana le había llevado tanto tiempo contestar a su pregunta que no estaba ni siquiera segura de que estuvieran hablando de la misma cosa.

— Sí, ¿qué?.— Brittany aguantó la respiración, su corazón saltándose un latido por el súbito parpadeo en los ojos de Santana.

Santana le mostró una medio—exasperada mirada.

Brittany estaba sin habla.

— Wow,— finalmente respiró abrazándose a Santana con toda su alma.— Es estupendo.— Brittany enterró su cara en el pelo de Santana.— Te quiero tanto.

Santana apretó todavía más el abrazo con Brittany.

— Yo también te quiero, cariño.

Unas pálidas cejas se juntaron para preguntar…

— ¿Podemos incluso casarnos aquí?,— “Dios Britt, debías haberte enterado antes de preguntarle”.

Santana sonrió por la repentina preocupación en la voz de Brittany. Se apoyó sobre su codo y con la mano libre trazó las mejillas de la escritora y después su cejas.

— Cada estado, incluyendo DC, reconocerá el matrimonio de otro estado. Pero no todos los estados llevan a cabo la ceremonia.— Los ojos de Santana la miraron apenada.— Tenesse no, lo siento cariño.

Brittany se encogió. No se le había pasado por la cabeza volver a ninguna parte.

— Pero creo que Ohio sí, ¿verdad?.— Preguntó inocentemente agitando sus pestañas y esperando por la respuesta que sabía que le daría.

Una enorme sonrisa cruzó la cara de Santana, provocando pequeñas arruguitas alrededor de sus ojos. “Oh, sí, eso es lo que quería oír”.

— ¡Diablos, seguro que sí!,— exclamó feliz Santana, rodando de encima de Brittany y apoyando su espalda en la cama.— Mi gente estará emocionada.— Giró su cabeza y miró a su compañera amorosamente.— ¡Yo estoy emocionada!,— susurró rompiéndosele la voz.

Brittany se puso de lado para mirar a Santana a la cara, su sonrisa reflejada en la cara de la morena.

— No quieres ser parte del espectáculo de una boda en la Casa Blanca, ¿verdad?— dijo en broma Santana.

Brittany se rió entre dientes y se colocó sobre Santana.

— Yo solo quiero hacerte feliz,— una juguetona ceja se alzó— y si resulta que podemos cabrear a la prensa en el proceso… — Brittany podía sentir la risa silenciosa de Santana.

— No hay duda de por qué te amo. Eres mala. ¿Quién podría resistirse a eso?.

— Uh uh,— estuvo de acuerdo Brittany, inclinándose y probando la suave piel de Santana bajo su garganta. Se alzó un poco u desabrochó el primer botón del pijama de la Presidenta para que sus labios pudieran llegar más abajo.— Realmente mala.— afirmó suavemente, incapaz de resistirse a abrir un segundo botón y aspirar más de la esencia mezclada con champú de Santana.

Santana gimió suavemente e introdujo sus manos por debajo de la camiseta de Brittany pasándolas por su desnuda espalda.

La rubia murmuró su aprobación a las gentiles caricias de Santana. Un tercero y después un cuarto botón fueron lentamente desabrochados mientras Brittany seguía descendiendo y dando a probar la ligeramente salada piel a su lengua y labios. Cuando el último botón fue desabrochado, volvió a subir hacia arriba, abrió la camisa de franela y acarició la parte baja de los pechos de Santana.

— Mmm...…Dios, Santana,— gimió, su lengua trazando un camino húmedo desde el contorno de sus pechos hasta el hueco que quedaba entre ellos,— estás tan suave.

Santana gimió, sus ojos permanecían cerrados y una ola de calor provocada por las tiernas caricias de Brittany, bajó desde su vientre hasta la entrepierna. Se sentó llevándose a la pequeña mujer con ella y cubriendo la boca de Brittany con un apasionado beso.

Brittany quitó la parte de arriba del pijama de Santana de sus hombros, maravillada por la combinación de fuertes músculos y suave piel bajo sus manos mientras la Presidenta seguía besándola sensualmente. Sus manos se movieron por entre su grueso, y oscuro pelo donde sus uñas acariciaron su cabeza. Profundizó aún más el beso enredando su lengua con la de Santana mientras absorbía sus gemidos.

— Tu también,— dijo con el pecho agitado por la falta de aire.

Los ojos de Brittany se abrieron y miraron a Santana, por unos segundos se quedó en blanco hasta que las palabras penetraron en su cerebro.

— Tu también. Yo también necesito tocarte.— Santana tiró del dobladillo de la camiseta de Brittany.

Brittany alzó los brazos por encima de su cabeza y la camiseta fue sacada y lanzada al suelo inmediatamente. Sus movimientos eran lentos mientras se intercambiaban besos y susurraban tiernas palabras de amor. Le siguió el resto del pijama de franela, los calcetines, pantalones… hasta que se enredaron de piernas y brazos gimiendo por el contacto total de piel desnuda contra piel desnuda.

— Quiero besarte y saborearte por todas partes,— murmuró Santana contra el pecho de Brittany. Un suave pero entusiasta gemido le contestó, y giró su cabeza a un lado para chupar y mordisquear un sensible pezón.

— Oh, San,— gimió de nuevo Brittany, su cuerpo tensándose levemente por la deliciosa sensación.— Disfrutas torturándome ¿verdad?.— Entonces sintió, como pensaba, que no podría tomar suficiente aire si Santana continuaba torturándola de esa forma.

Mientras usaba su boca para excitar a la mujer que tenía entre sus brazos, las manos de Santana trazaban lentamente los costados del húmedo cuerpo de Brittany de abajo a arriba. Las movió desde las rodillas hasta los hombros y luego otra vez hacia abajo, embriagándose con la exquisita sensación de la piel suave bajo sus manos.

La sensación de unas uñas cortas y bien arregladas recorriendo su espalda y hombros envió descargas de placer sobre su propio cuerpo, provocando un gemido que escapó de la garganta de Santana. La Presidenta nunca se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba las caricias de ésta mujer hasta que las estaba recibiendo. Brittany simplemente tenía la habilidad de sacar cada emoción que Santana era capaz de sentir.

Hicieron el amor despacio, apasionadamente. Tomándose el tiempo de disfrutarse la una a la otra, de acariciarse, de besarse, experimentando lo mejor que la una podía ofrecer a la otra. Sensuales respiraciones mezcladas con gemidos de placer.

Una sonrisa curvó los labios de Santana cuando sus oídos captaron los suaves pero cada vez más constantes gemidos que se iban despertando en el hablar de Brittany. Con un poco de impaciencia la rubia trataba de acercar más su cuerpo al de Santana. Ella había llegado a reconocer éstas como las señales de su amante al ir llegando al clímax. Sostuvo a Brittany todavía más cerca, queriéndolo tanto como Brittany, su propio cuerpo reaccionando fuertemente a las miradas, olores y sonidos que la rodeaban.

Santana susurró palabras de amor y devoción cuando sus cuerpos instintivamente encontraron el ritmo que sería la causa de experimentar juntas el placer que solo podían darse la una a la otra. Y cuando Brittany echó su cabeza hacia atrás gimiendo suavemente, Santana la siguió. La vista de la cara de su amante mientras se precipitaba en las aguas del placer, el cuerpo sudoroso de Brittany agitándose debajo de ella y los dedos que se habían convertido en garras arañando su espalda, fueron más que suficientes para atraerla a su propio precipicio y dejarse caer.

Sus respiraciones se suavizaron y sus pulsaciones se calmaron cuando comenzaron a relajarse y casi derretirse juntas. Brittany, muy despacio bajó su mano por la suave espalda de Santana y cansadamente echó por encima el edredón que, de algún modo quedó medio dentro, medio fuera de la cama, alrededor de sus rendidos cuerpos. Besó un húmedo hombro, que sacó un “te quiero” murmurado desde lo más profundo del pecho de Santana.

Brittany no podía estar más contenta al sentir, más que oír la respiración de Santana que, poco a poco se volvía más rítmica.

— Yo también te quiero,— susurró dulcemente. Unos ojos azules se cerraron pesadamente y sonrió débilmente cuando Santana la apretó más contra ella.

Capítulo 55
SABADO 25 DE DICIEMBRE

— ¿Brittany?.

Silencio.

— ¿Brittany?,— las voces susurrantes eran más insistentes ahora.

— Largo,— se quejó la escritora poniéndose la almohada sobre la cabeza.

Tres risitas nerviosas se acercaron aún más a Brittany con la intención de despertarla totalmente.

— Es hora de levantarte,— insistió Aaron— ¡Santa vino!.

Brittany lloriqueó suavemente y sacó su cabeza de debajo de la almohada con el pelo alborotado. Estaba en la cama de Santana, pero la Presidenta no estaba por ninguna parte.

— Santa vino, tenemos que abrir los regalos. ¡Vamos!.— Christopher agarró una de las manos de Brittany y Ashley cogió la otra mientras arrastraban literalmente a la escritora fuera de la cama.

— Vale, vale. Ya voy.— Brittany rió. Miró el reloj, las 3:30am. “Dios, ahora sé por qué estoy cansada. Me acosté hace solo tres horas”.— ¿Se levantan siempre en mitad de la noche en Navidad?,— preguntó a Aaron mientras tanteaba buscando sus gafas.

— Uh uh. Tan pronto como Santa viene, abrimos los regalos. Ese es el trato.— dijo excitadamente, tirando de la camiseta de Brittany mientras la mujer se tambaleaba saliendo de la cama bostezando.

— ¿Dónde está su madre?,— la voz de Brittany todavía estaba ronca por el sueño y pasó sus dedos por debajo de sus gafas para restregarse los ojos.

— Está en el salón. ¡Venga te la enseñaremos!.

Brittany miró por el rabillo del ojo el cuarto de baño mientras era empujada hacia el salón.

— Aquí esta,— anunció Ashley, su voz todavía como un susurro.

La habitación estaba a oscuras a excepción de las luces parpadeantes del árbol de Navidad que iluminaban la silueta de Santana. Estaba tumbada en el suelo, frente al árbol, durmiendo. Con la bicicleta nueva de Ashley montada y esperando, la de Christopher a medio montar y la de Aaron aún en la caja. Todavía sostenía una llave en una mano, y el rastro de babas desde su boca hasta la alfombra relucía con cada destello de las luces de navidad.

Brittany se mordió el labio para evitar reírse. Estaba exactamente en el mismo sitio donde había dejado a Santana varias horas antes, con la Presidenta prometiendo que pronto iría a la cama y que no necesitaba ayuda. Que aquello no le llevaría más que unos minutos. “Qué lástima, Santana. ¿Qué voy a hacer contigo?”.

Christopher se acercó a su madre curioso.

— ¿Cómo es que los duendecitos de Santa no montaron las bicicletas juntas? ¿No es ese su trabajo?.

Las cejas de Brittany se dispararon hacia arriba, mientras se estrujaba la cabeza para buscar una respuesta convincente. Ashley miró a su hermano impacientemente.

— Eres tan estúpido Chris. El Servicio Secreto probablemente hizo que los duendecillos dejaran los paquetes abajo. Los duendecillos no pudieron montarlas juntas porque en el Polo Norte “montar las bicicletas juntas” significaría que luego no cabrían en el trineo.

Los ojos de Brittany se abrieron escuchando la explicación de Ashley.“Con una imaginación como esa, tal vez tengamos otra escritora en la familia”.

— Así es que mamá lo tiene que hacer ahora,— continuó Ashley con voz clara.

— Oh,— afirmó Chris con la cabeza, encontrando la explicación de su hermana completamente convincente.—Por supuesto.

Aaron tiró de la mano de Brittany, y ella miró fijamente al pequeño y rubio niño.

— ¿Podemos despertarla?. ¡Es Navidad!.

Brittany sonrió.

— Claro, cariño. Ve y despiértala.— las palabras estaban todavía flotando en el aire cuando Chris y Aaron soltaron las manos de Brittany y los tres niños corrieron hacia su madre, moviéndola alegremente para despertarla.

Brittany miraba emocionada mientras Santana medio dormida trataba de defenderse por unos segundos antes de despertarse lo suficiente para darse cuenta de lo que pasaba. La Presidenta exclamó “Feliz Navidad”, agarrando a los tres niños en un fuerte abrazo que continuó hasta que éstos comenzaron a protestar.

— De acuerdo, pequeños monstruos.— Santana soltó a sus cautivos y frunció el ceño mientras se limpiaba las babas con el dorso de la mano.

— Sientense. Y ayuden a Aaron a leer los nombres de los paquetes.

Tres estridentes “gracias” salieron corriendo haciendo que Santana saltara un poquito hacia atrás. Ashley rápidamente cogió de la mano a Aaron y ambos salieron corriendo hacia los regalos con Chritopher pisándoles los talones. Cada niño cogió el suyo y lo depositó en frente de la chimenea para examinar su contenido.

Santana caminó hacia Brittany que todavía estaba de pie mirando silenciosamente con una sonrisa cruzando su cara.

— Buenos días, o algo así,— susurró Santana dándole un suave beso a Brittany en los labios. Envolvió sus brazos alrededor de la mujer que la volvía loca de amor.

— Buenos días, cariño.— Brittany apretó a su vez a Santana, hundiéndose más en su abrazo.

— Me quedé dormida.

Brittany se rió.

— Lo sé. Lo siento. Yo también caí rendida, si no habría venido a por ti.

— ¿Preguntaron los niños…?.

Brittany agitó su cabeza y llevó a Santana del codo hacia el sofá donde ambas se dejaron caer con sendos gemidos.

— Ashley se chivo a los del Servicio Secreto de que estabas desmayada medio borracha debajo del árbol.

Santana se rió golpeando al mismo tiempo el brazo de Brittany en broma.


— Me quedé durmiendo,— dijo en voz alta.— Eso no es lo mismo que desmayarse. Necesito café,— murmuró Santana.

— Yo también. Traeré algo de café para las dos y unos zumos o algo así para los niños.

— No tienes que hacerlo. Acabamos de sentarnos. Puedo esperar.

— Por favor.— Brittany rodó sus ojos conociéndola.— Eres la mayor adicta al café que conozco. Además, si no consigo algo de cafeína para mí misma, me voy a morir. Y he oído que eso es realmente deprimente para la mañana de Navidad.

— Gracias.— Santana pasó su mano por los hombros de Brittany mientras se levantaban.— Te quiero.

Brittany hizo chocar sus caderas.

— Yo también te quiero.

— Se me hace raro no tener a Sue alrededor,— comentó Santana sin estar todavía segura en dejar ir a Brittany.

— Es verdad,— admitió Brittany sonriendo cuando vio la cara de contenta de Ashley cuando descubrió un colorido bote de esmalte de uñas entre sus regalos.— Pero la mujer deseaba tener unas vacaciones. No puedo creer que las enviaras a ella y a su hermana a hacer un crucero. Es tan dulce. No ha hablado de otra cosa en las últimas dos semanas.

Santana se sonrojó y encontró algo interesante para mirar en sus pies.

— Lo deseaba.

— Lo sé.— Brittany sonrió indulgentemente y le dio a Santana un pequeño empujoncito.— Venga, haz algunas fotos y comienza a destapar regalos. Volveré con un poco de café. A lo mejor puedo sobornar a un par de agentes para que saquen a pasear a Princesa y a Gremlin.

— ¿Un par?. ¿Por qué no solo uno?.

— Todavía no se hablan.

Santana la miró confusa.

— ¿Los agentes?.

— No, Grem y Princesa.

Brittany le parpadeó a su amante y muy despacio subió su mano para apartar unos mechones de pelo negro que iban en todas direcciones.

— Entonces podremos buscar lo que Santa dejó para ti debajo del árbol.

Santana miró a la rubia con ojos lascivos y enarcando sus cejas. Su voz ronroneó cuando presionó sus labios contra la oreja de Brittany.

— Creía que ya había obtenido mi regalo anoche.

Santana se ruborizó y luego dejó salir una risa vergonzosa. Miró a los niños que estaban perdidos en sus propios mundos de chocolates, juguetes, libros, y ropa.

— Bueno, considera aquel regalo como un adelanto.

— Si tengo suerte.

La biógrafa le dio una palmada a Santana en el trasero y caminó hacia la cocina.

— Confía en mí Santana,— dijo sonriendo sobre su hombro,— las dos la tendremos.


Quinn llamó a la puerta de Santana por tercera vez. Eran cerca de las 11:00am, y Santana se suponía que los estaba esperando. El agente apostado en la puerta solo pudo encogerse de hombros. Había oído movimiento en la habitación muy pronto por la mañana, pero desde que sacó a pasear a Gremlin hacía ya varias horas, y lo había vuelto a llevar a la residencia presidencial, ni un maldito ruido.

— ¡¡Dios Santo, Quinn!!, abre la puerta,— exclamó Rachel. Sus brazos estaban llenos de regalos y el feo perrito que Santana les había dado como regalo estaba saltando nervioso entre sus piernas.— Los chicos estarán levantados. No es como si fuéramos a encontrar a Santana y a Brittany desnudas en el sofá o algo así.

— ¡¡Por supuesto que no!!,— contestó Quinn. Entonces hizo una pausa y comenzó a pensar realmente en lo que su mujer acababa de proponer.

Rachel rodó sus ojos y pasó por delante de Quinn empujándola.

— Sigue soñando, pervertida. Eso nunca ocurrirá.— Se acomodó un poco mejor los regalos y giró la manivela de la puerta.— ¿Hola?.— Se estiró y asomó la cabeza tímidamente por entre la puerta.— Aw….debimos haber traído la cámara de fotos.

El salón estaba abarrotado de papeles de regalo de colores por todas partes y Bing Crosby estaba graznando suavemente el “White Christmas”. Las luces estaban apagadas, excepto por las del árbol y, las esencias del pino, la madera quemándose en la chimenea y el chocolate llenaban el aire.

Quinn y Rachel se movieron muy despacio por la habitación, y Quinn se agachó para dejar al perrito en el suelo que, rápidamente corrió hacia el árbol de navidad y desapareció entre las montañas de papel y cajas vacías. Encontró un gran oso de peluche y se acostó a su lado cerrando sus ojos. Pero en seguida se percató de la presencia de Santana y enseñó sus dientes en un intento de gruñido furioso.

Las Fabray's se miraron la una a la otra con una sonrisa en sus caras. Santana esta dormida en el sofá con un gorro de Santa en su cabeza y un jersey con las etiquetas colgando de su manga y cuello. Tomada en sus brazos estaba Brittany, roncando suavemente y vestida con una camiseta usada, un pantalón de pijama y unas botas de esquiar nuevas.

Los tres niños estaban dormidos y repartidos por diversas partes de la habitación. Aaron estaba medio escondido debajo del árbol de navidad y Rachel tuvo que arrodillarse para poder verle la cara. Estaba durmiendo sobre una pila de papel de envolver chocolatinas con toda su cara y labios manchados.

Christopher estaba acurrucado en una silla, con medio puzzle terminado sobre su regazo y un coche de carreras a sus pies. Vestía una llamativa camisa hawaiana llena de etiquetas sobre su camiseta del pijama. Ashley estaba roncando más fuerte que Brittany y llevaba un par de gafas de sol y una gorra de baseball que orgullosamente decía “Voluntarios de Lima-Ohio” en letras color naranja brillante. Sostenía fláccidamente una Barbie en una mano y un peine en la otra. La rubia melena de Barbie estaba de punta hacia arriba.


Gremlin estaba echado a un lado de la niña con Princesa tumbada sobre él.

Unos ojos marrones se abrieron perezosamente y Santana saludó a sus invitados con la mano con cuidado de no despertar a Brittany.

— Feliz Navidad,— susurró muy despacio apretando el abrazo de la mujer que dormía sobre ella antes de volver a cerrar sus ojos.

Rachel y Quinn depositaron sus regalos en el suelo, en frente del árbol. Quinn sostenía a su mujer de la mano mientras buscaban un lugar dónde sentarse. Finalmente se echaron juntas en el suelo cerrando sus ojos. Había sido un mes muy duro con fiestas oficiales, visitando dignatarios, banquetes, champagne, vestidos y discursos. Ambas, Rachel y Quinn, dejaron escapar un suspiro contenido. Siempre les había gustado la idea que tenían los López de unas tranquilas vacaciones familiares.

Capítulo 56
LUNES 27 DE DICIEMBRE

Quinn miraba de reojo mientras Sharon continuaba con el informe matinal de la prensa. Esperaba que la habitación estallara en, aproximadamente, treinta segundos. Quinn miró su reloj, preguntándose cómo Santana se las podía arreglar sin tener uno. “También es cierto que yo no tengo a Marley siguiéndome por todas partes e informándome sobre mi agenda cada cinco minutos”.

— Y, finalmente, la Casa Blanca se complace en anunciarles el compromiso entre la Presidenta López y la señorita Brittany Susan Pierce de Lima-Ohio. La Presidenta y la señorita Pierce se prometieron justo antes de las Navidades y se casarán en el estado natal de la Presidenta, en Ohio el próximo año. Todavía no se ha fijado una fecha oficial para el enlace.

Quinn sonrió ante el grito de asombro colectivo de la gente. Miró detenidamente mientras al grupo le tomaba un momento asimilar lo que Sharon acababa de decir. Entonces la habitación irrumpió en una ráfaga de preguntas.

— ¿Quién lo propuso?.— preguntó alzándose uno de los nuevos corresponsales de la CNN.

— Una de las partes implicadas,— contestó Sharon sin ningún tipo de emoción en su cara.

Media habitación gimió mientras la otra mitad se reía entre dientes. Cuando Sharon respondió a la pregunta de aquella forma, ya sabían que no conseguirían mucha más información.

Sharon siguió mirando sin inmutarse, deseando que Santana hubiera sido algo más explícita con la información para ofrecer.

— La Presidenta y la señorita Pierce estuvieron en casa, en la residencia privada durante las Navidades.— Levantó las manos a modo de defensa sabiendo lo que vendría después.— Lo sé, lo sé…. Si es posible, les daré más detalles en una próxima rueda de prensa.

Un reportero del Washington Post educadamente alzó su mano, y Sharon lo señaló.

— ¿Cuándo ocurrió esto exactamente?,— preguntó.

Sharon miró al reportero y resistió la tentación de hacerse la lista.

— Unos días antes de Navidad. Si es posible, les daré más detalles en una próxima rueda de prensa,— repitió Sharon.

— ¿Bajo qué circunstancias se hizo la proposición?,— preguntó un hombre del Times mientras sostenía una grabadora en alto.

— Las circunstancias bajo las que se llevó a cabo la petición son una cuestión privada entre la feliz pareja.

Otro gemido de los decepcionados reporteros. Sharon se dijo a sí misma “Nunca van a obtener ese tipo de información”.

Quinn sonreía ante las contestaciones escuetas de Sharon,— “Chúpate esa”.— Le encantaba la forma en la que Sharon manejaba a la prensa.— “Eso es Sharon. Dales otra de tus famosas y mordaces respuestas”.

Otro reportero del Boston Globe captó la atención de Sharon desde el fondo de la sala.

— ¿Es ésta una forma de empuje de la Presidenta para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo?.

“Ah…una inteligente, pero inapropiada pregunta”.

— Rotundamente no. Este no es más que un anuncio por parte de la Casa Blanca para mantener informado al público.— Sharon sonrió y miró hacia abajo al podium, aunque no tenía ninguna nota que consultar. Quinn se lo había contado tan solo unos minutos antes, explicándole que Santana estaba tan malditamente excitada que iba prácticamente gritándolo desde los tejados, así que era mejor que Sharon lo anunciara antes de que les salpicara. Sharon le asintió con la cabeza a un alto hombre negro que estaba al frente.

— ¿Pasará la señorita Pierce a desempeñar las tareas típicas de la Primera Dama? ¿Y seguirá trabajando en la biografía de la Presidenta?.

Sharon metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta y se alejó un paso del podium.

— La señorita Pierce continuará escribiendo la biografía de la Presidenta. Sobre lo de desempeñar las tareas como Primera Dama, será la señorita Pierce quien lo decida.

— ¿Será la prensa invitada a la boda?.

— Sé que esto es algo muy excitante, y que han pasado cerca de cien años después de la última boda de un Presidente, pero esto es tan solo el anuncio de un compromiso. Todavía no se han hecho planes de boda, así que la lista de invitados todavía no ha sido decidida.

— ¿Seguirá la señorita Pierce viviendo en la Casa Blanca? ¿Se ha mudado ya a la habitación de la Presidenta López?.

— La señorita Pierce continuará manteniendo su propia habitación hasta después de la boda tal y como ha hecho desde que vino a principios de año.

Quinn sonrió cuando vio a Sharon terminando con el informe anunciando que atendería una última pregunta.

— ¿Se ha decidido ya dónde irán de Luna de Miel?.

— Nada ha sido decidido todavía. Tan pronto como la Presidenta y la señorita Pierce quieran ofrecer más información sobre sus nupcias, y planes posteriores, se lo haré saber. Vayamos paso a paso.— Sharon se movió hacia atrás y recogió sus notas.— Que tengan un buen día Señoras y Caballeros. Les veré en el informe de las cinco.

Con eso Sharon bajó de la pequeña tarima y se unió a Quinn. Le sonreía mientras comenzaba a andar hacia el Ala Oeste.

— ¿Podía haber declarado únicamente la guerra contra alguien?. Podía haber estado mucho más preparada para contestar preguntas de ese tipo.

Quinn dejó salir una pequeña sonrisa.

— Ah, Sharon, ya sabes cómo es Santana a cerca de éstas cosas y, más especialmente Brittany, que ama tanto su privacidad.

La secretaria de prensa gimió, sabiendo que al final Santana y Brittany no responderían a las preguntas solo por fastidiar.

— ¿Quinn?.

— ¿Si?.

— Quiero un aumento.

Capítulo 57
VIERNES 31 DE DICIEMBRE

Era tarde y juntas, Santana y Brittany habían acostado a los niños antes de volver al salón. Santana tenía su mano dentro del bolsillo, sintiendo al tacto la cajita donde se encontraba el anillo. Se preguntó por milésima vez si debería dárselo así, sin más. Santana estaba lo suficientemente pasada de moda como para querer que su mujer llevara un anillo de compromiso. Pero para su consternación, no estaba segura de cómo se sentiría Brittany sobre ello.

Santana se había lanzado totalmente cuando Brittany le propuso en matrimonio. Se había emocionado, pero también lanzado. Todas esas semanas, de preocupaciones y planes se habían esfumando como una nube de humo por la tendencia natural en Brittany de cortar por lo sano. Ésta era una característica que Santana adoraba. Pero en esta ocasión en especial, la dejaba con que no sabía qué hacer con ella misma o con el anillo de su bolsillo.

La cara de la escritora mostraba una sonrisa cuando aspiró la esencia a pino que flotaba en el aire. Los regalos ya no estabas debajo del árbol, pero Santana había insistido en mantenerlo hasta Año Nuevo. Quitarlo siquiera un día antes significaba que tendrían mala suerte durante todo el año próximo. Brittany agitó su cabeza por la sorpresiva superstición que provenía de tan tradicional familia.

La Presidenta tomó aire calmadamente y trató de reunir todo su coraje. “Solo porque Brittany quisiera casarse no quería decir que quisiera llevar un anillo”. Sonrió y apretó más fuerte la cajita.

— ¿Brittany?.

Habían pasado años desde que Brittany había tenido un árbol en Navidad, y era incluso vergonzoso lo feliz que le hacía sentir ésta simple tradición.

— Mmm.....…..tan bonito.— Se giró hacia Santana y extendió su mano, entrelazándola con la de Santana y tirando de ella para hacerla sentarse juntas en la alfombra junto al árbol.— ¿Qué pasa?.

— Ah…— la mente de Santana se quedó en blanco por un momento, y los músculos de su cara se tensaron por el nerviosismo. Sabía que era estúpido, incluso cuando no estaban prometidas. Pero aún así…. el momento estaba tan cerca que deseaba que no llegara nunca. Se humedeció los labios y se aclaró un poco la garganta.— ¿Recuerdas cuando te dije que estaba trabajando en lo más importante que había hecho jamás, y que tan pronto como pudiese tú serías la primera en saberlo?.

— Claro.— Brittany se acercó un poco más, su curiosidad picándola. Pero los pensamientos de aquella tarde y su fea pelea la entristeció internamente. Entonces y allí, a pesar del hecho de que faltaban bastantes horas para la media noche, Brittany hizo su propósito de Año Nuevo. Aunque se admitió a sí misma que era más un voto que un propósito. Se le había dado la extraordinaria oportunidad de ser feliz junto con Santana y sus hijos y ella iba a hacer todo lo posible por que siempre fuera así. Nunca había tenido mucho que ganar o que perder. Se prometió que cuando las cosas se pusieran feas, y sabía que sucedería, las enfrentaría y las solucionaría con el conocimiento de que la recompensa sería mayor que el sacrificio. “Wow. ¿Quién me iba a decir que al estar enamorada me volvería tan profunda?”.

Santana le dio la vuelta a la mano que estaba sujetando y le puso la cajita en el centro de la palma de Brittany curvando sus pequeños dedos sobre ella.

— Bien…. Te quiero. Y eso es todo.— Santana no estaba segura de cómo explicarse, así que farfulló nerviosamente mientras la mirada de Brittany iba de la cajita a Santana y otra vez de vuelta a la cajita.— Tenía esto preparado para ti.— Se mordió el labio mientras Brittany, sorprendida, la abría.— Eso es lo que me llevó tanto tiempo…Yo…Um…espero que te guste.

Brittany miraba estúpidamente el anillo, demasiado sorprendida para siquiera fijarse en los detalles de éste, mientras su cabeza procesaba exactamente lo que simbolizaba. “La cosa más importante que he hecho nunca. Oh, Dios.” Su mirada se alzó para encontrarse con la seria cara de Santana.

— ¿Ibas a pedirme en matrimonio?

Santana asintió con la cabeza.

— Sí,— dijo despacio.

Brittany sintió un hormigueo por el estómago.

— ¿Y la noche en que nos peleamos y tú te marcharte para ir a la reunión que no podías contarme?.

La Presidenta posó una mano sobre la pierna de Brittany.

— Oh, cariño, eso no tiene importancia.— Señaló con su barbilla en dirección al anillo.— ¿Puedo ponértelo en el dedo?.— Cuando Brittany no contestó Santana comenzó a acercarse a la cajita.

Brittany agarró las manos de Santana parando su movimiento. Su voz era bajita y áspera y asustó a Santana con su tono.

— Lo siento tanto.

Santana miró la cara de Brittany sin entender realmente si ella estaba aceptándolo o rechazándolo. Su corazón comenzó a latir fuertemente contra su pecho cuando vio las lágrimas en los ojos de Brittany. Inmediatamente las apartó con la yema de sus dedos. “¡Maldita sea!, está intentando no decepcionarme. Si hubiera querido que intercambiáramos anillos, me habría dado uno, ¿verdad?”. Santana se forzó a continuar, dejando a un lado su decepción.

— ¿El qué sientes?.

— La pelea. Las cosas se nos fueron tanto de las manos. Si yo hubiera sabido…

— Alto,— la Presidenta la interrumpió tomándose unos segundo para dejar escapar lentamente el aire de su boca. De repente Santana se dio cuenta. “No está rechazándolo. Al menos todavía no”. Sonrió y con mucho cuidado cogió el anillo de la cajita que todavía sostenía Brittany en su mano.— Cariño, si lo hubieras sabido,— cogió la mano izquierda de Brittany entre la suya y le deslizó el anillo por el dedo— no habría sido una sorpresa, ¿no es así?.— Entonces aguantó la respiración y esperó.

Brittany jadeó cuando le echó un buen vistazo al anillo. La banda de platino era tan ancha que casi le llegaba al segundo nudillo. En el centro tenía incrustada una esmeralda rectangular enorme con cuatro diamantes en cada una de sus esquinas. Las luces parpadeantes del árbol se reflejaban en la oscura y azul piedra.

— Oh, Santana.— Brittany cerró la mano en un puño y la levantó un poco para que las luces se reflejaran en los diamantes.— Es precioso,— dijo emocionada pasando su dedo índice sobre el anillo.

— Me alegro de que te guste. Quería algo tan bonito y especial como tú,— dijo Santana haciendo una mueca y leyendo la mirada de felicidad en la cara de Brittany sabiendo que ahora mismo ella tenía la misma expresión.— Y como tú, lo es éste anillo.— Hizo una pausa.— Uh… ¿está bien?. No estaba segura si querías llevar uno.— Brittany la miró con una expresión de tanta adoración que Santana sintió el calor subir a sus mejillas.

— Si, lo llevaré.— Brittany se pasó un mechón rubio por detrás de la oreja para poder examinar mejor esa preciosa pieza de joyería.— Nunca antes he llevado uno.— Levantó la mirada hacia Santana.— Le dije a Sam que era porque no me gustaban los anillos. Pero era mentira.— Brittany levantó un hombro y giró su atención hacia el árbol cubierto de bonitos adornos.— Supongo que no sentía como que aquello iba a ser para toda la vida. Y tampoco estaba lista.

— ¿Y ahora?,— preguntó suavemente Santana.

Brittany sonrió abiertamente.

— Y ahora no puedo predecir el futuro tan bien como lo hice entonces.— Cogió la mano de Santana y la apretó contra su pecho, directamente sobre el corazón.— Pero puedo imaginarme amándote,— sonrió cálidamente— y aún más a tus hijos.

La Presidenta rodó un poco el anillo de Brittany.

— ¿Te viene bien?. He tenido que imaginar la medida del anillo. Podemos hacer que te lo ajusten si es necesario.

Brittany estaba a punto de secarse las lágrimas que brotaban de sus ojos y que amenazaban caer por sus mejillas. Pero eran lágrimas de felicidad y con una maravillosa sensación las dejó correr. Movió el anillo con su dedo pulgar. Le bailaba un poco, pero no lo suficiente para que se le cayera.

— Es un poco grande.— Unos ojos azules encontraron los de Santana.— Pero está bien ¿verdad?. Siempre he oído que los dedos se hacen más gordos con la edad. Así que este estará bien ya que no tengo la intención de quitármelo jamás.

— Vale, pero…

Los ojos de Brittany de repente se abrieron.

— ¡Mierda!,— exclamó fuertemente haciendo saltar a Santana.

— ¡¿Qué?!.

— Se suponía que debía haberte comprado un anillo ¿no es así?,— Brittany agitó unas manos al aire en señal de disgusto.— Ni siquiera…Oh Dios, no pensé …

Santana sonrió mientras la rodeaba con sus brazos.

— Cariño, el anillo no es la parte importante de la petición de matrimonio. Lo son las palabras. Y tú tuviste el coraje de decirlas. Eso es todo lo que importa. Y lo que a mí me importa es que cuando suba al altar, tu estés ahí.

Brittany la agarró de la camiseta y la atrajo para besarla profundamente. Cuando el beso terminó y se separaron, una enorme sonrisa brotó de la cara de Brittany. Tomó la mejilla de Santana con la mano y la miró directamente a esos preciosos ojos marrones viendo el espíritu que la había capturado completamente.

— Eso es algo de lo que no tienes que preocuparte, cariño. Estaré allí.




FIN


¿Fin definitivo?......aun no, lo que vendrá a continuación será la segunda parte de la historia (si mal no recuerdo tiene 12 o 13 capítulos, cada uno extenso....así que creo que les gustará.........un pequeño spoiler: San y Britt será víctimas de una "broma" el día de su boda (de solo recordar como será ese capítulo no puedo dejar de reír jejeje) y ¡sorpresa¡ a modo de dejavú, uno de los descendientes de Grem volverá para hacer de las suyas ¡pero con Britt¡....ahhh, estar con fiebre y algo delirante no ayuda, porque creo que acabo de darles 2 spoilers jejejeje

Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten el capítulo de hoy (es bastante largo se los aseguro)……..así que a LEER….preferí adelantar la actualización porque mañana me iba a ser imposible hacerlo


Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)




http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)





http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)





https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)



*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….







https://www.youtube.com/watch?v=lYewmJrcKKc

NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Madam President” y es de autoría de T. Novan y Blayne Cooper (todos los derechos reservados para estas estupendas escritoras, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a estas distinguidas escritoras mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realizan); honestamente en honor a la verdad por más que revisé los archivos pdf que hallé hace tiempo en internet, no hallé ningún dato de algún foro o editorial que tuvo la gentileza de poner el archivo en internet…así que de todas maneras: gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras (dichos archivos los podrán encontrar en distintos sitios de internet).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Nashville y algunos otros lugares como Washington; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio y naturalmente Washington (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 2 libros que consta de: 1.- Libro 1 (no describe con precisión de cuantos capítulos tiene, pues solo muestra fechas, por ejemplo 6 de noviembre, etc.); 2.- Libro 2 (12 capítulos más el capítulo final o epílogo)………Espero disfruten de esta historia






Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

CAPÍTULO UNO
Enero
Domingo, 02 de enero 2022

El silencio era ensordecedor, roto solamente por el excesivamente fuerte tic-tac del reloj de pared.

El Dr. Rothschild se volvió hacia la Presidente, con la boca dibujada en una línea sombría. -Me temo que... bueno, no hay nada más que pueda hacer, señora Presidenta. “Exhaló con cansancio. "Lo siento".

Santana López con los brazos vestidos en un suéter y cruzados sobre el pecho, levantó una ceja oscura a la tímida, pero todavía desafiante, paciente. "¿Estás contenta ahora?"

Una cabeza rubia se sacudió.

La mirada de Santana se suavizó. "Cariño, no va a doler”. Sus labios temblaban un poco, pero con esfuerzo, contuvo la sonrisa. "Se mi niña grande y deja que el médico haga su trabajo”.

"Nuh, huh”.

Santana suspiró. Esta no era la manera en que quería pasar su domingo por la mañana, pero a eventos desesperados llaman a adoptar medidas desesperadas. "Es el mejor en el negocio!"

"No" Dijo entre dientes, lo cual era difícil de hacer teniendo en cuenta que la paciente estaba mareada. "NONONONONONONONONO".

"Cuando haya terminado usted podrá tener...” El médico dirigió una mirada desesperada a su enfermera, que estaba arreglando la bandeja de instrumentos que no habían sido tocados todavía.

Parpadeó un par de veces, al darse cuenta de que estaba trabajando en ella. "Ummm... Un globo?" Había tres niños en la habitación, pero ninguno de sus ojos brillaban como los de Aarón López.

"No es para ti," dijo su hermano, golpeando con el codo el costado de Aarón. Como debiera ser todo el que se respete a los 5 años de edad, Aarón pisó el pie de Christopher en represalia.

"Ouch!"

“Chicos”. La advertencia en la voz de Santana estuvo clara.

Ashley López, la mayor de los hijos, se adelantó y le puso una mano pequeña en el brazo de Brittany. "Es sólo un relleno”. Ella no tenía ninguno de esos. No conocía a nadie que lo tuviera. Pero su madre le había asegurado que era común en los días "antiguos" y no era gran cosa. "Puedes ser valiente. Lo sé”.

Brittany Pierce, biógrafa de la Presidente y novia, sonrió afectuosamente a la chica de pelo negro que se parecía tanto a su madre. Por supuesto, la acción causó una larga línea de baba a salir por la comisura de la boca. Ella no podía sentir los labios, las encías o la mayor parte de la lengua, pero eso no importaba. Jesucristo mismo podría descender de la montaña, pero si tuviera un taladro dental en una mano Brittany iba a correr en dirección opuesta. Eso es justo la manera en que era. Y ningún dentista de lujo, con sus equipos láser de alta tecnología, iba a cambiar eso. Interiormente, maldijo a su propio miedo, sabiendo que había pasado más de un año desde su última cita y que probablemente ella había hecho cosas peores por ella.

"Eww!" Christopher y Aarón, expresaron en coro cuando vieron la baba. Luego se rieron y señalaron. Brittany le disparó una mirada de hielo puro a Santana por haber llevado a los niños a su cita.

Santana se encogió de hombros, interpretando correctamente la mirada de “muere-muere-muere” que Brittany le estaba dando. "Lo siento, tuve que jugar sucio". Por supuesto, ella no lo lamentaba en absoluto, pero sonaba bien. Esto era para propio bien de Brittany, sin importar lo mucho que su amante lo combatiera. "Te amo demasiado para dejar que te conviertes en una vieja sin dientes”. Un latido. "Antes de tiempo”.

"¿Por qué tú -" Brittany comenzó a sentarse, con la intención de matar Santana en ese mismo momento y por lo tanto retrasar la sustitución de un llenado de 20 años vida, pero Ashley le impidió el paso. El repentino movimiento causó que las pequeñas gafas de montura metálica de Brittany, terminaran colgando torcidas en su cara.

La enfermera se las quitó con destreza y las puso en la bandeja junto con los instrumentos para que no se rompieran, dando a Brittany una mirada de reproche por causar tantos problemas.

Riendo a Brittany, Santana dio un salto hacia atrás, por si acaso conseguía un segundo aire.

Brittany cerró los ojos con la esperanza de que la habitación dejara de girar. Ella era alérgica al super- fuerte agente anestésico tópico aplicado para los trabajos dentales.

Eso dejaba dos opciones: una pasada de moda inyección de novocaína o el gas. Se había desmayado en frío la última vez que alguien se acercó a ella con una aguja - así que optó por el gas. "Si yo no estuviera tan drogada, estaría en serios problemas", murmuró.

El dentista, su enfermera y el agente del Servicio Secreto discretamente de pie delante de la ventana, todos contemplaron con admiración a Santana y dijeron al unísono: "Lo está?"

Santana asintió con la cabeza. Lo siento, cariño. "Claro que lo estoy. Adelante, niños”.

Al igual que los clones de la familia von Trapp, los niños se formaron por edad y tamaño, colocándose delante de Brittany e irrumpiendo en un conmovedor coro de "Edelweiss", incluso antes de que ella pudiera decir una palabra.

Santana se cubrió la boca con las manos, pero sus hombros aún temblaban por la risa solapada.

Al darse cuenta de que nadie estaba cantando, pero era el gas que ella había estado tragando sólo unos momentos antes, como si esa mañana hubiera tenido algo más quinceañeramente fuerte desde la última vez que había ordenado algo desde de su casa en Ohio, Brittany se tranquilizó. Frunció el ceño. “Grupo de Aguafiestas”.

Ashley, la portavoz de los niños, miró a su futura madrastra con serios ojos marrones. ¿"Si tu no vas al dentista y no le dejas hacer su trabajo, entonces que puedes esperar de nosotros?"

Aarón y Christopher asintieron con la cabeza su acuerdo.

Brittany jadeó y señaló con un dedo tembloroso a Santana. ¡"Esto es … por qué esto es horrible! Tu los entrenaste a decir esto," acusó ella, más baba se derramó en el babero de papel azul alrededor de su cuello.

¿"Funcionó?" preguntó Santana.

Brittany miró hacia atrás a los tres pequeños monstruos que confabulan ante de ella, y a quienes amaba con todo su corazón. Mierda. Ella suspiró y se quejó, "Sí, funcionó”.

Los niños aclamaron.

"Pero necesito más gas”. Brittany giró sus ojos suplicantes en Santana y el comportamiento de la alta mujer cambió al instante, desapareciendo todo rastro de burla antes de su siguiente latido del corazón. Brittany no bromeaba; ella realmente tuvo miedo.

Santana dio un paso acercándose al doctor Rothschild y lo miró fijamente. ¿"Puede ella recibir más y estar bien todavía?"

“Defina, Bien”.

“Viva”.

“Ella puede recibir más”.

Esta vez era la Brittany la que aclamó, asustando a la enfermera tanto que se apoyó en la bandeja de instrumentos y les envió al suelo. La mujer masculló algo a Brittany, quién masculló algo de vuelta, sólo dos veces como en voz alta.

Christopher miró a su madre en la confusión. ¿"Mamá, qué es un Nazi?" Santana sacudió su cabeza. Esta iba a ser una larga mañana.



Brittany se sentó delante de su computadora, llevando puestos un par de jeans y una sudadera. Miró fija y atentamente la amplia pantalla. Finalmente, suspiró. "Cerrar Archivo”. tamborileó sus dedos en el escritorio mientras pensaba. "Abre Archivo: López 2010-2015”.

El sonido fue apagado, entonces, silenciosa y diligentemente, la pequeña máquina obedeció su comando de voz. Brittany ubicó un documento de texto sin formato y comenzó a escribir a máquina, sus dedos se movían en una borrosa mancha. Pero después de algunos instantes, sus dedos se detuvieron sobre el teclado. Frunció el ceño y se quitó lass gafas para frotar ojos grises cansados. "Cerrar Archivo. Abrir historial de Archivo de Notas: López”. La pantalla frente a ella, brilló y cambió. "Desactivar teclado”.

Gremlin, su perro rechoncho, reconoció la orden como su oportunidad para un poco de atención, ya que su compañera canina, Princesa, dormía al final de la cama y no le importaba en absoluto. Él saltó directamente al centro de la alta cama de Brittany y anduvo perezosamente hasta su ama.

Bajó la mirada al animal con una pequeña sonrisa. Ella podía ver los engranajes trabajando en la cabeza de Gremlin.

Brittany resopló. "Esto es lo que amo de ti, Gremlin, consecuencia”. Ella alcanzó un manual grueso en su escritorio y rápidamente encontró la voz de comando que buscaba. "Activar dictado”.

“Listo cuando usted lo esté” … apareció en lo alto de su pantalla durante varios segundos, luego desapareció.

Brittany asintió con la cabeza un poco, obviamente satisfecha de sí misma por haberlo conseguido. Colocó el manual de regreso en su escritorio y juntó sus dedos. Luego comenzó a verter sus pensamientos hacia el espacio y en la memoria de su computadora.

La parte más difícil de esta historia no es contar quién es Santana. Yo sé quién es ella. O al menos la conozco mejor que alguien más en la tierra haciendo este trabajo. He perdido la esperanza de realmente capturarla en un simple libro. Pero ella es fácil de conocer y más fácil de amar, y lo que seré capaz de compartir será suficiente para el mundo exterior. Pero no puedo acercarme a esta historia de la manera en que he hecho mis otras biografías. No soy desinteresada. Estoy ahorita en la cima del amor interesado. He suprimido ya cinco veces tanto texto como me he conservado, sobre todo cuando se trata de la campaña "López para Presidente: una voz para la gente". Me siento como si fuese de otro país en la mayoría de su campaña, eso realmente daña mi capacidad de hacer una crónica de esa parte de su historia. Seguramente puedo leer los papeles, entrevistar a la gente y dirigirme a Santana misma — pero "no viví" aquellos pocos años pasados con el resto de América. "No sentí" esto como el resto de América lo hizo. Hasta ese momento, y después de ese momento, estoy bien. Me parece. A pesar de poner un mandato o, Dios me ayude, dos mandatos en una especie de perspectiva histórica, va a ser un desafío. Demasiadas personas siguen caminando por ahí con la boca abierta, sin creer que haya sucedido en lo absoluto... y mucho menos entender cómo, ni por qué.

La primera mujer presidente... lo que hace a Santana la más poderosa y probablemente más famosa, mujer en la historia americana. Lo siento, Jackie y Marilyn. Y ni siquiera he tocado el punto en que la primera lesbiana en tomar una posición directamente abierta en el centro de la escena política mundial. Claro, ha habido un montón de actrices y cantantes, pero nunca una mujer política, en ninguna parte, cerca de su nivel de éxito. Aunque creo que del primer ministro canadiense Martin Allaire salió del armario después de que su amante murió... que, hace ocho o nueve años? No era exactamente lo mismo, porque él ya estaba en el cargo cuando hizo el anuncio, pero aún así allanó el camino.

Brittany suspiró profundamente.

Me enferma pensar en lo que le pasó... y Dios sabe, que yo no necesito una razón más para preocuparme por Santana. Tengo bastante. Hemos llegado tan lejos en tan sólo una sola generación, pero todavía hay tanto odio. Ni siquiera era un canadiense el que apuñaló a Allaire, pero un americano. En fin...

Ciertamente, la revolución social y económica impulsada por la recesión de 2008 preparó el terreno para el paso al poder del Partido de la Emancipación. Pero, ¿cómo un partido de hace 20 años, del que nadie había oído hablar, eligiera a un presidente? ¿Cómo los partidos Republicano y Demócrata perdieron tanto, y permitieron que esto sucediera? ¿No es eso más allá del alcance de este libro? Me importa? Nunca antes había tenido que escribir la historia de vuelta. ¿Lo comprarán los lectores simplemente porque esto realmente pasó o requerirán más?

Un golpe suave en la puerta de Brittany la interrumpió. Ella miró la pantalla y se lamió los labios nerviosamente, sin saber cómo preservar su trabajo. "Guardar archivo", dijo, y el anuncio del archivo guardado brilló en la parte superior de la pantalla antes de desaparecer. En silencio pronunció una breve oración de agradecimiento. "Cerrar archivo. Activar Protector de pantalla”.

"Ya voy", dijo, escuchando llamar de nuevo a su puerta. Sacó los pies de repente debajo del vientre cálido de Gremlin, extrañando su calor al instante mientras corría por el suelo. Brittany abrió la puerta para encontrar un agente del Servicio Secreto que estaba allí con un sobre grueso en la mano.

“Srta. Pierce," la saludó cordialmente.

Brittany le sonrió. Su corte de pelo, corto, casi militar, cara bien afeitada y traje oscuro; la escritora le habría entregado el trabajo que tenía pero no sabía exactamente quién era. "Hola, Jeff”.

"Tengo algo que vino para que usted por entrega especial y algo por la Presidente también”.

Brittany tomó el sobre grande, un poco asustada por su peso. Leyó en la etiqueta la Publicación Luz de las estrellas. Alzó una ceja. No esperaba un manuscrito de regreso.

"Y éstos son de la Presidente”. El hombre joven no podía suprimir su sonrisa cuando metió la mano en su bolsillo de su chaqueta y sacó dos Barras de Hershey.

Brittany se rió pero felizmente tomó el chocolate. "Y estaba allí un mensaje con esta entrega presidencial importante?"

"Lo había". Jeff se sonrojó un poco.

Las cejas de Brittany se alzaron. "¿Y bien?"

"Umm ... umm ... Ella me pidió que le dijera que sentía haber jugado sucio". Él miró hacia abajo por la incertidumbre de Brittany. "Y que le gustará a usted saber lo que quiere decir”.

Los ojos de Brittany se estrecharon cuando recordó. "Ciertamente sé lo que ella quiso decir. ¡Se suponía que yo tenía una cita para recortar mi cabello y de alguna manera el chofer, que no quiero saber, en primer lugar, podría añadir, terminó llevándome al dentista! Y luego—"
“Señora”?

“Uh… sí”.

“Esa es más información de la que en realidad necesito”.

La boca de Brittany se cerró. Dió un respingo. "Oh. Lo siento, Jeff”. Ella le apretó el brazo y su mirada se suavizó. "Sé que te lo he dicho y sigues haciendo caso omiso de mí, pero me puedes llamar a Brittany, ya sabes. Te conozco desde hace casi un año, ya”.

“Los sé, Srta. Pierce. Gracias”.

Brittany giró los ojos. ¿Por qué se molesta? "Gracias por los buenos”.

Jeff se mordió el labio inferior en un gesto que Brittany encontró extrañamente adolescente para un hombre con una Glock .40 cargada. "Se supone que debo informar a la Presidente y decirle si ella y los niños han sido perdonados”.

Brittany sorprendida tomó aire. "¿Qué estás diciendo? Los niños nunca tuvieron necesidad de ser perdonados. ¿Podría preguntarles si les gustaría venir a mi habitación y ..., no sé, hacer cosas de niños?"

-Sí, señora. “Se balanceó sobre los talones y decidió ser valiente. "Y la Presidente? ¿Puede venir a jugar?"

Brittany se echó a reír, pensando que su elección de palabras era perfecta. "Por supuesto, Jeff”.

Él pareció aliviado.

Brittany levantó la barbilla un poco. "Tan pronto como ella venga y pida disculpas por su cuenta”.

El hombre no pudo detener la amplia sonrisa que le cruzó la cara.

Brittany parpadeó durante unos segundos, sorprendida por su reacción, hasta que le pareció una idea. "¿A qué hora elegirías?"

Uh oh. "hora? No estoy seguro si he entendido, Srta. Pierce," mintió, mirando hacia su reloj de pulsera con incertidumbre.

"Uh huh”. Brittany frunció los labios. "En la piscina," se pinchó, señalando con una mano. ¿A qué hora terminará Santana y se supone que debo apostar hoy y cuánto puedes ganar si tienes razón? “

La cara de Jeff se puso roja brillante. "Umm..”.

"No me jodas, Jeff. He tenido una experiencia dental reciente. Después de cómo me engañó Santana, matarte sería decepcionante”.

"Tengo 3:30 y ganaré 75 dólares," confesó él con timidez.

"Demonios", resopló Brittany. Ella había hecho 240 dólares la semana anterior cuando había seleccionado correctamente el momento exacto cuando saldría esa venita en la frente de la Presidente durante la reunión de Santana con el secretario de Defensa, indicando el fin para quien la morena estaba hablando.

Brittany miró su reloj y luego miró a Jeff. No estaba exactamente enojada con Santana, ella decidió, era más que molesta. Eran las 2:45 pm "Dale a los niños el mensaje, por favor. Y puedes decirle a Santana que pase por acá", sonrió y dio una palmada en la espalda Jeff. "Oh, dentro de 45 minutos o menos, me envían la merienda”.

Martes, 13 de enero 2022

Santana se movió por milésima vez; el sueño, por lo visto, no era su orden del día para esta noche. Ella dio una vuelta para afrontar el lado de la Brittany de la cama. Era frío y vacío. Un poco con vergüenza, ella agarró la almohada normalmente usada por Brittany y trató de conectarse con su compañera ausente. Sin embargo, su ropa había sido cambiada recientemente y lo único que podía detectar era el débil aroma del suavizante de telas, que olía bien es cierto, pero no como la ansiada compañera.

Ella se sentó y luego balanceó sus pies sobre el borde de la cama, empujándolos en sus zapatillas cuando alcanzó colocarse la bata. Con un suspiro, se dirigió hasta la ventana y miró a la luna que colgaba baja y llena en el cielo. -Estás triste, López. Cerró los ojos y dejó descansar suavemente la frente contra el vidrio frío, sintiéndose tonta y sola. "Ella sólo se ha ido por 10 días”. Y eso significaba cuatro días más hasta que ella esté en casa.

Santana abrió los ojos cansados y se asomó a la nieve que caía suavemente. Una gruesa manta cubría el suelo, dando un aspecto claro y prístino. Ella sonrió, pensando que sus hijos y Brittany les encantaría salir y hacer un muñeco de nieve.

Santana se preguntó si ella se volvería loca antes de que la escritora regresara a casa de su viaje de negocios. Ella sabía que Brittany no podía pasar todo su tiempo en Washington. La mujer más joven necesitaba realizar entrevistas en Ohio y otros estados antes de volar a Nueva York para hacer frente a su editor. Sin embargo, Santana había odiado verla partir y se había sentido un poco inestable desde su partida.

Necesitar a alguien más era tan desconcertante como maravilloso. Incluso cuando ella y Samantha se casaron, la irresistible primera señora López podía ir de viaje, lo que ella hacía con frecuencia, y Santana había logrado siempre estar muy bien. Tal vez sea sólo porque soy más vieja ahora. Estoy más sentimental. Pero de alguna manera Santana sabía que no era toda la verdad.

Con Samantha, el foco de Santana estaba en ella misma, su carrera, lo que ella quiso, como sentía el futuro prometedor que Samantha y los niños compartirían. En muchos niveles Santana comprendió que ella había sido mucho más egoísta con Samantha y que Brittany no le dejó escaparse con nada de eso. Esta vez cada una tenía sus propias ambiciones y expectativas, y de alguna manera Santana se encontró mucho más cómoda con eso. A pesar de su papel como la persona más poderosa del planeta, no sentía que ella había eclipsado a Brittany. Había conocido a su par y fue un alivio.

Sin embargo, esto no significaba que le gustaba estar separada de ella.

-Mierda-masculló Santana, alejándose de la ventana y volviendo a la cama. Agarró su almohada y salió de su cuarto, caminando por el pasillo al cuarto de Brittany en pijama. Los agentes del Servicio Secreto en cada extremo de la sala pretendieron no notar a Santana despeinada, pasando en silencio delante de los retratos de los presidentes anteriores y un sofá antiguo.

Manipulando la perilla en el apartamento de la Brittany, encontró que ésta abrió. No importó cuánto ella había presionado, Brittany había insistido en cuidar en que tuvieran sus propias habitaciones. Había sido polémico cuando Brittany se mudó a la Casa Blanca para observar a la presidente para su trabajo en la biografía de Santana. Ahora, sin embargo, la prensa tenía un día de campo sobre las dos mujeres que vivían en la misma casa — una casa propiedad de los contribuyentes — en el ejerció del cargo. Brittany había insistido en no echar más leña al fuego oficialmente entrando en la vivienda del Presidente, aunque Santana sospechaba que los motivos de Brittany para querer su propio espacio eran mucho más simple que eso. La vida con una familia bulliciosa, para alguien que generalmente era una persona tranquila, independiente, todavía mucho de aceptar; incluso después de un año en la Casa Blanca, Brittany necesitaba su intimidad.

Santana entró en la habitación grande. Estaba todo oscuro y tomó un momento para que sus ojos se acostumbraran a la luz azulada que entraba por la ventana. Tomó una respiración profunda y reconfortante. La habitación contenía rastros del perfume de Brittany.

Su mirada se apuntó debajo de la cama. Ella esperó a oír un gruñido familiar antes de recordar que Gremlin y su amada, Princesa, una Pomerania premiada que Santana había heredado de su madre cuando la perra de exhibición fue eliminada por culpa de Gremlin, dormían con los niños mientras Brittany estaba ausente.

Santana deambuló por el suelo y empujó sus zapatillas cuando se metió en la cama, abrazando la almohada de Brittany y lanzando la suya hacia un lado. "Así es. Lamentable", murmuró, dejando que olores familiares la envolvieran. "Ahhh... Mucho mejor”. Cerró los ojos para dar a su cerebro agotado el descanso que tanto necesitaba.

Ya era bastante malo que Brittany estuviese en la ciudad y Santana se sentía como a un niño mimado que le negaran su juguete favorito, pero el Estado de la Unión estaba sólo a unos días, y era la Presidente, como su padre decía: "Tan nerviosa como un gato de cola larga en una habitación llena de mecedoras ".

Como no había manera de pronunciar un discurso realista, sólo unas semanas después de asumir el cargo, había prescindido de ir a ese Estado de la Unión en su año inaugural, como muchos presidentes antes que ella, habían hecho.

Pero este año la visita no sólo se esperaba, había sido planificada desde finales de noviembre. En pocos días iba a considerar entrar en el Capitolio, a ambas cámaras y la nación esperaba oír lo que tenía que decir. Casi deseaba que el presidente Wilson no hubiese revivido la tradición de que fuese presidente el que diese el discurso y que pudiese utilizar el método de Thomas Jefferson de leer a los empleados de ambas Cámaras de manera independiente. Entonces ella le hubiera gustado recuperar el tiempo que había perdido en el aprendizaje de fragmentos de información que se adaptaban mejor para un “concurso” que para la vida real. Una sonrisa irónica le curvó los labios. Por lo menos, suelen ganar.

No era como si no hubiera hecho este tipo de cosas antes. Todos los años se había entregado a gobernar el bienestar de los ciudadanos de Ohio. Pero el gobernador no estaba de pie ante el mundo entero para hablar. Y ella nunca, nunca, había tenido un año como este.

Hubo un bombardeo de objetivos civiles por una violenta milicia anti gobierno. El movimiento de Santana para sofocar el grupo había sido valiente y decisivo, pero no sin la pérdida de vidas. Y, en su mente al menos, esto no había sido uno de sus momentos brillantes.

Había tenido un intento de asesinato que estuvo a punto de costarle la vida y todavía era fuente de pesadillas esporádicas y de dolor físico. Si no fuera por el apoyo de su mejor amiga y aliada política, su jefa de Estado Mayor Quinn Fabray y Brittany, Santana no estaba segura de que ella hubiese hecho a través de los meses de rehabilitación, tanto física como mental.

Luego vino la confusión en “otra vez- de nuevo” que rodearon la presencia de Brittany en su vida. Su propio partido la había abandonado cuando su relación de negocios con Brittany se profundizó y se volvió decididamente romántica.

Brittany, sin embargo, no estaba dispuesta a dejar de trabajar como biógrafa de Santana y la editorial Luz de Estrellas le había salvado el día al comprar el contrato del partido para los servicios de Brittany. Ahora, ella estaba tratando de hacer malabares con una nueva relación y tres hijos, mientras comandaba a una nación. Dios, no es de extrañar que esté cansada.

El primer año de Santana en el cargo había sido una montaña rusa y hubieron días en que sentía que iba a ser lanzada de su asiento. El Presidente Truman había dicho: "Ser presidente es como montar un tigre", y Santana no podía estar más de acuerdo. Se aseguró de contarse los dedos cada noche para ver que ninguno había sido mordido.

No es de extrañar que el sueño comenzara de la manera en que lo hizo...
*****Santana fue a su oficina a revisar el discurso que iba a dar. Quinn se paseaba nerviosamente alrededor de su oficina, mientras que varios asistentes se aseguraron de que ella sabía exactamente en qué puntos había que insistir y que debía ser pasado por alto.

"¿Te sientas?" Santana gruñó en dirección de Quinn. "Me estás haciendo un manojo de nervios”.

La mujer rubia gruñó y tomó asiento. Empezó a mascar su labio inferior de una manera en que normalmente Santana la encontraba entrañable. Por el momento, sin embargo, simplemente era molesto.

Cuando la miró más de cerca, se dio cuenta que ella también llevaba una boa de plumas y un sombrero ridículo. "No me importa si ellos están de moda, Quinn. Deshazte de él; te ves horrible”.

La escena cambió de pronto; ella estaba de pie en el Capitolio, fuera de las enormes puertas, esperando que el Sargento de Armas hiciera el anuncio formal de su llegada. Santana tembló en su falda, con el deseo de haber seleccionado un par de pantalones en su lugar. Mientras contemplaba las puertas, un pequeño panel se abrió y un conjunto de ojos verdes muy traviesos la miró fijamente antes de preguntar: "¿Es usted una bruja buena o una bruja mala?"

¿"Qué?" Santana sintió que el pánico crecía en su pecho.

La voz era impaciente. "¿Es usted una bruja buena o una bruja mala?"

"Umm ..”. Santana quedó muda de asombro, tratando de encontrar la manera de responder a esta pregunta. -Depende de qué día es hoy y si yo soy PMSing ", dijo finalmente, dando un paso hacia adelante. Estaba retardada, ella no tenía tiempo para estas tonterías. "Ahora, déjenme entrar"

"Bruja mala", la voz chirrió cuando el panel se cerró de golpe y desaparecieron los ojos.

Santana miró a su alrededor en el pasillo donde estaba esperando, estaba vacío, a excepción de pequeños monos de cuerda, que se deslizaban por el suelo de mármol pulido, jugando con sus címbalos y tambores. Ella trató de sacudir la visión, pero sólo hizo que se agrandara cuando llegaron a ella. Al igual que sintió que estaba a punto de ser atacada por los monstruos mecánicos, las puertas se abrieron y ella tropezó en una habitación llena de la risa de la gente. Las personas se reían de ella.

"Oh, mierda”, murmuró mientras luchaba por mantener el equilibrio. "Este es mi peor pesadilla".

En algún lugar del fondo de su mente se dio cuenta de que, efectivamente, se trataba de una pesadilla, y miraba con fascinación como rostro tras rostro cambiaba y cambiaba, transformándose en una persona totalmente nueva cada vez. Todos estaban allí - cada uno de los que alguna vez le había querido decir algo. Sus padres, sus hijos, Brittany, su personal, todo el mundo. Muy pronto todos se convirtieron en un borrón y el cuarto se quedó como girando fuera de control. Los colores brillaban mientras más giraban y las voces se borraron convirtiéndose solo en ruido blanco llevando a Santana a postrarse de rodillas.

De pronto, el giro se detuvo y solo una voz excesivamente familiar…” ¿Santana?”

La aludida se dio la vuelta para encontrar a Samantha de pie a unos metros de distancia con un hermoso vestido de fluida seda blanca. Ella era un ángel, y los ojos de Santana se llenaron de lágrimas.

Su garganta se sentía seca y la lengua pesada. "Samantha? Dio un paso vacilante hacia adelante. "¿Por qué, Santana? los ojos de Samantha presentaba el desconcierto de un niño, pero su cálida voz era el de toda una mujer.

"¿Por qué, qué?" Santana intentó un paso más cerca de la radiante visión de su difunta esposa, pero sus pies se sentían como si estuvieran enterrados en cemento.

"¿Por qué me dejas?"

Un repentino dolor punzante en el pecho de Santana le hacía difícil respirar. "No voy a dejarte. Te amo”.

-Entonces, ¿por qué te casas con ella? “Samantha señaló y Santana miró sobre su propio hombro para encontrar a Brittany de pie detrás de ella.

Brittany llevaba un par de jeans gastados, ni zapatos ni calcetines, y una camisa blanca de suave algodón. Su pelo ondulado y largo hasta los hombros estaba desordenado un poco al correr sus dedos a través de él, había escondido un lápiz detrás de la oreja – de la manera en que ella lo hacía cuando estaba trabajando. Le sonrió suavemente a Santana, plegando la piel alrededor de los ojos y haciendo que el corazón de Santana sintiera como si fuese a estallar.

“Santana?”. La suave voz de Samantha presionó.

"Yo-yo-yo ..”. Santana golpeó y sacudió la cabeza, tratando de aclararla. No sabía qué decir. Se dijo que éste era sólo un sueño y luego observó, con la boca ligeramente abierta, a Samantha que flotaba sobre Brittany y permaneciendo a su lado. Los dos amores de su vida, muy cerca una de la otra, pero sin tocarse. Santana buscó, pero no podía ver ninguna animosidad entre ellas.

"Está bien, Santana," dijo Brittany arrastrando las palabras suavemente. Sus ojos brillaban con la comprensión y el amor. "No importa lo que sea, nos puedes decir la verdad".

Santana asintió con la cabeza y cambió su atención a Samantha. "No importa cuánto Te amo... te amaba... te has ido, Sam. Su sonrisa era agridulce. "Me voy a casar con Brittany porque tengo que seguir con mi vida y porque la amo. Ella es mi futuro".

Las palabras estaban todavía colgando en el aire cuando Brittany se desvaneció y Samantha comenzó a transformarse en Louis Henry, el adolescente que había intentado asesinarla. Santana vio con horror como él levantó su arma y le apuntó a la cabeza.

El corazón le saltó a la garganta. Intentó moverse, pero sus pies estaban todavía firmemente arraigados al suelo. Los sonidos de los disparos estallaron en su cabeza, tan fuerte que le dolieron los oídos. Se llevó la mano a sus orejas cambiando de nuevo la escena.

Santana estaba de pie ahora ante la sesión conjunta del Congreso. La mirada expectante, algo impaciente en la cara de todo el mundo, dejó claro que ella había estado diciendo algo, pero para su vida no podía recordar “que”. Echó un vistazo alrededor de la enorme galería y sintió un sudor frío en su labio superior. Su pulso comenzó a golpear violentamente en sus oídos extendiéndose interminablemente el momento. Finalmente, cerca al pánico, gritó, "¡Renuncio!"*****

Santana saltó en la cama. Estaba cubierta de sudor y respiraba con dificultad. Supo al instante que había estado soñando. "Jesucristo en una muleta”. Tras un momento de cuidadoso análisis a través de la maraña mental, pudo dar un suspiro de alivio, e incluso sonreír un poco con tristeza. "Me estoy desmoronando".

Ella comenzó a acomodarse en la cama de Brittany cuando se dio cuenta que no estaba sola. Echando un vistazo detrás de ella, se encontró con que Aarón había acostado también. Ella sonrió y se recostó junto a su hijo, que se acurrucó contra su madre sin tener que despertar. “Supongo que no soy la única que extraña a Brittany”.

Era cerca de las 4 am cuando Brittany abrió la puerta de su habitación, llevando su portátil y un pequeño bolso de viaje. Al cerrar la puerta detrás de ella, iba a encender la luz cuando se encontró con varios bultos en su cama. Estuvo a punto de gritar, pero uno en particular le resultó familiar. Colocando su equipaje, cruzó cuidadosamente la habitación.

Santana, Christopher, y Aarón estaban prácticamente acostados en una pila sobre su cama, con Santana en el fondo. Ashley estaba descansando transversalmente a lo largo de la cabecera, con una pierna sobre la cabeza de Christopher y su brazo sobre la cabeza de Aarón. El de 8 años de edad estaba con su pijama color rosa y roncando casi tan fuerte como Santana.

Los arreglos para dormir de los López le recordaron a Brittany la media docena de perritos de Gremlin, todos feos que Santana hábilmente había dado como "regalo" a su ex-amigos y al personal. Pero en lugar de un montón de cánidos, era un montón de gente, sus extremidades enlazadas entre sí y cuerpos retorcidos entretejidos alrededor del otro. Brittany se preguntó brevemente cómo Chris podía respirar con la pierna de su hermana cubriéndole la cara.

Una sonrisa se abrió camino a través de su cara al ver la escena. Ella se maravilló por enésima vez de cuánta suerte había tenido en tener una familia que la amaba. Sintió un poco de aire de culpabilidad al darse cuenta de que habían pasado dos días desde que había llamado a Santana, pero mucho más días desde que no había hablado con ninguno de los niños. Antes de los niños López nunca había dado a la maternidad un segundo pensamiento. Luego, sin que ella supiese muy bien cómo, se habían infiltrado en su corazón para quedarse. Sólo que no era tan buena para demostrarlo, como ella quería hacerlo. Trabajaría para cambiar eso, se prometió. Se lo merecían. No más viajes largos, ni uno solo por lo menos. Mi editor y todos los demás se pueden ir al infierno.

Brittany se quitó el abrigo y la ropa, colocándose para dormir un par de pantalones de algodón grueso y una desgastada camiseta de la Universidad de Ohio. Bostezó y miró con nostalgia a su cama. Era extra grande, pero todo el mundo estaba acostado en ángulos tan extraños que no vio un lugar donde pudiese encajar. De repente, le sorprendió un destello de luz que se reflejaba en los ojos de Santana. Maldita sea, es hermosa, la mente de Brittany susurró, por un momento, todo lo demás se olvida.

“Estás en casa temprano”. La voz de Santana era áspera por el sueño.

Brittany caminó hasta donde su amante yacía y apartó un mechón de pelo oscuro para darle un beso en la frente, luego se trasladó más abajo y rozó sus labios contra los de Santana, cosquilleando en el dulce pero breve contacto. “Los extrañé como una loca, chicos”, suspiró, “Después de los primeros días me di cuenta de que era un caso perdido, así que trabajé extra largo para terminar temprano. No quise decir nada en caso de que no pudiese llevarlo a cabo”. Contempló con cariño a Santana y dijo en voz baja, "Lo siento".

"Está bien..”. Santana respondió. Ella se dio vuelta empujando a Christopher, y ante los ojos de Brittany la pila de los niños cambiaron dramáticamente de posición, pero nadie se despertó. Santana abrió los brazos con entusiasmo y Brittany se encajó en el espacio que había sido creado sólo para ella.

Cuando sus cuerpos se tocaron, ambas mujeres suspiraron.

"Estoy tan feliz de estar en casa", dijo Brittany en silencio, cerrando sus ojos. "Los echaba de menos a todos”.

"Yo no-respondió Santana, sintiendo los labios de Brittany plegarse en una sonrisa sobre la delicada piel de su cuello-. "No te extrañé nada. Lo mismo pasó con los niños. Casi no nos percatamos que te habías ido”.

"Puedo ver eso," Brittany se rió entre dientes, apenas penetrando débilmente las palabras de Santana en su cerebro cansado.

"Bienvenida a casa, cariño”. Pero un soplo de aire cálido y en suave ronquido, fue la única respuesta de Brittany a Santana.

Viernes, 14 de enero 2022

Santana se sentó detrás de su escritorio en la Oficina Oval, mientras que Brittany estaba posada sobre uno de los dos sofás de la sala. Las noticias de la televisión, con el sonido tan bajo que apenas se distinguía, se reproducía en el fondo y la imagen tridimensional de un presentador se movía cerca de la puerta. Ellas habían tenido sus dos primeras reuniones, y ahora las mujeres disfrutaban de un tranquilo desayuno juntas. Casi. La comida había sido entregada hacía media hora y seguía en la mesa sin tocar, mientras las dos mujeres trabajaban en sus respectivos lugares. Brittany compilaba notas sobre lo que había observado y Santana revisando varios documentos del Secretario de Defensa.

El olor a tocineta fue, finalmente, demasiado para que Brittany lo ignorara. Dejó la computadora de mano al contemplar lo que ella podía comer con seguridad teniendo en cuenta que había dejado de trabajar con Santana por las mañanas hacía varias semanas. La respuesta no era nada, así que rápidamente pasó a pensar en otra cosa. "Santana, tu madre nos va a matar por endosarle los planes de boda de ella”.

"Mi madre lo amará”. Santana firmó su nombre otra vez, deseando que ella hubiese tomado la oferta de Quinn en conseguir un sello para los documentos menos importantes. Pero no, ella tenía que ser "la Presidente del Pueblo" que firmara cada pizca de papel que se encontrase en su escritorio. Pienso que Quinn sólo me escucha en cosas como este para torturarme. ¡Ella sabe que ella sabe mejor de esto! "A propósito, después de que nos casemos firmarás en las libretas de calificaciones de los niños”.

Brittany contempló a Santana. ¿"Qué?"

"No importa". Ella firmó su nombre por última vez y se puso de pie, tomando una respiración profunda. "Vamos, cariño, vamos a comer. Me muero de hambre y tengo otra reunión en menos de una hora y media”.

Brittany se unió a Santana en la mesa servida. Una vez que se sirvieron café y las dos estaban de nuevo en uno de los sofás, Santana dio el comando de voz para aumentar el volumen del noticiero. "Oooh, mira quién se está anotando un lugar en las noticias”. Hizo un gesto cuando el rostro de Brittany apareció sobre el perchero.

"Estupendo", murmuró Brittany en torno a un bocado de huevos. "Los vi cuando me encontré con Geoffrey ayer”. Su expresión se ensombreció. "Pendejos”. Su corta relación con los medios de comunicación ya había sido tormentosa. "Debí suponer que una cámara estaba sobre mí”.

"Nunca podrás sonarte la nariz con seguridad otra vez”.

"Nunca lo haría!" Ella se rió, y luego le guiñó un ojo. "Por lo menos en público. Sin embargo, el presidente del Partido Republicano no deja que las cámaras lo detengan".

"¿Por qué crees tú que evito darle la mano?"

La imagen de la televisión pasó a un plano de Brittany caminando a un lado el Vicepresidente. "Hay que sacarle más, Santana. La mitad de los Estados Unidos ni siquiera cree que el vicepresidente Vicent Geoffrey exista en realidad. La televisión nocturna está diciendo en realidad que es sólo un buen maniquí”.

Santana se echó a reír. "Brenda tiene de amor un Caucho-esposo”.

Brittany se rió entre dientes, pero enseguida se puso seria, pensando en que por eso, exactamente, Geoff tenía que moverse mucho. El pensamiento del intento de asesinato contra Santana, por lo general, la lastimaba físicamente.

Santana le acarició la mano, pero no dijo nada.

Un plano fijo de Brittany apareció sobre el hombro derecho del presentador.

"La primera decisión de la novia presidencial, Brittany Pierce, de tomar el transporte público en vez del gubernamental ha sido llamada 'insana' por especialistas de seguridad e 'increíble' por el público”.

“Las encuestadoras de la Casa Blanca, sonríen acerca de la reciente subida en popularidad de la Srta. Pierce”.

“Apagar televisión”. La imagen desapareció. –“Bien, bien ", bromeó Santana a Brittany empujándola con el codo. "No mencionaron que vives aquí en pecado conmigo. Las maravillas nunca cesan? Sigue así y te van a dar mi trabajo".

"Como si me gustara tu trabajo. Es suficientemente agotador estar detrás de todo, todos los días. Ser a la que iban a asesinar. Por otra parte, entonces técnicamente estoy durmiendo conmigo misma y haciendo las cosas para mí, haciéndome quedar ciega o creciéndome pelo en las palmas. Y no estoy para eso. Voy a mantener mi trabajo, gracias”.

Santana, a toda prisa, tragó su buche de café para que éste fuese expulsado por la risa. "Gallina". Brittany agitó el tenedor ante Santana. "¿De dónde crees que vinieron estos huevos?"

Santana sonrió justo al oír sólo un toque en la puerta de la oficina interna, entrando Quinn. Su mirada se detuvo en Brittany y en el suelo al detenerse. "Oh, lo siento, Brittany. No sabía que estarías aquí. Pensé que estabas fuera de la ciudad”.

"Regresé pronto”. Hizo un gesto hacia el sofá enfrente de donde ella y Santana se encontraban. "Ven a tomar café con nosotras. ¿Cómo está Rachel?

Ella hizo una mueca y se aflojó la chaqueta. "Enojada conmigo por algo, y no puedo imaginar porqué”. Le entregó a Santana una pila de papeles antes de verter una taza de humeante café y sentarse con un gemido. "¿Sabes que soy tan tonta como una bolsa de tierra?"

"Siempre lo he sospechado-respondió Santana mientras miraba a los papeles. "¿Qué es esto?" "Tu discurso ante los Trabajadores del Acero de América. Vas a Detroit hoy”.

Ella miró y se encogió de Brittany. "Quién, yo?"

"Sí, Tú".

¿Y cuándo fue que se decidió? ".

"La semana pasada".

"Mierda". Arrojó los papeles sobre la mesa de café. "Te digo, si Marley no regresa de vacaciones pronto, me voy volver loca. Este Pasante que está tomando su lugar, no sirve para nada”.

Quinn frunció el ceño. "¿Por qué no dijiste nada? ¿Quieres que te consiga otro?"

Brittany le dio a Santana una mirada de complicidad mientras hablaba con Quinn. "No te molestes. Si no es Marley todavía, no será feliz”.

"Lo capto". Quinn asintió con la cabeza. "Lo siento, jefa, pero es Detroit. Salimos a las 11:30, pero debemos estar en casa antes de que tus “ponquesitos” estén en la cama”.

"Genial”. Santana miró a la Brittany con redondos ojos inocentes. "Supongo que por ti misma llamarás a Mamá”.

La mandíbula de la Brittany cayó. ¡"Santana!"

Santana levantó la mano. "Cariño, ¿qué puedo hacer? Ella está insistiendo con la llamada y voy a estar en Detroit. Le pregunté a la Pasante como desactivar mi agenda para hacer la llamada, pero es evidente que ella lo olvidó de alguna manera”. Cejas oscuras se juntaron en consternación. "Sabes, no creo que a mi mamá le guste hablar de la boda con Jake Puckerman".

Más de una vez, Santana había considerado despedir a su Ayudante Personal, quien luego se volvió Secretario social debido a sus habilidades con la gente pobre. Pero era bueno en lo que hacía y había demostrado una y otra vez, haberse ganado su confianza, y su amistad.

"¿Puedes culparla? Brittany miró a Quinn. "Tu hiciste esto sólo para sacarla de esta llamada telefónica, ¿no?"

Quinn parpadeó lentamente. "¿Yo haría algo así?"

Brittany tocó la taza de café con sus dedos de la mano con impaciencia. "Sí".

“Bien. Pero esta vez, no lo hice. Ha estado en su lista provisional durante un par de semanas”. Brittany las miró a las dos enviándoles escalofríos en el espinazo. "Los odio a los dos”.

“Entonces, esto resuelve el problema de decirle a mamá que nos fugamos”. Santana rió entre dientes mientras tomaba su tostada con mantequilla.

"Me gustaría huir contigo en un latido del corazón, Santana," Brittany replicó. "Pero no hay forma en la verde tierra de Dios en que yo se lo diga a Maribel López. Has oído el discurso de la princesa Diana, ¿no?"

Santana abrió los ojos. “¿Lo hice?”

"¿Lo viste por televisión en las primeras horas de la mañana, en trance. El vestido, la pompa... bla... bla... bla”.

Quinn soltó un gruñido en un gesto que Santana imaginó era lo más cercano a la simpatía que ella iba a obtener de su querida amiga. La madre de Rachel, Rachel había hablado en un vestido azul polvoriento para su boda. El recuerdo de esas mangas con volantes todavía le hacía enfermar un poco. "Gracias por el café”. Se puso de pie. "Nos vemos más tarde".

“Muchas gracias, amiga. " Santana le tiró una servilleta arrugada a su amiga en marcha, mientras huía de su oficina. Entonces tomó la mano de Brittany. "Siento que tengas que hacer esto por ti sola. Mamá probablemente está molesta de que no hemos hablado con ella acerca de cualquiera de los detalles todavía”. No hubo "probablemente" al respecto. El padre se lo había advertido hace unos días.

“No lo sabemos”.

"Ya lo sé," respondió razonablemente Santana. "Y tú lo sabes. Ahora sólo tienes que decirle a mi madre, en qué puede ayudarte".

Brittany suspiró mientras miraba a los ojos cargados de culpa. "Lo siento. Supongo que tu trabajo hace que sea imposible hacer esto pequeño y sencillo ¿verdad? Era una pregunta retórica, pero Santana asintió con la cabeza de todos modos.

Brittany se derritió bajo la mirada de Santana. "Tienes suerte de que estoy tan enamorada de ti”.

Santana sonrió, reconociendo la entrega de Brittany. "Lo sé”.

"Voy a tratar de ser más comprensiva. Y voy a llamar a tu madre esta tarde como estaba previsto, no te preocupes”.

-Gracias-dijo con sinceridad, sabiendo que Maribel amará a Brittany por completo que la joven esté sujeta, a su pesar, nada más y nada menos, que a ella.

"Pero si me quieres traer un regalo de Detroit, no voy a quejarme.

"Claro que sí. Es probable que pueda traer un Chevy en mi maleta”. Santana se inclinó y besó a Brittany.

"Santana? murmuró contra los suaves labios.


"Mmm?" Santana volvió a besarla. "Que sea un Vette rojo”.


Brittany miraba el teléfono en su escritorio, contemplando el dispositivo mientras sostenía la cabeza entre las manos. Finalmente suspiró, “Llamar Maribel López”.

El teléfono timbró tres veces, cuando el holograma de Maribel López apareció. “Hola, cariño”. Ella sonrió con afecto, moviendo los pliegues de la piel alrededor de la boca y los ojos. "¿Cómo está mi nuera favorita hoy?"

La sonrisa de la Brittany era pálida. "Bien, estoy aquí”. Hizo una pausa, no queriendo entregar las noticias, pero viendo que no había manera de esquivarlo. "Lo cual es más de lo que puedo decir y en lo que Santana es inútil”.

Maribel miró a su alrededor con los ojos entornados. "Señor, ayúdame. Esa chica será mi muerte! ¿Qué ha hecho ahora Santana? ¿Tengo que ir allá?"

Brittany se rió. La imagen de la madre de la Presidente que irrumpiendo en la Casa Blanca con una cuchara de madera en la mano, lista para atacar, fue una imagen que ella no olvidaría pronto. Si había una persona en el mundo que podía hacerlo, esa sería Maribel López. -No, no es necesario que venga. Santana tenía que ir a Detroit hoy. Es por eso que ella no está aquí. "

Maribel frunció el ceño ante la mirada de Brittany. "Nos arreglaremos sin ella, querida. ¿De cuánta ayuda crees que realmente iba a ser de todos modos? Y cuando termine llevando vestido rosa claro que no será capaz de decir una sola palabra al respecto. Ni una sola”.

Maribel sonrió abiertamente y los ojos de Brittany se ensancharon un poco. Era una pequeña sonrisa maligna que le recordó muchísimo a alguien a quien ella amaba. “Oh, cielos”.

"Estoy asumiendo que tenemos una fecha para trabajar”. En realidad no era una pregunta, pero el tono de Maribel fue más de suave insistencia que de enojo.

"Esa es la buena noticia”.

Maribel esperó, pero Brittany se limitó a mirarla sin decir una palabra más. Después de unos momentos extrañamente silenciosos Maribel dijo: "Eh, querida, por lo general cuando alguien dice que hay una buena noticia, eso significa que hay una mala noticia acompañándola”.

"Esa es de la forma en que generalmente es, ¿no?" Brittany se mordió el labio inferior, y encogió el vientre mentalmente. "La mala noticia es que sólo tenemos seis meses para la boda. Pero con el horario de Santana ese el único mejor momento. Te lo juro", exclamó ella.

Seis meses sonaba como un montón de tiempo para ella, pero Jake Puckerman casi tuvo un accidente cerebro vascular cuando le dijo la fecha que se había seleccionado. Ella se echó a reír por dentro, admitiendo que esa había sido la parte divertida.

Maribel soltó un bufido. "No te preocupes por eso. Ya he recibido llamadas de cada organizador de bodas en el planeta. Todo lo que necesitamos hacer es decidir cuál usar. Entonces, voy a tener un poco más de ayuda", brillaron sus ojos azules, "y no voy a tener que molestarte y a Santana, la cual sé, va a tratar de dejarme todos los detalles”.

Ella no está enojada. Gracias a Dios. Brittany sintió alivio a través de su cuerpo. "Te amo", se oyó decir. Era como si las palabras venían de otra boca, pero tan pronto como ella los escuchó, supo que eran ciertas. Wow.

La madre de Santana rió suavemente y sonrió. -Lo sé, cariño. También, Te amo. No te preocupes por nada; estas cosas tienen su forma de trabajar. O no”. "¿Vas a estar en casa la próxima semana para que puedas venir a visitarnos y echar a rodar la pelota?"

Los ojos de Brittany se iluminaron. -Por supuesto. Santana estará para dentro y para fuera, pero es posible que podamos arrinconarla durante 10 o 15 minutos”.

Maribel asintió con la cabeza con elegancia, moviendo de rebote su pelo de color claro. "Voy a hacer todos los arreglos y nos vemos la próxima semana”. Miró fijamente a la mujer más joven. "Brittany, es en serio cuando digo que no debes preocuparte. Sé que la gente está haciendo un escándalo terrible, y yo soy una de ellos. Pero las cosas van a estar bien. Ya lo verás”.

Brittany sintió que se le desarrollaba un nudo en la garganta. "Gracias, Maribel”. Me pregunto si Santana realmente sabe lo afortunada que es. "

"Por supuesto que no!" Maribel se burló. "Pero no te preocupes, cariño”. Le guiñó un ojo a Brittany. "No estoy pendiente en recordárselo”.



Santana se sentó en el sillón acolchado, mirando con indulgencia como Quinn y Christopher hacían todo lo posible para defenderse de las salpicaduras de Rachel, Ashley, y Aarón. Era una batalla perdida, pero la estaban pasando muy bien y eso era lo único que importaba. Miró a Brittany, que estaba sentada cerca de la pared posterior de la zona de la piscina, en videoconferencia con Wayne, su agente de publicación en Nueva York. Santana podía decir por los bruscos movimientos de la mano de Brittany y su ceño fruncido, de que algo estaba pasando con uno de sus libros. Ella esperaba que no fuese la biografía.

Ella ha estado bajo demasiada tensión últimamente, Santana se preocupaba en silencio. Desde que anunciaron su compromiso, la prensa había sido implacable, su acoso para las entrevistas, el acecho para las fotos. Esta se supone que es su casa, no una cárcel. Pequeñas líneas de tensión alrededor de los ojos de Santana se relajaron un poco cuando al escuchar a Brittany riendo mucho de algo que dijo Wayne, más el dulce sonido de los chillidos de alegría de los niños.

El vientre del traje de Santana estaba cubierto por una pila de papeles que Marley le había dado a revisar antes de las 7:30 am de mañana, acerca de las reuniones con los 11 gobernadores del Partido de Emancipación, que se encontraban en Washington para varias rondas de reuniones del partido que se dieron el fin de semana.

Hoy era también el cumpleaños de Quinn. Ellos no habían tenido tiempo para divertirse el año pasado, cuando la neblina de confusión que rodeó la toma posesión del cargo puso esa otra parte de sus vidas en suspenso.

Este año, sin embargo, estaba determinada a hacer algo para conmemorar la ocasión. Y nadar con la familia era justo lo que recetó el doctor.

Gremlin estaba sentado en su propio sillón, observando la fiesta de piscina y con un par de gafas de sol que Ashley le había deslizado en su rostro. El perro feo, blanco con negro rostro y orejas, estaba tan feliz como podría ser, en ocasiones recurría a Santana dándole un gruñido breve, antes de volver a la gente que aparentemente era su preferida.

La presidente encontró la vista tan ridícula como desconcertante. Esperó que la desobediente bestia exigiera una margarita para ir con el tazón de galletas de perro que Christopher había colocado dentro del práctico alcance del perro mestizo.

Los niños corrían, se esparcían y gritaban. Santana tuvo ganas de dar una vuelta y tomar una siesta. Se preguntó por centésima vez que habrían comido los niños que los aceleró a tal grado.

Ella utilizó la pluma en la mano para rascarse la sien obligándose, por lo menos, a tratar de revisar los documentos en sus manos. Hace apenas un año en que tú te gobernabas, Santana. Toma esto en serio. Entonces, Ashley ejecutó una bala de cañón perfecta en la piscina y Santana suspiró. O puedo levantarme dos horas más temprano y continuar haciéndolo. Decisión tomada, metió sus papeles debajo de su sillón y se inclinó hacia adelante con la intención de intentar su propia bala de cañón. Estaba segura de que estaría un poco oxidada, pero de cualquier manera, ella estaba obligada a hacer un chapoteo del demonio.

Al pasar cerca de la puerta, oyó que alguien tocaba. Santana abrió la puerta para ver a Sue, allí de pie, con una pila de toallas en la mano. "¿Qué te tomó tanto tiempo, Sue? Quinn y Brittany casi han despachado todos los perros calientes".

“Estoy aplastada”, dijo Sue rotundamente, aunque sus ojos color de avellana centellearan.

"Sabía que lo estarías”. La mirada de Santana se desvió hacia abajo para ver la vestimenta de la fornida mujer. "¿Dónde está tu traje?"

Sue golpeó el brazo de Santana. "Usted sabe bien y que este cuerpo no va a ser visto con un traje de baño”.

"Aww... Sue. Santana bajó la voz. "Rachel difícilmente tiene una figura perfecta y está en la piscina en este momento”.

Sue miró a Rachel, que tenía a Ashley montada a caballo sobre sus hombros. La profesora de la Universidad George Washington era de huesos grandes y anchas de caderas y podía comenzar a disfrutar la buena comida y mejor cerveza. Ella se metió en el agua, ajena a las 35 libras que tenía que perder para que se viese realmente bien en un traje de baño. Sue se cruzó de brazos sobre el pecho amplio. "Eso está muy bien. Pero yo no soy una mujer joven, Santana López”.

Las cejas de Santana brincaron. Ella giró su cabeza y ahuecó sus manos alrededor de su boca para gritar, "Oye, Rachel. Sue dice que eres una mujer joven”.

Rachel se detuvo en su camino a través de la parte menos profunda y dio a Sue una sonrisa radiante. "¡Gracias!" -exclamó con alegría. "Parece que soy la única de las mujeres aquí que pueden ser arrancadas del trabajo el tiempo suficiente para jugar. ¿Vas a arreglar eso, Sue?

"No en esta vida”, respondió Sue con facilidad, tomando asiento en la silla de Santana. Sue hizo un gesto a los niños, que reían y que jugaban con Quinn y Rachel en la piscina.

Rachel sacudió la cabeza, lanzando a Ashley en el agua. "Ve y arranca a tu mujer de ese maldito teléfono, Santana. Es viernes por la noche, por el amor de Dios”.

"Sí, sí. Voy", murmuró Santana distraídamente al indicarle a Sue que tomara asiento. "Ella necesita otros cinco minutos”. Dijo esto lo suficientemente alto como para que Brittany pudiera oírla. La mujer más joven asintió y guiñó un ojo a Santana, diciéndole en silencio que casi había terminado.

Sue se dejó caer con un gemido y pensó seriamente quitarse los zapatos y mostrarle sus pies al mundo. "Todo el mundo está relajado esta noche”.

Christopher y Aarón saltaron de la piscina y agarraron un par de pistolas de agua turbo. Luego saltaron de nuevo en justo al lado de Quinn, bañándolo por ambos lados.

Santana sonrió con cariño a sus hijos. "No hay duda. Ellos han estado jugueteando durante la última hora”.

"Yo estaba hablando de Quinn y Rachel", aclaró Sue con una sonrisa. "Oh. Ellas también”.

Quinn salió de la piscina y sin orden ni concierto dirigió una toalla sobre su cuerpo antes de gotear a Santana y Sue. Estaba jadeando y su piel blanca había tomado un brillo inusual. "¿Los niños nunca se rinden?" Se frotó el cabello con el extremo de su toalla.

"No" Santana negó con la cabeza con asombro. "Ellos tienen más energía que todos nosotros juntos”. Alargó la mano y dio unas palmaditas en el brazo de su amiga, esperando a hacer contacto visual antes de decir: "Feliz cumpleaños, Quinn”.

Quinn le dio una sonrisa genuina, a continuación, un abrazo, lo suficiente como para mojarla al mostrarle su afecto. "Gracias, diabla. Es bueno contar con ustedes. Rachel me está llevando a salir más tarde, pero esto... bueno, esto es genial”. Ella movió las gotas de agua de su cabeza. "No puedo creer que no hayamos hecho esto antes”.

"Ni lo digas-asintió Santana con nostalgia. Vivir en la Casa Blanca se parece mucho a vivir en Disney World, pero nunca con tiempo para recorrer todos los paseos realmente geniales. Los niños habían disfrutado de la magnífica vivienda mucho más que ella.

Quinn usó la toalla en sus oídos. "¿Estás segura de que la oficina no va a explotar sin nosotras?" “No, pero cuando explote ellos sólo la reconstruyen y habrá el doble de trabajo el lunes ".

Quinn se quejó. "No embromes. Tendré que…?" Luego hizo una pausa, distraída por la frustrada voz de Brittany.

"No me importa!" Brittany dijo, de nuevo claramente en medio de algo con Wayne. "No pueden hacer eso, ¿no?"

Quinn hizo un gesto hacia Brittany con la barbilla, formando un pliegue en la frente. "¿Qué pasa con ella?"

Santana se quitó los zapatos y ajustó las correas de su traje. "No estoy segura. Pero sea lo que sea, no es bueno”.

"Si los papeles le dan a la pobre muchacha descanso, estará bien," Sue simpatizaba con un suspiro. "Ella no ha estado fuera de casa en toda la semana”.

-Disculpen por un segundo, " Santana dio una palmadita de despedida a Quinn. "Voy asegurarme de que está bien".

Santana pudo escuchar la promesa de que Wayne "Iba a tratar" y, a continuación Brittany puso fin a la llamada. La mujer rubia se reunió con ella a mitad de camino y, sin previo aviso, se arrojó a los brazos expectantes de Santana.

"Whoa," Santana chilló, contenta de que estaba de pie sobre uno de los pocos puntos secos quedaban.

"Paren el mundo”. Brittany hundió la cara en el cuello de Santana. "Yo quiero bajar". Brazos largos la envolvieron estrechamente. Ella dejó escapar un suspiro de puro alivio, allanándose en el cuerpo tibio de Santana.

"Dime qué te pasa, cariño”. Santana apretó los labios en el pelo de Brittany, respirando el ligero aroma de su champú.

Brittany gimió. "El primer libro que escribí fue cuando yo era joven y era increíblemente estúpido”. Santana tomó aliento para hablar.

"Ni una palabra", advirtió Brittany, dando la garganta de Santana una mordida juguetona y sintiendo el cuerpo presionado fuertemente al suyo derretido en una risa silenciosa. "Yo todavía estaba en la universidad y firmé un contrato con una editorial pequeña y casi me olvidé de todo después de que el libro no se vendió muy bien”.

Santana frunció el ceño. “Estás triste después de 10 años de la pobre venta de libros?

"Nuh, uh". Brittany negó con la cabeza. "Mi viejo editor contactó con Wayne, en busca de la dirección de Brittany S. Pierce”. Era el seudónimo utilizado para Brittany y su ficción. Hasta el momento, Wayne había tenido éxito en ocultar el vínculo entre Brittany S. Pierce, la solitaria escritora de éxito moderado y Brittany Pierce, respetada biógrafa. "Parece que mi viejo editor ha vendido mi historia a un estudio de cine”.

"Eso es grandioso!" Santana agarró a Brittany por los hombros y dio un paso atrás para examinar su rostro. Ella dio un respingo al ver la expresión adusta que encontró. "O no".

"Es... bueno..”. la cara de Brittany se volvió de color rojo brillante y de repente no pudo reconocer la mirada de Santana.

Santana parpadeó. "Vamos, lo que sea, no puede ser tan malo", mintió.

Brittany cerró los ojos y exhaló. "La compañía de películas que compró el libro es conocida por su ... bueno ... por la producción", bajó su voz, "de películas para adultos”.

Los ojos de Santana eran como platos. "Porno?" le espetó en voz alta.

"Shhh! Jesús”. Brittany miró a su alrededor conscientemente, cuando Santana estalló en carcajadas.

"Oh, Dios. ¿Estás bromeando?"

Los ojos se Brittany se abrieron de golpe, cambiando a dos aberturas peligrosas. "¿Me veo como que estoy bromeando, señora Presidenta?" Y con un fuerte empuje, envió a Santana dentro de la piscina.

Santana salió del agua salpicando y tosiendo. "Puh. Bah”. Escupió un buche de agua.

"Hazlo otra vez!, Hazlo otra vez! " Aarón gritó con alegría, pensando que nunca había visto algo tan maravilloso como a su madre empapada y con el pelo suelto sobre los ojos.

Santana empuje la barbilla en el aire, arqueando una delgada ceja a Brittany, quien le devolvió el gesto desafiante, colocando sus manos en las caderas como buena medida. Extendió la mano a Christopher: "El Arma". El muchacho obedientemente entregó su madre de su pistola de agua.

Ashley corrió hacia el borde, arrancó la pistola de las manos de Aarón y la arrojó a Brittany. "Yo estoy de tu lado!" -gritó ella.

"¡Hey!" Aarón se quejó, disparando a su hermana mayor una mirada maligna. "Yo también", coreó Rachel, corriendo para ponerse lo más lejos posible de Santana.

Aarón sacó su cuerpo rechoncho de la piscina y corrió hacia el cubo que contenía su arsenal para buscar otra arma. "Estoy con mi mamá!" El niño sacó una pistola de agua enorme, con un tanque vacío casi del tamaño de su cabeza.

Él hurgó el arma grande, sus manos mojadas resbalaron en el mango plástico. ¿"Me ayudas a llenarlo, Brittany?"

Brittany miró a Santana y sonrió con cariño, con los ojos brillantes de felicidad. Luego volvió su atención a Aarón. "Por supuesto, cariño”.

Pidió tiempo, se quitó las gafas y las colocó en una pila de mullidas toallas de playa color turquesa, luego se escabulló para llenar las armas de Aarón y la suya, mientras que los otros revolvían el cubo para remediar aquel problema.

Incluso Sue participó. Ella sabía que era mejor no ser agarrado con las manos vacías cuando la lujuria se hiciera cargo en la batalla de los López y compañía.

En la era de armas biológicas, químicas y nucleares, una guerra a muerte hizo estragos dentro de la Casa Blanca. Sólo que ésta se llenó de risas, besos húmedos, cuando alguien era capturado por el equipo contrario y el agua clorada.

Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten el capítulo de hoy (es bastante largo se los aseguro)……..así que a LEER….van a querer torturar a alguien “del pasado de San” que sólo aparecerá en este capítulo


Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)




http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)





http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)





https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)




https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)



*Actualización: día SÁBADO…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….





https://www.youtube.com/watch?v=k1XhUwVxMks

NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Madam President” y es de autoría de T. Novan y Blayne Cooper (todos los derechos reservados para estas estupendas escritoras, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a estas distinguidas escritoras mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realizan); honestamente en honor a la verdad por más que revisé los archivos pdf que hallé hace tiempo en internet, no hallé ningún dato de algún foro o editorial que tuvo la gentileza de poner el archivo en internet…así que de todas maneras: gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras (dichos archivos los podrán encontrar en distintos sitios de internet).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Nashville y algunos otros lugares como Washington; tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio y naturalmente Washington (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de 2 libros que consta de: 1.- Libro 1 (no describe con precisión de cuantos capítulos tiene, pues solo muestra fechas, por ejemplo 6 de noviembre, etc.); 2.- Libro 2 (12 capítulos más el capítulo final o epílogo)………Espero disfruten de esta historia






Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

CAPÍTULO DOS
Febrero
Viernes, 11 de febrero 2022

Rachel Fabray pasó de un pie al otro mientras se asomaba por encima de Brittany para ver lo que estaba mirando. "Santana enloquecerá si se entera que estábamos haciendo esto", murmuró mientras se despidió con un gesto de un empleado de ventas.

Brittany asintió distraídamente mientras levantaba una bata de seda del bastidor y la examinaba con ojo exigentes. Ella estaba ignorando el empalagoso, casi irresistible aroma de perfume del mostrador cercano, decidida a no dejar que el dolor de cabeza que se le estaba desarrollando a partir de las combinaciones de olores, le arruinara el momento.

Ella y su ex-marido Sam habían dejado de intercambiar regalos de Día de Valentin después de que ellos se habían casado. Sam le había informado seriamente que él no necesitaba de un día de “fiesta comercial” para decirle que la amaba o comprarla un regalo. Él no se habría casado con ella si no la amara.

Así que ¿por qué Hallmark lo marcó en un calendario? Y ella había estado de acuerdo fácilmente, sobre todo porque ella se encontró con poco interés en elegir algo para él. La mezcla de mariposas y anticipación que se preparaba en el vientre de la Brittany durante el Día de San Valentín le hizo evidente que ella y Sam habían estado llenos de mierda.

¿De qué color? El día de fiesta indica que el rojo manda, creo. Pero…

"Ooo … que lindo”. Brittany extrajo otra bata del perchero, acariciando la seda azul con sus dedos.

¿Con aquellos hermosos ojos, cómo puedo renunciar al azul?


"Brittany?"

“Hmm…" El negro es lindo también. Este traje será corto en ella y aquel color contra su piel le lucirá… Ella ingirió. “Oh, mi..”. .

Rachel se puso las manos en las amplias caderas. "¿Me estás escuchando?"

"Sí". Brittany asintió, pero su atención se mantuvo en el estante. "Te estás preparando a gemir y quejarte por la necesidad de que los agentes sigan todos mis movimientos mientras tratamos de hacer las compras en paz”.

“Bueno, tienes que admitir que son…"

Brittany colocó la bata azul sobre su brazo y regresó la negra al estante dándose vuelta para afrontar a su amiga.

La mirada en su cara hizo que Rachel parpadeara y revolviera las chaquetas de Brittany, que ella había sostenido amablemente; entonces Brittany podría buscar por inmencionables encajes en la tienda.

“Que exactamente voy a admitir?”

Los ojos marrones de Rachel se abrieron un tanto. Uh, oh. "Umm... bien" "Que estoy aquí sin seguridad?" Una pálida ceja arqueada.

"Ahora, Brittany—"

"No me hagas el ‘ahora Brittany’”. Su voz era baja y ribeteada de irritación. ¿"Sólo qué debo saber que es él? ¿Hmm?" Brittany extendió su brazo a un lado, señalando a un hombre del Servicio Secreto que estaba de pie aproximadamente a 15 pies de distancia y trataba sin éxito de mezclarse en el fondo. "O ella". El brazo de Brittany cambió a una mujer con un traje oscuro, que se encogió visiblemente al darse cuenta de lo que acababa de suceder.

"Brittany!" Rachel le agarró el brazo y la obligó a bajarlo. "¿Estás loca o qué? No señales! Se supone que..”.

¿"Están escondiéndose de mí?"

Rachel abrió su boca y luego repentinamente la cerró. Ella tuvo la buena gracia de sonrojarse cuando se percató que Brittany no sólo sabía sobre la discreta protección de ella cuando creía que se escapaba sigilosamente de la Casa Blanca, pero ella también sabía que Rachel lo sabía. "Protegiéndote”.

“No necesito protección”.

"Sí, lo sabes", disparó de vuelta la obstinada Rachel. Hubo un largo momento de silencio que se rompió finalmente por Rachel diciendo: "No lo quieres, pero lo necesitas, Brittany. Ustedes lo necesitan. Es un mundo peligroso".

Brittany contuvo la respiración por un momento antes de exhalar entrecortada. Ella sabía que Rachel estaba haciendo una velada referencia al intento de asesinato contra Santana. "Estás peleando sucio, Rachel”.

“Eres demasiado importante como para perderte, Brittany. Voy a pelear sucio si tengo que hacerlo, al menos en esto. Además, casi nunca estoy equivocada. Sólo pregúntale a Quinn”.

Las dos mujeres intercambiaron sonrisas débiles, a continuación, Rachel suspiró. "No mates a Santana por esto. Es sólo que está preocupada por ti. No le dejas muchas opciones”.

"Ella tampoco me deja muchas opciones”. Brittany se dio la vuelta y comenzó a sustituir el traje negro en su percha, las cejas juntas, pensativa. Su voz se convirtió en un susurro. "No puedo estar bajo llave cada segundo, Rachel. Me vuelvo loca”.

"Lo sé”. Rachel puso la mano sobre el hombro de Laura, sintiendo la cálida lana del jersey debajo de su palma. –“Mira, sé que tu y Santana han ido dando vueltas y vueltas en esto, pero desde que se anunció su compromiso ciertas cosas dejaron de ser opcionales. La seguridad para ustedes es una de ellas. Lo siento. Esto viene con el cargo. Ya lo sabes”.

Brittany hizo una mueca. "Conocer y aceptar son dos cosas diferentes”. Ella irguió la espalda. "Yo entiendo que soy más reconocible de lo que era hace unos meses”.

Rachel arqueó los labios. "No, en serio?" Ella levantó la mano y empujó con el dedo el símbolo de la gorra de béisbol que Brittany llevaba, en un esfuerzo por disfrazarse.

Brittany apagó un aliento y golpeó en broma los dedos de Rachel. "No estás ayudando”.

'Seguro que sí. Te digo la verdad.' Rachel, sin embargo, no pensó que era necesario mencionar a Brittany sobre el agente que estaba al acecho en la entrada de la tienda, así como el que estaba cerca de su coche para asegurarse de que no fue manipulado, y con el que aparentemente ella había perdido su pista. Ella creía firmemente que había tal cosa como la amplia honestidad.

"Nadie siquiera se fijó en mí", afirmó Brittany sin convicción. Como esa chica que va a comprar. Rachel dio un resoplido. "Véndele a alguien que esté comprando, Brittany".

¿Ves?

"Hemos estado en la tienda durante 30 minutos. Corpulento, hizo un gesto al agente de sexo masculino, que se parecía más a una montaña que un hombre, “y Trasero Malo”; esta vez le hizo un gesto a la agente femenina, quien tenía una permanentemente expresión depredadora pegada en la cara. "Han mantenido discretamente al menos a 10 personas que venían hacia ti. Creo que la pobre vendedora prácticamente ha recibido tres disparos sin saberlo”.

"¿Esos son realmente sus nombres, “Corpulento" y "Trasero Malo"? Suena como a personajes de una novela juvenil". Su tono se volvió especulativo. "Podría escribir eso".

"Brittany", dijo Rachel con impaciencia. "No me hagas darte un punta pie. Mi madre me dio uno y me niego a ir allí”.

Brittany sonrió. “Está bien. Está bien". Hizo un gesto con la mano en señal de rendición. "Pero yo entiendo más de lo que crees”. Ambas comenzaron a caminar hacia la caja registradora, con los agentes discretamente detrás. "Sobre todo después de..”. se humedeció los labios y tragó saliva como de costumbre cuando citaba: "Los disparos de Santana”.

La mirada Rachel se suavizó para la que ella consideraba su amiga. Brittany realmente lo estaba intentando. Ella había pasado por un cambio de vida casi inimaginable en el último año, y Rachel a regaña-dientes le dio crédito por hacer siempre lo más prudente en cuando los niños o Santana estuvieran involucrados.

Su impresionante historial a la hora de las decisiones que implicasen a sí misma, sin embargo, no era tan bueno. Y, Rachel admitió, no era que realmente pudieran estar relacionadas. No sabía si era capaz de visitar más de una tienda sin convertirlo en una gran producción. O de como un simple juego de béisbol o de entradas para el teatro tomase varias semanas de planificación.

Brittany quería hacer entender a Rachel. "Sabía que no estaría sola hoy”. Sus ojos le rogaron a su amiga, sabiendo muy bien que no le daría cuartel. "Esto era privado, Rachel”. Sus mejillas encendidas de color rosa. "Es nuestro primer San Valentín desde... bueno, ya sabes”.

Rachel sonrió descaradamente. Ella sin duda lo sabía, como todos los demás en el planeta. "Y no querías ser vista de cómo le comprabas a tu novia ropa interior sexy?" Hizo un gesto a la bata en las manos de Brittany. “Por cierto, eso es realmente lindo".

Brittany frunció el ceño cuando su carácter llameó. Algunas veces se sentía como si estuviera justo en el centro de una olla a presión. "Este viaje no era asunto del Servicio Secreto!

¿"Realmente crees esto?"

Brittany cruzó sus brazos sobre el pecho. ¿"Lo habría dicho si yo no lo creyera?"

Rachel entornó los ojos. "¿Tu necesidad de privacidad invalida las necesidades de todos los demás? Santana te ama y tendrás la protección de una forma o de otra". Hizo una pausa y se volvió hacia el mostrador de perfumes.

"¿Y tiene que oler a cera de piso con pis puma y almizcle de buey? ¡Qué asco!" Se volvió, pero a pesar de non sequitur, su rostro estaba muy serio. "Cuando los agentes se ven obligados a moverse sigilosamente para protegerte, no están haciendo su trabajo de la forma en que están entrenados. No son de seguridad privada, Brittany. O incluso la CIA o la Oficina de agentes de Seguridad Nacional, entrenados para luchar en las sombras. Son del Servicio Secreto, que literalmente ponen su cuerpo entre tú y una bala, si pueden. Sus vidas son puestas en el mayor peligro protegiéndote en tus términos," ella dijo rotundamente. "Deja de luchar contra lo inevitable”.

Brittany parpadeó. En unas pocas frases cortas Rachel había destilado el problema en algo que no podía... no pasaría por alto y la puso en su lugar para empezar. La sola idea de uno de los hombres y mujeres que arriesgan sus vidas por la de ella le hizo sentirse mal del estómago. ¿Por qué ella no estaba en el personal de Santana? "Mierda".

La expresión de Rachel era un poco petulante, sabiendo que había ganado esta ronda. Con Brittany, la victoria era rara.

"Exactamente".

"Se mi jefa de personal", dijo Brittany de repente. Rachel dejó de caminar y miró.

"¿Eh?"

"Se mi jefa de personal", repitió Brittany. “Jake Puckerman y Santana han insistido en que como primera dama voy a necesitar uno. No sabía que había tal cosa. Supongo que es el equivalente del trabajo de Quinn para la otra mitad del Presidente".

Rachel parpadeó un par de veces, preguntándose si realmente podía hacer eso.

“Tú no sólo eres mi mejor amiga, además de Santana, por supuesto. Pero eres inteligente y sabe las reglas, Rachel. Voy a necesitar ayuda y confío en ti. Eso es más de lo que puedo decir para el 99 % de Washington". Hacía mucho tiempo que Brittany había aprendido que la política podría ser un negocio muy desagradable. "Yo podría utilizar tu sabiduría en forma permanente".

"¿Esa es una brecha de la edad?" Rachel preguntó con falsa molestia. A los 31 tenía una brecha de edad en comparación a su amiga.

"Básicamente”. Brittany se rió.

La mente de Rachel corría, y encendiéndola ante la posibilidad real de hacer eso.

Brittany reconoció el brillo en los ojos de la mujer. No hacía tanto tiempo que a ella se le había ofrecido la oportunidad de una vida y todo había cambiado.

“¿Qué pasa con mi puesto de profesora?"

Brittany se mordió el labio. Rachel era una respetada profesora de historia en Georgetown y por mucho que ella lo quisiera, creía que ella sería perfecta para el puesto, ella nunca le solicitaría que se alejara permanentemente de algo que tanto amaba.

"¿Qué tal un año sabático? O un permiso de ausencia? La universidad tendría que ser estúpida para dejarte ir por completo si te puede retener”. Ella le guiñó un ojo y se ofreció con ironía: "Yo podría decirle a Santana que les envíe un IRS para que accedan?"

Rachel se echó a reír. "No hay necesidad de eso. ... Bueno... tal vez podría aligerar mi carga a un solo curso por semestre y seguir haciendo esto?"

Brittany asintió con la cabeza rápidamente. Ella tomaría a Rachel bajo cualquier condición que ella quisiera. "Cualquier cosa".

Ahora Rachel estaba excitada, y estaba empezando a alborozar otra vez. Sus ojos oscuros brillaban, y Brittany supo que la tenía. "Tendré que hablar con Quinn al respecto".

“Por supuesto. ¡Sí!” Brittany sonrió ampliamente. Puso su compra en el mostrador, y, previa deliberación de un momento, tomó una bolsa de regalo dorada cubierta de diminutos corazones rojos cerca de la pantalla de la caja registradora. Ella aspiraba a envolver las cosas.

Sin embargo, la tarjeta era algo que ella quería hacer. Comenzó a hurgar en su bolso de piel para ubicar su cartera, pero Rachel se le adelantó, presentando una Master Card negra, a la vendedora. Brittany podría pagarle más tarde.

La mujer quedó sin aliento cuando reparó en Brittany. "¿Es usted…?"

“No”. Exclamó Rachel, cortando a Brittany antes de que pudiera abrir la boca. "Ella no es. Sé que se parece a ella. Pero si miras más de cerca, verás lo que quiero decir".

La mujer observó a Brittany críticamente al tomar la tarjeta de crédito de Rachel. “Lo siento, tiene razón”.

“¿Como ella?" Brittany preguntó aturdida.

"Oh, sí. Brittany Pierce es algo flaca. Sin ánimo de ofender, señora”, añadió rápidamente, pues no quería perder la venta.

Los ojos azules de Brittany se convirtieron en rendijas cuando fulminó con la mirada a Rachel, que pareció que estaba lista para hundirse en el linóleo. ¿'Oh, Rachel?' arrastró las palabras con una voz cantarina.

Rachel, tragó. “Sí?”

“Estás despedida”.

Lunes, 14 de febrero 2022

Santana hizo rodar sus hombros, exhalando un suspiro de placer cuando sintió el tronar de su columna vertebral y cuello, moviéndose de nuevo en la alineación adecuada. Eran las 8:30 pm. Ella estaba cansada hasta los huesos y lo único que realmente quería era hacer una llamada en la noche e ir a la cama temprano, pero sabía que todavía tenía algo muy importante de que ocuparse.

Había estado en su mente todo el día y, muy a su propia vergüenza, Santana se sentía un poco como una adolescente con su primer amor. Dios, espero que le guste. ¿Y si no le gusta?

Con las manos un poco temblorosas, tomó las dos cajas de su cajón de la mesa y salió de la oficina. Se rió un poco, al darse cuenta de que se estaba volviendo loca por nada. Mirando el reloj, frunció el ceño, sabiendo que había perdido la cena con la familia y que los niños ya estarían en la cama.

Eso significaba que Brittany estaría en su cuarto de trabajo o en la cocina jugando a las cartas con cualquiera de los agentes o miembros del personal que les tocaba el turno de la noche. Santana sonrió un poco y sacudió la cabeza, mientras salía de la Oficina Oval. Este descubrimiento había sido un una sorpresa. Santana había oído a Amy, una de los agentes que fue asignada de manera permanente a los niños López, quejándose de los 75 dólares que había perdido con Brittany en esa semana y las seis libras que había ganado de peso desde que empezaron a jugar a las cartas en la cocina, cerca de todos los alimentos.

Santana se detuvo en la oficina de Marley y dio unos golpecitos en la puerta. Dos agentes, que se movían a la sombra de la Presidente a través de la Casa Blanca, también se detuvieron, permaneciendo así para continuar siendo lo más discreto posible. Su asistente personal trabajaba hasta casi tan tarde como lo hizo ella. "Marley?

La joven de gafas delgadas levantó rápidamente la vista de su computadora. "¡Oh, señora Presidenta, lo siento, no escuché".

“No te preocupes”. Fue rápida en corregirle. “Todo está bien. Vete a casa y diviértete esta noche”. Santana le guiñó un ojo. “Es una orden”.

“Se está retirando temprano, señora Presidente”. Eso no sucedía muy a menudo y Marley lo sabía. Pero hoy era especial. Ella contuvo una sonrisa.

"Voy a volver a la residencia para la noche. Es… Umm," se ruborizó un poco, " Día de San Valentín, ya sabes”.



"Lo sé. Estoy tarde para mi cita”.

Santana dejó escapar un suspiro de alivio, contenta de que no era sólo ella. Marley parecía entusiasmada también. "Y tengo un par de sorpresas para Brittany. Acarició distraídamente las pequeñas cajas en su mano. "Quiero dárselas antes de que llegue demasiado tarde”.

Ella asintió con la cabeza a su jefe. “Sí, señora. La veré en la mañana". "Aquí estaré".

Santana caminaba por el pasillo con mayor velocidad. Tan cansada como estaba, la idea de pasar el resto de la noche junto a Brittany le daba renovada energía. Entró en el Cuarto Ejecutivo y revisó rápidamente a los niños, encontrándolos dormidos. Se veían tan tranquilos y callados. La vida, decidió en ese momento, era muy, muy buena.

Su siguiente parada fue su propia habitación, donde se cambió la falda, blusa y zapatos formales por algo mucho más cómodo. Vestida con unos jeans y una franela polo color canela que Brittany le había regalado para Navidad, se pasó un cepillo por el pelo oscuro, haciendo que sonara cuando ella lo pasaba. Se quedó en medias, recuperó los regalos que había tirado sobre su cama mientras se vestía y comenzó a caminar por el pasillo.

Golpeó suavemente a la puerta, preocupándose de repente de que Brittany pudiera haber renunciado a ella por la noche. Pero cuando se abrió la puerta en su rostro se dibujó una sonrisa radiante. Las preocupaciones se olvidaron. "Hola, preciosa”.

Brittany le dio una sonrisa en respuesta. Ella empezaba a preguntarse si Santana se había olvidado de la fecha completamente. "Dulce conversadora". Se apoyó casualmente contra la puerta. "Vas a pasar?" Brittany dio un paso atrás.

"Me encantaría”. Santana entró en la habitación y esperó el sonido de la puerta cerrándose antes de ver a la cara de su novia. Ella respiró profundo. "Lo siento, es muy tarde".

"Es tarde", admitió Brittany en voz baja. "Pero te quiero de todos modos”. Ella se adelantó y rodeó con sus brazos el cuello de Santana. "Realmente esperaba verte esta noche”. Ella se inclinó y depositó un suave beso en la garganta de su compañera, sonriendo al sentir el escalofrío que se reveló en el contacto.

Santana tragó, un poco sorprendida en lo que podría deshacer o convertir un simple beso. "Cómo no voy a venir a verte?" finalmente murmuró. "Es Día de San Valentín".

"Yo…" las palabras de Brittany se detuvieron al Santana bajar la cabeza y capturar sus labios en un beso tierno pero insistente que rápidamente se convirtió en uno apasionado.

El asalto de Santana continuó hasta que fue transformado a un gemido gutural de Brittany y sintiendo que su compañera se fundía en sus brazos. "Te amo", le dijo-, puntuando cada palabra con un beso casi casto a las mejillas y la nariz de Brittany.

Brittany parpadeó lentamente. El corazón le latía el doble de veces y su libido con entusiasmo hacía un baile feliz. “Te creo".

Riendo, Santana le rozó el dedo pulgar sobre los labios de Brittany. "No puedo esperar a estar casada contigo”.

"Yo también". Casada con una mujer. Con la Presidente de los Estados Unidos. Con Santana. Dios, ¿quién lo hubiera pensado? La rubia contrajo levemente las cejas al considerar su posición actual. "Pero exactamente cuan diferente será?

“No voy a tener que ir a otra habitación para verte”

Brittany se rió en voz baja, dado que tenía a Santana cerca. "Me gusta mi cuarto. Pero Sabes muy bien que me paso más noches en tu cama que en la mía”. Ella negó con la cabeza haciéndole una mueca a Santana. "No va a ser para siempre, Santana. Pero este acuerdo mantiene a la prensa lejos de molestarte”.

“No es así”.

“Santana”. Le advirtió juguetonamente. Ella no iba a entrar en esa discusión nuevamente.

“Lo siento”. Santana retrocedió y buscó en su bolsillo. Sacó dos cajitas de joyería cuidadosamente envueltas y se las ofreció a Brittany con una mirada esperanzadora en el rostro. “Feliz día de San Valentín”.

La escritora negó con la cabeza, adivinando correctamente que las cajas contenían regalos que eran mucho más extravagantes de los que ella pudiera dar a cambio a Santana. "Me vas a echar a perder”.

“Así lo espero". Santana siguió a Brittany a uno de los dos sofás que flanqueaban una mesa de café de madera de cerezo. Con orgullo se mostraban en la mesa las dos docenas de fragantes y hermosas, rosas rojas como la sangre, que la Presidente había ordenado esa mañana. Santana gruñó su aprobación. "La florista de la Casa Blanca hace un infierno de trabajo”.

"Son preciosas, como siempre”. Brittany se inclinó y aspiró profundamente, llenando su nariz con un olor suave e intenso. "Mmm..”. Ella se sentó junto a Santana y sacudió junto a la oreja la menor de las dos cajitas.

Santana hizo rodar sus ojos y sonrió abiertamente. "Sólo ábrelos ya".

"No me apresures. Me gusta la anticipación”. Deslizó la uña debajo de la cinta y levantó la tapa, yendo a paso de tortuga sólo para burlarse de Santana. Era un método de tortura lúdica empleado una con la otra en una variedad de escenarios que a menudo incluían el dormitorio.

“Quieres volverme loca!”.

“Bien, ah. " Brittany guiñó un ojo. "Una loca buena o una loca mala?"

"Sí". Santana, observó como Brittany abría la pequeña caja para revelar un par de aretes de diamantes solitarios.

Los ojos de Brittany se abrieron un poco cuando las piedras brillaron con elegancia en la suave luz de su habitación. Jesús. "Oh, Santana, son hermosos”.

Santana se alegraba con alivio de que estaba sentada, porque sus rodillas se debilitaron como gelatina. "Me alegro de que te gusten". Hizo un gesto con la barbilla hacia el otro paquete. "Este es algo para que haga conjunto con ellos”.

La segunda caja reveló un brazalete de diamantes. Brittany miró a su novia. "No debiste".

"Claro que sí. Te amo. Te mereces cosas bellas”.

“Yo también te amo”. Brittany sacó el brazalete de su estuche y lo envolvió alrededor de su muñeca. "Es hermoso, Santana". Ella lo sostuvo en alto, la luz atrapada en las piedras preciosas que brillaban con alegría y ambas mujeres sonrieron en sincera admiración. "Gracias".

“De nada”.

Cuidadosamente se quitó la pulsera y la colocó junto con la otra pieza de joyería en las cajas, ubicándolas sobre la mesa. "Tengo algo para ti también. No es tan grande como esto, pero-"

“Ya me encanta", le dijo con sinceridad, Santana.

Inexplicablemente, Brittany sintió que su garganta se secó con esas simples palabras. Asintió con la cabeza un par de veces, y luego se puso en pie. Ella señaló a Santana. "¿Puedes quedarte aquí por un momento? Te llamo cuando esté lista".

“Pero -“.

“Calla y espera a que te llame. Sin espiar".

Santana resopló. “Muy bien. Espero aquí mismo".

Brittany se dirigió hacia el cuarto de baño y Santana suspiró. Su espera en el sofá sólo duró un minuto antes de que ella estuviera rondando alrededor de la habitación. Detuvo su inquieta itinerancia cuando vio dos nuevas fotografías sobre el escritorio de Brittany. La fotografía era un hobby al cual Brittany había tomado en serio, muchas de sus fotografías terminaron en las biografías que escribió. Y era probable que siguiera por ahí con una antigua cámara de 35 mm como lo hacía con un bolígrafo o una grabadora.

Santana levantó una de las nuevas fotos, enmarcada en plata; el metal le transmitió una sensación de frescor contra su mano. Era un primer plano en blanco y negro de ella sentada en su escritorio en la Oficina Oval mientras miraba hacia abajo a una pila de papeles. Tenía una mano empujando el negro pelo de la cara mientras la otra mano apretaba fuertemente una pluma estilográfica. Su expresión era la de una mujer seria, muy intensa, algo desconcertante. Santana no estaba segura si le gustaba la foto o no. Era algo sorprendente, la manera en que el lente y Brittany la habían captado completamente la imagen, fácilmente transmitía la emoción de la que ella era consciente, que emergía a la superficie.

La secunda fotografía era completamente distinta y Santana reconoció la escena de forma inmediata. Había sido exactamente después de que ella y Brittany habían anunciado su compromiso a los niños. Después de la cena se había reunido toda la familia en el salón para ver una película juntos, y lo que comenzó como un cosquilleo de Ashley degeneró en una lucha general. Ella no recordaba a Brittany tomando la foto, pero el maravilloso sentimiento que latía alegremente por sus venas ese día, todavía estaba muy fresco en su mente.

Pasó la punta de sus dedos sobre el marco y sonrió. El mutuo, y a veces torpe romance que Brittany y sus hijos compartían, regocijaba su corazón.

“Santana?”.

La cabeza de Santana se levantó al sonido de su nombre. Vio a un serpenteante brazo desnudo detrás de la puerta del dormitorio, colocar una dorada bolsa de regalo en el suelo. Luego el brazo desapareció.

Santana cruzó rápidamente la habitación y con una sonrisa en su rostro, sacó su regalo de la bolsa. Una bata de seda azul medianoche profunda se deslizó contra sus dedos. Con la esperanza de que esto era lo que Brittany tenía en mente, se quitó rápidamente su ropa y se metió en la túnica, gimiendo un poco en voz baja al sentir como la seda fría acariciaba cálida y desnuda piel y los pezones sensibles que ya le dolían en previsión de lo que estaba detrás de la puerta del baño. "Ohhh". Las mangas onduladas de la bata eran de tres cuartos de longitud, y el ruedo se detenía muy por encima de la mitad del muslo.

“Santana?”

Ese suave acento del sur desde detrás de la puerta, causaba que Santana se lamiera los labios nerviosamente. “¿Sí?” graznó ella, girando los ojos. Podía oír la sonrisa en la voz de Brittany mientras hablaba.

“¿Vas a estar allí toda la noche?”

"Uh...no. Por supuesto que no”. Santana pateó la descartada ropa fuera del camino y tomó la manija de la puerta. Se detuvo con la mano todavía en el aire y se limpió la palma de la mano húmeda sobre la bata.

La vista al otro lado de la puerta le quitó el aliento.

La habitación estaba iluminada con la suave luz de las velas, y vapor del baño de burbujas a medio llenar en una bañera de gran tamaño. Champagne enfriándose en un cubo y lo mejor de todo, Brittany sentada en el borde de la bañera, vestida con un negligé negro a juego con una bata negra. Santana se quedó boquiabierta, pero de alguna manera, aún tuvo que luchar para mantener guardada su propia lengua.

Los ojos de Brittany brillaron, feliz por la reacción de su amante. Se resistió al impulso de correr hacia Santana y pasear sus manos a través de esa piel tan suave como... la seda. Respira, Brittany.

"¿No tienes frío?" Santana había logrado decir cuando dio un paso hacia adelante un poco tambaleante. Vestida así, su mente había terminado.

"Tú decides". Brittany acarició con el dedo a Santana. Se puso de pie, dando a Santana una visión completa de su vestimenta, o para ser más precisa, su falta de ella.

¡Oh, Dios mío! Santana estaba segura que su corazón, o posiblemente la cabeza, le iban a estallar antes de que ella caminara a través del gran cuarto de baño. Brittany Pierce era, sin lugar a dudas, la mujer más hermosa que había visto nunca. Su corazón comenzó a latir.

"Eres hermosa," Santana susurró mientras recorría con los ojos todo el cuerpo de Brittany como un baño caliente.

La bella elección de la indumentaria de Brittany, en realidad, no revelaba mucho. Se limitaba a insinuar los tesoros que había debajo. La mujer más joven sabía que acababa de poner una corta mecha a lo que prometía ser un encuentro explosivo. La habitación estaba opaca con el vapor de agua del baño y gotitas frescas se reflejaban sobre la copa de champaña, cayendo al suelo en silencio. "Aquí tienes, creo que puedes que necesite esto”. Con la gracia de un gato a la caza, se trasladó de nuevo a Santana y le ofreció una bebida.

"Definitivamente". Santana tomó el vaso y lo vació, sin apartar los ojos de Brittany. Se humedeció ligeramente los labios cuando hubo terminado. "Gracias". Los ojos todavía fijos en Brittany, colocó la copa en una pequeña mesa de madera junto a la bañera. "Te quiero".

Los ojos de Brittany revolotearon cerrados mientras recogía su ingenio. "¿En serio?" controló, su pulso visible en la piel pálida de la garganta.

Los ojos de Santana se oscurecieron. "En serio”. Ella extendió la mano y ligeramente tocó el hombro de Brittany, sus dedos acariciaron su piel a través del translúcido material. "Me vuelves loca”.

"Lo dijiste antes", respondió Brittany divertida, los músculos de su estómago se contrajeron por su propio deseo. "¿Loca buena, o Loca mala?"

"Tú también lo has dicho", respiró Santana, inclinándose y besando un rastro de la mejilla de Brittany hasta el hombro. Ella descubrió su piel con el simple contacto de su mano mientras distraía a Brittany con besos suaves.

“Santana …" Brittany gimió con sus ojos cerrados sintiendo que un fuego hacía erupción en lo más profundo de sus entrañas y se extendía más abajo.

"Mmm?" Sus labios no abandonaban la piel de Brittany.

“Yo,… yo”. Brittany tragó saliva mientras trataba de concentrarse en lo que quería decir. "Te preparé un baño”.

“¿Qué baño? Santana zumbaba en el sabor de la piel de Brittany.

"No sé", dijo Brittany borrosamente, con las manos hundiéndose en el suave cabello de Santana, acercándola y renunciando por completo a cualquier pensamiento racional.

Santana se dejó caer de rodillas, golpeando las baldosas resbaladizas con un fuerte golpe. Largos dedos viajaron hasta el vientre de Brittany, rozando su pecho en el camino al cordón de su bata. Bajó lentamente, con reverencia, un beso para encontrar su camino a cada nuevo centímetro de la piel expuesta. El delicado material y la lengua caliente de Santana se deslizaron por la piel de Laura, como la mantequilla caliente, lo que la hizo temblar y jadear cuando su excitación se incrementó a un nivel casi doloroso.

"Te tengo. Eres tan perfecta", murmuró Santana contra la suave piel del pecho de Britt. "Gracias, esto es exactamente lo que necesitaba”.

Las rodillas de Brittany amenazaron con ceder cuando Santana comenzó a amamantar en serio. “Dios!” Si no hubiese sido por las manos de Santana, que se trasladaron a la parte baja de la espalda de Brittany sosteniéndola firme, se habría derretido en un charco en el suelo.

“A la cama”. Susurró con pasión, Santana”. O te tomo ahora, aquí mismo”.

Brittany no estaba muy consciente, por la lengua juguetona y los labios ardientes de Santana, hasta que sintió la frescura del sobrecama contra su espalda y el húmedo calor de la piel de Santana cuando ella se subió encima de Brittany.

Las propias manos de Brittany habían sido sobre todo ociosas, pero la tentación era demasiado grande para no extender la mano y tomar lo que estaba siendo ofrecido tan libremente. Pasó la palma de la mano sobre la espalda de Santana, utilizándola luego para guiar la boca de ella a la suya en otro fulminante y profundo beso.

Sus lenguas chocaron en gemidos, llenando la tranquila habitación. Ambas perdieron la noción del tiempo, besándose y tocándose hasta bien entrada la noche.

Mientras su amante estaba distraída con un intercambio particularmente intenso, Brittany colocó su mano entre ellas, deslizándose hacia abajo a lo largo de la lisa piel y la carne suave. Ella gimió su aprobación cuando alcanzó su objetivo.

Santana había sido una amante maravillosamente paciente con ella, permitiéndole su tiempo y espacio para trabajar a través de su inexperiencia a la hora de amar a otra mujer. A veces, Santana podía ser muy paciente con la frustración de Brittany. Pero una vez que Brittany entendió que era sólo el estado natural de ser de Santana, que ella era realmente libre de experimentar, o que fuese mucho el placer de Santana tomar la delantera, a su imaginación le crecieron alas. Esta noche, por ejemplo, la paciencia de Brittany Pierce había llegado a su fin. Quería a Santana y la quería ahora.

Y la iba a tener.

Santana jadeaba ahora, su piel resbaladiza por el sudor, la condensación del baño de vapor y su propia excitación”. Oh, Brittany…” el poder de su amor se manifestó ejerciendo sobre ella como una ola, dejando una estela a su paso, su cuerpo convulsionó poderosamente hundiendo la cara en el cuello con sabor salado de Brittany.

Las manos de Brittany se deslizaron entre sus cuerpos, y comenzó un suave masaje mientras esperaba a Santana recuperarse. Sabía que no tendría que esperar mucho tiempo.

Santana se quejó en voz alta cuando los dedos fuertes de Brittany se enfocaron en los músculos cansados del hombro. "Dios, estoy tan prendada a ti”.

Brittany se rió. "¿Estabas pensando en deshacerte de mí?" El movimiento rápido de Santana a cuatro patas encima de ella, la hizo saltar la sorpresa. "Yeow!" Transfigurada, observaba el vaivén sensual de los senos de Santana mientras hablaba.

"Nunca me desharé de ti," Santana gruñó, bajando la cabeza, tomando un pezón dolorosamente sensible entre los dientes blancos y tirando con suavidad.

Brittany casi explotó en la cama. "Jesucristo, Santana," susurró con la cabeza echada hacia atrás en éxtasis, las manos volando a la cama enredándose en la colcha húmeda. "¡Sí!"

La boca de Santana encontró la carne hinchada, sensible y Brittany se vino con fuerza; su corazón amenazaba con golpear fuera de su pecho mientras gemía su liberación en un flujo continuo de palabras ininteligibles.

Con su propio pecho agitado, Santana acunó el cuerpo de Brittany besándola y envolvió con sus brazos fuertemente su torso al descansar su cabeza sobre los suaves senos.

¿"Alguna posibilidad de dormir en la mañana?" Brittany preguntó silenciosamente. Después de mucho tiempo, una sonrisa soñolienta, saciada, rizó sus labios. Ya sabía la respuesta. La preguntó casi al momento de haber hecho el amor, el deseo de acurrucarse contra Santana, saboreando cada bendito segundo por horas enteras, era poco más o menos que abrumador.

“En realidad, sí”. Santana suspiró y desechó la idea de ir por las velas, que probablemente ya se habrían consumido y que pudieran amenazar con incendiar la Casa Blanca. Pero no había ninguna posibilidad de cambiarse de lugar, incluso si pudiera, sobre lo cual no estaba tan segura. Accionó el comando de voz para activar el teléfono de Brittany, y llamó a la Camarera para que extinguiese las velas y vaciara el bote de basura, dejando muy claro que utilizara la entrada de servicio al baño, evitando ser molestadas. También se tomó el tiempo de ordenar el desayuno a la cama.

Cuando Santana desconectó la llamada, Brittany dijo, "Ahora sé que estoy soñando. Desayunar en la cama en un día de semana? Y tú ¿decir las 8 a.m.? Santa Madre de Dios, será que estoy muriendo y no lo sé aún, porque estoy teniendo un trato de reina?"

Santana se río entre dientes. "Estoy tomando el día libre mañana, tanto como pueda, y lo estoy pasando contigo y con los niños”.

"Ahora sé que estoy moribunda”. Se aferró al cabello oscuro. "Realmente te estás tomando un día de semana?"

“Así es”.

Brittany sintió a Santana asentir con la cabeza.

“Realmente me he estado partiendo el trasero, este último par de semanas”. “Cuántas veces, en las últimas dos o tres semanas, he cenado contigo y con los niños?”

“Dos veces”.

“Exactamente”. Santana dio una pausa para depositar un beso sobre la suave piel de los pechos de Brittany. “Apenas he pasado tiempo contigo. Solo una corta hora aquí o allá. Ni siquiera sé cómo va Ashley en la escuela”.

“Ella lo está haciendo muy bien. Está obteniendo “A” en Inglés”.

“Esa es mi niña”. Gruñó cuando Brittany le dio un molesto pellizco. Brittany se estaba convirtiendo en una madre estupenda y estaba ocurriendo tan gradualmente que ni siquiera era consciente de eso. Sin embargo, Santana estaba adorando cada momento. “Feliz Día de Los Enamorados. Adoro mi bata”.

“Te veías grandiosa con ella, pero aún mejor sin ella”. Brittany abrió un ojo. “De todas maneras, dónde está?”.

“No tengo la más mínima idea”. Santana levantó una muy desaliñada cabeza y miró con atención la cara de Brittany. “¿Quieres que vaya a buscarla?”

Brittany se acurrucó más en el colchón arrastrando a Santana con ella. “No en toda tu vida”, dijo unos segundos antes de que ambas cayeran en un merecido sueño.






Santana se encontraba sentada en su oficina privada, repasando algunos documentos sobre los que Quinn necesitaba su opinión al final del día. Después de escuchar cuan entusiasmados estaban los niños, Brittany había aceptado soportar el circo de los medios de comunicación y llevar a los niños al museo de historia natural en la tarde.

Los chicos habían escuchado la noticia de sus amigos en la escuela sobre los nuevos huesos de dinosaurio, y Santana temió que si ellos no iban pronto explotarían. Ashley no había estado tan excitada por ver esos “viejos y tontos huesos”, pero tenía la promesa de que Brittany la llevaría a la exposición de los Nativos Americanos, haciendo que todo el viaje valiera la pena a los ojos de la niña.

Santana miró al reloj. Ellos debían volver en cualquier momento.

Un suave golpe en la puerta le apartó la cabeza de sus documentos. “Adelante”. Jane abrió la puerta y le dio una enorme sonrisa. “Tienes una visita muy especial”.

Santana suspiró y tiró la pluma que había estado haciendo girar con impaciencia entre sus dedos sobre los papeles de trabajo frente a ella. "A menos que sea el hada del papeleo....”.

"No, pero casi tan buena”. Jane se hizo a un lado y una mujer con cabello rubio y largo peinado en una trenza a la moda, asomó la cabeza por la puerta.

“Hey, apestosa, tienes un minuto para una vieja cuñada?” "¡Sarah!" Santana salió de su silla como si sus pantalones se estuviesen incendiando. "¡Maldita sea, mujer!, ¿de dónde saliste tú?" Ella salió disparada de detrás de su escritorio, mordiendo el dolor que estalló de nuevo en la cadera. Después de largas horas sentada en su escritorio, ella comenzaba a sentir los efectos de ser abaleada. Santana abarcó el cuerpo completo de Sarah en un abrazo de oso, alzándola del suelo a pesar del hecho de que era casi tan alta como Santana.

El abrazo duró varios emocionales segundos mucho antes de que Santana aclarara suavemente la garganta.

A regañadientes, Sarah se apartó. "Hace poco estuve en Argentina”. Sarah dio un paso atrás, dando una mirada apreciativa a Santana acompañada de un silbido que causó que las mejillas de la Presidente se ruborizaran. "Te ves maravillosa”. Había una nota nostálgica en su voz que la otra mujer extrañó por completo. "Tan maravillosa como lo recuerdo”.

"Tú también". Santana negó con la cabeza. "Hemos crecido. Cada vez que te veo, todavía no puedo creer que eras esa chica flaca con los aparatos dentales y las rodillas heridas. ¿Cuándo llegaste a la ciudad? ¿Qué estás haciendo aquí?"

Sarah se rió entre dientes y se sentó en un sofá cerca de la chimenea. "Tranquila, una a la vez. Dios mío”. Su mirada, con los ojos muy abiertos, se deslizó con impaciencia de una superficie a otra. "No puedo creer que estoy en la oficina Oval y que tu eres la Presidente. La Presidente! Jesús, Santana".

Santana se dejó caer en el sofá junto a ella, acercándose y chocando con sus hombros. "No es broma. Todavía no he parado de pellizcarme".

"Voy a asumir esa tarea si necesitas a alguien”. Los dedos en forma de pinzas de Sarah la agarraron y Santana se echó a reír.

“Que estás haciendo ahora, Sara?” “No estás todavía en la escuela?”

Sarah bostezó. "Eso fue hace años. Dios, ha sido tanto tiempo? Trabajé para algunas revistas y tomé un descanso antes de aceptar un puesto en “Viajes por el mundo” hace dos años". Son conocidos por sus fotografías.

"Impresionante. Sabes, Brittany ha viajado extensamente por su trabajo. Ustedes dos tendrían mucho en común", dijo Santana con entusiasmo, sonriendo con orgullo por ambas.

Me preguntaba cuánto tiempo le llevaría mencionármela. Sarah ignoró el comentario de Santana. "Estoy en misión aquí en la ciudad, y pensé en pasar por aquí para saludar y ver a los niños, si eso está bien”. Ella puso su mano sobre el muslo de Santana.

Santana puso su mano encima de la de Sarah y la apretó suavemente. “Estás bien? Te he extrañado, Pee Wee". Su mirada se suavizó. Sarah tan sólo tenía 10 años cuando ella y Samantha se casaron. Y durante muchos años después, ella era un encuentro constante en la unidad familiar López. Por ser hija única, su pequeña cuñada era lo más parecido a la hermana que no había tenido. "Por supuesto que todo está bien. Los niños te han extrañado en sus vidas. Las fotos y los videos, grabaciones, simplemente no son lo mismo".

Sarah miró hacia otro lado pero dejó la mano donde estaba. "Ya lo sé”, dijo en voz baja.

Santana estiró sus largas piernas delante de ella. "De hecho, los niños y Brittany deben volver pronto. ¿Qué tal si vamos a hurtadillas hasta la residencia y tomamos algo de comer antes de llegar aquí?"
“Suena genial”.

Pero ninguna de las dos mujeres se movió.

Sarah siguió mirando al frente, mirando a las brasas de la chimenea mientras Santana abiertamente la observaba, golpeándola de nuevo por lo mucho que Sarah Turner se parecía a Samantha. La nariz era un poco diferente, no tan delicada en su vertiente, pero el pelo rubio oscuro y los ojos azul pálido eran tan similares que era espeluznante. Incluso su voz hizo temblar un poco Santana.

Por primera vez el silencio entre ambas era decididamente incómodo. Fue Sara, quien lo rompió primero. Ella suspiró. "No he manejado muy bien la muerte de Samantha”.

Santana, de repente sintió como si un peso se apretaba contra su pecho. Algunos tipos de dolor nunca desaparecerían por completo. "Ninguno de nosotros lo ha hecho”.

Sarah volvió a suspirar. "Pero debí tratar de sobresalir de ello, por ti y los niños. Mamá y papá se habían ido ya, y luego Sam también”. Su barbilla temblaba un poco. "Yo solo…"

"Shh..”. Santana le dio un beso tierno en la mejilla. "Lo sé”.

Sarah se volvió de nuevo a Santana y suavemente cogió un mechón de pelo. No podía mirarla a los ojos. "No hay grises todavía?" Su intento de pasar a un terreno más seguro era dolorosamente evidente. "O es la Srta. Clairol está en la nómina?" bromeó débilmente, pasándole los dedos por hebras de seda de Santana, parecía no darse cuenta lo que estaba haciendo.

"Realmente está bien, Sara”. La opresión en el pecho le estaba haciendo difícil hablar. Pero esto era algo que había que decir. "Todos necesitan tiempo. Algunos de nosotros más que otros. Te quiero. Y esperaría de un centenar de años, si eso es lo que necesitas".

Sarah reunió valor y miró a Santana. Los ojos marrones de la que fuera su cuñada llenos de sentimientos, siempre habían sido su perdición. Había pasado años envidiando la relación que tenía Samantha con Santana. Y más años de luto por la pérdida de un ser insustituible en su vida. Pero su hermana no estaría aquí nunca más. Y si la muerte de Samantha le enseñó algo, era que la vida es corta y que a veces no da una segunda oportunidad.

Sara levantó la palma de la mano y tomó la mejilla de Santana. Ella podía ver las lágrimas brillantes allí y mirando compasivamente como varias finalmente se derramaron. Con el pulgar, limpió una que rodaba. Entonces, por impulso, se inclinó y quitó la segunda con sus labios. Antes de que pudiera perder el valor o pensar en lo que estaba haciendo, agachó la cabeza y besó suavemente a Santana en la boca.

Comenzó con castidad y por un segundo o dos, Santana se congeló. Ella no le devolvió el beso, no se movió en absoluto, sin saber cómo interpretar lo que estaba sucediendo. Esta era Sarah, por el amor de Dios!

Entonces sucedieron dos cosas simultáneamente. La puerta de la Oficina Oval se abrió y Sarah gemía suavemente mientras se inclinaba hacia adelante tratando de profundizar el beso.

Santana agarró con firmeza las manos de Sara y la empujó lejos. "Sarah" Ella miró el rostro de Sarah, pero la atención de la joven estaba en otro lugar.

Los ojos de Sara estaban clavados en la puerta y en dos mujeres muy sorprendidas: Rachel y Brittany.

La cabeza de Santana giró rápidamente. "Brittany". Uh, oh. Ella se puso de pie, casi levantando a Sarah del sofá. "No te esperaba y a los chicos, por un buen tiempo”.

Los labios de Brittany se tensaron, sorprendiéndose de que las palabras salieran con la mayor naturalidad como lo hicieron, teniendo en cuenta que su mente daba vueltas. "Pude ver eso”. No. No. No. Yo no acabo de ver eso! Santana me ama! Ella no es como Sam. Pero incluso la posibilidad de que se había equivocado acerca de los sentimientos de Santana hacia ella, de repente, era demasiado difícil de soportar.

La olla de presión de emociones que Brittany estaba viviendo, burbujeaba peligrosamente cerca de la superficie.

"Lo siento tanto, Santana," dijo Sarah a la Presidente. "Sé que querías escabullirte de regreso a la residencia antes de que ellos llegaran a casa".

Las cejas de Brittany y Santana, se estiraron casi hasta la frente.

"Sarah!" Santana chilló. "Eso no es lo que quise decir”. Ella dio una mirada casual a Brittany. Oh, mierda.

Brittany miró a Santana como si la viera por primera vez. "¿De verdad dijiste eso, Santana? ella dijo, oyendo la aprehensión en su voz.

“Bueno... yo..”. , levantó los brazos al aire. "No es lo que parece”. Cristo! Santana estaba empezando a entrar en pánico y no sabía qué más decir. Así que, como cualquier político sagaz, se quedó tranquila, eligiendo y descartando cuidadosamente las palabras. En este caso, sin embargo, su silencio hablaba más fuerte de lo que sus palabras jamás podrían. La máscara fría que cayó sobre el rostro de Brittany causándole un peso en el corazón de Santana y dándose cuenta de pronto, de su error. "Brittany, por favor... No es lo que piensas”.

Brittany se agarro las manos para detener los temblores. "Creo que entré aquí y las atrapé a las dos besándose. ¿Estás diciendo que lo que he visto lo interpreté de otra manera?"

Santana tragó saliva. "Sí. No. Quiero decir, algo así. ¡Mierda!" La tensión se disparó en la sala.

Rachel dejó caer la cara en sus manos. Podía oír el mantra mental de Santana 'ohmierdaohmierdaohmierda' desde donde ella se encontraba de pie.

Sarah actuó con tanta gracia como le fue posible, considerando su caótica posición, se levantó del sofá y caminó por la habitación, ofreciendo la mano a Brittany.

Los latidos del corazón de Brittany estaban tronando en sus oídos, con un pensamiento cantado sin piedad en su cabeza: Ella es hermosa y se ve exactamente como Samantha!

Cuando parecía que Brittany estaba demasiado aturdida para conocer a Sarah, Sarah se dirigió a Rachel. "Cuanto tiempo sin verte, Rachel”.

Rachel apretó los dientes, dando a Santana, quien parecía un ciervo borracho atrapado por las luces, una mirada asesina. Luego, se enfocó en Sara “¿Qué demonios has hecho, Sarah? Hace ya bastante, Sarah. Veo que tu acné se borró”.

“Sarah? La chica en las fotos familiares? Acné? Brittany se maravilló. Sarah parecía una TOP MODEL y Brittany la odió con tal intensidad que habría derretido al acero sólido.

Sarah se volvió a Brittany. ¿Y tú eres? Ella sabía perfectamente quien era. “Ella es mi…”. Santana comenzó a hablar.

“No!” Brittany interrumpió, su cara se había transformado en un rojo rabioso con el dolor y la ira mezclados. “Puedo hablar por mí misma”.

La boca de Santana se cerró herméticamente.

Brittany respiró con calma. “Soy Brittany Pierce”. Duros ojos azules se clavaron en Santana. “La biógrafa de la Presidente”.

El estómago de Santana se redujo en 12 vuelcos.

Las manos de Brittany estaban temblando. Humillada y dividida entre llorar o asesinar, rápidamente las cruzó en los brazos. Esto tiene que estar mal, pero yo lo vi con mis propios ojos. Con mis propios ojos! Y eso no era un beso de hermanas. “Voy a salir ahora”. Miró al suelo, sintiendo como si fuera a vomitar.

Santana entró en pánico. “Por Dios Santo, Brittany! No fue…”

Brittany giró sobre sus talones y salió de la Oficina Oval, en unas piernas ligeramente temblorosas, dejando a sus espaldas, al trío de mujeres sorprendidas.

Por segundos, Santana no estaba segura de lo que iba a hacer, pero luego corrió a la puerta.

“Santana”. Rachel comenzó en voz baja. “Yo no lo haría”.

Santana miró a Rachel con una expresión tan destrozada que trajo lágrimas a los ojos de Rachel. “Pero debo ir y arreglar las cosas”. El grito de Santana sacudió las fotos en la pared, reduciéndose luego en un susurro. “Ella no entiende”. Esto no está pasando. Levantando la mandíbula un poco, por el atrevimiento de Rachel de no creerle. “No era lo que parecía. Nunca le haría eso a Brittany. Primero muerta”.

Sarah cerró los ojos cuando las palabras de Santana le atravesaron el corazón. “Demonios”. Rachel negó con la cabeza rápidamente. “No lo hagas, Santana. Ella necesita enfriarse…”

La mandíbula de Santana trabajaba silenciosamente. No tenía opción. “No quiero arriesgarme a perderla por no hacer nada. Entenderá una vez que hable con ella. Lo sé. Pero al recordar las palabras de Brittany acerca de la infidelidad de Sam, la obsesionaron. “No quiero vivir eso otra vez, nunca más”.

Rachel vio como Santana desapareció en la antesala y con voz trémula le preguntaba a Jane hacia qué dirección se había dirigido Brittany. Entonces ella se había ido.

Rachel se dio la vuelta y cubrió a Sarah con una mirada fulminante. Se dirigió hasta la joven mujer y agarrándola por la camisa, la empujó al sofá. “Habla”, le exigió. Y no mientas, Sarah Turner. Santana nunca ha notado el acoso que has tenido sobre ella desde que eras lo suficientemente mayor para saber lo que era. Pero era la única”.

Sarah tragó saliva. “Santana no hizo nada”. Sus ojos transmitían una mezcla de miedo y angustia. “Creo que realmente lo estropeé, Rachel”.

Rachel exhaló. Lo sabía. Gracias, Dios. “Será mejor que Santana pueda convencer a Brittany de la misma cosa, Sarah. O no me gustaría ser tú”, dijo con gravedad, midiendo cada palabra.