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[Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
+3
micky morales
3:)
_Claudia_100%fanGLEE_Bol
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[Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten esta nueva historia……..así que a LEER….como les dije en una de las últimas actualizaciones de la anterior historia, este fic tiene un elemento distinto a todas las otras historias.......quizás me encantó la interesante personalidad de la abuela de Santana (y en cierta forma pienso en que me hubiese encantado que en la serie se mostrará mayor interacción entre Britt, Santana y su abuela) y la pequeña Skye (cuando empiecen a leer la historia entenderán porque lo digo)........espero que esta historia les guste tanto como a mí......
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22641p210-fanfic-brittana-madam-president-sinopsis-cap-final-08-de-marzo-2016-2da-parte
(Madam President)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22658p100-fanfic-brittana-forever-with-me-sinopsis-prologo-epilogo-23-de-abril-2016-adap#554151
(Forever With Me)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=k4l3PAKdQCo
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia, además de que esto me pareció lo más conveniente) (solo puse el título en inglés), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Vientos Celestiales” y es de autoría de Kate Sweeney (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); hallé casualmente esta obra hace un año atrás aproximadamente en un valioso blog llamado NOESTOYSOLASOYINDEPENDIENTE (en el archivo pdf que descargué en aquella ocasión no aparece el nombre de quien o quienes se hayan encargado de traducirla, corregirla o algo) (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original la podrán encontrar en distintos blogs o web site).
Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Chicago entre otros, tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Lima, Ohio y decidí mantener Chicago e incluí otros. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades (en otros casos, conserve el nombre de personajes que se mencionan en la historia original), aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de: sinopsis + 23 capítulos + epílogo, “Vientos Celestiales” es la primera obra que leí de Kate Sweeney, y honestamente me fascinó y a la vez me encantó infinitamente.………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Sinopsis
«Hola, cariño: Las dos sabemos cómo estarán las cosas si estás leyendo esto. Lo siento mucho. Pero, oye, quiero que me hagas un favor. Me voy a poner en contacto con Santana Marie López, no te cabrees...»
¿Puede la carta de una ex-amante cambiar toda una vida? Santana López es una compositora de éxito comprometida únicamente con su profesión. Cuando recibe una carta del abogado de su ex, Elaine, suplicándole que ayude a su actual pareja Brittany Susan Pierce y a su adorable y precoz hija de tres años Skye, no puede ni imaginar lo que le espera.
Santana, Brittany y la pequeña Skye se embarcan juntas en una aventura divertida, tierna y atrevida que les cambiará la vida para siempre.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Capítulo 1
Un pasillo oscuro y estéril se extendió ante Brittany al abrirse las puertas del ascensor. ¿Cuántas veces había recorrido aquellos mismos pasillos en los últimos tres meses? Pasó junto al puesto de enfermeras y sus rostros familiares le dedicaron una sonrisa triste.
Brittany, que las había llegado a conocer a todas, les devolvió la sonrisa mientras recorría el camino a la habitación por última vez. Cuando llegó a la puerta, tuvo que tragar saliva para aplacar las náuseas y en ese instante salió Sue. Sue Sylvester era la enfermera jefe de la planta de oncología. Se había tomado un interés especial por Brittany y esta se lo agradecía, ya que habían sido tres meses muy duros.
Sue era una mujer mayor, puede que anduviera cerca de los sesenta. Se apartó un mechón oscuro canoso de la frente en gesto ausente y apoyó las manos en los hombros de Brittany.
—¿Estás bien, cariño?
Brittany asintió, entre lágrimas repentinas.
—Quería estar aquí cuando...
Sue la estrechó entre sus brazos.
—No podías saber que Elaine nos dejaría tan deprisa. Es una bendición, Brittany.
Brittany dio un paso atrás, inspiró hondo y se secó las lágrimas de las mejillas.
—Lo sé.
—Estaré aquí. Ella ya descansa —aseguró Sue, y le abrió la puerta.
Brittany asintió otra vez y la invadió cierta sensación de irrealidad al entrar en la habitación. Estaba oscura, salvo por el tenue resplandor que arrojaba la pequeña luz de la cama de hospital. Brittany ladeó la cabeza al aproximarse a la cama; Elaine se veía muy tranquila, como si estuviera dormida. Sin embargo, al acercarse más, la fría palidez de Elaine no dejaba lugar a dudas. Brittany observó la figura inerte de la que hasta hacía poco había sido su pareja, se puso la mano con delicadeza sobre el vientre, en donde crecía su bebé, y le acarició la helada mejilla a su compañera.
—Ya no llegarás a conocerla. Lo siento muchísimo, Elaine —susurró Brittany, sin poder evitar que le rodaran las lágrimas mejillas abajo—. Ahora ya no sufres.
Y se quedó mirando al vacío por un segundo al recordar un tiempo en que no había dolor, sino únicamente risas.
Flashback
—¿Qué hacemos hoy? —preguntó Brittany, mientras recogía los platos del desayuno.
Elaine abrió el lavavajillas, con cara pensativa.
—Mmm, no lo sé. Hace un día de otoño precioso. Creo que necesitamos una calabaza.
Brittany meneó la cabeza y se dio la vuelta.
—Ya tenemos una, boba. Si pasaras más tiempo en casa la habrías visto en el porche.
—¿Tenemos una? ¿Y cuándo fuimos a buscarla?
Brittany se secó la mano en un trapo de cocina y se apoyó en el mármol.
—Tú no fuiste. Fuimos Skye y yo el sábado pasado cuando estabas en San Diego —replicó, sin poder disimular el sarcasmo.
Elaine percibió el tono mordaz en su voz y trató de defenderse.
—Cariño, es mi trabajo.
—Lo sé, lo sé, eres piloto. Lo entiendo. Pero podrías coger trayectos más cortos..
—Ganaría menos dinero —la interrumpió Elaine con el ceño fruncido.
—Eso nunca me ha importado —objetó Brittany en voz calma, y respiró hondo.
—Oye, hace semanas que no estoy en casa, no quiero volver a discutir por lo mismo —le dijo Elaine, que se le acercó, le rodeó la cintura con los brazos y la atrajo para sí—. ¿Y si no salimos? —murmuró contra sus labios.
Brittany suspiró y le devolvió el beso, rodeándole los hombros con los brazos.
—Siempre te libras de las discusiones con sexo —le dijo, recostándose contra el mármol
.
Elaine sonrió y le bajó la cremallera de los tejanos lentamente.
—No es cierto —refunfuñó, juguetona—. Solo me encanta sentirte —añadió, deslizando la mano bajo la tela—. Skye está durmiendo la siesta, ¿verdad?
Brittany cerró los ojos y asintió; Elaine le bajó los tejanos hasta las caderas y le arrancó un respingo al bailar con los dedos sobre ella.
Fin de flashback
***
Brittany esbozó una sonrisa triste al evocar aquellos recuerdos felices, tan poco frecuentes. Durante los cinco años que estuvieron juntas, Elaine no había dejado de trabajar ni un solo instante y no había visto crecer a Skye. Ahora... Brittany volvió a ponerse la mano sobre la barriga y dejó escapar un suspiro.
—Adiós, Elaine —susurró.
Se inclinó, la besó en la fría mejilla y salió de la habitación. Ya fuera, se tapó la boca con la mano y se le escapó un sollozo desgarrado. Sue acudió a su lado y la acompañó a la sala de espera.
—Siéntate un momento.
—Gracias. ¿Sabes? Llevaba seis meses preparándome para esto. Elaine y yo lo hemos dejado todo arreglado, pero por alguna razón... —Brittany se interrumpió y se llevó una mano temblorosa a la frente.
—Has sido muy fuerte durante todo este trance, Brittany —le aseguró Sue para consolarla.
—He tenido que serlo. La pobrecita Skye no sabe lo que pasa. Es muy pequeña. Le he dicho que Dios estaba solo y que necesitaba a Elaine más que nosotras, pero no lo entiende y casi me alegro de que sea así. Elaine pasaba mucho tiempo fuera por su trabajo y, por poco que me gustase, eso seguramente hará las cosas más fáciles para Skye. —Brittany suspiró pesadamente antes de continuar—. Nunca habría estado de acuerdo con tener a este bebé si hubiera sabido lo enferma que estaba Elaine. Lo único que queríamos era un hijo de las dos. ¿Te parece algo tan egoísta? —le preguntó a Sue con mirada suplicante.
—No, las dos lo querían. Skye es una niñita preciosa y feliz, y esta de aquí... —le dio una palmadita a Brittany en la barriga—... será igual de feliz. Y es gracias a ti y a Elaine. Aunque si quieres que sea sincera, es sobre todo gracias a ti.
—Lo sé. Elaine quería tener hijos, pero no le gustaba la responsabilidad. Recuerdo suplicarle que cambiara los turnos con la línea aérea para poder pasar más tiempo en casa —suspiró, y echó la cabeza hacia atrás.
La batalla que había librado Elaine con el cáncer durante seis meses había sido devastadora y su muerte representaba casi un alivio. Brittany se sentía culpable de pensar así, pero no podía evitarlo.
Cuando descubrieron que Elaine tenía cáncer de huesos, la enfermedad se extendió muy deprisa. Verla sufrir tanto había sido insoportable.
—Ya no sufre.
Las dos mujeres permanecieron sentadas en silencio un momento, hasta que la puerta del ascensor se abrió y Brittany salió de su ensimismamiento al ver aparecer a una mujer joven con una niña rubia de pelo rizado en brazos, que cacareaba como una gallinita.
Nada más ver a Brittany, estiró los brazos hacia ella; la mujer la dejó en el suelo y Skye corrió hacia Brittany sin dejar de reír. Brittany también se rio y abrazó a Skye cuando la niña fue a subirle al regazo.
—No, espera, cariño. Siéntate al lado de mamá. —Brittany levantó la mirada y sonrió—. ¿Se ha portado bien mi niña, Quinn?
—Por supuesto, como siempre —repuso esta.
Las dos mujeres se miraron a los ojos y Brittany sonrió con tristeza y negó con la cabeza. A Quinn se le saltaron las lágrimas, pero se las enjugó rápidamente.
—Gracias por cuidar a Skye, Quinn.
—De nada. Nos lo hemos pasado muy bien —aseguró Quinn, recuperando la compostura. Le desordenó el pelo a Skye—. ¿Verdad, chiquitina?
Skye asintió y Brittany rodeó a su hija con el brazo.
—¿Te lo has pasado bien, pastelito? —le preguntó Brittany, apartándose el pelo rubio de la cara.
La niña sonrió de oreja a oreja y la miró con sus ojitos azules.
—Sííí, Skye comido helado.
—¿Y le has dado las gracias a Quinn?
Skye asintió y Brittany se levantó con un gruñido, la cogió de la mano y le susurró.
—Venga, Skye. Nos vamos a casa.
—Mamá, aúpa.
Brittany la cogió en brazos y se la sentó en la cadera.
—Dentro de poco mamá ya no podrá llevarte en brazos —le dijo, y le dio un beso en la cabeza.
Todas se dirigieron al ascensor en silencio. Brittany se preguntaba qué iba a pasar ahora. No les quedaba dinero, tendría que dejar su trabajo a media jornada cuando tuviera al bebé. De repente odió a Elaine, la odió por morirse y por no estar allí como debía ser para cuidar de la familia que quería. Tomó aire entrecortadamente y abrazó a Skye más fuerte.
—Llámame para lo que sea. —Sue la besó en la mejilla—. Ya me dirás cuándo es el funeral y si puedo hacer algo. —Se rio cuando Skye también le ofreció la mejilla. Besó a la niña y la miró a los ojos—. Cuida mucho a mamá.
—Vale.
—Gracias por todo, Sue —musitó Brittany, tratando desesperadamente de no echarse a llorar.
Skye frunció el ceño y observó a su madre.
—No llora, mamá.
Brittany se reprimió las lágrimas y se rio.
—No lloro, pastelito. Vámonos a casa. ¿Quieres cenar perritos calientes?
Skye abrió unos ojos como platos y asintió.
—¡Y helado!
***
A la mañana siguiente, Brittany se sentó a la mesa de la cocina para darle el desayuno a Skye.
—Esa boquita bien abierta para mamá —le dijo, y Skye esperó con la boca abierta como un pajarillo—. Aquí viene —rio Brittany, haciéndole el avión con una cucharada de avena.
—Más —pidió Skye, golpeando la mesa con la cuchara.
Brittany dejó escapar una carcajada y volvió a hacerle el avión.
—Ahora, cielo, tú solita —la animó Brittany.
Skye agarró la cuchara de buena gana y se puso a comer muy concentrada. Veinte minutos después, Brittany había fregado el suelo, la mesa y le había limpiado la avena del pelo a Skye.
—Cada vez lo haces mejor, pastelito. Igual que ir al lavabo. Buena chica —la felicitó Brittany.
En cuanto la bajó de la trona, Skye echó a correr hacia el baúl de los juguetes, sacó un par de cosas inútiles de en medio y encontró el libro que buscaba. Entonces se sentó con él en medio de la habitación.
—Juega bien, ¿eh, Skye? —le susurró Brittany, besándola en la cabeza.
Echó un vistazo al escritorio y vio la pila de facturas sin pagar, pero como no quería comerse la cabeza con eso por el momento, se fijó en una fotografía de Elaine y ella, en donde salían riendo y abrazadas. Al mirarla de cerca, se dio cuenta por primera vez de que ella no sonreía: mientras que Elaine se reía, a ella se la veía pensativa.
—¿Dónde estábamos y por qué no sonreía, Skye? —le preguntó Brittany a su hija, que rio y trató de ponerse en pie, solo para caerse de culo—. ¡Ups! Culetazo.
Skye se echó a reír y dio palmas.
—Mamá graciosa.
Brittany se rio con su hija y se frotó el vientre con delicadeza. El bebé se estaba moviendo, como si quisiera formar parte del chiste familiar. Y de repente, sin venir a cuento, Brittany rompió a llorar y se sentó al escritorio con la cara entre las manos. Skye la estudió con el entrecejo fruncido.
—Mamá llora —murmuró, y le tembló la barbilla.
Brittany se limpió las lágrimas enseguida y se obligó a sonreír.
—No, mamá no llora —le aseguró, y echó un vistazo a su alrededor—. Joder... jolines, ¿qué voy a hacer?
Sonó el teléfono y Brittany gimió y estiró la espalda antes de agacharse a descolgar.
—¿Sí?
—¿La señora Brittany Susan Pierce? —preguntó una voz masculina.
—Sí, soy yo.
—Me llamo Finn Hudson y soy el abogado de la señora Bridges. Siento molestarla en un momento como este, pero hay algunos asuntos que tendría que tratar con usted. ¿Podría pasar por mi despacho cuando le sea posible? Se trata del testamento de Elaine.
—¿Testamento? No tenía ni idea de que hubiera hecho testamento —contestó Brittany, frunciendo el ceño.
¿Por qué Elaine no le había hablado nunca de ningún testamento?
Estaba segura de que nunca lo habían discutido. Fue tanta la sorpresa que casi se perdió las siguientes palabras del señor Hudson.
—Sí, está su testamento y también otro asunto, pero me gustaría hablarlo con usted en persona.
—Ningún problema, señor Hudson. —Brittany anotó la dirección y luego tiró el bolígrafo y el teléfono encima de la mesa—. Fantástico.
Más facturas.
***
Los días siguientes pasaron como sumidos en una espesa neblina y Brittany daba gracias a Dios por contar con Sue y Quinn. Por fin terminó el funeral, porque Brittany ya no era capaz de llorar más. Por suerte, Quinn cuidaba a Skye en el apartamento y Brittany se quedó a solas en el cementerio cuando los escasos asistentes se marcharon.
Allí tuvo la extraña sensación de que Elaine aparecería de un momento a otro para reírse del chiste que acababa de gastarle. Eso sería muy propio de ella, pensó, mientras se pasaba la mano por el estómago en gesto ausente. Notaba moverse al bebé, y pensar en la vida que crecía en su interior le arrancó una sonrisa. Al cabo de un segundo se encontró preguntándose cómo iba a sacar adelante a su familia.
Mientras se alejaba de la tumba, deseó que el misterioso testamento fuera la respuesta, aunque en el fondo de su corazón sabía que era mucho esperar.
Sentada en la sala de espera del abogado, Brittany se sentía hinchada y tenía calor. Era el mes de agosto y estaba embarazada de cinco meses. Gracias a Dios se había cuidado y no había engordado demasiado, pero aun así se sentía como el Hindenburg en su viaje inaugural. Echó un vistazo alrededor; se moría por un cucurucho de helado de chocolate.
—¿Señora Pierce?
Brittany levantó la vista y un sonriente señor Hudson le hizo un gesto para que pasara. La mujer se levantó despacio.
—¿Quiere que la ayude?
Ella le hizo un gesto con la mano y lo siguió dentro.
—No, gracias. Puedo sola —le aseguró, antes de tomar asiento con un suspiro en la butaca que le ofrecía.
—Bien, vamos a ver —empezó el abogado, abriendo el expediente.
Brittany le escuchó leer los preliminares del testamento de Elaine y sintió que la invadía de nuevo un sentimiento de irritación. No sabía que Elaine se había tomado el tiempo de hacer testamento, porque era algo de lo que nunca habían hablado.
—Lo siento, señora Pierce. Elaine no tenía seguro de vida. El seguro médico de la compañía aérea pagó los gastos de médicos y hospitales, pero...
—Ya lo sé, señor Hudson. Elaine creía que viviría para siempre.
No pudo evitar enfadarse con ella de repente. Sin seguro de vida, sin haber dejado nada para Skye o para el bebé...
—Me he tomado la libertad de estudiar el caso y, si desea conservar el seguro médico de su hija, puede convertir la póliza en una póliza privada. Por desgracia eso sería...
—Asquerosamente caro —completó Brittany, enfadada—. Pero no me queda otra.
—Si quiere, veré qué puedo hacer —se ofreció el señor Hudson.
—Gracias —aceptó Brittany.
—Bien, continuemos. Todo el dinero está en una cuenta conjunta, como bien sabe, así que no tendrá ningún problema para acceder a los fondos.
—No queda mucho dinero, señor Hudson —informó Brittany—. Cuando decidimos tener una hija gastamos la mayoría de nuestros ahorros. Yo trabajo solo media jornada y tendré que dejarlo cuando nazca la niña. Lo que queda lo usaré para pagar las facturas pendientes.
Brittany también estaba enfadada consigo misma. ¿Había sido egoísta por su parte querer otro hijo? Elaine y ella lo habían planeado así.
Ahora se sentía culpable por las veces que se había enfadado con Elaine por trabajar tanto. Solo intentaba mantenerlas a Skye y a ella.
De repente se sintió muy sola, y pensar en el futuro le resultó aterrador.
—¿Señora Pierce? —la llamó el señor Hudson, para devolverla a la realidad.
—Lo siento, ¿qué decía?
—Una carta. La dejó para usted. Tengo otra para la señora Santana Marie López.
Brittany abrió mucho los ojos.
—¿Santana Marie López? ¿Elaine le ha dejado algo a esa mujer? —inquirió, indignada.
Su reacción sorprendió al señor Hudson.
—La carta está sellada y, como abogado de Elaine, naturalmente no se lo puedo decir. Le ruego que lea su carta.
Brittany cogió el sobre y lo abrió con impaciencia.
“Hola, cariño:
Las dos sabemos cómo estarán las cosas si estás leyendo esto. Lo siento mucho. Pero, oye, quiero que me hagas un favor. Me voy a poner en contacto con Santana Marie López, no te cabrees.
Sabes que te quiero, pero Santana es una mujer fuerte y te ayudará con el bebé. Sé que lo hará por mí, tiene buen corazón. Y sé que ha sido como una espina clavada para ti, pero eso es culpa mía. Al principio me costó dejarla marchar, pero yo te quería a ti.
Sé que no he sido la mejor compañera. Formamos una bonita familia pero yo no estuve lo bastante con ustedes y lo siento mucho. Tú eras tan buena madre y yo... bueno, lo hice lo mejor que pude.
Deja que cuide de ti, de Skye y de la pequeña que está al llegar, solo hasta que puedas salir adelante tú sola.
Perdóname por no estar contigo. Perdóname por no haber estado contigo... Pero no olvides que te quería.
Elaine”
Brittany suspiró y apoyó la carta sobre el regazo, tragándose las lágrimas que se le agolpaban en la garganta. La dobló por la mitad con manos temblorosas y luego la volvió a doblar. Un sentimiento de soledad desesperado la desgarraba por dentro y a duras penas podía respirar. Notó que el señor Hudson la observaba detenidamente.
—¿Conoce a Santana Marie López?
Brittany reconoció la nota de amabilidad en su voz, pero la ignoró y contestó con un gruñido.
—Santana Marie López es la exnovia de Elaine, con la que rompió hace cinco años porque era una fresca arrogante y egoísta que no quería sentar la cabeza —siseó, con los dientes apretados. Que en los momentos descontrolados de pasión Elaine hubiera gritado el nombre de Santana en más de una ocasión no ayudaba precisamente a reprimir su ira—. No —dejó escapar un hondo suspiro—. Nunca llegué a conocerla.
El señor Hudson le dedicó una leve sonrisa y flexionó el cuello con nerviosismo. Brittany le miró.
—¿Está casado, señor Hudson?
—Sí, tengo tres hijos.
Brittany asintió.
—Entonces sabe que los embarazos son una locura.
—Sí —rio él—. Cuando mi mujer estaba embarazada era igual. Lo mejor era mantenerme alejado de la cocina cuando tenía un cuchillo en la mano.
Los dos se quedaron callados un segundo. Luego, el señor Hudson continuó:
—Me temo que va a tener que conocer a esa tal Santana Marie López. Esta es correspondencia legal, así que tengo que entregársela a su abogado y asegurarme de que la lee. Lo que pase después ya es cosa...
—Santana Marie López —repitió Brittany con un gruñido sordo—. Ahora sí que necesito helado.
—Elaine creía que sería bueno para usted contar con la ayuda de una mujer fuerte —ofreció.
Brittany arqueó una ceja en gesto de duda, pero no dijo nada.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Capítulo 2
—Oh, Santana, Dios... qué cosas me haces —gimió Suzette.
Estaba desnuda, tumbada sobre los cojines frente a la enorme chimenea. Suspiró y contempló a Santana mientras le besaba el pecho y frotaba delicadamente su estilizado cuerpo contra ella.
—Dios mío, eres la mejor amante que he tenido nunca —susurró en un gemido gutural.
Santana levantó la cabeza y la miró con sus chispeantes y felinos ojos marrones. Ronroneó contra el pecho de Suzette, que respingó y la agarró de su sedoso cabello oscuro.
—Me lo tomaré como un cumplido, ya que diría que has estado con la mitad de la orilla norte de Chicago —farfulló Santana.
Suzette rio y le tiró del pelo a su amante.
—Lo digo en serio. Eres asombrosa.
—Mi madre decía que si se hace algo, hay que hacerlo bien. Y, mi querida Suzette, tú te mereces que te hagan las cosas bien.
Santana gimió y le mordisqueó el pezón endurecido con cuidado. Entonces alcanzó la coctelera de Martini, vertió la bebida helada en una copa de pie alto y luego le pasó el frío metal por el lateral del pecho a Suzette, que arqueó la espalda.
—Santana —exclamó.
—¿Sí?
Santana le ofreció la copa de Martini y las dos dieron un sorbo silencioso. Entonces Santana cogió la oliva de la copa y se la colocó seductoramente en el ombligo a su amante. Suzette rio cuando Santana le dijo al oído:
—Luego nos ocuparemos de eso.
A continuación le demostró a la adorable Suzette todo lo asombrosa que podía ser.
Enredadas delante del fuego, las dos mujeres jadeaban pesadamente.
—¿Me he comido la oliva?
Suzette se rio.
—Sí, te has comido la oliva y todo lo que se te ha puesto por delante.
Santana levantó la cabeza y la miró con sus traviesos ojos marrones.
—Tenía hambre.
—Deberías volver al trabajo. Me temo que te he interrumpido—suspiró Suzette, pasándole las uñas por la espalda.
—Una interrupción deliciosa. Necesitaba un descanso. No podía pasarme ni un minuto más sentada al piano —aseguró, y le besó el hombro. En ese momento sonó el teléfono y Santana gruñó desde el fondo de la garganta—. Aish... —musitó, pero no se movió.
—Cógelo, podría ser tu productor —le recomendó Suzette, instándola cariñosamente a levantarse.
—Mierda.
Santana rodó para ponerse de espaldas y cogió el teléfono.
—Más vale que sea importante —ladró al auricular, con la vista fija en el techo.
—¿Santana? Soy Will Shuster. Tienes que venir a Chicago. Tengo una carta certificada de un abogado de Holanda. ¿A quién conoces tú en Holanda?
Santana frunció el ceño al percibir la preocupación en su tono de voz, sin apartar la mirada de las largas vigas del techo.
—A nadie. Al menos que yo sepa.
Rio y observó a Suzette moverse entre sus piernas. Contuvo el aliento y le acarició el rubio cabello cuando Suzette se las separó y le besó la cara interior del muslo.
—Wi... Will, estaré allí mañana por la mañana —concluyó, y soltó el teléfono con una exhalación.
—¿Quién era? —le preguntó Suzette al cabo de un rato, acurrucada en brazos de Santana, mientras esta contemplaba las llamas de la chimenea y le acariciaba el hombro distraídamente.
—Mi abogado, Will Shuster. Alguien de... —se interrumpió, y compuso un gesto pensativo—. No me acuerdo de dónde me ha dicho. Bueno, que ha recibido una carta. Parecía preocupado.
Suzette hizo un puchero.
—¿Eso quiere decir que tenemos que marcharnos?
Santana soltó una carcajada.
—No hagas como si te molestase. Sé lo mucho que te gusta la naturaleza.
Suzette levantó la vista y sonrió perezosamente.
—Soy una chica de ciudad. Me encanta Chicago.
Santana se quitó de encima a Suzette de un empujón cariñoso, se levantó con un resoplido y le tendió la mano para ayudarla a levantarse.
—Te encanta gastar dinero —levantó a Suzette y la atrajo a sus brazos.
—No te pongas en plan campestre conmigo, López. A ti también te pirran las luces de la ciudad. No eres capaz de pasar demasiado tiempo lejos de Chicago —alargó la mano y le acarició un seno a Santana—. Me gustaría pensar que tengo algo que ver en eso.
—Deberías —susurró Santana. Entonces rio y se apartó de su amante—. Tengo que organizarme, hemos de salir por la mañana.
Le dio un palmetazo en el trasero y se encaminó al dormitorio.
El trayecto de vuelta desde Lima-Ohio fue largo. Mejor dicho, largo para Santana, porque Suzette se pasó roncando todo el camino hasta llegar a Chicago. Aparcó en el garaje subterráneo del edificio de apartamentos de Suzette.
—Despierta, Bella Durmiente.
Suzette gimió y se desperezó.
—¿Ya hemos llegado?
—Sí, cariño. Gracias por hacerme compañía —replicó Santana, mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
Suzette echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
—Vamos, Suzette. He quedado con Will.
Bajó y sacó dos maletas del maletero. Cabeceando para sí, las llevó al ascensor. Anda que... dos maletas para tres días. Adormilada, Suzette se reunió con Santana en el ascensor.
—Supongo que puedes subirte las maletas sola —le dijo Santana cuando se abrieron las puertas del ascensor. Besó a Suzette y le dio una palmadita en la mejilla—. Te veo en el ensayo. Estúdiate la partitura. Me gustaría escuchar un poco de sentimiento en esos acordes.
—No vayas de chulita, Tana —contestó Suzette, al tiempo que cogía el equipaje y pulsaba el botón—. Me lo he pasado muy bien. Hasta luego.
Agitó la mano como despedida y le lanzó un beso antes de que se cerrara la puerta. Santana se quedó allí un momento, mirando la puerta del ascensor, y esbozó una sonrisa avergonzada.
—Yo también te quiero.
Meneó la cabeza y se marchó. Después de dejar a Suzette en su elegante torre de apartamentos, Santana condujo a través del tráfico del centro de Chicago, cosa que detestaba. En cuanto había ganado lo suficiente como compositora para cine y televisión, había dejado su apartamento de lujo y se había mudado a una cómoda cabaña de madera en la parte alta de Lima-Ohio, convertido en su amado estado de adopción. Su casa estaba junto a un pequeño lago y era como vivir en otro mundo en comparación con el bullicio de su ciudad natal.
Santana sonrió al recordar su infancia en la ciudad. Su madre estaba siempre alimentando su amor por la música y por el piano con sus ánimos constantes. Se rio abiertamente al evocar el día en que les había dicho a su madre y a su abuela que era lesbiana.
Flashback
Tenía diecinueve años y acababa de empezar la universidad con una beca de música...
Sentada al piano en su estudio, Santana se pasó los dedos por la larga melena negra y se crujió los nudillos.
—Arrrgh —gritó su abuela—. No hagas eso. Maribel, dile que no lo haga.
Santana oyó reírse a su madre y volvió a hacerlo. A veces era de lo más divertido sacar de quicio a su abuela. A continuación abrió la partitura y empezó a tocar. Se sentía viva al golpear las teclas negras y blancas con los dedos. Tocó la música que había escrito ella misma, con una sonrisa en la mirada.
Mientras tocaba, levantó la vista y vio a su madre sonriéndole con los ojos marrones anegados en lágrimas.
Su abuela aspiró por la nariz ruidosamente y dio un sorbo de té.
—¿Cómo diantres vas a entrar en el Carnegie Hall si no tocas a los clásicos? —refunfuñó.
Santana sonrió sin dejar de tocar.
—¿Quieres que pare?
—No, ya que estás, acaba —contestó su abuela, que le guiñó el ojo a la madre de Santana.
Santana se detuvo y frunció el ceño.
—¿Qué pasa, Tana? —se interesó Maribel, acercándose al piano.
—No sé cómo acabarla —explicó Santana.
Las dos se miraron a los ojos. Su madre ladeó la cabeza y sonrió.
—Suena muy romántica.
—Supongo.
—¿Es para alguien en particular?
Santana se encogió de hombros.
—Puede.
Nada más oírlo, su abuela se les acercó en menos que canta un gallo.
—¿Quién? No me lo digas. El chico Gentry... ¿cómo se llama? —preguntó con vivo interés.
La madre de Santana no apartó los ojos de ella.
—No es él, ¿verdad, cariño?
Santana notó que se le llenaban los ojos de lágrimas como a su madre.
—No, mamá. No es el chico Gentry.
—¿Entonces quién? —la interrogó alegremente su abuela.
Santana sabía que soñaba con una gran boda en la catedral de San Patricio y pensó que iba a defraudarla terriblemente.
—No creo que quieran saberlo —afirmó Santana.
Rompió el contacto visual con su madre, agachó la mirada y la posó sobre las teclas, acariciándolas con cariño, pero Maribel la cogió de la barbilla y le hizo mirarla a la cara.
Sonreía, llena de curiosidad.
—Yo sí quiero.
—Bueno, y yo también —se apresuró a apuntar su abuela, que no quería quedarse al margen.
Santana tomó aire y miró de reojo la expresión expectante de su abuela antes de decir:
—Nancy Folberg.
Su madre pestañeó y, por un momento, se la vio perpleja, pero enseguida esbozó una sonrisa llena de curiosidad. Tragó saliva y titubeó, como si intentara procesar la información.
Santana aguardó, con el corazón en un puño. Miró a su abuela, que parecía completamente fuera de onda.
—¿Nancy? —repitió—. Pero es una mujer. No entien...
—Madre, por favor —la silenció la madre de Santana, levantando una mano.
—Lo siento, mamá —aseguró Santana, que se sentía súbitamente muy avergonzada.
—Bueno, yo diría que...
—Madre —la advirtió Maribel. Había tanto amor en sus ojos que Santana estuvo a punto de romper a llorar—. ¿Se trata de alguien especial? Conozco a Nancy. Es una chica encantadora.
—Oh, Dios mío —exclamó su abuela, y se dejó caer en la silla más cercana—. Maribel López, no me puedo creer que tu hija esté diciéndote esto y tú...
Ni Santana ni su madre le hicieron ningún caso.
—Sí que lo es, mamá —coincidió Santana—. No... no sé por qué ni cómo. Lo único que sé es que me hace sentir igual que dices que te hacía sentir papá.
Su madre asintió y su sonrisa se ensanchó.
—Entonces es especial y me alegro por ti, Tana. Hablaremos de todo esto luego. Ahora acaba su canción.
Santana frunció el ceño.
—No estoy segura de que sea para ella, sino para alguien...—empezó a decir, aunque no terminó la frase.
Maribel se puso detrás de ella y le cogió la larga melena entre las manos para acariciársela. Santana cerró los ojos mientras su madre le trenzaba perezosamente el pelo. Sabía que para su madre no era fácil y no quería hacerle daño, pero tenía que decirle la verdad.
—Te quiero, Tana. —La besó en la coronilla y a continuación fue hacia su abuela—. Madre, tenemos que hablar.
La mayor de las tres se levantó y Santana le dedicó una sonrisa.
—Te quiero, abuela.
La aludida miró a su nieta con ojos entornados.
—Te pareces a tu madre con esos ojos marrones tan zalameros—afirmó. A continuación esbozó una sonrisa gruñona—. Supongo que es fácil de entender lo que ven las chicas en ti.
La anciana se irguió en toda su estatura y carraspeó.
—¿Y por qué no? También te corre sangre latina por las venas.
Se acercó a su nieta y le tomó el rostro entre las manos.
—Supongo que ya puedo olvidarme de la boda en San Patricio.
—Hasta que no cambien las leyes, me temo que sí —le dijo Santana, sosteniéndole la mano—. Pero cuando llegue el momento y... encuentre a alguien, ¿estarás allí, sea quien sea?
A su abuela se le llenaron los ojos de lágrimas.
—No voy a fingir que lo entienda ni que esté de acuerdo — dijo, aunque asintió—. Pero pobre de ti si tratas de impedírmelo.
Fin de flashback
Santana se sonrió en el presente y se secó la lágrima que le corría mejilla abajo. Su madre ya no estaba, pero nunca olvidaría aquel día. Y hablando de recuerdos, Nancy Folberg no era más que uno remoto a aquellas alturas, aunque había sido su primera experiencia.
Después de ella, Santana había tenido muchas amantes, pero ninguna le había llegado tanto al corazón como para acabar su canción.
Se había concentrado en su carrera musical y ahora, a los treinta años, Santana podía elegir qué trabajos aceptar y venir a Chicago solo cuando tenía sesión de estudio. Normalmente le llevaba un par de semanas y se quedaba en su apartamento de la Torre Lake Point. El resto del tiempo estaba perdida en el bosque.
Si viviera en Los Ángeles o en Nueva York podría estar ganando dinero a manos llenas, pero prefería vivir tranquila y tener una cuenta bancaria pequeña a vivir en la locura salvaje que era Hollywood. Su abuela había apoyado su decisión. Tras la muerte de su madre, había sido su abuela quien la había cuidado. Su abuela, Alma López, estaba empeñada en ver a su nieta feliz y con salud, y la riqueza le parecía algo secundario. Si ser lesbiana la hacía feliz, su abuela lo aceptaría, aunque fuera a regañadientes.
Sonrió al pensar en la matriarca López, siempre pendiente de su vida. Sacó el teléfono móvil y marcó el número familiar.
—¡Hola, abuela!
—¿Quién es?
Santana se rio.
—Soy tu nieta favorita.
—Mmm, solo tengo una, tienes suerte. ¿Cómo estás? Sigues viva, eso es bueno.
Santana hizo una mueca, consciente de la nota de reproche.
—Estoy bien. Lo siento, abuela. ¿Te apetece que vayamos a cenar?
—¿Invitas tú?
—Por supuesto.
—Entonces sí, me encantaría cenar contigo. Elige tú el sitio, que sea caro.
Santana rio de nuevo.
—Lo haré. ¿Qué te parece el Mickey’s, en Halsted? —propuso.
—No me voy a pasar la noche en ese barucho apestoso en el que desperdiciaste tu juventud. Jamás en la vida entenderé por qué tocabas el piano en ese sitio. Y sin cobrar siquiera...
—Recuerdo que el abuelo y tú iban por allí de vez en cuando.
—No seas insolente. Solo por eso me vas a llevar al Charlie Trotter’s.
Santana soltó un gemido.
—Ay, abuela, tendremos que ponernos de punta en blanco.
—No vas a morirte por ponerte un vestido de uvas a peras, Santana Marie López. Aunque solo sea para recordar que eres una mujer.
—Sé que soy una mujer. Pregúntale a Suzette.
Se produjo un silencio sepulcral.
—Te encanta torturarme con tu lesbianismo, ¿verdad? Y ya que has sacado el tema, ya que insistes con ese estilo de vida, ¿no podrías buscarte una buena mujer? ¿Con un coeficiente intelectual mayor al de un zapato?
—Venga ya, Suzette toca el chelo.
—¿Y bien? Es una idiota con talento.
Santana puso los ojos en blanco al tiempo que entraba en el parking de su abogado.
—Estoy en el despacho de Will.
—¿Qué has hecho?
—Nada. Te recojo a las siete. Te quiero.
—Mmm, aun así no voy a darte mi dinero. Yo también te quiero, cielo.
Santana colgó, con una risita. Mentalmente, se preguntaba si se habría metido en algún lío. Era su parte latina, que siempre se sentía culpable. Bajó del ascensor en el octavo piso.
—Soy Santana Marie López. Vengo a ver al picapleitos —anunció con un guiño.
La joven secretaria se ruborizó y se rio del chiste.
—¿Es necesario que coquetees con mi secretaria? —le llegó la voz de Will desde el despacho.
Santana soltó una carcajada y entró.
—No, pero a veces tengo que hacerlo.
Se sentó y estiró las largas piernas. Llevaba tejanos y se distrajo volteando las gafas de sol al tiempo que se apartaba un grueso mechón de pelo de la frente.
—¿Y bien? ¿Me ha demandado alguien, Will?
—Te veo seria —comentó Will. Luego farfulló—. Si es que Santana Marie López puede ponerse seria.
—Lo he oído —protestó ella, agitando el dedo en su dirección—. Pareces mi abuela.
—Espero que Alma siga bien —deseó Will, mientras abría un sobre de manila—. Y no tengo ni idea de si te han demandado. Debes de sentirte culpable por algo. —Ignoró la risa de Santana y continuó—: La carta introductoria dice que eres parte del testamento de alguien. Una tal Elaine Bridges —anunció, mirándola por encima de las gafas.
Santana dejó de jugar con las gafas de sol de golpe y arrugó el ceño. Entonces se echó hacia delante en la silla y cogió la carta que le tendía Will.
—Entiendo, pues, que la conocías.
—¿Conocerla? Sí, la conocía —repuso Santana lentamente, tragando saliva con dificultad.
El corazón le latía en las sienes al abrir cuidadosamente la carta.
“Querida Tana:
Han pasado cinco años, ¿verdad? Siento tener que escribirte así, pero no hay otra manera.
¿Resumiendo? Me han diagnosticado un cáncer de huesos y para cuando leas esto, bueno... Parece algo sacado de una película de esas para las que compones.
En fin, tengo un gran problema. La última vez que hablamos te conté que había conocido a una mujer maravillosa y que me enamoré de ella, ¿te acuerdas? Brittany Susan Pierce. Bueno, ella también se enamoró de mí, quién iba a pensarlo, y formamos una familia. Ya sabes cuánto quería tener una.
¿Sabes?, tenías razón cuando hace años me dijiste que no estaba preparada para tener una familia. Me dijiste que estaba enamorada de la idea de una familia, pero que nunca podría asumir la responsabilidad. Tenías razón.
Brittany también quería una familia y es una madre fantástica. Tenemos una hija, Skye, que es una niña maravillosa, aunque no me conoce demasiado. Todavía trabajo en la compañía aérea y paso fuera la mayor parte del tiempo. Es algo que lamentaré siempre. Me he perdido muchas cosas de Skye. Ahora ya nunca podré recuperar ese tiempo.
La he jodido en todo. Brittany se esforzó mucho en crear una vida para nosotras y yo no lo vi venir. Tengo miedo de haberla dejado sola, con una hija y otra en camino. Sale de cuentas en diciembre.
Por favor, por favor ayúdala. Sabe quién eres. Solo necesita a alguien que la ayude hasta que nazca el bebé y pueda salir adelante.
Creo que eres la única persona que me queda a la que no he cabreado. Incluso Brittany ha estado a punto de dejarme unas cuantas veces.
Una vez me quisiste. Sé que es injusto usar eso y que no tengo derecho a pedírtelo y que tú no me debes nada. Pero te suplico que cuides de ellas por mí. No tengo a nadie más, Santana.
Elaine”
Santana se había quedado atónita y Will rodeó la mesa y se sentó en el borde.
—Santana, como abogado tuyo, ¿me permites? —le pidió con amabilidad.
Ella le pasó la carta, como en trance, y Will la leyó y la releyó. Levantó la vista para mirar a Santana, pero esta tenía los ojos pegados al suelo y el ceño fruncido.
—Bueno —empezó, doblando la carta—. ¿Qué vas a hacer?
Santana le lanzó una mirada incendiaria a su abogado y amigo.
—¿Hacer? —aulló, se levantó y empezó a pasear arriba y abajo—. No voy a hacer nada. Elaine me dejó hace cinco años, porque quería tener hijos. Pues ya has leído la carta... yo tenía razón. La jodió y ahora tiene a una mujer, a una hija y a otra a punto de nacer de un momento a otro. ¡Joder!
Will hizo una mueca, pero no interrumpió su diatriba hasta que terminó.
—Santana —dijo entonces. Ella lo fulminó con la mirada y Will inspiró hondo y expiró despacio—. No te había visto tan furiosa desde... bueno, desde aquel incidente en el Orchestra Hall. El violinista se pasó una semana llorando —comentó, con una ligera sonrisa—. Te pasaste un poco con el pobre Donald.
Por un instante, Santana se relajó y sonrió un poco. Sí que había hecho llorar al pobre tipo: era un violinista terrible. No obstante, enseguida volvió a dominarla el enfado.
—¡Joder! —rugió—. ¡Y ahora va y se muere!
Se desplomó sobre la silla y hundió el rostro entre las manos.
—Claramente sabía que podía contar contigo.
Santana soltó un bufido.
—Pues se equivocaba. ¿Qué sé yo de críos? Mira la vida que llevo —enunció lentamente, como si se lo explicara.
Will se rio de su sarcasmo.
—Estoy soltera y me gusta ser soltera. Sí, soy lesbiana y me gusta tener la libertad de tener relaciones íntimas sin que la segunda cita implique irnos a vivir juntas. Vivo en el bosque, al lado de un lago. ¿Y sabes por qué vivo en el bosque, al lado de un lago?
—Sin ánimo de plagiar el título de la película, pero... ¿para estar «lejos del mundanal ruido»? —respondió Will, complaciente.
—Sí, exactamente.
—Está embarazada y no tiene adónde ir.
Santana se puso en pie y frunció el ceño, confusa.
—¿Cómo sabes que no tiene adónde ir?
Will volvió a dar la vuelta al escritorio, recuperó la carta introductoria y se la pasó. Santana la leyó en alto.
—Querido Sr. Bla bla, ese eres tú. Soy el Sr. Hudson, ese es él... —leyó la carta en diagonal hasta localizar el párrafo que buscaba. Lo leyó y hundió los hombros—. Joder, sin dinero, sin casa. Hay que joderse —volvió a dejarse caer en la silla—. No.
—Santana —insistió Will—. Está casi en el tercer trimestre.
—Pues cuando se gradúe le daré una fiesta.
—Quiere decir que tendrá a la niña en diciembre —espetó él.
Santana parpadeó.
—Oh —musitó estúpidamente. Luego se echó las manos a la cabeza—. ¿Lo ves? No sé nada sobre embarazos ni sobre bebés—exclamó en tono teatral.
Al principio, Will no dijo nada, pero le lanzó la clase de mirada paternal que Santana adoraba en él. Subyugada, se sentó de nuevo.
—Santana Marie López.
—Ya empezamos.
—Te conozco desde que... bueno, desde que eras muy joven. Has vivido toda la vida como te ha dado la gana. Eres una persona segura de ti misma, has salido del armario y no te importa quién lo sepa. Tienes talento, eres guapa...
—De momento me gusta, pero me da la impresión de que de un momento a otro viene el jarro de agua fría y me va a calar hasta la rabadilla —refunfuñó, frotándose las sienes.
—Te he visto hacer cosas maravillosas con tu música. Te he visto ayudar a todos esos niños cuando creías que nadie lo sabía. Pero a veces eres la mocosa más arrogante, tozuda, hedonista y caprichosa que he conocido nunca —afirmó. Santana lo dejó proseguir, con la ceja levantada—. Necesitas a esa mujer. La necesitas muchísimo, porque un día de estos, Santana Marie López, te despertarás y te encontrarás completamente sola. Ya vas por ese camino.
—Solo tengo treinta años —replicó ella, en su tono más razonable.
—Renuncio —él dejó el bolígrafo sobre la mesa—. Si no te das cuenta de lo importante que es esto...
Santana hizo una mueca y respiró hondo.
—Muy bien, dame su número.
—Ya... llamé a su abogado anoche. Luego de su vuelo que venía de Holanda, la ha montado en el autobús de la mañana. Llega a la estación Greyhound de Rhinelander dentro de dos días. Yo le ofrecí un billete de avión, pero al parecer la señora Pierce es orgullosa. Esto tampoco es fácil para ella, Santana —le sonrió dolorosamente.
Ella le dedicó una mirada asesina y se inclinó sobre el escritorio.
—Santana, estás haciendo algo genial. Lo... lo sabes —aseguró Will, que se echó hacia atrás—. No dejes que tu legendaria mala leche te pierda.
Santana esbozó una sonrisa lobuna.
—Sí, y no me arrepiento de tirar el atril de aquel músico por la ventana. Y tuvo suerte de no ir detrás.
Will sonrió levemente y se ocultó tras la protección que le ofrecían las gafas.
Santana se quedó quieta y tomó aire, emanando indignación. Se puso las gafas de sol y estiró el cuello a lado y lado.
Las cervicales le crujieron al alinearse, y Will reprimió una mueca.
—Te... te iría bien un masaje —ofreció, sonriente. Santana le devolvió una mirada incendiaria—. Si necesitas cualquier cosa, llámame a mí o a Emma. Ella ha cuidado de mis dos hijos. —Ante la mirada de extrañeza de Santana, hizo un gesto distraído con la mano—. Ya sabes a qué me refiero.
—Que tengas un buen día, Will. Ten por seguro que te llamaré —dijo entre dientes, y salió del despacho como un vendaval, dejando la puerta abierta.
Su secretaria asomó la cabeza al interior del despacho.
—¿Betty? Necesito una copa.
Santana se hizo unos largos en la piscina de su gimnasio.
«Joder, ¿niñas? ¿Una madre? ¿Qué se supone que tengo que hacer con ellas?»
Se detuvo a los veinte minutos, sin aliento, y se puso de pie en la parte menos profunda de la piscina. Se arrancó las gafas de natación y las lanzó al otro lado de la piscina con enfado. Algunas cabezas se volvieron para mirarla cuando salía del agua de un salto fluido e iba a coger la toalla.
Ni siquiera la sauna la ayudó. Allí dentro, sentada desnuda con solo una sábana cubriendo parte de su esbelto cuerpo, respiró hondo y recordó a Elaine Bridges.
Estuvieron juntas casi cuatro años y Santana se sentía satisfecha y feliz. Elaine era piloto y pasaba mucho tiempo fuera. Seguramente por eso Santana se sentía satisfecha y feliz. Aun así, quería a Elaine más de lo que había querido a nadie, y eso era mucho decir para Santana Marie López. Hasta que, un buen día, Elaine dejó caer la bomba: hijos. Santana trató de entenderla, pero sencillamente aquello no le iba. Un niño debía tener a una madre y a un padre, o al menos a una pareja casada, ya fuera gay o hetero. Pero Elaine quería hijos y por esa razón abandonó a Santana. De eso hacía cinco años y desde entonces Santana había vuelto a su rutina de amantes esporádicas, buen sexo y ningún compromiso a largo plazo.
«Muy bien, ayudaré a la Brittany Pierce esa y a su familia. Las dejaré quedarse en la cabaña y yo me quedaré en la ciudad. Mierda, odio la ciudad.»
Entonces se le ocurrió que a lo mejor a Brittany le gustaba más el apartamento. Pero no, ¿una niña pequeña en un décimo piso? Eran ganas de asegurarse un viaje a urgencias. Casi se imaginaba a la renacuaja colgando del balcón...
—Mierda —maldijo, y fue a meterse en la ducha.
Y BUENO, ESPERO QUE LA HISTORIA LES HAYA GUSTADO PORQUE SE VIENEN COSAS MUY INTERESANTES (por ejemplo, ¿quién logrará que Santana termine esa canción que compuso pero que no concluyó cuando era más joven?, etc.), SE PREGUNTARÁN ¿POR QUÉ NO PUSE ADELANTOS?, HONESTAMENTE TENGO ALGO DE TRABAJO UNIVERSITARIO QUE DEBO EMPEZAR Y ACABAR.....AUNQUE POR ESO QUISE RECOMPENSARLAR CON UNA ACTUALIZACIÓN DOBLE
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
hola clau,..
me encanta los primeros cap,...
va a ser interesante la vida de las dos,..
san una autentica gigoló!!! y britt mas tranquila!!!
nos vemos!!!
me encanta los primeros cap,...
va a ser interesante la vida de las dos,..
san una autentica gigoló!!! y britt mas tranquila!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Se ve de un bueno!!!! en fin, esperare con autentica desesperacion la continuacion de este fic!!!! hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Tan solo que vea a brittany, santana va a caer.
Saludos,
Saludos,
JanethValenciaaf********- - Mensajes : 659
Fecha de inscripción : 20/01/2015
Edad : 25
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Le van a estrujar el corazón a San!!! Me encanta!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
3:) escribió:hola clau,..
me encanta los primeros cap,...
va a ser interesante la vida de las dos,..
san una autentica gigoló!!! y britt mas tranquila!!!
nos vemos!!!
cierto......pero a San le va a caer bastante bien este cambio de vida
micky morales escribió:Se ve de un bueno!!!! en fin, esperare con autentica desesperacion la continuacion de este fic!!!! hasta pronto.
ya verás que la historia te gustará bastante.......una de las cosas que seguro te llamará la atención como a mí será la personalidad de la abuela de San
JanethValenciaaf escribió:Tan solo que vea a brittany, santana va a caer.
Saludos,
si.......en uno de los capítulos San le confesará a Britt lo que sintió cuando la vió por primera vez en la estación de buses
monica.santander escribió:Le van a estrujar el corazón a San!!! Me encanta!!
Saludos
tanto como Britt y su pequeña se harán un gran espacio en la vida y corazón de San
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Hola……….buenos días a todas/os……….espero que disfruten esta nueva historia……..así que a LEER….como les dije en una de las últimas actualizaciones de la anterior historia, este fic tiene un elemento distinto a todas las otras historias.......quizás me encantó la interesante personalidad de la abuela de Santana (y en cierta forma pienso en que me hubiese encantado que en la serie se mostrará mayor interacción entre Britt, Santana y su abuela) y la pequeña Skye (cuando empiecen a leer la historia entenderán porque lo digo)........espero que esta historia les guste tanto como a mí......
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22641p210-fanfic-brittana-madam-president-sinopsis-cap-final-08-de-marzo-2016-2da-parte
(Madam President)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22658p100-fanfic-brittana-forever-with-me-sinopsis-prologo-epilogo-23-de-abril-2016-adap#554151
(Forever With Me)
*Actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=-pvWZKOF-r8
*por más que intenté NO pude quitarme esta canción de la mente jejejeje
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia, además de que esto me pareció lo más conveniente) (solo puse el título en inglés), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Vientos Celestiales” y es de autoría de Kate Sweeney (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); hallé casualmente esta obra hace un año atrás aproximadamente en un valioso blog llamado NOESTOYSOLASOYINDEPENDIENTE (en el archivo pdf que descargué en aquella ocasión no aparece el nombre de quien o quienes se hayan encargado de traducirla, corregirla o algo) (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original la podrán encontrar en distintos blogs o web site).
Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Chicago entre otros, tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Lima, Ohio y decidí mantener Chicago e incluí otros. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades (en otros casos, conserve el nombre de personajes que se mencionan en la historia original), aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de: sinopsis + 23 capítulos + epílogo, “Vientos Celestiales” es la primera obra que leí de Kate Sweeney, y honestamente me fascinó y a la vez me encantó infinitamente.………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 3
Alma López se miró en el espejo y se tocó el pelo plateado de las sienes.
—No está mal para tener setenta y nueve —le susurró a su reflejo—. Y para haber tenido una hija a los dieciocho y una nieta a los treinta y nueve.
Le echó un vistazo al reloj que había sobre la repisa de la chimenea. Eran exactamente las 19.15. Dio un sorbo de Martini y meneó la cabeza.
—Niña idiota... Como me llame con alguna excusa barata... —En ese momento sonó el timbre de la puerta y Alma exclamó—: ¡Está abierta!
Santana entró con gesto ceñudo.
—Por amor de Dios, abuela. Tienes que cerrar la puerta.
—Vivo en un buen vecindario. Además, tengo una pistola —rio.
Se dio cuenta de que su nieta ni siquiera sonreía, sino que se fue a la sala de estar y se dejó caer en el sofá.
—¿Qué pasa? —le preguntó—. Has hecho algo malo, ¿verdad?
—No, no he hecho nada malo —replicó Santana, y observó la copa de Martini—. ¿Hay para mí?
—Hay para cuatro más —aseguró su abuela—. Y por la cara que traes, los necesitas.
Santana fue al mueble-bar, se sirvió un Martini y le añadió varias olivas. Alma no abrió la boca y se limitó a estudiar detenidamente a su nieta, que tomó asiento de nuevo en el sofá, dio un largo sorbo de Martini y dejó escapar un profundo suspiro.
—Me parece que vamos a cenar en casa —afirmó Alma en tono neutro—. No te veo de humor para el Charlie Trotter’s.
Se quitó los zapatos, cogió su copa y echó a andar pasillo abajo.
—Ven conmigo —la llamó por encima del hombro—. Y trae la coctelera.
—No es necesario que hagas la cena —se apresuró a asegurar Santana, mientras la seguía con la coctelera en la mano.
—No la voy a hacer yo, sino tú —le dijo Alma, sentándose a la mesa de la cocina—. María acaba de ir a comprar, así que la nevera está llena. Tú misma —la animó.
Dicho lo cual, alzó la copa y dio un trago.
—Abuela, no sé cocinar.
—¿Aún no has aprendido? ¿Cómo diantres vas a encontrar pareja si no sabes poner agua a hervir? Siéntate —ordenó.
Santana se sentó y dio un trago de Martini. Mientras tanto, Alma se levantó y fue a hurgar en la nevera.
—¿Qué te apetece? —preguntó, asomando la cabeza un segundo desde el interior de la nevera.
—¿Un buen chuletón?
—Algo ligero e italiano. Y ahora cuéntame qué te pasa.
Santana gimió mientras Alma empezaba a sacar los ingredientes para preparar una ensalada de primero.
—Me llamó Will.
—Eso ya lo sé. ¿Qué quería? —inquirió, al tiempo que dejaba sobre la mesa la carne, las olivas, el tomate y el queso—. Corta el queso.
—Muy graciosa —farfulló Santana, aceptando el cuchillo—. Parece ser que mi pasado ha vuelto para atormentarme.
—¿En qué sentido? —quiso saber Alma—. ¿No me digas que has dejado embarazada a alguien? —apuntó, parpadeando con una dulce sonrisa de inocencia.
Santana la fulminó con la mirada.
—¿Podemos dejar el numerito Hermanos Marx un segundo? Se ve que una ex mía acaba de morir.
—Oh, cariño. Lo siento —dijo enseguida Alma, que se volvió y dejó el aceite de oliva y el pan en la mesa.
—No pasa nada, hacía cinco años que no veía a Elaine. Nosotras no... no estábamos hechas la una para la otra. Ella quería tener niños.
—¿Y tú no? —preguntó su abuela—. Creía que te gustaban los niños.
—Y me gustan, pero Elaine no estaba preparada para asumir esa responsabilidad y en aquel momento yo tampoco lo estaba. Para ella fue motivo de ruptura, pero yo no me veía trayendo a un niño al mundo en las condiciones en las que estábamos Elaine y yo.
Alma dispuso la ensalada y la aliñó con el aceite.
—¿Qué condiciones eran esas?
Santana dio un nuevo sorbo de Martini y rumió la respuesta mientras Alma aguardaba y cortaba rebanadas de pan.
—Yo estaba siempre yendo y viniendo de Chicago a Los Ángeles. Elaine era piloto, o copiloto en aquel entonces, y se pasaba la vida volando a todas partes. Vivía en Colorado, pero yo cogía un avión para ir a verla cuando hacía escala donde fuera. Teníamos un estilo de vida muy bohemio.
Alma asintió, comprensiva, y Santana levantó la mirada, algo azorada.
—Ya sé que no apruebas mi estilo de vida, pero no voy a pedir perdón.
—Santana, hace muchos años, el día que estábamos en la sala de estar con tu madre, te dije que no iba a pretender entender que fueras lesbiana, pero en este tiempo te he visto crecer y convertirte en una mujer madura, bondadosa y con talento. La verdad es que me cuesta encontrar alguna razón para criticar cómo eres —afirmó, al tiempo que le pasaba a su nieta un plato de ensalada—. Y en lo que respecta a llevar un estilo de vida bohemio, deja que te cuente algo: tu abuelo y yo no fuimos siempre viejos y aburridos.
Santana levantó la mirada, con la boca llena.
—¿Qué quieres decir?
Alma hizo una mueca burlona, se sentó relajadamente con su copa en la mano y masticó una oliva con una sonrisa de oreja a oreja.
—Nosotros también éramos bastante bohemios cuando éramos jóvenes.
Santana ladeó la cabeza y le lanzó una mirada juguetona a su abuela.
—Venga, desembucha.
Alma se echó a reír.
—Conocí a tu abuelo a los dieciséis años. Él tenía diecinueve e iba a la universidad.
A Santana casi se le salieron los ojos de las órbitas, pero Alma asintió.
—Sí, me enamoré del memo de George López y ya nunca miré atrás. Acabé el colegio y me casé con él con diecisiete años y tuve a tu madre un año después. Viajamos por todo el país con su grupo de música. Sabes que tu abuelo era músico, ¿verdad? Tocaba el clarinete —suspiró, y dio un mordisco de queso—. Diantres, eso es lo que me conquistó.
—¿El qué?
—El clarinete. En cuanto empezó a tocar, estuve perdida. Lo tocaba como si fuera un amante y me daba unas serenatas que hacían que me temblaran las rodillas —rio Alma, y se comió otra oliva—. Era un demonio.
Santana rio a coro.
—Solo le recuerdo como profesor de música. ¿Por qué no me lo habías contado? ¿Y por qué siempre quisiste que yo fuera a una universidad privada?
—Supongo que quería que tuvieras más de lo que habíamos tenido tu madre y yo. Tenías mucho talento. Te lo vimos ya de muy pequeña.
Santana alargó el brazo y le cogió la mano.
—Tengo todo lo que quiero, abuela. Soy feliz y me siento satisfecha, sin haber vendido mi alma por un fajo de billetes —aseguró. Entonces se apoyó en el respaldo de la silla y frunció el ceño—. Creía que era feliz cuando estaba con Elaine, pero me cogió a contrapié con lo de tener hijos... No sé. Se me dispararon todas las alarmas y tuve que tomar una decisión.
Las dos se quedaron en silencio unos segundos, hasta que Alma volvió a hablar.
—¿Qué tiene que ver Will con todo esto?
Como si despertara de un sueño, Santana miró a su abuela y parpadeó.
—Elaine tenía cáncer de huesos y murió hace dos semanas. Ha dejado atrás a una familia sin recursos y me ha pedido ayuda.
—Guau.
—Sí, guau.
Alma estudió a su única nieta con atención.
—¿Cómo de grande es esa familia?
—Una niña y otra en camino, según parece —contestó Santana, que se sirvió otro Martini y le puso varias olivas para enfatizar la gravedad de la situación.
—¿Qué vas a hacer?
Santana respiró hondo antes de responder.
—Voy a dejar que esa tal Brittany Pierce se quede en la cabaña. Está haciendo no sé qué de un trimestre y tiene que parir en diciembre.
Alma arrugó las cejas y a continuación estalló en carcajadas.
—¿No sé qué de un trimestre?
Santana se puso roja y se pasó los dedos por el pelo.
—¿Te das cuenta de lo absurdo que es esto? ¿Qué mierdas sé yo de críos?
—Para empezar —le dijo su abuela—, cuando Brittany Pierce llegue con su familia a Lima-Ohio tendrás que dejar de decir palabrotas.
—Estará allí en un par de días, a última hora de la tarde.
—¿Y ella está de acuerdo con todo esto? ¿Con viajar embarazada y con una niña pequeña?
—Bueno, supongo que está acostumbrada a que se ocupen de ella. Pero si cree que me va a tener comiendo de su mano porque se ha quedado preñada, va lista.
Alma enarcó una ceja ante el arrebato de su nieta, que se sentó con los brazos cruzados como una niña enfadada.
—No la juzgues tan deprisa, Santana. No sabes cómo han ido las cosas.
—Sé cómo han ido las cosas —gruñó esta—. Ha pasado exactamente lo que yo evité: dos mujeres irresponsables se han puesto a tener hijos. Pero resulta que una se muere y deja un lío de narices para que lo limpien otros.
—Estás siendo muy cruel, Santana Marie López.
—Es posible, pero tengo toda la razón del mundo.
Alma detectó la amargura en la voz de su nieta y no pudo menos que preguntarse cómo sería aquella Brittany Pierce. De todas maneras, fuera como fuera seguro que representaba una mejora en comparación con la chelista.
**********************************************************************************************
Breves adelantos cap. 4
—¿Señora Pierce? —llamó una voz de mujer.
Brittany levantó la vista y se quedó de piedra al ver a la despampanante mujer que se había plantado delante de ella. Era hermosa, de piel morena... y tenía el ceño fruncido. Debía de ser Santana Marie López.
—Sí. ¿Señora López?
Santana asintió.
—Deje... deje que la ayude. Así podremos salir de este calor infernal —le dijo.
Entonces miró a Skye y Brittany tuvo que disimular una sonrisa cuando su hija le devolvió la mirada y le arrancó una mueca.
—Hola —la saludó Skye con una risita.
Brittany desvió la mirada y reprimió una carcajada cuando el ceño de Santana se acentuó aún más.
—Hola —le devolvió el saludo Santana en tono seco, y les cogió las bolsas.
Brittany se quedó muy sorprendida de que pudiera con las tres, incluida la bolsa de los pañales.
++++++
—Estoy aquí —la llamó Santana.
Brittany vio que había preparado té helado.
—He pensado que podríamos sentarnos fuera. Hace un poco más de fresco.
—Gracias.
Se sentaron en el porche y no hablaron demasiado durante un rato. Al final, Brittany miró a Santana de reojo mientras esta contemplaba el lago.
—Le... le agradezco mucho que nos ayude. Solo es que... bueno, nosotras no...
—Señora Pierce, conocía a Elaine, así que no tiene que explicarme nada.
Brittany se enfadó por el tonillo irónico de la otra mujer.
—¿Y eso qué significa exactamente?
++++++
—¿Qué coño estoy haciendo? —Sacó el móvil y marcó—. ¿Abuela?
—Mmm, suenas crispada. ¿Qué tal va la vida doméstica de momento?
—Esto es lo más estúpido que he hecho nunca.
—Ajá. No olvides a Suzette. ¿Cómo es Brittany Pierce?
—No lo sé. Es... —Santana guardó silencio y pensó en su larga melena rubia y en sus brillantes ojos azules al tratar de reprimir el llanto—... una embarazada.
Su abuela se rio al otro lado del auricular.
—Sé amable con esa mujer. Está pasando por un momento muy duro.
—¿Ella? —chilló Santana, mientras repasaba la lista—. ¿Y yo qué?
—¿Y tú qué? ¿Estás embarazada de cinco meses, con una hija de tres años y sin dinero?
Santana se apartó el teléfono de la oreja y miró al cielo.
—¿Dónde estás?
—Estoy en el súper del pueblo —respondió, y arrugó la cara al oír cómo su abuela se partía de risa.
—No me lo digas —rio—. Te ha dado una lista.
—Abuela... —la advirtió Santana, mientras empujaba el carro por el pasillo casi desierto.
—¿Y para qué me llamas, cariño?
—Esto... ¿qué rayos es un dodotis? —soltó Santana de golpe.
La anciana volvió a carcajearse.
—Es un pañal, tontaina. Dios mío, ¡qué mujer!
Santana se paró y cerró los ojos, mientras Alma López carraspeaba.
—Ve al pasillo donde está el papel higiénico y todo eso.
Santana llevó el carro al lugar indicado y los encontró.
—Vale, ya los tengo.
—¿Algo más... mami?
Santana volvió a apartarse el teléfono de la oreja y estuvo a punto de tirarlo al suelo, hasta que recordó que era su móvil e inspiró hondo antes de contestar.
—No, gracias. Adiós, abuela.
—Creo que quiero conocer a esa mujer y...
—No —la cortó Santana—. Luego te llamo. Sabes que te quiero.
Se hizo una pausa de varios segundos.
—Claro que lo sé. Yo también te quiero. ¿A qué viene eso? ¿Es por la señora Pierce o por la pequeña? ¿Cómo se llama, por cierto?
—Skye —contestó Santana con una carcajada, mientras hacía malabares para coger el siguiente artículo de la lista y aguantar el móvil al mismo tiempo—. Tiene mucho carácter.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Jajaja, esa abuela se va llevar muy bien con las chica, mira que quiere conocer a brittany y a Skye, creo que la abuela, ya le preocupaba que su nieta, no le diera bisnietos. Saludos..
JanethValenciaaf********- - Mensajes : 659
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Edad : 25
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
jajajajajajajajajaja cuando una historia te deja en estado de desesperacion para continuarla es que es definitivamente buena y en cuanto a esa abuela ya me encanta, a esperar ese encuentro con la nueva familia!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
hola clau,..
me encanta,..
muero por el encuentro jajaja
es normal el miedo de san por algo nuevo y completamente diferente!!
nos vemos!!!
me encanta,..
muero por el encuentro jajaja
es normal el miedo de san por algo nuevo y completamente diferente!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
hola, voy a disfrutar mucho si Alma va estar a lo largo de la historia, parece que santana esta recibiendo la leccion de su vida. nos vemos actualiza pronto
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
JanethValenciaaf escribió:Jajaja, esa abuela se va llevar muy bien con las chica, mira que quiere conocer a brittany y a Skye, creo que la abuela, ya le preocupaba que su nieta, no le diera bisnietos. Saludos..
tienes razón.....la abuela de San jugará un papel importante en la historia
micky morales escribió:jajajajajajajajajaja cuando una historia te deja en estado de desesperacion para continuarla es que es definitivamente buena y en cuanto a esa abuela ya me encanta, a esperar ese encuentro con la nueva familia!!!!
se los había dicho en algún momento.......la actitud de la abuela de esta historia es divertida e interesante
3:) escribió:hola clau,..
me encanta,..
muero por el encuentro jajaja
es normal el miedo de san por algo nuevo y completamente diferente!!
nos vemos!!!
el cambio en la vida de San será para bien
marthagr81@yahoo.es escribió:hola, voy a disfrutar mucho si Alma va estar a lo largo de la historia, parece que santana esta recibiendo la leccion de su vida. nos vemos actualiza pronto
ya verás que amarás el rol de Alma en la historia
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten esta nueva historia……..así que a LEER….como les dije en una de las últimas actualizaciones de la anterior historia, este fic tiene un elemento distinto a todas las otras historias.......quizás me encantó la interesante personalidad de la abuela de Santana (y en cierta forma pienso en que me hubiese encantado que en la serie se mostrará mayor interacción entre Britt, Santana y su abuela) y la pequeña Skye (cuando empiecen a leer la historia entenderán porque lo digo)........espero que esta historia les guste tanto como a mí......
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22641p210-fanfic-brittana-madam-president-sinopsis-cap-final-08-de-marzo-2016-2da-parte
(Madam President)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22658p100-fanfic-brittana-forever-with-me-sinopsis-prologo-epilogo-23-de-abril-2016-adap#554151
(Forever With Me)
*Actualización: día SÁBADO…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=PUX7QmQF1go
*por más que intenté NO pude quitarme esta canción de la mente….además de que creo que es la más indicada para el GRAN cambio que se le viene a San con la llegada de 2 personas especiales a su vida (con una más en su camino)
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia, además de que esto me pareció lo más conveniente) (solo puse el título en inglés), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Vientos Celestiales” y es de autoría de Kate Sweeney (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); hallé casualmente esta obra hace un año atrás aproximadamente en un valioso blog llamado NOESTOYSOLASOYINDEPENDIENTE (en el archivo pdf que descargué en aquella ocasión no aparece el nombre de quien o quienes se hayan encargado de traducirla, corregirla o algo) (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original la podrán encontrar en distintos blogs o web site).
Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Chicago entre otros, tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Lima, Ohio y decidí mantener Chicago e incluí otros. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades (en otros casos, conserve el nombre de personajes que se mencionan en la historia original), aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de: sinopsis + 23 capítulos + epílogo, “Vientos Celestiales” es la primera obra que leí de Kate Sweeney, y honestamente me fascinó y a la vez me encantó infinitamente.………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 4
—¿Estás segura de que quieres hacer esto, Brittany? —insistió Sue, aceptando la copa de vino que le acercaba su amiga al sofá.
—Tengo que hacerlo, Sue. Quinn dijo que tenía un amigo que me alquilaría el apartamento amueblado. Espero volver cuando nazca el bebé y pueda buscar trabajo otra vez —repuso Brittany. Echó un vistazo alrededor y suspiró—. Aunque Elaine pasaba fuera la mayor parte del tiempo, este sitio me trae muchos recuerdos.
Y sin embargo, la imagen que le vino a la cabeza fue la de noches interminables, sola en la cama.
—¿Por qué no me dejas ayudarte? —pidió Sue—. Puedo ayudarte con...
Brittany negó con la cabeza.
—No, por favor. Tú tienes mucho trabajo en el hospital y una familia y facturas propias que pagar. Ya bastante haces con guardarme las cosas —aseguró Brittany. Se sentó en el sofá y dejó escapar un suspiro cansado, al tiempo que le daba a Sue una palmadita en la rodilla—. Le he dado muchas vueltas desde que fui a ver al abogado de Elaine y ya no puedo pensarlo más. No tengo trabajo y no tengo dinero para pagar la casa. Skye necesita estabilidad y, antes de que te des cuenta, esta otra pequeñaja estará aquí —dijo, pasándose la mano por la barriga.
—Lo entiendo. Si esa mujer conocía a Elaine puede que las cosas funcionen. Es muy generoso por su parte ofrecerse a ayudar.
—Me siento como un acto de caridad. Gracias a Dios, el sobrino del abogado de Elaine me ha comprado el coche, porque necesitaba ese dinero.
Sue alzó la copa.
—Bueno, cielo. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes que estoy aquí para lo que quieras. Por Lima-Ohio y por los nuevos comienzos.
Brittany le sonrió y brindó con el vaso de té helado.
—Esperemos.
******
Al llegar a Lima-Ohio, Brittany cogió a Skye de la mano para bajar del autobús. La espalda le dolía horrores y dejó escapar un bufido. El sol tórrido de agosto caía a plomo sobre sus cabezas.
—Mamá, calor —protestó Skye, frotándose los ojos.
—Lo sé, cariño. Ahora vendrá una persona a buscarnos —la tranquilizó con una palmadita en la cabeza.
El conductor del autobús la ayudó a bajar las bolsas y la acompañó a la terminal. Cuando dejó las bolsas en el suelo, Brittany se sintió fatal, porque solo llevaba un billete de diez dólares, nada más pequeño, y no podía dárselo todo.
—No se preocupe, señora —le dijo él con un guiño.
Le hizo un gesto de despedida con el sombrero y se marchó. Brittany se sentó en un banco y Skye se subió a su lado.
—Skye cansada —refunfuñó la pequeña, con las mejillas enrojecidas por el calor.
—¿Señora Pierce? —llamó una voz de mujer.
Brittany levantó la vista y se quedó de piedra al ver a la despampanante mujer que se había plantado delante de ella. Era hermosa, de piel morena... y tenía el ceño fruncido. Debía de ser Santana Marie López.
—Sí. ¿Señora López?
Santana asintió.
—Deje... deje que la ayude. Así podremos salir de este calor infernal —le dijo.
Entonces miró a Skye y Brittany tuvo que disimular una sonrisa cuando su hija le devolvió la mirada y le arrancó una mueca.
—Hola —la saludó Skye con una risita.
Brittany desvió la mirada y reprimió una carcajada cuando el ceño de Santana se acentuó aún más.
—Hola —le devolvió el saludo Santana en tono seco, y les cogió las bolsas.
Brittany se quedó muy sorprendida de que pudiera con las tres, incluida la bolsa de los pañales.
—Yo puedo llevar una —se ofreció Brittany.
Santana le miró la barriga.
—Esto... seguramente no debería usted levantar peso... —Casi sonaba a pregunta, y Brittany levantó una ceja ante la expresión confusa de Santana. A punto estuvo de no oír lo siguiente—. Ni viajar en autobús. ¿Por qué no aceptó los billetes de avión? —le preguntó, ceñuda.
Casi sin esperar respuesta, se dio media vuelta y se dirigió a la puerta de la terminal.
—¡Mamá dice no! —saltó Skye, con los brazos en jarras.
Brittany abrió mucho los ojos, horrorizada, y miró a su hija, que parecía clavadita a Shirley Temple. Santana las miró a las dos con las cejas levantadas y le dedicó a Brittany una sonrisa burlona. Brittany se había puesto como un tomate al recordar cómo se había empecinado en no aceptar de aquella mujer más de lo estrictamente necesario.
Bastante duro le había resultado ya abandonar Holanda.
—Bueno, pues lo que diga mamá —refunfuñó Santana, y volvió a echar a andar hacia la puerta.
Brittany compuso una expresión desdeñosa, cogió a su hija de la mano y trató de seguirle el ritmo, orgullosa, si bien al cabo de dos o tres zancadas tuvo que rendirse y resignarse a seguirla.
—¿No tiene sillita para el coche? —preguntó Brittany al llegar al vehículo.
Santana cargó el maletero del reluciente Lexus y lo cerró de golpe.
—No, lo siento. Es un camino muy corto.
—La multarán —la advirtió Brittany.
Santana puso los ojos en blanco y se colocó las gafas de sol.
La multaron. El agente de tráfico se quitó las gafas de sol y estudió el interior del coche.
—Lo siento, es la ley.
Santana le lanzó una mirada furibunda.
—Soy perfectamente consciente de lo que dice la ley, agente. Como ya le he explicado, no he tenido tiempo de comprar una.
—Bien, pues compre una. Si quiere apelar a la multa, la fecha de la vista está en el dorso.
Santana evitó mirar a Brittany, que estaba sonriendo de oreja a oreja, y miró la multa.
—¿Doscientos cincuenta dólares? ¿Están ustedes locos?
—¿Le parece demasiado por la vida de una niña? —replicó él, con una mueca irónica.
Santana abrió la boca, pero entonces la volvió a cerrar y se puso las gafas otra vez.
—Que pasen un buen día —se despidió el policía antes de alejarse.
El resto del trayecto transcurrió en silencio. Demasiado silencio.
—Mamá, mareo... —anunció Skye.
Santana se volvió.
—Oh, no, nena. En mi Lexus nuevo no —gruñó, y pisó el acelerador.
—Señora López, ¿quiere que le pongan otra multa? — preguntó Brittany, con una nota de ansiedad en la voz.
Santana tomó el camino de entrada a su cabaña. Al estar en medio del bosque, la temperatura había disminuido considerablemente. Brittany estaba agotada y Skye dormía a pierna suelta, bocabajo sobre el regazo de su madre. Esta sonrió al ver aparecer el lago y percibió la mirada de Santana puesta en ella mientras lo contemplaba. Nerviosa, se colocó un mechón de pelo rubio detrás de la oreja.
—¿Esto es suyo? —se interesó, cuando la cabaña de madera quedó a la vista.
Santana dejó escapar un gruñido de afirmación.
—Voy a por el equipaje. Diría que el hobbit está reventado.
Brittany encajó el sobrenombre de Skye con cierta animosidad, pero no dijo nada. Eso sí, cuando Santana estaba abriendo el maletero, a Brittany se le escapó un gemido y se dio cuenta de que no podía moverse.
—¿Señora López?
Santana dio la vuelta y le abrió la puerta del asiento del acompañante; Brittany la miró a los ojos.
—¿Podría cogerla, por favor? No puedo salir con ella encima.
Santana frunció el ceño y dio un paso atrás, como si le hubieran pedido que se pusiera delante de un tren en marcha.
—No es una granada de mano —prometió Brittany.
«Por amor de Dios. ¿Y Elaine quería tener hijos con esta mujer?»
Santana rezongó y cogió a Skye en brazos. La niña se le agarró del cuello de inmediato y le apoyó la cabecita caliente en el hombro. Santana tragó saliva; se diría que estaba sosteniendo una bomba de relojería en lugar de a una niña. Brittany empezó a salir del coche a duras penas y Santana le ofreció una mano.
—Gracias. Empiezo a sentirme como una tortuga panza arriba.
Y con eso llegó a ver sonreír a Santana mientras la ayudaba amablemente. Su fuerza volvió a dejarla pasmada. Ya en pie, gimió, se desperezó y alargó los brazos para coger a su hija.
—Gracias, ya la cojo yo.
No obstante, cuando intentó separarla de Santana, Skye dejó escapar un quejido en sueños y se aferró del cuello de la mujer.
—Bueno, señora López. Diría que ha hecho una amiga —comentó Brittany.
Santana gruñó otra vez.
—Ya volveré a por el equipaje —concluyó esta, emprendiendo el camino hacia la parte delantera de la cabaña con la bolsa de los pañales.
—Es espectacular —opinó Brittany, en referencia a la casa.
—A mí me gusta —coincidió Santana, al tiempo que abría la puerta y equilibraba a Skye en brazos como podía, ya que la niña seguía sin soltarla.
Al entrar, Brittany lo miró todo, maravillada. La sala principal era enorme, sin tabiques. Una chimenea ocupaba gran parte de una pared y cerca de ella había un piano de cola de color negro. Frente al hogar estaba colocado un confortable sofá y dos butacas mullidas cerraban el conjunto. El comedor estaba detrás de la sala de estar, sin separaciones entre las áreas ni tampoco con la cocina, que estaba delimitada únicamente por el mármol a modo de barra americana. Era todo muy espacioso y ventilado. El techo de vigas parecía una catedral y hacía que la cabaña pareciera más grande de lo que era.
—Esto... solo hay un dormitorio. En la otra habitación trabajo y en el loft todavía no hay camas. Así que usted y la pitufa pueden quedarse en el dormitorio. Dejaré sitio para su ropa y pueden usar la cómoda pequeña. Diría que habrá bastante espacio en los cajones.
—Pero no, por favor...
—No discuta, señora Pierce. Va a tener un bebé y tiene que dormir cómoda. A mí ya me vale el sofá.
En ese momento se despertó Skye, eructó y seguidamente le vomitó encima a Santana, que apartó a la niña bruscamente.
—Mamá, mareooo —gimoteó Skye, y empezó a llorar.
Santana le pasó la joyita a su madre y espetó:
—Ale, «mamá».
Brittany se mordió el labio para no reírse mientras cogía a su hija.
—El baño está al final del pasillo —informó Santana, que se sacó la camiseta de los tejanos y se dirigió a la cocina sin dejar de farfullar.
—Skye, mi niña, como primera impresión no ha sido la mejor que podíamos dar —suspiró Brittany, encaminándose al baño con la bolsa de pañales en la mano.
Tras acostar a Skye para que hiciera la siesta, Brittany la rodeó de cojines para que no rodara y se cayera de la enorme cama de Santana. Solo les faltaría eso, pensaba, mientras estudiaba el dormitorio de su anfitriona con las cejas arqueadas. Realmente era una cama muy grande. Estaba decorada con estilo, con un tema tirando a rústico del sudoeste. El malva pálido y los tonos tierra realzaban la tonalidad de los troncos. La habitación olía a pino y a perfume; Brittany cerró los ojos, aspiró un poco y sonrió.
—¿Está todo bien?
Brittany dio un salto al encontrarse a Santana de pie, mirándola.
Todavía estaba limpiándose la camisa.
—Lo siento...
Santana negó con la cabeza.
—No se preocupe. Es una fragancia interesante.
Pasó por delante de Brittany, abrió un cajón de la cómoda y se quitó la camiseta allí mismo. Brittany parpadeó, pero no apartó la mirada de Santana, en sujetador de deporte blanco, hasta que encontró una camiseta limpia y se la metió por la cabeza.
—En esta puede devolver todo lo que quiera. Es de una ex —sonrió Santana, y se marchó.
Brittany se había quedado de piedra ante el hecho de que Santana no hubiera tenido reparo alguno en quitarse la ropa delante de ella.
«A lo mejor como estoy embarazada se cree que no...»
Brittany respiró hondo y se miró los pies, aún visibles, mientras pensaba en el tonificado cuerpo de Santana Marie López.
—Es atractiva —rezongó.
Sacó el móvil y llamó a Sue. Con todo lo que había pasado, se había olvidado de llamarla y sonrió al oír la voz familiar al auricular.
—Bueno, están vivas.
Brittany se rio.
—Sí, sanas y salvas.
—¿Y bien? —Sue fue al grano—. ¿Cómo es ella?
—Es demasiado pronto para responder. Está siendo muy generosa, aunque estoy convencida de que preferiría no tener que hacerlo. ¿Y quién iba a culparla?
—Mmm, cierto. —Se hizo el silencio un momento—. ¿Y qué aspecto tiene?
Brittany percibió la curiosidad en la voz de su amiga y sonrió.
—Es muy atractiva. Morena, pelo negro, ojos marrones. Y arrogante. ¿Qué te parece?
Sue se echó a reír.
—Ay, mierda. Me llaman. Hoy estamos de pacientes hasta donde tú ya sabes. Oye, cuídate y dale un beso a Skye de mi parte. Llámame, ¿vale? Te quiero.
—Yo también te quiero, Sue —se despidió Brittany, antes de colgar.
Ya echaba de menos Holanda. «En fin», se dijo. Echó un último vistazo a la dormida Skye y salió del dormitorio.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
—Estoy aquí —la llamó Santana.
Brittany vio que había preparado té helado.
—He pensado que podríamos sentarnos fuera. Hace un poco más de fresco.
—Gracias.
Se sentaron en el porche y no hablaron demasiado durante un rato. Al final, Brittany miró a Santana de reojo mientras esta contemplaba el lago.
—Le... le agradezco mucho que nos ayude. Solo es que... bueno, nosotras no...
—Señora Pierce, conocía a Elaine, así que no tiene que explicarme nada.
Brittany se enfadó por el tonillo irónico de la otra mujer.
—¿Y eso qué significa exactamente?
Santana escrutó el rostro de Brittany y luego paseó la mirada sobre su cuerpo. Una vez más, Brittany sintió que la invadía una oleada de indignación cuando Santana se encogió de hombros.
—Nada, sencillamente que conocí a Elaine durante cuatro años.
—Mire, sé que salió con Elaine antes de que saliera conmigo. Soy perfectamente consciente de ello. Sin embargo, señora López, si queremos que esto funcione, lo mejor es que no removamos el pasado —afirmó Brittany, dejando el vaso sobre la mesa—. Vamos a dejarlo estar.
—No podría estar más de acuerdo, señora Pierce. Accedí a ayudarla a usted y a su familia hasta que naciera el bebé y...
—Si cree por un momento que me gusta esta situación o que me resulta fácil, está muy equivocada.
Santana inspiró hondo y expiró lentamente.
—No quiero discutir con usted y menos en su estado. Olvidémoslo, ¿le parece? —concluyó, dio un buen trago y se volvió de nuevo hacia el lago.
—Muy buena idea.
Brittany maldijo las lágrimas que le atoraban la garganta. Tenía las hormonas disparadas y lo odiaba, así que, cuando se dio cuenta de que el llanto estaba a punto de ganarle la batalla, se levantó de golpe y se dirigió, trastabillante, a la mecedora.
—¿Se encuentra bien? —se interesó Santana, acudiendo a su lado.
Brittany notó que la cogía del brazo con su fuerte mano para ayudarla a mantener el equilibrio.
—Estoy bien —mintió, mientras se secaba las lágrimas de las mejillas.
—¿Se ha hecho daño?
—No, no me he hecho daño —saltó Brittany, y se soltó el brazo bruscamente, porque lo último que quería era perder el control delante de aquella mujer.
—Vale, vale —cedió Santana, dando un incómodo paso atrás.
—Creo que voy a ir a tumbarme un rato con Skye. Estoy un poco cansada —anunció Brittany, que realmente sonaba exhausta.
—Va...vale. Muy bien.
Al levantar la vista, Brittany se dio cuenta de que Santana no sabía cómo reaccionar.
—Lo siento, son las hormonas.
Santana esbozó una sonrisa leve.
—Será mejor que duerma un poco. Luego haré... bueno, no sé lo que tendré por ahí para hacer la cena —comentó, al tiempo que se ponía en pie—. Normalmente no cocino.
Brittany asintió y se dirigió a la puerta mosquitera; Santana se adelantó y se la abrió. Por un momento, las dos estuvieron muy cerca la una de la otra, pero Santana se apartó enseguida y pegó los ojos a la barriga de Brittany.
—No se preocupe, señora López. No voy a explotar —aseguró antes de entrar—. Todavía —amenazó por encima del hombro.
Brittany se tumbó en la cama al lado de Skye y oyó a Santana tocar el piano desde la sala de estar. Era buena, se dijo Brittany. Luego soltó un resoplido. Típico: era una buscona chulita y arrogante que sabía tocar el piano. Se quedó dormida oyendo la hermosa melodía, con una sensación de satisfacción y seguridad por primera vez desde hacía años.
Se despertó con un sobresalto y, por un instante, se sintió desorientada. Skye seguía dormida como un tronco, bocabajo encima de ella. Unos segundos después, Brittany recordó dónde estaba y por qué. Echada en la cama, echó un vistazo al dormitorio de Santana Marie López. El reloj que había sobre la repisa de la chimenea parecía antiguo, aunque dudaba que Santana coleccionara antigüedades. En lo que sí que reparó fue en que el hogar le daba al dormitorio un aire rústico y romántico.
«Romántico», pensó, con una mueca irónica.
Apostaría lo que fuera a que por aquel dormitorio había pasado una retahíla continua de mujeres. Salió de debajo de Skye con cuidado y tapó a la niña con una manta fina. Luego se levantó y salió silenciosamente de la habitación. Santana estaba sentada al piano, con un lápiz detrás de la oreja, y aporreaba acordes.
—Hola —saludó Brittany.
Santana agitó la mano en su dirección, con un gruñido.
—Por amor de Dios —murmuró Brittany para sí mientras se dirigía a la cocina. Estaba famélica—. ¿Le importa si busco algo para...?
—No. Como quiera —la cortó Santana, ignorándola casi por completo.
Brittany puso los ojos en blanco y abrió la nevera.
—Dios santísimo —exclamó.
Cogió unos cuantos cartones de comida china pasada y torció el gesto. Luego cogió una jarrita.
—¿Caviar?
Meneó la cabeza. Toda la comida que había consistía en una caja de pizza, varias botellas de cerveza y un cartón de zumo de naranja que tenía pinta de llevar allí desde la administración Reagan.
De repente oyó gruñir a Santana y cerrar la tapa del piano de golpe. Sobresaltada, se volvió hacia la sala de estar a tiempo de ver la espalda de la enfadada pianista desaparecer a toda prisa por la puerta delantera. Brittany se mordió el labio, nerviosa, y salió al porche.
—Si... siento haberla interrumpido.
Santana estaba de pie apoyada en la barandilla, contemplando el lago. —No es usted —suspiró pesadamente—. Tengo que acabar la pieza antes de la fecha de entrega y no me acaba de funcionar, eso es todo.
—¿Y cómo logra que funcione normalmente?
Santana se volvió a mirarla con los ojos felinos entornados y una sonrisa endiablada en los labios.
—Me acuesto con alguien. Normalmente funciona.
—Siento haberle estropeado el plan.
Santana levantó una ceja.
—No se preocupe, que no lo ha hecho.
Brittany notó que volvía a enfadarse cuando Santana se echó a reír. Sus carcajadas no hicieron más que avivar su ira.
—Mire —empezó Santana—. No tengo mucha comida en casa.
—Sí, lo he notado.
—Puedo ir a la ciudad y comprar algunas cosas para un par de días. Tiene pinta de estar destrozada y seguro que la pitufa sigue frita —se ofreció, encogiéndose de hombros.
Instintivamente, Brittany se llevó una mano al pelo, porque de repente se sentía ajada y abotargada. Cuando miró a Santana a los ojos, esta se removió, algo inquieta, y se hizo un silencio incómodo. Estaba segura de que la señora López no estaba acostumbrada a aquella clase de situaciones y lo cierto era que ella tampoco.
—Podría hacerle una lista. Me temo que necesitaré algunas cosas para Skye.
—Claro, haga una lista —aceptó Santana, y volvió a entrar.
Brittany apuntó unos cuantos artículos y le llevó el papel a Santana, que estaba cogiendo las llaves.
—Oh, Skye ya sabe pedir pipí, pero por la noche todavía necesita dodotis. —Hizo una pausa y miró a Santana a los ojos—. ¿Sabe lo que es un dodotis, verdad?
—Sí, por amor del cielo, sé lo que es un dodotis —replicó Santana, al tiempo que le quitaba la lista de la mano. A continuación se puso las gafas de sol y se dirigió a la puerta trasera.
—Para tres años —le gritó Brittany al despedirla.
*****
—¡Pedir pipí! ¡Dodotis! —se repetía una indignada Santana, mientras aparcaba el Lexus delante del pequeño supermercado de Rhinelander.
Cogió un carro y deambuló por los pasillos, hasta que se paró de golpe y miró a su alrededor.
—¿Qué rayos estoy haciendo? —Sacó el móvil y marcó—. ¿Abuela?
—Mmm, suenas crispada. ¿Qué tal va la vida doméstica de momento?
—Esto es lo más estúpido que he hecho nunca.
—Ajá. No olvides a Suzette. ¿Cómo es Brittany Pierce?
—No lo sé. Es... —Santana guardó silencio y pensó en su larga melena rubia y en sus brillantes ojos azules al tratar de reprimir el llanto—... una embarazada.
Su abuela se rio al otro lado del auricular.
—Sé amable con esa mujer. Está pasando por un momento muy duro.
—¿Ella? —chilló Santana, mientras repasaba la lista—. ¿Y yo qué?
—¿Y tú qué? ¿Estás embarazada de cinco meses, con una hija de tres años y sin dinero?
Santana se apartó el teléfono de la oreja y miró al cielo.
—¿Dónde estás?
—Estoy en el súper del pueblo —respondió, y arrugó la cara al oír cómo su abuela se partía de risa.
—No me lo digas —rio—. Te ha dado una lista.
—Abuela... —la advirtió Santana, mientras empujaba el carro por el pasillo casi desierto.
—¿Y para qué me llamas, cariño?
—Esto... ¿qué rayos es un dodotis? —soltó Santana de golpe.
La anciana volvió a carcajearse.
—Es un pañal, tontaina. Dios mío, ¡qué mujer!
Santana se paró y cerró los ojos, mientras Alma López carraspeaba.
—Ve al pasillo donde está el papel higiénico y todo eso.
Santana llevó el carro al lugar indicado y los encontró.
—Vale, ya los tengo.
—¿Algo más... mami?
Santana volvió a apartarse el teléfono de la oreja y estuvo a punto de tirarlo al suelo, hasta que recordó que era su móvil e inspiró hondo antes de contestar.
—No, gracias. Adiós, abuela.
—Creo que quiero conocer a esa mujer y...
—No —la cortó Santana—. Luego te llamo. Sabes que te quiero.
Se hizo una pausa de varios segundos.
—Claro que lo sé. Yo también te quiero. ¿A qué viene eso? ¿Es por la señora Pierce o por la pequeña? ¿Cómo se llama, por cierto?
—Skye —contestó Santana con una carcajada, mientras hacía malabares para coger el siguiente artículo de la lista y aguantar el móvil al mismo tiempo—. Tiene mucho carácter.
—Ajá.
Santana notó que se le encendían las mejillas.
—¿Qué significa eso?
—Ah, nada, nada. Acaba de comprar. Seguro que luego te toca hacer la colada.
—Muy graciosa —bufó Santana—. Hasta luego.
—Hasta luego y buena suerte, cariño.
Como estaba demasiado ocupada leyendo el último artículo de la lista, no oyó la risa de su abuela al colgar.
—Helado de chocolate y nata montada —repitió.
Entonces cayó en la cuenta y se rio a pesar de sí misma.
«Antojos...»
Y cogió dos.
*****
Cuando Santana volvió a casa y entró cargada de bolsas, Brittany estaba tirando la comida pasada de la nevera.
—¿Tantas cosas he puesto en la lista?
Santana le dedicó una mirada de incredulidad.
—¿Que si ha puesto...? —Se paró para dejar las bolsas en el suelo—. Sí.
Brittany le entregó varios billetes doblados.
—Me... me gustaría contribuir con los gastos.
La mirada de Santana saltó del dinero a los orgullosos ojos azules de la otra mujer y empujó el dinero hacia Brittany con delicadeza.
—Esta vez pago yo. Más adelante, ya veremos.
A juzgar por la expresión de Brittany, Santana no estaba segura de si iba a discutir o a romper a llorar.
—Gracias —musitó.
De nuevo se produjo un silencio incómodo —y ya iban demasiados minutos—, hasta que, gracias a Dios, una vocecilla lo rompió:
—Mamá, aúpa.
Santana bajó la mirada hacia la niña, que estiraba los brazos hacia su madre. Esta se agachó y gimió al cogerla.
—Hola, pastelito —la recibió, con un beso en la mejilla.
Santana las contempló juntas un instante, antes de concentrarse en la compra. Notaba que Skye la observaba detenidamente y se sintió muy violenta bajo el escrutinio, hasta el punto de que se le cayó un huevo al suelo.
—¡Mierda! —maldijo Santana, alargando la mano hacia las servilletas.
—¡Miedda! —repitió Skye.
La cogió tan de sorpresa que a Santana se le escapó una sonora carcajada al mirar a la niña. Brittany, en cambio, parecía algo menos encantada.
—Señora López, por favor.
Skye se echó a reír sin apartar la mirada de Santana, que seguía riéndose también.
—¡Miedda! —repitió de nuevo Skye, dando palmas.
Santana se desternillaba de risa, pero se obligó a tranquilizarse al notar la mirada gélida de su madre. Entonces miró a la pequeña, cuyos ojos, tan parecidos a los de Brittany, chispeaban de risa y se puso seria. —Muy bien, pitufa. No.
Skye dejó de reírse pero estiró los brazos hacia Santana. Esta retrocedió.
—Aúpa —pidió la niña.
Brittany le dedicó una sonrisa mordaz y las presentó.
—Skye, esta es Santana.
Santana le sonrió débilmente. ¿Qué diablos estaba pasando allí?
—Tana, aúpa... pofiii —suplicó Skye.
—Oh, muy bien. Venga —refunfuñó esta, y cogió a la niña.
Skye le rodeó el cuello con los brazos de inmediato y Santana se puso rojísima y evitó la risueña mirada de Brittany. Sentada en la mesa de la cocina con la niña en el regazo, le hizo el arre caballito mientras su madre preparaba la cena.
—¿Por qué quería niños? —le preguntó de repente.
Brittany la miró con curiosidad, sonrió y se encogió de hombros.
—Me encantan los niños. Que sea lesbiana no cambia eso.
—Sí, pero mire lo que ha pasado.
—¿Cómo? Mi pareja ha muerto. Habría sido lo mismo que muriera mi marido o mi mujer. El amor es el amor, Santana, eh, quiero decir, señora López.
—Puedes llamarme Santana.
Fuera como fuese, Santana seguía pensando que había sido una irresponsabilidad por parte de Brittany y Elaine tener familia.
—Si sigues dándole botes va a volver a vomitar, Santana —la avisó Brittany, sin dejar de partir tomates.
Santana levantó a Skye por encima de su cabeza y miró hacia arriba.
—Nah, la pitufa no lo volverá a hacer —empezó a decir, pero calló cuando la niña eructó.
Brittany hizo una mueca y cogió a Skye; Santana se fue a la habitación hecha una furia.
—A este paso, me voy a quedar sin camisetas.
La cena fue toda una aventura. Tras declarar que «no podía ser tan difícil», Santana había intentado ayudar a comer al pequeño humanoide y acabó con espaguetis en el suelo, en el vaso de agua y por todo el reloj de pulsera. Y mientras tanto, su propia cena seguía intacta en el plato. Le estaba bien empleado.
—Por favor, no puedo contemplarlas más —zanjó Brittany, y le cogió la cuchara a Santana.
Esta se relajó en la silla y fue testigo no solo de cómo aquella mujer embarazada le daba de comer a su hija, sino que se comía su plato al mismo tiempo y lo lograba manteniendo la mesa y la zona circundante libre de salsa de tomate. Muy a su pesar, Santana se sintió impresionada al verlas reír y comer juntas.
—¿Qué edad tienes, si puedo preguntar? —dijo, dando un sorbo de vino.
—Veintitrés. ¿Y tú?
—Treinta. ¿Trabajabas en Holanda? —se interesó mientras daba cuenta de la deliciosa ensalada, el pan de ajo y la pasta.
Al parecer había gente que sí cocinaba y comía en casa.
—No. Bueno, no es exactamente así. Trabajaba a media jornada. Así tenía dinero para contribuir a la casa. Una vecina cuidaba de Skye por las tardes —explicó Brittany. De repente, se la veía agotada.
Y entonces dio un salto y se llevó las manos al estómago. Santana se levantó a toda velocidad y en un abrir y cerrar de ojos estuvo a su lado.
—No puede ser, no sales de cuentas hasta diciembre —gritó, con una nota de pánico.
Brittany hizo una mueca y esperó a que la punzada remitiese.
—Solo está un poco revoltosa, nada más. Santana, relájate, por favor. Nos quedan cuatro meses.
A Santana se le cayó el alma a los pies. No iba a durar cuatro meses así ni de broma.
***
Después de cenar, Santana vio que Brittany se ponía a recoger la mesa.
—Deja que lo haga yo —se ofreció, y le quitó a Brittany el plato de la mano—. ¿Por qué no te sientas?
—Si estás segura... —accedió Brittany, pasándole también el tenedor y el cuchillo.
—Jesús, ¡puedo lavar un plato! —se ofendió Santana, de camino al fregadero.
—No quería decir...
Santana la oyó suspirar y salir de la cocina.
«Maldita sea», se dijo. Aquello no iba a funcionar. Buscó el lavavajillas con la mirada, pero no lo vio. Al final lo encontró en el armario y torció los labios al darse cuenta de que ni siquiera lo había estrenado. Sin comerlo ni beberlo, se sentía incómoda en su propia casa.
—Esto no va a funcionar —musitó.
Cuando terminó encendió la cafetera, dando gracias por que Brittany hubiera incluido café en su lista, y se dedicó a ordenar el resto de las ollas y sartenes. Notó que le tiraban de los pantalones cortos y miró hacia abajo. Skye estaba junto a su pierna.
—Aúpa —le dijo, con los brazos estirados.
—Mira, pitufa. No puedo llevarte en brazos todo el rato —le dijo con voz ronca.
—Aúpa, pofiii —suplicó.
—¿Te quieres parar ya? —ordenó—. Dios, eres como una garrapata. —Se le escapó un cazo de las manos y se le cayó al suelo—. Mierda.
—¡Santana! —la riñó Brittany de lejos.
Santana se mordió la lengua y le dedicó a Skye una mirada torva, mientras la niña se desternillaba de risa.
—¿Ves lo que has hecho? Anda, fuera.
Brittany levantó la mirada cuando Santana volvió a la sala de estar.
—¿No controlas al hobbit este?
Llevaba a Skye enganchada a la pierna, con las piernas y los bracitos haciendo fuerza para no soltarse, y la arrastraba al caminar.
—No es un hobbit, y si tuvieras una pizca de sensibilidad, pensarías que a lo mejor echa de menos a Elaine. O a lo mejor, que me aspen si sé por qué, le has caído bien —apuntó Brittany con una mueca.
Santana se puso nerviosa y se dirigió hacia el sofá en donde estaba Brittany. Entonces levantó a Skye como si fuera un saco de patatas y se la metió debajo del brazo cogiéndola de la cintura. Skye se partía de risa y agitaba los brazos y las piernas.
—Vale... y esta es otra. ¿Es normal? —preguntó, al tiempo que se acuclillaba y dejaba a la niña en el suelo.
Brittany asintió fervorosamente.
—Sí, la verdad es que sí. Es muy activa. Seguramente entre tanto grito...
—Yo... yo no he gritado —objetó Santana, con el ceño fruncido.
—No, pero yo sí. Lo siento. Estoy un poco irritable —dijo Brittany, con los dientes apretados.
—Mamá fadada —afirmó Skye, mirando a Santana.
—No, pastelito. Mamá no está enfadada —suspiró Brittany con cansancio.
Santana se apoyó en el respaldo y se le ocurrió una idea.
—¿Qué te parece si probamos el helado ese que me has hecho comprar?
A Brittany se le iluminaron los ojos y asintió ilusionada. Cuando Santana se levantó para volver a la cocina, su sombra declaró:
—Skye ayuda a Tana.
Y anadeó en pos de ella.
***
Mientras las tres comían helado en el porche delantero, Santana se dio cuenta de que nunca le había gustado demasiado el helado. Como pensamiento era bastante absurdo, pero la distrajo de lo que decía Brittany.
—Perdón, ¿qué decías? —le preguntó, dispuesta a volver a la conversación.
Brittany Pierce era una joven muy atractiva. Los azules ojos le relampagueaban a la luz de la vela de cidronela que había encima de la mesa, mientras le iba dando cucharadas de helado a Skye de su propio bol. Santana cabeceó, asombrada: vela de cidronela en lugar de fuego en la chimenea, helado en lugar de Martini. Brittany Pierce en lugar de...
—Te preguntaba si estabas saliendo con alguien —repitió Brittany distraídamente, mientras se reía de las monerías de su hija.
—Oh, no, estoy...
—¿Soltera? Por lo que contaba Elaine, tenía la impresión de que se te daban bien las mujeres —comentó Brittany, ruborizada.
Los ojos marrones de Santana chispearon, traviesos.
—Tenía razón, así es, y disfruto de la compañía de un par de mujeres. Me gusta la libertad —añadió.
Por primera vez en la vida, se sentía como si tuviera que justificarse, y la sensación no le gustaba nada. Le vino a la cabeza la sonrisa burlona de su abuela.
—Ajá —murmuró Brittany, dándole otra cucharada a Skye.
—¿Y qué se supone que significa eso? —se picó Santana.
—Eso es que todavía no has conocido a la adecuada.
—Por Dios, suenas como mi abuela —replicó sarcásticamente—. Y como Will. —Ante la mirada interrogativa de Brittany, aclaró—: Mi abogado y, de cuando en cuando, amigo.
—Ya veo. ¿Le gusta hacerte de conciencia?
—Sí, es bastante molesto.
Brittany sonrió y contempló la luna, casi llena, sobre la línea de árboles.
—Entiendo por qué te gusta vivir aquí —exhaló un suspiro reflexivo mientras se balanceaba con Skye en el columpio del porche.
En ese momento, Skye se las apañó para bajar del columpio y caminó como un patito hacia Santana, que estaba apoyada en la barandilla. Esta la miró y frunció el ceño.
—¿Qué? ¿Otra vez aúpa? —le preguntó desdeñosamente.
Skye arrugó la nariz.
—Otaves... —declaró, estirando los brazos.
Sin esfuerzo alguno, Santana bufó y la cogió en brazos. Skye se abrazó de su cuello, le apoyó la cabeza en el hombro y se puso a jugar con su collar. Brittany sonreía de oreja a oreja y Santana frunció aún más el ceño, pero no dijo nada.
—Le gustas. Supongo que sí que se te dan bien las mujeres, López.
Se levantó con un gemido y Santana le ofreció la mano para ayudarla a erguirse.
—Dentro de tres meses no será tan fácil —gruñó Brittany—. Venga, Skye. A la camita.
Skye se aferró del cuello de Santana, pero ella la apartó.
—Venga, pitufa. Haz caso a mamá —se descubrió diciendo.
—Dile buenas noches a Santana, pastelito —susurró Brittany al coger a su hija.
—Nanocheees —murmuró la pequeña, dándole un beso a Santana en la mejilla.
Incluso en la penumbra, Brittany vio que a Santana le subían los colores.
—Buenas noches, pitufa —le deseó, algo incómoda, y sonrió cuando Skye agitó la manita.
Brittany entró con ella; entonces se volvió y le sonrió.
—Creo que yo me voy a ir a dormir con ella. Nanocheees, Tana.
Santana le regaló una sonrisa irónica.
—Eres la mejor. Buenas noches.
Brittany desapareció en el interior y Skye agitó la mano otra vez.
Santana fue a levantar la mano, pero en el último momento se rascó la cabeza.
****
Brittany sintió la llamada de la naturaleza y bajó de la cama trabajosamente para ir al baño.
—Está durmiendo justo encima de mi vejiga —lamentó, bostezando en alto.
De vuelta, se le ocurrió ir a ver cómo estaba la otra niña, la de la sala de estar. Santana estaba acostada en el sofá y los pies le colgaban en un extremo.
—Dios, qué preciosa es —murmuró Brittany.
Recogió la sábana que había caído al suelo, la tapó con cuidado y la contempló un momento mientras dormía, resistiendo la tentación de recolocarle el mechón que le caía sobre la frente.
Santana Marie López estaba siendo muy generosa, seguramente porque se sentía culpable. Brittany sospechaba que su abogado había tenido mucho que ver. En fin, fuera por el motivo que fuera, Brittany se lo agradecía. Cuando tuviera al bebé podría organizarse, conseguir trabajo, buscar una canguro y sacar adelante su vida y a su familia.
En ese momento, pensó en Elaine. Puede que no supiera asumir responsabilidades, pero sabía cuidarla muy bien en la cama. Aun así, la intimidad no era lo suyo. No tenía nada que ver con su vida sexual, sino con el tipo de cercanía que Brittany siempre había buscado y Elaine nunca supo darle. Ansiaba tener a alguien que la abrazara por la noche, sin necesidad de hablar: tan solo de oír latir el corazón de la otra en el silencio.
Respiró hondo. A veces añoraba muchísimo el sexo. Pero al mirar a la casquivana durmiente se dijo: «Tan desesperada no estoy».
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Breves adelantos cap. 5
—Mmm, ariba —repitió Skye.
—No, arriba tú —replicó Santana, y empezó a hacerle cosquillas.
Skye soltó una risita y luego una de aquellas carcajadas infantiles tan contagiosas que surgen de la inocencia más pura. Santana se rio con ella y, al levantar la mirada, vio que Brittany las observaba con una sonrisita burlona y los brazos en jarras.
—Buenos días, Tana —la saludó lacónicamente.
Santana carraspeó y se sentó derecha. Skye se le subió a la espalda sin dejar de reír.
—Quítame al bicho de encima, ¿quieres? —se quejó.
Se puso de pie con Skye colgada del cuello y con las piernecitas alrededor de su cintura como buenamente podía.
—Parezco Cuasimodo, joder.
—¡Joer! —repitió Skye.
Brittany le lanzó a Santana una mirada furibunda y esta se puso colorada. Entonces cogió a su hija y fue a la cocina.
+++++++++
—Ya te he visto. Estoy muy orgullosa de ti, lo has hecho muy bien, pastelito —le aseguró cariñosamente—. ¿Te han gustado los peces?
Skye asintió enfáticamente y Brittany se rio y le susurró algo al oído.
Skye asintió y fue con Santana dando tumbos.
—¿Sí? —le preguntó Santana, sonriendo.
—Gracias, Tana —murmuró la niña.
Santana se sonrojó, porque no estaba acostumbrada a aquellas cosas. Tosió y evitó mirar a Brittany a la cara.
—De nada, pitufa.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
oh que bien, skye sera una de las culpables de que Santana Lopez aterrice de una vez por todas.
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
holap clau,...
amo a skye jajaja
primer días de convivencia mmm productiva jajaj
van bien las cosas!!
nos vemos!!!
amo a skye jajaja
primer días de convivencia mmm productiva jajaj
van bien las cosas!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Me encanta esa niña joer!!!!!! hasta pronto, esto cada vez se pone mejor!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Fans club de Skye!!!!!jajaajj!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Se le esta casi pegando el cariño de skye
JanethValenciaaf********- - Mensajes : 659
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Edad : 25
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Me encanta tu nueva historia es genial como las otras que has adaptado y estoy despegada por la.actualización . saludos ;) muero x Skye también
Lucy LP**** - Mensajes : 168
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
marthagr81@yahoo.es escribió:oh que bien, skye sera una de las culpables de que Santana Lopez aterrice de una vez por todas.
jejeje....tienes mucha razón
3:) escribió:holap clau,...
amo a skye jajaja
primer días de convivencia mmm productiva jajaj
van bien las cosas!!
nos vemos!!!
sabía que la pequeña Skye les robaría el corazón
micky morales escribió:Me encanta esa niña joer!!!!!! hasta pronto, esto cada vez se pone mejor!!!!
definitivamente la personalidad de Skye y Alma le dan un toque distinto a esta historia
monica.santander escribió:Fans club de Skye!!!!!jajaajj!!
Saludos
cierto....donde me apunto? jejejeje
JanethValenciaaf escribió:Se le esta casi pegando el cariño de skye
esa pequeña hará bastante para terminar de unir a su madre con San
Lucy LP escribió:Me encanta tu nueva historia es genial como las otras que has adaptado y estoy despegada por la.actualización . saludos ;) muero x Skye también
bienvenida a la historia.......me alegra que este fic te guste
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Hola……….buenas noches a todas/os……….espero que disfruten esta historia……..así que a LEER….
Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..
*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:
http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)
http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)
http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)
http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)
http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)
http://www.gleeklatino.com/t22548-fanfic-brittana-the-mighty-storm-2da-parte-wethering-the-storm-sinopsis-epilogo-23-de-junio-2015
(“The Mighty Storm” / 2da Parte "Wethering the Storm)
http://www.gleeklatino.com/t22579p165-resueltofanfic-brittana-sweet-home-2da-parte-sinopsis-prologo-capitulos-37-epilogo-capitulo-extra-07-de-septiembre-2015
(Sweet Home: 1ra y 2da parte)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22614p75-fanfic-brittana-sweet-hope-sinopsis-prologo-epilogo-capitulo-extra-24-de-octubre-2015
(Sweet Hope)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22620p90-resueltofanfic-brittana-before-california-ave-sinopsis-cap-28-epilogo-02-de-diciembre-2015#549251
(Before California Ave)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22632-resueltofanfic-brittana-ecos-de-la-calle-escocia-sinopsis-prologo-caps-26-27-epilogo-05-de-enero-2016
(Ecos de la calle Escocia)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22641p210-fanfic-brittana-madam-president-sinopsis-cap-final-08-de-marzo-2016-2da-parte
(Madam President)
https://gleelatino.forosactivos.net/t22658p100-fanfic-brittana-forever-with-me-sinopsis-prologo-epilogo-23-de-abril-2016-adap#554151
(Forever With Me)
*Actualización: día MARTES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)
Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo
Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.
Y la canción del día es……….
https://www.youtube.com/watch?v=uEqb_joxU-8
NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que NO modifiqué el título de la historia (simplemente me limité a conservar el título original de la historia, además de que esto me pareció lo más conveniente) (solo puse el título en inglés), ya saben que no es lo mío ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Vientos Celestiales” y es de autoría de Kate Sweeney (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); hallé casualmente esta obra hace un año atrás aproximadamente en un valioso blog llamado NOESTOYSOLASOYINDEPENDIENTE (en el archivo pdf que descargué en aquella ocasión no aparece el nombre de quien o quienes se hayan encargado de traducirla, corregirla o algo) (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original la podrán encontrar en distintos blogs o web site).
Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Chicago entre otros, tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Lima, Ohio y decidí mantener Chicago e incluí otros. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades (en otros casos, conserve el nombre de personajes que se mencionan en la historia original), aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.
Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de: sinopsis + 23 capítulos + epílogo, “Vientos Celestiales” es la primera obra que leí de Kate Sweeney, y honestamente me fascinó y a la vez me encantó infinitamente.………Espero disfruten de esta historia
Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.
Capítulo 5
Algo le daba golpecitos en la cara y Santana protestó en sueños y agitó la mano a ciegas. Entonces oyó una risita y abrió los ojos de golpe. Ante ella había una masa de rizos rubios enmarcando una bonita cara soñolienta.
—Hambre —susurró la niña, a escasos milímetros de su nariz.
—Vuelve a la cama —repuso Santana en voz igual de baja.
Skye frunció el ceño y le tiró del brazo.
—Pofiii —suplicó mientras estiraba.
Santana rugió, cogió a la niña y se la puso encima de la barriga.
—Decir por favor no siempre sirve para todo, pitufa —quiso explicarle Santana.
Skye bostezó y se frotó los ojos.
—¿Ves? Todavía estás muerta. Vuelve a la cama —la apremió, pero la niña cayó rendida sobre su pecho—. No, venga, pitufa.
Sin embargo, al mirar hacia abajo, Skye se había metido el pulgar en la boca y tenía los ojos cerrados.
—Mierda —refunfuñó Santana, que también bostezó.
Con cuidado, le sacó a Skye el pulgar de la boca. No sabía nada de ser madre, pero sabía un par de cosas sobre chupar dedos. Instintivamente, colocó al pequeño monstruo en la parte interior del sofá. Porque, sinceramente, lo último que le hacía falta era tener que correr a urgencias.
Brittany se despertó con un susto de muerte, porque al volverse Skye no estaba. Se anudó la bata a toda prisa y corrió al pasillo. Entonces se detuvo en seco, perpleja, y sonrió: Santana estaba estirada en el sofá, tenía a Skye acurrucada contra su pecho y la rodeaba con el brazo en gesto protector. Las dos chiquillas dormían profundamente y Brittany trató de no darle vueltas a lo natural que le resultaba la escena. Santana respiraba acompasadamente y sonreía.
¿O quizá era lo que Brittany quería imaginarse?
En fin, al menos podría ducharse en paz... y sola. Por mucho que quisiera a su hija, atesoraba cada minuto que podía dedicarse a sí misma. Cogió su albornoz y fue a ducharse.
—Ahhh, me encanta —suspiró bajo el relajante chorro de agua caliente.
Por instinto, miró hacia abajo, esperando ver a Skye dentro de la ducha con ella. Mientras se lavaba el pelo, se rio al pensar en las inocentes preguntas sobre anatomía que solía responder durante las duchas comunitarias. Brittany, obediente, siempre contestaba a la niña de tres años cuando le preguntaba sobre sus pechos, y Skye se había quedado satisfecha cuando le había explicado que tenía la barriguita más grande porque dentro estaba creciendo un hermanito o hermanita. Lo que la dejó helada fue que Skye le preguntara sobre el «pelo» que tenía entre las piernas. Brittany había intentado explicarle los conceptos de vello púbico y adolescencia mientras el agua empezaba a enfriarse y todavía recordaba la cara de total incomprensión de su hija.
—Mamá, ¡pelo! —había insistido ella.
Y Brittany había dado su brazo a torcer.
—Tienes razón, pastelito.
En el presente, Brittany se rio de buena gana y empezó a aclararse el pelo. —Ay, mi pequeña Skye.
Se quedó en la ducha un par de minutos más, para disfrutar de la paz y la tranquilidad. Luego cerró el grifo y oyó que llamaban a la puerta.
—Mamá, caca.
Brittany rio de nuevo, se puso el albornoz y abrió la puerta. Skye tenía las piernas cruzadas y cara de sueño.
—Buenos días, pastelito. Eres una niña muy buena. ¿Has...?
Skye anadeó hacia el váter y levantó la tapa.
Santana percibió el aroma a café y sonrió en sueños. Entonces volvió a notar que le tocaban la cara y al abrir los ojos se encontró con la misma masa de rizos desordenados de antes intentando tirarle del párpado.
—¡Ariba! —insistió el hobbit.
—¿Ya has hecho caca? —farfulló Santana.
—Mmm, ariba —repitió Skye.
—No, arriba tú —replicó Santana, y empezó a hacerle cosquillas.
Skye soltó una risita y luego una de aquellas carcajadas infantiles tan contagiosas que surgen de la inocencia más pura. Santana se rio con ella y, al levantar la mirada, vio que Brittany las observaba con una sonrisita burlona y los brazos en jarras.
—Buenos días, Tana —la saludó lacónicamente.
Santana carraspeó y se sentó derecha. Skye se le subió a la espalda sin dejar de reír.
—Quítame al bicho de encima, ¿quieres? —se quejó.
Se puso de pie con Skye colgada del cuello y con las piernecitas alrededor de su cintura como buenamente podía.
—Parezco Cuasimodo, joder.
—¡Joer! —repitió Skye.
Brittany le lanzó a Santana una mirada furibunda y esta se puso colorada. Entonces cogió a su hija y fue a la cocina.
—El desayuno estará listo dentro de unos minutos.
Santana arrugó la frente; volvía a sentirse fuera de lugar en su propia casa. Brittany vio la cara que ponía y volvió enseguida.
—Lo... lo siento. He pensado que podía preparar el desayuno para las tres. Skye tiene que comer.
Santana se pasó la mano por el pelo y le hizo un gesto para que no se preocupara.
—Es que no estoy acostumbrada a tener a alguien por aquí que mida menos de metro y medio —confesó.
Brittany se ruborizó y disimuló una sonrisa. Las dos se miraron a los ojos unos segundos hasta que alguien empezó a golpear los cubiertos contra la mesa y rompió el silencio.
—Parece que la pitufa tiene hambre —observó Santana.
Brittany no estaba segura de si bromeaba o se burlaba de ella, pero optó por ir a la cocina cuando Santana desapareció por el pasillo.
—¿Tienes hambre, cariño? ¿Te apetecen unos huevos?
Santana entró en la ducha y soltó un grito. No quedaba agua caliente y se dio la ducha más rápida de su vida. Al secarse con la toalla, no pudo evitar imaginarse a Brittany haciendo lo mismo pocos minutos antes y sacudió la cabeza para sacarse la imagen de la mente.
—Por amor de Dios, López, que está embarazada —se riñó.
Tanto Brittany como Skye la miraron cuanto entró en la cocina con un largo albornoz.
—Voy a nadar. Vuelvo enseguida.
—Skye nada —exclamó enseguida la pequeña, e intentó bajar de la silla, pero Brittany la hizo sentarse de nuevo—. Mamá, ¡Skye nada! —insistió, forcejando contra su madre, que miró a Santana.
Esta se mordió el labio, seguramente para no reír.
—Es un gremlin de lo más revoltoso.
Con Brittany aún tratando de controlarla, Santana se acercó a Skye, la niña levantó la cabecita y se miraron a los ojos.
—Hacemos una cosa, pitufa. Primero acaba de desayunar. Luego te llevaré a nadar. ¿Trato hecho? —propuso, estirando la mano. Skye rio y Santana le cogió la manita y se la estrechó—. ¿Trato hecho o no? —preguntó de nuevo.
—Tato hecho —rio Skye, y Santana le sacudió la mano otra vez.
—Pero te tienes que comer todo el desayuno —le recordó
Santana con firmeza. Con una última y vigorosa sacudida, la soltó. Se volvió hacia Brittany con una mueca de arrogancia y no escondió la mirada de superioridad. Sin perder la sonrisa, más sin decir palabra, Santana salió de la casa. Brittany la fulminó con la mirada hasta que desapareció y luego se puso seria con su hija, que la contemplaba con sus inocentes ojos azules.
—¿Mamá fadada?
Brittany se echó a reír y le dio un beso.
—No, mamá no está enfadada. Es solo que a Tana se le dan muy bien las mujeres. La muy creída... Seguro que ahora se cree que le van a dar el título de Madre del Año.
Brittany las contempló desde el porche y musitó un irónico «Ay, Tana» cuando Skye se soltó de su mano y se escapó hacia la playa.
—¡Eh! —le gritó Santana a la alegre Skye mientras le cortaba el paso.
Era para verlas: la morena y esbelta mujer persiguiendo a... ¿cómo la llamaba? Ah, sí, hobbit. Pues el hobbit estaba ganando.
—Le ruego que no mate a mi hija, señora López —le gritó Brittany desde su asiento a la sombra, en donde bebía plácidamente un vaso de té helado a sorbitos.
Santana la miró un segundo, furiosa, y enseguida volvió a buscar a la niña, que iba directa a la orilla desternillándose de risa. Santana echó a correr, la atrapó en dos zancadas y la levantó por la parte de atrás del bañador. El mini saco de patatas lanzó un grito de indignación, con los brazos y las piernas colgando.
—¡Skye nada!
Incluso desde el porche, Brittany atisbó la sonrisa diabólica de Santana.
—Santana Marie López, ni se te ocurra.
Santana gimió, desilusionada, y entró en el agua con Skye en brazos. Se pasaron una hora jugando y pasándolo bien en la playa.
Santana subió a Skye en una balsa de goma y la paseó por la zona poco profunda. Por supuesto, Skye saltó y Santana tuvo que arreglárselas para que la niña, encantada con la diversión, no se ahogara.
—Tana —llamó Skye, y señaló la superficie del agua. En la zona menos profunda había un banco de peces junto a una roca. —Peses.
Santana se rio.
—Sí, son pececitos. Crecen y se hacen grandes. Te enseñaré a cogerlos.
—Tero peses —afirmó Skye, que empezó a dar palmadas y salpicar en el agua sin parar de reír.
Los peces salieron disparados en todas direcciones.
Cuando acabaron de jugar y salieron del agua, Brittany se dio cuenta de lo verdaderamente atractiva que era Santana Marie López. Era toda piernas, pensó Brittany. Estaba en forma. Se había puesto un discreto bañador de una pieza y, de alguna manera, Brittany sabía que lo había hecho por Skye y por ella.
—Seguramente nada desnuda con sus mujeres. Las solteras y no embarazadas —se dijo con algo de melancolía.
Skye estaba rebozada de arena y Santana también.
—Tu hija no le tiene miedo a nada —comentó al llegar al porche seguida de Skye. Santana cogió una toalla—. Tengo arena en partes del cuerpo que ni sabía que existían.
Skye echó a correr hacia su madre.
—Mamá, Skye nada. ¡He vito peses! —exclamó.
Brittany la envolvió en una toalla y le dio un fuerte abrazo.
—Ya te he visto. Estoy muy orgullosa de ti, lo has hecho muy bien, pastelito —le aseguró cariñosamente—. ¿Te han gustado los peces?
Skye asintió enfáticamente y Brittany se rio y le susurró algo al oído.
Skye asintió y fue con Santana dando tumbos.
—¿Sí? —le preguntó Santana, sonriendo.
—Gracias, Tana —murmuró la niña.
Santana se sonrojó, porque no estaba acostumbrada a aquellas cosas. Tosió y evitó mirar a Brittany a la cara.
—De nada, pitufa.
Skye estiró los brazos hacia Santana, que se agachó. Entonces el medio moco le plantó un beso en los labios y le dio una palmada en las mejillas.
Esa noche, cuando Skye estaba ya en la cama, Brittany y Santana salieron al porche a disfrutar de la cálida noche veraniega.
—Tengo que irme a Chicago unos cuantos días. He acabado la última canción y estaré en el estudio. Espero no estar fuera mucho tiempo. Le he pedido a Marge que se pase de vez en cuando. Vive a menos de un kilómetro, al otro lado del lago. Por si acaso. Yo estaré en mi apartamento de la ciudad. El número está al lado del teléfono y también tienes mi móvil, por si necesitas cualquier cosa. Puedes llamarme cuando quieras —terminó, azorada.
Brittany le sonrió afectuosamente.
—Gracias. No quiero ser una molestia mayor de lo que ya lo soy. Te agradezco sinceramente todo lo que has hecho hasta ahora—le dijo en voz queda.
—Bueno, sé que he estado un poco borde e irritable y lo siento. No estoy acostumbrada a la compañía, bueno... siempre he estado sola y... —se interrumpió, a sabiendas de que parecía idiota.
—Ya lo sé. Esto es un cambio para las dos, Santana. Yo no quería marcharme de Holanda. No quería reconocer que no podía arreglármelas sola. Pero tengo a Skye y dentro de tres meses o así... Bueno, a veces el orgullo pasa a un segundo plano. Solo quiero lo mejor para nosotras —admitió, acariciándose el vientre.
Santana la estudió con curiosidad.
—¿Qué se siente?
Brittany posó los ojos en ella y enarcó una ceja.
—Bueno, es inquietante saber que un ser humano está creciendo dentro de ti. A veces me siento como en la película esa, Alien —contestó.
Santana se rio desde el fondo de la garganta y a Brittany le pareció que tenía una risa muy agradable. Le cambiaba la cara y la hacía todavía más atractiva. Sin embargo, se apresuró a echar el freno a aquellos pensamientos.
—Pero es un milagro. ¿Sinceramente? Al principio una parte de mí esperaba que la inseminación no funcionara.
—¿Por qué? —quiso saber Santana, que se echó hacia delante en el asiento.
—Porque justo después de inseminarme le diagnosticaron el cáncer a Elaine. No quiero parecer egoísta, pero en lo primero en que pensé cuando se me pasó el susto de la noticia fue en el embarazo.
Reinó el silencio un segundo, durante el cual Brittany trató de descifrar en qué pensaba Santana. Tenía el ceño fruncido y la vista fija en la oscuridad, así que Brittany no sabía qué decir.
—¿Elaine no había ido al médico antes? No me creo que no lo supiera o que tú no notaras que había algún cambio.
El tono de sospecha era evidente y Brittany se encendió de nuevo. Ya no sabía si eran las hormonas o la arrogancia de aquella mujer lo que la sacaba de quicio.
—Elaine siempre había estado muy sana. Debes de recordarlo.
Santana miró a Brittany fijamente y esta le sostuvo la mirada, igual de retadora.
—Me acuerdo muy bien de Elaine. Y sí, estaba muy en forma.
—Bueno, yo no soy médica, pero el tipo de cáncer que tenía era...
Pero Brittany calló, porque de repente ya no le apetecía hablar del tema. Se acarició la barriga otra vez para templar los nervios y empezó a respirar lenta y acompasadamente: inspirar y expirar, inspirar y expirar. Santana la observó, desconcertada.
—Mi médico de Holanda me recomendó respirar hondo cuando noto que me estreso.
Santana asintió, aún ceñuda.
—¿Y crees que soy yo la que te estreso?
Brittany pestañeó varias veces.
—No, la situación ya es estresante de por sí. Tú no has hecho nada para empeorarlo, aunque me gustaría que dejaras de hablar como si me acusaras de algo —replicó Brittany, subiendo el tono a medida que hablaba.
—Yo no estoy acusando a nadie —se defendió Santana.
Iba a decir algo más, pero se lo pensó mejor y fue Brittany la que habló.
—Oye, siento mucho todo esto. Créeme, ojalá tuviera algún sitio adonde ir. Debería haberme quedado en Holanda —dijo, sin dejar de respirar profundamente.
—Bueno, es un poco tarde para eso —replicó Santana, frotándose la cara en gesto de exasperación—. No entiendo...
Brittany ladeó la cabeza y esperó a que acabara, pero cuando Santana no continuó, Brittany la animó tan tranquilamente como pudo.
—¿Qué es lo que no entiendes?
—Nada.
—Santana, van a ser cuatro meses muy largos si no podemos ser sinceras la una con la otra. Dime lo que te ronda por la cabeza, por favor.
—Eh... supongo que sencillamente fue mala suerte. La inseminación y justo después enterarse de que a Elaine la estaba devorando el cáncer.
Brittany la miró con escepticismo.
—Me da la impresión de que hay algo que no me estás diciendo.
Entonces contempló la luz de la luna reflejada en el lago.
—Te agradezco que me ayudes. Te lo agradezco por mi familia.
Dicho aquello, se levantó y abrió la puerta de tela metálica.
Cuando miró atrás, Santana seguía con el ceño fruncido, y negó con la cabeza.
—Si algún día quieres decirme lo que piensas, te escucharé encantada. Sé que vamos a ser una extraña pareja estos meses, pero espero que al menos podamos llevarnos bien.
No esperó a oír si Santana respondía, sino que entró en la sala de estar a oscuras y se dirigió al dormitorio. Tras la puerta cerrada, hizo lo que pudo por contener las lágrimas de enfado y frustración.
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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Re: [Resuelto]FanFic BRITTANA: "Celestial Winds - 2da Parte: Rayos de Luna y Skye": Sinopsis + Caps. 22, 23 & 24 (23 de Julio 2016)-ADAP.
Capítulo 6
A la mañana siguiente, Brittany estaba sentada con Skye en la cocina y vigilaba a su hija mientras esta hacía un desastre con las tortitas.
Santana estaba estudiando sus partituras en el piano. Apenas se habían dado los buenos días.
—Te llamaré.
—¿Tienes que salir tan temprano? —le preguntó Brittany, al tiempo que le limpiaba la boca, las manos, los codos y las rodillas gordezuelas a Skye. ¿Cómo había llegado el sirope hasta allí? Ni idea.
—Bueno, tengo que reunirme con Kurt, que estará en el estudio a las cuatro. Luego tengo un... compromiso para cenar. Mañana me pasaré todo el día en el estudio y pasado también —explicó Santana, y metió las partituras en su maletín de piel.
Brittany se dio cuenta de que Skye no le quitaba ojo de encima a Santana, y en cuanto la vio coger las llaves intentó bajar de la silla.
—Skye con Tana...
Brittany tuvo que forcejear con ella para que se quedara sentada.
—No, pastelito. Santana tiene que irse a trabajar —le explicó Brittany.
Skye hizo un puchero y Santana se quedó mirándola, sin saber qué hacer.
—No pasa nada, Santana —la tranquilizó Brittany, con una sonrisa—. Vete.
—¡Con Tana! —gimoteó Skye, que agachó la cabecita y rompió a llorar.
Santana dejó el maletín en el suelo e hizo una mueca, mirando a Brittany con expresión suplicante. Skye no estaba chillando ni se había puesto histérica, pero se la veía desolada. La pianista se acercó a la silla y se agachó.
—Oye, pitufa —le dijo.
Brittany esbozó una cálida sonrisa ante la ternura que Santana le demostraba a su hija.
—No, tambén voy —insistió la niña, con la cabeza apoyada en la mesa.
Santana torció el gesto, le puso la mano entre los rizos dorados y le acarició el pelo con cierta incomodidad.
—No estés triste, por favor. Volveré muy pronto. Y entonces iremos a nadar y a comer perritos calientes.
Skye levantó la cabeza, con las mejillas arreboladas y húmedas por el llanto. Santana parecía conmocionada y Brittany habría jurado que se le escapaba una lágrima.
—¿Lo prometes? —preguntó Skye, sorbiendo el llanto.
—Claro que sí. Hasta te traeré un regalo —afirmó Santana, pese al gesto de negación de Brittany—. ¿Trato hecho? —propuso, extendiendo la mano.
Skye dejó escapar una risita, le puso la manita sobre la enorme palma a Santana y la sacudió.
—Tato hecho —rio de nuevo y se le abrazó del cuello.
—Vale, me estás estrangulando —murmuró Santana, algo avergonzada.
Skye la soltó.
—Besito —pidió. Santana pestañeó—. Pofiii.
Santana esbozó una sonrisa recelosa.
—Como todas las mujeres que han pasado por mi vida.
Se inclinó y la besó en la mejilla.
—Pórtate bien con mamá —le ordenó, en un claro intento de sonar firme a pesar de la sonrisa de Brittany.
—Buen viaje —le deseó Brittany, que se pasó los dedos por el pelo y la miró a los ojos.
—Gracias —repuso Santana—. Oye, siento lo de anoche. Todo esto es muy raro y supongo que aún estoy intentando hacerme a la idea.
Sonaba insegura, pero aun así Brittany creyó notar que Santana tenía algo en mente.
—Nos va a costar adaptarnos a todas, Santana.
—Mamá, besito a Tana, que se va —ordenó Skye desde la silla.
Brittany abrió algo más los ojos y notó que le subían los colores. Con una risita nerviosa, se apartó de Santana y se sentó con su hija.
—Acábate el desayuno.
—Ya toy, mamá.
Brittany vio que, en efecto, el plato de Skye estaba vacío, pero no fue capaz de mirar a Santana. Eso sí, la oyó reírse al salir.
—Adiós, señoritas —se despidió por encima del hombro—. Hasta dentro de unos días. No le prendan fuego a la casa.
Cuando oyó que se cerraba la puerta, Brittany hundió el rostro entre las temblorosas manos.
****
Sentada en el estudio con los cascos puestos, Santana escuchaba la grabación. Meneó la cabeza, airada.
—¡No, no, no! —rugió, y se quitó los cascos—. Kurt, ven aquí, porfi... por favor.
Kurt entró en el estudio, se pasó la mano por el cabello castaño y habló en tono paciente.
—¿El segundo estribillo, verdad?
—Sí, es demasiado rápido y los bronces están muy altos. ¿Podemos volver a traerlos para grabar otra vez?
—Claro, está previsto que vengan mañana por la mañana y los tendrás todo el día. Pero los productores quieren el trabajo para ayer —la advirtió.
—Lo sé.
Echó un vistazo a su reloj de pulsera: eran las cuatro y media y Skye ya debía de haberse levantado de la siesta. De repente deseaba estar allí y llevar al pequeño hobbit a nadar. Se le escapó una carcajada y Kurt la miró con desconfianza.
—¿Estás bien? Normalmente, cuando el director la jode tanto con la orquesta te pones echa una furia —observó.
—Es que me ha venido algo agradable a la cabeza.
—¿Ah, sí?
Santana arqueó la ceja al detectar la incredulidad en el tono de Kurt. Su amigo estaba apoyado en el escritorio, con los brazos cruzados.
—¿Y qué es lo que te ha venido a la cabeza?
Al recordar los ojos azules de Brittany Pierce, se le aceleró el pulso un momento.
—¿En qué diantres estás pensando? Te has sonrojado —la informó Kurt—. Como no me lo digas...
—Nos vemos mañana.
—¿Has quedado con algún bombón?
Santana se despidió con un gesto de la mano.
—Buenas noches, Kurt —le dijo.
Y cerró la puerta de un portazo.
****
—Dios, te he echado de menos —ronroneó Suzette en cuanto puso un pie en el apartamento de Santana. Le rodeó el cuello con los brazos y la besó apasionadamente—. Mmm, qué bien sabes — murmuró contra sus labios.
—Es la pasta de dientes —contestó Santana, cuyos ojos relampagueaban, divertidos—. Adelante.
Santana se apartó para dejarla entrar, pero Suzette la atrajo de vuelta y empezó a desabrocharle la camisa. Con las cejas levantadas, Santana le permitió desnudarla.
—O podemos follar en el recibidor.
Al final lograron llegar al dormitorio, dejando un reguero de prendas de ropa desde la entrada principal, y cayeron desnudas sobre la cama. Realmente, Suzette había añorado a Santana y le comió el cuello a besos en cuanto se le puso encima.
—Tendré que subir al norte más a menudo —jadeó Santana cuando Suzette se acomodó entre sus piernas.
La chelista agachó la cabeza y le besó el pecho, le hizo cosquillas en el ardiente pezón con la lengua y se lo lamió. Luego se lo metió entero en la boca y lo chupó con fruición mientras le acariciaba el torso con la mano libre. No hubo necesidad de palabras y, definitivamente, Suzette se afanó a recuperar el tiempo perdido.
***
Mucho más tarde, cuando las dos mujeres tomaban champán en la cama, Suzette comentó:
—Deberías quedarte en Chicago. Aquí hay muchas más cosas que hacer. En tus bosques hay muchos... árboles —señaló. Santana la contemplaba, tumbada sobre el costado—. O podrías invitarme a subir más a menudo.
—Me gustan los árboles y me gusta la soledad —murmuró Santana, dando un sorbo de champán. Antes de tragar, le comió el pecho a Suzette y lamió sensualmente las burbujitas de la bebida—. Esta es la única manera de beber champán.
Una vez más, sonó el teléfono.
—¿No pasó lo mismo la última vez? —refunfuñó Santana.
Suzette fue a coger el teléfono, pero Santana la advirtió:
—Ni se te ocurra.
—A lo mejor es Jeffrey —arguyó Suzette, que llegó al teléfono antes que Santana.
—¿Sí? —A Suzette se le escapó un suspiro cuando Santana le mordisqueó el hombro—. Sí, está aquí. ¿De parte de quién? —Suzette se puso rígida y fulminó a Santana con la mirada—. Es Brittany Pierce.
Suzette le dedicó una sonrisa edulcorada y le tiró el teléfono.
Santana lo atrapó como si fuera una patata caliente y le regaló a Suzette una mirada furibunda.
—¿Brittany? ¿Va todo bien? ¿Está bien la pitufa?
—Sí... todo bien. Sé que interrumpo, pero solo son las seis y no creí que... bueno, me pareció que podía llamar...
—No pasa nada, ¿qué sucede? —preguntó Santana.
Por el rabillo del ojo vio a Suzette apurando una copa de champán.
—Me siento muy estúpida. Está lloviendo y se ha ido la luz. He llamado a Marge, pero no contesta.
—Mierda, lo siento. Mira en la cocina: está la caja de fusibles.
Hubo silencio un momento y luego Brittany informó.
—Vale, la tengo.
—Dale al diferencial. —Esperó un segundo—. ¿Ha funcionado?
—No, le he dado y no ha pasado nada.
—Vale, no es algo inusual. Debe de estar lloviendo mucho.
—A cántaros.
Santana se sentó en el borde de la cama. Notaba que Brittany estaba asustada.
—Vale, voy para allá.
—No, no lo hagas. Dios, parezco idiota llamándote —interpuso Brittany enseguida—. Espera.
—¿Brittany?
No le respondió y Santana se levantó de un salto y empezó a pasear en cueros al lado de la cama.
—Brittany, joder.
Se le ocurría todo tipo de situaciones horribles que podían estar pasando, sobre todo cuando oyó llorar a Skye a lo lejos.
—Sabía que no debía dejarlas —se dijo, con el corazón desbocado.
—¿Santana? —habló Brittany de nuevo, a través de las interferencias de la línea.
—¿Qué pasa, cariño?
—No pasa nada, ha venido Marge. Es que no sé dónde están las cosas. Estamos bien, por favor tú vuelve con... —No terminó la frase, pero Santana se ruborizó igual—. Estamos bien. Siento mucho haberte molestado.
—Llámame, me da igual a qué hora —le ordenó Santana con firmeza—. ¿Entendido?
—Sí, sí. Lo haré. Gracias, Santana, adiós. Ah, espera. Skye quiere hablar contigo, ¿te parece bien?
—Claro, que se ponga —contestó Santana, con una gran sonrisa.
Miró a Suzette, que levantó su copa de champán antes de darle la espalda.
—Tana, no hay lus. Skye miedo —susurró la pequeña—. Mamá miedo. Mamá dice joder.
Santana soltó una sonora carcajada.
—No tengas miedo, pitufa. Volverá la luz cuando deje de llover. Cuida a mamá, ¿vale?
—Vale. Ven a casa —le rogó—. Pofiii.
—Lo... lo haré. ¿Vas a portarte bien por mí?
—Vale.
—Pásame a mamá, cielo —le dijo Santana.
Quería decirle «te quiero». ¿Por qué no lo había hecho? ¿Y por qué iba a hacerlo? ¿Qué derecho tenía a...?
—Santana, de verdad, lo siento mucho —habló Brittany, en tono acongojado.
—No te preocupes, no pasa nada.
Se produjo un silencio momentáneo y a Santana se le secó la garganta. Tragó saliva, pero no dijo nada.
—Skye te echa de menos.
Santana percibió la ternura en la voz de Brittany y se le disparó el corazón.
—Eso es porque quiere su regalo.
Las dos se rieron y la tensión se desvaneció.
—Conoces muy bien a mi hija, López —afirmó Brittany, entre risas—. Bueno, te dejo. Nos vemos dentro de unos días, ¿verdad?
—Sí, volveré pronto. Adiós, Brittany.
Santana colgó el teléfono y se lo quedó mirando unos instantes antes de volverse hacia Suzette, que sostenía la botella de champán vacía.
—Suzette, mi pequeña, deja eso —le ordenó Santana lentamente.
—Debería protestar —suspiró ella cuando Santana entró a gatas en la cama y le quitó la botella de la mano.
—No se acepta, letrada —le aseguró Santana, mordisqueándole el torso en toda su longitud.
Suzette se abrió de piernas y Santana se acomodó entre ellas, le besó los suaves y oscuros rizos y le arrancó un profundo gruñido de placer. Entonces le besó la cara interna del muslo y saboreó los jadeos de Suzette con cada mordisquito que le daba. La chelista se aferraba al cabezal con todas sus fuerzas y susurraba palabras de aliento a su amante, que se inclinó, le separó los pliegues húmedos con la lengua y la lamió de arriba abajo. De improviso le vino el rostro de Brittany Susan Pierce a la cabeza y se quedó quieta a medio comer. Pestañeó unas cuantas veces y sacudió la cabeza. Suzette dejó escapar un quejido.
—No pares.
Santana intentó recuperar la concentración desesperadamente. Al final fue Suzette la que reaccionó, se apartó de golpe, y Santana solo pudo levantar la vista, perpleja.
—Se acabó. Te conozco, Santana Marie López —dijo en voz calma, mientras recogía su ropa.
Santana seguía estupefacta y se limitó a sentarse y contemplarla.
—¿Por qué no te vuelves al bosque y haces lo que tengas que hacer? La seduces, te acuestas con ella, lo que quieras, pero te la sacas de la cabeza —continuó, cada vez más enfadada—. Tú y yo no tenemos compromisos y es como a mí me gusta, en serio, pero eso sí... —empezó a vestirse—, al menos me gusta pensar que, cuando me follas, es en mí en quién piensas.
Santana abrió unos ojos como platos.
—Espera, no es eso. Quiero decir que sí, que me vino su cara a la cabeza, pero, Suzette, está embarazada.
—¿Qué? —rugió esta, y la miró asqueada—. ¿Fantaseas con una mujer embarazada?
Santana puso los ojos en blanco ante el tono horrorizado de Suzette.
—No se trata de eso. Tiene una niña pequeña.
—¿Qué? —volvió a escandalizarse Suzette, llevándose las manos a la cabeza—. ¿Está embarazada y tiene una hija? ¿Estás loca?
Ahora era Santana la que empezaba a cabrearse.
—No —le dijo, batallando por recobrar algo de credibilidad—. No estoy loca. No es lo que piensas. Es muy atractiva pero a... a mí no me atrae.
Suzette puso los ojos en blanco y se abrochó la blusa.
—López, no me tomes por imbécil. Si te la quieres follar...
—No hables así de ella.
Suzette enarcó una ceja.
—Acabas de confirmar mis sospechas —rió, y se puso los zapatos—. Esto te lo tienes que pensar mejor, Tana. No es un rollo típico de los que te van a ti.
Se volvió una última vez antes de marcharse.
—Embarazada y con una hija. ¿Es lesbiana?
Santana asintió, aún tratando de organizar sus pensamientos.
Suzette la estaba bombardeando con demasiadas verdades a la vez. —Bueno, eso ya es un punto a tu favor —opinó Suzette.
Al reparar en la cara de confusión de Santana, añadió:
—Nunca te había visto ni confundida ni desconcertada. Pareces... —se interrumpió, y adoptó una expresión pensativa—. Vulnerable —lo dijo como si fuera una palabra vulgar—. Nos vemos mañana en el ensayo. Y esta vez no me grites. Solo porque seamos amantes no quiere decir que tengas que meterte con mi interpretación.
Santana le devolvió una mirada serena.
—Solo porque duermas con la compositora no significa que puedas tocar el chelo de pena —espetó, completamente seria, con la mirada retadora clavada en la airada chelista.
—La has llamado «cariño» —soltó Suzette.
Santana hizo una mueca de dolor y Suzette salió de la casa hecha una furia, dando un portazo. La compositora se quedó sentada en la cama, con la mirada perdida.
—Vale, hace tres días no tenía ninguna preocupación, follaba de maravilla con una mujer preciosa y mi vida era solo mía. Ahora estoy aquí sola, sentada en cueros y tengo a una mujer embarazada y a su hija en mi cabaña —se dijo. Meneó la cabeza—. Necesito una copa.
Cogió la botella de champán... pero estaba vacía, así que se dejó caer sobre la cama de nuevo y se quedó mirando al techo.
—¿La he llamado «cariño»?
**********************************************************************************************
Breves adelantos cap. 7
El ensayo era agónico y Santana gimió con los ojos cerrados al oír la interpretación que hacía la orquesta de su composición. A su lado, Kurt dejó escapar un sonido parejo de frustración.
—Kurt, no soy yo, ¿verdad? ¿Tú lo oyes?
Kurt frunció los labios en una mueca de sufrimiento y asintió.
—Odio tener que decirlo.
Santana se echó hacia delante y hundió el rostro en las manos.
—Es Suzette... Ella...
—Apesta —ofreció Kurt.
++++++
—¿Entonces para qué quieres que suba con Blaine a la cabaña? ¿Las esconderás a ella y a su hija?
Santana notó que se sonrojaba.
—No, yo...
—Admítelo. Quieres que conozcamos a esa mujer.
Santana miró al cielo y meneó la cabeza.
Kurt se rio abiertamente y le dio una palmada en el hombro.
—Vale, vale. Pero sabes que no voy a dejar de insistir. Háblame de ella.
+++++
—¿De verdad hacen gafas de sol para niños pequeños?
La dependienta también se rio.
—No debe de tener hijos, porque si no nunca habría preguntado algo así —extendió la mano hacia Santana con una mirada de interrogación.
—Bueno, sí, muy bien. Supongo que también me llevaré estas.—Entonces cogió un sonajero de bebé del mostrador y lo agitó adelante y atrás con cuidado. Tras observarlo un momento, miró a la dependienta—. Y esto también, a lo mejor.
Santana se pasó el dedo por debajo de la nariz y evitó mirar a la sonriente dependienta a los ojos mientras pagaba sus compras. Al salir de la tienda con las bolsas se dio cuenta de que sonreía mientras caminaba por la abigarrada calle. Se detuvo en seco delante de una tienda premamá y enarcó las cejas.
«Ah, esto no es una buena idea, Santana.»
Aun así, reunió valor y entró en la tienda al mismo tiempo que una mujer embarazadísima. Santana no daba crédito al tamaño del barrigón que tenía y la incredulidad debió de notársele en la cara al apartarse rápidamente de su camino, porque la mujer le lanzó una mirada asesina.
—Sí, estoy enorme y ya me paso de cuentas —espetó, en tono retador.
Y BUENO........¿QUÉ LES PARECIÓ LA ACTUALIZACIÓN DOBLE?.......
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
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