[Resuelto]FanFic Brittana: Amor en Espera (Adaptada) Epílogo

Capitulo 13

—¿Está disfrutando, Santana?

—Oh, sí señora. Ha sido maravilloso. Gracias por permitirme pasar todo este tiempo con ustedes.

Brittany sonrió mientras escuchaba a escondidas a su mamá y Santana. Abrió el grifo ahogando la conversación mientras terminaba de cepillarse los dientes.

Cuando terminó Santana estaba apoyada en la puerta, esperando. Sus ojos se encontraron, tímidamente al principio, ya que ambas miraron hacia otro lado.

Entonces Brittany se atrevió a sostenerle la mirada, viendo sólo una pizca de nerviosismo en los ojos de Santana.

Brittany asumió que Santana vio lo mismo en la suya.

No habían hablado de lo que había sucedido la noche anterior.

No habían tenido un minuto a solas todo el día.

Incluso en el cine, su hermano Blaine quería sentarse junto a Santana por lo que se separaron.

Pero aun así, todo era diferente entre ellas.

Lo notaba cada vez que sus ojos se encontraban, cada vez que se tocaban, por insignificante que fuera.

Había electricidad, una chispa.

Ahora los gemelos y sus dos amigos estaban en la cama, sus padres se preparaban para dormir y ella y Santana estarían a la cama...a solas.

—Es todo tuyo—dijo finalmente, haciendo un gesto hacia el lavamanos.

—Gracias.

—Yo...yo sólo voy a ir a...a la cama—dijo dando un paso fuera de su camino.

—Estaré ahí en un segundo.

Brittany dejó escapar el aliento tan pronto que Santana cerró la puerta.

Estaba casi avergonzada por su nerviosismo.

¿Qué pensaba que sucedería?

No había excusas de las quemaduras por el sol esta vez, por lo que no habría una repetición de la noche anterior.

—¿Britty?

Se dio la vuelta, descubriendo que su mamá estaba mirándola.

—¿Sí?

—¿Estás bien?

Brittany sintió que su rostro se ponía rojo y se quedó en la penumbra de la sala, esperando que su mamá no pudiera verlo.

—Estoy bien. ¿Por qué?

—Hoy has estado un poco silenciosa, eso es todo.

—Oh, no. Hoy fue divertido—sonrió—La he pasado muy bien este año.

—¿Estás feliz de haber invitado a Santana?—preguntó en voz baja.

—Sí. Sobre todo porque ella nunca ha estado aquí anteriormente.

—Bueno, ella es muy agradable. Madura para su edad.

Brittany asintió.

—Sí. Muy diferente de Sugar, ¿eh?

Su mamá se echó a reír.

—Muy—se dio la vuelta—Buenas noches, cariño. Descansa un poco. Mañana será el último día completo aquí—le recordó.

—Está bien. Buenas noches.

Finalmente escapó hacia su habitación, quitándose con rapidez sus pantalones cortos y colocándose su camisa de dormir.

Sólo había levantado las mantas cuando Santana entró. Se detuvo en la puerta, dudando por un segundo, antes de entrar y cerrarla.

Brittany sabía que tenían que hablar de lo que había pasado, pero ¿qué le diría?

¿Lamento haber perdido la cabeza y haberte manoseado?

¿Lamento haber perdido realmente la cabeza y querer besarte?

Pero no dijo nada, mirando como Santana golpeaba el interruptor de la luz, dejando a la habitación en la oscuridad.

Debió haber volteado hacia otro lado, no debería haber visto, pero sus ojos se desviaron cuando Santana se quitó la ropa y se colocó su camisa para dormir, ocultando sus pechos de la mirada de Brittany.

Se mordió el labio inferior, tratando de mantener su respiración lo más normal posible, y aunque Santana ni siquiera estaba en la cama, ya sentía esa fuerza que le hacía aletear el corazón, que hacía que su estómago diera volteretas, que creaba hormigueos en su piel.

No estaba segura de cómo iba a ser capaz de soportarlo.

Por primera vez en su corta vida, quería a alguien.

Ella lo reconoció por lo que era.

Se sentía atraída sexualmente por Santana López.

Cerró los ojos.

No un chico, no.

Ella nunca, nunca había sentido esto por un chico. Y supo muy dentro, que nunca se sentiría de esta manera con un chico.

—¿Britt?

Volvió la cabeza lentamente, encontrando a Santana de pie al lado de la cama, observándola.

—¿Sí?

—¿Tu...tú quieres que me acueste en el suelo?

—Oh, Dios... no, San. No—levantó las mantas—Entra.

Santana se metió en la cama, manteniendo la distancia, lo que era difícil de hacer en la pequeña cama doble.

—Siento lo de anoche—dijo—No debí haber…

—Yo lo empecé—dijo Brittany, interrumpiendo su disculpa y respiró hondo—¿Quieres hablar de ello?

—¿Tú quieres?

Brittany se puso de lado, frente a Santana.

—Si se tratara de alguien que no fuera tu, estaría totalmente mortificada por lo que pasó.

—¿Qué quieres decir, que no fuera yo?

—Porque si se tratara de otra persona, solo habría estado experimentando, jugando. Lo olvidaríamos, volveríamos a la escuela y luego nos estuviéramos preocupando de que la otra no le contara a alguien más lo que pasó.

—¿Pero?—susurró Santana.

—Pero no fue sólo una experimentación—se encontró con los ojos de Santana, la oscuridad le hacía difícil leerlos—¿Lo fue?

—No— dijo Santana, la palabra era apenas un susurro. Se aclaró la garganta—Hay algo que debo decirte.

—Está bien.

—Por favor no te enojes conmigo, Britt. Debería habértelo dicho antes.

—Está bien—dijo Brittany de nuevo.

—Soy...soy gay.

Brittany no estaba segura de cómo responder.

No se sorprendió, no.

Pero, ¿qué le diría?

Vaya, eso explica todo el manoseo y las respiraciones aceleradas anoche.

Por supuesto, ella fue quien empezó todo.

¿Qué hacía eso de ella?

—¿Britt? Lo siento…

—No. No lo estés. Es sólo que no sé qué decir—admitió—Te prometo que nunca voy a decirle a nadie lo que pasó. El secreto está a salvo.

Brittany sonrió.

—Oh, ¿así que crees que solo ha sido de un lado?—extendió su mano, atreviéndose a tocarla.

Encontró el brazo de Santana y deslizó su mano hacia arriba, rozándola suavemente.

—San, lo que pasó anoche...no estoy enojada o molesta. Y el hecho de que no lo esté me asusta un poco—solo con tocar su brazo en ese momento, sintiendo su calor, la asustaba un poco—Quería que me tocaras—dijo en voz baja—Las dos sabemos que yo lo empecé.

—¿Por qué?

—Porque me siento atraída por ti—decirlo en voz alta hizo que todo fuera más real—Ayer por la noche, quería...quería tu caricia. Quería besarte. La forma en que se sentía anoche...nunca lo había experimentado anteriormente. Se sentía tan bien—dijo Brittany.

—¿Quieres...quieres hacerlo de nuevo?

La pregunta quedó en el aire, lo que esa pregunta significaba le golpeó.

Brittany sintió que su estómago se contrajo, sintió que su corazón saltó a su garganta, sintió la opresión en su pecho mientras su respiración se incrementa.

¿Quería hacerlo de nuevo?

—Sí—susurró.

Ella esperó…esperó que Santana diera el primer paso, queriendo que ella tomara la iniciativa.

Lo hizo, rodando a su lado, frente a Brittany.

Brittany contuvo el aliento, esperando su contacto. No tuvo que esperar mucho tiempo antes de que una mano cálida se deslizara bajo su camiseta.

Esta noche, Santana no fue tímida, deslizó su mano hacia el pecho de Brittany sin dudarlo.

Brittany jadeó al primer contacto, luego gimió cuando los dedos de Santana jugaron con su pezón.

—¿Puedo quitarte la camisa?—preguntó Santana, con la voz cargada de emoción—Por favor.

—Sí—Brittany se inclinó, ayudando a Santana quién sacaba su camiseta sobre su cabeza—La tuya también.

Santana hizo lo que le pidió, lanzando su camiseta a un lado sin mirar, con los ojos clavados en Brittany.

La actitud de Santana era diferente esta noche.

Atrás quedó la timidez, la inseguridad.

Ella tenía una mirada depredadora que excitó a Brittany mucho más de lo que la asustó.

Cuando las manos de Santana le tocaron nuevamente, Brittany sintió que su cuerpo se elevó para encontrarse con ella.

Su suave gemido se convirtió en un gruñido cuando Santana cubrió sus pechos, apretándolos, jugando con ellos, frotando sus pezones duros con sus palmas.

Sintió el pulso entre sus piernas y las apretó con fuerza.

Entonces Santana apartó las manos, sustituyéndolas con su boca.

—Oh, Dios mío—Brittany murmuró, incapaz de contener el fuerte gemido cuando la cálida boca de Santana chupó su pezón.

Nunca en su vida había imaginado que se sentiría así.

Sus manos se extendieron, buscando a Santana, atrayéndola más cerca. No sabía lo que quería, no sabía qué hacer, pero tenía un deseo innato de sentir a Santana apretada contra ella.

Instintivamente, abrió las piernas, permitiendo que Santana se ubicara dentro de ellas.

Jadeaba, incapaz de recuperar el aliento, sus caderas moviéndose frenéticamente.

—Shhh—susurró Santana, su boca a pocos centímetros de distancia.

Esta noche, Brittany no pidió.

Extendió la mano, curvándola detrás del cuello de Santana, empujando su boca hacia la de ella.

No hubo nada tímido en su primer beso.

Su boca se abrió, dejando que la lengua de Santana entrara. Las pocas sesiones de besos con los chicos, le dijeron que Santana tenía mucha más experiencia que ella en cuanto a besos se refería.

La lengua de Santana capturó la suya, sus gemidos mezclándose mientras sus besos se profundizaban.

Brittany estaba completamente fuera de control y totalmente a merced de Santana.

Cuando Santana se extendió entre sus piernas, cuando su pelvis se apretó con fuerza contra la de ella, Brittany fue incapaz de resistirse.

Sus manos tomaron las caderas de Santana, sintiendo el frio algodón de sus bragas, la única ropa que ambas todavía llevaban.

Empujó a Santana con fuerza contra ella y su gemido quedó atrapado dentro de la boca de Santana.

Quería más.

Mucho más.

No le importaba que sus padres estuvieran a sólo dos puertas de la suya.

Simplemente moriría si no tenía más.

Apartó su boca, luchando por respirar.

—Tócame—susurró—Quiero que me toques.

No era una petición y Santana, afortunadamente, no lo tomó como una.

Su mano se deslizó dentro de sus bragas, Brittany estaba demasiado excitada para preocuparse por el resultado.

Se sorprendió por lo mojada que estaba, por lo mucho que deseaba el toque de Santana.

Pero Santana hizo una pausa, sus dedos peligrosamente cerca, mientras apoyaba la frente en la de Brittany, sus respiraciones laboriosas, sonando fuertemente en el pequeño dormitorio.

—Britt, ¿estás segura?

No, no estaba segura.

No estaba segura de nada.

Pero en este momento, justo ahora, estaba segura de que quería que Santana la tocara.

Y si la tocaba, sí, sabía lo que pasaría.

Ella no era tan ingenua.

Sin embargo, no habló.

Empujó la boca de Santana hacia la suya, ahora sus besos eran más pausados, demorándose, haciéndolas querer aún más.

—Estoy segura—dijo finalmente con los labios todavía apretados contra Santana.

Se sorprendió al sentir que la mano de Santana temblaba.

Santana parecía tan controlada, tan segura de sí misma.

—¿Eres virgen?—susurró Santana.

—Sí. ¿Lo eres tú?

—Sí—Santana bajó de nuevo la cabeza, sus labios apenas rozando los de Brittany—Nunca he hecho esto. No tengo que...que entrar—dijo, su lengua humedeciendo los labios de Brittany—Sólo podría hacer esto—dijo mientras sus dedos se movieron finalmente, deslizándose en la húmeda abertura entre las piernas, tocando su parte más sensible.

—Dios... San—dijo sacudiendo sus caderas, sintiendo los dedos de Santana mientras se movían a través de su carne hinchada.

Brittany nunca había tenido un orgasmo.

Se había masturbado, intentándolo con fuerza, pero siempre se le había escapado.

Sabía que esta noche por fin sabría cómo se sentiría cuando sus muslos se separaron, dando a Santana mayor espacio.

No podía creer el intenso placer que estaba experimentando.

No tenía nada con que compararlo.

Estaba jadeando, luchando por respirar, y totalmente fuera de control, entregándose por completo a Santana, dejando que hiciera lo que quisiera, su boca en su pecho, su mano entre sus piernas.

Brittany sintió una presión incrementándose desde su interior profundamente, creciendo poderosamente, pulsando a través de ella. Sintió el endurecimiento de sus músculos, sintió la contracción de su cuerpo.

Fue exactamente igual a lo que había leído en los libros románticos, una ola gigante, cada vez más fuerte, corriendo, amenazando con tragársela, elevándola para luego hacerla caer en un abismo interminable mientras su cuerpo explotaba.

Ella habría gritado, trató de gritar su placer, pero la boca de Santana estaba ahí, ahogando el sonido, los dedos de Santana seguían descansando entre sus muslos.

Brittany apretó a Santana fuertemente contra ella, sus senos apretándose juntos.

Ahora estaba temblando sin control y Santana la abrazó, su boca moviéndose suavemente sobre su mejilla, calmándola con besos suaves, acariciando sus manos, calmándola.

Brittany no estaba segura de que pudiese hablar, e incluso entonces no sabría qué decir.

Al menos no estaba llorando.

O peor aún, asustada e histérica.

Había tenido su primera experiencia sexual, su primer orgasmo… Y fue con otra chica.

Se relajó.

Sí, fue con otra chica.

Una chica cuya boca estaba mordisqueando su cuello, cuyos dedos estaban viajando suavemente a través de su cuerpo, cuyo peso aún descansaba entre sus muslos.

Y se sentía...maravilloso.

—Quiero tocarte de esa manera—susurró encontrando finalmente su voz—¿Quieres eso, San?

Santana se dio la vuelta, tomando a Brittany con ella, invirtiendo sus posiciones.

Brittany se encontró encima de Santana, deslizándose entre los muslos de Santana cuando sus piernas se separaron. Sintió la humedad de Santana contra su vientre, la evidencia de cuan excitada estaba.

Fue en ese momento, acostada entre sus piernas, que Brittany supo que se estaba enamorando.

Enamorándose de otra chica.

Estaba consumida por una necesidad de dar placer a Santana, una necesidad de tocarla, saber todo de ella.

El sentimiento fue tan fuerte, que fue aterrador.

Se encontró con los ojos de Santana, lo maravilloso de todo esto, reflejado en ellos.

Brittany sonrió y se inclinó más cerca, disminuyendo la distancia entre ellas, sus bocas se reunieron de nuevo, besos suaves que se volvieron apasionados. Movió su mano por el cuerpo de Santana, tocando las bragas que todavía llevaba.

—Quiero quitártelas—dijo—Quiero sentir todo de ti. Quiero sentir cuan mojada estás.

Y no tuvo miedo.

************************************************************************************************************

Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 14

Santana dejó atrás la ciudad, los primeros rayos del sol apenas se mostraba en el cielo hacia el oriente.

La mañana era fría, el viento ya le liberaba.

Dejó abajo la capota del Jeep, necesitando la libertad que eso le permitía.

Estaba nerviosa.

Tan nerviosa, de hecho, que casi había cancelado el viaje. Pero la tía Lou le estaba esperando y recordó lo emocionada que estaba por la noticia de que Santana estaría en Lima, Ohio durante una semana.

Sonrió mientras salió por la carretera, tomando las carreteras secundarias a través de las tierras.

No había tenido noticias de ninguno de sus compañeros de clase en quince años.

Sin embargo, en la última semana, había hablado con Sugar Motta tres veces, mientras ayudaba a Santana con sus reservas de hotel, diciendo que incluso los compañeros que vivían ahí se alojarían en el hotel Ohio Inn, así podrían divertirse todo el fin de semana.

Pero fue la última conversación que la golpeó.



—Oh, Santana, va a ser tan bueno verte. Y hablé con Brittany Pierce y le hice saber que ibas a venir. Apuesto a que ustedes dos no pueden esperar para ponerse al día.


Oh, sí. No puedo esperar.

Santana se preguntó si Brittany traería a su amante.

Demonios, ¿Brittany incluso hablaría con ella?

Su ruptura no fue bien, y a pesar de que Santana lo hizo por Brittany, la mirada en los ojos de Brittany...bueno, fue una mirada que después le persiguió durante mucho tiempo.

Cada vez que se encontraban la una a la otra a lo largo del semestre, Brittany tenía la misma mirada, herida y lastimada y devastada.

Fue algo que Santana nunca entendió.

De hecho nunca vio a Brittany con su nueva amante, así que tal vez eso no había durado después de todo.

Al finalizar el semestre, Santana fue a Louisville donde sus padres se habían mudado y asumió que Brittany se había ido a casa en Lima, Ohio.

Brittany no regresó el siguiente semestre y Santana pasó todo ese semestre tratando de olvidar que ella y Brittany habían sido amantes en primer lugar.

En realidad, pasó los siguientes años tratando de olvidar a Brittany Pierce.

Pero no importó cuántas mujeres pasaron por su cama, sin importar cuántas amantes tuvo, ninguna de ellas jamás podría hacerle olvidar a Brittany...y ninguna fue capaz de reemplazarla.

Así que se instaló en Chicago y puso toda su energía en su negocio, rara vez salía, rara vez tenía citas.

Y rara vez compartía su cama con alguien.

Ahora estaba contenta, satisfecha con su vida.

Su negocio era próspero, tenía un puñado de buenos amigos, especialmente Quinn y Rachel.

Y Mercedes y su familia llenaban un vacío que el divorcio de sus padres había creado.

Mercedes hacía todo lo posible para que cada uno y todos los días festivos Santana los compartiera con ellos.

Sí, ahora estaba contenta.

Así que ¿por qué entonces se dirigía a Lima, Ohio?

Y qué si habían pasado quince años de agua bajo el puente.

Sabía que ver a Brittany le afectaría, sobre todo si Brittany iba a estar ahí con su amante o su pareja o quien sea.

Se estaba poniendo a sí misma en un diluvio de recuerdos.

Sí, como si últimamente no hubiera viajado ese camino.

Y ese era realmente el problema.

Había sido perseverante a través de sus recuerdos, reviviendo esos años de adolescencia, siendo capaz de recordar la sensación de cosquilleo que le invadía solo por estar con Brittany, tocarla, besarla, amarla.

Fue el mejor momento de su vida, un momento en el que pensaba que la vida era perfecta, un momento en que estaba tan segura de que ella y Brittany estarían juntas para siempre.

Un momento antes de la angustia y el dolor.

Eran recuerdos que no deseaba revivir, la ruptura y luego su cura para Brittany, dormir con cualquiera y todas las chicas que podía.

Cualquier persona que pudiera hacerle olvidar a Brittany…olvidar a Brittany y su nueva amante.

Se sorprendió de lo mucho que aún le dolía.

Quince años después, todavía podía sentir el aguijón, todavía sentía los celos, todavía podía ver la cara de la otra chica.

Sonrió encontrando algo de humor.

Podía recordar su cara, pero no podía recordar su nombre para salvar su vida.





***************************************************************************************************




Brittany salió de la interestatal al este y luego volvió al sur, tomando el familiar camino rural para Lima, Ohio.

Todavía le quedaba una camino, pero su nerviosismo aumentó diez veces al salir de la autopista.

Podría haber volado desde su casa y alquilado un coche, o aceptado la oferta de su mamá para recogerla, pero quería este tiempo para pensar, para prepararse.

En primer lugar, todavía estaba sorprendida de que Santana incluso fuera a la reunión. Por lo que sabía, ninguno de sus compañeros de clase había oído hablar de ella en los últimos quince años.

Pero el nerviosismo y la inquietud habían sustituido el asombro hace semanas, hasta el punto de que en realidad había llamado a Sugar para decirle que no asistiría.

Ese plan, obviamente fracasó.

Sugar estaba tan entusiasmada con todo el asunto, Brittany simplemente no tenía el corazón para cancelar.

Así que ahora su nerviosismo se mezcló con una buena dosis de ansiedad, la sensación de temor se mantenía con un peso en su pecho. Lo cual, como había estado diciendo durante las últimas cincuenta millas, era ridículo.

Santana López ya no significaba nada para ella.

Era una antigua compañera de clase, eso era todo.

No tenía nada que ver con su vida y era una locura que temiera a su reunión de quince años a causa de ella.

—Así que estoy loca—murmuró.

Porque, sí, ella estaba aterrorizada.

El único resquicio de esperanza que encontró, fue que Sugar dijera que Santana había enviado su confirmación de asistencia para una sola persona.

Lo que significaba que Brittany no tendría que ser sometida a ver a Santana con su amante.

Bueno, independientemente, ya había decidido que si Santana le preguntaba si estaba saliendo con alguien, ella le mentiría y le diría que sí.

Estaría condenada si dejaba que Santana se enterara de que todavía estaba sola.

Trató de imaginar cómo sería cuando se vieran la una a la otra.

No quería hacer una escena así que no podía solamente ignorar a Santana. Después de todo, habían sido las mejores amigas en la secundaria.

Ninguno de sus compañeros de clase, se enteraron de su relación y por lo que sabía, ninguno de ellos sabían que Santana era gay.

¿Brittany?

Sí.

Después de ese primer semestre, cuando había regresado a casa para las fiestas, había estado en tal estado de shock, con el corazón roto, que había salido del armario con sus padres, había salido del armario con Sugar.

Nunca les dijo quién era, nunca mencionó el nombre de Santana.

Para su crédito, sus padres no habían enloquecido por completo, al menos no delante de ella.

Blaine fue el más sorprendido, pero Tina había puesto sus manos sobre sus caderas y sonriendo dijo "Genial. Mi hermana es lesbiana. Supongo que no eres tan estirada como pensaba que eras"

Brittany rió.

Eso venía de una niña de trece años, quien era tan estirada como podía ser.
Pero todos sus estudios dieron sus frutos. Tina fue a la escuela de medicina, especializándose, entre todas las cosas, en ginecología.

Lo que Brittany encontró muy divertido, mientras ella era prácticamente célibe, su hermana se ganaba la vida tocando cuerpos femeninos.

Ella inclinó la cabeza.

¿Qué quiso decir con prácticamente célibe?

Había pasado más de un año desde que se había acostado con alguien.

De hecho, ya no podía recordar exactamente cuándo había ocurrido, posiblemente cerca de dos años.

—Sí, prácticamente célibe.

Lo que le trajo de vuelta a su idea original.

¿Cómo iría su primer encuentro con Santana?

¿Se abrazarían e intercambiarían bromas?

¿O sólo se darían la mano y serían geniales con los demás?

¿Se dirían "hola" y "cómo estás" y luego continuarían por caminos separados, para no hablar de nuevo?

¿O alguien como Sugar, que no tenía conocimiento de su pasado, las empujaría a estar juntas a cada momento, pensando que tendría mucho de que ponerse al día?

Sí, ese era el escenario que contemplaba.

Y como no quería hacer una escena y llamar la atención sobre ellas, y su pasado, sin duda estaría de acuerdo con eso.

Suspiró, observando las millas que había avanzado mientras se acercaba cada vez más a Lima, Ohio.

Se preguntó cómo sería Santana actualmente, se preguntó si no había cambiado mucho. La chica tímida de la secundaria había salido de su caparazón, tan pronto como se habían convertido en amantes.

Llegó a ser más sociable, más segura de sí misma, más fuerte y confiada.

Rasgos que Brittany amaba en ella.

Por supuesto, después de su ruptura, Santana continuó siendo sociable, durmió con casi todas las chicas en la universidad, fueran solteras o no.

Gay o no, Brittany recontó, al recordar el puñado de chicas heterosexuales que cayeron víctimas del encanto de Santana.

Maldita sea ella.




*****************************************************************************************************



Santana se sorprendió por lo mucho que había cambiado Lima, Ohio.

La tía Lou le había contado que su pequeña ciudad dormida había crecido a medida que más y más personas habían huido de la ciudad, dejando a Ohio y mudándose al sur, pero nunca imaginó esto.

La pequeña carretera de dos carriles que recordaba era ahora una autopista, que pasaba el centro del pueblo como un bucle hacia el norte, sin duda construida para los viajeros que todavía viajaban a la ciudad para trabajar todos los días.

Tomó la ruta de los negocios hacia el centro, ahora lucía familiar ya que muchos de los antiguos edificios permanecían, edificios que albergaban tiendas locales que todavía permanecían en el negocio.

Incluso la tienda de alquiler de películas y el lugar de bronceados todavía permanecían ahí, aunque para aquel entonces, se llamaba The Corner Tan. Se sorprendió de que un Blockbuster no hubiera abierto en la ciudad, poniéndola fuera de la industria del cine.

Siguió adelante, queriendo detenerse en casa de la tía Lou antes de registrarse en el hotel, ya que tenía un par de horas antes de la planificada hora feliz "llamada fiesta del reencuentro"

Ella y su tía siempre habían tenido un vínculo especial, pero no fue hasta que se hizo mayor, cuando se dio cuenta del por qué.

La tía Lou era lesbiana.

Era algo de lo que nunca habían hablado.

Ni una vez.

Oh, hablaban de Santana y de su abundante vida amorosa.

Pero cada vez que Santana preguntaba por su falta de esposo o pareja a la tía Lou, ella se callaba diciendo que era muy feliz siendo una solterona.

Por supuesto, Santana finalmente sumó dos y dos, recordando los viajes de la tía Lou a Louisville e incluso la "amiga" que de vez en cuando ella tenía.

Santana era demasiado joven para cuestionarlo o para pensar que fuera extraño. Pero ahora, como adulto, sabía que la tía Lou había tenido un amante en Louisville.

Si todavía la tenía, Santana no tenía ni idea.

Respetaba la necesidad de la tía Lou de mantener una vida privada, un secreto, y lo dejó así.

Si alguna vez quería confiar en ella, lo haría.

Si no era así, no era asunto de Santana.

Sospechaba que una de las razones por la que la tía Lou hubiera permanecido en el fondo del closet, era porque no quería que la madre de Santana la usara como una excusa del porque Santana era gay.

A su mamá todavía le resultaba difícil aceptarlo y todavía sentía la necesidad de hacerle saber lo decepcionada que estaba.

Santana sacudió la cabeza, no quería ir ahí.

La relación entre ella y su mamá había sido tensa, por decir algo.

En primer lugar el divorcio, luego Santana saliendo del closet con ellos, la muerte repentina de su padre y luego el nuevo matrimonio de su mamá, todos los eventos habían ampliado la brecha entre mamá e hija.

Oh, no eran extrañas o algo por el estilo.

Todavía hablaban por teléfono de vez en cuando, eran civilizadas, pero no se veían la una a la otra.

Santana rara vez salía de la costa, contenta con la familia que se había construido ahí.

Su mamá había ido una vez de visita, para ver donde Santana trabajaba y vivía, pero su desaprobación por Santana se veía en sus ojos, no sólo acerca de su estilo de vida, pero sobre todo su vida en general, eso fue suficiente para impedir que Santana extendiera la invitación nuevamente.

Sabía que la tía Lou y su mamá todavía se mantenían en contacto, por lo que se preguntó si su tía había sentido la necesidad de compartir con ella de que Santana iba a pasar la semana ahí.

Dio la vuelta bajando por la calle familiar, las antiguas casas mostraron su edad, pero el jardín de su tía estaba tan inmaculado y tan bien cuidado tal y como Santana recordaba.

Se estacionó y bajó de su Jeep, estirando las piernas y la espalda después del largo viaje.

Pasó los dedos por su cabello, que había sido alborotado y despeinado por el viento. Trató de domar los mechones oscuros, finalmente rindiéndose.



—Oh, Dios mío, mírate.

Se dio la vuelta, encontrándose con la tía Lou quien corría hacia ella. Abrió los brazos, aceptando el abrazo y el beso en la mejilla. Ella se echó hacia atrás, sonriendo.

—También me alegro de verte.

—Te ves maravillosa, Tana. Tan hermosa como siempre. Tu papá habría estado muy orgulloso de ti—dijo mientras le agarraba por los hombros.

—¿Lo estaría?

—Tana, por supuesto que lo estaría—dijo en ese tono de no hablemos de eso—Ahora entra. Vamos a ponernos al día.







***********************************************************************************************************






Brittany se estacionó en el estacionamiento de sus padres, sintiendo la familiar tranquilidad que siempre le eludía en la ciudad.

Incluso después del estresante viaje y el reencuentro inminente al que ahora temía, la tranquilidad había regresado.

Se bajó, tomando una profunda bocanada de aire puro del campo, disfrutando la quietud por un segundo antes de continuar su camino. Su mamá estaba esperando, abriendo la puerta antes de que Brittany pudiera llamar.

—Hola, cariño—dijo mientras atrapaba a Brittany en un abrazo—Es tan bueno verte de nuevo.

—Hola, mamá.

Brittany esperó pacientemente, sabiendo que no sería liberada hasta que su mamá estuviera bien y lista.

Finalmente aflojó su agarre y Brittany se alejó, sonriendo.

—Es bueno estar en casa.

—Sigo diciéndote que nos visites más a menudo—dijo tirando de Brittany hacia adentro—Traeremos tus cosas más tarde.

—Oh, no me voy a quedar aquí.

Su mamá se dio la vuelta.

—¿Qué?

—Bueno, no por el fin de semana. Tengo una habitación en el hotel. Sugar insistió—dijo.

—¿Pero la próxima semana?

—Sí, me quedo aquí.

—Porque Tina se decepcionaría mucho si…

—Mamá, ya te dije que me quedaré aquí. Es sólo por la reunión, sólo será más fácil permanecer ahí. Regresaré el domingo.

—¿Y te quedas hasta el miércoles?—preguntó su mamá dirigiéndose hacia la cocina.

—Sí. ¿Tina todavía viene el lunes como estaba previsto?

Brittany miró la jarra sobre el gabinete.

No era té.

Arqueó las cejas.

—Sale del hospital la mañana del lunes, Mike se quedara con los niños—su mamá siguió su mirada—Es viernes. Tu papá espera cócteles cuando llega a casa.

Brittany miró el reloj y luego a su mamá.

—Pensé que podríamos tomar una bebida en el patio. Y no, no me he convertido en una borracha. Tu papá llega a casa a las cuatro los viernes.

Brittany sonrió.

—¿Así que Tina y yo no tenemos que tener una intervención de hijas?

Vio cómo su mamá llenó dos copas de lo que supuso eran margaritas.

—¿Cómo está Blaine?

—Oh, ocupado como siempre. Acabo de hablar con él la semana pasada. Dijo que había perdido las dos últimas llamadas que le hiciste.

—Sí. Y al parecer no sabe cómo devolverlas—tomó la copa con una inclinación de cabeza—Gracias.

—Está viendo a alguien, lo sabías.

—No, no lo sabía. ¿Desde cuándo?

—Desde hace aproximadamente un mes—dijo—Vamos a la terraza.

Brittany salió, la vista le trajo una oleada de recuerdos.

Su patio estaba tan impecablemente limpio y ordenado como siempre, la grama verde cortada a la perfección, el agua de la piscina cristalina.

No se sorprendió por la dirección de sus pensamientos mientras se imaginaba a Santana chapoteando en la piscina, riéndose de ella, jugando con ella.

Mentalmente se sacudió esos pensamientos, descubriendo que su mamá la observaba.

—Es bonito volver aquí—dijo uniéndose a su mamá en la pequeña mesa redonda, el ventilador de techo agitaba el aire a su alrededor—Echo de menos tener un jardín—dijo.

—Puedes pagar una casa. ¿Por qué debes permanecer en ese departamento?

—Porque tiene una ubicación privilegiada, tengo acceso a un sendero para caminar y una pista para bicicleta, por no hablar del club de golf—tomó un sorbo de su bebida—Además, si quisiera vender, no duraría un día en el mercado.

—Todavía me es difícil imaginarte en la gran ciudad. Sólo desearía…

—No voy a mudarme de nuevo a Lima, Ohio—dijo con una sonrisa.

—No, pero ¿qué tal Louisville? Tina está ahí y estarías más cerca de casa—dijo esperanzada.

Brittany se inclinó sobre la mesa y apretó la mano de su mamá. Era una conversación que tenían cada vez que los visitaba.

—Entonces, cuéntame lo de Blaine.

—¿Qué hay que contar? Sabes lo reservado que es tu hermano.

—Bien, déjame reformular. ¿Está saliendo con un él o una ella?

—Ella.

Brittany suspiró.

—¿Así que todavía está convencido de que es bisexual?

—Lo sabrás mejor que yo. Solo me alegro de que ya no esté saliendo que ese artista.

Brittany rió.

—Mamá, Blaine es un artista.

—Exactamente. Al menos uno de ellos necesita un trabajo de verdad.

Brittany escondió su sonrisa.

Ella sabía muy bien que Blaine todavía estaba enamorado del "artista" y sólo pretendía salir con mujeres para que sus padres no se sintieran totalmente culpables por tener dos hijos gays.

Cuando Dave terminó las cosas con Blaine, le había tomado un tiempo recuperarse. Ella y su hermano habían hablado casi todas las noches en ese tiempo, lo más cerca que habían estado.

Pero el vivir en San Francisco, le hizo retomar nuevamente la silla de montar de forma rápida y sus conversaciones nocturnas terminaron.

—Entonces, ¿estás entusiasmada con la reunión?

Brittany giró su vaso, mirando el hielo rebotar a los lados.

—Sí, va a ser divertido—dijo esperando que su voz tuviera el entusiasmo necesario.

—Bueno, hablé con Lou López en el supermercado el otro día. Ella dice que Santana asistirá este año. ¿Has hablado con ella?

Brittany negó con la cabeza.

—No, pero Sugar me dijo que estaba planeando venir.

—Estoy segura de que va a ser emocionante. Todavía no puedo creer que las dos hayan perdido el contacto de esa manera. Eran tan unidas durante la secundaria.

Si solo supieras.

Pero Brittany forzó una sonrisa.

—Va a ser...bueno verla, sí—dijo—No creo que alguien de la escuela haya estado en contacto con ella a través de los años.

—Lou me dijo que ella vive en la costa. Chicago.

—¿En serio?—Brittany se levantó, no quería continuar la conversación—Estos están buenos. ¿Podemos tomar otro?

—Por supuesto, cariño. Pero no exageres. Tiene una gran noche por delante—le recordó.

Brittany le dirigió una falsa sonrisa y luego desapareció en la cocina para servirse nuevamente.

Necesitaría mucho más que un par de margaritas para superar la noche.

************************************************************************************************************

Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 15

Brittany era un manojo de nervios cuando se detuvo en el estacionamiento del flamante Ohio Inn en el lado norte de la ciudad.

Estaba sentada en su coche, mirando a su alrededor con nerviosismo, conociendo su suerte, Santana llegaría al mismo tiempo.

Pero todo estaba en silencio mientras salía.

Tomó su bolso, corriendo por el estacionamiento a la entrada. Se vio envuelta inmediatamente en un abrazo cuando Sugar corrió hacia ella.

—Oh, Dios mío—gritó de manera espectacular, como si nunca se hubieran visto—No puedo creer que ya estés aquí.

Brittany le devolvió el abrazo.

—Hola, Sugar. ¿Me extrañaste o simplemente necesitabas apoyo moral?—miró a su alrededor—¿Todos están aquí?

—Ya faltan pocos. Demasiados para nombrarlos. Y sí, tú eras la presidenta de la clase. Deberías estar haciendo este trabajo.

—Pero tú vives aquí. Estuvimos de acuerdo en que tú serías la mejor para este trabajo—Brittany le recordó.

—Bueno, ha sido un poco divertido. Estoy tan contenta de que muchos podrán llegar al principio de la noche—la empujó hacia el escritorio—Regístrate. Nos vemos en el bar.

—Está bien—tomó una respiración profunda—¿Ya llegó Santana López?

Sugar sonrió.

—Oh, Dios mío, sí. No vas a creer como se ve.

Brittany frunció el ceño.

¿Qué?

¿Aumentó 200 libras?

¿Se afeitó la cabeza?

¿Estaba cubierta de tatuajes?

¿Piercings?

¿Qué?

Pero antes de que pudiera preguntar, Sugar se había apresurado para saludar a una nueva pareja que entraba.

El hombre le pareció algo familiar pero Brittany no podía ubicarlo. No se detuvo en él volviéndose al escritorio, sonrió a la recepcionista mientras le daba su nombre.

Así que Santana ya estaba aquí.

Maravilloso.

Podría acabar con todo de una vez.

Firmó sin mirar, tomó la llave sin pensar y automáticamente se dirigió a los ascensores, finalmente, miró su recibo, encontrando el número de su habitación.

—Debí haber tomado otra margarita—murmuró mientras el ascensor la llevó a la tercera y última planta.

Metódicamente desempacó su bolso, caminando sin rumbo alrededor de la sala, intentando ganar el mayor tiempo posible.

La reunión de la hora feliz era casual, pero ¿qué significa eso?

¿Caqui causal?

¿O los pantalones cortos de verano?

Miró la ropa que había empacado, decidiendo que estaba Lima, Ohio...los pantalones cortos de verano estarían bien.

Así que se desvistió, tomando una ducha sin prisa, finalmente sintió los efectos del tequila mientras su estado de ánimo cambiaba de nervioso a apacible.

Y apacible era lo que necesitaba si iba ver a Santana por primera vez luego de quince años.

Mientras se vestía, se preguntaba cuál sería su reacción.

Por otra parte ¿qué pasaba con Santana?

¿Estaría sintiendo algo de la agitación con la que Brittany había estado luchando el último mes?

¿Y qué demonios quiso decir Sugar con eso de cómo se veía?

Sólo ve hasta allá

Respiró profundamente, mirándose en el espejo, satisfecha con lo que vio.

Sus años de actividad, ciclismo y trote, por la insistencia de Kitty, le habían mantenido en buena forma.

Tenía el cuerpo tonificado, la piel perfecta y su rostro claro.

Se veía bien.

Grandiosa, de hecho.

Pasó los dedos por su cabello, las capas le hacían lucir despreocupada y...despeinada.

Suspiró, quitándose el flequillo de la frente.

¿Despeinada?

Bueno, no podía posponerlo más.

Metió efectivo en uno de sus bolsillos y la tarjeta de acceso en el otro y luego se dirigió hacia los ascensores, consciente de que había llegado el momento.

Hizo caso omiso de su nerviosismo, escondiéndolo muy dentro de ella, tratando de reunir un poco de emoción hacia la noche.

Iba a ver a viejos amigos, con los cuales no había hablado desde la décima reunión.

Se renovarían amistades, visitaría a Sugar, la única persona que veía con más frecuencia y evitaría a Santana López a cada momento.



Tan pronto como llegó al vestíbulo, escuchó las risas y las fuertes conversaciones desde el bar.

La fiesta parecía estar en pleno apogeo.

Dudó brevemente antes de entrar, agradeciendo la escasa iluminación mientras permanecía de pie en la parte de atrás, sus ojos viajaron alrededor de la habitación.

No tomó mucho tiempo.

Como un imán, encontró a Santana.

Estaba sentada en el bar charlando con Sugar y con otra mujer cuyo nombre se le escapaba.

No importaba.

Sus ojos estaban fijos en Santana.

Y como si fuera una señal Santana se volvió lentamente, sintiendo, como solía hacer, la mirada de Brittany sobre ella.

Brittany esperó, el estruendoso y ensordecedor latido de su corazón llegaba a sus oídos, su pulso estaba acelerado y sus palmas estaban sudando. Ahora supo lo que quiso decir Sugar cuando dijo que no creería cómo se veía Santana.

Impresionante.

Morena y esbelta.

Usaba pantalones cortos y unas elegantes sandalias Teva, su cabello oscuro más corto de lo que Brittany recordaba, su piel lucía un hermoso bronceado color canela, su rostro lozano y atractivo como lo estaba hace años. Y sus ojos...esos ojos oscuros y expresivos...capturaron los de Brittany, atrapándola, atrayéndola como siempre lo habían hecho.

Ella se quedó clavada en el suelo, los otros en la sala se desvanecieron mientras se miraban la una a la otra. Fue entonces cuando reconoció el nerviosismo, la incertidumbre, en los ojos de Santana.

Entonces el sonido llegó a sus oídos, el movimiento bloqueó su visión, y vio a Sugar saludándola y haciéndole señas para que se acercara. Trató de parecer relajada e indiferente, a pesar de que estaba tan nerviosa como nunca había estado.

Pero la incomodidad que sintió fue breve cuando Sugar tiró de su brazo, lanzándola cara a cara con Santana López.

—Oh, Dios mío. No puedo creer que ustedes dos no se hayan visto en años—gritó—Un abrazo o algo—dijo empujándolas para juntarlas.

Lo que pasó después fue surrealista.

Los brazos de Santana se deslizaron alrededor de ella, acercándola y Brittany se dejó guiar hacia ella, hundiéndose en el abrazo, su cuerpo volvió a la vida con el contacto.

Duró pocos segundos, pero fue el tiempo suficiente para que se diera cuenta de que su cuerpo reconocía a Santana, aunque sólo fuera en un nivel subliminal.

—¿Cómo estás?

Las palabras fueron silenciosas, casi susurrándolas al oído.

Brittany se apartó, forzando una sonrisa a su rostro.

—Bien. Grandiosa—entonces—Ha pasado largo tiempo—dijo Brittany.

Santana no dijo nada, simplemente asintió.

—¿Quieres algo de beber?

—Oh, sí. Por supuesto.

Por supuesto.

Santana alzó una ceja, una expresión que Brittany solía encontrar sumamente atractiva.

Ignoró el señuelo de la ceja y se volvió hacia Sugar.

—¿Qué están tomando los demás?

—Barra libre, cariño. Pide lo que quieras—puso a Santana de pie—Voy a robarte a Santana por un segundo.

—Por supuesto.

Brittany se apoyó en la barra, golpeando con impaciencia la superficie de madera.

—Bourbon y Coca-Cola—dijo—Uno doble.

—¿Tienes alguna preferencia?

—Las cosas buenas—dijo volteándose y mirando como Sugar instalaba a Santana en una mesa.

¿Acerca de qué demonios tenían que hablar?



******************************************************************************************************


—Santana, te ves absolutamente magnífica. Espere que veas a algunos de los otros. Digamos que el tiempo no ha sido amable.

Santana rió.

—Bueno, te fue bastante bien.

—Querida, un entrenador personal y un poco de Botox hace maravillas—Sugar acercó su silla aún más—Quiero ponerte al día con todos los chismes antes de que empiece la cosa.

—Está bien.

—En primer lugar, y probablemente te sorprenderás con esto, pero Brittany Pierce es...gay—dijo la última palabra apenas en un susurro.

Santana fingió sorpresa.

—¿Estás bromeando?

—No, no lo estoy ¿Puedes creerlo?

—¿Cuando sucedió eso?

—En la universidad. Llegó a casa después del primer semestre, con el corazón roto y sumida en lágrimas. Confesó que había tenido una aventura con otra chica y que la chica le había roto el corazón.

Santana se inclinó hacia atrás en su silla, sorprendida de que Brittany hubiera estado tan apegada a su nueva novia, tan rápidamente.

—Bueno, yo lo estaría—dijo Santana.

—Oh, sí. Fue la comidilla en ese entonces. Por supuesto, ahora, bueno, todo el mundo está acostumbrado a ello. Me sorprende que no lo supieras. Quiero decir, ustedes dos eran inseparables.

Santana se encogió de hombros.

—Supongo que no le dices todo a los mejores amigos.

—¿Y te acuerdas de Robin Weathers?

—Era una porrista ¿verdad?

—Correcto ¿Adivina? Se unió a un convento.

—¿Una monja?

—Sí. Y va a venir también. Eso será interesante. Brittany se ha convertido en una boca sucia. Espero que no deje que una de sus palabras de cuatro letras vuelen alrededor de Robin—Sugar se puso de pie, sonriendo y saludando a la puerta—Recién llegados. Ve a mezclarte. Sólo quería compartir el chisme sobre Brittany para que no luzcas tan impresionada cuando te lo diga.

Ella salió corriendo, dejando a Santana sola.

Inevitablemente, sus ojos se dirigieron de nuevo hacia Brittany que estaba en el bar.

No estaba segura de como esperaba que ella luciera.

En su mente, Brittany todavía tenía diecinueve años, ya que había sido la última vez que Santana la había visto. Pero la muchacha hermosa que recordaba se había convertido en una hermosa impresionante, que se movía con esa gracia que siempre había poseído.

¿Y el abrazo?

Dios, ¿qué inesperado había sido?

Y torpe.

Al menos para ella y sin duda para Brittany también.

Mientras la miraba, Brittany se volvió lentamente. Santana esperó, preguntándose si esa vieja magia todavía estaba ahí. Siempre habían tenido un don para saber cuándo una estaba viendo a la otra, sabiendo exactamente donde estaba la otra en una habitación llena de gente.

Y ahora, así como Santana había sentido la presencia de Brittany con anterioridad, Brittany aparentemente sintió los ojos de Santana sobre ella.

Santana no apartó la mirada cuando Brittany la encontró. A pesar de su aprehensión anterior por ver a Brittany nuevo, el shock inicial había terminado.

Después años, pensó que lo mínimo que podía hacer era tener una conversación normal.

Quizás Brittany pensó lo mismo cuando hizo su camino hacia la mesa.

Santana no pudo evitar que su mirada se desviara hacia los pantalones cortos de Brittany que mostraban tan musculosas piernas.

Se sonrojó un poco cuando por fin levantó la cabeza, sorprendida por la expresión divertida que Brittany lucía.

—No podía para de imaginar que era lo que Sugar necesitaba hablar contigo. Entonces caí en cuenta.

—Eres gay—dijo Santana con una sonrisa—Y estoy totalmente sorprendida.

—Estoy segura de que lo estás.

Santana hizo un gesto hacia una silla, pidiendo en silencio que Brittany pudiera sentarse.

—¿Así es que ellos creen que soy hetero?

—Nadie te ha visto desde entonces ¿Por qué deberían pensar de otra manera?

—Supuse que tu habrías…

—¿Supusiste?—Brittany negó con la cabeza—No. No quiero entrar en todo eso con nadie.

Santana se inclinó hacia delante.

—Entonces, ¿cómo has estado?

—Bien. Maravillosa, de hecho. Vivo en New York. Trabajo para una firma de abogados.

Santana alzó una ceja.

—Sí, lo soy.

—Es una broma ¿Tú?

—¿Por qué es tan difícil de imaginar que soy abogado?

—Es sólo que no es lo que hubiera pensado—hizo una pausa—¿Alguna vez obtuviste esa gran oficina en un rascacielos del centro?

—De hecho, lo hice.

—Bien por ti.

Santana sacudió la gota de agua que se deslizaba por la copa, preguntando finalmente lo que más le daba curiosidad.

—Entonces ¿estás saliendo con alguien?

Sólo hubo una ligera vacilación cuando Brittany la miró.

—Sí, sí, lo estoy. Una...mujer encantadora. Hemos estado juntas durante unos años—dijo Brittany.

—Eso está muy bien. Me alegro de que hayas encontrado a alguien.

—Sí. Es... es Faith—dijo Brittany—Su nombre ¿Y qué hay de ti?

Santana sacudió la cabeza.

—No. Soltera.

—¿En serio? ¿Aun jugando en el campo?

—¿Qué significa eso?

—Bueno, la última vez que te vi, estabas durmiendo con prácticamente todas las chicas en la universidad, tanto gays como heterosexuales.

Santana apartó la mirada, avergonzada.

—Sí, bueno, tenía mucho de que huir.

—¿Huir de tu culpa, tal vez?

—¿Mi culpa? ¿De qué es lo que tengo que sentirme culpable?

—Oh, por favor.

—¿Qué? ¿Hablas por experiencia?

—¿Yo? Definitivamente no tenía nada de que sentirme culpable.

—No, no deberías. ¿Por qué deberías? Éramos unas niñas. No te culpo a ti.

—¿De qué estás hablando?

—Brittany, han sido años de agua bajo el puente—dijo repitiendo las palabras que Mercedes le había dicho—No necesitamos hacer un refrito. No espero una explicación o nada por el estilo.

Santana estaba sorprendida por el brillo de enojo en los ojos de Brittany.

—¿De qué demonios estás hablando?

Santana se encogió de hombros, sin saber si quería que Brittany supiera cuán herida había estado.

Como había dicho, eran unas niñas.

¿Sinceramente había esperado que estuvieran juntas para siempre?

Bueno, sí, en el momento lo hizo.

Por lo tanto, intentó explicarlo nuevamente.

—Tú sabes, traté de ser yo quien tomara el camino difícil, liberarte del gancho—dijo Santana—Pero déjame decirte, que el dolor que sentí ese día, todavía arde—admitió—Si tuviera que hacerlo de nuevo, te hubiera hecho venir a mí. Hubiera dejado que tú terminaras las cosas.

Brittany se levantó rápidamente, empujando la silla hacia atrás.

—No sé de qué demonios estás hablando, pero si estás tratando de cambiar esto y hacerme la mala de la película, de alguna manera echarme la culpa de lo que pasó, bueno...eres una maldita loca, jódete morena—dijo antes de alejarse furiosa.

Santana la vio marcharse, esperando que saliera del bar completamente, pero Sugar la interceptó, arrastrándola a hablar con otra pareja que acababa de llegar.

Recordó que Brittany había sido la presidenta de la clase, había sido votada como la más popular...se esperaba que hablara con todo el mundo, que conociera a todos.

Que recordara a todos.

Pero Santana reconoció los hombros cuadrados, la espalda recta.

Sonrió.

Oh, sí, Brittany estaba enojada.

Levantó su vaso en un saludo silencioso. La conversación civilizada que había previsto se había vuelto ofensiva, sorprendiéndola un poco. Quince años bajo el puente, seguro, pero todavía había pasión entre ellas.

Era una pena que ahora participara la ira en vez del amor.



**************************************************************************************************************




Brittany finalmente escapó de Sugar, dirigiéndose al bar por otra bebida.

Sabía que Santana seguía sentada en la mesa...sola. Y que se jodiera si llegaba a sentirse mal por ella.

Eso le recordaba la secundaria, con Santana desde lejos mirándola, es decir, hasta que ellas...bueno, hasta que ellas se volvieron amigas.

Y amantes.

—¿Eres la del doble bourbon? ¿La de las cosas buenas?

Limpió la barra delante de ella, sonriendo de esa manera coqueta que Brittany no podía soportar.

—¿Quieres otra?

Por supuesto, flirtear de regreso significaría que realmente tendría las cosas buenas.

—Reunión de clase de los 15. ¿Qué piensas?—preguntó con un guiño—¿Necesito otro?

—O dos.

Él se inclinó aún más cerca.

—Y yo diría que a juzgar por la multitud, es mejor mantener la botella escondida para usted.

En lugar de tratar de llegar a una respuesta ingeniosa, dejó caer un billete de veinte en la barra, esperando que la propina fuera suficiente.

Él deslizó una nueva bebida hacia ella.

—Eres un buen hombre. Deséame suerte—murmuró mientras se alejaba de él, con la nueva bebida en la mano.

Ah, y vaya si esa mirada no la llevaba de vuelta a Santana.

Pero esta vez, no, se negó a ir con ella.

Y realmente, ¿Qué había sido toda esa basura que Santana le había arrojado de sentirse culpable?

Brittany sabía que no tenía razón alguna para sentirse culpable de nada.

Demonios, Santana fue quien, de la nada, había decidido que necesitaban expandirse, que necesitaban ver a otros, que necesitaban diversificarse.

—Jodida mierda—murmuró.

—¿Perdón?

Brittany se volvió, sonriéndole a... ¿Sherry?

No, maldita sea, ¿cómo era que se llamaba?

¿Janie?

Ella frunció el ceño, sabiendo que estaba en la punta de su lengua.

—Soy Debra. No espero que me recuerdes. Yo…

—Tuvimos química juntas—dijo Brittany esperando que su memoria fuera correcta.

Por la brillante sonrisa de la otra mujer, supo que su suposición era correcta.

—Lo recuerdas. Sí. La clase del Sr. Arnold. Eché de menos el décimo, así que pensé que me gustaría venir a este.

—Me alegro de que lo hicieras. Hay una gran cantidad de asistentes este año.

Brittany suspiró, no quería ser grosera, pero no quería tener una pequeña charla con una mujer que no conocía.

Por supuesto, en ese momento, la alternativa era Santana, que estaba caminando hacia el bar.

—Oh, esa es Santana López ¿no es así?

Brittany asintió.

—Sí.

—Ustedes dos eran las mejores amigas ¿verdad?

—Sí, lo éramos.

Brittany miró a su alrededor, tratando de encontrar una vía de escape.

No estaba segura de poder ser cortés con Santana en esos momentos.

—Wow. Ella es...

Brittany se volvió hacia ella.

—¿Ella es qué?

—Preciosa. Quiero decir ¡guau! Mira a tu alrededor. La mayoría de nosotros lucimos viejos y casados. Pero ella…

—¿Perdón?

—Lo siento. No me refería a ti necesariamente—Debra sonrió—¿Estás casada?

—No.

—¿Divorciada?

—No.

—¿Oh?—luego frunció el ceño—Espero que no seas una de esas que renuncian al matrimonio y simplemente viven juntos. Dios creó el matrimonio por una razón. Es el pegamento que mantiene a nuestras familias tradicionales unidas. Si no fuera por el matrimonio…

Brittany levantó la mano, deteniéndola.

—Debra, soy gay. No estoy muy interesada en tu discurso sobre los valores familiares.

Bueno, así que podría ser grosera.

—Creo que está sobrevalorado. Es una mierda.

Los ojos de Debra estaban muy abiertos mientras daba un paso hacia atrás.

—¿Eres...eres gay?

Brittany asintió.

—Sí. Muy.

Debra dio otro paso atrás, luego miró a Santana quien finalmente hizo su camino hacia ellas.

Debra las miró a las dos y luego tomó otro paso hacia atrás.

—Yo...tengo que irme.

—Claro. Fue bueno verte de nuevo.

Debra huyó y Brittany se volvió hacia Santana.

—Debra algo—agitó su mano con desdén—Yo sólo le dije que era gay.

—Oh. De ahí la expresión de terror en su rostro—Santana sonrió—¿O hiciste un movimiento con ella?

—Quisiera ella. Se lanzó un discurso sobre los beneficios del matrimonio tradicional y toda la cosa de los valores familiares. Estaba a punto de vomitar—entonces se dio la vuelta—¿Y qué diablos estás haciendo aquí? No quiero hablar contigo ahora mismo.

—No nos hemos visto en años ¿Tenemos que pelear?

—¿Por qué no? Creo que así fue como terminamos las cosas hace quince años. Con una pelea.

—¿De verdad quieres hablar de eso otra vez?—Santana se apoyó en la barra—Mira, estaba aterrada de venir aquí. En realidad tenía miedo de verte.

—¿En serio?—Brittany se relajó un poco—Yo también lo estaba—confesó.

—Pero ahora que te he visto, no es tan malo. Ahora somos adultas. Y eso fue hace mucho tiempo—Santana se encogió de hombros—A pesar de la historia entre nosotras, también éramos muy buenas amigas.

—Así que quieres olvidar la historia, y solo…

—Sólo me gustaría visitarte y ponernos al día...y no pelear. Las dos seguimos adelante. Tú más que yo, ya que tienes una pareja.

Brittany estuvo a punto de protestar y entonces recordó su mentira.

Dios, ¿Faith?

¿No podía haber llegado a un nombre mejor que ese?

Por supuesto, era conveniente, ¿no?

—¿Por qué no estás con alguien?

—Es que...bueno, no he encontrado a la correcta—Santana bebió el resto de su bebida—Sé que suena trivial, pero es la verdad. No he conocido a nadie con quien quiera pasar mi vida. Puede que nunca la conozca.

—¿Y después de todas las citas que hiciste?

—Yo no lo llamaría citas, Britt—se volvió hacia la barra y levantó su copa vacía, señalando con la cabeza al camarero—Finalmente maduré. Me cansé de vivir de esa manera.

A Brittany le encanto volver a escuchar ese “Britt” de los labios de Santana, pero no hizo nada para que se notara.

—Mi mamá dice que vives en la costa. Chicago—dijo.

Santana alzó las cejas inquisitivamente.

—Ella se encontró con tu tía Lou—explicó Brittany.

—Oh.

—¿Cuánto tiempo has estado ahí?

—Unos cinco años. Y es probable que te rías, pero, bueno, encontré paz interior ahí. Fui a visitar a Mercedes, una vieja amiga de la universidad. Me encontré con ella inesperadamente.

—¿Era una de las que…?

—Ella está casada, tiene un par de niños—dijo Santana interrumpiendo su pregunta—Fue ahí donde me di cuenta de lo vacía que estaba mi vida, en realidad—entregó un billete doblado al camarero—Gracias—tomó un sorbo y asintió—Apena llegue lo primero que vi fue un lago… un lago muy parecido a otro que conozco. De todos modos, estar ahí trajo un montón de recuerdos, como puedes imaginar.

—Nuestra primera vez—dijo Brittany en silencio, sintiendo una oleada de recuerdos, aun frescos, en la superficie.

—Sí. Nuestra primera vez.

Santana se acercó más y Brittany no rehuyó de su cercanía.

—Es algo que siempre he guardado con cariño para mí. Fue especial, Britt.

—Sí. Sí, lo fue.

A pesar de toda la mala sangre entre ellas, la traición, la ruptura, había sido muy especial.

—Sin embargo, probablemente lamentaras que haya sido yo—dijo Santana—Es decir, la primera vez y todo. Estoy segura de que has conocido a alguien por quien te hubiera gustado haber esperado.

Brittany negó con la cabeza.

—Al principio, después de que terminamos nuestra relación, sí, me hubiera gustado haber esperado—arriesgó una rápida mirada a esos ojos oscuros—Porque te odiaba tanto. Pero más tarde, después de haber estado...bueno, cuando por fin tuve la oportunidad de permitir que alguien más se acercara, me di cuenta de que lo que habíamos compartido a esa edad, bueno, era especial. No hubiera querido a alguien más que no hayas sido tu.

Ambas se apoyaron en la barra, en silencio.

Brittany no podía creer el camino que su conversación había tomado.

Después de meses de temer el encuentro, después de semanas de sacar a relucir viejos recuerdos, ahí estaban, hablando de su pasado como si no evocara ningún recuerdo doloroso y angustiante.

Lo hacía.

Quince años más tarde, todavía podía recordar la agonía que sintió cuando Santana salió de su vida.

Era una angustia de la cual estaba segura nunca podría recuperarse.

Sin embargo, ahí estaban.

No había habido gritos ni llantos, ni palabras airadas.

Brittany sonrió.

Bueno, la pequeña disputa sobre sentirse culpable apenas contaba. No era como si ella hubiera abofeteado a Santana ni nada.

—¿Por qué sonríes?

Brittany se volvió hacia ella, con sus brazos rozándose.

—Porque aquí estamos, teniendo una conversación normal, hablando de algo que fue muy doloroso para mí, de una manera muy racional.

—¿Y eso te hace sonreír?

—Estaba pensando en nuestra conversación anterior—Brittany se rió en voz baja—Bueno, en el cine, probablemente te habría abofeteado, haciendo una escena.

—Ya veo—Santana se inclinó hacia delante—Fue doloroso para mí, también, Britt. Más aún, creo.

—¿Más? ¿Cómo es posible?

—Tenías a alguien con quien ir. Yo no.

Brittany dio un paso atrás.

—¿De qué estás hablando? ¿Quién?

—La chica que estabas viendo. No recuerdo su nombre.

Los ojos de Brittany se estrecharon.

—Santana, en serio, ¿de qué demonios…?

—Aquí están—dijo Sugar interponiéndose entre ellas, poniendo un brazo sobre los hombros de cada una—Igual que en los viejos tiempos, las dos acurrucadas en algún lugar juntas. Poniéndose al día ¿verdad?

—Poniéndose al día, sí—dijo Brittany.

Miró a Santana, pero ella se había volteado, frente a Sugar.

—No puedo creer lo maravillosa que luces—dijo Sugar a Santana—Apuesto a que eres un fuera de combate en un traje de baño.

Brittany no pudo evitar sonreír mientras el rostro de Santana se ponía rojo de vergüenza.

—Traje un traje de baño, como se indicó—dijo Santana—Sin embargo, estoy teniendo un tiempo difícil imaginándome a esta multitud sentada alrededor de la piscina, teniendo una fiesta de piscina.

—Oh, va a ser divertido. Puck está a cargo de los perros calientes. Y como en la secundaria, vamos a tener que esconder la cerveza. El hotel tiene una política de no alcohol ahí.

—¿Puck?

—Mi esposo—dijo Sugar.

—¿No el Puck?

Brittany rió.

—El mismo.

—Oh, Dios mío. ¿Te casaste con Puck?

Sugar puso las manos en sus caderas, mirando a Santana.

—Yo era la jefa de las porristas, él la estrella mariscal de campo. Es un cuento de hadas, ¿no te parece?

Brittany podía decir que Santana estaba perdida.

El Puck que recordaba era un culo engreído.

—Sólo han estado casados un par de años—explicó Brittany.

—Todo el mundo necesita tiempo para crecer—dijo Sugar—Segundo matrimonio. Lo recomiendo—tomó la mano de Santana—Todavía estás sola, ¿verdad?

—Verdad.

—¿Te acuerdas de Rory Flanagan?—se llevó a Santana con ella—Él nunca se casó. Vamos a visitarlo.

Brittany se rió al ver la expresión de pánico en el rostro de Santana cuando Sugar cambió a su modo de casamentera.

Había visto a Rory un puñado de veces a lo largo de los años. Sospechaba que era gay, dentro del closet, pero Sugar insistía en que nunca se había casado porque todavía estaba enamorado de Brittany.

Oh, eso fue un momento difícil, recordó.

Ella y Santana se escapaban cada vez que podían, sólo para estar juntas. Y Rory, convirtiéndose en un acosador por su enamoramiento por Brittany lo hacía casi insoportable.

Cometió el error de salir con él una vez.

Su mamá insistía.

—Él es un chico muy agradable.

Sí, un agradable chico cachondo.

************************************************************************************************************

Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 16

—No quiero salir con él—Brittany insistió.

—Él es un buen muchacho cariño—su mamá le tomó de sus hombros, haciendo que Brittany la mirara—No te entiendo Britty, eres una chica hermosa, muy popular en la escuela, aun así pasas todo tu tiempo con Santana. Es en este momento cuando deberías tener citas, diversión, ir a las fiestas.

—Ya me divierto mamá.

Siempre había sido capaz de contarle todo a su mamá, pero esto…su aventura amorosa con Santana…no, estaba muy asustada.

—Pensé que te gustaba Santana.

—Me gusta, cariño.

—Mamá, Santana y yo…bueno, ella no es como las demás, ella se interesa por la universidad. Hablamos sobre nuestro fututo, sobre lo que queremos. Los demás, Sugar, solo hablan de chicos y fiestas y chismes.

—Se supone que así debes ser cuando eres adolescente—dijo su mamá riendo—Siempre le dije a tu papá que estabas madurando demasiado rápido. Esa fue una de las razones por la que te presioné para ser una porrista.

Brittany puso los ojos en blanco.

—Odio ser porrista.

Su mamá la estudió por un momento.

—Britty ¿podrías hacer esto por mí? Solo sal con él, dale una oportunidad.

—Pero…

—Vas a graduarte. Vendrá la fiesta de graduación. ¿No sería agradable tener un novio?

Brittany se mordió los labios tratando de contener la risa.

Un novio



Finalmente accedió.

Solo para evitar que su mamá siguiera hablando sobre ese asunto.

Llamó a Sugar, diciéndole que había cambiado de idea. Iría con ellos al rodeo después de todo.

—Usa esos jeans ajustados color negro—dijo Sugar—¿Tienes botas de vaqueros?

—Sabes que no las tengo.

—Está bien, pero usa cualquier tipo de botas ¿lo harás?—luego gritó—No puedo creer que vayas a salir en una cita con Rory, ¡finalmente!

—No es realmente una cita Sugar.

—Por supuesto que lo es. Pasaremos por ti a las 7.

Brittany colgó consciente de que estaba cometiendo un error.

No quería ir.

Sabía que no se divertiría.

Era viernes en la noche. La mayoría de las veces, Santana traía pizza y veían una película. Y ella le pedía a Santana que se quedara a pasar la noche.

Miró su cama.

Santana llamaba a su mamá para decirle que se quedaría a pasar la noche.

No sabía porque se molestaban con las formalidades.

Las dos sabían, al igual que sus padres, que Santana no regresaría a su casa. Y en la noche, luego que todos se iban a la cama y la casa estaba en silencio, dejaban de fingir que estaban dormidas.

Ellas se acariciaban, se besaban…hacían el amor.

Aun así esta noche, le había permitido a su mamá que la convenciera de salir en una estúpida cita.

La verdad era que, tenía miedo de que su mamá sospechara sobre todo el tiempo que pasaba junto a Santana. Era un milagro que aún no hubieran sido descubiertas.

Tomó el teléfono para llamar a Santana.

Santana se sentiría herida.

No, Santana se confundiría.

Y se sentiría herida.

—Hola Sra. López. Soy Brittany. ¿Santana se encuentra por ahí?

—Hola Brittany. Si, está afuera jugando basquetbol con Alfonso. Espera un momento, voy a buscarla.

—Gracias.

Solo esperó uno o dos minutos cuando la voz agitada de Santana llegó a su oído.

—Hola rubia ¿Qué pasa?—luego suavemente, en un murmullo—No puedo esperar para verte, Britt.

Brittany mordió su labio, sin saber cómo decírselo.

—Voy a salir esta noche—expresó rápidamente—Con Rory.

Solo hubo silencio en el otro extremo de la línea y esperó.

—Ya veo—una pausa larga, entonces—¿Por qué?

—Mi mamá, ha estado presionándome para que tenga citas, está empezando a preguntar porque pasamos tanto tiempo juntas. Pensé que…

—Está bien. Entiendo.

—¿Lo entiendes?

—Sí. Mientras continuemos escondiendo lo que tenemos, lo que sentimos, entonces sí, tu mamá va a preguntarse porque no estas teniendo citas.

Brittany estaba escuchando sus palabras pero estaba más interesada en su tono.

—Estas enojada—expresó finalmente.

—Sí. ¿No lo estarías tú?

Brittany separó el teléfono de su oído cuando Santana lanzó el suyo, efectivamente terminando la llamada.

Respiró profundamente.

Si, ella se molestaría si Santana la llamara para decirle que saldría en una cita.

De hecho, estaría furiosa.

¿Así que en que estaría pensando?

Brittany se lanzó sobre su cama, confundida sobre que tenía que hacer.

Bueno, sabía lo que debía hacer.

Debería llamar a Sugar y cancelarlo todo. Pero luego tenía que darle explicaciones a las dos, a su mamá y a Sugar. Y luego tendría que pasar la noche sola ya que dudaba que Santana, con o sin explicación, quisiera venir esta noche.

—Maldición. Mierda. Joder.












—Oh, rayos, luces grandiosa.

Si, así era.

Pero Rory no era realmente la persona, por la que ella deseaba lucir grandiosa.

Y después de la discusión con su mamá, luego de que le dijera que no saldría con Rory, no estaba de humor para halagos.

Obviamente, no había ganado en la discusión con su mamá.

Sugar la llevó hacia un lado, apretándola fuertemente su brazo.

—¿Qué pasa contigo? Tienes una expresión de enojo en tu rostro.

Brittany ignoró su pregunta.

—¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Pensé que iríamos al rodeo?

Sugar le guiñó un ojo.

—Bueno, Rory estaba tan emocionado de que finalmente aceptaras salir en una cita con él, que decidió venir a The Spot para lucirte.

Brittany miró alrededor.

El local de hamburguesas era el sitio en el centro al que irías para mezclarte con los chicos populares.

Era el sueño de todo adolescente, lleno de video juegos y galerías, hockey y futbolito y un montón de diversión y risas.

Ahí era donde se reunían después de los partidos de fútbol de los viernes por la noche, donde se la pasaban las tardes de los sábados aburridos o donde se reunían después de la escuela para una sesión de chismes antes de volver a casa.

Y era el lugar que Brittany y Santana habían evitado últimamente, prefiriendo pasar su tiempo a solas.

—Sugar, yo no llamaría a esto una cita.

—Oh, Dios mío, por supuesto que lo es—Sugar tiró de ella hacia su mesa—Y creo que vamos a saltarnos el rodeo para ver una película.

—¿Una película?

—Sí—Sugar sonrió y movió las cejas—Podemos sentarnos en el balcón y besuquearnos.




Brittany se deslizó en la mesa al lado de Rory, encogiéndose mientras él extendía sus piernas, su muslo presionando firmemente contra el de ella.

Ella se alejó de él.

—¿Hamburguesa y papas fritas?—preguntó él—Yo invito, por supuesto.

Brittany saltó cuando sintió que su mano se movía a través de su pierna hacia la parte interna de su muslo.

—¿Qué diablos crees que estás haciendo?—preguntó mientras le daba una palmada a su mano.

—Hey, sólo estaba…

—Bueno, no lo hagas—dijo mientras se deslizaba para ponerse de pie—No me toques. Nunca.

Brittany se apartó, oyendo que Sugar la llamaba. No le hizo caso mientras se dirigía a la parte posterior.

Estúpida.

Estúpida.

Rebuscó en su bolso algunas monedas, sus manos temblorosas mientras cogía el teléfono público.

—¿Brittany? ¿Qué es lo que te pasa?

—Déjame en paz, Sugar—dijo dándole la espalda.

Por favor responde.

Sabía que los padres de Santana estaban fuera. Salían a cenar cada viernes por la noche.

Pero ¿y si Santana no estaba en casa?

¿Qué pasa si…?

—Hola—dijo una voz familiar en el teléfono.

Sugar le dio un golpecito en el hombro.

—¿Brittany? En serio. Rory está…

—¿Britt? ¿Pasa algo malo?

La voz de Santana llegó a su oído y fue como un salvavidas.

Se volvió hacia Sugar.

—Por favor, vuelva a la mesa.

—Estás actuando muy raro. Muy, muy raro—dijo Sugar antes de girar en una rabieta y dejarla.

—¿Britt?

Brittany cerró los ojos con fuerza.

—Te amo, Sanny—susurró.

Se produjo una pausa.

—¿Dónde estás?

—The Spot.

—¿Quieres que vaya a…?

—Sí. Quiero estar contigo. Lo siento. Esto fue…

—Estaré ahí en cinco minutos.

Brittany colgó el teléfono, sentía su pecho apretado.

Te amo.

No podía creer que acababa de decirlo de esa manera tan abruptamente.

De todas las veces que habían intimado, de todas las cosas que habían hablado, nunca se habían dicho esas palabras la una a la otra.

Los momentos cuando hacían el amor eran siempre guardados, calculados, planificados.

Tenían que ser cuidadosas.

Tenían que ser silenciosas.

No podían dejar que nadie se enterara.

Sin embargo, hubo muchos momentos en que esas palabras habían llegado hasta ella, quería gritarlas, mientras Santana la llevaba al orgasmo. Tantas veces quería decirlas, pero tenía miedo.

Ellas eran dos chicas teniendo sexo.

¿Acaso, ese Te amo pertenecía ahí?

Sí, así era, decidió.

Porque, en el fondo de su corazón, estaba locamente enamorada de Santana López. Y a pesar de la actitud distante que normalmente Santana mostraba, sabía, el fondo de su corazón que Santana se sentía igual.

Inclinó la cabeza hacia atrás, mirando al techo mientras tomaba una respiración profunda para luego liberarlo lentamente.

¿Cómo iba a salir de aquí?

El puesto que Sugar y la pandilla ocupaban estaba sólo a seis metros de la salida.

No era como si pudiera escapar sin ser vista.

Y sin una escena.

Entonces miró hacia la cocina.

Había una puerta trasera.

Has perdido la cabeza.

Pero ella atravesó las puertas giratorias, sonriendo alegremente cuando todo el mundo en la cocina dirigía su mirada hacia ella.

—¿Puerta trasera?—preguntó.

Todos apuntaron en la misma dirección y ella se dirigió hacia allá casi corriendo, pasando junto al hombre que tiraba un paquete de papas fritas al aceite.

Vio la señal de salida y empujó la puerta, respirando profundamente del aire fresco.


Fiel a su palabra, Santana se detuvo, en el viejo Toyota que sus padres le habían comprado. Estaba a un paso de ser catalogado como cacharro y sabía que Santana sentía vergüenza al conducirlo. Por lo que muy a menudo, ella montaba en su bicicleta hacia la escuela.

Tan pronto como el coche se detuvo, Brittany abrió la puerta, pero vaciló antes de entrar.

Le debía una disculpa a Santana, una explicación.

—Lo siento.

—Entra. Hablaremos más tarde.

Brittany lo hizo, sin atreverse a mirar a Santana mientras conducía.

—Mis padres se fueron a cenar otra vez a Breadstix. No van a estar en casa durante horas.

Brittany se volvió hacia ella y sus ojos se encontraron. Asintió con la cabeza, sabiendo que eso significaba que estarían solas...por horas.

Solas.

Sin ningún padre durmiendo a través del pasillo.

Sin hermanos que pudieran irrumpir en la habitación sin llamar.

Sin necesidad de estar en guardia, en silencio.

Sintió crecer su excitación y se inclinó sobre la consola, su mano izquierda se deslizó sobre la pierna de Santana, descansando íntimamente entre sus muslos.

Sintió el temblor de Santana, la escuchó contener el aliento. Brittany se acercó aún más, dejando que su mano se moviera más profundamente, presionando con fuerza el centro cálido de Santana.

—Voy a salirme de la carretera, si no paras, Britt—dijo Santana, su voz ronca por el deseo.

Brittany abrió su boca, su respiración era entrecortada mientras sentía la cálida humedad entre los muslos de Santana. Dejó su mano donde estaba, sintiendo como Santana la apretaba.

Habían sido amantes durante meses, sin embargo, había una cosa que no habían experimentado.

No por falta de ganas, no.

Pero tan silenciosas como tenían que ser, Brittany sabía que no sería capaz de permanecer en silencio si Santana le hacía el amor con la boca.

Esta noche ella no tendría que estar en silencio.



Santana se detuvo en su lugar habitual de la calle y se apresuraron en salir del coche, casi corriendo a la casa.

Santana la tomó la mano, llevándola a través de la sala y el pasillo hasta su dormitorio. Cerró la puerta, dejando la luz apagada. Se quedaron de pie muy cerca la una de la otra, con las manos aún entrelazadas, mirándose en las sombras.

—¿Lo que dijiste fue en serio?

Brittany respiró profundamente.

—Sí.

Sintió que Santana la acercó aún más y se dejó llevar, deslizándose entre sus brazos, sus bocas se encontraron en la oscuridad. Ella gimió, amando la manera en que Santana le besaba.

—Quiero todo de ti esta noche, Britt-Britt.

Santana murmuró contra sus labios, sus manos sacaron la blusa de Brittany de sus jeans.

—Todo de ti. Todo.

—Soy tuya, Sanny—susurró desabrochando su blusa mientras las manos de Santana abrían sus vaqueros.

Pronto estuvo desnuda y entre las dos casi le arrancaron la ropa a Santana, juntas bajaron el pantalón corto de Santana.

Santana apartó las sábanas de la cama y se acostó trayendo a Brittany con ella. Brittany no vaciló al acomodarse entre sus piernas, disfrutando la sensación de piel sobre piel mientras dejaba caer todo su peso en Santana.

Pero Santana las volteó, atrapándola en la cama, cubriendo con su boca uno de sus pezones adoloridos, tirando de él y chupándolo dentro de su boca.

—Sanny...Dios...por favor—murmuró agarrando la cabeza de Santana y sosteniéndola con fuerza contra su pecho.

Abrió aún más sus piernas, dándole más espacio a Santana, sintiendo el ritmo constante de las caderas de Santana mientras se rozaba contra ella.

La boca de Santana se mudó al otro pecho, su lengua jugueteando, sacudiendo su pezón, haciendo que Brittany sintiera dolor por un deseo que apenas podía entender.

—Por favor...

Pero Santana entendía.

Levantó la cabeza, su mirada oscurecida y ardiente por la pasión.

—Yo también te amo, Britt—susurró.

Brittany sintió que las lágrimas inundaron sus ojos. Tomó el rostro de Santana, levantándose hacia ella, ahora sus bocas se satisfacían suavemente, el beso profundo y lento.

Brittany se apartó, mirando a los ojos de Santana, tratando de transmitirle lo que sentía.

—Siento lo de esta noche. Nunca debí…

—Shhh. No. Hablaremos de ello más tarde. Sólo quiero amarte ¿Me dejas? ¿Me dejas hacer todo, Britt?

Llevó su boca a la oreja de Brittany, lamiéndola, haciendo que Brittany se retorciera.

—Quiero mi lengua dentro de ti. No sólo mis dedos, pero mi lengua ¿Quieres eso?

Brittany gimió, temerosa de llegar al clímax en ese momento sólo por las palabras de Santana y esa hábil lengua que aún estaba invadiendo su oído.

—Sí. Sí—dijo Brittany—Quiero eso, San.

La boca de Santana abandonó su oreja, haciendo una pausa para mordisquear su cuello antes de moverse hacia abajo.

Brittany estaba temblando y estaba casi avergonzada por los sonidos que provenían de ella. Quería que Santana se apresurara, pero ella se tomó su tiempo, su boca moviéndose lentamente sobre sus pechos, luego más abajo.

—Oh, Dios—murmuró Brittany—Por favor, San...date prisa.

—No tenemos que darnos prisa—dijo Santana mientras su lengua dejaba un rastro húmedo sobre su vientre.

Brittany levantó las caderas ofreciéndose a Santana.

—No puedo esperar más. Por favor...hazlo.

Si sonaba como si estuviera pidiendo, no le importaba.

Este era un acto que había soñado durante tanto tiempo y estaba a punto de convertirse en realidad.

Sintió la boca de Santana moviéndose en el hueco de sus caderas, mordiendo la carne sensible de sus muslos. Las manos de Santana separaron aún más sus piernas y entonces Santana tomó sus caderas sosteniéndola con fuerza mientras bajaba su boca.

—Oh...mi...Dios—Brittany gimió.

Sus caderas sacudiéndose violentamente cuando la lengua de Santana se mudó hacia su humedad, profundizando en su interior, lamiendo a través de su clítoris, jugueteando con ella, a continuación, esos labios se cerraron sobre ella mientras Santana chupaba su clítoris, al igual que lo había hecho con su pezón anteriormente.

—Sanny...oh, Dios, se siente tan bien—jadeó—Tan bien. Por favor, no te detengas. Nunca lo hagas.

Santana no lo hizo.

Con su boca, devoró a Brittany, lamiéndola y chupándola, abrazándola con fuerza mientras Brittany se retorcía debajo de ella, totalmente fuera de control tanto de mente como de cuerpo.

Sus puños apretaron con fuerza las sábanas mientras luchaba por respirar.

El placer era inmenso y dejo que le bañara, le consumiera, le controlara. Su orgasmo llegó demasiado rápido, pero fue incapaz de detenerlo. Su grito fue alto, lo sabía, pero no pudo evitarlo.

Se sentía tan bien liberarlo, finalmente era libre para expresar el placer que Santana le daba.

Sus caderas se sacudieron mientras se corria, y cerró los muslos fuertemente, sosteniendo la boca de Santana en ella mientras su orgasmo disminuía lentamente.

Finalmente se quedó inerte, su cuerpo exhausto, saciado.

Sonreía mientras Santana la besaba en su camino de regreso por su cuerpo. Encontró la fuerza para traerla más cerca, sosteniendo a Santana entre sus brazos.

—Eso fue increíble—susurró—No puedo esperar para hacértelo, San.

************************************************************************************************************

Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 17

Santana finalmente escapó de las garras de Sugar, pero no antes de que Sugar los hubiera avergonzado tanto a ella como a Rory Flanagan.

Por todos sus actos de enamorado en la secundaria, ella juraría que era gay.

Encontró a Brittany en el bar, sola, con una mirada enrojecida en su rostro. Hizo su camino hacia ella, Brittany se volvió para mirarla mientras ella se acercaba.

Santana casi tropezó, esa mirada en los ojos de Brittany era tan familiar para ella.

Era la mirada que ella siempre tenía después que hacían el amor.

Sus ojos entornados, el azul oscurecido por el deseo.

Mientras se miraban, vio como el rubor cubría el rostro de Brittany antes de que ella se diera la vuelta.

La curiosidad de Santana se despertó.

Se puso de pie a su lado, apoyándose en la barra así como Brittany estaba haciendo, sus brazos se rozaron.

—¿Quieres compartir?

—¿Qué quieres decir?

—He visto esa mirada en tus ojos anteriormente. Cientos de veces—susurró.

Brittany rió.

—Cientos, ¿eh?

—Por lo menos.

Brittany se aclaró la garganta.

—Me da vergüenza decirlo, pero di un viaje al pasado—admitió.

Santana le dio un codazo en el brazo.

—Compartes, rubia.

—¿Te acuerdas la noche cuando mi mamá me convenció de salir con Rory? ¿La noche que él intentó tocarme en The Spot?

Santana asintió.

—Estaba enojada contigo. Y muy dolida.

—Sí. Te llamé. Viniste en mi rescate.

Santana se volvió hacia ella.

—Me dijiste que me amabas. Fue la primera vez que dijiste esas palabras.

Brittany sonrió.

—Sí. Esa noche fue la primera vez para un par de cosas.

Santana inclinó la cabeza tratando de recordar lo que pasó.

Recogió a Brittany en The Spot y la llevó a su casa. Sus padres habían salido y ellas se quedaron solas.

Oh...esa fue la noche...

Santana sonrió con malicia.

—Así que, ¿estabas pensando en la primera vez que fui abajo contigo?

Brittany se sonrojó de nuevo y levantó su vaso vacío hacia el camarero, pidiendo otra en silencio.

—No empecé pensando en eso. En realidad estaba pensando en Rory y el juego de casamentera de Sugar.

—¿Qué recuerdas de aquella noche?—Santana preguntó en voz baja.

Era una noche de la que no había pensado en años, sin embargo, era una noche que tenía un significado especial para ella. No por el hecho de haber, por fin, experimentado con el sexo oral.

No.

Sino porque fue la noche en que se dijeron su primer "Te amo" la una a la otra.

—Si crees que voy a discutir sobre nuestra pasada vida sexual, estás loca como el infierno, López—dijo Brittany.

Santana sonrió.

—Tuve el orgasmo más intenso de mi vida esa noche. Cuando tu boca me tocó, pensé que estaba en el cielo.

Brittany golpeó su hombro.

—Estabas en el cielo—dijo con una risa.

—¿Pero sabes lo que más recuerdo?

Brittany enarcó las cejas.

—Recuerdo la mirada en tus ojos cuando te dije que te amaba—Santana tragó—Fue la primera vez que estuvimos verdaderamente solas, la primera vez que no era sólo sexo rápido, la primera vez que hicimos el amor.

—Sí—susurró Brittany—Y después de eso, escondernos para un polvo rápido simplemente no era suficiente para nosotras.

Santana asintió.

—Gracias a Dios por la casa de tus abuelos.

Brittany suspiró.

—No puedo creer que estemos discutiendo esto. En realidad, no puedo creer que estemos hablando en absoluto.

—¿Qué? ¿Pensaste que aún estaría molesta y sin querer hablar contigo? Ya lo he superado, Britt.

—¿Qué tú aún estarías molesta? ¿Qué hay de mí? ¿No creías que yo pudiera estar molesta?

—¿Vamos a volver a eso otra vez?

—Sí. ¿Qué quisiste decir antes, cuando te referiste a la chica que estaba viendo?—se apartó cuando el camarero trajo una nueva bebida—Gracias.

—No me acuerdo de su nombre—dijo Santana negando con la cabeza ante la pregunta tácita del camarero.

Había tenido suficiente alcohol por una noche.

—¿Quién? Nunca salí con nadie. Después que nos separamos, estaba demasiado destrozada para tener citas—golpeó el hombro de Santana nuevamente—No que tú tuvieras ese problema.

Santana se apartó de la barra.

—Yo estaba devastada también, Britt—dijo en voz baja—Me rompiste el corazón.

—Santana…

Santana alzó la mano, deteniéndola.

—No entremos ahí esta noche, Brittany. De repente estoy muy cansada. Creo que me voy a retirar por esta noche.

—Está bien. Tienes razón. No creo que un refrito haga ninguna diferencia.

Santana asintió.

—Te veré en la fiesta de la piscina de mañana.

Dejó a Brittany de pie en el bar, con una expresión confusa en su rostro.

No, no haría ninguna diferencia recordarlo todo. Lo único que lograría sería desenterrar viejos recuerdos, que era mejor que se mantuvieran enterrados.

************************************************************************************************************

Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D