[Resuelto]FanFic Brittana: Amor en Espera (Adaptada) Epílogo

Capitulo 18

—¡Oh, Dios mío!—Sugar se puso en pie y gritó nuevamente—Oh, Dios mío. Mírate.

La mirada de Brittany se alejó de su libro, siguiendo los movimientos de Sugar.

Oh, Dios mío, por cierto.

Santana se dirigió hacia ellas, su bikini cubierto con una camisa blanca de natación, que no escondía nada.

Absolutamente nada.

Estaba más bronceada, la evidencia de sus días en la playa. Sus piernas eran largas tal como Brittany recordaba, sus músculos tensos, bien definidos.

Piernas de corredora.

—¿Qué? ¿Demasiado vieja para un bikini?—preguntó Santana mientras las dos mujeres la miraban.

—Te ves fabulosa—Sugar se volvió hacia Brittany y la señaló—Y yo que pensaba que Brittany sería la única que lograría llevar un bikini.

Brittany sintió que su rostro se ruborizaba mientras los ojos de Santana se movieron sobre ella.

No había nada casual en esa mirada y Brittany fue consciente de la mirada prolongada de Santana sobre sus pechos.

—Estas tan hermosa como siempre—dijo Santana en voz baja.

Brittany sonrió.

—Gracias. Te ves sorprendente.

Se sintió complacida por el rubor que cubrió el rostro de Santana.

—Toma mi silla—dijo Sugar—Tengo que ayudar a Puck—se fue, luego hizo una pausa, mirándolas—Mírense. No puedo creer que estén solteras. Tenemos que arreglar eso—dijo mientras se alejaba.

—¿Soltera? ¿No sabe nada de Faith?

Brittany miró hacia otro lado.

—Supongo que no.

No, nadie sabía de Faith.

Faith ni siquiera sabía acerca de Faith.

Brittany ocultó su sonrisa, preguntándose si debería decirle a Santana la verdad.

No había una Faith.

Por supuesto, ¿Cuan tonta luciría por eso?

Entonces tendría que confesarle por qué lo había hecho en primer lugar.

—¿Por qué no la has traído?

Sí, ¿por qué, Brittany?

Forzó una sonrisa en su cara.

—Nunca ha estado aquí—dijo con sinceridad—Sería aburrido.

—¿Alguna vez has traído a algunas de tus amantes a casa para conocer a tus padres?

Brittany negó con la cabeza.

—No. No vengo muy a menudo. Vacaciones y esas cosas.

—¿Oh? Sugar lo hace parecer como si vinieras cinco o seis veces al año.

Como siempre, Sugar hablaba jodidamente demasiado.

—¿Qué hay de ti?

—Es la primera vez que regreso, aunque no lo creas. ¿Recuerdas que mis padres se mudaron a Louisville, poco después de haber comenzado la universidad?

—Eso es correcto. Y tu papá murió de repente. Lo siento.

—Nos alejamos mucho, sobre todo después de su divorcio.

—¿Fue amargo?—Brittany se echó a reír—Bueno, ya sabes lo que quiero decir. No creo que ningún divorcio sea un juego de niños.

—En realidad no fue amargo porque era lo que ambos querían. No me di cuenta de lo miserable que se sentían, supongo. Pero ellos siguieron sus caminos por separado y yo me quedé un poco en el medio—se encogió de hombros—Prácticamente los enloquecí cuando salí del armario con ellos.

—Sí, los míos también. Pero se recuperaron rápidamente.

—¿Y tu mamá nunca sospechó de nosotras? ¿Incluso después de que saliste del armario?

—No. Al menos nunca lo mencionó. ¿La tuya?

—Oh, sí. Fue lo primero—Santana rió—Mi mamá te culpó, porque como bien sabes, las chicas buenas católicas como yo, jamás cruzaríamos esa línea.

—Si supiera cuántas líneas cruzaste—dijo Brittany.

Santana suspiró.

—Sí, lo hice. Demasiadas.

De repente, tenía una mirada triste en su rostro y Brittany se preguntó qué estaría pensando.

También se preguntó si Santana alguna vez iba a querer hablar de su ruptura.

Porque ella tenía preguntas y necesita respuestas.

Tal vez si ella tuviera algún tipo de cierre a las insistentes preguntas que había tenido todos estos años, bueno, entonces tal vez podría seguir adelante con su vida.

Tal vez por fin podía dejar atrás el pasado.

Por supuesto, eso sería admitir que su vida, su vida amorosa por lo menos, había estado suspendida.

No era algo que quería admitir...o reconocer.

Al menos no a Santana.

Porque después de todo, había una Faith en que pensar. Pero para ella, debía aceptar el hecho de que nadie la había tocado de la manera en que Santana lo había hecho.

Nadie la había tocado ni física ni emocionalmente.

Incluso ahora, con años a sus espaldas, todavía podía sentir esa chispa, todavía podía sentir el poder entre ellas. Se preguntaba si Santana también lo sentía.

—¿Por qué rompiste conmigo?—susurró Brittany.

Santana se volvió, con los ojos llenos de reflexión y tristeza.

—Quería darte tu libertad.

—¿Por qué? ¿Porque querías la tuya?

—No. Nunca quise a nadie más que a ti.

Brittany se dio la vuelta, avergonzada por los celos que todavía sentía.

—Sin embargo, te acostaste con innumerables chicas, noche tras noche.

—Estaba tratando de olvidarte. Estaba tratando de sacarte de mi corazón, de mi cabeza. Era la única manera de poder hacerle frente. Lo siento, Britt.

—Santana, yo nunca quise mi libertad. Nunca entendí por qué lo hiciste.

—No quería que tuvieras que andar a escondidas, Britt. No te merecías eso. Si no era la correcta, entonces…

—¿De qué demonios estás hablando? Esta es la tercera o cuarta vez que has a aludido a ello. ¿Creías que había alguien más?

—Te vi con ella, Britt. Fue hace años, por lo que no hay necesidad de fingir por más tiempo.

Por mucho que quería hablar de esto, saber... Brittany estaba demasiado furiosa para continuar la conversación en un tono racional.

—Me estás volviendo jodidamente loca con esas insinuaciones. Vamos a llegar al fondo y dejar de hablar en un jodido círculo—dijo levantando la voz.

Santana sonrió.

—Wow, terminaste teniendo una boca sucia ¿no es así?—se levantó y se quitó la camisa de natación, dejándola prácticamente desnuda—No quiero hablar de eso ahora.

Caminó los pocos metros hacia la piscina y se zambulló en ella, creando apenas una salpicadura.

Brittany la miró, con los ojos fijos en su figura elegante mientras se deslizaba bajo la superficie.

No era justo.

No después de quince años.

Debería haberla superado.

Pero, maldita sea, si no sentía esa antigua atracción invadiendo su cabeza.

Brittany suspiró.

¿Y quién era esa chica misteriosa a quién Santana seguía aludiendo?







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Santana estuvo sorprendida por las repentinas salpicaduras a su alrededor mientras emergía.

Al parecer, lo que se necesitaba era que ella entrara en la piscina para que los demás le siguieran.

Miró a su alrededor, viendo las caras poco familiares, pero ni un solo nombre venía a ella. Y aunque ella fue lo suficientemente amable en la secundaria, se dio cuenta de que Brittany fue realmente la única amiga verdadera que tenía.

Los otros eran sólo compañeros, rostros en la multitud, chicos que veía todos los días, sin embargo, no sabía nada acerca de ellos.

Los amigos de Brittany le habían dado la bienvenida a su círculo, Sugar, Becky, los chicos, pero sólo porque Brittany había insistido.

No tenía nada en común con ellos.

Todos ellos provenían de familias pudientes que les habían comprado flamantes coches deportivos y la mayoría vivía en la parte más nueva al norte de la ciudad, con casas de dos pisos y piscinas en los patios traseros, Brittany incluida.

Sin embargo, estar locamente enamorada, podía hacer que alguien pasara por alto algunas cosas.

—¿Te diviertes?

Se dio la vuelta, sorprendida de encontrar a Brittany en la piscina al lado de ella.

Santana sonrió.

—No conozco a ninguna de estas personas.

—En el baile de esta noche, nos pondremos etiquetas de identificación. Eso debería ayudar.

Santana se acercó aún más, burlándose.

—¿Crees que alguien se sorprendería si las dos lesbianas bailaran juntas?

—Se impresionarían al saber que eres gay—dijo Brittany.

—Ahora, aquí, soltera—se encogió de hombros—Vamos, ¿quién no lo supondría a estas alturas?

—Bueno, si te estás muriendo por salir del closet ante todos, voy a estar feliz de bailar contigo.

Santana le echó agua juguetonamente.

—No creo que nunca hayamos bailado juntas ¿verdad?

—Bueno, bailamos la noche del baile de graduación ¿Te acuerdas?

—Oh, sí. Estabas hermosa. El baile no duró mucho tiempo, si mal no recuerdo.

—Luego vino la noche en el estanque de mis abuelos, donde me cantaste mientras bailábamos.

Santana casi no pudo resistir atrapar a Brittany al lado de la piscina, mientras ella se acercaba.

—No fue esa la noche que nos volvimos muy aventureras y tratamos de…

Brittany cubrió la boca de Santana con la mano y sonrió.

—No te atrevas a decir eso en voz alta, Santana.

—Creo que tuve una sobrecarga en la ingle ¿no?

Brittany rió.

—¿Cómo pudimos si quiera llegar a esa idea?

—Tenías la menstruación, pero no querías perder la oportunidad de…

Una vez más, una mano cubrió su boca.

—Ya lo recuerdo. No tienes que decirlo. Pero creo que disfruté aún más el baile de graduación.

—Yo también.

Santana se alejó, disfrutando mucho el estar cerca de Brittany, más de lo que debería.

—Sin embargo, creo que hubiéramos muerto si no hubiera sido por la casa de tus abuelos.

—Lo sé. Y honestamente, no puedo ir ahí sin...

—¿Pensar en nosotras juntas?—Santana terminó por Brittany.

—Sí.

—¿Siguen vivos?

Brittany negó con la cabeza.

—No. Se fueron hace años. Murieron con ocho meses de diferencia. Tenían cuatro hijos, así que se suponía que la casa y la tierra serían divididas entre los cuatro, pero en realidad nadie quería la propiedad y tampoco nadie quería comprar la parte de los demás. Terminaron manteniéndolo entre todos, vendieron algunos acres para tener el dinero suficiente para remodelar la casa y poner una piscina. Ninguno de los hermanos de mi mamá vive cerca, así que cuando vienen, suelen permanecer al menos una semana. Se ha convertido en un lugar de vacaciones. Y es donde pasamos la Navidad cada año. Es una pena que la muerte de ellos lograra juntarlos.

—Pero, ¿tu mamá se encarga del mantenimiento?

—Sí. Después de un gran fin de semana, contrata a alguien para que lo limpie, pero la piscina se ha convertido en el mayor dolor de cabeza. Mi papá la odia. Es su tarea mantenerla limpia.

Santana hundió la cabeza en el agua y luego apartó su cabello del rostro.

—¿Y cómo están Blaine y Tina?

Brittany se acercó más.

—Blaine es un gran reina llameante y vive en San Francisco. Tina es ginecóloga, está casada y esperando gemelos. Están en Louisville.

Santana se echó a reír haciendo que los que las rodeaban las miraran.

—¿Blaine es una reina?

—Pretende ser bi, para que mamá y papá aún puedan mantener la esperanza de que él se case, pero sí, es una gran homo.

—¿Y Tina es un ginecóloga? Wow, que suerte. Y ¿casada?—dijo Santana con una sonrisa.

—Sí, Mike es un gran hombre. Y tal vez una profesión que debiste escoger—Brittany bromeó—Hablando de eso, ¿qué acabaste haciendo?

—Publicidad.

—¿En serio?

Santana tomó la mano de Brittany y la atrajo hacia aguas más profundas, lejos de los demás.

Estaban rebotando sobre los dedos de los pies, el agua les llegaba justo por encima del cuello.

—¿Recuerdas cómo me gustaba dibujar?

—Sí, te la pasabas dibujando todo el tiempo. Pensé que serías una artista. Tenías el temperamento de una.

—Divertido.

—Lo siento. Adelante.

—Bueno, nunca supe lo que quería hacer. Estaba tomando clases, esperando que algo me llamara la atención. Mercedes me convenció de tomar algunas clases de mercadeo. Ahí fui introducida a la publicidad. Pero el lado comercial de las cosas no me interesó tanto como lo hizo el diseño. Tuve un trabajo donde hacía anuncios de diseños, en una de las principales empresas y estuve feliz.

—¿Ganando un cheque de pago sin mucha responsabilidad?

—Más o menos. Pero mi vida personal era un asco—admitió.

Vio las preguntas en los ojos de Brittany pero no estaba dispuesta a admitir que todavía estaba tratando de sacar de su memoria el recuerdo de esa rubia de ojos azules.

—Fue entonces cuando me encontré con Mercedes y viajé a Chicago. Me enamoré del lugar. Mercedes trabajaba para una empresa de mercadeo y me consiguió un trabajo, pero era sólo un trabajo. Nada que disfrutara. Una noche estando en su casa en una parrillada y mientras Sam, su esposo, estaba haciendo la parrilla, nos vaciamos un par de botellas de vino. Decidimos empezar nuestra propia agencia de publicidad.

—Oh, Wow. Eso es maravilloso.

Santana se movió, guiándolas de nuevo hacia aguas menos profundas.

—Si. Sin embargo, fueron años difíciles al principio. Pero lo estamos haciendo bien ahora. De hecho, tenemos suficiente trabajo para emplear a otro diseñador, así que no estoy enredada con todo. Mercedes prácticamente maneja las cuentas y la parte comercial de las cosas. Ha funcionado bien para nosotras.

—Eso está muy bien. Amas tu trabajo ahora, ¿verdad?

—Sí. No me veo haciendo otra cosa ¿Qué hay de ti?

—Oh, no. Odio mi trabajo.

—¿La parte de ser abogada o la parte del trabajo?

—Las dos cosas. Por desgracia, soy muy buena en lo que hago y me pagan en consecuencia. Nuestra firma se especializa en la industria del petróleo y el gas.

—Oh, no.

—Sí. Me temo que sí.

—¿Cuál es tu especialidad?

—Montajes legales.

—¿Los escribes o los encuentras?

—Las dos cosas.

—Wow. Rachel te odiaría.

—¿Rachel?

—Es una biólogo de vida silvestre. Ella y Quinn se encargan de un refugio privado. Siempre está peleando con la gente del petróleo y el gas, sobre los derechos de perforación, protección del medio ambiente, cosas así.

—¿Amigas tuyas?

—Sí. Quinn tiene una casa de playa. De hecho, la conocí mientras trotaba una mañana.

Brittany hizo una mueca.

—¿Sales a trotar?

—Sí. También hago bicicleta, pero sobre todo salgo a trotar.

—No me gusta trotar. A mi compañera de entrenamiento le encanta. Tenemos un trato. Yo prefiero ir en bicicleta.

Santana rió.

—Así que este fin de semana, no vas a patear los senderos.

—No hay senderos en Lima, Ohio—Brittany se acercó—Pero háblame de tus amigas.

—¿Quinn y Rachel? Están locamente enamoradas. Son mis mejores amigas homosexuales, aunque no consigo verlas tan a menudo. Desde que mi casa en Chicago, cerca de la costa, está un poco lejos hasta el refugio, hay más de una hora y media en coche. Paso por ahí probablemente dos veces al mes o menos, dependiendo de la temporada. A veces están demasiado ocupadas. En la primavera y el verano es casi imposible juntarnos.

—¿Qué hace Quinn?

—Ella es fotógrafa. Hace un trabajo increíble.

Santana se acercó y retiro una gota de agua del rostro de Brittany. Se sorprendió por el oscurecimiento de los ojos de Brittany.

—Hermoso—susurró—Me había olvidado de lo brillante que son tus ojos. Como un azulejo.

—¿Qué?—preguntó Brittany en voz baja.

—Un pájaro. Un pequeño pajarito azul. Migran por millares.

Brittany sonrió.

—¿Eres una observadora de aves? ¿En serio?

Santana rió.

—No lo creo. Sólo lo que he aprendido de Rachel. Soy un poco como Quinn. Es una fotógrafa de la naturaleza de gran talento, pero no podía nombrar un pájaro para salvar su vida.

Santana se sorprendió al sentir la mano de Brittany tocando su brazo, aún más sorprendido al sentir que sus dedos lo rodearon.

—Has cambiado. Pareces mucho más introspectiva.

—¿Quieres decir lo opuesto a una joven de dieciocho años de edad obsesionada con escabullirse para tener sexo contigo?

Santana se sacó a sí misma de la piscina y se sentó en el borde, con las piernas colgando en el agua. Miró a Brittany.

—¿O te estabas refiriendo a mis payasadas en la universidad?

—Ambas, supongo—Brittany se acercó más, de pie entre sus piernas—Realmente necesito hablar de eso, Santana. Te he odiado todos estos años y yo no quiero odiarte. Pero me dejaste con tantas preguntas.

Santana sintió el aleteo en su estómago mientras las manos de Brittany se entrelazaban alrededor de cada uno de sus tobillos.

—¿Podemos hablar de ello? ¿Por favor?

Santana no estaba segura de lo que lograrían hablando de su pasado, pero, obviamente, tenían dos versiones diferentes de su ruptura.

Porque en honor a la verdad, Santana había odiado a Brittany también, todos estos años.

Pero la mujer que veía no era la adolescente de la que se había enamorado y ella tampoco era la chica que le había roto el corazón. Brittany se había convertido en una mujer hermosa, segura de sí misma.

Y al igual que la adolescente que había sido, aún era capaz de convertir las preguntas en órdenes... Santana no pudo rechazarla.

—Está bien. Hablaremos. ¿Qué tal si después de los perros calientes, damos una vuelta?—sugirió Santana.

—Gracias.

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Capitulo 19

—¿Cuál es la prisa?

—Sabes cuál es mi prisa—dijo Brittany, ignorando el ritmo más lento que Elaine intentaba establecer.

—Oh, sí, no la has visto desde hace como tres horas—dijo Elaine bromeando—¿Cómo puedes soportarlo?

Brittany sonrió.

—Estoy enamorada. No puedo evitarlo.

—No puedo creer que ustedes dos hayan estado durmiendo juntas desde la secundaria y todavía están cachondas la una de la otra. Es una locura.

—No es una locura. Vamos a estar juntas para siempre.

—Sí, claro.

—Lo estaremos—insistió Brittany.

¿Por qué no lo harían?

Ella y Santana eran la una para la otra.

Las mejores amigas y amantes.

Nunca discutían.

Hablaban, reían y hacían el amor.

Brittany respiró profundamente.

Vaya, que hacían el amor.

—Allá está, morena y hermosa—dijo Elaine—Me pondré al día contigo esta tarde. Y bueno, gracias por hablar conmigo antes.

—Sí, está bien—dijo Brittany pero sus ojos ya estaban fijos en Santana.

Algo estaba mal.

Había una tristeza en sus ojos que Brittany nunca había visto. Esperó por ella, buscando sus ojos.

—¿Qué pasa, Sanny?—preguntó Brittany.

—Tenemos que hablar—dijo Santana.

Movió sus pies nerviosamente, luego metió las manos en los bolsillos de sus pantalones vaqueros.

—Está bien, pero ¿pasa algo malo? ¿Ha pasado algo? Te ves tan triste ¿Alguien…

—Ven aquí—dijo Santana tirando de Brittany hacia un lado, lejos de la acera mientras los estudiantes se apresuraban en su camino a clase.

—San, me estás asustando.

—He estado... he estado pensando—dijo—Somos muy jóvenes. No hemos realmente, ya sabes, tenido oportunidad de conocer a otras personas. Creo…

Brittany la agarró del brazo y lo apretó.

—¿De qué demonios estás hablando?

—Tal vez tenemos que tomar un descanso

—¿Tomar un descanso?

—Salir con otras personas por un tiempo. Ya sabes...

Brittany dejó caer su brazo.

—¿Quieres romper?—susurró.

Su pecho estaba tan apretado que apenas podía respirar.

—¿Es eso lo que estás diciendo, Santana?

—Sí. Ya sabes, somos jóvenes. Deberíamos...diversificarnos. Disfrutar de la vida, Britt.

Brittany no pudo contener sus lágrimas por más tiempo.

—¿Hablas en serio? ¿Quieres estar con alguien más? ¿Quieres acostarte con otra persona?

—Britt, estoy haciendo esto por ti—dijo Santana—Por favor, no llores.

—¿Lo estás haciendo por mí? Bueno, eso es mentira—dijo en voz alta—¿Que pasó Santana? Estuvimos juntas la noche anterior. Me dijiste que me amabas. Hicimos el amor anoche y me dijiste que me amabas. De pronto, hoy, ¿quieres romper?

Santana tomó sus manos y las apretó con fuerza.

—Te amo, Britt-Britt—susurró—Y quiero que seas feliz. Y quiero que seas capaz de hacer lo que quieras.

Santana se apartó y Brittany vio que estaba luchando con sus propias lágrimas.

—Nunca te olvidaré, Britt-Britt.

Brittany se quedó sin habla cuando vio a Santana alejándose...alejándose y fuera de su vida.

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Capitulo 20

—Nunca te imaginé en un Bimmer—Santana—Al menos no un sedán. Tal vez un descapotable.

—Acabo de comprarlo el año pasado—sonrió Brittany—BMW no es realmente mi estilo. Tenía una camioneta antes de esto.

—Vaya, no es de la comunidad de lesbianas—Santana bromeó.

—De acuerdo.

En realidad Brittany podía jugar con el estilo femenino cuando la ocasión lo requería, pero le gustaba ser la lesbiana deportiva, algo que no fue cuando era más joven.

—No puedo creer lo mucho que ha cambiado Lima, Ohio.

—Lo sé. Además de nuestro hotel, es realmente una locura. Es casi como otro pueblo.

—¿Hacia dónde nos dirigimos?

—Pensé que te gustaría ver a la vieja secundaria—dijo Brittany.

Santana alzó una ceja.

—¿Qué quiere decir con vieja?

—Es una primaria ahora. Construyeron una nueva secundaria hace unos años—Brittany salió de la autopista y desaceleró, pasando por la antigua calle—¿Recuerdas eso?—preguntó señalando.

—The Spot. Joder ¿es que sigue abierto?

—Sí. Pero desde que el instituto se trasladó, no es el lugar de reunión, como lo era cuando estábamos aquí.

—Nunca fue realmente mi lugar de reunión—dijo Santana—No era una de las chicas populares.

—Sólo porque no querías serlo.

Santana rió.

—Tú tampoco.

—No. Yo sólo quería estar contigo—admitió Brittany.

Santana asintió.

—Y viceversa.

Brittany respiró profundamente y se volvió por la calle donde había estado la antigua secundaria. El edificio era el mismo, pero parecía mucho más pequeña ahora.

Condujo por la parte trasera, donde estaban los campos de entrenamiento.

—¿Un campo de béisbol?

—No es de la escuela. Construyeron un nuevo campo en el norte. Este solía ser el campo de práctica ¿recuerdas?

—Claro que me acuerdo. Había un precioso lugar escondido detrás de las gradas. Solíamos…

Brittany rió.

—Sé lo que hacíamos ahí—se detuvo—Este campo se utiliza para las pequeñas Ligas en su mayoría—abrió la puerta—¿Quieres dar una vuelta?

—Por supuesto.

Se quedaron en silencio mientras caminaban más allá del campo de béisbol y se dirigieron a las canchas de tenis.

Parecían ser las mismas tribunas que estaban ahí hace veinte años, la superficie mostraba signos de edad mientras las grietas serpenteaban a través del hormigón.

Brittany se detuvo, lista para hablar.

—Dime por qué.

Santana miró más allá de ella, su mirada yendo hacia la antigua secundaria. Brittany se preguntó si estaba pensando en la ruptura o hacía un viaje al pasado, recordando su tiempo juntas aquí en este edificio.

—Sabía que tenías otra amante—dijo Santana finalmente—Estaba tratando de ahorrarte la molestia de andar a escondidas.

Brittany frunció el ceño.

—¿De qué demonios estás hablando?

Santana se encogió de hombros.

—No recuerdo su nombre. Unas adorables mechas. Colorina. Tenía una clase juntas. Almorzabas casi todos los días con ella.

Brittany había tratado de borrar tan profundamente ese momento de su memoria, que se le hizo difícil recordar a alguien que conociera en ese entonces.

—¿Elaine?

—Sí. Creo que era su nombre.

Brittany sintió que su ira resurgía.

—¿Pensaste que estaba durmiendo con Elaine? ¿Fue por eso que rompiste conmigo?

—Mira, no lo creía al principio, pero la gente me decía que era verdad—Santana se detuvo—Así que un día te espere después de tu clase...las vi juntas.

—¿Juntas? Te volviste loca. Elaine estaba loca por... oh ¿cómo se llamaba?—Brittany cerró los ojos tratando de recordar—Dani algo. Estaba tratando de darle consejos, tratando de ayudarla, tratando de hacer que invitara a salir a Dani. Lo que finalmente hizo, no le fue bien.

—¿Dani? ¿Quién crees que fue la primera me habló de ti y Elaine? Fue Dani. Eran las mejores amigas.

—¿Qué? ¿Estamos hablando de la misma Dani?

Santana se acercó.

—Dani me dijo exactamente donde estarían, a qué hora, todo. Y ahí estabas. Se estaban abrazando. Entonces ella te tiró a un lado cerca de algunos arbustos, y te besó y te abrazó de nuevo—Santana sacudió la cabeza—No era sólo un abrazo amistoso, Brittany. Fue un abrazo profundo, de esos abrazos que dicen estoy a punto de tragarme tus huesos.

Brittany apretó los puños, sorprendida por su ira.

—Tienes que estar bromeando. ¿Rompiste conmigo porque alguien te dijo que estaba durmiendo con Elaine? ¿Alguna vez pensaste en preguntarme?— Brittany empujó el pecho de Santana con su dedo—Dios, tus habilidades para la comunicación siempre fueron un asco—se dio la vuelta—Estaba tan enamorada de ti que ni siquiera hubiera mirado a otra chica y mucho menos el plantearme la idea de dormir con otra—se volvió hacia Santana sosteniendo su mirada—Eras mi mundo. Te amé—susurró—Y estaba estupefacta cuando viniste con tu pequeño discurso sobre la necesidad de ver a otras, la necesidad de extender nuestras alas, la necesidad de experimentar la vida. Estaba devastada. Pensé que me iba a morir. Diablos, me quería morir—dio un paso atrás, lejos de Santana—Cada vez que daba la vuelta y estabas con otra persona. Te odiaba. Te odiaba tanto, Santana.

—Britt, mira, lo siento si…

—No. Estoy tan enojada contigo en este momento, no quiero hablar contigo.

Se dio la vuelta y se dirigió hacia su coche, su pulso se había acelerado tan rápido, tan fuerte, que tuvo miedo de tener un derrame cerebral es ese momento.

¿Pensó que la estaba engañando?

—Jodidamente increíble—murmuró Brittany.

—Britt, espera.

—¿Para qué? ¿Esperar qué?—se detuvo mirando a Santana—¿Por qué no hablamos de eso? ¿Por qué no me preguntaste? ¿Terminaste nuestra relación basada en un rumor?—respiró hondo, tratando de frenar su ira—¿Estabas tan insegura sobre nosotras, sobre nuestra relación?

—Britt, eras una porrista. Eras popular. Tus padres te dieron un flamante coche deportivo cuando cumpliste dieciséis años—Santana miró hacia otro lado—Yo venía de la parte sur de la ciudad. Mis padres me dieron un Toyota destartalado cuando tuve diecisiete años. Yo…

—¿No pensaste que eras lo suficientemente buena?

La ira de Brittany desapareció tan rápido como había llegado.

Finalmente entendió.

—Lo siento—se acercó tomando a Santana entre sus brazos y abrazándola con fuerza—Debí haberlo visto. Pero tú, de todas las personas, debiste saber que nada de eso me importaba.

—Ella conducía un Corvette. Ella…

—Oh, Santana. Ella a duras penas había sido una amiga. Tú eras mi mundo. Me enamoré de ti. De ti. No me importaba quiénes eran tus padres o dónde vivías. No me importa qué tipo de coche conducías. Nunca me importó nada de eso.

Santana miró hacia otro lado.

—Siempre estuve maravillada por el hecho de que tú querías estar conmigo, Britt—dijo—Podrías haber tenido a cualquiera. Cualquier persona en la secundaria, sobre todo en la universidad. Así que cuando Dani me dijo que Elaine, la niña rica de Kentucky, estaba durmiendo contigo…

—Tú le creíste.

—Le creí. No lo hice al principio, pero todo se sumó. Tenían un par de clases juntas. Almorzabas con ella. Se reunió en la biblioteca. Te llamaba todo el tiempo.

—Es lo que las personas hacen cuando tienen clases juntas y estudian juntas—negó con la cabeza—Todos estos años he tratado de averiguar por qué. Pensé que quizás carecía de algo, que tal vez le habías echado el ojo a alguien. Demonios, tal vez querías extender tus alas. Dios sabe que te acostaste con bastantes chicas después de nosotras.

—Fui una estúpida. Debería haber hablado contigo. Pero Dani y Elaine…

—Nos tendieron una trampa—Brittany terminó por Santana.

Ahora se dio cuenta.

Toda la atención que Elaine le prestaba. Todas las caricias, los abrazos espontáneos, las llamadas por teléfono.

Sí, podía ver que Santana sospechara.

Santana asintió.

—Elaine te quería. Resultó que Dani me quería.

Una vez más, Brittany sintió una punzada de celos.

—Bueno, al menos una de ellas cumplió su deseo.

Santana le tomó del brazo cuando Brittany se dio la vuelta para alejarse.

—Lo siento, Britt. Tienes razón. Mis habilidades para la comunicación apestaban. Estuve perdida sin ti. Así es que traté de olvidarte.

—Durmiendo con cualquiera sin…

—Sí.

Brittany se apartó de Santana.

—Pasaron dos años antes de que yo permitiera que alguien me tocara. Y aun así, fue un desastre—se rió en voz baja—Incluso intenté con chicos, pensando que...bueno, no sé lo que estaba pensando—admitió.

Hablando de desastres.

—¿Chicos?

—Lo sé. Fue una estupidez.

Miró hacia otro lado.

No, lo que era estúpido, era que después de años, todavía estaba tratando de olvidar a Santana.

Y sus encuentros sexuales eran aún más desastrosos.

Por supuesto, estaba Faith, recordó, tratando de encontrar algo de humor en la situación.

La buena Faith.

—Así que…¿ahora me odias más o menos?

Brittany trató de sonreír.

—No estoy segura. Por supuesto, creo que tuviste razón en algunas cosas.

—¿Qué quieres decir?

—Éramos muy jóvenes. Éramos las únicas parejas que habíamos tenido. Supongo que era una locura pensar que realmente permaneceríamos juntas. Quiero decir, la universidad y todo eso. Lo más probable era que hubiéramos conocido a alguien más y termináramos rompiendo todos modos.

Santana asintió.

—Las dos hemos cambiado. Estoy segura que hubiéramos crecido separadas.

—Sí. Por supuesto. Y si me hubiera quedado en esa universidad, habría sido una maestra—se echó a reír—Eso habría sido un desastre.

—Entonces ¿ves? Todo salió bien. Tienes tu trabajo, tu oficina de lujo. Tienes una pareja en tu vida. Tengo...tengo un negocio próspero y un pequeño grupo de muy buenas amigas. Y me encanta vivir en la costa—Santana se encogió de hombros—¿Ves? Funcionó.

—¿Lo hizo?—susurró.

Tenía un trabajo que odiaba y una amante imaginaria que creó para que Santana no supiera que todavía estaba sola.

Santana al menos tenía un trabajo que amaba, en una ciudad que amaba. Pero tampoco tenía una amante.

¿Realmente había funcionado?

—Vamos. Tenemos un par de horas antes de la fiesta de la noche. Me encantaría ver a tu mamá.

—¿Mi mamá?

—Sí. ¿Crees que le importaría?

—No. No, a ella le encantaría verte—Brittany se detuvo en el coche—Deja que le llame. Asegurarme de que está en casa.

—Está bien. Grandioso.

Brittany caminó unos pasos lejos del coche. Su mamá contestó al segundo timbrazo.

—Hola, mamá. ¿Te acuerdas de Santana López?

—Por supuesto, cariño—su mamá se echó a reír—Acabamos de hablar de ella ¿no?

Brittany puso los ojos en blanco.

—Bueno, ella está aquí. Ya sabes, para la reunión. Quiere verte. ¿Te importa que pasemos de camino?

Echó un vistazo al coche, Santana estaba observándola.

—Oh, bien. Tráela. Será bueno volver a verla.

Brittany se aclaró la garganta.

—Está bien... y para que lo sepas, he estado viendo a Faith, durante los últimos años.

—¿Quién?

Brittany se mordió el labio.

—Faith.

Miró a Santana, con la esperanza de que no pudiera escuchar.

—¿Faith? Bueno, ¿por qué no las has traído aquí?

—Mamá, sólo trabaja aquí conmigo ¿de acuerdo?

—Estás viendo a alguien y ni siquiera te molestas en hacérnoslo saber.

—Mamá...sólo sígueme el juego, está bien. Jesús. ¿Qué tan difícil es?

—¿De qué estás hablando?

Brittany suspiró.

—Ya vamos para allá.








—Wow. Tantos recuerdos—dijo Santana mientras miraba la casa.

—¿Fuiste a tu antigua casa?

Santana negó con la cabeza.

—No. Mi casa era tan estéril. Mi papá estaba fuera todo el tiempo. Mi mamá, bueno, no sé lo que hacía. Pero esto, esto era una casa normal, con los niños y las risas. Me encantó el tiempo que pasé aquí.

Brittany se adelantó por el sendero.

—Sí, casi todos los fines de semana.

—Sí. Peleando con Blaine y Tina por la pizza. Luego yendo a tu habitación y cerrando la puerta—sonrió—Y entonces…

—Recuerdo exactamente lo que sucedió. No necesitamos ir ahí.

Santana rió.

—¿Así que no debería decirle a tu mamá?

—¿Que estábamos teniendo sexo a dos puertas más allá de ellos? No lo hagamos—llamó una vez y luego abrió la puerta principal—¿Mamá?

—En la cocina, cariño.

—No se ve igual—dijo Santana mientras iban hacia la cocina—¿No solía haber una pared ahí?

—Sí. A ella le gusta decorar, remodelar, cambiar las cosas. Me sorprende que no la hayan vendido y construido una nueva casa tanto como a ella le gusta el cambio.

Su mamá sonrió cuando vio a Santana, inmediatamente le dio un abrazo.

—Oh, Dios mío, mírate—dijo Whitney—Estás absolutamente hermosa, Santana. Vaya, vaya, pero resultaste ser una belleza.

Brittany rió por rubor que Santana lucía en ese momento. Pero Santana se recuperó rápidamente, besando a su mamá en la mejilla.

—Se ve tan hermosa como recuerdo, Sra. Pierce.

—Oh, eres muy amable. Pero siempre fuiste un encanto. ¿No lo era, Britt?

Los ojos de Brittany volaron hacia Santana.

¿Qué quiso decir con ese comentario?

Pero Brittany asintió.

—Sí, ella era una persona encantadora, realmente.

—Preparé algo para refrescarnos. Vamos al patio. ¿No está terriblemente caluroso hoy?

Brittany miró la jarra.

—Olvidé decirte…—le dijo a Santana—…Mi mamá se ha convertido en una alcohólica.

Su mamá se rió y agitó su mano con desdén.

—Llámalo como quieras, cariño, pero a tu papá le gusta—sirvió tres vasos—Él dice que me hace salvaje.

Fue el turno de Brittany a ruborizarse.

—No necesitamos saber eso.

—El sexo después de los sesenta es bastante bueno, Britty.

—Y tampoco necesitamos saber eso—tomó uno de los vasos y luego hizo un gesto hacia el patio—¿Vamos?

Se instalaron bajo el ventilador de techo en el patio y Brittany vio como Santana observó el patio trasero, desviando su mirada hacia la inmaculada piscina.

Se preguntó si Santana recordaba las noches que se habían colado después de que todo el mundo estaba dormido.

Se habían quitado la ropa y escondido en el extremo más escondido de la piscina... acariciándose, besándose.

Y a veces, cuando el besarse y acariciarse no era suficiente, Santana le guiaba a través de la piscina hacia las sombras, para hacerle el amor mientras Brittany luchaba por mantenerse de pie, esforzándose por mantener el silencio mientras llegaba al clímax.

Atrapó la mirada de Santana, sosteniéndola, consciente que ella estaba reviviendo los mismos recuerdos que Brittany.

—Dime lo que has estado haciendo Santana—su mamá pregunto—Me encuentro con Lou de vez en cuando. Dice que estás en Chicago, cerca de la costa.

—Sí. He vivido ahí varios años. Me encanta. Debo darle las gracias por permitir que les acompañara en las vacaciones. Esa fue mi primera introducción a la costa.

—Es gracioso cómo terminó todo ¿no es así? No creo que Britty haya ido alguna vez.

—¿En serio?—Santana la miró—¿Por qué no?

—Bueno, he estado ocupada—dijo Brittany.

Tomó un sorbo de su bebida, con la esperanza de que no esperara más explicación.

—Sí. Supongo que cuando estás en una relación, tienes que tomar a la otra persona en consideración. ¿A ella le gusta la zona costera?

Su mamá frunció el ceño.

—¿Ella quién?

—Faith—dijo Santana.

—Oh, sí, Faith. Por supuesto, nunca la hemos conocido. Se podría pensar…

—Mamá—Brittany dijo severamente—Santana no quiere oír hablar de Faith.

Santana se inclinó hacia delante.

—Me encantaría saber de ella. Me pregunto qué clase de mujer fue la que finalmente capturó tu corazón, Britt.

—Sí, yo también—dijo su mamá.

Brittany sintió que su rostro se ponía rojo y cogió su vaso nuevamente.

—No estoy interesada en hablar de mi vida amorosa frente a mi mamá, muchas gracias.

—¿Así que no la ha conocido?—Santana le preguntó a Whitney, haciendo caso omiso de Brittany.

—No. De hecho, hoy es la primera vez que he oído hablar de ella.

—Oh, Dios mío—dijo Brittany—¿Podemos hablar de otra cosa?—se agarró el puente de la nariz y se la apretó.

El invento de Faith había sido un error, sin duda.

Pero traer a Santana para que viera a su mamá.

¿En qué estaba pensando?

Apuró el último trago de su margarita y levantó la copa.

—¿Quién quiere repetir?

—Mi Dios, hablando de borrachas—murmuró su Whitney.

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Capitulo 21

Santana estaba parada desnuda en su habitación mirando la ropa que había dejado sobre la cama.

A pesar de que la cena y el baile, no era considerado un acto formal, Sugar le aconsejó que se vistiera elegantemente.

Sin embargo, esto era Lima, Ohio.

No todas las reglas de "elegancia" se aplicaban aquí. Especialmente si eras de las que no le gustaba vestirse elegantemente en primer lugar.

Los jeans negros con las bonitas botas de cuero, era lo que Santana quería usar. Pero sabía que debía llevar el conjunto de lujo que Mercedes había elegido para ella.

¿Se consideraría un paso en falso de la moda, si mezclaba la sedosa blusa turquesa del traje con los jeans negros ajustados?

Santana decidió que no le importaba.

No era en realidad un traje de gala. Simplemente había dejado que Mercedes jugara a disfrazarla cuando se habían ido de compras.

Echó un vistazo a su reloj, consciente de que tenía otra media hora antes de que se reunieran en el bar para tomar una copa antes de la cena.

Luego cena y baile.

Y un desayuno-almuerzo mañana, para los que querían, entonces todos se dispersarían y seguirían con sus vidas.

Por supuesto, Santana no había pasado mucho tiempo, hablando con otra persona que no fuera Brittany y algunas conversaciones cortas con Sugar. Había tenido una breve y torpe encuentro con Becky, la chica famosa por sus fiestas de piscina.

Santana la reconoció, ahora estaba casada con Darrell y con dos hijos, todavía vivía en Lima, Ohio.

Ese fue el tema de conversación y Santana escapó nuevamente a la seguridad de la compañía de Brittany.

Lo cual era irónico, si pensaba en la forma en que había estado temiendo su reunión con Brittany.

No podía creer que en realidad habían hablado de la ruptura.

Más que eso, se sorprendió por la afirmación de Brittany de que ella y la castaña no habían sido amantes.

Oh, Santana le creyó.

Brittany no tenía ninguna razón para mentir al respecto ahora. No podía creer que hubiera permitido que la embaucaran de esa manera, que hubiera creído que todo eso era cierto, que hubiera dejado que sus inseguridades la dominaran.

Brittany afirmó haberla odiado todos estos años.

Bueno, el sentimiento era mutuo.

Santana había vivido con la idea de que Brittany la había engañado, había vivido con la sensación de que no era lo suficientemente buena para Brittany, ya fuera en el sexo o lo que fuera.

Todos estos años creyó que Brittany había descubierto su carencia y se había fijado en otra persona.

Todos estos años desperdiciados.

Bueno, al menos Brittany había sido capaz de seguir adelante.

Si ella y Faith habían estado juntas un puñado de años, entonces tal vez ella había encontrado a su verdadero amor. Era extraño sin embargo, que ni siquiera hubiera presentado a Faith a sus padres.

Santana suspiró.

Sí, todos estos años desperdiciados.

Le gustaría pensar que tal vez ahora, ahora que habían limpiado el aire de lo que había sucedido, ella sería capaz de seguir adelante y tal vez permitiría que alguien entrara en su vida nuevamente, que alguien entrara en su corazón.

No que las hubiera manteniendo intencionalmente alejadas, simplemente no le había dado a nadie una oportunidad justa. Porque en el fondo de su mente, en el fondo de su corazón, todavía estaba comparando a todo el mundo con Brittany.

Todavía estaba tratando de encontrar la magia que había tenido con Brittany a pesar de que sabía, que probablemente, nunca la encontraría de nuevo.




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Brittany se miró en el espejo y se preguntó si se atrevería a llevar el vestido negro sin tirantes o no.

Tenía que admitir que se veía maravilloso en ella, aferrándose a sus curvas, el frente bajo revelaba demasiado escote para Lima, Ohio.

Se dio la vuelta, sonriendo a su reflejo ya que la abertura del vestido dejaba al descubierto sus muslos.

Sí, se atrevería.

Principalmente porque quería ver la reacción de Santana.

Pero eso estaba mal ¿no era así?

Porque había una Faith.

¿Y qué clase de mensaje transmitiría con eso?

No me importa.

Sí, la verdad era que no le importaba.

Porque no había una Faith.

Sin embargo ¿realmente quería jugar con fuego y de hecho coquetear con Santana?

Eso podría ser muy peligroso.

—Oh, demonios—murmuró mientras tomaba su celular.

Estaba a punto de llamar a Kitty, pero colgó el teléfono rápidamente

¿Para qué llamaría a Kitty por consejo?

Kitty la alentaría, no trataría de hacerla entrar en razón.

—¿Por qué Santana López tenía que seguir soltera? ¿Y por qué tenía que ser tan jodidamente hermosa?

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Capitulo 22

—Te ves hermosa, cariño.

Brittany puso los ojos en blanco cuando su mamá la observó luego de abrocharle el collar de perlas alrededor de su cuello.

—¿Quiere decir que tú y Rory están saliendo?

—No estamos saliendo, mamá. Solo acepté ir al baile con él, eso es todo.

Otra decisión que estaba segura iba a lamentar, pero no ir a la fiesta de graduación, simplemente no era una opción.

Ya había sido elegida señorita Lima, Ohio y estaba en la competencia para la reina del baile. Esperaba que su disgusto público sobre ser elegida la señorita Lima, Ohio y su insistencia en que no quería ser elegida la reina del baile, hiciera que todos votaran por Sugar.

De hecho, ella había apoyado la campaña de Sugar.

—¿Es cierto que Santana no va?

Brittany se mordió el labio.

—Sí.

—¿Nadie la invitó? Me resulta difícil de creer. Es una chica muy atractiva.

—Fue invitada. Pero el baile no es realmente lo suyo.

No, no era cosa de Brittany, tampoco.

Sin embargo, ahí estaba, vestida con un vestido formal, usando las perlas de su abuela, esperando que Rory Flanagan la recogiera.

—No puedo entender cómo las dos pasaron toda la secundaria sin tener un novio. No es normal. Todo el mundo debe querer ir a su baile de graduación.

Era el tema de conversación que Brittany había estado tratando de evitar en los últimos dos años.

Había dado un sin número de excusas y razones del por qué no tenía un novio, pero todavía caía en oídos sordos.

—¿Así que debería ser como las demás?—preguntó—Quiero ir a la universidad y hacer algo de mi vida. Pero quieres que salga con uno de los chicos de aquí de Lima, Ohio ¿porque es normal? ¿De verdad quieres que tenga sexo con cualquiera de estos chicos?

—¿Quién dijo algo sobre sexo?

—Bueno ¿qué crees que sucede en las citas? Se escapan para tener sexo.

Brittany no podía creer que estaba hablando con su mamá de esa manera.

Lo último que quería era tener una conversación sobre sexo. Después de todo, realmente nunca habían tenido la charla sobre sexo. Y a juzgar por el rubor en el rostro de su mamá, no iban a tenerla ahora tampoco.

—Así que te estás guardando para el matrimonio. Así es como debe ser. Estoy muy orgullosa de ti.

Brittany odiaba mentirle a su mamá.

¿Guardarse para el matrimonio?

No, no habría matrimonio.

No con un hombre, de todos modos.

Ella y Santana irían juntas a Kentucky para la universidad. Ahí podrían ser ellas mismas. Podrían ser abiertas con su relación.

Encontrarían a otras como ellas y no se sentirían tan aisladas, tan solas.

No más escabullirse.

No más mentiras.

Eso era, si podía superar esta noche.

Le había dejado claro a Rory que iba con él como una amiga, no como una cita. Y ya le había dicho a Sugar que si intentaba algo, se iría.







—Oh, Dios mío. Te ves hermosa.

Brittany le sonrió a Sugar.

—No, tú te ves hermosa. Te ves como la reina del baile—dijo con un guiño.

—Bueno, lo siento, cariño, pero he oído rumores de que tú y Puck ganaron.

—¿Puck y yo? Odio esta mierda. No quiero ser la reina del jodido baile—protestó Brittany quizás demasiado fuerte.

—Mira el lado bueno. Por lo menos no fue Rory quien ganó. Él sin duda pensaría que los dos serían una pareja entonces.

—¿Ese es un lado positivo?

—¿Cuál es el problema? Bailas con Puck, te tomas unas cuantas fotos, dejas a todo el mundo boquiabierto, sonríes como te encanta. Sencillo como un pastel.

—Sé que no entiendes, pero no puedo hacerlo.

De hecho, estaba casi en estado de pánico.

Estaba tan segura de que había hecho lo suficiente para conseguir que Sugar ganara como la reina del baile.

—Tienes que hacerlo.

—A la mierda que voy a hacerlo.

Sugar la agarró del brazo y se volvió para irse.

—No puedes renunciar ¿Has perdido la cabeza?

—¿Por qué me está pasando esto? Ya no soy una porrista. No tengo que ganar esta mierda. Se suponía que tú ganarías.

—Eres agradable. Les gustas.

—Tú eres agradable—dijo Brittany convincentemente.

—Yo soy una snob—Sugar la atrajo hacia sí—Si huyes cada vez que sales con Rory, él tendrá un complejo.

—Eso fue hace un año.

—Exactamente. Y no has salido con él, ni a nadie, desde entonces—hizo una pausa mientras miraba al otro lado de la habitación—Oh, Dios, mira a Becky. Está prácticamente desnuda. ¿Creerá que llevando algo así conseguiría que Darrell regresara?

—¿Sigue colgada de él?

—Sí. Es un perdedor.

Brittany puso los ojos en blanco.

Cualquier persona que rompiera con alguien de su grupo era etiquetado como un perdedor.

Estaba tan lista para dejar la secundaria.

Unos meses más y entonces sería libre. Ella y Santana podrían escapar de este pequeño pueblo y estar juntas sin tener que fingir que ir al baile de graduación era la mejor cosa en el mundo.

De hecho, ahora mismo, no le importaba si Rory tendría un complejo o no.

No le importaba si su mamá se molestaba.

Y no le importaba lo que cualquiera de sus compañeros de clase pensara.

Ella no iba a sufrir la pompa del nombramiento del rey y la reina del baile y el baile lento posterior.

Ella no iba a hacerlo.

—Mira, me siento enferma. Con náuseas—aclaró Brittany.

—Tú no estás enferma.

—Créeme, estoy enferma. Voy a vomitar—le apretó el brazo a Sugar—Voy a decirle a Rory y voy a llamar a mi mamá para que me recoja.

—Ella va a estar enojada.

—No, si estoy enferma.

También sabía que su mamá no estaba en casa.

Habían ido a la casa de los Parker para la cena y tarjetas. Blaine y Tina estaban durmiendo en casa de sus amigos.

—No puedo creer que estés haciendo esto.

—Voy a decirle a la Sra. Sylvester, no te preocupes.

La sra. Sylvester colocaría la corona para el rey y la reina que tendrían que usar después del anuncio.

Después de una breve explicación a Rory, que luego se ofreció galantemente a llevarla a su casa y a la Sra. Sylvester, cuya verdadera consternación le dijo a Brittany que efectivamente ella había ganado.

Brittany se metió en una de las oficinas para pretender que llamaba a su mamá. Llamó a Santana en su lugar.

Afortunadamente fue Santana quien contestó y no sus padres.

—¿Puedes venir a buscarme?

—¿Qué pasa?

—Voy a ganar la estúpida competencia de reina del baile.

—Te lo dije, Britt.

—Sí lo hiciste ¿Quieres venir a buscarme?

—¿Solo puedes irte así?

—Estoy enferma.

—Está bien. Sin embargo, mis padres están aquí, Britt—dijo en voz baja.

Brittany sonrió.

—Los míos no. Blaine y Tina se han ido también.

—Estaré ahí en cinco minutos.

Brittany sintió un escalofrío cuando colgó el teléfono.

Sabía que se veía bien, sabía que el vestido que llevaba se pegaba a sus curvas.

Y no quería nada más que Santana la viera en él.

En realidad, no quería nada más que Santana se lo quitara.

Cerró los ojos, preguntándose si siempre se sentiría así, preguntándose si la idea de hacer el amor con Santana siempre enviaría escalofríos a través de su cuerpo por la anticipación.

Decidió que sí, que siempre sería así.

Volvió a salir, pero no antes de ensayar una mirada patética y enfermiza en su rostro. La sra. Sylvester le estaba esperando.

—Mis padres no están en casa. Olvidé que iban a cenar. Llamé a Santana en su lugar. Ella me va a llevar a casa.

—Está bien, cariño. Es una pena que Santana no haya venido esta noche. Es una chica muy bonita. He oído que alguno de los chicos la invitaron.

Brittany se encogió de hombros.

—Santana juega al baloncesto. No creo que tenga un vestido.

La sra. Sylvester rió adecuadamente, entonces le dio unas palmaditas en el brazo.

—¿Quieres que espere contigo?

—No. Ella vive a cinco minutos de aquí.

—Está bien, cariño. Espero que te sientas mejor—miró alrededor con complicidad antes de inclinarse para acercarse—Sólo quería que supieras que habías ganado. Sugar era la subcampeona, por lo que a ella hará el tradicional baile.

—Gracias. Y si me sintiera mejor, me quedaría por eso, pero me siento como si fuera a vomitar en cualquier momento.

Se tapó la boca como para evitarlo y la sra. Sylvester se alejó con un apresurado espero que te sientas mejor.


Brittany salió por la puerta lateral del gimnasio, con la esperanza de no llamar mucho la atención, tanto como le fuera posible.

Nadie parecía darse cuenta de su partida y dejó escapar un suspiro de alivio cuando escapó hacia el aire fresco de la primavera.

Estaba caminando hacia el frente del gimnasio cuando vio el carro de Santana. Esperó y observó el carro atravesando la entrada como si se arrastrara, luego se dirigió hacia un lado.

Como siempre, Santana parecía saber exactamente dónde estaba. Se acercó más y se detuvo. Santana salió del carro y cruzó por la parte delantera, sus ojos examinando el cuerpo de Brittany, lo que envió escalofríos por su espina dorsal.

—Te ves hermosa, Britt-Britt—susurró Santana—Como una princesa.

—Gracias.

—Podrías haber hecho de reina del baile con orgullo ¿Seguro que no quieres quedarte?

Brittany negó con la cabeza.

—Prefiero estar contigo, Sanny.

Santana asintió y se acercó al carro manteniendo la puerta abierta para ella.

—Su carruaje mi reina—dijo con una reverencia.

Brittany se rió en voz baja mientras entraba a la vieja Toyota que Santana odiaba.

Tan pronto como estuvieron fuera del estacionamiento, la mano de Santana encontró la suya.

—De verdad te ves preciosa, Britt. Tan hermosa como nunca te había visto.

Brittany le apretó la mano.

—Quería lucir bella para ti, no para ellos, no para Rory.

Se estremeció cuando Santana se llevó la mano a los labios y la besó, sacando su lengua para un breve contacto, permitiendo a Brittany saber lo que estaba por venir.

Se estremeció de nuevo mientras imaginaba todo lo que esa lengua le haría.




La casa de Brittany estaba oscura y silenciosa, como ella esperaba.

Tan pronto cerró la puerta, se lanzó en los brazos de Santana, abriendo la boca para su beso.

—Dios, te amo, Britt—susurró Santana.

—Siempre te amaré, San.

Las manos de Brittany encontraron los pechos de Santana, amando la manera en que Santana gemía cuando los tocaba. Pero ella se apartó.

—Permíteme dejarle a mi mamá una nota para que no entre en mi habitación cuando lleguen a casa.

—Está bien. Date prisa, rubia.

Brittany lo hizo, escribiendo su mentira antes de guiar a Santana a su dormitorio.

Una vez ahí, Santana encendió la lámpara, su mirada nuevamente persistente sobre Brittany.

—¿Puedo tener este baile?

Brittany sonrió.

—Puedes tener todos los bailes, Sanny.

No había música, excepto la que escuchaban en sus corazones, sus almas, pero se movían lentamente juntas, sus cuerpos apretándose, rozando los pies sobre la alfombra sin ton ni son, como si tuvieran su baile de graduación.

Y como si fuera una señal, Brittany movió la cabeza, buscando la boca de Santana que la espera.

Su baile terminó cuando su pasión se encendió y el hermoso vestido de fiesta de Brittany fue arrojado al suelo en el último momento, su única preocupación en ese momento era Santana...y todo lo que estaba a punto de hacerle.

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Capitulo 23

Santana se sintió un poco cohibida, cuando hizo su camino al salón de baile.

La mayoría de las mujeres estaban vestidas con traje formal, ninguna con pantalones. Sin embargo, se recordó a sí misma que ella era lo que era y era quien era.

Traje formal y Santana López no se mezclaban.

—Al diablo—murmuró mientras entraba, sin preocuparse más.

Miró a su alrededor, sabiendo instintivamente que Brittany no estaba ahí todavía.

Le resultaba increíble, y un poco desconcertante, que todavía pudiera sentir la presencia de Brittany, que todavía pudiera encontrarla en una habitación llena de gente.

Todo eso después de años.

Vio a Sugar y se dirigió hacia ella. Aunque ella y Sugar nunca habían sido amigas, y sólo se toleraban entre sí debido a Brittany, descubrió que la personalidad de Sugar había madurado. Ya no era la porrista cabeza loca, pero seguía siendo igual de sociable, era la anfitriona perfecta para la reunión.

Ella sonrió y saludó con la mano Santana.

—Santana, ¿te acuerdas de Lauren Zizes?

Santana sonrió disculpándose.

—Lo siento, no—le dio un saludo de manos a Lauren—Se siente como si me hubiera ido de aquí, justo después de la graduación y hubiera olvidado a todo aquel que había conocido.

—Eso está bien. Este es también mi primer regreso. Me uní a las fuerzas armadas—explicó.

—Ya veo. Has estado alrededor del mundo ¿eh?

—Un par de veces. Bueno, debo ir a buscar a Matt. Me alegro de verte de nuevo, Sugar.

Santana alzó las cejas.

—Bueno, no te acordaste de ella. Debió haber dicho ¿encantada de verte?

Sugar dio un paso atrás y la evaluó.

—Wow. Nunca te pude imaginar en un vestido largo, de todos modos.

—¿Así que no te sorprendería si te dijera que no tengo un vestido?

—No, en absoluto. Siempre fuiste la atleta. De hecho, pensaba que eras gay. Nunca se me ocurrió que Brittany lo fuera.

Santana sonrió y se encogió de hombros.

—Pero espera—Sugar frunció el ceño—Nunca te casaste.

—Muchas personas no se casan—dijo Santana fácilmente.

Luego inclinó la cabeza, sintiendo la presencia de Brittany en la habitación.

—Oh, Dios mío—susurró Sugar.

Santana se volvió, siguiendo la mirada de Sugar.

Oh, Dios mío, ciertamente.

Brittany estaba de pie en la entrada, lucía como una visión del cielo.

Santana sintió ese antiguo y familiar tirón en su corazón cuando Brittany le sonrió. Santana la miró, sus ojos recorrieron con avidez todo el cuerpo de Brittany, el diminuto vestido negro sin tirantes se adhería deliciosamente a cada curva...cada curva que Santana una vez conoció íntimamente.

Finalmente levantó sus ojos encontrándose con los de Brittany.

No podía creer el nerviosismo que sentía cuando Brittany se acercó a ella. Era como si estuviera en la secundaria nuevamente cuando la mera presencia de Brittany la ponía en picada.

Pero no estaba en la secundaria y Brittany no era una colegiala.

Era una mujer hermosa.

Una mujer que aún le quitaba el aliento.

—Te ves...impresionante—dijo Santana suavemente.

—Gracias—Brittany se acercó—Te ves muy guapa tú también.

Santana sintió un rubor cruzar su rostro y agradeció la iluminación tenue en el salón.

—Brittany Pierce, santo cielo, mujer—dijo Sugar—Sabes cómo hacer que todos los hombres casados babeen y que las mujeres agradezcan que eres lesbiana.

Brittany rió.

—Muchas gracias, Sugar. Estoy segura de que quisiste decir eso como un cumplido.

—Te ves hermosa con ese vestido—Sugar se acercó más—¿Estás segura de que eres gay?

Brittany miró a Santana.

—Muy.

—Piedad. Veo a Rory Flanagan acercándose. Al parecer, tiene el enamoramiento de vuelta.

—Nunca pudo captar una indirecta—dijo Brittany.

—Tal vez sea el vestido—dijo Santana incapaz de contenerse de mirarla fijamente, los ojos clavados en el escote, los senos abultados de Brittany se hicieron visibles cuando se dio la vuelta.

—Me alegro de que te gusten—dijo Brittany cuando notó la mirada de Santana.

Santana se sonrojó inmediatamente.

—Lo siento. Yo...Yo estoy…

—Dios, Brittany, te ves fabulosa—dijo Rory, salvando a Santana de la vergüenza adicional.

—Gracias, Rory.

—Vine a reclamar mi baile—dijo—La única oportunidad que tuvimos fue la fiesta de graduación y te enfermaste ¿Recuerdas?

—Recuerdo—dijo Brittany mirando hacia Santana.

—Así que ¿eso es un sí?

—Por supuesto. Ven a buscarme—dijo aunque un poco torpe.

Cuando por fin él se alejó, Brittany se volvió hacia Santana.

—Te lo juro, es como si estuviéramos de vuelta en la secundaria y tuviera esa mirada en los ojos nuevamente.

—¿Qué mirada?

—La mirada adolescente de estoy tan cachondo. La primera vez que hablé con él, me dio la sensación de que era gay, simplemente que en el closet. Pero tal vez no. Tal vez…

—Tal vez estuvo encendido por ti todos estos años.

Brittany sonrió.

—Sí, eso sería una locura, ¿no es así?

—Muy loco.

Brittany se acercó.

—¿Quieres bailar conmigo?

—Decidida a dar de que hablar ¿no es así?

—No me importa lo que cualquiera de estas personas digan o piensen, Santana. No son parte de mi vida.

—Y definitivamente no son parte de la mía.

Santana se sorprendió de lo mucho que deseaba ese baile.

Brittany estaba vestida con casi nada.

Pensar que ella estaría en los brazos de Santana después de todos estos años hizo que el corazón de Santana se acelerara aún más.

—De todos los escenarios que imaginé ante la perspectiva de volver a verte, el baile no fue uno de ellos.

Brittany rió.

—Dios, el mío tampoco. Imaginé saludarte con una breve inclinación de cabeza y luego no te hablaría en ningún momento.

El DJ que Sugar había contratado tenía todo preparado y la música comenzó. Prometió que él haría una mezcla de las canciones favoritas y viejitas de cuando estaban en la secundaria.

No obstante, no les advirtió de la recreación del baile de graduación.

—Hola a todos—Sugar saludó desde el micrófono—Permítanme decirles lo agradecida que estoy por la gran concurrencia—se apartó, iniciando los aplausos—Veo muchas caras nuevas por aquí, la de aquellos que no acudieron a la reunión de los diez años. Gracias por venir—dijo dejando caer su mirada sobre Santana—Antes de iniciar una noche divertida de baile y fiesta, permítanme recordarles el almuerzo programado para mañana en la mañana, para aquellos que no tienen que salir temprano. Ahora, como un regalo especial, vamos a volver a nuestra fiesta de graduación. Algunos de ustedes pueden recordar que Brittany Pierce fue elegida como reina de la fiesta, pero se enfermó la noche del baile de graduación.

—Oh Dios mío—susurró Brittany—Voy a matarla.

—Me tuve que conformar con el segundo lugar—dijo Sugar—Y me vi obligada a bailar con Puck—puso los ojos en blanco dramáticamente, haciéndoles reír—Bueno, creo que Brittany necesita pagar su deuda. ¿Qué tal un baile de graduación?

La música empezó y Brittany casi se aferró a Santana cuando Puck hizo su camino hacia ella. Se inclinó galantemente, tendiéndole la mano. Brittany la tomó mirando rápidamente a Santana antes de salir a la pista de baile.

Sugar se unió a Santana en el banquillo, su sonrisa contagiosa.

—Oh, le debía esto—dijo mientras sostenía su cámara y tomaba una foto.

—Brittany odiaba todo sobre la fiesta de graduación—dijo Santana.

—Lo sé. También odiaba todo sobre las porristas.

Sugar aplaudió cuando Puck hizo girar a Brittany a través de la pista, su vestido negro flotando y exponiendo sus delgados y firmes muslos.

El aliento de Santana se detuvo ante tal visión.

Después de quince años, todavía sentía ese deseo que siempre sintió por Brittany.

—Dios mío, ese vestido es un asesino—dijo Sugar—¿Es hermosa, o qué?

—Magnífica—dijo Santana.

La danza llegó a su fin y el alivio se apoderó del rostro de Brittany cuando ella y Puck se acercaron a ellas, los aplausos decayeron cuando otra canción comenzó, lo que llevó a los otros a la pista de baile.

—Sabes que voy a tener que matarte por esto ¿verdad?

Sugar rió.

—Te lo debía—entrelazó su brazo con el de Puck—Y ahora me voy a bailar con mi esposo—miró por encima de Brittany—Palabra de advertencia. Rory viene hacia acá.

Los ojos de Brittany se encontraron con los de Santana y se acercó a ella aún más, causando que nuevamente los latidos de Santana se aceleraran.

—Lo que más deseo es que él me deje en paz.

—Díselo.

—¿Decirle que? Él sabe que soy gay.

Se alejó de Santana cuando Rory se acercó.

—Brittany, ¿puedo tener este baile?

Santana vio la sonrisa obligada de Brittany en su rostro.

—Por supuesto, Rory.

Santana sintió una pequeña punzada de celos cuando vio a Brittany moverse entre los brazos de Rory.

Lo reconoció como el mismo celo que sintió en la secundaria cuando la mamá de Brittany la convenció de que aceptar una cita con Rory. No había nada que pudiera hacer al respecto entonces y nada que pudiera hacer al respecto ahora.

Se apartó de la pista de baile y fue al bar.

A pesar de todas las veces que Brittany mencionó que bailaran juntas, ella realmente no creyó que lo harían. A pesar de la afirmación de Brittany de que no le importaba lo que pensaran los demás, esto seguía siendo Lima, Ohio, un pequeño y conservador.

¿Realmente irían a la pista de baile para bailar juntas, dos supuestas mejores amigas de la secundaria?

Ellas habían mantenido el secreto en ese momento, pero seguramente todos sumarían dos y dos.

El corazón roto de Brittany en la universidad antes de salir del closet, el estatus de Santana de "nunca se casó", las dos siendo inseparables en la secundaria, ambas sin novios.

Y en realidad, ¿había alguna razón para que ellas bailaran?

Brittany estaba involucrada con alguien.

Estaba en una relación.

El hecho de que ellas, de alguna manera hayan reparado su amistad era una cosa. Completamente diferente a caer en los viejos hábitos y coquetear con la atracción que ambas todavía sentían.

Sí, Brittany también lo sentía, ella podía notarlo.

¿Y el vestido?

Buen Dios, era suficiente para llevarla hacia el borde, como Brittany debió haber sabido que haría.

Entonces, ¿qué podría hacer un baile?

¿Qué haría si Brittany se deslizaba entre sus brazos?

¿Le mantendría a una distancia adecuada, tal como una amiga haría?

¿O estaría tentada a empujarla muy cerca de ella, para sentir el cuerpo de Brittany en contra del suyo, aunque fuera por una última vez?

Santana sabía que la respuesta sería la última.




Santana se bebió su copa, agradecida de que la reunión estuviera llegando a su fin.

Tenía que poner un poco de espacio entre ellas. Lo último que necesitaba era volver a Chicago, con la cabeza y el corazón lleno de Brittany Pierce nuevamente.

Tal vez tenía razón de haber temido al encuentro, aunque por razones completamente diferentes.

—¿Te estás ocultando?

Santana se volvió y encontró a Sugar de pie junto a ella, con una mirada interrogante en los ojos.

Santana alzó su vaso vacío.

—Sólo una copa rápida.

Sugar se apoyó en el bar al lado de ella.

—Perdóname por especular, pero estaba viéndote cuando Brittany fue a bailar con Rory. Bueno, primero, estaba viendo a Brittany y ella tenía la misma mirada que solía tener en la secundaria cuando salíamos y Rory pensaba que era una cita. Entonces te miré a ti. Y finalmente me di cuenta.

Santana se volvió hacia ella, sin saber qué decir.

Arqueó las cejas.

—Tú y Brittany estaban realmente saliendo en la secundaria. Tú eras a quien ella llamaba cada vez que necesitaba escapar de Rory. Así que supongo que fuiste tú quien le rompió el corazón en la universidad. Esa fue la razón por la que después de haber sido las mejores amigas en la secundaria, no tuvieron ningún contacto en todos estos años—Sugar golpeó su hombro—¿Estoy en lo cierto?

—Es un poco más complicado que eso, pero sí, tienes razón.

Sugar sonrió ampliamente.

—Lo sabía. Y ahora se encuentran otra vez y las dos están solteras. Tú estás soltera ¿verdad?

—Lo estoy, sí. Brittany no.

—Por supuesto que lo está. Ella siempre ha estado soltera.

Santana sacudió la cabeza.

—No. Ella está en una relación. Lo ha estado durante varios años.

—¿Brittany? No, no lo está.

—Sí. Con la Faith.

—¿Quién? Mira, la vi en Navidad y tenía pavor de venir a la reunión y seguir estando soltera. De hecho, me dijo que debería dispararle y sacarla de su miseria si cumplía cuarenta y seguía estando soltera.

Santana frunció el ceño.

—Pero…

¿Podría ser verdad?

¿Por eso la mención de Faith había sido un shock para la mamá de Brittany?

—¿Entonces por qué me dijo que estaba en una relación?

—No lo sé. Tal vez…

—Hey, ustedes dos.

Las dos se volvieron cuando Brittany se acercó a ellas.

La mente de Santana seguía corriendo y no pudo mirar a los ojos de Brittany.

—Él insistió en dos bailes. Creo que esa fue mi cuota para él—dijo Brittany—¿Qué están haciendo ustedes dos?

—Tan sólo visitando—dijo Sugar—Poniéndonos al día—se alejó—Sin embargo, debo encontrar a mi esposo. Hablamos más tarde.

Brittany se volvió hacia Santana.

—Está actuando raro.

—¿Lo está?

—Tú también.

Santana sonrió.

—Ella lo descubrió.

—¿Qué descubrió?

—Acerca de la secundaria. Nosotras.

—¿Lo hizo?—Brittany se apoyó en contra de la barra y se elevó su mano hacia el camarero—Bueno, me sorprende que le llevara tanto tiempo—miró a Santana—¿Quieres otra?

—Sí, por favor.

—Hola. Yo de nuevo—le dijo al camarero.

—¿Las cosas buenas?

—Sí. Santana ¿qué estás tomando?

—Bourbon.

Brittany sonrió al camarero.

—Dos de las cosas buenas, por favor—cuando se fue a preparar sus bebidas, Brittany dijo—Le di una propina de veinte dólares la noche anterior. Me alegra que me recordara.

—¿Una propina de veinte dólares en Lima, Ohio? ¿Cómo iba a olvidarlo?

—Aquí tienen, damas.

—Gracias—Brittany nuevamente le dio veinte dólares—Quédate con el cambio.

—Disfruten de sus bebidas.

Ellas tomaron sus bebidas en silencio, permaneciendo cerca, sin decir nada.

Santana podía sentir la electricidad entre ellas. Se preguntó si Brittany también la sentía.

—Todavía quiero ese baile—dijo Brittany en voz baja.

Santana asintió.

Sí, ella lo sentía.

—A menos que, desde que Sugar lo descubrió, temas que otros también lo hagan.

—No me importa, Britt—dijo Santana sinceramente—No pienso volver a Lima, Ohio tan pronto. Y sabes, que estas personas, nunca fueron realmente mis amigos.

—No. No eras cercana con nadie ¿verdad?

Santana sacudió la cabeza.

—Llegar tarde, en el noveno grado, todos ya había establecido amistades. Además, tenía un secreto entonces. No quería que nadie se enterara.

Brittany sonrió y se acercó.

—Nunca te dije esto antes, pero solía sentir cuando me mirabas. Algunas veces te descubría mirándome. No era algo que temía. Creo que, en otro nivel, sabía lo que era. Y cuando finalmente tuvimos la oportunidad de estar cerca la una de la otra…

—En la fiesta de la piscina de Becky.

—Sí—rió Brittany—Estaban tratando de emparejarte con Puck. Él pensaba que estabas caliente.

Santana se volvió hacia ella.

—Yo pensaba que tú estabas caliente, Britt.

Se sorprendió por el rubor que iluminó el rostro de Brittany.

—Nunca, nunca, había sentido ningún tipo de chispa con alguien—dijo Brittany—Hasta ese día. Salí de la piscina en mi bikini y me estabas mirando. La mirada en tus ojos... bueno, me dio escalofríos. Supe entonces que me sentía atraída por ti.

Santana la vio, mirándola a los ojos sin pestañear.

—¿Por qué estamos hablando de esto?

—No estoy segura. Tal vez tratando de darle sentido a todo.

¿Sentido a su atracción?

¿O sentido a su ruptura?

Santana decidió que no importaba.

Habían pasado quince años separadas, pero esa antigua atracción seguía ahí.

¿Qué sentido tenía eso?

Y ¿qué pasaba con Faith?

¿Ella existía o no?

Una vez más, en este momento, no importaba.

—Baila conmigo, Britt—dijo Santana su voz tranquila.

No podía ubicar la canción y no tenía idea de si era una favorita o un viejita, pero era lo suficientemente lenta para que bailaran.

La expresión de los ojos de Brittany la dejó sin aliento.

—Me encantaría.

Santana ignoró las miradas curiosas de los demás, bloqueando a todos menos a Brittany.

Cuando la atrajo hacia ella, sintió un ligero temblor en el cuerpo de Brittany.

—¿Nerviosa? ¿O avergonzada?

Brittany sonrió.

—Nunca me sentí avergonzada de estar contigo, Santana. Desde luego, no voy a empezar ahora.

Fue el turno de Santana de temblar cuando los brazos de Brittany rodearon su cuello.

Santana se dejó llevar, acercando a Brittany hacia ella, dejando que los recuerdos de tiempo atrás, se apoderaran de ella.

Sus pies se arrastraban sin rumbo mientras se movían y Santana sintió los latidos acelerados de Brittany contra su pecho. Cerró los ojos, fingiendo, sólo por un segundo, que esta era la manera en que habría sido, si hubieran permanecido juntas.

—Te das cuenta de que somos la pareja más atractiva por aquí—dijo Brittany mientras le susurraba al oído.

—Debe ser el vestido.

Santana se apartó ligeramente, viendo la mirada coqueta en los ojos de Brittany.

Ah, así que quería jugar.

No hay nada malo en coquetear cuando había un salón lleno de gente para mantenerlas a raya.

—Siempre te gustó estar sin sujetador—dijo bajando los ojos a los abultados pechos que estaban expuestos—Solía volverme loca, Britt.

Brittany arqueó una ceja.

—¿Solía?

Santana la apretó con fuerza, aplastando sus senos con los de ella.

—Aún lo hacen—susurró sorprendida por lo audaz que se había vuelto.

Casi tropezó cuando Brittany gimió en su oído.

—Tenemos que parar, Santana—dijo Brittany.

—Tú empezaste, rubia.

—Nunca pude controlarme en tus brazos.

Santana les hizo girar lentamente por la pista, manteniendo apretada a Brittany con sus manos.

—¿Usaste el vestido para mí?

—Sí.

—¿Por qué?

La canción terminó y Brittany se apartó con una sonrisa maliciosa.

—¿Por qué crees?

Brittany tiró de la mano de Santana, llevándola hacia la mesa donde Sugar y Puck estaban sentados.

—Oh, Dios, están descubiertas—dijo Sugar.

—¿Qué quieres decir?

Les tendió la cámara, mostrándoselas.

El aliento de Santana quedó atrapado, viéndose a las dos en los brazos de la otra, sus cuerpos moldeados uno al otro perfectamente.

No había duda de que habían sido amantes.

Sus cuerpos estaban demasiado familiarizados entre ellos.

Brittany se dio la vuelta, encontrando la mirada de Santana.

—Tal vez el baile no fue una buena idea.





Brittany regreso del baño de mujeres, no sin antes haberse detenido al menos cuatro veces, sí, ella y Santana habían estado en un punto de regreso.

Todo eso por un baile.

Sin embargo, un baile que nunca olvidaría.

Dios, ¿qué maravilloso había sido estar en los brazos de Santana nuevamente?

¿Pero cuan loco había sido?

¿Cómo podía sentirse atraída por ella después de todos estos años?

¿Cómo podía haber temido la reunión, temido ver a Santana nuevamente para terminar coqueteando con ella sin pudor?

¿Y por qué Santana le coqueteó en respuesta?

Sin duda, las dos sabían lo peligroso que era.

Hubo un tiempo cuando sólo una mirada entre ellas las enviaba a los brazos de la otra, a la cama, a hacer el amor.

Sólo requerían una mirada.

No habían necesitado decir palabras.

Entonces, ¿por qué había pensado que sería diferente ahora?

¿Debido a que eran más viejas?

¿Debido a que había convertido a Faith en una amante fantasma?

¿Pensaba que podía coquetear con Santana y no pasaría nada porque había una Faith?

¿Qué había hecho?

En efecto.

Ahora estaba avergonzada por la forma en que había actuado, por la manera en que había coqueteado.

¿Qué pensaría Santana de ella?

Se suponía que tenía una amante, pero estaba coqueteando con otra mujer.

¿Acaso Santana dudaría de ella ahora?

¿Pensaría que tal vez era cierto que Brittany la había engañado en la universidad?

Dejó escapar un profundo suspiro y luego evitó a los otros, regresó a la barra en lugar de unirse a ellos.

Era evidente que no podía confiar que actuaría como una adulta en presencia de Santana.

Ella sonrió rápidamente al camarero.

—Que sea doble. Las reuniones de secundaria son brutales.

—Por lo que dices.

Ella le dio la espalda sin querer iniciar la pequeña charla. Él pareció entender la indirecta dejando su bebida en la barra y alejándose.




Pasó las siguientes horas concentrada en dos bebidas, evitando a Santana, evitando a Sugar pero bailando con Puck y finalmente bailó con Rory nuevamente, admitiéndole que sí, ella y Santana habían sido amantes en la secundaria y esa es la verdadera razón por la que no tenía citas con él.

Él dijo que siempre sospechó que había algo entre ella y Santana, pero aun así no lo podía creer, incluso cuando todos sabían que Brittany era gay.

Era una manera loca de ponerle fin a la reunión, lo sabía.

Pero, por suerte, había terminado.

Y mañana, todos se irían por caminos separados.

Ya había decidido saltarse el desayuno-almuerzo. Se iría directo a casa de su mamá y pasaría el día en la piscina.

Santana regresaría a Chicago y eso sería todo.

Se dio la vuelta, sintiendo que Santana la observaba. Por todo lo que había hecho para evitarla, Santana no había hecho absolutamente nada para acercarse a ella.

Pero ahora caminaba hacia ella, sus ojos intensos mientras la miraba.

—¿Quieres compartir un ascensor?

Brittany asintió.

Sería descortés rechazar la oferta.

Caminó junto a Santana, los efectos de su bourbon doble, pasaron factura en ella. Se apoyó contra la pared, esperando el ascensor.

—Has hecho un trabajo muy eficiente evitándome—dijo Santana.

—Sí.

—¿Algo que hice?

Brittany negó con la cabeza.

—No, tú no. Yo.

Las puertas, se abrieron y Brittany entró, nuevamente se apoyó en la pared, mirando Santana.

Santana la miró interrogante.

—Tercer piso—dijo Brittany.

Santana apretó dos botones para la segunda y tercera planta.

—Estoy en el dos—explicó Santana.

—¿Regresas a Chicago temprano?—preguntó Brittany.

Santana sacudió la cabeza.

—En realidad, me quedo en la ciudad toda la semana. Le prometí a la tía Lou que pasaría algún tiempo con ella.

Brittany suspiró.

—Imagínate.

—¿Por qué? ¿A qué hora te vas?

—Me voy a quedar por unos días también. Tina viene desde Louisville el lunes. Vamos a ponernos al día.

Santana dio un paso hacia ella y Brittany se pegó contra la pared. La campana sonó, señalando la llegada al segundo piso.

—Entonces tal vez nos encontremos la una a la otra—dijo Santana en voz baja.

Brittany asintió con la cabeza, incapaz de apartar la mirada de Santana.

—Buenas noches—dijo Santana.

Se volvió para irse, pero se detuvo, mirando a Brittany, bajando los ojos a los labios de Brittany.

Inconscientemente, Brittany los humedeció, esperando.

Estaba respirando rápidamente, lo sabía, cuando Santana bajó la cabeza. Para su vergüenza, gimió antes de que los labios de Santana tocaran los suyos.

El beso había sido muy ligero, pero suficiente para evocar recuerdos deliciosos y dejar a Brittany con ganas de más.

Sus ojos debieron haber dicho mucho, porque la boca de Santana se encontró con la de ella nuevamente, esta vez con mayor intensidad, sus silenciosos gemidos resonaron en el ascensor vacío.

Las manos de Brittany agarraron la cintura de Santana, abrazándola mientras el beso se hacía más profundo. Sintió que sus piernas se debilitaron cuando la lengua de Santana rozó su labio inferior antes de alejarse.

Entonces se fue, alejándose antes de que Brittany pudiera hacer el ridículo de sí misma y le rogara a Santana por más.

Rogarle por mucho, mucho más.

Las puertas se cerraron, dejando a Brittany apoyada contra la pared, tocando sus labios con los dedos, donde solo unos segundos antes la boca de Santana había estado.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D