*FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 77- Cuenta regresiva- Parte 2-*Nuevo*

¡A todas las unidades de lectoras (?) tengo cosas para comunicarles...!

... primero que nada: deseo que toda persona que lea esto se encuentre muy bien en su vida en general, y que aun no genere en su corazón la decepción y el odio hacia esta ausente autora que les está hablando. No me importa ya si son dos o treinta las que estan, pero a todas y cada una solo les tengo mis siempre sinceras disculpas.

Dejando de lado la formalidad: ¡Qué vació que siento que está este foro!
No sé, supongo que se debe sobretodo a la ausencia de Glee hasta enero... (*lloro internamente*) Pero bueno, la vida continua, el tiempo sigue pasando. Creo que la ultima vez que actualice todavia no terminaba la quinta temporada. Es más: creo que ni siquiera habian dado el bendito y hermoso capitulo "100"... es decir que hubo Brittana de nuevo en Glee (...Y UN ENVIDIABLE, INSUPERABLE E INOLVIDABLE, BESO) antes que en este fic    Y bueno en ese tiempo creo que Naya seguia comprometida y Dianna seguramente tenia dos o tres multas de transito menos :D (AY! las adoro incondicionalmente hagan lo que hagan)

Tengo ganas de escribir hoy. Estamos en julio, tiempo de mini vaciaciones, de mundial de futbol, y tiempo en que A Punto Cero cumple dos años. Tengo cosas cada vez más claras para el futuro de esta historia, y tambien para su pasado...

Aprovecho este momento para anunciarles que hace un tiempo empece a re-editar este fic y a publicarlo en el conocido sitio Fanfiction.net.

https://www.fanfiction.net/s/10363074/1/A-punto-cero

Se los cuento porque:

1)Fue una sugerencia que me pareció buena, una oportunidad que no había tomado en cuenta.

2)Quizas... (En verdad pasó y me pareció divertido) se lo encuentren en algun momento y crean que se han aprovechado para publicarlo sin mi permiso. No es asi :) Soy la misma en los dos sitios.

3)Es una invitación- sin intención de obligar a nadie a leer o comentar si no quiere- a revivir la historia.

4)Hablando desde lo personal: me ha ayudado muchísimo, no solo para refrescar mi memoria, sino tambien porque estoy aprendiendo que hace dos años tenia la capacidad de explicar cosas sin complicarme tanto.

5) La historia es la misma, solo que en una versión un poquito más "madura" en cuanto a narracion, gramatica, y eso. Hace dos años no sabia todo lo que hoy sé y-gracias a Dios-  sigo aprendiendo. (De todas formas, lo original nunca lo voy a borrar de este foro, simplemente porque son "mis inicios" y no me avergüenzan jaja)

6)Probablemente van a haber tramas tratadas mejor, o explicadas de otra forma, y capítulos que van a ser resumidos. Esto me lleva a confesar que han habido momentos en que he actualizado de un modo impulsivo y he tomado decisiones que- hoy por hoy- me parecen bruscas y no me han convencido. Así también, me he dejado llevar en mas de una oportunidad... Lo que pasa es que soy humana...

7) No sé cómo responder aun, pero a quien cuente o adelante en reviews cosas que ya saben que estan por venir... No es por nada pero... Soy capaz de averiguar dónde vive   .

8) La otra pagina tiene algunas herramientas para facilitar la lectura que este bello foro no posee.

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Volviendo a lo que sé que más interesa  que es A punto Cero, hoy (o eso me esmero en creer perdiendo totalmente la humildad cada vez que lo digo).  
...Hay noticias:
Tengo un capitulo listo. Lo mantengo alejado de mi vista para dejar de re-editarlo como una maniatica, y para poder concentrarme en terminar otro más. Arriba les hable un poco de lo que pasa cuando subo cosas impulsivamente, asi que a partir de ahora prefiero contar con uno o  dos capítulos de respaldo. Espero que no les moleste esa decisión.  

[¡Alerta, Spoilers!

"What I needed "
- La tercera parte es uno de esos capítulos en que hay más pensamiento que accion, pero me parece necesario.
-Cuenta con cuatro partes en total. Todo va a seguir en el curso de un solo dia hasta llegar a la noche, aunque sé que parece que el tiempo no avanza.
-Habra una ultima gran discucion entre Quinn y Rachel.
- En la familia de amigos tenderán a terminar enojados todos contra todos.
-Llegará una persona para ser un sospechoso refuerzo para Quinn.
-Iker continuara en estado critico.
- https://www.youtube.com/watch?v=BcagWH-E6RI    <- esta es la cancion a la que se refiere el titulo   


Es casi seguro que, después de las cuatro partes, venga un capitulo que se llame:
"PUNTO DE QUIEBRE".  
- Un personaje se rendirá y otro llegará a su limite.
-Este capitulo se concentra en la noche después de todo ese tormentoso dia.
-Santana y Quinn se enfrentan nuevamente.
-A su vez, Brittany toma una decisión final.
-Hay una ruptura definitiva en una relación.

Ya comenté alguna vez que quien hacer un capitulo llamado "Cuenta Regresiva" que se basa en el dia de fin de año...
- Estoy debatiéndome en si hago, o no, dos versiones de esto.  
-Aunque sé que no les caen mucho, el capitulo retomara la trama de Klaine, quienes ya estaran de vuelta de su luna de miel.
-Puede tener cierta similitud al cap "Distorciones" (el cap de navidad) pues iría basándose en flashbacks pasados. Puntualmente, pienso en los distintos festejos de año nuevo que tuvo Blaine en los últimos años...
-En el otro extremo, las cosas están bastante tensas entre los integrantes de la familia de amigos, pero eso no quita que tengan expectativas por el nuevo año que se aproxima.

Bueno aun tengo mucho por hacer asi es que me da algo de penita adelantar más. He dejado de preocuparme por la cantidad de capítulos la verdad, simplemente quiero disfrutar escribiendo la historia que he podido construir. Se que todo ha sonado dramático, pero, como en la vida misma, siempre hay momentos de humor; a veces cuando menos uno puede esperarlo.  No duden que despues de la tormenta tiene que salir el sol, es lo que yo tambien pienso pese a que esa frase me parece un poco... ¿Cursi?

En fin, lectoras, por el momento eso ha sido todo. Ya es tarde y tendría que estar estudiando, jeje. Gracias, solamente gracias, a quien se haya tomado el trabajo de leer. Me comprometo a que la proxima vez que aparezca será solo para actualizar. ¡Hasta entonces!

Paz

Nunca es fácil dar una definición precisa cuando tenemos que hablar de necesidades. Podríamos empezar diciendo que, esencialmente, la necesidad es aquello que impide que nos marchitemos de inmediato. No, no es una exageración. Dejen a una manada de elefantes sin agua por un tiempo, son capaces de caminar cientos de kilómetros con tal de conseguirla; o simplemente pongan a un retoño entre las sombras, en una carrera a contra reloj encontrará la forma de escabullirse para ser bendecido con la luz del sol.
No hay diferencias en eso: la necesidad es aquella sensación irreprimible que nos obliga a movernos y esforzarnos para obtener lo que queremos. Aunque haya que cambiar en el camino o virar de la dirección original, aunque haya que dejar el hábitat natural, aunque nos arriesguemos a no volver… Todo vale cuando la meta es sobrevivir.

Pero... ¿Qué pasa cuando notas que cuentas con lo que creías indispensable? Dicen que solo cuando los cimientos de la casa parecen estar bien colocados, es hora de continuar con la construcción. Y dicen que así mismo ocurre con las necesidades.

También dicen que de pan no solo vive el hombre, y eso es bastante cierto: las personas aprendimos a no conformarnos solo con lo que el cuerpo necesita para funcionar. El problema con eso es que algunos llegan a pasarse de la raya, tanto así que parece que nunca estarán satisfechos. Otros, en cambio, reprimen hasta los más simples impulsos al punto de dejar de lado cuestiones importantes. Tal vez lo hacen sin querer dañar a nadie, pero llegar a los extremos de la escasez o la abundancia trae consecuencias capaces de hacer que todo se te vaya de las manos, como un terremoto que sacude y hace tambalear los edificios que parecían sólidos.

¿Cuál es el límite en todo esto...?
¿De qué modo dejas de creer que te falta algo, o alguien, y a la vez dejas de sentirte incompleta?
¿Puedes hacer más?
¿Puedes ir más alto aun?
¿Puedes sobrevivir a una caída desde donde estas?
¿Cuándo será suficiente?
¿Cuánto más estas dispuesta a soportar...?


Santana se va.

Su mente se nubla, le cuesta respirar.

Tropieza con un escalón, se aferra a la barandilla, vuelve a pararse, y sigue adelante. Percibe aun la fuerza con la que Finn intentó retenerla por la muñeca para que explique lo que estaba pasando. Notó cómo Brittany detuvo su marcha hacia la salida cuando le gritó en forma clara al vendedor que ella ‘¡No tenía por qué darle explicaciones, ni soportar los impulsos de nadie más!’

No midió ni le importó el tono en el que lo dijo, pero espera haber producido algo en la holandesa. Santana gritó eso cuando en su mente rondaba el recuerdo de ese beso inexplicable de hace... ¿Cuánto? ¿Semanas? ¿Meses? Quizás quería que hablaran de ello con Brittany... Tal vez pensaron lo mismo. Quizás es mejor que nadie lo sepa.

…Quizás lo mejor es olvidarse de todo.


Por fin llega al área de pediatría.

Descansa apoyándose contra una pared durante varios segundos y hace un intenso esfuerzo por ordenar sus ideas sin tener que recordar nada de lo ocurrido. Siente un vacío enorme en el estómago cuando se concentra en una enfermera que pasa a su lado llevando a un niño en silla de ruedas. Es pequeño, luce demacrado, parece que caerá derrotado para nunca más levantarse, pero aun es capaz de regalarle una humilde sonrisa. La vida, sin duda alguna, continúa como si nada, aun en la peor de las situaciones y en los más exasperantes dramas. Santana se enternece y se angustia. Sus miradas se conectan y ella le devuelve el gesto con remordimiento.

“-¿Por qué a seres inocentes...? ¿Por qué no mejor gente rubia que no sabe valorar nada…?”

Ahora le parece una tiranía pensar que está viviendo un tormento y que será incapaz de continuar. He allí a un niño que no la conoce, que quizás jamás volverá a verla, y que- aun así- usa sus preciados segundos de vida para sonreírle.  Se siente más despierta debido a ese golpe de realidad pero le abruma que un ser así le sonría, sin juzgarla, sin importarle que a ella le estén dejando de importar los demás...

No. Allí no debe -ni puede- dejar todas sus críticas hacia lo que no comprende de la vida y de la humanidad.

Le parece que el destino la pone a prueba cuando avanza para ir por su hija: Rachel sostiene a Zoe y mira a su alrededor con bastante añoranza. Se ve más tranquila, seguramente recibió buenas noticias respecto a su hijo enfermo. Lamentablemente. Santana tendrá que perturbar esa armónica escena cuando vaya a quitarle a Zoe de las manos… Porque tienen que marcharse.

Quedarse sería como una forma de autodestruirse. La morena no podrá desquitarse ni quejarse (aun en su estado de confusión siente y está casi convencida de que es de las que menos tiene derecho a queja) Le parece injusto, pero se conoce lo suficiente. Podría consumirse en ira y terminar gritándole a Rachel que está casada con una hija de puta como Quinn (Que Dios la perdone pero es lo único con lo que la puede describir hasta que logré pensar más en frío) Y lo más seguro es que la judía no la comprenda y se quede de lado de su mujer…

No quería victimizarse, no deseaba tener nada en común con aquella abogada, pero Santana empezaba a aceptar las reglas: sea como sea, era ella la que iba perder en eso.

-Hasta que vuelves, mujer. Se está quedando dormida... –Explica Rachel. Santana asiente y deja la silla portátil de Zoe sobre un asiento. -¿Has podido comunicarte con tu mejor amiga...? Porque a mi no me atiende las llamadas y...
-Tenemos que irnos. – Corta Santana, como si ya nada le importase.

No hay tiempo de explicarle a Rachel que ella aún tiene en su poder el teléfono de la rubia más trastornada en toda la galaxia. La latina tendría que quitárselo de encima, pero prefiere quedárselo: ese celular puede serle útil. Aquella mujer lo tiró a la basura para que nadie la contactara y Santana en esos momentos no contaba con ningún móvil para comunicarse hasta que pudiera cargar la batería del suyo. Pero… ¿Cómo lo cargará si en su casa no habrá electricidad hasta que pague los dos meses que adeuda…? ¿Y con quién podría comunicarse, a fin de cuentas? No deseaba hablar con ninguno de sus conocidos (que eran muy pocos, la mayoría de ellos tal vez aun circulaba en los alrededores de esa clínica) En realidad, no quería hablar. Solo le gustaría mantenerse informada respecto a Iker (tal parece que ella se preocupa más por él que la propia madre rubia del niño). Pero eso significaría que tendría que volver a hablar con Rachel y ésta podría pedir explicaciones e insistir en saber dónde se encuentra. ¡Y Santana no sabe a dónde demonios irá…!

Solo desea hallar un sitio en donde logre tranquilizarse. No ira a casa. Quiere irse lejos, quiere que la trague la tierra. Quiere que todo pare y, a la vez, no sabe qué quiere. Todo es, de pronto, terriblemente confuso y angustiante. Santana no sabe cómo continuara, ni lo que hará, ni a dónde irá, o si podrá tranquilizarse, y eso empieza a asustarla. De verdad teme de sus próximas decisiones y acciones. Intuye que conforme continúe así, su fuerza podría quebrantarse por completo. Así que prefiere guardar el móvil, también, por si eso ultimo ocurre...  

La judía se muestra sorprendida frente a Santana en tanto le entrega a la bebé pero, al cabo de un instante, empieza a resistirse:

- No. No pueden irse ustedes también. ¿Qué es lo que sucede? –La morena aprieta los dientes y mira con furia a Rachel.

En el cuerpo de Santana hay una batalla entre un ser egoístamente cruel y otro que entiende de piedad. Piensa en el ángel y el demonio de las caricaturas que se posan sobre el hombro de alguien susurrándole lo que debería hacer. En ella es diferente, no tan sencillo. Aquí los seres saben que es correcto decir la verdad pero, a veces, esta duele al punto en que llega a herir. Uno quiere gritarla, arrasar con lo que haya a su paso sin medir las consecuencias, ser tan injusto y duro como parece que lo es todo el mundo con Santana; el ser bueno quiere impedirlo, pero empieza a confundirlo el hecho de que- de vez en cuando- es mejor no decir todo por el bien de los demás y de uno mismo.

‘El ángel’ quiere mentir; ‘el demonio’, expresar la verdad...Y el dilema se presenta: ¿El bien necesariamente significa hacer lo correcto?

Puede ser directa y enfrentar los daños que causará su dura honestidad como lo ha hecho en tantas otras ocasiones, o puede protegerse tras la mentira corriendo el riesgo de fallarle a sus convicciones.

¿Hasta qué punto una mentira puede ser mejor que la verdad? ¿Por qué le tienen que importar cosas tan triviales en momentos así...?

Sabe que no decir todo lo que piensa en ese instante le ahorraría otra amargura a Rachel, pues ya suficiente tiene con su hijo enfermo, su crisis matrimonial, y un sujeto que fotografío su escapada con su compañero de trabajo y que ahora busca demandarla por daños y perjuicios. Pero Santana entiende también que el tiempo de vida de la mentira es corto, y que duele tanto o más que la verdad. Así, pues, mentir seria en vano. Ahora más que nunca se cuida de no darle razones para que la llamen hipócrita...

Y piensa sin poder evitarlo:

-¡Qué imbecil que es Quinn! Si no le conté lo de la escapada de Rachel fue porque esta misma judía cabeza hueca me aseguró que se encargaría de explicárselo (¡Maldita Rachel, no tendría que tenerte compasión!) No debí creerles. Nuevamente haber confiado en la palabra de alguien es la peor decisión que pude tomar... ¡Yo soy la maldita imbécil!

-No podemos quedarnos. – Dijo de forma vaga luego de un interminable y agotador segundo de meditación.
-Disculpa pero no entiendo...
-No se trata de que entiendas, no estoy pidiéndote permiso. –Rachel suspira con molesto capricho y se cruza de brazos en tanto las observa.

Algo ha cambiado en Santana. Lo presiente. Casi lo siente pues distingue la tensión que ella intenta ocultar tras sus imperturbablemente serias facciones. Rachel aun intenta no molestarse por la ida de Finn: le cuesta bastante terminar de aceptar que la decisión del castaño de estar con su madre es correcta y más importante que estar con ella y con Iker; pero no cree que pueda comprender también los motivos que están impulsando a Santana para marcharse, menos aun si ésta no quiere explicárselos. ¿Por qué se empeñaron tanto en estar allí si, a final de cuentas, iban a irse de repente…?

De pronto, la judía cree que tiene derecho a saberlo pues su situación le da ciertas ventajas. Hará lo posible por enterarse de lo que ocurre, luego juzgara si las razones para marcharse de la latina son validas o no.  

Comienza a tantear terreno:

-Ya se lo que está pasando aquí... –Murmura con falsa ofensa. Santana sonríe de forma despreciativa de espaldas a ella.
-¿De verdad...? Wow, Berry, no paras de sorprenderme: tu sagacidad es más grande que tu nariz.
- Aish... Esto es tan típico de ti en momentos como estos. – La latina la mira de reojo y traga saliva. -¿Te comportas así a propósito porque en estos instantes todas las cosas giran alrededor nuestro, verdad? Eso es bajo hasta para ti. –Santana se voltea a verla parpadeando rápido.
-¿Disculpa...?-Pregunta levantando una ceja con incredulidad.
-¿Es mi imaginación o solo quieres llamar la atención haciendo una salida dramática....?
-¡Ah, vaya! Ahora resulta que quiero llamar la atención. –La morena aplaude con ironía, no sabe si reír o abofetear a Rachel también. Piensa en Iker con un tubo que le llega hasta la garganta y decide dejarlo pasar. – Gracias por aclararlo. Ahora entiendo la imagen que doy. Créeme que has resuelto todos mis conflictos emocionales. – Seguidamente, prefiere concentrarse en ponerle el gorrito a su pequeña hija.
-No vengas con sarcasmo. –Rachel empieza a impacientarse y la toma por el brazo para que se gire a verla otra vez. – Quiero saber por qué quieres irte, porque tienes que tener una razón. ¿Qué no entiendes que tengo muchas cosas por las que preocuparme...?
-Pues resulta que yo no. Estoy viviendo unas maravillosas vacaciones, todo es color de rosa en mi vida y me está quedando bastante claro que solo tengo que preocuparme por mí y mandar directa y concisamente a la mierda a todos los imbéciles que elegí como amigos. – Rachel, en el desconcierto absoluto, mantiene la boca abierta. Santana toma la silla de Zoe, se acomoda el bolso en el hombro, y deja a la actriz viendo cómo se alejan apresuradamente.
-¿A donde crees que vas? –La morena escucha que Rachel la sigue, pero no quiere mirar atrás. -¡¿Así pagas todo lo que he hecho por ti...?!

Santana frenó en seco mientras las palabras de la actriz aún resuenan en el aire. No debería sorprenderse por esas reacciones de parte de Rachel… pero se sorprende. Y se siente decepcionada de casi todo en general, como si no hubiera nada más por lo que volver a creer.
Deja la silla portátil sobre otro asiento. Respira tan profundo como puede ya que la ira se está apoderando nuevamente de ella y lucha por no perder el control porque esta vez realmente no podrá parar. Cierra los ojos y retiene un pequeño sollozo, empieza a desesperarse.

-Yo no te pedí nada. No puedes obligarme a permanecer en un sitio en el que no quiero estar, ni siquiera puedo ayudarte...
-Pero... –La judía la mira con confusión y tristeza. – N-no me interesa que me ayudes, simplemente no quiero quedarme sola...
-¡Maldición, Rachel! ¡Todos estamos solos! –Exclama Santana mientras levanta los brazos y se los lleva a la cabeza con consternación.

La castaña se inclina hacia atrás viéndola con tal sorpresa que hasta parece temor. La morena supone que Rachel es una más de las que cree que sus reacciones son agresivas... Y quizás sea cierto: ella tarde o temprano podría terminar agrediéndolos de algún modo.  

–...Y ¿Sabes qué...? –Pregunta sintiendo que se derrumbará, no sabe cómo logra que le salga la voz y no las lágrimas. - A veces es lo mejor. Estar solos y sin causarle problemas al mundo. Terminas volviéndote fuerte y no necesitando a nadie.                      
-Créeme que me apena oírte así, pero mi cabeza explotará si le agrego algo más. Si no quieres quedarte… está bien que te vayas.
-Perfecto. - Santana traga saliva con dificultad, fue más fácil y doloroso de lo que pensaba. - Es justo lo que haré.

Empieza su marcha tras tomar la silla de Zoe con su mano derecha. La izquierda aun le arde tras la bofetada que le dio a “ella”. No va a pensar en eso, no ahora. Por supuesto, repetirlo solo le hace recordar todo una y otra vez. No se está mintiendo a si misma, se contiene, debe soportar hasta la salida y de ahí en más meditará respecto a lo que puede hacer.

-Santana, aguarda... – Rachel titubea un segundo y opta por salir tras ella nuevamente. –Lo siento, de verdad, lo que dije antes fue... – Se cubre los ojos con una mano y agacha la cabeza soltando un suspiro.-…fue una estupidez. Es que estas muy enojada, lo sé, puedo sentirlo. En verdad me duele que te vayas pero... necesito que me respondas si algo de todo esto tiene que ver con Quinn.

La morena no entiende cómo lo supo. Debería terminar de aceptar que la mujer frente a ella es en verdad una persona muy intuitiva. Se gira apenas y asiente de un modo casi imperceptible. La actriz se apoya contra una pared, en verdad estaba muy cansada.

-¿Dónde está? ¿Qué fue lo que hizo...?
-Es mejor que se lo preguntes a ella... si es que viene y tiene el valor de decírtelo.

Santana se acobarda a último momento. Si se detiene a tratar de comprender o explicar algo de todo lo que pasó con la abogada, terminara chocándose con las personas que dejó en la planta baja de la clínica y que en cualquier momento pueden aparecer allí.

-Y tú... ¿Vendrás de nuevo?  
-No lo creo...

Los recuerdos fortuitos llevan a Santana a la mañana en que limpiaban junto a Iker, cuando se fueron por unos días lejos de New York. El niño le confesó que los quería a ella y a Axel, y le pidió que nunca se separen de él. Ahora ese pequeño luchaba por volver a respirar, sin saber que todo lo que conocía del exterior estaba transformándose. No tiene la culpa, no merece sufrir otra decepción... Santana lo entiende ya que ella tampoco quiere sufrir más; y la verdad es que, si se va, se arriesga a perder el poco afecto que recibe de parte de los judíos.

-Tal vez. –Corrige relamiéndose los labios. –Pero supongo que será por la noche porque… hay algunos asuntos que necesito resolver.
-¿Lo prometes...? -Rachel la mira con ansiedad, en verdad no le agrada nada que Santana se vaya pues ha sido su único apoyo estable.
-No. No hago promesas. Pero Rachel, escúchame bien. – Comenta girándose a verla con seriedad. - Se acercan horas difíciles.
Inevitablemente, la castaña suelta una risita bastante irónica.
-San: todo este tiempo han sido horas difíciles. Siento que hace meses que estamos en el mismo momento sin poder avanzar en nada.
-Tú solo preocúpate por Iker. Que todo lo demás te importe un carajo, salvo por él y su bienestar. Eres su madre y te necesita ahora más que nunca. Puedes hacerlo sola. –Santana mira a su alrededor un momento y empieza a pensar más claro, como si algo en sus palabras hubiera logrado despejar un poco la nebulosidad en su mente.
-¿Estarás bien…? – Pregunta Rachel con la voz tomada por el nerviosismo. La morena asiente solo una vez, con firmeza.
-Las cosas no se van a quedar así, Berry. -Dice mientras su mirada se ensombrece y demuestra que está planeando algo. –Pronto todo esto va a terminar. - Comenta con dolor y apretando la mandíbula. - Me aseguraré de ello.    

-¿Familiares de Iker Fabray…? –Un doctor sale desde el pasillo de terapia intensiva.

El par de amigas sigue contemplándose de manera fija hasta que la castaña parece comprender lo que su amiga latina quiso decirle. Se ponen más serias que de costumbre, como si debieran aparentar que no ocurrió nada de carácter trascendental en esos escasos minutos. Emprenden su camino por separado. No se despiden. Tienen poder en las manos y mucho fuego en el pecho, aunque no lo demuestren. Ante ojos ajenos, cada una simplemente se gira sin mirar atrás y parten en distintas direcciones con cierto apuro de llegar a un destino.



El doctor tomó a Rachel sutilmente por la espalda y avanzaron a paso rápido hacia la habitación al final del pasillo.

-¿Podré verlo?
-Si. Pero debo advertirle que en estos momentos a Iker se le está extrayendo el tubo. No podrá hablar, y posiblemente continúe con calmantes pues de lo contrario sentirá dolor. Sería favorable que empiece a respirar por su cuenta.
-¿Favorable…?
-Es un decir. Mire, no voy a mentirle… –El hombre se detuvo y suspiro de forma leve. -El estado de su hijo sigue siendo delicado. El problema de los sonidos que oímos persiste pues, como le explique hace un rato, tiene líquido sin drenar en los pulmones. Si eso no mejora y los corticoides no surten efecto, es posible que volvamos a conectarlo.
-Entiendo.

Al cabo de unos segundos, una enfermera abrió la puerta de la habitación.

-Ya se ha retirado el tubo, doctor Mayer. – Dice.

El medico mira con cierta complicidad a Rachel, quien sin querer deja que su mirada se ilumine un poco por la esperanza y la ilusión. No obstante, empieza a sentir verdadero temor de que todo el asunto de estar sin aire por un tiempo indeterminado haya dejado secuelas graves en Iker. Se muerde los labios suplicándole a Dios que le dé una nueva oportunidad a su hijo. Eso es lo que necesitan: otra oportunidad.

Al entrar, de forma temerosa, la castaña contempló al niño rodeado de profesionales de la salud. Ya no se veía tan pálido. Ahora el castaño poseía una cánula nasal que tenía el fin de proporcionarle oxígeno. El doctor se colocó el estetoscopio en los oídos y empezó a examinarlo. El silencio y la espera se volvieron abrumadores. Rachel se llevó una mano al pecho en donde su corazón latía alarmado.  

-¿Respira…? –Preguntó con voz temblorosa. El medico colocó el estetoscopio alrededor de su cuello, anotó unos datos, y se volteó a verla.
-De forma débil… pero sí. Está comenzando a respirar de nuevo. –Respondió. –Le daremos unos minutos para que esté a solas con él.

La castaña no se movió ni dijo nada hasta que la habitación quedó totalmente desconcentrada. Una vez que quedó a solas con su hijo, la mujer cerró los ojos con fuerza, se mordió los labios e inspiró con fuerza sintiendo una inmensa e indescriptible mezcla de emociones. Por su parte, Iker empezó a negar muy sutilmente con la cabeza y a hacer leves expresiones de dolor. Las lágrimas inevitablemente brotaron de los ojos de Rachel, que avanzó hasta arrodillarse junto a la cama. Quería abrazarlo con todas sus fuerzas y gritar, pero se contuvo.

-No temas, cariño, tranquilo. –Musitó sintiendo que se le comprimía el pecho, se sentía pequeña e impotente. – Mami está contigo ¿Me oyes…? Siempre voy a estar aquí. –Iker se quedó quieto y en sus pequeños ojos empezaron a acumularse unas lágrimas brillantes, casi imperceptibles. –No, no, no llores… -La castaña se paró inmediatamente sin parar de sollozar para acariciarle el cabello a su hijo. -Todo estará bien, vas a estar bien. Te lo juro.- Al observarlo sonrió con gran melancolía, como si fuera la primera vez en que lo veía llorar.


-Felicidades, ya eres mamá. –Dijo la enfermera con una sonrisilla mientras acomodaba al recién nacido sobre el pecho de Rachel.

La castaña pudo sentir el calor y la humedad de aquel pequeño cuerpo sobre ella. Estaba exhausta, adolorida a más no poder, pero se esmeraba en creer que eso era un sueño hecho realidad. Al verlo comprobó que el amor a primera vista realmente existía. Y segundos antes, cuando lo escuchó llorar por primera vez y dar sus primeras exhalaciones, supo que era la persona más afortunada en el universo.

-No llores, no llores… aquí estoy, bebé. Oh, Dios, es hermoso, es… -Lo único que Rachel pudo sentir fue un sorpresivo beso en los labios, tan intenso que casi se queda sin aliento. Quinn la miró directo a los ojos, con adoración, y apoyó su frente con la de la castaña.
-Gracias, Rach, gracias… –Susurró totalmente emocionada. –  No sabes cuánto te amo en este momento.
-Y yo a ti…
-Soy la persona más feliz en este planeta.
-Yo también.

Ambas sonrieron y se concentraron en su pequeño hijo, que se movía buscando instintivamente algo que succionar. La actriz notó que la barbilla de su esposa temblaba, había euforia en sus ojos pero también algo que le alarmó de inmediato:

-¿Estas asustada…?
-Sé que no debería. – Musitó Quinn con la mirada gacha. –Pero podremos hacerlo. –Suspiró. -Somos una verdadera familia, Rach…
-Somos tu familia, Q… Lo logramos.
-Lo lograste. –La abogada dejó caer una lágrima y le dio un tierno beso en la frente. –Los amo. Son y siempre serán lo mejor que tengo en mi vida. –Agregaba acomodándose en el borde de la cama, junto a su esposa. –Y siempre voy a cuidarlos. –Afirmó ya más para sí. –No cometeré los mismos errores que mis padres: seremos felices de verdad, nunca voy a dejarlos solos.
-¿Eso es una promesa…? –Rachel la miró con seriedad. La rubia sonrió esforzándose sinceramente en mostrarse tranquila.
-Es un juramento.

-Y una vez más fallaste, Quinn...
-Rachel… -El medico la llamó desde la puerta en voz baja. –Lo siento mucho pero el tiempo acabó, el paciente debe estar tranquilo.

La actriz apretó los puños antes de secarse las lágrimas al pasar su manga por sus ojos. Miró a su hijo que volvería a quedarse solo. A pesar de todo volvía a respirar, no se rendía. Y entonces Rachel comprendió de pronto que un día ese niño seguiría adelante sin ella, al igual que lo estaba haciendo en esos momentos en que Quinn no estaba presente. No había dudas: la vida continuaba. Se sintió muy triste por eso pero, mientras salía hacia el pasillo, se convencía de que tal vez era lo mejor.  

-Trate de no preocuparse demasiado. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que Iker se recupere completamente y la mantendremos informada. –Rachel asintió y miró a su hijo desde la ventana.
-Gracias… -Murmuró sin ver al médico a la cara. –De verdad, muchas gracias por lo que han hecho hasta ahora.
-Es nuestro deber. –El doctor Mayer sonrió apenas. – Y si usted necesita algo, recuerde que estamos a su disposición. Ahora, si me disculpa, tengo que ir a revisar los resultados de los estudios que le hicimos a Iker.

Luego de decir eso, el hombre empezó a caminar por el pasillo para salir del área de terapia intensiva. Rachel lo contempló comprendiendo que volvería a quedarse sola. Era abrumador saber que no había nadie en la sala de espera que pudiera acompañarla.

Sin embargo, lo único que deseaba era que Quinn apareciera y, con cada segundo de ausencia, la castaña temía que la rubia no volvería. Entendía que se sentía culpable y que estaba enojada con ella por todo el asunto de Ryan pero… ¿Acaso estar con su hijo no era más importante que todo eso?

La judía inspiró profundo mientras la indignación fluía libremente por sus venas. Estaba harta de que Quinn huyera. Estaba harta de sus reclamos y su inmadurez para enfrentar los problemas. Estaba harta de necesitar su presencia mientras la rubia se preocupara más por ella misma que por cumplir su juramento. Eso tenía que acabar. Pensó en todo lo que le dijo Santana, y confió en su propia fuerza: Quinn debería atenerse a las consecuencias.

-¡Doctor Mayer! –La actriz se apuró en llamar al médico que se volteó a verla un tanto alarmado. A cada paso que Rachel daba para acercarse a aquel hombre, se iba convenciendo más de lo que iba a hacer.

Desde el mismo momento en que los humanos empiezan a respirar, inicia un viaje cuesta arriba en el que no paras hasta que te hacen parar.

-¿Qué sucede…?
-Tengo que pedirle un favor…

Y en el camino inevitablemente te relacionaras con otros que están emprendiendo su propia búsqueda. Algunos intentaran estar a tu lado para subir los escalones, o te darán una guía si te pierdes: allí puede estar la familia, los amigos, los maestros, los amores...

-Dígame.
-Se trata de mi esposa, y el ataque que tuvo contra usted…–La castaña se relamió los labios y endureció su mirada. El medico la miró algo confundido. –En caso de que vuelva, me parecería adecuado que no le permita ver a Iker.
-¿Disculpe…?
-Lo que oyó: Puede prohibirle acercarse a mi hijo hasta el momento en que se disculpe por su actitud y se haga cargo de sus acciones.

Pero habrá momentos en los que estarás solo porque no todos podrán ayudarte (o estarán dispuestos a hacerlo) y es cierto que no siempre los querrás a tu lado. La media naranja, tu alma gemela, tu complemento... A veces no estará allí.

-No sé si eso sea posible, ella es la madre del niño también y…
-Ya vio el estado nervioso en el que estaba, incluso atentó contra usted. No ha vuelto en varias horas, puede que no se haya calmado y si es así, estoy segura de que armará otro escándalo. - El doctor se cruzó de brazos empezando a comprender los argumentos de la madre de su paciente. -Creo que eso es lo que menos necesitamos Iker y yo en estos momentos. Ella se fue. Si en verdad le importásemos tanto, estaría aquí ahora. La conozco y creo que esto puede hacerla reaccionar. Créame, es por el bien de todos. Ayúdeme a darle una lección.

Dicen que nadie es imprescindible pero ¡Cómo duele a veces tan solo oír esa realidad! Asumirlo no es sencillo. De por si no es fácil aceptar que llegamos solos a este mundo y así tenemos que irnos. Las personas vivimos en la constante lucha de alejarnos de una soledad a la que estamos destinados. Nos ilusionamos con lo que existe entre el principio y el fin del cuento llamado vida, aun que a veces lo que menos hacemos por creer en esto es vivir. La realidad es que llegarán momentos en los que descubras lo necesario que era algo…

-Veré qué puedo hacer. –Dijo el médico, y Rachel sonrió para sí.

… Por ejemplo, justo cuando no veas la forma de tenerlo otra vez.