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[Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
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monica.santander
micky morales
3:)
23l1
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
Santana es un asco se acosto y recosto con Britt para luego decirle que solo es sexo. pero entonces por que se desvivia por ella, espero estar escribiendo por desconocer el fondo de la historia. Britt tiene mente abierta y por lo menos aca ha tenido instinto para captar las cosas que demuestran que san no es humana. Lo que no me gusta es que probablemente esten observando a la enana para hacerla vampiro tambien, porque sacarle toda su sangre y merendarla lo dudo por que en la historia esta quinn, y donde hay Brittana hay Faberry
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
santana es una m..... solo eso pdo decir!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
holap morra,..
san fue,.. sincera! hasta cierto punto creo??
a ver si san mantiene su la palabra de estar alejada de britt,..
con las características que tiene britt lo pude buscar en google jajaja na mentira!!! aunque creo que sospecha!! a ver para donde tira las ideas britt a serca que es san,..
nos vemos!!!
san fue,.. sincera! hasta cierto punto creo??
a ver si san mantiene su la palabra de estar alejada de britt,..
con las características que tiene britt lo pude buscar en google jajaja na mentira!!! aunque creo que sospecha!! a ver para donde tira las ideas britt a serca que es san,..
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
JVM escribió:Pensé que San iba a dejar entrar a Britt en su vida por como se empezaron a dar las cosas, y si solo es sexo porque le dice amor...... Lo bueno es que fue "honesta" San y le dijo que no quería nada serio. Y ojala Britt descubra mas cosas y que le de celos a San jajajaja por dejarla ir
Hola, si, yo tmbn =/ tmpoco lo se =/ esk en que estará pensando san =/ Mmmmm algo es algo, no¿? JAjajajajajaj ese es un buen plan la vrdd ajajajajajajajaj, vamos por ello jajaajjaja. Saludos =D
marthagr81@yahoo.es escribió:Santana es un asco se acosto y recosto con Britt para luego decirle que solo es sexo. pero entonces por que se desvivia por ella, espero estar escribiendo por desconocer el fondo de la historia. Britt tiene mente abierta y por lo menos aca ha tenido instinto para captar las cosas que demuestran que san no es humana. Lo que no me gusta es que probablemente esten observando a la enana para hacerla vampiro tambien, porque sacarle toda su sangre y merendarla lo dudo por que en la historia esta quinn, y donde hay Brittana hay Faberry
Hola, mmm espero y tengas razón con lo ultimo que dices y que el tiempo le de la razón y que se este comportando de esa forma sea solo por el bien de britt o algo relacionado ¬¬ Saludos =D
micky morales escribió:santana es una m..... solo eso pdo decir!!!!
Hola, mmmm como se esta comportando y sus acciones, si q lo es ¬¬ Saludos =D
3:) escribió:holap morra,..
san fue,.. sincera! hasta cierto punto creo??
a ver si san mantiene su la palabra de estar alejada de britt,..
con las características que tiene britt lo pude buscar en google jajaja na mentira!!! aunque creo que sospecha!! a ver para donde tira las ideas britt a serca que es san,..
nos vemos!!!
Hola lu, mmmm eso si, molesta, pero lo fue =/ JAjajajajajajajajaj tu lo crees¿? xq yo no xD jajajaajjaaja. Jajajajajajaajajjaajajajajajajaj claro xq no¿? jaajajajajajajaja quizás y encuentre la vrdd, no¿? jajajajajajajajaja. Si yo tmbn lo creo jajajajajajaja. Este cap nos tiene que traer algo jaajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Cap 5
Capitulo 5
—Santana, hasta ahora nada extraño ha pasado con Brittany. Ella está bien, no creo que deba seguir vigilándola, no es parte de la misión.
—Q, me preocupa que la vieran conmigo esa noche, no es parte de la misión, pero trabajas para mí, si quieres un pago especial lo tendrás.
—No se trata del pago Santana, si no de ti, ¿Por qué no aceptas que sencillamente quieres saber de Brittany?
—No me interesa Brittany, solo no quiero perjudicarla por una simple aventura que tuvimos.
—¿Sabes Santana? Llevas mucho tiempo sola, ¿Por qué no aceptas una donante? Yo creo que podría funcionar.
—Las donantes son un problema y lo sabes, además no me interesa para algo así.
—Por lo que he visto estos días, tu ausencia la ha afectado. La he visto llorar y mencionar tu nombre, estoy segura que ella aceptaría.
—Es mejor que llore ahora unas cuantas lágrimas a que después tenga que sufrir más por algo que no vale la pena.
—Me parece que eso es algo que debe decidir ella—agregó Quinn.
En ese momento entró Puck en la oficina de Santana en Excalibur.
—Todo bien con Rachel, la dejé en su departamento; creo que vamos a poder proceder con esta mujer.
—Yo también lo espero Puck, ella es importante para la Señora B.
—Es el centro de nuestra misión Santana, no podemos perder el foco ni por un minuto—dijo Puck a modo de advertencia.
Santana lo miró con frialdad.
—Me parece que eso es algo que sobra decir con respecto a Santana—indicó Quinn.
Puck asintió, pero no dijo nada.
—Vamos por buen camino chicos, espero que podamos cerrar esto pronto—habló Santana mientras cruzaba las piernas y se preguntaba mentalmente si realmente estaba tan enfocada en la misión como debería.
*************************************************************************************************************
Mientras en el departamento, Rachel hablaba con Brittany.
—Vamos Britt, cuéntame qué te pasa que estas tan triste.
—Creo que lo mismo de siempre, mal de amores.
Rachel frunció los labios, pero luego se le iluminó el rostro.
—Tengo una noticia que te va a encantar. ¿Adivina quién regreso y está preguntando por ti?
—No tengo ni la menor idea.
—Al menos podías intentarlo, pero no importa te lo digo: Marley.
—Por favor Rachel, no puedo creer que seas tú quien me hable de ella.
—Hablé con ella y está muy arrepentida, dice que no todo fue un error y que ella te extraña muchísimo.
—¿Un error Rachel? ¡Por favor!
—Brittany, algunas veces solo nos dejamos llevar por los impulsos y no pensamos, a ti te consta como estaba desesperada buscando tu perdón.
—Rachel, no tengo ganas de hablar de Marley, tengo mucho que estudiar así que por favor dejemos el tema hasta aquí—le pedí sintiéndome cansada.
—Bueno muy tarde, le dije que la veríamos en Excalibur este viernes.
—No puedes hacer eso Rachel, no tengo ganas de salir, yo solo quiero quedarme en casa.
—Muy bien, entonces le diré que venga.
—No por favor, eso es peor.
—Vamos Brittany, ¿Qué daño te puede hacer? Al menos así cierras ese ciclo con ella y sigues adelante.
Cerrar ciclos era algo que realmente necesitaba hacer y tal vez ahora, con todo el tiempo que ha pasado, podría hablar con Marley y dejar eso atrás, todo el dolor y la ira que había sentido ya no estaba, ahora faltaría ver si también el amor.
Rachel interpretó mi silencio como una confirmación y se fue feliz a su habitación, pues la cita estaba lista, el viernes vería de nuevo a Marley y quizás también a Santana.
No podía decidirme cuál de las dos cosas me perturbaba más.
El día viernes al fin llegó y con él mis nervios, estaban desatados, no sabía qué ponerme y tampoco cómo conducir la conversación con Marley.
Por un lado quería decirle lo mucho que me había lastimado y por el otro que pasado es pasado y debemos mirar hacia adelante, pero finalmente concluí que la escucharía y en base a eso, dejaría fluir mis palabras como mejor salieran.
Esa noche camino a Excalibur, Brittany continuaba pensando en Santana y lo dura que fue esa noche cuando le había hecho las preguntas, pero era mejor así si solo era una aventura lo mejor era cortarlo porque para ella se estaba convirtiendo en algo más.
Se había puesto un vestido negro que se le ajustaba perfectamente al cuerpo y unos pendientes granates que le resaltaban el color del cabello esta vez recogido en una cola para dejar ver su descote.
Llevaba tacones altos y un maquillaje suave, quería que tanto Santana como Marley se dieran cuenta que ella no se moriría sin ellas, al contrario estaba más viva que nunca.
—Estás vestida para matar Britt—comentó Rachel en cuanto la vio.
—Más bien diría vestida para ver a tu ex.
Rachel rió.
—Muy bueno, eso de verdad, así vera Marley de lo que se pierde.
Entraron en el local rápidamente como hacia Puck cada vez que veía a Rachel, lo extraño era que, con tanta gente, siempre era él quien las recibía.
Esta vez subió al área VIP, pidió una copa de vino, necesitaba entrar en calor para la noche que la esperaba.
Se la trajo Quinn que no la dejo pagar.
—Quinn, por favor yo quiero pagar lo que me tomo.
—Tú escuchaste la orden que me dio la Jefa, así que no me metas en líos—respondió Quinn.
—Esa orden expiro créeme, te recomendaría consultarlo con ella de nuevo.
La mujer no dijo nada, en cambio la miró detalladamente.
—Está muy bella Brittany, ese vestido te sienta muy bien.
—Gracias Quinn.
En eso llego Rachel, impaciente como siempre.
—Oye, ¿No crees que estás perdiendo demasiado tiempo conversando en lugar de atender las mesas? ¿Qué pasa con mi Gin Tonic?—preguntó Rachel de manera descortés a Quinn.
—Veras chica linda, yo solo subí a atender a Brittany, si quieres tu trago, entonces pídeselo a alguien más o prepáratelo tu misma, quizás si lo haces con cuidado no se te dañan las uñas—respondió Quinn con altivez.
Dicho esto, Quinn se marchó y yo estallé en risas; era bueno ver a alguien poner en su lugar a Rachel, quien estaba indignada.
—Pero, ¿Qué se ha creído esa mujer? Hablaré con Santana.
—Déjalo así, te lo merecías fuiste muy pesada—le dije.
Justo en ese momento, Santana entró en el área.
—Aquí esta Santana, déjame llamarla para decirle.
Mientras Rachel llamaba a Santana para que se acercara, mi cuerpo se tensaba, quería salir corriendo, pero no lo haría, Santana iba a tener que soportar mi presencia.
Apenas se acercó a nosotras, me devoró con la mirada, pude ver incluso que los ojos se pusieron más oscuros o, al menos, eso creía, las luces bajas no me permitían verla bien.
¡Touché!
El efecto deseado.
—Santana, tengo que decirte que esa chica… ¿Cómo se llama Brittany?—me preguntó Rachel.
—Quinn—respondí con cierta resistencia.
—Sí, Quinn, me trató muy mal.
Santana no se inmutó, pero se dirigió a mí.
—¿Es verdad eso Brittany?
—Rachel se lo merecía—contesté con sinceridad.
Rachel me miró con rabia.
—Traidora—me dijo Rachel malhumorada.
—Rachel,—habló Santana—Quiero decirte que Quinn es una de mis mejores empleadas. Confió mi vida en ella y créeme que tiene asegurado trabajo conmigo siempre que quiera.
—Ustedes son de lo peor—dijo Rachel y sin más, se marchó.
Casi salgo corriendo detrás de ella para no quedarme a solas con Santana, pero no podía moverme estaba congelada en el embrujo de su mirada.
—Estas muy bella Brittany, pero creo que tu falda y descote son demasiado provocativos.
—¿En serio?—pregunté con inocencia y mirándome a mí misma—A mí me parece perfecto.
—Si perfecto te queda, no te lo voy a negar, pero todos tienen sus ojos sobre ti.
Sonreí para mi misma.
—¿Cuál es el problema? Yo soy una mujer soltera, así que me parece que está bien que llame la atención.
—¿Viniste en ese plan entonces?
—Vine en plan de caza, ¿Algún problema con eso?—le respondí.
—Créeme, un plan de caza sería muy diferente—Santana dijo esto sonriendo y se marchó.
Estaba celosa lo podía ver, pero que se aguante, ahora tenía otras cosas en qué pensar tenía que enfrentarme a Marley.
Decidí salir del VIP y mezclarme con la gente. Llegué hasta al bar y me encontré de nuevo a Quinn.
—Disculpa Brittany, no quise ser tan borde, pero tu amiga es insoportable—me dijo Quinn.
Yo sonreí despreocupada.
—No te preocupes, se lo merecía. Rachel puede ser insoportable algunas veces, pero es buena persona.
—Si tú lo dices debe ser así. Bueno, continuo con mi trabajo, cualquier cosa que necesites, avísame—dijo guiñándome un ojo.
Continué caminando y dispuesta a entrar a la pista a bailar, la verdad me encantaba bailar, me ayuda a drenar las malas energías y cargarme de cosas buenas, quisiera hacerlo más a menudo, pero los estudios me tienen copada; en eso, sentí que alguien me tocaba por la espalda, me di vuelta y encontré a Marley mirándome y sonriendo.
—Hola Brittany—dijo Marley y sin más me beso en los labios como si aún fuera su novia.
—Hola Marley,—respondí, pero no estaba dispuesta a dejar pasar la situación—Te agradezco que no me beses, ese es un derecho que perdiste hace tiempo.
—Discúlpame Brittany, pero no pude contenerme, no sabes cómo los extraño.
—Tal vez son los de Rachel los que extrañas—le dije sin tapujos, quería mostrarle claramente que nada estaba olvidado.
—Ven Brittany, vamos a sentarnos por aquí—me indicó un lugar.
—Creo que mejor vamos a la barra, necesito otra copa de vino.
Ella asintió.
Llegamos a la barra, nos sentamos y Marley pidió una copa de vino para mí y una cerveza para ella.
—Brittany, quiero pedirte disculpa por lo que hice, no estuvo bien, pero Rachel puede ser muy insistente, ella siempre quiere lo que tienes y tú me tenías abandonada solo pensando en tus estudios.
Reí con ironía.
—Vas a culpar a Rachel y mis estudios por tu comportamiento.
—Yo debí rechazar de plano a Rachel, pero tú siempre estabas ocupada. Algunas veces llegaba a buscarte y te conseguía dormida sobre tus libros y si salías conmigo, siempre estabas controlando al tiempo y yo necesitaba atención.
—Marley por favor, me falta poco para graduarme, ¿Tú no podías tener paciencia conmigo? Me parece que lo que dices es una estupidez, además nunca me lo dijiste, nunca hablaste conmigo.
Ella se acercó un poco.
—Por favor, Brittany vuelve conmigo, te extraño y no puedo vivir sin ti. No seré perfecta, lo sé, soy egoísta, pero te amo y lo sabes.
Marley terminó de acortar la distancia entre las dos, me atrajo hacia ella y me besó. Por un segundo pensé en dejarme llevar por esos labios conocidos que me reclamaban, pero no podía volver a eso; no con alguien que sea incapaz de respetar lo que hago y use cualquier excusa para serme infiel.
Comencé a empujarla, pero ella no quería soltarme, estaba a punto de apartarla cuando llegó Santana y la apartó de mí.
Su rostro estaba claramente crispado.
—Me parece que no entiende que la señorita quiere que la deje en paz—dijo Santana entre dientes.
Sus ojos ardían de rabia.
Marley pareció confundida al principio, pero luego retomó la compostura.
—Es mejor que no te metas amiga, esto no es tu problema—respondió Marley.
—Tranquila Santana,—me moví un poco para ponerme entre ellas—Puedo manejarlo—le dije para calmarla.
—Ya escuchaste aquí estas sobrando, esto es entre mi mujer y yo—dijo Marley que en un descuido mío aprovechó para poner de nuevo sus labios sobre los míos.
—Ella no es tu mujer—gritó Santana con voz profunda y empujó a Marley a varios metros de donde estábamos.
No calló directo al piso por la cantidad de gente que estaba en el local y pudieron sostenerla.
Todo pasó muy rápido, no sé cómo, pero de inmediato Puck y Quinn estaban sujetando a Santana. Dos empleados más me flanqueaban a cada lado aunque yo estaba paralizada.
—¡¡Ella es mía!!—dijo Santana a Marley y pude notar que sus ojos estaban completamente negros.
—¡¡¡Basta!!!—grité.
En seguida capté la atención de Santana y la de Marley que aún estaba sorprendida por el empujón.
—Yo no soy de nadie, así que me hacen el favor y dejan de comportarse como neandertales.
—Brittany, es mejor calmar a Santana—me dijo Quinn.
—¡Me importa una mierda Santana! Aquí la ofendida soy yo y me largo, no quiero seguir formando parte de este concurso de mierda.
Me fui de donde estaba con rumbo a la zona VIP a buscar a Rachel, pero a mitad de camino me arrepentí, no quería hablar con nadie, así que salí de una vez, solo quería irme.
La entrada del local estaba full, me resultaría imposible tomar un taxi en esa zona, así que caminé un poco alejándome del bullicio pensando en lo ocurrido.
”¿Qué se creían esas dos?
¿Y Santana estaba loca o qué?”
Sentía mucha rabia.
Iba pensando en lo ocurrido, parecía que Santana solo había tocado a Marley, pero la alejó como si la hubiera empujado con todas sus fuerzas.
De pronto me percato que tengo un carro a mí lado rodando lentamente. La conductora bajó la ventana y me habló.
—Sube al auto—me ordenó.
Arqué una ceja, ¿Qué estaba pasando?
—Mejor sigo esperando un taxi—le respondí y seguí caminando, pero ya con mis sentidos en alerta.
—Es mejor que subas por las buenas, debes saber que no tienes escapatoria.
Sentí miedo, incluso mucho más que cuando aquel hombre baboso quería robarme; esta vez no me rendiría, sabía que no tenía escapatoria, pero tenía que intentarlo.
Salí corriendo en dirección al local y a los pocos pasos tenía a la mujer frente de mí. No tenía armas en sus manos, pero estaba completamente segura que podía controlarme.
—Te doy de nuevo la oportunidad de subir voluntariamente—dijo y señaló hacia el auto.
Fue en ese momento que me pude dar cuenta que en el asiento trasero habían sentados dos hombres muy sonrientes con la situación.
Como si fuera posible, mi corazón se aceleró más aún.
—Yo no deseo acompañarlos, creo que me están confundiendo con alguna amiga suya.
La mujer sonrió.
—Puedes ser nuestra amiga si quiere porque estoy segura que sabes muy bien, aunque de extrañamente no encuentro el olor de Santana en ti, no puedo creer que no te haya probado todavía—pasó la lengua por sus labios.
Me miraba como a una presa.
—Mira muchachita, sube ahora al auto—dijo con impaciencia.
Todo paso muy rápido.
Santana estaba a mi lado y los dos hombres fuera del auto.
—Aléjense de ella o no respondo por sus vidas—advirtió Santana poniéndose protectoramente delante de mí.
La mujer volvió a reír, pero esta vez malévolamente.
—Esto será divertido—respondió la mujer.
En segundos su cara se transformó, sus colmillos se alargaron y sus facciones tomaron una pronunciación animal, parecía una pantera lista por saltar a su presa.
Yo no comprendía lo que mis ojos veían, por eso estaba de nuevo paralizada.
La mujer saltó sobre mí, pero Santana me aparto de su camino arrojándome lejos de la acción varios metros. Caí sentada por el impulso y pude ver como el golpe se lo asestaba a Santana, quien cayó al suelo, pero rápidamente se levantó.
Su cara estaba cambiada.
Mi Santana era un monstro.
De pronto se giró hacia a mí y me gritó:
—¡¡Corre Brittany y no te detengas por nada!!
En eso pude ver como sucedía todo su cambio. Al igual que la mujer, sus colmillos se alargaron, su boca se agrandó un poco más, sus ojos eran completamente negros y su cara se volvió un poco más ancha.
Era el rostro de un animal furioso y letal.
Los hombres también cambiaron y saltaron hacia Santana, quien reaccionó rápidamente y se apartó golpeando al primero con una patada y tirándolo varios metros lejos de donde estaba, pero el segundo logró acertar un golpe en el pecho de Santana que la tiró también varios metros.
Debí correr, pero estaba congelada, sentía miedo por lo que estaba viendo y también por lo que era Santana; esa mujer tan enigmática al fin había mostrado su verdadera cara.
La mujer caminó hacia mí, pero fue interceptada por Santana quien la tomó por el cuello y trataba de arrancar su cabeza del cuerpo. Los dos hombres se acercaron, pero ella los alejó con patadas muy certeras, inmediatamente regresaron contra Santana.
Con la distracción la mujer logró acertarle un golpe y eso obligó a Santana a soltarla. En el forcejeo, uno de los hombres la golpeó en la cara y pude ver su boca sangrar.
Eso fue suficiente para mí, esa mujer podía parecer un mostro, pero era mi Santana y estaba luchando por salvarme. Me levanté del suelo y les grites.
—¡¡Déjenla en paz!!—me paré firme—Vinieron fue por mí, pues aquí estoy.
La mujer se detuvo.
—Que conmovedor, la ratoncita entregándose para salvar a la bestia—dijo la mujer mientras sonreía.
Ese momento de distracción fue aprovechado por Santana que sin mediar, golpeó a uno de los hombres, y fue sobre el otro, corrió a una velocidad increíble, lo tomó por el cuello y realizó un giro en el aire que le permitió arrancarle la cabeza de un solo golpe.
El otro hombre se impactó por lo sucedido y sacó un cuchillo que tenía en la espalda, pero Santana no se dejó aminorar por eso, le pateó el cuchillo y luego lo tiro al piso de un golpe, tomó el arma blanca en sus manos y fue directo por el hombre, con eso se ayudó para separar la cabeza de su cuerpo.
—¡¡Basta!!—gritó la mujer con un arma en las manos, parecía una nueve milímetros, pero debía tener alguna modificación.
Santana se detuvo.
—¿Qué es lo que quieres?—le preguntó Santana.
—Sencillo, ven conmigo, mi jefe quiere hablar contigo.
—No tengo intenciones de hablar con él—respondió Santana sin dudar.
—Pensé que esto sería más sencillo, pero veo que lo que dicen de ti es verdad. Me la llevaré a ella conmigo—dijo haciendo un movimiento con la cabeza para señalarme—Para que tengas ocasión de pensarlo. Te advierto que estaré mejor preparada la próxima vez, estos eran solo unos niños comparado con lo que tenemos. Te conviene estar de nuestro lado—dijo la mujer sonriendo con suficiencia.
Santana sonrió.
—Eso no va a pasar, ella se queda conmigo y tú puedes irte. Dile a tu jefe de que no quiero hablar con él.
La mujer con un rápido me apuntó y yo, sin dudarlo, me tiré al suelo; quizás si me disparaban ella saldría con vida.
De pronto todo se puso borroso, las dos figuras se movían muy rápido, apenas pude ver que forcejeaban por el arma. Me pareció que una figura se aproximaba a mí y me alejaba de la pelea, tenía que luchar, no me podía rendir tan fácilmente; sin embargo, mis golpes no surtían efectos.
—Tranquila Britt, soy yo Quinn, tengo que ponerte a salvo—me susurró.
—Olvídate de mí Quinn, ayuda a Santana.
Se escuchó un disparo y Quinn me metió a un callejón y me obligó a sentarme en un rincón apartado y oscuro.
—Quédate aquí Brittany, no salgas, voy por Santana.
—Ayúdala por favor—apenas alcancé a pedirle.
Un minuto después apareció Santana frente a mí.
—No tengas miedo, no voy a hacerte daño, solo quiero saber si estás bien.
Al mirarla, la angustia que sentía dentro de mí se calmó.
—No tengo miedo Santana, pero tienes mucha sangre en tu ropa, ¿Estas bien?—le pregunté.
Quinn apareció detrás de Santana.
—Santana, voy a encargarme de los cuerpos antes que la calle quede totalmente bañada en sangre, ya regreso—le dijo Quinn.
—Sí, está bien, dile a Puck que te ayude, recuerden tomar todos los documentos y el arma antes de deshacerse de ellos—le ordenó.
Quinn se marchó y yo le repetí la pregunta a Santana.
—¿Estas bien?
—Sí, ninguna de las balas dieron en mí, solo en la mujer que te estaba agrediendo.
—Tu cara ya está bien—dije asombrada sin poder evitarlo.
No tenía rastro de golpes en su cara y tampoco estaban sus colmillos.
Era mi Santana de siempre.
—Nos recuperamos muy rápido, pero este no es el mejor lugar para hablar de esto. ¿Quieres ir conmigo de regreso al club? Quisiera bañarme y cambiarme la ropa. Claro, que si no quieres, te llevare a tu casa o me encargare de que alguien lo haga, si no quieres ir conmigo.
—Voy contigo Santana.
Santana me ofreció su mano para ayudarme a levantar con cuidado como si no quisiera romperme o esperando que saliera corriendo en cualquier momento.
Tomé su mano con seguridad.
Era verdad que no tenía miedo, lo que Santana era me asustaba, es verdad, pero tenía mucho más miedo a que le pasara algo a ella.
Cuando salimos del callejón los cuerpos ya no estaban, la calle aún se podía ver los rastros de sangre, pero ya algunas de las personas que estaban con Santana se estaban encargando de eso.
Nos dirigimos a Excalibur.
Para mí era como dirigirme a lo desconocido, algo que nunca imagine que podía existir.
—Q, me preocupa que la vieran conmigo esa noche, no es parte de la misión, pero trabajas para mí, si quieres un pago especial lo tendrás.
—No se trata del pago Santana, si no de ti, ¿Por qué no aceptas que sencillamente quieres saber de Brittany?
—No me interesa Brittany, solo no quiero perjudicarla por una simple aventura que tuvimos.
—¿Sabes Santana? Llevas mucho tiempo sola, ¿Por qué no aceptas una donante? Yo creo que podría funcionar.
—Las donantes son un problema y lo sabes, además no me interesa para algo así.
—Por lo que he visto estos días, tu ausencia la ha afectado. La he visto llorar y mencionar tu nombre, estoy segura que ella aceptaría.
—Es mejor que llore ahora unas cuantas lágrimas a que después tenga que sufrir más por algo que no vale la pena.
—Me parece que eso es algo que debe decidir ella—agregó Quinn.
En ese momento entró Puck en la oficina de Santana en Excalibur.
—Todo bien con Rachel, la dejé en su departamento; creo que vamos a poder proceder con esta mujer.
—Yo también lo espero Puck, ella es importante para la Señora B.
—Es el centro de nuestra misión Santana, no podemos perder el foco ni por un minuto—dijo Puck a modo de advertencia.
Santana lo miró con frialdad.
—Me parece que eso es algo que sobra decir con respecto a Santana—indicó Quinn.
Puck asintió, pero no dijo nada.
—Vamos por buen camino chicos, espero que podamos cerrar esto pronto—habló Santana mientras cruzaba las piernas y se preguntaba mentalmente si realmente estaba tan enfocada en la misión como debería.
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Mientras en el departamento, Rachel hablaba con Brittany.
—Vamos Britt, cuéntame qué te pasa que estas tan triste.
—Creo que lo mismo de siempre, mal de amores.
Rachel frunció los labios, pero luego se le iluminó el rostro.
—Tengo una noticia que te va a encantar. ¿Adivina quién regreso y está preguntando por ti?
—No tengo ni la menor idea.
—Al menos podías intentarlo, pero no importa te lo digo: Marley.
—Por favor Rachel, no puedo creer que seas tú quien me hable de ella.
—Hablé con ella y está muy arrepentida, dice que no todo fue un error y que ella te extraña muchísimo.
—¿Un error Rachel? ¡Por favor!
—Brittany, algunas veces solo nos dejamos llevar por los impulsos y no pensamos, a ti te consta como estaba desesperada buscando tu perdón.
—Rachel, no tengo ganas de hablar de Marley, tengo mucho que estudiar así que por favor dejemos el tema hasta aquí—le pedí sintiéndome cansada.
—Bueno muy tarde, le dije que la veríamos en Excalibur este viernes.
—No puedes hacer eso Rachel, no tengo ganas de salir, yo solo quiero quedarme en casa.
—Muy bien, entonces le diré que venga.
—No por favor, eso es peor.
—Vamos Brittany, ¿Qué daño te puede hacer? Al menos así cierras ese ciclo con ella y sigues adelante.
Cerrar ciclos era algo que realmente necesitaba hacer y tal vez ahora, con todo el tiempo que ha pasado, podría hablar con Marley y dejar eso atrás, todo el dolor y la ira que había sentido ya no estaba, ahora faltaría ver si también el amor.
Rachel interpretó mi silencio como una confirmación y se fue feliz a su habitación, pues la cita estaba lista, el viernes vería de nuevo a Marley y quizás también a Santana.
No podía decidirme cuál de las dos cosas me perturbaba más.
El día viernes al fin llegó y con él mis nervios, estaban desatados, no sabía qué ponerme y tampoco cómo conducir la conversación con Marley.
Por un lado quería decirle lo mucho que me había lastimado y por el otro que pasado es pasado y debemos mirar hacia adelante, pero finalmente concluí que la escucharía y en base a eso, dejaría fluir mis palabras como mejor salieran.
Esa noche camino a Excalibur, Brittany continuaba pensando en Santana y lo dura que fue esa noche cuando le había hecho las preguntas, pero era mejor así si solo era una aventura lo mejor era cortarlo porque para ella se estaba convirtiendo en algo más.
Se había puesto un vestido negro que se le ajustaba perfectamente al cuerpo y unos pendientes granates que le resaltaban el color del cabello esta vez recogido en una cola para dejar ver su descote.
Llevaba tacones altos y un maquillaje suave, quería que tanto Santana como Marley se dieran cuenta que ella no se moriría sin ellas, al contrario estaba más viva que nunca.
—Estás vestida para matar Britt—comentó Rachel en cuanto la vio.
—Más bien diría vestida para ver a tu ex.
Rachel rió.
—Muy bueno, eso de verdad, así vera Marley de lo que se pierde.
Entraron en el local rápidamente como hacia Puck cada vez que veía a Rachel, lo extraño era que, con tanta gente, siempre era él quien las recibía.
Esta vez subió al área VIP, pidió una copa de vino, necesitaba entrar en calor para la noche que la esperaba.
Se la trajo Quinn que no la dejo pagar.
—Quinn, por favor yo quiero pagar lo que me tomo.
—Tú escuchaste la orden que me dio la Jefa, así que no me metas en líos—respondió Quinn.
—Esa orden expiro créeme, te recomendaría consultarlo con ella de nuevo.
La mujer no dijo nada, en cambio la miró detalladamente.
—Está muy bella Brittany, ese vestido te sienta muy bien.
—Gracias Quinn.
En eso llego Rachel, impaciente como siempre.
—Oye, ¿No crees que estás perdiendo demasiado tiempo conversando en lugar de atender las mesas? ¿Qué pasa con mi Gin Tonic?—preguntó Rachel de manera descortés a Quinn.
—Veras chica linda, yo solo subí a atender a Brittany, si quieres tu trago, entonces pídeselo a alguien más o prepáratelo tu misma, quizás si lo haces con cuidado no se te dañan las uñas—respondió Quinn con altivez.
Dicho esto, Quinn se marchó y yo estallé en risas; era bueno ver a alguien poner en su lugar a Rachel, quien estaba indignada.
—Pero, ¿Qué se ha creído esa mujer? Hablaré con Santana.
—Déjalo así, te lo merecías fuiste muy pesada—le dije.
Justo en ese momento, Santana entró en el área.
—Aquí esta Santana, déjame llamarla para decirle.
Mientras Rachel llamaba a Santana para que se acercara, mi cuerpo se tensaba, quería salir corriendo, pero no lo haría, Santana iba a tener que soportar mi presencia.
Apenas se acercó a nosotras, me devoró con la mirada, pude ver incluso que los ojos se pusieron más oscuros o, al menos, eso creía, las luces bajas no me permitían verla bien.
¡Touché!
El efecto deseado.
—Santana, tengo que decirte que esa chica… ¿Cómo se llama Brittany?—me preguntó Rachel.
—Quinn—respondí con cierta resistencia.
—Sí, Quinn, me trató muy mal.
Santana no se inmutó, pero se dirigió a mí.
—¿Es verdad eso Brittany?
—Rachel se lo merecía—contesté con sinceridad.
Rachel me miró con rabia.
—Traidora—me dijo Rachel malhumorada.
—Rachel,—habló Santana—Quiero decirte que Quinn es una de mis mejores empleadas. Confió mi vida en ella y créeme que tiene asegurado trabajo conmigo siempre que quiera.
—Ustedes son de lo peor—dijo Rachel y sin más, se marchó.
Casi salgo corriendo detrás de ella para no quedarme a solas con Santana, pero no podía moverme estaba congelada en el embrujo de su mirada.
—Estas muy bella Brittany, pero creo que tu falda y descote son demasiado provocativos.
—¿En serio?—pregunté con inocencia y mirándome a mí misma—A mí me parece perfecto.
—Si perfecto te queda, no te lo voy a negar, pero todos tienen sus ojos sobre ti.
Sonreí para mi misma.
—¿Cuál es el problema? Yo soy una mujer soltera, así que me parece que está bien que llame la atención.
—¿Viniste en ese plan entonces?
—Vine en plan de caza, ¿Algún problema con eso?—le respondí.
—Créeme, un plan de caza sería muy diferente—Santana dijo esto sonriendo y se marchó.
Estaba celosa lo podía ver, pero que se aguante, ahora tenía otras cosas en qué pensar tenía que enfrentarme a Marley.
Decidí salir del VIP y mezclarme con la gente. Llegué hasta al bar y me encontré de nuevo a Quinn.
—Disculpa Brittany, no quise ser tan borde, pero tu amiga es insoportable—me dijo Quinn.
Yo sonreí despreocupada.
—No te preocupes, se lo merecía. Rachel puede ser insoportable algunas veces, pero es buena persona.
—Si tú lo dices debe ser así. Bueno, continuo con mi trabajo, cualquier cosa que necesites, avísame—dijo guiñándome un ojo.
Continué caminando y dispuesta a entrar a la pista a bailar, la verdad me encantaba bailar, me ayuda a drenar las malas energías y cargarme de cosas buenas, quisiera hacerlo más a menudo, pero los estudios me tienen copada; en eso, sentí que alguien me tocaba por la espalda, me di vuelta y encontré a Marley mirándome y sonriendo.
—Hola Brittany—dijo Marley y sin más me beso en los labios como si aún fuera su novia.
—Hola Marley,—respondí, pero no estaba dispuesta a dejar pasar la situación—Te agradezco que no me beses, ese es un derecho que perdiste hace tiempo.
—Discúlpame Brittany, pero no pude contenerme, no sabes cómo los extraño.
—Tal vez son los de Rachel los que extrañas—le dije sin tapujos, quería mostrarle claramente que nada estaba olvidado.
—Ven Brittany, vamos a sentarnos por aquí—me indicó un lugar.
—Creo que mejor vamos a la barra, necesito otra copa de vino.
Ella asintió.
Llegamos a la barra, nos sentamos y Marley pidió una copa de vino para mí y una cerveza para ella.
—Brittany, quiero pedirte disculpa por lo que hice, no estuvo bien, pero Rachel puede ser muy insistente, ella siempre quiere lo que tienes y tú me tenías abandonada solo pensando en tus estudios.
Reí con ironía.
—Vas a culpar a Rachel y mis estudios por tu comportamiento.
—Yo debí rechazar de plano a Rachel, pero tú siempre estabas ocupada. Algunas veces llegaba a buscarte y te conseguía dormida sobre tus libros y si salías conmigo, siempre estabas controlando al tiempo y yo necesitaba atención.
—Marley por favor, me falta poco para graduarme, ¿Tú no podías tener paciencia conmigo? Me parece que lo que dices es una estupidez, además nunca me lo dijiste, nunca hablaste conmigo.
Ella se acercó un poco.
—Por favor, Brittany vuelve conmigo, te extraño y no puedo vivir sin ti. No seré perfecta, lo sé, soy egoísta, pero te amo y lo sabes.
Marley terminó de acortar la distancia entre las dos, me atrajo hacia ella y me besó. Por un segundo pensé en dejarme llevar por esos labios conocidos que me reclamaban, pero no podía volver a eso; no con alguien que sea incapaz de respetar lo que hago y use cualquier excusa para serme infiel.
Comencé a empujarla, pero ella no quería soltarme, estaba a punto de apartarla cuando llegó Santana y la apartó de mí.
Su rostro estaba claramente crispado.
—Me parece que no entiende que la señorita quiere que la deje en paz—dijo Santana entre dientes.
Sus ojos ardían de rabia.
Marley pareció confundida al principio, pero luego retomó la compostura.
—Es mejor que no te metas amiga, esto no es tu problema—respondió Marley.
—Tranquila Santana,—me moví un poco para ponerme entre ellas—Puedo manejarlo—le dije para calmarla.
—Ya escuchaste aquí estas sobrando, esto es entre mi mujer y yo—dijo Marley que en un descuido mío aprovechó para poner de nuevo sus labios sobre los míos.
—Ella no es tu mujer—gritó Santana con voz profunda y empujó a Marley a varios metros de donde estábamos.
No calló directo al piso por la cantidad de gente que estaba en el local y pudieron sostenerla.
Todo pasó muy rápido, no sé cómo, pero de inmediato Puck y Quinn estaban sujetando a Santana. Dos empleados más me flanqueaban a cada lado aunque yo estaba paralizada.
—¡¡Ella es mía!!—dijo Santana a Marley y pude notar que sus ojos estaban completamente negros.
—¡¡¡Basta!!!—grité.
En seguida capté la atención de Santana y la de Marley que aún estaba sorprendida por el empujón.
—Yo no soy de nadie, así que me hacen el favor y dejan de comportarse como neandertales.
—Brittany, es mejor calmar a Santana—me dijo Quinn.
—¡Me importa una mierda Santana! Aquí la ofendida soy yo y me largo, no quiero seguir formando parte de este concurso de mierda.
Me fui de donde estaba con rumbo a la zona VIP a buscar a Rachel, pero a mitad de camino me arrepentí, no quería hablar con nadie, así que salí de una vez, solo quería irme.
La entrada del local estaba full, me resultaría imposible tomar un taxi en esa zona, así que caminé un poco alejándome del bullicio pensando en lo ocurrido.
”¿Qué se creían esas dos?
¿Y Santana estaba loca o qué?”
Sentía mucha rabia.
Iba pensando en lo ocurrido, parecía que Santana solo había tocado a Marley, pero la alejó como si la hubiera empujado con todas sus fuerzas.
De pronto me percato que tengo un carro a mí lado rodando lentamente. La conductora bajó la ventana y me habló.
—Sube al auto—me ordenó.
Arqué una ceja, ¿Qué estaba pasando?
—Mejor sigo esperando un taxi—le respondí y seguí caminando, pero ya con mis sentidos en alerta.
—Es mejor que subas por las buenas, debes saber que no tienes escapatoria.
Sentí miedo, incluso mucho más que cuando aquel hombre baboso quería robarme; esta vez no me rendiría, sabía que no tenía escapatoria, pero tenía que intentarlo.
Salí corriendo en dirección al local y a los pocos pasos tenía a la mujer frente de mí. No tenía armas en sus manos, pero estaba completamente segura que podía controlarme.
—Te doy de nuevo la oportunidad de subir voluntariamente—dijo y señaló hacia el auto.
Fue en ese momento que me pude dar cuenta que en el asiento trasero habían sentados dos hombres muy sonrientes con la situación.
Como si fuera posible, mi corazón se aceleró más aún.
—Yo no deseo acompañarlos, creo que me están confundiendo con alguna amiga suya.
La mujer sonrió.
—Puedes ser nuestra amiga si quiere porque estoy segura que sabes muy bien, aunque de extrañamente no encuentro el olor de Santana en ti, no puedo creer que no te haya probado todavía—pasó la lengua por sus labios.
Me miraba como a una presa.
—Mira muchachita, sube ahora al auto—dijo con impaciencia.
Todo paso muy rápido.
Santana estaba a mi lado y los dos hombres fuera del auto.
—Aléjense de ella o no respondo por sus vidas—advirtió Santana poniéndose protectoramente delante de mí.
La mujer volvió a reír, pero esta vez malévolamente.
—Esto será divertido—respondió la mujer.
En segundos su cara se transformó, sus colmillos se alargaron y sus facciones tomaron una pronunciación animal, parecía una pantera lista por saltar a su presa.
Yo no comprendía lo que mis ojos veían, por eso estaba de nuevo paralizada.
La mujer saltó sobre mí, pero Santana me aparto de su camino arrojándome lejos de la acción varios metros. Caí sentada por el impulso y pude ver como el golpe se lo asestaba a Santana, quien cayó al suelo, pero rápidamente se levantó.
Su cara estaba cambiada.
Mi Santana era un monstro.
De pronto se giró hacia a mí y me gritó:
—¡¡Corre Brittany y no te detengas por nada!!
En eso pude ver como sucedía todo su cambio. Al igual que la mujer, sus colmillos se alargaron, su boca se agrandó un poco más, sus ojos eran completamente negros y su cara se volvió un poco más ancha.
Era el rostro de un animal furioso y letal.
Los hombres también cambiaron y saltaron hacia Santana, quien reaccionó rápidamente y se apartó golpeando al primero con una patada y tirándolo varios metros lejos de donde estaba, pero el segundo logró acertar un golpe en el pecho de Santana que la tiró también varios metros.
Debí correr, pero estaba congelada, sentía miedo por lo que estaba viendo y también por lo que era Santana; esa mujer tan enigmática al fin había mostrado su verdadera cara.
La mujer caminó hacia mí, pero fue interceptada por Santana quien la tomó por el cuello y trataba de arrancar su cabeza del cuerpo. Los dos hombres se acercaron, pero ella los alejó con patadas muy certeras, inmediatamente regresaron contra Santana.
Con la distracción la mujer logró acertarle un golpe y eso obligó a Santana a soltarla. En el forcejeo, uno de los hombres la golpeó en la cara y pude ver su boca sangrar.
Eso fue suficiente para mí, esa mujer podía parecer un mostro, pero era mi Santana y estaba luchando por salvarme. Me levanté del suelo y les grites.
—¡¡Déjenla en paz!!—me paré firme—Vinieron fue por mí, pues aquí estoy.
La mujer se detuvo.
—Que conmovedor, la ratoncita entregándose para salvar a la bestia—dijo la mujer mientras sonreía.
Ese momento de distracción fue aprovechado por Santana que sin mediar, golpeó a uno de los hombres, y fue sobre el otro, corrió a una velocidad increíble, lo tomó por el cuello y realizó un giro en el aire que le permitió arrancarle la cabeza de un solo golpe.
El otro hombre se impactó por lo sucedido y sacó un cuchillo que tenía en la espalda, pero Santana no se dejó aminorar por eso, le pateó el cuchillo y luego lo tiro al piso de un golpe, tomó el arma blanca en sus manos y fue directo por el hombre, con eso se ayudó para separar la cabeza de su cuerpo.
—¡¡Basta!!—gritó la mujer con un arma en las manos, parecía una nueve milímetros, pero debía tener alguna modificación.
Santana se detuvo.
—¿Qué es lo que quieres?—le preguntó Santana.
—Sencillo, ven conmigo, mi jefe quiere hablar contigo.
—No tengo intenciones de hablar con él—respondió Santana sin dudar.
—Pensé que esto sería más sencillo, pero veo que lo que dicen de ti es verdad. Me la llevaré a ella conmigo—dijo haciendo un movimiento con la cabeza para señalarme—Para que tengas ocasión de pensarlo. Te advierto que estaré mejor preparada la próxima vez, estos eran solo unos niños comparado con lo que tenemos. Te conviene estar de nuestro lado—dijo la mujer sonriendo con suficiencia.
Santana sonrió.
—Eso no va a pasar, ella se queda conmigo y tú puedes irte. Dile a tu jefe de que no quiero hablar con él.
La mujer con un rápido me apuntó y yo, sin dudarlo, me tiré al suelo; quizás si me disparaban ella saldría con vida.
De pronto todo se puso borroso, las dos figuras se movían muy rápido, apenas pude ver que forcejeaban por el arma. Me pareció que una figura se aproximaba a mí y me alejaba de la pelea, tenía que luchar, no me podía rendir tan fácilmente; sin embargo, mis golpes no surtían efectos.
—Tranquila Britt, soy yo Quinn, tengo que ponerte a salvo—me susurró.
—Olvídate de mí Quinn, ayuda a Santana.
Se escuchó un disparo y Quinn me metió a un callejón y me obligó a sentarme en un rincón apartado y oscuro.
—Quédate aquí Brittany, no salgas, voy por Santana.
—Ayúdala por favor—apenas alcancé a pedirle.
Un minuto después apareció Santana frente a mí.
—No tengas miedo, no voy a hacerte daño, solo quiero saber si estás bien.
Al mirarla, la angustia que sentía dentro de mí se calmó.
—No tengo miedo Santana, pero tienes mucha sangre en tu ropa, ¿Estas bien?—le pregunté.
Quinn apareció detrás de Santana.
—Santana, voy a encargarme de los cuerpos antes que la calle quede totalmente bañada en sangre, ya regreso—le dijo Quinn.
—Sí, está bien, dile a Puck que te ayude, recuerden tomar todos los documentos y el arma antes de deshacerse de ellos—le ordenó.
Quinn se marchó y yo le repetí la pregunta a Santana.
—¿Estas bien?
—Sí, ninguna de las balas dieron en mí, solo en la mujer que te estaba agrediendo.
—Tu cara ya está bien—dije asombrada sin poder evitarlo.
No tenía rastro de golpes en su cara y tampoco estaban sus colmillos.
Era mi Santana de siempre.
—Nos recuperamos muy rápido, pero este no es el mejor lugar para hablar de esto. ¿Quieres ir conmigo de regreso al club? Quisiera bañarme y cambiarme la ropa. Claro, que si no quieres, te llevare a tu casa o me encargare de que alguien lo haga, si no quieres ir conmigo.
—Voy contigo Santana.
Santana me ofreció su mano para ayudarme a levantar con cuidado como si no quisiera romperme o esperando que saliera corriendo en cualquier momento.
Tomé su mano con seguridad.
Era verdad que no tenía miedo, lo que Santana era me asustaba, es verdad, pero tenía mucho más miedo a que le pasara algo a ella.
Cuando salimos del callejón los cuerpos ya no estaban, la calle aún se podía ver los rastros de sangre, pero ya algunas de las personas que estaban con Santana se estaban encargando de eso.
Nos dirigimos a Excalibur.
Para mí era como dirigirme a lo desconocido, algo que nunca imagine que podía existir.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
beuno ya santana mostro su verdadera cara, ahora a ver que pasa!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
guerra de clanes, o solamente es por san,..
y mepa que le encontraron la llave en britt, para llegar a san y si no la llega a convertir se van a hacer un festín,...
interesante encuentro entre marley, britt y san,.. era obvio jajaja
nos vemos!!
guerra de clanes, o solamente es por san,..
y mepa que le encontraron la llave en britt, para llegar a san y si no la llega a convertir se van a hacer un festín,...
interesante encuentro entre marley, britt y san,.. era obvio jajaja
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:beuno ya santana mostro su verdadera cara, ahora a ver que pasa!!!!
Hola, mmm si vrdd =/ Jajajaja esperemos y mejore, no¿? ajaajjajaja. Saludos =D
3:) escribió:hola morra,...
guerra de clanes, o solamente es por san,..
y mepa que le encontraron la llave en britt, para llegar a san y si no la llega a convertir se van a hacer un festín,...
interesante encuentro entre marley, britt y san,.. era obvio jajaja
nos vemos!!
Hola lu, mmmm interesante pregunta, no¿? ajajajajajaja. Mmmmm pero que razón tienes ¬¬ estos =)(/_&&/( ¬¬ Jajajajajajajaja los celos¿? o el encuentro¿? jajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Cap 6
Capitulo 6
Llegamos a Excalibur, pero no entramos por la puerta principal sino por una puerta lateral que tenía un sistema biométrico de acceso y las puertas eran de acero.
Pasamos por unos pasillos y llegamos a la habitación y oficina de Santana.
Entramos en silencio, había sido así todo el camino.
Yo me senté casi de inmediato, necesitaba hacerlo. Santana se apoyó en el escritorio, me miró fijamente y me preguntó:
—Dime Brittany, ¿Qué es lo primero que quieres saber?
—¿Estas bien Santana? Veo que tu cara está bien, pero tu cuerpo… vi que recibiste muchos golpes.
Con sus manos tomó su camisa bañada en sangre y la arrancó de su cuerpo de un tirón y la lanzó a la basura.
—Estoy bien, sanamos muy rápido, si la herida no es mortal podemos recuperarnos con facilidad.
Su mirada era fría, lo que me demostraba que no quería o le incomodaba hablar de tema.
—Puedo ver que tu cuerpo está bien, solo te ves un poco pálida.
Tensó la mandíbula y tardó unos segundos en hablar.
—Si Brittany, necesito alimentarme para recuperarme. En este momento no es urgente, pero mientras más pierda sangre más necesito alimentarme.
En ese momento no quise preguntar qué comían, no tenía aun el valor para hacer esa pregunta.
Pude ver y entender en el momento que quitándoles la cabeza podían matarlos, tenía algo de sentido para mí, pero que una bala los pudiera matar, bueno no me cuadraba eso.
—Sin embargo, pueden morir por un par de balas, pensé que eso no acabaría con alguien como tú.
Pareció relajarse un poco.
—Tampoco somos familia de Superman—dijo Santana sonriendo y sentándose a mi lado.
—Discúlpame si no me parece gracioso—le dije con frialdad.
—Disculpa Brittany,—inclinó la cabeza—No son balas comunes, estas coagulan la sangra, es como si metieras muchos trombos en tu organismo, toman el mismo estimulo humano de coagulación sanguínea.
Arqué una ceja.
—Déjame tratar de ponerlo más sencillo, cuando te cortas se aglutinan las plaquetas para tratar de cerrar la herida, solo que estas se multiplican mucho más rápido y cubren más espacios, una bala en un brazo puede debilitarte, incluso paralizar parte de tu cuerpo si no tomas medidas, pero una en el corazón se distribuye mucho más rápido en el cuerpo, tienes pocos minutos para sacarla y si no lo haces mueres sin remedio.
Me tomé un minuto para procesar la información.
—Me pareció que el arma no era normal.
—No lo es, se parece mucho a las normales, pero tiene sus diferencias porque las balas son más grandes. Es una muerte muy dolorosa, la mayoría de nosotros prefiere no usarlas; sin embargo, algunas veces son necesarias, fue un descuido no estar armada,—me miró y torció un poco la boca—Pero como la otra vez te asustaste cuando la vistes, preferí no portarla estando cerca de ti.
Mi corazón se contrajo.
—No me asusté, solo me sorprendió.
En ese momento tocaron a la puerta; era Quinn que traía una tasa grande para Santana.
—Toma Santana, necesitas esto—le dijo.
Santana la tomó y la bebió toda.
—¿Necesitas más?—preguntó.
—Sí, pero dame tiempo a que me duche. ¿Trajeron la ropa para Brittany?
—Deben estar por llegar, solo dame unos minutos y se la traigo junto con un té, me parece que lo necesita—dijo y se marchó de la habitación.
—Brittany, voy a ducharme, por favor recuéstate, cuando regrese responderé a tus preguntas.
Santana se fue a duchar.
Mientras tanto yo repetía todo en mi cabeza como una película, podía volverme loca en ese instante de tantas cosas que vi; demasiada violencia y sangre, debería salir corriendo.
Sin embargo, estaba sentada en la habitación con una mujer que todavía no sabía lo que era.
Quinn volvió y debió notarse lo que estaba pensando porque se sentó junto a mí y me habló.
—Brittany, debes estar conmociona por lo ocurrido, pero dale una oportunidad, deja que te explique. Todo tiene una razón de ser—me pidió.
—Es que es demasiado—dije como en trance—Dime, ¿Eres igual a ella?
—Sí, lo soy—respondió con sinceridad y mirándome a los ojos—Ten Brittany, cámbiate de ropa y tomate este té, te ayudara a calmarte.
Comenzaba realmente a desesperarme.
—¿Calmarme?—casi reí—¿Realmente crees que puedo hacerlo?
—La verdad es que no, pero un té siempre es un té.
No pude reír ante eso, Quinn lo dijo con tanta inocencia, además, era cierto.
Rendida tomé la ropa para cambiarme y Quinn salió de nuevo de la habitación.
Me cambie la ropa; escuchaba la ducha, pero Santana no salía. Pensé que me estaba dando mi espacio, me senté de nuevo en el mueble y comencé a tomar el té.
Al tercer trago Santana salió impecable como siempre, era tan hermosa, si solo la miraba a ella podía pensar que no había ocurrido nada.
Se sentó a mi lado, pero manteniendo cierta distancia, sabía que tenía que ir con calma conmigo.
—Brittany, ¿Quieres hacer tus preguntas ahora o prefieres descansar un poco? Está amaneciendo, es tarde para los humanos.
—¿Humanos Santana? ¿Eso quiere decir que tú no lo eres?
—Ya no lo soy Brittany—respondió con una mirada fría, sin ningún tipo de emoción en la voz.
—Dime Santana, ¿Qué eres? ¿Un vampiro?
Ella respiró hondo, se tomó unos segundos antes de contestar.
—Tengo todas las características que pensamos podría tener un vampiro; sin embargo, no me generé como estamos acostumbrados a pensarlos. No tengo mil años, pero podría tenerlos en el futuro y tampoco fui convertida por alguien más.
—¿Puedes volar?
Santana sonrió.
—No.
—Eres muy rápida, eso lo pude ver.
—Sí, soy muy rápida y puedo saltar muy lejos. También soy mucho más fuerte que una humana, no envejezco y el sol no me quema, pero me debilita, me obliga a alimentarme más seguido.
—¿Qué comes?
—Me alimento a base de sangre, solo eso puedo ingerir.
Eso causó cierto escalofrío en mí.
—Discúlpame Santana, pero si eres un vampiro, por si no te has dado cuenta.
Santana soltó una carcajada por mi comentario y pude ser esos ojos que adoraba iluminarse, era sencillamente maravillosa.
—Solo que no me creé de esa forma. Somos más bien una mutación genética, pero supongo que los vampiros también pueden llamarse de esa manera.
—Cuéntame cómo fue.
Ella volvió a respirar hondo y se recostó del mueble. Miró al techo.
—Fue el 18 de enero de 1962, por lo que solo tengo 53 años—me aclaró—Yo estudié ingeniería genética, trabajaba junto a mi madre y otras personas en un proyecto secreto para el gobierno de los Estados Unidos; tratábamos de crear soldados más fuertes, nos preparábamos para una guerra inminente. Avanzábamos muy lentamente y nos presionaban muchísimo, querían que probáramos en humanos y nos negábamos. Trabajábamos por lo menos 15 o 18 horas diarias, buscábamos mejoras y estábamos contra reloj considerando que en cualquier momento estallaría una guerra mundial.
—¿Entonces qué pasó Santana?
—Bueno, la verdad no lo tenemos claro, tal vez fue el cansancio, pero en un laboratorio se generó una explosión. Entonces las áreas se clausuraron por contagio, era muy delicado. Algo que piensas puede ser una mejora para el ser humano, se puede convertir en un virus mortal. La línea que separa una mejora genética y un virus que puede aniquilarnos es muy débil.
—Yo siempre escuché historias como estas, lo que llaman teorías de conspiración y nunca pensé que alguna pudiera ser real.
—Brittany, cuando el rio suena piedras trae. No es posible que todo sea mentira o que todo sea verdad, solo dependemos de nosotros mismos para saber cuál es la realidad.
—Tienes razón, siempre es más sencillo no investigar las cosas, pero por favor, continua Santana, quiero escucharte.
—Al inicio reinó el caos, las personas de ese laboratorio murieron por la explosión por lo que nunca supimos a ciencia cierta qué pasó. Las demás, estábamos aturdidas y con mucho dolor, los militares que estaban con nosotros trataron de calmar las cosas, pero seguíamos perdidos y hambrientos. La comida no nos llenaba, no sabíamos qué pasaba, nuestros sentidos estaban agudizados y nuestras emociones estaban fuera de control. Algunas personas se mataron entre sí, entonces una líder surgió y nos dividió en grupos para estudiarnos; además se dio cuenta que necesitamos sangre y saco varias bolsas que teníamos para trasfusiones de sangre de emergencia, eso nos calmó, pero no del todo. Éramos un grupo y necesitábamos más.
—En los tiempos difíciles siempre un líder surge y toma las riendas de la situación.
—Es así Brittany, tal cual lo dijiste. Nos dimos cuenta de que lo que teníamos no era contagioso, al menos no lo era si así lo queríamos. El Gobierno nos quería destruir, pero logramos salir y nos refugiamos en el bosque. Nos alimentamos y continuamos a las montañas, seguimos investigando sobre nosotros y mientras tanto nuestra líder negociaba con el mismo presidente nuestra supervivencia.
—¿Querían eliminarlos?—le pregunté a Santana aterrada por lo que acaba de decirme.
—El hombre le teme a lo que no conoce, logramos un acuerdo. Nosotros los ayudábamos si ellos nos mantenían en el anonimato. No nos atacan, nosotros no los atacamos. Algunos como yo recibimos entrenamiento militar, podíamos aprender muy rápido y fuimos clave para evitar la tercera guerra mundial.
—Siempre me extrañó mucho cómo fue que Rusia cambió de actitud de un día para otro durante la guerra fría.
—Fue un trabajo delicado, pero cumplido. El gobierno pidió que trabajáramos para ellos, pero no somos sus tropas y tampoco estamos en pro de la violencia. Sin embargo, aceptamos limitar la propagación de nuestra especie, algo que además de ser bueno para ellos, también lo es para nosotros. Tratamos de vivir en comunidad, nosotros vampiros como nos llaman y ustedes humanos.
—Santana, ¿Quiénes son estas persona que te atacaron?
—Son un grupo que formaba parte de nosotros, pero no con los mismos ideales. Brittany, creo que es suficiente información.
—Tengo muchas preguntas aun.
—Lo siento,—dijo levantándose, no estaba dispuesta a seguir hablando—Esto es todo lo que puedo decirte. Créeme es más que suficiente para poner tu vida en peligro.
Me tendió la mano.
—Puedes dormir en mi habitación, quiero revisar toda la zona antes de que regreses, no te preocupes, aquí estarás segura.
—Y tú, ¿Vas a descansar?
—Me recostare un rato en el mueble y luego atenderé los pendientes para que puedas regresar.
—Me quedo sólo con la condición que te acuestes conmigo, si hasta ahora no me has matado, no creo que lo vayas a hacer esta noche—le dije y no aceptaría un no como respuesta.
Ella pareció pensarlo.
—Está bien Brittany.
Me llevó hasta la cama, me acosté y ella se puso a mi lado evitando tocarme. Yo estire mi mano y tomé la suya, necesitaba su contacto. Tardé un poco, pero finalmente me quedé dormida.
Estaba corriendo por el bosque y me perseguían varios vampiros que quería tomar mi sangre.
No podía ser más rápida que ellos, no tenía oportunidad; de pronto la mujer que se enfrentó a Santana, de un salto se puso frente a mí, tomó mi cabeza y desplegó sus colmillos.
Me desperté gritando “Nooooo…” en los brazos de Santana.
—Todo está bien Britt, tranquila estás conmigo.
Me abracé a ella llorando desconsoladamente. Todo lo sucedido la noche anterior se me vino encima y supongo que comencé a drenar todos mis miedos. Mientras Santana me acariciaba la espalda y me mantenía en sus brazos.
Pasaron varios largos minutos hasta que pude calmarme.
—Ya estoy mejor Santana, gracias.
—No me des las gracias cuando soy la culpable de tu sufrimiento—dijo con reproche.
En ese momento pude ver la tristeza de Santana y su remordimiento, traté de consolarla yo también.
—Tranquila Santana, estoy bien.
—No por favor Britt, no merezco tu pena, es mi culpa todo esto.
—No lo es, son cosas que pasan, uno nunca sabe de quien se va a enamorar.
Apenas lo dije me arrepentí, estaba confirmándole que estaba enamorada de ella y definitivamente no era el momento.
Sus ojos se pusieron más negros que de costumbre unos segundos y luego regresaron a su normalidad.
—Sera mejor que comas, debes tener hambre—fue lo único que me dijo.
—¿Qué hora es?
—Son las tres de la tarde, por lo que en lugar de desayuno te pedí almuerzo. Comida china, espero que te guste, ven conmigo.
—Primero necesito pasar por el baño, si no te molesta.
—Está bien, comprendo.
Me fui al baño a hacer mi rutina mañanera, cepillar mis dientes, ducharme.
Sólo que esta vez estaba más preocupada por mi aspecto que de costumbre.
¿No es irónico?
Porque realmente debería estar preocupada por mi vida.
Afortunadamente el baño de Santana estaba muy completo.
Salí del baño ya con mejor semblante y con mucha hambre. Santana me condujo al comedor donde estaba una mesa repleta de comida.
Creo que estaba todo lo del menú.
—¿Todo esto es para mí?
—La verdad es que si, luego vendrá el personal de limpieza a comer. Además, no sabía qué te gustaba.
—Bueno ya me veras comer porque muero de hambre, pero mientras como, necesito saber algo más.
—Britt, no puedo darte más información de nosotros.
—No es sobre ustedes. Santana, lo que quiero saber es sobre ti.
—Eres una mujer ingeniosa, pero está bien, ¿Que más quieres saber sobre mí?
—Cuando te alimentas, ¿Necesitas matar a alguien para eso?—le pregunté tratando de parecer relajada.
—No es necesario, puedo dejar débil a la persona, pero no necesito tanto para sobrevivir si tomo mi dosis diaria y no estoy herida. Para eso preferimos usar los bancos de sangre.
—¿Te preguntan por qué lo haces o les borras la memoria?
Ella sonrió.
—Lamento decirte Britt que no puedo hacer eso, pero sería bueno. Algunas personas están tan distraídas en otras sensaciones que se olvidan de eso.
—¿Distraídas cómo?—le pregunté realmente curiosa.
—Distraída es distraída y otras nadie les creería, pero como te dije, preferimos los bancos de sangre.
—Donadoras o esposas de sangre—dijo Quinn entrando a la habitación donde nos encontrábamos—Buenas tardes feliz pareja—saludó sonriendo.
—Hola Quinn—respondí.
—Quinn, ella no puede tener esa información—advirtió Santana.
—Tal vez si debería Santana, pero es cosa tuya decírselo—argumentó la mujer.
—Exacto Quinn, así que por favor déjanos solas, te avisaremos cuando Brittany termine de comer—dijo Santana con mal humor.
—Santana, no es forma de hablarle a Quinn—le dije.
—No te preocupes Brittany, estoy acostumbrada a su mal humor. Avísame cuando termines de comer para llamar a los de limpieza para que almuercen.
Esperé a que Quinn se marchara para terminar de reclamarle a Santana por su comportamiento.
—Santana, si no me quieres responder está bien, pero no es manera de hablarle a Quinn ni a nadie más.
—Disculpa, es sólo que no quiero hacerte la vida más difícil y tampoco que decidas algo que no deberías.
—Yo soy una mujer, mis decisiones las tomó por mí misma.
—Soy un depredador Brittany, así que puedo convencer a mis víctimas.
—Deja de considerarme tu víctima, no tienes la culpa de lo que pasó ni de ser lo que eres. Tampoco de que yo esté aquí por voluntad propia; porque Santana, yo quiero estar aquí contigo y no para permanecer con vida, sino porque así lo deseo. Si no puedes comprenderlo, entonces me marcharé.
Santana me miró sorprendida.
Bajó la cabeza unos segundos y luego volvió a mirarme.
—Está bien Brittany, discúlpame, quédate conmigo un poco más, yo también te necesito. Además, ya verificamos tu casa y estas segura, así que pudiste marcharte hace rato, pero la verdad no es lo que deseo.
Esa confesión me gustó.
—Muy bien, porque quiero preguntarte algo más.
Ella torció el gesto de una manera graciosa.
—Está bien mujer, ¿Qué más quiere saber sobre mí?
—¿Has matados humanos? Vampiros pude ver que sí.
La mirada fría volvió.
—Si he matado humanos, y no me siento orgullosa de eso. Algunos eran malas personas, pero otros eran soldados como yo y otros estaban en el lugar y momento equivocado.
Su respuesta me dejó atónita, porque lo de personas malas y soldados lo podía comprender, pero personas que solo estaban en el lugar equivocado, era demasiado para mí.
Tenía que salir de ese lugar inmediatamente.
Me levanté de la mesa lista para salir de ese lugar y no volver nunca.
—Tengo que irme Santana.
—Brittany, soy lo que soy.
—Santana, yo no puedo soportar verte matar gente por estar en el lugar equivocado, quiero irme y dijiste que podía marcharme cuando quisiera.
—Está bien, te llevaré.
—No Santana, me voy sola.
Me dirigí a la salida dispuesta a no mirar atrás.
Siempre fue una asesina, solo que yo quería ver otra cosa en ella.
¿Pero en qué estaba pensando?
¡Por favor, es una vampira!
Santana me seguía muy de cerca, pero no me tocaba y tampoco trataba de detenerme.
En eso se atravesó en mi camino Puck.
—¿Qué hace ella aquí?—preguntó con autoridad.
—Está aquí porque es mi casa y quiero que este—respondió Santana con impaciencia.
—Esto es un error, ella va arruinar nuestra misión; todo porque no puedes poner a tus mujeres de turno en su lugar—dijo Puck sin tapujos.
En fracciones de segundos Santana lo tenía contra la pared, tomado por el cuello hasta el punto que sus pies no tocaban el piso; sus ojos eran negros y su voz casi un rugido a pesar que habló con voz baja.
—Ella no es una de mis mujeres Puck. Ten más respeto cuando hablas de ella o no respondo de mí.
Lo soltó y él cayó al piso.
A pesar de eso, Puck la miró desde abajo.
—Santana, ella no puede saber nada de lo que pasa y si está aquí, pronto lo sabrá. Recuerda la ley Santana, no la olvides. Además, nuestra prioridad es cumplir la misión concéntrate en eso.
Dijo eso mientras se levantaba del piso, me miro con despreció y se marchó.
Santana se había quedado muy quieta.
—Vamos, te llevare Brittany.
—Puedo irme sola—insistí.
—Puedes, pero no lo harás, así que vienes conmigo.
Me tomó por el brazo, pasamos por un pasillo que nos llevó al estacionamiento, me subió al auto.
Sabía que no valía la pena discutir con ella en ese momento.
Durante el camino nadie habló, sólo cuando estacionó frente al edificio y sacó de su bolsillo un teléfono pequeño.
—Tómalo y no discutas. Llévalo siempre contigo, si algo pasa o si ves algo sospechoso, llámame inmediatamente. Soy un animal Brittany y no merezco ni siquiera que me mires, pero necesito saber que estas bien, por favor tómalo.
Yo miré el teléfono en sus manos midiendo mis opciones.
Tenía dos, y ella no iba a ceder.
—Está bien.
Tomé el teléfono y bajé del auto.
No era así como quería decirle adiós, pero lo más sensato era salir de la vida de Santana y mantenerme muy lejos de ella para siempre.
Subí al departamento y me encontré con Rachel; era algo inevitable ya que vivimos juntas, pero justo en ese momento yo no quería hablar con nadie.
—Brittany, ¿Dónde estabas?—me preguntó en cuanto me vio—Marley ha estado llamando, me tiene loca.
—Bueno, te lo mereces, tú la invitaste anoche.
No estaba para discusión ni nada por el estilo.
—Yo pensaba que no salías con nadie; fue una sorpresa ver que se armara todo ese lio anoche. Me dijo Marley que casi tiene que matar a golpes a una mujer que te estaba acosando en el bar.
—¿Eso te dijo? ¡Que cómica es Marley algunas veces!
Yo reí incrédula por el comentario de Marley, no podría tocarle ni un cabello a Santana.
—Solo tenías que decirme que salías con Quinn—me dijo Rachel.
—Yo no salgo con Quinn, ¿Quién te dijo eso?
—Nadie, pero lo asumo porque fue ella quien vino a buscar ropa para ti anoche y me dijo que no llegarías hasta mañana.
—No tengo nada con Quinn y la verdad Rachel, tengo que estudiar, así que me voy a mi habitación.
—Pero Brittany, ¿Qué le digo a Marley si llama de nuevo?
—Sencillo, que no quiero hablar con ella.
Me fui a mi habitación y me acosté.
Comencé a repasar mis libros, pero no lograba concentrarme.
Era demasiado lo que había vivido en tan pocas horas.
Encendí la televisión, pero pasaba los canales uno tras otros.
Entonces me detuve en un canal que trasmitía un especial de África donde mostraban los animales y comentaban la forma de atacar a sus presas.
Pasaron un video de cómo una Leona mató y devoró a una pequeña cebra que se alejó demasiado de su madre; era triste para mi verlo, pero era la naturaleza de la Leona.
Entonces pensé en Santana, pero ella era un ser pensante así que podía decidir cuándo matar. Apagué la televisión y me dedique a mi libros, tenía que estudiar.
Me desperté en la mañana muy temprano rodeada de mis libros, no pude saber a qué hora me había dormido.
Me levanté para darme una ducha y alistarme para irme a la Universidad.
Cuando me senté a desayunar llegó Rachel, se sirvió un café y se sentó a mi lado.
—Britt, si no quieres decirme con quien sales está bien, lo que si te voy a pedir es que le atiendas la llamada a Marley, al menos para que deje de llamar.
—Está bien, lo haré cuando regrese de la Universidad.
—Brittany, también quiero decirte que cuentas conmigo siempre.
—Lo sé Rachel.
No pude más que abrazar a mi amiga, quería contarle, pero estaba segura que no debía hacerlo.
Bajamos ya listas para irnos y cuando estábamos por subir al auto de Rachel, llegó Quinn en su auto, una Ford Explorer, color crema.
—¿Qué les parece si las llevo a la universidad?—preguntó Quinn.
—Tenemos nuestro auto, gracias—le dijo Rachel.
—Está bien, cambio mi pregunta, Brittany ¿Qué te parece si te llevo a la universidad?
—Quinn, no me lo tomes a mal, pero prefiero irme con Rachel—le contesté.
Quinn torció un poco el gesto, pero como disculpándose.
—Lamento decirte Brittany que esta semana te vas conmigo a la Universidad y esperare a que estés lista para traerte a casa. En pocas palabras seré tu chofer esta semana y no es negociable.
—Estás loca—dijo Rachel.
—Sí, estoy loca, pero tu amiga sabe que conmigo va a ir más segura que contigo, porque estoy segura manejas muy mal.
Los ojos de Rachel eran una mínima rendija cuando miró a Quinn, quien sonreía con suficiencia.
Para mí fue claro el juego de palabra, con ella estaría segura, pero lo más importante para mí era mantener segura a mi amiga y para eso, era mejor que no estuviera conmigo.
—Tranquila Rach, me voy con Quinn, si ella quiere ser mi chofer no voy a quitarle ese placer.
A mi amiga no pareció gustarle la idea, pero no dijo nada.
—Está bien Brittany, pero cuando no quieras tener una chofer tan odiosa como ella, me avisas.
Rachel terminó de decir eso y se marchó a su auto, el cual arranco dejando marcas en el pavimento.
Me subí a la camioneta de Quinn y ella también arrancó, pero con normalidad.
—Tu amiga es insoportable.
—En esto tengo que darle la razón a ella, esto no tiene sentido, no tenías por qué pasarme buscando.
—Son órdenes del jefe y yo las cumplo.
—Tu jefe no es mi jefe, así que yo no tengo por qué cumplirla, me llevas a la universidad y eso es todo, ¿De acuerdo?
Ella se encogió de hombros.
—No, tu vida puede estar corriendo peligro, mientras estas con Rachel en casa estas segura, pero cuando te alejes de ella quedas por tu cuenta; entiende que no sabemos si ellos enviaron tu foto a su jefe.
—Quinn, no entiendo nada. Primero, ¿Por qué ellos quieren atraparme justamente a mí? ¿Y por qué justo con Rachel estoy segura? Ella no es como ustedes, de eso estoy segura.
—Brittany, primero, ellos te quieren a ti solo para atrapar a Santana, con el enfrentamiento que se presentó con tu amiga quedó claro que ella se interesa en ti y mucho.
—Lo que quedó claro es que Santana es una idiota que se cree que es mi dueña—le dije ya impaciente y le dije molesta todavía con lo ocurrido.
—Brittany, no comprendes que Santana no lo puede evitar, ella sabe que cada vez que pasa más tiempo contigo te pone en peligro; hace tiempo que nuestros enemigos le buscan una debilidad, si ven una oportunidad no lo van a desperdiciar. Ella te quiere a un nivel que no es capaz de aceptar, pero que cuando el animal que tiene por dentro se interpone, no puede disimularlo entonces ella actúa por instinto.
Me quede pensando en lo que me estaba diciendo y recordé en cómo se oscurecían sus ojos cuando un sentimiento, ya fuera pasión, celos o rabia, fluía en ella.
Recordé cómo se preocupaba porque esté segura, debía estar preocupada por todo esto, pero la verdad es que estaba feliz.
—¿Comprendes por qué ellos quieren atraparte? Y debemos estar seguros que no llegaron a saber de tu existencia.
—Estoy comprendiendo, ¿Pero por qué con Rachel estoy segura?
—De eso no puedo decirte mucho, pero ella cuenta con seguridad, varios de nosotros la cuidan coordinados por Puck. Cuando te separas de ella, estas por tu cuenta, por esa razón Santana me contrató para cuidarte así que más que tu chofer seré tu guardaespaldas por una semana al menos.
En eso llegamos a la universidad, pero no me baje del auto, tenía muchas preguntas todavía.
—¿Por qué Rachel? ¿Qué quieren de ella?
—Eso no te lo puedo decir.
—No querrán hacerle daño, matarla o comérsela, ¿Cierto?—pregunté alterada por la situación.
Quinn soltó una carcajada.
—Podemos alimentarnos sin matar a nadie y si matamos, es porque no tenemos alternativa. Al menos eso es lo que mi gente defiende. Como te dije, Rachel está segura, nos ocupamos de eso.
—¿Ella es su misión entonces?
—Es todo lo que puedo decirte Brittany, ve a clases ahora, estaré cerca si me necesitas.
Yo quería más respuestas, pero sabía que no iba a conseguirlas por el momento.
—Gracias Quinn.
—Aunque Santana me paga por esto, tengo que decir que es todo un placer.
Me baje del auto y me dirigí a la cafetería, ya no podría entrar a la primera clases, tendría que esperar a la siguiente, pero era mejor así porque tendría tiempo de pensar.
Era increíble que mientras más respuesta obtenía, más preguntas se me generaban.
Estaba sentada tomándome un café y sumida en mis pensamientos cuando apareció Rachel.
—Brittany, ¿Me lo vas a seguir negando?
—¿Qué cosa?
—Que estas saliendo con Quinn.
—No lo hago.
Rachel pareció impacientarse.
—Mira, yo sé que algunas veces puedo ser una bruja insensible y que me gusta ser el centro de atracción en todo, pero sabes que soy tu amiga y te quiero, si te enamoraste de esa simplona está bien. Además, si la miras bien no está mal, tiene un cuerpo ejercitado, se nota que se la pasa en el gimnasio, su espalda hace que esas camisas negras que usa le queden bien y resalten más el color de sus ojos.
—También tienes que aceptar que tienen un cabello rubio fenomenal, lástima que lo tenga siempre recogido—dije.
—¿Sabes? No me parece tan mal ese moño que usa porque deja ver esos ojos verdes tan lindos que tiene, son como profundos y cuando se molesta se ven más verdes.
—Bueno, a mí me encanta su personalidad, especialmente porque no se queda con nada y responde lo que piensa sin tantos secretos y rodeos.
—Yo diría que eso la hace insoportable, pero me gusta cómo se muerde el labio antes de soltar el insulto por eso es que te digo Brittany, ella disfruta sacándome de mis casillas, pero bueno es a ti a quien le tiene que gustar no a mí—finalizó Rachel torciendo los labios.
—Rachel, no salgo con Quinn, te lo repito.
—Mira, si quieres seguir negándolo, está bien, pero ya sabes que es bienvenida aunque sea simplona, malcriada y horriblemente pobre.
—Rachel por favor, no seas clasista, ella tiene un trabajo honrado.
—Yo no salgo con los empleados si no con los jefes como la que está sentada allá,—señalo con la cabeza detrás de mí, supuse que era Santana—Tengo que apurarme porque la coqueta de Erika no la suelta, se la pasa insinuándosele.
Me giré hacia donde Rachel me señalaba y pude ver a Santana tan bella como siempre, con una camisa blanca holgada que llevaba por fuera y unos pantalones ceñidos al cuerpo y ese cabello despeinado que tanto adoraba.
Como sabiendo que la pensaba volteó a donde estaba y sus ojos se clavaron en la mí; sentí en su mirada deseo y añoranza, mi cuerpo se humedeció respondiéndole automáticamente.
¿Qué tenía esa mujer que con su sola mirada podía ponerme así?
Era una asesina, celosa y maniática así que tenía que sacarla de mi mente.
—Bueno, por mi puede estar con quien le plazca—dije.
—No que va Brittany, esa sin vergüenza no se va a quedar con mi premio. Mira como le muestras sus pechos.
Me gire de nuevo tal vez porque soy una idiota masoquista, pero tenía que ver lo que pasaba.
Ahí estaba Erika inclinándose hasta donde estaba sentada Santana y sus senos quedaban justo frente a su cara. Pude ver esa sonrisa perversa de mi vampira que pone cuando le gusta lo que ve y para colmo la invitó a sentarse con ella.
Mi ataque de celos fue interrumpido por Marley que llegó justo en ese momento.
—¡¡Britt!!—saludó con emoción—¿Cómo estas mi amor?
Rachel no disimuló lo empalagoso que eso le resultó.
—Me parece que aquí sobro. Me voy Brittany, tengo que detener a una bruja—se despidió mi amiga mientras se alejaba de la mesa.
—¿Qué pasó? ¿Cuál bruja?—preguntó Marley.
—Nada, no le hagas caso, tú sabes cómo es Rachel—le sonreí sintiéndome algo incomoda—¿Tu como estas?
—Bien, Pero ¿Qué contigo después que la dueña del local me empujó? Quiero que sepas que me tomó mal paradas y no quise hacer más escándalo, tú sabes que yo soy una persona tranquila.
Traté de no reír.
—Si Marley, comprendo. Yo me fui al departamento, ya no quería hablar con nadie.
—Ya se entonces porque no atendías mis llamadas. Vamos Brittany, dame una oportunidad, déjame acercarme a ti, ¿Podemos al menos ser amigas?
Por el rabillo del ojo pude ver que Santana me estaba mirando y sabía que podía escucharme, sé que no estaba bien, pero sería bueno verla sufrir un poco.
—Claro Marley, podemos ser amigas, siempre me ha gustado tu compañía—le dije con cierta picardía.
—Eso me encantaría Britt—dijo Marley sentándose muy cerca de mí.
Miré de nuevo en dirección a Santana y pude ver como se levantaba molesta y se marchaba dejando a Rachel y a Erika entendiéndose.
Una sonrisa interna brillo en mi pecho.
—Brittany, me gustaría acompañarte en navidad, faltan pocos días y no tengo compromisos, así que podrías ir contigo si quieres.
—Marley, no me parece una buena idea y ahora te dejo porque tengo clases.
Me dio un beso en la mejilla y me marché, tenía que ocuparme de mis estudios y no podía darme el lujo del faltar de nuevo a clases.
El día transcurrió sin sobre saltos, al terminar mis clases Quinn me llevó a casa y me pidió que le avisara si pensaba salir.
Subí a mi departamento, me di un baño, me prepare un bocadillo y me dispuse a repasar algunas guías.
Sin embargo, mis pensamiento volaban hacia Santana; recordaba su mirada que me quema, sus manos tocándome, besándome.
Yo tenía que calmar mi cuerpo, así que lo mejor era que me fuera a trotar, ya habían pasado más de tres días que no hacia ejercicio.
Me puse la ropa de deporte, bajé y me fui trotando al parque donde acostumbraba a hacer mis ejercicios.
El clima estaba, pero se podía estar al aire libre; estaba logrando transpirar unas cuantas calorías y además no pensar tanto en Santana.
De pronto un idiota que también hacia ejercicios también comenzó a molestarme.
Se puso a mi lado siguiendo el ritmo de mis pasos.
—¿Qué te parece si te acompaño?
—La verdad es que prefiero estar sola. Gracias—le dije amablemente.
Pero el hombre continuó a mi lado. Haciendo su mejor pose en cada paso, algunas veces los hombres pueden ser estúpidos.
—¿No te gustaría tomar algo cuando terminemos aquí?
—No quiero ser grosera, pero le agradecería que me deje tranquila—le pedí.
—Me gustan las difíciles y con buen cuerpo, así que creo que hoy es un día muy bueno para tomar algo acompañado.
Llegamos a la parte más solitaria del parque y todavía tenía al idiota a mi lado; no sentía miedo, era un renacuajo.
Además, yo había hecho un curso de defensa personal, así que podía manejarlo, solo me fastidiaba mi momento de hacer ejercicio, lo que si me asustaban eran esos vampiros, contra ellos no podía hacer nada.
—Préstame atención muñeca, vamos a tomarnos algo—insistió.
No le respondí, no merecía la pérdida de tiempo, pero él no quedo complacido.
Me tomó por la muñeca y me atrajo hacia él.
—Te dije que me prestaras atención.
No me dio tiempo de hacer nada cuando la mano de Santana estaba en la muñeca del hombre y si no me soltaba inmediatamente estaba segura que se la fracturaría.
El hombre inteligentemente me soltó.
—Aléjate de mi chica idiota, si no quieres volver a correr por un buen tiempo—le dijo Santana aun sosteniéndolo.
El hombre recobro la compostura.
—Yo creo que tu chica quería que la tocara muñeca.
Santana le tomo por las manos y se las apretó hasta que el hombre se arrodilló de dolor.
—No creo que quiera eso, ahora discúlpate con ella, de lo contrario haré crujir tus huesos.
El hombre estaba arrodillado y parecía no entender lo que asaba, lo que si sabía es que sus manos estaban a punto de ser muy lastimadas.
—Discúlpeme señorita, no la volveré a molestar—logró articular el hombre mientras temblaba de miedo por Santana.
Ella la soltó y, segundos después, él salió corriendo y gritando que estábamos locas.
Fue demasiado, ese tipo se merecía una lesión, pero yo podía encargarme de él, no era necesario casi fracturarles las manos.
Santana me miró.
—Britt, no debes salir a correr al parque, es peligroso. Mañana mismo te apuntas a un gimnasio.
—Santana, no tenías que hacer esto, yo podía controlarlo. Además, no soy tu chica—le recalqué.
Ella creía que puede darme y eso me saca de mis casillas.
Lo que dije poco le importó, comenzó a llamar a Quinn que apareció inmediatamente.
—Dime Santana, ¿En qué te puedo ayudar—preguntó Quinn al llegar.
Santana parecía muy molesta.
—¿Cómo me explicas esto? Ese hombre estaba agrediendo a Brittany.
Quinn no se inmutó, siempre parecía muy relajada.
—Ese hombre no era un problema para ella, estoy segura que podía encargarse sola y si no, pues entonces yo aparecería. Claro, sería más fácil si me avisa cuándo planea salir—me miró de reojo.
—Claro que puedo encargarme de esto, además solo estoy haciendo ejercicios.
—Brittany, no seas irresponsable, tu vida corre peligro. Y tú Quinn, que esto no se repita, tu deber es cuidarla—dijo Santana sin poder ocultar su enojo.
—Santana, la idea es mantenerla viva y lo está, así que todo va bien. El hombre apenas la tocó—replicó Quinn.
—Bueno apunta que además de viva, no quiero que nadie le ponga un dedo encima—contraatacó.
A mí me parecía insólito que estuvieran discutiendo sobre mí sin tomar en cuenta mi opinión.
Me impacienté.
—¡¡Santana!!—casi grite.
Ambas mujeres me miraron como si fuera la primera vez que me vieran ahí.
—No soy tu chica y me puede tocar quien yo quiera que lo haga. Además, ¿Qué haces aquí? ¿Me estas acosando?
Santana me miraba atónita y Quinn hacia un fallido intento por no reír.
—No te estoy acosando, yo seguía una pista. En el parque encontramos rastros de vampiros. Imagínate lo que sentí cuando escuche tu voz, no debes arriesgarte así Brittany, compréndelo.
Yo me sentí culpable por esto, estaba arriesgando mi vida y la de Santana.
De ahora en adelante sería más cuidadosa.
—¿Vampiros Santana? ¿Rachel está asegurada?—preguntó Quinn muy preocupada.
—Si a ambas preguntas. Y ahora por favor, pon a salvo a mi chica—ordenó Santana.
Yo flipé.
¿Acaso no me escuchaba?
—Lo siento Santana, por todo… y te repito, no soy tu chica.
Ella me miró sin inmutarse.
Perdí la paciencia, me fui del parque con Quinn lo más rápido que pudimos, sin llamar la atención y Santana se quedó revisando la zona.
Cuando llegué al departamento estaba Rachel preparando una ensalada; no le quedaban muy buenas, pero se agradecía el gesto, así que me di un baño y me senté a cenar con ella.
Pasamos el rato mientras Rachel me contaba como Erika no dejaba de acosar a Santana y que Marley le había pedido que la invitara a pasar navidad con sus abuelos, a lo que ella se negó.
Poco después me fui a dormir, pero no lograba conciliar el sueño.
Me quedé preocupada por Santana en el parque, sola, persiguiendo a esos vampiros, necesitaba saber que estaba bien, así que tomé el teléfono que me dio, lo encendí y la llame.
Atendió inmediatamente preocupada por mi llamado.
—Britt, ¿Estas bien?
—Hola. Sí, estoy bien, tranquila.
—¿Seguro que estas bien?—insistió.
—Sí, pero lo que quiero saber es si tu estas bien, me quede preocupada de que te quedaras sola en el parque.
—Gracias por preocuparte. Estoy bien, realmente no estaban en el parque, pero habían estado en los alrededores por lo que te quiero pedir que seas cuidadosa de ahora en adelante.
Después de lo que había pasado, tuve que ceder.
—Está bien, no saldré sin avisarle a Quinn.
—También quiero que me avises a mí, por si Quinn necesita ayuda.
—Tienes que ocuparte de tus cosas, con Quinn estaré bien—argumenté.
—¿Por qué tienes que discutir todo Brittany? Es por tu seguridad.
—No es necesario, como tampoco fue lo del parque Santana, no puedes saltarle encima a todo el que me toque.
Pude escuchar un quejido al otro lado del teléfono.
—Fíjate que si puedo y aun no me perdono por no partirle el brazo a ese tipo, tal vez deba darle una visita esta noche.
—¡¡¿Qué?!! Santana, por favor contrólate, no lo mates.
—No voy a matarlo, solo partirle el brazo—dijo como si fuera lo más natural del mundo—Britt, tienes que saber que las personas inocentes que maté fue porque me encontraba herida; estaba en una misión, las cosas se complicaron, pero, aunque los elimine a todos, quede muy mal herida y si no me alimentaba moriría. En esos momentos, mi cuerpo trabaja por instinto. Cuando nos encontramos de esa esa manera, no podemos detenernos hasta que tomamos lo suficiente o el humano del que nos alimentamos muere. No es algo que me hace feliz o me guste, pero tampoco puedo evitarlo—me explicó con aflicción en su voz.
Mi corazón se contrajo.
—Santana, yo pensé que…
—Que era una asesina…—completó ella por mí—Bueno, tengo que confirmarte que lo soy y por eso estas más segura lejos de mí. Ahora me despido, buenas noches Britt.
No alcancé a responder nada porque ya había cortado la llamada.
Yo no puede dejar de repetirme que era una locura, pero mi sentido común debía estar funcionando mal y no solo mi sentido común, si no mi instinto de supervivencia, porque yo debería estar huyendo de Santana.
Fue entonces cuando me pregunté:
¿Cuál es el instinto más fuerte que puede tener el ser humano?
Y encontré la respuesta sin dudarlo mucho: el amor.
El amor es lo que realmente nos mueve, puede ser peligroso, incluso toxico, pero si tu corazón lo siente no es algo que puedas apagar.
Tratas de vivir sin él, pero no puedes dejar de sentirlo porque se adueña de tu cuerpo, de tu alma y por supuesto de tu corazón.
La respuesta estaba ahí desde el primer día, yo solo estaba luchando contra ella.
¿Pero hasta donde se puede luchar?
Soy de las personas que no se rinden nunca, de esas que quieren llegar hasta el final, pero,
¿Cuál es realmente mi batalla, si lo que más deseo es amarla muy a pesar mío?
Muy a pesar de ella misma porque no se puede pedir permiso para amar.
Yo he tenido una vida tranquila hasta ahora.
Estoy a punto de graduarme, tengo una familia que me quiere, amigos; no es que esté sola y nada me importe, porque entonces incluso más que el amor, podría ser una salida, pero la verdad es que yo estaba bien antes de Santana.
Ahora, después de conocerla, mi cuerpo la siente, mi alma la necesita, la extraño cada segundo y no puedo imaginar un mundo donde ella no esté.
La pregunta es:
¿Estoy dispuesta a morir por ella?
O incluso
¿A morir en ella?
Mi respuesta es sí.
Pasamos por unos pasillos y llegamos a la habitación y oficina de Santana.
Entramos en silencio, había sido así todo el camino.
Yo me senté casi de inmediato, necesitaba hacerlo. Santana se apoyó en el escritorio, me miró fijamente y me preguntó:
—Dime Brittany, ¿Qué es lo primero que quieres saber?
—¿Estas bien Santana? Veo que tu cara está bien, pero tu cuerpo… vi que recibiste muchos golpes.
Con sus manos tomó su camisa bañada en sangre y la arrancó de su cuerpo de un tirón y la lanzó a la basura.
—Estoy bien, sanamos muy rápido, si la herida no es mortal podemos recuperarnos con facilidad.
Su mirada era fría, lo que me demostraba que no quería o le incomodaba hablar de tema.
—Puedo ver que tu cuerpo está bien, solo te ves un poco pálida.
Tensó la mandíbula y tardó unos segundos en hablar.
—Si Brittany, necesito alimentarme para recuperarme. En este momento no es urgente, pero mientras más pierda sangre más necesito alimentarme.
En ese momento no quise preguntar qué comían, no tenía aun el valor para hacer esa pregunta.
Pude ver y entender en el momento que quitándoles la cabeza podían matarlos, tenía algo de sentido para mí, pero que una bala los pudiera matar, bueno no me cuadraba eso.
—Sin embargo, pueden morir por un par de balas, pensé que eso no acabaría con alguien como tú.
Pareció relajarse un poco.
—Tampoco somos familia de Superman—dijo Santana sonriendo y sentándose a mi lado.
—Discúlpame si no me parece gracioso—le dije con frialdad.
—Disculpa Brittany,—inclinó la cabeza—No son balas comunes, estas coagulan la sangra, es como si metieras muchos trombos en tu organismo, toman el mismo estimulo humano de coagulación sanguínea.
Arqué una ceja.
—Déjame tratar de ponerlo más sencillo, cuando te cortas se aglutinan las plaquetas para tratar de cerrar la herida, solo que estas se multiplican mucho más rápido y cubren más espacios, una bala en un brazo puede debilitarte, incluso paralizar parte de tu cuerpo si no tomas medidas, pero una en el corazón se distribuye mucho más rápido en el cuerpo, tienes pocos minutos para sacarla y si no lo haces mueres sin remedio.
Me tomé un minuto para procesar la información.
—Me pareció que el arma no era normal.
—No lo es, se parece mucho a las normales, pero tiene sus diferencias porque las balas son más grandes. Es una muerte muy dolorosa, la mayoría de nosotros prefiere no usarlas; sin embargo, algunas veces son necesarias, fue un descuido no estar armada,—me miró y torció un poco la boca—Pero como la otra vez te asustaste cuando la vistes, preferí no portarla estando cerca de ti.
Mi corazón se contrajo.
—No me asusté, solo me sorprendió.
En ese momento tocaron a la puerta; era Quinn que traía una tasa grande para Santana.
—Toma Santana, necesitas esto—le dijo.
Santana la tomó y la bebió toda.
—¿Necesitas más?—preguntó.
—Sí, pero dame tiempo a que me duche. ¿Trajeron la ropa para Brittany?
—Deben estar por llegar, solo dame unos minutos y se la traigo junto con un té, me parece que lo necesita—dijo y se marchó de la habitación.
—Brittany, voy a ducharme, por favor recuéstate, cuando regrese responderé a tus preguntas.
Santana se fue a duchar.
Mientras tanto yo repetía todo en mi cabeza como una película, podía volverme loca en ese instante de tantas cosas que vi; demasiada violencia y sangre, debería salir corriendo.
Sin embargo, estaba sentada en la habitación con una mujer que todavía no sabía lo que era.
Quinn volvió y debió notarse lo que estaba pensando porque se sentó junto a mí y me habló.
—Brittany, debes estar conmociona por lo ocurrido, pero dale una oportunidad, deja que te explique. Todo tiene una razón de ser—me pidió.
—Es que es demasiado—dije como en trance—Dime, ¿Eres igual a ella?
—Sí, lo soy—respondió con sinceridad y mirándome a los ojos—Ten Brittany, cámbiate de ropa y tomate este té, te ayudara a calmarte.
Comenzaba realmente a desesperarme.
—¿Calmarme?—casi reí—¿Realmente crees que puedo hacerlo?
—La verdad es que no, pero un té siempre es un té.
No pude reír ante eso, Quinn lo dijo con tanta inocencia, además, era cierto.
Rendida tomé la ropa para cambiarme y Quinn salió de nuevo de la habitación.
Me cambie la ropa; escuchaba la ducha, pero Santana no salía. Pensé que me estaba dando mi espacio, me senté de nuevo en el mueble y comencé a tomar el té.
Al tercer trago Santana salió impecable como siempre, era tan hermosa, si solo la miraba a ella podía pensar que no había ocurrido nada.
Se sentó a mi lado, pero manteniendo cierta distancia, sabía que tenía que ir con calma conmigo.
—Brittany, ¿Quieres hacer tus preguntas ahora o prefieres descansar un poco? Está amaneciendo, es tarde para los humanos.
—¿Humanos Santana? ¿Eso quiere decir que tú no lo eres?
—Ya no lo soy Brittany—respondió con una mirada fría, sin ningún tipo de emoción en la voz.
—Dime Santana, ¿Qué eres? ¿Un vampiro?
Ella respiró hondo, se tomó unos segundos antes de contestar.
—Tengo todas las características que pensamos podría tener un vampiro; sin embargo, no me generé como estamos acostumbrados a pensarlos. No tengo mil años, pero podría tenerlos en el futuro y tampoco fui convertida por alguien más.
—¿Puedes volar?
Santana sonrió.
—No.
—Eres muy rápida, eso lo pude ver.
—Sí, soy muy rápida y puedo saltar muy lejos. También soy mucho más fuerte que una humana, no envejezco y el sol no me quema, pero me debilita, me obliga a alimentarme más seguido.
—¿Qué comes?
—Me alimento a base de sangre, solo eso puedo ingerir.
Eso causó cierto escalofrío en mí.
—Discúlpame Santana, pero si eres un vampiro, por si no te has dado cuenta.
Santana soltó una carcajada por mi comentario y pude ser esos ojos que adoraba iluminarse, era sencillamente maravillosa.
—Solo que no me creé de esa forma. Somos más bien una mutación genética, pero supongo que los vampiros también pueden llamarse de esa manera.
—Cuéntame cómo fue.
Ella volvió a respirar hondo y se recostó del mueble. Miró al techo.
—Fue el 18 de enero de 1962, por lo que solo tengo 53 años—me aclaró—Yo estudié ingeniería genética, trabajaba junto a mi madre y otras personas en un proyecto secreto para el gobierno de los Estados Unidos; tratábamos de crear soldados más fuertes, nos preparábamos para una guerra inminente. Avanzábamos muy lentamente y nos presionaban muchísimo, querían que probáramos en humanos y nos negábamos. Trabajábamos por lo menos 15 o 18 horas diarias, buscábamos mejoras y estábamos contra reloj considerando que en cualquier momento estallaría una guerra mundial.
—¿Entonces qué pasó Santana?
—Bueno, la verdad no lo tenemos claro, tal vez fue el cansancio, pero en un laboratorio se generó una explosión. Entonces las áreas se clausuraron por contagio, era muy delicado. Algo que piensas puede ser una mejora para el ser humano, se puede convertir en un virus mortal. La línea que separa una mejora genética y un virus que puede aniquilarnos es muy débil.
—Yo siempre escuché historias como estas, lo que llaman teorías de conspiración y nunca pensé que alguna pudiera ser real.
—Brittany, cuando el rio suena piedras trae. No es posible que todo sea mentira o que todo sea verdad, solo dependemos de nosotros mismos para saber cuál es la realidad.
—Tienes razón, siempre es más sencillo no investigar las cosas, pero por favor, continua Santana, quiero escucharte.
—Al inicio reinó el caos, las personas de ese laboratorio murieron por la explosión por lo que nunca supimos a ciencia cierta qué pasó. Las demás, estábamos aturdidas y con mucho dolor, los militares que estaban con nosotros trataron de calmar las cosas, pero seguíamos perdidos y hambrientos. La comida no nos llenaba, no sabíamos qué pasaba, nuestros sentidos estaban agudizados y nuestras emociones estaban fuera de control. Algunas personas se mataron entre sí, entonces una líder surgió y nos dividió en grupos para estudiarnos; además se dio cuenta que necesitamos sangre y saco varias bolsas que teníamos para trasfusiones de sangre de emergencia, eso nos calmó, pero no del todo. Éramos un grupo y necesitábamos más.
—En los tiempos difíciles siempre un líder surge y toma las riendas de la situación.
—Es así Brittany, tal cual lo dijiste. Nos dimos cuenta de que lo que teníamos no era contagioso, al menos no lo era si así lo queríamos. El Gobierno nos quería destruir, pero logramos salir y nos refugiamos en el bosque. Nos alimentamos y continuamos a las montañas, seguimos investigando sobre nosotros y mientras tanto nuestra líder negociaba con el mismo presidente nuestra supervivencia.
—¿Querían eliminarlos?—le pregunté a Santana aterrada por lo que acaba de decirme.
—El hombre le teme a lo que no conoce, logramos un acuerdo. Nosotros los ayudábamos si ellos nos mantenían en el anonimato. No nos atacan, nosotros no los atacamos. Algunos como yo recibimos entrenamiento militar, podíamos aprender muy rápido y fuimos clave para evitar la tercera guerra mundial.
—Siempre me extrañó mucho cómo fue que Rusia cambió de actitud de un día para otro durante la guerra fría.
—Fue un trabajo delicado, pero cumplido. El gobierno pidió que trabajáramos para ellos, pero no somos sus tropas y tampoco estamos en pro de la violencia. Sin embargo, aceptamos limitar la propagación de nuestra especie, algo que además de ser bueno para ellos, también lo es para nosotros. Tratamos de vivir en comunidad, nosotros vampiros como nos llaman y ustedes humanos.
—Santana, ¿Quiénes son estas persona que te atacaron?
—Son un grupo que formaba parte de nosotros, pero no con los mismos ideales. Brittany, creo que es suficiente información.
—Tengo muchas preguntas aun.
—Lo siento,—dijo levantándose, no estaba dispuesta a seguir hablando—Esto es todo lo que puedo decirte. Créeme es más que suficiente para poner tu vida en peligro.
Me tendió la mano.
—Puedes dormir en mi habitación, quiero revisar toda la zona antes de que regreses, no te preocupes, aquí estarás segura.
—Y tú, ¿Vas a descansar?
—Me recostare un rato en el mueble y luego atenderé los pendientes para que puedas regresar.
—Me quedo sólo con la condición que te acuestes conmigo, si hasta ahora no me has matado, no creo que lo vayas a hacer esta noche—le dije y no aceptaría un no como respuesta.
Ella pareció pensarlo.
—Está bien Brittany.
Me llevó hasta la cama, me acosté y ella se puso a mi lado evitando tocarme. Yo estire mi mano y tomé la suya, necesitaba su contacto. Tardé un poco, pero finalmente me quedé dormida.
Estaba corriendo por el bosque y me perseguían varios vampiros que quería tomar mi sangre.
No podía ser más rápida que ellos, no tenía oportunidad; de pronto la mujer que se enfrentó a Santana, de un salto se puso frente a mí, tomó mi cabeza y desplegó sus colmillos.
Me desperté gritando “Nooooo…” en los brazos de Santana.
—Todo está bien Britt, tranquila estás conmigo.
Me abracé a ella llorando desconsoladamente. Todo lo sucedido la noche anterior se me vino encima y supongo que comencé a drenar todos mis miedos. Mientras Santana me acariciaba la espalda y me mantenía en sus brazos.
Pasaron varios largos minutos hasta que pude calmarme.
—Ya estoy mejor Santana, gracias.
—No me des las gracias cuando soy la culpable de tu sufrimiento—dijo con reproche.
En ese momento pude ver la tristeza de Santana y su remordimiento, traté de consolarla yo también.
—Tranquila Santana, estoy bien.
—No por favor Britt, no merezco tu pena, es mi culpa todo esto.
—No lo es, son cosas que pasan, uno nunca sabe de quien se va a enamorar.
Apenas lo dije me arrepentí, estaba confirmándole que estaba enamorada de ella y definitivamente no era el momento.
Sus ojos se pusieron más negros que de costumbre unos segundos y luego regresaron a su normalidad.
—Sera mejor que comas, debes tener hambre—fue lo único que me dijo.
—¿Qué hora es?
—Son las tres de la tarde, por lo que en lugar de desayuno te pedí almuerzo. Comida china, espero que te guste, ven conmigo.
—Primero necesito pasar por el baño, si no te molesta.
—Está bien, comprendo.
Me fui al baño a hacer mi rutina mañanera, cepillar mis dientes, ducharme.
Sólo que esta vez estaba más preocupada por mi aspecto que de costumbre.
¿No es irónico?
Porque realmente debería estar preocupada por mi vida.
Afortunadamente el baño de Santana estaba muy completo.
Salí del baño ya con mejor semblante y con mucha hambre. Santana me condujo al comedor donde estaba una mesa repleta de comida.
Creo que estaba todo lo del menú.
—¿Todo esto es para mí?
—La verdad es que si, luego vendrá el personal de limpieza a comer. Además, no sabía qué te gustaba.
—Bueno ya me veras comer porque muero de hambre, pero mientras como, necesito saber algo más.
—Britt, no puedo darte más información de nosotros.
—No es sobre ustedes. Santana, lo que quiero saber es sobre ti.
—Eres una mujer ingeniosa, pero está bien, ¿Que más quieres saber sobre mí?
—Cuando te alimentas, ¿Necesitas matar a alguien para eso?—le pregunté tratando de parecer relajada.
—No es necesario, puedo dejar débil a la persona, pero no necesito tanto para sobrevivir si tomo mi dosis diaria y no estoy herida. Para eso preferimos usar los bancos de sangre.
—¿Te preguntan por qué lo haces o les borras la memoria?
Ella sonrió.
—Lamento decirte Britt que no puedo hacer eso, pero sería bueno. Algunas personas están tan distraídas en otras sensaciones que se olvidan de eso.
—¿Distraídas cómo?—le pregunté realmente curiosa.
—Distraída es distraída y otras nadie les creería, pero como te dije, preferimos los bancos de sangre.
—Donadoras o esposas de sangre—dijo Quinn entrando a la habitación donde nos encontrábamos—Buenas tardes feliz pareja—saludó sonriendo.
—Hola Quinn—respondí.
—Quinn, ella no puede tener esa información—advirtió Santana.
—Tal vez si debería Santana, pero es cosa tuya decírselo—argumentó la mujer.
—Exacto Quinn, así que por favor déjanos solas, te avisaremos cuando Brittany termine de comer—dijo Santana con mal humor.
—Santana, no es forma de hablarle a Quinn—le dije.
—No te preocupes Brittany, estoy acostumbrada a su mal humor. Avísame cuando termines de comer para llamar a los de limpieza para que almuercen.
Esperé a que Quinn se marchara para terminar de reclamarle a Santana por su comportamiento.
—Santana, si no me quieres responder está bien, pero no es manera de hablarle a Quinn ni a nadie más.
—Disculpa, es sólo que no quiero hacerte la vida más difícil y tampoco que decidas algo que no deberías.
—Yo soy una mujer, mis decisiones las tomó por mí misma.
—Soy un depredador Brittany, así que puedo convencer a mis víctimas.
—Deja de considerarme tu víctima, no tienes la culpa de lo que pasó ni de ser lo que eres. Tampoco de que yo esté aquí por voluntad propia; porque Santana, yo quiero estar aquí contigo y no para permanecer con vida, sino porque así lo deseo. Si no puedes comprenderlo, entonces me marcharé.
Santana me miró sorprendida.
Bajó la cabeza unos segundos y luego volvió a mirarme.
—Está bien Brittany, discúlpame, quédate conmigo un poco más, yo también te necesito. Además, ya verificamos tu casa y estas segura, así que pudiste marcharte hace rato, pero la verdad no es lo que deseo.
Esa confesión me gustó.
—Muy bien, porque quiero preguntarte algo más.
Ella torció el gesto de una manera graciosa.
—Está bien mujer, ¿Qué más quiere saber sobre mí?
—¿Has matados humanos? Vampiros pude ver que sí.
La mirada fría volvió.
—Si he matado humanos, y no me siento orgullosa de eso. Algunos eran malas personas, pero otros eran soldados como yo y otros estaban en el lugar y momento equivocado.
Su respuesta me dejó atónita, porque lo de personas malas y soldados lo podía comprender, pero personas que solo estaban en el lugar equivocado, era demasiado para mí.
Tenía que salir de ese lugar inmediatamente.
Me levanté de la mesa lista para salir de ese lugar y no volver nunca.
—Tengo que irme Santana.
—Brittany, soy lo que soy.
—Santana, yo no puedo soportar verte matar gente por estar en el lugar equivocado, quiero irme y dijiste que podía marcharme cuando quisiera.
—Está bien, te llevaré.
—No Santana, me voy sola.
Me dirigí a la salida dispuesta a no mirar atrás.
Siempre fue una asesina, solo que yo quería ver otra cosa en ella.
¿Pero en qué estaba pensando?
¡Por favor, es una vampira!
Santana me seguía muy de cerca, pero no me tocaba y tampoco trataba de detenerme.
En eso se atravesó en mi camino Puck.
—¿Qué hace ella aquí?—preguntó con autoridad.
—Está aquí porque es mi casa y quiero que este—respondió Santana con impaciencia.
—Esto es un error, ella va arruinar nuestra misión; todo porque no puedes poner a tus mujeres de turno en su lugar—dijo Puck sin tapujos.
En fracciones de segundos Santana lo tenía contra la pared, tomado por el cuello hasta el punto que sus pies no tocaban el piso; sus ojos eran negros y su voz casi un rugido a pesar que habló con voz baja.
—Ella no es una de mis mujeres Puck. Ten más respeto cuando hablas de ella o no respondo de mí.
Lo soltó y él cayó al piso.
A pesar de eso, Puck la miró desde abajo.
—Santana, ella no puede saber nada de lo que pasa y si está aquí, pronto lo sabrá. Recuerda la ley Santana, no la olvides. Además, nuestra prioridad es cumplir la misión concéntrate en eso.
Dijo eso mientras se levantaba del piso, me miro con despreció y se marchó.
Santana se había quedado muy quieta.
—Vamos, te llevare Brittany.
—Puedo irme sola—insistí.
—Puedes, pero no lo harás, así que vienes conmigo.
Me tomó por el brazo, pasamos por un pasillo que nos llevó al estacionamiento, me subió al auto.
Sabía que no valía la pena discutir con ella en ese momento.
Durante el camino nadie habló, sólo cuando estacionó frente al edificio y sacó de su bolsillo un teléfono pequeño.
—Tómalo y no discutas. Llévalo siempre contigo, si algo pasa o si ves algo sospechoso, llámame inmediatamente. Soy un animal Brittany y no merezco ni siquiera que me mires, pero necesito saber que estas bien, por favor tómalo.
Yo miré el teléfono en sus manos midiendo mis opciones.
Tenía dos, y ella no iba a ceder.
—Está bien.
Tomé el teléfono y bajé del auto.
No era así como quería decirle adiós, pero lo más sensato era salir de la vida de Santana y mantenerme muy lejos de ella para siempre.
Subí al departamento y me encontré con Rachel; era algo inevitable ya que vivimos juntas, pero justo en ese momento yo no quería hablar con nadie.
—Brittany, ¿Dónde estabas?—me preguntó en cuanto me vio—Marley ha estado llamando, me tiene loca.
—Bueno, te lo mereces, tú la invitaste anoche.
No estaba para discusión ni nada por el estilo.
—Yo pensaba que no salías con nadie; fue una sorpresa ver que se armara todo ese lio anoche. Me dijo Marley que casi tiene que matar a golpes a una mujer que te estaba acosando en el bar.
—¿Eso te dijo? ¡Que cómica es Marley algunas veces!
Yo reí incrédula por el comentario de Marley, no podría tocarle ni un cabello a Santana.
—Solo tenías que decirme que salías con Quinn—me dijo Rachel.
—Yo no salgo con Quinn, ¿Quién te dijo eso?
—Nadie, pero lo asumo porque fue ella quien vino a buscar ropa para ti anoche y me dijo que no llegarías hasta mañana.
—No tengo nada con Quinn y la verdad Rachel, tengo que estudiar, así que me voy a mi habitación.
—Pero Brittany, ¿Qué le digo a Marley si llama de nuevo?
—Sencillo, que no quiero hablar con ella.
Me fui a mi habitación y me acosté.
Comencé a repasar mis libros, pero no lograba concentrarme.
Era demasiado lo que había vivido en tan pocas horas.
Encendí la televisión, pero pasaba los canales uno tras otros.
Entonces me detuve en un canal que trasmitía un especial de África donde mostraban los animales y comentaban la forma de atacar a sus presas.
Pasaron un video de cómo una Leona mató y devoró a una pequeña cebra que se alejó demasiado de su madre; era triste para mi verlo, pero era la naturaleza de la Leona.
Entonces pensé en Santana, pero ella era un ser pensante así que podía decidir cuándo matar. Apagué la televisión y me dedique a mi libros, tenía que estudiar.
Me desperté en la mañana muy temprano rodeada de mis libros, no pude saber a qué hora me había dormido.
Me levanté para darme una ducha y alistarme para irme a la Universidad.
Cuando me senté a desayunar llegó Rachel, se sirvió un café y se sentó a mi lado.
—Britt, si no quieres decirme con quien sales está bien, lo que si te voy a pedir es que le atiendas la llamada a Marley, al menos para que deje de llamar.
—Está bien, lo haré cuando regrese de la Universidad.
—Brittany, también quiero decirte que cuentas conmigo siempre.
—Lo sé Rachel.
No pude más que abrazar a mi amiga, quería contarle, pero estaba segura que no debía hacerlo.
Bajamos ya listas para irnos y cuando estábamos por subir al auto de Rachel, llegó Quinn en su auto, una Ford Explorer, color crema.
—¿Qué les parece si las llevo a la universidad?—preguntó Quinn.
—Tenemos nuestro auto, gracias—le dijo Rachel.
—Está bien, cambio mi pregunta, Brittany ¿Qué te parece si te llevo a la universidad?
—Quinn, no me lo tomes a mal, pero prefiero irme con Rachel—le contesté.
Quinn torció un poco el gesto, pero como disculpándose.
—Lamento decirte Brittany que esta semana te vas conmigo a la Universidad y esperare a que estés lista para traerte a casa. En pocas palabras seré tu chofer esta semana y no es negociable.
—Estás loca—dijo Rachel.
—Sí, estoy loca, pero tu amiga sabe que conmigo va a ir más segura que contigo, porque estoy segura manejas muy mal.
Los ojos de Rachel eran una mínima rendija cuando miró a Quinn, quien sonreía con suficiencia.
Para mí fue claro el juego de palabra, con ella estaría segura, pero lo más importante para mí era mantener segura a mi amiga y para eso, era mejor que no estuviera conmigo.
—Tranquila Rach, me voy con Quinn, si ella quiere ser mi chofer no voy a quitarle ese placer.
A mi amiga no pareció gustarle la idea, pero no dijo nada.
—Está bien Brittany, pero cuando no quieras tener una chofer tan odiosa como ella, me avisas.
Rachel terminó de decir eso y se marchó a su auto, el cual arranco dejando marcas en el pavimento.
Me subí a la camioneta de Quinn y ella también arrancó, pero con normalidad.
—Tu amiga es insoportable.
—En esto tengo que darle la razón a ella, esto no tiene sentido, no tenías por qué pasarme buscando.
—Son órdenes del jefe y yo las cumplo.
—Tu jefe no es mi jefe, así que yo no tengo por qué cumplirla, me llevas a la universidad y eso es todo, ¿De acuerdo?
Ella se encogió de hombros.
—No, tu vida puede estar corriendo peligro, mientras estas con Rachel en casa estas segura, pero cuando te alejes de ella quedas por tu cuenta; entiende que no sabemos si ellos enviaron tu foto a su jefe.
—Quinn, no entiendo nada. Primero, ¿Por qué ellos quieren atraparme justamente a mí? ¿Y por qué justo con Rachel estoy segura? Ella no es como ustedes, de eso estoy segura.
—Brittany, primero, ellos te quieren a ti solo para atrapar a Santana, con el enfrentamiento que se presentó con tu amiga quedó claro que ella se interesa en ti y mucho.
—Lo que quedó claro es que Santana es una idiota que se cree que es mi dueña—le dije ya impaciente y le dije molesta todavía con lo ocurrido.
—Brittany, no comprendes que Santana no lo puede evitar, ella sabe que cada vez que pasa más tiempo contigo te pone en peligro; hace tiempo que nuestros enemigos le buscan una debilidad, si ven una oportunidad no lo van a desperdiciar. Ella te quiere a un nivel que no es capaz de aceptar, pero que cuando el animal que tiene por dentro se interpone, no puede disimularlo entonces ella actúa por instinto.
Me quede pensando en lo que me estaba diciendo y recordé en cómo se oscurecían sus ojos cuando un sentimiento, ya fuera pasión, celos o rabia, fluía en ella.
Recordé cómo se preocupaba porque esté segura, debía estar preocupada por todo esto, pero la verdad es que estaba feliz.
—¿Comprendes por qué ellos quieren atraparte? Y debemos estar seguros que no llegaron a saber de tu existencia.
—Estoy comprendiendo, ¿Pero por qué con Rachel estoy segura?
—De eso no puedo decirte mucho, pero ella cuenta con seguridad, varios de nosotros la cuidan coordinados por Puck. Cuando te separas de ella, estas por tu cuenta, por esa razón Santana me contrató para cuidarte así que más que tu chofer seré tu guardaespaldas por una semana al menos.
En eso llegamos a la universidad, pero no me baje del auto, tenía muchas preguntas todavía.
—¿Por qué Rachel? ¿Qué quieren de ella?
—Eso no te lo puedo decir.
—No querrán hacerle daño, matarla o comérsela, ¿Cierto?—pregunté alterada por la situación.
Quinn soltó una carcajada.
—Podemos alimentarnos sin matar a nadie y si matamos, es porque no tenemos alternativa. Al menos eso es lo que mi gente defiende. Como te dije, Rachel está segura, nos ocupamos de eso.
—¿Ella es su misión entonces?
—Es todo lo que puedo decirte Brittany, ve a clases ahora, estaré cerca si me necesitas.
Yo quería más respuestas, pero sabía que no iba a conseguirlas por el momento.
—Gracias Quinn.
—Aunque Santana me paga por esto, tengo que decir que es todo un placer.
Me baje del auto y me dirigí a la cafetería, ya no podría entrar a la primera clases, tendría que esperar a la siguiente, pero era mejor así porque tendría tiempo de pensar.
Era increíble que mientras más respuesta obtenía, más preguntas se me generaban.
Estaba sentada tomándome un café y sumida en mis pensamientos cuando apareció Rachel.
—Brittany, ¿Me lo vas a seguir negando?
—¿Qué cosa?
—Que estas saliendo con Quinn.
—No lo hago.
Rachel pareció impacientarse.
—Mira, yo sé que algunas veces puedo ser una bruja insensible y que me gusta ser el centro de atracción en todo, pero sabes que soy tu amiga y te quiero, si te enamoraste de esa simplona está bien. Además, si la miras bien no está mal, tiene un cuerpo ejercitado, se nota que se la pasa en el gimnasio, su espalda hace que esas camisas negras que usa le queden bien y resalten más el color de sus ojos.
—También tienes que aceptar que tienen un cabello rubio fenomenal, lástima que lo tenga siempre recogido—dije.
—¿Sabes? No me parece tan mal ese moño que usa porque deja ver esos ojos verdes tan lindos que tiene, son como profundos y cuando se molesta se ven más verdes.
—Bueno, a mí me encanta su personalidad, especialmente porque no se queda con nada y responde lo que piensa sin tantos secretos y rodeos.
—Yo diría que eso la hace insoportable, pero me gusta cómo se muerde el labio antes de soltar el insulto por eso es que te digo Brittany, ella disfruta sacándome de mis casillas, pero bueno es a ti a quien le tiene que gustar no a mí—finalizó Rachel torciendo los labios.
—Rachel, no salgo con Quinn, te lo repito.
—Mira, si quieres seguir negándolo, está bien, pero ya sabes que es bienvenida aunque sea simplona, malcriada y horriblemente pobre.
—Rachel por favor, no seas clasista, ella tiene un trabajo honrado.
—Yo no salgo con los empleados si no con los jefes como la que está sentada allá,—señalo con la cabeza detrás de mí, supuse que era Santana—Tengo que apurarme porque la coqueta de Erika no la suelta, se la pasa insinuándosele.
Me giré hacia donde Rachel me señalaba y pude ver a Santana tan bella como siempre, con una camisa blanca holgada que llevaba por fuera y unos pantalones ceñidos al cuerpo y ese cabello despeinado que tanto adoraba.
Como sabiendo que la pensaba volteó a donde estaba y sus ojos se clavaron en la mí; sentí en su mirada deseo y añoranza, mi cuerpo se humedeció respondiéndole automáticamente.
¿Qué tenía esa mujer que con su sola mirada podía ponerme así?
Era una asesina, celosa y maniática así que tenía que sacarla de mi mente.
—Bueno, por mi puede estar con quien le plazca—dije.
—No que va Brittany, esa sin vergüenza no se va a quedar con mi premio. Mira como le muestras sus pechos.
Me gire de nuevo tal vez porque soy una idiota masoquista, pero tenía que ver lo que pasaba.
Ahí estaba Erika inclinándose hasta donde estaba sentada Santana y sus senos quedaban justo frente a su cara. Pude ver esa sonrisa perversa de mi vampira que pone cuando le gusta lo que ve y para colmo la invitó a sentarse con ella.
Mi ataque de celos fue interrumpido por Marley que llegó justo en ese momento.
—¡¡Britt!!—saludó con emoción—¿Cómo estas mi amor?
Rachel no disimuló lo empalagoso que eso le resultó.
—Me parece que aquí sobro. Me voy Brittany, tengo que detener a una bruja—se despidió mi amiga mientras se alejaba de la mesa.
—¿Qué pasó? ¿Cuál bruja?—preguntó Marley.
—Nada, no le hagas caso, tú sabes cómo es Rachel—le sonreí sintiéndome algo incomoda—¿Tu como estas?
—Bien, Pero ¿Qué contigo después que la dueña del local me empujó? Quiero que sepas que me tomó mal paradas y no quise hacer más escándalo, tú sabes que yo soy una persona tranquila.
Traté de no reír.
—Si Marley, comprendo. Yo me fui al departamento, ya no quería hablar con nadie.
—Ya se entonces porque no atendías mis llamadas. Vamos Brittany, dame una oportunidad, déjame acercarme a ti, ¿Podemos al menos ser amigas?
Por el rabillo del ojo pude ver que Santana me estaba mirando y sabía que podía escucharme, sé que no estaba bien, pero sería bueno verla sufrir un poco.
—Claro Marley, podemos ser amigas, siempre me ha gustado tu compañía—le dije con cierta picardía.
—Eso me encantaría Britt—dijo Marley sentándose muy cerca de mí.
Miré de nuevo en dirección a Santana y pude ver como se levantaba molesta y se marchaba dejando a Rachel y a Erika entendiéndose.
Una sonrisa interna brillo en mi pecho.
—Brittany, me gustaría acompañarte en navidad, faltan pocos días y no tengo compromisos, así que podrías ir contigo si quieres.
—Marley, no me parece una buena idea y ahora te dejo porque tengo clases.
Me dio un beso en la mejilla y me marché, tenía que ocuparme de mis estudios y no podía darme el lujo del faltar de nuevo a clases.
El día transcurrió sin sobre saltos, al terminar mis clases Quinn me llevó a casa y me pidió que le avisara si pensaba salir.
Subí a mi departamento, me di un baño, me prepare un bocadillo y me dispuse a repasar algunas guías.
Sin embargo, mis pensamiento volaban hacia Santana; recordaba su mirada que me quema, sus manos tocándome, besándome.
Yo tenía que calmar mi cuerpo, así que lo mejor era que me fuera a trotar, ya habían pasado más de tres días que no hacia ejercicio.
Me puse la ropa de deporte, bajé y me fui trotando al parque donde acostumbraba a hacer mis ejercicios.
El clima estaba, pero se podía estar al aire libre; estaba logrando transpirar unas cuantas calorías y además no pensar tanto en Santana.
De pronto un idiota que también hacia ejercicios también comenzó a molestarme.
Se puso a mi lado siguiendo el ritmo de mis pasos.
—¿Qué te parece si te acompaño?
—La verdad es que prefiero estar sola. Gracias—le dije amablemente.
Pero el hombre continuó a mi lado. Haciendo su mejor pose en cada paso, algunas veces los hombres pueden ser estúpidos.
—¿No te gustaría tomar algo cuando terminemos aquí?
—No quiero ser grosera, pero le agradecería que me deje tranquila—le pedí.
—Me gustan las difíciles y con buen cuerpo, así que creo que hoy es un día muy bueno para tomar algo acompañado.
Llegamos a la parte más solitaria del parque y todavía tenía al idiota a mi lado; no sentía miedo, era un renacuajo.
Además, yo había hecho un curso de defensa personal, así que podía manejarlo, solo me fastidiaba mi momento de hacer ejercicio, lo que si me asustaban eran esos vampiros, contra ellos no podía hacer nada.
—Préstame atención muñeca, vamos a tomarnos algo—insistió.
No le respondí, no merecía la pérdida de tiempo, pero él no quedo complacido.
Me tomó por la muñeca y me atrajo hacia él.
—Te dije que me prestaras atención.
No me dio tiempo de hacer nada cuando la mano de Santana estaba en la muñeca del hombre y si no me soltaba inmediatamente estaba segura que se la fracturaría.
El hombre inteligentemente me soltó.
—Aléjate de mi chica idiota, si no quieres volver a correr por un buen tiempo—le dijo Santana aun sosteniéndolo.
El hombre recobro la compostura.
—Yo creo que tu chica quería que la tocara muñeca.
Santana le tomo por las manos y se las apretó hasta que el hombre se arrodilló de dolor.
—No creo que quiera eso, ahora discúlpate con ella, de lo contrario haré crujir tus huesos.
El hombre estaba arrodillado y parecía no entender lo que asaba, lo que si sabía es que sus manos estaban a punto de ser muy lastimadas.
—Discúlpeme señorita, no la volveré a molestar—logró articular el hombre mientras temblaba de miedo por Santana.
Ella la soltó y, segundos después, él salió corriendo y gritando que estábamos locas.
Fue demasiado, ese tipo se merecía una lesión, pero yo podía encargarme de él, no era necesario casi fracturarles las manos.
Santana me miró.
—Britt, no debes salir a correr al parque, es peligroso. Mañana mismo te apuntas a un gimnasio.
—Santana, no tenías que hacer esto, yo podía controlarlo. Además, no soy tu chica—le recalqué.
Ella creía que puede darme y eso me saca de mis casillas.
Lo que dije poco le importó, comenzó a llamar a Quinn que apareció inmediatamente.
—Dime Santana, ¿En qué te puedo ayudar—preguntó Quinn al llegar.
Santana parecía muy molesta.
—¿Cómo me explicas esto? Ese hombre estaba agrediendo a Brittany.
Quinn no se inmutó, siempre parecía muy relajada.
—Ese hombre no era un problema para ella, estoy segura que podía encargarse sola y si no, pues entonces yo aparecería. Claro, sería más fácil si me avisa cuándo planea salir—me miró de reojo.
—Claro que puedo encargarme de esto, además solo estoy haciendo ejercicios.
—Brittany, no seas irresponsable, tu vida corre peligro. Y tú Quinn, que esto no se repita, tu deber es cuidarla—dijo Santana sin poder ocultar su enojo.
—Santana, la idea es mantenerla viva y lo está, así que todo va bien. El hombre apenas la tocó—replicó Quinn.
—Bueno apunta que además de viva, no quiero que nadie le ponga un dedo encima—contraatacó.
A mí me parecía insólito que estuvieran discutiendo sobre mí sin tomar en cuenta mi opinión.
Me impacienté.
—¡¡Santana!!—casi grite.
Ambas mujeres me miraron como si fuera la primera vez que me vieran ahí.
—No soy tu chica y me puede tocar quien yo quiera que lo haga. Además, ¿Qué haces aquí? ¿Me estas acosando?
Santana me miraba atónita y Quinn hacia un fallido intento por no reír.
—No te estoy acosando, yo seguía una pista. En el parque encontramos rastros de vampiros. Imagínate lo que sentí cuando escuche tu voz, no debes arriesgarte así Brittany, compréndelo.
Yo me sentí culpable por esto, estaba arriesgando mi vida y la de Santana.
De ahora en adelante sería más cuidadosa.
—¿Vampiros Santana? ¿Rachel está asegurada?—preguntó Quinn muy preocupada.
—Si a ambas preguntas. Y ahora por favor, pon a salvo a mi chica—ordenó Santana.
Yo flipé.
¿Acaso no me escuchaba?
—Lo siento Santana, por todo… y te repito, no soy tu chica.
Ella me miró sin inmutarse.
Perdí la paciencia, me fui del parque con Quinn lo más rápido que pudimos, sin llamar la atención y Santana se quedó revisando la zona.
Cuando llegué al departamento estaba Rachel preparando una ensalada; no le quedaban muy buenas, pero se agradecía el gesto, así que me di un baño y me senté a cenar con ella.
Pasamos el rato mientras Rachel me contaba como Erika no dejaba de acosar a Santana y que Marley le había pedido que la invitara a pasar navidad con sus abuelos, a lo que ella se negó.
Poco después me fui a dormir, pero no lograba conciliar el sueño.
Me quedé preocupada por Santana en el parque, sola, persiguiendo a esos vampiros, necesitaba saber que estaba bien, así que tomé el teléfono que me dio, lo encendí y la llame.
Atendió inmediatamente preocupada por mi llamado.
—Britt, ¿Estas bien?
—Hola. Sí, estoy bien, tranquila.
—¿Seguro que estas bien?—insistió.
—Sí, pero lo que quiero saber es si tu estas bien, me quede preocupada de que te quedaras sola en el parque.
—Gracias por preocuparte. Estoy bien, realmente no estaban en el parque, pero habían estado en los alrededores por lo que te quiero pedir que seas cuidadosa de ahora en adelante.
Después de lo que había pasado, tuve que ceder.
—Está bien, no saldré sin avisarle a Quinn.
—También quiero que me avises a mí, por si Quinn necesita ayuda.
—Tienes que ocuparte de tus cosas, con Quinn estaré bien—argumenté.
—¿Por qué tienes que discutir todo Brittany? Es por tu seguridad.
—No es necesario, como tampoco fue lo del parque Santana, no puedes saltarle encima a todo el que me toque.
Pude escuchar un quejido al otro lado del teléfono.
—Fíjate que si puedo y aun no me perdono por no partirle el brazo a ese tipo, tal vez deba darle una visita esta noche.
—¡¡¿Qué?!! Santana, por favor contrólate, no lo mates.
—No voy a matarlo, solo partirle el brazo—dijo como si fuera lo más natural del mundo—Britt, tienes que saber que las personas inocentes que maté fue porque me encontraba herida; estaba en una misión, las cosas se complicaron, pero, aunque los elimine a todos, quede muy mal herida y si no me alimentaba moriría. En esos momentos, mi cuerpo trabaja por instinto. Cuando nos encontramos de esa esa manera, no podemos detenernos hasta que tomamos lo suficiente o el humano del que nos alimentamos muere. No es algo que me hace feliz o me guste, pero tampoco puedo evitarlo—me explicó con aflicción en su voz.
Mi corazón se contrajo.
—Santana, yo pensé que…
—Que era una asesina…—completó ella por mí—Bueno, tengo que confirmarte que lo soy y por eso estas más segura lejos de mí. Ahora me despido, buenas noches Britt.
No alcancé a responder nada porque ya había cortado la llamada.
Yo no puede dejar de repetirme que era una locura, pero mi sentido común debía estar funcionando mal y no solo mi sentido común, si no mi instinto de supervivencia, porque yo debería estar huyendo de Santana.
Fue entonces cuando me pregunté:
¿Cuál es el instinto más fuerte que puede tener el ser humano?
Y encontré la respuesta sin dudarlo mucho: el amor.
El amor es lo que realmente nos mueve, puede ser peligroso, incluso toxico, pero si tu corazón lo siente no es algo que puedas apagar.
Tratas de vivir sin él, pero no puedes dejar de sentirlo porque se adueña de tu cuerpo, de tu alma y por supuesto de tu corazón.
La respuesta estaba ahí desde el primer día, yo solo estaba luchando contra ella.
¿Pero hasta donde se puede luchar?
Soy de las personas que no se rinden nunca, de esas que quieren llegar hasta el final, pero,
¿Cuál es realmente mi batalla, si lo que más deseo es amarla muy a pesar mío?
Muy a pesar de ella misma porque no se puede pedir permiso para amar.
Yo he tenido una vida tranquila hasta ahora.
Estoy a punto de graduarme, tengo una familia que me quiere, amigos; no es que esté sola y nada me importe, porque entonces incluso más que el amor, podría ser una salida, pero la verdad es que yo estaba bien antes de Santana.
Ahora, después de conocerla, mi cuerpo la siente, mi alma la necesita, la extraño cada segundo y no puedo imaginar un mundo donde ella no esté.
La pregunta es:
¿Estoy dispuesta a morir por ella?
O incluso
¿A morir en ella?
Mi respuesta es sí.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
que bello el final del cap. ya quiero que Santana sepa esa respuesta.
sigo odiando Rachel
sigo odiando Rachel
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
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Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
rachel es una metiche que se cree la reyna de inglaterra, marley es super fastidiosa y santana y quinn son perfectas, hasta pronto, ahhhh y brittany no lo pienses tanto!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
San afirmando que Britt es su chica y ella negándolo jajajaja.....
Y esta Rach ya le quiere quitar a Quinn?? Según ella le cae mal pero ya la tiene súper checada y de la misma forma esta Q porque se preocupo por ella.....
Bueno espero que Britt hable pronto con San y le aclare todo lo que siente y piensa de ella para evitar contusiones que hagan que San se sienta mal.....
Y esta Rach ya le quiere quitar a Quinn?? Según ella le cae mal pero ya la tiene súper checada y de la misma forma esta Q porque se preocupo por ella.....
Bueno espero que Britt hable pronto con San y le aclare todo lo que siente y piensa de ella para evitar contusiones que hagan que San se sienta mal.....
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
marthagr81@yahoo.es escribió:que bello el final del cap. ya quiero que Santana sepa esa respuesta.
sigo odiando Rachel
Hola, jajajajaja o no¿? ai si son tan tiernas... a su modo xD ajajajajajaja. Y yo! ajajajajajajaj. Jajajajajaajajaja si es el sentimiento que esta causando, vrdd¿? ajajajaja. Saludos =D
micky morales escribió:rachel es una metiche que se cree la reyna de inglaterra, marley es super fastidiosa y santana y quinn son perfectas, hasta pronto, ahhhh y brittany no lo pienses tanto!!!!!
Hola, jajajajajajajaja si un poco pesadita es vrdd¿? ajajajajajaja. Mmmm no entiende un no ¬¬ Jajajajajaajjaaj lo mismo pienso de la amistad quinntana jajajajaja. Jajajajajajajaa esperemos y te haga caso jajajajaj. Saludos =D
JVM escribió:San afirmando que Britt es su chica y ella negándolo jajajaja.....
Y esta Rach ya le quiere quitar a Quinn?? Según ella le cae mal pero ya la tiene súper checada y de la misma forma esta Q porque se preocupo por ella.....
Bueno espero que Britt hable pronto con San y le aclare todo lo que siente y piensa de ella para evitar contusiones que hagan que San se sienta mal.....
Hola, jajajajajaaj son un caso, pero un tierno y lindo caso ellas dos jajajajajaja. Uffff pero que siga por ese camino mejor, no¿? ajajajajajaja. Mmmmm amistad faberry¿? jajajajajajaja. Buena idea, espero y tenga hagan caso al vrdd xD jajajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Cap 7
Capitulo 7
Ese día me levanté con mucho ánimo y alegre.
Es que cuando tomas una decisión tu cuerpo descansa y tu alma sonríe.
Me di un buen baño; traté de secar mi cabello porque hoy tengo ganas de llevarlo suelto, así que traté de darle algo de forma, algo complicada realmente, pero al menos lo intenté.
El clima no ayudaba a ser sexy, pero me puse una falda larga y una blusa que dejaba ver mi atrevido descote que adorné con un collar con un granate rojo que contrastaba con mi cabello.
Apenas estuve lista, salí de la habitación.
Vi la mandíbula de Rachel caer al mirarme.
—Dios mío Brittany, estas bellísima.
—No exageres, estoy igual que siempre—le dije.
—Yo no puedo ir así,—se señaló a sí misma—Tengo que cambiarme de ropa, a tu lado voy a parecer una indigente. No podía creerlo.
—Por Dios Rachel, si estás muy linda.
—Espérame un poco Brittany, me voy contigo.
—Sabes que me va a llevar Quinn.
—Bueno claro que lo sé, y si tú puedes tener un chofer, entonces yo también. Además, tal vez así te animes a decirme de quién estas enamorada.
—No tengo nada que decir.
—Eres mi amiga y sé que estas enamorada, no me demores más que vamos a llegar tarde.
Me senté en el sofá a esperarla; afortunadamente no demoró mucho, ella tenía clases a primera hora al igual que yo.
Salió bella como siempre, ahora llevaba un suéter vinotinto y una falda corta.
Como decía ella misma, para ser bella hay que ver estrellas. Seguramente pasaría bastante frio entre clase y clase.
Al fin bajamos y estaba Quinn en la puerta esperando.
—Buenos días Quinn, ¿Cómo estás?—pregunté al verla.
—Muy bien Brittany…—me miró significativamente—Permíteme decirte que estas muy bella.
Creo que me sonrojé.
—Muchas gracias. Rachel vendrá con nosotras.
—Hola Quinn—saludó mi amiga simplemente.
—Hola—respondió Quinn con desgana.
Rachel se movió hacía el auto.
—¿No deberías abrirnos la puerta?
—Claro, supongo que eso hace un chofer.
Quinn abrió la puerta, subimos al auto y luego arrancó con rumbo a la universidad.
—Me gusta esto de tener chofer, puede que le dé un descanso a mi auto por estos días—dijo Rachel mientras cruzaba las piernas.
Pude ver que por el retrovisor Quinn clavaba la vista en las piernas de Rachel y no solo me di cuenta yo, si no que Rachel también. Aunque esperé que le dijera algo o sencillamente se acomodara, permaneció en esa posición por lo que concluí que mi amiga la quería dejar ver.
Rachel era todo un caso, no podía evitar coquetear así fuera con Quinn.
Al llegar a la universidad Quinn estacionó el auto y me ayudó a bajar, luego lo hizo con Rachel también que, por supuesto, se tomó su tiempo.
—Espero que este contenta con su chofer—dijo Quinn.
—Me parece que puede funcionar—respondió Rachel tratando de ser indiferente.
—Hablaba con Brittany y no contigo, tu opinión no me importa.
Rachel pareció indignarse por como Quinn la trataba.
—¡Eres una idiota!—dijo mi amiga y se marchó echa toda una furia.
Quinn rió satisfecha.
—Quinn, no seas así con ella—le pedí.
—Se lo merece por pretenciosa—de pronto pareció preocupada—Brittany, ¿Estas segura de lo que haces?
—No sé de qué me hablas.
—Brittany, esa ropa y tu actitud me dicen que vienes por Santana. Recuerda que somos peligrosos, no te dejes engañar. Tu vida correrá siempre peligro, después que cruces esa línea no tendrás vuelta atrás.
No lo demostré, pero sentí cierto temor.
—Tranquila, yo sé lo que hago.
Me marché rumbo a la clase que tenía, no quería darle más vueltas al tema, mi decisión estaba tomada, dependía de Santana si me quería ahora a su lado o no.
Yo sencillamente no podía o no quería vivir sin ella.
Durante la primera hora todo paso con normalidad, tomé mis apuntes y vi toda la clase.
Al salir estaba Santana sentada en un banco. Cuando quise ir hasta ella se le acercó una de sus “fans” a la que le dedicó toda su atención. Frené mis pasos y me fui hacia otro lado, por lo que podía ver me estaba alejando, así que cambié de planes.
“No voy a ir a ti Santana, tu vendrás a mí”.
—Que chofer tuyo más pesada—me dijo Rachel cuando se sentó conmigo en el banco.
—A mi realmente me parece muy guapa, ¿No me vas a negar que Quinn está como para como para comérsela?—le dije sabiendo que Santana podía escucharme.
—Pensé que siempre era yo la que hablaba de las personas como comida—dijo sonriente Rachel.
Yo no pude evitar sonreír también.
—Tal vez sea hora que yo comience a comer o a dejarme comer—le respondí y pude ver como los ojos de Santana se fijaban en mí.
Mi vampira estaba celosa.
Se pone tan bella cuando entra en su plan de posesiva. Aunque en el caso de Santana, hacerle ese tipo de provocaciones era jugar con fuego, pero qué puedo decir, también es muy divertido.
Como si la hubiera llamado, llegó apoyo de inmediato.
—Hola Brittany, estas preciosas—dijo Marley sentándose a mi lado.
—Hola Marley, gracias, tu como siempre muy amable—le plante mi mejor sonrisa.
—Hola Marley, estoy aquí por si no lo has notado—dijo Rachel gesticulando frente a la cara de Marley.
—¿Qué tal Rachel?—saludo esta sin hacer realmente caso.
—Aquí parece que estoy sobrando y además hace frío, así que mejor me voy a mi clase. Cuida bien a mi amiga, tal vez también tenga frio.
—Seguiré tu consejo Rachel, y por cierto, estas muy guapa también.
—Gracias.
Eso satisfizo al ego de Rachel quien continuó su camino a clases sin mirar atrás.
Marley sin dudarlo me abrazó.
—Seguiré el consejo de tu amiga y te protegeré del frio.
—El clima esta agradable hoy, pero está bien aceptare tu calor—le dije.
No necesitaba mirar para saber que Santana nos observaba.
—Brittany, me encante sentirte cerca, tu olor es increíble, me perturba.
Mientras Marley decía esto, hundía su cara en mi cabello y aspiraba; entonces puso sus labios muy cerca de su oído y me susurró.
—No puedo dejar de recordar tus gemidos mientras te hacía el amor, te extraño demasiado, por favor vuelve conmigo.
“Dios, espero que Santana no escuchara eso porque creo que sería demasiado”.
—¿Solo eso extrañas de mí?
—No, claro que no—respondió poniéndose derecha en el banco y tomando mi mano—Yo extraño todo, tu sonrisa, como me mirabas con dulzura cuando te contaba mis locuras, esa cara concentrada que pones cuando lees un libro, tú inteligencia, incluso tus malcriadeces.
—No soy malcriada—argumenté.
—Si lo eres, te gusta salirte con la tuya.
—Bueno, tal vez un poco.
—Claro, que también extraño tu cuerpo, tus manos. Tener tu cuerpo desnudo pegado al mío, ¿Te acuerdas aquella noche de invierno frente a la chimenea en la cabaña de mis padres?
Esto se estaba poniendo muy comprometedor, así que era mejor que me marchara, y pronto.
—Marley, tengo clases así que mejor me voy, hablamos después—le dije mientras me levantaba, pero ella tomo mi mano y no me dejo ir.
—Puedo ver que te pone nerviosa recordar y eso me dice que tengo una oportunidad. Ve a clases Brittany, pero debes saber que no voy a rendirme—dicho esto, me dio un beso en la mejilla, muy, demasiado cerca de mis labios.
Me fui a clases sin decir nada más, estaba nerviosa, Santana debió escuchar lo que me dijo y seguramente estaba molesta. Y además, Marley estaba poniendo recuerdos en mi cabeza.
Me desvíe a un baño que no era muy concurrido para tratar de calmarme, solo necesitaba unos minutos de paz para continuar.
Entré al baño y me recosté contra los lavados dejando caer cabeza y mi cabello hacia atrás, cerré los ojos un segundo y de pronto sentí un cuerpo que se apretaba a mí.
—No juegues con fuego Britt, tu solo me perteneces a mí—dijo Santana mientras pasaba su lengua por mi cuello.
Mi cuerpo se estremeció, aun así, traté de mantener la compostura.
—Yo pensé que preferías pasar el día con tus fans—le dije empujándola para alejarla de mí.
Santana retrocedió por voluntad propia ya que sabía que no tenía fuerza para moverla ni un milímetro, sus ojos se clavaron en los míos atrapándome como siempre.
—Yo quiero salvarte y tú solo quieres hundirme en el infierno de los celos.
—Quizás mi infierno es estar sin ti.
La mirada de Santana se hizo más profunda.
—Britt, esa mujer, Marley, aunque me duela, aunque me vuelva loca de los celos, puede darte una vida normal, puede hacerte feliz,
—¿Cómo puedes saber tu qué es lo que me hace feliz? Tal vez me estas condenando a vivir en la tristeza y en la soledad por el resto de mi vida.
Mis palabras calaron hondo, lo pude ver en sus ojos.
Estaba luchando con soltarme y marcharse o quedarse conmigo. Fijó su mirada en mis labios, ella deseaba besarme, lo sabía y yo necesitaba sus besos como el aire que respiro.
Basta de pensar me dije y acerqué mis labios a los de ella. Nuestros labios se unieron en un profundo beso, las chispas salieron como si fuera un corto circuito.
Me sentí más viva que nunca aunque coqueteara con la muerte.
Las manos de Santana viajaron por mi cuerpo acariciándolo y yo recorría su espalda y su cabello que tanto adoraba.
Con un solo movimiento me subió al lavado y comenzó a acariciar mis piernas mientras subía mi falda. Yo estaba mojada ya de deseo, necesitaba a Santana, quería sentirla dentro de mí.
Entonces se detuvo y temí por un momento que no quisiera estar conmigo hasta que vi sus ojos negros como la noche y una sonrisa traviesa en sus labios.
—Viene alguien, así que tendremos que parar, pero espérame esta noche en tu habitación… sin ropa y con el cabello suelto—me miró fijamente y agregó—Déjate este collar, me gusta—dijo recorriendo con un dedo el accesorio—Voy a hacerte olvidar esta noche cualquier cabaña que hayas visitado.
Mi garganta se secó.
Me miró unos segundos más y salió del baño rápidamente dejándome llena de deseo y extrañando su cuerpo, pero sabía que esta noche la tendría y no podía esperar a que llegara ese momento.
Me acomode la falda y justo en ese instante, entró una chica muy apurada por usar el baño, así que me marché a clases saboreando todavía los besos de Santana.
El día pasó muy lentamente, las clases se me hacían eternas, yo solo podía imaginarme en los brazos de Santana, besándola, abrazándola.
Estaba haciendo mi mayor esfuerzo por concentrarme en las clases, comer, en fin dejar que transcurriera el día.
Finalmente, llegó la hora de irme y Quinn nos estaba esperando afuera.
Durante el camino, Rachel se enfrascó en una discusión con Quinn a la que no preste atención, pero debió ser muy intensa porque cuando llegamos Rachel tenía los ojos húmedos y Quinn estaba muy seria.
Apenas entramos al ascensor le pregunté a Rachel por lo ocurrido.
—Rach ¿Qué paso?
—Nada importante, que tu chofer es una idiota.
—¿Estas segura que no la provocaste?
—Siempre soy yo la culpable, ¿No es así Brittany? ¿No puede ser otro el responsable de las cosas?
Eso me sorprendió un poco.
—Disculpa Rachel, tienes razón, hablaré con Quinn.
—Está bien, no pasa nada, solo necesito descansar un poco, estoy agotada y también necesito estudiar, así que me iré directo a la habitación.
—¿Seguro que estas bien Rachel?
—Estoy bien, no te preocupes y no le digas nada a Quinn, no quiero darle importancia al tema.
Apenas entramos Rachel se fue directo a su habitación como había dicho; yo me fui al mío para darme una ducha de agua caliente necesitaba relajarme, aunque ya había estado con Santana, me sentía profundamente nerviosa porque esta noche seria solamente mi vampira y yo, para cambiar mi vida para siempre.
Salí del baño más tranquila.
Cuando me fui a poner ropa, recordé lo que me había pedido Santana, así que solo me puse el collar. Peine mi cabello y me metí en la cama. Tomé mis lentes y comencé a repasar las clases de hoy.
Me quedé profundamente dormida y no supe de mí hasta que sentí que me quitaban los libros de encima.
Abrí los ojos lentamente para descubrir que la persona que los retiraba era Santana y que me miraba fijamente con ojos oscuros.
—Hola, disculpa, me quedé dormida estudiando.
—No podía imaginar una imagen más sexy que encontrar que una bella mujer desnuda y cubierta de libros—dijo con voz ronca.
Fue cuando recordé que no tenía nada puesto y que realmente lo único que me cubrían eran los libros.
Me sentí un poco apenada, pero al ver lo complacida que estaba Santana con todo aquello, solo pude quedarme quieta, creo que incluso no respiraba.
Una vez que mi hermosa vampira retiró todos los libros, me quito los lentes y los colocó sobre la mesa de noche. Entonces comenzó a quitarse la ropa frente a mí, muy, muy lentamente.
¡Dios mío!
Era pura belleza.
Su cuerpo tonificado, lo esbelta que era, sus senos suficientes para llenar mis manos y ese cabello despeinado que me encantaba.
Luego subió a la cama, lentamente, como un felino al acecho; me cortaba la respiración solo verla. Bajó un poco y sus labios comenzaron a cubrir mis piernas y sus manos apretaron mis nalgas conforme subía.
Cuando su boca se acercaba a mi centro, por instinto mis manos estrujaron las sabanas.
Esa era mi Santana, apasionada y sensible.
Su lengua comenzó a lamer mi centro, húmedo ya por la anticipación.
—Sabes a gloria Britt, pero no vamos a ir tan rápido esta vez.
De pronto dejó de lamerme y continuó subiendo, besando mi vientre mientras sus manos continuaban apretando mis nalgas. Sus besos llegaron a mis senos y acarició el pezón son su lengua, lo succionó suavemente y luego aumento su fuerza, una descarga eléctrica bajó hasta mi vientre; un gemido escapó de mi boca y Santana rugió suavemente al escucharlo.
No podía evitar que sus sonidos, un tanto humano y un tanto animal, despertaran más deseo en mí.
Pasó al otro seno y como si fuera poco, esta vez lo mordió suavemente lo que provocó que me humedeciera más aún.
Subió a mis labios y me besó.
Fue un beso lento y calmado que fue profundizando poco a poco. Me estaba volviendo loca y lo sabía, controlaba mi deseo a su antojo.
Sus manos buscaron mi entrepierna y sin pedir permiso, entró en mí llenándome completamente y arrancándome más gemidos de placer.
—Eres mía Britt, solo mía—me dijo al oído.
—Tuya San, soy tuya—respondí porque así lo sentía.
No tenía ninguna duda en eso.
Salió de mí y me quejé como una niña que le quitan su juguete preferido.
—Santana, por favor no pares.
Su risa inundo la habitación, pero su mano no se alejó completamente, solo fue a mi clítoris para acariciarlo, para torturarlo y luego entró de nuevo, una y otra vez llevándome hasta el borde.
Cuando ya estaba por alcanzar el éxtasis, succionó de nuevo mi seno con fuerza y toda la energía que se acumuló dentro de mi estalló en un potente orgasmo.
Santana me tomó en sus brazos mientras mi cuerpo, como una gelatina, no podía y no quería poner resistencia, estaba extasiada con sus caricias.
Nuestras respiraciones estaban agitadas.
—Britt, sé que no debería estar aquí, pero yo también me siento hundida en la soledad sin ti. No tengo miedo a la muerte, pero si a vivir sin ti.
—San, tú me haces sentir más viva que nunca, yo tengo miedo es a estar sin ti.
Todo había sido dicho.
La deseaba, así que giré entre sus brazos y comencé a besarla.
Mis manos recorrían su cuerpo con ansias de conocerlo, de hacer un mapa de cada centímetro de ella.
¿Cuántas personas se pasan la vida buscando el amor de su vida?
Y yo lo tenía aquí, en mi cama, justo en mis manos.
No, definitivamente, no podía vivir sin ella.
Me detuve un momento a mirar sus ojos y pude ver que estaban completamente negros. Ella estaba deseándome tanto como lo hacía yo, así que no pensaba dejarla con las ganas.
Comencé a acariciar sus senos y a succionarlos intermitente arrancando algunos gemidos; regresé a su cuello y labios mientras con mis pulgares continuaba consintiendo sus pezones.
Me detuve de nuevo a ver su rostro. La cara de Santana sutilmente y sus ojos permanecían oscuros como la noche, no quería perderme el espectáculo, así que baje mi mano hasta su centro y comencé a acariciar su clítoris.
Santana se movía rítmicamente contra mi mano y sus gemidos aumentaban, podía ver sus comenzar a despuntar, pero ella los controlaba y eso no gustó, yo no quería que se frenara, así que intensifique mis caricias, lo quería todo.
—Mírame Sanny, quiero verte cuando llegar.
—Más Britt, dame más—dijo entre roncos jadeos.
No la podía hacer esperar más, entré en ella y comencé a empujar con fuerza. Su espalda se arqueó buscando todavía más mi contacto, así que me acomodé para acariciar también su clítoris con mi pulgar mientras los dedos entraban y salían de ella.
Lo que vino después de eso fue un derroche de amor y deseo.
Santana rugió, sus colmillos se desplegaron y sus ojos se clavaron en mí. Yo sencillamente no lo pensé porque lo desea intensamente.
Quien sabe desde cuando lo deseada y si moría en ese momento, me iría con la imagen más hermosa del mundo: Mi Santana llegando al orgasmo por mí.
Giré mi cuello y se lo ofrecí, ella se levantó un poco y clavó sus colmillos en mí.
Todo pasó a ser muy rápido y lento a la vez.
Fue una sensación maravillosa, estaba conectada con Santana y podía sentir su placer fundiéndome como el mío. No podía analizar qué ocurría, yo solo podía hundirme en la sensación que estaba sintiendo y derrumbarme extasiada en los brazos de Santana.
Fue sublime.
Pasaron algunos minutos antes de que pudiera darme cuenta de lo que había hecho.
Toqué mi cuello, pero no tenía rastros de sangre en él. Santana me miraba con temor, ella tenía más miedo de mi reacción que yo de lo ocurrido. Me acerqué a ella y la bese en los labios para tranquilizarla.
Cuando me alejé unos centímetros le sonreí muy tímidamente.
—¿Qué ha pasado?—le pregunté.
Ella esquivó mi mirada.
—Yo…—sus ojos volvieron a los míos—Siento más placer si me alimento durante el acto sexual—me respondió pareciendo incomoda.
Yo asentí.
—Pero, ¿Cómo es posible que para mí también sea tan placentero?
Sonrió levemente como una niña traviesa.
—Libero una sustancia en tu sangre cuando te muerdo que te relaja para que yo pueda alimentarme, pero si estoy excitada, proyectara mi placer equilibrándolo con el tuyo. Pasa lo mismo si eres tú la que esta excitada, prácticamente lo compartimos.
Eso me complació y sorprendió mucho, nunca había imaginado que pudiera existir ese tipo de conexión.
—¿Pasará algo conmigo después de esto?—le pregunté un poco preocupada; ahora podía pensar en lo que había hecho.
Conocía muy bien las historias de vampiros de las películas.
—No te convertirás si es lo que preguntas; en realidad el proceso es un poco más complejo que eso y la verdad no es tan malo ser un vampiro después de todo—dijo algo molesta.
—San, no digo que sea malo o bueno, es solo que no lo pensé y quería saber que puede pasarme.
—Britt, solo tome un poco de tu sangre, pero no es necesario que pase de nuevo. Para mí es muy placentero, aun sin tomar tu sangre es maravilloso estar contigo—se removió un poco—Yo no debí permitir que esto ocurriera, pero no es solo el placer sexual que me das, ni la felicidad que es para mí alimentarme de ti, sino que ahora llevaras mi olor en tu piel por varios días y todos los de mi especie sabrán que eres mía, y eso me satisface no sabes en qué medida.
—Mi amor, yo quiero que esto pase de nuevo. Tú no me lo pediste, yo me ofrecí a ti y lo disfrute mucho, deseo que esto pase tanto como tú.
Santana tomó mi cara entre sus manos y me besó dulcemente, aun podía sentir un poco el sabor metálico de mi sangre en su boca; eso produjo un escalofrió en mi cuerpo de puro deseo.
Ella podía tomar de mí toda la sangre que quisiera, Santana era mi vampira y yo aceptaba todo lo que viniera con eso, incluso mi propia muerte.
—Britt, quiero pedirte algo.
—Dime ¿Qué quieres?
Ella se puso de lado para quedar frente a frente.
—Veras… para que mi especie pudiera convivir en paz en este mundo, fue necesario crear algunas reglas. Una de ellas es que podemos tener donantes de sangre; son personas a las que nos une algún lazo sentimental y nos permiten alimentarnos de ellas voluntariamente. Es el primero paso para tener un esposo o esposa de sangre, aunque no es obligatorio que esto ocurra.
—¿Donantes? ¿En plural? Explícate mejor Santana.
Mis celos estallaron rápidamente.
—Tranquila Britt-Britt—me dijo sonriendo—Sí, pueden ser varios; sin embargo, en mi caso nunca he tenido uno y así como yo no quiero compartirte, entiendo que tú tampoco quieras hacerlo.
—Me alegro que lo tengas claro—ella volvió a sonreír—Ahora explícame más, por favor.
—De acuerdo. Para ser una esposa o esposo de sangre debes ser donante de sangre por al menos un año, luego de eso puedes convertir en vampiro a tu donante. Britt, esto no tiene por qué pasar, se puede ser donantes por años y seguir siendo humano, es una decisión que se toma en conjunto llegado el momento.
—¿Por qué existe el tiempo mínimo de un año? ¿No puedes convertir a quien quieras? Te pregunto más que nada por curiosidad.
—Recuerda que te comenté que debemos controlar la población, de lo contrario seriamos demasiados y eso destruiría el equilibrio del mundo en el cual vivimos. Además, de nuestro acuerdo con los humanos, solo podemos convertir por derecho de sangre o esposa de sangre. Por derecho de sangre si es un descendiente tuyo, sobrino, nieto o bisnieto; y esposa de sangre es tu pareja para toda la vida. Solo puedes tener otra si muere o después de separarse por diez años.
—Algo así como un divorcio.
Ella asintió aunque no era una pregunta.
—Pero, ¿Por qué diez años¿ Es mucho tiempo, ¿No te parece? Al menos es mucho tiempo para una vida humana.
—Veras Britt, al inicio muchas personas se convertían en donantes para tener la posibilidad de ser vampiros y poder ser inmortal, pero apenas se convertían buscaban otra pareja, lo que sería comúnmente llamado esposa por interés. Además, la organización no tenía tiempo de evaluar si eran de buenos sentimientos y muchos se pasan al otro lado.
—¿Cuál otro lado?
—Los malos Britt, no puedo decirte más por ahora.
No quise presionar.
—Está bien, es mucha información también para mí, así que vamos poco a poco.
—Yo prefiero explicarte mejor qué es un donante de sangre y por favor, necesito que me prestes mucha atención.
Miré a Santana con dulzura invitándola a continuar. Yo estaba segura que me lo pediría y si quería explicarme todo, la dejaría; pero por mi lado estaba todo aceptado porque yo estaba irremediablemente enamora de mi vampira.
Me apretó en sus brazos y besó mi frente, antes de continuar hablando.
—Si bien un donante de sangre puede alimentar a su pareja, puede hacerlo solo cuando así lo desee. La dieta será complementada con otras tomas de sangre que pueden ser fácilmente adquiridas en nuestros bancos de sangre. Sin embargo, es importante que el donante ingiera muchas vitaminas para evitar debilitarse. Un donante debe ser aprobado por un miembro del consejo, el cual está conformado por ocho de los miembros más antiguos, es decir de los primeros que mutamos y que han demostrado su valor, sabiduría y buena voluntad durante todos estos años. Sólo los aspirantes a donantes de los vampiros que forman parte o pueden llegar a ser parte de este consejo son entrevistado por nuestro primer ministro. La seguridad del donante será considerada tan importante como la un vampiro y será evaluado durante ese año para ver si obtiene el permiso de ser esposa o esposo de sangre. Claro, esto ocurre si los dos, tanto el donante como el vampiro, lo solicitan al consejo. El donante podrá ingresar al cuartel y conocer más sobre nosotros. Formará parte de nuestra sociedad, pero deberá para esto firmar un acuerdo donde no puede divulgar nada aunque deje de ser donante de sangre. Este acuerdo no se rompe ya que es eterno. Escucha bien,—me pidió—Este acuerdo no implica que puedan demandarte o algo así de sencillo, si lo rompes morirían las personas que más amas. El consejo tomara varios nombres de las personas que amas, ellos lo investigaran y lo colocaran en el acuerdo, si lo rompes ellos morirán y luego de presenciar estas muertes, será el donante quien muera.
No había hecho una pausa desde que comenzó, en este instante lo hizo.
Tragó saliva y continuó:
—Britt, yo quiero que seas mi donante de sangre, pero si no lo deseas, yo lo entenderé.
Asentí con una leve sonrisa.
—Sanny, yo nunca te traicionaría. Aun sin firmar ese acuerdo, se los peligros que corres y no seré yo quien te exponga a uno. Quiero ser tu donante de sangre—le dije mirándola a los ojos.
Tardó un par de segundo en comprender mi respuesta.
Santana me besó profundamente y luego me miró a los ojos fijamente para pronunciar las palabras más hermosas que había escuchado nunca.
—Te amo Brittany.
Mi corazón dio un vuelco.
Mi pulso se aceleró.
Mi respiración se hizo un poco errática.
Las mariposas del estómago formaron un tornado.
Todas mis emociones salieron a flote.
Lagrimas asomaron a mis ojos.
—Yo también te amo Santana—le dije.
Me besó de nuevo y luego se levantó muy rápido de la cama y comenzó a vestirse.
—Britt, tengo que irme ahora para comenzar a preparar todo. Normalmente esto toma dos o tres días, pero yo quiero ver si podemos firmar mañana mismo.
Yo solo podía verla vestirse y sonreír, se detuvo un instante y me miró con preocupación.
—¿Prefieres pensarlo un poco más? Tal vez no sea buena idea apresurar las cosas.
—Ve y resuelve esto de inmediato, yo no quiero pasar un día más sin ser tu donante de sangre.
Santana sonrió, me levantó de la cama y me abrazó.
—Tus deseos son ordenes mi amor. Vendré mañana temprano antes de que te marches a la universidad ahora descansa.
Me dio un beso fugaz y desapareció de la habitación. Yo volví a acostarme en la cama sintiéndola vacía sin Santana.
Esto era una locura y estaba por firmar el acta del manicomio, pero no me importaba porque solo los cuerdos están realmente locos.
Me desperté con mucho apetito, supongo que por la actividad de la noche anterior; así que me duche y vestí para ir a clases, aunque antes pasaría por la cocina para prepararme unos huevos revueltos con tocino.
Cuando ya estuve liste y me disponía a salir de la habitación, fui sorprendida por Santana que me tomó por el brazo e hizo girar y me dio un beso arrebatador.
Eran los mejores buenos días que me habían dado.
No conforme con eso comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos, yo me pegué a ella buscando más contacto.
—Britt me vuelves loca,—dijo apenas despegando sus labios de los míos—Si no fuera porque tengo que encárgame de tantas cosas hoy, te arrancaría esa ropa que llevas puesta y te metería en la cama.
Mi cuerpo con solo escuchar sus palabras se agitó de placer.
—Ven, siéntate aquí conmigo en la cama que quiero darte algo—me invitó mientras se sentaba en la cama y me llevaba consigo.
Me senté en sus piernas provocativamente.
—¿Estas segura que no tienes tiempo?—le pregunté.
Sus ojos se pusieron completamente negros, pero agitó su cabeza tratando de pensar.
—Mujer, esta noche fue movida, tengo que atender la misión y pedir los permisos. No me tientes por favor, o no poder resistirme.
Me apiadé un poco de ella, así que pasé de sus piernas a la cama, justo a su lado.
—¿Qué pasa?
—Hasta que no seas oficialmente mi donante, no puedo darte más protección que Quinn, así que por favor trata de estar siempre cerca de Rachel.
—No comprendo, ¿Pasó algo anoche?
—Sí, Quinn te contara camino a la universidad, pero por ahora quiero que desayunes. Te traje esto que lo compré por el camino—dijo entregándome una bolsita de comida que tenía un olor estupendo.
En cuanto lo abrí, comencé a devorarlo con entusiasmo, realmente tenía apetito esta mañana.
—También toma estas vitaminas, son un complejo vitamínico que ayudará a compensar la pérdida de sangre.
—Tomaré lo que sea con tal de sentir de nuevo tus colmillos en mi piel—le dije con dulzura.
—No puedo estar más enamorada de ti—dijo mirándome fijamente y con sus ojos de nuevo negros como la noche.
—Yo siento lo mismo que tu Sanny, así que es correspondido todo lo que estas sintiendo.
Me miro sonriente y saco una caja pequeña que hasta ese momento no le había visto, la abrió y pude ver un arma de fuego.
—Tengo algo más para ti—me miró con tensión—Quiero que lo tengas siempre contigo. Trataré de explicarte rápidamente como usarla. Es una Five - seveN, pesa sólo 750 grs., tiene un moderado retroceso y un alto poder de penetración. Está modificada, puedes matar humanos con ella, pero lo más importante, puedes matar vampiros. La cargas de la siguiente manera…
La detuve.
—San, para por favor, yo sé cargar el arma y tengo buena puntería, mi papá me enseñó a usarla, pero en un campo de tiro, no para cargarla siempre conmigo, no me gusta la violencia.
—Britt, algunas veces no se puede escapar de ella porque necesitas mantenerte viva. Yo no puedo imaginarme sin ti—dijo con angustia.
—No me gusta la idea de estar armada.
—Por favor Britt, al menos piénsalo. Aquí te la dejo, ahora debo marcharme para arreglarlo si no has cambiado de opinión, claro está.
—Sé qué esperas que salga corriendo, pero no lo haré, quiero estar contigo.
—Bien, entonces me voy mi amor, puede que me tarde un par de días, pero moveré mis influencias para que sea un día. Cuando esté todo listo, te vendré a buscar—estaba a punto de saltar por la ventana cuando se regresó—Britt, quizás sea hora que le digas a Rachel que tienes novia porque después de lo de anoche no podrás negárselo.
—¿Crees que fuimos muy ruidosas?—pregunté sonrojándome de la vergüenza.
—Estoy más bien segura—dijo con una sonrisa burlona.
—¿Puedo decirle quien es mi chica?
—Puedes decirle a todo el planeta si quieres.
Me dio un beso y esta vez sí se marchó.
Terminé de desayunar lo que me trajo y salí de la habitación. Afuera estaba Rachel sentada en el sofá con una sonrisa.
—¿Está todavía contigo?—me preguntó.
Fue directo al grano.
—Ya se fue—respondí simplemente.
—Saltaría por la ventana porque estoy levantada desde muy temprano y no he visto a nadie salir.
—No sé cómo no la has visto porque es imposible no mirarla cuando te pasa por el lado.
—Muy bien, entonces es una chica guapa, eso me gusta.
—La más guapa de todas.
—Dime que no es Quinn por favor, es una pedante insensible.
—Rach no es Quinn, pero es una buena chica, no comprendo qué te pasa con ella.
En ese momento tocaron la puerta y Rachel se encargó de abrir. Era un florista con dos ramos de rosas rojas, uno grande y otro más pequeño. Ella se encargó de firmar los papeles y yo ayudé a acomodar los dos ramos en la mesa.
—¡Vamos a ver las tarjetas!—dijo mi amiga dando saltitos y tomando la tarjeta del ramo grande sin que pudiera detenerla.
—Seguramente son para ti—dije.
—No señorita, es para ti, de parte de Marley. Imagino que por eso se fue tan temprano del departamento.
Tengo que confesar que era un poco extraño que mientras Marley me enviaba flores, Santana me regala un Five – seveN. Lo había pensado un poco y me quedaba con el arma porque no importaba qué te regalaban, si no, quién lo hace y de Santana, sencillamente, quiero todo.
Rachel finalmente me pasó la tarjeta y pude leer el mensaje: “Te extraño mi amor, por favor perdóname”. Se la regresé para que pudiera leerla, estaba desfalleciendo de curiosidad.
—Entonces tampoco es Marley, porque si así fuera, no estaría pidiendo perdón todavía.
—No es Marley, pero vamos a ver la tarjeta del otro ramo.
Rachel comenzó dar saltitos de nuevo. Leyó la tarjeta y se puso muy seria, no dijo nada, sólo la metió en su bolsillo.
—¿Qué dice? ¿Para quién son esas rosas?—pregunté.
—Son de una idiota que ya va a ver quién es Rachel Berry.
Rachel tomó varias rosas del ramo, su bolso y salió del departamento. Yo la seguí con mis cosas por supuesto, para irnos a la universidad.
Cuando llegamos al auto estaba Quinn esperando y apenas nos vio, abrió la puerta para que entráramos, pero en lugar de eso, lo que ocurrió fue que Rachel fue hacia ella y comenzó a golpearla con las rosas.
Quinn no se inmutó, solo mantenía su mirada firme en los ojos de Rachel.
Yo la detuve porque, aunque no sabía qué ocurría, estaba mal que la golpeara con las rosas.
Logré alejarla un poco de Quinn.
—Esto es para que aprendas que no puedes recoger las babosadas que dices tan solo con unas rosas—le gritó mi amiga a Quinn.
Yo no entendía nada.
—Rach, ¡Cálmate por favor!—le pedí.
Ella se quedó muy quieta, pero sin dejar de mirar con rencor a Quinn.
—Tranquila Britt, que ya terminé y me voy en mi auto, puedes irte tranquila con tu chofer—escupió esa última palabra.
En ese momento fue cuando finalmente Quinn habló.
—Eso no va a ocurrir, te vas conmigo.
Rachel la miró sin poder creérselo. Rió con sarcasmo.
—Claro que no, yo me voy sola en mi cauto.
Rachel se fue caminando hasta su auto y Quinn fue detrás de ella.
Me pareció que era algo que tenía que dejarles resolver solas, así que me subí al auto. Por la ventana pude ver que discutían y luego Quinn alzaba a Rachel y la traía a la fuerza.
—¡¡Eres una bestia!! ¡¡Y no sé cómo puedes tener tanta fuerza!!—gritaba Rachel, aun después que subió al auto.
Quinn subió al auto y se puso al volante sin inmutarse.
—Anoche violaron y mataron a dos estudiantes de la universidad que caminaban por el campus—dijo Quinn cuando puso el motor en marcha.
Rachel y yo nos quedamos en silencio, fue una noticia terrible e impactante.
—La policía está por todas partes; sin embargo, la seguridad no es suficiente. Los que mataron a esas chicas son unos animales, no merecen estar sobre esta tierra, así que hoy manténganse juntas, yo las estaré esperando para traerlas a casa.
Eso calmó las cosas entre Rachel y Quinn.
La situación no estaba para nada más, así que el viaje transcurrió en completo silencio.
Cuando llegamos a la universidad Rachel se bajó del auto rápidamente y se marchó. Entonces aproveche la oportunidad para pedir más detalles a Quinn sobre lo ocurrido.
—¿Fueron Vampiros?
—Fueron los miserables, no tienen otro nombre—su rabia pude notarla de inmediato—Las chicas sufrieron mucho antes de que le succionaran toda la sangre—dijo mirando al vacío.
—Tranquila Quinn, estaremos bien.
—Brittany, esos vampiros están buscando a Rachel y cuando seas la donante de sangre de Santana, te buscaran quizás más que a ella. Por favor manténganse juntas, es la única manera que podremos protegerlas.
—¿Por qué buscan a Rachel? ¿Cómo sabes que la están buscando?
—Son muchas preguntas, te diré lo que puedo. Logramos encontrarlos en una zona arbolada, seguimos el rastro de sangre que dejaron. Era un grupo de rastreó, un par de ellos huyeron. Puck y otro de nuestros hombres resultaron heridos.
—¿Están bien?
—Se recuperan bastante bien, pero necesitan descanso y alimentación. Santana no está, así que somos menos hoy.
—Tal vez Santana debió quedarse y esperar.
—Santana a esperado demasiado por el amor, ya es hora que piense un poco en ella—hizo una pausa—No te preocupes Brittany, estaremos bien mientras la loca de tu amiga no cometa ninguna imprudencia.
—La cuidare Quinn.
—Muy bien. Dime, ¿Llevas el arma contigo?
—No, le dije a Santana que lo pensaría, no estoy segura de querer tener un arma.
—Brittany no se trata de tu vida nada más, si no de la vida de las personas que amas. Si le pasara algo a Rachel o Santana y tú no tuvieras como ayudarlos, ¿Cómo te sentirías? Piensa en eso por favor.
Me alejé del auto pensando en eso.
Estaba siendo muy egoísta con el tema del arma. Además, yo sabía en lo que me estaba metiendo cuando decidí estar con Santana.
A partir de mañana comenzaría a llevarla conmigo.
La universidad estaba convulsionada por lo ocurrido.
Se corrió el rumor de que habían sido unos drogadictos los que atacaron a las chicas. Asumo que habían limpiado un poco la escena para la policía.
Yo pasaba de una clase a otra siempre pendiente de Rachel. Cuando fue la hora de almorzar, me fui al comedor a buscarla.
—Hola Rach, ¿Qué tal?—la saludé en cuanto la vi.
Torció un poco el gesto.
—Más o menos, esto de las chicas me tiene perturbada y aunque cuentan la historia diferente a lo que dijo Quinn, yo le creo a ella.
—Haces bien, Quinn es de fiar, pero dime, ¿Qué te pasa con ella?
—Britt, esa mujer es una pesada que piensa que me conoce. Me dijo que era una engreída idiota que no le importaba nada ni nadie, que mis abuelos deben estar avergonzados de mí.
—Así que fue eso, se metió con tus abuelos. Estoy segura que lo lamenta, pero tú sabes que apenas la ves, no paras de insultarla.
—Mejor no hablemos de eso. Dime, ¿Quién es tu chica secreta?
Había llegado el momento.
—Es Santana—solté como disparando a quemarropa.
Mi amiga pestaño varias veces antes de comprender.
—¿Santana? ¿Santana López? ¿Esa mujer guapa, forrada en billetes y que todo el mundo quiere seducir?
Quise reír, pero me contuve.
—Supongo que sí, esa misma mujer—respondí.
—¡No te lo puedo creer! Y por lo de anoche supongo que además es muy buena en la cama—dijo arqueando una ceja.
No sé por qué, y aunque no es mi naturaleza, pero no me sentí cohibida al decir:
—Ufff, no tengo palabras para describirlo.
—Britt, pero esa era mi trofeo. Estaba esperando para pasearla de mi lado por la universidad, no puedo creer que me la quitaras.
—Vamos Rach, tú sabes que no te quite nada.
—Dime algo, ¿Qué pasa con Marley?
—Marley es pasado, ahora mi presente es Santana y voy en serio con ella.
—Espera Britt tú no la conoces bien, ten cuidado. Santana me gusta para restregársela a las demás en la cara, pero no sabemos nada de ella.
—Se de ella todo lo que necesito saber.
Después de eso regresamos a clases y al final de la tarde Quinn estaba esperando para llevarnos a casa.
Esta vez Rachel no se resistió a subir al auto.
Al llegar al departamento entré en mi habitación y encontré un Iphone idéntico al mío con un mensaje que decía: “Coloca en este teléfono el chip de tu celular, recoge un par de mudas de ropa, en una hora paso por ti”.
No sabía que ropa llevar.
Me decidí por algo practico, pero bonito.
Estaba nerviosa, en una hora estaría Santana buscándome para llevarme a quien sabe dónde, para convertirme en su donante de sangre.
Definitivamente estaba loca.
Es que cuando tomas una decisión tu cuerpo descansa y tu alma sonríe.
Me di un buen baño; traté de secar mi cabello porque hoy tengo ganas de llevarlo suelto, así que traté de darle algo de forma, algo complicada realmente, pero al menos lo intenté.
El clima no ayudaba a ser sexy, pero me puse una falda larga y una blusa que dejaba ver mi atrevido descote que adorné con un collar con un granate rojo que contrastaba con mi cabello.
Apenas estuve lista, salí de la habitación.
Vi la mandíbula de Rachel caer al mirarme.
—Dios mío Brittany, estas bellísima.
—No exageres, estoy igual que siempre—le dije.
—Yo no puedo ir así,—se señaló a sí misma—Tengo que cambiarme de ropa, a tu lado voy a parecer una indigente. No podía creerlo.
—Por Dios Rachel, si estás muy linda.
—Espérame un poco Brittany, me voy contigo.
—Sabes que me va a llevar Quinn.
—Bueno claro que lo sé, y si tú puedes tener un chofer, entonces yo también. Además, tal vez así te animes a decirme de quién estas enamorada.
—No tengo nada que decir.
—Eres mi amiga y sé que estas enamorada, no me demores más que vamos a llegar tarde.
Me senté en el sofá a esperarla; afortunadamente no demoró mucho, ella tenía clases a primera hora al igual que yo.
Salió bella como siempre, ahora llevaba un suéter vinotinto y una falda corta.
Como decía ella misma, para ser bella hay que ver estrellas. Seguramente pasaría bastante frio entre clase y clase.
Al fin bajamos y estaba Quinn en la puerta esperando.
—Buenos días Quinn, ¿Cómo estás?—pregunté al verla.
—Muy bien Brittany…—me miró significativamente—Permíteme decirte que estas muy bella.
Creo que me sonrojé.
—Muchas gracias. Rachel vendrá con nosotras.
—Hola Quinn—saludó mi amiga simplemente.
—Hola—respondió Quinn con desgana.
Rachel se movió hacía el auto.
—¿No deberías abrirnos la puerta?
—Claro, supongo que eso hace un chofer.
Quinn abrió la puerta, subimos al auto y luego arrancó con rumbo a la universidad.
—Me gusta esto de tener chofer, puede que le dé un descanso a mi auto por estos días—dijo Rachel mientras cruzaba las piernas.
Pude ver que por el retrovisor Quinn clavaba la vista en las piernas de Rachel y no solo me di cuenta yo, si no que Rachel también. Aunque esperé que le dijera algo o sencillamente se acomodara, permaneció en esa posición por lo que concluí que mi amiga la quería dejar ver.
Rachel era todo un caso, no podía evitar coquetear así fuera con Quinn.
Al llegar a la universidad Quinn estacionó el auto y me ayudó a bajar, luego lo hizo con Rachel también que, por supuesto, se tomó su tiempo.
—Espero que este contenta con su chofer—dijo Quinn.
—Me parece que puede funcionar—respondió Rachel tratando de ser indiferente.
—Hablaba con Brittany y no contigo, tu opinión no me importa.
Rachel pareció indignarse por como Quinn la trataba.
—¡Eres una idiota!—dijo mi amiga y se marchó echa toda una furia.
Quinn rió satisfecha.
—Quinn, no seas así con ella—le pedí.
—Se lo merece por pretenciosa—de pronto pareció preocupada—Brittany, ¿Estas segura de lo que haces?
—No sé de qué me hablas.
—Brittany, esa ropa y tu actitud me dicen que vienes por Santana. Recuerda que somos peligrosos, no te dejes engañar. Tu vida correrá siempre peligro, después que cruces esa línea no tendrás vuelta atrás.
No lo demostré, pero sentí cierto temor.
—Tranquila, yo sé lo que hago.
Me marché rumbo a la clase que tenía, no quería darle más vueltas al tema, mi decisión estaba tomada, dependía de Santana si me quería ahora a su lado o no.
Yo sencillamente no podía o no quería vivir sin ella.
Durante la primera hora todo paso con normalidad, tomé mis apuntes y vi toda la clase.
Al salir estaba Santana sentada en un banco. Cuando quise ir hasta ella se le acercó una de sus “fans” a la que le dedicó toda su atención. Frené mis pasos y me fui hacia otro lado, por lo que podía ver me estaba alejando, así que cambié de planes.
“No voy a ir a ti Santana, tu vendrás a mí”.
—Que chofer tuyo más pesada—me dijo Rachel cuando se sentó conmigo en el banco.
—A mi realmente me parece muy guapa, ¿No me vas a negar que Quinn está como para como para comérsela?—le dije sabiendo que Santana podía escucharme.
—Pensé que siempre era yo la que hablaba de las personas como comida—dijo sonriente Rachel.
Yo no pude evitar sonreír también.
—Tal vez sea hora que yo comience a comer o a dejarme comer—le respondí y pude ver como los ojos de Santana se fijaban en mí.
Mi vampira estaba celosa.
Se pone tan bella cuando entra en su plan de posesiva. Aunque en el caso de Santana, hacerle ese tipo de provocaciones era jugar con fuego, pero qué puedo decir, también es muy divertido.
Como si la hubiera llamado, llegó apoyo de inmediato.
—Hola Brittany, estas preciosas—dijo Marley sentándose a mi lado.
—Hola Marley, gracias, tu como siempre muy amable—le plante mi mejor sonrisa.
—Hola Marley, estoy aquí por si no lo has notado—dijo Rachel gesticulando frente a la cara de Marley.
—¿Qué tal Rachel?—saludo esta sin hacer realmente caso.
—Aquí parece que estoy sobrando y además hace frío, así que mejor me voy a mi clase. Cuida bien a mi amiga, tal vez también tenga frio.
—Seguiré tu consejo Rachel, y por cierto, estas muy guapa también.
—Gracias.
Eso satisfizo al ego de Rachel quien continuó su camino a clases sin mirar atrás.
Marley sin dudarlo me abrazó.
—Seguiré el consejo de tu amiga y te protegeré del frio.
—El clima esta agradable hoy, pero está bien aceptare tu calor—le dije.
No necesitaba mirar para saber que Santana nos observaba.
—Brittany, me encante sentirte cerca, tu olor es increíble, me perturba.
Mientras Marley decía esto, hundía su cara en mi cabello y aspiraba; entonces puso sus labios muy cerca de su oído y me susurró.
—No puedo dejar de recordar tus gemidos mientras te hacía el amor, te extraño demasiado, por favor vuelve conmigo.
“Dios, espero que Santana no escuchara eso porque creo que sería demasiado”.
—¿Solo eso extrañas de mí?
—No, claro que no—respondió poniéndose derecha en el banco y tomando mi mano—Yo extraño todo, tu sonrisa, como me mirabas con dulzura cuando te contaba mis locuras, esa cara concentrada que pones cuando lees un libro, tú inteligencia, incluso tus malcriadeces.
—No soy malcriada—argumenté.
—Si lo eres, te gusta salirte con la tuya.
—Bueno, tal vez un poco.
—Claro, que también extraño tu cuerpo, tus manos. Tener tu cuerpo desnudo pegado al mío, ¿Te acuerdas aquella noche de invierno frente a la chimenea en la cabaña de mis padres?
Esto se estaba poniendo muy comprometedor, así que era mejor que me marchara, y pronto.
—Marley, tengo clases así que mejor me voy, hablamos después—le dije mientras me levantaba, pero ella tomo mi mano y no me dejo ir.
—Puedo ver que te pone nerviosa recordar y eso me dice que tengo una oportunidad. Ve a clases Brittany, pero debes saber que no voy a rendirme—dicho esto, me dio un beso en la mejilla, muy, demasiado cerca de mis labios.
Me fui a clases sin decir nada más, estaba nerviosa, Santana debió escuchar lo que me dijo y seguramente estaba molesta. Y además, Marley estaba poniendo recuerdos en mi cabeza.
Me desvíe a un baño que no era muy concurrido para tratar de calmarme, solo necesitaba unos minutos de paz para continuar.
Entré al baño y me recosté contra los lavados dejando caer cabeza y mi cabello hacia atrás, cerré los ojos un segundo y de pronto sentí un cuerpo que se apretaba a mí.
—No juegues con fuego Britt, tu solo me perteneces a mí—dijo Santana mientras pasaba su lengua por mi cuello.
Mi cuerpo se estremeció, aun así, traté de mantener la compostura.
—Yo pensé que preferías pasar el día con tus fans—le dije empujándola para alejarla de mí.
Santana retrocedió por voluntad propia ya que sabía que no tenía fuerza para moverla ni un milímetro, sus ojos se clavaron en los míos atrapándome como siempre.
—Yo quiero salvarte y tú solo quieres hundirme en el infierno de los celos.
—Quizás mi infierno es estar sin ti.
La mirada de Santana se hizo más profunda.
—Britt, esa mujer, Marley, aunque me duela, aunque me vuelva loca de los celos, puede darte una vida normal, puede hacerte feliz,
—¿Cómo puedes saber tu qué es lo que me hace feliz? Tal vez me estas condenando a vivir en la tristeza y en la soledad por el resto de mi vida.
Mis palabras calaron hondo, lo pude ver en sus ojos.
Estaba luchando con soltarme y marcharse o quedarse conmigo. Fijó su mirada en mis labios, ella deseaba besarme, lo sabía y yo necesitaba sus besos como el aire que respiro.
Basta de pensar me dije y acerqué mis labios a los de ella. Nuestros labios se unieron en un profundo beso, las chispas salieron como si fuera un corto circuito.
Me sentí más viva que nunca aunque coqueteara con la muerte.
Las manos de Santana viajaron por mi cuerpo acariciándolo y yo recorría su espalda y su cabello que tanto adoraba.
Con un solo movimiento me subió al lavado y comenzó a acariciar mis piernas mientras subía mi falda. Yo estaba mojada ya de deseo, necesitaba a Santana, quería sentirla dentro de mí.
Entonces se detuvo y temí por un momento que no quisiera estar conmigo hasta que vi sus ojos negros como la noche y una sonrisa traviesa en sus labios.
—Viene alguien, así que tendremos que parar, pero espérame esta noche en tu habitación… sin ropa y con el cabello suelto—me miró fijamente y agregó—Déjate este collar, me gusta—dijo recorriendo con un dedo el accesorio—Voy a hacerte olvidar esta noche cualquier cabaña que hayas visitado.
Mi garganta se secó.
Me miró unos segundos más y salió del baño rápidamente dejándome llena de deseo y extrañando su cuerpo, pero sabía que esta noche la tendría y no podía esperar a que llegara ese momento.
Me acomode la falda y justo en ese instante, entró una chica muy apurada por usar el baño, así que me marché a clases saboreando todavía los besos de Santana.
El día pasó muy lentamente, las clases se me hacían eternas, yo solo podía imaginarme en los brazos de Santana, besándola, abrazándola.
Estaba haciendo mi mayor esfuerzo por concentrarme en las clases, comer, en fin dejar que transcurriera el día.
Finalmente, llegó la hora de irme y Quinn nos estaba esperando afuera.
Durante el camino, Rachel se enfrascó en una discusión con Quinn a la que no preste atención, pero debió ser muy intensa porque cuando llegamos Rachel tenía los ojos húmedos y Quinn estaba muy seria.
Apenas entramos al ascensor le pregunté a Rachel por lo ocurrido.
—Rach ¿Qué paso?
—Nada importante, que tu chofer es una idiota.
—¿Estas segura que no la provocaste?
—Siempre soy yo la culpable, ¿No es así Brittany? ¿No puede ser otro el responsable de las cosas?
Eso me sorprendió un poco.
—Disculpa Rachel, tienes razón, hablaré con Quinn.
—Está bien, no pasa nada, solo necesito descansar un poco, estoy agotada y también necesito estudiar, así que me iré directo a la habitación.
—¿Seguro que estas bien Rachel?
—Estoy bien, no te preocupes y no le digas nada a Quinn, no quiero darle importancia al tema.
Apenas entramos Rachel se fue directo a su habitación como había dicho; yo me fui al mío para darme una ducha de agua caliente necesitaba relajarme, aunque ya había estado con Santana, me sentía profundamente nerviosa porque esta noche seria solamente mi vampira y yo, para cambiar mi vida para siempre.
Salí del baño más tranquila.
Cuando me fui a poner ropa, recordé lo que me había pedido Santana, así que solo me puse el collar. Peine mi cabello y me metí en la cama. Tomé mis lentes y comencé a repasar las clases de hoy.
Me quedé profundamente dormida y no supe de mí hasta que sentí que me quitaban los libros de encima.
Abrí los ojos lentamente para descubrir que la persona que los retiraba era Santana y que me miraba fijamente con ojos oscuros.
—Hola, disculpa, me quedé dormida estudiando.
—No podía imaginar una imagen más sexy que encontrar que una bella mujer desnuda y cubierta de libros—dijo con voz ronca.
Fue cuando recordé que no tenía nada puesto y que realmente lo único que me cubrían eran los libros.
Me sentí un poco apenada, pero al ver lo complacida que estaba Santana con todo aquello, solo pude quedarme quieta, creo que incluso no respiraba.
Una vez que mi hermosa vampira retiró todos los libros, me quito los lentes y los colocó sobre la mesa de noche. Entonces comenzó a quitarse la ropa frente a mí, muy, muy lentamente.
¡Dios mío!
Era pura belleza.
Su cuerpo tonificado, lo esbelta que era, sus senos suficientes para llenar mis manos y ese cabello despeinado que me encantaba.
Luego subió a la cama, lentamente, como un felino al acecho; me cortaba la respiración solo verla. Bajó un poco y sus labios comenzaron a cubrir mis piernas y sus manos apretaron mis nalgas conforme subía.
Cuando su boca se acercaba a mi centro, por instinto mis manos estrujaron las sabanas.
Esa era mi Santana, apasionada y sensible.
Su lengua comenzó a lamer mi centro, húmedo ya por la anticipación.
—Sabes a gloria Britt, pero no vamos a ir tan rápido esta vez.
De pronto dejó de lamerme y continuó subiendo, besando mi vientre mientras sus manos continuaban apretando mis nalgas. Sus besos llegaron a mis senos y acarició el pezón son su lengua, lo succionó suavemente y luego aumento su fuerza, una descarga eléctrica bajó hasta mi vientre; un gemido escapó de mi boca y Santana rugió suavemente al escucharlo.
No podía evitar que sus sonidos, un tanto humano y un tanto animal, despertaran más deseo en mí.
Pasó al otro seno y como si fuera poco, esta vez lo mordió suavemente lo que provocó que me humedeciera más aún.
Subió a mis labios y me besó.
Fue un beso lento y calmado que fue profundizando poco a poco. Me estaba volviendo loca y lo sabía, controlaba mi deseo a su antojo.
Sus manos buscaron mi entrepierna y sin pedir permiso, entró en mí llenándome completamente y arrancándome más gemidos de placer.
—Eres mía Britt, solo mía—me dijo al oído.
—Tuya San, soy tuya—respondí porque así lo sentía.
No tenía ninguna duda en eso.
Salió de mí y me quejé como una niña que le quitan su juguete preferido.
—Santana, por favor no pares.
Su risa inundo la habitación, pero su mano no se alejó completamente, solo fue a mi clítoris para acariciarlo, para torturarlo y luego entró de nuevo, una y otra vez llevándome hasta el borde.
Cuando ya estaba por alcanzar el éxtasis, succionó de nuevo mi seno con fuerza y toda la energía que se acumuló dentro de mi estalló en un potente orgasmo.
Santana me tomó en sus brazos mientras mi cuerpo, como una gelatina, no podía y no quería poner resistencia, estaba extasiada con sus caricias.
Nuestras respiraciones estaban agitadas.
—Britt, sé que no debería estar aquí, pero yo también me siento hundida en la soledad sin ti. No tengo miedo a la muerte, pero si a vivir sin ti.
—San, tú me haces sentir más viva que nunca, yo tengo miedo es a estar sin ti.
Todo había sido dicho.
La deseaba, así que giré entre sus brazos y comencé a besarla.
Mis manos recorrían su cuerpo con ansias de conocerlo, de hacer un mapa de cada centímetro de ella.
¿Cuántas personas se pasan la vida buscando el amor de su vida?
Y yo lo tenía aquí, en mi cama, justo en mis manos.
No, definitivamente, no podía vivir sin ella.
Me detuve un momento a mirar sus ojos y pude ver que estaban completamente negros. Ella estaba deseándome tanto como lo hacía yo, así que no pensaba dejarla con las ganas.
Comencé a acariciar sus senos y a succionarlos intermitente arrancando algunos gemidos; regresé a su cuello y labios mientras con mis pulgares continuaba consintiendo sus pezones.
Me detuve de nuevo a ver su rostro. La cara de Santana sutilmente y sus ojos permanecían oscuros como la noche, no quería perderme el espectáculo, así que baje mi mano hasta su centro y comencé a acariciar su clítoris.
Santana se movía rítmicamente contra mi mano y sus gemidos aumentaban, podía ver sus comenzar a despuntar, pero ella los controlaba y eso no gustó, yo no quería que se frenara, así que intensifique mis caricias, lo quería todo.
—Mírame Sanny, quiero verte cuando llegar.
—Más Britt, dame más—dijo entre roncos jadeos.
No la podía hacer esperar más, entré en ella y comencé a empujar con fuerza. Su espalda se arqueó buscando todavía más mi contacto, así que me acomodé para acariciar también su clítoris con mi pulgar mientras los dedos entraban y salían de ella.
Lo que vino después de eso fue un derroche de amor y deseo.
Santana rugió, sus colmillos se desplegaron y sus ojos se clavaron en mí. Yo sencillamente no lo pensé porque lo desea intensamente.
Quien sabe desde cuando lo deseada y si moría en ese momento, me iría con la imagen más hermosa del mundo: Mi Santana llegando al orgasmo por mí.
Giré mi cuello y se lo ofrecí, ella se levantó un poco y clavó sus colmillos en mí.
Todo pasó a ser muy rápido y lento a la vez.
Fue una sensación maravillosa, estaba conectada con Santana y podía sentir su placer fundiéndome como el mío. No podía analizar qué ocurría, yo solo podía hundirme en la sensación que estaba sintiendo y derrumbarme extasiada en los brazos de Santana.
Fue sublime.
Pasaron algunos minutos antes de que pudiera darme cuenta de lo que había hecho.
Toqué mi cuello, pero no tenía rastros de sangre en él. Santana me miraba con temor, ella tenía más miedo de mi reacción que yo de lo ocurrido. Me acerqué a ella y la bese en los labios para tranquilizarla.
Cuando me alejé unos centímetros le sonreí muy tímidamente.
—¿Qué ha pasado?—le pregunté.
Ella esquivó mi mirada.
—Yo…—sus ojos volvieron a los míos—Siento más placer si me alimento durante el acto sexual—me respondió pareciendo incomoda.
Yo asentí.
—Pero, ¿Cómo es posible que para mí también sea tan placentero?
Sonrió levemente como una niña traviesa.
—Libero una sustancia en tu sangre cuando te muerdo que te relaja para que yo pueda alimentarme, pero si estoy excitada, proyectara mi placer equilibrándolo con el tuyo. Pasa lo mismo si eres tú la que esta excitada, prácticamente lo compartimos.
Eso me complació y sorprendió mucho, nunca había imaginado que pudiera existir ese tipo de conexión.
—¿Pasará algo conmigo después de esto?—le pregunté un poco preocupada; ahora podía pensar en lo que había hecho.
Conocía muy bien las historias de vampiros de las películas.
—No te convertirás si es lo que preguntas; en realidad el proceso es un poco más complejo que eso y la verdad no es tan malo ser un vampiro después de todo—dijo algo molesta.
—San, no digo que sea malo o bueno, es solo que no lo pensé y quería saber que puede pasarme.
—Britt, solo tome un poco de tu sangre, pero no es necesario que pase de nuevo. Para mí es muy placentero, aun sin tomar tu sangre es maravilloso estar contigo—se removió un poco—Yo no debí permitir que esto ocurriera, pero no es solo el placer sexual que me das, ni la felicidad que es para mí alimentarme de ti, sino que ahora llevaras mi olor en tu piel por varios días y todos los de mi especie sabrán que eres mía, y eso me satisface no sabes en qué medida.
—Mi amor, yo quiero que esto pase de nuevo. Tú no me lo pediste, yo me ofrecí a ti y lo disfrute mucho, deseo que esto pase tanto como tú.
Santana tomó mi cara entre sus manos y me besó dulcemente, aun podía sentir un poco el sabor metálico de mi sangre en su boca; eso produjo un escalofrió en mi cuerpo de puro deseo.
Ella podía tomar de mí toda la sangre que quisiera, Santana era mi vampira y yo aceptaba todo lo que viniera con eso, incluso mi propia muerte.
—Britt, quiero pedirte algo.
—Dime ¿Qué quieres?
Ella se puso de lado para quedar frente a frente.
—Veras… para que mi especie pudiera convivir en paz en este mundo, fue necesario crear algunas reglas. Una de ellas es que podemos tener donantes de sangre; son personas a las que nos une algún lazo sentimental y nos permiten alimentarnos de ellas voluntariamente. Es el primero paso para tener un esposo o esposa de sangre, aunque no es obligatorio que esto ocurra.
—¿Donantes? ¿En plural? Explícate mejor Santana.
Mis celos estallaron rápidamente.
—Tranquila Britt-Britt—me dijo sonriendo—Sí, pueden ser varios; sin embargo, en mi caso nunca he tenido uno y así como yo no quiero compartirte, entiendo que tú tampoco quieras hacerlo.
—Me alegro que lo tengas claro—ella volvió a sonreír—Ahora explícame más, por favor.
—De acuerdo. Para ser una esposa o esposo de sangre debes ser donante de sangre por al menos un año, luego de eso puedes convertir en vampiro a tu donante. Britt, esto no tiene por qué pasar, se puede ser donantes por años y seguir siendo humano, es una decisión que se toma en conjunto llegado el momento.
—¿Por qué existe el tiempo mínimo de un año? ¿No puedes convertir a quien quieras? Te pregunto más que nada por curiosidad.
—Recuerda que te comenté que debemos controlar la población, de lo contrario seriamos demasiados y eso destruiría el equilibrio del mundo en el cual vivimos. Además, de nuestro acuerdo con los humanos, solo podemos convertir por derecho de sangre o esposa de sangre. Por derecho de sangre si es un descendiente tuyo, sobrino, nieto o bisnieto; y esposa de sangre es tu pareja para toda la vida. Solo puedes tener otra si muere o después de separarse por diez años.
—Algo así como un divorcio.
Ella asintió aunque no era una pregunta.
—Pero, ¿Por qué diez años¿ Es mucho tiempo, ¿No te parece? Al menos es mucho tiempo para una vida humana.
—Veras Britt, al inicio muchas personas se convertían en donantes para tener la posibilidad de ser vampiros y poder ser inmortal, pero apenas se convertían buscaban otra pareja, lo que sería comúnmente llamado esposa por interés. Además, la organización no tenía tiempo de evaluar si eran de buenos sentimientos y muchos se pasan al otro lado.
—¿Cuál otro lado?
—Los malos Britt, no puedo decirte más por ahora.
No quise presionar.
—Está bien, es mucha información también para mí, así que vamos poco a poco.
—Yo prefiero explicarte mejor qué es un donante de sangre y por favor, necesito que me prestes mucha atención.
Miré a Santana con dulzura invitándola a continuar. Yo estaba segura que me lo pediría y si quería explicarme todo, la dejaría; pero por mi lado estaba todo aceptado porque yo estaba irremediablemente enamora de mi vampira.
Me apretó en sus brazos y besó mi frente, antes de continuar hablando.
—Si bien un donante de sangre puede alimentar a su pareja, puede hacerlo solo cuando así lo desee. La dieta será complementada con otras tomas de sangre que pueden ser fácilmente adquiridas en nuestros bancos de sangre. Sin embargo, es importante que el donante ingiera muchas vitaminas para evitar debilitarse. Un donante debe ser aprobado por un miembro del consejo, el cual está conformado por ocho de los miembros más antiguos, es decir de los primeros que mutamos y que han demostrado su valor, sabiduría y buena voluntad durante todos estos años. Sólo los aspirantes a donantes de los vampiros que forman parte o pueden llegar a ser parte de este consejo son entrevistado por nuestro primer ministro. La seguridad del donante será considerada tan importante como la un vampiro y será evaluado durante ese año para ver si obtiene el permiso de ser esposa o esposo de sangre. Claro, esto ocurre si los dos, tanto el donante como el vampiro, lo solicitan al consejo. El donante podrá ingresar al cuartel y conocer más sobre nosotros. Formará parte de nuestra sociedad, pero deberá para esto firmar un acuerdo donde no puede divulgar nada aunque deje de ser donante de sangre. Este acuerdo no se rompe ya que es eterno. Escucha bien,—me pidió—Este acuerdo no implica que puedan demandarte o algo así de sencillo, si lo rompes morirían las personas que más amas. El consejo tomara varios nombres de las personas que amas, ellos lo investigaran y lo colocaran en el acuerdo, si lo rompes ellos morirán y luego de presenciar estas muertes, será el donante quien muera.
No había hecho una pausa desde que comenzó, en este instante lo hizo.
Tragó saliva y continuó:
—Britt, yo quiero que seas mi donante de sangre, pero si no lo deseas, yo lo entenderé.
Asentí con una leve sonrisa.
—Sanny, yo nunca te traicionaría. Aun sin firmar ese acuerdo, se los peligros que corres y no seré yo quien te exponga a uno. Quiero ser tu donante de sangre—le dije mirándola a los ojos.
Tardó un par de segundo en comprender mi respuesta.
Santana me besó profundamente y luego me miró a los ojos fijamente para pronunciar las palabras más hermosas que había escuchado nunca.
—Te amo Brittany.
Mi corazón dio un vuelco.
Mi pulso se aceleró.
Mi respiración se hizo un poco errática.
Las mariposas del estómago formaron un tornado.
Todas mis emociones salieron a flote.
Lagrimas asomaron a mis ojos.
—Yo también te amo Santana—le dije.
Me besó de nuevo y luego se levantó muy rápido de la cama y comenzó a vestirse.
—Britt, tengo que irme ahora para comenzar a preparar todo. Normalmente esto toma dos o tres días, pero yo quiero ver si podemos firmar mañana mismo.
Yo solo podía verla vestirse y sonreír, se detuvo un instante y me miró con preocupación.
—¿Prefieres pensarlo un poco más? Tal vez no sea buena idea apresurar las cosas.
—Ve y resuelve esto de inmediato, yo no quiero pasar un día más sin ser tu donante de sangre.
Santana sonrió, me levantó de la cama y me abrazó.
—Tus deseos son ordenes mi amor. Vendré mañana temprano antes de que te marches a la universidad ahora descansa.
Me dio un beso fugaz y desapareció de la habitación. Yo volví a acostarme en la cama sintiéndola vacía sin Santana.
Esto era una locura y estaba por firmar el acta del manicomio, pero no me importaba porque solo los cuerdos están realmente locos.
Me desperté con mucho apetito, supongo que por la actividad de la noche anterior; así que me duche y vestí para ir a clases, aunque antes pasaría por la cocina para prepararme unos huevos revueltos con tocino.
Cuando ya estuve liste y me disponía a salir de la habitación, fui sorprendida por Santana que me tomó por el brazo e hizo girar y me dio un beso arrebatador.
Eran los mejores buenos días que me habían dado.
No conforme con eso comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos, yo me pegué a ella buscando más contacto.
—Britt me vuelves loca,—dijo apenas despegando sus labios de los míos—Si no fuera porque tengo que encárgame de tantas cosas hoy, te arrancaría esa ropa que llevas puesta y te metería en la cama.
Mi cuerpo con solo escuchar sus palabras se agitó de placer.
—Ven, siéntate aquí conmigo en la cama que quiero darte algo—me invitó mientras se sentaba en la cama y me llevaba consigo.
Me senté en sus piernas provocativamente.
—¿Estas segura que no tienes tiempo?—le pregunté.
Sus ojos se pusieron completamente negros, pero agitó su cabeza tratando de pensar.
—Mujer, esta noche fue movida, tengo que atender la misión y pedir los permisos. No me tientes por favor, o no poder resistirme.
Me apiadé un poco de ella, así que pasé de sus piernas a la cama, justo a su lado.
—¿Qué pasa?
—Hasta que no seas oficialmente mi donante, no puedo darte más protección que Quinn, así que por favor trata de estar siempre cerca de Rachel.
—No comprendo, ¿Pasó algo anoche?
—Sí, Quinn te contara camino a la universidad, pero por ahora quiero que desayunes. Te traje esto que lo compré por el camino—dijo entregándome una bolsita de comida que tenía un olor estupendo.
En cuanto lo abrí, comencé a devorarlo con entusiasmo, realmente tenía apetito esta mañana.
—También toma estas vitaminas, son un complejo vitamínico que ayudará a compensar la pérdida de sangre.
—Tomaré lo que sea con tal de sentir de nuevo tus colmillos en mi piel—le dije con dulzura.
—No puedo estar más enamorada de ti—dijo mirándome fijamente y con sus ojos de nuevo negros como la noche.
—Yo siento lo mismo que tu Sanny, así que es correspondido todo lo que estas sintiendo.
Me miro sonriente y saco una caja pequeña que hasta ese momento no le había visto, la abrió y pude ver un arma de fuego.
—Tengo algo más para ti—me miró con tensión—Quiero que lo tengas siempre contigo. Trataré de explicarte rápidamente como usarla. Es una Five - seveN, pesa sólo 750 grs., tiene un moderado retroceso y un alto poder de penetración. Está modificada, puedes matar humanos con ella, pero lo más importante, puedes matar vampiros. La cargas de la siguiente manera…
La detuve.
—San, para por favor, yo sé cargar el arma y tengo buena puntería, mi papá me enseñó a usarla, pero en un campo de tiro, no para cargarla siempre conmigo, no me gusta la violencia.
—Britt, algunas veces no se puede escapar de ella porque necesitas mantenerte viva. Yo no puedo imaginarme sin ti—dijo con angustia.
—No me gusta la idea de estar armada.
—Por favor Britt, al menos piénsalo. Aquí te la dejo, ahora debo marcharme para arreglarlo si no has cambiado de opinión, claro está.
—Sé qué esperas que salga corriendo, pero no lo haré, quiero estar contigo.
—Bien, entonces me voy mi amor, puede que me tarde un par de días, pero moveré mis influencias para que sea un día. Cuando esté todo listo, te vendré a buscar—estaba a punto de saltar por la ventana cuando se regresó—Britt, quizás sea hora que le digas a Rachel que tienes novia porque después de lo de anoche no podrás negárselo.
—¿Crees que fuimos muy ruidosas?—pregunté sonrojándome de la vergüenza.
—Estoy más bien segura—dijo con una sonrisa burlona.
—¿Puedo decirle quien es mi chica?
—Puedes decirle a todo el planeta si quieres.
Me dio un beso y esta vez sí se marchó.
Terminé de desayunar lo que me trajo y salí de la habitación. Afuera estaba Rachel sentada en el sofá con una sonrisa.
—¿Está todavía contigo?—me preguntó.
Fue directo al grano.
—Ya se fue—respondí simplemente.
—Saltaría por la ventana porque estoy levantada desde muy temprano y no he visto a nadie salir.
—No sé cómo no la has visto porque es imposible no mirarla cuando te pasa por el lado.
—Muy bien, entonces es una chica guapa, eso me gusta.
—La más guapa de todas.
—Dime que no es Quinn por favor, es una pedante insensible.
—Rach no es Quinn, pero es una buena chica, no comprendo qué te pasa con ella.
En ese momento tocaron la puerta y Rachel se encargó de abrir. Era un florista con dos ramos de rosas rojas, uno grande y otro más pequeño. Ella se encargó de firmar los papeles y yo ayudé a acomodar los dos ramos en la mesa.
—¡Vamos a ver las tarjetas!—dijo mi amiga dando saltitos y tomando la tarjeta del ramo grande sin que pudiera detenerla.
—Seguramente son para ti—dije.
—No señorita, es para ti, de parte de Marley. Imagino que por eso se fue tan temprano del departamento.
Tengo que confesar que era un poco extraño que mientras Marley me enviaba flores, Santana me regala un Five – seveN. Lo había pensado un poco y me quedaba con el arma porque no importaba qué te regalaban, si no, quién lo hace y de Santana, sencillamente, quiero todo.
Rachel finalmente me pasó la tarjeta y pude leer el mensaje: “Te extraño mi amor, por favor perdóname”. Se la regresé para que pudiera leerla, estaba desfalleciendo de curiosidad.
—Entonces tampoco es Marley, porque si así fuera, no estaría pidiendo perdón todavía.
—No es Marley, pero vamos a ver la tarjeta del otro ramo.
Rachel comenzó dar saltitos de nuevo. Leyó la tarjeta y se puso muy seria, no dijo nada, sólo la metió en su bolsillo.
—¿Qué dice? ¿Para quién son esas rosas?—pregunté.
—Son de una idiota que ya va a ver quién es Rachel Berry.
Rachel tomó varias rosas del ramo, su bolso y salió del departamento. Yo la seguí con mis cosas por supuesto, para irnos a la universidad.
Cuando llegamos al auto estaba Quinn esperando y apenas nos vio, abrió la puerta para que entráramos, pero en lugar de eso, lo que ocurrió fue que Rachel fue hacia ella y comenzó a golpearla con las rosas.
Quinn no se inmutó, solo mantenía su mirada firme en los ojos de Rachel.
Yo la detuve porque, aunque no sabía qué ocurría, estaba mal que la golpeara con las rosas.
Logré alejarla un poco de Quinn.
—Esto es para que aprendas que no puedes recoger las babosadas que dices tan solo con unas rosas—le gritó mi amiga a Quinn.
Yo no entendía nada.
—Rach, ¡Cálmate por favor!—le pedí.
Ella se quedó muy quieta, pero sin dejar de mirar con rencor a Quinn.
—Tranquila Britt, que ya terminé y me voy en mi auto, puedes irte tranquila con tu chofer—escupió esa última palabra.
En ese momento fue cuando finalmente Quinn habló.
—Eso no va a ocurrir, te vas conmigo.
Rachel la miró sin poder creérselo. Rió con sarcasmo.
—Claro que no, yo me voy sola en mi cauto.
Rachel se fue caminando hasta su auto y Quinn fue detrás de ella.
Me pareció que era algo que tenía que dejarles resolver solas, así que me subí al auto. Por la ventana pude ver que discutían y luego Quinn alzaba a Rachel y la traía a la fuerza.
—¡¡Eres una bestia!! ¡¡Y no sé cómo puedes tener tanta fuerza!!—gritaba Rachel, aun después que subió al auto.
Quinn subió al auto y se puso al volante sin inmutarse.
—Anoche violaron y mataron a dos estudiantes de la universidad que caminaban por el campus—dijo Quinn cuando puso el motor en marcha.
Rachel y yo nos quedamos en silencio, fue una noticia terrible e impactante.
—La policía está por todas partes; sin embargo, la seguridad no es suficiente. Los que mataron a esas chicas son unos animales, no merecen estar sobre esta tierra, así que hoy manténganse juntas, yo las estaré esperando para traerlas a casa.
Eso calmó las cosas entre Rachel y Quinn.
La situación no estaba para nada más, así que el viaje transcurrió en completo silencio.
Cuando llegamos a la universidad Rachel se bajó del auto rápidamente y se marchó. Entonces aproveche la oportunidad para pedir más detalles a Quinn sobre lo ocurrido.
—¿Fueron Vampiros?
—Fueron los miserables, no tienen otro nombre—su rabia pude notarla de inmediato—Las chicas sufrieron mucho antes de que le succionaran toda la sangre—dijo mirando al vacío.
—Tranquila Quinn, estaremos bien.
—Brittany, esos vampiros están buscando a Rachel y cuando seas la donante de sangre de Santana, te buscaran quizás más que a ella. Por favor manténganse juntas, es la única manera que podremos protegerlas.
—¿Por qué buscan a Rachel? ¿Cómo sabes que la están buscando?
—Son muchas preguntas, te diré lo que puedo. Logramos encontrarlos en una zona arbolada, seguimos el rastro de sangre que dejaron. Era un grupo de rastreó, un par de ellos huyeron. Puck y otro de nuestros hombres resultaron heridos.
—¿Están bien?
—Se recuperan bastante bien, pero necesitan descanso y alimentación. Santana no está, así que somos menos hoy.
—Tal vez Santana debió quedarse y esperar.
—Santana a esperado demasiado por el amor, ya es hora que piense un poco en ella—hizo una pausa—No te preocupes Brittany, estaremos bien mientras la loca de tu amiga no cometa ninguna imprudencia.
—La cuidare Quinn.
—Muy bien. Dime, ¿Llevas el arma contigo?
—No, le dije a Santana que lo pensaría, no estoy segura de querer tener un arma.
—Brittany no se trata de tu vida nada más, si no de la vida de las personas que amas. Si le pasara algo a Rachel o Santana y tú no tuvieras como ayudarlos, ¿Cómo te sentirías? Piensa en eso por favor.
Me alejé del auto pensando en eso.
Estaba siendo muy egoísta con el tema del arma. Además, yo sabía en lo que me estaba metiendo cuando decidí estar con Santana.
A partir de mañana comenzaría a llevarla conmigo.
La universidad estaba convulsionada por lo ocurrido.
Se corrió el rumor de que habían sido unos drogadictos los que atacaron a las chicas. Asumo que habían limpiado un poco la escena para la policía.
Yo pasaba de una clase a otra siempre pendiente de Rachel. Cuando fue la hora de almorzar, me fui al comedor a buscarla.
—Hola Rach, ¿Qué tal?—la saludé en cuanto la vi.
Torció un poco el gesto.
—Más o menos, esto de las chicas me tiene perturbada y aunque cuentan la historia diferente a lo que dijo Quinn, yo le creo a ella.
—Haces bien, Quinn es de fiar, pero dime, ¿Qué te pasa con ella?
—Britt, esa mujer es una pesada que piensa que me conoce. Me dijo que era una engreída idiota que no le importaba nada ni nadie, que mis abuelos deben estar avergonzados de mí.
—Así que fue eso, se metió con tus abuelos. Estoy segura que lo lamenta, pero tú sabes que apenas la ves, no paras de insultarla.
—Mejor no hablemos de eso. Dime, ¿Quién es tu chica secreta?
Había llegado el momento.
—Es Santana—solté como disparando a quemarropa.
Mi amiga pestaño varias veces antes de comprender.
—¿Santana? ¿Santana López? ¿Esa mujer guapa, forrada en billetes y que todo el mundo quiere seducir?
Quise reír, pero me contuve.
—Supongo que sí, esa misma mujer—respondí.
—¡No te lo puedo creer! Y por lo de anoche supongo que además es muy buena en la cama—dijo arqueando una ceja.
No sé por qué, y aunque no es mi naturaleza, pero no me sentí cohibida al decir:
—Ufff, no tengo palabras para describirlo.
—Britt, pero esa era mi trofeo. Estaba esperando para pasearla de mi lado por la universidad, no puedo creer que me la quitaras.
—Vamos Rach, tú sabes que no te quite nada.
—Dime algo, ¿Qué pasa con Marley?
—Marley es pasado, ahora mi presente es Santana y voy en serio con ella.
—Espera Britt tú no la conoces bien, ten cuidado. Santana me gusta para restregársela a las demás en la cara, pero no sabemos nada de ella.
—Se de ella todo lo que necesito saber.
Después de eso regresamos a clases y al final de la tarde Quinn estaba esperando para llevarnos a casa.
Esta vez Rachel no se resistió a subir al auto.
Al llegar al departamento entré en mi habitación y encontré un Iphone idéntico al mío con un mensaje que decía: “Coloca en este teléfono el chip de tu celular, recoge un par de mudas de ropa, en una hora paso por ti”.
No sabía que ropa llevar.
Me decidí por algo practico, pero bonito.
Estaba nerviosa, en una hora estaría Santana buscándome para llevarme a quien sabe dónde, para convertirme en su donante de sangre.
Definitivamente estaba loca.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
ahi que tener miedo cuando un neófito es posesivo y mas que celosa jaja
ya me hacia a la idea que britt iba a ser esposa de san,...
amm si rachel nos es la supuesta mente heredera del clan que la maten,.. ok no jajaj
me gusta como la hace enojar quinn a rachel jaja
nos vemos!!!
ahi que tener miedo cuando un neófito es posesivo y mas que celosa jaja
ya me hacia a la idea que britt iba a ser esposa de san,...
amm si rachel nos es la supuesta mente heredera del clan que la maten,.. ok no jajaj
me gusta como la hace enojar quinn a rachel jaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
aparentemente rachel tomo bien el hecho de que fuese santana la nueva novia de brittany, me encantaria saber que dira la idiota de marley, ahora a esperar esa reunion, hasta pronto!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
Por fin juntas!!! .... Que bueno que arreglaron las cosas y que cada una sabe a lo que se atiene con la otra.... Y que tanto se habrán dicho en el carro Rach y Quinn jajajaja ay las quiero de pareja!!
Ahora haber que tal le va a Britt siendo oficialmente la donante de San y que pasa cuando sepa Marley que esta con ella,no creo que se quede como si nafa
Ahora haber que tal le va a Britt siendo oficialmente la donante de San y que pasa cuando sepa Marley que esta con ella,no creo que se quede como si nafa
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
ahi que tener miedo cuando un neófito es posesivo y mas que celosa jaja
ya me hacia a la idea que britt iba a ser esposa de san,...
amm si rachel nos es la supuesta mente heredera del clan que la maten,.. ok no jajaj
me gusta como la hace enojar quinn a rachel jaja
nos vemos!!!
Hola lu, jajajajajajaja dices tu o es xq es san¿? jajajajajaja. Jajajajajaja es son las brittana, se pertenecen jajajajja. Jajajajajaajajajajajajaaj q mala con rachel... si igual es amiga de britt xD jajajajajajaja. Jajajajajaja esa quinn es una loquilla jajajajaja. Saludos =D
micky morales escribió:aparentemente rachel tomo bien el hecho de que fuese santana la nueva novia de brittany, me encantaria saber que dira la idiota de marley, ahora a esperar esa reunion, hasta pronto!!!!
Hola, bn ai, después de todo si es buena amiga, no¿? Mmmm q no diga nada mejor ¬¬ Esperemos y sea este cap jajajajajaja. Saludos =D
JVM escribió:Por fin juntas!!! .... Que bueno que arreglaron las cosas y que cada una sabe a lo que se atiene con la otra.... Y que tanto se habrán dicho en el carro Rach y Quinn jajajaja ay las quiero de pareja!!
Ahora haber que tal le va a Britt siendo oficialmente la donante de San y que pasa cuando sepa Marley que esta con ella,no creo que se quede como si nafa
Hola, siii!!!!!!!!! eso es mas q bueno jajaajaj xfin van avanzando juntas jajajajajajajaja. Jajajajajaajajajaj esas faberry son unas loquillas... y yo! ajajajajajajaja. La pasaran malito, no¿? XD ajajajajajaajajajaajajajajaja. Esk no tiene ni q decir y hacer nada la vrdd ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Cap 8
Capitulo 8
La hora de espera paso lentamente.
Mientras transcurría encontré mil razones para no hacerlo y una sola para hacerlo. El amor es la fuente de energía que mueve al mundo, sin ella no estaríamos vivos; entonces de qué vale vivir sin amor.
Siempre la respuesta a todas nuestras preguntas es simple y sencilla solo que algunas veces no queremos respondernos.
En ese momento sonó mi nuevo teléfono.
Era Santana.
—Hola Sanny, ¿Cómo estás?
—Bien, ¿Y tú?
—Estoy lista.
—Muy bien, entonces baja. Si te encuentras con Rachel, invéntale una excusa creíble.
—Está bien.
—¿Britt?
—¿Si?
—Gracias.
Me dispuse a bajar en silencio.
Tal vez en lugar de escuchar “gracias”, me hubiera gustado un “te amo”, pero así era Santana, decía lo que correspondía, pero yo sabía que sus sentimientos por mí era sinceros.
Afortunadamente Rachel estaba en su habitación.
Los pasillos y el ascensor estaban solos, así que salí del edificio sin contratiempos. Abajo estaba un auto negro esperándome, la puerta se abrió y subí en él.
—Hola—me saludó Santana cuando subí.
—Hola—respondí sin poder evitar sonreír aunque estaba algo nerviosa.
—No te asustes, es el protocolo a seguir.
—No lo hago.
—Hola Brittany—me saludó Quinn sorprendiéndome un poco.
—Hola Quinn, ¿Qué tal?
—Aquí, haciendo de chofer, parece ser mi trabajo últimamente.
—Quinn nos llevara al aeropuerto, es preciso que tomemos un avión para llegar a el complejo.
—Está bien—dije mecánicamente.
Santana me abrazó y nos quedamos en silencio todo el camino.
Cuando llegamos al avión privado, bajó una pareja, un hombre y una mujer, que saludaron a Santana y a Quinn.
El hombre la saludó con un leve movimiento en el rostro. La mujer la evitó por completo. Tomaron nuestros bolsos y los subieron al avión. Antes que nosotros subiéramos Santana me alejó un poco.
—Britt, ¿Estas segura de lo que vas a hacer? Aun estas a tiempo de cambiar de opinión, yo no te lo reprocharía nunca, al contrario, lo entendería.
—San, voy a donde tú vayas, así que no tengo nada que pensar.
Santana me besó profundamente sin importar quién nos mirara. Ella estaba agradecida de que quisiera ir a donde sea que me llevara y yo estaba agradecida que me escogiera para ir con ella.
Cuando estaba subiendo al avión se me acerco Quinn.
—Brittany, no tengas miedo todo va a estar bien.
—Gracias por tus palabras y por favor, cuida a Rachel.
—Puedes contar con eso—dijo guiñándome un ojo.
Subí al avión.
Era muy confortable, nada que ver con la clase turista en la que estaba acostumbrada a volar. Butacas reclinables, muebles, mesa, pantallas led.
Definitivamente un viaje con estilo.
Luego subieron las dos personas que nos ayudaron con los bolsos y saludaron muy respetuosamente a Santana que procedió a presentármelos.
—Brittany, te presento a Bodu y a Kitty.
—Hola, un placer conocerlo.
Ofrecieron sus manos para presentarse. Bodu, el joven, aparentaba unos 20 años, era muy alto, tal vez 1.90 mts., de piel oscura, cabello negro rizado y ojos café.
Me saludó de forma amable y dándome la bienvenida; mientras que Kitty era una chica de, aproximadamente, 1.55 mts., de estatura, piel blanca, ojos verdes y cabello rubio lacio, apenas me saludó con la cabeza.
Llegó la azafata para preguntarnos qué deseábamos tomar y también nos ofreció algunos menús para comer que amablemente rechazamos; yo solo quise tomar un té.
Solo en el momento en que la azafata trajo mi bebida, Santana soltó mis manos para que pudiera tomar la taza y aunque yo debería ser la que estuviera más nerviosa, parecía que fuera ella la que lo estaba.
Una vez que comencé a tomar el té mi cuerpo se fue relajando hasta que quede sumida en un profundo sueño, a pesar que intentaba mantenerme despierta, no podía.
Escuchaba la voz de Santana que me llamaba a lo lejos, pero no la veía por ningún lado.
Estaba en un bosque y todo estaba oscuro, sin embargo, continuaba escuchándola, así que tome la decisión de seguir lo que escuchaba todo con tal de encontrarla, pero me desperté.
Me encontré acostada en medio de una habitación blanca, sin ventanas y Santana estaba a mi lado, no podía creer que hubiera dormido tanto, debieron drogarme en el avión. Santana estaba sentada a mi lado.
—Está todo bien Britt, no te he dejado sola ni un segundo—me dijo en cuanto abrí los ojos para tranquilizarme.
—¿Dónde estoy?—pregunté.
—Britt, son las reglas, yo tenía que seguirlas.
—¿Dónde estoy?—pregunté de nuevo un poco molesta.
—Estamos en lo que sería nuestra casa segura. Es aquí donde vive el consejo y aquellos que no tenemos nuestra propia casa; necesitamos cobijo y seguridad, es el centro neurálgico, por eso la seguridad es tan necesaria.
—Ya veo cuanto confías en mí—le reproché sintiéndome dolida.
—Cuando seas mi donante esto no será necesario, pero mientras no lo seas, yo tengo que cumplir las reglas. Yo más que nadie debo hacerlo, pero por favor, no dudes que confiaría mi vida a ti.
—Yo también a ti San—respiré profundo para terminar de alejar de mí la desorientación de los primeros segundos—¿Cuánto he dormido?
—Unas ocho horas. Siempre estuve a tu lado, no te dejé ni un minuto Britt.
Aún estaba molesta por la situación pero, Santana se veía sincera, además de preocupada por mi reacción.
Revisé en mayor detalle la habitación.
Había un estante, un closet y la cama donde estaba, era todo en la habitación. Adicionalmente, tenía una puerta que daba a un baño.
—San, quiero ducharme y preferiría que me esperaras a fuera, quiero unos momentos para mí a solas.
—Britt, perdóname por favor—me pidió agachando la cabeza.
—Está bien San, sólo dame unos minutos por favor.
—Muy bien—dijo resignada.
Fue hasta la puerta y antes de salir se giró y me dijo:
—La audiencia es en treinta minutos, estaré afuera esperándote para que hagamos lo que tú quieras, incluso si eso es irnos a casa.
Después de eso salió y cerró la puerta.
Entré al baño, me desvestí y me metí bajo el chorro de agua caliente, necesitaba relajarme, de pronto estaba muy nerviosa. En ese momento hasta agradecí que me hubieran dado ese somnífero, estaba descansada y sobre todo, no había estado pensando en lo que estaba por suceder.
Una vez que termine, me lave los dientes y me vestí. Sabía que Santana estaba afuera esperándome y no me presionaría, podía marcharme cuando quisiera.
Sin embargo, estaba lista para dar este paso.
No daría marcha atrás.
Cuando abrí la puerta de la habitación estaba Santana, tal como había dicho, parada frente a la puerta. Estaba firme, en posición militar podría decir y no se movía ni un poquito, era casi una estatua, por supuesto, la más bella que podría ver jamás.
—Estoy lista San, y para que no tengas dudas, iría hasta el infierno contigo.
Su cara se transformó.
Asomó una sonrisa y sus hombros se relajaron, caminó hasta mí y me tomo de la mano.
—El único infierno que existe para mi es una vida sin ti, así que vamos, el destino nos espera.
Caminamos en silencio por los pasillos y pasamos por varias puertas, todas con control de seguridad hasta llegar a una amplia habitación decorada con hermosos muebles, parecía una sala de espera, pero de la realeza.
—Muy bien Britt, aquí esperaremos a que te vengan a buscar, pasaras tu sola y luego que esté todo aprobado, yo entraré también. Esperemos a que no te toque Joe, suele ser un pesado, pero que eso no te perturbe, estarás bien.
En ese momento salieron dos personas que parecían ser guardias y caminaron hasta donde estábamos.
—Señorita, acompáñenos. —Me pidió uno de ellos.
En fracción de segundos estaba detrás de Santana que apuntaba a los guardias con su arma.
—Sea lo que sea es un error, así que no se atrevan a tocarla—ordenó Santana con fiereza.
Los hombres se mantuvieron impasibles.
—Mantenga la calma general, es solo para llevarla hasta la Primera Ministra—dijo uno de ellos.
Yo estaba impresionada, no solo por la forma de Santana de defenderme, incluso contra los suyos, sino porque la llamaron General.
—¿Por qué con la Primera Ministra?—preguntó Santana manteniendo la dureza en su voz y su posición de ataque.
—Es a quien corresponde entrevistar a la señorita, General.
Santana los miró por unos segundos como midiendo la situación, luego se relajó y abandonó su posición, pero aun manteniendo el arma en su mano.
—Soldado, me responde con su vida por la de ella—dijo Santana con advertencia y esta vez bajando su arma.
—¡Si señora!
Santana tomó mi mano y la besó.
—Estarás bien Brittany, tranquila, yo nunca permitiré que te pase nada.
—Está bien San, lo sé.
Caminé entonces junto a los soldados hasta otra habitación. Uno de ellos me dijo que tomara asiento; me senté mecánicamente mientras ellos se paraban uno cada lado de la puerta.
Mientras esperaba me puse a mirar la decoración, necesitaba calmarme; aunque le había dicho a Santana que estaba bien, la verdad es que este último incidente me había dejado descolocada.
No era mucho lo que podía procesar bien en mi mente. Estaba demasiado nerviosa, solo podía ver la habitación a grandes rasgos, un escritorio grande de roble, algunas obras de arte, portarretratos, una laptop y papeles dispersos.
Desistí de detallar el lugar, mejor era pensar en Santana.
La llamaron General y me está entrevistando justo la Primera Ministra, así que ella debía ser una fuerte candidata al consejo.
Creo que mi Santana resultó ser más que una vampira con dinero, también era alguien influyente, por eso su seguridad era muy importante.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una mujer vampira que, no sé en qué momento, apareció sentada en la silla detrás del gran escritorio.
Era una mujer como de la estatura de Santana, aparentaba unos 40 años, ojos café y cabello castaño, vestida de negro y muy elegante.
—Bienvenida Brittany, a nuestra fortaleza—me dijo y su voz me pareció hipnótica.
—Gracias—dije, no se me ocurrió más nada que decir.
—Mi nombre es Maribel y soy la Primera Ministra, te voy a entrevistar y veremos si después de esto sales con vida de este edificio.
Su mirada y forma de decirlo me indicó que no estaba bromeando, por lo que aquello me tomó por sorpresa, pero no dejé que me afectara, confiaba en Santana, así que estaría bien.
—Mi nombre es Brittany y dígame, ¿Qué quiere saber de mí?
Ella me miró algo sorprendida.
—¿Ves esta carpeta?—me preguntó mientras me mostraba una carpeta con unas pocas hojas—Bueno esto es todo lo que tengo que saber de ti.
—Entonces debe saber que no tengo malas intenciones, si eso es lo que le preocupa.
—Brittany, voy a ir al grano, yo no tengo tiempo que perder. Santana es muy importante para esta organización, tiene rango de general en nuestras fuerzas, las personas la admiran y respetan, así que es una competencia directa para mí.
No entendía lo que me decía, pero no me gustaba.
—Yo puedo matarte aquí, ahora mismo y Santana no podría llegar hasta ti a tiempo. La vida humana es muy frágil, pero también puedo darte la inmortalidad hoy mismo, si haces lo que te digo.
—No entiendo, ¿Qué es lo que quiere?—le pregunté tratando de no mostrar miedo ante esta mujer que se podía ver, se sentía capaz de controlar el mundo.
—Necesito que me ayudes a matar a Santana.
La miré en silencio por unos segundos.
—Esto debe ser una broma.
—Yo no juego muchacha, es tu vida o la de ella.
Me levanté de la silla y me acerqué hasta el escritorio, apoye mis manos sobre él y me incliné un poco hacia ella, solo había algo que podía hacer en estas circunstancias.
—Mátame ahora mismo porque no voy a ayudarla—dije apretando los dientes—Máteme y moriré tranquila porque sé que Santana se encargara de ti y te hará pagar por eso.
—Estas muy confiada de ella—dijo levantándose y caminando hacia a mí.
—Tan confiaba como para saber que usted no tiene oportunidad con ella.
Se acercó hasta quedar a milímetros de mí.
Moriría en ese mismo instante, así que llené mi mente de lo que más amaba, mi familia y Santana.
Luego de unos largos segundos.
—Muy bien muchacha, firmare tu acta. Espero que, como hoy, nunca dudes en dar tu vida por Santana, ella es muy importante para esta organización y para mí.
¿Qué?
¿Qué acababa de pasar?, me pregunté.
La mujer regresó a su silla y comenzó a firmar los papeles. Yo apenas podía sostenerme en pie, de repente estaba temblando, la adrenalina ya no circulaba por mis venas y mi cuerpo comenzó a responder a lo vivido.
—Siéntate muchacha, es lo mejor, ordenaré un vaso con agua para ti—dijo sin mirarme, su atención estaba puesta en los papeles frente a ella.
Hice justo lo que me dijo y tomé el vaso de agua, mientras ella me leía el acta que era como me había dicho Santana.
Matarían a mis padres y a mis hermanos para luego por mí.
—Si estás de acuerdo firma.
Sin dudar me levanté, tomé la pluma y firmé.
En cuento firmé, Santana entró y caminó sonriente hasta mí.
—¿Estás bien Britt?—me preguntó preocupada a pesar de su sonrisa.
—Sí, estoy bien.
—Santana, ahora debes firmar tú—le dijo la Primera Ministra—Recuerda que tu deberás aceptar que esto se ejecute, de lo contrario morirás también.
Santana tomó la pluma y firmó.
—Muy bien, está cerrado, serás su donante mínimo por un año—sentenció la Primera Ministra con seriedad.
—Gracias por hacer esto tan rápido, no quería esperar más—dijo Santana.
—Espero que hicieras bien tu elección Santana, pasaremos tu misión a alguien más, ella comenzará sus entrenamientos mañana mismo.
—¿Cuáles entrenamientos?—pregunté.
—Britt, tú debes prepararte para luchar y conocer de nosotros. Nuestros enemigos son implacables. Sin embargo, no es necesario que te entrenes aquí y tampoco que inicies mañana mismo—explicó Santana.
—Si es necesario Santana, eres muy importante para la organización y ella debe estar a tu altura—habló la mujer con firmeza.
—Señora, yo tengo que terminar mi carrera, no puedo dejar mi vida así como así. Además Rachel es muy importante para mí, no puede quitar a Santana de su seguridad.
—Es una decisión tomada, mañana comenzaras tu entrenamiento y aquí estarán seguras—dijo la ministra.
—¡No estoy de acuerdo!—dijo Santana levantando un poco la voz.
La Primera Ministra, Maribel, se acercó a mi Santana y la tomó por los hombros, algo que no me gusto.
¿Qué tenía esta mujer con mi Santana?
—Santana, no solo eres muy importante para la organización, si no para mí, yo no podría vivir si tú me faltas.
Esta mujer podía ser muy poderosa, pero si se acerca más a Santana vamos a tener serios problemas, pero la respuesta de Santana me sorprendió profundamente.
—Mamá, voy a llevarme más guardias, pediré a Quinn y a Kitty que se encarguen de su entrenamiento, seré cuidadosa, pero por favor, permítenos seguir como hasta ahora.
La mujer dio un paso atrás y respiró profundamente asintiendo.
—Santana, prométeme que te cuidaras, eres lo único que tengo.
—Lo hare, tengo muchas cosas por las que vivir.
La Primera Ministra, que resultó ser la madre de Santana, la abrazó y luego se giró para cruzar su mirada conmigo.
—Cuida de mi hija con tu propia vida o yo iré por ti.
Me dio una media sonrisa casi fugas y regresó a su escritorio.
Santana me tomó de la mano y salimos de aquella habitación. Desde ese momento yo era oficialmente su donante, había conocido a la que ahora era mi suegra, la cual casi me hace ensuciar mis pantalones.
Definitivamente mi vida había dado un giro de 180°.
—Vamos a comer, te invito a cenar, tenemos mucho que celebrar.
—¡Si mi general!
Santana sonreía como una niña.
Bajamos en un ascensor hasta un estacionamiento donde había muchos autos, todos últimos modelos y subimos a un Mercedes Benz C300 color plata; los dos vampiros del avión estaban en el asiento delantero.
Bodu me saludó al igual que Kitty, pero esta última todavía un poco renuente.
Rodamos un poco sin todavía salir del complejo y luego comenzamos a subir, por lo que me dio la impresión de estar bajo tierra, hasta que al fin fuimos a dar a una vía no muy concurridas y en tan solo treinta minutos, a una velocidad a la que yo nunca conduciría, llegamos Las Vegas, la ciudad millonaria.
—Santana. ¿El complejo está bajo tierra?—pregunté.
—Sí. Un poco antes de que pasara todo y mutáramos, el gobierno de Estados Unidos estaba realizando pruebas en esa zona con bombas atómicas, entonces nadie lo visitaba y tampoco se preocupaban por ningún ruido. Está construido de tal manera que no puede ser detectado ni por aire ni por tierra, necesitas saber la ubicación para poder llegar.
—Por eso me dormiste para traerme.
—También te escaneamos para confirmar que no llevaras en tu cuerpo un GPS, tu celular fue apagado, incluso inicialmente saldrías de esa forma si se recomienda más tiempo de investigación, pero la Primera Ministra te liberó totalmente.
—¿Por qué la llamas la Primera Ministra y no mamá como en la habitación?
—Nos pondría más en peligro a las dos, incluso el contacto físico solo está reservado para la intimidad familiar.
—¿Eso también aplicará para mí?
—Si, al menos en la medida en que pueda mantener mis manos lejos de ti, algo que no es nada fácil—dijo mirándome fijamente y con una media sonrisa devastadora.
Después de eso me abrazo y nos quedamos así hasta que el auto estacionó en un local que, desde afuera, podías ver que comer en él representaría gastar todos los ahorros de un americano común de, al menos, un año.
Al entrar nos recibió el dueño del restaurant, se llama Will, era un hombre alto, cabello ondulado y rubio.
—Santana, bienvenida, me encantó que me llamaras para venir a cenar en mi humilde restaurant.
—Vamos Will, no es nada humilde y seguro es el mejor de Las Vegas.
El hombre arqueó una ceja.
—El mejor del mundo—corrigió.
Ambos rieron.
—Will, ella es Brittany, mi donante.
Will se quedó sorprendido, pero rápidamente reaccionó y me saludó con dos sonoros besos en cada mejilla.
—Bienvenida señorita.
—Gracias—dije simplemente.
—¿Cómo está Emma?—le preguntó al hombre.
—Dímelo tú, fue enviada a cubrirte.
Santana rió.
—Se encuentra bien Will, tranquilo.
—Eso espero, aun no me acostumbro a eso. Imagino que quieres un reservado.
—Si, por favor—respondió Santana.
—El mejor para ti.
Nos llevó por entre las mesas hasta un área que decía VIP y al entrar, podías ver varias puertas de salas privadas. Entramos a una que tenía una hermosa vista de Las Vegas y decorada con el mismo glamur del restaurant. Nos sentamos y nos entregaron a cada una la carta.
Cuando la miré, me di cuenta que estaba llena de platos deliciosos, era difícil decidirse.
Santana miraba la de ella, algo que me sorprendió porque jamás comía; pareció entender la pregunta de mi mirada porque la giró para que la viera.
Había una lista de diferentes tipos de sangre humana entre las que ella podía elegir.
—Tenemos mucho de qué hablar y seguramente tendrás muchas preguntas, pero primero ordenemos, tienes que comer.
—Sí, tengo mucho apetito.
En realidad me molesto un poco que pidiera sangre, aunque en ese momento lo que yo más deseaba eran respuestas, así que me concentre en eso.
Pedí lo primero que encontré en el menú y Santana sangre O+ que justo era mi tipo de sangre.
Una vez que el mesero se fue con la orden, Santana me dejó caer la agenda para el día siguiente.
—La Primera Ministra quiere reunirse contigo mañana a primera hora, reservó un par de horas para ti, así que parece que es bastante lo que tiene que hablar contigo.
La primera Ministra me aterraba, y ahora más que sabía que era mi suegra.
Santana debió notar el cambio en mi cara porque detuvo su relato.
—¿Qué pasa? ¿Se portó muy mal contigo?
—No, solo que puede ser muy intimidante.
Ella sonrió.
—Tienes razón, pero lo necesita para poder mantener el control de su operación.
—De acuerdo, continua por favor.
—Muy bien. Luego de eso van a evaluar tu necesidad de entrenamiento y entonces veremos cuántos instructores necesitas.
—¿Eso cuánto tomará?
—Calculo que todo el día y después de eso nos podremos ir a casa.
La conversación fue interrumpida por el mesero que trajo la comida, bueno, mi comida y una copa grande, pero elegante, con la sangre de Santana. La ingirió inmediatamente; imaginaba que tenía hambre por su color de piel y esto me lo confirmaba.
Una vez que el hombre salió, Santana sacó un dispositivo electrónico, lo colocó en la mesa y lo activó.
—¿Qué es eso?—pregunté mientras disfrutaba de la deliciosa comida que me sirvieron.
—Es un dispositivo que genera ruidos en los equipos de grabación de sonido y video, aunque este restaurant es de confianza, tenemos que tomar todas las medidas de seguridad que podamos. Adicional a eso, hace un censo de las personas en la habitación y si alguien se aproxima sonara.
—Vaya, tienen todos los juguetes. ¿Acaso me enamoré de la 007?—bromeé.
—Es realmente cómico, de verdad—dijo riendo.
—Tú puedes saber mejor que nadie si alguien se acerca.
—Es cierto, pero está diseñado para proteger también a humanos que estén involucrados con nosotros.
—Comprendo—respiré profundo—Bueno, supongo que puedo iniciar las preguntas.
—Si mi rubia, puedes.
—¿Por qué no habías comido?
—No había tenido tiempo de hacerlo, estaba concentrada en arreglar las cosas para hoy y luego en mantenerme a tu lado.
—No lo hagas de nuevo San por favor. ¿Quieres más? Devoraste lo que te sirvieron.
—No, por ahora con eso estará bien, además en la fortaleza ofrecen sangre tres veces al día.
—Comprendo. No es bueno tener vampiros con sed de sangre sueltos por toda la fortaleza—ella me sacó la lengua, yo le respondí igual—Pero cuéntame San, ¿Por qué Las Vegas si hace tanto sol y eso los debilita?
—Esta ciudad nunca duerme y además, nadie se sorprende de lo que ve. Es la cuidad más libre y diversa de este país.
—En eso tienes razón.
—Pero no fue solo eso, sino también la conveniencia de los vuelos, además de las facilidades de construir la fortaleza como te comente anteriormente.
Terminé de cenar, en realidad, prácticamente la devoré, al parecer yo también tenía mucho apetito.
Todo había sido una situación de estrés para las dos.
—¿Cómo es eso que soy la novia de un general? No sabía que tenían rango militar.
Ella rió un poco.
—Inicialmente cuando mutamos algunos ya tenían un rango militar. Otros de nosotros, dada las circunstancias que se presentaron, fuimos entrenados por los Estados Unidos. Sin embargo, luego nos dimos cuenta que necesitábamos nuestro propio plan de entrenamiento.
—Algo como lo que yo comenzaré mañana.
—Ese plan está diseñado para humano, existe otros para vampiros y otros para vampiros militares.
—Para tener tan poco tiempo si se quiere están muy bien establecidos, quiero decir, no son milenarios como se acostumbra a pensar de los vampiros.
—Eso es gracias a que tenemos un buen consejo y una maravillosa primer ministro.
—Yo se que debería hacerte más preguntas sobre tu mundo, pero quiero saber de ti San, háblame de tus padres.
—Mi papá era un hombre muy noble que nos adoraba. Era militar y fue al primero que le confesé que era homosexual aunque él ya lo sabía. Adoraba ejercitarme con él y mirar un poco las chicas.
—¡Hey! Cuidado con sus ojos porque se lo puedo sacar—le dije de forma amenazadora.
Ella volvió a reír.
—Yo solo tengo ojos para ti mi amor, desde que te conocí no he podido pensar en nadie más que no seas tú.
Se inclinó hacia mí, me tomó en sus brazos y me besó.
Era maravilloso estar así con mi hermosa vampira.
Después de unos segundos nos separamos y ella volvió a sentarse bien en su silla.
—Mi mamá es un genio, se graduó muy joven de Ingeniero, es capaz de aprender cualquier cosa con mucha facilidad. Yo seguí sus pasos y por eso trabajamos juntas cuando pasó todo.
—Sacaste lo militar de tu papá y lo inteligente de tu mamá.
Rió.
—No que va, ojala algún día pueda ser al menos la mitad de lo inteligente que es ella. Soy solo una hija orgullosa de sus padres nada más—de pronto se quedó callada—Britt, necesitas saber de los malos. Más adelantes tendremos tiempo de hablar sobre mis padres.
—Está bien San, háblame de los malos.
Ella respiró profundo.
—Una vez que la guerra fría pasó, el gobierno pensó que éramos un arma de guerra que podían utilizar a su antojo, en especial para hacer el trabajo sucio. Al inicio le seguimos la corriente mientras nos preparamos para decirles que ellos nos eran nuestros gobernantes, pero ellos se preparaban para lo mismo, por lo que buscaron aliados entre nosotros para controlarnos. Pero su plan se les complico cuando se dieron cuenta que eligieron a los menos indicados, ya que inicialmente trabajaron para ellos y luego los traicionaron. Nos dividimos en dos grupos, los que queremos vivir en paz con los humanos, siguiendo nuestras propias reglas; y los que quieren dominar a los humanos por considerarlos inferiores. La Primer Ministro convenció al presidente que podríamos convivir juntos y que mientras menos humanos se enteraran de nuestra existencia, sería mejor. Adicionalmente, apoyaríamos al gobierno siempre que la causa fuera justa, al fin y al cabo todos somos americanos. El otro grupo se ha dedicado a matar a los nuestros y a tratar de tomar el control de la organización. Afortunadamente, yo ingresé a las fuerzas militares casi inmediatamente que ellos tomaron su propio rumbo. No éramos muchos, así que dividirnos en grupos claves fue necesario.
—¿Qué quieres decir con grupos claves?
—Una vez que te conviertes en vampiro debes formar parte de la sociedad, puedes tener tus propios negocios, pero debes apoyar de alguna manera, militarmente, científicamente, en construcción, entre otras. Lo que sea tu especialidad o si necesitas preparación, se te proporciona; también recibes un sueldo.
—¿Esto es de por vida?
—No, mínimo son treinta años, luego el tiempo que quieras. Por ejemplo este restaurant. Su trabajo es proporcionar ingresos y ayudarnos a parecer normales. Will atiende el restaurant y su esposa es de las fuerzas de inteligencia, él apenas tiene diez años, pero Emma está desde el inicio. Montaron otro restaurant que él lleva en forma paralela, pero ese es de ellos solamente.
—¿Estos malos los cazan y los matan?
—Es más que eso. Si bien ellos tratan de crecer y que nosotros seamos menos, su finalidad es adueñarse del mundo, los humanos serian como el ganado necesario para sobrevivir. Ellos mantienen la misma línea de crecimiento controlado que nosotros, básicamente porque es más fácil asumir un crecimiento controlado que un montón de vampiros enloquecidos. Una vez lo intentaron y fue un desastre, incluso muchos de sus fuerzas militares murieron en el proceso. Son unos desalmados sin alma que no tienen respeto por la vida o los valores, solo les interesa su propio beneficio. Por esos los llamamos Sinal, más por cortar las letras que nada.
—¿Cómo “Sinal”?—le pregunté.
—“Sin alma”. Muchos, desde antes de ser vampiros, ya no la tenían. Esperamos o queremos creer que lo único que te lleva a perder tu alma es no respetar la vida y no ser capaz de amar—hizo una pausa. Miró la mesa y un poco alrededor, menos a mí por unos segundos—Bueno, ya terminaste de comer y debemos irnos, mañana nos espera un día pesado.
Yo me había quedado sin palabras, era demasiada información para procesar.
Me alegré de haber dormido todo el camino porque realmente era estaba resultando demasiado. Me sentía feliz por formar parte de la vida de Santana, pero con eso había llegado a mi vida un montón de cosas más.
Llegamos a la fortaleza rápidamente, o tal vez lo vi de esa forma porque mi mente no dejaba de repasar lo que me había dicho Santana y el tiempo se me pasó volando.
Una vez que bajamos del auto nos despedimos de los otros vampiros y comenzamos a caminar hasta la habitación.
En mitad del camino Santana me detuvo y tomó otro pasillo.
—Britt, quisiera que cuando estemos aquí te quedes conmigo en mi habitación. Podríamos pasar la noche en la habitación que te asignaron si lo prefieres; sin embargo, me gustaría que compartiéramos la mía.
—Por supuesto que quiero ir contigo, no veo otro lugar donde pueda estar.
—Muy bien, porque pedí trasladar tus cosas y además, ordené que compraran algunas cosas que pensé podías necesitarías.
Caminamos por una zona, si se quiere, más controlada por la seguridad que la anterior. Luego anduvimos un poco más hasta llegar a un pasillo que tenía una única puerta que, supuse, era la habitación de Santana.
Al entrar me quede sorprendida.
Era como un departamento pequeño; tenía una sala de estar con un enorme televisor, equipo de sonido, algunas fotografías de Santana de hacía muchos años con sus padres, armas antiguas en la pared.
Luego seguimos y me mostró un baño equipado con hidromasaje.
—¿Te gusta?—me preguntó.
—Me encanta.
Ella asintió complacida.
—Lo único que no tienen es cocina, pero la traerán en cuanto la pidamos. Ahora quiero mostrarte la habitación.
Seguimos un poco más y encontramos una cama enorme, un vestidor y algunas medallas militares de Santana.
—Dispuse esta aérea para tu ropa, espero que te guste.
Me puse a revisar y eran algunos cambios de ropas muy bonitas parecidas a las siempre usaba; ropa para deporte y otras un poco más formal como para fiestas.
—San, está todo muy bonito, gracias—le sonreí sin poder evitarlo.
—Luego compraremos más a tu gusto, es para que puedas venir sin mucho equipaje y estés cómoda; desde mañana tendrás acceso a esta habitación, podrás venir conmigo o sin mí cuando quieras.
—Con esto es más que suficiente.
Continúe mirando y habían unos pares de zapatos de mi talla. En las gavetas encontré pantys, ropa íntima, ropa muy íntima que nada más de verla me sonrojé.
Supuse que eso, aunque no era necesario, Santana lo había agregado con todo gusto. Ella justo estaba mirando en ese momento con mucha picardía.
El momento fue interrumpido por un timbre. Santana presionó un botón y se escuchó una voz.
—¿Desea servicio de sangre o comida humana?
—¿Comerás de nuevo?—le pregunté.
—Depende de ti—me dijo con voz profunda y clavando sus ojos en mí.
En respuesta, me acerqué al intercomunicador y respondí:
—Por ahora no queremos nada, gracias.
Santana se fue hasta mí a una velocidad increíble e inmediatamente me tenía en la cama.
—Un momento, creo que va a tener que esperar un poco para su comida—le dije deteniéndola.
—¿Pero por qué?—me preguntó confundida.
—Compraste algo que quiero ponerme esta noche.
Inmediatamente me soltó y esa sonrisa pícara y satisfecha volvió a sus labios.
—Ve mujer, pero por favor, no tardes, no puedo tenerte más tiempo lejos de mi.
Sin esperar más, me fui al baño y me di una ducha. Estaban en el tocador todas las cosas que suelo usar, incluso un frasco de mi perfume favorito.
Me puse un conjunto rojo que dejaba muy poco a la imaginación.
Salí lentamente y caminé hacia la cama donde estaba Santana. Estaba ya totalmente desnuda, esperándome. Yo quería sorprenderla, pero, como siempre, fui yo quien quedo con la boca abierta.
Era tan hermosa, su cuerpo era perfecto y su cabello.
¡Dios!
No me había puesto un dedo en encima y ya estaba húmeda por ella.
Continúe avanzando lentamente tratando de hacer un pequeño baile erótico en el camino, permitiéndole ver el conjunto que llevaba puesto por todas partes.
Ella intentó acercarse, pero con el dedo le dije que no.
Subí a la cama y me paré con las piernas abiertas sobre ella. Tenía un pie en cada lado de su cintura mientras continuaba mi baile.
Sus ojos estaban negros y supuse que no aguantaría ni un momento más quedarse quieta y así fue. En pocos segundos tenía el cuerpo de Santana sobre mí, me besaba con intensidad y sus manos estaban por todas partes, que incluso llegué a dudar que tan solo tuviera dos.
—Britt, me vuelves loca, te amo mujer—apenas pudo decir.
Su respiración estaba muy agitada.
—Yo también te amo y te deseo profundamente.
El conjunto rojo en pocos segundos fue hecho añicos dejándome completamente desnuda entre sus brazos.
—Te voy a mostrar, mi rubia, cuanta hambre tengo.
Comenzó dejando un camino de besos desde mi clavícula hasta mis senos, donde se entretuvo acariciándolos lentamente. Algunos gemidos se escaparon de mi boca; paró sus caricias y continuó bajando con pequeños besos por mí estómago.
Con sus manos separó mis piernas y comenzó a acariciarlas.
—Eres tan hermosa Britt y eres solo mía, todos estos años esperándote valieron la pena.
Fijó sus ojos en mí y regresó arriba para darme un profundo beso. Luego comenzó de nuevo recorrer que había hecho antes. Yo estaba extasiada con sus carisias y cuando sopló ligeramente sobre mi sexo, me estremecí.
Con sus dedos separó mis pliegues y hundió su lengua en mi centro. Los movimientos de su lengua eran fuertes y decididos, parecía que quería beberme entera. Yo sujeté su cabeza empujándola contra mí.
Deseaba más, mucho más, y ella no me lo negó.
Comenzó a lamer con más intensidad. Introdujo dos dedos en mí que estaba completamente empapada y preparada para recibirla. Estaba al borde del abismo, sentía que podía estallar en cualquier momento.
Santana no paraba en sus movimientos, entrando y saliendo de mí. Su lengua no me daba tregua y justo cuando estaba llegando al orgasmo, clavó sus dientes en mis entrepiernas, succionando mi sangre.
Eso maximizó mi placer a niveles que no estaba segura que un cuerpo humano pudiera resistir.
Fue sencillamente maravilloso.
Segundos después, Santana subió sobre mí besándome dulcemente. Sus ojos estaban negros, quería más y yo estaba muy dispuesta a dárselo.
Parecía una criatura asechando s su presa.
Un hilo de sangre corría por su boca. Debió darme miedo, pero no fue así, al contrario me extasiaba verla de esa forma. Moví la mano y la metí entre ella y yo, llegando a su entrepierna para penetrarla.
Sabía que estaba más que lista para mí, ella entendió perfectamente mi deseo y se acomodó para que mi mano reposara con más comodidad sobre mi muslo y comenzó a mecerse contra ella.
Ver cómo Santana se movía sobre mí, sus mechones de cabello sueltos y sus ojos fijos en mí, era increíble. Sentía su deseo, su poder, me sentía suya y la sentía profundamente mía. Sus colmillos se desplegaron y yo expuse mi cuello para darle acceso.
Cuando clavó sus colmillos, su deseo me invadió vorazmente y el orgasmo me llegó de nuevo tan demoledor como lo estaba sintiendo mi amada vampira.
Lo último que escuché, mientras me sumergía en un profundo sueño, fue un “te amo” de Santana que me hablaba al oído mientras me metía en sus brazos.
Mientras transcurría encontré mil razones para no hacerlo y una sola para hacerlo. El amor es la fuente de energía que mueve al mundo, sin ella no estaríamos vivos; entonces de qué vale vivir sin amor.
Siempre la respuesta a todas nuestras preguntas es simple y sencilla solo que algunas veces no queremos respondernos.
En ese momento sonó mi nuevo teléfono.
Era Santana.
—Hola Sanny, ¿Cómo estás?
—Bien, ¿Y tú?
—Estoy lista.
—Muy bien, entonces baja. Si te encuentras con Rachel, invéntale una excusa creíble.
—Está bien.
—¿Britt?
—¿Si?
—Gracias.
Me dispuse a bajar en silencio.
Tal vez en lugar de escuchar “gracias”, me hubiera gustado un “te amo”, pero así era Santana, decía lo que correspondía, pero yo sabía que sus sentimientos por mí era sinceros.
Afortunadamente Rachel estaba en su habitación.
Los pasillos y el ascensor estaban solos, así que salí del edificio sin contratiempos. Abajo estaba un auto negro esperándome, la puerta se abrió y subí en él.
—Hola—me saludó Santana cuando subí.
—Hola—respondí sin poder evitar sonreír aunque estaba algo nerviosa.
—No te asustes, es el protocolo a seguir.
—No lo hago.
—Hola Brittany—me saludó Quinn sorprendiéndome un poco.
—Hola Quinn, ¿Qué tal?
—Aquí, haciendo de chofer, parece ser mi trabajo últimamente.
—Quinn nos llevara al aeropuerto, es preciso que tomemos un avión para llegar a el complejo.
—Está bien—dije mecánicamente.
Santana me abrazó y nos quedamos en silencio todo el camino.
Cuando llegamos al avión privado, bajó una pareja, un hombre y una mujer, que saludaron a Santana y a Quinn.
El hombre la saludó con un leve movimiento en el rostro. La mujer la evitó por completo. Tomaron nuestros bolsos y los subieron al avión. Antes que nosotros subiéramos Santana me alejó un poco.
—Britt, ¿Estas segura de lo que vas a hacer? Aun estas a tiempo de cambiar de opinión, yo no te lo reprocharía nunca, al contrario, lo entendería.
—San, voy a donde tú vayas, así que no tengo nada que pensar.
Santana me besó profundamente sin importar quién nos mirara. Ella estaba agradecida de que quisiera ir a donde sea que me llevara y yo estaba agradecida que me escogiera para ir con ella.
Cuando estaba subiendo al avión se me acerco Quinn.
—Brittany, no tengas miedo todo va a estar bien.
—Gracias por tus palabras y por favor, cuida a Rachel.
—Puedes contar con eso—dijo guiñándome un ojo.
Subí al avión.
Era muy confortable, nada que ver con la clase turista en la que estaba acostumbrada a volar. Butacas reclinables, muebles, mesa, pantallas led.
Definitivamente un viaje con estilo.
Luego subieron las dos personas que nos ayudaron con los bolsos y saludaron muy respetuosamente a Santana que procedió a presentármelos.
—Brittany, te presento a Bodu y a Kitty.
—Hola, un placer conocerlo.
Ofrecieron sus manos para presentarse. Bodu, el joven, aparentaba unos 20 años, era muy alto, tal vez 1.90 mts., de piel oscura, cabello negro rizado y ojos café.
Me saludó de forma amable y dándome la bienvenida; mientras que Kitty era una chica de, aproximadamente, 1.55 mts., de estatura, piel blanca, ojos verdes y cabello rubio lacio, apenas me saludó con la cabeza.
Llegó la azafata para preguntarnos qué deseábamos tomar y también nos ofreció algunos menús para comer que amablemente rechazamos; yo solo quise tomar un té.
Solo en el momento en que la azafata trajo mi bebida, Santana soltó mis manos para que pudiera tomar la taza y aunque yo debería ser la que estuviera más nerviosa, parecía que fuera ella la que lo estaba.
Una vez que comencé a tomar el té mi cuerpo se fue relajando hasta que quede sumida en un profundo sueño, a pesar que intentaba mantenerme despierta, no podía.
Escuchaba la voz de Santana que me llamaba a lo lejos, pero no la veía por ningún lado.
Estaba en un bosque y todo estaba oscuro, sin embargo, continuaba escuchándola, así que tome la decisión de seguir lo que escuchaba todo con tal de encontrarla, pero me desperté.
Me encontré acostada en medio de una habitación blanca, sin ventanas y Santana estaba a mi lado, no podía creer que hubiera dormido tanto, debieron drogarme en el avión. Santana estaba sentada a mi lado.
—Está todo bien Britt, no te he dejado sola ni un segundo—me dijo en cuanto abrí los ojos para tranquilizarme.
—¿Dónde estoy?—pregunté.
—Britt, son las reglas, yo tenía que seguirlas.
—¿Dónde estoy?—pregunté de nuevo un poco molesta.
—Estamos en lo que sería nuestra casa segura. Es aquí donde vive el consejo y aquellos que no tenemos nuestra propia casa; necesitamos cobijo y seguridad, es el centro neurálgico, por eso la seguridad es tan necesaria.
—Ya veo cuanto confías en mí—le reproché sintiéndome dolida.
—Cuando seas mi donante esto no será necesario, pero mientras no lo seas, yo tengo que cumplir las reglas. Yo más que nadie debo hacerlo, pero por favor, no dudes que confiaría mi vida a ti.
—Yo también a ti San—respiré profundo para terminar de alejar de mí la desorientación de los primeros segundos—¿Cuánto he dormido?
—Unas ocho horas. Siempre estuve a tu lado, no te dejé ni un minuto Britt.
Aún estaba molesta por la situación pero, Santana se veía sincera, además de preocupada por mi reacción.
Revisé en mayor detalle la habitación.
Había un estante, un closet y la cama donde estaba, era todo en la habitación. Adicionalmente, tenía una puerta que daba a un baño.
—San, quiero ducharme y preferiría que me esperaras a fuera, quiero unos momentos para mí a solas.
—Britt, perdóname por favor—me pidió agachando la cabeza.
—Está bien San, sólo dame unos minutos por favor.
—Muy bien—dijo resignada.
Fue hasta la puerta y antes de salir se giró y me dijo:
—La audiencia es en treinta minutos, estaré afuera esperándote para que hagamos lo que tú quieras, incluso si eso es irnos a casa.
Después de eso salió y cerró la puerta.
Entré al baño, me desvestí y me metí bajo el chorro de agua caliente, necesitaba relajarme, de pronto estaba muy nerviosa. En ese momento hasta agradecí que me hubieran dado ese somnífero, estaba descansada y sobre todo, no había estado pensando en lo que estaba por suceder.
Una vez que termine, me lave los dientes y me vestí. Sabía que Santana estaba afuera esperándome y no me presionaría, podía marcharme cuando quisiera.
Sin embargo, estaba lista para dar este paso.
No daría marcha atrás.
Cuando abrí la puerta de la habitación estaba Santana, tal como había dicho, parada frente a la puerta. Estaba firme, en posición militar podría decir y no se movía ni un poquito, era casi una estatua, por supuesto, la más bella que podría ver jamás.
—Estoy lista San, y para que no tengas dudas, iría hasta el infierno contigo.
Su cara se transformó.
Asomó una sonrisa y sus hombros se relajaron, caminó hasta mí y me tomo de la mano.
—El único infierno que existe para mi es una vida sin ti, así que vamos, el destino nos espera.
Caminamos en silencio por los pasillos y pasamos por varias puertas, todas con control de seguridad hasta llegar a una amplia habitación decorada con hermosos muebles, parecía una sala de espera, pero de la realeza.
—Muy bien Britt, aquí esperaremos a que te vengan a buscar, pasaras tu sola y luego que esté todo aprobado, yo entraré también. Esperemos a que no te toque Joe, suele ser un pesado, pero que eso no te perturbe, estarás bien.
En ese momento salieron dos personas que parecían ser guardias y caminaron hasta donde estábamos.
—Señorita, acompáñenos. —Me pidió uno de ellos.
En fracción de segundos estaba detrás de Santana que apuntaba a los guardias con su arma.
—Sea lo que sea es un error, así que no se atrevan a tocarla—ordenó Santana con fiereza.
Los hombres se mantuvieron impasibles.
—Mantenga la calma general, es solo para llevarla hasta la Primera Ministra—dijo uno de ellos.
Yo estaba impresionada, no solo por la forma de Santana de defenderme, incluso contra los suyos, sino porque la llamaron General.
—¿Por qué con la Primera Ministra?—preguntó Santana manteniendo la dureza en su voz y su posición de ataque.
—Es a quien corresponde entrevistar a la señorita, General.
Santana los miró por unos segundos como midiendo la situación, luego se relajó y abandonó su posición, pero aun manteniendo el arma en su mano.
—Soldado, me responde con su vida por la de ella—dijo Santana con advertencia y esta vez bajando su arma.
—¡Si señora!
Santana tomó mi mano y la besó.
—Estarás bien Brittany, tranquila, yo nunca permitiré que te pase nada.
—Está bien San, lo sé.
Caminé entonces junto a los soldados hasta otra habitación. Uno de ellos me dijo que tomara asiento; me senté mecánicamente mientras ellos se paraban uno cada lado de la puerta.
Mientras esperaba me puse a mirar la decoración, necesitaba calmarme; aunque le había dicho a Santana que estaba bien, la verdad es que este último incidente me había dejado descolocada.
No era mucho lo que podía procesar bien en mi mente. Estaba demasiado nerviosa, solo podía ver la habitación a grandes rasgos, un escritorio grande de roble, algunas obras de arte, portarretratos, una laptop y papeles dispersos.
Desistí de detallar el lugar, mejor era pensar en Santana.
La llamaron General y me está entrevistando justo la Primera Ministra, así que ella debía ser una fuerte candidata al consejo.
Creo que mi Santana resultó ser más que una vampira con dinero, también era alguien influyente, por eso su seguridad era muy importante.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por una mujer vampira que, no sé en qué momento, apareció sentada en la silla detrás del gran escritorio.
Era una mujer como de la estatura de Santana, aparentaba unos 40 años, ojos café y cabello castaño, vestida de negro y muy elegante.
—Bienvenida Brittany, a nuestra fortaleza—me dijo y su voz me pareció hipnótica.
—Gracias—dije, no se me ocurrió más nada que decir.
—Mi nombre es Maribel y soy la Primera Ministra, te voy a entrevistar y veremos si después de esto sales con vida de este edificio.
Su mirada y forma de decirlo me indicó que no estaba bromeando, por lo que aquello me tomó por sorpresa, pero no dejé que me afectara, confiaba en Santana, así que estaría bien.
—Mi nombre es Brittany y dígame, ¿Qué quiere saber de mí?
Ella me miró algo sorprendida.
—¿Ves esta carpeta?—me preguntó mientras me mostraba una carpeta con unas pocas hojas—Bueno esto es todo lo que tengo que saber de ti.
—Entonces debe saber que no tengo malas intenciones, si eso es lo que le preocupa.
—Brittany, voy a ir al grano, yo no tengo tiempo que perder. Santana es muy importante para esta organización, tiene rango de general en nuestras fuerzas, las personas la admiran y respetan, así que es una competencia directa para mí.
No entendía lo que me decía, pero no me gustaba.
—Yo puedo matarte aquí, ahora mismo y Santana no podría llegar hasta ti a tiempo. La vida humana es muy frágil, pero también puedo darte la inmortalidad hoy mismo, si haces lo que te digo.
—No entiendo, ¿Qué es lo que quiere?—le pregunté tratando de no mostrar miedo ante esta mujer que se podía ver, se sentía capaz de controlar el mundo.
—Necesito que me ayudes a matar a Santana.
La miré en silencio por unos segundos.
—Esto debe ser una broma.
—Yo no juego muchacha, es tu vida o la de ella.
Me levanté de la silla y me acerqué hasta el escritorio, apoye mis manos sobre él y me incliné un poco hacia ella, solo había algo que podía hacer en estas circunstancias.
—Mátame ahora mismo porque no voy a ayudarla—dije apretando los dientes—Máteme y moriré tranquila porque sé que Santana se encargara de ti y te hará pagar por eso.
—Estas muy confiada de ella—dijo levantándose y caminando hacia a mí.
—Tan confiaba como para saber que usted no tiene oportunidad con ella.
Se acercó hasta quedar a milímetros de mí.
Moriría en ese mismo instante, así que llené mi mente de lo que más amaba, mi familia y Santana.
Luego de unos largos segundos.
—Muy bien muchacha, firmare tu acta. Espero que, como hoy, nunca dudes en dar tu vida por Santana, ella es muy importante para esta organización y para mí.
¿Qué?
¿Qué acababa de pasar?, me pregunté.
La mujer regresó a su silla y comenzó a firmar los papeles. Yo apenas podía sostenerme en pie, de repente estaba temblando, la adrenalina ya no circulaba por mis venas y mi cuerpo comenzó a responder a lo vivido.
—Siéntate muchacha, es lo mejor, ordenaré un vaso con agua para ti—dijo sin mirarme, su atención estaba puesta en los papeles frente a ella.
Hice justo lo que me dijo y tomé el vaso de agua, mientras ella me leía el acta que era como me había dicho Santana.
Matarían a mis padres y a mis hermanos para luego por mí.
—Si estás de acuerdo firma.
Sin dudar me levanté, tomé la pluma y firmé.
En cuento firmé, Santana entró y caminó sonriente hasta mí.
—¿Estás bien Britt?—me preguntó preocupada a pesar de su sonrisa.
—Sí, estoy bien.
—Santana, ahora debes firmar tú—le dijo la Primera Ministra—Recuerda que tu deberás aceptar que esto se ejecute, de lo contrario morirás también.
Santana tomó la pluma y firmó.
—Muy bien, está cerrado, serás su donante mínimo por un año—sentenció la Primera Ministra con seriedad.
—Gracias por hacer esto tan rápido, no quería esperar más—dijo Santana.
—Espero que hicieras bien tu elección Santana, pasaremos tu misión a alguien más, ella comenzará sus entrenamientos mañana mismo.
—¿Cuáles entrenamientos?—pregunté.
—Britt, tú debes prepararte para luchar y conocer de nosotros. Nuestros enemigos son implacables. Sin embargo, no es necesario que te entrenes aquí y tampoco que inicies mañana mismo—explicó Santana.
—Si es necesario Santana, eres muy importante para la organización y ella debe estar a tu altura—habló la mujer con firmeza.
—Señora, yo tengo que terminar mi carrera, no puedo dejar mi vida así como así. Además Rachel es muy importante para mí, no puede quitar a Santana de su seguridad.
—Es una decisión tomada, mañana comenzaras tu entrenamiento y aquí estarán seguras—dijo la ministra.
—¡No estoy de acuerdo!—dijo Santana levantando un poco la voz.
La Primera Ministra, Maribel, se acercó a mi Santana y la tomó por los hombros, algo que no me gusto.
¿Qué tenía esta mujer con mi Santana?
—Santana, no solo eres muy importante para la organización, si no para mí, yo no podría vivir si tú me faltas.
Esta mujer podía ser muy poderosa, pero si se acerca más a Santana vamos a tener serios problemas, pero la respuesta de Santana me sorprendió profundamente.
—Mamá, voy a llevarme más guardias, pediré a Quinn y a Kitty que se encarguen de su entrenamiento, seré cuidadosa, pero por favor, permítenos seguir como hasta ahora.
La mujer dio un paso atrás y respiró profundamente asintiendo.
—Santana, prométeme que te cuidaras, eres lo único que tengo.
—Lo hare, tengo muchas cosas por las que vivir.
La Primera Ministra, que resultó ser la madre de Santana, la abrazó y luego se giró para cruzar su mirada conmigo.
—Cuida de mi hija con tu propia vida o yo iré por ti.
Me dio una media sonrisa casi fugas y regresó a su escritorio.
Santana me tomó de la mano y salimos de aquella habitación. Desde ese momento yo era oficialmente su donante, había conocido a la que ahora era mi suegra, la cual casi me hace ensuciar mis pantalones.
Definitivamente mi vida había dado un giro de 180°.
—Vamos a comer, te invito a cenar, tenemos mucho que celebrar.
—¡Si mi general!
Santana sonreía como una niña.
Bajamos en un ascensor hasta un estacionamiento donde había muchos autos, todos últimos modelos y subimos a un Mercedes Benz C300 color plata; los dos vampiros del avión estaban en el asiento delantero.
Bodu me saludó al igual que Kitty, pero esta última todavía un poco renuente.
Rodamos un poco sin todavía salir del complejo y luego comenzamos a subir, por lo que me dio la impresión de estar bajo tierra, hasta que al fin fuimos a dar a una vía no muy concurridas y en tan solo treinta minutos, a una velocidad a la que yo nunca conduciría, llegamos Las Vegas, la ciudad millonaria.
—Santana. ¿El complejo está bajo tierra?—pregunté.
—Sí. Un poco antes de que pasara todo y mutáramos, el gobierno de Estados Unidos estaba realizando pruebas en esa zona con bombas atómicas, entonces nadie lo visitaba y tampoco se preocupaban por ningún ruido. Está construido de tal manera que no puede ser detectado ni por aire ni por tierra, necesitas saber la ubicación para poder llegar.
—Por eso me dormiste para traerme.
—También te escaneamos para confirmar que no llevaras en tu cuerpo un GPS, tu celular fue apagado, incluso inicialmente saldrías de esa forma si se recomienda más tiempo de investigación, pero la Primera Ministra te liberó totalmente.
—¿Por qué la llamas la Primera Ministra y no mamá como en la habitación?
—Nos pondría más en peligro a las dos, incluso el contacto físico solo está reservado para la intimidad familiar.
—¿Eso también aplicará para mí?
—Si, al menos en la medida en que pueda mantener mis manos lejos de ti, algo que no es nada fácil—dijo mirándome fijamente y con una media sonrisa devastadora.
Después de eso me abrazo y nos quedamos así hasta que el auto estacionó en un local que, desde afuera, podías ver que comer en él representaría gastar todos los ahorros de un americano común de, al menos, un año.
Al entrar nos recibió el dueño del restaurant, se llama Will, era un hombre alto, cabello ondulado y rubio.
—Santana, bienvenida, me encantó que me llamaras para venir a cenar en mi humilde restaurant.
—Vamos Will, no es nada humilde y seguro es el mejor de Las Vegas.
El hombre arqueó una ceja.
—El mejor del mundo—corrigió.
Ambos rieron.
—Will, ella es Brittany, mi donante.
Will se quedó sorprendido, pero rápidamente reaccionó y me saludó con dos sonoros besos en cada mejilla.
—Bienvenida señorita.
—Gracias—dije simplemente.
—¿Cómo está Emma?—le preguntó al hombre.
—Dímelo tú, fue enviada a cubrirte.
Santana rió.
—Se encuentra bien Will, tranquilo.
—Eso espero, aun no me acostumbro a eso. Imagino que quieres un reservado.
—Si, por favor—respondió Santana.
—El mejor para ti.
Nos llevó por entre las mesas hasta un área que decía VIP y al entrar, podías ver varias puertas de salas privadas. Entramos a una que tenía una hermosa vista de Las Vegas y decorada con el mismo glamur del restaurant. Nos sentamos y nos entregaron a cada una la carta.
Cuando la miré, me di cuenta que estaba llena de platos deliciosos, era difícil decidirse.
Santana miraba la de ella, algo que me sorprendió porque jamás comía; pareció entender la pregunta de mi mirada porque la giró para que la viera.
Había una lista de diferentes tipos de sangre humana entre las que ella podía elegir.
—Tenemos mucho de qué hablar y seguramente tendrás muchas preguntas, pero primero ordenemos, tienes que comer.
—Sí, tengo mucho apetito.
En realidad me molesto un poco que pidiera sangre, aunque en ese momento lo que yo más deseaba eran respuestas, así que me concentre en eso.
Pedí lo primero que encontré en el menú y Santana sangre O+ que justo era mi tipo de sangre.
Una vez que el mesero se fue con la orden, Santana me dejó caer la agenda para el día siguiente.
—La Primera Ministra quiere reunirse contigo mañana a primera hora, reservó un par de horas para ti, así que parece que es bastante lo que tiene que hablar contigo.
La primera Ministra me aterraba, y ahora más que sabía que era mi suegra.
Santana debió notar el cambio en mi cara porque detuvo su relato.
—¿Qué pasa? ¿Se portó muy mal contigo?
—No, solo que puede ser muy intimidante.
Ella sonrió.
—Tienes razón, pero lo necesita para poder mantener el control de su operación.
—De acuerdo, continua por favor.
—Muy bien. Luego de eso van a evaluar tu necesidad de entrenamiento y entonces veremos cuántos instructores necesitas.
—¿Eso cuánto tomará?
—Calculo que todo el día y después de eso nos podremos ir a casa.
La conversación fue interrumpida por el mesero que trajo la comida, bueno, mi comida y una copa grande, pero elegante, con la sangre de Santana. La ingirió inmediatamente; imaginaba que tenía hambre por su color de piel y esto me lo confirmaba.
Una vez que el hombre salió, Santana sacó un dispositivo electrónico, lo colocó en la mesa y lo activó.
—¿Qué es eso?—pregunté mientras disfrutaba de la deliciosa comida que me sirvieron.
—Es un dispositivo que genera ruidos en los equipos de grabación de sonido y video, aunque este restaurant es de confianza, tenemos que tomar todas las medidas de seguridad que podamos. Adicional a eso, hace un censo de las personas en la habitación y si alguien se aproxima sonara.
—Vaya, tienen todos los juguetes. ¿Acaso me enamoré de la 007?—bromeé.
—Es realmente cómico, de verdad—dijo riendo.
—Tú puedes saber mejor que nadie si alguien se acerca.
—Es cierto, pero está diseñado para proteger también a humanos que estén involucrados con nosotros.
—Comprendo—respiré profundo—Bueno, supongo que puedo iniciar las preguntas.
—Si mi rubia, puedes.
—¿Por qué no habías comido?
—No había tenido tiempo de hacerlo, estaba concentrada en arreglar las cosas para hoy y luego en mantenerme a tu lado.
—No lo hagas de nuevo San por favor. ¿Quieres más? Devoraste lo que te sirvieron.
—No, por ahora con eso estará bien, además en la fortaleza ofrecen sangre tres veces al día.
—Comprendo. No es bueno tener vampiros con sed de sangre sueltos por toda la fortaleza—ella me sacó la lengua, yo le respondí igual—Pero cuéntame San, ¿Por qué Las Vegas si hace tanto sol y eso los debilita?
—Esta ciudad nunca duerme y además, nadie se sorprende de lo que ve. Es la cuidad más libre y diversa de este país.
—En eso tienes razón.
—Pero no fue solo eso, sino también la conveniencia de los vuelos, además de las facilidades de construir la fortaleza como te comente anteriormente.
Terminé de cenar, en realidad, prácticamente la devoré, al parecer yo también tenía mucho apetito.
Todo había sido una situación de estrés para las dos.
—¿Cómo es eso que soy la novia de un general? No sabía que tenían rango militar.
Ella rió un poco.
—Inicialmente cuando mutamos algunos ya tenían un rango militar. Otros de nosotros, dada las circunstancias que se presentaron, fuimos entrenados por los Estados Unidos. Sin embargo, luego nos dimos cuenta que necesitábamos nuestro propio plan de entrenamiento.
—Algo como lo que yo comenzaré mañana.
—Ese plan está diseñado para humano, existe otros para vampiros y otros para vampiros militares.
—Para tener tan poco tiempo si se quiere están muy bien establecidos, quiero decir, no son milenarios como se acostumbra a pensar de los vampiros.
—Eso es gracias a que tenemos un buen consejo y una maravillosa primer ministro.
—Yo se que debería hacerte más preguntas sobre tu mundo, pero quiero saber de ti San, háblame de tus padres.
—Mi papá era un hombre muy noble que nos adoraba. Era militar y fue al primero que le confesé que era homosexual aunque él ya lo sabía. Adoraba ejercitarme con él y mirar un poco las chicas.
—¡Hey! Cuidado con sus ojos porque se lo puedo sacar—le dije de forma amenazadora.
Ella volvió a reír.
—Yo solo tengo ojos para ti mi amor, desde que te conocí no he podido pensar en nadie más que no seas tú.
Se inclinó hacia mí, me tomó en sus brazos y me besó.
Era maravilloso estar así con mi hermosa vampira.
Después de unos segundos nos separamos y ella volvió a sentarse bien en su silla.
—Mi mamá es un genio, se graduó muy joven de Ingeniero, es capaz de aprender cualquier cosa con mucha facilidad. Yo seguí sus pasos y por eso trabajamos juntas cuando pasó todo.
—Sacaste lo militar de tu papá y lo inteligente de tu mamá.
Rió.
—No que va, ojala algún día pueda ser al menos la mitad de lo inteligente que es ella. Soy solo una hija orgullosa de sus padres nada más—de pronto se quedó callada—Britt, necesitas saber de los malos. Más adelantes tendremos tiempo de hablar sobre mis padres.
—Está bien San, háblame de los malos.
Ella respiró profundo.
—Una vez que la guerra fría pasó, el gobierno pensó que éramos un arma de guerra que podían utilizar a su antojo, en especial para hacer el trabajo sucio. Al inicio le seguimos la corriente mientras nos preparamos para decirles que ellos nos eran nuestros gobernantes, pero ellos se preparaban para lo mismo, por lo que buscaron aliados entre nosotros para controlarnos. Pero su plan se les complico cuando se dieron cuenta que eligieron a los menos indicados, ya que inicialmente trabajaron para ellos y luego los traicionaron. Nos dividimos en dos grupos, los que queremos vivir en paz con los humanos, siguiendo nuestras propias reglas; y los que quieren dominar a los humanos por considerarlos inferiores. La Primer Ministro convenció al presidente que podríamos convivir juntos y que mientras menos humanos se enteraran de nuestra existencia, sería mejor. Adicionalmente, apoyaríamos al gobierno siempre que la causa fuera justa, al fin y al cabo todos somos americanos. El otro grupo se ha dedicado a matar a los nuestros y a tratar de tomar el control de la organización. Afortunadamente, yo ingresé a las fuerzas militares casi inmediatamente que ellos tomaron su propio rumbo. No éramos muchos, así que dividirnos en grupos claves fue necesario.
—¿Qué quieres decir con grupos claves?
—Una vez que te conviertes en vampiro debes formar parte de la sociedad, puedes tener tus propios negocios, pero debes apoyar de alguna manera, militarmente, científicamente, en construcción, entre otras. Lo que sea tu especialidad o si necesitas preparación, se te proporciona; también recibes un sueldo.
—¿Esto es de por vida?
—No, mínimo son treinta años, luego el tiempo que quieras. Por ejemplo este restaurant. Su trabajo es proporcionar ingresos y ayudarnos a parecer normales. Will atiende el restaurant y su esposa es de las fuerzas de inteligencia, él apenas tiene diez años, pero Emma está desde el inicio. Montaron otro restaurant que él lleva en forma paralela, pero ese es de ellos solamente.
—¿Estos malos los cazan y los matan?
—Es más que eso. Si bien ellos tratan de crecer y que nosotros seamos menos, su finalidad es adueñarse del mundo, los humanos serian como el ganado necesario para sobrevivir. Ellos mantienen la misma línea de crecimiento controlado que nosotros, básicamente porque es más fácil asumir un crecimiento controlado que un montón de vampiros enloquecidos. Una vez lo intentaron y fue un desastre, incluso muchos de sus fuerzas militares murieron en el proceso. Son unos desalmados sin alma que no tienen respeto por la vida o los valores, solo les interesa su propio beneficio. Por esos los llamamos Sinal, más por cortar las letras que nada.
—¿Cómo “Sinal”?—le pregunté.
—“Sin alma”. Muchos, desde antes de ser vampiros, ya no la tenían. Esperamos o queremos creer que lo único que te lleva a perder tu alma es no respetar la vida y no ser capaz de amar—hizo una pausa. Miró la mesa y un poco alrededor, menos a mí por unos segundos—Bueno, ya terminaste de comer y debemos irnos, mañana nos espera un día pesado.
Yo me había quedado sin palabras, era demasiada información para procesar.
Me alegré de haber dormido todo el camino porque realmente era estaba resultando demasiado. Me sentía feliz por formar parte de la vida de Santana, pero con eso había llegado a mi vida un montón de cosas más.
Llegamos a la fortaleza rápidamente, o tal vez lo vi de esa forma porque mi mente no dejaba de repasar lo que me había dicho Santana y el tiempo se me pasó volando.
Una vez que bajamos del auto nos despedimos de los otros vampiros y comenzamos a caminar hasta la habitación.
En mitad del camino Santana me detuvo y tomó otro pasillo.
—Britt, quisiera que cuando estemos aquí te quedes conmigo en mi habitación. Podríamos pasar la noche en la habitación que te asignaron si lo prefieres; sin embargo, me gustaría que compartiéramos la mía.
—Por supuesto que quiero ir contigo, no veo otro lugar donde pueda estar.
—Muy bien, porque pedí trasladar tus cosas y además, ordené que compraran algunas cosas que pensé podías necesitarías.
Caminamos por una zona, si se quiere, más controlada por la seguridad que la anterior. Luego anduvimos un poco más hasta llegar a un pasillo que tenía una única puerta que, supuse, era la habitación de Santana.
Al entrar me quede sorprendida.
Era como un departamento pequeño; tenía una sala de estar con un enorme televisor, equipo de sonido, algunas fotografías de Santana de hacía muchos años con sus padres, armas antiguas en la pared.
Luego seguimos y me mostró un baño equipado con hidromasaje.
—¿Te gusta?—me preguntó.
—Me encanta.
Ella asintió complacida.
—Lo único que no tienen es cocina, pero la traerán en cuanto la pidamos. Ahora quiero mostrarte la habitación.
Seguimos un poco más y encontramos una cama enorme, un vestidor y algunas medallas militares de Santana.
—Dispuse esta aérea para tu ropa, espero que te guste.
Me puse a revisar y eran algunos cambios de ropas muy bonitas parecidas a las siempre usaba; ropa para deporte y otras un poco más formal como para fiestas.
—San, está todo muy bonito, gracias—le sonreí sin poder evitarlo.
—Luego compraremos más a tu gusto, es para que puedas venir sin mucho equipaje y estés cómoda; desde mañana tendrás acceso a esta habitación, podrás venir conmigo o sin mí cuando quieras.
—Con esto es más que suficiente.
Continúe mirando y habían unos pares de zapatos de mi talla. En las gavetas encontré pantys, ropa íntima, ropa muy íntima que nada más de verla me sonrojé.
Supuse que eso, aunque no era necesario, Santana lo había agregado con todo gusto. Ella justo estaba mirando en ese momento con mucha picardía.
El momento fue interrumpido por un timbre. Santana presionó un botón y se escuchó una voz.
—¿Desea servicio de sangre o comida humana?
—¿Comerás de nuevo?—le pregunté.
—Depende de ti—me dijo con voz profunda y clavando sus ojos en mí.
En respuesta, me acerqué al intercomunicador y respondí:
—Por ahora no queremos nada, gracias.
Santana se fue hasta mí a una velocidad increíble e inmediatamente me tenía en la cama.
—Un momento, creo que va a tener que esperar un poco para su comida—le dije deteniéndola.
—¿Pero por qué?—me preguntó confundida.
—Compraste algo que quiero ponerme esta noche.
Inmediatamente me soltó y esa sonrisa pícara y satisfecha volvió a sus labios.
—Ve mujer, pero por favor, no tardes, no puedo tenerte más tiempo lejos de mi.
Sin esperar más, me fui al baño y me di una ducha. Estaban en el tocador todas las cosas que suelo usar, incluso un frasco de mi perfume favorito.
Me puse un conjunto rojo que dejaba muy poco a la imaginación.
Salí lentamente y caminé hacia la cama donde estaba Santana. Estaba ya totalmente desnuda, esperándome. Yo quería sorprenderla, pero, como siempre, fui yo quien quedo con la boca abierta.
Era tan hermosa, su cuerpo era perfecto y su cabello.
¡Dios!
No me había puesto un dedo en encima y ya estaba húmeda por ella.
Continúe avanzando lentamente tratando de hacer un pequeño baile erótico en el camino, permitiéndole ver el conjunto que llevaba puesto por todas partes.
Ella intentó acercarse, pero con el dedo le dije que no.
Subí a la cama y me paré con las piernas abiertas sobre ella. Tenía un pie en cada lado de su cintura mientras continuaba mi baile.
Sus ojos estaban negros y supuse que no aguantaría ni un momento más quedarse quieta y así fue. En pocos segundos tenía el cuerpo de Santana sobre mí, me besaba con intensidad y sus manos estaban por todas partes, que incluso llegué a dudar que tan solo tuviera dos.
—Britt, me vuelves loca, te amo mujer—apenas pudo decir.
Su respiración estaba muy agitada.
—Yo también te amo y te deseo profundamente.
El conjunto rojo en pocos segundos fue hecho añicos dejándome completamente desnuda entre sus brazos.
—Te voy a mostrar, mi rubia, cuanta hambre tengo.
Comenzó dejando un camino de besos desde mi clavícula hasta mis senos, donde se entretuvo acariciándolos lentamente. Algunos gemidos se escaparon de mi boca; paró sus caricias y continuó bajando con pequeños besos por mí estómago.
Con sus manos separó mis piernas y comenzó a acariciarlas.
—Eres tan hermosa Britt y eres solo mía, todos estos años esperándote valieron la pena.
Fijó sus ojos en mí y regresó arriba para darme un profundo beso. Luego comenzó de nuevo recorrer que había hecho antes. Yo estaba extasiada con sus carisias y cuando sopló ligeramente sobre mi sexo, me estremecí.
Con sus dedos separó mis pliegues y hundió su lengua en mi centro. Los movimientos de su lengua eran fuertes y decididos, parecía que quería beberme entera. Yo sujeté su cabeza empujándola contra mí.
Deseaba más, mucho más, y ella no me lo negó.
Comenzó a lamer con más intensidad. Introdujo dos dedos en mí que estaba completamente empapada y preparada para recibirla. Estaba al borde del abismo, sentía que podía estallar en cualquier momento.
Santana no paraba en sus movimientos, entrando y saliendo de mí. Su lengua no me daba tregua y justo cuando estaba llegando al orgasmo, clavó sus dientes en mis entrepiernas, succionando mi sangre.
Eso maximizó mi placer a niveles que no estaba segura que un cuerpo humano pudiera resistir.
Fue sencillamente maravilloso.
Segundos después, Santana subió sobre mí besándome dulcemente. Sus ojos estaban negros, quería más y yo estaba muy dispuesta a dárselo.
Parecía una criatura asechando s su presa.
Un hilo de sangre corría por su boca. Debió darme miedo, pero no fue así, al contrario me extasiaba verla de esa forma. Moví la mano y la metí entre ella y yo, llegando a su entrepierna para penetrarla.
Sabía que estaba más que lista para mí, ella entendió perfectamente mi deseo y se acomodó para que mi mano reposara con más comodidad sobre mi muslo y comenzó a mecerse contra ella.
Ver cómo Santana se movía sobre mí, sus mechones de cabello sueltos y sus ojos fijos en mí, era increíble. Sentía su deseo, su poder, me sentía suya y la sentía profundamente mía. Sus colmillos se desplegaron y yo expuse mi cuello para darle acceso.
Cuando clavó sus colmillos, su deseo me invadió vorazmente y el orgasmo me llegó de nuevo tan demoledor como lo estaba sintiendo mi amada vampira.
Lo último que escuché, mientras me sumergía en un profundo sueño, fue un “te amo” de Santana que me hablaba al oído mientras me metía en sus brazos.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
este capitulo estuvo de lujo, hasta pronto!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
interesante encuentro con la suegra,..
ya esta todo arreglado britt y san eternamente!!!
se me hace o britt va a ser mas importante de lo que es rachel,.. siendo quien es ahora?? (acá necesito en emoji que piensa jajja)
nos vemos!!!
interesante encuentro con la suegra,..
ya esta todo arreglado britt y san eternamente!!!
se me hace o britt va a ser mas importante de lo que es rachel,.. siendo quien es ahora?? (acá necesito en emoji que piensa jajja)
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
me encanta eso de la esposa de sangre, y no me equivoque despues de ser mordida muchas cosas Hot pasarian. me encanta que el amor predomine antes que el miedo.
Ahora solo queda la duda del papel que juega el Hobbit
Ahora solo queda la duda del papel que juega el Hobbit
marthagr81@yahoo.es-*-* - Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 43
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
Ahora que es su esposa de sangre su relación esta en otro nivel tanto sentimental como sexual, obvio todo mejoró indiscutible mente jajajaja.
Y la suegra imponente, pero creo que Britt le dio una buena impresión.
Y bueno Britt conociendo poco a poco mas de lo que sera su nueva vida junto a San :D
Y la suegra imponente, pero creo que Britt le dio una buena impresión.
Y bueno Britt conociendo poco a poco mas de lo que sera su nueva vida junto a San :D
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo
micky morales escribió:este capitulo estuvo de lujo, hasta pronto!!!!!!
Hola, jajajajajajajaja vamos bn entonces, no¿? ajajajaja espero y siga así jajajaja. Saludos =D
3:) escribió:hola morra,..
interesante encuentro con la suegra,..
ya esta todo arreglado britt y san eternamente!!!
se me hace o britt va a ser mas importante de lo que es rachel,.. siendo quien es ahora?? (acá necesito en emoji que piensa jajja)
nos vemos!!!
Hola lu, jajajaajajaja eso incomodos momentos, pero sales adelante ajajajajajaja. Jajjajaajajjaajaja ya era hora la vrdd, osea si se pertenecen jajajajajajaja. =O interesante pregunta y observación jajajajajaja. JAjajaajajajajajajaj xD no entendi jajaajajajajaj. Saludos =D
marthagr81@yahoo.es escribió:me encanta eso de la esposa de sangre, y no me equivoque despues de ser mordida muchas cosas Hot pasarian. me encanta que el amor predomine antes que el miedo.
Ahora solo queda la duda del papel que juega el Hobbit
Hola, y a mi jajajajajajajaja, Jajajaajjajajajaja pero que razón tenias entonces ajajajaja, bn ai jajajajajajaa. Aiii si las brittana son tan inteligentes y tiernuchas jajajajajajaja. Jajajajaajajajajajaj mmmm estar con quinn¿? jajajajaja. Saludos =D
JVM escribió:Ahora que es su esposa de sangre su relación esta en otro nivel tanto sentimental como sexual, obvio todo mejoró indiscutible mente jajajaja.
Y la suegra imponente, pero creo que Britt le dio una buena impresión.
Y bueno Britt conociendo poco a poco mas de lo que sera su nueva vida junto a San :D
Hola, jajajajajajajaja van avanzando muy bn estas brittana, espero y siga así, no¿? ajajajajaja. JAjajajaajajajaj la suegra... todo un caso, pero como dices la rubia supo salir adelante jajajajajaja. De lo mejor, de lo mejor! jajajajaja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Cap 9
Capitulo 9
La mañana llegó con un delicioso olor a comida y mi estómago rugió.
Abrí los ojos lentamente recordando que estaba en la habitación de mi amada vampira y que la noche que pasamos en ella, había sido espectacular.
—Buenos días Britt-Britt—escuché la voz de Santana.
Seguí su voz y la encontré vestida con un uniforme militar, pero de color negro.
—Vaya, puedes verte más bella todavía.
—¿Cómo?—preguntó confundida.
—Disculpa, no pretendía decir eso en voz alta.
—Puedes decirlo siempre que quieras, no me molesta, sólo que al principio no caté lo que decías—dijo sonriendo.
Yo la admiré desde la cama.
—Me encanta como te queda el uniforme.
—Gracias—me guiñó un ojo—Ven a comer y a tomar tus vitaminas, hoy nos espera un día pesado.
Miré la hora.
—Estamos tarde Santana.
—Tú no, puedes comer, pero yo debo salir a preparar tus accesos a esta aérea. En un rato regresaré para que te tomen las impresiones, ponte ropa deportiva.
Me levanté y me senté en la pequeña mesa a desayunar. Santana estaba sentada frente a mí mirándome.
—Estoy muy feliz de que estés aquí—me dijo mirándome profundamente.
—Yo también lo estoy Santana—le dediqué una sonrisa sintiéndome de pronto algo tímida—¿Te tienes que ir tan rápido?—le pregunté mirándola con ternura.
No me respondió de inmediato, al contrario, se levantó y se acercó a donde yo estaba, se inclinó y me dio un beso profundo, exigente, tierno.
Cuando nos separamos tuve que respirar hondo, ella sonrió satisfecha y volvió a su lugar.
—Lamentablemente tenemos mucho que hacer hoy. Mi vida es un poco agitada, pero créeme amor que mi prioridad ante todo eres tú.
—Muy bien, porque tengo muchas ganas de quitarte ese uniforme.
Ella se sorprendió al principio, pero luego soltó una carcajada.
—Britt, mi amor, tal vez pueda llamar a mi mamá y cancelar la reunión que tenemos con ella o moverla un poco—dijo mirándome de nuevo con intensidad.
—¿La suegra? Ni lo sueñes, ve a hacer lo que tienes que hacer, no quiero comenzar con ella con el pie izquierdo.
Ella volvió a reír.
—¿La suegra?—preguntó blanqueando los ojos—sería interesante verle la cara cuando la llames así.
Le saqué la lengua, ella me devolvió el gesto.
—Vete San, estaré lista para lo del acceso y con ropa deportiva en un momento.
—Está bien—dijo resignada.
Me dio un beso y se puso su boina que, debo decir, le quedaba de lo más sexy. Luego salió de la habitación.
Terminé el desayuno, me metí al baño para una ducha y cepillar mis dientes.
Santana había traído hasta la crema dental y el enjuague bucal que acostumbraba a usar.
Esa mujer era adorable.
Luego fui al vestidor y me puse un mono, franela a juego y unos zapatos deportivos.
Tenía que esperar unos minutos así que me puse a repasar las fotografías que estaban en la sala.
Santana se parecía mucho a su papá, pero tenía los ojos de su mamá.
Habían sido una hermosa familia, pero ahora tenían tantas responsabilidades. Estaba sumida en ese pensamiento cuando tocaron a la puerta.
—Britt, soy yo Santana, ¿Podemos pasar?
—Sí, estoy lista.
Se abrió la puerta y Santana entró con un chico con el pelo revuelto y la ropa arrugada, pero sonriente que me miró sin ningún tipo de reparos.
—¡Vaya! Me habían dicho que tenías donante, pero no que fuera tan atractiva, tienes mucha suerte.
—Sí, la verdad es que la tengo—dijo Santana acercándoseme de forma posesiva.
Marcando el territorio.
—¿No compartes?—preguntó el chico, al parecer no entendía rápidamente el lenguaje corporal.
—Nunca Arite—le dijo Santana en tono cortante y lo miró con fiereza; eso sí pareció captarlo, porque asintió sonriendo—Te presento a Brittany—dijo ella con cautela.
—¡Hola Brittany!—me saludó jovialmente.
—¿Qué tal Arite?
—¿Para quién son los accesos?—le preguntó a Santana.
—Para ella.
Santana no parecía nada contenta.
Arite se puso muy serio ante el tono de su respuesta, pero no dijo nada. Se sentó y sacó una computadora portátil de una mochila que llevaba colgada en el hombro y comenzó a teclear.
—Muy Santana, ahora necesito que autorices el acceso a tu sistema; ya sabes, lo que corresponde, clave, retina y mano.
Santana tomó la computadora y se la llevó a un lado para colocar esos datos, cuando terminó la entrego de nuevo al chico que le conectó un cable y este a su vez fue a dar a un conector en la pared que estaba camuflado con una lámpara.
—De nuevo Santana.
Esta vez el chico se retiró y Santana tomó su lugar, comenzó a colocar todo de nuevo.
—Ahora agrega su nombre clave y ella debe ingresar los datos.
—Acércate Britt—me pidió Santana.
Me aproximé a ella y me dijo que debía colocar mi clave personal, escanear la retina y huellas, todas esas cosas que ella había hecho anteriormente; pude ver que mi nombre clave era patito.
Terminamos el proceso.
Santana desconectó de modo seguro la computadora y se la regresó a Arite.
—Muy bien, ahora te ingresare en la seguridad del edificio. Eres DSantana1 en el sistema y necesito que coloques aquí tu clave y tu pulgar.
Después de eso Arite se quedó tecleando unos comandos y a los pocos minutos anunció que estaba listo.
—Listo Santana, ahora me marcho, tengo que trabajar.
—Sería bueno que te duches y descanses un poco antes de la reunión—le aconsejó ella.
—Tienes razón, no quiero molestar a la Primer Ministra. Hasta luego Brittany, fue un placer.
Una vez que Arite se marchó, Santana me mostró los accesos seguros de la habitación
—En la puerta, además de la clave normal, escaneará tu retina para que puedas entrar. Adicionalmente, aquí, justo al lado de la tv, si colocas tu mano, se abrirá una compuerta.
Puse mi mano donde me dijo y se abrió una compuerta con varios tipos de armas y municiones. Coloqué mi mano de nuevo y se cerró.
—Aquí está la reserva de sangre. Agregaré comida. Explicó mostrándome otra compuerta sobre la mesa de noche.
Luego fuimos al baño y encontramos una caja fuerte con dinero en efectivo, varias acciones y documentos de propiedad.
Santana realmente era muy rica.
—Ya dejé arreglado que para mañana tengas una extensión de mi tarjeta, tú propia cuenta y un auto nuevo está esperándote frente a tu edificio.
—¿Qué es todo eso San? Yo no necesito tu dinero, mis padres no son ricos, pero pueden cubrir todos mis gastos.
—Es lo que se acostumbra Britt, ¿Quieres que falte a la ley?—me preguntó con seriedad.
—Yo no creo que eso sea así.
—Está en el artículo 55, si no lo cumplo podría quedar detenida.
No le creía nada de nada, porque aunque Santana sabía mentir muy bien, yo estaba aprendido a conocerla y no me estaba mirando a los ojos como siempre lo hacía.
Aunque aún no me daba nada de lo que estaba mencionando, así que no era necesario discutir ahora.
Nos miramos durante unos segundos.
—Vámonos Britt-Britt, la Primera Ministra te está esperando.
Salimos de la habitación juntas sin tomarnos de la mano, algo que no me gustó, pero lo comprendí porque no me había involucrado con cualquier vampiro, sino con un general y, además, era la hija de la Primer Ministra, algo que ella debió decirme inicialmente; aunque si lo pensaba un poco, no habría cambiado mi decisión.
Seguimos por varios pasillos, en todos Santana tenía acceso, pero yo solamente tenía en las tres primeras puertas. Llegamos de nuevo a la oficina en la que había entrevistada el día anterior.
Estaba decidida a dar una mejor impresión, pero eso no se dio porque apenas entramos la Primer Ministra, mi suegra, comenzó a reclamarle a Santana.
—Santana, la acabas de conocer, ¿Cómo puedes darle acceso a tu casa a tu seguridad?—exigió con voz autoritaria.
—Buenos días mamá, un gusto verte también.
—¡Santana! No cambies el tema, tú sabes muy bien lo que estas arriesgando.
Santana permanecía de pies, firme e impasible.
—Mamá, confío en Britt, pondría mi vida en sus manos si fuera necesario.
La mamá de Santana que se podía ver claramente tenia debilidad por su hija, apenas escuchó sus palabras, bajó la guardia.
La miró a ella y luego a mí en silencio.
—Muchacha, si traicionas a mi hija conocerás el dolor sin límites.
No pude evitar tragar saliva.
—Mamá, la estas asustando.
—Eso pretendo, que le quede claro que se está involucrando con la hija del Primer Ministro y que no juego con tu seguridad.
—Me queda claro Señora—le dije con la poca voz que pude sacar de mí, pero procurando que no se me notara, porque la verdad era que esa mujer me atemorizaba.
—Déjanos solas Santana.
—No creo que sea buena idea—dijo Santana poniéndose a mi lado.
—¡¡Es una orden!!—dijo la mujer con voz firme.
Santana molesta salió de la habitación.
Yo no sabía qué hacer ni que decir, ¿Cómo una mujer como ella pensaba que yo podría lastimar a Santana a la cual adoraba infinitamente?
—Te sacaste el premio gordo, ¿Verdad?—dijo.
Eso no me gustó para nada y yo estaba dispuesta a dejar las cosas claras.
—Yo no sabía que Santana era su hija y mucho menos que tenía dinero si lo dice por eso, pero sabía que pondría mi vida en peligro constantemente y, sin embargo, estoy aquí.
—También que puedes tener vida eterna
—Eso aun no está decidido, Santana me dijo que tenía mínimo un año para pensarlo. También que no tenía por qué dejar de ser humana si no quería y eso es algo que no me estoy planteando en este momento—le dije con firmeza.
—Tal vez puedas hacer más daño a mi hija de lo que pensé.
Di un paso adelante.
—Señora, yo no busque a Santana, fue ella la que entró en mi vida sin avisar y no he podido dejarla ir, por más que quisiera, por más que esto sea una locura, yo estoy enamorada de su hija.
—Yo nunca vi a mi hija enamorada. Después que su padre y yo nos separamos, ella solo se ha dedicado a cuidarme. Cuando me secuestraron, ella fue parte del equipo de rescate, estaba comenzando su carrera militar y casi la matan por mí.
—Santana es noble, estoy segura que lo volvería hacer.
—Yo también, pero quiero que tenga una razón por la que vivir que no sea yo y me parece que al fin la encontró—dijo con más serenidad—Es mi hija Brittany y la quiero, pero no sólo es eso. Ella es general, es respetada por la comunidad y tiene mucho futuro político. Mantenerla con vida es clave.
—¿Quiere decir que ella corre más peligro que el resto de los vampiros?
—Sí, y ahora tiene un talón de Aquiles, que eres tú. Necesito que te prepares muy bien para protegerla o, al menos, para que lo intentes.
—Yo no quiero que le pase nada a Santana, para mi es lo más importante del mundo.
—Espero que no olvides eso nunca. Voy a confiar en ti como lo hace mi hija, espero que no me falles.
—Amo a su hija señora.
—Algunas veces el amor no es suficiente, pero será mejor que nos enfoquemos a lo que viniste—hizo una breve pausa—Como te dije, la vida de Santana es importante y ahora querrán capturarte para atraerla, seguramente ya deben saber que no eres una simple donante para ella. Algunas responsabilidades no las escogemos Brittany, pero llegan a nosotros y tenemos que tomarlas. Terminaran la misión y tu carrera, después vivirán aquí, que es más seguro. Podrás unirte a nuestro bufete de abogados y Santana podrá ocuparse de sus responsabilidades, creo que muy pronto podría ser parte del consejo.
—¿Santana sabe de esto?
—¿Crees que me gusta discutir con mi hija a cada momento? Ella no va a querer traerte aquí a menos que tú lo quieras, así que te pido que pienses en Santana, en su futuro y en su vida cuando llegue el momento. Yo me encargaré de que tengas lo que quieras.
—No necesita ofrecerme nada Señora—le dije con firmeza y la miré directo a los ojos—Pensare en lo que me dijo.
—Muy bien, ahora formaras partes de la misión porque seguro que Santana no se alejara de ti, además entiendo que Rachel es tu amiga.
—Es correcto. Y yo tampoco pienso alejarme de Santana.
—Muy bien. Ahora tú y Rachel son el objetivo de nuestros enemigos. Tú, por tu relación con Santana y Rachel porque es nieta de la Señora B, miembro importante del consejo. Es el único familiar de sangre que tiene y está cumpliendo con los requisitos. Si todo continua de esa forma, a Rachel se le ofrecerá en unos o dos meses el entrenamiento de seis meses; si lo cumple y está dispuesta, en menos de un año, por derecho será vampiro. La Señora B viene siguiendo la vida de Rachel desde hace tiempo, así que está involucrada sentimentalmente. Vio a morir a su hija por culpa de los Sinal y no está dispuesta a perder a tu amiga, así que cometería cualquier locura si ellos la tienen.
—Parece un juego macabro de intereses.
—No nos juzgues sin saber Brittany, solo tratamos de mantener con vida y seguro a los nuestros, pero a su vez eso ayuda a mantener seguros a los humanos. Eso es todo lo que tengo para decirte en esta reunión como primer ministros, pero como madre de Santana, me parece que necesitas saber algo más.
Guardé silencio; quizás de todo lo que me había dicho, lo que más me interesaba era lo que estaba por decir.
Saber cualquier cosa sobre Santana era algo que deseaba enormemente.
Definitivamente es el amor quien marca tus prioridades.
—Cuando todo ocurrió su papá y yo estábamos separados, apenas teníamos dos años. Para mí fue un momento duro en el que Santana siempre me acompaño. Descuidé a mi esposo por mi trabajo que se convirtió en el centro de mi vida, por eso no lo culpo por querer continuar con su vida. Siempre he creído que Santana estudio lo mismo que yo para estar más cerca de mí. Nunca dejé de amar a mi esposo y él nos ayudo mucho para poder llegar a donde estamos ahora, así que cuando tuve la oportunidad le ofrecí la vida eterna.
Caminó hasta una foto donde estaban Santana y su papá. Tardó unos minutos antes de continuar su relato; imaginé que se estaba retomando la compostura.
—Él estaba enamorado de otra mujer con la que esperaba casarse muy pronto, yo le ofrecí la inmortalidad sin pedir nada a cambio. Él podía continuar con su vida y en diez años, podía reclamar a su esposa, pero sentí que Santana lo necesitaba y tal vez de una manera egoísta, yo también. Él se negó porque quería continuar siendo humano, así había sido creado y así moriría. Además, quería vivir de esa manera con la que después se convirtió en su esposa. Tuvieron un hijo, durante el tiempo que estuvieron juntos fueron muy felices. Santana no perdonó su decisión. Al menos, inicialmente, yo, que comprendí sus deseos de ser papá de nuevo y tener una familia, lo apoyé y traté de convencerla. Tomó su tiempo, ocho largos años, pero al final lo aceptó. Su padre murió cinco años después y Santana nunca se perdonó el tiempo que perdió alejado de él por su incomprensión. Tú eres una mujer joven que puedes hacer tu vida, tener hijos. Mi hija nunca te pediría que te conviertas; serás tú la que al final tendrás que pedírselo si así lo deseas. Tomate tu tiempo muchacha, y por favor cuida de mi hija, si ella confía en ti yo también lo hare. Ahora vamos a otra reunión, quiero que nos acompañes.
Yo me quedé en silencio, no tenía nada que decir.
La historia del papá de Santana fue muy conmovedora, imagino cuanto sufrió mi amada vampiro, pero dejar tu humanidad era una decisión difícil, más si la persona que amas es humano.
Tener y ver crecer a tus hijos es algo que la mayoría de las personas desean, pero cuando te enamoras de un vampiro, las cosas no son las mismas.
Creo que aún es muy pronto para pensar en eso, lo mejor era enfocarme en las cosas que se me venían encima en este momento.
Seguí a mi suegra como una autómata hasta a una sala de reuniones donde estaba Santana, Quinn, la Señora B y Arite, todos ser sorprendieron al verme.
—Arite, por favor, enciende los dispositivos, tenemos que estar 100% seguros. Que nadie sepa de esta conversación, si les preguntan, hablábamos de las normas de seguridad de Brittany.
—Primer ministro, ¿Desea que le coloqué los tapones de oído a Brittany?—preguntó Arite que se movía por la habitación encendiendo dispositivos.
—No, ella es ahora parte de mi círculo de confianza.
Yo me quedé sorprendida, y la cara de Santana era un poema de felicidad.
Sin embargo, los demás no parecían muy convencidos.
—Los he reunido aquí porque tenemos un traidor en nuestras filas, específicamente en el consejo.
La revelación de esa información impacto a todos, era algo que definitivamente no esperaban.
—Arite, coloca la grabación que encontraste por favor.
—Claro primer ministro.
Arite prendió un aparato y salió una voz distorsionada del mismo.
Todos se miraron entre sí con preocupación.
—Tenemos que traer a Rachel a la fortaleza—dijo la Señora B.
—No, esa sería una mala decisión, la grabación salió de uno de los teléfonos del consejo y con información que solo ellos pueden tener, así que necesitamos saber quién es—explico la primer ministro.
La Señora B se levantó de la silla como impulsada por un resorte.
—¿Quieres usar a mi nieta como conejillo de indias?
—¿Acaso no es mi hija quien está en la misión?—respondió levantando la voz la mamá de Santana también levantándose—Si no lo detenemos, no solo serán nuestros familiares los que estén en peligro.
—Tiene razón—dijo Quinn.
Yo podía ver cuánto le había costado decir esas palabras; incluso para mí era difícil porque tanto Rachel como Santana corrían peligro.
—Se despidió de un diputado, eso quiere decir que alguien en el gobierno está conspirando también; eso pone en peligro no solo a nuestra sociedad sino también a la de los humanos—intervino mi Santana.
—Es correcto, ya hablé con el presidente sobre esto, necesitamos identificar a la persona del consejo y a ese diputado, ellos son la prioridad.
—Está bien, ¿Qué sigue?—quiso saber la Señora B, tomando de nuevo asiento en su lugar.
—Los objetivos son Rachel, Santana y ahora Brittany, pues ya deben saber que su pareja. En ese orden de prioridades—dijo la primer ministro.
“No me llamó donante sino pareja de su hija. Creo que estamos progresando. Tengo que concentrarme, ¡por Dios! La vida de mi novia y mi mejor amiga corren peligro”.
—A Rachel la necesitan para manipularte Señora B, es una forma de meterse en el consejo. Debes informarme de lo que sea; sé que es difícil, pero confió en ti y yo también quiero verte feliz con tu única familia, así que ella será nuestra prioridad, pero tengo que poder confiar en ti B.
—Tú sabes que siempre vas a poder confiar en mí.
—Gracias—le dijo haciendo una leve reverencia con la cabeza—Luego Santana porque es una fuerte candidata a unirse al consejo. Si alguien sale, lo más seguro es que entre Santana y destruirla antes de que eso pase, sería lo ideal.
—Yo no soy candidata al consejo—replicó Santana.
—Santana, amiga, si lo eres y todos votaríamos por ti—le dijo Quinn.
—La vida de Santana se considera tan valiosa ahora como un representante del consejo—dijo la primer ministro—Y, finalmente, Brittany porque así como Rachel es la forma de llegar a la Señora B, ella es la forma de llegar a Santana. Recibirá protección personalizada y entrenamiento de vampiro, no de donante.
Todos asintieron en acuerdo con ella.
—¿Cuál es el plan a seguir?—preguntó Quinn.
—Arite va a evaluar todas las conversaciones del consejo, sus teléfonos serán intervenidos. Quinn serás la guardaespaldas de Rachel, tendrán que hablar con ella Señora B, no tenemos tiempo que perder. Yo apruebo si tú lo hace, tiene que comenzar a entrenar ya.
B no lo pensó.
—De acuerdo Primer Ministro. Gracias.
—No tienes que agradecer, hacemos lo que tenemos que hacer. Santana, te llevaras a tres personas más para el entrenamiento de Brittany, de esa forma podrás llevar más protección sin que nadie sospeche, pero solo podrás intercambiar información de la misión con Quinn. Tienes un traidor en tu grupo, encuéntralo pronto.
Santana asintió.
—Asignaras a Kitty como guardaespaldas de Brittany, pero será una decisión tuya, que parezca más un capricho de enamorada que un tema de seguridad, solo si ves que puedes confiar en Kitty veremos si sumarla al grupo. Recuerden que tiene razones para odiarnos, aunque lo que ocurrió fue por su bien. Es todos señores, nos reuniremos en la mañana antes de nuestra acostumbrada celebración navideña. Tenemos que parecer ajenos a lo que está pasando.
—Primer ministro, ¿Cómo vamos a justificar que Rachel inicie entrenamiento un mes antes de lo necesario?—preguntó la Señora B.
—Porque tú lo has pedido, y como muchos dicen que siempre logras convencerme, esta vez tendrán razones reales para decirlo, nadie cuestionará mi decisión.
Todos nos levantamos y estábamos dispuestos a salir.
Santana fue y abrazo a su madre, lo mismo hizo la Señora B. Eran tiempos difícil y una conspiración estaba creciendo en los dos gobiernos, tanto el de los humanos como el de los vampiros.
El día aun no terminaba.
Santana y la Señora B tenían que ajustar un poco los planes para el regreso y cómo se lo pensaban decir a Rachel.
Yo fui con Quinn hasta un pequeño comedor dotado básicamente de sangre. Sin embargo, me lograron proporcionar una comida completa y muy sana.
Lo mantenerte en forma no se lo toman a juego estos vampiros.
Mientras comíamos, aproveché para preguntarle a Quinn por Rachel.
—¿Cómo esta Rachel?
Ella torció el gesto.
—Difícil de saber, casi ni me habla, sin que tu estés me resulta difícil pasar por tu casa. Sin embargo, la vi en el club anoche antes de venir acá. Estaba muy bien acompañada, sólo espero que no se meta en problemas.
—Rach es una buena chica, solo que algunas veces es muy cabeza dura.
—Si tú lo dices. Yo, particularmente, sino fuera por la circunstancias, no hubiera aceptado ser su guardaespaldas, pero tampoco me sentiría tranquila hubieran asignado a otra persona.
—Dime Quinn, te gusta mi amiga, ¿Verdad?
Eso la tomó con la guardia baja, pero trato de disimularlo.
—Tu amiga es insoportable, pero es mi trabajo y pienso hacerlo bien.
No pregunté más nada, pero algo se traían esas dos, algo que quizás ni ellas mismas comprendía. Estaría más pendiente de los detalles de ahora en adelante.
Una vez que terminamos, Quinn me llevó al área de entrenamiento; era un lugar grande que nunca podrías imaginar que estuviera bajo tierra.
Tenía campo de tiro, o mejor debería decir, “subsuelo” de tiro, gimnasio y zonas de entrenamiento. Lo recorrimos un poco para que me familiarizara con el área.
A donde llegaba, todos me miraban extraños, algo que llegó incluso a preocuparme, pero Quinn me dijo que Santana nunca había tomado un donante y, pues, siendo ella una figura pública, aunque no le gustaba que la consideraran de esa forma, llamaba la atención.
Después de eso, fuimos al centro de entrenamiento donde nos encontramos con Santana para la evaluación. Aún tenía puesta su ropa de militar que tan bien le quedaba.
También estaban Bodu y Kitty, acompañados por una rubia que parecía una modelo de Victoria Secret; ojos azules, aproximadamente, 1,80 mts., piel clara, y parada demasiado cerca de mi Santana.
En cuanto nos acercamos, hizo las presentaciones.
—Brittany, te presento a Kelly, es sobrina de Mark, un miembro del consejo.
Ella junto a Bodu y Kitty serán tu grupo de entrenamiento.
—Hola—saludé un poco intimidada.
La rubia sólo hizo un leve saldo con la cabeza.
—Muy bien, iniciemos las pruebas—dijo Santana con voz de mando.
Caminamos hasta el campo de tiro, Santana se colocó a mi lado y de forma sutil acarició mi mano; aunque estaba en su mejor plan de general, yo sabía que se moría por estar a mi lado.
Bodu tomó un arma como la que me regaló Santana; me mostró cómo cargar y liberarla. Yo ya conocía el procedimiento, pero no le interrumpí. Luego me explicó cómo apuntar, me indicó un blanco y me pidió intentar hacer mi mejor tiro. Tomé el arma y disparé hasta descargar la cámara, todas las balas dieron en el blanco.
Tanto Santana como Bodu sonreían, estaban satisfechos con mi desempeño.
—¡Lo sabía!—exclamó Bodu—El reporte deportivo que nos enviaron se quedó corto.
—¿Reporte deportivo?—pregunté sorprendida.
—Claro, para ver qué niveles tienes. Disparar para ti no es un problema. Creo Santana, que no es necesario que la entrene en esto—le dijo mirando a Santana para buscar su confirmación.
—Te equivocas Bodu, no voy a correr riesgos con Brittany, te vienes con nosotros, aprovechemos que tiene conocimiento y expliquémosle el uso de otras armas, las blancas por ejemplo.
—¿Crees que esto es necesario para una donante?—preguntó Bodu confundido.
—Escúchenme bien porque lo diré una vez—Santana parecía impaciente— Brittany recibirá un entrenamiento para aspirante a vampiro y no uno para donante, no me importa si esto es lo que se acostumbra o no, tampoco me importan sus opiniones, si no están de acuerdo en cumplir esta orden pueden marcharse ahora mismo.
Hasta yo me quede impresionada con el tono usado por Santana.
Los tres chicos se pusieron firmes y ninguno se atrevió a contradecirla.
—Será entrenada como usted—indicó con firmeza hacia Bodu.
Este asintió de inmediato.
—Muy bien, ahora pasemos al entrenamiento físico. Kitty es tu turno.
Salimos del campo de tiro y caminamos hasta un área de combate cuerpo a cuerpo. Nos colocamos en el centro Kitty y yo.
—Muy bien Brittany, muéstrame lo que puedes hacer—me retó la mujer de manera arrogante y asumiendo posición de ataque.
—Imagino que sabes que recibí clases de defensa personal—respondí.
—No creo que te ayuden mucho—dijo burlona.
Un poco molesta, me abalancé hacia ella y terminé en el piso acolchado, lo peor fue que no uso ni su fuerza ni su velocidad de vampiro. Me levanté y lo intente de nuevo, y me fui directo al piso.
—Jefa, esta chica necesitará mucho entrenamiento, más del que yo esperaba—le dijo a Santana ignorándome totalmente mientras me levantaba.
—Muy bien Kitty, confió en que puedas ayudarla en eso. De hecho, me gustaría que repasemos ese plan de entrenamiento.
Antes de ir tras Santana, se volteó y me habló sin dejar esa sonrisa que se estampó en su cara desde que caí la segunda vez a la lona.
—Esfuérzate en el entrenamiento físico, lo necesitaras—me guiñó un ojo y fue tras su jefa.
—Parece que no le gustas a Señora perfecta—me dijo Kelly.
—Sí, parece que no le caigo bien.
—Bueno, a mí me simpatizas, eres muy guapa; no necesito probarte para saber que tienes buena condición física solo la mejoraremos un poco. Además, me encantará ver tu cuerpo sudado por el esfuerzo. Comenzamos mañana temprano, preciosa—me dijo sonriéndome antes de marcharse.
¿Fue idea mía o estaba coqueteando conmigo?
—Parece que esa mujer no sabe con quién se mete—dijo Quinn que se aproximó hasta mí sin que me diera cuenta.
Se enrollaba una especie de vendas en su mano derecha con habilidad.
—Supongo que solo quiso ser amable.
—Ten cuidado Brittany, no todo es lo que parece. Ella es muy bonita, aunque a mí nunca me ha gustado. Le gusta usar las influencias que tiene en el consejo para colarse en las mejores misiones.
—Tal vez solo quiere seguir los pasos de su tío—sugerí.
Quinn se encogió de hombros.
—Vamos, debes ducharte y cambiarte de ropa, nos vamos a casa.
Pasé por lo que era la habitación de Santana y me duche.
Me puse mi ropa usual, tomé una de las mudas que traje en mi bolso, así sería más normal para Rachel. Me encontraría con Santana en el aeropuerto, ella todavía tenía cosas que atender.
Una vez lista, me fui con Quinn al aeropuerto, donde estaba ya todo el equipo.
Kelly y Bodu me recibieron con una sonrisa, pero Kitty estaba con mala cara.
Santana bajó del avión a buscarme y yo, sin poder contenerme, corrí a sus brazos. Ella no rechazó mi muestra de afecto, al contrario, me abrazó y besó.
—Te extrañe Sanny.
—Yo también a ti mi amor.
Todos subimos a nuestros puestos en el avión. Yo estaba al lado de Santana, prácticamente, en sus brazos.
—San, creo que no le gusto a Kitty y parece que venir le ha molestado mucho—le susurré ara que nadie más escuchara.
Santana sacó un dispositivo electrónico y lo colocó entre las dos.
—Kitty no está de acuerdo con ser tu guardaespaldas—dijo Santana.
—Entonces busquemos a alguien más, si no le gusto para qué obligarla a estar cerca de mí.
—Ella es la mejor para el trabajo, confió en ella y sé que te protegerá con su vida.
—Es que no entiendo San, ¿Por qué se comporta así conmigo?
—No es contigo, es con cualquier humana. No quiere encariñarse con nadie.
—¿Me lo explicas mejor?
—Te hablare sobre Kitty solo para que trates de comprenderla un poco. Ella era una chica muy alegre y con un gran futuro en la organización. Durante una misión, se enamoró de una humana y le pidió ser su donante. Por ser alguien con tanto futuro, realizaron una investigación profunda de la humana, apenas llegó con ella para la firma de los documentos, los guardias se la llevaron. Por eso reaccioné de esa manera cuando vinieron por ti; yo sabía que tú no serias como esa chica, así que lo que tuvieran sobre ti debía ser un error. Kitty pensó lo mismo y se enfrentó al Consejo. Tuvieron que sujetarla y someterla entre varios hombres para que pudiera ver los videos y demás pruebas que le presentaron. La mujer la engañaba, era un espía de los Sinal que tenía por objetivo matar a Kitty. Ella solo estaba esperando el momento oportuno para capturarla, antes de matarla querían interrogarla. Yo presencié los videos y créeme, no es lo que esperas ver de alguien que amas. Cuando Kitty se dio cuenta de que fue engañada, incluso después de todo lo que vio, nos pidió no matar a la mujer, pero las leyes son firmes en esos casos. Lo único que mi madre pudo ofrecerle fue darle una muerte rápida, perdiendo así la oportunidad de interrogarla. Después de eso Kitty no fue la misma, casi se mata al dejar de comer. Costó mucho recuperarla, pero ahora está trabajando de nuevo. Es de lo mejor que tenemos, una vez me salvó la vida, pero debido a lo que pasó, mi madre no confía totalmente en ella.
—Entonces le debo mucho a esa mujer, porque si gracias a ella estas con vida, merece mi respeto.
Santana me sonrió con afecto.
—Eres una buena persona Britt, quizás puedas ayudarla a confiar de nuevo en la gente. Yo ahora la comprendo porque moriría de tristeza si tú me engañaras.
Eso conmovió mi alma entera.
Tomé su cara en mis manos y la besé con toda la ternura que salió de mi corazón.
—Santana, te amo, no lo dudes nunca.
—Yo también te amo mi Britt-Britt, ahora duerme que debes estar agotada.
Abrí los ojos lentamente recordando que estaba en la habitación de mi amada vampira y que la noche que pasamos en ella, había sido espectacular.
—Buenos días Britt-Britt—escuché la voz de Santana.
Seguí su voz y la encontré vestida con un uniforme militar, pero de color negro.
—Vaya, puedes verte más bella todavía.
—¿Cómo?—preguntó confundida.
—Disculpa, no pretendía decir eso en voz alta.
—Puedes decirlo siempre que quieras, no me molesta, sólo que al principio no caté lo que decías—dijo sonriendo.
Yo la admiré desde la cama.
—Me encanta como te queda el uniforme.
—Gracias—me guiñó un ojo—Ven a comer y a tomar tus vitaminas, hoy nos espera un día pesado.
Miré la hora.
—Estamos tarde Santana.
—Tú no, puedes comer, pero yo debo salir a preparar tus accesos a esta aérea. En un rato regresaré para que te tomen las impresiones, ponte ropa deportiva.
Me levanté y me senté en la pequeña mesa a desayunar. Santana estaba sentada frente a mí mirándome.
—Estoy muy feliz de que estés aquí—me dijo mirándome profundamente.
—Yo también lo estoy Santana—le dediqué una sonrisa sintiéndome de pronto algo tímida—¿Te tienes que ir tan rápido?—le pregunté mirándola con ternura.
No me respondió de inmediato, al contrario, se levantó y se acercó a donde yo estaba, se inclinó y me dio un beso profundo, exigente, tierno.
Cuando nos separamos tuve que respirar hondo, ella sonrió satisfecha y volvió a su lugar.
—Lamentablemente tenemos mucho que hacer hoy. Mi vida es un poco agitada, pero créeme amor que mi prioridad ante todo eres tú.
—Muy bien, porque tengo muchas ganas de quitarte ese uniforme.
Ella se sorprendió al principio, pero luego soltó una carcajada.
—Britt, mi amor, tal vez pueda llamar a mi mamá y cancelar la reunión que tenemos con ella o moverla un poco—dijo mirándome de nuevo con intensidad.
—¿La suegra? Ni lo sueñes, ve a hacer lo que tienes que hacer, no quiero comenzar con ella con el pie izquierdo.
Ella volvió a reír.
—¿La suegra?—preguntó blanqueando los ojos—sería interesante verle la cara cuando la llames así.
Le saqué la lengua, ella me devolvió el gesto.
—Vete San, estaré lista para lo del acceso y con ropa deportiva en un momento.
—Está bien—dijo resignada.
Me dio un beso y se puso su boina que, debo decir, le quedaba de lo más sexy. Luego salió de la habitación.
Terminé el desayuno, me metí al baño para una ducha y cepillar mis dientes.
Santana había traído hasta la crema dental y el enjuague bucal que acostumbraba a usar.
Esa mujer era adorable.
Luego fui al vestidor y me puse un mono, franela a juego y unos zapatos deportivos.
Tenía que esperar unos minutos así que me puse a repasar las fotografías que estaban en la sala.
Santana se parecía mucho a su papá, pero tenía los ojos de su mamá.
Habían sido una hermosa familia, pero ahora tenían tantas responsabilidades. Estaba sumida en ese pensamiento cuando tocaron a la puerta.
—Britt, soy yo Santana, ¿Podemos pasar?
—Sí, estoy lista.
Se abrió la puerta y Santana entró con un chico con el pelo revuelto y la ropa arrugada, pero sonriente que me miró sin ningún tipo de reparos.
—¡Vaya! Me habían dicho que tenías donante, pero no que fuera tan atractiva, tienes mucha suerte.
—Sí, la verdad es que la tengo—dijo Santana acercándoseme de forma posesiva.
Marcando el territorio.
—¿No compartes?—preguntó el chico, al parecer no entendía rápidamente el lenguaje corporal.
—Nunca Arite—le dijo Santana en tono cortante y lo miró con fiereza; eso sí pareció captarlo, porque asintió sonriendo—Te presento a Brittany—dijo ella con cautela.
—¡Hola Brittany!—me saludó jovialmente.
—¿Qué tal Arite?
—¿Para quién son los accesos?—le preguntó a Santana.
—Para ella.
Santana no parecía nada contenta.
Arite se puso muy serio ante el tono de su respuesta, pero no dijo nada. Se sentó y sacó una computadora portátil de una mochila que llevaba colgada en el hombro y comenzó a teclear.
—Muy Santana, ahora necesito que autorices el acceso a tu sistema; ya sabes, lo que corresponde, clave, retina y mano.
Santana tomó la computadora y se la llevó a un lado para colocar esos datos, cuando terminó la entrego de nuevo al chico que le conectó un cable y este a su vez fue a dar a un conector en la pared que estaba camuflado con una lámpara.
—De nuevo Santana.
Esta vez el chico se retiró y Santana tomó su lugar, comenzó a colocar todo de nuevo.
—Ahora agrega su nombre clave y ella debe ingresar los datos.
—Acércate Britt—me pidió Santana.
Me aproximé a ella y me dijo que debía colocar mi clave personal, escanear la retina y huellas, todas esas cosas que ella había hecho anteriormente; pude ver que mi nombre clave era patito.
Terminamos el proceso.
Santana desconectó de modo seguro la computadora y se la regresó a Arite.
—Muy bien, ahora te ingresare en la seguridad del edificio. Eres DSantana1 en el sistema y necesito que coloques aquí tu clave y tu pulgar.
Después de eso Arite se quedó tecleando unos comandos y a los pocos minutos anunció que estaba listo.
—Listo Santana, ahora me marcho, tengo que trabajar.
—Sería bueno que te duches y descanses un poco antes de la reunión—le aconsejó ella.
—Tienes razón, no quiero molestar a la Primer Ministra. Hasta luego Brittany, fue un placer.
Una vez que Arite se marchó, Santana me mostró los accesos seguros de la habitación
—En la puerta, además de la clave normal, escaneará tu retina para que puedas entrar. Adicionalmente, aquí, justo al lado de la tv, si colocas tu mano, se abrirá una compuerta.
Puse mi mano donde me dijo y se abrió una compuerta con varios tipos de armas y municiones. Coloqué mi mano de nuevo y se cerró.
—Aquí está la reserva de sangre. Agregaré comida. Explicó mostrándome otra compuerta sobre la mesa de noche.
Luego fuimos al baño y encontramos una caja fuerte con dinero en efectivo, varias acciones y documentos de propiedad.
Santana realmente era muy rica.
—Ya dejé arreglado que para mañana tengas una extensión de mi tarjeta, tú propia cuenta y un auto nuevo está esperándote frente a tu edificio.
—¿Qué es todo eso San? Yo no necesito tu dinero, mis padres no son ricos, pero pueden cubrir todos mis gastos.
—Es lo que se acostumbra Britt, ¿Quieres que falte a la ley?—me preguntó con seriedad.
—Yo no creo que eso sea así.
—Está en el artículo 55, si no lo cumplo podría quedar detenida.
No le creía nada de nada, porque aunque Santana sabía mentir muy bien, yo estaba aprendido a conocerla y no me estaba mirando a los ojos como siempre lo hacía.
Aunque aún no me daba nada de lo que estaba mencionando, así que no era necesario discutir ahora.
Nos miramos durante unos segundos.
—Vámonos Britt-Britt, la Primera Ministra te está esperando.
Salimos de la habitación juntas sin tomarnos de la mano, algo que no me gustó, pero lo comprendí porque no me había involucrado con cualquier vampiro, sino con un general y, además, era la hija de la Primer Ministra, algo que ella debió decirme inicialmente; aunque si lo pensaba un poco, no habría cambiado mi decisión.
Seguimos por varios pasillos, en todos Santana tenía acceso, pero yo solamente tenía en las tres primeras puertas. Llegamos de nuevo a la oficina en la que había entrevistada el día anterior.
Estaba decidida a dar una mejor impresión, pero eso no se dio porque apenas entramos la Primer Ministra, mi suegra, comenzó a reclamarle a Santana.
—Santana, la acabas de conocer, ¿Cómo puedes darle acceso a tu casa a tu seguridad?—exigió con voz autoritaria.
—Buenos días mamá, un gusto verte también.
—¡Santana! No cambies el tema, tú sabes muy bien lo que estas arriesgando.
Santana permanecía de pies, firme e impasible.
—Mamá, confío en Britt, pondría mi vida en sus manos si fuera necesario.
La mamá de Santana que se podía ver claramente tenia debilidad por su hija, apenas escuchó sus palabras, bajó la guardia.
La miró a ella y luego a mí en silencio.
—Muchacha, si traicionas a mi hija conocerás el dolor sin límites.
No pude evitar tragar saliva.
—Mamá, la estas asustando.
—Eso pretendo, que le quede claro que se está involucrando con la hija del Primer Ministro y que no juego con tu seguridad.
—Me queda claro Señora—le dije con la poca voz que pude sacar de mí, pero procurando que no se me notara, porque la verdad era que esa mujer me atemorizaba.
—Déjanos solas Santana.
—No creo que sea buena idea—dijo Santana poniéndose a mi lado.
—¡¡Es una orden!!—dijo la mujer con voz firme.
Santana molesta salió de la habitación.
Yo no sabía qué hacer ni que decir, ¿Cómo una mujer como ella pensaba que yo podría lastimar a Santana a la cual adoraba infinitamente?
—Te sacaste el premio gordo, ¿Verdad?—dijo.
Eso no me gustó para nada y yo estaba dispuesta a dejar las cosas claras.
—Yo no sabía que Santana era su hija y mucho menos que tenía dinero si lo dice por eso, pero sabía que pondría mi vida en peligro constantemente y, sin embargo, estoy aquí.
—También que puedes tener vida eterna
—Eso aun no está decidido, Santana me dijo que tenía mínimo un año para pensarlo. También que no tenía por qué dejar de ser humana si no quería y eso es algo que no me estoy planteando en este momento—le dije con firmeza.
—Tal vez puedas hacer más daño a mi hija de lo que pensé.
Di un paso adelante.
—Señora, yo no busque a Santana, fue ella la que entró en mi vida sin avisar y no he podido dejarla ir, por más que quisiera, por más que esto sea una locura, yo estoy enamorada de su hija.
—Yo nunca vi a mi hija enamorada. Después que su padre y yo nos separamos, ella solo se ha dedicado a cuidarme. Cuando me secuestraron, ella fue parte del equipo de rescate, estaba comenzando su carrera militar y casi la matan por mí.
—Santana es noble, estoy segura que lo volvería hacer.
—Yo también, pero quiero que tenga una razón por la que vivir que no sea yo y me parece que al fin la encontró—dijo con más serenidad—Es mi hija Brittany y la quiero, pero no sólo es eso. Ella es general, es respetada por la comunidad y tiene mucho futuro político. Mantenerla con vida es clave.
—¿Quiere decir que ella corre más peligro que el resto de los vampiros?
—Sí, y ahora tiene un talón de Aquiles, que eres tú. Necesito que te prepares muy bien para protegerla o, al menos, para que lo intentes.
—Yo no quiero que le pase nada a Santana, para mi es lo más importante del mundo.
—Espero que no olvides eso nunca. Voy a confiar en ti como lo hace mi hija, espero que no me falles.
—Amo a su hija señora.
—Algunas veces el amor no es suficiente, pero será mejor que nos enfoquemos a lo que viniste—hizo una breve pausa—Como te dije, la vida de Santana es importante y ahora querrán capturarte para atraerla, seguramente ya deben saber que no eres una simple donante para ella. Algunas responsabilidades no las escogemos Brittany, pero llegan a nosotros y tenemos que tomarlas. Terminaran la misión y tu carrera, después vivirán aquí, que es más seguro. Podrás unirte a nuestro bufete de abogados y Santana podrá ocuparse de sus responsabilidades, creo que muy pronto podría ser parte del consejo.
—¿Santana sabe de esto?
—¿Crees que me gusta discutir con mi hija a cada momento? Ella no va a querer traerte aquí a menos que tú lo quieras, así que te pido que pienses en Santana, en su futuro y en su vida cuando llegue el momento. Yo me encargaré de que tengas lo que quieras.
—No necesita ofrecerme nada Señora—le dije con firmeza y la miré directo a los ojos—Pensare en lo que me dijo.
—Muy bien, ahora formaras partes de la misión porque seguro que Santana no se alejara de ti, además entiendo que Rachel es tu amiga.
—Es correcto. Y yo tampoco pienso alejarme de Santana.
—Muy bien. Ahora tú y Rachel son el objetivo de nuestros enemigos. Tú, por tu relación con Santana y Rachel porque es nieta de la Señora B, miembro importante del consejo. Es el único familiar de sangre que tiene y está cumpliendo con los requisitos. Si todo continua de esa forma, a Rachel se le ofrecerá en unos o dos meses el entrenamiento de seis meses; si lo cumple y está dispuesta, en menos de un año, por derecho será vampiro. La Señora B viene siguiendo la vida de Rachel desde hace tiempo, así que está involucrada sentimentalmente. Vio a morir a su hija por culpa de los Sinal y no está dispuesta a perder a tu amiga, así que cometería cualquier locura si ellos la tienen.
—Parece un juego macabro de intereses.
—No nos juzgues sin saber Brittany, solo tratamos de mantener con vida y seguro a los nuestros, pero a su vez eso ayuda a mantener seguros a los humanos. Eso es todo lo que tengo para decirte en esta reunión como primer ministros, pero como madre de Santana, me parece que necesitas saber algo más.
Guardé silencio; quizás de todo lo que me había dicho, lo que más me interesaba era lo que estaba por decir.
Saber cualquier cosa sobre Santana era algo que deseaba enormemente.
Definitivamente es el amor quien marca tus prioridades.
—Cuando todo ocurrió su papá y yo estábamos separados, apenas teníamos dos años. Para mí fue un momento duro en el que Santana siempre me acompaño. Descuidé a mi esposo por mi trabajo que se convirtió en el centro de mi vida, por eso no lo culpo por querer continuar con su vida. Siempre he creído que Santana estudio lo mismo que yo para estar más cerca de mí. Nunca dejé de amar a mi esposo y él nos ayudo mucho para poder llegar a donde estamos ahora, así que cuando tuve la oportunidad le ofrecí la vida eterna.
Caminó hasta una foto donde estaban Santana y su papá. Tardó unos minutos antes de continuar su relato; imaginé que se estaba retomando la compostura.
—Él estaba enamorado de otra mujer con la que esperaba casarse muy pronto, yo le ofrecí la inmortalidad sin pedir nada a cambio. Él podía continuar con su vida y en diez años, podía reclamar a su esposa, pero sentí que Santana lo necesitaba y tal vez de una manera egoísta, yo también. Él se negó porque quería continuar siendo humano, así había sido creado y así moriría. Además, quería vivir de esa manera con la que después se convirtió en su esposa. Tuvieron un hijo, durante el tiempo que estuvieron juntos fueron muy felices. Santana no perdonó su decisión. Al menos, inicialmente, yo, que comprendí sus deseos de ser papá de nuevo y tener una familia, lo apoyé y traté de convencerla. Tomó su tiempo, ocho largos años, pero al final lo aceptó. Su padre murió cinco años después y Santana nunca se perdonó el tiempo que perdió alejado de él por su incomprensión. Tú eres una mujer joven que puedes hacer tu vida, tener hijos. Mi hija nunca te pediría que te conviertas; serás tú la que al final tendrás que pedírselo si así lo deseas. Tomate tu tiempo muchacha, y por favor cuida de mi hija, si ella confía en ti yo también lo hare. Ahora vamos a otra reunión, quiero que nos acompañes.
Yo me quedé en silencio, no tenía nada que decir.
La historia del papá de Santana fue muy conmovedora, imagino cuanto sufrió mi amada vampiro, pero dejar tu humanidad era una decisión difícil, más si la persona que amas es humano.
Tener y ver crecer a tus hijos es algo que la mayoría de las personas desean, pero cuando te enamoras de un vampiro, las cosas no son las mismas.
Creo que aún es muy pronto para pensar en eso, lo mejor era enfocarme en las cosas que se me venían encima en este momento.
Seguí a mi suegra como una autómata hasta a una sala de reuniones donde estaba Santana, Quinn, la Señora B y Arite, todos ser sorprendieron al verme.
—Arite, por favor, enciende los dispositivos, tenemos que estar 100% seguros. Que nadie sepa de esta conversación, si les preguntan, hablábamos de las normas de seguridad de Brittany.
—Primer ministro, ¿Desea que le coloqué los tapones de oído a Brittany?—preguntó Arite que se movía por la habitación encendiendo dispositivos.
—No, ella es ahora parte de mi círculo de confianza.
Yo me quedé sorprendida, y la cara de Santana era un poema de felicidad.
Sin embargo, los demás no parecían muy convencidos.
—Los he reunido aquí porque tenemos un traidor en nuestras filas, específicamente en el consejo.
La revelación de esa información impacto a todos, era algo que definitivamente no esperaban.
—Arite, coloca la grabación que encontraste por favor.
—Claro primer ministro.
Arite prendió un aparato y salió una voz distorsionada del mismo.
“La mujer se llama Rachel y está en la misión de Santana. No se preocupen por ella, está distraída con una humana y tenemos apoyo dentro, estoy esperando enviar más. Pronto les diré la ubicación, estén preparados para atacar cuando les avise. Cuento con usted diputado”.
Todos se miraron entre sí con preocupación.
—Tenemos que traer a Rachel a la fortaleza—dijo la Señora B.
—No, esa sería una mala decisión, la grabación salió de uno de los teléfonos del consejo y con información que solo ellos pueden tener, así que necesitamos saber quién es—explico la primer ministro.
La Señora B se levantó de la silla como impulsada por un resorte.
—¿Quieres usar a mi nieta como conejillo de indias?
—¿Acaso no es mi hija quien está en la misión?—respondió levantando la voz la mamá de Santana también levantándose—Si no lo detenemos, no solo serán nuestros familiares los que estén en peligro.
—Tiene razón—dijo Quinn.
Yo podía ver cuánto le había costado decir esas palabras; incluso para mí era difícil porque tanto Rachel como Santana corrían peligro.
—Se despidió de un diputado, eso quiere decir que alguien en el gobierno está conspirando también; eso pone en peligro no solo a nuestra sociedad sino también a la de los humanos—intervino mi Santana.
—Es correcto, ya hablé con el presidente sobre esto, necesitamos identificar a la persona del consejo y a ese diputado, ellos son la prioridad.
—Está bien, ¿Qué sigue?—quiso saber la Señora B, tomando de nuevo asiento en su lugar.
—Los objetivos son Rachel, Santana y ahora Brittany, pues ya deben saber que su pareja. En ese orden de prioridades—dijo la primer ministro.
“No me llamó donante sino pareja de su hija. Creo que estamos progresando. Tengo que concentrarme, ¡por Dios! La vida de mi novia y mi mejor amiga corren peligro”.
—A Rachel la necesitan para manipularte Señora B, es una forma de meterse en el consejo. Debes informarme de lo que sea; sé que es difícil, pero confió en ti y yo también quiero verte feliz con tu única familia, así que ella será nuestra prioridad, pero tengo que poder confiar en ti B.
—Tú sabes que siempre vas a poder confiar en mí.
—Gracias—le dijo haciendo una leve reverencia con la cabeza—Luego Santana porque es una fuerte candidata a unirse al consejo. Si alguien sale, lo más seguro es que entre Santana y destruirla antes de que eso pase, sería lo ideal.
—Yo no soy candidata al consejo—replicó Santana.
—Santana, amiga, si lo eres y todos votaríamos por ti—le dijo Quinn.
—La vida de Santana se considera tan valiosa ahora como un representante del consejo—dijo la primer ministro—Y, finalmente, Brittany porque así como Rachel es la forma de llegar a la Señora B, ella es la forma de llegar a Santana. Recibirá protección personalizada y entrenamiento de vampiro, no de donante.
Todos asintieron en acuerdo con ella.
—¿Cuál es el plan a seguir?—preguntó Quinn.
—Arite va a evaluar todas las conversaciones del consejo, sus teléfonos serán intervenidos. Quinn serás la guardaespaldas de Rachel, tendrán que hablar con ella Señora B, no tenemos tiempo que perder. Yo apruebo si tú lo hace, tiene que comenzar a entrenar ya.
B no lo pensó.
—De acuerdo Primer Ministro. Gracias.
—No tienes que agradecer, hacemos lo que tenemos que hacer. Santana, te llevaras a tres personas más para el entrenamiento de Brittany, de esa forma podrás llevar más protección sin que nadie sospeche, pero solo podrás intercambiar información de la misión con Quinn. Tienes un traidor en tu grupo, encuéntralo pronto.
Santana asintió.
—Asignaras a Kitty como guardaespaldas de Brittany, pero será una decisión tuya, que parezca más un capricho de enamorada que un tema de seguridad, solo si ves que puedes confiar en Kitty veremos si sumarla al grupo. Recuerden que tiene razones para odiarnos, aunque lo que ocurrió fue por su bien. Es todos señores, nos reuniremos en la mañana antes de nuestra acostumbrada celebración navideña. Tenemos que parecer ajenos a lo que está pasando.
—Primer ministro, ¿Cómo vamos a justificar que Rachel inicie entrenamiento un mes antes de lo necesario?—preguntó la Señora B.
—Porque tú lo has pedido, y como muchos dicen que siempre logras convencerme, esta vez tendrán razones reales para decirlo, nadie cuestionará mi decisión.
Todos nos levantamos y estábamos dispuestos a salir.
Santana fue y abrazo a su madre, lo mismo hizo la Señora B. Eran tiempos difícil y una conspiración estaba creciendo en los dos gobiernos, tanto el de los humanos como el de los vampiros.
El día aun no terminaba.
Santana y la Señora B tenían que ajustar un poco los planes para el regreso y cómo se lo pensaban decir a Rachel.
Yo fui con Quinn hasta un pequeño comedor dotado básicamente de sangre. Sin embargo, me lograron proporcionar una comida completa y muy sana.
Lo mantenerte en forma no se lo toman a juego estos vampiros.
Mientras comíamos, aproveché para preguntarle a Quinn por Rachel.
—¿Cómo esta Rachel?
Ella torció el gesto.
—Difícil de saber, casi ni me habla, sin que tu estés me resulta difícil pasar por tu casa. Sin embargo, la vi en el club anoche antes de venir acá. Estaba muy bien acompañada, sólo espero que no se meta en problemas.
—Rach es una buena chica, solo que algunas veces es muy cabeza dura.
—Si tú lo dices. Yo, particularmente, sino fuera por la circunstancias, no hubiera aceptado ser su guardaespaldas, pero tampoco me sentiría tranquila hubieran asignado a otra persona.
—Dime Quinn, te gusta mi amiga, ¿Verdad?
Eso la tomó con la guardia baja, pero trato de disimularlo.
—Tu amiga es insoportable, pero es mi trabajo y pienso hacerlo bien.
No pregunté más nada, pero algo se traían esas dos, algo que quizás ni ellas mismas comprendía. Estaría más pendiente de los detalles de ahora en adelante.
Una vez que terminamos, Quinn me llevó al área de entrenamiento; era un lugar grande que nunca podrías imaginar que estuviera bajo tierra.
Tenía campo de tiro, o mejor debería decir, “subsuelo” de tiro, gimnasio y zonas de entrenamiento. Lo recorrimos un poco para que me familiarizara con el área.
A donde llegaba, todos me miraban extraños, algo que llegó incluso a preocuparme, pero Quinn me dijo que Santana nunca había tomado un donante y, pues, siendo ella una figura pública, aunque no le gustaba que la consideraran de esa forma, llamaba la atención.
Después de eso, fuimos al centro de entrenamiento donde nos encontramos con Santana para la evaluación. Aún tenía puesta su ropa de militar que tan bien le quedaba.
También estaban Bodu y Kitty, acompañados por una rubia que parecía una modelo de Victoria Secret; ojos azules, aproximadamente, 1,80 mts., piel clara, y parada demasiado cerca de mi Santana.
En cuanto nos acercamos, hizo las presentaciones.
—Brittany, te presento a Kelly, es sobrina de Mark, un miembro del consejo.
Ella junto a Bodu y Kitty serán tu grupo de entrenamiento.
—Hola—saludé un poco intimidada.
La rubia sólo hizo un leve saldo con la cabeza.
—Muy bien, iniciemos las pruebas—dijo Santana con voz de mando.
Caminamos hasta el campo de tiro, Santana se colocó a mi lado y de forma sutil acarició mi mano; aunque estaba en su mejor plan de general, yo sabía que se moría por estar a mi lado.
Bodu tomó un arma como la que me regaló Santana; me mostró cómo cargar y liberarla. Yo ya conocía el procedimiento, pero no le interrumpí. Luego me explicó cómo apuntar, me indicó un blanco y me pidió intentar hacer mi mejor tiro. Tomé el arma y disparé hasta descargar la cámara, todas las balas dieron en el blanco.
Tanto Santana como Bodu sonreían, estaban satisfechos con mi desempeño.
—¡Lo sabía!—exclamó Bodu—El reporte deportivo que nos enviaron se quedó corto.
—¿Reporte deportivo?—pregunté sorprendida.
—Claro, para ver qué niveles tienes. Disparar para ti no es un problema. Creo Santana, que no es necesario que la entrene en esto—le dijo mirando a Santana para buscar su confirmación.
—Te equivocas Bodu, no voy a correr riesgos con Brittany, te vienes con nosotros, aprovechemos que tiene conocimiento y expliquémosle el uso de otras armas, las blancas por ejemplo.
—¿Crees que esto es necesario para una donante?—preguntó Bodu confundido.
—Escúchenme bien porque lo diré una vez—Santana parecía impaciente— Brittany recibirá un entrenamiento para aspirante a vampiro y no uno para donante, no me importa si esto es lo que se acostumbra o no, tampoco me importan sus opiniones, si no están de acuerdo en cumplir esta orden pueden marcharse ahora mismo.
Hasta yo me quede impresionada con el tono usado por Santana.
Los tres chicos se pusieron firmes y ninguno se atrevió a contradecirla.
—Será entrenada como usted—indicó con firmeza hacia Bodu.
Este asintió de inmediato.
—Muy bien, ahora pasemos al entrenamiento físico. Kitty es tu turno.
Salimos del campo de tiro y caminamos hasta un área de combate cuerpo a cuerpo. Nos colocamos en el centro Kitty y yo.
—Muy bien Brittany, muéstrame lo que puedes hacer—me retó la mujer de manera arrogante y asumiendo posición de ataque.
—Imagino que sabes que recibí clases de defensa personal—respondí.
—No creo que te ayuden mucho—dijo burlona.
Un poco molesta, me abalancé hacia ella y terminé en el piso acolchado, lo peor fue que no uso ni su fuerza ni su velocidad de vampiro. Me levanté y lo intente de nuevo, y me fui directo al piso.
—Jefa, esta chica necesitará mucho entrenamiento, más del que yo esperaba—le dijo a Santana ignorándome totalmente mientras me levantaba.
—Muy bien Kitty, confió en que puedas ayudarla en eso. De hecho, me gustaría que repasemos ese plan de entrenamiento.
Antes de ir tras Santana, se volteó y me habló sin dejar esa sonrisa que se estampó en su cara desde que caí la segunda vez a la lona.
—Esfuérzate en el entrenamiento físico, lo necesitaras—me guiñó un ojo y fue tras su jefa.
—Parece que no le gustas a Señora perfecta—me dijo Kelly.
—Sí, parece que no le caigo bien.
—Bueno, a mí me simpatizas, eres muy guapa; no necesito probarte para saber que tienes buena condición física solo la mejoraremos un poco. Además, me encantará ver tu cuerpo sudado por el esfuerzo. Comenzamos mañana temprano, preciosa—me dijo sonriéndome antes de marcharse.
¿Fue idea mía o estaba coqueteando conmigo?
—Parece que esa mujer no sabe con quién se mete—dijo Quinn que se aproximó hasta mí sin que me diera cuenta.
Se enrollaba una especie de vendas en su mano derecha con habilidad.
—Supongo que solo quiso ser amable.
—Ten cuidado Brittany, no todo es lo que parece. Ella es muy bonita, aunque a mí nunca me ha gustado. Le gusta usar las influencias que tiene en el consejo para colarse en las mejores misiones.
—Tal vez solo quiere seguir los pasos de su tío—sugerí.
Quinn se encogió de hombros.
—Vamos, debes ducharte y cambiarte de ropa, nos vamos a casa.
Pasé por lo que era la habitación de Santana y me duche.
Me puse mi ropa usual, tomé una de las mudas que traje en mi bolso, así sería más normal para Rachel. Me encontraría con Santana en el aeropuerto, ella todavía tenía cosas que atender.
Una vez lista, me fui con Quinn al aeropuerto, donde estaba ya todo el equipo.
Kelly y Bodu me recibieron con una sonrisa, pero Kitty estaba con mala cara.
Santana bajó del avión a buscarme y yo, sin poder contenerme, corrí a sus brazos. Ella no rechazó mi muestra de afecto, al contrario, me abrazó y besó.
—Te extrañe Sanny.
—Yo también a ti mi amor.
Todos subimos a nuestros puestos en el avión. Yo estaba al lado de Santana, prácticamente, en sus brazos.
—San, creo que no le gusto a Kitty y parece que venir le ha molestado mucho—le susurré ara que nadie más escuchara.
Santana sacó un dispositivo electrónico y lo colocó entre las dos.
—Kitty no está de acuerdo con ser tu guardaespaldas—dijo Santana.
—Entonces busquemos a alguien más, si no le gusto para qué obligarla a estar cerca de mí.
—Ella es la mejor para el trabajo, confió en ella y sé que te protegerá con su vida.
—Es que no entiendo San, ¿Por qué se comporta así conmigo?
—No es contigo, es con cualquier humana. No quiere encariñarse con nadie.
—¿Me lo explicas mejor?
—Te hablare sobre Kitty solo para que trates de comprenderla un poco. Ella era una chica muy alegre y con un gran futuro en la organización. Durante una misión, se enamoró de una humana y le pidió ser su donante. Por ser alguien con tanto futuro, realizaron una investigación profunda de la humana, apenas llegó con ella para la firma de los documentos, los guardias se la llevaron. Por eso reaccioné de esa manera cuando vinieron por ti; yo sabía que tú no serias como esa chica, así que lo que tuvieran sobre ti debía ser un error. Kitty pensó lo mismo y se enfrentó al Consejo. Tuvieron que sujetarla y someterla entre varios hombres para que pudiera ver los videos y demás pruebas que le presentaron. La mujer la engañaba, era un espía de los Sinal que tenía por objetivo matar a Kitty. Ella solo estaba esperando el momento oportuno para capturarla, antes de matarla querían interrogarla. Yo presencié los videos y créeme, no es lo que esperas ver de alguien que amas. Cuando Kitty se dio cuenta de que fue engañada, incluso después de todo lo que vio, nos pidió no matar a la mujer, pero las leyes son firmes en esos casos. Lo único que mi madre pudo ofrecerle fue darle una muerte rápida, perdiendo así la oportunidad de interrogarla. Después de eso Kitty no fue la misma, casi se mata al dejar de comer. Costó mucho recuperarla, pero ahora está trabajando de nuevo. Es de lo mejor que tenemos, una vez me salvó la vida, pero debido a lo que pasó, mi madre no confía totalmente en ella.
—Entonces le debo mucho a esa mujer, porque si gracias a ella estas con vida, merece mi respeto.
Santana me sonrió con afecto.
—Eres una buena persona Britt, quizás puedas ayudarla a confiar de nuevo en la gente. Yo ahora la comprendo porque moriría de tristeza si tú me engañaras.
Eso conmovió mi alma entera.
Tomé su cara en mis manos y la besé con toda la ternura que salió de mi corazón.
—Santana, te amo, no lo dudes nunca.
—Yo también te amo mi Britt-Britt, ahora duerme que debes estar agotada.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
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