[Resuelto]FanFic Brittana: Vampira (Adaptada) Epílogo

Capitulo 14

Me desperté en los brazos de Santana que, extrañamente, aun dormía.

Me quedé contemplándola y disfrutando de su hermoso rostro. Era tan bella, tan maravillosa, tan perfecta.

Definitivamente no podía imaginarla diferente.

Me levante con cuidado de no despertarla, esta vez quería ser yo quien la despertara con el desayuno servido.

Me di una ducha rápida, llame para pedir desayuno para mí y sangre para Santana.

Estaba sorprendida, no podía creer que Santana aun durmiera. No sabía si despertarla o llamar a su mamá. Me decidí por la segunda opción, no quería despertarla si necesitaba descansar.

—Hola, Primer Ministro—saludé con algo de timidez.

—Hola Brittany, que sorpresa tu llamada.

—Sí. No quisiera molestarla, es solo que Santana aun duerme y eso no es frecuente. Estoy preocupada y no sé si despertarla o qué hacer.

Escuché una leve risa al otro lado del teléfono.

—Cuando tomamos sangre con alcohol solemos dormir más de la cuenta, eso nos pone en riesgo, por eso solo lo hacemos cuando estamos en casas segura. En otra situación diría que la dejes dormir más, pero tengo ya las películas seleccionadas, así que mejor vengan pronto a mi casa.

—Está bien, gracias—le dije sintiéndome más tranquila.

—Gracias a ti por cuidar a mi hija.

En cuanto terminé la llamada, tocaron la puerta. Supuse que era el desayuno.

Como Santana me dijo, verifiqué antes la cámara para confirmar. De igual manera, tome el arma y la acomodé en mi espalda, no tanto por mi seguridad, sino porque Santana estaba dormida e indefensa, no me perdonaría que le pasara algo por mi imprudencia.

Abrí la puerta y un joven entro unos pasos en la habitación con un carrito lleno de comida. Me hizo una leve reverencia con una gran sonrisa y se marchó; parecía emocionado de traernos la comida.

Tomé la bandeja del carrito y me fui a la habitación. La deje en la mesa de noche y me acomodé en la cama cerca de ella, comencé a darle suaves besos.

Ella se removió un poco.

—Mmmm… Me encanta despertar así,—me dijo levantando la cabeza y mirándome—Besos y O+ para desayunar.

Yo sonreí.

—Si la prefieres fresca, también está disponible.

Ella arqueó una ceja interrogante, pero luego sonrió levemente.

—No mi amor, ayer tome más de la cuenta de ti, hoy no tomaré. Te quiero fuerte, así que tú también come y toma tus vitaminas.

—Estaba preocupada—le dije.

Ella se apoyó en su codo levantándose un poco para mirarme mejor.

—¿Por qué mi Britt-Britt? ¿Qué te preocupa?

—Es que dormías y dormías, pensé que te pasaba algo malo, así que llamé a tu mamá que me explico todo.

—¿Qué hora es?

—Las once de la mañana.

Ella se sobresaltó.

—¡¡Dios mío!! Debe estar súper molesta, me voy a dar una ducha.

—Primero toma tu sangre San—le pedí.

—Está bien amor—dijo regresando a la cama.

Santana tomó toda la sangre que estaba en el recipiente y fue a darse su ducha. Cuando la vi caminando desnuda hacia el baño, mi corazón se estremeció.

Realmente me encantaba mi hermosa vampira.


Una vez listas salimos a casa de la suegra, por supuesto, yo llevaba su regalo en mi bolsillo.


Al llegar nos saludó con emoción y nos hizo pasar amablemente.

Era un hogar muy hermoso, lleno de fotos, trofeos, títulos, medallas de Santana.

No se podía negar que mi suegra adoraba a su hija.

—Pasen y siéntense.

Eso hicimos, y Maribel se sentó frente a nosotras en un gran sofá.

—La fiesta de ayer fue todo un éxito, están en boca de todo el mundo, adoran a Brittany; en especial los humanos, parece que hiciste muchos amigos anoche y tú también Tana—nos alabó sonriendo ampliamente—Son la pareja de oro de la sociedad y aunque no lo crean, eso es algo que necesitábamos. Esa pequeña línea entre lo normal y lo extraordinario, es algo que siempre hemos querido cruzar.

—Me alegro que estés contenta madre, pero creo que debes calmarte—le dijo Santana sonriendo.

—Cuando se casen, organizaré una gran boda—anunció mi suegra.

Santana y yo nos quedamos calladas; era algo que no habíamos hablado.

Yo suponía que vendría con ser vampira, pero que sería algo más como una pequeña ceremonia.

—Mamá, por favor, ve con calma. Britt y yo aun no hablamos de eso. Es algo que me gustaría que ocurriera, pero de una forma más íntima.

Aquellas palabras calaron en mí ser y enternecieron mi alma.

Santana me miró fijamente a los ojos y tomó mi mano entre la suya.

—Britt, tu sabes que ya te he pedido que seas mi compañera de sangre y te he explicado todo lo que viene con eso, pero cuando ponga mi anillo en tu dedo, quisiera que tu escojas como quieres que sea nuestra unión.

Mis ojos se humedecieron y tuve una gran batalla con ellas para que no se derramaran por mi cara.

—San, quiero compartir mi vida contigo, eso está más que decidido. Será como tenga que ser mientras esté a tu lado. Todo lo demás no me importa.

Me quedé mirándola con adoración y ella estaba acercando sus labios a los míos cuando mi suegra nos interrumpió carraspeando.

—¡Son adorables!—dijo con una sonrisa realmente deslumbrante—Mi hija no ha podido conseguir una mejor compañera.

—Gracias—dije yo sonrojándome visiblemente.

Santana me miró con ternura.

—Ahora, quisiéramos darle un pequeño presente navideño.

Saqué el obsequio de mi bolsillo mientras me levantaba y se lo entregaba en sus manos.

Tanto Santana como ella se quedaron mirándome, ambas igual de sorprendidas.

—¡Oh gracias! Me sorprendes Brittany, la verdad es una tradición que tenemos perdida, pero nunca es tarde para retomarla, gracias.

Mi suegra abrió la pequeña caja y pudo ver los aretes que le había comprado. Sin decir palabras, se levantó de donde estaba y se fue a su habitación visiblemente afectada.

Yo me quedé confundida y casi paralizada sin saber qué hacer.

—San, ¡¡no le gusto mi regalo!!

—No es eso, tranquila. Solo debemos darle tiempo a que se recupere. Es que mi papá siempre le regalaba aretes. Aun los tiene guardado, cada uno de ellos. Ella nunca se recuperó completamente de separarse de él. Cuando falleció fue un día muy gris para mi mamá. Yo tengo la esperanza de que llegue alguien que le robe el corazón. Es una mujer buena que merece ser feliz.

Aun así yo estaba realmente apenada.

—Debí consultarte antes de darle ese regalo.

—No tenías forma de saberlo. Ven, vamos a poner una película, seguramente mi madre regresa en un rato.

Pusimos la primera película y al rato la mamá de Santana se nos unió. Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, dándome las gracias por el regalo.


Fue un día muy agradable con la familia López, una navidad diferente, pero también como todas. Quizás lo que más necesitaban los vampiros era, en el fondo, no perder su humanidad.

—Mamá, quería decirte que mañana vamos de compras. Britt quiere cambiar un poco el departamento. No estoy segura si vamos a requerir hacer alguna obra de trabajo. Te informo porque no he presentado el permiso de construcción, entonces tal vez puedas ayudarme con eso.

—Claro que si hija. Es más, yo pagaré todos los arreglos, será mi regalo de navidad—ofreció mi suegra.

—Esperen, yo solo quiero cambiar unas cosas, no demolerla ni nada por el estilo—les aclaré.

—Haz lo que quieras, es tu casa—me dijo Santana.

—¿Qué te pareció a ti la fiesta?—me preguntó cambiando radicalmente de conversación.

—La verdad es que al inicio estaba un poco fría, pero luego mejoro. Santana los tiene conquistados a todo.

—Tú también. Hablaste con varios humanos que quedaron encantados contigo y los vampiros también. Tú y Santana fueron un éxito anoche.

—La fiesta también estuvo muy bien organizada. La música, la comida, la langosta estaba estupenda, lástima que apenas pude probarlas—les dije.

—¿Te gustó la langosta?—preguntó Santana reamente interesada.

—Sí, mucho, pero apenas me dio tiempo de probarlas.

—Ya se está haciendo hora de comer. Voy a ir a comprártelas y aprovecho para avisar al equipo de la salida de mañana. Me juntaré con ellos a las once y saldremos a las once y treinta, quiero dejarles algunas cosas en claro.

—No es necesario Santana, podemos pedir cualquier cosa.

—Déjala que te consiente. Créeme, uno tiene que dejarse querer—me aconsejó su mamá.

Obedecí a mi suegra y deje ir a Santana.

En realidad se me antojaba mucho la langosta. Nos quedamos ella y yo hablando un rato. Lo primero que hice fue pedirle disculpas por el regalo.

—Yo de verdad lamento lo del regalo, no le consulte a Santana y eso estuvo mal.

—¿Cómo podías saberlo? Además, ya es tiempo que me recupere de eso.

—¿Amaba mucho al papá de Santana?—le pregunté.

—La verdad es que sí, pero lo había perdido mucho antes de su muerte. Me dediqué a mi trabajo; estoy segura que Santana siguió mis estudios sólo para estar conmigo. Él sencillamente continuó con su vida.

—Comprendo…

—Cuando me di cuenta de mi error intenté recuperarlo, pero fue imposible. Lo que nunca me perdonaré es que Santana perdiera a su papá por mi culpa. Si él hubiera continuado conmigo, Santana aun tendría a su padre a su lado.

—No fue su culpa, la decisión fue de él. ¿Qué podía hacer usted con eso?

—Él era realmente de los que se comprometían en una relación. A esa otra mujer él no la dejaría y mucho menos después que quedó embarazada.

—Algunas cosas no se pueden cambiar, no es su culpa y créame que a Santana lo que más la haría feliz, es ver que usted sea feliz.

—Gracias—dijo mirándome con ternura—Me alegro que mi hija encontrara el amor con alguien como tú.


El resto del día transcurrió con tranquilidad.

Santana llegó poco después con la langosta que estaba deliciosa. Mi suegra y mi vampira disfrutaron mucho viéndome luchar con ella para sacarle toda la carne hasta que Santana, con sus dedos, trozó todo lo que era necesario.

Era una de las cosas que extrañaría de ser humana, poder disfrutar del sabor de la comida.


En la tarde regresamos a casa para descansar.

Santana me explicó que para la salida del día siguiente, sería un grupo reducido ya que las personas que se agregarían para cuidarnos tenían libre todavía, al menos, veinticuatro horas, aunque pensábamos ir a Las Vegas, una ciudad llena de vampiros, eso no suponía un problema.

Yo aproveché para llamar a Rachel para invitarla a acompañarnos mañana y ponernos de acuerdo con la hora.

—Hola Rach, ¿Cómo estás?

—Bien, ¿Y tú?

—Muy bien, he pasado un día genial—le dije.

—Me alegro. Yo también, no me canso de recordar las historias de mis padres con B.

—La Señora B se nota que adoraba a tus padres.

—Sí, siempre estuvo pendiente de mí. Es una lástima que no pudiera ser parte de mi vida antes.

—Te llamaba para que acordáramos la hora para ir mañana de compras. Ya sabes, para cambiar mi casa. Quiero darle un toque más mío—le expliqué brevemente lo que quería—Entonces, nos vemos a las once en la zona de entrenamiento. San quiere hacer algo primero y luego nos vamos.

—Nunca me imaginé o mejor dicho, nunca imaginé que tan rápido escuchara algo así de ti. Estas prácticamente casada.

—Estoy feliz amiga, muy feliz.

—Me alegro mucho por ti, de verdad.

—Cuéntame, ¿Cómo te fue con Quinn? Se veían tan bien en la fiesta.

Escuché un leve gruñido de su parte.

—Quinn me confunde. Estábamos tan bien juntas, pensé que incluso pasaríamos la noche juntas. No te voy a negar que estaba deseando que me invitara a ir con ella, pero me dejó en casa de la Señora B y luego se marchó. Desde ese momento no he sabido nada más de ella. Supongo que definitivamente lo único que quería era mi compañía para la fiesta.

—No lo creo Rach, algo debe estar pasando.

—En fin, si no quiere nada conmigo no le voy a dar más vuelta a la cosa. Nos vemos mañana entonces.

Terminé mi conversación con Rachel y me quedé pensando en que era extraño que Quinn desapareciera de esa forma, pero no pude darle más vuelta al tema porque Santana llamó mi atención reclamándome en la cama.




Me desperté buscando a Santana en la cama, pero la encontré en la sala hablando por teléfono.

Me vio llegar y me invitó a sentarme en su regazo, pero le hice señas de que tenía que pasar primero por el baño; realmente era verdad eso de que la naturaleza llama.

No me demoré mucho y enseguida fui a las piernas de mi vampira.

—Entonces todo está bien. Avísame cómo avanza su salud. Si, gracias. Estamos en contacto—dijo finalmente Santana y terminó su llamada.

—¿Con quién hablabas?—le pregunté.

—Es sobre la hija de mi hermano. Te comenté que mi papá tuvo otro hijo—respondió y luego me dio un beso en los labios.

—¿Tiene ya una hija?

—Sí, él murió hace unos años por VIH. Era un hombre bastante promiscuo. Dejó una hija que tristemente cayó en el consumo de drogas. En una de esas reuniones se embarazó y no sabe quién es el papá.

—Es una historia triste—comenté.

—Su mamá es una loca y mi hermano estaba más pendiente de sus conquistas. No es su culpa, prácticamente está sola.

—¿Cómo está ahora?

—Con el embarazo decidió recuperarse e ingresó a un programa que ayuda a estas chicas. Al parecer todo va bien con ella, si sigue por ese camino todo va a salir bien. Además, cuando termine de recuperarse y tener a su bebé, tendrá un trabajo estable para mantenerlo.

—Supongo que eso es gracias a Santana.

Santana sonrió dándome la razón, luego me apretó entre sus brazos.

—Es mi única familia, nunca la he visto personalmente, pero es la hija de mi hermano. Además, todos necesitamos un poco de ayuda de vez en cuando.

—Claro mi amor, realmente aprecio y me enorgullece lo que haces.

Ella sonrió, pero rápidamente cambio su semblante. Al parecer la conversación se tornaría serio.

Se removió incomoda.

—Britt, sé que no hemos hablado de esto, pero es un tema importante a considerar.

—¿A qué te refieres?

—Tú sabes que no se pueden criar hijos en la fortaleza. Al menos por ahora la ley lo dispone de esa forma. Yo hasta hace un tiempo incluso lo compartía, no estoy segura que un niño pueda criarse bien en estas condiciones… en esta vida.

—¿Qué te hace ahora pensar diferente?

—En parte es por ti. Tener un hijo contigo me hace ilusión. Bueno, genéticamente no sería mío, pero para mí sería mi hijo. Lo he venido pensando desde hace tiempo. Fíjate en lo siguiente, a Rachel la criaron sus abuelos, hicieron un buen trabajo, pero mira a la hija de mi hermano. He sufrido mucho viéndola crecer sola y como su vida se hace cada vez más difícil y yo solo puedo poner mi dinero para ayudarla, y no dándole un consejo o sencillamente haciéndole compañía.

—¿Por qué no la reclamas?

—En estos momentos no se puede, es drogadicta. Tendría que mejorar y demostrar que puede ser un buen miembro de la sociedad. Sería peor que se pasara al bando de los malos y ellos seguramente se aprovecharían de su debilidad. Ahora, además, tiene un hijo; yo sólo espero que se recupere para que pueda criarlo bien.

—Sabes que, aun, criando a tu propio hijo, él puede terminar convirtiéndose en una mala persona y sería muy difícil que aceptaras que merece un castigo. Podría ser complicado también.

—Es verdad, pero tendría más posibilidades de ser una buena persona. No siempre tendrá a unos abuelos para que los cuiden. Además, ayudará a nuestra sociedad. Algunas parejas de donantes nunca pasan a más porque la humana o el humano deciden tener hijos. Dime, ¿Tú podrías tener un hijo y luego separarte de él voluntariamente?

—Es una pregunta difícil San. Si yo fuera toxica para él y supiera que está mejor sin mí. El ser vampiro no significa precisamente eso—le respondí.

—¿Qué pasa si es peligroso para él?

—Lamentablemente en esta sociedad, y no digo la de vampiros, si no la de humanos, siempre corres riesgo. ¿No ves cómo los hijos de millonarios siempre tienen guardaespaldas? Es difícil, no puedo darte una opinión así como así. Ahora, yo no estoy segura que pueda vivir sin mi hijo, más si supiera que no está en buenas manos.

—Britt, nos desviamos un poco de mi pregunta, así que voy a ser más directa, ¿Quieres tener hijos?

No tenía mucho que pensar.

—Me gustaría tener hijos San, pero si eso significa tener que decidir entre él y tú, entonces no lo tendré. Nunca he tenido uno y no se extraña lo que no se ha tenido, al menos eso pienso yo—le sonreí—Ya lo decidí y antes que lo preguntes… sí, estoy segura.

—Cuando pasen los años puedes pensar diferente y no quiero que me odies por eso.

—Sanny, no existe forma de saber qué vas a pensar en el futuro. No voy a tener un hijo para criarlo lejos de mí y tampoco me voy a alejar de ti. Entiéndelo, no tengo mucho que decidir, te amo y eso es algo que no va a cambiar con el tiempo.

—Está bien amor—dijo sonriendo—Vamos a desayunar, hoy tenemos cosas que hacer. Vamos a remodelar nuestra casa y eso es algo que tenemos que disfrutar.

Comenzamos a comer y yo trate de cambiar el tema, quería realmente disfrutar el día y ese tema era algo en el que no quería pensar.

No tenía nada que pensar.

Alejarme de mi vampira no era una opción y tener un hijo para no estar con él tampoco.

Entonces elegía lo que tengo.

Algunas veces no se puede tener todo lo que se quiere en la vida.





A las 10:45 a.m. ya estábamos listas y nos dispusimos a ir al centro de entrenamiento donde Santana se encontraría con el equipo y yo con Rachel que solía llegar tarde por eso en lugar de decirle a las 11:30 a.m. le dije que llegara media hora antes, con suerte llegaría a tiempo y no tendría que hacer esperar a Santana.

Cuando llegamos, estaban ya reunidos los chicos que quedaban; al día siguiente se unirían tres más al grupo.

Saludé a todos manteniéndome siempre al lado de Santana.

—Buenos días señores—inició Santana de inmediato y con voz firme—Gracias por estar aquí. Los tiempos son cada vez más difíciles, el enemigo nos ataca con fuerza y en mi caso, donde más me duele. Yo quisiera decirles que van a mejorar, pero la realidad es que se van a poner más intensas. Si alguno de ustedes no quiere seguir en esta misión es libre de marcharse ahora. No habrá represalias para nadie que lo haga.

Todo se quedaron en silencio, firmes y mirando fijamente a Santana.

Esperó un poco de tiempo antes de proseguir, seguramente dejándolos pensar en su repuesta.

Cuando el silencio continuó, Santana prosiguió con su discurso.

—Veo que todos quieren seguir, gracias señores. Mañana se nos unirán tres personas más al equipo con lo que vamos a reforzar nuestras fuerzas. La seguridad de Rachel y Brittany no me la tomo a la ligera, no es un secreto para nadie lo que significa su seguridad para mí—dijo tomando mi mano.

—Lo tenemos claro—intervino Kitty.

—Todos recibirán a final de este mes un bono por su trabajo.

Todos los celebraron, pero rápidamente regresaron a su formación. Santana estaba en su faceta de general así que debían mantenerse firme.

—Es muy importante que todos sigan los lineamientos y no hablen con nadie sobre los planes o salidas que se definan. La confidencialidad de la información debe ser total. También es muy importante la obediencia, son soldados y deben cumplir las órdenes, no voy a tolerar ningún error.

Santana hizo seña a dos soldados que estaban cerca, ellos a su vez también avisaron a otros soldados que en ese momento no podía ver.

Cuando aparecieron traían entre sus manos a una persona que a duras penas podía mantenerse en pie. Me quedé muy sorprendida cuando me di cuenta que esa persona era Quinn.

Se detuvieron cerca de nosotras.

—Como saben, Quinn desobedeció una orden y fue castigada con prisión por 48 horas sin ningún contacto y 72 sin comida. Fui benevolente porque luego cumplió con lo que se le había ordenado, pero la próxima vez no seré tan considerada—dijo Santana seriamente.

Los soldados soltaron a Quinn que casi no podía mantenerse en pie.

Estaba demacrada y su piel estaba demasiado blanca, casi traslucida.

Quizás 72 horas no hubieran sido tan duras, pero considerando que comió muy poco durante los días que estuvimos en casa de mis padres, el impacto debió ser mayor.

—Quinn, puedes alimentarte, mañana debes estar lista para la misión—ordenó Santana.

—Si mi general—respondió Quinn con voz débil y rasposa.

Cuando Quinn trató de alejarse dio un tras pie y cayó al suelo. Ninguno de los soldados se movió a ayudarla. Yo intenté acercarme a ella, pero Santana me sostuvo la mano con fuerza para que no me moviera; supongo que como pareja del general y debía ser fuerte.

En ese momento estaba llegando Rachel y en cuanto vio a Quinn tratando de levantarse, se acercó a ella rápidamente para ayudarla.

—¡¡Quinn!! ¡¿Qué te pasó?!—le preguntó Rachel en cuanto se acercó y la sostuvo ayudándola a levantarse.

—Tranquila, puedo levantarme sola—le respondió Quinn aun con una rodilla en el piso.

—Puedes, pero yo quiero ayudarte.

Rachel no espero respuesta, enseguida la tomó por un brazo y la ayudó a levantarse.

—¿Qué te paso? ¿Te atacaron?—le preguntó Rachel.

—No, ella estaba cumpliendo un castigo por desobedecer órdenes—respondió Santana.

—No me digas que le hiciste esto por lo que paso en casa de mis abuelos.

Santana la miró con frialdad.

—Es un soldado. Su trabajo es salvar vidas, no ponerlas en peligro.

—Está bien Rachel, no intervengas en esto. Santana tiene razón. Al menos déjame cumplir mi castigo sin avergonzarme.

Rachel la miró a los ojos y no dijo nada más.

Se marchó con ella dándole apoyo para que pudiera sostenerse en pie. Antes de salir, Rachel se giró y con un gesto me pidió que me acercara.

Así lo hice.

—¿Estas bien Quinn?—le pregunté en cuanto me acerqué.

Ella asintió.

—Estoy bien, no te preocupes.

—Britt, voy a llevar a Quinn a su casa para que se alimente, me quedaré con ella—de pronto su rostro se tornó duro—Deberías hablar con tu novia, ella está loca.

—Rach, Santana solo hace su trabajo y las mantiene viva, entiéndanlo—intervino Quinn.

—Quédate con Quinn y cuídala—le pedí a mi amiga.

Yo no sabía que pensar.

No me gustaba que Santana le hiciera eso a Quinn, me parecía un abuso de poder, pero al parecer para ellos era normal.

Regresé hasta donde estaba Santana, necesitaba hablar con ella sobre el tema ahora mismo.

—San, tenemos que hablar—le susurré con firmeza.

—Cuando regresemos—dijo también a baja voz.

—No iré a ningún lado hasta que no hablemos.

Santana me meró fijamente estudiando mi determinación; se pensó la situación, pudo ver en mi rostro que no me movería hasta que no habláramos.

Volvió su atención al grupo frente a ella.

—Señores, pueden retirarse. Nos vemos en el estacionamiento en diez minutos—les anunció.

Yo esperé a que todos se marcharan. Santana activó el mute del dispositivo que no permitía a los demás escucharnos.

—San, explícame que has hecho con Quinn. Esto es una locura, no puedes hacer algo como eso a una persona.

Ella se mantuvo firme.

—Quinn es un soldado no un civil y lo que le hice no es nada comparado con lo que se merecía. Yo solo trato de mantenerlas con vida.

—No puedo entender que mantenernos a salvo implique tener a alguien detenida y sin comer.

—Quinn me solicitó una detención corta para no alejarse mucho tiempo de Rachel y la única manera de hacer que eso sea una lección para un vampiro es restringiéndole la alimentación. Los humanos también lo hacen en el ejército, detenciones, bajas y demás. Soy un general y tienes que aprender a vivir con eso. No me voy a sentir mal por hacer mi trabajo.

Santana me dio la espalda.

Estaba rígida, en un vampiro eso te puede convertir incluso en una estatua.

Ese era su trabajo, ella era respetada por eso, incluso Quinn parecía estar de su parte. Sin embargo, para mí aquello no era correcto.

Aunque si lo pensaba un poco, yo era un civil y ella un general, ¿Qué haría yo si ella me reclamara por hacer mi trabajo?

Me acerqué a ella y la abracé por detrás.

—San, no mezclemos nuestra vida de pareja con trabajo. Yo te apoyaré siempre y espero que tú hagas lo mismo con mi trabajo y decisiones llegado el momento.

Ella permaneció en silencio, continúe:

—Ahora por favor, vamos a decorar nuestra casa.

Se giró, me metió en sus brazos y me besó.

—Por un momento pensé que saldrías corriendo—me dijo besando mi cabeza.

—Si estas esperando por eso, mejor siéntate porque aunque seas un vampiro, te juro que te vas a cansar.

Ella soltó una carcajada y luego me besó.

Nos fuimos tomadas de la mano hasta al estacionamiento donde ya los chicos tenían preparados los dos autos en los que saldríamos.

Justo estábamos por subir cuando se acercó un soldado.

—Mi general, tienen un caso con el civil Finn en el que el señor Mark requiere su presencia.

—Finn es un miembro antiguo que está luchando por una causa justo—me explicó Santana—Es extraño que Mark me llame para esto, pero no quiero desaprovechar la oportunidad de dar mi opinión.

—Mi amor, si lo consideras tan importante para posponer esto, por mi está bien—le dije.

—Mi Britt-Britt, quiero que vayas y compres todo lo que consideres necesario. Si tienes duda con algo cómpralo todo y luego decidimos. No te preocupes por los gastos. Yo apenas termine te alcanzaré. Estas sesiones tienen un tiempo máximo de una hora cuando participa un civil, es solo que es un tema muy sensible y de verdad quiero dar mi aporte. Cuando te cuente de qué se trata, me entenderás.

—Te entiendo, solo no demores mi amor, te espero, mientras tanto iré comprando.

—Gracias Britt.

Santana me dio un beso y se marchó a la junta.

Kitty se acercó a mí.

—¿Nos dirigimos al centro de Las Vegas como estaba programado?—me preguntó.

—Sí, continuemos con el plan.

Kelly que estaba cerca, escuchó la conversación y se nos acercó.

—Brittany, sé de una ciudad comercial que no está en el centro, pero está dedicada totalmente a construcción, decoración y hogar. Son muchas tiendas con el mismo objetivo, seguramente encentraras todo lo que necesitas—me dijo Kelly.

—No creo que sea buena idea cambiar el plan que teníamos—intervino Kitty.

—Mira los detalles en internet—pidió Kelly dándome su teléfono inteligente.

Yo detallé la página web y efectivamente, tenía todas las tiendas que quería visitar y más. Sin embargo, tenía mis reservas con respecto al cambio de planes.

—Queda media hora más lejos de donde programamos ir. Si vamos lentamente, cuando lleguemos ya Santana estaría saliendo de la reunión. Yo le pasaría la ruta más rápida, cuando mucho solo habrás mirado solo unos cuarenta y cinco minutos sin ella—sugirió Kelly.

—Está bien, me convenciste. Iremos allá—dije.

—De acuerdo—dijo Kelly satisfecha—Sube conmigo y Bodu al primer auto, yo los guiare. Kitty, síguenos de cerca, tomaremos una ruta un poco más larga, pero igual te daré las coordenadas del centro comercial para que las tengas en tu móvil.

—Yo debería ir en el mismo auto que ella—contradijo Kitty.

—Eres la más preparada por sobre todos los demás, sería más seguro mantenerte en el auto de contingencia como lo planificó Santana; solo cambiaremos la ruta, pero no el plan, ¿Te parece?

Kitty no estaba muy convencida.

—Está bien Kelly, mándale un mensaje a Santana con el cambio y vámonos.

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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"

Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D

Capitulo 15

Me dirigía al salón donde me esperaba Mark con Finn.

Aun me sentía culpable por dejar ir a Brittany sola; a pesar que estarían en el centro de Las Vegas, no me sentía tranquila. Además solo era comprar cosas para nuestra casa, un tema importante en el que deseaba participar desde hacía tiempo y ahora que estaba con mi estrella, me parecía más importante aún.

Estas reuniones solo duraban una hora, y esperaba que hoy fuera así también.

Al entrar, encontré a Mark y Finn sentados alrededor de una mesa. Me senté en la única silla que quedaba vacía. Aparte de ellos, estaba la secretaria, quien tomaba nota de las reuniones y activaba el contador de tiempo.

—Apaguen sus teléfonos celulares, el tiempo inicia ahora—anunció la secretaria.

Así lo hicimos.

—Santana, te he invitado a esta reunión porque esta es la tercera vez que Finn solicita llevar este tema al Consejo y considera que no soy acto para evaluarlo, pues, según sus palabras, tengo una mente muy cerrada para estudiar el tema—informó Mark. Su voz era realmente intimidante.

—Gracias por la invitación—respondí con calma—Considero que si Finn solicita de nuevo la reunión, al ser el cuarto intento, deberían estar presentes tres miembros más del Consejo. Sin embargo, debo decir que es un tema que me interesa y trataré de ser imparcial.

—Finn por favor, indícanos el motivo de tu solicitud de esta reunión—pidió Mark.

El hombre hizo una leve reverencia con la cabeza antes de hablar.

—Quiero solicitar que a los vampiros se nos permita unirnos a parejas con hijo.

—Eso lo puedes hacer—le cortó Mark de inmediato.

—Permíteme terminar—pidió Finn, con algo de resistencia Mark lo permitió—Con hijos pequeños. Que nos permitan criarlos como nuestros. También descendientes nuestros que estén solos, sin nadie que pueda cuidar de ellos. Tenemos más posibilidades que podamos inculcarles valores y a que sean parte de nuestra sociedad. Hacer eso iría disminuyendo las tropas de los Sin Alma.

—¿Cómo podrían estar seguros esos niños de los Sinal?—le preguntó Mark.

—Tenemos creados los planes de un complejo muy cercano, donde podrían vivir las familias en esa condición y tendrían acceso a la fortaleza. Además, contarían con una seguridad muy fuerte pagada por sus miembros.

—¿Tenemos? ¿Quieres decir que no solo tú está detrás de esta petición?—le pregunté.

Él puso su atención en mí.

—No, somos diez vampiros y sus donantes quienes hacemos esta solicitud. Haría un total de veinte personas. No hemos solicitado a nadie más que se nos unan porque no queremos mostrar los planos por seguridad, pero estoy seguro que se nos unirían más.

—Mark, con veinte personas involucradas podían solicitar una reunión mayor, tal vez no el Consejo, pero si pasar a la revisión por tres de sus miembros, no deberíamos estar aquí—le dije.

—De esas veinte personas, diez son donantes, ósea humanos, y eso no cuentan en los votos.

—Si los donantes tienen más de un año con su vampiro por supuesto que cuentan. Ya pasaron su tiempo de vigilancia, sencillamente no se han convertido por decisión de la pareja—le argumenté.

—Todos tienen más de un año, pero no se han convertido porque desean tener hijos. Esta es justo la razón de nuestra lucha.

—Ellos hablan de planos, de proyectos, algo que nunca he visto por más que lo he solicitado—intervino Mark.

—Hasta no tener una reunión con más miembros del Consejo no los mostraremos—se defendió Finn.

—Está bien, comprendo. Tengo una pregunta más—Finn asintió incitándome a formularla—¿Qué pasará cuando los niños sean adolecentes? Ustedes saben que no son fáciles de controlar, ¿Qué pasará entonces? Se convertirán en un arma contra nosotros y contra ellos mismos—dije actuando un poco abogado del diablo.

—Tendremos que lidiar con eso. Solo que así seremos parte de su crecimiento, no como ahora, que están por su cuenta en la calle solo porque esos niños o ya son nuestros descendientes o lo serán al ser hijos de un donante que pronto será vampiro.

—¡Por favor! Son veintiún años cuidando niños y gastando recursos sin necesidad—habló Mark con impaciencia—Porque eso si lo tienen claro, sin son convertidos antes de que su cuerpo esté maduro, no soportaran el cambio. Estamos dejando demasiadas elecciones en los donantes. Que si quieren tener hijos, que si no quieren, ¡¡por favor!!

—Mark, los donantes son personas y tienen derechos, no podemos venir y quitárselos porque queremos. Esas son las reglas de su sociedad y la nuestra. Finn tiene razón en algo, estamos dejando que la responsabilidad de la crianza de nuestros descendientes quede en manos de un tercero al que no conocemos. Quizás sea hora de mirar este tema con más detenimiento aunque podamos concluir de nuevo lo mismo, que todo quede como estamos, pero considero que es un tema que debemos revisar—opiné.

—Quedan diez minutos de reunión—anunció la secretaria.

—Lo bueno aquí Santana, es que aún no eres parte del Consejo y tu opinión no es relevante—dijo Mark con cierto tono de satisfacción.

—¿Entonces para qué me invitaste? ¿Para hacernos perder el tiempo a Finn y a mí?

—Realmente pensé que eras más inteligente—dijo Mark.

En ese momento se abrieron las puertas de la sala de reunión.

Me pareció extraño porque normalmente estas juntas no eran interrumpidas, cualquier eventualidad tenía que esperar hasta el final de las mismas, debía ser algo serio.

Mi mamá entró seguida de sus guardaespaldas con rostro de preocupación.

—Disculpen la interrupción señores, pero es algo importante. Les pido programar otra fecha si lo ven necesario por la diferencia de horario—dijo mi mamá refiriéndose a Mark y Finn.

Ambos tomaron sus cosas y se marcharon de la sala sin decir una palabra.

—¿Qué pasa Primer Ministro?—pregunté ya muy preocupada.

—Recibimos una señal de alarma del grupo de seguridad de Brittany en las afuera de las Vegas y no logramos comunicarnos con ellos.

Tomé mi celular y lo encendí inmediatamente. Encontré varias alarmas del grupo.

Mi piel se erizó.

—¡¡¿Por qué no me avisaron antes?!!—reclamé sin poder contenerme.

—Las alarmas acaban de activarse. Además, llamamos para corroborar, pero nadie contesta al llamado.

—Tengo que ir a donde se generaron las señales y activar el localizador de Brittany—dije precipitándome hacia la puerta.

—¡¡Espera Santana!!—me detuve ante la voz de mi mamá—Esto puede ser una trampa,—me advirtió—Acabo de enviar un grupo de revisión a la escena, debes esperar aquí hasta que se reporten.

—Eso no va a pasar mamá—dije e intente salir, pero los guardias obstruyeron la salida.

Me giré y la miré realmente enojada

—Sé que puedes con los guardias y no quisiera tener que llamar a nadie más para detenerte, pero si continuas con ese plan lo haré—dijo con calma.

—Si te capturan, Brittany está perdida. La mantendrán viva hasta que tengan algo que les interese más.

Me quede pensando en sus palabra, mi mamá tenía razón.

Ellos me querían a mí, Brittany solo era el camino, esa era la manera en que actuaban, no tenían alma.

Sin embargo, no podía quedarme tranquila, sentía que no podía respirar. En todos mis años en el ejército, en todas mis misiones, nunca me había sentido así.

Sencillamente no podía concebir la vida sin mí estrella.

Mi mamá pareció darse cuenta de mis reflexiones porque, con calma, me invitó a ir a su oficina y hasta ahí me llevó.

Dejamos a los guardaespaldas afuera.

—Ven hija, desahógate conmigo.

Desde el día que perdí a mi papá no había llorado en los brazos de mi mamá, pero me negaba a perder a Brittany, no por esos bastardos Sinal. Ahora ellos verían con quien se habían metido.

—¿Estas más calmada, Tana?—me pregunto mi mamá.

Yo aún estaba hundida en su abrazo.

—Sí—le respondí ahogadamente.

Permanecimos abrazadas un minuto más.

Toda la situación volvía a mi mente y la impotencia se adueñó de mí, pero comprendí que debía mantenerme fuerte y objetiva por Brittany.

—Gracias por controlarme—dije deshaciendo su abrazo y me levanté del sofá—Ahora necesito ocuparme de la situación. Tendré mente fría, pero entiende mamá, no puedo estar fuera de esto.

—Tana, sabes lo importante que eres para nuestra sociedad.

—No le serviré de nada a la sociedad si no tengo a Brittany conmigo. Sin ella no tengo vida mamá.
—Vamos a salir de esto Tana. Ahora voy a cambiarme la camisa, la manchaste con tus lágrimas y no es momento de mostrar debilidad.

—Totalmente de acuerdo mamá. Los Sinal no saben con quién están jugando. Voy a cobrarles caro que arruinaran nuestra día de compra. Por favor, que traigan mi traje de combate y todo mi armamento.

Cuando mi mamá se fue yo sentía que me hundía, toda mi fuerza estaba con Brittany, pero ella necesitaba de mi fuera ahora.

No dejaba de pensar en que todo era mi culpa, que ella debería estar con sus padres disfrutando de la navidad ajena a todo este mundo tan cruel.

Yo sentía que no podía tener vida sin ella y era la verdad, sin Brittany no soy nada.

Yo sabía que dependía de Brittany para vivir, pero no sabía hasta qué punto hasta hoy.

Me la imaginaba lastimada, golpeada o tan solo con un cabello fuera de su lugar y podría matar a sangre fría sin dudarlo a vampiros o humanos.


Mi mamá volvió y los guardias trajeron mi ropa.

Me cambie aún perdida en mis pensamientos. Ella tampoco me hablaba, supongo que esperaba que yo me recuperara al menos un poco.

Como siempre tenía razón, por algo era el Primer Ministro; Brittany me necesitaba y yo iba a rescatarla costara lo que me costara.

—Mamá, quiero que me prometas algo—ella me miró con atención—Si muero quiero que conviertas a Brittany si así lo desea y que reciba lo que le corresponde.

—Eso no va a pasar, pero si te deja más tranquila, te lo prometo y quiero que sepas que Brittany ya tiene mi permiso para convertirse. Lo dejaré asentado ahora mismo. Ahora promete tu algo.

Fue mi turno de prestarle atención.

—¿Qué mamá?

—Que usaras siempre la cabeza. Eso hija, te mantendrá con vida a ti y a tu chica.

—Te lo prometo—le dije.

—Muy bien—dijo satisfecha—Está aquí el grupo de estrategia, ya tenemos los reportes de la investigación.

Tomé asiento, necesitaba hacerlo, la desesperación corría con furia por mis venas.

Segundos después entraron Quinn, Rachel y la Señora B. Rápidamente se me acercaron para darme apoyo y consuelo por lo ocurrido y además, que estaban dispuestas a hacer lo que fuera por ayudar.

—Gracias por venir—dijo mi mamá—Santana, será la persona a cargo de la misión y ustedes, junto conmigo, trabajaran con ella.

—Eso no es lo usual—acotó la Señora B.

—No lo es, pero creo que es lo mejor para Brittany.

B guardó silenció unos segundos.

—Está bien Primer Ministro.

—Van a seguir mis órdenes sin dudar, sin preguntar y sin cuestionar. Si están de acuerdo con eso, perfecto; si no lo están, pueden marcharse ahora—les dije.

Todas guardaron silencio aceptando mi voz de mando.

Ahora era momento de recibir el reporte de la investigación. Mi mamá encendió una pantalla y apareció en el ella el mismo Arite.

—¿Nuestro jefe de sistema?—pregunté extrañaba, él era muy valioso para la misión.

—El mismo se ofreció, estaba dispuesto a renunciar—dijo mi mamá.

—Cuéntame Arite ¿Qué has encontrado?—le pregunté.

—Definitivamente está confirmado, fueron atacados. Bloquearon el auto escolta y otro al que iba adelante. Sin embargo, no parece que fuera muy brusca la detención del primer auto, algo me dice que el conductor esperaba que esto ocurriera.

—¿Puedes saber quien conducía el primer auto?—preguntó Quinn.

—Necesito más tiempo para contactar con el satélite, buscar alguna cámara en el trayecto. La diferencia es muy poca entre un auto y otro, pero creo que no podemos descartar saber quién era el conductor.

—¿Cuánto tiempo Arite?

—Tal vez unas cuatro horas Santana.

—Tienes dos horas para hacerlo.

Arite asintió.

—Continúa por favor—le pidió mi mamá.

—No hemos encontrado a nadie vivo, tenemos sangre de todos los vampiros. Sin embargo, el cuerpo de Kitty y Kelly no están, pudieron llevárselas o las mataron en otro lugar. Estamos barriendo la zona para encontrarlas.

—¿Qué me dices de Brittany? ¿Tenemos sangre de ella?—preguntó B.

Mi corazón no quería conocer esa respuesta.

—Si tenemos—respondió Arite con seriedad.

Yo estaba a punto de explotar en millones de fragmentos.

No sé cómo pude mantenerme firme al escuchar aquello, pero no podía ser verdad, ella tenía que estar viva.

—Aunque es en muy poca cantidad, por lo que sí está herida, no es algo grave.

—Arite, activa el dispositivo de rastreo—le ordené.

—Ya lo hice. Sé que el tiempo es importante ahora y no quise esperar a tu orden. Solo fue hace unos diez minutos, no quería que lo detectaran.

—¿Dónde está?—pregunté con el alma en vilo.

—Lo encontramos a un kilómetro de dónde los atacaron. Le quitaron el collar y lo tiraron por la ventana. Sé que piensas que todo es complicado en este momento, pero nos da un dato de las posibles rutas que tomaron con ella y voy revisar esto apenas regrese a la base.

—Gracias por tu ayuda Arite—le dije.

—A su orden General. Apenas tenga algo, se lo reportaré.

Mi mamá cerró la comunicación y nos quedamos en silencio durante un minuto.

—Supongo que tendremos que esperar a que se pongan en contactod—dijo la Señora B.

—Tal vez no, puedo llamar al celular de Britt—dije.

—Eso no es una buena idea—observó Quinn.

—Estoy de acuerdo con ella—la apoyó B.

—Creo que están muy pasivos con esto—hablé.

Mi mente iba a mil.

—Si no fuera por la situación que se presentó con Quinn, Rachel estaría con ella ahora—reflexionó B—Y eso es algo que no me haría muy feliz, por eso te comprendo y estoy contigo Santana, pero tenemos que esperar que se comuniquen.

Yo me levanté, no lo soportaba más.

No estaba haciendo nada, esperar no solía sr una opción para mí, pero no sabía dónde estaba Brittany, y eso me tenía atada de manos.

—Está bien, trabajemos en el grupo de rescate. Quiero que traigan a los tres soldados que entrevisté y se unirían a nosotros mañana. Se tienen que presentar ahora mismo—dije.

—Yo me encargo de eso—dijo mi mamá tomando su teléfono y se apartó un poco de nosotras.

—Quinn, Señora B, ustedes son de mi entera confianza, así que irán conmigo.

—Santana, yo quiero ir contigo—intervino Rachel—Creo que Quinn debe recuperarse un poco más, aún está—argumentó.

—Aún no estás entrenada—dije con frialdad, tengo que admitir, pero debía ser objetiva y con Brittany me costaba serlo—Pero debo decirte que apenas considere que nos serás útil, te utilizaré. Formas parte de esta misión. En cuanto a Quinn, tienes razón. Si ella no quiere participar, lo aceptaré.

—¡Yo puedo participar!—dijo Quinn sin dudar.

Rachel la miró sin poder creerlo.

Intentó persuadirla, pero Quinn no dio marcha atrás.


Pasaron veinte minutos y nadie se ponía en contacto con nosotros.

Yo no sabía qué hacer, no paraba de caminar de un lado a otro. Revisé mis armas, me alimenté, necesitaba estar fuerte para la lucha.

Afortunadamente, poco después, llegaron los otros tres soldados.

Dos hombres y una mujer.

—Gracias por venir antes de lo pautado, pero son necesarios para una misión—les informe de inmediato.

—Lo que ordene general.

—Muy bien porque es una misión contra los Sinal que es vital ganar.

Les informé todo.

Detalles del secuestro, que teníamos un traidor en nuestras filas y pedí capturarlo vivo de ser posible, pero no me interesaba tener prisioneros, solo traer a Brittany con vida a casa.

Mi mamá complementó la información.

En especial hizo referencias a mi futura posición política y la posibilidad de tener un infiltrado también en el Consejo.

La pena de traición seria la muerte.

Me sentía como una idiota preparando mis tropas para un ataque cuando no tenía ninguna señal de Brittany, ni siquiera podía estar segura de que estuviera viva.

En ese momento recibimos una video llamada de Arite.

—Primer Ministro, tenemos un mensaje encriptado para Santana.

—Trasmítelo.

Lo que nos paso fue un par de líneas.

“Tenemos a la princesa. Aún está viva y se mantendrá así mientras hagan lo que pedimos. Ya deben imaginar queremos un intercambio, les daremos más detalles en una hora”.

—¿Puedes rastrear el mensaje?—pregunté.

—Lo intentare, pero es difícil. Quien lo envió sabe bien lo que hace.

—Arite, ¿Estas monitoreando las líneas internas y buscando cualquier mensaje sospechoso?—le preguntó mi mamá.

—Si Señora, nada sospechoso todavía.

—El conductor, ¿Tienes algo sobre eso?

—No Santana, pero estoy cerca de tenerlo. Conseguí varias fotos de las cámaras de seguridad por donde pasaban. Están borrosas, pero definitivamente el conductor tiene algo que ver porque no quería ser visto. Estoy próximo a tener una imagen más nítida.

—Bien Arite, mantennos informados.

La llamada terminó y nos quedamos de nuevo en blanco.

Me estaba desesperando esta situación y cada vez era menos capaz de pensar con claridad; sin ella estaba en blanco y sentía que no era capaz de volver a ponerle color a mi vida.

Mi teléfono vibró mi bolsillo.

Me aparté del grupo para atender y me sorprendí al ver el nombre de la persona que me estaba llamando.

De inmediato activé el mute y contesté.

—Santana, tienes que venir a donde estoy, ahora mismo.

—Suenas mal. ¿Qué pasó?

—Estoy bien, pero debes venir pronto. Trae respaldo y no confíes en nadie. Te enviaré mis coordenadas.

La llamada se cortó, estaba tratando de que no fuera rastreada, pero envió las coordenada tal como me había dicho.

Esto podía ser sin duda una trampa, pero me pidió que no fuera sola y se escuchaba muy mal herida. Tenía que arriesgarme y la verdad es que me costaba desconfiar de ella.

—¡Equipo! ¡Prepárense para salir!—ordené—Vamos a seguir una pista. Nadie hable con nadie a partir de ahora.

—Santana, ¿Estás segura de lo que vas a hacer?—preguntó mi mamá.

—No totalmente, pero me llevo a todo el equipo como protección—mi sangre bullía—Rachel, ve por bolsas de sangre y Quinn, dale un arma, va con nosotros, pero deberá regresar al complejo posiblemente sola—advertí.

—No estoy segura que debamos ponerla en riesgo—opinó Quinn.

—Nos aseguraremos de que no lo esté, pero la necesitamos—respondí sin dudar.

—Lleva a uno de mis guardaespaldas para que regrese con ella—dijo mi mamá.

—De acuerdo. Vamos, ya que no tenemos tiempo que perder.


Abordamos los autos lo más rápido que pudimos.

No le di la dirección a nadie, solo pedí que me siguieran. Tomamos la autopista y luego nos desviamos por un camino que daba al bosque donde encontramos un auto abandonado a la orilla de la carretera.

—Bajen todos debemos seguir a pie—ordené por radio—Colóquense en formación. Rachel estará en el centro, es la principal en mantener con vida aquí. Estén alertas soldados, podemos ser atacados en cualquier momento.

Bajamos de los autos y se siguió mis órdenes al pie de la letra.

Avanzamos entre la maleza y llegamos a una zona boscosa que a simple vista parecía desierta o más bien, con los elementos de la naturaleza que correspondían a esa zona, arboles, flores.

Si alguien estaba aquí, estaba muy preocupado de no ser encontrado.

—¡¡Estoy aquí!!—anuncié en voz alta.

Entonces pude ver que entre unos troncos y hojas secas algo se movió.

Todos nos pusimos en guardia y avanzamos hasta el lugar donde a varios metros y después de varios movimientos, pude ver la cara de quien me había llamado.








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—Señor, la princesa está volviendo en sí—escuché a lo lejos.

—Ya era hora—dijo una voz ronca y desfigurada.

Abrí los ojos lentamente, la cabeza me dolía mucho, como si fuera a estallar. Poco después mis ojos se ajustaron a la luz artificial. Las ventanas parecían estar cerradas del todo.

Estaba en lo que parecía una cabaña. Afiné más mi sentidos y me di cuenta que estaba atada a una silla.

Me había secuestrado.

—Humanos, como siempre tan débiles. Con un simple golpe, lo mandas a dormir—dijo aquella voz haciendo reír al resto.

Enfoqué de nuevo mi vista y pude distinguir a varios vampiros que había visto en la fortaleza.

Luego reconocí a Mark, del Consejo y a la chica humana que estaba en la fiesta que continuaba, si era posible, aún más débil que antes, pero, por lo que podía ver, era una donante que lo apoyaba totalmente.

—Conveniente que finalmente despertaras; necesitamos enviar un mensaje a la idiota de tu novia. Nuestra sociedad nunca va a avanzar si confiamos en personas tan ilusas como ella—me dijo.

—Santana es una persona justa y honesta—respondí.

Soltó una carcajada.

—Ella es solo una tonta que no acepta que somos superiores y que este mundo nos pertenece.

En ese momento alguien entro al salón, me quedé sorprendida cuando vi su rostro.

—Veo que ya despertó nuestra invitada tío.

—Kelly, ¡¡¿Cómo pudiste traicionarnos?!!—le escupí tratando de desatarme.

Quería hacerla pagar por aquella traición.

Me miraron como la cosa más insignificante del mundo.

—Era un asco para mí tener que cuidar a un par de humanas que solo deberían existir para alimentarnos—me dijo con asco.

—¿Encontraron Kitty?—preguntó Mark.

—No, la muy perra se nos escapó, pero está muy mal herida, así que no va a durar mucho viva.

—No me gusta dejar cabos sueltos y a nuestros socios tampoco. Tienen que encontrar su cuerpo y estar seguros de que está muerta, ¿Está claro?

—Si tío, apenas grabemos el mensaje voy a cumplir tu orden—respondió Kelly intimidada por Mark.

—Muy bien muchachita, ahora vamos a activar la grabadora y vas a decirle a la idiota de tu novia que te salve, ¿De acuerdo?

—No—dije.

—¿No? ¿Estás diciendo que no?—me habló Kelly acercándose a mi.

—¿Realmente creen que voy a poner a Santana en peligro cuando estoy segura que igual me van a matar? Si no fuera así no me dejarían ver sus caras. No pienso enviarle ningún mensaje.

Apenas terminé Kelly me dio un golpe en la cara que me arrojo al suelo con silla y todo. Sentí un fuerte golpe en el hombro cuando caí.

—Puedes morir rápido o lento. Como lo tengo planeado, vas a rogar que te conceda la muerte—me dijo inclinándose a donde estaba en el suelo.

—Soy humana, como muera siempre lo consideraré lento y doloroso.

Se alejó de mí y esta vez me dio una patada directo al estómago que me dejo sin aire.

Mientras me esforzaba por respirar alguien levantaba la silla.

—No comprendo cómo Santana se fijó en ti. Eres tan débil, apenas te he tocado y mira cómo te derrumbas.

Sonreí como pude y la miré.

—Será porque no le gustan las zorras, prefiere tener a su lado una persona buena sin importar si es vampiro o humano. Esa es la diferencia entre ella y ustedes. Santana es una persona honesta, con ideales y ustedes son una basura. Unos sin almas, van a ser ustedes quienes deseen morir cuando ella los encuentre.

—Muy bien muchacha. Ahora si tengo una grabación que enviar, solo necesitaba unas líneas tuyas y me las has dado. Lástima que no lloraste, pero será suficiente para hacer venir a la tonta de tu novia.

Varios que estaban en la sala rieron.

Entonces comprendí el error que había cometido, debí quedarme callada o, al menos, incluir en cada frase un mensaje a Santana para que no viniera.

Ahora las dos íbamos a morir por mi gran bocota.

Aunque sabía que mi vampira vendría por mí, no lo deseaba ni un poco. Ella era más importante. Además, yo podría morir tranquila sabiendo que ella seguiría con vida, pero morir sabiendo que la destruirían por mi culpa, sería más doloroso para mí que cualquier daño que los Sinal pudieran causarme.










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—¡¡Kitty!!

—¡Santana! ¡Estoy aquí!

Corrí hasta donde estaba para encontrarla mal herida con una humana al lado que seguramente era la dueña del auto que estaba en la vía.

Por un momento pensé que estaba muerta, algo que me preocupó mucho porque sé que Kitty no se lo perdonaría, pero podía escuchar su corazón latir, como leyendo mis pensamientos Kitty me habló.

—No podía dejarla en la carretera, si la encontraban terminarían con ella. Tomé demasiada sangre, está muy débil, pero está viva.

—Necesitas atención médica—le dije.

—Tal vez no sobreviva Santana, pero prométeme que la humana sobrevivirá.

—Tienes mi palabra Kitty. ¡Rachel! trae las bolsas de sangre, ¡¡pronto!!—ordené sin dudar.

—Siempre fue una trampa. Desde que salimos lo planearon todo.

En ese momento llegó Rachel con las bolsas de sangre, se impresiono al ver a la humana.

—Está viva Rachel, no te preocupes—le informé—Trae al guardaespaldas de mi mamá por favor, necesito darle unas indicaciones.

—Sí.

—Toma Kitty, bebé la primera bolsa poco a poco.

Kitty me obedeció a medias porque bebió, pero muy rápidamente.

—Lento Kitty por favor. Dime todo lo que sabes, ¿Quién nos traicionó?—le pedí pasándole la segunda bolsa.

—Fue Kelly. Ella mató a Bodu y nos entregó en bandeja de plata a los Sinal.

—Pero encontramos sangre de ella en la escena—dije confundida.

—Seguramente fue intencional. Yo intenté evitar que se la llevaran, pero no pude. Apenas logre mantenerme con vida. Lo siento Santana—me dijo aquella mujer mal herida bajando la cabeza.

—No tengo nada que lamentar—la obligué a que me mirara—¿De acuerdo?—con algo de resistencia asintió—Toda la información que me puedas dar nos llevara a ella.

Con la segunda bolsa Kitty, había tomado un poquito de vida, pero no mucho, estaba al borde de la muerte cuando la encontramos, apenas pude sentarla recostándola contra un árbol.

Le costaba hablar.

—Dos coches nos atacaron, todos llenos de vampiros y fuertemente armados. Yo conducía el segundo auto, como pude me detuve y enseguida comenzaron a dispararnos. El auto donde iba Brittany lo llevaba Kelly que apenas se detuvo, le disparo a Bodu. Después de eso no pude ver nada, todo fue balas hacia nosotros. Del bosque salieron no sé, diez o veinte vampiros armados—tosió un poco—Trate de abrirme pase en medio de las balas para ir por Brittany, pero en el camino me dispararon varias veces. Pude ver cuando se llevaron a Brittany desmayada en brazos de Kelly. La subieron a una camioneta y se marcharon. Traté de huir para poder avisarte, pero me persiguieron para darme caza. Afortunadamente pude escaparme, deben estar alerta pueden estar cerca.

—No te preocupes, estamos preparados. Ten, toma estas dos bolsas más, es todo lo que trajimos. Te llevaran a la fortaleza y estarás bien.

—Primero lleven a la humana al hospital—me pidió.

—Está bien, así se hará Kitty.

Me disponía a darles instrucciones a Kitty y al guardaespaldas de mi mamá cuando Kitty me llamo.

—Espera Santana.

Volví a acercarme a ella.

Sacó con cuidado un dispositivo de su bolsillo y me lo entregó.

—Hace unos días, con autorización de Brittany, coloqué un trasmisor en su cuerpo. Yo estaba segura que nos atacarían pronto y ella confió en mí. Está dentro de su piel, desaparecerá en unos días, pero por ahora nos ayudara a llegar a ella. No lo he activado para evitar que fuera detectado en los scanner que seguramente le pasaron.

Yo no podía creer lo que me estaba diciendo.

Por fin veía una luz entre tanta oscuridad.

Tenía como llegar a Brittany, finalmente tenia al menos una oportunidad de salvarla.

—Gracias Kitty, me estas devolviendo la vida con esto—en mi garganta había un nudo gigantesco.

—Sálvala Santana y por favor, mata a Kelly por mí—me pidió guiñándome un ojo.

No pude evitar sonreír.

—Cuenta con eso Kitty.

De nuevo de dispuse a hablar con Rachel.

—Rachel, lleva primero a la humana al hospital y luego a Kitty a la fortaleza. Que le den las mejores atenciones a las dos. Habla con mi mamá para que paguemos los gastos de la humana y se le asigne a alguien de vigilancia. En cuando a Kitty, quiero dos guardias en su puerta, que en ningún momento la dejen sola, su vida aun corre peligro.

Luego me dirigí al guardaespaldas de mi mamá.

—Me respondes con tu vida por estas tres mujeres que llevas en custodia.

Él asintió furiosamente.

—Si Señora.

Quinn se acercó a Rachel y le entregó un arma así como otra a Kitty que estaba aún bastante débil, pero ya más recuperada.

Nos fuimos todos a los autos y esperamos hasta que Rachel saliera con destino al hospital para arrancar al nuestro. Conecté el dispositivo al GPS de mi coche y luego de diez interminables segundos, comenzó a dar señal de donde estaba mi chica.

Tome el teléfono y llame a mi mamá.

—Mamá, solicita el arresto de Mark y rastrea todas las llamadas que hizo.

—Ya la orden está dada, pero está fuera del complejo. Mandé a rastrear sus llamadas también.

—¿Cómo has podido adelantarte a eso? ¿Qué sabes?

—No mucho. Sólo que el conductor del primer auto era Kelly. Tomé medidas preventivas y el que Mark saliera del complejo poco después de que yo interrumpiera su reunión, me deja muy mal sabor de boca. ¿Qué has averiguado tú?

—Encontré a Kitty, está mal herida, pero con vida. Rachel va a en camino con ella, te explicara todo al llegar, ahora no puedo hablar mucho, pero te enviaré unas coordenadas por mensaje privado por la línea segura. Cuando te lleguen, envía refuerzos.

—Claro, confió en ti y cuentas con todo mi apoyo.

Corté la llamada; estaba nerviosa y lo único que esperaba era encontrar aún con vida a Brittany.

Cualquier sospecha que tuvieran los llevara a matarla y huir.

—Tranquila Santana, vamos a regresar con ella y acabaremos con esos bastardos—me animó Quinn por radio.

Todos los autos iban intercomunicados.

—Lo ideal es atraparlos con vida, al menos a Mark si está con ellos. Sería bueno saber a cuántos otros infiltrados tienen. Por supuesto, después de poner a resguardo a Brittany—dijo la Señora B.

Mi teléfono sonó, era mi mamá.

—Dime mamá, ¿Pasa algo más?

—Acaban de enviar un mensaje. Dicen que en veinte minutos quieren hablar contigo, que esperan que colabores con ellos en todo.

—Muy bien. Dile a Arite que necesito que conecte la llamada a mi celular, pero que ellos no se percaten que un móvil, que parezca de la fortaleza. Me gustaría escuchar su mensaje.

—Lo trasmito.

Activé el intercomunicador del teléfono para que todos los del auto lo escucharan.

“Esa es la diferencia entre ella y ustedes. Santana es una persona honesta, con ideales y ustedes son una basura, unos sin almas. Van a ser ustedes quienes deseen morir cuando ella los encuentre”.

No pude evitar sonreír al escucharla.

Esa era mi chica y no merecía morir en manos de esos bastardos.

—Tu chica es una dura—dijo Quinn.

—Se las está poniendo difícil y tiene razón en lo que dice, vamos a matarlos a todos—comentó B.


Pasaron quince minutos y llegamos a cierta distancia de donde el dispositivo indicaba que estaba Brittany.

Fuimos prudentes para no ser detectados, pero listos para dar el gran zarpazo.

Quinn colocó el mensaje de mi estrella para que fuera escuchado por la pequeña tropa. Tal como ella dijo, eso les infundo valor a todos. Estuvieron de acuerdo que era una chica dura y que debía ser rescatada.

Yo estaba muy orgullosa de ella.

Sólo esperaba que llegar a tiempo.

Teníamos las armas preparadas. La Señora B fue a dar una vuelta de reconocimiento.

Estaba regresando cuando sonó mi teléfono.

Era la voz de Arite la que se escuchó.

—Estas en línea desde la fortaleza.

Respiré profundo y me preparé para la llamada. Se escuchó una voz distorsionada.

—Te llamaremos en diez minutos a tu celular para que recibas instrucciones. Debes estar fuera de la fortaleza y completamente sola. Sabremos si tratas de engañarnos.

—No será así y haré lo que ustedes digan, pero Brittany debe salir viva de todo esto—traté de sonar desesperada.

La llamada terminó y escuché de nuevo la voz de Arite.

—Todo bien Santana, no detectaron nada, pero nosotros tampoco. Suerte.
Debían estar vigilando la salida y seguramente iban a monitorear mi auto o mi teléfono, así que tenía diez minutos para tomar el lugar o sospecharían que algo pasaba.

Envié un mensaje seguro a mi mamá pidiéndole que en diez minutos enviara refuerzos.

—Señora B, ¿Detectó algo?—le pregunté.

—Son ocho vigilando afuera y al menos diez o doce adentro. Están fuertemente armados. Están vigilantes, pero no nos esperan. Tenemos que eliminar silenciosamente a los que están afuera.

—Muy bien, cada uno debe eliminar a uno—indiqué—Quinn, B y yo, vamos a ir por dos. Sincronicen sus relojes, tenemos ocho minutos para tomar el lugar.

Avanzamos a velocidad sobre humana y menos de un minuto estábamos frente a una cabaña que estaba en medio de un bosque árido, no había mucho donde esconderse por lo que debíamos ser rápidos.

Di señales para que tratáramos de atacar en forma simultánea en cuanto Quinn, B y yo elimináramos a nuestro primer objetivo que eran los más lejanos.

Las cosas no serían muy parejas, pero teníamos la motivación y el factor sorpresa.

La Señora B se fue a su objetivo.

Siempre fue tan sigilosa que, cuando saltó sobre su objetivo, apenas pudo percibir cuando le cortaron la cabeza, luego le dio dos disparos más en el pecho.

Quinn fue por el suyo y le cortó el cuello para no dejarlo hablar, pero rápidamente se giró a darle pelea.

Por un momento pensé que el plan se había ido al demonio, pero rápidamente Quinn le golpeó la tráquea y le metió tres disparos en el pecho.

Era mi turno y no tenía mucha paciencia en ese momento.

Salte sobre mi objetivo y le torcí cuello, puse mi pistola en su espalda a la altura del corazón y dispare cuatro veces, luego me cercioré que estuviera muerto.

Fue entonces cuando me di cuenta que era uno de los vampiros que había estado en la fiesta y con el que, incluso, compartí un trago.

Miré mi reloj, teníamos cuatro minutos.

Di mi señal de atacar a todos los que estaban afuera.

Todos mis soldados fueron por su presa que reaccionaban sorprendidas ante sus ataques.

Fueron cayendo uno a uno, estaba saliendo todo bien.

Sin embargo, teníamos pocos segundos antes de que se dieran cuenta que los guardias habían sido eliminados.

Les hice seña de bordear la casa.

No era realmente una cabaña aunque así lo parecía desde lejos. Era un pequeño complejo de seguridad con al menos tres entradas.

Nos dividimos en tres grupos.

No sabíamos que nos esperaba adentro, pero atacaríamos por todos lados.

La misión era sacar a Brittany con vida y si era posible, atrapar a Mark o matarlo.

Estábamos todos en posición y justo cuando estaba por dar la orden de ataque, se escuchó un grito desde adentro preguntando dónde carajo estaban los guardias.

En ese momento, di la orden de entrar a todos.

Lo primero fue tirar las granadas de humo, eso nos daría una pequeña ventaja considerando que todos teníamos una visión periférica perfecta.

Comenzaron a dispararnos y respondimos con fuego. Estaban bien cubiertos, pero no nos esperaban, entonces comenzaron a caer; inicialmente con facilidad, pero conforme se daban cuenta del ataque la situación se volvía más difícil.

Pude ver sangre en el brazo de la Señora B aunque continuaba disparando como si nada.

Yo estaba haciendo lo propio, pero me atacaron cuerpo a cuerpo y sentí que lo necesitaba porque tenía mucha ira contenida por el secuestro de mi chica, así que fue todo un placer rebanar gargantas y patear algunos traseros; además de asegurarme que ninguno quedaría con vida.

No era precisamente una batalla en la que quería tomar prisioneros. Yo sencillamente deseaba enviar un mensaje: Con mi chica no te metas.





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Comencé a escuchar disparos.

Me sorprendí porque no sabía que ocurría y por lo visto Mark con su banda, tampoco, pero se pusieron en guardia rápidamente.

Enseguida Mark comenzó a dar órdenes.

Hablaba muy rápido y me costaba entenderlo, lo poco que logré comprender fue que se apostaran en la puerta y mataran a todo el que se acercara.

Tal vez debería sentirme aliviada porque vinieran a rescatar, pero tenía miedo que mataran a Santana, estaba segura que habían venido por mí.

Los soldados junto con Kelly obedecieron a Mark y abandonaron la habitación. Inmediatamente que salieron tenía a Mark detrás de mí cortando las cuerdas y cubriéndose conmigo.

Su donante estaba a su lado sin saber qué hacer.

—Tu, pequeña basura, serás mi pasaporte para salir de este lugar si es que tu novia no resulta muerta, lo cual espero porque no quiero hacer enfadar a mis socios.

—Espero que te maten—le escupí.

—No te preocupes, también te voy a matar a ti.

Los disparos sonaban cada vez más cerca de la habitación.

El tiempo que pasaba, aunque era corto, para mí parecían siglos, pues no sabía qué ocurría afuera de aquella habitación.

De pronto se abrió la puerta y entró Kelly.

Se sorprendió al verme cubriendo a su tío, pero reaccionó rápidamente.

—¡¡Tío!! Tenemos que salir de aquí, ¡¡estamos rodeados!!

—Esto es tú culpa Kelly, tenías que matar a Kitty.

—No creo que ella supiera dónde estamos, alguien debió traicionarnos.

—No importa lo que haya ocurrido, pero tienes razón, tenemos que salir de aquí.

—¿Qué hacemos con ella?—preguntó Kelly refiriéndose a la humana.

La humana retrocedió dos pasos asustada por la situación.

—Sera un lastre si la llevamos con nosotros, mátala—ordenó Mark.

Kelly no dudó ante la orden y le disparó en la cabeza. La pobre no tuvo tiempo si quiera de comprender lo que ocurría. A mí se me escapó un grito al ver lo que ocurría.

Sabía que para ellos la vida humana no era nada, pero ella era su donante y ordenó matarla sin dudarlo.

—Lo mismo te va a pasar a ti si no me obedeces—me gritó Mark.

Kelly se acercó a una de las paredes y presionó un botón que activó una puerta secreta a la cual me estaban dirigiendo.

Yo comencé a forcejear con Mark para que me soltara y en seguida Kelly me apuntó con su arma, pero yo continúe intentando liberarme, si me llevaban con ellos seria más difícil que Santana me encontrara.

—Tranquila Kelly, por ahora la necesitamos vivas. Ya tendrás tu oportunidad—le dijo Mark a su sobrina al ver que me apuntaba con el arma.

Yo continuaba luchando, pero era difícil por la fuerza que tenía el vampiro.

Apliqué una de las técnicas que me había enseñado Kitty y casi logro zafarme. Eso molestó a M ark que me golpeo en la cara tirándome al piso.

En ese instante, derribaron la puerta de la habitación y pude ver a Santana entrando junto con la Señora B, dispararon hacia donde estaba sin dudar.

A Kelly la vi arrojarse contra Santana que le disparó, pero que igualmente recibió el impacto cuando se estrelló sobre ella.

Mark soltó el arma que tenía en la mano al recibir un disparo en el brazo que le dio la Señora B que rápidamente lo arrincono contra la pared y le disparó en la pierna dejándolo tirado en el piso.

Yo me aparté todo lo que pude de Mark sin quitar mis ojos de Santana que se movía rápidamente en una fiera lucha con Kelly. Santana era más ágil que Kelly y rápidamente la tenía en el suelo golpeándola, con sus manos le dislocó la tráquea y la inmovilizó con sus piernas. Le abrió el pecho con un cuchillo y sin piedad le arrancó el corazón.

Después de eso caminó hasta donde yo estaba aun con su cara transformada en vampiro y sus manos empapadas de sangre. La miré con ternura y admiración, no solo me había salvado, si no que estaba viva, no podía pedir más.

Corrí a su encuentro y la abracé, ella recorrió con sus manos mi cuerpo buscando alguna herida.

Cuando se sintió tranquila, se apartó y miró mi rostro que estaba un poco magullado por los golpes.

—Ese bastardo se arrepentirá de haberte puesto un dedo encima—dijo Santana apartándose de mí para ir hasta Mark.

—Tranquila Santana—la detuvo B—No lo mates, vamos a llevarlo a la fortaleza y sacarle toda la información que pueda darnos.

—Ese bastardo no merece vivir. Lo que necesitemos ya lo averiguaremos a nuestra manera—dijo Santana con furia contenida.

B se acercó hasta ella para controlarla. Santana estaba fuera de sí y estaba dispuesta a matar a Mark aunque lo necesitaran vivo para la investigación.

—Sé que es difícil, pero trata de pensar por un momento. Necesitamos saber quién más está dentro de este complot y sacar a los Sinal infiltrados de nuestra sociedad.

Aunque yo estaba pendiente de lo que decían Santana y la Señora B, no quitaba mis ojos de Mark, fue entonces cuan pude ver que sacaba un arma que tenía escondida.

Apenas la vi, traté de avisarles, pero sólo logre emitir un sonido ahogado.

Él vampiro ya había realizado el primer disparo.

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Capitulo 16

Yo sólo podía pensar en ver muerto a ese bastardo que había golpeado a mi Brittany, que había tenido la intención de matarla sólo por lograr sus infames objetivos.

Nada de lo que me decía la Señora B tenía sentido para mi, ahora lo único que necesitaba para sentirme tranquila era verlo muerto y mientras más dolor le produjera cuando lo matara, mejor.

Capté un rápido movimiento de Mark y un grito ahogado de mi amada. El muy bastardo le estaba disparando.

Me arrojé hasta ella para cubrirla con mi cuerpo de las balas, en unos segundos la tenía en mis brazos cayendo las dos al piso mientras el bastardo gritaba:

—¡¡¡Mira lo frágil que es la vida humana!!!

No pudo decir más.

La Señora B le vació su arma encima, eliminando la amenaza que era para nosotros aquel Sinal.

Inmediatamente busqué la mirada de mi Brittany para evaluar su condición.

Ella me miraba con dulzura mientras su blusa se teñía de sangre. Uno de los proyectiles le había dado en el pecho.

—Britt, estarás bien. Voy a llevarte con un médico ahora mismo—dije con desesperación.

—Estoy bien Sanny. No te preocupes, lo importante es que estás conmigo ahora—me dijo mi amada Brittany.

Pero estaba perdiendo mucha sangre, yo trataba de cerrar su herida con mi mano, pero aquel liquido rojo que me dio vida muchas veces ahora no paraba de salir arrebatándomela.

—Britt, quédate, no me dejes por favor—le supliqué.

—Yo siempre estaré contigo, te amo.

Apenas lograba hablar y yo estaba segura que si no actuaba rápido, la perdería.

—B no puedo perderla, no puedo vivir sin ella.

—Santana, no ha pasado el tiempo que debería, apenas están comenzando los doce meses—me dijo comprendiendo los pensamientos que pasaban por mi cabeza.

—Pido una autorización de emergencia para convertirla, no es negociable B—la miré con determinación.

B me conocía, sabía que no iba a ceder.

La Señora B se quedó pensando unos segundos que para mí fueron una eternidad.

Aquello era solo protocolar porque mi decisión estaba tomada.

Yo trataría de salvar la vida de Brittany como fuera posible, sin importarme que luego tuviera que morir por ello. Solo esperaba que no estuviera muy débil para soportar la transformación.

—Por el poder que me concede el Consejo, te autorizo Santana López a convertir a Brittany Pierce.

Yo no esperé a escuchar el final de las palabras de autorización; sencillamente procedí con la conversión aunque me preocupaba la cantidad de sangre que estaba perdiendo.

Tomé su brazo y comencé a beber.

Brittany se desvaneció completamente, pero su corazón aun latía solo que muy lentamente. Yo tenía que tomar aún un poco más de sangre, confiaba en que su juventud y la buena salud la ayudaran a cruzar ese tramo.

Apenas terminé de beber de ella, pude escuchar que su corazón latía demasiado lento.

Estaba por detenerse.

Rápidamente corté mi mano con mis propios colmillos y la puse en su boca. Las gotas entraban en su boca y Brittany tragaba más por instinto de respirar que por tomar de mí sangre.

—Por favor Britt-Britt, lucha por mí, te amo mi amor.

La Señora B comenzó a sacar a los soldados que llegaban a la habitación.

Quinn y ella se colocaron en la puerta cubriéndonos y dándonos privacidad, era un momento en duro, estábamos en una posición en la que nadie quería estar.

Mi sangre continuaba goteando en su boca, pero le costaba succionar. Lo bueno era que la estaba tragando y eso debería ayudar a que ella se fortaleciera poco a poco.

Como ella no era capaz de succionar, mi herida se estaba cerrando, entonces corté mi otra muñeca para ponerla también en su boca, esta vez fue una cortada grande para que fluyera más la sangre.

—Britt no me dejes por favor. Yo no puedo vivir sin ti, no quiero vivir sin ti.

Estaba totalmente destruida por verme tan impotente, sin poder salvar a mi amada.

Brittany era fuerte y yo era una idiota por permitir que estuviera al borde de la muerte, solo por mi estúpida sed de venganza.

Entonces algo maravilloso ocurrió.

Brittany comenzó a succionar con hambre, con desespero.

Estaba viviendo, o al menos luchando por su vida.

—Muy bien mi Britt-Britt, bebe todo lo que necesites.

Solo necesitaba tomar un poco más para su conversión, luego de eso esperar a que su cuerpo debilitado fuera capaz de soportar el cambio.

—Santana, creo que ya ha tomado suficiente—dijo la Señora B.

—Dejemos que tome un poco más, eso le dará fortaleza.

—Solo un poco más Santana.

Me separé de Brittany con dificultad porque ella estaba inconsciente. Estábamos empapadas de sangre las dos y agotadas por lo sucedido, lo mejor sería marcharnos para que Brittany se despertara en la fortaleza donde dispondría de alimento.

—Ya podemos marcharnos, no quiero que se despierte aquí—les dije.

Tomé a Brittany en mis brazos para salir del edificio. Quinn se ofreció a cargarla para ayudarme porque estaba un poco débil por la cantidad de sangre que mi estrella había tomado de mí, pero yo no estaba dispuesta a soltarla ni un momento, así que me negué a recibir su ayuda.

Mientras salía del edificio, todos los soldados que encontraba a mi paso se paraban firmes en señal de respeto y solidaridad; sabían que aunque los pasos estaban dados para la transformación Brittany, estaba débil por las heridas que había sufrido los Sinal.

Llegamos al auto y subí en el asiento de atrás con Brittany aun en mis brazos. Ella comenzó a retorcerse porque el proceso estaba comenzando.

—Quinn, acelera por favor.

—¡Si señora!


Cuando llegamos a la fortaleza Brittany ya daba gritos de dolor, yo estaba muy preocupada por verla así, pero no podía hacer nada para ayudarla.

Ahora todo dependía de ella y la naturaleza.

Cuando llegamos a mi casa estaba mi mamá esperándonos. Pasamos rápidamente a la habitación para acostarla.

—Tana, ya no puedes hacer nada más que esperar—me dijo—Ten, aliméntate—me tendió una bolsa con sangre.

Tomé la sangre en mis manos, pero ni tan siquiera pude llevármela a la boca. Estaba sumergida en la preocupación de que Brittany estuviera bien.

—Come hija, ella te necesita fuerte.

Mecánicamente tomé la sangre y la llevé a mi boca, el instinto se encargó del resto.

—Si ella no lo logra, no podré vivir sin ella—dije minutos después.

—Lo hará hija, es una mujer fuerte, escogiste bien. Ahora siéntate a su lado y toma su mano, esto es algo duro de ver, pero tanto ella como tú, necesitan el contacto. Juntas son más fuertes, estaré afuera.






*************************************************************************************************************



Estaba herida en los brazos de Santana.

La escuchaba pidiéndome que me quedara con ella, pero yo no tenía fuerzas para hacerlo.

Me sentía cada vez más débil.

Al menos ella estaba bien y eso era lo único que me importaba. Deseaba consolarla y decirle que todo estaría bien, que ella podía seguir adelante sin mí.

De pronto comencé a sentir mucha hambre y necesité alimentarme. Me aferré poderosamente a eso, no paré hasta que me arrancaron la fuente de comida. Entonces mi cuerpo comenzó a tensarse y a dolerme.

Primero poco, pero luego se fue incrementando.

El dolor se extendía a todo mi cuerpo, sentía que podía partirme en dos en cualquier momento, no tenía descanso en ningún momento solo era dolor y más dolor.

Yo rogaba para que acabara, quería morir de una vez.

Entonces, en mi inconciencia, lo comprendí; me estaba convirtiendo. Mi cuerpo estaba cambiando y yo no debía resistirme a eso, lo único que me animaba de todo eso era pensar en Santana.

Yo sentía y sabía que estaba conmigo, ella no me abandonaría, pero el dolor era muy fuerte y se apoderaba de cada una de mis terminaciones nerviosas, sólo deseaba que acabara pronto.

No soportaba más.

De pronto el dolor se fue calmando lentamente, aún era fuerte; cada vez disminuía un poco, aunque era fuerte como para hacerme gritar.

Continúa bajando o mi cuerpo era cada vez más fuerte y podía soportarlo.

Disminuyó hasta que ya no supe nada más de mí.

No sé cuánto tiempo después comencé a despertar. Tenía mucha hambre, necesitaba comer y traté de abrir los ojos.

Estaba en la casa de Santana, pero podía ver cada imperfección de la pared.

Era sencillamente asombroso.

Sentía mi cuerpo igual que siempre, pero sabía que era mil veces más fuertes.

Con una mano toqué la sabana y era capaz de percibir toda su textura. En mi otra mano sentí una la sujeta, su temperatura era igual que la mía.

Era Santana.

Mi hermosa vampira que dormía a mi lado.

Con mi mano libre, ya que no quería soltar su mano, acaricie su cabello que estaba grueso y pegado de sangre.

Entonces me preocupé.

Ella escogió ese momento para abrir sus hermosos ojos.

—Britt, despertaste—dijo sonriendo ampliamente.

—Sí, aquí estoy amor.

Se abalanzó sobre mí en la cama para abrazarme y besarme.

—¿Estás bien San?

—Muy Bien, mejor que bien, estoy feliz.

—Yo también lo estoy—le respondí.

—Te Amo Brittany.

—Y yo a ti—dijo dulcemente.

Entonces alguien entró a la habitación, por instinto cubrí a Santana con mi cuerpo.

—Está todo bien—me dijo Santana sonriendo.

—Veo que la mutación ocurrió perfectamente. Bienvenida a nuestra sociedad Brittany.

—Gracias Primer Ministro.

—Tomen, necesitan alimentarse—nos dijo colocando ocho bolsas de sangre a los pies de la cama.

—Gracias mamá.

—Por nada hija, ahora está todo bien, descansen.

Mi suegra salió de la habitación y Santana tomó una de las bolsas de sangre para entregármela.

—Tómala lentamente—me dijo y me la dio como si me entregara una reliquia.

Apenas la acerqué a mi boca, mis colmillos se desplegaron y le arranqué la bolsa de las manos.

—Con calma Britt, tenemos más, todas las que quieras.


Después de acabar con tres bolsas de sangre, finalmente me sentía más calmada como para conversar con mi vampira.

—¿Cuánto tiempo llevo así en mutación como dice tu mamá?

—Unas veinticuatro horas.

—¿Cómo fue que me convertiste si no ha pasado un año?

—Pedí una autorización de emergencia.

—¿Es eso común?—pregunté curiosa.

—No lo es, este es el segundo caso y el primero en el que realmente la humana logra la transformación a pesar de estar mal herida—Santana bajó la cabeza unos segundos, pero luego me miró—Yo quiero pedirte disculpas por eso amor, si yo hubiera estado más pendiente de Mark…

—Sssshh…—puse un dedo sobre sus labios—No sigas por favor, estoy bien, estamos juntas, eso es lo que importa.

Ella sonrió levemente mientras tomaba mi mano y besaba mi beso.

—¿Cómo me encontraste?

—Fue gracias a Kitty y el localizador que te colocó.

—Me alegro de confiar en ella, le debo mi vida ahora.

—Yo también le debo la mía. Pasó hace rato a saludar, ya está recuperada fue la única del grupo que sobrevivió.

—No puedo creer todavía que Kelly nos traicionara—comenté.

—Los Sinal son así, pero vamos a acabar con ellos; ya lo veras, ahora disfrutemos que estamos bien y juntas.

—Creo que ya no quiero más sangre, me siento satisfecha.

—Tomaste cinco bolsas, creo que debe ser suficiente—me dijo riendo.

Adoraba escuchar su risa.

Mientras me tenían cautiva llegué a pensar que no lo escucharía de nuevo.

—¿Qué pasó con Mark?

—B acabó con él.

Era doloroso pensar en eso, en los momentos tan duros que vivimos, pero ahora estaba con Santana y necesitaba pensar en mi futuro.

—Estas toda llena de sangre, Sanny—le dije.

—Las dos necesitamos un baño—dijo con picardía.

No pude evitar reír.

—Antes quiero acordar algo—le dije aguantándome las ganas de salir corriendo al baño con ella.

—Lo que quieras mi rubia.

—Quiero una boda. ¡No! Mejor dos bodas, una de humanos con mis padres, quiero darles esa felicidad antes de desaparecer de sus vidas y otra aquí, con todos los vampiros, porque esta sociedad nos necesita y nosotras vamos a trabajar por ella.

—¿Estas segura Britt?

Asentí. Ella sonrió.

—Nos casaremos como tú quieras, donde tú quieras, yo solo quiero que seas feliz.

—Lo soy San, tú me haces muy feliz—le dije.

Santana me tomó en brazos y me llevó cargada hasta el baño. Al llegar, arrancó toda la ropa que llevaba encima y la tiró a la basura, pero esta vez, yo pude hacer exactamente lo mismo.

Nos besamos apasionadamente, tocándonos.

Ahora todo me parecía diferente, era capaz de reconocer cada pulgada del cuerpo de Santana y sus caricias las sentía deliciosa y profundas.

Esta vez no había límites, no habría cansancio, ni necesidad de dormir; teníamos todo el tiempo del mundo para amarnos y estar junta.

No podía pedir nada más, era completamente feliz.

—Te amo Santana—murmuré pegada a su boca.

—Te amo Brittany. Mis noches nunca más serán oscuras, ahora tengo a mi rubia para que me guie.

—Y yo tengo tu mano para seguirte a donde vayas.

Cerramos nuestra unión con un beso.

Esa era la importante, la nuestra.

El fin de mi vida como humana y el inicio de una nueva vida junto a Santana como vampira.

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Pd: lamento la demora en subir el cap, pero no se que paso, pero ningún navegador abría =/ y salia algo de windows nose que, pero gracias a nose que se soluciono... espero

Epílogo

—¿Estás segura de esto Britt?—dijo Rachel.

—Claro que lo estoy. Además ya lo hice una vez, está vez es para mis padres, tus abuelos y mis hermanos—dijo Brittany.

—Y yo asistí a las dos—grito emocionada Rachel.

—Claro, eres mi mejor amiga y mi dama de honor—dijo Brittany contenta.

La conversa fue interrumpida por el sonido de la puerta.

—¿Están listas chicas?—pregunto Kitty.

—Sí, ya vamos—dijo Rachel.

—Menos mal. Santana ya está que viene a ver si todo está bien, Quinn ya no sabe qué hacer—dijo Kitty con una risita.

Rachel giro los ojos, mientras Brittany solo sonreía bobamente.

—Vamos, que mi Quinny no podrá mucho tiempo más con la loca de tu esposa—dijo Rachel.

—Pronto tu Quinny estará en el lugar de mi Sanny y tú en el mío… y dos veces—dijo Brittany con malicia.

Rachel abrió muchos lo ojos y Brittany se puso a reir.



Habían pasado cinco meses desde lo ocurrido con los Sinal.

Cinco meses desde que las cosas habían cambiado.

Las cosas en el congreso de los vampiros estaban más tensas de lo normal.

Lo ocurrido con Mark y Kelly les hizo hacer las cosas más restringidas y cuidadosas para que no volviera a ocurrir lo mismo.

También estaban tensas por las prontas votaciones del consejo sobre la propuesta de Finn para que los vampiros casados y con un año de matrimonio de antigüedad pudieran tener hijos.

Como Mark ya no estaba, las cosas para Finn estaban saliendo bien.

Quienes estaban felices por esas votaciones también eran Brittany y Santana, quienes habían conversado del tema otra vez y si todo salía bien si tendrían un bebé.

Que decir de la abuela Maribel, quien no caía en su felicidad.

Y cuando los padres de la rubia se enterarán… bueno la mamá, ya que el señor Pierce aún veía a Brittany como un bebé, pero ahora aceptaba con buena gana a Santana.

Un punto para la morena.




Mientras que Quinn y Rachel ya habían formalizado su noviazgo y la rubia iba muy enserio.

Ya que quería que ella y Rachel se casaran, cosa que los abuelos de morena bajita apoyaban, pero Rachel decía que estaban muy bien así de momento.

Pero todos sabían que Quinn lograría convencerla más pronto que tarde.



Santana y Brittany hace cuatro meses que se habían casado, pero en el mundo de los vampiros.

Así Santana se casaba bajo las leyes que le correspondían y podrían ir los invitados de ese entorno.

Así fue como Santana estaba vestida con el traje de gala de un general y a su lado Quinn, con un traje bastante parecido.

Mientras que Brittany estaba con un vestido de novia y Rachel con un vestido celeste de madrina.

La ceremonia fue celebrada por la misma Maribel, quien no podía estar más orgullosa de que su hija encontrara el amor y se estuviera casando con él.

Después de la ceremonia hubo una fiesta, de la cual las recién casadas se arrancaron para poder dar inicio a su luna de miel, la que duro tres semanas, ya que debían volver para preparar su siguiente boda.




Ahora era el turno de la boda para los humos, como ellas misma le decían para poder diferenciarlas.


—Quizás tu novia la convenció para que no se casara y huyeran—dijo una nerviosa Santana.

—Puedes parar, Santana. Rach ya está aceptando que nos casaremos pronto—dijo Quinn—Ya vendrán.

—Hija tranquila, Britt tiene que estar con los últimos arreglos—dijo Maribel con una cálida sonrisa.

—Yo solo…—dijo Santana, pero fue interrumpida.

—Ya vienen, prepárense—dijo Kitty que recién llegaba.


Maribel se fue asentar al lado de los padres de Brittany y los abuelos de Rachel.

La señora B, también estaba presente como la tía de Rachel, la tía Bárbara, ya que era muy joven para decir que en realidad era su abuela.

Cuando las cosas se calmaron, la tía Bárbara fue a la casa de los abuelos de Rachel para contarles que ella era la hermana de Shelby, pero que habían dejado de tener contacto cuando eran pequeñas.

Diciendo que la estuvo buscando por años, pero que no lograba con su paradero hasta hace algunos meses.

Los abuelos de Rachel al principio lo tomaron con mucha sorpresa, pero la misma Rachel los calmo.

Así era como los tres se llevaban muy bien y querían ver casada a las Faberry.

La más contenta con ese apoyo era Quinn.



Detrás de ellos estaban los hermanos de Brittany, Mike con su pareja Tina, mientras que Sam estaba al lado de su pareja Mercedes.


Kitty se fue asentar al lado de una… feliz Marley, quien había entendido que por fin ya no tenía nada que hacer contra el amor de las Brittana, y porque había encontrado una gran amiga… o algo más en Kitty.

Brittany jamás había visto ese brillo en los ojos grises de Marley.

Estaba contenta de que por fin encontrara a alguien y la dejara tranquila.

Pero dejándole muy en claro que ni se le ocurriera hacerle algo malo a Kitty, porque no haría nada por impedir que Santana le diera una lección, una Quinn quien estaría encantada de ayudar a la morena.

Estaba muy agradecida con Kitty después que le salvara la vida y no dejaría que le hicieran daño otra vez.

Marley le había dicho que no se preocupara, que todo estaría bien, y que de verdad había cambiado.



Pero la opinión de Santana era un poco distinta.

No estaba muy contenta, ella ya había visto sufrir a Kitty y no quería que lo volvía a hacer, y menos después de que le salvara la vida a su Britt-Britt.

Le debía una grande a la pequeña rubia.



Para Kitty fue difícil volver a confiar en alguien y más aun conociendo el pasado de Marley y porque termino con la ojiazul.

Sin contar lo ocurrido en su pasado.

Pero esos meses que habían pasado conociéndose y saliendo.


Kitty estaba corriendo por el parque cuando chocó de frente con una distraída Marley.

Ambas empezaron una conversa de como a era la segunda vez que se encontraban de esa manera.

Y así paso el tiempo.

Marley había logrado demostrar con hechos que si quería a la rubia y que lucharía por ella.

Y ya estaban pasando a una relación seria y Kitty tenía planeado contarle sobre su mundo.




Quinn se puso seria y le apretó la mano a Santana para darle ánimos cuando empezó a sonar la música.

Y se le seco la boca al ver a su morenita entrar con ese lindo vestido rosado y colocarse a su lado.

—Estas presiona, al igual que en la boda pasa, Rach—dijo Quinn.

—Tú no puedes estar más guapa Quinny… imagínate de novia y en nuestra boda… nuestras bodas—dijo con una coqueta sonrisa Rachel.

Quinn solo pudo sonreír de oreja a oreja.



Santana se quedó sin respiración al ver a Brittany caminando de la mano de su papá.

Se veía tan linda con el vestido de novia.

La rubia le regalo una sonrisa radiante a la morena mientras que con solo mover el labio le dijo “Te Amo”.

—¿Estas segura de esto Britty?—pregunto su papá.

—Sí—contento con una gran sonrisa.

—Bien—dijo llegando al lado de Santana—Aquí te entrego a mi hija, espero y la cuides con tu vida.

—Con eso y más—contesto la morena extendiéndole la mano a Brittany—Estas hermosa.

—Y tú también, Sanny. Te sienta bien el blanco—dijo Brittany.

—Y a ti, Britt-Britt—dijo Santana acercándose para besar a al ojiazul.

—Esperen a que les digan “puede besar a la novia”—dijo con una risita Rachel haciendo reír a Quinn.

Ambas se pusieron rojas.

—Te amo Britt-Britt.

—Te amo Sanny.

Ambas se dedicaron una radiante sonrisa y se giraron para que la ceremonia diera comienzo.




La ceremonia fue muy distinta a la primera que tuvieron las Brittana, ya que la primera debía seguir un protocolo y ahora era todo sentimientos y emociones.

Como fueron los padres de Brittany y los abuelos de Rachel que tenían los ojos llenos de lágrimas.

Hasta la Maribel tenía la mirada vidriosa por las lágrimas acumuladas.

Ver a su hija con un lindo vestido de novia y uniendo nuevamente su vida a la persona que amaba, era el regalo más grande que podría recibir su hija.

La señora B también estaba bastante emocionada y ya se imagina a su nieta viviendo ese momento.

Otro caso fueron los hermanos de Brittany.

Cuando les digieren que las novias se podían besar, ellos estallaron en gritos y silbidos haciendo reír a los invitados, pero rápidamente Mercedes y Tina los hicieron callar.


Ahora todos estaban en el centro del salón bailando.

Los abuelos de Rachel habían terminado su pieza de baile y se habían ido a conversar con la señora B y Maribel.

Los padres de Brittany aún seguían bailando al ritmo de la música.

Sam y Mike hacían unos entretenidos pasos de bailes a sus parejas, haciendo reír a todos.

Kitty y Marley estaban muy pegadas bailando y con una linda sonrisa.

Rachel y Quinn estaban muy abrasadas y sonrientes, susurrándose cosas al oído, mientras se movían a un perfecto compas que solo ellas seguían.


—¿Estás feliz, Britt-Britt?—pregunto Santana abrazando un poco más fuerte a la rubia.

—Muy, pero muy feliz—dijo una alegre Brittany—¿Nos vamos después de repartir la torta?

—Sí, el vuelo sale a la última hora—dijo Santana.

—¿Crees que aprueben la ley para tener bebés?—pregunto Brittany.

—Es muy probable que sí, pero si eso no pasa…

—Shhh, tú ya sabes mi respuesta desde antes si eso pasa, Sanny. Esto, así como estamos ahora es lo que importa.

Santana sonrió a más no poder, se acercó y la beso.

—Te amo señora López-Pierce.

—Y yo te amo señora Pierce-López.

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Hola, aquí el final de una historia bastante distinta, espero que les gusta. MUCHAS GRACIAS por leer y comentar.

Ya les subo el prólogo de la siguiente.

GRACIAS:

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