Gleek Latino
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Primer15
Image hosted by servimg.com

Image hosted by servimg.com
Image hosted by servimg.com
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Coment10
Últimos temas
» Ayudenme a encontrarlos
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyLun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T

» Busco fanfic brittana
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyLun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66

» Busco fanfic
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptySáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken

» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyJue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604

» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28

» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyDom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28

» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyVie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604

» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyLun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es

» Que pasó con Naya?
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMiér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es

» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyJue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es

» No abandonen
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMiér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303

» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyVie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303

» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyLun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli

» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyDom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic

» brittana. amor y hierro capitulo 10
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMiér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic

» holaaa,he vuelto
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyJue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander

» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMiér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyMiér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1

» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 EmptyLun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1

[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Encues10
Sondeo

Musical Favorito Glee 5x15 Bash

[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba1011%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 11% [ 4 ]
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba1019%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 19% [ 7 ]
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba1011%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 11% [ 4 ]
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba1024%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 24% [ 9 ]
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba1027%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 27% [ 10 ]
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba108%[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Topeba10 8% [ 3 ]

Votos Totales : 37

Image hosted by servimg.com
[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 Gleeka10
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios

Disclaimer
Image hosted by servimg.com
·Nombre: Gleek Latino
·Creación: 13 Nov 2009
·Host: Foroactivo
·Versión: GS5
Glee
Image hosted by servimg.com
Publicidad

[Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

+2
3:)
marthagr81@yahoo.es
6 participantes

Página 3 de 4. Precedente  1, 2, 3, 4  Siguiente

Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por 3:) Lun Oct 31, 2016 3:04 pm

Exelente primer noche juntas... san si supo cuidar a britt!!!
A ver que paso??? A quien y que no sea tan grabe???
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por micky morales Mar Nov 01, 2016 8:27 pm

santana lopez por lo que mas quieras NO LA C........!!!!!! que abra pasado???? [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 2414267551 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 2414267551 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 304001509 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 304001509
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 05, 2016 3:20 am

CAPITULO 16

—No te das una idea de lo mal que me siento. Lo siento mucho. —Mi madre luce como si estuviera a punto de llorar, y no llora mucho.

Brittany frota su hombro.

—Está bien. Estas cosas pasan, sobre todo a mis sobrinas y sobrinos. Riley se quebró la clavícula cuando tenía dos años, Raymond se quebró la pierna el año pasado y mi cuñada siempre se encontraba sobre ellos. No es tu culpa, Maribel.

—Supe tan pronto como lo oí gritar, que algo no estaba bien...

Siguen hablando en la habitación de espera de la sala de emergencias, mientras me agacho delante de Rory, quien se encuentra sentado en una silla de plástico de color naranja, sosteniendo su brazo derecho sobre el pecho. El dolor ha coloreado su rostro. Sus ojos se encuentran llenos de agonía y respira lentamente, como si cada movimiento doliera.

—¿Cómo estás, chico?

—Duele.

—Sí, lo sé.

Deslizo los nudillos contra su rodilla, no queriendo lastimarlo, entonces miro a la enfermera de traje y le digo que se dé prisa, que creo que podría estar en shock. Ella se da cuenta que estoy llena de mierda, pero me hace sentir mejor intentarlo.

La historia cuenta que los niños estaban jugando en el patio, bajo la atenta mirada de Owen, mientras mi madre hacía el desayuno. Riley apostó a Rory que no podía subir a la parte superior del árbol de roble. Lo cual, por supuesto, Rory podía, y lo hizo. El conseguir bajar... planteó más de un desafío. Y aquí estamos.

—¿Por qué no regresas a casa, mamá? —le digo, frotando su hombro—. Owen probablemente ha enloquecido con los otros cinco.

—Está bien. —Asiente, acariciando la cabeza de Rory—. Te veré pronto, cariño.

—No te preocupes, Maribel, voy a estar bien —dice Rory amablemente, lo que demuestra que mi madre sin duda se ha ganado al chico.

—¿Rory Pierce?

Una enfermera con una silla de ruedas anuncia, lista para llevarnos a la sala de emergencias.

—Gracias a Dios —murmuro.

Más tarde, Rory se encuentra apoyado en una mesa de examen, mientras que un doble de George Clooney le explica a Brittany que el brazo de su sobrino se
quebró.

—Él se fracturó el cúbito. Es una quebradura limpia, y no vamos a necesitar una cirugía para fijar el hueso, eso es algo positivo.

—Bien. —Brittany asiente, mirando nerviosamente a Rory.

El médico gesticula hacia la puerta.

—Así que, si pudiera salir, le pondré el hueso en su lugar y le colocaremos a Rory su escayola.

—¿Salir? —pregunta Brittany, frunciendo el ceño.

—Sí, es el protocolo del hospital. Las reducciones cerradas pueden ser dolorosas, lo que es molesto para los padres y tutores, así que tendrán que esperar
fuera de la habitación durante el procedimiento.

—Prefiero quedarme con mi sobrino.

—Me temo que eso no es posible —responde George.

Apartando todo su nerviosismo, Brittany se mantiene sólida como una roca, segura. Es correcta y educada, pero no hay ninguna manera en que ella tome un no
por respuesta.

—Aprecio su posición, Dr. Campbell, y espero que aprecie la mía. Me sentaré junto a Rory y sostendré su mano mientras fija su hueso. Ni la señorita López, ni yo haremos un sonido o diremos una palabra. Pero no lo voy a dejar. Si es necesario, me lo llevaré a otro hospital.

El médico piensa en ello, y entonces concuerda.

—Eso no será necesario.

Brittany se sienta en la silla junto a la mesa y agarra la mano izquierda de Rory en la suya. Su sonrisa es tan amorosa, tan tierna, que mi pecho duele al mirarla. El médico ajusta la mesa para que Rory se acueste sobre su espalda, luego me muestra dónde sostenerlo por los hombros. Le dieron algunos medicamentos para el dolor, pero incluso con ellos, sé por experiencia, que lograr que dos mitades de un hueso quebrado se ajusten no hace cosquillas.

—Respira, Rory —dice el médico, como si fuera a ayudar, y mi pecho comienza a doler por una razón completamente diferente. Luego sostiene al chico por la muñeca y cerca del codo y comienza.

—¡Ahh! —grita Rory.

Su voz es aguda y conmocionada, y me golpea como una patada en el estómago.

—. ¡Ahh! —grita de nuevo, tratando de apretar los dientes.

Brittany aprieta su agarre, mirándolo fijamente, haciéndole saber que ella está aquí, compartiendo su dolor, incluso si no puede salvarlo de él. Y le susurro,
justo contra su oreja, dándole el único consuelo que puedo, deseando como el infierno poder tomar este dolor por él.

—Lo estás haciendo muy bien, chico. Está casi terminado.

—Ahh...

—Casi, Rory... ya falta poco...

—¡Este enyesado es jodidamente rudo!

Rory admira el yeso con dibujos que ahora cubre su brazo desde el codo hasta la mano. Me río porque se recuperó rápidamente, y, obviamente, su personalidad chispeante está intacta. Brittany le da la reprimenda obligatoria por su lenguaje, pero está sonriendo también.

—Oye, ¿podrías dibujar un tatuaje en mi yeso? ¿Cómo el tuyo? —me pregunta Rory, señalando a los tatuajes visibles bajo la manga de mi remera.

—Por supuesto.

Brittany mira a su alrededor.

—¿Me pregunto qué está tomando tanto tiempo con el papeleo? Voy a preguntar... ah, ¡hola, Mercedes!

Una mujer da unos pasos dentro del área con cortinas donde estamos esperando. Es una mujer negra, en sus treinta y tantos años, con el pelo bien arreglado de color marrón y una sonrisa brillante, con un traje de color beige y una blusa blanca.

—Hola, Brittany. —Sus ojos caen a Rory, en la cama.

—. Hola, Rory, me enteré que tuviste un accidente.

Rory se encoge de hombros, su sonrisa anterior sustituida por el ceño fruncido desconfiado.

Mercedes me mira y me doy cuenta de que detiene la mirada en los tatuajes en los brazos.

—Santana, esta es Mercedes Jones —dice Brittany, presentándonos—. Ella es nuestra trabajadora social de la agencia de servicio infantil. Mercedes, esta es Santana López, mi...

Ella busca una palabra.

—La abogada —le suministro, ofreciendo a Mercedes mi mano—. Estoy en Schuster &Pittsbury.

Mercedes asiente.

—Así es, usted negoció la liberación de Rory a libertad condicional después... del incidente del auto.

Tal vez sólo sea la naturaleza de mi trabajo, pero no soy una gran fan de las agencias del gobierno, o sus empleados. Demasiado poder, demasiada gente,
demasiados errores que pueden ser tan fácilmente realizados sin ninguna responsabilidad. Eso es lo que me hace preguntar

—: Así que, Mercedes. ¿te encontrabas en la zona?

—No. —Mira el archivo abierto en su mano—. Cada vez que un niño en nuestro sistema tiene un incidente en la escuela, en un hospital, o con la policía, somos llamados automáticamente. —Se vuelve a Brittany—. ¿Te importa si te hago mis preguntas ahora?

—Claro, eso está bien.

—Excelente. El médico dijo que Rory se cayó de un árbol. ¿Lo viste caer, Brittany?

Y de repente tengo una jodida mala sensación acerca de esto. Brittany no parece compartir mi preocupación.

—No. En realidad, no estaba en casa cuando se cayó del árbol.

Esta es una noticia para Mercedes.

—¿Dónde estabas?

Los ojos de Brittany se deslizan hacia mí.

—Yo me encontraba... con Santana.

—¿Tu abogada?

—Era una especie de desayuno de trabajo —explico sin problemas.

—Ya veo. —Escribe algo en el archivo—. Entonces, ¿quién estaba con los niños mientras te encontrabas en la reunión?

—La madre de Santana —responde Brittany.

Con el lapicero listo, Mercedes me pregunta—: ¿El nombre de tu madre y su dirección?

—Maribel López. —Entonces recito de un tirón su número de teléfono y dirección y le digo a Mercedes que está bien que se ponga en contacto con ella cada vez que quiera. Cierra su archivo.

—Eso es todo lo que necesito de ti en este momento, Brittany. ¿Está bien si hablo a solas con Rory por unos minutos?

—Él es menor de edad —le digo.

—En casos como este es una norma el hablar con los niños a solas.

—¿Casos como éste? —pregunto, formalizando mi tono—. ¿Qué tipo de caso crees que este es, exactamente?

Mercedes no es del tipo de retroceder. —Es un caso donde una herida ha sido sostenida y abuso tiene que ser descartado.

—¿Abuso? —Medio me rio, medio me ahogo—. ¿Crees que ella hizo esto? —Señalo a Brittany.

—No, señorita López, no lo creo. Sin embargo, si lo hubiera hecho, Rory sería mucho menos propenso a divulgar esa información con ustedes dos en la
habitación. Y realmente veo su punto. Simplemente no me gusta.

Miro a Rory.

—¿Quieres hablar, chico? Es tu decisión.

Rory es inteligente y puedo ver en sus ojos que siente que esto es algo que necesita ser tratado ahora.

—Sí, voy a hablar con ella, Santana. No es gran cosa.

Le aprieto el hombro.

—Vamos a estar justo afuera.

Guío a Brittany a través de la cortina y en el pasillo, fuera del alcance del oído de Mercedes.

—¿Qué te pasa? —pregunta una vez que nos detenemos—. ¿Por qué estás discutiendo con Mercedes?

Agarro su codo. —No estaba discutiendo. Pero es importante que sepa que conoces tus derechos.

Niega con la cabeza, confusión adhiriéndose a sus rasgos.

—Mercedes es la mejor persona que he conocido en la agencia de servicio infantil. Es mi trabajadora social. Es su trabajo ayudarme.

—No, Brittany, no lo es. Su trabajo es asegurarse de que eres una tutora estable para los niños.


Por primera vez se da cuenta de la diferencia, la distinción, y su boca se aprieta por la preocupación.

—¿Crees... quiero decir... podría tener problemas por esto? ¿Van a hacerme un problema por el brazo de Rory? ¿Por estar contigo esta noche?

Mis manos se mueven a sus hombros, apretando y frotando la tensión que los endurece.

—No, escúchame, está bien. No hiciste nada malo y no van a hacerte pasar un mal rato. —Me detengo en ese momento, queriendo hacerle entender sin asustarla—. Pero hay que pensar en cómo dices las cosas. A veces cómo se lee una declaración en un informe no representa las cosas como realmente son.

Veo esto a menudo en mis casos. Palabras como amenazas terroristas siendo aplicadas a un niño de seis años de edad por disparar a sus compañeros de clase
con la mano en forma de arma y afirmar que están “muertos”. O un cargo de “posesión con intención de distribuir” hace ver a algún imbécil como un miembro
de un maldito cártel de droga, cuando en realidad son unos malditos flojos que pasaron a tener en sus manos un gran paquete.

Las palabras importan, y a veces el contexto puede hacer toda la diferencia en el mundo.

—Cuando hablas con Mercedes, no solo tienes que pensar en lo que es verdad, sino en cómo la verdad se verá en blanco y negro. ¿Está bien? Asiente y la jalo contra de mí. Le beso el fruncido en la frente, luego susurro

—: No te preocupes. Todo está bien.

Aprieta sus brazos a mí alrededor y asiente contra mi pecho. Nos separamos cuando Mercedes sale, empujando a Rory en una silla de ruedas
por mandato de las políticas del hospital.

—Estamos listos. —Sonríe.

Una enfermera se acerca y le da a Brittany las instrucciones del alta y medicamentos para el dolor. Ya en la acera, Rory se levanta diciendo que puede
caminar hasta el coche.

Mercedes protege sus ojos del sol deslumbrante de la tarde.

—Voy a pasar por la casa un día de esta semana, ¿de acuerdo, Brittany?

—Eso está bien —responde Brittany—. Estaré allí.

—Fue un placer conocerte, Mercedes —ofrezco sólo por educación.

—Lo mismo digo, señorita López.

Rory se encuentra entre Brittany y yo y caminamos hasta el coche, con el brazo alrededor de su espalda baja, y mi mano en su hombro, por si acaso se tropieza. Y aunque no miro hacia atrás, siento los ojos de Mercedes en los tres todo el camino. Durante las siguientes semanas, Brittany y yo nos asentamos en un arreglo doméstico extraño. Después del trabajo, me paso por la casa para ayudarla con los niños, pasar el rato y hacer lo que sea que se necesite. Entonces, después de que los niños están en la cama, Brittany y yo...pasamos el rato juntas... mayormente sin ropa.

El sexo ha sido... malditamente intenso. Callado, para no despertar a los aguafiestas que están demasiado ansiosos por interrumpirnos, pero todavía de
primera categoría. Es una situación diferente para mí, nueva, pero extrañamente cómoda. Realmente no me he dejado pensar en ello profundamente. No hay
etiquetas o discusiones o cualquier mierda como esa. Dicen que la ignorancia es felicidad... y mis noches con Brittany han sido ciertamente eso.

Por ahora, eso es lo suficientemente bueno.
Y los niños son un jodido desastre. Como un hongo divertido, a veces adorable, a veces causantes de dolor en el trasero, que han crecido dentro de mí.

Una vez, después del trabajo, Brittany me necesitaba para llevar a Rosaleen a su clase de piano. Y lo hice, pero... no terminó bien:

—Tenemos que añadir un profesor de piano a la lista — le dice Rosaleen a su tía mientras caminamos en la cocina.

El televisor está a todo volumen en la habitación contigua, donde Raymond y Rory se enfrentan en Mortal Kombat, el vídeo juego, pero por los sonidos del mismo, podrían en realidad estar a punto de matarse a golpes. Ronan se mece tranquilamente en su columpio mientras Regan se ocupa con ollas, sartenes y cucharas de madera esparcidos como minas terrestres por todo el piso. Una olla grande de metal hierve en la estufa, y emite un aroma cálido y carnoso.
Brittany levanta la vista de la tabla de picar, donde se encuentra una zanahoria a medio picar en espera.

—¿Qué quieres decir? Tienes un profesor de piano.

—Ya no es así. —La niña de siete años de edad se encoge de hombros.

Brittany vuelve sus ojos sospechosos hacia mí.

Y no tengo culpa en absoluto.
—Ese tipo no debería estar enseñando a niños. Sádico hijo de puta.

Brittany coloca el cuchillo al lado de la zanahoria. Luego toma una respiración profunda, y sé que está tratando de no estresarse.

—Monsieur Jacques La Rue es el mejor profesor de piano en la ciudad. Le tomó meses a Rachel el conseguir que aceptara a Rosaleen como su estudiante. ¿Qué pasó?

Meto una rodaja de zanahoria en mi boca.

—¿Qué clase de persona hace que sus estudiantes le llaman Monsieur? Probablemente ni siquiera es francés —me quejo—. Apuesto a que su verdadero nombre es Joey Lawrence del Bronx.

Rosaleen se sube a la silla de la isla en frente de su tía y con impaciencia cuenta la historia. —ÉL golpeó mis nudillos con la regla porque metí la pata.

—Anexo A —interrumpo—. ¿Qué clase de jodido enfermo podría golpearla?— Señalo la cara alegre y preciosa de Rosaleen—. ¿Rory? Es otra historia. ¿Ella? De ninguna manera.


Rosaleen continúa.

—Así que Santana fue a su coche y regresó con un bate de béisbol. Monsieur La Rue le preguntó qué estaba haciendo y Santana le dijo: Usted golpea los nudillos de esa niña otra vez y lo voy a golpear con esto.

Brittany se vuelve hacia mí, con la cabeza inclinada y la boca abierta.


No admito nada.
—Así que... nos despidió —concluye Rosaleen.

La empujo con mi codo y le ofrezco una zanahoria.

—Nosotras lo despedimos.

La mete en la boca con una sonrisa.

Brittany mira nuestro intercambio y su rostro se suaviza.

—Está bien. Nuevo profesor de piano. Voy a añadirlo a la lista.

En otra ocasión, los niños de más edad tenían citas con el dentista que chocaban con el tiempo de juego de Regan y Ronan en Mami y yo. Como he dicho
antes, jodidamente odio a los médicos y los dentistas son sólo médicos para los dientes. Así que opté por tomar los niños pequeños a su clase. Quiero decir, son bebés, ¿qué difícil puede ser?

Los niños estás por todos lados, de todas formas y tamaños, algunos escalando, algunos tropezándose, otros —como Ronan— teniendo su “tiempo boca abajo” en el suelo como si intentaran dominar el rastreo. Y los padres, Jesús, están como terriblemente tensos, las complacientes esposas sonriendo, arrullando un culto religioso armado con cámaras. La habitación de juegos de Mami y Yo es odiosamente colorida, una alfombra de arcoíris, un tobogán neón, estruendosas cuñas acolchadas, y un tapete que daña mis ojos si lo miro por mucho tiempo. Música extrañamente alegre se vierte desde los altavoces montados con un adolecente vigorosamente feliz en una camiseta fucsia animando el
espectáculo.

Y no he empezado con los payasos. Están pintados sobre las paredes, versiones de marioneta se alinean en las estanterías, y otros rellenos que tienen brazos espeluznantemente amplios llenan las esquinas, y sus bocas enrojecidas y abiertas mostrando sus dientes blancos en la sonrisa más jodidamente espeluznante que nunca he visto. Como si estuviesen esperando a un niño desprevenido que pase por ahí así ellos pueden arrancar sus cabezas. Cerca de diez minutos en un juego libre, veo a Regan navegar por una pista de
obstáculos.

A mi lado hay un padre bocazas animando a su hijo como si el niño estuviese a punto de alcanzar la meta en el maldito Super Bowl. Hace un gesto con la cabeza.

—Él es el niño más rápido aquí. Lo tuve terminando la pista en veinticinco segundos.

Bien por ti, amigo.

—¿Cuál es tuyo?

Apunto a Regan, que está escalando el tobogán, su mameluco naranja brillando bajo las luces. Canta mientras se va—: Hola, hola, hola, hola… —Como los Siente Enanitos marchando con sus piquetas.

—¿Hay algo malo con ella? —pregunta el hijo de puta.

Frunzo el ceño.

—No, no hay nada jodidamente malo con ella. Ella es… centrada.

—Luego, para divertirme un rato, añado—: Y ella podría hacer esa pista en menos de veinticinco segundos.

El gilipollas se burla.

—Lo dudo.

Pongo mis fríos ojos en él.

—¿Quieres apostar?

Roza su flequillo marrón con una mano arrogante.

—Cincuenta dólares a que mi hijo le gana.

—Estoy dentro.

Estrecho su mano, luego voy a sacar a Regan del tobogán y la preparo mientras la cargo de vuelta a la pista de obstáculos, como Mickey hablándole a Rocky Balboa en su esquina.

—Lo tienes, Regan. No lo dejes distraerte, ves su incertidumbre, mantén tus ojos al frente. Aprieta mi nariz. Así que intento usar palabras que entenderá. —Si haces esto, te diré hola por siempre.

Eso la hace sonreír.
Los alineamos y el padre hace el conteo hacia atrás.

—En sus marcas, listos, ¡fuera!

Y están fuera…

El gilipollas y yo los animamos, como los jugadores en el hipódromo.

—¡Vamos, bebé, vamos!

—¡Eso es! ¡Sácalo del camino! ¡Haz tu movimiento!

Están cuello a cuello… hasta que el pequeño niño se distrae con un moco gigante colgando de su nariz. Para de trabajar en ello, y la carrera es de Regan.


—¡Sí! ¡Maldita sea! —grito con orgullo. La tomo y la sostengo bien arriba de mi cabeza; se ríe y chilla. Y en alguna parte Freddy Mercury canta “we are the Champions”

Mientras el papá perdedor me pasa los cincuenta, el adolecente nos descubre.

—¿Qué está pasando? Este es un lugar alegre, ¡no de juegos de azar!

—Correcto. Bueno, nos estábamos yendo de todas maneras.

Tomo a Ronan en un brazo y a Regan en el otro. En nuestro camino a la puerta, le Susurro

—: Vamos a mantener esto entre nosotros, ¿Bueno?

Me mira directamente a la cara y asiente.

—Hola.

Paso mis sábados con Brittany y los niños. Traigo el trabajo conmigo, colándose en pequeños trozos de tiempo cuando me puedo concentrar. La mayoría de los sábados, si no han tenido muchas actividades que hacer, es relajante. Divertido, incluso. Pero algunas veces… bueno… son seis niños. Desde un punto
de vista puramente estadístico, las posibilidades de un mal día son bastante malditamente altas.

Una mañana, tan pronto como salí del auto supe que iba a ser un día malo. No fue ningún tipo de sexto sentido quién lo predijo. Fueron los gritos.


Abro la puerta delantera, y el impresionante sonido de chirrido que sólo un niño realmente cabreado de dos años puede hacer me golpea como una explosión de aire caliente. Regan se sienta en el piso del vestíbulo al frente del clóset, un desastre de lágrimas y gritos y patadas, rodeada de zapatos, chanclas, y botas. Brittany está en cuclillas frente a ella, sosteniendo una zapatilla de deportes brillante para la inspección de la niña. Otros dos pares de zapatos pequeños están junto a ella en el suelo.

—¿Este? —pregunta, con una mezcla de esperanza y molestia.

Regan golpea la zapatilla de la mano de su tía, sacudiendo la cabeza, golpea sus manos en el piso, y gimotea.

Supongo que ese no era.

Brittany se da cuenta de que estoy aquí. Levanto mis cejas y trato muy condenadamente mucho no sonreír.

—¿Está todo bien?

—No —sisea— No lo está. —Aparta su pelo de la cara, el moño desordenado a punto de caer. Hay manchas en su blusa, de algo que se ve como guisantes, y sus mejillas están enrojecidas.

Fue entonces cuando me di cuenta que no era sólo Regan haciendo un montón de ruido de mierda. Es un coro, una sinfonía de voces jóvenes enojadas viniendo desde la sala de estar. En algún lugar del piso superior¸ la voz de Ronan se une a la multitud. Y no hace ningún sonido jodidamente feliz.

Después de otro rechazo de zapatos, Brittany se levanta y tira la sandalia a través de la habitación.

—¿Cuál, Regan? ¿Qué es lo que quieres?

Regan solamente llora y apunta a absolutamente nada. Antes de que pueda decir algo, los gemelos llegan golpeándose al vestíbulo, brazos cerrados alrededor del otro. Caen al piso, rodando y gruñendo, los dientes desnudos.

—¡Sabías que la estaba guardando! —grita Rory.

—¡Estaba en el gabinete, es juego limpio! —gruñe Raymond.

—¡Paren! —grita Brittany—. Ustedes, ¡deténganse!

Es algo chillona ahora, también.


La ignoran completamente.

—¡Eres un idiota! —grita uno.

—¡Eres una polla! —replica el otro, y apuesto que ese fue Rory.

—¡Paren! —chilla Brittany, y agarra a uno por los pequeños y sensibles cabellos en la base de su cabeza. Luego lo levanta de un tirón.
Incluso yo jodidamente me encojo.
Rory aúlla, ambas manos cubriendo la parte de atrás de su cuello.

—¿Qué demonios? —demanda de su tía—. Voy a tener una jodida calva ahora.

—¡No pelees con tu hermano!

—¡Se comió el último pedazo de galletas de chocolate! —contraataca Rory—. Sabía que la estaba guardando y se la comió de todos modos.

Poniéndose de pie ahora también, Raymond se burla

—: Y estaba tan bueeeeeeenaaaaa.

Rory arremete, y me quedo congelada por el shock de ver todo el infierno desatarse. Me paro ente lo chicos, separándolos con apretones de hierro sobre sus brazos.

—Ya basta.

Luego Rosaleen viene lagrimeando a la vuelta de la esquina, con una Riley muy enojada tras ella.

Por supuesto.

—¡Dámelo!

—¡No, es mío!

—¡No es tuyo, es mío!

—¡No lo es!

Brittany instintivamente extiende los brazos cuando Rosaleen se encoge detrás de ella.

—¿Qué está pasando? —grita a su sobrina mayor.

—¡Tiene mi lápiz! —grita Riley.

—¡Un lápiz! —chilla Brittany—¿Estás bromeando? ¡Estás peleando por un jodido lápiz!

Riley hace un puchero en esa mordaz manera que los adolescentes hacen.

—Bonito lenguaje, Tía Brittany.

Brittany rechina los dientes. —Dame un descanso, Riley.

—No, se supone que tú seas la adulta ¡Míranos! ¡No es de extrañar que esta sea una casa de locos!

—¿Y eso es mi culpa? ¿Que sean un puñado de egoístas paganos malvados?

Riley la confronta

—: ¡Sí! ¡Esto es tú culpa!

Brittany levanta sus manos

. —¡Eso es! ¡Ya tuve suficiente de esto! ¡Todos, vayan a sus habitaciones!


Chillando con indignación, Rosaleen grita

—: ¡Pero yo no hice nada!

Brittany se gira bruscamente, encarando a la pequeña rubia.

—¡Dije vayan! ¡Ahora!

Rosaleen se arrastra a sí misma arriba, su pequeña cara fruncida y enojada.

—¡Eres mala! ¡No me gustas!

Brittany agarra a la niña de siete años por el brazo y la mueve hacia las escaleras.

—Bien, ¡puedo no gustarte desde tu habitación!

Rosaleen sube las escaleras con lágrimas, llorando. Riley marcha tras ella, brazos cruzados y hombros tercamente rectos. Rory le da un último empujón a su hermano, luego se dirige hacia arriba, también. Cuando Raymond se gira para seguirlos, Brittany añade

—: Raymond, tú ve a la habitación libre. No los quiero cerca uno del otro.

Echa fuego por los ojos.

—¡Esto apesta!

Brittany lo mira de vuelta. —¡Cuéntame sobre eso!

Después de que los Cuatro Jinetes del Apocalipsis desaparecieron en el piso superior, una misteriosa tranquilidad se estableció en la casa, como un lugar después de los fuertes vientos de un tornado. Ronan ya no llora más desde el piso superior, probablemente sucumbiendo a su siesta de media mañana. Regan eligió dos chanclas rosa fuerte desde la pila de zapatos no deseados, deslizándolos en sus pies, luego, sollozando, arrastra los pies fuera del vestíbulo.

Brittany respira duro, me acerco a ella con cuidado.

—¿Estás bien? —pregunto suavemente.

Sus ojos azules conectan con los míos por un momento. Y luego se echa a llorar. Y se ve tan malditamente linda, incluso desquiciada con la frustración que me trago una risa. Porque me mataría si sale de mis labios.

Froto su hombro y la guío por el pasillo hasta la cocina.

—Está bien. Shhh, no llores, está bien.

Sacude la cabeza, llorando y moqueando mientras se sienta en un taburete de la isla.

—No está bien. Son malos. Son unos pequeños animales desagradecidos.

Y repentinamente tuve la urgencia de llamar a mi madre, para disculparme. No por nada en específico…sólo por los primeros quince años de mi vida.
Agarro el Southern Comfort del refrigerador y lo vierto en un vaso. Ella solloza en sus manos.
Vierto un poco más.

—¿Qué pasó? —pregunto.

—¡Nada! —Me mira—. ¡Absolutamente nada! ¡Ellos sólo despertaron así!

Brittany se abofetea las mejillas y toma un gran trago. Aprieto su hombro. Apoya su codo en el mostrador y deja caer la frente en su mano. Su voz mezclada con culpa.



—Oh, Dios. No puedo creer que tiré del cabello de Rory. Rachel nunca hubiese hecho eso. Ella y Robbin no creían en el castigo corporal.

—Eso explica mucho. —Créeme, no soy fan de golpear a los niños. Pero hay veces que una nalgada está muy bien merecida.

—Rosaleen tiene razón ¡Soy mala!

—Y llora de nuevo.

Y mi risa ya no puede ser contenida. Sale profunda y totalmente comprensiva.

— Cariño, conozco gente mala. Confía en mí, tú no lo eres.

Se termina su trago.

—No te estoy diciendo cómo criarlos, pero sé de mi propia experiencia que los chicos necesitan disciplina. La quieren, incluso aunque no lo sepan. Deberías escribir una lista de faltas y castigos. Ya sabes, una palabrota y pierdes tu teléfono por un día. Peleas, y tienes que recoger la mierda del perro. Un Código Penal Pierce.

Sorbe, ojos rojos y nariz mocosa.

—No es una mala idea.

Me acerco, apartando sus piernas para pararme entre ellas. Toco su mandíbula.

—¿Te sientes mejor?


Brittany suspira abatida.

—No.

Inclino su cara hacia mí y la ladeo.

—Entonces déjame ver qué podemos hacer respecto a eso.

Sus labios son cálidos. Se hunde en el beso, abriéndose para mí, tomando mi lengua con un jadeo y gentilmente ofreciendo la suya. Es sólo un beso, no lo llevaré a más. Pero si se siente la mitad de bueno para ella de lo que se siente para mí, ha hecho el trabajo.

Me alejo, sólo un centímetro.

—¿Te sientes mejor ahora?


Y sonríe. —Casi. Podemos trabajar en eso un poco más.

Me río entre dientes.

—Hagamos eso. —Luego presiono mis labios contra los suyos otra vez.

Algunos días, me pongo increíblemente encendida observando a Brittany. Sólo la manera en que se mueve, en que sonríe… agachándose para recoger los juguetes del suelo. Y si soy suertuda, se presenta la oportunidad para actuar. Pero tenemos que ser sigilosas.

Hubo una tarde cuando Ronan se durmió temprano, Riley leía en su habitación, y Rosaleen y Regan veían a Rory y Raymond jugar Xbox.

Tomo el brazo de Brittany, arrastrándola hacia las escaleras.

—Chicos, cuiden a sus hermanas —digo.

Y unos pocos segundos después, tengo a Brittany en el baño de la habitación de huéspedes de arriba. Prendo la ducha para cubierta, y el fregadero, luego me presiono contra su espalda, pasando mi nariz por su cuello, inhalando la dulce fragancia de su piel y su deseo por mí. Voltea su cabeza, besándome en un vigoroso duelo de lenguas, agarrándose del fregadero tan fuerte que sus nudillos se vuelven blancos.

—¿Qué estamos haciendo? —jadea.

—Puedo hacerlo rápido —prometo—. Y puedo hacerlo bueno.

Después caigo de rodillas detrás de ella. Levantando su falda, arrastrando bragas blancas de encaje por sus piernas. Y mi boca está en ella, envolviendo su coño,
presionándola, lamiéndola como una hambrienta. Mi nariz rozando entre las mejillas deliciosas de su culo, maldición, ese culo.

Cuando tenga más tiempo, juro que le daré a esa área en particular toda la gloriosa atención que se merece.

La acaricio con mis manos, probando con mis dedos, poniéndola más caliente, más mojada de lo que ya está. Gime por encima de mí, inclinándose hacia adelante. Tan lista y jodidamente hermosa y ansiosa.

Me paro, desabrochándome los pantalones, y me deslizo en su suavidad húmeda en un empuje suave.

—Cristo —gimo—. Nada se debería sentir tan bien.

Brittany gime en aprobación cuando empiezo a empujar en su contra, la hebilla de mi cinturón tintineando con cada empuje. Se mantiene derecha, sus manos hacia atrás para acariciar cualquier lugar que pueda tocar, y ese ángulo la hace incluso más estrecha.

Extiendo una mano firme sobre su cadera, acuno su cara con la otra, y la volteo para poder besarla, probando esa dulce lengua. Nuestros labios chocan y muerden, nuestros gemidos mezclándose. Bombeo más rápido, moviendo mi mano a su hombro, mi brazo cruzando su pecho, sosteniéndola donde la necesito. La mano de Brittany desaparece abajo, tocándose, frotando rápidos círculos en su clítoris mientras me deslizo dentro y fuera de ella.
Y enloquezco.

—Oh joder…

Se viene con un gemido agudo, sus rodillas se aflojan, pero la sostengo, mis estocadas perdiendo su ritmo, tornándose en unas estocadas de placer mientras llego gloriosamente dentro de ella.

Después, arreglamos la ropa del otro, acariciándonos y besándonos. Las mejillas cremosas de Brittany hermosamente enrojecidas mientras se ríe contra mi boca.

—Mi Dios… realmente me gusta rápido.

Y creo que simplemente podría amarla.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por micky morales Sáb Nov 05, 2016 9:16 am

Esta historia de verdad me encanta, santana sin casi darse cuenta se esta convirtiendo en la pareja legal de brittany y algo asi como en la otra madre, a ver como siguen las cosas entre esta extraña pareja, que aun no acepta que lo es, por lo menos la abogada!!!!! [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 2145353087 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 918367557 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 3637566961
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por 3:) Sáb Nov 05, 2016 11:12 pm

Ratifico mi consepto de no tener hijos jajajaj
San tendria que ayudar a britt en cuestion de orden y esas cosas!!! Digo no san ya practicamente vive ahi!!!... un poco de diciplina no vendria mal!!!
Quiebro una lanza para britt... es dificil adaptarse a algo asi.. es cuestion de tiempo y sobre todo paciencia!!!!
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por JVM Dom Nov 06, 2016 1:18 am

Pues San ya es la otra mamá de todos esos niños Pierce, realmente se han adaptado como una familia sin darse cuenta, va a trabajar regresa, le ayuda a Britt con los niños. Buscan en que momentos estar juntas siempre procurando primero a los niños.
Y bueno para todos es difícil en ocasiones, supongo que mas para Britt que es la que se tiene que hacer responsable de todos, pero poco a poco lo va logrando además ahora ya no esta sola cuenta con San, que le esta ayudando a poner orden en esa casa.
Mientras espero que las cosas sigan fluyendo entre ellas y que no tengan ningún problema con Mercedes..... ¿?
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 12:24 am

CAPITULO 17

Aunque la mayor parte de la noche la pasamos en su cama, en realidad no duermo en lo de Brittany. Me voy a mi casa antes de que los niños despierten.
Hemos hablado al respecto; no quiere confundirlos o darles un mal ejemplo. Así que, una mañana muy temprano, después de mi carrera y una ducha, estoy vistiéndome, cuando mi teléfono se ilumina con el nombre de Brittany. Me lo llevo al oído.

—Déjame adivinar. ¿Has encontrado a una niñera que hace que Mary Poppins se vea como una vaga y estuvo de acuerdo en cuidar a los niños durante toda una semana, por lo que me necesitas a mí y a mi polla dura en la casa lo antes posible?

Su risa gutural viene a través del altavoz.

—Ese es un hermoso sueño, pero solo un sueño. Te llamo por otra cosa, algo que en realidad es más maravilloso. ¿Estás sentada?

Curiosa, me siento en la tapa cerrada del inodoro.

—Ahora lo estoy. ¿Qué pasa?

—Escucha esto.

Hay un poco de ruido: el sonido de ella ajustando su teléfono celular. Más lejos oigo su voz.

—Regan, ¿has aprendido una nueva palabra?

Entonces, alto y claro, viene la diminuta voz de Regan.

—No.

—¿Estás segura? —pregunta Brittany.

—No.

—Regan, dice no.

—¡No, no, no!

En el momento en el que Brittany vuelve al teléfono, me estoy riendo demasiado. Y el orgullo, ese tipo de orgullo ridículo, que te debilita las rodillas, me invade.

—¿Qué piensas de eso? —pregunta Brittany con una enorme sonrisa en su voz.

—Creo que tenemos una jodida genio entre nosotras.

En un día a principios de abril, Brittany tiene una reunión con Mercedes en las oficinas de la Agencia de Servicios para Familias y Niños. Lleva a los dos pequeños con ella y termino mi trabajo temprano para estar en la casa cuando los otros lleguen de la escuela. Estoy sentada en el patio delantero cuando Rory y Raymond se abren paso por el camino de entrada. Y antes de que siquiera me alcancen, visualizo una mancha roja brillante en el pómulo de Raymond, fresca, pero ya empezando a amoratarse.

—¿Que te pasó en la cara?

Raymond le da un vistazo a su hermano, y luego de nuevo a mí.

—Me caí subiendo las escaleras en la escuela. Me golpeé la mejilla en la barandilla de metal.

Apunto a la silla junto a mí.

—Siéntate.
Entonces agarro una roca de tamaño decente desde el jardín, regreso a mi lugar, y empiezo a golpetear sus rodillas, viéndolas sacudirse ante el impacto.
Se ajusta las gafas.

—¿Qué estás haciendo?

—Comprobando tus reflejos.

—¿Por qué?

—Porque tienes nueve. Y a menos que una persona esté muy vieja o enferma, el reflejo automático del cuerpo al caer hacia adelante es proteger la cara y los órganos vitales de una lesión, suavizando el impacto con las manos. Así que... antes de que te acuse de estar lleno de mierda, quiero estar segura de que no tienes
un tumor cerebral.

Después de otro golpeteo, pongo la roca sobre la mesa de hierro forjado y lo miro a los ojos-

—. Todo parece normal. Así que, ¿quién te dio un puñetazo en la cara, Raymond?

Rory sale de la conversación, caminando hacia el jardín del frente, y su hermano suspira.

—No puedes decirle a la tía Brittany.

—¿Por qué no?

—Porque llamará al director y vamos a tener una reunión, y eso sólo hará Que todo…

—Sea peor.

Asiento, totalmente comprendiéndolo.

—Sí.

Me inclino hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas.

—No voy a decirle a tu tía, pero vas a comenzar a hablar conmigo. Ahora mismo.

—Su nombre es Jeremy Sheridan. Me odia.

—¿Es un atleta? —adivino—. ¿Te hace la vida imposible para mostrarles a sus amigos lo maravilloso que es?

—No, él está en todas las clases a las que avancé por examen. La Sociedad Nacional de Honor también. No hace deporte.

¿Un matón nerd? Eso es nuevo. Los tiempos han cambiado desde que yo iba a la escuela.

—Pero mi promedio es mayor que el suyo. Siempre saco mejores notas que él en las pruebas, por eso me odia —explica Raymond, su voz melancólica.

—¿Cuándo comenzó esto?

Lo piensa.

—Enero. Fueron pequeñas cosas al principio, meterse con mi casillero, hacerme tirar los libros de mis manos, hacerme tropezar. Pero últimamente las cosas se han… intensificado.

Asiento lentamente, la ira crepitando como un fusible lleno.

—¿Y cómo reaccionas cuando Jeremy hace estas cosas de mierda?

Se encoge de hombros, avergonzado.

—Sólo intento permanecer fuera de su camino. Estoy pensando en bajar mis calificaciones a propósito. No quería recurrir a eso, pero quizás me dejará tranquilo si puede ser el número uno en su clase.

Es entonces cuando me doy cuenta de Rory, aún en el césped, agachándose de vez en cuando, con una bolsa de plástico en la mano.

Acuno mi boca con las manos.

—¿Qué estás haciendo?

—Recogiendo la mierda de Cosa —grita en respuesta.

—¿Por qué?

—Para ponerla en una bolsa y encenderla en el casillero de Jeremy Sheridan.

Bien…esa es una manera de tratar con ello.

—Tu corazón está en el lugar correcto, pero no creo que sea una buena idea.
—Agito una mano—. Ven aquí. Tengo otra estrategia en mente. Miro a Raymond, evaluándolo. —Eres delgado… débil.

—Sí —suspira—. Lo sé.

—Pero si puedes ser rápido, si sabes los puntos vulnerables para golpear... eso no importará.

—¿Quieres que golpee a Jeremy?

—¿La próxima vez que te aborde? Quiero que le rompas la maldita nariz. Te garantizo que no te molestará de nuevo después de eso.

Raymond se queda mirando al suelo, reflexionando.

—Mi padre solía decir que la violencia nunca es la respuesta.

—No lo es. Pero defenderte a ti mismo no es violencia, hay una diferencia. Tu padre querría que te defendieras, Raymond.

Parece acordar con ese razonamiento.

—Pero…no sé cómo golpear.

Pongo mi mano en su hombro.

—Yo sí.

Después de que Brittany vuelve a casa, llevo a los chicos a mi gimnasio. Pasamos las próximas dos horas golpeando la bolsa —Rory utilizando sólo el puño
que no está en una escayola. Le muestro a Raymond cómo apuntar, cómo poner su peso detrás de un golpe, cómo aterrizar uno sin romperse el pulgar. Mientras
salimos y subimos a mi coche, luce decididamente más animado que cuando llegó a casa de la escuela. Y entonces mi teléfono suena. Es la compañía de monitoreo.

—Jodido Sam —espeto en voz baja—. ¿Dónde está? —vocifero en el teléfono. Me dan la dirección y giro en U.

—Un momento, muchachos, tenemos que hacer un desvío rápido.

Quince minutos más tarde, estaciono delante de una mansión. No es una casa grande que se puede llamar una mansión, es una maldita mansión real.
Grupos de veinteañeros y personas incluso más jóvenes están reunidas en grupos por todo el césped, sosteniendo vasos rojos de plástico y fumando cigarrillos. oches aparcados al azar a lo largo del gran camino de entrada, y la música resuena desde las ventanas iluminadas. Rory y Raymond se encuentran detrás de mí mientras atravesamos la puerta principal.

—Quédense cerca de mí, chicos.

Los ojos de ellos se amplían con asombro a medida que pasamos de habitaciones con mujeres —chicas— semidesnudas caminando ahí, en medio de
gritos y risas. Sus cuellos se estiran y giran a la vista de chicos en gorras de béisbol y vaqueros caros esnifando polvo blanco de la cima de las mesas de vidrio. En el
pasillo, una rubia bonita que lleva nada excepto unos pantalones al estilo Daisy Duke y un sujetador, mira fijamente a Rory.

Ella estira la mano.

—Eres taaan lindo.

Pero le agarro la muñeca antes de que le ponga un dedo encima.

—¿Sam Evans? —le pregunto en voz baja.

—Está en la habitación de juegos, en la parte trasera.

La suelto y camino hacia el cuarto de atrás. Y me aseguro de que los chicos estén conmigo. Entramos en la sala de juegos, y a través de una niebla de humo
veo al gran imbécil sentado en una mesa de juego redonda, cabello rubio cayéndole sobre la frente, un gran vaso de cerveza y una pila de fichas negras en
frente de él. Sus ojos se encuentran con los míos.

—Oh, mierda.

Se pone de pie en un salto, listo para salir volando por las puertas francesas a su espalda.

—Ni siquiera lo pienses —le digo, advirtiéndole—. Si corres sólo me va a enojar más y será mucho peor para ti cuando te atrape. Y créeme cuando digo que
voy a atraparte. Rory trata de ser útil.

—Para una tipa vieja, ella es bastante rápida, amigo.

Los hombros de Sam caen.

—La fiesta acabó. —Lo llamo con mi dedo—. Vámonos.

Rory y Raymond se acomodan en el asiento trasero y el Idiota se sienta al frente. Tan pronto como llegamos a la carretera, comienza con

—: Lo puedo explicar.

—Lo cual importaría si estuviera interesada en escuchar una explicación. Y no es así.

Pero sigue hablando de todos modos.

—¡Estaba celebrando! Se me permite ser feliz, retiraron los cargos de heroína en mi contra.

—¡No jodas, Sherlock! —Tengo que gritar—. Soy la que les pidió que retiraran los cargos. Y permite que me asegure de que entiendo esto… ¿pensaste que era una buena idea celebrar que los cargos por drogas fueron retirados haciendo una fiesta donde malditas drogas están en todas partes? ¿De verdad no ves el problema con eso?

Simplemente se encoge de hombros.
Luego de veinte minutos de un silencio bendecido, estaciono delante de la mansión de Sam. Con el coche en punto muerto, pregunto

—: ¿Dónde están tus padres?

—No sé —responde con petulancia—. Francia, creo. Madre dijo que necesitaba unas vacaciones.

Probablemente por lo tonto que es su hijo. Pero aún así, sus padres no van a recibir ningún premio por ser padres del año.

—Así que... ustedes, como que... ¿quieren entrar y pasar el rato? —pregunta Sam.

Me froto los ojos.

—No, Sam, no quiero pasar el rato contigo, joder. —Lo señalo con el dedo—. Sólo tienes que ir adentro, cerrar la puerta con llave, e ir a la cama. Tal vez te despertarás más inteligente en la mañana.

Hace un mohín.

—De acuerdo.
Me aseguro de que entre en la casa y luego me alejo. Después de unos minutos, Raymond dice en voz baja

—: Él parece solitario.

—Es un imbécil. —No recibirá compasión de mi parte.

—Parece un imbécil solitario.

—Cuida tu lenguaje —vocifero por encima del hombro.

—¡Tú acabas de decirlo!

—Y cuando tengas treinta, podrás decir todo lo que quieras. Hasta entonces, mantén un lenguaje apropiado a tu edad.

—Eso es, como, la definición de hipócrita, Santana —argumenta Raymond.

—¿Tu punto?

Rory está inusualmente callado durante el viaje. Y me pregunto lo que piensa acerca de las cosas que ha visto. Su familia no tiene la misma clase de dinero para gastar que los Evans, pero están cerca. Y sin siquiera darme cuenta, canalizo al Juez.

—¿Saben por qué es un imbécil, muchachos?

—¿Porque bebe y consume drogas? —intenta Raymond—. Sólo los perdedores consumen drogas.

Hay algo maravillosamente conmovedor sobre la respuesta de Raymond.
Así de simple, blanco y negro. Tan inocente.

—Es verdad. Pero esa no es toda la razón. —Doblo en la calle de Brittany y continúo—: Sam me prometió que se quedaría en casa. Y luego rompió esa promesa. Cuando quitas todo lo demás: el dinero, la ropa, los coches caros, las casas grandes; todo lo que una persona tiene es su palabra. Dice exactamente lo que tiene intención de decir, y hace lo que dice. Si una persona no tiene su palabra, no es una persona de fiar, no es respetable, no vale nada. Lo asimilan por un momento. Entonces Rory pregunta

—: ¿Tu papá te enseñó eso? ¿Te mostró cómo ser... una persona de palabra?

Hay un dejo de preocupación en su voz. Y me pregunto si está preocupado por él y sus hermanos y hermanas que van a crecer sin su propio padre. Con ningún ejemplo para guiarlos. Así que todo lo que puedo darle, es la verdad.

—No, Rory. Mi papá era... el tipo de persona que yo no quería ser. —Y luego agrego—: Pero había otro chico, un amigo, el mejor tipo de amigo, quien no aguantaba ninguna de mis mierdas. Él me enseñó todo lo que necesitaba saber.


Más tarde esa noche, horas después de que los niños estén en la cama, Brittany y yo nos retorcemos entre sus sábanas. Es lento, casi dulce. Sus brazos largos y suaves se extienden por encima de ella, brillando con una suave perfección. Le beso el cuello, adorando su piel, mientras mis caderas se flexionan entre sus piernas. La monto en movimientos suaves y estables, los músculos de mi espalda tensos con el aumento de placer. Chupa el lóbulo de mi oreja, susurrando
lo bien que se siente, y mis embistes se aceleran con voluntad propia. Mi cuerpo se hace cargo… es perfección carnal y nunca quiero terminar. Pero tiene un maldito gran final. Las manos de Brittany agarran mi culo, empujándome más profundo mientras sus propias caderas se elevan para tomarme dentro de ella. Juntas
llegamos al éxtasis, se pone rígida debajo de mí cuando me pongo tensa por encima de ella, pulsando en su interior, las dos jadeando en silencio.

Después, me envuelvo alrededor de ella desde atrás. Se ríe de la nada y me besa las manos antes de acomodarlas bajo su mejilla, como su almohada personal. Inhalo su aroma mientras me voy a la deriva, mi nariz contra su nuca. Pero una voz pequeña y asustada rompe el silencio.

—Nooo. Noooo…

Viene del monitor de bebé de Regan. Brittany se sacude, abre los ojos y empieza a arrastrarse fuera de la cama. Sin pensarlo, la beso en la sien.

—Vuelve a dormir. Voy por ella.

Me pongo los pantalones y una camiseta y camino descalza por las escaleras.
Regan está sentada en su cama miniatura, ojos legañosos, el pelo un desastre, su habitación iluminada por una luz tenue de Cenicienta. Levanta los brazos tan pronto como me ve.

Y las palabras de mi madre, de hace décadas, salen de mi boca.

—¿Cuál es el problema, burbujita?

La levanto, su pequeño cuerpo caliente al instante aferrándose a mí. Le froto la espalda y suavizo su pelo. El labio inferior de Regan tiembla cuando apunta a
las largas cortinas en la esquina en sombras de su habitación.

—Nooo.

—¿Tuviste un mal sueño?

Muevo las cortinas, mostrándole que no hay nada oculto, nada que temer. Me aprieta los hombros con diminutos brazos y apoya la cabeza en mí. Me siento
en la mecedora junto a su cama, acariciando su espalda y susurrando en voz baja.

—No hay monstruos, Regan.

En la vida real los hay, pero no en esta casa. No mientras yo esté respirando.

—Te tengo, pequeña. Estás segura. Shhh… Ve a dormir.

Le beso la parte posterior de la cabeza y le masajeo la espalda, balanceándola hasta que se relaja en mis brazos y vuelve a caer en un sueño tranquilo.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 12:30 am

CAPITULO 18

Unos días después, Rosaleen asusta a Brittany y le roba diez años de vida cuando desaparece. Estoy trabajando hasta tarde, Brittany ayuda a Riley con su tarea, y el resto de los niños están dispersos alrededor de la casa… haciendo lo que los niños hacen. Cuando es momento de alistarse para ir a la cama, Brittany se da cuenta de que la pequeña rubiecita no está. Gritan su nombre, buscan a través de las habitaciones, el armario, la casa de juegos en el patio, la maldita piscina y el jardín. Llama a los vecinos y también revisan sus patios. Para el momento en que deja de buscar para llamarme, es un desastre de lágrimas frenéticas, lista para llamar a la policía y a la guardia nacional. En el auto, manejando hacia la casa, soy yo quien pregunta si revisaron el tercer piso; el cuarto de Robert y su esposa.

Apresurada y sin aliento, Brittany dice que no lo hicieron, y salta a las escaleras. Ahí, acurrucada en el piso del armario, envuelta en la bata de su madre,
está Rosaleen, profundamente dormida. Llego a la casa unos minutos después del descubrimiento, cuando Brittany todavía se encuentra llorando y temblando.
Rosaleen se siente mal pero dice que le gusta entrar al clóset de su madre a veces.
Para recordar cómo olía. La explicación hace llorar a Brittany aun más. Y también rompe mi maldito corazón.

Después de una hora de acostarse inusualmente larga, cuando Brittany no parece ser capaz de alejarse del umbral de la puerta de su sobrina, abordo el tema
de la habitación. Han pasado meses desde la muerte de Robert y su esposa, y el cuarto permanece tal cual como lo estaba antes. No sé mucho sobre el duelo, sé todavía menos de niña, pero no parece… saludable para mí. Brittany permanece firme, aclama que los niños no están listos para el cambio, para tener las cosas más personales de sus padres metidas en cajas y en otra parte. O peor, regalarlas. Pero no creo que sean los niños los que no estén listos. Creo que es ella. Desestima el tema, negándose a discutirlo. Y cuando esos hermosos ojos se vuelven fríos, lo dejo pasar. Porque en realidad no es mi asunto, así que no vale la pena una discusión.

En la tarde del miércoles después de la imitación de Houdini de Rosaleen, Brittany me llama a la oficina.

—¿Estás libre?

—Depende. ¿Qué tienes en mente? —digo, mi tono pesado con la sugerencia de lo que hay exactamente en mi mente. Está justo en la línea de lo que hay en mis
pantalones.

—No eleves tus esperanzas. —suspira Brittany—. Estoy en camino para recoger a Raymond de la escuela.

Reviso mi reloj.

—¿No debería estar en casa ya?

—Así es, pero lo retuvieron después de clases. Aparentemente se metió en una pelea.

Una sonrisa se desliza en mis labios.

—¿Ganó?

—¿Qué clase de pregunta es esa?

—Ah… ¿la única que importa?

Se ríe entre dientes.

—No sé si ganó. El director quiere verme en su oficina para discutirlo. ¿Quieres encontrarme ahí? Tengo la sensación de que tu abogacía puede ser útil.

Y tengo el presentimiento de que tiene razón.

—Estoy recogiendo, te veré ahí.

Para el momento en que llego a los terrenos cubiertos de hiedra de la escuela privada de Raymond, la reunión ya ha comenzado. Una secretaria me lleva a una
enorme oficina, donde un digno hombre de cabello gris está sentado detrás de un escritorio presidencial; premios y reconocimientos se alinean en las paredes, y
estanterías de madera oscura se encuentran llenas de volúmenes gruesos con hojas doradas de aspecto importante.

Brittany se sienta en el lado opuesto, una silla vacía entre su cuerpo y dos padres de apariencia adinerada y bastante enojada. La mujer es rubia, con un traje
azul rey y perlas, y largas uñas rojas. El esposo se ve más silencioso, más pequeño, la rémora de su tiburón.


—¿Y usted es? —pregunta monótonamente el tipo de cabello gris; el director.

Le paso mi tarjeta.

—Santana López. Soy la abogada de la familia.

La rubia eleva una ceja mordaz.

—Yo también soy abogada —me dice, como si fuera una advertencia.

—Pensé que podría ser el caso —respondo. Le toma a uno conocer a otro.

Me siento junto a Brittany. Se ve nerviosa, con las manos apretadas sobre su regazo.

—¿En dónde estábamos?

—Quieren expulsar a Raymond —dice con voz tensa.

Me inclino hacia atrás y asiento.

—Interesante.

El Director se aclara la garganta incómodamente.

—Tenemos una política de cero tolerancia aquí para las peleas y el acoso de cualquier niño. Raymond lastimó gravemente a su compañero de clase.

—¿Le rompió la nariz? —pregunto casualmente.

El director es tomado por sorpresa.

—No…

Que mal, mejor suerte la próxima, niño.

—…Pero hubo sangrado excesivo. Fue una experiencia aterradora para todos los involucrados.

Incapaz de quedarse en silencio por más tiempo, la madre rubia se levanta.

—No pago treinta mil dólares al año en matrícula para que asalten a mi hijo en los pasillos. ¡Demando que este… delincuente reciba cargos!

—Veamos las cintas —sugiero.

—¿Las cintas? —pregunta el Director, como si no supiera de lo que hablo.

—Las cintas. —Asiento—. Pasé no menos de nueve cámaras de seguridad en el pasillo mientras venia hacia acá. Debe haber un video del altercado. Y puesto
que ocurrió hace horas, seguramente el material todavía no debe haber sido reciclado.

Los ojos del director se amplían, y casi espero que diga: No me llames Shirley.

—A menos… ¿Qué ya hayan visto el material? —Entrecierro los ojos—. Ya veo lo que sucede. —Y jodidamente me molesta. No van a querer que me moleste.

—¿Qué cree que ve, Srita. López?

Me dirijo a la víbora rubia.

—¿Ustedes son gente del club de apoyo, no? ¿Patrocinadores? ¿Donan dinero a la escuela muy por encima de esos treinta mil para bibliotecas, a las nuevas, y cosas por el estilo?

El padre al final encontró su voz.

—No veo que eso tenga algo que ver con esto.

Mis ojos vuelven al viejo detrás del escritorio.

—Tiene todo que ver con esto porque el Sr. Director piensa que es más fácil colgar todo esto sobre Raymond, quien tiene un tutor legal que puede estar demasiado ocupado para pelear, antes de agitar las plumas de un benefactor. ¿Es correcto?

—¡Ciertamente no es así! —se ahoga—. No aprecio lo que usted está implicando.

—Estoy segura de que no.


Juega con su corbata.

—He visto el material al que la Srita. López se refiere. Aunque el comportamiento en ambos lados fue menos que ejemplar, siento que dada la violencia de asalto de Raymond, se merece un castigo más severo.

Y ahora me río.

—Así que, porque Raymond es el mejor luchador, ¿va a ser más duro con él?

Comienza a hablar, pero lo interrumpo. —Pongamos un alto en eso por Ahora y discutamos su política de “cero tolerancia”. ¿En dónde estuvo esa política
cuando Raymond fue agredido desde enero?

La cabeza de Brittany se gira velozmente hacia mí.

—¿Qué?

Mantengo mi enfoque en el director, y la voz mortalmente calmada.

—Sé de buena fuente que Jeremy ha golpeado, empujado, hecho tropezar, y degradado a Raymond numerosas veces. O decidió ignorar esos casos, o no sabe lo que sucede en su edificio, Sr. Director . De cualquier manera, no presagia nada bueno para usted.

Su rostro se vuelve rojo, pero no me detengo. Me inclino hacia adelante.

—Y déjeme ser perfectamente clara en este punto: si hay algún caso más de acoso en cualquier forma contra Raymond Pierce de este día en adelante, demandaré
hasta acabar con esta escuela y a usted personalmente. —Inclino la cabeza hacia Brittany—. Para el momento en que termine con usted, ella poseerá cada edificio en
estos terrenos; y su casa. —Lo clavo a la pared con mi mirada—. No hago amenazas a menudo, Sr. Director, y cuando las hago… nunca es en vano.

Giro la cabeza hacia el hirviente tiburón rubio.

—Eso va para usted y su hijo, también.

Y el hirviente se torna en plena ebullición.

—¡Espere un maldito minuto! ¡Mi hijo es la víctima aquí! Fue…

—Señora, odio interrumpirla, pero su hijo es una mierdita con espíritu maligno que disfruta gobernar a aquellos que son más débiles, y más inteligentes,
que él. Y eso termina hoy.

Ella se levanta.

—¡Jeremy nunca haría tal cosa!

Oh, hombre, es una de esas. Veo muchos padres como ella en mi línea de trabajo: personas selectivamente ciegas con el síndrome de “mi-ángel-no”.

—¡Y si Raymond Pierce dice que lo hizo, entonces es un sucio, asqueroso pequeño mentiroso!

Y ahora Brittany también está de pie.

—No voy a escucharla ponerle nombres a mi sobrino. Él es amable y considerado, y si su hijo lo lastima de alguna manera…

Ella habla en el rostro de Brittany.

—¡Quizás si su hermano hubiera sido un mejor padre, no tendría un hijo que actúa como un animal!

El aire sale del cuerpo de Brittany. Y su rostro se pone blanco.

—¿Qué acaba de decir?

—¡Me escuchó! En lugar de salir y conseguir quedar salpicado a lo largo de La autopista, quizás debería haberse quedado en casa y…

He escuchado la expresión Los padres morirán por sus hijos; las madres matarán por ellos. Pero no la había entendido por completo hasta este momento. La dulce,
sonriente mujer que conozco se ha ido, y en su lugar está una luchadora de jaula que va por el premio.
Es caliente.

—¡Jódete, coño malvado!

—¡Brittany! —grito, totalmente asombrada.

Me levanto y agarro su brazo, justo cuando ella se mueve para darle un golpe a la rubia. Lucha para salir de mi agarre mientras le empujo detrás de mí.


—¡Meteré esas perlas por tu garganta, perra miserable!

Y la perra miserable tampoco se lo toma con calma.

—¡No, jódete tú, pequeña ramera! ¡Acabaré contigo! —Su esposo trata valientemente de contenerla.

Brittany se mueve hacia ella, casi logrando derribarme.

—¡Te romperé la cara, loca adicta a la cirugía plástica!

Esto puede estar saliéndose de control. Así que recojo a Brittany y la lanzo sobre mi hombro, sus piernas pateando y maldiciendo hasta por los codos contra
mi espalda mientras la sostengo con un brazo.

—Tomaremos un día de suspensión —le digo al director—. Mientras Jeremy consiga lo mismo.

—Hecho —concuerda el Director, más ansioso que cualquier otro de que nos larguemos de su oficina.

Mantengo a Brittany fuera del alcance de la bruja chillona.

—Buena suerte con eso, hombre —le digo al esposo, y salgo por la puerta.

En dos sillas alineadas contra la pared del pasillo están sentados Raymond y, a juzgar por el trapo ensangrentado que sostiene contra su nariz, el pelirrojo
Jeremy.

—Linda cara —le digo al cabeza de zanahoria. Luego a Raymond—: Vámonos.

Raymond mira atónito a la mujer todavía furiosa que cuelga de mi espalda.

—¿Qué le pasa a la tía Brittany?

—Oh…—digo, intentando restarle importancia, mientras caminamos por el pasillo—, simplemente perdió un poco la cabeza.


Para el momento en que llegamos al estacionamiento, Brittany está un poco más quieta, levemente calmada.

—¡Bájame, Santana! Ahora mismo, lo digo en serio.

La dejo sobre sus pies.

Y procede a caminar a mí alrededor, de regreso a la escuela.

Me planto frente a ella.

—A, ya pasé incontables horas manteniendo a los miembros de tu familia fuera de la cárcel.

Marcha hacia adelante, sin inmutarse. La bloqueo de nuevo.

—B, la Agencia de Servicios a Niños y Familias no verá amablemente que insultes a la madre del compañero de clases de tu sobrino en su escuela.

Eso hace el truco. Brittany me mira, sus ojos brillando con furia… y dolor.

— ¡Esa mujer es una perra sin corazón!

Me acerco, mi voz cayendo.

—No podría estar más de acuerdo. Y no hay una maldita cosa que puedas hacer al respecto. —Froto su hombro—. ¿Estás bien con eso?

Su respiración comienza a nivelarse. Y se ve más como su versión no loca.

— Sí. Estoy bien ahora.

Se gira y se dirige al auto, donde se encuentra a Raymond. Su dedo lo apunta.

—¡Deberías habérmelo dicho, Raymond!

—No quería empeorarlo —dice él.

—¡Te amo! ¡Es mi trabajo protegerte y no puedo hacerlo si no me dices cuando alguien te lastima!

—Le dije a Santana —grita Raymond, gesticulando hacia mí—. Y ella me ayudó.

Todo estará mejor ahora.

Brittany me mira bruscamente. Infeliz. Y tengo la inconfundible impresión de que las cosas no estarán mejor para mí. Ella toma una respiración profunda.

—De acuerdo. Tenemos que buscar a los otros niños. Hablaremos de esto en casa.

Brittany está rígida y en silencio en el camino a casa. Camina hacia la casa de los vecinos y les agradece por cuidar a los niños. Mientras ellos se esparcen por la
casa, frunce el ceño.

—Necesito hablar contigo en la cocina, Santana. Ahora.

Tan pronto como atravesamos la puerta de la cocina, se gira hacia mí.

— ¿Cómo pudiste no decirme lo que pasaba con Raymond?

Realmente no entiendo por qué es tanto problema.

—Me pidió que no lo hiciera.

Sus brazos caen a los lados.

—¡Hace dos días, Rosaleen me pidió que tiñera su cabello de tres colores diferentes! ¡No siempre tenemos que hacer lo que nos piden! Pensé que podía depender de ti, ¡se supone que somos un equipo, Santana!

No sé si es el hecho de que me está gritando o el estado irreconocible en el que se encuentra mi vida ahora, pero empiezo a cabrearme.

—¿Qué significa eso?

—¿Qué quieres decir con, qué significa eso? Somos nosotras contra ellos; ya soy superada en número, se supone que debes estar de mi lado.

Luego mira mi cara. Y sus hermosos ojos se nublan. Con inseguridad. Duda.

—¿O no?

Sentimientos de responsabilidad por todos ellos se establecen sobre mi espalda como una bóveda bancaria. De obligación y equipaje, todas las cosas en las
que juré que nunca me mezclaría. ¿Y ahora me está dando mierda? ¿Qué demonios
más quiere de mí? Cristo, ¿no es suficiente que piense en ella —ellos— todo el tiempo? ¿Qué esté totalmente distraída? Llego tarde al trabajo y me voy temprano
en un abrir y cerrar de ojos, solo para verlos antes. Joder… es… aterrador.

Apunto a mi pecho, mis palabras salen entrecortadas.

—Del único lado que estoy es el mío.

—Me froto la cara con la mano.

—. No me malentiendas, eres un buen momento y los niños son un viaje, pero no soy la jodida Señorita. Mamá, Brittany. Esta no es mi vida. Tengo prioridades y planes que, créelo o no, no tienen nada que ver con nadie en esta casa.

Respiro con fuerza después de decir las palabras.

Y Brittany está en… silencio. Anormalmente silenciosa por varios segundos. Luego, sin mirarme, susurra

—: Mi error. Gracias por aclararlo.

Se da la vuelta rígidamente y empieza a sacar vegetales del refrigerador para la cena. Mientras el silencio se estira, pienso en mis palabras y cuan… duras
sonaron.

Doy un paso hacia ella.

—Brittany, mira, yo…

—Oye, Santana, ¿quieres jugar con el Xbox? —pregunta Rory, entrando a la habitación.

Finalmente, Brittany levanta la mirada y veo sus ojos. Nadan con dolor, brillan con pesar. Y una presión terrible aprieta mi pecho.


—Santana no puede jugar en este momento, Rory. Tiene que volver a su lado del campo.

Las cejas de Rory se juntan.

—¿Se supone que debo saber lo que significa?

Podría haber estado hablando con Rory, pero sus palabras eran para mí.

—Rory, ve a la otra habitación —le digo, mis ojos fijos en su tía.

Milagrosamente, hace lo que le digo. Y cuando se va, espeto

—: ¿En serio vas a sacar esa mierda? ¿Ponerlos en el medio? ¿Sostenerlos sobre mi cabeza?

—Mi dedo apunta con fuerza—. Eso es jodido, Brittany.

Se acerca a mí, sus ojos ardiendo.

—Nunca los pondría entre nosotras. Además, tendría que haber un “nosotras” en primer lugar, y de acuerdo contigo, ¡no lo hay! ¡Y el que no te quiera alrededor de Rory en este momento no tiene nada que ver con esta discusión y todo que ver contigo actuando como una idiota!

Desde el otro cuarto, Rosaleen dice

—: Oooh… ¡la tía Brittany llamó a Santana con la palabra I!

La voz de Rory llega a la cocina.

—¿Imbécil?

—No.

—¿Insoportable?

—No.

—¿Insufrible?

—¿Qué es insufrible?

—¡Rory! —gritamos Brittany y yo al mismo tiempo.

Nuestras miradas chocan, ninguna cediendo un centímetro.

—Tal vez debería irme.

No es una pregunta, pero ella responde de todos modos.

—Creo que eso sería lo mejor.

Soy yo quien sacó el tema, así que no hay maldita razón para que sus palabras deban dejarme fría por dentro. Vacía. Pero lo hacen. Sin otra palabra, me doy la vuelta y me voy.

marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por JVM Lun Nov 07, 2016 1:46 am

:/ pues ya salieron a flote los miedos de San, lo que supuestamente no quería en su vida lo tiene con Britt pero ahora que ve esto como algo serio se hace a un lado. Y si es así que bueno que le dijo a Britt que no cuente con ella, pero la realidad es que San ya no puede estar lejos de ella ni de los niños porque aunque no le guste, es la otra mamá.
Gracias por actualizar, esperó los próximos capítulos y haber como sigue la relación entre las chicas!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por 3:) Lun Nov 07, 2016 1:49 am

San la cago en grande en su escala de posiciones!!!!... y de sobra sabe que ya no es como antes!!!!
Me gusta que a su manera san ayude a los chicos jajaja...
Amo a la bebe!!!!.. una palabra nueva!!!
San la cago esta clarissssiiimoooo!!! A ver como lo arregla... y convense a britt de lo contraro???
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 5:02 am

JVM escribió::/ pues ya salieron a flote los miedos de San, lo que supuestamente no quería en su vida lo tiene con Britt pero ahora que ve esto como algo serio se hace a un lado. Y si es así que bueno que le dijo a Britt que no cuente con ella, pero la realidad es que San ya no puede estar lejos de ella ni de los niños porque aunque no le guste, es la otra mamá.
Gracias por actualizar, esperó los próximos capítulos y haber como sigue la relación entre las chicas!

Bueno con tantos problemas que les resuelve a los Pierce creo que no se dio cuenta la responsabilidad que estaba asumiento.. ya los niños estan acostumbrados a ella y juega excelentemente el papel de mami... Asi mero ella ya asumio el papel de la otra mami y no puede alejarse aunque extrañe su antigua vida vacia.... ok, vamos por unos cap mas por que no creo poder actualizar en la semana..... por cuestiones de trabajo... espero comprendan
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 5:05 am

3:) escribió:San la cago en grande en su escala de posiciones!!!!... y de sobra sabe que ya no es como antes!!!!
Me gusta que a su manera san ayude a los chicos jajaja...
Amo a la bebe!!!!.. una palabra nueva!!!
San la cago esta clarissssiiimoooo!!! A ver como lo arregla... y convense a britt de lo contraro???

Bueno creo que la situacion la ahogo un poco, la supero todo esto que esta pasando, en cada problema es ella quien brinda la solucionn, ya Brittany no hace nada sin ella y creo que en ese particular caso Brittany fue injusta, cada una juega un papel de madre, pero Santana es la madre cool, la que es mas permisiva y a la que le pueden contar cualquier cosa.....

Tambien adoro a la bebe, nada mas que elige unas palabras todas raras ahora es NO, jajajjajajaj
vamos a ver si hay reconciliacion,...... saludos...
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 5:39 am

CAPITULO 19

El jueves comienza mal y desde ahí se va directo al infierno. Está lloviendo, y mi corrida matutina es una mierda porque tuve una noche de sueño terrible. No
importó cuantas veces aporreé la almohada, no pude ponerme cómoda. Estoy llegando tarde a la oficina porque un idiota que no sabía cómo conducir en la
lluvia chocó su coche contra un poste telefónico, atrasando el tráfico. Luego, una hora después de que finalmente me instalé en mi escritorio para comenzar a
trabajar a través de una pila de papeles más alta que yo, termino derramando café en mi camisa favorita.

—¡Maldita sea!

Quinn gira su silla desde su escritorio al otro lado de la oficina que compartimos.

—¿Problemas?

Froto la mancha en mi pecho con una servilleta, tratando de asesinarla.

— Derramé mi café.

Sus cejas se elevan.

—¿Acaso alguien orinó en el primero? Has estado ladrando toda la mañana. Incluso fuiste desagradable con la Sra. Higgens, y ella es lo más cercano a un santo que conozco.

Niego con la cabeza, sin ánimo de compartir.

—Solo un mal día.

Vuelve a leer el documento en sus manos.

—Y solo ha comenzado.

No me digas.
No escucho de Brittany en toda la mañana, no que lo hubiese esperado. Y no pienso en ella. No sobre la furia congelada en su rostro o el dolor en sus ojos la
última vez que la vi. No sobre sus labios que besan tan suavemente, sonríen fácilmente, y ríen encantadoramente. No pienso en los niños tampoco... no en la mirada sabiamente perceptiva de Riley o las preguntas amables de Raymond. No pienso en la sonrisa sabionda de Rory o la risita de Rosaleen. No pienso en la dulce voz de Regan o la babeante sonrisa de Ronan. Me rehúso a pensar en cualquiera de ellos... en absoluto.

Luego de un tranquilo almuerzo con Rachel y Quinn, Ryder estaba atrapada en la corte, me siento en mi escritorio y me entierro en archivos de casos por dos
horas. Y luego hay una conmoción afuera de mi oficina. Voces elevadas y la Sra. Higgens diciendo que no puedo ser molestada sin una cita previa. Por un loco
segundo pienso que quizás es Brittany con algunos de los niños. Pero no lo es.

—Sra. Holten.

Está de pie en la puerta de mi oficina, cabello rubio perfectamente peinado en un elegante nudo en la base de su cuello. Su blusa es blanca, como un poco más
oscura que su tono de piel. Uñas con manicura francesa decoraban sus delicadas manos, una de las cuales sigue agraciada con un brillante anillo de compromiso y
una argolla de matrimonio. Descansan a sus lados, contra una falda azul demócrata.

La Sra. Holten es la esposa del Senador William Holten. La que está acusado de golpear hasta dejarla sangrando. En el caso en que lo represento. Y ella está en mi oficina.

—Necesito hablar con usted, Srita. López.

La Sra. Higgens trata de explicar

—: Le dije que no puedes verla, Santana. Yo...

Levanto mi mano.

—Está bien, Sra. Higgens. Me ocuparé de ello.

—Cierra la puerta cuando se va.

La Sra. Holten deja salir un suspiro de alivio rápido y se acerca a mi escritorio.

—¿Es verdad?

—Sra. Holten...

—Vengo de la oficina del fiscal. Dicen que en el juicio de mi marido, algunas... indiscreciones... de mi pasado podrían ser publicadas. Por usted. ¿Es eso verdad?

Me pongo de pie. Mi voz es calmada pero firme.

—No puedo hablarlo con usted. Es la testigo demandante en un caso de grave asalto contra mi cliente.

—¡Necesito saber!

Mis palmas se mueven a mi pecho.

—Podría ser acusada de manipulación de un testigo. No puede estar aquí.

Rechina los dientes, al borde de las lágrimas, sus manos tiemblan... pero más que nada, luce totalmente aterrorizada.

—Me casé con William cuando tenía dieciocho años. Nunca tuve una carrera, mi único trabajo fue ser su esposa, la madre de nuestros hijos, su apoyo en la campaña electoral. —Su garganta se contrae cuando traga reflexivamente—. Es capaz de alargar nuestro divorcio por años. Conoce a todos los jueces. Cuando esto termine, todo de lo que dependeré es la amabilidad de amigos ricos y la admiración de mis hijos. Si usted sabe lo que sospecho que sabe, y eso sale en el juicio de William, nunca volverán a mirarme de la misma manera otra vez. Tendré nada. Por favor, Srita. López, solo necesito estar preparada para lo que vendrá.

Paso mi mano por mi rostro y hago un gesto a la silla frente a mi escritorio.
La Sra. Holten se sienta pero permanece rígida como una tabla.

—¿Le gustaría un vaso de agua?

—Gracias, sí.

Le sirvo un vaso y lo pongo en mi escritorio a su alcance. Luego me siento otra vez y cuando hablo, escojo las palabras muy cuidadosamente, tratando muy
duro de doblar las reglas sin romperlas, y en el proceso arruinar mi carrera entera.

—Hablando solo hipotéticamente y sin referirme a este caso en específico, es una práctica común para esta firma y para mí personalmente emplear a
investigadores privados quienes investigan a potenciales testigos. Ellos miran en sus historias pasadas y recientes por información que podría ser posiblemente
utilizada para impugnar su credibilidad.

—¿“Impugnar su credibilidad”? —repite—. Entonces, una vez mentiroso, siempre mentiroso... ¿verdad?

Miro en sus ojos, son café suave, como un ciervo.

—Dependiendo de las circunstancias... sí.

La Sra. Holten bebe de su agua y pregunta

—: ¿Entonces si un potencial testigo tuvo un romance y mintió sobre ello a su esposo, sus hijos y amigos? ¿Si ella desarrolló una dependencia de los medicamentos para el dolor y tuvo que internarse en un centro de rehabilitación? ¿Usaría eso para impugnar la credibilidad de un testigo, Srita. López?

Está preguntando porque según el reporte en el cajón de mi escritorio, la Sra. Holten ha hecho todas esas cosas. Mi estómago da un giro, enojado y enfermo. Pero no le mentiré.

—Si el juez lo permite, sí, absolutamente traería esos temas a colación en un juicio.

—¡Eso es chantaje!

—Esa es la ley.

Comienza a jadear, una mano en su garganta, casi hiperventilando. Quinn se acerca a ella desde su escritorio.

—¿Necesita algo, señora?

Cierra sus ojos y fuerza sus respiraciones a calmarse.

—No, estaré bien. Yo solo... fui una tonta por pensar... —Acaricia su perfecto cabello y se gira a mí—. Dígale a William que arreglaré esto. Y volveré a casa. Dígale...

—No puedo hacer eso. No puedo pasar mensajes. Yo...

—¡Es importante que él sepa que estoy dispuesta a volver a casa! —dice, presionando—. Y que arreglaré este desastre que causé. —Se pone de pie
abruptamente—. Puedo encontrar la salida, señoritas. Gracias, Srita. López, por su... honestidad.

Y sus ojos se vuelven planos. Como un condenado a muerte, simplemente esperando que alguien venga y jale de la palanca. Luego sale de mi oficina, cerrando la puerta suavemente detrás de ella. Observo la puerta cerrada por unos minutos... recordando. Hasta que Quinn me llama por mi nombre.

—¿Estás bien, Santana?

Pestañeo y agito mi cabeza para aclararla. Luego me muevo más cerca de mi escritorio y me enfoco.

—Sí, estoy bien. —Y mi voz es tan muerta como los ojos de la Sra. Holten—. Simplemente es parte del trabajo.

Unas pocas horas después, luego de que un tono negro llena la ventana de mi oficina, otra conmoción se desarrolla fuera de la puerta. Se abre y el joven fiscal
Finn Hudson está ahí, echando humo. Su noble corcel probablemente aparcado afuera.

Le digo a Quinn secamente

—: Debe ser el día de la entrada dramática. Suerte la mía.

Despido a Mrs. Higgens con una mano mientras Finn prácticamente arrasa con mi escritorio.

—¿Qué le dijiste?

Me inclino en mi silla.

—No estoy segura de qué hablas, Finn.

Sus dedos apuñalan el aire.

—¡Sabes exactamente de lo que hablo! Sabrina Holten vino a mi oficina... a retractarse de sus acusaciones contra su marido. Dijo que no podía arriesgarse a que sus indiscreciones salieran a la luz.

Me encojo de hombros.

—Los testigos que se dan vuelta siempre son un dolor en el culo.

—¡Sé que estuvo aquí! —deja salir, sus ojos quemándome.

—Se detuvo por aquí, sí. Parecía muy angustiada.

Se inclina en mi escritorio.

—¿Discutiste el caso con ella?

Aún no me molesto en salir de mi silla.

—Por supuesto que no, excepto para decirle que no podía discutir el caso con ella. Por lo contrario, hablamos de hipotéticos. Y luego se marchó. Quinn estuvo en la habitación todo el tiempo.

—Hipotéticos... —escupe, como si fuese una mala palabra—. Apuesto.

Desde el otro lado de la habitación, Quinn pregunta

—: ¿Estás acusando a mi colega de algo, Hudson?

Hudson dirige su respuesta a mí.

—Sí, estoy acusándola de ser una bolsa de mierda.

Lo miro hacia abajo.

—Realmente no me gusta tu maldita actitud, Finn. Ha sido un día difícil... no quieres presionarme.

Retrocede, pero solo un poco. Sus manos aún siguen hechas un puño, su mirada aún tira cuchillos.

—Le dije que podía proceder sin su testimonio, presentaría su declaración como evidencia.

—Lo que jamás te dejaría hacer —dije, interrumpiéndolo—. No puedo interrogar a una declaración.

—¡Estaba aterrada, López! ¿No te molesta en absoluto?

No respondo. Porque a veces, no hay nada que puedas hacer.

—Fue tan lejos como para decir que testificaría a favor de su marido si yo seguía adelante —continuó Hudson—. Que diría que estaba confundida y que fue
todo una caza de brujas política contra él. Dije que podría acusarla de perjurio.

Quinn ríe.

—Guau, ¿enjuiciando a tus víctimas? Eso te hará realmente popular con los grupos de defensa.

—No iba a hacerlo realmente —le dice Finn—. Solo quería ver si cambiaba de opinión. No lo hizo. —Me fulmina con la mirada por unos segundos, luego
preguntas—: ¿Has mirado su historial médico? Ella no es su esposa... ¡Es su bolsa de boxeo!

Froto mis ojos. De repente... tan malditamente cansada. De todo.

—¿Qué estás buscando aquí, Hudson? No lo entiendo, ¿qué quieres que haga por ti?


Sus ojos pasan sobre mí, llenos de odio. Con disgusto.

—Olvídate de mirarte al espejo. Solo quiero saber, ¿cómo vives contigo misma?

Las palabras cuelgan pesadas en la quieta habitación, hasta que Finn niega con la cabeza.

—Olvídalo. No tiene importancia y tú no vales mi tiempo.

Y se marcha de la oficina, golpeando la puerta tras de él.

Paso mi mano por mi cuello. Luego me pongo de pie y empaco los documentos en mi maletín.

—Me voy —le digo a Quinn.

—¿Quieres venir esta noche? ¿Cenar conmigo y Rachel?

—No esta noche, amiga. Mientras más rápido me vaya a dormir, más rápido terminará este maldito día.

Pero no me voy a casa. En su lugar conduzco a un lugar de mala muerte — un real antro bar— con personal de mal humor, clientela casi inexistente, y
whiskey fantástico. En lugar de tener que lidiar con camareros amables y hambrientos de propina y mujeres buscando ligar, aquí sé que me dejaran sola.
Que es exactamente lo que necesito en este momento.

Me siento en un taburete raído mientras un musculoso camarero, con una espesa barba de chivo negro me sirve un whiskey doble, limpio. Dejo varios
billetes en la barra de madera, más de lo necesario.

—Simplemente deja la botella entera.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Lun Nov 07, 2016 5:45 am

CAPITULO 20

Horas más tarde, me encuentro tropezando en escalinata de Brittany, sin ningún recuerdo claro de cómo llegué allí. Echo un vistazo hacia atrás a mi coche
aparcado torcidamente. Y al césped. Me alegro de que el ticket de aparcacoches no funcionara, obviamente soy
muy mala en ello. Las luces en el interior de la casa están apagadas, y todo se halla en silencio en el recinto Pierce. Deja claro que probablemente sea demasiado tarde para aparecer aquí, y es jodidamente seguro que también es tarde para llamar a la puerta.

Entonces recuerdo la llave de repuesto. Porque soy una puta genio. Levanto el felpudo y veo el pequeño pedazo de plata brillante de metal. Abro la puerta y entro de puntillas tanto como mi cuerpo me permite, de todos modos. La bola de pelo se acerca, diminutas uñas haciendo clic en el suelo de madera, oliéndome los pies.

—Hola, Shaggy. ¿Dónde está Scooby? —Me río, a pesar de que no es muy divertido.

Entro en la cocina y cojo una botella de agua de la nevera. Mientras bebo, Brittany salta a través de la puerta de la cocina, con un bate de béisbol en la mano,
levantado y listo. La mirada de pánico en su rostro se desvanece cuando me ve, desplazándose a una de molestia. Pero al menos baja el bate.

—¿Santana? ¡Joder, me has asustado!

Trago el agua y digo

—: ¿Cuántas veces te he dicho que cambies esa maldita llave? Es el primer lugar en el que los ladrones mirarían. Quiero decir, Diosh,mírame a mí. Entré y ahora estás atrapada conmigo.

Inclina la cabeza y arruga la frente. Es adorable. Quiero besar la arruga. Y toda su cara. Quiero lamerla, enjabonarla, frotarme por toda ella hasta que huela a
mí. Para que cualquiera que esté cerca suyo sepa que pertenece a alguien. ¿Es eso tan grave como parece?

—¿Estás borracha? —susurra.

¿Realmente necesita preguntarlo? Utilicé la palabra Diosh, por supuesto que estoy malditamente borracha.

—Oh sí, muy borracha estoy.

Gracias, Yoda.

—Estás….¿Está todo bien?

—Ha sido un día duro en la oficina, cielo. Me merecía emborracharme.

—¿Qué pasó?

Evito su pregunta y digo en voz baja

—: Tenía que verte. Tú haces que todo… sea mejor.

Me mira fijamente durante unos segundos. Luego apoya el bate en la esquina. Su mano se extiende hacia mí.

—Tienes que estar en silencio, ¿de acuerdo? No despiertes a los niños. Eso sería terrible.

Cierro los labios con una llave imaginaria. Pero a medida que comienza a liderar el camino, le doy un tirón a su mano, girándola, haciendo que se estrelle contra mí. Porque hay algo que tengo que decirle.

—Brittany… No quise decir lo que dije. Estoy de tu lado.

Inspecciona mi cara, sonriendo suavemente. Su mano se extiende por mi pelo oscuro.

—Sé que lo estás.

Vamos a la habitación de Brittany sin ser detectadas. Cierra la puerta mientras me siento en la cama, tirando de mi ropa. Brittany viene a mi rescate y la levanta por encima de mi cabeza. Luego va a por mí camisa, mis pantalones, excluyendo el bóxer y mi camiseta. La veo con los ojos encapuchados, disfrutando la sonrisa de amonestación bailando en su rostro, la forma en que se mueve con gracia sin esfuerzo.

—Eres tan hermosa —digo, porque no puedo mantener las palabras ni un segundo más.

Me mira desde el suelo, lanzando mis calcetines por encima del hombro.
— Tú no estás tan mal. —Ladea la barbilla hacia la mitad de la cama—. Vamos. Échate.

Hago lo que me dice y se sube a la cama detrás de mí. Me acuesto sobre la almohada, inclinando un brazo detrás de mi cabeza. Brittany está cerca, la mejilla
apoyada sobre mi corazón.

—¿Qué está pasando contigo, Santana?

En algún lugar profundo dentro, está la verdad. Se acurruca en una bola negra, bajo mantas pesadas de decepción. Miedo. Y vergüenza. Pero quiere mostrarse en la forma de un animal herido exponiendo su frágil punto débil cuando sabe que está derrotado. Sólo para acelerar lo que viene después.

—No soy una buena mujer.

La confesión susurrada resuena en la habitación silenciosa. Brittany levanta la cabeza y siento la punta de la barbilla contra mis costillas.

—Eres una de las mejores mujeres que he conocido. En todas las formas posibles.

—Hay incredulidad en su voz, divertida, como si pensase que estoy tomándole el pelo. No me molesto en discutir. Lo sabrá muy pronto. La verdad los hará libres.
¡Qué puta broma! Cuando la verdad es fea, te mantiene prisionero, y cuando se revela, se rompe todo el mundo a tu alrededor.

—¿Alguna vez te conté sobre mi padre?

—Dijiste que te abandonó cuando tenías ocho.

Resoplo.

—Sí, definitivamente se fue. —Niego con la cabeza mientras me sumerjo de nuevo en ese lago oscuro de los recuerdos mejor olvidados.

—. Él era un cabrón hijo de puta, incluso en un buen día. Pero cuando bebía… era Verdaderamente peligroso. Mi madre… se sentaba tan quieta que le miraba el
pecho, sólo para asegurarme de que aún respiraba. Era como si estuviera tratando de mezclarse en el fondo, para que él no tuviera una razón… Pero tipos como mi viejo no necesitan una razón. Hacen la suya propia.
Mi voz se desinfla y es lejana.

—La última vez… fue porque ella estornudó.

—Lo veo en mi mente. La forma en que volcó la bandeja, el modo en que su cena salpicó a través de la televisión y se aferró a las paredes, dejando un rastro de grasa y puré de patatas, deslizándose hacia abajo. La forma en que él la agarró—. ¿Puedes creerlo? Ella jodidamente estornudó.

Por primera vez desde que empecé, me veo en Brittany. Me mira con simpatía, tristeza. Sus cejas están ponderadas, las comisuras de su boca cargadas de compasión que no se siente en absoluto como compasión.

—Y ella era tan pequeña, Brittany. Incluso cuando era niña, pude ver que era mucho más pequeña que él. —Humedezco mis labios, para que el resto de las
palabras puedan pasar—. La tiró por las escaleras y recuerdo que pensé que no iba a parar esta vez. Él le dijo que lo haría un día. Que cuando sucediera, la enterraría donde nadie pudiera encontrarla. Dijo que nadie la echaría de menos…

—Mis ojos pican por los recuerdos y mi garganta se aprieta—. Nadie más que yo. Parpadeo la humedad y me aclaro la garganta. —Así que fui a la caja bajo la
cama, el gilipollas almacenaba esa cosa cargada. Y caminé de nuevo a la sala de estar y le apunté. No era pesada; mis manos no temblaban en absoluto. Pero
cuando la incliné, el sonido que hizo, parecía tan fuerte. Él se detuvo de inmediato, se congeló. Sabía exactamente lo que era ese sonido. Se dio la vuelta, lentamente, y me quedé apuntándolo directamente en el pecho. Le dije que se fuera, que se alejara de nosotras…o lo mataría. Y joder, de verdad lo haría.

En algún momento, la mano de Brittany comenzó a frotar círculos suaves en mi pecho, en el estómago, pero no sentí su toque hasta ahora. Me da la motivación
que necesito para terminar.

—Supongo que es cierto lo que dicen de los cobardes. Sólo se aprovechan de las presas fáciles, de los que no se defienden. Porque se fue y no volvió.

Por un momento, el único ruido en la habitación es el sonido de nuestras respiraciones moviéndose en el espacio. Entonces Brittany dice con admiración

—: Eso es por qué haces lo que haces.

—¿Qué quieres decir?

—Eres una defensora. Defiendes personas. Como tú defendiste a tu madre… y a Rory. Les diste una oportunidad de tener un nuevo comienzo.


Mis ojos cierran con fuerza.

—La mayoría de las personas no lo ven de esa manera, Brittany.

Sus cálidas manos me ahuecan la mandíbula.

—Yo lo veo de esa manera.

La expresión de su rostro es todo lo que quiero que sea. Suave, con adoración, como si yo fuera la heroína de la historia. Y Dios, quiero ser una puta egoísta. Quiero rodarnos, quitarle la ropa, y erradicar cualquier posibilidad de que jamás me mire de manera diferente de cómo me mira en este momento. Quiero quedarme con ella. Pero la fea verdad siempre sale al final. Y merece escucharla de mí.

—Hoy defendí a un hombre exactamente igual que mi padre.

Las caricias de sus manos vacilan. Se detiene.

—Su esposa… ella se quedó con él durante treinta años, llevándose todos los golpes que le daba, y finalmente obtuvo el valor para dejarlo. Para decirle que se fuera a la mierda. —Hago una pausa, tragando—. Y me llevé eso de ella. —Él la hirió, sé que lo hizo, y por mi culpa, va a seguir haciéndole daño. — La miro a los ojos, con la esperanza de que en ellos fuera a encontrar una respuesta con la que poder vivir—. Es un monstruo, Brittany, y le defendí. ¿En qué me convierte eso?

Su ritmo cardíaco se acelera, como un pájaro aleteando que se ha dado Cuenta de que está en una jaula. Me inspecciona la cara…. Buscando las palabras
para decir. Con esa voz tan confiada, ella lo intenta

—: Santana… a veces, en la vida, tenemos que tomar duras decisiones…

Agarro sus brazos, acercándola más.

—Pero de eso se trata. Si fuera una buena mujer, no sería una elección difícil. A veces… a veces las cosas son tan correctas…. Que deberían ser fáciles.
Algo dentro de mí se derrumba bajo el peso de todas las cosas que quiero. La quiero, a esta impresionante y valiente mujer. Y quiero a los niños. Esos increíbles, horribles y perfectos niños que ella ama con cada centímetro de su alma. Quiero que sean míos. Míos para sostenerlos, míos para protegerlos y enseñarles. Su alegría, su risa, su amor. Quiero volver a casa, disfrutar de ello, ser la razón de ello. Pero aún más que eso, quiero merecerlos. Ser digna.

Y hoy todo lo que hice fue demostrar la fría cruda realidad… de que no lo soy.

—No debería siquiera estar aquí —digo, mi voz dolorida—. Te mereces una persona Que sepa lo que es lo correcto, y que lo hace. Quiero… Cristo, quiero ser
eso para ti.

Sin decir palabra, Brittany se desliza fuera de mi alcance y se mueve más arriba en la cama, encima de mí. Así puedo guiar la cabeza contra su pecho.
Es suave, cálida y huele tan jodidamente bien. Me susurra, me frota la sien, la parte de atrás de mi cuello, sus dedos deslizándose por mi cabello. Y no hay otro
lugar en el mundo entero en el que preferiría estar.

—Está bien, Santana. Duerme. Shhh…Está bien.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por monica.santander Lun Nov 07, 2016 10:10 am

Bien por San es muy linda, veremos como actúa ahora!!
Saludos
monica.santander
monica.santander
-*-*-
-*-*-

Femenino Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por JVM Lun Nov 07, 2016 3:38 pm

Un día de mierda para San, pero algo bueno salió, fue honesta con Britt sobre su vida y miedos....
Y bueno es cierto que esta defendiendo a una persona que no lo merece, supongo que en el camino a querer formar parte del bufete de abogados fue defendiendo a las personas equivocadas, pero esta a tiempo de salir de ahí. Y Britt siendo comprensible con ella y tratando de entenderla, esperó que San no se aleje después de contarle todo a su rubia.
P.d. Suerte en tu trabajo que te vaya bien, cuando puedas actualizas no te preocupes, bonita semana!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por micky morales Mar Nov 08, 2016 9:35 pm

Entiendo que tu trabajo este primero pero si al tener el tiempo nos dejas varios capitulos tan buenos como estos, pues vale la pena!!!!! ahora si san se abrio con britt solo queda esperar a ver como iran [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864 [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864 a ser las cosas ahora!!!! hasta pronto!!!!
micky morales
micky morales
-*-*-*-*
-*-*-*-*

Femenino Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Club Achele

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por 3:) Miér Nov 09, 2016 12:19 am

Realmente duro lo de san y el bastardo de padre que le toco...
Como dije las prioridades de san cambiaron de una forma radical y se esta dando cuanta de a poco.... o mejor dicho con lo que paso con esa mujer...
A ver que hace???...
3:)
3:)
-*-*-*
-*-*-*

Femenino Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 32
Club Naya/Santana

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 1:32 am

monica.santander escribió:Bien por San es muy linda, veremos como actúa ahora!!
Saludos

Si tienes toda la razon vamos a ver como se desarrolla esto.... saludos.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 1:34 am

JVM escribió:Un día de mierda para San, pero algo bueno salió, fue honesta con Britt sobre su vida y miedos....
Y bueno es cierto que esta defendiendo a una persona que no lo merece, supongo que en el camino a querer formar parte del bufete de abogados fue defendiendo a las personas equivocadas, pero esta a tiempo de salir de ahí. Y Britt siendo comprensible con ella y tratando de entenderla, esperó que San no se aleje después de contarle todo a su rubia.
P.d. Suerte en tu trabajo que te vaya bien, cuando puedas actualizas no te preocupes, bonita semana!

Que lindo tu mensaje me senti muy bien al leerlo, gracias por la comprension pero creo haber programado mejor mi tiempo y creo que no sera problema actualizar en la semana.. Gracias por tu mensaje realmente muy muy reconfortante... saludos.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 1:44 am

micky morales escribió:Entiendo que tu trabajo este primero pero si al tener el tiempo nos dejas varios capitulos tan buenos como estos, pues vale la pena!!!!! ahora si san se abrio con britt solo queda esperar a ver como iran [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864  [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864  [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida.  CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO) - Página 3 1206646864  a ser las cosas ahora!!!! hasta pronto!!!!

Gracias por la compresión, les agradezco mucho eso y significa mucho para mi creanlo que si, me ha dolido no poder actualizar diario a como acostumbraba.
Y claro que habrá varios capítulos para compensar la ausencia de algunos días. .....
vamos a ver con que nos sorprenden las chicas, o que otro caos habra.....

marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 1:46 am

3:) escribió:Realmente duro lo de san y el bastardo de padre que le toco...
Como dije las prioridades de san cambiaron de una forma radical y se esta dando cuanta de a poco.... o mejor dicho con lo que paso con esa mujer...
A ver que hace???...

Tienes razón pero por lo menos San ya es consciente que quiere a todos el paquete Pierce para ella, los quiere a todos... y eso me parece lindo....
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 2:21 am

CAPITULO 21

—Creo que está muerta.

—No está muerta… sigue respirando.

—¿Puedes respirar si estás muerta?

—No. Bueno, tal vez. Pero necesitarías un respirador.

Sniff, sniff.

—Huele como si estuviera muerta.

Hay una presión contra mi parpado. Y luego lo abren… revelando el rostro
curioso de Rosaleen.

—¿Estás muerta? —grita.

Aparentemente sospecha que también estoy sorda. Reclamo mi ojo con una sacudida de cabeza.

—Sí, estoy muerta. —Ruedo sobre mi costado, lejos de las voces—. Déjame
descansar en paz. —Martilleo no comienza ni a describir lo que sucede ahora
mismo en mi cabeza. Se siente como que parásitos con garras afiladas se metieron
en mi cabeza y la abren desde el interior. Mi estómago se revuelve, y aunque no he
vomitado a causa del alcohol desde que tenía veintidós, puede que hoy vuelva a
suceder.

—Sabes, podría hacer que te sientas mejor.

Eso vino de Raymond. Me muevo lentamente sobre mi espalda y abro los ojos. Ellos cuarto —Raymond, Rory, Riley y Rosaleen— me miran, vestidos con el uniforme de la escuela, con expresiones de curiosa repulsión. Mayormente repulsión.

—¿Cómo?

—Nuestra mamá estaba muy metida en curaciones homeopáticas y
suplementos. Podría mezclarte algo.

—De acuerdo.

Y así de desesperada me siento… escuchando a un niño de nueve años.
Uso las paredes buscando apoyo mientras me dirijo a la cocina. Brittany se
encuentra allí —vestida con mallas apretadas y una camiseta de Berkeley, la cual
hace que sus pechos se vean fantásticos. Si tan solo me sintiera lo suficientemente
bien como para mostrar mi apreciación como corresponde.


Mete cucharadas de algo verde y desagradable en la boca de Ronan, y casi
vomito en el suelo. Él parece disfrutarlo.

—Oh, estás levantada —dice animadamente. Luego, un poco menos—. Te ves horrible.

—Eso tiene sentido —murmuro—. Me siento horrible.

Me siento en la isla mientras Raymond saca la licuadora y comienza a meter
varios jugos, píldoras y cápsulas de gel en ella. Luego enciende la licuadora. Y mi
cabeza explota. Después de dos largos minutos, la preparación marrón y granulosa
es servida en un vaso y colocada frente a mí. Ellos me miran —incluso el bebé—
como si fuera  la mujer lobo en esos espectáculos para raros en los viejos
carnavales.

—¿Esto de verdad va a funcionar? —le pregunto a Raymond.

—Bueno…

—Aprieta los labios—. O funciona o vomitas. Pero, de cualquier forma, probablemente te sentirás mejor.

Tiene un punto.

Lo vacío, tratando de no respirar, en unos pocos tragos. Luego eructo
desagradablemente y mi estómago gruñe. Pongo la cabeza en el mostrador.

— Alguien que me mate, maldición.

—Bien, niños, hora de la escuela —les dice Brittany, pasando bolsas de
almuerzo y mochilas en medio de gemidos descontentos. Los escucho caminar por
el pasillo y atravesar la puerta principal. Creo que me duermo unos minutos,
porque la siguiente vez que abro los ojos y levanto la cabeza, somos sólo Brittany y
yo en la cocina.

Coloca un vaso grande de agua frente a mí, su expresión neutra.

—Gracias. —No recuerdo todo de la noche anterior, sólo algunas palabras e
imágenes. Pero igual siento la necesidad de decir—: Lo siento por lo de anoche.

—¿Por qué? —pregunta, dejando platos en el lavabo—. No es como si me
hubieras abordado.

—No… definitivamente recordaría eso.

Me mira con una sonrisa rápida y fugaz.

—Brittany. —Hay una desesperación en mi voz que hace que se detenga y
me mire a los ojos—. También lamento lo que te dije el otro día. No eres solamente
un “buen tiempo” para mí… lo sabes, ¿verdad? Tienes que saberlo, eres… mucho
más. Y no sé manejar… más… de buena forma.

Su expresión rígida se derrite, sus ojos se suavizan y se calientan. Se lame los labios, considerando sus palabras, luego dice

—: Te extrañé. Sé que sólo pasó un día, y sé que probablemente te hará enloquecer… pero me gusta tenerte alrededor, y todo lo que viene con ello. No tenemos que… avanzar si eso te pone incómoda . Me parece bien mantener las cosas como están.  Creo  que  son…  bastante asombrosas.

Le tomo la mano, deslizándola más cerca. La presiono entre mis dos manos,
viéndola desaparecer. Tan pequeña. Tan hermosa.

—También creo que son bastante asombrosas.

Y su sonrisa se amplía.

Bostezo y me estiro… y maldición, en verdad comienzo a dejar de sentirme
como un basurero de la muerte. Raymond puede que haya descubierto algo con
esa bebida; espero que haya escrito la receta.

—Tengo que irme a trabajar, pero antes de dirigirme a casa por un cambio
de ropa, realmente me gustaría tomar una ducha.

Brittany pasa un dedo por mi cabello, masajeándome el cuero cabelludo.

—Hay cinco duchas en esta casa… escoge una.

Sonrío.

—Me gusta la que está en tu habitación.

El agua caliente se siente increíble en mis músculos tensos. Pongo la cabeza
bajo la regadera, dejando que el agua corra sobre mí, y el ayer se quita. Mi
conversación con la señora Holten y Tom Caldwell, y el sentimiento que
resucitaron da vueltas por el drenaje y desaparece. Entro en la habitación de Brittany con una toalla alrededor de mi. Ella se encuentra allí, poniendo trozos sexys de encaje y satén doblados en los cajones. Me observa, mirando las gotas de agua pasar por mi pecho, a lo largo de mis abdominales. Mi polla se pavonea bajo su mirada. Y definitivamente nota eso. Mirando con avidez el contorno duro debajo de la toalla, pregunta, casi sin  aliento

—: ¿Te sientes mejor?

Paso la lengua por mi labio inferior.

—Mucho mejor.

Y la toalla no se queda en mis caderas por mucho tiempo después de eso.
En los días que siguen, Brittany y yo encontramos nuestro ritmo de nuevo,
dentro y fuera de la habitación. Mi vida regresa a la normalidad, un tipo de
normalidad extraña y diferente que la incluye a ella y a los niños. Un día, Brittany
se nos une a Ryder, Quinn y Rachel y a mí para el almuerzo, y Rachel sostiene a Ronan en su regazo todo el tiempo. Llevo a Rory a las pruebas de la Pequeña Liga y
celebramos con pizza en el patio trasero cuando entra al equipo. Rosaleen
comienza las lecciones con un nuevo profesor de piano que viene a la casa, y
superviso para asegurarme que no haya reglas a la vista. Riley descubre 5 Seconds
of Summer y One Direction queda degradado, aunque para ser honesta, todos lucen
iguales para mí. Ronan empieza a dormir durante la noche, una gran ventaja,
mientras Raymond disfruta sus días libres de tormento en la escuela. Y Regan
flexiona su poder con su vocabulario recientemente ampliado, que nos dice "no"
cada vez que puede.  Es bastante genial.

Pero entonces… llega un día que lo cambia todo. Y todo se va al infierno.
Después del fuerte repudio a la declaración de la señora Holten y su negativa a asistir a la acusación en cualquier caso contra su esposo, Finn no tuvo otra opción que quitar los cargos contra el senador. Y eso se registró como una victoria en mi columna. Es una gran y jodida cosa para mí profesionalmente.

Ahora soy la empleada mascota de William Schuester  y la tipa favorita en todo el
mundo del senador Holten, un hombre con considerable influencia en DC. Más
tarde el viernes en la tarde, el senador hace espacio en su ocupado horario para
venir a nuestra firma, a la oficina de Will, para entrevistarse conmigo. Para
codearse y discutir mi futuro. Hablar de todos los tratos que el diablo quiere que haga. Nos sentamos en los sofás de cuero en la oficina de Will, disfrutando un whiskey  en la tarde.  Holten  habla  sobre  un  buen  “amigo”  suyo  que  comienza a investigar el lavado de dinero. Sus ojos son oscuros, sin fondo, casi sin alma. Y me espanta un poco. Mientras el senador sigue hablando, mi teléfono vibra en mi bolsillo. Lo miro con discreción, el nombre de Brittany brilla en la pantalla. Mando la llamada al correo de voz. Pero unos minutos después, los vellos en la parte de atrás de mi cabello se erizan cuando su silenciosa llamada aparece de nuevo.

Mi  pulgar  duda  por un  segundo… y  luego  la  envío  al  correo  de  voz  de nuevo. Ésta muy bien podría ser la mayor reunión de mi carrera; escuchar cuantos metros gateó Ronan hoy va a tener que esperar.

Terminamos nuestras bebidas, y la conversación gira hacia mis casos recientes, mi última absolución. Y entonces Veronica, la secretaria privada del señor Schuester, entra en la oficina, su voz dubitativa al interrumpirnos.

—Disculpen la intrusión, dama y caballeros. —Me mira—. La señora Higgens está en la línea uno, con una llamada urgente para usted, señorita López.

Mi primer pensamiento es de lo niños, que Rory se ha metido en algún nuevo problema o que uno de ellos, quizás Regan —la esperaban— ha tenido un accidente. Algo menor, por supuesto, un hueso roto o un corte que necesite sutura.

Pero cubro mi preocupación con un encogimiento de hombros, mirando a Holten y a mi jefe.

—Mis disculpas. El precio de estar en demanda.

El señor Adams asiente. —Use mi teléfono, López.

Me paro junto a su escritorio mientras ellos continúan la conversación y presiono el botón bajo la luz que parpadea, esperando. Hay un clic en la línea, una pausa mientras conecta… y luego la voz de Brittany.

—¿Santana?

Oigo bastante en esa sola sílaba. Su voz es… extraña. De alguna forma plana
y chillona al mismo tiempo. Y exhala con fuerza, como cuando te tuerces un tobillo
o te cortas la mano… y tienes que respirar entre el dolor.

—¿Qué sucede?

—Mercedes está aquí. Con… oficiales. Tienen una… una orden…

Y el suelo cae debajo de mí.

—Se llevan a los niños, Santana.

Nauseas golpean mi estómago y siento como si cayera. Luchando, forcejeando por algo que detenga la caída.

Trago la bilis.

—Me iré ya mismo. Diles… —Ahogo una maldición—. Diles que voy en camino.

—Apúrate —ruega en un susurro. Y la línea muere.

Recoloco el teléfono en el soporte. Me toma cada gramo del control que tengo para no salir corriendo de la maldita habitación o atravesar la pared.

—Lo siento, me tengo que ir. —Tengo el maletín en la mano y ya estoy pasando por la puerta cuando mi jefe dice

—: López , el Senador Holten sólo se encuentra disponible por esta tarde.

Aferrando el picaporte, me obligo a girarme y responder

—: De nuevo, lamento mucho que no podamos hablar por más tiempo, Senador. Pero…  —No tengo que pensar en las siguientes palabras—, es una emergencia familiar.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por marthagr81@yahoo.es Sáb Nov 12, 2016 2:28 am

CAPITULO 22

Irrumpo por la puerta, salvaje y furiosa, intentando ordenar mi cabeza. Debido a que las emociones hacen que te distraigas, que te descuides. Y en verdad necesito estar enfocada. El vestíbulo de entrada se encuentra vacío, acecho en la sala de estar. Allí, lo primero que veo es a Riley, una bolsa de lona azul llena a sus pies, frotando el
temblor de su hermana pequeña mientras entierra su cara contra su estómago. La de catorce años me mira, sus ojos repletos de lágrimas se mantienen bajo control.


—Está bien. —Asiente, tratando de ser condenadamente valiente—. Estoy bien.

Noto a un oficial de policía uniformado en la esquina, se ve joven, recién salido de la academia. Me pregunto si cuando se inscribió imaginó que proteger y servir incluiría sacar a niños asustados de su casa. Toma una fotografía enmarcada de una mesita en la esquina.

—No toques eso —mascullo.

Deja el marco y levanta las manos en señal de rendición. Lo supero rápido dirigiéndome hacia Brittany, con Regan a su lado, ajena a la confusión, y Ronan en el porta bebé a sus pies, asimilándolo todo. Los ojos de Brittany se encuentran abiertos y aterrorizados, mientras retuerce las manos. Suspira con alivio cuando me ve.

—¿Qué demonios es esto, Mercedes ? —ladro a la trabajadora social de pie a su lado.

Mercedes niega con la cabeza.

—No fue mi llamada. Viene desde arriba.

—¿De qué superior se trata? —¿De quién es la cabeza que necesito partir en dos?

—El director de los Servicios Sociales revisó el expediente del caso y presentó una solicitud para sacar a los niños de la casa. Dexter Smeed.

Tomo la orden de la corte de las manos de Brittany.

—¿Descuido y negligencia infantil? —leo—. ¿Es una maldita broma?

Mercedes se frota los labios, viéndose más que infeliz.

—Lo siento mucho.

Repaso el papel una vez más, comprobando la fecha, la redacción, las firmas. En busca de algo. Jodidamente nada.

—Puedes hacer algo, ¿no? —pregunta Brittany, rogándome con los ojos—. ¿Una respuesta, un aplazamiento? ¿Para que puedan quedarse? Hay esperanza en su voz. Fe. Tanta confianza. Y me destruye. Agarro su codo y juro por mi alma.

—Los recuperaremos. Te lo prometo, Brittany... los recuperaremos.

Por un momento, me mira fijo, sin pestañear. Como si no pudiera comprender que le digo. Hasta que lo hace. Sus ojos se cierran e inhala con dureza por la nariz. Luego abre los ojos, y veo una pared siendo erigida en su interior. Ladrillo a ladrillo, nivelándose, de modo que pueda recibir el golpe. Entonces puede ser fuerte para los niños, hasta que... después. Brittany asiente y fuerza una sonrisa con los ojos húmedos. Luego levanta a Regan y se mueve hacia Riley y Rosaleen, acariciando su cabello, diciéndoles que se van a quedar con los amigos de Mercedes por una corta temporada. Qué va a ser maravilloso. Cuánta diversión van a tener.

Ruego que no puedan escuchar el temblor en su voz.

—¿A dónde te los llevas? —pregunto a Mercedes .

Leí un artículo al juez el mes pasado sobre los grupos de hogares atestados de gente, la escasez de adecuadas familias de acogida en DC. Y me imagino tres coches, cada uno con dos de ellos en el interior, llevándolos en diferentes direcciones. Destrozándolos.

—No puedo decírtelo.

—Entonces dime que pueden permanecer juntos, Mercedes —gruño. Pero mi voz es tan tensa, que suena como una súplica.

Se apiada de mí.

—Hay una familia con la que he trabajado antes. Son buena gente. De verdad. Han acordaron tomar a los seis niños… por el fin de semana.

Con brusquedad, levanto la mirada.

—¿El fin de semana? ¿Eso es todo?

Mercedes se enfrenta a mi expresión acalorada.

—Después de eso, va a depender de lo que se halla disponible. —Su voz vuelve a caer al profesionalismo—. Todo está en el paquete, los derechos de Brittany, sus opciones. Ella puede solicitar una audiencia de emergencia.

—Maldita sea.

Pisadas fuertes bajan por las escaleras. Raymond aparece por primera vez en la planta baja, con una máscara estoica, pero sus ojos enrojecidos y sollozantes lo traicionan. Deja caer la bolsa en su mano y se precipita sobre Brittany, y de inmediato la envuelve en sus brazos. Intento pensar en algo que decir. Palabras que podrían hacer esto menos que una pesadilla. Antes de que pueda decir la primera palabra, Rory baja las escaleras, con sus redondos ojos azules alterados. Espero que se una a sus hermanos y hermanas en su muy unido grupo. Que corra hacia Brittany. Pero no lo hace. Corre hacia mí. Su pequeño cuerpo cálido se estrella contra el mío, envolviéndome con sus brazos, sosteniéndome con su vida. Su voz se ahoga en contra de mi cintura, pero he oído cada palabra.

—Lo siento. Lo siento mucho. Seré bueno. Te juro que seré bueno.

Mis ojos pican mientras este pobre niño perdido derrama su corazón... y me rasga en pedazos. Me deslizo de rodillas delante de él y lo levanto nuevamente.

—Esto no es tu culpa, Rory. No has hecho nada para que esto suceda.

—Pero…

—No es tu culpa, chico.

Tiene hipo.

—No dejes que… ellos… nos lleven.

Mi voz es baja e irrefutable.

—Te traeré de vuelta. Los traeré a todos de vuelta.

Sus ojos parpadean entre los míos, buscando honestidad.

—¿Cuándo?

Y maldigo el día y el horario de la corte y otras mil cosas que fuerzan mi respuesta.

—El lunes. Te traeré a casa el lunes. —Hecho su pelo hacia atrás y repaso su rostro bañados en lágrimas—. ¿Recuerdas lo que te dije, acerca de una persona y su palabra?

Asiente.

—Todo lo que una persona tiene es su palabra. Dice lo que quiere decir y hace lo que dice.

Una sonrisa dolorida tira de mis labios.

—Eso es correcto. Te doy mi palabra, Rory. Los traeré a casa el lunes.

Miro hacia Brittany y a cada uno de los niños a su alrededor, todos miran, escuchan. Entonces regreso mi mirada a Rory.

—Pero entre entonces y ahora, tienen que permanecer unidos. Necesito que sean fuertes, ¿de acuerdo? Que se cuiden los unos a los otros. No peleen. Ayuden a los demás.

Después de un lento momento, Rory tensa la mandíbula. Luego me da una pequeña inclinación de cabeza y se limpia las mejillas con el dorso de la mano. Él está listo.

Cargamos a los niños en la furgoneta. Brittany abraza y besa a cada uno antes de que suban, apenas capaz de dejarlos ir. El rostro de Rosaleen está rojo y húmedo con grandes lágrimas cayendo.

—Quiero quedarme aquí.

—Lo sé, pequeña. —Rozo su mejilla con los nudillos, secándole las lágrimas mientras le abrocho el cinturón.

—. No tardará mucho. Va a ser muy rápido —miento.

El labio de Regan se estremece, aunque no estoy segura de que entienda por qué.

—No…

Y no puedo forzar la salida de cualquier palabra para responderle. Todo lo que puedo hacer es besar su frente. Damos un paso atrás mientras Mercedes cierra la puerta de la furgoneta. Es ruidoso, retumba, como el bloqueo de celda de la cárcel. Luego se sube en el asiento del conductor
.
Brittany se despide con la mano, y sigue hablando, incluso después de que los niños ya no pueden oírla.

—¡Los amo! Sean buenos, chicos. Nos vemos muy pronto. Todo estará bien. No se preocupen. Prome… —Su voz se tambalea—. Les prometo que todo va a estar bien.

Su mano todavía se encuentra en alto cuando la furgoneta, acompañada por un móvil de la policía, se aleja y dobla por el camino de la entrada a través de la puerta, perdiéndose de vista.
Tan pronto como la furgoneta azul desaparece, el rostro de Brittany se desmorona. Un jadeo emerge de su garganta y esconde el rostro entre las palmas
abiertas. Pongo mis manos en sus hombros para que sepa que estoy aquí con ella.
Y grita. Un horrible gemido penetrante que nunca voy a olvidar mientras viva. Dolor tan vacío, tan crudo, que nunca pensé fuera posible, solo un flujo
interminable de sollozos agonizantes. Sus rodillas ceden, y la atrapo. Retuerce mi camisa con las manos y oculta el rostro en mi pecho, empapándolo con lágrimas en el momento en que entramos en la casa. Sus hombros se sacuden mientras llora su corazón.

—Estaban asustados, Santana. Oh Dios, estaban tan asustados.

Es horrible. Cada palabra aterriza como el azote de un látigo, cortándome, convirtiendo mis entrañas en un lío sangriento. La llevo directamente a su
habitación. Los niños se encuentran por todas partes en esta casa; sus juguetes, sus rostros sonrientes en los retratos en las paredes, no es posible olvidarlos. Me siento en la cama y acuno a Brittany en mis brazos. Acariciándole el pelo, besando su frente, susurrando palabras de consuelo que no tienen ningún jodido significado
en absoluto. Solloza, larga e intensamente. Y sé que esto no se trata solo de los niños, que es el torrente de todo lo que ha construido en su interior estos últimos meses. Toda la pena, el dolor, la soledad y el miedo que nunca se dejó sentir.

—Mi hermano era un buen hermano —se ahoga.

—Lo sé.

—Lo amaba.

—Sé que lo hiciste —respondo en la voz más suave.

—Y se ha ido. Y lo extraño... tanto.

La sostengo con más fuerza.

—Lo sé.

Su voz raspa su garganta.

—Tenía que hacer una cosa, una sola cosa para él... ¡y no pude! Los perdí...

—Shh… está bien. —Presiono los labios en su frente.

—Se fueron. Oh Dios... se fueron.

—Vamos a traerlos de vuelta. Shhh… lo prometo.

Por fin, Brittany agotada y bañada en lágrimas cae en un sueño profundo. Me quedo despierta toda la noche y abrazándola. Susurro cuando gime, cuando su frente se arruga de pánico, hasta que se calma de nuevo. Y pienso en los niños, en cada uno de ellos, los imagino en mi mente. El sonido de sus voces, sus pequeñas manos, la forma en que huelen cuando vienen de fuera, como a tierra, a sol y bondad. Trato de decirme a mí misma que de alguna manera van a estar más seguros, protegidos, si sigo pensando en ellos.

Pero la imaginación puede ser una cosa jodida. Recuerdo todos los horrores que he visto, leído, escuchado acerca de los clientes y colegas. Me pregunto si los niños están llamando a Brittany, o tal vez sus padres. Si se esconden bajo mantas o lloran en almohadas porque se encuentran rodeados de extraños y no tienen idea de lo que el mañana tiene reservado. Es la noche más larga de mi vida.
marthagr81@yahoo.es
marthagr81@yahoo.es
-*-*
-*-*

Femenino Mensajes : 3589
Fecha de inscripción : 26/09/2013
Edad : 42
El mundo de Brittany

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por JVM Sáb Nov 12, 2016 2:49 am

Pues todo volvió a la normalidad, pero solo duró unos días :/
San cada vez dejando entrar a los Pierce a su vida, integrándolos con sus amigos ycelebrando cada avance de cada uno
Sin embargo, ahora se les vino el peor problema que podrían tener, lo bueno es que San esta ahí para Britt y que van a luchar porque no separen a su familia. Y mas ahora que San tiene claro lo que significan en su vida. Y obviamente el trabajo y el senador son lo que menos importan! Espero que pueda hacer algo para que no se lleven a los niños.
P.d. Espero que esta semana te haya ido súper bien en el trabajo.
Y te repito tu tranquila cuando puedas actualizar que padre jajaja pero cuando no se pueda no te preocupes se entiende que no siempre puedas :)
Gracias por otro capítulo!
JVM
JVM
-
-

Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015

Volver arriba Ir abajo

Finalizado Re: [Resuelto]Brittana: Serie Bragas Legales. Sostenida. CAP. 26, 27, 28, y Epilogo (FINALIZADO)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 3 de 4. Precedente  1, 2, 3, 4  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.