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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
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FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 19
Capitulo 19
Santana
Dejar que Brittany vaya a casa fue difícil.
Quería tenerla aquí.
Cada vez que salía por mi puerta, me preocupaba que no fuera a volver.
Que iba a descubrir la verdad acerca de mí.
Esta noche era la cena familiar en su casa.
Dijo que su hermana le había dicho que no quería que se lo dijera a su mamá. Ella no se hallaba lo suficientemente estable emocionalmente como para tratar con ello.
No esperaba que su mamá me aceptase.
Ella sabía que yo era del lado equivocado de la ciudad. Sabía que me metí en problemas durante toda la secundaria y que Quinn tuvo que ayudar a rescatarme.
A sus ojos, era un caso de caridad de Quinn y nunca sería lo suficientemente buena para su hija menor.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo, recordándome mi cita.
Cada vez que tenía que ir a trabajar, lo odiaba más. Había empezado a buscar en el periódico todos los días un trabajo que pudiera pagarme lo suficiente como para cuidar a los niños y que se adapte a mi horario de clases y a la temporada de Softbol, cuando se pusiera en marcha.
Hasta ahora no había nada.
No calificaba para nada.
Pero no iba a renunciar.
Tenía que encontrar una manera de salir de esto.
Quería ser digna de Brittany y sabía que nunca lo sería mientras continuara haciendo lo que hacía.
Estiré la mano y cogí mis llaves. Tenía que ir a hacer esto. Si quería mantener mi beca y alimentar a los niños, tenía que hacerlo.
Subí por la zona posterior de la casa de ladrillo de tres pisos que pertenece a nuestro ilustre alcalde.
Él se follaba a su secretaria y su esposa me pagaba por el mismo servicio.
Lo había hecho por más de un año.
Tuve que aparcar a un kilómetro de la carretera y subir hasta la parte trasera de la casa y usar la puerta de atrás.
Ella la había dejado desbloqueada.
Al abrir la puerta, entré y me dirigí a la escalera. A veces me atendía con alguna ridícula pieza de ropa interior y a veces estaba en la cama desnuda, bebiendo vino.
Dependía de su estado de ánimo.
Llegué al primer escalón y escuché voces.
Eso no podía ser bueno.
Siempre se encontraba sola cuando me llamaba.
Me congelé y escuché.
Era otra mujer.
Reconocí la voz, pero no la pude identificar.
Seguramente no había invitado a otra de mis clientes para un trío. Cobraba extra por eso y ahora mismo no estaba seguro de poder lograrlo.
Que me excitara sólo por ella iba a ser bastante difícil. Últimamente, tenía que cerrar los ojos y fingir.
Era lo único que funcionaba.
—Te veré en la reunión del comité de la semana que viene. Gracias, April, por ofrecerte a ayudar. Tener tu nombre detrás de esto, siempre atraerá a más voluntarios.
April era la esposa del alcalde. Ella trataba con una visita inesperada y se acercaban a la esquina.
Mierda.
Me dispuse a huir, cuando la señora Pierce Fabray dobló la esquina y nuestros ojos se encontraron.
Joder.
Los ojos de April me encontraron y se abrieron por la sorpresa. Ella tampoco esperaba que las atrapara.
Me quedé sin poder moverme de este choque de trenes.
¿Cómo iba a explicarlo?
No necesitaba que esta mujer supiera lo que hacía. Iba a encontrar otro trabajo y cuando lo hiciera, iba a ser digna de Brittany.
Que su mamá sepa mi sucio secreto lo arruinaría todo.
Se lo diría a Brittany.
Y si alguna vez descubría lo mío con Brittany, se lo diría a ella.
—Oh, Santana. Estoy tan contenta de que estés aquí. El, uh, jardín esta por allá a la izquierda. Simplemente sigue corriendo—la sonrisa forzada de April y su voz aguda no fueron muy convincentes—Ve ahora y arréglala las flores—agitó la mano y sonrió a la mamá de Brittany.
Los ojos de la señora Pierce seguían fijos en los míos.
Ataba cabos, maldita sea.
—Sí, señora. Creí que usted mencionó que también quería más flores.
Yo era condenadamente mucho más convincente.
Asintió con nerviosismo.
—Sí, así es. Pero sigue adelante y arregla lo que te pedí.
Asentí y me dirigí hacia las escaleras, rezando por que la señora Pierce creyera esta mierda.
—Que chica más dulce. Puede arreglar cualquier jardín—dijo April en el mismo tono nervioso y agudo.
—¿Es así?—preguntó la señora Pierce. El tono de su voz hizo que mi estómago se atara en un nudo.
Lo sabía.
Habían rumores que a la señora April antes estaba con mujeres y ahora conmigo ahí todo calzaba.
Por todo el maldito infierno.
Ella lo sabía.
Brittany
Hoy Santana se había ido a trabajar de nuevo.
Recibió una llamada de su entrenador y tuvo que salir de forma inesperada.
Yo había estado de camino hacia aquí.
Íbamos a ir a la playa.
Sólo quedaban un par de semanas de calor antes de que comenzara el aire de otoño, haciendo imposible disfrutar de la playa.
Me desplacé a través de mis mensajes de texto para matar el tiempo, y vi una respuesta de Sam.
Habían pasado dos semanas desde que la envió.
No envió otra.
Había estado tan envuelta en Santana que me olvidé de él.
Lamento no haber respondido. Con el comienzo de la escuela y todo, he estado ocupada.
Podría tener que llamarlo.
Dos semanas era más que descortés.
La respuesta de Sam apareció en la pantalla.
Está bien. He hablado con Marley. Sé que estás viendo a alguien. Persona con suerte.
Marley no mencionó a Sam cuando hablamos el otro día. Parecía feliz por mí, pero también preocupada.
Sí. Eso también. Sin embargo debería haber respondido. Lo siento mucho.
No te preocupes por eso. Prométeme que si las cosas no salen bien, me llamarás. Guarda este número.
Era muy dulce.
Si las cosas no salían bien, estaría destrozada. No habría llamadas para alguien más.
Lo tendré en cuenta. Gracias de nuevo por la oferta. Volar a Nueva York para cenar sería genial.
La oferta se mantiene en pie. Sólo dilo.
La puerta del apartamento se abrió y Santana entró con el ceño fruncido en su rostro.
Sólo estuvo ausente durante una hora y media.
Tampoco estaba muy sudorosa.
—Hola—dije, dejando mi teléfono para levantarme e ir con ella.
Levantó las manos para frenarme.
—Estoy asquerosa. Déjame darme una ducha.
No dijo nada más. Se fue hacia el cuarto de baño y cerró la puerta.
Fuertemente.
¿Se enfadó porque yo siguiera aquí?
Mi teléfono reprodujo la canción de los textos y alargué la mano para conseguirlo.
Tengo una invitación para la boda de tu hermana. Rachel debe haberla enviado cuando pensaba que había algo entre nosotros.
¿Vas a venir?
Por favor, Dios, no.
Santana no sería amable con él.
Yo no sería capaz de hablar con él si quería mantener calmada a Santana.
Quiero.
¿Por qué ha dicho eso?
No podía ser grosera.
Marley y Kitty venían.
La puerta del baño se abrió.
—Lo siento, estaba de tan mal humor cuando llegué—dijo Santana, saliendo del cuarto de baño.
Levanté la vista de mi teléfono.
—Está bien. Me preocupaba que quisieras que me fuera. Puedo irme si tienes cosas que hacer.
Santana frunció el ceño y cerró la distancia entre nosotras.
—Dios, no. Te quiero conmigo. Acabo de tener una mala tarde. Odié tener que dejarte.
—No has estado fuera tanto rato. Tenemos un montón de tiempo para estar en la playa antes de que se ponga el sol.
Santana se inclinó y me besó.
Sonó mi alerta de mensajes.
Oh, mierda.
Santana se echó hacia atrás y miró hacia mi teléfono.
No me has dicho que no. Lo voy a tomar como un sí.
No me moví.
Santana lo había leído.
Borrarlo ahora no cambiaría eso.
Ni siquiera estaba segura de si esto iba a ser un gran problema. Así que esperé una reacción.
—¿Sam? ¿Sam Evans?
Asentí.
El gruñido de rabia en su voz me dijo que esto sería un problema muy grande.
Cogió el teléfono de mis manos y lo dejé. No dije nada malo.
Se desplazó hacia arriba y leyó nuestros mensajes. Cuando regresó al último, levantó la mirada para encontrarse con la mía.
—¿Eso es lo que quieres, Britt? ¿Un paseo en jet privado a Nueva York?—lanzó el teléfono sobre la mesa y se fue hacia su habitación.
Salté cuando su puerta se cerró detrás de ella.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Ni siquiera me permitió explicarle.
Simplemente se fue enfadada.
No le había dicho qué es lo que yo quería.
Sólo fui educada.
La puerta se abrió y me eché hacia atrás, sin estar segura de si debía irme o defenderme.
No estaba acostumbrada a que se enfaden conmigo.
Daba miedo.
Mis padres nunca me habían gritado y hasta la noche que Quinn se enteró de Santana y de mí, tampoco lo hizo ella.
Mi corazón latía en mi pecho y sentí como si fuera a vomitar.
Santana señaló a mi teléfono.
—¿Hablas con él a menudo? ¿Eh?
Negué con la cabeza.
—No—balbuceé.
—Está claro que sí. Tiene dinero. Tu hermana seguro lo aprueba, si le envió una invitación para la boda.
—No sabía nada de la invitación hasta ahora.
Santana dejó escapar una risa dura y enfadada.
—Sin embargo, sabías sobre el paseo en jet a Nueva York, ¿no es así? También parece que has estado todo el día mandándote mensajes con él.
—Olvidé responderle la última vez que me envió un mensaje. Trataba de ser cortés. Es el hermano de Kitty—le expliqué.
Santana se dio la vuelta y dio un puñetazo a la pared.
—Al diablo con eso, Britt. Le escribiste mensajes, querías hablar con él.
Una lágrima rodó por mi rostro y no podía pensar que tenía que decirle para hacerle entender.
Estaba tan enfadada.
Por primera vez en la historia, quería salir de su departamento.
Quería ir a un lugar sola y llorar.
Me acerqué para tomar mi teléfono del sofá, y luego recogí mi bolsa de playa y me dirigí hacia la puerta.
No la miré.
No podía o rompería a llorar.
No quería que me viera llorar.
Quería estar enfadada con ella y gritarle y decirle lo estúpida que se comportaba, pero el nudo en la garganta me detenía.
Corrí hacia la puerta y bajé las escaleras.
Cuando mi pie golpeó el último escalón, me eché a llorar.
No había sido capaz de llegar a mi coche. Limpiando mi cara, me puse las gafas de sol, que habían estado en la cima de mi cabeza y empecé a ir hacia mi auto.
El sonido de pasos pesados corriendo por las escaleras me asustó y me di vuelta para ver a Santana corriendo detrás de mí.
—Britt, espera. Lo siento. No te vayas, por favor.
Una persona inteligente hubiera seguido andando.
Yo no era una persona inteligente.
La cara de pánico de Santana mientras me suplicaba que no me fuera, era más poderosa que el sentido común.
—Soy una idiota. Dios, cariño. Lo siento mucho. Estaba disgustada cuando llegué y luego vi el texto y eso me partió. No voy a mentir, estoy celosa como el infierno. Eres mía y él está detrás de ti. Tiene dinero y la aprobación de tu familia. Dos cosas que yo no tengo. Quiero ser capaz de llevarte a Nueva York en un maldito jet y a cualquier otro lugar que desees ir, pero no puedo.
Esa era la única explicación que necesitaba.
Lo entendí.
Me adelanté los pocos pasos que nos separaban y le agarré la cara y la besé salvajemente en la boca.
Fui posesiva.
Necesitaba que entendiese que todo lo que quería era ella.
No un paseo en avión ni una cena de lujo.
Gimió y pasó las manos por mi pelo y me acercó más a ella.
Controlé el beso.
Le mordí el labio y tiré su lengua dentro de mi boca y la chupé con fuerza, antes de zambullirme en su calor.
Cuando por fin rompí el beso, los dos respirábamos pesadamente.
—Maldita sea —susurró.
—Nadie se compara a ti. Nadie. Métete eso en la cabeza—le dije, y deslicé la mano por su pecho—No necesito jets ni lugares de lujo. Sólo te necesito a ti, Sanny.
Quería tenerla aquí.
Cada vez que salía por mi puerta, me preocupaba que no fuera a volver.
Que iba a descubrir la verdad acerca de mí.
Esta noche era la cena familiar en su casa.
Dijo que su hermana le había dicho que no quería que se lo dijera a su mamá. Ella no se hallaba lo suficientemente estable emocionalmente como para tratar con ello.
No esperaba que su mamá me aceptase.
Ella sabía que yo era del lado equivocado de la ciudad. Sabía que me metí en problemas durante toda la secundaria y que Quinn tuvo que ayudar a rescatarme.
A sus ojos, era un caso de caridad de Quinn y nunca sería lo suficientemente buena para su hija menor.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo, recordándome mi cita.
Cada vez que tenía que ir a trabajar, lo odiaba más. Había empezado a buscar en el periódico todos los días un trabajo que pudiera pagarme lo suficiente como para cuidar a los niños y que se adapte a mi horario de clases y a la temporada de Softbol, cuando se pusiera en marcha.
Hasta ahora no había nada.
No calificaba para nada.
Pero no iba a renunciar.
Tenía que encontrar una manera de salir de esto.
Quería ser digna de Brittany y sabía que nunca lo sería mientras continuara haciendo lo que hacía.
Estiré la mano y cogí mis llaves. Tenía que ir a hacer esto. Si quería mantener mi beca y alimentar a los niños, tenía que hacerlo.
Subí por la zona posterior de la casa de ladrillo de tres pisos que pertenece a nuestro ilustre alcalde.
Él se follaba a su secretaria y su esposa me pagaba por el mismo servicio.
Lo había hecho por más de un año.
Tuve que aparcar a un kilómetro de la carretera y subir hasta la parte trasera de la casa y usar la puerta de atrás.
Ella la había dejado desbloqueada.
Al abrir la puerta, entré y me dirigí a la escalera. A veces me atendía con alguna ridícula pieza de ropa interior y a veces estaba en la cama desnuda, bebiendo vino.
Dependía de su estado de ánimo.
Llegué al primer escalón y escuché voces.
Eso no podía ser bueno.
Siempre se encontraba sola cuando me llamaba.
Me congelé y escuché.
Era otra mujer.
Reconocí la voz, pero no la pude identificar.
Seguramente no había invitado a otra de mis clientes para un trío. Cobraba extra por eso y ahora mismo no estaba seguro de poder lograrlo.
Que me excitara sólo por ella iba a ser bastante difícil. Últimamente, tenía que cerrar los ojos y fingir.
Era lo único que funcionaba.
—Te veré en la reunión del comité de la semana que viene. Gracias, April, por ofrecerte a ayudar. Tener tu nombre detrás de esto, siempre atraerá a más voluntarios.
April era la esposa del alcalde. Ella trataba con una visita inesperada y se acercaban a la esquina.
Mierda.
Me dispuse a huir, cuando la señora Pierce Fabray dobló la esquina y nuestros ojos se encontraron.
Joder.
Los ojos de April me encontraron y se abrieron por la sorpresa. Ella tampoco esperaba que las atrapara.
Me quedé sin poder moverme de este choque de trenes.
¿Cómo iba a explicarlo?
No necesitaba que esta mujer supiera lo que hacía. Iba a encontrar otro trabajo y cuando lo hiciera, iba a ser digna de Brittany.
Que su mamá sepa mi sucio secreto lo arruinaría todo.
Se lo diría a Brittany.
Y si alguna vez descubría lo mío con Brittany, se lo diría a ella.
—Oh, Santana. Estoy tan contenta de que estés aquí. El, uh, jardín esta por allá a la izquierda. Simplemente sigue corriendo—la sonrisa forzada de April y su voz aguda no fueron muy convincentes—Ve ahora y arréglala las flores—agitó la mano y sonrió a la mamá de Brittany.
Los ojos de la señora Pierce seguían fijos en los míos.
Ataba cabos, maldita sea.
—Sí, señora. Creí que usted mencionó que también quería más flores.
Yo era condenadamente mucho más convincente.
Asintió con nerviosismo.
—Sí, así es. Pero sigue adelante y arregla lo que te pedí.
Asentí y me dirigí hacia las escaleras, rezando por que la señora Pierce creyera esta mierda.
—Que chica más dulce. Puede arreglar cualquier jardín—dijo April en el mismo tono nervioso y agudo.
—¿Es así?—preguntó la señora Pierce. El tono de su voz hizo que mi estómago se atara en un nudo.
Lo sabía.
Habían rumores que a la señora April antes estaba con mujeres y ahora conmigo ahí todo calzaba.
Por todo el maldito infierno.
Ella lo sabía.
Brittany
Hoy Santana se había ido a trabajar de nuevo.
Recibió una llamada de su entrenador y tuvo que salir de forma inesperada.
Yo había estado de camino hacia aquí.
Íbamos a ir a la playa.
Sólo quedaban un par de semanas de calor antes de que comenzara el aire de otoño, haciendo imposible disfrutar de la playa.
Me desplacé a través de mis mensajes de texto para matar el tiempo, y vi una respuesta de Sam.
Habían pasado dos semanas desde que la envió.
No envió otra.
Había estado tan envuelta en Santana que me olvidé de él.
Lamento no haber respondido. Con el comienzo de la escuela y todo, he estado ocupada.
Podría tener que llamarlo.
Dos semanas era más que descortés.
La respuesta de Sam apareció en la pantalla.
Está bien. He hablado con Marley. Sé que estás viendo a alguien. Persona con suerte.
Marley no mencionó a Sam cuando hablamos el otro día. Parecía feliz por mí, pero también preocupada.
Sí. Eso también. Sin embargo debería haber respondido. Lo siento mucho.
No te preocupes por eso. Prométeme que si las cosas no salen bien, me llamarás. Guarda este número.
Era muy dulce.
Si las cosas no salían bien, estaría destrozada. No habría llamadas para alguien más.
Lo tendré en cuenta. Gracias de nuevo por la oferta. Volar a Nueva York para cenar sería genial.
La oferta se mantiene en pie. Sólo dilo.
La puerta del apartamento se abrió y Santana entró con el ceño fruncido en su rostro.
Sólo estuvo ausente durante una hora y media.
Tampoco estaba muy sudorosa.
—Hola—dije, dejando mi teléfono para levantarme e ir con ella.
Levantó las manos para frenarme.
—Estoy asquerosa. Déjame darme una ducha.
No dijo nada más. Se fue hacia el cuarto de baño y cerró la puerta.
Fuertemente.
¿Se enfadó porque yo siguiera aquí?
Mi teléfono reprodujo la canción de los textos y alargué la mano para conseguirlo.
Tengo una invitación para la boda de tu hermana. Rachel debe haberla enviado cuando pensaba que había algo entre nosotros.
¿Vas a venir?
Por favor, Dios, no.
Santana no sería amable con él.
Yo no sería capaz de hablar con él si quería mantener calmada a Santana.
Quiero.
¿Por qué ha dicho eso?
No podía ser grosera.
Marley y Kitty venían.
La puerta del baño se abrió.
—Lo siento, estaba de tan mal humor cuando llegué—dijo Santana, saliendo del cuarto de baño.
Levanté la vista de mi teléfono.
—Está bien. Me preocupaba que quisieras que me fuera. Puedo irme si tienes cosas que hacer.
Santana frunció el ceño y cerró la distancia entre nosotras.
—Dios, no. Te quiero conmigo. Acabo de tener una mala tarde. Odié tener que dejarte.
—No has estado fuera tanto rato. Tenemos un montón de tiempo para estar en la playa antes de que se ponga el sol.
Santana se inclinó y me besó.
Sonó mi alerta de mensajes.
Oh, mierda.
Santana se echó hacia atrás y miró hacia mi teléfono.
No me has dicho que no. Lo voy a tomar como un sí.
No me moví.
Santana lo había leído.
Borrarlo ahora no cambiaría eso.
Ni siquiera estaba segura de si esto iba a ser un gran problema. Así que esperé una reacción.
—¿Sam? ¿Sam Evans?
Asentí.
El gruñido de rabia en su voz me dijo que esto sería un problema muy grande.
Cogió el teléfono de mis manos y lo dejé. No dije nada malo.
Se desplazó hacia arriba y leyó nuestros mensajes. Cuando regresó al último, levantó la mirada para encontrarse con la mía.
—¿Eso es lo que quieres, Britt? ¿Un paseo en jet privado a Nueva York?—lanzó el teléfono sobre la mesa y se fue hacia su habitación.
Salté cuando su puerta se cerró detrás de ella.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
Ni siquiera me permitió explicarle.
Simplemente se fue enfadada.
No le había dicho qué es lo que yo quería.
Sólo fui educada.
La puerta se abrió y me eché hacia atrás, sin estar segura de si debía irme o defenderme.
No estaba acostumbrada a que se enfaden conmigo.
Daba miedo.
Mis padres nunca me habían gritado y hasta la noche que Quinn se enteró de Santana y de mí, tampoco lo hizo ella.
Mi corazón latía en mi pecho y sentí como si fuera a vomitar.
Santana señaló a mi teléfono.
—¿Hablas con él a menudo? ¿Eh?
Negué con la cabeza.
—No—balbuceé.
—Está claro que sí. Tiene dinero. Tu hermana seguro lo aprueba, si le envió una invitación para la boda.
—No sabía nada de la invitación hasta ahora.
Santana dejó escapar una risa dura y enfadada.
—Sin embargo, sabías sobre el paseo en jet a Nueva York, ¿no es así? También parece que has estado todo el día mandándote mensajes con él.
—Olvidé responderle la última vez que me envió un mensaje. Trataba de ser cortés. Es el hermano de Kitty—le expliqué.
Santana se dio la vuelta y dio un puñetazo a la pared.
—Al diablo con eso, Britt. Le escribiste mensajes, querías hablar con él.
Una lágrima rodó por mi rostro y no podía pensar que tenía que decirle para hacerle entender.
Estaba tan enfadada.
Por primera vez en la historia, quería salir de su departamento.
Quería ir a un lugar sola y llorar.
Me acerqué para tomar mi teléfono del sofá, y luego recogí mi bolsa de playa y me dirigí hacia la puerta.
No la miré.
No podía o rompería a llorar.
No quería que me viera llorar.
Quería estar enfadada con ella y gritarle y decirle lo estúpida que se comportaba, pero el nudo en la garganta me detenía.
Corrí hacia la puerta y bajé las escaleras.
Cuando mi pie golpeó el último escalón, me eché a llorar.
No había sido capaz de llegar a mi coche. Limpiando mi cara, me puse las gafas de sol, que habían estado en la cima de mi cabeza y empecé a ir hacia mi auto.
El sonido de pasos pesados corriendo por las escaleras me asustó y me di vuelta para ver a Santana corriendo detrás de mí.
—Britt, espera. Lo siento. No te vayas, por favor.
Una persona inteligente hubiera seguido andando.
Yo no era una persona inteligente.
La cara de pánico de Santana mientras me suplicaba que no me fuera, era más poderosa que el sentido común.
—Soy una idiota. Dios, cariño. Lo siento mucho. Estaba disgustada cuando llegué y luego vi el texto y eso me partió. No voy a mentir, estoy celosa como el infierno. Eres mía y él está detrás de ti. Tiene dinero y la aprobación de tu familia. Dos cosas que yo no tengo. Quiero ser capaz de llevarte a Nueva York en un maldito jet y a cualquier otro lugar que desees ir, pero no puedo.
Esa era la única explicación que necesitaba.
Lo entendí.
Me adelanté los pocos pasos que nos separaban y le agarré la cara y la besé salvajemente en la boca.
Fui posesiva.
Necesitaba que entendiese que todo lo que quería era ella.
No un paseo en avión ni una cena de lujo.
Gimió y pasó las manos por mi pelo y me acercó más a ella.
Controlé el beso.
Le mordí el labio y tiré su lengua dentro de mi boca y la chupé con fuerza, antes de zambullirme en su calor.
Cuando por fin rompí el beso, los dos respirábamos pesadamente.
—Maldita sea —susurró.
—Nadie se compara a ti. Nadie. Métete eso en la cabeza—le dije, y deslicé la mano por su pecho—No necesito jets ni lugares de lujo. Sólo te necesito a ti, Sanny.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
mmmmmmmmmmmmmmmm san hasta barriendo pisos seria mas digno para birtt, tiene que dejar lo ya!!!
san se juega con todos en contra,... pero la esta jodiendo!!!
san y sus celos va a matar a alguien!!!
nos vemos!!!
mmmmmmmmmmmmmmmm san hasta barriendo pisos seria mas digno para birtt, tiene que dejar lo ya!!!
san se juega con todos en contra,... pero la esta jodiendo!!!
san y sus celos va a matar a alguien!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
pobre santana, ella trata pero no es facil, se que cuando brittany descubra todo santana se las vera muy mal, solo espero que no sea pronto!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
mmmmmmmmmmmmmmmm san hasta barriendo pisos seria mas digno para birtt, tiene que dejar lo ya!!!
san se juega con todos en contra,... pero la esta jodiendo!!!
san y sus celos va a matar a alguien!!!
nos vemos!!!
Hola lu, la vrdd esk si, pero esk nose... es complicada la situación =/ Toda la razón =/ hasta ella misma lo es =/ JAjajaajajajaj es una loquilla jajaajajaj. Saludos =D
micky morales escribió:pobre santana, ella trata pero no es facil, se que cuando brittany descubra todo santana se las vera muy mal, solo espero que no sea pronto!!!!!
Hola, nones =/ es muy complicado la vrdd. Ni lo digas q pasa... yo tengo la mínima posibilidad q no sea así =/ Ni yo =/ o a veces si xD jajajaaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 20
Capitulo 20
Santana
Brittany se había quedado dormida sobre su estómago.
Después de haber tonteado en el agua hasta que estuvimos muy satisfechas, regresamos a extendernos sobre las toallas que trajimos.
Cubrí su espalda con protector solar y se quedó dormida.
Me quedé aquí y la vi dormir durante los últimos treinta minutos. También reprimí el impulso de cubrir su culo.
Cada vez que sentía unos ojos dirigiéndose en esta dirección, me aseguraba de que miraran hacia abajo hasta que estuvieran lejos.
Después de tener que dejarla para ir a trabajar, me volví a cabrear.
Todavía buscaba un trabajo que me pudiera pagar lo que necesitaba. Incluso buscaba uno con turnos en la noche. Cualquier cosa que me sacara de este infierno en el que me encontraba.
Ver el mensaje de Sam Evans fue todo lo que necesité para convencerme de que Brittany se merecía más de lo que recibía.
Ni siquiera pude decirle que la amaba.
Ella no me volvió a decir palabras.
Esa vez que se las dijo a su hermana y eso fue todo.
Sabía que ella quería que las dijera, pero ¿cómo podría?
¿La quería?
Sí.
¿La necesitaba para respirar?
Sí.
¿Podría imaginar la vida sin ella?
No.
¿Pero podría estar verdaderamente enamorada de ella y al mismo tiempo engañarla?
No estaba segura.
El amor era sincero.
Era puro.
Yo no era ninguna de esas cosas.
Entonces, ¿cómo podría amar?
Sus pestañas revolotearon y se abrieron lentamente. La bella durmiente se despertaba.
Mi pecho dolía con sólo mirarla.
Era increíble.
Todo en ella.
—¿Me estás viendo dormir?—preguntó, sonriéndome.
—Es fascinante—le contesté.
Hundió la cara en la toalla, pero pude ver la sonrisa de satisfacción en su rostro.
Nunca pidió una afirmación, pero la necesitaba.
Eso me sorprendió.
Pensé que al crecer tuvo bastante de ello y no lo necesitaba, pero ahora me preguntaba si no era así.
Ella tenía un papá que trabajaba todo el tiempo y una mamá que se hallaba en todas los comités en la ciudad.
¿Había sido la niña rica en la casa grande, sin nadie cerca, más que su hermana para decirle que era hermosa e inteligente, que merecía más que una persona perdedora patética como yo?
Se incorporó y se estiró.
Casi cada centímetro blanco de su cuerpo se exhibía.
—Esta noche tengo otra cena familiar. Así que voy a tener que volver a casa pronto—dijo con el ceño fruncido en su rostro.
Tenía una cena familiar cada semana.
Desde que su papá las dejó, ella nunca se la perdía. Noté que era importante para su mamá y ella no quería molestarla.
—Está bien. Me quedaré en casa y haré la tarea y esperaré a que vayas a la cama y me mandes un mensaje travieso.
Se rió y se recogió el pelo en un moño.
Me encantaba verla hacer pequeñas cosas como esa. Podría sentarme y mirarla todo el maldito día y nunca aburrirme.
—Mensaje travieso, ¿eh? Pensé que se llamaba sextear—respondió.
Estiré la mano, la agarré por el brazo y la tire encima de mí.
—Oh, sí, podemos sextear todo lo que desees. Me puedes decir todo lo que quieres que te haga y te diré lo que voy a hacer—le susurre al oído y luego le di un mordisco.
—Mmm, está bien. Me gusta esa idea—respondió.
Sonriendo, deslicé la rodilla entre sus piernas.
—Sólo tienes que prometerme que manosearas ese pequeño coño para mí.
Brittany abrió la boca y me dio una palmada en el brazo.
—Eres tan mala, Santana López.
—Sólo contigo, Britt-Britt. Sólo contigo.
Su teléfono comenzó a reproducir esa canción country sobre los vaqueros y los ángeles.
Era su tono de llamada.
Necesitaba una nueva.
Empezaba a sentir celos de cualquier tipo en un sombrero de vaquero.
—Es Rachel—dijo mirando por encima de mí—No sabe nada de nosotras. Quinn no le dijo porque tiene miedo de que vaya a decírselo a mamá y quiere esperar a después de la boda para decirle. Para no añadir más drama y eso.
Mierda.
Asumí que Quinn nunca le diría a su mamá. O por lo menos, para ese momento, esperaba tener otro trabajo y ser capaz de negarlo.
La señora Pierce no tenía ninguna prueba.
Por lo que se le dijo, yo fui ahí para arreglar las cañerías.
Tenía que encontrar otro trabajo.
Antes de esta maldita boda.
—Hola—dijo, apretando el teléfono a la oreja—Sip. Voy a estar ahí. ¿Has llevado el vestido a casa? ¡Sí! Ahora esperemos que encaje. Siento como si últimamente hubiera ganado dos kilos… Si no es así, voy a estar a dieta. Promesa… Nos vemos en un rato.—colgó el teléfono y sonrió antes de arrastrarse fuera de mí y ponerse de pie—Tengo que llegar a casa y tomar una ducha antes de la cena. Rach llevará mi vestido de dama de honor.
No quería que me dejara, pero también necesitaba pasar algún tiempo para encontrar un trabajo.
—Voy a estar esperando mi sexteo.
Brittany
Mamá se comportó raro toda la noche.
Normalmente era muy feliz en las cenas familiares.
Adoraba a Rachel y poder ayudar en la planificación de la boda —que ahora seria en la playa en lugar de la iglesia en la que mamá quería— algo que esperaba con interés cuando nos encontrábamos todas juntas.
Ella me dijo muy poco acerca de mi vestido, el cual encajaba a la perfección, para mi alivio.
A pesar de que habíamos estado discutiendo sobre el color del pastel de la boda y si la torta del novio debe ser de queso o tarta de chocolate, mamá permaneció mirando por la ventana.
Cuando la puerta se cerró detrás de Quinn y Rachel, me volví para subir las escaleras.
—Tenemos que hablar.
Me detuve y miré a mamá.
Se encontraba de pie en la parte inferior de las escaleras con los brazos cruzados, mirándome.
Ocurría algo malo.
—Está bien—le dije, bajando las escaleras y siguiéndola mientras hacía su camino a la sala de estar.
—Siéntate, Brittany.
De repente me sentí muy nerviosa.
El tono grave de su voz y que me dijera “Brittany” y no “Britty o Britt” no era algo que acostumbraba a oír.
No tenía la menos idea de lo que se trataba esto.
A menos que… ella supiera sobre Santana.
Eso podría ser malo, pero por lo menos estábamos a punto de aclarar las cosas y no tendría que ocultárselo nunca más.
Además, estaba segura de que una vez que llegara a conocerla, le gustaría.
Ella en realidad no había pasado tiempo con Santana.
—Hoy recibí una llamada interesante de un amigo mío. Era alguien que te vio. En la playa.
Se trataba de Santana.
—¿Entonces ya sabes con quién fui?
Asintió.
—Santana López.
—Escucha, mamá. Sé que no lo apruebas. Pero todo lo que sabes de ella es que su mamá es de clase baja y se crio con dificultades. Se ha metido en algunos problemas al crecer, pero ahora es diferente. Si sólo…
—Ella se acuesta con mujeres por dinero. Es una gigoló, Brittany. Uno muy bien pagada...
Estallé en un ataque de risa.
¿Dónde lo escuchó?
Era ridículo.
¿Cómo se le pudo ocurrir algo tan loco?
—Esto no es una broma, Brittany. Yo la vi.
¿La vio?
¿Qué diablos significaba eso?
¿Cómo la vio?
—Mamá, lo que sea que crees que has visto, no es así. Santana no se acuesta con las mujeres por dinero.
Mamá se acercó a la silla frente a mí.
—Fui a visitar a April. Ella se ofreció a hacer algo de trabajo en el comité de fiestas del mar. No me esperaba y me di cuenta que parecía un poco nerviosa. Hablamos sobre todo durante unos treinta minutos. Cuando nos levantamos para salir y caminamos hacia la puerta, Santana López subía sigilosamente su escalera. Se detuvo y me miró como un ciervo encandilado por los faros. April se puso nerviosa e inventó que Santana fue a arreglar su jardín. Esa chica no estaba ahí para arreglar su jardín.
Tenía que haber una mejor explicación.
Santana no iba a subir a la habitación del alcalde para acostarse con su mujer por dinero.
Esto era Sea Breeze, Alabama. No Los Ángeles.
¿Qué es lo que poseyó a mi mamá?
—¿Quieres decir que crees que Santana fue para darle sus servicios a April? Eso es una locura, mamá. Es muy probable que estuviera ahí para ayudarla a arreglar sus plantas. A veces hace trabajos ocasionales.
Mi mamá dejó escapar un suspiro de cansancio y su rostro se arrugó.
—Me quedé fuera tiempo después de cerrar la puerta y miré por la ventana de su dormitorio. Santana López se hallaba ahí. Cerró la cortina y pronto la sombra de April se unió a ella.
—Era una sombra, mamá.
—Al día siguiente se lo dije a Isabelle. Pensé que si alguien sabía, sería ella. Isabelle le paga a Santana por sexo. Lo ha estado haciendo desde que se divorció de Bryan. Al parecer, él tiene una listita de clientes discretas entre las mujeres ricas de esta ciudad. Santana es una gigoló de alto precio que sirve a mujeres atractivas de más edad y que les gusta estar con mujeres sin que sus esposos lo sepan. No hace trabajos ocasionales, Brittany.
Era un sueño.
Tenía que estar soñando.
Esto era una pesadilla y estaba a punto de despertar.
Sacudí la cabeza y me levanté.
No podía sentarme aquí y escuchar esto.
No lo creía.
Santana era demasiado buena.
Nunca me mentiría sobre algo así de grande.
—Me preocupaba que no me creyeras. Caíste en su mirada de niña bonita. ¿Por qué no se lo preguntas? Ve lo que te dice. Mira su reacción. Luego vuelves y me cuentas que esto es una mentira.
Cogí las llaves del gancho junto a la puerta y corrí afuera.
Santana podría explicarlo.
Debido a que esto no podía ser cierto.
Después de haber tonteado en el agua hasta que estuvimos muy satisfechas, regresamos a extendernos sobre las toallas que trajimos.
Cubrí su espalda con protector solar y se quedó dormida.
Me quedé aquí y la vi dormir durante los últimos treinta minutos. También reprimí el impulso de cubrir su culo.
Cada vez que sentía unos ojos dirigiéndose en esta dirección, me aseguraba de que miraran hacia abajo hasta que estuvieran lejos.
Después de tener que dejarla para ir a trabajar, me volví a cabrear.
Todavía buscaba un trabajo que me pudiera pagar lo que necesitaba. Incluso buscaba uno con turnos en la noche. Cualquier cosa que me sacara de este infierno en el que me encontraba.
Ver el mensaje de Sam Evans fue todo lo que necesité para convencerme de que Brittany se merecía más de lo que recibía.
Ni siquiera pude decirle que la amaba.
Ella no me volvió a decir palabras.
Esa vez que se las dijo a su hermana y eso fue todo.
Sabía que ella quería que las dijera, pero ¿cómo podría?
¿La quería?
Sí.
¿La necesitaba para respirar?
Sí.
¿Podría imaginar la vida sin ella?
No.
¿Pero podría estar verdaderamente enamorada de ella y al mismo tiempo engañarla?
No estaba segura.
El amor era sincero.
Era puro.
Yo no era ninguna de esas cosas.
Entonces, ¿cómo podría amar?
Sus pestañas revolotearon y se abrieron lentamente. La bella durmiente se despertaba.
Mi pecho dolía con sólo mirarla.
Era increíble.
Todo en ella.
—¿Me estás viendo dormir?—preguntó, sonriéndome.
—Es fascinante—le contesté.
Hundió la cara en la toalla, pero pude ver la sonrisa de satisfacción en su rostro.
Nunca pidió una afirmación, pero la necesitaba.
Eso me sorprendió.
Pensé que al crecer tuvo bastante de ello y no lo necesitaba, pero ahora me preguntaba si no era así.
Ella tenía un papá que trabajaba todo el tiempo y una mamá que se hallaba en todas los comités en la ciudad.
¿Había sido la niña rica en la casa grande, sin nadie cerca, más que su hermana para decirle que era hermosa e inteligente, que merecía más que una persona perdedora patética como yo?
Se incorporó y se estiró.
Casi cada centímetro blanco de su cuerpo se exhibía.
—Esta noche tengo otra cena familiar. Así que voy a tener que volver a casa pronto—dijo con el ceño fruncido en su rostro.
Tenía una cena familiar cada semana.
Desde que su papá las dejó, ella nunca se la perdía. Noté que era importante para su mamá y ella no quería molestarla.
—Está bien. Me quedaré en casa y haré la tarea y esperaré a que vayas a la cama y me mandes un mensaje travieso.
Se rió y se recogió el pelo en un moño.
Me encantaba verla hacer pequeñas cosas como esa. Podría sentarme y mirarla todo el maldito día y nunca aburrirme.
—Mensaje travieso, ¿eh? Pensé que se llamaba sextear—respondió.
Estiré la mano, la agarré por el brazo y la tire encima de mí.
—Oh, sí, podemos sextear todo lo que desees. Me puedes decir todo lo que quieres que te haga y te diré lo que voy a hacer—le susurre al oído y luego le di un mordisco.
—Mmm, está bien. Me gusta esa idea—respondió.
Sonriendo, deslicé la rodilla entre sus piernas.
—Sólo tienes que prometerme que manosearas ese pequeño coño para mí.
Brittany abrió la boca y me dio una palmada en el brazo.
—Eres tan mala, Santana López.
—Sólo contigo, Britt-Britt. Sólo contigo.
Su teléfono comenzó a reproducir esa canción country sobre los vaqueros y los ángeles.
Era su tono de llamada.
Necesitaba una nueva.
Empezaba a sentir celos de cualquier tipo en un sombrero de vaquero.
—Es Rachel—dijo mirando por encima de mí—No sabe nada de nosotras. Quinn no le dijo porque tiene miedo de que vaya a decírselo a mamá y quiere esperar a después de la boda para decirle. Para no añadir más drama y eso.
Mierda.
Asumí que Quinn nunca le diría a su mamá. O por lo menos, para ese momento, esperaba tener otro trabajo y ser capaz de negarlo.
La señora Pierce no tenía ninguna prueba.
Por lo que se le dijo, yo fui ahí para arreglar las cañerías.
Tenía que encontrar otro trabajo.
Antes de esta maldita boda.
—Hola—dijo, apretando el teléfono a la oreja—Sip. Voy a estar ahí. ¿Has llevado el vestido a casa? ¡Sí! Ahora esperemos que encaje. Siento como si últimamente hubiera ganado dos kilos… Si no es así, voy a estar a dieta. Promesa… Nos vemos en un rato.—colgó el teléfono y sonrió antes de arrastrarse fuera de mí y ponerse de pie—Tengo que llegar a casa y tomar una ducha antes de la cena. Rach llevará mi vestido de dama de honor.
No quería que me dejara, pero también necesitaba pasar algún tiempo para encontrar un trabajo.
—Voy a estar esperando mi sexteo.
Brittany
Mamá se comportó raro toda la noche.
Normalmente era muy feliz en las cenas familiares.
Adoraba a Rachel y poder ayudar en la planificación de la boda —que ahora seria en la playa en lugar de la iglesia en la que mamá quería— algo que esperaba con interés cuando nos encontrábamos todas juntas.
Ella me dijo muy poco acerca de mi vestido, el cual encajaba a la perfección, para mi alivio.
A pesar de que habíamos estado discutiendo sobre el color del pastel de la boda y si la torta del novio debe ser de queso o tarta de chocolate, mamá permaneció mirando por la ventana.
Cuando la puerta se cerró detrás de Quinn y Rachel, me volví para subir las escaleras.
—Tenemos que hablar.
Me detuve y miré a mamá.
Se encontraba de pie en la parte inferior de las escaleras con los brazos cruzados, mirándome.
Ocurría algo malo.
—Está bien—le dije, bajando las escaleras y siguiéndola mientras hacía su camino a la sala de estar.
—Siéntate, Brittany.
De repente me sentí muy nerviosa.
El tono grave de su voz y que me dijera “Brittany” y no “Britty o Britt” no era algo que acostumbraba a oír.
No tenía la menos idea de lo que se trataba esto.
A menos que… ella supiera sobre Santana.
Eso podría ser malo, pero por lo menos estábamos a punto de aclarar las cosas y no tendría que ocultárselo nunca más.
Además, estaba segura de que una vez que llegara a conocerla, le gustaría.
Ella en realidad no había pasado tiempo con Santana.
—Hoy recibí una llamada interesante de un amigo mío. Era alguien que te vio. En la playa.
Se trataba de Santana.
—¿Entonces ya sabes con quién fui?
Asintió.
—Santana López.
—Escucha, mamá. Sé que no lo apruebas. Pero todo lo que sabes de ella es que su mamá es de clase baja y se crio con dificultades. Se ha metido en algunos problemas al crecer, pero ahora es diferente. Si sólo…
—Ella se acuesta con mujeres por dinero. Es una gigoló, Brittany. Uno muy bien pagada...
Estallé en un ataque de risa.
¿Dónde lo escuchó?
Era ridículo.
¿Cómo se le pudo ocurrir algo tan loco?
—Esto no es una broma, Brittany. Yo la vi.
¿La vio?
¿Qué diablos significaba eso?
¿Cómo la vio?
—Mamá, lo que sea que crees que has visto, no es así. Santana no se acuesta con las mujeres por dinero.
Mamá se acercó a la silla frente a mí.
—Fui a visitar a April. Ella se ofreció a hacer algo de trabajo en el comité de fiestas del mar. No me esperaba y me di cuenta que parecía un poco nerviosa. Hablamos sobre todo durante unos treinta minutos. Cuando nos levantamos para salir y caminamos hacia la puerta, Santana López subía sigilosamente su escalera. Se detuvo y me miró como un ciervo encandilado por los faros. April se puso nerviosa e inventó que Santana fue a arreglar su jardín. Esa chica no estaba ahí para arreglar su jardín.
Tenía que haber una mejor explicación.
Santana no iba a subir a la habitación del alcalde para acostarse con su mujer por dinero.
Esto era Sea Breeze, Alabama. No Los Ángeles.
¿Qué es lo que poseyó a mi mamá?
—¿Quieres decir que crees que Santana fue para darle sus servicios a April? Eso es una locura, mamá. Es muy probable que estuviera ahí para ayudarla a arreglar sus plantas. A veces hace trabajos ocasionales.
Mi mamá dejó escapar un suspiro de cansancio y su rostro se arrugó.
—Me quedé fuera tiempo después de cerrar la puerta y miré por la ventana de su dormitorio. Santana López se hallaba ahí. Cerró la cortina y pronto la sombra de April se unió a ella.
—Era una sombra, mamá.
—Al día siguiente se lo dije a Isabelle. Pensé que si alguien sabía, sería ella. Isabelle le paga a Santana por sexo. Lo ha estado haciendo desde que se divorció de Bryan. Al parecer, él tiene una listita de clientes discretas entre las mujeres ricas de esta ciudad. Santana es una gigoló de alto precio que sirve a mujeres atractivas de más edad y que les gusta estar con mujeres sin que sus esposos lo sepan. No hace trabajos ocasionales, Brittany.
Era un sueño.
Tenía que estar soñando.
Esto era una pesadilla y estaba a punto de despertar.
Sacudí la cabeza y me levanté.
No podía sentarme aquí y escuchar esto.
No lo creía.
Santana era demasiado buena.
Nunca me mentiría sobre algo así de grande.
—Me preocupaba que no me creyeras. Caíste en su mirada de niña bonita. ¿Por qué no se lo preguntas? Ve lo que te dice. Mira su reacción. Luego vuelves y me cuentas que esto es una mentira.
Cogí las llaves del gancho junto a la puerta y corrí afuera.
Santana podría explicarlo.
Debido a que esto no podía ser cierto.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Huuuuu y ahora????
Si te pedi maraton en una te tengo que pedir maraton en la otra o No?? ?? Jaja Saludos
Si te pedi maraton en una te tengo que pedir maraton en la otra o No?? ?? Jaja Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
condenada vieja chismosa, en fin... es su madre, tenia que decirselo!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Ups... Santana tardo demasiado en decir le la verdad a britt...
A ver si afirma o no san su que salida no le queda... A ver que hace!!
Me sorprendió la madre de britt... No vino con cermon ni nada parecido...
Nos vemos!!!
Ups... Santana tardo demasiado en decir le la verdad a britt...
A ver si afirma o no san su que salida no le queda... A ver que hace!!
Me sorprendió la madre de britt... No vino con cermon ni nada parecido...
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Huuuuu y ahora????
Si te pedi maraton en una te tengo que pedir maraton en la otra o No?? ?? Jaja Saludos
Hola, nadie lo sabe...solo este cap que dejo ajajjaaj xD JAjajajajaaj dices tu¿? mmmmmmm, pero tiene mucha lógica... veremos lo que puedo hacer por ti! Saludos =D
micky morales escribió:condenada vieja chismosa, en fin... es su madre, tenia que decirselo!!!!!
Hola, si que si ¬¬ Aunk la entiendo xq es su hija..., pero pudo recaudar mas información, no ¬¬ Eso mismo xD Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Ups... Santana tardo demasiado en decir le la verdad a britt...
A ver si afirma o no san su que salida no le queda... A ver que hace!!
Me sorprendió la madre de britt... No vino con cermon ni nada parecido...
Nos vemos!!!
Hola lu, la vrdd esk si =/ Mmm a veces nose q es mejor, si q diga la vrdd o no..., pero creo q en este caso es q si =/ Suele pasar en las adaptaciones brittana jajaajja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 21
Capitulo 21
Santana
Había estado mirando mi teléfono durante la última hora, esperando que Brittany me mandara un mensaje.
Después de buscar en línea una vez más los listados de trabajo, salí con las manos vacías.
Si hubiera tomado el taller en la escuela, tendría un trabajo, eso era malditamente seguro.
Si no necesitara dinero ahora mismo, iría a la escuela por ese taller.
De esa manera, podría trabajar más horas de las que caben en mi horario y hacer dinero más que suficiente para cubrir nuestras necesidades.
Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos, dejé mi teléfono y atrapé un par de gotas de sudor desechadas.
Las sacudí rápidamente y fui a la puerta.
Eran más de las once.
¿Quién diablos iba a venir a verme tan tarde?
Cuando abrí, Brittany entró, empujando y pasándome.
—Tengo que hacerte una pregunta. Esto va a sonar ridículo, pero necesito que me escuches y luego puedes explicar lo equivocada que está mi mamá.
Su mamá.
No. Dios, no.
No podía decir nada.
Mi voz me dejó.
Esto no podía suceder.
Ahora no.
No había tenido suficiente tiempo para arreglarlo.
—San, te has puesto pálida.
No podía mirarla.
Ella lo sabía.
No creyó, pero lo sabía.
—Me estás asustando. San, mírame.
Necesitaba que lo diga.
—¿Qué te dijo tu mamá?
Iba a mentir.
Necesitaba una mentira para salir de esto.
No podía perderla.
—Dijo…—Brittany dejó escapar un suspiro de frustración—Ni siquiera puedo creer que vaya a decir esto en voz alta.
No lo cree.
Podría convencerla de que no era cierto.
Podría decirle algo más.
Las mujeres con las que trabajé no querían que saliera la verdad. Nunca sostendrían la historia de su mamá.
—Sólo dime—insistí, finalmente haciendo contacto visual con ella.
Se pasó la mano por el cabello y miró al sofá.
—¿Quieres sentarte? Es un poco increíble y puede tomar un poco de tiempo para explicar.
Era una buena idea tenerla lo más lejos de la salida por si salía corriendo.
—Por supuesto.
La seguí hasta el sofá y me senté en la silla frente a ella.
No me sentía segura de cómo iba a sonar y sentarme demasiado cerca podría ser una mala idea.
También quería ver su rostro.
—Mi mamá se enteró de que tú y yo nos estamos viendo. Al parecer, alguien nos vio hoy en la playa. Se molestó, lo que me esperaba. Pero la razón no era en absoluto lo que esperé—hizo girar un mechón de pelo alrededor de su dedo nerviosamente—Mamá te vio en la casa del alcalde. Subiendo las escaleras…—su voz se desvaneció.
Quería que dijera algo.
¿Qué podía decir?
No podía negar que fui ahí.
Esta era mi oportunidad para mentir.
Para cubrir este desastre.
Pero mi boca no se abría.
No pude decir nada para calmarla.
—Dijo que te escondías en el piso de arriba y que April se encontraba muy nerviosa. Luego, después de que se fue, te vio por la ventana de la habitación cerrando las cortinas y luego vio la sombra de April uniéndose a ti.
Otra vez, era mi oportunidad para mentirle.
Pero no pude.
Las mentiras no quisieron venir.
—San, di algo.
Me di cuenta, sentada ahí, mirándola, que la amaba.
Tenía razón.
Cuando amas a alguien, no puedes mentirles.
Duele demasiado.
Es un engaño que va demasiado profundo.
—Recuerdo haberla visto—contesté por fin.
Brittany arqueó las cejas.
—¿Y? ¿Fuiste a la habitación de April?
La verdad iba a arrancar mi corazón, pero era lo que se merecía.
Lo que siempre había merecido.
—Sí.
Brittany no dijo nada.
Se sentó ahí mirándome fijamente en conmoción.
Sabía que esperaba alguna razón en cuanto a por qué me encontraba en la habitación de April, que no fuera lo que dijo su mamá.
Deseaba tener una razón diferente a la verdad.
—Mi mamá dijo que Isabelle Wright le contó que te paga por acostarte con ella. Que lo hacen muchas mujeres. Dime que no es cierto, San. No creo que hicieras algo así.
Me puse de pie, porque sentarse era imposible.
Este era el momento que temí desde que dejé entrar a Brittany.
—Tengo clases, Softbol, y otras tres bocas que alimentar y pagar las cuentas de otra casa. Tres niños no son baratos. Tengo que asegurarme que están alimentados y mantener mi beca, lo que significa no perder el Softbol y no reprobar clases. Es más responsabilidad de la que tienen la mayoría de los adultos, Britt.
Brittany se puso de pie.
—¿Me dices que esto es verdad? ¿Durante todo este tiempo, me has estado dejando para ir a revolcarte con otras mujeres por dinero?
—No significan nada para mí. Lo saben. No hay emoción. Sólo sexo. Es más dinero del que podría hacer trabajando en cualquier otra cosa. Sirve para los niños y no tengo que preocuparme por cómo voy a conservar su electricidad o cómo voy a pagar por los frenos o los neumáticos nuevos para mi mamá.
Brittany sacudió la cabeza.
Me destrozaba la incredulidad en sus ojos.
—¿Nunca pensaste en hablarme de esto? ¿Cuánto tiempo has estado haciéndolo?
—Tres años.
—¿Tres años? ¿Así que empezaste a salir conmigo y me dejaste prometerte ser exclusivas y que no estaría con nadie más, mientras me dejabas con frecuencia para revolcarte con otras mujeres?
—¡No! Era sólo sexo. No sentí nada por ellas. Nunca. Eran un trabajo. Eso es todo lo que han sido.
—Pero no me dijiste...
—No le dije a nadie, Britt. No es algo de lo que estoy orgullosa. Traté de alejarte. Traté de decirte que no era buena para ti, pero no te detenías. Seguiste acercándote y yo te quería tanto.
—Dejaste que me enamorara de ti—dijo Brittany mientras se le escapaba un sollozo.
Y yo me enamoré de ella.
No podía decírselo.
De esta manera no.
Pensaría que lo decía para mantenerla.
No quería que lo dudara.
Si se lo decía ahora, nunca lo creería.
—Estoy buscando otro trabajo. Estoy tratando de encontrar algo más que hacer. No quiero seguir con esto. Quiero ser digna de ti. De tu amor. Sólo necesito un poco más de tiempo.
Brittany se tapó la boca mientras se le escapó otro sollozo. Sacudió la cabeza.
—No. No funciona así. Debiste habérmelo dicho. Me has puesto en ridículo. Pensé que lo que teníamos era especial para ti. Sabía que no me amabas, pero pensé que te preocupabas por mí. Pero todo este tiempo, me dejabas para ir a tener relaciones sexuales con otras mujeres. No me importa que te pagaran. Es lo que hiciste. Que pudieras hacerlo. Nunca hubiera podido dejar que otra persona tocara mi cuerpo. No cuando estaba contigo. No habría sido capaz de soportarlo—se limpió las lágrimas que corrían por su rostro.
—Tenía que tener el dinero...
—No, Santana. Eso no es una excusa suficiente y buena para mí. Debiste habérmelo dicho al principio. Antes de que me enamorara locamente de ti. Nunca debiste haberme pedido ser exclusiva y dejarme creer que hacías lo mismo—se volteó y se dirigió a la puerta.
Esto era todo.
¡No!
Corrí tras ella y desde atrás envolví los brazos a su alrededor.
Era el momento de rogar.
—Te juro que voy a encontrar otra manera de hacer dinero. Nunca me preocupé por ninguna de ellas. Sólo tú, Britt. Siempre has sido tú. No salgas de aquí. No puedo perderte.
Se hallaba rígida en mis brazos.
—Cuando escoges acostarte con otras mujeres y mentirme sobre ello, en ese momento decidiste que podrías perderme. Sabías desde el principio que si alguna vez lo averiguaba me iría, pero de todos modos lo hiciste. Déjame ir, Santana.
Me merecía esto.
Cada momento de la agonía y el dolor que siguió, me lo merecía.
Dejé caer los brazos, observé con impotencia como Brittany abrió la puerta y salió sin mirar atrás.
No volvería.
Este era nuestro final.
Así como me había dado cuenta de que no podía seguir mintiéndole porque la amaba, ella se había dado cuenta de que no puedes amar a una mentira.
Brittany
Cuando abrí la puerta de mi casa, mi mamá me esperaba.
Cualquier ira que había sentido, desapareció.
Fue sustituida por un dolor frío y adormecedor.
—¿Y? —preguntó.
—Nunca la veré de nuevo, si te comprometes a nunca decirle a Quinn nada de esto. No quiero que lo sepa. Si le dices a Quinn, voy a volver a Santana López. No serás capaz de detenerme. Pero puedo prometerte que nunca hablaré con ella de nuevo si me prometes que nunca le dirás a nadie una palabra de esto. Especialmente a mi hermana. No necesita saberlo.
Mamá frunció el ceño.
—¿Sabe lo de Santana y tú?
—Sí. Lo sabe.
No le gustó.
—¿Qué se supone que tengo que decirle si pregunta sobre tu ruptura?
Me encogí de hombros.
—Dile que cambié de opinión y me di cuenta que después de todo, Santana no era lo suficientemente buena para mí. O dile que ahora estoy viendo a Sam Evans. Pero no le digas la verdad.
También podría mentir sobre la forma en la que terminó todo.
Toda la relación fue una gran mentira.
Parecía apropiado.
Pasé junto a mi mamá y subí las escaleras.
No conseguiría dormir mucho esta noche, pero quería estar sola.
Mi corazón roto necesitaba privacidad para llorar.
Los corazones no se dan cuenta de que les han mentido.
Siguen amando de todos modos.
Después de buscar en línea una vez más los listados de trabajo, salí con las manos vacías.
Si hubiera tomado el taller en la escuela, tendría un trabajo, eso era malditamente seguro.
Si no necesitara dinero ahora mismo, iría a la escuela por ese taller.
De esa manera, podría trabajar más horas de las que caben en mi horario y hacer dinero más que suficiente para cubrir nuestras necesidades.
Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos, dejé mi teléfono y atrapé un par de gotas de sudor desechadas.
Las sacudí rápidamente y fui a la puerta.
Eran más de las once.
¿Quién diablos iba a venir a verme tan tarde?
Cuando abrí, Brittany entró, empujando y pasándome.
—Tengo que hacerte una pregunta. Esto va a sonar ridículo, pero necesito que me escuches y luego puedes explicar lo equivocada que está mi mamá.
Su mamá.
No. Dios, no.
No podía decir nada.
Mi voz me dejó.
Esto no podía suceder.
Ahora no.
No había tenido suficiente tiempo para arreglarlo.
—San, te has puesto pálida.
No podía mirarla.
Ella lo sabía.
No creyó, pero lo sabía.
—Me estás asustando. San, mírame.
Necesitaba que lo diga.
—¿Qué te dijo tu mamá?
Iba a mentir.
Necesitaba una mentira para salir de esto.
No podía perderla.
—Dijo…—Brittany dejó escapar un suspiro de frustración—Ni siquiera puedo creer que vaya a decir esto en voz alta.
No lo cree.
Podría convencerla de que no era cierto.
Podría decirle algo más.
Las mujeres con las que trabajé no querían que saliera la verdad. Nunca sostendrían la historia de su mamá.
—Sólo dime—insistí, finalmente haciendo contacto visual con ella.
Se pasó la mano por el cabello y miró al sofá.
—¿Quieres sentarte? Es un poco increíble y puede tomar un poco de tiempo para explicar.
Era una buena idea tenerla lo más lejos de la salida por si salía corriendo.
—Por supuesto.
La seguí hasta el sofá y me senté en la silla frente a ella.
No me sentía segura de cómo iba a sonar y sentarme demasiado cerca podría ser una mala idea.
También quería ver su rostro.
—Mi mamá se enteró de que tú y yo nos estamos viendo. Al parecer, alguien nos vio hoy en la playa. Se molestó, lo que me esperaba. Pero la razón no era en absoluto lo que esperé—hizo girar un mechón de pelo alrededor de su dedo nerviosamente—Mamá te vio en la casa del alcalde. Subiendo las escaleras…—su voz se desvaneció.
Quería que dijera algo.
¿Qué podía decir?
No podía negar que fui ahí.
Esta era mi oportunidad para mentir.
Para cubrir este desastre.
Pero mi boca no se abría.
No pude decir nada para calmarla.
—Dijo que te escondías en el piso de arriba y que April se encontraba muy nerviosa. Luego, después de que se fue, te vio por la ventana de la habitación cerrando las cortinas y luego vio la sombra de April uniéndose a ti.
Otra vez, era mi oportunidad para mentirle.
Pero no pude.
Las mentiras no quisieron venir.
—San, di algo.
Me di cuenta, sentada ahí, mirándola, que la amaba.
Tenía razón.
Cuando amas a alguien, no puedes mentirles.
Duele demasiado.
Es un engaño que va demasiado profundo.
—Recuerdo haberla visto—contesté por fin.
Brittany arqueó las cejas.
—¿Y? ¿Fuiste a la habitación de April?
La verdad iba a arrancar mi corazón, pero era lo que se merecía.
Lo que siempre había merecido.
—Sí.
Brittany no dijo nada.
Se sentó ahí mirándome fijamente en conmoción.
Sabía que esperaba alguna razón en cuanto a por qué me encontraba en la habitación de April, que no fuera lo que dijo su mamá.
Deseaba tener una razón diferente a la verdad.
—Mi mamá dijo que Isabelle Wright le contó que te paga por acostarte con ella. Que lo hacen muchas mujeres. Dime que no es cierto, San. No creo que hicieras algo así.
Me puse de pie, porque sentarse era imposible.
Este era el momento que temí desde que dejé entrar a Brittany.
—Tengo clases, Softbol, y otras tres bocas que alimentar y pagar las cuentas de otra casa. Tres niños no son baratos. Tengo que asegurarme que están alimentados y mantener mi beca, lo que significa no perder el Softbol y no reprobar clases. Es más responsabilidad de la que tienen la mayoría de los adultos, Britt.
Brittany se puso de pie.
—¿Me dices que esto es verdad? ¿Durante todo este tiempo, me has estado dejando para ir a revolcarte con otras mujeres por dinero?
—No significan nada para mí. Lo saben. No hay emoción. Sólo sexo. Es más dinero del que podría hacer trabajando en cualquier otra cosa. Sirve para los niños y no tengo que preocuparme por cómo voy a conservar su electricidad o cómo voy a pagar por los frenos o los neumáticos nuevos para mi mamá.
Brittany sacudió la cabeza.
Me destrozaba la incredulidad en sus ojos.
—¿Nunca pensaste en hablarme de esto? ¿Cuánto tiempo has estado haciéndolo?
—Tres años.
—¿Tres años? ¿Así que empezaste a salir conmigo y me dejaste prometerte ser exclusivas y que no estaría con nadie más, mientras me dejabas con frecuencia para revolcarte con otras mujeres?
—¡No! Era sólo sexo. No sentí nada por ellas. Nunca. Eran un trabajo. Eso es todo lo que han sido.
—Pero no me dijiste...
—No le dije a nadie, Britt. No es algo de lo que estoy orgullosa. Traté de alejarte. Traté de decirte que no era buena para ti, pero no te detenías. Seguiste acercándote y yo te quería tanto.
—Dejaste que me enamorara de ti—dijo Brittany mientras se le escapaba un sollozo.
Y yo me enamoré de ella.
No podía decírselo.
De esta manera no.
Pensaría que lo decía para mantenerla.
No quería que lo dudara.
Si se lo decía ahora, nunca lo creería.
—Estoy buscando otro trabajo. Estoy tratando de encontrar algo más que hacer. No quiero seguir con esto. Quiero ser digna de ti. De tu amor. Sólo necesito un poco más de tiempo.
Brittany se tapó la boca mientras se le escapó otro sollozo. Sacudió la cabeza.
—No. No funciona así. Debiste habérmelo dicho. Me has puesto en ridículo. Pensé que lo que teníamos era especial para ti. Sabía que no me amabas, pero pensé que te preocupabas por mí. Pero todo este tiempo, me dejabas para ir a tener relaciones sexuales con otras mujeres. No me importa que te pagaran. Es lo que hiciste. Que pudieras hacerlo. Nunca hubiera podido dejar que otra persona tocara mi cuerpo. No cuando estaba contigo. No habría sido capaz de soportarlo—se limpió las lágrimas que corrían por su rostro.
—Tenía que tener el dinero...
—No, Santana. Eso no es una excusa suficiente y buena para mí. Debiste habérmelo dicho al principio. Antes de que me enamorara locamente de ti. Nunca debiste haberme pedido ser exclusiva y dejarme creer que hacías lo mismo—se volteó y se dirigió a la puerta.
Esto era todo.
¡No!
Corrí tras ella y desde atrás envolví los brazos a su alrededor.
Era el momento de rogar.
—Te juro que voy a encontrar otra manera de hacer dinero. Nunca me preocupé por ninguna de ellas. Sólo tú, Britt. Siempre has sido tú. No salgas de aquí. No puedo perderte.
Se hallaba rígida en mis brazos.
—Cuando escoges acostarte con otras mujeres y mentirme sobre ello, en ese momento decidiste que podrías perderme. Sabías desde el principio que si alguna vez lo averiguaba me iría, pero de todos modos lo hiciste. Déjame ir, Santana.
Me merecía esto.
Cada momento de la agonía y el dolor que siguió, me lo merecía.
Dejé caer los brazos, observé con impotencia como Brittany abrió la puerta y salió sin mirar atrás.
No volvería.
Este era nuestro final.
Así como me había dado cuenta de que no podía seguir mintiéndole porque la amaba, ella se había dado cuenta de que no puedes amar a una mentira.
Brittany
Cuando abrí la puerta de mi casa, mi mamá me esperaba.
Cualquier ira que había sentido, desapareció.
Fue sustituida por un dolor frío y adormecedor.
—¿Y? —preguntó.
—Nunca la veré de nuevo, si te comprometes a nunca decirle a Quinn nada de esto. No quiero que lo sepa. Si le dices a Quinn, voy a volver a Santana López. No serás capaz de detenerme. Pero puedo prometerte que nunca hablaré con ella de nuevo si me prometes que nunca le dirás a nadie una palabra de esto. Especialmente a mi hermana. No necesita saberlo.
Mamá frunció el ceño.
—¿Sabe lo de Santana y tú?
—Sí. Lo sabe.
No le gustó.
—¿Qué se supone que tengo que decirle si pregunta sobre tu ruptura?
Me encogí de hombros.
—Dile que cambié de opinión y me di cuenta que después de todo, Santana no era lo suficientemente buena para mí. O dile que ahora estoy viendo a Sam Evans. Pero no le digas la verdad.
También podría mentir sobre la forma en la que terminó todo.
Toda la relación fue una gran mentira.
Parecía apropiado.
Pasé junto a mi mamá y subí las escaleras.
No conseguiría dormir mucho esta noche, pero quería estar sola.
Mi corazón roto necesitaba privacidad para llorar.
Los corazones no se dan cuenta de que les han mentido.
Siguen amando de todos modos.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 22
Capitulo 22
Santana
Mike se apoyaba contra mi Jeep cuando salí del gimnasio.
Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y llevaba gafas de aviador negras.
No lo había visto en más de una semana.
Aparte de ir a clases, al gimnasio y adónde mi mamá para ver a los niños, no había visto a nadie.
Y tampoco trabajado y casi no tenía dinero, pero nunca sería capaz de volver a lo que había estado haciendo.
—¿Me estás siguiendo?—le pregunté, echando la bolsa del gimnasio en la parte trasera del Jeep.
—Viendo cómo estás de escondido, tenía que venir encontrarte.
Tiré de la puerta.
—Bueno, me has encontrado.
Mike abrió la puerta del lado del pasajero y se sentó.
No me dejaría salir de ahí.
¿Qué sabía?
Estuve esperando toda la semana a que Quinn irrumpiera en mi departamento y me golpeara hasta matarme.
Pero todo lo que oí de ella fue un mensaje diciendo que mi cita para arreglar el vestido era el próximo jueves.
—Escuché que Britt rompió contigo—me dijo, estudiando para ver mi reacción.
—Has oído bien.
—La cosa es, que no me creo la razón. No tiene sentido para mí. Quinn lo cree y es probablemente bueno, pero yo no me lo creo.
No podía estar seguro de cuál era la razón que le dio a Quinn.
Obviamente, no fue la verdad.
—No puedo evitar que es lo que crees.
—Simplemente me parece que la persona que vi tan ferozmente decidido a tomar una posición en contra de su mejor amiga por una chica, no se quedaría ahí parada tan casualmente mientras la olvida y va hacia otra persona.
Agarré el volante con fuerza.
Eso no era lo que esperaba.
¿Brittany ya veía a alguien más?
Eso no parecía ser propio de ella.
—Esperaría que fueras a cazar a Sam Evans y golpearle hasta matarlo, como querías hacerlo con Quinn. Me resulta muy difícil creer que te parezca bien dejar que la tenga sin una pelea.
¿Sam Evans?
Mierda.
—Supongo que ella quería cosas que no podía darle—le corté y arranqué el Jeep.
No quería escuchar más de esto.
—O tal vez eso no es lo que está pasando. Tal vez se enteró de tu trabajo y no pudo manejarlo.
¿Cómo lo sabía?
—¿Qué quieres decir?
Mike se encogió de hombros.
—Ya sabes, el trabajo que te ha permitido cuidar de tus hermanos y también pagar las cuentas. El que mantenías en secreto. Por el que tuve que hacer un serio trabajo de detective para averiguar.
Me siguió.
Bastardo.
—¿Por qué no le dijiste esto a Quinn?
—Quinn no es mi única amiga. No tengo favoritos.
Dejé caer la cabeza en el respaldo y suspiré.
—¿Hace cuánto lo sabes?
—Desde el viernes después de la fiesta de compromiso. Estaba seguro de que traficabas con drogas y te seguí.
—¿Así que lo sabías antes de que empezara a salir con Britt?
Mike asintió.
—Sí.
—Entonces, ¿por qué demonios me dejaste salirme con la mía? No podía estar lejos de ella. Alguien tenía que detenerme.
—Porque sabía que te enamoraste de ella. Nunca te había visto enamorada. Y Brittany es una chica dulce. Pensé que si alguien podía hacerte volver al camino correcto, sería ella. Pero nunca dejaste de trabajar. No pude entenderlo.
—Tengo bocas que alimentar.
—Hay otros trabajos que no requieren actividad ilegal.
Dejé escapar una risa fuerte.
—Nada me paga lo suficiente y no estoy cualificada para los que sí.
—Eso es porque buscas en el lugar equivocado.
Volví la cabeza para mirarlo.
—¿Adónde sugieres que vaya?
—Estás mirando hacia el lugar correcto ahora mismo—sonrió—Ve a Pensacola. Conozco a un tipo al que quiero presentarte.
—¿En Pensacola?
—Sip. Es dueño de un club. Solía trabajar para él. Les paga muy bien a los que trabajan en la barra. Horas tardías y buen dinero.
¿Barwoman?
—¿Qué tan bueno es el dinero?
Mike cerró la puerta y se abrochó el cinturón de seguridad.
—Cuanto mejor es el club, mejor es la paga. El lugar al que te voy a llevar paga más que la mayoría, cincuenta dólares la hora y tendrás seis horas por noche. Tantas noches como puedas manejar.
Trescientos dólares la noche.
Podría trabajar de jueves a domingos por la noche y hacer mil doscientos dólares a la semana.
—¿Crees que puedes conseguirme este trabajo?
Mike se rió.
—Ya te lo dieron. Sólo voy a llevarte a conocer a tu nuevo jefe y hacer el papeleo. Comienzas este fin de semana.
Brittany
Después de dos semanas de temerle a cálculo porque tendría que ver a Santana, y luego llegar y que no estuviera ahí, llegué a la conclusión de que dejó la clase.
Esto era bueno.
No quería verla.
Todavía no me sentía segura de cómo iba a reaccionar al verle.
Mi teléfono comenzó a sonar con mi tono y metí la mano en la mochila y lo saqué mientras caminaba por el campus a la cafetería.
Necesitaba cafeína si iba a ir a soportar el grupo de estudio hacia el que me encaminaba.
—Hola.
—Buenos días—me saludó la voz de Sam.
—Buenos días a ti también—le contesté.
—Pareces mejor esta semana.
Sam cometió el error de llamarme el día después de mi ruptura con Santana.
Cuando me preguntó cómo me encontraba, comencé a sollozar y hablarle de mi separación. Por supuesto que dejé fuera la verdadera razón por la que terminamos.
Santana no merecía mi protección, pero no podía detenerme.
La amaba.
Me rompió el corazón, pero todavía la amaba.
—Creo que funciona así. Cada semana es un poco mejor. Tal vez el próximo mes voy bailar en clubes.
Sam se rió entre dientes.
—Sí. Bueno, no nos dejemos llevar. Los clubes no son muy seguros para una chica soltera. Yo, por supuesto, podría acompañarte.
No había animado a Sam en absoluto.
Fui dolorosamente honesta con él.
Todavía seguía enamorada de Santana.
Probablemente siempre lo estaría.
Pero si Sam quería ser amigos, entonces me gustaría.
En este momento, necesitaba amigos.
—Tendré en cuenta la oferta.
—¿Cómo está la planificación de la boda que viene en el hogar Pierce Fabray? Sólo dos semanas más.
La boda se apoderó de nuestras vidas.
Encontrabas flores y velas y diferentes patrones de China por todas partes y cubriendo la mesa del comedor.
Era una locura.
Rachel era la novia más relajada que había conocido.
Sólo sonreía y accedía a las cosas.
Mi mamá, por otro lado, era un maldita noviecilla y sólo era la mamá de una de las novias.
—Creo que puedo pedir prestado tu jet y volar a los Cayos hasta que se acabe. Eso o matar a mi mamá.
Sam se rió.
—Voy a dejar que pidas prestado el avión, pero no creo que Kitty tenga la suficiente influencia como para quitarte los cargos por asesinato. Huir suena como un plan más seguro.
—Probablemente tienes razón. Me quedo con el plan A.
—Todavía estoy pensando en patearte el culo en la pista de Go Kart. Después de la boda, la carrera está en marcha.
Nos habíamos metido en una conversación acerca de la pista de Go Kart en la ciudad y cómo sabía cuál era el más rápido y que yo no podía ser mejor.
No estuve de acuerdo en que no lo podía vencer. Hicimos planes para ir a echar una carrera después de la boda.
—No lo he olvidado. Me estoy entrenando, Hollywood. Es mucho para ti.
Mi teléfono sonó y lo alejé para ver el número de Ryder parpadear en la pantalla.
¿Por qué me llamaba el hermano pequeño de Santana?
—Um, Sam, tengo que irme. Hay una llamada en la otra línea que tengo que atender.
—Muy bien, rubia. Hablaré contigo más tarde.
—Adiós—le contesté antes de colgar.
—¿Ryder?
—Es Jake.
—Jake, ¿estás bien?
—Estoy bien, pero mamá ha estado dormida durante mucho tiempo y no podemos despertarla. Llamé a San y no me respondió. Ryder todavía no ha vuelto a casa de la escuela y no sé si debo llamar al 911.
Corrí hacia el aparcamiento, a mi coche.
—¿Por cuánto tiempo ha dormido?—le pregunté.
—Desde ayer por la mañana.
Oh, no.
—¿No fuiste a la escuela ayer y hoy? ¿Podría haberse levantado mientras te encontrabas en la escuela?
Tenía que ser eso.
—No, no se ha movido. En absoluto.
—Está bien, Jake. Estoy de camino. Quiero que llames al 911 cuando colguemos y les digas lo mismo, ¿de acuerdo? Entonces Bree y tú siéntense juntos en la sala de estar. Estaré ahí en unos cinco minutos. Espérame.
—Está muerta, ¿verdad?
¿Cómo le digo a este niño que es muy probable que su mamá esté muerta?
Eso o en coma.
—No lo sabemos. Puede sólo estar durmiendo mucho tiempo. Llama al 911. Estoy de camino. ¿Está bien Bree?
—Sí, está sentada a mi lado.
—Bueno. Mantenla ahí contigo. Te veo en un minuto.
—Está bien, adiós.
Colgué y marqué el número de Santana. Sonó tres veces y luego se fue al buzón de voz.
—Soy Santana. Ya sabes qué hacer.
—Santana, soy Brittany. Jake acaba de llamarme. Tu mamá no se ha despertado en dos días. Están preocupados. Hice que llamara al 911 y estoy de camino ahí. Llámame en cuanto oigas esto—terminé la llamada y aceleré.
Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y llevaba gafas de aviador negras.
No lo había visto en más de una semana.
Aparte de ir a clases, al gimnasio y adónde mi mamá para ver a los niños, no había visto a nadie.
Y tampoco trabajado y casi no tenía dinero, pero nunca sería capaz de volver a lo que había estado haciendo.
—¿Me estás siguiendo?—le pregunté, echando la bolsa del gimnasio en la parte trasera del Jeep.
—Viendo cómo estás de escondido, tenía que venir encontrarte.
Tiré de la puerta.
—Bueno, me has encontrado.
Mike abrió la puerta del lado del pasajero y se sentó.
No me dejaría salir de ahí.
¿Qué sabía?
Estuve esperando toda la semana a que Quinn irrumpiera en mi departamento y me golpeara hasta matarme.
Pero todo lo que oí de ella fue un mensaje diciendo que mi cita para arreglar el vestido era el próximo jueves.
—Escuché que Britt rompió contigo—me dijo, estudiando para ver mi reacción.
—Has oído bien.
—La cosa es, que no me creo la razón. No tiene sentido para mí. Quinn lo cree y es probablemente bueno, pero yo no me lo creo.
No podía estar seguro de cuál era la razón que le dio a Quinn.
Obviamente, no fue la verdad.
—No puedo evitar que es lo que crees.
—Simplemente me parece que la persona que vi tan ferozmente decidido a tomar una posición en contra de su mejor amiga por una chica, no se quedaría ahí parada tan casualmente mientras la olvida y va hacia otra persona.
Agarré el volante con fuerza.
Eso no era lo que esperaba.
¿Brittany ya veía a alguien más?
Eso no parecía ser propio de ella.
—Esperaría que fueras a cazar a Sam Evans y golpearle hasta matarlo, como querías hacerlo con Quinn. Me resulta muy difícil creer que te parezca bien dejar que la tenga sin una pelea.
¿Sam Evans?
Mierda.
—Supongo que ella quería cosas que no podía darle—le corté y arranqué el Jeep.
No quería escuchar más de esto.
—O tal vez eso no es lo que está pasando. Tal vez se enteró de tu trabajo y no pudo manejarlo.
¿Cómo lo sabía?
—¿Qué quieres decir?
Mike se encogió de hombros.
—Ya sabes, el trabajo que te ha permitido cuidar de tus hermanos y también pagar las cuentas. El que mantenías en secreto. Por el que tuve que hacer un serio trabajo de detective para averiguar.
Me siguió.
Bastardo.
—¿Por qué no le dijiste esto a Quinn?
—Quinn no es mi única amiga. No tengo favoritos.
Dejé caer la cabeza en el respaldo y suspiré.
—¿Hace cuánto lo sabes?
—Desde el viernes después de la fiesta de compromiso. Estaba seguro de que traficabas con drogas y te seguí.
—¿Así que lo sabías antes de que empezara a salir con Britt?
Mike asintió.
—Sí.
—Entonces, ¿por qué demonios me dejaste salirme con la mía? No podía estar lejos de ella. Alguien tenía que detenerme.
—Porque sabía que te enamoraste de ella. Nunca te había visto enamorada. Y Brittany es una chica dulce. Pensé que si alguien podía hacerte volver al camino correcto, sería ella. Pero nunca dejaste de trabajar. No pude entenderlo.
—Tengo bocas que alimentar.
—Hay otros trabajos que no requieren actividad ilegal.
Dejé escapar una risa fuerte.
—Nada me paga lo suficiente y no estoy cualificada para los que sí.
—Eso es porque buscas en el lugar equivocado.
Volví la cabeza para mirarlo.
—¿Adónde sugieres que vaya?
—Estás mirando hacia el lugar correcto ahora mismo—sonrió—Ve a Pensacola. Conozco a un tipo al que quiero presentarte.
—¿En Pensacola?
—Sip. Es dueño de un club. Solía trabajar para él. Les paga muy bien a los que trabajan en la barra. Horas tardías y buen dinero.
¿Barwoman?
—¿Qué tan bueno es el dinero?
Mike cerró la puerta y se abrochó el cinturón de seguridad.
—Cuanto mejor es el club, mejor es la paga. El lugar al que te voy a llevar paga más que la mayoría, cincuenta dólares la hora y tendrás seis horas por noche. Tantas noches como puedas manejar.
Trescientos dólares la noche.
Podría trabajar de jueves a domingos por la noche y hacer mil doscientos dólares a la semana.
—¿Crees que puedes conseguirme este trabajo?
Mike se rió.
—Ya te lo dieron. Sólo voy a llevarte a conocer a tu nuevo jefe y hacer el papeleo. Comienzas este fin de semana.
Brittany
Después de dos semanas de temerle a cálculo porque tendría que ver a Santana, y luego llegar y que no estuviera ahí, llegué a la conclusión de que dejó la clase.
Esto era bueno.
No quería verla.
Todavía no me sentía segura de cómo iba a reaccionar al verle.
Mi teléfono comenzó a sonar con mi tono y metí la mano en la mochila y lo saqué mientras caminaba por el campus a la cafetería.
Necesitaba cafeína si iba a ir a soportar el grupo de estudio hacia el que me encaminaba.
—Hola.
—Buenos días—me saludó la voz de Sam.
—Buenos días a ti también—le contesté.
—Pareces mejor esta semana.
Sam cometió el error de llamarme el día después de mi ruptura con Santana.
Cuando me preguntó cómo me encontraba, comencé a sollozar y hablarle de mi separación. Por supuesto que dejé fuera la verdadera razón por la que terminamos.
Santana no merecía mi protección, pero no podía detenerme.
La amaba.
Me rompió el corazón, pero todavía la amaba.
—Creo que funciona así. Cada semana es un poco mejor. Tal vez el próximo mes voy bailar en clubes.
Sam se rió entre dientes.
—Sí. Bueno, no nos dejemos llevar. Los clubes no son muy seguros para una chica soltera. Yo, por supuesto, podría acompañarte.
No había animado a Sam en absoluto.
Fui dolorosamente honesta con él.
Todavía seguía enamorada de Santana.
Probablemente siempre lo estaría.
Pero si Sam quería ser amigos, entonces me gustaría.
En este momento, necesitaba amigos.
—Tendré en cuenta la oferta.
—¿Cómo está la planificación de la boda que viene en el hogar Pierce Fabray? Sólo dos semanas más.
La boda se apoderó de nuestras vidas.
Encontrabas flores y velas y diferentes patrones de China por todas partes y cubriendo la mesa del comedor.
Era una locura.
Rachel era la novia más relajada que había conocido.
Sólo sonreía y accedía a las cosas.
Mi mamá, por otro lado, era un maldita noviecilla y sólo era la mamá de una de las novias.
—Creo que puedo pedir prestado tu jet y volar a los Cayos hasta que se acabe. Eso o matar a mi mamá.
Sam se rió.
—Voy a dejar que pidas prestado el avión, pero no creo que Kitty tenga la suficiente influencia como para quitarte los cargos por asesinato. Huir suena como un plan más seguro.
—Probablemente tienes razón. Me quedo con el plan A.
—Todavía estoy pensando en patearte el culo en la pista de Go Kart. Después de la boda, la carrera está en marcha.
Nos habíamos metido en una conversación acerca de la pista de Go Kart en la ciudad y cómo sabía cuál era el más rápido y que yo no podía ser mejor.
No estuve de acuerdo en que no lo podía vencer. Hicimos planes para ir a echar una carrera después de la boda.
—No lo he olvidado. Me estoy entrenando, Hollywood. Es mucho para ti.
Mi teléfono sonó y lo alejé para ver el número de Ryder parpadear en la pantalla.
¿Por qué me llamaba el hermano pequeño de Santana?
—Um, Sam, tengo que irme. Hay una llamada en la otra línea que tengo que atender.
—Muy bien, rubia. Hablaré contigo más tarde.
—Adiós—le contesté antes de colgar.
—¿Ryder?
—Es Jake.
—Jake, ¿estás bien?
—Estoy bien, pero mamá ha estado dormida durante mucho tiempo y no podemos despertarla. Llamé a San y no me respondió. Ryder todavía no ha vuelto a casa de la escuela y no sé si debo llamar al 911.
Corrí hacia el aparcamiento, a mi coche.
—¿Por cuánto tiempo ha dormido?—le pregunté.
—Desde ayer por la mañana.
Oh, no.
—¿No fuiste a la escuela ayer y hoy? ¿Podría haberse levantado mientras te encontrabas en la escuela?
Tenía que ser eso.
—No, no se ha movido. En absoluto.
—Está bien, Jake. Estoy de camino. Quiero que llames al 911 cuando colguemos y les digas lo mismo, ¿de acuerdo? Entonces Bree y tú siéntense juntos en la sala de estar. Estaré ahí en unos cinco minutos. Espérame.
—Está muerta, ¿verdad?
¿Cómo le digo a este niño que es muy probable que su mamá esté muerta?
Eso o en coma.
—No lo sabemos. Puede sólo estar durmiendo mucho tiempo. Llama al 911. Estoy de camino. ¿Está bien Bree?
—Sí, está sentada a mi lado.
—Bueno. Mantenla ahí contigo. Te veo en un minuto.
—Está bien, adiós.
Colgué y marqué el número de Santana. Sonó tres veces y luego se fue al buzón de voz.
—Soy Santana. Ya sabes qué hacer.
—Santana, soy Brittany. Jake acaba de llamarme. Tu mamá no se ha despertado en dos días. Están preocupados. Hice que llamara al 911 y estoy de camino ahí. Llámame en cuanto oigas esto—terminé la llamada y aceleré.
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Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 23
Capitulo 23
Santana
Un fuerte golpe en la puerta interrumpió mi sueño.
Intenté ignorarlo.
No estaba preparada para que terminase este sueño.
Brittany se reía y corría hacia la playa mientras la perseguía.
No me odiaba.
Aún me amaba.
Al golpeteo de la puerta se le unió el sonido del timbre y algunos gritos. Abrí lentamente los ojos y eché un vistazo al reloj.
Eran las cuatro de la tarde.
Dormí durante todo el día.
No había llegado a casa desde el trabajo hasta casi las cuatro de la mañana. Luego, por el café, estuve demasiado agitada como para dormir. Hasta que caí rendida, eran aproximadamente las siete.
Esta noche tenía que volver al trabajo a las ocho.
El golpeteo en la puerta me recordó por qué me desperté. Salí tambaleándome de la cama, e hice mi camino hasta la puerta antes de que quien sea que estuviera en el otro lado, la echase abajo.
Le di un tirón a la puerta para ver a Quinn al otro lado.
—Mierda, amiga, me preparaba para echar la puerta abajo. Te he estado llamando y luego cuando no funcionó, he estado dando golpes a la puerta por más de diez minutos.
—Dormía. Sabes, ahora estoy trabajando por las noches.
—Es verdad. Olvidé que trabajaste por la noche. Escucha, tengo que decirte algo y no sé cómo te lo vas a tomar, así que quizá será mejor que te sientes.
Esto no era algo por lo que querrías despertarte.
—¿Qué pasa?—le exigí.
No necesitaba sentarme, sólo necesitaba saberlo.
—Es tu mamá. Le ha dado una sobredosis—se levantó y esperó a que reaccionase.
—¿La mató esta vez?
Esta no era su primera sobredosis.
Quinn puso su mano en mi hombro y dejó escapar un profundo suspiro.
—Sí, S. La mató.
Me giré y me dirigí a mi habitación para ponerme algo de ropa.
Los niños me necesitarían.
Deslicé mis vaqueros y traté de pensar en cómo meter a tres niños aquí y cuidarlos cuando trabajaba por la noche.
Sin la renta de mi mamá y el resto de cosas, tendré un poco de más para contratar a una niñera.
—¿Estás bien?—preguntó Quinn desde el marco de la puerta de mi habitación.
—Era una drogadicta, Q. Iba a pasar. Sólo necesito ir por los niños. Probablemente estén asustados.
El dolor en mi pecho me sorprendió.
No me lamentaré por esta mujer.
En mi vida no había hecho nada por mí.
Tragué la débil emoción de la pequeña niña que se hallaba dentro de mí y quería que su mamá la amara.
Aunque sea un poco.
Me di cuenta hace tiempo que nunca lo haría. Ahora no derramaría una lágrima por ella.
—Los niños están bien. Brittany está con los tres. Están yendo a por helado y luego al parque. Me mandó a buscarte. Hay algunos asuntos sobre la custodia de los que te tienes que ocupar.
¿Brittany estaba con los niños?
¿Por qué?
Por mucho que les gustara, ellos me habrían llamado primero a mí.
—¿Cómo supo Brittany llegar hasta los niños?
—Tu hermano más pequeño la llamó. Le dijo que tu mamá no se había despertado en dos días y Brittany dejó la universidad y fue corriendo hasta ahí. También hizo que llamara a emergencias mientras esperaba a que llegara. No podían ponerse en contacto contigo, por lo que la llamaron.
Jake llamó a Brittany.
Mi pecho me dolía.
Los tres niños estuvieron disgustados cuando les conté que nunca volvería a llevarla.
Bree incluso lloró.
Pero sabían que podían contar con ella cuando no se pudieran poner en contacto conmigo por teléfono.
Un nudo se formó en mi garganta y agarré mis llaves y me dirigí a la puerta.
—Sé que te dejó por el chico Evans y lo siento, morena.
Así que eso era lo que le dijo.
Que me había dejado por Sam Evans.
¿Siquiera salía con él, o sólo fue su forma de cubrir la verdad?
—Tenías razón. No era lo suficientemente buena. Finalmente se dio cuenta y también lo vio—abrí la puerta y bajé por las escaleras.
No podía hablar de esto con Quinn.
Ahora no.
—Si sirve de algo, todavía le importas. Estaba muy afectada por esto y muy preocupada por los niños.
—Los niños la aman—fue todo lo que dije.
—¿Pero tú no?
Me paré y me giré para verla.
Había dicho suficientes mentiras.
No iba a continuar diciéndolas para que todo el mundo se sintiese mejor.
—Siempre la amaré. Siempre—abrí la puerta de mi Jeep y salté dentro—¿A dónde tengo que ir?
—El departamento de derechos humanos te espera en la caravana.
Giré con el coche y salí de ahí.
Ahora no tendría que pelear por los niños con mamá.
Lo había hecho sencillo.
Yo no era precisamente la mejor opción para ser mamá, pero cualquier persona era mejor que ella.
Y no los quería separados.
No podía dejarlos.
Arreglaría todo esto de alguna manera.
Brittany
Sostuve el cono de helado de caramelo de Bree mientras ésta corría hacia el tobogán, para bajarse otra vez.
Se turnaba entre darle un lametazo a su helado y tirarse por el tobogán. El helado no iba a durar mucho más tiempo.
El sol se lo derretía.
—¿Ya te ha llamado San?—preguntó Ryder, tomando el asiento a mi lado.
—No, pero mi hermana la ha encontrado y está en la caravana hablando con las personas que decidirán a dónde van. Es una adulta y su familiar más cercano, por lo que no tendrá problemas en tener la custodia—le aseguré.
Jake y Bree eran demasiado pequeños para entender las partes legales. Pero a Ryder le molestaba.
Él entendía sobre juzgados y leyes.
—¿Y qué pasa si no nos quiere todo el tiempo?—preguntó Ryder.
—Los querrá.
—Nunca intentó llevarnos.
—Porque tu mamá se habría peleado con ella, y perdería. También tenía miedo de llamar la atención sobre la situación y que los separaran de ella, y a ustedes.
Ryder asintió.
—Sí, me explicó eso. Sólo estoy preocupado de que ahora lo hagan.
Mi papá era amigo de dos de los tres jueces que posiblemente podrían enterarse de este caso.
Jugaban al golf cada sábado por la mañana y lo hacían desde que era una niña.
Si tenía que ir a mi papá y pedirle y suplicarle su ayuda, lo haría.
—Te prometo que todo estará bien.
Ryder suspiró.
—Ojalá. Sabes, Bree te echa mucho de menos.
—También los echo de menos. Los he echado de menos a los tres.
Bree vino corriendo hacia mí, con una gran sonrisa en su cara, para darle otros lametazos a su helado derretido.
—Será mejor que pares y te lo comas, Bree, antes de que se derrita entero—le dijo Ryder.
—Me da dolor de tabeza si me lo como demasiado depisa—replicó.
Ryder sonrió y le dio una patada a una roca con su pie.
—Britt, ¿mi mami está en el cielo?—preguntó Bree.
Bajé la mirada a su carita.
Era la primera que mencionaba algo sobre la muerte de su mamá.
Los chicos habían actuado como si nada importante hubiese pasado.
Jake se columpiaba solo y le di su espacio. Pero no había traído a colación que su mamá estaba muerta.
—No sé mucho sobre el cielo, Bree. Quiero pensar que porque trajo a estos estupendos hijos al mundo, hay algún sitio bonito donde se fue cuando se acabó esta vida.
Estaba bastante segura que la mujer se pudría en el infierno, pero no iba a decirle esto a su hija de siete años.
Tampoco sé mucho sobre el cielo. Sólo he ido a la escuela dominical algunas veces, con nuestro vecinito de al lado. Me había criado en la iglesia y aún no sabía mucho sobre el cielo.
—La iglesia no tiene todas las respuestas, Bree. Algunas veces la respuesta que necesitamos está en nuestro corazón. Sólo tenemos que escucharlo.
Bree miró hacia su pecho y frunció el ceño.
—Nunca he escuchao mi codazón.
Ryder se rió a mi lado y le sonreí.
—Escucha atentamente y algún día finalmente escucharás algo—le dije.
Asintió, entonces se dio la vuelta y corrió hacia el tobogán.
Una vez que se hallaba lo suficientemente lejos, Ryder me miró.
—Gracias por no decirle la verdad.
Sentí como las lágrimas nublaban mi vista.
Era tan joven para saber tanto.
—Sucede que creo que esa es la verdad.
Ryder sacudió la cabeza.
—No, esa no es la verdad. Creo que hay un cielo para los buenos y un infierno para los malos. Y sabemos que mi mamá no era buena.
¿Cómo podía argumentar con él?
Sabía más que yo sobre lo cruel que era su mamá. No podía sentarme ahí y decirle que su mamá estaba en el cielo cuando sabía que no era así.
Tenía razón.
Seguramente ha hecho que el infierno se abriese en dos ampliamente.
—Ryder—la voz de Santana interrumpió mis pensamientos y alcé la mirada para verla andar hacia nosotros.
Sus ojos lucían llenos de preocupación mientras miraba a su hermano.
Ryder se levantó y caminó para encontrarse con su hermana a mitad del camino. Santana lo jaló para darle un fuerte abrazo y le susurró algo en el oído. Ryder asintió y se dio la vuelta y me miró.
—Gracias, Britt. Por todo—dijo Ryder.
El nudo en mi garganta era doloroso.
Asentí.
No estaba segura de poder hablar.
Esta era la primera vez que veía a Santana desde que me fui de su departamento.
Me mataba saber que se acababa de convertir en la guardiana de tres niños, que el mundo se encontraba sobre sus hombros y cuan solitaria se debía de sentir.
Maldita sea, ¿por qué tenía que amarla tanto?
—¡Tana!—Bree vino corriendo desde el tobogán cuando vio a su hermana mayor.
Santana se agachó y abrió los brazos ampliamente, dejando que corriese a estos.
—Hola, mi Bree May. ¿Has estado pasándolo bien?
Bree asintió y me apuntó a mí, sujetando su helado.
—Britt vino y nos alejó de toda esa gente. Me compo jelado y nos tajo aquí a jugar.
Santana no alzó la mirada hacia mí. La mantuvo en Bree.
—Suena como si hubiese salvado el día. ¿Estás lista para ir a mi casa?
Bree asintió entusiastamente, entonces se deshizo de Santana y corrió hacia mí. Rodeó los brazos alrededor de mi cintura con fuerza.
—Gracias por recogernos y por el jelado.
Me agaché y le di un beso a la cima de su cabeza.
—No hay de qué.
—¿Vendrás a verme?—preguntó, alejándose y mirándome suplicante.
—Sí. Hablaré con tu hermana sobre eso. Tendremos otra cita para tomar helado, ¿está bien?
Bree me sonrió de oreja a oreja.
—Vale. Te veré pronto—me gritó cuando salía corriendo hacia Santana, que permanecía de pie alejado a una buena distancia de mí con las manos en sus bolsillos.
—Ve a buscar a Jake y vayan al Jeep—le dijo a Ryder y luego se dio la vuelta para mirarme.
Me levanté y me acerqué para tirar el helado, y acortar la distancia que había mantenido entre nosotras.
—Gracias por ir a buscarlos después de que te llamasen. Y mandar a tu hermana para que me despertase. Significa mucho—el tono sin vida en su voz era tan impropio de ella.
Era como si toda la emoción hubiese desaparecido.
Sonaba vacía.
Quería poner los brazos a su alrededor y decirle que todo iba a estar bien.
Que le ayudaría, que la amaba.
Pero no podía.
Ella nunca me había amada. Me mintió.
Por mucho que quisiera disminuir su dolor, no era quién para hacerlo.
—Si me necesitan, lo único que tienen que hacer es llamar. Les ayudaré como pueda
Santana asintió y miró hacia otro lado.
Sostener mi mirada no era algo que quisiera hacer, aparentemente.
Odiaba eso.
La echaba muchísimo de menos.
—Gracias—replicó.
Comenzó a darse la vuelta para andar.
Todavía no quería que se fuera.
No había terminado de mirarla. De estar cerca de ella.
Quería decirle algo más.
Que ella lo hiciera.
Esto estaba demasiado mal.
—Espera, Santana—dije antes de poder detenerme.
Se detuvo, entonces me miró.
Tenía que decirle algo.
No sabía qué decir.
No podía decirle que lo sentía por su mamá, porque sabía que ella no lo sentía.
No podía decirle que le echaba de menos, ¿por qué, qué bien haría?
—No hagas esto, Britt. Has tomado la decisión correcta. Ahora tienes tus cenas en Nueva York y viajes en jet. Es lo que te mereces. Y yo me acabo de convertir en la guardiana de tres niños. Los quiero. Es un cambio completo de mi mundo. Y es lo que merezco.
No esperó a que procesase sus palabras.
Simplemente se marchó.
Y la dejé.
Intenté ignorarlo.
No estaba preparada para que terminase este sueño.
Brittany se reía y corría hacia la playa mientras la perseguía.
No me odiaba.
Aún me amaba.
Al golpeteo de la puerta se le unió el sonido del timbre y algunos gritos. Abrí lentamente los ojos y eché un vistazo al reloj.
Eran las cuatro de la tarde.
Dormí durante todo el día.
No había llegado a casa desde el trabajo hasta casi las cuatro de la mañana. Luego, por el café, estuve demasiado agitada como para dormir. Hasta que caí rendida, eran aproximadamente las siete.
Esta noche tenía que volver al trabajo a las ocho.
El golpeteo en la puerta me recordó por qué me desperté. Salí tambaleándome de la cama, e hice mi camino hasta la puerta antes de que quien sea que estuviera en el otro lado, la echase abajo.
Le di un tirón a la puerta para ver a Quinn al otro lado.
—Mierda, amiga, me preparaba para echar la puerta abajo. Te he estado llamando y luego cuando no funcionó, he estado dando golpes a la puerta por más de diez minutos.
—Dormía. Sabes, ahora estoy trabajando por las noches.
—Es verdad. Olvidé que trabajaste por la noche. Escucha, tengo que decirte algo y no sé cómo te lo vas a tomar, así que quizá será mejor que te sientes.
Esto no era algo por lo que querrías despertarte.
—¿Qué pasa?—le exigí.
No necesitaba sentarme, sólo necesitaba saberlo.
—Es tu mamá. Le ha dado una sobredosis—se levantó y esperó a que reaccionase.
—¿La mató esta vez?
Esta no era su primera sobredosis.
Quinn puso su mano en mi hombro y dejó escapar un profundo suspiro.
—Sí, S. La mató.
Me giré y me dirigí a mi habitación para ponerme algo de ropa.
Los niños me necesitarían.
Deslicé mis vaqueros y traté de pensar en cómo meter a tres niños aquí y cuidarlos cuando trabajaba por la noche.
Sin la renta de mi mamá y el resto de cosas, tendré un poco de más para contratar a una niñera.
—¿Estás bien?—preguntó Quinn desde el marco de la puerta de mi habitación.
—Era una drogadicta, Q. Iba a pasar. Sólo necesito ir por los niños. Probablemente estén asustados.
El dolor en mi pecho me sorprendió.
No me lamentaré por esta mujer.
En mi vida no había hecho nada por mí.
Tragué la débil emoción de la pequeña niña que se hallaba dentro de mí y quería que su mamá la amara.
Aunque sea un poco.
Me di cuenta hace tiempo que nunca lo haría. Ahora no derramaría una lágrima por ella.
—Los niños están bien. Brittany está con los tres. Están yendo a por helado y luego al parque. Me mandó a buscarte. Hay algunos asuntos sobre la custodia de los que te tienes que ocupar.
¿Brittany estaba con los niños?
¿Por qué?
Por mucho que les gustara, ellos me habrían llamado primero a mí.
—¿Cómo supo Brittany llegar hasta los niños?
—Tu hermano más pequeño la llamó. Le dijo que tu mamá no se había despertado en dos días y Brittany dejó la universidad y fue corriendo hasta ahí. También hizo que llamara a emergencias mientras esperaba a que llegara. No podían ponerse en contacto contigo, por lo que la llamaron.
Jake llamó a Brittany.
Mi pecho me dolía.
Los tres niños estuvieron disgustados cuando les conté que nunca volvería a llevarla.
Bree incluso lloró.
Pero sabían que podían contar con ella cuando no se pudieran poner en contacto conmigo por teléfono.
Un nudo se formó en mi garganta y agarré mis llaves y me dirigí a la puerta.
—Sé que te dejó por el chico Evans y lo siento, morena.
Así que eso era lo que le dijo.
Que me había dejado por Sam Evans.
¿Siquiera salía con él, o sólo fue su forma de cubrir la verdad?
—Tenías razón. No era lo suficientemente buena. Finalmente se dio cuenta y también lo vio—abrí la puerta y bajé por las escaleras.
No podía hablar de esto con Quinn.
Ahora no.
—Si sirve de algo, todavía le importas. Estaba muy afectada por esto y muy preocupada por los niños.
—Los niños la aman—fue todo lo que dije.
—¿Pero tú no?
Me paré y me giré para verla.
Había dicho suficientes mentiras.
No iba a continuar diciéndolas para que todo el mundo se sintiese mejor.
—Siempre la amaré. Siempre—abrí la puerta de mi Jeep y salté dentro—¿A dónde tengo que ir?
—El departamento de derechos humanos te espera en la caravana.
Giré con el coche y salí de ahí.
Ahora no tendría que pelear por los niños con mamá.
Lo había hecho sencillo.
Yo no era precisamente la mejor opción para ser mamá, pero cualquier persona era mejor que ella.
Y no los quería separados.
No podía dejarlos.
Arreglaría todo esto de alguna manera.
Brittany
Sostuve el cono de helado de caramelo de Bree mientras ésta corría hacia el tobogán, para bajarse otra vez.
Se turnaba entre darle un lametazo a su helado y tirarse por el tobogán. El helado no iba a durar mucho más tiempo.
El sol se lo derretía.
—¿Ya te ha llamado San?—preguntó Ryder, tomando el asiento a mi lado.
—No, pero mi hermana la ha encontrado y está en la caravana hablando con las personas que decidirán a dónde van. Es una adulta y su familiar más cercano, por lo que no tendrá problemas en tener la custodia—le aseguré.
Jake y Bree eran demasiado pequeños para entender las partes legales. Pero a Ryder le molestaba.
Él entendía sobre juzgados y leyes.
—¿Y qué pasa si no nos quiere todo el tiempo?—preguntó Ryder.
—Los querrá.
—Nunca intentó llevarnos.
—Porque tu mamá se habría peleado con ella, y perdería. También tenía miedo de llamar la atención sobre la situación y que los separaran de ella, y a ustedes.
Ryder asintió.
—Sí, me explicó eso. Sólo estoy preocupado de que ahora lo hagan.
Mi papá era amigo de dos de los tres jueces que posiblemente podrían enterarse de este caso.
Jugaban al golf cada sábado por la mañana y lo hacían desde que era una niña.
Si tenía que ir a mi papá y pedirle y suplicarle su ayuda, lo haría.
—Te prometo que todo estará bien.
Ryder suspiró.
—Ojalá. Sabes, Bree te echa mucho de menos.
—También los echo de menos. Los he echado de menos a los tres.
Bree vino corriendo hacia mí, con una gran sonrisa en su cara, para darle otros lametazos a su helado derretido.
—Será mejor que pares y te lo comas, Bree, antes de que se derrita entero—le dijo Ryder.
—Me da dolor de tabeza si me lo como demasiado depisa—replicó.
Ryder sonrió y le dio una patada a una roca con su pie.
—Britt, ¿mi mami está en el cielo?—preguntó Bree.
Bajé la mirada a su carita.
Era la primera que mencionaba algo sobre la muerte de su mamá.
Los chicos habían actuado como si nada importante hubiese pasado.
Jake se columpiaba solo y le di su espacio. Pero no había traído a colación que su mamá estaba muerta.
—No sé mucho sobre el cielo, Bree. Quiero pensar que porque trajo a estos estupendos hijos al mundo, hay algún sitio bonito donde se fue cuando se acabó esta vida.
Estaba bastante segura que la mujer se pudría en el infierno, pero no iba a decirle esto a su hija de siete años.
Tampoco sé mucho sobre el cielo. Sólo he ido a la escuela dominical algunas veces, con nuestro vecinito de al lado. Me había criado en la iglesia y aún no sabía mucho sobre el cielo.
—La iglesia no tiene todas las respuestas, Bree. Algunas veces la respuesta que necesitamos está en nuestro corazón. Sólo tenemos que escucharlo.
Bree miró hacia su pecho y frunció el ceño.
—Nunca he escuchao mi codazón.
Ryder se rió a mi lado y le sonreí.
—Escucha atentamente y algún día finalmente escucharás algo—le dije.
Asintió, entonces se dio la vuelta y corrió hacia el tobogán.
Una vez que se hallaba lo suficientemente lejos, Ryder me miró.
—Gracias por no decirle la verdad.
Sentí como las lágrimas nublaban mi vista.
Era tan joven para saber tanto.
—Sucede que creo que esa es la verdad.
Ryder sacudió la cabeza.
—No, esa no es la verdad. Creo que hay un cielo para los buenos y un infierno para los malos. Y sabemos que mi mamá no era buena.
¿Cómo podía argumentar con él?
Sabía más que yo sobre lo cruel que era su mamá. No podía sentarme ahí y decirle que su mamá estaba en el cielo cuando sabía que no era así.
Tenía razón.
Seguramente ha hecho que el infierno se abriese en dos ampliamente.
—Ryder—la voz de Santana interrumpió mis pensamientos y alcé la mirada para verla andar hacia nosotros.
Sus ojos lucían llenos de preocupación mientras miraba a su hermano.
Ryder se levantó y caminó para encontrarse con su hermana a mitad del camino. Santana lo jaló para darle un fuerte abrazo y le susurró algo en el oído. Ryder asintió y se dio la vuelta y me miró.
—Gracias, Britt. Por todo—dijo Ryder.
El nudo en mi garganta era doloroso.
Asentí.
No estaba segura de poder hablar.
Esta era la primera vez que veía a Santana desde que me fui de su departamento.
Me mataba saber que se acababa de convertir en la guardiana de tres niños, que el mundo se encontraba sobre sus hombros y cuan solitaria se debía de sentir.
Maldita sea, ¿por qué tenía que amarla tanto?
—¡Tana!—Bree vino corriendo desde el tobogán cuando vio a su hermana mayor.
Santana se agachó y abrió los brazos ampliamente, dejando que corriese a estos.
—Hola, mi Bree May. ¿Has estado pasándolo bien?
Bree asintió y me apuntó a mí, sujetando su helado.
—Britt vino y nos alejó de toda esa gente. Me compo jelado y nos tajo aquí a jugar.
Santana no alzó la mirada hacia mí. La mantuvo en Bree.
—Suena como si hubiese salvado el día. ¿Estás lista para ir a mi casa?
Bree asintió entusiastamente, entonces se deshizo de Santana y corrió hacia mí. Rodeó los brazos alrededor de mi cintura con fuerza.
—Gracias por recogernos y por el jelado.
Me agaché y le di un beso a la cima de su cabeza.
—No hay de qué.
—¿Vendrás a verme?—preguntó, alejándose y mirándome suplicante.
—Sí. Hablaré con tu hermana sobre eso. Tendremos otra cita para tomar helado, ¿está bien?
Bree me sonrió de oreja a oreja.
—Vale. Te veré pronto—me gritó cuando salía corriendo hacia Santana, que permanecía de pie alejado a una buena distancia de mí con las manos en sus bolsillos.
—Ve a buscar a Jake y vayan al Jeep—le dijo a Ryder y luego se dio la vuelta para mirarme.
Me levanté y me acerqué para tirar el helado, y acortar la distancia que había mantenido entre nosotras.
—Gracias por ir a buscarlos después de que te llamasen. Y mandar a tu hermana para que me despertase. Significa mucho—el tono sin vida en su voz era tan impropio de ella.
Era como si toda la emoción hubiese desaparecido.
Sonaba vacía.
Quería poner los brazos a su alrededor y decirle que todo iba a estar bien.
Que le ayudaría, que la amaba.
Pero no podía.
Ella nunca me había amada. Me mintió.
Por mucho que quisiera disminuir su dolor, no era quién para hacerlo.
—Si me necesitan, lo único que tienen que hacer es llamar. Les ayudaré como pueda
Santana asintió y miró hacia otro lado.
Sostener mi mirada no era algo que quisiera hacer, aparentemente.
Odiaba eso.
La echaba muchísimo de menos.
—Gracias—replicó.
Comenzó a darse la vuelta para andar.
Todavía no quería que se fuera.
No había terminado de mirarla. De estar cerca de ella.
Quería decirle algo más.
Que ella lo hiciera.
Esto estaba demasiado mal.
—Espera, Santana—dije antes de poder detenerme.
Se detuvo, entonces me miró.
Tenía que decirle algo.
No sabía qué decir.
No podía decirle que lo sentía por su mamá, porque sabía que ella no lo sentía.
No podía decirle que le echaba de menos, ¿por qué, qué bien haría?
—No hagas esto, Britt. Has tomado la decisión correcta. Ahora tienes tus cenas en Nueva York y viajes en jet. Es lo que te mereces. Y yo me acabo de convertir en la guardiana de tres niños. Los quiero. Es un cambio completo de mi mundo. Y es lo que merezco.
No esperó a que procesase sus palabras.
Simplemente se marchó.
Y la dejé.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Y...era obvio que eso iba a pasar con la madre de San, veremos como le hace San!!
Saludos y gracias por el maratón!!!!
Saludos y gracias por el maratón!!!!
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Vaya pobres niños, pasar por eso y ver a su madre así.
Me alegra que ahora San tenga otro trabajo ahora que tendrá a los niños con ella. Y pues si es un gran cambio en su vida. Lastima que se considere poca cosa para Britt, cuando el único error fue Mentirme sobre su trabajo. En fin haber como siguen las cosas...
Me alegra que ahora San tenga otro trabajo ahora que tendrá a los niños con ella. Y pues si es un gran cambio en su vida. Lastima que se considere poca cosa para Britt, cuando el único error fue Mentirme sobre su trabajo. En fin haber como siguen las cosas...
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Era cuestión de tiempo en que la madre de san muriera...
Un giro de 360 para san... Ahora a hacer se cargo de verdad de los niños... Es bueno que aya cambiado de trabajo a ver como le va en la rutina...
Buen gesto el de mike... A ver que hace britt!! Tiene todas las justificaciones para no acercarse a san... A ver si puede??
Nos vemos!!!
Era cuestión de tiempo en que la madre de san muriera...
Un giro de 360 para san... Ahora a hacer se cargo de verdad de los niños... Es bueno que aya cambiado de trabajo a ver como le va en la rutina...
Buen gesto el de mike... A ver que hace britt!! Tiene todas las justificaciones para no acercarse a san... A ver si puede??
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
No se que decir, hasta derrame unas lagrimas por lo injusta que ha sido la vida con santana, encargarse de 3 niños no sera facil pero ella los ama y eso tendra que ser suficiente, en cuanto a britt, pues, si le mintio pero no me parece bien que santana crea que sta con labios de zalamandra, mike, tremendo amigo, en fin.... hasta pronto!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Y...era obvio que eso iba a pasar con la madre de San, veremos como le hace San!!
Saludos y gracias por el maratón!!!!
Hola, si no¿? =/ Espero q de todo =/ De nada, gracias a ti por comentar y leer! Saludos =D
JVM escribió:Vaya pobres niños, pasar por eso y ver a su madre así.
Me alegra que ahora San tenga otro trabajo ahora que tendrá a los niños con ella. Y pues si es un gran cambio en su vida. Lastima que se considere poca cosa para Britt, cuando el único error fue Mentirme sobre su trabajo. En fin haber como siguen las cosas...
Hola, si que si =/ Si, algo bueno salio después de todo =/ Si que si... un nuevo comienzo. SI! q le pasa! Tiene q hacer algo para recuperarla° Espero y mejor =/ Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Era cuestión de tiempo en que la madre de san muriera...
Un giro de 360 para san... Ahora a hacer se cargo de verdad de los niños... Es bueno que aya cambiado de trabajo a ver como le va en la rutina...
Buen gesto el de mike... A ver que hace britt!! Tiene todas las justificaciones para no acercarse a san... A ver si puede??
Nos vemos!!!
Hola lu, la vrdd esk si, pero pense q recapacitaria =/ SI, y para mejor... en un % al menos. Si y espero q con eso luche por britt =/ Si q si! Vovler con la morena linda¿? NOO!!!! o buneo si... un poco jaajajaj. No XD jajaajaj. Saludos =D
micky morales escribió:No se que decir, hasta derrame unas lagrimas por lo injusta que ha sido la vida con santana, encargarse de 3 niños no sera facil pero ella los ama y eso tendra que ser suficiente, en cuanto a britt, pues, si le mintio pero no me parece bien que santana crea que sta con labios de zalamandra, mike, tremendo amigo, en fin.... hasta pronto!!!!!
Hola, aii es tan comprensible! pobre san! No, no lo será, pero tmbn creo q podrá. Si, mal ai, pero ahora todo mejoro y tiene q luchar por ella! Tampoco, jamas lo hizo ¬¬ Si k si!Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 24
Capitulo 24
Santana
Tina había sido un salvavidas este fin de semana.
Había llegado al departamento y se quedó con los niños mientras yo trabajaba.
Incluso Mike vino las dos últimas noches.
Ella había hecho galletas para los niños y los dejó a cada uno hacer sus propias pizzas caseras. Parecía como si se estuviera divirtiendo tanto como ellos.
Y se negaba a dejarme pagarle por cuidarlos.
Incluso había estado a las seis de la mañana del lunes para ayudarme a prepararlos para la escuela y trajo una caja de comida para llevar.
Ellos habían visto las cajas de almuerzo, como si no supieran qué hacer con ellas. Sabía a ciencia cierta que comían comida gratis en el comedor desde el primer día de jardín de infantes y ni una vez mi mamá les empacó un almuerzo.
Ryder me miró cuando Tina le entregó la caja de almuerzo de Iglú negro sólido y sonrió.
—Me envolvió el almuerzo—dijo con voz asombrada.
Si no hubiera estado preocupada de que Mike me golpeara el trasero, le hubiera agarrado el rostro y besado.
No tenía idea de lo mucho que su amabilidad significaba para ellos.
Los dejé seguros en el autobús escolar y ahora estaba completamente despierta.
Mis días de dormir habían terminado.
En el momento en que llegué a mi clase de las diez, me sentía alterada por la cafeína.
Me serví mi primera taza de café cuando un golpe sonó en la puerta.
¿Quién demonios era?
Puse mi taza sobre la mesa y me acerqué a la puerta. Tina se quedó fuera, con Mike detrás de ella.
Parecía ansiosa.
—Hola. ¿Se te olvidó algo?—le pregunté, dando un paso atrás para dejarlos entrar.
Tina entró, seguido de Mike, que cerró la puerta detrás de él.
—No. Queremos hablar contigo de algo—dijo Tina, mirando hacia Mike.
—Está bien, uh, ¿Quieren un café?—pregunté.
—No, gracias. ¿Podemos sentarnos?—preguntó Tina.
Por lo general, debería ser menos paciente tan temprano en la mañana, pero después de todo lo que hicieron por mí en los últimos días, me abriría una vena y les daría una pinta de sangre si eso era lo que querían.
—Claro. Tomen asiento—los dirigí hacia el sofá.
Me senté en la silla frente a ellos y tomé un sorbo de mi café, mientras esperaba a que digan lo que fuera que habían venido a decir.
Tina respiró hondo.
—No sé si has notado que últimamente no hemos estado cerca. Al igual que en el Live Bay, no estamos ahí tan a menudo y no hemos estado dejando mucho la casa.
Había estado demasiado envuelto en mi mundo con Brittany como para notar a ninguna otra persona.
Me limité a asentir en lugar de explicar la forma en que había estado inconsciente.
—Bueno, Mike y yo hemos tratado durante más de seis meses para quedar embarazada. El mes pasado fuimos a un especialista y me dijeron que había una probabilidad de un uno por ciento de que jamás vaya a concebir. Dijo que podíamos probar diferentes procedimientos que tenían, pero que costaría miles de dólares por adelantado—hizo una pausa y miró a Mike de nuevo.
Había envuelto su brazo alrededor de sus hombros y la metió contra su lado.
No sabía si quería que yo comentara esto, o cómo demonios tenía algo que ver conmigo.
Así que esperé por más.
—Nos registramos en la adopción, pero también cuesta miles de dólares adoptar un bebé y te ponen en lista de espera. No es fácil y no tenemos miles de dólares. Tendríamos que conseguir un préstamo e incluso entonces, podríamos no conseguir la aprobación para uno. No habría garantía. De todas formas, empezamos a hablar de la adopción de un niño mayor. Uno en el sistema estatal que necesita un hogar. Quiero una niña—se le llenaron de los ojos lágrima mientras decía la palabra “niña”—Mi mamá era muy parecida a la tuya. Ella no quería tener mucho que ver conmigo. Entonces se fue con uno de sus novios cuando tenía ocho años y nunca la volví a ver. Recuerdo acostarme en la cama por la noche y fingir que había una mamá que me quería. Iba a venir a buscarme un día y me amaría—Tina se detuvo y levantó la mano para limpiar una lágrima que rodaba por su mejilla—Vi a Bree y la quise inmediatamente. Era justo lo que quería. Una niña que podría amar y criar como mía. Sabía que nunca separarías a los niños. Lo entendí. Así que este fin de semana me ofrecí a quedarme aquí porque quería pasar tiempo con ellos—respiró hondo y parpadeó para contener las lágrimas llenando sus ojos de nuevo—Los quiero. Ryder y su dulce naturaleza cuidadosa, me recuerda mucho a ti. Y Jake es tan gracioso y encantador cuando se abre. No esperan nada y eso me rompe el corazón. Quiero darles todo. Quiero amarlos y asegurarles que tienen un hogar. Le rogué a Mike que viniera conmigo la noche del sábado para quedarse con ellos. Quería que llegara a conocerlos. Él se enamoró—sorbió por la nariz y le sonrió—Bree lo envolvió alrededor de su dedo meñique en cuestión de minutos y él estuvo de acuerdo en que Ryder es parecido a ti, así que por supuesto lo amó. Entonces Jake te conmueve. No puedes evitarlo. Sé que acabas de perder a su mamá y las cosas están perturbadas para ustedes. No quiero entrar en tu vida y romper todo. Sólo quiero saber si hay alguna posibilidad de que consideres dejar que Mike y yo tengamos a los niños. Tenemos la habitación. Has visto la nueva casa que estamos alquilando. Les haría almuerzos e iría a las excursiones. Haríamos galletas y cortaríamos nuestro propio árbol de Navidad cada año. Nunca estarán solos. Los quiero. Los dos los queremos.
Cuando levanté la mirada del esperanzado rostro de Tina, noté las lágrimas contenidas en los ojos de Mike y supe mi respuesta.
Querían darles lo que yo no sería capaz.
Sería la hermana mayor que no recuerda empacar sus almuerzos. Iría a la escuela y los partidos y trabajaría todo el tiempo. Ellos sabían que los amaba, pero se valdrían por sí mismos una gran parte del tiempo.
Con Mike y Tina, tendrían padres.
El tipo de padres que nunca llegaron a tener.
De aquellos que les darían una vida segura y feliz.
Esta no era una oportunidad que se le daba a la mayoría de los niños en su situación.
Incluso había una buena probabilidad de que el juez no me diera a los niños.
Los llevaría y los separaría en cuidados de crianza.
—Serían los niños más afortunados que conozco por tenerlos como padres—le contesté.
Tina dejó escapar un sollozo y se tapó la boca con la mano.
—Voy a llamar a su trabajador social y empezaremos por ahí.
Brittany
Era la última cena de la familia antes de la boda.
Creí que mamá estaba tan nerviosa con la planificación, que la cancelaría, pero no lo hizo.
En cambio, pidió una torta de lujo de la panadería en la ciudad y encendió velas en la mesa.
Al parecer, haríamos el último conteo.
Quinn y Rachel entraron de la mano en la cocina.
Quinn le susurraba en el oído y Rachel reía. Eran tan dulces que me dieron ganas de vomitar.
Estos días el romance simplemente me hacía enojar.
No había oído hablar de Bree o los chicos desde el día en el parque. Esperaba que Bree me llamara, pero sabía que se asentaban con Santana y hacían frente a las cosas.
—Vaya, mamá. Te esmeraste al máximo—dijo Quinn mientras tomaba el pastel y velas que decoraban la mesa.
—Es la última cena antes de que esta familia pase de tres a cuatro y quería celebrar los maravillosos nuevos cambios por venir—dijo con una sonrisa.
Dejó a papá fuera de ese conteo.
Fingía como si él no existiera. Quinn respetaba eso.
Hasta el punto en que mi papá ni siquiera fue invitado a la boda. Tampoco la hermana de Rachel, Spencer.
Sólo venía Aria, que sería la niña de las flores.
—No tienes que hacer todo esto—le dijo Rachel a mi mamá—Has estado trabajando sin parar en la boda por semanas. Pero gracias. Significa mucho.
Rachel tenía un don con la gente.
Mi mamá era un hueso duro de roer y había adorado a Rachel desde la primera vez que la vio en una cena familiar.
Yo también había estado encantada por ella de inmediato, así que entendía su efecto en la gente.
Por otra parte, Rachel anotó muchos puntos sólo por hacer tan feliz a Quinn.
Cualquier persona que hiciera sonreír a mi hermana como la castaña tenía que ser perfecto en todos los sentidos.
—Quiero que todo sea especial para ustedes dos—respondió mamá e hizo un ademán hacia la mesa—Tomen asiento. Voy a traer la comida a la mesa.
—Te ayudaré, mamá—dijo Quinn, tirando de la silla de Rachel para ella y a continuación, girando para seguir a mamá dentro de la cocina.
Rachel me miró al otro lado de la mesa.
—¿Puedes creer que el sábado por la noche para esta hora, voy a ser la señora de Quinn Fabray?
Sonriendo, asentí.
—Sí. Lo esperaba después de que vi a mi hermana contigo la primera vez. Estaba enganchada. Se notaba en toda su cara.
—Soy la mujer más afortunada del mundo—respondió.
El dolor en mi pecho era algo a lo que me acostumbraba.
Dolía ver a otras parejas enamoradas y felices, porque eso es lo que quería.
Tampoco con cualquiera.
Lo quería con una mujer que no quería lo mismo.
Al ver la forma en que mi hermana miraba a Rachel, anhelaba ser mirada de esa manera.
Por una mujer que nunca me había dicho que me amaba. Que me mintió y traicionó.
Sin embargo, todavía la quería.
¿Mi corazón nunca dejara de quererla?
—¿Estás bien? Pareces deprimida—la preocupación en la voz de Rachel era evidente.
Sabía que Quinn no le habló de Santana y yo.
Rachel ni siquiera sabía que habíamos tenido una cita. No podía decirle exactamente que mi corazón fue dañado sin posibilidad de reparación y que me moría por dentro.
Rachel pensaba que me interesaba Sam Evans.
—Sólo estoy cansada. Lo siento. Voy a tratar de no ser tan deprimente.
Frunció el ceño y empezó a decir algo más, cuando Quinn y mamá volvieron a entrar en la habitación con las bandejas de comida que habían sido preparadas.
Mamá no había tenido tiempo de cocinar esta semana. Estuvo demasiado ocupada preocupándose por cosas como lo de la cinta para atar en la silla.
—Esto huele increíble—dijo Quinn mientras dejaba la bandeja llena de pinzas de cangrejo fritas y croquetas de maíz sobre la mesa.
—Pensé en que sea noche de mariscos. Ya que es una boda con temática en la playa.
Eso no tenía sentido, pero mi mamá era obsesiva, así que lo ignoré.
Quinn cogió algo de comida y comenzó a ponerlo en el plato de Rachel.
Siempre hacía cosas así.
Le preparaba el desayuno por la mañana y traía su café.
Mi hermana había sido educada para ser una dama del sur.
Mi mamá logró eso y algo más.
—Supongo que debo contar lo que me enteré—dijo Quinn mientras comenzaba a servir su propio plato.
—¿Qué?—preguntó mamá.
Quinn me miró.
—Parece que Tina y Mike van a adoptar a los hermanos de Santana.
—¿Qué?
No podía fingir que no me importaba, porque sí lo hacía.
Quinn arqueó las cejas y asintió.
—Síp. Tina se enteró hace un tiempo que no puede quedar embarazada. Querían adoptar. Entonces conoció a los chicos, y ella y Mike los quieren. Santana ya se puso en marcha. El trabajador social de los niños no cree que esto vaya a ser un problema. El tribunal encontrará una solución perfecta. Santana no habría conseguido mantener a esos niños. Tiene su trabajo sirviendo tragos cuatro noches a la semana, y también tiene la escuela y el Softbol. No tiene tiempo para criar a los niños.
Tina y Mike serían padres increíbles.
Y los niños estarían en la ciudad cerca de Santana. Podía verlos que cada vez que quería.
Tina amaría a Bree.
Sería la mamá que Bree se merecía.
Espera... ¿Santana trabajaba como barwoman en un club?
¿Era algo que inventó para cubrir la verdad o encontró un nuevo trabajo?
—Van a hacer unos padres maravillosos. Estoy tan feliz por ellos y esos chicos—le contesté, tratando de ocultar la emoción de mi rostro.
Mi mamá me miraba.
Podía sentir sus ojos estudiando cada uno de mis movimientos.
No podía dejarle ver alguna debilidad.
—Sí. Santana está bastante bien con eso. Ha estado preocupada por perder a los niños porque es muy joven. No quería que ellos se separaran y los pusieran en el sistema de cuidado de crianza. Esto elimina esa posibilidad.
Asentí y cogí una pinza de cangrejo.
—¿Cuándo comenzó Santana a trabajar como barwoman?—le pregunté, tratando de sonar casual al respecto.
Puse la pinza de cangrejo en mi boca y tiré la carne con los dientes mientras esperaba a que respondiera.
No miré a mi mamá.
—Hace un par de semanas. Mike le enganchó con un gran concierto. Trabaja cuatro noches a la semana y se le paga bien. Sin embargo, duerme la mayor parte de las horas del día durante el fin de semana. Fue por eso que nadie pudo encontrarla en su teléfono el día que murió su mamá.
Quinn también estaba siendo cuidadosa.
Ella podía sentir la tensión que irradiaba mamá.
No le dije que ella sabía sobre Santana, pero estaba bastante segura de que fue capaz de averiguarlo por las vibraciones que transmitía ella.
—Tiene sentido. Bueno, me alegro de que las cosas resulten para ella—le contesté.
Quinn se movió en su asiento y las preguntas en sus ojos eran claras cuando me miraba.
Quería saber si mamá lo sabía.
También cuestionaba su participación en nuestra repentina ruptura.
No podía permitir que le preguntara algo.
Mamá le diría sobre Santana y no quería que Quinn lo supiera.
Necesitaba que crea que esto fue mi elección y que seguí adelante.
—Así que, cambiando de tema, mañana viene Sam. Quería llegar temprano para poder pasar algún tiempo juntos. Si me necesitas para algo, comunícamelo cuanto antes, porque también tengo planes con él—le dije a mi mamá.
La tensión de mamá disminuyó y sonrió.
—Oh, es bueno escuchar eso. Estoy segura de que voy a necesitarte para algo, pero siempre puedes traer a Sam contigo. Pueden resultar útiles sus músculos.
—No tiene músculos, mamá. Tiene gente que levanta todo por él, desde su equipaje a su maldito tenedor. El chico no ha hecho nunca ningún tipo de trabajo manual—Quinn sonaba molesta.
—Tiene un gimnasio en su casa, donde entrena a diario. Les puedo asegurar que tiene músculos muy agradables—le dije con dulzura, encontrando la mirada de mi hermana en la mesa.
—Si eso es lo que quieres, Britt. Entonces será mi invitado.
No era lo que quería.
Pero nada era lo que quería.
Rara vez lo era.
Había llegado al departamento y se quedó con los niños mientras yo trabajaba.
Incluso Mike vino las dos últimas noches.
Ella había hecho galletas para los niños y los dejó a cada uno hacer sus propias pizzas caseras. Parecía como si se estuviera divirtiendo tanto como ellos.
Y se negaba a dejarme pagarle por cuidarlos.
Incluso había estado a las seis de la mañana del lunes para ayudarme a prepararlos para la escuela y trajo una caja de comida para llevar.
Ellos habían visto las cajas de almuerzo, como si no supieran qué hacer con ellas. Sabía a ciencia cierta que comían comida gratis en el comedor desde el primer día de jardín de infantes y ni una vez mi mamá les empacó un almuerzo.
Ryder me miró cuando Tina le entregó la caja de almuerzo de Iglú negro sólido y sonrió.
—Me envolvió el almuerzo—dijo con voz asombrada.
Si no hubiera estado preocupada de que Mike me golpeara el trasero, le hubiera agarrado el rostro y besado.
No tenía idea de lo mucho que su amabilidad significaba para ellos.
Los dejé seguros en el autobús escolar y ahora estaba completamente despierta.
Mis días de dormir habían terminado.
En el momento en que llegué a mi clase de las diez, me sentía alterada por la cafeína.
Me serví mi primera taza de café cuando un golpe sonó en la puerta.
¿Quién demonios era?
Puse mi taza sobre la mesa y me acerqué a la puerta. Tina se quedó fuera, con Mike detrás de ella.
Parecía ansiosa.
—Hola. ¿Se te olvidó algo?—le pregunté, dando un paso atrás para dejarlos entrar.
Tina entró, seguido de Mike, que cerró la puerta detrás de él.
—No. Queremos hablar contigo de algo—dijo Tina, mirando hacia Mike.
—Está bien, uh, ¿Quieren un café?—pregunté.
—No, gracias. ¿Podemos sentarnos?—preguntó Tina.
Por lo general, debería ser menos paciente tan temprano en la mañana, pero después de todo lo que hicieron por mí en los últimos días, me abriría una vena y les daría una pinta de sangre si eso era lo que querían.
—Claro. Tomen asiento—los dirigí hacia el sofá.
Me senté en la silla frente a ellos y tomé un sorbo de mi café, mientras esperaba a que digan lo que fuera que habían venido a decir.
Tina respiró hondo.
—No sé si has notado que últimamente no hemos estado cerca. Al igual que en el Live Bay, no estamos ahí tan a menudo y no hemos estado dejando mucho la casa.
Había estado demasiado envuelto en mi mundo con Brittany como para notar a ninguna otra persona.
Me limité a asentir en lugar de explicar la forma en que había estado inconsciente.
—Bueno, Mike y yo hemos tratado durante más de seis meses para quedar embarazada. El mes pasado fuimos a un especialista y me dijeron que había una probabilidad de un uno por ciento de que jamás vaya a concebir. Dijo que podíamos probar diferentes procedimientos que tenían, pero que costaría miles de dólares por adelantado—hizo una pausa y miró a Mike de nuevo.
Había envuelto su brazo alrededor de sus hombros y la metió contra su lado.
No sabía si quería que yo comentara esto, o cómo demonios tenía algo que ver conmigo.
Así que esperé por más.
—Nos registramos en la adopción, pero también cuesta miles de dólares adoptar un bebé y te ponen en lista de espera. No es fácil y no tenemos miles de dólares. Tendríamos que conseguir un préstamo e incluso entonces, podríamos no conseguir la aprobación para uno. No habría garantía. De todas formas, empezamos a hablar de la adopción de un niño mayor. Uno en el sistema estatal que necesita un hogar. Quiero una niña—se le llenaron de los ojos lágrima mientras decía la palabra “niña”—Mi mamá era muy parecida a la tuya. Ella no quería tener mucho que ver conmigo. Entonces se fue con uno de sus novios cuando tenía ocho años y nunca la volví a ver. Recuerdo acostarme en la cama por la noche y fingir que había una mamá que me quería. Iba a venir a buscarme un día y me amaría—Tina se detuvo y levantó la mano para limpiar una lágrima que rodaba por su mejilla—Vi a Bree y la quise inmediatamente. Era justo lo que quería. Una niña que podría amar y criar como mía. Sabía que nunca separarías a los niños. Lo entendí. Así que este fin de semana me ofrecí a quedarme aquí porque quería pasar tiempo con ellos—respiró hondo y parpadeó para contener las lágrimas llenando sus ojos de nuevo—Los quiero. Ryder y su dulce naturaleza cuidadosa, me recuerda mucho a ti. Y Jake es tan gracioso y encantador cuando se abre. No esperan nada y eso me rompe el corazón. Quiero darles todo. Quiero amarlos y asegurarles que tienen un hogar. Le rogué a Mike que viniera conmigo la noche del sábado para quedarse con ellos. Quería que llegara a conocerlos. Él se enamoró—sorbió por la nariz y le sonrió—Bree lo envolvió alrededor de su dedo meñique en cuestión de minutos y él estuvo de acuerdo en que Ryder es parecido a ti, así que por supuesto lo amó. Entonces Jake te conmueve. No puedes evitarlo. Sé que acabas de perder a su mamá y las cosas están perturbadas para ustedes. No quiero entrar en tu vida y romper todo. Sólo quiero saber si hay alguna posibilidad de que consideres dejar que Mike y yo tengamos a los niños. Tenemos la habitación. Has visto la nueva casa que estamos alquilando. Les haría almuerzos e iría a las excursiones. Haríamos galletas y cortaríamos nuestro propio árbol de Navidad cada año. Nunca estarán solos. Los quiero. Los dos los queremos.
Cuando levanté la mirada del esperanzado rostro de Tina, noté las lágrimas contenidas en los ojos de Mike y supe mi respuesta.
Querían darles lo que yo no sería capaz.
Sería la hermana mayor que no recuerda empacar sus almuerzos. Iría a la escuela y los partidos y trabajaría todo el tiempo. Ellos sabían que los amaba, pero se valdrían por sí mismos una gran parte del tiempo.
Con Mike y Tina, tendrían padres.
El tipo de padres que nunca llegaron a tener.
De aquellos que les darían una vida segura y feliz.
Esta no era una oportunidad que se le daba a la mayoría de los niños en su situación.
Incluso había una buena probabilidad de que el juez no me diera a los niños.
Los llevaría y los separaría en cuidados de crianza.
—Serían los niños más afortunados que conozco por tenerlos como padres—le contesté.
Tina dejó escapar un sollozo y se tapó la boca con la mano.
—Voy a llamar a su trabajador social y empezaremos por ahí.
Brittany
Era la última cena de la familia antes de la boda.
Creí que mamá estaba tan nerviosa con la planificación, que la cancelaría, pero no lo hizo.
En cambio, pidió una torta de lujo de la panadería en la ciudad y encendió velas en la mesa.
Al parecer, haríamos el último conteo.
Quinn y Rachel entraron de la mano en la cocina.
Quinn le susurraba en el oído y Rachel reía. Eran tan dulces que me dieron ganas de vomitar.
Estos días el romance simplemente me hacía enojar.
No había oído hablar de Bree o los chicos desde el día en el parque. Esperaba que Bree me llamara, pero sabía que se asentaban con Santana y hacían frente a las cosas.
—Vaya, mamá. Te esmeraste al máximo—dijo Quinn mientras tomaba el pastel y velas que decoraban la mesa.
—Es la última cena antes de que esta familia pase de tres a cuatro y quería celebrar los maravillosos nuevos cambios por venir—dijo con una sonrisa.
Dejó a papá fuera de ese conteo.
Fingía como si él no existiera. Quinn respetaba eso.
Hasta el punto en que mi papá ni siquiera fue invitado a la boda. Tampoco la hermana de Rachel, Spencer.
Sólo venía Aria, que sería la niña de las flores.
—No tienes que hacer todo esto—le dijo Rachel a mi mamá—Has estado trabajando sin parar en la boda por semanas. Pero gracias. Significa mucho.
Rachel tenía un don con la gente.
Mi mamá era un hueso duro de roer y había adorado a Rachel desde la primera vez que la vio en una cena familiar.
Yo también había estado encantada por ella de inmediato, así que entendía su efecto en la gente.
Por otra parte, Rachel anotó muchos puntos sólo por hacer tan feliz a Quinn.
Cualquier persona que hiciera sonreír a mi hermana como la castaña tenía que ser perfecto en todos los sentidos.
—Quiero que todo sea especial para ustedes dos—respondió mamá e hizo un ademán hacia la mesa—Tomen asiento. Voy a traer la comida a la mesa.
—Te ayudaré, mamá—dijo Quinn, tirando de la silla de Rachel para ella y a continuación, girando para seguir a mamá dentro de la cocina.
Rachel me miró al otro lado de la mesa.
—¿Puedes creer que el sábado por la noche para esta hora, voy a ser la señora de Quinn Fabray?
Sonriendo, asentí.
—Sí. Lo esperaba después de que vi a mi hermana contigo la primera vez. Estaba enganchada. Se notaba en toda su cara.
—Soy la mujer más afortunada del mundo—respondió.
El dolor en mi pecho era algo a lo que me acostumbraba.
Dolía ver a otras parejas enamoradas y felices, porque eso es lo que quería.
Tampoco con cualquiera.
Lo quería con una mujer que no quería lo mismo.
Al ver la forma en que mi hermana miraba a Rachel, anhelaba ser mirada de esa manera.
Por una mujer que nunca me había dicho que me amaba. Que me mintió y traicionó.
Sin embargo, todavía la quería.
¿Mi corazón nunca dejara de quererla?
—¿Estás bien? Pareces deprimida—la preocupación en la voz de Rachel era evidente.
Sabía que Quinn no le habló de Santana y yo.
Rachel ni siquiera sabía que habíamos tenido una cita. No podía decirle exactamente que mi corazón fue dañado sin posibilidad de reparación y que me moría por dentro.
Rachel pensaba que me interesaba Sam Evans.
—Sólo estoy cansada. Lo siento. Voy a tratar de no ser tan deprimente.
Frunció el ceño y empezó a decir algo más, cuando Quinn y mamá volvieron a entrar en la habitación con las bandejas de comida que habían sido preparadas.
Mamá no había tenido tiempo de cocinar esta semana. Estuvo demasiado ocupada preocupándose por cosas como lo de la cinta para atar en la silla.
—Esto huele increíble—dijo Quinn mientras dejaba la bandeja llena de pinzas de cangrejo fritas y croquetas de maíz sobre la mesa.
—Pensé en que sea noche de mariscos. Ya que es una boda con temática en la playa.
Eso no tenía sentido, pero mi mamá era obsesiva, así que lo ignoré.
Quinn cogió algo de comida y comenzó a ponerlo en el plato de Rachel.
Siempre hacía cosas así.
Le preparaba el desayuno por la mañana y traía su café.
Mi hermana había sido educada para ser una dama del sur.
Mi mamá logró eso y algo más.
—Supongo que debo contar lo que me enteré—dijo Quinn mientras comenzaba a servir su propio plato.
—¿Qué?—preguntó mamá.
Quinn me miró.
—Parece que Tina y Mike van a adoptar a los hermanos de Santana.
—¿Qué?
No podía fingir que no me importaba, porque sí lo hacía.
Quinn arqueó las cejas y asintió.
—Síp. Tina se enteró hace un tiempo que no puede quedar embarazada. Querían adoptar. Entonces conoció a los chicos, y ella y Mike los quieren. Santana ya se puso en marcha. El trabajador social de los niños no cree que esto vaya a ser un problema. El tribunal encontrará una solución perfecta. Santana no habría conseguido mantener a esos niños. Tiene su trabajo sirviendo tragos cuatro noches a la semana, y también tiene la escuela y el Softbol. No tiene tiempo para criar a los niños.
Tina y Mike serían padres increíbles.
Y los niños estarían en la ciudad cerca de Santana. Podía verlos que cada vez que quería.
Tina amaría a Bree.
Sería la mamá que Bree se merecía.
Espera... ¿Santana trabajaba como barwoman en un club?
¿Era algo que inventó para cubrir la verdad o encontró un nuevo trabajo?
—Van a hacer unos padres maravillosos. Estoy tan feliz por ellos y esos chicos—le contesté, tratando de ocultar la emoción de mi rostro.
Mi mamá me miraba.
Podía sentir sus ojos estudiando cada uno de mis movimientos.
No podía dejarle ver alguna debilidad.
—Sí. Santana está bastante bien con eso. Ha estado preocupada por perder a los niños porque es muy joven. No quería que ellos se separaran y los pusieran en el sistema de cuidado de crianza. Esto elimina esa posibilidad.
Asentí y cogí una pinza de cangrejo.
—¿Cuándo comenzó Santana a trabajar como barwoman?—le pregunté, tratando de sonar casual al respecto.
Puse la pinza de cangrejo en mi boca y tiré la carne con los dientes mientras esperaba a que respondiera.
No miré a mi mamá.
—Hace un par de semanas. Mike le enganchó con un gran concierto. Trabaja cuatro noches a la semana y se le paga bien. Sin embargo, duerme la mayor parte de las horas del día durante el fin de semana. Fue por eso que nadie pudo encontrarla en su teléfono el día que murió su mamá.
Quinn también estaba siendo cuidadosa.
Ella podía sentir la tensión que irradiaba mamá.
No le dije que ella sabía sobre Santana, pero estaba bastante segura de que fue capaz de averiguarlo por las vibraciones que transmitía ella.
—Tiene sentido. Bueno, me alegro de que las cosas resulten para ella—le contesté.
Quinn se movió en su asiento y las preguntas en sus ojos eran claras cuando me miraba.
Quería saber si mamá lo sabía.
También cuestionaba su participación en nuestra repentina ruptura.
No podía permitir que le preguntara algo.
Mamá le diría sobre Santana y no quería que Quinn lo supiera.
Necesitaba que crea que esto fue mi elección y que seguí adelante.
—Así que, cambiando de tema, mañana viene Sam. Quería llegar temprano para poder pasar algún tiempo juntos. Si me necesitas para algo, comunícamelo cuanto antes, porque también tengo planes con él—le dije a mi mamá.
La tensión de mamá disminuyó y sonrió.
—Oh, es bueno escuchar eso. Estoy segura de que voy a necesitarte para algo, pero siempre puedes traer a Sam contigo. Pueden resultar útiles sus músculos.
—No tiene músculos, mamá. Tiene gente que levanta todo por él, desde su equipaje a su maldito tenedor. El chico no ha hecho nunca ningún tipo de trabajo manual—Quinn sonaba molesta.
—Tiene un gimnasio en su casa, donde entrena a diario. Les puedo asegurar que tiene músculos muy agradables—le dije con dulzura, encontrando la mirada de mi hermana en la mesa.
—Si eso es lo que quieres, Britt. Entonces será mi invitado.
No era lo que quería.
Pero nada era lo que quería.
Rara vez lo era.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Que Buena solucion para Los Hermanos de San, me encanto,Tina y Mike mejores!!!!
Nada que decir de Britt!!!
Saludos
Nada que decir de Britt!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Hola morra....
Enorme el jesto de tina y mike... Es lo mejor para todos!!!
Y bueno britt... Que siga con lo que "no quiere" que lo aparenta muy bien... Y que lo disfrute!!
Nos vemos!!!
Enorme el jesto de tina y mike... Es lo mejor para todos!!!
Y bueno britt... Que siga con lo que "no quiere" que lo aparenta muy bien... Y que lo disfrute!!
Nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Britt no me interesa por ahora, santana ocupa mi lectura!!!!excelente solucion para los niños!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Que bueno que a través de Quinn ahora Britt sabe del nuevo trabajo de San y lo que pasara con los niños y aunque hubiera sido preferible que se quedaran con la morena, lo mejor es que estén con los asiáticos jajajaja además de que son buenas personas y pues seguirán cerca de San....
Y pues la boda ya llego haber que tal va con todos reunidos :/
Y pues la boda ya llego haber que tal va con todos reunidos :/
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Que Buena solucion para Los Hermanos de San, me encanto,Tina y Mike mejores!!!!
Nada que decir de Britt!!!
Saludos
Hola, la vrdd esk si! es lo mejor que les pudo pasar la vrdd! Y esos Tike q mejores personas la vrdd! Mmmm no, no¿? =/ Saludos =D
3:) escribió:Hola morra....
Enorme el jesto de tina y mike... Es lo mejor para todos!!!
Y bueno britt... Que siga con lo que "no quiere" que lo aparenta muy bien... Y que lo disfrute!!
Nos vemos!!!
Hola lu, si que si! Si. Esos Tike son de lo mejor! =/ esk tmbn la logro entender... san debería intentar luchar un poquito más, no¿? Saludos =D
micky morales escribió:Britt no me interesa por ahora, santana ocupa mi lectura!!!!excelente solucion para los niños!!!!
Hola, =/ esk tmbn logro entender su comportamiento la vrdd =/ Pero la morena tmbn esta en mi lectura jajajajaj. Si que si, Tika fue lo mejor q les pudo pasar! Saludos =D
JVM escribió:Que bueno que a través de Quinn ahora Britt sabe del nuevo trabajo de San y lo que pasara con los niños y aunque hubiera sido preferible que se quedaran con la morena, lo mejor es que estén con los asiáticos jajajaja además de que son buenas personas y pues seguirán cerca de San....
Y pues la boda ya llego haber que tal va con todos reunidos :/
Hola, si! ya q san no dice nada de nada, bn ai por quinn. Si, yo tmbn creo q los tike fueron una gran solución y oportunidad. y como dijo san, ella podra ser la hermana q merecen! Uyyy aquí dejo otro cap para saberlo! ajajajaj. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 25
Capitulo 25
Santana
No he bebido en semanas.
Pero en este momento, lo que necesitaba eran al menos cuatro chupitos de tequila, uno detrás del otro.
Durante toda la semana estuve preocupada por esta noche.
Siempre esperé ser la madrina de la boda de Quinn. Pero ahora, eso significaba caminar por el pasillo con la dama de honor, que también pasó a ser la chica de la que me enamoré y nunca podré tener, lo que iba a ser un infierno.
Estuve toda la semana ocupado ayudando a Mike y Tina a tener lista su casa para la inspección.
Pintamos de azul el cuarto de los niños y les compramos literas, además de una televisión y una Xbox.
Luego, pintamos la habitación de Bree de color amarillo pálido y Tina insistió en colocar una cama con dosel.
Bree dijo que su habitación era la de una princesa.
Tenía una pequeña mesa de color rosa y púrpura con dos sillas, ubicada en la esquina, con un diminuto juego de té encima. También se hallaba una casa para las muñecas, que tenía más habitaciones de las que cualquier muñeca podría necesitar, completamente equipada, desde una silla alta para trabajar hasta ventiladores de techo.
Me sentía agotada, pero también, segura de que la inspección sería un éxito.
Ahora, esta noche, en lugar de trabajar me encontraba aquí, tratando con todas mis fuerzas de no mirar a Brittany.
Conseguí un atisbo de ella cuando entró en la casa de playa que los Pierce alquilaron para la recepción.
Llevaba un pequeño vestido rosa y zapatos de tacón a juego, haciendo que sus piernas se vieran aún más largas.
Aparté la mirada rápidamente.
Mi intención era fingir que no se encontraba aquí.
Era la única manera en que podría hacerlo.
—Santana—dijo su suave voz y giré para verla acercándose a mí.
Su pelo permanecía suelto, en lugar de recogido como lo llevaban las otras chicas. Los perfectos y sedosos rizos dorados colgaban por la espalda. Su muy desnuda espalda.
Apenas la cubría algo de vestido.
Arranqué los ojos del vestido antes de que cayera y la comprobara para ver si llevaba puesto un sujetador y me encontré con su mirada.
—Britt—contesté.
Desearía que el bar estuviera abierto.
Lo necesitaba durante el ensayo, no después.
—Me enteré que Tina y Mike obtuvieron a los niños. Quería decirte que estoy feliz por todos ustedes.
Maldita sea.
Iba a ser agradable y amable.
¿No entendía que me confundía?
Intentaba encontrar una manera de vivir sin ella.
Esto iba a joderlo todo.
Hice un pequeño progreso.
Que ahora se fue al infierno.
—Gracias. Los niños están felices por eso—contesté y aparté la mirada.
A cualquier lugar, que no fueran esos ojos azules que he visto oscurecerse durante un orgasmo y brillar risueños cuando dije algo gracioso.
—¿Estás bien? —preguntó.
¿Qué clase de pregunta era esa?
¿Parecía que estaba bien?
—Siempre estoy bien, Britt.
Podía oír cómo inhalaba rápidamente.
¿Qué esperaba que dijera? ¿La verdad?
No podría soportar la verdad.
—Eso es bueno. Me alegra oírlo. Yo, uh, te veo después—balbuceó y me miró mientras se alejaba.
La parte de atrás del vestido exhibía hasta la parte baja de la espalda. Un poco más y se vería su pequeño y perfecto culo.
Demonios, ¿no le exigió su hermana que usara más ropa que eso?
Se detuvo y aparté la mirada de su culo para ver con quién se paró a hablar.
Sam Evans.
Sus brazos la envolvieron en un abrazo y la sangre en mi cabeza comenzó a golpear con furia contra mi sien.
Tocaba su espalda desnuda.
¿La tocó en otros lugares? ¿Tocó los lugares que sólo yo toqué?
Mierda.
Irrumpí hacia las puertas que conducen a la playa.
Necesitaba un poco de aire fresco y espacio.
¿Por qué lo trajo aquí?
Pensé que la historia acerca de que lo veía era una mentira para encubrir la verdad.
Pero tal vez no fue una mentira.
Tal vez, corrió directamente hacia él y su jodido jet.
Cerré ambas manos, con las palmas abajo, sobre la barandilla de madera y dejé escapar un torrente de palabrotas.
Sabía que llegaría este día.
Verla con otra persona.
No sabía que sería tan condenadamente pronto.
—¿Estás bien? Tal vez necesitemos la barandilla para la boda. Si pudieras abstenerte de destruirla, lo apreciaría mucho.
Giré para mirar a Quinn. Se encontraba a mi lado.
—Por casualidad, ¿este acto de violencia al azar tiene relación con el hecho de que mi hermana está aquí con Sam Evans?
No tenía sentido negarlo.
—No estoy preparada para verla tan pronto con otra persona.
Quinn se apoyó en la barandilla, con los codos.
—A mí también me sorprendió un poco. Es decir, un día me dice que te ama y lo siguiente que sé, es que rompieron y está saliendo con Sam. Simplemente no me parece bien. Brittany no es así de inconstante.
¿Por qué no se lo dijo?
¿Me protegía o protegía su orgullo?
Quería creer que me protegía.
Fue la única persona que me protegió siempre.
Que quiso protegerme.
—Fue prudente. No era lo suficientemente buena para ella. Tú misma lo dijiste.
Quinn dejó escapar un profundo suspiro.
—No debería haber dicho eso. Eres mi mejor amiga, San. Te quiero como a una hermana. Pero durante todos estos años, te vi cambiar de chicas más rápido de lo que cambiabas la ropa interior y no quería que mi hermanita fuera una de esas chicas. No quería que terminara lastimada. No eres una mala chica. Eres una gran mujer. Eres leal. Puedes animar a toda una maldita habitación. Siempre has cuidado mi espalda. Si te enamoraras de una chica, sería una mujer afortunada—hizo una pausa y giró la cabeza para mirarme—Pero nunca dijiste que amabas a Brittany. Sabía que para que le fueras fiel, tenías que estar enamorada. Incluso después de que ella dijo amarte, nunca le dijiste que la amabas.
No le dije a nadie lo que sentía.
Me sentía cansada de mantenerlo para mí misma.
Brittany no quería escucharlo ahora.
Nunca me creería, de todos modos.
Pero podía decírselo a Quinn.
—La amo. La amaré hasta el día que me muera. Jamás alguien más va a tomar su lugar. Es imposible. No quiero intentarlo. Las semanas que pasé con ella fueron las mejores de mi vida. Que me amara fue increíble. Pero la cagué. Siempre lo hago. Es lo que mejor sé hacer.
Quinn se incorporó y apoyó una mano en mi espalda.
—No, no eres buena en eso. Eres buena en muchas cosas, pero meter la pata no es una de ellas. Todos cometemos errores. Dios sabe lo que hice con Rach cuando me enteré de su hermana y mi papá. Pero cuando encontramos una persona que nos completa, no nos damos por vencida. Sin importar lo mal que metimos la pata. Hacemos lo correcto.
Me quedé mirando el agua mientras se desvanecían los pasos de Quinn.
No tenía idea de lo que decía.
Si sabía que jodí con mujeres por dinero, mientras salía con su hermana, me mataría.
Cuando pensó que Rachel la traicionó, reaccionó como lo haría cualquier persona.
Brittany no hizo otra cosa que amarme y confiar en mí.
Lo que le hice fue mucho peor.
Brittany
—¿Tengo que estar preocupado de que mi vida esté en peligro?—susurró Sam mientras lo llevaba a la habitación, donde podía esperar durante el ensayo.
Mamá tenía un partido de fútbol reproduciéndose en una pantalla plana, aperitivos y bebidas.
—No. ¿Por qué? —pregunté.
Sam se rió.
—O estás completamente ciega o simplemente eres buena en ignorar las cosas. Santana salió de la casa justo después de darme una mirada de muerte.
Me detuve y miré hacia atrás, a las puertas dobles que se encontraban abiertas y llevaban a la playa.
—¿Santana salió?
—Sí. Cuando nos abrazamos. Lo vio y algo que sólo podría describirse como furia iluminó su cara antes de que se fuera corriendo de aquí, como si la estuvieran persiguiendo.
¿En serio?
Parecía tan desinteresado en hablar conmigo.
Todavía trataba de lidiar con el hecho de que la irritaba.
Mi presencia era algo que realmente despreciaba.
—No creo que se fuera por tu culpa. No puede soportar estar cerca de mí. Probablemente se fue porque tenía miedo de que tratara de hablar con ella nuevamente. Este fin de semana va a ser tan divertido. Tengo que caminar por el pasillo con ella. Sentarme a su lado en la recepción y ambas tenemos que hacer los brindis.
Sam extendió la mano, tomó la mía y la apretó.
—Brittany, esa chica no te detesta. No sé lo que te ha dicho, pero puedo jurarte que lo que acabo de ver no fue desinterés o disgusto. Se veía dispuesta a llevarme aparte para golpearme y sin importarle que sea una mujer y que yo le gane en peso y porte por tocarte. Confía en mí.
Quería creerle.
De verdad, pero era difícil.
Conocía bien a Santana y podía ver el vacío y la carencia de emoción en sus ojos cuando me miró.
Estaba muerta para ella.
No podía tener esperanza de nada más.
Dolía demasiado.
No necesitaba añadir más dolor.
No, si iba a encontrar una manera de pasar esto y vivir de nuevo.
—Me gustaría, pero no puedo. La conozco demasiado bien—me acerqué a la mesa—Puedes tomar todo lo que quieras para beber de aquí, o aperitivos de ahí. Espero que te guste el fútbol de la conferencia del sureste, porque es lo único que vemos por aquí. Los otros equipos no son importantes en el gran esquema de las cosas.
Sam se echó a reír.
—Así que la gente de la conferencia del sureste es tan odiosa como he oído.
—No somos odiosos. Sólo honestos. Los hechos son los hechos—contesté y le guiñé un ojo.
—Los hechos, ¿eh?
—Podemos repasar los últimos diez ganadores del campeonato nacional de la NCAA si deseas aclarar cualquier confusión—Mike arrastró las palabras, entrando en la habitación.
—Bien dicho. Si quieres hacer amigos, no vayas contra la conferencia del sureste—dije, señalando hacia Mike.
—Comprendido—respondió Sam.
—Oye, Brittany—dijo Jake, siguiendo a Mike a la habitación.
—¡Oye! No sabía si te vería esta noche—le dije, y fui a abrazarlo.
Envolvió los brazos a mí alrededor y luego asintió hacia Mike.
—Estoy aquí con Mike y Tina. Van a dejar que nos vayamos a vivir con ellos. Con Ryder incluso conseguimos literas y una Xbox. Tana sigue ganándonos en el juego de fútbol que nos compró. Sin embargo, estoy practicando. Le voy a ganar la próxima vez.
No me pondré toda llorosa por esto.
Me sentía tan feliz por ellos.
Oír la alegría en su vocecita era maravilloso.
—No tengo duda de que en algún momento vas a ganarle a tu hermana. Confío completamente en eso.
Jake asintió y miró a la mesa de comida con curiosidad.
—¿Quieres comer algo? Sírvete. Tengo que ir a ver quién tiene a la niña de las flores. Estamos a punto de comenzar.
Jake corrió hacia la mesa.
—Tráeme unas galletitas—le dijo Mike a Jake mientras salía de la habitación.
Santana
El ensayo fue difícil por razones muy diferentes de las que temía cuando vine aquí.
Estar cerca de ella era duro, pero verla con él era aún más difícil.
Tuve que mantenerme bajo control mientras caminaba por el pasillo al lado de Brittany.
No llevaba sujetador.
Debería usar un sujetador, maldita sea.
Durante la cena de ensayo se nos asignaron los asientos y Brittany se ubicaba junto a Sam.
Me encontraba justo enfrente de ellos, ya que era la madrina.
Fui testigo de sus bromas y coqueteos.
Ni siquiera pretendí que no me molestaba.
Pasé toda mi comida mirándolo.
La siguiente vez que la llamara “Bama” cruzaría a través de la mesa para golpear su cara.
No podía darle un apodo.
No era suya.
¿O sí?
Me las arreglé para pasar la comida, sin causarle un daño físico a nadie. En el momento en que terminó, corrí hacia la puerta.
Tenía que hacer esta mierda de nuevo mañana.
Nunca lo lograría.
Pero en este momento, lo que necesitaba eran al menos cuatro chupitos de tequila, uno detrás del otro.
Durante toda la semana estuve preocupada por esta noche.
Siempre esperé ser la madrina de la boda de Quinn. Pero ahora, eso significaba caminar por el pasillo con la dama de honor, que también pasó a ser la chica de la que me enamoré y nunca podré tener, lo que iba a ser un infierno.
Estuve toda la semana ocupado ayudando a Mike y Tina a tener lista su casa para la inspección.
Pintamos de azul el cuarto de los niños y les compramos literas, además de una televisión y una Xbox.
Luego, pintamos la habitación de Bree de color amarillo pálido y Tina insistió en colocar una cama con dosel.
Bree dijo que su habitación era la de una princesa.
Tenía una pequeña mesa de color rosa y púrpura con dos sillas, ubicada en la esquina, con un diminuto juego de té encima. También se hallaba una casa para las muñecas, que tenía más habitaciones de las que cualquier muñeca podría necesitar, completamente equipada, desde una silla alta para trabajar hasta ventiladores de techo.
Me sentía agotada, pero también, segura de que la inspección sería un éxito.
Ahora, esta noche, en lugar de trabajar me encontraba aquí, tratando con todas mis fuerzas de no mirar a Brittany.
Conseguí un atisbo de ella cuando entró en la casa de playa que los Pierce alquilaron para la recepción.
Llevaba un pequeño vestido rosa y zapatos de tacón a juego, haciendo que sus piernas se vieran aún más largas.
Aparté la mirada rápidamente.
Mi intención era fingir que no se encontraba aquí.
Era la única manera en que podría hacerlo.
—Santana—dijo su suave voz y giré para verla acercándose a mí.
Su pelo permanecía suelto, en lugar de recogido como lo llevaban las otras chicas. Los perfectos y sedosos rizos dorados colgaban por la espalda. Su muy desnuda espalda.
Apenas la cubría algo de vestido.
Arranqué los ojos del vestido antes de que cayera y la comprobara para ver si llevaba puesto un sujetador y me encontré con su mirada.
—Britt—contesté.
Desearía que el bar estuviera abierto.
Lo necesitaba durante el ensayo, no después.
—Me enteré que Tina y Mike obtuvieron a los niños. Quería decirte que estoy feliz por todos ustedes.
Maldita sea.
Iba a ser agradable y amable.
¿No entendía que me confundía?
Intentaba encontrar una manera de vivir sin ella.
Esto iba a joderlo todo.
Hice un pequeño progreso.
Que ahora se fue al infierno.
—Gracias. Los niños están felices por eso—contesté y aparté la mirada.
A cualquier lugar, que no fueran esos ojos azules que he visto oscurecerse durante un orgasmo y brillar risueños cuando dije algo gracioso.
—¿Estás bien? —preguntó.
¿Qué clase de pregunta era esa?
¿Parecía que estaba bien?
—Siempre estoy bien, Britt.
Podía oír cómo inhalaba rápidamente.
¿Qué esperaba que dijera? ¿La verdad?
No podría soportar la verdad.
—Eso es bueno. Me alegra oírlo. Yo, uh, te veo después—balbuceó y me miró mientras se alejaba.
La parte de atrás del vestido exhibía hasta la parte baja de la espalda. Un poco más y se vería su pequeño y perfecto culo.
Demonios, ¿no le exigió su hermana que usara más ropa que eso?
Se detuvo y aparté la mirada de su culo para ver con quién se paró a hablar.
Sam Evans.
Sus brazos la envolvieron en un abrazo y la sangre en mi cabeza comenzó a golpear con furia contra mi sien.
Tocaba su espalda desnuda.
¿La tocó en otros lugares? ¿Tocó los lugares que sólo yo toqué?
Mierda.
Irrumpí hacia las puertas que conducen a la playa.
Necesitaba un poco de aire fresco y espacio.
¿Por qué lo trajo aquí?
Pensé que la historia acerca de que lo veía era una mentira para encubrir la verdad.
Pero tal vez no fue una mentira.
Tal vez, corrió directamente hacia él y su jodido jet.
Cerré ambas manos, con las palmas abajo, sobre la barandilla de madera y dejé escapar un torrente de palabrotas.
Sabía que llegaría este día.
Verla con otra persona.
No sabía que sería tan condenadamente pronto.
—¿Estás bien? Tal vez necesitemos la barandilla para la boda. Si pudieras abstenerte de destruirla, lo apreciaría mucho.
Giré para mirar a Quinn. Se encontraba a mi lado.
—Por casualidad, ¿este acto de violencia al azar tiene relación con el hecho de que mi hermana está aquí con Sam Evans?
No tenía sentido negarlo.
—No estoy preparada para verla tan pronto con otra persona.
Quinn se apoyó en la barandilla, con los codos.
—A mí también me sorprendió un poco. Es decir, un día me dice que te ama y lo siguiente que sé, es que rompieron y está saliendo con Sam. Simplemente no me parece bien. Brittany no es así de inconstante.
¿Por qué no se lo dijo?
¿Me protegía o protegía su orgullo?
Quería creer que me protegía.
Fue la única persona que me protegió siempre.
Que quiso protegerme.
—Fue prudente. No era lo suficientemente buena para ella. Tú misma lo dijiste.
Quinn dejó escapar un profundo suspiro.
—No debería haber dicho eso. Eres mi mejor amiga, San. Te quiero como a una hermana. Pero durante todos estos años, te vi cambiar de chicas más rápido de lo que cambiabas la ropa interior y no quería que mi hermanita fuera una de esas chicas. No quería que terminara lastimada. No eres una mala chica. Eres una gran mujer. Eres leal. Puedes animar a toda una maldita habitación. Siempre has cuidado mi espalda. Si te enamoraras de una chica, sería una mujer afortunada—hizo una pausa y giró la cabeza para mirarme—Pero nunca dijiste que amabas a Brittany. Sabía que para que le fueras fiel, tenías que estar enamorada. Incluso después de que ella dijo amarte, nunca le dijiste que la amabas.
No le dije a nadie lo que sentía.
Me sentía cansada de mantenerlo para mí misma.
Brittany no quería escucharlo ahora.
Nunca me creería, de todos modos.
Pero podía decírselo a Quinn.
—La amo. La amaré hasta el día que me muera. Jamás alguien más va a tomar su lugar. Es imposible. No quiero intentarlo. Las semanas que pasé con ella fueron las mejores de mi vida. Que me amara fue increíble. Pero la cagué. Siempre lo hago. Es lo que mejor sé hacer.
Quinn se incorporó y apoyó una mano en mi espalda.
—No, no eres buena en eso. Eres buena en muchas cosas, pero meter la pata no es una de ellas. Todos cometemos errores. Dios sabe lo que hice con Rach cuando me enteré de su hermana y mi papá. Pero cuando encontramos una persona que nos completa, no nos damos por vencida. Sin importar lo mal que metimos la pata. Hacemos lo correcto.
Me quedé mirando el agua mientras se desvanecían los pasos de Quinn.
No tenía idea de lo que decía.
Si sabía que jodí con mujeres por dinero, mientras salía con su hermana, me mataría.
Cuando pensó que Rachel la traicionó, reaccionó como lo haría cualquier persona.
Brittany no hizo otra cosa que amarme y confiar en mí.
Lo que le hice fue mucho peor.
Brittany
—¿Tengo que estar preocupado de que mi vida esté en peligro?—susurró Sam mientras lo llevaba a la habitación, donde podía esperar durante el ensayo.
Mamá tenía un partido de fútbol reproduciéndose en una pantalla plana, aperitivos y bebidas.
—No. ¿Por qué? —pregunté.
Sam se rió.
—O estás completamente ciega o simplemente eres buena en ignorar las cosas. Santana salió de la casa justo después de darme una mirada de muerte.
Me detuve y miré hacia atrás, a las puertas dobles que se encontraban abiertas y llevaban a la playa.
—¿Santana salió?
—Sí. Cuando nos abrazamos. Lo vio y algo que sólo podría describirse como furia iluminó su cara antes de que se fuera corriendo de aquí, como si la estuvieran persiguiendo.
¿En serio?
Parecía tan desinteresado en hablar conmigo.
Todavía trataba de lidiar con el hecho de que la irritaba.
Mi presencia era algo que realmente despreciaba.
—No creo que se fuera por tu culpa. No puede soportar estar cerca de mí. Probablemente se fue porque tenía miedo de que tratara de hablar con ella nuevamente. Este fin de semana va a ser tan divertido. Tengo que caminar por el pasillo con ella. Sentarme a su lado en la recepción y ambas tenemos que hacer los brindis.
Sam extendió la mano, tomó la mía y la apretó.
—Brittany, esa chica no te detesta. No sé lo que te ha dicho, pero puedo jurarte que lo que acabo de ver no fue desinterés o disgusto. Se veía dispuesta a llevarme aparte para golpearme y sin importarle que sea una mujer y que yo le gane en peso y porte por tocarte. Confía en mí.
Quería creerle.
De verdad, pero era difícil.
Conocía bien a Santana y podía ver el vacío y la carencia de emoción en sus ojos cuando me miró.
Estaba muerta para ella.
No podía tener esperanza de nada más.
Dolía demasiado.
No necesitaba añadir más dolor.
No, si iba a encontrar una manera de pasar esto y vivir de nuevo.
—Me gustaría, pero no puedo. La conozco demasiado bien—me acerqué a la mesa—Puedes tomar todo lo que quieras para beber de aquí, o aperitivos de ahí. Espero que te guste el fútbol de la conferencia del sureste, porque es lo único que vemos por aquí. Los otros equipos no son importantes en el gran esquema de las cosas.
Sam se echó a reír.
—Así que la gente de la conferencia del sureste es tan odiosa como he oído.
—No somos odiosos. Sólo honestos. Los hechos son los hechos—contesté y le guiñé un ojo.
—Los hechos, ¿eh?
—Podemos repasar los últimos diez ganadores del campeonato nacional de la NCAA si deseas aclarar cualquier confusión—Mike arrastró las palabras, entrando en la habitación.
—Bien dicho. Si quieres hacer amigos, no vayas contra la conferencia del sureste—dije, señalando hacia Mike.
—Comprendido—respondió Sam.
—Oye, Brittany—dijo Jake, siguiendo a Mike a la habitación.
—¡Oye! No sabía si te vería esta noche—le dije, y fui a abrazarlo.
Envolvió los brazos a mí alrededor y luego asintió hacia Mike.
—Estoy aquí con Mike y Tina. Van a dejar que nos vayamos a vivir con ellos. Con Ryder incluso conseguimos literas y una Xbox. Tana sigue ganándonos en el juego de fútbol que nos compró. Sin embargo, estoy practicando. Le voy a ganar la próxima vez.
No me pondré toda llorosa por esto.
Me sentía tan feliz por ellos.
Oír la alegría en su vocecita era maravilloso.
—No tengo duda de que en algún momento vas a ganarle a tu hermana. Confío completamente en eso.
Jake asintió y miró a la mesa de comida con curiosidad.
—¿Quieres comer algo? Sírvete. Tengo que ir a ver quién tiene a la niña de las flores. Estamos a punto de comenzar.
Jake corrió hacia la mesa.
—Tráeme unas galletitas—le dijo Mike a Jake mientras salía de la habitación.
Santana
El ensayo fue difícil por razones muy diferentes de las que temía cuando vine aquí.
Estar cerca de ella era duro, pero verla con él era aún más difícil.
Tuve que mantenerme bajo control mientras caminaba por el pasillo al lado de Brittany.
No llevaba sujetador.
Debería usar un sujetador, maldita sea.
Durante la cena de ensayo se nos asignaron los asientos y Brittany se ubicaba junto a Sam.
Me encontraba justo enfrente de ellos, ya que era la madrina.
Fui testigo de sus bromas y coqueteos.
Ni siquiera pretendí que no me molestaba.
Pasé toda mi comida mirándolo.
La siguiente vez que la llamara “Bama” cruzaría a través de la mesa para golpear su cara.
No podía darle un apodo.
No era suya.
¿O sí?
Me las arreglé para pasar la comida, sin causarle un daño físico a nadie. En el momento en que terminó, corrí hacia la puerta.
Tenía que hacer esta mierda de nuevo mañana.
Nunca lo lograría.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
a estas alturas britt no ve mas aya de sus narices y no ve lo que le hace a san,.. y se va a arrepentir!!!
para que quinn le aya dado la derecha es mucho,.. aunque no sepa el motivo de la cuestión,..
a ver como soporta san,.. y sobretodo sin hacer nada???
nos vemos!!!
a estas alturas britt no ve mas aya de sus narices y no ve lo que le hace a san,.. y se va a arrepentir!!!
para que quinn le aya dado la derecha es mucho,.. aunque no sepa el motivo de la cuestión,..
a ver como soporta san,.. y sobretodo sin hacer nada???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
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