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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
mas prohibido sea lo que tengan mas lo van a querer,.. y mas san ahora que empezó a armar el rompecabezas de esa noche,..
ahora es cuestión de tiempo para que san caiga por completo y espero que en cada intento no joda a britt!!!
nos vemos!!!
mas prohibido sea lo que tengan mas lo van a querer,.. y mas san ahora que empezó a armar el rompecabezas de esa noche,..
ahora es cuestión de tiempo para que san caiga por completo y espero que en cada intento no joda a britt!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Que m..... porque no pueden intentarlo, al menos???? ok lo que hace santana no esta bien, pero tal vez hasta lo dejaria por ser buena para britt!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Santana debe parar con sus indecisiones porque solo sigue confundiendo y dañando mas a Britt. Si es verdad que no puede haber nada entre ellas que se mantenga alejada y deje esa tontería de la amistad, porque esto que hace parece un juego aunque no lo sea.
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
mas prohibido sea lo que tengan mas lo van a querer,.. y mas san ahora que empezó a armar el rompecabezas de esa noche,..
ahora es cuestión de tiempo para que san caiga por completo y espero que en cada intento no joda a britt!!!
nos vemos!!!
Hola lu, eso mismo... xq lo prohibido llama XD jajajajaajaja. Uff ahora le toca a ella recordar y kerer vivir, no¿? jajaja. Pienso igual. =O noo, ni lo digas! Saludos =D
micky morales escribió:Que m..... porque no pueden intentarlo, al menos???? ok lo que hace santana no esta bien, pero tal vez hasta lo dejaria por ser buena para britt!!!!!
Hola, nose! espero q solo sea por quinn xq mayor impedimento no encuentro la vrdd =/ Obvio, esto más q segura q si!... Saludos =D
JVM escribió:Santana debe parar con sus indecisiones porque solo sigue confundiendo y dañando mas a Britt. Si es verdad que no puede haber nada entre ellas que se mantenga alejada y deje esa tontería de la amistad, porque esto que hace parece un juego aunque no lo sea.
Hola, eso si ¬¬ o quiere o no, pero q deje de jugar con ella la vrdd ¬¬ Eso! sissi. Ni ella misma se lo cree y se daña aella y mas aun a britt ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 10
Capitulo 10
Santana
—Si esto está tan mal, entonces para. Para de intentar acercarte a mí. Vas de caliente a frío, Santana. Estoy tan enferma de esto. No puedo seguirte el ritmo. No quiero hacerlo más—la mirada furiosa que me disparó cuando pasaba por el jeep desapareció.
Ahora Brittany sólo se veía molesta.
Se cansó de esto.
No podía culparla.
No merecía su molestia.
Nunca podría ser lo que quería.
Pensó que yo era como Emily y que la chica adecuada me podría domar.
No se trataba de eso.
No necesitaba que me domaran.
Necesitaba una jodida salvación.
No estaría libre hasta que estuviera fuera de la universidad y tuviera un trabajo que me diera el dinero suficiente para cuidar de mis hermanos.
Hasta entonces, nunca sería libre para tocar a alguien como Brittany.
No era como las otras chicas con las que me había liado. Ellas sabían cuál era el juego.
No significaban nada para mí.
Brittany era diferente.
Me hacía sentir cosas.
Cosas por las que había orado nunca experimentar, porque sería imposible hacer algo al respecto.
—Simplemente déjame llevarte a casa. Te prometo que no pasará de nuevo. No debería haberte traído aquí. Tenerte así de cerca me hace olvidar las razones por las que no funcionará. Nunca funcionaremos.
Brittany se dio la vuelta y empezó a andar de nuevo hacia la carretera. Su trasero apretado y pequeño giraba coquetamente en esos pantalones cortos que eran siempre demasiado cortos y me volvían loca.
Había fantaseado sobre deslizar mi mano en unos de esos pantalones cortos desde hace un par de años.
Esta noche ese deseo y las ansias de saborearla se habían hecho cargo.
—Britt, por favor no hagas esto. Dije que lo sentía. Déjame llevarte. Ni siquiera tienes que hablar conmigo. Además, estás descalza. No puedes descalza andar a casa.
Se detuvo, pero no se giró enseguida.
En vez de eso, puso sus manos en las caderas y se quedó de pie en la oscuridad.
Lo pensó.
No podía culparla.
También me odiaría.
Jugar con ella así no era correcto.
Nunca podría hacer más que coquetear con ella. Porque la realidad fría y dura era que en el momento que entrara una llamada de una clienta, tendría que dejarla y no había manera de que fuera capaz de escurrirme de su cama y meterme en la cama con otra persona.
Finalmente Brittany se dio la vuelta y lentamente se dirigió al jeep. No me miró a los ojos.
Ni siquiera miró hacia donde me encontrada.
Mantuvo los ojos abajo mientras me pasaba y abría el lado del pasajero del jeep y entraba.
Anduve hacia el lado del conductor y entré. Mirándola, pensé en explicarme.
Quizás simplemente decirle la verdad.
Necesitaba decírselo a alguien.
¿Lo entendería?
—No, Santana. Simplemente conduce—respondió, como si hubiera leído mi mente.
Arranqué el jeep y salí a la calle oscura.
Tenía razón.
Habíamos dicho suficiente.
Fuimos en silencio los tres kilómetros de vuelta a casa.
Aparqué en su entrada, y abrió la puerta y salió, llevándose sus sandalias con ella.
No me miró ni se despidió.
El cierre de la puerta fue fuerte y firme. Era su forma de decirme que había terminado lo que sea que nos proponíamos.
Tragando el repentino nudo en mi garganta, volví mi jeep hacia casa.
No iba a llorar por ella.
No lo haría.
Nunca la había tenido, en realidad no.
No me conocía.
Nunca aceptaría la verdad sobre mí.
Era mejor así.
Fingir como si pudiera tenerla en algún modo era una forma de tortura que no necesitaba.
Tenía que centrarme en mi familia y en mi carrera en el Softbol.
Brittany Pierce era una distracción que podría hacerme perder todo.
Brittany
—¿Qué piensas de este?—preguntó Rachel mientras se paraba en la pequeña plataforma en frente de la pared de espejos en otro maravilloso vestido de novia blanco.
Pensé que se veía como la fantasía de cada persona.
Todo su cabello castaño y su escote derramándose de lo alto del vestido sin mangas.
Era el tipo de chica que podría cambiar su rumbo a cualquier persona.
Me faltaba atractivo sexual.
Tenía la cosa de la chica linda de al lado. No tenía la cosa de la diosa sexy como Rachel.
No era de extrañar que mi hermana se convirtiera en un perro jadeando a sus pies en el momento en que la conoció.
—Me encanta. Estás fabulosa en él. Sin embargo, todavía soy fan del de hace dos vestido atrás. Me gusta la forma en que es corto por delante y muestra tus piernas pero es largo por detrás. Ese es un vestido más sexy. Este haría muy feliz a mi mamá, pero cubre demasiado. Tienes el cuerpo. Presúmelo en el día de tu boda.
Rachel se sonrojó y me acordé de otra razón por la que mi hermana la amaba.
Era tan completamente ciega al hecho de que era hermosa.
Cada vez que le decía un cumplido, toda su cara roja se sonrojaría como si no lo creyera o no supiera cómo manejar la situación.
—También me gustó ese. Me preocupaba que la parte delantera corta fuera demasiado. Tu mamá quiere que nos casemos en la iglesia. ¿Puedo usar un vestido corto como ese?
Mi mamá se metía mucho en esta boda.
Rachel no tenía una mamá para opinar, y su hermana mayor no era una opción para ayudar a decidir nada sobre la boda.
El hecho de que Spencer estuviera viviendo con mi papá y su hija lo hacía raro.
Además, Rachel y su hermana no eran muy cercanas.
Es por eso que Quinn me dijo que hiciera esto con Rachel y que cuando pudiera la ayudara a ella con su vestido.
—Pensé que querías casarte en la playa. Creo que es el vestido perfecto para una boda de playa.
Rachel hizo girar uno de sus largos mechones de cabello alrededor de su dedo.
—Bueno, quiero. Pero tu mamá quiere que nos casemos en una iglesia. No quería molestarla. Ha tenido mucho con lo que tratar. Y a Quinny no le importa. Sólo quiere casarse.
Rachel iba a tener que aprender a alzarse contra mi mamá, o mamá le pasaría por encima.
Mamá amaba planear y estar a cargo.
A Rachel le entusiasmaba tanto complacerla que la dejaba. No iba a permitir que eso pasara.
—Si quieres una boda en la playa, entonces ten una boda en la playa. Esta no es la boda de mi mamá. Ella no tiene que planear esto. No dejaré que planee la mía, ya puedo decírtelo. No puedes dejar que empiece a controlar tus decisiones. Lo hará siempre. Demonios, incluso nombrará a tus hijos por ti. Esta es tu vida. Quinn es tuya. No de ella. Es una chica grande y es tuya. Tomas las decisiones. Ese vestido te queda maravilloso. A Quinn le encantará. Haz tu boda en la playa y viste tu vestido increíblemente caliente
Rachel sonrió y mordió su labio inferior, entonces asintió.
—Tienes razón. No debería hacer lo que otros quieren en el día de mi boda. Esto es sobre Quinn y yo. Nadie más.
Sentí una oleada de orgullo en mi pecho porque la había convencido de seguir a su corazón.
Hacer lo que quería.
Asentí y volví a sentarme en la silla y crucé las piernas mientras esperaba que fuera a probarse de nuevo el vestido que nos había encantado.
Mi teléfono sonó con un tono corto, dejándome saber que tenía un mensaje. Lo alcancé de mi bolso y lo saqué.
En vez de ir ahí este fin de semana, ¿qué dirías de cenar en Nueva York?
¿De qué hablaba?
¿Me había enviado un mensaje cuando quería mandárselo a otra persona?
No vivía en ningún sitio cerca de Nueva York.
Creo que mandaste el mensaje a la persona equivocada :)
Eso fue incómodo.
Especialmente desde que él había mencionado que venía a verme este fin de semana.
Debe de haber hecho planes con más de una chica.
Estoy seguro que le he mandado el mensaje exactamente a quién quería hacerlo. No me ofrezco normalmente a pedirle a mi hermana su jet para llevar a chicas en citas. Sólo por las que son especiales.
Oh.
¿Quería llevarme volando a Nueva York para cenar?
¿De verdad?
¿Cómo le contestaba a eso?
Sabía que Marley había hecho este tipo de cosas todo el tiempo el año pasado mientras terminaba el instituto en Sea Breeze y Kitty recorría el país.
Pero Sam y yo tuvimos una cita.
Esto parecía como una gran cosa para una segunda cita.
El silencio no es prometedor.
Sólo me sorprendió. No sé qué decir.
“Sí” sería una buena opción.
Me reí ante su respuesta rápida.
Me gustaba este chico.
—¿Quién te tiene sonriendo así al teléfono?—preguntó Rachel con una sonrisa en su cara mientras salía del probador en el vestido que sabía que estaba hecho para ella.
—Sam Evans —contesté.
Rachel levantó las cejas.
—Saliendo con una celebridad.
—En realidad no es una celebridad. Simplemente es pariente de Kitty.
Rachel se rió y subió a la plataforma en frente de los espejos.
—Seh, diría que ser el hermano de la estrella favorita del mundo lo hace una celebridad.
¿Puedo pensármelo?
No estaba lista para decir sí.
Claro, me sentía enfadada con Santana por la otra noche en la playa.
No nos habíamos cruzado desde entonces, pero no podía simplemente sacarla de mi cabeza.
Una vez que la rabia se hubo esfumado, recordaba su cara triste. La desesperación en sus ojos.
Esas cosas me hacían querer perseguirla y preguntarle por qué.
Claro. Déjame saber cuándo estés lista.
[b]Gracias.
—Entonces, ¿Qué te está diciendo?—preguntó Rachel.
—Quiere que salga con él pronto.
—¿Y vas a ir?
Me encogí de hombros.
No estaba segura.
Todo dependía de Santana.
Todo dependía de ella.
Si de alguna manera me perdía algo que necesitaba saber, no quería simplemente alejarme sin saber los hechos.
—Quizás. No es seguro. Necesito pensarlo.
Rachel asintió.
—Buena idea. Salir con él te pondrá en el centro de atención. Imagino que eso no es siempre divertido.
Sabía por la experiencia de Marley que no era divertido para nada. Ella todavía se acostumbraba a eso.
Pero quería cambiar el tema.
No nos encontrábamos aquí para discutir mi vida amorosa, sino para encontrar el vestido perfecto para Rachel.
—Es ese—dije, asintiendo en su dirección en el espejo.
Rachel se volvió para mirarse en el espejo.
—Sí, creo que estás en lo cierto.
—Quinn será un charco a tus pies.
Rachel me sonrió.
—Ahora. Necesitamos encontrarte el vestido perfecto. ¿Crees que Sam querría venir? ¿Debería de enviarle una invitación por ti?
No había pensado en eso antes.
¿Estaríamos Sam y yo hablando para entonces?
Era muy posible que hubiera pasado a otra modelo para ese punto.
Me encogí de hombros y enderecé la cola de su vestido. Se hallaba cubierto de diminutas perlas y pesaba una tonelada.
El hecho de que no había mucho del resto del vestido, lo compensaba por la extravagancia de la cola.
—Entonces, ¿quieres o no?—preguntó Rachel.
Me di cuenta de que aún no había contestado la pregunta de Sam y la boda.
Marley y Kitty vendrían, así que ¿por qué no invitar al hermano de Kitty?
Incluso si no estábamos saliendo entonces, estoy segura de que aún seríamos amigos.
—Claro. Envíale una invitación.
Ahora Brittany sólo se veía molesta.
Se cansó de esto.
No podía culparla.
No merecía su molestia.
Nunca podría ser lo que quería.
Pensó que yo era como Emily y que la chica adecuada me podría domar.
No se trataba de eso.
No necesitaba que me domaran.
Necesitaba una jodida salvación.
No estaría libre hasta que estuviera fuera de la universidad y tuviera un trabajo que me diera el dinero suficiente para cuidar de mis hermanos.
Hasta entonces, nunca sería libre para tocar a alguien como Brittany.
No era como las otras chicas con las que me había liado. Ellas sabían cuál era el juego.
No significaban nada para mí.
Brittany era diferente.
Me hacía sentir cosas.
Cosas por las que había orado nunca experimentar, porque sería imposible hacer algo al respecto.
—Simplemente déjame llevarte a casa. Te prometo que no pasará de nuevo. No debería haberte traído aquí. Tenerte así de cerca me hace olvidar las razones por las que no funcionará. Nunca funcionaremos.
Brittany se dio la vuelta y empezó a andar de nuevo hacia la carretera. Su trasero apretado y pequeño giraba coquetamente en esos pantalones cortos que eran siempre demasiado cortos y me volvían loca.
Había fantaseado sobre deslizar mi mano en unos de esos pantalones cortos desde hace un par de años.
Esta noche ese deseo y las ansias de saborearla se habían hecho cargo.
—Britt, por favor no hagas esto. Dije que lo sentía. Déjame llevarte. Ni siquiera tienes que hablar conmigo. Además, estás descalza. No puedes descalza andar a casa.
Se detuvo, pero no se giró enseguida.
En vez de eso, puso sus manos en las caderas y se quedó de pie en la oscuridad.
Lo pensó.
No podía culparla.
También me odiaría.
Jugar con ella así no era correcto.
Nunca podría hacer más que coquetear con ella. Porque la realidad fría y dura era que en el momento que entrara una llamada de una clienta, tendría que dejarla y no había manera de que fuera capaz de escurrirme de su cama y meterme en la cama con otra persona.
Finalmente Brittany se dio la vuelta y lentamente se dirigió al jeep. No me miró a los ojos.
Ni siquiera miró hacia donde me encontrada.
Mantuvo los ojos abajo mientras me pasaba y abría el lado del pasajero del jeep y entraba.
Anduve hacia el lado del conductor y entré. Mirándola, pensé en explicarme.
Quizás simplemente decirle la verdad.
Necesitaba decírselo a alguien.
¿Lo entendería?
—No, Santana. Simplemente conduce—respondió, como si hubiera leído mi mente.
Arranqué el jeep y salí a la calle oscura.
Tenía razón.
Habíamos dicho suficiente.
Fuimos en silencio los tres kilómetros de vuelta a casa.
Aparqué en su entrada, y abrió la puerta y salió, llevándose sus sandalias con ella.
No me miró ni se despidió.
El cierre de la puerta fue fuerte y firme. Era su forma de decirme que había terminado lo que sea que nos proponíamos.
Tragando el repentino nudo en mi garganta, volví mi jeep hacia casa.
No iba a llorar por ella.
No lo haría.
Nunca la había tenido, en realidad no.
No me conocía.
Nunca aceptaría la verdad sobre mí.
Era mejor así.
Fingir como si pudiera tenerla en algún modo era una forma de tortura que no necesitaba.
Tenía que centrarme en mi familia y en mi carrera en el Softbol.
Brittany Pierce era una distracción que podría hacerme perder todo.
Brittany
—¿Qué piensas de este?—preguntó Rachel mientras se paraba en la pequeña plataforma en frente de la pared de espejos en otro maravilloso vestido de novia blanco.
Pensé que se veía como la fantasía de cada persona.
Todo su cabello castaño y su escote derramándose de lo alto del vestido sin mangas.
Era el tipo de chica que podría cambiar su rumbo a cualquier persona.
Me faltaba atractivo sexual.
Tenía la cosa de la chica linda de al lado. No tenía la cosa de la diosa sexy como Rachel.
No era de extrañar que mi hermana se convirtiera en un perro jadeando a sus pies en el momento en que la conoció.
—Me encanta. Estás fabulosa en él. Sin embargo, todavía soy fan del de hace dos vestido atrás. Me gusta la forma en que es corto por delante y muestra tus piernas pero es largo por detrás. Ese es un vestido más sexy. Este haría muy feliz a mi mamá, pero cubre demasiado. Tienes el cuerpo. Presúmelo en el día de tu boda.
Rachel se sonrojó y me acordé de otra razón por la que mi hermana la amaba.
Era tan completamente ciega al hecho de que era hermosa.
Cada vez que le decía un cumplido, toda su cara roja se sonrojaría como si no lo creyera o no supiera cómo manejar la situación.
—También me gustó ese. Me preocupaba que la parte delantera corta fuera demasiado. Tu mamá quiere que nos casemos en la iglesia. ¿Puedo usar un vestido corto como ese?
Mi mamá se metía mucho en esta boda.
Rachel no tenía una mamá para opinar, y su hermana mayor no era una opción para ayudar a decidir nada sobre la boda.
El hecho de que Spencer estuviera viviendo con mi papá y su hija lo hacía raro.
Además, Rachel y su hermana no eran muy cercanas.
Es por eso que Quinn me dijo que hiciera esto con Rachel y que cuando pudiera la ayudara a ella con su vestido.
—Pensé que querías casarte en la playa. Creo que es el vestido perfecto para una boda de playa.
Rachel hizo girar uno de sus largos mechones de cabello alrededor de su dedo.
—Bueno, quiero. Pero tu mamá quiere que nos casemos en una iglesia. No quería molestarla. Ha tenido mucho con lo que tratar. Y a Quinny no le importa. Sólo quiere casarse.
Rachel iba a tener que aprender a alzarse contra mi mamá, o mamá le pasaría por encima.
Mamá amaba planear y estar a cargo.
A Rachel le entusiasmaba tanto complacerla que la dejaba. No iba a permitir que eso pasara.
—Si quieres una boda en la playa, entonces ten una boda en la playa. Esta no es la boda de mi mamá. Ella no tiene que planear esto. No dejaré que planee la mía, ya puedo decírtelo. No puedes dejar que empiece a controlar tus decisiones. Lo hará siempre. Demonios, incluso nombrará a tus hijos por ti. Esta es tu vida. Quinn es tuya. No de ella. Es una chica grande y es tuya. Tomas las decisiones. Ese vestido te queda maravilloso. A Quinn le encantará. Haz tu boda en la playa y viste tu vestido increíblemente caliente
Rachel sonrió y mordió su labio inferior, entonces asintió.
—Tienes razón. No debería hacer lo que otros quieren en el día de mi boda. Esto es sobre Quinn y yo. Nadie más.
Sentí una oleada de orgullo en mi pecho porque la había convencido de seguir a su corazón.
Hacer lo que quería.
Asentí y volví a sentarme en la silla y crucé las piernas mientras esperaba que fuera a probarse de nuevo el vestido que nos había encantado.
Mi teléfono sonó con un tono corto, dejándome saber que tenía un mensaje. Lo alcancé de mi bolso y lo saqué.
En vez de ir ahí este fin de semana, ¿qué dirías de cenar en Nueva York?
¿De qué hablaba?
¿Me había enviado un mensaje cuando quería mandárselo a otra persona?
No vivía en ningún sitio cerca de Nueva York.
Creo que mandaste el mensaje a la persona equivocada :)
Eso fue incómodo.
Especialmente desde que él había mencionado que venía a verme este fin de semana.
Debe de haber hecho planes con más de una chica.
Estoy seguro que le he mandado el mensaje exactamente a quién quería hacerlo. No me ofrezco normalmente a pedirle a mi hermana su jet para llevar a chicas en citas. Sólo por las que son especiales.
Oh.
¿Quería llevarme volando a Nueva York para cenar?
¿De verdad?
¿Cómo le contestaba a eso?
Sabía que Marley había hecho este tipo de cosas todo el tiempo el año pasado mientras terminaba el instituto en Sea Breeze y Kitty recorría el país.
Pero Sam y yo tuvimos una cita.
Esto parecía como una gran cosa para una segunda cita.
El silencio no es prometedor.
Sólo me sorprendió. No sé qué decir.
“Sí” sería una buena opción.
Me reí ante su respuesta rápida.
Me gustaba este chico.
—¿Quién te tiene sonriendo así al teléfono?—preguntó Rachel con una sonrisa en su cara mientras salía del probador en el vestido que sabía que estaba hecho para ella.
—Sam Evans —contesté.
Rachel levantó las cejas.
—Saliendo con una celebridad.
—En realidad no es una celebridad. Simplemente es pariente de Kitty.
Rachel se rió y subió a la plataforma en frente de los espejos.
—Seh, diría que ser el hermano de la estrella favorita del mundo lo hace una celebridad.
¿Puedo pensármelo?
No estaba lista para decir sí.
Claro, me sentía enfadada con Santana por la otra noche en la playa.
No nos habíamos cruzado desde entonces, pero no podía simplemente sacarla de mi cabeza.
Una vez que la rabia se hubo esfumado, recordaba su cara triste. La desesperación en sus ojos.
Esas cosas me hacían querer perseguirla y preguntarle por qué.
Claro. Déjame saber cuándo estés lista.
[b]Gracias.
—Entonces, ¿Qué te está diciendo?—preguntó Rachel.
—Quiere que salga con él pronto.
—¿Y vas a ir?
Me encogí de hombros.
No estaba segura.
Todo dependía de Santana.
Todo dependía de ella.
Si de alguna manera me perdía algo que necesitaba saber, no quería simplemente alejarme sin saber los hechos.
—Quizás. No es seguro. Necesito pensarlo.
Rachel asintió.
—Buena idea. Salir con él te pondrá en el centro de atención. Imagino que eso no es siempre divertido.
Sabía por la experiencia de Marley que no era divertido para nada. Ella todavía se acostumbraba a eso.
Pero quería cambiar el tema.
No nos encontrábamos aquí para discutir mi vida amorosa, sino para encontrar el vestido perfecto para Rachel.
—Es ese—dije, asintiendo en su dirección en el espejo.
Rachel se volvió para mirarse en el espejo.
—Sí, creo que estás en lo cierto.
—Quinn será un charco a tus pies.
Rachel me sonrió.
—Ahora. Necesitamos encontrarte el vestido perfecto. ¿Crees que Sam querría venir? ¿Debería de enviarle una invitación por ti?
No había pensado en eso antes.
¿Estaríamos Sam y yo hablando para entonces?
Era muy posible que hubiera pasado a otra modelo para ese punto.
Me encogí de hombros y enderecé la cola de su vestido. Se hallaba cubierto de diminutas perlas y pesaba una tonelada.
El hecho de que no había mucho del resto del vestido, lo compensaba por la extravagancia de la cola.
—Entonces, ¿quieres o no?—preguntó Rachel.
Me di cuenta de que aún no había contestado la pregunta de Sam y la boda.
Marley y Kitty vendrían, así que ¿por qué no invitar al hermano de Kitty?
Incluso si no estábamos saliendo entonces, estoy segura de que aún seríamos amigos.
—Claro. Envíale una invitación.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
san san san,... a ver si cumple y "no molesta a britt"?
bueno britt esta haciendo lo que dice.. en serio con sam!! pero bue!!
nos vemos!!!
san san san,... a ver si cumple y "no molesta a britt"?
bueno britt esta haciendo lo que dice.. en serio con sam!! pero bue!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
no me gusta sam, pero no veo como santana y britt pudieran estar juntas, san no habla y britt no trata de entenderla!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Haber cuanto tiempo dura esta separación y pues creo que el haberlo invitado a la boda mas adelante complicara las cosas
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
san san san,... a ver si cumple y "no molesta a britt"?
bueno britt esta haciendo lo que dice.. en serio con sam!! pero bue!!
nos vemos!!!
Hola lu, pff la vrdd no lo creo, pero kizas me equivo... nah! solo palabras jajajaajaj. Bn ai por la rubia, ella al menos si lo intenta y no son solo palabras... XD de algo q sirva ese, no¿? Saludos =D
micky morales escribió:no me gusta sam, pero no veo como santana y britt pudieran estar juntas, san no habla y britt no trata de entenderla!!!!!
Hola, ni a mi la vrdd... jamás! Se ve complicado, no¿? PFf san es especialista es eso ¬¬ y con britt lo entiendo más xq como hacerlo xD Saludos =D
JVM escribió:Haber cuanto tiempo dura esta separación y pues creo que el haberlo invitado a la boda mas adelante complicara las cosas
Hola, espero y poco la vrdd, pero x la morena. Q haga algo para solucionar las cosas ajjajaaj. Yo tmbn, pero ahora parece una buena opción, no¿? =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 11
Capitulo 11
Santana
Esta noche Jackdown no iba a tocar.
Era una noche country. Alguna banda de country de Tennessee se encontraba en el escenario.
Eran buenos con los covers que tocaban, pero sus canciones originales también eran muy impresionantes.
Quinn regresó con una cerveza.
Era muy raro encontrarla sin Rachel en estos días. Cuando me llamó y quería reunirse conmigo en Live Bay por unos tragos, me sorprendí.
Entonces explicó que Rachel y Brittany estarían comprando el vestido de bodas.
Eso lo explicaba.
Quinn rara vez iba a algún lugar sin Rachel.
—¿Has visto a Brittany por el campus otra vez?—preguntó Quinn antes de tomar un trago de su cerveza.
—Sí. Tenemos cálculo juntas.
Esa era la única respuesta que recibiría.
No quería hablar de Brittany con la ojiverde. Vería a través de mí demasiado rápido. Luego me daría una paliza.
—Nunca le diría esto, pero estoy tan contenta de que no fue a Auburn. Quiero disfrutar de estas cosas, como planear la boda con Rach y ella habría estado preocupada por Brittany todo el tiempo. Sin saber si alguna persona se aprovechaba de ella o se encontraba segura. De esta manera puedo disfrutar con Rach y mantener un ojo en Brittany en caso que me necesite.
Casi me atraganté con mi cerveza.
No había pensado en que sea inseguro para ella estar tan lejos en la universidad.
He estado tan ansiosa por alejarla de mí, que no consideré que Auburn podría ser peligroso para ella.
De repente, me encontraba aliviada de que no se hubiera ido.
Yo podría ser mala para ella, pero seguro como el infierno que no dejaría que alguien la lastimara.
Mierda.
Ahora no iba a ser capaz de mirarla irse el otro año.
¿Por qué tuvo que hacerme pensar sobre esto?
—¿Por qué estás tan enfurruñada?—preguntó Quinn, rompiendo mis pensamientos.
—Lo siento. Sólo pensaba en una tarea. Tengo un montón por hacer.
Quinn se rió entre dientes.
—¿Todavía no has encontrado a unas cuantas chicas para que las hagan por ti? ¿Santana López está perdiendo su encanto? Di que no es así.
Normalmente, no hago mi tarea.
Conseguía chicas en mi clase que lo hacían. Coquetearía lo suficiente para mantenerlas felices y quizás follarlas por ahí al final del semestre. Lo había estado haciendo desde la secundaria.
Especialmente cuando terminaba el semestre y tenía un momento difícil para decepcionar a las chicas.
Este era un drama para el que no me sentía de humor.
Desde que tuve mis manos y boca en el cuerpo de Brittany, mis pensamientos se han centrado en ella. Era duro concentrarse en alguien más.
—Este año decidí reducir el drama —expliqué.
Quinn dejó salir un silbido bajo.
—Nunca pensé que te oiría decir eso.
No podía decirle todo sobre la chica que me tenía enredada.
La escuché hablar sin parar sobre Rachel cuando entró en su vida. Pero ahora había alguien que me volvía loca y no podía hablarle de eso. No podía emborracharme en frente de Quinn y derramar mis entrañas.
No si quiero vivir.
Me mataría.
No tenía ninguna duda.
—Oye, Santana. Ha pasado un tiempo. ¿Dónde te has estado escondiendo?
Una rubia con un par de grandes tetas falsas se deslizó a mi lado y recorrió su mano por mi pecho.
Sí.
Probablemente he dormido con esta.
Tenía todos los síntomas y estaba bastante cómoda tocándome.
—He estado ocupada—dije con una sonrisa forzada.
—Bueno, te he extrañado. Ven, baila conmigo—ronroneó en mi oreja.
Comencé a rechazarla cuando vi a Quinn observándome. Esperaba que dijera sí.
Eso es lo que normalmente haría.
Ella sería un acostón fácil. Era bastante caliente.
Si le dijera que no, entonces Quinn comenzaría a hacerme preguntas. No quería que hiciera preguntas.
Me conocía demasiado bien.
Si dijera cualquier cosa, se daría cuenta que estaba atada a su hermana y estaría furiosa.
Tenía que bailar con esta chica. No tenia que follarla. Sólo bailar con ella.
Actuar un poco como mi vieja yo, para que así nadie se preguntara por mi repentino cambio.
Además, no tenía que ser fiel a Brittany.
No tenía ni una oportunidad de siquiera tener una relación con ella. Ahora mantendría su distancia.
La empujé demasiado lejos la otra noche.
Me levanté y coloqué mi mano en su espalda baja, y la llevé a la pista de baile antes de que Quinn pudiera notar que no me interesaba en absoluto.
Brittany
Seguí a Rachel hacia Live Bay.
Quinn le había enviado un mensaje y ella le dijo que me traería aquí. Mi hermana la esperaba mientras bebía algunos tragos con Santana. Lo cual era el por qué yo también vine.
Sólo necesitaba ver su rostro otra vez antes de que respondiera al mensaje de texto de Sam.
Santana era como una droga de la cual parecía no poder alejarme.
—Ahí está Quinny—dijo Rachel, caminando a través de la multitud hacia la mesa que ocupaban siempre.
Nadie más se encontraba en la mesa a excepción de Quinn, lo cual era raro. Normalmente, uno de los otros se encontraba aquí. Sabía que Santana estaba aquí.
Quinn le había enviado un mensaje a Rachel. Si no se hallaba en la mesa o en el bar, entonces estaba con una chica.
Rechacé echar un vistazo a la pista de baile.
Todavía no.
Primero necesitaba componerme.
—Hola, bebé—Quinn le sonrió a Rachel y se levantó para llevarla hacia sus brazos.
Inmediatamente comenzó el besuqueo.
No quería mirar a mi hermana meter su lengua en la boca de alguien, así que tomé asiento y mentalmente me debatí si debía o no buscar a Santana.
¿Y si se follaba a una chica?
¿Podría manejarlo?
Es decir, no tenía ningún control sobre ella, pero, ¿dolería tanto?
Sí, probablemente.
—Te extrañé—dijo Quinn, retrocediendo de su ataque contra el rostro de Rachel.
—Yo también te extrañé, pero tengo un vestido que creo que te va a gustar mucho—respondió y luego me echó un vistazo—No sé como manejaría todo esto sin Brittany. Estoy tan feliz de que no se fuera.
Quinn giró su atención hacia mí y guiñó.
—Estoy feliz que de esté aquí.
—Nosotras, uh hoy hablamos sobre el lugar de la boda y Brittany dijo que deberíamos hacerla donde desee. No debo permitirle a tu mamá convencerme de lo contrario.
Quinn frunció el ceño y giró para mirar fijamente a Rachel.
—Tiene razón. Esta es nuestra boda. Pensé que te gustaba la idea de la iglesia de mamá, pero si no quieres, entonces dímelo. Nos casaremos donde quieras.
Esa era mi hermana.
Era perfecta.
Personas como ella eran difíciles de encontrar.
—Deseo casarme en la playa —le dijo.
—Entonces será así. Le diré a mamá que cancele la iglesia y comenzaremos a buscar casas de playa para alquilar.
Rachel chilló, agarró su rostro y empezó a besarla otra vez. Aparté mi atención de ellas y miré hacia la pista de baile.
No me tomó mucho tiempo encontrar a Santana.
Su cabello negro siempre en punta. La chica casi desnuda con la que bailaba también tenía su peinado.
Sabía que debería alejar mi mirada, pero no podía.
Quería verla con alguien más.
Sabía que ella me trató diferente, pero deseaba ver exactamente cuán diferente.
La chica recorrió sus manos a través de su cabello, y si Santana la dejaba, estaba segura que follaría su pierna.
No podían estar más cerca.
Cuando atrajo su cabeza para encontrarse con sus labios, moví de un tirón mi mirada.
No quería ver eso.
—¿Quieres una coca cola, Brittany?—preguntó Quinn, y le di un vistazo dándome cuenta de que ella y Rachel se sentaron y no se besaban.
Tenía más ganas de irme, pero decidí quedarme y observar a Santana con otra chica podría ser lo que necesitaba para sacarlo de mi sistema.
—Sí, gracias—respondí.
—¿Dónde están los demás?—preguntó Rachel.
Quinn asintió hacia la pista de baile.
—Santana está bailando. Artie está en camino. Mike y Tina están pasando el rato fuera. Emily y Hanna probablemente en el departamento de Emily, donde siempre están últimamente.
Rachel se rió.
—Déjalas solas. Me encanta ver así a Emily. Es tan feliz.
—Confía en mí, bebé, a mí también me encanta verla obsesionada con alguien más. Se me hace más fácil respirar.
Rachel rodó los ojos.
Cuando terminó la canción, volví a mirar hacia la pista de baile para ver a Santana caminando hacia nosotras con la chica siguiéndolo de cerca.
Al menos no la tocaba.
Normalmente, Santana tenía sus manos por todas partes en el cuerpo de las chicas con las que tonteaba.
Su concentración se hallaba en mí y me sentí extremadamente agradecida de que la espalda de Quinn no daba a la pista de baile.
La camarera colocó un portavasos y mi coca cola en la mesa en frente de mí. Aparté la mirada de Santana y tomé un trago de soda fría.
—Hola, Rach—dijo una vez que llegó a la mesa—Brittany.
No levanté la mirada hacia ella. Simplemente contesté “hola” y seguí bebiendo.
—Hola, Santana—dijo Rachel efusivamente—, Todavía no te he visto en el campus. No debimos tener clases juntas.
—Supongo que no—respondió.
—Quiero una cerveza—dijo la chica mientras tomaba el asiento vacío a mi lado—Hola, soy Dani—tomó todo mi control no empujarla del taburete.
—Brittany. Es un gusto conocerte—respondí.
La amabilidad fue entrenada en mí. Mi mamá la había perforado en mi cabeza.
Podía sentir los ojos de Santana en mí. Me observaba.
¿Pensó que sería grosera con ella?
¿Sólo porque eligió follarla esta noche en lugar de a mí?
Tendría que disgustarme la ciudad entera si ese fuera el caso. Se ha costado con la mayoría de las mujeres aquí.
—Oh, eres la hermanita de Quinn. Recuerdo verte con Marley Rose.
¿Conocía a Marley?
—¿Cómo conoces a Marley?
Porque ella no era el tipo de amigas de Marley.
—No la conozco. Sé de ella. Soy una gran fan de Kitty Wilde.
Eso tenía más sentido.
—Brittany está saliendo con el hermano de Kitty—canturreó Rachel, sonriendo brillantemente.
—¿Sí?—preguntó la chica con voz incrédula.
—No, en realidad no—contesté, sacudiendo la cabeza y deseándole a Dios que Rachel se callara.
—Él lo está intentando mucho. Hoy le envió mensajes de texto y la hizo sonreír terriblemente.
Esta era mi señal para irme.
Alcancé mi cartera y no hice contacto visual con nadie.
—¿Sam Evans sigue contactándote? ¿No se fue con Marley y Kitty?—preguntó Quinn con curiosidad.
Mierda.
No iba a conseguir salir de esto.
—¿Sigues hablando con Sam?—preguntó Santana, para mi sorpresa.
No esperaba que hiciera comentarios en esta conversación.
No con Quinn aquí.
Miré a Quinn para responder. No miraría a Santana.
Estos no eran sus asuntos.
—Sip, está en Los Ángeles. Sólo quiere ver si podemos encontrarnos de nuevo alguna vez.
Rachel cubrió su risa con una tos. Le di una mirada rogándole por favor que no dijera nada más. Entendió y asintió.
—¿Quiere salir contigo?—dijo esa chica, Dani—Su imagen está plasmada en todos los lugares con modelos y actrices—el tono de incredulidad de su voz era muy chirriante para mis nervios.
Sabía que no podía competir exactamente con su elección normal de mujeres, pero asombrosamente, a Sam Evans le gustaba algo en mí.
Incluso si Santana López no me deseaba.
—Tengo que irme. Tengo que escribir un trabajo y comprobar a mamá—dije, levantándome.
—Lo siento. No debería haberlo mencionado. No te vayas por mi gran boca—Rachel sonaba preocupada.
Le sonreí de modo tranquilizador.
—En serio, no quería venir y quedarme. Sólo iba a saludar a todo el mundo. Ahora Santana puede tener mi asiento—le eché un vistazo a ella.
—Muchas gracias por hoy. Fuiste de mucha ayuda y me divertí contigo—dijo Rachel, levantándose y dándome un abrazo.
—Me encantó—contesté y la abracé. Luego di un paso atrás y miré a todas en la mesa, incluyendo a Santana, quien se encontraba parada al otro lado de Dani, mirándome—Hasta luego—agité la mano, luego giré y me dirigí a la puerta.
No podía salir de aquí lo suficiente rápido.
Esto fue una mala idea.
No volvería aquí.
No por un tiempo.
Pretender que Santana no era una mujeriega era más fácil cuando no tenía que presenciarlo.
Esta noche era un recordatorio que necesitaba, pero quería olvidar.
—Britt—gritó la voz de Santana detrás de mí en el momento que toque la manija de mi coche.
¿Qué hacía?
Podía fingir que no la escuché, abrir la puerta del auto, entrar y conducir lejos.
O podía ver lo que lo hizo correr aquí para hablar conmigo.
Mi indecisión sólo le dio tiempo para alcanzarme. Mi plan de escape no fue posible.
—¿Qué es lo que quieres?—pregunté, levantando la mirada hasta encontrar la suya.
Sacudió la cabeza y la mirada triste y confusa se encontraba otra vez en sus ojos.
Maldita sea. Odiaba esa mirada.
—¿Vas a verlo de nuevo?
Esto era por Sam.
¿En serio?
—Probablemente—respondí y abrí de un tirón mi puerta.
—Espera, no—se acercó más a mí y bloqueó mi entrada al coche.
—¿Qué estás haciendo?
Mi impaciencia aumentaba.
Regresó a ser fría y caliente.
No podía soportarlo.
—¿Quieres verlo?
¿Qué era esto?
¿Quería saber si lo deseaba?
¿Nada más?
Le gustaba que la inocente, estúpida Brittany estuviera jadeando detrás de ella.
Bueno, podía besar mi trasero.
Se terminó.
Y ya no era inocente, gracias a ella.
—Sí, Santana. Quiero verlo. Le gusto. Quiere estar cerca de mí. No me aleja.
Santana se acercó más y su expresión preocupada se tornó en un ceño fruncido.
—¿Qué tan lejos ha llegado, Britt? ¿Te ha tocado?
Esto no ocurría.
Soñaba esta locura.
Santana no podía ser posesiva conmigo cuando no me deseaba.
—Muévete, Santana. Terminé con esto. No puedo hacerlo más.
Santana me agarró la cintura y me atrajo hacia ella.
—Lamento no poder ser quien necesitas.
Unas cuantas semanas atrás, deseaba probarle que podía cambiar. Había creído que era la chica que la cambiaría.
Pero ahora lo sabía.
Ni siquiera podía disfrutar de tocarme sobria.
No la cambiaría.
—Está bien. Lo entiendo. Ahora muévete. Quiero ir a casa—le empujé el pecho pero no se inmutó.
—Quiero cambiar. Me haces querer cambiar todo pero no puedo.
Dejé salir un suspiro pesado antes de volver a mirarla.
—Lo sé. Un día vendrá alguien y cambiarás por ella. Será la única persona sin la que no puedas vivir y será más importante que cualquier persona y todo lo demás. Cuando pase eso, cambiarás. No soy ella. Ahora, por favor, déjame irme a casa. Hemos terminado.
Santana apretó los dientes y sacudió la cabeza como si estuviera evitando decir algo, luego tomó una respiración larga antes de alejarse de la puerta de mi coche y dejarme entrar.
Se quedó parada, observándome mientras cerré la puerta. Me retiré del estacionamiento y seguía ahí parada mirándome.
Una vez que salí a la carretera, eché un vistazo por el espejo retrovisor y seguía ahí.
Hace una semana habría dado reversa y vuelto a ella. Pero ahora lo sabía mejor.
Simplemente me echaría después de que tratara de que funcionara conmigo y no pudiera lograrlo.
Era una noche country. Alguna banda de country de Tennessee se encontraba en el escenario.
Eran buenos con los covers que tocaban, pero sus canciones originales también eran muy impresionantes.
Quinn regresó con una cerveza.
Era muy raro encontrarla sin Rachel en estos días. Cuando me llamó y quería reunirse conmigo en Live Bay por unos tragos, me sorprendí.
Entonces explicó que Rachel y Brittany estarían comprando el vestido de bodas.
Eso lo explicaba.
Quinn rara vez iba a algún lugar sin Rachel.
—¿Has visto a Brittany por el campus otra vez?—preguntó Quinn antes de tomar un trago de su cerveza.
—Sí. Tenemos cálculo juntas.
Esa era la única respuesta que recibiría.
No quería hablar de Brittany con la ojiverde. Vería a través de mí demasiado rápido. Luego me daría una paliza.
—Nunca le diría esto, pero estoy tan contenta de que no fue a Auburn. Quiero disfrutar de estas cosas, como planear la boda con Rach y ella habría estado preocupada por Brittany todo el tiempo. Sin saber si alguna persona se aprovechaba de ella o se encontraba segura. De esta manera puedo disfrutar con Rach y mantener un ojo en Brittany en caso que me necesite.
Casi me atraganté con mi cerveza.
No había pensado en que sea inseguro para ella estar tan lejos en la universidad.
He estado tan ansiosa por alejarla de mí, que no consideré que Auburn podría ser peligroso para ella.
De repente, me encontraba aliviada de que no se hubiera ido.
Yo podría ser mala para ella, pero seguro como el infierno que no dejaría que alguien la lastimara.
Mierda.
Ahora no iba a ser capaz de mirarla irse el otro año.
¿Por qué tuvo que hacerme pensar sobre esto?
—¿Por qué estás tan enfurruñada?—preguntó Quinn, rompiendo mis pensamientos.
—Lo siento. Sólo pensaba en una tarea. Tengo un montón por hacer.
Quinn se rió entre dientes.
—¿Todavía no has encontrado a unas cuantas chicas para que las hagan por ti? ¿Santana López está perdiendo su encanto? Di que no es así.
Normalmente, no hago mi tarea.
Conseguía chicas en mi clase que lo hacían. Coquetearía lo suficiente para mantenerlas felices y quizás follarlas por ahí al final del semestre. Lo había estado haciendo desde la secundaria.
Especialmente cuando terminaba el semestre y tenía un momento difícil para decepcionar a las chicas.
Este era un drama para el que no me sentía de humor.
Desde que tuve mis manos y boca en el cuerpo de Brittany, mis pensamientos se han centrado en ella. Era duro concentrarse en alguien más.
—Este año decidí reducir el drama —expliqué.
Quinn dejó salir un silbido bajo.
—Nunca pensé que te oiría decir eso.
No podía decirle todo sobre la chica que me tenía enredada.
La escuché hablar sin parar sobre Rachel cuando entró en su vida. Pero ahora había alguien que me volvía loca y no podía hablarle de eso. No podía emborracharme en frente de Quinn y derramar mis entrañas.
No si quiero vivir.
Me mataría.
No tenía ninguna duda.
—Oye, Santana. Ha pasado un tiempo. ¿Dónde te has estado escondiendo?
Una rubia con un par de grandes tetas falsas se deslizó a mi lado y recorrió su mano por mi pecho.
Sí.
Probablemente he dormido con esta.
Tenía todos los síntomas y estaba bastante cómoda tocándome.
—He estado ocupada—dije con una sonrisa forzada.
—Bueno, te he extrañado. Ven, baila conmigo—ronroneó en mi oreja.
Comencé a rechazarla cuando vi a Quinn observándome. Esperaba que dijera sí.
Eso es lo que normalmente haría.
Ella sería un acostón fácil. Era bastante caliente.
Si le dijera que no, entonces Quinn comenzaría a hacerme preguntas. No quería que hiciera preguntas.
Me conocía demasiado bien.
Si dijera cualquier cosa, se daría cuenta que estaba atada a su hermana y estaría furiosa.
Tenía que bailar con esta chica. No tenia que follarla. Sólo bailar con ella.
Actuar un poco como mi vieja yo, para que así nadie se preguntara por mi repentino cambio.
Además, no tenía que ser fiel a Brittany.
No tenía ni una oportunidad de siquiera tener una relación con ella. Ahora mantendría su distancia.
La empujé demasiado lejos la otra noche.
Me levanté y coloqué mi mano en su espalda baja, y la llevé a la pista de baile antes de que Quinn pudiera notar que no me interesaba en absoluto.
Brittany
Seguí a Rachel hacia Live Bay.
Quinn le había enviado un mensaje y ella le dijo que me traería aquí. Mi hermana la esperaba mientras bebía algunos tragos con Santana. Lo cual era el por qué yo también vine.
Sólo necesitaba ver su rostro otra vez antes de que respondiera al mensaje de texto de Sam.
Santana era como una droga de la cual parecía no poder alejarme.
—Ahí está Quinny—dijo Rachel, caminando a través de la multitud hacia la mesa que ocupaban siempre.
Nadie más se encontraba en la mesa a excepción de Quinn, lo cual era raro. Normalmente, uno de los otros se encontraba aquí. Sabía que Santana estaba aquí.
Quinn le había enviado un mensaje a Rachel. Si no se hallaba en la mesa o en el bar, entonces estaba con una chica.
Rechacé echar un vistazo a la pista de baile.
Todavía no.
Primero necesitaba componerme.
—Hola, bebé—Quinn le sonrió a Rachel y se levantó para llevarla hacia sus brazos.
Inmediatamente comenzó el besuqueo.
No quería mirar a mi hermana meter su lengua en la boca de alguien, así que tomé asiento y mentalmente me debatí si debía o no buscar a Santana.
¿Y si se follaba a una chica?
¿Podría manejarlo?
Es decir, no tenía ningún control sobre ella, pero, ¿dolería tanto?
Sí, probablemente.
—Te extrañé—dijo Quinn, retrocediendo de su ataque contra el rostro de Rachel.
—Yo también te extrañé, pero tengo un vestido que creo que te va a gustar mucho—respondió y luego me echó un vistazo—No sé como manejaría todo esto sin Brittany. Estoy tan feliz de que no se fuera.
Quinn giró su atención hacia mí y guiñó.
—Estoy feliz que de esté aquí.
—Nosotras, uh hoy hablamos sobre el lugar de la boda y Brittany dijo que deberíamos hacerla donde desee. No debo permitirle a tu mamá convencerme de lo contrario.
Quinn frunció el ceño y giró para mirar fijamente a Rachel.
—Tiene razón. Esta es nuestra boda. Pensé que te gustaba la idea de la iglesia de mamá, pero si no quieres, entonces dímelo. Nos casaremos donde quieras.
Esa era mi hermana.
Era perfecta.
Personas como ella eran difíciles de encontrar.
—Deseo casarme en la playa —le dijo.
—Entonces será así. Le diré a mamá que cancele la iglesia y comenzaremos a buscar casas de playa para alquilar.
Rachel chilló, agarró su rostro y empezó a besarla otra vez. Aparté mi atención de ellas y miré hacia la pista de baile.
No me tomó mucho tiempo encontrar a Santana.
Su cabello negro siempre en punta. La chica casi desnuda con la que bailaba también tenía su peinado.
Sabía que debería alejar mi mirada, pero no podía.
Quería verla con alguien más.
Sabía que ella me trató diferente, pero deseaba ver exactamente cuán diferente.
La chica recorrió sus manos a través de su cabello, y si Santana la dejaba, estaba segura que follaría su pierna.
No podían estar más cerca.
Cuando atrajo su cabeza para encontrarse con sus labios, moví de un tirón mi mirada.
No quería ver eso.
—¿Quieres una coca cola, Brittany?—preguntó Quinn, y le di un vistazo dándome cuenta de que ella y Rachel se sentaron y no se besaban.
Tenía más ganas de irme, pero decidí quedarme y observar a Santana con otra chica podría ser lo que necesitaba para sacarlo de mi sistema.
—Sí, gracias—respondí.
—¿Dónde están los demás?—preguntó Rachel.
Quinn asintió hacia la pista de baile.
—Santana está bailando. Artie está en camino. Mike y Tina están pasando el rato fuera. Emily y Hanna probablemente en el departamento de Emily, donde siempre están últimamente.
Rachel se rió.
—Déjalas solas. Me encanta ver así a Emily. Es tan feliz.
—Confía en mí, bebé, a mí también me encanta verla obsesionada con alguien más. Se me hace más fácil respirar.
Rachel rodó los ojos.
Cuando terminó la canción, volví a mirar hacia la pista de baile para ver a Santana caminando hacia nosotras con la chica siguiéndolo de cerca.
Al menos no la tocaba.
Normalmente, Santana tenía sus manos por todas partes en el cuerpo de las chicas con las que tonteaba.
Su concentración se hallaba en mí y me sentí extremadamente agradecida de que la espalda de Quinn no daba a la pista de baile.
La camarera colocó un portavasos y mi coca cola en la mesa en frente de mí. Aparté la mirada de Santana y tomé un trago de soda fría.
—Hola, Rach—dijo una vez que llegó a la mesa—Brittany.
No levanté la mirada hacia ella. Simplemente contesté “hola” y seguí bebiendo.
—Hola, Santana—dijo Rachel efusivamente—, Todavía no te he visto en el campus. No debimos tener clases juntas.
—Supongo que no—respondió.
—Quiero una cerveza—dijo la chica mientras tomaba el asiento vacío a mi lado—Hola, soy Dani—tomó todo mi control no empujarla del taburete.
—Brittany. Es un gusto conocerte—respondí.
La amabilidad fue entrenada en mí. Mi mamá la había perforado en mi cabeza.
Podía sentir los ojos de Santana en mí. Me observaba.
¿Pensó que sería grosera con ella?
¿Sólo porque eligió follarla esta noche en lugar de a mí?
Tendría que disgustarme la ciudad entera si ese fuera el caso. Se ha costado con la mayoría de las mujeres aquí.
—Oh, eres la hermanita de Quinn. Recuerdo verte con Marley Rose.
¿Conocía a Marley?
—¿Cómo conoces a Marley?
Porque ella no era el tipo de amigas de Marley.
—No la conozco. Sé de ella. Soy una gran fan de Kitty Wilde.
Eso tenía más sentido.
—Brittany está saliendo con el hermano de Kitty—canturreó Rachel, sonriendo brillantemente.
—¿Sí?—preguntó la chica con voz incrédula.
—No, en realidad no—contesté, sacudiendo la cabeza y deseándole a Dios que Rachel se callara.
—Él lo está intentando mucho. Hoy le envió mensajes de texto y la hizo sonreír terriblemente.
Esta era mi señal para irme.
Alcancé mi cartera y no hice contacto visual con nadie.
—¿Sam Evans sigue contactándote? ¿No se fue con Marley y Kitty?—preguntó Quinn con curiosidad.
Mierda.
No iba a conseguir salir de esto.
—¿Sigues hablando con Sam?—preguntó Santana, para mi sorpresa.
No esperaba que hiciera comentarios en esta conversación.
No con Quinn aquí.
Miré a Quinn para responder. No miraría a Santana.
Estos no eran sus asuntos.
—Sip, está en Los Ángeles. Sólo quiere ver si podemos encontrarnos de nuevo alguna vez.
Rachel cubrió su risa con una tos. Le di una mirada rogándole por favor que no dijera nada más. Entendió y asintió.
—¿Quiere salir contigo?—dijo esa chica, Dani—Su imagen está plasmada en todos los lugares con modelos y actrices—el tono de incredulidad de su voz era muy chirriante para mis nervios.
Sabía que no podía competir exactamente con su elección normal de mujeres, pero asombrosamente, a Sam Evans le gustaba algo en mí.
Incluso si Santana López no me deseaba.
—Tengo que irme. Tengo que escribir un trabajo y comprobar a mamá—dije, levantándome.
—Lo siento. No debería haberlo mencionado. No te vayas por mi gran boca—Rachel sonaba preocupada.
Le sonreí de modo tranquilizador.
—En serio, no quería venir y quedarme. Sólo iba a saludar a todo el mundo. Ahora Santana puede tener mi asiento—le eché un vistazo a ella.
—Muchas gracias por hoy. Fuiste de mucha ayuda y me divertí contigo—dijo Rachel, levantándose y dándome un abrazo.
—Me encantó—contesté y la abracé. Luego di un paso atrás y miré a todas en la mesa, incluyendo a Santana, quien se encontraba parada al otro lado de Dani, mirándome—Hasta luego—agité la mano, luego giré y me dirigí a la puerta.
No podía salir de aquí lo suficiente rápido.
Esto fue una mala idea.
No volvería aquí.
No por un tiempo.
Pretender que Santana no era una mujeriega era más fácil cuando no tenía que presenciarlo.
Esta noche era un recordatorio que necesitaba, pero quería olvidar.
—Britt—gritó la voz de Santana detrás de mí en el momento que toque la manija de mi coche.
¿Qué hacía?
Podía fingir que no la escuché, abrir la puerta del auto, entrar y conducir lejos.
O podía ver lo que lo hizo correr aquí para hablar conmigo.
Mi indecisión sólo le dio tiempo para alcanzarme. Mi plan de escape no fue posible.
—¿Qué es lo que quieres?—pregunté, levantando la mirada hasta encontrar la suya.
Sacudió la cabeza y la mirada triste y confusa se encontraba otra vez en sus ojos.
Maldita sea. Odiaba esa mirada.
—¿Vas a verlo de nuevo?
Esto era por Sam.
¿En serio?
—Probablemente—respondí y abrí de un tirón mi puerta.
—Espera, no—se acercó más a mí y bloqueó mi entrada al coche.
—¿Qué estás haciendo?
Mi impaciencia aumentaba.
Regresó a ser fría y caliente.
No podía soportarlo.
—¿Quieres verlo?
¿Qué era esto?
¿Quería saber si lo deseaba?
¿Nada más?
Le gustaba que la inocente, estúpida Brittany estuviera jadeando detrás de ella.
Bueno, podía besar mi trasero.
Se terminó.
Y ya no era inocente, gracias a ella.
—Sí, Santana. Quiero verlo. Le gusto. Quiere estar cerca de mí. No me aleja.
Santana se acercó más y su expresión preocupada se tornó en un ceño fruncido.
—¿Qué tan lejos ha llegado, Britt? ¿Te ha tocado?
Esto no ocurría.
Soñaba esta locura.
Santana no podía ser posesiva conmigo cuando no me deseaba.
—Muévete, Santana. Terminé con esto. No puedo hacerlo más.
Santana me agarró la cintura y me atrajo hacia ella.
—Lamento no poder ser quien necesitas.
Unas cuantas semanas atrás, deseaba probarle que podía cambiar. Había creído que era la chica que la cambiaría.
Pero ahora lo sabía.
Ni siquiera podía disfrutar de tocarme sobria.
No la cambiaría.
—Está bien. Lo entiendo. Ahora muévete. Quiero ir a casa—le empujé el pecho pero no se inmutó.
—Quiero cambiar. Me haces querer cambiar todo pero no puedo.
Dejé salir un suspiro pesado antes de volver a mirarla.
—Lo sé. Un día vendrá alguien y cambiarás por ella. Será la única persona sin la que no puedas vivir y será más importante que cualquier persona y todo lo demás. Cuando pase eso, cambiarás. No soy ella. Ahora, por favor, déjame irme a casa. Hemos terminado.
Santana apretó los dientes y sacudió la cabeza como si estuviera evitando decir algo, luego tomó una respiración larga antes de alejarse de la puerta de mi coche y dejarme entrar.
Se quedó parada, observándome mientras cerré la puerta. Me retiré del estacionamiento y seguía ahí parada mirándome.
Una vez que salí a la carretera, eché un vistazo por el espejo retrovisor y seguía ahí.
Hace una semana habría dado reversa y vuelto a ella. Pero ahora lo sabía mejor.
Simplemente me echaría después de que tratara de que funcionara conmigo y no pudiera lograrlo.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
bueno,.. san cumplió su cometido, alejo a britt!!! por que la va a "lastimar"
ahi que seguir adelante, y mal que mal britt lo hizo! a ver cuanto dura??
nos vemos!!!
bueno,.. san cumplió su cometido, alejo a britt!!! por que la va a "lastimar"
ahi que seguir adelante, y mal que mal britt lo hizo! a ver cuanto dura??
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hay no , mas de lo mismo, estas dos ya aburren!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Cada una con ideas que no son pero que por lo pronto las mantienen separadas.... Y pues supongo que Britt aceptara salir con Sam
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
bueno,.. san cumplió su cometido, alejo a britt!!! por que la va a "lastimar"
ahi que seguir adelante, y mal que mal britt lo hizo! a ver cuanto dura??
nos vemos!!!
Hola lu, pff si q lo consiguio ¬¬ y espero este contenta. Pienso igual =/ Si, y si san tanto lo quería la rubo lo hizo... pero interesante pregunta... aquí dejo otro cap para ver si dura o no... Saludos =
micky morales escribió:hay no , mas de lo mismo, estas dos ya aburren!!!!
Hola, jajajajaja xD la vrdd un poco si. Y es más san la vrdd, xq ella es la q da i luego kita ¬¬ quien la puede entender¿? Saludos =D
JVM escribió:Cada una con ideas que no son pero que por lo pronto las mantienen separadas.... Y pues supongo que Britt aceptara salir con Sam
Hola, si, así mismo es... Yo tmbn... y creo q es bueno así san se da cuenta lo q se pierde y consiguio con su actitud la vrdd =/ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 12
Capitulo 12
Santana
Brittany me evitaba y yo dejaba que lo hiciera.
Una de nosotras tenía que ser lo bastante fuerte para evitar que la hiriera.
Ella lo descubrió y ponía un gran alto a cualquier interacción entre nosotras.
No la vi después de que me dejó, observándola irse de Live Bay, hasta la clase de cálculo de la semana siguiente.
Cuando entré en el salón, la encontré de inmediato. Unas cuantas personas la rodeaban y se encontraba sentada en el fondo del aula, en lugar del asiento cerca del frente, donde se sentó la semana pasada.
Chica inteligente.
Tomé asiento en la parte delantera y no volví a mirarla. Sólo me distraería.
El imbécil que había estado mirando su camiseta la semana pasada, hoy se hallaba detrás de ella.
Quería comprobar y asegurarme que no se reclinaba detrás de ella.
Necesitaba mantener los ojos para sí misma.
Me debatía sobre dar la vuelta y comprobarla o mantener mi atención en la pizarra, cuando mi teléfono vibró en mi bolsillo. Lo saqué y vi el nombre de Ryder parpadeando en la pantalla.
Ese era el teléfono de emergencia que le di a mi hermano. También eran pasadas las nueve de la mañana. Él debería estar en la escuela.
Algo andaba mal.
Agarré mis libros y me apresuré a salir del salón de clase.
—¿Ryder?—pregunté mientras me detuve en el pasillo.
—Mamá no vino a casa anoche y Bree tiene una fiebre muy mala. La tuvo toda la noche y usé trapos fríos en su cabeza y le di algo de Tylenol, pero sigue aumentando. No quiere comer y ahora sólo llora muy suave.
Mierda.
Salí corriendo por el estacionamiento.
—Está bien, ve a mojar más trapos y ponlos sobre su piel. Consigue que beba algo de agua con hielo y dile que voy en camino.
Odiaba a mi mamá.
No tenía cualidades salvables.
Si algo le pasaba a Bree por su negligencia, la iba a matar.
—Jake, ve a conseguir un poco de agua con hielo—instruyó Ryder—Voy a mojar más trapos.
—Estaré ahí pronto. Cuídala. Llámame si empeora.
—Lo haré—aseguró Ryder y luego colgó el teléfono.
Desbloqueé el Jeep y abrí la puerta al mismo tiempo que escuché a Brittany llamándome. Mirando hacia atrás, la vi corriendo detrás de mí.
—Santana, espera, ¿qué pasa?—preguntó en una voz con pánico.
—Problemas familiares. Me tengo que ir—le contesté.
Odiaba huir de ella cuando era amable, pero Bree me necesitaba.
Arranqué el Jeep y la puerta del lado del pasajero se abrió y Brittany saltó dentro.
Ah, diablos.
—Britt, no tengo tiempo para esto. Me tengo que ir.
Asintió.
—Sí, tienes que irte—agregó—Vete.
—Entonces sal de mi Jeep—repliqué, frustrada.
—No. Nunca estás ansiosa o preocupada. Nunca. Algo está mal y necesitas ayuda.
Tenía razón, pero no la iba a llevar al remolque de mi mamá.
—Britt, por favor—fui interrumpida por el timbre del teléfono. Mierda—¿Qué?—pregunté, poniendo el Jeep en reversa.
No tenía tiempo para discutir con una mujer obstinada. Mi hermanita me necesitaba.
Este no era el momento para preocuparme por mi orgullo.
¿Entonces, qué si Brittany veía el lugar donde crecí?
¿Por qué me preocupaba?
No era como si estuviera tratando de impresionarla.
—Ella bebió el agua y luego vomitó—dijo Ryder.
La tensión en su voz me decía que se encontraba asustado. Esto no era algo con lo que los niños deberían tener que lidiar.
Ryder tenía que ser el adulto a los once y eso me ponía furiosa.
—Está bien, mantén las toallas frías y ponlas sobre ella. Estaré ahí en cinco minutos.
—Está bien, lo haremos—contestó y colgó.
Dejé caer el teléfono en mi regazo y presioné el gas mientras salía a la carretera.
—Ponte el cinturón de seguridad, Britt.
Podía verla abrochándose el cinturón por el rabillo de mi ojo.
—¿Qué pasa? ¿Quién era?—empezaba a tener pánico.
—Era mi hermano. Mi otro hermano. Tiene once. Bree, mi hermanita, está enferma y mi patética mamá no ha estado en casa toda la noche. Ryder y Jake dijeron que está muy caliente y no quiere comer o beber. Consiguieron que tome un poco de agua y entonces vomitó.
—Oh, Dios—contestó—De acuerdo. Va a estar bien. Tenemos que llevarla al hospital. Pescó una fiebre, que vomite suena como un síntoma de fiebre alta. Dame el teléfono—ordenó, tomándolo antes de que pudiera entregárselo.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté.
—Llamando a tu hermano—contestó, mientras masticaba sus uñas nerviosamente—Hola, Ryder, esta es Brittany. Soy una amiga de tu hermana. Escucha, ve al congelador y consigue todo el hielo que tengas. Ve y frótalo por la frente de Bree, sus mejillas, sus labios e incluso arriba y abajo de sus brazos. Enfriarla es muy importante.
Giré por el camino que conducía al remolque que odiaba con tanta fuerza.
El remolque que ni siquiera Quinn había visto. No traía a las personas aquí. Pero en este momento me sentía extremadamente agradecida de que Brittany hubiese venido detrás de mí y saltado en mi Jeep.
No me sentía tan asustada con ella aquí.
Parecía nerviosa.
Lo podía decir por el tono de su voz y la forma en que se mordía las uñas, pero se mantenía calmada.
No me sentía sola.
Por primera vez en mi vida, no me sentía sola.
—Buen trabajo. Sí, se derretirá rápido porque está caliente. Mantenlo sobre ella. No, está bien, Ryder. Va a estar bien. Casi estamos ahí. Vamos a llevarla al hospital y conseguirle las medicinas que necesita. Todo estará bien.
Una opresión en mi pecho vino de la nada.
Mientras escuchaba a Brittany tranquilizando a mi hermano, quería ponerla en mis brazos y llorar.
¿Cuán malditamente loco era eso?
Esta chica me volvía loca.
Me detuve en el remolque y me recordé que llevar a Bree al hospital era todo lo que importaba.
No importaba que Brittany vea este lugar.
Podía pensar lo que quisiera.
Brittany abrió la puerta antes de que hubiese estacionado el Jeep y corrió a través del patio a la puerta del remolque sin siquiera esperarme. Corrí detrás de ella.
No tocó, simplemente entró y llamó a Ryder. Él entró corriendo a la sala de estar justo cuando yo entraba al remolque. Sus ojos fueron de Brittany a mí, luego volvieron a Brittany.
—Está aquí atrás—le dijo.
Brittany no miró el lugar con repulsión como había esperado. No pareció notar nada más que a Ryder, a quién apresuró después.
—Hola, Brittany—dijo Jake, mientras nos miraba desde su lugar junto a Bree. Enfriaba sus brazos justo como Brittany les había dicho.
—Hola, Jake. Estás haciendo un gran trabajo—lo felicitó, luego se acercó a la cama y tocó la frente de Bree.
Bree la miró con ojos vidriosos y gimió.
—Vas a estar bien—la tranquilizó Brittany y me miró de nuevo.
—Agárrala. Vamos—dijo, permaneciendo atrás.
La tomé en brazos y la abracé contra mi pecho. Se acurrucó en mí, en vez de tumbarse sin fuerzas en mis brazos y ese pequeño hecho ayudó a aliviar mi miedo.
No se encontraba letárgica. Eso era bueno.
—Vamos, chicos. Ustedes dos entren al Jeep—instruyó ella y fue delante de mí para abrirnos la puerta.
Una vez que llegamos al Jeep, Brittany movió a Ryder al frente. Ella se metió en la parte trasera y luego extendió los brazos.
—Dame a Bree. Le abrocharé el cinturón conmigo y la sostendré. Puedes manejar esta cosa más rápido que yo.
—Está bien—acordé.
Le di a Bree, que fue voluntariamente. No conocía a Brittany, pero como los chicos, se encontraba dispuesta a confiar completamente en ella.
Era ese rostro de ángel.
Era imposible para alguien lucir como Brittany y ser poco fiable.
Corrí alrededor del Jeep y me subí. Íbamos a toda velocidad hacia el hospital en segundos.
—¿Cuánto tiempo ha tenido fiebre, chicos?—preguntó Brittany, mirándolos.
—Anoche se sentía caliente y dijo que le dolía la garganta. Le di algo de Tylenol y la puse en la cama. Entonces toda la noche se removió y lloró. Su piel se puso cada vez más caliente —explicó Ryder.
Esperaba que Brittany preguntara porque mi mamá no vino a casa. O si trataron de llamarla.
Pero no lo hizo.
En cambio, asintió.
—Bien, hicieron un muy buen trabajo cuidándola. Nadie podía haber hecho un mejor trabajo.
Si mi hermanita no estuviese enferma y curvada en su regazo, habría tomado el rostro de Brittany y la hubiese besado.
No tenía idea de cuánto necesitaban estos chicos que alguien los corrobore.
Nunca lo tuvieron de alguien además de mí. Sus elogios significaban más de lo que ella podía saber.
—Debí llamar a Santana más rápido—dijo Ryder con un suspiro derrotado.
—Hiciste exactamente lo que pensaste que debías hacer. La cuidaste hasta que te diste cuenta que necesitaba un doctor. Eso es todo lo que alguien más hubiese hecho—le dijo Brittany.
Detuve el Jeep cerca de la puerta de emergencias y estacioné.
Podrían decirme que me moviera si querían, pero primero llevaría a Bree adentro.
Brittany me la entregó y la llevé directamente a través de las puertas. La enfermera en el escritorio de recepción me dio la usual mirada molesta que me daban cuando me presentaba con uno de los niños.
Había estado varias veces en los últimos años.
—Regístrese, por favor—dijo ella.
—Es una emergencia. Su fiebre es muy alta —expliqué.
—Esta es la sala de emergencias. Todo el mundo aquí tiene una emergencia, se lo aseguro. Ahora regístrese, por favor—el tono aburrido de la mujer me enfureció.
—Necesita un doctor ahora. No puedo bajarla y registrarla, está demasiado enferma para estar de pie—traté de no gruñir, pero esta mujer me presionaba.
—Regístrese —repitió.
Mi sangre empezó a hervir.
—¿Cuál es el problema?—la voz de Brittany interrumpió las siguientes palabras que iban a salir de mi boca, lo cual probablemente fue algo bueno.
—Todos necesitan registrarse y tomar asiento. No parece entenderlo.
La mano de Brittany se envolvió alrededor de mi brazo en una advertencia silenciosa, y luego se giró y caminó hacia la enfermera que salía de un conjunto de puertas dobles.
—Hola, Emma. ¿Podrías por favor ir a decirle al Dr. Will que estoy aquí y tengo una pequeña muy enferma que necesita verlo lo más pronto posible?
—Sí, por supuesto—la enfermera me miró sosteniendo a Bree y me hizo un gesto hacia ella—Vengan conmigo.
Brittany mostró una sonrisa de agradecimiento.
—Muchas gracias, Emma. Estamos muy preocupados por ella. Ha tenido una fiebre alta durante las últimas horas.
La enfermera asintió y se apresuró a abrir de nuevo las puertas. Brittany se acercó a mí.
—Estaré justo detrás de ti. Voy a ir a comprobar a los chicos y ubicarlos en la sala de espera y luego regresaré.
—No firmaron ni se registraron—dijo la mujer detrás del mostrador, mientras se levantaba, determinada a que no volviera ahí.
La enfermera le frunció el ceño a la mujer.
—Está bien. Nos aseguraremos de obtener la información que necesitamos. Brittany es sobrina del Dr. Will.
Por una vez en mi vida, agradecí el estatus social de Brittany Pierce en este pueblo.
—Gracias—le dije antes de seguir a la enfermera.
Brittany
No creo que alguna vez haya estado tan asustada en mi vida.
Mantener la calma no era un punto fuerte para mí. Normalmente me quebraba en un mar de lágrimas cuando las cosas se ponían difíciles.
Pero ver el pánico en el rostro de Santana activó algo en mí.
Me necesitaba fuerte, así que de repente me sentí fuerte.
Eso fue lo más curioso.
Sabía que me necesitaba y quería estar ahí para ella. Entonces vi a Bree y aumentó mi propio pánico, pero me las arreglé para mantener la calma.
Saber que todos necesitaban alguien que los ayudara me hizo actuar como una adulta.
Dejé a Ryder y Jake en frente de la televisión con refrescos y bolsas de patatas fritas que compré de la máquina expendedora, luego me dirigí de nuevo a buscar a Santana y Bree.
Emma esperaba en el escritorio cuando regresé, firmando algunos papeles.
Había sido afortunada porque salió de las puertas justo cuando necesitaba alguien que me reconociera.
Había estado yendo a la iglesia con Emma desde que era pequeña y ella me llevaba.
Además, ella había salido con el mucho más joven medio hermano de mi mamá cuando cursaban la secundaria. Ahora trabajaban juntos y eran un matrimonio feliz. Bromeaba con tío Will sobre eso cada vez que tenía la oportunidad.
—Ven conmigo. Le hemos colocado una intravenosa y ya estamos haciéndole pruebas. Will tomó un momento y la revisó en su camino a suturar una herida en la cabeza. Va a regresar, pero de su chequeo rápido, cree que es la bacteria estreptocócica. Un muy mal caso, pero estará bien. Ahora esperamos los resultados del examen estreptocócico. Tan pronto como sepamos, empezaremos con los antibióticos por la vía intravenosa.
Llegamos detrás de la cortina y encontramos a Santana caminando de un lado a otro a los pies de la cama, mientras Bree dormía pacíficamente.
Se detuvo y me miró.
—Hola.
—Hola—contesté—Tío Will cree que es la bacteria estreptocócica. Estará bien. Siéntate y deja de caminar de un lado a otro.
—Regresaré en un par de minutos para revisarla. Tengo que ir a ayudar a colocar un hueso—dijo Emma, antes de desaparecer detrás de la cortina que nos separaba del resto de los pacientes.
—No sé cómo agradecerte lo suficiente. Tú…—se pausó y sacudió la cabeza—, Te hiciste cargo. Cuando la vi ahí en esa cama, tan frágil, me aterroricé. Pero lo manejaste todo. Luego llegamos aquí y le conseguiste el mejor servicio posible.
—Estoy contenta porque pude ayudar. Las emergencias no son algo con lo que lidio bien, pero hoy sabía que teníamos que llevarla al doctor. Por suerte, soy familiar de uno.
Santana me miró un momento y luego, por primera vez hoy, una pequeña sonrisa tocó sus labios.
Me sentía tan feliz de ver esa sonrisa.
—Eres increíble y ni siquiera lo sabes.
Mi rostro se puso caliente y agaché la cabeza.
No era increíble, pero escuchar a Santana decirlo como si lo dijera en serio me hizo esperar por algo que sabía que no podía tener.
Había estado ahí cuando necesitó a alguien.
Se sentía agradecida.
De repente no me encontraba atractiva o me quería. Esas eran dos cosas diferentes y necesitaba mantener eso en mi mente.
La cortina se apartó y entró tío Will. Su cabello rubio era corto pero tenía ese estilo desaliñado en el frente que sólo chicos que lucían igual que él a los treinta y cuatro podían lograr.
—Aquí está mi Pierce favorita—Tío Will sonrió cuando entró en la habitación.
Ese era su chiste favorito.
Especialmente ahora que odiaba a mi papá. Le encantaba fastidiar a Quinn con que yo era la favorita.
—Oye, tío Will. ¿Se pondrá bien?—pregunté.
—Sip. Los chicos pescan estreptocócica. Es un mal caso. Necesita constante supervisión y cuidado. Estará bien después de treinta seis horas de antibiótico, pero es muy importante obsérvala y mantener fluidos en ella, así como hacerla comer pequeñas cantidades una vez que empiece a sentirse mejor. Es contagioso, así que tienes que mantenerla alejada de los otros niños si es posible. La amenaza más grande es si comen o beben de los mismos platos que usó ella. Una vez que haya tenido más o menos veinticuatros horas de antibióticos, ya no será contagiosa.
Asentí, luego extendí la mano y apreté la de Santana. Sus dedos se entrelazaron con los míos y me devolvió el apretón.
La mirada del tío Will cayó a nuestras manos unidas antes de volver a mirar el historial en frente de él.
—Voy a imprimir su receta de prescripción ahora mismo. La queremos mantener aquí un poco más para darle la primera ronda de antibióticos por vía intravenosa antes de que se vayan.
—Sí, por supuesto. Gracias, doctor—contestó Santana.
Tío Will miró a Santana.
—¿Es tuya?—preguntó, moviendo sus ojos a mí, luego de vuelta a Santana.
Pensó que Santana tenía una hija.
No es de extrañar que actuara raro por las manos tomadas.
—No, señor. Bueno, sí. Bree es mi hermanita. La cuido cuando mi mamá lo necesita.
Tío Will pareció relajarse un poco.
—Eso es muy amable de tu parte. La mayoría de los de tu edad no serían tan responsables con un hermano más joven.
Santana no respondió.
Esto la hacía sentir incómoda.
No sabía mucho sobre la mamá de Santana, pero sí que su remolque se encontraba sucio y se alejó y dejó a sus niños en casa solos por días.
Eso era suficiente para saber que los niños dependían mucho de Santana.
—Gracias por verla tan rápido. Te debo una—le dije, acercándome a él para darle un abrazo rápido.
Me levantó apretadamente contra él y al oído me susurró:
—Ten cuidado con esa—luego bajó los brazos y asintió una última vez a Santana antes de salir del cuarto y cerrar la cortina detrás de él.
Me giré de vuelta a Santana.
—Estará bien.
Esta vez sonreí con alivio y me acerqué para envolver los brazos alrededor de Santana.
Podría no quererme, pero necesitaba abrazarla.
Había estado tan molesta y ahora estaba bien.
Necesitaba este abrazo.
Una de nosotras tenía que ser lo bastante fuerte para evitar que la hiriera.
Ella lo descubrió y ponía un gran alto a cualquier interacción entre nosotras.
No la vi después de que me dejó, observándola irse de Live Bay, hasta la clase de cálculo de la semana siguiente.
Cuando entré en el salón, la encontré de inmediato. Unas cuantas personas la rodeaban y se encontraba sentada en el fondo del aula, en lugar del asiento cerca del frente, donde se sentó la semana pasada.
Chica inteligente.
Tomé asiento en la parte delantera y no volví a mirarla. Sólo me distraería.
El imbécil que había estado mirando su camiseta la semana pasada, hoy se hallaba detrás de ella.
Quería comprobar y asegurarme que no se reclinaba detrás de ella.
Necesitaba mantener los ojos para sí misma.
Me debatía sobre dar la vuelta y comprobarla o mantener mi atención en la pizarra, cuando mi teléfono vibró en mi bolsillo. Lo saqué y vi el nombre de Ryder parpadeando en la pantalla.
Ese era el teléfono de emergencia que le di a mi hermano. También eran pasadas las nueve de la mañana. Él debería estar en la escuela.
Algo andaba mal.
Agarré mis libros y me apresuré a salir del salón de clase.
—¿Ryder?—pregunté mientras me detuve en el pasillo.
—Mamá no vino a casa anoche y Bree tiene una fiebre muy mala. La tuvo toda la noche y usé trapos fríos en su cabeza y le di algo de Tylenol, pero sigue aumentando. No quiere comer y ahora sólo llora muy suave.
Mierda.
Salí corriendo por el estacionamiento.
—Está bien, ve a mojar más trapos y ponlos sobre su piel. Consigue que beba algo de agua con hielo y dile que voy en camino.
Odiaba a mi mamá.
No tenía cualidades salvables.
Si algo le pasaba a Bree por su negligencia, la iba a matar.
—Jake, ve a conseguir un poco de agua con hielo—instruyó Ryder—Voy a mojar más trapos.
—Estaré ahí pronto. Cuídala. Llámame si empeora.
—Lo haré—aseguró Ryder y luego colgó el teléfono.
Desbloqueé el Jeep y abrí la puerta al mismo tiempo que escuché a Brittany llamándome. Mirando hacia atrás, la vi corriendo detrás de mí.
—Santana, espera, ¿qué pasa?—preguntó en una voz con pánico.
—Problemas familiares. Me tengo que ir—le contesté.
Odiaba huir de ella cuando era amable, pero Bree me necesitaba.
Arranqué el Jeep y la puerta del lado del pasajero se abrió y Brittany saltó dentro.
Ah, diablos.
—Britt, no tengo tiempo para esto. Me tengo que ir.
Asintió.
—Sí, tienes que irte—agregó—Vete.
—Entonces sal de mi Jeep—repliqué, frustrada.
—No. Nunca estás ansiosa o preocupada. Nunca. Algo está mal y necesitas ayuda.
Tenía razón, pero no la iba a llevar al remolque de mi mamá.
—Britt, por favor—fui interrumpida por el timbre del teléfono. Mierda—¿Qué?—pregunté, poniendo el Jeep en reversa.
No tenía tiempo para discutir con una mujer obstinada. Mi hermanita me necesitaba.
Este no era el momento para preocuparme por mi orgullo.
¿Entonces, qué si Brittany veía el lugar donde crecí?
¿Por qué me preocupaba?
No era como si estuviera tratando de impresionarla.
—Ella bebió el agua y luego vomitó—dijo Ryder.
La tensión en su voz me decía que se encontraba asustado. Esto no era algo con lo que los niños deberían tener que lidiar.
Ryder tenía que ser el adulto a los once y eso me ponía furiosa.
—Está bien, mantén las toallas frías y ponlas sobre ella. Estaré ahí en cinco minutos.
—Está bien, lo haremos—contestó y colgó.
Dejé caer el teléfono en mi regazo y presioné el gas mientras salía a la carretera.
—Ponte el cinturón de seguridad, Britt.
Podía verla abrochándose el cinturón por el rabillo de mi ojo.
—¿Qué pasa? ¿Quién era?—empezaba a tener pánico.
—Era mi hermano. Mi otro hermano. Tiene once. Bree, mi hermanita, está enferma y mi patética mamá no ha estado en casa toda la noche. Ryder y Jake dijeron que está muy caliente y no quiere comer o beber. Consiguieron que tome un poco de agua y entonces vomitó.
—Oh, Dios—contestó—De acuerdo. Va a estar bien. Tenemos que llevarla al hospital. Pescó una fiebre, que vomite suena como un síntoma de fiebre alta. Dame el teléfono—ordenó, tomándolo antes de que pudiera entregárselo.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté.
—Llamando a tu hermano—contestó, mientras masticaba sus uñas nerviosamente—Hola, Ryder, esta es Brittany. Soy una amiga de tu hermana. Escucha, ve al congelador y consigue todo el hielo que tengas. Ve y frótalo por la frente de Bree, sus mejillas, sus labios e incluso arriba y abajo de sus brazos. Enfriarla es muy importante.
Giré por el camino que conducía al remolque que odiaba con tanta fuerza.
El remolque que ni siquiera Quinn había visto. No traía a las personas aquí. Pero en este momento me sentía extremadamente agradecida de que Brittany hubiese venido detrás de mí y saltado en mi Jeep.
No me sentía tan asustada con ella aquí.
Parecía nerviosa.
Lo podía decir por el tono de su voz y la forma en que se mordía las uñas, pero se mantenía calmada.
No me sentía sola.
Por primera vez en mi vida, no me sentía sola.
—Buen trabajo. Sí, se derretirá rápido porque está caliente. Mantenlo sobre ella. No, está bien, Ryder. Va a estar bien. Casi estamos ahí. Vamos a llevarla al hospital y conseguirle las medicinas que necesita. Todo estará bien.
Una opresión en mi pecho vino de la nada.
Mientras escuchaba a Brittany tranquilizando a mi hermano, quería ponerla en mis brazos y llorar.
¿Cuán malditamente loco era eso?
Esta chica me volvía loca.
Me detuve en el remolque y me recordé que llevar a Bree al hospital era todo lo que importaba.
No importaba que Brittany vea este lugar.
Podía pensar lo que quisiera.
Brittany abrió la puerta antes de que hubiese estacionado el Jeep y corrió a través del patio a la puerta del remolque sin siquiera esperarme. Corrí detrás de ella.
No tocó, simplemente entró y llamó a Ryder. Él entró corriendo a la sala de estar justo cuando yo entraba al remolque. Sus ojos fueron de Brittany a mí, luego volvieron a Brittany.
—Está aquí atrás—le dijo.
Brittany no miró el lugar con repulsión como había esperado. No pareció notar nada más que a Ryder, a quién apresuró después.
—Hola, Brittany—dijo Jake, mientras nos miraba desde su lugar junto a Bree. Enfriaba sus brazos justo como Brittany les había dicho.
—Hola, Jake. Estás haciendo un gran trabajo—lo felicitó, luego se acercó a la cama y tocó la frente de Bree.
Bree la miró con ojos vidriosos y gimió.
—Vas a estar bien—la tranquilizó Brittany y me miró de nuevo.
—Agárrala. Vamos—dijo, permaneciendo atrás.
La tomé en brazos y la abracé contra mi pecho. Se acurrucó en mí, en vez de tumbarse sin fuerzas en mis brazos y ese pequeño hecho ayudó a aliviar mi miedo.
No se encontraba letárgica. Eso era bueno.
—Vamos, chicos. Ustedes dos entren al Jeep—instruyó ella y fue delante de mí para abrirnos la puerta.
Una vez que llegamos al Jeep, Brittany movió a Ryder al frente. Ella se metió en la parte trasera y luego extendió los brazos.
—Dame a Bree. Le abrocharé el cinturón conmigo y la sostendré. Puedes manejar esta cosa más rápido que yo.
—Está bien—acordé.
Le di a Bree, que fue voluntariamente. No conocía a Brittany, pero como los chicos, se encontraba dispuesta a confiar completamente en ella.
Era ese rostro de ángel.
Era imposible para alguien lucir como Brittany y ser poco fiable.
Corrí alrededor del Jeep y me subí. Íbamos a toda velocidad hacia el hospital en segundos.
—¿Cuánto tiempo ha tenido fiebre, chicos?—preguntó Brittany, mirándolos.
—Anoche se sentía caliente y dijo que le dolía la garganta. Le di algo de Tylenol y la puse en la cama. Entonces toda la noche se removió y lloró. Su piel se puso cada vez más caliente —explicó Ryder.
Esperaba que Brittany preguntara porque mi mamá no vino a casa. O si trataron de llamarla.
Pero no lo hizo.
En cambio, asintió.
—Bien, hicieron un muy buen trabajo cuidándola. Nadie podía haber hecho un mejor trabajo.
Si mi hermanita no estuviese enferma y curvada en su regazo, habría tomado el rostro de Brittany y la hubiese besado.
No tenía idea de cuánto necesitaban estos chicos que alguien los corrobore.
Nunca lo tuvieron de alguien además de mí. Sus elogios significaban más de lo que ella podía saber.
—Debí llamar a Santana más rápido—dijo Ryder con un suspiro derrotado.
—Hiciste exactamente lo que pensaste que debías hacer. La cuidaste hasta que te diste cuenta que necesitaba un doctor. Eso es todo lo que alguien más hubiese hecho—le dijo Brittany.
Detuve el Jeep cerca de la puerta de emergencias y estacioné.
Podrían decirme que me moviera si querían, pero primero llevaría a Bree adentro.
Brittany me la entregó y la llevé directamente a través de las puertas. La enfermera en el escritorio de recepción me dio la usual mirada molesta que me daban cuando me presentaba con uno de los niños.
Había estado varias veces en los últimos años.
—Regístrese, por favor—dijo ella.
—Es una emergencia. Su fiebre es muy alta —expliqué.
—Esta es la sala de emergencias. Todo el mundo aquí tiene una emergencia, se lo aseguro. Ahora regístrese, por favor—el tono aburrido de la mujer me enfureció.
—Necesita un doctor ahora. No puedo bajarla y registrarla, está demasiado enferma para estar de pie—traté de no gruñir, pero esta mujer me presionaba.
—Regístrese —repitió.
Mi sangre empezó a hervir.
—¿Cuál es el problema?—la voz de Brittany interrumpió las siguientes palabras que iban a salir de mi boca, lo cual probablemente fue algo bueno.
—Todos necesitan registrarse y tomar asiento. No parece entenderlo.
La mano de Brittany se envolvió alrededor de mi brazo en una advertencia silenciosa, y luego se giró y caminó hacia la enfermera que salía de un conjunto de puertas dobles.
—Hola, Emma. ¿Podrías por favor ir a decirle al Dr. Will que estoy aquí y tengo una pequeña muy enferma que necesita verlo lo más pronto posible?
—Sí, por supuesto—la enfermera me miró sosteniendo a Bree y me hizo un gesto hacia ella—Vengan conmigo.
Brittany mostró una sonrisa de agradecimiento.
—Muchas gracias, Emma. Estamos muy preocupados por ella. Ha tenido una fiebre alta durante las últimas horas.
La enfermera asintió y se apresuró a abrir de nuevo las puertas. Brittany se acercó a mí.
—Estaré justo detrás de ti. Voy a ir a comprobar a los chicos y ubicarlos en la sala de espera y luego regresaré.
—No firmaron ni se registraron—dijo la mujer detrás del mostrador, mientras se levantaba, determinada a que no volviera ahí.
La enfermera le frunció el ceño a la mujer.
—Está bien. Nos aseguraremos de obtener la información que necesitamos. Brittany es sobrina del Dr. Will.
Por una vez en mi vida, agradecí el estatus social de Brittany Pierce en este pueblo.
—Gracias—le dije antes de seguir a la enfermera.
Brittany
No creo que alguna vez haya estado tan asustada en mi vida.
Mantener la calma no era un punto fuerte para mí. Normalmente me quebraba en un mar de lágrimas cuando las cosas se ponían difíciles.
Pero ver el pánico en el rostro de Santana activó algo en mí.
Me necesitaba fuerte, así que de repente me sentí fuerte.
Eso fue lo más curioso.
Sabía que me necesitaba y quería estar ahí para ella. Entonces vi a Bree y aumentó mi propio pánico, pero me las arreglé para mantener la calma.
Saber que todos necesitaban alguien que los ayudara me hizo actuar como una adulta.
Dejé a Ryder y Jake en frente de la televisión con refrescos y bolsas de patatas fritas que compré de la máquina expendedora, luego me dirigí de nuevo a buscar a Santana y Bree.
Emma esperaba en el escritorio cuando regresé, firmando algunos papeles.
Había sido afortunada porque salió de las puertas justo cuando necesitaba alguien que me reconociera.
Había estado yendo a la iglesia con Emma desde que era pequeña y ella me llevaba.
Además, ella había salido con el mucho más joven medio hermano de mi mamá cuando cursaban la secundaria. Ahora trabajaban juntos y eran un matrimonio feliz. Bromeaba con tío Will sobre eso cada vez que tenía la oportunidad.
—Ven conmigo. Le hemos colocado una intravenosa y ya estamos haciéndole pruebas. Will tomó un momento y la revisó en su camino a suturar una herida en la cabeza. Va a regresar, pero de su chequeo rápido, cree que es la bacteria estreptocócica. Un muy mal caso, pero estará bien. Ahora esperamos los resultados del examen estreptocócico. Tan pronto como sepamos, empezaremos con los antibióticos por la vía intravenosa.
Llegamos detrás de la cortina y encontramos a Santana caminando de un lado a otro a los pies de la cama, mientras Bree dormía pacíficamente.
Se detuvo y me miró.
—Hola.
—Hola—contesté—Tío Will cree que es la bacteria estreptocócica. Estará bien. Siéntate y deja de caminar de un lado a otro.
—Regresaré en un par de minutos para revisarla. Tengo que ir a ayudar a colocar un hueso—dijo Emma, antes de desaparecer detrás de la cortina que nos separaba del resto de los pacientes.
—No sé cómo agradecerte lo suficiente. Tú…—se pausó y sacudió la cabeza—, Te hiciste cargo. Cuando la vi ahí en esa cama, tan frágil, me aterroricé. Pero lo manejaste todo. Luego llegamos aquí y le conseguiste el mejor servicio posible.
—Estoy contenta porque pude ayudar. Las emergencias no son algo con lo que lidio bien, pero hoy sabía que teníamos que llevarla al doctor. Por suerte, soy familiar de uno.
Santana me miró un momento y luego, por primera vez hoy, una pequeña sonrisa tocó sus labios.
Me sentía tan feliz de ver esa sonrisa.
—Eres increíble y ni siquiera lo sabes.
Mi rostro se puso caliente y agaché la cabeza.
No era increíble, pero escuchar a Santana decirlo como si lo dijera en serio me hizo esperar por algo que sabía que no podía tener.
Había estado ahí cuando necesitó a alguien.
Se sentía agradecida.
De repente no me encontraba atractiva o me quería. Esas eran dos cosas diferentes y necesitaba mantener eso en mi mente.
La cortina se apartó y entró tío Will. Su cabello rubio era corto pero tenía ese estilo desaliñado en el frente que sólo chicos que lucían igual que él a los treinta y cuatro podían lograr.
—Aquí está mi Pierce favorita—Tío Will sonrió cuando entró en la habitación.
Ese era su chiste favorito.
Especialmente ahora que odiaba a mi papá. Le encantaba fastidiar a Quinn con que yo era la favorita.
—Oye, tío Will. ¿Se pondrá bien?—pregunté.
—Sip. Los chicos pescan estreptocócica. Es un mal caso. Necesita constante supervisión y cuidado. Estará bien después de treinta seis horas de antibiótico, pero es muy importante obsérvala y mantener fluidos en ella, así como hacerla comer pequeñas cantidades una vez que empiece a sentirse mejor. Es contagioso, así que tienes que mantenerla alejada de los otros niños si es posible. La amenaza más grande es si comen o beben de los mismos platos que usó ella. Una vez que haya tenido más o menos veinticuatros horas de antibióticos, ya no será contagiosa.
Asentí, luego extendí la mano y apreté la de Santana. Sus dedos se entrelazaron con los míos y me devolvió el apretón.
La mirada del tío Will cayó a nuestras manos unidas antes de volver a mirar el historial en frente de él.
—Voy a imprimir su receta de prescripción ahora mismo. La queremos mantener aquí un poco más para darle la primera ronda de antibióticos por vía intravenosa antes de que se vayan.
—Sí, por supuesto. Gracias, doctor—contestó Santana.
Tío Will miró a Santana.
—¿Es tuya?—preguntó, moviendo sus ojos a mí, luego de vuelta a Santana.
Pensó que Santana tenía una hija.
No es de extrañar que actuara raro por las manos tomadas.
—No, señor. Bueno, sí. Bree es mi hermanita. La cuido cuando mi mamá lo necesita.
Tío Will pareció relajarse un poco.
—Eso es muy amable de tu parte. La mayoría de los de tu edad no serían tan responsables con un hermano más joven.
Santana no respondió.
Esto la hacía sentir incómoda.
No sabía mucho sobre la mamá de Santana, pero sí que su remolque se encontraba sucio y se alejó y dejó a sus niños en casa solos por días.
Eso era suficiente para saber que los niños dependían mucho de Santana.
—Gracias por verla tan rápido. Te debo una—le dije, acercándome a él para darle un abrazo rápido.
Me levantó apretadamente contra él y al oído me susurró:
—Ten cuidado con esa—luego bajó los brazos y asintió una última vez a Santana antes de salir del cuarto y cerrar la cortina detrás de él.
Me giré de vuelta a Santana.
—Estará bien.
Esta vez sonreí con alivio y me acerqué para envolver los brazos alrededor de Santana.
Podría no quererme, pero necesitaba abrazarla.
Había estado tan molesta y ahora estaba bien.
Necesitaba este abrazo.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
no jodas! la madre de san es pura mierda!
es bueno que britt este como "amiga" en lo que necesita,..
a san se le descubrió el secreto mejor guardado,.. a ver si habla con britt??
nos vemos!!!
no jodas! la madre de san es pura mierda!
es bueno que britt este como "amiga" en lo que necesita,..
a san se le descubrió el secreto mejor guardado,.. a ver si habla con britt??
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Bueno, que m... todo el mundo se cree con derecho de juzgar a santana, que es eso de " ten cuidado con esa" esa es su m.... se le agradece que atienda a la niña pero sin menospreciar!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Que bueno que Britt estuvo con San en estos momentos y se hizo cargo de todo y pues el tío Will yo creo que tratando de cuidarla
Y pues sin querer Britt conoció una parte de la vida de San que tenia oculta
Y pues sin querer Britt conoció una parte de la vida de San que tenia oculta
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
no jodas! la madre de san es pura mierda!
es bueno que britt este como "amiga" en lo que necesita,..
a san se le descubrió el secreto mejor guardado,.. a ver si habla con britt??
nos vemos!!!
Hola lu, si que lo es ¬¬ Si que si... esas amistades ajjaajjaa. =/ si =/ mmm es complicado, pero creo de debería, no¿? Saludos =D
micky morales escribió:Bueno, que m... todo el mundo se cree con derecho de juzgar a santana, que es eso de " ten cuidado con esa" esa es su m.... se le agradece que atienda a la niña pero sin menospreciar!!!!!
Hola, creen conocer a la persona solo por verla "actuar" pero no de conocerla de vrdd ¬¬ Saludos =D
JVM escribió:Que bueno que Britt estuvo con San en estos momentos y se hizo cargo de todo y pues el tío Will yo creo que tratando de cuidarla
Y pues sin querer Britt conoció una parte de la vida de San que tenia oculta
Hola, si que si! JAjaajja si, la vrdd esk si xD Kiero tomarlo como todo tió protector. Insisto, el destino es un loquillo ajajajajajaj. SAludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Cap 13
Capitulo 13
Santana
Me quedé en la puerta de mi habitación y vi a las dos chicas dormidas en mi cama.
Brittany se había quedado dormida leyéndole a Bree, con el libro sobre su estómago.
En el momento en el que trajimos a Bree de vuelta y rastreé a mi mamá, Bree determinó que se quedaba con Brittany.
Le rogó a Brittany que se quedara y cuando la rubia me miró en busca de ayuda, estuve de acuerdo con el hecho de que se quedara era una idea estupenda.
Así que Brittany se había ido a recoger unas pocas cosas, incluidos varios de sus favoritos libros de la infancia, mientras que Bree dormía la siesta.
Eso me dio tiempo para llamar a mamá y conseguir que los chicos volvieran con ella mientras yo cuidaba a Bree.
Ni siquiera discutí o entré a comprobarla cuando apareció a recoger a los chicos.
Odiaba enviar a los chicos con ella, pero no me los podía quedar.
Tendría que conseguir una orden judicial y mi mamá era lo suficientemente vengativa como para rechazarme.
Incluso si me lo permitía, los chicos estaban mejor separados de Bree mientras que se encontraba enferma.
Además, no podría hacer esto por mi cuenta.
Mamá podría ser la peor mamá, pero pasaba mucho más tiempo en casa que yo.
Cuando empezara la temporada de Softbol, estaría demasiado ocupada como para dormir, mucho menos cuidar a los niños.
Era una situación sin salida.
Tenía que seguir recordándome que viví con mi mamá y no tuve una hermana mayor para cuidarme.
Las manos de Brittany se deslizaron y el libro empezó a caer al suelo, causando que despertara. Parpadeó varias veces, después giró la cabeza para ver a Bree, que se encontraba acurrucada durmiendo plácidamente a su lado. Se acercó, apartó el cabello de la cara de Bree y comprobó su temperatura con el dorso de su mano antes de levantarse lentamente.
Sus ojos se encontraron con los míos cuando se giró para salir por la puerta. Pasó una mano por su cabello en un intento de domar lo que había despeinado y luego me sonrió.
—Supongo que también estaba cansada—susurró mientras yo daba un paso atrás y la dejaba salir de la habitación.
Cerré la puerta detrás de ella.
—Sí, Bree te tuvo muy ocupada.
Brittany rió ligeramente.
—Es una dulzura. Me gustó pasar tiempo con ella.
Ella no tenía ni idea de lo mucho que había significado para Bree. Brittany fue la primera adulta en prestarle atención.
—Gracias. No creo que lo hubiese logrado sin tu ayuda. Nunca ha estado tan enferma. Fue un susto de muerte.
Brittany me sonrió.
—Después de lo que he presenciado hoy contigo, estoy convencida de que hubieses sido perfecto. Nunca hubiese imaginado que serías tan buena hermana mayor.
El acento burlón de su voz era sexy.
Todo en ella era sexy.
Y tenía un pequeño bolso con sus cosas así que se podía quedar a dormir.
No iba a ser capaz de controlarme.
Necesitaba algo de ella.
Las emociones que se arremolinan dentro de mí tomaron el control. Todo desde atracción a agradecimiento a alivio.
Logramos algo juntas.
Quería celebrar. Con ella.
—Voy a ducharme e ir a la cama, si eso te parece bien. ¿Dónde quieres que duerma?
Dónde quería que durmiera y dónde iba a dormir eran dos cosas diferentes.
—Voy a hacerme una cama en el suelo de la habitación. Puedes usar el sofá. A no ser, por supuesto, que estés dispuesta a compartirlo. Entonces estaría de acuerdo. Soy una buena compañera de cama.
Los ojos de Brittany se ensancharon antes de que dejara escapar una risita.
—Aunque estoy segura de que eres una talentosa compañera de cama, creo que voy a pasar. Puedo quedarme con el suelo de la habitación si quieres.
La única noche de mi vida que conseguí que Brittany la pasara en mi departamento, no iba a dormir en el suelo.
La quería en mi sofá.
De hecho, la quería en mi cama, pero en este momento la ocupaba Bree.
Sin embargo, iba a asegurarme de que Brittany usara una de mis almohadas. De ese modo, tendría su olor durante un tiempo después de que se fuera.
—No, insisto. Vas a dormir en el sofá.
Brittany me estudió durante un momento.
Pude ver preocupación e incertidumbre en sus ojos. Quería preguntarme algo y no podía decidir si lo iba a hacer o no. Me quedaría aquí y la dejaría pensar todo el tiempo que necesitara.
—¿Los chicos llegaron bien a casa?—preguntó finalmente.
No era exactamente de lo que quería hablar. Sabía adónde se dirigía esto.
—Sí, mi mamá vino a recogerlos.
—Están, um, es decir, eh, crees que van a estar bien... ahí... quiero decir...—tartamudeó nerviosamente.
Fui al sofá y me senté, después la miré.
—Tienen un teléfono. Si me necesitan, llamarán.
Brittany frunció el ceño y dio un paso hacia mí.
—¿Tu mamá entró a ver a Bree?
Esta no era una vida que Brittany fuera capaz de comprender.
Su papá pudo haberlo jodido todo y abandonarlos recientemente, pero su vida había sido malditamente privilegiada.
—No, Britt. No lo hizo. No se preocupa. No hay nadie en la tierra a quien odie más que a mi mamá. ¿Eso es sobre lo que tenías curiosidad?—mis palabras salieron más duras de lo que tenía intención.
Brittany caminó hacia el sofá y se sentó a mi lado.
—Santana, lo siento. No quise entrometerme. Sólo tenía curiosidad porque Bree ni una vez preguntó por su mamá o habló de ella. Eso fue extraño para mí. Cuando crecí, mientras me encontraba enferma siempre quería a mi mamá. No podía entender por qué ella nunca preguntó por la suya.
Apoyé la cabeza en la pared y la giré para poder mirar a Brittany.
Estaba preocupada y claramente enfadada. Le enseñaba un mundo que ella ni siquiera sabía que existía y ese mundo ni siquiera era la peor parte de mí.
—Eres la primera mujer que ha pasado tiempo con Bree, además de mi claro está. Mi mamá está o borracha, dormida, o fuera. Bree ha sido criada por Ryder cuando están en casa. Me aseguro de que las facturas estén pagadas y que los niños tengan comida. Luego, como has visto hoy, si alguien se enferma, lo manejo.
—Oh dios, eso hace que me duela el pecho—susurró Brittany, frotando el puño sobre su corazón—Quiero acurrucarme con Bree y abrazarla. No es de extrañar por qué Ryder actúa como si tuviera veinte en lugar de once años.
La alcancé y aparté la mano de su pecho.
—Estarán bien. Yo lo estoy y no tuve hermanos mayores para ayudarme. Lo logré sin nadie. No te enfades por ello. No son los únicos niños que crecen en esta situación.
Los ojos de Brittany sujetaban lágrimas no derramadas mientras trataba de evitar que temblara su labio inferior.
Ah, diablos. La hice llorar.
No le conté todo eso para hacerla llorar.
Sólo respondí sus preguntas. La dejé entrar un poco en mi jodida vida. Más de lo que alguna vez he dejado a alguien.
—Eres la única persona a la que le he contado sobre los niños y mi mamá. Ni siquiera se lo he contado a tu hermano.
Brittany apretó los labios con fuerza y asintió. No respondió. Aún intentaba con fuerza no llorar.
Su blando corazón no podría manejar esto.
Si alguna vez supiera una pequeña parte de lo que mi mamá le ha hecho a esos niños y a mí, ella nunca sería capaz de tratar con ello.
—Ven aquí—dije amablemente mientras la cogía de los brazos y la apretaba contra mi pecho.
Brittany
No poner pegas para ir a los brazos de Santana no fue probablemente muy inteligente, pero en ese momento, no me importó.
Necesitaba abrazarla.
No podía abrazar a Ryder y a Jake, pero podría abrazarlo a ella. Y mañana le daría a Bree cada segundo de mi atención cuando no estuviera en clase.
Quizás me las saltaría para estar aquí.
Ella volvería pronto con su mamá. La idea de que estuviera descuidada era dolorosa.
—Siento habértelo dicho—susurró Santana contra mi cabello mientras me sostenía con fuerza.
Yo no lo sentía.
Me dejó entrar. Era algo que había querido.
Sin embargo, cuando quise entrar, no tenía ni idea de que iba a averiguar esto.
Imágenes de Santana a lo largo de los años seguían apareciendo en mi mente.
Cuando la conocí, había sido una niña delgada con el cabello tan largo que. Incluso con sus vaqueros descoloridos y su camiseta desgastada no podía evitar pensar que era hermosa.
Pero me preguntaba por qué su mamá la dejaba lucir así.
—Gracias por decírmelo. Por dejarme ayudar. Sé que reacciono como la niña mimada que soy, pero estoy procesándolo. Quiero ir, separarlos de tu mamá y mantenerlos cerca. Cuidarlos. Asegurarme de que tengan buenos cortes de cabello y ropa limpia.
El pecho de Santana retumbó por su risa y la miré.
—¿Buenos cortes de cabello y ropa limpia?—preguntó, sonriéndome.
—Sigo recordando la primera vez que te vi. Tu cabello era ridículamente largo y tu ropa desgastada. Eso no quitaba que fueras la niña más hermosa que había visto, pero aun así...
Oh, mierda. ¿Dije eso?
Santana inclinó la cabeza y me estudió durante un momento.
—¿Pensabas que era hermosa?
Suspirando, empecé a salirme de sus brazos, pero me sujetó firmemente.
—Respóndeme—susurró, bajando la cabeza para que su boca estuviese cerca de mi oído.
—Sí. Sabes que eres hermosa.
Santana deslizó una mano por mi espalda hasta que tuvo un agarre firme en mi cintura y después me sostuvo más cerca contra su pecho.
—Quizás no lo sepa—contestó, elevando su otra mano para acunar mi cara y pasar su pulgar por mi pómulo—Quizás estoy tratando de averiguar por qué querrías tener algo que ver conmigo.
¿Hablaba en serio?
—He tenido un flechazo por ti desde que tenía dieciséis años. Seguramente lo sabes. No era muy reservada sobre ello. Nunca me he perdido uno de tus partidos de Softbol, incluso los que jugabas fuera. Encontraba cualquier razón en la que pudiera pensar para lanzarme en tu camino. Entonces cuando conseguí tu atención, estabas borracha, pero no me importó. Me encontraba dispuesta a tomar lo que pudiera conseguir. Quizás no pensaba que te encontrabas tan borracha, pero me sentía feliz de que no me estuvieses tratando como una niña pequeña. Estaba cansada de tener que fantasear sobre ti. Quería lo real.
Santana se quedó muy quieta.
Mierda.
Abrí la boca y dije demasiado.
Ella iba a empujarme al baño e irse a esconder a su habitación.
—¿Fantaseabas sobre mí?
¿En serio?
¿Eso era todo lo que había elegido de lo que acababa de decir?
—Sí—respondí, rodando los ojos y tratando de apartarme, sólo para ser sujeta en mi lugar por su mano gracias a un agarre apretado en mi cadera.
Santana bajó la boca hasta que estuvo contra mi mejilla.
—¿Por qué no me cuentas esas fantasías? Ya sabes, para poder entenderlo mejor—su cálido aliento hizo cosquillas en mi piel y me estremecí.
—Es una mala idea —contesté.
La mano de Santana se deslizó bajo mi camisa hasta que sus dedos acariciaban mi estómago desnudo.
—No estoy de acuerdo. Creo que es una buena idea—dijo antes de repartir besos contra la piel sensible detrás de mi oreja hasta mi cuello.
No era fácil formar pensamientos mientras la mano de Santana subía lentamente por mi estómago y su boca acariciaba y daba pequeños mordiscos a mi cuello.
No podía recordar de qué hablábamos.
—Lo ves, Britt, es una buena idea. Malditamente buena—dijo justo antes de que su mano acunara uno de mis pechos.
Concentración.
Necesitaba concentrarme.
Había una razón por la que esto era una mala idea. Sólo tenía que pensarlo bien.
—Quítate la camisa para mí—dijo Santana en un susurro ronco.
Después sacó la camisa sobre mi cabeza y la dejó caer a un lado de nosotras. Sus parpados estaban bajos y la hacía más sexy.
No me había dado cuenta de que era posible.
Con una mano, Santana desabrochó los ganchos de mi sujetador y lo apartó.
Antes había estado con ella así, pero era oscuro. Ahora no nos encontrábamos en la oscuridad y las palabras de Santana “Sé que tus tetas no son tan grandes” volvieron a atormentarme.
No tenía la copa de la mayoría de las chicas con las que salía o las de ella misma.
Le gustaban las tetas grandes.
Las mías no se parecían a lo que estaba acostumbrado. Busqué frenéticamente mi camisa.
—Britt, no—Santana pasó la mano por mi cabello y giró mi cabeza hacia ella. Después su boca cubrió la mía.
El suave calor de sus labios mientras me mordían y probaban hizo que mi interior se convirtiera en mantequilla.
Deslicé las manos alrededor de su cuello y le sujeté, asustada de que se diera cuenta de que tenía pechos pequeños o de que no quisiera hacer esto otra vez y me apartara.
Dejando escapar un gruñido bajo, Santana agarró mis piernas y me puso completamente en su regazo hasta que me encontraba a horcajadas.
La presión mandó pizcas de placer por mi cuerpo.
Fijé mis manos en su cabello, continué saboreándola y perdiéndome en la conexión que antes había negado.
Sus dientes atraparon mi labio inferior y lo mordió suavemente dando un pequeño tirón. Temblé y me apreté más fuerte contra suyo, causando que gimiéramos por la sensación.
Las manos de Santana subieron por mis muslos y después se encontraban en mis pechos. Una vez más me recordé lo carente que estaba en ese aspecto.
Me tensé y empecé a apartarme.
—¿Qué pasa?—preguntó Santana, acercándome mientras yo trataba de alejarme.
—Nada. Pero... ¿puedo ponerme la camisa?
Santana bajó la cabeza, manteniendo sus ojos fijos en los míos hasta que su lengua salió y lamió uno de mis pezones.
Después lo metió en su boca y mi cuerpo me traicionó lanzando fuegos artificiales. Agarré sus hombros y me aferré mientras continuaba la lujosa atención a un pecho, después al otro.
Los gritos de placer saliendo de mi boca no eran de ayuda.
La lengua de Santana tenía completo control sobre mi cuerpo.
Cuando se detuvo el calor de sus talentosos cuidados, abrí la boca para rogar por más, pero la presión en mis cortos pantalones vaqueros me detuvo.
Bajando la mirada, miré mientras abría la cremallera de mis pantalones, después pasó su mano por el satén rosa de mi ropa interior.
—¿Por qué querías ponerte la camisa, Britt?—preguntó, subiendo sus ojos para encontrarse con los míos.
¿Mi camisa?
¿Qué?
Estaba confundida...
—¿Qué?—pregunté, hipnotizada por la forma en la que sus largas pestañas acariciaban su mejilla mientras me miraba con hambre e intenso brillo en sus ojos.
—Querías ponerte la camisa. ¿Por qué?
Oh sí... mi camisa.
Lo había olvidado.
—Um, eh, era sólo que...
No quería decir esto.
No quería sacar el tema.
Sólo quería que siguiera deslizando su mano más abajo en mis pantalones.
Si le recordaba que mis tetas eran muy pequeñas para su gusto, eso podría no ocurrir.
Cogió uno de mis pechos y pasó el pulgar por mi pezón.
—Saben tan dulces como parecen—susurró con voz ronca.
—Oh—suspiré, mirándolo tocarme.
—¿Por qué querías taparlos?
No iba a dejar esto pasar.
Suspirando, traté de que sus manos se deslizaran más en mi pantalón. No funcionó.
Ella no iba a hacer nada hasta que le respondiera.
—Porque son más pequeños de lo que te gusta—murmuré, agachando la cabeza para esconder la humillación en mi cara de haber tenido que decir eso en voz alta.
Santana se congeló y maldije mentalmente.
Lo sabía.
Se detendría.
—Levántate, Brittany.
No era una petición. Era una orden.
Me mandaba a darme una ducha fría.
Salí de su regazo y me puse de pie, cruzando los brazos sobre mi pecho. Buscaría mi camisa más tarde. Girándome, empecé a dirigirme hacia la ducha, cuando Santana agarró mis caderas y me empujó de vuelta.
—¿Dónde crees que vas?—preguntó.
La miré.
—Al baño, a enfriarme.
Santana bajó sus cejas y negó.
—No.
¿Quería que me marchara?
—Date la vuelta, Britt—la profunda, y autoritaria voz sonó sexy, pero no quería girarme.
Quería esconderme en el baño.
—Por favor, cariño. Date la vuelta—susurró en mi oído.
Sabía cómo tratar conmigo. Eso era seguro.
Lentamente me di la vuelta, manteniendo los brazos cruzados sobre mi pecho desnudo. Santana se agachó y tiró de mis pantalones desabrochados hasta que se deslizaban por mis piernas.
—Quítatelos—me dijo y lo hice sin dudar.
Se levantó de su posición relajada en el sofá y tiró de mis brazos hasta que estaban descruzados descansando a mis lados. Ahuecó cada pecho con sus manos y los sostuvo como si fueran preciosos antes de mirarme.
—Eres jodidamente perfecta. Todo. Tu sonrisa. Tu risa puede iluminar todo mi maldito día. La forma en la que te preocupas tanto por la gente que dejas todo lo demás para ayudarlas. Eres jodidamente sexy, tus piernas han estado dándome calentones y bragas húmedas durante años. Estas perfectas, redondas y suaves tetas con pezones que juro saben a caramelo. Y luego está esto—deslizó una mano entre mis piernas y pasó su dedo corazón por la tela húmeda de mis bragas—Joder, cariño. No hay nada mejor que esto—gimió antes de cubrir mi boca con la suya y besarme fuerte y rápido.
Cada empuje de su lengua debilitaba mis rodillas.
Sabía lo que ella quería.
Sabía lo que yo quería y el beso salvaje aumentó más mi deseo.
Cogí su camisa, haciendo puños en el material y jalé hacia arriba junto con su sujetador.
La necesitaba desnuda.
Me aparté de nuestro beso y pasé las manos por sus pechos para poder sentir sus pezones duros.
—Te quedan como tres segundos de exploración, Britt. No puedo aguantar mucho más.
Bajé los dedos hasta el botón de sus vaqueros y lo desabroché, después lentamente bajé la cremallera. Justo cuando empecé a jalarlos, Santana me cogió y besó fuerte en la boca, después me lanzó al sofá.
—Se agotó el tiempo—gruñó mientras me cubría con su cuerpo.
Abrí las piernas.
Ahora sólo teníamos una capa de vaqueros contra nosotras.
Santana pasó la mano por mi estómago y luego deslizó los dedos en mis bragas. Cuando sus dedos llegaron a su destino, la agarré y me apreté contra su mano.
—Oh Dios mío, San—jadeé.
Dejó caer la cabeza en la curva de mi cuello y empezó a deslizar sus dedos dentro y fuera de mí. Cada vez que volvían a entrar, me movía contra la presión.
Mi cuerpo tomaba el control y todo por lo que me preocupaba era el placer.
—Eso es—dijo contra mi piel—Déjame hacer que se sienta bien. Quiero que te vengas contra mi mano para poder sentirlo.
Las palabras sucias me enviaron sobre el borde. Grité su nombre, pero su boca cubrió la mía para amortiguar el sonido.
La pulsación pasó al éxtasis y mi cuerpo temblaba bajo ella.
Sus dedos se deslizaron fuera y su cuerpo me dejó. Abriendo los ojos con pánico, empecé a rogarle que volviera.
Pero no se marchaba.
Se quitaba los vaqueros.
Mirar a Santana López desnudarse era una de las cosas que una persona nunca olvidaría.
Su braga cayó al suelo junto a sus vaqueros y tragué... fuerte.
Aunque habíamos tenido sexo antes, no le llegué a ver desnuda.
Nunca vi a ninguna persona desnuda, además de mi, pero no creo que cuente.
Era impresionante.
Santana cogió los lados de mis bragas y las bajó, después las lanzó al suelo con el resto de nuestra ropa desechada.
—Eres tan hermosa—susurró con voz asombrada mientras me miraba fijamente.
—Tú también —contesté, porque era la verdad.
Santana sonrió.
—Vas a tener que dejar de decirme cosas como “preciosa” y “hermosa”. Me voy a acomplejar. ¿Por qué no puedo ser “sexy”, o quizás “irresistible”?
—También eres esas cosas. Créeme—le sonreí.
Santana se mantuvo sobre mi cuerpo mientras me miraba.
—Esa noche. En el almacén. Nunca me perdonaré por eso. Nunca va a ser así otra vez entre nosotras.
Extendí la mano y metí el cabello que caía frente a sus ojos detrás de su oreja.
—Pero se sintió bien. En serio, muy bien. Mejor que cualquiera de las veces que fantaseé sobre ello.
Santana se congeló.
—¿Cuando dices “fantasear”... quieres decir que piensas en mí cuando te tocas?
Mi cara se puso instantáneamente roja, supe que vio mi rubor y sabía la respuesta.
No ganaba nada negándolo.
Asentí.
—Mierda—exhaló—No voy a ser capaz de sacar esa imagen de mi mente—inclinó la cabeza y me besó suavemente en los labios—Quiero estar junto a ti. Pero si quieres que paremos aquí, lo haremos.
No.
Me hallaba lo suficientemente desesperada que podría atarla si trataba de escapar.
—También te quiero unida a mí.
Santana se mordió el labio inferior y cerró los ojos con fuerza.
—Cariño, entre decirme que te tocas pensando en mí y que me quieres unida a ti, puede que jodidamente explote incluso antes de estar rozándonos.
Riendo, moví mis caderas bajo las suyas, queriendo sentirla sin nada entre nosotras.
—Mmm, aún no—dijo e inclinó la cabeza para besar mis labios.
Después bajó a besar cada pezón. Tiró de cada uno de ellos en su boca antes de dejar un rastro de besos bajando por mi estómago. Cuando sus manos tocaron la parte interna de mis muslos y las abrió más, dejé de respirar.
El primer contacto de la lengua de Santana contra mi clítoris y tuve que morderme fuertemente el labio inferior para evitar gritar su nombre.
Agarré un puñado de su cabello mientras ella continuaba probando y lamiendo.
Saber qué hacía esto completamente sobria, lo hizo incluso mejor.
Mi cuerpo empezó a temblar y supe que me acercaba. No iba a poder evitar gritar.
La boca de Santana me dejó y me encontraba punto de rogarle. Sus ojos se encontraron con los míos.
—Eso fue increíble. Nada ha sabido tan bien como tú.
Decidí que la charla sucia era algo en lo que sobresalía. Estaba bastante segura de que ella podía llevarme al orgasmo con sólo hablarme sucio en la oreja.
Me pregunté si iba a intentarlo en algún momento.
Cuando Santana se bajó sobre mí, detuvo mi hilo de pensamientos. Cerró los ojos con fuerza mientras su sexo se acomodaba con el mío.
—No creo que pueda esperar—dijo con un susurro desigual.
—No lo hagas. Por favor—rogué y elevé las caderas.
Santana se acomodó y nos rozamos.
—Tan húmeda. Jodido cielo.
Cuando nos encontrábamos completamente unidas y con un perfecto roce, las dos gemimos.
Estaba unida a mí.
Quería mantenerla ahí.
Nunca antes me sentí tan unida a alguien.
Supe ahora lo desconectado que ella había estado la primera vez que hicimos esto.
Esta vez era tan diferente.
Estaba aquí conmigo.
Sintiendo todo lo que yo sentía.
—Eres tan caliente y húmeda. Quiero quedarme aquí—dijo antes de cubrir su boca con la mía.
Su lengua entró en mi boca y la chupé fuertemente.
Santana empezó a moverse. Mis caderas se movían con ella mientras nos deslizábamos y rozábamos contra la otra.
Me besó y susurró palabras de aprobación mientras sus movimientos se hacían más rápidos y más fuertes.
Subí con ella.
Necesitaba más.
Esta vez sabía lo que venía y lo quería.
Justo cuando me golpeó mi orgasmo, Santana agarró mis caderas y empujó fuertemente una última vez, gritando mi nombre.
Fue perfecto.
Brittany se había quedado dormida leyéndole a Bree, con el libro sobre su estómago.
En el momento en el que trajimos a Bree de vuelta y rastreé a mi mamá, Bree determinó que se quedaba con Brittany.
Le rogó a Brittany que se quedara y cuando la rubia me miró en busca de ayuda, estuve de acuerdo con el hecho de que se quedara era una idea estupenda.
Así que Brittany se había ido a recoger unas pocas cosas, incluidos varios de sus favoritos libros de la infancia, mientras que Bree dormía la siesta.
Eso me dio tiempo para llamar a mamá y conseguir que los chicos volvieran con ella mientras yo cuidaba a Bree.
Ni siquiera discutí o entré a comprobarla cuando apareció a recoger a los chicos.
Odiaba enviar a los chicos con ella, pero no me los podía quedar.
Tendría que conseguir una orden judicial y mi mamá era lo suficientemente vengativa como para rechazarme.
Incluso si me lo permitía, los chicos estaban mejor separados de Bree mientras que se encontraba enferma.
Además, no podría hacer esto por mi cuenta.
Mamá podría ser la peor mamá, pero pasaba mucho más tiempo en casa que yo.
Cuando empezara la temporada de Softbol, estaría demasiado ocupada como para dormir, mucho menos cuidar a los niños.
Era una situación sin salida.
Tenía que seguir recordándome que viví con mi mamá y no tuve una hermana mayor para cuidarme.
Las manos de Brittany se deslizaron y el libro empezó a caer al suelo, causando que despertara. Parpadeó varias veces, después giró la cabeza para ver a Bree, que se encontraba acurrucada durmiendo plácidamente a su lado. Se acercó, apartó el cabello de la cara de Bree y comprobó su temperatura con el dorso de su mano antes de levantarse lentamente.
Sus ojos se encontraron con los míos cuando se giró para salir por la puerta. Pasó una mano por su cabello en un intento de domar lo que había despeinado y luego me sonrió.
—Supongo que también estaba cansada—susurró mientras yo daba un paso atrás y la dejaba salir de la habitación.
Cerré la puerta detrás de ella.
—Sí, Bree te tuvo muy ocupada.
Brittany rió ligeramente.
—Es una dulzura. Me gustó pasar tiempo con ella.
Ella no tenía ni idea de lo mucho que había significado para Bree. Brittany fue la primera adulta en prestarle atención.
—Gracias. No creo que lo hubiese logrado sin tu ayuda. Nunca ha estado tan enferma. Fue un susto de muerte.
Brittany me sonrió.
—Después de lo que he presenciado hoy contigo, estoy convencida de que hubieses sido perfecto. Nunca hubiese imaginado que serías tan buena hermana mayor.
El acento burlón de su voz era sexy.
Todo en ella era sexy.
Y tenía un pequeño bolso con sus cosas así que se podía quedar a dormir.
No iba a ser capaz de controlarme.
Necesitaba algo de ella.
Las emociones que se arremolinan dentro de mí tomaron el control. Todo desde atracción a agradecimiento a alivio.
Logramos algo juntas.
Quería celebrar. Con ella.
—Voy a ducharme e ir a la cama, si eso te parece bien. ¿Dónde quieres que duerma?
Dónde quería que durmiera y dónde iba a dormir eran dos cosas diferentes.
—Voy a hacerme una cama en el suelo de la habitación. Puedes usar el sofá. A no ser, por supuesto, que estés dispuesta a compartirlo. Entonces estaría de acuerdo. Soy una buena compañera de cama.
Los ojos de Brittany se ensancharon antes de que dejara escapar una risita.
—Aunque estoy segura de que eres una talentosa compañera de cama, creo que voy a pasar. Puedo quedarme con el suelo de la habitación si quieres.
La única noche de mi vida que conseguí que Brittany la pasara en mi departamento, no iba a dormir en el suelo.
La quería en mi sofá.
De hecho, la quería en mi cama, pero en este momento la ocupaba Bree.
Sin embargo, iba a asegurarme de que Brittany usara una de mis almohadas. De ese modo, tendría su olor durante un tiempo después de que se fuera.
—No, insisto. Vas a dormir en el sofá.
Brittany me estudió durante un momento.
Pude ver preocupación e incertidumbre en sus ojos. Quería preguntarme algo y no podía decidir si lo iba a hacer o no. Me quedaría aquí y la dejaría pensar todo el tiempo que necesitara.
—¿Los chicos llegaron bien a casa?—preguntó finalmente.
No era exactamente de lo que quería hablar. Sabía adónde se dirigía esto.
—Sí, mi mamá vino a recogerlos.
—Están, um, es decir, eh, crees que van a estar bien... ahí... quiero decir...—tartamudeó nerviosamente.
Fui al sofá y me senté, después la miré.
—Tienen un teléfono. Si me necesitan, llamarán.
Brittany frunció el ceño y dio un paso hacia mí.
—¿Tu mamá entró a ver a Bree?
Esta no era una vida que Brittany fuera capaz de comprender.
Su papá pudo haberlo jodido todo y abandonarlos recientemente, pero su vida había sido malditamente privilegiada.
—No, Britt. No lo hizo. No se preocupa. No hay nadie en la tierra a quien odie más que a mi mamá. ¿Eso es sobre lo que tenías curiosidad?—mis palabras salieron más duras de lo que tenía intención.
Brittany caminó hacia el sofá y se sentó a mi lado.
—Santana, lo siento. No quise entrometerme. Sólo tenía curiosidad porque Bree ni una vez preguntó por su mamá o habló de ella. Eso fue extraño para mí. Cuando crecí, mientras me encontraba enferma siempre quería a mi mamá. No podía entender por qué ella nunca preguntó por la suya.
Apoyé la cabeza en la pared y la giré para poder mirar a Brittany.
Estaba preocupada y claramente enfadada. Le enseñaba un mundo que ella ni siquiera sabía que existía y ese mundo ni siquiera era la peor parte de mí.
—Eres la primera mujer que ha pasado tiempo con Bree, además de mi claro está. Mi mamá está o borracha, dormida, o fuera. Bree ha sido criada por Ryder cuando están en casa. Me aseguro de que las facturas estén pagadas y que los niños tengan comida. Luego, como has visto hoy, si alguien se enferma, lo manejo.
—Oh dios, eso hace que me duela el pecho—susurró Brittany, frotando el puño sobre su corazón—Quiero acurrucarme con Bree y abrazarla. No es de extrañar por qué Ryder actúa como si tuviera veinte en lugar de once años.
La alcancé y aparté la mano de su pecho.
—Estarán bien. Yo lo estoy y no tuve hermanos mayores para ayudarme. Lo logré sin nadie. No te enfades por ello. No son los únicos niños que crecen en esta situación.
Los ojos de Brittany sujetaban lágrimas no derramadas mientras trataba de evitar que temblara su labio inferior.
Ah, diablos. La hice llorar.
No le conté todo eso para hacerla llorar.
Sólo respondí sus preguntas. La dejé entrar un poco en mi jodida vida. Más de lo que alguna vez he dejado a alguien.
—Eres la única persona a la que le he contado sobre los niños y mi mamá. Ni siquiera se lo he contado a tu hermano.
Brittany apretó los labios con fuerza y asintió. No respondió. Aún intentaba con fuerza no llorar.
Su blando corazón no podría manejar esto.
Si alguna vez supiera una pequeña parte de lo que mi mamá le ha hecho a esos niños y a mí, ella nunca sería capaz de tratar con ello.
—Ven aquí—dije amablemente mientras la cogía de los brazos y la apretaba contra mi pecho.
Brittany
No poner pegas para ir a los brazos de Santana no fue probablemente muy inteligente, pero en ese momento, no me importó.
Necesitaba abrazarla.
No podía abrazar a Ryder y a Jake, pero podría abrazarlo a ella. Y mañana le daría a Bree cada segundo de mi atención cuando no estuviera en clase.
Quizás me las saltaría para estar aquí.
Ella volvería pronto con su mamá. La idea de que estuviera descuidada era dolorosa.
—Siento habértelo dicho—susurró Santana contra mi cabello mientras me sostenía con fuerza.
Yo no lo sentía.
Me dejó entrar. Era algo que había querido.
Sin embargo, cuando quise entrar, no tenía ni idea de que iba a averiguar esto.
Imágenes de Santana a lo largo de los años seguían apareciendo en mi mente.
Cuando la conocí, había sido una niña delgada con el cabello tan largo que. Incluso con sus vaqueros descoloridos y su camiseta desgastada no podía evitar pensar que era hermosa.
Pero me preguntaba por qué su mamá la dejaba lucir así.
—Gracias por decírmelo. Por dejarme ayudar. Sé que reacciono como la niña mimada que soy, pero estoy procesándolo. Quiero ir, separarlos de tu mamá y mantenerlos cerca. Cuidarlos. Asegurarme de que tengan buenos cortes de cabello y ropa limpia.
El pecho de Santana retumbó por su risa y la miré.
—¿Buenos cortes de cabello y ropa limpia?—preguntó, sonriéndome.
—Sigo recordando la primera vez que te vi. Tu cabello era ridículamente largo y tu ropa desgastada. Eso no quitaba que fueras la niña más hermosa que había visto, pero aun así...
Oh, mierda. ¿Dije eso?
Santana inclinó la cabeza y me estudió durante un momento.
—¿Pensabas que era hermosa?
Suspirando, empecé a salirme de sus brazos, pero me sujetó firmemente.
—Respóndeme—susurró, bajando la cabeza para que su boca estuviese cerca de mi oído.
—Sí. Sabes que eres hermosa.
Santana deslizó una mano por mi espalda hasta que tuvo un agarre firme en mi cintura y después me sostuvo más cerca contra su pecho.
—Quizás no lo sepa—contestó, elevando su otra mano para acunar mi cara y pasar su pulgar por mi pómulo—Quizás estoy tratando de averiguar por qué querrías tener algo que ver conmigo.
¿Hablaba en serio?
—He tenido un flechazo por ti desde que tenía dieciséis años. Seguramente lo sabes. No era muy reservada sobre ello. Nunca me he perdido uno de tus partidos de Softbol, incluso los que jugabas fuera. Encontraba cualquier razón en la que pudiera pensar para lanzarme en tu camino. Entonces cuando conseguí tu atención, estabas borracha, pero no me importó. Me encontraba dispuesta a tomar lo que pudiera conseguir. Quizás no pensaba que te encontrabas tan borracha, pero me sentía feliz de que no me estuvieses tratando como una niña pequeña. Estaba cansada de tener que fantasear sobre ti. Quería lo real.
Santana se quedó muy quieta.
Mierda.
Abrí la boca y dije demasiado.
Ella iba a empujarme al baño e irse a esconder a su habitación.
—¿Fantaseabas sobre mí?
¿En serio?
¿Eso era todo lo que había elegido de lo que acababa de decir?
—Sí—respondí, rodando los ojos y tratando de apartarme, sólo para ser sujeta en mi lugar por su mano gracias a un agarre apretado en mi cadera.
Santana bajó la boca hasta que estuvo contra mi mejilla.
—¿Por qué no me cuentas esas fantasías? Ya sabes, para poder entenderlo mejor—su cálido aliento hizo cosquillas en mi piel y me estremecí.
—Es una mala idea —contesté.
La mano de Santana se deslizó bajo mi camisa hasta que sus dedos acariciaban mi estómago desnudo.
—No estoy de acuerdo. Creo que es una buena idea—dijo antes de repartir besos contra la piel sensible detrás de mi oreja hasta mi cuello.
No era fácil formar pensamientos mientras la mano de Santana subía lentamente por mi estómago y su boca acariciaba y daba pequeños mordiscos a mi cuello.
No podía recordar de qué hablábamos.
—Lo ves, Britt, es una buena idea. Malditamente buena—dijo justo antes de que su mano acunara uno de mis pechos.
Concentración.
Necesitaba concentrarme.
Había una razón por la que esto era una mala idea. Sólo tenía que pensarlo bien.
—Quítate la camisa para mí—dijo Santana en un susurro ronco.
Después sacó la camisa sobre mi cabeza y la dejó caer a un lado de nosotras. Sus parpados estaban bajos y la hacía más sexy.
No me había dado cuenta de que era posible.
Con una mano, Santana desabrochó los ganchos de mi sujetador y lo apartó.
Antes había estado con ella así, pero era oscuro. Ahora no nos encontrábamos en la oscuridad y las palabras de Santana “Sé que tus tetas no son tan grandes” volvieron a atormentarme.
No tenía la copa de la mayoría de las chicas con las que salía o las de ella misma.
Le gustaban las tetas grandes.
Las mías no se parecían a lo que estaba acostumbrado. Busqué frenéticamente mi camisa.
—Britt, no—Santana pasó la mano por mi cabello y giró mi cabeza hacia ella. Después su boca cubrió la mía.
El suave calor de sus labios mientras me mordían y probaban hizo que mi interior se convirtiera en mantequilla.
Deslicé las manos alrededor de su cuello y le sujeté, asustada de que se diera cuenta de que tenía pechos pequeños o de que no quisiera hacer esto otra vez y me apartara.
Dejando escapar un gruñido bajo, Santana agarró mis piernas y me puso completamente en su regazo hasta que me encontraba a horcajadas.
La presión mandó pizcas de placer por mi cuerpo.
Fijé mis manos en su cabello, continué saboreándola y perdiéndome en la conexión que antes había negado.
Sus dientes atraparon mi labio inferior y lo mordió suavemente dando un pequeño tirón. Temblé y me apreté más fuerte contra suyo, causando que gimiéramos por la sensación.
Las manos de Santana subieron por mis muslos y después se encontraban en mis pechos. Una vez más me recordé lo carente que estaba en ese aspecto.
Me tensé y empecé a apartarme.
—¿Qué pasa?—preguntó Santana, acercándome mientras yo trataba de alejarme.
—Nada. Pero... ¿puedo ponerme la camisa?
Santana bajó la cabeza, manteniendo sus ojos fijos en los míos hasta que su lengua salió y lamió uno de mis pezones.
Después lo metió en su boca y mi cuerpo me traicionó lanzando fuegos artificiales. Agarré sus hombros y me aferré mientras continuaba la lujosa atención a un pecho, después al otro.
Los gritos de placer saliendo de mi boca no eran de ayuda.
La lengua de Santana tenía completo control sobre mi cuerpo.
Cuando se detuvo el calor de sus talentosos cuidados, abrí la boca para rogar por más, pero la presión en mis cortos pantalones vaqueros me detuvo.
Bajando la mirada, miré mientras abría la cremallera de mis pantalones, después pasó su mano por el satén rosa de mi ropa interior.
—¿Por qué querías ponerte la camisa, Britt?—preguntó, subiendo sus ojos para encontrarse con los míos.
¿Mi camisa?
¿Qué?
Estaba confundida...
—¿Qué?—pregunté, hipnotizada por la forma en la que sus largas pestañas acariciaban su mejilla mientras me miraba con hambre e intenso brillo en sus ojos.
—Querías ponerte la camisa. ¿Por qué?
Oh sí... mi camisa.
Lo había olvidado.
—Um, eh, era sólo que...
No quería decir esto.
No quería sacar el tema.
Sólo quería que siguiera deslizando su mano más abajo en mis pantalones.
Si le recordaba que mis tetas eran muy pequeñas para su gusto, eso podría no ocurrir.
Cogió uno de mis pechos y pasó el pulgar por mi pezón.
—Saben tan dulces como parecen—susurró con voz ronca.
—Oh—suspiré, mirándolo tocarme.
—¿Por qué querías taparlos?
No iba a dejar esto pasar.
Suspirando, traté de que sus manos se deslizaran más en mi pantalón. No funcionó.
Ella no iba a hacer nada hasta que le respondiera.
—Porque son más pequeños de lo que te gusta—murmuré, agachando la cabeza para esconder la humillación en mi cara de haber tenido que decir eso en voz alta.
Santana se congeló y maldije mentalmente.
Lo sabía.
Se detendría.
—Levántate, Brittany.
No era una petición. Era una orden.
Me mandaba a darme una ducha fría.
Salí de su regazo y me puse de pie, cruzando los brazos sobre mi pecho. Buscaría mi camisa más tarde. Girándome, empecé a dirigirme hacia la ducha, cuando Santana agarró mis caderas y me empujó de vuelta.
—¿Dónde crees que vas?—preguntó.
La miré.
—Al baño, a enfriarme.
Santana bajó sus cejas y negó.
—No.
¿Quería que me marchara?
—Date la vuelta, Britt—la profunda, y autoritaria voz sonó sexy, pero no quería girarme.
Quería esconderme en el baño.
—Por favor, cariño. Date la vuelta—susurró en mi oído.
Sabía cómo tratar conmigo. Eso era seguro.
Lentamente me di la vuelta, manteniendo los brazos cruzados sobre mi pecho desnudo. Santana se agachó y tiró de mis pantalones desabrochados hasta que se deslizaban por mis piernas.
—Quítatelos—me dijo y lo hice sin dudar.
Se levantó de su posición relajada en el sofá y tiró de mis brazos hasta que estaban descruzados descansando a mis lados. Ahuecó cada pecho con sus manos y los sostuvo como si fueran preciosos antes de mirarme.
—Eres jodidamente perfecta. Todo. Tu sonrisa. Tu risa puede iluminar todo mi maldito día. La forma en la que te preocupas tanto por la gente que dejas todo lo demás para ayudarlas. Eres jodidamente sexy, tus piernas han estado dándome calentones y bragas húmedas durante años. Estas perfectas, redondas y suaves tetas con pezones que juro saben a caramelo. Y luego está esto—deslizó una mano entre mis piernas y pasó su dedo corazón por la tela húmeda de mis bragas—Joder, cariño. No hay nada mejor que esto—gimió antes de cubrir mi boca con la suya y besarme fuerte y rápido.
Cada empuje de su lengua debilitaba mis rodillas.
Sabía lo que ella quería.
Sabía lo que yo quería y el beso salvaje aumentó más mi deseo.
Cogí su camisa, haciendo puños en el material y jalé hacia arriba junto con su sujetador.
La necesitaba desnuda.
Me aparté de nuestro beso y pasé las manos por sus pechos para poder sentir sus pezones duros.
—Te quedan como tres segundos de exploración, Britt. No puedo aguantar mucho más.
Bajé los dedos hasta el botón de sus vaqueros y lo desabroché, después lentamente bajé la cremallera. Justo cuando empecé a jalarlos, Santana me cogió y besó fuerte en la boca, después me lanzó al sofá.
—Se agotó el tiempo—gruñó mientras me cubría con su cuerpo.
Abrí las piernas.
Ahora sólo teníamos una capa de vaqueros contra nosotras.
Santana pasó la mano por mi estómago y luego deslizó los dedos en mis bragas. Cuando sus dedos llegaron a su destino, la agarré y me apreté contra su mano.
—Oh Dios mío, San—jadeé.
Dejó caer la cabeza en la curva de mi cuello y empezó a deslizar sus dedos dentro y fuera de mí. Cada vez que volvían a entrar, me movía contra la presión.
Mi cuerpo tomaba el control y todo por lo que me preocupaba era el placer.
—Eso es—dijo contra mi piel—Déjame hacer que se sienta bien. Quiero que te vengas contra mi mano para poder sentirlo.
Las palabras sucias me enviaron sobre el borde. Grité su nombre, pero su boca cubrió la mía para amortiguar el sonido.
La pulsación pasó al éxtasis y mi cuerpo temblaba bajo ella.
Sus dedos se deslizaron fuera y su cuerpo me dejó. Abriendo los ojos con pánico, empecé a rogarle que volviera.
Pero no se marchaba.
Se quitaba los vaqueros.
Mirar a Santana López desnudarse era una de las cosas que una persona nunca olvidaría.
Su braga cayó al suelo junto a sus vaqueros y tragué... fuerte.
Aunque habíamos tenido sexo antes, no le llegué a ver desnuda.
Nunca vi a ninguna persona desnuda, además de mi, pero no creo que cuente.
Era impresionante.
Santana cogió los lados de mis bragas y las bajó, después las lanzó al suelo con el resto de nuestra ropa desechada.
—Eres tan hermosa—susurró con voz asombrada mientras me miraba fijamente.
—Tú también —contesté, porque era la verdad.
Santana sonrió.
—Vas a tener que dejar de decirme cosas como “preciosa” y “hermosa”. Me voy a acomplejar. ¿Por qué no puedo ser “sexy”, o quizás “irresistible”?
—También eres esas cosas. Créeme—le sonreí.
Santana se mantuvo sobre mi cuerpo mientras me miraba.
—Esa noche. En el almacén. Nunca me perdonaré por eso. Nunca va a ser así otra vez entre nosotras.
Extendí la mano y metí el cabello que caía frente a sus ojos detrás de su oreja.
—Pero se sintió bien. En serio, muy bien. Mejor que cualquiera de las veces que fantaseé sobre ello.
Santana se congeló.
—¿Cuando dices “fantasear”... quieres decir que piensas en mí cuando te tocas?
Mi cara se puso instantáneamente roja, supe que vio mi rubor y sabía la respuesta.
No ganaba nada negándolo.
Asentí.
—Mierda—exhaló—No voy a ser capaz de sacar esa imagen de mi mente—inclinó la cabeza y me besó suavemente en los labios—Quiero estar junto a ti. Pero si quieres que paremos aquí, lo haremos.
No.
Me hallaba lo suficientemente desesperada que podría atarla si trataba de escapar.
—También te quiero unida a mí.
Santana se mordió el labio inferior y cerró los ojos con fuerza.
—Cariño, entre decirme que te tocas pensando en mí y que me quieres unida a ti, puede que jodidamente explote incluso antes de estar rozándonos.
Riendo, moví mis caderas bajo las suyas, queriendo sentirla sin nada entre nosotras.
—Mmm, aún no—dijo e inclinó la cabeza para besar mis labios.
Después bajó a besar cada pezón. Tiró de cada uno de ellos en su boca antes de dejar un rastro de besos bajando por mi estómago. Cuando sus manos tocaron la parte interna de mis muslos y las abrió más, dejé de respirar.
El primer contacto de la lengua de Santana contra mi clítoris y tuve que morderme fuertemente el labio inferior para evitar gritar su nombre.
Agarré un puñado de su cabello mientras ella continuaba probando y lamiendo.
Saber qué hacía esto completamente sobria, lo hizo incluso mejor.
Mi cuerpo empezó a temblar y supe que me acercaba. No iba a poder evitar gritar.
La boca de Santana me dejó y me encontraba punto de rogarle. Sus ojos se encontraron con los míos.
—Eso fue increíble. Nada ha sabido tan bien como tú.
Decidí que la charla sucia era algo en lo que sobresalía. Estaba bastante segura de que ella podía llevarme al orgasmo con sólo hablarme sucio en la oreja.
Me pregunté si iba a intentarlo en algún momento.
Cuando Santana se bajó sobre mí, detuvo mi hilo de pensamientos. Cerró los ojos con fuerza mientras su sexo se acomodaba con el mío.
—No creo que pueda esperar—dijo con un susurro desigual.
—No lo hagas. Por favor—rogué y elevé las caderas.
Santana se acomodó y nos rozamos.
—Tan húmeda. Jodido cielo.
Cuando nos encontrábamos completamente unidas y con un perfecto roce, las dos gemimos.
Estaba unida a mí.
Quería mantenerla ahí.
Nunca antes me sentí tan unida a alguien.
Supe ahora lo desconectado que ella había estado la primera vez que hicimos esto.
Esta vez era tan diferente.
Estaba aquí conmigo.
Sintiendo todo lo que yo sentía.
—Eres tan caliente y húmeda. Quiero quedarme aquí—dijo antes de cubrir su boca con la mía.
Su lengua entró en mi boca y la chupé fuertemente.
Santana empezó a moverse. Mis caderas se movían con ella mientras nos deslizábamos y rozábamos contra la otra.
Me besó y susurró palabras de aprobación mientras sus movimientos se hacían más rápidos y más fuertes.
Subí con ella.
Necesitaba más.
Esta vez sabía lo que venía y lo quería.
Justo cuando me golpeó mi orgasmo, Santana agarró mis caderas y empujó fuertemente una última vez, gritando mi nombre.
Fue perfecto.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
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23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
ya en los 5 sentidos,.. ya no se pueden separar o por lo menos san no lo va a hacer!!!
bruno britt es la única que sebe la familia de san,.. va a ser un punto para que estén serca!!
nos vemos!!!
ya en los 5 sentidos,.. ya no se pueden separar o por lo menos san no lo va a hacer!!!
bruno britt es la única que sebe la familia de san,.. va a ser un punto para que estén serca!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Hola!!! Veremos que pasar de ahora en adelanto, espero que San no se termines arrepintiendo como Siempre!! !
Pobre los Hermanos de San por lo que tienen que pasar!!
Saludos
Pobre los Hermanos de San por lo que tienen que pasar!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Conque santana no comienze con sus estupidos arrepentimientos, todo estara bien!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
Jajajajajaja me dieron risa los comentarios ya están prediciendo el arrepentimiento de San .... Solo espero que se equivoquen aunque siento que seguirá cambiando de idea porque debe seguir con su trabajo y contarle eso a la rubia es difícil, pero veamos cuanto dura todo esto
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ahora (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
ya en los 5 sentidos,.. ya no se pueden separar o por lo menos san no lo va a hacer!!!
bruno britt es la única que sebe la familia de san,.. va a ser un punto para que estén serca!!
nos vemos!!!
Hola lu, si que si!!! xfin!!!! jajaja. Obvio, no la sabe lo q es y ya quedo atrapada jajajajaaj... del todo ajajajaj. Lo q es muy importante... y creo lo mismo la vrdd. Saludos =D
monica.santander escribió:Hola!!! Veremos que pasar de ahora en adelanto, espero que San no se termines arrepintiendo como Siempre!! !
Pobre los Hermanos de San por lo que tienen que pasar!!
Saludos
Hola, espero y q las cosas solo sean mejores. =O nonononono ni lo digas q pasa! Si =/ por lo menos ellos estan juntos, san lo tuvo q pasar sola =/ saludos =D
micky morales escribió:Conque santana no comienze con sus estupidos arrepentimientos, todo estara bien!!!!
Hola, nononononono ni lo digas!!!! Tienen q seguir así como estan ahora! ajjaja. Saludos =D
JVM escribió:Jajajajajaja me dieron risa los comentarios ya están prediciendo el arrepentimiento de San .... Solo espero que se equivoquen aunque siento que seguirá cambiando de idea porque debe seguir con su trabajo y contarle eso a la rubia es difícil, pero veamos cuanto dura todo esto
Hola, jajajajaaj xD esk como se comporta xD Espero lo mismo XD jajaja no kiero q san caiga otra vez en lo mismo =/ Aaaah, ese es otro tema... otro tema realmente importante =/ Aquí otro cap para saber más! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
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