|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
[Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
+4
micky morales
3:)
Isabella28
23l1
8 participantes
Página 5 de 6.
Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 20
Capitulo 20
En La Actualidad…
Santana
En nuestra habitación, Brittany se encontraba de pie desvistiéndose.
Era algo que observé millones de veces antes, pero nunca me cansaba de verlo.
Podría mirar esto con completa fascinación una y otra vez. Con cada año, de alguna forma, me las arreglaba para amar más a esta mujer.
Verla ser la mamá de nuestros niños solo hacía ese amor más fuerte.
Cuando movió las caderas para hacer que su pantaloncillo cayera al suelo, dejándola en nada más que esas bragas negras de satén cubriendo su dulce trasero, renuncié a mi contención.
Presioné mi pecho contra su espalda y deslicé las manos a su alrededor para apoyarlas en su abdomen plano.
—Eres tan malditamente maravillosa—susurré en su oreja antes de mordisquear el lóbulo.
Se estremeció en mis brazos y se derritió contra mí.
—Mmmm—fue su única respuesta.
Acuné sus senos en mis manos y dejé que su peso descansara en mis palmas antes de tironear sus excitados pezones.
Su respiración se tornó más agitada mientras presionaba su pecho en mis manos, su forma de rogar en silencio por más.
Hasta Brittany, fui una mujer piernas. Pero después de verla desnuda la primera vez, me convertí en una mujer de tetas, culo y piernas.
Era tan perfecta que no pude decidir que amaba más en su cuerpo.
Ni siquiera me importaba decirle todo el tiempo que su cuerpo era mucho mejor que el mío en todos los sentidos… aunque pensándolo bien su cuerpo es el mío.
—Inclínate y pon tus manos en la cama—dije, apoyando una mano en su espalda y empujándola hacia adelante.
Con el tiempo, Brittany llegó a amar cuando era demandante con el sexo. La hacía ponerse más caliente cuando le decía qué hacer.
Al principio, no fue así.
Fui tan delicada como fue posible, y la traté como el tesoro que era.
Se inclinó y puso sus dos palmas en la cama, luego separó las piernas mientras arqueaba la espalda. Ella sabía que se veía como un maldito sueño mojado, y lo aprovechaba.
—Dios, amo tu trasero—dije, corriendo mi mano sobre él cariñosamente antes de tironear sus bragas hacia abajo y hacerla quitárselas.
—¿Mojada por mí, ya?—pregunté, sabiendo la respuesta.
Deslicé una mano hacia arriba entre sus piernas y burlé del interior de sus muslos mientras jadeaba y llorisqueaba. Luego, deslicé los dedos entre la tierna carne rosada.
—Maldición, sí—gruñí mientras su excitación me cubría la mano.
—San, no juegues conmigo. Necesito que me folles. Ahora. Podemos jugar después—dijo en un gemido suplicante.
Cuando mi mujer quería ser follada, yo la follaba.
—¿Esta noche simplemente lo quieres? ¿Es así?—me burlé de ella.
—Sí—jadeó—Sí, por favor.
—¿Puedo lamer mi dulce coño primero?—le pregunté, inclinándome sobre ella para darle un beso en la parte baja de su espalda.
—Ah, San, por favor—ahora rogaba, meneando su trasero en mi rostro.
Tendría que besar su coño después. Ahora, necesitaba estar en su interior.
Con un fuerte empuje la penetre con tres dedos, y presionó la cara en el colchón para sofocar su grito. Nos hallábamos al otro lado de la casa, alejadas de los niños, pero aun así intentábamos tener cuidado cuando se encontraban en casa.
Cuando estaban en la escuela, a menudo venía a casa para follar a mi mujer para hacerla gritar tan fuerte hasta que los vecinos pudieran escucharla.
Era algo que observé millones de veces antes, pero nunca me cansaba de verlo.
Podría mirar esto con completa fascinación una y otra vez. Con cada año, de alguna forma, me las arreglaba para amar más a esta mujer.
Verla ser la mamá de nuestros niños solo hacía ese amor más fuerte.
Cuando movió las caderas para hacer que su pantaloncillo cayera al suelo, dejándola en nada más que esas bragas negras de satén cubriendo su dulce trasero, renuncié a mi contención.
Presioné mi pecho contra su espalda y deslicé las manos a su alrededor para apoyarlas en su abdomen plano.
—Eres tan malditamente maravillosa—susurré en su oreja antes de mordisquear el lóbulo.
Se estremeció en mis brazos y se derritió contra mí.
—Mmmm—fue su única respuesta.
Acuné sus senos en mis manos y dejé que su peso descansara en mis palmas antes de tironear sus excitados pezones.
Su respiración se tornó más agitada mientras presionaba su pecho en mis manos, su forma de rogar en silencio por más.
Hasta Brittany, fui una mujer piernas. Pero después de verla desnuda la primera vez, me convertí en una mujer de tetas, culo y piernas.
Era tan perfecta que no pude decidir que amaba más en su cuerpo.
Ni siquiera me importaba decirle todo el tiempo que su cuerpo era mucho mejor que el mío en todos los sentidos… aunque pensándolo bien su cuerpo es el mío.
—Inclínate y pon tus manos en la cama—dije, apoyando una mano en su espalda y empujándola hacia adelante.
Con el tiempo, Brittany llegó a amar cuando era demandante con el sexo. La hacía ponerse más caliente cuando le decía qué hacer.
Al principio, no fue así.
Fui tan delicada como fue posible, y la traté como el tesoro que era.
Se inclinó y puso sus dos palmas en la cama, luego separó las piernas mientras arqueaba la espalda. Ella sabía que se veía como un maldito sueño mojado, y lo aprovechaba.
—Dios, amo tu trasero—dije, corriendo mi mano sobre él cariñosamente antes de tironear sus bragas hacia abajo y hacerla quitárselas.
—¿Mojada por mí, ya?—pregunté, sabiendo la respuesta.
Deslicé una mano hacia arriba entre sus piernas y burlé del interior de sus muslos mientras jadeaba y llorisqueaba. Luego, deslicé los dedos entre la tierna carne rosada.
—Maldición, sí—gruñí mientras su excitación me cubría la mano.
—San, no juegues conmigo. Necesito que me folles. Ahora. Podemos jugar después—dijo en un gemido suplicante.
Cuando mi mujer quería ser follada, yo la follaba.
—¿Esta noche simplemente lo quieres? ¿Es así?—me burlé de ella.
—Sí—jadeó—Sí, por favor.
—¿Puedo lamer mi dulce coño primero?—le pregunté, inclinándome sobre ella para darle un beso en la parte baja de su espalda.
—Ah, San, por favor—ahora rogaba, meneando su trasero en mi rostro.
Tendría que besar su coño después. Ahora, necesitaba estar en su interior.
Con un fuerte empuje la penetre con tres dedos, y presionó la cara en el colchón para sofocar su grito. Nos hallábamos al otro lado de la casa, alejadas de los niños, pero aun así intentábamos tener cuidado cuando se encontraban en casa.
Cuando estaban en la escuela, a menudo venía a casa para follar a mi mujer para hacerla gritar tan fuerte hasta que los vecinos pudieran escucharla.
*********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
si que a pesar de pasar los años,.. siguen como el primer dia!!!
vale un amor asi jaja
nos vemos!!!
si que a pesar de pasar los años,.. siguen como el primer dia!!!
vale un amor asi jaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Son tan lindas juntas, en fin... estare fuera por un par de dias asi que FELIZ NAVIDAD!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
si que a pesar de pasar los años,.. siguen como el primer dia!!!
vale un amor asi jaja
nos vemos!!!
Hola lu, ajajajajaj xD ajajaj el amor, el amor!!!! lo cual me tiene feliz, ya qsu inicio fue malo. O no¿?! yo lo kiero! ajjaja. Saludos =D
micky morales escribió:Son tan lindas juntas, en fin... estare fuera por un par de dias asi que FELIZ NAVIDAD!!!!!
Hola, siii!!!! son unas ternuritas ajajajajaja. Suele pasar! Que la pases muy bn! Feliz Navidad! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 21
Capitulo 21
Hace Ocho Años…
Brittany
Cargar mi propia bolsa me impediría sanar y posiblemente tornaría peor mi fractura.
Sin embargo, después de tres días de Santana caminando a mi lado y llevándola a cada clase mientras personas coqueteaban con ella sin que las detuviera, me hallaba lista para conseguirme un carro para tirar.
Cualquier cosa para poner alguna distancia entre Santana y yo, y su público adorador.
No me decía mucho, excepto preguntarme educadamente si me sentía bien o si necesitaba algo.
Con todos los demás, bromeaba y reía. Les guiñaba el ojo a algunas chicas y se reía de sus intentos de aferrarse a ella.
Era demasiado.
Era como su hermanita que necesitaba ayuda pero ella deseaba no tener la obligación.
Santana era una buena chica. Lo sabía.
Se comprometió a ayudarme, y aunque esto obviamente la retenía, no se quejaba.
La única solución era conseguir que alguien más cargara mi bolsa de libros. Tenía la certeza de que alegremente cedería la responsabilidad.
—Santana—dijo una castaña, que no conocía, en un tono repugnantemente dulce.
Hizo una pausa y miró hacia la chica, luego sonrió.
—Hola, Dani. ¿Qué pasa?
Hola, Dani. ¿Qué pasa? Repetí en mi cabeza, y luego vomité mentalmente.
Tenía que alejarme de esto.
—Esta noche hay una fiesta en mi casa. Vienes, ¿verdad? Tengo una nueva bikini especial que compré solo para ti.
Mi vómito mental parecía a punto de convertirse en un vómito real.
Esto era ridículo.
En la desesperación comencé a explorar los pasillos en busca de alguien que me rescatara.
Cualquiera.
—Escuché sobre la fiesta. Sin embargo, no estoy segura de si seré capaz de asistir—contestó.
No parecía ni divertida ni disgustada con ella. Sonaba casi decepcionada de que fuera a perderse la bikini especial.
Agh.
Vi a Becky y Joe hablando, y los ojos de Joe encontraron los míos. Hablaban sobre mí.
No les dije mucho en el almuerzo, aunque preguntaron sobre Santana después de que nos depositara a mí y mi bandeja en su mesa antes de irse a la suya.
Solo hice todo lo posible para cambiar de tema en cada ocasión.
Sin embargo, en este momento estaba lista para pedirles a mis amigos que me rescataran.
—Ayuda—le murmuré a Joe, y él instantáneamente se movió a través de la multitud hacia mí.
Santana y Dani todavía hablaban sobre la fiesta, y las cosas que podía hacerle, mientras mantenía mi enfoque en Joe.
Cuando por fin se acercó, quise desplomarme de alivio.
—Hola—dijo, mirando hacia Santana, entonces de vuelta a mí.
—Hola, te diriges camino a mi siguiente clase. ¿Te molestaría cargar mi bolsa?—le pregunté en voz baja para no llamar la atención.
En este instante, Santana escuchaba hablar a Dani.
—No—contestó Santana antes que Joe pudiera decir algo. Deslizó su brazo alrededor de mis caderas, cuidadosa de no tocar mi cintura, y apoyó una mano en mi cadera—No hay necesidad de tu ayuda. Yo puedo—le dijo a Joe.
Bueno, mierda. Intentaba liberarla de mí. Pero no me ayudaba en absoluto.
—Puedes quedarte y hablar con, eh… Dani—le contesté, señalándola—, Acerca de las opciones de sus trajes de baño. Y yo iré con Joe. Puede ayudarme con unos problemas que estoy teniendo en trigonometría.
—No—repitió Santana con un tono más firme—Puedes preguntarle más tarde. Te llevaré a clase. Vámonos.
Y entonces empezó a caminar, guiándome suavemente junto con ella.
¿Qué diablos?
Volví a mirar a Joe y me encogí de hombros. Hablaría con Joe hoy en el almuerzo cuando Santana me dejara. Porque al parecer, no iba a permitir eso en este momento.
Su mano se mantuvo firme en mi cadera mientras nos movía por el pasillo.
Nunca dejó de sorprenderme cómo la multitud se apartaba para ella mientras los cruzaba.
Odiaba admitir que me sentía protegida a su lado, acurrucada de forma segura.
—Tratabas de deshacerte de mí—dijo por fin mientras nos acercábamos a mi próxima clase.
—Parecía que preferirías estar sola y tener más tiempo para hablar de su bikini especial. Traté de ayudarte—dije, sin querer.
Encogiéndome, me abofeteé mentalmente por ser una idiota.
—No me importa su bikini—respondió en un tono duro.
En lugar de asentir y dejar pasar esto, me alejé y me volví para mirar su rostro demasiado guapo…tan linda…sexy…¡Dios!
—No soy tu responsabilidad. Odio sentir que soy esta carga sobre ti de la que no puedes deshacerte. Tengo otros amigos que pueden ayudarme. No me gusta poner un obstáculo en tu vida social.
Santana me miró como si no entendiera una palabra de lo que decía, y luego frunció el ceño.
—¿Qué?
¿Qué?
¿En serio fue esa su respuesta?
No hablé en otro idioma.
Tenía que haber entendido las palabras que salieron de mi boca.
—No tartamudeé —le dije.
Una sonrisa curvó la esquina de su boca.
—No, no lo hiciste—aceptó, luego dio un paso hacia mí y bajó su cabeza cerca de mi oído—Pero te ves tan caliente cuando estás celosa.
Era mi turno de sentirme confundida.
—¿Qué?—pregunté, retrocediendo.
Extendió la mano, agarró mi cadera y me acercó más a ella mientras miraba a alguien detrás de mí.
—Cuidado—gruñó a alguien—Casi te has topado con ella.
—Ella fue la que se topó conmigo—argumentó una voz masculina.
Los ojos de Santana se encendieron y me acercó a su lado.
—Entonces, muévete de su camino la próxima vez.
El tipo era Jacob Israel. Tenía una nota media de 7.0 y era aproximadamente del tamaño de mi hermano hace dos años. Retrocedió y se escabulló.
—Fue mi culpa. No tenías que asustarlo—dije, mirando a Santana.
Apretó la mandíbula mientras miraba hacia adelante.
—Nunca quise ir a su fiesta. No quiero ir a ninguna fiesta en la que no estás. Acepta el hecho de que todo lo que veo eres tú, Brittany Pierce. Luego decide lo que quieres hacer al respecto—me pasó para entrar a la habitación y metió la bolsa junto a la mesa donde me sentaba todos los días.
Me quedé ahí y observé mientras sacaba mis libros y un bolígrafo, luego los colocaba en mi escritorio.
Siempre hacía eso también. No quería que me agachara.
Cuando al final se volvió para irse, su mirada se clavó en la mía. No era una sonrisa burlona ni un guiño coqueto.
Era intensa, y de alguna manera, era como si me suplicara.
Santana
Me arriesgué.
Siendo una mujer conocía bastante algunos gestos, y por su insolencia repentina estaba casi segura que Brittany se sintió celosa.
Fue la única razón por la que dejé que Dani siguiera y siguiera hablando de su bikini.
Cualquier cosa para llamar la atención de Brittany.
Casi me perdí el hecho de que su trasero descarado le hizo señas a su amigo para alejarse de mí.
Diablos, no iba a pasar.
Nadie llevaba los libros de Brittany. Eso fue todo para mí. Yo cuidaba de ella.
Pasar por la siguiente clase no fue fácil.
No podía concentrarme en nada de lo que decía el maestro. Planeaba cómo iba a arreglar esto con Brittany.
Ya no iba a seguir siendo su amiga.
Hoy no iba a llevarla a esa maldita mesa del almuerzo donde se sentaba con sus amigos y dejarla.
Iba a sentarse conmigo.
Era mía y ella necesitaba admitir esa mierda ya. Antes de que me volviera loca.
Me hallaba en la puerta de su aula cuando sonó la campana, y me abrí camino para meter sus libros en su bolso.
Suspiró cuando tomé el primer libro de sus manos.
—Puedo hacer esto, Santana. No estoy completamente inútil.
No respondí. Tiré la mochila por encima del hombro y luego tendí la otra mano a Brittany.
—Es hora del almuerzo.
Miró mi mano extendida y luego de nuevo a mí antes de al fin deslizar su mano en la mía.
La ayudé a levantarse y la acerqué a mi lado.
—No fue tan difícil, ¿verdad?—dije con una sonrisa maliciosa, luego nos llevé fuera de la habitación.
Asentí a Kitty, que me nombró.
Finn levantó una ceja y luego sonrió cuando vio mi mano agarrar la de Brittany.
No iría cerca de él. Solo diría algo estúpido y haría que ella se sintiera incómoda.
Deteniéndonos junto al armario de Brittany, puse la bolsa dentro. Entonces, en lugar de volver a tomar su mano, puse la mía sobre su espalda y la moví hacia la cafetería.
—No tienes que cargar mi bandeja—dijo.
—Pero lo haré.
—¿Por qué? Sé que estás cansado de esto. No tienes que cuidarme.
Traté de no sentirme frustrada, pero, maldita sea, ¿se encontraba ella tan desorientada?
—Joe y Becky me ayudarán a llevar mis libros. Lo has estado haciendo toda la semana y me tienes como una carga...
Eso fue todo.
La cogí de la mano, la llevé a la sala vacía de arte que justo pasábamos y cerré de golpe la puerta.
—¿Qué?—preguntó, mirando entre la puerta y yo.
Probé las palabras con ella.
Intenté con acciones.
Intenté todo para hacerla darse cuenta de que la quería.
Que quería estar cerca de ella.
Que quería que fuera mía.
Me estaba haciendo perder la cabeza.
Caminé hacia ella, y retrocedió contra la pared mientras me observaba, con los ojos muy abiertos, y confundida.
Maldición, era demasiado sexy para ser, también, jodidamente linda.
Eso era una mierda que las personas no podían ignorar. No se suponía que existían chicas como ella.
Hacían que fueras débil.
Me tenía tan enredada en nudos que era doloroso.
Coloqué las palmas en la pared de ladrillo a cada lado de su cabeza y me detuve a solo unos centímetros de hacer contacto con nuestros cuerpos.
—¿Qué tengo que hacer para que entiendas esto? ¿Qué, Britt? Mierda, eres todo en lo que puedo pensar—dije con suavidad mientras mi mirada estaba en sus ojos a esos labios finos con los que jugaba en mis fantasías.
La punta de su lengua rosada mojó su labio inferior y yo me encontraba perdida.
Mi boca cubrió la suya, y el pequeño jadeo que salió de sus labios era la única oportunidad que necesité para deslizar mi lengua sobre su dulce calor.
Había besado a muchas chicas. Pero nunca me sentí como si mi mundo estuviera siendo completamente sacudido.
Las manos de Brittany se deslizaron sobre mis hombros y se aferró a mí.
Y eso era perfecto.
No me empujó.
Se aferró al paseo y, maldita sea, era uno muy bueno.
La suavidad de sus labios se movió debajo de los míos, y luego comenzó a unirse al beso.
Necesité toda mi fuerza de voluntad para evitar presionarla contra la pared. Tenía que tener cuidado con sus costillas. Pero quería mis manos sobre ella.
Quería perderme en lo maravillosa que se sentía.
Cuando se inclinó hacia mí y lloriqueó, rompí el beso y retrocedí al instante.
—¿Estás bien?—le pregunté, mirando sus costillas.
No respondió, y el pánico de que le hice daño empezó a agarrarme. Hallé sus ojos y vi la misma excitación en ellos que había estado sintiendo hasta que ese gemido me asustó.
Comencé a ir a su boca otra vez, necesitando probarla más.
—No, espera—respiró, esta vez presionando las manos en mi pecho.
—¿Te hice daño?—le pregunté.
Negó con la cabeza.
—No, es que… yo… No deberíamos… ¿Por qué has hecho eso?
Cerré los ojos y me obligué a ser paciente con ella. Brittany tenía sus problemas, y la confianza era uno de ellos.
—Porque estoy loca por ti. Porque tus labios son los más lindos que he visto. Porque piensas que eres una carga cuando solo quiero mantenerte cerca de mí todo el tiempo. Porque me estás haciendo perder la cabeza. Porque no quiero ser tu amiga, Britt. Quiero ser tuya.
Su boca se abrió ligeramente mientras sus ojos azules me miraban sorprendidos.
¿Cómo no sabía ya todo esto?
No fue como si hubiera sido sutil.
—Tú… ¿Estás loca por mí?—preguntó.
Reprimí una risa.
—Sí, y todo el mundo parece verlo, menos tú.
Frunció el ceño y se mordió el labio inferior. Quería sacarlo y chuparlo.
Apartó la mirada por un momento y le di tiempo.
—¿Y el bikini de Dani?—preguntó, sin mirarme.
Esta vez me reí.
—No podría importarme menos Dani.
Lentamente, Brittany me miró.
—Pero las otras. Todas. Puedes tener una chica diferente cada noche. Se alinean para llamar tu atención. ¿Por qué yo?
Le acaricié la cara con ambas manos y miré las hermosas facciones a las que parecía estar ciega.
Por dentro y por fuera era hermosa.
—No puedo ver a nadie más allá de ti. No he podido hacerlo desde hace mucho tiempo. Demonios, Britt, has estado en mi cabeza, burlándote de mí, desde el primer día que te puse los ojos encima.
—Oh—dijo en un susurro.
—Sí, oh—repetí.
Sin embargo, después de tres días de Santana caminando a mi lado y llevándola a cada clase mientras personas coqueteaban con ella sin que las detuviera, me hallaba lista para conseguirme un carro para tirar.
Cualquier cosa para poner alguna distancia entre Santana y yo, y su público adorador.
No me decía mucho, excepto preguntarme educadamente si me sentía bien o si necesitaba algo.
Con todos los demás, bromeaba y reía. Les guiñaba el ojo a algunas chicas y se reía de sus intentos de aferrarse a ella.
Era demasiado.
Era como su hermanita que necesitaba ayuda pero ella deseaba no tener la obligación.
Santana era una buena chica. Lo sabía.
Se comprometió a ayudarme, y aunque esto obviamente la retenía, no se quejaba.
La única solución era conseguir que alguien más cargara mi bolsa de libros. Tenía la certeza de que alegremente cedería la responsabilidad.
—Santana—dijo una castaña, que no conocía, en un tono repugnantemente dulce.
Hizo una pausa y miró hacia la chica, luego sonrió.
—Hola, Dani. ¿Qué pasa?
Hola, Dani. ¿Qué pasa? Repetí en mi cabeza, y luego vomité mentalmente.
Tenía que alejarme de esto.
—Esta noche hay una fiesta en mi casa. Vienes, ¿verdad? Tengo una nueva bikini especial que compré solo para ti.
Mi vómito mental parecía a punto de convertirse en un vómito real.
Esto era ridículo.
En la desesperación comencé a explorar los pasillos en busca de alguien que me rescatara.
Cualquiera.
—Escuché sobre la fiesta. Sin embargo, no estoy segura de si seré capaz de asistir—contestó.
No parecía ni divertida ni disgustada con ella. Sonaba casi decepcionada de que fuera a perderse la bikini especial.
Agh.
Vi a Becky y Joe hablando, y los ojos de Joe encontraron los míos. Hablaban sobre mí.
No les dije mucho en el almuerzo, aunque preguntaron sobre Santana después de que nos depositara a mí y mi bandeja en su mesa antes de irse a la suya.
Solo hice todo lo posible para cambiar de tema en cada ocasión.
Sin embargo, en este momento estaba lista para pedirles a mis amigos que me rescataran.
—Ayuda—le murmuré a Joe, y él instantáneamente se movió a través de la multitud hacia mí.
Santana y Dani todavía hablaban sobre la fiesta, y las cosas que podía hacerle, mientras mantenía mi enfoque en Joe.
Cuando por fin se acercó, quise desplomarme de alivio.
—Hola—dijo, mirando hacia Santana, entonces de vuelta a mí.
—Hola, te diriges camino a mi siguiente clase. ¿Te molestaría cargar mi bolsa?—le pregunté en voz baja para no llamar la atención.
En este instante, Santana escuchaba hablar a Dani.
—No—contestó Santana antes que Joe pudiera decir algo. Deslizó su brazo alrededor de mis caderas, cuidadosa de no tocar mi cintura, y apoyó una mano en mi cadera—No hay necesidad de tu ayuda. Yo puedo—le dijo a Joe.
Bueno, mierda. Intentaba liberarla de mí. Pero no me ayudaba en absoluto.
—Puedes quedarte y hablar con, eh… Dani—le contesté, señalándola—, Acerca de las opciones de sus trajes de baño. Y yo iré con Joe. Puede ayudarme con unos problemas que estoy teniendo en trigonometría.
—No—repitió Santana con un tono más firme—Puedes preguntarle más tarde. Te llevaré a clase. Vámonos.
Y entonces empezó a caminar, guiándome suavemente junto con ella.
¿Qué diablos?
Volví a mirar a Joe y me encogí de hombros. Hablaría con Joe hoy en el almuerzo cuando Santana me dejara. Porque al parecer, no iba a permitir eso en este momento.
Su mano se mantuvo firme en mi cadera mientras nos movía por el pasillo.
Nunca dejó de sorprenderme cómo la multitud se apartaba para ella mientras los cruzaba.
Odiaba admitir que me sentía protegida a su lado, acurrucada de forma segura.
—Tratabas de deshacerte de mí—dijo por fin mientras nos acercábamos a mi próxima clase.
—Parecía que preferirías estar sola y tener más tiempo para hablar de su bikini especial. Traté de ayudarte—dije, sin querer.
Encogiéndome, me abofeteé mentalmente por ser una idiota.
—No me importa su bikini—respondió en un tono duro.
En lugar de asentir y dejar pasar esto, me alejé y me volví para mirar su rostro demasiado guapo…tan linda…sexy…¡Dios!
—No soy tu responsabilidad. Odio sentir que soy esta carga sobre ti de la que no puedes deshacerte. Tengo otros amigos que pueden ayudarme. No me gusta poner un obstáculo en tu vida social.
Santana me miró como si no entendiera una palabra de lo que decía, y luego frunció el ceño.
—¿Qué?
¿Qué?
¿En serio fue esa su respuesta?
No hablé en otro idioma.
Tenía que haber entendido las palabras que salieron de mi boca.
—No tartamudeé —le dije.
Una sonrisa curvó la esquina de su boca.
—No, no lo hiciste—aceptó, luego dio un paso hacia mí y bajó su cabeza cerca de mi oído—Pero te ves tan caliente cuando estás celosa.
Era mi turno de sentirme confundida.
—¿Qué?—pregunté, retrocediendo.
Extendió la mano, agarró mi cadera y me acercó más a ella mientras miraba a alguien detrás de mí.
—Cuidado—gruñó a alguien—Casi te has topado con ella.
—Ella fue la que se topó conmigo—argumentó una voz masculina.
Los ojos de Santana se encendieron y me acercó a su lado.
—Entonces, muévete de su camino la próxima vez.
El tipo era Jacob Israel. Tenía una nota media de 7.0 y era aproximadamente del tamaño de mi hermano hace dos años. Retrocedió y se escabulló.
—Fue mi culpa. No tenías que asustarlo—dije, mirando a Santana.
Apretó la mandíbula mientras miraba hacia adelante.
—Nunca quise ir a su fiesta. No quiero ir a ninguna fiesta en la que no estás. Acepta el hecho de que todo lo que veo eres tú, Brittany Pierce. Luego decide lo que quieres hacer al respecto—me pasó para entrar a la habitación y metió la bolsa junto a la mesa donde me sentaba todos los días.
Me quedé ahí y observé mientras sacaba mis libros y un bolígrafo, luego los colocaba en mi escritorio.
Siempre hacía eso también. No quería que me agachara.
Cuando al final se volvió para irse, su mirada se clavó en la mía. No era una sonrisa burlona ni un guiño coqueto.
Era intensa, y de alguna manera, era como si me suplicara.
Santana
Me arriesgué.
Siendo una mujer conocía bastante algunos gestos, y por su insolencia repentina estaba casi segura que Brittany se sintió celosa.
Fue la única razón por la que dejé que Dani siguiera y siguiera hablando de su bikini.
Cualquier cosa para llamar la atención de Brittany.
Casi me perdí el hecho de que su trasero descarado le hizo señas a su amigo para alejarse de mí.
Diablos, no iba a pasar.
Nadie llevaba los libros de Brittany. Eso fue todo para mí. Yo cuidaba de ella.
Pasar por la siguiente clase no fue fácil.
No podía concentrarme en nada de lo que decía el maestro. Planeaba cómo iba a arreglar esto con Brittany.
Ya no iba a seguir siendo su amiga.
Hoy no iba a llevarla a esa maldita mesa del almuerzo donde se sentaba con sus amigos y dejarla.
Iba a sentarse conmigo.
Era mía y ella necesitaba admitir esa mierda ya. Antes de que me volviera loca.
Me hallaba en la puerta de su aula cuando sonó la campana, y me abrí camino para meter sus libros en su bolso.
Suspiró cuando tomé el primer libro de sus manos.
—Puedo hacer esto, Santana. No estoy completamente inútil.
No respondí. Tiré la mochila por encima del hombro y luego tendí la otra mano a Brittany.
—Es hora del almuerzo.
Miró mi mano extendida y luego de nuevo a mí antes de al fin deslizar su mano en la mía.
La ayudé a levantarse y la acerqué a mi lado.
—No fue tan difícil, ¿verdad?—dije con una sonrisa maliciosa, luego nos llevé fuera de la habitación.
Asentí a Kitty, que me nombró.
Finn levantó una ceja y luego sonrió cuando vio mi mano agarrar la de Brittany.
No iría cerca de él. Solo diría algo estúpido y haría que ella se sintiera incómoda.
Deteniéndonos junto al armario de Brittany, puse la bolsa dentro. Entonces, en lugar de volver a tomar su mano, puse la mía sobre su espalda y la moví hacia la cafetería.
—No tienes que cargar mi bandeja—dijo.
—Pero lo haré.
—¿Por qué? Sé que estás cansado de esto. No tienes que cuidarme.
Traté de no sentirme frustrada, pero, maldita sea, ¿se encontraba ella tan desorientada?
—Joe y Becky me ayudarán a llevar mis libros. Lo has estado haciendo toda la semana y me tienes como una carga...
Eso fue todo.
La cogí de la mano, la llevé a la sala vacía de arte que justo pasábamos y cerré de golpe la puerta.
—¿Qué?—preguntó, mirando entre la puerta y yo.
Probé las palabras con ella.
Intenté con acciones.
Intenté todo para hacerla darse cuenta de que la quería.
Que quería estar cerca de ella.
Que quería que fuera mía.
Me estaba haciendo perder la cabeza.
Caminé hacia ella, y retrocedió contra la pared mientras me observaba, con los ojos muy abiertos, y confundida.
Maldición, era demasiado sexy para ser, también, jodidamente linda.
Eso era una mierda que las personas no podían ignorar. No se suponía que existían chicas como ella.
Hacían que fueras débil.
Me tenía tan enredada en nudos que era doloroso.
Coloqué las palmas en la pared de ladrillo a cada lado de su cabeza y me detuve a solo unos centímetros de hacer contacto con nuestros cuerpos.
—¿Qué tengo que hacer para que entiendas esto? ¿Qué, Britt? Mierda, eres todo en lo que puedo pensar—dije con suavidad mientras mi mirada estaba en sus ojos a esos labios finos con los que jugaba en mis fantasías.
La punta de su lengua rosada mojó su labio inferior y yo me encontraba perdida.
Mi boca cubrió la suya, y el pequeño jadeo que salió de sus labios era la única oportunidad que necesité para deslizar mi lengua sobre su dulce calor.
Había besado a muchas chicas. Pero nunca me sentí como si mi mundo estuviera siendo completamente sacudido.
Las manos de Brittany se deslizaron sobre mis hombros y se aferró a mí.
Y eso era perfecto.
No me empujó.
Se aferró al paseo y, maldita sea, era uno muy bueno.
La suavidad de sus labios se movió debajo de los míos, y luego comenzó a unirse al beso.
Necesité toda mi fuerza de voluntad para evitar presionarla contra la pared. Tenía que tener cuidado con sus costillas. Pero quería mis manos sobre ella.
Quería perderme en lo maravillosa que se sentía.
Cuando se inclinó hacia mí y lloriqueó, rompí el beso y retrocedí al instante.
—¿Estás bien?—le pregunté, mirando sus costillas.
No respondió, y el pánico de que le hice daño empezó a agarrarme. Hallé sus ojos y vi la misma excitación en ellos que había estado sintiendo hasta que ese gemido me asustó.
Comencé a ir a su boca otra vez, necesitando probarla más.
—No, espera—respiró, esta vez presionando las manos en mi pecho.
—¿Te hice daño?—le pregunté.
Negó con la cabeza.
—No, es que… yo… No deberíamos… ¿Por qué has hecho eso?
Cerré los ojos y me obligué a ser paciente con ella. Brittany tenía sus problemas, y la confianza era uno de ellos.
—Porque estoy loca por ti. Porque tus labios son los más lindos que he visto. Porque piensas que eres una carga cuando solo quiero mantenerte cerca de mí todo el tiempo. Porque me estás haciendo perder la cabeza. Porque no quiero ser tu amiga, Britt. Quiero ser tuya.
Su boca se abrió ligeramente mientras sus ojos azules me miraban sorprendidos.
¿Cómo no sabía ya todo esto?
No fue como si hubiera sido sutil.
—Tú… ¿Estás loca por mí?—preguntó.
Reprimí una risa.
—Sí, y todo el mundo parece verlo, menos tú.
Frunció el ceño y se mordió el labio inferior. Quería sacarlo y chuparlo.
Apartó la mirada por un momento y le di tiempo.
—¿Y el bikini de Dani?—preguntó, sin mirarme.
Esta vez me reí.
—No podría importarme menos Dani.
Lentamente, Brittany me miró.
—Pero las otras. Todas. Puedes tener una chica diferente cada noche. Se alinean para llamar tu atención. ¿Por qué yo?
Le acaricié la cara con ambas manos y miré las hermosas facciones a las que parecía estar ciega.
Por dentro y por fuera era hermosa.
—No puedo ver a nadie más allá de ti. No he podido hacerlo desde hace mucho tiempo. Demonios, Britt, has estado en mi cabeza, burlándote de mí, desde el primer día que te puse los ojos encima.
—Oh—dijo en un susurro.
—Sí, oh—repetí.
[justify]********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 22
Capitulo 22
Hace Ocho Años…
Brittany
Mi corazón latía acelerado y mis labios aún hormigueaban cuando Santana me llevó a la cafetería.
Me besó.
Una especie de beso que hizo que mis rodillas se pusieran débiles. Incluso me había sentido mareada por un momento.
La mano de Santana sostenía la mía mientras nos guiaba a través de la fila de almuerzo.
Cuando recogió mi bandeja, miró a su mesa con sus amigos y luego miró a mi mesa donde se hallaban mis amigos.
—Hoy te quiero para mí sola. Podemos averiguar dónde vamos a sentarnos más tarde. En este momento no quiero compartirte.
¿Cómo cambió tan rápido?
Esta misma mañana apenas hablaba conmigo. Ahora me quería para ella sola.
—De acuerdo—dije, aún sin saber cómo se suponía que debía responder a eso.
Santana nos llevó a la esquina de la habitación donde había una mesa vacía.
Podía sentir los ojos de todo el mundo siguiéndonos. Era como punzadas de calor en mi piel.
Quería salir corriendo de la habitación. Odiaba la atención, y ésta era por lejos la mayor atención que había recibido.
Cuando dejó nuestras bandejas, tiró de su silla para sentarse contra la mía. Su muslo rozaba contra el mío cuando tomamos asiento.
—Come—dijo cerca de mi oreja cuando no hice un movimiento para tocar mi comida.
—No puedo comer con todo el mundo viéndome—le expliqué, con miedo de confirmar el hecho de que llamábamos la atención.
—Lo superarán. La mayoría ya no observan—respondió con una sonrisa en su voz. Alcé la vista para mirarla y me guiñó el ojo—Por favor, come por mí—dijo, extendiendo la mano para acariciar mi barbilla. Su pulgar rozó mi labio inferior.
—Bueno, ¿no es eso dulce? Maldita sea, es más interesante aquí que el lugar habitual—dijo Finn Hudson mientras sacaba una silla y se sentaba.
—Finn—gruñó Santana, sobresaltándome.
—A Brittany no le importa si me siento aquí. ¿Verdad?—dijo, dirigiendo a mí su divertida sonrisa.
—Eh—empecé a decir, cuando Kitty Wilde se sentó a mi lado con un cartón de leche extra en los dientes. Lo dejó caer en su mano, luego me lanzó una sonrisa torcida—La fiesta se ha trasladado. Me perdí el memo—dijo lentamente, después abrió la leche y tomó un trago.
—No creo que Santana nos quiera aquí—dijo Finn mientras tomaba un trago de su refresco—No es que nos importe una mierda.
Santana se puso tensa a mi lado. Estaba enfadada.
Estos eran sus amigos más cercanos. No quería ser una razón por la que pelearan.
—Hoy no hay té dulce. ¿Qué diablos está pasando con eso?—dijo Quinn Fabray a modo de saludo mientras se sentaba junto a Finn y dejaba su bandeja—Necesito té dulce para pasar la siguiente clase. Los poetas muertos me aburren.
—Mierda—murmuró Santana a mi lado.
—Santana no está muy acogedora, Quinn. Se está comportando un poco imbécil—dijo Finn, todavía pareciendo completamente divertido por todo el asunto.
Quinn me dio una sonrisa de disculpa, luego se movió hacia Santana.
—Con nosotros sentados aquí, ustedes no son el entretenimiento de la tarde—explicó con un encogimiento de hombros.
Tenía razón. Bloqueaban a mucha gente.
—¿Te parece bien que coman con nosotros?—me preguntó Santana.
Asentí.
Todavía no me sentía lista para hablar.
Sentarme con estos cuatro era un poco abrumador. No quería decir algo estúpido, y no sabía si tenía algo para decirles, de todos modos.
—Chicos, todos conocen a Brittany—dijo Santana.
—Es difícil no conocerla. Has estado jadeando detrás de ella por más de un año. Estamos un poco cansados de verla. Gracias por darle un descanso. Todos lo apreciamos—dijo Finn.
Kitty se rió entre dientes a mi lado, pero no abrió la boca.
Tuve la sensación de que el único de estos cuatro que no tenía miedo de Santana era Finn.
Quizás porque era hombre y le doblaba el tamaño.
—Finn—dijo Santana con un tono de advertencia.
Pero como no, ella no le tenía miedo a nadie.
Simplemente sonrió.
—¿Miento?
—En serio, Finn. Cállate—dijo Quinn, lanzándole una mirada desaprobadora.
Finn se encogió de hombros y tomó un bocado de su hamburguesa.
La mano de Santana se deslizó sobre mi rodilla y se quedó ahí.
—Juro que no son tan malos —me aseguró.
Sonriendo, alcancé una papa frita.
—Creo que son amables—le dije.
Los cuatro empezaron a reír, y luego Kitty estalló en carcajadas. Los miré a todos, luego a Santana, que me sonreía con algo cálido en sus ojos que hizo que mi corazón se agite.
Santana
Brittany no se perdió otro partido de Softbol.
Una vez que la temporada terminó, tuve mis noches de viernes libres para pasar con ella.
Nunca pensé que esperaría con ansias el final de la temporada de Softbol.
Cada vez que podía tenerla sola eran las mejores horas de mi día. Ella no se había entregado completamente a mí de inmediato, pero con el tiempo poco a poco comenzó a confiar en mí.
Ahora, cuando me acerqué a ella en los pasillos de la escuela y la envolví en mis brazos, se arrimó de buena gana.
Besar sus dulces labios cada vez que quería era también mi adicción favorita. No solo me dejó tener esa boca cuando la quise, sino que me besaba de la misma manera.
La vida estaba muy cerca de ser perfecta.
Si no tuviera que preocuparme de que regresara a ese maldito remolque todas las noches, entonces sería perfecto.
Mike trataba con algunos temas últimamente que la preocupaban.
Cuando el último hombre que su mamá trajo a casa golpeó a Brittany, Mike enloqueció y casi lo golpeó hasta la muerte. Brittany me llamó gritando y llorando.
Mi corazón casi se detuvo ante el sonido de su pánico.
Cuando llegué ahí, el tipo se encontraba en el suelo, inconsciente y cubierto de sangre, y Brittany tenía a Mike en una esquina calmándolo mientras miraba al hombre como si estuviera poseído.
Había muebles rotos en todas partes, e incluso Whitney tenía un labio roto. Al parecer, golpeó a su mamá para alejarla de Brittany.
El chico era como una pistola cargada.
Brittany quería que se hiciera un chequeo. Le preocupaba que tuviera algún daño emocional al crecer de ese modo. Tenía miedo de que el chico padeciera un trastorno de la personalidad.
Antes, estuve enojada, y si hubiera visto al hombre tocar a Brittany, también le habría dado una paliza.
Lo que me preocupaba era la mirada vidriosa en los ojos de Mike.
Esta noche Mike iba a pasar la noche con Puck, y su banda iba a practicar. Aún no daban conciertos, pero practicaban lo suficiente para que alguien pensara que sí ocurría.
Sorprendentemente, también eran buenos.
Mike podía bailar y sabía tocar instrumentos. Había sido un shock la primera vez que los escuché practicar.
Entonces tenía a Brittany toda para mí.
Toda la noche.
Ahorraba cada centavo que lograba ganar para rentar un departamento en el momento en que cumpliera los dieciocho años.
Pero quería hacer algo especial para ella esta noche. La había dejado llevar un ritmo lento.
No le dije unas cuantas cosas que quería porque tenía miedo de que se asustara.
La semana pasada trabajé por primera vez en la tienda de comestibles local. Con ese dinero nos conseguí una habitación de hotel en la ciudad vecina.
Quería mantener a Brittany toda la noche en una cama.
Ya que ahorraba mi dinero, esto era todo lo que pude pagar. No sería capaz de llevarla a comer también.
Así que preparé sándwiches y compré algunas de las galletas de chocolate que le encantaban.
También compré su refresco favorito, y una bolsa de patatas fritas.
Me había registrado antes y acomodé el refrigerador en la habitación con los sándwiches y las papas.
Finn me dio algunas velas de su casa que su mamá no echaría de menos. Después de ponerlas alrededor de la habitación, dejé un encendedor de la cama, así podría encenderlas más tarde.
La razón por la que no le dije a Brittany lo que haríamos era porque quería sorprenderla con una noche en algún lugar donde no tuviera que preocuparse de que Mike o Whitney regresaran a casa.
Quería abrazarla mientras dormía y saber que se encontraba a salvo en mis brazos.
Lo que no pensé era cómo Brittany interpretaría esto. Hasta que aparqué la camioneta y la miré.
La mirada con los ojos abiertos en ella mientras observaba el hotel frente nuestro, me indicaba que había cometido un grave error.
No entendía por qué hice esto.
Pensó en algo totalmente distinto. No habíamos hecho nada más que besarnos.
Hubiera deseado hacer más, pero tenía miedo por ella.
No quería perderla o asustarla. He sido como una jodida santa con ella.
Luego voy y hago algo como esto.
Maldita sea.
—Britt, cariño, no es lo que estás pensando. No te traje aquí… para eso. Solo quería que nosotras tengamos una noche en la podríamos dormir sin sentir temor o preocupaciones, quería abrazarte. Nada más. Lo juro, bebé.
No me miraba. Seguía observando el edificio frente nuestro.
¡Mierda!
—Lo juro por Dios, nunca te habría traído aquí esperado algo. No pensé en eso. Solo quería que tengamos un lugar que fuese nuestro. Donde no tuviéramos que preocuparnos de que alguien más viniera o regresara a la casa. Solo nosotras.
Asintió ligeramente, pero aún no me miraba.
Entonces esperé.
Tenía que darle un momento para que procesara lo que le decía. Estaba a punto de decirle que iba a dormir en el piso, aunque quería abrazarla toda la noche, cuando por fin volteó la cabeza y se encontró con mi mirada.
—Está bien—susurró.
No parecía como si lo dijera en serio.
Me acerqué y la atraje a mí.
—Escúchame—le supliqué, tomando su rostro entre mis manos e inclinándola, para que tuviera que mirarme—Si todo lo que hacemos es besarnos, entonces seré la mujer más jodidamente afortunada del planeta. Porque te tengo. Yo… te amo, Brittany Pierce. Te amo con locura. Me tienes tan obsesionada contigo que no puedo ver algo o alguien más que tú. Cada plan que hago es por ti. Cada mañana que despierto solo pienso en verte. Cada noche cuando voy a dormir todo lo que pienso es en cuanto desearía tenerte entre mis brazos mientras duermes. Eres mi regalo. Tú. Solo tú. Esa habitación del hotel nos dará un lugar solamente nuestro. Tengo algo de comida ahí e incluso alquilé un par de películas. No se trata de sexo, Britt-Britt. Te lo juro.
Parpadeó lentamente, y sus ojos se empeñaron. No estaba segura de qué dije para hacerla llorar.
Empecé a repetir mis divagaciones en mi mente y luego sus labios se movieron.
—¿Me amas?
Había tenido miedo de decirlo antes de esta noche. Salió en mi pánico para tranquilizarla.
Pero era la verdad.
No había amado a nadie más de la forma que amaba a Brittany.
—Creo que quizás eres la única persona que todavía no lo sabía—dije sonriendo ante su asombro.
Era tan malditamente adorable a veces.
Una lenta sonrisa jugueteó en sus labios antes de que se inclinara hacia mí.
—Yo también te amo—dijo suavemente, antes de besarme.
Podría haber muerto en ese momento y sabría que había vivido.
Me besó.
Una especie de beso que hizo que mis rodillas se pusieran débiles. Incluso me había sentido mareada por un momento.
La mano de Santana sostenía la mía mientras nos guiaba a través de la fila de almuerzo.
Cuando recogió mi bandeja, miró a su mesa con sus amigos y luego miró a mi mesa donde se hallaban mis amigos.
—Hoy te quiero para mí sola. Podemos averiguar dónde vamos a sentarnos más tarde. En este momento no quiero compartirte.
¿Cómo cambió tan rápido?
Esta misma mañana apenas hablaba conmigo. Ahora me quería para ella sola.
—De acuerdo—dije, aún sin saber cómo se suponía que debía responder a eso.
Santana nos llevó a la esquina de la habitación donde había una mesa vacía.
Podía sentir los ojos de todo el mundo siguiéndonos. Era como punzadas de calor en mi piel.
Quería salir corriendo de la habitación. Odiaba la atención, y ésta era por lejos la mayor atención que había recibido.
Cuando dejó nuestras bandejas, tiró de su silla para sentarse contra la mía. Su muslo rozaba contra el mío cuando tomamos asiento.
—Come—dijo cerca de mi oreja cuando no hice un movimiento para tocar mi comida.
—No puedo comer con todo el mundo viéndome—le expliqué, con miedo de confirmar el hecho de que llamábamos la atención.
—Lo superarán. La mayoría ya no observan—respondió con una sonrisa en su voz. Alcé la vista para mirarla y me guiñó el ojo—Por favor, come por mí—dijo, extendiendo la mano para acariciar mi barbilla. Su pulgar rozó mi labio inferior.
—Bueno, ¿no es eso dulce? Maldita sea, es más interesante aquí que el lugar habitual—dijo Finn Hudson mientras sacaba una silla y se sentaba.
—Finn—gruñó Santana, sobresaltándome.
—A Brittany no le importa si me siento aquí. ¿Verdad?—dijo, dirigiendo a mí su divertida sonrisa.
—Eh—empecé a decir, cuando Kitty Wilde se sentó a mi lado con un cartón de leche extra en los dientes. Lo dejó caer en su mano, luego me lanzó una sonrisa torcida—La fiesta se ha trasladado. Me perdí el memo—dijo lentamente, después abrió la leche y tomó un trago.
—No creo que Santana nos quiera aquí—dijo Finn mientras tomaba un trago de su refresco—No es que nos importe una mierda.
Santana se puso tensa a mi lado. Estaba enfadada.
Estos eran sus amigos más cercanos. No quería ser una razón por la que pelearan.
—Hoy no hay té dulce. ¿Qué diablos está pasando con eso?—dijo Quinn Fabray a modo de saludo mientras se sentaba junto a Finn y dejaba su bandeja—Necesito té dulce para pasar la siguiente clase. Los poetas muertos me aburren.
—Mierda—murmuró Santana a mi lado.
—Santana no está muy acogedora, Quinn. Se está comportando un poco imbécil—dijo Finn, todavía pareciendo completamente divertido por todo el asunto.
Quinn me dio una sonrisa de disculpa, luego se movió hacia Santana.
—Con nosotros sentados aquí, ustedes no son el entretenimiento de la tarde—explicó con un encogimiento de hombros.
Tenía razón. Bloqueaban a mucha gente.
—¿Te parece bien que coman con nosotros?—me preguntó Santana.
Asentí.
Todavía no me sentía lista para hablar.
Sentarme con estos cuatro era un poco abrumador. No quería decir algo estúpido, y no sabía si tenía algo para decirles, de todos modos.
—Chicos, todos conocen a Brittany—dijo Santana.
—Es difícil no conocerla. Has estado jadeando detrás de ella por más de un año. Estamos un poco cansados de verla. Gracias por darle un descanso. Todos lo apreciamos—dijo Finn.
Kitty se rió entre dientes a mi lado, pero no abrió la boca.
Tuve la sensación de que el único de estos cuatro que no tenía miedo de Santana era Finn.
Quizás porque era hombre y le doblaba el tamaño.
—Finn—dijo Santana con un tono de advertencia.
Pero como no, ella no le tenía miedo a nadie.
Simplemente sonrió.
—¿Miento?
—En serio, Finn. Cállate—dijo Quinn, lanzándole una mirada desaprobadora.
Finn se encogió de hombros y tomó un bocado de su hamburguesa.
La mano de Santana se deslizó sobre mi rodilla y se quedó ahí.
—Juro que no son tan malos —me aseguró.
Sonriendo, alcancé una papa frita.
—Creo que son amables—le dije.
Los cuatro empezaron a reír, y luego Kitty estalló en carcajadas. Los miré a todos, luego a Santana, que me sonreía con algo cálido en sus ojos que hizo que mi corazón se agite.
Santana
Brittany no se perdió otro partido de Softbol.
Una vez que la temporada terminó, tuve mis noches de viernes libres para pasar con ella.
Nunca pensé que esperaría con ansias el final de la temporada de Softbol.
Cada vez que podía tenerla sola eran las mejores horas de mi día. Ella no se había entregado completamente a mí de inmediato, pero con el tiempo poco a poco comenzó a confiar en mí.
Ahora, cuando me acerqué a ella en los pasillos de la escuela y la envolví en mis brazos, se arrimó de buena gana.
Besar sus dulces labios cada vez que quería era también mi adicción favorita. No solo me dejó tener esa boca cuando la quise, sino que me besaba de la misma manera.
La vida estaba muy cerca de ser perfecta.
Si no tuviera que preocuparme de que regresara a ese maldito remolque todas las noches, entonces sería perfecto.
Mike trataba con algunos temas últimamente que la preocupaban.
Cuando el último hombre que su mamá trajo a casa golpeó a Brittany, Mike enloqueció y casi lo golpeó hasta la muerte. Brittany me llamó gritando y llorando.
Mi corazón casi se detuvo ante el sonido de su pánico.
Cuando llegué ahí, el tipo se encontraba en el suelo, inconsciente y cubierto de sangre, y Brittany tenía a Mike en una esquina calmándolo mientras miraba al hombre como si estuviera poseído.
Había muebles rotos en todas partes, e incluso Whitney tenía un labio roto. Al parecer, golpeó a su mamá para alejarla de Brittany.
El chico era como una pistola cargada.
Brittany quería que se hiciera un chequeo. Le preocupaba que tuviera algún daño emocional al crecer de ese modo. Tenía miedo de que el chico padeciera un trastorno de la personalidad.
Antes, estuve enojada, y si hubiera visto al hombre tocar a Brittany, también le habría dado una paliza.
Lo que me preocupaba era la mirada vidriosa en los ojos de Mike.
Esta noche Mike iba a pasar la noche con Puck, y su banda iba a practicar. Aún no daban conciertos, pero practicaban lo suficiente para que alguien pensara que sí ocurría.
Sorprendentemente, también eran buenos.
Mike podía bailar y sabía tocar instrumentos. Había sido un shock la primera vez que los escuché practicar.
Entonces tenía a Brittany toda para mí.
Toda la noche.
Ahorraba cada centavo que lograba ganar para rentar un departamento en el momento en que cumpliera los dieciocho años.
Pero quería hacer algo especial para ella esta noche. La había dejado llevar un ritmo lento.
No le dije unas cuantas cosas que quería porque tenía miedo de que se asustara.
La semana pasada trabajé por primera vez en la tienda de comestibles local. Con ese dinero nos conseguí una habitación de hotel en la ciudad vecina.
Quería mantener a Brittany toda la noche en una cama.
Ya que ahorraba mi dinero, esto era todo lo que pude pagar. No sería capaz de llevarla a comer también.
Así que preparé sándwiches y compré algunas de las galletas de chocolate que le encantaban.
También compré su refresco favorito, y una bolsa de patatas fritas.
Me había registrado antes y acomodé el refrigerador en la habitación con los sándwiches y las papas.
Finn me dio algunas velas de su casa que su mamá no echaría de menos. Después de ponerlas alrededor de la habitación, dejé un encendedor de la cama, así podría encenderlas más tarde.
La razón por la que no le dije a Brittany lo que haríamos era porque quería sorprenderla con una noche en algún lugar donde no tuviera que preocuparse de que Mike o Whitney regresaran a casa.
Quería abrazarla mientras dormía y saber que se encontraba a salvo en mis brazos.
Lo que no pensé era cómo Brittany interpretaría esto. Hasta que aparqué la camioneta y la miré.
La mirada con los ojos abiertos en ella mientras observaba el hotel frente nuestro, me indicaba que había cometido un grave error.
No entendía por qué hice esto.
Pensó en algo totalmente distinto. No habíamos hecho nada más que besarnos.
Hubiera deseado hacer más, pero tenía miedo por ella.
No quería perderla o asustarla. He sido como una jodida santa con ella.
Luego voy y hago algo como esto.
Maldita sea.
—Britt, cariño, no es lo que estás pensando. No te traje aquí… para eso. Solo quería que nosotras tengamos una noche en la podríamos dormir sin sentir temor o preocupaciones, quería abrazarte. Nada más. Lo juro, bebé.
No me miraba. Seguía observando el edificio frente nuestro.
¡Mierda!
—Lo juro por Dios, nunca te habría traído aquí esperado algo. No pensé en eso. Solo quería que tengamos un lugar que fuese nuestro. Donde no tuviéramos que preocuparnos de que alguien más viniera o regresara a la casa. Solo nosotras.
Asintió ligeramente, pero aún no me miraba.
Entonces esperé.
Tenía que darle un momento para que procesara lo que le decía. Estaba a punto de decirle que iba a dormir en el piso, aunque quería abrazarla toda la noche, cuando por fin volteó la cabeza y se encontró con mi mirada.
—Está bien—susurró.
No parecía como si lo dijera en serio.
Me acerqué y la atraje a mí.
—Escúchame—le supliqué, tomando su rostro entre mis manos e inclinándola, para que tuviera que mirarme—Si todo lo que hacemos es besarnos, entonces seré la mujer más jodidamente afortunada del planeta. Porque te tengo. Yo… te amo, Brittany Pierce. Te amo con locura. Me tienes tan obsesionada contigo que no puedo ver algo o alguien más que tú. Cada plan que hago es por ti. Cada mañana que despierto solo pienso en verte. Cada noche cuando voy a dormir todo lo que pienso es en cuanto desearía tenerte entre mis brazos mientras duermes. Eres mi regalo. Tú. Solo tú. Esa habitación del hotel nos dará un lugar solamente nuestro. Tengo algo de comida ahí e incluso alquilé un par de películas. No se trata de sexo, Britt-Britt. Te lo juro.
Parpadeó lentamente, y sus ojos se empeñaron. No estaba segura de qué dije para hacerla llorar.
Empecé a repetir mis divagaciones en mi mente y luego sus labios se movieron.
—¿Me amas?
Había tenido miedo de decirlo antes de esta noche. Salió en mi pánico para tranquilizarla.
Pero era la verdad.
No había amado a nadie más de la forma que amaba a Brittany.
—Creo que quizás eres la única persona que todavía no lo sabía—dije sonriendo ante su asombro.
Era tan malditamente adorable a veces.
Una lenta sonrisa jugueteó en sus labios antes de que se inclinara hacia mí.
—Yo también te amo—dijo suavemente, antes de besarme.
Podría haber muerto en ese momento y sabría que había vivido.
[justify]********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 23
Capitulo 23
Hace Ocho años…
Brittany
Santana abrió la puerta de la habitación del hotel que alquiló para nosotras esta noche.
Mi corazón seguía tan lleno de haberla oído decir que me amaba, y no podía parar de sonreír.
Había estado enamorada de Santana por meses. No se lo dije porque no estaba segura de que hubiera querido oír eso.
Me lo había dicho ella.
Y también dijo muchas otras cosas hermosas que me hicieron amarla aún más, y no pensé que eso era posible.
—En el refrigerador está nuestra comida. ¿Tienes hambre?—preguntó en tanto di un paso dentro de la habitación.
Había una cama enorme en el medio de la habitación y un televisor de pared frente a esta. Podría ver el fregadero y el espejo frente a este, y luego una puerta al cuarto de baño.
Fue el mejor lugar en el que me he alojado.
Hasta el mes pasado cuando fui a la fiesta en la casa de Quinn Fabray, ese había sido el lugar más bonito en que estuve.
Pero la casa de Quinn Fabray me había volado la cabeza. No era como nada de lo que me hubiera imaginado.
Esto, sin embargo, era nuestro.
Por esta noche.
—Te traje un refresco de uva. Varios, en realidad—dijo Santana, deslizando su mano alrededor de mi cintura y besando mi sien.
Adoraba el refresco de uva, y una vez que lo descubrió, se aseguró de que tuviera uno a menudo.
Otra cosa que amaba de ella.
Por lo general, me gustaría un refresco de uva. Pero no quería eso ahora.
Había estado soñando durante tanto tiempo con el momento en el que le decía a Santana que la amaba.
Sabía cómo quería que sucediera.
Fantaseé sobre esto tantas veces que ni siquiera estaba nerviosa cuando la encaré.
No podía decir las palabras porque en mis sueños ella lo sabía. Nunca preparé las palabras para esto.
La besé.
Solamente le tomó un momento para responder. Sus manos estaban en mis caderas, tirando de mí fuertemente mientras su boca empezó a hacer su magia en mí.
Su sabor a menta siempre me excitaba.
Levanté las manos y con mis dedos pudieran deslizarse en su cabello. Mis senos se presionaron contra los suyos, y el dolor solamente lo intensificó.
Desde la primera vez que la manos de Santana se colocaron sobre mis pechos, y su pulgar rozó la parte inferior de ellos, habían llegado a excitarse demasiado por lo cerca que habían estado.
Era difícil no empezar a rogarle que las tocase. Me asustaba y me excitaba pensarlo.
La vi mirar mis pechos un montón de veces. Le gustaban. Eso hizo que vistiera blusas que eran demasiadas pequeñas, sabiendo que le gustaba la vista.
Cuando sus manos se deslizaron por mis lados y se detuvieron justo debajo de mis pechos, de nuevo, dejé escapar un gemido frustrado.
Dejó de besarme un momento, pero su boca permaneció sobrevolando la mía.
Su cálido aliento bañó mis labios y no estaba segura de poder respirar.
Sus manos lentamente empezaron a moverse, y abrí mis ojos para mirar los suyos cálidos. Me estaba observando de cerca mientras subía las manos, hasta que tocaba la parte inferior de mis pechos.
Tan cerca del centro, que dolían por la atención.
En el momento en que se movió más arriba y sus dedos llegaron a mis pezones sensibles, suspiré y agarré a sus hombros.
Esto era lo que quería. Lo que había querido desde hace tiempo.
—¿Puedo quitarte la camisa?—preguntó Santana con voz ronca y baja.
Asentí.
No pude formar palabras.
Cerró los ojos por un minuto, y sus fosas nasales se abrieron antes de que ella se agachara y tirara mi camiseta de mi cuerpo.
Levanté mis brazos, y movió la camisa, luego la tiró a un lado. Quería cerrar los ojos. Pero también necesitaba verla mirarme.
Vería la decepción en ellos si no le gustaba lo que vio.
Sus ojos brillaron y tragó con tanta fuerza que pude ver su manzana de Adán moverse cuello.
—Maldición—susurró con reverencia—Tan perfecto.
Mi cuerpo zumbó de placer con sus palabras. El temor al que me estuve aferrando por esto se fue alejando, y quería más.
Estaba lista para que Santana López me hiciera sentir bien.
Sus manos cubrían el sostén de raso que llevaba puesto. No era nada especial, pero funcionó. Era uno de los que Whitney me había dado después de que ya no lo quiso.
Era una de las pocas cosas que me dio.
—¿Puedo quitarte el sujetador?—me preguntó. Respiraba con dificultad.
—Sí—me las arreglé para decir.
Sus manos se deslizaron alrededor de mi espalda y desabrocharon el gancho.
Cerré los ojos esta vez.
Estaba a punto de estar desnuda con ella, y quería eso, pero tampoco estaba segura de cómo soportar poder mirarla mientras me miraba.
—Oh, mierda, Britt. Dios, estoy jodidamente arruinada—dijo mientras sus manos me agarraban la cintura.
Quería sus manos en otro lugar.
Palpitaban mis senos desnudos, necesitados de atención.
—Ven aquí—dijo mientras ella empezaba a moverme.
Abrí los ojos cuando me apoyó contra la cama.
—Acuéstate.
Estaba dispuesta a hacer lo que me pidiera. Retrocedí y apoyé la cabeza en la almohada.
Se quitó la camisa y su sujetador con un movimiento fluido, y tuve un momento para procesar la vista perfecta de sus pechos antes de que se moviera sobre mí.
Sus pezones eran morenos y casi tan erectos y duros como los mios.
Se sostuvo sobre mí y me besó suavemente esta vez. Su beso se sentía hambriento, lo que hizo que mi corazón se acelere.
Levanté mi cuerpo y agarré su cabeza para tirar de ella contra mí. Quería sentir sus pechos contra los míos.
Pero se sostuvo, luego se retiró, rompiendo el beso.
Sus ojos se hallaban en mis pechos.
—Si hago algo que no te gusta, dime. Me detendré. Lo juro.
No creía que pudiera hacer algo que no quisiera. Pero asentí.
—Bueno.
No se movió para tocarme, y el latido en mis pechos había hecho un camino a entre mis piernas.
El dolor me hacía sentir frenética.
—Por favor, San. Tócame—esas palabras salieron antes de que pudiera detenerlas.
Estaba desesperada.
Un bajo gruñido vibró en su pecho y maldijo antes de que sus manos se deslizaran y cubrieran mis pechos. Luego los apretó, haciéndome retorcer ante el placer que venía con ello.
—Ah—grité.
Los ojos de Santana quemaron con un brillo que nunca vi antes, mientras miraba desde mi pecho hacia mis ojos. Sus pulgares rozaron mis pezones y mordí mi labio inferior para evitar hacer ruidos más vergonzosos.
Luego vi cómo Santana bajaba su cabeza hacia mi pecho mientras sus ojos permanecían en los míos. Cuando su lengua se deslizó sobre mi pezón derecho, solté mi labio inferior; un jadeo silencioso salió de mi boca, la cual estaba ahora abierta.
Cuando se metió el pezón en la boca y chupó, tuve que cerrar los ojos para montar la ola de placer.
Verla hacer esto y sentirla al mismo tiempo era demasiado.
No estaba segura de poder soportarlo más. Mi cuerpo se sentía tan fuertemente encadenado, tarareando con un dolor delicioso que me enloquecería si durara demasiado.
—No solo son las tetas más bonitas y perfectas de la tierra, sino que saben a miel. Y me encanta la miel—dijo Santana antes de lamer mis tetas de nuevo.
Oírla hablar así me hizo temblar.
Iba a tener que detenerse, pero si lo hacía, tenía miedo de atacarla y exigir que aliviara este dolor.
Continuó jugando con mis pechos, moldeándolos en sus manos, luego besándolos y haciéndome retorcerme y gemir.
Cada vez que yo hacía un sonido por accidente, ella gemía y se hacía más codiciosa.
Era como si un fuego estuviera encendido entre mis piernas. Tuve que apretarlas para no gritar de dolor.
Cuando su boca empezó a moverse por mi estómago y luego por cada costilla, contuve el aliento. Me moví y apreté mis piernas mientras el latido entre ellas empeoraba al sentir la emoción de la boca de Santana acercándose.
Sus manos se movieron sobre mi cintura, y luego deslizó un dedo debajo de la cintura de mis vaqueros. La miró por un momento, y esperé, incapaz de respirar hondo, para ver qué haría.
Entonces sus ojos se alzaron para reunirse con los míos.
—Quiero quitarlos.
Sí. Oh Dios, sí.
—Sí —jadeé.
Sus fosas nasales volvieron a abrirse cuando empezó a desabrocharme los vaqueros. Levanté mi trasero de la cama para que pudiera bajarlos. Las bragas que llevaba no cubrían mucho. Eran demasiado pequeñas, como la mayor parte de mi ropa.
También se habían despintado y el rosa casi parecía blanco.
Las manos de Santana subieron lentamente por mis piernas, como si las estuviera memorizando. Cuando se puso de rodillas se detuvo, y estaba a punto de suplicarle que hiciera algo antes de que me quemara cuando abrió mis piernas. Le dejé, incapaz de decirle nada de nada en este punto.
Respiró hondo y volvió a maldecir mientras miraba la entrepierna de mis bragas.
El aire fresco que la golpeó me alertó de lo que observaba.
Estaba mojada.
Oh Dios.
Estaba mojada.
Comencé a apretar mis piernas, avergonzada.
Besar a Santana siempre me mojaba las bragas. No pude evitarlo. Y por la forma en que sentía el aire frío que me tocaba, sabía que tenía que estar empapándome.
—No. Dios, no, Britt. No me ocultes esto—dijo en una desesperación que reconocí.
Abriendo los ojos solo un poco, la miré y la dejé abrir mis piernas otra vez. Parecía hipnotizado.
—Mierda, cariño. Eso está caliente.
¿Lo era?
Movió una mano por el interior de mi pierna, y mi muslo hormigueó. Iba a tocarme ahí.
Quería hacerlo incluso aunque pudiera ver que estaba mojada.
Un solo dedo corrió mi dolorido y necesitado centro, y agarré las sábanas debajo de mí y grité.
Los disparos de intenso placer que atravesaba cada célula de mi cuerpo me hicieron sentir como si estuviera a punto de explotar.
Sus manos sacaban mis bragas antes de que pudiera concentrarme de nuevo. Abrí los ojos para ver su cabeza mientras bajaba para acomodarse entre mis piernas.
El primer contacto caliente con su lengua mágica me hizo perder la cabeza. No me encontraba segura de lo que dije, rogué o prometí, pero estaba jadeando y suplicando.
Eso era lo mucho que sabía.
La boca de Santana besó y lamió la dolorosa necesidad, haciéndola peor y mejor cada vez.
Agarré sus hombros, y mis uñas agarraron un pedazo de su piel. No pude detenerme.
Estaba a punto de explotar y no sabía cómo controlarme.
Quería esto y me aterrorizaba.
—Nunca quise probar un coño, Britt, pero juro por Dios que sabes como el sol y el azúcar. Podría comerte durante horas y no tener suficiente—Santana insultó antes de deslizar su lengua dentro de mí.
Me reprimí contra ella y mi mundo explotó.
La luz emitió un millón de colores detrás de mis párpados, y grité el nombre de Santana mientras la cama y todo lo demás se alejaban de mí.
Montaba una ola de perfección de la que nunca quise salir.
Escuché a Santana diciendo algo a lo lejos, pero mi cuerpo estaba tembloroso cuando esos dolores y palpitaciones llegaron a un punto en el que explotaron, como temí.
Excepto que era hermoso.
Tan hermoso que quería este sentimiento para siempre.
Comenzó a desvanecerse, y mi mente procesaba lentamente el hecho de que me había perdido por un momento y no estaba segura de lo que había hecho o dicho mientras tanto.
Santana me miraba fijamente cuando abría los ojos, y lo primero que me di cuenta fue que sus caderas estaban colocadas entre mis piernas y se encontraba desnuda.
La humedad de su sexo presionaba contra mi delicado centro, que ya se estaba entusiasmando con otra ronda.
—Eso fue lo más hermoso que he visto. Te juro, Britt, que nada se comparará con la mirada de tu cara en este momento—dijo, con una intensidad en sus ojos que calentó mi corazón—Quiero estar dentro de ti. Quiero estar unida a ti. Quiero hacerte el amor. Quiero estar tan profundamente unida a ti como si fueras parte de mí.
Sí. A todo eso. Sí.
Asentí, así que cerró los ojos y susurró lo que sonó como: “Gracias a Dios”.
Cuando volvió a abrirlos, pasó sus labios por mi clavícula, luego por mi cuello, antes de besar el área detrás de mi oreja.
—Al principio dolerá. Pero te juro que me aseguraré de que vuelvas a sentir ese lugar dulce. Créeme.
—Te amo—fue mi respuesta.
—Joder, cariño—susurró mientras bajaba sus dedos entre mis pechos, mi estómago hasta mi sexo y me penetró, estirándome de una manera que me parecía correcta.
Dejé que mis piernas se abrieran por completo, y su cuerpo se estremeció sobre mí. Luego se acercó más hasta que una aguda estrechez me apretó justo antes de que la sintiera romper la barrera. Agarré sus brazos y contuve el grito en mi garganta.
No quería que se detuviera.
Se congeló una vez que estuvo completamente dentro de mí. Me sentí llena mientras palpitaba el dolor agudo, hasta que comenzó a aliviar.
—Estoy bien—le dije, y ella inhaló bruscamente.
Luego se movió y un lento ardor comenzó en mí. Con cada movimiento de sus dedos unidos al de sus caderas, perdí el aliento e hice un ruido.
—Te amo. Te amo demasiado, maldita sea. Me vuelves loca. Eres mía, Britt. Siempre serás mía.
Sus palabras me calentaron.
Deslicé mis piernas por su espalda y las cerré alrededor de su cintura.
—Miiiierda—gimió, y enterró su cara en mi cuello—Tus largas piernas. Demonios, cariño. Soy la hija de puta más afortunada del mundo.
Sonriendo solo un momento, disfruté sabiendo que tenía el poder de llevar a esta gran mujer a esto.
Me deseaba, la tenía tan insanamente envuelta en mí como yo estaba en ella.
La construcción que sentí antes comenzó a crecer de nuevo con cada giro sus dedos.
Ansiaba ese sentimiento.
Presionándome con ella, dejé que el placer se elevara en mí. Justo antes de que me reclame de nuevo, le supliqué.
—¡AAAAHHHHH!—el rugido de Santana, y el temblor y la sacudida de su cuerpo me enviaron de nuevo en espiral—¡Britt! ¡Mierda!—gritó, justo antes de que perdiera mi alcance sobre la realidad.
Mi corazón seguía tan lleno de haberla oído decir que me amaba, y no podía parar de sonreír.
Había estado enamorada de Santana por meses. No se lo dije porque no estaba segura de que hubiera querido oír eso.
Me lo había dicho ella.
Y también dijo muchas otras cosas hermosas que me hicieron amarla aún más, y no pensé que eso era posible.
—En el refrigerador está nuestra comida. ¿Tienes hambre?—preguntó en tanto di un paso dentro de la habitación.
Había una cama enorme en el medio de la habitación y un televisor de pared frente a esta. Podría ver el fregadero y el espejo frente a este, y luego una puerta al cuarto de baño.
Fue el mejor lugar en el que me he alojado.
Hasta el mes pasado cuando fui a la fiesta en la casa de Quinn Fabray, ese había sido el lugar más bonito en que estuve.
Pero la casa de Quinn Fabray me había volado la cabeza. No era como nada de lo que me hubiera imaginado.
Esto, sin embargo, era nuestro.
Por esta noche.
—Te traje un refresco de uva. Varios, en realidad—dijo Santana, deslizando su mano alrededor de mi cintura y besando mi sien.
Adoraba el refresco de uva, y una vez que lo descubrió, se aseguró de que tuviera uno a menudo.
Otra cosa que amaba de ella.
Por lo general, me gustaría un refresco de uva. Pero no quería eso ahora.
Había estado soñando durante tanto tiempo con el momento en el que le decía a Santana que la amaba.
Sabía cómo quería que sucediera.
Fantaseé sobre esto tantas veces que ni siquiera estaba nerviosa cuando la encaré.
No podía decir las palabras porque en mis sueños ella lo sabía. Nunca preparé las palabras para esto.
La besé.
Solamente le tomó un momento para responder. Sus manos estaban en mis caderas, tirando de mí fuertemente mientras su boca empezó a hacer su magia en mí.
Su sabor a menta siempre me excitaba.
Levanté las manos y con mis dedos pudieran deslizarse en su cabello. Mis senos se presionaron contra los suyos, y el dolor solamente lo intensificó.
Desde la primera vez que la manos de Santana se colocaron sobre mis pechos, y su pulgar rozó la parte inferior de ellos, habían llegado a excitarse demasiado por lo cerca que habían estado.
Era difícil no empezar a rogarle que las tocase. Me asustaba y me excitaba pensarlo.
La vi mirar mis pechos un montón de veces. Le gustaban. Eso hizo que vistiera blusas que eran demasiadas pequeñas, sabiendo que le gustaba la vista.
Cuando sus manos se deslizaron por mis lados y se detuvieron justo debajo de mis pechos, de nuevo, dejé escapar un gemido frustrado.
Dejó de besarme un momento, pero su boca permaneció sobrevolando la mía.
Su cálido aliento bañó mis labios y no estaba segura de poder respirar.
Sus manos lentamente empezaron a moverse, y abrí mis ojos para mirar los suyos cálidos. Me estaba observando de cerca mientras subía las manos, hasta que tocaba la parte inferior de mis pechos.
Tan cerca del centro, que dolían por la atención.
En el momento en que se movió más arriba y sus dedos llegaron a mis pezones sensibles, suspiré y agarré a sus hombros.
Esto era lo que quería. Lo que había querido desde hace tiempo.
—¿Puedo quitarte la camisa?—preguntó Santana con voz ronca y baja.
Asentí.
No pude formar palabras.
Cerró los ojos por un minuto, y sus fosas nasales se abrieron antes de que ella se agachara y tirara mi camiseta de mi cuerpo.
Levanté mis brazos, y movió la camisa, luego la tiró a un lado. Quería cerrar los ojos. Pero también necesitaba verla mirarme.
Vería la decepción en ellos si no le gustaba lo que vio.
Sus ojos brillaron y tragó con tanta fuerza que pude ver su manzana de Adán moverse cuello.
—Maldición—susurró con reverencia—Tan perfecto.
Mi cuerpo zumbó de placer con sus palabras. El temor al que me estuve aferrando por esto se fue alejando, y quería más.
Estaba lista para que Santana López me hiciera sentir bien.
Sus manos cubrían el sostén de raso que llevaba puesto. No era nada especial, pero funcionó. Era uno de los que Whitney me había dado después de que ya no lo quiso.
Era una de las pocas cosas que me dio.
—¿Puedo quitarte el sujetador?—me preguntó. Respiraba con dificultad.
—Sí—me las arreglé para decir.
Sus manos se deslizaron alrededor de mi espalda y desabrocharon el gancho.
Cerré los ojos esta vez.
Estaba a punto de estar desnuda con ella, y quería eso, pero tampoco estaba segura de cómo soportar poder mirarla mientras me miraba.
—Oh, mierda, Britt. Dios, estoy jodidamente arruinada—dijo mientras sus manos me agarraban la cintura.
Quería sus manos en otro lugar.
Palpitaban mis senos desnudos, necesitados de atención.
—Ven aquí—dijo mientras ella empezaba a moverme.
Abrí los ojos cuando me apoyó contra la cama.
—Acuéstate.
Estaba dispuesta a hacer lo que me pidiera. Retrocedí y apoyé la cabeza en la almohada.
Se quitó la camisa y su sujetador con un movimiento fluido, y tuve un momento para procesar la vista perfecta de sus pechos antes de que se moviera sobre mí.
Sus pezones eran morenos y casi tan erectos y duros como los mios.
Se sostuvo sobre mí y me besó suavemente esta vez. Su beso se sentía hambriento, lo que hizo que mi corazón se acelere.
Levanté mi cuerpo y agarré su cabeza para tirar de ella contra mí. Quería sentir sus pechos contra los míos.
Pero se sostuvo, luego se retiró, rompiendo el beso.
Sus ojos se hallaban en mis pechos.
—Si hago algo que no te gusta, dime. Me detendré. Lo juro.
No creía que pudiera hacer algo que no quisiera. Pero asentí.
—Bueno.
No se movió para tocarme, y el latido en mis pechos había hecho un camino a entre mis piernas.
El dolor me hacía sentir frenética.
—Por favor, San. Tócame—esas palabras salieron antes de que pudiera detenerlas.
Estaba desesperada.
Un bajo gruñido vibró en su pecho y maldijo antes de que sus manos se deslizaran y cubrieran mis pechos. Luego los apretó, haciéndome retorcer ante el placer que venía con ello.
—Ah—grité.
Los ojos de Santana quemaron con un brillo que nunca vi antes, mientras miraba desde mi pecho hacia mis ojos. Sus pulgares rozaron mis pezones y mordí mi labio inferior para evitar hacer ruidos más vergonzosos.
Luego vi cómo Santana bajaba su cabeza hacia mi pecho mientras sus ojos permanecían en los míos. Cuando su lengua se deslizó sobre mi pezón derecho, solté mi labio inferior; un jadeo silencioso salió de mi boca, la cual estaba ahora abierta.
Cuando se metió el pezón en la boca y chupó, tuve que cerrar los ojos para montar la ola de placer.
Verla hacer esto y sentirla al mismo tiempo era demasiado.
No estaba segura de poder soportarlo más. Mi cuerpo se sentía tan fuertemente encadenado, tarareando con un dolor delicioso que me enloquecería si durara demasiado.
—No solo son las tetas más bonitas y perfectas de la tierra, sino que saben a miel. Y me encanta la miel—dijo Santana antes de lamer mis tetas de nuevo.
Oírla hablar así me hizo temblar.
Iba a tener que detenerse, pero si lo hacía, tenía miedo de atacarla y exigir que aliviara este dolor.
Continuó jugando con mis pechos, moldeándolos en sus manos, luego besándolos y haciéndome retorcerme y gemir.
Cada vez que yo hacía un sonido por accidente, ella gemía y se hacía más codiciosa.
Era como si un fuego estuviera encendido entre mis piernas. Tuve que apretarlas para no gritar de dolor.
Cuando su boca empezó a moverse por mi estómago y luego por cada costilla, contuve el aliento. Me moví y apreté mis piernas mientras el latido entre ellas empeoraba al sentir la emoción de la boca de Santana acercándose.
Sus manos se movieron sobre mi cintura, y luego deslizó un dedo debajo de la cintura de mis vaqueros. La miró por un momento, y esperé, incapaz de respirar hondo, para ver qué haría.
Entonces sus ojos se alzaron para reunirse con los míos.
—Quiero quitarlos.
Sí. Oh Dios, sí.
—Sí —jadeé.
Sus fosas nasales volvieron a abrirse cuando empezó a desabrocharme los vaqueros. Levanté mi trasero de la cama para que pudiera bajarlos. Las bragas que llevaba no cubrían mucho. Eran demasiado pequeñas, como la mayor parte de mi ropa.
También se habían despintado y el rosa casi parecía blanco.
Las manos de Santana subieron lentamente por mis piernas, como si las estuviera memorizando. Cuando se puso de rodillas se detuvo, y estaba a punto de suplicarle que hiciera algo antes de que me quemara cuando abrió mis piernas. Le dejé, incapaz de decirle nada de nada en este punto.
Respiró hondo y volvió a maldecir mientras miraba la entrepierna de mis bragas.
El aire fresco que la golpeó me alertó de lo que observaba.
Estaba mojada.
Oh Dios.
Estaba mojada.
Comencé a apretar mis piernas, avergonzada.
Besar a Santana siempre me mojaba las bragas. No pude evitarlo. Y por la forma en que sentía el aire frío que me tocaba, sabía que tenía que estar empapándome.
—No. Dios, no, Britt. No me ocultes esto—dijo en una desesperación que reconocí.
Abriendo los ojos solo un poco, la miré y la dejé abrir mis piernas otra vez. Parecía hipnotizado.
—Mierda, cariño. Eso está caliente.
¿Lo era?
Movió una mano por el interior de mi pierna, y mi muslo hormigueó. Iba a tocarme ahí.
Quería hacerlo incluso aunque pudiera ver que estaba mojada.
Un solo dedo corrió mi dolorido y necesitado centro, y agarré las sábanas debajo de mí y grité.
Los disparos de intenso placer que atravesaba cada célula de mi cuerpo me hicieron sentir como si estuviera a punto de explotar.
Sus manos sacaban mis bragas antes de que pudiera concentrarme de nuevo. Abrí los ojos para ver su cabeza mientras bajaba para acomodarse entre mis piernas.
El primer contacto caliente con su lengua mágica me hizo perder la cabeza. No me encontraba segura de lo que dije, rogué o prometí, pero estaba jadeando y suplicando.
Eso era lo mucho que sabía.
La boca de Santana besó y lamió la dolorosa necesidad, haciéndola peor y mejor cada vez.
Agarré sus hombros, y mis uñas agarraron un pedazo de su piel. No pude detenerme.
Estaba a punto de explotar y no sabía cómo controlarme.
Quería esto y me aterrorizaba.
—Nunca quise probar un coño, Britt, pero juro por Dios que sabes como el sol y el azúcar. Podría comerte durante horas y no tener suficiente—Santana insultó antes de deslizar su lengua dentro de mí.
Me reprimí contra ella y mi mundo explotó.
La luz emitió un millón de colores detrás de mis párpados, y grité el nombre de Santana mientras la cama y todo lo demás se alejaban de mí.
Montaba una ola de perfección de la que nunca quise salir.
Escuché a Santana diciendo algo a lo lejos, pero mi cuerpo estaba tembloroso cuando esos dolores y palpitaciones llegaron a un punto en el que explotaron, como temí.
Excepto que era hermoso.
Tan hermoso que quería este sentimiento para siempre.
Comenzó a desvanecerse, y mi mente procesaba lentamente el hecho de que me había perdido por un momento y no estaba segura de lo que había hecho o dicho mientras tanto.
Santana me miraba fijamente cuando abría los ojos, y lo primero que me di cuenta fue que sus caderas estaban colocadas entre mis piernas y se encontraba desnuda.
La humedad de su sexo presionaba contra mi delicado centro, que ya se estaba entusiasmando con otra ronda.
—Eso fue lo más hermoso que he visto. Te juro, Britt, que nada se comparará con la mirada de tu cara en este momento—dijo, con una intensidad en sus ojos que calentó mi corazón—Quiero estar dentro de ti. Quiero estar unida a ti. Quiero hacerte el amor. Quiero estar tan profundamente unida a ti como si fueras parte de mí.
Sí. A todo eso. Sí.
Asentí, así que cerró los ojos y susurró lo que sonó como: “Gracias a Dios”.
Cuando volvió a abrirlos, pasó sus labios por mi clavícula, luego por mi cuello, antes de besar el área detrás de mi oreja.
—Al principio dolerá. Pero te juro que me aseguraré de que vuelvas a sentir ese lugar dulce. Créeme.
—Te amo—fue mi respuesta.
—Joder, cariño—susurró mientras bajaba sus dedos entre mis pechos, mi estómago hasta mi sexo y me penetró, estirándome de una manera que me parecía correcta.
Dejé que mis piernas se abrieran por completo, y su cuerpo se estremeció sobre mí. Luego se acercó más hasta que una aguda estrechez me apretó justo antes de que la sintiera romper la barrera. Agarré sus brazos y contuve el grito en mi garganta.
No quería que se detuviera.
Se congeló una vez que estuvo completamente dentro de mí. Me sentí llena mientras palpitaba el dolor agudo, hasta que comenzó a aliviar.
—Estoy bien—le dije, y ella inhaló bruscamente.
Luego se movió y un lento ardor comenzó en mí. Con cada movimiento de sus dedos unidos al de sus caderas, perdí el aliento e hice un ruido.
—Te amo. Te amo demasiado, maldita sea. Me vuelves loca. Eres mía, Britt. Siempre serás mía.
Sus palabras me calentaron.
Deslicé mis piernas por su espalda y las cerré alrededor de su cintura.
—Miiiierda—gimió, y enterró su cara en mi cuello—Tus largas piernas. Demonios, cariño. Soy la hija de puta más afortunada del mundo.
Sonriendo solo un momento, disfruté sabiendo que tenía el poder de llevar a esta gran mujer a esto.
Me deseaba, la tenía tan insanamente envuelta en mí como yo estaba en ella.
La construcción que sentí antes comenzó a crecer de nuevo con cada giro sus dedos.
Ansiaba ese sentimiento.
Presionándome con ella, dejé que el placer se elevara en mí. Justo antes de que me reclame de nuevo, le supliqué.
—¡AAAAHHHHH!—el rugido de Santana, y el temblor y la sacudida de su cuerpo me enviaron de nuevo en espiral—¡Britt! ¡Mierda!—gritó, justo antes de que perdiera mi alcance sobre la realidad.
********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Aquí mi regalo de Navidad para ustedes, que pasen una linda fiesta junto a sus seres queridos. Recuerden que los que no están físicamente, no quiere decir que no están con nosotros!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Aquí mi regalo de Navidad para ustedes, que pasen una linda fiesta junto a sus seres queridos. Recuerden que los que no están físicamente, no quiere decir que no están con nosotros!
¡Feliz Navidad!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Tremendo momento!!!!
Me encantan tus regalos de Navidad!!!
Feliz Navidad para todos los que estamos en este maravilloso foro!! !! Ojala muchos mas se sumen!!!!
Saludos
Me encantan tus regalos de Navidad!!!
Feliz Navidad para todos los que estamos en este maravilloso foro!! !! Ojala muchos mas se sumen!!!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Que buen regalo!! Hermosos los capitulos, te pasaste.
Feliz navidad a todos los del foro y a ti en especial.
Feliz navidad a todos los del foro y a ti en especial.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Hola morra...
Exelente regalo....
Ahora no la separa nadies... ya los amigos aceptaron a britt....
Me encanta cuando están juntas!!!
FELIZ NAVIDAD!!!!!
nos vemos!!!
Exelente regalo....
Ahora no la separa nadies... ya los amigos aceptaron a britt....
Me encanta cuando están juntas!!!
FELIZ NAVIDAD!!!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Tremendo momento!!!!
Me encantan tus regalos de Navidad!!!
Feliz Navidad para todos los que estamos en este maravilloso foro!! !! Ojala muchos mas se sumen!!!!
Saludos
Hola, o no¿?!!!! jjajajaajajajaj se supo todo, todo! jajajaj. Que bueno que te gustara! Espero q lo pasaras y sigas pasando bn! Jajaajajaj xq no¿?!!! saludos =D
Isabella28 escribió:Que buen regalo!! Hermosos los capitulos, te pasaste.
Feliz navidad a todos los del foro y a ti en especial.
Hola, si¿? que bueno q te gustara! Cada vez van mejor, no¿? jajajaajaja. Feliz Navidad!!!! Jajajaaja gracias! Espero q lo pasaras y sigas pasando bn! Saludos =D
3:) escribió:Hola morra...
Exelente regalo....
Ahora no la separa nadies... ya los amigos aceptaron a britt....
Me encanta cuando están juntas!!!
FELIZ NAVIDAD!!!!!
nos vemos!!!
Hola lu, que bueno q te gustara! Ooooohh no! y menos mal jajajajaaj. Esk como no hacerlo¿? jajajaja. Y a mi tmbn!! son tan lindas!! jajaj. Feliz Navidad! Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 24
Capitulo 24
Hace Seis Años…
Santana
Parada dentro del departamento de un dormitorio el cual acababa de pagar un año de alquiler con el fin de obtener un aprobado para el arrendamiento, me di cuenta de lo que había hecho.
Trabajar de noche no era fácil, pero valió la pena. Tenía todo el dinero que necesitaba trasladar a Brittany conmigo.
Decirle a mi papá que no iba a firmar con alguno de los cuatro equipos de softbol de la conferencia del sureste que trataban de conseguirme, era lo último que tuve que enfrentar.
Estaría furioso y me echaría. Pero eso no me importaba ahora.
Tenía una camioneta que me pertenecía y un departamento.
Tenía un trabajo que sería capaz de ejercer una vez que me gradúe en seis meses.
Brittany ya no se iba a quedar en esa mierda con su malvada madrastra.
Una vez que la rescate, sabía que Mike también se iría. Ya se habría marchado si no fuera por Brittany.
Mike ya había dicho que se mudaba con Blaine, un chico unos años mayor de su banda, en el momento en que saqué a Brittany del remolque de su mamá.
A Brittany no le gustaba esa idea, pero su hermanito ahora tenía dieciséis años. También tenía un metro ochenta y ocho de altura y se había convertido en una de esas personas altas y delgadas.
Podía cuidarse solo.
Pero era difícil convencerla de eso.
Finn y su papá me trajeron algunos mueble que la señora C dijo que ya no necesitaba e insistía en que debía tomarlos.
Finn me dijo que también me estaba enviando toallas, ollas y sartenes, platos, alfombras e incluso un edredón. No discutí con ella, aunque tenía la sensación de que me daba cosas que iba a tener que reemplazar en su propia casa.
Quinn me dio su cama y su tocador.
Su mamá dijo que quería redecorar su habitación y yo podría tener sus cosas viejas. Lo traería más tarde hoy.
Con su ayuda, no pensé que necesitaríamos nada.
Esperaba hasta tenerlo preparado y listo antes de mostrárselo a Brittany.
Además, estaba hablando con Mike y asegurándome de que se hallaba preparado para mudarse también.
Whitney había mejorado en no dejar que los hombres en su vida golpeen a Brittany. Pero cuando fueron a por Mike, quien era capaz de darles una paliza a los hijos de puta, Brittany siempre saltaba y terminaba herida, aunque solo un poco, antes de que Mike les dé una lección en serio.
Estaba lista para poder dormir con Brittany escondida en la seguridad de mis brazos.
Dos años de dormir con un teléfono en la mano y, a menudo, en el piso de su habitación había sido duro.
Odiaba dejarla en esa casa. Si Mike no fuera un tipo de cuidado, yo no habría podido hacerlo.
Pero el chico tenía temperamento, y cualquiera que lo molestaba debía salir como del infierno de su camino. Y su hermana era la única persona a la que amaba en la tierra.
Sabía que él mataría a cualquiera antes de dejar que la lastimen.
—¿Esto es todo?—preguntó Kitty.
No lo oí entrar. Me hallaba absorta en mis pensamientos.
—Sí—contesté dando una mirada atrás, donde se paró en la puerta.
—Lo hiciste bien.
Pensé que era así.
Solo quería que Brittany lo pensara también. Ella era todo lo que importaba aquí.
—Eso creo—acordé.
Entró y asintió con la cabeza hacia las dos puertas a la izquierda. Una daba al cuarto de baño y la otra, al dormitorio. El resto del departamento se hallaba justo aquí.
Sala de estar y cocina, todo junto.
—Solo hay una habitación, ¿dónde dormiremos?—preguntó ella.
Reí entre dientes.
—Aquí no.
—Diablos. Y se suponía que debíamos ser mejores amigas. Estoy herida.
—Seguro que sí.
—¿Ya le dijiste a tu papá?
No iba a decirle a mi viejo hasta que tuviera todo arreglado para mudarme. Porque él se iba a volver loco.
Mi plan era primero sacar de esa casa todo lo que necesitaba, porque mi papá posiblemente tiraría todo en el patio y le prendería fuego.
El hombre no paraba de hablar sobre mis opciones de universidad. Él quería que fuera al estado de Florida.
Me estaba volviendo loca con la elección.
Yo sabía que no escogería ninguna de ellas. No podía aceptar ninguna beca escolar que se requiera jugar softbol.
Si jugaba no sería capaz de trabajar tanto como lo necesitaba y cuidar a Brittany.
—Le diré una vez que tenga todo mudado—le dije.
—Inteligente—acordó Kitty.
Dos golpes en la puerta, luego un:
—Esto no es una mierda. Me impresiona.
Las dos volteamos para ver a Finn entrando por la puerta con una mueca seguido por Quinn.
—No se les permite tener fiestas aquí a menos que esté en casa. No se admite nada de diversión en mi ausencia—dijo Quinn.
Se estaba yendo a la universidad de Alabama el siguiente año. Ella era el único de nosotros que dejaba el pueblo.
Tratamos de no pensar en eso a menudo.
Kitty tenía una beca de softbol en la Universidad local. Le habían ofrecido becas en universidades más grandes pero ella no dejaría el pueblo, y sus hermanos la necesitaban.
—Diablos estábamos organizando la fiesta “Quinn deja el pueblo”—dijo arrastrando las palabras Finn.
Quinn rió y volteó sus ojos.
—Siempre supe que serías la primera en mudarse. Cuando admitiste que amabas a Brittany Pierce, supe que eso era todo. Primero te mudarías a tu propia casa y te casarías. Diablos, si eres rápida podrías tener una familia antes que Kitty—dijo Quinn sonriendo
—¿Qué? Yo no voy a tener familia—dijo Kitty, llevando su atención de nuevo a Quinn, que parecía divertida.
—Amiga. Solo se puede dormir con cierta cantidad de mujeres antes de que empieces a pensar en hijos. Pasará—contestó.
Kitty frunció el ceño.
—No hables de esa mierda. Siempre seré soltera.
Todo el mundo se rió de eso.
Hacer que un Kitty sonriente frunza el ceño siempre fue divertido.
En pocos meses nuestras vidas cambiarían.
No sabíamos lo que deparaba el futuro, pero nos teníamos el uno al otro.
Esta era mi familia. En la que me había apoyado desde que era niña.
Al crecer como lo hice, podría haber tomado un camino muy diferente en la vida, pero tener a estas dos muchachas y ese alto muchacho se preocupaban por mí cambió eso.
De alguna manera, evitamos los problemas reales.
Quinn siempre había estado ahí para recordarnos que debíamos comportarnos bien y quedarnos fuera de la cárcel.
Iba a extrañar momentos como este.
Pero tenía a Brittany, y mi futuro siempre la tendría en ella. Eso hizo que el futuro fuera emocionante en lugar de aterrador.
Desde el momento en que se sentó en la mesa del almuerzo, riéndose con las tres personas del mundo que yo consideraba familia, supe que lo era.
Ella era mi futuro.
Brittany
Mike se detuvo en un complejo de departamentos y puso el coche de Whitney en el parque antes de mirarme.
—Antes de que salgamos, quiero hablar contigo—dijo.
Cuando me despertó esta mañana y me pidió que me vistiera para ir a un sitio con él, no me imaginé que llegaríamos ahí.
Sabía que quería mudarse con Blaine, que era un año mayor que yo y parecía tener una buena cabeza sobre los hombros. Pero si me mostraba el lugar para convencerme de que dejara que se mudara, no tenía que hacer eso.
Si quería irse, estaba lista para dejarlo ir. Sobreviviría de alguna manera.
Estaba segura de que Whitney me echaría a patadas, pero encontraría a dónde ir.
No quería retener a Mike por mi culpa. Odiaba vivir ahí. Él la odiaba.
No merecía vivir en el infierno para mantenerme a salvo. Parecía un hombre, pero era solo un muchacho con tanto potencial.
—Sí. Si quieres mudarte con Blaine, entonces sí. Quiero eso para ti—dije antes de que intentara venderme la idea.
Mike frunció el ceño e inclinó la cabeza para mirarme. Esperé que diga algo.
Cuando finalmente parecía enojado, me pregunté si había dicho lo incorrecto.
—Te refieres a esa mierda—sacudió la cabeza y soltó una risa dura—Maldita sea, Brittany. ¿Crees que te haría eso?
Me di cuenta que cometí un error. Diablos. Tenía que arreglarlo.
—Solo quería decir… Quiero que seas feliz, Mike. Pensé que traerme aquí, a un departamento, significaba que ibas a tratar de convencerme para mudarte. No quiero retenerte. Quiero que lo tengas todo. Te mereces la felicidad.
Pasó las manos por el cabello y las golpeó en el volante.
—¿Qué hay de ti? Has sacrificado más que nadie. Recibiste putos golpes para mantenerme a salvo de niño. Si me mudo y te dejo con esa perra, ¿qué diría de mí? Me haría un maldito idiota que no merece vivir. Así que, no, hermanita, no te estoy pidiendo que me dejes abandonarte. Sacrificaría mi alma para protegerte. ¿No lo sabes? Solo te quiero a ti. Nunca amaré a nadie más. No se puede confiar en las perras. Eres la única mujer en la tierra que podría amar.
Las lágrimas quemaron mis ojos y parpadeé.
—Lo siento. Pensé… Yo solo… me equivoqué. Sé que quieres mantenerme a salvo. Somos familia. Nos tenemos el uno al otro. Siempre.
Mike asintió.
—Pero ahora tienes a Santana. Y agradezco que la tengas. Es una mujer que con solo una palabra de puede destrozar y no tiene miedo de usar sus manos, pies o quizás cualquier parte del cuerpo para defenderte es como una pared. Puede mantener a mi hermana a salvo, y ella te ama. Como nunca he visto a una persona amar, nunca. Eso lo hace digno de ti. Ella tiene el mejor tesoro del mundo y lo sabe—soltó una carcajada y se encogió de hombros—Puede que tenga que corregir algo que dije antes. Creo que también la amo. La amo por amarte de la manera en que mereces ser amada.
Esta vez dejé que las lágrimas me quemaran los ojos. Sorbí por la nariz, y luego rocé las lágrimas de mi cara.
—Lo siento—dije, sonriendo—Normalmente no dices cosas así, así que no estaba preparada emocionalmente.
Sonrió.
—Antes de que nos pongamos más sentimentales aquí, solo quiero decirte que estoy emocionado por lo que vas a ver en un minuto. Es cada sueño y deseo que he tenido. Me hace tan jodidamente feliz. No solo para ti sino también para mí. Así que ya lo sabes para cuando empieces a preocuparte por mí—abrió la puerta del coche y salió antes de darme una oportunidad de preguntarle de qué diablos hablaba.
Mike cerró la puerta y se acercó a la entrada de la escalera, luego miró hacia atrás y me saludó para que viniera.
No tenía idea de lo que quería mostrarme, y mi mente imaginaba un millón de escenarios diferentes.
Me acerqué a él, pero no dijo nada. Solo asintió y se volvió hacia las escaleras.
—Segunda planta.
Caminamos por el único tramo de escaleras, luego giramos a la derecha y bajamos por tres puertas.
Mike se detuvo frente a la calle 204. Luego tocó la puerta.
¿Íbamos a conocer a alguien?
La puerta se abrió y Santana apareció. Le dio un asentimiento a Mike, y luego se volvió para mirarme.
—Bienvenida a casa—dijo con una sonrisa, y extendió su mano para mí.
—Acerca de mudarme con Blaine, sí, voy a hacerlo esta noche. Te quiero, hermanita. Ve a vivir el felices para siempre que te mereces—entonces Mike se inclinó, me besó la mejilla y susurró—Esta es la mujer que movió el cielo y la tierra para hacer que esto suceda. Es una de las razones por las que sé que te merece. Sé feliz.
Comencé a decir algo, pero Mike se enderezó y se alejó hacia el camino por el que habíamos venido.
Lo vi alejarse y luego me volteé para mirar hacia Santana.
—Estoy confundida—dije finalmente, aún tratando de reconstruir todo.
Santana salió, me recogió en sus brazos, y me llevó dentro antes de bajarme de nuevo y cerrar la puerta detrás de ella. Me di cuenta de lo que me rodeaba.
El sofá que recordaba de la sala de los Hudson estaba ubicado contra la pared izquierda con su mesa de café y un sillón negro que no reconocí. Una pequeña televisión estaba en una mesa frente a ellos.
Cambié mi mirada al otro lado de la habitación para ver una mesita de fórmica con flores frescas en un florero en el centro y cuatro sillas a juego alrededor.
En la pared, había enmarcada una foto tomada por Carole Hudson después de un partido de softbol.
Santana se encontraba de pie detrás de mí con ropa de juego todavía puesto y sus brazos alrededor de mí mientras ambos sonreíamos ante la cámara.
—Esto es nuestro—dije justo cuando un sollozo se liberó y se hundió la comprensión.
Santana hablaba de conseguir un lugar propio, pero pensé que era un sueño para ayudarnos a superar los tiempos difíciles.
Nunca imaginé que sucedería tan pronto. O en absoluto.
Solo esperaba que pudiéramos llegar a este día.
—Sí, lo es—dijo, tirando de mí en sus brazos y besándome la cima de la cabeza mientras yo seguía asimilando todo.
—¿Cómo?—pregunté asombrada.
—Muchas noches y horas extras—dijo con orgullo en su voz—Está pagado el año.
¿El año?
Oh Dios mío.
Esto era real. Teníamos una casa.
Las palabras de Mike en el coche volvieron a mí, y me eché a llorar al darme cuenta de lo que había estado tratando de decirme.
—¿Qué sucede, Britt-Britt?—preguntó Santana, volteándome para mirarla. Sus manos ahuecaron mi cara—Lo arreglaré. Solo dime qué ocurre.
Sacudí la cabeza.
—Nada—dije en un sollozo—No ocurre nada. Es perfecto. Santana López… eres mi héroe.
Trabajar de noche no era fácil, pero valió la pena. Tenía todo el dinero que necesitaba trasladar a Brittany conmigo.
Decirle a mi papá que no iba a firmar con alguno de los cuatro equipos de softbol de la conferencia del sureste que trataban de conseguirme, era lo último que tuve que enfrentar.
Estaría furioso y me echaría. Pero eso no me importaba ahora.
Tenía una camioneta que me pertenecía y un departamento.
Tenía un trabajo que sería capaz de ejercer una vez que me gradúe en seis meses.
Brittany ya no se iba a quedar en esa mierda con su malvada madrastra.
Una vez que la rescate, sabía que Mike también se iría. Ya se habría marchado si no fuera por Brittany.
Mike ya había dicho que se mudaba con Blaine, un chico unos años mayor de su banda, en el momento en que saqué a Brittany del remolque de su mamá.
A Brittany no le gustaba esa idea, pero su hermanito ahora tenía dieciséis años. También tenía un metro ochenta y ocho de altura y se había convertido en una de esas personas altas y delgadas.
Podía cuidarse solo.
Pero era difícil convencerla de eso.
Finn y su papá me trajeron algunos mueble que la señora C dijo que ya no necesitaba e insistía en que debía tomarlos.
Finn me dijo que también me estaba enviando toallas, ollas y sartenes, platos, alfombras e incluso un edredón. No discutí con ella, aunque tenía la sensación de que me daba cosas que iba a tener que reemplazar en su propia casa.
Quinn me dio su cama y su tocador.
Su mamá dijo que quería redecorar su habitación y yo podría tener sus cosas viejas. Lo traería más tarde hoy.
Con su ayuda, no pensé que necesitaríamos nada.
Esperaba hasta tenerlo preparado y listo antes de mostrárselo a Brittany.
Además, estaba hablando con Mike y asegurándome de que se hallaba preparado para mudarse también.
Whitney había mejorado en no dejar que los hombres en su vida golpeen a Brittany. Pero cuando fueron a por Mike, quien era capaz de darles una paliza a los hijos de puta, Brittany siempre saltaba y terminaba herida, aunque solo un poco, antes de que Mike les dé una lección en serio.
Estaba lista para poder dormir con Brittany escondida en la seguridad de mis brazos.
Dos años de dormir con un teléfono en la mano y, a menudo, en el piso de su habitación había sido duro.
Odiaba dejarla en esa casa. Si Mike no fuera un tipo de cuidado, yo no habría podido hacerlo.
Pero el chico tenía temperamento, y cualquiera que lo molestaba debía salir como del infierno de su camino. Y su hermana era la única persona a la que amaba en la tierra.
Sabía que él mataría a cualquiera antes de dejar que la lastimen.
—¿Esto es todo?—preguntó Kitty.
No lo oí entrar. Me hallaba absorta en mis pensamientos.
—Sí—contesté dando una mirada atrás, donde se paró en la puerta.
—Lo hiciste bien.
Pensé que era así.
Solo quería que Brittany lo pensara también. Ella era todo lo que importaba aquí.
—Eso creo—acordé.
Entró y asintió con la cabeza hacia las dos puertas a la izquierda. Una daba al cuarto de baño y la otra, al dormitorio. El resto del departamento se hallaba justo aquí.
Sala de estar y cocina, todo junto.
—Solo hay una habitación, ¿dónde dormiremos?—preguntó ella.
Reí entre dientes.
—Aquí no.
—Diablos. Y se suponía que debíamos ser mejores amigas. Estoy herida.
—Seguro que sí.
—¿Ya le dijiste a tu papá?
No iba a decirle a mi viejo hasta que tuviera todo arreglado para mudarme. Porque él se iba a volver loco.
Mi plan era primero sacar de esa casa todo lo que necesitaba, porque mi papá posiblemente tiraría todo en el patio y le prendería fuego.
El hombre no paraba de hablar sobre mis opciones de universidad. Él quería que fuera al estado de Florida.
Me estaba volviendo loca con la elección.
Yo sabía que no escogería ninguna de ellas. No podía aceptar ninguna beca escolar que se requiera jugar softbol.
Si jugaba no sería capaz de trabajar tanto como lo necesitaba y cuidar a Brittany.
—Le diré una vez que tenga todo mudado—le dije.
—Inteligente—acordó Kitty.
Dos golpes en la puerta, luego un:
—Esto no es una mierda. Me impresiona.
Las dos volteamos para ver a Finn entrando por la puerta con una mueca seguido por Quinn.
—No se les permite tener fiestas aquí a menos que esté en casa. No se admite nada de diversión en mi ausencia—dijo Quinn.
Se estaba yendo a la universidad de Alabama el siguiente año. Ella era el único de nosotros que dejaba el pueblo.
Tratamos de no pensar en eso a menudo.
Kitty tenía una beca de softbol en la Universidad local. Le habían ofrecido becas en universidades más grandes pero ella no dejaría el pueblo, y sus hermanos la necesitaban.
—Diablos estábamos organizando la fiesta “Quinn deja el pueblo”—dijo arrastrando las palabras Finn.
Quinn rió y volteó sus ojos.
—Siempre supe que serías la primera en mudarse. Cuando admitiste que amabas a Brittany Pierce, supe que eso era todo. Primero te mudarías a tu propia casa y te casarías. Diablos, si eres rápida podrías tener una familia antes que Kitty—dijo Quinn sonriendo
—¿Qué? Yo no voy a tener familia—dijo Kitty, llevando su atención de nuevo a Quinn, que parecía divertida.
—Amiga. Solo se puede dormir con cierta cantidad de mujeres antes de que empieces a pensar en hijos. Pasará—contestó.
Kitty frunció el ceño.
—No hables de esa mierda. Siempre seré soltera.
Todo el mundo se rió de eso.
Hacer que un Kitty sonriente frunza el ceño siempre fue divertido.
En pocos meses nuestras vidas cambiarían.
No sabíamos lo que deparaba el futuro, pero nos teníamos el uno al otro.
Esta era mi familia. En la que me había apoyado desde que era niña.
Al crecer como lo hice, podría haber tomado un camino muy diferente en la vida, pero tener a estas dos muchachas y ese alto muchacho se preocupaban por mí cambió eso.
De alguna manera, evitamos los problemas reales.
Quinn siempre había estado ahí para recordarnos que debíamos comportarnos bien y quedarnos fuera de la cárcel.
Iba a extrañar momentos como este.
Pero tenía a Brittany, y mi futuro siempre la tendría en ella. Eso hizo que el futuro fuera emocionante en lugar de aterrador.
Desde el momento en que se sentó en la mesa del almuerzo, riéndose con las tres personas del mundo que yo consideraba familia, supe que lo era.
Ella era mi futuro.
Brittany
Mike se detuvo en un complejo de departamentos y puso el coche de Whitney en el parque antes de mirarme.
—Antes de que salgamos, quiero hablar contigo—dijo.
Cuando me despertó esta mañana y me pidió que me vistiera para ir a un sitio con él, no me imaginé que llegaríamos ahí.
Sabía que quería mudarse con Blaine, que era un año mayor que yo y parecía tener una buena cabeza sobre los hombros. Pero si me mostraba el lugar para convencerme de que dejara que se mudara, no tenía que hacer eso.
Si quería irse, estaba lista para dejarlo ir. Sobreviviría de alguna manera.
Estaba segura de que Whitney me echaría a patadas, pero encontraría a dónde ir.
No quería retener a Mike por mi culpa. Odiaba vivir ahí. Él la odiaba.
No merecía vivir en el infierno para mantenerme a salvo. Parecía un hombre, pero era solo un muchacho con tanto potencial.
—Sí. Si quieres mudarte con Blaine, entonces sí. Quiero eso para ti—dije antes de que intentara venderme la idea.
Mike frunció el ceño e inclinó la cabeza para mirarme. Esperé que diga algo.
Cuando finalmente parecía enojado, me pregunté si había dicho lo incorrecto.
—Te refieres a esa mierda—sacudió la cabeza y soltó una risa dura—Maldita sea, Brittany. ¿Crees que te haría eso?
Me di cuenta que cometí un error. Diablos. Tenía que arreglarlo.
—Solo quería decir… Quiero que seas feliz, Mike. Pensé que traerme aquí, a un departamento, significaba que ibas a tratar de convencerme para mudarte. No quiero retenerte. Quiero que lo tengas todo. Te mereces la felicidad.
Pasó las manos por el cabello y las golpeó en el volante.
—¿Qué hay de ti? Has sacrificado más que nadie. Recibiste putos golpes para mantenerme a salvo de niño. Si me mudo y te dejo con esa perra, ¿qué diría de mí? Me haría un maldito idiota que no merece vivir. Así que, no, hermanita, no te estoy pidiendo que me dejes abandonarte. Sacrificaría mi alma para protegerte. ¿No lo sabes? Solo te quiero a ti. Nunca amaré a nadie más. No se puede confiar en las perras. Eres la única mujer en la tierra que podría amar.
Las lágrimas quemaron mis ojos y parpadeé.
—Lo siento. Pensé… Yo solo… me equivoqué. Sé que quieres mantenerme a salvo. Somos familia. Nos tenemos el uno al otro. Siempre.
Mike asintió.
—Pero ahora tienes a Santana. Y agradezco que la tengas. Es una mujer que con solo una palabra de puede destrozar y no tiene miedo de usar sus manos, pies o quizás cualquier parte del cuerpo para defenderte es como una pared. Puede mantener a mi hermana a salvo, y ella te ama. Como nunca he visto a una persona amar, nunca. Eso lo hace digno de ti. Ella tiene el mejor tesoro del mundo y lo sabe—soltó una carcajada y se encogió de hombros—Puede que tenga que corregir algo que dije antes. Creo que también la amo. La amo por amarte de la manera en que mereces ser amada.
Esta vez dejé que las lágrimas me quemaran los ojos. Sorbí por la nariz, y luego rocé las lágrimas de mi cara.
—Lo siento—dije, sonriendo—Normalmente no dices cosas así, así que no estaba preparada emocionalmente.
Sonrió.
—Antes de que nos pongamos más sentimentales aquí, solo quiero decirte que estoy emocionado por lo que vas a ver en un minuto. Es cada sueño y deseo que he tenido. Me hace tan jodidamente feliz. No solo para ti sino también para mí. Así que ya lo sabes para cuando empieces a preocuparte por mí—abrió la puerta del coche y salió antes de darme una oportunidad de preguntarle de qué diablos hablaba.
Mike cerró la puerta y se acercó a la entrada de la escalera, luego miró hacia atrás y me saludó para que viniera.
No tenía idea de lo que quería mostrarme, y mi mente imaginaba un millón de escenarios diferentes.
Me acerqué a él, pero no dijo nada. Solo asintió y se volvió hacia las escaleras.
—Segunda planta.
Caminamos por el único tramo de escaleras, luego giramos a la derecha y bajamos por tres puertas.
Mike se detuvo frente a la calle 204. Luego tocó la puerta.
¿Íbamos a conocer a alguien?
La puerta se abrió y Santana apareció. Le dio un asentimiento a Mike, y luego se volvió para mirarme.
—Bienvenida a casa—dijo con una sonrisa, y extendió su mano para mí.
—Acerca de mudarme con Blaine, sí, voy a hacerlo esta noche. Te quiero, hermanita. Ve a vivir el felices para siempre que te mereces—entonces Mike se inclinó, me besó la mejilla y susurró—Esta es la mujer que movió el cielo y la tierra para hacer que esto suceda. Es una de las razones por las que sé que te merece. Sé feliz.
Comencé a decir algo, pero Mike se enderezó y se alejó hacia el camino por el que habíamos venido.
Lo vi alejarse y luego me volteé para mirar hacia Santana.
—Estoy confundida—dije finalmente, aún tratando de reconstruir todo.
Santana salió, me recogió en sus brazos, y me llevó dentro antes de bajarme de nuevo y cerrar la puerta detrás de ella. Me di cuenta de lo que me rodeaba.
El sofá que recordaba de la sala de los Hudson estaba ubicado contra la pared izquierda con su mesa de café y un sillón negro que no reconocí. Una pequeña televisión estaba en una mesa frente a ellos.
Cambié mi mirada al otro lado de la habitación para ver una mesita de fórmica con flores frescas en un florero en el centro y cuatro sillas a juego alrededor.
En la pared, había enmarcada una foto tomada por Carole Hudson después de un partido de softbol.
Santana se encontraba de pie detrás de mí con ropa de juego todavía puesto y sus brazos alrededor de mí mientras ambos sonreíamos ante la cámara.
—Esto es nuestro—dije justo cuando un sollozo se liberó y se hundió la comprensión.
Santana hablaba de conseguir un lugar propio, pero pensé que era un sueño para ayudarnos a superar los tiempos difíciles.
Nunca imaginé que sucedería tan pronto. O en absoluto.
Solo esperaba que pudiéramos llegar a este día.
—Sí, lo es—dijo, tirando de mí en sus brazos y besándome la cima de la cabeza mientras yo seguía asimilando todo.
—¿Cómo?—pregunté asombrada.
—Muchas noches y horas extras—dijo con orgullo en su voz—Está pagado el año.
¿El año?
Oh Dios mío.
Esto era real. Teníamos una casa.
Las palabras de Mike en el coche volvieron a mí, y me eché a llorar al darme cuenta de lo que había estado tratando de decirme.
—¿Qué sucede, Britt-Britt?—preguntó Santana, volteándome para mirarla. Sus manos ahuecaron mi cara—Lo arreglaré. Solo dime qué ocurre.
Sacudí la cabeza.
—Nada—dije en un sollozo—No ocurre nada. Es perfecto. Santana López… eres mi héroe.
********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
hola morra,....
san es imposible de no amar por todo lo que hace con britt!!!
cumplió con lo que san quiera terminar siendo el héroe de britt!!!
nos vemos!!!
san es imposible de no amar por todo lo que hace con britt!!!
cumplió con lo que san quiera terminar siendo el héroe de britt!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
San es perfecta, la amo y tambien es mi héroe.
Isabella28****** - Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Por Dios como amo a esa mujer, es perfecta!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,....
san es imposible de no amar por todo lo que hace con britt!!!
cumplió con lo que san quiera terminar siendo el héroe de britt!!!
nos vemos!!!
Hola lu, o no¿?!! donde consigo una persona así¿?!!! yo la kiero!! es tan linda!!! SI!!! es la mejor de lo mejor! Saludos =D
Isabella28 escribió:San es perfecta, la amo y tambien es mi héroe.
Hola, siii!!!!! y yooo!!! y la mía!!! Y la kiero para mi!! donde la consigo¿?!!! Saludos =D
micky morales escribió:Por Dios como amo a esa mujer, es perfecta!!!!!
Hola, o no¿?!!! yo tmbn!!!! SI!!! yo la kiero!!!! donde la encuentro¿? Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Cap 25 - Último
Capitulo 25 - Último
Hace Seis Años…
Santana
Miré como Brittany dormía en mis brazos.
La luz de la madrugada llenaba lentamente la habitación. Dormimos nuestra primera noche en nuestra nueva casa.
Mike había traído todas las cosas de Brittany antes de las nueve. Trasladó tanto sus cosas como las de ella después de dejarla aquí conmigo. Dijo que Whitney había estado más que feliz de sacarlos de ahí.
Se fue de aquí después de dar su nuevo discurso a su hermana y besarle la mejilla, diciéndole que ahora ambos estaban libres.
Ella había llorado de nuevo.
Ayer fue un día de lágrimas felices para ella. Saber que la hice tan feliz me hizo sentir como una maldita reina.
Sus párpados comenzaron a abrirse lentamente y vi, fascinada por la belleza perfecta que era toda mía.
Una vez que los tenía abiertos, esos ojos azules claros se centraron en mí, y sonrió.
Esa sonrisa que hizo que mi corazón tartamudee y mis rodillas se debiliten.
Solo esta mujer podía hacerme eso. Sería la única que tendría ese poder.
No cuestioné eso. Ella era mi para siempre.
—Buenos días—dijo suavemente.
—Buenos días—respondí, inclinando la cabeza para besarle la punta de la nariz—¿Dormiste bien?—le pregunté, ya sabiendo que fue así.
Sonrió.
—Sí—el brillo provocador en sus ojos me puso caliente y húmeda.
Pero, Brittany podía bostezar y me ponía caliente y húmeda. No costaba mucho.
Habíamos hecho el amor dos veces anoche antes de quedarnos dormidas desnudas, envueltas la una en la otra.
Mi mujer se excitaba fácilmente también.
Ella me había hecho parar a un lado de la carretera más de una vez, ya que su boca me hacía cosas que me impedían conducir.
Ella era mi propia pieza personal de perfección. Era difícil mantenerla saciada.
No es que me quejara, nunca.
Su mano se deslizó hacia abajo para tocar y jugar con mi sexo.
—Mmmm… Alguien está emocionado esta mañana.
Empujé mis caderas hacia ella y me penetro con un dedo.
Mierda, eso estuvo bien.
—Estás desnuda en mis brazos. Diablos, sí, estoy emocionada. Si así va a ser el resto de nuestra vida, me preocupa que nunca salgamos del dormitorio.
Rió y comenzó a deslizarse hacia abajo hasta que sus labios se envolvieron alrededor de clítoris.
Tiré las cobijas al suelo mientras rodaba sobre mi espalda y metí una mano en su largo cabello rubio.
—Ah, Britt. Eso es tan jodidamente bueno—gemí.
Despertarme con mi mujer jugando y haciendo magia con mi cuerpo era de lo qué estaban hechos los sueños.
Ella murmuró en respuesta y me sacudí en su boca. Sabía que le encantaba cuando hacía eso.
—Luego será mi turno de lamer ese dulce coño. Ahora extiende las piernas y déjame ver cómo te tocas. Pero no te corras. Quiero que lo hagas en mi cara.
Los ojos de Brittany se abrieron de par en par y ella gimió cuando levantó las rodillas y expuso su culo redondo en el aire, luego extendió sus piernas antes de deslizar una mano entre ellas.
Cuando pasó el dedo por la húmeda hendidura, gimió de nuevo, y a mi cuerpo le encantó.
—Eso es, Britt-Britt. Juega con ese coño bonito—dije mientras que cambié mi mirada de sus labios rosados jugando con mi sexo sus dedos cubiertos con su excitación.
Me excitaba verla masturbarse.
Nunca logré dejar que terminara antes de apartar su mano y comerla o hundirme dentro de ella.
Había intentado más de una vez dejar que lo hiciera todo, pero me volvía loca.
No podía.
—Me voy a venir—jadeé cuando cuerpo se apretó—Lo quiero en tus tetas—le dije.
Me encantó cuando tomaba mi humedad pero también me encantaba ver mi liberación en su cuerpo. Su culo y tetas estaban atados a mis lugares favoritos.
Ella quitó la mano de entre sus piernas y se movió entre las mías.
—Ahora, bebé. Me corro—le advertí, y ella dejo de jugar con mi sexo y me penetro con tres dedos logrando mi liberación, luego saco sus dedos de mi para llevarlos a sus tetas.
Cuando estuvo satisfecha, alzó la mirada de sus tetas para sonreírme maliciosamente.
—Maldición, eso es sexy—dije, mirándola—Tan condenadamente sexy—repetí.
Mi cuerpo ya se emocionaba. Ver sus tetas cubiertas conmigo era suficiente para tenerme lista para la segunda ronda, rápido.
Respiraba con dificultad, y mi cuerpo tarareaba de placer. Cogí una camiseta del lado de la cama y me senté y limpié lentamente sus tetas, luego jugueteé con sus pezones antes de deslizar mi mano entre sus piernas.
—Acuéstate, cariño. Es hora de desayunar—le dije
Ella se echó a reír, luego subió a la cama y se acostó, dejando que se abrieran sus largas piernas para revelar su coño desnudo.
Cuando la lamí por primera vez, había sido como un perro en celo durante semanas.
Ya me había obsesionado con su coño, pero el verlo desnudo me volvió loca.
Lo quería todo el tiempo.
Una vez la empujé dentro del armario de un conserje, me arrodillé entre sus piernas abiertas y la comí con las bragas a un lado. A partir de ese día, si ella llevaba una falda sabía lo que iba a pasar.
No tenía control.
Cuando bajé la cabeza para lamer su estrecho clítoris apretado, ella gritó mi nombre, y eso fue todo lo que hizo falta para que mi polla haga un regreso completo.
Besar su coño con sabor a caramelo era una de mis actividades favoritas.
Me encantó la forma en que sus piernas temblaban y cómo ella agarraba mis hombros y suplicaba cosas que no tenían sentido.
Cuando su cuerpo se tensó, me detuve y embestí dentro de ella con dos dedos en un movimiento.
—¡OH DIOS!—gritó, luego su cuerpo se tensó y estremeció debajo de mí.
Cuando Brittany tenía un orgasmo, fue como si estuviera perdida por un momento mientras su cuerpo me apretaba fuertemente y me rodeaba tan malditamente dulce que siempre seguía detrás de ella.
—Te amo—le dije contra su cuello cuando mi liberación se une a la de ella.
Era mi hogar.
Este departamento no, sino ella.
Mientras estuviera con ella, me hallaba en casa.
Brittany[/color]
Hoy fue uno de esos raros días en que yo me encontraba en casa mientras los niños estaban en la escuela.
Santana se había ido a trabajar, y de camino, llevó a los niños. Se suponía que debía relajarme y disfrutar de mi día.
Al menos, eso era lo que me informó mi esposa antes de besarme y despedirse.
No estaba segura de qué era eso, exactamente.
Mi vida se hallaba llena y ocupada, y me encantaba eso. Ser mamá y esposa eran las dos cosas que siempre quise ser.
Cuando los niños fueron a quedarse con Kitty y Marley, pasaba ese tiempo con mi esposa.
Esta mañana me había tomado una ducha extra-larga, luego hice una tortilla para el desayuno.
Estaba a punto de llamar a Rachel, que sabía estaría en casa con Charlie, que tenía casi tres años y estaba muy ocupada.
Sonriendo, pensé en la última vez que fuimos de compras y cómo Rachel corrió tras él una vez que se desabrochó del cochecito.
Ella lo había alcanzado en la ventana con el maniquí, donde trataba de quitarse los zapatos. Lo recogió justo antes de que el maniquí cayera a su muerte.
Eso me hizo pensar que hoy debía ir a la clínica para someterme al tratamiento y ver si esta vez funcionaba…la tercera era la vencida, ¿no?
La luz de la madrugada llenaba lentamente la habitación. Dormimos nuestra primera noche en nuestra nueva casa.
Mike había traído todas las cosas de Brittany antes de las nueve. Trasladó tanto sus cosas como las de ella después de dejarla aquí conmigo. Dijo que Whitney había estado más que feliz de sacarlos de ahí.
Se fue de aquí después de dar su nuevo discurso a su hermana y besarle la mejilla, diciéndole que ahora ambos estaban libres.
Ella había llorado de nuevo.
Ayer fue un día de lágrimas felices para ella. Saber que la hice tan feliz me hizo sentir como una maldita reina.
Sus párpados comenzaron a abrirse lentamente y vi, fascinada por la belleza perfecta que era toda mía.
Una vez que los tenía abiertos, esos ojos azules claros se centraron en mí, y sonrió.
Esa sonrisa que hizo que mi corazón tartamudee y mis rodillas se debiliten.
Solo esta mujer podía hacerme eso. Sería la única que tendría ese poder.
No cuestioné eso. Ella era mi para siempre.
—Buenos días—dijo suavemente.
—Buenos días—respondí, inclinando la cabeza para besarle la punta de la nariz—¿Dormiste bien?—le pregunté, ya sabiendo que fue así.
Sonrió.
—Sí—el brillo provocador en sus ojos me puso caliente y húmeda.
Pero, Brittany podía bostezar y me ponía caliente y húmeda. No costaba mucho.
Habíamos hecho el amor dos veces anoche antes de quedarnos dormidas desnudas, envueltas la una en la otra.
Mi mujer se excitaba fácilmente también.
Ella me había hecho parar a un lado de la carretera más de una vez, ya que su boca me hacía cosas que me impedían conducir.
Ella era mi propia pieza personal de perfección. Era difícil mantenerla saciada.
No es que me quejara, nunca.
Su mano se deslizó hacia abajo para tocar y jugar con mi sexo.
—Mmmm… Alguien está emocionado esta mañana.
Empujé mis caderas hacia ella y me penetro con un dedo.
Mierda, eso estuvo bien.
—Estás desnuda en mis brazos. Diablos, sí, estoy emocionada. Si así va a ser el resto de nuestra vida, me preocupa que nunca salgamos del dormitorio.
Rió y comenzó a deslizarse hacia abajo hasta que sus labios se envolvieron alrededor de clítoris.
Tiré las cobijas al suelo mientras rodaba sobre mi espalda y metí una mano en su largo cabello rubio.
—Ah, Britt. Eso es tan jodidamente bueno—gemí.
Despertarme con mi mujer jugando y haciendo magia con mi cuerpo era de lo qué estaban hechos los sueños.
Ella murmuró en respuesta y me sacudí en su boca. Sabía que le encantaba cuando hacía eso.
—Luego será mi turno de lamer ese dulce coño. Ahora extiende las piernas y déjame ver cómo te tocas. Pero no te corras. Quiero que lo hagas en mi cara.
Los ojos de Brittany se abrieron de par en par y ella gimió cuando levantó las rodillas y expuso su culo redondo en el aire, luego extendió sus piernas antes de deslizar una mano entre ellas.
Cuando pasó el dedo por la húmeda hendidura, gimió de nuevo, y a mi cuerpo le encantó.
—Eso es, Britt-Britt. Juega con ese coño bonito—dije mientras que cambié mi mirada de sus labios rosados jugando con mi sexo sus dedos cubiertos con su excitación.
Me excitaba verla masturbarse.
Nunca logré dejar que terminara antes de apartar su mano y comerla o hundirme dentro de ella.
Había intentado más de una vez dejar que lo hiciera todo, pero me volvía loca.
No podía.
—Me voy a venir—jadeé cuando cuerpo se apretó—Lo quiero en tus tetas—le dije.
Me encantó cuando tomaba mi humedad pero también me encantaba ver mi liberación en su cuerpo. Su culo y tetas estaban atados a mis lugares favoritos.
Ella quitó la mano de entre sus piernas y se movió entre las mías.
—Ahora, bebé. Me corro—le advertí, y ella dejo de jugar con mi sexo y me penetro con tres dedos logrando mi liberación, luego saco sus dedos de mi para llevarlos a sus tetas.
Cuando estuvo satisfecha, alzó la mirada de sus tetas para sonreírme maliciosamente.
—Maldición, eso es sexy—dije, mirándola—Tan condenadamente sexy—repetí.
Mi cuerpo ya se emocionaba. Ver sus tetas cubiertas conmigo era suficiente para tenerme lista para la segunda ronda, rápido.
Respiraba con dificultad, y mi cuerpo tarareaba de placer. Cogí una camiseta del lado de la cama y me senté y limpié lentamente sus tetas, luego jugueteé con sus pezones antes de deslizar mi mano entre sus piernas.
—Acuéstate, cariño. Es hora de desayunar—le dije
Ella se echó a reír, luego subió a la cama y se acostó, dejando que se abrieran sus largas piernas para revelar su coño desnudo.
Cuando la lamí por primera vez, había sido como un perro en celo durante semanas.
Ya me había obsesionado con su coño, pero el verlo desnudo me volvió loca.
Lo quería todo el tiempo.
Una vez la empujé dentro del armario de un conserje, me arrodillé entre sus piernas abiertas y la comí con las bragas a un lado. A partir de ese día, si ella llevaba una falda sabía lo que iba a pasar.
No tenía control.
Cuando bajé la cabeza para lamer su estrecho clítoris apretado, ella gritó mi nombre, y eso fue todo lo que hizo falta para que mi polla haga un regreso completo.
Besar su coño con sabor a caramelo era una de mis actividades favoritas.
Me encantó la forma en que sus piernas temblaban y cómo ella agarraba mis hombros y suplicaba cosas que no tenían sentido.
Cuando su cuerpo se tensó, me detuve y embestí dentro de ella con dos dedos en un movimiento.
—¡OH DIOS!—gritó, luego su cuerpo se tensó y estremeció debajo de mí.
Cuando Brittany tenía un orgasmo, fue como si estuviera perdida por un momento mientras su cuerpo me apretaba fuertemente y me rodeaba tan malditamente dulce que siempre seguía detrás de ella.
—Te amo—le dije contra su cuello cuando mi liberación se une a la de ella.
Era mi hogar.
Este departamento no, sino ella.
Mientras estuviera con ella, me hallaba en casa.
En La Actualidad…
Brittany[/color]
Hoy fue uno de esos raros días en que yo me encontraba en casa mientras los niños estaban en la escuela.
Santana se había ido a trabajar, y de camino, llevó a los niños. Se suponía que debía relajarme y disfrutar de mi día.
Al menos, eso era lo que me informó mi esposa antes de besarme y despedirse.
No estaba segura de qué era eso, exactamente.
Mi vida se hallaba llena y ocupada, y me encantaba eso. Ser mamá y esposa eran las dos cosas que siempre quise ser.
Cuando los niños fueron a quedarse con Kitty y Marley, pasaba ese tiempo con mi esposa.
Esta mañana me había tomado una ducha extra-larga, luego hice una tortilla para el desayuno.
Estaba a punto de llamar a Rachel, que sabía estaría en casa con Charlie, que tenía casi tres años y estaba muy ocupada.
Sonriendo, pensé en la última vez que fuimos de compras y cómo Rachel corrió tras él una vez que se desabrochó del cochecito.
Ella lo había alcanzado en la ventana con el maniquí, donde trataba de quitarse los zapatos. Lo recogió justo antes de que el maniquí cayera a su muerte.
Eso me hizo pensar que hoy debía ir a la clínica para someterme al tratamiento y ver si esta vez funcionaba…la tercera era la vencida, ¿no?
********************************************************************************************************************************
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
me encanta la vida que formaron!!!
mmm la tercera es la vencida??? nuevo miembro de la familia??
nos vemos!!!
me encanta la vida que formaron!!!
mmm la tercera es la vencida??? nuevo miembro de la familia??
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
pq tiene que terminar??????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,...
me encanta la vida que formaron!!!
mmm la tercera es la vencida??? nuevo miembro de la familia??
nos vemos!!!
Hola lu, a mi tmbn! son tan lindas!!! ajajajaja. Eso dices, asik esperemos y si! Sería bueno, no¿? jajaja. Saludos =D
micky morales escribió: pq tiene que terminar??????
Hola, nosEEE!!! pero dicen q todo lo bueno tiene q acabar =( Solo keda el consuelo q estan tan felices! ajajja. Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Epílogo
Diez Años Después…
Betty Marin Fields
Por mucho que amaba a la familia grande y loca de la que yo era parte, cuando todos nos reuníamos en la casa de playa de Finn y Alison, las cosas podían ser abrumadoras.
Se hablaba tanto y los niños estaban por todas partes.
Era como si este grupo no pudiera dejar de reproducirse.
Dios.
En algún momento tenían que dejar de hacerlo.
Yo no era una de las más viejas de los niños.
Biff, Kurt y Cece May López Pierce ya asistían todos a la universidad, y no salían con los “niños”. Ellos lograban pasar el rato con los adultos.
Pero si sus dos últimos hermanos Susan y Santiago, de nueve y cinco años.
Caleb Hudson DiLaurentis y Madison Fabray Berry se encontraban conduciendo ahora, y estaban en su propio mundito adolescente.
Así que eso nos dejaba a Charlie y a mí para asegurarnos de que las hermanas de Charlie, Barbra y Beth, no se mataran.
Solo había dos años entre ellas, y a los diez y a los ocho parecían listas para iniciar una guerra cada vez que se las dejaba solas.
Agradecí no tener una hermana.
Pero sí tenía hermanos. Tres. Ezra, Tobby y Jackson tenían menos de diez años.
Fue un milagro que todavía no hubiesen quemado algo.
Mamá Hanna se reiría de ellos y miraría a mi mamá Emily como si estos hombres locos fueran maravillosos.
Solo mis mamás eran maravillosas. Mis hermanos se hallaban descontrolados.
Luego estaba Bree Evans Jones. Tenía diez años, y admitiré que se comportaba más madura que la mayoría de los chicos de su edad, pero era como una celebridad porque su papá era famoso.
No podía salir y jugar con el resto de los niños sin un maldito guardaespaldas.
Fue raro.
Tenía una hermana, Jane, de solo tres años.
Uno pensaría que todos esos niños serían suficientes para volver loco a una persona.
Pero noooo, había más.
Caleb no era el único niño Hudson DiLaurentis. Su hermano menor, Rory Hudson DiLaurentis, tenía diez años, y su otra hermana, Spencer, cinco.
Luego estaban los chicos Wilde.
Que Dios nos ayude a todos, eran muy posiblemente peores que mis hermanos.
Yo sentiría lástima por esta ciudad cuando los chicos Marin Fields y Wilde Rose tuvieran coches.
Clarke, Mason y Aria Wilde Rose tenían todas las edades exactas de mis hermanos.
Eran los terribles seis. O al menos, así era como Charlie y yo nos referíamos a ellos.
En el último grupo entraba Ryder Abrams Motta, de diez años. Era el hijo de Artie y Sugar Abrams Motta.
También tenían una hija, que tenía ocho años, y, bueno… Iban a tener las manos llenas con ella.
Eso era todo lo que decía.
Verónica Abrams Motta era una libertina. Ella tenía a los terribles seis en ascuas, y eso es decir algo.
Tian y Dottie Chang Cohen-Chang fueron los dos últimos niños en esta locura de reproducción.
Eran gemelos idénticos, pero eran completamente opuestos.
Tian hacía todo lo que podía para llamar la atención, mientras que Dottie se hallaba normalmente en un rincón con un libro.
Para ser niños de diez años, me gustaban bastante.
Solía decir que sus padres eran los únicos sanos en el lote. Tuvieron gemelos y se detuvieron.
Pero hoy la gran noticia era que Finn y Alisson esperaban un bebé para Navidad.
Ahora que sabía qué era el sexo, me horroricé cada vez que otra de las adultas nos decía que estaba embarazada.
¿Acaso solo tenían relaciones sexuales?
¿Era un accidente?
¿Lo planearon?
¡Uff!
No quería pensar en ello.
Me alegraba que mis mamás parecían haber terminado con sus cuatro.
Después de tener tres hijos seguidos, creo que mis mamás se sentían demasiado nerviosas para intentarlo de nuevo.
Ellas no recibirían otra como yo. Le había dicho eso, y se rió de mí.
Entonces me dijo que me parecía más a mi mamá Emily de lo que pensaba.
No me importó ser como mi mamá Emily.
Me parecía a mi mamá Hanna, o por lo menos eso dice mi tío Lucas cada vez que me ve: “Es tu viva imagen, te lo juro, Hanna”.
Eso me hace sonreír porque mi mamá es hermosa…ambas.
Se hablaba tanto y los niños estaban por todas partes.
Era como si este grupo no pudiera dejar de reproducirse.
Dios.
En algún momento tenían que dejar de hacerlo.
Yo no era una de las más viejas de los niños.
Biff, Kurt y Cece May López Pierce ya asistían todos a la universidad, y no salían con los “niños”. Ellos lograban pasar el rato con los adultos.
Pero si sus dos últimos hermanos Susan y Santiago, de nueve y cinco años.
Caleb Hudson DiLaurentis y Madison Fabray Berry se encontraban conduciendo ahora, y estaban en su propio mundito adolescente.
Así que eso nos dejaba a Charlie y a mí para asegurarnos de que las hermanas de Charlie, Barbra y Beth, no se mataran.
Solo había dos años entre ellas, y a los diez y a los ocho parecían listas para iniciar una guerra cada vez que se las dejaba solas.
Agradecí no tener una hermana.
Pero sí tenía hermanos. Tres. Ezra, Tobby y Jackson tenían menos de diez años.
Fue un milagro que todavía no hubiesen quemado algo.
Mamá Hanna se reiría de ellos y miraría a mi mamá Emily como si estos hombres locos fueran maravillosos.
Solo mis mamás eran maravillosas. Mis hermanos se hallaban descontrolados.
Luego estaba Bree Evans Jones. Tenía diez años, y admitiré que se comportaba más madura que la mayoría de los chicos de su edad, pero era como una celebridad porque su papá era famoso.
No podía salir y jugar con el resto de los niños sin un maldito guardaespaldas.
Fue raro.
Tenía una hermana, Jane, de solo tres años.
Uno pensaría que todos esos niños serían suficientes para volver loco a una persona.
Pero noooo, había más.
Caleb no era el único niño Hudson DiLaurentis. Su hermano menor, Rory Hudson DiLaurentis, tenía diez años, y su otra hermana, Spencer, cinco.
Luego estaban los chicos Wilde.
Que Dios nos ayude a todos, eran muy posiblemente peores que mis hermanos.
Yo sentiría lástima por esta ciudad cuando los chicos Marin Fields y Wilde Rose tuvieran coches.
Clarke, Mason y Aria Wilde Rose tenían todas las edades exactas de mis hermanos.
Eran los terribles seis. O al menos, así era como Charlie y yo nos referíamos a ellos.
En el último grupo entraba Ryder Abrams Motta, de diez años. Era el hijo de Artie y Sugar Abrams Motta.
También tenían una hija, que tenía ocho años, y, bueno… Iban a tener las manos llenas con ella.
Eso era todo lo que decía.
Verónica Abrams Motta era una libertina. Ella tenía a los terribles seis en ascuas, y eso es decir algo.
Tian y Dottie Chang Cohen-Chang fueron los dos últimos niños en esta locura de reproducción.
Eran gemelos idénticos, pero eran completamente opuestos.
Tian hacía todo lo que podía para llamar la atención, mientras que Dottie se hallaba normalmente en un rincón con un libro.
Para ser niños de diez años, me gustaban bastante.
Solía decir que sus padres eran los únicos sanos en el lote. Tuvieron gemelos y se detuvieron.
Pero hoy la gran noticia era que Finn y Alisson esperaban un bebé para Navidad.
Ahora que sabía qué era el sexo, me horroricé cada vez que otra de las adultas nos decía que estaba embarazada.
¿Acaso solo tenían relaciones sexuales?
¿Era un accidente?
¿Lo planearon?
¡Uff!
No quería pensar en ello.
Me alegraba que mis mamás parecían haber terminado con sus cuatro.
Después de tener tres hijos seguidos, creo que mis mamás se sentían demasiado nerviosas para intentarlo de nuevo.
Ellas no recibirían otra como yo. Le había dicho eso, y se rió de mí.
Entonces me dijo que me parecía más a mi mamá Emily de lo que pensaba.
No me importó ser como mi mamá Emily.
Me parecía a mi mamá Hanna, o por lo menos eso dice mi tío Lucas cada vez que me ve: “Es tu viva imagen, te lo juro, Hanna”.
Eso me hace sonreír porque mi mamá es hermosa…ambas.
FIN
********************************************************************************************************************************
Hola, aquí el final de otra linda historia. MUCHAS GRACIAS! por seguirla, leerla y comentarla!
Gracias!
Ya subo el inicio de la siguiente!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, aquí el final de otra linda historia. MUCHAS GRACIAS! por seguirla, leerla y comentarla!
Gracias!
Ya subo el inicio de la siguiente!
Pd: como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd2: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Ya leiste este libro el de Bliss?
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
eso era mera conejera joder si que tuvieron hijos y para un batallón jajaja
me encanto la historia!!!
nos vemos!!
eso era mera conejera joder si que tuvieron hijos y para un batallón jajaja
me encanto la historia!!!
nos vemos!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
Muy Linda historia despues de todo lo que paso la pobre de Brit!!!!! Mama que mandar de tener NIÑOS!!!! Jajaja
Saludos y gracias por otra Hermosa historia!!!
Saludos y gracias por otra Hermosa historia!!!
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: El Final (Adaptada) Epílogo
La conejera jajajajajajajajaja que lindas familias, y lo mejor, al fin Britt encontro la felicidad!!!! gracias y hasta pronto!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Temas similares
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Tal Vez (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Obsesión (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por la Eternidad (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por Ti (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Tal Vez (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Obsesión (Adaptada) Epílogo
» [Resuelto]FanFic Brittana: Por la Eternidad (Adaptada) Epílogo
Página 5 de 6.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1