(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Winter “The Talk”

-¿Cometí un error en venir?—quiso saber Blaine, mientras se quitaba los patines y los reemplazaba por sus zapatos.
-¿Qué?...—respondió Kurt, distraído con la decena de patinadores aficionados que por esa hora aun llenaban la pista.
-Que si crees que cometí un error imprudente al venir aquí, sin avisarte ni nada…
-No Blaine, por supuesto que no, es solo que…
-¿Estas preocupado por lo de tu Papá?—quiso saber Blaine poniéndose de pie ya sin los patines.
-La verdad es que sí, creo que fueron demasiadas emociones juntas y en tampoco tiempo es difícil de dirigir la mitad de ellas—respondió Kurt arreglándose el dobles de sus pantalones.
-¿Quieres chocolate?, nada como algo calórico para combatir la tristeza—dijo Blaine apuntando al negocio de un costado de la pista.
-Claro…—contesto Kurt poniéndose de pie también y tomando a Blaine del brazo, casi como un acto reflejo—lo siento…—dijo excusándose al darse cuenta de lo que acababa de hacer y soltándolo de inmediato.
-Está bien, ¿somos amigos verdad?
-Verdad…—dijo Kurt, tomándolo del brazo nuevamente y caminando junto a él rodeando la pista.
-Creo que no deberías preocuparte, como te dije también me lo conto todo y el pronóstico que tiene es bastante favorable—explico Blaine ordenando dos vasos de chocolate a la vendedora y pagándolos acto seguido.
-Es lo que me dijo también, pero…gracias…—dijo recibiendo su vaso—pero, oyes “Cáncer” y lo primero que se te viene a la mente es…
-Lo sé, pero cada día la medicina progresa mas y creo que tu Padre tiene todas las de ganar, es un luchador, tal y como lo eres tu…—respondió Blaine bajando su cabeza y el tono de su voz al pronunciar esos halagos para Kurt, como si estuviese prohibido para él, decirle algo cariñoso.
-Gracias Blaine, solo espero que todo resulte bien como lo vaticinan todos, odiaría pensar que ahora que todos mis sueños se están realizando, mi Papa no esté para compartirlos conmigo.
-Estará contigo, y estará en el futuro contigo, cuando seas exitoso y ganes premios, cuando tengamos…—Blaine aclaro su garganta y evito la mirada de Kurt, que se le había quedado viendo sin saber que decir— es decir… cuando tengas tu familia, estoy seguro que estará ahí presente.


Diciembre de 2019

-¡Blaine!... ¡Es precioso!
-Te lo dije, “voy a conseguir el árbol más grande y frondoso que encuentre”—dijo Blaine, entrando con un pino más grande él.
-¿Te ayudo?—pregunto apartándose, sin intenciones de ayudar realmente.
-No, está bien—dijo llevando el árbol a la sala— ¿Dónde lo ponemos?
-En frente del ventanal central, como siempre—respondió Kurt, caminando delante de él como si lo guiara por un camino que solo él conocía— ¿no tuviste problemas?
-¿Problemas?...
-Ya sabes…—dijo bebiendo—con tus fans…—agrego levantando una ceja en la parte que nombraba a las “fans”
-No tengo tantas fans—respondió Blaine.
-Las tienes y lo sabes, basta recordar lo que paso en el centro comercial dos días atrás.
-Mas tienes tu, “Señor Nominado al Tony”, ¿Estas bebiendo?—quiso saber Blaine hablando de manera ahogada por el esfuerzo que hacía al arrastrar el pino gigante.
-Eggnog… ¡Es Navidad!, se supone que hay que beberlo—dijo Kurt apuntándolo con su tazón navideño.
-No es una obligación… ¿lo sabes verdad?
-Sip…
-¿Todo sea por la Navidad entonces?
-¡Por la Navidad!—repitió Kurt levantando su trago y sentándose en la banqueta del piano de la sala.
-¿Aquí?—pregunto Blaine poniendo el árbol en el suelo por fin.
-Un poco a la derecha—indico Kurt, señalando aquel lado.
-¿Ahí?...
-Un poco más la derecha…—insistió.
-¿Así?—dijo Blaine moviéndolo al contrario que Kurt indicaba.
-Dije a la derecha Blaine Anderson…
-¿Tu derecha o mi derecha?
-La derecha de la casa…—señalo Kurt bebiendo el resto de ponche de un solo trago.
-¿Ahora si?—pregunto dejándolo en el lugar perfecto.
-¡Perfecto!—reafirmo Kurt con sus pulgares hacia arriba.
-Los adornos, ¿los sacaste?—dijo Blaine comenzando a desatar las amarras que tenía el árbol en toda su extensión.
-Por supuesto que sí, tengo tres cajas, ¿eran tres cajas?—quiso saber Kurt, divertido y un poco afectado por haber bebido el ponche de un solo trago.
-Al parecer lo eran…—contesto Blaine riendo y pensando que nunca había tenido que lidiar con Kurt ebrio y no sabía si le sería fácil o le daría mucha pelea a la hora de acostarse.
-Estas son las de los adornos y estas las luces—indico apuntando a cada una de las cajas que descansaban en el sofá principal.
-Voy por las luces—dijo Blaine tomando la caja más pequeña y abriéndola inmediatamente.
-¿Quieres ponche?
-Si queda…
-¡Oye!..., no he bebido tanto—advirtió Kurt dirigiéndose a la cocina para traer consigo el jarro y otro de los tazones navideños. Sirvió dos tazas, las espolvoreo con canela y sumergió en cada una, una galleta de jengibre.
-¿Seguro?...
-¿No me cree Señor Anderson- Hummel?
-No… ¡gracias!—dijo al recibir su taza seguida de un beso.
-¿Por qué no?
-Porque dudo que luego de ¿Cuántas?, ¿dos?...tazas—Kurt asintió con la cabeza—estés así tan “alegre”
-Debe ser porque, a diferencia de otros, no estoy acostumbrado a beber por lo que solo el olor del Ron me pone…—explico Kurt haciendo un movimiento con su cabeza como si le diera la corriente de pronto.
-OK…—dijo Blaine, sacando las luces de la caja, que parecían mas bien un balón de futbol hecho de guirnaldas navideñas que cualquier otra cosa— ¿Quién guardo las luces el año pasado?—agrego mirando a Kurt, que comía descuidado de su galleta mojada en ponche.
-Tu…
-No, yo…—respondió acercándose a él—guarde los adornos, mira…—continuo, apuntando a las cajas cerca de Kurt, que estaban perfectamente embaladas y tenían inclusive una etiqueta que decía lo que contenía cada una, la fecha y la hora—esto, es obra tuya—concluyo apuntándolo con el “balón de luces”.
-Para que no digas que a nuestra vida le falta emoción, imagínate, coges una caja pensando que encontraras algo y ¡Bum!, aparece algo totalmente diferente… ¿no es genial?—dijo Kurt sonriendo como si en vez de dos tazones de ponche se hubiese servido 15.
-Te amo Kurt Hummel…
-Y yo te amo a ti Blaine Anderson…
-¿Aún?...
-¡Siempre!—respondió exagerando la “S”
-¿Cuándo Burt trae de vuelta a Henry?—pregunto Blaine buscando el enchufe de las luces para comenzar a desenredarlas desde el final.
-El domingo en la noche—respondió Kurt, moviendo sus cejas y haciendo un gesto como si pegara un mordisco al aire.
-¿Qué se supone que significa eso?
-Significa…, que tenemos 2 días el departamento para nosotros solos, por lo que podemos ponernos al día con las habitaciones que nos faltan por “inaugurar”
-Me parece un buen plan, pero dejando fuera el ponche o cualquier otra bebida—advirtió Blaine sonriendo ante los planes de Kurt.
-¿Por qué?
-Porque te pone… ¿Cómo describirlo?—dijo mirando el techo—osadamente sexy…
-¿Y eso?... ¿no es algo bueno?—quiso saber Kurt acercándosele y respirándole en el cuello desde el hombro hasta la oreja.
-Lo es…pero no de la manera que me gusta…
-Bu…—dijo Kurt haciendo un puchero, y recibiendo un beso en la nariz como consuelo.
-¿Hagamos el árbol?...
-Bien...—respondió Kurt abriendo una de las cajas con adornos con un dejo de torpeza—¿crees que Henry sepa algo de lo que se trata todo esto?
-Tiene un poco más de un año, difícilmente sabrá lo que es todo esto…
-Espero y no odie la Navidad—opino Kurt mirando dos adornos iguales e imaginándose que ya estaba viendo doble.
-¿Por qué habría de odiarla?—quiso saber Blaine, con casi medio metro de guirnalda desenredada.
-Porque, ¿viste como se puso en el centro comercial, cuando vio a esa duendecilla?, creo y la pobre quedo traumada.
-Cualquiera se asusta al ver a una persona con esa cara y vestida de aquella manera, hasta yo creo que me espante…
-Tú te espantaste con esas adolescentes que te gritaban “¡BLAINE ANDERSON!, ¡BLAINE ANDERSON!”—dijo Kurt poniéndose una mano cerca de la boca como si quisiera llamar a alguien que está muy lejos.
-¡Verdad!...eran adorables, no como la señora esa…
-¡Vamos!, no era una señora tan horrenda.
-Kurt…
-Bueno, era poco agraciada, pero estaba trabajando de ayudante de Santa, bien sabes que debió hacerle mucha falta el empleo, porque para aceptar un trabajo donde se tenga que usar esos zapatos con cascabel y ese gorro en forma de hongo…—dijo Kurt dando sorbos a su taza a medida que sacaba mas adornos y los clasificaba por tamaño, color y tema.
-Trabajo es trabajo…—acoto Blaine que a medida que desenredaba la guirnalda, se la iba enrollando en el cuello—además, volviendo a Henry, tiene a sus Padres, sus abuelos y sus tíos postizos para que le inculquen todas las tradiciones navideñas, será imposible para él odiarla.
-O todo lo contrario…
-Claro…—dijo Blaine entre risas, al tiempo que enchufaba las luces.
-Eres como un “gran árbol humano”—opino Kurt sonriendo al ver a Blaine con luces en el cuello, los hombros y ambos brazos.
-¿En serio?—respondió sugestivo.
-Bueno, no un “gran árbol”, más bien uno pequeñito y compacto… ¡Un Bonsái Navideño!—exclamo alzando su tazón— ¿No deberías hacer eso con las luces desenchufadas?
-¿Crees…que… me dará una descarga eléctrica?—respondió Blaine moviéndose como si efectivamente una descarga de 5000 vatios lo recorriera entero
-¡Blaine!...no eres gracioso—advirtió Kurt, riendo de todas formas.
-Pues yo creo que si—respondió este, tomando parte de las luces y envolviendo con ellas el cuello de Kurt, como si fuera la más sofisticada de las bufandas—mira…ahora nos unen unas luces…
-Creí que no… querías… besos… con… gusto… a “eggnog”—dijo Kurt, recibiendo 5 besos seguidos de Blaine.
-Quiero besos sea como sea, aunque lo que realmente quiero es que retomemos nuestro ritual de “inaugurar” las habitaciones que nos quedan.
-¡Salud por eso!—contesto Kurt, zafándose de la “bufanda de luces” y volviendo a lo del árbol— ¿te acuerdas de Sophie?
-¿Sophie?...Sophie que…
-Sophie De Lucca—recordó Kurt pronunciando el nombre de la chica como si fuese anfitrión del concurso de “Señorita Ohio”
-¿La chica Italiana?
-Solo su apellido lo era, pero si…
-¡Claro que la recuerdo!—exclamo Blaine comenzando a poner las luces desde la base del pino.
-¿No tiene idea de quien estoy hablando?, ¿verdad?—pregunto Kurt en tono suspicaz y sirviéndose más ponche.
-La verdad es que no—respondió Blaine sonriendo e irguiendo su postura a medida que avanzaba con las luces por el árbol.
-Pues era mi amiga de NYADA, ¿te acuerdas que estuvo conmigo en primer año?
-Yo no estaba aquí en tu primer año…
-Lo sé, lo sé…pero el asunto es que en segundo se fue, luego volvió y después se fue de nuevo, y ahora esta becada en Francia…—dijo apuntando hacia adelante, hacia atrás y hacia su derecha, como si el pasado, el presente y el país europeo estuvieran en esas direcciones.
-¡Ya la recuerdo!, a Richard le gustaba ¿no es así?
-A Richard de gustan todas, que actué al respecto es diferente, es como una versión muda de Dylan…¿no crees?
-Claro… al menos le resulto con Lily—dijo Blaine acercando el asiento del piano para alcanzar la punta del inmenso árbol— y… ¿Qué hay con ella?
-…
-Kurt…
-¿Qué?—pregunto Kurt, distraído por las formas de Blaine, que se acrecentaban con la elongación que había hecho con su cuerpo, para alcanzar la punta del árbol— ¡ah claro!...lo que pasa es que hoy supimos de ella, se contacto con Rachel para contar lo bien que estaba…y…¡eso!—termino diciendo Kurt con un encoger de hombros, como si su historia inconclusa no necesitara un final adecuado.
-¿Eso es todo?—pregunto Blaine bajándose de un salto—creí que estaba aquí o que le había ocurrido algo… un poco rara tu historia.
-¿Más rara que la de un hombre de 80 años que recorre el mundo en una noche?—dijo Kurt enseñando un adorno de Santa Claus y colgándolo en el árbol después.
-¿Qué?...
-Que…
-¿Ya compramos todo para el martes?
-Todo…solo me falta comprar papel para hacer esas coronas que se ponen los Ingleses la mañana de Navidad—explico Kurt haciendo un movimiento con sus manos como si se acomodara una corona en su propia cabeza.
-¿Qué cosa?... ¿por qué?
-Por Dylan…estará aquí, lejos de su familia, de su natal Londres, es lo mínimo que podemos hacer por él ya que nos dejara quedarnos en su casa para tu gira del próximo año.
-No creo que a él le importe, es decir—dijo Blaine alejándose para mirar si las luces habían quedado bien puestas—si hay alcohol y la posibilidad de que conozca a una chica, dudo que extrañe aquella tradición—agrego moviendo su cabeza para apreciar su obra de diferentes ángulos.
-Bueno, de esas dos necesidades, solo podremos satisfacerle una, por lo demás, ya no creo que existan mujeres en New York con las que no haya estado tu amigo…
-Tal vez pueda empezar la ronda de nuevo, ¿o no?, ¿Qué tal la Sophie esa que mencionaste?…
-No recuerdo si vendrá… la verdad es que no recuerdo nada de nada—reconoció dando un sorbo largo a su trago.
-Deja de beber entonces—respondió Blaine tomando unas cuantas esferas y comenzando a colgarlas.
-“Deja de beber entonces”—repitió Kurt haciendo muecas y poniendo el tono de voz que un payaso utilizaría.
Blaine sonrió y continuo adornando el árbol junto a Kurt, luego de unos cuantos minutos, terminaron el trabajo. Ambos se alejaron del árbol y lo apreciaron desde el medio de la sala. Entre el pino adornado maravillosamente y la vista privilegia de los arboles iluminados del Central Park, era imposible no sentir la navidad por toda la piel.
-¿Qué te parece?
-Hermoso…
-¿Si?...
-Los ebrios siempre dicen la verdad—acoto Kurt dando el último sorbo a su tazón de “eggnog”
-No estás ebrio y lo sabes—dijo Blaine tomándolo de la cintura y haciéndole una especie de arrumaco lo acerco a él
-Pero si estoy bastante mareado…—reconoció por fin Kurt rascándose la nariz.
-Eso sí lo creo…
-¿Me llevaría la cama Señor Anderson?—pidió Kurt casi en un susurro y restregando su cabeza en contra de la de él, como un gato lo haría.
-No, no, no… debiste pensar en la distancia que hay entre la sala y nuestro dormitorio antes de ponerte a beber.
-Por favor…—dijo frunciendo los labios—creo que no podría avanzar ni un metro…
-Kurt…
-Por favor…Señor Blaine…—comenzó a decir Kurt besándole el cuello—Devon…—continuo rozándole su nariz por el mentón—Anderson…—insistió dándole besos en la mejillas y la nariz—por favor…
-OK, súbete…—dijo Blaine apuntando su espalda, rendido ante las caricias dulcemente torpes de Kurt.
Kurt se trepo por su espalda y con los brazos le envolvió el cuello y con sus piernas la cintura, como si quisiese asegurar su estabilidad por todos los medios. Blaine lo tomo de las piernas a la altura del final del trasero y lo acomodo sobre su espalda. Kurt se sintió aun mas mareado por el movimiento, por lo que termino por descansar su cabeza en el hombro derecho de Blaine, este lo cargo por toda la sala llevándolo hasta el dormitorio, una vez allí, lo dejo caer con cariño sobre la cama.
-Gracias…—dijo en el mismo tono que lo decía Henry cuando le daban en el gusto.
-De nada…—respondió arreglándole el pelo—eres un ebrio adorable Kurt Hummel.
-No estoy ebrio—corrigió somnoliento.
-OK…—respondió Blaine levantándose.
-¿Dónde vas?—pregunto tomándole la mano.
-A cerrar la casa, las cortinas, poner la alarma…todas esas cosas que olvidaste por entregarte a la bebida—respondió sonriendo.
-Lo siento…—dijo esbozando una mueca tierna.
-No hay problema…vuelvo para ponerte el pijama—dijo levantándose y dándole un golpecito en la barriga.
-¿Harías eso por mi?...
-¿Desvestirte?... ¡POR SUPUESTO!—exclamo Blaine saliendo de la habitación y dejando a Kurt en la cama con una sonrisa tan grande, como el árbol que acaban de decorar.


-Oye… ¡escucha!, es medianoche—dijo Blaine apuntando al cielo al escuchar las campanadas que anunciaban las doce—es Navidad…
-Oficialmente…—respondió Kurt.
-Pase lo que pase, o donde, incluso si… no estamos juntos… siempre vamos a estar el uno para el otro—dijo Blaine cargado de sentimiento esperando que Kurt le dijera lo mismo.
-Si…—murmuro Kurt dándole un abrazo a medias.
-¡OK muchachos!, ¿Dónde consigo uno de esos?—exclamo Burt sobándose las manos y caminando hacia ellos.
-Hola Burt…
-Papá…—dijo Kurt sonriéndole.
-¿De verdad quieres patinar?—quiso saber Blaine apuntando la pista.
-Por supuesto que sí…—respondió Burt abriendo y cerrando su chaqueta con las manos en los bolsillos.
-¿Seguro?—repitió Blaine dándole una mirada como diciéndole que ya no estaba para eso.
-Esta bromeando, obvio que esta bromeando, nunca se ha subido a un par de patines, ni siquiera con ruedas—advirtió Kurt bebiendo de su chocolate.
-Aun así voy por unos—dijo Blaine sonriéndole a ambos y mostrándose más que servicial. Kurt le sonrió de vuelta y se quedo viéndolo alejarse.
-¿Qué te pareció tu regalo?
-No tenías que hacer esto Papá…
-¿Por qué no?…
-Porque no es fácil para mí estar cerca de él…
-¿Aun sigues con eso de no perdonarlo?
-Así es…y me asusta pensar que tal vez nunca lo haga.
-Kurt, tienes que hacerlo, no será la primera vez en tu vida que alguien te hace algo que no te gusta, que te hiere inclusive, pero toda la idea de ser adulto tiene que ver con lidiar con los problemas y dejarlos atrás, si te quedas atascado en algo, te perderás de lo mejor…
-¿De qué exactamente?...
-¡De vivir Kurt!, si no quieres volver con Blaine, perfecto, es tu decisión, pero no te quedes con ese resentimiento, solo te hace daño a ti—termino por decir Burt arreglándose su gorro de NYADA, como si aquello pusiera fin a la discusión.
-Aquí los tengo…no sé si son de tu talla, pero son los más grandes que habían—dijo Blaine enseñando un par de patines extra grandes.
-Gracias Blaine, pero cambie de idea, no creo que sea prudente sumar una fractura de cadera a mis múltiples enfermedades.
-¿Seguro?, puedes irte por la orilla caminando junto al pasamano, he visto mucha gente haciéndolo así— explico Blaine sonriendo como nunca.
-Aun así paso…. Solo quería asegurarme que Kurt recibiera su regalo, y que estuviera todo bien, así es que ahora me voy… ¡No hagan ruido cuando lleguen!—advirtió Burt apuntándolos—aunque el sofá de la sala parece ser tan cómodo que dudo que despierte.
-Papá, puedes dormir en la cama de Rachel, ella me lo dijo antes de viajar, no hay problema
-¿Si?, ¿Qué hay de Blaine?
-Yo puedo dormir donde sea, no hay problemas—dijo levantando una de sus manos como demostrando inocencia ante una acusación grave.
-¿Ves?, decidido entonces, tu duermes en la cama de Rachel y Blaine en el sofá.—sentencio Kurt apuntando a cada uno.
-OK… nos vemos en la casa…—dijo Burt retirándose.
-¡Papá!—exclamo Kurt entregándole el vaso de chocolate a Blaine y yendo tras su Padre—las llaves, no quiero que los vecinos crean que quieres entrar a robar si te ven forzando la puerta.
-¡Ah!, claro…se amable—le advirtió su Papá a Kurt apuntándolo con las llaves.
-¡Lo Hare!...—respondió poniendo cara de “obvio que lo hare”
Kurt vio a su Padre alejarse y se volteo hacia donde estaba Blaine. Este, se encontraba en la orilla de la pista con sus codos apoyados en la baranda de seguridad, riendo y disfrutando con las acrobacias fallidas y exitosas de los patinadores, respectivamente.
Avanzo hacia el observándolo como nunca, desde el cabello que comenzaba tímidamente a rizarse por la humedad del aire, hasta la sinuosidad exquisita que se le formaba entre la barbilla y el cuello cuando reía o cantaba con ganas. Recordó sonriendo las veces que la sintió entre sus dientes.
-Tu nariz esta roja—dijo acercándosele.
-Debe ser por el frio—respondió Blaine restregándosela con sus guantes— ¿Qué quieres hacer ahora?—pregunto en tono gangoso, casi inentendible.
-¿Qué?...
-Lo siento… ¿qué quieres hacer ahora?
-¿Te parece caminar?...
-Me encanta caminar—respondió Blaine disponiéndose a ello y con las manos en los bolsillos de su abrigo, extendió su brazo para que Kurt lo cogiera— ¿vamos?
-Vamos…