(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

-¿Hay mucha gente? —pregunto Blaine tocándose la frente como si la tuviera llena de sudor.
-¿Esas bromeando Anderson?... ¡está repleto! —dijo Santana haciendo un gesto de algo enorme con sus manos.
-¡¿Qué?!
- ¡Dios!... ¿Podrías ser menos egocéntrico?, no todos  te vienen a ver a ti gemelo “Winklevoss”
-¡Santana!... ¿no quedamos en que nada de ironías, ni sarcasmos, ni pesadeces al menos por hoy? —dijo Kurt abriendo sus ojos como dos huevos bien fritos.
-No es una pesadez ni nada de lo que nombraste… es la verdad, lo juro por mi tercer ojo —repitió la chica haciéndose una especie de seña en el medio de la frente.
-Blaine, no debes preocuparte, has actuado frente a más personas en las competencias y en las giras que tenias con los Warblers —dijo Kurt tratando de calmar los nervios de su prometido.
-Sí pero en esta se juega su futuro, entiendo que estés nervioso amigo—opino Sam dándole unas palmadas en la espalda como de condolencia.
-¡Sam!...—exclamo Kurt abriendo mas sus ojos y volteándose hacia sus amigos— ¿no es hora que entren para ganar buenos lugares?
-No… es decir si… obvio que si… debemos reservarle un lugar a ti también y a Rachel —dijo Sam como nervioso ante la amenaza visual que les había hecho Kurt— ¡Buena suerte Blaine! —grito el chico mientras se retiraba junto a Santana.
-¿De verdad está lleno? —pregunto Blaine con un hilo de voz, como si se estuviese quedando sin carga para seguir hablando.
-No lo sé, yo no he entrado.
Blaine tomo aire y se sentó en uno de los peldaños que conducía al “Round room”, por su lado pasaban decenas de estudiantes que iban  presenciar  las audiciones de aquella tarde, así como también los postulantes nuevos, que lucían tanto o más nerviosos que él.
-Blaine… no te pongas nervioso, sabes al revés y al derecho esa canción, lo harás fenomenal.
-¿Qué tal si me caigo del asiento cuando me disponga a tocar o algo?
-¡¿Cómo va a ser eso posible?! —respondió Kurt sonriendo y sentándose a su lado.
-No lo sé… cosas raras pasan ene la audiciones, recuerda lo que paso con Rachel por ejemplo.
-¿Qué pasa con Rachel? —interrumpió la chica llegando desde arriba.
-¡Rachel!... ¿de dónde vienes? —pregunto Kurt viendo llegar a su amiga.
-Estaba en el salón… no quiero asustarte pero esta audición ha concitado mucho interés.
-¿Por qué?... no soy nadie… un nadie de Ohio… ¿no lo saben?
-No creo que lo sepan, y por lo demás no eres el único, y hace mucho tiempo que no se hacían audiciones aquí en NYADA, siempre el equipo de selección iba por las escuelas reclutando postulantes, ahora en cambio…
-¡Genial! —dijo desatándose la corbata que le regalara su madre.
-¡No hagas eso!... nos había quedado el nudo más perfecto de la historia —dijo Kurt bajando un par de peldaños para ubicarse enfrente de su prometido. Se puso en cuclillas y comenzó a arreglar la corbata.
-Lo siento… —dijo Blaine sin saber muy bien que cara poner.
-No hay problema, además gracias a ti me he vuelto un experto en esto —aseguro Kurt armando el nudo de nuevo.
-Te ves muy guapo Blaine —dijo Rachel poniéndole una mano en el hombro— ahora creo que deberían entrar, Carmen es extra puntual y solo faltan cinco minutos para empiecen con los postulantes.
-Tienes razón… —dijo Kurt acelerado el proceso de re armado del corbatín de moño.
-Los espero adentro —agrego la chica dando dos palmaditas de buena suerte con su mano— ¡Quiébrate una pierna! —agrego sonriendo.
-Listo… —dijo Kurt terminando de atar el corbatín, alejo un poco su cabeza para verlo con perspectiva y luego sacudió los hombros de la chaqueta de su prometido, paso sus manos por las solapas y se puso de pie estirando su mano para que Blaine hiciera lo mismo.
-¿Debemos entrar?  —pregunto como si otra opción fuera posible.
-Me temo y si… —respondió Kurt sonriendo.
-¡Ok! —dijo levantándose.
-Mírate… te ves tan guapo que podría saltarte encima —advirtió Kurt causando una risa en Blaine y un relajo momentáneo.
-Eso sería complicado en esta escalera.
-¿Rodaríamos verdad? —dijo Kurt mirando hacia abajo.
-Lo más probable es que lleguemos hasta el hall de entrada.
-Entonces descartamos esa posibilidad de inmediato… ¿vamos? —pegunto subiendo cuatro peldaños y estirando su mano para que Blaine la cogiera— brilla con luz propia señor Anderson futuro Hummel.
-Hablas como mi mamá.
-¿Mi futura suegra dijo lo mismo?
-Lo mismo…
-Bueno ya sabes lo que dicen,  las mentes brillantes pensamos igual —respondió subiendo tres peldaños más.
-Kurt… —dijo Blaine deteniéndose en el penúltimo peldaño.
-¿Si?
-¿Cómo funciona esto?... quiero decir, ¿yo estaré tras bambalinas o?…
-Pues como viste el otro día que estuvimos aquí, es un salón redondo, no hay ni escenario, ni tampoco bambalina, si hay una entrada por donde salen los cantantes y quienes se presentaran en el centro del salón ¿Por qué?
-Porque… —dijo Blaine tragando saliva— pensé si es que podrías acompañarme allí, es decir, no como público sino como…
-¿Tu futuro y espectacular esposo?
-Más que eso, como la última persona que quiero ver antes de cantar y como la primera a quien abrazar después que lo haga.
Kurt sonrió y pensó que no le importaría tomar ese plan de Blaine y hacerlo como propio el resto de su vida, sea donde sea que la vida llevara a su futuro esposo, Broadway, un concierto, o donde fuera, quería estar allí recibiéndolo con un beso y mandándolo de vuelta al escenario con un agarrón en una de sus partes favoritas.
-¿Qué te parece? —insistió.
-Ok… pensare que estas  en un show y que al terminar el púbico te aclama y tú te haces de rogar antes de salir de nuevo, entonces yo te recibo con un beso y me aprovecho de ti y de tu entusiasmo mandándote al escenario con agarraron ya sabes dónde.
-Suena excelente… —dijo Blaine sonriendo de manera maravillosa a pesar de los nervios.
-Incluso muerto de miedo no puedes evitar que me tiemblen las piernas con esto —dijo Kurt dibujando la mueca de alegría con su dedo pulgar— ahora sí que debemos entrar o estoy viendo que Carmen se quita su turbante y lo usa como lazo para llevarte al escenario— advirtió acelerando su pasos.

-Buenas tardes —dijo un hombre extra elegante en la puerta del auditórium.
-Buenas tardes… él es Blaine Anderson de Mckinley... tiene una audición esta tarde —explico Kurt mirando al lista que el hombre cargaba.
-¿Es estudiante?
-Lo soy, pero no de aquí… aun no… bueno no se… soy postulante —dijo Blaine enredándose en le respuesta.
-Blaine Devon Anderson de William McKinley, Lima, Ohio.
-Así me llaman mis amigos —interrumpió Blaine tratando de hacer un chiste. Kurt le hizo un gesto negativo de manera disimulada y el hombre elegante lo miro como si fuera incapaz de entender una broma.
-Quiero decir, si, soy yo…—agrego disimulando su chiste fallido mirando la lista que el hombre constataba.
-Pase… ¿Usted? —pregunto mirando a Kurt.
-No… yo soy Kurt Hummel estudio aquí… —contesto mostrando su credencial universitaria.
-Pase por favor… —dijo el hombre sin mover un musculo.
-Eso fue bastante raro… —advirtió Blaine apuntando hacia atrás mientras traspasaba una especie de mampara de vidrio.
-¡Lo fue!... nunca había habido tanta seguridad y control, estoy seguro y cuando fue el “Showcase” del invierno pasado entraron hasta las moscas.
-Tal vez hay alguien famoso dentro —dijo Blaine mirando por si reconocía a  alguien entre la decena de chicos y chicas que parecían tener cada uno un mundo aparte.
-Tal vez...
-Me pregunto como hizo Sam para entrar.
-Tal vez hizo la imitación de alguien y lo dejaron pasar.
-Claro, ¿Cantos audicionaron hoy? —quiso saber Blaine mirando a quienes ensayaban a un costado del escenario.
-Al parecer bastantes… espérame aquí.
-¿Dónde vas? —pregunto Blaine como entrando en pánico.
-Vuelvo enseguida, quiero decirle a los chicos que estaré aquí contigo, aun faltan 5 minutos tenemos tiempo de sobra.
-Ok…
-¡Tranquilidad!…—exclamo mientras se alejaba.
Blaine se sentó en las sillas dispuestas para ello y repaso mentalmente la canción mientras tocaba las teclas de un piano inexistente.
-Chicos… —dijo Kurt acercándose a sus tres amigos que estaban instalados en la tercera fila.
-¡Kurt!... aquí  hay un asiento —señalo Rachel apuntando a su lado.
-Oye Kurt… ¿ese que esta allá es el tal Adam? —quiso saber Sam apuntando a uno de los alumnos de las primeras filas.
-¿Qué?... no… miren yo est…
-¿Qué hay de ese de allá? —volvió a preguntar Sam apuntando con sus labios otro estudiante más pequeño y rellenito y que reía sin parar.
-¿Quién?... no... tampoco… —respondió Kurt como sintiéndose en la dimensión desconocida.
-Entonces, definitivamente es ese que está sentado allá atrás —concluyo Sam apuntando de manera velada con su  dedo como si se rascara el cuello y luego la oreja.
-¿Cuál?
-Ese que esta allí… —insistió ladeando su cabeza como en cámara lenta.
-Tampoco… Sam, el no está aquí, no tiene por qué estar aquí, ya deja eso…
-¿Por qué no te sientas “Rainbow Brite”?
-Por que estaré con Blaine a un costado del escenario, esta tan nervioso como guapo, así es que lo acompañare allí, vine a avisarles para que no me guarden asiento y para que le tomen las fotos, que yo no podre.
-¡Ay qué emoción! —dijo Rachel sacando el teléfono de su cartera.
-Ok… me voy entonces… —termino pro decir Kurt haciendo un gesto de retirada.
-¡Kurt!.. —exclamo Sam como ahogándose.
-¡Sam!... Adam no esta aquí es imposible que este aquí… ¡basta!
-No, no es eso… aunque creo que definitivamente es ese que está allí —añadió apuntando— quiero saber dónde está el baño.
-¡No puedes ir al baño ahora!… no te dejaran entrar una vez que empiecen las audiciones… estoy seguro y Carmen te mataría con solo mirarte…
-Esa bien… me aguantare…soy bueno en eso… —contesto Sam dando una mirada Rachel que sonreía con su respuesta.
-Bien… deséenme suerte… es decir deséenle suerte a Blaine… —agrego poniendo cara de nervios.
-¡Buena suerte!... —gritaron  los tres al mismo tiempo.

-Buenas tardes —dijo Carmen Tibideaux ubicándose en el centro del “Round Room”—bienvenido a la audición para los alumnos que desean ser parte de nuestra escuela este próximo otoño. NYADA es la mejor escuela de artes de nuestro país y porque no decirlo, una de las mejores del mundo. Esta tarde, tenemos una gran selección de talentosos estudiantes que nos deleitaran con sus presentaciones. Sin más preámbulos, comencemos —termino por decir Carmen sentándose en la primera fila— ¡Angelien Dahlman! —exclamo comenzando a tomar notas de inmediato.
La chica apareció desde el costado izquierdo y se ubico en el escenario frente al micrófono, espero que los músicos dieran la señal y comenzó a cantar. Todos se quedaron en silencio escuchando “Toreador” de la ópera “Carmen” de “George Bizet”.
-¿Opera?... —dijo Blaine poniéndose de puntillas para poder ver por sobre los otros postulantes la reacción de todos.
-Solo quiere congratularse con Carmen… ¡aduladora! —dijo Kurt con su mano cerca de la boca, como si le gritara el insulto a todo pulmón—tu canción es perfecta…
Blaine volvió asentarse y se golpeo la cabeza contra la pared unas cuatro veces pensando que tal vez todo sería un fracaso y que de verdad tendría que inscribirse en Columbia en el programa que conducía a medicina.
-¿Estas pensando en el Doctor Doug Ross?, ¿verdad?
-No…
-¡Claro que si!… —dijo Kurt sentándose a su lado— estas pensando que esto no te resultara y tendrás que postular al “Premed”.
-¿Cómo sabes eso?
-Te lo dije… te conozco Blaine Anderson.
-Ok… esto está resultando un poco espeluznante, porque pareciera que nunca más en mi vida podre ocultarte algo —dijo Blaine medio sonriendo.
-¡Pues espero que nunca lo hagas! —exclamo Kurt poniendo cara de gato curioso
-No lo hare… lo siento… no se dé que estoy hablando en realidad —dijo Blaine apoyando su cabeza nuevamente en la pared, esta vez sin golpes.
-¡Reagan Fitzpatrick!—escucharon ambos de la boca de Carmen Tibideaux.
-¿Dijo Fitzpatrick?... —pregunto Blaine poniéndose de pie en un segundo.
-Lo dijo… Blaine… siéntate…
-No… pero… después de él vengo yo, mira está en la lista de presentaciones—dijo apuntando al papel pegado en diferentes partes del salón de espera.
-Lo está, ahora siéntate —insistió Kurt dado golpes en la silla de junto.
-¿Sera un cantante?... ¡por favor que no sea un cantante!... me asomare…—dijo dando dos pasos hacia la salida— No puedo…—añadió retrocediendo— ¡si puedo!... ¡no!... ¿puedes ver tu? —pidió poniendo cara compungida mientras se tocaba una oreja.
Kurt se levanto y se asomo un poco a la entrada del “Round Room” y vio al chico tomando posición para comenzar su presentación con un “Plié” seguido de una “Pirouette” en el preciso instante que comenzaba la música de la escena tres del primer acto de “The Nutcracker”,  “Petit galop des enfants et Entrée des parents”
-¿Y?... —pegunto comiéndose una uña.
-Tu “Pas de bourrée” es mejor…
Blaine se tomo el cuello a la altura de la nuca y pensó que nunca en su vida había estado tan nervioso, ni tan inseguro del talento que tenia.
-¿Recuerdas cuando nos conocimos? —pregunto Kurt tomándolo de la mano para guiarlo al asiento.
-Claro que lo recuerdo.
-Pues ese día…
-¿Esos fueron aplausos? —interrumpió Blaine tratando de mirar desde el lugar en donde estaba.
-Escúchame… —insistió Kurt tomándole la cara como si quisiera que se concentrara solo en él— ese día... además de enamorarme perdidamente de ti, me di cuenta de dos cosas, de lo talentoso que eras y  de que, además de tomar mi mano por primera vez luego de cantar, sentí que tomabas mi corazón… y así ha sido desde ese día… tú eres único e increíble, nunca lo olvides.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine besándolo lleno emoción.
-¡Blaine Anderson!
-¡Ese eres tu! —exclamo Kurt dando pequeños aplausos
-¿Algún consejo de última hora?
-Sonríe… —contesto acompañándolo hasta la entrada, le dio un abrazo y un agarrón en el trasero— así mismo —añadió apuntando la sonrisa que acababa de provocarle.
Blaine tomo aire y cerró los ojos pensando en las veces que había liderado a los Warblers en las competencias y presentaciones, sintió en su cabeza los aplausos y la adrenalina de cada una de ellas, volvió a suspirar y salió hacia el “Rund room”, se paro junto al piano y espero que Carmen le diera la venia correspondiente para comenzar.
-¿Blaine Anderson? —pregunto mirando unos papeles.
-Si señora —respondió echando un ojo a Kurt y a sus amigos que le hacían muecas de apoyo de diferentes tipos.
-Entiendo y cantaras esta tarde.
-Así es… “Maybe I'm Amazed” de Paul McCartney.
-¿Utilizara algún  instrumento?
-Si… piano… —respondió  Blaine apuntando hacia un costado.
-Proceda entonces —dijo Carmen arreglando sus anteojos.
Blaine volvió  a mirar a Kurt que le dijo “te amo” mediante el dibujo de  un corazón en su palma, este sonrió y se sentó moviendo sus dedos como preparándose para tocar las teclas, tomo aire por tercera vez y comenzó con la introducción en el piano. Kurt se movió en su puesto y se tapo la boca con ambas manos, como si fuera un fan tratando de gobernarse así mismo.
La presentación de “Maybe I'm Amazed” duro casi cuatro minutos y una vez que finalizo, Blaine cerró los ojos sonriendo satisfecho, sintió un silencio casi eterno hasta que todos soltaron el más grande de los aplausos. Se puso de pie feliz e hizo una venia media torcida para luego dirigirse hasta donde estaba Kurt.
-¡Eso fue increíble!... —exclamo aplaudiéndolo y dando pequeños saltos para luego abrazarlo con fuerza— ¡tú eres increíble! ¡Te amo! —añadió tomándole la cara y besándolo después.
-Señor Anderson… ¿puede volver?
-¿Yo?...—dijo mirando y apuntándose así mismo.
-¡Tu!... ¡ve!... ¡VE! —contesto Kurt casi histérico.
-¿Para qué quiere que vuelva?... ¿será eso una buena señal?
-¡Blaine Anderson!…—repitió Carmen con más fuerza.
-¡Una excelente señal!... ¡VE!...
Convencido y con confianza renovada volvió al centro del salón y los aplausos se avivaron de nuevo, Blaine creyó  ver a Sam avivando a todos para que lo siguieran aplaudiendo.
-¡Silencio por favor! —pidió Carmen levantando una de sus manos— por favor —repitió— Señor Anderson, como bien puede ver ha causado gran impacto con su presentación, cuéntenos  ¿por qué quiere estudiar en NYADA?
-Bueno… —dijo carraspeando un poco— solo quiero hacer lo que me gusta y tener el privilegio de vivir de ello.
-Pues su presentación  fue extraordinaria, lo felicito —dijo Carmen anotando un par de cosas en sus papeles.
-Gracias… Paul McCartney es uno de mis referentes.
-Sir McCartney estuvo en esta universidad dando un par de clases magistrales hace casi diez años, yo y un puñado de alumnos tuvimos el placer de verlo actuar en este mismo salón y escucharlo tocar ese mismo piano —dijo apuntando— usted claramente no es Sir Paul McCartney… pero estoy segura que una vez que aprenda todo lo que le hace falta y  egrese, será tanto o más talentoso que él. ¡Webster Long!— añadió siguiendo con las audiciones
-Gracias…—repitió Blaine emocionándose un resto. Hizo otra reverencia  a todos y saludo a sus amigos a la distancia que seguían vitoreándolo y provocando un desorden casi mal visto, volvió a dar las gracias y se retiro nuevamente. Camino hacia la salida y puso sus ojos en Kurt que sonreía como niño en Navidad, casi al llegar hasta donde estaba, acelero sus pasos y cuando estuvo frente a frente con él, le sonrió como nunca y lo rodeo con su brazos, le murmuro un “gracias” seguido de un “te almo” y allí se quedo, sintiendo que pasaba casi una hora seguida.

-¡¿Y?!... ¿como te fue? —dijo Blaine con entusiasmo al ver salir a Sam del edifico de la agencia  de modelos “House of Bichette”.
-Bien…  supongo —respondió como pensando.
-¿Cómo es eso?
-Como es que…
-Eso de decir “supongo”, ¿le gustaron tus fotos o no?
-Le gustaron…
-¿Entonces?... ¿ya tienes un súper contrato para trabajar en las pasarelas de New York?
-Aun no…
-¡Sam!...
-Ok, me dijo que estaba bien, que le gustaba como lucia, que tenia ojos de vaca y boca de trucha…
-¿Consideras eso como halagador?
-No lo sé, pero en vista y considerando que estamos en New York y todo aquí es diferente, tal vez son halagos súper sensacionales.
-Ok… —respondió Blaine comenzando a caminar sin entender muy bien lo que su amigo le contaba— entonces…
-Entonces, me dijo que quiere ver otras fotos…
-¡Eso es genial!...—exclamo dándole una palmada en la espalda.
-Si, pero  debo perder peso antes… al parecer no solo tengo los ojos de una vaca — respondió Sam sintiéndose como obeso mórbido.
-Eso es una estupidez, tu estas bien como estas.
-Gracias… pero la “Señora Bichette” me dijo que debo perder por lo menos 10 libras, por lo tanto —concluyo mirándose en un aparador mientras escondía la panza que no tenia— no comeré nada en una semana.
-¿No crees que estás exagerando?
-No, no claudicare ante esto, y aceptare lo que me dijo, de que a las cámaras le gusta la ina… ini… “inancicion” o algo así.
-¿Inanición?
-¡Exacto!…
-Ok… como quieras, pero ten en cuenta que no dejare que esto se te vaya de las manos y se vuelva un problema de salud.
-Ok… Doctor Anderson…
-Ya deja eso… después de hablar con Kurt y de la audición, lo único que quiero es cantar y tocar el piano.
-Perfecto… ¿Dónde vamos ahora?
-¿Tienes ánimo para acompañarme?... ¿verdad?
-¡Obvio que si!…. ¿Dónde es que vamos?
-A Brooklyn, a una calle que se llama —dijo Blaine mirando su teléfono— “Leonard St.” ya que es donde está el “Flea Market” llamado “Meeker Avenue”.
-¿Por qué?
-Porque quiero comprarle algo a Kurt… un regalo.
-¿No le habías traído algo de Lima?…
-¿Te refieres a los chicles que le compre en el aeropuerto?
-¡Obvio!
-Eso no fue nada, fue un estupidez en realidad, vamos tomemos el subterráneo, llegaremos en menos de una hora —contesto Blaine tomándole los hombros mientras bajaban la escalera.

-Todo aquí es bastante viejo y feo…—opino Sam una vez que llegaron al “Flea Market”
-Por algo se llama “Flea Market”.
-¿Y porque compraremos algo aquí?, había un súper gigante centro comercial en Manhattan.
-Porque estas son las cosas que le gustan a Kurt y quiero sorprenderlo con algo.
-¡Vaya si hubieras sido un buen novio!...—dijo Sam mientras tomaba unas figuras como cristal cortado— ¿Qué tal una de estas?... a Kurt el gustarían —añadió mostrando una de un pato gigante que le faltaba una pata.
-¡Le falta una pata! —exclamo lo evidente.
-¿Y?... puedes decir que se la comió un mutante o algo…
-No lo creo —dijo Blaine enchuecando su boca— además son horribles.
-A mí me gustan… —dijo encogiéndose de hombros y haciéndole caras a la figura como si fuera un pato real que requería ser consentido— ¡oye!… ¿puedo preguntarte algo?
-Si quieres saber nuevamente porque estamos aquí o que le comprare a Kurt, te digo de inmediato que lo sabré cuando lo vea.
-No, no es eso… —dijo avanzando junto a su amigo— lo que pasa es que… ¿Cuánto tiempo crees tú que es prudente esperar antes de acercarse a una chica?
-¿Cuánto tiempo después de conocerla?
-No… me refiero a cuánto  tiempo... ¡Blaine mira! —exclamo de pronto como si fuera un niño sin su dosis de “Ritalin”— ¿Quién soy?... “Estas olas son de lujo” —agrego Sam tomando una tabla de Surf y poniendo la voz de “Keanu Reeves” en “Point Break”
-No se… ¿alguien de Hawái?
-¡Vamos!, ¡sabes quién soy!... —insistió haciendo el gesto de los surfistas con su mano.
-¿Agente “Johnny Utah”, FBI?
-¡Créelo! —exclamo repitiendo la imitación— ¿por qué no le compras esta tabla?... la puede usar de mesa para sus revistas y cosas…
-No le comprare esa tabla… además deberías tomar esto más en serio es un regalo que representara nuestra gratitud por habernos dejado quedar en el departamento —explico Blaine haciendo hincapié en el “nuestra”.
-Te advierto que aun soy pobre… —dijo Sam tomando unas tazas para té llena de flores.
-Lo sé Sam, no te preocupes por eso… —contesto Blaine mirando la tetera que hacia juego con las tazas.
-¡Oye!... había un programa donde la gente llevaba sus cosas antiguas y les decían unos señores cuanto valían…y algunas cosas valían miles de dólares y la gente no lo sabía, y hacían como “¡Oh!”, porque no lo sabían, y otras que creían que tenían una fortuna en cucharas o no sé qué, los mismos señores les decían que no valían nada y a la gente le daba como depresión y tiraban sus cucharas no sé donde… ¿recuerdas ese programa?—quiso saber Sam hablando de corrido.
-No…
-¿En serio? —dijo Sam sintiéndose un poco incomodo—era súper popular…
-¡Claro que lo recuerdo!, estoy bromeando contigo…. Pero dime, ¿que eso que querías contarme?
-Nada…
-¿Cómo que nada?, dijiste algo sobre cuanto esperar para hacer una “maniobra” con una chica —dijo Blaine haciendo un movimiento con sus manos como si fuera un Dj que gira dos discos al mismo tiempo.
-Ah claro… ¿cuánto hay que esperar crees tú?
-¿Lo dices por Penny y por el novio ese con el que termino?, porque si es así, te aconsejaría esperar por lo menos un mes, así no corres el riesgo que se arrepienta o siga sintiendo algo por él mientras está contigo.
-No , no es Penny..
-¿Quieres intentarlo con Brittany de nuevo?
-No… tampoco…—respondió hurgando unas revistas antiguas de uno de los puestos dedicados a libros y otras cosas.
-¿Entonces?
-¿Sabes qué?, ¡olvídalo!… no es ni siquiera importante, además lo más probable es que sea un mal entendido, siempre entiendo todo al revés, y no solo lo escrito, también la actitud de la gente… la “Señora Bichette” por ejemplo, cuando me hablaba pensé en un principio que ya estaba contratado y todo, pero termino por tratarme como si fuera parte del casting de “The Biggest Loser” o algo por el estilo, o contigo cuando me ayudaste con mi ensayo y todo, que pensé que era solo porque querías hacérmelo ,pero resulto que no… además lo que paso con ella cuando me tomaban las fotos fue porque ninguna chica se resiste a mi súper extra firme y bien formado cuerpo…
-¿Cuando te tomaban las fotos?... ¿no estabas solo con?... un momento —dijo Blaine volteándose hacia él con cara de sorpresa— ¿estás hablando de Rachel?
-¡¿Qué?!... no… ¿Qué Rachel?... no sé de que hablas… ¿cuánto por esto? —pegunto sosteniendo un ejemplar de “Superman” de los años 80.
-150… —respondió la mujer que atendía el puesto.
-Pero yo soy de Ohio… —advirtió Sam como si aquello fuese garantía de algo. La mujer lo miro y se encogió de hombros.
-Sam… —dijo Blaine tomando la revista y poniéndola junto a las otras— ¿estás hablando de Rachel?
-Hombre… tranquilo, se que parece una gran complicación.
-¿Complicación?... créeme que esa es la palabra menos agresiva que se me ocurre ahora, es Rachel, la ex novia de Finn, que… ¡hola!, murió hace menos de dos meses.
-Lo sé… y sé que ella y Finn  eran como uno y el era como mi amigo y lo quería, pero vamos, tal vez estoy predestinado a quedarme con sus mujeres… además ni siquiera paso algo fue solo… un... intercambio de energía.
Blaine empequeñeció sus ojos y lo miro  de lado, Sam repitió el gesto girando su cabeza hacia el lado opuesto, obteniendo de su amigo  una mirada aun mas suspicaz, como si concursaran en quien creía menos en el otro.
-Solo no quiero que te metas en algo complicado.
-Lo sé… y solo lo dije porque quería la opinión extra imparcial de mi mejor amigo… no te preocupes.
-¿Seguro?
-Seguro… ¡Créelo! —exclamo apuntándolo.
-Ok… —dijo Blaine sin convencerse del todo— mejor volvamos a lo que  venimos.
-Claro… el regalo… si es algo como agradecimiento, deberíamos comprar algo útil, como una licuadora o algo…
-No… ¡Mira! —dijo aproximándose a un puesto de muebles— esto es lo que buscaba —añadió Blaine acercándose a un piano pequeño tipo vertical que parecía y no había sido tocado en años, la madera de la caja de resonancia estaba casi desvencijada y las teclas tenían un color amarillento. Blaine no pudo resistirse y se sentó enfrente para comenzar a tocar de inmediato.
-Eso es un piano —dijo Sam como si hubiese descubierto el nuevo mundo.
-Lo sé…—contesto tocando y sonriendo— es perfecto… ¿te imaginas una casa de artistas y creadores sin uno?
-¿Cómo vas a comprar eso?
-¡Señor!... cuanto por esta preciosidad —dijo Blaine dando entonación a sus palabras.
-Mil…
-¿Dólares?... —pregunto Sam poniendo cara de asombro.
-Es un piano muchacho… ¿cuánto crees que cuesta uno de ese tipo?, es espineta y está en excelentes condiciones.
-Solo tengo U$800 —dijo Blaine mientras continuaba con el pequeño concierto.
-¡Esta bien!... pero no me hare cargo de llevarlo a ningún lado —advirtió el dependiente anteponiéndose a cualquier cosa.
-No hay problema lo llevaremos nosotros —dijo Blaine poniéndose de pie para sacar el dinero de su billetera.
-Supongo e incluirá la sillita esta… ¿para qué la querrá si ya no tiene le piano? —dijo Sam tomándola como si ya se la hubiesen dado.
-No amigo, la banqueta es parte… dame 100 dólares y es tuya.
-¿Está loco?... si tuviera 100 dólares no los gastaría en algo tan usado y feo —dijo Sam dejando la banca en el piso como con asco.
-¡Llévensela!... ¿de donde son?, ¿de Oklahoma o algo?
-Ohio… ¡lo mejor del medio oeste! —contesto Sam creyéndose embajador de buena voluntad de su estado natal.
-¡Lárguense! —dijo el vendedor como perdiendo la paciencia.
-Gracias señor… —dijo Blaine poniendo la banqueta sobre la tapa superior del piano.
-¿Cómo nos llevaremos esto? —quiso saber Sam mirando la compra.
-Así, mira… —respondió  Blaine tomando un extremo y levantándolo un poco— vamos, no es tan pesado, ¡toma el otro lado! —añadió apuntando con su cabeza.
-¡Esto debe pesar una tonelada!... —exclamo levantando el lado que su amigo le indicara—¡Oye!... no es tan pesado —agrego comprobando aquello.
-Te lo dije… —advirtió Blaine comenzando a caminar.
-¿Cómo llegaremos Bushwick?... no nos dejaran subir en el subterráneo con esto.
-Tienes razón… —dijo Blaine dejando el piano y rascándose la cabeza, como tratando de figurar como llevarían aquello hasta el departamento de Kurt.
-¡Ya se! —dijo Sam dando un aplauso y un pequeño salto —¡paremos un taxi!— agrego levantando su mano hacia la calle.
-¿Qué?... ¿estás loco?, un taxi hasta Bushwick nos costaría casi tanto como el piano y tengo como 200 dólares solamente.
-¡¿Anduviste  conmigo paseando casi 1000 dólares y no me dijiste nada!?, podríamos haber rentado una limusina o comprar comida orgánica.
-¿Para qué rentaríamos una limusina?
-No sé, ¿por qué estamos en New York?
-¿Qué tal si le pedimos a alguien que nos dé un aventón?, podría pasar una camioneta —dijo Blaine mirando hacia la calle.
-Yo no me subiré con desconocidos, ¿no has escuchado que no debes subirte autos de desconocidos?
-¿Qué hacemos entonces? —pregunto Blaine apoyando su trasero en el teclado.
-Mira yo tengo… 50 dólares…—dijo Sam sacando un billete súper doblado de su bolsillo— podemos compartir la tarifa, ya que tu compraste el obsequio, al menos deja que colabore con algo.
-¿No debes guardar tu efectivo para tu próxima sesión de fotos?
-Sí y 50 míseros dólares harán toda la diferencia… vamos, aprovecha que te estoy ofreciendo.
-Muy bien… por lo demás quizás no nos pidan tanto —dijo Blaine acercándose a la calle con su mano en alto.
Una vez que consiguieron que uno de los taxis aceptara llevarlos con el piano, entre los tres lo subieron al portaequipaje, el chofer saco una cuerda desde debajo de su asiento y lo amarro con pericia de marino, se aseguro que estuviera bien firme dándole unos golpes y menándolo de un lado a otro.
-¡Tenga cuidado!…—dijo Blaine estirando sus manos, como si quisiera proteger su compra— por favor…—agrego al ver al expresión ruda del chofer que parecía estaba listo para audicionar para cualquier película donde el taxista era el responsable de todo.
Sam se subió con recelo, lo mismo que Blaine, le dieron las indicaciones y se fijaron todo el trayecto en el taxímetro y decidieron que si sobrepasaba su presupuesto, se bajarían hasta donde el dinero les alcanzara. Una vez que llegaron al “Williamsburg Bridge” y notaron que lo que marcaba la tarifa era 11 dólares, pensaron que bien les alcanzaría para llegar a las puertas de le edificio.
-¿Por aquí? —dijo el taxista con acento entre ruso y árabe.
-Sí, la cuadra siguiente, el edifico ese como desteñido —indicó Blaine apuntando.
El chofer paro en el lugar indicado y ambos se bajaron por sus respectivas puertas para ayudar al conductor a bajar el piano. Sam le dio las gracias y le pago la tarifa, dándole algo extra por las molestias, el hombre miro el dinero y se retiro diciendo unas cuantas palabrotas en ruso.
-¿Qué quiso decir?
-No lo sé… —respondió Blaine sonriendo y mirando hacia la entrada pensando en cómo subirían el piano hasta el piso del departamento— ¿vamos?
-OK…—respondió Sam escupiendo sus manos, como si trabajara en la construcción de caminos.
-Solo para que conste… eso fue asqueroso —dijo Blaine dejando el piano en el piso con solo haber avanzado un par de pasos.
-¿Qué?... es lo que hacen quienes se disponen a hacer un gran esfuerzo… da como poderes ¿ves? —explico Sam levantando mas su lado del piano.
-Está bien pero no vuelvas  a hacerlo es... —contesto poniendo cara de asco y haciendo una especie de arcada antes de volver a levantar su lado.
-¿Cuántas manos crees que han tocado esta cosa?
-Muchas, pero ninguna creo y la haya escupido.
-Bien… cuidado —advirtió al ver que Blaine se acercaba al primer grupo de peldaños.
-¿Lo subimos de una o vamos parando? —quiso saber Sam dando un tono de esfuerzo a sus palabras.
-De una… es más rápido —respondió Blaine comenzando a subir.
-Podríamos haberle pedido las cuerdas al taxista, así lo amarraríamos… y lo tiraríamos hacia… arriba.
-Si claro, como fue tan amable con nosotros… a la derecha… —contesto Blaine pasando el primer piso.
-¿Puedes a la próxima comprar una flauta dulce o un violín? —dijo Sam poniéndose colorado y comenzando a sudar—o la licuadora que mencione.
-Lo tendré en cuenta… ¡vamos!, solo uno más… ¿quieres descansar?
-Descansare cuando lleguemos… ¡vamos! ¡No hay dolor!... —grito Sam como “Rocky Balboa” lo haría— ¿Kurt está en el departamento?, podríamos pedirle que nos ayude.
-A Kurt no le gustan los trabajos pesados, además… si es una sorpresa para él y las chicas, bien mal haríamos de mostrárselo antes.
-OK… uno más… —dijo como si sacara fuerzas de flaqueza— e insisto con lo de la flauta.
-Ya llegamos…— advirtió Blaine soltando una risa y golpeando la puerta después.

-¿Blaine?... ¿Por qué golpeas?… ¡perdiste las llaves que te di!... ¿Y por qué estas todo agitado? —pregunto Kurt poniéndose las manos en la cadera.
-¡¡¡Taran!!!!...—dijo Sam pareciendo por un costado.
-¿Qué?... ¡¿y esto?!...
-Esto es un regalo, para ti y para el resto de artistas que viven en esta casa.
-¡Es un piano!... ¿De dónde lo sacaste?— pregunto Kurt apartándose para que su prometido y Sam terminaran de entrar con el instrumento.
-Fuimos a una feria de puras cosas antiguas y el Señor dólares aquí lo compro.
-¿Te costó muy caro?... ¿no hablamos de moderar nuestros gastos pensando en nuestra futura boda?
-Claro que si…—dijo Blaine dándole un beso— pero esto no costo tanto, ¿te gusta?
-¡Me encanta!
-¿Donde lo podemos poner?
-No se… ¿Aquí?...—respondió Kurt apuntando el lugar entre la mesa de la cocina y uno de de los sillones de la sala.
-Perfecto…—dijo Blaine corriéndolo a la par con Sam y ubicándolo donde Kurt les dijera— ¿Qué te pareció? —pegunto  tocando una escala descendente con las teclas.
-¡Es perfecto!... como tú —respondió Kurt cruzándole los brazos en el cuello.
-¿Lo crees?...—dijo su prometido tomándolo de la cintura.
-¡Ejem!...—espeto Sam como si se hubiera tragado una mosca.
-¿Si?— pregunto Kurt  mirándolo con una ceja levantada.
-Nada… solo voy… ya saben…—respondió el chico haciendo un movimiento de quien no aguantas las ganas de ir al baño y retirándose en aquella dirección.
-¿Decías? —pregunto Blaine tomando un poco de aire.
-En realidad no iba a decir nada… —respondió Kurt acercándose para a besarlo.
-Ok…—dijo Blaine casi dentro de la boca de su prometido, para luego recibir uno de los mejores besos.
-Me encanto el regalo… gracias —dijo Kurt repitiendo lo del beso.
-Ok…—repitió Blaine dejando sus labios a merced de los de Kurt.
-¡Ahora toca algo! —exclamo apartándose y sintiendo el entusiasmo de un niño en la mañana de navidad.

-¡En fin!... Iba a llamarte, “Pamela Lansbury” tiene su primer trabajo y sé que acabas de estar aquí, pero esperaba que pudieras venir a apoyarnos en el público… Así que, ¿Qué dices?, ¿puedo mandarte los detalles?  ¿Y un pasaje económico? —dijo Kurt poniendo cara de expectativa.
-Claro, no me lo perdería… ¡no puedo creer que todos me vean como un controlador!
-Creo que deberías calmarte —dijo Kurt saliendo del departamento para hablar en el pasillo.
-Estoy calmado…
-No lo estas, dices más de cinco palabras por segundo lo que en Blaine Anderson es casi total paranoia.
-Pues tengo razones para estarlo,  tú no estuviste aquí, todos se comportaron como si yo fuese un dictador que hace siempre lo que quiere, creo que Tina me llamo “Blaine Jong-il” o algo…
Kurt soltó una risa como si hubiese escuchado el chiste de su vida.
-¡Kurt!
-Lo siento… lo siento Blaine, pero debes permitir que me ría, es la primera vez que escucho que Tina dice algo gracioso y digno de celebrar.
-Pues yo no le veo la gracia, no soy un mandón, solo expuse mis ideas y todos reaccionaron como desquiciados.
-Déjame adivinar, dijiste que tú cantarías el solo y que lo mejor era prescindir de instrumentos y parafernalia.
-¡Exacto!... ¿es una buena idea o no?
-Lo es, pero es casi como convertir a  “New Directions” en los “Warblers”, claro sin el uniforme y el “sex appeal” de chicos cantando sincronizados.
-Pues no se trata de eso, solo quise dar mi punto de vista, te juro y me sentí como cuando…
-¿Cómo cuando?
-Lo siento, pero iba a mencionar a Finn.
-Blaine, es posible hablar de Finn, no es un santo a quien nadie puede criticar, y te entiendo que te recuerde a eso, fue una etapa bastante difícil para ti... y para él.
-Pues así me sentí, nadie tomo en cuenta cuando dije que yo tenía más experiencia y había ganado más competencias que cualquiera de los que estaban allí.
-¿Dijiste eso y no quieres que se produzca una “révolution”?
-¿Qué?
-Mira…  a ninguno en Mckinley el gusta ser mandado, ni que lo traten como algo inferior, cuando Rachel trato de reemplazar a Míster Schue la semana que enfermo,  Santana trato de matarla, y si no hubiese sido por Sam y Mercedes créeme y lo habría hecho.
-Espero y nadie trate de matarme a mí, pero ya lo decidí, la próxima clase me sentare en un rincón y no diré nada, ni cantare, ni siquiera llevare el ritmo con mis pies, ¡se acabo!... de verdad.
-Estoy seguro y no  necesitaras hacer eso.
-¿Cómo?
-Es actitud es un poco infantil, ¿no crees?
-¿Infantil?, Kurt, ¿acaso no me crees?, ¿no crees lo mal que me sentí?
-Blaine,  te creo por supuesto que te creo y entiendo que debió sentirse pésimo, te lo digo yo que pase un par de años bajo la sombra de Rachel Berry…
-Presiento y hay un pero en todo esto.
-Lo hay, y no te enojes… pero… es solo que a veces, y no digo siempre, te gusta controlar las cosas, como si no existiera otra persona que apta para hacer lo que corresponde.
-¿Qué?... ¡Kurt!, ¿no deberías apoyarme y ponerte de mi parte?
-Estoy de tu parte… siempre estoy de tu parte…
-Pero… —dijo Blaine como si estuviese harto que cada frase de Kurt terminara en un “pero” que terminaba por no darle la razón como lo necesitaba.
-Pero… es solo que desde que estabas en Dalton, ya sabes…
-No… no se…
-¡Vamos!... sabes a que me refiero y no es tu culpa, los Warbler te hicieron creer que eras indispensable para todo y la estrella irremplazable.
-¿Crees que no lo soy?
-Por supuesto que eres irremplazable, pero debes dejar que tu liderazgo sea más positivo que controlador, por ejemplo, ¿Qué tal si haces que todos den ideas para las nacionales y no que solo acepten lo que ya traes planeado con anterioridad?
-Claro, intentare eso… mira, mejor cuéntame sobre tu trabajo con la banda, ¿Quién lo consiguió?
-¡Yo por supuesto!... actuaremos en “Callbacks”, ¿recuerdas ese bar donde cantan los que quieren?
-Lo recuerdo, pero… ¿no es un bar como de Broadway?
-¡Otro más!... no lo es, es un bar y punto…
-¿Otro más?
-Sí, perdona, es que Elliot, Santana y Dani creen que es un error debutar en un bar estilo Broadway, yo difiero con ellos lo mismo que Rachel, además no me importa, yo conseguí el trabajo, por lo tanto deberían respetar mi decisión.
-¿No dijiste algo como dejar fluir las ideas y no que todos acaten un plan creado con anterioridad?
-No…
-Obvio que no… ¿cuando me enviaras los pasajes?
-El Show es el jueves, por lo tanto a más tardar mañana.
-Bien…
-Te espero entonces…
-No me lo perdería, ya te lo dije…
-Gracias Señor Anderson futuro Hummel… y… en vista y considerando que las nacionales están a la vuelta de la esquina, yo que tú consideraría la ley “mordaza” que quieres auto implantarte… todos saben lo talentoso que eres, terminaran entendiendo que sin ti no llegaran a ninguna parte.
-Gracias… necesitaba un poco de halagos de mi futuro esposo, te extraño…
-Lo sé… llámame cuando recibas los pasajes.
-Lo hare…
-Animo y ¡sonríe! —dijo Kurt como si finalizara un charla motivacional.
-Lo hare… te amo…
-Lo sé también, te espero…


The day of the proposal


-Blaine, en relación al baile…
-¡Olvídate del baile!
-Pero es importante para ti…
-Lo es, pero ya me había hecho a la idea que no me acompañarías… y está bien… además…—dijo acercándosele— podemos organizar nuestro propio “baile privado”, cuando volvamos a encontrarnos —concluyo Blaine dándole pequeños toques en la solapa de la chaqueta.
-No puedo decir que no a eso.
-Perfecto… ahora,  ¿tienes tiempo para ir a la cafetería? o ¿tienes que irte al aeropuerto enseguida?
-Para ti… tengo todo el tiempo del mundo.
-Ok…—respondió Blaine  sonriendo ante aquello que había  querido escuchar de ese hacia mucho.
-Pero…—dijo Kurt deteniéndose— ¿puedo pedirte algo antes?
-Te juro y no volveré a usar este traje amarillo, de verdad —contesto Blaine haciéndose una cruz en el pecho como sellando su promesa— solo tendrás que aguantarlo hasta que te vayas, ¿no querrás que ande desnudo por las calles de Lima?
-Por tentador que eso suena… No es eso… aunque me agrada escucharlo y te lo recordare si nuevamente te veo de amarillo por el mundo.
-¿Que es entonces? —quiso saber Blaine abriendo la puerta de la Academia de Dalton.
-¿Me puedes acompañar a una parte?
-¿Que parte?
- A ver a alguien…
-¿A quién?... ¿quieres ir a la Universidad a ver a Finn?
-No… a… mi Mamá… —dijo Kurt con un tanto de nostalgia.
-¡Oh!... ¿tu Mamá?... ¡claro!… pero…
-Si no quieres ir no importa… pero me gustaría presumir contigo frente a ella, o lo que se supone y es donde esta ella.
-No, Kurt, por supuesto que quiero acompañarte, sería casi un honor acompañarte… es solo que no sé donde es —advirtió Blaine haciendo una mueca de vergüenza infantil.
-¿Andas en tu auto?
-Así es… —dijo apuntando el estacionamiento.
-Yo te indicare…—contesto Kurt tomándolo del brazo.

-¿Allá?... —pregunto Blaine señalando la entrada del “Memorial Park Cemetery” en las cercanías de “Ferguson Reservoir” a las afueras de Lima.
-Sí, puedes estacionarte donde están esos otros autos o entrar hasta la reja esa.
-Perfecto…—dijo Blaine haciendo una maniobra para pasar de un carril a otro, girar en “U” y estacionarse en la segunda opción que su prometido le diera— es muy grande —agrego poniendo el freno de mano.
-¿Nunca habías venido aquí?
-No… no tengo a nadie sepultado en mi familia.
-¿Qué hay de tu abuelo?
-El está en un ánfora en la casa de mi abuela.
-¡Oh!...—exclamo Kurt disimulando la impresión y aversión que le provocaba el pensar en convivir con un muerto entre los muebles.
-Está bien… puedes poner esa cara —dijo Blaine sonriendo mientras se bajaba del auto— pero, debes saber que fue una decisión de él mientras vivía, creo que quería seguir acompañando a mi abuela por el resto de sus días.
-O atormentarla…—corrigió Kurt cerrando la puerta del auto.
-También…
-¿Me regalas una de tus rosas? —pregunto Kurt mirando hacia el asiento trasero.
-¿Cómo?... ¡Ah!...—contesto Blaine fijándose que había quedado casi media docena de rosas rojas que Sam había olvidado “despetalizar”— son todas tuyas —añadió tomándolas y entregándoselas por encima del techo del auto.
-Gracias…
-Por nada… ahora —dijo Blaine rodeando el vehículo para acercarse a su recién estrenado prometido— ¿Por qué no me habías  invitado aquí antes?
-No sé... ¿Por qué no es un panorama muy entretenido?, además no vengo aquí mucho, es decir, para el día de las Madres, el que sería su cumpleaños y el aniversario de su muerte, más allá de eso, no…
-¿Por qué?
-Porque me causa la misma pena y sensación que tuve cuando la estaban enterrando, que mi vida se acaba en ese instante… y no me gusta sentir eso… además, toda esta calma y quietud es bastante espeluznante por decir lo menos —dijo Kurt oliendo las rosas rojas que Blaine le entregara.
-¿Te quieres ir?
-No, no si prometes no soltarme la mano.
-Jamás…—dijo Blaine estirando su mano para Kurt la cogiera— ¿recuerdas donde es? —pregunto dándole un beso en el dedo del anillo.
-Como el primer día —respondió Kurt avanzando con él hasta la explanada que anunciaba donde se encontraban y otros datos sobre los funerales del día.
Kurt guio el camino hasta donde se encontraba la tumba de su Madre, sin decir nada, Blaine lo siguió en silencio y solo se remitía  acariciarle la mano que llevaban entrelazadas. Subieron una especie de colina y atravesaron unas cuantas tumbas en el piso, al llegar a un claro cercano a unos árboles Kurt se detuvo.
-¿Llegamos?, ¿es esta de aquí? —dijo apuntando una lápida cubierta de flores.
-Blaine… no… no es esa… quiero decirte algo…
-¿Qué?
-Gracias…
-¿Por qué?...
-Por esto... —dijo enseñando su anillo de compromiso— por acompañarme ahora, por el silencio que guardaste mientras veníamos caminando, por reservar estas seis rosas casi presintiendo que te las iba a pedir… por lo que me dijiste en la escalera… por todo…
Blaine sonrió y le dio un beso, dulce y lleno de amor, le acaricio la cara y le susurro “El placer es mío” y “te amo”, Kurt se alegro tras las rosas y continúo avanzando.
-Esta es…—dijo deteniéndose frente a la tumba de la Señora Hummel— no venimos mucho como puedes ver— añadió señalando las hojas seca y el pasto crecido que rodeaban la lápida.
-No te disculpes… yo en realidad no soy muy fanático de visitar cementerios.
-¿No?
-No… creo que recordar a diario a quienes ya no están, vale más que pasarse el día frente  a una tumba.
-Aun así… ella no merece estar tan descuidada.
-Yo puedo arreglarlo —dijo Blaine quitándose su chaqueta amarilla para ponerse más cómodo y comenzar la labor de limpiar las hojas y cortar la hierba que sobrepasaba la piedra inscrita de su suegra.
-Mamá…—comenzó a decir Kurt mientras movía las rosas en su mano— este es Blaine… ¿recuerdas que siempre te hablo de él?... pues como bien podrías decirme, todo lo que te he contado ni se acerca a lo que verdaderamente es… ¿verdad? —dijo mirándolo feliz.
Blaine sonrió medio engreído e hizo un gesto como de saludo en dirección de la tumba.
-Te dije que era extra educado, te esta saludando ahora… —dijo Kurt comenzando a acomodar las rosas de a una sobre la lápida ya limpia— Mamá, la razón por la que vine, es porque… ¡que estupidez!—dijo negando con su cabeza.
-Kurt… esto no es una estupidez… si sientes que tu Mamá está aquí… háblale sin temor… si quieres yo puedo irme más allá o…—dijo Blaine tomándole ambas manos y señalando el claro cercano con su cabeza.
-No… quédate… es solo que… me siento un poco estúpido hablándole  a una tumba…
-Piensa entonces que estás hablando con ella… cierra tus ojos e imagínatela, olvídate de parecer ridículo o lo que piense la gente que va pasando.
-Te lo dije Mamá —dijo Kurt poniendo las dos últimas rosas— siempre sabe que decir… Ok… como decía —agrego carraspeando— la razón por la que vine, es porque… ¡me voy a casar! —exclamo enseñándole el anillo— el hombre de mi vida acaba de proponérmelo… y le dije que si, como tantas veces te conté que le diría si llegaba a proponérmelo… desearía que estuvieras aquí, para que comprobaras lo feliz que soy… lo feliz que Blaine me hace y cuanto me ama… y cuanto lo amo yo a él… —dijo Kurt comenzando a derramar algunas lagrimas, Blaine no pudo evitarlo y se emociono también— supongo y todos me dirán que estarás de alguna forma conmigo… Papá, por ejemplo, se encargo que así fuera, me dio este prendedor que al parecer era tuyo —agrego enseñando el broche de plata con forma de corazón— así es que al parecer es verdad… —termino por decir enjugándose el llanto con la manga de su traje.
Blaine se acerco y lo abrazo por la cintura, le entrego un pañuelo, le dio un beso en la mejilla y se le quedo viendo, asegurándole con solo mirarlo que todo estaría bien, y que estaba para él desde ese momento y para siempre.
-Lo siento —dijo sonándose.
-No te disculpes… está bien… ¿la extrañas mucho? —pregunto Blaine apoyándole la cabeza en el hombro.
-Como el primer día… en especial en ocasiones como esta, ella era tan dulce, elegante y valiente… que me hace pensar que soy adoptado —explico soltando una pequeña risa mientras se limpiaba la nariz.
-¿De qué etas hablando?... tu eres todo lo que acabas de mencionar, y ahora entiendo de donde lo sacaste.
-Te hubiera gustado conocerla y creo que a ella tú le hubieras encantado, te habría llamado “pequeñito hermoso”
-¿Si?... me agrada eso… —dijo Blaine quitándole un par de lágrimas con su dedo pulgar.
-Gracias otra vez por acompañarme —dijo Kurt dándole un abrazo.
-Gracias a ti por hacerme parte de esto —respondió Blaine besándole un hombro— y sé que no crees en el  cielo y esas cosas, pero creo que tu Mamá te está cuidando desde allí, de otra forma no hubiera arreglado las cosas de tal manera que permitió que nos encontráramos, conociéramos y termináramos enamorados.
-Crees que fue obra suya —dijo apartándose un poco
-Lo creo… así como todo lo bueno que te ha pasado desde que la perdiste.
-¿Y lo malo?, ¿obra de quien es?…
-Creo que eso sucedía cuando tu Mamá estaba descansando, tomando una siesta en una nube o algo.
-Claro… —dijo Kurt perdiéndose en los ojos de su prometido— ¿Vámonos?, la gente nos espera en el Lima Bean… si no llegamos pronto creerán que nos fuimos  a hacer quizás  que…
-Me encantaría estar haciendo quizá que… en vez de tomar café…
-Tengo que irme a New York en menos de 1 hora y ese lenguaje no es propio de hablar frente a tu suegra —dijo Kurt sonriendo.
-Ok…—contesto Blaine recogiendo su chaqueta amarilla desde el suelo.
-Adiós Mamá… tratare de venir más seguido… —dijo Kurt besándose los dedos para luego ponerlos sobre la lapida, soltó un poco de aire y se puso de pie arreglando su traje.
-¿Estás bien?
-Si… ¿tú? —quiso saber Kurt comenzando a caminar hacia la salida.
-Como si el hombre que amo me hubiera dado el “si”
-Pues yo te amo y te dije que si… ¿soy yo ese afortunado?
-Lo eres…—respondió Blaine con su sonrisa de cuento al tiempo que quitaba hojas secas de las mangas de su traje.
-Pensé y la dejarías aquí.
-Te dije que era un buen traje… ya deja de acosar a mi pobre chaqueta —advirtió Blaine sacudiéndola y poniéndosela acto seguido.
-Eso, Blaine Anderson futro Hummel,  es algo que no puedo dejar de hacer —contesto Kurt casi llegando al estacionamiento del “Memorial Park Cemetery”





-“¿Te amo?”… ¿hablabas con Kurt?…—pregunto Tina abordando a su amigo en uno de los pasillos.
Blaine se dio vuelta y miro a su amiga, le hizo una especie de desprecio seguido de un chasquido con su lengua más un movimiento de negación con su cabeza.
-“Blainey days”… ¿estás enojado?
-No…—contesto medio brusco siguiendo con su camino.
-¡Entonces!... —exclamo apurando sus pasos— ¿Por qué actúas así?
-No lo sé Tina… ¿no es algo que “Blaine Jong-il” haría? —respondió Blaine guardando su teléfono.
-¿Estas enojado por eso?... ¡fue una broma!
-Pues no se sintió como tal y me parece muy incorrecto que ni tú, ni Sam, mis dos supuestos amigos, se pusieran de mi parte en el ensayo, solo estoy tratando de que ganemos las nacionales Tina y despedirme con un logro de esta escuela.
-También nosotros, ¿te olvidas que yo también me gradúo contigo?
-¡Entonces!, ¡¿por qué es tan difícil de entender?!…—exclamo Blaine alzando sus brazos como en predica evangélica.
-¿Quieres detenerte un minuto?...
-No puedo, tengo otros clubes a los que asistir donde, a propósito, si me entienden y valoran mi iniciativa personal.
-Yo te entiendo y te valoro… lo que no entiendo es la actitud que tuviste, debes admitir que te pusiste un poco controlador y demente en el salón de coros.
-¿Dem…?... —dijo Blaine tragándose la rabia— ¿Por qué todos dicen eso?, ya no digan eso... ¿Sabías que Kurt me llamo “controlador” y “titiritero”? —agrego acercándosele como si le fuera decir un secreto.
-Esos sobrenombres son mejores que el mío… —contesto Tina como pensando en aquello.
-¡Pues no lo soy!, ¡No soy nada de eso!... Y ya quisiera que dejaran de ponerme nombres, creo que este día ha sido el día donde la gente me ha dicho mas sobrenombres en toda mi vida—termino por decir Blaine gesticulando y dirigiéndose a la salida.
-¡Blaine!
-¡Este es el peor día de mi vida!….
-¿En serio?... ¿peor que cuando…?
-¡El peor! —interrumpió haciendo una seña con sus manos, como que era el final de todo— Te veo mañana…—agrego arreglándose el bolso y haciendo un gesto de adiós.