(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

-¡Vaya si hay flores! —exclamo Blaine como primerísima cosa la cruzar por la puerta del departamento de su prometido.
-Creo que son demasiadas —respondió Kurt entrando después.
-¿Son todas para Rachel? —quiso saber Blaine leyendo un par de tarjetas.
-Todas… aunque no lo creas a mi nadie me manda flores.
-Habrá que solucionar eso entonces —indico sonriendo— ¿Aquí dice “B.W.”?, ¿No son de Brody? ¿o si? —agrego Blaine tomando una planta de orquídea como con miedo de preguntar algo inapropiado.
-Lo es —contesto Kurt levantando una ceja
-Vaya… nunca lo creí…
-Ni yo… pero luego que se entero lo que sucedió con Finn, tuvieron una especie de acercamiento, nada romántico ni amistoso, solo se disculpo con Rachel y aunque no son los mejores amigos asumo, que expía sus culpas con flores, o con Orquídeas radiantes —dijo Kurt apuntando la planta.
-Con algo hay que expiarlas… ¿Te dije que había hablado con mi Mamá? —pregunto Blaine cambiando de tema.
-Que yo recuerde no… —respondió este quitándose un cardigán listado que llevaba sobre su camisa.
-Pues lo hice… —agrego Blaine dejando las tres “Big Brown bag” de “Bloomingdale’s” sobre el sofá de la sala.
-¿Y como estaba?
-Bien…—contesto hurgando dentro de una las bolsas— aunque en realidad solo quería saber cómo estabas tú, como estabas llevando todo lo de tu ataque, insiste en llamarlo ataque, te lo advierto… —agrego Blaine como si aquella palabra fuera una invención de su madre.
-¡Que dulce es!... ¿le dijiste que ya estoy bien?
-Se lo dije… le dije que estabas más que bien, te envió saludos —dijo Blaine oliendo un par de envases de crema de las compras de Kurt.
-Perfecto, dale mis saludos cuando hables con ella otra vez —pidió este quitándole los productos para guardarlos en el baño.
-Lo hare…
-Perfecto, lo que hare yo ahora es… —dijo Kurt saliendo del baño como pensando cual sería su próximo movimiento dentro de la casa— ¡Ya se! —exclamo dando un aplauso— ¡preparare café!, y luego arreglare la chaqueta de tu traje.
-¿Arreglarla?... ¿Por qué? —pregunto Blaine mientras seguía hurgando en las compras.
-¡Porque te queda suelta!, me fije cuando te lo probaste que no se te ajusta en los hombros —contesto Kurt tocando sus propios hombros.
-¿De verdad?
-De verdad.
-¿Estás seguro?
-Lo estoy —dijo llenando la cafetera con agua del grifo— trabaje casi un año en una revista de moda y se cocer mi propia ropa desde que tengo 5 años, confía en mí —añadió apuntándolo.
-Muy bien… ¿Qué hago?
-Primero despejar el desorden, luego ponerte el traje…
-Ok… —dijo Blaine llevando las bolsas de Kurt a su dormitorio para luego dejar las suyas a un costado del piano— ¿Dónde están todos?
-Rachel esta en uno de los ensayos finales de vestuario, aunque creo que es más una charla motivacional con todo el elenco.
-¿Llegara pronto? —quiso saber Blaine quitándose el sweater en medio de la sala.
-Pues no tengo idea —respondió Kurt echando a andar la cafetera— y como yo tengo su teléfono, no puedo preguntarle —añadió encogiendo sus hombros— voy por mis cosas —dijo dirigiéndose al dormitorio.
-¿Por qué no me dijiste que la chaqueta me quedaba grande? —dijo Blaine mientras desempacaba la camisa de diseño “tartán” en tonos violetas y se desabotonaba la de a cuadros que llevaba puesta.
-¡¿Cómo?! —exclamo asomándose.
-Lo del traje, ¿por qué no me dijiste que me quedaba mal? —repitió Blaine ya sin camisa.
-No he dicho que te quedara mal, dije que necesitaba un par de ajustes, es todo.
-¿No es lo mismo?
-No… además… —comenzó a explicar mientras llegaba a la sala arrastrando un maniquí de talle y un alfiletero en una de sus muñecas— Ok, creo que estoy sobrevestido —añadió al ver que Blaine estaba con el torso desnudo y actuaba como si nada.
-Al parecer… —dijo Blaine sonriendo.
-¡No!... no hay tiempo para tonterías… ¡ponte todo! —dijo apuntándolo y desviando la mirada.
-¿El pantalón también? —pegunto desatándose el cinturón y apuntando hacia atrás donde estaba el resto de las compras.
-No, ese te quedaba perfecto, no es necesario…
-Ok… ahora explícame porque me haces gastar casi 300 dólares en un traje que según tu necesita unos cuantos ajustes —dijo Blaine abotonándose la camisa nueva— no creo que a “Marc Jacobs” le plazca que le corrijas su trabajo —agrego sacando la chaqueta del porta trajes de la tienda.
-Pues si no quería recibir críticas, no debió abandonar “Louis Vuitton” dos años atrás, acércate —dijo hablando con tres alfileres de cabeza colorida entre sus dientes.
-Muy bien —contesto haciendo lo que su prometido le pidiera— aunque insisto que si me hubieras advertido en el probador, no habrías tenido que molestarte ahora— dijo Blaine poniéndose la pieza de ropa mientras movía sus hombros como incrédulo de la observación de talle que Kurt hacia— ¿Por qué no me dijiste? —insistió mirándolo a la cara.
-Porque… ¡no te muevas! —dijo tomándolo firme por los hombros— si te decía que te quedaba mal, habrías terminado comprando ese a rayas al que le habías echado un ojo, que Blaine, déjame decirte, estaba más para una convención del tiempo de la prohibición en Chicago que para un estreno en Broadway…
-¿Qué? —pregunto volteándose otra vez.
-Eso, lo siento pero a veces tu gusto deja bastante que desear… ¡quieto!
-¡Eso no es cierto! —exclamo Blaine haciendo caso omiso de la quietud que Kurt le demandara.
-¿Quieres que te recuerde el traje amarillo ese?
-No… —contesto sonriendo.
-¿Hablaste con Mercedes? —pregunto Kurt tomando medidas desde el hombro hasta el cuello en ambos lados de la chaqueta.
-Hable… dijo que vendría esta tarde, lo mismo que Sam —contesto mirando por sobre su hombro.
-¿Qué hay de Tina? —dijo Kurt tomando otras dos alfileres y sosteniéndolas entre sus labios.
-¿Cómo?—pregunto Blaine al entender la mitad de lo que decía su prometido entre dientes.
-¡Tina!... ¿sabes algo de Tina? —repitió ajustado casi un centímetro el ancho de uno de los hombros.
-¡Ah!, no había entendido… me dijo…
-¡No te muevas!, si no quieres terminar todo pinchado —advirtió sosteniéndolo por los codos.
-Ok… —dijo Blaine quedándose como de piedra.
-Muy bien… ahora cuéntame —dijo Kurt ajustando el otro hombro a la misma distancia.
-Tina me dijo que llegaría en la tarde también y que tu le habías ofrecido alojamiento, ¿es verdad eso?, ¿o lo invento en el camino desde Rhode Island?
-No lo invento —contesto Kurt verificando el largo de las mangas— has así… —pidió estirando sus propios brazos como si fuera un sonámbulo. Blaine estiro sus extremidades y quedo como una momia de caricatura— se lo dije porque asumo y su chispeante forma de ser podrá hacer algo por Rachel y sus nervios— agrego mirando los puños de la chaqueta casi por un minuto seguido.
-¿Qué hay de Puck y Quinn?
-Ellos no vendrán se excusaron, al parecer Puck tenia esta semana de franco o de ejercicios ultra secretos, no tengo idea, asumo y luego enviaran flores también.
-Creo que ya hay demasiadas flores —dijo Blaine mirando hacia la mesa de la cocina.
-Por cierto que si —corroboro Kurt rodeándolo para ver donde más se necesitaban ajustes— creo que solo eso era lo que necesitaba… aunque estoy seguro que vi otro defecto cuando saliste del probador —insistió tomándose el mentón como si aquello requiriera de una reflexión profunda.
-Gracias Kurt, yo también te amo…
-Hablo de defectos en el traje, no en ti, tu eres perfecto, pequeñito y perfecto, como te dije ese día que estábamos en la bañera del Plaza… ¿te acuerdas? —dijo Kurt moviéndose para quitarle la chaqueta desde los hombros.
-Me acuerdo —respondió Blaine soltando un suspiro como si recodara algo inigualable— y ahora que estamos en New York, creo y podríamos repetirlo algún dia, ¿Qué dices?
-Pues digo que me encantaría —respondió Kurt colgando la pieza de ropa en el maniquí de talle— solo deja que pase la vorágine de lo de Rachel y acepto más que encantado.
-Muy bien…—dijo Blaine comenzando a quitarse la camisa— ¿puedo preguntar algo?
-Siempre —contesto Kurt quitándose la huincha del cuello y el alfiletero de la muñeca.
-En realidad es algo que te quería preguntar hace tiempo desde que me mude de aquí —explico vistiéndose con lo que traía desde la mañana— que a propósito de seo… mi mamá no lo sabe —añadió como si recordara un dato al final de una exposición de datos.
-¿Qué cosa? —pregunto Kurt caminando hacia la cocina.
-Que ya no vivimos juntos, aun no le he dicho.
-¿Cómo? , ¿Por qué no?
-Porque no…
-Esa no es una respuesta Blaine Anderson…
-Lo se…—dijo riendo
Kurt se le quedo viendo como si le dijera “responde bien entonces”
-Bueno no le he dicho, primero porque ya soy un adulto y no tengo que andar dándole cuentas de todos mis pasos y segundo porque estoy seguro que sería capaz de inventar una historia en su cabeza y terminaría interviniendo, y eso no me gustaría y asumo que a ti tampoco.
-Por supuesto que no, pero tampoco me gusta que le mientas a tu Mamá, no es correcto.
-¡Tu tampoco el dijiste a Burt! —exclamo Blaine como empatando la situación.
-No, pero, el no es de los que tomaría un avión para venir a ver qué sucede, ni le ha dicho a medio Lima que nos vamos a casar, como estoy seguro y lo ha hecho tu Mamá con todo Westerville… creo y deberías decirle —añadió Kurt cruzándose de brazos.
-Ok, le diré, pero otro día —aseguro Blaine metiéndose la camisa dentro del pantalón
-Blaine, me refiero a que DEBES decirle… es decir, ¿qué tal si se presenta un día aquí y me pilla durmiendo solo?, o peor aún, ¿con “Bruce”? —dijo Kurt sin darse cuenta lo que había dicho.
-¿Quién?... —pregunto Blaine como impactado.
-¿Qué?... ¿Qué dijiste?, ¿tu Mamá vendrá a New York? —respondió de manera titubeante y nerviosa.
-No… tú dijiste…
-Nada, ¡no he dicho nada! —exclamo abriendo uno de los gabinetes— creo que nos quedamos sin galletas y un café sin galletas es como Madame Tibideaux sin su turbante… ¡Imposible! —dijo poniéndose el cardigán que había dejado en el perchero de la entrada— iré a comprar…
-No, no, no… —dijo Blaine cerrando la puerta e impidiendo que se fuera— no te irás sin explicarme,
-Sin explicarte que ¿lo de las galletas? —pregunto disimulando.
-No, eso que dijiste…
-Sobre las galletas…—repitió arreglándose los botones.
-No… ¿quién es “Bruce”?
-¿Quién?... no sé de que estás hablando… —respondió corrigiendo su copete en el espejo de la entrada.
-Si que lo sabes, acabas de decir que debo habar con mi Mamá porque si ella viene de improviso puede pillarte durmiendo solo o con “Bruce”… ¿Quién es “Bruce” Kurt Hummel?
-Ok te lo diré… pero prométeme que no me juzgaras.
-No puedo prometerte eso…
-¿Por qué no?, piensa que ya hicimos nuestros votos y que ya pasamos la parte de “En salud y enfermedad”… ¡prométemelo!
-Bien, te lo prometo… ¿quién demonios es “Bruce”?, ¿tienes un gato o algo?
-No, no es una mascota…
-¿Una… persona… entonces? —pregunto Blaine tragando saliva y esperando la peor de las revelaciones.
-¿Qué?... ¡NO!... ¿cómo se te ocurre?, es “algo”… ¿OK?
-¿”Algo”? —repitió Blaine entendiendo menos que antes.
-Si… es… es una almohada, una “novio-almohada-brazo”
Blaine soltó una risa que sonó como una explosión, entre divertido por la revelación que acababa de oír y aliviado por no haber escuchado otra cosa peor.
-¡Prometiste que no te burlarías! —exclamo Kurt dejándose caer en el sofá.
-No me estoy burlando, lo siento… pero Kurt… ¿De que demonios estas hablando?, ¿Qué es una “Almohada-abrazo-novio”?
-“Brazo-novio” —corrigió como si importara.
-OK… ¿Qué es eso?
-Es algo que compre hace tiempo, luego que paso lo que paso entre nosotros, pero en mi defensa puedo decir que lo compre bajo los efectos del “Ambien” y que nadie se supone y debía averiguar de su existencia, pero luego Santana y Rachel me vieron y tuve que explicarles y desde entonces ya no es un secreto para nadie.
-Excepto para mi… —dijo Blaine como ofendido.
-¡OK!, ¿Qué querías que te dijera?, ¿que te engaño con una almohada mientras tú no estás?
-Algo es algo…
-No te dije porque me da vergüenza, es el más culpable de mis placeres y no quiero volver a hablar de eso nunca en la vida… —sentencio Kurt como dando un corte a la discusión.
-No sé qué decir… —dijo Blaine sonriendo.
-No tienes nada que decir… ¡nada!, ¿no escuchaste que dije que ya no quiero hablar de eso? ¡vamos a comprar galletas! —exclamo levantándose.
-No… Kurt… necesito verlo.
-¿Qué?... ¡NO!, ¿Cómo se te ocurre?
-¿Como que no?, ya me contaste, ahora necesito ver pruebas empíricas de su existencia.
-Pues no las veras…
-¿Por qué?
-Porque es loco, un tanto aterrador y cada vez que lo uso no puedo evitar pensar que tal vez llevo un Jeffrey Dahmer dentro…
-Eso es imposible y lo sabes… además… puedo buscarlo… aprovechar que no ha llegado nadie y buscarlo hasta encontrarlo —dijo Blaine caminando por el departamento.
-¿Qué?... ¡Blaine!
-De verdad... puedo buscarlo donde sea —insistió Blaine mirando bajo el sofá de la sala, tras los muebles y dentro el baño.
-No encontraras nada —advirtió Kurt comenzando a reír.
-¿Cómo que no?... soy muy perseverante deberías saberlo —dijo mirando bajo la cama de Rachel.
-Blaine…
-Me pregunto cómo no lo encontré cuando organice mi frustrado espacio de trabajo —agrego empinándose como queriendo mirar en las vigas del techo.
-Ok, mira si quieres traspasar la única línea que queda de mi privacidad, te diré donde está.
-Dime…
-¡Oye!, ¿no percibiste nada de la culpa que quise trasmitirte?
-No…—dijo Blaine encogiéndose de hombros.
-¡Blaine!
-Kurt, ya me contase todo, no tienes nada más que ocultar…
-Bien… —dijo Kurt haciendo un gesto que señalaba hacia su cama.
-¿Aquí?... —pregunto Blaine indicando con sus dedos.
Kurt hizo otra mueca como evidenciando que si y Blaine se agacho para sacar de debajo de la cama de su prometido una maleta como antigua, casi como si fuera del siglo pasado, la puso sobre la cama y miro a Kurt un instante.
-¡Ábrela!, te mueres por abrirla… —dijo Kurt sentándose en la cabecera.
-Muy bien… —contesto Blaine y sin que se lo dijeran dos veces, quito los seguros como de maletín de abogado y abrió la caja, miro lo que había dentro y contuvo la risa.
-Puedes reírte, lo único que quieres es reírte a carcajadas —sentencio Kurt cruzándose de brazos.
-No me reiré… bueno, me reiré un poco… porque esto es… ahora sí que no sé qué decir —dijo Blaine con sus manos en la cadera y su vista fija en el interior de la maleta.
-No hay nada que decir, y ahora que lo viste, y que tu curiosidad se vio saciada, ¿podemos dejar este tema de lado?
-¿Por qué le llamaste “Bruce”?
-No lo sé, porque fue un nombre que se me ocurrió, ya te dije que estaba bajo los efectos de pastillas para dormir y de ver repetidas veces “The Notebook”, por lo tanto todo lo que hice aquellos días no cuenta, ni tiene explicación lógica ¿de acuerdo? —termino por decir Kurt cerrando la maleta y guardándola otra vez debajo de la cama.
-Muy bien… una última pregunta…
-¿Si Blaine?
-Por qué si ahora puedes dormir conmigo cuando quieras… ¿aun la conservas?
-¿Cómo?
-Eso… porque enfrentémoslo Kurt Hummel, yo soy mejor que “Bruce” en todos los aspectos—advirtió Blaine dando una vuelta completa sobre uno de sus pies, como exhibiendo lo maravilloso que era.
-¿Si?... —dijo Kurt rodeando la cama para aproximarse a él.
-Así es… —respondió recibiéndolo entre sus brazos.
-¿Por qué? —pregunto Kurt abrazándolo por el cuello.
-Porque, primero… debes saber, tengo dos brazos, “Bruce” tiene solo uno.
-Ok…
-Segundo —prosiguió Blaine metiendo sus manos en los bolsillos traseros del pantalón de su prometido— la mano que tiene “Bruce” no puede hacer esto— agrego dándole un agarrón.
-Muy cierto…—respondió Kurt soltando una pequeña risa— ¿no te gusto menos ahora que sabes este secreto?
-¡Obvio que no!... —contesto dándole un beso— incluso, y si es posible, creo que te amo aun mas.
-Adulador… —dijo Kurt recostando su cabeza en el hombro de su prometido.
-Te amo, que más puedo hacer… además me gusta que tengas una “cosa” rara y media chiflada.
-¿Chiflada? —repitió Kurt mirándolo a la cara.
-Sí, chiflada, reduce mis múltiples defectos al mínimo.
-Yo no diría al mínimo…pero… —dijo Kurt acomodándose en su hombro de nuevo— nadie sabe esto, bueno además de Santana y Rachel, así es que no lo divulgues.
-No lo hare… —contesto Blaine apoyando su cabeza en la de él.
Kurt sonrió medio aliviado de que Blaine conociera aquel secreto suyo, tomo aire llenándose con su olor y se quedo en su hombro un buen rato hasta que sintió que alguien llamaba su atención con toques repetidos en su espalda.
-“Desde ahora comienzo a cuidar mi voz”—leyó desde un papel que Rachel sostenía a la altura de su cabeza como si encabezara una marcha en reclamo por algo.
-Hola Rachel… —contesto Kurt tomando el cartel.
Rachel hizo una seña que indicaba lo que había escrito.
-¿Estas cuidando tu voz? —dijo Blaine como si nadie más supiese leerlo.
Rachel hizo un gesto positivo con su cabeza y mostro otro cartel
-“Me preparas un té con limón”
-¿Cuándo escribiste estos carteles? —pregunto Kurt mirándola raro.
Rachel encogió sus hombros sonriendo y se dirigió a su dormitorio.
-Divas…—dijo Kurt dirigiéndose a la cocina.

-Quiero hacer “History of my life” de “One Directions”
-Es una buena canción, pero la cantan cinco personas diferentes, ¿Cómo vas a hacer todas las voces siendo solo una persona? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-¡Porque vas a cantar conmigo! —exclamo Kurt entusiasmado—¡vamos!, ¡somos un equipo!, nos vamos a casar, si a alguno de nosotros le va a pasar algo emocionante, que le pase al otro también.
-¡Oh!... ¡te amo!... —dijo Blaine feliz— gracias… —agrego dándole un abrazo— vamos a ensayar —dijo enfilando camino.
-¡SI!… ¡sabia que te entusiasmaría la idea! —exclamo Kurt descolgándose el bolso para ponerse el sweater que llevaba en una mano.
-Bueno, no tanto como crees, por lo demás, tu estas lo suficientemente entusiasmado por los dos —aseguro Blaine deteniéndose frente a el.
-¿Por qué no habría de estarlo?, ¡Es June Dolloway! por todos los santos —repitió como si fuese el nombre que repetiría sin descanso de ahora en adelante.
-Ok… —dijo Blaine sonreído ante el entusiasmo de su prometido.
-¡Odio cuando pasa esto! —exclamo al no encontrar una de las mangas.
-Déjame ayudarte —se adelanto en decir Blaine tomando el bolso y ayudándolo con el problema de la maga rebelde.
-Gracias… ahora… —comenzó a decir Kurt dando un pequeño salto— ¿de verdad quieres cantar conmigo?
-¡Claro que quiero!
-¿Seguro?, ¿no lo haces solo para complacerme?, no quiero que en medio del asunto me digas que estas aburrido y todo eso.
-No, lo hago porque quiero y porque me encanta que volvamos a cantar juntos luego de mucho, mucho tiempo… y como nota al margen, puedo agregar que complacerte es una de mis cosas favoritas en el mundo —respondió Blaine cogiéndolo de la mano.
-¡Genial!... ¡esto es tan emocionante!, ¿te imaginas y nos ve y le encantamos, entonces nos ofrece un show en Broadway donde ambos seamos los protagonistas? —dijo Kurt dando más saltos a medida que avanzaban por la avenida, Blaine pudo contar unos ocho.
-Mejor no te emociones tanto, ¿Qué tal si odia nuestra presentación?
-¿Por qué habría de odiarla?, ¡nadie puede odiar a “One Directions”!
-Yo creo que hay mucha gente que los odia.
-¿Crees que deberíamos elegir otra canción?
-No, bueno es tu decisión tu eres el principal aquí…
-Tal vez debería revisar la biografía de la Señora Dolloway nuevamente, la de “Wikipedia” la actualizan cada semana.
-¿Para qué? —quiso saber Blaine mirando a ambos lados antes de seguir su camino.
-Para ver que música el gusta, para eso… así nos vamos a la segura… aunque en realidad me gusta esa canción…
-Entonces si te gusta no la cambiemos, la primera opción siempre es la correcta.
-¿De dónde sacaste eso?, ¿estas viendo PBS? —pregunto Kurt sacando su teléfono del bolsillo.
-No… no sé... ¿de la vida?... —respondió Blaine sonriendo.
-Muy bien “señor Experiencia”, ¿sabes lo que deberíamos hacer?
-No…
-Llamar a Elliot, para que ensayemos en la tienda de discos que siempre frecuentamos, esta llena de instrumentos y estoy más que seguro que nos acompañara con alguno.
-Creí que iríamos a tu casa.
-¡Pero allá no tenemos nada!
-Tenemos el piano… —dijo Blaine que después de aclarar las cosas con Kurt y lidiar con sus propias inseguridades, había vuelto sentir que el “Loft” era su casa nuevamente, aunque ya no viviera allí.
-¿No quieres que ensayemos con él?
-No, no es eso, Elliot es súper talentoso y seria un aporte en cualquier situación, es solo que… ya sabes… —dijo encogiendo un hombro.
Kurt lo miro suspicaz como no sabiendo en realidad a que se refería.
-Pero oye… como quieras… pero si deseas la compañía de mas instrumentos podemos devolvernos a la Universidad —agrego Blaine volteándose hacia el camino ya recorrido.
-¿Qué tal tu casa?
-No, ahora que Santana se está quedando, el lugar se está volviendo medio estrecho, no creo que tengamos la paz que necesita “History of my life” —explico Blaine crispando la nariz.
-Tengo una idea… ¿Qué tal si esta semana te quedas conmigo?
-¿Quedarme?... ¿a dormir?
-No necesariamente a dormir… —dijo Kurt poniendo caras.
-La verdad es que no se, tengo cosas que hacer y se me haría difícil… —respondió Blaine mirando los aparadores de las tiendas que iban dejando atrás como si aquello que le proponía su prometido fuese algo que podía dejar pasar sin darle importancia.
-¿De verdad? —pregunto Kurt medio decepcionado.
-¡Obvio que no!… me encantaría… —dijo acercándolo a él para darle un beso.







Abril de 2041


-Te juro y no sé porque estamos aquí —dijo Kurt tratando de sentarse cómodo en una silla hecha a la medida de su hijo menor más que a la de él o cualquier otro adulto.
-Estamos aquí porque la maestra de Noah nos cito —contesto Blaine mirando los dibujos que habían pegados en la pared por si encontraba uno con el nombre de su hijo.
-¿Pero te das cuenta que es bien raro?
-¿Qué cosa?
-¡Que nos citara!... ¿me quieres poner atención?
-Tienes toda mi atención desde hace 30 años —respondió Blaine mirando los libros de uno de los estantes.
-Entonces…
-¿Entonces qué?
-¡Blaine!...
-Kurt, no sé que tienes, Noah nos entrego la nota que la Señora Katrhyn Barrett necesitaba vernos y aquí estamos… mira este es el casillero de nuestro hijo —dijo apuntando a uno de los cuadrados de madera que contenían las pertenencias de cada niño.
-¿Si?... —dijo levantándose— podrimos mirar que hay dentro.
-¿Estás loco?... ¡no!... son sus cosas, nadie quiere que le hurguen en sus cosas.
-Pero es nuestro hijo… sus cosas también nos pertenecen.
-Ni tu te crees eso, ven sentémonos a esperar a la maestra.
-“Sentémonos a esperar a la maestra” —repitió Kurt como si tuviera faringitis y 40 años menos.
-¡Me encanta cuando haces eso!.. .es dulce y sexymente ridículo —dijo Blaine sonriendo.
-¿De verdad no estás nervioso?
-¿Por qué habría de estarlo?—dijo Blaine sentándose sobre una de las mesas.
-Porque nos llamo la maestra de nuestro hijo. Nunca nos había llamado la maestra de ninguno de nuestros hijos.
-¿Qué hay de las reuniones “PTA”
-Eso es diferente, allí citan a todos los padres y vienen, a nosotros no nos habían citado nunca de manera particular.
-Es no es verdad, ¿no recuerdas que con Henry tuvimos que presentarnos un par de veces en la escuela?, parece que en este mismo salón —advirtió Blaine mirando los retratos de los presidentes.
-Si pero aquella ocasión fue diferente, había una chica endemoniada que molestaba a nuestro hijo, ahora estamos hablando de Noah se supone y seria él quien no nos causaría ningún problema.
-Lizzie tampoco causo ningún problema.
-¿Debo recordar sus deseos incontrolables de inventar un nuevo leguaje universal?
-¡Kurt!... no son cosas comparables, nuestra Princesa tenía un trastorno que debía ser tratado… mira eso —dijo Blaine apuntando uno de los dibujos que se encontraban clavados en una pizarra acolchada.
-¡Que lindo! —exclamo Kurt fijándose en los detalles.
-Señor Hummel, Señor Anderson… —escucharon ambos desde la puerta. Kurt se puso de pie como si un animal fuera atacarlo en el trasero y se quedo de pie esperando a la maestra de Noah que llegaba al salón cargando tres carpetas, mas su cartera y un vaso de café. Estaba media despeinada y el sweater abierto que llevaba puesto le quedaba por lo menos tres tallas más grande y se le iba cayendo de un hombro.
-Buenos días… —dijo Kurt haciendo el ademan de arreglarse su propia ropa.
-Buenos días… disculpen… —dijo dejando las cosas que cargaba sobre el escritorio— ahora si… —agrego estirando su mano para saludar a ambos—vuelvan a sentarse por favor.
-Buenos días señorita Barrett —saludo Blaine sentándose nuevamente en una de las mesas de la primera fila.
-¿Ha estado muy atareada? —pregunto Kurt al ver que la Señorita Katrhyn Barrett al parecer y no había tenido tiempo de cepillarse el cabello ni sabía que documento era el que correspondía a esa reunión.
-Un poco… los niños son preciosos pero cuando se juntan en más de 5 se vuelven endemoniados.
-¡Nuestra niñera piensa lo mismo! —dijo Kurt sentándose al lado de Blaine.
-¿De verdad?, ¡uf!, ¡Que alivio! —exclamo pasándose la mano por la frente como si se quitara el sudor de un par de horas de ejercicio— les juro y me siento como la peor maestra al pensar en estos pequeños como demonios que se unen en mi contra —dijo la maestra encontrando lo que buscaba en uno de sus portafolios.
-Señorita Barret, la nota que nos envió con Noah no fue muy específica sobre para que estamos aquí —quiso saber Blaine cruzándose de brazos y mirando como la maestra de su hijo menor necesitaba lentes de prescripción en ese instante.
-¿No? —pregunto acercando una hoja a sus ojos tanto que Kurt creyó y la tinta de las palabras quedaría tatuada en su frente.
-No… —respondió Blaine mirando a Kurt cada vez mas extrañado— ¿Noah está bien? —agrego mirado a su alrededor.
-¿Quién?
-Noah Anderson Hummel, nuestro hijo, ¿es por él que estamos aquí? —insistió Blaine hablando como si él fuera el maestro y no lo contrario.
-¡Claro!, ¡claro que si!… disculpen, lo que sucede es que estoy reemplazando a la maestra del tercer grado que se ha ausentado por una “emergencia” —explico haciendo el gesto de las comillas en “emergencia” y dando un tono sarcástico a la palabra, todo acompañado de una mímica de quien se empina un vaso tras otro— en fin… estoy un tanto confundida con el material, lo siento— agrego haciéndose un moño alto que se le desarmo al segundo— pero si quiero hablar de su hijo.
-¿Es porque nuestro hijo no deja el dinosaurio de juguete que tiene?, ¿o es por las gafas que usa?, porque si es lo primero puedo explicarlo, ese juguete fue un regalo de…
-No nada de eso Señor Hummel —interrumpió la maestra ordenando unas hojas como si buscara la indicada— todos los niños tienen afecto por algo y lo traen a la escuela, una niña anda con su propia taza de arriba para abajo —explico moviendo sus manos— y tampoco es por las gafas, nadie se da cuenta que no tienen vidrios hasta que se acercan a él lo suficiente.
-¿Entonces? —pregunto Blaine queriendo tomar todos los papales de Katrhyn y ordenarlos de una vez y para siempre.
-Estuvimos en Paris una semana hace dos meses y lo dejamos con mi Papá y su esposa, tal vez eso ha influido en su comportamiento —añadió Kurt buscando una tercera explicación a la citación que les habían hecho.
-¿Estuvieron en Paris? —dijo la señorita Barrett juntando sus manos como evidenciando emoción máxima— ¡Me encanta Europa!, lamentablemente lo más lejos que llegado es a New Jersey, ¿donde estuvieron? —pregunto apoyando su cabeza en una mano como si hablara con sus amigas en el café de la tarde.
-Señorita Barrett —interrumpió Blaine cogiendo la mano de Kurt que ya se aprontaba a contarle con lujo de detalles su estadía en Paris, desde el momento mismo en que habían llegado hasta cuando tuvieron que regresar pasando por su visita al Sena y al “Pont des Arts”— no quiero parecer irrespetuoso, pero, vinimos a hablar de nuestro hijo.
-¿Qué?... ¡oh claro, claro!... el pequeño Noah… muy bien… ¡oh aquí esta! —exclamo tomando una de las hojas y apartando el resto hacia un lado dejado caer unas cuantas.
-Permítame… —dijo Kurt mostrándose de lo mas servicial.
-Oh, no se aflija, ya las recojo yo… —dijo sin dar importancia al trabajo de unos 6 niños— bien… quiero que vean esto —añadió enseñando una hoja que decía por título “Mi familia”, había espacio para dibujar a un Papá, una Mamá y hermanos y hermanas. Blaine tomo el dibujo y lo acerco a él, Kurt se acerco a su esposo y entre los dos vieron que Noah había tachado las “m” donde decía “Mamá” reemplazándolas por dos “P” con un crayón rojo brillante y los había dibujado a ellos de la más perfecta de las maneras, Blaine tenía una guitarra en el hombro y Kurt estaba vestido como para una cena elegante, en medio de ambos estaba él y Desmond y a ambos lados se encontraban Lizzie con mas cabello que nunca y Henry más alto que todos. Kurt sonrió y creyó que su garganta se estrechaba, Blaine soltó un suspiro y volvió a dejar el dibujo sobre el escritorio.
-¿Cuál es el problema? —pregunto Kurt tragándose la emoción.
-¿Qué problema? —contesto al maestra sonriendo— aquí no hay ningún problema, si los hice venir fue primero porque me gusta reunirme con los Padres cuando ya esta por acabar el año escolar, sé que muchos maestros no lo hacen pero yo creo que es esencial y segundo sentí la necesidad de disculparme con ustedes porque el propio Noah me hizo notar que no debería haber puesto esos títulos porque existen diferentes tipos de familia y no todas tienen un Papá y una Mamá, por lo tanto lo siento.
-No se preocupe, ¿Noah no fue irrespetuoso?, ¿o si?
-¡Como se le ocurre! —exclamo golpeando la mesa como si escuchara el mejor de los chistes— nada de eso, es el niño más correcto que existe, recuerdo que levanto su manito y dijo “Profesora, mi hoja tiene un error”, casi me lo como en ese mismo instante… siempre está dispuesto a aprender todo el tiempo y el dibujo lo demuestra, ¿ven como están de expresivos los ojos y las formas súper delineadas?
-Si —respondieron los dos.
-Pues eso demuestra motivación para el aprendizaje y la escuela, además como están organizados todos en perfecta proporción indica que no hay problemas con su autoestima.
-Es un niño muy seguro —dijo Blaine acariciando la mano de Kurt.
-Lo es… mucho… si vieran como me dijo lo de los tipos de familia, casi me caigo de espaldas.
Kurt miro a Blaine haciendo una especie de mueca tierna y este le guiño un ojo complacido.
-¿No hay problemas con nuestro hijo entonces?
-¡Ninguno Señor Anderson!, los hice venir porque Noah es un niño extraordinario y puedo notar que con ustedes tiene todo el apoyo y estimulación que necesita para su edad, los felicito.
-Gracias… —dijo Kurt sonriendo de la manera mas amplia.
-Así es que, quiero que conserven esto…—agrego Katrhyn entregándoles el dibujo— y esto también, es el resumen de las calificaciones de este año— termino por decir la maestra entregando el reporte con las notas.
-¡Son solo diez! —exclamo Kurt como con un grito ahogado— creo y lo dejare caer en la próxima reunión PTA —añadió como si quisiera presumir de la inteligencia de su hijo con toda la escuela.
Blaine sonrió y tomo todo haciendo el ademan de levantarse.
-Muy bien...— dijo la maestra levantándose del todo— los chicos están por regresar de la clase de arte, si gustan pueden esperar a Noah y así se van con él.
-¡Claro! —dijo Kurt dando un aplauso como si aquello fuera el mejor de los planes.
Ambos se levantaron justo cuando la clase regresaba al salón, Noah los vio desde la puerta y sonrió haciendo una seña, se adelanto a sus compañeros y corrió a saludarlos.
-¡Papá!, ¡”Papáblen”!, ¿Qué hacen aquí? —pregunto una vez que abrazo ambos.
-Pues vinimos a ver a tu maestra —dijo Blaine agachándose para quedar a la altura de su hijo.
-¿Por qué?... ¿hice algo malo?, ¿O me están espiando acaso? —pregunto sacándose a Desmond desde dentro del sweater.
-No cariño… —contesto Kurt en cuclillas también al tiempo que le acariciaba la espalda— vinimos porque debían entregarnos tu reporte de calificaciones.
-Son todas buenas… ¿vieron? —dijo Noah sonriendo como satisfecho.
-Vimos cariño y estamos muy, pero muy orgullosos de ti —añadió Kurt dándole un beso en la mejilla.
-¿De verdad “Papáblen”?
-Muy de verdad y yo en particular… —agrego Blaine levantándose con él en los brazos— estoy más que feliz de que seas tan inteligente, responsable y orgulloso de quien eres y de dónde vienes— termino por decir agitándolo por la pancita.
-¿Todo eso? —pregunto Noah haciendo un gesto de suma duda con sus manitos.
-Todo eso y más bebé —contesto Blaine haciendo como que le comía el cuello y la cara.
Noah se le recostó en el hombro y dejo escapar una risa casi tan encantadora como las que emitía el propio Blaine cuando era feliz por algo, Kurt se acerco a ellos haciéndose espacio entre los pequeños que se preparaban para abandonar el salón y le acaricio el cabello a su hijo pensando que de todas las cosas que se había enterado de Noah aquel día, lo de las calificaciones de excelencia era lo que menos le importaba.






-¿Te quedaras conmigo entonces? —pregunto Kurt arreglándole el cuello de la chaqueta.
-Me quedare, pero no esta noche, le prometí a Sam que vería con él los comentarios del DVD de la séptima temporada de “Arli$$”.
-¿Otra vez? —pregunto Kurt como si Blaine siempre lo dejara plantado por estar con su amigo.
-Pues me lo pidió la semana pasada y como llego Santana y hubo que hacer algunos ajustes con los horarios de uso de la televisión y el baño, no pudimos verla ningún día.
Kurt blanqueo los ojos y negó son su cabeza.
-Mañana si... ¿de acuerdo? —añadió Blaine buscando su mirada.
-¡Bien!, pero prométeme que mañana si, mira que debemos celebrar como corresponde, nuestras vidas podrían cambiar luego de esta actuación —dijo Kurt agudizando su voz.
-Lo más probable es que la tuya si y yo estaré súper orgulloso de salir del brazo del protegido de la Señora… ¿Holloway?
-¡Dolloway!... creo que tendré que imprimir esas datos para ti —termino por decir Kurt alzando sus brazos mientras entraba con Blaine al subterráneo.

-¿Algún mensaje para Rachel? —dijo Mercedes poniéndose el abrigo con la asistencia de su novio.
-No, ella sabe bien lo que pienso sobre algo…
Mercedes miro a Blaine y luego a Sam sin entender nada.
-Ok… —agrego despidiéndose de ambos.
-Adiós… —dijo Sam haciendo una seña a Blaine que se había puesto a lavar los vasos y demás cosas utilizadas por los invitados.
-Adiós saludos a Rachel… —dijo secándose las manos.
Kurt cerró la puerta y dio una mirada a Blaine antes de seguir con el orden.
-¡Finalmente! —dijo este ultimo acercándosele para abrazarlo desde atrás.
-¿Finalmente qué? —pregunto Kurt dejándose abrazar y sintiendo los labios de su prometido en el cuello.
-Finalmente nos dejaron solos…
-Ah… —dijo Kurt acariciándole las manos— pero…
-No…nada de peros… escucha… —advirtió Blaine levantando un dedo, como indicando el silencio que había en el departamento.
-¿Qué cosa?
-No hay nadie… estamos solos y sabes bien lo que es posible de hacer en un espacio grande y sin interrupciones —explico dándole un  pequeño mordisco en la oreja. .
-¡Ah!… tentador… pero te recuerdo —dijo Kurt zafándose y recogiendo una fuente con frituras desde la mesa de café— que en… —agrego mirando la hora en el reloj de su prometido— 80 minutos debes estar saliendo de aquí rumbo a una súper y elegante galería en Soho.
Blaine soltó un suspiro y recordó aquel compromiso con la señora Dolloway y que inconscientemente quería olvidar.
-Por lo tanto… —insistió Kurt cogiéndolo de la mano y llevándolo hasta el dormitorio— quiero que estudies esto —dijo entregándole unos cuantas hojas de papel con información impresa desde internet.
-¿Qué es esto? —pregunto revisando las hojas.
-Eso es toda la información que necesitas saber sobre June, te ayudara a que la conversación con ella esta noche sea fluida y divertida.
-¿No puedo solo usar mi encanto natural? —dijo Blaine haciendo un gesto presuntuoso con sus hombros.
-Pues creo que en esta ocasión aquello te servirá de poco… ¡lee! —exclamo empujándolo a la cama.
-¡Pero debo terminar mi labor domestica!, si dejo todo a medias no me volverás a invitar.
-Yo terminare… tu haz aquello… —insistió Kurt meneando su mano como indicando los papeles que debían ser leídos.
Blaine se rasco la cabeza como si lo que estuviera a punto de leer fuera la Biblia y no unas cuantas páginas recogidas desde la red, se tiro sobre la cama y se acomodo en la cabecera para comenzar con lo que le habían encomendado.
Kurt continuo con el orden y la limpieza, le envió un mensaje a Rachel para ver si había desistido de aquella tontería de viajar a Los Angeles y recibio otro de vuelta diciendo que ya tenía un vuelo reservado y todo.

-¿En qué parte vas? —pregunto llegando al dormitorio.
-No se… ¿su juventud? —dijo enseñando un par de fotos  de la señora Dolloway sumamente joven y posando con Richard Burton.
-¿Te estás concentrando? —quiso saber Kurt como si fuera un profesor regañando al alumno más desordenado.
-¡Obvio que si!... quiero que mi conversación con June sea fluida y divertida como bien dijiste.
-Entonces… —insistió Kurt acostándose a su lado— ¿por que no te lo tomas en serio?, te hare algunas preguntas— agrego acomodándose.
-No todavía… —replico Blaine moviéndose sobre la cama para quedar con su cabeza en el pecho de su prometido— déjame leer un poco más.
-Esta bien… —respondió Kurt tomando un libro desde su mesa de noche—  ¿ya llegaste a la parte donde conoce a Joe Kennedy?
-Aun no… —dijo Blaine sonriendo y buscándola entre las páginas.
-¡Sigue el orden! o terminaras hablándole de no sé qué… —advirtió Kurt metiendo su mano por la abertura de la camisa de su prometido.
-¿No querías que me concentrara? —quiso saber Blaine advirtiendo con placer aquel gesto.
-Obviamente… —contesto Kurt metiendo mas su mano.
Blaine sonrió y siguió con la lectura, Kurt abrió su libro en la pagina donde había quedado la noche anterior y se quedo junto a él por un buen rato.
-¿Cuánto dinero tiene esta mujer? —pregunto Blaine mirando una de las paginas.
-Mucho mas del que tú y yo podremos presumir algún día, ¿Por qué?
-No lo sé, porque pienso que esta noche será bastante larga si todos los que asisten tienen más dinero que cabello.
-Pues lo tendrán, créeme y nadie tiene 25 mil dólares para pagar una entrada donde más encima te harán donar una buena cantidad.
-Ojala y yo los tuviera.
-¿Para qué?
-Para que hubieras ido conmigo…
-Pues si tuvieras 25 mil preferiría que los gastáramos en “Tiffany & Co” de la Fifth Av.
-Suena mejor…
-¿Qué hora es?... —pregunto Kurt que aun mantenía su mano dentro de la camisa de Blaine.
-No lo sé…
-¿Como que no lo sé?, no te quitas ese reloj ni para dormir… —advirtió tomándole la muñeca y viendo la hora después— ¿esa es la hora?... ¡Blaine, se nos hizo tarde!... —exclamo Kurt levantándose de pronto.
-¿Qué?... ¿por qué? —pregunto mirando el mismo la hora.
-Por todo lo que hay que hacer, tienes quedarte una ducha, alistarte, comer algo… ¡levántate!
-¿Por qué habría de comer algo?, ¿no se supone y es una cena de  25 mil dólares?, algo bueno habrá para comer.
-Blaine, no pensaras comértelo todo como un indigente… existen protocolos para estos eventos… ¡vamos!, tú y tu familia son prácticamente uno de ellos, deberías saberlo —aseguro Kurt mientras quitaba el traje  que usaría Blaine de la bolsa en donde estaba.
-¿Cómo?...
-Eso… tu eres rico también… ¿acaso tus padres nunca asistieron a un evento de caridad con los poderosos de Westerville?
-No… mis padres  no son mucho de caridad y por lo demas, los ricos son ellos no yo.
-Como sea…  ve a ducharte…
-¿Es necesario?
-¡Vamos!, compláceme aquí…. —dijo Kurt como si le fura a dar un berrinche— debes lucir perfecto… más de lo que eres regularmente.
-¿Que hay de todo esto que tengo que aprender?
-Ya no hay tiempo para esto —dijo quitándole las hojas— se supone y te las iba a dar en cuanto llegáramos de la Universidad, pero no sabía que tendríamos visitas —agrego entornando sus ojos.
-Yo tampoco, no me des esa mirada.
-Da lo mismo… ve  a ducharte yo repasare con vapor tu traje… ¡Blaine! —exclamo al ver que su prometido se  movía como si fuese el medio día.
-Ya voy… ¿no quieres acompañarme? —pregunto levantando sus cejas.
-No… ve… —dijo Kurt como si pusiera orden en un cumpleaños infantil.
-Bien… —exclamo Blaine levantando sus brazos y dirigiéndose al baño.
Kurt tomo el traje y lo puso en un gancho alto, encendió la maquina que tenia para aquel menester y comenzó a repasar con tanta dedicación, que parecía Blaine fuese a encontrase con el presidente Obama en el salón Oval de la Casa Blanca y pensando que aquella situación si bien el producía celos, no lo tenía atormentado ni resentido, después de todo si Blaine lograba algo con todo aquello él, de alguno u otra forma también seria parte de aquel éxito.
-¿Sabías que Rachel tiene menos productos que tú? —dijo Blaine saliendo del baño con una toalla en la cintura.
-Lo sé desde el día uno —respondió Kurt concentrado en el traje.
-¿Esto me quedara bien? —pregunto mirando la talla del pantalón.
-¡Obvio que si!, arrende uno correspondiente a tu talla, te quedara perfecto, ¿quieres repasar alguno de los datos claves de June?
-No… —dijo Blaine como con acento del sur de Oklahoma— presiento que se todo lo que debería— añadió comenzando vestirse.
-Como quieras… ahora, debes prometerme que te fijaras en todo y en todos para que después me cuentes con lujo de detalle cada minuto de la cena.
-Me fijare en todo, ¿se notara si tomo algunas fotos?, ya sabes de los más famosos.
-Si lo haces con discreción obvio que no… toma tu teléfono y haz como si estuvieras buscando algo… ese truco siempre resulta —dijo Kurt haciendo como que tenía un teléfono inteligente en su mano y llevaba  a cabo tal truco.
-Excelente consejo —dijo Blaine subiéndose el cierre del pantalón.
-Creo que esto ya esta —aseguro Kurt mirando la chaqueta por todos lados.
-También lo creo —añadió Blaine abotonándose la camisa.
-Perfecto entonces… —dijo Kurt dejando la pieza de ropa sobre la cama y sonriendo como si se viera forzado a hacerlo.
-¿Estás bien? —quiso saber Blaine mirándolo de medio lado.
-Claro que lo estoy…
-¿Seguro? —insistió  dudoso, al tiempo que comenzaba  atarse la corbata de moño.
-¿Por qué lo dudas? —dijo Kurt sentándose sobre la cama.
-Porque luego de nuestra presentación no dijiste ni una sola palabra, ni en lo que quedo de ceremonia tampoco, ni  menos en todo el camino de regreso, siento como que te robe el lugar o algo —añadió atando la corbata con su experticia de años.
-No digas eso… eso no es verdad…
-¿Seguro?—insistió.
-Muy seguro y no te preocupes por eso… reconozco que me dio un poco de celos pero tu ganaste tu oportunidad de manera justa— explico tomando la chaqueta para ayudarle a ponérsela— y perder frente a ti es como ser derrotado por el mejor, no  puedo más que  aceptar mi derrota con al mayor de las dignidades —termino por decir parándose tras él.
Blaine soltó un suspiro y metió sus brazos en las mangas, Kurt le acomodo al chaqueta y le paso sus manos por los hombros para terminar de limpiarla, lo rodeo para arreglarle la solapas y lo miro un instante como pensando que le faltaba algo— ¡Ya sé lo que deberías usar! —exclamo dando un aplauso y dirigiéndose a la cajonera cerca del ventanal— toma —dijo entregándole una pequeña caja.
-¿Esto? —pregunto revisándola.
-Son gemelos… te vendrán bien y darán un toque extra elegante.
-Gracias Kurt… y si me darán un toque elegante —corroboró poniéndose uno.
-Súper elegante —dijo ayudándolo con el otro.
-¿Qué harás tu?...
-Pues terminare mi libro, veré mi  serie de televisión estaré bien —contesto Kurt asegurándose que todo el atuendo de su prometido estuviera perfecto.
-Me encantaría comprarte otra entrada, solo que no tenia los 25 mil que cuesta —volvió a decir  Blaine revisando los puños de su camisa mientras Kurt le arreglaba la corbata de moño— no se, quizás debería quedarme en casa contigo y ver “Scandal”
-¿Quieres parar? —interrumpió Kurt dejando la corbata de lado— estoy un poco celoso pero no soy un resentido, ¿bueno?, estoy feliz por ti.
-Es solo que creo que ser uno de los proyectos de June va a tomarme un montón de tiempo y lo que menos quiero es una amiga que me vaya a alejar de ti.
-Bueno, June no es exactamente una amiga —corrigió Kurt mirándolo con ternura.
-Probablemente tengas razón —respondió Blaine terminando de arreglarse— ¿Cómo me veo?
-Como Montgomery Clifft…
-¿Qué? —dijo Blaine poniendo caras.
-Antes del accidente…
-¡Oh!... Gracias.
-Intenta divertirte esta noche, ¿de acuerdo?, y no te preocupes por mi, recuerda que cada puerta que June abra para ti yo estaré a tu lado atravesándola contigo. Te estás arriesgando por el equipo.
-Te amo… —dijo Blaine dándole un beso de despedida.
Kurt se volteo para verlo salir y le sonrió cundo Blaine se volteo  a darle la última mirada.
-Recuerda, ¡quiero todos los detalles para cuando regreses! —exclamo antes que su prometido saliera del todo.
-Lo hare…
-¡Y despiértame!... ¿Ok?
-Lo hare también… adiós… —dijo Blaine desapareciendo tras la puerta de corredera.
Kurt soltó un suspiro y se dispuso a ver televisión, reviso su teléfono un par de veces y opto por irse a la cama.
-¡El “transfer” me espera! —exclamo Rachel entrando en el departamento— ¿Kurt? —pregunto abriendo la cortina del cuarto de su amigo— ¿por que estas en la cama tan temprano?, ¿Blaine ya se fue?
-¿Por qué entras como si nadie mas viviera en este lugar? —dijo Kurt de vuelta mientras  se ponía el pijama.
-¡Ay!... lo siento… —dijo cubriéndose la vista con una mano— ¡el “transfer” me espera!
-¡Un momento!… —grito Kurt saliendo medio con pijama y medio con ropa de día— ¿te vas ahora?
-Obvio, ¿no recibiste mi mensaje?, ya tengo el pasaje y todo… volare esta noche para llegar temprano a la audición y regresare a justo para la función de pasado mañana.
-¿Que le dijiste a Sidney?
Rachel hizo caso omiso de las palabras de su amigo y tomo su bolso para salir de inmediato.
-Rachel Berry que le dijiste a Sidney —insistió siguiéndola hasta el baño.
-Nada… no le dije nada… —respondió entrando.
-¿Me vas a decir que dejaras el show sin darle ningún aviso?, ¿ni siquiera para que tu sustituta se prepare?
-Mañana lo llamare, le diré que tengo gripe o algo… —dijo saliendo con su cepillo de dientes en la mano
-Rachel, ¿Qué te dije sobre mentir? —trato de decir Kurt tomándose la frente como si no pudiera más de la frustración.
-Kurt… vamos, he dado todo de mi en este mes de show, merezco descansar y que al menos una noche quien se muere por hacer mi rol trabaje.
-Vaya, mira quién habla, quien se peleo con una amiga porque nunca necesitaría una reemplazante.
-¡Todo esta bien!… no te aflijas… ¡el “transfer” me espera! —repitió dándole un beso y saliendo como si bailara una pieza particularmente movida.
Kurt soltó un suspiro y decidió acostarse, apago las luces y se metió a la cama, después  de todo Blaine prometió despertarlo en cuanto llegara del evento de caridad.

Blaine entro despacio y se quito los zapatos en la puerta, cerro con el mayor de los sigilos y se dirigió al baño, Kurt lo observo en silencio desde la cama y espero que llegara al dormitorio para interrogarlo como correspondía.
-¡Vaya fiesta! —murmuro al verlo aparecer tras las cortinas.
-Oye… ¿por qué no estás durmiendo? —pregunto susurrando al tiempo que le daba un beso.
-No lo sé… ansiedad supongo… ¿cómo te fue?
-Bien… excelente en realidad —dijo Blaine quitándose la chaqueta y sacando algo del bolsillo antes de colgarla, se desato al corbata y se quito la camisa.
-¿Tanto así? —dijo Kurt corriéndose  hacia su lado de la cama.
-Si… la verdad es que lo pase muy bien —contesto sentándose para quitarse los pantalones y calcetines.
-¿Qué es eso? —quiso saber Kurt apuntando lo que había sacado Blaine de su chaqueta y permanecía en la mesa de noche.
-Esto… —respondió metiéndose en la cama— es parte del coctel.
-¿Me trajiste comida?
-No toda la comida, pero si un par de “appetizer” —explico desenvolviendo el paquete diminuto.
-¿Nadie te vio?—pregunto Kurt como si Blaine se hubiese traído el diamante Hope del “Smithsonian”.
-Obvio que no, aproveche que June se levanto a hablar con la gente que no quería donar nada y me los metí en el bolsillo.
-¿De que son? —quiso saber Kurt acercándose a su prometido e instalándose sobre su pecho.
-Este… —contesto dando el primero de tres— es de queso de cabra, venado y rúcula.
-¿Cómo “bambi”? —pregunto probándolo.
-Exacto… —dijo Blaine en medio de una risa.
-¡Oh por Dios!.. ¡al diablo con la madre de aquel venado!, si su cadáver sirvió para hacer esto… —advirtió saboreándose— ¿te divertiste?
-Si… nos dieron estos y luego la cena… June me presento a un montón de gente, hasta me hizo subir al escenario a cantar para inspirar mas donaciones —conto Blaine dándole el segundo más pequeño y como enrollado— este tiene un jamón que viene de España— agrego.
-Este está mejor que el otro… —dijo mascando— ¿tuviste que cantar dijiste?
-Si… cante junto a ella, y te juro que la gente hablaba de millones de dólares como si fueran centavos… fue bastante surrealista— advirtió entregándole una servilleta.
-¿No te hablo nada de tu futuro?, ¿si podía hacer algo por ti?
-La verdad es que no… abre… —dijo Blaine abriendo su propia boca y tomando un tercer “appetizer” hecho como de verduras.
-Este está un poco malo —advirtió Kurt apuntando su boca llena.
-Lo sé… —respondió Blaine sonriendo.
-¡Oye!... si fuera maleducado te lo habría escupido encima —dijo poniendo cara de asco.
-¿Dónde está Rachel? —pregunto mirando hacia la cama vacía de la chica.
-En Los Angeles… —respondió Kurt soltando aire y acomodándose sobre él.
-¿Cómo?
-Larga historia que prefiero y contártela mañana…—agrego dando un bostezo.
-Ok…
-¿Viste a algún famoso?
-Creo que vi a Robert De Niro, pero no estoy seguro, la galería estaba llena —contesto Blaine abrazándolo.
-Muy buenos los “appetizer” a propósito, gracias por pensar en mi y traerme algunos.
-Pensé todo el tiempo en ti… y me alegro que te gustaran.
-Pues me encantaron…
-¿Incluso el de verduras?
-¡NO!... asco… lo descartaremos para el banquete de nuestra boda.
-Descartado queda.
-¿Me contaras mas mañana?
-Todo lo que me preguntes, aunque quede con ella para almorzar… no pude negarme los siento —explico Blaine dándole un beso en la cabeza.
-Pues no lo lamentes… acepta todo hasta que te ofrezca una oportunidad, luego puedes dejarla plantada en medio del “The Palm Court” en el Plaza.
-Trato hecho…—dijo Blaine apagando la luz y dándole otro beso.

-¿Estás seguro que esa señora no tiene otras intenciones contigo? —quiso saber Sam mirando a Blaine mientras caminaban por la avenida Broadway  en dirección a la “Spotligth dinner”.
-¿Qué?...  —respondió este arrugando el entrecejo.
-Eso… ¿Qué tal si tiene otras intenciones contigo?... ya sabes… —insistió apuntándole la entrepierna.
-Sam… no es nada de eso, puedo asegúratelo, además, podría ser mi abuela sin ningún problema.
-Peor no lo es… huelo a “Mrs Robinson” aquí… —agrego Sam como cantando una nota particularmente alta.
-Pues estas oliendo mal, June es una señora bastante compuesta y respetable y lo único que quiere es ayudarme.
-No digas que no te lo advertí… —aseguro Sam abriendo la puerta de la cafetería— ¿tú me vas a invitar verdad?
-Yo te voy a invitar, pero no estoy aquí para invitarte, estoy aquí para ver a Kurt, todo lo de esta señora me tiene bastante ocupado y lo que va de esta semana solo lo he visto por las noches.
-Lo mismo le decía “Benjamin” a “Elaine” —murmuro Sam mirando el techo.
Blaine entro mirando a todos lados tratando de ver a su prometido, lo diviso atendiendo algunas mesas y le hizo una seña que Kurt respondió con la mejor de sus sonrisas.
-¿Kurt sabe de esta señora? —pregunto Sam poniendo cara de duda extrema.
-Lo sabe Sam… ¿Qué vamos a comer?, creo que hay pocas cosas saludables aquí —respondió Blaine mirando la carta.
-¡Hola! —exclamo Kurt como cantando.
-Hola… —dijo Blaine mirándolo como si estuviese en presencia de lo más hermoso del mundo.
-¿Sabías que Blaine pasa todo el tiempo con una señora ricachona? —dijo Sam como primerísima cosa.
-Lo sé… ¿y por qué no estás con ella ahora? —quiso saber Kurt sentándose  a la mesa con ellos.
-Bueno, se supone y me dijo que en la tarde me llevaría a un par de galerías en “Lower East Side” per…
-¡Pero qué!...  ¿no le dijiste que no?, ¿o sí?
-Kurt, tenía que ir a clases, no puedo dejar de cumplir con mis deberes por estar con ella.
-Estoy bastante seguro que cualquiera de NYADA entendería si justificas tus ausencias por estar con June Dolloway, ¿Qué deberes son esos? —dijo Kurt haciendo el ademan de que limpiaba las mesa y los  “menús” para que Gunther no lo regañara por estar charlando en medio de su turno.
-El reporte que debemos hacer para la clase de “audición de cámara”
-¡¿Esa estupidez?!... Blaine no puedes faltar a algo con la señora Dolloway por un “paper” que ni siquiera es el 10% de nuestra calificación final… ¡no puedes decirle que no a nada!
-¡Wow! —exclamo Sam haciendo la señal de alto con sus manos.
-¿Qué? —dijeron loe dos mirándolo.
-Eso que acabas de decir… ¿no es un tanto peligroso?
-¿Por qué?
-¿¡Que nadie vio “The Graduate”!?
-¿La película donde Dustin Hoffman aparentaba tener 20 y tenía en realidad 30 y Anne Bancroft de 36 aparenta tener 60?, ¿esa película? —dijo Kurt casi denostando aquel film.
-¡Es más que eso!... es una señora —dijo Sam alargando las vocales y  apuntando hacia afuera como si June estuviese tras la puerta vidriada de la cafetería— que trata de conquistar a un estudiante —añadió repitiendo el gesto de pronunciación pero esta vez apuntando a Blaine— ¿conocido no?... aunque si traemos la historia a estos días, es una película sobre un joven de un interés limitado, que tiene la oportunidad de dormir con la mujer más sexy del barrio, y lo tira a la basura con el fin de casarse con su estúpida hija —concluyo Sam mirando un punto al infinito.
-¿Qué? —dijo Kurt como si le estuviera dando un infarto cerebral.
-Sam cree que la señora Dolloway quiere “algo” conmigo.
-¡Sam! —exclamo Kurt dándole un golpe con el paño que cargaba— eso no es cierto… ¿verdad?
-No… obviamente que no lo es.
-Cuéntame que hiciste hoy con ella —dijo haciendo como que escribía algo en su libreta.
-Bueno hoy me llamo en la mañana para que tomáramos el “Brunch” en el “L’Artusi”…
-¿Ese sitio que está en la “West Village”?
-El mismo…
-¡Blaine!... ¡tienes que ir!…
-¿Qué?, ¿por qué?
-¡Ese lugar está lleno de celebridades!.. ¡Oh por Dios vas a conocer a Daniel Craig antes que yo!, lo que me hace sentir súper celoso pero a la vez ¡estoy muy feliz! —exclamo Kurt juntando sus manos como muestra de emoción máxima.
-Pero yo quiero estar contigo…—rebatió Blaine cogiéndolo de la mano.
-Estarás conmigo por el resto de tu vida, ahora, debes aprovechar esta oportunidad… cada persona que June te presente puede ser “La” persona que te lleve a lograr algo… ¡llámala!—dijo tanteándole los bolsillos del pantalón en busca del teléfono.
-¡Oye! ¡Estoy yo aquí!… —exclamo Sam cubriéndose los ojos.
-Vamos…—contesto Kurt haciendo una mueca— ¿Dónde está tu teléfono? —pregunto continuando con el toqueteo.
-Está… allí… —respondió Blaine apuntando la mesa.
-¡OH!... ¡ups!... —dijo encogiéndose de hombros y sonriendo sin remordimientos—  ¡llámala!—exclamo tomando el aparato— dile que te atrasaste pero que estas por llegar, si tomas el subterráneo llegaras en menos de nueve minutos.
-Kurt…
-¡Vamos! —insistió.
-Yo te puedo acompañar y asegurarme que no te muestre una pierna o algo —dijo Sam haciendo un gesto de tranquilidad con sus manos.







Agosto de 2039


-No me digas y tendremos que cancelar esta cena… ¡Que pena! —dijo Kurt llegando a la cocina y hablando con todo el sarcasmo que pudo.
-No Señor Hummel Anderson —respondió Blaine sacando la fuente del horno— solo se quemaron estas verduritas que quedaron en la orilla— señalo quitándolas con los dedos y quemándose en cada intento.
-Usa esto… —dijo Kurt sonriendo y entregándole las pinzas que buscara minutos antes.
-Gracias... —contesto Blaine con la cabeza casi dentro de la fuente.
-¿Qué paso?... ¿llamo al 911? —pregunto Noah llegando con Desmond a la cocina.
-Mejor llamar a  “Gordon Ramsay”, él sabrá que hacer —dijo Lizzie riendo con disimulo.
-¿Quien? —pregunto Noah subiéndose las gafas sin vidrio.
-No es necesario que llamen a nadie… todo está en perfectas condiciones —aseguro Blaine volviendo a poner la carne dentro del horno.
-Yo diría que no… —insistió Lizzie batiendo su mano en el aire como si despejara el humo de 100 chimeneas.
-Vayan a arreglarse mejor ustedes dos… —dijo Kurt tomando a sus dos hijos de la cabeza y guiándolos fuera de la cocina— ¿Está todo bien aquí entonces?— pregunto señalando la cocina, el horno y la ventana abierta.
-Todo perfecto, ve a alistarte tu también, necesitas un par de horas como mínimo —aseguro Blaine quitándose el delantal y los guantes para horno.
-Claro, pero primero corregiré el orden de los cubiertos, Noah los organizo como si todos fuéramos zurdos igual que él.
-¿No había dicho que conocía su ubicación  “exapta”?
-Así creí yo también pero como se porto tan acomedido, a diferencia de tu hija endemoniada, no quise decirle nada y lo deje que lo hiciera a su modo… en fin, voy a arreglarme y arreglar eso —dijo Kurt saliendo de la cocina.

-¿Por qué estamos aquí? —pregunto Tyler entrando al 834 de la Fifth av. junto a su esposo e hijo.
-Estamos aquí porque estas personas nos invitaron, cariño ya te lo explique hace tres días —respondió Sebastian como nervioso y sintiendo que su esposo tenía problemas de retención de información.
-Lo sé, solo quiero saber “¿Por qué?”, ¿Por qué?,  nos invitaron.
-¿Dónde estamos? —dijo Gable mirando todo.
-Estamos en un edifico donde viven unas personas muy simpáticas —respondió Sebastian agachándose para corregirle el peinado a su hijo, luego se levanto y prosiguió con su esposo— me encanta esta corbata, te hace lucir súper guapo —agrego arreglándole la corbata de moño que vestía.
-¿Cómo se llaman estas personas de nuevo?
-Kurt Hummel y Blaine Anderson, los conozco desde la secundaria, me encontré con ellos hace ya muchos años, cuando viniste a New York por primera vez, ¿te acuerdas?
-Un poco… creo que el nombre de Blaine Anderson me suena… —dijo Tyler rascándose la cabeza.
-Bueno en aquella ocasión supe que vivían aquí, pero desde entonces no los volví a ver hasta unas semanas cuando el hijo de ambos ingreso en tu hospital.
-Blaine Anderson… —repitió Tayler para sí como si tuviera en la punta de la lengua la respuesta a quien era Blaine Anderson.
-Creo que es ese cantante que el Papá adora… —dijo Gable mirando a la gente que entraba y salía del ascensor del edificio.
-¡Ahí esta!... Blaine Anderson, ¿el cantante verdad?, ¿el que tuvo problemas de salud hace como un año?
-El cantante, y no fue hace un año, fue en Junio pasado y todo salió bien gracias a quien quiera que hay que agradecer  —dijo Sebastian sonriendo medio coqueto.
-¿Tengo que preocuparme de algo aquí? — quiso saber Tyler de manera disimulada.
-De nada… —respondió guiñándole un ojo al tiempo que se acercaba al mesón de la portería.
-Buenas noches —dijo el Señor Jenkins dejando una rosquilla y un café a un lado de la pantalla de vigilancia.
-Buenas noches —respondió Sebastian sonriendo— vinimos al departamento de Kurt Hummel y Blaine Anderson.
-Un momento por favor… —dijo el portero tomando el teléfono— ¿su nombre?
-Sebastian Smythe…

-¡Papá ya están aquí las visitas! —grito Lizzie atendiendo al llamada de la portería— ¡PAPÁ!—insistió  mientras se desarmaba el moño que llevaba y se hacía dos con los elásticos de la correspondencia que había sobre la mesa de café.
-Hija… no es necesario que grites, no estamos en el puerto de Newark…
-¿Y porque no me contestabas entonces? —dijo Lizzie haciéndose un tercer moño.
-Hija ¿Qué…?... ¿Por qué?... —pregunto Kurt haciendo un gesto de desespero con sus manos e indicando el cabello de Lizzie
-Un peinado —respondió la chica moviendo su cabeza y mirándose al espejo como satisfecha de su estilo.
-Como sea… ¿ya llegaron dijiste?
-Si… ¡hola!, fue lo que dije, ya llegaron, el Señor Jenkins llamo para anunciar a la gente.
-Muy bien… ¡Blaine!... yo voy a terminar de arreglarme —dijo Kurt  terminando de abotonarse la camisa
-¿Llegaron escuche? —pregunto Blaine llegando a la sala.
-Así es… yo voy a… y tu… —dijo Kurt señalándose a él y a la puerta mientras avanzaba.
-Lizzie ve por tu hermanito.
-¡Claro! —exclamo dando un salto que hizo que sus talones chocaran.
Blaine sonrió al verla y se encamino a la puerta, se arreglo la ropa mientras cruzaba la galería y se miro en el espejo del recibidor para chequear su peinado así como su atuendo y se olio un poco el cuello de la camisa pensando que olía a verduras quemadas.
-¡Sebastian Smythe! —exclamo al abrir la puerta y ver a su antiguo amigo de escuela parado frente a él sonriendo como lo recordaba.
-¡Blaine Anderson! —respondió este extendiendo sus brazos— ¿Cómo estás? —pregunto mientras lo abrazaba.
-Muy bien… ¿tú?
-Excelente… —contesto soltándolo luego de un rato que a todos pareció un tanto largo— mira… —dijo apartándose— este es mi esposo Tyler Woodward, neurocirujano —señalo como orgulloso.
-Hola… gusto en conocerte.
-El placer es mío… —dijo Tyler estrechándole la mano y corrigiendo su peinado, como si Blaine fuera a regañarlo por llevar e cabello de manera tan casual. Era rubio igual que Sebastian y tenía los ojos verdes, llevaba unos anteojos de prescripción y vestía de manera elegante, como si estuviese preparado para dar una conferencia de las partes del cerebro donde quiera que iba. Era casi tan alto como el propio Sebastian y el cuerpo que escondía bajo el traje hacía pensar a Blaine que además de escudriñar en las cabezas de la gente, se dedicaba a ejercitarse todo el día.
-Y este es nuestro Hijo Gable Woodward-Smythe —añadió Sebastian haciéndole una seña a su hijo para que se acercara.
-Vaya…  como un “mini Warbler”
-Creí que era la ocasión para que usara este traje —dijo Sebastian señalando el blazer de su hijo que idéntico al que usaban ellos cuando estaban en Dalton, lo mismo que la corbata a rayas y el pantalón gris y que Gable llevaba como si fuera efectivamente estudiante y miembro de los Warblers. Era delgado y estilizado, Blaine dedujo que era hijo biológico de Sebastian pues tenía su misma sonrisa y los grandes dientes que Kurt siempre hacía mención.
-Mucho gusto… —dijo Blaine estrechándole la mano y dándole un toque cariñoso en una mejilla— eres muy lindo… —agrego haciéndose a un lado en la puerta— pasen por favor…
-¡Este lugar es estupendo! —opino Tyler entrando de la mano de su hijo.
-Si… es el lugar que siempre buscamos y que Kurt siempre quiso, por lo que cuando tuvimos la posibilidad lo hicimos nuestro sin pensarlo dos veces.
-Pues fue una decisión excelente —dijo Sebastian mirando la escalera— ¿son dos plantas? —pregunto apuntando hacia arriba.
-Sí, dos… por aquí… —contesto Blaine señalando hacia su derecha.
-¿Tiene hijos señor Blaine? —quiso saber Gable sin soltar la mano de su Papá.
-Claro, con mi esposo tenemos tres hijos.
-¡TRES!... —exclamo el pequeño como si le hubieran respondido 12.
-Si… —corroboro Blaine sonriendo.
-Disculpa, es que él se ha criado solo y… —trato de explicarse Sebastian.
-No te preocupes… siéntense…
-¿Donde está Kurt? —pregunto sentándose en el sofá grande junto su esposo y el pequeño Gable en medio de ambos.
-Se está arreglando… hay cosas que no cambian —contesto Blaine mirándolo.
Tyler los miro y comenzó a sospechar de la complicidad que empezaba a evidenciar entre ambos.
-¡Hola! —exclamo Lizzie llegando con cuatro moños diferentes en su cabeza.
Gable soltó una risa y Tyler le dio un agarrón con disimulo en una de sus piernas.
-Tyler, Sebastián, esta es nuestra hija Lizzie… Princesa, ellos son Tyler Woodward y Sebastian Smythe, además de su hijo Gable —dijo Blaine señalando a todos.
-Hola… yo soy Lizzie, tengo 17 y pienso estudiar matemáticas cuando termine la escuela, que gracias a Dios es dentro de un año —explico Lizzie como si se presentara en un concurso de belleza.
-¿Matemáticas?... ¿nada de músicos o cantantes en la familia Blaine? —pregunto Sebastian luego de estrechar la mano de Lizzie.
-Hasta ahora no… —respondió sirviendo jugo y cervezas.
-¿Que hacen tus otros hijos? —pregunto Tyler abriendo su botella.
-Bueno, Henry está estudiando arquitectura en el PhillyU, Lizzie como bien dijo estudiara matemáticas —explico mirando a su hija que hacia un gesto de saludo a todos y se sentaba en el brazo del sillón que ocupaba su “Papáblen”— y nuestro hijo menor tiene cuatro años y hasta ahora le gusta todo menos la música.
-¿No está?
-Si… Lizzie, ¿tu hermanito?—pregunto Blaine mirando a su hija.
-Dijo que necesitaba lucir elegante, así es que estaba decidiendo entre sus camisas… ¡hombres!… —dijo Lizzie como si comentara algo súper gracioso.

-¿Noah?... ¿estás aquí? —pregunto Kurt asomándose en la habitación de su hijo, y viendo como tenía casi todo su guardarropa volteado sobre la cama— ¿Noah?
-Papá… no se qué ropa usar —dijo apareciendo desde el baño en ropa interior.
-Primero una que te impida que te cojas un resfriado en este instante —contesto Kurt tomado a su hijo de la mano y subiéndolo a la cama. Escogió uno de sus jeans y se lo puso de inmediato, así como también calcetines y unas zapatillas.
-¿Esto es elegante?
-Lo es…
-Porque debo lucir elegante —insistió Noah buscando entre su ropa.
-Mira… —dijo Kurt tomando una camisa azul rey— esta camisa te hace lucir muy guapo, ¿te gusta? —pregunto enseñándosela.
-Pero no quiero lucir guapo, quiero ser elegante.
-Pues también te veras elegante con ella —aseguro Kurt poniéndosela— ¿por qué insistes en querer lucir elegante?
-Porque el señor Sebastian Smythe es “impotente”, al igual que la cena.
-“Importante” cariño… trata de recordar que se dice importante —dijo Kurt sonriendo y pensando en lo que había sucedido minutos antes— ¿por qué crees que es importante esta cena cariño?—agrego buscando un sweater.
-Porque tú y el “Papáblen” conocen al Señor Sebastian Smythe desde la escuela y porque él me ayudo a salir del hospital —dijo Noah levantando su manito enyesada— me gustaría hacerle un regalo, pero se que te pone “nervoso”
-¿Por qué dices que el amigo de tu “Papáblen” me pone nervioso?
-Porque dices cosas sin pensar, tú lo dijiste  y con Julianna vimos un programa que decía que cuando la gente se pone nerviosa o con miedo, hace eso —explico Noah como si tuviera un magister en comportamiento humano.
-¿Retienes todo?, ¿no es así bebé? —contesto Kurt sentándose a su lado en la cama.
-Solo lo que me interesa… —agrego el pequeño restregándose un ojo por sobre las gafas.
-Cariño… escúchame… —comenzó a decir Kurt cambiando de posición en la cama para quedar frente a su hijo— Sebastian no me pone nervioso y ciertamente tampoco le tengo miedo, lo que sucede es que cuando estábamos en la escuela y con tu “Papáblen” comenzamos a salir, Sebastian también estaba interesado en él… así es que yo me puse un tanto celoso… ¿sabes lo que son los celos?
Noah hizo un gesto de duda tomándose el mentón, como si repasara dentro de su cabecita todas las palabras que conocía.
-¿Sabes lo que es? —insistió mirándolo.
-Lo sé… es como cuando Lizzie se enoja porque el abuelo Burt me toma en brazos.
-Así es… pues bien, así me sentía yo y eso me hizo odiarlo un poco, porque creía que apartaría a Blaine de mi lado y eso era algo que no podía aceptar.
-Pero el “Papáblen” te eligió a ti.
-Si cariño, —agrego Kurt sonriendo y acariciando el cabello de su hijo— y por eso estoy como olvidando todo lo que pensaba de Sebastian cuando estaba en la escuela, porque como bien dices el “Papáblen” me eligió a mí, y gracias a eso tengo todo lo que tengo ahora, incluidos a Henry, a Lizzie y más importante, a ti… —termino por decir juntando su frente con la de su hijo— no es bueno odiar a la gente, menos por cosas que sucedieron hace tanto tiempo.
-¿Puedo hacerle un regalo entonces?
-Puedes hacer lo que quieras —contesto Kurt poniéndose de pie de nuevo.
-Entonces quiero hacerle un regalo, por los  “inconvencentes”
-¿Inconvenientes? —corrigió Kurt sonriendo.
-Si…
-¿Y qué te gustaría regalarle? —pregunto comenzando a poner la ropa dentro del closet nuevamente.
-No sé… uno de mis “inseptos” —dijo Noah señalando los frascos y el terrario que tenía en un rincón de su habitación.
-No creo que le guste ese tipo de regalo cariño, pero si quieres regalarle algo podemos buscar algo en la cocina, como una botella de vino por ejemplo.
-¿Pero como un niño podrá comprar vino?
-No podría… cuidado bebé —dijo Kurt poniéndole un sweater de un azul más claro que la camisa— pero si puede tener la ayuda de sus padres para ello, ¿qué te parece?
-Genial… ¿puedo traer a su hijo a jugar conmigo aquí?
-Si él quiere, por supuesto.
-¿Y si le caigo mal?
-Cariño eso es imposible… ¡estas tan guapo que podría a comerte a besos! —exclamo Kurt dándole unos cuantos.
-¡No me comas!… el “Papáblen” hizo comida… —contesto Noah riendo.
-Tienes razón… ¿vamos? —dijo estirando su mano.
-Vamos… —contesto Noah tomando a Desmond y saliendo junto a  su Papá del cuarto.








-Gracias Sam, pero no creo que sea necesario —dijo Blaine llamando a June.
-Yo creo que si… —insistió este mirando a su amigo que se levantaba para hablar con tranquilidad.
Kurt lo miro y asentía con su cabeza mientras su prometido hablaba, casi como si fuera el mismo quien estaba sosteniendo aquella conversación, escucho que le decía “si” varias veces y que se despedía con un “en  10 minutos”. Sonrió mirándolo fijo y le hizo una seña para que le contara que había dicho June. Blaine le respondió con un gesto positivo con su cabeza y Kurt sonrió satisfecho.
-¿Qué te dijo? —pregunto mientras se levantaba y volvía a limpiar la mesa.
-Que me espera en el “L’Artusi” como habíamos quedado —respondió Blaine medio triste.
-¡Excelente!... recuerda complacerla, no de una manera sucia —advirtió Kurt mirando a Sam que hacia un gesto y murmuraba “Mrs. Robinson” de nuevo— sino en lo que te pida que hagas o visites o conozcas —añadió tomándole una mano para obligarlo a retirarse
-¿Cuándo te veré? —pregunto Blaine mientras salía.
-Esta noche… ¡o mañana!... ¿una película en tu casa?
-Prepare las palomitas… bajas en grasa —se adelanto en decir al ver que Kurt levantaba una ceja.
-Perfecto… ahora dame un beso y vete —dijo Kurt despidiéndose de él para volver a trabajar.