(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

-Tienes que contárselo a la chica con la que estas durmiendo —dijo Kurt desde la mesa de la cocina.
-¿A cuál? —respondió Artie como nervioso.
-¿Qué? —exclamo Kurt sin poder creerlo.
-¿Disculpa?... ¿a cuál? —pregunto Blaine que se mantenía de pie en medio de sala tan impresionado como el resto de sus amigos.
-Sí, me he acostado con dos chicas distintas.
-¿Quién eres?, ¡es como si no te conociera! —exclamo Sam mientras se aplicaba gel desinfectante en las manos.
-¡Sam!... ¡Cálmate! —pidió Blaine mirando a su amigo.
-Artie, escúchanos, tienes que decirle a estas chicas que tienes Clamidia, si no lo haces pondrás su salud en riesgo y podrían comenzar a contagiar a otros, es lo correcto a hacer, se lo debes—termino por decir Blaine creyéndose consejero estudiantil.
-Si…. tienen razón… será… será mejor que me vaya —dijo Artie moviendo su silla hacia la salida.
-No te sientas mal Artie, te tratarás que es lo importante —agrego Kurt poniéndose de pie para lavar el plato en el que había comido.
-Si, claro… adiós chicos —dijo Artie saliendo del departamento.
Sam tomo la botella de gel y vertió un poco en al manilla de la puerta y otra vez en sus propias manos.
-Sam no es necesario que hagas eso… la clamidia no se trasmite así —dijo Blaine apuntando la situación.
-No lo se hombre… las precauciones nunca son pocas —respondió Sam comenzando a rascarse el comienzo del cuello y la cabeza— siento que ya me la pego…
-Sam…
-¡La siento en todo el cuerpo!... mejor me voy a dar una ducha —insistió el chico rascándose entero como si lo que tuviese Artie fuera sarna y no otra cosa.
Blaine sonrió y se dejo caer en el sofá, para continuar mirando televisión.
-¿No vas a cenar nada? —pregunto Kurt desde la cocina.
-Acabo de comerme una gran porción de frituras, creo que estoy por hoy —señalo Blaine tocándose la panza.
-Ok… ¿no te gustaría salir a a caminar o algo? —dijo Kurt lavando el plato de la ensalada que acaba de servirse.
-¿No vas a mirara el noticiario?, empezara en 10 minutos —respondió enseñando su reloj.
-Claro… —contesto Kurt como si sospechara algo— ¿Puedes creer lo de tu amigo y nuestra otra amiga?— pregunto como cambiando el tema.
-¿Sam y Mercedes?
-Obviamente…
-¿Por qué te sorprende tanto?, nosotros demoramos casi 8 meses en dar ese paso.
-¡Vaya si llevabas la cuenta! —exclamo Kurt al tiempo que guardaba lo lavado en uno de los gabinetes.
-¡Lo sé!... —dijo Blaine mirándolo al revés desde el sillón.
-Aun así… ¿no crees que es un tanto raro?, como bien dijiste comparten la habitación.
-Nosotros compartimos habitación muchas veces y supimos controlarnos, no veo porque ellos no… además, ¿desde cuándo estas tan…?… no lo se… ¿liberal?
-¿Liberal? —repitió Kurt desde la cocina.
-Sí, no sé si es la palabra adecuada, pero actúas como si el hecho que Mercedes siga siendo virgen como algo malo —acoto Blaine quedándose en una película de acción.
-Nunca he dicho eso…
-Se que no, dije “actúas como…”, es diferente —añadió Blaine gesticulando la diferencia de las palabras.
-OK, “Señor gramática”… —respondió Kurt blanqueando sus ojos— ¿vas a ver esa película donde ya murieron casi todos? —agrego mirando la televisión.
-No…—contesto Blaine riendo— solo estaba cambiando de canales, ¿tu quieres ver algo?—añadió haciendo el ademan de entregarle el control remoto.
-La verdad es que no… lo que si… —dijo Kurt acercándose al sofá como en punta de pies— ¿ya termino la sesión de “Arli signo de dinero, signo de dinero”?
-Así es, pero te juro y nunca más acompañare a Sam a ver una de sus series.
-¿No es un show sobre deportes?
-Lo es…
-Y a ti, ¿no te gusta todo lo que tiene relación con los deportes? —insistió Kurt acostándose al lado de su prometido.
-Pues prefiero los deportes a las cosas que tienen relación con ello —respondió Blaine arrimándose hacia un lado.








Junio de 2039




-¿Señor Hummel?... ¿Señor Hummel?
-¡Sí!... —dijo Kurt como si hubiese estado sordo por décadas y recuperara la audición en ese instante.
-¿Me acompaña por aqui?
-Claro… —respondió Kurt dejando a Blaine en la habitación del “New York-Presbyterian University Hospital of Columbia and Cornell” en el ala de cardiología.
-Muy bien —dijo el doctor comenzando a avanzar por un pasillo que Kurt creyó y era el mas largo que había tenido que atravesar en su vida— me gustaría explicarle el procedimiento al que someteremos a su esposo, así estará al tanto de todo y podrá hacerse una idea de que esperar.
-¿De qué esperar? —repitió Kurt con un poco de miedo.
-Si vera…pase, siéntese por favor —dijo el Doctor Cunningham una vez que entraron en una de las oficinas— este procedimiento es casi 100% exitoso...
-¿Casi? —interrumpió Kurt como ahogado.
-Sí, es 90 % efectivo, la mayoría de los pacientes sale recuperado a los tres días, pero existe otro porcentaje que a pesar de que puede manifestar una mejoría, tarde o temprano el defecto degenerativo vuelve a aparecer y normalmente se vuelve a hacer el procedimiento —explico el médico encendiendo una pantalla LED que tenia adosada a su computadora personal.
-Doctor, hay algo que no entiendo, mi esposo se hizo los análisis previos y según el Doctor Gilroy todo estaba perfecto para que el tratamiento funcionara en un 100%.
-Lo esta —respondió buscando una imagen en particular dentro de las numerosas que Kurt veía pasar como una pesadilla— pero siempre existen riesgos imprevistos y situaciones que podrían complicar el resultado de cualquier tratamiento, esto es lo que buscaba— dijo señalando una grafica con flechas y diferentes cuadros de texto explicativo.
-¿Qué es eso? —quiso saber Kurt tocándose le cuello de la camisa.
-Esto, es lo que le haremos al Señor Anderson, como vera este es el defecto que causa su disfunción cardiaca, a través de estos catéteres introduciremos las células madres que harán el trabajo como pequeños constructores y regenerarán los tejidos de la válvula aortica y del atrio izquierdo, que es donde se encuentra el mayor daño.
Kurt observaba las imagines que el Doctor Edward Cunningham pasaba en la pantalla y no entendía nada, lo escuchaba hablar pero parecía que el idioma en que se comunicaba era desconocido para él, comenzó a sentir sed y un poco de calor, se toco la cara y la frente y sintió deseos de salir corriendo.
-¿Entendió mas o menos?
-Entendí… no se preocupe, ¿puedo retirarme? —pregunto levantándose un tanto tambaleante.
-Por supuesto… ¿se encuentra bien?
-Mi esposo esta esperando que el inyecten algo que puede salvar su vida, pero me acabo de enterar que tal vez no resulte, ¿Cómo cree que estoy?
-Disculpe Señor Hummel, pero es mi deber informar los pros y los contra de cada procedimiento que se lleva a cabo en este hospital.
-Lo sé… lo siento… es solo que… —trato de explicarse Kurt soltando un suspiro mas largo que la explicación que acababan de darle.
-Lo entiendo, pero debe mantenerse positivo, harems todo lo que esté en nuestra mano para que esto se convierta solo en un mal recuerdo para Usted y su familia —dijo el Doctor abriendo la puerta de la oficina.
-Gracias…—dijo Kurt saliendo— ¿cuando comenzara todo esto?
-En media hora estará listo el pabellón y comenzaremos con la intervención.
-OK, gracias —volvió a decir Kurt saliendo en busca de su familia.

-¡Papá!, Henry dice que el abuelo Burt llego y que esta estacionando el auto, viene la “abuCarol” también.
-¿Si?...
-¿Estás bien Papá? —pregunto Henry al ver que su Padre tenía menos colores que un fantasma.
-Lo estoy hijo, solo estoy preocupado —respondió Kurt forzando una sonrisa.
-¿Te traigo algo?, ¿un café o algo? —pregunto Lizzie levantándose de su silla.
-No cariño, no te preocupes, no podría comer nada aunque quisiera, ¿Dónde esta Noah?
-Esta con al “AbuAnderson”… ¡hola!... siempre gana su atención con todos esos datos que maneja.
-¿Esta celosa cariño? —pregunto Kurt sentándose en medio de sus dos hijos mayores.
-No… mejor voy a buscarte ese café., sino lo quieres me lo beberé yo —dijo Lizzie levantándose.
Kurt soltó un poco de are y se observo las manos quedándose un rato en el dedo donde llevaba su anillo de casado.
-¿Papá?... ¿qué sucede?, ¿es más grave de lo que nos han dicho? —pregunto Henry cruzando sus manos sobre las rodillas
-¿Qué?... no hijo, ¿de qué estás hablando?
-Mira, te conozco y lo conozco a él, he sido su hijo por mas años que mis hermanos y sé que tú podrías guardarte la mayor de las penas para no ponernos nerviosos a nosotros y que el “Papáblen” podría decir que esta para correr la maratón aunque estuviese desfalleciendo, pero vamos… Papá soy el mayor y ya estoy lo suficientemente grande como para que al menos a mi me digas la verdad —dijo Henry mirando a Kurt a los ojos.
-Eres todo un hombre... ¿verdad?
-Así es…
-Pero no te preocupes, de verdad que no te miento, todo lo que les he dicho es lo que me han dicho los doctores a mi y a Blaine, no les ocultamos nada, te lo prometo —aseguro Kurt haciéndole un cariño en la cara.
Henry empequeñeció sus ojos y lo miro de medio lado sin creer ninguna palabra de lo que Kurt le decía.
-¡Hijo! —dijo Burt llegando de la mano de Carol.
-¡Papá!…—exclamo Kurt abrazando a su padre y sintiendo que tenía 6 años de nuevo.
-¿Cómo estas? —pregunto como si Kurt necesitara que le hablaran lento y claro.
-Bien… estoy medio asustado, pero estoy bien… hola Carol —añadió saludando a su madrastra.
-¡Mi nieto!... ¡Henry!, estas cada vez más grande, creo que podrías construir una casa a mano limpia… —aseguro Burt abrazando al mayor de sus nietos.
-Pues yo creo que esta cada día mas guapo —dijo Carol abrazando y besando al mayor de los Anderson Hummel
-¿Qué tal la universidad? —pregunto Burt caminando con el abrazado, como dos amigos de fraternidad.
-¡Abuelo! —grito Lizzie mientras corría por el pasillo contrario.
-¡Oh Por Dios!... ¡tengo un mono en mi espalda!... ¡¡¡Ayuda!!!
-Abuelo… soy yo… Lizzie… —corrigió la chica siguiendo el juego de Burt mientras reía a carcajadas
-Oh, pero si es mi pequeña nieta —dijo Burt dándole una vuelta completa.
-No griten… estamos en un hospital —advirtió Kurt sonriendo al ver cuanto querían sus hijos a su propio Padre y cuan afortunado era de tenerlo consigo para que viera y disfrutara de su descendencia.
-¿Cómo estas pequeño mono? —pregunto Burt dándole un abrazo.
-Bien… preocupada por el “Papáblen” pero según tu hijo todo esta bien, así es que asumo y nos dice la verdad.
-Digo la verdad Lizzie…
-¿Qué pasa con Blaine, porque no estas con él en la habitación?—pregunto Carol arrimando una silla a la de Kurt.
-Lo están preparando, ponédnosle las intravenosas y esa clase de cosas.
-¿Esta nerviosos?
-No, esta extra calmado, lo que me provoca el doble de nervios a mi…
-Obviamente… —dijo Carol tomándole al mano— ¿los padres de Blaine?, ¿Dónde están?
-Con Noah, bueno solo vino su Mamá, el Señor Anderson no pudo ausentarse del trabajo y llamo para pedir disculpas como 15 veces esta semana, se siente pésimo y Blaine igual aunque no diga nada —explico Kurt comiéndose un par de uñas.
-Todo saldrá bien… —aseguro Carol dándole un medio abrazo entre las sillas.
-Gracias Carol.
-Por nada… es un placer verlos ¿verdad? —dijo apuntando a su esposo con dos de sus nietos, que interactuaban como si tuviesen los tres la misma edad.
-Así es… lo quieren mucho, al igual que a los Papás de Blaine… creo que son los chicos mas afortunados que existen por tener a su alrededor a tanta gente que los quiere… así les resultara más fácil enfrentar… ¡Oh Por Dios!
-Kurt… tranquilo…
-¡Oh Por Dios!... —repitió como ahogándose— Carol… no había caído en la cuenta de que algo podía salir mal… ¿Qué tal si así es?... ¿Cómo voy a enfrentar algo así?, he estado con Blaine desde siempre, ya casi ni siquiera sé donde termino yo y donde comienza él… y si esto no resulta…
-Kurt, cariño, todo resultara bien, él es fuerte y tiene un par de ángeles que lo cuidaran para que todo resulte de las mil maravillas…
Kurt asintió con su cabeza incapaz de pronunciar palabra, tomo aire para disimular su dolor frente a sus hijos y sonrió al ver llegar a Noah de la mano de la Señora Anderson.
-¡Burt!, ¡Carol!... ¿Cómo están? —pregunto soltando a su nieto menor que corrió como el viento a abrazar a Burt.
-¡Ahora sí que me llene de monos! —dijo recibiéndolo en sus brazos.
-No soy un mono abuelo… ¿Cuántas veces he de decírtelo? —contesto el pequeño con sus manos en la cintura.
-Miles… —dijo Burt haciéndole unos arrumacos que provocaron la mas dulce de las risas en su nieto.
-Kurt, Noah me advirtió que a su “Papáblen” le introducirán dos catéteres de 2.5 milímetros uno a cada lado del corazón… ¿Qué diablos significa eso? —pregunto la Señora Anderson como impactada.
-Lo siento… Noah se aprendió una serie de datos sobre lo que será el procedimiento de Blaine, pero creo que ni siquiera los entiende…
-¿Pero es asi?... ¿no le abrirán el pecho en dos?, ¿o si?
-Ay querida… —dijo Carol haciendo un gesto para que tomara en cuenta que Kurt ya estaba lo suficientemente asustado como para que ella llegar a decir esa clase de cosas.
-No, no es nada de eso… ahora si me disculpan ya deben de haber terminado con Blaine iré a verlo para que después pasen ustedes —dijo Kurt poniéndose de pie y dirigiéndose donde explicara.
-¿Se enojo?... ¿crees que se enojo? —pregunto la Señora Anderson como nerviosa
-No querida, es solo que esta asustado… yo recuerdo cuando a Burt le detectaron el cáncer, pasamos el peor de los fines de semana esperando por la cita del doctor, la incertidumbre es lo peor que existe —dijo Carol soltando un suspiro.
-También lo creo… cada vez que me hago mi chequeo anual me quedo de piedra esperando los resultados… solo espero que salga todo bien para mi niño…
-Lo saldrá… ¿eres religiosa querida?
-No, aunque en apuros me da por clamar a lo que sea—respondió la Señora Anderson alzando sus manos como si clamara desde ya.
-Vi un lugar de oración en cuanto entramos… ¿quieres ir?
-¡Me encantaría! —exclamo la Mamá de Blaine dando un aplauso y cogiendo a Carol del brazo después. Esta le hizo un gesto a Burt de que bajarían y su esposo le respondió otro con los pulgares hacia arriba, al tiempo que escuchaba a Noah lo que sabía sobre el tratamiento de Blaine.

-Puede pasar Señor Hummel —dijo una enfermera extra sonriente que salía de la habitación de Blaine cargando una serie de envases y materiales de procedimiento.
-Gracias… —respondió Kurt entrando.
-¡Oye Kurt!... —dijo Blaine como si hubiera esperado por horas para contar algo que había descubierto— ¡mira!… —añadió tomando una especie de control remoto que corría las cortinas con solo presionar uno de los botones— ¿elegante?... ¿no? —termino por decir Blaine haciendo gestos con su cara.
-Mucho… —respondió Kurt mirando la habitación oscurecerse y aclarase unas tres veces.
-Nunca pensé que algo así habría en un hospital.
-¿Por qué?, ¿solo crees que las cosas buenas están en los hoteles donde nos hospedamos durante tus giras? —dijo Kurt sentándose en la silla del lado de la cama.
-No, pero es novedoso por donde se le mire —agrego dejando el aparato sobre el mueble del costado de su cama.
-Lo es… dime que te hizo esa enfermera, llevaba un montón de desechos de procedimiento, ¿no te miro donde solo yo estoy autorizado?, ¿verdad?
-No… me puso esta indo venosa —respondió Blaine enseñando su antebrazo— y estas conexiones que serán para el procedimiento— agrego bajándose un poco la bata clínica para mostrar su pecho.
-¿No te dolió? —pregunto Kurt poniéndose una mano en la boca.
-No… creo que lo ha hecho miles de veces, fue un pequeño pinchazo…—explico Blaine mirándose las tres conexiones de diferente color que tenía en tres lugares diferentes del pecho— ¡estoy bien!— dijo al ver que Kurt estaba que se desmayaba.
-¿Seguro?
-Muy seguro… háblame de nuestros hijos… ¿están bien?
-Están bien, están con mi Papá…
-¿Llego Burt?... ¿Cómo esta?
-Bien… Carol también lo está.
-Porfía para que se queden con nosotros, después de todo yo me voy mañana mismo de aquí —dijo Blaine estirándose en la cama como si tuviera la pereza de 100 años.
-Eso no lo sabes… el Doctor dijo que… que si habían complicaciones tendrías que estar aquí mas tiempo.
-Peor no habrán complicaciones… —respondió Blaine desbordando animo.
-…
-¿Kurt? —dijo buscando su mirada.
-¿Vas a pelear esto?, ¿verdad?
-¡Obvio que si!... Kurt… —dijo tomándole la mano mientras le hacia un espacio a su lado en la cama— no te dejare solo, ni a ti ni a nuestros hijos… estas atascado conmigo para siempre Kurt Hummel-Anderson —agrego sonriendo como si sus labios hubiesen sido sacados de la mas embrujadora de las fabulas.
-Gracias… –dijo Kurt con hilo de voz.
-Gracias a ti por estar conmigo… —respondió Blaine acariciándole la cara.
-Todos quieren saludarte, ¿los hago pasar?…
-Obvio la habitación es grande y nada mejor que tener a todo el clan Anderson, Hummel, Hudson reunido de nuevo, además aprovecho de enseñarle lo de las cortinas —dijo Blaine tomando el control remoto de nuevo.
-…
-¿Qué?...
-Nada, es solo que Carol me dijo hace un rato que todo saldría bien porque tenias un par de ángeles que intercederían por ti en esta hora difícil, asumo y se refería a Finn y a tu abuelo—explico Kurt acariciándole el pelo.
-No podría pedir mejores protectores…—dijo Blaine besándole una mano.
-Miren que niño más grande —dijo Burt entrando con Noah en los brazos el que estiraba sus manos como para alcanzar el cielo raso de la habitación.
-¡Soy mas grande que Henry Anderson Hummel! —exclamo el pequeño estirándose más.
-Por supuesto que lo eres —dijo Henry entrando atrás con su abuela del brazo.
-Estas en brazos “Goblin”, no tiene ninguna gracia —aseguro Lizzie secundando a Henry y de la mano de Carol.
Blaine los observo a todos y sonrió, no pensando que si sucedía aquello que más temía y que se empeñaba en disimular, Kurt no estaría solo, así como tampoco sus hijos, porque sabia que saldría aireoso de aquella situación, sino que sonrió de felicidad, agradecido de la familia que tenia y de todo lo que había logrado junto al hombre de su vida.







-Hablando de acción… y relación… —dijo Kurt acomodándose más— ¿crees que tu amigo Sam luego de su ducha desinfectante se dirija directo a su departamento?
-No lo sé… ¿Por qué?
-Porque… —comenzó a explicar Kurt al tempo que se movía un tanto en el sofá para alcanzar los labios de su prometido— aunque aun estoy pensando en lo del otro día…—dijo mirando la mesa de la cena— no hemos estado juntos en varios días… ¿o no? —agrego besándolo.
-No… pero Sam esta aquí, no creo que sea prudente que… —respondió Blaine siendo interrumpido por otro beso de su prometido.
Kurt sonrió y comenzó a darle más besos en el cuello y en los labios, Blaine le respondió tratando de disimular la incomodidad que sentía hacia días, y por algún motivo pasaba inadvertida para su prometido. Kurt levanto una pierna y acomodo su muslo en la cadera de Blaine, bajo una de sus manos y comenzó a desabotonarle el cárdigan rojo que vestía y le subió un tanto la camiseta que llevaba debajo para sentirle la panza.
-¿Qué fue eso? —pregunto Kurt mirando hacia abajo de ambos.
-¿Qué cosa?...—respondió Blaine pensando cualquier cosa.
-Acabo de… —trato de decir Kurt apartándose un poco y mirando de nuevo— acabo de desabotonarte el cárdigan y tú me apartaste la mano cuando comenzaba a tocarte debajo de la camiseta.
-¿Qué?... no…
-Si…—dijo Kurt incorporándose.
-Kurt…
-¿Qué está pasando?... ¿estás bien? —pregunto un tanto frustrado.
-Si… bueno… es solo que Sam esta aquí no querrás que salga del baño y nos vea en una posición hecha para la intimidad, ¿o sí?.
-No… pero tampoco quería tomarte aquí en el sofá… solo estaba exponiendo mi punto acerca de cuanto te extraño y deseo —dijo Kurt bajando el tono de su voz cuando menciono las últimas dos palaras.
-Y yo… pero… además estoy un tanto cansado —dijo crispando al nariz y sentándose de manera correcta en un rincón del sofá.
-¿Cansado?, ¿de qué?, ¿no estarás sugestionado por lo que le sucede a Artie?, porque te recuerdo que sabíamos de antes que ambos estábamos bien.
-No es eso, de verdad estoy casando por lo de la clase de combate, es un gran esfuerzo cumplir con las expectativas del profesor a cargo.
-Pero yo también estuve en esa clase y no estoy cansado —insistió Kurt como si no creyese nada de lo que Blaine le estaba relatando.
-Kurt…
-Ok… tienes razón lo siento…—dijo levantando sus brazos y cambiándose a la silla de enfrente— son tus primeras clases más exigentes, yo también terminaba destruido cuando empecé con las clases de baile y eso que no me toco Cassandra July.
-Te diré algo… —dijo Blaine sintiendo un poco de culpa— Sam acompañara a Mercedes a algo de Iglesia pasado mañana, yo preparare la cena y luego nos ponemos al día.
-Suena a un gran plan, además que intimar cambiando las locaciones es bueno para cualquier relación.
-¿Trato entonces?... —dijo Blaine sonriendo.
-Trato —contesto Kurt dándole un pequeño beso antes de levantarse.
-¿No veras el noticiario? —pregunto Blaine apuntando el televisor.
-No, sigue viendo aquello ultra violento, yo adelantare algo de lectura… ¿te quedaras a dormir aquí? —pregunto apuntándolo.
-No… también tengo que estudiar —se excuso Blaine como si recién hubiese inventado aquella excusa.
-Como quieras, despídete de mi antes de irte Blaine Anderson —añadió apuntándolo de nuevo.
-Lo hare… —aseguro Blaine sonriendo con un poco de inadvertida nostalgia.

-Lo sé… lo sé… —dijo Blaine restregándose la cara— se eso…. yo solo…. Solo, tengo tanto miedo de que sigas cambiando, que sigas poniéndote cada vez más fuerte, que un día despertaras y te darás cuenta, “Ya no lo amo” —añadió con su alma hecha pedazos.
-Nunca… siempre voy a amarte, y no deberías estar inseguro o avergonzado conmigo… la próxima vez que estés atravesando por algo así, tienes que ser honesto conmigo.
-Ok… —respondió Blaine en medio de un llanto ahogado.
Kurt avanzo dos pasos y lo abrazo pensando que estaba para él, pero que aquella inseguridad era algo que solo Blaine podía resolver.
-Ok… —repitió Blaine abrazándolo con fuerza como si fuera la balsa que lo llevaría a salvo en un mar agitado— lo siento… —dijo apartándose y buscando algo con que limpiar su nariz en la cocina.
-¿Te sientes mejor? —quiso saber Kurt apartándose.
-Si…—respondió sacando toalla de papel como para limpiar el desastre de tres vasos derramados. Se limpio la nariz y seco un par de lágrimas que insistían en salir.
-Bebe un poco de agua —dijo Kurt tomando un vaso desde el fregadero y llenándolo con agua del refrigerador— toma… —añadió entregándoselo.
-Gracias…—respondió Blaine como si quisiera seguir llorando tres días seguidos.
Kurt lo observo un instante y se aproximo un poco.
-¿Estas más tranquilo? —pregunto acariciándole el pelo.
-Perdóname no quise hacer una escena… ni menos ensuciar tu sweater —dijo pasando sus dedos por el hombro de Kurt.
-No te preocupes, mañana debo lavar la ropa… además solo son tus lagrimas, no el espray bronceador de Rachel —sentencio Kurt mirándose la ropa humedecida.
-Claro… —contesto Blaine perdiéndose en los ojos de Kurt por largo rato— debería irme… tal vez tienes cosas que hacer —añadió bebiéndose toda el agua de un trago.
-¿Por qué?, ¿no dijiste que Sam estaría con Mercedes?
-Lo estará, pero… no creo que interrumpa nada… ya sabes… — aseguro esquivando su mirada.
-Dime por favor que te sientes mejor… —pidió Kurt observándolo tomar sus cosas.
-Lo estoy… y lo siento… otra vez… no quise irme encima de ti en la clase de combate, fue una estupidez, pero tenía el ego casi en el subterráneo de la escuela y no supe que hacer.
-Blaine… ven… —dijo Kurt cogiéndolo por una mano y guiándolo al sofá. Se sentó en un extremo al frente de su prometido y le dio un pequeño beso en la frente— quiero que sepas que tus temores son infundados, porque nada de lo que consiga me será satisfactorio si tú no estás conmigo y no quiero que pienses que eres menos atractivo para mí porque subiste unos kilos, pero si eso te hace sentir mal, debes hacer algo al respecto.
-Lo sé… y no podía esperar otra cosa si me he comido casi la mitad de New York —dijo Blaine limpiándose una cuantas lagrimas que aun insistían en desbordarse.
-Entonces, solo debes moderarte, o podemos buscar en el sitio de Matthew McConaughey, su dieta lo hizo perder 7 libras cada semana —señalo Kurt sonriendo.
-Y ganar un Oscar… —agrego Blaine.
-¿Qué tal si te quedas y hablamos otro rato?
-Creí que habías dicho que hablábamos demasiado…
-Ok, ¿ahora me vas a sacar en cara todo lo que he dicho?
-No… obvio que no, disculpa…
-Mira, reconozco que estaba enojado, harto en realidad, pero era porque no sabía que estaba pasando contigo…
-No Kurt… es verdad creo que te exijo demasiado, pero… es solo que… ¿te acuerdas cuando fui a hablar con Elliot? —Kurt hizo un gesto de alguien que dice “¡Como olvidarlo!”— pues fui allá y… no sé si él te lo dijo, pero me puse a defender mi honor y mi “propiedad” sobre ti, sin pensar que él es más alto y lo más probable, más fuerte que yo —explico Blaine sonriendo un poco— y él me dijo que no estaba tras tuyo y me di cuenta de que aquello era cierto, pero termine diciéndole que estuvimos tanto tiempo separados que ahora que estoy contigo… solo quiero hacerlo real, ser parte de tu vida.
-Blaine… lo eres, no vamos a casar, ¿Cómo crees que no vas a ser parte de ella?, y yo también debo disculparme, porque también me excedí en la clase combate… lo siento.
-Te amo Kurt… tanto…
-Lo sé… y no quiero que vuelvas a pensar que te juzgare o me alejare de ti por como luces… por lo demás, estas tan guapo como el día en que te conocí… ¿quieres quedarte?








Abril de 2049




-¡No puedo creer al lugar donde vamos! —exclamo Kurt del brazo de Blaine casi llegando a la 20th West St.
-Yo no puedo creer que aun exista esta tienda.
-¿Por qué no va existir?... casi tiene 100 años de historia… es una tienda con tradición, ¡no puede dejar de existir!
-Ok… creo que deberías calmarte…—dijo Blaine besándole una mano.
-Estoy más que calmado…—respondió dando a su voz el tono de un vendedor de tumbas— ¿crees que estará “Randy Fenoli”?, ¡Oh por Dios!, ¿Qué tal si justo hoy quieren volver a hacer episodios de “Say yes to the Dress”?... ¡apareceríamos todos!
-¿No tienes suficiente con toda la exposición que tenemos los dos?
-No… además que conocer a “Fenoli” sería como un sueño…
-¿No tiene como 80 años? —quiso saber Blaine mirándolo raro.
-¿Y?... mira Blaine estoy medio harto que siempre hables con desdén de las cosas que tienen más de 30 años, estoy viendo el día que te canses de mi porque tengo “cincuenblrubla”—dijo Kurt como si su esposo no supiera cuantos años tenía.
Blaine sonrió y en un movimiento rápido lo arrimo a él, para luego moverlo hacia un lado y empujarlo contra una de las paredes del “Flatiron Building”, se acerco lo suficiente hasta que hizo que la espalda de su esposo chocara con uno de los pilares y allí lo beso.
-Nunca… —le dijo en medio del beso— nunca podría cansarme de ti, aunque tengas “ochentayblrubla”—añadió imitando el lenguaje recién inventado por su esposo.
-Ok… —respondió como si hubiera estado inconsciente por años y acabara de despertarse frente al edificio de estilo "Renaissance Revival"— retiro lo dicho —agrego suspirando.
-Perfecto… —respondió Blaine sintiéndose más importante que todo.
-¿De que estábamos hablando?... —quiso saber Kurt arreglándose el cuello y el pelo de manera disimulada mientras continuaba avanzando con su esposo por la quinta avenida.
-Hablábamos… bueno yo hablaba que “Fenoli” está más viejo que estos edificios y tú te pusiste como un loco, luego te di un beso y tu perdiste la memoria… como siempre —explico Blaine dando un suspiro de plena satisfacción.
-¡Oye!... ¡engreído!... aunque debo reconocer que es verdad todo y tus besos si me hacen abandonar el piso, entre otras cosas… ¡pero no tienes para que restregármelo a la cara! —dijo Kurt acurrucándose en su brazo.
-Lo sé…
-¿Lizzie estará esperándonos o…?
-Estará esperándonos, dijo que tenía su última clase a las 6 y después se venía de inmediato a la tienda, que la esperáramos una semana si era necesario, “hola”…— advirtió Blaine imitando la “muletilla” de su hija y apuntando hacia la acera de enfrente donde un perro saltaba de manera graciosa.
-Bien…—respondió Kurt sin dar importancia al can y su gracia— ¿Noah sabe llegar hasta aquí?
-¡Por supuesto que sí!... nuestros hijos son mas neoyorkinos que nadie, debe estar esperándonos en la puerta leyendo uno de sus libros.
-Aun así, no me gusta mucho que ande solo por el mundo, lo llamare —dijo Kurt sacando el teléfono de su bolsillo.
-Kurt, tiene 14 años… es casi un adulto, pronto tendremos que decirle adiós a él también.
-¡Estás loco!, aun falta para eso, es nuestro hasta los 18… nada de querer irse antes —advirtió Kurt como si Noah estuviese esperándolos con un bolso listo para mudarse— además el dijo cuando pequeño que no quería irse nunca —añadió buscando el numero de su hijo.
-¡Eso fue hace como mil años!... pero dudo que se quiera ir antes…
-No me contesta… —se quejo Kurt con el teléfono en la oreja.
-Tal vez está escuchando música, o concentrado leyendo… míralo, allí esta —dijo Blaine haciéndole una seña a su hijo que efectivamente los esperaba en la puerta de “Kleinfeld” escuchando música y leyendo uno de sus libros.
-Es tan lindo… me encanta que tenga tus pestañitas —aseguro Kurt meneando su brazo para saludarlo a la distancia— y estoy seguro que la chica que se lo lleve agradecerá que también tenga tus labios.
-Pues yo creo que agradecerá más que haya heredado tu corazón —agrego Blaine dándole un beso en la frente— y tu cabello por supuesto.
-Eso ultimo, lo agradezco hasta yo…
-Claro…
-¿Cuándo hablaremos con él?
-¿Sobre qué?
-Ya sabes… “la charla” —dijo Kurt poniendo la voz más grave de lo que la había tenido nunca.
-¿No hablamos con él cuando tenía como 8?
-No lo creo… discutámoslo después —añadió dándole un pequeño golpe en el hombro como si fuese Blaine el culpable de sacar “ese” tema a colación.
-Hola… —dijo el chico cerrando el libro y guardándolo en su bolso.
-Hola hijo… ¿Qué tal la escuela?
-Bien Papá… encontré otra de las canciones del grupo ese de España… ¡es mejor que todas!—dijo Noah como primerísima cosa.
-¿Si?... genial hijo, ¿verdad Kurt?
-¿Qué?.. ¡oh Si!... genial —sentencio Kurt simulando interés aunque para él todas esas guitarras y zapateos le parecían bastante horribles.
-¿Ustedes vienen del teatro ese a medio demoler?—pregunto Noah quitándose los audífonos y dando un beso a cada uno— por que hable con Henry y aparentemente es bastante peligroso estar allí sin hacer un estudio de factibilidad antes.
-No, de la casa… ¿te ha llamado Lizzie?
-No… supongo que está por llegar… ¿Qué hago yo aquí? —quiso saber el chico pensando que se sentía como pez fuera del agua en la puerta de una gran tienda para novias.
-Acompañar a tu hermana, hijo, sabes que esto es importante para ella —dijo Kurt acariciándole un brazo, como si lo consolara ante lo inevitable. Noah hizo un gesto encogiéndose de hombros, como diciendo “Esta bien”
-¿Sabes quién llamo hoy? —pregunto Blaine como para animarlo un poco.
-Pues no…
-Dylan, dijo que vendría para el verano
-¿Vendrá con Liverpool? —pregunto extra entusiasmado.
-Por supuesto que sí —conto Blaine sonriendo— por lo tanto tú y tu amigo podrán estar juntos un par de semanas.
-¡Genial!... le avisare a Barbra…
Kurt y Blaine intercambiaron miradas el uno con el otro y sonrieron pensando lo mismo.
-Un momento—dijo el chico dejando su mensaje a medio escribir— ¿No vendrá Hendrix?... ¿o si “Papáblen”?
-No hijo, Hendrix tiene cosas que hacer con su banda, ya casi ni viaja con tus Tíos.
-OK…—contesto Noah que le disgustaba un poco la presencia del mayor de los hijos de Dylan, por todas las ínfulas que se daba con las chicas por el hecho de tocar la guitarra— y vi esa mirada que se dieron —advirtió el chico mientras le escribía a la hija de Rachel.
-¿Qué mirada? —quiso saber Kurt aparentando inocencia— ahí viene Lizzie —añadió otra vez mirando a Blaine, al notar que los mensajes que Noah recibía de Barbra le provocaban más felicidad que la pronta presencia de su amigo Liverpool Westbrook.
-¡Padres!... ¡”Goblin”!... me atrase… —explico la chica poniendo ambas manos sobre sus rodillas como si necesitara una bebida isotónica.
-No te preocupes Princesa, acabamos de llegar.
-Pues yo llegue hace como media hora —dijo Noah levantando su mano.
-¡Ay “Goblin”! media hora no es nada, apuesto que con tu libro ni sentiste que pasaba tanto tiempo
-Aun así, es bastante irresponsable de tu parte Lizzie Anderson Hummel —respondió Noah guardando su libro.
Lizzie hizo unas muecas como remedando la frase de su hermano y este no pudo evitar soltar una risa.
-¿Entremos? —dijo la chica al tempo que le daba unos piquetes en la panza a su hermano pequeño.
-¿No vendrá nadie mas Lizzie? —pregunto Kurt mirando hacia la avenida.
-No… ¿quién mas ha de venir?, quería que viniera Henry pero esta tan “ocupado” con un “proyecto” que no podía viajar a New York para reunirse con su familia.—dijo Lizzie haciendo el gesto de comillas en “ocupado” y en “proyecto”
-Sabes que está ocupado de verdad, no seas rezongona —dijo Kurt entrando con ella del brazo. Blaine y Noah ingresaron atrás pensando que tal vez ellos sobrarían en aquella compra— ¡Ay!... si es como en el programa —añadió dando tres aplausos.
-¿Nunca habías venido aquí Papá?
-No… ¿Por qué habría de venir?... OK, confieso que cuando recién me mude a New York pasaba un par de veces por semana por la puerta, todo para ver si es que estaban grabando algún episodio del Show— dijo Kurt mientras se acercaba con Lizzie al mesón de la recepción.
-¿El “Papáblen” sabe eso? —pregunto Lizzie mirando hacia atrás a Blaine que se había quedado tomándose unas fotos con unas chicas que lo habían reconocido, como el resto de las clientas.
-No… y no tiene porque saberlo —advirtió Kurt apuntando a su hija y haciéndole un cariño en la cara después.
-Buenas tardes, bienvenidos a “Kleinfeld” —dijo la recepcionista que además de sonreír a los clientes presenciales, atendía llamadas y escribía citas en la computadora que tenía enfrente—¡por Dios!... ¡Kurt Hummel-Anderson!.... —dijo tomándose el pecho— Un honor conocerlo Señor —dijo levantándose y rodeando el mesón para darle la mano.
-Gracias… —dijo Kurt medio descolocado— mi hija es quien merece toda la atención, como es obvio vinimos por un vestido —añadió dándole la mano a la mujer.
-Por supuesto… ¡disculpe!, y esto que acaba de pasar esta totalmente fuera de lugar… no se lo diga a mi jefa por favor.
-No lo hare no se preocupe.
-Muy bien, es solo que soy media fanática de Broadway —explico la señora volviendo a su puesto— los puedo ubicar con Keasha, ella es una de las más experimentadas “Bridal Consultant”, así es que los atenderá muy bien.
-Muchas gracias… ¿Cuál es su nombre? —quiso saber Lizzie apuntándola.
-Gina… mi nombre es Gina ¿señorita?
-Lizzie, Lizzie Anderson Hummel —respondió la chica estrechándole la mano.
-Pasen por favor al salón principal, allí los verá su “Bridal Consultant”
-Igual que en la televisión… —dijo Kurt sonriendo sin parar un solo segundo desde que había puesto los pies en la tienda.
-¿Qué ha sucedido? —pregunto Blaine llegando hasta donde estaban su esposo y su hija.
-¿Qué sucedió contigo?, ¿dónde estabas?, te perdiste de lo mejor.
-¡Ay Papá solo nos recibió la recepcionista!... ¡hola!....
-Aun así… todo aquí tiene un propósito, por lo tanto…
-¿Dónde vamos?, ¿a los probadores?, ¿al salón principal?
-¡”Papáblen”!... —exclamaron ambos chicos al ver que Blaine también sabia mas de lo que aparentaba de todo el movimiento de la tienda.
-¿Qué?..
-“¿Dónde vamos? ¿a los probadores o al salón principal?”—repitió Noah en tono chistoso, Lizzie le dio un codazo como celebrando la broma y Kurt le hizo un puchero con ternura.
-¡Oigan!, ¿Cómo creen que no voy a saber todo lo que sucede aquí?, si su Papá vio el programa de los vestidos de novias… ¡Y!, el de los vestidos de las damas de honor, hasta que lo cancelaron el 2018 —se excuso Blaine poniendo caras.
-No les hagas caso Blaine, solo se burlan por la envidia que les provoca no saber nada de lo que pasa aquí, Gina nos ubico con Keasha en el salón principal.
-Vamos allá entonces.
Todos se dirigieron hasta uno de los salones más grandes de la tienda, había varios asientos agrupados en diferentes secciones con espejos y pequeñas tarimas donde se ubicaban las novias para ser admiradas por su familia. Noah se sentó en un extremo del sofá que la “Bridal Consultant” les indicara y allí volvió a ponerse los audífonos, Blaine se ubico al lado de él y Kurt hizo lo propio junto a su esposo. Lizzie se quedo de pie mordiéndose una uña y mirando a un par de chicas que hacían escándalo como por una docena cuando vieron a su amiga salir con un vestido lleno de encajes y una cola que abarcaba toda la sala.
-Yo no hare eso, les advierto —dijo Lizzie sintiendo vergüenza ajena.
-Esta emocionada junto a sus amigas… creo que es maravilloso.
-Prepárate Princesa para que tu Papá haga ese tipo de escándalos —dijo Blaine sonriéndole a Kurt, haciéndole imposible a este replicarle algo de vuelta
-Bunas tardes mi nombre es Keasha y seré su “bridal Consultant” esta tarde, ¿la novia eres tú? —dijo una chica afroamericana con un cabello casi tan abundante como el de Lizzie.
-¡Si!...—exclamo dando un paso al frente— soy yo, Lizzie Anderson Hummel, el es mi hermano Noah, mi “Papáblen”, es decir Blaine Anderson y mi otro Papá, Kurt Hummel —dijo la chica apuntando a los hombres de su familia, Kurt creyó que unas letras aparecían a la altura de su pecho y que en su caso particular decían “Kurt”, “Padre de la novia”, tal y como era en el show de televisión.
-Muy bien, encantado de conocerlos a todos —dijo la dependienta estrechando la mano de cada uno.
-¿Vamos Lizzie? —dijo Keasha señalando el camino con su palma abierta.
-Claro… Papá acompáñame —dijo la chica estirando su brazo.
-¿Qué?... ¿yo? —dijo Kurt mirando a su otro hijo y a Blaine.
-¡Ay Obvio!... ¡hola!... necesito que me ayudes, sino quisiera tu ayuda desde el primer instante habría venido sola, o con Candance, que es casi lo mismo… ¡vamos! —insistió abriendo y cerrando su mano como si quisiera alcanzar a su Papá a la distancia.
Kurt le sonrió a Blaine y este le guiño un ojo de vuelta, se levanto entusiasmado y cogió la mano de su hija, se volteo hacia su esposo haciendo un gesto de emoción y los tres se perdieron entre los demás clientes y dependientas que cargaban vestidos y accesorios por doquier.
-¡Elijan algo bueno!— grito Noah volviendo a su teléfono.
-¡Uno que te haga lucir como princesa! —añadió Blaine causando que unas cuantas cabezas se voltearan al reconocer su hermosa e incomparable voz.

-Bien… —dijo Keasha entrando a una sala más pequeña que tenía un par de asientos, unos ganchos para colgar ropa y un espejo que iba desde el cielo raso hasta el piso— cuéntame Lizzie, ¿donde será tu boda?
-En el Plaza, en “The Grand Ballroom”
-¡Que maravilloso!... de acuerdo, aquí dice aquí será dentro de… ¿10 meses? —quiso saber la “Bridal consultant” mirando unos papeles con los datos que había dado Kurt cuando hizo la cita hacia ya un mes atrás.
-Así es… será sencilla, aunque no parezca por la locación, pero será poco concurrida.
-¿Cuántas personas?
-¿Es necesario que diga eso?... ¿Qué tiene que ver con lo de mi vestido?
-¡Lizzie!... haya que ambientar todo… ¿verdad Keasha?
-Verdad, pero da lo mismo, mejor dime como quieres tu vestido, ¿tienes alguna idea?
-La verdad que sí, me gustaría que fuera de un tipo arriba y de otro en la pollera —dijo Lizzie mirando a la mujer que los atendía, como si temiese que le diera una embolia o algo.
-Muy bien… ¿y cuáles son esos tipos?
-Pues, arriba me gustaría que fuera estilo “sirena” y abajo como de Princesa con mucho volumen, pero no tanto… —se apresuro en decir al ver que Kurt ya casi se ponía a saltar de alegría.
-No es muy rara tu petición, la mayoría de los vestidos de corte Princesa tiene un corte ajustado arriba y como tu cuerpo es muy delgado te veras excelente, iré pro algunos modelos… ¿manejas algún presupuesto?
-¡Ninguno! —exclamo Kurt sin poder contenerse— ningún presupuesto, solo tráiganos los más bellos— añadió mirando a Lizzie como si aun tuviera 3 años y hablara con “Dislalia”
-Perfecto… espérenme entonces —dijo la consultora saliendo de la habitación.
-¡Papá!... ¿Cómo es eso de que no hay presupuesto?... la mujer esa nos puede traer un vestido de no sé cuantos miles de dólares… ¡hola!
-Lizzie, con Blaine ya hablamos de esto y el está de acuerdo con que gastaremos lo que sea.
-Si pero… ya me siento medio mal por todo lo que está costando esta boda, ya estoy pensando en decirle a James que hable con sus padres para que nos ayuden en los gastos, después de todo la boda es de los dos. —dijo Lizzie mirándose en el espejo gigante.
-¿Estas loca Lizzie Anderson Hummel?, tu eres nuestra hija y la tradición demanda que nosotros paguemos tu boda, por lo tanto no se hable mas… ¡no!..
-Pero Papá…
-¡No dije! —insistió Kurt haciéndose el ofendido y sin dar derecho a réplica su hija que parecía ahogada con todo lo que quería decir.
-Lo que sea… —exclamo alzando sus brazos al tiempo que se ubicaba tras el biombo para quitarse la ropa y ponerse una bata como de seda dispuesta para ella.
La consultora de “Kleinfeld” entro como pudo cargando más de 10 vestidos cada uno mas voluptuoso que el otro, los colgó todos y tomo el primero para ponérselos a Lizzie, Kurt le encontró 15 defectos y lo desecharon sin siquiera mostrárselo a los demás, y así fue con los cinco primeros.
El sexto vestido que se probo Lizzie, hizo que Kurt se quedara sin palabras un par de minutos, era de “Hayley Paige” y tenia una pollera como en capas que la hacían ver voluminosa pero no, como diría Lizzie , al extremo de poder esconder a alguien debajo, el corsé era con escote en forma de corazón y hacia que el bien formado cuerpo de Lizzie se viera aun mas atractivo.
-Este tiene que verlo el “Papáblen” —dijo al chica mirándose por todos lados— ¿Papá estas llorando? —pregunto mirándolo por el espejo.
-¿Qué?... no mis lentes de contacto, ya sabes —respondió tomando un pañuelo de una de las mesitas de la sala donde estaban.
-¿Mostrarás este?
-Si por favor —contesto Lizzie bajándose de la tarima y tomando el vestido por la pollera. Kurt le arreglo la parte de atrás y salió junto a ella para que los demás la vieran.
-¡Por fin! —exclamo Noah que casi se quedaba dormido recostado en el hombro de su “Papáblen” allí mismo en el salón principal de la tienda de ensueño de su Papá.
-Hija… —trato de decir Blaine sonriendo con una mano cerca de su boca
-¿Qué tal? —dijo Lizzie dándose una vuelta completa para terminar frente al espejo extra grade.
Kurt se agacho y el abulto la pollera en la parte trasera, miro a Blaine y le hizo un gesto como que ya no podía mas de felicidad.
-¿Te gusta Princesa?
-Si... bueno, es hermoso, pero esto de aquí como que no me convence mucho —dijo señalando la más corta de las capas— me hace ver el trasero enorme— añadió tomándose las nalgas olvidando que estaba rodeada de a lo menos 100 desconocidos. Noah soltó a una risa que hizo reír a todos.
-¿Buscamos otro entonces? —pregunto la consultora.
-Por favor… —dijo Lizzie volviendo a la sala.
Kurt y la “Bridal Cosultant” tomaron la pollera del vestido de Lizzie y la siguieron a la sala del probador.
-¡No te demores tanto esta vez! —exclamo Noah volviendo acomodarse en el hombro de Blaine.
-¡Cállate “Goblin”! —grito Lizzie volteándose y haciendo con su cara un gesto de burla infantil que fue respondido por su hermano menor con otro de la misma calaña.
-No seas rezongón —dijo Blaine dándole un beso en la cabeza.
-Pero es la verdad… ¿Cuánto tiempo se demora una chica en elegir un vestido?, es solo un vestido…
-Pero es el más importante de los vestidos…
-Menos mal que yo no me casare nunca… —dijo Noah contestando unos textos en su teléfono.
-¿Por qué dices eso?...
-No se… es lo que creo…
-Espera a que te enamores de alguien, y quieras pasar el resto de tu vida con ella…
-Bueno, al menos ella tendrá que encargarse de escoger el vestido.
-Muy cierto…
-Ahora si que se ve bonita…—dijo Noah al ver a su hermana llegar con otro vestido aun más hermoso.
-¡Oh por Dios…! —exclamo Blaine emocionándose.
-Este es el mejor… —murmuro Kurt mirando su hijo y esposo.
Lizzie se ubico frente al espejo y se miro de arriba abajo, el vestido era sin mangas y la parte de arriba tenía un “canesú” sobrepuesto de tela transparente, la pollera era de vestido de gala y la tela caía como si fuera hecha de aire, tenía además un cinturón de raso y parecía y había sido hecho a las medidas de Lizzie. La “Bridal Consultant” le tomo el pelo y le puso una tiara con un velo que caía mas allá de la voluminosa pollera, Noah pensó que si alguien se hubiese puesto a contar las capas con las que estaba hecha aquella falda no hubiera terminado nunca.
-¿Qué tal? — pregunto Lizzie moviéndose como si quisiera ir al baño.
-Hermana, te ves espectacular —aseguro Noah haciendo un gesto positivo con sus pulgares.
-¿”Papáblen”?... —dijo la chica mirándolo con los ojos medio aguados.
-Te ves… te ves muy hermosa Princesa… —respondió Blaine cruzándose de brazos y tragándose la emoción.
-Gracias… me siento así… —dijo la chica encogiendo un hombro y ladeando su cabeza, como si presumiera de una belleza incomparable.
-¿Qué opinas entonces Lizzie?, ¿te parece cómodo? —pregunto Keasha abultándole la pollera.
-¡Obvio que si!, es un “Romona Keveza”… hasta yo me sentiría cómodo en uno… —dijo Kurt sacando un pañuelo de caja que no se molesto en traer desde el cuarto de pruebas, se movió por el salón y se ubico entre Blaine y Noah.
-¿Les gusta Padres? —pregunto Lizzie como suplicando.
-A mi me encanta… —dijo Kurt sacando dos pañuelos de una vez.
-Y a mi… —añadió Blaine uniéndose al llanterío.
-¿”Goblin”?
-¿Hay en otro color?... —dijo Noah acercándose a su hermana.
-¡Oye!... ¡nada que ver!… —exclamo Lizzie dándole un golpe con un improvisado ramo que Keasha le había entregado para que se hiciera la idea de todo el atuendo.
-Lo sé hermanita… te ves como la “teoría endosimbiotica”… perfecta… —contesto Noah dándole un abrazo.
-Muy bien… comprem…
-¡Un momento! —exclamo Kurt interrumpiendo a su hija y haciendo la señal de alto con sus dos manos— ¿me permite decir algo? —le pregunto a la “Bridal Consultant”
-Claro… —dijo esta media sorprendida y pensando que como padre de la novia Kurt haría un discurso.
-¿Le dices “Si” a este vestido? —dijo Kurt creyéndose “Randy Fenoli”.
Blaine rio por lo bajo y Noah alzo una ceja no entendiendo mucho.
-¡Ay Papá! — exclamo Lizzie blanqueando sus ojos.
-¡Vamos!, síguele la corriente a tu padre —pidió Kurt tomándola por los hombros y volteándola hacia el espejo, tal y como lo hacían en el antiguo show de televisión.
-¡SI!... ¡este es mi vestido! —exclamo Lizzie sonriendo.
-¡Si!... —dijo Kurt dando unos aplausos y pequeños saltos en el puesto.
-Pues el Señor Fenoli nunca dio esos saltos… —aseguro Blaine abrazándolo por la cintura.
-Pues debió… —dijo tomándole la cara para darle un beso.
-Acompáñenme entonces —pidió Keasha apuntando la oficina donde debían dirigirse.
Noah tomo su bolso y se fue abrazado de Lizzie, Kurt los siguió detrás y Blaine lo sorprendió cogiéndolo por cintura para darle un beso de película sin importarle nada.
-Apuesto que a Randy tampoco lo besaron así nunca —dijo Blaine feliz por todo.
-Apuesto a que no… —contesto Kurt suspirando satisfacción.
-¿Estas feliz? —pregunto acariciándole la cara.
-Mucho… ¿tú?
-Si quienes más amo en este mundo sonríen... pues lo soy… enormemente —aseguro Blaine dando otros dos besos.
-Te amo Blaine Anderson-Hummel.
-¿Aun?
-Siempre…—contesto Kurt haciéndose cargo del beso.






-No creo que sea una buena idea…—dijo Blaine jugando con las manos de su prometido.
-¿Por qué no?...
-No estoy en mi 100% como puedes comprobarlo…
-Pero nada tiene que pasar, solo podemos dormir…—aseguro Kurt encogiéndose de hombros.
-Kurt…
-Blaine, escúchame, sé que no lo digo a menudo, pero tu confianza no tiene porque verse disminuida… eres increíblemente atractivo, incluso si aumentaras 100 libras…
-Si claro… —dijo Blaine sonriendo medio avergonzado y escondiendo una panza inexistente.
-Es la verdad…—aseguro Kurt acercándosele en el sofá
-Lo dices porque me amas…
-¡Apuesta tus mejor partes a que si! —exclamo Kurt acomodando su cabeza en el regazo de él.
-Gracias Kurt…— dijo Blaine comenzando a acariciarle el cabello.
-Por nada… solo prométeme que no volverás a apartar mi mano cuando quiera tocarte… se siente un poco mal…
-¿Aunque me den cosquillas?
-¡AH!....eso sería una mentira, porque conozco todos tus puntos “cosquilleables” y tu panza no es uno de ellos —aseguro Kurt como si su experticia fuera el cuerpo de su prometido.
-Ok…
-Ahora veamos algo alegre que nos suba el animo a los dos —sentencio Kurt encendiendo el televisor.

-¿Blaine?... ¡Blaine!... ¡lo siento!… no quise atrasarme… ¡lo juro!… —dijo Kurt entrando al departamento como si lo persiguieran 10 perros rabiosos— ¡te juro y comencé a ensayar con Elliot una canción y se me paso la hora… ¿arruine la cena?
-No importa Kurt… solo es una ensalada no una “sauce béarnaise” —respondió con su mirada perdida en el ventanal de la sala.
-Pero aun así… la lechuga y las demás hojitas también se estropean —insistió tomando las hojas de la ensalada que estaba en el centro de la mesa, mas unas velas casi consumidas y un par de pasajes a Los Angeles amarrados con una cinta de regalo. Frunció el entrecejo como extrañado y se acerco a Blaine— lo siento… —reitero abrazarlo desde atrás.
-Ya dijiste eso… —respondió Blaine moviéndose hacia un lado.
-OK, ¿me vas a decir que estas enojado porque me atrase 20 minutos?, son solo 20 minutos Blaine.
-Tienes razón… —respondió comenzando a retirar todo.
-¿Qué haces?... Blaine… no te enojes… podemos cenar igual porque para serte franco Elliot puede ser todo, pero buen cocinero no es, y como anfitrión deja más que desear aun, ¿no pelemos por esto?
-¿Te has dado cuenta que desde un tiempo a esta parte lo único que hacemos es discutir?
-Yo no diría que lo único —dijo Kurt poniendo cara de sorpresa.
-Yo diría que si… ¿y sabes lo que sucede después?...
-No… pero asumo y tú me lo dirás —aseguro Kurt cruzándose de brazos mientras miraba a Blaine tirar la comida a la basura y dejar los platos en el fregadero.
-Claro que si, luego de pelear yo te pido disculpas por todo y tú te sientes ganador en todas y cada una de las discusiones que hemos tenido.
-¿Ganador?... permíteme corregirte pero cuando pelamos, no hay ningún ganador.
-¿No?... entonces, ¿la sensación de ser perdedor es solo cosa mía?
-¿Qué quieres de mi Blaine?
-¡Quiero ser tu prioridad Kurt! —exclamo dejando caer los vasos dentro del fregadero.
-Lo eres… —respondió caminando a la cocina.
-No… no una de tus prioridades, quiero ser tu única prioridad, no quiero estar en el mismo escalón que Rachel o que Elliot, o que tu banda y tu carrera, incluso que ti mismo —dijo Blaine enumerando lo que decía con sus dedos.
-Es decir que quieres que me siente aquí todo el día a mirarte… ¿eso es lo que quieres?, muy bien Blaine Anderson, ¡haz tu vida!, yo me quedare aquí a esperarte —exclamo Kurt sentándose en la sala de un solo golpe.
-No quiero eso sabes bien que no…
-¿Entonces?... Blaine, tu eres algo muy importante para mí, pero no puedo dejar que mi vida gire en torno tuyo, no es justo…
-¿Para quién?
-¿Qué?...
-Dices que “no es justo” y te pregunto para quien, porque aunque resulte gracioso, la mía si gira en torno a ti, desde el momento en que me enamore de ti, yo me relegue al último y te puse por sobretodo.
-¿Me estas culpando de algo?
-Dime una cosa… —dijo Blaine haciendo un gesto con su mano como si quisiera hacerse entender en una reunión de negocios— cuando estamos en el cine o aquí en la sala o simplemente caminando por al calle y tu mano roza la mía, ¿que sientes?
-¿Qué?... —dijo Kurt poniéndose de pie.
-Eso… ¿Qué sientes?... Pues te diré lo que siento yo, se me acaba el aire Kurt, apenas puedo respirar por solo un roce tuyo, imagina como me siento cuando me besas o cuando estamos juntos… me siento tan afortunado que creo que podría morirme cada noche en tu cama y no me importaría… ¿tu sientes eso?
-Blaine… yo te amo… y se que no soy muy demostrativo, pero tu me conociste así… no tienes derecho a pedirme ahora que sea lo que no soy.
-Claro…
-Pero debes saber que yo haría cualquier cosa por ti.
-No digas cosas que no puedes cumplir —dijo Blaine poniéndose su ropa de abrigo.
-¿Por qué dices eso?, ¿vas a cuestionar cada cosa que digo?
-Ok… —dijo quitándose lo que se había puesto como si comenzara a relatar la más interesante de las historias— ¿recuerdas a la señora Dolloway?
-Si, la señora que quedo fascinada contigo… ¿Qué hay con eso?
-Me ofreció una oportunidad de trabajo.
-¿De verdad?... ¿no vas a renunciar a NYADA como Rachel?, ¿o si?
-Pues tendré que hacerlo… el trabajo es en Los Angeles…
-¿Cómo?... ¿Los Angeles?, ¿Qué le dijiste?
-Le dije que tenía que pensarlo, pero vamos, ¿qué hay que pensar?, es algo grande y a largo plazo, sería muy estúpido si lo dejo pasar.
-¿Te tendrías que ir a vivir a California?
-Así es… y aquí viene la parte decisiva de todo… ¿quieres irte conmigo?
-¿A los Angeles? —pregunto Kurt como desorientado— no…
-¿No?
-Blaine…
-Mira, este trabajo incluye todo, incluso un lugar donde quedarnos, hable con Cooper y podemos quedarnos con él hasta que todo se organice… es un show de televisión o algo así, y la Señora Dolloway nos proveería de todo en un principio… ¿Qué dices? —dijo Blaine ilusionado.
-Suena una oportunidad excelente, pero Blaine, todo lo mío esta New York, mi vida está aquí, mis oportunidades, mi universidad…
-¿Qué hay de lo mío Kurt? —pregunto apartándose y ya figurando cual sería la repuesta a su petición.
-Blaine, eres muy joven ya tendrás otras oportunidades, yo no puedo seguirte para que persigas un sueño financiado por quizás quien.
-Pero… ¿no te gustaría ser intrépido y lanzarte en esta aventura conmigo?
-¡Puedes ser aventurero aquí!... ¿nunca has estado en el “Meat Distric”?
-¿Tu respuesta es no?
-No puedo… mi vida está aquí.
Blaine soltó una risa con un poco de ironía tomo su abrigo y se encamino a la puerta.
-Blaine hablemos de esto, no te vayas sin que encontremos una solución.
-¿Una solución?, ¿o algo conveniente para ti, en lo que tú no tengas que renunciar a nada?
-¿Que se supone y significa eso?
-Lo sabes de sobra… —dijo Blaine enrollándose la bufanda en el cuello.
-¿Quieres dejar de hacer eso?
-¿Qué cosa?
-Eso… decir verdades a medias es bastante irritante —sentencio Kurt dejándose caer en el sofá como harto de todo.
-Bien, si quieres “verdades enteras” aqui va una… desde que nos conocimos no ha habido ni una, ni una ocasión en la que tu hayas dejado algo en mi beneficio… ninguna Kurt…
-¿Tu renunciarías a esta oportunidad si yo te lo pido?
-Sabes que si…
-Entonces… Blaine, tendrás muchas otras oportunidades en la vida, y lo mejor de todo que serán aquí en New York…
Blaine se tomo la frente y tomo los pasajes que tenía como sorpresa, desato la cinta y se quedo con uno.
-Creo… solo necesitare uno… —dijo tomando uno de los billetes y guardándolo en el bolsillo interior de su abrigo.
-¿Me quieres decir que iras igual?
-No lo se Kurt… aun faltan detalles y cosas por definir, pero esta es una gran oportunidad y… tenia toda esta idea de que cuando te lo dijera, tú me dirías que estabas orgulloso de mi y que me seguirías donde fuera… pero al parecer no es así.
-Pues esa es la diferencia entre tú y yo, yo no vivo de “ideas”, me atengo a lo real y mi vida real está aquí Blaine —insistió Kurt apuntándose a si mismo y a todo lo que lo rodeaba.
-Claro, pero mi vida esta donde estés tu…—dijo dándole un beso en la mejilla como si se despidiera— y esa sí que es la diferencia entre tú y yo…
-Pruébalo y quédate entonces…
-¿Para qué?... todo lo tuyo esta aquí como bien dijiste… siempre tendrás a New York si te sientes solo, pero nadie… nadie Kurt, te amara como yo… recuérdalo —concluyo Blaine retirándose.
Kurt lo observo marcharse y se desordeno el pelo para dejarse caer en el sofá sintiendo que ya estaba medio harto de las escenas de Blaine y que mejor sería que hablara con él al día siguiente, cuando estuviera mas calmado y no enojado porque se había atrasado apenas 20 minutos. Termino de retirar la mesa y se sirvió un vaso de leche, miro de reojo el pasaje que estaba en la mesa de café y encendió el televisor para olvidarse de todo.

-¡No vas a creer lo que sucedió hoy! —dijo Mercedes entrando junto a Rachel.
-Hola chicas… ¿acaso está lloviendo? —pregunto al verlas con el cabello mojado y los abrigos humedecidos.
-Lo está… comenzó como llovizna pero creo que se pondrá peor con el paso de las horas… ¡menos mal que ya estamos en casa! —exclamo Rachel de lo más feliz.
-Tú lo estarás, yo tengo bastante que recorrer —advirtió Mercedes mirando su teléfono.
-Pues llama a Sam, seguro y vendrá a buscarte y te llevara en sus brazos —aseguro Rachel actuando como si dijera un poema o una canción.
-¡Vaya si están alegres! —advirtió Kurt que parecía y su humor había desaparecido.
-Obviamente… ¿no escuchaste lo que dijimos al llegar?... ¿Qué sucedió algo importante? —respondió Mercedes mirando a Kurt como si le estuviese dando todas la pistas para que adivinara algo y el chico se negara a hacerlo
-¿Quieres adivinar? —agrego Rachel sentándose en una de las sillas de la mesa de la cocina.
-A ver… —dijo Kurt levantándose desde donde estaba— ¿Rachel agoto las entradas de su función de esta noche?
-Mejor que eso… —contesto Rachel como cantando.
-¿Qué puede ser mejor que agotar las funciones de una noche? —quiso saber Kurt sentándose junto a sus amigas.
-¡AGOTAR LAS DE UNA SEMANA! —exclamaron las dos al mismo tiempo.
-¿De verdad?
-Así es… ¡Oh por Dios! Kurt, deberías haber visto la cara de todos cuando el productor vino a darnos la noticia, fue perfecto… PERFECTO —explico Rachel levantándose a por una botella de agua desde la heladera.
-Imagino que si…
-¿Estás bien? —pregunto Mercedes acariciándole el pelo.
-Si… bueno no… es una estúpida discusión que tuve con Blaine.
-¿Otra vez? —dijo Rachel volviendo a donde estaban todos.
-Si Rachel otra vez… —agrego Kurt blanqueando sus ojos.
-¿Por qué se pelearon? —pregunto Mercedes haciendo lo mismo que Rachel pero sacando una botella de jugo.
-Porque primeo llegar 20 minutos tarde no es algo imperdonable, ¿verdad?
-Kurt… —dijo Rachel haciendo un gesto de reproche.
-¡Pero si solo fueron 20 minutos! y solo había abierto una ensalada ya lista del mercado orgánico ese y la puso en una fuente… ¡gran cosa Blaine!
Mercedes miro a Rachel y esta le devolvió la mirada pensando lo mismo.
-¿Qué se miran así?... ¡póngase de mi lado!
-¿Que mas paso? —quiso saber Mercedes bebiendo.
-Paso que la señora ricachona esa le ofreció un trabajo en Los Angeles y Blaine va aceptarlo.
-¡Que! —exclamo Rachel poniéndose de pie, como si la única que mereciera oportunidades fuera ella.
-¡¿Cómo?! —añadió Mercedes ahogándose un poco con lo que bebía.
-Eso… me piido que lo acompañara y yo le dije que no.
-¿Le dijiste que no? —repitió Mercedes sin poder creerlo.
-¿Cómo puede tener una oportunidad en Los Angeles?, ¡Yo soy más conocida que él! —reclamo Rachel cruzándose de brazos, al tiempo que se dejaba caer en su silla como una niña voluntariosa.
-Rachel… —dijo Mercedes haciendo un gesto hacia Kurt como diciendo que el del problema era él y no ella.
-Kurt… ¿que te dijo? —pregunto volviendo a la cordura.
-Que la persona esta le ofreció un trabajo y que era una oportunidad única e irrepetible y que si quería acompañarlo, le dije que no y creo que le repetí unas 10 veces que mi vida estaba aquí, cosa que ahora escucho en mi cabeza y puedo escuchar lo que el oyó y no resulta para nada agradable.
-¡Obvio que no!, ¡Dios!... Kurt, si yo tuviera que volver a LA , se que Sam me acompañaría sin preguntar nada y eso no tiene precio.
-¿Creen que debí acompañarlo?... pero vamos, todo lo que tengo y he logrado esta aquí en New York, además comenzó a actuar como un sicótico, dejando entrever que el siempre había sido quien renunciaba a cosas por mi, ¿pueden creerlo? —pregunto levantándose.
-¡SI! —exclamaron las dos mirándose y luego mirándolo a él.
-¿Qué?... ¿de que están hablando?
-Kurt, Blaine siempre lo ha hecho desde que estábamos en la escuela —advirto Rachel como con miedo.
-El abandono Dalton por ti…—dijo Mercedes.
-Reusó audicionar para el papel de Tony en “The West Side History”—añadió Mercedes
-Te insto a que viajaras a New York… —agrego Rachel
-¡Durmió con otro mientras estaba conmigo! —dijo Kurt como defendiéndose.
-Pero fue honesto contigo y te lo conto… —recordó Rachel haciendo un puchero.
-Renuncio a las clases en las que tú querías estar solo… —agrego Mercedes como si tuviera 20 cosas más por decir.
-Se mudo de aquí para que no te sintieras sofocado…—dijo Rachel apuntando el departamento.
-Abandono los “Cronut” y Dios sabe que eso es difícil —sentencio Mercedes como si elevara una plegaria a lo más alto.
-¡Cállense! —exclamo Kurt al verse abrumado por los argumentos de sus amigas.
-¿No lo pensarías?
-Tal vez solo quería que fueras a ver cómo era todo… dudo que quisiera que te quedaras de inmediato a vivir allí —opino Rachel bebiendo más agua.
-No lo sé… no me explico… trajo los pasajes y todo.
-¿Los pasajes? —repitió Mercedes como impresionada.
-Así es, bueno él se llevo uno y dejo el otro aquí…
-¿Es este? —dijo Rachel tomándolo desde la mesa de café.
-Obvio, es lo único que hay allí encima —contesto Kurt como aburrido mas no poder.
-El aeropuerto quedo bajo el timbre de la agencia… y la fecha… —dijo Rachel acercándose el billete a sus ojos— ¡Oh Por Dios! —exclamo.
-¿Qué?... son de clase turista ¿verdad?
-No… Kurt... los billetes… son para hoy.
-¿Para hoy? —repitió Mercedes quitándole el pasaje para corroborar ella misma si aquello era cierto.
-¿Cómo que para hoy?... dame eso… —dijo Kurt arrebatándoselos esta vez a Mercedes— pero esto es una locura… ¿Cómo va viajar hoy día?... la mitad de sus cosas están aquí… —advirtió Kurt como si aquello fuese la garantía de algo.
-¿Qué aeropuerto es? —quiso saber Mercedes consultando en su teléfono.
-No lo sé… está tapado por el sello de la agencia.
-¡Es lo que dije Kurt! —exclamo Rachel como inquietándose— ¿Qué vas a hacer?
-¿Hacer?... no hay nada que hacer, si… si quiere irse que se vaya… ya le enviare su anillo por correo —dijo Kurt sentándose de nuevo en el sofá de la sala.
-Kurt… te arrepentirás si lo dejas partir —aseguro Rachel sentándose al lado de su amigo— Blaine es tu alma gemela no es posible que quieras seguir tu vida si él no te acompaña.
-El quiere irse Rachel… yo no puedo hacer nada referente a eso.
-Peor te pidió que te furas con él —recordó Mercedes como con calma de monja.
-Yo no puedo abandonar New York.
-¿Por qué no?
-Ok… si quieren saber la verdad se las diré… yo quiero que el se quede por mi… ¿de acuerdo?, ¿es mucho pedir?
-¡SI! —contestaron las dos, de nuevo al mismo tiempo.
-¿Son lo peor?, ¿lo sabían?
-Mira aquí esta su computadora, busca si aparece algo, tal vez dejo agendado este viaje… ¡mira tú estás como fondo de su escritorio por todos los satos!, ni yo tenía a Finn como fondo de escritorio —dijo Rachel apuntando la computadora— ¡vamos!, revisa… ¿sabes sus claves?
-Las odio, ¿lo sabían?
-No cariño, nos amas porque siempre queremos lo mejor para ti... revisa… —dijo mercedes moviendo su dedo índice como si fuera una varita con punta de cabello de unicornio.
-Bien…—dijo buscando donde podría estar la agenda electrónico de Blaine— ¿Qué es esto? —dijo abriendo la carpeta denominada como “videos”
-¿Ese es Sam? —pregunto Rachel comenzando a reír.
-¿Qué?... ¿un video de Sam? —dijo Mercedes poniéndose de pie de la mesa de la cocina para sentarse al otro lado de su amigo en el sofá de la sala.
-¡Mira Blaine tiene un traje y una capa! —exclamo Rachel apuntando la computadora.
-Es “Nigthbird”… y Sam, no recuerdo cual es su sobrenombre…
-¿”White chocolate”? —dijo Rachel mirando a Mercedes.
-A mi no me miren, no sabía nada de esto —dijo soltando una risa al ver que Sam actuaba como si salvara alguien desde abajo de un autobús y Blaine le ayudaba en aquella tarea, todo en la sala de la casa del propio “Nightbird”
-Aquí hay otro —dijo Kurt cliqueando en otro de los archivos.
-¿Están en el salón de ensayos?... ¿Por qué esta tan oscuro?
Kurt se quedo en silencio observando el video, parecía que todos se ocultaban de algo tirados en el piso cerca del la estantería por todos conocida.
-“Kurt… paso algo en la escuela… no se qué pero, tal vez no salgamos de aquí nunca…”
Kurt se tomo la cara y se cubrió la boca con una de sus manos, se dio cuenta de inmediato que aquel video era de aquel día en que todos creyeron que un lunático las había emprendido contra la escuela disparando a diestra y siniestra.
-¿Este es cuando…? —dijo Rachel mirando a Kurt.
-Silencio pro favor… —pidió el chico retrocediendo y volviendo a poner la grabación. Comenzaba con un plano de la sala de coros oscura y en silencio y luego aparecía Blaine como si quisiera tomarse una “selfie”, estaba con su uniforme de porrista y detrás de él se veían las patas del piano y un par de piernas que Mercedes identifico como las de Shannon y de Will.
-“Kurt… paso algo en la escuela… no se qué pero, tal vez no salgamos de aquí nunca… Artie esta haciendo un video por si… por si se necesita cuando… —Blaine cerro sus ojos y Kurt creyó ver un par de lagrimas, pero lo atribuyo a la resolución de la grabación— pero yo prefiero decir lo que quiero decirte aquí… se que cometí un error engañándote, pero no ha pasado un día de mi vida sin que me arrepienta de lo que sucedió, quiero decirte que te amo y que siempre voy a amarte esté donde esté… como dice nuestra canción “no hay montaña tan alta, ni rio tan ancho” que no pueda atravesar para llegar hasta a ti… pero si no puedo salir de aquí con vida quiero que sepas que me hiciste el hombre más feliz del mundo cuando me respondiste ese beso aquella tarde en Dalton, y aun mas cuando me diste lo más hermoso que es posible de dar… Quiero que seas feliz, que cumplas tus sueños y si te das por vencido, que puedas encontrar a alguien que los cumpla por ti… estaré celoso donde quiera que este…—dijo Blaine riendo como ahogado— pero si tu estas feliz, me bastara a mi… sigue adelante, se que triunfaras en cualquier cosa que hagas y si crees que no… piensa que eres Kurt Hummel, y que como tú no hay dos… te amo… te amaba ayer cuando estabas conmigo y te amo hoy que te extraño más que a nada… y te seguiré amando mañana donde quiera que este…”
Mercedes miro a Rachel y esta le devolvió la mirada a punto de ponerse a llorar, Kurt se quedo en silencio frente a la computadora y se levanto de pronto como si le hubiese dado la corriente.
-¿Que sucede? —pregunto Rachel apartándose para dejarlo pasar.
-Debo ir a buscar a Blaine.
-¡Si!...—grito la chica levantándose también.
-¿Pero donde iras?.... no sabes en cual de los seis aeropuertos esta —advirtió Mercedes poniéndose de pie.
-¡Maldito sello de la agencia de viajes! —exclamo Rachel tratando de leer lo ilegible.
-Pues iré a los seis —dijo poniéndose su abrigo.
-No puedes hacer eso, es una perdida de tiempo…
-¿Entonces qué hago Mercedes?, ¿ah?, ¿dejo que se vaya después de ver eso?... sabía que Blaine me amaba, pero que pensara en mi bienestar en un momento así, me pone los pelos de punta y me hace sentir el mas desagradecido de los novios.
-Yo se quien debe saber todo —agrego la chica pensando en Sam.

-¿Sam?... ¡Sam!... —dijo Mercedes entrando en su departamento, seguida de Rachel y Kurt que entro como desaforado.
-¡Mercedes!... ¡estoy en la cocina!, no solo Blaine Anderson sabe cocinar —exclamo saliendo con dos guantes para horno en sus manos— ¿Qué haces aquí? —pregunto mirando a Rachel—¿Qué?... ¡no, no, no! —agrego al ver aparecer a Kurt.
-Sam, ¿donde está Blaine? —pregunto el chico acercándosele.
-¡No, no, no! —insistió Sam poniendo cara de enojado.
-Sam… cariño… ¿sabes donde esta Blaine?
-¡No lo diré Mercedes!, menos si esta Kurt aqui… —dijo Sam cruzándose de brazos con guantes y todo.
-¿Que te hice yo a ti?, ¿quieres dejar las estupideces y decirme donde esta Blaine?
-Pues no está aquí, fue a tomar un avión… —respondió como con rabia— ¿Qué pasa contigo Kurt?, ya ni te reconozco, eres peor que Artie y sus enfermedades de vergüenza… ¡peor! —agrego apuntándolo con uno de los guantes.
-Sam… ¿donde está Blaine? —repitió Kurt casi como un mantra.
-No te lo diré… ¿para qué?, ¿para qué le rompas el corazón de nuevo?...
-Nadie le ha roto el corazón a nadie, reconozco que me equivoque y quiero enmendarlo… ¿por favor dime donde esta?
-En un avión camino a Los Angeles —respondió el chico mirado hacia otro lado.
-Lo sé… necesito saber en cual aeropuerto…
-Sam… por favor…—pidió Mercedes tomándole una mano.
-Le romperá el corazón de nuevo, Blaine no ha hecho más que complacerlo desde que llego aquí y él no le ha agradecido nada… ¡NADA! —añadió mirando a Kurt en el segundo “nada”
-Sam… —dijo Kurt poniéndose entre Mercedes y él— reconozco mi error y sé que lo único que quieres es proteger a tu amigo, pero te juro, te juro que no lo buscare para hacerle daño, lo quiero conmigo, y si tengo abandonar todo esto para seguirlo a Los Angeles lo hare… ¿de acuerdo? —termino por decir sintiendo sus ojos aguados.
Sam lo miro con suspicacia y soltó un poco de aire antes de hablar.
-“La guardia” —dijo aun sin convencerse de las intenciones de Kurt.
-¡La Guardia! —exclamo Rachel saliendo primero que nadie.
-Gracias Sam —dijo Kurt dándole un abrazo a él y a Mercedes.
-¡Suerte! —grito esta ultima quedándose con su novio.

-No alcanzaremos —aseguro Kurt mirando la lluvia por la ventana del taxi y la hora en su teléfono.
-¿Cómo que no?... todas, TODAS la películas y series que he visto y que tienen una escena de persecución hasta el aeropuerto acaban de las mil maravillas.
-¿Qué hay de “Casablanca”?
-Esa es muy vieja para considerarla, piensa positivo, todo es posible en esta ciudad, además ya estamos llegando.
-Me bajare aquí… —dijo Kurt al ver que el taxi avanzaba menos que si el corriera hasta la entrada del aeropuerto.
-¡Pero está lloviendo! —exclamo Rachel quedándose dentro del auto.
-¡No me importa! —grito Kurt desde el otro lado de la ventanilla. Miro a su alrededor y se echo a correr por la “Central Terminal Dr”, sentía la lluvia caer por su cara y se hacía paso entre los pasajeros que circulaban desde y hacia el aeropuerto, tenía el pecho apretado y en su cabeza retumbaban las palabras de Blaine en el video que había visto y lo único que deseaba era decirle que lo acompañaría hasta el fin del mundo si fuese necesario. Casi al llegar a la entrada principal Kurt lo diviso bajarse de un taxi, lo había dejado en el carril contrario y esperaba con una revista en la cabeza poder atravesar la calle.
-¡Blaine! —grito haciéndole señas entre la multitud— ¡Blaine!...
Blaine llevaba sus audífonos en las orejas y no escuchaba más que música en sus oídos, miro hacia un lado de la calle para cruzar y luego al otro, donde vio a quien menos esperaba.
-¿Kurt? —dijo para sí quitándose los audífonos.
-¡Blaine! —grito una vez más al tiempo que hacia mas gestos para hacerse notar entre los paraguas de la gente.
Blaine avanzo por la vereda opuesta hasta que quedo en frente de él.
-¿Kurt?... ¿qué haces aquí? —pregunto desde el otro lado de la calle.
-¡Blaine!... ¡por favor no te vayas!… ¡te amo!… ¡no puedo vivir sin ti!, por favor quédate conmigo —pidió Kurt casi gritando sus palabras y temblando por el frio y los nervios
-Kurt, ya te dije… no puedo, necesito saber si esta oportunidad es para mí… además… creo que debo descubrir quién soy sin ti —contesto Blaine atravesando la transitada calle.
-Yo sé quién eres… —dijo Kurt apartándose los mechones del flequillo que le caían en al frente producto del agua— eres alguien triste y desolado… como lo sería yo si me quedo en esta ciudad sin ti… Blaine… tienes razón, nunca he renunciado a nada, tal vez porque todo lo que he conseguido me ha costado lagrimas conseguirlo… pero nada vale si no estás conmigo y tu eres lo más importante para mi, y estas por sobre todo, por sobre Rachel, por sobre Elliot y ¡Dios bendito también por sobre mi!, me cortaría ambos brazos si eso impide que te suceda algo malo…
-Ven conmigo entonces… —pidió Blaine tomándolo por los hombros.
-…
-Adiós Kurt —dijo Blaine apartándose derrotado.
-¡Vi tu video! —exclamo en medio de la lluvia que comenzaba a caer con furia sobre New York.
-¿Que?... —pregunto Blaine escuchando más agua rebotar en el asfalto que cualquier otra cosa.
-¡Vi tu video! —repitió acercándosele— el que hiciste ese día en el tiroteo.
-¿Cuándo?
-Recién, con Mercedes y Rachel… —explico Kurt quitándose el agua de la cara— y quiero que sepas que nunca había sentido tanto miedo como aquel día… pensar en perderte me partía el alama en dos, tal y como lo está haciendo ahora… así es que me voy contigo —dijo Kurt sonriendo.
-¿Cómo?... —pregunto Blaine devolviéndose en sus pasos
-Me voy, me voy a Los Angeles contigo, ya sea por una semana, por un mes… o para siempre… porque esto es para siempre Blaine, me lo prometiste cuando me diste esto… —dijo Kurt enseñando su anillo.
-Estás seguro…—pregunto Blaine con la voz quebrada.
-Mucho…
-¿Qué hay de Rachel, de tu banda?, ¿no te necesitan?
-No tanto como yo te necesito a ti… puedo vivir sin New York, pero definitivamente no puedo, ni quiero vivir sin ti… —termino por decir Kurt con emoción contenida.
Blaine soltó un poco de aire y agacho su cabeza emocionado, dejo caer el bolso que cargaba y corrió los pasos que lo separaban del amor de su vida. Kurt hizo lo mismo y se colgó de su cuello. Blaine termino por levantarlo unos cuantos centímetros del piso y lo beso, allí mismo en la entrada de “La Guardia”, sintió sus labios fríos y su lengua tibia, lo saboreo a él mezclado con el salado de sus lagrimas y el frescor del agua de lluvia, lo envolvió en sus brazos como para no dejarlo ir nunca. Kurt se lo devolvió con el mismo ímpetu como si recién cayera en la cuenta que sin él no era nada.

-¡Hola Kurt! —dijo Mercedes abriendo la puerta de su departamento con un café en la mano.
-Hola… ¿Cómo estás? —dijo entrando y haciendo una seña de saludo.
-Muy bien… ¿Qué haces aquí tan temprano?
-Bueno, tengo una clase ahora, en realidad tenemos con Blaine una clase ahora y pensé en pasar a buscarlo.
-¿No se había suspendido? —dijo Mercedes cerrando la puerta y poniendo caras.
-No… ¿Por qué?
-No lo sé, anoche escuche a Blaine decirle a Sam que se levantaría tarde, estaban jugando un video o algo…
-Pues debiste escuchar mal —aseguro Kurt como dudando de aquello.
-Tal vez… ¿como estas?
-Trasnochado pero bien.
-¡Vaya!, si que te diviertes sin Blaine en la casa —dijo suspicaz.
-Nada de eso, fue por Rachel…
-¿Qué le paso?... ¡oh por Dios!, no me digas que cogió la gripe estacional —exclamo Mercedes tomándose el pecho mientras se encaminaba hacia la sala.
-No, nada de eso… —contesto Kurt siguiéndola y echando un ojo hacia los dormitorios— solo está nerviosa, por lo que ha tenido pesadillas la mayoría de las noches, y anoche no fue la excepción, se despertó agitada y estuvimos hablando un rato, luego no pude seguir durmiendo.
-¿Por qué esta nerviosa?, nadie está mejor preparada que ella para debutar antes de los 20 en Broadway… ¿o ya tiene 20?
-Los tiene —respondió Kurt pensando que a Mercedes se le estaba pegando lo despistado de su novio—  pero tienes razón, nadie está más preparada que ella.
-¿Quieres un café?…—pregunto la chica sentándose en el sofá.
-No, ya he bebido como un millón… ¿y tú?, ¿Por qué estas despierta tan temprano?
-Inspiración… generalmente cuando estaba en Los Angeles me despertaba al alba y podía escribir, claro que allí tenia vista a “Bervely Hills” y hacía calor desde temprano.
-¿Has tenido suerte?, ¿a pesar que ahora  tu vista sea a otro edificio?
-La verdad es que no… nada… trato de componer algo, pero… nada llega a esta cabeza —dijo Mercedes dándose unos golpes cerca de la sien derecha.
-Bueno, siempre dicen que la inspiración es una señora gorda que no cabe por la puerta y llega sin ser anunciada.
-Excelente analogía —opino Mercedes bebiendo un sorbo de café— aunque culpo el hecho de que estoy feliz.
-¿Cómo?
-Eso…. “Hell to the No” fue mi primera canción y estaba llena de furia y reivindicación de mi misma… pero ahora… Sam… me hace enormemente feliz… y… —dijo la chica soltando un poco de aire como adolescente enamorada.
-Lo dices como si fuera algo malo…
-No lo es… obvio que no lo es, pero… quisiera enfurecerme por algo y no puedo… —agrego como frustrada.
-Pues espera que comience a cambiar tu decoración o a dejar sus zapatillas tiradas en cualquier parte —advirtió Kurt moviendo su mano como si señalara calzado deportivo tirado con descuido— eso enfurece hasta al “Dalai Lama” en persona.
-Creo que puedo tolerar eso… —señalo Mercedes crispando la nariz-
-¿En serio? —pregunto de vuelta Kurt como si aquello fue algo increíble.
-En serio… —respondió Mercedes riendo.
-Ahora dime… ¿Esta Blaine?...
-Claro, está durmiendo, los hombres de esta casa son bastante holgazanes.
-¿Durmiendo?, ¿no sabe que tenemos una clase dentro de una hora?
-Pues ve a despertarlo… a mi se me ocurren unas 15 formas diferentes de despertar a Sam… si sabes a lo que me refiero —dijo la chica poniendo cara de travesura.
-¡Amiga!… —exclamo Kurt como diva de los 70—  ¿puedo robarte dos tazas de café?
-Adelante… —dijo la chica apuntando a la cocina— “Mi casa es tu casa” —añadió sentándose en el sofá y tomando un par de hojas de partitura en blanco.
Kurt se dirigió a la cocina con confianza y preparo dos tazas de café, puso endulzante en la suya y una  gota de leche en la de Blaine y se dirigió al dormitorio de su prometido, abrió con sigilo la puerta y la cerro del mismo modo. Se quedo un instante observándolo dormir con las tazas en la mano y pensó en poner en práctica el consejo de Mercedes, ya que si a ella se le ocurrían 15 formas de despertar a Sam, a él se le venían a la mente por lo menos 150 diferentes de como despertar a Blaine.
Dejo los tazones en la cajonera del lado de la puerta y se descolgó el bolso, se quito los zapatos y el blazer, así como el pañuelo que llevaba enrollado en el cuello y se metió a la cama junto a él. Blaine hizo un movimiento remolón como queriendo despertar, pero termino acomodándose en uno de sus lados a cambio.
Kurt sonrió al recordar lo que era despertar a su lado y se movió sobre el colchón para alcanzar su cuerpo, le respiro en la nuca y le dio un pequeño beso en el cuello, luego se acerco mas y lo abrazo a la altura del pecho. Blaine volvió a hacer el movimiento de gato que tanto le gustaba a Kurt y termino por despertarse al sentirlo a su lado.
-Dormilón… —susurro Kurt besándole la oreja.
-¿Kurt? —dijo Blaine en el mismo tono y un tanto desorientado.
-De acuerdo a tu compañera de piso, eres un holgazán —sentencio arrimándose más.
-¿Qué? —pregunto volteándose.
-Lo que escuchaste Blaine Anderson —respondió Kurt trepando por el pecho de su prometido— Mercedes Jones dijo que los hombres de su casa eran unos holgazanes, y al entrar en este cuarto  y verte durmiendo, no me cabe duda que así es —agrego mordiéndose el labio, mientras convertía dos de sus dedos en pequeñas piernas que avanzaron desde el ombligo de su prometido hasta el cetro de su pecho.
-¿Qué hora es? —quiso saber Blaine dando un bostezo largo y sonoro.
-Casi las 7…
-Es temprano… —agrego estirándose y restregándose la cara.
-No es temprano, no para quien tiene una clase dentro de una hora… ¿piensas reportarte enfermo?
-¿Cómo?... ¿por qué?
-Blaine… termina de despertar de una vez, mira que me quedan 149 formas de cómo podría traerte al mundo de los vivos en este instante.
-Kurt… ¿Qué haces aquí?... ¿y qué haces acostado conmigo?
-Nunca pensé que te escucharía decir esas palabras… —dijo Kurt haciéndose el ofendido.
-No… no me malinterpretes —se apresuro en decir Blaine con su voz media rasposa y adormilada— me encanta que estés a mi lado cuando despierto— dijo acariciándole la cabeza—  es solo que es un tanto extraño, si anoche te deje con Rachel en el Loft.
-Lo sé… pero me dije… “Kurt Hummel, es hora que vayas por tu prometido y camines con él hasta el templo del conocimiento y las artes que  es NYADA”
-Excelente pensamiento… hola… —dijo Blaine como si se despertara recién.
-Hola… —respondió Kurt dándole un beso.
Blaine sonrió y trato de quitarse la pereza estirando su cuerpo completo. Kurt se aparto un poco hasta que se acomodara nuevamente.
-Lo siento… —dijo Blaine soltando un suspiro.
-No hay porque…
-¿Huelo café?
-Así es, le robe un par de tazas a Mercedes y las tengo esperando justo allí —explico Kurt señalando la cajonera.
-Voy por ellas —dijo Blaine haciendo el ademan de levantarse.
-No, no te levantes, está lo suficientemente caliente como para que esperemos unos cuantos minutos —advirtió Kurt haciendo él esta vez un gesto remolón cerca del cuerpo de su prometido.
-Ok… —dijo Blaine acostándose sobre su lado derecho. Kurt se movió en su lado de la cama y se arreglo para quedar frente a frente con él.
-¿Cómo estás? —pregunto Kurt, escondiendo sus manos entre su cuerpo y el de Blaine.
-Muy bien ahora… ¿tú?
-Bien también, aunque tenga pocas horas de sueño.
-¿Y eso?, no me vine tan tarde.
-Lo sé, no es por tu culpa —advirtió Kurt delineándole una de las cejas con su pulgar.
-Pues con tu genética privilegiada, no se te nota que pasaste la noche de juerga.
-No fue de juerga… ¿de qué estás hablando?... es Rachel la que no me ha dejado dormir estos días.
-¿Sigue nerviosa?
-Ahora más que nunca, mientras más cerca está la fecha de su debut, mas histérica se pone.
-Bueno si Rachel no te deja dormir, siempre puedes quedarte aquí conmigo —sugirió Blaine abultado sus almohadas.
-No puedo dejarla sola, menos ahora que la tengo “desconectada”
-¿Desconectada?
-Así es, le quite su teléfono y computadora —respondió Kurt mirando el bolso que había dejado al lado de la puerta— así se mantendrá alejada de los “Blogs” de Broadway y los comentarios odiosos.
-Vaya que estricto…
-Lo sé… —dijo encogiendo un hombro como orgulloso de aquello— ¿lo entiendes? ¿cierto?
-Lo entiendo, por supuesto que lo entiendo, todo gira en torno a Rachel ahora… solo te lo digo para que sepas que tienes donde llegar si es que… quieres dormir hasta el mediodía… o… hacer otro tipo de cosas que requieran más tranquilidad —explico Blaine mientras le acariciaba el pelo y la cara.
-¿Otro tipo de cosas?, ¿me estas proponiendo lo que creo que me estas proponiendo Blaine Anderson futuro Hummel?
-¡Obvio que si!… —contesto besándole la frente— ¿Qué? —pregunto al ver que Kurt se le quedaba viendo con la cara de quien se sabe el final de un chiste de antemano.
-Nada… es solo que… me agrada que hayas recuperado esa confianza tuya que tanto me enamora —respondió como acurrucándose a su lado.
-Pues debe saber Señor Hummel, que no solo he recuperado mi confianza, parte de mis abdominales también están de vuelta —aseguro Blaine sonriendo como nunca.
-¿En serio?... ¿puedo comprobarlo? —pregunto Kurt alzando sus cejas.
-Seria un placer…
Kurt sonrió con picardía y metió sus manos por debajo de la camiseta de dormir de su prometido. Blaine entro la panza que no tenia y sus abdominales se marcaron un poco.
-¡Dios te bendiga Matthew McConaughey! —dijo Kurt mirando al techo— a ti y a tu acento campirano —agrego sonriendo— ¿sabes que deberíamos hacer?
-¿Algo que involucra a mis abdominales?
-Un poco…
-Cuéntame…
-Deberíamos de ir a “Bloomingdale's” a comprar ropa para el estreno de Rachel.
-¿Qué?
-¡Sí!... estaremos en un teatro en un debut en Broadway, debemos lucir impecables… ¿Qué dices?
-No creo que tenga para derrochar en ropa nueva.
-¿Cómo que no?... desde tu graduación que no nos entregamos al placer del derroche en las tiendas por departamentos.
-Pues a mi me gustaría entregarme a otro tipo de placeres —dijo Blaine dándole un par de besos.
-¿Aun piensas en lo que aprendí en el canal H&H?, ¿verdad?
-Así es… y debes saber que ahora que tengo una habitación solo, también he tenido tiempo de verlo, por lo tanto… —dijo Blaine agarrándole el trasero— no eres el único que sorprenderá aquí…
-¡Uy!... ¡tentador!... pero no tenemos tiempo para esto.
-¿No fue por esto que levantaste tan temprano y te metiste en mi cama?
-No… —respondió Kurt riendo por las cosquillas que le provocaban las pestañas de Blaine en su cuello— fue porque quiero pedirte un favor y porque tenemos una clase dentro de una hora.
-¿Una clase?, ¿Qué clase? —pregunto mientras continuaba con los besos.
-Historia del teatro… ¿piensas faltar?
-No… —respondió apartándose— pero si bien lo recuerdo —agrego comenzando a desabotonarle la camisa— el profesor dijo que esta semana no habría clases y que mandaría la información a través de la página de la Universidad, ¿no te acuerdas?, ¿que tenía un compromiso en Londres o algo así?
-¿Qué?...
-Es lo que dijo —insistió Blaine acariciándole el pelo a la altura de la frente.
-¿Me vas a decir que me levante al alba por nada?
-Al parecer… —contesto sonriendo.
-¡Blaine!, ¿Por qué no me lo recordaste ayer cuando nos despedimos?
-Porque pensé que lo sabías, me dijiste hasta mañana en la tarde... asumí que recordabas que la clase de la mañana no se realizaría.
-Pues no… —dijo Kurt haciendo un gesto malcriado.
-Lo siento… —repitió Blaine sonriendo con ternura.
-¿Por eso estas durmiendo entonces?
-Por eso… estaba claro, hasta que un desconocido se metió en mi cama.
-Dime que no lo disfrutaste.
-Desde que dijiste “dormilón” —aseguro Blaine acercándose unos cuantos centímetros —háblame del favor que quieres pedirme…
-Si me das a elegir preferiría dormir en ese instante —dijo Kurt bajando el tono de su voz .
-Ok… —respondió Blaine abrazándolo, como si quisiera acunarlo y darle la mayor paz posible. Kurt se quedo un instante con los ojos cerrados y se entibio con el calor del cuerpo de su futuro esposo, con una mano le toco la espalda bajo la camiseta y con la otra entrelazo sus dedos con los de la mano que Blaine mantenía entre ambos.
-Te amo Kurt…—susurro Blaine rozando su nariz con la de él.
Kurt sonrió y arreglo en las almohadas, soltó un poco de aire y se acomodo sin abrir sus ojos.
-Esto se siente tan bien…—murmuro al sentir la respiración de Blaine cerca suyo y el calor con que lo envolvía.
-Lo sé…
-Pere no puedo quedarme… —dijo haciendo un puchero.
-¿Cómo que no?, no hay clases, ya te dije… y tu siguiente curso es a las 3 de la tarde, imagínate, son las 7 y podemos estar aquí hasta las tres de la tarde, son las 8 horas que la sociedad del sueño nos exige.
-¿Eso existe? —pregunto sonriendo.
-¡Claro que sí!, es una entidad gubernamental muy respetada.
-Mentiroso., además ahora te hablare del favor que quería pedirte.
-¿Qué cosa?
-Me gustaría pedirte que pases estos días previos al debut de Rachel la mayor parte del tiempo en el departamento, ya hable con Sam y luego lo hare con Mercedes, así creamos para ella una zona de seguridad y amor fraternal.
-Cuenta conmigo… preparare un bolso para quedarme un par de días.
-¿Quedarte?... no Blaine… no me refería eso, me refería a estar con Rachel acompañarla y halagarla como nunca… no es necesario que te quedes a dormir —explico Kurt como si aquello fuera lo más ridículo del mundo.
-Oh… claro… obvio… —dijo Blaine haciendo una mueca.
-¿Cuento contigo entonces?
-Como siempre… oye, Tina “twitteo” que vendaría al estreno en NY, tal vez también quiera unirse a este círculo de amistad.
-¡Genial!... aunque si el motivo es alejar a  Rachel de las habladurías, no sé si la presencia de Tina sea un buen aporte.
-Vamos, está en la universidad, no creo que siga igual que cando estaba en la escuela.
-Pues yo no contaría con eso… con lo que si contaría es con Mister Schuester, hable con él  y me dijo que no se lo perdería por nada.
-¿Emma no está por tener el bebé?
-Así es, por lo tanto viajara solo, le ofrecí alojamiento, pero me dijo que ya tenía habitación y todo.
-Muy bien.
-¡Súper bien! —corroboro Kurt levantándose.
-¿Dónde vas?, ¿No querías dormir?
-Quería… —respondió arreglándose la ropa y poniéndose la que se había quitado— pero tengo cosas que hacer… ¿estás conmigo en lo de salir de compras?
-Estoy contigo —contesto Blaine mirándolo desde la cama— ajustare unas cuentas y me comprare un traje.
-¡Genial!—dijo sentándose en la cama para despedirse. Blaine se movió un poco y le acaricio la espalda— te aviso donde nos juntamos, ¿bueno? —añadió dándole un pequeño beso.
-Ok…—respondió Blaine incorporándose un poco para dar otro.
-Me tengo que ir… —dijo Kurt hablándole en los labios.
-Lo se… —respondió tomándole la cara para evitar así que sus labios se apartaran.
-¡Déjame entonces! —agrego sonriendo.
-Puedes irte… —dijo Blaine echándose hacia atrás en la cama luego de dar cuatro besos seguidos.
-¿Hablas con Mercedes?, tus labios me hicieron atrasarme y no alcanzo a decirle nada —explico Kurt poniéndose el pañuelo en el cuello y haciendo con sus manos un gesto de sofoco.
-Hablare con ella.
-¡Mira!... lo había olvidado… —dijo tomando las tazas de café que había traído para ambos— te dejo la tuya aquí… —añadió como cantando— y yo me beberé lo que alcance mientras bajo las escaleras.
-¿Dónde tienes que ir con tanta prisa?, por enésima vez, ¡HOY NO HAY CLASES! —exclamo Blaine con una mano cerca de su boca, como si quisiera que lo escuchara Mercedes desde el piso de abajo.
-Tengo que ir a  ver a Rachel, es capaz de pedirle el teléfono al vecino del piso de abajo, que, a propósito, aun no me devuelve mi gorro estilo ruso.
-¡Me llamas entonces?
-Te mandare un mensaje, ¡Termina de despertar Blaine Anderson!... bebe ese café —dijo Kurt apuntando y haciéndole un gesto de adiós con su mano después.