(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Febrero de 2020





-¿Es mía?... —pregunto Henry señalando la taza con tapa que estaba sobre la mesa de la cocina.
-Claro que si hijo… es tu leche del desayuno… ¿te la quieres tomar en tu taza o como el niño grande que eres? —pregunto Blaine mientras preparaba el resto del desayuno.
-¿Niño “gande”? —repitió Henry sonriendo.
-Así es… tu eres un niño grande… grande y guapo como tu Papá —dijo Blaine acercándosele— y los grandes… toman aquí… ¿quieres intentarlo? —pregunto sacando un vaso de plástico desde uno de los anaqueles.
-¿Y tu vaso “Blen”?
-Yo tengo una taza… porque también soy grande… pero yo bebo café y otras cosas... cosas que tu harás… cuando tengas más de 18 —respondió vaciando el contenido del vaso con tapa al otro que había sacado— toma hijo…
-“Grasas” “Blen”…
-De nada… pero… primero te pondré esto… o tu Papá se desmayara antes del desayuno —agrego riendo al tiempo que le colgaba uno de los paños para secar los platos en el cuello. Henry lo miro sonriente y luego lo tomo de las puntas como si se lo acomodara como era debido.
-¿No te importa si pongo la radio? —pregunto sintonizando una de las estaciones— hoy iremos a un programa con tu Papá y quiero saber de qué hablan aquí… ya sabes para no parecer del todo perdido —agrego volviendo a lo que cocinaba.
-Nunca lo parecerías… —dijo Kurt apareciendo en la puerta.
-Vaya… creo y alguien decidió despertar... ¿verdad Henry?
-¡Papá!...—dijo el Pequeño dando unos aplausos y alzando sus brazos como si quisiera ser saludado de los primeros.
-Así es cariño, el Papá se levantó… —dijo Kurt dándole un beso en la cabeza— tal vez porque se cansó de esperar el desayuno de San Valentín en cama —agrego poniéndole caras a Blaine.
-¿De verdad quieras desayunar en cama? —pegunto este de vuelta como preocupado.
-No, por supuesto que no… —rebatió acercándose y haciendo un gesto de despreocupación con una de sus manos— la verdad es que quede de lo más satisfecho con la celebración que tuvimos anoche… vaya noche que me dio Señor Anderson-Hummel —agrego abrazándolo desde atrás— ¿acaso horneaste pan? —añadió sorprendido.
-Así es… esta cosa lo hace todo sola… ¿lo sabias? —dijo apuntando la máquina.
-Desde el día uno… —respondió Kurt dándole un par de besos en el cuello.
-Pues yo… lo averigüe hoy día… hola… —añadió Blaine volteándose hacia él.
-Hola… —dijo Kurt dándole un beso.
-Feliz día de San Valentín… —acoto Blaine dando otro.
-Feliz día de San Valentín para ti también… ¿y esa música?... ¿nos levantamos inspirados o algo así? —pregunto Kurt apuntando la radio.
-No… es solo que como hoy es la entrevista, pensé en escuchar a los conductores desde temprano, para que no me tomen por sorpresa con alguna pregunta… ¿me vas a acompañar verdad?
-¡Apuesta tus mejor partes a que sí!... ¿Por qué crees que tengo este atuendo? —respondió señalándose de pies a cabeza.
-Pensé que era porque eres tan insanamente guapo que no tenías otra opción que vestir de acuerdo a lo que eres —dijo Blaine volviendo a lo de los besos.
-¡Pequeño presente y atento en la habitación!… —advirtió Kurt apartándose.
-¿Cómo?... no te importa hablar de la noche que te di en frente de él y ahora te preocupas por un par de besos… ¿Quién te entiende?
-No es lo mismo, él no sabe que significa la palabra noche y el verbo dar, y lo que son para un adulto si ambas se combinan… ¿verdad bebé? —añadió sentándose al lado de su hijo.
-Mia… —dijo Henry tratando de tomar el vaso con su desayuno.
-¿Por qué tiene este vaso?... ¿Qué paso con el pequeño con tapa? —quiso saber Kurt mirando a su alrededor.
-Yo se lo cambie, como ayer tomo jugo en un vaso durante la cena, pensé que también podría hacerlo en el desayuno.
-Pero esto está caliente Blaine, ¿no querrás que se queme?, ¿o sí?
-Por supuesto que no… tienes razón… —dijo apagando la cocina— vaya… fui imprudente, lo siento.
-No te preocupes —respondió Kurt trasvasijando la leche— además, me encanta que lo seas, pero no cuando eso involucra la seguridad de un bebé de 18 meses… toma cariño ahora si podrás desayunar —añadió entregándole el vaso con tapa y corrigiendo de manera disimulada la posición del paño de cocina en el cuello del bebé.
-¿Hablaste con Julianna?
-Hable ayer, llega en media hora.
-Genial… —dijo Blaine poniendo un plato con tocino crujiente en la mesa, junto al resto de cosas que había preparado.
-Vaya banquete… ¿Qué comeremos?
-Bueno… tengo pan, huevos, tocino, fruta, cereal, café y esas cositas que no sé qué son —explico señalando cada cosa a medida que las mencionaba.
-¿Cómo que “cositas que no sabes que son”? — repitió Kurt sacando un trozo de unos pastelillos que pacerían ser fritos y rellenos— ¿no aprendiste nada de nuestra incursión al “Dulce Vida Café”?—agrego echándose el trozo a la boca.
-¿Quedaron “aborrajados”?, pensé y los habíamos comido todos —dijo Blaine poniendo otro pocillo sobre la mesa, esta vez con huevos revueltos.
-Los comimos, pero yo pedí una porción extra para traer a casa cuando tú te fuiste al baño.
-Muy sabio de su parte Señor Hummel-Anderson —agrego sentándose a la mesa— ahora… ¡a desayunar! —agrego sirviendo café en las tazas.
-¡A “desanunar”!... —exclamo Henry volviendo a beber de su taza.
-¿No crees que exageraste un poco?
-¿Con que?...—pegunto comenzando por los huevos.
-¡Con toda esta comida!, no creo y sea saludable ingerir tanto para alguien que estará sentado casi una hora en los estudios de “Fresh 102.7 FM”… podrías prescindir de varias cosas de aquí.
-Bueno…— dijo mirando todo como si nada de lo dispuesto fuera prescindible— pensé… pensé que debía… que debíamos, alimentarnos… ¿Qué?...
-Te amo… —añadió Kurt mirándolo con ternura— y ¿sabes qué?, olvida lo que dije, por lo demás no es perentorio comerlo todo —dijo desdoblando su servilleta— aunque si me lo preguntas hubiera preferido “hotcakes” con forma de corazón y pétalos de rosa sobre la mesa… pero…
-Creí que te había bastado con lo de anoche... —recordó Blaine mirándolo con la cabeza chueca.
-¡Yo fui quien dijo eso recién!
-Pero yo lo supe anoche… —añadió Blaine moviendo sus cejas con vanidad.
Kurt sonrió mirando hacia otro lado y sintió que en ese momento, no solo el café lo hacía sentirse acalorado.
-Engreído… —murmuro mientras le corregía el cabello a Henry.
-Te amo… ¿tocino? —dijo enseñando el plato.
-No gracias… me quedare con esta fruta e insisto en mi punto de que hay demasiado aquí—respondió dándole un trozo de piña al bebé, este la recibió y se la echo a la boca, la saboreó un par de segundos y luego hizo un gesto de acido con su cara tan divertido, que fue imposible para sus padres no reír a carcajadas en ese instante.
-Lo siento cariño… —dijo Kurt haciendo un puchero en medio de una risa.
Blaine se levanto a por una toalla de papel y se la entregó a su esposo para que limpiara el exceso de piña acida en la boca de su hijo.
-¿Habrá que descartar la piña también?
-No lo creo… solo debemos procurar escoger una más dulce la próxima vez… —respondió Kurt dejando que Henry se limpiara solo como él quería— pero si yo fuera tú, descartaría todas las cosas flatulentas de esta mesa.
-¿Vas a seguir con eso? —pregunto Blaine sonriendo y sirviéndose tres tiras de tocino— ¿pero sabes qué?... y siguiendo con ese espíritu tuyo de descartar cosas…—añadió desdoblando la servilleta que le correspondía— ¿crees que esto es prescindible también?— dijo señalando una cajita de regalo que quedo al descubierto sobre la mesa.
-¿Me compraste algo?— pregunto Kurt como si se quedara sin aire.
-Si… pero no sé si lo quieres… con todo ese discurso de austeridad…
-Pero habíamos quedado en no comprar regalos… ¡Blaine!... ¡yo no te compre nada! —exclamo cruzándose de brazos, Henry miro a su Papá y repitió el gesto como pudo.
-Pero me llevaste al mejor “Brunch” estilo colombiano que haya probado en mi vida…
-Pero aun así… no debiste… —insistió Kurt con su vista fija en el obsequio.
-Mira… —dijo levantándose— se en lo que habíamos quedado, pero tú eres tan maravilloso, dulce y guapo y te amo tanto que no… no pude resistirme —termino por decir abrazándolo por sobre el respaldo de la silla y entregándole la caja acto seguido— Feliz día de San Valentín… —repitió dándole un par de besos en la mejilla.
-Gracias… —dijo Kurt emocionándose al tiempo que recibía su presente.
-¡Ábrelo!...—exclamo Blaine volviendo a su asiento.
Kurt soltó un suspiro y desato la cinta roja, removió la tapa y saco de dentro una bolsa de satín blanca y pulcra, miro a Blaine un segundo y la abrió con delicadeza.
-Es una tontería, no creas que es algo muy…
-¡Blaine!... —exclamo sacando de la bolsa un medallón con forma de corazón, era extremadamente elaborado y tenía una cadena y un ojal grande, además de pequeñas bisagras que indicaban que se abría de alguna parte como si fuera una caja diminuta— ¿se abre?
-Claro…
-¿Lo puedo abrir?
-Por supuesto…
Kurt sonrió y abrió el pequeño corazón, en un lado había una foto de su esposo y en el otro una de su hijo.
-Sé que es auto referente pero creí que si algún día tenías uno de esos, querrías tenernos a ambos contigo.
-No podría querer a nadie más… y esta foto de Henry es tan bella… gracias… —dijo haciendo el ademan de colgárselo al cuello.
-Déjame ayudarte… —se adelantó en decir Blaine poniéndose de pie nuevamente— como veras… tiene este ojal más grande porque se puede prender en la ropa también.
-Además de bello, versátil…
-¿Te gusto?
-¿Estas bromeando?... ¡me encanto!… gracias…—repitió mirándose el pecho.
-¿De verdad?... ¿no crees que es un poco cursi?
-Por supuesto que no… y aunque así fuera, ¡me encanta lo cursi!, ¿te lo había dicho?
-Creo que si…—respondió Blaine dándole un beso en la cabeza.
-Pues esto será algo con lo que presumiré en todas partes, partiendo por esta casa —dijo volteándose hacia su hijo— mira Henry… mira lo que el “Papá Blaine” me regalo —agrego enseñándole el collar al pequeño.
-¿”Blen” lo regalo? —pregunto el pequeño queriendo alcanzar el collar por la cadena.
-“Papá Blaine” Henry…
-No importa, déjalo… además… ¡oye!... ¡mi anuncio!... —exclamo subiendo el volumen de la radio.
-¿Cómo?
-Escucha… —dijo ubicándose la lado del aparato.
Henry comenzó a moverse en su sillita como si le hubieran prendido el automático de encendido al escuchar que en la radio sonaba el primer “single” del álbum “My Universe” y una voz en off anunciaba la presencia de Blaine Anderson-Hummel en la estación esa misma tarde para una entrevista y lanzar en el programa su segundo sencillo.
-¿Qué tal?...—agrego sentándose con cara de que había ganado en algo.
-¿Era sobre tu entrevista? —pregunto Kurt apuntando la radio.
-¡Obvio!... ¿no escuchaste?, “Blaine Anderson-Hummel estará aquí”—respondió bebiendo su jugo de un solo trago.
-Lo escuche…
-¿Qué?
-Nada… mejor hablemos de esto y lo maravilloso que es…—dijo mirándose el pecho tratando de disimular su molestia.
-¿Sucede algo?, ¿te molesto que te hiciera un regalo?
-¿Qué?… ¡no!... Blaine… ¿cómo piensas eso?... no…
-¿Entonces?
-…
-¿Kurt?
-¿Crees que Julianna se acuerde que vivimos aquí ahora?... a veces pienso que tocara la puerta en nuestro antiguo departamento de la parte norte del parque.
-Pues espero que si… vivimos aquí hace casi un año.
-Claro… ¡obvio! —exclamo dándose un golpe en la frente como evidenciando estupidez— ¿sabes lo que hare?... iré a cambiarme de ropa, si quiero lucir esta joya no debería tener este pañuelo —dijo Kurt levantándose— y si no tengo este pañuelo entonces no debería usar este cinturón… y…
-Kurt… vuelve a sentarte… por favor…
Este soltó un poco de aire e hizo lo que su esposo le pidiera, se rasco la cabeza como si con ello se quitara toda la frustración que sentía en ese instante y desvió su mirada hacia las cosas del desayuno.
-¿Que sucede? —pregunto acercando su silla a la de él.
-Nada, es solo que… no sabía… no sabía que iban a anunciar tu llegada con anticipación.
-¿Mi llegada a la estación?
Kurt gesticulo un si mirando el piso.
-¿Y eso es malo porque…?
-No es malo… no tiene nada de malo… —respondió echándose hacia atrás en la silla y fijando la vista en su hijo.
-¿Por qué lo mencionas como si lo fuera entonces?
-Porque… Blaine, te juro y no puedo sentirme más orgulloso de ti, por todo esto que estas logrando… por lo talentoso que eres y te juro que cuando ganes un “Grammy” o lo que sea moriré de felicidad… pero…—respondió Kurt silenciándose como si lo que fuese a decir fuera algo totalmente censurable.
-¿Pero que…?
-¡Odio a tus Fans!...
-¿Qué?... —dijo Blaine sonriendo.
-No te rías de mi por favor…—agrego levantándose.
-No… Kurt… no me estoy riendo… es solo que eso que dices…
-Es estúpido puedes decirlo…—respondió dándole la espalda y apoyando sus manos en el fregadero.
-No lo es… no digas eso…—se apresuró en decir Blaine acercándosele, le hizo una cara a Henry que parecía más entretenido con las luces de uno de sus sonajeros que con otra cosa y tomo a su esposo por los hombros.
-Lo siento…
-Está bien, no lo sientas… pero… no entiendo que tiene que ver ese anuncio con tu incomodidad de ahora…
-Nada y es un anuncio genial y asertivo, además tu voz se escucha tan sexy que es casi un orgasmo auditivo… pero… lo que me molesta es que pensé que tu presencia allí sería una sorpresa para todos y que por lo tanto no habría nadie esperándote.
-También lo creía yo, pero “Sir” Gardner dijo que aquello crearía expectación y mayor interés—explico Blaine cruzándole los brazos a la altura de la panza.
-¿Elwood dijo eso? —pregunto Kurt poniendo sus manos sobre las de él.
-Lo dijo, pero ¿sabes qué?... esto tiene una solución… cuando me llame para decirme a qué hora vendrá la limusina… porque debes saber que llegaremos en limusina, en una verdadera por cierto, no en esa que nos ofrecieron en Portland y que resulto ser una camioneta defectuosa de los años ’70 —Kurt soltó una risa al recordar aquello— le diré que quiero que entremos por el estacionamiento, así evitamos todo el griterío de las chicas que tanto odias, ¿qué te parece?... y sé que existe uno, Dylan me informo de todo lo que él sabía sobre la “Fresh 102.7 FM”.
-¿Harías eso por mí? —pregunto mirándolo por el reflejo de la ventana.
-Kurt, haría cualquier cosa por ti… tú y Henry son lo más importante para mi.
-Ya te había escuchado decir eso.
-Pues te lo repetiré mientras viva… —dijo Blaine besándole un hombro— ese debe ser Elwood—agrego al sentir vibrar su teléfono— le diré lo que decidí…—termino por decir soltándolo.
-Blaine…—dijo Kurt cogiéndole una mano— no le digas nada…
-Kurt…
-No, de verdad… todo esto es estúpido y me hace sentir más estúpido todavía… mira, sé que te prometí que no volvaria a reaccionar así, pero creo que es más fuerte que yo... y no por esta tontería tú te quedaras sin los vítores y aplausos que mereces… iremos allá y tú entraras como el triunfador que eres…
-¿Seguro?
-Muy seguro, solo… no dejes que agarren… ¿bueno?
-No lo hare…—respondió sonriendo— contestare— agrego haciéndole un cariño en la cara antes de tomar su teléfono.

Mayo de 2027




-Los pies son bastante horribles… —dijo Kurt mirando los propios mientras se encontraba sentado sobre la maquina lavadora, con tanta seriedad, que cualquiera hubiera creído que hablaba del “Bosón de Higgs” o algo más serio.
-¿Cómo? —pregunto Blaine instalado sobre el piso junto a uno de los cestos de ropa sucia, en el otro extremo del cuarto de lavado.
-Lo que escuchaste, los pies son horrendos, y no me refiero a mis propios pies, porque estos tienen su encanto, sino que en general a todos los pies del universo —respondió moviendo los dedos.
-¿Por qué?
-Porque si… ¡míralos!, son como manos pero no lo son, tienen dedos pero no sirven para nada… ¿de qué estamos hablando? —insistió moviendo sus pies descalzos.
-¿Cómo que para nada?... mira… —dijo Blaine tomando con los dedos de sus pies una fuente con fruta que había dejado sobre la secadora.
-¡Blaine!... ¡vas comer de allí luego de eso!... ¡asco!... —exclamo poniendo caras acorde.
-Son mis pies —agrego comenzando a comer.
-¡Pero quizás donde han andado!… miles de microbios existen en el piso, ¿no lo sabes acaso?.
-Vaya charla que has entablado… ¿Estuviste oliendo el suavizante o algo?
-No… —respondió soltando una risa— debe ser porque esto es tan aburrido que no sé qué es lo que digo.
-En ese caso, repito mi idea e insisto que podríamos contratar a alguien que se encargara de esto…
-Y yo te digo que mientras podamos hacerlo nosotros, lo haremos, sabes que eso le da más normalidad a la vida de los chicos… no quisiera que se hicieran la idea de que son millonarios o algo.
-¿Cómo para que cuando crezcan no estrellen autos de millones de dólares o algo por estilo?—pregunto Blaine sonriendo mientras comía lo de la fuente y que parecían ser pequeñas bolitas de chocolate.
-Algo así… —dijo Kurt encogiendo un hombro.
-Si quieres… yo puedo terminar… solo falta ese montón de allí y estaríamos por hoy —sentencio Blaine apuntando una cesta llena de ropa perteneciente a la pequeña Lizzie.
-No, está bien, además si me voy eres muy capaz de echar toda la ropa junta en una carga sin separarla si quiera.
-¿Porque nunca me das crédito con las cosas domesticas?, se hacerlas bastante bien…—respondió mascando y apuntándolo con lo que comía.
-Lo sé... pero siempre es bueno tener asesoramiento… a todo esto, ¿que estas comiendo con tanta concentración?
-Arándanos… —respondió enseñando la fuente.
-¿Fruta?
-Si… ¿por qué? —pregunto echándose un puñado grande a la boca.
-Porque creí que eran chocolates.
-¿No aprendiste nada sobre lo que nos enseñó Henry sobre la comida saludable?
-¡Eso fue hace cuatro meses!... y ahora que comienza el verano ten por seguro que lo olvidara en cuanto salga de vacaciones.
-Aún falta para eso…
-Convídame mejor… —dijo Kurt estirando su mano.
-¿Quieres arándanos?
-¿Es lo que comes? ¿o no?
-Así es…
-Dame entonces…
-¿Aunque los haya tomado con mis pies?
Kurt puso cara de asco y lo miro como arrepintiéndose.
-Aun así… además te vi y tus pies no tocaron el interior de la fuente… así es que… —agrego repitiendo el gesto con su mano.
-Muy bien… —dijo Blaine haciendo el ademan de levantarse del piso— ¡Oye!... —exclamo volviendo a acomodarse en el piso— déjame lanzártelos desde aquí… —añadió entusiasmado, como si lo que se le había ocurrido era lo más genial del mundo.
-¿Qué?... ¡Blaine!
-Vamos, será divertido…—insistió corrigiendo su postura en el lugar donde estaba.
-Divertido para ti querrás decir…
-Para ambos... vamos…
-¡Blaine!
-Por favor… —insistió este poniendo cara de niño bueno.
-¡Esta bien!… —respondió Kurt soltando una risa al ver la cara de su esposo— pero si no le apuntas al primer intento te quedaras lavando todo solo —advirtió señalándolo con el dedo.
-Muy bien... pero si le apunto… tu tendrás que… tendrás que… —dijo Blaine mirando el cielo raso como buscando en su cabeza la mejor de las opciones— ¡ya se! — exclamo chasqueando sus dedos— si yo le apunto, tú tendrás que encargarte de la cena toda la semana.
-¿Qué?... ¡Eso no es justo!
-Estamos apostando, las apuestas nunca son justas... excepto para quien gana claro… —agrego Blaine poniendo un tono reflexivo en sus últimas palabras— ¿estamos de acuerdo?
-¡Bien!... ¡de acuerdo!… —dijo Kurt abriendo su boca para recibir el primer berry.
-Muy bien…. —respondió su esposo concentrándose al máximo, hizo el ademan de lanzar el arándano unas tres veces antes de hacerlo realmente y como si fuera un experto logro atinarle justo en la boca en el primero de los intentos— ¡lo dije! —exclamo triunfante.
-Tráeme la fuete… —dijo Kurt mascando.
-¿Cómo?
-Vamos, estamos jugando, no creerás que solo tu harás puntería… tráemela —insistió moviendo su mano.
Blaine se puso de pie sonriendo y se la entrego como lo pidiera, miro el “timer” de la lavadora y volvió a sentarse en donde estaba.
-Yo apuntare esta vez… y si lo logro… usted Señor Anderson-Hummel, me prepara una bañera deliciosa todas las noches por los próximos 5 días.
-¿Puedo entrar en ella? —pregunto Blaine mirándolo medio sexy.
-No… será solo para mi… alístate.
-Está bien… acepto que me excluyas, pero si no le apuntas, tú… tú tendrás que acompañarme a la final de la liga de basquetbol.
-¿Qué?... ¿estás loco?
-¿Estamos apostando o no?
-Sí, pero yo no te acompañare a un juego… escoge otra cosa…
-¡Kurt!
-Oye, hay un montón de cosas que podría hacer por ti… ¿Qué tal si te aprovechas de eso? —dijo moviendo sus cejas.
-OK… pero escoja lo que escoja deberás hacerlo.
-Lo hare, hare cualquier cosa que no sea ver a un montón de hombres adultos corriendo tras un balón, sea cual sea este.
-Bien… entonces, si no le apuntas tendrás que aceptar el juego de los “dados eróticos” conmigo.
-¿Los que te robaste de la despedida de soltero del guitarrista de Dylan?
-Esos… —dijo Blaine sonriendo.
-¿Aun los tienes?
-¡Obvio!... siempre confié en que llegaría el día en que tu aceptarías usarlos.
-No he aceptado nada aun Blaine Anderson-Hummel, además primero debo perder en este juego tuyo… abre… —sentencio Kurt abriendo su propia boca.
Blaine hizo lo que le dijeran y Kurt el lanzo tres arándanos de una vez, uno cayó sobre la secadora y los otros dos pasaron por encima de la cabeza de su esposo.
-¡Te moviste apropósito! —reclamo como enojado.
-¡No es cierto!… ¡tú eres el que tiene mala puntería!… por lo tanto… prepárese para una noche de dados Señor Kurt Hummel-Anderson .
-Eso lo veremos… —murmuro Kurt mientras sentía el pitido que anunciaba que la carga ya estaba lista, se bajó de la máquina y comenzó a sacar la ropa, Blaine recibió la piezas limpias y las metió en la secadora, tomo la cesta con la ropa que quedaba por lavar y comenzó a entregársela a su esposo pieza por pieza, cerrando cada cierre y sacando todo lo que Lizzie había dejado olvidado en cada bolsillo.
-Creo que nuestra hija nunca entenderá que debe vaciar sus bolsillos antes de echar la ropa a la cesta —dijo Kurt volviendo a revisar todo de nuevo antes de meter la ropa a la máquina.
-Es muy pequeña para recodar eso.
-Henry lo hace… y él también es pequeño.
-¡Él tiene el doble de la edad de Lizzie!… y solo estas refunfuñando por lo que se te viene esta noche, además…
-Además que… —pregunto Kurt esperando más ropa— ¿Qué sucede?, ¿qué es eso? —dijo al ver que Blaine sacaba un papel de uno de los jeans de su hija y lo desdoblaba para leerlo— ¿Blaine?
-No sé… no sé si quieres saber qué es esto… —respondió mirándolo a él y al papel que sostenía en las manos de manera alternada.
-¿Por qué no?... ¿acaso es una nota de la maestra de Lizzie?… ¿la expulsaron? —pregunto Kurt acercándose a su esposo.
-No… no es eso… es…
-¡Con un demonio Blaine que está sucediendo!
-Léelo tu… —dijo entregándoselo.
Kurt tomo el papel y comenzó a leer.
-“Todas las mañanas sueño al despertar, que del cielo un ángel me viene a besar. Al abrir los ojos, miro donde está, y en el mismo sitio veo a mi… Mamá..”—dijo bajando el papel de a poco— Blaine… ¿qué…?, ¿qué es esto?
-Asumo y algo que le dieron en el colegio… tiene el membrete de la escuela y los nombres de Lizzie y su maestra —respondió Blaine apuntando cada cosa.
-Pero… ¿crees…?, ¿crees que ella lo escribió?
-No lo creo, es claramente un poema tipo para el día de la Madre.
-¿Día de la Madre?...
-Kurt, es lógico que lo hagan como una actividad en la escuela, varios niños tienen Madre.
-Pero Lizzie no tiene…—añadió Kurt como si Blaine no supiese eso.
-Lo se…
Kurt volvió a mirar la hoja como si no diera crédito a lo que acababa de leer y apesadumbrado se sentó en el suelo apoyando su cabeza en el muro.
-Blaine… ¿crees que Lizzie piense esto que dice aquí?
-No lo sé… —respondió este sentándose a su lado— pero lo que si se, es que es muy pequeñita para ese tipo de reflexiones, creo que más bien prefiere escudriñar en nuestras cosas y comer “Cocholate” más que otra cosa.
-Aun… aun no hemos hablado con ella sobre esto…
-Es porque no nos ha preguntado, pero tal vez esta situación es una buena oportunidad para hacerlo.
-¿Qué tal si no reacciona como Henry?
-Pues espero que no lo haga, es una personita totalmente diferente.
-Por supuesto que lo es… y yo se eso… a lo que me refiero es que… ella es una niña y las cosas son diferentes para ellas.
-¿A qué te refieres?
-A qué tal vez ella si necesite una Mamá para que la mime o hable con ella sobre artistas de cine, chicos y vestidos… no se… —dijo Kurt soltando algunas lágrimas.
-Kurt… —respondió Blaine moviéndose para mirarlo a la cara— nuestros hijos son felices y no necesitan a nadie más, jamás les han faltado mimos, ni atenciones de ningún tipo y si hablamos de conversaciones sobre artistas de cine y vestidos, tú sabes más que cualquier mujer en todo New York, especialmente en lo relacionado con los vestidos —agrego sonriendo, lo miro un instante y con sus dedos quito un par de lágrimas que comenzaban a correr por las mejillas de su esposo.
-¿Crees que cuando sean grandes nos recriminen por esto?
-¿Por qué?... ¿de que estas hablando?
-De lo egoísta que fuimos…
-¿Egoístas?… ¿cuando?
-Ahora, antes, cuando concebimos a Henry... tenía… ¡teníamos!… —se corrigió señalándose a él y a su esposo— tantas ganas de tener una familia que no reparamos en como seria para nuestros hijos crecer sin una Madre —agrego limpiándose la nariz con el dorso de la mano.
-Kurt… hay muchos niños que no tienen Madre y desde hace tiempo que no existe un solo tipo de familia... tú lo sabes..
-No quiero que nuestros hijos crezcan con alguna carencia… es todo.
-¡Y sin carencias crecerán!… —aseguro Blaine tomándole la cara— Henry y Lizzie tendrán todo lo que necesitan, desde el amor que precisan para sentirse seguros, hasta cientos de cestos de ropa limpia, lavada como corresponde— Kurt rio entre lágrimas y le respondió besándole las manos —… ¡por dios!… —exclamo perdiéndose en sus ojos— ¿cómo es posible que hasta con lágrimas en los ojos te veas inmensamente guapo? —agrego acariciándole el cabello.
Kurt lo miro un instante, esbozó una sonrisa y murmuro un “gracias”, luego apoyo su frente en la de él y allí se quedó unos cuantos minutos.
-¿Qué “zuzede”? —pregunto Lizzie llegando junto a “Rita” al cuarto de lavado.
-¡Hija!… —exclamo Blaine levantándose.
-Cariño… —agrego Kurt haciendo lo mismo al tiempo que limpiaba disimulado las lágrimas de su rostro.
-¿Estabas llorando Papá?... —pregunto la pequeña haciendo un puchero como si quisiera llorar ella también.
-No cariño... por supuesto que no —respondió Kurt restregándose la cara antes de voltearse hacia su hija— ¿sabes lo que sucedió?...
Lizzie gesticulo un no tan exagerado que sus rizos parecieron cobrar vida propia.
-Resulta cariño que tenía las manos con detergente y me toque los ojos sin querer.
-¡Papá eso no se hace! —exclamo la pequeña tomándose la cabeza.
-¡Lo sé!… —dijo Kurt repitiendo el gesto de su pequeña hija— pero, ¿sabes?... creo y lo olvide un instante… ¿necesitas algo cielo? —añadió soltando un suspiro.
-Si… quería que lavaran a “Rita”, huele a “cocholate” —explico acercándosela a la nariz.
-¿De verdad?... pues llegaste justo a tiempo... ¿verdad Blaine? —dijo Kurt apartándose para limpiar su cara del todo y sonarse la nariz con una de las toallas de papel.
-Así es Princesa… —agrego Blaine levantándola en sus brazos— dime, ¿qué sucede con “Rita”?
-Huele a “cocholate” y no sé porque…
-Pues yo creo que todas estas manchitas color café, y esos envoltorios que encontramos en tus bolsillos, indican por qué… —contesto Blaine señalando las orejas y patas de la coneja, así como toda la basura que habían sacado de la ropa.
-Es que me gusta el “cocholate”…—dijo la pequeña sonriendo traviesa.
-¡Y a quien no!… —añadió Kurt incorporándose a la conversación con su cara ya limpia— ¿dónde está el “Señor Botones” cariño?
-Con “Hendry”… dijo que a él le tocaba la siesta con el “Señor Botones”, pero yo creo que no.
-Pero debes recordar que el perro es de ambos, por lo que tu hermano también merece tiempo con él.
-Lo se… ¡hola!... —respondió Lizzie blanqueando sus ojos.
-Princesa… ¿podemos con el Papá preguntarte sobre algo? —dijo Blaine mirando a Kurt de reojo.
-¿Sobre qué?
-Ven… —agrego sentándola sobre uno de los muebles. Kurt puso a “Rita” dentro de la lavadora y la echo andar nuevamente con un programa de lavado extra suave.
-¿Qué “zuzede”’?
-Cariño… con el “Papáblen” encontramos algo en el bolsillo de tu pantalón.
-¿Los envases de “cocholate”?
-Además de eso… encontramos esto hija… —dijo Blaine enseñándole el poema del día de las Madre— ¿sabes lo que es?
-Sí, nos lo dio la maestra.
-¿Y por qué si te lo dio la maestra estaba con tu ropa sucia y no con las cosas de la escuela?, ¿acaso es una tarea que olvidaste hacer?
-No…
-¿Y por qué la tenías allí entonces cariño? —quiso saber Kurt acariciándole el cabello.
-Porque es una cosa para el día de las Madres.
-¿Día de las Madres?... ¿y tú sabes lo que es eso?
-Obvio… es donde se saluda a todas las Madres del mundo… ¡hola!
-Lo sabemos cariño… —dijo Kurt sin poder evitar esbozar una sonrisa— lo que el “Papáblen” quiere decir, es que si sabes lo que es, ¿por qué lo tenías olvidado en uno de tus bolsillo?
-Porque yo no lo recitare… y olvide botarlo.
-¿Cómo que no lo recitaras? —quiso saber Kurt mirando a Blaine con cara de preocupación, como si hija de 5 años fuera una revolucionaria en potencia o algo peor.
-No lo recitare, la maestra me dijo que yo podía “apsentarme” ese día, al igual que Joyce y Brooke, que tampoco tienen Mamá.
-¿Y porque ellas no tiene Mamá?
-Porque el Papá de Brooke se “devorso” y la Mamá de Joyce está bien muerta.
Kurt miro a Blaine con los ojos más abiertos que nunca pensando que había información de los compañeros de clase de su hija que claramente ellos no manejaban y que había sido omitida en la carpeta informativa que les habían dado a principios del año escolar.
-¿Hay algún “plobrema”?
-No, no hay ningún problema, pero Princesa… ¿tú sabes porque tú no tienes mamá?
-¿Porque ustedes son “homosensuales”? —respondió Lizzie extra modulando la última palabra.
-Así es cariño… —dijo Kurt sonriendo tras una de sus manos.
-Pues la maestra también lo sabe, por eso me dijo que yo podía “apsentarme”
-¿Y dónde está la nota que prueba eso que dices?
-¿No me creen acaso? —dijo la pequeña frunciendo la cara.
-No Princesa, por supuesto que te creemos, pero generalmente la escuela envía notas y avisos a los padres cuando hay actividades extracurriculares.
Lizzie rio al escuchar esa palabra tan larga y llena de letras.
-Cariño… quiero que sepas que no te estamos reprendiendo… es solo que… además de saber sobre esta actividad… con el “Papáblen” nos gustaría saber si quieres hacernos alguna pregunta referente a lo… a lo… al hecho que tú no tengas Mamá como el resto de tus compañeros.
-No todos tienen una, ya dije que Joyce y Brooke no tienen… ¡hola!
-Ok… —dijo Kurt como contando hasta diez de manera mental— ya que tú, Joyce y Brooke no tienen Mamá… ¿hay algo que quieras preguntarnos en relación a eso?
-No… ¿esos son “cocholates”? —pregunto mirando la fuente con arándanos.
-¿No?... —dijeron ambos al unísono.
-No… ya hable con “Hendry” y el me lo “esplico” todo.
-¿Todo? —preguntaron ambos como un coro.
-Si… ¿de verdad no son “cocholates”?
-No , no lo son… cariño, mejor dinos que cosa exactamente te dijo Henry.
-Que Ustedes no podían hacer un bebé entre los dos y necesitaban a una señora, que se llama “Tustitusa” y ella es mi Mamá, pero yo no lo conozco y no quiero conocerla tampoco.
-Lizzie…
-¡Es la verdad!... ¿o “Hendry” me mintió?… ¿Cómo lo hizo con el Señor Botones y la siesta? —quiso saber Lizzie poniendo las manos en su cintura y mirando ceñuda a sus dos Papás.
-No cariño… Henry no te mintió… y así es la historia de cómo tu llegaste a nosotros… pero… y perdona si crees que soy insistente… ¿tú no sientes que te falte algo?
-¿Cómo qué?
-Princesa… este poema que tenías en el bolsillo, dice algo sobre querer tener una Mamá para que te bese y abrace, y con el Papá, pensamos que tal vez… no se… tu querías algo así para ti.
-¡Claro que no!... ¡hola!... además yo no lo “epscribi”… si me hubieran preguntado habría “epscrito” uno sobre mis Papás, de como me abrazan y leen en la noche o me cuidan cuando estoy “enfierma”, ese tipo de cosas… —termino por decir Lizzie cruzando sus brazos.
Blaine miro a Kurt y le guiño un ojo complacido, este trago saliva como si la emoción que sentía en ese instante pudiera desaparecer junto con sus fluidos.
-No me culpen… —agrego apuntando a su dos padres.
-Nadie te culpa Princesa…
-Además tu no sabe escribir aún bebé…
-Lo se… ¡hola!
-Gracias cariño…—dijo Kurt dándole un beso en la frente.
-¿Por qué?
-Por haber llenado nuestra vida de alegría, por agregar magia y rizos a nuestra convivencia diaria… y por hacer mi vida tan maravillosa que me parece estar en un sueño eterno y envidiable —respondió su Papá dándole otro beso.
-¿Soy “mavarillosa”? —pregunto Lizzie tomándose la cara.
-Lo eres Princesa…—ratifico Blaine abrazándola— y mucho… —agrego tomando a su esposo por la cintura para incorporarlo al abrazo.

-Te extrañe… —murmuro Blaine mientras delineaba con sus dedos el “It's Got Bette Midler” de la espalda de su recién reconciliado novio.
-Y yo te extrañe a ti… —respondió Kurt soltando un suspiro un tanto remolón, al tiempo que se acomodaba de panza en las almohadas y ocultaba las manos bajo su pecho.
-Háblame de algo…
-¿De qué?
-No lo sé… —contesto Blaine dándole un beso en el hombro— de cualquier cosa… esto me parece tan irreal que necesito una prueba de que no estoy soñando.
Kurt sonrió y se movió entre las sabanas, le tomo la cara y lo beso en los labios por un instante, instante que en la cabeza de Blaine, duro a lo menos un par de horas.
-¿Qué tal esa prueba de que no estas soñando Blaine Devon Anderson? —agrego sonriendo.
-Más que convincente —dijo recuperando el aliento.
-¿No necesitas que te hable de algo entonces? —quiso saber Kurt volviendo a su lugar y a la posición de antes.
-No te lo impediré si quieres hacerlo —aseguro Blaine acomodándose en uno de sus lados— sabes de sobra que esta es mi pare favorita de todo el asunto.
-Claro…—dijo Kurt moviéndose nuevamente hacia el— acurrucarte… —agrego estirando su brazo para tocarle el pecho.
-Y mirarte...
-¿Mirarme?... ¿y eso?, ¿una faceta acosadora que cogiste estos últimos meses?
-No lo es… —aseguro acariciándole el cabello— siempre me ha gustado mirarte… cuando me amas… cuando terminamos y tú te quedas así a mi lado… vulnerable y entregado… casi como una rendición, pero no una penosa, claro que no… sino que una bella y dulce… y escandalosamente sexy…—agrego tocándole la espalda desde el cuello hasta la cintura.
-¿Se siente ganador por tener a un hombre sin ropa en su cama Señor Anderson?... —quiso saber Kurt apoyando la cabeza en una de sus manos.
-No… me siento afortunado de tenerte a ti… ¿Qué? —pregunto al ver que Kurt ponía la cara de quien aguanta una risotada entre sus dientes— ¡es la verdad!
-Y no lo dudo que lo sea...
-¿Y porque esa cara entonces?
-Porque olvidaba cuanto me gustan tus líneas… podría decir que querer volver a escucharlas fue una de las razones que me trajo corriendo hasta aquí.
-¿Viniste corriendo?, ¿Por qué ?
-No te responderé a eso, si lo hago tu ego crecerá y llegara hasta el último piso de este edificio —respondió mirando de reojo el cielo raso.
-Ok… —dijo Blaine mirándolo como siempre— ¿Kurt?...
-¿Blaine?...—agrego este divertido.
-¿Puedo preguntar algo?, con calma… sin presiones —añadió mientras le daba un par de besos en el hombro.
-¿No me pedirás de nuevo que me case contigo?... ¿o sí?
-No…
-¿No?... —pregunto Kurt dando una especie de respingo gracioso.
-No… —repitió Blaine sonriendo al notar aquello— tranquilo… tratare de contener ese deseo irresistible que tengo de pedirte que te cases conmigo cada tercer día… no te preocupes…
-¡Oh!... pues… me alegro que así lo hagas… es decir... no “me alegro”, “alegro”… ya sabes… —dijo mirándolo fijo—… pero si me parece bien, ya me siento bastante incomodo estando aquí, sabiendo que tu novio puede aparecer en cualquier momento —añadió incorporándose un poco para terminar con medio cuerpo apoyado en sus codos.
-No creo que eso suceda… —aseguro Blaine poniendo una de las almohadas tras su cabeza.
-¿Por qué no?... pero espera… antes que me contestes… ¿Cómo terminaste saliendo con Karofsky?... es decir… es tan… ya sabes… —agrego Kurt poniendo la cara de quien que cree y es imposible que alguien en todo el mundo salga con un tipo Karofsky.
-Pues David…
-¡OH!...¡lo siento!... “David”… —interrumpió poniendo un tono de importancia cuando mencionaba aquel nombre.
-Pues David… —insistió Blaine dando la misma inflexión a sus palabras— me ayudo en el momento en que más lo necesitaba… me sentía inmensamente solo y sabes bien que no me gusta estar así.
-Lo se…—dijo Kurt con convencimiento— y si sirve de algo… lo siento Blaine, de verdad.
-No es tu culpa… asumo y ambos nos dimos por vencidos en algún punto.
-Tu nunca… pero lo que te decía… ¿Qué hay de tu novio “David”?
-Ya no es mi novio.
-¿No?
-No… no es posible estar con alguien si se está enamorado de otro.
-También lo creo…
-¿Si?
-Obvio…
-Entonces… que hay de… —dijo Blaine mirándolo como si esperara que Kurt supiese lo que seguía en aquella frase.
-¿Qué hay de…? —respondió Kurt mirándolo de la misma manera.
-De tú y tu novio… ¿Wallace?
-¿Vas a comenzar con eso otra vez?
-¿Con que?
-Con eso… eso de cambiarle el nombre a la gente.
-¿No es acaso su nombre?... ¿no era ese el nombre más popular en el 1800 o algo?
-¡Oye!... —exclamo dándole un pellizco en la panza— su nombre es Walter y los sabes… y no nació en el 1800
-Obvio que no… estoy bromeando con eso… pero dime una cosa… —dijo Blaine volteándose hacia él— cuando salías con él, ¿obtenías descuento de la tercera edad cuando comprabas tickets en el cine o…?
-¡Ya cállate Blaine Anderson! —volvió a exclamar Kurt esta vez silenciándolo con un beso. Blaine sonrió sobre sus labios sintiendo que ese momento era el más feliz de su vida— y si precisas saberlo no tenía ningún descuento… pero como tú “David”... que a propósito me hubiera sido mucho más difícil de digerir si hubiese sido Sebastian Smythe, pero ese es otro tema… —dijo apuntándolo— pero lo que decía, así como tu “David”, Walter es un gran tipo… tenía sus confusiones y asuntos, pero me ayudó mucho más de lo que nunca llegara a saber… solo digamos que ambos estábamos perdidos hasta hoy.
-Hasta hoy… —repitió Blaine haciéndose cargo del beso.
-¿Qué querías preguntarme? —dijo Kurt recostándosele en el pecho.
-Nada importante… —respondió dándole un beso en el pelo.
-Claro que lo era… dime… —insistió abrazándolo.
-Pues… lo que quería saber es… ¿Qué somos?
-¿Te refieres a la vida o…?
-No… —contesto Blaine soltando una pequeña risa— me refiero a que somos ahora tú y yo… ¿amigos?, ¿novios?... ¿amigos con beneficios?
-Tú y tu necesidad de etiquetar las cosas… —sentencio Kurt mientras le dibujaba corazones en la panza.
-No es etiquetar es solo…
-¡Estoy bromeando!… entiendo lo que quieres decir… —interrumpió Kurt incorporándose para mirarlo a la cara— digamos que somos dos chicos que re-encontraron lo buscaban hace tiempo… que hacen el amor de la más maravillosa de las maneras y que en definitiva están hecho el uno para el otro…
-Y…
-Y… —se adelantó en decir Kurt— no tienen la necesidad de poner nombre a lo que tienen, porque es tan espectacular que cualquier etiqueta les quedaría corta.
-¿Existe ese “estado” en Facebook?
-Creo que no… —dijo Kurt riendo— pero le pondría un “me gusta” sin pensarlo dos veces… ¿tú?
-También le daría un “me gusta”… —agrego Blaine volviendo a lo de los besos.
-Muy bien…
-Ahora si háblame de algo… y no porque quiera saber si esto no es sueño, ya que lo que siento en mi cadera es bastante real… —dijo sonriendo medio engreído— es porque es un placer escuchar lo que tienes que contarme.
-No tengo mucho que contar… excepto que ayer estuvimos en el granero donde será la boda de Santana y Britt.
-¿En dónde?
-Lo que escuchaste…
-¡Vaya!... espero y no exista gente alérgica a la paja o a algún animal de corral.
-Digo lo mismo… ¿iras conmigo?, ¿verdad?
-¡Por supuesto que sí!… si a ti no te importa vestir de blanco luego del “día del trabajo”, a mí tampoco.
-¡Por favor!... ¡no me recuerdes eso!… —exclamo Kurt incorporándose como si aquello fuera tan inconcebible que no era posible discutirlo en la posición cómoda y feliz en la que estaba.
-¿Viste los trajes del cortejo?
-Los vi… y creo que si la boda hubiera sido en New York cualquiera que nos hubiese visto nos habría entregado sus llaves para que aparcáramos su auto.
-O le trajéramos el coctel de bienvenida —agrego Blaine poniendo caras.
-Bueno, solo los usaremos un instante… lo que tengo planeado para nosotros después de la ceremonia no requiere de ropa alguna —dijo Kurt moviendo sus cejas.
-¿Cómo puedes tener algo planeado con antelación si regresamos a estar juntos hace… 1 hora? —agrego mirado su reloj.
-Pues puedo hacer dos cosas a la vez, tres inclusive.
-Bueno… esperare que la ceremonia sea lo más corta posible entonces.
-No creo y mi Papá se vaya a alargar demasiado.
-¿Cómo?
-Mi Papá… ¿no te conté?
-No…
-Pues Burt Hummel oficiara la ceremonia.
-¿Y eso?
-Bueno se lo ofrecí a Britt ayer, que ya estaba cayendo en los nervios típicos de las novias, y lo acepto.
-¿Desde cuándo tu Papá es ministro de ceremonias?
-Desde que hizo el curso en internet, creo y su objetivo era casarnos a nosotros pero como eso no resulto… lo siento… —dijo Kurt al ver que Blaine lo miraba como si le hubiesen quitado su juguete favorito y aun nadie se dignara a devolvérselo.
-No te aflijas… lo pasado, pasado esta… además será bastante divertido ver a Burt allí en el altar casando a las chicas.
-Lo será... y granero o no… quedo espectacular —sentencio Kurt gesticulando algo sensacional.
-Si lo hiciste tú… obvio que lo será.
-Gracias Blaine… —dijo medio trepándose en su pecho.
-Por nada… nunca pondría en duda tus habilidades en la decoración… excepto por esas cortinas en New York… pero eso fue más bien una crítica práctica más que otra cosa.
-Claro… —dijo Kurt riendo— pero a lo que me refería es que te doy las gracias porque a pesar de todo nunca dejaste de mirarme así como lo haces ahora… y eso es algo que guardo en mi corazón desde el primer día.
-Te amo Kurt… y te prometo que hare hasta lo imposible para que esto funcione… esta vez y para siempre.
-Lo se… y a pesar de que no le pondremos etiquetas a lo nuestro… yo también te prometeré algo…
-¿Qué cosa?
-Que seré más atento contigo…
-Siempre eres atento conmigo —corrigió Blaine acariciándole la cara.
-En privado tal vez… pero ahora te prometo hacerlo en público también, como lo haces tú conmigo… así que Blaine Anderson… desde mañana tomare tu mano como si mi vida dependiera de ello —dijo Kurt cogiéndola como dijera y pensando que en cierta manera aquello era más cierto que cualquiera otra cosa.