(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Agosto de 2039






-¡Muy bien!,  ¡todos a dormir!… —dijo poniendo llave.
-Papá yo voy a salir con mis amigos.
-¿Cómo? —pegunto Kurt como si Henry tuviera dos años y medio.
-Eso… —dijo el chico tomando un sweater del  closet próximo a la puerta— no los veo nunca así es que… no volveré tarde—agrego dando un beso a Kurt y un gesto de adiós a Blaine que se había quedado ordenando los cojines de los sillones y los vasos repartidos por las mesas.
-¡Yo iré a hablar con Reuben! —exclamo Lizzie dando unos aplausos y saltando como una cabra de cerro.
-No hasta muy tarde “Princesa”… es la regla.
-Lo sé “Papáblen”… ¡hola!... vayan a despedirse de mi, no se avoquen solo al “Goblin”—dijo mientras se marchaba.
-No lo haremos… —respondió Kurt sonriendo al verla hacer tanta pirueta— ¿y tú? —pregunto al notar  que Noah estaba muy correcto esperando junto a “Desmond”—¿tienes planes para esta noche?
-Dormir supongo… para eso es a noche —respondió subiéndose las gafas.
-Pues comencemos por arreglarte para ello… ¿subes y te lavas los dientes?
-Si… ¿irán a decir “Buenas noches Noah”?
-Iremos bebé… —respondió Kurt mirándolo subir los peldaños de a uno.
-Ordeno esto y voy… —dijo Blaine con un vaso en cada dedo para encaminarse hacia la cocina.
-No hemos terminado de hablar de eso que dijo Sebastian, te lo advierto.
-¿Cómo?
-Lo que escuchaste Blaine… —insistió Kurt acercándosele— vamos a poner esta pelea en pausa y la continuaremos cuando Noah y Lizzie se hayan dormido.
-Yo no estoy peleando…—dijo Blaine como inocente.
-Pues yo si… una de las cosas que debiste contarme fue esa salida con Sebastian, sabes que lo odio, y ahora al imaginármelo en una cita contigo me hace odiarlo aún más.
-Kurt…
-¡En el dormitorio dije! —respondió mientras subía  a la habitación de su hijo.
Blaine soltó un poco de aire y entorno sus ojos mientras se dirigía  a la cocina, lavo los vasos y ordeno todo pensando que si Noah nunca se hubiera trepado a aquel árbol, jamás Sebastian hubiera reaparecido en sus vidas para complicarlo todo nuevamente.

-¿Qué te parecio la cena bebé?, ¿cumplió con tus expectativas?
-Cumplió con mis “espesvatidas”—respondió Noah mientras se abotonaba la camisa del pijama— ¿Qué es “espesvatidas”? —agrego con cara de duda.
-Expectativas cariño… y es lo que uno espera de algo, por ejemplo —dijo Kurt acercándose a su hijo para corregir la posición de los botones— tu querías que todo saliera bien porque el Señor Sebastian era importante… ¿crees que todo salió bien?
-Un poco…—contesto soltando un suspiro
-¿y porque un poco?
-Creo que el Señor Sebastian Smythe no te cae bien… —agrego restregándose los ojos.
-Y yo creo que debes lavar tu carita y tus dientes —dijo Kurt quitándole las gafas y haciéndole unas cosquillas en la pancita luego para evitar aquel tema.
Noah sonrió como siempre y se encamino al baño.

-¡”Papáblen”!... —dijo Lizzie como en un grito ahogado.
-Princesa… ¿no estabas hablando con tu novio?
-¡Reuben no es mi novio!… aun… —agrego moviendo sus cejas.
-Tendremos que hablar sobre ese tal Reuben… ¿de acuerdo?
-Ay si lo sé-… ¡hola!.. pero ahora… —dijo volviendo a la voz ahogada— ven…—añadió mirando por el pasillo para jalar a su Papá dentro de la habitación.
-¿Qué sucede?, ¿Por qué no estás en la cama? sabes bien que a tu Papá no le gusta cuando te das vueltas y más vueltas y terminas yéndote a dormir extra tarde —sentencio Blaine mientras recogía algunas piezas de ropa esparcidas entre la puerta y la cama.
-Ya estoy casi lista… además quiero preguntarte algo súper serio —respondió Lizzie sentándose en la cama y dando unos golpes para que Blaine la acompañara en uno de los extremos.
-¿Qué cosa?...—dijo este sentandose donde le indicaran.
-¿Cómo es eso que tu saliste con Sebastian?
-¿Como?
-Eso… tú se lo dijiste al Papá… acaso fueron novios… ¿ah?... ¿ah? —reitero la chica dándole de punzadas en la panza con sus dedos.
-Nadie fue novio de nadie, además ¿que clase de preguntas son esas a tu Padre?
-¡Ay “Papáblen”!... no te pongas súper extra serio… es solo curiosidad adolescente ¡hola!…
-Pues si es menester saciar esa curiosidad adolescente, te diré que no, nunca salí con él.
-¿En serio?, ¿y por qué el Papá parece que lo odia o algo?, si hubiera podido le hubiese grabado todas las caras que puso cuando Sebastian te hablaba a ti o cuando te abrazo… ¡Dios mío! —exclamo Lizzie como si efectivamente clamara a Dios por algo.
-¿De verdad puso caras? —quiso saber Blaine tomándose una oreja.
-Súper verdad… —respondió Lizzie gesticulando un si exagerado.
-Lo que sucede Princesa es que Sebastian siempre ha sido un piedra en el zapato para tu Papá… yo lo conocí en la secundaria cuando...
-¡En Dalton!... ¡Amo Dalton!, ¿por qué no me matricularon allí?, en vez de esa escuela tan…—dijo Lizzie haciendo unas muecas como si describiera algo ultra delicado.
-Porque nosotros estamos en New York y Dalton en Ohio…
-Podría haber volado a diario… enfrentémoslo son lo suficientemente ricos como para comprarme un avión.
-¿Serás fresca?
-¡Ay está bien!… con mi Aston Martin me conformo… ¡hola!
-Loca… —dijo Blaine sonriendo al ver a su hija.
-Cuéntame…—añadió la chica levantándose del lugar en donde estaba para acomodarse en el regazo de su “Papáblen” después.
-No hay nada que contar Princesa, él era muy engreído y coqueto y al parecer yo siempre le parecí atractivo, no me preguntes por qué… —explico Blaine jugando con una de las manos de su hija.
-¡Ay como que por que!, “Papáblen” eres súper atractivo… todas mis amigas te aman hasta la muerte y quieren darte bebés y otras cosas de las que prefiero no hablar… —dijo Lizzie haciendo un tiritón con todo su cuerpo.
-Pues diles yo nunca les daré nada, y recuerda no repetir nada de eso frente a tu Papá.
-Claro que no…—respondió Lizzie haciendo gestos de promesa en su frente y pecho.
-El asunto Princesa es que una vez quedamos en salir cuando tu Papá y yo terminamos la pri… cuando terminamos, pero fue solo eso, una expectativa sin resolver.
-Suena como un programa de televisión… ¡un momento!… ¿ibas a decir la “primera vez”?, de que me perdí.
-De nada… —dijo Blaine tomándola en sus brazos como si Lizzie tuviera tres años, le dio una vuelta y la dejo en la cama acostada y arropada como para dormirse de inmediato— hora de dormir…—agrego cubriéndola con el cobertor hasta la misma cabeza.
-¡Ay “Papáblen”!,  ¡me ahogo!... ¡ayúdeme Señor Murdoch! —grito la chica mientras reía.
-Arréglate para dormir, no estoy bromeando.
-Ni yo… ¡me ahogo!
-Buenas noches…
-¡Vuelve con el Papá!,  quiero mis besos —dijo destapándose.
-Lo haremos —contesto Blaine guiñándole un ojo desde la puerta.
-¡”Papáblen”!
-Lizzie, de verdad, acuéstate…
-Si… solo quiero darte las gracias por contarme, me encanta tu historia y al del Papá.
-De nada Princesa… y ahora… —dijo Blaine moviendo dedo índice como indicando todo lo que su hija debía hacer para acostarse de una buena vez.
-¡Quiero mis besos! —grito antes que se cerrar la puerta.

-¡Papá!
-¿Que sucede cariño? —pregunto Kurt mientras arreglaba la cama para Noah
-…
-¿Noah?... —repitió como bajito.
-…
-¿Hijo estas bien? —añadió acercándose al baño para dar de golpecitos en la puerta.
-¡Si!... ¡Olvide a “Desmond”!, ¡también debe “pepararse” para dormir! —exclamo como si hablara bajo el agua.
-Muy bien… —respondió Kurt yendo a por el juguete.
-¿Puedo pasar? —pregunto Blaine desde la puerta.
-Por supuesto que puedes pasar… el problema lo tienes conmigo, no con nuestro hijo, además sabes de sobra que la rutina de Noah es tan precisa que si alguno de los dos le falta a la hora de dormir es muy probable que pase en vela una semana completa —dijo Kurt tomando al dinosaurio.
-¿Dónde está? —pregunto sentándose en la orilla de la cama.
-En el baño… necesita a “Desmond” —contesto enseñando el juguete.
-Kurt… espera… —dijo tomándolo de la hebilla del pantalón
-Blaine…
-Vamos… arreglemos esto de inmediato, odio discutir contigo, en especial cuando llega la hora de dormir—agrego haciéndole un cariño en la cara.
-Y yo odio cuando me mientes… y cuando a eso sumas la figura de Sebastian…—respondió junto con un tiritón en todo su cuerpo.
-Ven…—dijo señalando el espacio entre sus piernas.
-¿No te dije que estábamos peleando?, ¿Cuándo has visto que las peleas se resuelven en la entrepierna del otro?
-Pues si eso sucediera el mundo definitivamente sería un mejor lugar… ven…—insistió jalándolo hacia él.
Kurt no pudo evitar sonreír ante aquel comentario sobre los problemas y las entrepiernas.
-¡Uy!, ¡te odio Blaine Anderson! —exclamo empuñando sus manos.
-¿Por qué? —respondió este sonriendo que encantaba.
-¡Porque si!, porque eres tan estúpidamente encantador que me es imposible enojarme contigo y tengo razones para ello… ¡por Dios que tengo razones! —agrego Kurt repitiendo el gesto con sus puños en alto.
-Pues siento disentir, porque te recuerdo que desde nos conocimos, te has enojado un millón de veces conmigo.
-Pero nunca puedo hacerlo con el dramatismo que quisiera, siempre termino derritiéndome con esa sonrisa y mirada que tienes.
-Ven entonces para que te termines de convencer —dijo Blaine haciendo gala de las cualidades que su esposo había mencionado.
-Espero y valga la pena —advirtió acercándose como con desgano.
Blaine sonrió medio chueco y se movió un poco hacia atrás para hacer espacio para su esposo entremedio de sus piernas, Kurt se sentó en el espacio señalado y apoyo su espalada contra el pecho de él.
-Primero que todo, no te mentí… técnicamente no te mentí… ¿recuerdas cuando vine a New York sin  avisarte?, y tú estabas con… ya sabes…—dijo Blaine apuntando la cuncuna en el terrario de Noah y que inocentemente había llamado “Adam”
Kurt afirmo con su cabeza sin poder evitar una sonrisa engreída.
-Ese día te lo dije, tú me preguntaste si salía con Sebastian y yo te dije que no, que habíamos quedado de juntarnos pero que me dejo plantado, y que gracias a eso pude escuchar el mensaje que me dejaste en el teléfono aquella vez, y que hablaba de que tenías miedo de que yo no te esperara, ¿recuerdas eso? —termino pro decir Blaine acariciándole las manos.
-Lo recuerdo…
-¡Papá!
-En un minuto cariño…
-Pues eso fue lo que hice desde ese día en adelante…
-¿Puedo confiar entonces que no saliste con ese dientón?
-Puedes y debes… —dijo Blaine dándole un par de besos en el cuello.
-¡PAPÁ! —grito Noah como con más fuerzas.
-¿Qué le sucede?
-Necesita a “Desmond” para que se aliste para dormir también… vuelvo enseguida —contesto Kurt levantándose.
-¿Te convencí?, por favor dime que  te convencí —dijo levantándose también.
Kurt tomo un poco de aire y miro el techo un segundo.
-Tendrás que hacer más méritos, en especial en el dormitorio —termino por decir dirigiéndose al baño esbozando en su cara una sonrisa más que picara.

Septiembre de 2040





-¿Vamos entonces?
-Vamos… tendré que agregar ropa de playa a nuestras maletas, pero no es gran cosa.
-¡Si!... —exclamo Blaine empuñando su mano como si hubiera triunfado en algo.
-Tenías todo planeado, no hagas como que necesitabas mi consentimiento.
-Lo necesitaba, siempre lo necesito… y te encantara el lugar… ¡te lo juro!, voy a asearme —dijo Blaine dando tres besos seguidos antes de levantarse del regazo de su esposo.
Kurt aprovecho y le dio un pellizco en el trasero, Blaine termino por sonreír mordiéndose el labio mientras se retiraba.
-¡Si no hay electricidad me volveré a New York!— exclamo al tiempo que se levantaba.
-¡Te encantara el lugar! —insistió Blaine antes de perderse tras a puerta de la sala.
-Si no hay electricidad me devolveré aunque sea nadando —termino por decir Kurt para si, mientras emprendía camino a la cocina.

-Muy bien…—dijo Kurt para sí abriendo la puerta— lo que necesito es…—añadió mientras comenzaba a sacar cosas de la heladera y de los gabinetes.
-¡Papá!... encontré este libro… —dijo Noah entrando con un Atlas casi de su porte, lo puso apenas sobre la mesa de la cocina y se trepo acto seguido a una de las sillas.
-Mira Cariño, tostadas francesas para merendar, ¿te parece bien? —pregunto Kurt meneando un trozo grande pan de “Brioche” frente a su cara.
-¡Que rico!... –respondió Noah aplaudiendo.
-¿Me ayudas con los huevos?
-Sí, pero primero debo resolver el problema que me dijo el “Papáblen”, y es muy “compicado”.
-¿Cuál problema bebé? —quiso saber Kurt sacando más implementos para cocinar.
-Sobre el idioma de Brasil… creo que este libro me servirá —dijo ajustando sus gafas como si realmente las necesitara para leer de manera correcta— era de Lizzie Anderson Hummel —advirtió comenzando mirar en el índice.
-¿Es un atlas? —pregunto su Papá acercándose con una batidora de alambre en una mano y un paño de cocina en la otra.
-Si… mira aparecen todos los países del mundo.
-Eso suele pasar con los atlas cariño… –dijo Kurt sentándose en la silla de junto— mira aquí esta Latinoamérica —agrego abriendo la página central.
-¡Ese es Brasil!… —exclamo Noah como si su Papá no los supiese.
-¡¿Cuál?!, ¡¿cuál?! —pregunto este fingiendo no saber.
-¡Este!... ¡es súper grande! —agrego el pequeño llevándose las manos a la boca.
-Pues vaya sí que es muy grande… creo que todos se aprovecharon de este flaquito de aquí… —opino Kurt señalando a Chile.
-¿Donde dice que idioma hablan? —quiso saber Noah pasando tres páginas seguidas.
-Creo que en la que pasaste… ¿puedo? —pregunto Kurt haciendo el ademan de tomar el libro.
-Si…
-Mira bebé… creo que aquí…—agrego poniéndose el paño de cocina en el hombro— está toda la información sobre el país que visitaremos— dijo regresando a la página central.
-¡Es verdad!... lo leeré… —dijo Noah acercándose al libro hasta casi subirse encima, se acomodó las gafas otra vez y con su pequeño dedo fue indicando las líneas a medida que las leía modulando bajito cada palabra, Kurt sonrió y lo miro con ternura.
-Quiero saber todo al respecto, ¿de acuerdo? —dijo levantándose para seguir con la preparación de la merienda.
-¡Papá!... aquí dice que son… ¡no conozco este número! —exclamo Noah abriendo sus ojos tanto que Kurt creyó y se le saldrían de sus cuencas.
-¿Qué numero?
-¡Este!, es muy grande, tal vez Lizzie Anderson Hummel lo conozca… ¿podemos llamarla?
-No lo creo cariño, hable con ella hace un rato y está un tanto ocupada con su nueva vida, pero vendrá mañana almorzar.
-¿De verdad?
-Asi es cariño… —dijo Kurt acariciándole la cabeza emocionado al ver al ilusión en los ojos de Noah— me encanta cuanto quieres a tus hermanos, ¿te lo había dicho?.
-No…
-Pues así es… —agrego besándole la cabeza.
-Entonces podre preguntarle por este número “incredible”
-Claro que puedes… concéntrate mientras tanto en buscar el idioma que hablan en Brasil.
-Si... —respondió el pequeño volviendo a su lectura extra concentrada.
Kurt volvió a levantarse y quebró algunos huevos en el tazón correspondiente, chequeo su teléfono un par de veces y comenzó a batir, corto el pan y vertió leche en un plato hondo y lleno de flores, todo mientras tarareaba una canción de manera casi inconsciente, de la obra que estrenaría en octubre.
-¡Papá!, ¡estoy “concentado”!
-¡Ups!... Lo siento cariño… ¿ya sabes lo del idioma?
-Si… es… por… portu… —trato de leer Noah.
-¿Portugués?
-¡Si!... ¡aquí dice!... ¿tú lo sabias? —pregunto con sus manos en la cadera.
-Si cariño…
-¿Y porque no me lo dijiste?
-Porque es más entretenido si lo averiguas tú, ¿no crees?
-Lo creo…—respondió Noah sentándose en la silla y cerrando el atlas con dificultad— ¿Papá?...—pregunto acomodándose.
-¿Si?....—dijo Kurt buscando el sartén más apropiado para la receta que preparaba.
-¿Qué haremos nosotros mientras el “Papáblen” canta?
-Pues lo que hacemos siempre bebé… —respondió encendiendo la cocina— iremos con él a los ensayos, y luego al concierto, pero debes saber que el “Papáblen” me dijo que tiene planeado unas vacaciones para los tres, luego que acabe la gira y en una playa muy bonita.
-¿Con arena?
-¡Con mucha arena!…
-¿Cómo se llama?, ¿aparece aquí? —quiso saber Noah abriendo nuevamente el Atlas y acercándoselo su cara.
-Se llamaba… —respondió Kurt como pensando— ¿“Caburé”? —agrego como si se lo consultara un dato geográfico a su hijo de 5 años.
-¡Hay muchos “nombes”! —exclamo Noah tomándose la cabeza —nunca encontrare su ubicación “esapta”
-A ver… —añadió Kurt acercándose y empequeñeciendo sus ojos como si trata de enfocar las letras minúsculas de las ilustraciones— creo que necesito mis gafas —reconoció acercándose más.
-¿Te las traigo yo?
-¿No te importa cariño?
-No… —dijo Noah bajándose de la silla—¿Dónde están?
-Creo que las deje… —respondió haciendo una pausa para recordar sus últimos actos en la casa.
-¿En tu “habitason”?
-¡En mi habitación!, ¡exacto!
-¡Allá voy!
-¡Con cuidado cariño!, ¡la escalera es peligrosa! —advirtió al ver que Noah partía corriendo como si lo persiguiera un ejército enemigo— ¿Cómo no puedo recordar donde deje mis gafas?, pronto estaré necesitando un audífono o un bastón, ¿Qué pasa conmigo? —dijo Kurt para si sintiéndose de 100 años —espero y no me haya olvidado como preparar “Pain Perdu”—añadió tomando un bote de mantequilla desde el refrigerador— eso sería el colmo —continuo Kurt con el dialogo que había entablado consigo mismo— ¿Los encontraste cariño? —pregunto sin darse cuenta que quien entraba a la cocina era su esposo y no su hijo pequeño.
-¿Qué cosa amor?... —respondió Blaine divertido.
-¡Ah!... pensé que era Noah —dijo Kurt sonriendo— y escuche eso de “amor”, no lo repitas —agrego abriendo más sus ojos.
-¡Vaya!, y yo que pensé que después de tanto tiempo por fin daríamos rienda suelta a nuestras lenguas para llamarnos con apodos cariñosos —dijo Blaine acercándosele.
-Creí que siempre daba rienda suelta a su lengua Señor Anderson Hummel —respondió Kurt cruzándose de brazos medio sentado en el canto del fregadero.
-¿Y ese arranque de habladuría sexy?... te dije que esa playa nos haría pasar un momento estupendo, si con solo mencionártela te pones así de seductor… no quiero imaginar que harás conmigo estando allá —agrego ciñéndolo a su cuerpo.
-Cuida esas manos, nuestro pequeño hijo regresara dentro de nada —dijo tratando de zafarse.
-Mis manos están donde tienen que estar —aseguro Blaine ubicando una en la cadera de su esposo y la otra en su cara para darle un beso.
-Insisto en mi punto… —dijo Kurt apartándose del todo.
-Ok… —agrego como dándose por vencido— ¿le contaste sobre pasar unos días de vacaciones? —dijo sentándose a la mesa de la cocina.
-Le conté… está buscando la ubicación “esapta” de la playa, le dije que lo ayudaría, pero sin mis lentes no veo esa letra tan pequeña —explico Kurt poniendo las dos primeras tostadas en la sartén.
-¿Qué puedo hacer?—pregunto levantándose.
-¿Te refieres a en la vida?
-No, a lo que estas preparando… —contesto sacando un trozo del pan Brioche.
-Pues… puedes poner la mesa..
-¿Para los tres? —dijo abriendo el cajón de los cubiertos.
-Exactamente —respondió Kurt tomando un plato de servir.
-¡Excelente!.
-¿Te dije que llamo Lizzie?
-No…
-Pues hable con ella antes que llegaras.
-¿Está bien?, ¿ha dormido bien?, ¿se está alimentando? —pregunto Blaine como una metralleta.
-Todas las anteriores, aunque me dijo que se sentía un tanto culpable por haber aceptado lo del departamento.
-¿Qué?... ¡pero que ridículo!… ¿Por qué? —dijo sacando los individuales desde uno de los muebles.
-Vamos Blaine conoces a nuestros hijos, todos actúan como si viviéramos del seguro social o algo, lo… que me llena de orgullo debo decir —dijo Kurt moviendo el sartén para voltear la tostada como un chef malabarista lo haría.
-Y a mí… es genial que sean así, ¿verdad?
-Lo es…
-¿Que más te dijo? —quiso saber Blaine sacando unos vasos grandes y largos.
-Pon este para Noah —dijo Kurt entregándole uno hecho de plástico— me dijo… que estaba bien, que todo ha sido… ¿Cuál fue la palabra que uso?... ¡Por Dios!, ¿qué me está pasando?... estoy olvidando más cosas que antes… ¿no estoy viejo?, ¿verdad?
-¿Que?, ¿de que estas hablando?, estas como quieres y lo sabes… además todos olvidamos cosas a esta altura del año.
-Si… asumo y es eso, es solo que… —dijo Kurt soltando un suspiro sin terminar la frase que iba a decir..
-Kurt… ¿te sientes bien? —pregunto Blaine acercándosele, dejo el frasco de miel sobre la mesa y le tomo la espalda.
-Si… tranquilo… —contesto haciéndole un cariño en la cara— estoy bien, es solo… no se… me dio un poco de pánico olvidar eso también.
-¿”También”?... ¿Qué más olvidaste?
-El lugar donde esta esa playa a la que iremos por ejemplo.
-¿“Maranhão”?
-“Maranhão”…—repitió golpeándose unas tres veces la cabeza con su palma abierta, como si se reprendiera por ser tan estúpido.
-Oye… no te trates así… —dijo Blaine al ver que su esposo se auto castigaba— deja eso…—pidió apagando la cocina y apartándolo de los fogones luego.
-Se va a quemar lo que preparo, nadie querrá comida quemada.
-No hay nada en la sartén que pueda quemarse… escucha… —dijo acariciándole el pelo y la cara— nadie puede recordar un nombre que contiene una “h” y un signo raro sobre una de sus letras… pero si te hace sentir más tranquilo podemos ir a ver un doctor o algo.
-No, no es necesario… —contesto sonriendo— si me lo pides puedo recitar el guion completo de “Sweet and Evil”
-Obvio que podrías… —aseguro Blaine besándole la frente— y no quiero que vuelvas a decir que estas viejo… ¿de acuerdo?
-Pero lo estoy…
-Ambos lo estamos, pero no es necesario andar divulgándolo —dijo Blaine soltando una risa.
-Gracias…—agrego Kurt perdiéndose en sus brazos.
-Por nada —dijo besándolo en la cabeza— solo hago mi trabajo…
-¿El qué es?...
-Hacerte sentir mejor…—contesto dando otro beso.
-Gracias otra vez entonces.
-Por nada otra vez… ¿veremos a Lizzie antes de partir?
-Sí, vendrá mañana, le dije que Henry llega esta noche así es que… —explico Kurt sin soltarlo.
-¿Te llamo? —pregunto Blaine aprovechándose de aquello para acariciarle la espalda toda.
-No, aun no… siempre lo hace…
-Antes de tomar el avión —interrumpió terminando la frase por su esposo. Kurt levanto su cabeza un poco y sonrió pidiendo un beso, Blaine accedió de inmediato y ambos perdieron el concepto del tiempo y el espacio como era siempre que sus labios se encontraban.
-¡Los encontré Papá! —exclamo Noah llegando con su brazo estirado y con los gafas en la mano— ¡perdón!— añadió tapándose los ojos.
-Está bien cariño… —dijo Kurt dejando los brazos de su esposo para acercarse a su hijo— Noah…—insistió al verlo con la vista tapada.
-No quise… perdón... —repitió cerrando los ojos con mas ahínco.
-Noah, ¿Qué sucede?… ¿estás bien?… —agrego Blaine acercándosele también.
-Si…
-Pues no lo parece… —dijo Kurt dando una mirada a su esposo— y ya puedes mirar bebé.
Noah abrió los ojos de a poco como si desconfiara de lo que sus padres le decían y que efectivamente no interrumpía nada.
-Te traje tus lentes…
-Gracias cariño… ¿bebé?, ¿si algo te incomodara de lo que ves en esta casa?, ¿nos lo dirías?, ¿no es así?
-¿Qué es “encomodar”?
-Es cuando algo te hace sentir mal o no te gusta… y te causa cierto recelo —explico Kurt poniendo caras acorde.
-Nada me “encomoda”…
-¿Ni el hecho que el Papá y yo nos besemos mucho? —pregunto Blaine entendiendo de inmediato lo que Kurt le decía con solo mirarlo.
-No…
-¿Seguro?
-Seguro…
-¿Por qué cubriste tus ojos entonces cariño? —quiso saber Kurt meneándolo por la pancita.
-Solo porque no quería “enterrumpir” y sé que lo hacen porque se aman y estan casados… es lo que hace la gente que se ama… yo se lo “esplique” a Liverpool Westbrook Stewart —explico Noah subiendo sus gafas.
-¿Tú se lo explicaste? —dijo Blaine de rodillas frente a su hijo.
-Sí, porque él no sabía porque la Tía Lily Westbrook Stewart y el Tío Dylan Westbrook se besaban tanto.
-¿Y quién te lo explico a ti cariño? —pregunto Kurt al borde de soltar el llanto de pura emoción.
-Nadie… solo lo sé… y me gusta… no me “encomoda”—respondió Noah encogiéndose de hombros.
Kurt no pudo contenerse y lo abrazo con fuerza.
-¿Qué sucedió? —pregunto Noah una vez que su Papá lo dejo respirar.
-Nada cariño, es solo que… estoy muy orgulloso de ti, y cada día admiro más la inteligencia que tienes.
-Gracias Papá, yo “tamben” admiro tu “intelegencia”—dijo el pequeño dándole un abrazo bien palmoteado.
-¿No tenemos una playa que buscar? —dijo Blaine cambiando de tema, temiendo que si no lo hacía, su esposo e hijo permanecerían abrazándose mutuamente hasta la madrugada.

Noviembre de 2025




-¡Vamos “Señor Botones”!... ¡haz lo tuyo!… —dijo Blaine hablando en medio de la Fifth Av. con el perro de sus hijos tal y como si el “Señor Botones” fuera un tercer niño a su cuidado. El cachorro olía todo a su alrededor y daba vueltas en torno a uno de los arboles como si estuviera en un carrusel— ¿sabes que hace frío verdad?... sé que tienes ese traje de pelos pero deberías de solidarizar con alguien que no lo tiene… —agrego dando pequeños saltos por lo congelado del aire y que parecía y era el presagio de la primera nevada del año— si no vas a “hacer” nada, mejor nos vamos… —dijo tomándolo en sus brazos— ¿no sabes acaso que es a esta hora que el Señor Murdoch llega todas las noches? —añadió avanzando con el perro camino al departamento, este lo miraba con atención y respondía a sus preguntas con lengüetazos bien mojados— tengo que tener algo que presumir de este paseo, y tú me servirás de gran ayuda con esa cara que tienes como de querer ser amigo de todos —termino por decir Blaine entrando en el edificio, el perro lo miro poniendo aquella cara— te lo dije… —murmuro al ver entrar al ascensor al más afamado inquilino de toda la comunidad.
-¡Disculpe!... —dijo un individuo vestido como el Señor Jenkins, pero más joven y delgado.
-¿Si?... —respondió Blaine mirándolo extrañado, el “Señor Botones” emitió un par de ladridos bien agudos.
-Toda persona debe identificarse al entrar a este edificio…
-¿Es una broma verdad?... —agrego con un ojo en el nuevo conserje y otro en el ascensor a punto de elevarse.
-¿Cómo? —dijo el hombre parado frente a la mampara de vidrio.
-Mi nombre es Blaine Anderson-Hummel y vivo aquí hace más de 6 años —contesto Blaine mirándolo como con odio, tanto por que el muchacho lo había desconocido y desconfiado él, como por que por su culpa había perdido la oportunidad de estar en el mismo espacio que Rupert Murdoch.
-¡Oh!... ¡por supuesto!… ¡ahora lo reconozco! —dijo el muchacho golpeándose la frente y poniendo cara de arrepentimiento— disculpe Señor Anderson, estoy aquí solo hace un par de horas, disculpe usted.
-Lo disculpo… no hay problema —respondió Blaine haciendo un gesto de calma al ver al chico tan compungido— ¿Cuál es su nombre y por qué está aquí?
-Mi nombre es Amal Schwarzwasser… y estoy reemplazando al Señor Jenkins por esta semana.
-¿Si?... ¿por qué?
-Tuvo un accidente doméstico, nada grave no se aflija —se adelantó en decir al ver que Blaine ponía cara de circunstancia trágica.
-Qué alivio debo decir… ¿hasta cuándo estará usted aquí? —pregunto caminando hacia el ascensor.
-Hasta el sábado… ¡cualquier cosa, por favor dígame!… y ¡disculpe nuevamente por no conocerlo!
Blaine hizo un gesto despreocupado y se metió en el ascensor.

-¡Ve con Lizzie!… —dijo Blaine soltando al perro al comienzo de la escalera, este dio un par de vueltas a su alrededor y tomo la correa queriendo jugar, Blaine sonrió al ver que él y su hija pequeña eran tal para cual, diviso a su esposo en la sala y le hizo un gesto de saludo indicando la “gracia” que había hecho el “Señor Botones” con su correa de paseo, Kurt le sonrió sin ganas tras el guion que leía, al parecer aun no olvidaba lo del broche y el desorden que había provocado en la habitación pocas horas antes.
-¿Aun con el guion? —pregunto entrando a la sala.
-Así es… ¿no hubo suerte?
-¿Suerte?
-Si suerte… —repitió Kurt bajando la lectura— suerte de que alguien se robara a ese perro del demonio, una nave extraterrestre por ejemplo.
-No hubo tal suerte, lo siento… —contesto Blaine soltando una risa.
-Bueno, será para la próxima entonces… ¿alguna novedad en la calle?
-No en la calle, pero si en el edificio…—contesto sentándose en la mesa de café.
-Déjame adivinar… estuviste así de cerca de toparte con nuestro adinerado vecino —dijo Kurt haciendo el gesto de algo pequeñito con dos de sus dedos.
-De hecho así fue…
-¡Blaine!, siempre dices lo mismo y nunca es verdad….
-Pero esta vez lo es, pregúntale al “Señor Botones”…
-Y no hablo con ese perro endemoniado.
-¿Aun estás enojado? —pegunto Blaine mirándolo de medio lado.
-No contigo, ni con el resto de los humanos de esta casa.
-Muy bien, y si no quieres preguntarle a nuestro perro, habla con el conserje ese del nombre raro entonces… a propósito, ¿sabías que el Señor Jenkins esta con permiso medico?
-Lo sabía…
-¿Y por qué no me lo contaste?
-Porque todo lo que tenía planeado para hacer esta tarde se vio truncado por el incidente del broche.
-Claro… ¿los pequeños cocineros dejaron algunas galletas de chocolate? —pregunto mirando a la cocina.
-Por supuesto, lo que resulta increíble, pero es posible explicarlo por la enrome cantidad que hornearon.
-Excelente —dijo levantándose.
-¡Lava tus manos! —exclamo como si su esposo tuviera tres años.
-Lo hare… —dijo besándole al frente.
-¿Ves a nuestros hijos?
-Por supuesto… ¿tú ya te vienes a la cama?
-Terminare esto primero… —respondió dando un par de golpes al guion que estudiaba.
-Un momento, ¿por primera vez seré yo quien va a la cama primero?
-No diría que la primera vez, pero si… y no es mi culpa, ya hable de ese perro y su mala actitud—advirtió apuntándolo con el lápiz con el que subrayaba.
-Muy bien, aparatare mis almohadas… —añadió levantándose.
Kurt entorno los ojos y volvió a su lectura.
-¡Vi eso!...—advirtió Blaine sin voltearse.
-¡Espéreme con ansias Señor Anderson-Hummel!… —exclamo como ultima cosa.
-Eso no tiene ni que pedírmelo Señor Hummel-Anderson —respondió sonriendo como solo él sabía hacerlo.
Blaine salió de la cocina con tres galletas en la mano y una en su boca, subió los peldaños de a dos y entro a la habitación de su hija primero, el perro estaba a los pies de la cama enrollado como un ovillo de lana y Lizzie parecía y se había dado unas 150 vueltas antes de dormirse, la cama estaba desordenada y su cabeza colgando hacia el piso. Blaine sonrió y la acomodo en las almohadas junto a “Rita”, le beso la frente y en medio de un suspiro le susurro un “te amo hija”. Cerro con cuidado y se dirigió al cuarto de Henry donde no había absolutamente nada que arreglar ni recoger, se acercó a él y le dio un beso, le acaricio el pelo y se quedó un minuto pensando en Kurt, como era cada vez que miraba al mayor de sus hijos, termino por suspirar nuevamente y encamino sus pasos hasta su propio dormitorio.

-¿Terminaste?... —pregunto Blaine bajando la revista de deportes que se había llevado como lectura nocturna.
-Si… ¡por fin!, ese guion es una pesadilla, te lo advierto —respondió Kurt como si su esposo fuera el culpable de que el guion de su próximo montaje en Broadway fuera una pesadilla.
-Ok…
-No, ¡de verdad!… creo que Lily la escribió pensando en Dylan o algo, porque es bastante bizarro —agrego comenzando a quitarse la ropa.
-Sea como sea, lo interpretaras de manera magistral, estoy seguro de ello.
-Yo también, obviamente… —dijo sin miramientos, como si su calidad actoral no estuviera en discusión— a lo que me refiero, es que no se si la gente está preparada para algo tan futurista.
-¿Futurista?... ¿es sobre naves espaciales o algo? —quiso saber Blaine recostándose de manera más cómoda.
-No, de lo que… hablo… es que tiene varios quiebres en la música y en el tiempo… ¡maldito seas Dylan Westbrook! —exclamo apuntando su maldición hacia donde se supone y estaba Inglaterra.
-¿Lo puedo leer luego?
-Por supuesto… aunque te cansara… nadie creería que leer cansa tanto… —dijo Kurt bajando sus brazos como demostrando cansancio extremo— estoy agotado… te lo juro…
-Yo puedo hacerte sentir mejor…—aseguro Blaine dejando la revista en el suelo.
-Lo se… ¿por qué crees… que me estoy… desvistiendo con tanta prisa? —agrego quitándose los zapatos.
-Creí que era por la exasperación que te provocaba Dylan y su esposa.
-Un poco sí, pero más porque ansío perderme en sus brazos señor Anderson-Hummel —respondió acercándosele— lavo mis dientes y regreso —agrego dándole un beso para partir donde dijera.
-OK…
-¿Los niños estaban bien? —pregunto desde el baño.
-Lo estaban… ¿Eso me querías contar?
-…
-¿Kurt?
-¡Ya salgo! —exclamo como ahogado.
Blaine sintió correr el agua seguido del ruido de varios frascos chocando entre sí, pensó que su esposo por primera vez en años se haría una versión resumida de su tratamiento nocturno de belleza.
-Listo…—dijo mirándose por última vez en el espejo de la cajonera.
-Perfecto… —añadió Blaine acomodándose en su lado.
-¿Que me preguntabas? —quiso saber Kurt recostándosele en el pecho—… ¡por Dios!... este es el mejor lugar del mundo —agrego metiendo su mano por una de las aberturas de la camisa del pijama de su esposo. Blaine sonrió complacido y lo acerco más él a través de un abrazo.
-Te preguntaba si era eso del guion de lo que querías hablarme cuando llegaste diciendo que habías tenido el mejor de los días… —dijo acariciándole la espalda.
-Lo era... hoy lo recibí en el teatro y me alegre tanto que ni siquiera repare en que no tenía idea de lo que se trataba, me vine a dar cuenta ahora que lo leí.
-¿Decepcionado? —pregunto besándole la cabeza.
-Sorprendido más bien… pero no quiero hablar de eso hasta que no le diga unas cuantas a Lily Westbrook Stewart… —respondió retorciéndose de manera remolona— mejor cuéntame tú… también me dijiste algo sobre un día sensacional… —agrego Kurt en medio de un bostezo.
-Estas agotado, mejor nos dormimos y hablamos mañana —dijo Blaine estirándose un poco para apagar a luz del lado de su esposo
-No… dime… —dijo Kurt tomándole la mano e impidiendo aquello— me encanta escuchar tus buenas noticias, además, vi algo sobre un “Terranea Resort”… dime por favor que tiene que ver conmigo… y que está en Paris.
-No esta Paris, lo siento… está en Los Angeles…
-¿LA?... ¿y tiene que ver conmigo al menos?
-Lo tiene, de hecho hice reservas para todos.
-¿Todos?... estoy un tanto decepcionado, que quieres que diga… —dijo Kurt irguiéndose un poco para mirarlo a la cara.
-Bueno, pensé que sería genial que toda mi familia estuviera conmigo si es que llego a subir al escenario de la “67th Annual GRAMMY Awards”…
-¿¡QUE?! —exclamo Kurt abriendo más sus ojos.
-Eso… —dijo Blaine sonriendo.
-¿¡Te nominaron otra vez?!
-Así es… la sociedad del “Gramófono” me llamo esta mañana.
-¡Blaine!... ¡eso es genial! —volvió a exclamar subiéndosele encima— ¡estoy tan orgulloso de ti!—agrego abrazándolo.
-Gracias…
-Nada de gracias… ¡de verdad!...—agrego dándole múltiples besos— siempre estoy orgulloso de ti, pero que te nominen dos años seguidos es fantástico… ¡FANTÁSTICO! —termino por decir casi gritando.
-Mírame, soy el “Ed Sheeran” de esta década —dijo con sus manos tras la cabeza.
-¡Eres mejor que él!… —corrigió Kurt acariciándole el pecho— partiendo por tu cabello… —sentencio desordenándole los rizos— ¿Qué categorías son?
-“Album of the year”, “Record of the Year” y “Song of the year”
-¡Las mejores!... ¡uy que maravilla!... —exclamo dando unos aplausos— ¿pero porque no me lo contaste?
-No solo a ti el “Señor Botones” trunco los planes para este día —respondió Blaine recorriendo con sus manos los muslos de su esposo.
-Da lo mismo… estoy tan orgulloso de ser tu esposo, de que seas el padre de mis hijos… —Blaine sonrió pensando que aunque no fuera biológicamente posible, le encantaba cuando Kurt decía aquello— de todo… deberíamos celebrar… ¿no crees?... —agrego desabotonándole el pijama.
-¿No estabas cansado? —pregunto Blaine incorporándose un poco para dejarse desvestir.
-Tengo la oportunidad de intimar con un nominado a dos “Grammy”… ¿crees que acaso que voy a desperdiciar dicha oportunidad? —respondió besándole el cuello.
-Espero que no… —dijo Blaine quitándole la camiseta— pero te equivocas en algo —agrego agarrándole el trasero.
-¿En qué?...
-En que son tres categorías amado esposo… TRES… —sentencio Blaine poniendo más calor a sus labios y más pasión a sus manos.

Marzo de 2018






-Aquí estabas… —dijo Kurt apareciendo en el umbral de la puerta del dormitorio que habían asignado al bebé.
-Lo siento, ¿te desperté? —respondió Blaine mientras desembalaba una cuna de una caja más grande que él.
-Bueno como este departamento es más pequeño que una caja de zapatos, y no uno de diseñador por cierto, hubiera despertado con una alfiler cayéndose —respondió frotándose los brazos para quitarse el fresco de la madrugada.
-Trate de no hacer ruido… lo siento…
-Está bien… además ya sabes lo que ocurre cuando tu abandonas la cama —respondió Kurt mirando a su alrededor por si había algo con que abrigarse— ¿Qué haces?, pensé que te había venido una inspiración repentina y estabas componiendo o algo— agrego acercándose hasta donde él estaba.
-Pues como no podía dormir, y recordé que esto está aquí desde hace un par de semanas, pensé que trabajar me devolvería el sueño.
-¿Por qué estas desvelado? —pregunto Kurt acariciándole el cuello a la altura de la nuca.
-No lo sé… —respondió comenzando a organizar las piezas de acuerdo a su tamaño.
-¿No es por lo del sello?, ¿o sí? —añadió abrigándose las manos con su aliento.
-No… bueno si… —respondió quitándose el sweater abierto y gastado que vestía— aunque en realidad no sé… —termino por decir poniéndoselo a su esposo.
-¿Y esto?...
-Tú tienes frio y yo no… solo obvia las mangas más cortas y estarás bien… —dijo Blaine ajustándolo en la parte de los hombros.
-Gracias… ¿Qué hora es?
-Casi las tres… —respondió chequeando su reloj al tiempo que tomaba y miraba los barandales como si descifrara cual era de cual lado de la cuna.
-¿Y a las tres de la mañana te da por labores de construcción? —quiso saber Kurt mirando la bolsa con tornillos como si fuera algo terrible.
-Te dije que lo hago para recuperar el sueño perdido.
-Pues estando aquí, no recuperas nada… vamos… —dijo haciendo un gesto con su cabeza que indicaba el dormitorio de ambos.
-Ve tú... yo prefiero quedarme aquí…
-¿Seguro?
-Sí, si no logro descifrar como se arma esto… estoy contigo en unos minutos —respondió señalando todo a su alrededor.
-Ok… —respondió retirándose— ¿estás bien? —agrego devolviéndose en sus pasos.
-Lo estoy, solo tengo insomnio.
-Blaine, no te aflijas, ¿no comenzaras a dudar de cuan talentoso eres?… ¿o sí?
-No, no lo hare, te lo dije ayer… estoy dispuesto a ir a audiciones y comenzar de cero otra vez, no me importa eso… pero… —dijo soltando un suspiro mientras buscaba herramientas dentro de una caja— lo que me preocupa es nuestra situación, es decir un bebé no es nada barato… por decirlo de alguna forma elegante.
-No nos estamos muriendo de hambre, ¿lo sabes verdad?
-Lo sé, lo sé… pero… —trato de decir rascándose la cabeza con las herramientas que tenía en la mano— Kurt… estoy sin trabajo, desempleado en New York, no es el mejor de los escenarios para nadie.
-Claramente no lo es, pero como bien sabes, yo estoy en un proyecto que puede ser realidad antes que nazca nuestro hijo, por lo tanto habrá un ingreso constante en nuestra casa.
-Tal vez deba volver al bar o algo, Julio me dijo que volviera cuando quisiera —señalo escogiendo el destornillador adecuado dentro de tres posibles.
-¿Qué?... ¡¿Cómo se atrevió a decirte eso?!
-¿Cómo?...
-Eso, se supone que lo abandonaste para perseguir una carrera en la música, que es por cierto mucho más prometedora que atender un bar, y va y te dice “vuelva cuando quiera Señor Anderson-Hummel, ya sabe… por si su carrera es un fracaso total, aquí hay mesas esperando”—dijo Kurt gesticulando con un tanto de rabia.
Blaine lo miro con cara de que estaba exagerando.
-Bien, sé que no dijo eso, pero esa fue su intención estoy seguro —aseguro apuntándolo con uno de los juguetes de su futuro hijo.
-No creo que lo haya dicho con una doble intención.
-Yo creo que sí, estuve estudiando a los chilenos y siempre hablan con doble intención.
-¿Cómo?
-Eso... —dijo mirando el piso como indeciso si sentarte allí o no.
-¿Cuándo hiciste eso? —quiso saber Blaine tomando una de las cajas aun sin abrir.
-Cuando me dijiste que tal vez el sello te llevaría su versión de “Lollapalooza”.
-Claro… bueno, ya podemos descartar eso… —dijo poniendo la caja a su lado, le dio un par de golpes encima como diciéndole que aquello era mejor que el piso de madera— ¿para qué será esto? —agrego mostrando un pequeño fierro como un clavo doblado.
-¿Me lo preguntas a mí?... —exclamo señalándose así mismo al tiempo que se sentaba donde su esposo le indicara.
-Claro, tu estas aquí… —dijo mirando el adminiculo de más de cerca.
-¡Pues yo no tengo idea!, además, ¿no íbamos a esperar que llamaran de la tienda por la posibilidad del servicio de armado de muebles?
-¿Qué tal si no llaman nunca?, no creo que quieras que nuestro bebé duerma en el suelo.
-Blaine, Henry tiene tres meses de gestación, ¿no crees que te estas adelantado?
-Tal vez… —respondió medio esforzado por tomar los paneles que formaban la cabecera y la piecera de una sola vez. Kurt no pudo evitar distraerse con cada uno de los músculos exacerbados de la espalda de su esposo y que parecía y traspasaban la tela de su camiseta de dormir— ¿me alcanzas esa cajita de allí? —agrego moviendo la pesada carga hasta uno de los rincones.
-…
-¿Kurt?
-¿Cómo? —dijo este como si hubiese estado sordo por años y recobrado al audición en ese preciso instante.
-Esa cajita… creo que tiene las partes metálicas de este asunto.
-Definitivamente no puedes dormir… —murmuro Kurt mientras recogía lo que le pedían desde el suelo— toma —dijo entregándosela— me voy entonces… ¿seguro y no quieres acompañarme?, hace bastante frio para la fecha en que estamos y no me gustaría que te enfermaras o algo.
-Si no te importa, prefiero quedarme en esto, solo te estorbaría en la cama dándome tantas vueltas —explico Blaine quitando la cinta adhesiva de la caja con sus dientes.
-Tu cuerpo nunca estorba Blaine Anderson-Hummel… además…
-¿Además que?
-Además, me es tan difícil conciliar el sueño si no estás conmigo, que mejor me quedare aquí acompañándote.
-¿Me vas a ayudar?
-No… —dijo haciendo un gesto como de rechazo— pero si te daré apoyo moral —añadió sonriendo.
-Bienvenido sea entonces —respondió Blaine analizando el contenido de la pequeña caja.
-Y debes saber que también me quedo porque creo que es otra cosa la que te está molestando y que te impide dormir —agrego sentándose.
-¿Por qué piensas eso?
-Porque si… y como yo ahora también estoy desvelado, puedo sentarme aquí y escuchar lo que quieras contarme… así es que dime… —dijo Kurt sentándose sobre la “caja asiento”
Blaine sonrió y continuo con su labor sin responder a lo que su esposo le pidiera, lo miro un par de veces de reojo y lo vio mirándolo fijo como si no fuera a darse por vencido en una tarea especialmente difícil.
-Estoy esperando…—insistió como cantando.
-¿Crees que seré un buen padre? —dijo Blaine por fin.
-¿Cómo?
-Lo que escuchaste… —repitió ajustando los primeros tornillos.
-¿Por qué preguntas eso?... ¡obvio que lo serás!
-¿Cómo puedes saberlo?
-Porque lo sé y punto… —sentencio Kurt cruzándose de brazos.
-Esa no es una respuesta…
-Pues tu pregunta no merece otra —agrego medio molestándose— y cualquier cosa que estés pensando, te advierto que es un poco tarde para arrepentimientos.
-No estoy pensando nada y no estoy arrepentido tampoco, jamás podría arrepentirme de comenzar nuestra familia… es solo que… ¿Qué tal si no sé qué hacer con él? —dijo Blaine moviendo sus manos como si sostuviera de manear incomoda un bulto de unos 3 kilos.
-Blaine es un bebé, no habrá mucho que hacer con él los primeros meses.
-Necesitara toda nuestra atención, eso de seguro.
-Y la tendrá… tú eres tan cuidadoso que llegas a ser aburrido…en algunas ocasiones —se adelantó a decir Kurt al ver que Blaine abría su boca para rebatirle aquello de inmediato.
-¿Qué tal….?, ¿qué tal si no se cuidarlo bien cuando este más grande o paso por alto sus necesidades? —pregunto medio sentándose en la porción de la cuna que ya tenía armada y que parecía una tabla para planchar más que otra cosa.
-¿Estas siguiendo bien esas instrucciones? —dijo Kurt ladeando su cabeza por si es que de otro ángulo el mueble tomaba la forma de cuna para un recién nacido.
-¿Qué?...
-No importa… —agrego moviendo sus manos como si disipara más bien un enjambre de abejas desde su rostro que un pensamiento inadecuado dentro de su cabeza— ¿estas bromeando verdad?
-¿Con que?
-Con toda esa inseguridad que te ha invadido…
-¿Por qué habría de bromear?... es lo que siento… desde que concebimos nuestro hijo en realidad —respondió mirando el piso.
-¿Hablas en serio?
-Si… lo siento… —añadió desordenándose el pelo.
-Blaine eres un ser humano incomparable… ¿cómo es posible que puedas creer que serás un mal padre?
-Porque lo pienso…
-Ok, ya es suficiente, creo que la falta de sueño está causando un problema aquí… —dijo Kurt poniéndose de pie— ¿sabes porque estoy tan seguro que serás un padre excelente?, ¿porque incluso estoy dispuesto a apostar mi guardarropa en ello?
-¿Por qué me amas y eres incapaz de ver algún defecto en mí? —respondió Blaine tirando el destornillador a una de las cajas vacías.
-Blaine, te amo, pero si vuelves a poner otra frase así de cursi en mi boca soy capaz de revolverte todos esos tornillos —dijo Kurt señalando los grupos que Blaine había hecho con sumo cuidado y orden
-OK… —respondió sonriendo.
-La única razón que me lleva pensar lo maravilloso que serás cuando nazca Henry, es… es porque has hecho una labor excelente conmigo.
-¿Qué?
-Lo que escuchaste, antes de conocerte nadie, nadie… se había ocupado de mi como lo hiciste tú, me protegiste, cuidaste y todo con esa galantería que tienes que ¡por Dios!, parece y es inagotable.
-Eso fue diferente Kurt yo…
-No lo fue… para mí no lo fue y sé que después deje de necesitarte de esa manera, pero como tú eres tan increíblemente persistente lo continuaste haciendo de todas formas, no de la manera obvia como en nuestros años mozos y vestías tu chaqueta de Dalton, pero si tan sutil que me dan ganas de comerte a besos…
-Kurt… —interrumpió Blaine acercándosele.
-No... escúchame, tu siempre estás diciéndome cosas y sorprendiéndome con líneas casi sacadas de las novelas de la tarde, ahora déjame a mi…
-OK…
-¿Que estaba diciendo?...
-Qué quieres tanto que me sienta mejor que me harás esa cosa que me gusta en cuanto nos metamos nuevamente en el dormitorio —dijo Blaine tan cerca que la punta de su nariz casi choca con la de él.
-Eso no es lo que estaba diciendo… pero sintiéndote así tan cerca me dan ganas de hacerte eso y más…—dijo suspirando acalorado— ¡pero no es lo que estaba diciendo! —repitió apartándose.
-Sí que era… —insistió Blaine
-No… ¡Blaine!... vamos concéntrate… estábamos hablando de nuestro hijo y de tus inseguridades como padre… cosa que no debería ser porque hace instantes por ejemplo, me diste tu sweater sin que ni siquiera te lo haya pedido, luego me brindaste un asiento porque sabes que sentarme en el piso es algo que haría solo en el apocalipsis y te juro que si hubieras coronado todo con un vaso de agua, no habría respondido de mí y estaría encima de ti en ese instante.
-¿Solo eso necesito?, ¿un vaso con agua? —quiso saber Blaine cogiéndolo de las manos.
-Solo eso…—dijo Kurt abrazándolo por el cuello para besarlo después— el asunto Blaine, es que todas esas cosas ni siquiera te las pedí, pero aun así las hiciste por mi porque sabias que las necesitaba, y así será con nuestro hijo… ¿te imaginas?, cuándo este caminando por aquí, haciendo travesura…
-Tomando tus cosas…—dijo Blaine sonriendo.
-Asumo y allí señor Anderson-Hummel usted actuara con autoridad y no permitirá eso…
-Hare lo que me pidas… —respondió ciñéndolo un poco a su cintura— ¿Qué? —dijo al ver que su esposo se miraba en sus ojos como perdido en una inmensidad infinita.
-Nada… es solo que en unos meses habrá dos hombres afortunados en esta casa… yo porque puedo ver esos ojos como primera cosa al despertarme en las mañanas y como ultima al dormirme en las noches y Henry, porque tendrá el privilegio de tenerte como Padre.
-Te amo Kurt…
-Lo se… ¿seguirás con lo de la cuna…?... ¿o?
-Henry tiene tres meses de gestación, al diablo con la cuna… —respondió besándolo.

Junio de 2036





-El “Papáblen” no le pone esa cosa a los “hot-cakes”… ¡hola! —dijo Lizzie mirando por encima del hombro de su hermano.
-Pues yo no soy el “Papáblen” y esta es MI receta de “hot-cakes” —respondió Henry echando un chorro de extracto de vainilla a lo que mezclaba en la batidora extra elegante.
-Aun así…—refunfuño la chica alistando una bandeja grande y cuadrada— ¿porque no llamamos al “Café Pierre”?, ¿ordenamos cosas ricas y nos llevamos la comida y a los Papás al parque?, sería más entretenido… ¡hola! —agrego mientras sacaba tazas y cubiertos de los lugares respectivos.
-Porque eso lo hicimos el año pasado, no corresponde que repitamos la sorpresa del día del Padre.
Lizzie hizo un par de caras y repitió la frase de su hermano de manera burlona e infantil.
-¿Fuiste a ver a Noah?
-EL “Goblin” está durmiendo, no quise despertarlo hasta que esté todo listo.
-¿Segura y estaba durmiendo?... recuerda que aprendió a bajarse de su cuna.
-Segurísima, estaba bien dormido, abrazado del dinosaurio ese que el regalo el Tío Cooper.
-Tal vez se aparezca aquí, desde que aprendió a caminar no ha parado.
-Así como los Papás en decir que aprendió antes que nosotros… cada quien con lo suyo… ¡hola! —dijo Lizzie alineando las servilletas con la orilla de la bandeja.
-¿Acaso noto un poquito de celos querida “Rizzie”? —quiso saber Henry mientras le hacía unas cosquillas a su hermana tras la oreja.
-¡Ay Henry!... nada que ver… ¡hola!... ¿Cómo voy a estar celosa de mi hermanito si es tan lindo y “apretable”? —respondió esta soltando una risa.
-Lo es…—dijo Henry echando andar la batidora nuevamente.
-¿Puedo preguntarte algo Henry? —añadió la chica sentándose en la mesa con los pies sobre una de las sillas.
-¿Quieres saber si puedes poner tus zapatillas sobre los cojines “vintange” del Papá?
-¿Qué?... ¡uy!... —dijo tirándolo al suelo.
-Eso… arrójalo al piso, y al Papá le darán tres ataques en el día del Padre… ¿quieres que le dé un ataque en el día del padre? —agrego Henry poniéndolo sobre uno de los muebles.
-¡Ay Henry!, ya deja de ser tan correcto, los Papás no te están viendo… ¡hola!
-No se trata de ser correcto, sino que de obedecer —insistió dándole un toque en la nariz con el paño de cocina— ¿Que querías preguntarme?… —dijo el chico encendiendo la cocina.
-¿Qué opinas de los Papás?
-¿Cómo?
-Eso…
-No te entiendo… ¿Qué opino de que sobre ellos?
-Qué opinas de que sean tan… no se… ¡felices!… —exclamo levantando sus brazos.
-¿Qué sean felices?... lo dices como si fuera algo malo “Rizzie”—dijo Henry volteando el primer “hot-cake”
-No digo que sea algo malo… es solo que… no se… es súper extra raro que teniendo la edad que tienen sigan besándose y teniendo esas miradas… y te juro que el otro día vi al Papá con su mano en el bolsillo trasero del pantalón del “Papáblen”… es decir… ¡hola!... ¿no encuentras que es un tanto cursi?
-Pues no… ya quisiera yo para mí una relación así después de 20 años de casado —contesto Henry sonriendo como si soñara para si con una relación así de maravillosa y duradera.
-También lo creo… ¡obvio!… pero concuerda conmigo que es cursi, es decir no me estoy quejando ni nada, prefiero este paraíso a la vida que tienen algunos de mis amigos en sus casas… los Papás de Alaska por ejemplo, se divorciaron hace un par de años… ¡y tienen la edad de los Papás! —dijo comiendo un poco del cereal destinado a sus padres.
-¿No habían regresado a estar juntos?
-No, esa fue una historia que se inventó ella, creo que está un poco… ya sabes… —explico Lizzie moviendo el dedo índice cerca de su sien— aunque igual te envía saludos —agrego haciendo un gesto de complicidad con su hermano.
-¿Con ese antecedente de locura quieres que tome en cuenta los saludos de tu amiga?
-¡Pero si es extra súper simpática!, solo quita al insanidad temporal y listo —explico Lizzie como si aquello fuera algo sin importancia, un detalle mas bien.
-¿Qué?, ¿por quién me tomas? —pregunto Henry agregando más “hot-cakes” a la pila que armaba sobre un plato.
-¿Como un súper guapo que por donde pasa llama la atención?
-¿Qué? —dijo Henry poniéndose un poco colorado.
-¡Ay Henry!… sabes lo que eres y el efecto que causas en las chicas, no hagas como que no, además… aunque Alaska estuviera cuerda, tampoco le prestarías atención, solo tienes ojos para la deslavada de Amelia, ¡hola!
-¡Oye!… ¡no le digas así! —advirtió Henry apuntándola de manera amenazante con la espátula de madera.
-¡Pues es la verdad!, si tan solo se peinara de otra forma o usara un poco de maquillaje… ¡el brillo labial vale como 5 dólares!... ¡hola!
-Amelia es hermosa y no necesita nada en su cara que lo reafirme… y no hablemos de esto o terminare enojándome contigo hermanita.
-¿Por qué la defiendes?... ni siquiera son novios.
-Los seremos, cuando está predestinado, está predestinado… —respondió sonriendo.
-¡¿Ves?!, a eso me refiero, los Papás y su relación súper extra perfecta nos han arruinado la vida, hemos crecido creyendo que tenemos un alma gemela esperándonos en algún lugar.
-¿Y no crees que sea así?
-NO… ¿Tú sí?
-Obvio…
-¡Ay Henry!... no te creía tan ingenuo… ¡hola!
-Hablas así porque aún no te enamoras de nadie, cambiaras de opinión cuando conozcas a alguien que te robe le corazón… —dijo Henry mirando un punto fijo sobre la sartén, como pensando en que él ya había conocido a aquella persona— y con respecto a los Papás… sabes bien que también han tenido sus malos momentos, no todo ha sido súper extra perfecto.
-¿”Lisi” y “Endy”?... — escucharon ambos desde la puerta.
-¡Noah!... ¿Cómo llegaste…?... ¿estás bien?... —quiso saber Henry acercándose a su hermanito. Tenía puesto el pijama y sostenía a “Desmond” entre sus brazos, su cabello estaba revuelto y sonreía como si fuese el niño más feliz del mundo entero.
-¿Volviste a bajar de tu cuna?... ¿no te hiciste daño o sí?... —acoto Lizzie, revisando el cuerpo de su hermanito.
-Te dije que había aprendido a bajarse… es súper inteligente… ¿verdad “Goblin”? —agrego Henry arreglándole el cabello.
-“Gobin”… —repitió Noah sonriendo
-Eso… “Goblin”… tú eres un “Goblin”… y te quedaras aquí con nosotros mientras preparamos la sorpresa para los Papás —dijo Lizzie tomándolo en sus brazos.
-¿Papá?...
-Si para el Papá y el “Papáblen”, hoy es el día del Padre y nosotros tenemos dos… —añadió la chica haciendo el numero con sus dedos— ¿puedes creerlo?, ¡dos Papás! —agrego dejando cómodo a su hermanito en la silla de bebé.
-¿Dos? —repitió Noah levantando su pulgar más el dedo índice.
-¡Eso!, ¡dos!… ¿porque eres tan inteligente?... ¡hola!... ¡Henry!... ¿porque es tan inteligente? —dijo mirando a su hermano con las manos en la cintura.
-Nosotros también lo somos, asumo y es la genética que heredamos.
-¡Pero él lo es más!... ya estoy viendo que aprende a leer el mes próximo.
-Eso no es posible… —dijo Henry soltando una risa— ven, ayúdame mejor aquí… ya está todo listo —señalo distribuyendo los “hot-cakes” en partes iguales.
-¿Qué llevo yo? —dijo Lizzie mirando la bandeja como si chequeara mentalmente si todo estaba bien.
-Pues mejor te encargas de nuestro hermanito, yo llevo esto… —respondió Henry tomando todo.
-Muy bien… —añadió su hermana tomando a Noah y a Desmond en sus brazos.
-“Lisi”… “tamo”—dijo Noah recostándose en el hombro de su hermana.
-¿Qué?...
-Creo que dijo que te ama… —sentencio Henry mirando a su hermano con ternura.
-¡Ay “Goblin”!, hablando de lo cursi de nuestros padres y tu me sales con esto… ¡uy! —agrego Lizzie abrazado más a su hermano.
-¿Ves que no es tan malo estar en este paraíso cursi? —dijo Henry guiñándole un ojo.

-Feliz día del padre señor Kurt Hummel-Anderson —susurro Blaine en el oído de su esposo.
Kurt soltó un poco de aire y se volteo hacia él sonriendo ampliamente, estiro sus brazos como quien se saca la modorra de 25 años y termino cruzándolos alrededor del cuello de su esposo.
-No soy tu Papá… ¿Por qué me saludas? —dijo a media voz.
-Porque eres el guapo, inteligente y maravillosos padre de mis hijos y mereces tener un día muy feliz… —respondió Blaine mientras le daba unos cuantos besos.
-En ese caso… —agrego Kurt incorporándose un poco— feliz día del padre para usted también Señor Blaine Anderson-Hummel.
-Gracias… —dijo Blaine levantándose de la cama.
-¿Dónde vas?
-Te compre algo…—respondió abriendo uno de los cajones dentro del closet.
-¿De verdad? —pregunto sentándose en las almohadas.
-De verdad…—repitió llegando con una bolsa de regalo.
-¿Por qué me compraste algo? —quiso saber Kurt haciendo una mueca infantil.
-Primero porque te amo… y segundo porque cada año desde hace 18 años yo te saludo por ser el día de padre y luego te doy un regalo… —dijo subiéndose a la cama nuevamente— el cual, por cierto, tú ya has revisado y visto porque te mata la curiosidad unos tres días antes… así es que… por todo eso… esto es para ti… —termino por decir Blaine entregándole la pequeña bolsa.
-¡Que dulce!... pero debo decir en mi defensa que este no lo había visto… por más que busque no logre encontrarlo —dijo Kurt acentuando la mueca en su cara.
-Mentiroso —agrego Blaine acostándose sobre uno de sus lados.
-¡Es la verdad!... lo busque en tu mesa de noche, en la cajonera de allí, en la chimenea inclusive…
-¿Y nunca pensaste en revisar dentro del closet? —volvió a preguntar Blaine abrazándolo a la altura de la panza.
-No… obvio que no…
-Kurt…
-¡Esta bien!... ya lo había visto, pero solo fue porque me moría de curiosidad de saber que me habías comprado este año…
-Te amo… —dijo Blaine sonriendo como si fuera el padre del año o algo más maravilloso.
-Y yo a ti, y estos “cufflinks” de la tienda de antigüedades de Chelsea son lo mejor que existe, pero que hayas recordado que dije que me encantaban hace más de un año cuando pasamos por esa vitrina es mucho mejor y me hace amarte más que nunca.
-Ok… —contesto Blaine recibiendo un beso como recompensa— ¿podrías abrirlo igual?, digo para no quitar la emoción del asunto…
-Por supuesto… —dijo Kurt abriendo al bolsa, saco la caja y quito el papel de seda casi con desesperación, como si fuera un niño abriendo su primer regalo de Navidad— “Tiffany & Co”… 14 quilates de oro sólido, 1950… ¡me encantan!, ¡gracias! —exclamo abrazando a su esposo ente las sabanas.
-Por nada… me encanta complacerte —dijo Blaine besándole la frente y la punta de la nariz.
-Y a mí que lo hagas…
-Iré a ver a Noah…
-No, debemos esperar aquí, ya llegaran nuestros hijos con la sorpresa del día.
-¿Crees que habrá sorpresa este año?
-¡Obvio que sí!, ayer vi a Lizzie y a Henry meterse a hurtadillas en el cuarto de Noah.
-¿De Noah?... ¿Qué sabe nuestro bebé del día del Padre?
-Probablemente nada, pero sus hermanos terminaran por enseñarle, eso de seguro, ven… —dijo Kurt abriendo sus brazos para que el padre de sus hijos repensara su idea de abandonar la cama.
-Espero y aprenda… —señalo Blaine volviendo a la cama— en unos cuantos años estaremos solo con él.
-Lo sé… y se me parte el corazón solo con pensarlo, pero no quiero esa imagen en mi cabeza, menos hoy… ¿sabes lo que deberíamos de pensar?
-No… —respondió Blaine recostado sobre uno de sus hombros.
-Pues en tu propio regalo del día del Padre… —dijo Kurt besándole una oreja.
-¿Tengo un regalo?... ¡dámelo! —exclamo levantando sus brazos.
-No puedo… no está aquí… es algo digamos que intangible.
-¿Intangible? —repitió Blaine como con decepción.
-Sí intangible, existe por cierto, pero no puedo traerlo a la habitación… digamos que es algo que hare por ti, que me cuesta un mundo hacer pero que lo hare de todas formas.
Blaine se incorporó un resto y se volteo para mirarlo a la cara, esbozó una sonrisa media chueca y picara y se quedó viéndolo casi por un minuto seguido.
-¿Qué?
-¿Estás hablando de lo que creo y estás hablando¬?... porque es solo el día del padre… no mi cumpleaños ni nada…
-Estoy hablando de tu regalo, ¿Por qué me dices..?... un momento… ¡oye!... ¿qué estás pensando?—exclamo tomándose la cara.
-¡Nada!... nada, lo juro…—dijo Blaine como desdiciéndose.
-¡Claro que sí!… ¡oh por Dios!... ¡eres un pervertido Blaine Anderson-Hummel! —volvió a exclamar Kurt dándole unos golpes con la almohada.
-No pensaba nada… de verdad… —insistió Blaine en medio de una risa mientras esquivaba los golpes.
-Te acompañare a un juego, ¿de acuerdo?, Henry me asesoro y dijo que los “no se cuánto”, jugaban contra los “no se quien”… así es que iremos en la tarde al “Polo Grounds I”, a ese juego del que has estado hablando desde hace meses.
-¿Me acompañaras a ver a los Yankees?
-Después de lo que me acabas de hacer no debería…
-Yo no he hecho nada…
-¿Cómo qué no?, te conozco Blaine Anderson-Hummel, y se bien que conclusiones había sacado esa cabeza enrulada —aseguro Kurt apuntando la cabeza de su esposo.
-Está bien… lo siento… y debo decir que el hecho que me acompañes a un juego, y a ese en particular, es 185 veces más excitante y placentero que lo que mi mente pervertida había imaginado… Gracias… — contesto Blaine con medio cuerpo sobre su esposo y con sus labios cerca de su cuello.
-Si… arregla tu desaguisado… ¡Por Dios!... ¡tus labios Blaine!... —dijo Kurt estirando su cuello— te juro y…
-¡ABRAN!... —escucharon ambos desde el pasillo, seguido de unos cuantos golpes en tres diferentes partes de la puerta y que evidenciaban los tres diferentes tamaños de sus hijos