(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Octubre de 2032



-¿Qué es esa bolsa que hay sobre la mesa?... ¿Blaine? —pregunto Kurt entrando en el dormitorio.
-¡En la ducha! —exclamo este desde el baño.
-¡Oh!…—murmuro para sí, como si imaginara esa escena con todo y jabón— ¿te falta mucho? —pregunto entrando.
-No… ¿Qué sucede? —pregunto de vuelta asomando la cabeza por un costado de la puerta vidriada.
-…
-¿Kurt? —repitió quitándose el exceso de agua de la cara.
-No… es decir… quería hablar contigo de algo antes que lleguen nuestros hijos —respondió Kurt apuntando hacia afuera como evitando mirar algo que conocía desde hace años.
-¿Algo importante? —exclamo subiendo el tono de su voz para ganarle al chorro de agua.
-Si… pero antes, ¿Qué es esa bolsa que hay sobre la mesa?
-¿Cómo? —pregunto asomándose de nuevo con una botella de shampoo en la mano.
-La caja que hay sobre la mesa, la boleta esta en español
-Si… es la cena, la compre en ese nuevo restaurant argentino que está en “Jackson Heights”
-¿“Jackson Heights”?... ¿Qué hacías la otro lado del “East river?
-¿Buscando la cena? —respondió apareciendo con la cabeza llena de espuma.
-¡Te ves tan lindo!, juro y podría saltarte encima —dijo Kurt soltando una risa media nerviosa.
-¿De verdad?... esta ducha es grande por algo —respondió Blaine levantando sus cejas.
-Si… es decir ¡no!... ¡Blaine!... como dije necesito que hablemos de algo… ¿te apresuras por favor?
-Claro… ¿me alcanzas una toalla?
-¿Si necesitabas una toalla porque no la sacaste antes? —quiso saber Kurt abriendo el mueble correspondiente
-Lo olvide… lo siento…
-Pues eso es algo que deberías recordar…
-Pues si quieres —dijo Blaine cortando el agua— puedo salir así, pero dejaría una huella de agua desde aquí hasta…
-¡OK!...—interrumpió Kurt entregándole una toalla grande y otra más pequeña evitando así que pasara algo en el piso extra pulido del baño.
-Gracias… salgo enseguida —dijo Blaine moviendo su cabeza como un perro que se quita el exceso de agua un día de verano.
-Recuerda… —advirtió Kurt haciendo un movimiento como si pasara un “Squeegee” por un parabrisas de auto.
-Lo recordare —contesto riendo.
-Te espero en la habitación —dijo Kurt dándole una mirada por el espejo sobre el lavamanos.
Blaine termino con la ducha secándose con la toalla grande y envolviendo con ella su cuerpo a la altura de la cintura después, con la más pequeña se quito un poco el agua del cabello y se sentó en el retrete para secarse los pies y salió del baño.

-¡Listo! —dijo sentándose en la cama.
-¿No te vas a vestir Blaine Anderson-Hummel?—pregunto Kurt mientras pasaba las hojas de una revista, sin leer nada sentado en el sofá de la habitación.
-¿No dijiste que querías hablar conmigo algo importante?
-¿Me responderás a todo lo que te diga con una pregunta?... ¿Qué pasa contigo?
-Pues deberías saberlo —dijo Blaine dirigiéndose al closet.
-¿Debería?... ¿por qué?
-¿Recuerdas al Doctor Jacobs?... ¿verdad? —pregunto Blaine con voz ahogada, como si estuviera bajo una pila gigante de ropa.
-¡Obvio que si!… ¿Qué paso?… —contesto Kurt como con ansias.
-Espera un segundo debo vestirme primero.
-¡Blaine! —exclamo poniéndose de pie.
Blaine salió vestido del closet y se tomo un tiempo para llevar sus toallas devuelta al baño, se puso colonia y crema en las manos y se arreglo un poco frente al espejo. Kurt creyó que era una venganza cruel por no haber accedido a meterse con él en la ducha.
-¡Blaine!...—insistió Kurt perdiendo un poco la paciencia.
-¿Si?... ¡ah! —dijo como si hubiera olvidado lo que tenía que decir— el Doctor Jacobs —comenzó a contar acercándose a él y tomándolo por la cintura— me llamo a mí, ya que por algún motivo no pudo contactarse contigo, y me dijo… —añadió dándole un beso— que la clínica ha realizado cinco procedimientos que involucran a tres progenitores, todos con un 90% de éxito —concluyo sonriendo.
-¿De verdad? —respondió Kurt desbordando ilusión.
-De verdad —repitió Blaine sonriendo aun más divinamente.
-¡Blaine eso es maravilloso!... ¿quiere decir que podemos?... ¿tú y yo?
-Así es… ¿Qué te parece?
-¡POR DIOS!... ¡Te amo! —exclamo dándole un abrazo— un momento… —añadió soltándolo—¿Qué le dijiste?
-Le dije que te contaría y que nos reservara una hora para el lunes.
-Pero... tu gira por Europa del próximo año, ¿no tienes la reunión el lunes? —quiso saber Kurt poniéndole las manos en la pecho.
-Así es, pero es en la tarde y esto es a primera hora… —explico Blaine acercándolo más a él.
-¡Qué maravilla!… ¿Qué excusa les diremos a los chicos?
-Pues estarán en la escuela, por lo tanto no habrá que dar ninguna explicación.
-¿Cuándo les contaremos?, no me gusta mucho ocultarles cosas —dijo Kurt mientras le revolvía el pelo húmedo a la altura de la nuca.
-Pues creo que cuando este todo listo… recuerda que hay muchos riesgos y no quisiera que ni tú ni ellos se ilusionaran tan tempranamente.
-Pues yo ya estoy viendo su carita con mis ojos y tus pestañas… —contesto Kurt entusiasmándose de todas formas.
-Te amo Kurt Hummel-Anderson —dijo Blaine dándole un beso— ahora… ¿de qué querías hablarme? —añadió tirándose en la cama con las manos tras la cabeza.
-No sé si pueda pensar en otra cosa después de esta noticia —advirtió con sus manos entrelazadas y una sonrisa que Blaine creyó y no se le borraría nunca, aunque las huellas de sus pies hubieran quedado en todo el piso y parte de la alfombra.
-Pues parecías preocupado cuando me dijiste…
-¿Qué?
-Eso… que parecía que lo que querías decirme era importante, ¿tiene que ver con nuestros hijos?
-¿Quien?… ¡Sí!... lo siento… ¿en qué estoy pensando?, lo que sucede Blaine es que encontré… —dijo abriendo el cajón de su mesita de noche— esto —añadió enseñando un condón.
-¿No habíamos dejado de usar eso? —dijo Blaine mirando de medio lado— ¿Dónde lo encontraste?
-No es mío… es decir no es nuestro… lo encontré en la cajonera de Henry.
-¿Y?
-¿Cómo que “y”?... ¿no sabes acaso lo que esto significa?
-En realidad puede significar muchas cosas, como por ejemplo, que tú, Kurt Hummel-Anderson no respetas la privacidad de nuestro hijo y andas revisando sus cajones.
-¡YO NO…! —exclamo Kurt a todo pulmón— yo no ando revisando sus cajones —repitió en un tono más bajo y cerrando la puerta como Blaine le indicara— estaba guardando su ropa limpia y encontré esto, junto con otros cinco y un folleto que decía algo como “Ahora que te decidiste…” o algo.
-Kurt… Henry tiene casi quince años y bien sabes lo que sucede con las hormonas de los adolescentes cuando se llega esa edad.
-Sí, pero… Blaine… ¿no crees que es muy pequeño todavía? es decir, si nos ponemos estrictos aun ni siquiera está en secundaria —explico Kurt meneando y apuntando el preservativo como si fuera algo endemoniado.
-Lo sé... pero no crees que es normal que tenga este tipo de curiosidades, en la escuela les enseñan muy temprano ese tipo de cosas.
-Claramente que si pero, esto y el folleto ese, no se lo dieron en la escuela tenía el sello de la clínica gratuita del centro…
-¿Y? —volvió a decir Blaine como si le faltara un término a aquella oración.
-¡Y!... eso quiere decir que ha ido allá a buscar información… ¡¿Qué tal si deja embarazada a alguien antes que termine de estudiar?!
-Si tiene preservativos, difícil que embarace a alguien.
-¡Blaine!
-¿Qué tal si te calmas y hablamos con él primero?
-¿Y de que vamos a hablar?, notoriamente ya llegamos tarde a esta conversación.
-Eso no es posible y lo sabes, Henry es muy tímido, y no le conocemos ninguna novia… tal vez solo se está informando.
-Henry no es tímido, es correcto que es diferente…
-¿Y eso no es una especie de garantía de que actuara con prudencia?
-No lo sé… no sé nada en realidad, no sé cómo enfrentar este tema… ¡no sé porque aun sostengo esto! —dijo guardando el condón de nuevo en su cajón y cerrándolo rápido, como si quisiera evitar que se escapara o lo atacara de alguna forma.
-Kurt… ven… —pidió Blaine abriendo sus brazos.
-Blaine… no estoy en humor de romanticismo —dijo Kurt restregándose la cara.
-Pues ni yo, menos luego que me rechazaste mojado y lleno de jabón, ven… —insistió tratando de tomarle una mano— vamos —repitió tirando de su brazo y acercándolo a él después.
-¿Qué? —dijo acomodándose sobre él de todas formas.
-Quiero decirte varias cosas —dijo Blaine besándole la cabeza— Primero, tranquilízate, segundo, no te pongas así de complicado, acabo de darte la mejor de las noticias y la estas olvidando por una estupidez, tercero hablaremos con nuestro hijo y todo se aclarara, cuarto, si está buscando información me parece excelente, eso quiere decir que cuando tome una decisión lo hará informado y quinto, si crees que hablar con Henry será difícil, imagina como será cuando enfrentemos este tema con Lizzie.
-¡OH por Dios! —exclamo incorporándose con cara de impacto— ¡Como va a ser eso!, ¡será 100 veces más difícil!
-Si, pero tenemos por lo menos unos cuatro años para prepararnos.
-No creas… estoy apostando a que querrá hablar de eso el próximo mes… ¿por qué te ríes? —quiso saber Kurt dándole un par de “almohadonazos” en la panza.
-No me rio… —contesto evitando los golpes— es solo que me parece adorable que aún te cause pudor hablar de estos temas.
-Me causa… claro que me causa —dijo dándole dos “almohadonazos” mas sin motivo aparente— y hablarlo con ellos aun mas… ¿Qué tal si Henry se incomoda?, ¿o nos dice una cosa y luego hace otra?—concluyo pegándole tres veces seguidas.
-No será así… sabes que no será así… ¿son ellos? —dijo Blaine apuntando la puerta.
-Al parecer… ¿Qué hacemos?
-Hablar con él…
-Sí, pero… ¿dónde?, ¿aquí?, ¿en su cuarto?, ¿en el baño?
-Yo descartaría la última opción, hace ya bastante que le enseñamos cuales son las partes del cuerpo como para hablar con él en el baño, así es que yo voto por hablarlo aquí.
-Así mantenemos a Lizzie alejada de la conversación.
-¡Padres!... ¡PADRES! —escucharon ambos de la boca de su hija menor.
-Estamos aquí… —dijo Kurt comiéndose una uña.
-¡Hola Padres!... ¡llegaron sus hijos! —volvió a gritar Lizzie mientras abría la puerta.
-Hola Princesa…—dijo Blaine levantándose.
-Hola “Papáblen”, ¿compraste lo que te pedí? —pregunto haciendo un puchero.
-Lo compre, esta en tu cama…—contesto acariciándole el pelo desordenado.
-¡Si! —exclamo Lizzie dando tres saltos y un paso de bailarina.
-¿Qué cosa?, ¿de qué me perdí aquí? —quiso saber Kurt tomándole a su hija la mano por sobre la cabeza, para que hiciera el “Fouetté” como correspondía, aunque para Lizzie aquello solo fuera una “vuelta divertida”
-El “Papáblen” me compro lo que me faltaba para mi disfraz de “Halloween”.
-¿Y eso es?
-Una… espada… seré “Jeanne d'Arc”—respondió la pequeña mientras daba vueltas.
-¿”Juana de Arco”?... ¿de dónde sacaste esa idea? —pregunto Kurt soltando una risa ante el rustico francés de su hija.
-De la escuela… ¿sabían que enseñan de todo allí? —dijo Lizzie como si sus padres no lo supiesen.
-Creo y ese es el propósito de ir a diario allí Princesa…
-¡Lo sé!... ¿sabían que fue una mujer súper valiente? y ¿cómo que peleaba a la par con los hombres?... ¡SUPER! —agrego la chica tirándose en la cama de sus padres con la mochila en la espalda y todo.
-Fue súper, de verdad, pero tú no te acomodes aquí, ¿qué tal si te vas a tu cuarto, revisas si todo lo que te compre está en orden y luego te aseas para que cenemos temprano? —dijo Blaine tomándola por una mano para tratar de levantarla de la cama.
-¿Por qué cenaremos temprano? —quiso saber Lizzie soltando su cuerpo para parecer más pesada de lo que era.
-¿Por qué iremos al cine?... ¿Qué te parece?
-Pero si es viernes… ¿no es su “noche de cita”? —añadió la pequeña poniendo cara de travesura.
-Lo es, y será más tarde, antes iremos al cine los cuatro.
-¡Súper genial! —exclamo bajándose de la cama por el lado contario en donde estaba— ¡estaré lista enseguida!— grito mientras salía dando saltos.
-¿Iremos al cine? —pregunto Kurt cruzándose de brazos.
-Fue lo único que se me ocurrió para que nos dejara un tiempo a solas —respondió Blaine crispando la nariz.
-¿Y qué hay con lo de “Jeanne d’Arc”?, creí que quería ser “Hippie” de finales de los ‘70.
-Cambio cuando se lo enseñaron en la escuela, no te dijo porque como tú estas concentrado en escribir la obra para la próxima temporada…
-Lo sé… he estado ocupado… tal vez por eso Henry se está convirtiendo en el semental de la Fifth Av… ¡Hola Henry! —exclamo disimulando.
-Hola Papá… —dijo el chico entrando en la habitación de sus padres.
-Hola cariño —repitió Kurt dando una mirada a Blaine— ¿Qué tal la escuela?
-Todo bien… hola “Papáblen”… ¿fuiste al “Fogón de Lucifer”? —pregunto pronunciando de manera correcta el nombre en español del restaurante.
-Claro…
-¿Conoces ese lugar hijo? —quiso saber Kurt pensando que se ausentaba un par de días y ya no sabía nada de sus hijos.
-No… es solo que con el “Papáblen” hablamos de la vez que estuvimos en Sudamérica y que las comidas de Chile, Argentina y Perú eran las mejores y ahí descubrimos que había un restaurant donde podíamos encontrar “Bife de chorizo”, ¿verdad “Papáblen”?
-Muy verdad… y adivina que traje de prostre.
-¿Algo con “dulce de leche”?
-¡Exacto!
Henry empuño una de sus manos como si hubiera triunfado en algo.
-Genial… —dijo Kurt pensando porque Henry no se quedo de 5 años para siempre.
-“Rizzie” dijo que me alistara porque… ¿iríamos al cine y a comer helado?
-Bueno solo dijimos al cine, lo del helado lo agrego tu hermana —advirtió Blaine mirando a Kurt que le ponía diferentes caras cuando Henry no lo miraba a él.
-¿Es así?
-Así es…
-Iré a alistarme entonces…
Kurt le dio otra mirada a Blaine para que lo detuviera y comenzara la charla “incomoda”
-Hijo… antes que te alistes nos gustaría hablar una cosa contigo —dijo Blaine tomándolo por los hombros y guiándolo a la cama.
-¿Qué cosa?... ¿qué paso? —pregunto el chico inquietándose.
-Nada malo cariño… —advirtió Kurt esbozando una sonrisa.
-¿Entonces? —insistió sentándose.
-Henry… tu Papá encontró algo en tu cajón, por casualidad por cierto… y queremos saber si…
-¿Qué encontraste? —pregunto Henry poniéndose medio colorado.
-Cariño… no quise meterme en tus cosas, es solo que guarde un poco de tu ropa y encontré muchos preservativos y algunos folletos de la clínica del centro —dijo Kurt modulando a penas.
-Ok… —murmuro Henry sintiéndose avergonzado.
-Hijo… no queremos interrogarte ni nada y respetamos tu privacidad y tu derecho a tener secretos, pero esto es importante, cuando te decides a tener sexo hay muchas cosas que debes saber y manejar y con tu Papá queremos estar seguros que las sabes, y si no es así… recordarte que puedes contar con nosotros para preguntarnos lo que sea.
-Lo que sea… —agrego Kurt poniéndose más colorado que su propio hijo adolescente.
-Papás… esas cosas me las dieron en la escuela, fueron unas personas de la clínica a dar una charla y los repartieron a todos, pero deben saber que yo no he estado con nadie… ni pienso estarlo tampoco.
-¿Por qué dices eso?, Henry, el sexo no es algo malo, es algo increíble que está esperando que lo descubras —dijo Blaine preocupándose un poco. Kurt se tomo el botón de la camisa y trago saliva sin saber que agregar.
-Lo sé… es solo que…
-¿Qué?... cariño puedes decirnos lo que sea —añadió Kurt pesando que su hijo mayor les confesaría quizás que.
-Verán… primero no estén pensando que soy gay… no sé si los decepciono o algo, pero me gustan las chicas…
-No decepcionas a nadie hijo, y si así fuera daría lo mismo, espero y lo sepas.
-Lo sé “Papáblen”… el asunto es que todos los muchachos hablan de sexo todo el día, “que quien lo ha hecho”, “que quien lo hará primero”, “que con esta chica sí”, “que nadie ha estado con esta otra”… pero a mí no me interesa eso…
-Ok…—dijeron ambos al mismo tiempo.
-¿No quieres ser sacerdote? ¿o sí? —pregunto Kurt sin pensar antes de hablar.
-¡Kurt!...
-No… —respondió Henry entre risas— “Papáblen” está bien… Papá, no quiero ser sacerdote… aunque suene contradictorio ¡Dios me libre de ello!
-Ok… me tranquilizo entonces… —dijo Kurt haciendo una mueca y murmurando un “¿qué?” al ver la mirada que le daba su esposo.
-Como decía… yo no quiero estar con nadie a quien no ame, es estúpido e ingenuo… pero es lo que me gustaría y aun no me enamoro de nadie… por lo tanto no creo que llegue a “hacerlo” muy pronto.
-Henry… eso no es estúpido, es… te refleja por completo que puedo decir —dijo Blaine sonriendo medio orgulloso.
-¿Si?... ¿no creen que es un poco…? —pregunto Henry haciendo un gesto con su mano como si describiera a alguien estúpido.
-No cariño —se apresuro en decir Kurt mientras le acariciaba el pelo— es hermoso que pienses así,
-¿De verdad?
-De verdad hijo, y lo sé porque yo pensaba asi cuando tenía tu edad… ¡ay que orgulloso estoy de ti! —dijo Kurt apoyando su cabeza en el hombro de su hijo.
-“Papáblen”, ¿tú qué opinas?
-Opino que eres un chico excepcional Henry —dijo Blaine tomándole una mano— solo queríamos asegurarte que confiamos en ti y que cualquier duda que tengas nos puedes preguntar.
-Lo sé “Papáblen” y era lo que pretendía hacer, pero no sabía que verían en mis cosas y descubrirían algo que no quería…
-Hijo, lamento haber mirado en tus cajones y sacado una conclusión errada antes de hablar contigo, pero en mi defensa puedo decir que ya sabes cómo es tu Papá.
-¿Conclusiones erradas?... ¿qué pensaste Papá?... ¿Que ya me había acostado con toda la escuela?
-Exacto —dijo Blaine poniendo en evidencia a su esposo y causando una risa en su hijo.
-¿Qué?... ¡No!, ¡Blaine!... ¡por supuesto que no! —exclamo Kurt negando con sus manos y cabeza. Blaine sonrió por lo bajo al pensar que eso era exactamente, lo que su esposo había pensado desde el principio.
-Bien… porque no quiero hacer eso… —dijo Henry levantándose— siento no haber recurrido a ustedes antes… y que se enteraran de esta forma.
-No te preocupes hijo… todo está bien…
-¿Aun iremos al cine?... ¿o fue una estrategia para engañar a su hija pequeña?
-Aun iremos… cenamos y vamos cariño —respondió Kurt levantándose para besarlo en la frente.
-Bien… porque será difícil convencer a “Rizzie” de lo contrario… en especial —dijo Henry acercándose a sus padres— porque estoy seguro y… está escuchando detrás de la puerta—advirtió convirtiendo su voz en un susurro cuando delataba a su hermana pequeña.
-Pequeña revoltosa…—murmuro Kurt sonriendo— ¡Lizzie!... sabemos que estas tras la puerta entra ya… —añadió divertido.
-¿Princesa?... —dijo Blaine dirigiéndose a la puerta— tal vez no está…
-¿Quién no está?— pregunto Lizzie apareciendo como si nada.
-¿Dónde estabas?— pregunto Kurt con sus manos en la cadera.
-En mi cuarto alistándome… ¿me veo bien? —dijo la chica dando una vuelta completa.
-¿Segura? —insistió Kurt tomándola del mentón.
-Segura… ¿dónde mas iba a estar?
-¿Escuchando tras la puerta tal vez? —añadió Blaine armándole los rizos de la cola de caballo que se había hecho con tres cintas de diferente color.
-¡Que!... ¡yo nunca!... ¿por quién me toman?... Henry… dile a nuestros Padres que me voy de esta casa —dijo Lizzie poniéndose una mano en la frente y haciendo la señal de alto con la otra, tal y como si fuera una damisela angustiada de los años 20.
-Eres una loca…—dijo Henry riendo.
-¿Dónde vas a ir si te vas de esta casa? —pregunto Kurt conteniendo la risa.
-No lo sé…—contesto dando un giro y dejándose caer sobre la cama, como si se desmayara— tal vez el señor Murdoch me reciba… o el abuelo Burt me haga un espacio entre sus autos… o tal vez… la “abuAnderson” me de cobijo en sus aposentos —concluyo Lizzie creyéndose estrella del cine mudo.
-¿De dónde sacas esas palabras Princesa? —quiso saber Blaine recordando en su cabeza que su hija tenía apenas 10 años.
-¡En la escuela!... ya dije que enseñan de todo allí —contesto saliéndose de su personaje.
-Pues bien “señorita en la escuela me enseñan de todo”, vamos a cenar —dijo Henry sacando a su hermana de la habitación de sus padres.
-¡Vamos enseguida! —dijo Kurt desde la puerta— ¿crees que a Lizzie le guste el teatro?—añadió girando sobre uno de sus pies para quedar frente a Blaine.
-No lo sé…
-¿Pero no viste como actuó recién?... yo creo que si es algo que pueda interesarle.
-Solo lo dices porque te mueres porque uno de nuestros hijos siga nuestros pasos —respondió Blaine tomándolo de la hebilla del pantalón.
-¡Pues debería ser ella al menos!, ya que a Henry además de andar buscando profilácticos le dio por que le gustan las casas y los edificios —dijo Kurt poniendo caras.
-Ya aclaramos eso de los “profilácticos” —insistió acercándolo a él por donde lo tenía tomado— y dijimos que queríamos que cada uno hiciera lo que quisiera siempre que fuera feliz.
-Lo sé…—contesto Kurt haciendo un puchero— tal vez nuestro siguiente hijo…
-No digas eso… aún falta mucho para que nos convirtamos en padres de nuevo —advirtió Blaine dándole un beso.
-Lo sé también… pero la sola idea me entusiasma, no puedo evitarlo.
-¿Cómo podrías?
-Gracias por mantenerte tan calmado con toda la situación… me ayudo a mí a estar calmado.
Blaine lo miro de medio lado y puso una cara como diciendo “¿de que estás hablando?”
-¡Podría haberme puesto peor!, me conoces y sabes que si —agrego abrazándolo por el cuello.
-Se que si… ¿estás bien?, ¿más tranquilo?
-Lo estoy… gracias a ti y gracias a que tenemos el mejor hijo del mundo.
-Muy cierto—dijo Blaine recibiendo uno de los mejores besos.
-Ahora ¿cuéntame de ese lugar Argentino por favor?—pidió Kurt saliendo de la habitación de la mano de su esposo.

Febrero de 2041




-¿Recuerdas cuando tenía una banda?—pregunto Kurt entrando en la habitación con dos tazones de té agarrados por el aza en una sola mano.
-Mmmm… —murmuro Blaine como pensando aquello— lo recuerdo…
-¿En que estaba pensando?— volvió a preguntar Kurt entregándole una de los tazones a su esposo que se encontraba tendido en la cama leyendo un libro grueso y que parecía tener 100 años de antigüedad.
-Creo que pensabas… gracias —dijo recibiendo el té— que… ¿eres tremendamente talentoso y puedes hacer lo que te propongas?
-¡Oh!... con razón te amo tanto —dijo subiéndose a la cama.
-¿Por eso lo del té?  ¿Por qué sabes que te amo? —dijo Blaine revolviendo el liquido.
-Algo así… —contesto Kurt dando un sorbo a su tazón— hable con Henry esta mañana.
-¿Te llamo?... o,  ¿rompiste tu promesa y lo llamaste tú?
-El me llamo… por lo tanto no he roto ninguna de mis promesas.
-¿Está bien?
-Esta fantástico, se está adaptando muy bien a “L.F. Driscoll Co”, presiento que tendrá estabilidad laboral por muchos años —conto Kurt encogiéndose de hombros como entusiasmado al máximo.
-La verdad es que preferiría que se concentrara en su proyecto de titulo que en escalar posiciones en el trabajo tan apresuradamente— opino Blaine pasando pagina en el libro que leía.
-¡Pero si ellos lo fueron a buscar a él!... ¿viste la camioneta que le dieron?
-La vi y estoy más que orgullo de él por haber logrado destacarse, pero aun así me gustaría estar seguro que tiene el tiempo suficiente para terminar su proyecto… ¡y tú deberías apoyarme en eso!
-¡Te apoyare!... pero no me impidas presumir de nuestro hijo en las reuniones sociales —dijo apuntándolo con la cuchara— dime que lees… —añadió sentándose sobre sus talones y sintiéndose ganador de la pequeña discusión.
-Es… —respondió enseñándole la portada— “Insectivorous Plants” de Charles Darwin —añadió poniendo cara de científico.
-¿Lees sobre plantas carnívoras? —pregunto devuelta Kurt al tiempo que dejaba su taza sobre la mesita de noche y se acostaba al lado de su esposo
-Así es… —contesto Blaine besándole la cabeza.
-¿Por qué? —quiso saber Kurt tomando el brazo de Blaine y poniéndolo por sobre su hombro.
-Porque nuestro hijo está comenzando su “etapa de Darwin” como bien la describió su maestra y quiero estar preparado por si me pregunta algo.
-¿Cuan dulce eres?... —dijo Kurt abrazándolo mas.
-Mucho, pero creo que tú también deberías de hacer lo mismo... mira —dijo estirándose un poco para alcanzar otro libro de los cuatro más que tenia sobre el mueble— toma…
-¿” The movements and habits of climbing plants”?... ¿quieres que lea sobre enredaderas?—quiso saber Kurt mirando el libro por todos lados.
-Bueno, si no quieres ese… siempre está el original y único: “The Origin of Species”—agrego Blaine tomando un tercer libro.
-¿De dónde sacaste todos estos libros?, ¿de la biblioteca?
-No, los compre…
-¿Donde compras libros que parecen que tienen más años que todo el mundo?
-En la “Ursus Books and Prints”, es una gran librería y tiene de todo.
-¿Sabes que puedes descargar el libro y leerlo cómodamente en un “ipad”?
-Lo sé… pero esto es mejor y huele fenomenal.
-Huele a algo viejo y feo —opino Kurt oliendo el libro y arrugando la nariz.
-Sabes que no… —dijo Blaine soltando una risa encantadora.
-Como sea, el asunto es que no creo que sea necesario que nosotros nos informemos sobre estas materias, Noah ya debe saber todo —respondió Kurt hojeando el libro de las enredaderas.
-Aun así…
-En fin… —dijo Kurt tirando el libro hacia un lado de la cama— ¿Puedo preguntarte algo?
-Siempre —contesto Blaine cerrando el libro y poniéndole toda la atención del mundo.
-¿No crees que Lizzie está un poco rara?
-¿Lizzie?... ¿rara?... ¿por qué?
-No lo sé… bueno debería comprobarlo con ella antes, pero el Señor Jenkins me juro que la había visto un par de días  de la semana aquí, mientras nosotros no estábamos.
-¿De verdad?
-Así es… me lo dijo el otro día y le pregunte a Julianna si era cierto, pero ya sabes cómo es, no traicionaría la confianza de los chicos aunque su trabajo dependiera de ello.
-¿Qué días te dijo el Señor Jenkins? —pregunto Blaine mostrando más preocupación que al principio.
-El martes y el jueves, cuando estábamos en el teatro.
-Que cosa tan rara… ¿tendrá problemas acaso?
-No lo sé Blaine, pero estoy un poco preocupado, ¿Qué tal si tiene problemas con la renta?, ¿o no le alcanza el dinero para comer o algo?… sabes de sobra que no nos pediría ayuda.
-Lo sé… hablemos con ella cuando venga el Domingo.
-Ok…—dijo Kurt volviéndose a acomodarse sobre el pecho de su esposo.
-¿Qué es esto? —dijo Blaine sin dar más información.
-¿Qué es qué?
-¿Esto que me acabo de encontrar en tu cabello?
-¿No es algo vivo? ¿o sí? —pregunto Kurt sintiendo un poco de pánico.
-No, no lo es… es…
-¡Auch!—reclamo Kurt tocándose el pelo.
-Es una cana…—dijo sosteniéndola entre sus dedos.
-¡¿Qué?!... —exclamo levantándose como espantado.
-Una cana, mira…—insistió sonriendo.
-¡Mentira!—dijo mirándose el cabello en la parte de atrás de la cuchara.
-Yo no miento Kurt Hummel.
-Eso no es una cana es…—dijo mirándola de cerca— es un cabello rubio, yo tenía el pelo claro cuando era más joven,
-¡Nunca fuiste rubio Kurt Hummel-Anderson!, esto es una cana con “C” mayúscula.
-¡MENTIRA!... ¡mira!, ¡fíjate!… es un cabello rubio, ¡míralo en la luz! —insistió sintiendo que Blaine le decía que tenía 100 años.
-¿Por qué te enojas?... es algo esperable para la edad que tenemos.
-¡Claro que no!
-¡Claro que sí!, Kurt… tenemos casi cincuenta.
-¡Ese serás tu!... —dijo poniéndose de pie para mirarse el cabello en el espejo que mantenían sobre uno de los de los muebles— yo fui a la tienda el otro día y la persona que me atendió creyó que tenia treinta o algo, y juro que me han ofrecido papeles de veinteañeros.
-Te amo…—dijo sonriendo.
-No te saldrás con la tuya, comprobare que no tengo ningún otro pelo de esos y tendrás que aceptar que es un cabello rubio —sentencio Kurt mirándose la cabeza como si tuviera pediculosis que exterminar.
-Yo creo que te verías bastante atractivo con el cabello gris, como una versión más elegante y gay de Richard Gere.
-¡Quieres dejar de decir…!
-¿Papás? —dijo Lizzie golpeando y abriendo la puerta al mismo tiempo.
-Princesa… ¿Qué haces aquí?
-Hola “Papáblen”… hola Papá.
-Hola hija…—dijo Kurt dándole un abrazo— ¿estás bien?... ¿estás más delgada?
-¡¿Qué?!... ¡uf!... ¡ojala!... nada que ver… ¡hola!... —dijo Lizzie tomándose el vientre por sobre el impermeable extra largo que vestía.
-¿Cuándo llegaste Princesa?
-Hace como media hora…
-¿Sucede algo? —pregunto Kurt olvidándose de las canas y acercándose a su hija.
-Si… pero necesito que vengan a la sala… los dos.
-Lizzie… ¿está todo bien? —quiso saber Blaine levantándose de la cama.
-Vengan por favor —dijo Lizzie poniendo cara de funeral y ajustando el cuello de su abrigo como si no quisiera que vieran que llevaba debajo.
Blaine miro a Kurt y este le devolvió la mirada cargada de más preocupación. Se puso los zapatos y salió tras su esposo hasta la sala donde Lizzie les pidió que fueran.
-Te lo dije… —dijo Kurt saliendo de la habitación.
-¿No saquemos conclusiones antes de tiempo?… ¿de acuerdo?— contesto Blaine bajando la escalera que daba a la cocina.
-¡Antes de tiempo!... Blaine, por favor dime que viste la cara que tenia nuestra hija… ¡estaba usando un impermeable por todos los santos!
-Kurt… eso no quiere decir nada.
-¿Cómo que no? —insistió Kurt deteniéndose en el último peldaño —estaba como ocultando algo, ¿Qué tal si está embarazada?...¿o si se hizo un tatuaje que le abarca todo el cuerpo?
-¿Qué?
-Eso… ¡por Dios!, no sé qué cosa es peor —dijo Kurt tomándose las sienes frente a la puerta de la cocina que daba a la sala.
-Cálmate… te aseguro y llevaba un impermeable porque…
-¡SORPRESA! —gritaron Noah, Henry y la propia Lizzie que ya había dejado de lado la cara de funeral y sonreía a la par de sus hermanos.
-¿Qué?... —dijo Kurt tomándose la cara.
-¡Chicos! —añadió Blaine poniendo sus manos juntas cerca de su boca, como si fuera a decir una plegaria allí mismo en la sala frente al par de mesas de café  “Studebaker Factory”
Los chicos aplaudieron y les pidieron que se sentaran, habían cambiado la decoración de la sala por una inspirada en Paris. Lizzie se había quitado el impermeable y dejaba lucir un vestido rojo como de “Courtisane”, Henry tenía un “bicorne hat” en su cabeza y una chaqueta de uniforme militar de la Francia del 1800. Noah por su parte lucia una boina negra puesta de medio lado, una camiseta a rayas y un pañuelo rojo amarrado al cuello. Se había dibujado unos bigotes estilo francés que junto con sus gafas lo hacía lucir de lo más gracioso.
Sobre la mesa de centro flameaban dos pequeñas banderas de Francia junto a una cesta con pan Baguette, champagne y unos racimos de uva. En un esfuerzo único habían reunido todos los muebles estilo parisino que existían en la casa, incluyendo una figura de “La torre Eiffel” comprada la primera vez que como familia, pisaron tierras galas.
-¿Chicos?... ¿Qué significa…?
-¡No!... no hablen —dijo Henry haciendo el gesto de silencio— escuchen lo que tenemos que decir— agrego poniéndose al medio de sus dos hermanos.
-Pero, ¿en qué momento hicieron todo esto? —insistió Blaine tomando las pequeñas banderitas.
-Mientras estaban en su habitación… es decir… ¡hola!, pierden la noción del tiempo y el espacio cuando están allí… —dijo Lizzie poniéndose las manos en el pecho y pestañeando rápido, como si desbordara amor por alguien o algo.
-¿Y qué quiere decir todo esto? —quiso saber Kurt tomando un par de granos de uva.
-¡Ya dejen de preguntar y escuchen a sus hijos! —dijo Henry como poniendo orden en una construcción extra ruidosa.
-¿Cómo?... Noah dinos tú… —pidió Kurt mirando a su hijo menor.
-No puedo Papá una promesa es una promesa —dijo el chico con convencimiento.
-¡Ya!, ¡no extorsionen al pequeño!… bien… si supiéramos Francés haríamos esta parodia en ese idioma, pero como no lo hablamos deberán escuchar nuestro perfecto ingles —sentencio Lizzie arreglándose el escote.
-Yo sé decir unas palabras… “bon après-midi” y “croissant” —dijo Noah levantando una mano.
-Las mejores palabras hijo —se apresuro a decir Blaine sonriendo.
-Ay, está bien… di esas palabras Noah —dijo Lizzie empujando a su hermano hacia adelante.
-Pero si ya las dije… —contesto el pequeño entre dientes, como si su hermana estuviese bromeando con él.
-¿Qué?... ¡ay!... está bien… en fin… padres, esta pequeña representación es para decirles que, primero, ustedes son los mejores Padres del mundo.
-Los mejores por lejos… —añadió Henry
-¡Los mejores del Universo! —exclamo Noah alzado uno de sus brazos.
Blaine tomo la mano de Kurt y le sonrió complacido, este le devolvió la sonrisa agregando un beso y una caricia en la cara.
-¡Pero no comiencen con eso! —advirtió Lizzie como si hablara con dos adolescentes libidinosos— ¡concéntrense en lo que tenemos que decir! —agrego moviendo su mano entre ellos, queriendo hacer lo imposible: separarlos.
-Lo sentimos Princesa… continua.
-Bien… pueden darse besos, no crean que no —dijo la chica levantando sus pulgares, Kurt soltó una risa y negó con la cabeza—  bueno… lo segundo es que los queremos mucho.
-Muchísimo —dijo Henry.
-¡Mas que a nadie! —añadió Noah.
-Y que estamos súper orgullosos de ustedes, de lo que son y de lo que somos como familia —termino por decir Lizzie mirando a sus hermanos.
Kurt hizo un puchero y volvió a mirar a Blaine a punto de soltar las lágrimas, este le guiño un ojo en respuesta, como si le diera todo el crédito por cómo eran sus hijos.
-Por lo tanto, con mis hermanos aquí, pensamos que era extra necesario demostrarles cuanto los queremos y admiramos, así es que primero, hicimos el sacrifico de vestirnos así…y segundo…
-¡A mí me gusta esta ropa! —exclamo Noah estirando su camiseta  a rayas.
-Pues te ves fantástico hijo, como si cosieras para “Jean Paul Gaultier”—dijo Kurt dando un aplauso.
-¿Quién? —quiso saber Noah rascándose la cabeza.
-Nadie “Goblin”… —se apresuro en decir Lizzie para que nadie se desconcentrara de lo que estaban haciendo— ¿Qué estaba diciendo? —pregunto mirando a su hermano mayor.
Henry le dijo algo al oído y Lizzie se pego en la frente con su palma abierta, como si fuera la más estúpida entre las estúpidas.
-Segundo, hicimos toda una escenografía del lugar que sabemos que ustedes aman —continuo la chica señalando el mapa de Francia extendido sobre uno de los sofás— tuve que venir varios días, ¿saben lo que significa organizar a un par de hombres?
-Lo imagino, y ahora comprendo porque habías venido durante la semana, con Blaine estábamos hablando justamente de ti y creíamos que tenias algún problema o algo.
-¿Problema?... ¿qué problema?
-Es lo que creíamos Princesa, el Señor Jenkins le dijo a tu Papá que te había visto un par de días de la semana aquí y creímos...
-¡UY QUE SEÑOR MAS CHISMOSO! —grito Lizzie en dirección a los pisos de abajo.
-No es chismoso hija, él pensó que nosotros sabíamos.
-¡Pero qué tiene que nadar diciendo!... ¡uy! —insistió haciendo un gesto de nervios.
-¿Sigamos mejor hermanita? —pidió Henry ya sintiendo incomodidad con su gorro estilo Napoleón.
-Si… claro… bueno, el asunto es que les compramos esto —dijo Lizzie no queriendo alargar mas la sorpresa y entregándole un sobre a sus Padres.
-¿Qué es esto? —pregunto Kurt mirando el sobre cerrado.
-¡Ábrelo!—dijo Henry moviendo sus manos.
-Si no lo abren nunca lo sabrán —acoto Noah encogiéndose de hombros.
-Muy bien… —respondió Kurt cortando uno de los extremos y sacando algo que lo dejo sin aire—  ¡hijos!…
-¿Qué es?...—pregunto Blaine tomando el contenido y palideciendo un poco.
Henry sonrió feliz y Lizzie se llevo las manos a la boca como nerviosa de lo que sus padres dirían. Noah espero tranquilo la reacción de sus progenitores, mal que mal eran solo un par de pasajes en avión.
-Chicos… ¿Qué significa esto?—pregunto Kurt a punto de llorar.
-Son dos pasajes de avión, primera clase a Paris, para que pasen la semana de San Valentín en la ciudad y se supone es al más romántica del mundo.
-¿Están hablando en serio? —dijo Blaine mirando los pasajes, mas el folleto del hotel.
-Muy en serio, se merecen eso y mucho más, y por favor no empiecen con que no, ni nada de eso, no aceptaremos ninguna excusa de parte de ustedes —dijo Henry quitándose el gorro y arreglándose el pelo.
-Eso es verdad, hablamos en el teatro y los demás de la compañía dijeron que podías tomarte una semana sin problemas Papá y tu “Papáblen” como estas en periodo sabático, tampoco tendrás excusa… ¡y no se preocupen por el “Goblin”!, el abuelo Burt y la abuela Carol vendrán a quedarse esa semana aquí —sentencio Lizzie de corrido— es su oportunidad de conocer y disfrutar Paris y no permitiremos que no lo hagan.
-Pero si conocemos Paris  —dijo Blaine revisando los pasajes.
-¡Ay si lo sabemos!... ¡hola!... pero este viaje es para que lo disfruten, siempre que hemos estado ha sido en un concierto del “Papáblen” y estar tras el escenario de “La Maroquinerie” con dos hijos revoloteando y haciendo desorden, claramente NO es disfrutar Paris… ¡hola!
-¿De dónde sacaron dinero para esto?
-¿Importa eso?... Papás, hicimos un esfuerzo entre todos, y eso es lo único que importa, parten en una semana.
-¿Blaine? —dijo Kurt sin saber que mas decir.
-Hijos… esto que han hecho es fantástico… y se los agradecemos…
-¡Viene un pero! —exclamo Noah como asustado.
-¿No escucharon que no aceptaremos un no, ni un pero ni nada parecido? —dijo Lizzie sintiendo un poco de nervios.
-Es verdad Papás… nada de peros.
-¡El abuelo Burt Hummel y la abuelita Carol Hudson-Hummel, me cuidaran bien!… ¡se los juro! —dijo Noah abrazando a  Desmond.
-Lo sabemos cariño, no te asustes —dijo Kurt haciendo un gesto de calma con sus manos.
-¿Me dejan terminar preciosos Anderson Hummel? —los tres hicieron un gesto de si al mismo tiempo— lo que iba a decir es que se los agradecemos, pero quisiéramos saber antes si es que esto no significo que hicieran muchos sacrificios económicos, porque eso no nos haría disfrutar nada.
-¡Ay “Papáblen”!, hablas como si hubiéramos pasado hambre o algo —dijo Lizzie cruzándose de brazos.
-¿No ha sido así?
-¿Qué?... ¡obvio que no!... ¡hola!...¡mírame parezco un vaca!, y para que vamos a hablar del peso de Henry —contesto Lizzie dándole un par de palmetazos en la panza  a su hermano— yo no hice ningún sacrificio— agrego.
-¡Ni yo! —añadió Henry entrando la panza y sintiéndose como que pesaba un par de toneladas.
-Henry Anderson Hummel vendió su auto —dijo Noah apuntándolo.
-¡”Goblin”!
-¿Qué?... Henry… ¿Cómo es eso? —quiso saber Kurt levantándose del asiento.
-Papá, no te enfades. El auto que ustedes me regalaron me sirvió todo este tiempo, mientras estudiaba, en el verano… todo, pero era lo que tenía que hacer, lo siento, pero si deshacerme de el significa que puedo hacerle un regalo a quienes más quiero en el mundo, lo volvería a hacer sin pensarlo.
-¡Ese auto tenía como mil años!... no se enfaden.
-No nos enfadamos Princesa, además, pueden hacer lo que quieran con sus cosas…
-¿Entonces?... ¿qué dicen?
-Decimos que…—respondió Kurt mirando a Blaine— ¡nos vamos a Paris!
-¡Si! —dijo Henry haciendo su acostumbrado gesto de triunfo.
-¡Eso! —exclamo Lizzie tomándose la pollera del vestido y bailando como un paso de “Cancán”
Noah aplaudió y se meneo entero junto a  “Desmond”, como no pudiendo mas de felicidad.
-¡Gracias hijos! —dijo Kurt dando un beso a cada uno.
-Lo mismo digo… gracias Henry —dijo Blaine abrazando a su hijo mayor— también… gracias a ti Princesa —añadió ante la carraspera de su hija— y gracias a ti Noah… —termino por decir tomando al pequeño en sus brazos— Esto que acaban de hacer es algo maravilloso, no tanto porque nos vamos en primera clase y nos quedaremos en el Hotel “Le Bristol” —dijo Blaine apuntado el folleto sobre la mesa de café— sino por el sacrifico que hicieron, por el tiempo que tardaron en planear esto y porque nos conocen… y eso es algo que solo puede ocurrírseles a los mejores niños que existen y nosotros somos los padres mas afortunados del mundo— añadió mirando a Kurt.
-Es verdad —dijo Kurt  enjugándose un par de lagrimas— pero como “nota al margen”, yo si agradezco que sean boletos de primera clase— añadió rendo.
Blaine sonrió también y tomo a su esposo por la cintura y le dio un beso como de película. Noah, que aun estaba en los brazos de su “Papáblen” se cubrió los ojos por sobre las gafas, como si sus padres necesitaran privacidad en ese momento. Lizzie soltó como un aullido de cachorro y Henry los miro satisfecho.
-¡¿A Paris entonces?! —exclamo Henry abriendo sus brazos para envolverlos a todos en un abrazo gigante.
-¡A Paris!—contestaron todos felices.

Julio 2039


-Gracias Sebastián… de verdad —contesto Kurt estirando su mano.
-Por nada —respondió este estrechándosela de  vuelta.
-Sebastián… si quieres saludar a Blaine estamos en el —añadió contando las habitaciones y pasillos en su mente— primer piso, segundo pasillo, cuarta habitación del lado izquierdo—agrego como imaginando un mapa del hospital en su cabeza.
-Ok… pero si no alcanzo dale mis saludos… —termino por decir Sebastián mostrando mas dientes que al principio de la conversación.
-Se los daré —dijo Kurt saliendo de la oficina raramente complacido con la nueva actitud de Smythe, pero pensando eso sí, que la próxima vez que Blaine lo invitara a ver en internet los mensajes que le escribían sus fans en las redes sociales, diría  “Si” de inmediato.
-¡Kurt!—dijo Sebastián alcanzándolo al comienzo del pasillo.
-¿Si?... ¿paso algo? —pregunto enseñando los papeles que cargaba, como si fueran un salvoconducto autorizado.
-No, tranquilo, solo quería… —respondió sacando una tarjeta de visita de su billetera— entregarte esto, es mi tarjeta, si puedes entregársela a Blaine, o… conservarla tú, no se… me encantaría verlos de nuevo —añadió sonriendo más ampliamente, si es que aquello era posible.
-¡Oh!… claro… —dijo Kurt guardándola en su bolsillo— se la entregare a Blaine… ya sabes, mi esposo —repitió con acento de pertenencia— gracias Sebastián, otra vez.
-Por nada…

Kurt se dirigió primero a la oficina contable a pagar la cuenta y luego  de vuelta de lo más feliz hasta la habitación de su hijo, tanto por haberse enterado que su pequeño estaba de alta, como por el hecho de que Sebastián se había portado extra amable y por sobre todo estaba casado y tenía un hijo.

-¡Todo está listo! —exclamo Kurt como cantando, mientras entraba  a la habitación de su hijo pequeño— ¡Lizzie!... te advertí que Noah estaba durmiendo.
Lizzie hizo un gesto como de alguien empingorotado y Noah rio de buena gana.
-¿Qué te dijeron?—pegunto Blaine sentando en la cabecera de la cama con su hijo en el regazo, que se mantenía entretenido por los peinados que se hacia su hermana, cada uno mas diferente y abundante que el siguiente.
-Que nos podemos ir.
-¿De verdad Papá? —pregunto Noah incorporándose
-De verdad bebé, hable con una enfermera que me dijo que había que llenar unas formas y todo estaría listo, así es que las llene y adivina…
-¡Esta todo listo! —dijo Noah haciendo el ademan de levantarse.
-¡Hijo!... espera un segundo, la doctora ha de venir para decir lo que debemos hacer en la casa, de ahí podemos irnos, ¿no ha venido? —quiso saber Kurt ordenando los papeles del alta de su hijo.
-No ha venido nadie… excepto Julianna que dijo que tú le pediste disculpas… ¿dónde está mi gaseosa? —dijo Lizzie que se había tirado todo el cabello hacia adelante y lucia como “That Adams”
-Bueno, supongo y debemos esperar por la doctora “chinchi”—contesto dejando los papeles ordenados en la mesa junto a la cama de su hijo.
-“Huiqing”, Papá… —corrigió Noah sonriendo.
-Eso —contesto Kurt dándole un beso en el pelo, aun más feliz.
-¿Me trajiste mi Soda de compensación? —insistió Lizzie  estirando sus manos.
-Te la traje… —respondió entregándole una lata de bebida cola.
-¿Cómo te fue? —pregunto Blaine cuando Kurt se sentó en la cama al lado de Noah y le entrego una cajita de jugo.
-Bien, todo está bien —respondió acariciándole el cabello a su hijo y dándole un beso en la cabeza después.
-¿Seguro?, porque vino una enfermera a decir que la oficina contable estaba cerrada por una falla del sistema, te buscaba a ti en realidad.
-Pues me di cuenta de eso…
-¿Entonces?
-Entonces que —dijo Kurt siguiendo con las caricias en el pelo sedoso de su hijo.
-¿Cómo conseguiste pagar la cuenta para que te dieran el alta?
-Alguien… me ayudo.
-¿Quién?
-Alguien… que trabaja en el hospital…
-¿Estás bien?... estas hablando como si te hubieses tomado los calmantes de Noah.
-Estoy perfecto, además…
-¿Papá?, ¿me ayudas abrir esta cajita?, tengo una sola mano —advirtió Noah enseñando su jugo.
-Por supuesto bebé —respondió Kurt haciendo lo que su hijo le pidiera.
-Ocultas algo, lo sé… —dijo Blaine medio sentándose en la cabecera de la cama de hospital.
-Toma cariño —dijo Kurt sin tomar en atención las palabras de su esposo.
-¡Kurt! —insistió medio susurrando.
-¿Por qué a mí nadie me abre mi soda?, también tengo problemas con mi mano —dijo Lizzie ocultando una en la manga del sweater queriendo parecer una manca desvalida.
-¡Tu no tienes ningún problema Lizzie Anderson Hummel!, además te dije que tu hermanito estaba durmiendo.
-Debo decir que soy inocente… ¿Por qué me culpas sin saber?... ¿Por qué no me abres mi gaseosa?
-Si claro… —dijo Kurt revolviéndole el pelo.
-Mejor voy al baño… ¡no se vayan sin mí! —exclamo la chica saliendo de la habitación.
-Descubriré lo que ocultas, espero y los sepas —advirtió Blaine levantando una ceja.
-No oculto nada… ¿cuántos seguidores tienes en “Twitter”?
-¿Cómo?
-¿Y en “Facebook”?... ¿quién te ha solicitado amistad?
-Kurt, ¿de qué estás hablando?
-Háblame  de lo que subes a  “Instagram”…
-¿Qué?...
-Dime… ¡da lo mismo!... aquí viene al doctora —dijo Kurt apuntando a la puerta y levantándose acto seguido
-¡Kurt!... —exclamo Blaine tratando de tomarlo por la camisa.
-La Doctora “Chinchi”—murmuro mirándolo.
-Buenas tardes —dijo la Doctora Yuan entrando a la habitación— ¿Cómo está el pequeño más inteligente de traumatología?
-Muy bien —respondió Noah bebiendo jugo.
-Me parece fantástico, Señor Hummel, Señor Anderson, ya pueden llevarse a su hijo, aquí  están los detalles del medicamento y les recomendaría  que el pequeño hiciera reposo el día de hoy y parte de mañana.
-¿Reposo? —repitió Blaine poniéndose de pie y tomando la receta.
-Sí, pero solo por precaución, estará adolorido un par de días, después de todo se cayó desde unos cuantos metros, ¿alguna duda?
-Ninguna… ¿Kurt? —dijo Blaine mirando a su esposo.
-¿El próximo control?
-¡Ah!... ¿donde tengo la cabeza? —se auto reprendió la Doctora Yuán mientras se ponía las gafas y encendía su “ipad”— vengan… en dos semanas, haremos otra radiografía y veremos si es posible cambiar el yeso por una férula, más liviana y más cómoda —añadió anotando la cita.
-Perfecto Doctora, muchas gracias —contesto Kurt estrechándole la mano.
-El placer es mío y perdonen la demora, si no fuera porque el Señor Smythe me llamo con clave 911, aun estoy tratando de convencer a la abuela de un paciente que para una fractura se necesita yeso y no una cataplasma de barro, Buenas tardes —dijo retirándose y haciéndole un cariño a Noah.
-¿Escuchaste cariño?... ¡nos vamos a casa!
-¡A casa! —exclamo Noah tomando a Desmond primero que nada— ¡Lizzie me voy a casa!–añadió  en cuanto vio llegar a su hermana desde el baño.
-¡Excelente!, ¡Bailemos “Goblin”!—exclamo la chica haciendo un paso de baile, Noah la siguió moviéndose sentado y alzando su mano sana.
-No te muevas tanto bebé… la doctora dijo que debías hacer reposo, ¿recuerdas? —advirtió Kurt mirando a Lizzie.
-¿Es verdad eso “Goblin”? —Noah hizo un gesto positivo con su cabeza— entonces, cambiemos el ritmo— dijo Lizzie tomando a Desmond para bailar una especie de vals más lento y delicado.
-Locos…—dijo Kurt sonriendo— Acá tengo tu ropita —añadió mientras registraba la bolsa del hospital con las pertenencias de Noah.
-¿Escuchaste lo que dijo la doctora?—quiso saber Blaine al tiempo que le quitaba la bata con dinosaurios a su hijo.
-¿Lo del reposo? —pregunto Kurt de vuelta poniéndole la camiseta, teniendo extra cuidado con el brazo y frente magulladas.
-No, dijo “El señor Smythe”, igual a… ya sabes quién… —contesto Blaine como si estuviera hablando de “Voldemort” en las calles de “Hogsmeade”
-¿Igual a quien? —pregunto Noah medio ahogado por tener su cabeza metida en el sweater.
-Igual a una suricata cariño… ¿conoces las suricatas? —pegunto Kurt mientras le acomodaba las mangas.
-Las conozco… ¿Quién puede ser igual a un animal de áfrica?
-Eso es verdad Noah… ¿Quién puede ser igual a un animal de áfrica Kurt? —dijo Blaine poniendo cara de pregunta.
Kurt le dio una mirada como de soslayo y rió mientras terminaba de vestir a su hijo, lo tomo en brazos alistándose para irse. Blaine reviso las pertenencias de Noah asegurandose que no se quedara nada y Lizzie tomo a “Desmond” y los papeles del alta y los cuatro abandonaron el hospital.

Todo el camino a casa Blaine le dio pequeñas miradas a su esposo cargadas de suspicacia recibiendo un “¿Qué?” repetitivo en cada ocasión por parte de Kurt, pensó que si él hubiera sido el que conducía, se hubiera detenido en plena carretera hasta que su esposo le contara lo que estaba ocultando.
-¿Te sientes bien hijo? —pregunto Kurt mirando a Noah por el espejo retrovisor.
-Si Papá…. Lizzie Anderson Hummel me cuida —contesto el pequeño, que viajaba acostado en las piernas de su hermana.
-Así es… yo me encargo de todo —dijo Lizzie haciendo una seña como de saludo— ¿Cómo es posible que tengas el cabello tan bonito? —pregunto Lizzie acariciando el sedoso y lacio cabello de Noah y tocando el de ella que parecía una maraña sin fin.
-¿Por qué me sigues mirando así? —quiso saber  Kurt en uno de los semáforos.
-No te miro de ninguna forma, solo insisto que ocultas algo —respondió Blaine bajando el volumen de la radio.
-Y yo insisto que estas comportándote como detective desempleado, buscando misterios donde no los hay.
-Concéntrate en conducir mejor… mira, luz verde —añadió Blaine medio molestándose.
-¡Esta bien!... conozco ese gesto, y es de molestia cuando no te dan la razón… eso de ponerse todo así… —aseguro Kurt arrugando el entrecejo y poniendo al boca como si hubiese comido algo agrio.
-Yo no me pongo así… —dijo Blaine mirando hacia la calle.
-¡Claro que sí!… —insistió Kurt echando un ojo a sus hijos que viajaban en el asiento de atrás. Noah seguía acostado en el regazo de su hermana mayor y la chica seguía tocando el cabello de su hermano y el de ella mientras hacía gestos de incredulidad— ¿quieres saber por qué no me demore nada en hacer los trámites del alta de nuestro hijo?
-Me gustaría…
-Bueno, fue porque una persona me ayudo.
-Eso ya lo dijiste, ¿Quién?
-…
-¿Me vas a contar o…? —quiso saber Blaine haciendo con sus manos un gesto de demanda.
-Fue Sebastián.
-¿Qué Sebastián?
Kurt olvido que estaba conduciendo y lo miro un buen rato como si su esposo fuera alguien con déficit atencional.
-Un auto —advirtió Blaine apuntando hacia adelante.
-¡Ups!... lo siento —exclamo volviendo a concentrarse en la carretera— ¿no tienes idea de quien Sebastián estoy hablando?
-¿Me vas a decir que Sebastián?… ¡Sebastián!… ¿fue quien te ayudo?
-El mismo, el siempre nunca bien ponderado Sebastián Smythe.
-¿Estás hablando enserio?
-Oh por Dios… muy enserio.
-¿Y ahora trabaja en un hospital?, ¿no era abogado o algo así?
-Sigue siéndolo, se encarga de la parte legal del recinto, las demandas por negligencia y ese tipo de cosas.
-¿Cuánto rato hablaste con él?
-Bastante en realidad, pero te asombraría lo amable que esta… lo que es bastante desagradable por lo demás.
-¡Kurt!... ¿Cómo va a ser desagradable que alguien te trate bien?
-¡Porque es Sebastián por todos los cielos!… si es amable, se me hace mas imposible odiarlo.
-¿Para qué lo vas a odiar?, ¿no crees que ya estamos en un lugar en nuestras vidas donde no deberíamos de odiar a nadie?
-No… —respondió alargando al “o”— el está en mi lista de enemigos mortales y haga lo que haga, allí se quedara… y no me digas que debería borrar esa lista o deshacerme de ella, la tengo laminada en plástico, no puedo romperla ni borrarla.
-Claro que no la tienes así…. Exagerado…
-¡Es verdad!, puedo probarlo —dijo dándole pequeñas miradas.
-¿Y entonces?
-Entonces que…
-Sebastián… ¿cómo esta?, ¿qué hace?, ¿con quién?
-¡Vaya si te interesa lo que ha pasado con el hijo del anticristo!
-Kurt… vamos…
-Está bien… el sobrino del anticristo… pero por lo demás tu deberías saberlo, me dijo que te sigue en todas las redes sociales y es parte de tu pagina web.
-¿De verdad?
-Ay, seguro y no has hablado con él nunca.
-Kurt… ¿tienes idea de cuanta gente me sigue en esas cosas?
-¡Perdón!... “señor ultra famoso”...—dijo soltando un poco el volante para hacer un gesto como si limpiara un vidrio con un paño— ¿seguro y no te sigue ningún “@tengomasdientesquenadie”?
-¿Quién?
-¿”@suricata”?
-¡Kurt!...
-¿“@Sebastiananderson”?, ¿”@MisterEd”?, ¿”@MisterColgate”?
-No, y aunque te burles, es mucha la gente que me sigue, no puedo fijarme en el nombre de todos.
-Lo sé… y estoy súper orgulloso de ti, perdón por lo del sarcasmo —dijo Kurt haciendo un puchero y mirando a sus hijos por el espejo retrovisor.
-Perdonado quedas…—respondió Blaine mirando a Lizzie, que parecía embobada acariciando a su hermano menor.
-Bien… está bien, te contare… Sebastián esta alto como siempre y engreído como lo recordaba, claro que me parece que le han salido un par de dientes extras, porque te aseguro que tiene más desde la última vez que lo vimos —aseguro Kurt doblando por la “57th st.”
-Eso no es posible y lo sabes… ¿está bien?
-Está perfecto, casado y con un hijo.
-¿¡De verdad?! —exclamó  Blaine sin poder creer aquello.
-De verdad, me enseño una foto y todo de su hijo… ¿Cómo me dijo que se llamaba?... ¿”Blaine”?
-No es posible que se llame así, si está casado y con un  hijo, créeme que lo menos que piensa es en mi.
-¡Ja! —dijo Kurt como si se hubiera ahogado con una hoja de perejil.
-¿”Ja”?
-Si… ¡JA!...—repitió Kurt exhalando mas aire, haciendo que su expresión burlona se escuchara mas como un ataque de asma que como otra cosa.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¡Que eso que dices que te olvido es totalmente mentira!, me confesó que descarga tu música en cuanto aparecen tus discos, creo que incluso te agrego a “Messenger”
-¡Eso ya no existe!
-Bueno, algo así… ¡Uy como lo odio! —exclamo Kurt empuñando una mano y sintiendo que tenia 18 de nuevo y se encontraba en una de las mesas del “Lima Bean”
-¿No me acabas de decir que se porto extra amable contigo?
-¡Claro que lo hizo! —dijo Kurt tomando la 5th Av.
-¿Entonces?
-Entonces… todo iba bien hasta que comenzó a alabarte como si fuera una de las adolescentes que te siguen y te agarran —dijo Kurt haciendo un gesto con su mano como si agarrara algo suculento.
-Primero, nadie me ha agarrado nada, segundo, ¿no dijiste también que está casado y tiene un hijo?, es bastante estúpido que sientas celos de alguien casado y que tiene un hijo, creo que lo menos que podríamos hacer es invitarlo a cenar a él y a su esposo, también a su hijo. ¿cuantos años tiene?
Kurt lo miro como si estuviese hablando en el  idioma de la Doctora “Chinchi”
-¿Qué?
-¿Cómo puedes decir que quieres invitarlos a cenar?... ¿que pasa contigo?
-Nuestros hijos viajan atrás… te lo recuerdo —dijo Blaine apuntando con su pulgar el asiento trasero.
-Ellos nos saben de que estamos hablando… ¿Lizzie?... ¿sabes quién es Sebastián?
-¿Por qué mi cabello tenía que ser tan endemoniado y no podía ser como el de Noah? —dijo la chica respondiendo algo nada que ver con lo que le consultaba su Papá
-¿Viste? —añadió deteniendo el auto frente al edificio.
-Aun así me parece inapropiado que hables así de alguien delante de los niños —insistió Blaine desabrochando el cinturón de seguridad.
Kurt repitió lo que dijera su esposo en tono bajito y medio burlón, Blaine negó con la cabeza y sonriendo se bajo del auto.
-¡Listo preciosos hijos! —dijo Kurt dando un par de aplausos y bajándose del auto.
-¿Te bajo en los brazos “Goblin”?
-No Lizzie Anderson Hummel, ya no soy un bebé —respondió Noah sintiéndose como un niño más grande de lo que era.
Lizzie espero que Noah se bajara con toda la calma y el cuidado posible lidiando con su brazo enyesado y su dinosaurio azul y luego ella hizo lo propio por su lado del vehículo, tomo a su hermano de la mano sin yeso y entro con él al edificio. Blaine saco las pertenencias de Noah desde el porta equipaje junto con la carpeta con los papeles del alta y la bolsa con los medicamentos, tomo todo en una mano y rodeo el auto para encontrase con Kurt que lo esperaba semi sentado en el capo.
-Toma… —dijo entregándole la tarjeta de Sebastián.
-¿Qué es esto?
-Es la tarjeta de tu “novio”… —respondió riendo y poniendo caras.
-Kurt…
-Mira, el tipo fue amable hasta el cansancio, solo le falto bajar y ponerle el mismo el yeso a nuestro hijo, y aunque lo odio con toda mi alma, se reconocer cuando alguien ha cambiado para bien —dijo apuntándolo.
- ¿SI?
-Si… aunque eso no quita que quería sacarle cada uno de sus dientes cuando sonreía al mencionarte, luego pensé que me demoraría tanto que estaría media tarde en eso, así es que lo descarte.
-Mírate… todo celoso —dijo Blaine acercándosele.
-¡No estoy celoso!... de verdad iba a hacerlo —dijo Kurt haciéndole un espacio entre sus piernas.
-Debo decir, que el hecho que aun sientas celos después de estar conmigo casi 30 años es bastante halagador… y adorable… pero esta un poco fuera de lugar.
-¿Fuera de lugar?... ¿es lo que cree “señor Adam es un nombre ideal para un bicho tan feo”?
-Pues eso es verdad, nadie es más feo que él.
-¡Ni siquiera conociste al tipo!
-Lo sé…—dijo Blaine dejando sus manos en las caderas de su esposo— pero en mi cabeza es jorobado, con dientes chuecos y muchas cosas en la cara… como espinillas, verrugas y ese tipo de cosas— añadió sonriendo y pensando que su analogía era lo más divertido que alguien pudiera inventar nunca.
-Ok…—respondió Kurt sonriendo ante la proximidad de los labios del hombre de su vida.
-Y no  lamento lo del bicho, espero y lo sepas —añadió acariciándole la cara.
-Lo sé… —dijo Kurt haciéndose cargo del beso— ni yo lamento lo de querer sacarle los dientes a Sebastián.
-¿Lo llamamos un empate entonces?
-Creo que sería lo más justo —dijo Kurt rozando su nariz por el cuello y oreja de su esposo.
-Muy bien… y si no quieres que invitemos a los “Smythes” a cenar… está bien, te concedo ese derecho.
-Muy amable de tu parte, pero pensándolo bien, sería una excelente oportunidad de presumir ante él, todo lo que hemos logrado, no podría  resistirme… estoy pensando incluso en poner la mesa frente a la repisa de nuestros galardones —aseguro Kurt mirando al cielo, como pensando en cómo lograr aquello con la mesa de diseñador que solo usaban para las festividades.
-Tú no eres así… —advirtió Blaine dándole un toque en la nariz.
-No… pero lo que si hare es no perder la oportunidad de recordarle que eres mío, que tus maravillosos ojos me pertenecen, lo mismo que esta curvita peligrosa de tu nariz —comenzó a decir Kurt tocando cada una de las partes que mencionaba— también son míos tus irresistibles labios —añadió besándolo — y si no estuviéramos en la calle más transitada del mundo, pondría mi mano en ya sabes dónde para recordarte que allí también tengo dominio —concluyo sonriéndole sobre los labios.
-Ok…—respondió Blaine sonriendo.
-Ahora… —agrego Kurt soltando un suspiro— vamos donde nuestros hijos o creo que Lizzie usara el yeso de Noah para resolver operaciones matemáticas— concluyo entrando con Blaine al 834 de la quinta avenida.