(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Noviembre de 2011



-¿Por qué estas solo en la oscuridad? —pregunto Kurt entrando a la sala de su casa.
-Hola Kurt…—respondió Finn incorporándose en la silla de Burt.
-¿Te habías quedado dormido?
-No… no… es solo que estaba pensando… tal vez demasiado…—dijo restregándose los ojos como si tuviera una fobia a la luz.
-¿Mi Papá y Carol llamaron? —pregunto Kurt acercándose a su hermano mientras jugaba con la corbata como de “cowboy” que vestía.
-No, ¿Burt no te llamo a ti?
-No... por algo pregunto…
-Pues asumo y han estado “ocupados” en su viaje —respondió Finn dando un acento diferente a “ocupados”
-¿Qué?
-Kurt… mira la verdad es que no me siento bien como para un interrogatorio.
-¿Quién te está interrogando?, solo preguntaba… ¡Dios!... si que te está haciendo mal lo de Rachel.
-¿Qué?
-Nada…
-¡Oye!, ¡no puedes arrojar algo y luego esconderlo!… o algo así…—exclamo Finn sin que el refrán que pensaba decir le saliera bien del todo.
-Pues yo no estoy arrojando nada, lo que si deberías arrojar tú, es esta modorra que llevas, vamos acompáñame a la cocina —señalo Kurt haciendo un gesto con su cabeza y señalando hacia aquella parte de la casa.
-¿Qué?, ¿por qué?
-Para que tomemos un café y un vaso de leche caliente, no sentara bien a ambos.
-No me gusta el café y la leche caliente es asquerosa.
-¡¿Por qué todos dicen eso?!... ¡ya dejen de decir eso!... ¡cientos de terneros no pueden equivocarse!... ven, beberás agua por ultimo.
-Kurt… —dijo Finn como si levantarse de la sala e ir a la cocina fuera igual que recorrer la muralla china a pie y en un día.
-¡Vamos Finn!... hoy tuve una noche horrible y lo único que quiero es no meterme a la cama a llorar… es tu deber como hermano mayor hacer lo que te pido y mi deber como hermano menor es hacerte sentir mejor— Finn puso cara rara y lo miro un par de segundos— no te ilusiones, tengo novio —advirtió Kurt blanqueando los ojos— o al menos es lo que creo —murmuro por lo bajo.
-Está bien… tienes razón creo que necesito hablar con alguien, hasta ahora solo hable con Puck y no fue de lo más constructivo —dijo levantándose, no sin antes emitir un quejido como de cansancio extremo.
-Pues hablar con Puck nunca es constructivo.
-Claro…
-Por lo tanto, habla conmigo, tomaremos lo que encontremos y conversaremos de la mas fraternal y heterosexual de las maneras.
-Gracias hermano —dijo Finn sonriendo medio chueco.
-Por nada… vamos —insistió Kurt como empujando el gran cuerpo de su hermano hacia la mesa de la cocina.

-Muy bien… —dijo Kurt con las manos en la cintura y frente al gabinete donde estaba el té, café, un par de cajas de leche y algunas conservas de fruta— puedes tomar la leche tibia que te ofrecí antes, o un té… que creo que es verde —añadió tomando la caja y meneándola por sobre su cabeza— o una porción grande de piña en conserva.
-Voy por la piña si no es mucho trabajo —contesto Finn moviendo sus manos como si deshiciera su pedido si este provocaba mucho trabajo.
-No lo es… —respondió sacando la lata y una caja de leche— además, mientras más ocupado este antes de dormir mejor.
-¿Por qué? —quiso saber Finn sentándose en una de las sillas.
-Porque no quiero cuestionar una decisión que tome esta noche ya que si me la cuestiono, vienen las preguntas, y si vienen las preguntas viene la culpabilidad y si viene la culpabilidad me sobreviene la rabia— respondió Kurt sacando un tazón, un pocillo para la fruta, una cuchara de té y un tenedor de postre, todo mientras le respondía a su hermano.
-¿Te peleaste con Blaine?... ¿está todo bien?
-Sí y no… —dijo poniendo un par de individuales en la mesa, mas servilletas y cubiertos.
-¿Cómo es eso? —pregunto Finn arreglando el que le correspondiera.
-¿Como es qué?— añadió metiendo el tazón con leche en el microondas y abriendo el tarro de conserva.
-Eso de “Si y no”, o es lo uno o lo otro.
-Pues en este caso es ambos, créeme… toma… —dijo entregando el pocillo con fruta a su hermano.
-Gracias… —respondió comenzando a comer enseguida— cuéntame… ¿no se supone e íbamos a hablar? —pregunto Finn con la boca llena de piña.
-Claro… pero antes, ¿cómo te ha ido con el reclutador ese?, toda la escuela esta como revolucionada con su presencia.
-Bien… he dado lo mejor de mi estos días en el campo, además tengo la sensación que me habla solo a mi cuando da las charlas después de cada juego… es súper sensacional —conto Finn lleno de ilusión.
-Eso hasta que llegue alguien alto y con más dientes que cerebro y te arrebate todo lo que creías propio —dijo Kurt sacando su leche ya tibia del horno y sentándose frente a Finn con cara de odio a alguien o algo.
-¿Cómo?
-¿Rachel sabe lo del reclutador? —pregunto Kurt bebiendo leche y cambiando de tema.
-Lo sabe, se lo dije a comienzos de semana, cuando pegaba sus carte…—respondió Finn sin terminar lo que iba a decir.
-Finn, está bien, se que tienes que ayudarla a ella en la campaña, aunque nadie puede poner los carteles más alto que tu, yo me las he arreglado, no te sientas como “Sophie Zawistowska”
-¿Quién?
-Da lo mismo, el asunto es que te entiendo.
-Sí pero Kurt, tu eres mi hermano y eso debería ser garantía de algo… de un voto al menos.
-Tal vez lo sea… pero es tu decisión, ahora… ¿hoy fue ese gran juego?, ¿no te eligieron?, ¿por eso estas así? —pregunto Kurt dando un sorbo a su leche y levantándose a por el frasco con galletas.
-No, nada de eso… el juego es el viernes y estoy así por otra cosa, que creo y sería bastante incomodo hablarlo contigo.
-¿Por qué? —dijo sacando dos de una vez.
-Porque si… ¿Ok?
-¡Vaya Finn!, esa respuesta es digna de alguien que está a meses de graduarse de la secundaria, ¿Qué pasa contigo? —pregunto escupiendo un poco de migas de galletas.
-Kurt…—dijo Finn limpiándose con la servilleta.
-¿Qué?... insisto… ¿Por qué no puedes hablar conmigo?, es porque soy tu medio hermano, porque soy gay, porque visto mejor que tu… y si hay que elegir, me quedo con la tercera —aseguro Kurt bebiendo mas leche.
-Vaya si es un buen antídoto eso que estas tomando —aseguro Finn sonriendo al ver que su hermano recuperaba el buen humor y el sarcasmo.
-Te lo dije… —respondió de vuelta levantando su tazón como si hiciera un brindis— vamos, puedes confiar en mi… de verdad —insistió echándose una tercera galleta a la boca y cruzando sus manos sobre la mesa después.
-Lo sé Kurt, es solo que me siento tan… por lo que paso con Rachel que ni siquiera sé cómo empezar.
-Siempre es bueno y recomendable hacerlo por el principio, si no, la historia se enreda y nadie entiende nada, cosa que deberían considerara los cineastas que les ha dado por las películas “estilo coral”
-¿Qué?...
-¡Finn!, ¿de que vamos a hablar si no sabes nada de lo que yo hablo?…
-Pues podríamos hablar de que estuve a punto de anotar con Rachel y me dijo algo que me hizo sentir profundamente humillado, por ejemplo —dijo Finn de corrido como si hubiese querido decir aquello hace años.
-¿Humillado?... y para que conste eso de “anotar” déjalo para el vestidor del gimnasio, porque me parece…—advirtió Kurt haciendo con sus manos como si tuviese que tomar algo asqueroso.
-Si, lo siento… bueno, no sé si “humillado” es la palabra correcta…—respondió Finn levantándose para servirse más fruta que Kurt había guardado en un envase herméticamente sellado dentro del refrigerador— nunca se las palabras correctas, pero el asunto es que la invite el otro día a quedarse aquí, ya que nuestros padres no estaban…
-¡Un momento! —exclamo Kurt ahogándose un poco con el liquido que bebía— ¿Rachel se quedo a dormir aquí?... ¿Cuándo?... ¿Por qué no supe?
-Tú no estabas, estabas con Blaine… como siempre —agrego Finn medio murmurando al tiempo que se servía mas piña.
-¿Por qué no me entere de esto?
-Creí que lo sabías, ¿no dijiste algo sobre lo que Rachel me había hecho? —señalo sentándose de nuevo
-Pues lo dije por lo ensayos y el desquiciamiento que le dio con ser candidata a presidente también… un momento —repitió poniendo cara de impacto— ¿Acaso tu y ella…? —añadió moviendo sus dedos índices como si pelearan entre sí.
-No… bueno… ese era el plan pero…
-¿Por eso lo de la humillación?... ¿no pudiste…?
-¡KURT!... ¡NO!... nada que ver, no fue eso lo que paso.
-Bueno, un alivio… para Rachel digo… —dijo Kurt sonriendo tras su tazón.
-Si… bueno… el asunto es que me dijo que solo lo “quería hacer” por lo de la obra… porque ser virgen y aparentar que no lo es no es bueno para su personaje.
-¿Te dijo eso? —pregunto Kurt exagerando su expresión de impacto, levantando una ceja y todo.
-Lo dijo —respondió Finn echándose más piña que lo que su boca aguantaba.
-Demonios Rachel Berry…—maldijo Kurt por lo bajo— Finn, escucha… Rachel te quiere mucho y tal vez eso que dijo no lo pensó bien… como casi siempre cuando habla.
-Lo se Kurt… pero de que me dolió, me dolió bastante, quería que nuestra primera vez fuera romántica ¿sabes?, prendí velas, le prepare una cena, puse una manta… pero de haber sabido que para ella era como “salir del paso”… no me hubiera esforzado tanto —dijo Finn jugando con el ultimo trozo de piña que el quedaba en el pocillo— fue una estupidez en realidad—añadió echándoselo a la boca y bebiendo el jugo de fruta sin usar ningún cubierto.
Kurt esbozo una mueca como de repugnancia y quiso encontrarle un poco de razón a Rachel.
-No fue una estupidez Finn, eso que dices que preparaste fue súper romántico y especial, no es como que estuvieran en el asiento trasero de un auto o algo…—dijo Kurt volviendo a hacer alusión a la peor noche de su vida.
-¿Cómo?
-Nada… Finn, lo que hizo Rachel estuvo bastante fuera de lugar, pero tal vez, deberías acostúmbrate a esta Rachel, porque te advierto que cuando este en Broadway será 10 veces peor.
-Claro… pero tienes razón se supone y debería aceptarla como es… ¿verdad?
-Verdad… —respondió soltando un poco de aire y perdiendo su mirada en las flores del mantel.
-Ahora es tu turno —dijo Finn apuntando lo con el tenedor
-¿Mi turno de que?…
-De contarme lo que te tiene a ti con esa mirada perdida.
-No creo que quieras escuchar esto.
-¿Por qué crees que pregunte entonces? —dijo Finn moviendo sus manos como quien exige una explicación.
-¿Estás seguro y quieres escuchare esto?
Finn no dijo nada y solo se limito a hacer un gesto con su mano, como si le diese el pase para continuar la conversación.
-Ok… hoy salí con Blaine… ¡y no digas “como siempre”!, o soy capaz de hacer que laves todo esto que utilice —dijo Kurt apuntando todo lo que había utilizado para preparar un tazón de leche tibia y un pocillo con fruta.
-No he dicho nada, continua por favor.
-Pues bien, lo sucedió es que fuimos a un Bar gay y cuando ya nos regresábamos y estábamos en el auto… Blaine… quiso que pasara algo más entre nosotros.
-¿Te hizo algo? —quiso saber Finn tragando un poco de saliva.
-No Finn, no me hizo nada…
-¿Te obligo a algo entonces?
-¿Qué?... ¡no!... Blaine nunca haría algo así… es solo que me empujo al asiento trasero del auto y yo me negué y no quise que pasara lo que él quería que pasara.
-¿Cómo sabes que quería eso?... es decir, tal vez quería solo besarte… o algo…—dijo Finn poniéndose un poco nervioso.
-No Finn, se que quería algo mas, lo sentí…
-¿Esto es como cuando las chicas preguntan algo y uno les dice lo que pasa pero nunca creen? ¿y terminan interpretando otra cosa?
-Ok, no entendí nada de lo que acabas de exponer, ¿y porque me hablas de chicas?
-Lo siento Kurt, es solo que yo no sé mucho de relaciones entre chicos, no sé nada en realidad —murmuro mirando hacia la puerta— pero asumo y es lo mismo en todas las parejas, a veces las chicas interpretan cosas, que no tienen nada que ver.
-Yo no interprete nada, si supe que Blaine tenía ganas es porque lo sentí… en mi cadera, si sabes a lo que me refiero.
-¿En tu…?... oh… ¡OH!... ya… entendí… —dijo Finn mirando hacia otro lado.
-El asunto… —continuo Kurt soltando una risa al ver al incomodidad de su hermano— es que termine peleando con él y le dije algo sobre que estaba ebrio y no recordaría nada y use un tono de voz que hasta a mi me desagrado… termino yéndose solo y yo ahora me siento culpable,.
-¿Por qué?
-Porque si, porque tal vez debí acceder y olvidar lo quisquilloso que soy y dejar de lado toda esa estúpida idea romántica que tengo en mi cabeza sobre la primera vez… además como no me ha llamado no sé si llego a su casa o está tirado en algún terminal de autobuses, tal vez solo debería…
-“Salir del paso”…interrumpió Finn recordando su propio problema.
Kurt levanto una ceja como diciendo “tal vez”
-Tú no eres así Kurt, y se nota que para ti esa decisión es más que “salir del paso” y si Blaine te quiere creo que debería respetar esa idea que tienes, ya que al final con eso te estará respetando a ti.
-Blaine me respeta Finn, es solo que hoy trate de ser alguien que no soy, y todo salió mal.
-Entonces debes ser tu mismo, mal que mal por ser así fue que Blaine se enamoro de ti, ¿o no?—concluyo Finn dudando si estaba dándole un buen consejo a su hermano o si en realidad era uno pésimo.
-Gracias Finn…—dijo Kurt sonriendo complacido.
-De nada… ¿Por qué no lo llamas? —sugirió Finn levantándose.
-No, lo más probable es que se haya quedado dormido, me insistió con que bebió solo una cerveza, pero estoy seguro que fueron más.
-Habla con el mañana entonces, luego de la función, o algo… pero no dejes pasar más tiempo, yo hare lo mismo con Rachel, luego de tener asegurada mi beca de Futbol, no podrá rechazarme.
-¿No debería ser ella quien debiera arreglar las cosas?
-Así debería ser…—respondió Finn saliendo de la cocina— pero es Rachel Berry, siempre encuentra la manera de voltear las situaciones a su favor, no sé como lo hace en realidad —añadió sonriendo como si conocer los caprichos de su novia fuera lo mejor de la vida— buenas noches hermanito.
-Buenas noches Finn y gracias… otra vez.
-Por nada—dijo retirándose.
Kurt se quedo un instante en la mesa de la cocina pensando en Blaine y en como todo había salido mal aquella noche. Pensó en llamarlo, pero recordó aquello de que estaría durmiendo para entonces. Decidió seguir el consejo de su hermano y hablar con él al día siguiente, para decirle que eso de ser un “Gay bar superstar” no iba con él y que solo, hiciera lo que hiciera e intentara lo que intentara, era solo un tonto romántico.

Noviembre de 2017



-¿Cuento con Ustedes entonces?
-Claro Papá… pero, ¿no iban a ir a Toledo para “Thanksgiving”?
-Íbamos, pero Carol ya no quiso seguir con el asunto de no querer celebrar nada en la casa y decidió que quería volver a cocinar una cena para todos, ¿crees que puedan venir?
-Lo mas probable es que si, aunque debo preguntarle a Blaine primero.
-¿Crees que sus Padres lo invitaron?
-No lo sé… tal vez no, pero no puedo tomar una decisión que nos involucra ambos yo solo.
-Por cierto que no… ¿tu estas bien?
-Obvio que si... ¿por qué los preguntas?
-Porque suenas medio estridente, como si estuvieras a punto de explotar con algo que te mueres por contar.
-¿Por qué dices eso?
-Porque te conozco hijo, no trates de fingir conmigo nunca te funcionara… ¡NUNCA! —dijo Burt soltando una risa como de terror. Kurt se imagino que si estuviera junto a él lo habría zarandeado por los hombros y apuntado con el dedo en el chillón “NUNCA”
-Esto es bien injusto, entre tú y Blaine creo que nunca podre tener un secreto… ¡Nunca! —contesto Kurt imitando la risa terrorífica de su Padre.
-Pues me alegro que así sea.
-¡Papá!... desde que conociste a Blaine nunca más te pusiste de mi parte.
-Siempre estoy de tu parte hijo, por eso te pregunto de nuevo… ¿Qué hay con esa expresión de estridencia?
-La verdad Papá es que si hay algo que me gustaría contarte, pero prefiero estar bien seguro antes de hacerlo… ¿me entiendes verdad?
-¿Es algo bueno?
-Es algo maravilloso...
-Bien, me quedo tranquilo entonces… pregúntale a Blaine
-Le preguntare hoy mismo, pierde cuidado.
-Muy bien, cuídate hijo… te amo…
-Y yo te amo a ti Papá… saludos a Carol
-Se los daré.
-Adiós.
-Adiós Papá.

-¿Ese era Burt? —dijo Blaine entrando al departamento con una bolsa de la tienda “Buy buy Baby”
-Era… hola…—respondió Kurt dejándose caer en el sofá de la sala.
-Hola… —dijo Blaine dejando la bolsa en la mesa de café y dándole un beso a su esposo— ¿Qué quería mi suegro?, ¿está bien?, ¿pregunto por mi? —añadió poniendo cara de niño de cumpleaños
-Fantástico, me llamaba para invitarnos a la cena de “Acción de Gracias”… y pregunto por ti… ¡obvio!
-Lo imaginaba —contesto dirigiéndose a la cocina.
-Engreído… —murmuro Kurt sonriendo— ¿que me dices de la otra parte más importante?, ¿lo de “Thanksgiving”?
-¿”Thanksgiving” en Lima? —pregunto Blaine mientras se servía un vaso con agua.
-¿Tienes otros planes?
-No, ninguno… me parece una idea genial… ¿tú qué crees?
-También creo que es una idea genial.
-¿Le dijiste que si entonces?—pregunto Blaine bebiendo.
-No, le dije que primero tenía que consultar contigo, me pregunto si tus Padres te habían invitado.
-Pues mis Padres estarán felices tomando sol en el Caribe, por lo tanto, a eso no me invitaron.
-¿Qué hay de Cooper?
-Supongo que feliz también, pero en California.
-Ok… —dijo Kurt juntando un poco el entrecejo.
-¿Qué?
-Nada, ¿Qué tal tu día? —quiso saber Kurt dejando el teléfono en la mesita de un costado.
-Primero dime porque pusiste esa cara.
-¿Qué cara?, yo no puse ninguna cara… ¿fuiste al sello?, ¿les contaste a “insect Record” de tu idea con la “Dear Beth”? —pregunto Kurt ignorando la pregunta de su esposo.
-No te diré nada si no me respondes lo que te pregunte —aseguro Blaine sentándose en un extremo de la mesa de café.
-Entonces nos quedaremos los dos en silencio mirándonos mutuamente.
-Me parece una idea fantástica —aseguro Blaine apoyando la cabeza en sus manos y mirándolo fijo un instante. Kurt trato de hacer lo mismo pero no duro ni tres segundos.
-¡Bien! —exclamo levantando los brazos— esta competencia es bastante injusta porque sabes que no puedo resistirme a esos ojos de sueño infinito que tienes.
-Dime entonces…
-Lo que sucede es que… escucharte hablar así con tanta liviandad de lo separados que estarás de tus Padres y hermano para esta fecha tan importante, me hace temer un poco de lo que pueda pasar con nosotros, ya sabes, en el futuro con las festividades, en especial ahora que estamos comenzando nuestra familia —dijo Kurt señalando la hoja impresa con el análisis de sangre que permanecía en la puerta del refrigerador y que indicaba que la “sustituta” que habían elegido, estaba embarazada.
-Mi familia es disfuncional y lo sabes, no es ejemplo para nada.
-Aun así… ¿no los extrañas?
-¡Pero si ellos no me extrañan a mí!
-¡Blaine!, esa no es una respuesta.
-Kurt… escúchame… —dijo Blaine corriéndose hacia él con mesa y todo— Amo a mis padres y de cierta manera también amo a Cooper, pero mi lugar está contigo y créeme que prefiero mil veces estar con Burt y Carol que con ellos.
-¿Crees que nuestro hijo pensara igual?, ¿qué preferirá estar con sus amigos que con nosotros?
-Kurt… ¿por qué piensas eso?, ¿no crees que te estás adelantado un poco?, además te prometo que eso no sucederá —dijo Blaine acariciándole los muslos.
-No puedes prometer eso…—respondió Kurt haciendo un puchero.
-Por cierto que puedo —contesto besándole el dedo del anillo— Puedo y lo hare, te prometo que cada festividad estaremos todos juntos, aunque eso implique amarrar a nuestros hijos a las sillas de la sala si es necesario.
-Gracias… y tienes razón, me estoy adelantando demasiado… pero tal vez en el futuro encontremos la forma de estar todos juntos.
-¿Algo así como una reunión Hummel-Anderson-Hudson?
-Algo así… —respondió Kurt mirando a Blaine a los ojos y queriendo perderse en ese sueño infinito que proyectaban— ¿me cuentas que tal estuvo tu día?
-Mi día estuvo excelente… ¿Qué tal el tuyo?
-Mejor aun… Lily y Richard están así de conseguir financiamiento —conto Kurt haciendo un gesto con dos de sus dedos, como si describiera algo muy pequeñito.
-¿De verdad?... ¡Kurt eso es fantástico!
-Lo será cuando vea los dólares sobre la mesa, antes no celebrare nada… ¿qué tal tú? —dijo inclinándose hacia adelante en el sofá para acariciarle las piernas
-Bien… bueno me dijeron que las ventas no han cambiado desde finales de octubre así es que… —explico encogiéndose de hombros.
-Blaine tu eres la mar de talentoso, nunca dudes eso, estamos a comienzos de Noviembre aun no empieza la fiebre por las compras navideñas… y como que me llamo Kurt Hummel-Anderson, estoy seguro y este será el que te lleve al estrellato.
-Eso espero… —dijo acercándose para darle un beso.
-¿Qué hay en la bolsa?, ¿algo para tu leal y siempre fiel esposo? —pregunto tratando de mirar dentro de la bolsa de papel.
-No… no es para ti… es para alguien que está por llegar…
-¿Rachel?
-¿Qué?... ¡no! —exclamo sonriendo como si fuera el protagonista de la más hermosa historia medieval— es para nuestro hijo... o hija… —advirtió tomando la bolsa.
-¿Le compraste cosas al bebé? —quiso saber Kurt derritiéndose de ternura.
-Si…
-¿No habíamos quedado en esperar hasta el tercer mes?, ¿tanto para comunicar la noticia, como para entusiasmarnos?
-Habíamos… pero yo ya estoy entusiasmado, por lo tanto…
-No pudiste resistir…
-Así es….
-Bueno te entiendo, en especial con lo de las compras… —dijo Kurt dando a su voz un tono más agudo del normal cuando mencionaba lo de las compras.
-Si… bueno… —comenzó a explicar Blaine poniendo la bolsa entre sus piernas y sobre el suelo— igual no compre muchas cosas, estoy más que consciente del valor del procedimiento, pero… para un pequeño capricho alcanzaba de sobra.
-Muy cierto… aunque decir “para alguien que esta por llegar” es exagerar un poco… aun faltan varios meses para que lo tengamos entre nosotros.
-El tiempo es lo que pasa más rápido…
-Claro… muéstrame… —dijo sonriendo también.
-Bien… compre esto… —explico sacando primero un juguete que asemejaba un manojo de llaves, era de clores y parecía ser de un material extra suave y blando— asumo y es para que lo mueva como desquiciado —añadió moviéndolo con mas desquicio que su propio hijo recién nacido lo haría.
-Creo que sirve para más que eso… ¿ves que blandito es?...—opino Kurt tomando una de las llaves entre sus dedos— es un mordedor y nuestro hijo o hija no lo necesitara hasta el tercer mes, cuando asomen sus primeros dientecitos, pero antes que eso suceda lo podrá usar de sonajero…
-¿Sabe mucho de bebés Señor Hummel–Anderson? —pregunto Blaine mirándolo de medio lado.
-No mas que usted señor Anderson-Hummel… ¿Qué más? —quiso saber dejando las llaves a un costado del sofá.
-Esto… que es una mantita —respondió sacando una manta llena de nubes de una bolsa plástica transparente y desdoblándola con delicadeza.
-¡Ay me encanto!…. ¡me vas a matar con tanta dulzura!… ¡preciosa!... ¿ves que sabes de bebés tanto como yo?
-Pues yo no creo eso…
-¿Cómo sabes entonces que los bebés necesitan estas prendas de seguridad? —pregunto Kurt tomando la manta y acercándola a su nariz, como si tuviera desde el empaque, olor a su hijo no nacido.
-Pues “Linus Van Pelt” fue y será mi personaje favorito de “The Peanuts Gang”, por lo tanto se cuanto aman los pequeños esta clase de cosas —explico Blaine volviendo a empacar la mantita con nubes.
-¿“Linus van Pelt”?... ¿en serio? —pregunto Kurt haciendo una mueca chueca con su boca y cara.
-¿Qué?
-Pues yo me quedo con “Schroeder” y su piano, es sexy, tenaz y el único en decirle unas cuantas a Lucy…
-Bien, no me iré en contra de alguien que toca el piano… mejor sigamos con lo que compre… —dijo Blaine sacando dos biberones de diferente tamaño pero de la misma forma y marca.
-¿Biberones “Lansinoh mOmma”? —dijo Kurt preguntando lo obvio.
-¡Claramente que si!... son los mejores que existen, se supone y el chupete imita la onda natural del pezón —Kurt puso cara como de asco— la forma es ideal para tomarla y la velocidad del flujo de la leche es triple, lo que permitirá que la succión sea más natural —explico Blaine haciendo como que alimentaba a un bebe imaginario en sus brazos.
-¿Acaso vas a vender de estos biberones ahora?
-Vendería más que mis discos, eso de seguro —añadió entregándoselos y soltando una risa medio forzada
-¿Vas a seguir? —quiso saber Kurt levantando una ceja.
-No… lo siento…
-Eso espero…
-¿No son muy raros y pequeños estos biberones? —pregunto Blaine cambiando de tema para evitar así una discusión.
-No, son del tamaño correcto… ¿Cuánto crees que come un recién nacido?
-No lo sé… un litro… —dijo examinado el chupete.
-¡Blaine!... sabes que no… solo entre 30 y 60 ml por toma.
-¿Por toma?
-Si… el primer mes la alimentación es a demanda…
-¿A demanda? —repito Blaine guardando los biberones en sus cajitas de empaque.
-Cada vez que él quiera, es muy pequeño para establecerle horarios, luego del segundo mes, es posible que eso suceda.
-¿Qué tal si tiene hambre a las 3 de la mañana o algo?
-Pues ahí, señor Anderson-Hummel, se levantara con la cara llena de risa a calmar a nuestro pequeño recién nacido.
-¿Ah sí?... ¿y qué hay de ti?…
-Yo estaré durmiendo, ya sabes, no puedo exponer mi cara a trasnoches, ya que para entonces ya seré un artista de Broadway —dijo Kurt estirando el cuello como dándose ínfulas innecesarias.
-Esperemos a que eso suceda y veremos quién se levanta “estrella de Broadway”… ¿Cómo puede ser que sea a demanda? —insistió Blaine sin poder creer que lo más probable era que tendría que trasnochar varios días seguidos.
-Lo es… ¿no te lo dijeron en la tienda?
-No, eso no… pero todo eso que dije antes es verdad, la persona de la tienda me lo explico claramente.
-Y tú te lo aprendiste enseguida.
-¡Obvio!, soy excelente reteniendo información.
-Eso es verdad, en especial cuando digo: “Blaine… la ropa va acá, no apilada sobre la silla”—dijo Kurt moviendo sus brazos de un lado a otro como si cambiara de posición una pila de ropa.
-¡Oye!... no me reprendas, ni hables de eso ahora… me falta enseñarte una última cosa que compre.
-¿Qué cosa?… —dijo Kurt mirándolo más enamorado que nunca.
-Esto…—respondió Blaine sacando de la bolsa un oso de felpa que tenia la piel extra esponjosa, como si fuera hijo de una oveja en vez de una osa, era de color verde agua y tenía los ojos negros y pequeños, así como también una nariz de un plástico extra brillante. Era como del porte de una carpeta de escuela y se quedaba sentado donde lo pusieran.
-¿Un oso?
-No es solo un oso es “el Señor Oso” y será el juguete favorito de nuestro bebé y como es verde servirá si es niño o niña, ¿Qué te parece? —pregunto Blaine tomando la manito del juguete mientras lo sentaba junto a él sobre la mesa de café.
-¡Es precioso!…—respondió Kurt haciéndole como un cariño en la nariz de plástico negra y en las orejas redonditas y peludas— y se parece a ti.
-¿Lo dices por el color verde?
-No… por el pelaje que tiene, nunca había visto un oso con el pelo rizado.
-Pues este es único en su especie por ello es eso de “Señor oso”—contesto Blaine quitando la etiqueta del juguete y guardándola en su bolsillo.
-Le da importancia, debo admitirlo… y al ver lo bello que es, me dan ganas que nuestro bebé tuviera tus rizos.
-¡Mentira!… nadie quiere tener mis rizos.
-Yo si… entre mis manos —dijo Kurt poniendo caras.
-¿No estabas medio enojado conmigo? —pregunto Blaine ante el comentario sexy que acababa de hacer su esposo.
-Un poco, pero la culpa es tuya por pensar que eres menos de lo que realmente eres.
-No lo hare de nuevo, lo prometo —dijo Blaine acercándose para besarlo— ¿Qué?
-¿No estás arrepentido?, ¿verdad?
-¿De qué?
-De que tengamos un bebé tan pronto… después de todo solo llevamos poco tiempo de casados.
-No, no estoy arrepentido, es más, agradezco el día que desviaste tu ruta y pasaste por esa clínica de fertilidad, sabes que adoro a los niños, y si va a lucir como tú… lo adorare aun más.
-Pero…
-Que…
-Nada, es que como te dije antes que lo concibiéramos, esos ojos tuyos se verían tan maravillosos en un bebé que…
-Kurt, nuestro hijo será hermoso, porque será igual a ti...
-Eso lo dices porque me amas locamente, pero enfrentémoslo, tú eres más atractivo que yo y si hubiéramos pensado bien en el futuro de nuestro hijo y en qué lugar querríamos que ocupara en la escala social en la escuela y en la vida, tú tendrías que haber sido el padre biológico.
-¿Estás hablando en serio?
-¡¿Qué tal si hereda o enorme nariz?! o ¡¿esto que tengo aquí?! —respondió Kurt tocándose la barbilla—¿Qué tal si es gay también?
-Kurt, eso es algo que descubriremos con el tiempo y lo amaremos sea quien sea… ven… –dijo levantándose y cogiéndolo de una mano para que hiciera lo mismo.
-¿Qué haces? —pregunto poniéndose de pie de todas formas.
-¿Quieres saber cuan bello será nuestro bebé? —pregunto Blaine poniéndose en frente de él justo a un costado de la puerta de entrada— mira… —añadió moviéndose a un costado para dejar a Kurt frente al espejo del pequeño recibidor.
Kurt se miro un instante y luego miro a Blaine emocionado por cuan amado se sentía cuando estaba junto a él.
-Blaine…
-Mira… —interrumpió acercándolo más al espejo para tomarle la cara— así de hermoso será nuestro bebé, así de transparentes tendrá sus ojos, así de generosos serán sus labios y… ¡por Dios!… —exclamo Blaine como si en su pecho no cupiera mas amor— así de maravilloso será su corazón —termino por decir poniendo su mano en el pecho de Kurt y cerrando sus ojos, como si solo el sonido de aquellos latidos, era lo que necesitaba para vivir.
Kurt puso su mano sobre la de su esposo y acerco su frente a la de él
-¿Cómo haces esto Blaine?... cómo puedes sorprenderme cada día, cada hora, sin cansarte, sin aburrirte…
-Debe ser porque te amo —respondió haciendo un movimiento para que sus narices rozaran.
-Gracias Blaine —dijo Kurt dándole un abrazo que en su cabeza duro un par de horas.
Blaine se zafo despacio y lo miro para luego besarlo, Kurt se aparto un poco y sonrió poniendo suspenso al beso, con sus brazos el envolvió el cuello y puso por fin sus labios a disposición de su esposo. Blaine respondió a ello con la prestancia del mejor, pensando en lo feliz que era junto Kurt, aunque no vendiera ningún disco, aunque su último trabajo tampoco fuera el que por fin lo llevara al éxito, tenía a Kurt Hummel entre sus brazos y pronto a un bebé idéntico a él, y eso, era lo único que le importaba.