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*FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
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Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Buenas noches chicas :) Gracias por sus comentarios, que bueno que les haya gustado el capitulo. Bueno, hoy les tengo una pequeña sorpresa, cumpliendo como un hada madrina(? un pedido que me habian hecho hace bastaaaante tiempo atras. No adelanto más y les dejo el capitulo, mañana tengo que hacer otras cosas y no voy actualizar, por eso se los adelanto. ¡Cuidense y gracias por todo!
Capitulo 29: ¿Mudanza?
A la mañana siguiente la latina fue la primera en despertarse. Axel se había corrido hasta quedar nuevamente abrazado dulcemente a su cuerpo. Lo miró con cariño, corriéndole un poco el pelo de la cara. Dirigió luego su mirada a Brittany, que dormía casi con una imperceptible sonrisa en sus labios. Se levantó con cautela para no despertarlos, esperando que milagrosamente la rubia no se haya dado cuenta que habían dormido en la misma cama. Incluso ella se sorprendió de haber tomado la decisión de acostarse junto a la bailarina, pero culpaba al sueño y al cansancio de apoderarse de su conciencia. Fue con pereza hasta la cocina, haciéndose una pequeña coleta en el cabello, que ya se encontraba un poco más largo. Revisó la nevera como sintiéndose en su propia casa; comprobó que no quedaba demasiada comida, por lo que pronto deberían ir al supermercado. Tomó el cartón de leche, junto a un tazón y los cereales de chispitas a los que Brittany estaba acostumbrada a desayunar. Comió en silencio apoyada en la encimera de la cocina, todavía con un sentimiento gratificante por derrotar tan bien a Sebastian la noche anterior. No se dio cuenta como había logrado acabar en menos de dos minutos su mini desayuno, y aun tenía hambre. Se rio para si, llevándose las manos a su vientre. Se concentró un segundo en sentir alguna especie de movimiento o algo por el estilo, pero no fue posible; recordaba bien lo que debería pasar y aun era muy pronto. Había momentos en los que dudaba si ese pequeño ser continuaba allí, pero luego la hacia reaccionar pidiendo helado, o sintiéndose asqueada por algún perfume. Centró, un momento después, su atención en unos ruidos provenientes de la calle. Se asomó a la ventana y pudo notar que un camión de mudanza frente a la casa era llenado por varios muebles.
-…nos días… Murmuró por atrás Brittany, ahogando un bostezo con los ojos cerrados, y todo el pelo en la cara. La latina le dirigió una mirada, sonriendo levemente. Luego continuo mirando hacia la otra casa, parecía ser que la gente que vivía allí se estaba mudando.
-Oh, ya se van los Carter… Comentó la rubia sumándose al espionaje que mantenía su jefa. –Que pena, eran buenos vecinos. Dijo, volteándose a preparar el mismo desayuno que Santana había hecho minutos atrás.
-¿Esa casa quedará en venta? Preguntó la latina incorporándose y tomando asiento en la mesa.
-Mmm no lo se. Respondía la bailarina llevándose unas cucharadas de cereal a la boca. –Creo que ellos rentaban ese lugar, pero casi nunca estaban, se la pasaban trabajando…
-Quizás Finn sepa algo. Podría ver si me mudo allí. Murmuró la morena dando un último vistazo por la ventana. Brittany agachó la mirada. En realidad, no deseaba que ellos se fueran, ya se estaba acostumbrando a convivir con Axel todo el día. Si ahora se iba de su lado lo iba a extrañar demasiado. Pero tampoco podía obligar a Santana a quedarse allí por siempre, a fin y al cabo ella llegó a Lima con el sueño de tener su propio hogar con patio y todo eso. Eso si, iba a tratar que se quedaran en su casa por lo menos hasta que pasara el cumpleaños del pequeño Lopez.
En New York, un rato después, Rachel llegó temprano al salón de ensayos. Tuvo la suerte de encontrarse a solas con Alice; justo lo que necesitaba. La otra castaña elongaba sentada en el suelo, puesto que era la que más saltos y piruetas debía dar sobre el escenario.
-Buen día Rach. Saludó cordialmente, pero concentrada en lo que estaba haciendo. La judía dejo caer unos cuantos papeles sobre la cabeza de su compañera, que la miró sin entender.
-¿Qué es esto? Indagó tomando las pequeñas hojas. –Tarjetas… pero…
-Son números de abogados que conozco. Cortó la judía, en tono serio. –Digo, así no tienes que andar pasándoles tu número para que te llamen, como hiciste con Quinn.
-Perdona pero no entiendo a que te refieres. Respondió Alice poniéndose de pie.
-Tú le pasaste tu numero para que te llamara así te ayudaba con el caso de unos amigos, bien Quinn esta bastante atareada y dudo que pueda concentrarse en ese problema, así que me tome la molestia de buscar estos abogados que estarán dispuestos a asesorarlos. Sonrió con aire irónico. Inevitablemente la co-protagonista soltó una carcajada.
-¿Quinn te dijo eso? Vaya que tú eres muy crédula… Reía, mirándola. Ahora era la otra actriz la que no entendía el chiste.
-¿De que hablas? Preguntó cruzándose de cejas.
-Que tu esposa te ha estado mintiendo, yo no le pase mi numero por ningún caso, se lo di porque me cayo bien aquella vez en el bar...
-¿Bar que bar? Indagó Rachel aparentando tranquilidad, pero apretando los puños.
-¿Cómo? ¿No te lo dijo? Ella y yo nos vimos algunas veces, incluso antes que tú nos presentaras. Fue el destino, la verdad… Las palabras de Alice iban dirigidas con una tonalidad de maldad que lograba hacer que la castaña se sintiera dolida.
-Claro que lo sabia, ella me cuenta todo. Respondió falsamente, en tanto se daba la vuelta para irse a su camerino. Al llegar, cerró la puerta y ahogo un suspiro de pena y malestar. Ahora no le cabían dudas que era de Alice de quien hablaban la noche anterior su padre y su esposa, ella solo había llegado a escuchar que Quinn tenía que mantenerse lejos de una mujer. Algunas veces pudo notar que su compañera relojeaba a la abogada sin respeto por nada, y antes, tras encontrar su número en el bolsillo del abrigo, comenzó a sospechar que ellas tenían algún vinculo. No sabía bien qué hacer en ese momento, pero se estaba poniendo nerviosa. Opto por llamar a su amiga latina, para pedirle un consejo de esos psicológicos que largaba de vez en cuando la morena.
-Barbra, que gusto saludarte. Contestó Santana ante la llamada de su judía favorita.
-¿Qué tal te encuentras San? Preguntó con tono apenado, haciendo sentir una extraña sensación a la mujer del otro lado de la línea. Lo más común era que Rachel se largara a hablar hasta acalambrarle el oído, pero ahora, estando en su auto escuchándola, notó que algo no andaba bien.
-Yo, bien. Camino al trabajo… ¿Qué sucede?
-¿A mi? Nada, quería escuchar tu voz… y…
-Ya enserio, no me asustes Berry.
-San necesito que seas franca y directa con algo que quiero preguntarte. Cortó la castaña tomando aire y formulando una pregunta en su cabeza.
-… Muy bien… ahora si me estoy poniendo nerviosa. Te escucho…
-¿Sabes algo…o.. si existe alguna relación entre Quinn y Alice, mi compañera?
La latina tragó saliva. En verdad no se imaginaba que su amiga pudiera llegar a sospechar así de la rubia, si bien era celosa y dramática, nunca había visto que podría dudar tanto. Pensó un momento en la información que sabia, proporcionada por Quinn. Ella era sincera, no andaba con rodeos. Además lo que entendía era que, por lo menos la abogada, no estaba haciendo nada malo.
-Se conocen desde hace un tiempo antes que tú las presentaras. Quinn me conto que fueron simples coincidencias… Era lo mismo que le había dicho la actriz mas joven minutos atrás.
-¿Estas segura que eso es todo? La morena lo pensó dos veces, no sabia si era lo ideal continuar.
-Escucha: esa tal Alice la ha estado acosando, pero Quinn la rechaza todo el tiempo y no quiere saber nada con ella. Te lo puedo jurar porque hablamos al respecto cuando vino aquí a Lima y conociéndola, hablaba enserio Rach. Pero si yo estuviera ahí, iría con todo Lima Heights Adjacent para que esa loca se ubique un poco y se deje de molestar…
Pese a que la judía podría estar molesta de que Quinn le haya ocultado parte de la historia, no le tomó rencor de inmediato. Sino que entendió que Alice era quien la merodeaba, centrando toda su molestia en aquella chica.
-Bien, si lo dices así, supongo que tienes razon… Murmuró, pensando un poco. –Perdona San, no quisiera involucrarte, pero necesitaba descargarme un poco… Gracias por serme sincera.
-Tranquila Barbra, esa rubia te ama demasiado como para hacer alguna estupidez. Esas palabras hicieron que la actriz esbozara una leve sonrisa. Tras colgar, respiro varias veces para olvidar los malos pensamientos que se acercaban a su mente. Ahora tenia que concentrarse para el ensayo.
Santana fue hasta el consultorio, inquieta por esa última conversación: si Rachel sospechaba, era porque algo había hecho la rubia para que su mujer esté así. No lo pensó dos veces y la llamó.
-¡Amiga de mi vida, buen día! Saludó de buen animo la ex animadora, sentada en su oficina.
-¿Qué demonios has estado haciendo Fabray? Respondió a modo de reproche. La rubia se extraño ante esa respuesta. ¿Tendrían telepatía acaso?
-¿Por qué lo dices…?
-No se… Tu judía me acaba de llamar, preguntando si sabia lo que pasaba entre tú y esa tal Alice. La sangre de Quinn se helo, dejando de circular por varios segundos.
-¿¡Que le respondiste!? Gritó, haciendo que su mejor amiga tuviera que correr el tubo varios metros, parecía ser que había metido la pata.
-A ver: primero que nada, no me grites, que te puedo entender incluso si susurraras. Segundo, solo le dije la verdad, lo que sabía... Que la conociste por mera casualidad y que ella te acosa.
-… ¿de verdad le dijiste que me acosa? ¿¡Acaso perdiste al cabeza Santana!? Rachel es capaz de matarla… Se paró la rubia con violencia, comenzando a hiperventilar.
-Pero eso te ganas por no explicarle desde un principio. ¿Qué te costaba?
-San ahora voy a tener que ir a verla… y lo que menos quiero es encontrarme con esa tipa.
-¿Con Rachel?
-No, con Alice, torpe. Decía pegándole a la pared, pensando mil cosas a la vez.
-Me estoy perdiendo de algo… ¿Desde cuando no puedes verla a la cara?
-Desde ayer que me beso sin aviso. Soltó la abogada arrepintiéndose inmediatamente.
-…Te… ¿Te beso?
-Si bueno… me robo un beso en la boca y yo casi la asesino. Explico, inclinándose de hombros.
-… Pero… ¿De lengüita?
-Ya Santana te estas pasand…
-Ya si, perdón, perdón. Concéntrate, ya lo se. ¿Y por qué no me llamaste de inmediato? La rubia pasó cerca de media hora explicándole las cosas a su amiga. En definitiva le agradeció que convenciera a su esposa, pero seguía preocupada por como iba a seguir todo a partir de allí.
En su ensayo la judía evitaba mirar a Alice, irremediablemente estaba acumulando más rencor contra ella. Creía en la palabra de la latina, por lo que esa otra castaña tenia las de perder.
-¿Chicas que es lo que pasa? Preguntó el director, notando lo cortantes que estaban las actrices.
-Perdona Charls, pero no puedo seguir así. Menciono la ex cantante, acercándose a Alice. –Mira: todo este tiempo te eh tratado como a una amiga, y una buena compañera. Pero no quiero y no puedo dejar de ser terminantemente específica contigo: A-l-e-j-a-t-e d-e m-i m-u-j-e-r Comentó la judía apretando los dientes, viendo directo a los ojos a la otra actriz.
-Jaja ¿Que pasa? ¿Tan poco confías en tu rubia? Indagó con tono sobrante. Sin lugar a dudas esa tipa era una arpía. Rachel comenzaba a perder la cordura que le quedaba, acercándose de manera peligrosa a su compañera. Los otros actores también se acercaron notando que en cualquier momento se armaría una pelea entre esas dos. De pronto un fuerte ruido cortó todo el ambiente denso que existía: varios piedrazos comenzaron a romper los vidrios del salón desde el exterior, a lo que todos allí miraron asustados.
-¡Resguárdense en los camerinos! Ordenó el guardia de seguridad, corriendo desde la entrada a toda velocidad. Sin comprender mucho qué pasaba, la gente que estaba allí comenzó a moverse con miedo. Rachel se encerró en su camerino, respirando agitada, tanto por el susto como por el enojo que continuaba reteniendo.
Cerca de las dos de la tarde el celular de Quinn comenzó a sonar con insistencia; justo se encontraba con un cliente eh intentaba ignorar el llamado. Pero finalmente atendió pidiendo disculpas por un momento.
-Rach estoy en el trabajo puedes esperar solo… La rubia pudo sentir lo agitada que estaba su esposa al otro lado de la línea; hablaba rápido y en tono muy alto. Tras colgar un minuto después, la abogada se dirigió a su cliente:
-Perdone Sr. Adam, pero surgió un inconveniente de ultima hora y no puede esperar. Nuestra reunión tendrá que llevarse a cabo en otro momento…
-Dijo que estaba interesada ¿Qué clase de abogada es usted? La ex animadora ya estaba muy nerviosa como para tolerar desplantes de viejos ricachones.
-Ante todo tengo una familia, asi que por favor salga de mi oficina. Tome, buenas tardes y permiso. Cortó entregándole unas tarjetas de otros colegas, y saliendo disparada al trabajo de su esposa. No fue fácil entrar, pues una gran cantidad de gente protestaba en las afueras del salón, con pancartas y haciendo mucho ruido.
-¿Pero que diablos…? Murmuró haciéndose paso entre la multitud. Llamó a la puerta del estudio que permanecía cerrada.
-Lo siento nadie puede entrar. Dijo el sujeto de seguridad con voz temible.
-Soy la esposa de Rachel Berry, vamos… Se quejo la rubia poniendo un pie adentro antes que la puerta se cerrara de nuevo. Eso basto para que el hombre la dejara pasar. Inmediatamente corrió por los pasillos en busca de su castaña. Las caras de todos mostraban disgusto y malestar. Al llegar al camerino, Rachel estaba sentada con las manos en la cara, en tanto Charlie, el director, deambula nervioso por el lugar.
-¿Qué pasa aquí? Pregunto Quinn, haciendo reaccionar a la judía, que se abalanzo rápidamente abrazándola con miedo, dejando escapar unas lágrimas de furia. La ex animadora la contuvo como pudo, dirigiendo una mirada desesperada al otro hombre.
-¿¡Por qué la gente no lo soporta Quinnie!? Preguntó la actriz entre sollozos. Charlie se tomó el trabajo de explicar lo que estaba pasando: La protesta la organizaban varios grupos religiosos en contra del matrimonio igualitario y la exhibición publica de ellos en la sociedad. Sonaba increíble que esa clase de discriminación continuara existiendo, pero la palabra de la iglesia caía cada vez en más decadencia, por lo que buscaba maneras bajas para resistir y fomentaba el odio hacia los que no concordaran con su dogma, en este caso los homosexuales.
-¿Y que piensas hacer con la obra? Indagó la rubia totalmente indignada.
-No se cómo pero… Han encontrado vacíos legales para iniciar un juicio en mi contra… Lamento con mí ser decir esto, pero la obra no se podrá llevar a cabo, gracias a estos desubicados.
-¿¡Como es posible que la justicia de este país se digne a aceptar estas cosas!?¿Quien los entiende? Aceptan el matrimonio igualitario pero no quieren que nos mostremos…
-Lo siento chicas de verdad, yo también detesto esto. Pero me han atacado de modo en que no puedo hacer mucho más… Rachel tu recibirás una indemnización al igual que todo el resto y...
-El dinero no puede arreglar el dolor que me genera esta actitud Charls… Murmuraba la judía con la cabeza gacha, Quinn la abrazaba por la cintura con mucho rencor encima. Tuvieron que salir ocultas, puesto que los protestantes podían llegar a ser muy violentos. Al volver al departamento, Rachel se recostó. No se sentía bien. El revuelo que había causado ese reclamo generó inmediata repercusión por el resto del país, en todos los canales de noticias. Fue por esto que Santana no tardó mucho más de dos horas en enterarse, junto a Brittany. A nadie le cabía en la cabeza lo que estaba ocurriendo. La latina llamó a sus amigas, siendo Quinn quien explico las cosas. Todas estaban molestas, dolidas, podían sentirse atacadas directamente si lo deseaban.
Horas más tarde la rubia le llevó la cena a su pequeña castaña. La pobre Rachel no quería ni que sus padres entraran a la habitación.
-Cielo será mejor que comas… Susurró la abogada sentándose a su lado. La judía ya se había cansado de llorar, tenia los ojos muy rojos.
-No tengo hambre. Cortó, haciendo que Quinn se sintiera terriblemente mal e impotente. Le acaricio el rostro, corriéndole un poco el cabello de la cara.
-Todo va a mejorar amor… Estos son solo baches en el camino…
-Quinn ¿tú me sigues amando? Preguntó con un hilo de voz. Su mujer se quedó tildada con esa pregunta, empezando a entender que las lagrimas derramadas no eran solo por aquella protesta.
-Por supuesto que si, y con toda mi alma. Respondió, continuando con sus caricias.
-¿Entonces por qué no me dijiste lo de Alice? Continuo poniendo mirada suplicante, haciendo que la rubia se sintiera cada vez más culpable.
-Perdóname… yo, pensé que podría manejarlo. La conocí en el parque, después aquella vez que discutimos, pase como una idiota a un bar y también me la encontré. Nunca imagine que era tu compañera de trabajo…
-Quinn ella te ha estado siguiendo, intentando conquistarte, la invite a casa y todo. Sabia que su esposa estaba enojada, pero eso le tocaba por no haber sido sincera desde un principio. Ahora tendría que afrontarse a lo que sea.
-...Tienes todo el derecho del mundo de enojarte conmigo. Pero yo por ella no siento nada, y nunca voy a sentirlo. Te lo jure cuando nos casamos, tú siempre vas a ser la única mujer para mí. Que Alice se vaya al diablo, yo no le doy importancia. De verdad, perdóname... Ambas se abrazaron con fuerza. La judía necesitaba sentir que la confianza entre ellas continuaba existiendo sin tantas dificultades, y la rubia deseaba con todo su ser sacarse de la cabeza a la otra actriz. Allí, percibiendo el perfume de su esposa sentía que era capaz de superarlo. Finalmente, más animada, Rachel aceptó comer un poco de su cena, siempre sujetando la mano de su chica.
-New York se esta volviendo un asco… Comentó la abogada continuando el tema de la protesta.
-Estoy tan desilusionada de todo que… Quisiera irme lejos un tiempo. Juntos: tú, Aik y yo…
-Yo también lo eh pensado. Respondió Quinn, cruzando su mirada con la de la castaña. Ambas permanecieron mirándose fijo por unos minutos, hasta que a la rubia se le ilumino la mirada de una manera muy peculiar. Rachel interpretó ese brillo como una nueva idea.
-No. Dijo terminantemente antes que su esposa abriera la boca.
-¿De cuanto tiempo hablamos?… ¿Unos días o unos meses?
-No Quinn, no…
-¿Por qué no amor? A la rubia se le estaba dibujando una sonrisa de emoción e ilusión en el rostro.
-Dije que no volvería allí. Cortaba testarudamente la judía levantándose de la cama. Quinn la atrajo contra ella tomándola de la mano otra vez.
-Fue hace años… Murmuró tumbándola y poniéndose sobre ella para que no tuviera escapatoria.
-Da igual, olvida lo que dije, aquí estamos bien. La rubia la beso levemente en los labios.
-Tú sabes que quieres hacerlo tanto como yo. Comentaba con voz sensual, causándole escalofríos a su chica que movía la cabeza negando rápidamente.
-Si, pero yo hablaba de la cabaña del amor Quinn, no me refería a otra cosa.... En ese momento la abogada se paró en seco, llevándose una mano al cuello.
-Si… Respecto a la cabaña… Titubeo con una risa de nerviosismo. Rachel la miro de manera asesina. En ese sentido, conocía bien esas risas, Iker las hacia siempre.
-¿Ahora que? Le preguntó en tono molesto.
-Se la alquile a unos estudiantes por unas temporadas. Respondio, sonriendo de manera picara. La judía le tiro un almohadón con violencia para borrar ese gesto de su cara.
-¿Y cuando pensabas decírmelo?
-No creí que fuera… Ok perdón, pero ahora lo sabes. Dijo Quinn rodando lo ojos, sentándose a su lado en la cama. –Rach, cielo, entiendes cuanto me hace falta ¿Verdad?
-Puedes irte de visita de nuevo, no me hago problema. La rubia la perseguía con la mirada y ella intentaba mirar hacia otro lado, sabiendo que con lo insistente que podía ser, no la dejaría en paz. Finalmente se dejo caer en esos preciosos ojos verdes, que eran su eterna droga, su perdición.
-¿Y que pretendes hacer allá…? Dijo levantando una ceja, cruzándose de brazos.
-Puedo encargarme de todo. Murmuró la abogada con convicción, acercándose para besarla. El beso se prolongó por varios segundos. Al separarse, la rubia dejo pegada su frente con la de Rachel.
-Esta clase de chantaje no es legal... Se quejaba la castaña intentando resistirse.
-Por favor, por favor, por favor…. La judía suspiro con fastidio, guardando un desesperante silencio. Iker jugaba con Timoti en su cuarto cuando sintió un ruido desde la otra habitación.
-¡Iker! Grito la actriz, siendo vista con curiosidad por su esposa.
-¿¡Si mamá!? Pregunto el niño, ocultando debajo de su cama algunas cosas.
-¡Empieza a guardar tus juguetes! ¡Creo que nos vamos a ver a tu tía Santana! En ese momento, Iker entró a la habitación corriendo a abrazar a su madre. Se tiró sobre ambas en la cama, ya que Quinn se había encargado de taclear a Rachel para ahogarla a besos y agradecimientos. La judía por primera vez estaba abandonando el escenario, su más grande sueño; no pretendía irse mucho tiempo que digamos, por lo menos hasta que los líos en los que se veía sumida, se volvieran viejos recuerdos del pasado. Ver feliz a su esposa también era bueno, y muy interiormente ella sentía que hacían lo correcto. Un nuevo sueño se generaba y era el de poder vivir como antes, felices y todos unidos.
Capitulo 29: ¿Mudanza?
A la mañana siguiente la latina fue la primera en despertarse. Axel se había corrido hasta quedar nuevamente abrazado dulcemente a su cuerpo. Lo miró con cariño, corriéndole un poco el pelo de la cara. Dirigió luego su mirada a Brittany, que dormía casi con una imperceptible sonrisa en sus labios. Se levantó con cautela para no despertarlos, esperando que milagrosamente la rubia no se haya dado cuenta que habían dormido en la misma cama. Incluso ella se sorprendió de haber tomado la decisión de acostarse junto a la bailarina, pero culpaba al sueño y al cansancio de apoderarse de su conciencia. Fue con pereza hasta la cocina, haciéndose una pequeña coleta en el cabello, que ya se encontraba un poco más largo. Revisó la nevera como sintiéndose en su propia casa; comprobó que no quedaba demasiada comida, por lo que pronto deberían ir al supermercado. Tomó el cartón de leche, junto a un tazón y los cereales de chispitas a los que Brittany estaba acostumbrada a desayunar. Comió en silencio apoyada en la encimera de la cocina, todavía con un sentimiento gratificante por derrotar tan bien a Sebastian la noche anterior. No se dio cuenta como había logrado acabar en menos de dos minutos su mini desayuno, y aun tenía hambre. Se rio para si, llevándose las manos a su vientre. Se concentró un segundo en sentir alguna especie de movimiento o algo por el estilo, pero no fue posible; recordaba bien lo que debería pasar y aun era muy pronto. Había momentos en los que dudaba si ese pequeño ser continuaba allí, pero luego la hacia reaccionar pidiendo helado, o sintiéndose asqueada por algún perfume. Centró, un momento después, su atención en unos ruidos provenientes de la calle. Se asomó a la ventana y pudo notar que un camión de mudanza frente a la casa era llenado por varios muebles.
-…nos días… Murmuró por atrás Brittany, ahogando un bostezo con los ojos cerrados, y todo el pelo en la cara. La latina le dirigió una mirada, sonriendo levemente. Luego continuo mirando hacia la otra casa, parecía ser que la gente que vivía allí se estaba mudando.
-Oh, ya se van los Carter… Comentó la rubia sumándose al espionaje que mantenía su jefa. –Que pena, eran buenos vecinos. Dijo, volteándose a preparar el mismo desayuno que Santana había hecho minutos atrás.
-¿Esa casa quedará en venta? Preguntó la latina incorporándose y tomando asiento en la mesa.
-Mmm no lo se. Respondía la bailarina llevándose unas cucharadas de cereal a la boca. –Creo que ellos rentaban ese lugar, pero casi nunca estaban, se la pasaban trabajando…
-Quizás Finn sepa algo. Podría ver si me mudo allí. Murmuró la morena dando un último vistazo por la ventana. Brittany agachó la mirada. En realidad, no deseaba que ellos se fueran, ya se estaba acostumbrando a convivir con Axel todo el día. Si ahora se iba de su lado lo iba a extrañar demasiado. Pero tampoco podía obligar a Santana a quedarse allí por siempre, a fin y al cabo ella llegó a Lima con el sueño de tener su propio hogar con patio y todo eso. Eso si, iba a tratar que se quedaran en su casa por lo menos hasta que pasara el cumpleaños del pequeño Lopez.
En New York, un rato después, Rachel llegó temprano al salón de ensayos. Tuvo la suerte de encontrarse a solas con Alice; justo lo que necesitaba. La otra castaña elongaba sentada en el suelo, puesto que era la que más saltos y piruetas debía dar sobre el escenario.
-Buen día Rach. Saludó cordialmente, pero concentrada en lo que estaba haciendo. La judía dejo caer unos cuantos papeles sobre la cabeza de su compañera, que la miró sin entender.
-¿Qué es esto? Indagó tomando las pequeñas hojas. –Tarjetas… pero…
-Son números de abogados que conozco. Cortó la judía, en tono serio. –Digo, así no tienes que andar pasándoles tu número para que te llamen, como hiciste con Quinn.
-Perdona pero no entiendo a que te refieres. Respondió Alice poniéndose de pie.
-Tú le pasaste tu numero para que te llamara así te ayudaba con el caso de unos amigos, bien Quinn esta bastante atareada y dudo que pueda concentrarse en ese problema, así que me tome la molestia de buscar estos abogados que estarán dispuestos a asesorarlos. Sonrió con aire irónico. Inevitablemente la co-protagonista soltó una carcajada.
-¿Quinn te dijo eso? Vaya que tú eres muy crédula… Reía, mirándola. Ahora era la otra actriz la que no entendía el chiste.
-¿De que hablas? Preguntó cruzándose de cejas.
-Que tu esposa te ha estado mintiendo, yo no le pase mi numero por ningún caso, se lo di porque me cayo bien aquella vez en el bar...
-¿Bar que bar? Indagó Rachel aparentando tranquilidad, pero apretando los puños.
-¿Cómo? ¿No te lo dijo? Ella y yo nos vimos algunas veces, incluso antes que tú nos presentaras. Fue el destino, la verdad… Las palabras de Alice iban dirigidas con una tonalidad de maldad que lograba hacer que la castaña se sintiera dolida.
-Claro que lo sabia, ella me cuenta todo. Respondió falsamente, en tanto se daba la vuelta para irse a su camerino. Al llegar, cerró la puerta y ahogo un suspiro de pena y malestar. Ahora no le cabían dudas que era de Alice de quien hablaban la noche anterior su padre y su esposa, ella solo había llegado a escuchar que Quinn tenía que mantenerse lejos de una mujer. Algunas veces pudo notar que su compañera relojeaba a la abogada sin respeto por nada, y antes, tras encontrar su número en el bolsillo del abrigo, comenzó a sospechar que ellas tenían algún vinculo. No sabía bien qué hacer en ese momento, pero se estaba poniendo nerviosa. Opto por llamar a su amiga latina, para pedirle un consejo de esos psicológicos que largaba de vez en cuando la morena.
-Barbra, que gusto saludarte. Contestó Santana ante la llamada de su judía favorita.
-¿Qué tal te encuentras San? Preguntó con tono apenado, haciendo sentir una extraña sensación a la mujer del otro lado de la línea. Lo más común era que Rachel se largara a hablar hasta acalambrarle el oído, pero ahora, estando en su auto escuchándola, notó que algo no andaba bien.
-Yo, bien. Camino al trabajo… ¿Qué sucede?
-¿A mi? Nada, quería escuchar tu voz… y…
-Ya enserio, no me asustes Berry.
-San necesito que seas franca y directa con algo que quiero preguntarte. Cortó la castaña tomando aire y formulando una pregunta en su cabeza.
-… Muy bien… ahora si me estoy poniendo nerviosa. Te escucho…
-¿Sabes algo…o.. si existe alguna relación entre Quinn y Alice, mi compañera?
La latina tragó saliva. En verdad no se imaginaba que su amiga pudiera llegar a sospechar así de la rubia, si bien era celosa y dramática, nunca había visto que podría dudar tanto. Pensó un momento en la información que sabia, proporcionada por Quinn. Ella era sincera, no andaba con rodeos. Además lo que entendía era que, por lo menos la abogada, no estaba haciendo nada malo.
-Se conocen desde hace un tiempo antes que tú las presentaras. Quinn me conto que fueron simples coincidencias… Era lo mismo que le había dicho la actriz mas joven minutos atrás.
-¿Estas segura que eso es todo? La morena lo pensó dos veces, no sabia si era lo ideal continuar.
-Escucha: esa tal Alice la ha estado acosando, pero Quinn la rechaza todo el tiempo y no quiere saber nada con ella. Te lo puedo jurar porque hablamos al respecto cuando vino aquí a Lima y conociéndola, hablaba enserio Rach. Pero si yo estuviera ahí, iría con todo Lima Heights Adjacent para que esa loca se ubique un poco y se deje de molestar…
Pese a que la judía podría estar molesta de que Quinn le haya ocultado parte de la historia, no le tomó rencor de inmediato. Sino que entendió que Alice era quien la merodeaba, centrando toda su molestia en aquella chica.
-Bien, si lo dices así, supongo que tienes razon… Murmuró, pensando un poco. –Perdona San, no quisiera involucrarte, pero necesitaba descargarme un poco… Gracias por serme sincera.
-Tranquila Barbra, esa rubia te ama demasiado como para hacer alguna estupidez. Esas palabras hicieron que la actriz esbozara una leve sonrisa. Tras colgar, respiro varias veces para olvidar los malos pensamientos que se acercaban a su mente. Ahora tenia que concentrarse para el ensayo.
Santana fue hasta el consultorio, inquieta por esa última conversación: si Rachel sospechaba, era porque algo había hecho la rubia para que su mujer esté así. No lo pensó dos veces y la llamó.
-¡Amiga de mi vida, buen día! Saludó de buen animo la ex animadora, sentada en su oficina.
-¿Qué demonios has estado haciendo Fabray? Respondió a modo de reproche. La rubia se extraño ante esa respuesta. ¿Tendrían telepatía acaso?
-¿Por qué lo dices…?
-No se… Tu judía me acaba de llamar, preguntando si sabia lo que pasaba entre tú y esa tal Alice. La sangre de Quinn se helo, dejando de circular por varios segundos.
-¿¡Que le respondiste!? Gritó, haciendo que su mejor amiga tuviera que correr el tubo varios metros, parecía ser que había metido la pata.
-A ver: primero que nada, no me grites, que te puedo entender incluso si susurraras. Segundo, solo le dije la verdad, lo que sabía... Que la conociste por mera casualidad y que ella te acosa.
-… ¿de verdad le dijiste que me acosa? ¿¡Acaso perdiste al cabeza Santana!? Rachel es capaz de matarla… Se paró la rubia con violencia, comenzando a hiperventilar.
-Pero eso te ganas por no explicarle desde un principio. ¿Qué te costaba?
-San ahora voy a tener que ir a verla… y lo que menos quiero es encontrarme con esa tipa.
-¿Con Rachel?
-No, con Alice, torpe. Decía pegándole a la pared, pensando mil cosas a la vez.
-Me estoy perdiendo de algo… ¿Desde cuando no puedes verla a la cara?
-Desde ayer que me beso sin aviso. Soltó la abogada arrepintiéndose inmediatamente.
-…Te… ¿Te beso?
-Si bueno… me robo un beso en la boca y yo casi la asesino. Explico, inclinándose de hombros.
-… Pero… ¿De lengüita?
-Ya Santana te estas pasand…
-Ya si, perdón, perdón. Concéntrate, ya lo se. ¿Y por qué no me llamaste de inmediato? La rubia pasó cerca de media hora explicándole las cosas a su amiga. En definitiva le agradeció que convenciera a su esposa, pero seguía preocupada por como iba a seguir todo a partir de allí.
En su ensayo la judía evitaba mirar a Alice, irremediablemente estaba acumulando más rencor contra ella. Creía en la palabra de la latina, por lo que esa otra castaña tenia las de perder.
-¿Chicas que es lo que pasa? Preguntó el director, notando lo cortantes que estaban las actrices.
-Perdona Charls, pero no puedo seguir así. Menciono la ex cantante, acercándose a Alice. –Mira: todo este tiempo te eh tratado como a una amiga, y una buena compañera. Pero no quiero y no puedo dejar de ser terminantemente específica contigo: A-l-e-j-a-t-e d-e m-i m-u-j-e-r Comentó la judía apretando los dientes, viendo directo a los ojos a la otra actriz.
-Jaja ¿Que pasa? ¿Tan poco confías en tu rubia? Indagó con tono sobrante. Sin lugar a dudas esa tipa era una arpía. Rachel comenzaba a perder la cordura que le quedaba, acercándose de manera peligrosa a su compañera. Los otros actores también se acercaron notando que en cualquier momento se armaría una pelea entre esas dos. De pronto un fuerte ruido cortó todo el ambiente denso que existía: varios piedrazos comenzaron a romper los vidrios del salón desde el exterior, a lo que todos allí miraron asustados.
-¡Resguárdense en los camerinos! Ordenó el guardia de seguridad, corriendo desde la entrada a toda velocidad. Sin comprender mucho qué pasaba, la gente que estaba allí comenzó a moverse con miedo. Rachel se encerró en su camerino, respirando agitada, tanto por el susto como por el enojo que continuaba reteniendo.
Cerca de las dos de la tarde el celular de Quinn comenzó a sonar con insistencia; justo se encontraba con un cliente eh intentaba ignorar el llamado. Pero finalmente atendió pidiendo disculpas por un momento.
-Rach estoy en el trabajo puedes esperar solo… La rubia pudo sentir lo agitada que estaba su esposa al otro lado de la línea; hablaba rápido y en tono muy alto. Tras colgar un minuto después, la abogada se dirigió a su cliente:
-Perdone Sr. Adam, pero surgió un inconveniente de ultima hora y no puede esperar. Nuestra reunión tendrá que llevarse a cabo en otro momento…
-Dijo que estaba interesada ¿Qué clase de abogada es usted? La ex animadora ya estaba muy nerviosa como para tolerar desplantes de viejos ricachones.
-Ante todo tengo una familia, asi que por favor salga de mi oficina. Tome, buenas tardes y permiso. Cortó entregándole unas tarjetas de otros colegas, y saliendo disparada al trabajo de su esposa. No fue fácil entrar, pues una gran cantidad de gente protestaba en las afueras del salón, con pancartas y haciendo mucho ruido.
-¿Pero que diablos…? Murmuró haciéndose paso entre la multitud. Llamó a la puerta del estudio que permanecía cerrada.
-Lo siento nadie puede entrar. Dijo el sujeto de seguridad con voz temible.
-Soy la esposa de Rachel Berry, vamos… Se quejo la rubia poniendo un pie adentro antes que la puerta se cerrara de nuevo. Eso basto para que el hombre la dejara pasar. Inmediatamente corrió por los pasillos en busca de su castaña. Las caras de todos mostraban disgusto y malestar. Al llegar al camerino, Rachel estaba sentada con las manos en la cara, en tanto Charlie, el director, deambula nervioso por el lugar.
-¿Qué pasa aquí? Pregunto Quinn, haciendo reaccionar a la judía, que se abalanzo rápidamente abrazándola con miedo, dejando escapar unas lágrimas de furia. La ex animadora la contuvo como pudo, dirigiendo una mirada desesperada al otro hombre.
-¿¡Por qué la gente no lo soporta Quinnie!? Preguntó la actriz entre sollozos. Charlie se tomó el trabajo de explicar lo que estaba pasando: La protesta la organizaban varios grupos religiosos en contra del matrimonio igualitario y la exhibición publica de ellos en la sociedad. Sonaba increíble que esa clase de discriminación continuara existiendo, pero la palabra de la iglesia caía cada vez en más decadencia, por lo que buscaba maneras bajas para resistir y fomentaba el odio hacia los que no concordaran con su dogma, en este caso los homosexuales.
-¿Y que piensas hacer con la obra? Indagó la rubia totalmente indignada.
-No se cómo pero… Han encontrado vacíos legales para iniciar un juicio en mi contra… Lamento con mí ser decir esto, pero la obra no se podrá llevar a cabo, gracias a estos desubicados.
-¿¡Como es posible que la justicia de este país se digne a aceptar estas cosas!?¿Quien los entiende? Aceptan el matrimonio igualitario pero no quieren que nos mostremos…
-Lo siento chicas de verdad, yo también detesto esto. Pero me han atacado de modo en que no puedo hacer mucho más… Rachel tu recibirás una indemnización al igual que todo el resto y...
-El dinero no puede arreglar el dolor que me genera esta actitud Charls… Murmuraba la judía con la cabeza gacha, Quinn la abrazaba por la cintura con mucho rencor encima. Tuvieron que salir ocultas, puesto que los protestantes podían llegar a ser muy violentos. Al volver al departamento, Rachel se recostó. No se sentía bien. El revuelo que había causado ese reclamo generó inmediata repercusión por el resto del país, en todos los canales de noticias. Fue por esto que Santana no tardó mucho más de dos horas en enterarse, junto a Brittany. A nadie le cabía en la cabeza lo que estaba ocurriendo. La latina llamó a sus amigas, siendo Quinn quien explico las cosas. Todas estaban molestas, dolidas, podían sentirse atacadas directamente si lo deseaban.
Horas más tarde la rubia le llevó la cena a su pequeña castaña. La pobre Rachel no quería ni que sus padres entraran a la habitación.
-Cielo será mejor que comas… Susurró la abogada sentándose a su lado. La judía ya se había cansado de llorar, tenia los ojos muy rojos.
-No tengo hambre. Cortó, haciendo que Quinn se sintiera terriblemente mal e impotente. Le acaricio el rostro, corriéndole un poco el cabello de la cara.
-Todo va a mejorar amor… Estos son solo baches en el camino…
-Quinn ¿tú me sigues amando? Preguntó con un hilo de voz. Su mujer se quedó tildada con esa pregunta, empezando a entender que las lagrimas derramadas no eran solo por aquella protesta.
-Por supuesto que si, y con toda mi alma. Respondió, continuando con sus caricias.
-¿Entonces por qué no me dijiste lo de Alice? Continuo poniendo mirada suplicante, haciendo que la rubia se sintiera cada vez más culpable.
-Perdóname… yo, pensé que podría manejarlo. La conocí en el parque, después aquella vez que discutimos, pase como una idiota a un bar y también me la encontré. Nunca imagine que era tu compañera de trabajo…
-Quinn ella te ha estado siguiendo, intentando conquistarte, la invite a casa y todo. Sabia que su esposa estaba enojada, pero eso le tocaba por no haber sido sincera desde un principio. Ahora tendría que afrontarse a lo que sea.
-...Tienes todo el derecho del mundo de enojarte conmigo. Pero yo por ella no siento nada, y nunca voy a sentirlo. Te lo jure cuando nos casamos, tú siempre vas a ser la única mujer para mí. Que Alice se vaya al diablo, yo no le doy importancia. De verdad, perdóname... Ambas se abrazaron con fuerza. La judía necesitaba sentir que la confianza entre ellas continuaba existiendo sin tantas dificultades, y la rubia deseaba con todo su ser sacarse de la cabeza a la otra actriz. Allí, percibiendo el perfume de su esposa sentía que era capaz de superarlo. Finalmente, más animada, Rachel aceptó comer un poco de su cena, siempre sujetando la mano de su chica.
-New York se esta volviendo un asco… Comentó la abogada continuando el tema de la protesta.
-Estoy tan desilusionada de todo que… Quisiera irme lejos un tiempo. Juntos: tú, Aik y yo…
-Yo también lo eh pensado. Respondió Quinn, cruzando su mirada con la de la castaña. Ambas permanecieron mirándose fijo por unos minutos, hasta que a la rubia se le ilumino la mirada de una manera muy peculiar. Rachel interpretó ese brillo como una nueva idea.
-No. Dijo terminantemente antes que su esposa abriera la boca.
-¿De cuanto tiempo hablamos?… ¿Unos días o unos meses?
-No Quinn, no…
-¿Por qué no amor? A la rubia se le estaba dibujando una sonrisa de emoción e ilusión en el rostro.
-Dije que no volvería allí. Cortaba testarudamente la judía levantándose de la cama. Quinn la atrajo contra ella tomándola de la mano otra vez.
-Fue hace años… Murmuró tumbándola y poniéndose sobre ella para que no tuviera escapatoria.
-Da igual, olvida lo que dije, aquí estamos bien. La rubia la beso levemente en los labios.
-Tú sabes que quieres hacerlo tanto como yo. Comentaba con voz sensual, causándole escalofríos a su chica que movía la cabeza negando rápidamente.
-Si, pero yo hablaba de la cabaña del amor Quinn, no me refería a otra cosa.... En ese momento la abogada se paró en seco, llevándose una mano al cuello.
-Si… Respecto a la cabaña… Titubeo con una risa de nerviosismo. Rachel la miro de manera asesina. En ese sentido, conocía bien esas risas, Iker las hacia siempre.
-¿Ahora que? Le preguntó en tono molesto.
-Se la alquile a unos estudiantes por unas temporadas. Respondio, sonriendo de manera picara. La judía le tiro un almohadón con violencia para borrar ese gesto de su cara.
-¿Y cuando pensabas decírmelo?
-No creí que fuera… Ok perdón, pero ahora lo sabes. Dijo Quinn rodando lo ojos, sentándose a su lado en la cama. –Rach, cielo, entiendes cuanto me hace falta ¿Verdad?
-Puedes irte de visita de nuevo, no me hago problema. La rubia la perseguía con la mirada y ella intentaba mirar hacia otro lado, sabiendo que con lo insistente que podía ser, no la dejaría en paz. Finalmente se dejo caer en esos preciosos ojos verdes, que eran su eterna droga, su perdición.
-¿Y que pretendes hacer allá…? Dijo levantando una ceja, cruzándose de brazos.
-Puedo encargarme de todo. Murmuró la abogada con convicción, acercándose para besarla. El beso se prolongó por varios segundos. Al separarse, la rubia dejo pegada su frente con la de Rachel.
-Esta clase de chantaje no es legal... Se quejaba la castaña intentando resistirse.
-Por favor, por favor, por favor…. La judía suspiro con fastidio, guardando un desesperante silencio. Iker jugaba con Timoti en su cuarto cuando sintió un ruido desde la otra habitación.
-¡Iker! Grito la actriz, siendo vista con curiosidad por su esposa.
-¿¡Si mamá!? Pregunto el niño, ocultando debajo de su cama algunas cosas.
-¡Empieza a guardar tus juguetes! ¡Creo que nos vamos a ver a tu tía Santana! En ese momento, Iker entró a la habitación corriendo a abrazar a su madre. Se tiró sobre ambas en la cama, ya que Quinn se había encargado de taclear a Rachel para ahogarla a besos y agradecimientos. La judía por primera vez estaba abandonando el escenario, su más grande sueño; no pretendía irse mucho tiempo que digamos, por lo menos hasta que los líos en los que se veía sumida, se volvieran viejos recuerdos del pasado. Ver feliz a su esposa también era bueno, y muy interiormente ella sentía que hacían lo correcto. Un nuevo sueño se generaba y era el de poder vivir como antes, felices y todos unidos.
Última edición por Dreamer=) el Vie Ago 17, 2012 3:30 am, editado 1 vez
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
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Edad : 30
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
lo de la obra me sorprendio, ahora si rachel defendiendo a su mujer, eso me gusto; no quiero que se mude santana, pero creo que la que llegaran a ser sus vecinas seran las faberry, si ahora estaran todas juntas, se buena y que ya haya mas brittana, por favor si.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
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Edad : 39
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Que emoción que todas van estar juntas de nuevo,y ojala ellas sean las nuevas vecinas.Y me gusto como se comporto Rachel,defendiendo lo suyo.
Gracias por actualizar y que estes bien.
P.D: Extraño a Finn.
Gracias por actualizar y que estes bien.
P.D: Extraño a Finn.
bluelove*** - Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 16/06/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Buuuuuu, me perdi 2 caps.. u.u.. Genial lo de San con Sebastian, ojala que no moleste mas ¬¬.. Y que amor, durmieron los 3 juntos, bueno por lo menos es algo de Brittana!! ♥ jajajajaja.. Y ahora van a vivir todas juntas!!!.. :D.. Ojala que Rach y Quinn ayuden a que las Brittana vuelvan o que pase algo entre ellas.. jajaja
Beso.. :D
Beso.. :D
Len104********- - Mensajes : 772
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
actualiza por favor! ya se me hizo eterna esta espera y no se porque! si creo apenas llevas un dia si act, pero eso provoca tu fic! soy adicta a el
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Buenas noches chicas :) Perdonen que eh desaparecido en acción, se que dije que por un día no actualizaría pero bueno tuve otras cosas y ademas modifique este capitulo, por lo que tuve que pasar un rato más escribiendo para que concordara :P Gracias por sus comentarios, y por estar atentas siempre. este cap es un poco largo, pero muestra la clara destreza de nuestro aliado Finn Hudson. Saludos y disfruten :)
Capitulo 30: Maldades y planes
No podemos hallar un modo fácil de explicar el escandalo que hizo la latina ni bien escuchó de la boca de su amiga del otro lado de la línea, esa misma noche: -Los Fabray volvemos a Lima. En realidad pasó por una fase de silencio, luego de incredulidad, culminando con un grito de alegría y emoción, incluso derramando unas lagrimas. Axel y Brittany la miraban sentados en el sofá, con un poco de temor a que se estuviera volviendo loca o algo por el estilo. Las Faberry creyeron que lo ideal era decírselo antes que caer de sorpresa ya que, conociéndola, iba a terminar ahogándolas en un rio por ocultárselo, o algo por el estilo. Quinn estaba totalmente emocionada y de inmediato empezó a planear lo que haría para marcharse lo antes posible de New York. Si bien Rachel planeaba ir de viaje solo un tiempo, la abogada se iba a empeñar en convencerla para que se queden en Ohio por lo menos hasta fin de año. La judía había prometido no volver, sobretodo porque Lima era la ciudad de los sueños rotos, y pasó allí cosas muy tristes, luchando por salir de esa mediocridad. Pero era cierto que los tiempos habían cambiado, aquella gente que se había empeñado en bajarla de su nube seguramente ya no vivía. La madre de Quinn se borró del mapa hacia muchos años, por lo que no se tenía que preocupar de sus críticas. Sumado a que ahora en la gran ciudad, con toda la polémica de la obra, los periodistas y la prensa en general la iban a volver bastante loca durante el transcurso de los días, de eso no le quedaba duda. Además, por otro lado, no podían negar la falta que les hacían los Lopez en sus vidas, seguramente ese era el factor más fuerte por el que ambas volverían. Sin contar que también necesitaban distanciarse de cierta actriz acosadora y problemática….
La mañana del sábado en la casa de Brittany, la bailarina estaba empeñada en arreglar uno de los regadores del jardín, aparentemente una tubería trabada era el problema. Los morenos la observaban con escepticismo. El día era soleado, y la latina contemplaba la casa de enfrente con ambición: seguramente si lo negociaba podría adquirirla al menos en plan de pagos.
-De acuerdo, creo que lo arreglé. Dijo por fin la rubia terminando de ajustar con una llave el pequeño regador. Al encenderlo no ocurrió nada, ni siquiera unas gotas salieron de su interior.
-¿No seria mejor que te dediques a otra cosa? Se burlo la morena. Se quedó callada al oír un extraño ruido, que culmino con un temblor por todo el patio. Ambas se miraron con miedo. Luego de eso, todas las bocas de incendio que había en las calles comenzaron a rebalsar de agua a chorros. Los vecinos empezaron a salir de sus casas sin entender qué era lo que estaba pasando.
-Oh oh… Comentó Axel, viendo esa extraña escena llevándose las manos a la frente.
Nadie entiende cómo, pero Brittany logró dejar a la mitad del vecindario sin agua. Definitivamente no tenía suerte en asuntos de plomería. Cerca del medio día reapareció Finn, junto a Kim. No había estado muy presente en los últimos días por su viaje a la casa de sus suegros, quienes unas veces al año pedían ver a su nieta menor. Sumado a eso había estado bastante ocupado con su trabajo. Se sorprendió gratamente al ver que sus amigas seguían juntas y se llevaban muy bien. Axel y Kim jugaron buena parte de la tarde, en tanto los adultos se ponían al día.
-¿Tienes idea qué pasará con la casa de enfrente? Indagó la latina, entendiendo que su amigo se hacia cargo de toda esa zona de la ciudad.
-Ya tiene arrendatarios, la tenían reservada incluso antes que el matrimonio que vivía allí se mudara. Explico el castaño. Por dentro Brittany festejaba.
-Vaya que pena… Era muy bonita. Se entristeció la morena. – Bien te encargo si consigues alguna, no muy cara… Finn solo asintió. Había hablado algunas veces con la bailarina por teléfono, por lo que estaba al tanto de la situación en la que estaban las cosas. Alguien llamó a la puerta, interrumpiendo su charla. La dueña de casa fue abrir un poco extrañada, esperando que no sea una turba enfurecida por su metida de pata con el agua del barrio.
-Ho-hola. Saludó aquel castaño, sorprendiéndose de toparse con la rubia.
-¿Qué haces aquí Sebastian? Comentó Brittany siendo oída por los otros dos en el salón. Santana permaneció sentada con la boca entre abierta, en tanto Finn le dirigía una mirada de curiosidad. Entre sus charlas en el casino, debió mencionar al pasar que vivía en aquella casa.
-Buscaba a Santana… ¿Está aquí?
-No… ¡Si! Exclamó la rubia aun más confundida. La latina decidió acercarse a la entrada para aclarar las cosas.
-Vaya, ahí estas. Muy tierno lo tuyo en el casino eh. Empezó el ejecutivo dirigiéndose a la morena.
-¿Casino? No puedo evitar indagar la holandesa viendo a Santana, que permanecía en silencio.
-Si, esta mujer me dejo solo con un buen licuado de frambuesa en la cara la otra noche. Aquí te tengo la cuenta del medico. Indicó el muchacho con tono molesto. La ex cantante se mordió los labios agachando la cabeza, ante la mirada fija de la bailarina. La mentira tiene patas cortas, dicen.
- Entonces los dejo para que hablen… Comentó la rubia comprendiendo la situación. Salió hacia la cocina, haciéndole una seña a Finn para que la siguiera. Los otros dos se quedaron en la entrada.
-Ni creas que me voy a disculpar ni nada por el estilo tú te lo buscaste y…
-Perdóname. Interrumpió Sebastian, poniendo una mano sobre el moreno hombro de la chica. – Me comporte como un idiota, hay veces que me paso de la raya…
-¿Veces? Ya de por si no me cayo bien que hayas mentido, discúlpate lo que quieras la palabra perdón ya no tiene mucho sentido… Cortó la latina sin cambiar su cara de molestia.
-Pero si no te mentí, es cierto que tu jefe es un pariente lejano. Esta bien si, la segunda vez ya no fui por él. ¿Pero no deberías sentirte feliz por eso?
-Mira, no tengo ganas de discutir con nadie, menos con un egocéntrico animal de alcantarilla. Todo bien, digamos que te creo, que siga la vida, tú con la tuya y yo con la mía. Punto.
-De acuerdo, entonces no voy a parar hasta convencerte de que yo no soy así todo el tiempo. Dijo el castaño sacando de atrás de su espalda una rosa de un color rojo intenso. Se la extendió a la morena, que se incomodó con el gesto. Era más que obvio que aquel tipo quería conquistarla y no le gustaba en ningún sentido la idea. No quería saber nada con nadie de aquí hasta muchos años, si era posible.
-Te agradezco… Pero por favor, vete Sebastian. El ejecutivo asintió con una media sonrisa. Se fue sin agregar más comentarios. Toda esa situación había sido extraña, ese chico parecía ser muy bipolar. Miró por un segundo la flor que le había dado, en definitiva era linda, por más que haya sido de parte del cara de suricata. Volvió a la cocina donde los chicos tomaban un vaso de jugo en silencio. Brittany se volteo para no verla a los ojos.
-Oye… todo tiene una explicación. Empezó Santana sintiendo la necesidad de que la rubia vuelva a estar tranquila y sonriente como hacia minutos atrás.
-No necesitas explicarme nada. Cortó intentando no sonar molesta. –Sabes… lo único feo aquí es que si te hubiera pasado algo malo, dios no lo quiera, podría haber culpado a esa tal amiga que te había invitado. Pero está bien, eres libre de hacer con tu vida lo que quieras. Aunque creo que va siendo hora de que vayas tomando las cosas con más calma. Todos allí se quedaron con la boca abierta. Brittany nunca daba sermones ni nada por el estilo, pero tampoco podía guardarse lo que pensaba dentro mucho más. Vivía con la latina y cuidaba de su hijo, si a su jefa le pasaba algo, ella seria lo único que tendría cerca Axel. Finn miraba a ambos polos de la discusión con una mirada llena de picardía ¿Acaso su amiga rubia estaba celosa?
-Si tienes razon. Murmuró la morena ante tal argumento. Como pocas veces no se molestó que le llamaran la atención. –No lo había pensado de esa forma, no volverá a pasar. Brittany solo asintió, sirviéndole también a ella un vaso de jugo.
-¡Santana! ¡Axel tuvo un accidente…! Interrumpió Kim entrando a toda velocidad. Básicamente ambas mujeres se despegaron volando de las sillas al oír esas palabras sin dejar que la niña complete la frase, saliendo disparadas al patio, imaginando novecientas situaciones diferentes. Los Hudson las siguieron un poco más atrás.
-¿Qué ha pasado? Preguntó Finn en tanto corría a la entrada.
-Estábamos jugando y… Se apresuró a contestar la pequeña castaña.
-¿¡Donde esta Axel!? Gritaron con igual paranoia mirando hacia todos lados.
-Estaba aquí hace un segundo. Contesto Kim, un tanto extrañada.
-¿Aquí? ¿Pero está bien?
-¿Qué entiende por accidente tu hija Hudson? Tras esa secuencia de preguntas desesperadas, el pequeño moreno apareció frotándose los ojos, totalmente mojado. Santana se apresuró a tomarlo en brazos para saber si estaba entero, sin lesiones o algo por el estilo.
-¿Por qué diantres tienes toda la ropa mojada?
-Eso era lo que les iba a decir, que abrimos el regador para jugar con el agua y entonces salió un gran chorro y lo mojo todo… Dijo la niña inclinándose de hombros.
-Kimi casi haces que Santana y Brittany se mueran del susto, tienes que buscar otro modo de explicar las cosas. Regaño el castaño con una mirada molesta.
-Espera… Cortó la rubia pensando un momento. -¡Eso significa que arregle el regador, y que volvió el agua al barrio! Festejó, dando unos saltitos. Definitivamente esa chica era feliz con las cosas más simples. Tras un cambio de ropa el pequeño Lopez ya estaba listo para jugar de nuevo con su amiga.
-Para tener tres años es una niña bastante exagerada. Se quejo la morena tomando asiento de nuevo en la mesa. –Pero sin dudas es divertido que estén por aquí ustedes dos, ya los echaba de menos.
-Eh estado hecho un lio con el trabajo, a Kim la he tenido que dejar con la vecina algunas veces, creo que allí ve muchas novelas para grandes y aprende cosas como esas…. Por lo que podía notar el castaño, Brittany seguía un poco molesta con la latina, la conocía lo suficiente como para darse cuenta. -¡Hey! ¿Tienen algo que hacer por la noche? Preguntó de repente, con un nuevo plan en la cabeza.
-¿Qué tienes en mente? Sonrió la bailarina con curiosidad.
-Bueno puesto que, como dice San, no nos hemos visto mucho, quería invitarlas a cenar a un restaurante del centro. Todos juntos, con los niños. Explicó tomándolas del hombro a cada una. Ambas sonrieron al instante, les encantaba que surgieran situaciones que cambiaran un día común.
-¿Podemos comer spaghetti? Indagó la rubia con creciente emoción.
- Todo el que quieras, es un restaurant italiano por lo que la pasta de allí es lo mejor que puede haber. Lo sé, generalmente almuerzo ahí en días de semana. ¿Qué dicen? Ambos miraron a Santana, quien ,como siempre, tenia la ultima palabra en esas decisiones.
-¿Por qué me miran? Por nuestra parte no tenemos problema. Dijo cruzándose de brazos.
-Perfecto, entonces como a las ocho nos vemos en el parque del sol, frente a él, está el restaurant. Explicó el muchacho poniéndose de pie. –Ahora con Kim, tenemos que ir al supermercado. Las espero. Finalizó dándoles una mirada a sus amigas. Seguidamente se fue, con la cabeza llena de ideas. Tomó antes de irse, de una mesa en el salón, la billetera de Brittany. Se escabullo velozmente al auto de la rubia y la dejó allí. Suponía que si tenían que ir juntas, Santana se impondría lo suficiente para que viajen en su propio auto. Luego fue hasta el vehículo de la latina, y con mucha cautela desinflo medianamente dos de los neumáticos.
-¿Qué haces papi? Indagó Kim viéndolo. Finn le hizo una seña para que guarde silencio, y salieron juntos a la camioneta del vendedor.
Las siguientes horas, las chicas estuvieron cada una en sus cosas, Brittany aprovechó para limpiar un poco, en tanto Santana ordenaba la ropa de ella y de Axel en su cuarto. No habían hablado mucho más desde la charla en la mesa. La morena pensaba cada tanto en el empeño que estaba poniendo Sebastian, sin necesidad. Antes nunca se insinuó tan descaradamente, y eso la hacia sospechar que traía algo más entre manos.
Finalmente luego de bañarse y vestirse, los Lopez ya estaban listos para salir.
-¿Pretendes llegar tarde? Nosotros ya nos vamos…. Dijo en voz alta, bajando por las escaleras. Al llegar al pie, pudo sentir que Brittany ya se aproximaba también hacia la planta baja. Si giró sobre sus pasos, quedando tildada al verla: la rubia venia bien peinada, con un ligero toque de maquillaje, y un vestido blanco holgado de la cintura para abajo, dejando sus perfectos y pálidos hombros al descubierto. Inevitablemente la latina pudo contemplar todos esos detalles, sonrojándose apenas.
-¿Nos vamos? Pregunto la bailarina sonriéndole a Axel, que la miraba embobado.
-Quiero ir en mi auto, la verdad es que no tengo ganas de trasladar la silla de Ax… Murmuró la morena tomando sus llaves.
-Como tú digas, no me hago problema. Cortó Brittany, en tanto se ponía su abrigo. La noche estaba espectacularmente hermosa. Las estrellas se distinguían claramente en el cielo, junto a la reluciente luna llena. No hacia frió, ni había viento por más que en el pronóstico del tiempo decía que probablemente llovería. Minutos más tarde, los tres llegaron al parque del sol. La latina buscó un lugar para estacionar, sin mucha paciencia; parecía ser que bastante gente decidió esa noche salir con sus autos a pasear. Finn ya estaba en el parque junto a su hija. Habló algo asomándose por la ventanilla de Santana.
- Será mejor que cierres bien las puertas, así lo hice con mi camioneta. Últimamente los vándalos se ponen algo pesados por las noches y es mejor prevenir. Le aconsejó a su amiga latina –Y no se preocupen que esta cena la invito yo, asi que lo que pidan se carga a mi cuenta.
-No se si eso es bueno o malo… Susurró Brittany mientras bajaba del auto, recordando que Finn podía ser bastante tacaño cuando quería. Los cinco se dirigieron al restaurant y se sentaron en una de las mesas del fondo. No tardaron en ordenar, en una votación de cuatro contra uno, cenarían Spaghetti como bien deseaba la bailarina.
-¿Britt quieres algo para beber? Indagó el castaño leyendo la carta de vinos.
-Pero seria la única que tomaría... Se quejó la rubia con un puchero.
-Yo te acompaño por esta vez, hace bastante tiempo que quiero una buena copa de vino. Sonrió el vendedor. Por considerarse deportista evitaba toda esa clase de vicios.
-Eso es injusto, yo no puedo beber. Se metió Santana como las niñas caprichosas.
-Bueno y para ti, pedimos algo sin alcohol. Rio Finn girando los ojos. Cenaron tranquilos, charlando de todo un poco, sin dejar hablar de lo que se tenía planeado para el cumpleaños de Axel, y de la pronta vuelta de la familia Fabray a Lima. Una hora y media después los niños, y Santana, terminaron de comer una buena copa de helado. Todos estaban bien, parecía ser que hasta a Brittany se le había pasado el pequeño disgusto que tuvo con la mentira de su jefa. No era por amargada ni nada por el estilo, solo que sintió en verdad que si ella estaba siendo cien por ciento sincera como mínimo deberían pagarle con la misma moneda. El plan de Finn había resultado hasta el momento. No pudo de dejar de observar otra actitud que su rubia amiga estaba adoptando: vigilar los pasos de Santana. Cuando la latina se dirigió al baño, Brittany no paro de mirar en la misma dirección.
-Hey Britt, es linda la vista ¿no? Bromeo el castaño con picardía, sorbiendo un poco de su copa.
-¿Qué? Murmuró la bailarina sonrojándose un poco. –No, no, es que… ese tipo de allá. Dijo en un susurro señalando con su índice. –Ha permanecido mirando para acá todo el tiempo, y ahora que San salió también la persiguió con la mirada.
-¿Britt te das cuenta de lo que estas haciendo? A mi parecer te esta molestando que miren a Santana. Continúo con su tono burlón.
- ¿Qué ya te pego el vino Finn? Solo hice un comentario al margen. Ahora ambos miraron al sujeto: de barba, con anteojos, no podían distinguir mucho más puesto que se hallaba en una zona de baja luminancia. –Creo haberlo visto antes pero…
-Tranquila mujer, debe ser algún baboso de por ahí. No le des importancia, y disfruta de esta noche. Aconsejo Finn sirviéndose otra copa de vino para él y su amiga. Al regresar, la morena venia guardando algo en sus bolsillos. Todos la miraron con curiosidad.
-¿Qué? Nadie necesita jabones en los restaurantes. Bromeo haciendo reír a los chicos. En ese momento el tipo que estaba más lejos pagó la cuenta en la mesa, y se marcho apresurado.
-Lo ves ya se fue. Susurro el castaño terminando su trago.
-¿Todo esta bien? Preguntó Santana notando algo raro en su amigo.
-Perfectamente San, aquí disfrutando de una noche con mis amigas y un buen vino tinto ¿Sabes hace cuanto que no bebía? Sonrió el vendedor tomando una tonalidad roja en su cara.
-¿¡Estas segura que solo tomo dos copas!? Preguntaba en tono molesto la latina llevando en brazos a Axel y de la mano a Kim. En tanto Finn venia prácticamente colgado de los hombros de Brittany.
-Que si… Debió pegarle más porque él nunca toma esas cosas. Explicaba con esfuerzo la bailarina, saliendo del restaurant. El castaño miraba al cielo con los ojos medio desorbitados, murmurando cosas al oído de su amiga, que no sabia si reír o sumergirlo en una fuente para que se refresque.
-Sera idiota, solo a él le pasa esto. De acuerdo busquemos su camioneta.
-¿No pensaras mandarlo solo con Kim verdad?
-En realidad pensaba que tú lo lleves hasta su casa y… En ese momento Santana pudo contemplar como una grúa se estaba llevando su precioso auto. Salió disparada dejando a los otros cuatro en la acera. -¡Hey! ¡Qué es lo que hacen, ese es mi auto! Gritó, ya saliéndose de sus cabales.
-Lo siento pero estaba mal estacionado, sin contar que los neumáticos no están aptos para ser usados. Explico el policía de transito en tanto escribía una multa para la dueña del vehículo. –Podrá retirarlo el lunes, en tanto pague… En Lima eran muy estrictos con las leyes de transito.
-¿Pero que diablos tienen las ruedas y como es eso del estacionamiento?
-Estaciono entre discos señorita, eso no esta permitido. Ahora con su permiso, hay mucho trabajo. Dijo el hombre subiéndose velozmente al otro lado del camión de la grúa. La morena se quedo rebuscando varios insultos para decirles, más aun cuando vio lo que saldría rescatarlo del secuestro. Volvió echando humos al lado de sus amigos.
- Bien. Esto es genial. Hudson, dame las llaves de tu camioneta. Ordenó extendiendo la mano, con las cejas cruzadas. El muchacho estaba totalmente tildado. -¡Finn! Grito haciéndolo despertar.
-Si ya voy ya voy…. Murmuro el castaño hurgando en los bolsillos de su jean. –Aquí están. Sonrió, de nuevo sosteniéndose de Brittany. Con su mal pulso al soltar las llaves, estas cayeron dando tumbos, con la mala suerte que se hundieron al fondo de una ranura de alcantarilla justamente ubicada bajo ellos. Ambas mujeres miraron fijo al piso, mordiéndose los labios y luego cruzando sus miradas, para volver a mirar el piso, en un tenso silencio. Eso ya era el colmo, no tendrían modo de subirse a la camioneta si Finn la había cerrado anteriormente.
-De acuerdo tomemos un taxi. Cortó Brittany en tanto trataba de agarrar mejor al ebrio de su amigo que se deslizaba para todos lados –Los llevamos a casa y cuando se le pase que se vuelva en mi auto. Ahora no quiero que se vayan solos. Santana asintió, con bastante molestia encima, hasta que de pronto se llevo las manos a la cara ahogando un grito de frustración. -¿Qué pasa? Indago la bailarina al verla así.
-Mi bolso quedo en mi auto… ¡Y a mi auto se lo llevó la grúa!
-Tranquila yo pago… Indicó la holandesa buscando algo de dinero en su bolso. Segundos después comenzó a extrañarse al no encontrar su billetera. –Estemm… ¿Finn? ¿Tú traes dinero encima?
-¡Si! Grito el castaño con euforia. –Mi billetera esta en la guantera de mi camioneta.
-Ok… Creo que tendremos que irnos caminando. Murmuro Brittany girando los ojos, comenzando a ponerse nerviosa. Toda esa situación era muy descabellada para ser cierta.
-Ni en broma, son como dos kilómetros. Renegó Santana tomando nuevamente a Axel en brazos. –Además mira a los niños ya tienen cara de sueño. ¿Y tu billetera?
-No la tengo, creo que la olvide en casa. Contesto arqueándose de hombros.
-Dios… ¿Qué más puede pasar? Preguntó la latina mirando al cielo. En ese instante unos truenos comenzaron a sonar haciendo temblar la tierra; por lo que se ve, esa noche si iba a llover. En definitiva caminaron por las calles, comenzando a mojarse por las pequeñas gotas que caían lentamente. Finn iba abrazado de Brittany, cantando viejas canciones de los Beatles. En tanto, Santana ideaba una forma de volver, pero sin dinero no iba a ser tan sencillo. Siguieron así, hasta que quedaron frente a una iglesia; a la morena se le ocurrió un plan.
-Ustedes quédense aquí. Indico, dejando a los niños sentados en los escalones. Se adentro rápidamente al templo, un tanto nerviosa. Quedo frente a la estatua de una de las vírgenes, a las que la gente siempre le dejaba alguna ofrenda. Hizo la señal de la cruz rápidamente, viendo que había un pequeño frasco para donaciones con bastantes monedas. Miro a ambos lados y saco unos cuantos puñados metiéndoselas en el bolsillo. –Perdón, prometo devolverte el doble. Susurró dándole una última mirada a la estatua.
-¿Le robaste monedas a la virgen? Se quejaba Brittany sentada en la parte de atrás del taxi, con Finn y Kim a su lado. El taxista negaba con la cabeza y una media sonrisa.
-Teníamos que volver a casa. Además esas cosas están para ayudar a la gente como nosotros. Argumentaba la latina viendo hacia el frente, acariciando levemente la cabeza de su pequeño. Llegaron minutos después, los niños ya se habían quedado dormidos por lo que, una vez que tumbaron a Finn en el sofá, los acomodaron en las camas. Con historias como esas deberían escribir pronto un libro, o algo por el estilo. Bajaron a ver a su amigo, que se encontraba sentado en el salón.
-¿Ustedes están bien? Pregunto el castaño viéndolas.
-Por supuesto que si, no como tu… Respondió la latina cruzándose de brazos.
-Vengan aquí. Ordeno con dulzura el muchacho, para que ambas se sienten a cada lado de él. Las tomo de las manos con una sonrisa en su cara. –Ustedes dos, no tienen que pelearse. Tienen que estar agradecidas por estar juntas, por fin…
-No nos peleamos Finn. Comento la rubia escuchando con una media sonrisa.
-¿Ustedes son amigas verdad? Indago el vendedor viéndolas a ambas. Las dos tragaron saliva, compartiendo una mirada de complicidad. -¿Lo son verdad....? Continuaba el muchacho con cara de ilusión. –Yo solo quiero eso, verlas bien, porque las quiero, y tienen que quererse, porque es el destino el que quiso…
-Si Hudson somos amigas, pero por favor no te pongas cursi. Corto Santana, dándole una palmada en el hombro a su amigo. Finn sonrió ampliamente asintiendo, en tanto Brittany sentía que con esas palabras su mundo estaba completo. ¿Seria eso cierto? ¿Había ganado de nuevo la confianza de Santana otra vez, o solo lo dijo para complacer al amigo de ambas? Sea como sea, que ya lo haya dicho significaba mucho para ella. Los tres permanecieron un momento juntos, y en silencio.
-De acuerdo creo que será mejor que nos vayamos a dormir. Susurro la morena poniéndose de pie.
-Ustedes vayan, yo luego voy al lado de Kim. Pero estoy mareado, asique déjenme aquí quietecito. Bromeaba el muchacho acomodándose en el sofá. Las chicas asintieron, ya habían pasado mucho ese día como para seguir con más locuras. Más tranquilas cada una se fue a su cuarto. Cuando se sintió que cerraron sus puertas, el castaño sonrió de nuevo con un aire de maldad.
-Jeje Finn Hudson, definitivamente tendrías que haber sido actor. Murmuró con satisfacción: su plan había salido mucho mejor y más divertido de lo que había imaginado; las chicas se estaban uniendo poco a poco, gracias a sus locuras. Claro que no le convenía que, sobretodo Santana, se entere de este último.
Capitulo 30: Maldades y planes
No podemos hallar un modo fácil de explicar el escandalo que hizo la latina ni bien escuchó de la boca de su amiga del otro lado de la línea, esa misma noche: -Los Fabray volvemos a Lima. En realidad pasó por una fase de silencio, luego de incredulidad, culminando con un grito de alegría y emoción, incluso derramando unas lagrimas. Axel y Brittany la miraban sentados en el sofá, con un poco de temor a que se estuviera volviendo loca o algo por el estilo. Las Faberry creyeron que lo ideal era decírselo antes que caer de sorpresa ya que, conociéndola, iba a terminar ahogándolas en un rio por ocultárselo, o algo por el estilo. Quinn estaba totalmente emocionada y de inmediato empezó a planear lo que haría para marcharse lo antes posible de New York. Si bien Rachel planeaba ir de viaje solo un tiempo, la abogada se iba a empeñar en convencerla para que se queden en Ohio por lo menos hasta fin de año. La judía había prometido no volver, sobretodo porque Lima era la ciudad de los sueños rotos, y pasó allí cosas muy tristes, luchando por salir de esa mediocridad. Pero era cierto que los tiempos habían cambiado, aquella gente que se había empeñado en bajarla de su nube seguramente ya no vivía. La madre de Quinn se borró del mapa hacia muchos años, por lo que no se tenía que preocupar de sus críticas. Sumado a que ahora en la gran ciudad, con toda la polémica de la obra, los periodistas y la prensa en general la iban a volver bastante loca durante el transcurso de los días, de eso no le quedaba duda. Además, por otro lado, no podían negar la falta que les hacían los Lopez en sus vidas, seguramente ese era el factor más fuerte por el que ambas volverían. Sin contar que también necesitaban distanciarse de cierta actriz acosadora y problemática….
La mañana del sábado en la casa de Brittany, la bailarina estaba empeñada en arreglar uno de los regadores del jardín, aparentemente una tubería trabada era el problema. Los morenos la observaban con escepticismo. El día era soleado, y la latina contemplaba la casa de enfrente con ambición: seguramente si lo negociaba podría adquirirla al menos en plan de pagos.
-De acuerdo, creo que lo arreglé. Dijo por fin la rubia terminando de ajustar con una llave el pequeño regador. Al encenderlo no ocurrió nada, ni siquiera unas gotas salieron de su interior.
-¿No seria mejor que te dediques a otra cosa? Se burlo la morena. Se quedó callada al oír un extraño ruido, que culmino con un temblor por todo el patio. Ambas se miraron con miedo. Luego de eso, todas las bocas de incendio que había en las calles comenzaron a rebalsar de agua a chorros. Los vecinos empezaron a salir de sus casas sin entender qué era lo que estaba pasando.
-Oh oh… Comentó Axel, viendo esa extraña escena llevándose las manos a la frente.
Nadie entiende cómo, pero Brittany logró dejar a la mitad del vecindario sin agua. Definitivamente no tenía suerte en asuntos de plomería. Cerca del medio día reapareció Finn, junto a Kim. No había estado muy presente en los últimos días por su viaje a la casa de sus suegros, quienes unas veces al año pedían ver a su nieta menor. Sumado a eso había estado bastante ocupado con su trabajo. Se sorprendió gratamente al ver que sus amigas seguían juntas y se llevaban muy bien. Axel y Kim jugaron buena parte de la tarde, en tanto los adultos se ponían al día.
-¿Tienes idea qué pasará con la casa de enfrente? Indagó la latina, entendiendo que su amigo se hacia cargo de toda esa zona de la ciudad.
-Ya tiene arrendatarios, la tenían reservada incluso antes que el matrimonio que vivía allí se mudara. Explico el castaño. Por dentro Brittany festejaba.
-Vaya que pena… Era muy bonita. Se entristeció la morena. – Bien te encargo si consigues alguna, no muy cara… Finn solo asintió. Había hablado algunas veces con la bailarina por teléfono, por lo que estaba al tanto de la situación en la que estaban las cosas. Alguien llamó a la puerta, interrumpiendo su charla. La dueña de casa fue abrir un poco extrañada, esperando que no sea una turba enfurecida por su metida de pata con el agua del barrio.
-Ho-hola. Saludó aquel castaño, sorprendiéndose de toparse con la rubia.
-¿Qué haces aquí Sebastian? Comentó Brittany siendo oída por los otros dos en el salón. Santana permaneció sentada con la boca entre abierta, en tanto Finn le dirigía una mirada de curiosidad. Entre sus charlas en el casino, debió mencionar al pasar que vivía en aquella casa.
-Buscaba a Santana… ¿Está aquí?
-No… ¡Si! Exclamó la rubia aun más confundida. La latina decidió acercarse a la entrada para aclarar las cosas.
-Vaya, ahí estas. Muy tierno lo tuyo en el casino eh. Empezó el ejecutivo dirigiéndose a la morena.
-¿Casino? No puedo evitar indagar la holandesa viendo a Santana, que permanecía en silencio.
-Si, esta mujer me dejo solo con un buen licuado de frambuesa en la cara la otra noche. Aquí te tengo la cuenta del medico. Indicó el muchacho con tono molesto. La ex cantante se mordió los labios agachando la cabeza, ante la mirada fija de la bailarina. La mentira tiene patas cortas, dicen.
- Entonces los dejo para que hablen… Comentó la rubia comprendiendo la situación. Salió hacia la cocina, haciéndole una seña a Finn para que la siguiera. Los otros dos se quedaron en la entrada.
-Ni creas que me voy a disculpar ni nada por el estilo tú te lo buscaste y…
-Perdóname. Interrumpió Sebastian, poniendo una mano sobre el moreno hombro de la chica. – Me comporte como un idiota, hay veces que me paso de la raya…
-¿Veces? Ya de por si no me cayo bien que hayas mentido, discúlpate lo que quieras la palabra perdón ya no tiene mucho sentido… Cortó la latina sin cambiar su cara de molestia.
-Pero si no te mentí, es cierto que tu jefe es un pariente lejano. Esta bien si, la segunda vez ya no fui por él. ¿Pero no deberías sentirte feliz por eso?
-Mira, no tengo ganas de discutir con nadie, menos con un egocéntrico animal de alcantarilla. Todo bien, digamos que te creo, que siga la vida, tú con la tuya y yo con la mía. Punto.
-De acuerdo, entonces no voy a parar hasta convencerte de que yo no soy así todo el tiempo. Dijo el castaño sacando de atrás de su espalda una rosa de un color rojo intenso. Se la extendió a la morena, que se incomodó con el gesto. Era más que obvio que aquel tipo quería conquistarla y no le gustaba en ningún sentido la idea. No quería saber nada con nadie de aquí hasta muchos años, si era posible.
-Te agradezco… Pero por favor, vete Sebastian. El ejecutivo asintió con una media sonrisa. Se fue sin agregar más comentarios. Toda esa situación había sido extraña, ese chico parecía ser muy bipolar. Miró por un segundo la flor que le había dado, en definitiva era linda, por más que haya sido de parte del cara de suricata. Volvió a la cocina donde los chicos tomaban un vaso de jugo en silencio. Brittany se volteo para no verla a los ojos.
-Oye… todo tiene una explicación. Empezó Santana sintiendo la necesidad de que la rubia vuelva a estar tranquila y sonriente como hacia minutos atrás.
-No necesitas explicarme nada. Cortó intentando no sonar molesta. –Sabes… lo único feo aquí es que si te hubiera pasado algo malo, dios no lo quiera, podría haber culpado a esa tal amiga que te había invitado. Pero está bien, eres libre de hacer con tu vida lo que quieras. Aunque creo que va siendo hora de que vayas tomando las cosas con más calma. Todos allí se quedaron con la boca abierta. Brittany nunca daba sermones ni nada por el estilo, pero tampoco podía guardarse lo que pensaba dentro mucho más. Vivía con la latina y cuidaba de su hijo, si a su jefa le pasaba algo, ella seria lo único que tendría cerca Axel. Finn miraba a ambos polos de la discusión con una mirada llena de picardía ¿Acaso su amiga rubia estaba celosa?
-Si tienes razon. Murmuró la morena ante tal argumento. Como pocas veces no se molestó que le llamaran la atención. –No lo había pensado de esa forma, no volverá a pasar. Brittany solo asintió, sirviéndole también a ella un vaso de jugo.
-¡Santana! ¡Axel tuvo un accidente…! Interrumpió Kim entrando a toda velocidad. Básicamente ambas mujeres se despegaron volando de las sillas al oír esas palabras sin dejar que la niña complete la frase, saliendo disparadas al patio, imaginando novecientas situaciones diferentes. Los Hudson las siguieron un poco más atrás.
-¿Qué ha pasado? Preguntó Finn en tanto corría a la entrada.
-Estábamos jugando y… Se apresuró a contestar la pequeña castaña.
-¿¡Donde esta Axel!? Gritaron con igual paranoia mirando hacia todos lados.
-Estaba aquí hace un segundo. Contesto Kim, un tanto extrañada.
-¿Aquí? ¿Pero está bien?
-¿Qué entiende por accidente tu hija Hudson? Tras esa secuencia de preguntas desesperadas, el pequeño moreno apareció frotándose los ojos, totalmente mojado. Santana se apresuró a tomarlo en brazos para saber si estaba entero, sin lesiones o algo por el estilo.
-¿Por qué diantres tienes toda la ropa mojada?
-Eso era lo que les iba a decir, que abrimos el regador para jugar con el agua y entonces salió un gran chorro y lo mojo todo… Dijo la niña inclinándose de hombros.
-Kimi casi haces que Santana y Brittany se mueran del susto, tienes que buscar otro modo de explicar las cosas. Regaño el castaño con una mirada molesta.
-Espera… Cortó la rubia pensando un momento. -¡Eso significa que arregle el regador, y que volvió el agua al barrio! Festejó, dando unos saltitos. Definitivamente esa chica era feliz con las cosas más simples. Tras un cambio de ropa el pequeño Lopez ya estaba listo para jugar de nuevo con su amiga.
-Para tener tres años es una niña bastante exagerada. Se quejo la morena tomando asiento de nuevo en la mesa. –Pero sin dudas es divertido que estén por aquí ustedes dos, ya los echaba de menos.
-Eh estado hecho un lio con el trabajo, a Kim la he tenido que dejar con la vecina algunas veces, creo que allí ve muchas novelas para grandes y aprende cosas como esas…. Por lo que podía notar el castaño, Brittany seguía un poco molesta con la latina, la conocía lo suficiente como para darse cuenta. -¡Hey! ¿Tienen algo que hacer por la noche? Preguntó de repente, con un nuevo plan en la cabeza.
-¿Qué tienes en mente? Sonrió la bailarina con curiosidad.
-Bueno puesto que, como dice San, no nos hemos visto mucho, quería invitarlas a cenar a un restaurante del centro. Todos juntos, con los niños. Explicó tomándolas del hombro a cada una. Ambas sonrieron al instante, les encantaba que surgieran situaciones que cambiaran un día común.
-¿Podemos comer spaghetti? Indagó la rubia con creciente emoción.
- Todo el que quieras, es un restaurant italiano por lo que la pasta de allí es lo mejor que puede haber. Lo sé, generalmente almuerzo ahí en días de semana. ¿Qué dicen? Ambos miraron a Santana, quien ,como siempre, tenia la ultima palabra en esas decisiones.
-¿Por qué me miran? Por nuestra parte no tenemos problema. Dijo cruzándose de brazos.
-Perfecto, entonces como a las ocho nos vemos en el parque del sol, frente a él, está el restaurant. Explicó el muchacho poniéndose de pie. –Ahora con Kim, tenemos que ir al supermercado. Las espero. Finalizó dándoles una mirada a sus amigas. Seguidamente se fue, con la cabeza llena de ideas. Tomó antes de irse, de una mesa en el salón, la billetera de Brittany. Se escabullo velozmente al auto de la rubia y la dejó allí. Suponía que si tenían que ir juntas, Santana se impondría lo suficiente para que viajen en su propio auto. Luego fue hasta el vehículo de la latina, y con mucha cautela desinflo medianamente dos de los neumáticos.
-¿Qué haces papi? Indagó Kim viéndolo. Finn le hizo una seña para que guarde silencio, y salieron juntos a la camioneta del vendedor.
Las siguientes horas, las chicas estuvieron cada una en sus cosas, Brittany aprovechó para limpiar un poco, en tanto Santana ordenaba la ropa de ella y de Axel en su cuarto. No habían hablado mucho más desde la charla en la mesa. La morena pensaba cada tanto en el empeño que estaba poniendo Sebastian, sin necesidad. Antes nunca se insinuó tan descaradamente, y eso la hacia sospechar que traía algo más entre manos.
Finalmente luego de bañarse y vestirse, los Lopez ya estaban listos para salir.
-¿Pretendes llegar tarde? Nosotros ya nos vamos…. Dijo en voz alta, bajando por las escaleras. Al llegar al pie, pudo sentir que Brittany ya se aproximaba también hacia la planta baja. Si giró sobre sus pasos, quedando tildada al verla: la rubia venia bien peinada, con un ligero toque de maquillaje, y un vestido blanco holgado de la cintura para abajo, dejando sus perfectos y pálidos hombros al descubierto. Inevitablemente la latina pudo contemplar todos esos detalles, sonrojándose apenas.
-¿Nos vamos? Pregunto la bailarina sonriéndole a Axel, que la miraba embobado.
-Quiero ir en mi auto, la verdad es que no tengo ganas de trasladar la silla de Ax… Murmuró la morena tomando sus llaves.
-Como tú digas, no me hago problema. Cortó Brittany, en tanto se ponía su abrigo. La noche estaba espectacularmente hermosa. Las estrellas se distinguían claramente en el cielo, junto a la reluciente luna llena. No hacia frió, ni había viento por más que en el pronóstico del tiempo decía que probablemente llovería. Minutos más tarde, los tres llegaron al parque del sol. La latina buscó un lugar para estacionar, sin mucha paciencia; parecía ser que bastante gente decidió esa noche salir con sus autos a pasear. Finn ya estaba en el parque junto a su hija. Habló algo asomándose por la ventanilla de Santana.
- Será mejor que cierres bien las puertas, así lo hice con mi camioneta. Últimamente los vándalos se ponen algo pesados por las noches y es mejor prevenir. Le aconsejó a su amiga latina –Y no se preocupen que esta cena la invito yo, asi que lo que pidan se carga a mi cuenta.
-No se si eso es bueno o malo… Susurró Brittany mientras bajaba del auto, recordando que Finn podía ser bastante tacaño cuando quería. Los cinco se dirigieron al restaurant y se sentaron en una de las mesas del fondo. No tardaron en ordenar, en una votación de cuatro contra uno, cenarían Spaghetti como bien deseaba la bailarina.
-¿Britt quieres algo para beber? Indagó el castaño leyendo la carta de vinos.
-Pero seria la única que tomaría... Se quejó la rubia con un puchero.
-Yo te acompaño por esta vez, hace bastante tiempo que quiero una buena copa de vino. Sonrió el vendedor. Por considerarse deportista evitaba toda esa clase de vicios.
-Eso es injusto, yo no puedo beber. Se metió Santana como las niñas caprichosas.
-Bueno y para ti, pedimos algo sin alcohol. Rio Finn girando los ojos. Cenaron tranquilos, charlando de todo un poco, sin dejar hablar de lo que se tenía planeado para el cumpleaños de Axel, y de la pronta vuelta de la familia Fabray a Lima. Una hora y media después los niños, y Santana, terminaron de comer una buena copa de helado. Todos estaban bien, parecía ser que hasta a Brittany se le había pasado el pequeño disgusto que tuvo con la mentira de su jefa. No era por amargada ni nada por el estilo, solo que sintió en verdad que si ella estaba siendo cien por ciento sincera como mínimo deberían pagarle con la misma moneda. El plan de Finn había resultado hasta el momento. No pudo de dejar de observar otra actitud que su rubia amiga estaba adoptando: vigilar los pasos de Santana. Cuando la latina se dirigió al baño, Brittany no paro de mirar en la misma dirección.
-Hey Britt, es linda la vista ¿no? Bromeo el castaño con picardía, sorbiendo un poco de su copa.
-¿Qué? Murmuró la bailarina sonrojándose un poco. –No, no, es que… ese tipo de allá. Dijo en un susurro señalando con su índice. –Ha permanecido mirando para acá todo el tiempo, y ahora que San salió también la persiguió con la mirada.
-¿Britt te das cuenta de lo que estas haciendo? A mi parecer te esta molestando que miren a Santana. Continúo con su tono burlón.
- ¿Qué ya te pego el vino Finn? Solo hice un comentario al margen. Ahora ambos miraron al sujeto: de barba, con anteojos, no podían distinguir mucho más puesto que se hallaba en una zona de baja luminancia. –Creo haberlo visto antes pero…
-Tranquila mujer, debe ser algún baboso de por ahí. No le des importancia, y disfruta de esta noche. Aconsejo Finn sirviéndose otra copa de vino para él y su amiga. Al regresar, la morena venia guardando algo en sus bolsillos. Todos la miraron con curiosidad.
-¿Qué? Nadie necesita jabones en los restaurantes. Bromeo haciendo reír a los chicos. En ese momento el tipo que estaba más lejos pagó la cuenta en la mesa, y se marcho apresurado.
-Lo ves ya se fue. Susurro el castaño terminando su trago.
-¿Todo esta bien? Preguntó Santana notando algo raro en su amigo.
-Perfectamente San, aquí disfrutando de una noche con mis amigas y un buen vino tinto ¿Sabes hace cuanto que no bebía? Sonrió el vendedor tomando una tonalidad roja en su cara.
-¿¡Estas segura que solo tomo dos copas!? Preguntaba en tono molesto la latina llevando en brazos a Axel y de la mano a Kim. En tanto Finn venia prácticamente colgado de los hombros de Brittany.
-Que si… Debió pegarle más porque él nunca toma esas cosas. Explicaba con esfuerzo la bailarina, saliendo del restaurant. El castaño miraba al cielo con los ojos medio desorbitados, murmurando cosas al oído de su amiga, que no sabia si reír o sumergirlo en una fuente para que se refresque.
-Sera idiota, solo a él le pasa esto. De acuerdo busquemos su camioneta.
-¿No pensaras mandarlo solo con Kim verdad?
-En realidad pensaba que tú lo lleves hasta su casa y… En ese momento Santana pudo contemplar como una grúa se estaba llevando su precioso auto. Salió disparada dejando a los otros cuatro en la acera. -¡Hey! ¡Qué es lo que hacen, ese es mi auto! Gritó, ya saliéndose de sus cabales.
-Lo siento pero estaba mal estacionado, sin contar que los neumáticos no están aptos para ser usados. Explico el policía de transito en tanto escribía una multa para la dueña del vehículo. –Podrá retirarlo el lunes, en tanto pague… En Lima eran muy estrictos con las leyes de transito.
-¿Pero que diablos tienen las ruedas y como es eso del estacionamiento?
-Estaciono entre discos señorita, eso no esta permitido. Ahora con su permiso, hay mucho trabajo. Dijo el hombre subiéndose velozmente al otro lado del camión de la grúa. La morena se quedo rebuscando varios insultos para decirles, más aun cuando vio lo que saldría rescatarlo del secuestro. Volvió echando humos al lado de sus amigos.
- Bien. Esto es genial. Hudson, dame las llaves de tu camioneta. Ordenó extendiendo la mano, con las cejas cruzadas. El muchacho estaba totalmente tildado. -¡Finn! Grito haciéndolo despertar.
-Si ya voy ya voy…. Murmuro el castaño hurgando en los bolsillos de su jean. –Aquí están. Sonrió, de nuevo sosteniéndose de Brittany. Con su mal pulso al soltar las llaves, estas cayeron dando tumbos, con la mala suerte que se hundieron al fondo de una ranura de alcantarilla justamente ubicada bajo ellos. Ambas mujeres miraron fijo al piso, mordiéndose los labios y luego cruzando sus miradas, para volver a mirar el piso, en un tenso silencio. Eso ya era el colmo, no tendrían modo de subirse a la camioneta si Finn la había cerrado anteriormente.
-De acuerdo tomemos un taxi. Cortó Brittany en tanto trataba de agarrar mejor al ebrio de su amigo que se deslizaba para todos lados –Los llevamos a casa y cuando se le pase que se vuelva en mi auto. Ahora no quiero que se vayan solos. Santana asintió, con bastante molestia encima, hasta que de pronto se llevo las manos a la cara ahogando un grito de frustración. -¿Qué pasa? Indago la bailarina al verla así.
-Mi bolso quedo en mi auto… ¡Y a mi auto se lo llevó la grúa!
-Tranquila yo pago… Indicó la holandesa buscando algo de dinero en su bolso. Segundos después comenzó a extrañarse al no encontrar su billetera. –Estemm… ¿Finn? ¿Tú traes dinero encima?
-¡Si! Grito el castaño con euforia. –Mi billetera esta en la guantera de mi camioneta.
-Ok… Creo que tendremos que irnos caminando. Murmuro Brittany girando los ojos, comenzando a ponerse nerviosa. Toda esa situación era muy descabellada para ser cierta.
-Ni en broma, son como dos kilómetros. Renegó Santana tomando nuevamente a Axel en brazos. –Además mira a los niños ya tienen cara de sueño. ¿Y tu billetera?
-No la tengo, creo que la olvide en casa. Contesto arqueándose de hombros.
-Dios… ¿Qué más puede pasar? Preguntó la latina mirando al cielo. En ese instante unos truenos comenzaron a sonar haciendo temblar la tierra; por lo que se ve, esa noche si iba a llover. En definitiva caminaron por las calles, comenzando a mojarse por las pequeñas gotas que caían lentamente. Finn iba abrazado de Brittany, cantando viejas canciones de los Beatles. En tanto, Santana ideaba una forma de volver, pero sin dinero no iba a ser tan sencillo. Siguieron así, hasta que quedaron frente a una iglesia; a la morena se le ocurrió un plan.
-Ustedes quédense aquí. Indico, dejando a los niños sentados en los escalones. Se adentro rápidamente al templo, un tanto nerviosa. Quedo frente a la estatua de una de las vírgenes, a las que la gente siempre le dejaba alguna ofrenda. Hizo la señal de la cruz rápidamente, viendo que había un pequeño frasco para donaciones con bastantes monedas. Miro a ambos lados y saco unos cuantos puñados metiéndoselas en el bolsillo. –Perdón, prometo devolverte el doble. Susurró dándole una última mirada a la estatua.
-¿Le robaste monedas a la virgen? Se quejaba Brittany sentada en la parte de atrás del taxi, con Finn y Kim a su lado. El taxista negaba con la cabeza y una media sonrisa.
-Teníamos que volver a casa. Además esas cosas están para ayudar a la gente como nosotros. Argumentaba la latina viendo hacia el frente, acariciando levemente la cabeza de su pequeño. Llegaron minutos después, los niños ya se habían quedado dormidos por lo que, una vez que tumbaron a Finn en el sofá, los acomodaron en las camas. Con historias como esas deberían escribir pronto un libro, o algo por el estilo. Bajaron a ver a su amigo, que se encontraba sentado en el salón.
-¿Ustedes están bien? Pregunto el castaño viéndolas.
-Por supuesto que si, no como tu… Respondió la latina cruzándose de brazos.
-Vengan aquí. Ordeno con dulzura el muchacho, para que ambas se sienten a cada lado de él. Las tomo de las manos con una sonrisa en su cara. –Ustedes dos, no tienen que pelearse. Tienen que estar agradecidas por estar juntas, por fin…
-No nos peleamos Finn. Comento la rubia escuchando con una media sonrisa.
-¿Ustedes son amigas verdad? Indago el vendedor viéndolas a ambas. Las dos tragaron saliva, compartiendo una mirada de complicidad. -¿Lo son verdad....? Continuaba el muchacho con cara de ilusión. –Yo solo quiero eso, verlas bien, porque las quiero, y tienen que quererse, porque es el destino el que quiso…
-Si Hudson somos amigas, pero por favor no te pongas cursi. Corto Santana, dándole una palmada en el hombro a su amigo. Finn sonrió ampliamente asintiendo, en tanto Brittany sentía que con esas palabras su mundo estaba completo. ¿Seria eso cierto? ¿Había ganado de nuevo la confianza de Santana otra vez, o solo lo dijo para complacer al amigo de ambas? Sea como sea, que ya lo haya dicho significaba mucho para ella. Los tres permanecieron un momento juntos, y en silencio.
-De acuerdo creo que será mejor que nos vayamos a dormir. Susurro la morena poniéndose de pie.
-Ustedes vayan, yo luego voy al lado de Kim. Pero estoy mareado, asique déjenme aquí quietecito. Bromeaba el muchacho acomodándose en el sofá. Las chicas asintieron, ya habían pasado mucho ese día como para seguir con más locuras. Más tranquilas cada una se fue a su cuarto. Cuando se sintió que cerraron sus puertas, el castaño sonrió de nuevo con un aire de maldad.
-Jeje Finn Hudson, definitivamente tendrías que haber sido actor. Murmuró con satisfacción: su plan había salido mucho mejor y más divertido de lo que había imaginado; las chicas se estaban uniendo poco a poco, gracias a sus locuras. Claro que no le convenía que, sobretodo Santana, se entere de este último.
Última edición por Dreamer=) el Sáb Ago 18, 2012 12:14 am, editado 2 veces
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Jamas pense que yo diría algo como esto pero ya que!! amo a fin! enserio es la primera vez que me cae bien jajaja!! este capitulo si que ah sido muy divertido! la escena de santana robandole el dinero a la virgen fue lo máximo
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Jajaja! Que risas con algunas partes,el capítulo estuvo muy bueno y divertido,me encanto el regreso de Finn y su plan.
Gracias por actualizar.Que estes bien.
Gracias por actualizar.Que estes bien.
bluelove*** - Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 16/06/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
AMO A FINN! :D
mira que planear todo eso para unirlas más awww c:
Jajajja Brittany arreglando la tubería xD eso me mató :B
Espero la actualización :)
mira que planear todo eso para unirlas más awww c:
Jajajja Brittany arreglando la tubería xD eso me mató :B
Espero la actualización :)
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Que amor que es Finn, me cae demasiado bien en tu fic!!!.. Creo que es la primera vez que me cae bien en algun fic Brittana!.. jajajaja.. Sii, celos de parte de Britt, eso es una buena señal.. y me re mori mal cuando Santana saco la plata de la Iglesia.. jajajajajajajajajaja.. Me encanta ♥...
Beso
Beso
Len104********- - Mensajes : 772
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
extrañaba las locuras de finn para ayudar a sus amigas, es genial, me encanta el personaje, y siiiiii por lo menos se estan acercando mas, como siempre axel y kim son geniales, esos niños me encantan, un abrazo y nos vemos en el siguiente capitulo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Awwww Finn es un GENIO en este fic es tan lindoooooo le tengo un cariño inmenso a este Finn no al de la serie ¬¬ ya x Diooos que Britt haga algo que la bese no se hahahahha ahi San se dará cuenta que la ama aunque obvio se va a asustar hahahhasagfshagfas siempre pasa xD bueno actualiza pronto este es uno de los fics que me tiene pegada todos los dias a la cimpu para ver si haz actualizado :)
mel_kung**** - Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 24/07/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
¡¡Hola chicas!! Encantada con que les haya gustado el capitulo de ayer :) Hoy les traigo el siguiente, que a diferencia del anterior es más cortito, pero sera uno de los pocos que sea asi. Nos adentramos a unos dias despues de este loco sabado, especularon bien, como siempre de lo que va a pasar. Besos y que esten bien :D
Capitulo 31: Juntos por siempre
Los siguientes días pasaron fugazmente para todas, sin tantas locuras como aquel inolvidable sábado. Para suerte de Finn, ninguna de las chicas se imaginó que todo eso fue un gran plan ideado en poco tiempo por él. Indudablemente Santana y Brittany iniciaban oficialmente una fase de amistad entre ellas, aunque continuaban con su rutina de trabajo, y un poco más atareadas que de costumbre. Para infortunio de la latina, Sebastian seguía al acecho, insistentemente apareciendo en las afueras del consultorio, siempre con una sonrisa, bien peinado y vestido. Intentó ignorarlo y correrlo pero nada; el chico continuaba plantado allí, encaprichado. Ahora ultimo si que se había pasado, pero por supuesto Santana no se quedo atrás.
-¿Qué tengo que hacer para dejar de ver tu cara y tu flacucho cuerpo por aquí?
-Dije que iba a demostrarte como soy en realidad…
-No tienes que demostrarme nada, ya te conozco y eres justo lo que no soporto de la humanidad. En ese momento el castaño la tomó por los hombros girándola para quedar frente a frente con ella. La latina se quedó totalmente muda, en tanto el muchacho movía levemente su mano desde su moreno cuello hasta una de sus mejillas, mirándola fijamente con unos potentes ojos iluminados. No tenia sentido que eso estuviera pasando, en ningún momento ni siquiera se le había insinuado como para dejar un margen de historia entre ellos. Pero lo que ocurría era que para Sebastian, un desafío era lo más extraño y particular que podía ocurrirle, con lo cual se divertía al límite hasta lograr alcanzar lo que buscaba. No tardó en explicarle eso a la morena una de esas tardes. Ahora que la tenía tan cerca como para percibir su respiración, y ahogarse en el suave perfume que ella usaba, sentía que estaba a punto de llegar a la victoria. Sus miradas seguían fijas, y Santana parecía caer lentamente en la profundidad de lo que estaba pasando. Hasta que su mente en un acto reflejo por fin la despertó de esos tres segundos inesperados e ilógicos. Con destreza y agilidad simplemente levantó una rodilla golpeando en la justa parte al ejecutivo que retrocedió con dolor y quejas, tragándose varias maldiciones.
-Agradéceme, con eso te ahorraras varios días del padre. Se rio con ironía la latina subiéndose por fin a su auto. Tuvo que pagar una buena multa para rescatarlo, pero no tenía otra opción. Dejó al muchacho parado en la acera, básicamente doblado. No le interesaba él, ni nadie, e interiormente gozaba el poder rechazarlo de tantas maneras diferentes, viendo que cada vez el cara de suricata se rebajaba más y más.
En la gran ciudad, los señores Berry volvieron a su lugar de residencia ese mismo fin de semana como habían dicho. Quinn se esforzó de tal modo que arregló perfectamente todo en New York, logrando así que una semana después ya estuvieran viajando directo para Lima, justamente unos días antes del cumpleaños de su ahijado. Si bien Rachel seguía un poco preocupada en el destino que les depararía allá, parecía ser que su esposa ya tenía todo bastante planeado. Iker fue durante todo el viaje cantando, feliz. Ni siquiera se molestó en dejar a sus amigos de la guardería; más era el cariño que sentía por su primo y su tía. Llegaron por la tarde, ellas en el auto de la rubia, junto a un pequeño camión de mudanza. La primera parada que dieron fue en la casa de Brittany. Las chicas las esperaban emocionadas, más la latina por supuesto. El rencuentro entre los judíos con sus morenos fue épico. Estuvieron abrazados, a los gritos, por casi quince minutos. Si que se extrañaban, parecía increíble, pero era cierto. Las rubias también se saludaron con alegría, por más que no hacía tanto tiempo que no se veían, además se habían estado comunicando por llamadas y mensajes de vez en cuando.
-Bienvenidas a Lima. Sonrió Santana dándole una mirada de amor a su familia. Los Fabray la abrazaron una vez más en conjunto. Lo extraño de todo esto fue que Rachel saludó bastante seria a la bailarina, tal parece que algo se guardaba para ella. A todo este lio de saludos y chismes rápidos, llegó Finn en su camioneta, para su suerte tenia una llave de repuesto en su casa.
-Buenas tardes a todos. La paz interior de ese hombre era admirable. Saludo con cariño a sus ex novias, por más que pensó que iba a ser incomodo; eran casi como sus amigas de toda la vida, por más cosas que hayan pasado. También tuvo el gusto de conocer finalmente al famoso Iker.
-Wau, tu eres muy alto. ¿No te golpeas con las puertas? ¿Puedes luchar contra una jirafa?
-¡Iker! Exclamó la castaña tapándole la boca al mini judio. Todos allí se rieron.
-¿Que haces por aquí borrachín problemático? Indagó la latina sosteniendo a su hijo en brazos. Finn compartió una mirada de complicidad con las dos rubias que estaban presentes.
-Bueno vengo a cumplir con mi trabajo. Dijo sacando un juego de llaves de su bolsillo y entregándoselas a Quinn. –La casa de enfrente, esa es su nueva casa familia Fabray-Berry. Sonrió, haciendo que Santana casi suelte a Axel de la sorpresa.
-¡¿Ustedes van a vivir allí?! Exclamó arrebatándole las llaves a su mejor amiga.
-Jajaja desde que vine a Lima la ultima vez, tenia la idea de conseguir algún lugar para quedarme cuando fuera necesario viajar, entonces le encargue a Finn si podía conseguir una casa que estuviera para arrendar. Dio la casualidad que esta se iba a quedar libre y cuando este grandote me dijo que era frente a la casa de Britt le dije: ¿Dónde firmo? Brittany sonreía con dulzura. Ella ya estaba enterada de eso, gracias a que el amigo de todas se lo había confiado como sorpresa para Santana.
-¡Maldita! te odio, yo quería esa casa. Se quejó en broma la morena golpeando la abogada.
-Ahora será peor porque nos vas a tener que soportar todos los días. Se burlaba la judía, ya imaginando las situaciones que iban a vivir. En lo que quedó de esa tarde, todos se encargaron de mudar las cosas que las Faberry trajeron de New york. Ya al anochecer, básicamente todo comenzaba a ganar un lugar. La casa resultaba tener dos habitaciones, lo suficiente para que los Fabray vivieran allí. Como ese primer día las chicas no tenían comida en la nevera, Brittany las invito para que cenaran todas juntas en su casa. Rachel no paraba de hablar, haciendo que la latina recordara lo chocante que llegaba a ser su voz. Por otro lado Iker ya comenzaba a inspeccionar las maldades que podría hacer en compañía de su fiel aliado Axel, eso sin contar que logró conquistar de inmediato la atención de Brittany. Comieron bastante tarde, cansados por el viaje, sumado al trabajo de la mudanza, todos sentados en el salón. Finn se tuvo que ir, puesto que Kim había quedado a cargo de su vecina otra vez. La judía no dejaba de observar toda la decoración, sin contar que vigilaba constantemente los movimientos de la dueña de esa casa. Pasada la una de la mañana los niños cayeron rendidos en brazos de sus madres. Santana acostó a Axel en su cama, notando que su pequeño dormía con una perfecta sonrisa. Ella también estaba feliz, le parecía maravilloso poder volver a contar con sus amigas. Al regresar al salón, pudo notar que las chicas ya se preparaban para cruzar de vuelta a su propia casa.
-¿Ya se van? Dijo con un puchero que hizo reír a la abogada.
-Jaja No te preocupes, al amanecer te vendremos a pedir azúcar, vecina.
-Ni en sueños Fabray, es sábado y quiero dormir todo el día. Me dijo la doctora que tengo que tomarme mi tiempo para descansar y estar tranquila.
-Oye es cierto ¿como va eso? Recordó la actriz con una sonrisa. Brittany le dirigió una mirada casi de complicidad a la morena. Ese miércoles prefirió quedarse de verdad en casa cuidando a Axel, ya que no tenía muchas ganas, después del desmayo que sufrió, de pasar por un consultorio. Santana fue sola a la consulta, pero no se sentía triste ni nada por el estilo. La doctora le dijo que todo iba bien y en su correcto ritmo, ya en la segunda ecografía la latina miraba más resignada la imagen. Fue divertido intentar hacer que Axel comprendiera lo que se mostraba en la pequeña fotografía.
-Todo en orden. Comentó la morena sin dar muchos detalles.
-Por ahora solo pide helado. Agregó la bailarina sonriendo. Santana giró los ojos: dos de esas noches pasadas se tuvo que levantar en la madrugada para ir a la heladería, era una debilidad.
-Bien ya tendremos más tiempo de hablar mañana y el resto de los días. Interrumpió Quinn, bostezando levemente. Se despidieron de buen ánimo, aunque cansadas.
-Para lo que necesiten toquen la puerta. Sonrió Brittany despidiéndolas en la entrada.
-Gracias. Cortó Rachel sin mirarla. Algo tenía aquella rubia para que la castaña actuara así.
El día sábado las Faberry se dedicaron a volver habitable su nueva casa, Iker se cruzo bastante temprano a lo de su tía para continuar jugando con su primo. Mientras las chicas ordenaban su cuarto, inevitablemente comenzaron a mimarse, dándose tiernos besos, que poco a poco se fueron volviendo más pasionales y largos.
-No, no, no, primero ordenen después se divierten. Ordenó Santana entrando sin permiso a la habitación. Sus amigas la atacaron con una pelea de almohadas por interrumpir su momento sexy. Finalmente cansadas de jugar, se tumbaron viendo al techo en la cama matrimonial.
- No quiero sonar cursi, porque no es mi estilo pero… Ustedes dos me hacían mucha falta. Comento Santana acostada entremedio de ellas. Las chicas la abrazaron con cariño.
-¿Juntas por siempre?. Susurro la judía con una sonrisa
-Juntas por siempre. Repitieron las otras dos con igual dulzura. Las interrumpió el timbre que sonaba con insistencia. Rachel fue a abrir algo extrañada: era Brittany, traía en brazos a Iker, bastante agitada.
-Yo, no sé qué le pasa… Estaba corriendo con Axel y empezó a ponerse así. Explicó entregándole al niño a la judía.
-Oh dios… ¡Quinn! ¡Busca el inhalador de Aik! Nuevamente el pequeño Fabray tenía una crisis.
-¿Estará bien? Pregunto la bailarina con cara de temor.
-Si no te preocupes… ¿Quieres pasar?
-Em, no. Dejé a Axel solo, y Santana me asesinara si lo descubre. Cualquier cosa avísame. Dijo la rubia antes de irse. La castaña asintió, permaneciendo en su entrada, viendo como aquella chica corría de vuelta a su casa. Pensó algunas cosas, en tanto intentaba que Aik se relajara.
Una hora más tarde Rachel reapareció en la casa de enfrente, seguida por Quinn y Santana. Las chicas no entendían por qué la actriz les había pedido que la acompañen, tenia que hablar con Brittany y era necesario que ellas estuvieran allí. La bailarina jugaba al encastre con Axel, sentados en el salón.
-Brittany… Empezó la actriz en tono serio. Las otras dos se miraron con un extraño temor. La bailarina se paró de inmediato al verlas allí, sin entender qué pasaba. –Hay unas cosas que eh estado pensando en decirte… La rubia tragó saliva, esa castaña sonaba muy seria.
-Te escucho… Dijo tímidamente buscando información en las caras de las chicas, pero estas tenían la misma curiosidad que ella.
-Mira: no te voy a negar que durante muchos años me caíste mal. Antes que todo Santana es mi amiga, eh incluso no estaba de acuerdo con que tú te hayas presentado en New York con la intensión de buscarla, porque me pareció que tu versión de las cosas era disparatada. Vi como mi esposa sacrificó parte de su tiempo al cuidado de esta latina, que lloro bastante tu partida, sin contar que no me gusta verla derrotada. La judía no tenía pelos en la lengua en cuanto a detalles, durante todo el viaje había estado meditando respecto a lo que sabia de la holandesa. Brittany inevitablemente agachó la cabeza, tomando ese discurso como un sermón. –Y ahora cuando Quinn me contaba que te fuiste por lo de la mafia y todo eso yo tampoco quise creer, es decir vamos… ¿Cómo una chica tan dulce e inocente iba a estar metida en algo así?
-Rach relájate… Interrumpió la abogada con malestar.
-No me interrumpas Quinnie, esto es importante. Jum, continúo: soy bastante rencorosa la verdad… Pero… Luego de ver las noticias y todo lo de la detención de tu madre, sumado a que pudieron encontrar esas cartas, según me contó Q, y viendo cuanto te estas esforzando por caer bien de nuevo… Te quería decir gracias. Todas la miraron con sorpresa. –Según entiendo tú te fuiste para protegernos. Continuaba hablando la castaña tomando las manos de la bailarina, que asintió con un poco de pena al recordar todo eso.
- Podían lastimar a quien sea… Murmuró con la mirada baja.
-Bueno creo que nadie aquí ha sido capaz de darse cuenta lo valiente que has sido, si todo eso ha sido cierto. Incluso a mi me costó asumir lo que hiciste, pero… Brittany, eres una heroína. Y gracias a eso, nos alejaste de un gran peligro. Aunque el precio fue bastante alto… Gracias por todo, y por lo que has estado haciendo ahora ultimo, es algo admirable. Solo era eso. Sonrió finalmente la judía, soltando lo que tenia guardada. La holandesa se ruborizo un poco.
-No hay nada que agradecer, creo que gracias a eso estamos como estamos.
Quinn se acercó para abrazarla, junto a Rachel, entre risas. Después le dirigieron una mirada a Santana, que escuchaba todo con la cabeza baja: su amiga actriz había logrado hacer en menos de unos minutos lo que ella llevaba semanas debatiendo mentalmente. Quinn y Rachel siempre entendieron que su orgullo era su mayor problema, por lo que simplemente le extendieron los brazos para que se sumara al abrazo grupal. La latina se acercó tímidamente, sintiendo un calor y energía vital correr por todo su cuerpo. -Bien se vienen buenos tiempos.
-Supongo que van a ayudarnos con el cumpleaños de Axel, es este martes. Dijo la morena en tono amenazante. Ninguna de las cuatro se despegaba del abrazo.
-¡¿Para qué te crees que volvimos a Lima?! Exclamó Quinn haciendo reír a todas. Minutos después les llamo la atención que Axel se reía solo, jugando en el piso. Santana se acercó a él para averiguar qué le pasaba. De pronto la morena se fue echando para atrás, reteniendo un grito de pánico.
-¿Qué es lo que tiene en sus manos? Por dios díganme que es un juguete…
-¡Ah si! Tía querida de mi corazón: te quería preguntar si Ax puede cuidar de mi lagartija algunas veces. Se metió Iker, totalmente compuesto de su ataque de asma. No cabe aclarar la cara de Santana al conocer a Timoti, el reptil, que también había viajado a Lima metido en el bolsillo del joven Fabray. Definitivamente amaba poder tenerlos tan cerca.
Algo lejos de allí, dos personas hablaban por teléfono:
-¿Pudiste verla estos días?
-Si algo asi… No te preocupes, estoy seguro que pronto voy a cumplir con el objetivo.
-Así me gusta, no pierdas de vista sus pasos, todo resultara más fácil si ganas su confianza…
-No se si será tan sencillo, no he podido acercarme como quiero.
-No te pago para que andes de turista por América, fue bastante difícil poder encontrarla, empieza a movilizarte o…
-¿O…?
-No quiero tener que meterme aun más en esto, ya demasiado que fue mi idea. Que no se te vaya de las manos, por el contrario… Si logra caer en tus brazos, mucho mejor ¿Capisci?
-Entendido, comenzare a jugar todas mis cartas, con eso llegará a creer que podemos estar juntos por siempre como otras mujeres, y… ¿Hola?... Vaya ya me ha colgado… Es muy poco sociable cuando quiere.
Prepárense...
Capitulo 31: Juntos por siempre
Los siguientes días pasaron fugazmente para todas, sin tantas locuras como aquel inolvidable sábado. Para suerte de Finn, ninguna de las chicas se imaginó que todo eso fue un gran plan ideado en poco tiempo por él. Indudablemente Santana y Brittany iniciaban oficialmente una fase de amistad entre ellas, aunque continuaban con su rutina de trabajo, y un poco más atareadas que de costumbre. Para infortunio de la latina, Sebastian seguía al acecho, insistentemente apareciendo en las afueras del consultorio, siempre con una sonrisa, bien peinado y vestido. Intentó ignorarlo y correrlo pero nada; el chico continuaba plantado allí, encaprichado. Ahora ultimo si que se había pasado, pero por supuesto Santana no se quedo atrás.
-¿Qué tengo que hacer para dejar de ver tu cara y tu flacucho cuerpo por aquí?
-Dije que iba a demostrarte como soy en realidad…
-No tienes que demostrarme nada, ya te conozco y eres justo lo que no soporto de la humanidad. En ese momento el castaño la tomó por los hombros girándola para quedar frente a frente con ella. La latina se quedó totalmente muda, en tanto el muchacho movía levemente su mano desde su moreno cuello hasta una de sus mejillas, mirándola fijamente con unos potentes ojos iluminados. No tenia sentido que eso estuviera pasando, en ningún momento ni siquiera se le había insinuado como para dejar un margen de historia entre ellos. Pero lo que ocurría era que para Sebastian, un desafío era lo más extraño y particular que podía ocurrirle, con lo cual se divertía al límite hasta lograr alcanzar lo que buscaba. No tardó en explicarle eso a la morena una de esas tardes. Ahora que la tenía tan cerca como para percibir su respiración, y ahogarse en el suave perfume que ella usaba, sentía que estaba a punto de llegar a la victoria. Sus miradas seguían fijas, y Santana parecía caer lentamente en la profundidad de lo que estaba pasando. Hasta que su mente en un acto reflejo por fin la despertó de esos tres segundos inesperados e ilógicos. Con destreza y agilidad simplemente levantó una rodilla golpeando en la justa parte al ejecutivo que retrocedió con dolor y quejas, tragándose varias maldiciones.
-Agradéceme, con eso te ahorraras varios días del padre. Se rio con ironía la latina subiéndose por fin a su auto. Tuvo que pagar una buena multa para rescatarlo, pero no tenía otra opción. Dejó al muchacho parado en la acera, básicamente doblado. No le interesaba él, ni nadie, e interiormente gozaba el poder rechazarlo de tantas maneras diferentes, viendo que cada vez el cara de suricata se rebajaba más y más.
En la gran ciudad, los señores Berry volvieron a su lugar de residencia ese mismo fin de semana como habían dicho. Quinn se esforzó de tal modo que arregló perfectamente todo en New York, logrando así que una semana después ya estuvieran viajando directo para Lima, justamente unos días antes del cumpleaños de su ahijado. Si bien Rachel seguía un poco preocupada en el destino que les depararía allá, parecía ser que su esposa ya tenía todo bastante planeado. Iker fue durante todo el viaje cantando, feliz. Ni siquiera se molestó en dejar a sus amigos de la guardería; más era el cariño que sentía por su primo y su tía. Llegaron por la tarde, ellas en el auto de la rubia, junto a un pequeño camión de mudanza. La primera parada que dieron fue en la casa de Brittany. Las chicas las esperaban emocionadas, más la latina por supuesto. El rencuentro entre los judíos con sus morenos fue épico. Estuvieron abrazados, a los gritos, por casi quince minutos. Si que se extrañaban, parecía increíble, pero era cierto. Las rubias también se saludaron con alegría, por más que no hacía tanto tiempo que no se veían, además se habían estado comunicando por llamadas y mensajes de vez en cuando.
-Bienvenidas a Lima. Sonrió Santana dándole una mirada de amor a su familia. Los Fabray la abrazaron una vez más en conjunto. Lo extraño de todo esto fue que Rachel saludó bastante seria a la bailarina, tal parece que algo se guardaba para ella. A todo este lio de saludos y chismes rápidos, llegó Finn en su camioneta, para su suerte tenia una llave de repuesto en su casa.
-Buenas tardes a todos. La paz interior de ese hombre era admirable. Saludo con cariño a sus ex novias, por más que pensó que iba a ser incomodo; eran casi como sus amigas de toda la vida, por más cosas que hayan pasado. También tuvo el gusto de conocer finalmente al famoso Iker.
-Wau, tu eres muy alto. ¿No te golpeas con las puertas? ¿Puedes luchar contra una jirafa?
-¡Iker! Exclamó la castaña tapándole la boca al mini judio. Todos allí se rieron.
-¿Que haces por aquí borrachín problemático? Indagó la latina sosteniendo a su hijo en brazos. Finn compartió una mirada de complicidad con las dos rubias que estaban presentes.
-Bueno vengo a cumplir con mi trabajo. Dijo sacando un juego de llaves de su bolsillo y entregándoselas a Quinn. –La casa de enfrente, esa es su nueva casa familia Fabray-Berry. Sonrió, haciendo que Santana casi suelte a Axel de la sorpresa.
-¡¿Ustedes van a vivir allí?! Exclamó arrebatándole las llaves a su mejor amiga.
-Jajaja desde que vine a Lima la ultima vez, tenia la idea de conseguir algún lugar para quedarme cuando fuera necesario viajar, entonces le encargue a Finn si podía conseguir una casa que estuviera para arrendar. Dio la casualidad que esta se iba a quedar libre y cuando este grandote me dijo que era frente a la casa de Britt le dije: ¿Dónde firmo? Brittany sonreía con dulzura. Ella ya estaba enterada de eso, gracias a que el amigo de todas se lo había confiado como sorpresa para Santana.
-¡Maldita! te odio, yo quería esa casa. Se quejó en broma la morena golpeando la abogada.
-Ahora será peor porque nos vas a tener que soportar todos los días. Se burlaba la judía, ya imaginando las situaciones que iban a vivir. En lo que quedó de esa tarde, todos se encargaron de mudar las cosas que las Faberry trajeron de New york. Ya al anochecer, básicamente todo comenzaba a ganar un lugar. La casa resultaba tener dos habitaciones, lo suficiente para que los Fabray vivieran allí. Como ese primer día las chicas no tenían comida en la nevera, Brittany las invito para que cenaran todas juntas en su casa. Rachel no paraba de hablar, haciendo que la latina recordara lo chocante que llegaba a ser su voz. Por otro lado Iker ya comenzaba a inspeccionar las maldades que podría hacer en compañía de su fiel aliado Axel, eso sin contar que logró conquistar de inmediato la atención de Brittany. Comieron bastante tarde, cansados por el viaje, sumado al trabajo de la mudanza, todos sentados en el salón. Finn se tuvo que ir, puesto que Kim había quedado a cargo de su vecina otra vez. La judía no dejaba de observar toda la decoración, sin contar que vigilaba constantemente los movimientos de la dueña de esa casa. Pasada la una de la mañana los niños cayeron rendidos en brazos de sus madres. Santana acostó a Axel en su cama, notando que su pequeño dormía con una perfecta sonrisa. Ella también estaba feliz, le parecía maravilloso poder volver a contar con sus amigas. Al regresar al salón, pudo notar que las chicas ya se preparaban para cruzar de vuelta a su propia casa.
-¿Ya se van? Dijo con un puchero que hizo reír a la abogada.
-Jaja No te preocupes, al amanecer te vendremos a pedir azúcar, vecina.
-Ni en sueños Fabray, es sábado y quiero dormir todo el día. Me dijo la doctora que tengo que tomarme mi tiempo para descansar y estar tranquila.
-Oye es cierto ¿como va eso? Recordó la actriz con una sonrisa. Brittany le dirigió una mirada casi de complicidad a la morena. Ese miércoles prefirió quedarse de verdad en casa cuidando a Axel, ya que no tenía muchas ganas, después del desmayo que sufrió, de pasar por un consultorio. Santana fue sola a la consulta, pero no se sentía triste ni nada por el estilo. La doctora le dijo que todo iba bien y en su correcto ritmo, ya en la segunda ecografía la latina miraba más resignada la imagen. Fue divertido intentar hacer que Axel comprendiera lo que se mostraba en la pequeña fotografía.
-Todo en orden. Comentó la morena sin dar muchos detalles.
-Por ahora solo pide helado. Agregó la bailarina sonriendo. Santana giró los ojos: dos de esas noches pasadas se tuvo que levantar en la madrugada para ir a la heladería, era una debilidad.
-Bien ya tendremos más tiempo de hablar mañana y el resto de los días. Interrumpió Quinn, bostezando levemente. Se despidieron de buen ánimo, aunque cansadas.
-Para lo que necesiten toquen la puerta. Sonrió Brittany despidiéndolas en la entrada.
-Gracias. Cortó Rachel sin mirarla. Algo tenía aquella rubia para que la castaña actuara así.
El día sábado las Faberry se dedicaron a volver habitable su nueva casa, Iker se cruzo bastante temprano a lo de su tía para continuar jugando con su primo. Mientras las chicas ordenaban su cuarto, inevitablemente comenzaron a mimarse, dándose tiernos besos, que poco a poco se fueron volviendo más pasionales y largos.
-No, no, no, primero ordenen después se divierten. Ordenó Santana entrando sin permiso a la habitación. Sus amigas la atacaron con una pelea de almohadas por interrumpir su momento sexy. Finalmente cansadas de jugar, se tumbaron viendo al techo en la cama matrimonial.
- No quiero sonar cursi, porque no es mi estilo pero… Ustedes dos me hacían mucha falta. Comento Santana acostada entremedio de ellas. Las chicas la abrazaron con cariño.
-¿Juntas por siempre?. Susurro la judía con una sonrisa
-Juntas por siempre. Repitieron las otras dos con igual dulzura. Las interrumpió el timbre que sonaba con insistencia. Rachel fue a abrir algo extrañada: era Brittany, traía en brazos a Iker, bastante agitada.
-Yo, no sé qué le pasa… Estaba corriendo con Axel y empezó a ponerse así. Explicó entregándole al niño a la judía.
-Oh dios… ¡Quinn! ¡Busca el inhalador de Aik! Nuevamente el pequeño Fabray tenía una crisis.
-¿Estará bien? Pregunto la bailarina con cara de temor.
-Si no te preocupes… ¿Quieres pasar?
-Em, no. Dejé a Axel solo, y Santana me asesinara si lo descubre. Cualquier cosa avísame. Dijo la rubia antes de irse. La castaña asintió, permaneciendo en su entrada, viendo como aquella chica corría de vuelta a su casa. Pensó algunas cosas, en tanto intentaba que Aik se relajara.
Una hora más tarde Rachel reapareció en la casa de enfrente, seguida por Quinn y Santana. Las chicas no entendían por qué la actriz les había pedido que la acompañen, tenia que hablar con Brittany y era necesario que ellas estuvieran allí. La bailarina jugaba al encastre con Axel, sentados en el salón.
-Brittany… Empezó la actriz en tono serio. Las otras dos se miraron con un extraño temor. La bailarina se paró de inmediato al verlas allí, sin entender qué pasaba. –Hay unas cosas que eh estado pensando en decirte… La rubia tragó saliva, esa castaña sonaba muy seria.
-Te escucho… Dijo tímidamente buscando información en las caras de las chicas, pero estas tenían la misma curiosidad que ella.
-Mira: no te voy a negar que durante muchos años me caíste mal. Antes que todo Santana es mi amiga, eh incluso no estaba de acuerdo con que tú te hayas presentado en New York con la intensión de buscarla, porque me pareció que tu versión de las cosas era disparatada. Vi como mi esposa sacrificó parte de su tiempo al cuidado de esta latina, que lloro bastante tu partida, sin contar que no me gusta verla derrotada. La judía no tenía pelos en la lengua en cuanto a detalles, durante todo el viaje había estado meditando respecto a lo que sabia de la holandesa. Brittany inevitablemente agachó la cabeza, tomando ese discurso como un sermón. –Y ahora cuando Quinn me contaba que te fuiste por lo de la mafia y todo eso yo tampoco quise creer, es decir vamos… ¿Cómo una chica tan dulce e inocente iba a estar metida en algo así?
-Rach relájate… Interrumpió la abogada con malestar.
-No me interrumpas Quinnie, esto es importante. Jum, continúo: soy bastante rencorosa la verdad… Pero… Luego de ver las noticias y todo lo de la detención de tu madre, sumado a que pudieron encontrar esas cartas, según me contó Q, y viendo cuanto te estas esforzando por caer bien de nuevo… Te quería decir gracias. Todas la miraron con sorpresa. –Según entiendo tú te fuiste para protegernos. Continuaba hablando la castaña tomando las manos de la bailarina, que asintió con un poco de pena al recordar todo eso.
- Podían lastimar a quien sea… Murmuró con la mirada baja.
-Bueno creo que nadie aquí ha sido capaz de darse cuenta lo valiente que has sido, si todo eso ha sido cierto. Incluso a mi me costó asumir lo que hiciste, pero… Brittany, eres una heroína. Y gracias a eso, nos alejaste de un gran peligro. Aunque el precio fue bastante alto… Gracias por todo, y por lo que has estado haciendo ahora ultimo, es algo admirable. Solo era eso. Sonrió finalmente la judía, soltando lo que tenia guardada. La holandesa se ruborizo un poco.
-No hay nada que agradecer, creo que gracias a eso estamos como estamos.
Quinn se acercó para abrazarla, junto a Rachel, entre risas. Después le dirigieron una mirada a Santana, que escuchaba todo con la cabeza baja: su amiga actriz había logrado hacer en menos de unos minutos lo que ella llevaba semanas debatiendo mentalmente. Quinn y Rachel siempre entendieron que su orgullo era su mayor problema, por lo que simplemente le extendieron los brazos para que se sumara al abrazo grupal. La latina se acercó tímidamente, sintiendo un calor y energía vital correr por todo su cuerpo. -Bien se vienen buenos tiempos.
-Supongo que van a ayudarnos con el cumpleaños de Axel, es este martes. Dijo la morena en tono amenazante. Ninguna de las cuatro se despegaba del abrazo.
-¡¿Para qué te crees que volvimos a Lima?! Exclamó Quinn haciendo reír a todas. Minutos después les llamo la atención que Axel se reía solo, jugando en el piso. Santana se acercó a él para averiguar qué le pasaba. De pronto la morena se fue echando para atrás, reteniendo un grito de pánico.
-¿Qué es lo que tiene en sus manos? Por dios díganme que es un juguete…
-¡Ah si! Tía querida de mi corazón: te quería preguntar si Ax puede cuidar de mi lagartija algunas veces. Se metió Iker, totalmente compuesto de su ataque de asma. No cabe aclarar la cara de Santana al conocer a Timoti, el reptil, que también había viajado a Lima metido en el bolsillo del joven Fabray. Definitivamente amaba poder tenerlos tan cerca.
Algo lejos de allí, dos personas hablaban por teléfono:
-¿Pudiste verla estos días?
-Si algo asi… No te preocupes, estoy seguro que pronto voy a cumplir con el objetivo.
-Así me gusta, no pierdas de vista sus pasos, todo resultara más fácil si ganas su confianza…
-No se si será tan sencillo, no he podido acercarme como quiero.
-No te pago para que andes de turista por América, fue bastante difícil poder encontrarla, empieza a movilizarte o…
-¿O…?
-No quiero tener que meterme aun más en esto, ya demasiado que fue mi idea. Que no se te vaya de las manos, por el contrario… Si logra caer en tus brazos, mucho mejor ¿Capisci?
-Entendido, comenzare a jugar todas mis cartas, con eso llegará a creer que podemos estar juntos por siempre como otras mujeres, y… ¿Hola?... Vaya ya me ha colgado… Es muy poco sociable cuando quiere.
Prepárense...
Última edición por Dreamer=) el Dom Ago 19, 2012 11:10 am, editado 2 veces
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
todo fue muy divertido!! y las palabras que rachel le dijo a britt fueron muy lindas también! pero ahora lo único que me queda en mi cabeza es la ultima parte donde seguro es sebastian el que hablaba con mmm ok tengo una teoría pero mejor no la digo! ya después veré si se confirma, dios este fic me tiene completamente enganchada!! gracias por hacer una historia tan buena sigue asi.
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Sebastian tiene algo que ver con el plan de los amigos de Kurt?
Espero que no ._.
Igual, muy tierno el capitulo con todo lo que le dijo Rachel a Brittany :)
Ya era hora u_u me sentía mal por ella, tratándola mal cuando ella solo las ayudó, pero siquiera todo está aclarado :)
YA LAS QUIERO JUNTAS! xD
Espero que no ._.
Igual, muy tierno el capitulo con todo lo que le dijo Rachel a Brittany :)
Ya era hora u_u me sentía mal por ella, tratándola mal cuando ella solo las ayudó, pero siquiera todo está aclarado :)
YA LAS QUIERO JUNTAS! xD
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Muy bueno el capitulo,ya era hora de que esas mujeres esten juntas de nuevo.Y relacionado con la última parte supongo que puede ser Sebastian,hay que ver como viene eso.
Gracias por subir un nuevo capitulo,que estes bien.
Gracias por subir un nuevo capitulo,que estes bien.
bluelove*** - Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 16/06/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
siiii, por fin estan todas juntas en lima, las palabras de rachel han sido perfectas y es cierto, ha logrado hacer lo que santana no ha podido por su orgullo, menos mal que la conocen y aunque no lo diga lo demuestra en pequeñas cosas, ahora esa llamada del final, imagino con quienes estan hablando, ya decia yo que sebastiana no aparece a menos que quiera algo y no me equivoque, ¿tendra que ver kurt? creo que si, cuando lo descubra santana se pondra furica, ya quiero mas brittana por favorrrrrrrrrrr, no me hagas sufrir maaaasssssss. un abrazo y excelente capitulo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
¡Buenas Noches lectoras! :D Adelanto el siguiente capitulo, mañana nuevamente no lo hare pero les tengo la novedad de que ahora estoy avanzando con la historia lo cual me deja emocionada por volver a subir muy pronto. Chicas, las que comentan siempre en cada capitulo, son geniales me encanta poder leer lo que piensan o suponen :) Gracias de verdad. Voy a comenzar a sacarlas de quicio, o eso espero. ¡Saludos y que esten bien!
Capitulo 32: Precauciones
La jornada del lunes se presentó lentamente en la ciudad de Lima, las chicas pasaron el domingo juntas adaptándose a su nueva vida. En casa de Brittany ya todos estaban levantados, preparándose para sus correspondientes actividades.
-¿Vas a necesitar más dinero? -Indagó Santana terminando de arreglarse. Su ex compañera respondió de nuevo sin que la latina le pueda entender ni media palabra.
-Britt, el cepillo… -Comentó la morena arreglando su portafolios. Nuevamente la rubia pretendía escupir la pasta dental. -¡Que ni se te ocurra, que Axel te esta viendo! -Dijo de espaldas señalándola. La pobre bailarina no encontró otra opción más que tragarse el dentífrico con algo de asco.
-Te decía que no, gracias, además solo me falta comprar algunas cosas de la lista… Informó, haciendo memoria. –Unos globos azules y papel picado. Creo…
-De acuerdo, si tú lo dices.
La bailarina se venia encargando, durante esos días, en gran parte de los preparativos del cumpleaños de Axel, que seria al día siguiente. Santana la acompaño en las compras, más que nada porque era su hijo, y tenia ganas de participar, aunque su horario la dejara algo cansada. Ya los niños del barrio, Kim y Finn, estaban enterados, además de la familia Fabray, claro esta.
-No puedo creer que ya cumplas dos años Ax, has crecido demasiado rápido. -Murmuró la latina tomando en brazos a su pequeño y dándole unos cuantos besos en la mejilla. No pudo dejar de notar que la rubia estaba entretenida con algo en las manos…
En casa, Rachel preparaba el desayuno. Más atrás, Quinn junto a Iker estaban sentados en la mesa casi con la misma cara de sueño y los pelos todos alborotados. Las chicas estaban bastante tranquilas: A diferencia de Santana, ellas tenían dinero ahorrado como para sobrevivir por dos años sin trabajar, aunque esa no era la idea. Por ahora se iban a dedicar a disfrutar de un tiempo juntos. Charlaban empezando a desayunar cuando nuevamente tocaron el timbre. La abogada fue a ver quien era.
-Yo… Estem… -Empezaba a saludar Brittany un poco sonrojada.
-Buen día Britt. -Saludó la otra rubia con una media sonrisa, pudo ver que Santana estaba más atrás con cara de pocos amigos cargando a Axel.
-Yo… ¿De verdad es necesario...? -Dijo la bailarina volteándose a ver a su jefa.
-Hazlo. -Ordenó la morena con voz dictatorial.
-¿Esta Iker...?- Dijo la holandesa en voz bajita. La abogada no entendía qué demonios estaba pasando.
-¡Aik, cielo! ¿Puede venir? -Llamó dirigiéndole una mirada de curiosidad. El niño apareció en un abrir y cerrar de ojos.
-¡Hey! ¿Volveremos a jugar hoy? -Exclamó el mini judío al ver a su reciente amiga.
-Ikeeer… -Interrumpió su madre haciendo notar su falta de modales. El niño giró los ojos con molestia.
-Buenos días querida vecina, Brittany ¿Cómo te encuentras hoy en este hermoso día en limón...? -Con ese saludo se sintió una fuerte carcajada proveniente de la cocina, Rachel siempre se divertía con el sarcasmo de su hijo, sin contar que eso sacaba de quicio a su esposa.
-Lo siento peque, hoy tengo que salir… -Se disculpaba la otra rubia en tono apenado, entregándole a la pequeña lagartija. Iker se la había prestado la noche anterior, a Brittany siempre le divertían esos bichos. Claro que cuando Santana descubrió que el reptil había pasado la noche en la misma casa que ella obligó a su empleada a que lo devolviera, o caso contrario lo tiraría por el inodoro. Quinn se reía negando con la cabeza, esas situaciones solo podían ocurrir si Santana y Brittany estaban juntas.
-¿Quieres quedarte a desayunar Britt...?- La invitó de buen modo.
-Oh, bueno, yo, tengo que estar con Ax y…
-No, tranquila. -Intervino la morena, acercándose. –Yo si me tengo que ir, pero si no te molesta quedarte con él aquí…
- De acuerdo. -Sonrió la bailarina tomando en brazos al pequeño Lopez. Se despidieron de la latina que salió ya rumbo a su trabajo.
- Britt, no permitas que San te sobre explote. Eres buena, que no te tome por tonta.- Se quejaba la abogada habiendo visto como su mejor amiga mandaba a la bailarina. –Supongo que te paga bien por cuidar de mi ahijado, aunque el no da trabajo si es tan dulce que te dan ganas de comértelo.- Continuaba, dándole unos besos a Axel, que se reía mostrando sus dientitos.
-Por supuesto que me paga, y sé que lo hace en broma. Para mi es un placer pasar tiempo con Ax, me he encariñado muchísimo con él. -Sonreía Brittany con su característica dulzura.
-Ahora que estamos solas, cuéntame: ¿Cómo es vivir con Santana? -Indagó la judía sentándose a su lado. Desde esas palabras dichas el segundo día en Lima, ambas entablaron muy bien el dialogo.
- Bien. Es como... una rutina. -Respondió su vecina inclinándose de hombros.- Nos levantamos antes de las ocho, ella se viste, yo hago el desayuno, comemos juntos, luego se va y nos quedamos solos hasta las cuatro y media que ella regresa... Algunas veces vamos al parque, o inventamos cosas para hacer en tanto pasa la tarde.
-¿Y no pretendes buscar otro trabajo? Porque te recuerdo que eres coreógrafa… -Interrumpía Quinn robándole un poco de cereal a Iker. La bailarina suspiró jugando tímidamente con sus manos.
-Claro que si… Pero lo que yo quiero voy a tardar un poco más en conseguirlo… De todas formas por ahora esto lo hago como un modo para ayudar a Santana…
-¿Cómo están las cosas entre ustedes...?- Quiso saber su amiga rubia tomándola con cariño de la mano.
-Si lo miro a comparación de la primera vez que nos vimos estamos excelente. Casi me parece milagroso como ha mejorado todo. Sobretodo desde que vio las cartas…
-Me agrada oír eso, Britt. Lo bueno es que eres una mujer muy paciente, y un ejemplo, porque no te has rendido en volver a relacionarte con ella. Eso es lo genial de ti… San es bastante cabeza dura, pero estoy segura que también está feliz de lo que sucede entre ustedes.
-Ahora con esto del cumpleaños de Ax se la ve muy animada. Me encanta verla así, esa es la latina que conocemos cuando esta pasando un buen momento.- Agregó la judía.
Con esas palabras la bailarina se sintió muy bien consigo misma, tal parece que si se notaba lo que estaba haciendo. De pronto recordó una tarea pendiente en su lista.
-Oh, rayos… -Murmuró llevándose una mano a la frente. Las chicas la miraron con curiosidad. – Perdón, es que me acorde que no le he comprado un regalo a Ax.- Exclamó como si fuera la cosa más trágica del mundo. Las Faberry se rieron llenas de ternura, la dulzura que esa chica irradiaba las fascinaba totalmente.
-Tranquila, con todo lo que estas haciendo para el festejo nadie tendría cara de decirte nada por no darle un regalo. -La calmaba la castaña.
-No, no. Yo misma dije que a la fiesta se va con un regalo. No voy a romper mi propia regla. -Alegaba la rubia, pensando.
La verdad es que no sabía bien qué se le podía dar a un niño de dos años. Si bien ella cuidaba de él, y ya conocía bastante lo que le gustaba, no dejaba de ver que fuera algo que pudiera disfrutar al máximo.
-Está bien, si es lo que tú quieres… -Comentaba la rubia Fabray tomando un buen sorbo de café. – Podemos dejar a Axel aquí jugando con Iker, y tú te concentras en comprar lo que te falta… No nos hacemos problema. Y lo guardamos en secreto, así Santana no te descuenta el día.- Bromeaba guiñándole un ojo. La bailarina asintió de buen modo, salvo por la parte de mentirle a su jefa pero una mentira piadosa no le hacia daño a nadie ¿No?
Luego de desayunar partió al centro en busca de los globos y las otras cosas, en tanto continuaba pensando en un buen regalo para el moreno. Sin darse cuenta quedó estacionada frente al 'Boulevard Music Center', la tienda de música de Artie. No podía dejar de pasar a saludarlo y saber cómo iban las cosas para su matrimonio. El castaño se sorprendió gratamente al verla.
-Estas muy bonita, Britt. -Sonrió con picardía dándole una mirada.
-Gracias, pero tú tienes novia que no se te olvide. -Bromeaba la rubia.
-De acuerdo, digamos que tienes razón. Dime ¿En que puedo ayudarte...?
-Bueno... pasaba por aquí y quise saludarte… ¿Cómo va lo de tu boda?
-Perfectamente. Estamos viendo en cambiar la fecha para más adelante. No veo por qué nos apresuramos tanto... A fin de cuentas… El matrimonio es para toda la vida.
-Si, ni hablar.- Comento Brittany dándole una mirada a los instrumentos musicales que había por las paredes. –Oye… ¿Te das una idea de qué puede ser un buen regalo para un bebe de dos años?
-Mmm... -Pensó el castaño fregandose la barbilla. - ¿En términos generales, o de música...?
-No sé… Axel es un chico inteligente… ¿Crees que pueda tocar el piano? -Preguntó la rubia apoyándose sobre uno de los teclados con cara de duda.
-Jajaja no creo que quieras gastar tanto en un niño que cuidas… Es una locura
-¡Pero este es especial! -Exclamó la coreografa con euforia, recordando al pequeño con cariño.
- ¿Que lo hace especial?- Indagó Artie levantando una ceja.
-Bueno, pues… -La ojos azules agachó un poco la mirada, en realidad no sabia por qué había dicho eso: simplemente le salió del corazón. –Lo quiero, es muy tierno, y nos llevamos muy bien…
-Yo también soy así, y no por eso me traes regalos. -Bromeaba el muchacho dando vueltas con su silla. La rubia rio un poco su ex compañero nunca perdía la oportunidad de reprocharle esas cosas.
-Entiende que este es el hijo de Santana… -Se le escapo y el silencio ocupó el local. Artie se giró a verla lentamente con las cejas cruzadas.
-¿Santana volvió a Lima? ¿Y tú cuidas a su hijo? ¿Cuándo pasó esto que no me entere? -Comenzó a preguntar el ex cantante con confusión.
-… Es una larga historia.
En definitiva Brittany estuvo cerca de una hora hablando de todo lo que había pasado en ese tiempo desde que se rencontró con la latina. Artie escuchaba sorprendido: él suponía que ellas, si se encontraban, se sacarían los ojos por tantos rumores que rondaban con respecto a los engaños y las cosas que ocultaban en su antigua relación.
-Mmm... entonces ¿No será que quieres quedar bien con Santana? -Preguntó con picardía.
-No seas bobo, Artie. Ella y yo no tenemos nada más que una relación de trabajo, y apenas me atrevo, o acostumbro, a decir de amistad y confianza…
-Está bien, no te agites… De todas formas no se me ocurre nada como para regalar, no convivo con niños...- Comentaba el vendedor en tanto movía algunos folletos del estante de las revistas. Brittany le prestó atención a algunos títulos.
-¿Padres primerizos? -Preguntó tomando en sus manos uno de los libros.
-Creo que ahí vienen temas relacionados con la música y eso. -Informaba el muchacho en tanto terminaba de ordenar. La bailarina le dio una hojeada: había muchos tips e información respecto a los embarazos, lo que significa esa nueva realidad para los futuros padres junto la llegada de nuevos niños a casa, y si, para su suerte, también una había sección dedicada a las necesidades de los pequeños hasta los dos años. Ella pocas veces se interesaba en la lectura, generalmente leía libros no muy largos, en su mayoría cuentos. Pero con eso se le iluminó la mirada.
-¿Cuánto cuesta? Lo llevo. -Pidió con emoción.
Horas más tarde Santana volvió a casa un poco molesta. Las Faberry estaban allí junto a los chicos.
-Vaya, qué cara… -Murmuró la abogada notando el semblante de su amiga. – ¿Mal día?
-No, lo que pasa es que… Me pidieron unos documentos para poder legalizar mi contrato, pero resulta ser que esas cosas no las tengo aquí… -Comentó la latina desplomándose en el sofá.
-¿Y dónde están? -Indagó la bailarina con preocupación.
-Nada menos que en la casa de Maribel Lopez… -Suspiró Santana, mirando al techo. Se le revolvía el estomago de solo pensar en lo mal que habían quedado las cosas con su madre. Eran necesarios esos papeles para poder continuar trabajando. No podía permitirse perder su empleo.
-¿Quieres que te acompañe a buscarlos? -Preguntó Quinn con buena voluntad. –Podríamos aprovechar a sacar todo lo que tenias allí. Lo cargamos en los autos. De ahí si quieres podemos guardar lo que desees en nuestro garaje... -Era un buen plan, excepto porque la morena tendría que cruzarse con la mujer que la trajo al mundo, y no tenia ganas de hacerlo en lo más mínimo... Aun.
-Ustedes aprovechen a hacer eso, en tanto Britt y yo buscamos una buena receta para el pastel de Ax. -Agregó la judía compartiendo una mirada de complicidad con la holandesa.
La morena aceptó no teniendo otra opción, podria ser peligroso que solo vaya Quinn en busca de esas cosas. Tras cambiarse de ropa partieron cada una en su vehículo rumbo a la casa de Maribel.
Al llegar, Santana pudo notar que muchas de sus cosas estaban afuera metidas a la fuerza en cajas. Se molestó un poco al ver esto, pero ya le habían ahorrado el trabajo de tener que entrar. Le hizo una seña a Quinn para que la ayudara con las cajas más pesadas en tanto comenzaban a llenar los autos con todo lo que podían.
Luego de unos minutos alguien abrió la puerta de entrada. La latina no pudo evitar mirar hacia los escalones, sorprendiéndose notoriamente al ver a aquel chico allí. Samuel Lopez era una exacta copia de su padre: alto, delgado aunque con buena musculatura; igual de moreno que su hermana menor, pero con unos ojos que a la luz del sol llegaban a tomar una tonalidad peculiarmente clara, casi del color de la miel. Ahora se había dejado la barba, detalle que le causo un escalofrió a Santana, llegando a recordar al propio Carlos. Continúo guardando sus cosas, ignorando a como dé lugar la presencia del otro latino allí.
-¿Cómo estas, Santana? Preguntó acercándose con los brazos cruzados, siempre fue algo mojigato.
-Perfectamente ¿No me ves?- Respondió la morena secamente señalándose de arriba a abajo.
-Es entendible que estés enojada…
-¿Te parece? -Hablaba en tanto cargaba algunas ropas y juguetes de su hijo. El moreno la observaba intentando no agachar la cabeza, pero por ningun motivo quiso brindarles algo de ayuda.
-Hay cosas que están en tu cuarto aun…-Dijo Samuel con falsa modestia.
-No tengo cuarto aquí, ya no. Cuando puedas las sacas también, pasaré a recogerlas como ahora cuando se me de la gana.
Quinn escuchaba todo expectante: ni bien el hombre se atreviera a levantarle un poco el tono a su mejor amiga ella saltaría a defenderla con uñas y dientes, como una leona.
-Puedes pasar a buscarlas, así…
-No quiero ver la cara de tu madre, lo siento. Ya demasiado que te estoy dirigiendo la palabra.
-Ella no esta en casa, fue al cardiólogo. Escucha: ya no tendrás que vernos más… Mamá se viene a vivir conmigo a Seattle, allí me transfirieron. Esta un poco delicada de salud, y prefiero tenerla más cerca para cuidarla.
-Qué sugieres que haga- Cortó Santana cerrando la puerta de su auto sin voltearse a verlo. -¿Te felicito, o te doy mis condolencias?
-¿Podrías mirarme cuando te hablo? -Reprochó el medico empezando a perder la paciencia.
-¿Para qué? ¿Quieres que sepa bien lo que es la cara de un traidor...? -Samuel sabia bien que se merecía mucho de las palabras de su hermana, pero le dolía que fuera así. Cruzaron una mirada de malestar finalmente. Santana no pretendía encontrarlo, ni hablarle.
-Sé que no me perdonaras por lo que he hecho… Pero tiene una explicación para mí.
-¿A si? ¿Cuál?
-Protegerte.- Dijo el hombre con convicción, ganándose una mirada indignada de las mujeres.
-… Pro… Vete al diablo Samuel. -Cortó la latina intensificando hacer un leve esfuerzo por comprender tan inútil explicación.
-Hablo enserio. –Remarcó su hermano tomándola del brazo para que se detenga con el traslado. –Cuando vimos la primera carta de la rubia, yo temí con eso de la mafia. Vamos... ¿Sabes lo peligroso que podría ser involucrarse con gente así? Es cierto que no quisimos que tuvieras más noticias de esa chica… Pero de verdad, yo lo hice por tu bien. Quise ser precavido. Además te veía tan triste que no quería que te amargaras más sabiendo que no podías estar con ella…
-Entonces dejaste que la culpe y la maldiga. Si, sin duda eso era mucho mejor.
-… ¿Cómo sabes que Brittany no esta metida también en el tema de la mafia? ¿Cómo sabes si no corres peligro aun al involucrarte con ella de nuevo?
-Porque ella se alejó de todo ese gran lio ni bien pudo. -Se metió Quinn mirándolo de manera amenazante. –Tú la conocías, sabes bien que esa chica lo que menos tiene en su alma es maldad…Su familia y su pasado no representan su persona.
-Si, creía saberlo. -Rio Samuel mirandola con desden. -Después, mamá estaba tan enojada con todo… que llegue a pensar también que por que tú le habías dicho a papá que salías con ella, él había muerto. Sumado a que no me agradaba mucho la idea que mi dulce hermanita ande en esas cosas…
-Eres medico Samuel, sabes que un ataque se dá de repente, cuando se tiene mal control de la salud… De todas formas me dan igual las excusas que digas. -Respondía la latina, cansándose y soltandose del agarre.
- Es cierto que todo lo que me involucré para que no supieras estas cosas, estuvo mal. Pero en mi defensa…
-¿Qué...? ¿Querías protegerme, seguirás diciendo eso? -Discutía su hermana, sin bajar la guardia.
-¿Por qué crees que dejé el mensaje en la contestadora esa vez? -Contra ataco el moreno, haciendo que su hermana se quedara pensando. –Yo odio esas maquinas… Y a mamá podía llamarla directo a su celular si lo deseaba.
-¿Querías que lo supiera…? -Musitó Santana con un hilo de voz, recordando en secuencia todo el tema de las cartas. Su hermano se inclinó un poco de hombros. Todo era una extraña contradicción.
-Supongo que ya me estaba cansando de las quejas y tener que andar pagándole a un vándalo. Además, no tenía sentido seguir ocultándolas, ya tú te habías vuelto a encontrar con Brittany. Y no me equivoco al afirmar que desde entonces no dejaste de verla… Porque así siempre fue la relación de ustedes dos ¿O no? -Hablaba el latino. Conocía a la bailarina desde que era una niña pequeña, si bien no le daba mucho interés porque tenía sus propios amigos y sus cosas, no dejó de saber lo básico y elemental respecto a ella.
-Eso es cosa mía… -Murmuró la morena retomando su semblante serio. –Será mejor que saque lo que falta, ya que insistes.-Agregó sin animos de continuar hablando con él.
Quinn la acompañaba en todo ese momento. Ambas se había quedando pensando si en verdad ese hombre hablaba enserio en alguna parte de su relato.
-¿Le crees? -Susurró la rubia en tanto metía algunas cosas en la parte trasera del auto.
-A estas alturas Q, yo prefiero no confiar en nadie...
Media hora más tarde, ambas dejaron casi vacía la antigua habitación de la latina, solo quedó su cama y los muebles más grandes. Samuel permanecía en el salón dándole una mirada a las fotos y esos objetos clásicos de la casa. No harían dos días desde que había llegado. Cuando vio que su hermana ya se disponía a irse, salió de nuevo a la entrada.
-¿Ya te vas...?
-Deja de hacerte el sentimental, eres mas falso que moneda de dos con quince. ¿Qué pretendes, que espere a Maribel...?
-Santana…
-¿¡Qué demonios quieres estúpido!? -Quinn le puso una mano en el hombro a su mejor amiga para que se tranquilizara, no era bueno que pasara más malos ratos. La latina no podía negar que estaba dolida, y toda esa situación era muy brusca y extraña para soportarla en modo pasivo.
-Cuídate… -Dijo el moreno tragándose gran parte de sus palabras. –Este mundo esta cargado de gente mala… -Sin dudas el seguía pensando que Brittany era un inminente peligro.
-Como ustedes. -Cortó su hermana menor, con dolor. – No te preocupes, puedo cuidarme muy bien sola.- Santana le dirigió una última mirada al lugar, suspirando con fastidio. –Suerte en tu vida. -Finalizó yendo a su auto, seguida por su amiga.
Samuel se metió de nuevo a la casa familiar, con un sabor amargo en la boca. Ya era muy tarde para intentar arreglar algo. A partir de allí, todo lo que le pasara a esa mujer debería tenerlo sin cuidado, al menos, cumplió con advertirle.
Capitulo 32: Precauciones
La jornada del lunes se presentó lentamente en la ciudad de Lima, las chicas pasaron el domingo juntas adaptándose a su nueva vida. En casa de Brittany ya todos estaban levantados, preparándose para sus correspondientes actividades.
-¿Vas a necesitar más dinero? -Indagó Santana terminando de arreglarse. Su ex compañera respondió de nuevo sin que la latina le pueda entender ni media palabra.
-Britt, el cepillo… -Comentó la morena arreglando su portafolios. Nuevamente la rubia pretendía escupir la pasta dental. -¡Que ni se te ocurra, que Axel te esta viendo! -Dijo de espaldas señalándola. La pobre bailarina no encontró otra opción más que tragarse el dentífrico con algo de asco.
-Te decía que no, gracias, además solo me falta comprar algunas cosas de la lista… Informó, haciendo memoria. –Unos globos azules y papel picado. Creo…
-De acuerdo, si tú lo dices.
La bailarina se venia encargando, durante esos días, en gran parte de los preparativos del cumpleaños de Axel, que seria al día siguiente. Santana la acompaño en las compras, más que nada porque era su hijo, y tenia ganas de participar, aunque su horario la dejara algo cansada. Ya los niños del barrio, Kim y Finn, estaban enterados, además de la familia Fabray, claro esta.
-No puedo creer que ya cumplas dos años Ax, has crecido demasiado rápido. -Murmuró la latina tomando en brazos a su pequeño y dándole unos cuantos besos en la mejilla. No pudo dejar de notar que la rubia estaba entretenida con algo en las manos…
En casa, Rachel preparaba el desayuno. Más atrás, Quinn junto a Iker estaban sentados en la mesa casi con la misma cara de sueño y los pelos todos alborotados. Las chicas estaban bastante tranquilas: A diferencia de Santana, ellas tenían dinero ahorrado como para sobrevivir por dos años sin trabajar, aunque esa no era la idea. Por ahora se iban a dedicar a disfrutar de un tiempo juntos. Charlaban empezando a desayunar cuando nuevamente tocaron el timbre. La abogada fue a ver quien era.
-Yo… Estem… -Empezaba a saludar Brittany un poco sonrojada.
-Buen día Britt. -Saludó la otra rubia con una media sonrisa, pudo ver que Santana estaba más atrás con cara de pocos amigos cargando a Axel.
-Yo… ¿De verdad es necesario...? -Dijo la bailarina volteándose a ver a su jefa.
-Hazlo. -Ordenó la morena con voz dictatorial.
-¿Esta Iker...?- Dijo la holandesa en voz bajita. La abogada no entendía qué demonios estaba pasando.
-¡Aik, cielo! ¿Puede venir? -Llamó dirigiéndole una mirada de curiosidad. El niño apareció en un abrir y cerrar de ojos.
-¡Hey! ¿Volveremos a jugar hoy? -Exclamó el mini judío al ver a su reciente amiga.
-Ikeeer… -Interrumpió su madre haciendo notar su falta de modales. El niño giró los ojos con molestia.
-Buenos días querida vecina, Brittany ¿Cómo te encuentras hoy en este hermoso día en limón...? -Con ese saludo se sintió una fuerte carcajada proveniente de la cocina, Rachel siempre se divertía con el sarcasmo de su hijo, sin contar que eso sacaba de quicio a su esposa.
-Lo siento peque, hoy tengo que salir… -Se disculpaba la otra rubia en tono apenado, entregándole a la pequeña lagartija. Iker se la había prestado la noche anterior, a Brittany siempre le divertían esos bichos. Claro que cuando Santana descubrió que el reptil había pasado la noche en la misma casa que ella obligó a su empleada a que lo devolviera, o caso contrario lo tiraría por el inodoro. Quinn se reía negando con la cabeza, esas situaciones solo podían ocurrir si Santana y Brittany estaban juntas.
-¿Quieres quedarte a desayunar Britt...?- La invitó de buen modo.
-Oh, bueno, yo, tengo que estar con Ax y…
-No, tranquila. -Intervino la morena, acercándose. –Yo si me tengo que ir, pero si no te molesta quedarte con él aquí…
- De acuerdo. -Sonrió la bailarina tomando en brazos al pequeño Lopez. Se despidieron de la latina que salió ya rumbo a su trabajo.
- Britt, no permitas que San te sobre explote. Eres buena, que no te tome por tonta.- Se quejaba la abogada habiendo visto como su mejor amiga mandaba a la bailarina. –Supongo que te paga bien por cuidar de mi ahijado, aunque el no da trabajo si es tan dulce que te dan ganas de comértelo.- Continuaba, dándole unos besos a Axel, que se reía mostrando sus dientitos.
-Por supuesto que me paga, y sé que lo hace en broma. Para mi es un placer pasar tiempo con Ax, me he encariñado muchísimo con él. -Sonreía Brittany con su característica dulzura.
-Ahora que estamos solas, cuéntame: ¿Cómo es vivir con Santana? -Indagó la judía sentándose a su lado. Desde esas palabras dichas el segundo día en Lima, ambas entablaron muy bien el dialogo.
- Bien. Es como... una rutina. -Respondió su vecina inclinándose de hombros.- Nos levantamos antes de las ocho, ella se viste, yo hago el desayuno, comemos juntos, luego se va y nos quedamos solos hasta las cuatro y media que ella regresa... Algunas veces vamos al parque, o inventamos cosas para hacer en tanto pasa la tarde.
-¿Y no pretendes buscar otro trabajo? Porque te recuerdo que eres coreógrafa… -Interrumpía Quinn robándole un poco de cereal a Iker. La bailarina suspiró jugando tímidamente con sus manos.
-Claro que si… Pero lo que yo quiero voy a tardar un poco más en conseguirlo… De todas formas por ahora esto lo hago como un modo para ayudar a Santana…
-¿Cómo están las cosas entre ustedes...?- Quiso saber su amiga rubia tomándola con cariño de la mano.
-Si lo miro a comparación de la primera vez que nos vimos estamos excelente. Casi me parece milagroso como ha mejorado todo. Sobretodo desde que vio las cartas…
-Me agrada oír eso, Britt. Lo bueno es que eres una mujer muy paciente, y un ejemplo, porque no te has rendido en volver a relacionarte con ella. Eso es lo genial de ti… San es bastante cabeza dura, pero estoy segura que también está feliz de lo que sucede entre ustedes.
-Ahora con esto del cumpleaños de Ax se la ve muy animada. Me encanta verla así, esa es la latina que conocemos cuando esta pasando un buen momento.- Agregó la judía.
Con esas palabras la bailarina se sintió muy bien consigo misma, tal parece que si se notaba lo que estaba haciendo. De pronto recordó una tarea pendiente en su lista.
-Oh, rayos… -Murmuró llevándose una mano a la frente. Las chicas la miraron con curiosidad. – Perdón, es que me acorde que no le he comprado un regalo a Ax.- Exclamó como si fuera la cosa más trágica del mundo. Las Faberry se rieron llenas de ternura, la dulzura que esa chica irradiaba las fascinaba totalmente.
-Tranquila, con todo lo que estas haciendo para el festejo nadie tendría cara de decirte nada por no darle un regalo. -La calmaba la castaña.
-No, no. Yo misma dije que a la fiesta se va con un regalo. No voy a romper mi propia regla. -Alegaba la rubia, pensando.
La verdad es que no sabía bien qué se le podía dar a un niño de dos años. Si bien ella cuidaba de él, y ya conocía bastante lo que le gustaba, no dejaba de ver que fuera algo que pudiera disfrutar al máximo.
-Está bien, si es lo que tú quieres… -Comentaba la rubia Fabray tomando un buen sorbo de café. – Podemos dejar a Axel aquí jugando con Iker, y tú te concentras en comprar lo que te falta… No nos hacemos problema. Y lo guardamos en secreto, así Santana no te descuenta el día.- Bromeaba guiñándole un ojo. La bailarina asintió de buen modo, salvo por la parte de mentirle a su jefa pero una mentira piadosa no le hacia daño a nadie ¿No?
Luego de desayunar partió al centro en busca de los globos y las otras cosas, en tanto continuaba pensando en un buen regalo para el moreno. Sin darse cuenta quedó estacionada frente al 'Boulevard Music Center', la tienda de música de Artie. No podía dejar de pasar a saludarlo y saber cómo iban las cosas para su matrimonio. El castaño se sorprendió gratamente al verla.
-Estas muy bonita, Britt. -Sonrió con picardía dándole una mirada.
-Gracias, pero tú tienes novia que no se te olvide. -Bromeaba la rubia.
-De acuerdo, digamos que tienes razón. Dime ¿En que puedo ayudarte...?
-Bueno... pasaba por aquí y quise saludarte… ¿Cómo va lo de tu boda?
-Perfectamente. Estamos viendo en cambiar la fecha para más adelante. No veo por qué nos apresuramos tanto... A fin de cuentas… El matrimonio es para toda la vida.
-Si, ni hablar.- Comento Brittany dándole una mirada a los instrumentos musicales que había por las paredes. –Oye… ¿Te das una idea de qué puede ser un buen regalo para un bebe de dos años?
-Mmm... -Pensó el castaño fregandose la barbilla. - ¿En términos generales, o de música...?
-No sé… Axel es un chico inteligente… ¿Crees que pueda tocar el piano? -Preguntó la rubia apoyándose sobre uno de los teclados con cara de duda.
-Jajaja no creo que quieras gastar tanto en un niño que cuidas… Es una locura
-¡Pero este es especial! -Exclamó la coreografa con euforia, recordando al pequeño con cariño.
- ¿Que lo hace especial?- Indagó Artie levantando una ceja.
-Bueno, pues… -La ojos azules agachó un poco la mirada, en realidad no sabia por qué había dicho eso: simplemente le salió del corazón. –Lo quiero, es muy tierno, y nos llevamos muy bien…
-Yo también soy así, y no por eso me traes regalos. -Bromeaba el muchacho dando vueltas con su silla. La rubia rio un poco su ex compañero nunca perdía la oportunidad de reprocharle esas cosas.
-Entiende que este es el hijo de Santana… -Se le escapo y el silencio ocupó el local. Artie se giró a verla lentamente con las cejas cruzadas.
-¿Santana volvió a Lima? ¿Y tú cuidas a su hijo? ¿Cuándo pasó esto que no me entere? -Comenzó a preguntar el ex cantante con confusión.
-… Es una larga historia.
En definitiva Brittany estuvo cerca de una hora hablando de todo lo que había pasado en ese tiempo desde que se rencontró con la latina. Artie escuchaba sorprendido: él suponía que ellas, si se encontraban, se sacarían los ojos por tantos rumores que rondaban con respecto a los engaños y las cosas que ocultaban en su antigua relación.
-Mmm... entonces ¿No será que quieres quedar bien con Santana? -Preguntó con picardía.
-No seas bobo, Artie. Ella y yo no tenemos nada más que una relación de trabajo, y apenas me atrevo, o acostumbro, a decir de amistad y confianza…
-Está bien, no te agites… De todas formas no se me ocurre nada como para regalar, no convivo con niños...- Comentaba el vendedor en tanto movía algunos folletos del estante de las revistas. Brittany le prestó atención a algunos títulos.
-¿Padres primerizos? -Preguntó tomando en sus manos uno de los libros.
-Creo que ahí vienen temas relacionados con la música y eso. -Informaba el muchacho en tanto terminaba de ordenar. La bailarina le dio una hojeada: había muchos tips e información respecto a los embarazos, lo que significa esa nueva realidad para los futuros padres junto la llegada de nuevos niños a casa, y si, para su suerte, también una había sección dedicada a las necesidades de los pequeños hasta los dos años. Ella pocas veces se interesaba en la lectura, generalmente leía libros no muy largos, en su mayoría cuentos. Pero con eso se le iluminó la mirada.
-¿Cuánto cuesta? Lo llevo. -Pidió con emoción.
Horas más tarde Santana volvió a casa un poco molesta. Las Faberry estaban allí junto a los chicos.
-Vaya, qué cara… -Murmuró la abogada notando el semblante de su amiga. – ¿Mal día?
-No, lo que pasa es que… Me pidieron unos documentos para poder legalizar mi contrato, pero resulta ser que esas cosas no las tengo aquí… -Comentó la latina desplomándose en el sofá.
-¿Y dónde están? -Indagó la bailarina con preocupación.
-Nada menos que en la casa de Maribel Lopez… -Suspiró Santana, mirando al techo. Se le revolvía el estomago de solo pensar en lo mal que habían quedado las cosas con su madre. Eran necesarios esos papeles para poder continuar trabajando. No podía permitirse perder su empleo.
-¿Quieres que te acompañe a buscarlos? -Preguntó Quinn con buena voluntad. –Podríamos aprovechar a sacar todo lo que tenias allí. Lo cargamos en los autos. De ahí si quieres podemos guardar lo que desees en nuestro garaje... -Era un buen plan, excepto porque la morena tendría que cruzarse con la mujer que la trajo al mundo, y no tenia ganas de hacerlo en lo más mínimo... Aun.
-Ustedes aprovechen a hacer eso, en tanto Britt y yo buscamos una buena receta para el pastel de Ax. -Agregó la judía compartiendo una mirada de complicidad con la holandesa.
La morena aceptó no teniendo otra opción, podria ser peligroso que solo vaya Quinn en busca de esas cosas. Tras cambiarse de ropa partieron cada una en su vehículo rumbo a la casa de Maribel.
Al llegar, Santana pudo notar que muchas de sus cosas estaban afuera metidas a la fuerza en cajas. Se molestó un poco al ver esto, pero ya le habían ahorrado el trabajo de tener que entrar. Le hizo una seña a Quinn para que la ayudara con las cajas más pesadas en tanto comenzaban a llenar los autos con todo lo que podían.
Luego de unos minutos alguien abrió la puerta de entrada. La latina no pudo evitar mirar hacia los escalones, sorprendiéndose notoriamente al ver a aquel chico allí. Samuel Lopez era una exacta copia de su padre: alto, delgado aunque con buena musculatura; igual de moreno que su hermana menor, pero con unos ojos que a la luz del sol llegaban a tomar una tonalidad peculiarmente clara, casi del color de la miel. Ahora se había dejado la barba, detalle que le causo un escalofrió a Santana, llegando a recordar al propio Carlos. Continúo guardando sus cosas, ignorando a como dé lugar la presencia del otro latino allí.
-¿Cómo estas, Santana? Preguntó acercándose con los brazos cruzados, siempre fue algo mojigato.
-Perfectamente ¿No me ves?- Respondió la morena secamente señalándose de arriba a abajo.
-Es entendible que estés enojada…
-¿Te parece? -Hablaba en tanto cargaba algunas ropas y juguetes de su hijo. El moreno la observaba intentando no agachar la cabeza, pero por ningun motivo quiso brindarles algo de ayuda.
-Hay cosas que están en tu cuarto aun…-Dijo Samuel con falsa modestia.
-No tengo cuarto aquí, ya no. Cuando puedas las sacas también, pasaré a recogerlas como ahora cuando se me de la gana.
Quinn escuchaba todo expectante: ni bien el hombre se atreviera a levantarle un poco el tono a su mejor amiga ella saltaría a defenderla con uñas y dientes, como una leona.
-Puedes pasar a buscarlas, así…
-No quiero ver la cara de tu madre, lo siento. Ya demasiado que te estoy dirigiendo la palabra.
-Ella no esta en casa, fue al cardiólogo. Escucha: ya no tendrás que vernos más… Mamá se viene a vivir conmigo a Seattle, allí me transfirieron. Esta un poco delicada de salud, y prefiero tenerla más cerca para cuidarla.
-Qué sugieres que haga- Cortó Santana cerrando la puerta de su auto sin voltearse a verlo. -¿Te felicito, o te doy mis condolencias?
-¿Podrías mirarme cuando te hablo? -Reprochó el medico empezando a perder la paciencia.
-¿Para qué? ¿Quieres que sepa bien lo que es la cara de un traidor...? -Samuel sabia bien que se merecía mucho de las palabras de su hermana, pero le dolía que fuera así. Cruzaron una mirada de malestar finalmente. Santana no pretendía encontrarlo, ni hablarle.
-Sé que no me perdonaras por lo que he hecho… Pero tiene una explicación para mí.
-¿A si? ¿Cuál?
-Protegerte.- Dijo el hombre con convicción, ganándose una mirada indignada de las mujeres.
-… Pro… Vete al diablo Samuel. -Cortó la latina intensificando hacer un leve esfuerzo por comprender tan inútil explicación.
-Hablo enserio. –Remarcó su hermano tomándola del brazo para que se detenga con el traslado. –Cuando vimos la primera carta de la rubia, yo temí con eso de la mafia. Vamos... ¿Sabes lo peligroso que podría ser involucrarse con gente así? Es cierto que no quisimos que tuvieras más noticias de esa chica… Pero de verdad, yo lo hice por tu bien. Quise ser precavido. Además te veía tan triste que no quería que te amargaras más sabiendo que no podías estar con ella…
-Entonces dejaste que la culpe y la maldiga. Si, sin duda eso era mucho mejor.
-… ¿Cómo sabes que Brittany no esta metida también en el tema de la mafia? ¿Cómo sabes si no corres peligro aun al involucrarte con ella de nuevo?
-Porque ella se alejó de todo ese gran lio ni bien pudo. -Se metió Quinn mirándolo de manera amenazante. –Tú la conocías, sabes bien que esa chica lo que menos tiene en su alma es maldad…Su familia y su pasado no representan su persona.
-Si, creía saberlo. -Rio Samuel mirandola con desden. -Después, mamá estaba tan enojada con todo… que llegue a pensar también que por que tú le habías dicho a papá que salías con ella, él había muerto. Sumado a que no me agradaba mucho la idea que mi dulce hermanita ande en esas cosas…
-Eres medico Samuel, sabes que un ataque se dá de repente, cuando se tiene mal control de la salud… De todas formas me dan igual las excusas que digas. -Respondía la latina, cansándose y soltandose del agarre.
- Es cierto que todo lo que me involucré para que no supieras estas cosas, estuvo mal. Pero en mi defensa…
-¿Qué...? ¿Querías protegerme, seguirás diciendo eso? -Discutía su hermana, sin bajar la guardia.
-¿Por qué crees que dejé el mensaje en la contestadora esa vez? -Contra ataco el moreno, haciendo que su hermana se quedara pensando. –Yo odio esas maquinas… Y a mamá podía llamarla directo a su celular si lo deseaba.
-¿Querías que lo supiera…? -Musitó Santana con un hilo de voz, recordando en secuencia todo el tema de las cartas. Su hermano se inclinó un poco de hombros. Todo era una extraña contradicción.
-Supongo que ya me estaba cansando de las quejas y tener que andar pagándole a un vándalo. Además, no tenía sentido seguir ocultándolas, ya tú te habías vuelto a encontrar con Brittany. Y no me equivoco al afirmar que desde entonces no dejaste de verla… Porque así siempre fue la relación de ustedes dos ¿O no? -Hablaba el latino. Conocía a la bailarina desde que era una niña pequeña, si bien no le daba mucho interés porque tenía sus propios amigos y sus cosas, no dejó de saber lo básico y elemental respecto a ella.
-Eso es cosa mía… -Murmuró la morena retomando su semblante serio. –Será mejor que saque lo que falta, ya que insistes.-Agregó sin animos de continuar hablando con él.
Quinn la acompañaba en todo ese momento. Ambas se había quedando pensando si en verdad ese hombre hablaba enserio en alguna parte de su relato.
-¿Le crees? -Susurró la rubia en tanto metía algunas cosas en la parte trasera del auto.
-A estas alturas Q, yo prefiero no confiar en nadie...
Media hora más tarde, ambas dejaron casi vacía la antigua habitación de la latina, solo quedó su cama y los muebles más grandes. Samuel permanecía en el salón dándole una mirada a las fotos y esos objetos clásicos de la casa. No harían dos días desde que había llegado. Cuando vio que su hermana ya se disponía a irse, salió de nuevo a la entrada.
-¿Ya te vas...?
-Deja de hacerte el sentimental, eres mas falso que moneda de dos con quince. ¿Qué pretendes, que espere a Maribel...?
-Santana…
-¿¡Qué demonios quieres estúpido!? -Quinn le puso una mano en el hombro a su mejor amiga para que se tranquilizara, no era bueno que pasara más malos ratos. La latina no podía negar que estaba dolida, y toda esa situación era muy brusca y extraña para soportarla en modo pasivo.
-Cuídate… -Dijo el moreno tragándose gran parte de sus palabras. –Este mundo esta cargado de gente mala… -Sin dudas el seguía pensando que Brittany era un inminente peligro.
-Como ustedes. -Cortó su hermana menor, con dolor. – No te preocupes, puedo cuidarme muy bien sola.- Santana le dirigió una última mirada al lugar, suspirando con fastidio. –Suerte en tu vida. -Finalizó yendo a su auto, seguida por su amiga.
Samuel se metió de nuevo a la casa familiar, con un sabor amargo en la boca. Ya era muy tarde para intentar arreglar algo. A partir de allí, todo lo que le pasara a esa mujer debería tenerlo sin cuidado, al menos, cumplió con advertirle.
Última edición por Dreamer=) el Mar Jul 23, 2013 1:22 am, editado 1 vez
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Edad : 30
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Hola de nuevo!! Estuve con poco tiempo para comentar pero no he dejado de leer los últimos capítulos y ahora no podía dejar de decirte que tu fic es absolutamente fascinante.
No voy a repetir todo lo que me parece, desde el punto de vista técnico... aunque si querés, lo hago de nuevo Tu estilo es impecable y leer las emociones de los personajes y sus circunstancias no implica ninguna dificultad. Ya me gustaría saber si escribís algo que no sean fanfics, y leerte.
Y con respecto a la historia de los últimos capítulos: impresionante!! Tu Santana no deja de parecerme perfecta. Quiero decir: es una Santana perfectamente Santana!! Me encanta. Sus evoluciones en relación a lo que pasa con Brittany me tienen embobada, sobre todo esa cosa de que ninguna se anima siquiera a etiquetarlo, más allá de los esfuerzos de Finn.
Brittany deja lugar a muchas sospechas. Siempre en un buen sentido, pero como la mantenés en un lugar de reserva mental, una no sabe a qué atenerse. Cosa que me parece buenísima y sostiene la intriga de la historia.
Los aspectos de misterio son fantásticos. Y no, no me animo a ninguna hipótesis sobre la llamada telefónica del anterior episodio, ni sobre la insistencia de Sebastian. Ni sobre si la advertencia del hermano de Santana es por una mera desconfianza, o por algo más, que no ha dicho.
Así que aquí quedo, totalmente ansiosa por la continuación...
Un abrazo y muchas gracias!!!
No voy a repetir todo lo que me parece, desde el punto de vista técnico... aunque si querés, lo hago de nuevo Tu estilo es impecable y leer las emociones de los personajes y sus circunstancias no implica ninguna dificultad. Ya me gustaría saber si escribís algo que no sean fanfics, y leerte.
Y con respecto a la historia de los últimos capítulos: impresionante!! Tu Santana no deja de parecerme perfecta. Quiero decir: es una Santana perfectamente Santana!! Me encanta. Sus evoluciones en relación a lo que pasa con Brittany me tienen embobada, sobre todo esa cosa de que ninguna se anima siquiera a etiquetarlo, más allá de los esfuerzos de Finn.
Brittany deja lugar a muchas sospechas. Siempre en un buen sentido, pero como la mantenés en un lugar de reserva mental, una no sabe a qué atenerse. Cosa que me parece buenísima y sostiene la intriga de la historia.
Los aspectos de misterio son fantásticos. Y no, no me animo a ninguna hipótesis sobre la llamada telefónica del anterior episodio, ni sobre la insistencia de Sebastian. Ni sobre si la advertencia del hermano de Santana es por una mera desconfianza, o por algo más, que no ha dicho.
Así que aquí quedo, totalmente ansiosa por la continuación...
Un abrazo y muchas gracias!!!
MarisaParedes****** - Mensajes : 316
Fecha de inscripción : 25/02/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
... Algo más sobre la reserva mental de Brittany y lo poco que dice... Me quedó dando vueltas eso de que lo que ella quiere, le llevará más tiempo... Cuáles son sus planes para ella misma? Se refería a una cuestión meramente profesional, o hay algo más en sus planes a largo trecho>
Besos...
Besos...
MarisaParedes****** - Mensajes : 316
Fecha de inscripción : 25/02/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
MarisaParedes escribió:... Algo más sobre la reserva mental de Brittany y lo poco que dice... Me quedó dando vueltas eso de que lo que ella quiere, le llevará más tiempo... Cuáles son sus planes para ella misma? Se refería a una cuestión meramente profesional, o hay algo más en sus planes a largo trecho>
Besos...
¿Puedo decir que amo tus comentarios? Enserio no se por qué pero me emociona tanto ver que comentes, creo que a lo que escribes mucho y tomas en cuenta tantos detalles me llamas la atención de inmediato jajajaja Un gusto de leer tus comentarios, gracias por tomarte aunque sea un tiempito para leer mi fic, de verdad lo valoro muchísimo. Contestando más arriba, esta es la primera vez que me atrevo a escribir de este modo digamos que es mi primera experiencia como escritora. ¿Por algo se empieza no? Me encanta saber que leerías otras cosas que escribiera jejeje :) Gracias de nuevo
Retomando el tema de la historia, haces bien y estas en todo tu derecho de no largar ninguna hipótesis, porque se podría decir que aun faltan pistas por liberar, aun hay personajes y cosas que tienen que salir a la luz. Alguien, algún tiempo atrás dijo "....Aqui hay algo obscuro... algo superior...." si no me equivoco, y tenia toda la razón al pensar asi. Lo que Brittany quiere es algo, ¿como explicarlo?.... Algo para ella, pero no a la vez. Es feliz sintiendo que hace las cosas bien, percibiendo que va por el buen camino y las decisiones que toma son acertadas. En sus planes a largo plazo, por supuesto que ella tiene sueños y expectativas, que poco a poco va modificando y moldeando a un mundo en el que, sin querer, se va y fue aventurando. El tema al que se refiere, el que ella quiere en este momento, es bastante del tipo profesional. Ella es coreografa y del baile vivió mucho tiempo, por lo que sabe que es posible sobrevivir gracias a ese talento. Más adelante explicare mejor este detalle, porque también es este plan algo que luego modifica para ayudar a otras personas. Es un poco irónico que, si bien es la que más verdades dice y cuenta, es de la que menos se puede saber en realidad jejeje Bueno mil gracias por comentar, y por estar tan al pendiente. Un orgullo tener lectoras como vos, espero que sigas disfrutando de la historia. ¡Muchos saludos y un fuerte abrazo!
Dreamer=)- ---
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Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Nose porque pero presiento que se vienen los momentos Brittana nop??.. O.o.. ajajajjajaja, bueno, aunque sea que se agarren de la mano, con eso me conformo.. (?.. Awww, me encantan que esten las 4 juntas!!!.. :D.. Genial los cap.. beso
Len104********- - Mensajes : 772
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
"-¡Hey! ¿Volveremos a jugar hoy? Exclamó el mini judío al ver a su reciente amiga.
-Ikeeer… Interrumpió su madre haciendo notar su falta de modales. El niño giró los ojos, con molestia.
-Buenos días querida vecina Brittany ¿Cómo te encuentras hoy en este hermoso día en limón? "
sigo riendo con esto, esos niños alegran los capitulo cada vez que hacen alguna travesura. las palabras de samuel no me dejan tranquila, no quiero pensar que pueda pasar algo por el pasado de la rubia, bien su papa murio y la mama esta en la carcel pero la mafia es peligrosa, estare esperando el siguiente capitulo, un abrazo.
p.d ¿cuando llegaran mas momentos brittana?
-Ikeeer… Interrumpió su madre haciendo notar su falta de modales. El niño giró los ojos, con molestia.
-Buenos días querida vecina Brittany ¿Cómo te encuentras hoy en este hermoso día en limón? "
sigo riendo con esto, esos niños alegran los capitulo cada vez que hacen alguna travesura. las palabras de samuel no me dejan tranquila, no quiero pensar que pueda pasar algo por el pasado de la rubia, bien su papa murio y la mama esta en la carcel pero la mafia es peligrosa, estare esperando el siguiente capitulo, un abrazo.
p.d ¿cuando llegaran mas momentos brittana?
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
como que nos vas a sacar de quicio? presiento que vienen mas problemas!! y eso no me gusta!!! bueno ahora a esperar tu prox act..gracias xD
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* -A Punto Cero- Capitulo 75- What I needed- Parte 3 *Nuevo*
Hola Lectoras bellas :) Jajaj perdon estoy de muy buen humor *_* estas vueltas de la vida... (Frenada de disco) (?) Perdon jajaja volvi más temprano de lo que tenia que hacer, asi que les traigo el siguiente capitulo :D Desde ya aclaro que es el cumpleaños de Axel <3 asi que se viene la fiesta ^_^ Hay una parte en la que me llore la vida... ¿Osea que onda? ¿esta loca llora con su propia historia? Si -.- jajaja Espero que les guste ;) Ah y antes de que me olvide, ¿Brittana? Ya son amigas demasiado por el momento :v les dije que las iba a sacar de quicio. Bueno muchas gracias por comentar, saludos y un fuerte abrazo. Paz
Capitulo 33: Diez de Junio
-Quinn, me estas poniendo nerviosa…- Murmuraba la judía sentada en la sala de espera con Iker en brazos.
La rubia iba de acá para allá mirando su reloj cada diez segundos cronometrados. Hacia cerca de una hora que no tenían ninguna novedad de su amiga. Si bien todo estaba perfectamente programado para ese día, era inevitable pensar en mil posibilidades y los temores estaban a flor de piel.
-Yo quería entrar… -Se quejaba la abogada apretando los dientes.- Tengo todos los derechos… ¡¿Y tu por qué estas tan tranquilo?! -Exclamó dándole un palmazo en la nuca a Blaine.
-No creas que yo no tenía ganas de estar allí.- Comentó el castaño suspirando todo el aire que tenia contenido. En realidad estaba totalmente nulo en ese momento. De milagro había podido quedarse en la ciudad cancelando una o dos “reuniones”.
-Cálmense ambos. Nos van a terminar echando de aquí.- Apaciguaba las aguas la actriz. Su hijo estaba quedándose dormido en sus brazos. Afuera, la tarde era increíblemente soleada como pocas veces en lo que iba del mes. Parecía que el cielo sonreía, tan impaciente como ellos tres.
-Necesito un cigarro. -Dijo finalmente la rubia saliendo para la calle. Justo en ese momento las puertas del quirófano se abrieron. Quinn se giró sobre sus pasos de un salto. –Misión denegada.- Susurró largándose a correr de vuelta hacia el doctor que salía quitándose el barbijo.
-¿Quieres entrar? -Preguntó el medico con una media sonrisa dirigiéndose a Blaine.
Inmediatamente el contador se paró para acompañarlo. Dio una última mirada a las chicas que le sonrieron con euforia.
Los siguientes minutos fueron más que eternos. La ex animadora se sentó de todas las posiciones conocidas, incluso intentó hacer una pirueta saltando de un asiento a otro.
-Podrías quedarte quieta, Lucy Quinn Fabray.- Exigió su esposa sosteniéndola del hombro. –Pareces una niña pequeña, ni siquiera Iker se comporta así.- Para ser que tenia solo dos años, el mini judío se portaba bastante bien, era callado y cauteloso.
Finalmente, Blaine salió de nuevo al pasillo, con una gran sonrisa y los ojos algo vidriosos. Las chicas se pararon frente a él fijando totalmente su mirada al pequeño bebé que el castaño traía en brazos. En tanto Rachel ahogaba un grito de emoción con su mano, Quinn extendió sus dedos para acariciar levemente la cabeza de su nuevo ahijado.
-Hey…-Susurró con una calida sonrisa. - Hola campeón. Bienvenido a la gran ciudad.-Agregaba llena de ternura. El pequeño moreno abrió lentamente sus ojos, comenzando a molestarse por la luz. A los pocos instantes empezó a lloriquear haciendo que Blaine lo meciera con nerviosismo: el hombre temblaba de pies a cabeza. Nunca había estado seguro en si iba a poder lograr hacer el rol de padre.
-Jaja ¡Tranquilo, Anderson! Lo harás bien… -Dijo la rubia dándole una palmada en el hombro.
-¿Cómo esta ella...? -Preguntó Rachel sin dejar de mirar a Axel, pero haciendo lo posible por acomodar a Iker en su hombro.
-Bien. Un poco mareada por la anestesia, pero bien. -Comentaba el contador, girando la cabeza hacia la puerta tras él.
-¡Felicitaciones, Blaine! -Dijeron ambas a la vez, abrazándolo.
¿Quien diría que a partir de allí, la vida de todos cambiaria tanto?
Blaine se despertó con la cabeza hecha gelatina. La noche anterior habían salido de fiesta con Kurt terminando bastante locos por el alcohol. Se desperezo lentamente, dándose cuenta que su novio no estaba a su lado. El diseñador permanecia ocupado en nuevas sesiones de fotos. Blaine, en cambio, se había tomado el día libre.
Se vistió en silencio, y se preparó una mezcla de desayuno con almuerzo, ya que era casi el mediodía en Paris. Comió tumbado en el sofá viendo la televisión. El recuerdo que había venido a su mente antes de despertar reaparecía vagamente en su subconsciente. Estaba intranquilo, sentía una extraña sensación en el pecho pese a sus esfuerzos por mantenerse distraído.
El sonido del timbre lo hizo olvidarse de sus molestias por un momento.
-¡Hola! ¡Ya llego la alegría del hogar! -Exclamó Steven entrando con una pirueta al departamento. Al notar quién había abierto cambio la cara. –Ah... Eras tú Blaine. ¿Cómo estas?
-Que tal Steve… Bien, estaba viendo televisión, solo aprovechando mi día libre.
-¿Y Kurt? -Indagó el rubio mirando para todos lados.
-Trabajando en una sesión de fotos, no creo que tarde mucho más en llegar...
-Mmm, qué pena. Venia a invitarlo para ver de “Cirque du soleil”…
-¡Vaya, le encanta ese espectáculo! Lo ha visto cientos de veces sin cansarse. -Sonrió con alegría el contador, conociendo los gustos de su chico.
-Ya lo sé, por eso venia a buscarlo. Esta es la ultima función en Paris, tendremos que esperar un año hasta verlo de nuevo… - Explicaba el rubio tomando asiento en el sofá.
-¿En qué fecha estamos? -Murmuró el castaño, acompañándolo.
-¡Ja! ¿Tan perdido estas en Kurt que ni te acuerdas del día...? Tranquilo, solo bromeo, diez de junio es hoy hasta las doce de la medianoche. -Blaine asintió sin decir nada, solo esbozando una sonrisa. Pero no pudo retenerla por mucho más, cosa que el amigo del diseñador pudo notar de inmediato.
-¿Qué? ¿Tenias cita con la depiladora…?
-No… solo... Pensaba en unas cosas. No tiene importancia. -En tanto los hombres charlaban, el ojos claros entraba lentamente al departamento. Había salido más temprano de su trabajo. Pero la charla de esas dos personas lo hizo detenerse antes de entrar al salón, quedándose atrás de una pared, escuchando.
-¿Estas seguro? Te has puesto bastante pálido…- Argumentaba Steven con preocupación. Blaine pensó unos segundos más en silencio, en tanto frotaba sus manos algo nervioso.
-¿Puedes guardar un secreto? Ya no quiero hablar de esto, pero…
-Por supuesto hombre, yo soy como una tumba. -Guiño el ojo el teñido dándole pie para que siga su discurso.
-Bien… Hoy vendría a ser el cumpleaños de… de una persona que deje en América.- Murmuró Blaine. Con esas palabras el diseñador se inclinó para atrás comenzando a sentir los latidos de su corazón fuertemente en su pecho –Axel es su nombre… Hoy cumple dos años. -Kurt se llevó una mano a la boca. Empezaba a desesperarle la idea de que su novio no terminara de afrontar lo que había hecho meses atrás, abandonando a su familia en New York. No lo pensó mucho más. Se dio la vuelta y salió sin hacer ningún ruido. Tenía una clara idea ahora en su mente, pero necesitaba bastante, bastante dinero que sacar de su cuenta bancaria.
Muy lejos de allí, en un horario distinto, Quinn estaba en la planta alta de la casa de Brittany. Había sido sentenciada a levantarse temprano para salir a conseguir un regalo para su ahijado. Esperaba afuera del baño, mirando a cada rato el reloj de su celular.
-San... ¿Puedes apurarte? -Comentó la rubia tocando levemente la puerta con los nudillos. En el interior no se sentían ruidos. -¿Estas bien? Estoy comenzando a creer que te resbalaste con el jabón… -Apoyó su cabeza en la puerta, expectante. La latina abrió de golpe haciendo que la abogada pasara de largo, muy al estilo Berry. Su amiga salió directo a su cuarto, caminando frustrada.
-No te preocupes estoy bien.- Comentó con ironía la rubia Fabray. Al entrar a la habitación vio como Santana revisaba insistentemente entre un montón de ropa.
-Esto no puede ser… -Susurraba la ex cantante, tomando dos o tres jeans de la pila de prendas, antes de salir disparada de nuevo al baño. Quinn la seguía sin entender.
-¡Maldi-ta sea! -Gritaba.
-Shh, no grites, vas a despertar a todos.- Respondía su amiga apoyada de nuevo contra la puerta.
-Es el tercer maldito pantalón que me pruebo en menos de cinco malditos minutos y ninguno me cierra... -Se quejaba la morena luchando con su amado pantalón blanco. -Maldición.
-Amén. Yo te lo advertí hace unos meses… ¿Qué pretendías? ¿Tener el mismo físico por siempre?
Pasaron varios minutos de silencio hasta que finalmente Santana salió.
-Toma, tanto que te gustaba ahora es tuyo. -Dijo apenada poniendo en manos de su amiga su última adquisición. –Es imposible, hace una semana me quedaba perfecto.
-Es posible, en tanto sigas con tus antojos de helado. Vamos deja de lloriquear, y acompáñame. Me he olvidado de algunas calles y me voy a perder si no vamos juntas.
Salieron rápido, no tenían mucho tiempo. Todas se habían desvelado preparando los últimos detalles para el cumpleaños de Axel, por lo que solamente ellas estaban despiertas tan temprano. Fueron al centro, la rubia ubicó el regalo que ya tenía en mente y volvieron... fue una salida bastante fugaz. Ya para ese momento tanto Brittany como el cumpleañero estaban levantados, sirviéndose el desayuno. Santana se las había arreglado para obtener el día libre: nada que un buen escote y una sonrisa no puedan lograr hacer.
Al llegar corrió hasta alcanzar a su pequeño, abrazándolo y haciendo que este se ría por las cosquillas que le generaban sus besos.
-Feliz cumpleaños, mi cielo… -Le susurró al oído, en tanto ambos se regalaban una idéntica sonrisa. Seguido a eso, su madrina realizó casi la misma acción, pero con mas gritos y sacudidas.
-¡Pero si me acuerdo de todo, dos kilos ochocientos gramos de belleza y baba!- Exclamaba la abogada apretujando a su ahijado. Brittany los observaba con una sonrisa llena de ternura. Ella también había saludado a Axel, pero de un modo mucho más dulce dándole un beso en la frente en tanto lo sostenía en brazos. Luego de poder despegar a Quinn del pequeño Lopez, los cuatro desayunaron juntos con cada vez más emoción por la tarde que se aproximaba.
El amanecer pronosticaba desde temprano un día soleado, tal y como hace dos años atrás. Aun faltaban algunas horas para que la fiesta empezara, pero Brittany ya estaba bastante ansiosa.
Repentinamente sintieron que la puerta se abría de golpe. Iker seguido por Rachel entraron a los gritos, cantando el feliz cumpleaños en por lo menos cuatro idiomas distintos. Ya cuando la judía intentó hacerlo en alemán le faltaba bastante el aire por los saltitos que había dado alrededor de la mesa, en tanto todos se reían a carcajadas.
-¡Hoy es tu cumpleaños, pequeño niño con rasgos latinos que me hacen recordar que con tu madre me peleaba tanto en la secundaria, y hoy soy tu tía favorita y orgullosa de serlo!
-Ese es el saludo más ilógico que he oído hasta ahora, Barbra…- No pudo evitar interrumpir Santana recuperando el aliento. Iker observaba todo un poco más alejado.
-Aik, ¿Tú no tenias algo para tu primo? -Susurró Quinn, acercándose al pequeño.
-Si. -Dijo el mini judío con convicción, raspando un poco la voz- Axel: puesto que eres mi primo, pero a la vez eres mi secuaz en todas mis aventuras en este camino de la vida, como ayer que tiramos el lápiz labial de mi tía por el inodoro para ver si los peces después tienen la boquita roja…- Inevitablemente las chicas se contuvieron mordiéndose los labios para no interrumpir con sus risas.
-¿Esperen de que lápiz esta hablando…? -Murmuró Santana reaccionando del comentario.
-… Te quería decir que te quiero mucho y que siempre vas a ser mi primo favorito, y es por eso que te voy dar esto. -Finalizó Iker sacando de su bolsillo una pequeña pelota, pero no cualquiera, era su favorita. Tenía una combinación de colores idéntica a la de un arcoíris, y al hacerla rebotar encendía unas potentes lucecillas. Axel la recibió, apretándola fuerte entre sus manos.
-Eso ha sido muy tierno Aik, estoy segura que Ax te lo agradece.- Dijo la latina, sonriendo.
-Bien. Ya que estamos en momento de entregar regalos, tu tía y yo aprovechamos a darte el nuestro. -Dijo la rubia Fabray buscando la bolsa donde había guardado el obsequio recientemente comprado. Se lo dejaron en las manos al moreno para que se encargara de romper el papel. Inevitablemente el pequeño buscó ayuda en su niñera, que con más curiosidad que él, le ayudo a romper el empaque.
-Wow mira una gorra… -Comentó la bailarina, poniéndosela de inmediato al cumpleañero. De color rojo, con un bordado en unas letras blancas bien marcadas, con su nombre escrito. Un segundo regalo apareció: un auto de carreras a control remoto, no muy complicado para que el niño supiera manejarlo solo apretando algún botón. Inmediatamente él y Aik comenzaron a jugar.
-¿Terminaste comprándole el auto? Yo te dije lo del libro de la granja… -Se quejaba la judía zamarreando un poco a su esposa.
-Cielo ese libro no lo entendías ni tú, además míralo se está divirtiendo. -En tanto ambas discutían, Santana y Brittany corrían a sus cuartos por sus respectivos regalos.
Aparecieron minutos después con idéntica cara de picardía e ilusión. Fue la bailarina la que inicio con la entrega de nuevo:
-Bien Ax, sé que no nos conocemos hace tanto tiempo, pero en lo que hemos pasado te he aprendido a entender y querer mucho, eres un niño muy dulce e inteligente.- Dio un discurso improvisado, agachándose frente al moreno. El niño volvió a acariciarle el rostro como la primera vez que se vieron, cuando Brittany se compró su amor a base de gomitas. Seguidamente su niñera le entregó su regalo, el cual consiguió la tarde anterior internándose por una hora en la juguetería.
Tras un rato de luchar con el papel, Axel vio con intriga su nuevo obsequio: una radio, pequeña y colorida, con un micrófono incorporado. Los ojos de aquel niño se iluminaron con fascinación.
-¿Funciona de verdad? -Indagó Quinn sorprendiéndose por el obsequio.
-Así es, tiene muchos botones para jugar y puede reproducir música si se le graban canciones con la computadora en la memoria. Con eso podremos hacer más coreografías para bailar ¿No Ax...?- Sonreía la bailarina, recordando perfectamente que al pequeño Lopez le había gustado acompañarla en sus bailes. –Además tiene micrófono, por si se atreve a hablar en algún momento, no dudo que tendrá buena voz…
- Si la tendrá, lo lleva en la sangre. -Agregó la latina poniendo una mano sobre el hombro de la rubia. –Gracias Britt, no tenias que molestarte, has hecho muchísimo por Axel.
-No hay de que... Además también tengo ganas de jugar con el micrófono.- Reía la holandesa compartiéndoles la gracia a todas las mujeres allí presentes.
Seguidamente fue el turno de Santana, que desde un principio se sonrojo por lo que iba a hacer. Tomó a Axel en brazos y de su bolsillo saco una carta, las chicas la miraban expectantes. Se aclaró un poco la voz, dirigiéndole una mirada a su hijo que la escuchaba con atención:
-Mi cielo:
A Dios doy gracias por tenerte a mi lado, con salud y esa sonrisa que hace mis días tan bellos. Aun eres pequeño, y tu inocencia irradia todo lo bueno que puede existir en este mundo. Hace exactamente dos años, llegaste a mi vida para hacerla brillar.
Tuve miedo, sentí nervios, pero todo valió la pena porque gracias a eso eres lo veo hoy. Eras muy pequeño y llorabas de un modo en que hacías que mi corazón casi se saliera de su lugar, aunque no me importaba porque esa sensación de saber que estabas aquí, conmigo, era todo lo que podía llegar a soñar.
Ahora veo como creces y de a poco vas necesitando menos de mí, convirtiéndote en un niño hermoso, fuerte, y con mucho carácter. Eso se debe seguramente porque algo de Lima Heights está en ti, algún día entenderás por qué lo digo...
Sus amigas escuchaban con una sonrisa enternecida, inevitablemente a Quinn le brotaron unas lágrimas. Aunque peor estaba Rachel que se limpiaba la nariz con la manga de su blusa cada dos segundos. Santana se había quedado por la noche a última hora escribiendo, como pocas veces.
–Si bien esta carta no la entenderás hasta dentro de unos años, quiero que sea el punto de inicio de unas cuantas más. A veces soy terca, un tanto cerrada, pero no por eso debes dejar de saber y sentir que te amo con todo mi ser, Axel.
Hoy es tu segundo cumpleaños y te espera una gran fiesta, hecha con mucho empeño y dulzura por todos nosotros. En especial tu niñera Britt, que fue la de la gran idea. Ya el año que viene quizás sea un tanto distinto para todos, tendremos que festejar con alguien más en casa, alguien que te querrá y te admirara como el gran hermano mayor que espero que seas.
Pero por hoy, es tu día, espero que lo disfrutes. Nunca dudes que tienes y cuentas con mucha gente maravillosa a tu alrededor. Un único deseo que tengo es que seas feliz, y espero estar haciendo lo correcto para lograrlo. Juntos siento que, si, tengo las fuerzas para hacer lo que sea. Gracias por llegar a mi vida hijo, te amo con el alma. Feliz cumpleaños.
Ahora Santana también dejo caer unas lágrimas, sin dejar de sonreírle a su pequeño que en todo momento la miraba con amor. Se abrazaron fuerte, como acostumbraban, en tanto la latina le daba unos cuantos besos, solo en ese momento ella no tenia ningun problema en expresar lo que sentía, e incluso creía que le faltaban palabras.
–Esta es la parte cursi y formal, pero por supuesto que también te compre unos juguetes, con los que seguramente me voy a resbalar en las mañanas, y algo de ropa para que vistas hoy con todo el glamour que un Lopez debe tener. -Las chicas aplaudieron con alegría y emoción, pocas veces habían escuchado algo así salir de la boca de la morena.
Luego de esa conmovedora escena, pasaron fugazmente las horas.
Brittany, con ayuda de Finn, terminó de decorar espléndidamente el patio. Quinn y Rachel más que ayudar picoteaban como cuervos la mesa de los bocadillos. Kim jugaba en el césped cuando tropezó por sus cordones desatados.
-Buen porrazo--- ¿Estas bien? -Indagó Aik, acercándose. Esa fue la primera vez que se vieron, quedando algo tildados al verse las caras.
-Yo… Me tropecé por estas cosas… Mi papi no es bueno atándolas.
-A ver, te ayudo, me enseñaron en niños exploradores a atarme los zapatos. -Explicó el mini judío agachándose para amarrarle los cordones a la pequeña Hudson.
-¿Y qué son niños exploradores?
-Mi mamá dice que es como el ejército para solucionarme la conducta.
-¿El ejercito...? Mi papi fue al ejército, y se veía muy bien con uniforme. ¿Usabas uniforme? -Indagó la niña poniéndose de pie.
-Si, pero era feo. De todas formas ya no voy. Bueno, nos vemos luego, Emmm…
-Kimberly. -Saludo la castaña extendiéndole la mano. El niño Fabray se sorprendió.
-¿Espera ese no es un nombre de niña...?
-Soy una niña.
-… Eso explica las dos coletas… Bueno, adiós.
-¡Espera...! No me dijiste tu nombre... -Iker se giró sobre sus pasos, pensando una maldad.
-Fulano Pinocho. -Gritó con una mueca de burla, saliendo en búsqueda de su primo.
-Fulano… -Sonrió inocentemente la niña. –Es todo un caballero, y fue al ejército como mi papi, creo que me he enamorado… ¿Sobreviviré sin verlo? Oh no, se ha ido, ¡Espera amado mio!
El resto de la tarde fue sencillamente espectacular. El plan de Brittany resultó a la perfección. Los siete niños del barrio se acercaron con grandes ganas de jugar con Axel. Todos se unieron a las ideas creadas por el líder innato Iker, que trataba de evitar las miradas incomodas de Kim. El mayor de los niños tenía ocho años, pero no por ello dejo de divertirse junto a sus compañeros de juego. Algunos padres de los pequeños se acercaron por curiosidad, sabiendo que también estaban las nuevas vecinas allí en la fiesta. Finn era el encargado de pasar música, con la que Brittany se encargo de animar armando coreografías aptas para bailar quien quisiera. El pequeño Lopez estaba eufórico, jugando, riendo y notando que todo era por y para él. Santana contemplaba con una sonrisa la felicidad de su hijo. Todos estaban a gusto sin dudas.
-San... ¿Podrías buscar más jugo? Estos niños se van a morir de sed… -Ordenó Quinn en tanto cortaba trozos de pastel para repartirlos entre los invitados.
-Si, de acuerdo… Guárdame una porción.
La morena se adentró a la casa dando algunos saltos, animada por la música. Buscó una caja en la nevera, debatiendo entre si llevar de manzana o naranja.
-Lleva ambos… -Comentó por atrás Brittany, haciendo que la latina se asustara y soltara la caja que tenia entre sus manos. Inmediatamente la rubia se agachó al mismo tiempo que la morena para levantarla por lo que se dieron un choque en la frente.
-Eres cabeza dura. -Dijo entre risas la bailarina frotándose la parte del golpe, haciendo sonreír a Santana.
Comenzó a cundir un extraño silencio en la habitación. Ambas estaban entre la mesa y la nevera, la holandesa se disponía a pasar pero solo quedó ligeramente pegada al cuerpo de su jefa. Al intentar moverse quedaron más apretadas, y por el contrario de sentirse incomodas, se reían.
-Britt… Todo esto ha sido grandioso, te has pasado de verdad. Gracias por hacer que Axel tenga un cumpleaños tan genial.
-Todo sea por ver a ese bodoque sonreír con esos dientitos.
-¿Por qué es que lo quieres tanto...?
-En realidad no lo sé… Solo me encanta como es, creo que es la clase de niño que cualquier mujer desearía tener.
A partir de allí, ambas cruzaron sus miradas de un modo muy intenso tanto que dejaron de hablar y sonreír. Se sintieron perdidas, por un instante, cayendo libremente en la profundidad de sus ojos. Brittany se acercó instintivamente, aunque de modo leve. Santana hizo lo mismo, pero luego levanto los brazos abrazándola por unos segundos... Segundos que bastaron para que la bailarina se sintiera más que feliz. Rachel entró de pronto cortando el momento.
-Huh... ¿San? T-te buscan afuera. -Dijo con la cara medio descompuesta y llena de curiosidad. La latina se despegó rápidamente del abrazo, arreglándose un poco el cabello. Le sonrió un momento más a la bailarina y salió.
Al ver hacia la calle, distinguió una vez más a Sebastian. Giró los ojos con frustración; todo iba demasiado bien, y para colmo su mejor amiga estaba hablando con aquel castaño. De una carrera llegó hasta donde se encontraban. Quinn le dirigió una mirada asesina.
-Luego hablaremos tú y yo. -Susurró pasando al lado de la morena, que solo se dignó a tragar saliva.
-¿Tú otra vez? Ya me estas cansando, de verdad.
-Tranquila… Solo vine para dejar mi obsequio, aunque no esté invitado a la fiesta.- Dijo el ejecutivo con una sonrisa, muy calmado. –Por favor, no los rechaces, vengo en son de paz.- Agregó entregándole dos cajas envueltas en papel brillante. Santana las recibió con incredulidad. –La roja es de tu pequeño, y esta dorada es para ti…-Señalo Sabastian con simpleza mirandola con una sonrisa felina.
-No tendrías que haberte molestado...
-Es un placer. Bien, que tengan linda tarde. -Se despidió caminando con las manos en los bolsillos y yéndose con la frente en alto.
La latina no pudo agregar ningún comentario, no tuvo tiempo de pensar en nada. Cuando el muchacho se alejó bastante, abrió su regalo: un brazalete de plata con una inscripción muy peculiar: J'veux ton amour / Et je veux ton revenge
-¿Bad romance…? -Preguntó para si, reconociendo la letra del clásico tema de Lady Gaga. En efecto esas palabras decían en verdad: Quiero tu amor/Y quiero tu venganza. No podía negar que había sido muy acertado con la elección de esa preciosa joya, pero le resultaba indiscutiblemente incomodo. Tendría que acabar pronto con eso, o empezaría a sentirse confundida...
Sacudió la cabeza, regresando a la fiesta. No tenía nada más que pensar allí. El festejo continuaba, y no pretendía arruinar el perfecto momento que estaba pasando. Dibujo una sonrisa en su cara y fue junto a su hijo, era el primer cumpleaños en que solo tenían a sus amigos, quería y debía aprovecharlo al máximo.
Capitulo 33: Diez de Junio
-Quinn, me estas poniendo nerviosa…- Murmuraba la judía sentada en la sala de espera con Iker en brazos.
La rubia iba de acá para allá mirando su reloj cada diez segundos cronometrados. Hacia cerca de una hora que no tenían ninguna novedad de su amiga. Si bien todo estaba perfectamente programado para ese día, era inevitable pensar en mil posibilidades y los temores estaban a flor de piel.
-Yo quería entrar… -Se quejaba la abogada apretando los dientes.- Tengo todos los derechos… ¡¿Y tu por qué estas tan tranquilo?! -Exclamó dándole un palmazo en la nuca a Blaine.
-No creas que yo no tenía ganas de estar allí.- Comentó el castaño suspirando todo el aire que tenia contenido. En realidad estaba totalmente nulo en ese momento. De milagro había podido quedarse en la ciudad cancelando una o dos “reuniones”.
-Cálmense ambos. Nos van a terminar echando de aquí.- Apaciguaba las aguas la actriz. Su hijo estaba quedándose dormido en sus brazos. Afuera, la tarde era increíblemente soleada como pocas veces en lo que iba del mes. Parecía que el cielo sonreía, tan impaciente como ellos tres.
-Necesito un cigarro. -Dijo finalmente la rubia saliendo para la calle. Justo en ese momento las puertas del quirófano se abrieron. Quinn se giró sobre sus pasos de un salto. –Misión denegada.- Susurró largándose a correr de vuelta hacia el doctor que salía quitándose el barbijo.
-¿Quieres entrar? -Preguntó el medico con una media sonrisa dirigiéndose a Blaine.
Inmediatamente el contador se paró para acompañarlo. Dio una última mirada a las chicas que le sonrieron con euforia.
Los siguientes minutos fueron más que eternos. La ex animadora se sentó de todas las posiciones conocidas, incluso intentó hacer una pirueta saltando de un asiento a otro.
-Podrías quedarte quieta, Lucy Quinn Fabray.- Exigió su esposa sosteniéndola del hombro. –Pareces una niña pequeña, ni siquiera Iker se comporta así.- Para ser que tenia solo dos años, el mini judío se portaba bastante bien, era callado y cauteloso.
Finalmente, Blaine salió de nuevo al pasillo, con una gran sonrisa y los ojos algo vidriosos. Las chicas se pararon frente a él fijando totalmente su mirada al pequeño bebé que el castaño traía en brazos. En tanto Rachel ahogaba un grito de emoción con su mano, Quinn extendió sus dedos para acariciar levemente la cabeza de su nuevo ahijado.
-Hey…-Susurró con una calida sonrisa. - Hola campeón. Bienvenido a la gran ciudad.-Agregaba llena de ternura. El pequeño moreno abrió lentamente sus ojos, comenzando a molestarse por la luz. A los pocos instantes empezó a lloriquear haciendo que Blaine lo meciera con nerviosismo: el hombre temblaba de pies a cabeza. Nunca había estado seguro en si iba a poder lograr hacer el rol de padre.
-Jaja ¡Tranquilo, Anderson! Lo harás bien… -Dijo la rubia dándole una palmada en el hombro.
-¿Cómo esta ella...? -Preguntó Rachel sin dejar de mirar a Axel, pero haciendo lo posible por acomodar a Iker en su hombro.
-Bien. Un poco mareada por la anestesia, pero bien. -Comentaba el contador, girando la cabeza hacia la puerta tras él.
-¡Felicitaciones, Blaine! -Dijeron ambas a la vez, abrazándolo.
¿Quien diría que a partir de allí, la vida de todos cambiaria tanto?
Blaine se despertó con la cabeza hecha gelatina. La noche anterior habían salido de fiesta con Kurt terminando bastante locos por el alcohol. Se desperezo lentamente, dándose cuenta que su novio no estaba a su lado. El diseñador permanecia ocupado en nuevas sesiones de fotos. Blaine, en cambio, se había tomado el día libre.
Se vistió en silencio, y se preparó una mezcla de desayuno con almuerzo, ya que era casi el mediodía en Paris. Comió tumbado en el sofá viendo la televisión. El recuerdo que había venido a su mente antes de despertar reaparecía vagamente en su subconsciente. Estaba intranquilo, sentía una extraña sensación en el pecho pese a sus esfuerzos por mantenerse distraído.
El sonido del timbre lo hizo olvidarse de sus molestias por un momento.
-¡Hola! ¡Ya llego la alegría del hogar! -Exclamó Steven entrando con una pirueta al departamento. Al notar quién había abierto cambio la cara. –Ah... Eras tú Blaine. ¿Cómo estas?
-Que tal Steve… Bien, estaba viendo televisión, solo aprovechando mi día libre.
-¿Y Kurt? -Indagó el rubio mirando para todos lados.
-Trabajando en una sesión de fotos, no creo que tarde mucho más en llegar...
-Mmm, qué pena. Venia a invitarlo para ver de “Cirque du soleil”…
-¡Vaya, le encanta ese espectáculo! Lo ha visto cientos de veces sin cansarse. -Sonrió con alegría el contador, conociendo los gustos de su chico.
-Ya lo sé, por eso venia a buscarlo. Esta es la ultima función en Paris, tendremos que esperar un año hasta verlo de nuevo… - Explicaba el rubio tomando asiento en el sofá.
-¿En qué fecha estamos? -Murmuró el castaño, acompañándolo.
-¡Ja! ¿Tan perdido estas en Kurt que ni te acuerdas del día...? Tranquilo, solo bromeo, diez de junio es hoy hasta las doce de la medianoche. -Blaine asintió sin decir nada, solo esbozando una sonrisa. Pero no pudo retenerla por mucho más, cosa que el amigo del diseñador pudo notar de inmediato.
-¿Qué? ¿Tenias cita con la depiladora…?
-No… solo... Pensaba en unas cosas. No tiene importancia. -En tanto los hombres charlaban, el ojos claros entraba lentamente al departamento. Había salido más temprano de su trabajo. Pero la charla de esas dos personas lo hizo detenerse antes de entrar al salón, quedándose atrás de una pared, escuchando.
-¿Estas seguro? Te has puesto bastante pálido…- Argumentaba Steven con preocupación. Blaine pensó unos segundos más en silencio, en tanto frotaba sus manos algo nervioso.
-¿Puedes guardar un secreto? Ya no quiero hablar de esto, pero…
-Por supuesto hombre, yo soy como una tumba. -Guiño el ojo el teñido dándole pie para que siga su discurso.
-Bien… Hoy vendría a ser el cumpleaños de… de una persona que deje en América.- Murmuró Blaine. Con esas palabras el diseñador se inclinó para atrás comenzando a sentir los latidos de su corazón fuertemente en su pecho –Axel es su nombre… Hoy cumple dos años. -Kurt se llevó una mano a la boca. Empezaba a desesperarle la idea de que su novio no terminara de afrontar lo que había hecho meses atrás, abandonando a su familia en New York. No lo pensó mucho más. Se dio la vuelta y salió sin hacer ningún ruido. Tenía una clara idea ahora en su mente, pero necesitaba bastante, bastante dinero que sacar de su cuenta bancaria.
Muy lejos de allí, en un horario distinto, Quinn estaba en la planta alta de la casa de Brittany. Había sido sentenciada a levantarse temprano para salir a conseguir un regalo para su ahijado. Esperaba afuera del baño, mirando a cada rato el reloj de su celular.
-San... ¿Puedes apurarte? -Comentó la rubia tocando levemente la puerta con los nudillos. En el interior no se sentían ruidos. -¿Estas bien? Estoy comenzando a creer que te resbalaste con el jabón… -Apoyó su cabeza en la puerta, expectante. La latina abrió de golpe haciendo que la abogada pasara de largo, muy al estilo Berry. Su amiga salió directo a su cuarto, caminando frustrada.
-No te preocupes estoy bien.- Comentó con ironía la rubia Fabray. Al entrar a la habitación vio como Santana revisaba insistentemente entre un montón de ropa.
-Esto no puede ser… -Susurraba la ex cantante, tomando dos o tres jeans de la pila de prendas, antes de salir disparada de nuevo al baño. Quinn la seguía sin entender.
-¡Maldi-ta sea! -Gritaba.
-Shh, no grites, vas a despertar a todos.- Respondía su amiga apoyada de nuevo contra la puerta.
-Es el tercer maldito pantalón que me pruebo en menos de cinco malditos minutos y ninguno me cierra... -Se quejaba la morena luchando con su amado pantalón blanco. -Maldición.
-Amén. Yo te lo advertí hace unos meses… ¿Qué pretendías? ¿Tener el mismo físico por siempre?
Pasaron varios minutos de silencio hasta que finalmente Santana salió.
-Toma, tanto que te gustaba ahora es tuyo. -Dijo apenada poniendo en manos de su amiga su última adquisición. –Es imposible, hace una semana me quedaba perfecto.
-Es posible, en tanto sigas con tus antojos de helado. Vamos deja de lloriquear, y acompáñame. Me he olvidado de algunas calles y me voy a perder si no vamos juntas.
Salieron rápido, no tenían mucho tiempo. Todas se habían desvelado preparando los últimos detalles para el cumpleaños de Axel, por lo que solamente ellas estaban despiertas tan temprano. Fueron al centro, la rubia ubicó el regalo que ya tenía en mente y volvieron... fue una salida bastante fugaz. Ya para ese momento tanto Brittany como el cumpleañero estaban levantados, sirviéndose el desayuno. Santana se las había arreglado para obtener el día libre: nada que un buen escote y una sonrisa no puedan lograr hacer.
Al llegar corrió hasta alcanzar a su pequeño, abrazándolo y haciendo que este se ría por las cosquillas que le generaban sus besos.
-Feliz cumpleaños, mi cielo… -Le susurró al oído, en tanto ambos se regalaban una idéntica sonrisa. Seguido a eso, su madrina realizó casi la misma acción, pero con mas gritos y sacudidas.
-¡Pero si me acuerdo de todo, dos kilos ochocientos gramos de belleza y baba!- Exclamaba la abogada apretujando a su ahijado. Brittany los observaba con una sonrisa llena de ternura. Ella también había saludado a Axel, pero de un modo mucho más dulce dándole un beso en la frente en tanto lo sostenía en brazos. Luego de poder despegar a Quinn del pequeño Lopez, los cuatro desayunaron juntos con cada vez más emoción por la tarde que se aproximaba.
El amanecer pronosticaba desde temprano un día soleado, tal y como hace dos años atrás. Aun faltaban algunas horas para que la fiesta empezara, pero Brittany ya estaba bastante ansiosa.
Repentinamente sintieron que la puerta se abría de golpe. Iker seguido por Rachel entraron a los gritos, cantando el feliz cumpleaños en por lo menos cuatro idiomas distintos. Ya cuando la judía intentó hacerlo en alemán le faltaba bastante el aire por los saltitos que había dado alrededor de la mesa, en tanto todos se reían a carcajadas.
-¡Hoy es tu cumpleaños, pequeño niño con rasgos latinos que me hacen recordar que con tu madre me peleaba tanto en la secundaria, y hoy soy tu tía favorita y orgullosa de serlo!
-Ese es el saludo más ilógico que he oído hasta ahora, Barbra…- No pudo evitar interrumpir Santana recuperando el aliento. Iker observaba todo un poco más alejado.
-Aik, ¿Tú no tenias algo para tu primo? -Susurró Quinn, acercándose al pequeño.
-Si. -Dijo el mini judío con convicción, raspando un poco la voz- Axel: puesto que eres mi primo, pero a la vez eres mi secuaz en todas mis aventuras en este camino de la vida, como ayer que tiramos el lápiz labial de mi tía por el inodoro para ver si los peces después tienen la boquita roja…- Inevitablemente las chicas se contuvieron mordiéndose los labios para no interrumpir con sus risas.
-¿Esperen de que lápiz esta hablando…? -Murmuró Santana reaccionando del comentario.
-… Te quería decir que te quiero mucho y que siempre vas a ser mi primo favorito, y es por eso que te voy dar esto. -Finalizó Iker sacando de su bolsillo una pequeña pelota, pero no cualquiera, era su favorita. Tenía una combinación de colores idéntica a la de un arcoíris, y al hacerla rebotar encendía unas potentes lucecillas. Axel la recibió, apretándola fuerte entre sus manos.
-Eso ha sido muy tierno Aik, estoy segura que Ax te lo agradece.- Dijo la latina, sonriendo.
-Bien. Ya que estamos en momento de entregar regalos, tu tía y yo aprovechamos a darte el nuestro. -Dijo la rubia Fabray buscando la bolsa donde había guardado el obsequio recientemente comprado. Se lo dejaron en las manos al moreno para que se encargara de romper el papel. Inevitablemente el pequeño buscó ayuda en su niñera, que con más curiosidad que él, le ayudo a romper el empaque.
-Wow mira una gorra… -Comentó la bailarina, poniéndosela de inmediato al cumpleañero. De color rojo, con un bordado en unas letras blancas bien marcadas, con su nombre escrito. Un segundo regalo apareció: un auto de carreras a control remoto, no muy complicado para que el niño supiera manejarlo solo apretando algún botón. Inmediatamente él y Aik comenzaron a jugar.
-¿Terminaste comprándole el auto? Yo te dije lo del libro de la granja… -Se quejaba la judía zamarreando un poco a su esposa.
-Cielo ese libro no lo entendías ni tú, además míralo se está divirtiendo. -En tanto ambas discutían, Santana y Brittany corrían a sus cuartos por sus respectivos regalos.
Aparecieron minutos después con idéntica cara de picardía e ilusión. Fue la bailarina la que inicio con la entrega de nuevo:
-Bien Ax, sé que no nos conocemos hace tanto tiempo, pero en lo que hemos pasado te he aprendido a entender y querer mucho, eres un niño muy dulce e inteligente.- Dio un discurso improvisado, agachándose frente al moreno. El niño volvió a acariciarle el rostro como la primera vez que se vieron, cuando Brittany se compró su amor a base de gomitas. Seguidamente su niñera le entregó su regalo, el cual consiguió la tarde anterior internándose por una hora en la juguetería.
Tras un rato de luchar con el papel, Axel vio con intriga su nuevo obsequio: una radio, pequeña y colorida, con un micrófono incorporado. Los ojos de aquel niño se iluminaron con fascinación.
-¿Funciona de verdad? -Indagó Quinn sorprendiéndose por el obsequio.
-Así es, tiene muchos botones para jugar y puede reproducir música si se le graban canciones con la computadora en la memoria. Con eso podremos hacer más coreografías para bailar ¿No Ax...?- Sonreía la bailarina, recordando perfectamente que al pequeño Lopez le había gustado acompañarla en sus bailes. –Además tiene micrófono, por si se atreve a hablar en algún momento, no dudo que tendrá buena voz…
- Si la tendrá, lo lleva en la sangre. -Agregó la latina poniendo una mano sobre el hombro de la rubia. –Gracias Britt, no tenias que molestarte, has hecho muchísimo por Axel.
-No hay de que... Además también tengo ganas de jugar con el micrófono.- Reía la holandesa compartiéndoles la gracia a todas las mujeres allí presentes.
Seguidamente fue el turno de Santana, que desde un principio se sonrojo por lo que iba a hacer. Tomó a Axel en brazos y de su bolsillo saco una carta, las chicas la miraban expectantes. Se aclaró un poco la voz, dirigiéndole una mirada a su hijo que la escuchaba con atención:
-Mi cielo:
A Dios doy gracias por tenerte a mi lado, con salud y esa sonrisa que hace mis días tan bellos. Aun eres pequeño, y tu inocencia irradia todo lo bueno que puede existir en este mundo. Hace exactamente dos años, llegaste a mi vida para hacerla brillar.
Tuve miedo, sentí nervios, pero todo valió la pena porque gracias a eso eres lo veo hoy. Eras muy pequeño y llorabas de un modo en que hacías que mi corazón casi se saliera de su lugar, aunque no me importaba porque esa sensación de saber que estabas aquí, conmigo, era todo lo que podía llegar a soñar.
Ahora veo como creces y de a poco vas necesitando menos de mí, convirtiéndote en un niño hermoso, fuerte, y con mucho carácter. Eso se debe seguramente porque algo de Lima Heights está en ti, algún día entenderás por qué lo digo...
Sus amigas escuchaban con una sonrisa enternecida, inevitablemente a Quinn le brotaron unas lágrimas. Aunque peor estaba Rachel que se limpiaba la nariz con la manga de su blusa cada dos segundos. Santana se había quedado por la noche a última hora escribiendo, como pocas veces.
–Si bien esta carta no la entenderás hasta dentro de unos años, quiero que sea el punto de inicio de unas cuantas más. A veces soy terca, un tanto cerrada, pero no por eso debes dejar de saber y sentir que te amo con todo mi ser, Axel.
Hoy es tu segundo cumpleaños y te espera una gran fiesta, hecha con mucho empeño y dulzura por todos nosotros. En especial tu niñera Britt, que fue la de la gran idea. Ya el año que viene quizás sea un tanto distinto para todos, tendremos que festejar con alguien más en casa, alguien que te querrá y te admirara como el gran hermano mayor que espero que seas.
Pero por hoy, es tu día, espero que lo disfrutes. Nunca dudes que tienes y cuentas con mucha gente maravillosa a tu alrededor. Un único deseo que tengo es que seas feliz, y espero estar haciendo lo correcto para lograrlo. Juntos siento que, si, tengo las fuerzas para hacer lo que sea. Gracias por llegar a mi vida hijo, te amo con el alma. Feliz cumpleaños.
Ahora Santana también dejo caer unas lágrimas, sin dejar de sonreírle a su pequeño que en todo momento la miraba con amor. Se abrazaron fuerte, como acostumbraban, en tanto la latina le daba unos cuantos besos, solo en ese momento ella no tenia ningun problema en expresar lo que sentía, e incluso creía que le faltaban palabras.
–Esta es la parte cursi y formal, pero por supuesto que también te compre unos juguetes, con los que seguramente me voy a resbalar en las mañanas, y algo de ropa para que vistas hoy con todo el glamour que un Lopez debe tener. -Las chicas aplaudieron con alegría y emoción, pocas veces habían escuchado algo así salir de la boca de la morena.
Luego de esa conmovedora escena, pasaron fugazmente las horas.
Brittany, con ayuda de Finn, terminó de decorar espléndidamente el patio. Quinn y Rachel más que ayudar picoteaban como cuervos la mesa de los bocadillos. Kim jugaba en el césped cuando tropezó por sus cordones desatados.
-Buen porrazo--- ¿Estas bien? -Indagó Aik, acercándose. Esa fue la primera vez que se vieron, quedando algo tildados al verse las caras.
-Yo… Me tropecé por estas cosas… Mi papi no es bueno atándolas.
-A ver, te ayudo, me enseñaron en niños exploradores a atarme los zapatos. -Explicó el mini judío agachándose para amarrarle los cordones a la pequeña Hudson.
-¿Y qué son niños exploradores?
-Mi mamá dice que es como el ejército para solucionarme la conducta.
-¿El ejercito...? Mi papi fue al ejército, y se veía muy bien con uniforme. ¿Usabas uniforme? -Indagó la niña poniéndose de pie.
-Si, pero era feo. De todas formas ya no voy. Bueno, nos vemos luego, Emmm…
-Kimberly. -Saludo la castaña extendiéndole la mano. El niño Fabray se sorprendió.
-¿Espera ese no es un nombre de niña...?
-Soy una niña.
-… Eso explica las dos coletas… Bueno, adiós.
-¡Espera...! No me dijiste tu nombre... -Iker se giró sobre sus pasos, pensando una maldad.
-Fulano Pinocho. -Gritó con una mueca de burla, saliendo en búsqueda de su primo.
-Fulano… -Sonrió inocentemente la niña. –Es todo un caballero, y fue al ejército como mi papi, creo que me he enamorado… ¿Sobreviviré sin verlo? Oh no, se ha ido, ¡Espera amado mio!
El resto de la tarde fue sencillamente espectacular. El plan de Brittany resultó a la perfección. Los siete niños del barrio se acercaron con grandes ganas de jugar con Axel. Todos se unieron a las ideas creadas por el líder innato Iker, que trataba de evitar las miradas incomodas de Kim. El mayor de los niños tenía ocho años, pero no por ello dejo de divertirse junto a sus compañeros de juego. Algunos padres de los pequeños se acercaron por curiosidad, sabiendo que también estaban las nuevas vecinas allí en la fiesta. Finn era el encargado de pasar música, con la que Brittany se encargo de animar armando coreografías aptas para bailar quien quisiera. El pequeño Lopez estaba eufórico, jugando, riendo y notando que todo era por y para él. Santana contemplaba con una sonrisa la felicidad de su hijo. Todos estaban a gusto sin dudas.
-San... ¿Podrías buscar más jugo? Estos niños se van a morir de sed… -Ordenó Quinn en tanto cortaba trozos de pastel para repartirlos entre los invitados.
-Si, de acuerdo… Guárdame una porción.
La morena se adentró a la casa dando algunos saltos, animada por la música. Buscó una caja en la nevera, debatiendo entre si llevar de manzana o naranja.
-Lleva ambos… -Comentó por atrás Brittany, haciendo que la latina se asustara y soltara la caja que tenia entre sus manos. Inmediatamente la rubia se agachó al mismo tiempo que la morena para levantarla por lo que se dieron un choque en la frente.
-Eres cabeza dura. -Dijo entre risas la bailarina frotándose la parte del golpe, haciendo sonreír a Santana.
Comenzó a cundir un extraño silencio en la habitación. Ambas estaban entre la mesa y la nevera, la holandesa se disponía a pasar pero solo quedó ligeramente pegada al cuerpo de su jefa. Al intentar moverse quedaron más apretadas, y por el contrario de sentirse incomodas, se reían.
-Britt… Todo esto ha sido grandioso, te has pasado de verdad. Gracias por hacer que Axel tenga un cumpleaños tan genial.
-Todo sea por ver a ese bodoque sonreír con esos dientitos.
-¿Por qué es que lo quieres tanto...?
-En realidad no lo sé… Solo me encanta como es, creo que es la clase de niño que cualquier mujer desearía tener.
A partir de allí, ambas cruzaron sus miradas de un modo muy intenso tanto que dejaron de hablar y sonreír. Se sintieron perdidas, por un instante, cayendo libremente en la profundidad de sus ojos. Brittany se acercó instintivamente, aunque de modo leve. Santana hizo lo mismo, pero luego levanto los brazos abrazándola por unos segundos... Segundos que bastaron para que la bailarina se sintiera más que feliz. Rachel entró de pronto cortando el momento.
-Huh... ¿San? T-te buscan afuera. -Dijo con la cara medio descompuesta y llena de curiosidad. La latina se despegó rápidamente del abrazo, arreglándose un poco el cabello. Le sonrió un momento más a la bailarina y salió.
Al ver hacia la calle, distinguió una vez más a Sebastian. Giró los ojos con frustración; todo iba demasiado bien, y para colmo su mejor amiga estaba hablando con aquel castaño. De una carrera llegó hasta donde se encontraban. Quinn le dirigió una mirada asesina.
-Luego hablaremos tú y yo. -Susurró pasando al lado de la morena, que solo se dignó a tragar saliva.
-¿Tú otra vez? Ya me estas cansando, de verdad.
-Tranquila… Solo vine para dejar mi obsequio, aunque no esté invitado a la fiesta.- Dijo el ejecutivo con una sonrisa, muy calmado. –Por favor, no los rechaces, vengo en son de paz.- Agregó entregándole dos cajas envueltas en papel brillante. Santana las recibió con incredulidad. –La roja es de tu pequeño, y esta dorada es para ti…-Señalo Sabastian con simpleza mirandola con una sonrisa felina.
-No tendrías que haberte molestado...
-Es un placer. Bien, que tengan linda tarde. -Se despidió caminando con las manos en los bolsillos y yéndose con la frente en alto.
La latina no pudo agregar ningún comentario, no tuvo tiempo de pensar en nada. Cuando el muchacho se alejó bastante, abrió su regalo: un brazalete de plata con una inscripción muy peculiar: J'veux ton amour / Et je veux ton revenge
-¿Bad romance…? -Preguntó para si, reconociendo la letra del clásico tema de Lady Gaga. En efecto esas palabras decían en verdad: Quiero tu amor/Y quiero tu venganza. No podía negar que había sido muy acertado con la elección de esa preciosa joya, pero le resultaba indiscutiblemente incomodo. Tendría que acabar pronto con eso, o empezaría a sentirse confundida...
Sacudió la cabeza, regresando a la fiesta. No tenía nada más que pensar allí. El festejo continuaba, y no pretendía arruinar el perfecto momento que estaba pasando. Dibujo una sonrisa en su cara y fue junto a su hijo, era el primer cumpleaños en que solo tenían a sus amigos, quería y debía aprovecharlo al máximo.
Última edición por Dreamer=) el Mar Jul 23, 2013 2:01 am, editado 2 veces
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