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*FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
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Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
como crees que me gustara?? jaja me encanta!! segui asi!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Lectoras queridas, es inicio del fin de semana, y aquí estoy con la actualización. Esta vez lo hago más temprano que tarde y es que hoy me sumí en la escritura para vivir porque realmente sigo como en una nube de irrealidad muy triste y se que varias de ustedes estan asi. No puedo saber el futuro, pero si creo en el amor y el destino, en las fuerzas y en que todo es posible, salvo vencer a la muerte. ( y bueno tocarse el codo con la lengua, pero me corta el momento poetico esta frase) Solo digo que guardemos nuestras energias, retengamos nuestras lagrimas y soñemos con fe en que ellas volveran a estar juntas. Ahora les toca intentar vivir una sin la otra, algo que nadie imagino realmente pero que es tan real como que sigan de por vida, casandose y siendo eternamente felices. Asi es la vida, y aunque pasemos a protestar para que el mundo se detenga y nos bajemos, todo sigue. Bien me fui de mambo, perdon pero estoy mega inspirada para filosofar asi. Y por otro lado mis amigas me dejaron sola ya que me encerre todo el dia a escuchar musica y llorar de a ratos :_
Gracias por comentar y leer esta historia, son mis fuerzas para seguir escribiendo y siempre lo seran. Ahora tengo la mision, como otras escritoras, de vivir y describir los momentos brittana desde la ilusion y los sueños, más que antes. Muchos saludos y gracias a todas :) Paz
Capitulo XIV: Prosas de la locura
-¿Quitaras esa cara de boba en algún momento? Preguntó Quinn, sentándose junto a su mejor amiga.
-Perdona ¿Qué decías? Indagó la morena, volviendo repentinamente de un mundo paralelo de palabras y filosofía. Su amiga rubia negó con la cabeza sonriendo.
-¿Le contestaras…? Le respondía con otra pregunta, señalando el móvil apretado entre los finos dedos de la latina. Santana se sonrojo un poco, cruzándose de cejas.
-¿Qué puedo contestarle, si ya con eso me ha dicho todo?
-¿Qué te dijo…? Aun no me has contado y no me dejas leerlo.
-Su nombre.
-Ay no… Ya, basta, terminaste de matarme. Con permiso, iré a vomitar arcoíris más lejos. Se burlaba la ex animadora parándose de un salto.
-¿Entonces hacemos noche de palomitas con películas? Preguntaba el ojos claros desde su baño.
-¿Qué…? Es bueno para el cutis. ¿Por qué le contestaste? Decía leyendo el mensaje.
-Fue muy amable al ofrecerme su ayuda… Argumentaba su amiga inclinándose de hombros. El castaño se cruzo de cejas, conociendo lo suficiente a aquella muchacha.
-Britt, escucha... Dijo tomando asiento junto a ella. –...Mejor mantente lejos de ella… ¿Qué no sabes lo que se rumorea? Esta chica esta cayendo en la locura. Y no es para menos, ambos la vimos en el funeral de su amiga. Con toda esa escena, sumado a lo que vivió, no cabe duda que se ha trastornado.
-No lo creo. Hoy cuando hablábamos, parecía totalmente lucida. Quizás un poco tímida o…
-Britt, tú no la conoces y nadie ya puede reconocerla. Santana Lopez, es un caso perdido.
-¿Por qué te interesa tanto esta chica?… No es la primera vez que hablamos de ella.
-No lo se… Es como, si sintiera la necesidad de ayudarla. Ya lo hice una vez…
-¿Ya habías hablado con ella? ¿¡Cómo es que yo no lo sabía?! Se quejaba el castaño, bastante sorprendido.
- Estaba caminando por el muelle, como las veces en que la vimos, sola. Jugaba con un bumerang, lo tomaba y lo arrojaba… Pero se ve que se golpeo en la cabeza y cayó al mar.
-¿Ves? Esas cosas hace, por eso todos hablan de su locura. ¿Y que hiciste…?
-La ayude a salir… Solo eso. Comentó la rubia notando el malestar de su amigo.
-Con todo este desorden no podre encontrarlo.
-Santana…. La detuvo su madre al notar que su hija se movía caminando rápidamente alrededor del lugar.
-Ahora no mamá, tengo que ordenar.
-Pero si ya lo hiciste esta mañana, y todo estaba en perfecto orden. Cortó Maribel sujetándola por los brazos.
-Hay mija, estas con fiebre de nuevo… Decía tocándole la frente y las mejillas a su hija. –Debe ser donde tomas tanto frio… Anda, acuéstate. Traeré el jarabe que te recetaron la otra vez.
- Hola extraña… La saludó su hermano mayor, sentándose a su lado con una media sonrisa.
-¿Que haces aquí tan temprano? ¿No tenias entrenamiento?
-Si bueno… Mamá me dijo que estabas un poco enferma y quise hacerte compañía. ¿Te sientes muy mal?
-Solo quiero mi móvil… Perdí todas las canciones y fotos que tenia allí… Pero al menos las pase a tiempo a la computadora. Decía la morena tapándose un poco con una manta. Martin sonrió con melancolía, le gustaría ver sonreír a su hermanita como antes. Con un suspiro, le entregó su propio móvil.
-Úsalo, yo no lo necesito. Es un poco antiguo, pero si puedes escuchar música que sé que es lo que te gusta. Santana lo tomó con una mueca en sus labios, lamentaba en ese momento no haberse guardado el numero de la rubia. ¿Y si alguna vez le volvia a escribir? Era probable que no lo hiciera, pero si pasaba, ella no podría responderle y esa era otra razon más para estar triste.
-Gracias Popeye…
-¿Tú leyendo Shakespeare? Se burlaba tomando varios títulos de ese autor.
-Son de Rachel, todas esas cosas veía en la universidad… Comentaba el marino, metiendo un poco de ropa apilada a su armario.
-Si bueno… De todas formas dudo que lo dramático se aprenda de los libros… Con eso Martin soltó una pequeña carcajada, acercándose para abrazar a su hermana menor.
-Ya estas mejor. Sonrió, dejándole un beso en la frente. La latina lo empujó con cariño, seguía detestando esas cursiladas, pero no le venia mal una cuota de cariño entre hermanos. –Si quieres puedes tomarlos, los tiene allí hace rato….
-No… Tranquilo, tienes que ahorrar dinero. Le respondio un poco molesta al ser sacada del mundo shakespireano.
-¿Shakespeare? ¿Tú quieres matarme?
-¿Podrías dejar de hacer esos chistes?
-Jajaja Perdona San, es que ya conoces mi humor… Es como cuando nos burlábamos de Mercedes… Aunque ese humor era más negro. ¿Entendiste? Reía la rubia haciendo sonreír a su amiga que negaba con la cabeza sumiéndose en la lectura nuevamente. –A ver… Agregaba la rubia moviendo algunas páginas de Hamlet. – Mira esta es para las dos: “Nosotros sabemos lo que somos; pero no lo que podemos ser”
-¿Tú sabes lo que eres?
-Tú amiga. Sonrió Quinn, soltando el libro.
–Shakespeare para mi pisaba la locura, pero eso era lo que lo hacia unico. Porque él podía ver lo que otros no veían, y sus personajes lo expresan en cada letra de sus libros.
-Pero también era un iluso… Mira que creer en el amor a primera vista. Comentaba la rubia mirando hacia el mar.
– “¿Sabia yo lo que es el amor? Ojos jurad que no. Porque nunca había visto belleza así”
-Eh Santana ¡Alfin te veo! La saludó Blaine repentinamente, acercándose de una carrera. –Perdona ¿Interrumpí algo? Indagó, notando que su colega se hallaba sentada en el borde del muelle, con un libro en las manos.
-N-no… Solo me relajaba un poco.
-Ya suponía que andarías por estos lugares. ¿Cómo has estado?
-Bien, viendo el tiempo pasar. Se excusaba la latina, guardando lentamente los libros en su mochila. -¿Tú que haces aquí?
-Me iba a cambiar, es el cumpleaños de un amigo…. El castaño pudo notar que aquella muchacha traía nuevamente un aire triste en sus ojos. No le agradaba verla asi. -¿Quieres acompañarme? Será por la noche en el club de regatas…
-No lo se…
-Anda San, te vendrá bien distraerte, antes que te deprimas leyendo a este tipo. Le decía Quinn en un susurro. Santana luchaba por no voltearse a verla manteniendo su mirada fija en su colega.
-Bueno yo solo decía... Se inclinaba de hombros el artesano.
-De acuerdo. Me viene bien una salida nocturna. Asintió finalmente la ex animadora poniéndose de pie. Se volteo guiñándole un ojo a su mejor amiga y se marchó en compañía del muchacho.
-¿Y crees que los dejen entrar Kurt? Indagaba Marian, la madre de Brittany.
-Así es señora P. Ya tenemos dieciséis, y además es el cumpleaños de mi hermano. No se preocupe, yo cuidare de Britt…
-No lo se, mañana tienen escuela. Comentaba la mujer parándose de la mesa. La rubia agachó la cabeza con un puchero que logró derretirla a los pocos segundos, suspirando algo cansada.
-Seguramente irá Sam, es amigo de mi hermano… Argumentaba el castaño.
-Bien, si él va me quedo más tranquila. Yo tengo turno de noche, así que cuando vuelva quiero encontrarte en tu cama ¿Ok? Sonrió aquella holandesa tomando de la barbilla a su hija. Brittany asintió, dibujando una sonrisa en su rostro. Seguido a eso, los dos amigos corrieron al cuarto de la animadora.
-De acuerdo, te vas a poner bien guapa. Así deslumbras a todos, quizás hasta consigas ligue… Aplaudía el muchacho con entusiasmo. La ojos claros se sonrojo con una tímida sonrisa. –Sácame una duda… ¿Alguna vez has besado a alguien?
-¿Besar? No…
-Bien entonces te ayudare. Soy como cupido.
-¿Y tu has salido o te has besado con alguien?
-Creeme soy un rompecorazones… Mi último chico fue un amor de una noche. Aff, era guapo. Pero bien, somos jóvenes y la vida hay que vivirla al máximo, cada día es un regalo y no un derecho.
-Haber si con esto te alegras un poco…
-¿¡Blaine!? Se sorprendió el ojos claros.
-Bendito el verano que pasó, y el otoño que ha llegado, junto a la vida que me permite tenerte otra vez a mi lado. Sonrió el artesano, susurrándole al muchacho.
-Si, ya nos habíamos visto una que otra vez.
-Si eso creo, ahora recuerdo que eres muy linda. Coqueteo el grandulón sin ninguna clase de vergüenza.
-¡Buenas noches Hudson! Se interpuso Santana, caminando con la frente en alto hacia ellos. La rubia se sorprendió al verla, quedando con la mirada totalmente tildada.
-¿Tú que haces aquí…? Se molesto el castaño, mirando a la morena con confusión.
-Vine a desearte muy feliz cumpleaños. Ya ves que yo no les guardo rencor a mis enemigos… Ironizaba Santana, intentando no perderse en la mirada fija de Brittany.
-Jaj, yo tampoco… ¿Sabes? Mi padrastro me regalo un yate, si vienes en son de paz, no me molestaría que salgamos a navegar, aunque claro, por nada del mundo dejaría que tu condujeras.
-Jaj, fue bueno. Oye dime… ¿Tu padrastro tiene obra social?
-Si…
-¿Y seguro dental?
-Por supuesto.
-Bien.
-¡Maldita demente! Gritaba el castaño notando como sus manos se llenaban con sangre que caía de su labio.
-Gracias… Sintió una voz a sus espaldas. Se secó las lágrimas con su manga, volteándose a verla. Allí estaba Brittany, a unos metros nuevamente, mirándola con sus impactantes ojos de cielo.
-¿Por qué…?
-Por ayudarme, mi amigo se fue y no me caen bien los borrachos.
-Si bueno… Tenia una deuda pendiente con ese estúpido.
-Fue muy cruel al decirte eso...
-Tranquila, estoy bien. Dijo la morena con un nudo en la garganta. –Si yo no lo hubiera hecho, seguramente el rubio se habría encargado…
-No lo creo. Sonreía Brittany, notando la molestia con la que aquella muchacha nombraba a Sam. –Es de esos primos que no es celoso con sus primas más pequeñas. Santana sintió que su corazón latía más rápido. –Creo que mejor me voy a casa, mañana tengo escuela y dudo que Kurt se quiera ir ya. Murmuraba señalando a su amigo que caminaba unos cuantos metros más lejos hablando muy ceca de Blaine.
-Te… ¿Te molestaría que te acompañe? Comentaba luchando por no sonrojarse y que los nervios no se apoderen de sus sentidos de nuevo. –Es que ya es bastante de noche, y yo también me tengo que volver sola… Podemos pagar un taxi a medias. Agregaba sonriendo tímidamente.
-¿Llegaras bien tu sola?
-Tal vez tengo un ángel guardián que me cuide. No te preocupes. Le respondió la latina –Creo que es hora de despedirme…Aunque, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca.
-Eso es de Shakespeare. Se sorprendió la otra muchacha.
-Jaja, Si hoy lo leí, y me pareció cuerdo para este momento.
- A mi me encanta Romeo y Julieta, lo eh leído muchas veces. Decía Brittany regalándole una de sus mejores sonrisas. La latina asintió de buen agrado. Su alma se regocijaba: había estado con aquella muchacha ya casi sin ningún tipo de temor, y sintiendo en su corazón como lentamente ardía una pequeña llama.
–Oye… Sintió a su espalda justo cuando se volteaba para irse. –Aun… ¿Sigue en pie tu propuesta con mi tarea de biología?
-Por supuesto, si es que no tienes problema en caminar por las costas.
-Yo amo el mar… Jamás me molestaría. Ese fue el toque final que le dio a entender a Santana lo que se estaba perdiendo de la vida. Había encontrado a una chica única, que amaba lo mismo que ella. –Mañana por la tarde ¿Podrás?
-Gracias, Santana. Allí nos veremos, confió en tu palabra. Decía la rubia abriendo la puerta de su casa. –Mil veces buenas noches. Se despidió entrando finalmente.
-Mil veces malas por faltar tu luz, Brittany Pierce…
Gracias por comentar y leer esta historia, son mis fuerzas para seguir escribiendo y siempre lo seran. Ahora tengo la mision, como otras escritoras, de vivir y describir los momentos brittana desde la ilusion y los sueños, más que antes. Muchos saludos y gracias a todas :) Paz
Capitulo XIV: Prosas de la locura
-¿Quitaras esa cara de boba en algún momento? Preguntó Quinn, sentándose junto a su mejor amiga.
La latina contemplaba una y otra vez ese mensaje como queriendo buscarle más significados. Su mente era distinta, ya no todo tenía el mismo sentido y con ello intentaba ubicar las más extrañas respuestas. A veces sentía que la realidad la azotaba, y ella en los atardeceres sin más ni menos, al llegar al muelle, simplemente la derrotaba. Pero ahora no quería disgustarse con lo real, con lo vivo. Porque existía una pequeña chispa entre las cenizas de su joven vida que le hacia sentir calor, como pocas veces su corazón lo había vivido en lo que iba del tiempo.
Miró al cielo con un poco de melancolía: Nadie sabe en verdad quien llega allí arriba, o si en verdad se puede llegar. Solo las estrellas guardan ese secreto, y no pretendía entenderlo. Pero algo extraño tenia aquel firmamento, un misterio, un infinito sentido que ni el más grande físico podría descubrir. Y es que, quizás, por ser el testigo de todos los hechos en el mundo, poseía demasiada historia para contar y una sola persona seria incapaz de escucharlas. Lo que si comenzaba a creer, es que seria el único sitio donde se podrían hallar todas las respuestas, como una biblioteca infinita de conocimientos.
¿Sabría entonces una parte del cielo cuál seria su destino? No lo sabia, no pretendía saberlo. Recordó los ojos de esa rubia angelical. “Brittany” una chica que sin dudas poseía el cielo en sus ojos. Y eso la atraía, porque entonces estaba cerca de la infinidad de respuestas, que probablemente se resumirían a unas pocas palabras; o no, lo complicado puede ser sencillo incluso a ojos del que busca más de un significado.
Miró al cielo con un poco de melancolía: Nadie sabe en verdad quien llega allí arriba, o si en verdad se puede llegar. Solo las estrellas guardan ese secreto, y no pretendía entenderlo. Pero algo extraño tenia aquel firmamento, un misterio, un infinito sentido que ni el más grande físico podría descubrir. Y es que, quizás, por ser el testigo de todos los hechos en el mundo, poseía demasiada historia para contar y una sola persona seria incapaz de escucharlas. Lo que si comenzaba a creer, es que seria el único sitio donde se podrían hallar todas las respuestas, como una biblioteca infinita de conocimientos.
¿Sabría entonces una parte del cielo cuál seria su destino? No lo sabia, no pretendía saberlo. Recordó los ojos de esa rubia angelical. “Brittany” una chica que sin dudas poseía el cielo en sus ojos. Y eso la atraía, porque entonces estaba cerca de la infinidad de respuestas, que probablemente se resumirían a unas pocas palabras; o no, lo complicado puede ser sencillo incluso a ojos del que busca más de un significado.
-Perdona ¿Qué decías? Indagó la morena, volviendo repentinamente de un mundo paralelo de palabras y filosofía. Su amiga rubia negó con la cabeza sonriendo.
-¿Le contestaras…? Le respondía con otra pregunta, señalando el móvil apretado entre los finos dedos de la latina. Santana se sonrojo un poco, cruzándose de cejas.
-¿Qué puedo contestarle, si ya con eso me ha dicho todo?
-¿Qué te dijo…? Aun no me has contado y no me dejas leerlo.
-Su nombre.
-Ay no… Ya, basta, terminaste de matarme. Con permiso, iré a vomitar arcoíris más lejos. Se burlaba la ex animadora parándose de un salto.
Su mejor amiga soltó una carcajada, siempre podría hacerla reír. Guardó su móvil rápidamente en su bolsillo y aprovechó los últimos rayos de sol para poder disfrutarlos un rato juntas. Ya tendría tiempo de pensar en alguna respuesta.
Cuando ya las estrellas estaban en lo alto del oscuro cielo, Brittany contemplaba el lejano océano desde la ventana del cuarto de Kurt. Se habían vuelto buenos amigos en lo que había pasado del tiempo. Aquel castaño resultaba ser un buen consejero, aunque un poco mal humorado.
Cuando ya las estrellas estaban en lo alto del oscuro cielo, Brittany contemplaba el lejano océano desde la ventana del cuarto de Kurt. Se habían vuelto buenos amigos en lo que había pasado del tiempo. Aquel castaño resultaba ser un buen consejero, aunque un poco mal humorado.
-¿Entonces hacemos noche de palomitas con películas? Preguntaba el ojos claros desde su baño.
La rubia se sentó en la cama de su amigo, viendo su celular un momento. Contemplo sus mensajes, releyendo lo que se habia atrevido a contestarle a aquella morena. Se sobresaltó al sentir que el móvil resbalaba de sus manos, Kurt se lo arrebato con velocidad. Más fue la impresión de ella al notar que el muchacho traía una mascarilla verde en toda la cara.
-¿Qué…? Es bueno para el cutis. ¿Por qué le contestaste? Decía leyendo el mensaje.
-Fue muy amable al ofrecerme su ayuda… Argumentaba su amiga inclinándose de hombros. El castaño se cruzo de cejas, conociendo lo suficiente a aquella muchacha.
-Britt, escucha... Dijo tomando asiento junto a ella. –...Mejor mantente lejos de ella… ¿Qué no sabes lo que se rumorea? Esta chica esta cayendo en la locura. Y no es para menos, ambos la vimos en el funeral de su amiga. Con toda esa escena, sumado a lo que vivió, no cabe duda que se ha trastornado.
-No lo creo. Hoy cuando hablábamos, parecía totalmente lucida. Quizás un poco tímida o…
-Britt, tú no la conoces y nadie ya puede reconocerla. Santana Lopez, es un caso perdido.
La rubia bajó la mirada. Ella ya sabia su nombre, desde el día de la carrera, donde los fuegos artificiales la despertaron del hipnótico sueño en el que cayo al verla sobre el escenario. Pero todo ese tiempo le había parecido un misterio, no uno malo, alguien especial. Con las palabras de Kurt, recordaba lo que su madre siempre decía: "No pecas de loca al pedir un milagro, porque existe para todo en este mundo una salvación. Incluso San Judas, en las causas perdidas, puede dar su bendición."
Brittany era una persona sumamente creyente, se había criado en una familia cristiana. Toda su niñez se vio sumida en un colegio religioso, pero no le molestaba. Dios era un ser mágico, alguien en quien siempre se podría refugiar y confiar. Gracias a la fe, y al ruego a todos los santos, ella vivía.
Brittany era una persona sumamente creyente, se había criado en una familia cristiana. Toda su niñez se vio sumida en un colegio religioso, pero no le molestaba. Dios era un ser mágico, alguien en quien siempre se podría refugiar y confiar. Gracias a la fe, y al ruego a todos los santos, ella vivía.
-¿Por qué te interesa tanto esta chica?… No es la primera vez que hablamos de ella.
-No lo se… Es como, si sintiera la necesidad de ayudarla. Ya lo hice una vez…
-¿Ya habías hablado con ella? ¿¡Cómo es que yo no lo sabía?! Se quejaba el castaño, bastante sorprendido.
- Estaba caminando por el muelle, como las veces en que la vimos, sola. Jugaba con un bumerang, lo tomaba y lo arrojaba… Pero se ve que se golpeo en la cabeza y cayó al mar.
-¿Ves? Esas cosas hace, por eso todos hablan de su locura. ¿Y que hiciste…?
-La ayude a salir… Solo eso. Comentó la rubia notando el malestar de su amigo.
Tal vez por algo se lo decía. Él conocía más a la gente de la ciudad, ella estaba hace poco en la bahía. Intentaba dejar de pensar en la muchacha a la que había rescatado, pero no podía. Sentía una extraña atracción, como si esa morena fuera la fruta prohibida, algo que le producía extrañas sensaciones en el pecho, nunca antes vividas y que no sabía si era correcto intentar probar.
Se asomó a la ventana, la brisa de otoño entró apenas moviéndole el cabello, y con ese aire impregnado a sal, dejo salir un ultimo suspiro.
La familia Lopez había acabado de cenar, y cada quien se había metido a su cuarto. Ya todo estaba en rotundo silencio. Santana quería dormir, se sentia un tanto cansada. Buscó su móvil. No estaba en su mochila, ni en su chaqueta. Revisó en su jean, pero tampoco estaba allí. Se cruzó de cejas empezando a ponerse nerviosa, y volviendo a sentir una molestia en el pecho creada por la angustia, como de a ratos le pasaba. ¿Había perdido su móvil?
Se tendió con frustración en su cama, pensando un lugar que por casualidad había sido el destino de aquel aparato dejado sin mucha atención por ella misma. Se sentó de golpe dando una mirada a su habitación.
Se asomó a la ventana, la brisa de otoño entró apenas moviéndole el cabello, y con ese aire impregnado a sal, dejo salir un ultimo suspiro.
La familia Lopez había acabado de cenar, y cada quien se había metido a su cuarto. Ya todo estaba en rotundo silencio. Santana quería dormir, se sentia un tanto cansada. Buscó su móvil. No estaba en su mochila, ni en su chaqueta. Revisó en su jean, pero tampoco estaba allí. Se cruzó de cejas empezando a ponerse nerviosa, y volviendo a sentir una molestia en el pecho creada por la angustia, como de a ratos le pasaba. ¿Había perdido su móvil?
Se tendió con frustración en su cama, pensando un lugar que por casualidad había sido el destino de aquel aparato dejado sin mucha atención por ella misma. Se sentó de golpe dando una mirada a su habitación.
-Con todo este desorden no podre encontrarlo.
Comenzó a correr sus muebles, moviéndose rápidamente, pero a cada cosa que movía parecía que emergía más y más alboroto en el cuarto. Empezaba a marearse, estresándose sin sentido. Ese móvil no podía perderse, allí tenia un mensaje de su salvadora, a la que aun no le respondía.
-Santana…. La detuvo su madre al notar que su hija se movía caminando rápidamente alrededor del lugar.
-Ahora no mamá, tengo que ordenar.
-Pero si ya lo hiciste esta mañana, y todo estaba en perfecto orden. Cortó Maribel sujetándola por los brazos.
La latina sacudió un poco la cabeza, dándose cuenta que su madre tenía razon. Se llevó una mano a los ojos con confusión, queriendo borrar la imagen del desorden de su mirar.
-Hay mija, estas con fiebre de nuevo… Decía tocándole la frente y las mejillas a su hija. –Debe ser donde tomas tanto frio… Anda, acuéstate. Traeré el jarabe que te recetaron la otra vez.
Santana obedeció lentamente, cambiándose de ropa. Se acostó con pesadez: entonces si había perdido su móvil.
A la mañana siguiente debieron llevarla al doctor; la fiebre no bajaba de los cuarenta grados y a sus padres les daba temor escucharla hablando entre sueños, eh incluso despierta. El medico les dijo que solo padecía una fuerte gripe, un poco más de jarabe y reposo por unos días le vendría bien.
Permaneció buena parte del dia tumbada en el sofá, con mala cara. Maribel y Santiago debieron seguir con su trabajo, y para suerte de la latina, Rachel salió a perderse por la ciudad.
A la mañana siguiente debieron llevarla al doctor; la fiebre no bajaba de los cuarenta grados y a sus padres les daba temor escucharla hablando entre sueños, eh incluso despierta. El medico les dijo que solo padecía una fuerte gripe, un poco más de jarabe y reposo por unos días le vendría bien.
Permaneció buena parte del dia tumbada en el sofá, con mala cara. Maribel y Santiago debieron seguir con su trabajo, y para suerte de la latina, Rachel salió a perderse por la ciudad.
- Hola extraña… La saludó su hermano mayor, sentándose a su lado con una media sonrisa.
-¿Que haces aquí tan temprano? ¿No tenias entrenamiento?
-Si bueno… Mamá me dijo que estabas un poco enferma y quise hacerte compañía. ¿Te sientes muy mal?
-Solo quiero mi móvil… Perdí todas las canciones y fotos que tenia allí… Pero al menos las pase a tiempo a la computadora. Decía la morena tapándose un poco con una manta. Martin sonrió con melancolía, le gustaría ver sonreír a su hermanita como antes. Con un suspiro, le entregó su propio móvil.
-Úsalo, yo no lo necesito. Es un poco antiguo, pero si puedes escuchar música que sé que es lo que te gusta. Santana lo tomó con una mueca en sus labios, lamentaba en ese momento no haberse guardado el numero de la rubia. ¿Y si alguna vez le volvia a escribir? Era probable que no lo hiciera, pero si pasaba, ella no podría responderle y esa era otra razon más para estar triste.
-Gracias Popeye…
Pasaron buen rato hablando de cualquier tema que pudieran. Un rato después ya el efecto del jarabe le dio una tonalidad más viva a la latina, eh incluso se puso a ordenar un poco la habitación de Martin y Rachel, siempre con su hermano, claro. Algunos libros apilados en cajas le llamaron la atención.
-¿Tú leyendo Shakespeare? Se burlaba tomando varios títulos de ese autor.
-Son de Rachel, todas esas cosas veía en la universidad… Comentaba el marino, metiendo un poco de ropa apilada a su armario.
-Si bueno… De todas formas dudo que lo dramático se aprenda de los libros… Con eso Martin soltó una pequeña carcajada, acercándose para abrazar a su hermana menor.
-Ya estas mejor. Sonrió, dejándole un beso en la frente. La latina lo empujó con cariño, seguía detestando esas cursiladas, pero no le venia mal una cuota de cariño entre hermanos. –Si quieres puedes tomarlos, los tiene allí hace rato….
La morena redirigió su mirada a los libros. Tomó solo dos: Romeo y Julieta, y Hamlet. Les dio una rápida ojeada, sintiendo la necesidad de reírse con las frases que veía entre actos. Se metió tanto en la lectura que perdió rápidamente la noción del tiempo y el espacio, casi sumergiéndose en la historia de aquellos dos enamorados.
-Iré al mercado… ¿Quieres algo? La interrumpió Martin, tomándola del hombro. -No… Tranquilo, tienes que ahorrar dinero. Le respondio un poco molesta al ser sacada del mundo shakespireano.
Al latino se inclinó de hombros negando con la cabeza. Seguidamente salio rumbo a la calle. Las horas habían pasado y ya era buen horario para partir al muelle. Empacó los dos libros en su mochila, y cambiándose velozmente de ropa, salió de una carrera. Ni la enfermedad más grave le impediría faltar a un atardecer en la bahía.
-¿Shakespeare? ¿Tú quieres matarme?
-¿Podrías dejar de hacer esos chistes?
-Jajaja Perdona San, es que ya conoces mi humor… Es como cuando nos burlábamos de Mercedes… Aunque ese humor era más negro. ¿Entendiste? Reía la rubia haciendo sonreír a su amiga que negaba con la cabeza sumiéndose en la lectura nuevamente. –A ver… Agregaba la rubia moviendo algunas páginas de Hamlet. – Mira esta es para las dos: “Nosotros sabemos lo que somos; pero no lo que podemos ser”
-¿Tú sabes lo que eres?
-Tú amiga. Sonrió Quinn, soltando el libro.
–Shakespeare para mi pisaba la locura, pero eso era lo que lo hacia unico. Porque él podía ver lo que otros no veían, y sus personajes lo expresan en cada letra de sus libros.
-Pero también era un iluso… Mira que creer en el amor a primera vista. Comentaba la rubia mirando hacia el mar.
– “¿Sabia yo lo que es el amor? Ojos jurad que no. Porque nunca había visto belleza así”
Con eso, a la mente de la morena le vinieron algunos recuerdos. Pensaba en las personas con las que había salido alguna vez. Pero con ninguna de ellas podía jurar que logró sentir realmente lo que es el amor. Entendía lo que era ese sentimiento con amigos, y su familia, pero nada más lejano que el encaprichamiento y la lujuria, podía aproximarse al amor real.
-Eh Santana ¡Alfin te veo! La saludó Blaine repentinamente, acercándose de una carrera. –Perdona ¿Interrumpí algo? Indagó, notando que su colega se hallaba sentada en el borde del muelle, con un libro en las manos.
-N-no… Solo me relajaba un poco.
-Ya suponía que andarías por estos lugares. ¿Cómo has estado?
-Bien, viendo el tiempo pasar. Se excusaba la latina, guardando lentamente los libros en su mochila. -¿Tú que haces aquí?
-Me iba a cambiar, es el cumpleaños de un amigo…. El castaño pudo notar que aquella muchacha traía nuevamente un aire triste en sus ojos. No le agradaba verla asi. -¿Quieres acompañarme? Será por la noche en el club de regatas…
-No lo se…
-Anda San, te vendrá bien distraerte, antes que te deprimas leyendo a este tipo. Le decía Quinn en un susurro. Santana luchaba por no voltearse a verla manteniendo su mirada fija en su colega.
-Bueno yo solo decía... Se inclinaba de hombros el artesano.
-De acuerdo. Me viene bien una salida nocturna. Asintió finalmente la ex animadora poniéndose de pie. Se volteo guiñándole un ojo a su mejor amiga y se marchó en compañía del muchacho.
Hablando del clima y otras cosas, pasaron por un momento al restaurante. Sus padres parecieron molestarse, siendo que ella debería estar reposando para no levantar fiebre, pero a final de cuentas, Blaine se encargó de convencerlos, prometiendo cuidar de la hija de ambos. Seguido a eso cada uno se fue a cambiar a su casa, acordando encontrarse en las afueras del club.
-¿Y crees que los dejen entrar Kurt? Indagaba Marian, la madre de Brittany.
-Así es señora P. Ya tenemos dieciséis, y además es el cumpleaños de mi hermano. No se preocupe, yo cuidare de Britt…
-No lo se, mañana tienen escuela. Comentaba la mujer parándose de la mesa. La rubia agachó la cabeza con un puchero que logró derretirla a los pocos segundos, suspirando algo cansada.
-Seguramente irá Sam, es amigo de mi hermano… Argumentaba el castaño.
-Bien, si él va me quedo más tranquila. Yo tengo turno de noche, así que cuando vuelva quiero encontrarte en tu cama ¿Ok? Sonrió aquella holandesa tomando de la barbilla a su hija. Brittany asintió, dibujando una sonrisa en su rostro. Seguido a eso, los dos amigos corrieron al cuarto de la animadora.
-De acuerdo, te vas a poner bien guapa. Así deslumbras a todos, quizás hasta consigas ligue… Aplaudía el muchacho con entusiasmo. La ojos claros se sonrojo con una tímida sonrisa. –Sácame una duda… ¿Alguna vez has besado a alguien?
-¿Besar? No…
-Bien entonces te ayudare. Soy como cupido.
-¿Y tu has salido o te has besado con alguien?
-Creeme soy un rompecorazones… Mi último chico fue un amor de una noche. Aff, era guapo. Pero bien, somos jóvenes y la vida hay que vivirla al máximo, cada día es un regalo y no un derecho.
Con eso Brittany sonrió enternecida, aunque le apenaba un poco mentirle a su amigo, ya que en verdad si había besado a una sola persona: en un beso de salvación.
No pasó mucho tiempo hasta que llegaron al club de regatas, en las afueras de uno de los puertos, donde varios barcos descansaban en la orilla, flotando tranquilamente en las aguas del océano.
La noche estaba perfecta, ni siquiera hacia frio.
Blaine y Santana ya estaban allí adentro, aunque la latina estaba molesta ya que se enteró al llegar que era el cumpleaños del infame de Finn. Contemplaba en uno de los rincones a la gente, que iba y venia entretenida con la música. Su colega se sentó a su lado, entregándole una copa de champagne.
No pasó mucho tiempo hasta que llegaron al club de regatas, en las afueras de uno de los puertos, donde varios barcos descansaban en la orilla, flotando tranquilamente en las aguas del océano.
La noche estaba perfecta, ni siquiera hacia frio.
Blaine y Santana ya estaban allí adentro, aunque la latina estaba molesta ya que se enteró al llegar que era el cumpleaños del infame de Finn. Contemplaba en uno de los rincones a la gente, que iba y venia entretenida con la música. Su colega se sentó a su lado, entregándole una copa de champagne.
-Haber si con esto te alegras un poco…
La morena sujeto su copa y se tomo su contenido de un solo trago. No sabia si el alcohol y el jarabe harían una mala combinación, pero le daba igual. De pronto sintió que volvía a tener fiebre de golpe, cuando sus mejillas se sonrojaron y ante sus ojos el espejismo más bello entro por la puerta de la entrada: Bien peinada, con un vestido blanco que la hacia quedar como uno de los seres mas puros, llegó Brittany en compañía de Kurt.
La latina permaneció con la boca entre abierta, agradeciéndole al destino poder cruzársela una vez más. Empezaba a planear como acercarse a ella, cuando vio que un sujeto rubio, con boca de pescado, fue rápido a abrazarla fuertemente.
Interiormente sintió que todo era un caos ¿Acaso ella salía con ese chico? Temía saberlo. Pero de todas formas necesitaba averiguarlo. Blaine también había quedado hipnotizado pero a diferencia de su colega latina, él se paro de un salto. Caminó con un poco de actuación y tomó velozmente de la mano a Kurt.
La latina permaneció con la boca entre abierta, agradeciéndole al destino poder cruzársela una vez más. Empezaba a planear como acercarse a ella, cuando vio que un sujeto rubio, con boca de pescado, fue rápido a abrazarla fuertemente.
Interiormente sintió que todo era un caos ¿Acaso ella salía con ese chico? Temía saberlo. Pero de todas formas necesitaba averiguarlo. Blaine también había quedado hipnotizado pero a diferencia de su colega latina, él se paro de un salto. Caminó con un poco de actuación y tomó velozmente de la mano a Kurt.
-¿¡Blaine!? Se sorprendió el ojos claros.
-Bendito el verano que pasó, y el otoño que ha llegado, junto a la vida que me permite tenerte otra vez a mi lado. Sonrió el artesano, susurrándole al muchacho.
Ante eso, Kurt quedó totalmente embobado, recordando instantáneamente lo bien que la había pasado esa noche con él. Pasados unos minutos ambos salieron afuera.
Brittany permanecía charlando con Sam, el chico que, según Santana, era la creación de una humana con un salmón. La latina se mantuvo una hora sumida en la oscuridad, con su mente que trabajaba a gran velocidad, observando cada movimiento de la rubia, que a cada segundo cronometrado la estaba cautivando más y más.
Verla bailar con aquel hombre le producía algo raro en el estomago y no podía negarlo. Pero, a la vez, le fascinaba cada paso que Brittany daba al compás de las letras, que sonaban a buen volumen en el club.
Sam fue el baño, y ella quedo en el medio de la pista. Santana comenzaba a juntar valor para llamarla, pero una vez más se sintio molesta. Finn también había estado vigilando a aquella muchacha y, con una sonrisa coqueta, se acercó entregándole una copa de vino espumoso.
-Tú eres la amiga de Kurt… Decía el castaño, guiándola lentamente hacia la barra. Brittany comenzó a incomodarse: aquel chico estaba pasado de copas.Brittany permanecía charlando con Sam, el chico que, según Santana, era la creación de una humana con un salmón. La latina se mantuvo una hora sumida en la oscuridad, con su mente que trabajaba a gran velocidad, observando cada movimiento de la rubia, que a cada segundo cronometrado la estaba cautivando más y más.
Verla bailar con aquel hombre le producía algo raro en el estomago y no podía negarlo. Pero, a la vez, le fascinaba cada paso que Brittany daba al compás de las letras, que sonaban a buen volumen en el club.
Sam fue el baño, y ella quedo en el medio de la pista. Santana comenzaba a juntar valor para llamarla, pero una vez más se sintio molesta. Finn también había estado vigilando a aquella muchacha y, con una sonrisa coqueta, se acercó entregándole una copa de vino espumoso.
-Si, ya nos habíamos visto una que otra vez.
-Si eso creo, ahora recuerdo que eres muy linda. Coqueteo el grandulón sin ninguna clase de vergüenza.
-¡Buenas noches Hudson! Se interpuso Santana, caminando con la frente en alto hacia ellos. La rubia se sorprendió al verla, quedando con la mirada totalmente tildada.
-¿Tú que haces aquí…? Se molesto el castaño, mirando a la morena con confusión.
-Vine a desearte muy feliz cumpleaños. Ya ves que yo no les guardo rencor a mis enemigos… Ironizaba Santana, intentando no perderse en la mirada fija de Brittany.
-Jaj, yo tampoco… ¿Sabes? Mi padrastro me regalo un yate, si vienes en son de paz, no me molestaría que salgamos a navegar, aunque claro, por nada del mundo dejaría que tu condujeras.
Ante eso, la sangre de la latina comenzó a hervir. Mantuvo la calma a tientas, tragándose unas cuantas blasfemias en español.
-Jaj, fue bueno. Oye dime… ¿Tu padrastro tiene obra social?
-Si…
-¿Y seguro dental?
-Por supuesto.
-Bien.
Sonrió la ex animadora poniéndole una fuerte puñetada en el medio de la cara al grandote, que trastabillo y terminó desparramado entre las mesas. Todos se quedaron en silencio, abriendo muy grande los ojos. Santana se acomodó un poco la chaqueta y salió a la salida.
-¡Maldita demente! Gritaba el castaño notando como sus manos se llenaban con sangre que caía de su labio.
Caminó a lo largo del puerto, quedando frente a un velero de competencia. La luna iluminaba fuertemente la bahía, y los recuerdos inundaron su mente, como las lágrimas lo hicieron en sus ojos. No quiso demostrarlo, pero las palabras de aquel tipo le hicieron daño. Recordaba el día de la carrera, y luego se mezclaba la tarde de la tormenta. Dos de los momentos que jamás olvidaría pero que significaban, también, uno de sus días más felices y uno de los más terribles.
-Gracias… Sintió una voz a sus espaldas. Se secó las lágrimas con su manga, volteándose a verla. Allí estaba Brittany, a unos metros nuevamente, mirándola con sus impactantes ojos de cielo.
-¿Por qué…?
-Por ayudarme, mi amigo se fue y no me caen bien los borrachos.
-Si bueno… Tenia una deuda pendiente con ese estúpido.
-Fue muy cruel al decirte eso...
-Tranquila, estoy bien. Dijo la morena con un nudo en la garganta. –Si yo no lo hubiera hecho, seguramente el rubio se habría encargado…
-No lo creo. Sonreía Brittany, notando la molestia con la que aquella muchacha nombraba a Sam. –Es de esos primos que no es celoso con sus primas más pequeñas. Santana sintió que su corazón latía más rápido. –Creo que mejor me voy a casa, mañana tengo escuela y dudo que Kurt se quiera ir ya. Murmuraba señalando a su amigo que caminaba unos cuantos metros más lejos hablando muy ceca de Blaine.
La latina miro a su colega con sorpresa, había cosas que aun no conocía de él. No quería despedirse de ella, por fin estaban hablando y se sentía bien con solo tenerla enfrente. Tomo un poco de aire, acercándose.
-Te… ¿Te molestaría que te acompañe? Comentaba luchando por no sonrojarse y que los nervios no se apoderen de sus sentidos de nuevo. –Es que ya es bastante de noche, y yo también me tengo que volver sola… Podemos pagar un taxi a medias. Agregaba sonriendo tímidamente.
La luna permitió que, con su suave y dulce haz de luz, los ojos de Brittany se iluminaran de manera única. El sonido del mar endulzaba la tranquilidad que abarcaba la noche en la bahía, y el silencio entre ambas pareció eterno. Se tildaron mirándose a los ojos, como intentando leer los pensamientos de la otra, y luchando por crear una conexión que no les permitiera separarse.
Finalmente la animadora asintió, ya era tarde y no quería llegar después que su madre. Hablaron algunas cosas en el camino, entre ellas, la morena le explico que había perdido su móvil, intentando averiguar si por casualidad aquella muchacha le había escrito nuevamente. Sin darse cuenta llegaron a la casa de la rubia.
Santana en un impulso pago el taxi, y se bajo con ella. Ya en la entrada, Brittany se giro a verla con una sonrisa tímida, casi sin creerse que la tuviera en su patio.
Finalmente la animadora asintió, ya era tarde y no quería llegar después que su madre. Hablaron algunas cosas en el camino, entre ellas, la morena le explico que había perdido su móvil, intentando averiguar si por casualidad aquella muchacha le había escrito nuevamente. Sin darse cuenta llegaron a la casa de la rubia.
Santana en un impulso pago el taxi, y se bajo con ella. Ya en la entrada, Brittany se giro a verla con una sonrisa tímida, casi sin creerse que la tuviera en su patio.
-¿Llegaras bien tu sola?
-Tal vez tengo un ángel guardián que me cuide. No te preocupes. Le respondió la latina –Creo que es hora de despedirme…Aunque, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca.
-Eso es de Shakespeare. Se sorprendió la otra muchacha.
-Jaja, Si hoy lo leí, y me pareció cuerdo para este momento.
- A mi me encanta Romeo y Julieta, lo eh leído muchas veces. Decía Brittany regalándole una de sus mejores sonrisas. La latina asintió de buen agrado. Su alma se regocijaba: había estado con aquella muchacha ya casi sin ningún tipo de temor, y sintiendo en su corazón como lentamente ardía una pequeña llama.
–Oye… Sintió a su espalda justo cuando se volteaba para irse. –Aun… ¿Sigue en pie tu propuesta con mi tarea de biología?
-Por supuesto, si es que no tienes problema en caminar por las costas.
-Yo amo el mar… Jamás me molestaría. Ese fue el toque final que le dio a entender a Santana lo que se estaba perdiendo de la vida. Había encontrado a una chica única, que amaba lo mismo que ella. –Mañana por la tarde ¿Podrás?
A Brittany se le había grabado la frase de su amigo: si cada dia es un regalo y no un derecho, ella no podía perder otro momento solo contemplando desde lejos a Santana. Quería conocerla, sentía que debía ayudarla. La única locura que podría pasar por el alma de esa muchacha latina seria la de dejar ir esa sincera oportunidad.
-Mañana, te espero entonces en el faro, a las tres. Haremos un buen equipo de estudio.-Gracias, Santana. Allí nos veremos, confió en tu palabra. Decía la rubia abriendo la puerta de su casa. –Mil veces buenas noches. Se despidió entrando finalmente.
La morena contempló como la silueta de esa chica se desvanecía en el interior. Pronto apagó las pocas luces que iluminaban las ventanas, tapadas por cortinas de color blanco.
-Mil veces malas por faltar tu luz, Brittany Pierce…
Susurró la morena, citando una vez más al famoso escritor que tenia una filosofía similar a la que ella adoptaba; leyendo además el buzón con el apellido de aquella muchacha.
Partió de allí con las manos en los bolsillos, pero, por primera vez en mucho tiempo, feliz con el tierno calor que sentia en su pecho.
Partió de allí con las manos en los bolsillos, pero, por primera vez en mucho tiempo, feliz con el tierno calor que sentia en su pecho.
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
pasado de geniall....... osea cada vez mejor......no se como le haces pero me encxantan tus historias...me encanta como escribes....espero enserio que cuando anden (andarán...cierto?) no haya mucho drama quede curada con esos capitulos iniciales!!! las mejores vibras!!!
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
que manera de escribir tan hermosa y detallada tienes, estoy impresionada y mas porque citaste a Shakespeare<3 de los mejores escritores, pues concuerdo contigo con respecto a la separacion Brittana, la verdad no me lo esperaba de esa forma y llore muchisimo con ambas, espero que Ryan vuelva a ser que esten juntas mientras tanto hay que ver como desarrollaran sus personajes y sobre todo con el cap que se viene. Espero que actualices pronto y que bueno que santana se esta dando una oportunidad de abrir su corazon, un besoc:
mnddz** - Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
oo que dulce! menos mal que san vuelve a sonreir!! me encanta!1
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
o/ permiteme contradecirte querida escritora pero mi hermana se puede tocar el codo con la lengua, hasta lamerselo como un gato sexy?) xD
Nickelback que hermosa me encanta esa frase de cada día es un privilegio, no un derecho otorgado :D Santana sonriendo de nuevo es maravilloso *-* Me encanta ya te lo he dicho, aunque no me quieras decir si San sufre de algún tipo de psicosis no importa yo puedo creer que de verdad lo ve, y dado al hecho de que trata de no interactuar con Q mientras estaba Blaine doy por hecho que puede ser asi... Se verán en el faro y no se si sentirme melancolica o feliz pero bueno espero tu actualización :D
Cuidate
Nickelback que hermosa me encanta esa frase de cada día es un privilegio, no un derecho otorgado :D Santana sonriendo de nuevo es maravilloso *-* Me encanta ya te lo he dicho, aunque no me quieras decir si San sufre de algún tipo de psicosis no importa yo puedo creer que de verdad lo ve, y dado al hecho de que trata de no interactuar con Q mientras estaba Blaine doy por hecho que puede ser asi... Se verán en el faro y no se si sentirme melancolica o feliz pero bueno espero tu actualización :D
Cuidate
Invitado- Invitado
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Awwwww me matas!!!! :) Pero es que ellas son tan perfectas juntas aun no entiendo que tiene Ryan en la cabeza!
mel_kung**** - Mensajes : 181
Fecha de inscripción : 24/07/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
me haz hecho suspirar con esas frases de shakespeare, ame el capitulo despues de lo sucedido en el capitulo de esta semana, y como dices, tendremos que seguir escribiendo desde la ilusion y los sueños que tenemos en brittana. Excelente capitulo, definitivamente finn se merecia el golpe y vaya que tiene fuerza la latina, parece que la vida de santana comienza a tener luz de nuevo y parece que esta dispuesta a vivirla, esperando el siguiente capitulo y un abrazo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
¡Ay! Perdon perdon, ya se que se me fue el fin de semana pero fue un accidente, ademas volvio mi papá que hace meses que no veia y bueno ya ven... Me quede hasta recien terminando el capitulo, en lo personal me gusto mucho jejeje Mil gracias por sus comentarios, les responderia uno a uno pero son pasadas las cinco de la mañana jajjaa no me pregunten como es que no me han asesinado por usar la pc a esta hora pero bueno, por suerte no tengo escuela xD Aps este cap es el mas largo pero no podia NI QUERIA cortarlo :) Espero que les guste, saludos, abrazos, buenas vibras, energias, auras, etc :)
Capitulo XV: Yin y Yang
-No podría perderme tan buen concierto… Recuerdo esa canción, pero con otra voz…
- Si porque es la que siempre tararea… Empezaba a decir la ex animadora, pero se detuvo para cambiar el tiempo verbal de aquella oración. –Era la que siempre tarareaba Quinn…
-Anda a saber por qué la cantaba, o a quien se la dedicaba. Le respondía su hermana, doblando algunas camisas. –Yo sostengo la teoría que era por Puckerman, pero nunca me lo quiso decir. En ese sentido le gusta… Gustaba, ser reservada.
-¿Por qué supones que eso?
-Puck siempre fue y es un galanazo, quizás algo imbécil, pero hasta yo en varias oportunidades caí… Comenzaba a explicar la latina, pero al percatarse que su hermano levantaba modestamente una ceja, se tragó sus palabras raspando un poco la garganta. – Bueno, yo decía… Además, llegó a verlo con su uniforme de cadete. Aunque ella creía que todos los uniformados siempre se veían bien.
-Que lindo es verlos hablando tranquilos. Sonrió, adentrándose a la habitación. Sus dos hijos la miraron con idéntica cara de curiosidad. – Perdonen, me puse algo melancólica, pero miren esto.
-Éramos unos camarones. Reía el moreno. Santana solo asintió con una mueca en sus labios, recordar aquellos días de inocencia y felicidad era algo molesto.
-Si quieres la conservas… ¿Por qué no fuiste de nuevo a la marina? Indagó su madre, mirándolo extrañada.
-… Tenemos unas cosas que hacer con Rachel. Se excusaba Martin, presurosamente.
-Yo también voy a salir. Ya me tome mi jarabe, y cumplí volviendo temprano, así que no tienen que preocuparse de que me muera por ahí… Explicaba la ex animadora, poniéndose su chaqueta de jean. Maribel asintió con resignación.
-¿Y bien…? Saludaba Santana dándole una palmada en el hombro. -¿Cómo terminaste?
-Jaja… Nadando con los peces. Suspiró el artesano más joven, con aire soñador.
-Uigh ¿Ya vas a empezar con tus poemas?
-¿Eh? No, eso fue literal. Con Kurt caminamos por uno de los muelles de madera y se ve que unos tablones estaban podridos, por lo cual caímos al agua.
Con eso inevitablemente la latina se rio de buena gana. Blaine se sorprendió con esa reacción, en lo que iba del tiempo nunca había escuchado la risa de su colega.
-Mmm ¿Y tú que tal? Creo que alguien está de buenas…
-No delires Anderson. La acompañe a su casa, puesto que no quería molestar al blandito ese con el que te sumergiste.
-Si… Kurt estaba un poco asustado con eso… Pero yo le dije que eras de confianza. Decía el castaño, guiñándole un ojo. -¿Puedo preguntarte algo?
-Depende…
-¿De que…?
-Mientras no sea algo como: “¿Te gusta Brittany?” Se burlaba la morena, imitando la voz y el acento del muchacho.
El silencio que se generó entre ambos, daba a entender que esa era la pregunta que deseaba hacer. La latina suspiro, cruzándose de cejas.
–Es… Raro. Solo la vi un par de veces, pero es como si algo más me hiciera querer estar a su lado. Incluso solo al oír su voz… Siento que todo se equilibra, y esta bien…
-Awww…. No pudo evitar decir el artesano, emocionado con las palabras, algo toscas, pero dulces de la morena. Ante eso Santana le dio un golpe en el hombro, sonrojándose. –¿Sabes? Con eso me hiciste pensar en algo…
-Otra vez va a empezar…. Se quejaba la morena, sin borrar el rubor de sus mejillas. Podía notar que cuando hablaba de aquella rubia, no sentía ninguna clase de vergüenza, ni se detenia en medir sus palabras.
-Según me contaba Kurt, ella es una chica dulce, inocente, y tímida. Todo lo contrario a ti. Hablaba Blaine, haciendo que su colega levantara las cejas a modo de reproche. –Pero no es malo, bueno no para mí… Los opuestos se pueden atraer, son las fuerzas del destino y la naturaleza las que lo provocan. Como el día y la noche, se complementan entre si, por más que no los veamos juntos, y si solo existiera uno no podríamos disfrutar del otro. Agregaba buscando entre las alhajas que tenia su padre para vender. Seguido a eso encontró un pequeño amuleto del Yin y el yang. –No obstante, gracias a eso, un opuesto por la existencia del otro se transforma o genera algo nuevo: del frio puede surgir el calor, y por mucho sol, puede existir la sequia.
-¿Crees que esté mal juntarme con ella? Tal vez somos demasiado opuestas, y con eso pronto choquemos…
-En los imanes chocan el polo positivo con otro igual. Pero no tienes que guiarte por las leyes físicas. Existe mucho más sin ser percibido por nuestra vista. Y no te preocupes, si eres tú realmente, creo que podrían llevarse bien.
-“Bellas aguas que me revivieron, aquí en las costas donde la naturaleza me habla, donde tu mirada y el horizonte se ensamblan y siento que nunca eh vivido a medida que navegaba…” Ante esa voz, Brittany se volteo, algo asustada.
-“…aquí dejaré mi luz, para que me encuentres, como yo lo hice y esperaré, viendo desde aquí arriba, el momento en que seamos felices.” Terminó de decir Santana citando aquella escritura que se sabia de memoria. Ambas sonrieron tímidamente, volviéndose a ver las caras.
-Es un lindo poema… Decía la animadora, sujetando firmemente su cuaderno en su mano.
-Cuenta la leyenda que este faro lo construyo el primer marinero que llegó a la bahía… Muchos dicen que era un pirata, otros que era un europeo de esos conquistadores, pero nadie duda de que era un enamorado.
-¿Y a quien amaba?
-Puede haber amado a una sirena, o a algún ser místico… O bien, a una mujer común y corriente.
-Me gusta la magia, así que pensare que fue algún ser especial. Sonrió la rubia.
-De acuerdo, es bueno que antes de recorrer las costas sepas un poco de la historia de la bahía… Caminemos. Decía Santana, haciéndole un gesto con la cabeza para que la siguiera.
-¿Es aquí donde se pueden hallar perlas?
-Si así fuera, ya me hubiera hecho rica… O tendría una joyería. Sonreía Santana, tomando entre sus manos algunos moluscos de dura caparazón.
-¿No me comprarían algo? No eh tenido buen día, y mis hermanos tienen hambre. Ante eso, el corazón de Brittany pareció estremecerse. Ella siempre se apiadaba de los desafortunados.
-Lo siento, no traje dinero… Le respondía con pena.
-¿Y que vendes…? Indagó la morena, notando el malestar de su alumna.
-Pues… Semillas de girasol. Comentaba el pequeño mostrando su bolso que traía al hombro con pesadez.
-De acuerdo, dame un paquete. Murmuró Santana, rebuscando algún billete en su jean. El niño asintió, entregándole su pedido. Brittany lo recibió con delicadeza. La latina le pago, y ya cuando el niño se iba, se volteó a llamarlo. –Aguarda… Lo paró, yendo de una carrera hacia él. –Toma… Susurró, dándole todas las monedas que había sacado de la mesa en la mañana. El pequeño sonrió agradecido, y seguidamente se alejó, corriendo contento.
-Fue muy tierno de tu parte.
-Si bueno… No tiene la culpa. Se inclinaba de hombros la latina tomando el paquete, que seguía siendo sostenido por la ojos claros, entre sus manos.
-Ok… ¿En que estábamos? Hablaba la morena, omitiendo aquel cruce, solamente para no terminar sonrojándose como ya acostumbraba.
-Lo malo es que no tienen sal… Tal vez si las sumergimos en el mar… O mejor no, quizás atraemos algún cangrejo hambriento. Bromeaba Santana, haciendo reír a Brittany. Todo en aquella chica era increíblemente perfecto, hasta su risa era ideal.
-¿Te dan miedo los crustáceos? Indagaba, señalando algunos animales marinos de ocho patas y pinzas, que recorrían las piedras de la orilla. La rubia negó con una sonrisa.
-Amo todo lo que es del mar y la naturaleza, es como un regalo concedido que podemos disfrutar. Ante eso la morena prosiguió con su explicación.
-Será mejor que volvamos… Hasta aquí llega la clase. Comentó la morena alejándose del mar y sus olas que rompían cerca de ellas, salpicándolas de agua salada.
-Tendré que volver caminando, en verdad no tengo dinero ni para el autobús. Hablaba Brittany, cubriéndose la cabeza con su cuaderno.
-¿Aquí vivía ella? Murmuró Brittany, sintiéndose triste al ver como Santana bajaba la mirada. Pero ante esa pregunta, la latina la miro con sorpresa. Aquel lugar estaba inhabitado, puesto que la familia de Quinn se mudo de la bahía un tiempo después que ocurriera aquella tragedia.
-¿Tu…? ¿Tú sabes quien…? La rubia asintió, inclinándose de hombros.
-Quinn, la conocí un tiempo antes que se graduara del instituto. Ella me animó para que fuera porrista. Era una buena chica… Murmuraba, un poco incomoda. Quizás a Santana le dolería que hablen de su amiga.
-¿No quieres pasar? Murmuró la rubia, sujetando su cuaderno, chorreante, entre sus manos. La morena comenzaba a sonreír para si misma, cuando se le ocurrió mirar su reloj: faltaba poco para el atardecer.
-No, tranquila ya me tengo que ir. Se excusaba, inclinándose de hombros. Brittany asintió, torciendo un poco los labios.
-Bueno… Creo que la clase se vio interrumpida por la lluvia.
-Jaja, si, pero fue divertido… Hace mucho tiempo que no la pasaba tan bien. Soltó la latina, causando una automática sonrisa en la ojos claros. Estaba cumpliendo su cometido de ayudarla de algún modo.
-… Te decía si querías seguir, o ya con lo que vimos esta bien para tu tarea. Explicaba de nuevo su tutora particular.
-Eh, no se… ¿Tienes más que enseñarme?
-Te enseñaría el mundo entero… Sonrió bobamente Santana, ruborizándose al decir eso con el alma. –Es decir… Yo… Bueno, si, hay muchos lugares… Comentó agachando la cabeza. Le vino una idea a la mente. -¿Eres buena para los deportes?
-E- Eso creo. Respondía la rubia.
-Si te queda tiempo, podemos ver un buen sitio que conozco.
-Mañana es mi último día para terminar el informe…
-Genial. Entonces… Si puedes y quieres… Vamos a donde digo…
-Yo te sigo a donde digas y quieras. Sonreía Brittany, tomando luego el sentido de sus palabras. –Porque, hoy estuvo fantástico todo lo que me mostraste, seguro mañana será mejor. Agregaba con un poco de torpeza.
-¿Puedes mañana entonces?
-Si, claro…
-De acuerdo, tendremos que ir ni bien salgas del instituto, es un poco lejos de aquí y hay que ir a pie. Tal vez nos ensuciemos, porque hay mucha vegetación, te convendría llevarte otra muda de ropa.
-Perfecto. Asintió Brittany, entusiasmada.
–Te mando un mensaje ni bien salga y nos vemos.
-De acuerdo… Mejor me voy, o sino no viviré para mañana.
-No digas eso. Respondió la holandesa inclinándose hacia atrás, con un pequeño puchero, que fulminó en todos los sentidos más tiernos, cursis y puros, a Santana. –Tu chaqueta…
-No tranquila, me la das mañana. Le guiño el ojo la latina, volviendo del trance post-puchero. –Nos vemos Britt…
-Hasta mañana San. Sonrió.
-Los barcos llegaron antes, pensé que te perderías este atardecer lluvioso.
-Tú la conocías. Cortó la morena acercándose presurosa. Su mejor amiga se quedó dubitativa, viéndola con curiosidad. –Conocías a mi salvadora y no me lo dijiste…
-Stop, stop. ¿De quien diablos hablas?
-¿Te suena el nombre de Brittany Pierce? Quinn se llevó una mano a la frente, intentando hacer memoria. Sus ojos se iluminaron de golpe, con los recuerdos que llegaron a su mente.
-¿Brittany? ¿Rubia, ojos azules, una ternura en pinta?
-Esa misma. Sonrió Santana, borrando su tono molesto.
-Si… Si la conocía… La vi unas veces en el instituto o en la playa.
-Cuéntame todo lo que recuerdes de ella Q…
-¿Tienes hambre? Preguntó Santana, llevando su mochila a sus brazos.
-Si un poco… Para salir temprano no tuve que almorzar.
-De acuerdo, suerte que pensé en eso. Sonrió la latina, sacando unos emparedados.
-Están buenísimos ¿Tú los hiciste? Indagaba la holandesa, tapándose un poco la boca.
-Podría decirse… Comentó Santana mirando hacia arriba, con una pizca de picardía.
-¡Maribel! Gritaba Santiago en español, desde la cocina. Su esposa asomó la cabeza en el marco, con las cejas levantadas.
-¿Y ahora qué tienes…? Le respondía en el mismo idioma.
-Esto tengo. Decía el pescador, mostrando el refrigerador completamente vacío.
-Aja… Ya tu sabes que las compras también las puedes hacer, que no se te caerá el apellido. Su marido se quito la gorra con frustración, suspirando dramáticamente.
-Yo no me refería a eso. ¿Dónde están mis emparedados, que con tanto esfuerzo me prepare esta mañana?
-Lo que me faltaba, tener que andar buscándote tu comida. Le respondió Maribel metiéndose a la cocina. Tras revisar y comprobar que el refrigerador en efecto estaba vacío, se cruzó de cejas. -¡Martin! Gritó poniendo las manos en la cintura.
-¡Fue Santana! Le respondieron desde el piso de arriba, con lo cual los señores Lopez solo negaron con la cabeza.
-¿Se puede nadar aquí? Indagaba la rubia, sentándose a su lado.
-Si, pero mil veces es mejor bucear. Respondía la morena. –Si nos hubiéramos conocido en verano, lo habríamos hecho…
-Bueno… Pero nos conocimos en otoño… Quizás el verano que sigue podríamos… Decía como una niña pequeña.
-Wow eso me lo dio Blaine, espero que no se enoje… Comentaba la ex animadora sentándose frente a la rubia.
-Son imanes… Susurró la morena, sosteniendo la pieza negra. Brittany acercó la pieza blanca, y con gran impulso, ambas volvieron a unirse dejando el símbolo completamente formado de nuevo. –Que se olvide que se lo voy a devolver, esto esta genial… La rubia rio, poniéndose de pie para estirarse un poco. Dio una mirada hacia la vegetación con curiosidad.
-¿Te quedan energías? Preguntó poniéndose de pie y tomando su mochila.
-Si, mucha. Le respondió Brittany, acomodándose un poco el cabello.
-Bien… Sígueme, iremos a un lugar que te gustara. Ante eso, rápidamente la animadora recogió sus cosas metiéndolas en su bolso.
–Tranquila, conozco bien la zona.
-Confió en ti. Le respondía la rubia sin soltarse de su mano.
-Wow… esto es hermoso. Susurraba viendo con fascinación cada planta, cada roca, devorando con su mirada aquel sitio. –Jamás imaginaria que habría algo así…
-Es que nunca terminaras de conocer los secretos de aquí, ni de la vida. Eso es lo bello de todo esto. Contestaba la morena, dejando su mochila y su teléfono sobre unas rocas firmes.
-Me encanta… Gracias por traerme aquí…
-Es un regalo por ser una buena alumna. Y puede ser mejor… Susurraba Santana, tomándola nuevamente de la mano. Brittany la miro con sorpresa, percibiendo que aquella muchacha temblaba un poco. -¿Le temes a las alturas...?
-N-no… Murmuró, comenzando a preocuparse.
-¿¡Santana!? Decía buscando a la morena, que no aparecía por ningún lado. –Hay no, Dios… ¿Qué hizo?
-Hola. La saludó Santana desde atrás, asustándola y haciendo que se sumerja con pánico. -¿Estas bien? Indagaba quitándose un poco el pelo de la cara. Ambas flotaban casi en el centro de la laguna.
-Me asustaste, no creí que querías saltar, podríamos habernos lastimado…
-Jajaja Pero ya ves que no pasó. Perdona, estoy acostumbrada a meterme así… No era mi intensión asustarte. Dijiste que no le temías a la altura y que confiabas en mí, así que…
- Podrías habérmelo dicho. Se quejaba la animadora salpicando a la latina en la cara.
Capitulo XV: Yin y Yang
Como pocas veces en lo que iba de esos meses, aquella mañana se levantó con ganas de que el día no acabara. Se dio una ducha rápida. Abrió de par en par las cortinas de su ventana, permitiendo que los tímidos rayos del sol ingresaran. Dio una rápida mirada al horizonte, algunas nubes lejanas estaban allí, pero no distinguía si venían o se alejaban. No le dio importancia y dejando que su cd favorito comenzara a sonar, se vistió al ritmo de la melodía. Contempló su rostro en el espejo, un poco de maquillaje no le venia mal nunca, pese a que su cara y sus facciones podían ser agradables sin nada que la retocara.
Tomó el cepillo del cabello, se peino velozmente, pero la tentación fue más grande:
https://www.youtube.com/watch?v=h8x9y9sphF4
You went back to what you knew/Tú volviste a lo que ya sabias
So far removed from all that we went through/Tan alejado de todo aquello que pasamos
And I tread a troubled track/Y yo piso un camino de problemas
My odds are stacked/Mis probabilidades están atascadas
I'll go back to black /Tendreque volver a lo negro
We only said good-bye with words Nosotros solo nos dijimos adiós con palabras
I died a hundred times/Yo eh muerto cientos de veces
You go back to her/Tú vuelves a ella
And I go back to..../Y yo vuelvo a…
I go back to us/Yo vuelvo a nosotros.
I love you much/Te amo mucho
It's not enough/No es suficiente
You love blow and I love puff/ Tú amas soplar y yo respirar
And life is like a pipe/ Y la vida es como un tubo
And I'm a tiny penny rolling up the walls inside/Y yo soy una pequeña moneda que rueda por las paredes
Aquel objeto era un buen micrófono improvisado, y su voz siempre seria bienvenida en aquella casa. Caminaba con el cabello aun húmedo, sin parar de cantar. Al abrir sus oscuros ojos, su hermano sonreía frente a ella.
-¡¿Quien te dijo que podías entrar?! Exclamó dejando que sus mejillas se ruborizaran por si solas.Tomó el cepillo del cabello, se peino velozmente, pero la tentación fue más grande:
https://www.youtube.com/watch?v=h8x9y9sphF4
You went back to what you knew/Tú volviste a lo que ya sabias
So far removed from all that we went through/Tan alejado de todo aquello que pasamos
And I tread a troubled track/Y yo piso un camino de problemas
My odds are stacked/Mis probabilidades están atascadas
I'll go back to black /Tendreque volver a lo negro
We only said good-bye with words Nosotros solo nos dijimos adiós con palabras
I died a hundred times/Yo eh muerto cientos de veces
You go back to her/Tú vuelves a ella
And I go back to..../Y yo vuelvo a…
I go back to us/Yo vuelvo a nosotros.
I love you much/Te amo mucho
It's not enough/No es suficiente
You love blow and I love puff/ Tú amas soplar y yo respirar
And life is like a pipe/ Y la vida es como un tubo
And I'm a tiny penny rolling up the walls inside/Y yo soy una pequeña moneda que rueda por las paredes
Aquel objeto era un buen micrófono improvisado, y su voz siempre seria bienvenida en aquella casa. Caminaba con el cabello aun húmedo, sin parar de cantar. Al abrir sus oscuros ojos, su hermano sonreía frente a ella.
-No podría perderme tan buen concierto… Recuerdo esa canción, pero con otra voz…
- Si porque es la que siempre tararea… Empezaba a decir la ex animadora, pero se detuvo para cambiar el tiempo verbal de aquella oración. –Era la que siempre tarareaba Quinn…
Ante eso, Martin inevitablemente agachó la mirada. Un ardor en su pecho se generaba automáticamente al escuchar aquel nombre, como si el mismísimo cupido tomara la flecha que le había clavado en el corazón y se la retorciera sobre una herida que no terminaba de cicatrizar.
- Debe ser eso. Murmuró el latino. –Curiosa letra…-Anda a saber por qué la cantaba, o a quien se la dedicaba. Le respondía su hermana, doblando algunas camisas. –Yo sostengo la teoría que era por Puckerman, pero nunca me lo quiso decir. En ese sentido le gusta… Gustaba, ser reservada.
El marino se mordió un poco los labios: solo dios sabría si en verdad no era él mismo el destinatario de esa canción. Ya no le veía el caso a seguir ocultándoselo a Santana, todo se había convertido en un triste recuerdo.
-¿Por qué supones que eso?
-Puck siempre fue y es un galanazo, quizás algo imbécil, pero hasta yo en varias oportunidades caí… Comenzaba a explicar la latina, pero al percatarse que su hermano levantaba modestamente una ceja, se tragó sus palabras raspando un poco la garganta. – Bueno, yo decía… Además, llegó a verlo con su uniforme de cadete. Aunque ella creía que todos los uniformados siempre se veían bien.
A la morena se le hacia raro tener que hablar de esa forma de su mejor amiga. No obstante todo eso lo hacia con otras intensiones. Martin comenzaba a articular una respuesta, evitando ponerse algo incomodo frente a su hermana que lo miraba fijo. Para su suerte Maribel interrumpió la charla.
-Que lindo es verlos hablando tranquilos. Sonrió, adentrándose a la habitación. Sus dos hijos la miraron con idéntica cara de curiosidad. – Perdonen, me puse algo melancólica, pero miren esto.
Comentaba mostrándoles una fotografía que traía en sus manos, donde se veía a los hermanos Lopez a la tierna edad de nueve y cuatro años, sentaditos en aquel velero que se fue al olvido una tarde de tormenta.
-Éramos unos camarones. Reía el moreno. Santana solo asintió con una mueca en sus labios, recordar aquellos días de inocencia y felicidad era algo molesto.
-Si quieres la conservas… ¿Por qué no fuiste de nuevo a la marina? Indagó su madre, mirándolo extrañada.
-… Tenemos unas cosas que hacer con Rachel. Se excusaba Martin, presurosamente.
-Yo también voy a salir. Ya me tome mi jarabe, y cumplí volviendo temprano, así que no tienen que preocuparse de que me muera por ahí… Explicaba la ex animadora, poniéndose su chaqueta de jean. Maribel asintió con resignación.
Seguido a eso, la morena tomó su mochila, y el celular que le había dado su hermano. Corriendo hacia la entrada, agarró algunas monedas que yacían en la mesa del comedor. Cerrando la puerta de su casa, oficialmente su día comenzaba. Dio un rápido recorrido por el centro tras tomar el autobús, unas cuadras después de la fuente frente al parque de la municipalidad, se hallaba el paseo de los artesanos. Con las manos en los bolsillos, buscaba vagamente a su colega.
Las artesanas ya arreglaban sus puestos con toda la mercancía que tenían para vender, y el aroma a incienso se sentía en el aire. Era en verdad como una feria, donde se podía ver toda clase de gente, desde gitanos a extranjeros, siempre sonrientes y con el mejor ánimo y pacifismo para recibir a la clientela; por lo general eran los turistas los que caían en sus redes.
En uno de los puestos centrales se encontraba Blaine, con una impecable sonrisa. Más lejos de él, su padre se concentraba en una escultura tallada
. Las artesanas ya arreglaban sus puestos con toda la mercancía que tenían para vender, y el aroma a incienso se sentía en el aire. Era en verdad como una feria, donde se podía ver toda clase de gente, desde gitanos a extranjeros, siempre sonrientes y con el mejor ánimo y pacifismo para recibir a la clientela; por lo general eran los turistas los que caían en sus redes.
En uno de los puestos centrales se encontraba Blaine, con una impecable sonrisa. Más lejos de él, su padre se concentraba en una escultura tallada
-¿Y bien…? Saludaba Santana dándole una palmada en el hombro. -¿Cómo terminaste?
-Jaja… Nadando con los peces. Suspiró el artesano más joven, con aire soñador.
-Uigh ¿Ya vas a empezar con tus poemas?
-¿Eh? No, eso fue literal. Con Kurt caminamos por uno de los muelles de madera y se ve que unos tablones estaban podridos, por lo cual caímos al agua.
Con eso inevitablemente la latina se rio de buena gana. Blaine se sorprendió con esa reacción, en lo que iba del tiempo nunca había escuchado la risa de su colega.
-Mmm ¿Y tú que tal? Creo que alguien está de buenas…
-No delires Anderson. La acompañe a su casa, puesto que no quería molestar al blandito ese con el que te sumergiste.
-Si… Kurt estaba un poco asustado con eso… Pero yo le dije que eras de confianza. Decía el castaño, guiñándole un ojo. -¿Puedo preguntarte algo?
-Depende…
-¿De que…?
-Mientras no sea algo como: “¿Te gusta Brittany?” Se burlaba la morena, imitando la voz y el acento del muchacho.
El silencio que se generó entre ambos, daba a entender que esa era la pregunta que deseaba hacer. La latina suspiro, cruzándose de cejas.
–Es… Raro. Solo la vi un par de veces, pero es como si algo más me hiciera querer estar a su lado. Incluso solo al oír su voz… Siento que todo se equilibra, y esta bien…
-Awww…. No pudo evitar decir el artesano, emocionado con las palabras, algo toscas, pero dulces de la morena. Ante eso Santana le dio un golpe en el hombro, sonrojándose. –¿Sabes? Con eso me hiciste pensar en algo…
-Otra vez va a empezar…. Se quejaba la morena, sin borrar el rubor de sus mejillas. Podía notar que cuando hablaba de aquella rubia, no sentía ninguna clase de vergüenza, ni se detenia en medir sus palabras.
-Según me contaba Kurt, ella es una chica dulce, inocente, y tímida. Todo lo contrario a ti. Hablaba Blaine, haciendo que su colega levantara las cejas a modo de reproche. –Pero no es malo, bueno no para mí… Los opuestos se pueden atraer, son las fuerzas del destino y la naturaleza las que lo provocan. Como el día y la noche, se complementan entre si, por más que no los veamos juntos, y si solo existiera uno no podríamos disfrutar del otro. Agregaba buscando entre las alhajas que tenia su padre para vender. Seguido a eso encontró un pequeño amuleto del Yin y el yang. –No obstante, gracias a eso, un opuesto por la existencia del otro se transforma o genera algo nuevo: del frio puede surgir el calor, y por mucho sol, puede existir la sequia.
La morena sujetó el amuleto, era un simple círculo con dos piezas de un color cada una. Aquel castaño filosofo era un cursi y charlatán, pero en definitiva le servía perder el tiempo con el.
-¿Crees que esté mal juntarme con ella? Tal vez somos demasiado opuestas, y con eso pronto choquemos…
-En los imanes chocan el polo positivo con otro igual. Pero no tienes que guiarte por las leyes físicas. Existe mucho más sin ser percibido por nuestra vista. Y no te preocupes, si eres tú realmente, creo que podrían llevarse bien.
Las horas pasaron, y se quedo acompañándolo hasta que fue momento de almorzar. Pasó por el restaurante, tenia que tener fuerzas para caminar por las costas. Sin querer pasar mucho allí, tras tomar una buena sopa y dar unas vueltas, pensando en como llevar a cabo su clase de biología marina, el reloj dio la hora para ir al faro.
Santana caminaba apresurada, no pretendía llegar tarde como a todo. Pero interiormente temía que aquella chica la dejara plantada, o que se le ocurriera llevar al pesado de su amigo. No era que lo detestara ni nada, pero creía que la rubia se concentraría mejor, sin tenerlo cerca con sus acotaciones y comentarios. Le vendría bien en verdad que Blaine siguiera viendo a Kurt, así Brittany tendría que gastar su tiempo en otras cosas en vez de pasarlo con él.
En esos pensamientos algo locos estaba, cuando distinguió la figura de aquella chica a lo lejos. Le pareció muy tierna, leyendo el cartel que daba pie a la entrada hacia el faro. Caminó lentamente a sus espaldas hasta quedar a unos centímetros.
Santana caminaba apresurada, no pretendía llegar tarde como a todo. Pero interiormente temía que aquella chica la dejara plantada, o que se le ocurriera llevar al pesado de su amigo. No era que lo detestara ni nada, pero creía que la rubia se concentraría mejor, sin tenerlo cerca con sus acotaciones y comentarios. Le vendría bien en verdad que Blaine siguiera viendo a Kurt, así Brittany tendría que gastar su tiempo en otras cosas en vez de pasarlo con él.
En esos pensamientos algo locos estaba, cuando distinguió la figura de aquella chica a lo lejos. Le pareció muy tierna, leyendo el cartel que daba pie a la entrada hacia el faro. Caminó lentamente a sus espaldas hasta quedar a unos centímetros.
-“Bellas aguas que me revivieron, aquí en las costas donde la naturaleza me habla, donde tu mirada y el horizonte se ensamblan y siento que nunca eh vivido a medida que navegaba…” Ante esa voz, Brittany se volteo, algo asustada.
-“…aquí dejaré mi luz, para que me encuentres, como yo lo hice y esperaré, viendo desde aquí arriba, el momento en que seamos felices.” Terminó de decir Santana citando aquella escritura que se sabia de memoria. Ambas sonrieron tímidamente, volviéndose a ver las caras.
-Es un lindo poema… Decía la animadora, sujetando firmemente su cuaderno en su mano.
-Cuenta la leyenda que este faro lo construyo el primer marinero que llegó a la bahía… Muchos dicen que era un pirata, otros que era un europeo de esos conquistadores, pero nadie duda de que era un enamorado.
-¿Y a quien amaba?
-Puede haber amado a una sirena, o a algún ser místico… O bien, a una mujer común y corriente.
-Me gusta la magia, así que pensare que fue algún ser especial. Sonrió la rubia.
-De acuerdo, es bueno que antes de recorrer las costas sepas un poco de la historia de la bahía… Caminemos. Decía Santana, haciéndole un gesto con la cabeza para que la siguiera.
Ambas recorrieron las playas lentamente, hablando de todo un poco, a medida que la latina le contaba el tipo de fauna marina que podía hallarse en el mar. Notaba que a Brittany le gustaban los cuentos y las leyendas, como a los niños pequeños, por lo que mezclaba sus enseñanzas con algún relato que se sabía por palabras de su padre y la vida en aquel lugar.
Pronto la animadora comenzó a anotar las explicaciones dadas por su morena tutora, que la vez que podía memorizaba los rasgos de aquella alumna tan especial. Santana conocía perfectamente los nombres de los peces, algunos de los cuales eran el menú del restaurante. Tomando una varilla de madera comenzó a escarbar en la arena lentamente. Dio, en cuestión de minutos, con algunas almejas ocultas en la humedad. La rubia conocía lo básico de eso, pero no demasiado, por lo cual se sorprendía soltando varias sonrisas.
Pronto la animadora comenzó a anotar las explicaciones dadas por su morena tutora, que la vez que podía memorizaba los rasgos de aquella alumna tan especial. Santana conocía perfectamente los nombres de los peces, algunos de los cuales eran el menú del restaurante. Tomando una varilla de madera comenzó a escarbar en la arena lentamente. Dio, en cuestión de minutos, con algunas almejas ocultas en la humedad. La rubia conocía lo básico de eso, pero no demasiado, por lo cual se sorprendía soltando varias sonrisas.
-¿Es aquí donde se pueden hallar perlas?
-Si así fuera, ya me hubiera hecho rica… O tendría una joyería. Sonreía Santana, tomando entre sus manos algunos moluscos de dura caparazón.
Continuaron su recorrido, sin dejar de hablar en buen modo y con tranquilidad. Pasada casi una hora y media, se acercaron hasta un niño pobre que caminaba cansado vendiendo cosas.
-¿No me comprarían algo? No eh tenido buen día, y mis hermanos tienen hambre. Ante eso, el corazón de Brittany pareció estremecerse. Ella siempre se apiadaba de los desafortunados.
-Lo siento, no traje dinero… Le respondía con pena.
-¿Y que vendes…? Indagó la morena, notando el malestar de su alumna.
-Pues… Semillas de girasol. Comentaba el pequeño mostrando su bolso que traía al hombro con pesadez.
-De acuerdo, dame un paquete. Murmuró Santana, rebuscando algún billete en su jean. El niño asintió, entregándole su pedido. Brittany lo recibió con delicadeza. La latina le pago, y ya cuando el niño se iba, se volteó a llamarlo. –Aguarda… Lo paró, yendo de una carrera hacia él. –Toma… Susurró, dándole todas las monedas que había sacado de la mesa en la mañana. El pequeño sonrió agradecido, y seguidamente se alejó, corriendo contento.
-Fue muy tierno de tu parte.
-Si bueno… No tiene la culpa. Se inclinaba de hombros la latina tomando el paquete, que seguía siendo sostenido por la ojos claros, entre sus manos.
Sus miradas se cruzaron fuertemente, y con eso ninguna de las dos soltaba las semillas, manteniendo sus manos juntas. Para Santana, cada vez era más convincente y real decir que podía contemplar todo el cielo en aquellos increíbles ojos azules; mientras que Brittany pensaba que, en la mirada marrón oscura de Santana, hallaba las razones básicas, necesarias, y hermosas, para explicar por qué la tierra era el mejor lugar del mundo.
El cuaderno de la rubia fue resbalando de su brazo hasta que finalmente cayó, despertándolas de un instante a otro. Rieron algo nerviosas, agachándose a recogerlo a la vez, pero solo terminaron chocándose las cabezas.
El cuaderno de la rubia fue resbalando de su brazo hasta que finalmente cayó, despertándolas de un instante a otro. Rieron algo nerviosas, agachándose a recogerlo a la vez, pero solo terminaron chocándose las cabezas.
-Ok… ¿En que estábamos? Hablaba la morena, omitiendo aquel cruce, solamente para no terminar sonrojándose como ya acostumbraba.
Dieron otro recorrido por la costa, llegando a la zona de las rocas, donde la arena no era tan suave. Entre charlas, iban comiendo algunas semillas.
-Lo malo es que no tienen sal… Tal vez si las sumergimos en el mar… O mejor no, quizás atraemos algún cangrejo hambriento. Bromeaba Santana, haciendo reír a Brittany. Todo en aquella chica era increíblemente perfecto, hasta su risa era ideal.
-¿Te dan miedo los crustáceos? Indagaba, señalando algunos animales marinos de ocho patas y pinzas, que recorrían las piedras de la orilla. La rubia negó con una sonrisa.
-Amo todo lo que es del mar y la naturaleza, es como un regalo concedido que podemos disfrutar. Ante eso la morena prosiguió con su explicación.
Una hora más pasó, las semillas se acabaron y las nubes del horizonte finalmente se acercaron para cubrir el cielo. Más pronto que tarde, unas cuantas gotas de lluvia comenzaron a caer, al punto de que Brittany llegó a creer que seria necesaria un arca por el diluvio que se estaba creando.
-Será mejor que volvamos… Hasta aquí llega la clase. Comentó la morena alejándose del mar y sus olas que rompían cerca de ellas, salpicándolas de agua salada.
-Tendré que volver caminando, en verdad no tengo dinero ni para el autobús. Hablaba Brittany, cubriéndose la cabeza con su cuaderno.
La ex animadora, la miró de arriba a abajo, notando que le temblaba un poco la barbilla con las frías gotas de lluvia. Sin tiempo que perder, se quitó su chaqueta y se la entregó, quedando solo con una camisa.
-No San, vas a resfriarte.
-Anda, tú estas más desabrigada que yo. Póntela, estoy acostumbrada al clima.
Sonreía Santana, complacida al oír que la llamaba así, y no por su nombre completo. -No San, vas a resfriarte.
-Anda, tú estas más desabrigada que yo. Póntela, estoy acostumbrada al clima.
La animadora la miró dubitativa unos segundos pero accedió, ya que en verdad tenía frio. Seguido a eso, caminaron juntas por la ciudad, metiéndose bajo los techos de los locales para no mojarse demasiado, pese a que ya estaban todas empapadas. La morena tampoco tenia más dinero, se lo había entregado en buena ley al muchachito que vendía semillas.
Sin querer, pasaron por afuera de la que era la casa de los Fabray. Con ello la morena suspiro con algo de pena, inevitablemente muchas cosas desfilaron por su mente, como trayéndola casi a la realidad del sueño en el que se había metido por unas horas.
Sin querer, pasaron por afuera de la que era la casa de los Fabray. Con ello la morena suspiro con algo de pena, inevitablemente muchas cosas desfilaron por su mente, como trayéndola casi a la realidad del sueño en el que se había metido por unas horas.
-¿Aquí vivía ella? Murmuró Brittany, sintiéndose triste al ver como Santana bajaba la mirada. Pero ante esa pregunta, la latina la miro con sorpresa. Aquel lugar estaba inhabitado, puesto que la familia de Quinn se mudo de la bahía un tiempo después que ocurriera aquella tragedia.
-¿Tu…? ¿Tú sabes quien…? La rubia asintió, inclinándose de hombros.
-Quinn, la conocí un tiempo antes que se graduara del instituto. Ella me animó para que fuera porrista. Era una buena chica… Murmuraba, un poco incomoda. Quizás a Santana le dolería que hablen de su amiga.
La ex animadora abrió y cerró la boca varias veces. El mundo si que era pequeño, como un pañuelo. Intentó articular más preguntas pero un trueno las interrumpió, haciendo que gritaran en el medio de la calle.
No quisieron detenerse más y emprendieron aun más rápida la marcha. La casa de Brittany se hallaba en una de las pocas colinas de la bahía, con lo cual, llegaron a su entrada, cansadas y con agua metida hasta el más recóndito lugar de su cuerpo.
No quisieron detenerse más y emprendieron aun más rápida la marcha. La casa de Brittany se hallaba en una de las pocas colinas de la bahía, con lo cual, llegaron a su entrada, cansadas y con agua metida hasta el más recóndito lugar de su cuerpo.
-¿No quieres pasar? Murmuró la rubia, sujetando su cuaderno, chorreante, entre sus manos. La morena comenzaba a sonreír para si misma, cuando se le ocurrió mirar su reloj: faltaba poco para el atardecer.
-No, tranquila ya me tengo que ir. Se excusaba, inclinándose de hombros. Brittany asintió, torciendo un poco los labios.
-Bueno… Creo que la clase se vio interrumpida por la lluvia.
-Jaja, si, pero fue divertido… Hace mucho tiempo que no la pasaba tan bien. Soltó la latina, causando una automática sonrisa en la ojos claros. Estaba cumpliendo su cometido de ayudarla de algún modo.
Se miraron de nuevo, estaban todas mojadas, aunque con eso la holandesa pudo contemplar el buen cuerpo de Santana, con su ropa empapada pegada a su torso. Sacudió la cabeza, notando que se había perdido totalmente del tiempo y el espacio, como nunca antes.
-… Te decía si querías seguir, o ya con lo que vimos esta bien para tu tarea. Explicaba de nuevo su tutora particular.
-Eh, no se… ¿Tienes más que enseñarme?
-Te enseñaría el mundo entero… Sonrió bobamente Santana, ruborizándose al decir eso con el alma. –Es decir… Yo… Bueno, si, hay muchos lugares… Comentó agachando la cabeza. Le vino una idea a la mente. -¿Eres buena para los deportes?
-E- Eso creo. Respondía la rubia.
-Si te queda tiempo, podemos ver un buen sitio que conozco.
-Mañana es mi último día para terminar el informe…
-Genial. Entonces… Si puedes y quieres… Vamos a donde digo…
-Yo te sigo a donde digas y quieras. Sonreía Brittany, tomando luego el sentido de sus palabras. –Porque, hoy estuvo fantástico todo lo que me mostraste, seguro mañana será mejor. Agregaba con un poco de torpeza.
-¿Puedes mañana entonces?
-Si, claro…
-De acuerdo, tendremos que ir ni bien salgas del instituto, es un poco lejos de aquí y hay que ir a pie. Tal vez nos ensuciemos, porque hay mucha vegetación, te convendría llevarte otra muda de ropa.
-Perfecto. Asintió Brittany, entusiasmada.
Tomó el bolígrafo que traía, y esta vez fue ella la que le anoto velozmente su número a la morena en la mano. Seguidamente, Santana hizo lo mismo, pero esta vez anotando el que pasaba a ser su nuevo celular
–Te mando un mensaje ni bien salga y nos vemos.
-De acuerdo… Mejor me voy, o sino no viviré para mañana.
-No digas eso. Respondió la holandesa inclinándose hacia atrás, con un pequeño puchero, que fulminó en todos los sentidos más tiernos, cursis y puros, a Santana. –Tu chaqueta…
-No tranquila, me la das mañana. Le guiño el ojo la latina, volviendo del trance post-puchero. –Nos vemos Britt…
La rubia se acercó un poco dudosa, sin saber como despedirse. Opto por correrle suavemente algunos mechoness negros, totalmente mojados, de la mejilla y le dejó un leve beso alli mismo casi sin sonido.
-Hasta mañana San. Sonrió.
Con eso la ex animadora salió corriendo de allí, dejándola parada en su entrada contemplando como se alejaba. Brittany se llevó una mano al pecho, sintiendo como su corazón no se desaceleraba. No sabia hasta donde podría llegar con aquella chica, pero ya no le importaba meterse en el pecado humano de tomar la fruta prohibida, era como si algo dentro de ella se transformara a cada segundo que pasaba.
Como alma que la lleva el diablo, Santana llegó al muelle, agitada, llena de pensamientos. Levantó la cabeza dando una última carrera. Quinn se apoyaba en el barandal mirando al cielo, como sintiendo las gotas que recorrían su cara.
Como alma que la lleva el diablo, Santana llegó al muelle, agitada, llena de pensamientos. Levantó la cabeza dando una última carrera. Quinn se apoyaba en el barandal mirando al cielo, como sintiendo las gotas que recorrían su cara.
-Los barcos llegaron antes, pensé que te perderías este atardecer lluvioso.
-Tú la conocías. Cortó la morena acercándose presurosa. Su mejor amiga se quedó dubitativa, viéndola con curiosidad. –Conocías a mi salvadora y no me lo dijiste…
-Stop, stop. ¿De quien diablos hablas?
-¿Te suena el nombre de Brittany Pierce? Quinn se llevó una mano a la frente, intentando hacer memoria. Sus ojos se iluminaron de golpe, con los recuerdos que llegaron a su mente.
-¿Brittany? ¿Rubia, ojos azules, una ternura en pinta?
-Esa misma. Sonrió Santana, borrando su tono molesto.
-Si… Si la conocía… La vi unas veces en el instituto o en la playa.
-Cuéntame todo lo que recuerdes de ella Q…
Quinn no recordaba ya muchas cosas, ni tampoco sabia demasíado, más que era una chica con aparatos, que bailaba y era bastante atlética. Se sorprendió al saber que esa era la muchacha con la que su mejor amiga se estaba endulzando lentamente. Podía notarse que Santana esbozaba leves sonrisas solo con escuchar su nombre, y eso le daba una mezcla de ternura y miedo. Por lo poco que recordaba de Brittany, parecía una joven buena, pero totalmente opuesta a lo que podría imaginar para aquella morena gruñona.
En definitiva, la holandesa fue su tema de charla y entretención hasta el anochecer.
Ya en su casa, con ropa seca, la latina se tomó todo el frasco de jarabe, a sabiendas de que podría provocarle un ataque al hígado. Pero no le importaba, tenia que estar en perfectas condiciones para ver una vez más a la rubia ojos de cielo.
No le fue fácil conciliar el sueño, quizás era un efecto de la sobredosis de jarabe, pero aquella chica desfilaba como nunca por sus pensamientos. Sus miradas, su beso en la mejilla, todo parecía indicar que también se estaba sintiendo atraída. Hasta Shakespeare con sus palabras y su creencia en el amor a primera vista, desfilaron por sus pensamientos.
El día pasó lento, ella rondaba las calles cercanas al instituto, como un tiburón acecha a su presa. Traía varias ideas en mente, pero eran arriesgadas y no sabía si serian correctas aun.
Finalmente su móvil sonó, y ella con entusiasmo leyó el mensaje, notando que era el número de Brittany, el cual esa noche de insomnio se aprendió de memoria. Disimuladamente rápido, se encontraron en la esquina del Mckinley
Tras hablar dos o tres cosas, emprendieron la marcha, no había tiempo que perder. La latina consiguió a tientas el dinero necesario para que un taxi las aproximara, pero aun así les quedo buen recorrido por la costa.
Todo seria más fácil si ella tuviera el velero, pero no era así e interiormente le daba temor volver a conducir uno de eso vehículos.
En definitiva, la holandesa fue su tema de charla y entretención hasta el anochecer.
Ya en su casa, con ropa seca, la latina se tomó todo el frasco de jarabe, a sabiendas de que podría provocarle un ataque al hígado. Pero no le importaba, tenia que estar en perfectas condiciones para ver una vez más a la rubia ojos de cielo.
No le fue fácil conciliar el sueño, quizás era un efecto de la sobredosis de jarabe, pero aquella chica desfilaba como nunca por sus pensamientos. Sus miradas, su beso en la mejilla, todo parecía indicar que también se estaba sintiendo atraída. Hasta Shakespeare con sus palabras y su creencia en el amor a primera vista, desfilaron por sus pensamientos.
El día pasó lento, ella rondaba las calles cercanas al instituto, como un tiburón acecha a su presa. Traía varias ideas en mente, pero eran arriesgadas y no sabía si serian correctas aun.
Finalmente su móvil sonó, y ella con entusiasmo leyó el mensaje, notando que era el número de Brittany, el cual esa noche de insomnio se aprendió de memoria. Disimuladamente rápido, se encontraron en la esquina del Mckinley
Tras hablar dos o tres cosas, emprendieron la marcha, no había tiempo que perder. La latina consiguió a tientas el dinero necesario para que un taxi las aproximara, pero aun así les quedo buen recorrido por la costa.
Todo seria más fácil si ella tuviera el velero, pero no era así e interiormente le daba temor volver a conducir uno de eso vehículos.
-¿Tienes hambre? Preguntó Santana, llevando su mochila a sus brazos.
-Si un poco… Para salir temprano no tuve que almorzar.
-De acuerdo, suerte que pensé en eso. Sonrió la latina, sacando unos emparedados.
Se sentaron por un momento en las rocas. Para bien de todos, la tormenta solo duró aquella tarde pasada y el sol del otoño brillaba firme en el cielo.
-Están buenísimos ¿Tú los hiciste? Indagaba la holandesa, tapándose un poco la boca.
-Podría decirse… Comentó Santana mirando hacia arriba, con una pizca de picardía.
-¡Maribel! Gritaba Santiago en español, desde la cocina. Su esposa asomó la cabeza en el marco, con las cejas levantadas.
-¿Y ahora qué tienes…? Le respondía en el mismo idioma.
-Esto tengo. Decía el pescador, mostrando el refrigerador completamente vacío.
-Aja… Ya tu sabes que las compras también las puedes hacer, que no se te caerá el apellido. Su marido se quito la gorra con frustración, suspirando dramáticamente.
-Yo no me refería a eso. ¿Dónde están mis emparedados, que con tanto esfuerzo me prepare esta mañana?
-Lo que me faltaba, tener que andar buscándote tu comida. Le respondió Maribel metiéndose a la cocina. Tras revisar y comprobar que el refrigerador en efecto estaba vacío, se cruzó de cejas. -¡Martin! Gritó poniendo las manos en la cintura.
-¡Fue Santana! Le respondieron desde el piso de arriba, con lo cual los señores Lopez solo negaron con la cabeza.
Tras ese breve almuerzo y con más energía, llegaron en poco rato al arrecife. Brittany miraba cada colorido pez que pasaba bajo ella. Era mil veces mejor que ver al acuario. Se sorprendió con el paso de un cardumen, eh incluso una pequeña mantaraya. Santana le explicaba lo más que podía y sabia, tumbada sobre las rocas a varios metros de altura del agua. Hacia tiempo que no estaba por esos lugares, pero le venia bien
.-¿Se puede nadar aquí? Indagaba la rubia, sentándose a su lado.
-Si, pero mil veces es mejor bucear. Respondía la morena. –Si nos hubiéramos conocido en verano, lo habríamos hecho…
-Bueno… Pero nos conocimos en otoño… Quizás el verano que sigue podríamos… Decía como una niña pequeña.
Traía puesta la chaqueta de la latina, y tímidamente buscó en uno de los bolsillos. Allí estaba el amuleto que inconscientemente la morena termino guardando el día anterior en el puesto de los Anderson.
-Wow eso me lo dio Blaine, espero que no se enoje… Comentaba la ex animadora sentándose frente a la rubia.
Brittany le extendió el pequeño amuleto, y Santana lo sostuvo por un extremo, el de color negro. Ambas lo sostuvieron, volviendo a tildarse en sus miradas. El sonido del mar era como una canción que las hipnotizaba y las sumergía a un mundo pacifico y propio solo de ellas. La latina se inclinó un poco, pero sintió que el amuleto se dividia entremedio de ellas. Lo miraron sorprendidas: las dos mitades se habían desprendido equitativamente.
https://www.youtube.com/watch?v=1Hpm9ijASJA
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-Son imanes… Susurró la morena, sosteniendo la pieza negra. Brittany acercó la pieza blanca, y con gran impulso, ambas volvieron a unirse dejando el símbolo completamente formado de nuevo. –Que se olvide que se lo voy a devolver, esto esta genial… La rubia rio, poniéndose de pie para estirarse un poco. Dio una mirada hacia la vegetación con curiosidad.
El viento movió las hojas de su cuaderno que yacía en el piso, permitiéndole a su tutora ver un poco sus escritos. Entre ellos, remarcado con rojo, yacía su nombre “Santana” rodeado por una nubecita. Sus pensamientos volvieron de nuevo, y quiso arriesgarse a vivir ese momento. Tragó saliva, pensando bien lo que iba a hacer.
-¿Te quedan energías? Preguntó poniéndose de pie y tomando su mochila.
-Si, mucha. Le respondió Brittany, acomodándose un poco el cabello.
-Bien… Sígueme, iremos a un lugar que te gustara. Ante eso, rápidamente la animadora recogió sus cosas metiéndolas en su bolso.
La morena le extendió una mano,con la intension de ayudarla para que no tropiece, y ella la tomó con timidez. Se adentraron en la espesura del follaje, luchando con algunas ramas. La holandesa contemplaba todo con una pizca de incertidumbre: Si se suponía que verían cosas del mar, no entendía que harían metidas dentro de una selva. La morena no pretendía intimidarla, pero su cara expresaba nerviosismo.
–Tranquila, conozco bien la zona.
-Confió en ti. Le respondía la rubia sin soltarse de su mano.
Escalaron bastante, pero ambas resistieron perfectamente cada obstáculo.
Finalmente la morena llegó a la cima primero, haciéndole una seña para que se acercara.
Los ojos de Brittany brillaron, notando que estaban a unos metros de una preciosa cascada que culminaba con una laguna de color verde esmeralda.
Finalmente la morena llegó a la cima primero, haciéndole una seña para que se acercara.
Los ojos de Brittany brillaron, notando que estaban a unos metros de una preciosa cascada que culminaba con una laguna de color verde esmeralda.
-Wow… esto es hermoso. Susurraba viendo con fascinación cada planta, cada roca, devorando con su mirada aquel sitio. –Jamás imaginaria que habría algo así…
-Es que nunca terminaras de conocer los secretos de aquí, ni de la vida. Eso es lo bello de todo esto. Contestaba la morena, dejando su mochila y su teléfono sobre unas rocas firmes.
Exigió con sus manos que la rubia le entregara sus pertenencias. Se quitó su bolso y la chaqueta, dejándola junto a las cosas de su tutora. Se miraron unos instantes, y caminaron de nuevo hacia el borde de la cascada.
-Me encanta… Gracias por traerme aquí…
-Es un regalo por ser una buena alumna. Y puede ser mejor… Susurraba Santana, tomándola nuevamente de la mano. Brittany la miro con sorpresa, percibiendo que aquella muchacha temblaba un poco. -¿Le temes a las alturas...?
-N-no… Murmuró, comenzando a preocuparse.
La morena le sonrió, dando unos pasos hacia atrás. Sin esperar más, con un fuerte impuso corrió hacia adelante para saltar a la laguna, llevándose con ella a la rubia, que sintio que su propia alma se iba de su cuerpo.
-¡Espera no! Gritó con pánico, pero ya era muy tarde, puesto que en ese instante sus pies se despegaron del piso para caer al vacío. Se soltaron del agarre, y cerró los ojos esperando el momento en que todo haya acabado y despertara en el cielo teniendo que escuchar a todos los santos.
Se sumergió enteramente hacia el fondo, notando de inmediato que el agua era tibia. Abrió los ojos viendo solo líquido transparente rodeándola, junto a miles de burbujas que emergían a la superficie. Copiandolas, nadó para tomar aire, con demasiada adrenalina encima. Escupió un poco de agua, intentando despejar la vista.
-¡Espera no! Gritó con pánico, pero ya era muy tarde, puesto que en ese instante sus pies se despegaron del piso para caer al vacío. Se soltaron del agarre, y cerró los ojos esperando el momento en que todo haya acabado y despertara en el cielo teniendo que escuchar a todos los santos.
Se sumergió enteramente hacia el fondo, notando de inmediato que el agua era tibia. Abrió los ojos viendo solo líquido transparente rodeándola, junto a miles de burbujas que emergían a la superficie. Copiandolas, nadó para tomar aire, con demasiada adrenalina encima. Escupió un poco de agua, intentando despejar la vista.
-¿¡Santana!? Decía buscando a la morena, que no aparecía por ningún lado. –Hay no, Dios… ¿Qué hizo?
-Hola. La saludó Santana desde atrás, asustándola y haciendo que se sumerja con pánico. -¿Estas bien? Indagaba quitándose un poco el pelo de la cara. Ambas flotaban casi en el centro de la laguna.
-Me asustaste, no creí que querías saltar, podríamos habernos lastimado…
-Jajaja Pero ya ves que no pasó. Perdona, estoy acostumbrada a meterme así… No era mi intensión asustarte. Dijiste que no le temías a la altura y que confiabas en mí, así que…
- Podrías habérmelo dicho. Se quejaba la animadora salpicando a la latina en la cara.
Ante eso la morena la salpicó con más agua. Juguetearon así unos instantes, riendo ya más distendidas. El calor del agua les venia muy bien en otoño. Pronto la morena se sumergió a bucear siendo acompañada por su alumna. Allí no habían muchos animales acuáticos, pero era divertido, sin contar que compartían miradas de complicidad.
A la ultima vez que emergieron, Brittany tenia todo el cabello en la cara. Con eso, Santana se acercó para corrérselo y poder verla a los ojos, con tanta delicadeza que hasta ella misma se sorprendió.
La distancia entre ambas solo era la que podría tener el brazo de la morena. Borraron lentamente las sonrisas leves que tenían, y la latina sostuvo su mano sobre el perfecto rostro de esa chica angelical.
La rubia comenzaba a sentir escalofríos internos, luchando contra todo para no perderse en la mirada fija y dócil que la ex animadora sostenia sobre ella. Pero ya no podía resistir, verla toda mojada, frente a ella, era como sentirse atraída por un imán.
Lentamente, Santana se fue acercando, con timidez, quizás con una pizca de temor, hasta rosar la nariz de la holandesa. Un último e indescriptible temblor sacudió cada nervio y célula de Brittany, causando que liberara una tierna sonrisa y sus ojos se iluminaran.
Esa fue la señal necesaria, el permiso de autorización, lo que Santana había pensado y deseado desde la noche anterior. Sin esperar más, sus labios se rozaron: Primero con unos simples choques, como tanteando el suave terreno en el que se metían; para luego unirse totalmente, como si fuera necesario, dándose esta vez respiración entre ambas, sintiendo que la vida era demasiada para cada uno de sus cuerpos.
La naturaleza que las rodeaba fue testigo de aquel beso, al pie de la cascada, en lo que ambas amaban por igual: El agua.
El cielo y la tierra se habían unido, en el centro de la pureza, en el liquido vital y con sus labios como vinculo, que definirían su propio horizonte.
A la ultima vez que emergieron, Brittany tenia todo el cabello en la cara. Con eso, Santana se acercó para corrérselo y poder verla a los ojos, con tanta delicadeza que hasta ella misma se sorprendió.
La distancia entre ambas solo era la que podría tener el brazo de la morena. Borraron lentamente las sonrisas leves que tenían, y la latina sostuvo su mano sobre el perfecto rostro de esa chica angelical.
La rubia comenzaba a sentir escalofríos internos, luchando contra todo para no perderse en la mirada fija y dócil que la ex animadora sostenia sobre ella. Pero ya no podía resistir, verla toda mojada, frente a ella, era como sentirse atraída por un imán.
Lentamente, Santana se fue acercando, con timidez, quizás con una pizca de temor, hasta rosar la nariz de la holandesa. Un último e indescriptible temblor sacudió cada nervio y célula de Brittany, causando que liberara una tierna sonrisa y sus ojos se iluminaran.
Esa fue la señal necesaria, el permiso de autorización, lo que Santana había pensado y deseado desde la noche anterior. Sin esperar más, sus labios se rozaron: Primero con unos simples choques, como tanteando el suave terreno en el que se metían; para luego unirse totalmente, como si fuera necesario, dándose esta vez respiración entre ambas, sintiendo que la vida era demasiada para cada uno de sus cuerpos.
La naturaleza que las rodeaba fue testigo de aquel beso, al pie de la cascada, en lo que ambas amaban por igual: El agua.
El cielo y la tierra se habían unido, en el centro de la pureza, en el liquido vital y con sus labios como vinculo, que definirían su propio horizonte.
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
oo que hermosoo me ha encantadoo!! que dulcee!! ya quiero leer otro cap mass!!! me facina este ficc segui asii!! besitos!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
me encnato este capitulo fue genial las brittana juntas
Keiri Lopierce-* - Mensajes : 1570
Fecha de inscripción : 09/04/2012
Edad : 33
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Awwwwwwww simplemente ameee los dos cap!!.. <3.. Me parecieron super tiernos.. Creo que le tendrias que dar una idea a Ryan de como se escribe una buena historia Brittana!!!!.. xD...
Beso!!!:. :)
Beso!!!:. :)
Len104********- - Mensajes : 772
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
"-Te enseñaría el mundo entero… Sonrió bobamente Santana, ruborizándose al decir eso con el alma. "[i]
me encanto lo que dijo Santana, jajaj bobamente enamorada de Britt, me ha encantado el capitulo y sobre todo el besoooo<3 ya era hora, espero que actualices pronto:)
me encanto lo que dijo Santana, jajaj bobamente enamorada de Britt, me ha encantado el capitulo y sobre todo el besoooo<3 ya era hora, espero que actualices pronto:)
mnddz** - Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Dios, creo que me voya morir de sobredosis de dulzura por leer este cap (?. ok, eso sono cursi!. No, pero de verdad, re tiernas las Brittana!. <3. Y se besaron de nuevo. Sii. <3. Tu fic me hace feliz, no como RM que separó a la mejor pareja de la serie. u.u. Todavia no lo puedo creer. u.u. Pero leer este fic me levanta el animo!. xD
Hermoso los dos cap! Los ame. <3 Besote
Hermoso los dos cap! Los ame. <3 Besote
Fer-Sofi- ---
- Mensajes : 572
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
que hermoso!!! . san y britt besándose ahí en medio de toda esa naturaleza.... porque no pasa este tipo de cosas en la serie eh?
en vez de rupturas amorosas ¬¬
soy feliz al menos en los fics jaja.... que bueno que actualizaste 2 veces seguidas, bueno el pasado no te lo comente pero si lo leí el día que lo
pusiste... gracias a mi bendito celular, porque eso de estar un fin de semana
sin Internet es lo peor que puede pasar jaja.. en fin hasta la próxima
actualización.. chao
en vez de rupturas amorosas ¬¬
soy feliz al menos en los fics jaja.... que bueno que actualizaste 2 veces seguidas, bueno el pasado no te lo comente pero si lo leí el día que lo
pusiste... gracias a mi bendito celular, porque eso de estar un fin de semana
sin Internet es lo peor que puede pasar jaja.. en fin hasta la próxima
actualización.. chao
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
aaaaaaaa.....estuvo sencillamente genial......hermoso sin lugar a dudas...me alegro este capitulo....espectacular!!!!!
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
La naturaleza que las rodeaba fue testigo de aquel beso, al pie de la cascada, en lo que ambas amaban por igual: El agua.
El cielo y la tierra se habían unido, en el centro de la pureza, en el liquido vital y con sus labios como vinculo, que definirían su propio horizonte.
Creo no pudiste describir de mejor manera este momento, creeme ue mi imaginacion volo hasta ese momento, si algun dia escribes un libro podre decir que fui de tus primeras lectoras antes de ello. Siempre me ha gustado el simbolo del ying y yang, esa perfecta combinacion de algo diferente, y me encanta la filosofia de blaine y sus consejos. Excelente capitulo como siempre, un abrazo.
El cielo y la tierra se habían unido, en el centro de la pureza, en el liquido vital y con sus labios como vinculo, que definirían su propio horizonte.
Creo no pudiste describir de mejor manera este momento, creeme ue mi imaginacion volo hasta ese momento, si algun dia escribes un libro podre decir que fui de tus primeras lectoras antes de ello. Siempre me ha gustado el simbolo del ying y yang, esa perfecta combinacion de algo diferente, y me encanta la filosofia de blaine y sus consejos. Excelente capitulo como siempre, un abrazo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
He de decir que por tres capítulos me tuviste llorando a mares! no sé cómo lograste que me pusiera en la situación de Santana, y sintiera que yo había perdido a mi mejor amiga... no pude quitarme la sensación de soledad y angustia por todo un día, y cada vez que recuerdo los acontecimientos me embarga una pena demasiado grande . Así que por un lado te odio, por hacerme sentir de esta manera, pero por otro lado te admiro y respeto por ser capaz de escribir algo y hacer que las personas se emocionen con lo que escribes. Me encanta la idea de que sea en base a la película "Charlie St. Cloud" (Creo que así es en inglés, y creo que esa es la película), le da un no se qué especial, muy diferente a las historias que suelo leer... y me encanta.
También agradezco la intervención de San Shakespeare, le da su toque mágico y angustiosamente hermoso a tu historia, y has hecho que vuela a leer como por décimo-séptima vez Romeo y Julieta.
Deberías postularte a los fics awards (si es que no lo has hecho ya), porque reitero que tu forma de escribir es absolutamente mágica y conmovedora. Te has convertido en mi escritora de fics #1
Leo esto y me doy risa porque sueno super seria y avasalladora, y me sentí super chupamedias. Pero bueno, necesitaba que supieras, o al menos yo decirte cuánto me ha encantado tu fic. (Disculpa si utilizo muchas veces la palabra "Mágica", pero tengo un serio problema con Harry Potter, creo que tendré que ir con el psicólogo xD)
Besos, cuídate y que estés muy bien. -Gaby
También agradezco la intervención de San Shakespeare, le da su toque mágico y angustiosamente hermoso a tu historia, y has hecho que vuela a leer como por décimo-séptima vez Romeo y Julieta.
Deberías postularte a los fics awards (si es que no lo has hecho ya), porque reitero que tu forma de escribir es absolutamente mágica y conmovedora. Te has convertido en mi escritora de fics #1
Leo esto y me doy risa porque sueno super seria y avasalladora, y me sentí super chupamedias. Pero bueno, necesitaba que supieras, o al menos yo decirte cuánto me ha encantado tu fic. (Disculpa si utilizo muchas veces la palabra "Mágica", pero tengo un serio problema con Harry Potter, creo que tendré que ir con el psicólogo xD)
Besos, cuídate y que estés muy bien. -Gaby
Santana Carrow* - Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 26/05/2012
Edad : 31
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Yo te juro que me caso contigo si escribes así toda la vida *O*
Ja, en serio me encanta es demasiado hermoso TODO absolutamente TODO! Tienes un excelente gusto musical, & ni se diga un talento para escribir precioso :3 San&Britt son tan Yin & Yang que el amuleto que le dio Blaine a San me hizo recordar a Mulan xD No tengo palabras para halagar la historia es perfecta, graciiias :D Espero tu actualización pronto.
cuídate.
Ja, en serio me encanta es demasiado hermoso TODO absolutamente TODO! Tienes un excelente gusto musical, & ni se diga un talento para escribir precioso :3 San&Britt son tan Yin & Yang que el amuleto que le dio Blaine a San me hizo recordar a Mulan xD No tengo palabras para halagar la historia es perfecta, graciiias :D Espero tu actualización pronto.
cuídate.
Invitado- Invitado
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
viva! bendita cascada , espero que ninguna salga corriendo por allí en bolas asustada ... por que algo rápido si que han ido pero bueno... son ellas <3
Lydia7********- - Mensajes : 617
Fecha de inscripción : 24/08/2011
Edad : 32
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
Esaaa!!! Casi se me va el sabado y estoy por salir de fiesta, pero no podria dejar de actualizar. Antes de que empiecen a odiarme les aclaro que en la primer parte diran Esta loca quiere matarnos ¿Acaso pretende distanciar a las Brittana? Pero no se preocupen jajajaj Saludos!
Capitulo XVI: Las mil y una noches
-Todo esto fue divertido… Murmuró de espaldas a su tutora, cruzándose tímidamente de brazos.
-Britt, yo… Puedo explicarlo, o no, bueno no puedo… Pero lo intento, yo… Tartamudeaba la morena luchando por salir velozmente de la laguna y alcanzarla.
-¿Puedo confiar en ti? Susurró Santana, unos centímetros más lejos de ella.
–Todo aquí tiene su historia, y su lugar, a la sombra de los arboles…. Iniciaba la latina, rebuscando las palabras. -No soy fanática de las tradiciones, pero… Este sitió es un secreto de mi familia por muchos años. Aquí mi abuelo trajo a mi abuela… -Explicaba señalando las primeras letras escritas: - “A & S”, Alma y Santiago I…El hermano mayor de mi papá, trajo a quien seria su esposa. Señalaba las letras, debajo de las primeras: - “E & M”, Elisa y Manuel. Lo mismo intentó hacer mi tía Sabina, con su esposo, Ismael. Por eso “I & S”. Y mi padre…. -Acariciaba las iniciales lentamente. – Tuvo su primer cita con mi mamá justo aquí. “M & S” Maribel y Santiago. Comentaba tímidamente. –Es un lugar especial para todos los Lopez…
-Es como una secuencia… Murmuraba Brittany, leyendo detenidamente la lista de letras grabadas en la piedra.
-Puede ser, supongo que debajo debería seguir la inicial de mi hermano, aunque en verdad no me gustaría que pase… Lo importante aquí es que… Todos ellos permitieron que las aguas de esta laguna les dieran una especie de bendición que les trajera suerte en su relación. O eso siempre me contaban. Creo que por eso me deje llevar ahora... Hablaba Santana, agachando la cabeza. Brittany se giró a verla, aun con las mejillas ruborizadas. –Este es un secreto, por favor nunca lo develes…
-Yo… También tengo un secreto que confesarte… La latina levantó la mirada, esperando atenta su historia. – Esto que paso, digo, lo de la laguna… Fue uno de mis primeros besos.
-Lo siento… Se le escapo a la morena, sin despertar de sus pensamientos acelerados.
-No, escucha… no fue malo. Al contrario, me pareció hermoso. Sonrió Brittany, con total timidez. –Pero siempre pensé que, para besarte con alguien, tienes que saber que es la persona indicada. Un beso es un símbolo de algo que te sale del corazón, ya que conoces y confías totalmente a quien se lo permites y no me parece que debería ser algo apurado, porque quizás con ello aun no tienes los sentimientos suficientes para hacerlo de verdad…
-No te preocupes, tu secreto estará bien guardado conmigo. Hablaba la rubia lentamente, dándole una mirada al increíble paisaje selvático que las rodeaba.
–Creo que será mejor que nos cambiemos, que estamos todas mojadas…
-Si, lo bueno es que te hice caso y traje otra muda de ropa. De todas formas, me gustaría que volvamos a la ciudad. Murmuro la animadora, sintiendo que su pecho se comprimía con la mirada triste y avergonzada que la latina transformaba en su propia cara.
-Muchas gracias, de verdad. Sonreía Brittany, entregándole su chaqueta de jean.
-¿Nos volveremos a ver? Indagó Santana, como presintiendo que esa seria la ultima vez que podría ver el cielo tan de cerca. La rubia la miró con ternura, moviendo sus azules ojos en búsqueda de respuestas.
- El tiempo lo dirá…
-Entiendo… Susurró la morena, dejando a la suerte que su corazón apagara toda chispa o llama que pudo haber encendido aceleradamente.
-¿Has estado escuchando…?
-¿Qué te piensas que soy, una metiche?
-¿Y tú que haces aquí, no deberías estar trabajando de una vez por todas? Refutaba la castaña mirándola de manera desafiante. –Claro si te es más fácil robarte las propinas de las mesas…
-Vete al diablo.
-Y tú al psicólogo, traumada.
-Supuse que era ella, con todo lo que me la describiste y me parece un asco de persona sin siquiera conocerla
-¿Sabes con quien hablaba tan alterada?
-No quise averiguarlo. Respondía la ex animadora ojos claros, cruzándose disimuladamente de brazos. - ¿Tú estas bien? Tu cara deja mucho que desear.
- A ver San… Tienes que volver a generar la autoconfianza que tanto te tenias, hasta a mi me sorprende como te tiras abajo cuando algo no sale como lo planeas. Por un lado, entiendo a Brittany. Es dos años menor que tú, como bien dices seguramente eres una de las primeras personas que la ve y busca de otro modo, porque a la vista está que no la quieres como amiga. Ante eso la latina se ruborizo, sin levantar la mirada del piso. –Y si es así, que tu le diste su primer beso, entonces es normal que se confunda un poco… ¿Recuerdas como estabas tu cuando no podías afrontar lo de tu sexualidad? A ti te llevo un tiempo, anda a saber si ella tendrá el valor de hacerlo también. La influencia de la sociedad pesa mucho, tu bien lo sabes.
-¿Y que hago? No podría ni querría forzarla… Pensándolo bien, lo intenté con Emily, y estuvo mal obligarla a que se exponga.
-Pero tú, a Brittany ni siquiera la has expuesto, porque es algo que queda entre ustedes. Aunque venido al caso podrías haber buscado otro sitio que nuestro lugar sagrado, pero ya es medio tarde para quejarme de ello… ¿Sabes? Lo mejor que puedes hacer…
-Es alejarme, listo ya entendí.
-No, cabeza hueca. Se quejaba Quinn, girando los ojos. –Si a ella lo que no le gusto es que fuera algo apurado, ten paciencia por una vez en tu vida y dale a entender que puede confiar totalmente en ti. Bríndale la seguridad y certeza de que fuiste la persona correcta para darle su primer beso. ¿O es que no quieres volver a verla?
-Si que quiero, ahora mismo incluso.
-Cursi, pero bien. No te acobardes ahora, si fuiste capaz de tirarla de la cascada, entonces puedes ganártela, cortejándola lentamente. Habla lo más que puedas con ella, escúchala, hazla sentir bien… Nada pierdes con intentarlo, pero solo dejaras que se vaya si no luchas por ello.
-¿Te debo algo?
-Monedas.
-Jesús danos paciencia… Susurró Maribel negando con la cabeza.
-Me gustaría que empiecen a llevarse bien…
-No. No me pidas eso, siendo que ella es el problema en pinta. Abre los ojos Martin, esa tipa…
-Esa tipa, es la madre de tu futuro sobrino.
-¡Eres un cobarde! ¡No sabes cuanto desearía haberte frenado para que no fueras aquella vez a New York!
-Es suficiente…
-¡Mírate Martin! ¡Te tienen totalmente dominado, y eres un infeliz, ya que por esa bocona dejaste ir lo que realmente querías!
- ¿¡De que demonios hablas!?
-¡¿Por qué ya no vas a la marina, huh?! ¡Dilo! Ante eso el moreno bajo totalmente la guardia, no pensaba que aquellas palabras iban por ese lado.
-Paren ambos. De inmediato. Ordenó Santiago con voz gruesa, molesto ante la falta de respeto que sus hijos estaban teniendo. –Martin, ¿De que habla tu hermana?
-Está loca… Murmuró Rachel, desde el marco de la cocina.
-¡Tu Callate! ¡Que es por ti que mi hermano ya no es marino!
-¿Es eso cierto…? Susurró el pescador, con dolor y decepción. Martin no respondió, solo se digno a tomar su chaqueta del perchero de la entrada y salió dejando un estruendoso portazo.
-Y la loca aquí soy yo, mientras ella lo convence de olvidar sus sueños. Murmuró Santana, ante la vista de sus padres.
-No, tu vete a buscar a Martin. Yo hablo con ella… Con eso se separaron presurosos, dejando solo a la judía en el salón.
-¿Tú dejaste la marina antes de casarte con mamá? Indagó el latino, concentrado en su cigarrillo.
-Si. Afirmo su padre, acercándose con las manos en los bolsillos.
-Entonces entenderás por qué yo lo hice...
-No, claro que no lo entiendo. Dime una cosa, ¿Acaso te crie para que seas como yo? No, siempre los eduqué pensando en que hagan lo que les parezca correcto, tomando sus propias decisiones. Y me imagino los motivos por los que abandonaste, pero déjame decirte que estoy muy desilusionado mijo…
-Lo que daría por que todo fuera como antes.
-… Yo también.
-¿Quieres hablar?
-Solo quiero hablar con una persona, y no está aquí. Contestó la latina, con un puchero de niña pequeña.
-Yo también quisiera tener a mi mejor amiga cerca… Comentó Maribel con tristeza. Su hija se volteo a verla con curiosidad, había malinterpretado sus palabras ya que inconscientemente por primera vez no se refería a su mejor amiga, sino que hablaba de Brittany. –Todo esto es tan difícil algunos días… Yo también me siento sola mija… Imagínate que con Judy teníamos toda una vida de amistad. Y fue tan terrible como terminaron las cosas…
-Todo fue mi culpa.
-No cariño mio… No se puede cambiar lo que ya estaba establecido. Pero como desearía hablar con ella, aunque sea por una carta, que es un buen modo de expresar lo que verdaderamente piensas y sientes.
Las mil y una noches.
-Cuenta la historia que para salvar su propia vida, una mujer de no recuerdo que lugar, prometió todas las noches contarle un cuento a un famoso y poderoso rey. Pasaron así, mil noches, en las que ella no fallaba en su palabra y cada puesta de sol, sin descanso, el monarca la esperaba ansioso por una nueva historia. Fue así como se ganó la confianza del rey, y yo creo que poco a poco lo fue conquistando, pese a que en el exterior podría mostrarse como alguien cruel.
Las palabras son finas, tanto que se pueden filtrar hasta el más recóndito lugar de nuestro ser. Y para mi suerte, son infinitas, como las historias que abarcan una vida. A partir de hoy tu eres una reina, y yo te entretendré mil noches con un relato si es necesario. Sé que te gustan los cuentos y las leyendas, lo note en tu mirada el otro día.
Es cierto que me eh apurado, lo siento, no soy perfecta, espero que puedas comprender. Y yo también te perdono, por pasar cada momento en mi mente sin darme tregua.
Aquí estoy, soy Santana, tengo 18 años y por ahora solo sé que amo el mar. ¿Tú también lo amas? Que bello y extraño es eso que llamamos “amor”, porque puede surgir de la situación más inesperada, misteriosamente así es la vida. Te contare una historia, resumida y cambiada, creo, porque en verdad la leí cuando tenía seis años, pero dice así:
-Que cosa tan necia es el amor… Le comentó un estudiante al ruiseñor, que todas las tardes lo visitaba en la ventana de su habitación. El joven se había enamorado, y la chica que quería invitar al baile, solo le hablaría si él le entregaba la rosa del color más rojo intenso que pudiera existir. La mala suerte lo aturdía, puesto que en aquel valle donde él vivía solo crecían las rosas blancas. El pequeño pajarillo lo escuchaba siempre en sus penas y sus alegrías. Le cantó una cancioncilla con su agudo silbido. Pero el pobre chico estaba triste, ni siquiera la melodía de su pequeño amiguito lo alegraba. Las lágrimas se apoderaron de sus ojos, y así entre llantos, se quedo profundamente dormido sobre la ventana. El ruiseñor lo contempló, sintiendo pena por el. Le agradaba verlo reír, y si esa joven lo haría sonreír, entonces valdría la pena un esfuerzo. Sobrevoló el pueblo, pero los pocos rosales que había solo tenían aquellas bellas flores blancas. La hora del baile se acercaba, y su amigo humano continuaría con su melancólico pesar. Bajo la ventana donde el muchacho dormía, se hallaba un tímido rosal oculto entre varias plantas. De allí solo una gran rosa blanca se distinguía entre el follaje. La admiro unos segundos, de verdad era hermosa.
El atardecer caía, y ya se acercaba la noche. De verdad quería ayudarlo, daría lo que fuera porque su amigo humano volviera a sonreír. El ya había vivido, pudo volar y gozar de los más hermosos paisajes, por lo que tomo la decisión más loca de todas: Parándose sobre el rosal, rebusco la espina más gruesa y firme de todas, con dolor se la clavo en el pecho, a medida que cantaba con fuerza para disminuir su sufrimiento. Su sangre fue recorriendo la rosa, tiñéndola lentamente hasta que tomara un bello color. Ya cuando sus fuerzas no eran suficientes se dejo caer, y la flor paso a transformarse en una pasional rosa roja. El ruiseñor cerró sus ojos, su pecho manchado de rojo dejó de respirar.
Al despertar, el muchacho vio sorprendido aquella flor bajo su mirada. Con una sonrisa la tomó entre tus manos y sin más vueltas corrió en busca de la joven que amaba. Triste es el destino, y cruel la mentalidad humana, cuando ella lo rechazó alegando que una rosa no era ningún obsequio tan grande como para aceptar ir al baile con él.
El estudiante llegó a pensar que entonces el amor era algo que no existía, que solo lastimaba y no valía la pena sentir. Pero la madre tierra es sabia, y ella confía verdaderamente en este sentimiento, porque fue por el que tuvo el valor de crear todo lo existente en el universo. Entonces, como símbolo de lo que realmente es el amor puro, real y sincero, todos los ruiseñores traen el pecho de color rojo. Ya que en el valor de aquel amiguito que se sacrifico por alguien que quería, se reflejaba realmente lo que un ser que es capaz de amar, puede llegar a hacer.
-Ahora, cada vez que leas esta historia pregúntate ¿Tu que harías por amor? Yo solo sé que puedo llegar a cantar como un ruiseñor. Buenas noches, mi reina.
Capitulo XVI: Las mil y una noches
La brisa abarcó todos los recónditos lugares de la bahía, dándole una gota de aire y alivio a quien lo respirara. Se deslizó libremente moviendo el cabello de las personas que se atrevían a caminar por las costas en otoño; incentivó a los pocos veleros a seguir su marcha, sin darle oportunidad de dudar en su destino, solo permitiéndoles marchase por las saladas aguas, que se movían con sus olas y su color azulado.
Pero quién sabe si aquel leve viento no era en verdad otro ser, que nace del mismísimo aire, crece en cada colina, se reproduce hasta formar grandes olas, y muere, como las almas, quizás para dispersarse en el infinito del olvido.
Confíaba entonces, a partir de ese instante, la morena en aquella masa de aire. Para que guarde en sus invisibles ojos ese mágico momento, y que en compañía de cada árbol y pequeño animal que se atrevió a espiar, sean sus testigos, confidentes de un nuevo recuerdo.
Fueron los dos segundos en que sus labios se conectaron, aquellos que la hicieron casi revivir de un lecho de tristeza del que no pretendía levantarse. Pero, lentamente fue despertando del sueño en el que su corazón se había atrevido a generar, solo resguardando cada fuerte latido que sintió, cuando Brittany la tomó por el rostro alejándola con delicadeza.
Santana volvió a mirarla a los ojos, pero aquel brillo celestial ahora se convertía en un extraño reflejo de otros sentimientos, que le hizo sentir un total vacío en el pecho. Quizás besarla no había sido lo correcto. Tal vez aquella rubia solo había sonreído porque no sabía como detenerla, y ella se apresuró en callarla para no escuchar una respuesta negativa.
Ahora era tarde para arrepentirse, y el calor del rose que tuvieron permanecía latente en sus labios. La animadora, aun en el centro de la laguna, agachó la mirada sonrojándose. No, no fue lo correcto, y la morena no podía hallar completamente los motivos ni las razones del impulso que la hizo tirarse al todo o nada con su alumna. Frente a ella, completamente mojada y sumergida en nuevos temores, se quedó muda contemplando como Brittany salía del agua.
Pero quién sabe si aquel leve viento no era en verdad otro ser, que nace del mismísimo aire, crece en cada colina, se reproduce hasta formar grandes olas, y muere, como las almas, quizás para dispersarse en el infinito del olvido.
Confíaba entonces, a partir de ese instante, la morena en aquella masa de aire. Para que guarde en sus invisibles ojos ese mágico momento, y que en compañía de cada árbol y pequeño animal que se atrevió a espiar, sean sus testigos, confidentes de un nuevo recuerdo.
Fueron los dos segundos en que sus labios se conectaron, aquellos que la hicieron casi revivir de un lecho de tristeza del que no pretendía levantarse. Pero, lentamente fue despertando del sueño en el que su corazón se había atrevido a generar, solo resguardando cada fuerte latido que sintió, cuando Brittany la tomó por el rostro alejándola con delicadeza.
Santana volvió a mirarla a los ojos, pero aquel brillo celestial ahora se convertía en un extraño reflejo de otros sentimientos, que le hizo sentir un total vacío en el pecho. Quizás besarla no había sido lo correcto. Tal vez aquella rubia solo había sonreído porque no sabía como detenerla, y ella se apresuró en callarla para no escuchar una respuesta negativa.
Ahora era tarde para arrepentirse, y el calor del rose que tuvieron permanecía latente en sus labios. La animadora, aun en el centro de la laguna, agachó la mirada sonrojándose. No, no fue lo correcto, y la morena no podía hallar completamente los motivos ni las razones del impulso que la hizo tirarse al todo o nada con su alumna. Frente a ella, completamente mojada y sumergida en nuevos temores, se quedó muda contemplando como Brittany salía del agua.
-Todo esto fue divertido… Murmuró de espaldas a su tutora, cruzándose tímidamente de brazos.
-Britt, yo… Puedo explicarlo, o no, bueno no puedo… Pero lo intento, yo… Tartamudeaba la morena luchando por salir velozmente de la laguna y alcanzarla.
La holandesa caminó intentando evitar cruzar su mirada con la de aquella muchacha; no le importaba sentir frio, ni estar toda mojada, porque su mente se revolucionaba como nunca había imaginado que podría hacerlo, solo con lo que sentía interiormente. Quedó frente a una roca que tenia escritas, de manera rupestre, unas cuantas letras. Tragó saliva, todo era increíble.
-¿Puedo confiar en ti? Susurró Santana, unos centímetros más lejos de ella.
La rubia dudó unos segundos, sin comprender ni poder imaginar a qué llegaría aquella charla. Finalmente asintió, inclinándose de hombros.
–Todo aquí tiene su historia, y su lugar, a la sombra de los arboles…. Iniciaba la latina, rebuscando las palabras. -No soy fanática de las tradiciones, pero… Este sitió es un secreto de mi familia por muchos años. Aquí mi abuelo trajo a mi abuela… -Explicaba señalando las primeras letras escritas: - “A & S”, Alma y Santiago I…El hermano mayor de mi papá, trajo a quien seria su esposa. Señalaba las letras, debajo de las primeras: - “E & M”, Elisa y Manuel. Lo mismo intentó hacer mi tía Sabina, con su esposo, Ismael. Por eso “I & S”. Y mi padre…. -Acariciaba las iniciales lentamente. – Tuvo su primer cita con mi mamá justo aquí. “M & S” Maribel y Santiago. Comentaba tímidamente. –Es un lugar especial para todos los Lopez…
-Es como una secuencia… Murmuraba Brittany, leyendo detenidamente la lista de letras grabadas en la piedra.
-Puede ser, supongo que debajo debería seguir la inicial de mi hermano, aunque en verdad no me gustaría que pase… Lo importante aquí es que… Todos ellos permitieron que las aguas de esta laguna les dieran una especie de bendición que les trajera suerte en su relación. O eso siempre me contaban. Creo que por eso me deje llevar ahora... Hablaba Santana, agachando la cabeza. Brittany se giró a verla, aun con las mejillas ruborizadas. –Este es un secreto, por favor nunca lo develes…
-Yo… También tengo un secreto que confesarte… La latina levantó la mirada, esperando atenta su historia. – Esto que paso, digo, lo de la laguna… Fue uno de mis primeros besos.
Santana retrocedió unos pasos con sorpresa. No sabía como reaccionar ante eso, sobretodo por la voz en que la animadora se lo contaba. Por una parte se sentía como una privilegiada en el mundo y el universo, al haber tocado esos labios tan perfectos, como profanando uno de los tesoros más importantes. Pero, por otra parte, una sensación de culpa la invadía, porque tal vez eso no era lo que Brittany esperaba, por más romántico y loco que haya sido.
Aquel secreto le daba a entender que la rubia recién iniciaba su vida en las relaciones amorosas y, probablemente, en ese instante seria un mar de confusión como le podría pasar a cualquier adolescente.
Aquel secreto le daba a entender que la rubia recién iniciaba su vida en las relaciones amorosas y, probablemente, en ese instante seria un mar de confusión como le podría pasar a cualquier adolescente.
-Lo siento… Se le escapo a la morena, sin despertar de sus pensamientos acelerados.
-No, escucha… no fue malo. Al contrario, me pareció hermoso. Sonrió Brittany, con total timidez. –Pero siempre pensé que, para besarte con alguien, tienes que saber que es la persona indicada. Un beso es un símbolo de algo que te sale del corazón, ya que conoces y confías totalmente a quien se lo permites y no me parece que debería ser algo apurado, porque quizás con ello aun no tienes los sentimientos suficientes para hacerlo de verdad…
La latina pasó directamente a sentirse como una idiota. Con esas palabras, Brittany le decía que había sido muy pronto, y lo peor es que, por primera vez, estaba de acuerdo con un discurso de ese tipo. Se vieron algunas veces, si, habían hablado y reído, pero en verdad seguían siendo desconocidas sin más que dos vínculos peculiares: Salvadora-rescatada; tutora y alumna.
Para Brittany, todo eso era como un sueño hecho realidad, pero no quería arruinarlo transformándolo en un capricho apurado. Había esperado toda su vida por un primer beso, y ahora que lo tuvo, no estaba segura si era correcto. Pero no porque no le gustara Santana, al contrario tantos días que la vigiló en silencio eran por algo que no se atrevía a etiquetar; por nada del mundo lo llamaría obsesión, podría ser curiosidad, quizás se le mezclaba un poco de lastima; y eso era lo que la tenia realmente mal, ya que no quería ilusionarla con sus acciones, simplemente porque con ello la veía sonreír, y le parecía hermosa su sonrisa. Aun quería conocerla, y llegar a darse cuenta que en verdad no era por lastima que le gustaría estar a su lado, pero algo aun más pesado se posaba en sus hombros, y era la ley del ser místico en el que ella tenía fe ciega: Dios.
¿El aceptaría el amor entre mujeres? ¿Si el hombre y la mujer fueron creados para estar juntos, seria correcto lo que ellas se apuraron en hacer con sus labios? La confusión cundía su mente, ante la mirada de aquella morena, que deseaba volver el tiempo atrás solo unos minutos antes de saltar a la laguna.
Para Brittany, todo eso era como un sueño hecho realidad, pero no quería arruinarlo transformándolo en un capricho apurado. Había esperado toda su vida por un primer beso, y ahora que lo tuvo, no estaba segura si era correcto. Pero no porque no le gustara Santana, al contrario tantos días que la vigiló en silencio eran por algo que no se atrevía a etiquetar; por nada del mundo lo llamaría obsesión, podría ser curiosidad, quizás se le mezclaba un poco de lastima; y eso era lo que la tenia realmente mal, ya que no quería ilusionarla con sus acciones, simplemente porque con ello la veía sonreír, y le parecía hermosa su sonrisa. Aun quería conocerla, y llegar a darse cuenta que en verdad no era por lastima que le gustaría estar a su lado, pero algo aun más pesado se posaba en sus hombros, y era la ley del ser místico en el que ella tenía fe ciega: Dios.
¿El aceptaría el amor entre mujeres? ¿Si el hombre y la mujer fueron creados para estar juntos, seria correcto lo que ellas se apuraron en hacer con sus labios? La confusión cundía su mente, ante la mirada de aquella morena, que deseaba volver el tiempo atrás solo unos minutos antes de saltar a la laguna.
-No te preocupes, tu secreto estará bien guardado conmigo. Hablaba la rubia lentamente, dándole una mirada al increíble paisaje selvático que las rodeaba.
–Creo que será mejor que nos cambiemos, que estamos todas mojadas…
-Si, lo bueno es que te hice caso y traje otra muda de ropa. De todas formas, me gustaría que volvamos a la ciudad. Murmuro la animadora, sintiendo que su pecho se comprimía con la mirada triste y avergonzada que la latina transformaba en su propia cara.
Quería un momento para pensar ella sola, y teniéndola enfrente, sentía que la víbora del deseo y la lujuria la incentivaba a continuar probando de la fruta prohibida en aquel paraíso.
Sin borrar su mala cara, la morena le alcanzó sus cosas y dejó que su alumna se cambiara sola en tanto ella lo hacia mucho más alejada, sin atrever a voltearse. Un rato después, y ya con un silencio que no sabían como romper emprendieron su marcha de regreso.
La rubia revisaba su cuaderno, y le hacia una que otra pregunta para finalizar con su informe, pero casi ni se dirigían la mirada, como dos niñas que se sienten culpables tras cometer una pequeña travesura.
Santana nunca se había sentido así, siempre había obtenido lo que quería de buenas a primera y ya con un beso, normalmente le seguían muchas situaciones más. Pero con Brittany era diferente: besarla fue un impulso, como la búsqueda del aire al emerger del mar. De haber sido por ella, se habría sumergido mil veces entonces.
Ahora que la animadora le había parado el plan, se quedó parcialmente nula en lo que sentía, y generaba a cada segundo que pensaba en su salvadora.
Pasada una larga hora de caminata y otro taxi pagado a tientas, se despidieron en la fuente de la municipalidad.
Sin borrar su mala cara, la morena le alcanzó sus cosas y dejó que su alumna se cambiara sola en tanto ella lo hacia mucho más alejada, sin atrever a voltearse. Un rato después, y ya con un silencio que no sabían como romper emprendieron su marcha de regreso.
La rubia revisaba su cuaderno, y le hacia una que otra pregunta para finalizar con su informe, pero casi ni se dirigían la mirada, como dos niñas que se sienten culpables tras cometer una pequeña travesura.
Santana nunca se había sentido así, siempre había obtenido lo que quería de buenas a primera y ya con un beso, normalmente le seguían muchas situaciones más. Pero con Brittany era diferente: besarla fue un impulso, como la búsqueda del aire al emerger del mar. De haber sido por ella, se habría sumergido mil veces entonces.
Ahora que la animadora le había parado el plan, se quedó parcialmente nula en lo que sentía, y generaba a cada segundo que pensaba en su salvadora.
Pasada una larga hora de caminata y otro taxi pagado a tientas, se despidieron en la fuente de la municipalidad.
-Muchas gracias, de verdad. Sonreía Brittany, entregándole su chaqueta de jean.
-¿Nos volveremos a ver? Indagó Santana, como presintiendo que esa seria la ultima vez que podría ver el cielo tan de cerca. La rubia la miró con ternura, moviendo sus azules ojos en búsqueda de respuestas.
- El tiempo lo dirá…
-Entiendo… Susurró la morena, dejando a la suerte que su corazón apagara toda chispa o llama que pudo haber encendido aceleradamente.
Esta vez, fue ella quien le dejó un beso en la mejilla a la holandesa, por más que hubiera soñado despedirse de otra forma, y, suspirando profundamente, caminó lentamente hacia el muelle, dejándola parada sola en aquel lugar.
Con la mente cada vez más hecha un lio, dio un rápido recorrido por las costas, sintiendo el pitazo del último barco que se aproximaba a su destino final.
Distinguió una figura en el muelle ante los rayos algo apagados del sol otoñal. No era su mejor amiga, y con ello se le revolvió el estomago. Rachel caminaba de acá para allá, hablando por su teléfono y por los movimientos de su mano, parecía bastante alterada.
-¿Se puede saber que haces aquí? La interrumpió, caminando por los tablones que resonaban a sus pies. La judía colgó de inmediato, viéndola de manera sorprendida.Con la mente cada vez más hecha un lio, dio un rápido recorrido por las costas, sintiendo el pitazo del último barco que se aproximaba a su destino final.
Distinguió una figura en el muelle ante los rayos algo apagados del sol otoñal. No era su mejor amiga, y con ello se le revolvió el estomago. Rachel caminaba de acá para allá, hablando por su teléfono y por los movimientos de su mano, parecía bastante alterada.
-¿Has estado escuchando…?
-¿Qué te piensas que soy, una metiche?
-¿Y tú que haces aquí, no deberías estar trabajando de una vez por todas? Refutaba la castaña mirándola de manera desafiante. –Claro si te es más fácil robarte las propinas de las mesas…
La latina ya estaba muy frustrada como para soportar a aquella insoportable. Lo único que deseaba era sumirse en su propia “realidad” junto a Quinn, a quien en un momento logró divisar más lejos del muelle, mirándola por el rabillo del ojo.
-Vete al diablo.
-Y tú al psicólogo, traumada.
Finalizó Rachel, dándose la vuelta y dejándola apretando las mandíbulas a más no poder. Su amiga rubia se acercó velozmente, pasando al lado de aquella muchacha viéndola de manera despectiva sin poder evitarlo.
-Supuse que era ella, con todo lo que me la describiste y me parece un asco de persona sin siquiera conocerla
-¿Sabes con quien hablaba tan alterada?
-No quise averiguarlo. Respondía la ex animadora ojos claros, cruzándose disimuladamente de brazos. - ¿Tú estas bien? Tu cara deja mucho que desear.
Con un suspiro de cansancio Santana le conto a su mejor amiga su espectacular día con Brittany, hasta el tonto momento en que la beso y se sintió rechazada, sola y embobada. Quinn no pudo evitar sonreír, ya aceptando la realidad de que la pobre latina no podría sacarse más de la cabeza a la rubia de Holanda. La morena descargó todo lo que pensaba, como se sentía, por sobretodas las cosas demostrando que ya no tenía seguridad de seguir viéndola.
- A ver San… Tienes que volver a generar la autoconfianza que tanto te tenias, hasta a mi me sorprende como te tiras abajo cuando algo no sale como lo planeas. Por un lado, entiendo a Brittany. Es dos años menor que tú, como bien dices seguramente eres una de las primeras personas que la ve y busca de otro modo, porque a la vista está que no la quieres como amiga. Ante eso la latina se ruborizo, sin levantar la mirada del piso. –Y si es así, que tu le diste su primer beso, entonces es normal que se confunda un poco… ¿Recuerdas como estabas tu cuando no podías afrontar lo de tu sexualidad? A ti te llevo un tiempo, anda a saber si ella tendrá el valor de hacerlo también. La influencia de la sociedad pesa mucho, tu bien lo sabes.
-¿Y que hago? No podría ni querría forzarla… Pensándolo bien, lo intenté con Emily, y estuvo mal obligarla a que se exponga.
-Pero tú, a Brittany ni siquiera la has expuesto, porque es algo que queda entre ustedes. Aunque venido al caso podrías haber buscado otro sitio que nuestro lugar sagrado, pero ya es medio tarde para quejarme de ello… ¿Sabes? Lo mejor que puedes hacer…
-Es alejarme, listo ya entendí.
-No, cabeza hueca. Se quejaba Quinn, girando los ojos. –Si a ella lo que no le gusto es que fuera algo apurado, ten paciencia por una vez en tu vida y dale a entender que puede confiar totalmente en ti. Bríndale la seguridad y certeza de que fuiste la persona correcta para darle su primer beso. ¿O es que no quieres volver a verla?
-Si que quiero, ahora mismo incluso.
-Cursi, pero bien. No te acobardes ahora, si fuiste capaz de tirarla de la cascada, entonces puedes ganártela, cortejándola lentamente. Habla lo más que puedas con ella, escúchala, hazla sentir bien… Nada pierdes con intentarlo, pero solo dejaras que se vaya si no luchas por ello.
Santana esbozo una leve sonrisa con las palabras de aliento de su amiga. Tenia mucha razon, y el hecho de que Brittany la haya alejado un poco, no significaba que no sintiera cosas. Tal vez no todo estaba tan perdido o destinado al vacío como ella ya imaginaba con su mente algo oscura y retorcida que estaba formando.
Por la noche, en casa de la familia Lopez, la cena se tornaba algo tensa. Las mujeres más jóvenes se miraban de manera cada vez más desafiante, cortando casi el aire en el centro de la mesa.
Por la noche, en casa de la familia Lopez, la cena se tornaba algo tensa. Las mujeres más jóvenes se miraban de manera cada vez más desafiante, cortando casi el aire en el centro de la mesa.
-¿Te debo algo?
-Monedas.
-Jesús danos paciencia… Susurró Maribel negando con la cabeza.
La ex animadora se paró de la mesa levantando su plato con su cena sin terminar, sinceramente no tenia hambre. Fue al salón, intentando calmar su especie de alter ego violento que comenzaba a formar en el fondo de su ser.
Martin la tomó por el hombro, mirándola con cansancio.
Martin la tomó por el hombro, mirándola con cansancio.
-Me gustaría que empiecen a llevarse bien…
-No. No me pidas eso, siendo que ella es el problema en pinta. Abre los ojos Martin, esa tipa…
-Esa tipa, es la madre de tu futuro sobrino.
-¡Eres un cobarde! ¡No sabes cuanto desearía haberte frenado para que no fueras aquella vez a New York!
-Es suficiente…
-¡Mírate Martin! ¡Te tienen totalmente dominado, y eres un infeliz, ya que por esa bocona dejaste ir lo que realmente querías!
- ¿¡De que demonios hablas!?
Los padres de los latinos escuchaban esa pelea atrás de ellos, con un nudo en la garganta. Los hermanos se miraban con dolor.
-¡¿Por qué ya no vas a la marina, huh?! ¡Dilo! Ante eso el moreno bajo totalmente la guardia, no pensaba que aquellas palabras iban por ese lado.
-Paren ambos. De inmediato. Ordenó Santiago con voz gruesa, molesto ante la falta de respeto que sus hijos estaban teniendo. –Martin, ¿De que habla tu hermana?
-Está loca… Murmuró Rachel, desde el marco de la cocina.
-¡Tu Callate! ¡Que es por ti que mi hermano ya no es marino!
Los señores Lopez miraron con sorpresa al latino. Un eterno minuto de silencio cundió en el salón, donde muchas cuestiones pasaron por la mente de todos.
-¿Es eso cierto…? Susurró el pescador, con dolor y decepción. Martin no respondió, solo se digno a tomar su chaqueta del perchero de la entrada y salió dejando un estruendoso portazo.
-Y la loca aquí soy yo, mientras ella lo convence de olvidar sus sueños. Murmuró Santana, ante la vista de sus padres.
Seguidamente corrió escaleras arriba, encerrándose en su cuarto. Santiago se fregó la cara con molestia, sin saber por donde comenzar. Se giraba para seguir a su hija, pero su esposa lo frenó.
-No, tu vete a buscar a Martin. Yo hablo con ella… Con eso se separaron presurosos, dejando solo a la judía en el salón.
El pescador fue hasta el jardín, mirando hacia todos lados. Bajo la copa de un árbol sin hojas, sentado en un viejo columpio que colgaba con las sogas ya gastadas, se encontraba su muchacho fumando nerviosamente un cigarro. Lo vio fijo unos segundos, llegando a recordar el día en que él mismo instaló esa entretención en el patio, para que sus pequeños se divirtieran cuando no iban a la playa.
-¿Tú dejaste la marina antes de casarte con mamá? Indagó el latino, concentrado en su cigarrillo.
-Si. Afirmo su padre, acercándose con las manos en los bolsillos.
-Entonces entenderás por qué yo lo hice...
-No, claro que no lo entiendo. Dime una cosa, ¿Acaso te crie para que seas como yo? No, siempre los eduqué pensando en que hagan lo que les parezca correcto, tomando sus propias decisiones. Y me imagino los motivos por los que abandonaste, pero déjame decirte que estoy muy desilusionado mijo…
-Lo que daría por que todo fuera como antes.
-… Yo también.
Santana se había recostado en su cama, abrazando con fuerza su almohada. Tenia una mezcla de sentimientos, aquel día fue muy largo, con situaciones que deseaba volver a hacer pero sin cometer errores. Su madre se sentó a su lado, acariciándole un poco la cabeza.
-¿Quieres hablar?
-Solo quiero hablar con una persona, y no está aquí. Contestó la latina, con un puchero de niña pequeña.
-Yo también quisiera tener a mi mejor amiga cerca… Comentó Maribel con tristeza. Su hija se volteo a verla con curiosidad, había malinterpretado sus palabras ya que inconscientemente por primera vez no se refería a su mejor amiga, sino que hablaba de Brittany. –Todo esto es tan difícil algunos días… Yo también me siento sola mija… Imagínate que con Judy teníamos toda una vida de amistad. Y fue tan terrible como terminaron las cosas…
-Todo fue mi culpa.
-No cariño mio… No se puede cambiar lo que ya estaba establecido. Pero como desearía hablar con ella, aunque sea por una carta, que es un buen modo de expresar lo que verdaderamente piensas y sientes.
La morena se sentó en su colchón abrazando con fuerza a su madre. Sus vidas eran un lio desde que Quinn había fallecido. Permanecieron un rato juntas, pero Maribel entendió que quizás su hija necesitaba su espacio.
La latina se quedo pensando en las palabras de su madre. Una carta, era además de un modo de expresión, la clara intensión de mantener contacto, sin contar el esfuerzo del que consta escribirla y mandarla por correo en esos días, lo cual le daba un valor mucho más especial. Mil veces seria más fácil escribir un mail o un mensaje de texto, pero los medios de comunicación avanzados terminaban, para ella, siempre maltratando las relaciones, haciéndolas llanas, sin ninguna pisca de misterio, y dejando de lado el mejor modo de conocerse: Hablar.
Se paró un tanto dudosa, buscando entre sus libros. Allí tenía un cuaderno sin usar. Tomando una pluma de su escritorio comenzó a escribir. Brittany la conocería, le contaría lo que sintiera, lo que pensara, para que se diera cuenta con quien hablaba y fuera confiando en ella, pero lento, como debería ser.
Hasta largas horas de la noche permaneció escribiendo varias hojas, que tras leerlas arrugaba y tiraba a la basura. Ya cuando el sueño la venció, el amanecer estaba próximo a llegar.
Cuando ese día se acabó, y con unos últimos consejos de Quinn modificando su carta, la puso en un sobre y caminó rumbo a la casa de su alumna. Deseaba interiormente que lo que estaba planeando realmente funcionara. Corría aun por su mente el temor a que la holandesa no quiera verla, ni saber más de ella, por más que fuera ilógico ya que todo ese tiempo que habían pasado juntas, competían miradas, sonrisas disimuladas y los titubeos que tenían a la hora de pedir volver a verse eran similares. Con un suspiro, deslizó la carta bajo la puerta, tocó el timbre y con velocidad se alejó corriendo.
La animadora abrió la puerta con curiosidad, notando que no había nadie en la entrada; al mirar hacia el piso, encontró el sobre. Leyó, sorprendiéndose al notar quien era su remitente. Lo rompió con cuidado, dando con la dichosa primer carta:
La latina se quedo pensando en las palabras de su madre. Una carta, era además de un modo de expresión, la clara intensión de mantener contacto, sin contar el esfuerzo del que consta escribirla y mandarla por correo en esos días, lo cual le daba un valor mucho más especial. Mil veces seria más fácil escribir un mail o un mensaje de texto, pero los medios de comunicación avanzados terminaban, para ella, siempre maltratando las relaciones, haciéndolas llanas, sin ninguna pisca de misterio, y dejando de lado el mejor modo de conocerse: Hablar.
Se paró un tanto dudosa, buscando entre sus libros. Allí tenía un cuaderno sin usar. Tomando una pluma de su escritorio comenzó a escribir. Brittany la conocería, le contaría lo que sintiera, lo que pensara, para que se diera cuenta con quien hablaba y fuera confiando en ella, pero lento, como debería ser.
Hasta largas horas de la noche permaneció escribiendo varias hojas, que tras leerlas arrugaba y tiraba a la basura. Ya cuando el sueño la venció, el amanecer estaba próximo a llegar.
Cuando ese día se acabó, y con unos últimos consejos de Quinn modificando su carta, la puso en un sobre y caminó rumbo a la casa de su alumna. Deseaba interiormente que lo que estaba planeando realmente funcionara. Corría aun por su mente el temor a que la holandesa no quiera verla, ni saber más de ella, por más que fuera ilógico ya que todo ese tiempo que habían pasado juntas, competían miradas, sonrisas disimuladas y los titubeos que tenían a la hora de pedir volver a verse eran similares. Con un suspiro, deslizó la carta bajo la puerta, tocó el timbre y con velocidad se alejó corriendo.
La animadora abrió la puerta con curiosidad, notando que no había nadie en la entrada; al mirar hacia el piso, encontró el sobre. Leyó, sorprendiéndose al notar quien era su remitente. Lo rompió con cuidado, dando con la dichosa primer carta:
Las mil y una noches.
-Cuenta la historia que para salvar su propia vida, una mujer de no recuerdo que lugar, prometió todas las noches contarle un cuento a un famoso y poderoso rey. Pasaron así, mil noches, en las que ella no fallaba en su palabra y cada puesta de sol, sin descanso, el monarca la esperaba ansioso por una nueva historia. Fue así como se ganó la confianza del rey, y yo creo que poco a poco lo fue conquistando, pese a que en el exterior podría mostrarse como alguien cruel.
Las palabras son finas, tanto que se pueden filtrar hasta el más recóndito lugar de nuestro ser. Y para mi suerte, son infinitas, como las historias que abarcan una vida. A partir de hoy tu eres una reina, y yo te entretendré mil noches con un relato si es necesario. Sé que te gustan los cuentos y las leyendas, lo note en tu mirada el otro día.
Es cierto que me eh apurado, lo siento, no soy perfecta, espero que puedas comprender. Y yo también te perdono, por pasar cada momento en mi mente sin darme tregua.
Aquí estoy, soy Santana, tengo 18 años y por ahora solo sé que amo el mar. ¿Tú también lo amas? Que bello y extraño es eso que llamamos “amor”, porque puede surgir de la situación más inesperada, misteriosamente así es la vida. Te contare una historia, resumida y cambiada, creo, porque en verdad la leí cuando tenía seis años, pero dice así:
-Que cosa tan necia es el amor… Le comentó un estudiante al ruiseñor, que todas las tardes lo visitaba en la ventana de su habitación. El joven se había enamorado, y la chica que quería invitar al baile, solo le hablaría si él le entregaba la rosa del color más rojo intenso que pudiera existir. La mala suerte lo aturdía, puesto que en aquel valle donde él vivía solo crecían las rosas blancas. El pequeño pajarillo lo escuchaba siempre en sus penas y sus alegrías. Le cantó una cancioncilla con su agudo silbido. Pero el pobre chico estaba triste, ni siquiera la melodía de su pequeño amiguito lo alegraba. Las lágrimas se apoderaron de sus ojos, y así entre llantos, se quedo profundamente dormido sobre la ventana. El ruiseñor lo contempló, sintiendo pena por el. Le agradaba verlo reír, y si esa joven lo haría sonreír, entonces valdría la pena un esfuerzo. Sobrevoló el pueblo, pero los pocos rosales que había solo tenían aquellas bellas flores blancas. La hora del baile se acercaba, y su amigo humano continuaría con su melancólico pesar. Bajo la ventana donde el muchacho dormía, se hallaba un tímido rosal oculto entre varias plantas. De allí solo una gran rosa blanca se distinguía entre el follaje. La admiro unos segundos, de verdad era hermosa.
El atardecer caía, y ya se acercaba la noche. De verdad quería ayudarlo, daría lo que fuera porque su amigo humano volviera a sonreír. El ya había vivido, pudo volar y gozar de los más hermosos paisajes, por lo que tomo la decisión más loca de todas: Parándose sobre el rosal, rebusco la espina más gruesa y firme de todas, con dolor se la clavo en el pecho, a medida que cantaba con fuerza para disminuir su sufrimiento. Su sangre fue recorriendo la rosa, tiñéndola lentamente hasta que tomara un bello color. Ya cuando sus fuerzas no eran suficientes se dejo caer, y la flor paso a transformarse en una pasional rosa roja. El ruiseñor cerró sus ojos, su pecho manchado de rojo dejó de respirar.
Al despertar, el muchacho vio sorprendido aquella flor bajo su mirada. Con una sonrisa la tomó entre tus manos y sin más vueltas corrió en busca de la joven que amaba. Triste es el destino, y cruel la mentalidad humana, cuando ella lo rechazó alegando que una rosa no era ningún obsequio tan grande como para aceptar ir al baile con él.
El estudiante llegó a pensar que entonces el amor era algo que no existía, que solo lastimaba y no valía la pena sentir. Pero la madre tierra es sabia, y ella confía verdaderamente en este sentimiento, porque fue por el que tuvo el valor de crear todo lo existente en el universo. Entonces, como símbolo de lo que realmente es el amor puro, real y sincero, todos los ruiseñores traen el pecho de color rojo. Ya que en el valor de aquel amiguito que se sacrifico por alguien que quería, se reflejaba realmente lo que un ser que es capaz de amar, puede llegar a hacer.
-Ahora, cada vez que leas esta historia pregúntate ¿Tu que harías por amor? Yo solo sé que puedo llegar a cantar como un ruiseñor. Buenas noches, mi reina.
Ante eso Brittany sentía que su pecho latía velozmente. En verdad había sido una total sorpresa lo que aquella latina pretendía hacer. Pero le agradaban las historias, y en las palabras de aquella narradora de bellos labios, se podían reflejar millones de cosas y sentimiento. Ahora se arrepentía de haberla alejado, releyendo la carta, sentía la necesidad de volver a verla.
Última edición por Dreamer=) el Sáb Oct 13, 2012 11:24 pm, editado 1 vez
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
santana cásate conmigo!!! jajaja dios ya me enamore de esa mujer
mas de lo que ya estoy xD... esa carta fue lo máximo!!
ahora no quiero que se vean para que le siga escribiendo ese tipo de
cartas .. ya andaba sufriendo cuando comentaste eso de distanciar
a las brittana pero ya vi por donde va todo.. en fin excelente capitulo
hasta la próxima..
mas de lo que ya estoy xD... esa carta fue lo máximo!!
ahora no quiero que se vean para que le siga escribiendo ese tipo de
cartas .. ya andaba sufriendo cuando comentaste eso de distanciar
a las brittana pero ya vi por donde va todo.. en fin excelente capitulo
hasta la próxima..
heathermylove********- - Mensajes : 677
Fecha de inscripción : 22/07/2012
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
wash!!! re bien!!! cada vez me gusta mas....espero que disfrutes tu fiesta....y espero como siempre tu actualización!!!!!
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
definitivamente este capitulo ha sido excelente, me haz dejado sin palabras, la carta del final es hermosa y los consejos de quinn me encantan, me da pena martin y de verdad que aqui rachel e odiosa e insoportable, ojala actualices mañana, un abrazo.
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: *FanFic* : Ángel del Mar -Capitulo XXVI: “Semper Fidelis" Parte III - *Actualizado*
que hermosa historia!!! muy tierna me mata sann!!! empiezo a odiar a rach! nunca pense decirlo pero no la soporto!! pobre martin etre la muerte de quinn y ahora dejar la marina que mal lo debe estar pasando!! amo la saviduria de quinn hermoso cap besos!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
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