[Fic Brittana] You Drive Me Wild | Capítulo 29: I can't lie

Hola! Por lo visto el cap anterior les gusto mucho, nos alegra eso :') Queremos agradecerles por sus lindos comentarios y animos de seguir adelante con el fic.

Bueno, este capitulo esta algo corto. El siguiente capitulo es mas largo, y le estoy dando los ultimos retoques para alzarlo mañana. Y como mañana no ire al colegio, arreglare los otros capitulos que mi amiga me paso, ya que voy a tener tiempo de sobra :)

En fin, espero que les guste! Gracias por leernos :*


Capítulo 14: Falling in love

Los días pasaban y los sentimientos entre Brittany y Santana aumentaban. Un día, la rubia consiguió el permiso de sus padres para ir con Rachel al cine y luego de compras, pero en realidad, estaría toda la tarde con la latina y las Faberry.

R: ¡Cita doble de nuevo! –exclamaba emocionada mientras salían del colegio– ¡Allí están Quinny y Santana! –señaló a las dos chicas.

Las Quinntana estaban esperándolas frente al McKinley. De hecho, todos los días las esperaban ahí y las llevaban a sus casas, pero esa tarde querían hacer algo especial.

B: ¡Saaaaan! –gritó saltando a los brazos de la morena y abrazándola.

S: ¡Hey rubia! –respondió envolviendo a Brittany en sus brazos.

Entre tanto, las Faberry preferían menos charla y más acción. Sin importarles nada, se estaban besando como si fuera el último día de sus vidas.

S: Aaaay estas dos –se quejaba, mientras Brittany reía.

R: ¡Déjanos en paz, Satanás! –reclamó.

Q: Jajajajajaja, te dijo Satanás –se burlaba.

S: Estoy pensando seriamente abandonarlas en un Hospital Psiquiátrico, ¡locas!

Q: ¿Locas nosotras? –ironizó– Eso serás tú, porque no dejas de hablar de Brittany ni un solo segundo de tu miserable vida –rió acompañada de Rachel, a la par que Santana se ponía colorada.

B: ¿Eso es cierto? –preguntó enternecida.

S: ¡Mejor vámonos! –dijo malhumorada, estirando a la bailarina para que suba a la moto.

Q: Uy, se enojó –se seguía burlando, provocando carcajadas de la judía.

Entre risas y el malhumor de Santana, llegaron a destino. Las Quinntana planearon llevar a sus chicas a una colina, en las afueras de la ciudad. Era un lugar hermoso, rodeado por árboles y flores. El clima se puso de su lado, y un sol brillante en medio de un cielo despejado las acompañaba.

S: Tus ojos son del color del cielo, aunque más bonitos –decía a Brittany, mientras ponía una manta en el suelo.

B: ¿Tú crees? –se sonrojó.

S: No lo creo. Estoy segura –contestó mientras se sentaba frente a la rubia.

B: ¿Dónde están Quinn y Rach? –preguntó mirando a su alrededor.

S: A lo mejor fueron a pasear por ahí y como Berry es una enana, se habrá perdido entre las rocas y Fabray no puede encontrarla –respondió riendo.

B: ¡No te burles! –expresaba entre carcajadas.

De repente, Santana dejó de reír y se quedó mirando fijamente a Brittany. Esta seguía carcajeándose, pero paró al sentirse observada.

B: ¿Qué pasa?

S: No sé. Te miro y siento que toco el cielo –sonrió.

B: Eres la persona más dulce del mundo –se acostó sobre la manta y puso su cabeza sobre las piernas de la morena, mientras esta jugaba con el sedoso cabello rubio– Jamás hubiera pensado que esa chica atrevida y grosera, hoy estaría diciéndome algo tan bonito.

S: Yo tampoco Britt, yo tampoco... –le sonrió– Dijiste que querías saber más sobre mí, es el momento.

B: Bien, empezaremos con lo básico –rió– Jamás me dijiste cuándo es tu cumpleaños...

S: 12 de enero. Y el tuyo es el 1 de febrero.

B: Tienes buena memoria –hizo una pausa– ¿Color favorito?

S: Verde. Supongo que el tuyo es el azul, ¿no?

B: ¿Cómo lo supiste?

S: Tu habitación es 90% azul –rió– Y si no me equivoco, amas los patos y unicornios.

B: Eres demasiado observadora –reclamó en broma– A ver... ¿tienes hermanos?

S: No. Quinn cumplió ese papel desde que nos conocimos.

B: ¿Dónde están tus padres?

Santana se tensó al instante y Brittany se dio cuenta. Enseguida la rubia se incorporó y la miró a los ojos, tranquilizadoramente.

B: ¿Mala pregunta? –hizo un puchero– Lo siento, no sabía.

S: No te preocupes –aspiró profundamente– Supongo que en algún momento tendremos que hablar de esto, pero ahora no. Por favor.

B: Entiendo. Cuando estés lista, me contarás lo que sucede.

Brittany volvió a recostarse sobre Santana, e hicieron un silencio algo incómodo por lo que acababa de pasar.

B: –habló intentando romper la tensión– Seguiré preguntando –la morena asintió– ¿Tienes tatuajes?

S: No –respondió– Pero quiero hacerme uno.

B: ¿Y qué dirá?

S: No lo sé –miró a la rubia– ¿Alguna idea?

B: Mmm... –pensó– No. Pero se me ocurre que quizás podamos hacemos uno juntas. Ya sabes... algo que guarde algún significado para las dos.

S: Me agrada la idea. Alguno de estos días iremos –sonrió.

Siguieron hablando de cosas sin importancia, hasta que las Faberry regresaron y propusieron hacer una carrera de motocicletas.

Q: ¡Ganaremos Lopez! –dijo mientras subía a su moto, seguida por Rachel.

S: Ni lo sueñes Fabray –se puso el casco y le tendió el otro a Brittany.

Q: ¡En 3!

S: 1...

Q: 2...

S y Q: ¡3!

La carrera empezó y a los pocos segundos, las Brittana se pusieron en ventaja, demostrando así que Santana era una motociclista genial. Como el espacio que poseían no era mucho, la competencia acabó rápidamente y dejó a Santana y a Brittany como ganadoras.

S: ¡Lo hicimos! –festejó chocando los cinco con la bailarina.

Q: ¡Bah! Ni quería ganar... –decía molesta, mientras Rachel le daba palmaditas en la espalda.

S: ¡Mala perdedora! –se burlaba.

La tarde entre las cuatro chicas pasó rápidamente. Antes de regresar a sus respectivas casas, se quedaron a ver el atardecer. Aunque las Faberry apenas lo vieron, ya que seguían con su sesión de besos.

Cuando ya la luna estaba en lo más alto del cielo nocturno, regresaron a sus casas. Quinn llevó a Rachel hasta la suya, y Santana hizo lo mismo con Brittany.

S: Nos vemos mañana –la besó dulcemente.

B: ¡No olvides que tenemos un tatuaje pendiente! –rió– Adiós San.

La rubia entró a su casa, mientras escuchaba el sonido de la motocicleta alejándose. Subió las escaleras rápidamente, ya que quería darse una buena ducha y luego descansar un rato.

¡Brittany! –escuchó que su padre la llamaba desde su estudio.

La bailarina se acercó temerosa de que la regañe por llegar tarde, pero contrariamente a eso, Louis estaba con una gran sonrisa en el rostro.

B: ¡Hola papi! –se acercó a dejarle un beso en la mejilla– ¿Para qué me necesitas?

L: Sólo quería saber cómo te fue.

B: ¡Muy bien! –se sentó al otro lado del escritorio de su padre– Siempre es bueno salir con Rach...

L: ¿Y cómo regresaste?

B: Eeeh... –pensaba en una excusa– ¡En autobús!

L: –se levantó y cerró la puerta de la habitación– ¡Vamos Brittany! Puedes decirme lo que sucede...

La rubia tragó saliva nerviosamente, ya que sabía a dónde su padre se estaba dirigiendo. El temor se apoderó de cada parte de su cuerpo, y se quedó paralizada.

L: Se que saliste con Santana Lopez –se sentó de nuevo frente a su hija.

B: P-por favor no se lo digas a mamá –suplicó– ¡Me castigaría de por vida!

L: No te preocupes, no se lo diré. Pero cuéntame... ¿te trata bien?

B: ¿Quién? ¿Santana? –Louis asintió– Ella es la mejor chica que jamás haya conocido –dijo ilusionadamente.

L: Me alegra saberlo –hizo una pausa– Si ella te hace feliz y se comporta bien contigo, no tengo nada que objetar. Eres mayor de edad y puedes hacer de tu vida lo que quieras, pero con responsabilidad.

B: ¿Y no te importa que sea una chica? Porque sabes que las relaciones entre dos mujeres no están muy bien vistas, tienes de ejemplo a mamá.

L: Eso es lo de menos –sonrió– Si ella es la indicada para ti, bienvenida sea.

B: Desearía que mamá pensara como tú –suspiró.

L: Intentaré hablar con ella –guiñó un ojo– Pero déjame decirte algo más...

B: Sí...

L: Quiero que confíes en mí –tomó la mano de su hija– ¿Recuerdas años atrás cuando venías a este mismo lugar y me contabas todo lo te pasaba en el día? Eran las mejores horas del día... No sé en qué momento esa Brittany abandonó la casa y llegó una más rebelde, que apenas sale de su cuarto y se mete en problemas al dos por tres. Yo no te juzgaré por quien eres, sólo quiero que me digas la verdad. Soy tu padre y te amo, pase lo que pase.

B: –con lágrimas en los ojos– Perdóname... Es sólo que tenía miedo de cómo reaccionarían al saber que salgo con una ‘criminal’, como le dice mamá. De hecho, aún tenga miedo de lo que pueda hacer ella cuando se entere.

L: Esto será un secreto entre nosotros, ¿okay? –la rubia asintió– Hablaré con Susan e intentaré ablandarla lo máximo posible.

B: Eres el mejor padre del mundo...

L: Lo sé –bromeó– Ah, otra cosa... Dile que no ande tan rápido en esa motocicleta que tiene, y menos cuando va contigo. Al menos me alegra que usen cascos.

B: Siempre lo usamos –hizo una pausa– ¿Cómo supiste que salí con San?

L: Hace un rato escuché unos ruidos afuera. Miré por la ventana y... las vi cuando se estaban besando. No quería tener que ver a mi princesa haciendo eso si no hasta dentro de 10 años, pero confío en Santana –rió.

B: ¡PAPÁ! –se sonrojó– ¿Estabas espiando?

L: Claro que no. Pura casualidad –rió de nuevo.

B: –se acercó a Louis y lo abrazó– Iré a bañarme, estoy hecha un asco.

L: Sí, apestas –soltó una carcajada– Una última cosa... El amor hace milagros. Quién dice que Santana no cambiará la actitud que tiene gracias a tu amor. Cuando dos personas se enamoran, aparte de esa chispa especial en sus ojos, se nota el efecto positivo que ejercen una sobre la otra –sonrió– Eso era todo, ya puedes irte.

Brittany salió del estudio con una gran incógnita en su cabeza: ¿Se estaba enamorando y era tan obvia respecto a sus sentimientos? Definitivamente tendría que pensar en eso. Pero al menos estaba feliz, porque sabía que una persona más en ese caótico mundo la apoyaba en sus decisiones, y lo mejor de todo, que era su padre. Ahora tan sólo esperaba que su madre hiciera lo mismo, pero sabía que eso era algo casi imposible por el momento.

Hola! Primero les ofrezco mis infinitas disculpas por no haber actualizado ayer, como prometi. Lo que paso fue que, no se por que razon o motivo, mis archivos de la pc se borraron (creo que fue por los virus lol) y entonces como mi amiga esta de viaje y ella tambien tiene los capitulos, no voy a poder recuperarlos hasta mañana. Y casualmente, mañana ire a la casa de mi abuelo y no podre actualizar. Todo un lio u_u

En fin, perdonenme si este capitulo esta asqueroso, porque lo hice a las apuradas y de acuerdo a lo que me acordaba del original. Creo que no le falta nada, espero. La siguiente actualizacion es el lunes, si no tengo contratiempos :D

Gracias por leernos siempre! Besos♥

PD: Creo que nunca les dije nuestros nombres. Yo me llamo Gabriela pero prefiero que me digan Gabi porque es menos formal jiji. Y mi amiga se llama Naty :D Asi que, ya conocen nuestras identidades (?) ah. Okay ya, disfruten el cap!



Capítulo 15: Forever & always

Conforme pasaban los días, las cosas entre Brittany y Santana mejoraban. Cada día estaban más unidas y felices, y se notaba a leguas. Louis irradiaba alegría al ver a su hija tan a gusto con una persona, y aunque Susan se había negado a hablar de Santana y seguía prohibiéndole a la rubia acercarse a ella, el señor Pierce saltaba las reglas y ayudaba a su hija a que pudiera encontrarse con la morena casi todas las tardes.

Una noche, las Brittana se encontraban intercambiando mensajes de texto. Ya era tarde, pero Brittany no quería despedirse de Santana.



Brittany lo tenía todo cuidadosamente planeado. Cuando su mamá la dejo en la fachada del colegio simuló subir las escaleras de la entrada, hasta que perdió de vista el auto de Susan, y se giró para correr hacia Santana, quien estaba oculta detrás de unos árboles, frente al McKinley. Al hacer eso, chocó de frente con alguien.

¡Brittany! ¿Qué haces? –preguntó la otra persona.

B: Lo siento Rach –se disculpó por el golpe– Me estoy escapando, ¿por qué?

R: ¿Te escapas? Presiento que esto tiene algo que ver con Santana.

B: Estás en lo correcto –sonrió– ¿Podrías cubrirme? Si alguien pregunta, dile que no me siento bien.

R: Seguro. Y... no hagan locuras muy locas –rió.

B: ¡Te quiero mucho! –la abrazó y corrió hacia Santana– ¡Nos vemos!

La morena la estaba esperando con una gran sonrisa. Brittany la saludó con un abrazo y un pequeño beso en los labios, para posteriormente subirse a la moto.

B: ¿A dónde iremos?

S: Sabes que me gusta sorprenderte –rió.

B: Está bien, Señorita Sorpresas –bromeó.

La latina condujo hacia el norte. Brittany supuso que irían a la playa, y estaba en lo cierto.

B: ¡Pero ni siquiera traje un bañador!

S: ¿Y quién dijo que nos meteríamos al agua? Porque yo no pensaba hacerlo.

B: ¿Y entonces qué planeas hacer?

S: Sentarnos al borde de aquel acantilado –señaló dicho lugar– y observar cómo el agua choca contra las rocas, mientras hablamos.

Se dirigieron al sitio, y en una especie de hendidura de la formación rocosa, tomaron asiento. No hacía demasiado calor ni tampoco hacía frío, por lo que era muy agradable y para nada molestoso estar ahí. Santana tomó la mano de Brittany y la enlazó con la de ella, para gozo de la rubia.

S: ¿Sabes algo? Quisiera poder detener este momento, y quedarnos así por siempre y para siempre –suspiró– Lo que más quisiera es poder olvidar todo mi pasado, y vivir el presente y el futuro contigo a mi lado, agarradas de la mano.

B: ¿Te das cuenta? Mientras tú cada día te pones más tierna y más atenta, yo me estoy volviendo más ‘salvaje’ gracias a ti –rió.

S: Supongo que hicimos un intercambio de personalidades –bromeó– Pero por más de que cambie algunas cosas para bien, mi pasado seguirá atormentándome para siempre.

B: ¿Qué es lo que ocultas Santana? –preguntó– Quisiera poder conocer ese pasado, para así entender por qué eres tan misteriosa.

Santana suspiró largamente, y procedió a contar su historia.

Flashback

3 años atrás...

Santana acababa de cumplir los 18 años. Ella era una chica alegre, una excelente alumna y aunque de vez en cuando tenía sus pequeñas diversiones con su mejor amiga, Quinn, era una buena persona y una gran hija. La morena vivía con sus padres, Maribel y Enrique Lopez. Los tres llevaban una vida feliz y tranquila, hasta que una tarde de primavera, las cosas cambiaron radicalmente.

Ese día, Santana salió más temprano del colegio porque el profesor de Biología se ausentó y tenían las últimas horas libres. Regresó a su casa antes de lo habitual y se dispuso a hacer la tarea para el día siguiente, mientras esperaba a sus padres.

En eso, escuchó ruidos en la habitación de su madre, así que supuso que ya había llegado y fue a saludarla, pero se llevó la sorpresa de su vida. Maribel estaba prácticamente desnuda y a punto de mantener relaciones sexuales con un hombre desconocido para Santana.

S: ¡¿QUÉ RAYOS SE SUPONE QUE SIGNIFICA ESTO?! –gritó furiosa.

M: Hi-hija... te lo puedo explicar...

S: ¡ERES UNA ZORRA, MAMÁ! ¡UNA ZORRA! –lágrimas corrían descontroladamente por sus mejillas– ¡¿CÓMO PUEDES HACERLE ESTO A PAPÁ?!

M: Lo siento, hija... –ella también lloraba– Perdóname –se acercó a ella e intentó abrazarla.

S: Suéltame –escupió fríamente– No quiero saber nada más de ti. Y tú –señaló al hombre– ¡ERES UN MALDITO PATÁN! ¡DESTRUCTOR DE FAMILIAS!

M: ¡No le hables así a Ed!

S: ¿Y encima lo defiendes? Me dan asco, los dos.

E: ¡No le hables así a tu madre!

S: ¡TÚ NO ERES NADIE PARA DECIRME ESO!

Santana se abalanzó sobre Ed y empezó a golpearlo y arañarlo con todas sus fuerzas. Maribel intentaba calmarla, pero la furia de la morena era más potente.

E: ¡SUÉLTAME! –gritó reuniendo las fuerzas que poseía y empujando a Santana contra la pared, haciendo que esta cayera al suelo.

S: –llorando– ¡ME VOY DE LA CASA! ¡Y JAMÁS VOLVERÁN A VERME! –salió dando un portazo.

Fue a su cuarto y guardó algunas ropas en una maleta. Llamó a Quinn, quien en esos momentos ya vivía sola porque sus padres la echaron de la casa luego de descubrir que se acostaba con mujeres, y desesperadamente le pidió ayuda.

La rubia llegó diez minutos después, y la ayudó a guardar todas sus cosas, y en las motocicletas que habían adquirido las dos, al mismo tiempo, hacían pocas semanas, abandonaron la casa de los Lopez, para siempre.

Fin flashback

S: Desde ese día empecé a cambiar radicalmente –suspiró– Logré graduarme del McKinley, pero mis calificaciones eran espantosas respecto a las de antes. Me metí en varios líos, como peleas callejeras, robos a tiendas y las carreras clandestinas. Estuve cuatro veces en la cárcel, pero me soltaban enseguida con la pena de hacer trabajos comunitarios y esas cosas –hizo una pausa– Mi vida es un completo desastre...

Sin poder evitarlo, empezó a llorar desconsoladamente. Brittany la abrazó delicadamente e intentaba calmarla con suaves caricias en la espalda.

B: Lo superaremos San, lo prometo –susurraba– Te ayudaré y saldremos adelante. Como tú dijiste, por siempre y para siempre me tendrás a tu lado.

S: Te amo Britt... eres lo mejor que pudo haberme pasado en la vida.

Se besaron lenta y apasionadamente. La rubia podía sentir la salinidad de las lágrimas de Santana en sus labios, y con las manos cariñosamente las secaba del rostro de la morena.

B: Yo también te amo –dijo al separarse del beso– Te amo más de lo que jamás pensé poder amar a alguien.

Después de esa declaración permanecieron calladas unos instantes, mientras Santana se calmaba un poco más. La rubia rompió el silencio porque una duda quedaba aún dentro de ella.

B: ¿Dónde está tu padre?

S: No lo sé –suspiró– Supe que se fue de la casa luego de lo que pasó esa tarde, pero jamás me buscó ni yo a él.

B: Lo siento San –la abrazó de nuevo.

S: No lo sientas, si eso pasó fue por algo –se paró– ¿Vamos a caminar? Necesito despejarme un poco.

Bajaron hasta la playa y caminaron por la orilla de la mano, sintiendo la arena debajo de sus pies descalzos.

B: Algún día viviré allí –señaló una de las tantas casas de playa.

S: ¿Enserio? –sonrió– ¿Por qué?

B: ¿Acaso nunca soñaste con vivir en la playa? –la miró sorprendida– Cuando venía con mi familia aquí, cada verano, rentábamos una casa. Pero siempre me gustó más aquella –volvió a señalar la casa– porque es muy bonita y grande. A lo mejor algún día la compre y me venga a vivir aquí.

S: ¿Y yo puedo venirme contigo?

B: Por supuesto... Pero con una condición.

S: ¿Cuál?

B: Que aceptes ser mi novia.

La propuesta de la rubia dejó en knockout a Santana. Desde hacía bastante tiempo la morena venía pensando en la idea de formalizar lo que sea que tenían, pero Brittany le ganó de antemano.

B: Y bien...

S: Sí Britt, acepto –la besó.

B: ¡TE AMO SANTANA LOPEZ! –gritó a los cuatro vientos.

S: ¡Y YO TE AMO A TI BRITTANY PIERCE! –gritó también, cargando a la rubia y haciéndola girar por los aires.

Luego de muchas risas y diversión, se sentaron en la arena a descansar. Brittany estaba sentada entre las piernas de Santana, quien tenía a la rubia abrazada por la espalda.

S: Cuando se lo diga a Quinn va a querer morirse –rió.

B: ¡Y ni te imaginas Rach! Probablemente se ponga a gritar desesperadamente.

S: ¿La enana siempre es así de exagerada? Porque si vamos a estar juntas por siempre y para siempre, tendré que acostumbrarme –bromeó.

B: Jajajaja, sí... –hizo una pausa y luego se volteó hacia Santana rápidamente– ¡Tengo una idea!

S: ¿Qué idea? –la miró curiosa.

B: ¿Recuerdas lo del tatuaje? Creo que ya sé qué podemos tatuarnos.

S: ¿Qué cosa?

B: ¡Forever and always! –exclamó emocionada– Nuestra frase.

S: ¡Me encanta la idea!... ¿Y por qué no vamos ahora mismo a hacérnoslo? –miró su reloj– Total tenemos aún dos horas de diversión.

B: ¡Sí! –se levantó y estiró a la morena para que haga lo mismo– ¿Conoces a alguien que haga tatuajes?

S: Tengo una vieja amiga que nos lo hará...


Las chicas llegaron a un local en el centro de Los Ángeles. Santana entró con toda la confianza del mundo, y saludó a la chica que atendía el negocio.

S: ¡Zizes! –saludó tendiéndole la mano– ¡Cuánto tiempo sin vernos!

Z: ¡Lopez! Un placer –miró a la rubia y de nuevo a Santana– ¿Y quién es tu amiga?

S: Mi novia, Brittany –la rubia sonrió a Zizes– Y no se toca, eh.

Z: Nah, a mí no me van las chicas –rió– ¿Se van a hacer un tatuaje o sólo trajeron sus traseros hasta aquí para saludarme?

S: Nos haremos tatuajes –sonrió– De hecho, queremos el mismo tatuaje.

Z: Supongo que alguna ridícula frase de amor –se burló– ¿Y en qué parte del cuerpo lo quieren?

Las Brittana se miraron, y luego de unos segundos Brittany respondió.

B: En la espalda, cerca del cuello.

Z: Excelente idea –les indicó unos asientos– Esperen allí mientras voy a preparar mis herramientas de tortura –bromeó.

Las chicas esperaron un momento, hasta que Zizes volvió.

Z: ¿Quién va primero?

S: Las damas –señaló a Brittany.

B: Muy simpática, dejándome el trabajo duro a mí –bromeó– Está bien, ahí voy.

Z: ¿Y qué se van a tatuar?

S y B: Forever and always –se miraron y sonrieron.

B: Te amo.

S: También yo.

Z: Cursis –dijo suspirando.

Rápidamente terminó con Brittany, ya que no era un tatuaje muy grande. Luego siguió con Santana, de la misma forma. Al terminar, las dos estaban muy felices por tener algo que las caracterizaba como pareja.

S: Gracias Zizes –le pasó el dinero– ¡Fue un gusto volver a verte!

Z: El gusto fue mío –miró a Brittany– Cuida a Lopez, a veces tiene arranques de locura.

Las tres rieron, y posteriormente las Brittana abandonaron el local.

B: Cuando mi mamá se entere me va a matar. Pero no me importa, después de todo soy mayor de edad.

S: ¡Así se habla! –arrancó la motocicleta– Ahora debemos volver al McKinley antes de que sea tarde.

Volvieron al colegio y al llegar, se percataron de que los alumnos ya estaban saliendo. Brittany vio a su mamá en una esquina esperándola, y se apresuró en correr hacia ella.

B: ¡Nos vemos luego San! –la besó antes de irse– Te amo.

S: Te amo más –sonrió y la abrazó.

La rubia corrió hasta Susan, quien por suerte no se percató de lo sucedido. Santana la observó marcharse en el auto y suspiró llena de amor.

S: Me enamoré de Brittany Pierce. Me enamoré –se dijo a sí misma.