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[Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
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PRETENDING ~ Klaine Story
Bueno, primero que nada me presentaré... Mi nombre es Mirna y soy nueva aquí, pero amo escribir y tengo training en eso...
Este es el primer FanFic que escribo de Klaine, espero les guste y comenten que les pareció el prólogo.
Prólogo:
Puedo decir que he tenido todo lo que he deseado en la vida, una familia adinerada, popularidad, muchos amigos, la novia perfecta, un increíble registro en calificaciones de 9.5, pertenecer al equipo de futbol, ocupando la posición de quaterback, pero nada de eso me quita el vacío que llevo años intentado llenar. Paso cada día de mi vida exactamente igual… ¡Fingiendo!
Cuando tenía 15, sentí que algo cambió en mí, ya no me sentía a gusto con lo que antes me hacía feliz. Una enorme insatisfacción se albergó en mi interior, dejándome inestable. Ya no estaba atraído por mi novia, la perfecta capitana de las animadoras, con su rostro de ángel y aspecto increíble, Quinn Fabray. Y mis amigos poco ayudaban, puesto que sus conversaciones solo se basaban en cómo desahogarse de su testosterona masculina, espiando en los vestidores de las chicas o viendo pornografía en sus laptops; cuando en realidad yo me sentía mucho más a gusto viendo el desfile que hacían mis compañeros hacia las duchas con nada más que una toalla atada en sus caderas, o a veces, nada.
No lograba comprender el por qué estaba sintiéndome así, tampoco podía hablarlo con la Srta. Pillsbury, la consejera escolar, puesto que temía que se divulgara o que de una u otra forma alguien de la escuela lo supiera.
Bueno; he pasado así estos últimos tres años de mi vida, viviendo de forma insatisfactoria y ocultando mi verdadero ser. No me considero con problemas de homosexualidad aun, no creo que sea para tanto todo esto, tal vez sólo estoy atravesando por una etapa normal que forma parte de la adolescencia y de convertirse en adulto, o sólo sea que llevo demasiado tiempo con la misma chica, 3 años a su lado y la chispa ya no está encendida entre nosotros. Además jamás he estado con un chico como para poder comprobarlo o saberlo con certeza, son solo sensaciones, ideas de algo que sinceramente desconozco.
Quizás sería mucho mejor que le pidiera un tiempo a Quinn, para no cortarla sin motivos aparentes y así no herirla, sino simplemente decirle que necesito un espacio para conectarme conmigo mismo o alguna cosa así. De esta forma, todas las chicas de la escuela harán fila tras de mi para probar suerte conmigo y podré comprobar si el problema es mi novia o que definitivamente… Soy gay.
Actualizaré en cuanto vea el primer comentario... Gracias por leer
Este es el primer FanFic que escribo de Klaine, espero les guste y comenten que les pareció el prólogo.
Prólogo:
Puedo decir que he tenido todo lo que he deseado en la vida, una familia adinerada, popularidad, muchos amigos, la novia perfecta, un increíble registro en calificaciones de 9.5, pertenecer al equipo de futbol, ocupando la posición de quaterback, pero nada de eso me quita el vacío que llevo años intentado llenar. Paso cada día de mi vida exactamente igual… ¡Fingiendo!
Cuando tenía 15, sentí que algo cambió en mí, ya no me sentía a gusto con lo que antes me hacía feliz. Una enorme insatisfacción se albergó en mi interior, dejándome inestable. Ya no estaba atraído por mi novia, la perfecta capitana de las animadoras, con su rostro de ángel y aspecto increíble, Quinn Fabray. Y mis amigos poco ayudaban, puesto que sus conversaciones solo se basaban en cómo desahogarse de su testosterona masculina, espiando en los vestidores de las chicas o viendo pornografía en sus laptops; cuando en realidad yo me sentía mucho más a gusto viendo el desfile que hacían mis compañeros hacia las duchas con nada más que una toalla atada en sus caderas, o a veces, nada.
No lograba comprender el por qué estaba sintiéndome así, tampoco podía hablarlo con la Srta. Pillsbury, la consejera escolar, puesto que temía que se divulgara o que de una u otra forma alguien de la escuela lo supiera.
Bueno; he pasado así estos últimos tres años de mi vida, viviendo de forma insatisfactoria y ocultando mi verdadero ser. No me considero con problemas de homosexualidad aun, no creo que sea para tanto todo esto, tal vez sólo estoy atravesando por una etapa normal que forma parte de la adolescencia y de convertirse en adulto, o sólo sea que llevo demasiado tiempo con la misma chica, 3 años a su lado y la chispa ya no está encendida entre nosotros. Además jamás he estado con un chico como para poder comprobarlo o saberlo con certeza, son solo sensaciones, ideas de algo que sinceramente desconozco.
Quizás sería mucho mejor que le pidiera un tiempo a Quinn, para no cortarla sin motivos aparentes y así no herirla, sino simplemente decirle que necesito un espacio para conectarme conmigo mismo o alguna cosa así. De esta forma, todas las chicas de la escuela harán fila tras de mi para probar suerte conmigo y podré comprobar si el problema es mi novia o que definitivamente… Soy gay.
Actualizaré en cuanto vea el primer comentario... Gracias por leer
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
pon el primer capitulo esta genial
nicoleunicornio**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 24
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Quiero el primer capítulo pronto.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Blaine.
Caminaba por el pasillo junto a Puck y a Sam, ellos hacían el gasto de toda la conversación, hablando acerca del partido de la próxima semana. El año apenas se había iniciado hacía un mes, pero la entrenadora Beiste no descansaba. Para mi suerte, era su favorito, asi que jamás me exigía demasiado, como lo hacía con los demás.
Un chico con un atuendo bastante excéntrico, llamó nuestra atención al cerrar su casillero de un solo golpe. Llevaba un suéter gris con líneas horizontales en tonos más oscuros, un pantalón ajustado al cuerpo de estilo escoces y unas botas de cuero marrón, una boina café completaba su traje. Definitivamente, se notaba a distancia que era alguien que dedicaba demasiado tiempo a ver esas revistas de moda que nadie entiende.
- ¡Apártate de mi camino, homo! – exclamó Punk, cuando el chico había comenzado a caminar y pasó demasiado cerca de él. Noah lo embistió con su musculoso brazo y el muchacho se estrelló ruidosamente contra las taquillas, soltando el cuaderno de apuntes que sostenía contra su pecho.
- Hey – dije yo poniendo mi mano sobre el pecho de Puckerman, deteniéndolo y mirándolo con reprobación – Controla tus impulsos, amigo – me giré para mirar al joven de cabezo castaño, quien estaba con una expresión de terror en su rostro debido a lo previo. Di un asentimiento de cabeza en su dirección y pude ver un asomo de sonrisa en sus labios.
Continuamos hacia la sala de ciencias, mientras que Puck me recriminaba el por qué había sido misericordioso con ese “Don Nadie”. Yo me limité a ignorarlo, por lo que continuó su charla con Evans. Las clases pasaron aburridas, sin nadie emocionante que hacer. En el receso del segundo período, los chicos decidieron quitar una de las planillas de inscripción para el “Club Glee”, sólo para escribir en ella nombres que en su mayoría tenían relación con su aparato reproductor.
Durante la práctica de futbol, el Sr. Schuester apareció en los vestidores, en donde nos habían reunido a todos previamente. Comenzó a decir algo del famoso “Glee Club” y que si alguno quería unirse, pero luego de que todos lo abucharamos y que Noah le gastara una de sus tan conocidas bromas, decidió por retirarse. Mi mente recordaba las beses en que yo había cantado, las cuales se limitaban a las duchas extendidas que me daba en casa, y uno que otro evento para padres cuando tenía cinco años. Jamás he cantado frente a alguien, moriría de vergüenza.
Cuando me dirigía a mi locker para sacar mis cosas e irme a casa, Quinn me interceptó con su partículas sonrisa y cara angelical, aunque era lo único angelical en ella, puesto que su ambición de poder y admiración, era algo que no podía ocultar lo suficientemente bien como para que yo no lo notara.
- Hey, ahí estás – musitó rodeándome con sus brazos – No te he visto prácticamente en todo el día – fingió un puchero.
- Quinn, almorzamos juntos – bufé con tono molesto.
- Sabes que no me conformaría con tan poco tiempo junto a ti – respondió pasando una mano por mi cabello mojado - ¿Por qué no vamos a tu casa? Podemos pasar la tarde recuperando tiempo perdido.
- No – la corté – La práctica me dejó agotado y ahora lo único que deseo es descansar un poco.
- Pero Blaine, me has dejado sola por mucho tiempo, y yo no soy una novia cualquiera como para dejarla de lado – se quejó cruzando los brazos a la altura de su pecho – Tan solo te estoy ofreciendo pasar un rato agradable ¿Te animas?
Sabía perfectamente a lo que quería llegar, pues llevaba meses pidiéndome que intimáramos, prácticamente lanzándose sobre mí, insinuándose de todas las formas posibles, puesto que decía estar harta de que todas sus amigas ya lo hubieran hecho y que ella era la única que no podía opinar cada vez que ellas hablaban del tema. Como si a mí me importara lo que sus amigas digan. Yo no me sentía cómodo teniendo relaciones con alguien que no sentía que era la indicada.
- Definitivamente… ¡No! – me giré, tomé mi bolso y comencé a caminar en dirección a la salida.
- ¡Blaine! Somos novios hace casi cuatro años y es el colmo que aún no hayamos llegado ni siquiera a segunda base. Y soy yo quien te lo está pidiendo, deberías comenzar a considerarlo, antes de que termine pidiéndole a otro que me ayude con lo que tú te niegas a hacer – la volteé a mirar y su rostro había enrojecido, mientras que sus manos descansaban en jarras sobre sus caderas.
- ¿Sabes qué? – Me acerqué a ella completamente indignado con su comentario – Puedes hacer lo que quieras, pero ya no cuentes conmigo para el puesto de novio.
- ¿Qué? ¡Qué! – Balbuceó sorprendida – Tú… Tú… ¿Estás terminando conmigo?
- ¿Qué comes que adivinas? – ironicé, sin parar de caminar ni voltear a verla otra vez.
Una vez en mi carro, apoyado en el volante, solté el aire contenido de todas las situaciones incómodas del día de hoy. Suspiré aliviado de por fin dar por terminado mi noviazgo con Quinn, últimamente me sentía tan obligado a estar con ella, estaba asfixiándome. Pero ahora, ella misma había dado pie para la ruptura.
Al llegar a mi casa, encendí mi laptop y actualicé inmediatamente mi situación sentimental en Facebook. Blaine pasó de estar “En una relación” a estar “Soltero”, citaba ahora mi perfil. Con eso bastaba para llevar mi plan a cabo. Mañana todo Mckinley High estará revolucionado por el más reciente escándalo de la pareja que está en la cima de la popularidad.
Tan sólo queda esperar hasta mañana para ver como todo se aclara para mí.
Al día siguiente, Puck, Sam, Mike y yo, estábamos sentados en los vestidores, hablando idioteces y obviamente comenzaron a preguntar qué era lo que había pasado entre Quinn y yo, que habíamos acabado nuestro noviazgo. Preferí no referirme al tema, diciendo que aún era doloroso, cosa que no era cierta para nada, de hecho, jamás había dormido tan tranquilamente desde que estaba con ella.
- Hey, ¿Qué tal si asustamos a algunos ñoños? – propuso Puck con una mirada maliciosa.
- ¿No es acaso lo que hacemos todos los días al tirarlos a los botes de basura o encerrarlos en sus locker? – quiso saber Mike.
- No… Yo hablo de aterrorizarlo de verdad… con esto – Noah sacó un bulto del interior de su pantalón, envuelto en una tela grisácea. Lentamente la fue desenvolviendo, mientras que miraba a todas partes por si alguien aparecía.
- ¡Puck! ¿Qué demonios haces con esa cosa? – exclamó Sam tan impactado como yo, al verlo con un arma en sus manos.
- ¿Estás demente? ¡Te expulsarán si te ven con esto! – Le reprendí asustado - ¡O lo que es peor, te meterán en una correccional!
- Yo solo… quería asustarlos de verdad – se defendió con un tono de perro regañado.
- Realmente tu capacidad cerebral es tan reducida que no te alcanza para calcular las consecuencias de lo que haces – continué reprochándole – Será mejor que yo guarde esto y cuando salgamos de clases te la regresaré con el compromiso de que jamás en la vida la vuelvas a traer – le arrebaté el arma y la cubrí tanto como pude con la tela, desapareciéndola en mi bolso de deporte - ¿Está cargada?
- No… no lo está – respondió Puckerman rascando la parte trasera de su cabeza avergonzado – Te dije que sólo quería asustarlos.
- Gracias a Dios que nos dijiste a nosotros primero – lanzó en un suspiro Sam.
- De no ser así, no sé qué determinación podría haber tomado Figgins.
Como no podía andar portando el arma conmigo todo el día, decidí dejarla en mi taquilla hasta que la jornada escolar acabara. Con sumo cuidado, la saqué de mi bolso, desenvolviéndola lo suficiente como para cerciorarme de que estaba allí.
Un flash proveniente de mi lado izquierdo, me cegó momentáneamente. Volteé a ver y me encontré con una cámara fotográfica, delante de unos ojos azules que brillaban casi con emoción ante mi expresión de sorpresa.
Bueno... Aquí el primer capítulo... :D Espero sus comentarios!
Caminaba por el pasillo junto a Puck y a Sam, ellos hacían el gasto de toda la conversación, hablando acerca del partido de la próxima semana. El año apenas se había iniciado hacía un mes, pero la entrenadora Beiste no descansaba. Para mi suerte, era su favorito, asi que jamás me exigía demasiado, como lo hacía con los demás.
Un chico con un atuendo bastante excéntrico, llamó nuestra atención al cerrar su casillero de un solo golpe. Llevaba un suéter gris con líneas horizontales en tonos más oscuros, un pantalón ajustado al cuerpo de estilo escoces y unas botas de cuero marrón, una boina café completaba su traje. Definitivamente, se notaba a distancia que era alguien que dedicaba demasiado tiempo a ver esas revistas de moda que nadie entiende.
- ¡Apártate de mi camino, homo! – exclamó Punk, cuando el chico había comenzado a caminar y pasó demasiado cerca de él. Noah lo embistió con su musculoso brazo y el muchacho se estrelló ruidosamente contra las taquillas, soltando el cuaderno de apuntes que sostenía contra su pecho.
- Hey – dije yo poniendo mi mano sobre el pecho de Puckerman, deteniéndolo y mirándolo con reprobación – Controla tus impulsos, amigo – me giré para mirar al joven de cabezo castaño, quien estaba con una expresión de terror en su rostro debido a lo previo. Di un asentimiento de cabeza en su dirección y pude ver un asomo de sonrisa en sus labios.
Continuamos hacia la sala de ciencias, mientras que Puck me recriminaba el por qué había sido misericordioso con ese “Don Nadie”. Yo me limité a ignorarlo, por lo que continuó su charla con Evans. Las clases pasaron aburridas, sin nadie emocionante que hacer. En el receso del segundo período, los chicos decidieron quitar una de las planillas de inscripción para el “Club Glee”, sólo para escribir en ella nombres que en su mayoría tenían relación con su aparato reproductor.
Durante la práctica de futbol, el Sr. Schuester apareció en los vestidores, en donde nos habían reunido a todos previamente. Comenzó a decir algo del famoso “Glee Club” y que si alguno quería unirse, pero luego de que todos lo abucharamos y que Noah le gastara una de sus tan conocidas bromas, decidió por retirarse. Mi mente recordaba las beses en que yo había cantado, las cuales se limitaban a las duchas extendidas que me daba en casa, y uno que otro evento para padres cuando tenía cinco años. Jamás he cantado frente a alguien, moriría de vergüenza.
Cuando me dirigía a mi locker para sacar mis cosas e irme a casa, Quinn me interceptó con su partículas sonrisa y cara angelical, aunque era lo único angelical en ella, puesto que su ambición de poder y admiración, era algo que no podía ocultar lo suficientemente bien como para que yo no lo notara.
- Hey, ahí estás – musitó rodeándome con sus brazos – No te he visto prácticamente en todo el día – fingió un puchero.
- Quinn, almorzamos juntos – bufé con tono molesto.
- Sabes que no me conformaría con tan poco tiempo junto a ti – respondió pasando una mano por mi cabello mojado - ¿Por qué no vamos a tu casa? Podemos pasar la tarde recuperando tiempo perdido.
- No – la corté – La práctica me dejó agotado y ahora lo único que deseo es descansar un poco.
- Pero Blaine, me has dejado sola por mucho tiempo, y yo no soy una novia cualquiera como para dejarla de lado – se quejó cruzando los brazos a la altura de su pecho – Tan solo te estoy ofreciendo pasar un rato agradable ¿Te animas?
Sabía perfectamente a lo que quería llegar, pues llevaba meses pidiéndome que intimáramos, prácticamente lanzándose sobre mí, insinuándose de todas las formas posibles, puesto que decía estar harta de que todas sus amigas ya lo hubieran hecho y que ella era la única que no podía opinar cada vez que ellas hablaban del tema. Como si a mí me importara lo que sus amigas digan. Yo no me sentía cómodo teniendo relaciones con alguien que no sentía que era la indicada.
- Definitivamente… ¡No! – me giré, tomé mi bolso y comencé a caminar en dirección a la salida.
- ¡Blaine! Somos novios hace casi cuatro años y es el colmo que aún no hayamos llegado ni siquiera a segunda base. Y soy yo quien te lo está pidiendo, deberías comenzar a considerarlo, antes de que termine pidiéndole a otro que me ayude con lo que tú te niegas a hacer – la volteé a mirar y su rostro había enrojecido, mientras que sus manos descansaban en jarras sobre sus caderas.
- ¿Sabes qué? – Me acerqué a ella completamente indignado con su comentario – Puedes hacer lo que quieras, pero ya no cuentes conmigo para el puesto de novio.
- ¿Qué? ¡Qué! – Balbuceó sorprendida – Tú… Tú… ¿Estás terminando conmigo?
- ¿Qué comes que adivinas? – ironicé, sin parar de caminar ni voltear a verla otra vez.
Una vez en mi carro, apoyado en el volante, solté el aire contenido de todas las situaciones incómodas del día de hoy. Suspiré aliviado de por fin dar por terminado mi noviazgo con Quinn, últimamente me sentía tan obligado a estar con ella, estaba asfixiándome. Pero ahora, ella misma había dado pie para la ruptura.
Al llegar a mi casa, encendí mi laptop y actualicé inmediatamente mi situación sentimental en Facebook. Blaine pasó de estar “En una relación” a estar “Soltero”, citaba ahora mi perfil. Con eso bastaba para llevar mi plan a cabo. Mañana todo Mckinley High estará revolucionado por el más reciente escándalo de la pareja que está en la cima de la popularidad.
Tan sólo queda esperar hasta mañana para ver como todo se aclara para mí.
Al día siguiente, Puck, Sam, Mike y yo, estábamos sentados en los vestidores, hablando idioteces y obviamente comenzaron a preguntar qué era lo que había pasado entre Quinn y yo, que habíamos acabado nuestro noviazgo. Preferí no referirme al tema, diciendo que aún era doloroso, cosa que no era cierta para nada, de hecho, jamás había dormido tan tranquilamente desde que estaba con ella.
- Hey, ¿Qué tal si asustamos a algunos ñoños? – propuso Puck con una mirada maliciosa.
- ¿No es acaso lo que hacemos todos los días al tirarlos a los botes de basura o encerrarlos en sus locker? – quiso saber Mike.
- No… Yo hablo de aterrorizarlo de verdad… con esto – Noah sacó un bulto del interior de su pantalón, envuelto en una tela grisácea. Lentamente la fue desenvolviendo, mientras que miraba a todas partes por si alguien aparecía.
- ¡Puck! ¿Qué demonios haces con esa cosa? – exclamó Sam tan impactado como yo, al verlo con un arma en sus manos.
- ¿Estás demente? ¡Te expulsarán si te ven con esto! – Le reprendí asustado - ¡O lo que es peor, te meterán en una correccional!
- Yo solo… quería asustarlos de verdad – se defendió con un tono de perro regañado.
- Realmente tu capacidad cerebral es tan reducida que no te alcanza para calcular las consecuencias de lo que haces – continué reprochándole – Será mejor que yo guarde esto y cuando salgamos de clases te la regresaré con el compromiso de que jamás en la vida la vuelvas a traer – le arrebaté el arma y la cubrí tanto como pude con la tela, desapareciéndola en mi bolso de deporte - ¿Está cargada?
- No… no lo está – respondió Puckerman rascando la parte trasera de su cabeza avergonzado – Te dije que sólo quería asustarlos.
- Gracias a Dios que nos dijiste a nosotros primero – lanzó en un suspiro Sam.
- De no ser así, no sé qué determinación podría haber tomado Figgins.
Como no podía andar portando el arma conmigo todo el día, decidí dejarla en mi taquilla hasta que la jornada escolar acabara. Con sumo cuidado, la saqué de mi bolso, desenvolviéndola lo suficiente como para cerciorarme de que estaba allí.
Un flash proveniente de mi lado izquierdo, me cegó momentáneamente. Volteé a ver y me encontré con una cámara fotográfica, delante de unos ojos azules que brillaban casi con emoción ante mi expresión de sorpresa.
Bueno... Aquí el primer capítulo... :D Espero sus comentarios!
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
te quedo genial espero que actualices pronto
nicoleunicornio**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 24
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Hola nueva lectora!!! :3
Me gusto mucho el fic espero que puedas actualizar por que te esta quedando increible ya quieto saber que pasa... :DDD
Me gusto mucho el fic espero que puedas actualizar por que te esta quedando increible ya quieto saber que pasa... :DDD
gleeismylife****** - Mensajes : 381
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Edad : 25
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Hola nueva lectora!!!
Me gusta tu fic... Es muy bueno... Espero ansiosa el siguiente capitulo :3
Cuidate... Besos :3
Me gusta tu fic... Es muy bueno... Espero ansiosa el siguiente capitulo :3
Cuidate... Besos :3
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Wow está super genial, aunque para serte franca te falla un la ortografía, si quieres puedo ayudarte a corregirla, sólo envíame un mensaje.
Actualiza pronto.
Actualiza pronto.
LynndeMcGinty- - Mensajes : 1362
Fecha de inscripción : 23/05/2012
Edad : 30
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Esta súper, espero que actualizes pronto.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Kurt.
Estaba totalmente decepcionado de la vida que había llevado hasta el momento. Había sido criado por mi padre desde los ocho, luego de que mi hermosa madre falleciera. Desde que tengo memoria he sabido una cosa… Soy gay. Va en mí y es algo que se me hace imposible ocultar. Me gusta vestirme con glamour, brillo y estar actualizado en las tendencias de moda. Lo malo de todo esto… Soy un perdedor con todas sus letras. Amo cantar, me considero un fanático de los musicales de Broadway, por lo cual me uní al “Club Glee”, hundiéndome a mí mismo más aun en la pirámide de popularidad de la escuela. Aparte de eso, muchas veces he sido arrojado al interior de los contenedores de basura, sólo por vestir de la forma como me gusta hacerlo, lo que me hace un desadaptado. En McKinley existe tolerancia cero con los homosexuales, orden implantada por los más populares, quienes les encanta molestarme siempre.
Estaba en mi casillero guardando mis cuadernos, cuando recordé el examen de matemáticas, el cual había olvidado. Cerré la puerta de un solo golpe y caminé sin que me importaran mucho las personas a mí alrededor. Salí de mis pensamientos al ser arrojado contra las taquillas, cayendo al suelo. Eran ellos, los populares, los que tienen todo lo que quieren, a pedir de boca. Los detesto tanto. Uno de los chicos, el que iba en medio, y por ende el más popular de los tres, detuvo a Puck diciéndole que controlara sus impulsos, pero había tanta sinceridad en sus ojos, que lo miré sorprendido. Blaine no solía ser tan amable. Luego de regañarlo, me miró con una media sonrisa que tiraba de una de las esquinas de su perfecta boca. Me asintió y yo comencé a sonreír, cuando él se marchó. Era mi héroe de “Populandia”.
Caminé con aquella tonta sonrisa en mi cara, hasta que un Slushie de frambuesa la desapareció. Me quité el hielo de mis ojos con exasperación y me dirigí al baño más cercano para quitarme lo que había en todo mi cabello.
Cuando hube acabado, ingresé a la sala del coro, en donde me esperaba mi amiga Mercedes, junto a Tina.
- Tienes cara de haber recibido un facial helado – se burló Mercedes.
- Ha, ha – dije con ironía – Sabes lo que lucho con mi cabello cada mañana para que luzca perfecto, y esos cavernícolas estropean mi trabajo en menos de dos segundos – me senté lanzando un resoplido.
El Sr. Schuester comenzó escribiendo “AUDICIONES” en la pequeña pizarra blanca.
- Necesitamos más miembros – comenzó a hablar, mirándonos con esperanza en sus ojos cafés claro – No podemos presentarnos a las locales con seis participantes, y depende de ustedes que este club de coro funcione. Yo he puesto todo mi esfuerzo en ir salón por salón hablando acerca de lo genial que es cantar y bailar en el club Glee, pero al parecer no es suficiente, y me estoy quedando sin ideas.
- ¿Sr. Schue? – murmuró Rachel, alzando su mano como niña sabelotodo – Yo propongo que hagamos una pequeña demostración de nuestro talento, y del mío en particular, pasando por cada una de las clases a cantar, así ellos verán que estar en el club Glee es realmente genial, y que no deben sentirse intimidados por el que dirán – concluyó, hablando tan rápido que consiguió aturdirme con su parloteo.
- ¿Estás loca? – Chilló Mercedes a mi lado – No deseo ser abucheada por un salón repleto de brabucones. ¡No, gracias!
- Opino lo mismo que Mercedes, si Rachel quiere auto exponerse a la burla y demás, pues que lo haga sola – acoté, apoyando ambas manos sobre mi pierna.
- Ok, ok… Chicos – nos interrumpió el Sr. Schue – Tal vez la idea de Rachel no sea tan mala después de todo, sólo que no lo haremos salón por salón… Será en la reunión de padres.
Todos nos miramos unos a otros, incrédulos. Pero la mirada del Sr. Schuester nos confirmó que iba en serio.
- Prepararemos un par de canciones la próxima semana, pero esta, nos enfocaremos en conseguir nuevos chicos que quieran unírsenos.
Acabado el ensayo del club Glee, me fui caminando en dirección a mi locker. Pero algo llamó mi atención. Mi príncipe salvador de la mañana estaba peleando o discutiendo con su novia, Quinn Fabray. Me oculté tras la puerta abierta de mi taquilla y los observé a una distancia suficiente como para oír hasta los susurros.
- ¡Blaine! Somos novios hace casi cuatro años y es el colmo que aún no hayamos llegado ni siquiera a segunda base – exigió ella en una vociferación baja - Y soy yo quien te lo está pidiendo, deberías comenzar a considerarlo, antes de que termine pidiéndole a otro que me ayude con lo que tú te niegas a hacer – Blaine la volteó a ver mientras que la rubia estaba furiosa.
- ¿Sabes qué? Puedes hacer lo que quieras, pero ya no cuentes conmigo para el puesto de novio. – ¡Wow! Se necesitan agallas para romper con una chica como Quinn
- ¿Qué? ¡Qué! – Chilló tomada por sorpresa – Tú… Tú… ¿Estás terminando conmigo?
- ¿Qué comes que adivinas? – respondió él caminando lejos de ella.
Quedé pensando en aquella escena, luego de que la animadora se marchara a grandes zancadas en dirección contraria a mí. Es increíble que la pareja más popular de todo McKinley High, aún conservaran su gran “V”. Esto es un chisme de primera fuente. Pero, cabe preguntar… ¿Por qué Blaine, teniendo una chica como Fabray a su lado, que prácticamente estaba suplicándole para que tuvieran sexo, aun no lo ha hecho? Es extraño, sobre todo para un chico como él.
El día siguiente fue igual al anterior; me lanzaron al basurero, pusieron hojas con dibujos de pornografía e insultos dentro de mi casillero, los Slushies me mantuvieron la ropa interior húmeda durante todo el primer período, etc. Lo de siempre, nada cambiaba en McKinley. Bueno, la única novedad era el rumor que tenía circulando desde la mañana en los pasillos, pero era algo que yo ya sabía. El rompimiento de Blaine y Quinn.
En cuanto salí de clases, telefoneé a mi padre, Burt, puesto que había prometido recogerme al salir. Pero él me dijo que debido a algunos inconvenientes, se retrasaría un poco, que debía esperarlo. La escuela se desocupó rápidamente y los pasillos estaban desiertos. Reconocí una figura cerca de mi taquilla. Caminé intentando que no me descubriera, ya que sabía perfectamente quien era aquel chico. Era Blaine, pero estaba con una expresión extraña, lo cual llamó mi atención en sobre manera. En sus manos sostenía un bulto sospechoso, algo de color plateado apareció debajo de un paño gris. ¡Dios mío, era un arma! ¿Blaine tenía un arma? ¿Qué demonios hacía con una cosa así en su casillero? ¿Acaso tiene alguna inclinación asesina?
De pronto un plan macabro atravesó mi mente como un rayo, pero para llevarlo a cabo debía ser veloz. Para mi suerte siempre portaba mi cámara fotográfica en mi bolso, por si es que veía algún atuendo interesante que no había probado. Fotografié a la perfección la escena de Blaine sosteniendo el arma en sus manos, quien se volteó aterrado para mirarme observarlo con una felicidad contenida, mientras que intentando no perder un segundo, puse en modo de grabado mi celular oculto en mi bolsillo lateral, para registrar todo lo que saldría de su boca ahora.
- ¿Qué rayos haces? – me miró como si yo fuera un psicópata enfermo, siendo que era él quien poseía un arma.
- ¿Qué crees que hago? – Respondí con alegría en mi voz – Acabo de registrar tu expulsión.
- ¿Qué? Pero… ¡Por… Para qué… ¡Qué pretendes con esto! – tartamudeó, luchando internamente por mantener la calma.
- Pues, si te soy sincero… Pretendo obtener muchas cosas – contesté con una confianza que me desconocía – Digamos que hoy tuve suerte de que fueses precisamente tú quien tuviera eso en las manos, ya que eres el líder supremo de este jodido lugar…
- Pero… Es… Esto no es… mío – continuó balbuceando. Pero yo lo frené meneando mi cámara frente a él.
- Lamentablemente, una imagen dice más que mil palabras, y ante esta fotografía, no tienes escusas.
- De... De acuerdo… Me atrapaste… El arma es mía, pero no pretendía usarla para atacar a nadie… ¡Lo juro! – se justificó.
Lo miré, ampliando mi sonrisa hasta que sentí que se formaban pequeños hoyuelos en mis mejillas.
- Y ahora acabas de darme la mayor prueba de todas – dije sacando mi celular de mi chaqueta. Detuve la grabación y regresé mis ojos a la cara pasmada de Blaine.
- ¿Qué eres? – preguntó él mirándome con ojos como platos.
- Un oportunista de tu situación, tal vez… Pero, seré breve – guardé mi cámara y mi móvil, y me crucé de brazos frente a él – Esto es lo que pasará… Les dirás a los cavernícolas que tienes por amigos, que se olviden de los “Slushies”, ¿Ok? – Hice comillas con mis dedos – No quiero más abuso para con nosotros, a los que ustedes consideran “Losers” – nuevamente hice comillas – Además, quiero que seamos tratados con respeto, que se rompan las líneas entre la popularidad y los demás.
- Tu… tu pides más de lo que... yo puedo hacer – titubeó – No me tomarán en cuenta, ni siquiera me oirán si les digo todo eso – su rostro expresaba desesperación, tanto así que casi me producía pena – Tiene… tiene que haber otra cosa que… yo pueda hacer, pero… pero no eso.
- Blaine – lo miré con una ceja alzada – Sólo pido un poco de humanidad de parte de ustedes, nada más. Y tú eres el líder, el mayor, el que domina la escuela, puedes decir que todo el mundo se pare de manos… y ellos lo harán.
- Sí, no… es decir… mira, eh… niño freak – lo interrumpí inmediatamente.
- Kurt… mi nombre es Kurt ¡Gracias!
- De acuerdo, Kurt… Si yo les digo que dejen en paz a todos ustedes, los… perdedores… Ellos me bañarán en Slushies, me lanzarán a un basurero y luego pegarán un papel en mi frente con la palabra LOSER en el.
- No me afecta en absoluto – Sinceramente comenzaba a compadecerlo.
- ¿Por qué estás haciendo esto? – preguntó mirándome con tristeza y frustración en su mirada – Me gustaría saberlo.
- ¿Tienes tiempo? – el alzó las cejas, haciendo una pregunta sin palabras – La lista es larga.
Hasta Aquí el capítulo, espero sus comentarios y muchas gracias a todas por comentar, y por el apoyo... Intentaré actualizar a diario, pero sólo intentaré.
Estaba totalmente decepcionado de la vida que había llevado hasta el momento. Había sido criado por mi padre desde los ocho, luego de que mi hermosa madre falleciera. Desde que tengo memoria he sabido una cosa… Soy gay. Va en mí y es algo que se me hace imposible ocultar. Me gusta vestirme con glamour, brillo y estar actualizado en las tendencias de moda. Lo malo de todo esto… Soy un perdedor con todas sus letras. Amo cantar, me considero un fanático de los musicales de Broadway, por lo cual me uní al “Club Glee”, hundiéndome a mí mismo más aun en la pirámide de popularidad de la escuela. Aparte de eso, muchas veces he sido arrojado al interior de los contenedores de basura, sólo por vestir de la forma como me gusta hacerlo, lo que me hace un desadaptado. En McKinley existe tolerancia cero con los homosexuales, orden implantada por los más populares, quienes les encanta molestarme siempre.
Estaba en mi casillero guardando mis cuadernos, cuando recordé el examen de matemáticas, el cual había olvidado. Cerré la puerta de un solo golpe y caminé sin que me importaran mucho las personas a mí alrededor. Salí de mis pensamientos al ser arrojado contra las taquillas, cayendo al suelo. Eran ellos, los populares, los que tienen todo lo que quieren, a pedir de boca. Los detesto tanto. Uno de los chicos, el que iba en medio, y por ende el más popular de los tres, detuvo a Puck diciéndole que controlara sus impulsos, pero había tanta sinceridad en sus ojos, que lo miré sorprendido. Blaine no solía ser tan amable. Luego de regañarlo, me miró con una media sonrisa que tiraba de una de las esquinas de su perfecta boca. Me asintió y yo comencé a sonreír, cuando él se marchó. Era mi héroe de “Populandia”.
Caminé con aquella tonta sonrisa en mi cara, hasta que un Slushie de frambuesa la desapareció. Me quité el hielo de mis ojos con exasperación y me dirigí al baño más cercano para quitarme lo que había en todo mi cabello.
Cuando hube acabado, ingresé a la sala del coro, en donde me esperaba mi amiga Mercedes, junto a Tina.
- Tienes cara de haber recibido un facial helado – se burló Mercedes.
- Ha, ha – dije con ironía – Sabes lo que lucho con mi cabello cada mañana para que luzca perfecto, y esos cavernícolas estropean mi trabajo en menos de dos segundos – me senté lanzando un resoplido.
El Sr. Schuester comenzó escribiendo “AUDICIONES” en la pequeña pizarra blanca.
- Necesitamos más miembros – comenzó a hablar, mirándonos con esperanza en sus ojos cafés claro – No podemos presentarnos a las locales con seis participantes, y depende de ustedes que este club de coro funcione. Yo he puesto todo mi esfuerzo en ir salón por salón hablando acerca de lo genial que es cantar y bailar en el club Glee, pero al parecer no es suficiente, y me estoy quedando sin ideas.
- ¿Sr. Schue? – murmuró Rachel, alzando su mano como niña sabelotodo – Yo propongo que hagamos una pequeña demostración de nuestro talento, y del mío en particular, pasando por cada una de las clases a cantar, así ellos verán que estar en el club Glee es realmente genial, y que no deben sentirse intimidados por el que dirán – concluyó, hablando tan rápido que consiguió aturdirme con su parloteo.
- ¿Estás loca? – Chilló Mercedes a mi lado – No deseo ser abucheada por un salón repleto de brabucones. ¡No, gracias!
- Opino lo mismo que Mercedes, si Rachel quiere auto exponerse a la burla y demás, pues que lo haga sola – acoté, apoyando ambas manos sobre mi pierna.
- Ok, ok… Chicos – nos interrumpió el Sr. Schue – Tal vez la idea de Rachel no sea tan mala después de todo, sólo que no lo haremos salón por salón… Será en la reunión de padres.
Todos nos miramos unos a otros, incrédulos. Pero la mirada del Sr. Schuester nos confirmó que iba en serio.
- Prepararemos un par de canciones la próxima semana, pero esta, nos enfocaremos en conseguir nuevos chicos que quieran unírsenos.
Acabado el ensayo del club Glee, me fui caminando en dirección a mi locker. Pero algo llamó mi atención. Mi príncipe salvador de la mañana estaba peleando o discutiendo con su novia, Quinn Fabray. Me oculté tras la puerta abierta de mi taquilla y los observé a una distancia suficiente como para oír hasta los susurros.
- ¡Blaine! Somos novios hace casi cuatro años y es el colmo que aún no hayamos llegado ni siquiera a segunda base – exigió ella en una vociferación baja - Y soy yo quien te lo está pidiendo, deberías comenzar a considerarlo, antes de que termine pidiéndole a otro que me ayude con lo que tú te niegas a hacer – Blaine la volteó a ver mientras que la rubia estaba furiosa.
- ¿Sabes qué? Puedes hacer lo que quieras, pero ya no cuentes conmigo para el puesto de novio. – ¡Wow! Se necesitan agallas para romper con una chica como Quinn
- ¿Qué? ¡Qué! – Chilló tomada por sorpresa – Tú… Tú… ¿Estás terminando conmigo?
- ¿Qué comes que adivinas? – respondió él caminando lejos de ella.
Quedé pensando en aquella escena, luego de que la animadora se marchara a grandes zancadas en dirección contraria a mí. Es increíble que la pareja más popular de todo McKinley High, aún conservaran su gran “V”. Esto es un chisme de primera fuente. Pero, cabe preguntar… ¿Por qué Blaine, teniendo una chica como Fabray a su lado, que prácticamente estaba suplicándole para que tuvieran sexo, aun no lo ha hecho? Es extraño, sobre todo para un chico como él.
El día siguiente fue igual al anterior; me lanzaron al basurero, pusieron hojas con dibujos de pornografía e insultos dentro de mi casillero, los Slushies me mantuvieron la ropa interior húmeda durante todo el primer período, etc. Lo de siempre, nada cambiaba en McKinley. Bueno, la única novedad era el rumor que tenía circulando desde la mañana en los pasillos, pero era algo que yo ya sabía. El rompimiento de Blaine y Quinn.
En cuanto salí de clases, telefoneé a mi padre, Burt, puesto que había prometido recogerme al salir. Pero él me dijo que debido a algunos inconvenientes, se retrasaría un poco, que debía esperarlo. La escuela se desocupó rápidamente y los pasillos estaban desiertos. Reconocí una figura cerca de mi taquilla. Caminé intentando que no me descubriera, ya que sabía perfectamente quien era aquel chico. Era Blaine, pero estaba con una expresión extraña, lo cual llamó mi atención en sobre manera. En sus manos sostenía un bulto sospechoso, algo de color plateado apareció debajo de un paño gris. ¡Dios mío, era un arma! ¿Blaine tenía un arma? ¿Qué demonios hacía con una cosa así en su casillero? ¿Acaso tiene alguna inclinación asesina?
De pronto un plan macabro atravesó mi mente como un rayo, pero para llevarlo a cabo debía ser veloz. Para mi suerte siempre portaba mi cámara fotográfica en mi bolso, por si es que veía algún atuendo interesante que no había probado. Fotografié a la perfección la escena de Blaine sosteniendo el arma en sus manos, quien se volteó aterrado para mirarme observarlo con una felicidad contenida, mientras que intentando no perder un segundo, puse en modo de grabado mi celular oculto en mi bolsillo lateral, para registrar todo lo que saldría de su boca ahora.
- ¿Qué rayos haces? – me miró como si yo fuera un psicópata enfermo, siendo que era él quien poseía un arma.
- ¿Qué crees que hago? – Respondí con alegría en mi voz – Acabo de registrar tu expulsión.
- ¿Qué? Pero… ¡Por… Para qué… ¡Qué pretendes con esto! – tartamudeó, luchando internamente por mantener la calma.
- Pues, si te soy sincero… Pretendo obtener muchas cosas – contesté con una confianza que me desconocía – Digamos que hoy tuve suerte de que fueses precisamente tú quien tuviera eso en las manos, ya que eres el líder supremo de este jodido lugar…
- Pero… Es… Esto no es… mío – continuó balbuceando. Pero yo lo frené meneando mi cámara frente a él.
- Lamentablemente, una imagen dice más que mil palabras, y ante esta fotografía, no tienes escusas.
- De... De acuerdo… Me atrapaste… El arma es mía, pero no pretendía usarla para atacar a nadie… ¡Lo juro! – se justificó.
Lo miré, ampliando mi sonrisa hasta que sentí que se formaban pequeños hoyuelos en mis mejillas.
- Y ahora acabas de darme la mayor prueba de todas – dije sacando mi celular de mi chaqueta. Detuve la grabación y regresé mis ojos a la cara pasmada de Blaine.
- ¿Qué eres? – preguntó él mirándome con ojos como platos.
- Un oportunista de tu situación, tal vez… Pero, seré breve – guardé mi cámara y mi móvil, y me crucé de brazos frente a él – Esto es lo que pasará… Les dirás a los cavernícolas que tienes por amigos, que se olviden de los “Slushies”, ¿Ok? – Hice comillas con mis dedos – No quiero más abuso para con nosotros, a los que ustedes consideran “Losers” – nuevamente hice comillas – Además, quiero que seamos tratados con respeto, que se rompan las líneas entre la popularidad y los demás.
- Tu… tu pides más de lo que... yo puedo hacer – titubeó – No me tomarán en cuenta, ni siquiera me oirán si les digo todo eso – su rostro expresaba desesperación, tanto así que casi me producía pena – Tiene… tiene que haber otra cosa que… yo pueda hacer, pero… pero no eso.
- Blaine – lo miré con una ceja alzada – Sólo pido un poco de humanidad de parte de ustedes, nada más. Y tú eres el líder, el mayor, el que domina la escuela, puedes decir que todo el mundo se pare de manos… y ellos lo harán.
- Sí, no… es decir… mira, eh… niño freak – lo interrumpí inmediatamente.
- Kurt… mi nombre es Kurt ¡Gracias!
- De acuerdo, Kurt… Si yo les digo que dejen en paz a todos ustedes, los… perdedores… Ellos me bañarán en Slushies, me lanzarán a un basurero y luego pegarán un papel en mi frente con la palabra LOSER en el.
- No me afecta en absoluto – Sinceramente comenzaba a compadecerlo.
- ¿Por qué estás haciendo esto? – preguntó mirándome con tristeza y frustración en su mirada – Me gustaría saberlo.
- ¿Tienes tiempo? – el alzó las cejas, haciendo una pregunta sin palabras – La lista es larga.
Hasta Aquí el capítulo, espero sus comentarios y muchas gracias a todas por comentar, y por el apoyo... Intentaré actualizar a diario, pero sólo intentaré.
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
me encanto espero que actualices pronto besos
nicoleunicornio**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 24
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Esta súper, ya quiero saber que va hacer Kurt, actualiza pronto, por favor.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Dalay... Soy lectora fiel creeme... & tu fic es uno de mis favoritos... Asi que esperare a que actualices pronto... Cuidate, besos :3
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Blaine.
No podía creer que esto estaba pasándome a mí, a mí… Blaine Anderson. Ser chantajeado por un completo perdedor. El chico que me había fotografiado, era un completo manipulador y ahora estaba pidiéndome cosas como si yo fuera una especie de genio salido de una lámpara mágica.
Además de mi mala suerte por sacar el arma en el momento menos apropiado, se me ocurre decir que era mía. Puckerman ahora me debe la vida. Pero no parece ser un chico malo… Si no uno muy resentido con las personas que lo rodean. Tal vez si hablo con él, encuentre la forma de convencerlo de que no abra la boca, aunque no sé si de resultado.
- ¿Por qué estás haciendo esto? – pregunté esperando iniciar una conversación más profunda.
- ¿Tienes tiempo? – me basto hacer un gesto con mi rostro para que él siguiera – La lista es larga.
Me deshice del arma, metiéndola en mi bolso deportivo. Cerré mi taquilla y colgué sobre mi hombro el bolso.
Kurt caminó hacia las gradas de la cancha de futbol, en las cuales nos sentamos. No había nadie, pues hoy no correspondía el entrenamiento.
- Bien – comenzó él – Hablarás tú primero o empiezo yo.
- Prefiero ser yo – Eso me dará una pequeña ventaja - ¿Sabes lo difícil que es estar en la cima, Kurt? ¿Has visto cuando las Cheerios forman una pirámide humana? – el asintió – Todos creen que las que están abajo, son las que cargan con todo el peso de las demás. Pero la verdad es que la que debe estar en la cima, está en la obligación de mantener el equilibrio, y de mantenerse así, poner su mejor cara sonriente y mostrar que es fácil estar en el lugar de ella. Si no hace todo eso, caerá. Ser popular y obtener la admiración de mis compañeros, requiere de muchas cosas. Pierdes tu esencia, porque dejas de ser tú y comienzas a ser lo que los demás quieren que seas, o esperan que seas.
- Eso no es lo que parece – rebatió él.
- Pues es mi trabajo que no lo parezca. A mí no me interesa llenar contenedores de basura de ñoños. Pero mis amigos lo hacen y me hacen estar presente cuando lo hacen, para marcar una línea. Y en cuanto a los refrescos faciales – solté un suspiro – No tengo elección.
- ¿No tienes elección? – exclamó perdiendo la calma que supuse que tenía - ¿Qué tal si yo tampoco tengo elección con tu fotografía? ¿Cómo te sentirías?
- Pensé que lo entenderías – rezongué. Jamás había hablado tan abiertamente con un chico, menos de este tipo de cosas, y él más encima me critica. Que injusto.
- Pues ¿Quieres saber lo que entiendo yo? – se puso en pie y me miró fijamente a los ojos - Que tan solo eres una marioneta de cara bonita, y que te dejas manipular sólo para no perder la perfecta vida que tanto disfrutas llevar. Reconócelo, te encanta ser siempre el centro de atención a donde quiera que vayas. Te regocijas al ver como los pasillos, abarrotados de estudiantes, se apartan formando un espacio exagerado, para que puedas caminar libremente por ellos. Eres feliz con tu popularidad, por eso no estás dispuesto a arriesgarte ni siquiera un poco. A mí no me engañas. Tú no conoces lo que es sufrir.
- Kurt, no es… - el timbre de un celular me interrumpió. Era el de Kurt.
- ¿Papá? – Contestó él, apartándose un poco – Sí, claro. Saldré en seguida. Adiós – volteó su mirada y sólo negó con la cabeza.
Quedé sentado allí, completamente solo, sin ánimo de ponerme en pie. Nunca nadie me había hablado tan honestamente, como si se hubiera metido dentro de mi cabeza.
Cuando llegué a casa, intenté fingir mi mejor cara de felicidad, tal y como hacía cada tarde, después de la escuela. La sirvienta abrió la puerta y me informó que mi madre estaba en la sala con… Quinn.
Me sorprendí al ver a mi madre pasarle un pañuelo desechable a mi ex novia, mientras que ella lloraba desconsoladamente a su lado.
- Blaine – dijo alzando la cabeza y poniendo su tono de reproche – Ya era hora de que llegaras. ¿Cómo es posible que seas tan malo con tu novia? ¡Ven aquí y explícamelo!
- Mamá… ¿Puede ser después? – intenté vanamente zafarme.
- ¿Después? ¡No jovencito! Ahora mismo usted se va a disculpar con esta hermosa niña que ha estado contigo todos estos años – me senté en uno de los sofás, mirando a Quinn con mi mejor cara de odio. La había amado sinceramente, pero ahora… no tenía nada claro.
- No puedes entrometerte así en mi vida, madre – me quejé – Esto es un asunto entre Quinn y yo.
- Lo que pasa es que si mi pequeña Quinny llega a mis brazos, llorando, angustiada… Diciéndome que MI HIJO ha roto con la bella relación que tenían… Sólo porque sí… Siento que es mi deber como madre interferir y aconsejarte. Mostrarte el camino – sentía que toda la sangre de mi cuerpo se concentraba en mi cabeza, estaba furioso. Primero, por la burda manipulación de Quinn, y segundo, por la mala actuación de mi madre, fingiendo que realmente se preocupa por lo que me pasa. Ja, ja.
- Okay, haremos lo que dices… Quinn, volverás a ser mi novia y olvidaremos la discusión acerca de perder… tu sabes a lo que me refiero – solté con todo el sarcasmo que me fue posible – Y madre, de verdad… Muchas gracias por aconsejarme como siempre lo has hecho. Acabas de solucionarme la vida – mi madre alzó una ceja en reprobación – Ahora, ¿puedo irme a mi cuarto?
- Pero que mal educado eres… - bufó mi madre entregando otro pañuelo a Quinn que soltaba sollozos sin cesar - ¿Acaso yo te he criado así, te he enseñado a tratar a las personas así?
- Mamá… Tú ni siquiera me criaste, lo hizo la mucama.
Me puse en pie y corrí escaleras arriba. Tras mi espalda quedaron las quejas de mi madre con respecto a mi actitud. De haber sido cualquier otro día, jamás hubiera pensado en comportarme de esta manera… Pero Kurt me hizo abrir un poco los ojos. Era raro, pero todo lo que dijo para insultarme, me sirvió para hacer una exploración a mi cabeza, ver por qué me comporto así, por qué hago las cosas así. Mañana buscaré la forma de agradecerle, pero por ahora, necesito sacarme de encima a Quinn.
Sé que fue un poco canalla de mi parte dejarla así sin más, pero consideré suficiente el comentario de buscar en otro lo que yo me negaba a darle, es casi tan grave como ser infiel ¿O no? Lo peor de todo es que hoy, ninguna chica se me acercó… la mayoría de las animadoras sólo me miraron y respondieron a mis guiños con unas sonrisas esperanzadas, pero ninguna tuvo la suficiente personalidad para hablarme. Tal vez sienten que soy demasiado para tomarlas en cuenta, pero no es así. De hoy en adelante seré un poco más flexible en mis citas.
Para distraerme un poco, encendí mi laptop e ingresé a mi Facebook. Tenía unas 30 solicitudes de amistad y muchas notificaciones que me dio pereza revisar. Aparte de eso, nada más.
Volví a cerrarla y la puse sobre mi mesita de noche.
No sé por qué me sentía tan impotente o tan frustrado. No era justo que ni siquiera pudiera decidir cuándo acabar mis relaciones amorosas o con quien quiero sentarme en el almuerzo. Tener a mi madre tan pendiente de mí en ciertos asuntos, realmente apestaba. A veces prefería cuando iba a sus congresos por la empresa y desaparecía un mes completo. Esos días yo podía al menos estar feliz en casa, hacer lo que quería, me sentía libre en realidad.
Unos golpecitos en la puerta, me apartaron de mis pensamientos. Me senté en forma india en la cama.
- ¡Pase! – exclamé, sin ánimo.
La puerta se abrió en un segundo, azotándose contra el escritorio que estaba tras de esta. En el umbral de la puerta, la perfecta silueta de Quinn con sus manos sobre las caderas, con una expresión de los mil demonios. Al verla, tomé una almohada y me recosté tapando mi rostro. La puerta volvió a su lugar con un sonoro portazo, luego mi escondite me fue arrebatado de un solo tirón.
- ¿Qué rayos pretendías hablando con tu madre así? – susurró con fiereza.
- Quinn… ¡Ya vete! – balbuceé, volteándome y ocultando mi rostro en mi edredón.
- No puedes simplemente abrir la boca y decir lo que se te plazca – bufó tratando de moverme para que la mirara – Por poco y me dejas como una cualquiera delante de ella.
- ¿Y no es así? – respondí en un murmullo que ella logró oír, puesto que me golpeó con una almohada en la cabeza.
- ¡Infeliz! ¡No puedes hablar así de mí! – Chilló desatando su ira – He sido tu novia por…
- ¡Cuatro años! ¡Ya lo sé! – dije levantándome y atrapando el almohadón antes de que se estrellara contra mi rostro - ¡Me lo repites cada vez que tiene oportunidad de hacerlo!
Quinn quitó las manos del cojín y se sentó en el borde de mi cama, tapándose el rostro con las manos. Un sollozo salió desde su interior y me sentí horrible. A pesar de que se había comportado mal conmigo este último tiempo al punto de convertirse en un grano en el trasero para mí, no podía negar que la quería mucho aun, y no deseaba hacerla sufrir, porque no soy esa clase de chico. La conozco hace tanto y jamás la había visto en una etapa tan sensible.
Me acerqué a ella y puse mis manos sobre su espalda en muestra de consuelo. Ella alzó sus ojos verdes llenos de lágrimas, lo cual me quebró por dentro.
- ¿Qué nos pasó Blaine? – Musitó con voz queda – Éramos la pareja perfecta, todos nos envidiaban y querían ser como nosotros. Pasábamos mucho tiempo, juntos, a donde quiera que fuéramos y ahora… somos como dos extraños. Ya no eres el mismo, has cambiado… Y yo sé que yo también lo he hecho, pero… es que últimamente sentía que tú ya no me amabas, y que no querías estar conmigo – limpió sus mejillas con el antebrazo y regresó su mirada a mis ojos – Debo confesar que tenía mucho miedo de que esto pasara algún día, de que nos separáramos, por eso te presionaba tanto con que… tuviéramos… - volteó su mirada y luego se puso en pie, inspirando aire sonoramente. Una vez más me miró y yo no podía hacer que saliera ni media sílaba de mi boca. Estaba muy afectado con todo esto – Pero te prometo… No, te juro… que si nos damos una oportunidad, yo… cambiaré y jamás volveré a mencionar el tema, esperaremos a que sea el momento adecuado y volveremos a ser los que éramos antes… Todo estará bien, te lo aseguro…
Yo estaba perplejo, analizando cada palabra y cada emoción que atravesaba por mi cabeza, intentando formar una respuesta, pero sólo veía una cosa.
- Blaine… ¿Por qué no me dices nada? – insistió ella, posicionándose frente a mí, demasiado cerca para mi gusto - ¿No piensas… pedirme que volvamos a ser novios? O es que… ¿ya no me amas? ¿Es eso, Blaine?
- Quinn… yo, te juro que trato de… creer que lo que me dices, pasará… pero creo que no será así… Yo… ya no te amo, lo siento – las palabras escaparon sin que pudiese contenerlas un segundo más. Era lo que bombardeaba mi mente, que el sentimiento de amor ya no estaba. Cariño, si había mucho, pero no amor.
- ¿Qué? – Vi como sus ojos rebosaban de lágrimas y su boca se abría en sorpresa - ¿Ya… no me amas?
- De verdad lo siento, pero no quiero mentir más – finalicé.
Ok, hasta aquí dejaré el capítulo... Espero sus comentarios... y muchas gracias a Nicoleunicornio, por ser la primera en comentar; también a Gabriela Cruz por leer :D ... Además a Gleeismylife y Veronica Everett Criss por sus comentarios y por darme animos, LynndeMcGinty aunque no creo que mi ortografía falle mucho, Word me ayuda bastante xD
No podía creer que esto estaba pasándome a mí, a mí… Blaine Anderson. Ser chantajeado por un completo perdedor. El chico que me había fotografiado, era un completo manipulador y ahora estaba pidiéndome cosas como si yo fuera una especie de genio salido de una lámpara mágica.
Además de mi mala suerte por sacar el arma en el momento menos apropiado, se me ocurre decir que era mía. Puckerman ahora me debe la vida. Pero no parece ser un chico malo… Si no uno muy resentido con las personas que lo rodean. Tal vez si hablo con él, encuentre la forma de convencerlo de que no abra la boca, aunque no sé si de resultado.
- ¿Por qué estás haciendo esto? – pregunté esperando iniciar una conversación más profunda.
- ¿Tienes tiempo? – me basto hacer un gesto con mi rostro para que él siguiera – La lista es larga.
Me deshice del arma, metiéndola en mi bolso deportivo. Cerré mi taquilla y colgué sobre mi hombro el bolso.
Kurt caminó hacia las gradas de la cancha de futbol, en las cuales nos sentamos. No había nadie, pues hoy no correspondía el entrenamiento.
- Bien – comenzó él – Hablarás tú primero o empiezo yo.
- Prefiero ser yo – Eso me dará una pequeña ventaja - ¿Sabes lo difícil que es estar en la cima, Kurt? ¿Has visto cuando las Cheerios forman una pirámide humana? – el asintió – Todos creen que las que están abajo, son las que cargan con todo el peso de las demás. Pero la verdad es que la que debe estar en la cima, está en la obligación de mantener el equilibrio, y de mantenerse así, poner su mejor cara sonriente y mostrar que es fácil estar en el lugar de ella. Si no hace todo eso, caerá. Ser popular y obtener la admiración de mis compañeros, requiere de muchas cosas. Pierdes tu esencia, porque dejas de ser tú y comienzas a ser lo que los demás quieren que seas, o esperan que seas.
- Eso no es lo que parece – rebatió él.
- Pues es mi trabajo que no lo parezca. A mí no me interesa llenar contenedores de basura de ñoños. Pero mis amigos lo hacen y me hacen estar presente cuando lo hacen, para marcar una línea. Y en cuanto a los refrescos faciales – solté un suspiro – No tengo elección.
- ¿No tienes elección? – exclamó perdiendo la calma que supuse que tenía - ¿Qué tal si yo tampoco tengo elección con tu fotografía? ¿Cómo te sentirías?
- Pensé que lo entenderías – rezongué. Jamás había hablado tan abiertamente con un chico, menos de este tipo de cosas, y él más encima me critica. Que injusto.
- Pues ¿Quieres saber lo que entiendo yo? – se puso en pie y me miró fijamente a los ojos - Que tan solo eres una marioneta de cara bonita, y que te dejas manipular sólo para no perder la perfecta vida que tanto disfrutas llevar. Reconócelo, te encanta ser siempre el centro de atención a donde quiera que vayas. Te regocijas al ver como los pasillos, abarrotados de estudiantes, se apartan formando un espacio exagerado, para que puedas caminar libremente por ellos. Eres feliz con tu popularidad, por eso no estás dispuesto a arriesgarte ni siquiera un poco. A mí no me engañas. Tú no conoces lo que es sufrir.
- Kurt, no es… - el timbre de un celular me interrumpió. Era el de Kurt.
- ¿Papá? – Contestó él, apartándose un poco – Sí, claro. Saldré en seguida. Adiós – volteó su mirada y sólo negó con la cabeza.
Quedé sentado allí, completamente solo, sin ánimo de ponerme en pie. Nunca nadie me había hablado tan honestamente, como si se hubiera metido dentro de mi cabeza.
Cuando llegué a casa, intenté fingir mi mejor cara de felicidad, tal y como hacía cada tarde, después de la escuela. La sirvienta abrió la puerta y me informó que mi madre estaba en la sala con… Quinn.
Me sorprendí al ver a mi madre pasarle un pañuelo desechable a mi ex novia, mientras que ella lloraba desconsoladamente a su lado.
- Blaine – dijo alzando la cabeza y poniendo su tono de reproche – Ya era hora de que llegaras. ¿Cómo es posible que seas tan malo con tu novia? ¡Ven aquí y explícamelo!
- Mamá… ¿Puede ser después? – intenté vanamente zafarme.
- ¿Después? ¡No jovencito! Ahora mismo usted se va a disculpar con esta hermosa niña que ha estado contigo todos estos años – me senté en uno de los sofás, mirando a Quinn con mi mejor cara de odio. La había amado sinceramente, pero ahora… no tenía nada claro.
- No puedes entrometerte así en mi vida, madre – me quejé – Esto es un asunto entre Quinn y yo.
- Lo que pasa es que si mi pequeña Quinny llega a mis brazos, llorando, angustiada… Diciéndome que MI HIJO ha roto con la bella relación que tenían… Sólo porque sí… Siento que es mi deber como madre interferir y aconsejarte. Mostrarte el camino – sentía que toda la sangre de mi cuerpo se concentraba en mi cabeza, estaba furioso. Primero, por la burda manipulación de Quinn, y segundo, por la mala actuación de mi madre, fingiendo que realmente se preocupa por lo que me pasa. Ja, ja.
- Okay, haremos lo que dices… Quinn, volverás a ser mi novia y olvidaremos la discusión acerca de perder… tu sabes a lo que me refiero – solté con todo el sarcasmo que me fue posible – Y madre, de verdad… Muchas gracias por aconsejarme como siempre lo has hecho. Acabas de solucionarme la vida – mi madre alzó una ceja en reprobación – Ahora, ¿puedo irme a mi cuarto?
- Pero que mal educado eres… - bufó mi madre entregando otro pañuelo a Quinn que soltaba sollozos sin cesar - ¿Acaso yo te he criado así, te he enseñado a tratar a las personas así?
- Mamá… Tú ni siquiera me criaste, lo hizo la mucama.
Me puse en pie y corrí escaleras arriba. Tras mi espalda quedaron las quejas de mi madre con respecto a mi actitud. De haber sido cualquier otro día, jamás hubiera pensado en comportarme de esta manera… Pero Kurt me hizo abrir un poco los ojos. Era raro, pero todo lo que dijo para insultarme, me sirvió para hacer una exploración a mi cabeza, ver por qué me comporto así, por qué hago las cosas así. Mañana buscaré la forma de agradecerle, pero por ahora, necesito sacarme de encima a Quinn.
Sé que fue un poco canalla de mi parte dejarla así sin más, pero consideré suficiente el comentario de buscar en otro lo que yo me negaba a darle, es casi tan grave como ser infiel ¿O no? Lo peor de todo es que hoy, ninguna chica se me acercó… la mayoría de las animadoras sólo me miraron y respondieron a mis guiños con unas sonrisas esperanzadas, pero ninguna tuvo la suficiente personalidad para hablarme. Tal vez sienten que soy demasiado para tomarlas en cuenta, pero no es así. De hoy en adelante seré un poco más flexible en mis citas.
Para distraerme un poco, encendí mi laptop e ingresé a mi Facebook. Tenía unas 30 solicitudes de amistad y muchas notificaciones que me dio pereza revisar. Aparte de eso, nada más.
Volví a cerrarla y la puse sobre mi mesita de noche.
No sé por qué me sentía tan impotente o tan frustrado. No era justo que ni siquiera pudiera decidir cuándo acabar mis relaciones amorosas o con quien quiero sentarme en el almuerzo. Tener a mi madre tan pendiente de mí en ciertos asuntos, realmente apestaba. A veces prefería cuando iba a sus congresos por la empresa y desaparecía un mes completo. Esos días yo podía al menos estar feliz en casa, hacer lo que quería, me sentía libre en realidad.
Unos golpecitos en la puerta, me apartaron de mis pensamientos. Me senté en forma india en la cama.
- ¡Pase! – exclamé, sin ánimo.
La puerta se abrió en un segundo, azotándose contra el escritorio que estaba tras de esta. En el umbral de la puerta, la perfecta silueta de Quinn con sus manos sobre las caderas, con una expresión de los mil demonios. Al verla, tomé una almohada y me recosté tapando mi rostro. La puerta volvió a su lugar con un sonoro portazo, luego mi escondite me fue arrebatado de un solo tirón.
- ¿Qué rayos pretendías hablando con tu madre así? – susurró con fiereza.
- Quinn… ¡Ya vete! – balbuceé, volteándome y ocultando mi rostro en mi edredón.
- No puedes simplemente abrir la boca y decir lo que se te plazca – bufó tratando de moverme para que la mirara – Por poco y me dejas como una cualquiera delante de ella.
- ¿Y no es así? – respondí en un murmullo que ella logró oír, puesto que me golpeó con una almohada en la cabeza.
- ¡Infeliz! ¡No puedes hablar así de mí! – Chilló desatando su ira – He sido tu novia por…
- ¡Cuatro años! ¡Ya lo sé! – dije levantándome y atrapando el almohadón antes de que se estrellara contra mi rostro - ¡Me lo repites cada vez que tiene oportunidad de hacerlo!
Quinn quitó las manos del cojín y se sentó en el borde de mi cama, tapándose el rostro con las manos. Un sollozo salió desde su interior y me sentí horrible. A pesar de que se había comportado mal conmigo este último tiempo al punto de convertirse en un grano en el trasero para mí, no podía negar que la quería mucho aun, y no deseaba hacerla sufrir, porque no soy esa clase de chico. La conozco hace tanto y jamás la había visto en una etapa tan sensible.
Me acerqué a ella y puse mis manos sobre su espalda en muestra de consuelo. Ella alzó sus ojos verdes llenos de lágrimas, lo cual me quebró por dentro.
- ¿Qué nos pasó Blaine? – Musitó con voz queda – Éramos la pareja perfecta, todos nos envidiaban y querían ser como nosotros. Pasábamos mucho tiempo, juntos, a donde quiera que fuéramos y ahora… somos como dos extraños. Ya no eres el mismo, has cambiado… Y yo sé que yo también lo he hecho, pero… es que últimamente sentía que tú ya no me amabas, y que no querías estar conmigo – limpió sus mejillas con el antebrazo y regresó su mirada a mis ojos – Debo confesar que tenía mucho miedo de que esto pasara algún día, de que nos separáramos, por eso te presionaba tanto con que… tuviéramos… - volteó su mirada y luego se puso en pie, inspirando aire sonoramente. Una vez más me miró y yo no podía hacer que saliera ni media sílaba de mi boca. Estaba muy afectado con todo esto – Pero te prometo… No, te juro… que si nos damos una oportunidad, yo… cambiaré y jamás volveré a mencionar el tema, esperaremos a que sea el momento adecuado y volveremos a ser los que éramos antes… Todo estará bien, te lo aseguro…
Yo estaba perplejo, analizando cada palabra y cada emoción que atravesaba por mi cabeza, intentando formar una respuesta, pero sólo veía una cosa.
- Blaine… ¿Por qué no me dices nada? – insistió ella, posicionándose frente a mí, demasiado cerca para mi gusto - ¿No piensas… pedirme que volvamos a ser novios? O es que… ¿ya no me amas? ¿Es eso, Blaine?
- Quinn… yo, te juro que trato de… creer que lo que me dices, pasará… pero creo que no será así… Yo… ya no te amo, lo siento – las palabras escaparon sin que pudiese contenerlas un segundo más. Era lo que bombardeaba mi mente, que el sentimiento de amor ya no estaba. Cariño, si había mucho, pero no amor.
- ¿Qué? – Vi como sus ojos rebosaban de lágrimas y su boca se abría en sorpresa - ¿Ya… no me amas?
- De verdad lo siento, pero no quiero mentir más – finalicé.
Ok, hasta aquí dejaré el capítulo... Espero sus comentarios... y muchas gracias a Nicoleunicornio, por ser la primera en comentar; también a Gabriela Cruz por leer :D ... Además a Gleeismylife y Veronica Everett Criss por sus comentarios y por darme animos, LynndeMcGinty aunque no creo que mi ortografía falle mucho, Word me ayuda bastante xD
Última edición por miirna el Miér Ago 07, 2013 7:45 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
me encanto el capitulo espero que actualices pronto
nicoleunicornio**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 24
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
hola, nueva lectora, ¡me encantó tu fic! ¡¡¡actualizá rápido!!!!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Espero que actualizes pronto, esta súper.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Haha no tienes nada que agradecer, yo solo apoyo a las personas con buenas ideas, & la tuya es exelente... Espero actualices pronto... Cuidate, Besos ;D & Gracias a ti por escribir... :)
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Cómo odié a Quinn en este fic, qué bueno que Blaine le dijo la verdad (aunque a medias). Jjajajajajaj nunca pensé que Kurt fuera tan manipulador, me encanta.
Actualiza pronto.
P.D. Disculpa si mi comentario en cuanto a tu ortografía te ofendió de alguna manera.
Actualiza pronto.
P.D. Disculpa si mi comentario en cuanto a tu ortografía te ofendió de alguna manera.
LynndeMcGinty- - Mensajes : 1362
Fecha de inscripción : 23/05/2012
Edad : 30
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Kurt.
Tuve suerte de que mi padre me llamara en ese preciso instante, puesto que jamás creí que me enfrentaría así con alguien como Blaine Anderson… Pero lo hice. A veces me sorprendo de mí mismo. Estuve a punto de chocar los cinco conmigo mismo. Una vez que me monté en el carro de mi padre, solté el aire que había contenido inconscientemente.
- ¿Problemas en la escuela? – indagó mi padre.
- Hmm… Algo así – suspiré – Pero creo que hoy le di al clavo.
- ¿De qué hablas? – preguntó confundido.
- Nada papá – me acomodé en el asiento y lo miré - ¿Nos vamos?
Luego de hacer un par de compras, regresamos a casa, y ayudé a mi padre a preparar la cena, ya que esta noche vendría Carol junto con Finn, quien estaba conmigo en el club Glee.
La velada estuvo fantástica; mi papá se atrevió a pedir la mano de la madre de Finn en matrimonio. A lo cual ella feliz respondió que sí. Todos brindamos en su honor y pasó la cena demasiado rápido para mi gusto.
Antes de dormirme, decidí revisar mi Facebook, sentía curiosidad por ver algo en particular. Escribí en el buscador “Blaine Anderson”. No había muchas personas llamadas así, por lo que me fue fácil hallar el suyo. Pero me bastaron cinco minutos espiando su vida perfecta, para darme cuenta de que lo que hoy me había dicho acerca de lo difícil que es ser popular y todas esas babosadas, no era más que para que yo no lo chivara con el director Figgins.
Molesto, cerré con brusquedad mi laptop y me dormí.
Al día siguiente, como cada día me preparé para mi rutina de siempre, echando ropa extra en mi bolso, y mi gas pimienta por si las cosas se ponían feas. Al llegar, un basurero me dio la bienvenida. Puck y Sam fueron los designados este día para darles los buenos días a los Losers como yo. ¡Maldito Blaine! No había hecho absolutamente nada por revertir la situación… Ni siquiera con todo el material que tengo para hundirlo cuando se me plazca.
Apestando a basura, caminé por el pasillo, para llegar a los servicios y poder cambiarme, pero mientras lo hacía, alguien me jaló de improviso, metiéndome en un cuarto con escasa iluminación. La puerta se cerró y la luz se encendió. Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver a Blaine a un lado del interruptor.
- Disculpa por secuestrarte así, pero… - el bajó la mirada ¿avergonzado? Tal vez – Simplemente espero que no nos haya visto nadie.
- Ah, Okay… entiendo – dije molesto al captar lo que intentaba decir – Tus amigos no saben que hablas conmigo…
- Sí… pero… Kurt, necesitaba hablar contigo… Yo – se acercó a mí y me tomó de los hombros sentándome en una silla y él acomodándose en otra para quedar frente a mí – Ayer no me diste oportunidad de responder nada y… - Su rostro se arrugó con desagrado - ¿Qué es esa peste?
- Pues tus amigos me lanzaron a un contenedor de basura apenas llegué – me crucé de brazos, desviando la mirada.
- Oh… Lo siento por eso - ¿Estaba disculpándose? – Bueno yo… estuve pensando en lo que dijiste ayer y… La verdad es que nadie nunca me había dicho las cosas de forma tan honesta como tú lo hiciste. Por lo general la gente solo me adula, pero no me hace ver lo que está mal en mí.
- Si quieres puedo hacerlo cada día… - me burlé – Todo el día… y creo que me faltaría tiempo para decirte todo lo que va mal contigo.
- Sí que me gustaría – Alcé mis cejas, con extrañeza. Qué demonios le había pasado a este chico ayer. ¿Acaso se golpeó la cabeza con una puerta?
- Okay… esto es muy raro – me negué a caer en su juego una vez más – En primer lugar; ¿Por qué estás hablándome?, en segundo lugar, que te comportes así, no te servirá para que desista de mi idea de ir con Figgins… Y tercero, cuanto tiempo pretendes seguir fingiendo que eres un pobre víctima de toda esta situación. Si eres así y si te comportas como un patán con las demás personas que no están dentro de tu reducido círculo social, es solo porque quieres hacerlo. Nadie te obliga a hacer lo que no quieres. Es un derecho… por si no lo sabías – me puse en pie, acomodando mi bolso en el hombro – Ahora, si me disculpas, debo ir a cambiar de ropa, ya que tus “amigos” siguen haciendo lo que les ordenas. Adiós.
- ¿Qué? ¡No! – Exclamó Blaine, pero lo ignoré y abrí la puerta, quitándole el seguro que él había puesto al cerrarla – Yo no les ordeno que hagan nada… - su voz se perdió tras el azote que le di a la puerta para cerrarla.
Caminé confiado en que no sería lo suficientemente valiente como para seguirme y continuar la conversación, así que tranquilamente me dirigí al baño.
Nos cruzamos muchas veces en los pasillos, pero él estaba siendo escoltado por sus cavernícolas y tan sólo me lanzaba miradas llenas de culpabilidad o no sé qué diablos… Yo, en cambió alzaba una ceja y desviaba la mirada. A pesar de todo, no quería que los brabucones que tenía por amigos, se dieran cuenta de nuestro contacto visual y lo tacharan de gay. Y, aunque me cueste reconocerlo… y me cuesta… Debo decir que al menos se esfuerza en caerme bien.
Cuando el período de clases casi acababa, yo fui directamente a la sala del coro. Finn estaba sentado allí, junto a Rachel, quien se lo comía con los ojos, pero él ni siquiera lo notaba. Sólo eran amigos, pero todos nos dábamos cuenta de que ella no se conformaba con eso, Rachel quería ser su novia.
Me senté junto a él, saludándolo con un asentimiento de cabeza. Su celular de pronto sonó y él contestó de inmediato, liberando su brazo del opresor agarre de Rachel.
- ¿Diga? Oh, mamá ¿Qué ocurre? – habló sorprendido - ¿Qué? ¿Ahora? Oh… ok, no te preocupes… Saldré enseguida.
Finn volteó a mirarme.
- ¿Qué pasa? – pregunté curioso.
- Necesito que me hagas un favor. Es que… mi madre me necesita ahora, de forma urgente, y debo hablar con el Sr. Schue para avisarle, pero también debo ir a buscar mi bolso a los vestidores. ¿Puedes ir tú por él? Yo te esperaré en la puerta de entrada – explicó a toda prisa, luego se puso de pie y comenzó a caminar.
No era muy partidario de entras a los vestidores de los jugadores de futbol. De hecho, odiaba ese lugar, puesto que siempre apestaba a pies malolientes y desodorante barato, nada en comparación a lo que estaba acostumbrado. Si tenía suerte, no habría ningún matón a la vista, pero dudo que eso pase. Bueno, después de todo, ya estoy bastante habituado a los malos tratos.
Con una mueca no muy amigable, me puse en pie y me dirigí a los vestidores. Ojalá anduviera con una pinza de ropa en mi bolsillo, para soportar el hedor a podredumbre del lugar.
Al entrar, puse especial atención en identificar a cualquier persona que pudiera estar en el interior. Al ver a nadie, caminé intentando no hacer ruido. Busqué en cada puerta, de cada locker, el nombre de Finn, pero no conseguía hallarlo.
Una melodiosa voz me hizo agudizar mi oído. Era un chico que cantaba realmente hermoso.
(Reproduzcan y continuen leyendo)
Seguí el sonido hasta que llegué al área en donde había una bolsa de boxeo colgada. Mis ojos se abrieron con enorme sorpresa al ver a Blaine sentado en una banca, envolviendo sus manos con una venda blanca, mientras que cantaba, tal vez demasiado seguro de que no había nadie para oírlo.
La potencia al cantar me tenía realmente impresionado, era un muy buen intérprete. Estaba maravillado mirándolo, mientras me ocultaba tras las taquillas. De pronto se puso de pie, una vez que acabó de envolverse ambas manos, y de un salto se paró sobre el asiento e hizo un micrófono imaginario con su puño y cantó así, gesticulando con su rostro para interpretar mejor lo que cantaba. De vez en cuando apoyaba su mano libre sobre el estómago, cuando había partes altas.
Brincando nuevamente, bajó de donde se encontraba, caminando con bastante estilo y acabó la canción con una reverencia a un público imaginario. Yo, siendo incapaz de contenerme, comencé a aplaudir frenéticamente, mientras salía de mi escondite.
Blaine alzó la vista, tan impresionado como yo al oírlo cantar.
- ¿Qué… Qué haces aquí? – dijo confuso, acercándose a mí.
- ¡Eso fue grandioso! – lo alabé, sin retener el impulso.
- ¿Por qué demonios siempre eres tú quien me descubre en los peores momentos? – bufó pasándose una mano por el pelo con frustración.
- ¿Debo tomar eso como una ofensa? – me burlé – Bueno, de todos modos… Deberías estar agradecido de que no fue uno de tus cavernícolas que te encontró cantando como lo hacemos nosotros. Sería motivo suficiente para tacharte de marica y mandarte al fondo de la cadena alimentaria de la escuela como si fueras plancton.
- ¿Y acaso tú no lo usarás para chantajearme nuevamente? – me acusó – Dime, ¿Dónde tienes oculta la grabadora? ¿Eh?
O.O Okaaay!!!! Lo dejaré hasta aquí porque soy mala 3:D Pero sin falta, mañana actualizaré nuevamente.... gracias enserio a todas por darse el tiempo de leer y comentar... Son las mejores :D
Tuve suerte de que mi padre me llamara en ese preciso instante, puesto que jamás creí que me enfrentaría así con alguien como Blaine Anderson… Pero lo hice. A veces me sorprendo de mí mismo. Estuve a punto de chocar los cinco conmigo mismo. Una vez que me monté en el carro de mi padre, solté el aire que había contenido inconscientemente.
- ¿Problemas en la escuela? – indagó mi padre.
- Hmm… Algo así – suspiré – Pero creo que hoy le di al clavo.
- ¿De qué hablas? – preguntó confundido.
- Nada papá – me acomodé en el asiento y lo miré - ¿Nos vamos?
Luego de hacer un par de compras, regresamos a casa, y ayudé a mi padre a preparar la cena, ya que esta noche vendría Carol junto con Finn, quien estaba conmigo en el club Glee.
La velada estuvo fantástica; mi papá se atrevió a pedir la mano de la madre de Finn en matrimonio. A lo cual ella feliz respondió que sí. Todos brindamos en su honor y pasó la cena demasiado rápido para mi gusto.
Antes de dormirme, decidí revisar mi Facebook, sentía curiosidad por ver algo en particular. Escribí en el buscador “Blaine Anderson”. No había muchas personas llamadas así, por lo que me fue fácil hallar el suyo. Pero me bastaron cinco minutos espiando su vida perfecta, para darme cuenta de que lo que hoy me había dicho acerca de lo difícil que es ser popular y todas esas babosadas, no era más que para que yo no lo chivara con el director Figgins.
Molesto, cerré con brusquedad mi laptop y me dormí.
Al día siguiente, como cada día me preparé para mi rutina de siempre, echando ropa extra en mi bolso, y mi gas pimienta por si las cosas se ponían feas. Al llegar, un basurero me dio la bienvenida. Puck y Sam fueron los designados este día para darles los buenos días a los Losers como yo. ¡Maldito Blaine! No había hecho absolutamente nada por revertir la situación… Ni siquiera con todo el material que tengo para hundirlo cuando se me plazca.
Apestando a basura, caminé por el pasillo, para llegar a los servicios y poder cambiarme, pero mientras lo hacía, alguien me jaló de improviso, metiéndome en un cuarto con escasa iluminación. La puerta se cerró y la luz se encendió. Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver a Blaine a un lado del interruptor.
- Disculpa por secuestrarte así, pero… - el bajó la mirada ¿avergonzado? Tal vez – Simplemente espero que no nos haya visto nadie.
- Ah, Okay… entiendo – dije molesto al captar lo que intentaba decir – Tus amigos no saben que hablas conmigo…
- Sí… pero… Kurt, necesitaba hablar contigo… Yo – se acercó a mí y me tomó de los hombros sentándome en una silla y él acomodándose en otra para quedar frente a mí – Ayer no me diste oportunidad de responder nada y… - Su rostro se arrugó con desagrado - ¿Qué es esa peste?
- Pues tus amigos me lanzaron a un contenedor de basura apenas llegué – me crucé de brazos, desviando la mirada.
- Oh… Lo siento por eso - ¿Estaba disculpándose? – Bueno yo… estuve pensando en lo que dijiste ayer y… La verdad es que nadie nunca me había dicho las cosas de forma tan honesta como tú lo hiciste. Por lo general la gente solo me adula, pero no me hace ver lo que está mal en mí.
- Si quieres puedo hacerlo cada día… - me burlé – Todo el día… y creo que me faltaría tiempo para decirte todo lo que va mal contigo.
- Sí que me gustaría – Alcé mis cejas, con extrañeza. Qué demonios le había pasado a este chico ayer. ¿Acaso se golpeó la cabeza con una puerta?
- Okay… esto es muy raro – me negué a caer en su juego una vez más – En primer lugar; ¿Por qué estás hablándome?, en segundo lugar, que te comportes así, no te servirá para que desista de mi idea de ir con Figgins… Y tercero, cuanto tiempo pretendes seguir fingiendo que eres un pobre víctima de toda esta situación. Si eres así y si te comportas como un patán con las demás personas que no están dentro de tu reducido círculo social, es solo porque quieres hacerlo. Nadie te obliga a hacer lo que no quieres. Es un derecho… por si no lo sabías – me puse en pie, acomodando mi bolso en el hombro – Ahora, si me disculpas, debo ir a cambiar de ropa, ya que tus “amigos” siguen haciendo lo que les ordenas. Adiós.
- ¿Qué? ¡No! – Exclamó Blaine, pero lo ignoré y abrí la puerta, quitándole el seguro que él había puesto al cerrarla – Yo no les ordeno que hagan nada… - su voz se perdió tras el azote que le di a la puerta para cerrarla.
Caminé confiado en que no sería lo suficientemente valiente como para seguirme y continuar la conversación, así que tranquilamente me dirigí al baño.
Nos cruzamos muchas veces en los pasillos, pero él estaba siendo escoltado por sus cavernícolas y tan sólo me lanzaba miradas llenas de culpabilidad o no sé qué diablos… Yo, en cambió alzaba una ceja y desviaba la mirada. A pesar de todo, no quería que los brabucones que tenía por amigos, se dieran cuenta de nuestro contacto visual y lo tacharan de gay. Y, aunque me cueste reconocerlo… y me cuesta… Debo decir que al menos se esfuerza en caerme bien.
Cuando el período de clases casi acababa, yo fui directamente a la sala del coro. Finn estaba sentado allí, junto a Rachel, quien se lo comía con los ojos, pero él ni siquiera lo notaba. Sólo eran amigos, pero todos nos dábamos cuenta de que ella no se conformaba con eso, Rachel quería ser su novia.
Me senté junto a él, saludándolo con un asentimiento de cabeza. Su celular de pronto sonó y él contestó de inmediato, liberando su brazo del opresor agarre de Rachel.
- ¿Diga? Oh, mamá ¿Qué ocurre? – habló sorprendido - ¿Qué? ¿Ahora? Oh… ok, no te preocupes… Saldré enseguida.
Finn volteó a mirarme.
- ¿Qué pasa? – pregunté curioso.
- Necesito que me hagas un favor. Es que… mi madre me necesita ahora, de forma urgente, y debo hablar con el Sr. Schue para avisarle, pero también debo ir a buscar mi bolso a los vestidores. ¿Puedes ir tú por él? Yo te esperaré en la puerta de entrada – explicó a toda prisa, luego se puso de pie y comenzó a caminar.
No era muy partidario de entras a los vestidores de los jugadores de futbol. De hecho, odiaba ese lugar, puesto que siempre apestaba a pies malolientes y desodorante barato, nada en comparación a lo que estaba acostumbrado. Si tenía suerte, no habría ningún matón a la vista, pero dudo que eso pase. Bueno, después de todo, ya estoy bastante habituado a los malos tratos.
Con una mueca no muy amigable, me puse en pie y me dirigí a los vestidores. Ojalá anduviera con una pinza de ropa en mi bolsillo, para soportar el hedor a podredumbre del lugar.
Al entrar, puse especial atención en identificar a cualquier persona que pudiera estar en el interior. Al ver a nadie, caminé intentando no hacer ruido. Busqué en cada puerta, de cada locker, el nombre de Finn, pero no conseguía hallarlo.
Una melodiosa voz me hizo agudizar mi oído. Era un chico que cantaba realmente hermoso.
(Reproduzcan y continuen leyendo)
Seguí el sonido hasta que llegué al área en donde había una bolsa de boxeo colgada. Mis ojos se abrieron con enorme sorpresa al ver a Blaine sentado en una banca, envolviendo sus manos con una venda blanca, mientras que cantaba, tal vez demasiado seguro de que no había nadie para oírlo.
La potencia al cantar me tenía realmente impresionado, era un muy buen intérprete. Estaba maravillado mirándolo, mientras me ocultaba tras las taquillas. De pronto se puso de pie, una vez que acabó de envolverse ambas manos, y de un salto se paró sobre el asiento e hizo un micrófono imaginario con su puño y cantó así, gesticulando con su rostro para interpretar mejor lo que cantaba. De vez en cuando apoyaba su mano libre sobre el estómago, cuando había partes altas.
Brincando nuevamente, bajó de donde se encontraba, caminando con bastante estilo y acabó la canción con una reverencia a un público imaginario. Yo, siendo incapaz de contenerme, comencé a aplaudir frenéticamente, mientras salía de mi escondite.
Blaine alzó la vista, tan impresionado como yo al oírlo cantar.
- ¿Qué… Qué haces aquí? – dijo confuso, acercándose a mí.
- ¡Eso fue grandioso! – lo alabé, sin retener el impulso.
- ¿Por qué demonios siempre eres tú quien me descubre en los peores momentos? – bufó pasándose una mano por el pelo con frustración.
- ¿Debo tomar eso como una ofensa? – me burlé – Bueno, de todos modos… Deberías estar agradecido de que no fue uno de tus cavernícolas que te encontró cantando como lo hacemos nosotros. Sería motivo suficiente para tacharte de marica y mandarte al fondo de la cadena alimentaria de la escuela como si fueras plancton.
- ¿Y acaso tú no lo usarás para chantajearme nuevamente? – me acusó – Dime, ¿Dónde tienes oculta la grabadora? ¿Eh?
O.O Okaaay!!!! Lo dejaré hasta aquí porque soy mala 3:D Pero sin falta, mañana actualizaré nuevamente.... gracias enserio a todas por darse el tiempo de leer y comentar... Son las mejores :D
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
amé el capítlo, obviamente Blaine tiene talento, y al fin Kurt se dio cuenta. ¡Seguila!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Si eres muy mala... A no te creas :)
Me encanto este capitulo, estuvo super, aunque como estoy en mi celular no me aparecio la cancion que canto Blaine... Me podrias decir tu o alguien que tambien comente en este Fic que cancion es es?? Gracias... Esperare a que actualices pronto... Enserio amo tu fic... Cuidate, besos :3
Me encanto este capitulo, estuvo super, aunque como estoy en mi celular no me aparecio la cancion que canto Blaine... Me podrias decir tu o alguien que tambien comente en este Fic que cancion es es?? Gracias... Esperare a que actualices pronto... Enserio amo tu fic... Cuidate, besos :3
Veronica Everett Criss****** - Mensajes : 368
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Edad : 26
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
En el video Blaine canta "When I Get You Alone" pero está acapela, por lo que está ideal para leer, porque es mas fácil imaginarselo cantanto casualmente, sin todas las voces de los Warblers :DVeronica Everett Criss escribió:Si eres muy mala... A no te creas :)
Me encanto este capitulo, estuvo super, aunque como estoy en mi celular no me aparecio la cancion que canto Blaine... Me podrias decir tu o alguien que tambien comente en este Fic que cancion es es?? Gracias... Esperare a que actualices pronto... Enserio amo tu fic... Cuidate, besos :3
Invitado- Invitado
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
gracias por escribir me encantó, mi parte favorita fue la canción, nunca la había escuchado y ahora me doy cuenta de la buena voz que tiene Darren Criss. Gracias.
LynndeMcGinty- - Mensajes : 1362
Fecha de inscripción : 23/05/2012
Edad : 30
Re: [Fic-Klaine] "PRETENDING" - CAPITULO 27
Eres mala, lo dejas en la mejor parte, espero que actualizes pronto.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
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