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[Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
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[Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Hola, soy nueva en esto siempre fui "comentarista" (tammyarg) ahora con este nuevo user publicare una nueva historia y espero que les guste...
Es una adaptacion del libro ¿Y A Ti Qué Te Importa? de Megan Maxwell, cabe aclarar que es fic Brittana (por ahora)...La historia es bastante larga asi que vere si la acorto o la publico tal y como es, espero les sea de su agrado y comenten...
Por lo pronto les dejo la sinapsis de la historia!
Desde ya gracias por leer :)
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¿Y A Ti Qué Te Importa? - Sinapsis
Santana Marie Lopez es una famosa actriz de Hollywood de origen puerto riqueño acostumbrada al glamour y a la fama. En la campaña de promoción de su última película viaja a Argentina, donde, por casualidades del destino, se reencuentra con Brittany S. Pierse, una joven al que conoció años atrás en Las Vegas… y a la que esperaba no volver a ver jamás. Brittany trabaja ahora como Policia y está acostumbrado a toda clase de peligros y a la discreción que su trabajo le exige, así que lo que menos le apetece es ver una estrellita de Hollywood revoloteando a su alrededor. Pero no se puede luchar contra el destino cuando se conjura en tu contra.
Es una adaptacion del libro ¿Y A Ti Qué Te Importa? de Megan Maxwell, cabe aclarar que es fic Brittana (por ahora)...La historia es bastante larga asi que vere si la acorto o la publico tal y como es, espero les sea de su agrado y comenten...
Por lo pronto les dejo la sinapsis de la historia!
Desde ya gracias por leer :)
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¿Y A Ti Qué Te Importa? - Sinapsis
Santana Marie Lopez es una famosa actriz de Hollywood de origen puerto riqueño acostumbrada al glamour y a la fama. En la campaña de promoción de su última película viaja a Argentina, donde, por casualidades del destino, se reencuentra con Brittany S. Pierse, una joven al que conoció años atrás en Las Vegas… y a la que esperaba no volver a ver jamás. Brittany trabaja ahora como Policia y está acostumbrado a toda clase de peligros y a la discreción que su trabajo le exige, así que lo que menos le apetece es ver una estrellita de Hollywood revoloteando a su alrededor. Pero no se puede luchar contra el destino cuando se conjura en tu contra.
Última edición por dorkyhemo_ el Jue Feb 20, 2014 12:11 pm, editado 9 veces
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Bien AMO Los fics que algun personaje es policia o algo asi jaja <3 no acostumbro a comentar al primer capitulo pero esto me dejo con ganas de saber que mas, y que paso entre ellas en las vegas
Actualiza <3
Actualiza <3
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Holaa o/ actualiza me gusto mucho y creo que ese libro lo lei, o no lo se jaja pero me gusto
SummerWinter** - Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 03/06/2012
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
HOLA...NO ME HE PRESENTADO ME LLAMO TAMARA, PERO ME DICEN TAMS :) GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y ESPERO QUE LE SIGA GUSTANDO LA HISTORIA<3
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¿Y A Ti Qué Te Importa?
Capitulo 1: Las Vegas...
Un divertido grupo de jóvenes amigas, todos argentinas, entraron en el hall del impresionante hotel Caesars Palace de Las Vegas. Sus caras al ver la majestuosidad de todo lo que les rodeaba hablaban por sí solas.
—Woow chicas, esto es impresionante —gritó Tina, más conocida como chispitas, la joven más alocada del grupo.
Todas asintieron boquiabiertas. La recepción de aquel lugar era alucinante. El mármol color marfil y las esculturas romanas eran tan increíbles que parecían estar en la Antigua Roma. Rachel, Tina, Mercedes y Brittany que habían viajado desde Buenos Aires para celebrar la despedida de soltera más sonada de todos los tiempos sonrieron divertidas. Habían planeado minuciosamente aquel viaje y allí estaban, dispuestos a disfrutarlo.
Mercedes se casaba el uno de julio y sus amigas de toda la vida habían decidido darle aquella sorpresa. ¡Las Vegas! Un lugar del que habían hablado mucho durante su adolescencia y al que habían prometido ir juntas alguna vez. La ocasión se presentó y allí estaban.
—Chicas, chicas… ¿han visto a ese vago? Dios, que lomo! —soltó Rachel.
Sin perder un segundo, todas miraron en dirección a un muchacho impresionante. Era un rubio escultural que iba vestido de Faraón. Este, al pasar junto a ellas, les guiñó un ojo y se marchó con dos chicas que lo esperaban vestidas de romanas.
La futura esposa y Brittany, las más sensatas, al ver a aquel chico alejarse sonrieron, mientras las otras dos silbaban como locas.
—Recuerda lo que hablamos —murmuró Mercedes a Britt—. No me dejes hacer ninguna tontería que como se entere mi churri cuando llegue a Baires (Buenos Aires) ¡me mata!
Britt sonrió al oír aquel comentario y fue a contestar a su mejor amiga, cuando chispitas (Tina), que también la había escuchado, dijo colgándose de su cuello…
—Aprovecha tus últimos días de solteraaaaaaaa y no me seas aburrida. Dale, que estamos en LAS VEGASSSSSSSSS. Nos rodean chicos y chicas preciosas y sexys (dijo viendo a Brittany), y hemos prometido que lo que pase aquí, aquí se quedará.
Chispitas era la típica amiga divertida pero problemática.
En un principio pensaron viajar sin ella, pero su amistad desde niñas y el cariño que le tenían, al final consiguió que no la dejaran de lado. Sin embargo, todas sabían que había que andarse con cuidado. A Tina le gustaba demasiado la fiesta, la bebida y era una especialista en meterse en problemas en cualquier momento.
—¡Dios! —gritó el Rachel —. ¿Han visto qué culo tiene ese pibe?
Brittany sonrió. Sus amigas eran un caso aparte, pero las quería. Nada tenían que ver con ella, ni con su manera de ser, pero para ellas eran los mejores del mundo, aunque también fueran las más escandalosas del universo. Por ello, y consciente de que los cinco días que iban a estar allí iban a ser gloriosos, tomo su bolso y dijo antes de que alguna comenzara a gritar burradas:
—Dale, vamos a buscar la llave de nuestra habitación para dejar el equipaje.
Tina tomando su mochila la siguió e indicó:
— Britt, tu amiguita de la agencia de viajes nos ha buscado un hotelazo tremendo. Recuérdame que le lleve un souvenir de agradecimiento.
—Bree es muy buena —asintió Britt divertida.
—Y está muy buena —añadió Rachel guiñándole un ojo —. ¿Sales con
ella?
—¡Ja! Ya quisiera ella — añadió Mercedes que conocía a fondo de la vida de su amiga.
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BUENO ESPERO LES GUSTE EL PRIMER CAPITULO, QUIZAS SEA UN POCO CORTO ASI QUE VERE SI EN ESTOS DIAS PUEDO SUBIR AL MENOS DOS CAPITULOS MAS...
ESPERO SUS OPINIONES!
GRACIAS POR LEER :)
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¿Y A Ti Qué Te Importa?
Capitulo 1: Las Vegas...
Un divertido grupo de jóvenes amigas, todos argentinas, entraron en el hall del impresionante hotel Caesars Palace de Las Vegas. Sus caras al ver la majestuosidad de todo lo que les rodeaba hablaban por sí solas.
—Woow chicas, esto es impresionante —gritó Tina, más conocida como chispitas, la joven más alocada del grupo.
Todas asintieron boquiabiertas. La recepción de aquel lugar era alucinante. El mármol color marfil y las esculturas romanas eran tan increíbles que parecían estar en la Antigua Roma. Rachel, Tina, Mercedes y Brittany que habían viajado desde Buenos Aires para celebrar la despedida de soltera más sonada de todos los tiempos sonrieron divertidas. Habían planeado minuciosamente aquel viaje y allí estaban, dispuestos a disfrutarlo.
Mercedes se casaba el uno de julio y sus amigas de toda la vida habían decidido darle aquella sorpresa. ¡Las Vegas! Un lugar del que habían hablado mucho durante su adolescencia y al que habían prometido ir juntas alguna vez. La ocasión se presentó y allí estaban.
—Chicas, chicas… ¿han visto a ese vago? Dios, que lomo! —soltó Rachel.
Sin perder un segundo, todas miraron en dirección a un muchacho impresionante. Era un rubio escultural que iba vestido de Faraón. Este, al pasar junto a ellas, les guiñó un ojo y se marchó con dos chicas que lo esperaban vestidas de romanas.
La futura esposa y Brittany, las más sensatas, al ver a aquel chico alejarse sonrieron, mientras las otras dos silbaban como locas.
—Recuerda lo que hablamos —murmuró Mercedes a Britt—. No me dejes hacer ninguna tontería que como se entere mi churri cuando llegue a Baires (Buenos Aires) ¡me mata!
Britt sonrió al oír aquel comentario y fue a contestar a su mejor amiga, cuando chispitas (Tina), que también la había escuchado, dijo colgándose de su cuello…
—Aprovecha tus últimos días de solteraaaaaaaa y no me seas aburrida. Dale, que estamos en LAS VEGASSSSSSSSS. Nos rodean chicos y chicas preciosas y sexys (dijo viendo a Brittany), y hemos prometido que lo que pase aquí, aquí se quedará.
Chispitas era la típica amiga divertida pero problemática.
En un principio pensaron viajar sin ella, pero su amistad desde niñas y el cariño que le tenían, al final consiguió que no la dejaran de lado. Sin embargo, todas sabían que había que andarse con cuidado. A Tina le gustaba demasiado la fiesta, la bebida y era una especialista en meterse en problemas en cualquier momento.
—¡Dios! —gritó el Rachel —. ¿Han visto qué culo tiene ese pibe?
Brittany sonrió. Sus amigas eran un caso aparte, pero las quería. Nada tenían que ver con ella, ni con su manera de ser, pero para ellas eran los mejores del mundo, aunque también fueran las más escandalosas del universo. Por ello, y consciente de que los cinco días que iban a estar allí iban a ser gloriosos, tomo su bolso y dijo antes de que alguna comenzara a gritar burradas:
—Dale, vamos a buscar la llave de nuestra habitación para dejar el equipaje.
Tina tomando su mochila la siguió e indicó:
— Britt, tu amiguita de la agencia de viajes nos ha buscado un hotelazo tremendo. Recuérdame que le lleve un souvenir de agradecimiento.
—Bree es muy buena —asintió Britt divertida.
—Y está muy buena —añadió Rachel guiñándole un ojo —. ¿Sales con
ella?
—¡Ja! Ya quisiera ella — añadió Mercedes que conocía a fondo de la vida de su amiga.
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BUENO ESPERO LES GUSTE EL PRIMER CAPITULO, QUIZAS SEA UN POCO CORTO ASI QUE VERE SI EN ESTOS DIAS PUEDO SUBIR AL MENOS DOS CAPITULOS MAS...
ESPERO SUS OPINIONES!
GRACIAS POR LEER :)
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Este capítulo estuvo muy corto CX pero estuvo bien aunque si quiero más Brittana.
Espero tu actualización. :)
Espero tu actualización. :)
iFannyGleek****** - Mensajes : 335
Fecha de inscripción : 03/10/2013
Edad : 27
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Saludos
Ali_Pearce- - Mensajes : 1107
Fecha de inscripción : 07/06/2012
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
HOLAAAA MUCHAS GRACIAS POR COMENTAR..SE QUE EL PRIMER CAPITULO ESTUVO CORTO PERO TRATARE DE QUE SEAN MAS EXTENSOS HOY SUBO CAPITULO DOBLE...PROBABLEMENTE VAYA PUBLICANDO 3 VECES POR SEMANA ENTRE 2 O 3 CAPITULOS CADA DIA!
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¿Y A Ti Qué Te Importa?
Capitulo 2: voy a recordar este viaje toda mi vida…
—¿No estás saliendo con el monumento de la agencia? ¡Pero si está tremenda! —exclamó chispitas sacando una botellita de whisky que había comprado al taxista.
—No… no estoy saliendo con ella —respondió Britt dejando sobre el mostrador su pasaporte—. Estoy saliendo con las pruebas para entrar en la policía nacional. ¿Lo recuerdas?
—Sinceramente, creo que te falta un tornillo — murmuro Rachel —. Y no lo digo porque quieras ser policía, sino por no estar saliendo con ese bombonazo.
Tras soltar una carcajada, Britt miró sorprendida a sus amigas y exclamó: — ¿Quieren dejar de molestar y sacar vuestros pasaportes?
Si la entrada del hotel, el hall y la recepción les pareció alucinante, cuando llegaron a su habitación, se asomaron al balcón y vieron las enormes piscinas fue el no va más. Aquella tarde la dedicaron a jugar en las máquinas del hotel, y cuando se enteraron de que en la sala de espectáculos actuaba la cantante Gloria Estefan, no se lo pensaron y fueron allí a cenar.
La actuación fue impresionante. Gloria estuvo magnifica y ellas se divirtieron a rabiar, y más cuando descubrieron en la mesa de al lado un grupo de chicas y chiscos dispuestos a pasarla tan bien como ellas.
Como era de esperar, Tina, que iba más bebido que ninguna, se levantó y se dirigió a la mesa de las chic@s. Dos segundos después regresó cuatro.
—Chicas, les presento a Blaine, Quinn, Santana y Ryder. ¡Son universitarios californianos!
—¡Woooow! —exclamaron al oír su efusión.
Las muchachas y los chicos les saludaron y pocos segundos después estaban sentados con ellas. Una vez que acabó el espectáculo de Gloria Estefan, unos músicos comenzaron a tocar y al poco los chicos las invitaron a bailar. Rachel y Tina aceptaron. Mercedes y Brittany se limitaron a ver bailar a sus dos amigas con las cuatro chicos, que parecían muy animados.
—Creo que voy a recordar este viaje toda mi vida —sonrió Britt al ver a Tina con una peluca a lo Cher bailando con las chicos. Aunque su mirada se detenía una y otra vez en la morena llamada Santana. Sus ojos llenos de vida y esa sonrisa descarada la atraían... y mucho.
Mercedes, que conocía bien a su amiga, al ver como aquel miraba a la joven se acercó a ella y le susurró:
— ¿Es solo cosa mía o la del vestido rojo te gusta?
Britt sonrió. Bebió de su cerveza y, por su gesto, su amiga la entendió.
—La verdad es que tiene unos ojazos marrones impresionantes —asintió de nuevo Mercedes, viendo de reojo a su amiga y sonriendo.
Una hora después, los ocho salieron de Caesars Palace dispuestos a vivir la noche de Las Vegas. Primero pasaron por uno de los cientos de casinos donde tomaron unas copas y jugaron unas partidas al black jack. Allí, de nuevo, Britt volvió a fijarse en Santana y comprobó cómo controlaba y ganaba en aquel juego. Con las ganancias, todos se dirigieron a una sala de fiestas donde un grupo de salsa tocaba mientras la gente bailaba. En esta ocasión, y con unas copillas encima, todos saltaron a la pista, incluido Brittany, quien demostró ser una magnifica bailarína, y a quien se le resecó la boca en exceso cuando la chica de los impresionantes ojos marrones se le acercó y se contoneó bailando delante de ella mientras le tomaba de la mano. Britt la siguió como pudo y comprobó lo fácil que era bailar con ella. Media hora después, sudorosas y sedientas, las dos se dirigieron a la barra para pedir unas copas.
— Santana, tu acento no es tan marcado como el de tus amigos, ¿por qué? —preguntó Brittany.
—Mi padre es americano, pero mi madre es puertorriqueña — respondio esta—. Físicamente he salido a la familia de mi padre.
Britt sonrió y volvió a preguntar: — ¿Dónde vives?
— En Los Angeles y, por cierto, mi abuela, la madre de mi madre, es argentina.
—¿argentina? ¿De dónde? —dijo Britt sorprendida.
—De mendonza. Un lugar que lleva clavadito en el corazón.
Siempre me habla de aquella tierra como algo maravilloso y difícil de olvidar.
—¿Y cómo terminó una argentina en Puerto Rico?
Retirándose con coquetería el pelo de la cara, mientras llamaba al camarero para pedirle otras copas la joven murmuró: —El amor. Conoció a mi abuelo, se enamoró de él, y cuando este tuvo que regresar a su país, se casaron y mi abuela se marchó con él.
—¿Y tu abuela ha vuelto alguna vez a Argentina?
—Sí… sí. Ella ha viajado algunas veces allá, y yo espero acompañarla algún día. Aunque ahora con los estudios y tal lo tengo difícil —respondió clavándole sus amarronados ojos.
—Sé que te estoy acribillando a preguntas pero, ¿qué estudias?
La joven tras ver que el camarero preparaba sus bebidas le miró y respondió con seguridad.
—Publicidad. Me gusta mucho ese mundillo. —Y dando un giro a la conversación preguntó—: ¿Y tú de qué lugar de argentina eres?
—Ahora vivo en Bs.As. Pero mi familia es de una ciudad llamado Lujan. Donde, por cierto, hay un maravilloso castillo que es una auténtica preciosidad.
—¿Un castillo? Adoro los castillos. —San sonrió encantada—. En uno de los viajes que tengo planeado hacer a argentina quiero conocer muchos de ellos.
—Argentina está lleno— respondió Britt .
—Lo sé. Mi abuela siempre me habla de argentina, su cultura y de su historia.
Su gesto aniñado al escucharle, sus ojazos cafes y sus bonitos labios enamoraban a Brittany, y pasándole la mano por el fino óvalo de su cara le susurró:
—Sí alguna vez vienes a argentina, yo misma te los enseñaré ¿de acuerdo morenita?
—¡¿morenita?! —rio la joven con las pulsaciones a mil—. Así me llama mi abuela
Capitulo 3: Diversion…
Ambas rieron y se miraron a los ojos deseosos de intimidad. Pero los das sabían que sería una locura. Por ello, para romper ese momento mágico, Santana preguntó:
— ¿estudias o trabajas?
Britt sonrió. Ahora era ella la que preguntaba.
—Me estoy preparando para ser policía en mi país. Bueno, en realidad, Mercedes y yo nos estamos preparando para ser policías.
Sorprendida por aquella contestación ella asintió y sin darle tiempo volvió a preguntar.
—¿Y qué hacen unos futuras policías argentinas en Las Vegas?
Dando un trago a su cerveza, Britt se acercó un poco más a ella y, decidido a dejar de imaginar para pasar a la acción, le respondió con voz ronca:
—Divertirse. ¿Y ustedes?
Santana al sentir su cercanía, olvidó sus precauciones y, acercando sus labios a los de ella, susurró cautivada:
—Divertirnos.
Dejando su cerveza sobre la barra, Brittany se acercó más a la muchacha para tomar con avidez aquellos labios tentadores. Ella era dulce, suave y olía a sensualidad, una sensualidad que a Britt la volvió loca. Tras ese beso cálido y sensual, llegaron muchos otros, regados con alcohol y diversión. La noche enloqueció, llena de colores, música, risas, bebida y descontrol.
Por primera vez en su vida, Brittany, la muchacha que siempre controlaba sus actos, bebió tanto que llegó un momento en que perdió la razón y la noción del tiempo.
Britt despertó en una habitación que no era la suya. Miró a su alrededor y no se sorprendió al ver a la joven que había conocido la noche anterior desnuda a su lado totalmente dormida. Recordaba instantes con ella, pero poco más. ¿Qué hora era? Miró el reloj digital que estaba encima de la mesilla y leyó, las 21:14, catorce de junio. ¿Catorce de junio? Boquiabierta, se rascó la cabeza. Lo último que recordaba era la tarde del once de junio cuando llegaron a Las Vegas ¿Cómo podía ser día catorce?
Con curiosidad, paseó la mirada por aquella lujosa suite y se sorprendió al ver un piano blanco en un lateral. Leyó su marca: Yamaha. Levantándose desnuda y con una resaca impresionante caminó hacia una puerta lacada en blanco.
Aquello debía ser el baño. Pero se quedó sin habla al abrir y ver unas columnas acompañadas por unas esculturas italianas y en el centro una pequeña piscina de agua añil. ¿Pero dónde estoy? pensó mirando a su alrededor.
Cerrando la puerta, se fijó en el enorme televisor junto a la bonita chimenea, los sillones de cuero blancos y la fuente.
—¡Qué fuerte! Una fuente en medio de un salón. Cuando se lo cuente al abuelo va a alucinar —murmuró divertida.
Sin poder quedarse quieta buscó a sus amigas. ¿Dónde estaban? Al abrir una puerta las encontró tendidos en una enorme cama, junto a los otros chicos. Todos estaban desnudos, y rápidamente comprobó que faltaba el Tina ¿Dónde se habría metido? Sin poder evitarlo, miró a su amiga Mercedes, y la vio dormida sobre el pecho de uno de los chicos.
—Mierda…Mierda. Dije que la iba a controlar —susurró agobiada.
Cerró la puerta. ¿Qué había ocurrido allí? Llevándose una mano al rostro pensó en su amiga. Cuando se despertara y viera lo que había hecho iba a querer matarse al pensar en su tierno Sam, Aquello la iba a martirizar. Si alguien quería con locura a su novio, sin duda, era Mercedes.
Confundida y en busca de una explicación para todo aquello, se pasó la mano por su largo y rubio pelo cuando sintió que algo frío le rozaba la frente. Sin perder un segundo se miró la mano y de pronto gritó.
—No… no… no… ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
La muchacha, que hasta el momento había permanecido dormida, al oír aquel alarido se incorporó de un salto. La cabeza le dolía y todo le daba vueltas, pero lo primero que vio fue a la joven que había conocido supuestamente el día anterior.
Aquella con quien había compartido besos, diversión y, al verse desnuda en aquella cama, imaginó que algo más.
—Dime que esto no es cierto. Dime que no nos hemos casado —gritó Brittany enseñándole la alianza con dos dados que llevaba en la mano.
La joven, al escuchar aquello, rápidamente miró su mano. Al ver una alianza igual en su dedo, se levantó de un salto, sin importarle lo más mínimo su desnudez.
—No puede ser… ¡esto no me puede estar pasando!
—¡¿Nos hemos casado?! —pregunto Britt.
A Santana le latia el corazón a mil por hora.
—No lo sé… no lo sé.
Histérica, Britt buscó su ropa interior y se la puso mientras ella hacía lo mismo. Necesitaban despertarse, despejarse y aclarar las ideas. Ella era un chica a la que su padre le había enseñado a controlar su vida y aquello de pronto se le escapaba por todos lados. Santana fue a coger su sujetador que estaba en el suelo, cuando vio un sobre. Lo abrió, y se quedó sin respiración al ver una licencia de matrimonio con sus nombres y una foto de ella y Britt besándose: ella con un ridículo velo de novia, y Britt con un horroroso traje junto a un Juez de Paz.
—Dios mío, es cierto. ¡Nos hemos casado! —gritó horrorizada.
Dando dos saltos, la joven de pelo claro llegó hasta ella. Le quitó la foto de un tirón y al mirarla maldijo. Pero cuando leyó lo que ponía en la licencia la miró con el ceño fruncido gritó…
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ESPERO LES GUSTEN LOS CAPITULOS....
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
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¿Y A Ti Qué Te Importa?
Capitulo 2: voy a recordar este viaje toda mi vida…
—¿No estás saliendo con el monumento de la agencia? ¡Pero si está tremenda! —exclamó chispitas sacando una botellita de whisky que había comprado al taxista.
—No… no estoy saliendo con ella —respondió Britt dejando sobre el mostrador su pasaporte—. Estoy saliendo con las pruebas para entrar en la policía nacional. ¿Lo recuerdas?
—Sinceramente, creo que te falta un tornillo — murmuro Rachel —. Y no lo digo porque quieras ser policía, sino por no estar saliendo con ese bombonazo.
Tras soltar una carcajada, Britt miró sorprendida a sus amigas y exclamó: — ¿Quieren dejar de molestar y sacar vuestros pasaportes?
Si la entrada del hotel, el hall y la recepción les pareció alucinante, cuando llegaron a su habitación, se asomaron al balcón y vieron las enormes piscinas fue el no va más. Aquella tarde la dedicaron a jugar en las máquinas del hotel, y cuando se enteraron de que en la sala de espectáculos actuaba la cantante Gloria Estefan, no se lo pensaron y fueron allí a cenar.
La actuación fue impresionante. Gloria estuvo magnifica y ellas se divirtieron a rabiar, y más cuando descubrieron en la mesa de al lado un grupo de chicas y chiscos dispuestos a pasarla tan bien como ellas.
Como era de esperar, Tina, que iba más bebido que ninguna, se levantó y se dirigió a la mesa de las chic@s. Dos segundos después regresó cuatro.
—Chicas, les presento a Blaine, Quinn, Santana y Ryder. ¡Son universitarios californianos!
—¡Woooow! —exclamaron al oír su efusión.
Las muchachas y los chicos les saludaron y pocos segundos después estaban sentados con ellas. Una vez que acabó el espectáculo de Gloria Estefan, unos músicos comenzaron a tocar y al poco los chicos las invitaron a bailar. Rachel y Tina aceptaron. Mercedes y Brittany se limitaron a ver bailar a sus dos amigas con las cuatro chicos, que parecían muy animados.
—Creo que voy a recordar este viaje toda mi vida —sonrió Britt al ver a Tina con una peluca a lo Cher bailando con las chicos. Aunque su mirada se detenía una y otra vez en la morena llamada Santana. Sus ojos llenos de vida y esa sonrisa descarada la atraían... y mucho.
Mercedes, que conocía bien a su amiga, al ver como aquel miraba a la joven se acercó a ella y le susurró:
— ¿Es solo cosa mía o la del vestido rojo te gusta?
Britt sonrió. Bebió de su cerveza y, por su gesto, su amiga la entendió.
—La verdad es que tiene unos ojazos marrones impresionantes —asintió de nuevo Mercedes, viendo de reojo a su amiga y sonriendo.
Una hora después, los ocho salieron de Caesars Palace dispuestos a vivir la noche de Las Vegas. Primero pasaron por uno de los cientos de casinos donde tomaron unas copas y jugaron unas partidas al black jack. Allí, de nuevo, Britt volvió a fijarse en Santana y comprobó cómo controlaba y ganaba en aquel juego. Con las ganancias, todos se dirigieron a una sala de fiestas donde un grupo de salsa tocaba mientras la gente bailaba. En esta ocasión, y con unas copillas encima, todos saltaron a la pista, incluido Brittany, quien demostró ser una magnifica bailarína, y a quien se le resecó la boca en exceso cuando la chica de los impresionantes ojos marrones se le acercó y se contoneó bailando delante de ella mientras le tomaba de la mano. Britt la siguió como pudo y comprobó lo fácil que era bailar con ella. Media hora después, sudorosas y sedientas, las dos se dirigieron a la barra para pedir unas copas.
— Santana, tu acento no es tan marcado como el de tus amigos, ¿por qué? —preguntó Brittany.
—Mi padre es americano, pero mi madre es puertorriqueña — respondio esta—. Físicamente he salido a la familia de mi padre.
Britt sonrió y volvió a preguntar: — ¿Dónde vives?
— En Los Angeles y, por cierto, mi abuela, la madre de mi madre, es argentina.
—¿argentina? ¿De dónde? —dijo Britt sorprendida.
—De mendonza. Un lugar que lleva clavadito en el corazón.
Siempre me habla de aquella tierra como algo maravilloso y difícil de olvidar.
—¿Y cómo terminó una argentina en Puerto Rico?
Retirándose con coquetería el pelo de la cara, mientras llamaba al camarero para pedirle otras copas la joven murmuró: —El amor. Conoció a mi abuelo, se enamoró de él, y cuando este tuvo que regresar a su país, se casaron y mi abuela se marchó con él.
—¿Y tu abuela ha vuelto alguna vez a Argentina?
—Sí… sí. Ella ha viajado algunas veces allá, y yo espero acompañarla algún día. Aunque ahora con los estudios y tal lo tengo difícil —respondió clavándole sus amarronados ojos.
—Sé que te estoy acribillando a preguntas pero, ¿qué estudias?
La joven tras ver que el camarero preparaba sus bebidas le miró y respondió con seguridad.
—Publicidad. Me gusta mucho ese mundillo. —Y dando un giro a la conversación preguntó—: ¿Y tú de qué lugar de argentina eres?
—Ahora vivo en Bs.As. Pero mi familia es de una ciudad llamado Lujan. Donde, por cierto, hay un maravilloso castillo que es una auténtica preciosidad.
—¿Un castillo? Adoro los castillos. —San sonrió encantada—. En uno de los viajes que tengo planeado hacer a argentina quiero conocer muchos de ellos.
—Argentina está lleno— respondió Britt .
—Lo sé. Mi abuela siempre me habla de argentina, su cultura y de su historia.
Su gesto aniñado al escucharle, sus ojazos cafes y sus bonitos labios enamoraban a Brittany, y pasándole la mano por el fino óvalo de su cara le susurró:
—Sí alguna vez vienes a argentina, yo misma te los enseñaré ¿de acuerdo morenita?
—¡¿morenita?! —rio la joven con las pulsaciones a mil—. Así me llama mi abuela
Capitulo 3: Diversion…
Ambas rieron y se miraron a los ojos deseosos de intimidad. Pero los das sabían que sería una locura. Por ello, para romper ese momento mágico, Santana preguntó:
— ¿estudias o trabajas?
Britt sonrió. Ahora era ella la que preguntaba.
—Me estoy preparando para ser policía en mi país. Bueno, en realidad, Mercedes y yo nos estamos preparando para ser policías.
Sorprendida por aquella contestación ella asintió y sin darle tiempo volvió a preguntar.
—¿Y qué hacen unos futuras policías argentinas en Las Vegas?
Dando un trago a su cerveza, Britt se acercó un poco más a ella y, decidido a dejar de imaginar para pasar a la acción, le respondió con voz ronca:
—Divertirse. ¿Y ustedes?
Santana al sentir su cercanía, olvidó sus precauciones y, acercando sus labios a los de ella, susurró cautivada:
—Divertirnos.
Dejando su cerveza sobre la barra, Brittany se acercó más a la muchacha para tomar con avidez aquellos labios tentadores. Ella era dulce, suave y olía a sensualidad, una sensualidad que a Britt la volvió loca. Tras ese beso cálido y sensual, llegaron muchos otros, regados con alcohol y diversión. La noche enloqueció, llena de colores, música, risas, bebida y descontrol.
Por primera vez en su vida, Brittany, la muchacha que siempre controlaba sus actos, bebió tanto que llegó un momento en que perdió la razón y la noción del tiempo.
Britt despertó en una habitación que no era la suya. Miró a su alrededor y no se sorprendió al ver a la joven que había conocido la noche anterior desnuda a su lado totalmente dormida. Recordaba instantes con ella, pero poco más. ¿Qué hora era? Miró el reloj digital que estaba encima de la mesilla y leyó, las 21:14, catorce de junio. ¿Catorce de junio? Boquiabierta, se rascó la cabeza. Lo último que recordaba era la tarde del once de junio cuando llegaron a Las Vegas ¿Cómo podía ser día catorce?
Con curiosidad, paseó la mirada por aquella lujosa suite y se sorprendió al ver un piano blanco en un lateral. Leyó su marca: Yamaha. Levantándose desnuda y con una resaca impresionante caminó hacia una puerta lacada en blanco.
Aquello debía ser el baño. Pero se quedó sin habla al abrir y ver unas columnas acompañadas por unas esculturas italianas y en el centro una pequeña piscina de agua añil. ¿Pero dónde estoy? pensó mirando a su alrededor.
Cerrando la puerta, se fijó en el enorme televisor junto a la bonita chimenea, los sillones de cuero blancos y la fuente.
—¡Qué fuerte! Una fuente en medio de un salón. Cuando se lo cuente al abuelo va a alucinar —murmuró divertida.
Sin poder quedarse quieta buscó a sus amigas. ¿Dónde estaban? Al abrir una puerta las encontró tendidos en una enorme cama, junto a los otros chicos. Todos estaban desnudos, y rápidamente comprobó que faltaba el Tina ¿Dónde se habría metido? Sin poder evitarlo, miró a su amiga Mercedes, y la vio dormida sobre el pecho de uno de los chicos.
—Mierda…Mierda. Dije que la iba a controlar —susurró agobiada.
Cerró la puerta. ¿Qué había ocurrido allí? Llevándose una mano al rostro pensó en su amiga. Cuando se despertara y viera lo que había hecho iba a querer matarse al pensar en su tierno Sam, Aquello la iba a martirizar. Si alguien quería con locura a su novio, sin duda, era Mercedes.
Confundida y en busca de una explicación para todo aquello, se pasó la mano por su largo y rubio pelo cuando sintió que algo frío le rozaba la frente. Sin perder un segundo se miró la mano y de pronto gritó.
—No… no… no… ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
La muchacha, que hasta el momento había permanecido dormida, al oír aquel alarido se incorporó de un salto. La cabeza le dolía y todo le daba vueltas, pero lo primero que vio fue a la joven que había conocido supuestamente el día anterior.
Aquella con quien había compartido besos, diversión y, al verse desnuda en aquella cama, imaginó que algo más.
—Dime que esto no es cierto. Dime que no nos hemos casado —gritó Brittany enseñándole la alianza con dos dados que llevaba en la mano.
La joven, al escuchar aquello, rápidamente miró su mano. Al ver una alianza igual en su dedo, se levantó de un salto, sin importarle lo más mínimo su desnudez.
—No puede ser… ¡esto no me puede estar pasando!
—¡¿Nos hemos casado?! —pregunto Britt.
A Santana le latia el corazón a mil por hora.
—No lo sé… no lo sé.
Histérica, Britt buscó su ropa interior y se la puso mientras ella hacía lo mismo. Necesitaban despertarse, despejarse y aclarar las ideas. Ella era un chica a la que su padre le había enseñado a controlar su vida y aquello de pronto se le escapaba por todos lados. Santana fue a coger su sujetador que estaba en el suelo, cuando vio un sobre. Lo abrió, y se quedó sin respiración al ver una licencia de matrimonio con sus nombres y una foto de ella y Britt besándose: ella con un ridículo velo de novia, y Britt con un horroroso traje junto a un Juez de Paz.
—Dios mío, es cierto. ¡Nos hemos casado! —gritó horrorizada.
Dando dos saltos, la joven de pelo claro llegó hasta ella. Le quitó la foto de un tirón y al mirarla maldijo. Pero cuando leyó lo que ponía en la licencia la miró con el ceño fruncido gritó…
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ESPERO LES GUSTEN LOS CAPITULOS....
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
Última edición por dorkyhemo_ el Lun Ene 20, 2014 10:04 am, editado 3 veces
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
jajajaja que locura. .
esta genial la historia. .
me recordo la pelicula The Hangover ((¿Qué pasó ayer?))..
saludos!!!
esta genial la historia. .
me recordo la pelicula The Hangover ((¿Qué pasó ayer?))..
saludos!!!
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
hola..... la historia esta genial siguela por favor quiero saber lo que esta escrito en la licencia jeeejee
jas2602** - Mensajes : 95
Fecha de inscripción : 05/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
hola,...
esta genial!!! me morí de risa cuando se dieron cuenta que se casaron,.. jajajaja esta genial!!!!
quiero ver el nievo capitulo!!!
nos vemos,...
LU!!
esta genial!!! me morí de risa cuando se dieron cuenta que se casaron,.. jajajaja esta genial!!!!
quiero ver el nievo capitulo!!!
nos vemos,...
LU!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
JAJAJAJA' nunca pensé que se fueran a casar, estuvo muy bien los capítulos, espero tu actualización. ;)
iFannyGleek****** - Mensajes : 335
Fecha de inscripción : 03/10/2013
Edad : 27
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Holaaaaaa! Mas te vale continuarlo pronto esta muy divertido y sexy tu fic jajaja perdon por no comentar en el anterior, me gustaron mucho los cap no demores en actualizar y no dejes plantado el fic :(( que ya me enganche
Saludos <3
Saludos <3
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
HOLAAAAA MUCHISIMAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, QUEDENSE TRANQUI QUE NO ABANDONARE EL FIC ;)
ME ALEGRA QUE LE VAYA GUSTANDO TANTO COMO A MI COMO LES DIJE TRATARE DE ACTUALIZAR 3 VECES X SEMANA Y CAPITULO DOBLE (SI TENGO TIEMPO LO HARE TODOS LOS DIAS, NO PROMETO NADA)<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 4:
— ¡Mierda...Mierda…! ¡¿Me he casado contigo?!
Molesta por como aquella la miraba, Santana gritó fuera de sí.
—¡A ver si te crees que yo estoy encantada de que tú estés casada conmigo!
—¿Qué me echaste en la bebida? —rugió Britt.
—¿Yo? — incrédula, respondió con enfado—: ¿Qué yo te eché a ti algo en la bebida?
—Sí, tú… yo… yo no bebo y… y…
De pronto Britt pensó en Tina. ¡Chispitas! Su loca y siempre problemático amiga. La mataría. En cuanto la viera a la cara la mataría. No hacía falta hablar con ella para saber que tenía algo que ver en todo aquello. La joven morena, enfadada por lo que estaba sugiriendo, le lanzó uno de sus zapatos de tacón a la cabeza, hecha una furia.
— ¡¿Qué narices estás intentando decir?! ¡Solo tengo veinte años, una maravillosa vida por delante y tú no entras dentro de mi proyecto de vida!
—Mira, tarada — Britt respondió con crudeza—, yo tengo veintidós y te aseguro que tú sí que no entras en mi proyecto vida.
Poco acostumbrada a que una mujer la hablara así y cada vez más molesta por como aquella idiota exaltada gritó:
—¡¿Acaso crees que yo me quería casar contigo?! —Brittany no respondió, solo la miró furiosa y ella continuó—: Mira, tarada, he escuchado tonterías en mi vida, pero lo que acabas de decir es el colmo de las tonterías. Yo no necesito casarme contigo y menos con estas horrorosas, baratas y feas alianzas de dados —gritó al mirarle—. Mi vida es… Quizá seas tú el que me ha engañado a mí.
— ¡¿Yo?! — Pregunto Britt
—Sí, tú… Pero, vamos a ver, ¿cómo voy a querer casarme contigo? Con… con… una simple aspirante a policía.
Al escuchar aquello, Britt frunció el ceño y preguntó molesta:
—Pero ¿tú quién te has creído para pensar que eres más que yo?
Aturdida por todo lo que había pasado, fue a hablar, pero se calló. Tenía claro que Britt no sabía quién era ella, así que respondió con otra pregunta.
—¿Y tú quién te has creído que eres para sugerir que yo te he engañado?
De pronto la puerta de al lado se abrió. Apareció Mercedes desnuda con las manos en los oídos. Su cara lo decía todo. Tenía una una super resaca.
—Por el amor de Dios, ¿pueden dejar de gritar como locas?
—¡No! —gritaron al unísono y Britt acercándose a su amiga dijo enseñándole la licencia de matrimonio y la foto—: Mira esto y dime si vos no gritarías.
La cara de Mercedes cambió en pocos segundos. De calida paso a blanca. ¿Qué habían hecho? ¿Qué había pasado?
Rápidamente, se miró las manos, y tras comprobar que ella no llevaba alianza, respiró tranquila. Miro a su amiga y se tapó con una mano sus partes.
—No me jodas Britt que te has casado…
Brittany arrancándole de las manos los papeles, respondio mientras los rompía.
—No, no te jodo. Aquí la jodida soy yo, que sí, me he casado con una mujer a la que no quiero, no conozco y lo mejor de todo, ¡no sé ni quién es!
Santana fue a gritar que a ella le ocurría lo mismo cuando el resto del grupo apareció por la puerta con cara de resacón.
De pronto otra puerta se abrió y apareció la loca de chispitas con unas botellas de champán en las manos. En su línea de locura y con una cruda por todo lo algo gritó:
— ¡Vivan las novias!
Al escuchar aquella, Britt se abalanzó contra ella furiosa
Seguro que aquella idiota les había echado algo en la bebida y todo lo ocurrido era por su culpa. Entre empujones y gritos, sus amigas las separaron. El estado Tina era pésimo y el enfado de Britt tremendo. De pronto, la despedida de soltero se había convertido en la boda de Brittany con una desconocida, y la diversión en caos.
Capitulo 5:
Mercedes, tras llevarse chispitas a la habitación contigua, reprocharle por lo que había ocurrido y conseguir que cerrara la boca metiéndole un calcetín en ella, regresó a la habitación principal, justo cuando Santana se levantaba y decía con gesto contrariado:
—Llamaré a mi padre. Él solucionará esto.
—¿A tu padre? —gritó Britt fuera de sí—. ¿Qué tiene que ver tu padre en todo esto?
Con los ojos anegados de rabia por tener que pedir ayuda a su progenitor, la morena murmuró.
—Créeme, él lo solucionará.
Tres horas después aparecieron en el hotel cuatro gorilas de dos metros custodiando a un imponente hombre de unos cincuenta años, que observó a Brittany con cara de odio y se dirigió a la joven con frialdad. Este debe ser su papaíto, pensó Britt al ver como los gorilas echaban a todas las amigas de la habitación menos a ella y a la morena.
Hecha un mar de lágrimas, la joven le explicó a su padre lo ocurrido en inglés. Brittany, que estaba estudiando el idioma en una academia en Argentina, prestó atención a lo que hablaban y entendió partes. Aquel hombre de aspecto imponente llamó loca entre otras cosas a su hija, y esta no calló y, sin importarle su gesto de enfado, le contestó y comenzaron a discutir.
Si las miradas matasen, este hombre ya me habría asesinado, pensó Britt al ver como la miraba aquel hombre. Media hora después la puerta de la suite volvió a abrirse.
Apareció un hombre trajeado y con maletín oscuro. Un tal Will Shuester. Se sentó junto a estos, sacó unos papeles en los que podía leerse en español «Demanda de divorcio» e hizo firmar las jóvenes. Mientras firmaba, Britt se fijó en que ella morena se llamaba Santana Marie Hodgson, pero no pudo ver más. Aquel abogado tiró del papel y se lo quitó, le pidió sus datos en Argentina y una vez acabó su cometido se marchó, con la misma frialdad con la que había llegado.
Minutos después, la muchacha se dirigió a un cuarto para calmarse y vestirse. Se marchaba con su padre. En el rato en el que Britty el padre de Santana estuvieron solos, no se dirigieron la palabra, aun así, la rubia no se achico.
Minutos después, la muchacha se dirigió a un cuarto para calmarse y vestirse. Se marchaba con su padre. En el rato en el que Britty el padre de Santana estuvieron solos, no se dirigieron la palabra, aun así, la rubia no se achico. Se limitó a mirar con el mismo descaro y desprecio con el que aquel hombre la observaba. Ninguno disimuló. Aquella ridícula boda en Las Vegas no era del agrado de nadie.
Cuando Santana salió vestida con unos vaqueros, una camiseta azulada y su claro pelo recogido en una coleta alta, algo en Britt se resquebrajó. Aquella muchacha menuda que aún era su mujer, era una auténtica preciosidad. Desprendía una luz especial y eso le gustó. Pero manteniendo el sentido se contuvo y desvió la mirada. No quería mirarla. Aquello era una locura que debía de acabar cuanto antes o sus planes y su carrera en la policía argentina se irían a la basura.
La muchacha y su padre intercambiaron unas palabras contundentes, y aquel gigante con cara de malo salió por la puerta sin despedirse, dejándoles a las dos a solas en la habitación.
—No te preocupes por nada. Papá dice que conseguiremos el divorcio rápidamente. —Al ver que ella no respondía prosiguió—. Como le has dado tu dirección a Shuster, él te enviará una copia a tu casa y… y… podrás olvidar todo esto muy pronto.
—Gracias. Es todo un detalle —respondió la rubia molesta por sentirse un idiota en todos los sentidos.
Nunca le había gustado que nadie manejase su vida como había ocurrido en la última hora. Su padre les había enseñado a ella y su hermano a manejar sus vidas, no a dejar que otro se las manejara. Santana, a quien por alguna extraña circunstancia le resultaba difícil marcharse de aquella habitación, anduvo hacia ella. Estaba claro que aquella muchacha la había tratado de una manera a la que ella no estaba acostumbrada. Por primera vez, una chica la había mirado como a una chica normal y sabía que eso le resultaría difícil de olvidar.
Pero clavando sus cansados ojos cafes en la rubia de mirada clara y profunda dijo:
—Quiero que sepas que lamento tanto como tú todo lo que ha pasado. Y antes de irme necesito decirte que…
—Hey, morenita —cortó con voz tensa quitándose con furia el ridículo anillo para dejarlo ante ella, después le dio la espalda—. No sé quién eres ni me interesa conocer nada de ti.
Será mejor que te vayas antes de que tu padre, ese que se cree Dios, entre de nuevo.
La joven asintió y calló. Le hubiera gustado que todo terminara de diferente manera pero era imposible. Por ello y sin decir nada se guardó en el bolsillo del vaquero el horroroso anillo de dados que ella había dejado sobre la mesa, tomo su bolso y se marchó. Al escuchar el ruido de la puerta al cerrarse, la rubia miró a su alrededor, estaba solo en la suite.
Una hora después, tras ducharse, fue a salir de la habitación cuando vio la foto y los papeles de la licencia rotos en el suelo.
Sin saber por qué los recogió con furia y se fue a su habitación. Necesitaba olvidar lo ocurrido.
Al día siguiente en el avión de regreso a Argentina, Britt no podía dormir. Había mantenido una fuerte discusión con Tina por todo lo ocurrido. Aquella descerebrada, como bien había imaginado ella, había sido quien les había echado unas pastillitas en la bebida. Por su culpa todo había acabado fatal. Con gesto grave miró a sus amigas que, agotados, dormían como troncos en sus asientos y sonrió al ver la mejilla roja de chispitas. Una mejilla que ella se había encargado de marcar. Aburrida, enfadada y muy cansada, alargó la mano para tomar la revista de cine que ofrecía la compañía aérea y al abrir una de sus páginas se quedó de piedra. Había varias fotos de la joven con la que se había casado junto a su padre, brindando con Meryl Streep, Brad Pitt y Paul Newman. Boquiabierta leyó:
«El magnate de la industria del cine Robert Hodgson, su preciosa mujer Samantha y su bella hija Santana organizan una fiesta para recaudar fondos para la India en su lujosa villa en Beverly Hills».
Incrédula Brittany miró de nuevo las caras de aquellos. Indiscutiblemente se trataba de la chica y su padre. En ese momento lo entendió todo. El magnate debió creer que se había
casado con su hija por dinero. Cerrando la revista maldijo.
Ahora entendía porque se creía Dios. Era el puto amo de la industria cinematográfica americana y ella, una don nadie, se había casado con su adorada hija.
*O*
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BUENO, NO ME MATEN PORQUE SON CORTOS LOS CAPITULOS PERO ACA TERMINA LA PRIMER PARTE DE LA HISTORIA....FUE COMO UN FLASHBACK DONDE SE CONOCIERON LAS BRITTANA
UNA VEZ MAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y ESPERO QUE LES SIGA GUSTANDO LA HISTORIA---
QUIZAS EL DOMINGO PUBLIQUE EL PRIMER CAPITULO DE LA HISTORIA (CONTINUA NO SE CORTA)...
NO QUIERO ADELANTAR NADA MAS ;)
GRACIAS POR LEER<3
ME ALEGRA QUE LE VAYA GUSTANDO TANTO COMO A MI COMO LES DIJE TRATARE DE ACTUALIZAR 3 VECES X SEMANA Y CAPITULO DOBLE (SI TENGO TIEMPO LO HARE TODOS LOS DIAS, NO PROMETO NADA)<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 4:
— ¡Mierda...Mierda…! ¡¿Me he casado contigo?!
Molesta por como aquella la miraba, Santana gritó fuera de sí.
—¡A ver si te crees que yo estoy encantada de que tú estés casada conmigo!
—¿Qué me echaste en la bebida? —rugió Britt.
—¿Yo? — incrédula, respondió con enfado—: ¿Qué yo te eché a ti algo en la bebida?
—Sí, tú… yo… yo no bebo y… y…
De pronto Britt pensó en Tina. ¡Chispitas! Su loca y siempre problemático amiga. La mataría. En cuanto la viera a la cara la mataría. No hacía falta hablar con ella para saber que tenía algo que ver en todo aquello. La joven morena, enfadada por lo que estaba sugiriendo, le lanzó uno de sus zapatos de tacón a la cabeza, hecha una furia.
— ¡¿Qué narices estás intentando decir?! ¡Solo tengo veinte años, una maravillosa vida por delante y tú no entras dentro de mi proyecto de vida!
—Mira, tarada — Britt respondió con crudeza—, yo tengo veintidós y te aseguro que tú sí que no entras en mi proyecto vida.
Poco acostumbrada a que una mujer la hablara así y cada vez más molesta por como aquella idiota exaltada gritó:
—¡¿Acaso crees que yo me quería casar contigo?! —Brittany no respondió, solo la miró furiosa y ella continuó—: Mira, tarada, he escuchado tonterías en mi vida, pero lo que acabas de decir es el colmo de las tonterías. Yo no necesito casarme contigo y menos con estas horrorosas, baratas y feas alianzas de dados —gritó al mirarle—. Mi vida es… Quizá seas tú el que me ha engañado a mí.
— ¡¿Yo?! — Pregunto Britt
—Sí, tú… Pero, vamos a ver, ¿cómo voy a querer casarme contigo? Con… con… una simple aspirante a policía.
Al escuchar aquello, Britt frunció el ceño y preguntó molesta:
—Pero ¿tú quién te has creído para pensar que eres más que yo?
Aturdida por todo lo que había pasado, fue a hablar, pero se calló. Tenía claro que Britt no sabía quién era ella, así que respondió con otra pregunta.
—¿Y tú quién te has creído que eres para sugerir que yo te he engañado?
De pronto la puerta de al lado se abrió. Apareció Mercedes desnuda con las manos en los oídos. Su cara lo decía todo. Tenía una una super resaca.
—Por el amor de Dios, ¿pueden dejar de gritar como locas?
—¡No! —gritaron al unísono y Britt acercándose a su amiga dijo enseñándole la licencia de matrimonio y la foto—: Mira esto y dime si vos no gritarías.
La cara de Mercedes cambió en pocos segundos. De calida paso a blanca. ¿Qué habían hecho? ¿Qué había pasado?
Rápidamente, se miró las manos, y tras comprobar que ella no llevaba alianza, respiró tranquila. Miro a su amiga y se tapó con una mano sus partes.
—No me jodas Britt que te has casado…
Brittany arrancándole de las manos los papeles, respondio mientras los rompía.
—No, no te jodo. Aquí la jodida soy yo, que sí, me he casado con una mujer a la que no quiero, no conozco y lo mejor de todo, ¡no sé ni quién es!
Santana fue a gritar que a ella le ocurría lo mismo cuando el resto del grupo apareció por la puerta con cara de resacón.
De pronto otra puerta se abrió y apareció la loca de chispitas con unas botellas de champán en las manos. En su línea de locura y con una cruda por todo lo algo gritó:
— ¡Vivan las novias!
Al escuchar aquella, Britt se abalanzó contra ella furiosa
Seguro que aquella idiota les había echado algo en la bebida y todo lo ocurrido era por su culpa. Entre empujones y gritos, sus amigas las separaron. El estado Tina era pésimo y el enfado de Britt tremendo. De pronto, la despedida de soltero se había convertido en la boda de Brittany con una desconocida, y la diversión en caos.
Capitulo 5:
Mercedes, tras llevarse chispitas a la habitación contigua, reprocharle por lo que había ocurrido y conseguir que cerrara la boca metiéndole un calcetín en ella, regresó a la habitación principal, justo cuando Santana se levantaba y decía con gesto contrariado:
—Llamaré a mi padre. Él solucionará esto.
—¿A tu padre? —gritó Britt fuera de sí—. ¿Qué tiene que ver tu padre en todo esto?
Con los ojos anegados de rabia por tener que pedir ayuda a su progenitor, la morena murmuró.
—Créeme, él lo solucionará.
Tres horas después aparecieron en el hotel cuatro gorilas de dos metros custodiando a un imponente hombre de unos cincuenta años, que observó a Brittany con cara de odio y se dirigió a la joven con frialdad. Este debe ser su papaíto, pensó Britt al ver como los gorilas echaban a todas las amigas de la habitación menos a ella y a la morena.
Hecha un mar de lágrimas, la joven le explicó a su padre lo ocurrido en inglés. Brittany, que estaba estudiando el idioma en una academia en Argentina, prestó atención a lo que hablaban y entendió partes. Aquel hombre de aspecto imponente llamó loca entre otras cosas a su hija, y esta no calló y, sin importarle su gesto de enfado, le contestó y comenzaron a discutir.
Si las miradas matasen, este hombre ya me habría asesinado, pensó Britt al ver como la miraba aquel hombre. Media hora después la puerta de la suite volvió a abrirse.
Apareció un hombre trajeado y con maletín oscuro. Un tal Will Shuester. Se sentó junto a estos, sacó unos papeles en los que podía leerse en español «Demanda de divorcio» e hizo firmar las jóvenes. Mientras firmaba, Britt se fijó en que ella morena se llamaba Santana Marie Hodgson, pero no pudo ver más. Aquel abogado tiró del papel y se lo quitó, le pidió sus datos en Argentina y una vez acabó su cometido se marchó, con la misma frialdad con la que había llegado.
Minutos después, la muchacha se dirigió a un cuarto para calmarse y vestirse. Se marchaba con su padre. En el rato en el que Britty el padre de Santana estuvieron solos, no se dirigieron la palabra, aun así, la rubia no se achico.
Minutos después, la muchacha se dirigió a un cuarto para calmarse y vestirse. Se marchaba con su padre. En el rato en el que Britty el padre de Santana estuvieron solos, no se dirigieron la palabra, aun así, la rubia no se achico. Se limitó a mirar con el mismo descaro y desprecio con el que aquel hombre la observaba. Ninguno disimuló. Aquella ridícula boda en Las Vegas no era del agrado de nadie.
Cuando Santana salió vestida con unos vaqueros, una camiseta azulada y su claro pelo recogido en una coleta alta, algo en Britt se resquebrajó. Aquella muchacha menuda que aún era su mujer, era una auténtica preciosidad. Desprendía una luz especial y eso le gustó. Pero manteniendo el sentido se contuvo y desvió la mirada. No quería mirarla. Aquello era una locura que debía de acabar cuanto antes o sus planes y su carrera en la policía argentina se irían a la basura.
La muchacha y su padre intercambiaron unas palabras contundentes, y aquel gigante con cara de malo salió por la puerta sin despedirse, dejándoles a las dos a solas en la habitación.
—No te preocupes por nada. Papá dice que conseguiremos el divorcio rápidamente. —Al ver que ella no respondía prosiguió—. Como le has dado tu dirección a Shuster, él te enviará una copia a tu casa y… y… podrás olvidar todo esto muy pronto.
—Gracias. Es todo un detalle —respondió la rubia molesta por sentirse un idiota en todos los sentidos.
Nunca le había gustado que nadie manejase su vida como había ocurrido en la última hora. Su padre les había enseñado a ella y su hermano a manejar sus vidas, no a dejar que otro se las manejara. Santana, a quien por alguna extraña circunstancia le resultaba difícil marcharse de aquella habitación, anduvo hacia ella. Estaba claro que aquella muchacha la había tratado de una manera a la que ella no estaba acostumbrada. Por primera vez, una chica la había mirado como a una chica normal y sabía que eso le resultaría difícil de olvidar.
Pero clavando sus cansados ojos cafes en la rubia de mirada clara y profunda dijo:
—Quiero que sepas que lamento tanto como tú todo lo que ha pasado. Y antes de irme necesito decirte que…
—Hey, morenita —cortó con voz tensa quitándose con furia el ridículo anillo para dejarlo ante ella, después le dio la espalda—. No sé quién eres ni me interesa conocer nada de ti.
Será mejor que te vayas antes de que tu padre, ese que se cree Dios, entre de nuevo.
La joven asintió y calló. Le hubiera gustado que todo terminara de diferente manera pero era imposible. Por ello y sin decir nada se guardó en el bolsillo del vaquero el horroroso anillo de dados que ella había dejado sobre la mesa, tomo su bolso y se marchó. Al escuchar el ruido de la puerta al cerrarse, la rubia miró a su alrededor, estaba solo en la suite.
Una hora después, tras ducharse, fue a salir de la habitación cuando vio la foto y los papeles de la licencia rotos en el suelo.
Sin saber por qué los recogió con furia y se fue a su habitación. Necesitaba olvidar lo ocurrido.
Al día siguiente en el avión de regreso a Argentina, Britt no podía dormir. Había mantenido una fuerte discusión con Tina por todo lo ocurrido. Aquella descerebrada, como bien había imaginado ella, había sido quien les había echado unas pastillitas en la bebida. Por su culpa todo había acabado fatal. Con gesto grave miró a sus amigas que, agotados, dormían como troncos en sus asientos y sonrió al ver la mejilla roja de chispitas. Una mejilla que ella se había encargado de marcar. Aburrida, enfadada y muy cansada, alargó la mano para tomar la revista de cine que ofrecía la compañía aérea y al abrir una de sus páginas se quedó de piedra. Había varias fotos de la joven con la que se había casado junto a su padre, brindando con Meryl Streep, Brad Pitt y Paul Newman. Boquiabierta leyó:
«El magnate de la industria del cine Robert Hodgson, su preciosa mujer Samantha y su bella hija Santana organizan una fiesta para recaudar fondos para la India en su lujosa villa en Beverly Hills».
Incrédula Brittany miró de nuevo las caras de aquellos. Indiscutiblemente se trataba de la chica y su padre. En ese momento lo entendió todo. El magnate debió creer que se había
casado con su hija por dinero. Cerrando la revista maldijo.
Ahora entendía porque se creía Dios. Era el puto amo de la industria cinematográfica americana y ella, una don nadie, se había casado con su adorada hija.
*O*
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BUENO, NO ME MATEN PORQUE SON CORTOS LOS CAPITULOS PERO ACA TERMINA LA PRIMER PARTE DE LA HISTORIA....FUE COMO UN FLASHBACK DONDE SE CONOCIERON LAS BRITTANA
UNA VEZ MAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS Y ESPERO QUE LES SIGA GUSTANDO LA HISTORIA---
QUIZAS EL DOMINGO PUBLIQUE EL PRIMER CAPITULO DE LA HISTORIA (CONTINUA NO SE CORTA)...
NO QUIERO ADELANTAR NADA MAS ;)
GRACIAS POR LEER<3
Última edición por dorkyhemo_ el Lun Ene 20, 2014 10:06 am, editado 3 veces
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
EL DOMINGO!!??? nooooooooooooooooooooooooo :'( por favor uno chiquito aunque sea no me hagas esperar tanto u___u
me gusto mucho los cap y espero ver ese reencuentro me recuerda a ¿que paso ayer? JJAJAJAJA
Saludos
me gusto mucho los cap y espero ver ese reencuentro me recuerda a ¿que paso ayer? JJAJAJAJA
Saludos
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Hola!! nueva lectora reportandose
La historia me ha encantado, en cuanto a los capitulos, si, son cortos pero se te perdona porque actualizas seguido y eso merece un gran GRACIAS!, esperare con ansias el proximo capitulo, cuidate, hasta la siguiente actualizacion
La historia me ha encantado, en cuanto a los capitulos, si, son cortos pero se te perdona porque actualizas seguido y eso merece un gran GRACIAS!, esperare con ansias el proximo capitulo, cuidate, hasta la siguiente actualizacion
laura.owens*** - Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 10/04/2012
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
me encantaron los capítulos!!!!
me reí con la histeria que les dio en el primer capitulo,... suele pasar si vas a las vegas!!!jajajaja
wooww si que se divisionario rápido,.. a ver cuanto dura que se vuelvan a ver,.. ya sabiendo quien es san para britt,...
nos vemos!!!
me reí con la histeria que les dio en el primer capitulo,... suele pasar si vas a las vegas!!!jajajaja
wooww si que se divisionario rápido,.. a ver cuanto dura que se vuelvan a ver,.. ya sabiendo quien es san para britt,...
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
HOLAAAAA....WOW MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS TRATARE DE HACER LO POSIBLE ACTUALIZAR BASTANTE SEGUIDO SE LOS PROMETO!
ME ALEGRA QUE LES VAYA GUSTANDO LA HISTORIA (EL LIBRO A MI CADA VEZ ME ATRAPA MAS ;) PERO NO VOY A SPOILEAR NADA JAJA)
PERDON POR HACERLAS SUFRIR CON LAS FECHAS QUE DIGO PERO ME GUSTA CREAR SUSPENSO(????
ACA LES DEJO EL COMIENDO DE LA "HISTORIA" ESPERO LES GUSTE!!!
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 6: Diez años después... Hollywood, noviembre de 2012.
El silencio que se produjo cuando terminó el preestreno de la película Brigada 42 en la una de las salas de Hollywood Boulevard, hizo que a Santana Lopez, actriz principal de la película, se le pusiera la carne de gallina. El momento de la verdad había llegado y, como siempre, los nervios se apoderaron de ella. Su anterior película había sido un exitazo y temía que las expectativas fueran tan grandes que esta nueva producción decepcionara. Pero el miedo desapareció y respiró con deleite cuando el cine interrumpio en aplausos y vítores.
Vestida con un vaporoso vestido de Givenchy en color rojo a juego con sus bonitos zapatos de tacón alto de Jimmy Ghoo, Santana, era el glamour personificado en la meca del cine.
—Darling, eres lo más. ¡Artistaza! —Sonrió Kurt, su primo y mejor amigo, que aplaudía como un loco sentado a su derecha.
Animada por Noah Puckerman, el galán de moda en Hollywood y compañero de reparto en la película, se levantó y él la besó cariñosamente en la mejilla. Como era de esperar, los flashes les acribillaron. Desde el comienzo del rodaje se especuló con que existía un romance entre ellos. Siempre ocu¬rría lo mismo. Con cada película que hacía saltaba la noticia: «¿Romance a la vista?». Pero en aquella ocasión sí era verdad. Puck y ella mantenían algo que no se podía llamar relación, pero sí atracción sexual.
Puck era extremadamente guapo, demasiado. Metro ochenta, pelo oscuro y rapado a los costados, sonrisa cautivadora y mirada de galán de Hollywood. Puck era, entre otras muchas cosas, el cóctel perfecto para una buena sesión de sexo y Santana, mujer soltera y sin compromiso, encontró su particular sesión. El primer día que Puck se presentó en el estudio y lo miró, lo supo. Él sería su siguiente amante.
Mientras la gente aplaudía, Santana, desvió su mirada. En las butacas de la fila de atrás estaban sentados su padre y su mujer, Samantha. Robert Hudgson miraba resplandeciente a su única hija. Su supuesta princesa. Su su¬puesto orgullo. Pero no era oro todo lo que relucía y Santana, tras cruzar la mirada con él, simplemente sonrió.
—Santana, tesoro —murmuró su guapa y glamurosa madrastra acercándose a ella—. Has estado fantástica. ¡Increible!
—Gracias, Samantha.
Robert, el gran magnate de la industria cinematográfica cruzó una calida mirada con su primogénita, se acercó a ella, y tras besarla en la mejilla para gozo de todos los que los rodeaban le susurró al oído:
—Muy bien, San. Será un éxito de taquilla. Recuerda, ahora paciencia con la prensa y después asiste a la fiesta del director y la distribuidora. En cuanto a la fiebre que tienes, olvídala. No es momento de enfermedades.
—Lo sé, papá... lo sé —asintió ella con su mejor sonrisa. Aquello era lo único que le importaba a su padre. La prensa, el éxito en taquilla, el dinero, el poder.
Hodgson nunca fue un padre al uso y eso repercutió en sus relaciones personales. Su madre murió trágicamente cuando ella tenía seis años y pronto aprendió que a papá nunca se le molestaba. Él era una persona muy ocupada. Cuando contaba con nueve años, su padre conoció a la guapísima Samantha Summer, una guapa presentadora de televisión con la que nunca tuvo feeling. Ellos preferían acudir a fiestas y viajar, a preocuparse de la educación de una niña deseosa de cariño. Desde su más tierna infancia, aprendió que los besos y los abrazos solo los encontraban en Puerto Rico, donde vivía su abuela materna y donde acudía siempre que tenía vacaciones en el colegio. Ella intentó suplir a su madre. Siempre la escucho, le habló, le dio todo su amor y especialmente, la aconsejó.
Ante la prensa y medios de comunicación La familia de Robert Hodgson era una familia perfecta, ideal. El glamour per¬sonificado. Pero en el corazón de Santana, esa familia nunca existió.
Cuando creció y decidió ser actriz se negó a utilizar el ape¬llido de su famoso padre, Hodgson. Lo detestaba. Por ello utilizó el apellido de su abuela. Sería Santana Marie Lopez. Un apellido y nombre latino que a ella le llenaba de orgullo y honor, aunque entre sus amigos se hacía llamar San. Le gustaba más.
Tras la premiére, Puck y ella, atendieron durante más de cuatro horas a la prensa con dedicación, en una sala acondicionada para ello. Aquello era agotador. Contestar una y otra vez las mismas preguntas —a veces indiscretas— de los periodistas sin desfallecer ni dejar de sonreír, en ocasiones, se hacía difícil. Pero aquello entraba en el paquete de ser actriz. Se estrenaba película y, sin duda alguna, había que atender a la prensa por muy agotador que fuera.
Cuando por fin las entrevistas acabaron y pudo salir de aquella sala su primo salió a su encuentro y, asiéndola del brazo, se la llevó hasta una limusina blanca. Puck se había marchado minutos antes y le había recordado a Kurt que te¬nía que llevar a Santana a la fiesta posterior.
Agotada, se sentó en la limusina y cuando su primo cerró la puerta, esta desdibujó la sonrisa de los labios y se dirigió a él con gesto descompuesto.
—Dame una aspirina. La cabeza me va a estallar.
—Ay my baby! Pero, si tienes los ojos por los suelos. Toma my love —murmuró sacando de su enorme bolsón un bote con el medicamento—. Cómo me gustaría llevarte a casa y meterte en la camita tras hacerte drink un vaso de milk, pero...
—Lo sé Kurt, no te preocupes —sonrió al ver su gesto de preocupación.
Cinco minutos después y cuando la limusina circulaba por las calles, San miró a su primo y dijo con mejor voz:
—Dame un cigarrillo por favor. Lo necesito con urgencia.
—Toma my love, te lo mereces —le contestó alargándole su porta cigarrillos de oro, que su padre, el gran Robert Hodgson le regaló años atrás y que estaba grabada con el nombre de Santana Marie Lopez—. Todo ha salido, ¡perfectl Tú, divinísima. Glamurosa. Impactante. Beautiful. Y Puck... mmmm ese galanazo neoyorquino con ese body de canalla estupendo. Oh, my god... la escena de la película en la que ambos os tiráis al mar desde el yate... ¡Qué abdominales! ¡Qué oblicuos los de ese pretty man!
San puso los ojos en blanco. Su primo y su particular manera de hablar. Si había alguien que hablaba espanglish como nadie, ese era Kurt. Mezclaba el español con palabras en inglés continuamente, volviéndola loca. Sin querer escu¬charle más tomo un cigarrillo y lo encendió, mientras Kurt continuaba con su habitual juego de palabras.
—Por cierto, la prensa está rendidita a nuestros pies. ¡Lo has conseguido! ¡Qué marvellousl —Ella sonrió—, Y una vez conquistado el american market, en breve despegaremos para Sudamerica —gritó su primo—. Primera parada; Venezuela, después; Colombia, Brasil y. finalmente, Argentina Oh!... Argentina! Con esos boys tan hermosos. No veo el momento de conocer a un latino de esos y que me vuelva crazy…
Agotada por la prensa, las obligaciones y el estrés del preestreno la joven fumaba mientras miraba por la ventana de la limusina. Adoraba a Kurt, pero a veces su parloteo era agotador. Y esa era una de las veces. Mientras él hablaba sobre latinos y músculos, Santana aspiró de su cigarrillo y pensó en su futura conquista cinematográfica, Argentina.
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*****Base ‘GEO’ Bs.As (Argentina) junio 2012*****
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Un grupo de fuertes y jóvenes hombres y mujeres corría sin descanso por el campo de la base de madrugada. Pisaban el suelo con seguridad mientras el resuello de sus respiraciones se acom¬pasaba al esfuerzo del momento. Eran las mejores. El selecto grupo de los geo. Los miembros de la Unidad de Elite de la Policía Nacional.
Tras pasarse más de ocho horas entrenando hasta la extenuación y realizar un simulacro de asalto a un edificio, regresaban sucios y sudorosos pero, a la vez, felices y satisfechos a su Base.
—Vayan a descansar, se lo merecen —dijo Brittany S. Pierce, Instructora del pelotón.
Los hombres y mujeres agotados, se dirigieron hacia los vestuarios. Una buena ducha y un café les sentarían de maravilla. Ya des¬cansarían luego.
Cuando Brittany entró en sus dependencias, se encontró allí dormitando a Mercedes Jones, especialista en explosivos y aperturas y su mejor amiga. Juntas habían superado las difíciles y extenuantes pruebas para entrar en el cuerpo y lo habían conseguido. Desganada, despertó al oír ruido, se sentó en el camastro y mirando a su sucia colega preguntó:
—¿Todo bien?
Quitándose la sudada camiseta oscura y tirándola al suelo la inspector Pierce asintió, dio play a su CD y la música de Aerosmith inundó la estancia. Necesitaba una ducha miles de que sus músculos se endurecían por el esfuerzo hecho.
Diez minutos después, ya más relajada, salió de la ducha con una toalla blanca alrededor de su cuerpo.
Su amiga, la inspector Jones, sonrió al verla. Aquella visión hubiera levantado murmullos de admiración entre los amigos de su marido, Sam. Brittany era un mujer que levantaba pasiones entre el sexo masculino y femenino. Algo que ella no parecía tener muy en cuenta. En todos los años que hacía que se conocían, solo había visto a su amiga prestar atención a alguna mujer en dos ocasiones. En cuanto las féminas comenzaban a agobiarle, cortaba la relación. La Inspector Pierce de treinta y dos años, no quería compromisos. Quería vivir su vida, disfrutar del sexo y seguir con su trabajo, que le apasionaba.
—He recibido un mensaje de Sam. Nos propone un plan para esta noche para celebrar tu cumpleaños —dijo Mercedes observando el tatuaje que su amiga se había hecho años atrás en el brazo.
Britt sonrió. Era cierto. Era su cumpleaños. Cumplía treinta y dos. Mientras se secaba su claro y sedoso cabello vigorosamente con una toalla preguntó:
— ¿Qué ha planeado el loco de tu hombrecito?
Ambas sonrieron. Sam era una chico magnifico pero se había empeñado en buscarle una compañera/o ideal. Algo imposible. Ninguna le gustaba lo suficiente como para tener más de dos citas con ellos.
Brittany era una chica imponente. Alta, deportista, atractiva y terriblemente sexy. Su constante entrenamiento en la base GEO había conseguido labrar en ella un cuerpo imponente. Era toda múscula y fibra. Fuerza y sensualidad. Y si a eso le unías unos ojos color cielo seductores y una sonrisa que utilizaba en contadas ocasiones, pero que cuando la mostraba dejaba sin habla, tenías el cóctel perfecto para hacer babear a cualquier hombre o mujer.
Durante años, Sam había intentado emparejarle con todos y cada uno de sus amigos solteros. Algo que a ella le resul¬taba gracioso, así que lo dejaba hacer. Sam era de los pocos hombres en el mundo que no le aburría. Era divertido e ingenioso, a pesar de su continua intención de buscarle esposo/a.
Una vez que se seco su pelo, se sentó junto a una sonriente Mercedes quien le dijo:
—Quiere que vayamos al cine a ver el estreno de Brigada 42.
Al oír aquel título Brittany se tensó. Justo esa película. Lo último que le apetecía era ver a la actriz que salía en ella. Pero Mercedes sin darle tiempo a hablar continuó:
—Vale. Sé lo que piensas sobre esa película, pero le han dicho a Sam que está muy bien y ya sabes lo mucho que le gusta, el imbécil de Noah Puckerman y la actriz... Santana Lopez. Y si encima sale Vin Diesel aunque sea haciendo de malo ¡ya ni te cuento!
—Paso —dijo Britt—. No me apetece ver esa película.
Mercedes entendió pero no se dio por vencido y volvió al ataque.
—No me puedes decir que no. Por favor, di que sí.
—Lo siento, pero no —replico ella—. Dile lo que quieras a Sam pero he dicho que no—respondió poniéndose los pantalones de camuflaje.
—No me jodas —protestó Mercedes —. Es nuestra noche libre y es tu cumpl...
—He dicho que no. ¿Qué parte de tu minúsculo cerebro no procesa bien?
Mercedes sonrió y en un tono divertido insistió.
—Será una cena cortita y te prometo que cuando acabe la película no dejaré que Sam diga eso de «Brittany... acompaña a Bree a su casa».
—¡¿Bree?! Hablas de...
—Sí —cortó aquella sonriendo. Sabía que aquella mujer le atraía—. La que trabaja en el Parador.
—Definitivamente no.
-- Vamos Britt. Sé que Bree te gusta... no digas que no.
—No, no me gusta. Pero reconozco que nos lo pasamos muy bien en la cama.
—Entonces ¿qué esperas para decir que sí? Ya sabes que ella no busca en ti nada serio. Solo busca lo mismo que tú, sexo. Diversión.
Aquel comentario la hizo sonreír. La verdad era que gracias al marido de su amiga, tenía una buena vida sexual. Por ello, y consciente de que no le vendría mal un poco de sexo con aquella explosiva mujer respondió:
—De acuerdo. Pero que te quede claro que es la última vez acepto las enredadas de tu hombrecito, aunque sean con la tigresa de su amiga Bree, ¿entendido?
—Alto y claro —asintió Mercedes consciente de la cantidad de veces que había oído aquello. Y sin darle tiempo a retractarse, dijo— He quedado con ellos en la puerta del cine a las siete. Cenaremos algo, luego veremos la película y después puedes celebrar tu cumpleaños con Breeeeeeeeeeeee ¿De acuerdo?
Clavando su mirada en ella mientras se abrochaba sus botas militares, finalmente asintió.
—Que sí pesada. Iremos a ver esa dichosa película. Pero dile a tu amorcito que deje de organizarme la vida o al final terminare por enfadarme.
Mercedes suspiró aliviada y agarrándole del cuello con el brazo dijo atrayendo a su amigo hacia ella:
—Bien hecho, colega.
Brittany sonrió. Aunque no le apeteciese parte del plan, el sexo con Bree sería divertido.
Capitulo 7: Argentina 23 de noviembre de 2012
El barroco palacio hotel Ritzy su majestuosidad se rindió a los píes de las estrellas de Hollywood que allí se alojaban. Tener a parte del equipo de la película Brigada 42 y, especialmente, a los famosísimos Noah Puckerman y Santana Lopez uno de los lujos de los que el Ritz podía presumir.
Y, precisamente, en una de sus preciosas suites se encontraba la actriz Santana Lopez con su primo Kurt.
—Por cierto lady, ha llamado el pretty man de Anthony, dice que cuando regresemos quiere cenar contigo. ¡Qué suerte tienes, queen! Ya me gustaría que me llamara a mí ese machoman.
—¡Genial! Le llamaré —respondió con desgana mientras miraba por la ventana de su habitación.
—También ha llamado, tatachannnnn, Marco Lomfieilo. El brasileño madurito que conocimos en Boston. Ese que tanto se parecía al Gibson de hace años. ¿Recuerdas que casi le envenenaste?
—Sí, Kurt... cómo voy a haberlo olvidado.
Sonrió al recordar. Aquel hombre se empeñó en invitarla a cenar en su casa y ella intentó ayudarle a preparar la cena. El resultado fue desastroso. Si había una mala cocinera, esa era ella.
—¿Sabes lo que me ha dicho el muy ladrón? Que está deseando probar otro de tus guisos. ¿A qué es salado?
—Yo lo catalogaría más como masoquista —susurró tocándose la cabeza.
—¿Qué te pasa my love?
—Creo que tengo fiebre y estoy algo cansada protestó Santana sentándose en la cama.
Sin esperar un segundo más Kurt, al ver el mal aspecto que tenía, se acercó al neceser de medicinas.
—Oh, my God, mi princesa. Tómate esto y verás que pronto se te pasa. ¿Pero qué te pasa últimamente que solo tienes males?
—Creo que es agotamiento, Kurt. No te preocupes, se me pasará.
Su primo suspiró. Aquello le pasaba siempre que comenzaban la gira de promoción de las películas. Demasiados viajes. Demasiadas ruedas de prensa y poco descanso. Todo eso mataba a Santana.
Con cariño la besó en la mejilla y le recogió su precioso cabello oscuro tras la oreja.
—Ahora descansa un poquito, my life. Yo me voy a mi habitación. Si quieres algo call me y vendré rápidamente.
—Vale, no te preocupes te llamaré.
Con una sonrisa, ella cogió la pastillita blanca que le ofrecía y tras llenarse un vaso con agua se lo bebió mientras le veía abandonar la habitación. Diez minutos después se encontraba peor. Intentó cerrar los ojos para relajarse y, cuando parecía que empezaba a conseguirlo, alguien llamó a la puerta. Se levantó con esfuerzo y suspiró al ver quién era.
—¿Qué te pasa? Tienes mal aspecto —dijo a modo de saludo Noah: su actual ligue y compañero de reparto en la película.
—Estoy fatal, Puck —murmuró mientras se metía de nuevo en la cama.
Incrédulo, miró el reloj. En apenas hora y media tenían que estar en el Salón Real del Ritz para la rueda de prensa y ella estaba aún sin arreglar.
—San, deberías levantarte de la cama, ducharte y...
—Estoy muerta... creo que algo me sentó mal ayer.
—Seguro que cenaste en exceso en ese restobar donde estuvimos. —Al volverse vio sobre la mesita una caja de bombones. — Si te comes esto parecerás una vaca en la pantalla.
Deseo agarrarle del cuello y ahogarle. Necesitaba mimos y arrumacos y él no demostraba ni un dedo de humanidad.
—Puck, por qué no te vas y dejas que me reponga.
—Porque ya estás repuesta —dijo tirando la caja de bombones a la basura—. Vamos, ¡arriba! Y recuerda quién eres y por qué estamos aquí.
Su poco tacto la puso enferma y sin poder remediarlo, gritó:
—¡Oh, Dios! Eres... ¡Como mi padre! ¿Pero no ves que me encuentro mal? ¿Acaso crees que miento? Y por cierto... que sea la última vez que tú me dices a mí que recuerde quién soy. ¿Entendido?
—No —respondió con gesto nada agradable—. Lo que veo es que no tienes ganas de asistir a la rueda de prensa. ¿Crees que a mí me apetece pasar por todo ese infierno de preguntas? Ah, no... no te voy a permitir que te la saltes. Si yo voy, tú también. Por lo tanto, arriba, dúchate y arréglate que falta te hace.
Enfadada por las cosas que le decía, la joven se levantó como un resorte de su cama y dándole un empujón gruñó:
—Fuera de mi habitación, cretino.
—San... —sonrió acercándose a ella para besarla—. Vamos, sé buena y arréglate, preciosa. Tenemos trabajo. Allí abajo habrá más de cien periodistas y necesito que estés perfecta a mi lado para promocionar la película.
—¿Acaso crees que no soy una profesional? — replico ella quitándoselo de encima.
Tal y como se encontraba lo que menos le apetecía era sexo. No tenía cuerpo para ello.
—Yo no he dicho eso, preciosa. Solo te digo que te tomes una pastillita, te pintes, te arregles y terminemos con esto.
—Oh, sí... por supuesto que terminaremos con esto.
Sin más, continuó empujándole hasta que logró echarle de su habitación. Una vez se quedó sola, suspiró resignada, fue hasta la papelera y cogió la caja de bombones. La abrió, pero cuando fue a meterse uno en la boca se arrepintió. De¬bía cuidar su apariencia y no podía engordar. Finalmente dejó la caja sobre la mesa y se olvidó de los bombones. Tenía que ducharse y arreglarse. Como decía siempre su padre "el show debía continuar".
Dos horas después ya en el salón Real, después de pasar por el photocall, la rueda de prensa estaba en pleno apogeo. Uno de los periodistas acreditados se dirigió a Santana en español:
—Señorita Lopez, ¿es cierto que su abuela era argentina?
La famosa y sofisticada actriz, vestida con un traje gris perla y un moño italiano, asintió.
--Sí. Mendocina para más informacion. Ella siempre me habló de su Mendoza y de Argentina como un lugar maravilloso para vivir.
—¿Se ha planteado alguna vez buscar casa en Mendoza o en otro lugar de Argentina?
A pesar de su dolor de cabeza sonrió y respondió.
—Me encantaría, aunque mi vida y mi trabajo están en Estados Unidos.
—¿Qué sintió cuando supo que estaba nominada como Mejor Actriz en los Oscar por su película La lluvia y el viento?
—Me sentí muy feliz. Estar nominada por la Academia significa que has conseguido emocionar y convencer a crítica y publico.
—¿Es cierto que entre usted y Noah Puckerman existe algo mas que amistad?
El galán al oír su nombre la miró. Él no entendía nada de español y ella, a pesar de lo enfadada que estaba con él, sonrió y se lo tradujo. Ambos sonrieron. Aquella pregunta les perseguía allá donde fueran y finalmente, ella se apresuró a contestar.
—Nos hemos conocido en el rodaje de Brigada 42 y se puede decir que somos compañeros y buenos amigos.
El periodista de la prensa de corazón insistió.
—¿Amigos con derecho a roce?
Aquel comentario hizo que la sala riera en carcajadas. Puck volvió a mirar a su compañera y esta le tradujo de nuevo la pregunta. Mientras él sonreía cómplice, la actriz respondió con una sonrisa en los labios.
—Amigos y compañeros de rodaje.
Las preguntas continuaron hasta que, de pronto, se oyó el grito de una de las reporteras y un desenfrenado caos se produjo en el salón. De pronto sonaron un par de detonaciones. Nadie sabía lo que pasaba, pero todo el mundo se tiró al suelo. Santana, asustada, miró en dirección a Puck pero este ya no estaba sentado en su silla. Él y todo el que pudo, había desaparecido dejándola sola ante el peligro. Horrorizada, vio a Sean, su guardaespaldas, inconsciente en el suelo y se asus¬tó. Se oyeron de nuevo unos disparos y se metió como pudo debajo de la mesa. Estaba aterrada y respiraba con dificul¬tad hasta que vio aparecer junto a ella a su inseparable primo Kurt gateando.
—¿Qué ocurre? —preguntó con gesto desencajado.
—Oh, my God! ¡Pistoleros! ¡Terroristas!
—¡¿Pistoleros?! ¡¿Terroristas?! Pero ¿qué estás diciendo? —gruñó la joven.
Histérico, susurró mientras le temblaba la barbilla:
—Esos hombres están locos, crazy! —Y con un hilo de voz temblona añadió—: Solo he podido ver unos hombres con dos enormes, que digo, gigantes armas gritando algo ininteligible.
Con cuidado, retiraron los manteles de la mesa y a través del encaje pudieron ver a la prensa tirada en el suelo con las manos en la cabeza y a los hombres que Kurt calificó de pistoleros y terroristas gritando con un acento extranjero:
—¡Todo el mundo quieto! ¡Que nadie se mueva o morirá!
Soltando los faldones se miraron con cara de terror.
—Oh, my God!¡Vamos a morirrrrr! No... no... soy muy joven....
La joven le tapó la boca y siseó con cara de pocos amigos, mientras observaba que su guardaespaldas no se movía:
—Cierra el pico si no quieres que sea yo quien te mate, ¿de acuerdo?
Asintió asustado y ella le retiró la mano de la boca. Segundos después uno de aquellos desalmados llegó hasta ellos. Les sacó de debajo de la mesa y les obligó a sentarse junto al resto de los periodistas. Temblando, obedecieron a los cuatro hombres armados. Se habían colado con falsos carnés de prensa y ahora los tenían retenidos.
—¡Aquí tenemos a la Lopez! —gritó el más alto y mirándola murmuró—: Veo que tu galán, Noah Puckerman, te ha dejado sólita. Gran cobarde. Sí ya decía yo que ese es todo fachada, pero que a la hora de la verdad es un cagon.
—Mamasita. Estás más buena en persona que en la pantalla — dijo otro rodeando a Santana mientras le dirigía una mirada obscena.
Kurt, a pesar de no medir más de uno metro sesenta y cinco, sacó su carácter varonil en defensa de su querida prima.
—Ni se os ocurra ponerle la manita encima o yo...
El puñetazo que le propinaron en el estómago hizo que se doblara en dos.
—Cállate, mariquita.
La joven estrella de cine al ver aquello y sin pensar en su seguridad, se echó sobre él para protegerle.
—¡No le toques desgraciado!
Sin ningún miramiento otro de los hombres cogió a Santana por el cuello y, tirándola hacia atrás, la lanzó contra la pared. El golpe hizo que se mordiera el labio y un hilo de sangre comenzó a correr por su barbilla.
Varios periodistas intentaron auxiliarla, pero uno de aquellos hombres vociferó apuntándoles con la pistola:
—Si pretenden ser héroes, los mato ahorita mismo. ¿Entendido?
Kurt, al ver la sangre en la boca de su prima, chilló horrorizado y sin hacer caso de la advertencia, se acercó hasta ella. Solo cuando ella le indicó con la cabeza que estaba bien, se tranquilizó. El que parecía el jefe se acercó hasta la joven y le agarró con brusquedad del pelo para que alzara el rostro.
—Lopez es más valiosa que el mariquita de Noah Puckerman. Tratémosla bien.
Dicho esto, dio una patada a Kurt en la cara que lo dejó totalmente K.O. Santana reaccionó y pateó al individuo que finalmente la soltó con una risotada. Asustada al ver que su querido Kurt no se movía, se dirigió a los secuestradores con la voz truncada por la tensión.
—¿Que quieren? ¿Por qué hacen esto?
Los desalmados se miraron y apuntándola con una pequeña pistola, el que estaba a su lado le respondió:
-Mi hermano, Juancho Vázquez, está en el centro penitenciario de La Boca por tráfico de drogas.
—¡¿La Boca?! —susurró asustada. No sabía de qué hablaba.
—Sí, un barrio de Bs. As. Y tú, una actriz a la que medio mundo adora, vas a ser nuestra moneda de cambio.
Este hombre está loco pensó la joven al escucharle.
— Ven aquí —tiró de ella ante las docenas de ojos curiosos que la miraban espantados —. Vamos a enviar un mensajito.
Miró a Kurt aterrorizada. Estaba volviendo en sí e iba a decir algo, pero ella le ordenó callar con un rápido ademán. Era lo mejor. Él obedeció. No era ningún héroe.
Una vez habló ante una cámara, dejaron que la estrellita regresara junto a su primo. Kurt la tomó de las manos y la acurrucó contra él dándole calor. Estaba helada.
*o*
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BUENO AHI ESTA, EL COMIENZO DE LA "HISTORIA" ESPERO LES GUSTE COMO VEN LOS CAPITULOS VAN SIENDO UN POQUITO MAS EXTENSO (VOY AGARRANDOLE LA MANO ;) JAJA)
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y SUS COMENTARIOS<3
VUELVO PRONTO!
ME ALEGRA QUE LES VAYA GUSTANDO LA HISTORIA (EL LIBRO A MI CADA VEZ ME ATRAPA MAS ;) PERO NO VOY A SPOILEAR NADA JAJA)
PERDON POR HACERLAS SUFRIR CON LAS FECHAS QUE DIGO PERO ME GUSTA CREAR SUSPENSO(????
ACA LES DEJO EL COMIENDO DE LA "HISTORIA" ESPERO LES GUSTE!!!
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 6: Diez años después... Hollywood, noviembre de 2012.
El silencio que se produjo cuando terminó el preestreno de la película Brigada 42 en la una de las salas de Hollywood Boulevard, hizo que a Santana Lopez, actriz principal de la película, se le pusiera la carne de gallina. El momento de la verdad había llegado y, como siempre, los nervios se apoderaron de ella. Su anterior película había sido un exitazo y temía que las expectativas fueran tan grandes que esta nueva producción decepcionara. Pero el miedo desapareció y respiró con deleite cuando el cine interrumpio en aplausos y vítores.
Vestida con un vaporoso vestido de Givenchy en color rojo a juego con sus bonitos zapatos de tacón alto de Jimmy Ghoo, Santana, era el glamour personificado en la meca del cine.
—Darling, eres lo más. ¡Artistaza! —Sonrió Kurt, su primo y mejor amigo, que aplaudía como un loco sentado a su derecha.
Animada por Noah Puckerman, el galán de moda en Hollywood y compañero de reparto en la película, se levantó y él la besó cariñosamente en la mejilla. Como era de esperar, los flashes les acribillaron. Desde el comienzo del rodaje se especuló con que existía un romance entre ellos. Siempre ocu¬rría lo mismo. Con cada película que hacía saltaba la noticia: «¿Romance a la vista?». Pero en aquella ocasión sí era verdad. Puck y ella mantenían algo que no se podía llamar relación, pero sí atracción sexual.
Puck era extremadamente guapo, demasiado. Metro ochenta, pelo oscuro y rapado a los costados, sonrisa cautivadora y mirada de galán de Hollywood. Puck era, entre otras muchas cosas, el cóctel perfecto para una buena sesión de sexo y Santana, mujer soltera y sin compromiso, encontró su particular sesión. El primer día que Puck se presentó en el estudio y lo miró, lo supo. Él sería su siguiente amante.
Mientras la gente aplaudía, Santana, desvió su mirada. En las butacas de la fila de atrás estaban sentados su padre y su mujer, Samantha. Robert Hudgson miraba resplandeciente a su única hija. Su supuesta princesa. Su su¬puesto orgullo. Pero no era oro todo lo que relucía y Santana, tras cruzar la mirada con él, simplemente sonrió.
—Santana, tesoro —murmuró su guapa y glamurosa madrastra acercándose a ella—. Has estado fantástica. ¡Increible!
—Gracias, Samantha.
Robert, el gran magnate de la industria cinematográfica cruzó una calida mirada con su primogénita, se acercó a ella, y tras besarla en la mejilla para gozo de todos los que los rodeaban le susurró al oído:
—Muy bien, San. Será un éxito de taquilla. Recuerda, ahora paciencia con la prensa y después asiste a la fiesta del director y la distribuidora. En cuanto a la fiebre que tienes, olvídala. No es momento de enfermedades.
—Lo sé, papá... lo sé —asintió ella con su mejor sonrisa. Aquello era lo único que le importaba a su padre. La prensa, el éxito en taquilla, el dinero, el poder.
Hodgson nunca fue un padre al uso y eso repercutió en sus relaciones personales. Su madre murió trágicamente cuando ella tenía seis años y pronto aprendió que a papá nunca se le molestaba. Él era una persona muy ocupada. Cuando contaba con nueve años, su padre conoció a la guapísima Samantha Summer, una guapa presentadora de televisión con la que nunca tuvo feeling. Ellos preferían acudir a fiestas y viajar, a preocuparse de la educación de una niña deseosa de cariño. Desde su más tierna infancia, aprendió que los besos y los abrazos solo los encontraban en Puerto Rico, donde vivía su abuela materna y donde acudía siempre que tenía vacaciones en el colegio. Ella intentó suplir a su madre. Siempre la escucho, le habló, le dio todo su amor y especialmente, la aconsejó.
Ante la prensa y medios de comunicación La familia de Robert Hodgson era una familia perfecta, ideal. El glamour per¬sonificado. Pero en el corazón de Santana, esa familia nunca existió.
Cuando creció y decidió ser actriz se negó a utilizar el ape¬llido de su famoso padre, Hodgson. Lo detestaba. Por ello utilizó el apellido de su abuela. Sería Santana Marie Lopez. Un apellido y nombre latino que a ella le llenaba de orgullo y honor, aunque entre sus amigos se hacía llamar San. Le gustaba más.
Tras la premiére, Puck y ella, atendieron durante más de cuatro horas a la prensa con dedicación, en una sala acondicionada para ello. Aquello era agotador. Contestar una y otra vez las mismas preguntas —a veces indiscretas— de los periodistas sin desfallecer ni dejar de sonreír, en ocasiones, se hacía difícil. Pero aquello entraba en el paquete de ser actriz. Se estrenaba película y, sin duda alguna, había que atender a la prensa por muy agotador que fuera.
Cuando por fin las entrevistas acabaron y pudo salir de aquella sala su primo salió a su encuentro y, asiéndola del brazo, se la llevó hasta una limusina blanca. Puck se había marchado minutos antes y le había recordado a Kurt que te¬nía que llevar a Santana a la fiesta posterior.
Agotada, se sentó en la limusina y cuando su primo cerró la puerta, esta desdibujó la sonrisa de los labios y se dirigió a él con gesto descompuesto.
—Dame una aspirina. La cabeza me va a estallar.
—Ay my baby! Pero, si tienes los ojos por los suelos. Toma my love —murmuró sacando de su enorme bolsón un bote con el medicamento—. Cómo me gustaría llevarte a casa y meterte en la camita tras hacerte drink un vaso de milk, pero...
—Lo sé Kurt, no te preocupes —sonrió al ver su gesto de preocupación.
Cinco minutos después y cuando la limusina circulaba por las calles, San miró a su primo y dijo con mejor voz:
—Dame un cigarrillo por favor. Lo necesito con urgencia.
—Toma my love, te lo mereces —le contestó alargándole su porta cigarrillos de oro, que su padre, el gran Robert Hodgson le regaló años atrás y que estaba grabada con el nombre de Santana Marie Lopez—. Todo ha salido, ¡perfectl Tú, divinísima. Glamurosa. Impactante. Beautiful. Y Puck... mmmm ese galanazo neoyorquino con ese body de canalla estupendo. Oh, my god... la escena de la película en la que ambos os tiráis al mar desde el yate... ¡Qué abdominales! ¡Qué oblicuos los de ese pretty man!
San puso los ojos en blanco. Su primo y su particular manera de hablar. Si había alguien que hablaba espanglish como nadie, ese era Kurt. Mezclaba el español con palabras en inglés continuamente, volviéndola loca. Sin querer escu¬charle más tomo un cigarrillo y lo encendió, mientras Kurt continuaba con su habitual juego de palabras.
—Por cierto, la prensa está rendidita a nuestros pies. ¡Lo has conseguido! ¡Qué marvellousl —Ella sonrió—, Y una vez conquistado el american market, en breve despegaremos para Sudamerica —gritó su primo—. Primera parada; Venezuela, después; Colombia, Brasil y. finalmente, Argentina Oh!... Argentina! Con esos boys tan hermosos. No veo el momento de conocer a un latino de esos y que me vuelva crazy…
Agotada por la prensa, las obligaciones y el estrés del preestreno la joven fumaba mientras miraba por la ventana de la limusina. Adoraba a Kurt, pero a veces su parloteo era agotador. Y esa era una de las veces. Mientras él hablaba sobre latinos y músculos, Santana aspiró de su cigarrillo y pensó en su futura conquista cinematográfica, Argentina.
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*****Base ‘GEO’ Bs.As (Argentina) junio 2012*****
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Un grupo de fuertes y jóvenes hombres y mujeres corría sin descanso por el campo de la base de madrugada. Pisaban el suelo con seguridad mientras el resuello de sus respiraciones se acom¬pasaba al esfuerzo del momento. Eran las mejores. El selecto grupo de los geo. Los miembros de la Unidad de Elite de la Policía Nacional.
Tras pasarse más de ocho horas entrenando hasta la extenuación y realizar un simulacro de asalto a un edificio, regresaban sucios y sudorosos pero, a la vez, felices y satisfechos a su Base.
—Vayan a descansar, se lo merecen —dijo Brittany S. Pierce, Instructora del pelotón.
Los hombres y mujeres agotados, se dirigieron hacia los vestuarios. Una buena ducha y un café les sentarían de maravilla. Ya des¬cansarían luego.
Cuando Brittany entró en sus dependencias, se encontró allí dormitando a Mercedes Jones, especialista en explosivos y aperturas y su mejor amiga. Juntas habían superado las difíciles y extenuantes pruebas para entrar en el cuerpo y lo habían conseguido. Desganada, despertó al oír ruido, se sentó en el camastro y mirando a su sucia colega preguntó:
—¿Todo bien?
Quitándose la sudada camiseta oscura y tirándola al suelo la inspector Pierce asintió, dio play a su CD y la música de Aerosmith inundó la estancia. Necesitaba una ducha miles de que sus músculos se endurecían por el esfuerzo hecho.
Diez minutos después, ya más relajada, salió de la ducha con una toalla blanca alrededor de su cuerpo.
Su amiga, la inspector Jones, sonrió al verla. Aquella visión hubiera levantado murmullos de admiración entre los amigos de su marido, Sam. Brittany era un mujer que levantaba pasiones entre el sexo masculino y femenino. Algo que ella no parecía tener muy en cuenta. En todos los años que hacía que se conocían, solo había visto a su amiga prestar atención a alguna mujer en dos ocasiones. En cuanto las féminas comenzaban a agobiarle, cortaba la relación. La Inspector Pierce de treinta y dos años, no quería compromisos. Quería vivir su vida, disfrutar del sexo y seguir con su trabajo, que le apasionaba.
—He recibido un mensaje de Sam. Nos propone un plan para esta noche para celebrar tu cumpleaños —dijo Mercedes observando el tatuaje que su amiga se había hecho años atrás en el brazo.
Britt sonrió. Era cierto. Era su cumpleaños. Cumplía treinta y dos. Mientras se secaba su claro y sedoso cabello vigorosamente con una toalla preguntó:
— ¿Qué ha planeado el loco de tu hombrecito?
Ambas sonrieron. Sam era una chico magnifico pero se había empeñado en buscarle una compañera/o ideal. Algo imposible. Ninguna le gustaba lo suficiente como para tener más de dos citas con ellos.
Brittany era una chica imponente. Alta, deportista, atractiva y terriblemente sexy. Su constante entrenamiento en la base GEO había conseguido labrar en ella un cuerpo imponente. Era toda múscula y fibra. Fuerza y sensualidad. Y si a eso le unías unos ojos color cielo seductores y una sonrisa que utilizaba en contadas ocasiones, pero que cuando la mostraba dejaba sin habla, tenías el cóctel perfecto para hacer babear a cualquier hombre o mujer.
Durante años, Sam había intentado emparejarle con todos y cada uno de sus amigos solteros. Algo que a ella le resul¬taba gracioso, así que lo dejaba hacer. Sam era de los pocos hombres en el mundo que no le aburría. Era divertido e ingenioso, a pesar de su continua intención de buscarle esposo/a.
Una vez que se seco su pelo, se sentó junto a una sonriente Mercedes quien le dijo:
—Quiere que vayamos al cine a ver el estreno de Brigada 42.
Al oír aquel título Brittany se tensó. Justo esa película. Lo último que le apetecía era ver a la actriz que salía en ella. Pero Mercedes sin darle tiempo a hablar continuó:
—Vale. Sé lo que piensas sobre esa película, pero le han dicho a Sam que está muy bien y ya sabes lo mucho que le gusta, el imbécil de Noah Puckerman y la actriz... Santana Lopez. Y si encima sale Vin Diesel aunque sea haciendo de malo ¡ya ni te cuento!
—Paso —dijo Britt—. No me apetece ver esa película.
Mercedes entendió pero no se dio por vencido y volvió al ataque.
—No me puedes decir que no. Por favor, di que sí.
—Lo siento, pero no —replico ella—. Dile lo que quieras a Sam pero he dicho que no—respondió poniéndose los pantalones de camuflaje.
—No me jodas —protestó Mercedes —. Es nuestra noche libre y es tu cumpl...
—He dicho que no. ¿Qué parte de tu minúsculo cerebro no procesa bien?
Mercedes sonrió y en un tono divertido insistió.
—Será una cena cortita y te prometo que cuando acabe la película no dejaré que Sam diga eso de «Brittany... acompaña a Bree a su casa».
—¡¿Bree?! Hablas de...
—Sí —cortó aquella sonriendo. Sabía que aquella mujer le atraía—. La que trabaja en el Parador.
—Definitivamente no.
-- Vamos Britt. Sé que Bree te gusta... no digas que no.
—No, no me gusta. Pero reconozco que nos lo pasamos muy bien en la cama.
—Entonces ¿qué esperas para decir que sí? Ya sabes que ella no busca en ti nada serio. Solo busca lo mismo que tú, sexo. Diversión.
Aquel comentario la hizo sonreír. La verdad era que gracias al marido de su amiga, tenía una buena vida sexual. Por ello, y consciente de que no le vendría mal un poco de sexo con aquella explosiva mujer respondió:
—De acuerdo. Pero que te quede claro que es la última vez acepto las enredadas de tu hombrecito, aunque sean con la tigresa de su amiga Bree, ¿entendido?
—Alto y claro —asintió Mercedes consciente de la cantidad de veces que había oído aquello. Y sin darle tiempo a retractarse, dijo— He quedado con ellos en la puerta del cine a las siete. Cenaremos algo, luego veremos la película y después puedes celebrar tu cumpleaños con Breeeeeeeeeeeee ¿De acuerdo?
Clavando su mirada en ella mientras se abrochaba sus botas militares, finalmente asintió.
—Que sí pesada. Iremos a ver esa dichosa película. Pero dile a tu amorcito que deje de organizarme la vida o al final terminare por enfadarme.
Mercedes suspiró aliviada y agarrándole del cuello con el brazo dijo atrayendo a su amigo hacia ella:
—Bien hecho, colega.
Brittany sonrió. Aunque no le apeteciese parte del plan, el sexo con Bree sería divertido.
Capitulo 7: Argentina 23 de noviembre de 2012
El barroco palacio hotel Ritzy su majestuosidad se rindió a los píes de las estrellas de Hollywood que allí se alojaban. Tener a parte del equipo de la película Brigada 42 y, especialmente, a los famosísimos Noah Puckerman y Santana Lopez uno de los lujos de los que el Ritz podía presumir.
Y, precisamente, en una de sus preciosas suites se encontraba la actriz Santana Lopez con su primo Kurt.
—Por cierto lady, ha llamado el pretty man de Anthony, dice que cuando regresemos quiere cenar contigo. ¡Qué suerte tienes, queen! Ya me gustaría que me llamara a mí ese machoman.
—¡Genial! Le llamaré —respondió con desgana mientras miraba por la ventana de su habitación.
—También ha llamado, tatachannnnn, Marco Lomfieilo. El brasileño madurito que conocimos en Boston. Ese que tanto se parecía al Gibson de hace años. ¿Recuerdas que casi le envenenaste?
—Sí, Kurt... cómo voy a haberlo olvidado.
Sonrió al recordar. Aquel hombre se empeñó en invitarla a cenar en su casa y ella intentó ayudarle a preparar la cena. El resultado fue desastroso. Si había una mala cocinera, esa era ella.
—¿Sabes lo que me ha dicho el muy ladrón? Que está deseando probar otro de tus guisos. ¿A qué es salado?
—Yo lo catalogaría más como masoquista —susurró tocándose la cabeza.
—¿Qué te pasa my love?
—Creo que tengo fiebre y estoy algo cansada protestó Santana sentándose en la cama.
Sin esperar un segundo más Kurt, al ver el mal aspecto que tenía, se acercó al neceser de medicinas.
—Oh, my God, mi princesa. Tómate esto y verás que pronto se te pasa. ¿Pero qué te pasa últimamente que solo tienes males?
—Creo que es agotamiento, Kurt. No te preocupes, se me pasará.
Su primo suspiró. Aquello le pasaba siempre que comenzaban la gira de promoción de las películas. Demasiados viajes. Demasiadas ruedas de prensa y poco descanso. Todo eso mataba a Santana.
Con cariño la besó en la mejilla y le recogió su precioso cabello oscuro tras la oreja.
—Ahora descansa un poquito, my life. Yo me voy a mi habitación. Si quieres algo call me y vendré rápidamente.
—Vale, no te preocupes te llamaré.
Con una sonrisa, ella cogió la pastillita blanca que le ofrecía y tras llenarse un vaso con agua se lo bebió mientras le veía abandonar la habitación. Diez minutos después se encontraba peor. Intentó cerrar los ojos para relajarse y, cuando parecía que empezaba a conseguirlo, alguien llamó a la puerta. Se levantó con esfuerzo y suspiró al ver quién era.
—¿Qué te pasa? Tienes mal aspecto —dijo a modo de saludo Noah: su actual ligue y compañero de reparto en la película.
—Estoy fatal, Puck —murmuró mientras se metía de nuevo en la cama.
Incrédulo, miró el reloj. En apenas hora y media tenían que estar en el Salón Real del Ritz para la rueda de prensa y ella estaba aún sin arreglar.
—San, deberías levantarte de la cama, ducharte y...
—Estoy muerta... creo que algo me sentó mal ayer.
—Seguro que cenaste en exceso en ese restobar donde estuvimos. —Al volverse vio sobre la mesita una caja de bombones. — Si te comes esto parecerás una vaca en la pantalla.
Deseo agarrarle del cuello y ahogarle. Necesitaba mimos y arrumacos y él no demostraba ni un dedo de humanidad.
—Puck, por qué no te vas y dejas que me reponga.
—Porque ya estás repuesta —dijo tirando la caja de bombones a la basura—. Vamos, ¡arriba! Y recuerda quién eres y por qué estamos aquí.
Su poco tacto la puso enferma y sin poder remediarlo, gritó:
—¡Oh, Dios! Eres... ¡Como mi padre! ¿Pero no ves que me encuentro mal? ¿Acaso crees que miento? Y por cierto... que sea la última vez que tú me dices a mí que recuerde quién soy. ¿Entendido?
—No —respondió con gesto nada agradable—. Lo que veo es que no tienes ganas de asistir a la rueda de prensa. ¿Crees que a mí me apetece pasar por todo ese infierno de preguntas? Ah, no... no te voy a permitir que te la saltes. Si yo voy, tú también. Por lo tanto, arriba, dúchate y arréglate que falta te hace.
Enfadada por las cosas que le decía, la joven se levantó como un resorte de su cama y dándole un empujón gruñó:
—Fuera de mi habitación, cretino.
—San... —sonrió acercándose a ella para besarla—. Vamos, sé buena y arréglate, preciosa. Tenemos trabajo. Allí abajo habrá más de cien periodistas y necesito que estés perfecta a mi lado para promocionar la película.
—¿Acaso crees que no soy una profesional? — replico ella quitándoselo de encima.
Tal y como se encontraba lo que menos le apetecía era sexo. No tenía cuerpo para ello.
—Yo no he dicho eso, preciosa. Solo te digo que te tomes una pastillita, te pintes, te arregles y terminemos con esto.
—Oh, sí... por supuesto que terminaremos con esto.
Sin más, continuó empujándole hasta que logró echarle de su habitación. Una vez se quedó sola, suspiró resignada, fue hasta la papelera y cogió la caja de bombones. La abrió, pero cuando fue a meterse uno en la boca se arrepintió. De¬bía cuidar su apariencia y no podía engordar. Finalmente dejó la caja sobre la mesa y se olvidó de los bombones. Tenía que ducharse y arreglarse. Como decía siempre su padre "el show debía continuar".
Dos horas después ya en el salón Real, después de pasar por el photocall, la rueda de prensa estaba en pleno apogeo. Uno de los periodistas acreditados se dirigió a Santana en español:
—Señorita Lopez, ¿es cierto que su abuela era argentina?
La famosa y sofisticada actriz, vestida con un traje gris perla y un moño italiano, asintió.
--Sí. Mendocina para más informacion. Ella siempre me habló de su Mendoza y de Argentina como un lugar maravilloso para vivir.
—¿Se ha planteado alguna vez buscar casa en Mendoza o en otro lugar de Argentina?
A pesar de su dolor de cabeza sonrió y respondió.
—Me encantaría, aunque mi vida y mi trabajo están en Estados Unidos.
—¿Qué sintió cuando supo que estaba nominada como Mejor Actriz en los Oscar por su película La lluvia y el viento?
—Me sentí muy feliz. Estar nominada por la Academia significa que has conseguido emocionar y convencer a crítica y publico.
—¿Es cierto que entre usted y Noah Puckerman existe algo mas que amistad?
El galán al oír su nombre la miró. Él no entendía nada de español y ella, a pesar de lo enfadada que estaba con él, sonrió y se lo tradujo. Ambos sonrieron. Aquella pregunta les perseguía allá donde fueran y finalmente, ella se apresuró a contestar.
—Nos hemos conocido en el rodaje de Brigada 42 y se puede decir que somos compañeros y buenos amigos.
El periodista de la prensa de corazón insistió.
—¿Amigos con derecho a roce?
Aquel comentario hizo que la sala riera en carcajadas. Puck volvió a mirar a su compañera y esta le tradujo de nuevo la pregunta. Mientras él sonreía cómplice, la actriz respondió con una sonrisa en los labios.
—Amigos y compañeros de rodaje.
Las preguntas continuaron hasta que, de pronto, se oyó el grito de una de las reporteras y un desenfrenado caos se produjo en el salón. De pronto sonaron un par de detonaciones. Nadie sabía lo que pasaba, pero todo el mundo se tiró al suelo. Santana, asustada, miró en dirección a Puck pero este ya no estaba sentado en su silla. Él y todo el que pudo, había desaparecido dejándola sola ante el peligro. Horrorizada, vio a Sean, su guardaespaldas, inconsciente en el suelo y se asus¬tó. Se oyeron de nuevo unos disparos y se metió como pudo debajo de la mesa. Estaba aterrada y respiraba con dificul¬tad hasta que vio aparecer junto a ella a su inseparable primo Kurt gateando.
—¿Qué ocurre? —preguntó con gesto desencajado.
—Oh, my God! ¡Pistoleros! ¡Terroristas!
—¡¿Pistoleros?! ¡¿Terroristas?! Pero ¿qué estás diciendo? —gruñó la joven.
Histérico, susurró mientras le temblaba la barbilla:
—Esos hombres están locos, crazy! —Y con un hilo de voz temblona añadió—: Solo he podido ver unos hombres con dos enormes, que digo, gigantes armas gritando algo ininteligible.
Con cuidado, retiraron los manteles de la mesa y a través del encaje pudieron ver a la prensa tirada en el suelo con las manos en la cabeza y a los hombres que Kurt calificó de pistoleros y terroristas gritando con un acento extranjero:
—¡Todo el mundo quieto! ¡Que nadie se mueva o morirá!
Soltando los faldones se miraron con cara de terror.
—Oh, my God!¡Vamos a morirrrrr! No... no... soy muy joven....
La joven le tapó la boca y siseó con cara de pocos amigos, mientras observaba que su guardaespaldas no se movía:
—Cierra el pico si no quieres que sea yo quien te mate, ¿de acuerdo?
Asintió asustado y ella le retiró la mano de la boca. Segundos después uno de aquellos desalmados llegó hasta ellos. Les sacó de debajo de la mesa y les obligó a sentarse junto al resto de los periodistas. Temblando, obedecieron a los cuatro hombres armados. Se habían colado con falsos carnés de prensa y ahora los tenían retenidos.
—¡Aquí tenemos a la Lopez! —gritó el más alto y mirándola murmuró—: Veo que tu galán, Noah Puckerman, te ha dejado sólita. Gran cobarde. Sí ya decía yo que ese es todo fachada, pero que a la hora de la verdad es un cagon.
—Mamasita. Estás más buena en persona que en la pantalla — dijo otro rodeando a Santana mientras le dirigía una mirada obscena.
Kurt, a pesar de no medir más de uno metro sesenta y cinco, sacó su carácter varonil en defensa de su querida prima.
—Ni se os ocurra ponerle la manita encima o yo...
El puñetazo que le propinaron en el estómago hizo que se doblara en dos.
—Cállate, mariquita.
La joven estrella de cine al ver aquello y sin pensar en su seguridad, se echó sobre él para protegerle.
—¡No le toques desgraciado!
Sin ningún miramiento otro de los hombres cogió a Santana por el cuello y, tirándola hacia atrás, la lanzó contra la pared. El golpe hizo que se mordiera el labio y un hilo de sangre comenzó a correr por su barbilla.
Varios periodistas intentaron auxiliarla, pero uno de aquellos hombres vociferó apuntándoles con la pistola:
—Si pretenden ser héroes, los mato ahorita mismo. ¿Entendido?
Kurt, al ver la sangre en la boca de su prima, chilló horrorizado y sin hacer caso de la advertencia, se acercó hasta ella. Solo cuando ella le indicó con la cabeza que estaba bien, se tranquilizó. El que parecía el jefe se acercó hasta la joven y le agarró con brusquedad del pelo para que alzara el rostro.
—Lopez es más valiosa que el mariquita de Noah Puckerman. Tratémosla bien.
Dicho esto, dio una patada a Kurt en la cara que lo dejó totalmente K.O. Santana reaccionó y pateó al individuo que finalmente la soltó con una risotada. Asustada al ver que su querido Kurt no se movía, se dirigió a los secuestradores con la voz truncada por la tensión.
—¿Que quieren? ¿Por qué hacen esto?
Los desalmados se miraron y apuntándola con una pequeña pistola, el que estaba a su lado le respondió:
-Mi hermano, Juancho Vázquez, está en el centro penitenciario de La Boca por tráfico de drogas.
—¡¿La Boca?! —susurró asustada. No sabía de qué hablaba.
—Sí, un barrio de Bs. As. Y tú, una actriz a la que medio mundo adora, vas a ser nuestra moneda de cambio.
Este hombre está loco pensó la joven al escucharle.
— Ven aquí —tiró de ella ante las docenas de ojos curiosos que la miraban espantados —. Vamos a enviar un mensajito.
Miró a Kurt aterrorizada. Estaba volviendo en sí e iba a decir algo, pero ella le ordenó callar con un rápido ademán. Era lo mejor. Él obedeció. No era ningún héroe.
Una vez habló ante una cámara, dejaron que la estrellita regresara junto a su primo. Kurt la tomó de las manos y la acurrucó contra él dándole calor. Estaba helada.
*o*
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BUENO AHI ESTA, EL COMIENZO DE LA "HISTORIA" ESPERO LES GUSTE COMO VEN LOS CAPITULOS VAN SIENDO UN POQUITO MAS EXTENSO (VOY AGARRANDOLE LA MANO ;) JAJA)
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y SUS COMENTARIOS<3
VUELVO PRONTO!
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
hoooooooooooooooooooo,... se pone interesante,..!!!! jajajaja
a ver como la rescata britt a san!!!!
a ver como la rescata britt a san!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Wooow otro otr otro!! actualizaaaa pronto *-* gracias por estos dos cap <3 Bree y Britt es tan Wanky imaginarlo as vdbqwnd Saludos
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Actualizas super rapido!, que genial!
Me encanta la historia, me encantaron los capitulos, pobre San
Siguelo! Siguelo! Siguelo! Siguelo!
Hasta la proxima actualizacion, cuidate
Me encanta la historia, me encantaron los capitulos, pobre San
Siguelo! Siguelo! Siguelo! Siguelo!
Hasta la proxima actualizacion, cuidate
laura.owens*** - Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 10/04/2012
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
britt al rescate de san!!!! nueva lectora espero que actualices pronto!! besos°
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
QUE BUENOOOOOO NUEVAS LECTORAS :')
GRACIAS A TODAS POR LEER Y COMENTAR SE LES AGRADECE...<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo: 8 Despejado
Cuando recibieron el aviso en la base de los geo, tres comandos se pusieron en marcha. Debían liberar a más de un centenar de personas secuestradas desde hacía horas por varios individuos armados en el hotel Ritz de Capital.
De camino, el equipo se informó de lo ocurrido, y Brittany, al escuchar el nombre de Santana Lopez, se tensó. Y todavía más al ver el video que ella había grabado, donde se veía sangre en su barbilla. No quería tener nada que ver con ella y menos que lo relacionasen con aquella actriz, pero era su trabajo y, como tal, debía proceder. Mercedes, al ver el gesto de su amiga, llamó su atención tocándole el brazo. Entendía lo que estaba pensando, pero era momento de actuar y mantener la cabeza fría.
Tras abandonar el furgón negro y ver que los alrededores estaban acordonados, el equipo de los geo entró sin demora en uno de los salones del hotel. Allí estaba el resto de la policía nacional y algunos miembros de la embajada americana, pues entre los retenidos habían estadounidenses y querían colaborar. Finalmente, la prioridad se impuso y cuando el Grupo Especial de Operaciones entró en acción el resto de las fuerzas tuvo que mantenerse en un segundo plano.
— ¿Quien es el Inspector Pierce?—preguntó David Martínez, jefe de la policía Nacional.
—Yo, señor—saludó Brittany con profesionalidad.
Martínez, tras asentir, indicó:
—El subdirector de operativo Téllez me ha llamado para indicarme usted está a cargo del operativo.
—Si, señor.
—¿Han estudiado ya la situación? —pregunto Martínez.
—Si, señor
—Aquí tiene los planos del hotel. —Y en un tono molesto Martínez siseó—: Mi equipo podría acabar con esto, pero mis superiores, al saber que dentro había personal americano, han decidido que ustedes, los geo, se encarguen de ello.
Aquel retintín al pronunciar geo, no le gustó nada, pero sin darle mayor importancia dijo:
—Así lo haremos, señor.
De pronto, un tipo alto y bien vestido irrumpió en la sala, se acercó hasta ellos y dijo en inglés con gesto contrariado:
—Ahí dentro está Santana Lopez y...
Britt, volviéndose hacia aquel, se sorprendió al ver que se trataba del actor de moda, Noah Puckerman, y apartándole con la mano respondió con voz segura en su idioma.
—Si nos disculpa señor, tenemos que trabajar.
Mercedes, al reconocer al galán que su esposo admiraba, sonrió al ver que no era tan alto como parecía en la gran pan¬talla. Se dio la vuelta para continuar su trabajo cuando aquel volvió repetir a gritos:
—¡Oiga! No sé si me ha escuchado, pero acabo de decirle que esos idiotas tienen retenida a Santana Lopez y como le pase algo por su ineptitud, van ustedes a pagarlo muy caro.
El humor de la inspector Pierce empeoraba por momentos. La tensión de saber que decenas de personas dependían de su eficacia sumada a los gritos de aquel imbécil, le estaban alterando. Pero controlando sus ganas de cogerle del cuello y sacarle de allí mismo miró a uno de sus hombres y dijo:
—Lucas, sácale de aquí antes de que lo haga yo.
Una vez que sacaron a aquel intruso del salón, y el jefe de la policía nacional se alejó para hablar con otros hombres, Mercedes se acercó a su amiga.
—¿Te has fijado en el actorsucho? Pero si no tiene ni media onda.
Brit asintió, pero continuó mirando los planos del hotel. Había que terminar con aquello cuanto antes, y sin ningún problema.
La oscuridad de la noche les envolvía cuando varios geo, entre ellos Brittany, se descolgaron desde la planta superior del hotel. Con sus trajes negros y el armamento necesario treparon por las paredes del hotel hasta llegar a la parte superior de las ventanas. Con cuidado y sin ser vistos Brittany y Mercedes estudiaron la situación.
—Tiradores en posición —indicó Mercedes a través del intercomunicador y Brittany asintió.
Los rehenes estaban sentados en un círculo justo bajo el espejo que presidía el salón. Los secuestradores, cuatro hombres de unos cuarenta años de aspecto latino, hablaban entre si, y Brittany se fijó en que uno de ellos llevaba una pistola al cinto, otro en el bolsillo del pantalón y los otros dos en la mano.
Muy profesionales, pensó.
Por su manera de moverse, parecían nerviosos, incluso como si estuvieran discutiendo entre ellos. Britt con un gesto de la mano les indicó a sus compañeros que tomaran posiciones. Un ataque sorpresa y a oscuras sería lo mejor. Tras hablar por el intercomunicador que llevaba bajo su pasamontañas, ordenó que apagaran las luces del hotel a las 21:37. Varios de sus hombres se posicionaron sin ser vistos en las puertas que daban a la calle Carlos IV, mientras los tiradores de Mercedes estaban en las azoteas de los edificios continuos.
Toda seguridad era poca.
En la quietud de la noche y mientras los cuatro delincuentes hablaban entre ellos las luces del hotel se apagaron de pronto. La gente, asustada, comenzó a gritar. Todo fue muy rápido. Los geo con su sistema de visión nocturna y su maestría, entraron en el salón por las ventanas al grito de «Alto, policía» y antes de que aquellos aficionados pudieran reaccionar, los tenían boca abajo en el suelo y encañonados.
—Despejado —gritaron uno a uno los hombres de Brittany al tenerlo todo controlado.
Una vez Brittany vio que la situación estaba controlada y los rehenes fuera de peligro, dieron la orden de encender las luces.
Los periodistas, impresionados al ver a los geo tomar las riendas de todo aquello a pesar del susto, comenzaron a aplaudir. Santana y Kurt abrazaron. Todo había salido bien. La prensa no dio tregua. En cuanto los geo y la policía entraron en el salón cogieron sus micrófonos y cámaras e in¬tentaron cubrir la noticia volviendo loca a la actriz, que aún continuaba sentada junto a su primo en el suelo. Con las pulsaciones a mil la joven fue a levantarse para ir a ver a su guardaespaldas pero las piernas le temblaban tanto que fue incapaz. Finalmente, dos de aquellos hombres vestidos total¬mente de negro se acercaron a ella y a su primo, y sin mediar palabra los agarraron del brazo y los levantaron. Brittany ordenó a sus hombres alejar a la prensa para que la actriz pudiera respirar. Entonces vio entrar a Mercedes.
—Por favor. Sean, mi guardaespaldas está herido —murmuró Santana.
Brittany miró hacia donde ella señalaba y tras ordenar a uno de sus hombres auxiliarle hasta que llegara el Same, clavó su mirada en ella. Observó de cerca a la mujer que conoció en otra época y con la que se casó hacia años en Las Vegas. Aquella chica que se había convertido en una preciosa mujer, temblaba como una hoja a escasos centímetros de ella. Seguía sien¬do bajita, y aunque estaba proporcionada y lucía un bonito cuerpo, vista de cerca estaba excesivamente delgada para su gusto. Oculta bajo su pasamontañas, la recorrió lentamente con la mirada. Se fijó en el escote y sonrió. Aquellos pechos, sin ser excesivos, eran tentadores y bonitos.
Mercedes, apartado a unos metros de ella, ametralladora en mano, al ver como su buen amiga sentaba a la joven en una silla y le alargaba un vaso de agua, sonrió. A pesar de no ver ni un solo centímetro de su rostro, sabía que estaba observándola con intensidad. Nunca olvidaría el día que le reveló la verdadera identidad de la muchacha con la que se había casado en Las Vegas. Aquel era su secreto. Un secreto que había prometido a Brittany que nunca revelaría y que había cumplido hasta ahora.
Santana, sin percatarse de lo que pensaba la mujer que estaba junto a ella, bebió el agua que le ofreció y se lo agradeció con una sonrisa turbadora.
—¿Está usted bien?—preguntó Brittany con la boca seca mientras ella se levantaba y se retiraba su ondulada melena oscura de la cara. A pesar de sus taconazos seguía siendo un poco mas bajita que ella.
—Sí... sí... los nervios —asintió ella—. Tengo un terrible dolor de cabeza, pero por lo demás bien. ¿Sean está bien?
Le gustó ver cómo se preocupaba por el gigantesco guardaespaldas que estaba hablando con un hombre de su equipo. Eso demostraba que seguía teniendo corazón.
—Sí, tranquila.
Sin poder evitarlo, Britt le tomó de la barbilla con cuidado. Incluso a través de sus guantes sintió la suavidad de su piel. Con curiosidad, miró la sangre seca de su mejilla y tras ver que eraun golpe en el labio sin importancia dijo con voz ronca:
—Enseguida vendrán a curarla. No se preocupe, no parece nada grave.
Ella sonrió. Unas palabras amables tras la tensión vivida resultaban muy agradables.
—Muchas gracias por lo que han hecho por nosotros. Se lo agradeceré toda la vida.
—Es nuestro trabajo, señora. Me alegra que todo haya salido bien.
Santana le miró. Aquella voz ronca y dulce debía de tener un rostro acorde. Pero solo vio sus ojos claros a través del pasamontañas. Unos ojos intensos que parecían amables. Le gustó tenerla ante ella. Lo que veía era una mujer piernas atléticas y gran altura. A su lado se sentía pequeña, muy pequeña. Durante unos segundos las dos permanecieron callados mirándose a los ojos y, extrañamente, a Santana lo entró calor al sentir su protección.
—Oh my God, Mr poliman, creo que me voy a desmayar dijo Kurt teatralmente abanicándose con la mano mirando a Lucas que se encontraba cerca de ellos.
Volviendo a la realidad Brittany apartó la mirada de la mujer y la centró en el joven de mechas violetas, vestido con escandalosos colores rojos. Llenó un vaso de agua y le dijo antes de acercarse a Mercedes:
—Siéntese y tómese un vaso de agua. Ahora los médicos le atenderán.
Kurt, se sentó y murmuró.
—Thanks babie.
Mercedes y Brittany se miraron al oír aquello y reprimieron una carcajada, pero Santana acercándose a su primo murmuró con disimulo:
—Kurt... cierra tu bocota que no es momento de tonterias.
—Lo sé... lo sé... ¿pero tú has visto qué pinta tienen todos esos hombres vestidos de black? Oh, Dios..
—¡¿Kurt?! —protestó de nuevo para hacerle callar.
La joven, al ver el movimiento de las dos mujeres, intuyó que estaban riendo y acercándose a la rubia que había hablado con ella le tocó en el brazo para llamar su atención.
—Por favor, disculpe a mi primo. Las situaciones tensas le aligeran la lengua.
Brittany la miró y fue a responder cuando se oyó:
—Santana, cariño mío. Qué susto. ¡Qué horror! ¿Estás bien? Dime que estás bien.
La actriz y la policía al oír aquello desviaron la mirada y comprobaron que aquel que hablaba era Noah Puckerman, que entraba en el salón con gesto de preocupación. Mercedes al verle aparecer le paró sin pensárselo. No le dejó continuar hacia la joven. Su amigo no se lo había pedido, pero Brittany se merecía aquellos minutos con ella.
Consciente de que su trabajo había terminado y se tenían que marchar, Britt ordenó con un movimiento de mano a sus hombres que sacaran a los secuestradores del salón. Luego, clavando sus inquietantes ojos en la mujer que no le quitaba ojo de encima, murmuró:
—Señora, ha sido un placer conocerla.
—El placer ha sido nuestro, linda —respondió Kurt solto un suspiro viendo como Lucas se marchaba mientras Santana la joven le observaba.
Sin querer continuar un segundo más junto a ella Brittany se dio la vuelta, pero ella le agarró de nuevo del brazo.
—¿Ya te vas? le preguntó.
Al volver a sentir su contacto a través de la tela de su uniforme se volvió para mirarla. Tenerla allí, tan cerca, tan tentadora y después de tanto tiempo le confundía. ¿Qué estaba haciendo mirándola? Claramente ofuscada, se deshizo de su mano y sin querer escucharla se dio la vuelta y dijo a su amiga con rotundidad:
—Jones, deja que el guaperas se acerque a consolar a la morenita. Vámonos. Nuestro trabajo ha acabado.
Brittany salió por la puerta sin mirar atrás, pero Santana que lo había oído, de pronto se quedó helada. Había oído la palabra chiquita y solo había dos personas en el mundo que la hubieran llamado así. Una fue su abuela y otra... otra...
—No puede ser... —murmuró mientras comenzaba a seguirle.
Pero antes de que pudiera evitarlo, Puck llegó hasta ella y la abrazó impidiendo que continuara su camino. Sin ningún tipo de miramiento ella se desenvolvió de aquel abrazo y corrió hacia la puerta. Necesitaba encontrar a aquella policía. Necesitaba comprobar algo. Pero, cuando por fin consiguió llegar, no pudo salir. La aglomeración de gente y prensa era tremenda. Corrió hacia un lateral del salón y se asomó a una de las ventanas rotas. Desde allí solo pudo ver como aquel grupo de hombres y mujeres vestidos de negro que le habían salvado la vida se montaban en un furgón oscuro y desaparecían.
Capitulo 9: recuerdos
Al día siguiente la noticia de lo ocurrido a la estrella de Hollywood en Argentina ocupó todas las portadas de los diarios y revistas. La prensa dio titulares como «Santana Lopez una rehén liberada» o «Los geo argentinos evitan un conflicto internacional». Aunque el que más gracia les hizo fue «Actriz de Hollywood salvada por los nuestros. Los GEOS Argentinos.»
—Podían hacer una película de esto —se quejo Mercedes mirando el periódico.
—No te extrañe que la hagan —sonrió Brittany poniéndose una camiseta blanca mientras escuchaba de fondo la música de AC/DC—. A los yanquis les encanta reflejar en el cine este tipo de cosas.
—Oye... pues espero que piensen en nosotras. No estaría mal participar en un rodaje y ser famosas —rio Mercedes dejando a un lado el periódico—. Aunque conociendo a estos yanquis pondrán al imbécil ese de Noah Puckerman en el papel principal.
Britt se carcajeó.
—_Yaaaa... deja de hablar de ese estirado y vamos a entrenar. Lo necesito.
—Oye rubia, grábame este CD de AC/DC.
—¿El de Back in Black?
—Sí. Creo que Sam me lo tiró a la basura. ¿Te puedes creer que dice que no soporta esta música con lo buena que es?
—Hombres raros —susurró Britt consciente de lo mucho que horrorizaba a sus conquistas aquel tipo de música.
Divertidas por los comentarios que soltaron respecto a AC/DC y a los hombres, se encaminaron hacia el gimnasio.
—¿Todo bien, nena? premunió Mercedes a Brittany.
—Sí. Y deja de llamarme nena o te arrancaré los dientes.
Mercedes rio y respondió dandole un puñetazo cariñoso.
Ambas sonrieron por aquello y volvió al ataque.
—Ella está muy guapa.
—Siempre lo fue —respondió acelerando el paso.
—¿Por qué no le dijiste que eras tú? Quizá te recordara.
—No era buena idea.
—Vamos tarada, esa era Santana Lopez.
—Yo Brittany Pierce ¿Cuál es la diferencia?
Con una sonrisa sarcástica Mercedes miró a su amiga y murmuró:
—No te lo tomes a mal, pero las piernas de ella me gustan muchísimo más que las tuyas, por ejemplo.
—Cállate —ordenó.
—No me jodas, Britt. Que estamos hablando de una de las actrices más queridas de Hollywood. La que los directores de todo el mundo se rifan para trabajar con ella, sin contar¬ con que la humanidad está rendida a sus pies.
—Gracias por la información bombona. No la sabía.
Aquello hizo sonreír a Mercedes. Si algo tenía claro aquella era que su buen amiga conocía absolutamente todo de aquella mujer. En más de una ocasión le había pillado observando una foto suya en prensa o leyendo alguna crítica de sus películas.
—Oye... no es por meter cizaña, pero la escena de la película que vimos el otro día, esa en la que ella sale con ese biquini de cuero impresionante. Dios ¡qué cuerpo!
—Me estás sacando—resopló Britt.
—¿Por qué? Solo hablo de una actriz de Hollywood.
—Háblame de ti — replico Brittany—. Eres más interesante.
—Gracias, pero prefiero hablar de ella.
Cansada de aquella insistencia Brittany repitió.
—No quiero hablar de ello ¿de acuerdo, bombona?
—Britt escucha —dijo deteniendo el paso—. Lo que ocurrió fue hace diez años, todos éramos unas niñas y estoy seguro que ella guarda también buen recuerdo de ti y...
—¿Por qué no cierras el pico de una puta vez?
—Porque soy tu mejor amiga y sé lo que piensas. No hablo de que estés enamorada pero...
—¡¿Enamorada?! ¡Pero qué estupidez estás diciendo! - gritó descompuesta.
Al ver la cara de enojada con que su amiga la miraba retrocedió un paso.
—Esta bien... me pase, lo reconozco. Soy una bocona.
—Mercedes, cortala con eso —protestó.
—Esa mujer te dejó marcada y...
Al límite de su paciencia Britt le empujó contra la pared.
—Lo que ocurrió fue algo que ninguno provocamos, pero pasó. Ahora, podrías hacer el favor de callarte antes de que me enoje y te la cierre yo de un puñetazo. No estoy de humor y te aseguro que me estás llevando al límite de mi paciencia, y por mucho que te quiera como amiga y exista confianza entre nosotras, si continúas con ello, te juro que te lo voy a hacer pagar.
Dicho esto, Brittany, separándose de ella, comenzó a caminar. No le gustaba hablar de aquello, ni recordarlo. Pero conocía a Mercedes y lo terca que era. Dos segundos después le dio alcance:
—De acuerdo. No hablaré más de ello. Pero si yo hubiera sido tú, la hubiera saludado. No todo el mundo ha estado casado, aunque fuera quince minutos, con la hermosa Santana Lopez.
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BUENO DE NUEVO DOS CAPITULOS MAS...
ESPERO LES GUSTE
DESDE YA GRACIAS POR LEER :)
NOS VEMOS PRONTO...
CUÍDENSE<3
GRACIAS A TODAS POR LEER Y COMENTAR SE LES AGRADECE...<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo: 8 Despejado
Cuando recibieron el aviso en la base de los geo, tres comandos se pusieron en marcha. Debían liberar a más de un centenar de personas secuestradas desde hacía horas por varios individuos armados en el hotel Ritz de Capital.
De camino, el equipo se informó de lo ocurrido, y Brittany, al escuchar el nombre de Santana Lopez, se tensó. Y todavía más al ver el video que ella había grabado, donde se veía sangre en su barbilla. No quería tener nada que ver con ella y menos que lo relacionasen con aquella actriz, pero era su trabajo y, como tal, debía proceder. Mercedes, al ver el gesto de su amiga, llamó su atención tocándole el brazo. Entendía lo que estaba pensando, pero era momento de actuar y mantener la cabeza fría.
Tras abandonar el furgón negro y ver que los alrededores estaban acordonados, el equipo de los geo entró sin demora en uno de los salones del hotel. Allí estaba el resto de la policía nacional y algunos miembros de la embajada americana, pues entre los retenidos habían estadounidenses y querían colaborar. Finalmente, la prioridad se impuso y cuando el Grupo Especial de Operaciones entró en acción el resto de las fuerzas tuvo que mantenerse en un segundo plano.
— ¿Quien es el Inspector Pierce?—preguntó David Martínez, jefe de la policía Nacional.
—Yo, señor—saludó Brittany con profesionalidad.
Martínez, tras asentir, indicó:
—El subdirector de operativo Téllez me ha llamado para indicarme usted está a cargo del operativo.
—Si, señor.
—¿Han estudiado ya la situación? —pregunto Martínez.
—Si, señor
—Aquí tiene los planos del hotel. —Y en un tono molesto Martínez siseó—: Mi equipo podría acabar con esto, pero mis superiores, al saber que dentro había personal americano, han decidido que ustedes, los geo, se encarguen de ello.
Aquel retintín al pronunciar geo, no le gustó nada, pero sin darle mayor importancia dijo:
—Así lo haremos, señor.
De pronto, un tipo alto y bien vestido irrumpió en la sala, se acercó hasta ellos y dijo en inglés con gesto contrariado:
—Ahí dentro está Santana Lopez y...
Britt, volviéndose hacia aquel, se sorprendió al ver que se trataba del actor de moda, Noah Puckerman, y apartándole con la mano respondió con voz segura en su idioma.
—Si nos disculpa señor, tenemos que trabajar.
Mercedes, al reconocer al galán que su esposo admiraba, sonrió al ver que no era tan alto como parecía en la gran pan¬talla. Se dio la vuelta para continuar su trabajo cuando aquel volvió repetir a gritos:
—¡Oiga! No sé si me ha escuchado, pero acabo de decirle que esos idiotas tienen retenida a Santana Lopez y como le pase algo por su ineptitud, van ustedes a pagarlo muy caro.
El humor de la inspector Pierce empeoraba por momentos. La tensión de saber que decenas de personas dependían de su eficacia sumada a los gritos de aquel imbécil, le estaban alterando. Pero controlando sus ganas de cogerle del cuello y sacarle de allí mismo miró a uno de sus hombres y dijo:
—Lucas, sácale de aquí antes de que lo haga yo.
Una vez que sacaron a aquel intruso del salón, y el jefe de la policía nacional se alejó para hablar con otros hombres, Mercedes se acercó a su amiga.
—¿Te has fijado en el actorsucho? Pero si no tiene ni media onda.
Brit asintió, pero continuó mirando los planos del hotel. Había que terminar con aquello cuanto antes, y sin ningún problema.
La oscuridad de la noche les envolvía cuando varios geo, entre ellos Brittany, se descolgaron desde la planta superior del hotel. Con sus trajes negros y el armamento necesario treparon por las paredes del hotel hasta llegar a la parte superior de las ventanas. Con cuidado y sin ser vistos Brittany y Mercedes estudiaron la situación.
—Tiradores en posición —indicó Mercedes a través del intercomunicador y Brittany asintió.
Los rehenes estaban sentados en un círculo justo bajo el espejo que presidía el salón. Los secuestradores, cuatro hombres de unos cuarenta años de aspecto latino, hablaban entre si, y Brittany se fijó en que uno de ellos llevaba una pistola al cinto, otro en el bolsillo del pantalón y los otros dos en la mano.
Muy profesionales, pensó.
Por su manera de moverse, parecían nerviosos, incluso como si estuvieran discutiendo entre ellos. Britt con un gesto de la mano les indicó a sus compañeros que tomaran posiciones. Un ataque sorpresa y a oscuras sería lo mejor. Tras hablar por el intercomunicador que llevaba bajo su pasamontañas, ordenó que apagaran las luces del hotel a las 21:37. Varios de sus hombres se posicionaron sin ser vistos en las puertas que daban a la calle Carlos IV, mientras los tiradores de Mercedes estaban en las azoteas de los edificios continuos.
Toda seguridad era poca.
En la quietud de la noche y mientras los cuatro delincuentes hablaban entre ellos las luces del hotel se apagaron de pronto. La gente, asustada, comenzó a gritar. Todo fue muy rápido. Los geo con su sistema de visión nocturna y su maestría, entraron en el salón por las ventanas al grito de «Alto, policía» y antes de que aquellos aficionados pudieran reaccionar, los tenían boca abajo en el suelo y encañonados.
—Despejado —gritaron uno a uno los hombres de Brittany al tenerlo todo controlado.
Una vez Brittany vio que la situación estaba controlada y los rehenes fuera de peligro, dieron la orden de encender las luces.
Los periodistas, impresionados al ver a los geo tomar las riendas de todo aquello a pesar del susto, comenzaron a aplaudir. Santana y Kurt abrazaron. Todo había salido bien. La prensa no dio tregua. En cuanto los geo y la policía entraron en el salón cogieron sus micrófonos y cámaras e in¬tentaron cubrir la noticia volviendo loca a la actriz, que aún continuaba sentada junto a su primo en el suelo. Con las pulsaciones a mil la joven fue a levantarse para ir a ver a su guardaespaldas pero las piernas le temblaban tanto que fue incapaz. Finalmente, dos de aquellos hombres vestidos total¬mente de negro se acercaron a ella y a su primo, y sin mediar palabra los agarraron del brazo y los levantaron. Brittany ordenó a sus hombres alejar a la prensa para que la actriz pudiera respirar. Entonces vio entrar a Mercedes.
—Por favor. Sean, mi guardaespaldas está herido —murmuró Santana.
Brittany miró hacia donde ella señalaba y tras ordenar a uno de sus hombres auxiliarle hasta que llegara el Same, clavó su mirada en ella. Observó de cerca a la mujer que conoció en otra época y con la que se casó hacia años en Las Vegas. Aquella chica que se había convertido en una preciosa mujer, temblaba como una hoja a escasos centímetros de ella. Seguía sien¬do bajita, y aunque estaba proporcionada y lucía un bonito cuerpo, vista de cerca estaba excesivamente delgada para su gusto. Oculta bajo su pasamontañas, la recorrió lentamente con la mirada. Se fijó en el escote y sonrió. Aquellos pechos, sin ser excesivos, eran tentadores y bonitos.
Mercedes, apartado a unos metros de ella, ametralladora en mano, al ver como su buen amiga sentaba a la joven en una silla y le alargaba un vaso de agua, sonrió. A pesar de no ver ni un solo centímetro de su rostro, sabía que estaba observándola con intensidad. Nunca olvidaría el día que le reveló la verdadera identidad de la muchacha con la que se había casado en Las Vegas. Aquel era su secreto. Un secreto que había prometido a Brittany que nunca revelaría y que había cumplido hasta ahora.
Santana, sin percatarse de lo que pensaba la mujer que estaba junto a ella, bebió el agua que le ofreció y se lo agradeció con una sonrisa turbadora.
—¿Está usted bien?—preguntó Brittany con la boca seca mientras ella se levantaba y se retiraba su ondulada melena oscura de la cara. A pesar de sus taconazos seguía siendo un poco mas bajita que ella.
—Sí... sí... los nervios —asintió ella—. Tengo un terrible dolor de cabeza, pero por lo demás bien. ¿Sean está bien?
Le gustó ver cómo se preocupaba por el gigantesco guardaespaldas que estaba hablando con un hombre de su equipo. Eso demostraba que seguía teniendo corazón.
—Sí, tranquila.
Sin poder evitarlo, Britt le tomó de la barbilla con cuidado. Incluso a través de sus guantes sintió la suavidad de su piel. Con curiosidad, miró la sangre seca de su mejilla y tras ver que eraun golpe en el labio sin importancia dijo con voz ronca:
—Enseguida vendrán a curarla. No se preocupe, no parece nada grave.
Ella sonrió. Unas palabras amables tras la tensión vivida resultaban muy agradables.
—Muchas gracias por lo que han hecho por nosotros. Se lo agradeceré toda la vida.
—Es nuestro trabajo, señora. Me alegra que todo haya salido bien.
Santana le miró. Aquella voz ronca y dulce debía de tener un rostro acorde. Pero solo vio sus ojos claros a través del pasamontañas. Unos ojos intensos que parecían amables. Le gustó tenerla ante ella. Lo que veía era una mujer piernas atléticas y gran altura. A su lado se sentía pequeña, muy pequeña. Durante unos segundos las dos permanecieron callados mirándose a los ojos y, extrañamente, a Santana lo entró calor al sentir su protección.
—Oh my God, Mr poliman, creo que me voy a desmayar dijo Kurt teatralmente abanicándose con la mano mirando a Lucas que se encontraba cerca de ellos.
Volviendo a la realidad Brittany apartó la mirada de la mujer y la centró en el joven de mechas violetas, vestido con escandalosos colores rojos. Llenó un vaso de agua y le dijo antes de acercarse a Mercedes:
—Siéntese y tómese un vaso de agua. Ahora los médicos le atenderán.
Kurt, se sentó y murmuró.
—Thanks babie.
Mercedes y Brittany se miraron al oír aquello y reprimieron una carcajada, pero Santana acercándose a su primo murmuró con disimulo:
—Kurt... cierra tu bocota que no es momento de tonterias.
—Lo sé... lo sé... ¿pero tú has visto qué pinta tienen todos esos hombres vestidos de black? Oh, Dios..
—¡¿Kurt?! —protestó de nuevo para hacerle callar.
La joven, al ver el movimiento de las dos mujeres, intuyó que estaban riendo y acercándose a la rubia que había hablado con ella le tocó en el brazo para llamar su atención.
—Por favor, disculpe a mi primo. Las situaciones tensas le aligeran la lengua.
Brittany la miró y fue a responder cuando se oyó:
—Santana, cariño mío. Qué susto. ¡Qué horror! ¿Estás bien? Dime que estás bien.
La actriz y la policía al oír aquello desviaron la mirada y comprobaron que aquel que hablaba era Noah Puckerman, que entraba en el salón con gesto de preocupación. Mercedes al verle aparecer le paró sin pensárselo. No le dejó continuar hacia la joven. Su amigo no se lo había pedido, pero Brittany se merecía aquellos minutos con ella.
Consciente de que su trabajo había terminado y se tenían que marchar, Britt ordenó con un movimiento de mano a sus hombres que sacaran a los secuestradores del salón. Luego, clavando sus inquietantes ojos en la mujer que no le quitaba ojo de encima, murmuró:
—Señora, ha sido un placer conocerla.
—El placer ha sido nuestro, linda —respondió Kurt solto un suspiro viendo como Lucas se marchaba mientras Santana la joven le observaba.
Sin querer continuar un segundo más junto a ella Brittany se dio la vuelta, pero ella le agarró de nuevo del brazo.
—¿Ya te vas? le preguntó.
Al volver a sentir su contacto a través de la tela de su uniforme se volvió para mirarla. Tenerla allí, tan cerca, tan tentadora y después de tanto tiempo le confundía. ¿Qué estaba haciendo mirándola? Claramente ofuscada, se deshizo de su mano y sin querer escucharla se dio la vuelta y dijo a su amiga con rotundidad:
—Jones, deja que el guaperas se acerque a consolar a la morenita. Vámonos. Nuestro trabajo ha acabado.
Brittany salió por la puerta sin mirar atrás, pero Santana que lo había oído, de pronto se quedó helada. Había oído la palabra chiquita y solo había dos personas en el mundo que la hubieran llamado así. Una fue su abuela y otra... otra...
—No puede ser... —murmuró mientras comenzaba a seguirle.
Pero antes de que pudiera evitarlo, Puck llegó hasta ella y la abrazó impidiendo que continuara su camino. Sin ningún tipo de miramiento ella se desenvolvió de aquel abrazo y corrió hacia la puerta. Necesitaba encontrar a aquella policía. Necesitaba comprobar algo. Pero, cuando por fin consiguió llegar, no pudo salir. La aglomeración de gente y prensa era tremenda. Corrió hacia un lateral del salón y se asomó a una de las ventanas rotas. Desde allí solo pudo ver como aquel grupo de hombres y mujeres vestidos de negro que le habían salvado la vida se montaban en un furgón oscuro y desaparecían.
Capitulo 9: recuerdos
Al día siguiente la noticia de lo ocurrido a la estrella de Hollywood en Argentina ocupó todas las portadas de los diarios y revistas. La prensa dio titulares como «Santana Lopez una rehén liberada» o «Los geo argentinos evitan un conflicto internacional». Aunque el que más gracia les hizo fue «Actriz de Hollywood salvada por los nuestros. Los GEOS Argentinos.»
—Podían hacer una película de esto —se quejo Mercedes mirando el periódico.
—No te extrañe que la hagan —sonrió Brittany poniéndose una camiseta blanca mientras escuchaba de fondo la música de AC/DC—. A los yanquis les encanta reflejar en el cine este tipo de cosas.
—Oye... pues espero que piensen en nosotras. No estaría mal participar en un rodaje y ser famosas —rio Mercedes dejando a un lado el periódico—. Aunque conociendo a estos yanquis pondrán al imbécil ese de Noah Puckerman en el papel principal.
Britt se carcajeó.
—_Yaaaa... deja de hablar de ese estirado y vamos a entrenar. Lo necesito.
—Oye rubia, grábame este CD de AC/DC.
—¿El de Back in Black?
—Sí. Creo que Sam me lo tiró a la basura. ¿Te puedes creer que dice que no soporta esta música con lo buena que es?
—Hombres raros —susurró Britt consciente de lo mucho que horrorizaba a sus conquistas aquel tipo de música.
Divertidas por los comentarios que soltaron respecto a AC/DC y a los hombres, se encaminaron hacia el gimnasio.
—¿Todo bien, nena? premunió Mercedes a Brittany.
—Sí. Y deja de llamarme nena o te arrancaré los dientes.
Mercedes rio y respondió dandole un puñetazo cariñoso.
Ambas sonrieron por aquello y volvió al ataque.
—Ella está muy guapa.
—Siempre lo fue —respondió acelerando el paso.
—¿Por qué no le dijiste que eras tú? Quizá te recordara.
—No era buena idea.
—Vamos tarada, esa era Santana Lopez.
—Yo Brittany Pierce ¿Cuál es la diferencia?
Con una sonrisa sarcástica Mercedes miró a su amiga y murmuró:
—No te lo tomes a mal, pero las piernas de ella me gustan muchísimo más que las tuyas, por ejemplo.
—Cállate —ordenó.
—No me jodas, Britt. Que estamos hablando de una de las actrices más queridas de Hollywood. La que los directores de todo el mundo se rifan para trabajar con ella, sin contar¬ con que la humanidad está rendida a sus pies.
—Gracias por la información bombona. No la sabía.
Aquello hizo sonreír a Mercedes. Si algo tenía claro aquella era que su buen amiga conocía absolutamente todo de aquella mujer. En más de una ocasión le había pillado observando una foto suya en prensa o leyendo alguna crítica de sus películas.
—Oye... no es por meter cizaña, pero la escena de la película que vimos el otro día, esa en la que ella sale con ese biquini de cuero impresionante. Dios ¡qué cuerpo!
—Me estás sacando—resopló Britt.
—¿Por qué? Solo hablo de una actriz de Hollywood.
—Háblame de ti — replico Brittany—. Eres más interesante.
—Gracias, pero prefiero hablar de ella.
Cansada de aquella insistencia Brittany repitió.
—No quiero hablar de ello ¿de acuerdo, bombona?
—Britt escucha —dijo deteniendo el paso—. Lo que ocurrió fue hace diez años, todos éramos unas niñas y estoy seguro que ella guarda también buen recuerdo de ti y...
—¿Por qué no cierras el pico de una puta vez?
—Porque soy tu mejor amiga y sé lo que piensas. No hablo de que estés enamorada pero...
—¡¿Enamorada?! ¡Pero qué estupidez estás diciendo! - gritó descompuesta.
Al ver la cara de enojada con que su amiga la miraba retrocedió un paso.
—Esta bien... me pase, lo reconozco. Soy una bocona.
—Mercedes, cortala con eso —protestó.
—Esa mujer te dejó marcada y...
Al límite de su paciencia Britt le empujó contra la pared.
—Lo que ocurrió fue algo que ninguno provocamos, pero pasó. Ahora, podrías hacer el favor de callarte antes de que me enoje y te la cierre yo de un puñetazo. No estoy de humor y te aseguro que me estás llevando al límite de mi paciencia, y por mucho que te quiera como amiga y exista confianza entre nosotras, si continúas con ello, te juro que te lo voy a hacer pagar.
Dicho esto, Brittany, separándose de ella, comenzó a caminar. No le gustaba hablar de aquello, ni recordarlo. Pero conocía a Mercedes y lo terca que era. Dos segundos después le dio alcance:
—De acuerdo. No hablaré más de ello. Pero si yo hubiera sido tú, la hubiera saludado. No todo el mundo ha estado casado, aunque fuera quince minutos, con la hermosa Santana Lopez.
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BUENO DE NUEVO DOS CAPITULOS MAS...
ESPERO LES GUSTE
DESDE YA GRACIAS POR LEER :)
NOS VEMOS PRONTO...
CUÍDENSE<3
Última edición por dorkyhemo_ el Lun Ene 20, 2014 10:21 am, editado 1 vez
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
TONTA BRITTANY! :( yo quiero estar casada con Santana Lopez ashbdqw jajaj
Me gusto mucho el cap al fin se volvieron a ver *-* Rubia terca ya caeras jajajaja
Me gusto mucho el cap al fin se volvieron a ver *-* Rubia terca ya caeras jajajaja
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
parece que san la tiene muy presente,.. a britt a pesar del tiempo!!!
me encanta mercedes dándole lata a britt con san,.... morí de risa,..
quien no quisiera estar casada con santana lopez,... dios!!!!!!!!!!!!!
me encanta mercedes dándole lata a britt con san,.... morí de risa,..
quien no quisiera estar casada con santana lopez,... dios!!!!!!!!!!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Nueva lectora, asi que con desesperacion autentica espero tu muy pronta actualizacion!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
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