[Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO

3:) "enserio boda,.. de san y noah????????????? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ ok ya!!!!
britt y su gran bocota para mandarle tremendo mje a san!!!! que esta loca o que????
ammmm yo creo que britt todavía no va a ir a buscar a san por ahí después de,...... ?????????????"

-// Lo de la "boda" creo q es mas bien de la prensa que real pero bue con San 'herida' no se sabe y si Britt es una bocona pero estaba borracha y dolida (no la justifico) pero la entiendo un poco :/ Y esperemos q Britt vaya ya por san y cuando sea tarde!

Tatymm "me mato el cap por dios!!!! si esa britt necesita de unos buenos golpes a ver si reacciona la tarada! esta insufrible! al menos san tiene la exscusa del orgullo herido, y se que no esta bien! Pero a ver como es eso que se casa con noha??????????? que carajos!!! Por dios san recapacita!! jjajja besos!"

-// jajaja si britt necesitaba un buen golpe para q reaccione pero creo q no sirvio de nada :/ y lo de la boda seguro es pura propaganda o cosa de la prensa, esperemos y no sea verdad :O besos!

Monicagleek "Eso era lo que necesitaba un buen golpe!! Espero que decida ir a por santana.
Espero que a santana no se le ocurra hacer algo estupido con noah."

-// JAJAJA si lo necesitaba y espero San no decida casarse con Noah o sera otra q necesite de un buen golpe

Micky Morales "Ella debe ir por santana y punto, se acabo la duda!"

-// Pues esperemos y lo haga!

MUCHAS GRACIAS POR SU COMENTARIOS :)<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?











Capitulo 56: A no callar mas












Los días pasaron. Brittany y Santana conocían la verdad sobre cómo se filtró la información a la prensa y sobre lo mucho que se echaban de menos, pero ninguna movió ficha. El daño que había sufrido en sus corazones era tal que ambas decidieron pasar página y olvidar.

Brittany continuó con su vida e intentó disfrutar de los días libres que le quedaban antes de reincorporarse de nuevo a su unidad. Santana hizo lo mismo y más cuando supo que ella había regresado sana y salva de Irak. Saber que estaba bien era lo único que necesitaba para poder continuar viviendo.

El veinticinco de febrero, la víspera de la gala de la entrega de los Oscar, Santana cenaba junto a Noah Puckerman y varios de los nominados a los premios. Todos se reunieron en el hotel Seminius para disfrutar de una velada entrañable. En su misma mesa se sentó Salma con su marido y aunque no podían hablar en privado porque estaban situadas una enfrente la una de la otra, se entendían con la mirada.

Durante la cena, Santana comprobó que no muy lejos de su mesa estaba su padre con su mujer. Se saludaron desde la distancia con un movimiento de cabeza. Su relación, tras regresar de Argentina, se tornó inexistente. La discusión que mantuvo con ellos había abierto brechas incurables. Aquel día, Santana, presa de su pena y su tristeza les pidió comprensión y afecto, algo que ellos decidieron ignorar. Aquella frialdad fue lo que definitivamente le congeló el corazón. Estaba sola y así era cómo debía aprender a vivir.

Un ruido ensordecedor la sacó de sus pensamientos. Al girar la cabeza sobresaltada para ver qué había sucedido, vio a un joven camarero en el suelo recogiendo la pila de platos que se le habían caído.

—Que torpe eres chico, y eso que solo tienes que llevar y traer platos —se quejo Noah Puckerman a su lado haciendo reír a varios de los comensales.

El muchacho, al escuchar aquello, levantó la vista. En su mirada se reflejaba la rabia por aquel comentario pero calló. Santana, sin poder evitarlo, se fijó en la chapa que llevaba en la solapa de su chaquetilla blanca. «Josh», leyó. Y levantándose de la mesa dijo mientras ayudaba al chico a recoger la loza rota:

—No le hagas caso Josh. Ya me gustaría verle a él haciendo lo que tú haces.

Boquiabierto, el muchacho la miró y sonrió. Ante él estaba la grandísima Santana Lopez, ayudándole a recoger los platos rotos y levantándole el ánimo.

—Gracias, señorita Lopez —sonrió aquel. Ella le guiñó un ojo.

—De nada, Josh.

Mientras ayudaba al muchacho, recordó el día en que otro camarero cayó a los pies de Brittany en la cafetería de Palermo. Su amabilidad y humanidad, nada tenían que ver con la de Noah. Al pensar en ello sonrió, y con los recuerdos dando vueltas por su cabeza, acabó de ayudar al muchacho. Cuando volvió a su asiento junto a Noah, este la recriminó:

—Santana, ¿qué estabas haciendo?

—Ayudando a Josh —respondió tras guiñar el ojo a su amiga Salma, sentarse y ponerse la servilleta sobre las piernas.

Después de que otro de los camareros les sirviera el segundo plato, Noah insistió acercándose a ella:

—Debes mantener tu posición social. Eres Santana Lopez, no una recoge platos. ¿Qué pensaran los demás sobre lo que has hecho?

La joven miró a los comensales que les acompañaban en la mesa y tras sonreír a su amiga respondió con tranquilidad:

—Sinceramente Pock, los que son mis amigos ya me conocen y el resto me importa bien poco lo que piensen—molesta por aquella llamada de atención le siseó—: ¿Qué pasa, tú nunca le has tropezado ¿Nunca has necesitado ayuda?

Incapaz de contestar a aquello el divo del cine miro a su alrededor hasta encontrarse con la mirada de Robert Hodgson y dijo malhumorado:

—Con solo mirar a tu padre, sé que piensa como yo.

—Pues ¡qué bien! —se quejo ella.

—Solo hay que ver cómo te ha mirado mientras...

Sin poder aguantar ni un segundo más, Santana le miró con desdén.

—Lo que píense mi padre de mi, no me interesa. Por lo tanto cierra el pico, si no quieres que te lo cierre yo delante de todos.

Durante unos segundos permanecieron callados mientras escuchaban el discurso que John Foswell ofrecía, hasta que Puck, molesto por como ella le había hablado, volvió al ataque.

—No sé qué clase de mujer será con la que has estado en Argentina, pero a mi no me hables así —ella le miró fijamente y preguntó:

—¿Qué estás diciendo Puck?

—No te hagas la tonta porque sé muy bien con quién estuviste. ¿Acaso crees que tu padre no me mantuvo informado? Estuviste con una policía y, por tus recientes modales, presupongo que ni mucha educación ni saber estar debía de tener.

Deseó darle un puñetazo allí mismo y saltarle los dientes, pero no, no debía hacerlo. Primero porque no era lugar y segundo porque la educación debía primar ante todo, aunque aquel le estuviera demostrando la poca que tenía. Finalmente, cuando comprendió la convenida relación que unía a aquellos contestó:

—Vaya... me dejas impresionada. Mi padre y tú hablando de mí.

—Tu padre solo quiere que tu carrera no se hunda, y sabe que yo soy un buen poste al que amarrarse.

—¿Que tú eres qué? —preguntó sorprendida.

—Lo que has oído. Tú eres Santana Lopez, pero yo soy Noah Puckerman, no lo olvides. Soy un hombre que puede darte mejor vida que esa poli, además de la fama necesaria parar continuar con tu carrera.

—Vaya... —suspiró Santana deseosa de haber tenido el garrote de el abuelo Goyo para darle aquel su merecido.

Si algo tenía Brittany era clase y saber estar. Mucha más que aquel divo hollywoodiense que se quejaba del pobre chico que se había resbalado con los platos.

Molesto por la intensidad que veía en su mirada, Puck se envalentonó y prosiguió.

—Quiero que sepas que he perdonado que te quedaras en Argentina y tuvieras un romance con esa policía, y si te perdoné fue porque tu padre habló conmigo y me hizo ver lo beneficioso de nuestra unión.

Santana  resopló cada vez más sorprendida. Ahora entendía la insistencia de aquel por invitarla a salir una y otra vez. En el fondo todo era marketing. A Puck le convenía que le volvieran a relacionar con ella y a su padre también. Ella era solo un negocio y eso le revolvió el estómago. Puck era como su padre. Siempre lo había sabido, pero ahora lo confirmaba. Simplemente quería usarla igual que la mayoría de los que estaban sentados con ella en aquella cena. Estaban allí en su propio beneficio, para ganar fama y dinero.

--No me mires así, Santana—prosiguió aquel—. Darte una nueva oportunidad es algo beneficioso para los dos, para nuestras carreras. Un beneficio que esa vulgar policía no te puede dar. Pero quiero que quede clara una cosa, no voy a consentir que me humilles ni me hables como lo has hecho hoy, ni ahora, ni nunca.

Hasta aquí hemos llegado pedazo de burro pensó malhumorada.

Furiosa, levantó el pie y con toda la fuerza que pudo clavó su fino tacón de Jimmy Choo sobre el zapato de Puck. Al ver que este disimulaba el gesto de dolor ante todos, se aproximó más a él con gesto sonriente.

—Mira, guapo. Con lo que acabas de decir en referencia a mi padre lo has acabado de arreglar. En cuanto a eso de que tu me estas dando una segunda oportunidad, no te lo crees ¡ni loco! Y por último, para hablar de la policía argentina te lavas la boca antes. Esa mujer, esa policía, no es vulgar. Es maravillosa, ingeniosa, divertida, cabezona y acurrucosa, y por si fuera poco todo lo bueno que te he dicho, también es mil veces mejor que tú. Tiene unos valores sobre la vida, la dedicación y la familia que tú nunca conocerás. Y si vuelves a mencionarle en tono despectivo a ella o a su familia, o a acercarte a mí para algo más que no sea algo relacionado con el trabajo, te juro que lo vas a lamentar ¿entendido?

Puck asintió asustado y durante el resto de la velada no volvieron a dirigirse la palabra. Notó que estaba muy enfadada y, si algo sabía de ella, era que cuando se enfadaba había que dejarle tiempo para que entrara en razón. Santana era muy temperamental y necesitaba su tiempo. Tras la cena, y algo más calmado, Noah al verla de nuevo sonreír, se acercó con cautela y asiéndola del codo la apartó del grupo donde estaba.

—Santana, preciosa. He dicho que te perdono.

—¿Que me perdonas? —se quejo ella deseando tener a mano la cinta americana para taparle la boca--. Vaya, es todo un detalle.

—Creo que mi comentario ha sido desafortunado y...

Tapándole la boca con la mano, ella, con una espectacular sonrisa murmuró:

—Oh no, Puck. Creo que el comentario sobre lo que es beneficioso para ti y para mi ha sido lo más afortunado que has dicho en tu vida. Gracias a ella me he dado cuenta de la que quiero y lo primero que quiero es no volver a tener nada contigo. A pesar de ser una pésima persona, eres un actor maravilloso, pero lo poco que hubo entre tú y yo se acabó.

—¡¿Cómo dices?!

El padre de Santana que los observaba desde hacía rato desde la otra punta del salón, al ver el gesto de su hija y la cara de Noah  optó por acercarse a ellos. Desde su tremenda discusión cuando llegó de Argentina no había vuelto a hablar con ella, pero al acercarse y escuchar la última frase pregunto:

—¿Qué es eso de que lo que hubo entre Noah y tu se acabó?

—Lo que has oído, ni más ni menos —respondió mirando a su padre.

—Santana, tu relación con Noah es...

—Mi relación con Noah es nula- -cortó la joven. ¿Qué hacia su padre discutiendo con ella sobre su vida?

—Lo siento Robert, pero tu hija hoy no está de humor —añadió el actor con gesto contrariado.

El poderoso cineasta, con el ceño fruncido, tomo a su hija que le miraba con desprecio y, llevándosela a un lateral del salón, lejos de ojos indiscretos siseó:

—Santana haz el favor de comportarte como la mujer que eres. El que Noah y tú esten juntos pued...

—Cállate papá—respondió con odio- Yo no tengo ninguna relación con Noah, ni la voy a tener porque no le quiero.

—Siempre ocasionando problemas... siempre.

—No papá, yo no te ocasiono nada — respondió con seguridad—. Eres tú el que se empeña en querer controlar mi vida y cuando ves que se escapa de tu férreo control te desesperas. Vamos a ver ¿cuándo te vas a enterar que la única que puede decidir sobre mí misma soy yo?

—Cuando me demuestres que eres capaz de pensar con sensatez y no como tú madre, con el corazón. Esto es la industria del cine y aquí hay unas normas que acatar. Tu actitud y tu negativa a aceptar ciertas cosas me recuerda a ella, y eso solo te perjudicará.

Aquello le dolió. Que mencionara a su madre le revolvió las tripas. Su padre sabía todo lo que ella había sufrido con su muerte. Y cómo si le hubieran metido los dedos en un enchufe Santana explotó llena de ira.

—Nunca la quisiste a ella y nunca me has querido a mí. Pero la diferencia que hay entre mamá y yo, es que ella no supo ver lo dañino que eras y yo sí. Si tengo algo que agradecerte es la oportunidad que me dio la meca del cine por ser tu hija. ¡Solo eso! Pero mi cuenta está saldada contigo desde lince mucho tiempo y...

—No te permito que me hables así Santana. Tu madre era un ser débil que...

—Que te quería maldito imbécil —siseo con odio— . Mamá era una mujer demasiado buena para ti que solo demandaba un poco de tu valioso tiempo y tu cariño para que la quisieras. Pero solo consiguió pequeñas migajas del gran Robert Hodgson hasta que no pudo más y tomó aquella terrible decisión. Pero yo no soy ella, no lo olvides. Yo tengo tu fuerza y su bondad. No soy un problema. Aprendí a no querer migajas tuyas desde muy pequeña y te aseguro que a día de hoy soy una mujer de treinta años que sabe muy bien lo que quiere y, sobre todo, que tiene muy claro quién la quiere. Y ni tú, ni la tonta de tu mujer, ni Noah pueden darme lo que yo necesito porque no me quieren. Por lo tanto papá, no vuelvas a decirme con quién he de estar o no porque el poco respeto que te tengo porque eres mi padre y porque la abuela me lo pidió, se puede desvanecer en un segundo y te aseguro que lo vas a lamentar. —Robert Hodgson impresionado no podía despegar los labios—. Pero no lamentarás perderme como hija, porque nunca me has tenido, si no porque si la prensa se enterará de tu comportamiento conmigo y eso ocasionará un gran escándalo que tú ¡don poderoso! no se puede permitir. ¿Y sabes Spor qué? Porque sabes tan bien como yo que la gente, el público, me quiere y te guste o no, Santana Lopez hoy por hoy, es tan fuerte y poderosa como tú en la industria del cine.

—Santana...

—No papá. No digas nada y ¡escúchame! Nunca más vuelvas a inmiscuirte en mi vida, ¿entendido?

Dicho esto, se dio la vuelta y se dirigió hacia la salida. Por fin le había dicho a su padre todo lo que llevaba años guardando en su interior y se sintió liberada. Necesitaba respirar aire fresco y alejarse de allí y de aquel ser que solo miraba por él mismo y por su negocio sin tener en cuenta que en la vida también existen los sentimientos. En su camino la interceptó Noah quien, con gesto serio, le preguntó:

—¿Has recapacitado en cuanto a lo nuestro?

Tras soltar un suspiro de frustración la joven actriz lo miró y en un tono más conciliador se acercó a él.

—Ok. Entiendo que eres un hombre y tu especie necesita su tiempo para procesar la información. Pero no... lo nuestro no existe porque nunca ha existido Y una vez que te lo he dicho y aclarado, piénsalo y procésalo, porque no te lo voy a volver a repetir ¿Ok?

Sin más, se acercó a su amiga Salma, la besó en la mejilla y quedó en llamarla al día siguiente. Después se marchó. Quería regresar a su casa.
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BUENO ES CORTO LO SE :/
PERO...QUE PASARA?
ESPERO LES GUSTE EL CAP
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR
BESOS
HASTA LA ACTU<3

me gusto que san ayudo a josh!!!!! :)
enserio mas IDIOTA no puede ser punk,.... dios me dio ganas de matarlo!!!
y el padre de san no se queda atrás,... por suerte ya le dijo todo san!!!!

Ojala le hubiera dado un buen golpe a Noah porque no se merecia un, sino una detras de otra!!!
Ahora espero muy emocionada el proximo capitulo. Deseo que pase algo emocionante

me encanto por finnnn san puso a todos en su lugar era hora ya!! besos!

Esperando tu actualizacion
Saludos

HOLA MUCHISIMAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, NO FUE UN CAPITULO MUY WOW...PERO ES QUE YA CASI SE ACABA LA HISTORIA, FALTAN 4 CAPITULOS PARA TERMINAR EL FIC :'(
MAÑANA SERA CAPITULO DOBLE Y LUEGO EL FINAL :'( HOY CAPITULO SIMPLE
COMO SIEMPRE ES MUY DIVERTIDO LEERLAS, ESPERO LES GUSTE EL CAPITULO DE HOY! :D
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?












Capitulo 57: Los Oscar.









El veintisiete de febrero por la tarde-noche Brittany estaba sentada cómodamente en su salón leyendo un libro cuando sonó el timbre de la puerta de su casa. Sorprendida, miró el reloj. Las ocho y cuarto de la noche. Rápidamente se levantó y al tomar el telefonillo escuchó:

—Abre Britt, somos nosotras.

Al escuchar aquello maldijo ¿Qué hacían sus hermanas allí a esas horas? Pero apretando el botón del portero abrió la verja y después la puerta, quedándose de piedra al ver aparecer a sus hermanas, padre, abuelo, a Menchu y cuando creía que no podría ver entrar a más gente entró Mercedes con Sam, Lucas y Damián.

Boquiabierta al verles llegar con bebidas, hielo y bolsas de patatas fritas preguntó:

—¿Pero qué se supone que estáis haciendo aquí?

—Venir a ver la gala de los Oscar —respondió Eva.

—¡¿Cómo?! —dijo enfurecida.

Lo último que le apetecía ver en aquel instante era aquel absurdo programa.

—Lo que oyes Brittany —replicó Irene—. Carlos se ha quedado con los niños en casa y tú eres la única que tiene Canal Plus, a papá no le funciona.

Brittany fue a decir algo cuando su amiga Mercedes, tras darle un golpe en la espalda para llamar su atención, dijo:

—Eso te pasa por tener el Plus, nena.

Divertida por el gesto de Brittany, Lucas dijo al padre del anfitrión:

—Toma Manuel, una cervecita fresquita. —Y mirando hacia su enfurecida amiga, le guiñó el ojo y dijo— : en el frigorífico he puesto otra tanda. Creo que la noche va a ser larga.

—Vaya qué considerado —murmuró agriamente Brittany.

—Churri —gritó Sam—. Dame una Coca-Cola.

—En seguida, precioso—contestó Mercedes encantada.

Sin entender nada de lo que estaba pasando, Britt, en medio del salón observaba todo aquella locura sin dar crédito mientras Jenny, su perra, parecía encantada de tener a toda aquella gente allí.

—Por cierto —dijo Mercedes tras entregarle el refresco a Sam—, por si no te habías enterado, nuestra amiga Noelia está nominada a los Oscar y esto es como cuando Argentina jugó en el mundial. En vez de todos con la bicolor, esta noche es ¡todos con Noelia! Nuestra chica tiene que ganar ese Oscar, sí o sí.

—No me jodas—protestó la rubia—. ¿No se pueden ir al bar para verlo?

—Ni lo pienses, guapa —sonrió Lizzie tras aparcar el cochecito de su bebé en un lateral del salón—. Pudiendo estar tu casa, ni de broma nos vamos al bar.

El abuelo Goyo, que estaba ansioso por ver aquel programa de televisión, tomo una de las butacas, la puso frente a la tele y gritó:

—El gorrioncito tiene que ganar por guapa y relinda.

Cada vez más alucinada, Brittany les vio acomodarse frente al televisor, mientras charlaban y reían como si estuvieran en cualquier sitio menos en su casa. Incluso Jenny parecía feliz. Jugueteaba con Damián mientras este le daba una patata frita. Quiso gritarles que se fueran, que no quería compañía, que lo último que quería ver era aquel programa cuando su padre, que le llevaba rato observando, la tomo por el hombro derecho y dijo ofreciéndole una cerveza:

—He traído croquetas. No sabes lo buenas que salen con la nueva Thermomix.

—Pero papá... —se quejó desesperada.

—Lo sé hija, lo sé —se disculpó aquel—, pero tus hermanas ya sabes como son y han movilizado a todo el mundo para ver la gala de los Oscar.

—¿Y no lo podían haber visto en tu casa?

Manuel sonrió, cada vez mas consciente de la necesidad de que Noelia volviera con su hija, tomo una croqueta de la bandeja, le dio un mordisco, y dijo:

—No hija. La gracia era verlo en la tuya.

—Mierda —murmuró molesta.

Un rato después, tras poner todas las excusas del mundo para echarles de su casa, Brittany se resigno. Nadie estaba dispuesto a irse de allí hasta que aquella maldita gala terminara. Pero les dejó claro una cosa. Ella no iba a verla. Por ello, muy enfadada, se dirigió a su garaje dispuesta a hacer cualquier cosa menos estar allí sentada con ellos.

Sobre las nueve de la noche todos gritaron al ver que por fin conectaban con el evento. Durante un buen rato vieron desfilar entre flashes a infinidad de famosos por aquella preciosa alfombra roja caminando hacia el teatro Kodak.

—Oisss que mona va la Portman —gritó Irene al ver a la actriz ataviada con un vestido granate corte imperio.

-Bueno... bueno... bueno... ¡Cómo va de guapa Penélope! —gritó Lizzie.

Los ojos de todos se centraron en la actriz española y Lucas, tras beber de su cerveza, murmuró:

—Sí... está tremenda.

—¿Dónde están el gorrioncillo y Kurt? —preguntó el abuelo Goyo.

—Estarán al llegar —respondió Lizzie.

—Por el amor de Diossssssss—gritó Eva—. Me encanta el vestido plateado que lleva Gwyneth Paltrow. Está guapísima.

—Guapísima... guapísima —corearon los hombres divertidos.

—Oh sí... el vestido es chulísimo. Pero claro, menudo tipazo que tiene ella. Ya quisiera yo —se quejó Lizzie.

—Churrí—gritó Mercedes—. Para la boda de mi prima Paz me haré un vestido como ese ¡que lo sepas!

—Genial, preciosa... genial —sonrió Sam.

—Uoooo ¿y que me decís del vestido que lleva Hilary Swank? —aplaudió Menchu.

—Aisss que bonitoooooooo. Es preciosooooooooo —asintió Irene.

—Precioso... precioso... —volvieron a decir los hombres.

Diez minutos después Eva volvió a gritar.

—Ayyyyy noooooooo ¡pero que bueno que esta el McConaughey! Ay Dios qué guapo está con ese esmoquin. No me digan que ese hombre no es sexy.

El resto de las mujeres asintieron.

—Todo tuyo hija. A mi me gusta más Colin Fírth. Es más madurito, vamos como a mi me gustan —murmuró Irene,

Damián, que junto con los hombres se divertía con los comentarios que aquellas hacían, al escuchar a Eva y verla tan emocionada mirando la pantalla dijo:

—Bah... el macnosequé, tampoco es para tanto. Por cierto ¿no tiene nombre de hamburguesa?

Al escuchar aquello, la joven le miró y, tras darle un repaso de arriba abajo con un gesto devastador, susurró:

—Ya quisieras tú parecerte a él aun siendo una hamburguesa.

—Perdona guapa, pero ya quisiera él parecerse a mi. Y te recuerdo que yo soy de Ávila, como los chuletones —respondió aquel, ganándose varias palmaditas en la espalda de algunos hombres.

—Si es que es pá darle —se quejó Eva al verle sonreír.

—Eva María ¡ni caso! —replicó Irene

—No empecemos Eva... No empecemos —sonrió Lizzie.

—Pero ¿cuándo salen el gorrioncillo y Kurt? —insistió el abuelo Goyo con curiosidad.

Irene le rogó con la mirada a su hermana Eva que no discutiera con Damián, algo prácticamente imposible, pues era verse y chocar como dos trenes a alta velocidad. Después miro en dirección al anciano y 1c respondió.

—Abuelo Goyo, timen que llegar de un momento a otro. No te impacientes.

—¿Te dijo Kurt o Noe qué vestido llevaría para los Oscar? —preguntó curiosa Lizzie—. Seguro que grandes firmas como Calvin Klein, Dior o Marchesa estarían como locos por verla desfilar con su precioso vestido.

—Seguro que se pone un Dior —asintió Menchu—. Noelia tiene cuerpo para ponerse eso y lo que quiera.

—Lizz, Kurt no me dijo nada —respondió Eva y, bajando la voz para que Britt no la escuchara, murmuró—: Solo me dijo que intentara que la poligirl viera la gala.

Al decir aquello todos se miraron entre sí y resoplaron. Brittany no lo iba a poner fácil. Mientras tanto aquella, ajena al plan que organizo el grupo, trasteaba en su garaje mientras escuchaba a los AC/DC.

—¿Y cómo hacemos para que se siente y la vea? —preguntó Irene.

—Tranquilas, preciosas —sonrió Lucas—. Para eso estamos nosotros aquí.

Todas sonrieron cuando de pronto Eva gritó:

—Ahí está Noeliaaaaaaaaaa. ¡Qué guapaaaaaaaaaaaaaaaa!

Desde el garaje, Brittany escuchó el grito de su hermana y la herramienta que tenía en sus manos se le escurrió y cayó con gran estrepito al suelo. Durante unos segundos, intentó luchar contra la tentación de asomarse por la puerta y mirar el televisor, pero al final el deseo la venció y se acercó a la puerta para mirar. Allí estaba ella, tan guapa como siempre, con su espléndido pelo negro recogido en un moño italiano y sus inquietantes ojos cafes sonriendo mientras saludaba a otros actores.

—Ay mi gorrioncito que hermoso está. Es la más lustrosa de todas y Kurt, con ese traje rojo o encarnao o como él quiera llamarlo va mu relindo también —aplaudió el abuelo Goyo encantado de la vida.

Durante un rato, las cámaras de televisión siguieron los pasos de estos dos, en especial los de Santana Lopez que era una de las posibles premiadas de la noche.

—Ay churrí—gritó Sam emocionado—. Esta saludando a Vin Diesel.

—Si cielo ya lo veo —sonrió Mercedes al escuchar a su esposo.

De pronto, Eva miró a su hermana Lizzie y preguntó:

—Pero el vestido que lleva Noelia ¿no es el que se compró en la tienda de Alicia? ¿El de las plumas?

Pero no le dio tiempo a contestar. El móvil de Lizzie sonó y una alucinada Alicia gritaba como una posesa que el vestido que llevaba Noelia en la gala de los Oscar había sido diseñado y confeccionado ella.

—¡Qué fuerte! ¿Se ha puesto el vestido de Alicia? —gritó encantada Irene.

—Como diría Kurt, esta lady es lo más —se carcajeó Menchu.

Dos segundos después Santana, junto a un guapísimo Kurt, se acercaron hasta los reporteros de televisión que les reclamaban, y tras contestar a algunas preguntas en inglés, un reportero le preguntó algo en español y ella contestó:

—Este bonito vestido es un diseño exclusivo de la maravillosa Alicia Domínguez. Una estupenda diseñadora argentina que tuve el placer de conocer cuando estuve alla, y que estoy segura que pronto dará mucho que hablar. De hecho Annette Beningya me ha pedido su teléfono.

—Ay madre... Alicia tómate una tilita que la necesitas. Mañana hablamos —susurró Lizzie antes de colgar.

Brittany, incapaz de dejar de mirar la pantalla, siguió todos los movimientos de Santana. Le encantaba cómo aquella preciosa mujer sonreía y eso le hizo que el corazón comenzara a latirle con fuerza. Pero cerró los ojos y volvió a lo que estaba haciendo. ¿Qué hacía mirándola? No debía martirizarse con algo que no podía ser.

Tras más de una hora y media en la que desde la casa de Britt piropearon a todos los actores que entraban en el teatro Kodak, la gala comenzó. Expectantes como nunca en su vida, ninguno quito el ojo de la pantalla, y cuando anunciaron que en unos minutos iban a abrir el sobre que desvelaba el gran secreto que todos esperaban, sin dudarlo Mercedes, Lucas y Damián se dirigieron con paso firme al garaje, tomaron a su amiga Brittany entre los tres, y sin importarle los puñetazos ni los insultos que aquella soltaba le sentaron frente al televisor.

—Quieren soltarme, mierda—gruñó aquella.

—Ni lo sueñes—rio Mercedes poniéndole unas esposas que lo sujetaban al butacón.

—Brittanita, hermosa deja de moverte así que pareces una loca—dijo el abuelo Goyo con burla.

Aturdida, explotó malhumorada:

—¡Les juro que esta me la van a pagar! Papá —gritó—, haz el favor de decirles a estos idiotas que me suelten.

Manuel, al escuchar aquello, se dio la vuelta, tomo el plato de croquetas y preguntó:

—¿Quién quiere una croqueta?

—¡Papá! —vociferó incrédula.

Como si de una comedia absurda se tratara todos gritaron mientras tomaban lo que Manuel les ofrecía y cuando por fin callaron Brittany gritó:

—Vienen a mi casa, se entromenten en mi vida y encima tengo que soportar que me hagan esto.

-Anda Brittany, cierra el pico —se quejó Eva—, Solo queremos que veas con nosotros si Noelia gana el Oscar o no. Al fin y al cabo la conocimos gracias a ti.

—Lucas, maldito ¡Suéltame!

—No divine —se burlo aquel—. Esta es mi venganza por levantarme a esa preciosidad.

—Pero ¿tú estás tonto? —grito Brittany. Y mirando a Damián insistió—: ¡Suéltame tú!

—Lo siento colega. Si lo hago Mariliendre y la churri luego no me ajuntaran. —Al decir aquello, Eva le miró divertida y le guiñó un ojo.

—¡Maldicion! Esta me la pagan —soltó Brittany desesperada. Justo antes de que su hermana Eva le pegara algo en la boca.

Incrédula, comprobó que un trozo de cinta americana le bloqueaba de pronto la boca. Ya no podía gritar.
—Kurt me dijo que con esto no escucharíamos tus maldiciones —dijo Eva encogiendose de hombros.

—Psss a callar hermosa que van a decir si nuestra muchacha ha ganado o no —exigió el abuelo Goyo levantando su bastón nuevo.

Convencida de que nada podía hacer rumió sus insultos, mientras todos los demás sonreían y cruzaban los dedos a la espera de que abrieran el sobre y dieran el nombre de la ganadora al Oscar como mejor actriz.

De detrás del decorado salieron George Clooney y Sharon Stone y tras dar entrada al video de presentación de las nominadas, George, tan guapo y sonriente como siempre, abrió el sobre, sonrió y se lo pasó a Sharon que dijo:

—And thewinner is... Santana Lopez.

Al escuchar aquello, la locura reinó en casa de Brittnay. Todos saltaban, aplaudían y reían como cuando Argentina ganó el mundial de futbol, mientras Brittany esposada en la butaca ni les veía. Solo podía mirar la pantalla de televisión, donde el realizador del programa se centró en la emocionada y llorosa ganadora abrazada a su primo Kurt. Sin poder demostrar su orgullo, Brittany la vio saludar hecha un manojo de nervios a todos los que estaban sentados a su lado. Entre ellos reconoció a su padre, el gran Robert Hodgson. Ella le dio un rápido beso en la mejilla y este sonrió. Un minuto después, la flamante ganadora del Oscar a la mejor actriz, con su impresionante vestido de plumas negro subió al escenario en busca de su premio.

—¡Callados! que va a hablar el gorrioncillo.

—Sube el volumen —pidió Manuel y arrancando de un tirón la cinta de la boca de su hijo le dijo—: Brittany tradúcenos todo lo que diga.

Durante unos segundos, Santana habló en inglés y Brittany hipnotizada comenzó a traducir. Entre lágrimas y risas Santana dio las gracias al director de la película por darle le oportunidad de interpretar aquel papel, a sus compañeros, a todo el equipo y a su padre. Las cámaras de televisión enfocaron Robert Hodgson quien asintió y sonrió tras su fría estampa. Las cámaras volvieron a enfocar a la emocionada ganadora y esta, buscando la que tenia encendido el piloto rojo, la miro y, en perfecto español, dijo sin importarle las personas que estaban a su alrededor:

—Este premio también se lo quiero dedicar a una maravillosa familia que conocí en un encantador pueblecito de Argentina, llamado Lujan...

—Gracias a todos ustedes por ser como son y haberme demostrado el cariño que me tienen. Quiero que sepan que los voy a querer hoy, mañana y siempre a todos —recalcó aquella última palabra con los ojos llorosos mientras la gente aplaudía—. Soy actriz. Me enorgullezco de ser actriz. Me gusta interpretar distintos papeles para hacer llorar, reír, emocionar, en definitiva, hacer soñar. Y aunque suene a utopía lo que voy a decir, me gustaría que alguna vez mi vida tuviera un final de película y ser yo la que soñara. —El público aplaudió y ella mirando a cámara añadió—: Aunque si les soy sincera una vez soñé. Conocí a una mujer especial, maravillosa e inolvidable que con sus miradas y su cariño consiguió que lo irreal se volviera real y que lo impensable, durante un corto espacio de tiempo fuera perfecto, maravilloso y posible. Gracias a ella, atesoro en mi corazón bonitos recuerdos que nunca, nunca olvidaré.


Dichas esas palabras, la actriz, tremendamente emocionada dejó de mirar a la cámara, sonrió a todos los presentes del teatro Kodak y desapareció tras el decorado en medio de una clamorosa ovación.

En ese momento, todos, incluida la propia Jenny, miraron con detenimiento a Brittany que continuaba con la mirada fija en el televisor, alucinada y pasmada. Lo que aquella mujer acababa de hacer era la mayor muestra publica de amor que había visto nunca y la protagonista ¡era ella!

Vaya... pensó aturdida.

—Brittanita hermosa reacciona —gritó el abuelo Goyo—. Que el gorrioncillo te quiere. O como dicen en su tierra teaisloviu.

—Ay Dios... que momentazo —suspiró Menchu todavía sorprendida.

—... momentazo pero de los que se recordaran toda la vida —asintió Eva boquiabierta, consciente de que la prensa estaría a las puertas de la casa de su hermana en pocas horas.

—En vivo y en directo ha declaro su amor hacia ti ¡qué bonito! Y qué románticooooooo —añadió Irene.

Emocionada por lo que acababan de presenciar Lizzie miró a su hermana y dijo.

—Brittany, ella te quiere por quien eres. El resto no le importa. Solo le importas tú. ¿No te das cuenta?

Sam abrazándose a su mujer Mercedes le miró amoroso.

—Ay churri ¿tú me quieres tanto?

—Más... tesoro. Yo te quiero más —respondió encantada.

Lucas, que estaba tan sorprendido como el resto, al escuchar los comentarios romanticones de las féminas las miró y dijo:

—Mira que les gustan estas cosas románticas a las mujeres.

—Ni que lo digas —asintió Damián divertido observando la cara de tontorrona de Eva.

La cabeza de Brittany no paraba de dar vueltas mientras intentaba centrarse en lo ocurrido. Santana, su Santana, le acababa de hacer una declaración de amor en toda regla sin importarle absolutamente nada. Solo ella.

—Esta muchacha nunca dejará de sorprenderme —rio Manuel emocionado por lo que aquella jovencita había hecho ante medio mundo y en especial, al ver a su hija tan bloqueada.

—Mierda... ¡pero que suerte tiene esta mujer fea! —se burlo Lucas— . Si no hubiera sido por ti, estoy casi seguro que ella hubiera hecho eso por mi.

—Mariliendre no alucines, que tú no eres ella -—se quejo Mercedes.

—¡Sueltenme! —consiguió decir Brittany.

—Ok —asintió Eva— Pero antes de que empieces déjame decirte que lo único que queríamos era que vieras lo que has visto porque tenías que verlo. Ayer cuando hablé con Kurt me dijo que...

—Sueltenme ya —repitió lentamente.

—Oye Britt—dijo Irene al ver el gesto de su hermana—. Haz el favor de comportarte y no empezar a guantazos con ninguno de los presentes o te juro...

—¡Sueltenme de una puta vez! —insistió.

Al escuchar aquel tono de voz, Manuel retiró a sus hijas hacia atrás, se encaró a ella y dijo:

—Ahora mismo Britt, pero tranquilita eh...

—Papá estoy muy tranquilita — asintió esta.

Lucas, Damián y Mercedes se agruparon dispuestos a defenderse de su ataque. Su mirada lo decía todo. Aquella mirada oscura delataba enfado y brutalidad. Entonces Mercedes le tiró a Manuel la llave con la que abrir las esposas, y este procedió. Dos segundos después, ya liberada, Brittany se levantó, anduvo hacia sus compañeros y dijo con voz áspera:

—Esta la van a pagar a los tres.

—¡Qué emoción! —se burlo Mercedes.

—Uisss ¡qué nervios! —murmuró Damián.

—Acojonado estoy –se burlo Lucas ganándose una seria mirada por parte de todas las mujeres.

—¿Pero están estúpidos o qué? -vociferó aquella al escucharles.

—Ay Brittanita no te pongas así, hermosa —murmuró el abuelo Goyo.

—Brittany... Britt... —dijo Lizzie interponiéndose entre aquellos titanes y su hermana—, no te enfades con ellos porque fuimos nosotras quienes les obligamos a que te tomaran por la fuerza y te esposaran a la butaca.

Al escucharla, la miró y apartándola hacia un lado, se acercó intimidatoriamente a Mercedes, que no se movió ni un ápice, y a un palmo de su cara murmuro:

— Churri, vete comprando el vestido porque la vas a necesitar.

Mercedes, al ver sonreír a su amiga, le abrazó. Por fin había quitado el freno de mano. Todos a su alrededor más relajados comenzaron a reír y Brittany con las pulsaciones a mil, miró a su hermana Eva y dijo:

—Necesito dos cosas, urgentemente.

—A sus órdenes. Usted dirá poligirl— se burlo está cuadrándose delante de ella.

—La primera: búscame en tu maravilloso portátil nuevo, un billete de avión para Los Angeles.

Todos aplaudieron.

—¿Y la segunda? —preguntó Eva emocionada.

—Que me des el teléfono móvil de Kurt. Tengo que hablar con él —y mirándoles a todos sentenció—: Me voy a por Santana para traerla a su casa.

—¡Bravo por mi nieta! —gritó el abuelo Goyo encantado.

—Así se habla cielo —aplaudió Manuel mientras todos alborozados sonreían. Brittany, por primera vez en varios meses, volvía a sentir que le latía el corazón de emoción.

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Dios....! Ya quiero ver los siguiente capitulos =)! Todo bonito!!!

estuvo genial,...
pobre britt con todo lo que le hicieron pero valió la pena que la esposen y la amordacen jajajajaj
a ver que va a hacer britt cuando llegue a los ángeles,...

Siiiiiii
ya iba siendo hora de dejar de llorar y pasar a la accion. Espero con muchas ansias el proximo capitulo

que emocion, al fin, britt va por su santana, lo dicho uno de los mejores fic que he tenido el gusto de leer!

Hay dios por fin britt entro en razon y mi san abrio su coraazon!!!! Dios nu quiero que se termine el fic jaja lo amo, pero si quiero saaber que pasa jajaja besotess!!

HOLAAAAA MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS   
SIIII YA SE TERMINA LA HISTORIA     ESPERO VOLVER PRONTO CON OTRA HISTORIA   
LOS CHICOS LE DIERON SU MERECIDO A BRITT Y POR FIN COMPRENDIO QUE SAN AUN LA AMABA QUE MANERA DE DECLARAR SU AMOR :3 FUE LO MAS TIERNO!
AHORA BRITT VA A BUSCARLA MENOS MAL, XQ YO SI ERA MERCEDES Y BRITT NO DECIA ESO, LE DABA UNO AHI MISMO PARA QUE ENTRE EN RAZON, PERO NO HIZO FALTA SANTANA LO HIZO TODO :'D
HOY CAPITULO DOBLE ESPERO LES GUSTE!
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!!!
<3    
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¿ Y A Ti Que Te Importa?











Capitulo  58: Brittany llego a LA







A las nueve y media de la noche del veintiocho de febrero, Brittany aterrizó en el aeropuerto internacional de Los Angeles, más conocido como LAX. Una vez recogió su pequeña maleta, usó sus contactos como policía y logró salir por un lateral del aeropuerto para esquivar a la posible prensa. Su hermana ya le había avisado que a las puertas de su casa ya había más de una docena reporteros y en aquel aeropuerto también era muy posible que hubiera prensa. Cansado pero feliz, llamó a Kurt para indicarle dónde podía recogerle. Cuando este por fin llegó, gritó al verle:

—Por el amor de Diossss la poligirl de mis sueños ya está aquí.

Emocionados, se fundieron en un candoroso abrazo:

—Te he echado de menos Kurt.

—¿Qué me estás contando divine mía?

—Lo que oyes -—sonrió Brittany.

Encantado por aquel comentario, el joven se acercó a ella y le guiñó un ojo, arrancándole una carcajada.

—A mi no me digas eso que rápidamente me emociono my love. Y mi crazy cabecita comienza a pensar en que viniste por mí y no por ella. —se burlo Kurt.

—Siento decepcionarte pero...

—Lo sé... lo sé... era broma te quiero, pero ya sabes me van los xmens —río aquel.

Entre bromas se encaminaron hacia el coche con el que Kurt había venido a recogerle.

—Menos mal que has venido para solucionar esto de una vez por todas. Si llegas a tardar más creo que hubiera salido en el New York Times por asesinato —le dijo Kurt tomandola de su brazo.

—¿Por qué?

—Santana se ha vuelto loca.

—¡¿Loca?! —preguntó preocupada.

—No para de comer galletas Oreo, escuchar la horrorosa música que a ti te gusta y encima ha engordado dos kilos. ¡Dos!

—¿Y eso es malo? —rio Brittany divertida al imaginarla escuchando a AC/DC.

—¡Es terrible! Mi queen no debe continuar comiendo así. Y tras ganar ayer el Oscar ¡ya ni te cuento cómo llora!

—No te preocupes, yo haré que deje de llorar.

—¡¿Cómo no me voy a preocupar?!... ella es mi vida,

—Y la mía Kurt... y la mía —asintió Britt emocionándole.

Sin tiempo que perder, llegaron hasta un reluciente Porsche rojo y tras meter su pequeña maleta en el pequeño maletero Brittany murmuró:

—Dios… ¿este pedazo de auto es tuyo?

—El coche es de la queen y toma, conduce tú.

—Sin problema —asintió encantada y tras montarse murmuró—. Bueno, indícame donde está y vayamos a verla.

Kurt, con cara de circunstancias, la miró, se toco el pelo, después se alisó el pantalón blanco y tras quitarle una pelusilla a Brittany de la camisa oscura dijo:

—A ver my love, como te explico yo esto sin que parezca terrible. —Brittany frunció el ceño y este prosiguió—. Ella ha estado muy triste desde que regresamos primero de Argentina y luego de Tokio y ¡oh my God! solo comía galletas Oreo...

—¿Dónde está? —exigió Britt al notar como aquel daba rodeos.

—A estas horas, y como anoche ganó el Oscar, debe estar en una fiesta en casa del guapísimo Anthony Wellinford y...

—¡¿Y?!

—Pues que el bellezón de Anthony bebe los vientos por ella y al aceptar mi queen su invitación, estoy seguro de que intentará algo más que una copa y... —al ver que Brittany daba un golpe al volante Kurt gritó— . A ver poligirl ¿qué esperabas? que guardara luto por ti toda su life. Además, tú no querías que yo le dijera que venias.

Arrancando el coche, Brittany lo miró y dijo en tono tenso:

—Guíame hasta la casa de ese Anthony.

En su alocada carrera por llegar a aquel lugar Kurt no paró de parlotear, pero a excepción de las indicaciones que aquel le daba, Brittany no escuchaba más. Solo quería llegar hasta ella, mirarla y saber que todo se podría solucionar. Cuando aparcaron, el coche frente a una preciosa casa en Beverly Hills Brittany se bajó y siguió a Kurt hasta la entrada con determinación.

En el interior de aquel lujoso hogar, cientos de personas reían y bailaban al son de la música. Avanzó entre la multitud en busca de ella, pero no la vio. Se cruzó con varias parejas que, sin ningún tipo de pudor, se besaban desaforadamente sobre unos sillones de cuero blanco, eso le preocupó. Imaginarse a Santana en aquella situación con el tal Anthony hizo que su mandíbula se tensara y maldijera.

Al llegar a un lateral del salón barrió con la mirada la estancia y, cuando la localizó, se le cortó la respiración. Allí estaba ella. Vestida con un sensual vestido corto en varios tonos, que le llegaba hasta su torneado muslo por donde se podía admirar su estilizada y larga pierna. Sin ser consciente de que era observada, Santana sonrió a un joven moreno y le invitó a bailar. Segundos después, ella movía sus caderas al ritmo de la música.
Kurt, al ver como Brittany maldecía y tensaba la mandíbula le agarró del brazo.

—A ver poligirl. Ella cree que tú no quieres saber nada de ella. ¿Qué esperabas?

Sin quitarle la vista de encima, Brittany suspiró. Kurt tenía razón. Ella había sido cruel con Santana y era normal que intentara rehacer su vida. Pero una cosa era que lo intentara y otra que ella fuera testigo de cómo aquel imbécil con cara niño le besaba el cuello allí mismo sin que hiciera nada por evitarlo.

Deseó ir hasta ella. Llevársela con premura a algún sitio donde pudieran estar a solas, arrancarle aquel vestido y hacerle con verdadera pasión el amor. Así estuvo cinco minutos hasta que ya no pudo mas y se abrió camino hasta ella, que al verle aparecer se quedó paralizada y blanca como la cera. ¿Qué hacía Brittany allí?

Sin dejarla decir nada, y a sabiendas de que no debía hacerlo, Brittany la atrajo hacia si y la besó reclamando su boca con urgencia y pasión. Aquel beso y su vehemencia dejaron a Santana sin fuerzas y cuando sintió que ella se separaba unos milímetros aprovechó para empujarle y gritar.

—¿Qué estás haciendo? —al ver que la rubia no respondía se puso las manos en las caderas y al ver a su primo gritó—: ¿Por qué la has traído aquí?

—Aisss queen no te enfades.Ella  me pidió verte y yo no pude decir que noooo.

Bloqueada todavía por lo que había sentido al devorarle la boca, Brittany la tomo del brazo y, dando un tirón de ella, dijo:

—Vámonos. Tengo que hablar contigo.

Incrédula, se soltó de su mano y vociferó al sentir que Anthony se acercaba a ella por detrás:

—No... yo no tengo nada que hablar contigo.

Ver como aquel tipo con cara de niño posaba sus manos sobre la cintura de Santana hizo que a Brittany le subiera la rabia hasta el pecho.

—Tú y yo tenemos que hablar. Ven conmigo.

Anthony, al escuchar aquello, se interpuso entre las dos dejando a Santana a su espalda y encarándose a Brittany.

—Esta es mi casa y yo no te he invitado. Por lo tanto, o sales tú solo o haré que te echen.

—Santana ven conmigo —exigió aquella.

—Ella no va a ir a ningún sitio. Está conmigo y no va a moverse de aquí ¿entendido? —siseó el guaperas acercándose a aquella más de lo normal.

Brittany no le escuchó. Intentaba contactar con los ojos de Santana, algo que ella no le permitía y al sentir sobre su hombro la mano de aquel guaperas, le dio rienda suelta a su furia.

Le lanzó un derechazo y milésimas de segundo después aquel estaba en el suelo para sorpresa de todos. Santana se agacho a ayudar a Anthony y tras comprobar que estaba bien le dio un empujón a  Brittany y gritó:

—Fuera de aquí. Fuera de mi vida. No quiero saber nada de ti. No me interesan las personas como tú ¿pero tú que te has creído? ¿Que eres indispensable en mi vida? ¿Acaso crees que puedes entrar y salir a tu antojo? —Sentir su oscura mirada se le resecó la boca y finalmente murmuró—: Tú y yo ya no tenemos nada que ver. Todo quedó claro en tu último mensaje. ¡Vete!

Sabía que se merecía aquel golpe bajo pero incapaz de dar su brazo a torcer insistió:

—Tengo que hablar contigo cielo. Dame un segundo, solo un...

—No. No voy a darte ni un segundo más de mi tiempo porque no te lo mereces. —Y, mirando a su aturdido primo, gritó—: Kurt, sácala de aquí si no quieres que llame a seguridad y se meta en un buen lío.

Brittany intentó zafarse de la mano de Kurt, pero al ver que ella se daba la vuelta y comenzaba a atender al joven al que ella había golpeado se sintió mal. No solo por lo que había hecho, si no por cómo Santana le había hablado. Finalmente, al ver como todo el mundo en la fiesta la miraba, decidió desaparecer de allí sin mirar atrás. Lo que no pudo ver fueron los ojos de Santana plagados de lágrimas.

A día siguiente, tras pasar la noche en la bonita casa de Beverly Hiils de Kurt, Brittany comía algo mientras miraba por la ventana. Eran las cuatro de la tarde, no había pegado ojo y estaba cansada, pero su cabeza no le dejaba descansar. Pensó en tomar el primer avión de regreso a Argentina, pero algo en ella no le permitía rendirse. Tenía que volver a intentarlo y cuando Kurt entró por la puerta de la calle la miró y preguntó:

—¿La has visto?

El joven se sirvió un café, se sentó frente a ella y resopló.

—Sí... y le he prometido que te metería en el primer avión con destino a Argentina.

—Sabes que eso no va a ser posible ¿verdad?

Tras dar un sorbo a su café y poner los ojos en blanco Kurt con un gracioso gesto murmuró:

—No esperaba menos de ti divine.

Por primera vez desde la noche anterior Brittany sonrió.

—Ella está en su house viendo por vigésima vez West Side Story.

—¿Viendo qué? -preguntó sorprendido Britt.

—West Side Story —y al ver su cara aclaró—: Conoces esa película ¿verdad?

Brittany suspiró y negó con la cabeza. No la conocía pero sí recordaba haber oído a Santana hablar sobre aquella película.

—Oh my God. Esto sí que es terrible, mira que no conocer una de las maravillas del cine americano. Imperdonable.

—Lo siento, pero el cine no es lo mío —se disculpó Britt—. ¿Que tiene de especial esa película para que ella la vea tantas voces?

—Es la película que se pone siempre que está triste o deprimida, es la historia de Romeo y Julieta pero entre estadounidenses de origen irlandés e inmigrantes puertorriqueños. Los Sharks contra los jets. Un amor imposible que termina en tragedia como en el argumento de Willian Skakespeare. ¿De verdad que no sabes de qué hablo?

—Pues no —insistió Britt.

Kurt incapaz de creer que no supiera sobre lo que hablaba comenzó a cantar:

I like to bein A ME RI CA!
Okay by me in A ME RI CA!
Everything free in A ME RI CA!
For a smallfee in AMERICAAAAAA

—¿En serio que nunca has oído this canción?

Brittany asintió. Si que había oído esa canción. Ya sabía a que película se refería y mirándole preguntó conteniendo el aliento.

—¿Regresó sola a casa anoche?

—Sí my love—Brittany respiró--. Según me ha contado mi amigo Lionel que estaba en la fiesta, cuando nos fuimos nosotros ella se también se marchó... sola y very... very enfadada. Y yo que vengo de su casa he comprobado que ha dado unos días libres al servicio para poder estar tranquila y llorar por las esquinas sin que nadie la vea. Oh my God cuanto sufre mi queen.

Aquella información hizo que Brittany suspirara aliviada. El saber que había regresado a casa sola, sin aquel guaperas le reconfortó, pero sabedor de que ella no se lo pondría fácil miró al Kurt y añadió:

—Solo dime una cosa más.

—¿Que?

—Lo que dijo el otro día en los Oscar ¿es verdad?

Emocionado por recordar aquel momento, Kurt gimió y tras retener el temblor de su barbilla respondió.

—Te quiere más que a su life...

Segundos después y guiado por Kurt, una desafiante Brittany fue en busca de su vida. De Santana.










Capitulo 59: la tercera es la vencida











En el interior de la preciosa casa de la actriz Santana Lopez, el silencio reinaba y solo era roto por la banda sonora de la película West SideStory.

Tumbada en su enorme sofá del salón y vestida con un pijama blanco Santana, a oscuras, veía aquella maravillosa película mientras comía galletas Oreo y lloraba a moco tendido. Tanto la el tema que Leonard Bernstein creó para esa película como la historia de la misma siempre la habían cautivado.

Sobre la mesita de centro que tenía enfrente había cinco cosas: una caja de Kleenex, su Oscar, una bolsa enorme de galletas Oreo casi vacía, una botella de agua y un vaso. Alargando la mano cogió un Kleenex y se sonó la nariz. Después dio un trago de agua y, finalmente, y ante nuevos sollozos provocados al ver a María, la prota de la película, sufrir, tomo una galleta Oreo la mordisqueó y gimoteó:

—Ay Dios... que ya vas a morir... que vas a morirrrrrrrrrrr.

Kurt y Brittany que habían entrado sin hacer mido por la puerta de la cocina, llegaron hasta el salón sin que ella notase su presencia.

—Por el amor de mi life. La está viendo otra vez—murmuró Kurt.

Brittany apenas miraba la pantalla. Solo quería ver a Santana, ya que en ese momento solo podía escuchar su voz.

—Yo me voy. Las dejo solas —cuchicheó Kurt y tendiéndole algo dijo—: Toma lo que me pediste y ahora como diría el abuelo Goyo ¡Suerte y al toro!

Tras enseñarle los pulgares de ambas manos en señal de buena suerte, el joven se marchó por donde había llegado. Durante más de diez minutos Brittany estuvo escondida entre las sombras sin saber qué decir, ni qué hacer. Había pensado tantas cosas durante aquellas ultimas horas, que cuando llegó el momento de expresarlas apenas si podía reaccionar. De pronto la observó levantarse y dirigirse hacia una mesa grande de donde tomo un nuevo paquete de galletas. El corazón le comenzó a palpitar con fuerza. Escondida en la oscuridad la vio moverse por el salón a oscuras hasta que se sentó despreocupadamente sobre el respaldo del sillón.

—Oh Dios... no quiero verlo... no quiero verlooooooooo.

Confundida por lo que ella decía y por la intensidad de la música, la vio escurrirse por el respaldo del sillón y en el momento álgido de la película gritar entre sollozos:

—¿Por qué te tienes que morirrrrrrrr? ¿Por quéeeeeeeee?

Asustada por sus sollozos, Brittany salió de las sombras dispuesto a consolarla. Ella al sentir una presencia se asustó, se levantó a oscuras, tomo la botella de cristal y la lanzó contra su oponente. Se escuchó un golpe, un insulto y el cristal caer al suelo y hacerse añicos. Sin perder un segundo, la joven lanzó también el vaso y cuando iba a tirar el Oscar escuchó:

—¡morenita.. para que soy yo!

Esa palabra. Esa voz, le hicieron parar de golpe. Se agachó y tomo el control. Presionó un botón y se quedó sin palabras al encenderse la luz y descubrir que quien estaba ante ella empapada de agua era Britt, tan impresionantemente atractiva como siempre.

Deseo correr hacia ella y abrazarle, pero sus pies parecían clavados al suelo. Todavía recordaba lo que había sucedido la noche anterior en casa de Anthony, y las terribles cosas que ella le dejó en el contestador de su móvil y eso no pensaba perdonárselo. Sin dejar de mirarle, agarró el Oscar con seguridad entre sus manos y se puso tras el sillón para mantener las distancias con ella.

—¿Cómo has entrado?

—Cielo... escúchame.

—¿Qué haces aquí? Le dije a Kurt que no quería verle ¡Fuera de mi casa! —gritó.

Brittany, que gracias a la luz por fin podía ver el rostro de Santana, sintió deseos de abrazarla, estaba preciosa con aquel pijama, el pelo desgreñado y la boca sucia de migas de las galletas Oreo. Pero su actitud combativa y la tensión que reflejaban sus movimientos le indicaron cautela.

—Lo primero de todo cielo, baja el Oscar y...

—¡No me llames cielo! Ni morenita... ni nada —dijo muy enfadada.

—Ok... de acuerdo —asintió acercándose a ella despacio.

—No quiero que estés aquí. No quiero verte. No quiero necesitarte. No quiero quererte. Solo quiero que te vayas y desaparezcas por dónde has venido o te juro que lo vas a lamentar.

—Lo siento, pero no puedo hacer nada de eso, porque he venido a por ti.

—¿A por mi? ¿Te has vuelto loca?

Brittany sonrió y al ver como ella resoplaba asintió y dijo:

—Sí... estoy completamente loca por ti.

Con el corazón latiéndole con fuerza, Santana intentó centrarse. Ante ella estaba la mujer a la que amaba, pero que también le había partido el corazón con sus palabras, y cambiando el peso de un pie al otro gritó:

—¡Me dejaste muy claro lo que sentías hacía mi! En tu mensaje me dijiste que me odiabas. Que yo era la peor persona del mundo. Me dijiste que...

—Siento todo lo que dije. Me arrepiento de haberte enviado ese maldito mensaje cuando lo que realmente tenía que haber dicho era que te quería. Que volvieras conmigo. Que no podía vivir sin ti, que el único problema en nuestra relación era yo con mis continuos miedos hacia ti y tu profesión, —al ver que ella bajaba el Oscar continuó—: Esperé tu llamada. Tu respuesta. Tu enfado. Tú siempre dices la última palabra ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no me insultaste? ¿Por qué?

—Porque no quería hacerte más daño del que ya te había hecho Brittany —gimió tomando un kleenex de la mesa— ...por eso no te llamé.

—Sé que las cosas que me dijiste aquel día no las sentías. Lo hiciste para que yo te odiara y me alejara de ti ¿verdad?

Ella no respondió y la rubia insistió:

—La mujer que yo conocí, nunca me hubiera dicho que yo no podría seguir su ritmo de vida porque nunca ha sido una clasista. La mujer que yo conocí no tenía enamoramientos caprichosos porque ama de verdad y selecciona muy bien a quien querer. Pero tú, como buena actriz, dentro de mi furia aquel día conseguiste engañarme. La mujer que habló y dijo cosas terribles fue Santana Lopez la actriz. Escondiste a la verdadera Santana o Noelia y su sensibilidad y me diste lo que yo, en cierto modo, me merecía escuchar ¿verdad morenita? Y por favor, no me mientas.

Boquiabierta por escuchar aquello murmuró:

—Yo... yo te quería, te adoraba por ser como eras, por mirarme como me mirabas, por reírte conmigo por lo mal que cocino, pero...

—Morenita ven...

—No.

—Ven cielo...

—No —gruñó ella—. Hemos tenido dos oportunidades para darnos cuenta que lo nuestro no puede funcionar. Somos demasiado diferentes. Nuestros mundos son demasiado dispares y... y... a mi me gusta ser actriz, ¡quiero ser actriz! Tanto como a ti te gusta ser un geo argentino. Tú no soportas que yo bese a otros por exigencias del guión, y yo no soporto que te juegues la vida cada vez que sales de casa y te diriges a alguno de esos peligrosos operativos. Además, está la prensa y sus continuas preguntas y...

—¿Y?

Sorprendida por aquella pregunta y cada vez más aturdida por cómo la miraba, se retiró su pelo de la cara y aclaró:

—Pues que yo no puedo ofrecerte lo que tú necesitas por que mi mundo está plagado de cámaras, fotos, indiscreción, preguntas y...

—Ven cielo...

—No... escúchame —exigió ella—. Tú adoras tu anonimato, tu tranquilidad y yo no puedo darte eso. La prensa, ellos...

—Les miraremos y les diremos eso de: ¿Y a ti que te importa?

Santana sonrió, pero segundos después cambio su gesto.

—Por favor vete. No lo hagas más difícil.

Pero Brittany no se movió y clavando su clara mirada en ella dijo

—Vi la entrega de los Oscar y creí entender que sentías algo por mí.

Asombrada porque ella hubiera escuchado su breve discurso, tragó el nudo de emociones que tenía atascado en la garganta y tomando otro nuevo kleenex se sonó la nariz.

—¿Vista la entrega de premios? —Britt asintió y ella bajando sus defensas cerró los ojos y dijo—: Oh Dios... soy patética ¡patética!

—Mi sueño eres tú —insistió acercándose a ella—, Y voy a luchar por ti, quieras o no. Y si hoy no me crees, mañana te buscaré y volveré a decirte que te quiero para que te des cuenta que soy real y que quiero hacer todos tus sueños realidad. Y si mañana sigues sin creerme, te seguiré como tú hiciste conmigo en Lujan hasta que conseguiste que no pudiera vivir sin ti.

—No sé por qué dije aquello...—murmuró confundida por las cosas tan bonitas que Brittany le decía—. Estaba tan feliz por haber ganado el Oscar que... que se me fue la lengua como a Kurty ¡oh Diosss!

Aquel descuido fue el que Brittany aprovechó para acercarse a ella, quitarle el Oscar de las manos y abrazarla. Sin tacones aún era más pequeña de lo que recordaba y al aspirar el perfume de su pelo y su piel sonrió. Por primera vez en aquellos duros meses, su cuerpo sintió que estaba donde tenía que estar. Con ella. Durante unos segundos permanecieron calladas y abrazadas.

—Escúchame, cielo —ella le miró—. En Argentina se dice que a la tercera va la vencida y esta vez le prometo que nada nos va a separar. Te quiero, me quieres y juntas vamos a encontrar la mejor opción para que podamos vivir y ser felices desempeñando nuestros trabajos.

—Vaya...

—Si. Vaya. —sonrió mirándola.

Tras darle un rápido beso, se arrodilló ante ella y con un gesto que a la joven no se le olvidaría en su vida, murmuró mientras le ataba en la muñeca una nueva cinta de cuero de todo incluido:

—Sé que he sido una idiota por no darme cuenta que tú siempre has sido Noelia conmigo y con los míos —prosiguió la rubia con seguridad—. Sé que la vida no es de color de rosa como tú en ocasiones te empeñas en pintarla —ella sonrió—. Pero me he dado cuenta que tampoco es de color gris como yo muchas veces me empeño en verla. Nunca he creído en el romanticismo, ni en el amor, ni en los finales felices hasta que te conocí a ti, y tú, morenita, desbarataste mi vida y yo me he enamorado de ti como una loca.

—Ay Dios... —murmuró emocionada.

—Si me das la oportunidad de poder mostrarte cuánto te quiero y enmendar todos mis errores, prometo que te voy a cuidar, te voy a mimar, voy a enfadarme contigo cuando dejes a Jenny subir en la cama, voy a besarte cada mañana y cada noche cuando regrese de trabajar, te voy a apoyar en tu carrera como actriz y, sobre todo y ante todo, prometo hacerte tan feliz que nunca querrás separarte de mi.

Boquiabierta por aquella preciosa declaración de amor, sintió que Britt le ponía un anillo en un dedo. Al ver de qué se trataba ella sonrió. Brittany le había puesto el horroroso anillo de dados que diez años atrás se pusieron ante un juez vestido de Elvis Presley en Las Vegas.

—¿De dónde los has sacado? —al ver que ella sonreía, Santana murmuró—...Kurt.

—Sí... gracias a él, he podido llegar a ti —y mirándola con auténtica adoración susurró—: Recordé que me dijiste que guardabas estos anillos en un joyero de tu habitación como tu seguro de vida —ella sonrió—, y perdóname, pero tu seguro lo estoy utilizando yo para conquistarte de nuevo.

Conmovida, emocionada y más feliz que en toda su vida Santana miró lo que ella le había puesto en la mano y susurro divertida:

—Es horrible. Mas feo no puede ser.

—Lo se preciosa, pero yo te compraré el que tú quieras.

—¡¿El que quiera?!

Al entender aquella burla, Brittany sonrió y dijo:

—Estrellita, empeñaré mi alma al diablo, si es necesario, para darle a la mujer que amo el anillo que se merece. —Y aún con la rodilla clavada al suelo preguntó con voz tierna y a la vez ronca por la emoción—. ¿Quieres casarte conmigo?

Con el corazón latiéndole a mil por hora y emocionada por aquel bonito final de película ella cerró los ojos y respondió:

—Si, poligirl.  Por supuesto que quiero casarme contigo.

Tras la respuesta de Santana, Brittany se levanto y la beso con pasión.

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Por fin
Se van a casar me encanto el detalle del anillo de dados
Hasta la siguiente actualizacion
Saludos

Al fin!!!
Fue un poco chocante, si que le ha costado a Santana aceptar a Brittany aun despues de los oscars. Pero lo inportante es que se casan <3<3

al fin se van a casar,....
me encanto todo lo que hizo y dijo britt para recuperar a san!!!!!
lastima que ya se termina,....   

podria un capitulo ser mas bello y romantico que este? gracias estuvo espectacular!

siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii por finnnn!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! me encantaron oh dios ya termina la hermosa historia!!! que lindooooooo los cap!! besotes!

Hola que tal me ha encantado tu historia la he leído en poquitos días por que no podia parar de leer.
Espero leerte pronto.
Saludos

Waaaa..que hermoso!!!!!
Me ha encantado el final.
me gustaría saber como lo harán para coordinar sus mundos.

HOLA HOLA, COMO ESTAN YO TRISTE PORQUE YA SE TERMINA ESTA HISTORIA   
PRONTO VOLVERE CON OTRA, ESTEN ATENTAS :D
MUCHISIMAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS A LO LARGO DEL FIC
ME AGRADO MUCHISIMO COMPARTIR ESTE (MI PRIMER) FANFIC CON UDS!
HA SIDO TODO UN PLACER LEERLAS DIA A DIA
ESPERO LES GUSTE EL FINAL!!! ES CORTO, LO SE!
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA PRONTO<3
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Capitulo 60: Meses después...









La vida, para la geo argentina y la actriz de Hollywood, nunca volvió a ser la que era. Cuando se confirmó su romance la prensa se volvió loca. Todos querían información. Pero fue Eva, la hermana de Brittany, quien animada por las protagonistas de la historia, les hizo una entrevista con fotos y firmó la exclusiva. Aquel magnífico reportaje, y ser la cuñada de una de las mujeres más queridas de Hollywood, reportaron a Eva un buen trabajo en una agencia de noticias y mucha credibilidad.

La boda se celebró en julio, en la catedral de Lujan, y esta vez la actriz sí que pudo reservar todo el parador.

Manuel, el abuelo Goyo, Kurt, las hermanas y los compañeros de Brittany estaban felices por el acontecimiento. Aquella era una verdadera boda por amor y eso era lo que importaba.

En el parador se alojaron los invitados. Actores y directores venidos de todo el mundo saludaban a las personas y a la prensa que copaba las calles a su paso. Solo faltaron Robert Hodgson y su mujer. Su padre, por una vez en su vida, no se comportó como un hipócrita y se negó a acudir a una boda que no aprobaba.

Aquella noticia sorprendió a todo el mundo excepto a la novia, quien encogiéndose de hombros, aceptó su negativa a acudir al evento. Así habían sido siempre las cosas con su avinagrado padre y así lo seguirían siendo.

Kurt actuó como padrino de boda y Rocío, la sobrina de Brittany, como madrina. Fue una boda maravillosa donde lodos fueron felices e incluso comieron perdices, las novias estaban guapísimas y Lujan, por unos días, se convirtió en la capital del mundo. El enlace entre la estrella de cine Santana Lopez y la policía argentina, fue la gran noticia del año y copó todos los noticieros.

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En septiembre, Santana tuvo que marcharse a Los Angeles. Tenia una película que rodar y el trato era que ambas continuarían con sus vidas y así lo hicieron. Pasó octubre, noviembre y con diciembre regresó Santana.

Brittany, nerviosa y deseosa por ver a su mujer, llegó al aeropuerto de Ezeiza acompañada por varios de sus amigos. En aquel tiempo había aprendido cómo funcionaba la prensa y sabía que aquella mañana, en el aeropuerto, necesitaría a sus colegas.

Durante la espera, rio con Lucas, Damián y Mercedes, y aunque parecía relajada, por dentro estaba como un flan. La rubia autosuficiente y que siempre había controlado su vida, se deshacía al pensar en la joven que tenía que salir por aquella puerta de un momento a otro. La había añorado cada segundo del día y de la noche y aunque había hablado con ella todos los días por teléfono o enviado cientos de correos electrónicos, ella por fin iba a regresar a casa. Su casa.

Los periodistas, al ver a Brittany llegar a la terminal 4, le rodearon y comenzaron con sus incesantes y a veces impertinentes preguntas. Con paciencia, Lucas y los demás se los quitaron de encima al tiempo que aprovechaban para ligar con alguna que otra reportera. Las preguntas seguían poniendo muy nervioso a Britt.

¿Cómo podían ser tan indiscretos? Pero con humor y paciencia aguantó estoicamente el momento. Por su mujer era capaz de soportar lo que fuera. Ella se lo merecía.

Emocionada por ver a su morenita, portaba en su mano un bonito ramo de flores multicolores mientras observaba con las pulsaciones a mil cómo la puerta de salida de pasajeros se abría y cerraba. Aquel encuentro era muy especial, y solo las dos sabían el porqué. Con curiosidad disfrutó y observó como la gente, al ver llegar a sus seres queridos, sonreía para luego abrazarse, algo que ella estaba deseando de hacer.

Diez minutos, después la puerta se abrió, y allí estaba ella.

Tan preciosa como siempre vestida con unos vaqueros, una remera blanca y su bonito pelo cayéndole sobre los hombros.

[SANTANA: http://celebmafia.com/wp-content/uploads/2013/11/naya-rivera-street-style-out-in-los-angeles_3.jpg ]

Sus miradas se encontraron y sin importarles los continuos flashes y los cientos de ojos que los observaban, corrieron a su encuentro para besarse. Por fin... Durante unos segundos se besaron sin hablarse, hasta que Brittany separándose unos milímetros de ella murmuró.

—Hola morenita. Te he echado mucho de menos.

—Hola cielo —sonrió ella feliz.

Sin separarse ni dejar de demostrar el amor que sentían a pesar de los cientos de flashes y de las miradas indiscretas de todo aquel que reconocía a la actriz Santana Lopez, Brittany preguntó entre susurros:

—¿Cómo está mi preciosa mujercita?

—Deseando verte —asintió encantada. Y, separándose de ella, preguntó dándose una vuelta para que la observara—: ¿Cómo me ves?

Recorriendo su cuerpo con verdadera pasión, Brittany suspiró.

—Maravillosa —y tras abrazarla para deleite de los fotógrafos le murmuró al oído—. ¿Te encuentras bien cariño?

Ella asintió. Hacía dos meses que sabía que estaba embarazada y nadie, a excepción de ella, conocía la noticia. Era su secreto y esperaban que así fuera durante algún tiempo más.

Luego de casarse he irse de luna de miel a Paris, Santana y Brittany decidieron que era el momento de ser madres a pesar del trabajo intenso de ambas. Como dijo el abuelo Goyo el arroz se le cocía, y no necesitaban esperar mas. Fue asi que decidieron iniciar un tratamiento ambas, para que alguna resultara embarazada.

El barullo que se organizó a su alrededor era tremendo. Fotógrafos, pasajeros y periodistas intentaban acercarse a ellos, a pesar de que Lucas, Damián y Mercedes se lo impedían. Las protegían.

Tras muchos empujones y cientos de preguntas sobre sus vidas, caminaron hacia el aparcamiento tomadas de la mano. El mundo no existía. Solo existían ellas dos y sus ganas de demostrarse su amor. Cuando llegaron al aparcamiento, era tal la nube de periodistas que les rodeaban, que Santana  y levantando la mano dijo mirando con una sonrisa a todos aquellos:

—De acuerdo... de acuerdo, contestaré a algunas preguntas. Pero recuerden, ni mi esposa, ni sus amigos responderán a nada de lo que se les pregunten por su trabajo ¿entendido?

—La artista es ella—añadió Lucas haciendo reír a todos.

Brittany, tras soltarla a regañadientes de la mano, metió las maletas en el coche y antes de que comenzaran a preguntar los periodistas, se acercó a ella y acercándose a su oído le preguntó.

—¿Estás segura cielo?

Ella asintió. Conocía cómo funcionaba aquello y lo mejor era responder a algunas preguntas y así todos quedarían contentos.

—Santana ¿cuánto tiempo tiene pensado quedarse de nuevo en Argentina?

—Varios meses. No sé si serán tres o siete... pero de momento voy a descansar. El rodaje de la película de aventuras que acabo de terminar me ha dejado agotada —respondió con una preciosa sonrisa que a Brittany le hinchó de orgullo.

—La promoción de la película que acaba de rodar ¿es cierto que comenzará en Argentina?

—Sí.

—¿Por qué? —insistió el reportero.

Encogiéndose de hombros sonrió y respondió:

—¿Y por qué no? Ahora vivo en Argentina ¿por qué no comenzarla en este precioso país?

Los periodistas sonrieron por la respuesta.

—Hemos sabido que usted ha exigido a su representarte hacer menos películas al año ¿es cierto?

—Sí —asintió sorprendiendo a Brittany—. Como máximo haré dos películas. El resto de mi tiempo se lo quiero dedicar a mi esposa y a su maravillosa familia, que ahora es también la mía.

Aquello dejó boquiabierta a la rubia. Cuando le había comunicado lo del embarazo ella no lo había exigido nada. Pero Santana, una vez mas, había vuelto a sorprenderla. Orgullosa y feliz por ver como aquella pequeña manejaba las cámaras y sus respuestas sonrió y se apoyó en el coche.

—¿Es cierto que ha firmado con Miramax para hacer una película sobre la vida de la que fue primero actriz y luego princesa, Grace Kelly?

—Oh sí. El rodaje comenzará a finales del año que viene y estoy muy emocionada con ese proyecto.

Así estuvieron durante más de quince minutos. Los periodistas preguntaban y la actriz Santana Lopez escoltada por aquellos cuatro policias, a pesar del cansancio por el jet lag y el embarazo, respondía. Una vez se dio por terminada aquella improvisada rueda de prensa, los cuatro policias y la actriz se montaron en el coche de Mercedes mientras la prensa se alejaba.

—Hola, preciosa —saludó Lucas dándole un beso en la mejilla—. ¿Qué tal por esos mundos?

—Genial, pero ahora que estoy aquí con ustedes, mejor —sonrió saludando con cariño a aquellos hombres que tanto la cuidaban y en especial cuidaban a su mujer—. Por cierto Mercedes, espero que no te pongas nerviosa, pero a tu churri le traigo recuerdos de Vin Diesel. Dice que se divirtió muchísimo con el en la boda y que espera volver a verlo.

—Ese alucina. A ver si al final le voy a tener que sobar los pies —se quejo Mercedes divertida.

—Por cierto ¿dónde está nuestro Kurt? ¿No venía contigo?—preguntó Damián.

Santana soltando una risotada dijo:

—Lo siento chicos, pero está en Hawaii con su Peterman.

—Por el amor de Diossss—se guaseó Lucas—, ¿Nos ha cambiado por ese inglés escuchimizao?

—Les manda muchos recuerdos y me ha dicho literalmente que les diga que muere por sus Xmen preferidos pero que Peterman le hace vivir en las nubes y que mientras pueda no se quiere bajar.

Aquello provocó una risotada general. La amistad que Kurt había logrado con aquellos rudos hombres era magnifica, y se demostraba en el cariño y en el respeto que se tenían. Brittany, que hasta el momento había permanecido callada, descosa de tener toda la atención de su mujer, la agarró de la barbilla y susurró ante todos sin importarle.

—¿Te he dicho ya que estas preciosa y que te he echado mucho de menos cariño?

—Mierdaaaaaa qué melosaaaaaa—se burlo Lucas tapándose los ojos al escuchar aquello.

—Eso es amor Mariliendre —rio Mercedes, y mirando al rudo de Lucas, señaló—: El día que llegue la mujer que te descoloque la vida, ya verás, auguro que serás el más meloso de todos. Recuérdalo.

—Tú estas loca—se quejo aquel al escucharle.

Sin importarles las burlas, ni los comentarios de sus amigos, Brittany atrajo a su mujer y volvió a besarla con devoción. Llevaba meses deseando hacerlo y ahora que la tenía junto a ella no pensaba reprimirse. Damián que iba sentado en el asiento de atrás con ellos protestó divertido:

—Bueno, Brittany. Espera a llegar a tu casa para hacer eso. Que uno no es de piedra.

Una vez el coche se puso en marcha, entre risas y burradas, llegaron hasta el lugar donde Mercedes debía introducir el ticket para salir del parking. De nuevo los periodistas rodearon el coche.

—¿Pero qué les pasa otras vez a estos? —protestó Mercedes.

Sorprendida por aquella nueva nube de periodistas, la joven actriz suspiró y, tras pedirle a su esposa un segundo con la mirada, la besó y bajó la ventanilla. Dos segundos después, uno de los periodistas metió la alcachofa dentro del coche y preguntó:

—Nos acaba de decir un pasajero de su vuelo que la vio tomando hierro en las comidas ¿es posible que esté embarazada?

Brittany y Santana se miraron y sonrieron. Aquel era su mundo a partir de ahora, y tras entenderse con la mirada, ambas miraron al periodista y con una gran sonrisa respondieron justo en el momento en que la valla del parking se abría y Mercedes pisaba el acelerador:

¿Y a ti qué te importa?



FIN!

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Wow....!   Estuvo genial el fic, el final estuvo bueno sencillito pero nos dejaste con un buen sabor de boca   Gracias por consentirnos y darnos capitulos diarios y dobles...ojala pueda existir una segunda parte!!! Gracias de nuevo   Espero que regreses pronto!

wooowwwww,... estuvo genial,...
me encanto que ya estén juntas,...
lastima que ya se termino,... :/
simplemente te quedo genial la adaptación!!!

Que grosa historia me encanto!! te pasaste muy buena mis felicitaciones para vos!! espero verte pronto por aqui besos!

gracias, gracias y mil veces gracias, es lo unico que pdo decir, y hasta pronto!

hola no podia dejar de despedir este fic sin agradecerte por habernos regalado un fic brittana muy lindo....me gusto mucho el final y el A ti que te importa dicho por ambas....  
gracias por la adaptacion y por no haber dejado tirado el fic...
espero que pronto te tengamos de vuelta por aca con una nueva historia de nuestra pareja favorita
cuidate mucho....XOXO jejejeje    

saludos!!!!