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[Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
me encanta la complicidad de san y el abu goyo!!!!!
me encanta la actualización de moda a la hermana de britt jajajajaj
me encanta la actualización de moda a la hermana de britt jajajajaj
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
extensos los capitulos? jamas, que espectacular la familia de Britanny, pobre Santana se nota que a pesar de la fama y el dinero no es feliz!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Tatymm: "me encanto el cap!!!!ese abuelo es un pilluelo barbaro, aunque mataria sam por entrometido como siempre!!!!! pobre san casi te descubren!!! besos ya quiero que sea mañana para leer ootros cap! besos!"
-// El abuelo goyo es todo un personaje jajaja siempre tan loquito. Sam me dan ganas de matarlo, pero pobre mercedes jajaja y Santana no para de meter la pata cualquier dia la van a descubrir :/ Besos!
Jas2602: "que lindos capitulos....yo quiero que san se quede en buenos aires...y que no deje ir a la linda rubia...jjejeje"
-// me alegro que te gusten los capitulos...y si yo tmb quiero que san se quede con britt ;) ya veremos que pasa jajaja gracias por comentar :)
3:) : "me encanta la complicidad de san y el abu goyo!!!!!
me encanta la actualización de moda a la hermana de britt jajajajaj"
-// el abuelo encontro su complice jajaja son tal para cual y si Eva esta bastante actualizada ;)
Micky Morales: "extensos los capitulos? jamas, que espectacular la familia de Britanny, pobre Santana se nota que a pesar de la fama y el dinero no es feliz!"
-// Britt le dijo q era peculiar jajaja si, San con todo lo que tiene se siente sola y triste u.u
HOLAAAAA MUCHAS GRACIAS POR SU BUENA ONDA Y SUS COMENTARIOS :D<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 27: Estoy tocando a Santana Lopez
Brittany y Santana permanecieron en el patio de la casa durante un buen rato. Estaba fresco, pero ambas necesitaban estar solas sin que nadie los mirara continuamente.
—Tu abuelo es todo un personaje.
Britt sonrió y asintió.
—Sí. Reconozco que así es. Su fortaleza y la positividad con la que mira la vida es lo que más nos ayudó cuando murió mi madre. Si no hubiera sido por él...
—¿Te puedo preguntar de qué murió tu madre?
—Cáncer.
Sentir la tristeza de su respuesta, hizo que ella levantara su mano y la posara sobre la de Britt.
—Lo siento, Brittany.
Ella asintió y suspiró. La quietud del lugar y el sentirse solas hizo que ella acercara su boca a la de Santana para besarla. Durante unos instantes ambas disfrutaron de aquel acercamiento hasta que un golpe en la espalda de Britt las devolvió a la realidad.
— Tita, lo siento —se disculpó Javi al ver a quien había dado un pelotazo.
Convencida de que lo sentía por la mirada del pequeño, Brittany, sonrió y respondió con paciencia:
—Javi... Javi... ¿Cuántas veces te hemos dicho que no juegues con la pelota dentro de casa?
—Esto es el patio, no un sitio para besarse —se defendió el chico—. Aquí el yayo Manuel me deja jugar. ¿Te deja el yayo a ti besuquear a las chicas?
La puerta del patio volvió a abrirse y Mercedes apareció con una cerveza en la mano. Al ver como su amiga miraba a su sobrino le dijo al niño para relajar el ambiente:
—Monstruito, tu madre quiere que entres.
El niño vio una buena oportunidad para escapar. Sabía por la mirada de ‘su tita’ que lo que había dicho no estaba bien, pero ya no había marcha atrás, Una vez quedaron las tres solas en el patio, Mercedes dio un buen trago a su cerveza y acercándose a aquellas das susurró:
—A ver tortolitas ¿me puede alguno contar que está pasando?
Al ver que ninguna respondía, acercándose más a ellas murmuró mirando a la joven:
—Sé quién eres y...
—Y te vas a callar —sentenció Brittany.
—Pero, que ella es...
—Cierra el pico ya —cortó la rubia con determinación. Solo faltaba que alguno de los que estaban en el interior de la casa le escuchara.
Mercedes sonrió.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó preocupada.
Incapaz de continuar un segundo más callada, Santana se interpuso entre ellas.
—Ella no está haciendo nada, en todo caso soy yo. Le reconocí hace unos días en el hotel Ritz y solo vine para confirmar que era ella y...
—¿Le reconociste? —preguntó sorprendido Mercedes.
¿Cómo se podía reconocer a alguien vestido como iban en el operativo del hotel Ritz?
-Sí... intuí que era ella por algo que dijo. Y oye, ahora que te tengo más cerca, a ti también reconozco. Tú estuviste en Las Vegas ¿verdad? —Al ver que Mercedes dejaba de respirar ella sonrió y dijo—. Oh, sí... pero si tú te acost...
—No sigas por favor —cortó en esta ocasión Mercedes, quien tras comprobar que no había nadie más a su alrededor, susurró—. Mi churri no sabe nada de lo que pasó allí. Si se entera...
—¡Vaya! asintió Santana—. Todas tenemos secretos ¿verdad Mercedes?
Aquella asintió comprensiva.
—¿Que te parece si yo guardo tu secreto y tu el mio?.
Incrédula por aquel chantaje miró a su amiga y esta, en tono bajo, murmuró:
—Creo que es un buen trato. Eso sí... eliges tú.
Divertida, Mercedes dio un trago de su cerveza.
—Esta chica además de guapa ¡es lista!
—Gracias.
—Y una buena negociadora —sonrió Brittany.
Aprovechando el momento Mercedes se sentó junto a ellas y susurró emocionada:
—S.L.. ¡Aquí! —dijo mirándola alucinada— ¿Puedo tocarte para saber que eres real?
—Depende de lo que quieras tocar —se burlo ella, pero al ver cómo la miraba extendió su brazo y dijo— Toca... toca.
Sin perder un segundo Mercedes le tocó el brazo como el que toca una reliquia y mirándola susurró bajito para no ser escuchado:
—Estoy tocando a Santana Lopez.
—Y como verás soy de carne y hueso, igual que tú. Y por favor, llámame Noelia.
Brittany, cada vez más sorprendida por su naturalidad, estaba disfrutando de lo lindo con el interrogatorio de su amiga.
—¿Pero tú no tenias los ojos cafes y eras morena?
—Lentes y peluca —indicó Brittany divertida.
—Wow... si mi churri se entera que eres tú ¡le da algo! —gesticuló Mercedes—. Eres su actriz favorita. Le encantan todas tus películas.
—¿En serio? —sonrió ella.
—Te lo aseguro —continuo Brittany consciente de lo mucho que Sam siempre hablaba de Santana, para su pesar.
—Sam no se pierde ni una sola película tuya. Es más en cuanto la sacan en DVD se las compra y las colecciona. ¿Sabes cuál es su preferida?
—¿Cuál? —preguntó quitándose las gafas.
—Esa llamada El destino de un amor. La que hiciste con un tal Butlery...
—Oh, sí con Gery, es un cielo. Todas mis amigas se mueren por rodar con él es un encanto suspiro ella al recordarle.
Aquel suspiro no pasó desapercibido a Brittany pero no dijo nada.
—¿Me firmarás un autógrafo para Sam antes de irte?
—Los que tú quieras, Mercedes. Es más, ojalá algún día podamos salir a cenar todos juntos y disfrutemos de una larga charla. Me encantaría decirle a tu esposo quién soy, pero me temo que...
—Ni se te ocurra —le interrumpió—. Primero porque le daría un patatús y segundo porque sería imposible mantenerlo callado. No, Santana ¡que eres lo más para el!
Las tres se carcajearon, y cuando Brittany fue a decir algo, Lizzie abrió la puerta del patio increpándoles:
—Chicas, no es por nada pero ¿por qué no regresan al salón con todos?
No hizo falta decir más. Las tres entraron y durante horas rieron con los chistes que contaban una animada Eva y el abuelo Goyo.
Capitulo 28: una compañia inesperada
A las dos de la madrugada todos decidieron regresar a sus hogares. Tras despedirse entre guiños de Mercedes y dejar a Jenny, la perra, en casa de su padre, Brittany y Santana se montaron en el coche y ella se dirigió hacia su casa sin preguntar. Esa noche iba a terminar lo que había empezado el día anterior.
Cuando llegaron Brittany metió el coche en el garaje. Una vez apagó el contacto, miró a Santana y agarrándole con sus manos el rostro la atrajo hacia si y la besó. Durante toda la velada había deseado hacer aquello y ahora por fin podía hacerlo con tranquilidad. Tras varios besos cargados de erotismo, el teléfono móvil de Brittany comenzó a sonar, y ella al ver el nombre de «Irene», directamente lo apagó.
—¿No lo atiendes? —susurró Santana besándole el cuello—. Puede ser importante.
Ella sonrió, y sin bajarse del coche, se deshizo con premura de su chaqueta de cuero y, clavando sus ojos claros en ella, susurró mientras le ponía sus manos peligrosamente sobre las piernas:
—En este momento, morenita, no hay nada más importante que tú.
Ella sonrió y dejándose levantar, terminó sentada sobre las piernas de Britt. El aire impregnado de sensualidad iluminó el rostro de las dos. Brittany, excitada, devoró su boca. Lamió sus labios. Mordisqueó su barbilla. Ella se quitó su abrigo verde.
—Deberíamos entrar en la casa ¿no crees?
Desde su adolescencia no había vuelto a hacer aquello en un coche, pero ella respondió.
—Luego... —susurró bajándole lentamente la cremallera que el vestido tenía en la espalda.
El vestido cayó sobre su cintura, dejando a Santana solo con un sensual un sujetador rojo. Su perfume y la pasión que desprendía contribuyeron a que Brittany, excitada por el momento, deseara desnudarla allí. En su coche.
—Uf... Qué calor...
—Sí... mucho calor... —respondió pasando su lengua entre sus pechos, mientras con un dedo le acariciaba la espalda.
Excitada como en su vida, por su ronca voz y por cómo la tocaba, Santana echó el cuello hacía atrás, mientras disfrutaba de las caricias y los besos, primero en el cuello, después entre sus pechos y finalmente en ellos. El rasguño que le provoco Britt al sacarle un pecho de la fina tela del sujetador le hizo volver a la realidad y agarrándole del pelo, atrajo su mirada y susurró:
—Esto no es buena idea...
—Estás muy equivocada, es una excelente idea...—respondió mientras lamía con mimo su rosado pecho.
—Britt... me gustas y...
Apartándose de ellas unos centímetros la miró a los ojos y pregunto.
—¿Eres adulta para tomar tus propias decisiones o no?
—Sí.
—¿Entonces dónde está el problema?
—No losé...
—morenita, ¿no me dijiste que tú vives el momento?
—Sí —si algo había aprendido día a día era a disfrutar de la palabra «ahora».
—Pues vivámoslo —asintió ella—. Esto es lo mejor que te puedo proponer. Tú y yo estamos aquí, no hay compromiso alguno, nos deseamos y queremos sexo. ¿Cierto? —ella asintió—. No pienses en nada más. Solo en lo que deseas ahora. Mañana será otro día. Ahora estamos aquí tú y yo, eres preciosa y yo deseo besarte y...
—¿Tienes preservativos? — pregunto Santana.
—¿Preservativos? —pregunto Britt mirándola con asombro
—Hay que cuidarse no? — carcajeo Santana
—¡Por supuesto! —asintió ella buscando y sacando uno debajo del asiento del coche.
—¡Genial! Continuemos. —rio divertida la morena.
—¡Perfecto! No es momento de negociaciones.
Segundos después, y aún metidas en el coche Santana le quitó la remera y después le desabrochó el cinturón del pantalon.
Medio desnuda y aun sentada sobre las piernas de la rubia que la estaba volviendo loca, comprobó excitada donde en aquel momento a ella le latía el corazón. La acelerada respiración de ambas y los besos cargados de frenesí, solo se podía culminar con lo que ambos deseaban, cuando de pronto se escuchó:
—Tita... me estoy haciendo pipi.
Aquella voz hizo que ambas se paralizaran. ¿Ruth? De un salto Santana volvió a su asiento y agachada todo lo que pudo se echó por encima el abrigo. Brittany se quejo y poniéndose de nuevo su remera, se volvió hacia el asiento de atrás, incrédula, vio a su pequeña sobrina con cara somnolienta junto a su osito mirándole y, como pudo, preguntó mientras se subía los pantalones.
—Pero Ruth ¿qué haces aquí?
Tras un bostezo, la niña abrazó a su osito y respondió con gesto inocente:
—Quería dormir contigo. Me gusta cuando me cuentas cuentos y por la mañana me haces trencitas en el pelo mientras tomo leche con galletas.
Sorprendida por aquello Santana le miró y en tono gracioso preguntó:
—¿Le haces trencitas por la mañana en el pelo?
Brittany no respondió, simplemente resopló. Santana, sorprendida, se tapó la boca para no reír. Aquello era lo más gracioso que le había pasado nunca justo antes de hacer el amor con una mujer. Con rapidez, Brittany tomo su móvil y lo encendió. Tenía siete llamadas de su hermana Irene y dos de Lizzie.
—¿Le dijiste a mamá que te venías conmigo, cielo?
—No... tita.
—¿Por qué?
La pequeña se encogió de hombros y con gesto pícaro susurró:
—Porque no me hubiera dejado.
Una vez que Santana se puso el abrigo, aún con el vestido sin abrochar, se incorporó en el asiento y mirando a la pequeña, que les observaba con los ojos como platos dijo:
—Ruth, lo que has hecho no está bien. Tu mama y tu papa deben de estar muy preocupados.
Brittany, malhumorada, a causa de que su sobrina hubiera estado todo aquel rato en la parte de atrás del coche y ella no se hubiera dado cuenta, se quejo de nuevo. Llamó a su hermana y esta, más tranquila al saber dónde estaba su hija, quedó en pasar a buscarla. Sin querer mirar a Santana, abrocho su pantalón, se puso su saco y salieron del coche. Esperarían en el interior de la casa. La pequeña al ver la cara de su tía le miró y preguntó:
—Tita... ¿Por qué te habías quitado la remera en el coche?
Ella no respondió y Santana sonrió. ¿Qué responder ante aquella pregunta?
La niña entró en la casa y fue corriendo al baño, después regresó al salón. Se sentó en el sillón y mirando a la joven de pelo castaño volvió al ataque:
—¿Y tú por qué te habías quitado el vestido? Mamá dice que con el fresco que hace hay que abrigarse al salir de casa aunque sea verano.
Aquello hizo que Santana dejara de reír, aunque esta vez quien sonrió fue Brittany. Ver su cara de desconcierto sin saber qué contestar, era de chiste. Al ver que la niña no le quitaba ojo y que su querida tita no iba a ayudar, Santana se encogió de hombros y respondió sin mucha convicción.
—Uf, Ruth... es que hacía mucho calor en el coche.
La niña les miró de Brittany a ella, y de ella a Brittany, y astutamente respondió:
—Ah, ok... tenían calor por los besos con lengua que se estaban dando... ¡Puaj! ¡Qué asco! —gesticuló la niña y prosiguió—. En las películas cuando los enamorados se besan así, casi siempre se quitan la ropa y...
—Se acabó, pequeña —interrumpió Brittany llamando su atención—. Mañana mismo le diré a tu madre que no te deje ver la tele. Creo que ves demasiada.
—No, tita...
La niña no pudo seguir. El timbre de la puerta sonó y Brittany moviéndose abrió la puerta. En el salón entró una histérica Irene acompañada por su marido y por Lizzie, quien corrió a abrazar a la niña-
—Ay, Dios mío qué susto nos has dado, pequeña ¿Como se le ocurre marcharte sin decir nada? —la reprendió.
—Quería dormir con la tita y con su novia. ¿Sabes mami que se han besado con lengua? ¡Qué asco! Si los hubiera visto el yayo Goyo, hubiera dicho que se estaban comiendo los mocos.
—¡Casi me dio algo y salgo de parto! —rio Lizzie sin poder evitarlo al ver la cara que ponían.
Carlos, el marido de Irene, sonrió y al ver la cara de circunstancias de las tortolitas dijo:
—Hablando de dormir. Creo que es mejor que nos vayamos. —Y tomando a su hija en brazos añadió—: Y tú señorita, no vuelvas a hacer lo que has hecho o te prometo que la próxima vez me enfadaré. ¿Entendido?
—Sí papi. —Y clavando su picara mirada en su tita, quien intuyó que no iba a decir nada bueno soltó—: ¿Se van a quitar la ropa otra vez?
—Pero bueno ¿Qué han hecho delante de mi niña? —protestó Irene al escuchar aquello, mientras Lizzie no podía parar de reír.
—Te recuerdo hermana, que no sabíamos que tu niña, estaba allí ¿ok? —respondió Bittany molesta, mientras observaba a su hermana Lizzie sonreír.
Todos se miraron y Santana, al ver que la niña esperaba una contestación, respondió:
—Tesoro, yo ahora me voy a ir a mi hotel a dormir.
Sorprendida al escucharla Brittany se acercó a ella y sin importarle quién estuviera presente la tomo del brazo y la llevó a la cocina. Necesitaba aclarar aquello.
—¿Qué es eso de que te vas?
Santana la miró. Deseaba quedarse y pasar la noche con ella, pero sabía que aquello no podría terminar bien. Si se quedaba con ella solo complicaría las cosas.
—Sí. Es lo mejor.
—Pues yo no estoy de acuerdo. ¿Por qué te vas? —exigió ella.
—Brittany yo... yo...
—Tú... tú. ¿Qué? Otra vez estás con las mismas dudas que en el coche. Vamos, Santana que somos adultas y podemos decidir por nosotras mismas.
Al ver que ella no respondía le dedicó una fría sonrisa y le preguntó con sarcasmo:
—¿Cada vez que te acuestas con Noah Puckerman o alguno de tus galanes americanos te lo piensas tanto?
Aquella indiscreta pregunta le molestó. ¿Quién era ella para preguntar aquello? Y clavando su mirada en ella siseó:
—Pues no, tita lista. Con Puck siempre es fácil y satisfactorio, y con el resto divertido y morboso ¿alguna pregunta más?
—¿Fácil y satisfactorio? —preguntó molesta.
—Sí —mintió ella—, Puck es un buen amante que sabe lo que me gusta y cuando estamos en la cama me satisface, como hasta el momento ningún hombre o mujer lo ha hecho.
Al oír semejante respuesta se molesto. Se la merecía por haber sido tan desconsiderada. Pero el daño ya estaba hecho. Se dio la vuelta para salir de la cocina, cuando ella la jalo del brazo y en tono seco le preguntó:
—¿Qué pasa contigo? Primero ofendes y luego... ¿te vas? -ella no respondió y Santana volvió al ataque—. Por cierto ¿tú no te acuestas con toda la que se te pone en frente?
Incómoda por el color que estaba tomando la conversación, se cruzó de brazos y siseó con un tono agrio:
—A pesar de que estos días he bajado el listón contigo, soy bastante exigente para el sexo. No me va cualquiera.
Santana la miró con ganas de abofetearle y ella, consciente de lo que había dicho, sonrió y preguntó en tono malicioso:
—¿Alguna pregunta más estrellita?
La joven miró la espumadera de la cocina. Deseó tomarla y estampársela en la cabeza, pero tras imaginar el terrible resultado cerró los ojos y suspiró. Debía relajarse o aquello acabaría muy mal, pero ella insistió.
—¿Qué te ocurre? ¿Es que en tu glamuroso mundo nadie te habla así?
—Tú que sabes —susurró enfadada.
Brittany se acercó a ella en actitud intimidatoria, dejando patente lo pequeña que era ella a su lado.
—Estoy segura que en tu mundo todos besan el suelo por el que pisas, te ríen las gracias y hacen todo lo que tú quieres por ser quien eres ¿verdad? Pues bien, entérate que yo no tengo porqué hacerte eso, porque ni me interesas, ni te busqué, ni me convienes. Por lo tanto, si te quieres ir, vete. Mujeres como tu hay muchas y yo no te necesito para nada.
Humillada, dolida y decepcionada por sus duras palabras, tuvo que contener las enormes ganas de llorar que sentía.
—Cierra el pico. Me estás enfadando y mucho.
—Uooo —se burlo ella—, ¡Qué miedo!
Dando un paso atrás para alejarse de ella, levantó el mentón para mirarle de frente y dijo todo lo tranquila que pudo:
—Me alegra saber que a partir de este instante volverás a subir tu listón en cuanto a tu vida sexual. Es tarde, me marcho y...
Arrepentida por las cosas que había dicho pero sin darle tiempo a terminar la frase, ella sentenció antes de dejarla sola en la cocina.
—De acuerdo. Vete.
Con el orgullo herido, la siguió al salón. Nadie la había despreciado así nunca y se sentía humillada. Recomponiéndose tras el cruel ataque, preguntó:
—¿Podrían acercarme con el coche al parador?
Desconciertas por el giro que habían dado los acontecimientos en pocos minutos, las chicas miraron a su enfadada hermana.
—¿Y Brittany? —preguntó Lizzie.
Abrochándose su abrigo verde la joven estrella de cine miró a la embarazada y dijo con contundencia.
—No, ella no me va a llevar. ¿Pueden ustedes o no?
—Sí... sí por supuesto —asintió Irene al ver la incomodidad de su hermana.
Tras una despedida de lo más fría con la mujer que le había calentado hasta el alma, Santana se subio en el coche, y se marchó. Era lo mejor.
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BUENO SON CORTOS, LO SE :/ PERO ESPERO LES AGRADE LOS CAPITULOS :)
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
BESOS
HASTA LA ACTU<3
-// El abuelo goyo es todo un personaje jajaja siempre tan loquito. Sam me dan ganas de matarlo, pero pobre mercedes jajaja y Santana no para de meter la pata cualquier dia la van a descubrir :/ Besos!
Jas2602: "que lindos capitulos....yo quiero que san se quede en buenos aires...y que no deje ir a la linda rubia...jjejeje"
-// me alegro que te gusten los capitulos...y si yo tmb quiero que san se quede con britt ;) ya veremos que pasa jajaja gracias por comentar :)
3:) : "me encanta la complicidad de san y el abu goyo!!!!!
me encanta la actualización de moda a la hermana de britt jajajajaj"
-// el abuelo encontro su complice jajaja son tal para cual y si Eva esta bastante actualizada ;)
Micky Morales: "extensos los capitulos? jamas, que espectacular la familia de Britanny, pobre Santana se nota que a pesar de la fama y el dinero no es feliz!"
-// Britt le dijo q era peculiar jajaja si, San con todo lo que tiene se siente sola y triste u.u
HOLAAAAA MUCHAS GRACIAS POR SU BUENA ONDA Y SUS COMENTARIOS :D<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 27: Estoy tocando a Santana Lopez
Brittany y Santana permanecieron en el patio de la casa durante un buen rato. Estaba fresco, pero ambas necesitaban estar solas sin que nadie los mirara continuamente.
—Tu abuelo es todo un personaje.
Britt sonrió y asintió.
—Sí. Reconozco que así es. Su fortaleza y la positividad con la que mira la vida es lo que más nos ayudó cuando murió mi madre. Si no hubiera sido por él...
—¿Te puedo preguntar de qué murió tu madre?
—Cáncer.
Sentir la tristeza de su respuesta, hizo que ella levantara su mano y la posara sobre la de Britt.
—Lo siento, Brittany.
Ella asintió y suspiró. La quietud del lugar y el sentirse solas hizo que ella acercara su boca a la de Santana para besarla. Durante unos instantes ambas disfrutaron de aquel acercamiento hasta que un golpe en la espalda de Britt las devolvió a la realidad.
— Tita, lo siento —se disculpó Javi al ver a quien había dado un pelotazo.
Convencida de que lo sentía por la mirada del pequeño, Brittany, sonrió y respondió con paciencia:
—Javi... Javi... ¿Cuántas veces te hemos dicho que no juegues con la pelota dentro de casa?
—Esto es el patio, no un sitio para besarse —se defendió el chico—. Aquí el yayo Manuel me deja jugar. ¿Te deja el yayo a ti besuquear a las chicas?
La puerta del patio volvió a abrirse y Mercedes apareció con una cerveza en la mano. Al ver como su amiga miraba a su sobrino le dijo al niño para relajar el ambiente:
—Monstruito, tu madre quiere que entres.
El niño vio una buena oportunidad para escapar. Sabía por la mirada de ‘su tita’ que lo que había dicho no estaba bien, pero ya no había marcha atrás, Una vez quedaron las tres solas en el patio, Mercedes dio un buen trago a su cerveza y acercándose a aquellas das susurró:
—A ver tortolitas ¿me puede alguno contar que está pasando?
Al ver que ninguna respondía, acercándose más a ellas murmuró mirando a la joven:
—Sé quién eres y...
—Y te vas a callar —sentenció Brittany.
—Pero, que ella es...
—Cierra el pico ya —cortó la rubia con determinación. Solo faltaba que alguno de los que estaban en el interior de la casa le escuchara.
Mercedes sonrió.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó preocupada.
Incapaz de continuar un segundo más callada, Santana se interpuso entre ellas.
—Ella no está haciendo nada, en todo caso soy yo. Le reconocí hace unos días en el hotel Ritz y solo vine para confirmar que era ella y...
—¿Le reconociste? —preguntó sorprendido Mercedes.
¿Cómo se podía reconocer a alguien vestido como iban en el operativo del hotel Ritz?
-Sí... intuí que era ella por algo que dijo. Y oye, ahora que te tengo más cerca, a ti también reconozco. Tú estuviste en Las Vegas ¿verdad? —Al ver que Mercedes dejaba de respirar ella sonrió y dijo—. Oh, sí... pero si tú te acost...
—No sigas por favor —cortó en esta ocasión Mercedes, quien tras comprobar que no había nadie más a su alrededor, susurró—. Mi churri no sabe nada de lo que pasó allí. Si se entera...
—¡Vaya! asintió Santana—. Todas tenemos secretos ¿verdad Mercedes?
Aquella asintió comprensiva.
—¿Que te parece si yo guardo tu secreto y tu el mio?.
Incrédula por aquel chantaje miró a su amiga y esta, en tono bajo, murmuró:
—Creo que es un buen trato. Eso sí... eliges tú.
Divertida, Mercedes dio un trago de su cerveza.
—Esta chica además de guapa ¡es lista!
—Gracias.
—Y una buena negociadora —sonrió Brittany.
Aprovechando el momento Mercedes se sentó junto a ellas y susurró emocionada:
—S.L.. ¡Aquí! —dijo mirándola alucinada— ¿Puedo tocarte para saber que eres real?
—Depende de lo que quieras tocar —se burlo ella, pero al ver cómo la miraba extendió su brazo y dijo— Toca... toca.
Sin perder un segundo Mercedes le tocó el brazo como el que toca una reliquia y mirándola susurró bajito para no ser escuchado:
—Estoy tocando a Santana Lopez.
—Y como verás soy de carne y hueso, igual que tú. Y por favor, llámame Noelia.
Brittany, cada vez más sorprendida por su naturalidad, estaba disfrutando de lo lindo con el interrogatorio de su amiga.
—¿Pero tú no tenias los ojos cafes y eras morena?
—Lentes y peluca —indicó Brittany divertida.
—Wow... si mi churri se entera que eres tú ¡le da algo! —gesticuló Mercedes—. Eres su actriz favorita. Le encantan todas tus películas.
—¿En serio? —sonrió ella.
—Te lo aseguro —continuo Brittany consciente de lo mucho que Sam siempre hablaba de Santana, para su pesar.
—Sam no se pierde ni una sola película tuya. Es más en cuanto la sacan en DVD se las compra y las colecciona. ¿Sabes cuál es su preferida?
—¿Cuál? —preguntó quitándose las gafas.
—Esa llamada El destino de un amor. La que hiciste con un tal Butlery...
—Oh, sí con Gery, es un cielo. Todas mis amigas se mueren por rodar con él es un encanto suspiro ella al recordarle.
Aquel suspiro no pasó desapercibido a Brittany pero no dijo nada.
—¿Me firmarás un autógrafo para Sam antes de irte?
—Los que tú quieras, Mercedes. Es más, ojalá algún día podamos salir a cenar todos juntos y disfrutemos de una larga charla. Me encantaría decirle a tu esposo quién soy, pero me temo que...
—Ni se te ocurra —le interrumpió—. Primero porque le daría un patatús y segundo porque sería imposible mantenerlo callado. No, Santana ¡que eres lo más para el!
Las tres se carcajearon, y cuando Brittany fue a decir algo, Lizzie abrió la puerta del patio increpándoles:
—Chicas, no es por nada pero ¿por qué no regresan al salón con todos?
No hizo falta decir más. Las tres entraron y durante horas rieron con los chistes que contaban una animada Eva y el abuelo Goyo.
Capitulo 28: una compañia inesperada
A las dos de la madrugada todos decidieron regresar a sus hogares. Tras despedirse entre guiños de Mercedes y dejar a Jenny, la perra, en casa de su padre, Brittany y Santana se montaron en el coche y ella se dirigió hacia su casa sin preguntar. Esa noche iba a terminar lo que había empezado el día anterior.
Cuando llegaron Brittany metió el coche en el garaje. Una vez apagó el contacto, miró a Santana y agarrándole con sus manos el rostro la atrajo hacia si y la besó. Durante toda la velada había deseado hacer aquello y ahora por fin podía hacerlo con tranquilidad. Tras varios besos cargados de erotismo, el teléfono móvil de Brittany comenzó a sonar, y ella al ver el nombre de «Irene», directamente lo apagó.
—¿No lo atiendes? —susurró Santana besándole el cuello—. Puede ser importante.
Ella sonrió, y sin bajarse del coche, se deshizo con premura de su chaqueta de cuero y, clavando sus ojos claros en ella, susurró mientras le ponía sus manos peligrosamente sobre las piernas:
—En este momento, morenita, no hay nada más importante que tú.
Ella sonrió y dejándose levantar, terminó sentada sobre las piernas de Britt. El aire impregnado de sensualidad iluminó el rostro de las dos. Brittany, excitada, devoró su boca. Lamió sus labios. Mordisqueó su barbilla. Ella se quitó su abrigo verde.
—Deberíamos entrar en la casa ¿no crees?
Desde su adolescencia no había vuelto a hacer aquello en un coche, pero ella respondió.
—Luego... —susurró bajándole lentamente la cremallera que el vestido tenía en la espalda.
El vestido cayó sobre su cintura, dejando a Santana solo con un sensual un sujetador rojo. Su perfume y la pasión que desprendía contribuyeron a que Brittany, excitada por el momento, deseara desnudarla allí. En su coche.
—Uf... Qué calor...
—Sí... mucho calor... —respondió pasando su lengua entre sus pechos, mientras con un dedo le acariciaba la espalda.
Excitada como en su vida, por su ronca voz y por cómo la tocaba, Santana echó el cuello hacía atrás, mientras disfrutaba de las caricias y los besos, primero en el cuello, después entre sus pechos y finalmente en ellos. El rasguño que le provoco Britt al sacarle un pecho de la fina tela del sujetador le hizo volver a la realidad y agarrándole del pelo, atrajo su mirada y susurró:
—Esto no es buena idea...
—Estás muy equivocada, es una excelente idea...—respondió mientras lamía con mimo su rosado pecho.
—Britt... me gustas y...
Apartándose de ellas unos centímetros la miró a los ojos y pregunto.
—¿Eres adulta para tomar tus propias decisiones o no?
—Sí.
—¿Entonces dónde está el problema?
—No losé...
—morenita, ¿no me dijiste que tú vives el momento?
—Sí —si algo había aprendido día a día era a disfrutar de la palabra «ahora».
—Pues vivámoslo —asintió ella—. Esto es lo mejor que te puedo proponer. Tú y yo estamos aquí, no hay compromiso alguno, nos deseamos y queremos sexo. ¿Cierto? —ella asintió—. No pienses en nada más. Solo en lo que deseas ahora. Mañana será otro día. Ahora estamos aquí tú y yo, eres preciosa y yo deseo besarte y...
—¿Tienes preservativos? — pregunto Santana.
—¿Preservativos? —pregunto Britt mirándola con asombro
—Hay que cuidarse no? — carcajeo Santana
—¡Por supuesto! —asintió ella buscando y sacando uno debajo del asiento del coche.
—¡Genial! Continuemos. —rio divertida la morena.
—¡Perfecto! No es momento de negociaciones.
Segundos después, y aún metidas en el coche Santana le quitó la remera y después le desabrochó el cinturón del pantalon.
Medio desnuda y aun sentada sobre las piernas de la rubia que la estaba volviendo loca, comprobó excitada donde en aquel momento a ella le latía el corazón. La acelerada respiración de ambas y los besos cargados de frenesí, solo se podía culminar con lo que ambos deseaban, cuando de pronto se escuchó:
—Tita... me estoy haciendo pipi.
Aquella voz hizo que ambas se paralizaran. ¿Ruth? De un salto Santana volvió a su asiento y agachada todo lo que pudo se echó por encima el abrigo. Brittany se quejo y poniéndose de nuevo su remera, se volvió hacia el asiento de atrás, incrédula, vio a su pequeña sobrina con cara somnolienta junto a su osito mirándole y, como pudo, preguntó mientras se subía los pantalones.
—Pero Ruth ¿qué haces aquí?
Tras un bostezo, la niña abrazó a su osito y respondió con gesto inocente:
—Quería dormir contigo. Me gusta cuando me cuentas cuentos y por la mañana me haces trencitas en el pelo mientras tomo leche con galletas.
Sorprendida por aquello Santana le miró y en tono gracioso preguntó:
—¿Le haces trencitas por la mañana en el pelo?
Brittany no respondió, simplemente resopló. Santana, sorprendida, se tapó la boca para no reír. Aquello era lo más gracioso que le había pasado nunca justo antes de hacer el amor con una mujer. Con rapidez, Brittany tomo su móvil y lo encendió. Tenía siete llamadas de su hermana Irene y dos de Lizzie.
—¿Le dijiste a mamá que te venías conmigo, cielo?
—No... tita.
—¿Por qué?
La pequeña se encogió de hombros y con gesto pícaro susurró:
—Porque no me hubiera dejado.
Una vez que Santana se puso el abrigo, aún con el vestido sin abrochar, se incorporó en el asiento y mirando a la pequeña, que les observaba con los ojos como platos dijo:
—Ruth, lo que has hecho no está bien. Tu mama y tu papa deben de estar muy preocupados.
Brittany, malhumorada, a causa de que su sobrina hubiera estado todo aquel rato en la parte de atrás del coche y ella no se hubiera dado cuenta, se quejo de nuevo. Llamó a su hermana y esta, más tranquila al saber dónde estaba su hija, quedó en pasar a buscarla. Sin querer mirar a Santana, abrocho su pantalón, se puso su saco y salieron del coche. Esperarían en el interior de la casa. La pequeña al ver la cara de su tía le miró y preguntó:
—Tita... ¿Por qué te habías quitado la remera en el coche?
Ella no respondió y Santana sonrió. ¿Qué responder ante aquella pregunta?
La niña entró en la casa y fue corriendo al baño, después regresó al salón. Se sentó en el sillón y mirando a la joven de pelo castaño volvió al ataque:
—¿Y tú por qué te habías quitado el vestido? Mamá dice que con el fresco que hace hay que abrigarse al salir de casa aunque sea verano.
Aquello hizo que Santana dejara de reír, aunque esta vez quien sonrió fue Brittany. Ver su cara de desconcierto sin saber qué contestar, era de chiste. Al ver que la niña no le quitaba ojo y que su querida tita no iba a ayudar, Santana se encogió de hombros y respondió sin mucha convicción.
—Uf, Ruth... es que hacía mucho calor en el coche.
La niña les miró de Brittany a ella, y de ella a Brittany, y astutamente respondió:
—Ah, ok... tenían calor por los besos con lengua que se estaban dando... ¡Puaj! ¡Qué asco! —gesticuló la niña y prosiguió—. En las películas cuando los enamorados se besan así, casi siempre se quitan la ropa y...
—Se acabó, pequeña —interrumpió Brittany llamando su atención—. Mañana mismo le diré a tu madre que no te deje ver la tele. Creo que ves demasiada.
—No, tita...
La niña no pudo seguir. El timbre de la puerta sonó y Brittany moviéndose abrió la puerta. En el salón entró una histérica Irene acompañada por su marido y por Lizzie, quien corrió a abrazar a la niña-
—Ay, Dios mío qué susto nos has dado, pequeña ¿Como se le ocurre marcharte sin decir nada? —la reprendió.
—Quería dormir con la tita y con su novia. ¿Sabes mami que se han besado con lengua? ¡Qué asco! Si los hubiera visto el yayo Goyo, hubiera dicho que se estaban comiendo los mocos.
—¡Casi me dio algo y salgo de parto! —rio Lizzie sin poder evitarlo al ver la cara que ponían.
Carlos, el marido de Irene, sonrió y al ver la cara de circunstancias de las tortolitas dijo:
—Hablando de dormir. Creo que es mejor que nos vayamos. —Y tomando a su hija en brazos añadió—: Y tú señorita, no vuelvas a hacer lo que has hecho o te prometo que la próxima vez me enfadaré. ¿Entendido?
—Sí papi. —Y clavando su picara mirada en su tita, quien intuyó que no iba a decir nada bueno soltó—: ¿Se van a quitar la ropa otra vez?
—Pero bueno ¿Qué han hecho delante de mi niña? —protestó Irene al escuchar aquello, mientras Lizzie no podía parar de reír.
—Te recuerdo hermana, que no sabíamos que tu niña, estaba allí ¿ok? —respondió Bittany molesta, mientras observaba a su hermana Lizzie sonreír.
Todos se miraron y Santana, al ver que la niña esperaba una contestación, respondió:
—Tesoro, yo ahora me voy a ir a mi hotel a dormir.
Sorprendida al escucharla Brittany se acercó a ella y sin importarle quién estuviera presente la tomo del brazo y la llevó a la cocina. Necesitaba aclarar aquello.
—¿Qué es eso de que te vas?
Santana la miró. Deseaba quedarse y pasar la noche con ella, pero sabía que aquello no podría terminar bien. Si se quedaba con ella solo complicaría las cosas.
—Sí. Es lo mejor.
—Pues yo no estoy de acuerdo. ¿Por qué te vas? —exigió ella.
—Brittany yo... yo...
—Tú... tú. ¿Qué? Otra vez estás con las mismas dudas que en el coche. Vamos, Santana que somos adultas y podemos decidir por nosotras mismas.
Al ver que ella no respondía le dedicó una fría sonrisa y le preguntó con sarcasmo:
—¿Cada vez que te acuestas con Noah Puckerman o alguno de tus galanes americanos te lo piensas tanto?
Aquella indiscreta pregunta le molestó. ¿Quién era ella para preguntar aquello? Y clavando su mirada en ella siseó:
—Pues no, tita lista. Con Puck siempre es fácil y satisfactorio, y con el resto divertido y morboso ¿alguna pregunta más?
—¿Fácil y satisfactorio? —preguntó molesta.
—Sí —mintió ella—, Puck es un buen amante que sabe lo que me gusta y cuando estamos en la cama me satisface, como hasta el momento ningún hombre o mujer lo ha hecho.
Al oír semejante respuesta se molesto. Se la merecía por haber sido tan desconsiderada. Pero el daño ya estaba hecho. Se dio la vuelta para salir de la cocina, cuando ella la jalo del brazo y en tono seco le preguntó:
—¿Qué pasa contigo? Primero ofendes y luego... ¿te vas? -ella no respondió y Santana volvió al ataque—. Por cierto ¿tú no te acuestas con toda la que se te pone en frente?
Incómoda por el color que estaba tomando la conversación, se cruzó de brazos y siseó con un tono agrio:
—A pesar de que estos días he bajado el listón contigo, soy bastante exigente para el sexo. No me va cualquiera.
Santana la miró con ganas de abofetearle y ella, consciente de lo que había dicho, sonrió y preguntó en tono malicioso:
—¿Alguna pregunta más estrellita?
La joven miró la espumadera de la cocina. Deseó tomarla y estampársela en la cabeza, pero tras imaginar el terrible resultado cerró los ojos y suspiró. Debía relajarse o aquello acabaría muy mal, pero ella insistió.
—¿Qué te ocurre? ¿Es que en tu glamuroso mundo nadie te habla así?
—Tú que sabes —susurró enfadada.
Brittany se acercó a ella en actitud intimidatoria, dejando patente lo pequeña que era ella a su lado.
—Estoy segura que en tu mundo todos besan el suelo por el que pisas, te ríen las gracias y hacen todo lo que tú quieres por ser quien eres ¿verdad? Pues bien, entérate que yo no tengo porqué hacerte eso, porque ni me interesas, ni te busqué, ni me convienes. Por lo tanto, si te quieres ir, vete. Mujeres como tu hay muchas y yo no te necesito para nada.
Humillada, dolida y decepcionada por sus duras palabras, tuvo que contener las enormes ganas de llorar que sentía.
—Cierra el pico. Me estás enfadando y mucho.
—Uooo —se burlo ella—, ¡Qué miedo!
Dando un paso atrás para alejarse de ella, levantó el mentón para mirarle de frente y dijo todo lo tranquila que pudo:
—Me alegra saber que a partir de este instante volverás a subir tu listón en cuanto a tu vida sexual. Es tarde, me marcho y...
Arrepentida por las cosas que había dicho pero sin darle tiempo a terminar la frase, ella sentenció antes de dejarla sola en la cocina.
—De acuerdo. Vete.
Con el orgullo herido, la siguió al salón. Nadie la había despreciado así nunca y se sentía humillada. Recomponiéndose tras el cruel ataque, preguntó:
—¿Podrían acercarme con el coche al parador?
Desconciertas por el giro que habían dado los acontecimientos en pocos minutos, las chicas miraron a su enfadada hermana.
—¿Y Brittany? —preguntó Lizzie.
Abrochándose su abrigo verde la joven estrella de cine miró a la embarazada y dijo con contundencia.
—No, ella no me va a llevar. ¿Pueden ustedes o no?
—Sí... sí por supuesto —asintió Irene al ver la incomodidad de su hermana.
Tras una despedida de lo más fría con la mujer que le había calentado hasta el alma, Santana se subio en el coche, y se marchó. Era lo mejor.
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BUENO SON CORTOS, LO SE :/ PERO ESPERO LES AGRADE LOS CAPITULOS :)
GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
BESOS
HASTA LA ACTU<3
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Extraordinarios....! =) Pero ya estaban acercandose y asi de sopeton la cagan :S ? Daaaaag...Brittany no escucho lo que le dijo Santana de que le gusta Que lo recuerde y que la busqueee!!!
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
ooooooooooooooooooooooooooooooo noooo por que!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! es mas idiota britt!! que acaso no se habia dado cuenta ya como era san??? siempre lo arruina todo!! y entiendo a san le esta gustando demasiado la rubia pero sabe que esa fantasia no dura para siempre! besitos!! quiero que sea mañana asi te leo!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
un cagadon las dos,....
ninguna de las dos se escuchan y tampoco se dicen lo que siente!!!
pobre de ruth,... casi la mata britt por arruinar el momento con san!!!
ninguna de las dos se escuchan y tampoco se dicen lo que siente!!!
pobre de ruth,... casi la mata britt por arruinar el momento con san!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Oh que cambio ya espero
El siguiente capitulo
Saludos
El siguiente capitulo
Saludos
Jane0_o- - Mensajes : 1160
Fecha de inscripción : 16/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Excelentes caps!! No había podido comentar pero si seguía la historia!!
Espero puedas actualizar pronto!! ya quiero saber si la cabezona de britt busca a
la pobre de santana
Saludos
Espero puedas actualizar pronto!! ya quiero saber si la cabezona de britt busca a
la pobre de santana
Saludos
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
A ver Santana o sigues adelante o que!! Es que cuando no es una cosa es otra.. la deja con el calenton jajajaja
Pero la primera que ha comenzado ha sido Santana con lo de Puck, así que
Y los demás son unos inoportunos!
Estoy enganchadísima a este fic, espero ansiosa el próximo!
Pero la primera que ha comenzado ha sido Santana con lo de Puck, así que
Y los demás son unos inoportunos!
Estoy enganchadísima a este fic, espero ansiosa el próximo!
AndreaDaru- ---
- Mensajes : 511
Fecha de inscripción : 20/02/2012
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Que estupida es Brittany, que se cree? que se pudra!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
ooooh no esto que se lastimen no me gusta mucho....pero te digo la verdad estoy a favor del drama me gusta...porque la reconciliacion es aun mejor...jajajaja
jas2602** - Mensajes : 95
Fecha de inscripción : 05/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Pao Up: "Extraordinarios....! =) Pero ya estaban acercandose y asi de sopeton la cagan :S ? Daaaaag...Brittany no escucho lo que le dijo Santana de que le gusta Que lo recuerde y que la busqueee!!!"
-// Pues si ambas no se escuchan y se dicen de todo y terminan cagando todo :/ Esperemos que Britt o Santana haga algo para volver :)
Tatymm: "ooooooooooooooooooooooooooooooo noooo por que!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! es mas idiota britt!! que acaso no se habia dado cuenta ya como era san??? siempre lo arruina todo!! y entiendo a san le esta gustando demasiado la rubia pero sabe que esa fantasia no dura para siempre! besitos!! quiero que sea mañana asi te leo!"
-// Wow wow pobre Britt aunque si un poco tarada es pero es que no le va siertas cosas de Santana aun no se acostumbra, cuando le pega el amor le pega(?
3:): "un cagadon las dos,....
ninguna de las dos se escuchan y tampoco se dicen lo que siente!!!
pobre de ruth,... casi la mata britt por arruinar el momento con san!!!"
-// Exactamente ninguna de las dos se sabe escuchar tiene el mismo caracter podrido jajajaja si pobre Ruth Britt casi se la come viva pero es su nena asi que le pudo mas su ternura y sus locuritas :3
Jane0_o: "Oh que cambio ya espero
El siguiente capitulo
Saludos"
-//Pues si con estas chicas nunca se sabe :/ Saludos
Dolomiti : "Excelentes caps!! No había podido comentar pero si seguía la historia!!
Espero puedas actualizar pronto!! ya quiero saber si la cabezona de britt busca a
la pobre de santana
Saludos"
-// No pro mientras sigas la historia estas perdonad@ jajaja :D Si veremos que sucede con estas cabezas duras!
AndreaDaru : "A ver Santana o sigues adelante o que!! Es que cuando no es una cosa es otra.. la deja con el calenton jajajaja
Pero la primera que ha comenzado ha sido Santana con lo de Puck, así que
Y los demás son unos inoportunos!
Estoy enganchadísima a este fic, espero ansiosa el próximo"
-// Amen,,, Santana comenzo con lo de Puck cosa q hirio a Britt y esta se paso con lo del liston PERO en la guerra y en el amor todo se vale(?
Que bueno que estes enganchada con la historia :)
Micky Morales : "Que estupida es Brittany, que se cree? que se pudra!"
-// OK D:
Jas2602 : "ooooh no esto que se lastimen no me gusta mucho....pero te digo la verdad estoy a favor del drama me gusta...porque la reconciliacion es aun mejor...jajajaja"
-// Ya tu sabes, ah jajaja exacto y si espero estas chicas no se lastimen mucho :(
WOW CUANTOS COMENTARIOS, MUCHISIMAS GRACIAS :D
ME ALEGRA MUCHO QUE LES GUSTE LA HISTORIA TANTO COMO A MI :)
PD: NO INSULTEN A MI RUBIA O NO PUBLICO MAS AH JAJAJA CHISTE :P
ME DIVIERTO MUCHO CON SUS COMENTARIOS, UNA VEZ MAS GRACIAS<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 29: ultimo dia en Argentina
El sábado, Santana se fue de compras con Lizzie a Baires. Al principio no estaba de humor por lo ocurrido la noche anterior. Las duras palabras de Brittany aún resonaban en su mente. Pero estar con Lizzie y sentir su positividad le aliviaba. Santana, gracias al tiempo que pasaron juntas en unos grandes almacenes, descubrió que a la joven le gustaba la fotografía.
—Es mi pasión ¿Has visto que pedazo de cámara réflex?
—Sí... enorme —murmuró mirándola.
—¡Es lo mejor! Cuando nazca el búho y comience a trabajar, lo primero que voy a hacer es comprarme un bicharraco de estos. La cámara que yo tengo ya está obsoleta, pero la mimo hasta que tenga una nueva —rio Lizzie con aquello entre las manos.
Santana quiso decirle que odiaba aquellas cámaras de grandes objetivos. Demasiadas como aquella la seguían allá donde fuera y en cierto modo le ponían nerviosa. Pero calló.
Unas horas después, tras comprar varias cosas para el bebé, entraron en un par de tiendas de discos y
Santana se alegró al encontrar varios de los CD que buscaba. En especial la banda sonora de la película Cadillac Records. Allí estaba la canción At last cantada por Beyoncé. Una canción que le encantaba y que le hubiera gustado escuchar con Brittany, aunque tras lo ocurrido era de lo más improbable. Pero aun así lo compró, y por la tarde tras un buen día de compras con Lizzie, regresó más contenta al parador.
El domingo llegó y ninguno se llamó por teléfono. Brittany se libro aquel fin de semana pero ofuscada por lo ocurrido y en cierto modo molesta por cómo le había hablado a Santana, decidió salir con sus amigas de fiesta y olvidarse de ella. Pero no lo consiguió. Era ver una muchacha morena caminando por Lujan y los ojos se le iban detrás. Mercedes, que sabía lo que había pasado porque es esposo de Irene se lo había contado a Sam, intentó hablar con ella, pero Brittany se cerró en banda. No quería hablar de lo ocurrido.
Al anochecer, Sam apareció con la explosiva de Bree y decidieron ir a tomar algo los cuatro por el casco viejo de Lujan.
Santana, a cada segundo que pasaba, más se arrepentía de lo ocurrido. ¿Cómo era posible que hubieran acabado discutiendo de esa manera? Miró su móvil cientos de veces. Pensó en llamarle, en enviarle un mensaje, pero al final se arrepintió. Ella nunca había ido tras un hombre mucho menos de una mujer y, por supuesto, esta no iba a ser la primera vez, y más aún cuando el muy idiota la había humillado con lo de Puck y su ‘listón’.
Entristecida porque no la llamaba, el domingo por la tarde miraba por la ventana cuando Kurt llamó a la puerta.
—¿Sigues igual darling?
—Peor—gruñó molesta.
En su cabeza retumbaban las cosas que Brittany le había dicho y cada vez se enfadaba más.
—A ver, ¿por qué tienes ahora esa cara de pequinés? —Ella no respondió y él prosiguió—: Que yo sepa, por lo que tú me has contado, fuiste tú la que decidiste regresar al castillo. Ella no te echó de su house. Por lo tanto, you and only you tienes la culpa de todo lo ocurrido.
—¿Por qué te pones de su parte? —refunfuño enfadada.
—Ponte en su lugar, queen. Tú fuiste la que huyó de su casa.
—Y ella me dijo cosas terribles.
—Sí... de eso no hay duda cuchita, pero te aconsejo que la llames por teléfono. No dejes para tomorrow lo que puedas hacer today... recuérdalo. Ese tipo de woman, no se fabrica en los United States, y no puedes marcharte sin darte un homenaje al body, si la susodicha te lo pide.
Saber que tenía razón era lo que más le jorobaba, pero las duras palabras de ella aún resonaban en sus oídos. No... no la llamaría. Sentándose en una silla al lado de la ventana, se encendió un cigarrillo.
—No sé qué me pasó, Kurt. Yo quería quedarme con ella y tener una estupenda noche de sexo, pero... pero un extraño miedo me lo impidio y... y...
—Y cuando ella no te trató como a la divina de Santana Lopez tú...
—No venían al cuento sus comentarios —protestó ella.
-Mira queen —suspiró su primo—. Te conozco. Sé que sus palabras no te gustaron, pero también sé que lo que más te molestó fue eso de que había bajado su listón para estar contigo, ¿verdad?
Recordar aquello le hizo sentir insegura. Realmente ella no se podía comparar con Bree. La encargada del parador era exuberante, alta y de grandes pechos. Santana sabía que su cuerpo era proporcionado y sensual, se lo había currado con gimnasia y dietas, pero no poseía ni su altura ni sus atributos. Siempre se había negado a pasar por el quirófano a pesar de que su padre se lo había sugerido en múltiples ocasiones. Y ahora, por primera vez en su vida, se estaba arrepintiendo.
Kurt, al ver su gesto contrariado sonrió y acercándose a ella murmuró:
—You are jealous de la chica del parador?
—¡¿Celosa yo de esa?!
Al ver cómo esta le miraba el joven respondió con gracia:
—Yes, hija, yes, celos. Eso tan latino y que en las rancheras mexicanas está tan de moda, como por ejemplo «You eres mía, y only mía» —Santana sonrió y su primo prosiguió—: Por cierto, ¿venía al cuento que fueras tan descriptiva en lo maravilloso amante que es Puck?
—Vuelves a tener razón —susurró al recordar el gesto de Brittany, cuando le dijo que las relaciones con aquel eran muy satisfactorias.
—A ver cuchi, look at me.
Santana levantando la mirada clavó sus claros ojos en él.
—Tu y yo siempre hemos hablado claro de cosas como sexo, lujuria, hombres o mujeres en tu caso y desenfreno, right?
Si, verdad sonrió al recordar ciertos episodios.
—¿Y desde cuando Puck es satisfactory? Mira... mira que tú me habías dicho que al principio era divertido pero que las últimas veces te resultó aburrido. ¿Desde cuándo es salisfactory?
Al escucharle sonrió, y entendió que lo dijo para molestar a Brittany. ¿Realmente tanto le gustaba ella? Sí... la respuesta era sí. Fue a decir algo pero su primo se le adelantó.
—Ahora contéstame a unas questions.
—Ok.
—La primera ¿te gusta esa Barbie argentina tanto... tanto... tanto?
—Más.
—¿Hay chispa y hay atracción entre ustedes?
Ella sonrió y tras resoplar murmuró:
—Sí... hay fuegos artificiales.
—Eso es fenómeno, cuchi... porque mira, my girl, si no existiera morbo, chispa o attraction, entonces ¡apaga y vámonos! Pero si me dices que existe ¿me puedes explicar por qué te has negado una noche de sexo, y encima del bueno?
—Me gusta Brittany, Kurt. Me gusta mucho.
El joven retirándose el flequillo de la cara con glamour respondió divertido:
—Ah... qué cachonda. A mí por gustarme, I like Gerard Butler, Matthew Fox o Jason Sthatam pero ni me miran cuando coincidimos con ellos en alguna party en Hollywood. Pero ¡Ay Dios!, si al mirarme cualquiera de ellos surgieran chispas, morbete o atracción ¡otro gallo cantaría! Con esto quiero decir, que you and only you decides con quien quieres tener un affaire o no. Si estamos aquí, en Argentina, en este lugar, y en este pueblo, es por ella, y lo que no entiendo es ¿qué haces aquí con cara de almeja pudiendo disfrutar de la lujuria y el desenfreno con ella?
—¿Me has escuchado bien Kurt? —repitió ella—. Te he dicho que me gusta; que me gusta mucho y cada segundo que pasa más; que la veo y siento las maripositas que la abuela nos contó que sintió al conocer al abuelo en el estómago; que cuando estoy con ella me siento diferente, no una diva de Hollywood; que no puedo parar de pensar en ella; que la otra noche en el cumpleaños del abuelo Goyo, me sentí como llevaba años sin sentirme, y quise pertenecer a esa familia, y yo quise eso porque... yo... yo...
—Por el amor de Dios ¡Huyamos rápidamente de aquí! —gritó Kurt levantándose con rapidez—. Ay my baby, tú no puedes decir en serio lo que estás diciendo. Apenas le conoces y tú te mereces algo mejor que...
No le gustó aquel último comentario, tan parecido a los de su padre.
—¿Qué es eso de que me merezco algo mejor? Brittany es maravillosa, trabajadora, buena con su gente. Pero si hasta le hace trencitas en el cabello a su sobrina cuando desayuna leche con galletas —gimió desesperada.
—Uisss ¡qué amorosaaaaa!
—La palabra es acurrucoso —suspiró ella al recordar lo que el abuelo le dijo— Ay, Kurt, mi gran problema, es que creo que me estoy enamorando como una tonta y...
—Lo dicho... ¡huyamos! Salgamos de Argentina ¡pero ya!
—Pero...
—No hay peros, que te conozco y te pones muy pesadita.
Sin prestar atención a su primo susurró:
—Ella es tan auténtica, tan cariñosa, tan familiar, y... y...
-El problema, darling— cortó aquel—, es que tú eres Santana Lopez, una gran estrella de Hollywood, una diva entre las divas y...
—Pero también soy una mujer, Kurt. Soy una mujer de carne y hueso, que llora, ríe, ama, se enfada y desea que la quieran por como es, no por quien es ¿lo entiendes?
Su primo al mirar sus ojos y sentir su desesperación, sentándose junto a ella, la abrazó.
—Claro que te entiendo bobita. Pero esta life es very perra a veces, y las cosas que queremos no podemos tenerlas, por ello, has de ser práctica y conformarte con otras options.
—¿Noah Puckerman?
—Es una linda y sexy option—asintió Kurt ante la cara de mosqueo de su prima.
—Oh, my God, Kurt, cómo se ve que no has conocido a Brittany. Si la conocieras te aseguro que te enamorarías de ella.
—Uis te recuerdo que soy gay las chicas no me van. —Al ver a su prima sonreír concluyó—. Mira mona, porque tengo la varita mágica en el taller, porque si no... a esa barbie lo transformaba y me lo guardaba para mí.
Aquel comentario volvió a hacerla reír. Kurt era fuerza en estado puro. Una positividad bien heredada de su abuela y que ella necesitaba y siempre encontraba en él.
—Recuerdas ese dicho español que la abuela siempre decía cuando nos veía sufrir por amor «La mancha de mora, con otra mora verde se quita». Piénsalo. Quizá lo que necesitas es eso, otra mora para que quite la mancha y definitivamente marcharte de aquí.
Aquella opción era la mejor.
—Sí... creo que lo mejor será que regresemos a Hollywood. Aquí no pintamos nada y necesito regresar a mi realidad.
—Muy bien dicho, honey.
Al escuchar su tono de voz Santana recordó algo y preguntó:
—Oye, ¿y tu Peterman?
—Peter. Se marchó ayer para Barcelona. Tiene que dar allí dos conciertos.
-¿Y?
—Y nada... fue beautiful mientras duró. Hemos intercambiado teléfonos, pero ya sabes lo que quiere decir eso de... ya te llamaré. Nunca se llama. —Sin perder un ápice de su humor la miró y dijo—: Qué te parece si tú y yo tonight, como despedida del lugar, de Argentina y de la barbie latina, nos vamos a cenar al mejor restaurant a comer algo terriblemente prohibitivo para nuestros regímenes y luego de copas.
—¡Perfecto! Una buena idea ¡Que vivan las calorías!
—¡Que vivan! Voy a vestirme.
Cuando su primo se levantó y caminó hacia la puerta Santana le llamó.
—Kurt.
—Ponte algo discreto ¿de acuerdo?
—Yes.
—No quiero que la gente repare en nosotros —insistió ella.
—Ok, me pondré discreto, pero divine.
—A ver Kurt... la palabra divine, no es algo que un machote suela utilizar.
—Peor para ellos —rio este—. Tranquila. Dejaré mis pantalones pink chicle para cuando estemos en casita. Pero tú ponte guapa a rabiar. En un par de horas paso a buscarte.
Una vez sola, Santana se echó sobre la cama y dejó escapar un suspiro. ¿Realmente deseaba volver a ver a Brittany Pierce? Lo que sintió al pensar en ella se lo confirmó. Y sentándose en la cama se preguntó: Realmente, ¿me estaré enamorando de ella?
Tras pedirle a Menchu que les preparara la cuenta porque al día siguiente se marchaban, la joven se decepcionó. Pero la ilusión volvió a su rostro cuando Santana la invitó a cenar con ellos aquella noche. Aconsejados por la recepcionista fueron a cenar a un asador llamado La Secuntina. Un lugar donde disfrutaron de la buena cocina, aunque a la joven actriz se le veía en la cara la pena.
—Esa perrilla…hay algo que me deja sin habla. Queen, alegra el gesto.
—Lo sé Kurt... pero es que me da tanta pena irme que yo...
—Es fácil. Quédate —dijo Menchu ajena a lo ocurrido.
—Mira, honey, el amor es como una paloma, viene, se caga y después se va. ¿Acaso todavía no te has dado cuenta?
Santana asintió. Desde hacía años su corazón estaba cerrado con una puerta acorazada, pero sin saber por qué Britany había conseguido traspasarla.
—Qué bueno Kurt —rio Menchu—, Nunca había escuchado hablar así sobre el amor.
—Uis pues como se lance, puedes escuchar burradas mil —se quejo Santana.
Sin prestarles atención el joven tomo su plato con pan y dijo:
—Menchu eres lo más... pero te odiaré cuando me pese tomorrow y vea que he engordado five kilos. Por el amor de my life ¡qué rico está todo!
—Me alegra saber que les gusta el sitio donde les he traído.
—La salsita del cordero está... ¡increíble! —asintió la joven actriz mojando pan en aquella exquisita salsa.
—Yo me quedo con el asado de cordero y la sopa castellana ¡qué maravilla! Rio—Kurt.
Menchu encantada por lo mucho que la comida de su tierra les había gustado bajó la voz y levantándose murmuro;
—Voy al baño. Por cierto si les ha gustado la comida, esperen aprobar las yemas de Doncel o los bizcochos borrachos ¡son la bomba!
—La bomba de calorías querrás decir —se quejo Kurt al ver al carnero acercarse con el carrito de los postres.
En el mismo restaurante, pero en otro comedor, Mercedes Sam Bree y Brittany, también cenaban. Todos reían ante las ocurrencias de Sam pero Brittany no tenía la cabeza al cien por cien con ellos. Inexplicablemente no podía dejar de pensar en la joven estrella de Hollywood a pesar de que Bree ya había desplegado sobre ella todas sus armas de mujer. Intentó centrase en ella, pero le era imposible. Cada vez que Bree le besaba, aquellos labios se le sabian vacíos y sin gracia a pesar de que ella los aceptaba. Los devoraba deseoso de disfrutarlos como siempre lo había hecho, pero su cuerpo no reaccionaba. No se excitaba y eso la molestó.
De pronto, Brittany vio pasar a la recepcionista del parador por el pasillo. ¿Menchu en aquel lugar? Verla allí le alertó y se levantó disculpándose. Con disimulo se asomó a varios de los comedores que el asador tenía hasta que la vio. Ella, la mujer que tenía presente en la mente a cada instante, estaba allí. Un regocijo extraño inundó su cuerpo y su entrepierna reaccionó. Verla sonreír fue suficiente para que se excitara. Feliz por aquel descubrimiento se encaminó a los baños. Esperaría a que Menchu saliera y se haría el encontradizo.
—Hola Menchu.
La joven se sorprendió de que recordara su nombre y le saludo con una radiante sonrisa:
—Hola.
—¿Qué raro tú por aquí?
—Ya ves, cenando con unos amigos.
Sin tiempo que perder ella preguntó aun sabiendo la respuesta.
—¿Esta Noelia aquí?
—Si, estamos haciendo una cena de despedida. Mañana se va.
Al escuchar aquello a Brittany se le contrajeron las tripas, ¿cómo que se iba? Pero sin querer manifestar su malestar respondió con una sonrisa.
—Lo sé, me lo dijo y me gustaría despedirme de ella. ¿Puedo ir a tomar una copa después?
—Sí. Hemos hablado de ir al Croll. Le gustó la otra vez que fuimos y hemos hablado de pasar por allí.
Contento por saber dónde localizar a la joven antes de su marcha, Britt se acercó a Menchu y tras darle un beso en la mejilla, que la hizo ponerse colorada como un tomate, le susurró:
—No le digas que me has visto. Quiero darle una sorpresa.
Dicho esto Britt salió del baño y se alejó y Menchu acalorada por el acercamiento mantenido con aquella mujer regresó a la mesa donde sus nuevos amigos atacaban con efusión los postres.
Capitulo 30: La sorpresa de Brittany
Kurt, que no había estado en el Croll, se sorprendió al encontrar un bar repleto de gente guapa y con ganas de pasarlo bien. Durante más de una hora los tres amigos bailaron y disfrutaron de la música. Santana no quería pensar en Britt, pero igual le era imposible. Cada vez que veía a una mujer alto y rubia su corazón latía a mil por hora. Aunque cuando comprobaba que no era quien en el fondo anhelaba ver, la decepción la superaba. Todo en ella era contradicción. Deseaba verla, pero no quería verla. Quería besarla pero no deseaba besarla. ¿Qué la estaba pasando?
—Uis my love —cuchicheó Kurt—. Esta noche aquí hay un meneo de antología, pero siento reconocer que ninguno es como my Peterman.
—Vaya Peterman ¿te ha cagado en el corazón? – se quejo Santana al recordar lo que él dijo sobre las palomas.
—¡Perra! —rio aquel al escucharla.
—Eh... hola —saludó de pronto una muchacha acercándose a ellos.
Era Eva, la hermana de Britt, quien tras recibir la llamada de Menchu e informarle que estaría allí, se había animado a acudir al local. Santana sonrió al verla. Eva era una muchacha muy simpática y lo comprobó el día que la conoció. Con ella era fácil hablar. No como con la malhumorada de su hermana.
Tomandola del brazo con familiaridad Santana se acercó a su primo y dijo:
—Kurtie, te presento a Eva. Ella es hermana de Brittany —y mirando a la muchacha dijo—: Él es mi primo.
—Encantada —y observándole indicó—. Me encanta la camisa de Gucci que llevas ¡es preciosa!
Contento porque alguien se fijara en aquello, contestó el presumido de su primo
—Uis... qué lady más mona. Pues la camiseta que llevas de Custo es una divinidad.
—¿A que es una hermosura? -contestó tocándose la camiseta con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Ideal! —asintió aquel.
Si algo le volvía loco a Kurt era la moda, algo que a Eva le apasionaba. Mientras ellos hablaban de diseñadores, pasarelas y demás, Santana paseó su mirada por el local, cuando el corazón se le paró de repente. Al fondo de la barra estaba Brittany con unos amigos y, muy a su pesar, descubrió que estaba de nuevo con la pechugona del parador, que no paraba de besuquearle por el cuello.
Maldita sea. ¿Por qué hoy ha tenido que venir justamente aquí?
Irritada retiró la mirada. Pero inexplicablemente sus malditas pupilas volvían a buscarle ¡y le encontraban!
No... no... no quiero mirarle pensó enfadada.
Desde su posición Brittany se percató de que ella la había visto. Lo supo cuando la vio retirar la mirada con brusquedad con el entrecejo fruncido. Estar con una mujer tan ardiente como Bree, le hacía sentir que controlaba la situación, pero al mismo tiempo se asqueaba porque quien quería que le estuviera tocando o besando estaba al otro lado de la barra. Ofuscada, tomo su cerveza y le dio un buen trago. Lo necesitaba.
—Ok, ahora entiendo por qué querías venir de nuevo al Croll —murmuró Mercedes apoyándose junto a ella.
—No me jodas tú ahora ¿ok?
Su amiga sonrió y dijo:
—¿Pero no me habías dicho que lo tuyo con ella estaba finiquitado?
—Y lo está...—resopló al ver como ella se retiraba un mechón salvaje que había caído sobre su mejilla. Con una sensualidad que la dejó para el arrastre observó cómo se colocaba aquel mechón tras la oreja dejándole el camino libre para poder admirar la bonita y sensual curvatura de su cuello.
La boca se le resecó y tuvo que beber otro trago de su cerveza. Mercedes sonrió, y con cuidado para que no le escuchara ni su marido Sam cuchicheó:
—¿A qué estás jugando?
—A nada.
—¿Segura?
—Segura - afirmó aquella.
Pero su ceño fruncido y su mandíbula tensa no decían lo mismo.
—¿Tengo que ir comprándome el vestido para la boda? —preguntó Mercedes burlándose.
Al escuchar aquello, Brittany con gesto serio siseó:
—Deja de decir tonterías ¿quieres?
—Vamos Britt que ella es...
Sin dejarle terminar la frase el espetó:
—Sé quién es, por lo tanto, cierra el pico ¿entendido?
—Ok, pero déjame decirte que es impresionantemente guapa y...
Incómoda por la situación fue a responder, pero Bree acercándose de nuevo a ella se puso de puntillas y la besó.
Sofocada por la escena, Santana maldijo. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que sentirse como una quinceañera a la que le habían quitado la noviecita cuando ella, solo por ser quien era, podía tener a la mujer que quisiera? Acabada su bebida se pidió otra. Necesitaba refrescar su garganta seca.
Eva que observaba con curiosidad a Santana, se percató de lo que ocurría cuando al mirar al fondo de la barra vio a su hermana. Eso la hizo sonreír y acercándose a ella cuchicheó:
—Si pasas cerca de ella, te aseguro que se interesará más por ti.
—¿Cómo dices?
—Es mi hermana y la conozco. Y también te diré que la mujer que está con ella no es su tipo.
—¿Y cómo puedes tú saber eso?
Eva sonrió y contemplando como su hermana se dejaba mimar por aquella murmuró con desgana:
—Bree es una mujer demasiado liberal para ella. Y ojo, yo no soy ninguna mojigata. Pero, curiosamente, tengo unos amigos de Baires que la conocen, y me han comentado y enseñado algunas cosas de ella que yo no creo que Britt sepa. Si ella fuera consciente de la clase de vida que suele llevar esa pechugona en Baires ¡otro gallo cantaría!
—¿Quizá lo sabe y no le importa? —insistió Santana quien retiró la mirada de la parejita al ver como aquella sonreía ante algo que aquella le decía.
—No. Te aseguro que mi hermana no lo sabe, pero creo que al final va a acabar enterándose.
Ambas sonrieron por aquel comentario y Santana, al recordar lo que llevaba en el bolso, dijo para cambiar de tema:
—Recuérdame que luego te de unos CD de música para que se los des a Brittany. Mañana regreso a Los Angeles y los compré para ella.
—¿Por qué no se los das tú?
Volvió la cabeza y estuvo a punto de gritar al comprobar que Brittany bailaba abrazada a la pechugona.
Enfadada, retiró la mirada y respondió con gesto agrio:
—Está demasiado ocupada y no quiero molestar.
Eva, apoyándose en la barra durante unos segundos, observó a su hermana y vio como este miraba con disimulo hacia donde estaban ellas. Tras sonreír miró a la joven morena que con gesto de enfado bebía de su copa y preguntó:
—¿De verdad eres de Mendoza?
—Digamos que tengo sangre mendocina.
—Has dicho que mañana regresas a Los Angeles ¿pero no vivías en Londres?
Santana se percató de cómo estudiaba su rostro y todas sus respuestas, e intentando satisfacer su curiosidad respondió:
—Vivo en Los Angeles. Aunque por motivos de trabajo viajo mucho a Londres y París.
Eso le cuadró más a Eva. El acento que ella y su primo tenían no era londinense. Pero queriendo saber más volvió al ataque y preguntó:
—¿En qué trabajas?
Respondió rápidamente y con convicción.
—Kurt y yo trabajamos en el mundo de la moda.
—¿Ah, sí? ¿Y qué hacen exactamente? insistió como buena periodista.
Con un aplomo digno de una buena actriz, Santana bebió un trago de su cerveza y dijo convencida de su mentira:
—Somos personal shoppers. Tenemos nuestra propia empresa. Se llama Fashion Victim.
Aquello atrajo totalmente la atención de Eva.
—¡Qué bueno! Oye, ¿y qué hacen aquí en Lujan? —al ver su gesto puntualizó—, Ooook... lo asumo. Soy como dicen mis hermanas una metiche, pero creo que mis estudios de periodismo, me han creado una deformación profesional.
Ambas rieron y Santana acercándose a ella le cuchicheó en plan cotilleo:
—Hasta ayer estuvo alojado en el parador Peter Fenson, un famoso pianista inglés.
—¿No me digas? y yo sin saberlo. Podría haber cubierto la noticia —se quejo Eva.
Con una angelical mirada Santana se encogió de hombros:
—Lo siento. Pero nuestro contrato no nos permite hablar de los famosetes a los que aconsejamos.
—Ok... lo entiendo —y al recordar en lo que trabajaban sonrió y silbó—. Uooo... me atrae muchísimo su trabajo. Soy una adicta a las compras.
Divertida por ver que había conseguido desviar el interrogatorio fue a decir algo cuando alguien se acercó a Eva y la saludo. Instantes después le presentó a varios de sus amigos y diez minutos más tarde reía y bailaba con ellos. La semi oscuridad del lugar y su perfecto camuflaje le hacía pasar inadvertida. Era magnífico poder mezclarse con la gente sin que nadir la reconociera, ni le pidiera una foto o un autógrafo. Era fantástico ser una más.
Una hora después, acalorada por lo mucho que estaba bailando con los amigos de Eva fue al baño. Había perdido de vista a Britt y dedujo que se había marchado con la besucona.
Mejor así no tengo que ver lo que no quiero pensó mirándose al espejo.
Suspiro de rabia, se echó agua en la nuca y salió del aseo. Pero se quedó petrificada al verla parada fuera de el.
—Vaya... —susurró.
—Sí... Vaya ¡qué coincidencia! Con todos los pubs que hay en Lujan y siempre tenemos que coincidir en el mismo —dijo la rubia en tono amenazador.
Llevaba toda la noche muriéndose de celos por cómo esta reía y bailaba con los amigos de su hermana y, cuando vio que se alejaba de ellos, no lo dudó y fue tras ella.
Con la boca seca por la impresión Santana fue a responder pero ella se le adelantó.
—He oído que mañana te marchas.
—Sí.
—¿Ya has acabado lo que viniste a hacer aquí?
Nerviosa e incapaz de hilar más de dos sílabas volvió a contestar:
—Sí.
Al escuchar sus escuetas respuestas, Brittany apoyó sus manos en la pared a ambos lados de la cabeza de ella, y clavándole sus claros y enfadados ojos preguntó en tono desafiante:
—¿Y?
Sus defensas contra el huracán Brittany comenzaban a flaquear.
—¿Y qué? —balbuceó.
Más próxima a ella de lo que Britt deseaba estar, le susurró cerca de su tentadora boca:
—¿Lo pasas bien con los amigos de mi hermana?
—Sí. ¿Y tú con la besucona?
Aquel desdén en sus palabras le hicieron sonreír y acercándose aún más a ella murmuró:
—No. ¿Y sabes por qué? —Cuando ella negó con la cabeza, Britt siseó—: Porque no me gusta mirar cuando deseo algo, yo prefiero participar.
Aquella mirada. Aquellos labios. Aquella mujer le volvía loca. Tomandola de la mano con posesión la hizo entrar de nuevo en el baño y tras cerrar la puerta y quedar las dos a solas dijo con seriedad:
—¿Sabes morenita? Yo aún no he terminado lo que vine a hacer aquí.
Y sin más la besó. La poseyó con la boca de una manera que hizo que ella se estremeciera. La música del local pareció desaparecer, ambas olvidaron donde estaban mientras sentían que un atroz deseo se apoderaba de ellos.
—Estás preciosa esta noche.
—Tú más...
Seguir enfadada, con ella entre sus brazos, era imposible. Sonrió y aquel gesto calentó todavía más la sangre de la joven, que con voz sensual Brittany murmuró;
—Gracias... nunca me habían dicho que estaba preciosa.
Santana también sonrió. Brittany, con su seguridad, derribaba todas sus defensas de un plumazo. Una mirada suya podía con ella. Pegándose a ella y deseosa de su contacto, sintió que la sangre le quemaba y anheló que la poseyera allí mismo. Un gemido de ansia y deseo escapó de sus labios cuando sintió la mano de la rubia subiendo lentamente por su espalda. Aquella mano recorrió su cuerpo con movimientos circulares hasta que llegó a su pecho, y cuando lo tocó a través de la tela del vestido, sus pezones respondieron a la llamada del sexo haciéndola respirar con agitación.
—Me vuelves loca, morenita—susurró con voz sensual—. Es verte y olvido todas las señales que me alertan para que no me acerque a ti. Es tocarte y querer poner en práctica contigo todas las fantasías húmedas que me provocas.
Con la respiración entrecortada, Santana la escuchaba excitada. Después se lamió los mojados labios, aún calientes por sus besos y susurró:
—Atrévete.
Con una sonrisa peligrosa Brittany posó las manos en el trasero de ella con posesión y la alzó. La apoyó contra la puerta del aseo y ella le rodeó la cintura con las piernas. Excitada por aquel atrévete, metió sus manos bajo el vestido y mirándola a los ojos con morbo se lo subió. Ella se estremeció y gimió.
Britt comprobó con deleite que las medias que ella llevaba solo llegaban hasta los muslos y eso le volvió loca. Sin contemplaciones tiró de la tanga y la rompió, hasta que por fin sus grandes manos tocaron el terciopelo húmedo que tanto deseaba.
—¿Quieres que continúe? —susurró Brittany mordisqueándole el lóbulo de la oreja.
Ella no pudo decir nada, tan solo asintió. Sabía que aquel lugar, un baño público, no era el más apropiado. Si la prensa se enteraba de aquello sería un tremendo escándalo, pero no le importó. Le pudo más el deseo y dispuesta a todo murmuró:
—Sigue...
Su tono ronco y excitado estremeció a Brittany y sin dejar de mirarla los ojos y deseoso de arrancarle mil jadeos más de placer, le introdujo entre los húmedos pliegues de su sexo uno de sus dedos mientras le susurraba:
—Mírame...
Hechizada por aquel momento le obedeció. Fijó su mirada en ella y cuando sintió que Britt metía dos dedos y jugaba con su sexo, se chupó los labios y exigió:
—Bésame... bésame.
Brittany tomó posesión de aquellos tentadores labios y, entre gemidos, sintió su sexo tan humedo para la acción. Entre jadeos, y sin perder un segundo, Santana le desabrochó los botones del pantalon. Cuando este resbaló entre sus piernas y se lo quito ella suspiró al ver como la humedad de la rubia. Metió su mano bajo el culotte gris y tocó con mimo su húmedo centro. Luego de unos minutos incapaz de continuar aquel juego de toqueteos, Brittany le retiró la mano y sujetandola con fuerza y volvio a levantarla y con certera la penetró mientras la tenía apoyada contra la puerta. Ambas jadearon por la intensidad del momento y la situación y Brittany, enloquecida, la besó robándole el aliento mientras animada por como ella lo recibía entraba y salía de su interior una y otra vez.
Cuando el calor comenzó a humedecer sus frentes y parecía que ambas iban a explotar, Santana pidió con desesperación que Brittany bajara. La rubia cumpliendo los deseos de la morena se arrodillo y lentamente paso su lengua por toda su humedad, saboreando cada parte de entrepierna. Al ver la reacción de Santana, Britt decidió penetrarla nuevamente con euforia.
Ambas gemían por lo alto, y Santana al ver a la rubia pidió
-tocate mientras me penetras, quiero verte.
Britt que ya no podía mas de excitación, accedió…Como pudo sin dejar de lamer y recorrer con su lengua el interior de la morena, saco sus dedos una vez mas, los lamio con deseo y se quito su culotte y se lo entrego a Santana. Esta al sentir la humedad y el aroma impregnado en la prenda de la rubia, lo llevo a la boca lamiéndolo con desesperacion. Y repirtio:
-Hmm anda, tocate quiero verte…- y Britt asi lo hizo.
Mientras volvia loca a la morena con su lengua en su clítoris succionándolo y con sus dedos moviéndolos en círculos, Santana arqueándose gritó:
-Britt…Brittany…ya casi, sigue! Y satisfecha llego un maravilloso y devastador orgasmo que humedeció aun mas a Brittany. Sentir la humedad alrededor de sus dedos, ver su gesto sensual y notar como los músculos internos de ella se aferraban, le hizo perder el control y tras varias estocadas más, dijo con su voz entre cortada:
-Santana, quiero sentirte, me falta poco.
La morena quien aun no se reponía del todo jadeando, tomo a Britt la puso contra la pared abrió sus largas piernas e introdujo su lengua en su centro. Lamia, succionaba y recorría toda su entrepierna mientras Brittany la tomaba cuidadosamente del cabello y la pegaba mas. Santana no se quiso quedar atrás, quería poseer a la rubia completamente sin mediar palabra la penetro. Introdujo dos dedos de inmediato levantándose para besar a Britt con locura, tras varias embestidas Brittany gimio:
-Santana, estoy a punto…y arqueando su espalda y lanzando un gemido llego al orgasmo.
Apoyadas la contra la otra, agitadas y exhaustas por la intensidad de lo ocurrido, intentaron calmar sus respiraciones mientras sentían que la tensión vivida en aquel baño público se relajaba. Había ocurrido lo inevitable. Lo que ambas habían deseado y ya no había vuelta atrás. Irguiéndose todavía más entre sus brazos, Santana la miró. Se le veía cansada, sin embargo, Britt clavó su clara mirada en ella y dijo con seguridad:
—Vayamos a mi casa.
No lo dudó. Salió del baño sin importarle las caras de sorpresa de las mujeres que golpeaban la puerta, y en especial la de Bree, la pechugona, que con gesto de enfado les seguía con la mirada. Feliz por ir tomada de la mano de Brittany, y dispuesta a repetir lo que acababa de pasar instantes antes en el baño, pasó junto a Kurt, Eva y Menchu, les guiñó un ojo y se marchó.
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*O*
YYYYYY.....OK ESPERO LES GUSTE ESTOS CAPITULOS
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA LA ACTU<3
BESOS
-// Pues si ambas no se escuchan y se dicen de todo y terminan cagando todo :/ Esperemos que Britt o Santana haga algo para volver :)
Tatymm: "ooooooooooooooooooooooooooooooo noooo por que!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! es mas idiota britt!! que acaso no se habia dado cuenta ya como era san??? siempre lo arruina todo!! y entiendo a san le esta gustando demasiado la rubia pero sabe que esa fantasia no dura para siempre! besitos!! quiero que sea mañana asi te leo!"
-// Wow wow pobre Britt aunque si un poco tarada es pero es que no le va siertas cosas de Santana aun no se acostumbra, cuando le pega el amor le pega(?
3:): "un cagadon las dos,....
ninguna de las dos se escuchan y tampoco se dicen lo que siente!!!
pobre de ruth,... casi la mata britt por arruinar el momento con san!!!"
-// Exactamente ninguna de las dos se sabe escuchar tiene el mismo caracter podrido jajajaja si pobre Ruth Britt casi se la come viva pero es su nena asi que le pudo mas su ternura y sus locuritas :3
Jane0_o: "Oh que cambio ya espero
El siguiente capitulo
Saludos"
-//Pues si con estas chicas nunca se sabe :/ Saludos
Dolomiti : "Excelentes caps!! No había podido comentar pero si seguía la historia!!
Espero puedas actualizar pronto!! ya quiero saber si la cabezona de britt busca a
la pobre de santana
Saludos"
-// No pro mientras sigas la historia estas perdonad@ jajaja :D Si veremos que sucede con estas cabezas duras!
AndreaDaru : "A ver Santana o sigues adelante o que!! Es que cuando no es una cosa es otra.. la deja con el calenton jajajaja
Pero la primera que ha comenzado ha sido Santana con lo de Puck, así que
Y los demás son unos inoportunos!
Estoy enganchadísima a este fic, espero ansiosa el próximo"
-// Amen,,, Santana comenzo con lo de Puck cosa q hirio a Britt y esta se paso con lo del liston PERO en la guerra y en el amor todo se vale(?
Que bueno que estes enganchada con la historia :)
Micky Morales : "Que estupida es Brittany, que se cree? que se pudra!"
-// OK D:
Jas2602 : "ooooh no esto que se lastimen no me gusta mucho....pero te digo la verdad estoy a favor del drama me gusta...porque la reconciliacion es aun mejor...jajajaja"
-// Ya tu sabes, ah jajaja exacto y si espero estas chicas no se lastimen mucho :(
WOW CUANTOS COMENTARIOS, MUCHISIMAS GRACIAS :D
ME ALEGRA MUCHO QUE LES GUSTE LA HISTORIA TANTO COMO A MI :)
PD: NO INSULTEN A MI RUBIA O NO PUBLICO MAS AH JAJAJA CHISTE :P
ME DIVIERTO MUCHO CON SUS COMENTARIOS, UNA VEZ MAS GRACIAS<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 29: ultimo dia en Argentina
El sábado, Santana se fue de compras con Lizzie a Baires. Al principio no estaba de humor por lo ocurrido la noche anterior. Las duras palabras de Brittany aún resonaban en su mente. Pero estar con Lizzie y sentir su positividad le aliviaba. Santana, gracias al tiempo que pasaron juntas en unos grandes almacenes, descubrió que a la joven le gustaba la fotografía.
—Es mi pasión ¿Has visto que pedazo de cámara réflex?
—Sí... enorme —murmuró mirándola.
—¡Es lo mejor! Cuando nazca el búho y comience a trabajar, lo primero que voy a hacer es comprarme un bicharraco de estos. La cámara que yo tengo ya está obsoleta, pero la mimo hasta que tenga una nueva —rio Lizzie con aquello entre las manos.
Santana quiso decirle que odiaba aquellas cámaras de grandes objetivos. Demasiadas como aquella la seguían allá donde fuera y en cierto modo le ponían nerviosa. Pero calló.
Unas horas después, tras comprar varias cosas para el bebé, entraron en un par de tiendas de discos y
Santana se alegró al encontrar varios de los CD que buscaba. En especial la banda sonora de la película Cadillac Records. Allí estaba la canción At last cantada por Beyoncé. Una canción que le encantaba y que le hubiera gustado escuchar con Brittany, aunque tras lo ocurrido era de lo más improbable. Pero aun así lo compró, y por la tarde tras un buen día de compras con Lizzie, regresó más contenta al parador.
El domingo llegó y ninguno se llamó por teléfono. Brittany se libro aquel fin de semana pero ofuscada por lo ocurrido y en cierto modo molesta por cómo le había hablado a Santana, decidió salir con sus amigas de fiesta y olvidarse de ella. Pero no lo consiguió. Era ver una muchacha morena caminando por Lujan y los ojos se le iban detrás. Mercedes, que sabía lo que había pasado porque es esposo de Irene se lo había contado a Sam, intentó hablar con ella, pero Brittany se cerró en banda. No quería hablar de lo ocurrido.
Al anochecer, Sam apareció con la explosiva de Bree y decidieron ir a tomar algo los cuatro por el casco viejo de Lujan.
Santana, a cada segundo que pasaba, más se arrepentía de lo ocurrido. ¿Cómo era posible que hubieran acabado discutiendo de esa manera? Miró su móvil cientos de veces. Pensó en llamarle, en enviarle un mensaje, pero al final se arrepintió. Ella nunca había ido tras un hombre mucho menos de una mujer y, por supuesto, esta no iba a ser la primera vez, y más aún cuando el muy idiota la había humillado con lo de Puck y su ‘listón’.
Entristecida porque no la llamaba, el domingo por la tarde miraba por la ventana cuando Kurt llamó a la puerta.
—¿Sigues igual darling?
—Peor—gruñó molesta.
En su cabeza retumbaban las cosas que Brittany le había dicho y cada vez se enfadaba más.
—A ver, ¿por qué tienes ahora esa cara de pequinés? —Ella no respondió y él prosiguió—: Que yo sepa, por lo que tú me has contado, fuiste tú la que decidiste regresar al castillo. Ella no te echó de su house. Por lo tanto, you and only you tienes la culpa de todo lo ocurrido.
—¿Por qué te pones de su parte? —refunfuño enfadada.
—Ponte en su lugar, queen. Tú fuiste la que huyó de su casa.
—Y ella me dijo cosas terribles.
—Sí... de eso no hay duda cuchita, pero te aconsejo que la llames por teléfono. No dejes para tomorrow lo que puedas hacer today... recuérdalo. Ese tipo de woman, no se fabrica en los United States, y no puedes marcharte sin darte un homenaje al body, si la susodicha te lo pide.
Saber que tenía razón era lo que más le jorobaba, pero las duras palabras de ella aún resonaban en sus oídos. No... no la llamaría. Sentándose en una silla al lado de la ventana, se encendió un cigarrillo.
—No sé qué me pasó, Kurt. Yo quería quedarme con ella y tener una estupenda noche de sexo, pero... pero un extraño miedo me lo impidio y... y...
—Y cuando ella no te trató como a la divina de Santana Lopez tú...
—No venían al cuento sus comentarios —protestó ella.
-Mira queen —suspiró su primo—. Te conozco. Sé que sus palabras no te gustaron, pero también sé que lo que más te molestó fue eso de que había bajado su listón para estar contigo, ¿verdad?
Recordar aquello le hizo sentir insegura. Realmente ella no se podía comparar con Bree. La encargada del parador era exuberante, alta y de grandes pechos. Santana sabía que su cuerpo era proporcionado y sensual, se lo había currado con gimnasia y dietas, pero no poseía ni su altura ni sus atributos. Siempre se había negado a pasar por el quirófano a pesar de que su padre se lo había sugerido en múltiples ocasiones. Y ahora, por primera vez en su vida, se estaba arrepintiendo.
Kurt, al ver su gesto contrariado sonrió y acercándose a ella murmuró:
—You are jealous de la chica del parador?
—¡¿Celosa yo de esa?!
Al ver cómo esta le miraba el joven respondió con gracia:
—Yes, hija, yes, celos. Eso tan latino y que en las rancheras mexicanas está tan de moda, como por ejemplo «You eres mía, y only mía» —Santana sonrió y su primo prosiguió—: Por cierto, ¿venía al cuento que fueras tan descriptiva en lo maravilloso amante que es Puck?
—Vuelves a tener razón —susurró al recordar el gesto de Brittany, cuando le dijo que las relaciones con aquel eran muy satisfactorias.
—A ver cuchi, look at me.
Santana levantando la mirada clavó sus claros ojos en él.
—Tu y yo siempre hemos hablado claro de cosas como sexo, lujuria, hombres o mujeres en tu caso y desenfreno, right?
Si, verdad sonrió al recordar ciertos episodios.
—¿Y desde cuando Puck es satisfactory? Mira... mira que tú me habías dicho que al principio era divertido pero que las últimas veces te resultó aburrido. ¿Desde cuándo es salisfactory?
Al escucharle sonrió, y entendió que lo dijo para molestar a Brittany. ¿Realmente tanto le gustaba ella? Sí... la respuesta era sí. Fue a decir algo pero su primo se le adelantó.
—Ahora contéstame a unas questions.
—Ok.
—La primera ¿te gusta esa Barbie argentina tanto... tanto... tanto?
—Más.
—¿Hay chispa y hay atracción entre ustedes?
Ella sonrió y tras resoplar murmuró:
—Sí... hay fuegos artificiales.
—Eso es fenómeno, cuchi... porque mira, my girl, si no existiera morbo, chispa o attraction, entonces ¡apaga y vámonos! Pero si me dices que existe ¿me puedes explicar por qué te has negado una noche de sexo, y encima del bueno?
—Me gusta Brittany, Kurt. Me gusta mucho.
El joven retirándose el flequillo de la cara con glamour respondió divertido:
—Ah... qué cachonda. A mí por gustarme, I like Gerard Butler, Matthew Fox o Jason Sthatam pero ni me miran cuando coincidimos con ellos en alguna party en Hollywood. Pero ¡Ay Dios!, si al mirarme cualquiera de ellos surgieran chispas, morbete o atracción ¡otro gallo cantaría! Con esto quiero decir, que you and only you decides con quien quieres tener un affaire o no. Si estamos aquí, en Argentina, en este lugar, y en este pueblo, es por ella, y lo que no entiendo es ¿qué haces aquí con cara de almeja pudiendo disfrutar de la lujuria y el desenfreno con ella?
—¿Me has escuchado bien Kurt? —repitió ella—. Te he dicho que me gusta; que me gusta mucho y cada segundo que pasa más; que la veo y siento las maripositas que la abuela nos contó que sintió al conocer al abuelo en el estómago; que cuando estoy con ella me siento diferente, no una diva de Hollywood; que no puedo parar de pensar en ella; que la otra noche en el cumpleaños del abuelo Goyo, me sentí como llevaba años sin sentirme, y quise pertenecer a esa familia, y yo quise eso porque... yo... yo...
—Por el amor de Dios ¡Huyamos rápidamente de aquí! —gritó Kurt levantándose con rapidez—. Ay my baby, tú no puedes decir en serio lo que estás diciendo. Apenas le conoces y tú te mereces algo mejor que...
No le gustó aquel último comentario, tan parecido a los de su padre.
—¿Qué es eso de que me merezco algo mejor? Brittany es maravillosa, trabajadora, buena con su gente. Pero si hasta le hace trencitas en el cabello a su sobrina cuando desayuna leche con galletas —gimió desesperada.
—Uisss ¡qué amorosaaaaa!
—La palabra es acurrucoso —suspiró ella al recordar lo que el abuelo le dijo— Ay, Kurt, mi gran problema, es que creo que me estoy enamorando como una tonta y...
—Lo dicho... ¡huyamos! Salgamos de Argentina ¡pero ya!
—Pero...
—No hay peros, que te conozco y te pones muy pesadita.
Sin prestar atención a su primo susurró:
—Ella es tan auténtica, tan cariñosa, tan familiar, y... y...
-El problema, darling— cortó aquel—, es que tú eres Santana Lopez, una gran estrella de Hollywood, una diva entre las divas y...
—Pero también soy una mujer, Kurt. Soy una mujer de carne y hueso, que llora, ríe, ama, se enfada y desea que la quieran por como es, no por quien es ¿lo entiendes?
Su primo al mirar sus ojos y sentir su desesperación, sentándose junto a ella, la abrazó.
—Claro que te entiendo bobita. Pero esta life es very perra a veces, y las cosas que queremos no podemos tenerlas, por ello, has de ser práctica y conformarte con otras options.
—¿Noah Puckerman?
—Es una linda y sexy option—asintió Kurt ante la cara de mosqueo de su prima.
—Oh, my God, Kurt, cómo se ve que no has conocido a Brittany. Si la conocieras te aseguro que te enamorarías de ella.
—Uis te recuerdo que soy gay las chicas no me van. —Al ver a su prima sonreír concluyó—. Mira mona, porque tengo la varita mágica en el taller, porque si no... a esa barbie lo transformaba y me lo guardaba para mí.
Aquel comentario volvió a hacerla reír. Kurt era fuerza en estado puro. Una positividad bien heredada de su abuela y que ella necesitaba y siempre encontraba en él.
—Recuerdas ese dicho español que la abuela siempre decía cuando nos veía sufrir por amor «La mancha de mora, con otra mora verde se quita». Piénsalo. Quizá lo que necesitas es eso, otra mora para que quite la mancha y definitivamente marcharte de aquí.
Aquella opción era la mejor.
—Sí... creo que lo mejor será que regresemos a Hollywood. Aquí no pintamos nada y necesito regresar a mi realidad.
—Muy bien dicho, honey.
Al escuchar su tono de voz Santana recordó algo y preguntó:
—Oye, ¿y tu Peterman?
—Peter. Se marchó ayer para Barcelona. Tiene que dar allí dos conciertos.
-¿Y?
—Y nada... fue beautiful mientras duró. Hemos intercambiado teléfonos, pero ya sabes lo que quiere decir eso de... ya te llamaré. Nunca se llama. —Sin perder un ápice de su humor la miró y dijo—: Qué te parece si tú y yo tonight, como despedida del lugar, de Argentina y de la barbie latina, nos vamos a cenar al mejor restaurant a comer algo terriblemente prohibitivo para nuestros regímenes y luego de copas.
—¡Perfecto! Una buena idea ¡Que vivan las calorías!
—¡Que vivan! Voy a vestirme.
Cuando su primo se levantó y caminó hacia la puerta Santana le llamó.
—Kurt.
—Ponte algo discreto ¿de acuerdo?
—Yes.
—No quiero que la gente repare en nosotros —insistió ella.
—Ok, me pondré discreto, pero divine.
—A ver Kurt... la palabra divine, no es algo que un machote suela utilizar.
—Peor para ellos —rio este—. Tranquila. Dejaré mis pantalones pink chicle para cuando estemos en casita. Pero tú ponte guapa a rabiar. En un par de horas paso a buscarte.
Una vez sola, Santana se echó sobre la cama y dejó escapar un suspiro. ¿Realmente deseaba volver a ver a Brittany Pierce? Lo que sintió al pensar en ella se lo confirmó. Y sentándose en la cama se preguntó: Realmente, ¿me estaré enamorando de ella?
Tras pedirle a Menchu que les preparara la cuenta porque al día siguiente se marchaban, la joven se decepcionó. Pero la ilusión volvió a su rostro cuando Santana la invitó a cenar con ellos aquella noche. Aconsejados por la recepcionista fueron a cenar a un asador llamado La Secuntina. Un lugar donde disfrutaron de la buena cocina, aunque a la joven actriz se le veía en la cara la pena.
—Esa perrilla…hay algo que me deja sin habla. Queen, alegra el gesto.
—Lo sé Kurt... pero es que me da tanta pena irme que yo...
—Es fácil. Quédate —dijo Menchu ajena a lo ocurrido.
—Mira, honey, el amor es como una paloma, viene, se caga y después se va. ¿Acaso todavía no te has dado cuenta?
Santana asintió. Desde hacía años su corazón estaba cerrado con una puerta acorazada, pero sin saber por qué Britany había conseguido traspasarla.
—Qué bueno Kurt —rio Menchu—, Nunca había escuchado hablar así sobre el amor.
—Uis pues como se lance, puedes escuchar burradas mil —se quejo Santana.
Sin prestarles atención el joven tomo su plato con pan y dijo:
—Menchu eres lo más... pero te odiaré cuando me pese tomorrow y vea que he engordado five kilos. Por el amor de my life ¡qué rico está todo!
—Me alegra saber que les gusta el sitio donde les he traído.
—La salsita del cordero está... ¡increíble! —asintió la joven actriz mojando pan en aquella exquisita salsa.
—Yo me quedo con el asado de cordero y la sopa castellana ¡qué maravilla! Rio—Kurt.
Menchu encantada por lo mucho que la comida de su tierra les había gustado bajó la voz y levantándose murmuro;
—Voy al baño. Por cierto si les ha gustado la comida, esperen aprobar las yemas de Doncel o los bizcochos borrachos ¡son la bomba!
—La bomba de calorías querrás decir —se quejo Kurt al ver al carnero acercarse con el carrito de los postres.
En el mismo restaurante, pero en otro comedor, Mercedes Sam Bree y Brittany, también cenaban. Todos reían ante las ocurrencias de Sam pero Brittany no tenía la cabeza al cien por cien con ellos. Inexplicablemente no podía dejar de pensar en la joven estrella de Hollywood a pesar de que Bree ya había desplegado sobre ella todas sus armas de mujer. Intentó centrase en ella, pero le era imposible. Cada vez que Bree le besaba, aquellos labios se le sabian vacíos y sin gracia a pesar de que ella los aceptaba. Los devoraba deseoso de disfrutarlos como siempre lo había hecho, pero su cuerpo no reaccionaba. No se excitaba y eso la molestó.
De pronto, Brittany vio pasar a la recepcionista del parador por el pasillo. ¿Menchu en aquel lugar? Verla allí le alertó y se levantó disculpándose. Con disimulo se asomó a varios de los comedores que el asador tenía hasta que la vio. Ella, la mujer que tenía presente en la mente a cada instante, estaba allí. Un regocijo extraño inundó su cuerpo y su entrepierna reaccionó. Verla sonreír fue suficiente para que se excitara. Feliz por aquel descubrimiento se encaminó a los baños. Esperaría a que Menchu saliera y se haría el encontradizo.
—Hola Menchu.
La joven se sorprendió de que recordara su nombre y le saludo con una radiante sonrisa:
—Hola.
—¿Qué raro tú por aquí?
—Ya ves, cenando con unos amigos.
Sin tiempo que perder ella preguntó aun sabiendo la respuesta.
—¿Esta Noelia aquí?
—Si, estamos haciendo una cena de despedida. Mañana se va.
Al escuchar aquello a Brittany se le contrajeron las tripas, ¿cómo que se iba? Pero sin querer manifestar su malestar respondió con una sonrisa.
—Lo sé, me lo dijo y me gustaría despedirme de ella. ¿Puedo ir a tomar una copa después?
—Sí. Hemos hablado de ir al Croll. Le gustó la otra vez que fuimos y hemos hablado de pasar por allí.
Contento por saber dónde localizar a la joven antes de su marcha, Britt se acercó a Menchu y tras darle un beso en la mejilla, que la hizo ponerse colorada como un tomate, le susurró:
—No le digas que me has visto. Quiero darle una sorpresa.
Dicho esto Britt salió del baño y se alejó y Menchu acalorada por el acercamiento mantenido con aquella mujer regresó a la mesa donde sus nuevos amigos atacaban con efusión los postres.
Capitulo 30: La sorpresa de Brittany
Kurt, que no había estado en el Croll, se sorprendió al encontrar un bar repleto de gente guapa y con ganas de pasarlo bien. Durante más de una hora los tres amigos bailaron y disfrutaron de la música. Santana no quería pensar en Britt, pero igual le era imposible. Cada vez que veía a una mujer alto y rubia su corazón latía a mil por hora. Aunque cuando comprobaba que no era quien en el fondo anhelaba ver, la decepción la superaba. Todo en ella era contradicción. Deseaba verla, pero no quería verla. Quería besarla pero no deseaba besarla. ¿Qué la estaba pasando?
—Uis my love —cuchicheó Kurt—. Esta noche aquí hay un meneo de antología, pero siento reconocer que ninguno es como my Peterman.
—Vaya Peterman ¿te ha cagado en el corazón? – se quejo Santana al recordar lo que él dijo sobre las palomas.
—¡Perra! —rio aquel al escucharla.
—Eh... hola —saludó de pronto una muchacha acercándose a ellos.
Era Eva, la hermana de Britt, quien tras recibir la llamada de Menchu e informarle que estaría allí, se había animado a acudir al local. Santana sonrió al verla. Eva era una muchacha muy simpática y lo comprobó el día que la conoció. Con ella era fácil hablar. No como con la malhumorada de su hermana.
Tomandola del brazo con familiaridad Santana se acercó a su primo y dijo:
—Kurtie, te presento a Eva. Ella es hermana de Brittany —y mirando a la muchacha dijo—: Él es mi primo.
—Encantada —y observándole indicó—. Me encanta la camisa de Gucci que llevas ¡es preciosa!
Contento porque alguien se fijara en aquello, contestó el presumido de su primo
—Uis... qué lady más mona. Pues la camiseta que llevas de Custo es una divinidad.
—¿A que es una hermosura? -contestó tocándose la camiseta con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Ideal! —asintió aquel.
Si algo le volvía loco a Kurt era la moda, algo que a Eva le apasionaba. Mientras ellos hablaban de diseñadores, pasarelas y demás, Santana paseó su mirada por el local, cuando el corazón se le paró de repente. Al fondo de la barra estaba Brittany con unos amigos y, muy a su pesar, descubrió que estaba de nuevo con la pechugona del parador, que no paraba de besuquearle por el cuello.
Maldita sea. ¿Por qué hoy ha tenido que venir justamente aquí?
Irritada retiró la mirada. Pero inexplicablemente sus malditas pupilas volvían a buscarle ¡y le encontraban!
No... no... no quiero mirarle pensó enfadada.
Desde su posición Brittany se percató de que ella la había visto. Lo supo cuando la vio retirar la mirada con brusquedad con el entrecejo fruncido. Estar con una mujer tan ardiente como Bree, le hacía sentir que controlaba la situación, pero al mismo tiempo se asqueaba porque quien quería que le estuviera tocando o besando estaba al otro lado de la barra. Ofuscada, tomo su cerveza y le dio un buen trago. Lo necesitaba.
—Ok, ahora entiendo por qué querías venir de nuevo al Croll —murmuró Mercedes apoyándose junto a ella.
—No me jodas tú ahora ¿ok?
Su amiga sonrió y dijo:
—¿Pero no me habías dicho que lo tuyo con ella estaba finiquitado?
—Y lo está...—resopló al ver como ella se retiraba un mechón salvaje que había caído sobre su mejilla. Con una sensualidad que la dejó para el arrastre observó cómo se colocaba aquel mechón tras la oreja dejándole el camino libre para poder admirar la bonita y sensual curvatura de su cuello.
La boca se le resecó y tuvo que beber otro trago de su cerveza. Mercedes sonrió, y con cuidado para que no le escuchara ni su marido Sam cuchicheó:
—¿A qué estás jugando?
—A nada.
—¿Segura?
—Segura - afirmó aquella.
Pero su ceño fruncido y su mandíbula tensa no decían lo mismo.
—¿Tengo que ir comprándome el vestido para la boda? —preguntó Mercedes burlándose.
Al escuchar aquello, Brittany con gesto serio siseó:
—Deja de decir tonterías ¿quieres?
—Vamos Britt que ella es...
Sin dejarle terminar la frase el espetó:
—Sé quién es, por lo tanto, cierra el pico ¿entendido?
—Ok, pero déjame decirte que es impresionantemente guapa y...
Incómoda por la situación fue a responder, pero Bree acercándose de nuevo a ella se puso de puntillas y la besó.
Sofocada por la escena, Santana maldijo. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que sentirse como una quinceañera a la que le habían quitado la noviecita cuando ella, solo por ser quien era, podía tener a la mujer que quisiera? Acabada su bebida se pidió otra. Necesitaba refrescar su garganta seca.
Eva que observaba con curiosidad a Santana, se percató de lo que ocurría cuando al mirar al fondo de la barra vio a su hermana. Eso la hizo sonreír y acercándose a ella cuchicheó:
—Si pasas cerca de ella, te aseguro que se interesará más por ti.
—¿Cómo dices?
—Es mi hermana y la conozco. Y también te diré que la mujer que está con ella no es su tipo.
—¿Y cómo puedes tú saber eso?
Eva sonrió y contemplando como su hermana se dejaba mimar por aquella murmuró con desgana:
—Bree es una mujer demasiado liberal para ella. Y ojo, yo no soy ninguna mojigata. Pero, curiosamente, tengo unos amigos de Baires que la conocen, y me han comentado y enseñado algunas cosas de ella que yo no creo que Britt sepa. Si ella fuera consciente de la clase de vida que suele llevar esa pechugona en Baires ¡otro gallo cantaría!
—¿Quizá lo sabe y no le importa? —insistió Santana quien retiró la mirada de la parejita al ver como aquella sonreía ante algo que aquella le decía.
—No. Te aseguro que mi hermana no lo sabe, pero creo que al final va a acabar enterándose.
Ambas sonrieron por aquel comentario y Santana, al recordar lo que llevaba en el bolso, dijo para cambiar de tema:
—Recuérdame que luego te de unos CD de música para que se los des a Brittany. Mañana regreso a Los Angeles y los compré para ella.
—¿Por qué no se los das tú?
Volvió la cabeza y estuvo a punto de gritar al comprobar que Brittany bailaba abrazada a la pechugona.
Enfadada, retiró la mirada y respondió con gesto agrio:
—Está demasiado ocupada y no quiero molestar.
Eva, apoyándose en la barra durante unos segundos, observó a su hermana y vio como este miraba con disimulo hacia donde estaban ellas. Tras sonreír miró a la joven morena que con gesto de enfado bebía de su copa y preguntó:
—¿De verdad eres de Mendoza?
—Digamos que tengo sangre mendocina.
—Has dicho que mañana regresas a Los Angeles ¿pero no vivías en Londres?
Santana se percató de cómo estudiaba su rostro y todas sus respuestas, e intentando satisfacer su curiosidad respondió:
—Vivo en Los Angeles. Aunque por motivos de trabajo viajo mucho a Londres y París.
Eso le cuadró más a Eva. El acento que ella y su primo tenían no era londinense. Pero queriendo saber más volvió al ataque y preguntó:
—¿En qué trabajas?
Respondió rápidamente y con convicción.
—Kurt y yo trabajamos en el mundo de la moda.
—¿Ah, sí? ¿Y qué hacen exactamente? insistió como buena periodista.
Con un aplomo digno de una buena actriz, Santana bebió un trago de su cerveza y dijo convencida de su mentira:
—Somos personal shoppers. Tenemos nuestra propia empresa. Se llama Fashion Victim.
Aquello atrajo totalmente la atención de Eva.
—¡Qué bueno! Oye, ¿y qué hacen aquí en Lujan? —al ver su gesto puntualizó—, Ooook... lo asumo. Soy como dicen mis hermanas una metiche, pero creo que mis estudios de periodismo, me han creado una deformación profesional.
Ambas rieron y Santana acercándose a ella le cuchicheó en plan cotilleo:
—Hasta ayer estuvo alojado en el parador Peter Fenson, un famoso pianista inglés.
—¿No me digas? y yo sin saberlo. Podría haber cubierto la noticia —se quejo Eva.
Con una angelical mirada Santana se encogió de hombros:
—Lo siento. Pero nuestro contrato no nos permite hablar de los famosetes a los que aconsejamos.
—Ok... lo entiendo —y al recordar en lo que trabajaban sonrió y silbó—. Uooo... me atrae muchísimo su trabajo. Soy una adicta a las compras.
Divertida por ver que había conseguido desviar el interrogatorio fue a decir algo cuando alguien se acercó a Eva y la saludo. Instantes después le presentó a varios de sus amigos y diez minutos más tarde reía y bailaba con ellos. La semi oscuridad del lugar y su perfecto camuflaje le hacía pasar inadvertida. Era magnífico poder mezclarse con la gente sin que nadir la reconociera, ni le pidiera una foto o un autógrafo. Era fantástico ser una más.
Una hora después, acalorada por lo mucho que estaba bailando con los amigos de Eva fue al baño. Había perdido de vista a Britt y dedujo que se había marchado con la besucona.
Mejor así no tengo que ver lo que no quiero pensó mirándose al espejo.
Suspiro de rabia, se echó agua en la nuca y salió del aseo. Pero se quedó petrificada al verla parada fuera de el.
—Vaya... —susurró.
—Sí... Vaya ¡qué coincidencia! Con todos los pubs que hay en Lujan y siempre tenemos que coincidir en el mismo —dijo la rubia en tono amenazador.
Llevaba toda la noche muriéndose de celos por cómo esta reía y bailaba con los amigos de su hermana y, cuando vio que se alejaba de ellos, no lo dudó y fue tras ella.
Con la boca seca por la impresión Santana fue a responder pero ella se le adelantó.
—He oído que mañana te marchas.
—Sí.
—¿Ya has acabado lo que viniste a hacer aquí?
Nerviosa e incapaz de hilar más de dos sílabas volvió a contestar:
—Sí.
Al escuchar sus escuetas respuestas, Brittany apoyó sus manos en la pared a ambos lados de la cabeza de ella, y clavándole sus claros y enfadados ojos preguntó en tono desafiante:
—¿Y?
Sus defensas contra el huracán Brittany comenzaban a flaquear.
—¿Y qué? —balbuceó.
Más próxima a ella de lo que Britt deseaba estar, le susurró cerca de su tentadora boca:
—¿Lo pasas bien con los amigos de mi hermana?
—Sí. ¿Y tú con la besucona?
Aquel desdén en sus palabras le hicieron sonreír y acercándose aún más a ella murmuró:
—No. ¿Y sabes por qué? —Cuando ella negó con la cabeza, Britt siseó—: Porque no me gusta mirar cuando deseo algo, yo prefiero participar.
Aquella mirada. Aquellos labios. Aquella mujer le volvía loca. Tomandola de la mano con posesión la hizo entrar de nuevo en el baño y tras cerrar la puerta y quedar las dos a solas dijo con seriedad:
—¿Sabes morenita? Yo aún no he terminado lo que vine a hacer aquí.
Y sin más la besó. La poseyó con la boca de una manera que hizo que ella se estremeciera. La música del local pareció desaparecer, ambas olvidaron donde estaban mientras sentían que un atroz deseo se apoderaba de ellos.
—Estás preciosa esta noche.
—Tú más...
Seguir enfadada, con ella entre sus brazos, era imposible. Sonrió y aquel gesto calentó todavía más la sangre de la joven, que con voz sensual Brittany murmuró;
—Gracias... nunca me habían dicho que estaba preciosa.
Santana también sonrió. Brittany, con su seguridad, derribaba todas sus defensas de un plumazo. Una mirada suya podía con ella. Pegándose a ella y deseosa de su contacto, sintió que la sangre le quemaba y anheló que la poseyera allí mismo. Un gemido de ansia y deseo escapó de sus labios cuando sintió la mano de la rubia subiendo lentamente por su espalda. Aquella mano recorrió su cuerpo con movimientos circulares hasta que llegó a su pecho, y cuando lo tocó a través de la tela del vestido, sus pezones respondieron a la llamada del sexo haciéndola respirar con agitación.
—Me vuelves loca, morenita—susurró con voz sensual—. Es verte y olvido todas las señales que me alertan para que no me acerque a ti. Es tocarte y querer poner en práctica contigo todas las fantasías húmedas que me provocas.
Con la respiración entrecortada, Santana la escuchaba excitada. Después se lamió los mojados labios, aún calientes por sus besos y susurró:
—Atrévete.
Con una sonrisa peligrosa Brittany posó las manos en el trasero de ella con posesión y la alzó. La apoyó contra la puerta del aseo y ella le rodeó la cintura con las piernas. Excitada por aquel atrévete, metió sus manos bajo el vestido y mirándola a los ojos con morbo se lo subió. Ella se estremeció y gimió.
Britt comprobó con deleite que las medias que ella llevaba solo llegaban hasta los muslos y eso le volvió loca. Sin contemplaciones tiró de la tanga y la rompió, hasta que por fin sus grandes manos tocaron el terciopelo húmedo que tanto deseaba.
—¿Quieres que continúe? —susurró Brittany mordisqueándole el lóbulo de la oreja.
Ella no pudo decir nada, tan solo asintió. Sabía que aquel lugar, un baño público, no era el más apropiado. Si la prensa se enteraba de aquello sería un tremendo escándalo, pero no le importó. Le pudo más el deseo y dispuesta a todo murmuró:
—Sigue...
Su tono ronco y excitado estremeció a Brittany y sin dejar de mirarla los ojos y deseoso de arrancarle mil jadeos más de placer, le introdujo entre los húmedos pliegues de su sexo uno de sus dedos mientras le susurraba:
—Mírame...
Hechizada por aquel momento le obedeció. Fijó su mirada en ella y cuando sintió que Britt metía dos dedos y jugaba con su sexo, se chupó los labios y exigió:
—Bésame... bésame.
Brittany tomó posesión de aquellos tentadores labios y, entre gemidos, sintió su sexo tan humedo para la acción. Entre jadeos, y sin perder un segundo, Santana le desabrochó los botones del pantalon. Cuando este resbaló entre sus piernas y se lo quito ella suspiró al ver como la humedad de la rubia. Metió su mano bajo el culotte gris y tocó con mimo su húmedo centro. Luego de unos minutos incapaz de continuar aquel juego de toqueteos, Brittany le retiró la mano y sujetandola con fuerza y volvio a levantarla y con certera la penetró mientras la tenía apoyada contra la puerta. Ambas jadearon por la intensidad del momento y la situación y Brittany, enloquecida, la besó robándole el aliento mientras animada por como ella lo recibía entraba y salía de su interior una y otra vez.
Cuando el calor comenzó a humedecer sus frentes y parecía que ambas iban a explotar, Santana pidió con desesperación que Brittany bajara. La rubia cumpliendo los deseos de la morena se arrodillo y lentamente paso su lengua por toda su humedad, saboreando cada parte de entrepierna. Al ver la reacción de Santana, Britt decidió penetrarla nuevamente con euforia.
Ambas gemían por lo alto, y Santana al ver a la rubia pidió
-tocate mientras me penetras, quiero verte.
Britt que ya no podía mas de excitación, accedió…Como pudo sin dejar de lamer y recorrer con su lengua el interior de la morena, saco sus dedos una vez mas, los lamio con deseo y se quito su culotte y se lo entrego a Santana. Esta al sentir la humedad y el aroma impregnado en la prenda de la rubia, lo llevo a la boca lamiéndolo con desesperacion. Y repirtio:
-Hmm anda, tocate quiero verte…- y Britt asi lo hizo.
Mientras volvia loca a la morena con su lengua en su clítoris succionándolo y con sus dedos moviéndolos en círculos, Santana arqueándose gritó:
-Britt…Brittany…ya casi, sigue! Y satisfecha llego un maravilloso y devastador orgasmo que humedeció aun mas a Brittany. Sentir la humedad alrededor de sus dedos, ver su gesto sensual y notar como los músculos internos de ella se aferraban, le hizo perder el control y tras varias estocadas más, dijo con su voz entre cortada:
-Santana, quiero sentirte, me falta poco.
La morena quien aun no se reponía del todo jadeando, tomo a Britt la puso contra la pared abrió sus largas piernas e introdujo su lengua en su centro. Lamia, succionaba y recorría toda su entrepierna mientras Brittany la tomaba cuidadosamente del cabello y la pegaba mas. Santana no se quiso quedar atrás, quería poseer a la rubia completamente sin mediar palabra la penetro. Introdujo dos dedos de inmediato levantándose para besar a Britt con locura, tras varias embestidas Brittany gimio:
-Santana, estoy a punto…y arqueando su espalda y lanzando un gemido llego al orgasmo.
Apoyadas la contra la otra, agitadas y exhaustas por la intensidad de lo ocurrido, intentaron calmar sus respiraciones mientras sentían que la tensión vivida en aquel baño público se relajaba. Había ocurrido lo inevitable. Lo que ambas habían deseado y ya no había vuelta atrás. Irguiéndose todavía más entre sus brazos, Santana la miró. Se le veía cansada, sin embargo, Britt clavó su clara mirada en ella y dijo con seguridad:
—Vayamos a mi casa.
No lo dudó. Salió del baño sin importarle las caras de sorpresa de las mujeres que golpeaban la puerta, y en especial la de Bree, la pechugona, que con gesto de enfado les seguía con la mirada. Feliz por ir tomada de la mano de Brittany, y dispuesta a repetir lo que acababa de pasar instantes antes en el baño, pasó junto a Kurt, Eva y Menchu, les guiñó un ojo y se marchó.
-----------------------------------------------------------------------------
*O*
YYYYYY.....OK ESPERO LES GUSTE ESTOS CAPITULOS
UNA VEZ MAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA LA ACTU<3
BESOS
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
me matasteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1 por fin estuvieron juntas!!!!!!!!!!!!!! me encantoo!! aaaaa no quiero que san se vaya me matan estas chicas!!! en tu cara bree fuck yeah!!! eva ojo lo que averiguas jaja besos!!!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
a ver tengo que decir una cosa a favor de Bree. Y es que Brittany no es nadie para criticar cualquier cosa sexual que haga Bree y con quién lo haga. Eso digo a su favor
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
me encanta que al fin estuvieron juntas!!!!!!!!!!!!!!!!
al fin dejo de joder bree!!!!!,.... jajajajaja me imagine su cara jajajajajajajajja yo feliz!!! (se nota que la odio no)
al fin dejo de joder bree!!!!!,.... jajajajaja me imagine su cara jajajajajajajajja yo feliz!!! (se nota que la odio no)
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Estuvo mejor de lo que me esperaba, espero que ahora si disfruten de una perfecta noche de despedida!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Hola, bueno sere breve quiero confesar mi amor por ti! TE AMO muchas gracias por los capitulos jaja <3 estaba sin hacer nada en el campo y intente conectarme para leer esto y WOW gracias jaja espero actualices pronto me gusta el fic, quiero saber como reaccionaran al otro dia o.o saludos
knockout** - Mensajes : 97
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Tatymm: "me matasteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1 por fin estuvieron juntas!!!!!!!!!!!!!! me encantoo!! aaaaa no quiero que san se vaya me matan estas chicas!!! en tu cara bree fuck yeah!!! eva ojo lo que averiguas jaja besos!!!"
-// JAJAJAJAJA si al fin y sin interrupciones, se lo merecian ya :) y si esperemos que San decida quedarse y morira por ver la cara de Bree en ese momento en que se van juntas jajajajaja Besos :P
Madridcks: "a ver tengo que decir una cosa a favor de Bree. Y es que Brittany no es nadie para criticar cualquier cosa sexual que haga Bree y con quién lo haga. Eso digo a su favor"
-// Exactamente, bien dicho nadie tiene por que criticar a Bree x lo que haga con su vida sexual! :)
3:): "me encanta que al fin estuvieron juntas!!!!!!!!!!!!!!!!
al fin dejo de joder bree!!!!!,.... jajajajaja me imagine su cara jajajajajajajajja yo feliz!!! (se nota que la odio no)"
-// me encanta el amor que le tienes a Bree, y comparto el sentimiento jajajaja :)
Micky Morales: "Estuvo mejor de lo que me esperaba, espero que ahora si disfruten de una perfecta noche de despedida!"
-// Pues si esperemos la sepan aprovechar :D
Knockout: "Hola, bueno sere breve quiero confesar mi amor por ti! TE AMO muchas gracias por los capitulos jaja <3 estaba sin hacer nada en el campo y intente conectarme para leer esto y WOW gracias jaja espero actualices pronto me gusta el fic, quiero saber como reaccionaran al otro dia o.o saludos"
-// Ay :') Gracias por compartir tu amor hacia mi sos muy dulce ;) jejeje y me alegra que te haya gustado el cap y espero haya cambiado tu dia de campo despues de haberlo leido :D Saludos!
WOOOOOW MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, SON MUY DIVERTIDOS Y ME HACEN EL DIA :D
POR FIN NUESTRAS CHICAS HAN CUMPLIDO SU OBJETIVO SIN QUE NADIE LAS INTERRUMPA :')
ACA LES DEJO LA CONTINUACION, A VER QUE SUCEDE :O
POR CIERTO, NQV CON EL FIC PERO HOY ES EL CUMPLEAÑOS DE HEATHER Y ESTE VIDEO ES RESULTADO DEL PROYECTO, SI LO QUIEREN VER<3
https://www.youtube.com/watch?v=itXDhpehPXA
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 31: una larga noche
La sesión de sexo entre dos amantes cuando se desean es fructífera e interminable, y eso fue lo que ocurrió. Cuando llegaron a casa de Brittany, entraron y al cerrar la puerta la rubia tomo a su ex mujer y la beso con pasión deseo lujuria y morbo. Dejaron sus cosas en uno de los sofás de la sala y continuaron a la habitación. Al llegar las ganas de poseerse nuevamente y con mas privacidad y calma las volvia loca.
-Quiero que me hagas tuya.- suplico Santana acostándose en la cama. Brittany sin dudarlo se fue sobre ella y comenzó a despojarla de su ropa rápidamente, la morena hizo lo mismo con ella.
Ya desnudas, una sobre la otra…Brittany pudo percibir la humedad de Santana y bajando con calidos y muy húmedos besos por su cuello y mordisqueando todo a su paso tomo uno de los pechos de la morena con sus manos y succiono su pezón y lo mordió levemente. Esto hizo que Santana gimiera aun mas y arqueara la espalda. Continuo bajando por su abdomen que se tensaba al sentirla hasta llegar a su sexo, al verlo Brittany suspiro y con un dedo recorría toda la humedad de la morena. Con desesperación Santana murmuro:
-Brittany…no juegues, quiero sentirte, me estas volviendo loca.
Esas palabras hicieron sonreir a Britt quien con toda tranquilidad paso su lengua desde su centro hasta su clítoris y lo succiono y luego añadió:
-eso quiero, tu me vuelves loca a mi y yo quiero lo mismo contigo.
Y volvio a concentrarse en el sexo de la morena. Cuando sintió que Santana ya se empezaba a tensar y ella por la excitación que tenia también lo hacia se incorporo sobre la morena y susurro en su oído con voz deseosa:
-penetrame
Santana no lo dudo, e introdujo dos dedos en Britt y esta hizo lo mismo.
Brittany comenzaba a moverse sobre Santana cada vez mas rápido a medida que sentía su cuerpo tensarse lo que provocaba que sus dedos fueran mas y mas adentro la una de la otra.
Amabas se sintieron tensar y gimiendo el nombre de la otra:
-BRITTANY…..
-SANTANA….
Se corrieron en la otra, jadeando Brittany baja la intensidad de sus movimientos y sacaba sus dedos del interior de la morena y esta hacia lo mismo, sin quitarse de encima, los llevo a su boca, los lamio y dijo:
-con que asi sabe Santana Lopez la estrella de los cines de Hollywood y rio.- Santana asombrada por la cara sensual que puso Brittany al lamer sus dedos, la imito y sonriendo dijo: -Hmmm, que rico sabe Brittany Pierce la policía miembro de los geo de argentina. — ambas carcajearon.
Su erótico juego de seducción continuó durante horas con grandes dosis de morbo, seducción y pasión. Sobre las cinco de la madrugada, agotadas y felices, bajaron a la cocina para reponer fuerzas. Estaban hambrientas.
—¿Qué te apetece? —preguntó la rubia abriendo la nevera solo vestida con una remera—. ¿Quieres que preparemos algo o prefieres leche con algún dulce?
La palabra dulce le hizo suspirar y acercándose provocativamente a ella susurró mientras tocaba su abdomen y se dirigía hacia su tatuaje.
—Mmm para dulce ya te tengo a ti.
Brittany sonrió y besándola la izó sobre la encimera de la cocina e indicó:
—Si sigues mirándome así con esos preciosos ojos y diciéndome esas cosas, creo que al final me voy a decidir por comerte a ti. Por cierto, ¿te he dicho que tienes los ojos más hermosos que he visto en mi vida?
—No... pero acabas de decírmelo.
Ella soltó una risotada y hechizada por su pícaro gestó la besó y segundos después la remera que Santana llevaba cayó sobre la encimera.
—Brittany... —rio al ver como rápidamente se animaba—. Comamos algo antes de que caigamos desfallecidas.
Divertida, la soltó y ella volvió a colocarse la remera. Una remera que, por cierto, olía muy bien a Britt. La rubia sacó de la nevera huevos y embutido, y de un armario, pan de molde y una caja con bollos.
—¿Quieres cocinar? —pregunto mirándola
—¡¿Yo?! —respondió sorprendida. Pero sin querer dar más explicaciones preguntó—: ¿Tienes mayonesa?
—Sí.
—¿Pavo?
—Sí.
—¿Y lechuga?
—También.
—¡Genial! Estoy hambrienta sonrió ella al ver la mesa repleta de comida.
—Come morenita... come —rio divertida al verla animada abrir el bote de mayonesa.
Cinco minutos después, sorprendida, observó como ella devoraba con un apetito voraz un sándwich de tres pisos con mayonesa, pavo y lechuga. Una vez acabó con aquello, mientras charlaban la vio dudar, pero finalmente tomo un paquete de galletas Oreo. Lo abrió con cuidado, sacó una de las oscuras y redondas galletas y acercándosela a la nariz murmuró:
—Mmm... ¡qué rico! Me encanta el dulce y las Oreo son mi debilidad.
Brittany preguntó sorprendida:
—¿Y por qué en casa de mi padre comiste tan poca tarta en el cumpleaños del abuelo? Si mal no recuerdo dijiste que no le gustaba el dulce.
Sonriendo como una chiquilla asintió y tras morder la galleta reveló:
—Adoro el dulce. ¡Me vuelvo loca por el dulce! Pero no puedo permitírmelo. Ya sabes, he de mantener la línea para mi público. Cuando firmo un contrato, no puedo incumplirlo y eso significa no engordar más de cien gramos. Pero es que es ver estas galletas ¡y volverme loca!
Aquello a Brittany le hizo gracia, pero calló. Era evidente que Santana era de complexión delgada y estaba seguro de que por mucho que comiera, poco engordaría.
—¿Cómo pasas las fiestas? —preguntó Britt con curiosidad.
—Uf... pues como todos los años. Mi padre organizara una de sus grandes fiestas en la casa de Beverly Hills, y bueno, aunque no es lo que más me divierte asistiré y luego ya veré... —sin querer pensar en ello le miró y preguntó—¿Y las tuyas?
Brittany al pensar en ellas sonrió. Su familia para eso era muy tradicional.
—Familiares y llenas de regalitos como siempre. Además, este año libro todas las fiestas, por lo que no podré escaparme del acoso de mis hermanas —sonrió al decir aquello—. Cenamos y comemos durante todas las fiestas, ya sabes, Navidad, Año Nuevo y Reyes en casa de mi padre. Es una tradición y, como tal, la respetamos. Pero vamos, no han comenzado y ya estoy deseando que llegue el día seis de enero para que mi vida vuelva a su normalidad y yo vuelva a recuperar mi independencia.
—Vaya... pues sí que lo celebran —sonrió encantada con lo que oía.
—Demasiado —asintió ella—. Mamá era una persona muy familiar y nos acostumbró a todos a reunimos en esas fechas. Y aunque ella ya no está, lo seguimos haciendo por papá y el abuelo. Bueno, la verdad, y aunque no lo confesaré nunca delante de mis hermanas, me gusta disfrutar de todos ellos en estas fiestas.
—Tienes suerte, mucha suerte —asintió al escucharle—. Yo no recuerdo haber tenido nunca unas fiestas tan familiares. Ni siquiera cuando mi madre vivía.
Brittany no quiso preguntar sobre aquello. Recordó haber leído que la madre de Santana murió cuando ella era pequeña. Pero finalmente y tras un tenso silencio la joven mordisqueó con cuidado su galleta y murmuró:
—Mi madre murió cuando yo tenía seis años. No pudo soportar más la falta de atención de mi padre hacia ella y sin pensar en mí... se suicidó.
—Lo siento —susurró sin querer ahondar en el tema.
—Y yo —asintió con tristeza—. Yo lo sentiré toda mi vida
—Debió ser terrible. Eras una niña y...
—Lo fue —cortó ella. No le gustaba hablar de aquello—. ¿Pero sabes? A otros niños una desgracia así los marcaría toda la vida, pero a mi me hizo ser fuerte y entender que la vida hay que vivirla y disfrutarla al máximo. Mi abuela me enseñó a no desaprovechar los momentos.
—¿Y tu padre? —preguntó al recordar al imponente hombre que apareció años atrás en Las Vegas.
—Él y su magnifica mujer, Samantha, prefirieron sus fiestas y sus amigos a prestar atención a una niña. Mi padre se limitó a hacer conmigo lo que hizo anteriormente con mi madre... nada. Siempre me considero un problema —recalcó aquella palabra—, y prefirió seguir viviendo su glamurosa vida en Los Angeles a cuidar de unos niños. Y cuando digo niños incluyo también a Kurt. Mi tía se subió al carro de la fama de mi padre y bueno.... —al ver que una extraña tristeza la embargaba se retiró el pelo de la cara y asintió con decisión—. Sinceramente con mi abuela y su cariño, a mi primo y a mí no nos faltó nada. Aunque desde que ella no está, ya nada es igual y...
—Lo siento, morenita, lo siento mucho —susurró con cariño al sentir su tristeza. Sabía poco de ella, pero por lo poco que le contaba, sus vidas no podían haber sido más diferentes.
—Bah. No te preocupes. Todo eso ya está superado. Soy adulta e intento vivir la vida lo mejor que puedo —y para desviar el tema dijo animada—: Este año en Navidad, asistiremos a la fiesta que organiza un amigo de Kurt en el Plumber. Estoy segura de que será muy divertido. Por cierto, ¿te gustaría venir con nosotros?
Aquella invitación tomo a Britt tan de sorpresa que solo pudo decir:
—Me halaga tu invitación, pero mi Navidad esta aquí, con los míos.
Santana asintió. Lo entendía. Si su abuela continuara viva, no se plantearía fallarle nunca. Durante más de veinte minutos hablaron sobre sus distintas familias, hasta que ella recordó algo, cogió su bolso, y lo sacó:
—Toma. Esto es para ti.
—¿Para mi? ¿Qué es? —y al abrirlo sonrió.
—Eran unos CDs de música. Marvin Gaye, Ray Charles y alguno mas. La joven, al percibir que su regalo le bahía hecho gracia, le quito uno y pregunto;
—¿Dónde tienes el equipo de música?
—En el salón y en el dormitorio.
Con gesto pícaro tomo un pañuelo de seda de su bolso Loewe, le miró y preguntó:
—¿Me permites que te enseñe la música que me gusta a mí?
—Por supuesto, pero ya sabes que lo mío es el heavy metal.
Ella le tendió la mano y ella, captando la indirecta, la guío hasta el equipo del salón. Una vez allí, sonrió con picardía.
—Voy a taparte los ojos con este pañuelo —dijo.
—¡¿Cómo?! —preguntó sorprendida.
—Solo quiero que te centres en lo que vas a oír, no pienses cosas raras ¿ok?
—Me van las cosas raras ¿no lo sabías?—rio atrayéndola para besarla.
—Quieta y escucha —sonrió divertida tras besarle.
Sin entender bien lo que iba a hacer se agachó para que ella le tapara los ojos con el suave pañuelo quedándose parado en medio del salón. Una vez le tapó los ojos ella abrió el CD de música y tras sacarlo de su estuche e introducirlo en el equipo, pulso play. Los primeros acordes comenzaron a sonar, y divertido por aquel juego sintió que ella le echaba los brazos al cuello cuando la escuchó susurrar en su oído.
—No hables. Déjate llevar por la melodía y disfrútala.
Sin más, comenzaron a bailar muy pegados en el salón, mientras escuchaban la sugerente voz de Beyoncé cantando aquel lento y sensual R&B.
At Last my love. has come along/Al fin mi amor ha llegado
My lonely days are over/ Mis días solitarios han acabado
And life is like a song /Y la vida es como una canción
At Last [...]/Al fin [...]
Aturdida por su cercanía, su suave olor y la letra de la canción, Brittany hizo lo que ella decía y se dejó llevar por la música. Aquel ritmo lento y sensual. Aquella voz pausada y llena de emoción y la suavidad de la mujer que tenia entre los brazos le hicieron sentir cosas que hasta ese instante nunca había imaginado. Particularmente nunca había creído en lo que la gente denominaba amor, pero de pronto, una necesidad extraña de protegerla se instaló en su estómago al bailar con ella aquella canción.
[...]
You smile, you smile / Tú sonríes, tú sonríes
Oh, and then the spell was cast/ Oh, y me hechizaste
And here we are in heaven / Y aquí estamos en el cielo
For you are mine at last/ Porque eres mío, por fin
Mientras duró la canción, ninguna de las dos habló. Simplemente bailaron y disfrutaron de uno de aquellos momentos mágicos que la vida regala con dosificador, donde sobraba todo excepto ellos dos y aquella canción. Con los ojos aún vendados le repartió dulces y calientes besos por el cuello, mientras sentía unos deseos irrefrenables de tumbarla en el suelo y hacerle el amor. Ninguna mujer le había hecho sentirse tan vulnerable y eso le tensó. Santana, aquella mujer inalcanzable, en pocas horas había conseguido derribar las defensas que durante años ninguna fémina derribó y eso comenzó a preocuparle. Pero dispuesto a disfrutar del momento y de la compañía, simplemente se dejó llevar. Cuando la sensual melodía acabó, Santana abrió los ojos con el corazón latiéndole a mil y aún entre sus brazos preguntó quitándole con delicadeza el pañuelo de los ojos:
—¿Te ha gustado la canción?
Sorprendida porque hubiera terminado y estuviera aún sobrecogida por el momento vivido, Britt, abrió los ojos y la miró. ¿Qué había pasado allí? Nunca se había dejado cautivar así por una melodía, ni por una mujer, y ella lo había conseguido con una simple canción. La gran diva del cine americano, aquella que la miraba con sus preciosos ojos cafes, con algo tan sencillo como una canción, le estaba desbaratando el corazón. Entonces lo supo, tenía un grave problema, pero intentando aparentar normalidad respondió con voz ronca:
—Me ha encantado.
Aturdida por el efecto causado al bailar, se separó de Britt unos centímetros intentando poner sus ideas en orden.
—Adoro esta canción.
—Es bonita, morenita... tan bonita como tú.
Tratando de romper aquel momento mágico, Santana se desbloqueó y sonrió como si no hubiera ocurrido nada especial entre ellos.
—Yo la utilizo para relajarme. Si estoy tensa por un rodaje me la pongo veinte veces seguidas y me relaja. Recuérdalo. Cuando estés tenso esta canción te destensará. Ven, volvamos a la cocina —animó ella.
Desconcertada por las irrefrenables ganas que sentía de abrazarla y protegerla la siguió. Ya en la cocina, ella, nerviosa, sacó su cigarrilo del bolso y lo ensendio y al ver el gesto de Britt, dijo antes de que ella pudiera abrir la boca:
—Me lo voy a fumar, quieras tú o no.
Levantando las manos sonrió y mientras ella fumaba, la rubia se encargó de guardar las sobras de lo que se habían preparado en el frigorífico, mientras intentaba ordenar sus ideas. ¿Qué demonios había pasado en el salón? Recogió la mesa y se sentó frente a ella, turbado:
—¿ibas a marcharte sin despedirte?
—Sí...
—¿Por qué?
—No lo creí oportuno.
—Aprecio tu sinceridad.
Al sentir su desconcertada mirada, se retiró el pelo de la cara de aquella manera que a Britt tanto le gustaba y aclaró:
--¿Cómo iba a despedirme de ti con lo que nos dijimos el último día que nos vimos? —y con una media sonrisa murmuró—: Y siento que por mi culpa bajaras tu listón en cuanto a tus conquistas.
Escuchar aquel reproche le hizo sonreír y añadió:
—Eso que dije fue una tontería. Créeme.
—Vaya... —susurró al escucharle.
—Tú eres preciosa y lo sabes. Y...
—Pero no exuberante —cortó ella.
—San, tú eres mucho mejor que todo eso. Créeme. Y te pido disculpas por lo que te dije. Fue imperdonable y estaba fuera de lugar—aclaró.
—Perdonada —murmuró deleitándose en su sensual mirada—. Por mi parte, espero que me disculpes por lo que yo también te dije.
—Perdonada.
Capitulo 32:
Su mirada y la dulzura de su sonrisa provocaban que el corazón de Santana latiera desbocado. Brittany era tan natural, tan atenta y tan auténtica que era imposible no enamorarse de ella. Sin poder evitarlo miró el reloj digital de la cocina. Las seis menos cuarto. En unas horas debería regresar al parador donde la esperaba su primo. Brittany al ver hacia donde enfocaba su mirada y cómo fruncía el ceño preguntó:
—¿A qué hora sale tu avión?
—A las ocho y media de la tarde —-respondió antes de resoplar—. Queremos salir a las cinco y media del parador para llegar con tiempo al aeropuerto.
—¿Irás en jet privado?
—No. Kurt ha sacado billetes en un avión comercial. Eso sí, en BussinesClass— rio al decir aquello aunque después murmuró—: Estoy segura que ya habrá decenas de periodistas en el aeropuerto esperándome. ¿Cómo se enterarán siempre?
Aquel comentario y, en especial, sus graciosos ojos oscuros le hicieron sonreír.
—Es su trabajo. Deben estar informados para poder dar la noticia —dijo recordando a su hermana Eva.
—Pero Britt, ¿qué importancia tiene sacarme caminando por el aeropuerto?
Aunque ella estaba convencido de que la morena tenia razón, sabía que el mundo del espectaculo funcionaba así. Se encogió de hombros y tras una sonrisa maravillosa indicó:
—Eres Santana Lopez. Una de las grandes divas de Hollywood. No lo olvides.
—No lo olvido. Aunque a veces ante las impertinentes preguntas de los periodistas me gustaría gritarles: ¿Y a ti qué te importa?
—Hazlo —sonrio ella.
—No puedo. Bueno más bien, no debo.
—Ah, no... —se quejo Britt
—Pues no. Cualquier mal gesto, cualquier palabra más alta de lo normal, se escudriña en busca de un doble o triple significado ¡si yo te contara! —dijo sonriendo, y la rubia le correspondió con otra sonrisa—. A veces me gustaría simplemente ser Santana. Solo Santana—susurró.
Britt se levantó de su silla, se acercó hasta ella y poniéndose en cuclillas murmuró:
—Nos queda poco tiempo. Apenas unas horas para estar juntos.
—Si.
Se miraron y durante unos segundos ninguno habló.
--Es una pena que tengas que marcharte —dijo finalmente Brittany rompiendo el silencio.
Santana asintió.
—Voy a regresar. Creo... creo que lo mejor es que ambas retomemos nuestras vidas cuanto antes.
Perdiéndose en la calidez de sus ojos, Britt lo lamentó. Apenas la conocía, pero lo que ella le había transmitido nada tenía que ver con la feliz y alocada vida que conocía de ella a través de la prensa. Le gustaría conocerla mejor pero solo pensarlo era una locura. Sus vidas eran tan dispares que era imposible pensar en algo más. Dispuesto a hacerla sonreír el tiempo que estuvieran juntas, por sorpresa, la atrapo entre sus brazos.
—¡Ehhh! —gritó ella divertida.
Subiendo las escaleras con ella entre sus brazos una encantada y natural Brittany, tras besarla en la nariz murmuró aún excitada por lo ocurrido minutos antes en el salón:
—Tengo más hambre y como me he dado cuenta que hoy eres mi debilidad, he decidido comerte a ti.
Subieron entre risas a la planta de arriba y, sobre la enorme cama de la habitación de Britt, hicieron apasionadamente el amor.
Con tristeza, hastío y desgana, Britt la llevó al parador a las ocho y diez de la mañana mientras escuchaban Aerosmith en el coche. El día era oscuro y gris y amenazaba con lluvia. A las nueve tenía que estar en la base de los geo para dar una clase teórica sobre armamento a un grupo. Por primera vez desde que entró en aquel cuerpo de élite Brittany deseó poder olvidarse del trabajo. Pero no, no podía hacerlo. Muchos hombres y mujeres y en especial muchas vidas dependían de que ella cumpliera con lo estipulado.
En el interior del coche los dos se besaban incapaces de despedirse cuando el CD se acabó y se escuchó en la radio.
Gorrioncito que melancolía.
En tus ojos muere el día ya [...]yo sin ti... moriré.
Sin saber por qué los dos se miraron y supieron que estaban retrasando la despedida. Finalmente Brittany suspiró.
—Me ha encantado volver a verte, a pesar de que al principio pensé que serías una auténtica molestia—dijo.
—Lo sé, me lo hiciste saber, en especial cuando te perseguía haciendo footing por el campo —murmuró haciéndole reír.
—Te pido disculpas por ello. A veces soy algo...
—¿Ruda? ¿Descortés? ¿Grosera? —preguntó divertida.
—Morenita, si sigues diciéndome esas cosas tan amables, te juro que te volveré a tapar la boca con lo que tú ya sabes.
Recordar aquel momento y, en especial, la cinta americana les hizo sonreír.
—¿Sabes?
—¿Que?
—Me encanta que me llames morenita... me gusta mucho.
—Estrellita me quedo claro que no —se burlo ella mientras la voz de Sergio Dalma inundaba el interior del coche—. Por cierto, gracias por los CD de música, creo que van a gustarme mucho.
—Vaya... me alegra saberlo…
Ambas sonrieron, pero la tensión acumulada por el momento se percibía en sus rostros. Finalmente, la joven intentando desviar el tema dijo;
—Por cierto, despídeme de tu familia —abriendo su bolso, sacó una agenda y de ella una foto suya en la que escribió algo y se la entregó—: Toma, dásela a Mercedes para su esposo. Se lo prometí.
La rubia asintió. Pensó en pedirle una para ella, pero finalmente desistió. Mejor no.
—... y dile a tu padre y al abuelo Goyo que siento lo de las empanadas. Aunque casi es mejor no haberles hecho pasar por esa terrible experiencia —murmuro.
—Se lo diré —rio ella—. Pero conociéndolos sentirán mucho no haber podido despedirse personalmente de ti. En especial el abuelo. En ti había encontrado una aliada para fumar.
Emocionada asintió y dándole vueltas a las gafas que tenía en sus manos murmuró:
—No les digas la verdad de quién soy. Creo que les decepcionaría y...
—Nunca les decepcionarías. Pero, tranquila, nuestro secreto seguirá siendo nuestro. Te lo prometo. Aunque sé que mis hermanas me someterán al tercer grado durante algún tiempo preguntándome por ti.
Pensar en aquellas personas que la habían tratado como a una más de la familia sin apenas conocerla, la emocionó. Y, sin poder evitarlo, los ojos se le encharcaron de lágrimas.
—Britt, tienes una familia increíble. Cuídalos mucho.
Al ver sus vidriosos ojos la atrajo hacia sí y la abrazó. Aquella mujer a pesar de vivir rodeada de lujo y glamour, debía sentirse muy sola... demasiado sola. Conmovida por el momento la besó en la cabeza y susurró:
—Eh... morenita. ¿Desde cuándo una diva del cine llora?
Secándose rápidamente las lágrimas de sus oscuros ojos, sonrió y dijo a modo de disculpa:
—Soy una sensiblera. Tenías que haberme visto cuando gané el Globo de Oro. Estuve llorando un mes. Es más, cada vez que veo la estatuilla sobre la chimenea de mi habitación, aún lloro.
—Pues estás nominada a los Oscar. ¿Qué harás si ganas? —bromeó ella.
—Llorar a mares.
—Te propongo algo mejor —rio Britt—. Cuando sientas que estás a punto de llorar y no quieras hacerlo, piensa en algo o alguien divertido y eso te hará sonreír. Pruébalo. Es efectivo.
—Ok... lo recordaré.
Sin poder evitarlo volvió a besarla. Iba a echar de menos aquella dulzura y, en especial, su chispa para hacerle sonreír. Algo que pocas mujeres conseguían. Cuando se separó de ella murmuró mirándola a los ojos:
—Volver a verte ha sido lo mejor que me ha ocurrido en mucho tiempo. Lo mejor —insistió—. Y, por mucho que me gustaría que te quedaras, es mejor que te marches porque, sinceramente San, yo no tengo nada que ofrecerte. Nada.
El nudo de emociones que pugnaba por salir de su garganta solo le permitió asentir. La rubia tenía razón. Era mejor acabar cuanto antes con aquello. Las despedidas nunca le habían gustado y aquella no estaba siendo nada fácil. Tantos sentimientos estaban empezando desquiciarla.
Britt, intentando mantener su autocontrol y disciplina, algo para lo que estaba muy preparado por su trabajo, con una candorosa sonrisa indicó:
—Si vuelves a venir a Argentina, ya sea por la promoción de alguna película o simplemente porque te apetezca volver a comer en mi cocina un sándwich de pavo, lechuga y mayonesa, por favor, házmelo saber ¿de acuerdo?
—Por supuesto —asintió con una triste sonrisa.
No quería apartar sus ojos de ella. Quería retener todos y cada uno de los detalles de aquella mujer. Deseaba grabar su perfume, su sonrisa... todo, pero los minutos en el reloj pasaban y ella tenía que marcharse, Santana decidió terminar con aquella agonía. Brittany lo había dejado muy claro, no tenía nada que ofrecerle. Abrió la puerta del coche, y le dio un rápido beso en los labios.
—Brittany... es mejor que me vaya, si no al final llegarás tarde a trabajar, y entonces sí que pensarás que he sido una molestia —ella sonrió— Mira, no te voy a decir adiós, porque nunca me ha gustado esa palabra, mejor lo dejamos en un hasta pronto. ¿De acuerdo?
—Hasta pronto, estrellita —respondió ella con voz ronca.
Con una teatral sonrisa en los labios, Santana cerró la puerta del coche y una vez fuera movió la mano a modo de despedida. Durante unos segundos la observó. Necesitaba tanto como ella recordar todos y cada uno sus preciosos rasgos. Pero, finalmente, al verla caminar hacia el interior del parador, quitó la radio y aquella triste canción y pulsó play en el reproductor del coche. La música de Metallica la hizo despertar. Pisó el acelerador y se marchó. El mundo debía de continuar incluso sin ella.
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*O*
OK! Hasta ahi jejeje :)
Santana se ira de Argentina? Espero que no, que se arrepienta y se quede :)
Espero les guste
Gracias por leer y comentar
Hasta la actu...Besos<3
-// JAJAJAJAJA si al fin y sin interrupciones, se lo merecian ya :) y si esperemos que San decida quedarse y morira por ver la cara de Bree en ese momento en que se van juntas jajajajaja Besos :P
Madridcks: "a ver tengo que decir una cosa a favor de Bree. Y es que Brittany no es nadie para criticar cualquier cosa sexual que haga Bree y con quién lo haga. Eso digo a su favor"
-// Exactamente, bien dicho nadie tiene por que criticar a Bree x lo que haga con su vida sexual! :)
3:): "me encanta que al fin estuvieron juntas!!!!!!!!!!!!!!!!
al fin dejo de joder bree!!!!!,.... jajajajaja me imagine su cara jajajajajajajajja yo feliz!!! (se nota que la odio no)"
-// me encanta el amor que le tienes a Bree, y comparto el sentimiento jajajaja :)
Micky Morales: "Estuvo mejor de lo que me esperaba, espero que ahora si disfruten de una perfecta noche de despedida!"
-// Pues si esperemos la sepan aprovechar :D
Knockout: "Hola, bueno sere breve quiero confesar mi amor por ti! TE AMO muchas gracias por los capitulos jaja <3 estaba sin hacer nada en el campo y intente conectarme para leer esto y WOW gracias jaja espero actualices pronto me gusta el fic, quiero saber como reaccionaran al otro dia o.o saludos"
-// Ay :') Gracias por compartir tu amor hacia mi sos muy dulce ;) jejeje y me alegra que te haya gustado el cap y espero haya cambiado tu dia de campo despues de haberlo leido :D Saludos!
WOOOOOW MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS, SON MUY DIVERTIDOS Y ME HACEN EL DIA :D
POR FIN NUESTRAS CHICAS HAN CUMPLIDO SU OBJETIVO SIN QUE NADIE LAS INTERRUMPA :')
ACA LES DEJO LA CONTINUACION, A VER QUE SUCEDE :O
POR CIERTO, NQV CON EL FIC PERO HOY ES EL CUMPLEAÑOS DE HEATHER Y ESTE VIDEO ES RESULTADO DEL PROYECTO, SI LO QUIEREN VER<3
https://www.youtube.com/watch?v=itXDhpehPXA
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 31: una larga noche
La sesión de sexo entre dos amantes cuando se desean es fructífera e interminable, y eso fue lo que ocurrió. Cuando llegaron a casa de Brittany, entraron y al cerrar la puerta la rubia tomo a su ex mujer y la beso con pasión deseo lujuria y morbo. Dejaron sus cosas en uno de los sofás de la sala y continuaron a la habitación. Al llegar las ganas de poseerse nuevamente y con mas privacidad y calma las volvia loca.
-Quiero que me hagas tuya.- suplico Santana acostándose en la cama. Brittany sin dudarlo se fue sobre ella y comenzó a despojarla de su ropa rápidamente, la morena hizo lo mismo con ella.
Ya desnudas, una sobre la otra…Brittany pudo percibir la humedad de Santana y bajando con calidos y muy húmedos besos por su cuello y mordisqueando todo a su paso tomo uno de los pechos de la morena con sus manos y succiono su pezón y lo mordió levemente. Esto hizo que Santana gimiera aun mas y arqueara la espalda. Continuo bajando por su abdomen que se tensaba al sentirla hasta llegar a su sexo, al verlo Brittany suspiro y con un dedo recorría toda la humedad de la morena. Con desesperación Santana murmuro:
-Brittany…no juegues, quiero sentirte, me estas volviendo loca.
Esas palabras hicieron sonreir a Britt quien con toda tranquilidad paso su lengua desde su centro hasta su clítoris y lo succiono y luego añadió:
-eso quiero, tu me vuelves loca a mi y yo quiero lo mismo contigo.
Y volvio a concentrarse en el sexo de la morena. Cuando sintió que Santana ya se empezaba a tensar y ella por la excitación que tenia también lo hacia se incorporo sobre la morena y susurro en su oído con voz deseosa:
-penetrame
Santana no lo dudo, e introdujo dos dedos en Britt y esta hizo lo mismo.
Brittany comenzaba a moverse sobre Santana cada vez mas rápido a medida que sentía su cuerpo tensarse lo que provocaba que sus dedos fueran mas y mas adentro la una de la otra.
Amabas se sintieron tensar y gimiendo el nombre de la otra:
-BRITTANY…..
-SANTANA….
Se corrieron en la otra, jadeando Brittany baja la intensidad de sus movimientos y sacaba sus dedos del interior de la morena y esta hacia lo mismo, sin quitarse de encima, los llevo a su boca, los lamio y dijo:
-con que asi sabe Santana Lopez la estrella de los cines de Hollywood y rio.- Santana asombrada por la cara sensual que puso Brittany al lamer sus dedos, la imito y sonriendo dijo: -Hmmm, que rico sabe Brittany Pierce la policía miembro de los geo de argentina. — ambas carcajearon.
Su erótico juego de seducción continuó durante horas con grandes dosis de morbo, seducción y pasión. Sobre las cinco de la madrugada, agotadas y felices, bajaron a la cocina para reponer fuerzas. Estaban hambrientas.
—¿Qué te apetece? —preguntó la rubia abriendo la nevera solo vestida con una remera—. ¿Quieres que preparemos algo o prefieres leche con algún dulce?
La palabra dulce le hizo suspirar y acercándose provocativamente a ella susurró mientras tocaba su abdomen y se dirigía hacia su tatuaje.
—Mmm para dulce ya te tengo a ti.
Brittany sonrió y besándola la izó sobre la encimera de la cocina e indicó:
—Si sigues mirándome así con esos preciosos ojos y diciéndome esas cosas, creo que al final me voy a decidir por comerte a ti. Por cierto, ¿te he dicho que tienes los ojos más hermosos que he visto en mi vida?
—No... pero acabas de decírmelo.
Ella soltó una risotada y hechizada por su pícaro gestó la besó y segundos después la remera que Santana llevaba cayó sobre la encimera.
—Brittany... —rio al ver como rápidamente se animaba—. Comamos algo antes de que caigamos desfallecidas.
Divertida, la soltó y ella volvió a colocarse la remera. Una remera que, por cierto, olía muy bien a Britt. La rubia sacó de la nevera huevos y embutido, y de un armario, pan de molde y una caja con bollos.
—¿Quieres cocinar? —pregunto mirándola
—¡¿Yo?! —respondió sorprendida. Pero sin querer dar más explicaciones preguntó—: ¿Tienes mayonesa?
—Sí.
—¿Pavo?
—Sí.
—¿Y lechuga?
—También.
—¡Genial! Estoy hambrienta sonrió ella al ver la mesa repleta de comida.
—Come morenita... come —rio divertida al verla animada abrir el bote de mayonesa.
Cinco minutos después, sorprendida, observó como ella devoraba con un apetito voraz un sándwich de tres pisos con mayonesa, pavo y lechuga. Una vez acabó con aquello, mientras charlaban la vio dudar, pero finalmente tomo un paquete de galletas Oreo. Lo abrió con cuidado, sacó una de las oscuras y redondas galletas y acercándosela a la nariz murmuró:
—Mmm... ¡qué rico! Me encanta el dulce y las Oreo son mi debilidad.
Brittany preguntó sorprendida:
—¿Y por qué en casa de mi padre comiste tan poca tarta en el cumpleaños del abuelo? Si mal no recuerdo dijiste que no le gustaba el dulce.
Sonriendo como una chiquilla asintió y tras morder la galleta reveló:
—Adoro el dulce. ¡Me vuelvo loca por el dulce! Pero no puedo permitírmelo. Ya sabes, he de mantener la línea para mi público. Cuando firmo un contrato, no puedo incumplirlo y eso significa no engordar más de cien gramos. Pero es que es ver estas galletas ¡y volverme loca!
Aquello a Brittany le hizo gracia, pero calló. Era evidente que Santana era de complexión delgada y estaba seguro de que por mucho que comiera, poco engordaría.
—¿Cómo pasas las fiestas? —preguntó Britt con curiosidad.
—Uf... pues como todos los años. Mi padre organizara una de sus grandes fiestas en la casa de Beverly Hills, y bueno, aunque no es lo que más me divierte asistiré y luego ya veré... —sin querer pensar en ello le miró y preguntó—¿Y las tuyas?
Brittany al pensar en ellas sonrió. Su familia para eso era muy tradicional.
—Familiares y llenas de regalitos como siempre. Además, este año libro todas las fiestas, por lo que no podré escaparme del acoso de mis hermanas —sonrió al decir aquello—. Cenamos y comemos durante todas las fiestas, ya sabes, Navidad, Año Nuevo y Reyes en casa de mi padre. Es una tradición y, como tal, la respetamos. Pero vamos, no han comenzado y ya estoy deseando que llegue el día seis de enero para que mi vida vuelva a su normalidad y yo vuelva a recuperar mi independencia.
—Vaya... pues sí que lo celebran —sonrió encantada con lo que oía.
—Demasiado —asintió ella—. Mamá era una persona muy familiar y nos acostumbró a todos a reunimos en esas fechas. Y aunque ella ya no está, lo seguimos haciendo por papá y el abuelo. Bueno, la verdad, y aunque no lo confesaré nunca delante de mis hermanas, me gusta disfrutar de todos ellos en estas fiestas.
—Tienes suerte, mucha suerte —asintió al escucharle—. Yo no recuerdo haber tenido nunca unas fiestas tan familiares. Ni siquiera cuando mi madre vivía.
Brittany no quiso preguntar sobre aquello. Recordó haber leído que la madre de Santana murió cuando ella era pequeña. Pero finalmente y tras un tenso silencio la joven mordisqueó con cuidado su galleta y murmuró:
—Mi madre murió cuando yo tenía seis años. No pudo soportar más la falta de atención de mi padre hacia ella y sin pensar en mí... se suicidó.
—Lo siento —susurró sin querer ahondar en el tema.
—Y yo —asintió con tristeza—. Yo lo sentiré toda mi vida
—Debió ser terrible. Eras una niña y...
—Lo fue —cortó ella. No le gustaba hablar de aquello—. ¿Pero sabes? A otros niños una desgracia así los marcaría toda la vida, pero a mi me hizo ser fuerte y entender que la vida hay que vivirla y disfrutarla al máximo. Mi abuela me enseñó a no desaprovechar los momentos.
—¿Y tu padre? —preguntó al recordar al imponente hombre que apareció años atrás en Las Vegas.
—Él y su magnifica mujer, Samantha, prefirieron sus fiestas y sus amigos a prestar atención a una niña. Mi padre se limitó a hacer conmigo lo que hizo anteriormente con mi madre... nada. Siempre me considero un problema —recalcó aquella palabra—, y prefirió seguir viviendo su glamurosa vida en Los Angeles a cuidar de unos niños. Y cuando digo niños incluyo también a Kurt. Mi tía se subió al carro de la fama de mi padre y bueno.... —al ver que una extraña tristeza la embargaba se retiró el pelo de la cara y asintió con decisión—. Sinceramente con mi abuela y su cariño, a mi primo y a mí no nos faltó nada. Aunque desde que ella no está, ya nada es igual y...
—Lo siento, morenita, lo siento mucho —susurró con cariño al sentir su tristeza. Sabía poco de ella, pero por lo poco que le contaba, sus vidas no podían haber sido más diferentes.
—Bah. No te preocupes. Todo eso ya está superado. Soy adulta e intento vivir la vida lo mejor que puedo —y para desviar el tema dijo animada—: Este año en Navidad, asistiremos a la fiesta que organiza un amigo de Kurt en el Plumber. Estoy segura de que será muy divertido. Por cierto, ¿te gustaría venir con nosotros?
Aquella invitación tomo a Britt tan de sorpresa que solo pudo decir:
—Me halaga tu invitación, pero mi Navidad esta aquí, con los míos.
Santana asintió. Lo entendía. Si su abuela continuara viva, no se plantearía fallarle nunca. Durante más de veinte minutos hablaron sobre sus distintas familias, hasta que ella recordó algo, cogió su bolso, y lo sacó:
—Toma. Esto es para ti.
—¿Para mi? ¿Qué es? —y al abrirlo sonrió.
—Eran unos CDs de música. Marvin Gaye, Ray Charles y alguno mas. La joven, al percibir que su regalo le bahía hecho gracia, le quito uno y pregunto;
—¿Dónde tienes el equipo de música?
—En el salón y en el dormitorio.
Con gesto pícaro tomo un pañuelo de seda de su bolso Loewe, le miró y preguntó:
—¿Me permites que te enseñe la música que me gusta a mí?
—Por supuesto, pero ya sabes que lo mío es el heavy metal.
Ella le tendió la mano y ella, captando la indirecta, la guío hasta el equipo del salón. Una vez allí, sonrió con picardía.
—Voy a taparte los ojos con este pañuelo —dijo.
—¡¿Cómo?! —preguntó sorprendida.
—Solo quiero que te centres en lo que vas a oír, no pienses cosas raras ¿ok?
—Me van las cosas raras ¿no lo sabías?—rio atrayéndola para besarla.
—Quieta y escucha —sonrió divertida tras besarle.
Sin entender bien lo que iba a hacer se agachó para que ella le tapara los ojos con el suave pañuelo quedándose parado en medio del salón. Una vez le tapó los ojos ella abrió el CD de música y tras sacarlo de su estuche e introducirlo en el equipo, pulso play. Los primeros acordes comenzaron a sonar, y divertido por aquel juego sintió que ella le echaba los brazos al cuello cuando la escuchó susurrar en su oído.
—No hables. Déjate llevar por la melodía y disfrútala.
Sin más, comenzaron a bailar muy pegados en el salón, mientras escuchaban la sugerente voz de Beyoncé cantando aquel lento y sensual R&B.
At Last my love. has come along/Al fin mi amor ha llegado
My lonely days are over/ Mis días solitarios han acabado
And life is like a song /Y la vida es como una canción
At Last [...]/Al fin [...]
Aturdida por su cercanía, su suave olor y la letra de la canción, Brittany hizo lo que ella decía y se dejó llevar por la música. Aquel ritmo lento y sensual. Aquella voz pausada y llena de emoción y la suavidad de la mujer que tenia entre los brazos le hicieron sentir cosas que hasta ese instante nunca había imaginado. Particularmente nunca había creído en lo que la gente denominaba amor, pero de pronto, una necesidad extraña de protegerla se instaló en su estómago al bailar con ella aquella canción.
[...]
You smile, you smile / Tú sonríes, tú sonríes
Oh, and then the spell was cast/ Oh, y me hechizaste
And here we are in heaven / Y aquí estamos en el cielo
For you are mine at last/ Porque eres mío, por fin
Mientras duró la canción, ninguna de las dos habló. Simplemente bailaron y disfrutaron de uno de aquellos momentos mágicos que la vida regala con dosificador, donde sobraba todo excepto ellos dos y aquella canción. Con los ojos aún vendados le repartió dulces y calientes besos por el cuello, mientras sentía unos deseos irrefrenables de tumbarla en el suelo y hacerle el amor. Ninguna mujer le había hecho sentirse tan vulnerable y eso le tensó. Santana, aquella mujer inalcanzable, en pocas horas había conseguido derribar las defensas que durante años ninguna fémina derribó y eso comenzó a preocuparle. Pero dispuesto a disfrutar del momento y de la compañía, simplemente se dejó llevar. Cuando la sensual melodía acabó, Santana abrió los ojos con el corazón latiéndole a mil y aún entre sus brazos preguntó quitándole con delicadeza el pañuelo de los ojos:
—¿Te ha gustado la canción?
Sorprendida porque hubiera terminado y estuviera aún sobrecogida por el momento vivido, Britt, abrió los ojos y la miró. ¿Qué había pasado allí? Nunca se había dejado cautivar así por una melodía, ni por una mujer, y ella lo había conseguido con una simple canción. La gran diva del cine americano, aquella que la miraba con sus preciosos ojos cafes, con algo tan sencillo como una canción, le estaba desbaratando el corazón. Entonces lo supo, tenía un grave problema, pero intentando aparentar normalidad respondió con voz ronca:
—Me ha encantado.
Aturdida por el efecto causado al bailar, se separó de Britt unos centímetros intentando poner sus ideas en orden.
—Adoro esta canción.
—Es bonita, morenita... tan bonita como tú.
Tratando de romper aquel momento mágico, Santana se desbloqueó y sonrió como si no hubiera ocurrido nada especial entre ellos.
—Yo la utilizo para relajarme. Si estoy tensa por un rodaje me la pongo veinte veces seguidas y me relaja. Recuérdalo. Cuando estés tenso esta canción te destensará. Ven, volvamos a la cocina —animó ella.
Desconcertada por las irrefrenables ganas que sentía de abrazarla y protegerla la siguió. Ya en la cocina, ella, nerviosa, sacó su cigarrilo del bolso y lo ensendio y al ver el gesto de Britt, dijo antes de que ella pudiera abrir la boca:
—Me lo voy a fumar, quieras tú o no.
Levantando las manos sonrió y mientras ella fumaba, la rubia se encargó de guardar las sobras de lo que se habían preparado en el frigorífico, mientras intentaba ordenar sus ideas. ¿Qué demonios había pasado en el salón? Recogió la mesa y se sentó frente a ella, turbado:
—¿ibas a marcharte sin despedirte?
—Sí...
—¿Por qué?
—No lo creí oportuno.
—Aprecio tu sinceridad.
Al sentir su desconcertada mirada, se retiró el pelo de la cara de aquella manera que a Britt tanto le gustaba y aclaró:
--¿Cómo iba a despedirme de ti con lo que nos dijimos el último día que nos vimos? —y con una media sonrisa murmuró—: Y siento que por mi culpa bajaras tu listón en cuanto a tus conquistas.
Escuchar aquel reproche le hizo sonreír y añadió:
—Eso que dije fue una tontería. Créeme.
—Vaya... —susurró al escucharle.
—Tú eres preciosa y lo sabes. Y...
—Pero no exuberante —cortó ella.
—San, tú eres mucho mejor que todo eso. Créeme. Y te pido disculpas por lo que te dije. Fue imperdonable y estaba fuera de lugar—aclaró.
—Perdonada —murmuró deleitándose en su sensual mirada—. Por mi parte, espero que me disculpes por lo que yo también te dije.
—Perdonada.
Capitulo 32:
Su mirada y la dulzura de su sonrisa provocaban que el corazón de Santana latiera desbocado. Brittany era tan natural, tan atenta y tan auténtica que era imposible no enamorarse de ella. Sin poder evitarlo miró el reloj digital de la cocina. Las seis menos cuarto. En unas horas debería regresar al parador donde la esperaba su primo. Brittany al ver hacia donde enfocaba su mirada y cómo fruncía el ceño preguntó:
—¿A qué hora sale tu avión?
—A las ocho y media de la tarde —-respondió antes de resoplar—. Queremos salir a las cinco y media del parador para llegar con tiempo al aeropuerto.
—¿Irás en jet privado?
—No. Kurt ha sacado billetes en un avión comercial. Eso sí, en BussinesClass— rio al decir aquello aunque después murmuró—: Estoy segura que ya habrá decenas de periodistas en el aeropuerto esperándome. ¿Cómo se enterarán siempre?
Aquel comentario y, en especial, sus graciosos ojos oscuros le hicieron sonreír.
—Es su trabajo. Deben estar informados para poder dar la noticia —dijo recordando a su hermana Eva.
—Pero Britt, ¿qué importancia tiene sacarme caminando por el aeropuerto?
Aunque ella estaba convencido de que la morena tenia razón, sabía que el mundo del espectaculo funcionaba así. Se encogió de hombros y tras una sonrisa maravillosa indicó:
—Eres Santana Lopez. Una de las grandes divas de Hollywood. No lo olvides.
—No lo olvido. Aunque a veces ante las impertinentes preguntas de los periodistas me gustaría gritarles: ¿Y a ti qué te importa?
—Hazlo —sonrio ella.
—No puedo. Bueno más bien, no debo.
—Ah, no... —se quejo Britt
—Pues no. Cualquier mal gesto, cualquier palabra más alta de lo normal, se escudriña en busca de un doble o triple significado ¡si yo te contara! —dijo sonriendo, y la rubia le correspondió con otra sonrisa—. A veces me gustaría simplemente ser Santana. Solo Santana—susurró.
Britt se levantó de su silla, se acercó hasta ella y poniéndose en cuclillas murmuró:
—Nos queda poco tiempo. Apenas unas horas para estar juntos.
—Si.
Se miraron y durante unos segundos ninguno habló.
--Es una pena que tengas que marcharte —dijo finalmente Brittany rompiendo el silencio.
Santana asintió.
—Voy a regresar. Creo... creo que lo mejor es que ambas retomemos nuestras vidas cuanto antes.
Perdiéndose en la calidez de sus ojos, Britt lo lamentó. Apenas la conocía, pero lo que ella le había transmitido nada tenía que ver con la feliz y alocada vida que conocía de ella a través de la prensa. Le gustaría conocerla mejor pero solo pensarlo era una locura. Sus vidas eran tan dispares que era imposible pensar en algo más. Dispuesto a hacerla sonreír el tiempo que estuvieran juntas, por sorpresa, la atrapo entre sus brazos.
—¡Ehhh! —gritó ella divertida.
Subiendo las escaleras con ella entre sus brazos una encantada y natural Brittany, tras besarla en la nariz murmuró aún excitada por lo ocurrido minutos antes en el salón:
—Tengo más hambre y como me he dado cuenta que hoy eres mi debilidad, he decidido comerte a ti.
Subieron entre risas a la planta de arriba y, sobre la enorme cama de la habitación de Britt, hicieron apasionadamente el amor.
Con tristeza, hastío y desgana, Britt la llevó al parador a las ocho y diez de la mañana mientras escuchaban Aerosmith en el coche. El día era oscuro y gris y amenazaba con lluvia. A las nueve tenía que estar en la base de los geo para dar una clase teórica sobre armamento a un grupo. Por primera vez desde que entró en aquel cuerpo de élite Brittany deseó poder olvidarse del trabajo. Pero no, no podía hacerlo. Muchos hombres y mujeres y en especial muchas vidas dependían de que ella cumpliera con lo estipulado.
En el interior del coche los dos se besaban incapaces de despedirse cuando el CD se acabó y se escuchó en la radio.
Gorrioncito que melancolía.
En tus ojos muere el día ya [...]yo sin ti... moriré.
Sin saber por qué los dos se miraron y supieron que estaban retrasando la despedida. Finalmente Brittany suspiró.
—Me ha encantado volver a verte, a pesar de que al principio pensé que serías una auténtica molestia—dijo.
—Lo sé, me lo hiciste saber, en especial cuando te perseguía haciendo footing por el campo —murmuró haciéndole reír.
—Te pido disculpas por ello. A veces soy algo...
—¿Ruda? ¿Descortés? ¿Grosera? —preguntó divertida.
—Morenita, si sigues diciéndome esas cosas tan amables, te juro que te volveré a tapar la boca con lo que tú ya sabes.
Recordar aquel momento y, en especial, la cinta americana les hizo sonreír.
—¿Sabes?
—¿Que?
—Me encanta que me llames morenita... me gusta mucho.
—Estrellita me quedo claro que no —se burlo ella mientras la voz de Sergio Dalma inundaba el interior del coche—. Por cierto, gracias por los CD de música, creo que van a gustarme mucho.
—Vaya... me alegra saberlo…
Ambas sonrieron, pero la tensión acumulada por el momento se percibía en sus rostros. Finalmente, la joven intentando desviar el tema dijo;
—Por cierto, despídeme de tu familia —abriendo su bolso, sacó una agenda y de ella una foto suya en la que escribió algo y se la entregó—: Toma, dásela a Mercedes para su esposo. Se lo prometí.
La rubia asintió. Pensó en pedirle una para ella, pero finalmente desistió. Mejor no.
—... y dile a tu padre y al abuelo Goyo que siento lo de las empanadas. Aunque casi es mejor no haberles hecho pasar por esa terrible experiencia —murmuro.
—Se lo diré —rio ella—. Pero conociéndolos sentirán mucho no haber podido despedirse personalmente de ti. En especial el abuelo. En ti había encontrado una aliada para fumar.
Emocionada asintió y dándole vueltas a las gafas que tenía en sus manos murmuró:
—No les digas la verdad de quién soy. Creo que les decepcionaría y...
—Nunca les decepcionarías. Pero, tranquila, nuestro secreto seguirá siendo nuestro. Te lo prometo. Aunque sé que mis hermanas me someterán al tercer grado durante algún tiempo preguntándome por ti.
Pensar en aquellas personas que la habían tratado como a una más de la familia sin apenas conocerla, la emocionó. Y, sin poder evitarlo, los ojos se le encharcaron de lágrimas.
—Britt, tienes una familia increíble. Cuídalos mucho.
Al ver sus vidriosos ojos la atrajo hacia sí y la abrazó. Aquella mujer a pesar de vivir rodeada de lujo y glamour, debía sentirse muy sola... demasiado sola. Conmovida por el momento la besó en la cabeza y susurró:
—Eh... morenita. ¿Desde cuándo una diva del cine llora?
Secándose rápidamente las lágrimas de sus oscuros ojos, sonrió y dijo a modo de disculpa:
—Soy una sensiblera. Tenías que haberme visto cuando gané el Globo de Oro. Estuve llorando un mes. Es más, cada vez que veo la estatuilla sobre la chimenea de mi habitación, aún lloro.
—Pues estás nominada a los Oscar. ¿Qué harás si ganas? —bromeó ella.
—Llorar a mares.
—Te propongo algo mejor —rio Britt—. Cuando sientas que estás a punto de llorar y no quieras hacerlo, piensa en algo o alguien divertido y eso te hará sonreír. Pruébalo. Es efectivo.
—Ok... lo recordaré.
Sin poder evitarlo volvió a besarla. Iba a echar de menos aquella dulzura y, en especial, su chispa para hacerle sonreír. Algo que pocas mujeres conseguían. Cuando se separó de ella murmuró mirándola a los ojos:
—Volver a verte ha sido lo mejor que me ha ocurrido en mucho tiempo. Lo mejor —insistió—. Y, por mucho que me gustaría que te quedaras, es mejor que te marches porque, sinceramente San, yo no tengo nada que ofrecerte. Nada.
El nudo de emociones que pugnaba por salir de su garganta solo le permitió asentir. La rubia tenía razón. Era mejor acabar cuanto antes con aquello. Las despedidas nunca le habían gustado y aquella no estaba siendo nada fácil. Tantos sentimientos estaban empezando desquiciarla.
Britt, intentando mantener su autocontrol y disciplina, algo para lo que estaba muy preparado por su trabajo, con una candorosa sonrisa indicó:
—Si vuelves a venir a Argentina, ya sea por la promoción de alguna película o simplemente porque te apetezca volver a comer en mi cocina un sándwich de pavo, lechuga y mayonesa, por favor, házmelo saber ¿de acuerdo?
—Por supuesto —asintió con una triste sonrisa.
No quería apartar sus ojos de ella. Quería retener todos y cada uno de los detalles de aquella mujer. Deseaba grabar su perfume, su sonrisa... todo, pero los minutos en el reloj pasaban y ella tenía que marcharse, Santana decidió terminar con aquella agonía. Brittany lo había dejado muy claro, no tenía nada que ofrecerle. Abrió la puerta del coche, y le dio un rápido beso en los labios.
—Brittany... es mejor que me vaya, si no al final llegarás tarde a trabajar, y entonces sí que pensarás que he sido una molestia —ella sonrió— Mira, no te voy a decir adiós, porque nunca me ha gustado esa palabra, mejor lo dejamos en un hasta pronto. ¿De acuerdo?
—Hasta pronto, estrellita —respondió ella con voz ronca.
Con una teatral sonrisa en los labios, Santana cerró la puerta del coche y una vez fuera movió la mano a modo de despedida. Durante unos segundos la observó. Necesitaba tanto como ella recordar todos y cada uno sus preciosos rasgos. Pero, finalmente, al verla caminar hacia el interior del parador, quitó la radio y aquella triste canción y pulsó play en el reproductor del coche. La música de Metallica la hizo despertar. Pisó el acelerador y se marchó. El mundo debía de continuar incluso sin ella.
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*O*
OK! Hasta ahi jejeje :)
Santana se ira de Argentina? Espero que no, que se arrepienta y se quede :)
Espero les guste
Gracias por leer y comentar
Hasta la actu...Besos<3
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
ooooo me encanto mis niñas se separaron ufaa!! ojala las fiestas las pasen juntas!!!! me encantan cuando estan juntas!! son tal para cual!!!! y que aguante que tienen jaja besitos!!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
me encanta que las dos estén juntas,.... triste la ¿¿¿despedida???
a ver que va a hacer britt al respecto!!!!
a ver que va a hacer britt al respecto!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
WOW....:! Actualizacion pronto :) Por in se dieron su encerron literal xD! :)
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
eres genial cada ves ke leo.. me consentro tanyo n tu fic que no hay nada mas a mi alrededor me encant
asta la actu
asta la actu
Sara Pinel****** - Mensajes : 326
Fecha de inscripción : 30/01/2013
Edad : 28
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
Tatymm: "ooooo me encanto mis niñas se separaron ufaa!! ojala las fiestas las pasen juntas!!!! me encantan cuando estan juntas!! son tal para cual!!!! y que aguante que tienen jaja besitos!!"
-// Pues si se separan, pero esperemos que alguna de las dos haga algo :/ Besos
3:) : "me encanta que las dos estén juntas,.... triste la ¿¿¿despedida???
a ver que va a hacer britt al respecto!!!!"
-// Si son bien tiernas juntas, una despedida triste pero disfrutaron la compañia la una de la otra :3 ;)
Pao Up: "WOW....:! Actualizacion pronto :) Por in se dieron su encerron literal xD! :)"
-// Actualizacion Ahora jejeje si digamos q se dieron con todo (bulgaridad mode on jajaa)
Sara Pinel: "eres genial cada ves ke leo.. me consentro tanyo n tu fic que no hay nada mas a mi alrededor me encant
asta la actu"
-// Jajajaja gracias es muy bueno saberlo :3
MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 33: ¿Que quieres que haga?
Las horas en la base de los geo pasaban lentamente y el humor de la inspector Brittany Pierce iba de mal en peor. Tras dar por la mañana la clase teórica a un grupo de los geos, salió a correr varios kilómetros con unos compañeros, pero le fue imposible concentrarse. Solo podía pensar en ella.
Sumente recreaba una y otra vez su sonrisa, sus labios, su dulce mirada, y recordar su modo de decir «vaya...» cuando se sorprendía inexplicablemente le hacia sonreír.
A la hora de la comida, Mercedes que se había percatado de la mirada de su amiga, tomo su bandeja y se sentó junto a ella al fondo del comedor.
—Buena la que me hiciste anoche, nena. Ni te cuento como se puso la fiera de Bree al ver que te marchabas con otra.
Sorprendida por aquello Britt levantó la vista de su plato.
—¿Bree hizo lio? Pero si ella y yo sabemos lo que existe entre nosotras.
—Lo sé, lo sé. Pero el rechazo en vivo y en directo ante todo el mundo jode, y anoche a Bree la jodiste pero bien.
—¿Cómo se te ocurrió hacer eso? Si tenías claro que en el Croll iba a estar S.L. ¿Por qué no despachaste a Bree y luego fuiste al Croll?
Comprendía el reproche de su amiga. Lo había hecho mal. Muy mal.
—Luego la llamaré y le pediré disculpas.
—Harás bien. Porque como tú has dicho Bree es una chica que tiene las cosas tan claras como tú, pero eso no quita que le moleste si le hacen una jugada como la de ayer.
Brittany volvió a asentir. No quería pensar en Bre, bastante tenía con Santana. Durante unos minutos ambas comieron en silencio, hasta que al recordar algo, se metió la mano en el bolsillo derecho de la camisa del uniforme y puso algo sobre la mesa.
—Toma. Ella me ha dado esto para ti.
Mercedes, al ver el papel, lo tomo y al darle la vuelta vio una foto de la actriz y leyó en voz alta:
—«Con todo mi cariño y admiración para Sam. Espero que algún día pueda llegar a conocerte. Un beso, Santana Lopez».
—¡Mierda! Mi churrito va a morir cuando vea esto.
—No lo dudo —gruñó Britt sin parar de comer.
Mercedes se guardó la foto satisfecha y preguntó a su amiga:
—Bueno qué... ¿Cuándo pensabas contarme lo que está ocurriendo? ¿Cómo apareció en tu vida? ¿Desde cuándo se ven?
Soltando el tenedor de mala gana sobre el plato, Brittany contestó:
—Apareció hace unos días. Me preguntó si yo era el policía que la había salvado en el Ritzy... —soltó una risotada—, yo la eché literalmente de mi casa.
—¿Echaste a S.L. de tu casa?
—Sí.
Sorprendida por aquello Mercedes cuchicheó:
—Britt sabía que eras tonta, pero no tanto.
—Luego ella me persiguió cada mañana por el campo mientras hacíamos footing y yo la rechacé.
—Me estás dejando alucinada. Ese bombón, deseado por media humanidad, te perseguía y tú la rechazabas.
—Después la vi en el Croll con Damián y Lucas —continuó sin escucharle—. Al principio no supe que era ella, se había oscureció el pelo y se puso lentillas para pasar desapercibida y yo... yo...
Desesperada se rascó la cabeza ¿verdaderamente había ocurrido lo que contaba?
—A ver, relájate que te estoy viendo muy afectada —susurró Mercedes mirando a su alrededor. Nadie podía enterarse de aquello o se formaría un escandalo.
—Esa noche la salve de las garras de Lucas porque estaba borracha, la llevé a mi casa, y no ocurrió nada. Pero desayunamos juntas y empecé a sentir que era algo más que la actriz que vemos en el cine, entonces volví a quedar con ella y...
--¿Te acostaste con S.L.?... eres mi héroe – se carcajeo Mercedes.
Sin contestar, ni prestar atención a lo que su amiga decía Brittany continuó.
-Anoche vi a Menchu en el restaurante, y ella me confirmó que se marchaba a Los Angeles y deseé volver a verla. Por eso les propuse ir al Croll. Luego allí, cada vez que ella sonreía y hablaba con otro me sentía enferma y...
—Eso en mi pueblo se llaman celos —cuchicheó su amiga.
—No. Yo no soy celosa.
—Querrás decir... eras.
—No. No lo soy —afirmó con rotundidad.
—No me jodas — rio Mercedes—. ¿Estás celosa? Eso que has sentido se llama celos. Esa mujer te gusta y te gusta de verdad. Aunque bueno, lo raro sería que no te gustara, S.L. que es un bombón además de divertida e ingeniosa, anda vez que recuerdo como se metió a toda tu familia en el bolsillo la otra noche.
Al escuchar aquello Britt se paralizó. En su vida había sentido celos por nadie y menos por una mujer. Pero realmente la noche anterior, cada vez que veía que Santana bailaba o reía con alguno de los amigos de su hermana, se ponía enferma. Sorprendida por lo que acababa de descubrir, miró a su amiga que con una tonta sonrisa le miraba y preguntó:
—¿Por qué carajos me miras así?
—Mujer... estás perdida. Te has enamorado de tu ex mujer, que curiosamente es... S.L. ¡casi nada!
—¡Quieres dejar de llamarla así!
—No...rubia, S.L. nadie sabe quién es. Pero si digo su nombre al completo ¿crees que la gente no sospechará?
Mercedes tenia razón y tocándose los nudillos fue a hablar cuando aquella prosiguió.
—¿Has dicho que hoy se marcha?
—Si.
—¿Regresa a su perfecto mundo?
—Si
—¿Te jode que se marche?
—Sí—siseó desesperada.
—Pues entonces ¿qué carajos haces aquí sentada sin impedirlo?
Desconcertada, Brittany le miró. ¿Qué pretendía su amiga que hiciera? Santana era una estrella del maravilloso y luminoso Hollywood y ella simplemente una policía argentino que nunca iba a poder ofrecerle nada de lo que ella tenía ahora.
—Pero ¿qué quieres que haga?
—Nena, pues lo normal en estos casos, impedir que se vaya. Si realmente te gusta, haz algo. No te quedes aquí cuajada y con cara de tonta.
—Es imposible Mercedes. Ella es...
Sin dejarle terminar su amiga interrumpió:
—Sí. Ella es quién es ¿y qué pasa? A ver nena lista ¿Qué probabilidades había de que ella y tú se conocieran? Y menos aún de que volvieran a coincidir. —Al ver que Britt no contestaba prosiguió—. Ay dios, que estás cosas solo pasan una vez en la vida y a ti te ha pasado dos veces y con la misma persona. ¿No crees que será por algo? Ok... las separan muchas cosas, entre ellas medio mundo, y un montón de ceros en la cuenta corriente, pero no me jodas rubia... si esa mujer te gusta ¡a la mierda el resto! Búscala, vive el momento y mañana que salga el sol por donde tenga que salir. Pero no te quedes con las ganas de saber lo que podría haber pasado.
—Vaya... —susurró Brittany y rio como una tonta al darse cuenta que acababa de utilizar la misma expresión de sorpresa que utilizaba ella.
La positividad y empuje de Mercedes la hizo reaccionar. Conocer a Santana era una locura pero le gustaba esa locura. Miró su reloj. Las cinco menos diez.
—Ve a hablar con Sotillo —le animó Mercedes—. Cuéntale lo que quieras. Estoy segura de que no te pondrá ningún impedimento para salir. Te conoce y sabe que tú no te ausentarías de la base si no fuera por algo importante.
Brittany se tocó el cabello ¿debería hacerlo? Pero tras pensar en ella, lo vio claro. Debía intentarlo. Emocionada, Mercedes siguió a su amiga hasta el despacho del superior. Diez minutos después este salía con una grata sonrisa en los labios.
—¡Perfecto! —aplaudió Mercedes, y al verle correr hacia donde tenían aparcados los coches gritó—. ¿Dónde vas así vestida?
Levantando la mano a modo de despedida Brittany no contestó. Deseaba llegar cuanto antes al parador. No tenía tiempo para cambiarse de ropa.
Capitulo 34: La pulsera de todo incluido
En la habitación del parador de Lujan, la joven estrella de cine miró por última vez por la ventana. Deseaba que aquel paisaje y su paz la acompañasen el resto de su vida. Cerró los ojos y pensó en Brittany, en su sonrisa, en su voz, en su mirada cuando le hacia el amor.
—Oh my God! ¡Basta de martirizarse! —gritó de pronto.
Abrió los ojos, tomo su bolso y sin pensar en nada más salió de la habitación.
En la recepción del hotel, Bree, con gesto agrio observó salir a Menchu. No entendía la amistad que la unía a aquel mariquita y la joven que lo acompañaba, y que, además, la noche anterior le había privado de Britt. Deseó ir a reprenderla, pero al estar atendiendo a los nuevos huéspedes en el mostrador no pudo y se quedó con las ganas. Sin embargo, cuando vio aparecer a la joven castaña, y recordó lo ocurrido la noche anterior, llamó a un compañero para que la sustituyese y fue tras ella.
—Un momento, señorita.
Santana, al escuchar aquella voz, se detuvo, y no se sorprendió al ver quien era la que la llamaba. Dejando su gran bolso de Loewe en el suelo, se colocó bien la peluca y esperó a que aquella llegara hasta ella.
—¿Se marcha ya? —preguntó Bree.
—Sí. En este instante.
Bree pareció intuir que ella sonreía bajo sus gafas oscuras.
—Me alegra saber que se marcha ¡por fin!
—Muy amable —suspiró Santana.
Acercándose más a ella Bree, murmuró casi en su oído.
—Y en cuanto a lo de anoche, quiero que sepas, maldita zorra que espero que algún día te hagan lo mismo. Yo era quien estaba con Brittany y tu la engatusaste a saber con que malas artes y te la llevaste para acostarte con ella ¿verdad? pero no lo olvides, quien vive aquí soy yo, y no tú. Tú habrás podido gozar de una noche con ella, pero yo disfrutaré de Britt todas las demás.
Al escuchar aquello, la morena se tensó. Imaginar a Brittany acostándose con aquella pechugona le revolvía el estomago. Pero le gustara o no, ella tenía su parte de razón, aunque no pensaba permití que la faltara al respeto de aquella manera.
—Oh... Oh. Oh... Disculpe señora—siseó Santana marcando un espacio-, ¿Desde cuándo usted y yo nos tuteamos?
Bree, que no esperaba aquella reacción, se quedó paralizada y Santana continuó:
—Que yo sepa usted trabaja aquí y yo aún soy cliente del parador. ¿Lo a olvidado? Por lo tanto, si no le importa, me gustaría que me tratara con respeto y no como acostumbra a tratar a la pobre gente que trabaja con usted. Y en cuanto a mi vida privada, a usted precisamente no tengo que darle ninguna explicación. Pero déjeme decirle que yo no viviré aquí en Lujan, pero usted sí que trabaja aquí ¿verdad?
Aquella asintió y Santana prosiguió:
—Pues entonces no olvide que yo aquí soy el cliente, y si no quiere tener problemas cierre la boca, deje de insultarme y aléjese de mí antes de que decida quéjame a dirección para que la pongan de patitas en la calle ¿me ha entendido?
Bree, a punto de explotar, no tuvo más remedio que recular. La gente las miraba, y le gustara o no, tenía que saber comportarse en su lugar de trabajo, y se había dejado llevar por la pasión, enojada se dio la vuelta y se marcho. Santana, enfadada por lo que aquella pechugona había dicho, se agachó, tomo su bolso Loewe y continuó su camino hacia el exterior.
En el aparcamiento del parador, y ajenos a lo ocurrido, Kurt se despedía de una lagrimosa Menchu.
—Te espero en mi casa, Darling. No lo olvides ¡Te encantara! cuando vengas a verme le llevaré al Golden y a VaniTy. Te presentaré a los boys mas guapos que habrás visto en tu life y ya veras lo bien que lo vamos a pasar.
Emocionada por la amabilidad de Kurt, mientras sostenía en la mano la tarjeta con todos sus datos que este le había entregado murmuró:
—Gracias. Si puedo, intentaré ir cuando me den vacaciones.
—Tienes que poder Menchu. Prométemelo.
—Ok... te lo prometo —asintió con cariño.
—Te tomo la palabra my love. ¡Uy! Además te llevaré de shoppíng y verás lo guapa y glamurosa que vas a regresar.
Aquellas palabras, y su particular manera de entremezclar el español y el inglés emocionaron a la joven que, contrayendo el gesto, rompió a llorar de nuevo. Ella era de todo menos guapa y glamurosa.
—Por el amor de Dios, Menchu... ¡no llores más! ... —murmuró Kurt.
—No puedo impedirlo. Fueron tan maravillosos conmigo que...
—Ay... ay... ay ¡Stop! Tú sí que has sido devine con nosotros. Tu discreción nos ha demostrado que eres una girl de fiar y eso, tesoro mío, ni San ni yo lo olvidaremos.
La joven volvió a llorar y Kurt, en un intento por hacerla hacer sonreír cuchicheó:
—Cielo stop de lloriqueos, ¿pero tú no sabes que es malísimo para el cutis y salen arrugas?
—No lo sabíaaaaaaaaaa...
Santana, aún enfurecida por lo ocurrido, se acercó a ellos y, al cruzar una mirada con su primo, comprendió lo que estaba pasando. Por ello, olvidando lo que le rondaba por la cabeza se acercó hasta la joven llorosa y la abrazó.
—Vamos Menchu, como dice Kurt stop de lloriqueos. Si sigues así conseguirás que se me corra el rímel, porque yo si que soy una buena llorona. Y oye... te espero en mi casa. —Al ver que la joven la miraba y se secaba las lágrimas continuó—: Te he dado mi dirección y mi teléfono directo. Solo tienes que llamarme, decirme cuando vienes y no preocuparte de ningún detalle más. ¿De acuerdo?
La joven conmovida asintió, sin entender aun la suerte que había tenido al conocer de aquella manera tan fortuita a aquellos dos. Kurt, al fijarse en su prima, y ver su entrecejo fruncido preguntó:
--¿Qué te ocurre reina?
Soltando un suspiro de frustración Santana se volvió hacia su primo y gruñó enfadada tras quitarse las gafas.
--¿Te puedes creer que la pechugona artificial, me ha montado un numerito en el hall porque anoche Britt y yo nos fuimos juntas del bar?
--Normal honey ¡le levantaste su “chica”! cuchicheó su primo—. Y mira lo que te digo, si a alguien se le ocurre levantarme a mí semejante adonis delante de mi cara... le arranco los ojos y me hago un collar con ellos.
--¡¿Bree te ha dicho algo?! —gritó Menchu.
Santana asintió.
--Sí, sí... pero tranquila, ya la he puesto yo en su sitio.
Menchu, sorprendida por lo que Bree hubiera podido decir, fue a comentar algo cuando se escuchó el sonido de un coche entrar con prisa en el parking del parador. Los tres miraron con curiosidad y a Santana se le cayó el bolso de la impresión. Era ella. Era Brittany.
Sin tiempo que perder, la rubia salió del coche y suspiró aliviada al comprobar que había llegado a tiempo. Unos turistas que estaban sacando sus maletas del maletero giraron las cabezas al ver pasar a aquella mujer. Era todo un lujo para la vista.
Con una seguridad que les dejó a todos plantificados, ella camino hacia su objetivo. Santana. Sus botas negras y su aplomo a cada paso consiguieron hacer retumbar el corazón de la joven. Mientras ella no podía apartar su incrédula mirada de la rubia. Los pantalones y la camisa de camuflaje que llevaba la hacían sexy, tremendamente sexy. Se le resecó la garganta.
--Madre; mía, lo de Brittany ¡es de escándalo! —cuchicheó Menchu patidifusa.
--Es lo más... si es más guapa revienta—murmuró Kurt boquiabierto--. Confírmame ahora mismo Santana, que esa chica, latina, y rubia que camina hacia nosotros con sonrisa de peligro y ojos de pasión es el mismo G.I.Joe de anoche o en este preciso momento me vuelvo hetero me tiro a sus brazos en este momento y me la como a besos. – rio Kurt.
Santana con el corazón a mil por hora, no pudo articular palabra, tan solo asintió.
—Ahora mismo llamo al taller para que me reparen con urgencia la varita mágica. Yo quiero un latino así como ella only para mí.
Menchú sonrió ante su ocurrencia y sintió un extraño calor por el cuerpo. Ojalá algún día un hombre como aquella mujer miraba a la morena la mirara así. Brittany llegó hasta ellos, recogió el bolso de Santana del suelo, se lo entregó y dijo:
—Morenita, necesito hablar contigo.
—¿Ahora? —preguntó estupefacta al sentir su aterciopelada voz.
—Sí. Ahora. Ven.
Sin esperar a que ella accediera, Britt la tomó de la mano y con un suave tirón la obligó a moverse, Kurt todavía sobrecogido acercándose a una atónita Menchu cuchicheó:
—¿La ha llamado morenita?
—Sí —suspiró la joven.
—Oh my God ¡es divine! —suspiró al recordar a su abuela—. Además de guapa y sexy.
Mientras seguía con la mirada a aquellos dos, Kurt se abanicó con la mano y preguntó:
—Menchu, sé sincera, ¿Hay más machos latinos, hombres pero como ella por estas tierras?
Divertida por aquello, la joven pensó en algunos de los compañeros de Brittany y resoplando asintió.
A pocos metros de ellos una atónita y desconcertada Santana, aún sin creer que Brittany estuviera frente a ella, con las gafas en la mano preguntó:
—¿Qué ocurre? ¿Qué haces aquí?
Con el aplomo de quien sabe perfectamente lo que desea, la atrajo hacia sí y la besó. Eso logró calmarla un poco y, acto seguido, la separó unos centímetros de su cuerpo y con voz dulce murmuró:
--Pasa conmigo la Navidad.
--¡¿Cómo?!
Convencida de lo que decía, sin soltarla, prosiguió:
--Sé que es una locura, y que si lo descubre la prensa me puede traer infinidad de problemas, pero quédate.
---Vaya... —murmuró ella y la rubia continuó—. Esta mañana cuando me despedí de ti, te dije que no tenía nada que ofrecerte pero estaba equivocada. Quizás lo que yo te ofrezca sea poco para lo que tú estás acostumbrada pero...
Turbada e impaciente le cortó y preguntó:
---¿Qué me ofreces?
---Veamos... —sonrió al ver su buena disposición. Y sin dejar de sonreír sacó un trozo de cordón negro de su bolsillo, le tomo la mano y dejándola boquiabierta se lo ató alrededor de la muñeca.
--Britt, ¿esto qué es?
--La pulsera de todo incluido. —Al ver su gesto divertido ella prosiguió—: Eso quiere decir, alojamiento, comida, cama, sexo, café, música, toneladas de galletas Oreo, leche desnatada, todo lo que tú quieras y yo pueda ofrecerte.
--Tentador —asintió ella al ver a Bree asomarse a la puerta.
--También incluye paseos por el campo con Jenny, tardes lluviosas y frías, películas con palomitas en el sillón de mi casa, bailes en el salón con tú música y...
--¡¿Y?’
--... y una familia algo curiosa que celebra la Navidad con unión, regalos, villancicos y tradiciones. —Ella sonrió. Le encantaba.
--Pero no quiero engañarte. No todo lo que te ofrezco es bueno.
--¿No?
--No. Esta pulsera, incluye días que te quedarás a solas porque yo tendré que trabajar y excluye compromiso y reproches entre tú y yo.
--Acepto. --Aquel era un buen plan para pasar las fiestas.
Brittany sonrió y la besó con tal vehemencia que a ella le tembló todo el cuerpo. Mientras tanto, Bree enfadada por lo que acababa de presenciar, entraba en el parador y comenzaba a dar órdenes a diestro y siniestro.
—Tengo tres condiciones —dijo Santana de pronto.
Britt, feliz por saber que estaría con ella un tiempo más, murmuró.
—Estoy abierta a negociar todo lo que tú quieras morenita.
—La primera condición es que mi primo se quede con nosotros en tu casa. Él ha venido conmigo y también se irá conmigo.
Britt miró al joven que junto a Menchu les observaba, y al ver que este cuchicheaba con la amiga de su hermana sonrió.
—De acuerdo. Siempre y cuando no duerma con nosotras. —se burlo. — ¿La segunda?
—Que no te enfades conmigo porque siempre me guste decir la última palabra —dijo divertida y la rubia se carcajeó.
—Te lo prometo. ¿Y la tercera?
—Que me hagas trencitas en el pelo como a tu sobrina cuando desayune por las mañanas.
La dicha que sintió la ‘geo’ al escuchar aquello, le hizo reír a mandíbula abierta. Era feliz.
------------------------------------------------------------
BUENO ESPERO QUE LE GUSTE LOS CAPITULOS
MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA LA ACTU
BESOS<3
-// Pues si se separan, pero esperemos que alguna de las dos haga algo :/ Besos
3:) : "me encanta que las dos estén juntas,.... triste la ¿¿¿despedida???
a ver que va a hacer britt al respecto!!!!"
-// Si son bien tiernas juntas, una despedida triste pero disfrutaron la compañia la una de la otra :3 ;)
Pao Up: "WOW....:! Actualizacion pronto :) Por in se dieron su encerron literal xD! :)"
-// Actualizacion Ahora jejeje si digamos q se dieron con todo (bulgaridad mode on jajaa)
Sara Pinel: "eres genial cada ves ke leo.. me consentro tanyo n tu fic que no hay nada mas a mi alrededor me encant
asta la actu"
-// Jajajaja gracias es muy bueno saberlo :3
MUCHAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS<3
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¿Y A Ti Que Te Importa?
Capitulo 33: ¿Que quieres que haga?
Las horas en la base de los geo pasaban lentamente y el humor de la inspector Brittany Pierce iba de mal en peor. Tras dar por la mañana la clase teórica a un grupo de los geos, salió a correr varios kilómetros con unos compañeros, pero le fue imposible concentrarse. Solo podía pensar en ella.
Sumente recreaba una y otra vez su sonrisa, sus labios, su dulce mirada, y recordar su modo de decir «vaya...» cuando se sorprendía inexplicablemente le hacia sonreír.
A la hora de la comida, Mercedes que se había percatado de la mirada de su amiga, tomo su bandeja y se sentó junto a ella al fondo del comedor.
—Buena la que me hiciste anoche, nena. Ni te cuento como se puso la fiera de Bree al ver que te marchabas con otra.
Sorprendida por aquello Britt levantó la vista de su plato.
—¿Bree hizo lio? Pero si ella y yo sabemos lo que existe entre nosotras.
—Lo sé, lo sé. Pero el rechazo en vivo y en directo ante todo el mundo jode, y anoche a Bree la jodiste pero bien.
—¿Cómo se te ocurrió hacer eso? Si tenías claro que en el Croll iba a estar S.L. ¿Por qué no despachaste a Bree y luego fuiste al Croll?
Comprendía el reproche de su amiga. Lo había hecho mal. Muy mal.
—Luego la llamaré y le pediré disculpas.
—Harás bien. Porque como tú has dicho Bree es una chica que tiene las cosas tan claras como tú, pero eso no quita que le moleste si le hacen una jugada como la de ayer.
Brittany volvió a asentir. No quería pensar en Bre, bastante tenía con Santana. Durante unos minutos ambas comieron en silencio, hasta que al recordar algo, se metió la mano en el bolsillo derecho de la camisa del uniforme y puso algo sobre la mesa.
—Toma. Ella me ha dado esto para ti.
Mercedes, al ver el papel, lo tomo y al darle la vuelta vio una foto de la actriz y leyó en voz alta:
—«Con todo mi cariño y admiración para Sam. Espero que algún día pueda llegar a conocerte. Un beso, Santana Lopez».
—¡Mierda! Mi churrito va a morir cuando vea esto.
—No lo dudo —gruñó Britt sin parar de comer.
Mercedes se guardó la foto satisfecha y preguntó a su amiga:
—Bueno qué... ¿Cuándo pensabas contarme lo que está ocurriendo? ¿Cómo apareció en tu vida? ¿Desde cuándo se ven?
Soltando el tenedor de mala gana sobre el plato, Brittany contestó:
—Apareció hace unos días. Me preguntó si yo era el policía que la había salvado en el Ritzy... —soltó una risotada—, yo la eché literalmente de mi casa.
—¿Echaste a S.L. de tu casa?
—Sí.
Sorprendida por aquello Mercedes cuchicheó:
—Britt sabía que eras tonta, pero no tanto.
—Luego ella me persiguió cada mañana por el campo mientras hacíamos footing y yo la rechacé.
—Me estás dejando alucinada. Ese bombón, deseado por media humanidad, te perseguía y tú la rechazabas.
—Después la vi en el Croll con Damián y Lucas —continuó sin escucharle—. Al principio no supe que era ella, se había oscureció el pelo y se puso lentillas para pasar desapercibida y yo... yo...
Desesperada se rascó la cabeza ¿verdaderamente había ocurrido lo que contaba?
—A ver, relájate que te estoy viendo muy afectada —susurró Mercedes mirando a su alrededor. Nadie podía enterarse de aquello o se formaría un escandalo.
—Esa noche la salve de las garras de Lucas porque estaba borracha, la llevé a mi casa, y no ocurrió nada. Pero desayunamos juntas y empecé a sentir que era algo más que la actriz que vemos en el cine, entonces volví a quedar con ella y...
--¿Te acostaste con S.L.?... eres mi héroe – se carcajeo Mercedes.
Sin contestar, ni prestar atención a lo que su amiga decía Brittany continuó.
-Anoche vi a Menchu en el restaurante, y ella me confirmó que se marchaba a Los Angeles y deseé volver a verla. Por eso les propuse ir al Croll. Luego allí, cada vez que ella sonreía y hablaba con otro me sentía enferma y...
—Eso en mi pueblo se llaman celos —cuchicheó su amiga.
—No. Yo no soy celosa.
—Querrás decir... eras.
—No. No lo soy —afirmó con rotundidad.
—No me jodas — rio Mercedes—. ¿Estás celosa? Eso que has sentido se llama celos. Esa mujer te gusta y te gusta de verdad. Aunque bueno, lo raro sería que no te gustara, S.L. que es un bombón además de divertida e ingeniosa, anda vez que recuerdo como se metió a toda tu familia en el bolsillo la otra noche.
Al escuchar aquello Britt se paralizó. En su vida había sentido celos por nadie y menos por una mujer. Pero realmente la noche anterior, cada vez que veía que Santana bailaba o reía con alguno de los amigos de su hermana, se ponía enferma. Sorprendida por lo que acababa de descubrir, miró a su amiga que con una tonta sonrisa le miraba y preguntó:
—¿Por qué carajos me miras así?
—Mujer... estás perdida. Te has enamorado de tu ex mujer, que curiosamente es... S.L. ¡casi nada!
—¡Quieres dejar de llamarla así!
—No...rubia, S.L. nadie sabe quién es. Pero si digo su nombre al completo ¿crees que la gente no sospechará?
Mercedes tenia razón y tocándose los nudillos fue a hablar cuando aquella prosiguió.
—¿Has dicho que hoy se marcha?
—Si.
—¿Regresa a su perfecto mundo?
—Si
—¿Te jode que se marche?
—Sí—siseó desesperada.
—Pues entonces ¿qué carajos haces aquí sentada sin impedirlo?
Desconcertada, Brittany le miró. ¿Qué pretendía su amiga que hiciera? Santana era una estrella del maravilloso y luminoso Hollywood y ella simplemente una policía argentino que nunca iba a poder ofrecerle nada de lo que ella tenía ahora.
—Pero ¿qué quieres que haga?
—Nena, pues lo normal en estos casos, impedir que se vaya. Si realmente te gusta, haz algo. No te quedes aquí cuajada y con cara de tonta.
—Es imposible Mercedes. Ella es...
Sin dejarle terminar su amiga interrumpió:
—Sí. Ella es quién es ¿y qué pasa? A ver nena lista ¿Qué probabilidades había de que ella y tú se conocieran? Y menos aún de que volvieran a coincidir. —Al ver que Britt no contestaba prosiguió—. Ay dios, que estás cosas solo pasan una vez en la vida y a ti te ha pasado dos veces y con la misma persona. ¿No crees que será por algo? Ok... las separan muchas cosas, entre ellas medio mundo, y un montón de ceros en la cuenta corriente, pero no me jodas rubia... si esa mujer te gusta ¡a la mierda el resto! Búscala, vive el momento y mañana que salga el sol por donde tenga que salir. Pero no te quedes con las ganas de saber lo que podría haber pasado.
—Vaya... —susurró Brittany y rio como una tonta al darse cuenta que acababa de utilizar la misma expresión de sorpresa que utilizaba ella.
La positividad y empuje de Mercedes la hizo reaccionar. Conocer a Santana era una locura pero le gustaba esa locura. Miró su reloj. Las cinco menos diez.
—Ve a hablar con Sotillo —le animó Mercedes—. Cuéntale lo que quieras. Estoy segura de que no te pondrá ningún impedimento para salir. Te conoce y sabe que tú no te ausentarías de la base si no fuera por algo importante.
Brittany se tocó el cabello ¿debería hacerlo? Pero tras pensar en ella, lo vio claro. Debía intentarlo. Emocionada, Mercedes siguió a su amiga hasta el despacho del superior. Diez minutos después este salía con una grata sonrisa en los labios.
—¡Perfecto! —aplaudió Mercedes, y al verle correr hacia donde tenían aparcados los coches gritó—. ¿Dónde vas así vestida?
Levantando la mano a modo de despedida Brittany no contestó. Deseaba llegar cuanto antes al parador. No tenía tiempo para cambiarse de ropa.
Capitulo 34: La pulsera de todo incluido
En la habitación del parador de Lujan, la joven estrella de cine miró por última vez por la ventana. Deseaba que aquel paisaje y su paz la acompañasen el resto de su vida. Cerró los ojos y pensó en Brittany, en su sonrisa, en su voz, en su mirada cuando le hacia el amor.
—Oh my God! ¡Basta de martirizarse! —gritó de pronto.
Abrió los ojos, tomo su bolso y sin pensar en nada más salió de la habitación.
En la recepción del hotel, Bree, con gesto agrio observó salir a Menchu. No entendía la amistad que la unía a aquel mariquita y la joven que lo acompañaba, y que, además, la noche anterior le había privado de Britt. Deseó ir a reprenderla, pero al estar atendiendo a los nuevos huéspedes en el mostrador no pudo y se quedó con las ganas. Sin embargo, cuando vio aparecer a la joven castaña, y recordó lo ocurrido la noche anterior, llamó a un compañero para que la sustituyese y fue tras ella.
—Un momento, señorita.
Santana, al escuchar aquella voz, se detuvo, y no se sorprendió al ver quien era la que la llamaba. Dejando su gran bolso de Loewe en el suelo, se colocó bien la peluca y esperó a que aquella llegara hasta ella.
—¿Se marcha ya? —preguntó Bree.
—Sí. En este instante.
Bree pareció intuir que ella sonreía bajo sus gafas oscuras.
—Me alegra saber que se marcha ¡por fin!
—Muy amable —suspiró Santana.
Acercándose más a ella Bree, murmuró casi en su oído.
—Y en cuanto a lo de anoche, quiero que sepas, maldita zorra que espero que algún día te hagan lo mismo. Yo era quien estaba con Brittany y tu la engatusaste a saber con que malas artes y te la llevaste para acostarte con ella ¿verdad? pero no lo olvides, quien vive aquí soy yo, y no tú. Tú habrás podido gozar de una noche con ella, pero yo disfrutaré de Britt todas las demás.
Al escuchar aquello, la morena se tensó. Imaginar a Brittany acostándose con aquella pechugona le revolvía el estomago. Pero le gustara o no, ella tenía su parte de razón, aunque no pensaba permití que la faltara al respeto de aquella manera.
—Oh... Oh. Oh... Disculpe señora—siseó Santana marcando un espacio-, ¿Desde cuándo usted y yo nos tuteamos?
Bree, que no esperaba aquella reacción, se quedó paralizada y Santana continuó:
—Que yo sepa usted trabaja aquí y yo aún soy cliente del parador. ¿Lo a olvidado? Por lo tanto, si no le importa, me gustaría que me tratara con respeto y no como acostumbra a tratar a la pobre gente que trabaja con usted. Y en cuanto a mi vida privada, a usted precisamente no tengo que darle ninguna explicación. Pero déjeme decirle que yo no viviré aquí en Lujan, pero usted sí que trabaja aquí ¿verdad?
Aquella asintió y Santana prosiguió:
—Pues entonces no olvide que yo aquí soy el cliente, y si no quiere tener problemas cierre la boca, deje de insultarme y aléjese de mí antes de que decida quéjame a dirección para que la pongan de patitas en la calle ¿me ha entendido?
Bree, a punto de explotar, no tuvo más remedio que recular. La gente las miraba, y le gustara o no, tenía que saber comportarse en su lugar de trabajo, y se había dejado llevar por la pasión, enojada se dio la vuelta y se marcho. Santana, enfadada por lo que aquella pechugona había dicho, se agachó, tomo su bolso Loewe y continuó su camino hacia el exterior.
En el aparcamiento del parador, y ajenos a lo ocurrido, Kurt se despedía de una lagrimosa Menchu.
—Te espero en mi casa, Darling. No lo olvides ¡Te encantara! cuando vengas a verme le llevaré al Golden y a VaniTy. Te presentaré a los boys mas guapos que habrás visto en tu life y ya veras lo bien que lo vamos a pasar.
Emocionada por la amabilidad de Kurt, mientras sostenía en la mano la tarjeta con todos sus datos que este le había entregado murmuró:
—Gracias. Si puedo, intentaré ir cuando me den vacaciones.
—Tienes que poder Menchu. Prométemelo.
—Ok... te lo prometo —asintió con cariño.
—Te tomo la palabra my love. ¡Uy! Además te llevaré de shoppíng y verás lo guapa y glamurosa que vas a regresar.
Aquellas palabras, y su particular manera de entremezclar el español y el inglés emocionaron a la joven que, contrayendo el gesto, rompió a llorar de nuevo. Ella era de todo menos guapa y glamurosa.
—Por el amor de Dios, Menchu... ¡no llores más! ... —murmuró Kurt.
—No puedo impedirlo. Fueron tan maravillosos conmigo que...
—Ay... ay... ay ¡Stop! Tú sí que has sido devine con nosotros. Tu discreción nos ha demostrado que eres una girl de fiar y eso, tesoro mío, ni San ni yo lo olvidaremos.
La joven volvió a llorar y Kurt, en un intento por hacerla hacer sonreír cuchicheó:
—Cielo stop de lloriqueos, ¿pero tú no sabes que es malísimo para el cutis y salen arrugas?
—No lo sabíaaaaaaaaaa...
Santana, aún enfurecida por lo ocurrido, se acercó a ellos y, al cruzar una mirada con su primo, comprendió lo que estaba pasando. Por ello, olvidando lo que le rondaba por la cabeza se acercó hasta la joven llorosa y la abrazó.
—Vamos Menchu, como dice Kurt stop de lloriqueos. Si sigues así conseguirás que se me corra el rímel, porque yo si que soy una buena llorona. Y oye... te espero en mi casa. —Al ver que la joven la miraba y se secaba las lágrimas continuó—: Te he dado mi dirección y mi teléfono directo. Solo tienes que llamarme, decirme cuando vienes y no preocuparte de ningún detalle más. ¿De acuerdo?
La joven conmovida asintió, sin entender aun la suerte que había tenido al conocer de aquella manera tan fortuita a aquellos dos. Kurt, al fijarse en su prima, y ver su entrecejo fruncido preguntó:
--¿Qué te ocurre reina?
Soltando un suspiro de frustración Santana se volvió hacia su primo y gruñó enfadada tras quitarse las gafas.
--¿Te puedes creer que la pechugona artificial, me ha montado un numerito en el hall porque anoche Britt y yo nos fuimos juntas del bar?
--Normal honey ¡le levantaste su “chica”! cuchicheó su primo—. Y mira lo que te digo, si a alguien se le ocurre levantarme a mí semejante adonis delante de mi cara... le arranco los ojos y me hago un collar con ellos.
--¡¿Bree te ha dicho algo?! —gritó Menchu.
Santana asintió.
--Sí, sí... pero tranquila, ya la he puesto yo en su sitio.
Menchu, sorprendida por lo que Bree hubiera podido decir, fue a comentar algo cuando se escuchó el sonido de un coche entrar con prisa en el parking del parador. Los tres miraron con curiosidad y a Santana se le cayó el bolso de la impresión. Era ella. Era Brittany.
Sin tiempo que perder, la rubia salió del coche y suspiró aliviada al comprobar que había llegado a tiempo. Unos turistas que estaban sacando sus maletas del maletero giraron las cabezas al ver pasar a aquella mujer. Era todo un lujo para la vista.
Con una seguridad que les dejó a todos plantificados, ella camino hacia su objetivo. Santana. Sus botas negras y su aplomo a cada paso consiguieron hacer retumbar el corazón de la joven. Mientras ella no podía apartar su incrédula mirada de la rubia. Los pantalones y la camisa de camuflaje que llevaba la hacían sexy, tremendamente sexy. Se le resecó la garganta.
--Madre; mía, lo de Brittany ¡es de escándalo! —cuchicheó Menchu patidifusa.
--Es lo más... si es más guapa revienta—murmuró Kurt boquiabierto--. Confírmame ahora mismo Santana, que esa chica, latina, y rubia que camina hacia nosotros con sonrisa de peligro y ojos de pasión es el mismo G.I.Joe de anoche o en este preciso momento me vuelvo hetero me tiro a sus brazos en este momento y me la como a besos. – rio Kurt.
Santana con el corazón a mil por hora, no pudo articular palabra, tan solo asintió.
—Ahora mismo llamo al taller para que me reparen con urgencia la varita mágica. Yo quiero un latino así como ella only para mí.
Menchú sonrió ante su ocurrencia y sintió un extraño calor por el cuerpo. Ojalá algún día un hombre como aquella mujer miraba a la morena la mirara así. Brittany llegó hasta ellos, recogió el bolso de Santana del suelo, se lo entregó y dijo:
—Morenita, necesito hablar contigo.
—¿Ahora? —preguntó estupefacta al sentir su aterciopelada voz.
—Sí. Ahora. Ven.
Sin esperar a que ella accediera, Britt la tomó de la mano y con un suave tirón la obligó a moverse, Kurt todavía sobrecogido acercándose a una atónita Menchu cuchicheó:
—¿La ha llamado morenita?
—Sí —suspiró la joven.
—Oh my God ¡es divine! —suspiró al recordar a su abuela—. Además de guapa y sexy.
Mientras seguía con la mirada a aquellos dos, Kurt se abanicó con la mano y preguntó:
—Menchu, sé sincera, ¿Hay más machos latinos, hombres pero como ella por estas tierras?
Divertida por aquello, la joven pensó en algunos de los compañeros de Brittany y resoplando asintió.
A pocos metros de ellos una atónita y desconcertada Santana, aún sin creer que Brittany estuviera frente a ella, con las gafas en la mano preguntó:
—¿Qué ocurre? ¿Qué haces aquí?
Con el aplomo de quien sabe perfectamente lo que desea, la atrajo hacia sí y la besó. Eso logró calmarla un poco y, acto seguido, la separó unos centímetros de su cuerpo y con voz dulce murmuró:
--Pasa conmigo la Navidad.
--¡¿Cómo?!
Convencida de lo que decía, sin soltarla, prosiguió:
--Sé que es una locura, y que si lo descubre la prensa me puede traer infinidad de problemas, pero quédate.
---Vaya... —murmuró ella y la rubia continuó—. Esta mañana cuando me despedí de ti, te dije que no tenía nada que ofrecerte pero estaba equivocada. Quizás lo que yo te ofrezca sea poco para lo que tú estás acostumbrada pero...
Turbada e impaciente le cortó y preguntó:
---¿Qué me ofreces?
---Veamos... —sonrió al ver su buena disposición. Y sin dejar de sonreír sacó un trozo de cordón negro de su bolsillo, le tomo la mano y dejándola boquiabierta se lo ató alrededor de la muñeca.
--Britt, ¿esto qué es?
--La pulsera de todo incluido. —Al ver su gesto divertido ella prosiguió—: Eso quiere decir, alojamiento, comida, cama, sexo, café, música, toneladas de galletas Oreo, leche desnatada, todo lo que tú quieras y yo pueda ofrecerte.
--Tentador —asintió ella al ver a Bree asomarse a la puerta.
--También incluye paseos por el campo con Jenny, tardes lluviosas y frías, películas con palomitas en el sillón de mi casa, bailes en el salón con tú música y...
--¡¿Y?’
--... y una familia algo curiosa que celebra la Navidad con unión, regalos, villancicos y tradiciones. —Ella sonrió. Le encantaba.
--Pero no quiero engañarte. No todo lo que te ofrezco es bueno.
--¿No?
--No. Esta pulsera, incluye días que te quedarás a solas porque yo tendré que trabajar y excluye compromiso y reproches entre tú y yo.
--Acepto. --Aquel era un buen plan para pasar las fiestas.
Brittany sonrió y la besó con tal vehemencia que a ella le tembló todo el cuerpo. Mientras tanto, Bree enfadada por lo que acababa de presenciar, entraba en el parador y comenzaba a dar órdenes a diestro y siniestro.
—Tengo tres condiciones —dijo Santana de pronto.
Britt, feliz por saber que estaría con ella un tiempo más, murmuró.
—Estoy abierta a negociar todo lo que tú quieras morenita.
—La primera condición es que mi primo se quede con nosotros en tu casa. Él ha venido conmigo y también se irá conmigo.
Britt miró al joven que junto a Menchu les observaba, y al ver que este cuchicheaba con la amiga de su hermana sonrió.
—De acuerdo. Siempre y cuando no duerma con nosotras. —se burlo. — ¿La segunda?
—Que no te enfades conmigo porque siempre me guste decir la última palabra —dijo divertida y la rubia se carcajeó.
—Te lo prometo. ¿Y la tercera?
—Que me hagas trencitas en el pelo como a tu sobrina cuando desayune por las mañanas.
La dicha que sintió la ‘geo’ al escuchar aquello, le hizo reír a mandíbula abierta. Era feliz.
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BUENO ESPERO QUE LE GUSTE LOS CAPITULOS
MUCHAS GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
HASTA LA ACTU
BESOS<3
dorkyhemo_** - Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2014
Edad : 31
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
espectacular,cursi,hermoso,para llorar!!!! Me gusto demaciado :) si que la historia va muy bien gracias por tu actualizacion!!!! Saludos
Pao Up- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 22/01/2014
Re: [Resuelto]FanFic Brittana - ¿Y A Ti Qué Te Importa? - CAPITULO FINAL - ACTUALIZADO
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww , meee facino!!!! menos mal que britt recapacito jajaja esa bree es insufrible!!! quiero que la echen y le hagan la vida perra por que se que ella le traerá problemas a mis chicas!!! besos!!!
tatymm-*- - Mensajes : 2406
Fecha de inscripción : 20/08/2012
Edad : 34
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