[Resuelto]FIC -Brittana "Encarceladas" cap-19 (Actualización)

Holaaaa    bueno yo creo que ya me conoceis pero bueno me presento igual   me llamo Nerea y soy de Galicia , tengo otra historia que se llama "TITANIC" y como tenia esta escrita pues decidi subirla    personalmente como escritora de la historia creo que esta es mucho mejor que la de Titanic , por que esa es basada en una peli e igual no es muy divertida y tal.... esta historia me ha tomado tiempo pensarla , porque no sabia que hacer y no sabia si os iba a gustar, pero bueno yo siempre quiero saber vuestra opinion y si no os gusta pensare otra , no pasa nada   Bueno esta historia esta basada en la prision, las protagonistas que ya sabeis quienes son, seran encarceladas, y la historia se desarrollara entre rejas . Habra violencia, peleas, pasion...... yo personalmente creo que estara muy interesante. estero vuestros comentarios para saber si continuo la historia o no y bueno, espero que os guste.


*SINOPSIS*

ENCARCELADAS

Cuando cometes un error y tu sabes que la has cagado pero bien, debes pagarlo ¿cierto?

En toda prisión hay una persona que es la que manda. Sea por su físico, por su carácter, por su clase social….Siempre hay alguien.

• “B” será la dueña del lugar. Con su cuerpo perfecto y sus ojos que matarán a cualquiera. Todas las mujeres suplicarán por ella, simplemente por un milímetro de su piel , pero la chica se niega .Ella y su grupo “Las rubias” serán unas de las más peligrosas del recinto

• Santana López, será una de las desapercibidas. Al contrario de las demás, no se derretirá por “B”, si no que la odiará a muerte. Ella y su grupo “Las morenas”, junto con “Las rubias” son las más desobedientes y agresivas de la prisión. Su grupo y el resto de las mujeres tienen algo en común: B.

Con el paso del tiempo, entre pelea y pelea, ambas mujeres vivirán por primera vez en su vida el amor.

Tal sentimiento que duele más que cualquier pelea que pudieran tener juntas. Una historia de amor clandestina que crecerá cada vez más, junto con el deseo y la pasión.

Pero al fin y al cabo, estarán encarceladas.

Encarceladas en su amor y prisión.

Hola =)

No soy de leer muchos fic y es mas leo uno solamente pero el tuyo me llamo mucho la atención. Me tendrás aca como lectora fiel =)

Saludos

wow parece que va a estar muy interesante
actualiza pronto nos vemos en la proxima :)

Hola! Me ha gustado ;) es interesante

huuuuu,... interesante!!!!!!!
me encanto,... aqui tienes u na fiel seguidora,..

LU!!!

Holaaa   ¿como estais? yo genial al ver los comentarios muchas gracias enserio   
bueno tenia pensado subir viernes pero como veo que os interesa pues subo hoy , espero que os guste un monton y bueno gracias por leer esta nueva historia. Espero vuestros comentarios y vuestras criticas o cambios . Besos y abrazos. Cuidaros. BESITOS DE NUTELLA.  



Encarceladas cap-1


Piensas en tu pasado, cuantos momentos pasaste al lado de tus amigos y familia. Momentos que te han marcado de una manera increíble, como el día que nació tú hermana. Cualquiera de las que tienes. O tú hermano. Cualquiera de los que tienes. El día que conociste a tu mejor amiga Lara, el miércoles en aquella tienda de zapatos horribles acompañando a tu madre. El día que conociste a tu mejor amigo, Sebas, el mismo miércoles en la tienda de zapatos horribles con tu madre, seguro que eran 2x1, y no hablo de los zapatos. Tus 16, cuando conociste a aquella chica Kitty y te diste de cuenta que no te interesaba su amistad, si no sus labios…. Si, sus labios. En ese momento te diste de cuenta que eras lesbiana, con orgullo se lo dijiste a tus padres ¿y qué paso? Lo aceptaron contentos y con una sonrisa en su rostro. Nunca te has enamorado, dudas hacerlo, pero mantienes la esperanza. Después vienen tus 17, el tatuaje que tienes en tu mano izquierda lo dice todo, horribles gustos los tuyos… ¿una calavera? ¿Enserio? Con esa edad ya eras una “malota” como dice tu hermana menor. Tus esperados 18 llegan, al igual que tu coche, que por cierto recuerdas perfectamente que era el viejo que tenía tu padre en el garaje, “para que fueras practicando”. Los 19 llegan, que son los que tienes ahora, conoces a otra buena amiga tuya Verónica, sí, de buena nada. Ella fue la que te causó esta mierda. Por ella tú ahora vas a ese asqueroso lugar, mientras ella se tira a tu mejor amiga… La muy cerda. Tu mente se para en este viernes, a las 12 de la noche. Tu compañía Verónica y su amiga Estrella. Que gilipollas eres López….

“FLASHBACK”

Verónica se encontraba sentada en un banco bebiendo de su botella media vacía de Vodka, riéndose de las tonterías que decía Santana.

-Santana: que si Vero, la miré a la cara y le dije “toca pelotas” que es lo que era toca –pelotas ¿lo entiendes? – Verónica se rió en su asiento y despertó a su compañera dormida en su hombro
-Verónica: eh Estrella, despierta- murmuró dándole unos empujoncitos en el hombro- Vamos mi Estrella levanta- le susurró con voz dulce causando que su amiga se despertara.
-Estrella: umm Vero que buena eres te preocupas por mí ¿verdad? – Su amiga iba a contestar pero ella no la dejó- hace frío seguro que por eso me despertaste – La pelirroja negó con la cabeza y miro a la latina medio dormida en el suelo – te quiero tanto Vero, eres la mejor – abrazó a su amiga y le besó dulcemente la mejilla
-Verónica: yo también Estrella, pero te desperté porque me hacías daño en el hombro- dijo viendo como su amiga la miraba con una ceja levantada – Que me estabas diciendo ¿Qué me querías? Yo también, sabes, recuerdo perfectamente el día que nos conocimos seremos mej- su amiga le tapó la boca con una mano.
-Estrella: vete a la mierda Verónica – gritó levantándose del banco y mirando a Santana con odio – y llévate a tu Patricio contigo- Verónica la miró sorprendida y se calló cuando vio a su amiga alejarse echa una fiera.
-Verónica: esta jodida de la cabeza, si es que tiene- susurró bebiendo un trago de su botella – Santana vamos- dijo levantando a su amiga del suelo y sentándola en el banco –Santanita hija mía, deja de beber –advirtió sacándole su botella y suspirando – eres peor que mi padre.
-Santana: tus eres tontas, imbécil, por tu culpa mi Star se ha ido ¿qué le has hecho? –Se quejó apartándose de su amiga y tocándose la frente – eso de allí es un koala- susurró con los ojos bien abiertos y con la boca abierta
-Verónica: miró hacia donde estaba mirando su amiga y soltó una carcajada -¿koala? Es una ardilla Santana – la latina negó con la cabeza y señaló nerviosa al animal
-Santana: ¡no! Eso no parece una ardilla parece un koala, pero los koalas viven en Australia, ¿qué haría aquí uno? Esto es muy extraño –murmuró levantándose y queriendo acercarse al animal
-Verónica: no no no Santana quieta estás muy mal, ven siéntate te hará bien baby-Santana no dijo nada más y se sentó en el banco.
-Santana: – Aún no me has dicho por qué mi Star se ha marchado –recordó acomodándose su cazadora de cuero
-Verónica: no lo sé, se encontraba mal- mintió ella. Sabía que si le decía la verdad su amiga se enfadaría, y más estando tan borracha.
-Santana: ah bueno creí que le habías hecho algo – repitió ella mirando de reojo a la pelirroja- ¿seguro que me dices la verdad?
-verónica: si Baby ¿por qué mentirte? –Santana alzó sus hombros y se recostó en la banca – Mientes peor que mi abuela- susurró mirando al cielo estrellado
-Verónica: ¿qué has dicho? –preguntó confundida
-Santana: que me aburro más que mi abuela –dijo mirando a su amiga
-Verónica: ah vale – miró a su amiga y negó con la cabeza-¿crees que me creo esa tontería imbécil?- dijo empujándola

Santana se rió y alzó sus hombros.

-Santana: por probar no se pierde nada ¿verdad Baby?- dijo haciéndole burla a su amiga
-Verónica: oh dios tú no me sabes imitar nada bien y eso que eres mi Friend baby- rió y besó la mejilla de la latina
-Santana: bueno cuéntame algo, no hemos hecho nada más que beber- bufó viendo a su amiga jugar al pou en su móvil
-Verónica: pues nada, me han despedido del trabajo, me he tirado a tu mejor amiga y mis padres me han castigado sin coche, osea tengo 19 años, soy mayor de edad no pueden sacarme el coche, es como si a mi abuelo le quitas el bastón pues el pobre ya sabes no funciona bien, pues yo igual porque no puede ser so-
-Santana: un momento, ¿te has tirado a Lara?- preguntó girándose cara a su amiga y quitándole el móvil de las manos – Pues ahora también te has quedado sin teléfono.
-Verónica: te he dicho que me han despedido y que me han quitado el coche, y tú solo te has quedado con que me he tirado a tu best Friend –protestó viendo como la latina asentía
-Santana: obvio es como mi hermana ¿en qué coño estabas pensando?- le dio un golpe en la cabeza con el móvil y suspiró- Dios te juro que un día te voy a llevar al veterinario a castrarte, eres como un perro solo piensas con tu… bue eso-dijo mirando hacia su pantalón y haciendo una mueca de asco.
-Verónica: oh vamos no la he dejado embarazada ni nada de eso y además ella disfrutó deberías alegrarte por ella, un poco de emoción no le hace mal.
-Santana: ah ahora debería agradecerte tirarte a mi mejor amiga- dijo rascándose la barbilla- muchas muchísimas gracias chica, me has alegrado la noche- agradeció con sarcasmo.
-Verónica: de nada baby para eso estamos las amigas –dijo acariciándole la mejilla y cogiendo su móvil de la mano de la latina.
-Santana: per-pero qué coño –murmuró viendo a la pelirroja sonreírle –te voy a meter una ostia que te van a saltar las pecas que tienes en tu cara imbécil.
-Verónica: tranquilízate baby, estábamos borrachas dudo mucho que ella se acuerde de algo, asique no le des importancia, perdóname
-Santana: como vuelvas a hacerlo olvídate de mi ¿ok?
-Verónica: joder morena, tienes que admitir que está súper buena no sé como tu aún no le saltaste siendo como eres porque y-
-Santana: ¡Verónica! ¡Vete a la mierda!
-Verónica: era broma, era broma, tranquila baby
-Santana: ¿y aún me dices que me tranquilice? Estás hablando de mi mejor amiga no del perro de mi vecina-le golpeó el brazo haciendo que la pelirroja se quejara.
-Verónica: auch ¡Santana me has lastimado ¡ -dijo sobándose el brazo
-Santana: ¡Te jodes! te tendría que dar en la cabeza a ver si quedas mejor –dijo arreglándose el cabello y sobándose la frente –Dios no puedo contigo enserio, te vuelves a acercar a ella y te juro que no te vuelvo a hablar, aparte de que te mato y tiro tu cuerpo a la basura .
-Verónica: si vale mujer, te pareces a tu madre cuando te enfadas
-Santana: vas a llorar yo te estoy avisando ya lo verás – dijo señalándola y levantando una ceja
-Verónica: uh que miedo – alzó sus manos y puso cara de asustada
-Santana: es que vas a llorar imbécil
-Verónica: vale voy a llorar, tranquila Santana te van a salir canas hija mía-dijo riéndose y despeinando el pelo de su amiga
-Santana: ay mima, me estás cansando de una manera que puf – dijo arreglándose el pelo.
-Verónica: vale perdón baby, no te estreses cariño – abrazó a su amiga y le sonrió.
-Santana: bueno, cambiando de tema, ¿por qué te han despedido?
-Verónica: por andar con el móvil ¿te parece normal? A mí no, por eso no se despide a la gente
-Santana: ya pero es que ya te pillaron 5 veces andando con el móvil y tu no le hiciste caso-le recordó con una sonrisa divertida en su rostro.
-Verónica: ahora la que va a llorar vas ser tu- dijo señalándola y negando con la cabeza – ya Santana pero tía ese viejo verde no encontrará a otra mujer como yo.
-Santana: ¿viejo verde? Acaso te ha manoseado o algo –preguntó algo preocupada
-Verónica: ¿Qué? !No! Es una manera de hablar baby, aunque con la edad que tiene ya vira verde o amarillo
-Santana: bueno ya encontrarás otro trabajo mejor -acarició su brazo dulcemente y sonrió
-Verónica: ¡Olvídate del trabajo! Joder ahí me pagaban una barbaridad baby, en una semana podía comprarme un bolso nuevo-bufó molesta.
-Santana: joder ya podías darme algo a mí, comparte con los demás –murmuró mirando al suelo.
-Verónica: es que me dan ganas de ir a su casa y romperle los cristales, las puertas, las macetas…. –gruñó apretando sus puños
-Santana: si quieres puedes hacerlo, pero con cuidado de que no te vea nadie
-Verónica: miró a su amiga con una ceja levantada y con una sonrisa-¿puedo?
-Santana: giró su cabeza y vio la cara de la pelirroja- ah no no Verónica, no no –negó con la cabeza – Dije que podías TÚ no yo TÚ.
-Verónica: oh vamos San ha sido culpa tuya decir eso, solo romperemos un cristalito y una macetita ¿y guala? No pasa nada-dijo cogiendo la mano de su amiga y sonriendo.
-Santana: no ni de coña no, a mi no me metas en tus cosas chica, si quieres hacerlo lo haces tú- dijo señalándola.
-Verónica: baby ¿cuándo fue la última vez que te pedí un favor?-dijo haciendo un puchero.
-Santana: ayer, me pediste 5 euros, que teniendo el sueldo que tenías no sé para qué coño me lo pediste-murmuró viendo a su amiga con los brazos cruzados.
-Verónica: no cambies de tema Santana, vamos, no nos meteremos en líos, ni siquiera se enterarán-suplicó abrazando a la latina –Si me ayudas te prometo que nunca, en el resto de mi vida, veré más a tu amiguita Lara.
-Santana: miró a la pelirroja sorprendida y tragó saliva-¿me lo dices enserio o es solo una broma?
-Verónica: es una promesa-susurró sonriendo y esperando la reacción de la latina-¿y bien?
-Santana: odio que me chantajees de esa manera –murmuró cruzándose de brazos y negando con la cabeza
-Verónica: ¡Esa es mi baby!-gritó abrazándose a su amiga y besándole la mejilla-bueno vamos –dijo levantándose y arrastrando a la latina con ella.
-Santana: espera-se acercó al banco y cogió la botella de vodka- la necesitaré para hacer esta tontería.
-Verónica: ay mi baby –susurró pasando su mano por el hombro de su amiga y sonriendo

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Allí se encontraban dos siluetas .Una más grande que otra, escondidas detrás de un árbol. La pelirroja se dejó ver y se acercó al gran muro que protegía la enorme mansión.

-Santana: no hay una puerta o algo-susurró mirando a su amiga con cansancio
-Verónica: si y un coche para llevarte justo delante de la puerta-dijo con una sonrisa tonta en la cara –Baby no nos pueden ver, escalamos el muro y punto, no será tan complicado digo yo -dijo tocando los ladrillos de la construcción
-Santana: mira chica, si suspendo E.D física por no correr ¿piensas que voy escalar este muro? –preguntó apoyando una mano en su cadera y frunciendo el ceño
-Verónica: son 3 metros, no más.
-Santana: ¿y eso te parece poco?-pegó el hombro de su amiga y señaló el muro – Eso hace cuatro de mi.
-Verónica: no te pases baby que crees que eres ¿un enanito de jardín o qué?
-Santana: mira ya me dirás como vamos a hacerlo, piensa un poco también no vaya a ser que te enfermes o algo-dijo tocándole la cabeza a la pelirroja quien le golpeó la mano.
-Verónica: tú te subes en mi espalda y subes, listo.

La morena miró al muro de arriba abajo y tragó saliva. No podía creer que ella Santana López, estaba haciendo esta barbaridad.

-Santana: aún así no llegaré-protestó mirando a su amiga
-Verónica: pues vamos a intentarlo Santana –dijo acercándose al muro y haciéndole señas a su amiga para que se acercara
-Santana: puf dios-susurró colocándose enfrente de su amiga y negando con la cabeza- no me sueltes por favor -suplicó.
-Verónica: no lo haré baby tranquila-susurró en su oído haciendo que la morena pusiera mala cara.

La pelirroja se bajó un poco y la morena se subió en sus hombros .Verónica hizo fuerza y tambaleándose y maldiciendo en bajo se colocó de pié haciendo que su amiga quedara como una niña pequeña en sus hombros.

-Verónica: por favor Santana intenta subirte no creo que pueda aguantar más- suplicó tambaleándose un poco y sudando a mares

Santana ejerció fuerza y saltó de los hombros de su amiga .Al quedar colgada del muro la pelirroja contenta, la empujo por el trasero para arriba haciendo que Santana se quejara y quedara sentando encima de la construcción.

-Santana: lo he conseguido-susurró mirando a su amiga con una sonrisa.
La pelirroja asintió y le alzó el pulgar demostrando su alegría e ilusión
-Santana: que sea la última vez que me toques el culo- advirtió señalándola con el dedo y mirándola mal.
-Verónica: oh vamos no entiendo por qué te acuestas con cualquiera y conmigo no -protestó con un puchero
-Santana: a que salto y te quedas sola
-Verónica: no perdona, ahora salta para dentro y coges una silla y la pones cerca del muro, así me ayudarás a subir y bajaré fácilmente.

La morena se giró y suspiró al ver la altura que tenía que bajar, lo suyo no eran los deportes, es más, odiaba cualquier cosa que tuviera que ver con ello.

-Santana: una, dos, tres…. cuatro… cinco….
-Verónica: sé que sabes contar baby pero salta de una condenada vez
-Santana: cuatro, cinco, seis… -saltó y calló encima de algo que le amortiguó la caída- Pero qué coño -susurro al ver una cola debajo de su pierna.
-Verónica: baby estás bien-susurró preocupada por la morena
-Santana: mierda-suspiró viendo el animal muerto debajo suya-chica... ¿Ellos tenían algún gato o algo? –preguntó preocupada
-Verónica: ah sí, se llama José, es un animal muy tranquilo.
-Santana: joder… pues creo... me lo he cargado-murmuró tragando saliva y moviendo al gato muerto- Eh bonito, José, despierta hora de comer.
-Verónica: Santana joder, te has cargado la única cosa que me gustaba de este lugar-bufó molesta y golpeó el muro –Seguro… ¿está muerto?
-Santana: hombre yo creo que no es normal que tenga las patas torcidas ¿no?-preguntó algo curiosa por la respuesta
-Verónica: no, no es normal baby, no es normal.
-Santana: yo… emm… lo siento José yo… fue un accidente minino – se levantó del suelo y miró a su alrededor. Al ver una silla de madera se acercó a ella y con cuidado la colocó en frente del muro –Chica, te voy ayudar a subir.

Se subió a la silla y se puso de cuclillas .Como no era suficiente saltó y se quedó colgando en el muro. Sonrió al ver a su amiga.

-Santana: hola ¿lista?
-Verónica: si, mata animales -bufó molesta y se acercó al muro – Tu agárrame e intenta tirar de mi ¿ok?

Santana asintió y se aferró al muro. Su amiga saltó y se agarró a sus manos haciendo que ella se fuera hacia delante.

-Verónica: joder Santana no te caigas venga haz fuerza –susurró animando a su amiga quien hacia fuerzas para levantarla.

La pelirroja apoyaba sus pies en el muro e intentaba subir. Con la ayuda de la morena y sus pies lo estaban consiguiendo.

-Verónica: vamos baby casi –susurró al ver como ya estaba encima del muro
-Santana: por fin –suspiró al soltar a su amiga y apoyarse en la silla para bajar.
-Verónica: baby, apártate voy a bajar y necesito la silla.
Santana se apartó de la silla y se quedó viendo al gato muerto. Un escalofrío recorrió su espalda “Pobre misifú”-pensó.
-Verónica: porque mires para él no va a resucitar baby – dijo sacudiéndose el pantalón y acercarse al pobre José – Era bonito hasta que duró.
-Santana: cállate fue un accidente –susurró golpeando el hombro de su compañera – Que crees que voy por la vida matando animales ¿o qué?
-Verónica: nooo –susurró con sarcasmo en su voz – Venga vamos a entrar a la casa de una puñetera vez.

Caminaron en silencio y con cuidado hasta el gran jardín en frente de la puerta principal.

-Santana: ¿eso es un muro?- preguntó al ver una muralla pequeña de apenas 1 metro
-Verónica: si ¿por?-preguntó confundida
-Santana: apretó sus puños y suspiró – ¿y no se te había ocurrido entrar por ahí?
-Verónica: se quedó viendo a la pequeña muralla y asintió – pues sí, ahora que lo dices, sí.
-Santana: ¿me estás jodiendo Verónica? –preguntó cogiendo la mejilla de su amiga y apretándola
-Verónica: cerró los ojos del dolor y negó con la cabeza – no, no me había dado de cuenta San por favor para me haces daño.

Santana la soltó y se frotó la frente con su mano derecha

-Santana: ahora a donde vamos, y por favor, piensa bien antes de hacerlo.
-Verónica: entramos por la puerta trasera, hay entrada para perros, podemos entrar.
-Santana: frunció el ceño y miró a su amiga confundida -¿hay perros?
-Verónica: asintió – si dos pastores alemanes, uno se llama Kenny y el otro Leo.
-Santana: joder si nos ven empezarán a ladrar.
-Verónica: no porque a mí me conocen, no nos harán nada baby –susurró frotando la espalda de Santana –pero te pido una cosa
-Santana: ¿si? –preguntó cansada
-Verónica: que no te cargues a los perros también – la morena frunció el ceño y siguió su amiga.

Las chicas con cuidado se dirigieron a la parte trasera pero cuando vieron a los perros durmiendo se pararon rápidamente.

-Verónica: no –susurró aterrorizada
-Santana: ¿qué pasa?
-Verónica: es que eses no son Leo y Kenny –dijo mirando a los dos pastores negros durmiendo.
-Santana: joder…. ¿y ahora qué?
-Verónica: entraremos con cuidado y ya está baby, tú sígueme -susurró en el oído de su amiga.

La pelirroja caminaba delante, mirando fijamente a los perros, quienes dormían plácidamente. Santana, que no veía por donde andaba, pisó el juguete de los perros haciendo un ruido, haciendo que los ellos se despertaran.

-Santana: mierda –susurró viendo a los perros levantar la cabeza –chica, segura que no quieres que me cargue los perros.
-Verónica: si te digo que sí…. ¿lo harías? –la morena se quedó mirando fijamente a los perros y asintió.
-Santana: el perro más pequeño se acercó a ella y se sentó enfrente de ella, mirándola –Hola bonito, ¿Cómo estás? –dijo acercándose a él y acariciándole la cabeza – eres mi amigo ¿verdad? Tranquilo yo te haré daño como al misifú –murmuró viendo a su amiga con el otro perro.
-verónica: hola chuchito bonito ¿quién es tu amiga, quien es tu amiga? Sí, yo, soy yo, ay que precioso eres, cosita peluda bonita –susurró acariciándole la cabeza dulcemente

La morena rodó sus ojos, parecía que su amiga hablaba con un bebé.

-Santana: chica, vamos-murmuró mirando a su amiga y haciéndole señas con la cabeza
-Verónica: pero están despiertos que quieres que hagamos, a ver- dijo mirando al perro acostado besándole la mano.
-Santana: metió su mano en la chaqueta y alzó sus hombros – Un poquito de jarabe para dormir –dijo sacudiéndola botella de vodka en sus manos.
-Verónica: oh dios baby, co-como vamos a emborrachar a los perros –dijo con los ojos abiertos y negando la cabeza.
-Santana: bonito, te voy a dar un poquito de agua con sabor a gloria, te encantará ya lo verás –dijo abriendo la botella y metiéndosela al perro en la boca – mira como le gusta al muy cabrón –susurró viendo al perro tragar la bebida
-Verónica: increíble, ahora dame un poco para esta cosita peluda tan bonita- la morena le tendió la botella y acarició a el perro que estaba medio dormido –A ver, no te enfades conmigo, ¿vale? Es un traguito para que duermas bien, te veo cara de cansancio.
-Santana: por dios Vero date prisa – susurró viendo como el perro que ella acariciaba se había quedado dormido
-Verónica: bueno toma –le dio a beber el vodka y el perro encantado bebió – me la ha dejado vacía- susurró mirando a la botella sin bebida dentro
-Santana: bueno vamos-dijo levantándose del suelo y sacudiendo su pantalón –Date prisa chica, joder
-Verónica: vamos, baby, vamos- se levantó y acarició al perro dormido – lo siento mucho cosita peluda pero es que me quiero vengar de tu jodido papi verde, no pienses que es Shrek es solo el gilipollas que te da de comer, un día te vendré a dar una visita bonito, nos vemos pronto.
-Santana ay joder –susurró viendo a su compañera acariciando al perro - pero muévete subnormal

La pelirroja se levantó y pasó por delante de Santana sin decir palabra. Fueron a la parte trasera de la casa y vieron la puerta con la entrada para perros.

-Verónica: vale, primero entra tú, y luego entro yo, cabemos de sobra, las dos tenemos buen cuerpo.
-Santana: vale, a ver –dijo agachándose y metiéndose por la entrada para perros- cada vez voy a peor –susurró entrando a la enorme casa y levantándose del suelo –Chica te toca –susurró muy despacio.
-Verónica: voy baby- entro con cuidado y sonrió al ver la casa -¿me has echado de menos preciosidad?
-Santana: lo que te faltaba hablar con la casa ahora.
-Verónica: bueno vamos, salgamos rápido de aquí, este sitio me trae malos recuerdos- dijo saliendo de la cocina.

La pelirroja como conocía el lugar, andaba delante, y detrás de ella la morena llena de miedo. Intentaban simplemente desordenar un poco un lugar, claramente sin hacer mucho ruido, y al salir, romper unos cristales y macetas. Santana podía ser una persona muy agresiva y violenta, pero nunca robaría en ninguna casa ni edificio, ella no era de ese tipo de gente. Verónica entró en el salón, y sonrió al ver el armario donde estaba la televisión.

-Santana: ¿qué coño buscas?- preguntó asustada y preocupada.
-Verónica: una cosa que quise desde que entré a trabajar aquí y un día me prometí que lo conseguiría-dijo abriendo un cajón y sacando un estuche rojo –Esta preciosidad baby, va a ser mía- sacó un collar de diamantes haciendo que la morena abriera la boca por tal sorpresa
-Santana: suelta eso chica-susurró mirando fijamente a su amiga- no empeores más las cosas chica.
-Verónica: sonrió y se acercó a su amiga- guárdalo tú, después cuando salgamos, me lo das.
-Santana: negó con la cabeza y apartó la mano de la pelirroja de su bolsillo –eso lo llevas tú si quieres.
-Verónica: vamos San no tengo bolsillos para llevar esto, tú sí, no va a pasar nada, guárdamelo y punto.
-Santana: bufó despacio y asintió – de acuerdo pero salgamos ya de aquí.
Salieron del salón y se encaminaron hacia una puerta blanca que la pelirroja sabía muy bien que había en ella.
-Verónica: vamos a entrar aquí-dijo abriendo despacio la puerta y entrando dentro de la habitación- voy a sacar el móvil y poner la linterna para ver mejor.

En cuenta la pelirroja encendió el teléfono, empezó a sonar la canción “Valerie” haciendo que la morena abriera los ojos y se pusiera nerviosa.

-Santana: apaga esa mierda-susurró moviendo a su amiga para que reaccionara.
-Verónica: no se me apaga- susurró preocupada dándole a varias teclas del móvil.

-¿Hay alguien ahí?- una voz grave se dejó oír haciendo que las chicas abrieran los ojos preocupadas.

-Verónica: es el viejo verde- susurró mirando a su amiga y guardando el móvil en el bolsillo – ¡Adiós hijo de la gran puta! –gritó mirando a las escaleras y empezando a correr hacia la salida por donde entraron de la mano de la morena.

-Santana: ¿por qué coño has hecho eso?-preguntó cuando llegaron a la cocina y empujó a su amiga para que saliera – muévete maldita gilipollas rápido sal.
-Verónica: salió rápidamente por la entrada de los perros – vamos baby rápido –animó a su amiga para que saliera.

-Santana: se agachó y metió su cuerpo en la entrada pero alguien la empujó para dentro - ¡Suélteme! -gritó pataleando y moviendo los brazos.

-Verónica: al ver que habían cogido a su amiga se levantó y salió corriendo del lugar.
-Santana: ¡Suélteme maldita sea! –murmuró intentando zafarse de los brazos del señor de edad algo avanzada.

-¿Ahora dices que te suelte cuando has entrado en mi propiedad para robar? Margaret llama a la policía-gritó mirando furioso a Santana – ¿Me has cogido algo?-preguntó mirando fijamente a la morena asustada

-Santana: señor y-yo no he hecho nada se lo juro y-yo estaba aa-acompañando aa-
- ¡Entonces que hacías en mi casa delincuente!-gritó dándole una bofetada a la morena en la cara.

Una señora mayor, entró con un albornoz en la cocina y miró a el señor preocupada – Ya está amor, vienen ahora mismo –dijo mirando con desprecio a Santana.

-Santana: yo no he hecho nada entiéndalo, estaba acompañando a mi amiga Verónica, la chica que trabajó antes aquí ¿recuerdan? –dijo mirando a los ojos al señor quien simplemente asintió

- Ella se fue esta semana porque dijo que no le gustaba este trabajo-dijo mirando a la morena quien negó con la cabeza

-Santana: n-no ella me dijo que ustedes la echaron

-No señorita no-gritó agarrando a Santana y empujándola

-Santana: n-no esto no puede ser ¡maldita hija de puta!-grito empujando al señor y dándole con su codo en la nariz haciendo que le empezara a sangrar –oh dios s-señor está bien –dijo queriendo acercarse al señor pero él la empujó.

-Irás a prisión ladronzuela, ya lo verás.

-Santana: negó con la cabeza y miró a la señora que acariciaba la mejilla de su marido –Señora yo no he hecho nada se lo juro.

-Enséñame tus bolsillos-dijo acercándose a ella y mirándola a los ojos – Si me enseñas los bolsillos y no tienes nada simplemente te denuncio y punto, pero si tienes algo… por mi púdrete en la cárcel.

-Santana: asintió y metió las manos en los bolsillos – n-no puede ser- susurró cuando sacó de la chaqueta el collar de diamantes.

El timbre sonó y la señora sonrió maliciosamente mirando a la morena

-Justo a tiempo.
Santana negó con la cabeza y miró al hombre sentado agarrando firmemente su nariz. Ella se apoyó en la pared y se dejó resbalar, sentándose en el suelo. No podía creer que le estaba pasando esto a ella, ni siquiera tenía la culpa, ella estaba acompañando a la loca de su amiga. Amiga no. Enemiga a muerte. La odiaba más que a cualquier persona en este mundo. Verónica había escapado y la había dejado sola, ni siquiera la ayudó a salir de la casa. Nada.

-Esa es señor, la hemos atrapado a tiempo, en su bolsillo tenía mi collar de diamantes y agredió a mi marido, mire como lo ha dejado.

El policía se acercó Santana y le cogió las dos muñecas

-Está usted detenida señorita.

Cogió unas esposas y las enrolló en las manos de la latina

-Permanece en silencio, no quiero oír tus quejas.
Santana simplemente asintió y bajó su mirada para centrarla en el blanco y limpio suelo. No tuvo que hacer ni siquiera nada porque fue empujada por los policías hacia la salida. Bajó las diez escaleras que había, y entró en el coche patrulla que la esperaba delante de la casa. Le cerraron la puerta en sus narices, sin decir nada, si ni siquiera sacarle las esposas que le estaban matando las manos.
Vio como los guardias se despedían de la pareja de mediana edad que se encontraba en la puerta viendo la escena. El señor asentía, seguro que tenía que ir al hospital, la nariz estaba muy mal. La mujer se abrazaba fuertemente a su marido y agradeció cuatro o cinco veces el trabajo de los guardias.

Santana suspiró cuando los policías entraron el coche y encendieron el motor.

*FIN FLASHBACK*
Como te arrepientes de haberle hecho caso a esa hija de puta. Recuerdas cuando el señor a quien le rompiste la nariz, le mataste los dos perros por intoxicación y el gato, te dijo que la muy cabrona de tu EX amiga dejó el trabajo, porque no le gustaba. Ella está libre, no tiene que ir a la cárcel, no está ahora mismo en esta mierda de celda con cuatro chicas medio drogadas y borrachas, tú por primera vez en tu vida, eres la más normal.
Te sientas en la banca, al lado de una rubia con el rímel corrido y la ropa rota, quien te mira con una mirada de asesina. Tu giras la cabeza y centras tu vista en el suelo, que no está blanco ni limpio, si no asqueroso y tirando a negro de la mierda que tiene. Suspiras y dejas correr las lágrimas que estabas aguantando hacía tanto tiempo, lágrimas de derrota y de arrepentimiento, sabor a fracaso.
Una chica morena con un vestido rojo corto te mira y ríe por lo bajo, seguramente ella ya ha estado varias veces aquí, pero esta es tu primera vez. Ella probablemente la han pillado conduciendo borracha, y tu, igual tienes que ir para prisión por robo y agredir al viejo verde. La miras mal y con eso consigues que se ría más, llamando la atención de todas las mujeres de la celda.

-“Genial, ahora tenemos un público” –piensas.

La morena se acerca a ti y empuja la chica que está sentada a tu lado. La chica cae al suelo, pero sin embargo y para tu sorpresa, no dice nada. La morena te sonríe y te limpia las lágrimas que recorren tus mejillas. Tú te apartas asustada y miras a la chica sentada en el suelo. La morena, se acerca más a ti, y te acaricia la rodilla. Tú haces una mueca de desaprobación, te da muchísimo asco que ella te toque, tienes ganas de vomitar.

-Santana: oye, ¿puedes dejar de tocarme? Sé que soy guapa, pero verás, no eres mi tipo.

Ella te mira con una ceja levantada y su rostro cambia totalmente. Te agarra el brazo y tu protestas cuando notas su fuerte agarre en él. Ella sin embargo, disfruta haciéndote daño. Eso te enfada más. Estás a punto de levantarte y marcar tu mano en su mejilla, pero el policía abriendo la celda te saca de tus pensamientos.

-Tenemos una nueva delincuente, creo que os va a gustar

Tú giras la cabeza y miras a la nueva compañera. Intentas hablar, decir algo, un simple hola, pero has olvidado cómo hablar.

-Ooh- Piensas – Esto va a ser divertido.


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*CONTINUARA....*

Espero que os haya gustado el primer cap de encarceladas. Intentare subir el sabado o antes , y bueno el proximo cap.. bueno... creo que ya se lo imaginan ¿no? para que Santana odie a Brittany tienen que pasar cosas , asique ya veran    sobre los personajes.... tengo una pregunta... ¿como os imaginais que seran aqui en esta historia Santana y Brittany?

Besitos y abrazos

-Os quiere mucho: Nerea   

jajajaj ,... me divertí mucho cuando san mato al gato jajajajaja
con amig@s como veronica para que quiero enemigos,...
quiero ver cuando aparece britt,...

pd: y a tu pregunta,..
como seria la relación,.. tensa barios golpes de por medio,... entre otras cosas que pasan adentro de una cárcel,. no?

Holaaa ¿Que tal? espero que genial   Bue aqui les dejo otro cap de esta historia, espero que os guste. Muchas gracias por leer y por comentar. Saludos y abrazos. Cuidense. BESITOS DE NUTELLA.  



ENCARCELADAS CAP-2

Ves como le sacan las esposas y con un empujón la meten dentro de la “jaula”. Sí, para ti es una jaula, en la que hay leonas, tigresas, serpientes, gatas……!Ah! Y una cucaracha por el medio, pero tú no le das ni la mínima importancia a ello.

Intentas no darle importancia a la mujer que acaba de entrar pero bueno ¿eso sería posible? Hace mucho tiempo que tú no te fijas en mujeres, simplemente se te acercan….bailas, la besas, la llevas a baño y te la tiras…. Y después hablabas de la puta de Verónica, cuando eres igual o peor que ella.

La miras, una vez…… vale más te una vez… como 6 o 7 y por primera vez no piensas en besarla si no en comerla. Una mujer como ella no se ven todos los días.

Ella como no quiere la cosa mira a su alrededor, como una leona por su presa, y eso te parece familiar. Es lo que haces tú. Piensas en pedirle su número y así cuando salgas de aquí la llamas, quedáis, os divertís, bebéis…. y ya sabes. Pero cuando piensas lo que has hecho y en lo que te han pillado, las ideas se te borran de la cabeza como una nube.

Estás tan metida en tus extraños pensamientos que no te das cuenta de lo que pasa ni de lo que están hablando. ¿B? ¿Quién coño es B? ¿Esa no es una letra del abecedario o qué?

-Sí, es B, a mí me lo dijo mi prima el otro día.

Vale, te has perdido. No te enteras de nada de lo que están hablando, parece que están en otro país diferente del tuyo.

-Lo dudo, se me muy tranquila.

¿Y cómo se supone que debería estar? ¿Llorando como lo estabas haciendo tú hace un minuto?

-¿Y qué? Igual pasa de todo, para hacer lo que hizo no tiene que tener mucha vergüenza.

¿Pero que ha hecho? ¿Mató a alguien y la han cogido?

-Joder, si es ella está como un tren colega, y eso que no soy de la otra acera pero por ella….

Las miras y frunces el ceño, ¿La otra acera? Ten cuidado no vaya a ser que te atropellen, zorra.

-Ya te digo, la madre que la parió.

Bueno en eso coincido contigo. Esos ojos azules matan a cualquiera y por no hablar de su cuerpo…. Puf bueno, como has dicho es mejor no hablar.

-Pero mira que ojazos tiene.

Ala, lo que faltaba, otra zorra se unió al grupo. Señoritas, ya todas sabemos que está muy buena, pero repetirlo tanto veces…. La van a gastar, y yo quiero seguir viendo.

Las zorras te miran y tú te extrañas ¿Lo has dicho en alto? No, tú para eso siempre has sido muy cuidadosa, o bueno igual se te ha escapado… Mierda, no me miréis tanto…

-Y tú qué piensas, estás muy callada. Yo me llamo Nyala

La miras y medio cierras tus ojos. No sabes para qué coño te ha dicho su nombre, preferirías no saberlo.

-Santana: Santana, me llamo Santana.

Ella asiente te regala una sonrisa. Por cierto, mejor estaría con la boca cerrada

-Nyala: Santana, esta morena es Mary y la rubia Lisa.

Asique la puta que te cogió tu delicado brazo y lo apretó se llama ¿Mary? Mary la loca.

-Santana: encantada chicas.

Intentas ser amable, pero hasta eso no te sale. Muy poca práctica tienes. Sonríes y rezas para que te dejen en paz.

-Nyala: bueno, te preguntaba… ¿Tú qué piensas?

Y dale, que aún no se han olvidado del jodido tema, como si la rubia fuera Miss España ahora.

-Santana: está bien, si te dijera que no es guapa te mentiría, pero no es para tanto.

Ellas te miran algo sorprendidas. No se lo esperaban .Igual pensaban que te mojarías la bragas hablando de ella y sonreirías como una boba, como un perro con la rabia.

-Lisa: ¿Bien? Oh vamos, yo no soy lesbiana y mira, creo que me hace falta cambiarme de bragas.

Pues creo que ella sí es un perro con la rabia.

-Mary: ¿enserio?

Aparte de puta, imbécil la tía. Lo tiene todo.

-Lisa: es una manera de hablar-dice pegándole en el hombro y negando con la cabeza.
-Santana: Mira Lisa, yo soy lesbiana, y no tengo las bragas mojadas para nada, es más, te dejaría las mías.

Ellas te miran y se ruborizan. Seguro que creían que eras más heterosexual que otra cosa….

-Lisa: lo siento no quería ofenderte.

Tú frunces el ceño y la miras fijamente. ¿Por qué tendría que ofenderme pequeña saltamontes?

-Santana: No tengo porqué ofenderme, no me arrepiento de lo que soy- Sonríen y te miran con ¿adoración? Increíble te sientes como una modelo en un desfile.
-Nyala: Siento como si no conocieras a la gran B ¿es cierto?

Vaya López, ni siquiera sabes mentir….

-Santana: no, no sé quién es.

Se miran entre ellas y le lanzan una mirada a la rubia sentada enfrente a nosotras junto con la otra chica. La más afortunada de esta jaula.

-Nyala: ¿Esta semana has ido al instituto?

Tú la miras y alzas la ceja ¿Se está quedando contigo?

-Santana: ¿es una broma?-Ella suelta una pequeña carcajada y niega con la cabeza. Vaya, al parecer no.
-Nyala: ¿Por qué?

Tú la miras y empiezas a enfadarte ¿Es tonta o simplemente tiene curiosidad? O igual las dos cosas, vete tú a saber….

-Santana: no, lo han cerrado porque han entrado a robar en los colegios cercanos al nuestro.

Ella sonríe y te mira con una cara de: Lo sabía.

-Nyala: cariño, ella es la ladrona –susurra señalando a la media dormida rubia mirando fijamente al suelo

Oh mi dios, ella es una heroína….

-Lisa: dime si no es una dulzura – tú rápidamente asientes. Tienes que darle más que tú número López.
-Mary: en el periódico sale de espaldas, supimos que era ella por el tatuaje de su cuello.

Tatuaje… en el…. ¿cuello? Eso sí que es sexy, lo demás son historias baratas.

-Santana: ¿Tatuaje en el cuello? Es tan excitante –Ellas te miran fijamente y fruncen el ceño. Mierda López, eso era para tú cabeza.
-Nyala: asique… ¿excitante?-pregunta mordiéndose la lengua y mirándote divertida- ¿Creo que se te van a mojar las bragas también, no?
-Santana: ruedas los ojos y suspiras- No, pero es sexy, una cosa no tiene que ver con otra.
-Mary: claro seguro que es eso……

Ay tu cállate, que ya me tienes más que cansada gilipollas.

-Lisa: sí, yo cuando lo vi en el periódico me quedé “oh, mamá soy gay” – te causa gracias y te entran ganas de reír. Lo haces. Te parece raro, pero te alegras de hacerlo .No todo tiene porqué ser malo.
-Nyala: Sí, es muy guapa- paras de reírte. ¿No hay otro tema de conversación? Al fin al cabo, vas acabar odiándola por tanto hablar de ella.
-Mary: Yo creo que me gusta.

Vas a responder, pero callas cuando la ves de pié. Joder, sí que es alta, no te habías fijado cuando entró por la puerta. Estira sus brazos y mueve su cuello de un lado para el otro. Lisa extrañada por mi silencio se gira y la ve, y ella igual que yo, la mira callada. La rubia se agacha y ata los cordones de sus vans celestes “Para ser delincuente, sabe vestir bien”, claro, pero una cosa no tiene que ver con otra. Nos mira, sí, por fin sus ojos azules se encuentran con los tuyos, y sin evitarlo, sonríes. Ella te sigue mirando, es más, pone las manos en sus bolsillos delanteros del pantalón, y de pié, callada sin decir mu, te mira fijamente. Como si fueras la cosa más interesante de este mundo. Bueno, de esta jaula. No quieres romper el contacto visual, pero tampoco puedes evitar recorrer su cuerpo con tus ojos. Y sin pensarlo dos veces lo haces. Te hacen gracia sus pecas, que alumbran su pálido y perfecto rostro, sin contar sus ojos y labios, obvio. Luego está su ropa, ese pantalón blanco, con un poco roto por las rodillas, su camisa vaquera con botones y sus vans azules. Parece una modelo de “El corte Inglés”. Esa mirada podría matarte, pero te hace sentir algo incómoda, no sabes por qué. A simple vista no parece una ladrona, ni una delincuente… parece una chica atractiva, coqueta y con mucha sensualidad. Un momento... ¿Qué coño dices? Apartas esos pensamientos de tu cabeza, y la miras de nuevo. Ella no te puede gustar, no ves que es una problemática, mira toda la mierda que ha hecho. Piensa en tu bien López, ella no te merece, ella no es para ti. No puedes pensar en ella. NO. Se acerca a ti a paso lento, sin prisa, no vaya a ser que se canse por el camino. Se para y te sonríe. No pienses en ella, no pienses en ella, no pienses en ella……

-Hola, chicas.

Lo dice, pero lo hace mirándote a ti. No me mires con esos ojos tuyos, por favor….
Ellas se sorprenden, como para no hacerlo ¿Cierto? La chica de la que tanto hablaban, admiraban, piropeaban, querían……. Está justo delante de sus caras.

-Lisa: Oh Ho-Hola – la mira y traga saliva, pestañeando varias veces seguidas.
-B: ¿Vosotras no me saludáis?

Lo dice y de nuevo te mira a ti. Te limpias por si tienes algo en la cara, una pestaña, pintado, algo de sangre del viejo verde….Puf quien sabe. Pasas la manga de tu cazadora varias veces por tu boca, seguida de tus mejillas y por último tu frente. Nada.

-Nyala: Hola, soy Nyala – se aparta un mechón de su pelo y lo pone detrás de la oreja.

Ruedas los ojos cuando notas que se ha sonrojado, vaya tontería, es una chica….

-B: un placer Nyala, yo soy B.

La miras confundida. ¿Por qué ella no ha dicho su nombre? No se llama B, obvio, una parte de ti muere por saber su nombre.

-Nyala: lo sé, como para no saberlo – le toca la pierna izquierda y le sonríe coquetamente.

Oh dios, no me digas que vamos a presenciar una escena de sexo. Joder con la que no era lesbiana, como le entra….

-B: oh bueno, no será para tanto –dice mirándote de nuevo. Otra vez.
-Nyala: oh sí, sales en los periódicos, noticias…. me encantaría ir a la cárcel para poder verte todos los días.

Tú abres la boca e intentas decir algo, pero imposible que te salga algo. Pedazo estupidez que ha dicho…. Esta más gilipollas que… no sabes con qué compararla.

-B: no digas esas estupideces, Nyala, no sabes de qué mierda estás hablando.

¡Olé, Olé, Olé! Buena contestación rubia, un punto para ti….

-Mary: Yo soy Mary, un placer B, eres más guapa en persona que en las fotos.

Oh vamos, por dios, están compitiendo a ver quien le gusta más la gran B, como han dicho ninguna es lesbiana, a qué coño están jugando….

-B: un nombre bonito, para una chica bonita.

Y ahí es cuando te rompes, no te puedes creer lo que ha dicho, la considerabas una persona para nada ligona, y mira con lo que te ha salido…. La odias. ¿Qué tiene ella que no tengas tú?

-Mary: oh gracias, no e-es para tanto creo yo

Es que no lo eres estúpida.

-B: bueno, sería bueno que lo creyeras.

No me gustas nada B, olvídate de mí, ni siquiera te voy a decir mi nombre, olvídate de mi hermosa cara HERMOSA, mejor que la morena estruja brazos.

-Mary: si me lo dices tú, claramente que me lo trago- B se ríe, y aunque la odies y no te guste, tu risa te encanta. Es tan dulce y tierna.
-B: bueno… y ahora tú ¿Cómo te llamas? –la miras y frunces el ceño. Yo no voy a caer en tus juegos, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca y nunca. Te crees muy especial, que eres tu ahora… ¿Justin Bieber versión mujer o qué?
-Santana: ¿Te importa mucho o qué?

Ella te mira y entrecierra sus ojos. Te está observando con esos ojos, está vigilando tus expresiones… no te gusta para nada… Y te está cabreando.

-B: Si te lo pregunto es que sí ¿No?- tú la miras y levantas tu ceja izquierda. Empieza el juego y ella va ganando 1-0, pero no por mucho….
-Santana: Pues va a ser que no te lo voy a decir.

Sonríes al ver la cara que se le han quedado a tus compañeras “Las zorras” y te fijas en la rubia de pié mirándote. Ella te mira confundida y extrañada…. Claro, la pobre siempre ha conseguido lo quiere solo por tener esa cara bonita y partes entre sus piernas.

-B: ¿Y por qué no me lo dices? –pregunta mirándote con el ceño fruncido. Te pones algo nerviosa cuando ella da un paso hacia ti.
-Santana: ¿Por qué tengo que decírtelo? ¿Por qué tú quieras?
-B: No, pero sólo es decirme tu nombre, no dónde vives o tú número de teléfono
Buen punto rubia, pero yo no quiero que me conozcas, no quiero nada de ti, nada.
-Santana: será solo para ti, pero para mí no, asique gracias por tú atención pero puedes largarte.

Ala, 1-1…… Lo que había dicho.

-B: pues va a ser que no –cruza sus brazos y sonríe de una manera… como decirlo… victoriosa…… ¿Victoriosa? Esto aún no ha terminado.
-Santana: bueno pues quedarte ahí de pié mirando lo hermosa que soy y si quieres puedes traer una palmera y abanicarme.
-B: sí eres hermosa, ¿y te digo algo? Te traería lo que tú quieras.

Vale, con eso te ha derretido totalmente….Joder y más la carita que te ha puesto, tan dulce, tan tierna…….. Puf 1-2.

-Santana: simplemente necesito que te largues de mi vista.
-B: hasta que me digas tú nombre-Alza sus hombros y te sonríe.
-Santana: ah pues esto va para rato –dices mirándola y cruzando tus piernas de una manera muy sensual.
-B: tranquila, tengo todo el tiempo del mundo.

Se acerca a Mary y la mira con la cara del gato de Shrek, totalmente igual.

-B: oye hermosa, me dejas sentarme aquí, sé que tu compañera es muy pesada asique por ti, me pongo en este sitio.

Y la muy gilipollas no se da de cuenta ni de lo que pretende la rubia, simplemente asiente y se corre para un lado para dejarle sitio a ella. Creo que solo se ha quedado con las palabras “Hermosa” “Por ti”.

-B: gracias Mary, lo tendré en cuenta – Se sienta y notas su perfume recorrer tu nariz. Tú inspiras y tu cuerpo tiembla. Ella tiene un gran efecto en ti y eso aún te hace odiarla más.
-Mary: nada B, lo que tú quieras

Joder, límpiate un poco, la baba te está cayendo al suelo y resbala más que una monda de plátano.

-Santana: eres más hipócrita –suspiras y te acomodas en el asiento lejos de ella. No quieres verla ni sentirla, nada de ella, nada.
-B: ¿No entiendo por qué te caigo tan mal? –dice acercándose a ti y chocando su rodilla con la tuya.
-Santana: la pregunta es ¿Cómo me vas a caer mal si ni siquiera te conozco? - ¡Toma! La has dejado sin palabras 2-2
-B: bueno, pero igual tú me ves y no te gusto, o simplemente por lo que he hecho ya no quieres nada conmigo.

Espera, espera….OH Oh ¿He escuchado bien? ¿Nada conmigo?

-Santana: ¿Nada conmigo?-preguntas mirándola con la ceja levantada. Estás algo indignada.
-B: claro.

¿Pero quien se cree que eres? Te conoce de menos de 5 minutos, y ya quiere algo contigo. Esto es increíble.

-Santana: Mira, no sé por quien me has tomado, pero yo no soy ninguna puta para tener algo contigo –Ella te mira desconcertada, cómo si yo de un momento para otro, cambiara de tema – No, no me mires con esa cara, me da igual, piensas que por tu cara y ser así como eres ¿Lo arreglas todo? Ni siquiera te he dicho mi nombre y ya quieres llevarme a la cama? Serías la última persona de este mundo con la que querría estar, para que lo sepas.
-B: Mira , no sé de qué mierda estás hablando, yo lo decía por ser amiga chavala, yo no pienso igual que tú y lo único que quiero de las personas es tirármelas y luego olvidarme de ellas, yo no te considero ninguna puta como has dicho señorita no te conozco, tú no me conoces y no debes tratarme así por lo que he hecho, yo a ti no te he preguntado qué estás haciendo aquí y tampoco te trato como un pañuelo , asique mira bien lo que haces y lo que piensas de mí.

Vale López, ahí te ha jodido pero bien, bien, perfectamente mejor dicho….
Tienes una mente más perversa, que no sabes ni siquiera con qué compararte, solo, bueno ¿SOLO? Has metido la pata dentro de la boca del cocodrilo. Joder, te ha echado un sermón peor que los de tu madre, y eso tampoco vas a permitirlo, ella no es nadie para amenazarte aunque te hallas equivocado.

-Santana: vale tranquila me he equivocado, pero no eres nadie para amenazarme ni hablarme de esa manera, asique baja un poco tus humos.
-B: No sé qué mierda tienes conmigo, he visto como hablabas con ellas y seguro que no las conocías, ¿Qué diferencia hay conmigo, a ver?
-Santana: ellas son majas, a diferencia de ti que eres una maleducada y cascarrabias.
-B: oh vamos si la maleducada eres tú diciendo que yo pretendía acostarme contigo y llamándote a ti misma puta.
-Santana: no puedes utilizar mis palabras en mi contra chica, eso está muy mal y es súper visto.
-B: y a mí qué coño me importa si está visto o no, he dicho lo que dijiste tú hace 5 minutos asique no te alteres.
-Santana: ¡Como no quieres que me altere si me estás poniendo de los nervios! –Alzas la voz sorprendiendo a media jaula. Vale, si que estás alterada, intenta tranquilizarte un poco.
-B: ¡Si no te he dicho nada! ¿Pero qué te he hecho yo ahora a ver?
-Santana: simplemente ser como eres, tú me irritas, TÚ.
-B: no me conoces no sé porque hablas así de mí, tú estás loca no sabes ni lo que hablas.

Oh, lo que te ha dicho, se va arrepentir.

-Santana: lárgate de mi vista, antes de que me enfade y tengamos problemas tú y yo.

Te levantas de tu asiento y te pones enfrente de ella con los brazos cruzados.

-B: no me das miedo, al contrario, cuando más te enfadas más tierna me pareces asique tú sigue, yo disfruto más – Sonríe y se muerde el labio mirando tu cuerpo. Tú te pones roja de la enfadada que estás y te tapas el cuerpo con ambas manos.
-Santana: para de mirarme pervertida –Murmuras mirándola con mala cara y dando algunos saltitos de la impotencia.

Ella se ríe y acomoda su cabeza en la pared, haciendo todo lo contrario a lo que le has dicho, mirarte más y cruzarse de brazos para estar más cómoda.

-B: Oh vamos ¿No estás acostumbrada a que te miren?

Ahí te ha jodido, jodido pero bien, bien, bien, bien. Niegas con la cabeza y rezas para que se calle y te deje en paz, pero ella parece que lee tu mente.

-B: no te voy a dejar en paz, dime tu nombre y lo haré, es muy sencillo.
-Santana: ¡Eres una pesada!
-B: dime algo que no sepa – sonreí burlonamente y te mira divertida. Ella disfruta con esta situación.
-Santana: ¡Estúpida!
-B: Cada vez me sorprendes más.
-Santana: !Imbécil! –dices apretando fuertemente tus puños y mirándola con odio.
-B: me afecta mucho, ya ves.
-Santana: ¡Inútil!
-B: Vamos, puedes hacerlo mejor.
-Santana: ¡Infantil!
-B: ese me gusta, nunca me han llamado así, eres mi primera –dice mirándote con una sonrisa coqueta. Eso aún te calienta más de lo que estabas.
-Santana: ¡Asquerosa!
-B: ah ese sí me lo han dicho
-Santana: ¡Ladrona!
-B: Oh vamos no fue para tanto, no te piques por eso
-Santana: ¡Pero deja de hablarme! ¡Gilipollas!
-B: la que está insultando eres tú no yo.
-Santana: ¡Orgullosa!
-B: Ah no, no te creas, todo lo contrario
-Santana: ¡Horrorosa!
-B: si te gusto, no lo niegues- La miras y tragas saliva. Contrólate López, Tranquila, Inspira y Puf, déjala, no le hagas caso, ya está, relajada – Vamos, sigue con tus insultos me estaba gustando
-Santana: ya te ha fastidiado tus ejercicios de relajación- ¡Toca pelotas!
-B: ¡Ah! Ese me gusta, me lo guardo para mí.
-Santana: ¡Chulita!
-B: No, esa es mi hermana, yo soy la más “Normal” en eso
-Santana: ¡Anormal!
-B: vamos bonita, prueba con otro.
¿Bonita? ¿Te ha llamado bonita? Esta chica es…… es…. Dios le has dicho varios insultos y ella aún no se ha cansado.
-Santana: ¡Maleducada!
-B: eso ya me lo has dicho
-Santana: ¡Ligona!
-B: ¿y eso es malo? ¿Es mi culpa?
-Santana ¡No, la de mi abuela en tanga! ¡Falsa!
-B: umm no, te has equivocado, corrige en tu cabeza FIEL.
-Santana: ¡déjame en paz! –gritas cansada de tanto espectáculo.

Ella te mira y sonríe, ha ganado, ha ganado con varios puntos de ventaja, y tú te has dejado ganar, porque eres muy blanda.

-B: ¿Ya te has cansado? Que floja eres, bonita
Oh, debe de estar bromeando
-Santana: ¡No! ¡Es que paso de hablar con personas como tú! ¡Eres retrasada, no tienes nada dentro de tu estúpida cabeza!
-B: ¿Por qué tú lo digas? Igual es al contrario – Hace un puchero y asiente.

Tú la miras y pones cara de ofendida, que es lo que estás ahora, ofendida. No te puedes creer que te esté insultando.

-Santana: ¿Por qué no sigues ligando con tus nuevas amiguitas y me dejas en paz?

Mierda, ¿Po-porque mierda has dicho eso? Parece que estás celosa y no te gusta verla con otras mujeres, penoso López, que coño te está sucediendo.

-B: ¿Ese es el problema? ¿No te gusta que hable con tus compañeras?- dice frunciendo el ceño y señalando a las Zorras que miraban la situación sorprendidas
-Santana ¿Pero qué dices? Duerme un poco y olvídate de mí.
-B: Nunca me podría olvidar de ti.

Si fuera en otra situación, habrías saltado encima de ella y la hubieras comido a besos, nunca nadie te había dicho algo así, tan hermoso y tan perfecto y justamente tenía que ser ella.

-Santana: Sólo inténtalo, ¿Vale?

Ella te mira y niega con la cabeza. Ves como se levanta y con cuidado, como si tú le fueras a hacer daño o salieras corriendo, se acerca a ti.

-B: Prueba a conocerme, y no te arrepentirás, te lo juro.

Intentas separarte de ella pero cuando la escuchas hablar, te tranquilizas. Nunca nadie se preocupó por tener tu amistad o algo de ti, ella lo hace y te lo está demostrando. Miras a tu izquierda y ves a tus compañeras mirándote con el ceño fruncido, y al ver que las estás mirando niegan con la cabeza y suspiran indignadas. Tú la miras a ella, a sus ojos azules y te quedas callada, pensando en lo que te ha dicho, que no va cambiar nada, sea lo bonito que sea. Ella sólo quiere un rollo contigo, y así, serás una más en su larga lista de “Líos con B”. Seguro que así conquista a todas sus presas, pobres ilusas, tú no eres igual a ellas.

-Santana: no te creo, eres igual con todas las chicas ¿verdad? Es intentar ser amables y agradables con ellas, ganas su confianza , las besas luego te acuestas con ellas y las olvidas, digas lo que digas seguro que eres así, tu comportamiento me lo dice porque yo soy así, pero ¿Te digo algo? No hace falta que te hagas la simpática conmigo, no va a funcionar.

Ella se para y da un paso hacia atrás, ofendida y confusa.

-B: Yo sólo quería conocerte, porque no te caiga bien no inventes escusas.

Te sientes tan mal, que ahora mismo te darías una bofetada a ti misma. Igual ella no es como tú crees que es, igual es mucho mejor de lo que pensabas, y te llevas una buena sorpresa. Ella no te ha hecho nada López, y mira como te estás comportando.

-Santana: Eh, perdona no quería hablarte de esa manera enserio, lo siento.

Te acercas a ella y le pasas tu mano por su mano. Notas como un escalofrío recorre tu espalda a tus brazos y tú suspiras sorprendida, es increíble. No quieres cambiar de opinión sobre ella, pero su comportamiento lo arruina toso. Ella es tan dulce y tierna, que igual se merece que le des una oportunidad. No te mira, es más, tiene la cabeza agachada y no puedes ver sus ojos azules.

-Santana: Eh B, venga mírame enserio, no quiero que te pongas mal, he sido una estúpida al tratarte tan mal, no eres ninguna imbécil ni horrorosa, al contrario eres muy hermosa e inteligente.

Ella levanta su cabeza y te mira con una gran sonrisa, se aparta un poco de ti y pone una mano en su cabeza

-B: Pasamos de insultos a que sientas algo por mí, es realmente encantador bonita, sabía que entre tú y yo surgiría algo.

Te arrepientes de decirle todas esas barbaridades y la miras completamente enfadada, aguantándote matarla ahora mismo en esta asquerosa jaula. La hija de la gran imbécil te ha engañado, y de qué manera, si fuera por ti, que se pudriera en la cualquier parte.

-Santana: ¡eres una maldita!

Lo has intentado, pero no has podido. Saltas encima de ella y le golpeas el pecho con todas tus fuerzas. Ella da un paso hacia atrás del impacto e intenta pararte y cogerte tus brazos. Utilizas tus piernas para darle patadas pero ella abre las suyas para que no le deas, y tus golpes, se van a la mierda.

-Santana: ¡Te odio, te odio, te odio!- Dices dándole una bofetada en su cara y soltando un grito.
-B: No me odias ¡M-E A-D-O-R-A-S! – Se acerca a ti y pega tu cuerpo al suyo. Coge tus dos manos, que entre las suyas, parecen las más pequeñas del mundo. Rodea tu cintura con sus dos brazos y te apreta fuertemente pero sin hacerte daño y tu paras el cabreo. Miras su cara y te sorprendes al ver tu mano gravada en su mejilla, y su labio con un pequeño corte. Recuerdas que la puta de Verónica te habló de B, y si alguien le tocaba un pelo de su valiosa cabeza, se las veía con ella. Tú le has tocado el pelo, le has roto el labio y le has golpeado su mejilla. Oh dios mío……

-B: ¿Te has cansado ya? –Pregunta acercando su cara a la tuya.

Estáis a centímetros de vuestros labios. Tú eres mucho más baja que ella, bueno en realidad, más pequeña que ella en todos los sentidos. Miras hacia arriba y te encuentras con sus ojos mirándote fijamente y un poquitín más abajo sus labios. Si, esos maravillosos labios.
-Santana: Bueno e-en realidad no, es porque te he visto la cara y no quiero hacerte más daño –Mientes. Pero en realidad, ella sabe la verdad, no sabes mentir.
-B: Puedes seguir, si es lo que quieres sigue, vamos- te suelta y abre sus brazos para que le pegues, pero tú te quedas quieta en tu sitio, en qué situación te has metido.
-Santana: no quiero – bajas la cabeza y te sobas tu mano derecha. Eso te pasa por pegarle a gente más fuerte que tú y que te puede dar una paliza con un dedo.
-B: ¿No quieres? ¿No jodas? – Pregunta soltando una pequeña carcajada y andando de un lado para otro en la jaula -¿Te sientes mal?
-Santana: ¿Debería?
-B: Dímelo tú.

Bueno, Ha sido efecto del momento, nadie te había enfadado de esa manera, tan irritante y pesado. Pero ahora tienes miedo a las consecuencias.

-Santana: No, estoy bien.
-B: Mientes, me estás mintiendo.

Era lógico, te ha pillado. No sabes como lo hace, pero te conoce más de lo que tú desearías.

-Santana: ¿Y tú qué sabes? No nos conocemos ¿recuerdas?
-B: Sí, pero no hace falta conocerte para saber que estás mintiendo.
-Santana: ¿eres adivina o algo por el estilo?
-B: Tus ojos me están mintiendo, lo sé, porque cuando me estabas insultando se veían sinceros pero ahora no.

Valla, pues sí que se fija.

-Santana: Pues ves mal, para que lo sepas –te cruzas de brazos y giras tu cabeza hacia la izquierda, te muerdes el labio y niegas con la cabeza.
-B: Tú misma te estás delatando, sé que te arrepientes de haberme pegado y sé por qué.
-Santana: ¿Ah sí? A ver Madame-la miras y frunces el ceño.
-B: Algo de mí seguro que has escuchado, soy una de las delincuentes más conocidas de esta puñetera ciudad, piensas que ahora te daré una paliza por haberme hecho daño, la gente lo dice, porque a mí también me llegó a los oídos esas aclaraciones, pero la pregunta sería ¿Tú te crees eso?
-Santana: Sí, la verdad sí.
-B: ¿Tienes miedo? –Se acerca a ti y tú das un paso atrás.
-Santana: Sinceramente, sí.
-B: ¿Y por qué?

Ella quiere que lo digas, pero a ti te da mucha pena y vergüenza, sobre todo vergüenza.

-Santana: Me vas a hacer daño, así como te lo he hecho yo a ti.
-B: ¿Crees que te haría algo? –pregunta mirándote con la ceja izquierda levantada.
-Santana: no sé, ¿Si? – preguntas dudosa, mucho, junto con el miedo que se está apoderando de tu cuerpo.
-B: ¿Me ves como el tipo de gente que se carga a otra por simplemente pegarle una bofetada?

Vale, dicho así suena estúpido, pero igual sí. Como ha dicho antes, es la delincuente más famosa de esta ciudad.

-Santana: No, no te veo como ese tipo de gente, pero las apariencias engañan.
-B: ¿Cómo haría daño a una preciosidad como tú?
-Santana: No cambies de tema B –Adviertes mirándola con las mejillas rojas y la cabeza gacha.
-B: He respondido a tu respuesta, puede ser que sea el tipo de persona que pega al cualquiera por darme en la cara, pero a ti no te haría nada y no me preguntes por qué.
-Santana: me has dejado con la duda, ahora dímelo –dices levantando tu mirada y clavándola en sus ojos azules fijos en ti.
-B: Te he dicho que no me lo preguntes.
-Santana: Conmigo no te hagas la dura, no te pega.
-B: me pega más que cualquier otra cosa, solo no me preguntes nada ¿Vale?
-Santana: ¿Te estás enfadando?
-B: Puede, la que se ha estado enfadando toda la noche eres tú, porque yo me enfade ahora no sería tan malo
-Santana: no te comportes conmigo de esa manera, te lo he dicho antes.
-B: No nos conocemos, no puedes obligarme a nada –Sonríes. Ella está utilizando las mismas palabras que tú –Oh, eso que estoy viendo es… no, no puede ser ¿Una sonrisa?
-Santana: Sí, vale he sonreído, no es tan malo.
-B: no he dicho eso.
-Santana: lo sé.
-B: ¿Entonces porque lo insinúas?
-Santana: no seas tan insistente.
-B: va hablar ella –dice suspirando y rascándose la cabeza -¿Aún me odias?

Tú sonríes de nuevo. Ya van dos veces que lo haces. Ella parece que se comporta de manera tan especial contigo, y te parece tan raro.

-Santana: Con toda mi alma –Dices mirándola fijamente y asintiendo lentamente.
-B: ¿Estás segura?-pregunta dudosa.
-Santana: Oh segurísimo, como que me llamo Sa-

Te callas, cállate. No puede saber tu nombre imbécil. Piensa las cosas antes de hablarlas.

-B: ¿Te llamas qué?-pregunta con una ceja levantada y acercándose más a ti.
-Santana: no te lo voy a decir.
-B: Si no me lo dices, tendré que ponerte yo un nombre.
Alzas tus hombros y resoplas. Actúas como si te diera igual pero es todo el contrario.
-Santana: A ver dime
-B: Te llamaré Princesa, y me da igual si te gusta o no, a mi me gusta, y eso es lo que importa.
-Santana: ¿Te crees el centro del universo?
-B: No, solo de esta celda.
-Santana: Eres tan, tan, tan, tan, tan, estresante
-B: lo sé, Princesa.

Suspiras, ahora ella será más pesada contigo que antes, más paciencia tienes que tener, y no sabes de donde sacarla.

* *

-Mary: ¡No déjame! –Grita intentando librarse de los brazos de Lisa.
-Lisa: ¡Por favor cálmate, seguro que no es lo que parece!
-Nyala: no ¿Y qué es, a ver? –Pregunta cruzándose de brazos y suspirando.
-Lisa: ¿Tú también? Por dios, no es la dueña del mundo.
-Mary: ¡Sí, del mío sí!
-Lisa: Estás mal, dios calmaos – miras a la rubia de ojos azules que está igual de sorprendida que tú.
-Nyala: ¿Pero qué le ve en ella? No le ha hecho caso en toda la noche, y nosotras babeamos por ella.
-Lisa: TÚ, yo no –dice señalando a su amiga y frunciendo el ceño.
-Mary: Oh vamos cuando ha llegado ¿Quién tenía que cambiarse las bragas?-preguntó enfadada empujando a su amiga.
-Lisa: ¡Es una manera de hablar!
-Nyala: ¡No te lo crees ni tú!
-Mary: Lo mismo digo, lo mismo digo.
-Lisa: ¡Tú cállate, si no fuera por mí ahora mismo estarías matando a la morena!–Dice señalándote sin mirarte y pegándole en el hombro a su compañera.
-Nyala: ¡Pues suéltala! Nos haría un favor a todas.
-Mary: sí, suéltame- dice contenta mirando a la chica quien negaba rápidamente.
-Lisa: ¡no! Ni de broma.

Tú miras la situación y todavía no te entra en la cabeza. Se están peleando, vale, hasta ahí lo entiendes, pero… ¿Por qué tú estás hablando con B?

-B: ¿Pero qué pasa?-pregunta acercándose cuidadosamente a ti susurrando.
-Santana: es por mí, estoy hablando contigo-Dices mirándola culpable y alzando tus hombros.
-B: ¿Enserio? ¿Son gilipollas o qué?
-Santana: lo siento, no quería ocasionarte problemas, al fin y al cabo yo te odio, no sé que estoy haciendo hablando contigo.

Ella te mira e intenta hablar, pero no le sale nada. No sabe qué decirte, en toda la noche. Un milagro.

-B: No digas eso, p-podemos intentar ser amigas y-y
-Santana: No, tú no me convienes, no podemos tener nada, nada.
-B: Pero princesa –dice acercándose a ti e intentar cogerte la mano.
-Santana: ¡No suéltame! –gritas empujándola y alejándola de ti –No vuelvas a hablarme ni tocarme en tu vida, ahora que sé que no me harías nada, te pegaré sin pudor.

Te mira. Pero no como antes, si no con tristeza y arrepentimiento. La has defraudado, pero es la verdad. No puedes darle esperanzas a una persona que odias y nunca tendrás nada con ella.

-B: Vale, como quieras.

Se aleja de ti, pero aún te mira. Como si tú en algún momento te arrepintieras de algo. Cosa que no pasar. Esto parece una ridícula despedida, o algo parecido. Tonterías.
Ves como el guardia se acerca a la jaula e introduce la llave. La abre y todas se levantan de sus asientos, hasta las zorras que aún de pié, pelean.

-Policía: Señorita López, es libre. Después hablaremos con usted para explicarle lo que tiene que hacer, su madre está fuera esperándola.

Suspiras. Menos mal, tu madre te ha sacado de este sitio de mierda. La bronca que te va a caer, joder…… De esta no pasas, no sabes lo que vas a hacer. Por lo menos tendrás tiempo para pensar en tu cuarto, encerrada, con la luz apagada y las persianas cerradas. Meditar, que si vas a prisión ¿Qué vas hacer?

-Santana: Vale, gracias.

Miras a tus compañeras y dedicas una vergonzosa sonrisa. Aunque te tengan asco, ellas te caen bien, bueno, a tu manera.

-Santana: chau chicas, aunque os parece raro os extrañaré, me habéis caído, más o menos bien.

Ellas te miran y sonríen.

-Lisa: Eres muy maja, me has caído bien, suerte con todo.
-Nyala: Chau, espero que nos veamos fuera.
-Mary: Vete, me has robado la churri.

Vale, es mejor de Mary, no te cae bien de todas formas.

-Lisa: ¡Cállate estúpida!-Dice empujándola y mirándola mal.
-Santana: Déjala, de todas formas no me cae bien – la miras y le sacas la lengua, se jode, tú te vas y ella se queda, zorra.
-Policía: Señorita, salga por favor.

Asientes, y te giras para mirar a tu enemiga, la persona por la que has perdido los nervios esta noche, quién te ha llevado a la locura y te ha devuelto a la tierra.

-Santana: Adiós, B.
-B: Hasta pronto, Princesa.

La miras, e intentas recordar su cara, su cuerpo, su olor, su carácter. Será tu enemiga, pero siempre la vas tener en mente. No sabes por qué. Pero será así.

Sales de la jaula y la puerta se cierra detrás de ti, aspirando el delicioso olor a libertad.

-Policía: recoja sus cosas, la acompañaré fuera.

Coges tu móvil encima de la mesa y las llaves de tu casa con el llavero de un gato en él. Eso te recuerdo al pobre misifú.

Metes las cosas en tus bolsillos y suspiras. Esperas que esta sea tu última vez aquí, ha sido horrible.

Miras al policía y asientes, ya estás lista. Lista para enfrentar a tu madre, tu padre, tus hermanos, tus hermanas, el resto del mundo. La prisión, ¿Qué tan mal sería? Aunque mantienes las esperanzas, de no ir, por si acaso.

-Policía: Abel, vigila de las chicas.

Se acerca a la puerta y la abre. Tú te encaminas hacia ella pero antes de salir miras hacia atrás. Ella, esa rubia, con las manos aferradas a los barrotes de la celda y su mirada fija en ti. Ahora hay una pregunta para ti López… ¿Seguro que la odias?


[CONTINUARA....]

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO MUCHO EL CAP, POCO A POCO SE VA A IR DESARROLLANDO LA HISTORIA Y CON EL PASO DEL TIE PO GUSTARA MAS, CONFIAR EN MI  

UNA PREGUNTA ¿DE QUE OS DISFRAZASTEIS O OS VAIS A DISFRAZAR? BUENO, SEGURO QUE VAIS A ESTAR PERFECTAS TODAS, FELICES CARNAVALES Y PASARLO GENIAL.

-OTRA PREGUNTA ¿CAMBIARIAIS ALGO DE LA HISTORIA? ¿CRITICAS? LO QUE SEA.

BESOS.  

OS QUIERE: Nerea.

mmmm nueva lectora pinta interesante besos!

genial,...
me encanto,...
me divertí con san y b peleando jajajajaj
es muy divertido, si así es el primer encuentro como serán los demás,...
me reí con los pensamientos de san la respecto de sus compañeras "hetero" jajajajja

Esas chicas y sus peleas xD

Buenos caps :)
Y las chicas "hetero" peleando por B jaja que tan "hetero"

Bah! Ahora... supongo que por la Sipnosis San volvera a la carcel, no???
O todo sera en las calles??

Saludos :)

Me ha encantado la historia, ahora a ver que pasa! se volveran a encontrar supongo, mas pronto de lo que se imaginan!

Holaaa ¿Que tal? muy bien ¿A que si? bueno yo estoy muy contenta de traeros este cap que espero que os guste mucho. Quiero daros las GRACIAS por vuestros comentarios que me apoyan para seguir escribiendo y  por leer mi historia, y perder vuestro tiempo en ella. Saludos y abrazos. cuidaros. BESITOS DE NUTELLA.



"ENCARCELADAS   CAP-3"


Ya han pasado dos días desde que saliste de esa pequeña jaula para locas, y todavía no sabes que pensar o que hacer. Recuerdas la bulla que te echó tu madre nada más salir por la puerta junto con la bofetada que aún hoy ilumina tu perfecto rostro. Tu padre, quién está tan enfadado contigo que solo habla contigo para lo justo, osea, para hablar del juicio que será este Viernes. Tus hermanas, al contrario de ellos, te apoyan y ayudan en todo lo que necesiten, sin importar lo que sea. Vuestra madre ayer os reunió a todos en una charla familiar en la que explicaba, que igual me iría a prisión como máximo 3 años, palabras de mi abogado. Tus hermanos te están entrenando para cuando vayas a la cárcel, ellos ya lo tienen más que asumido, ojalá les diera algo a tus padres y hermanas. Haces pesas, flexiones, abdominales…… No vas para el ejército, si no para el maldito manicomio con rejas. Hablando de manicomio, hoy has visto a Verónica en el parque con tu mejor amiga y tu mejor amigo, y eso, te ha lastimado y jodido más que cualquier otra cosa. Le has metido una ostia en la cara que jurarías que le rompiste 2 dientes, aparte de dejarle un ojo morado, obvio .Así se acordará de ti, que lo hará, oh claro que lo hará. Tu abogado, es tu padrino, que cuando le contaste todo, simplemente negó con la cabeza y justamente “Lo tienes acabado Santanita, la has cagado” cuanto apoyo tienes en tu familia ¿Cierto? , aunque eso te pasa por andar con tan malas compañías, tan horrorosas personas, ¿De dónde la has sacado a ver? Del mercado a todo un euro ¿O qué?

Eso no es en lo único que piensas, si no en ella. Sí, ella, la persona que te hizo perder el control varias veces el pasado Viernes en aquella jaula diminuta. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Qué le pasaría? ¿Cómo estará? Bueno, mejor que tú seguro además, de eso no tengas duda. Te extraña demasiado la manera en la que piensas en ella, pero ya le estás encontrando la solución. La odias tanto que deseas verla mal, por eso quieres saber lo que está haciendo o como está, crees. Suena muy cruel, pero bueno, da igual. Estás tan curiosa por saber su nombre, empieza por B, una pista. Pero hay cientos de nombres por B. Igual la llaman B por un apodo de otro nombre que no es el suyo, sea como sea, está jodido. Una parte de ti desea verla otra vez, la has gravado en tu mente, pero sería mejor verla otra vez para recordarla mejor ¿No? La otra mitad te dice que te olvides de esa estúpida, piensa mejor en qué vas a hacer de ahora en adelante, cómo salirá tu juicio y si ganas o pierdes. Pierdes, pero bueno.

-Andrea: Santana, vamos tenemos que ir ver a tu padrino –Esa es tu madre, mandando como siempre, algo de ella has sacado.
-Santana: ¡Voy mamá!

Saltas de tu cama y acomodas tus dos cojines y tu osito de peluche llamado Luis. Nombre feo para un peluche pero bueno, es lo que hay.

Recoges tu pantalón vaquero y tu camisa azul del suelo y los pones encima del escritorio junto con más mierda tuya.

-Andrea: !Santana, mueve tu culo redondo y baja las malditas escaleras! !Tenemos prisa y lo sabes!
-Santana: ¡Ahora mamá, espera un poco!

Te estresa de una manera…… Lo único que hace es gritar y molestar. Como un loro. Bueno aparte de hacer de comer y limpiar, lo demás, lo hace para molestarte.

Abres la puerta de tu cuarto y de un portazo la cierras. Ya estás de mal humor, ¿Y gracias a quién? Tacha tachan: Tu madre.

-Andrea: Valla, ya era hora, por fin te dejas ver pareces un cocón, siempre encerrada en tu habitación.

Suspiras y bajas el último escalón de los 21. Sí, lo has contado, mucho aburrimiento el tuyo.

-Santana: Mamá no empieces, por favor – Te acercas el comodín del pasillo y coges tus gafas de sol. Te las colocas y acomodas tu melena rebelde.
-Andrea: Vamos a ver a tu padrino, no de botellón con los amigos.
Y no para, parece que para cada cosa que haces tiene algo que decirte.
-Santana: Lo sé Andrea, lo sé- suspiras molesta y abres la puerta de tu casa – Vámonos y por favor, no me hables en todo el camino.

Tu madre abre el coche y tú rápidamente entras. Te colocas el cinturón de seguridad y te recuestas en el asiento. No dices nada, simplemente esperas a que tu madre arranque y llegar a casa de tu familiar.

-Andrea: Santana, no te enfades conmigo hija –La miras y frunces el ceño ¿Enserio te dice eso? ¿Ahora?
-Santana: déjalo mamá, estoy bien
-Andrea: No, no lo estás- te coge la mano izquierda y la besa –He sido muy dura contigo todos estos días, y me imagino cómo te debes de sentir, asique lo siento mucho pequeña- Tú solo puedes asentir, no sabes que decir.

Ella te sigue mirando, notas su mirada fija en ti, y te empiezas a poner nerviosa. Apoyas tu cabeza en la ventana y piensas en qué decirle. Ella seguro que se siente culpable, ya sabes cómo es.

-Andrea: Santy, cariño, háblame dime algo, grítame, ríete, sonríe, llora…. No sé, algo.
Y ahí es cuando explotas, y sueltas todo lo que has estado guardando estos días.
-Santana: ¡Tú no sabes cómo me siento! ¡Estos días me has estando riñendo por cualquier cosa, no he salido de mi puñetera habitación porque me siento como una mierda!-gritas sorprendiendo a tu madre y soltando su mano –No sabes lo avergonzada que estoy y lo peor es que yo no he hecho nada y la que va a ir a prisión voy a ser yo –Notas las lágrimas asomándose en tus ojos y acomodas las gafas de sol -¿Crees que es fácil para mí? ¿Piensas qué paso de todo? ¿Qué me da igual? Pues no para que lo sepas, todo el contrario, todo –Te sacas las gafas y las tiras al asiento trasero –cada minuto del día me pregunto ¿Por qué a mí? ¡Tendría que ser la puta de Verónica la que tendría que estar en esta situación y mira cuál es el resultado! –Te señalas y dejas escapar las lágrimas que acosaban a tus ojos – Voy a arruinar mi vida por una simple broma, algo que ni siquiera tenía planeado mamá, voy a dejar de ver a mi familia, a ti, a papá, a mis hermanas, mis hermanos ¿Cómo voy a hacer para luchar cada día si no tengo fuerzas? –Tapas tu cara con ambas manos y lloras, y tu madre, te acaricia la espalda  - ¿Por qué a mí a ver? No soy una santa lo sé ¡¿Pero quién lo es?! Esto no es justo, mi vida no es justa, no puedo más.

Tu madre se saca el cinturón y el tuyo, y envuelve sus brazos alrededor de tu cuerpo. Te sientes vulnerable, nadie, una hormiga en este gran mundo. Te aferras a su cello y lloras en él, y ella, te acaricia con una mano tu espalda y con la otra tu pelo.

-Andrea: tranquila mi amor, eres más fuerte que cualquier otra persona, recuerda eso siempre.

Asientes. No quieres decir nada, lo que te gustaría es volver a tu habitación y envolverte en las sábanas. Llorar y dormir. Listo.

-Santana: Mamá, prométeme que nunca me odiarás por esto- susurras con la voz entrecortada.
-Andrea: Yo siempre te amaré Santana, pase lo que pase.
-Santana: Lo siento mamá, siento que tengas que aguantar toda la vergüenza de tener una hija en la cárcel, yo no quería, no sé ni siquiera cómo pude hacer eso, ella me chantajeó y yo n-no lo entiendo.
Ella te besa la cabeza y te apreta más en sus brazos. Te hace sentir protegida. Al fin y al cabo, aunque sea una pesada y te estrese, es tu madre.
-Andrea: Nunca me podría avergonzar de ti pequeña, eres lo mejor que tengo en la vida, lo eres todo para mí.
Suspiras y te limpias las mejillas y los ojos. Te separas lentamente de ella y la miras a los ojos. Esos ojos parecidos a los tuyos.
-Santana: ¿Vendrás a visitarme todos los días que puedas, verdad?
Notas sus ojos vidriosos y su cara se tensa. Ella sufre tanto.
-Andrea: Haré hasta lo imposible, para poder verte hija.
Besas su mejilla y coges las gafas del asiento trasero. Te las pones y suspiras algo más aliviada.
-Santana: vamos mamá, el padrino estará algo preocupado
Te abrochas el cinturón y tu madre te imita. Te echa otro vistazo y arranca el coche.
-Andrea: ¿Estás bien?
-Santana: mejor que antes, sí.
Te sonríe y tú le devuelves la sonrisa. La quieres mucho
.
Gira el volante y suspiras cuando notas que tu casa cada vez se queda más atrás.

Miras por la ventanilla como si una niña pequeña fueras .Cuentas los árboles que ves, para entrenerte un poco. Ya vas por 45, y seguro, aún los que faltan. Escuchas la música y sonríes. A tu madre le encanta conducir con la música puesta, ya te extrañaba mucho que no pusiera la radio .La miras y ves como menea la cabeza al son de la canción, ella tan marchosa. Nunca cambiará.

-Santana: Llevas buena marcha, Andrea, serías buena DJ.
Ella se ríe y te mira de reojo.
-Andrea: mejor que tú seguro, pequeña López.
-Santana: Ya te gustaría cantar y bailar tan bien como yo – Ella le da menos voz a la radio y mira a la carretera con el ceño fruncido.
-Andrea: Lo dudo mucho pequeña.
-Santana: pues no lo dudes, es la verdad –te encanta provocar a tu madre, porque siempre tú acabas ganando. Bueno, casi siempre.
-Andrea: ¿Duelo de canciones? –Pregunta sin apartar la mirada de la carretera
-Santana: como me conoces – le das volumen a la radio y la miras divertida - ¿Segura?
-Andrea: segurísima.
-Santana: La última vez perdiste, quiero recordarte – ella sonríe y mueve la cabeza contenta.
-Andrea: Pues quiero la revancha –Alza su pulgar de la mano derecha y tu sonríes.
-Santana: revancha- tocas tu pulgar izquierdo con el suyo y cambias el Cd.
-Andrea: 3…. –murmura mirando a la radio cargando la canción.
-Santana: 2……..- dices mirando las expresiones de tu vieja.
-Andrea: 1……-Te  mira y sonríes.
-Santana y Andrea: ¡Ya!

WRECKING   BALL

Santana:

We clawed, we chained, our hearts in vain
we jumped, never asking why
we kissed, I fell under your spell
A love no one could deny –Cantas mirando a la carretera

Andrea:

       Don’t you ever say I just walked away
I will always want you
I can’t live a lie, running for my life
I will always want you – Ella te mira y sonríe. Valla, ha mejorado mucho.

Juntas:

   I came in like a wrecking ball
I never hit so hard in love
All I wanted was to break your walls
All you ever did was break me
Yeah, you wreck me   - Lo has clavado y ella te mira con una ceja levantada.

Andrea:

 I put you high up in the sky
and now, you’re not coming down
It slowly turned, you let me burn
And now, we’re ashes on the ground - Crees que vas a perder, para qué aceptaste…..

Santana:

Don’t you ever say I just walked away
I will always want you
I can’t live a lie, running for my life
I will always want you – Bien, vamos bien.

Juntas:

came in like a wrecking ball
I never hit so hard in love
All I wanted was to break your walls
All you ever did was break me
I came in like a wrecking ball
Yeah, I just closed my eyes and swung
Left me crouching in a blaze and fall
All you ever did was break me
Yeah, you wreck me – Pues si que hacemos buen dúo.

Santana:

I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
and instead of using force
I guess I should’ve let you in

Andrea:

I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
I guess I should’ve let you in –Pero ¿Dónde coño ha aprendido a cantar así?
Santana:
Don’t you ever say I just walked away
I will always want you

Juntas:

I came in like a wrecking ball
I never hit so hard in love
All I wanted was to break your walls
All you ever did was break me
I came in like a wrecking ball
Yeah, I just closed my eyes and swung
Left me crouching in a blaze and fall
All you ever did was break me
Yeah, you wreck me –Vale, te ha Ganado.

-Andrea: !Clavado señoras y señores! –Tú ruedas los ojos y suspiras indignada. No es justo, esta no puede ser tu madre.
-Santana: Tú no puedes ser mi madre, el otro día, hace 3 DÍAS !3! , te gané con mucha diferencia y mira hoy, has hecho playback seguro – te cruzas de brazos y te recuestas en tu asiento.
-Andrea: vamos pequeña, el otro día me ganaste por poco, tienes que tener buen perder –Toca la bocina del coche dos veces y tú la miras sorprendida. Esta mujer se ha vuelto loca….
-Santana: Mamá tranquilízate, asustas a la gente –Ella se ríe y te da un golpecito en tu pierna
-Andrea: Tu vieja no es tan vieja ¿Eh Santanita? –La miras y niegas con la cabeza. Sí, se ha vuelto loca.
-Santana: Tranquila, no cantes victoria, después tenemos el camino de vuelta a casa y ahí, te machacaré.
Tu madre pone cara de asustada y gira a la derecha. Aparca delante de la gran casa azul y apaga el coche.
-Andrea: ¿Vamos?- pregunta mirándote con una sonrisa. Esa sonrisa, la de los López.
-Santana: Sí, vamos ma.

Te sacas las gafas de sol y te quitas el cinturón de seguridad. Abres la puerta del coche y bajas. Sonríes cuando ves a tu prima saliendo corriendo de casa para verte.

-Jéssica: ¡Cabezooonaaaa! –grita acercándose a ti y abriendo los brazos para abrazarte. Tú ruedas los ojos y te cruzas de brazos. Ella sabe que no te gusta que la llames así.
-Santana: ¡Eh Jess! – La abrazas y la apretas fuertemente en tus brazos. Ya hacía mucho tiempo que no la veías.
-Jéssica: San, estás guapísima –dice acariciándote la mejilla y sonriéndote.
Te encanta tu prima, siempre te ve guapa.
-Santana: Tú igual Jess, ¿estás más alta?- preguntas mirándola de arriba abajo.
-Jessica: ¿A que sí? Mis padres dicen que estoy loca pero yo lo he notado al coger la ropa, ya no me hace tanta falta la silla para coger las camisetas – Tú ríes. Tiene cada cosa.
-Santana: Tienes que decirle a tu madre que te cambie la ropa de sitio, eso está muy alto.
-Jéssica: Lo sé, pero tampoco me hacen caso, dicen que ya creceré, y ya crecí, pero bueno ya sabes ya van algo viejos tanto uno como el otro –Sonríes y asientes. Te acercas a ella y rodeas su hombro con tu brazo izquierdo.
-Santana: Lo sé, yo tengo que admitir que mi madre canta bien cuando no es verdad, es demasiado para mí.
-Andrea: ¡Santana López te he escuchado! –grita mirándote con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Igual que haces tú.
-Santana: Ves de lo que te hablo – susurras en el oído de tu prima, y ella se ríe. Te encanta, es tan dulce y mona. Se nota que sois primas, os parecéis mucho –Mamá, sabes que estoy de broma.
-Andrea: más te vale-Te saca la lengua y entra dentro de la casa- No tardar mucho en entrar niñas, tenemos cosas que hacer- vosotras asentís y os sentáis en los escalones de la casa.
-Jéssica: ¿Qué tal estás?- pregunta mirando tus pies moviéndose de izquierda a derecha en el césped.
Mal, ¿Cómo vas a estar? Ya no eres tú misma, no eres la Santana de antes.
-Santana: ¿Cómo quieres que esté Jess?-Suspiras y miras a una niña en su bicicleta acompañada de su amiga
-Jéssica: San, yo no sé que quieres que te diga –Mira al mismo sitio dónde tú mirabas - ¿Te acuerdas cuando éramos niñas y pasábamos las tardes así, como esas niñas?

Sonríes y miras con cariño a esas dos criaturas riéndose y jugando juntas.

-Santana: Sí, nos divertíamos muchísimo-murmuras recordando el pasado y lo hermoso que era.
-Jéssica: Éramos las mejores, juntas no había nadie que nos separara –Tú la miras y  asientes lentamente.
-Santana: no hay nadie quien nos separe- ella te mira y sonríe. Esa sonrisita tan tierna que tiene.
-Jéssica: tienes razón, no hay nadie quien nos separe – tú apoyas tu cabeza en su hombro y cierras tus ojos. Te gustaría quedarte aquí, rodeada de tu familia, con la paz y tranquilidad que te transmiten.
-Santana: ¿Somos el dúo latino recuerdas? –Ella se ríe y te contagia a ti también. De pequeñas siempre cantabais juntas, y vuestros padres os decidieron llamar el “Dúo latino”.
-Jéssica: Nunca podré olvidarlo San, me acuerdo como si fuera ayer – Suelta una carcajada y tú ríes con ella. Lo pasas tan bien.
-Santana: ¿Quieres repetirlo? –Ella para de reír y te mira con una sonrisa.
-Jéssica: ¿Ahora? –pregunta con el ceño fruncido y señalando la carretera.
De pequeñas lo hacíamos en cualquier lugar sin importar dónde, volvamos por un momento al pasado.
-Santana: Claro, vamos –Te levantas y le coges la mano. Ella asiente y se levanta contenta cogida de tu mano. Te colocas en el césped y ella se coloca a tu mano, separadas por apenas un metro.
-Jéssica: ¿El baile del gorila? – pregunta con una divertida sonrisa. Oh, bendita canción, la tienes gravada hasta en la frente.
-Santana: esa misma- la miras y asientes – hola yo soy Santana López- señalas a tu prima y sonríes.
-Jéssica: y yo soy Jéssica López, prima de esta chica, y juntas somooos- te mira y las dos sonreís. Dios, no sientes ni pizca de vergüenza al hacer esto.
-Santana y Jéssica: ¡El dúo latino! – os reís y os colocáis bien en vuestro sitio. Empieza lo bueno.

Jéssica:
Soy una rumbera
rumbera salvaje
bailo a mi manera
como los primates
Santana:
Soy una rumbera
voy cortando el aire
y si me dan cuerda
ya no hay quien me pare
Juntas:
Soy una rumbera,
rumbera, rumbera,
vamos a bailar

las manos hacia arriba,
las manos hacia abajo
y como los gorilas
¡uh, uh, uh, uh!
Todos caminamos.

Imitáis a los gorilas y saltáis como locas.

Siempre recordarás este momento. En el que teniendo 19 años, volviste al pasado y por varios minutos tuviste 9. Tu prima siempre será la mejor, tan perfecta y única, como tus hermanas. Tú la consideras como una de ellas. O mejor incluso.

-Jéssica: Dios, ha estado genial – dice mirándote y sonriéndote.
Que sonrisa tan perfecta tiene por dios, te la comerías a besitos.
-Santana: Lo sé, no hemos cambiado nada.
-Jéssica: al contario, hemos mejorado- asientes y te acercas para abrazarla.
Rodeas tus brazos en su cuello y la apretas fuerte. Muy fuerte. Ella rodea sus brazos en tu espalda y te acerca a ella. Dejas un pequeño beso en su cuello y suspiras “me voy a poner a llorar”- piensas.
-Santana: te voy a echar de menos Jess- dices soltando una lágrima y cerrando fuertemente los ojos. No quieres escuchar su respuesta, ni siquiera sabes por qué has dicho eso.
-Jéssica: no sabes si vas a ir a prisión, igual ganas el juicio – No sabes si intenta convencerse a ella o a ti. Pero sea lo que sea no le funciona para nada.
-Santana: Jess, ambas sabemos la verdad, estoy acabada cariño –Notas como su cuerpo se tensa y se aferra más a ti.

Ella está llorando. No puedes con esto, te supera en todos los sentidos, estás haciendo daño a mucha gente, y no era tu intención.

-Jéssica: Sabes que yo siempre te voy apoyar en todo y ayudar en lo que necesites, Te quiero demasiado Santana – Intentas separarte del abrazo pero ella no te deja. La escuchas llorar, sus lágrimas recorren tu cuello y te destrozan. Con cada una de ellas, es como un cuchillo clavándose en tu corazón, y no puedes aguantarlo.
-Santana: Yo también te quiero demasiado cariño- Ella deja escapar un sollozo y besa tu cuello. Suelta tu cuerpo y antes de separarse por completo te deja un beso en la mejilla. La miras y dejas escapar una lágrima. Sus ojitos rojos y las lágrimas recorriendo sus mejillas.

Dios, no me hagas esto….

-Jéssica: te enviaré cartas, te visitaré, haré cualquier cosa por ti Santana, cualquier- Asientes y te muerdes en labio para evitar llorar más.
-Santana: esto suena como una despedida, ¿Eh?
-Jéssica: no podré verte esta semana, me voy de vacaciones con mi amiga y no vuelvo hasta dentro de 15 días, asique técnicamente sí.
Tu corazón se encoje y aprietas tus puños. Estás a punto de matar a su amiga por no dejarla pasar tiempo contigo.
-Santana: Pásalo muy bien, Jess – ella asiente y te mira con lágrimas en sus oscuros ojos.
-Jéssica: Tengo la esperanza que cuando vuelva me esperes en el sillón de mi casa hablando con mis padres y contarles lo emocionada que estás de que yo vuelva- Llora, de nuevo, y tapa su hermosa cara con sus dos manos. Ojalá se cumpliera ese sueño que ella tiene, rezas a dios para que se haga realidad, por favor.
-Santana: Yo también lo hago, rezo para que el día del juicio digan que soy inocente y poder llamarte al salir de él y gritarte con todas mis fuerzas ¡Eh Jess soy libre, te esperaré sentada en tu sillón hablando con tus padres y comiendo las galletas que tanto me gustan de tu madre! –Ella te regala una pequeña sonrisa y suspira.
-Jéssica: ojalá pasara eso San, ojalá – le sonríes y le limpias las lágrimas de su cara.
-Santana: pase lo que pase, ten en cuenta que yo siempre estaré para ti, no es un hecho cariño, es una promesa – Asiente y sin decir nada más te abraza nuevamente. La vas a extrañar muchísimo López. No sabes lo que vas a hacer.

                                    *               *

-Andrea: Míralas Miguel – dijo mirando a su cuñado y haciéndole señas para que se acercara a la ventana.
-Miguel: Jéssica lo está pasando muy mal por Santana, muy mal –murmuró viendo a las dos adolescentes abrazadas.
-Andrea: en nuestra casa también lo estamos pasando muy mal, sobre todo Manuel, aunque no quiera admitirlo y se haga el más duro, es el que peor lo está pasando.
Miguel suspiró y se apartó de la ventana pasando la cortina y moviéndose en la habitación nervioso. Le dolía tener a su ahijada en apuros y sin embargo, no poder hacer nada por ella.

El caso de Santana podía parecer muy sencillo, pero era todo el contrario, era uno muy difícil.

-Miguel: me siento tan mal Andrea, de tener su caso entre manos y no poder hacer nada, estoy tan dolido, tan culpable que no te lo podrías imaginar – se sentó en el sillón y se tapó la cara con ambas manos.
-Andrea: tranquilo Miguel, no es tú culpa, ella y-ya se está acostumbrando que tiene que ir a-a bueno ya sabes – dijo con voz entrecortada y mirando a su cuñado con lágrimas en sus ojos.
-Miguel: es que no tenemos nada, ninguna pista por Santana, no puedo hacer nada. Ellos pillaron a la niña con un collar de diamantes  en el bolsillo, queriendo escapar de la casa y agredió al dueño. Yo le creo a Santana que fue su amiga Verónica, pero ella lo va a negar todo, y la pillaron a ella no a su amiga.
-Andrea: Lo sé Miguel, lo sé- dijo sentándose en el sillón y dejando escapar unas lágrimas.
-Miguel: tranquilízate Andrea, por favor.
-Andrea: me hago la dura delante de la niña, diciéndole que todo estará bien, que la visitaré y la apoyaré, pero es que ni siquiera me lo creo ni yo. No puedo soportar entrar en esa prisión y verla rodeada de asesinas, violadoras, ladronas y con ese estúpido mono naranja que tienen que llevar todas. Soy incapaz de coger un teléfono y hablar con ella, sin poder abrazarla, sin poder darle un beso, sin poder tocarle la cara. Simplemente por un puñetero cristal que me separa de mi hija. No puedo verla con unas esposas, no puedo ver como la tratan como si no fuera nadie, yo no puedo ver a mi niña así. Ella no se merece eso – murmuró llorando y negando con la cabeza.
-Miguel: tienes que hacerlo, tienes que ser fuerte Andrea, por tu hija y por tu marido e hijos.
-Andrea: Santana es la que me ayuda a ser fuerte. Es ella la que siempre me anima cuando tengo algún problema, la que me abraza cuando tengo ganas de llorar, la que me hace reír cuando tengo un mal día, la que me cuida cuando yo no puedo hacerlo por mí misma, ella me sonríe cuando necesito seguir adelante, ella me enseña cosas de la vida, ella es la mejor persona de mi vida. Ella es lo que más amo en esta vida, es mi hijita, mi Santanita. Si ella no sabe ser fuerte, ¿Cómo seré capaz yo? Yo nunca he soportado verla llorar, ella lo hará, miles de veces y me suplicará que la saque de allí, ¿Cómo podré decirle que no puedo? ¿Cómo podré dejarla en ese sitio y yo marcharme a casa sin la razón de mi existencia?

Miguel dejó escapar una lágrima y rápidamente la limpió.

-Miguel: Nosotros, tu familia, te ayudaremos en eso pero ella Andrea, necesita que tú estés bien, ella y tu familia.
-Andrea: rezo a dios para que el viernes no llegue, que pare el tiempo y se quede así, con mi niña en casa, nuestra familia unida.
-Miguel: Lo sé Andrea, yo también lo he estado haciendo.
-Andrea: ¿Quieres que la llame?- dijo señalando la ventana.
-Miguel: No, déjala, hablamos tú y yo de esto, deja que disfrute con Jéssica, se necesitan.
-Andrea: Desde pequeñas que son tan unidas- murmuró con una sonrisa en su rostro.
-Miguel: Sí, tengo que admitir que Jess es la gemela de Santana, son iguales- La madre de la latina asintió y sonrió.
-Andrea: Me encanta cuando las dos están juntas, irradian amor por todas partes, me dan hasta envidia.
-Miguel: tienen mucha suerte, Manuel y yo de pequeños no éramos tan unidos.
-Andrea: no, yo más bien me llevaba mejor con Eliana. Yasmine y Laura eran las más unidas.
-Miguel: y yo con Paolo, Manuel siempre estaba con Andrew, como era el más mayor y lo protegía, siempre permanecía a su lado.
-Andrea: Aquellos tiempos ¿verdad?
-Miguel: benditos tiempos aquellos, me gustaría volver a ellos.
-Andrea: yo lo haría, aunque ahora con mis hijos y mi marido, es lo mejor. Pero ya sabes, cambiaría el hecho de Santana.
-Miguel: yo también, lo haría sin pensarlo dos veces, Santana es como una hija para mí.
-Andrea: lo sé, la quieres demasiado.
-Miguel: como para no hacerlo, es una niña increíble.
-Andrea: Lo sé- susurró mirando por la ventana – Lo sé.


                                              ******


Dos morenas se encontraban en el césped acostadas. Aquella latina que enloquecería a cualquiera, con sus ojos oscuros y sus pestañas largas y perfectas. Sus mejillas rojas, a causa del calor que hacía y más abajo esos labios carnosos y apetecibles. Su cuerpo color canela que hacía juego con su melena larga, bonita, negra, ondulada y hermosa. A su lado su prima, morena pero unos centímetros más bajo que la otra. Sus ojos oscuros, pero no tanto como los de su prima, sus mejillas tenían un color, que la hacían tierna y dulce. Sus labios finos y delicados, pero que harían enloquecer hasta al mismo demonio. Su pelo negro, rizo y largo, caía por su espalda  color canela. Las dos eran preciosas.

-Santana: tienes mucha suerte, ¿Poder celebrar tu cumpleaños en la playa? Ojalá yo pudiera, cariño.
Miras al cielo, ese azul con algunas nubes blancas por medio, formando figuras que intentas adivinar.
-Jéssica: Lo sé, estoy deseando que llegue el sábado, cumpliré mis deseados 18 – Ella sonríe emocionada y sus ojos tienen ese brillo especial. Estás tan feliz por ella, harías todo por su felicidad.
-Santana: ¿Sacarás el carné de conducir?-preguntas con la ceja levantada y mirando a la morena situada a tu lado.
-Jéssica: si bueno, si saco buenas notas, ya sabes como es mi padre.
¿Si lo sé? Me lo requete sé. El carácter que tiene tu padrino es único, y da gracias por ello.
-Santana: Tú sacas muy buenas notas, asique… ¿Qué coche te gustaría tener?
Sabiendo cómo es tu prima, el más caro te va a decir.
-Jéssica: aún no he pensado en eso San, no sé, cualquier coche me vendría bien – Te extrañas, tu cuando sacaste el carné mirabas hasta debajo de las piedras por coches.
-Santana: Espero que no sea cómo el mío, un viejo cacharro que tenía mi padre en el garaje, la gente cuando me ve con él hasta se asusta – sonríes y tu prima suelta una pequeña carcajada. Algo te viene a la cabeza. Adoras su risa. Bueno, la adoras a ella, que no es lo mismo.
-Jéssica: la primera vez que te vi en él, no pude parar de reírme – ella sonríe burlonamente y tú suspiras.  Odias tu coche y ella te sigue animando con ello. Bravo Jess, bravo bonita, bravo.
-Santana: No me hagas recordar eso, por favor- ella te mira y sonríe de lado. Te comprende en todo, parece tu doble.
-Jéssica: quien le diera a mucha gente tener ese coche San, hay personas que no tienen nada- la miras y te quedas admirada por todo lo que dice. Es una mini genio tuya. Como tu conciencia. Y eso, te encanta.
-Santana: Eres genial Jéssica, nunca cambies -  ella te mira y sonríe. ¡Ay! Esa sonrisita, te dan ganas de sonreír y nunca dejar de hacerlo.
-Jéssica: he aprendido de ti San, tú eres mi profesora, eres mi ídola – te sorprende cuando dice eso, aunque ella y tú desde pequeñas sois muy unidas, ella siempre ha hecho lo que tu hermana Alejandra le ha dicho.
-Santana: Intentaré siempre guiarte por el buen camino, siempre – ella asiente y traga saliva. Se está emocionando, y tú aunque no quieras admitirlo, también.
-Jéssica: Es increíble lo tanto que me quieres Santana, me parece increíble – no puedes evitar soltar una pequeña risita. La quieres, mucho, bueno demasiado. Y eso no es algo que estés obligada a hacerlo, si no algo que desde pequeña ha crecido y madurado, y que cada vez, es más fuerte.
-Santana: No es algo increíble, si no algo verdadero y profundo, eres mi prima pero tú sabes que te quiero como a mis hermanas o más, has sido una persona imprescindible en mi vida desde pequeña y siempre lo serás – suspiras cuando notas sus lágrimas caer por sus mejillas. Nunca le has dicho nada parecido, y se ha emocionado, incluso tú lo estás haciendo.
-Jéssica: valla, eso ha sido muy bonito- dice secándose las lágrimas con la parte baja de su camiseta rosa – te quiero Santana, más de lo que podría querer a alguien, me has enseñado tantas cosas a lo largo de mi vida que no sabría como agradecerte, eres estupenda San, la mujer que se lleve tu corazón tendrá mucha suerte y se llevará el tesoro más precioso de este mundo- la miras y una sonrisa se va formando en tu rostro. ¿Agradecerme? Le tengo que agradecer yo por aguantarme y aceptarme tal como soy.
-Santana: Eres mi mejor amiga – susurras mirándola con lágrimas en los ojos.
Lara me ha defraudado, al igual que Sebas.
-Jéssica: ¿Y Lara? – pregunta mirándote con el ceño fruncido
-Santana: Ella comparada contigo cariño, no tiene nada que hacer – Te sonríe y tú te alegras. Podrías vivir con su sonrisa, iluminaría tus días y tus noches.
Ella se acerca a ti y deja un pequeño pero tierno beso en tu frente. Cualquiera que nos viera pensaría que somos novias o amantes, no es la primera vez que pasa. Pero no, eh, no. La quiero mucho, ella es como una hermana, ya lo he dicho muchas veces pero es la verdad.
-Jéssica: ¿Crees que cuando seamos viejas, dentro de 20 años y tengamos 39, estaremos igual de unidas que ahora?- pregunta mirándote con una sonrisa traviesa. Con 39 años…. ¿Ya le llama ser vieja? Entonces mi madre debe de ser una muerta viviente…
-Santana: ¿Con 39 años tú llamas a las personas viejas?- Ella te mira confusa y simplemente asiente.
Jajajaj ya tengo un nuevo chiste para mi madre.
-Jéssica: a esa edad ya se tienen canas, arrugas, chichas por la barriga, te cansas más, igual hasta ya te faltan dientes, igual te pasa lo mismo con el pelo……
Eh, eh eh,…. ¿Dónde coño vive esta criatura? ¿En zombie-landia?
-Santana: Jess, ¿Tú en qué mundo vives, cariño? – Ella te mira y luego dirige su vista al cielo.
-Jéssica: en el mismo que el tuyo ¿No? – tu sonríes y asientes. La has dejado un poco preocupada.
-Santana: ¿Entonces tú donde ves eso? Mi madre tiene 49, tiene todos los dientes, no le falta pelo aunque tiene algunas canas, arrugas no muchas, chichas… bueno más o menos, se cansa más que antes eso obvio…. Ahora que lo pienso, mi madre es un mal ejemplo –Niegas con la cabeza y te acomodas nuevamente en el verde césped.
-Jéssica: Bueno, pues cando tengamos…. ¿60 años? Esa es buena edad San para ser viejo…. – te hace un puchero y tú te ríes. Es más inocente.
-Santana: Vale 60 está bien – asientes y le alzas la mano para que la choque, ella sin pensarlo lo hace, y tú como una tonta sonríes.
-Jéssica: Bueno, pues cuando tengamos esa edad ¿Estaremos igual que ahora?-te pregunta y tú te quedas pensando un segundo. Obvio que será igual que ahora, pero la pregunta sería ¿Mejor que ahora?
-Santana: si, ¿Mejor que ahora incluso no? – Ella se ve tan feliz. Sus ojos te lo dicen, lo notas, y te alegras mucho de ello.
-Jéssica: Así hasta me gusta envejecer, contigo hasta el fin del mundo San –Nunca te cansarías de estar con ella.
-Santana: y yo contigo Jess, quiero verte con canas y sin dientes – Ella suelta una carcajada y te da un suave golpe en el hombro. Hasta en las pequeñas peleas que tenéis lo pasas increíblemente genial.
-Jéssica: Oh vamos yo estaré igual de sexy aunque me falten dientes y tenga cosas blancas en la cabeza, pero sin embargo tú…. Visitarás muchos centros de belleza colega – Tú te sientas rápidamente y la miras ofendida. Bueno, te haces la ofendida. Ella al ver tu cara se ríe, agarrando la hierba y arrancando algunos trozos.
-Santana: oye, que yo soy muy sexy, ¿Por quién me tomas? – Ella te mira fijamente y pone su mano debajo de la barbilla. Se hay que joder, aún lo está pensando……
-Jéssica: ahora eres sexy, pero igual después Santanita……  - Vale, ahí te ha fastidiado, pero tú siempre serás sexy, osea, ¿Te han visto?
-Santana: yo siempre lo seré, soy irresistible y atractiva, ¿Qué más quieres? –Te acuestas de nuevo en la hierba y pones tus manos detrás de la cabeza, disfrutando del olor a aire fresco y el hermoso cielo.
-Jéssica: Vale lo acepto, pero más que yo no –espera ¿Estáis peleando por quien es más sexy? Osea soy yo, desde que era pequeña, hasta los niños se peleaban por sentarse conmigo y yo siempre me iba con las chicas más guapas…. Ahora que te das cuenta, desde pequeña eras lesbiana, y pedazos gustos tenías.
-Santana: no vamos a pelearnos por eso, ¿No?, ¿O si? –Ella te mira con una ceja levantada y tú con eso sabes que esto no acaba aquí.
-Jéssica: No hay nada qué pelear, yo soy más sexy, admítelo – Oh, no, de eso nada. Ella puede ser más lista que tú, incluso puede bailar mejor que tú, pero no es más sexy que tú, de eso nada.
-Santana: no voy a admitirlo, yo soy muy sexy, ¿Cómo te puedo decir que no lo soy cuando lo soy?
-Jéssica: Yo no te estoy diciendo que tú no seas sexy, yo estoy diciendo que yo soy más sexy que tú pero eso no significa que tú no seas sexy, solo que yo soy más sexy, asique por eso no pienses que no eres sexy, lo eres pero no tanto como yo –Vale, te estás perdiendo y no tienes a nadie para que te ayude.
-Santana: Mira Jess, yo soy sexy y tú igual, ¿Contenta? –A ver si eso le gusta, que las dos seamos por igual sexy, pero bueno, yo lo soy más.
-Jéssica: vale, me parece justo, no quiero que te quedes marginada- Tú suspiras y miras hacia el árbol que tienes cerca ¿Podrías colgar a Jess de él?
-Santana: gracias cariño, muy considerada por tu parte – ella te mira y sonríe.
-Jéssica: de nada San, tú sabes que yo te quiero – Vale, qué manera de cambiar de tema tan inteligente. Como ha dicho antes, tú eres su profesora.
-Santana: yo también te quiero cariño, yo también – Cierras tus ojos por un momento y escuchas los ruidos de tu alrededor.

Pájaros cantando, las hojas de los árboles moviéndose a causa del poco viento, los coches circulando por la carretera, perros ladrando…… Todo esto es tan relajador.

-Jéssica: San, ¿Cuándo sabes que te gusta alguien? – Esa pregunta te ha tomado por sorpresa, y más de ella, siempre ha sido muy cerrada para hablar de esas cosas.
-Santana: Jess, no lo sé, nunca me he enamorado ya lo sabes – La miras y ella niega con la cabeza. Hay algo que le preocupa.
-Jéssica: pero si te gusta esa persona, no tienes por qué estar enamorada de ella, ¿No?
-Santana: Cariño, ¿Qué es lo que te pasa? Sabes que puedes decírmelo- Te sientas y le haces señas para que ella haga lo mismo. Lo hace y se pone en la postura como un indio, con la cabeza agachada y moviendo sus manos. Ella está nerviosa.
-Jéssica: Hay alguien, una persona, y no sé si me gusta –Tú la miras fijamente y le coges la mano.
-Santana: dime más Jess, vamos no tengas miedo –Notas como se tensa y tu te empiezas a preocupar. Tiene que ser algo malo para que ella se ponga así.
-Jéssica: A ver, a esa persona la conocí en una fiesta en su casa, nos vimos y ya empezamos a hablar, nos dimos los números de teléfono y no paramos de chatear–Sonríes cuando ves que se está poniendo colorada.
-Santana: ¿Y cómo se llama el chico? – Te pones completamente seria cuando ves una lágrima recorriendo tu mejilla – Jess, ¿Por qué lloras? ¿Te ha hecho algo?
-Jéssica: no, no me ha hecho nada- dice limpiándose la mejilla y suspirando – Santana, y-yo no sé c-como decirte esto.
Oh dios, no estará embarazada….
-Santana: Jéssica, ¿Estás embarazada?- Ella levanta su cabeza y rápidamente niega asustada.
-Jéssica: no, San, no – Tú te tranquilizas y asientes lentamente. No te está gustando mucho esta conversación.
-Santana: Dime como se llama el chico Jéssica, me estás preocupando –dices tocándole el hombro y apretándolo
-Jéssica: no sé c-como decírtelo, por favor no me presiones – Tú apartes tu mano y la miras. Ella está llorando, no para de suspirar y no es capaz de mirarte a la cara. Vamos Jess, por favor…….
-Santana: Vamos, puedes decírmelo, inténtalo- Ella niega con la cabeza y se tapa la cara con ambas manos.
-Jéssica: la persona que conocí e-es – Ella para y se limpia la cara. Te está matando de la espera, vamos dilo.
-Santana: ¿Qué es un drogadicto? –Ella niega rápidamente y llora más aún -¿Es un alcohólico? –Ella niega de nuevo y suelta un sollozo - ¿Tiene novia y no te lo había dicho?- Vuelve a negar y tu suspiras cansada - ¡Vamos Jéssica dímelo de una puñetera vez! –gritas alterada.
-Jéssica: ¡Es una chica! –Tú te callas. Abres tus ojos sorprendida al igual que tu boca y tragas fuertemente saliva. Valla, esto debe de ser muy duro para ella.
-Santana: ¿Me estás hablando enserio?- preguntas agarrándole la mano y acariciándola con el pulgar. Ella asiente y vuelve a sollozar  - No es malo Jess, mírame, yo estoy viva y no me han matado o cosas parecidas –Ella alza sus hombro y vuelve a soltar unas cuantas lágrimas.
-Jéssica: Y-Yo no me puedo aún creer esto, osea, ¿Soy les-lesbiana? –Ella te mira y tú no sabes qué responder. Igual es bisexual, o igual es solo interés por ser su amiga o es lesbiana. Sea lo que sea, te duele contestarle.
-Santana: ¿Sientes atracción por ella solo o por más chicas? –acaricias su mano y la miras preocupada. Por favor, que reaccione bien.
-Jéssica: a veces me fijo en otras, pero ninguna me llamó la atención como ella – Vale, esto va a ser muy difícil para ella.
-Santana: Pero a ver, es como fijarse en la ropa que llevan o decir o que guapa es, me llama la atención –Ella te mira y niega con la cabeza.
-Jéssica: la segunda opción- Ella vuelve a llorar y tú suspiras. Puf, esto es increíble pero también complicado.
-Santana: bueno Jess, y los chicos…. ¿Te interesan? – Ella te mira y se muerde el labio. Ella te mira con miedo, cree que tú le vas a hacer o decir algo. Todo lo contrario, tú la apoyarás como has dicho antes.
-Jéssica: No- Suspira y mira al cielo. Mi niña, no llores…
-Santana: Jess, ya sabes lo que significa cariño, no sé que decirte – Ella niega y traga saliva. Te mira y sin decir nada te abraza. Hoy han sido muchas emociones para ella, no sabes cómo puede aguantar tanto.
-Jéssica: no se lo digas a mis padres, por favor San, no lo hagas – Tú le acaricias el pelo y acercas tu boca a su oído
-Santana: Tranquila Jess, puedes confiar en mí ya lo sabes, cuando estés lista para decirlo, yo estaré de acuerdo contigo, pero bueno, ya sabes que igual no estoy cariño –Ella te abraza más fuerte y tú te das una bofetada mental. Gilipollas, ya está mal y tú la sigues animando….Bravo López, Bravo.
-Jéssica: San, no digas esas cosas por favor – Tu asientes y cierras los ojos. Ella ahora debería estar feliz como lo estaba antes, y no llorando como ahora
-Santana: Jess, debes decirme quien es la chica- Ella parece haber recordado y se separa de ti rápidamente, asustándote un poco.
-Jéssica: Se llama Ángela, y tiene 17 años  - Tú la miras y sonríes. Te gusta que confíe en ti y se abra contigo de esta manera.
-Santana: cuéntame más – apoyas tus manos en las rodillas y la miras fijamente.
-Jéssica: bueno, ella es rubia, tiene los ojos verdes y es alta y delgada – Ella sonríe y tú la miras con ternura. Tiene un brillo especial en los ojos cuando habla de esa chica.
-Santana: ¿Tiene hermanas o algo? Por lo que me estás contando, seguro que es muy guapa – Ella se ríe y tú te pones contenta. Ella se está alegrando hablando de esto, y eso te alegra mucho.
-Jéssica: si, de hecho tiene cuatro hermanas –Tú asientes y te emocionas un poco.
-Santana: ¿Ah si? ¿Y qué edades tienen? – Ella te mira y frunce el ceño. Estás demostrando mucho interés por personas que ni siquiera conoces, andas un poco, bueno montón, salida.
-Jéssica: Vale, Helena tiene 14 años.
-Santana: esa es muy pequeña – haces un puchero y tu prima se ríe. Se puede reír, pero no te causa gracia.
-Jéssica: Después viene Sarah, tiene 15 años – oh vamos ¿está de coña?
-Santana: Joder Jess, ¿son todas de esa edad? Solo podré darles el biberón y acostarlas en cama con un chupete en sus labios.
-Jéssica: Anna, que tiene 20 años – Tú cambias la cara y dibujas una sonrisa pícara en tu rostro.
-Santana: eso ya está mucho mejor, Jess – Ella se ríe y tú frunces el ceño. ¿De qué se ríe ahora esta?
-Jéssica: Ya tiene pareja, San.
-Santana: ¡Mierda! ¿Entonces para qué me lo dices? – Ella alza los hombros y tú suspiras indignada.
-Jéssica: Y por último, la que tiene 19 años, y creo que te gustará -  Una luz verde se enciende encima de tu cabeza y tú sonríes.
-Santana: ¿Y cómo se llama? –Preguntas curiosa.
-Jéssica: No sé, no me ha dicho su nombre, pero tengo una foto suya con su hermana – Tu asientes convencida. No sabes su nombre pero la vas a ver en una foto, eso está mejor.
-Santana: ah, pues enséñame la foto – Ella asiente y coge su móvil de la parte trasera de su pantalón.
-Jéssica: es muy guapa San, haríais buena pareja – Tú ya estás emocionada por lo que te está diciendo. Estás deseando verla.
-Santana: Vamos, a ver Jess- Le mueves las piernas y ella te hace señas para que pares.
Ves que está concentrada buscando la foto en el teléfono por la cara que pone. Cuando la encuentra ella te sonríe y te mira divertida.
-Jéssica: vale, pero tengo que contarte algo sobre ella, tú mírala primero y dime lo que piensas- Asientes y la miras emocionada. Ella gira el móvil para que veas la foto y tu cara cambia por completo.

Crees que tus ojos se han salido de sus órbitas, porque los has abierto más que otra cosa. Tienes tu boca tan abierta que los pájaros podrían hacer un nido en ella, y llamar a sus amigas las ardillas para que le hagan compañía. No te puedes creer lo que estás viendo. Es ella. Es B.

Sonríe abrazada a su supuesta “Hermana” que por cierto, no se parecen en nada. B es más guapa. ¿Pero qué mierda estás diciendo? Cállate, no digas esas bobadas, imbécil. Las dos llevan un pantalón azul con una camisa blanca abierta, que deja ver un poco sus pechos. Pero tú, claramente, solo te fijas en B. El pelo lo llevan suelto, con algunos tirabuzones cayendo por delante. Los ojos azules de B, brillan a causa del sol, y crees que puedes morir en cualquier momento. Dios, crees que puedes recordar esta foto para toda tu vida.

-Jéssica: es muy guapa, ¿verdad?- Tú no hablas, solo sigues viendo la foto fijamente y detalladamente – San, ¿estás bien? Estás algo pálida – asientes con la cabeza y tragas saliva. Vale, creo que la hermana de la chica que le gusta a tu prima no va a poder ser. A ver si para la próxima tienes más suerte.
-Santana: ¿S-sabes quién es ella Jess? – Tu prima asiente y tú suspiras aliviada. Menos mal, pensabas que tenías que contarle toda la historia.
-Jéssica: es la gran B, la delincuente que robó en las escuelas de esta ciudad, la cogieron el otro día y seguramente pasará unos cuántos años en prisión – Tu asientes. Es la misma B, con la que te peleaste el otro día.
-Santana: Lo sé, estuve con ella en la cárcel cuando me cogieron – Das un salto del susto cuando ella se acerca a ti y paso sus manos por tus hombros.
-Jéssica: ¿Has estado con la gran B? Oh mi dios, eres una afortunada San, ¿Qué te ha dicho? ¿Has hablado con ella?
-Santana: Sí, y más – Ella te mira y frunce el ceño. Seguro que piensa mal.
-Jéssica: ¿Te has liado con ella? – Lo que yo pensaba.
-Santana: ¡No! Me he peleado con ella, es más, le rompí el labio y le bofeteé la cara.
-Jéssica: 1Que animal eres San! Por favor, siempre utilizando la violencia para arreglar las cosas – Tú la miras sorprendida. Le gustan las chicas y cambia completamente de personalidad la chica.
-Santana: ¡Me estaba molestando! ¡Y después me llamó puta! – ella te mira y frunce el ceño.
-Santana: vale, la insulté yo también, y dije cosas muy malas, pero ya sabes que a mí no me gusta que me insulten.
-Jéssica: ¿Y a quién le gusta, haber? – tú suspiras y niegas con la cabeza.
-Santana: A nadie, supongo, pero ya sabes cómo me pongo cuando lo hacen – Ella te sonríe y te da un golpecito en la rodilla.
-Jéssica: Ya, pero es guapa, ¿A que sí?- tú ruedas tus ojos y te muerdes el labio. Es mejor callar, si no la que se va a armar.
-Santana: oh vamos, ¿Tú también? No es para tanto.
-Jéssica: ¿Qué no, dices? San, es la chica más atractiva y cañón que he visto después de Ángela, obvio – tú niegas con la cabeza.
Ella es también del club B-lovers y no le das una bofetada porque es su prima, si no….
-Santana: ¿Y yo qué? –preguntas ofendida. Ahora sí que lo estás, pone por delante a B y luego a ti. Esto es increíble.
-Jéssica: Vale, es la chica más atractiva y cañón después de ti, señorita – bufa molesta y mira a la carretera en la que está tu madre hablando con tu padrino. Es hora de volver a casa, López.
-Santana: creo que es hora de irme – te levantas del suelo y le das la mano a tu prima para que se levante.
-Jéssica: no quiero que te vayas, San – ella niega con la cabeza y entrelaza sus dedos con los tuyos.
-Santana: ¿Cuándo te vas de vacaciones? – preguntas con miedo a la respuesta.
-Jéssica: Mañana, a las 9 de la mañana – Tú cierras los ojos. Es como si te hubieran dado un gran golpe.
-Santana: Bueno, pues- La miras y alzas tus hombros. Es hora de la gran despedida. Algo a lo que no querías llegar. Y menos con ella.
-Jéssica: te voy a echar de menos San – Se braza a ti. Pero esta vez es con necesidad. Te necesita, pero no puede ser. No puedes permanecer con ella, aunque sea lo que más desees – Prométeme que te cuidarás- tú suspiras y asientes.
-Santana: lo haré, cariño- ella se acerca a tu oído y deja un beso en él.
-Jéssica: no sabes la falta que me vas a hacer San, no lo sabes bien – notas que su voz suena entrecortada y apagada. La has vuelto a entristecer, como antes. Ella va a estar muy mal, y tú no vas a poder animarla como lo has hecho tantas veces, el dúo latino se tiene que separar por un tiempo.
-Santana: Te voy a necesitar cada minuto del día, te quiero, por favor escríbeme cartas, y cuéntame que tal con tu chica Ángela – Notas como sonríe en tu cuello y tú la apretas mas a ti. Tú pequeña niña.
-Jéssica: espero que tú también puedas escribirme y contarme cosas – Tú coges su camisa rosa entre tus manos y la aprietas fuertemente. Desearías estar con ella, y no tener que alejarte. Las despedidas nunca fueron tu punto.
-Santana: Lo intentaré, te contaré hasta la mínima tontería que haga- Ella asiente y te acaricia la espalda. Te gusta tanto que ella te haga eso….
-Jéssica: Así me gusta San,  y no dejes que nadie se meta contigo, Tú eres la gran López, lucha San nunca te rindas- Esas palabras te ayudarán cuando necesites apoyo, ella tiene razón, tienes que intentar ser fuerte. Por lo menos, intentarlo.
-Santana: Tus consejos me ayudarán mucho, créeme – No quieres separarte de ella, pero cuanto más tiempo asteáis así, más difícil será.
-Jéssica: Bueno, pues eso – Ella piensa lo mismo que tú y poco a poco va soltando el agarre que te tenía. Suspiras disgustada cuando ves que se limpia las lágrimas que llegan a su boca. Ella se acomoda el pelo y se limpia con el borde de su mano los ojos.
-Santana: No llores más, ya sabes lo que pienso de eso – ella te mira e intenta asentir, pero le sale un movimiento raro de cabeza. Pobre Jess.
-Jéssica: Lo sé San, pero no puedo evitarlo – La comprendes, tú estás en la misma situación. Nunca te ha gustado que la gente llore por tú culpa o tú misma llorar por otras personas, pero ahora, es inevitable.
-Santana: Piensa que me voy a un internado, para mejorar mi comportamiento y dentro de un tiempo, volveré otra vez, para estar contigo y no separarnos de nuevo – Ella se cruza de brazos y mira al suelo. No le gusta. ¿Pero a quién?
-Jéssica: No es fácil hacerlo, Santana – Te ha llamado por tu nombre entero. Está muy disgustada y algo enfadada, y eso no te gusta. No puedes irte cuando ella está de esa manera. Quieres irte y verla sonreír. Por lo menos eso, no pides más.
-Santana: Lo sé, pero inténtalo, y ahora ¿Puedes hacerme un favor? – Ella alza su cabeza y te mira a los ojos. Asiente y se acomoda la camiseta que lleva puesta.
-Jéssica: lo que sea.
-Santana: Que desde que me monte en el coche hasta que arranque y dejes de verlo, sonrías, hazlo, por mí – Ella se queda callada y se lo piensa. Es duro, pero por lo menos que lo intente.
-Jéssica: lo intentaré – tú la miras y le regalas una media sonrisa.
-Santana: ¿Vamos? – señalas a tu madre al lado del coche charlando con tu padrino y ella asiente. Le coges la mano y la entrelazas con la tuya, y ella, apoya su cabeza en tu hombro.
-Miguel: Bueno niñas, ¿Cómo están?- pregunta animado despeinando el pelo de tu prima y tú sonríes.
-Jéssica: Bien, estamos bien – te mira y tú la miras con el ceño fruncido. No está cumpliendo el trato. Le haces señas para que sonría y ella suspira cansada – bien, papá, bien – Sonríe y te mira para que tú lo verifiques. Alzas tu pulgar y ella asiente.
-Andrea: Bueno, ¿Nos vamos Santy?- Tú la miras y asientes. Ahora mismo, no tienes muchas ganas te hablar.
-Miguel: Bueno, mañana vente por aquí, ya faltan menos días para el juicio, y tenemos que tener todo preparado.
-Andrea: si, ya falta poco- Te mira y paso su brazo por tu hombro y te besa delicadamente la cabeza.
-Santana: 3 días mamá, 3, puedes decirlo- Ella mira a tu padrino y asiente. Ya estás acostumbrada, pueden hablar de ello delante de ti, ya sabes lo que va a pasar, asique….
-Miguel: Bueno, descansa Santana te veo mala cara, y mañana seguimos hablando del tema, ¿Vale? – tu asiente y acaricias la mejilla de tu prima. Ella te sonríe y tú te enorgulleces. Tienes una prima preciosa.
-Jéssica: bueno, adiós San, esto….Te quiero mucho- te da un beso en la mejilla y se acerca a su padre abrazándole el brazo.
-Santana: Y yo a ti Jess, pásalo bien en tu vacaciones – Ella te asiente y te regala otra sonrisa. Pero esta se nota que es muy forzada, demasiado….
-Andrea: ¿Nos vamos?- Te mira preocupada y tú le sonríes.
-Santana: Sí vamos.
Abres la puerta del coche y entras. Te sientas, te acomodas y la cierras de un portazo. Coges tus gafas de sol y las pones mirándote al espejo retrovisor. Te pones el cinturón de seguridad y esperas a que tu madre entre  en el coche.
-Andrea: Nos vemos mañana, Hasta luego Jéssica pásalo bien con tus amigas, y con mucho juicio- Tú tragas saliva y apoyas el codo en la ventana. Mamá, sube al estúpido coche y arráncalo, ya no puedes más….
-Jéssica: Lo haré Tía, dale recuerdos al tío, a los primos y a las primas – Tu vieja asiente y le da dos besos en cada mejilla a tu niña. Se despide de tu padrino con un pequeño abrazo y da la vuelta para subir al coche.

Miras a tu prima a través de la ventana y ves cómo sonríe. Tú apoyas tu mano en el cristal y ella se acerca para hacer lo mismo. “Eres la mejor” Susurras. Ella te mira y asiente. “No tanto como tú, San”.

El coche arranca y se va moviendo despacio. Ella separa su mano y se pone al lado de tu padrino abrazándolo fuertemente. Sueltas una lágrima cuando la dejas de perder de vista.


                                             ***


Notas la mirada de tu madre fija en ti y eso te incomoda. Ella suspira. Te enderezas cuando ves que aparca el coche en el borde de la acera y pone el freno de mano.

-Andrea: ¿Qué te ocurre? – Tú niegas con la cabeza y te acomodas las lentes – Y sácate las gafas, ya es de noche, ¿Qué te molesta? ¿Las farolas o qué?- Te las saca de un tirón y tu suspiras cansada. El sermón empieza en 3, 2, 1……. – San, ¿Te peleaste con Jéssica?
-Santana: No, ¿Era eso lo que me tenías que preguntar?- Ella niega con la cabeza y tú ruedas los ojos. Esto va para rato…
-Andrea: ¿Entonces por qué estás así?- Tú la miras cómo si estuviera loca. ¿No se da de cuenta de lo que te sucede?
-Santana: Mamá. No veré más a Jess en mucho tiempo, estoy triste ¿No es normal? – Ella apoya su mano en tu rodilla y se aclara la garganta.
-Andrea: escucha, sé que es difícil para ti separarte de tu prima, pero la vas a ver. Te dará visitas, seguro que te escribirá alguna carta….Ya sabes cómo es Jéssica, no puede vivir sin hablarte ni 2 horas, estaréis bien, las dos. Confía en mí, pequeña – Tú sonríes. Es cierto lo que ella te dice. Estaréis bien.
-Santana: La cuidarás ¿Verdad? Cuidarás de ella y de papá y mis hermanos, me lo prometes ¿Cierto? – Ella te mira y te coge la cara con ambas manos.
-Andrea: Te lo prometo, lo juro – Tú cierras los ojos y dejas escapar esas lágrimas que te molestaban en los ojos. Tu madre te las limpia con unos besitos en tus mejillas y ojitos y tú sonríes.
-Santana: Eres la mejor mamá, gracias por todo – Abres tus ojos y te encuentras con la gran sonrisa de tu madre que ilumina en la noche escura.
-Andrea: no me des las gracias pequeña, por ti haría cualquier cosa – lo sabes. Ella también sabe que por ella harías cualquier cosa, es tu madre, la que te ayuda en todo.
-Santana: Te quiero mamá, mucho – Ella se acomoda en su asiento y suspiras cuando la ves sonreir.
-Andrea: y yo a ti pequeña – Enciende de nuevo el coche y mira por el espejo retrovisor para salir de la acera.

De nuevo, te encuentras mirando por la ventana y en este caso, contando las farolas que hay. No lleváis ni 2 minutos circulando en la carretera de nuevo y ya llevas 65. Te aburres mucho.

-Andrea: ¿No querías la revancha, pequeña López? – Tú te giras rápidamente y la miras con una gran, gran sonrisa. Ella se ha acordado.
-Santana: Oh sí, ya no me acordaba – Ella entrecierra los ojos y frunce el ceño.
-Andrea: Ya, seguro…. tenías miedo de que te ganara otra vez y has decidido olvidar el tema- Ella asiente con la cabeza y sonríe divertida.
-Santana: eso es mentira, con tantas emociones me había olvidado, además la que tendría que tener miedo eres tú, te voy a machacar Andreita – Ella alza sus manos sacándole importancia a lo que acabas de decirle y levanta su pulgar.
-Andrea: ¿La que gane esta ronda es la vencedora, sabías?- Tú asientes y alzas tu pulgar.
-Santana: Osea, yo – chocáis vuestros pulgares y tú cambias las canciones en la radio.
-Andrea: 3……- mira la radio y sonríe.
-Santana: 2….- Intentas no reírte al ver la cara de concentración que tiene tu madre.
-Andrea: 1…….-Te mira y tú te acomodas en el asiento.
-Santana y Andrea: ¡Ya!

IMAGINE DRAGONS –RADIOACTIVE

Santana:

I’m waking up to ash and dust
I wipe my brow and sweat my rust
I’m breathing in the chemicals –Sonríes y te das toques en las rodillas. Esta es tu canción.

Andrea:
I’m breaking in and shaping up
then checking out on the prison bus
this is it the apocalypse –Te mira y niega con la cabeza. No la sabe.

Juntas:

ohohoh

I’m waking up
I feel it in my bones
Enough to make my systems grow

Welcome to the new age
To the new age
Welcome to the new age
To the new age

ohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive

ohohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive  -Ella no canta , solo se ríe y dice palabras sueltas.

-Andrea: Cántala tú, yo no me la sé.

Santana:
I raise my flag and don my clothes
It’s a revolution I suppose
We’re painted red to fit right in

whoa-oh

I’m breaking in and shaping up
Then checking out on the prison bus
This is it, the apocalypse

whoa-oh

I’m waking up
I feel it in my bones
Enough to make my systems grow

Welcome to the new age
To the new age
Welcome to the new age
To the new age

ohohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive

ohohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive

All systems go
Sun hasn’t died
Deep in my bones
Straight from inside

I’m waking up
I feel it in my bones
Enough to make my systems grow

Welcome to the new age
To the new age
Welcome to the new age
To the new age

ohohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive

ohohohohohohohoh

I’m radioactive
Radioactive


Acaba la canción y tú das unos saltos de victoria en tu asiento. La has clavado, hasta tú estás sorprendida por el espectáculo que has montado.

-Santana: Ganadora tachan-tachan, redoble de tambores por favor….!Santana López! – Tú te ríes y le das menos volumen a la radio.
-Andrea: oh vamos, has puesto una canción que yo no me sabía, lo has hecho a posta – Ella golpea frustrada el volante y suspira indignada. Le has ganado, lo has hecho. Lo has hecho cojonudamente, es más, hasta te ha sorprendido a ti. Pero bueno, eres una López, y eso es lo que tiene serlo. Llevan la victoria en las venas. Bueno, tú lo llevas en todo, incluso en las cejas.
-Santana: Vamos mamá, tienes que tener buen perder, a veces se pierde y otras se gana, en tu caso se pierde, pero bueno es lo que hay- Ella  te mira de reojo y te señala con su dedo acusador.
-Andrea: A mí bromitas no Santana, porque has puerto una canción que ni tenía idea que existía, tú sabías que no me la sabía y la pusiste eres una tramposa.
-Santana: mamá, era la canción que continuaba después de la Wrecking Ball, asique no es mi culpa que seas tan cutre y no te sepas la canción- Ella te da una bofeteada en el hombro y tú te lo tocas divertida- Oh qué dolor, llévame al hospital está cerca.
-Andrea: Te voy a llevar al manicomio que te va mejor, y otra cosa ¿Quién coño ha grabado este CD? –Tú te ríes a carcajadas en tu sitio. Tu madre va a matar a tu hermana a llegar a casa.
-Santana: lo ha grabado Samanta, este CD le encanta – Ella protesta en bajo y de vez en cuando mira con odio a la radio.
-Andrea: A llegar a casa le voy a romper todos los discos, y que me grave un CD con canciones que me sepa yo, si no, no monta más en el coche –Tú haces el gesto como si estuvieras hablando con un coronel y te acercas a tu madre.
-Santana: ¿Puedo hacer algo mami? – Ella te mira confundida y dirige su vista de nuevo a la carretera.
-Andrea: vale, pero depende de lo que sea – Tu sonríes maliciosamente y asientes.
-Santana: ¡Venganza! –gritas y tocas cuatro veces la bocina de tu coche asustando a tu madre. Dios, estás como una puta cabra y te encanta -¡He ganado gente, soy la mejor cantante de esta ciudad! ¡Woaah! –Tocas de nuevo la bocina y tu madre te da un golpe en tu mano.
-Andrea: ¡Estás como una regadera! ¡Me has asustado estúpida! Siéntate en tu sitio o te voy a tener que atar al asiento con las cuerdas que tengo en el maletero – Tú te ríes y te sientas contenta. Te encanta hacer el idiota, y se te da de perlas, mejor que otra cosa.
-Santana: Venga mamá no te enfades, tú antes lo hiciste y no te dije nada- Ella te mira con una ceja levantada y abre tu ventana.
-Andrea: para que te de el aire, estás fatal de la cabeza hija – Tu sonríes y te acercas a la ventana. El viento golpea en tu cara despeinándote tu pelo oscuro. Cierras los ojos y disfrutas de eso.
-Santana: Te vas a arrepentir de abrirme la ventana – Ella te mira y niega con la cabeza.
-Andrea: Mientras no saltes fuera del coche todo irá bien – Tú asientes. Tiene razón, pero igual si pruebas con algo….
-Santana: Abres más la ventana y sacas tu cabeza fuera - ¡Soy la mejor! ¡He machacado a mi madre cantando porque no se sabía la canción más fácil de la historia! ¡Aplaudirme y besarme los pies! ¡Soy la puta ama! – Tú madre te cierra la ventana y se rasca la cabeza.

Está enfadada contigo, pero te ha encantado lo que has hecho.

-Andrea: ¡Santana López González! ¡Estás mal, dios mío! ¡Todo el mundo te ha tomado por una loca sin cerebro en esa cabeza redonda! -Te da un golpe en la rodilla y tú te ríes.
-Santana: el mundo me adora madre, y tú también, es un hecho- Ella se muerde el labio para evitar reír y tu sueltas una carcajada - ¡Vamos mamá, ríete! ¡Es muy bueno reírse, y más si siempre estás seria como tú! – Ella te da una bofetada en tu rodilla y tú le das un beso en la mejilla.
-Andrea: Yo soy una persona muy alegre, lo que pasa que tú no ves, siempre estás con el móvil y el watpa o la cosa esa – Tú te coges el estómago y derramas lágrimas de la risa que te da.  Esta mujer te mata.
-Santana: Mamá, se llama WhatsApp, no  watpa, cada cosa te inventas – Ella suspira y tú le tocas el hombro en forma de apoyo –Vamos madre, no hace falta ponerse así- Ella mira por la ventana y niega con la cabeza.
-Andrea: Si te dejo ahora aquí, sabes el camino a casa, ¿Verdad?- Tú la miras y asientes. Lo sabrías hasta con los ojos cerrados.
-Santana: mal jugada mamá, mal jugada.
-Andrea: Tengo que pensar en otra, veo poco la tele, tengo que verla más – Tu sonríes y asientes. Ella te mira y te fulmina con la mirada.
-Santana: Sí, probablemente Hora de aventuras, me encanta la Princesa Bultos – Ella ríe y niega con la cabeza. La has hecho reír.
-Andrea: ¿Eso no es para niños? – Tú alzas los hombros y haces un puchero.
-Santana: es para quién quiere verlo mamá, ¿Por quién me estás tomando?- Ella se quedo y pone su mano izquierda en la barbilla. Odias cuando hace eso y ella lo sabe.
-Andrea: Seguro que es para niños de 6 años, y tú ya tienes 19, valla por dios, tienes cada cosa – Tú ruedas los ojos y miras a la carretera. Ya falta poco para volver a casa. 5 minutos o menos.
-Santana: Mamá, echarás de menos mis tonterías, créeme.

Ella para de sonreir y se pone seria. Ves como parpadea varias veces y suspira frustrada, tus cambios de tema son muy extraños. Ella le baja de todo el volumen a la radio y centra su vista en la carretera desierta.

-Andrea: Lo haré Santana, mucho, yo no digo lo contrario – Tú le sonríes de lado y le coges la mano libre que tenía encima de su rodilla.
-Santana: Sabes que nunca cambiaré, ¿verdad? – Ella se ríe y tú te alegras de escuchar su risa.
-Andrea: No te estoy pidiendo que lo hagas hija, al contrario, tus locuras son únicas y especiales – Tu apretas su mano y te quedas mirando fijamente su rostro. Esta mujer que extrañarás cada día más.
-Santana: Sólo hazme un favor – Ella asiente y le da un apretón a tu mano.
-Andrea: el que tú quieras.
-Santana: Prométeme que no matarás a Samanta por poner discos que a ti no te gustan – Ella se ríe y echa su cabeza para delante.
-Andrea: te lo prometo, bueno, lo intentaré – Tú alzas tu pulgar y ella sonríe de lado.
-Santana: Gracias- Alza su pulgar y lo choca con el tuyo.
-Andrea: Nada pequeña, pero que sepas que es un gran sacrificio para mí – Tú sueltas una carcajada y asientes. Lo sabes.
-Santana: me imagino, pero lo has prometido, no hay marcha atrás- la miras con la ceja levantada y los brazos cruzados.
-Andrea: Lo sé, ahora que lo pienso me arrepiento de haberlo hecho.


Ella se ríe y tu te quedas viéndola en silencio. Tenéis cada tontería las dos juntas, que cualquiera que os escuchara pensaría que estáis locas. Tú sabes por qué lo está haciendo. Ella quiere  que disfrutes de tus últimos días en familia, o intentarlo. Haciendo las cuentas justas. 3 días con tu familia, no más. López, intenta aprovecharlos al máximo.


[CONTINUARA.....]

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE CAP. PARA EL PROXIMO YA VIENE LO BUENO, LLEGA LA MARCHUQUI JAJAAJA  

*AHORA RESPONDERE A VUESTROS COMENTARIOS GENIALES:
-Tatymm : Muchas gracias por leer mi historia. Saludos y besos
-3:) : jajaajaj Muchas gr

hola,..
me gusto,...
me encanto "la despedida" de jess con san,,, :/
me encanta la relación de san con andrea,....
se nota que a san le gusta o le intriga saber mas sobre "B"!!!!!!

Hey..hola:)

Un cap medio triston, pero he de decir que me gustq mucho el ff...

Y la prima de San es una ternurita :3 jaja ahora resulta que es hermana de B la chica que le gusta xD

Actualiza pronto.

Saludos :D

Hola que tal hoy leí los 3 capitulo y pinta una historia muy interesante espero tu próxima actualización.
Me encantan los capítulos largos!!
Saludos

me encantoooo el cap!! cada dia me gusta mas tu fic besos!

me encanta la relacion de santana con su familia, su mama y prima son super geniales, ahora a esperar el juicio y ver como sera la vida alla dentro!

Holaaa ¿Que tal? espero que muy bien mi querida gente. Bueno hoy os dejo otro cap de esta historia, espero que os guste mucho y bueno, ¿Estais tan emocionadas como yo para el capítulo 100 de glee? OOHH yo ya quiero ver a mis brittana    Son tan perfectas juntass
Bueno hablando de la historia grcias por vuestros comentarios que son los mejores,que por cierto en el anterior capitulo quise responder los comenatarioS pero tube mal el oredenador y no me subio bien el capítulo    Pero enserio gracias por leer y por comentar. Saludos y abrazos. cuidaros. BESITOS DE NUTELLA.   


ENCARCELADAS CAP-4

Las 6 de la mañana. Llevas despierta desde la 1, que es cuando te acostaste y no has podido caer rendida en el sueño de Morfeo. Vueltas y vueltas, una detrás de otra y nada. No eres capaz. ¿Por qué estás tan nerviosa? Es sencillo. El día que tú querías que no llegara, que el tiempo se parase y quedarás así, con tu familia, aprovechar de los días que te quedaban a lo máximo. Eso se ha acabado, López. Hoy es el juicio, a las 12 del mediodía, y tú rezas para que esa estúpida hora no llegue. Tienes tu ropa preparada encima de la silla cerca de tu escritorio, los zapatos, tienes pensado el peinado que vas a llevar…..Está todo listo. Menos tú. Tú no estás preparada para esto. Suspiras cansada de tanta mierda y das por milésima vez otra vuelta. Tantas vueltas y no estás mareada. Qué pasada. Pones ambas manos en tu cabeza y cierras tus ojos. ¿Y si dices que estás enferma? Igual así te quedas en casa. Dices que no puedes más, a punto de morirte, ya no puedes ni siquiera respirar y entonces…. ¡Zas! Te quedas en casa. Fácil. Pero imposible. Empiezas a sudar, estás tan asustada y tienes tanto miedo, que te sientes completamente vulnerable. Miras de nuevo el reloj que sueltas un gruñido. Las 6 y 10. Solo han pasado 10 estúpidos minutos. Joder, esto va para rato…. Piensas que puedes hacer hasta que sea hora de levantarse, porque dar vueltas no es una buena solución, es aburrida y cutre. En tu escritorio está tu portátil, que por cierto lo tienes cargado y puedes utilizarlo. Esa es buena idea. Te levantas de la cama y te acomodas el pelo. Seguro que pareces una puta bruja, sólo te falta la escoba que la debes de tener guardada debajo de la cama. Desconectas el cargador y cargas el portátil en tus brazos y te vas de nuevo a tu cama. Te sientas y cruzas tus piernas, por lo menos estás algo cómoda. Abres el ordenador y lo enciendes, suspiras frotándote tus ojos, aunque no puedas dormir tienes sueño, es raro pero cierto. La pantalla de tu portátil se ilumina con una foto de tu prima y tuya. Estáis en la playa con vuestros biquinis azules igualitos y sacando la lengua. Sonríes. Recuerdas bien ese día, como si fuera ayer. Era una comida familiar en la playa, estaban tus padres, tus hermanas, hermanos, primos, tías, tíos, abuelos, abuelas…….Fue un día tan increíble y especial. Pinchas en el emoticono de internet y escribes en la barra: Facebook. Pones tu correo y tu contraseña y le das a entrar. Te sorprendes cuando ves dos mensajes y cuatro solicitudes de amistad. Empiezas por las peticiones de amistad. Tienes a una tal Helena Pierce Smith. Pinchas en su perfil y ves la foto de una chica de no más de 16 años, con unas gafas de sol y una piruleta en su boca. Tiene el pelo claro, y no sabes decidirte si es marrón o rubio, las mejillas las tiene rojas y lleva una cinta marrón en su frente. Te parece guapa, de eso no te cabe duda. Prefieres mirar las demás peticiones. Anna Pierce Smith…Espera, ¿Esta es la hermana de la anterior chica? Suspiras, y decides seguir mirando. Sarah Pierce Smith. La hermana de las otras. Por último Ángela Pierce Smith. Te suena tanto esta chica que le miras el perfil. Oh, no es….No puede ser. Es la chica de tu prima. Pinchas en la foto de perfil y asientes. Es la misma. Sus ojos verdes y su pelo rubio rizo lo dice todo, además porque está abrazada a Jéssica .Hacen tan linda pareja .Rápidamente aceptas la petición y le ves las fotos. Tiene una foto de Jéssica sonriendo a la cámara con un ojo medio cerrado y las manos en su cabeza. Tú sonríes y le das “Me gusta”. Sale tan condenadamente guapa en esta foto. Cambias la foto y frunces el ceño. Ángela abraza por detrás a tu prima y le da un beso en la mejilla. Cualquiera que vea la foto, pensará que son mejores amigas, pero tú sabes la verdad y no te gusta mucho que se diga. Pulsas en la flecha y la foto se cambia. Esta es una de Ángela sonriendo abrazada a un muñeco gigante de Bob esponja y al lado su hermana Sarah. Lo sabes porque lo pone en algunos comentarios. Cambias de nuevo y en esta no puedes evitar reírte. Es tu prima durmiendo en una hamaca con las gafas de sol mal puestas y el pelo todo despeinado. Pinchas en escribir un nuevo comentario y sonríes. Esperas que tu prima no te mate por esto. “Jess, te duermes en cualquier sitio colega, y por cierto ¿Colócate bien las gafas, no?” Envías y niegas con la cabeza. Eres algo cruel López. Cambias la imagen y ves a cinco rubias de espaldas a la cámara. Cada una lleva un número pintado en su espalda. Empezando por la derecha la más pequeña tiene un 14, luego la siguiente tiene un 15, la mediana un 17, la rubia más alta de todas un 19 y la de la esquina un 20. Miras los comentarios y los lees. “Yo prefiero el 19 Angelita, tu hermana es la mejor”. “Me quedaría con el 17, pero como el otro día no me quisiste dar un abrazo, el 19”. Miras más abajo y ves el comentario de la loca de tu prima. “Me quedo con el 17, ¡Para mí! “. Seguro que el 17 es Ángela, la muy pervertida. Sigues mirando los comentarios y todos eligen al 19, menos tu prima y la hermana de Ángela Sarah, que elige al 20. Ibas a cambiar de foto pero paras. Prefieres confirmar las solicitudes de amistad, al fin y al cabo, son las hermanas de la novia de tu prima. Bueno, media novia. Aceptas a las tres chicas que faltaban y te recuestas en el cabecero de tu cama. Jéssica te dijo que Ángela tenía cuatro hermanas, y tres de ellas te han enviado la solicitud y aparte ella, te falta una. B. ¿Tendrá Facebook? No es que la quieras tener pero, no sabes, te entra curiosidad. Pinchas en cualquiera de sus hermanas y vas mirando las fotos, pero en ninguna sale ella y eso te estresa. Hasta que al final de todo de las fotos de Anna aparece ella. Su mirada no está en la cámara, asique la foto se la tuvieron que sacar al despiste. Tiene una coleta que recoge su melena rubia y una sudadera gris. Sonríe y sus ojos azules llaman demasiado la atención, bueno, a ti te llaman la atención. Miras los comentarios y frunces el ceño. “¡Esa B! tan guapa como siempre niña, tú no cambias”. “Cada vez que te veo más me gustas preciosa, saludos y besos, si pueden ser en la boquita ;) “. “!Te como vida mía! Ay que suerte tengo de tener una sobrina tan guapa como tú!”. Hay 60 comentarios más y 230 “Me gusta” asique pasas de mirar más. Esto te pone de los nervios. Es una simple mujer, con una simple sonrisa, con unos simples ojos, con unos simples labios, con un simple cuerpo y con una simple cara. ¡Listo!.
Te cansas y sales del perfil de la chica. Le das a inicio y ves que Ángela ha publicado una foto hace 3 minutos.

“Te extrañaré B, eres la mejor hermana del mundo (pero no se lo digas a Sarah, Anna y Helena) Te quiero muchísimo “ Y debajo la foto que te enseñó Jéssica de Ángela y su hermana. ¿Te extrañaré? ¿Se va a algún lado? ¿Le habrá pasado algo? Vale sea lo que sea, ahora estás preocupada y tienes curiosidad. Eh no, espera, curiosidad, solo eso.

Suspiras y vas a los mensajes. “Oh mi dios” piensas cuando ves el nombre de nada más y nada menos que Verónica. La puta cabra loca. Lo abres y te acomodas en la cama. Esto va a ser interesante.

“Santana, sinceramente no sé ni siquiera cómo hablarte o empezar esto. He estado pensando tanto en decirte lo que tengo que hablarte y ahora que encontré la valentía de hacerlo, bueno…Ya ves. Sé que te extrañará, te estoy escribiendo no tengo porqué estar nerviosa, pero bueno, créeme lo estoy, y mucho. Primero de todo y lo que tengo que decirte es que lo siento. Siento por ser tan tremendamente cobarde y perra por hacerte lo que te hice. Me he enterado que hoy tienes el juicio, y sinceramente y con todas mis ganas, te digo que tengas mucha suerte. La que tendría que estar en tu situación sería yo, lo admito, no tú que ni siquiera tienes culpa de esto. Me merezco lo que me hiciste el otro día, y no tengo derecho a reclamarte ni decirte nada, sólo me lo merezco. Lo que te voy a pedir es muy fuerte y muy inapropiado, pero tengo que hacerlo. Sé mi amiga otra vez por favor, no sabes lo mucho que te extraño y te necesito. Esto que nos ha pasado ha sido un bache como miles que podríamos tener, pero yo sé que lo arreglaremos, ¿verdad? Estoy completamente segura, que hoy en el juicio dirán que eres inocente, porque lo eres. Yo iré; yo, Lara, Sebas, Estrella y los demás. Queremos apoyarte en todo Santana, y aunque tú no quieras que vallamos lo vamos a hacer. Estaremos en la misma sala que tú y te sonreiremos para que te encuentres más segura. Quiero que sepas que te quiero muchísimo baby, no lo olvides. Nos vemos a la hora del juicio. Besos. Verónica”

Vale, estás completamente sorprendida. No sabes ni siquiera cómo empezar a procesar toda esta información. ¿Amigas de nuevo? ¿Verme en el juicio? ¿Perdón? ¿Te dirán que eres inocente? ¿Esto, un simple bache? ¡Está como un puta cabra! Ni de coña vas a perdonarla, no la mirarás en el juicio, no vais a ser amigas de nuevo, ¡No serás inocente, si no culpable! ¡Y todo por su culpa! ¡Esto no es un bache, es un acantilado! Dios, tienes que controlarte López, tranquila. Lo intentas, pero no puedes. No quieres que te vengan a ver al juicio, ¡No quieres! Ya será bastante vergonzoso perder delante de tu familia, como para que vengan los traidores de tus “Amigos” a verlo. Y además, te condenaran también por muerte, porque matarás a la puta esa. Le das a borrar mensaje y suspira cuando ves que el texto ha desaparecido. Olvídate de ella, pasa de todo que tenga que ver con esa manicomia. Ves que tienes otro mensaje y de repente, te entran ganas de apagar el portátil y olvidarte de todo. Si el mensaje que tienes es como el de antes, es mejor no mirar nada. Miras la bandeja de mensajes y sonríes cuando ves su nombre.
Jéssica López.

Pinchas rápidamente e intentas ponerte seria. Intentas.

“San, ¿Cómo estás cabezona? Jajajaj sé que no te gusta que te llame así, pero bueno, sale natural. Te preguntarás para que te he escrito un mensaje, y yo te responderé querida compañera. Sabes perfectamente que no puedo estar sin hablar contigo ni unas pocas horas de nada, asique, te escribo este mensaje para que pienses aunque sea un minuto en mí. No sabes lo mucho que le he dado vueltas para escribirte estas palabras, que sé perfectamente mi cabezona querida, que te marcarán y recordarás. Sé que estarás nerviosa San, teniendo en cuenta que es tu juicio y sabes que tu vida, dependerá de las palabras que te diga el juez o jueza de mierda. Aunque si dice que eres libre...Bendita sea, ¿Sabes? ;) Desearía estar ahora contigo, y apoyarte San, tomarte de la mano y decirte que todo va a estar bien. No sabes cómo me gustaría. Sé perfectamente que nos has dormido nada en toda la noche, cuando estás nerviosa tus nervios te juegan demasiado mal. Has estado toda la noche dando vueltas y vueltas, hasta que te has cansado y has cogido el ordenador. Soy lista… ¿Eh? Has flipado, lo sé. Esto es de tanto tiempo a tu lado, y conocer tan bien tus gestos y sobre todo a ti. Bueno, a lo que iba. Te envío todo mi apoyo San, TODO, quiero que cuando te digan si eres libre o no, tú te mantengas fuerte, con la cabeza alta y sin decir nada. Tranquilízate y sigue para delante, no mires atrás, no mires tus problemas o errores, no. Levántate de tu asiento y que sea lo que dios quiera. Eres la mejor persona que he conocido en esta vida, recuerda, eres la mejor de este mundo y nunca nadie podrá superarte. Te quiero mucho. Cuídate. Con todo mi amor y cariño. Besos San, nos vemos pronto”.

Sales del mensaje y cierras sesión. Cierras la pantalla de tu portátil y lo dejas encima de tu cama, aunque lejos de ti. Te acuestas y te tapas con las sábanas, no quieres ver ni oír nada. Su mensaje te ha puesto algo mal, por una parte te ha ayudado pero por otra, te ha dejado más triste de lo que estabas .Es difícil estar en la situación que tú estás, todo es tan confuso. La gente te ve y te dice que todo va a estar bien, que te da su apoyo y que tengas esperanza, pero la que va a sufrir las consecuencias eres tú, no ellos. Miras tu reloj y tragas saliva. Las 8 y media. Tu madre te va a levantar a las 9, para que desayunes, te duches y te vistas tranquila. Tus hermanos y hermanas van a venir también. Quieren estar contigo a cada momento del día, hasta ayer para dormir tuviste que cerrar la puerta con llave porque no te dejaban en paz. Sientes ruidos en la habitación de al lado y con eso ya sabes que tu madre está despierta. Es una cosa parecida a ti, nerviosa e inquieta. Sonríes cuando escuchas los quejidos y protestas de tu padre, tu madre siempre ha sido muy insistente también. Con eso sabes que ya te va a despertar antes de tiempo, aunque bueno, tú ya llevas despierta mucho más tiempo que ella. Suspiras cuando escuchas el ruido de la puerta de tu habitación abrirse y unos pasos se acercan lentamente a ti. Apartan el portátil de tu cama y escuchas cómo lo ponen encima del escritorio.

-Andrea: Santy, cariño, vamos- Tú te das la vuelta y la miras. Ella al verte se sorprende -¡Dios mío! ¿Has dormido algo de noche? – Tú niegas con la cabeza. Te lo suponías, debes de tener unas ojeras de aquí a mañana.
-Santana: No he sido capaz, mamá- Ella se acerca a la ventana y te abre las persianas. Baja la cortina y se acerca de nuevo a la cama.
-Andrea: a ver, mírame – Ella coge tu cara con ambas manos y te mira detalladamente. Hace una mueca y te deja un pequeño beso en la mejilla.
-Santana: ¿Qué pasa? ¿Tan mala pinta tengo que ya no quieres ni verme? – Ella te acaricia el pelo y niega con la cabeza.
-Andrea: Tú siempre estás hermosa cariño, pero tienes ojeras, demasiadas diría yo- Tú alzas tus hombros y suspiras cansada. No puedes más, hasta respirar te da pereza.
-Santana: Lo sé, no he sido capaz de dormir en toda la estúpida noche – Ella te mira preocupada y se sienta a tú lado en la cama.
-Andrea: ¿A qué hora te acostaste?- te mira con el ceño fruncido y tu ruedas los ojos.

Piensa que estuviste hasta las tantas viendo la tele o haciendo sabe dios qué.

-Santana: A la 1 mamá, cuando me viniste reñir para que me acostara- Ella te mira algo dubitativa y asiente. No está muy segura de lo que dices. Y tiene todo el derecho, con la cara que tienes tu historia no parece muy convincente.
-Andrea: Un poco maquillaje y ya está –Tú la miras con la ceja levantada. ¿Un poco dice? Eso no se lo cree ni ella.
-Santana: Eso no te lo crees ni tú, Andrea – Ella te da una palmadita en tu rodilla y deja la mano ahí. Sin moverla lo más mínimo.
-Andrea: ¿Tienes la ropa lista? – Tú asientes y señalas la silla de tu escritorio. Ella gira la cabeza y mira la ropa- Pantalón azul, camisa blanca y americana verde – Tú la miras algo confusa. ¿No le gusta?
-Santana: ¿No voy bien? – Ella te mira rápidamente y te sonríe. Esta mujer te confunde de una manera.
-Andrea: Sí me gusta cariño, vas muy guapa – lo sabes. Has elegido tú la ropa, y no es por presumir, pero tienes un gusto excelente.
-Santana: ¿Por qué protestaba papá? ¿Ya a estas horas? – Ella suelta una pequeña carcajada y te mira divertida.
-Andrea: Quería dormir más, como unas 3 horas o 4 – Tú la miras sorprendida y ella alza sus hombros. Tu padre es tan vago y tranquilo. Es más que tú, y eso que a ti te encanta la cama y las sábanas….
-Santana: ¿Y no tenía pensado ir al juicio?- Ella te mira y suspira. Por su cara, va a ser que no.
-Andrea: Hija no te voy a mentir, no puede verte en esta situación, no puede ni quiere – Tú tragas saliva. Sabes que es una situación mala, pero lo necesitas. Aunque no esté a tu lado en el juzgado, por lo menos que te dé su apoyo.
-Santana: Lo sé mamá, pero lo necesito a mi lado, os necesito a todos – Ella te mira con los ojos llenos de lágrimas. Creo que no va aguantar mucho sin llorar.
-Andrea: estará contigo confía en mí, todos lo estaremos- Asientes y bajas tu mirada. Lo único que quieres es meterte en la ducha y que el agua caliente baje por tu cuerpo.
-Santana: Mamá voy empezar a arreglarme, primero me ducharé y luego me vestiré- Ella sonríe y se levanta de tu cama. Se acerca a ti y deja un beso en tu frente. Sin evitarlo sonríes y cierras tus ojos.
-Andrea: estaré abajo, si necesitas algo llámame – Tú miras cómo sale de la habitación y cierra la puerta detrás de ella.

Te levantas de la cama y acomodas las sábanas. Te sacas la camiseta de Súper Woman y luego el pantalón azul a juego con el pijama. Te diriges con ropa interior al baño y una vez allí enciendes el grifo para calentar el agua. Te quedas media atontada cuando la sustancia cristalina sale de la tubería, y cualquiera que te viera, pensaría que nunca en tu vida viste tal cosa. Cierras el grifo y te acercas al lavabo. Te miras al espejo y suspiras enfadada; Odias tu cara y sobre todo a ti. Te tocas los párpados algo asustada, igual se pone peor de lo que está, aunque bueno, técnicamente sería imposible viendo cómo estás, ¿Verdad? Llevas tus manos temblorosas a la parte trasera de tu sujetador y haces una mueca cuando escuchas el pequeño “Clic”, sacas las tiras y tiras la prenda en el suelo. Sigues rumbo por tu cuerpo y sacas la pequeña tela que cubre tu parte más íntima y la dejas caer en tus pies. Completamente desnuda. Te separas un poco del espejo y te miras. No eres fea, al contrario, estás muy bien. Tenías esa duda y querías aclararla.

-Santana: Dios que pereza me da ducharme.

Te metes en la ducha y le das de nuevo el grifo. El agua caliente directamente cae en tu cabeza y tú cierras tus ojos cómo reflejo, odias cuando te entra en tus bonitos ojitos. Te acaricias lentamente los brazos y llegas a tus hombros, una vez allí, bajas tus manos hasta tu abdomen. Esta será tu última ducha tranquila y en paz, no tendrás una cómo esta en mucho, muchísimo tiempo. Coges el champú y echas un poco en tu mano, lo esparces por tu cabeza y delicadamente más masajeándote la zona. Esto se siente tan bien. Te aclaras el pelo y pasas tus manos por él. Aunque estés muy a gusto quieres acabar rápido, tienes que secarte y prepararte. Coges la esponja cerca de ti color púrpura y echas el gel con olor a fresa. Te encanta cómo huele, tan dulce y hasta comestible. Pasas la esponjita por tus brazos y luego de tus pechos al abdomen. Te lavas las piernas y luego tu trasero y la espalda, bueno, lo poco que te permiten tus pequeños brazos. Tiras la cosa púrpura en el suelo y te pones debajo del chorro caliente de nuevo. Tus pensamientos viajan a tantos lugares que no saben dónde pararse y que rumbo llevar. Esto es tan frustrante.

-Santana: Bueno, ya estoy.

Cierras el agua y te limpias la cara con ambas manos. Sales de la ducha y coges la toalla verde encima del lavabo, tienes cada cosa de un color distinto, que tonto.

-Andrea: ¡San! ¡Vamos hija ya son las nueve y media!

Tú, que te estabas secando el pelo te sorprendes muchísimo, joder y eso que tomaste una ducha rápida, si fuera una con calma y tranquilidad, te darían las 10.

-Santana: ¡Voy mamá! ¡Me estoy secando!

Secas tu pelo con la cutre toalla, u tú protestas. Joder, odias secarte el pelo, lo odias. Hagas lo que hagas siempre va a estar algo mojado.

Te secas el resto del cuerpo y sin quererlo te miras, de nuevo, en el grande espejo. ¿Qué te pasa haber? ¿Por qué quieres intentar que todos te crean que estás bien? ¿A quién engañas López, a ellos o a ti? ¿A los dos? Estás nerviosa, ok ese gran molestar y dolor de tu estómago lo demuestra. No se va de ese lugar, y por momentos te entran ganas de vomitar e incluso de ahogarte en la bañera con tu patito de goma.

Suspiras y golpeas el espejo. No lo rompes, pero bueno, el otro día lo hiciste y tus padres tuvieron que comprar otro. Asique intenta controlarte, y no te cargues este también.
Sales del baño y te acercas a tu pequeño comodín en el que guardas la ropa interior y tus calcetines. No son sólo verdes y púrpuras, si no de más colores. Coges las braguitas azules con lunares blancos y el sujetador blanco con la palabra “Love” gravado en cada pecho y te pones las prendas en un tiempo récord.

-Manuel: Santana, tu madre dice que te apures, asique hazle caso – Lo escuchas detrás de la puerta con su voz tan molesta e increíblemente acojonante.
-Santana: Me estoy vistiendo, dile que voy dentro de 10 minutos- Parece que estás hablando sola porque nadie te responde. Dios, tu padre es tan serio y rencoroso, y eso te duele tanto que nadie se lo podría imaginar.

Te acercas a la silla del escritorio y coges la ropa elegida para esta mañana. Tu pantalón azul, tu camisa blanca de botones y tu americana verde. Luego piensas llevar unas bailarinas verdes con detalles azul marinos.
Pones la ropa encima de tu cama y comienzas a vestirte. Primero te colocas tu camisa, y poco a poco vas abrochando cada botón al mismo tiempo que te miras en el cristal. Lo sabes, ya llevas muchas veces mirándote al “espejo”.

Seguido, te sientas en el colchón y pones el pantalón por cada pierna, teniendo que levantarte para poder abrochártelo. Te colocas la verde chaqueta y te la acomodas a tu gusto. Coges el calzado debajo de la cama y te lo calzas. Vas sencilla, pero extremadamente guapa y sexy. Ves el spray de espuma encima del comodín y te echas un chorro que cubre tu mano. Bajas la cabeza y te la vas aplicando, luego te levantas hacia arriba fuertemente y tu pelo queda más bien ondulado. Ahora estas mucho mejor que antes. Perfecta.

Sales por la puerta y bajas las escaleras.

Tu madre seguro que te espera impaciente, como siempre. La mujer no sabe tranquilizarse, tiene que ir a clases de Pilates para que le ayuden con los nervios de caballo que tiene.

-Andrea: ¡Por fín! Creí que no venías Santy – Tú ruedas los ojos y suspiras cansada. ¿Dónde quedarías a ver? No tienes más remedio que ir.
-Santana: mamá me estaba arreglando, y por favor relájate un poco, estás más nerviosa que yo.

Ella te mira algo sorprendida. Hacía tiempo que no le hablabas de esa manera, y justo hoy, que es el día que es, tienes que hacerlo. Tu padre te mira enfadado, pero bueno, desde la semana pasada es algo habitual y has preferido intentar pasar de él, si no…Luego están tus hermanos, que no pueden quitar su estúpida mirada de ti.

-Manuel: Tranquilízate Santana, no tengas tantos humos de repente, tu madre no te ha hecho nada.
-Santana: No estoy hablando contigo, asique no te metas.

Al momento te has arrepentido de decir eso. Se levanta de su asiento y se acerca a ti a paso rápido. Te mira fijamente y tú cierras los ojos cuando notas su fría mano estampándose con su mejilla. Dios, si que duele.

-Manuel: Trátame bien, aún por encima de todo lo que has hecho.

Tú te sobas la mejilla y bajas la mirada. ¿Por qué te tiene que echar en cara eso? ¿Por qué? Tú ya estás mal, y que venga él y que siga con lo mismo, molesta más.

-Santana: eres lo peor – Murmuras y ves que la gente de tu alrededor se queda parado.

Crees que ni siquiera pueden respirar.

-Manuel: repítelo de nuevo – gruñe entre dientes mirándote con odio en su mirada. Te da igual, es el momento de decirle todo lo que has pensado estos días.
-Santana: Eres lo peor – se acerca a ti y tú das un paso atrás- No me voy a callar, ya lo he hecho como una completa tonta estos días- Miras a tu madre y ella te mira con lágrimas en los ojos. Ella también sabe lo que has pasado estos días por la culpa de tu padre – Me has arruinado cada día que pasó después de que me cogiera la policía, haciendo cada minuto de mi puñetera vida más horrorosa de lo que estaba y a ti te daba y te da igual- él te mira sin hacer ni decir nada. Está dispuesto a escucharte - ¿No te das de cuenta que yo sufro? ¿No puedes ver que cada vez estoy peor y tú pasas completamente de todo? Pero ya sé porque es, tú solo piensas en ti, en lo que piensas y lo que quieres, luego el daño que puedas causar o hacer a los demás te da igual, claro, te crees el dueño del mundo con esa cara de amargado que tienes – Sientes cómo se tensa y aprieta su mandíbula fuertemente. La pedazo bofetada que te va a meter – No me mires así, dime si me he equivocado en algo, parece que te doy igual papá, yo siento que tú no me quieres y no te das de cuenta que si me condenan no estaré aquí cómo cada día que pasa, tienes que darte de cuenta que este es el último día aquí en mucho tiempo y tú sigues con esa actitud de hipócrita y maleducado, a ti te da igual si yo me voy o no, ¿Verdad? Tú no me quieres, tú me odias y por eso me tratas de e-

Paras cuando ves que recorren lágrimas por sus ojos parando en lo último de sus mejillas. Nunca has visto a tu padre llorar, nunca, y esto te parece sorprendente pero también te rompe el corazón. No puedes creerlo.

-Manuel: No sé cómo eres capaz de decir tantas barbaridades juntas, Santana – Él limpia sus lágrimas y suspira emocionado. ¿Qué le pasa? - ¿Crees que es fácil para mí ver cómo mi hija se va? ¿Perderla delante de mi vista y no poder hacer nada? ¿Sólo sentarme y ver cómo se la llevan de mi lado? No lo es, para que lo sepas. Eres mi hija, llevas mi sangre corriendo por tus venas, todo lo que tienes y eres es gracias a tu madre y a mí. ¿Si no te quisiera me preocuparía por ti? ¿Estaría así? Daría mi vida, todo el dinero que tengo, mi casa, mi coche, mi trabajo, todo para que tú ahora no tuvieras que estar en esta situación y pagarlo yo por ti, no quiero ver como sufres, ¡No puedo! Te amo caramba, eres una de las personas más importantes que tengo y si piensas todo lo contario es porque no me conoces. Te trato así por ser tan ilusa, por no ver bien las cosas y por no saber nada de la vida, por estar con esas compañías que tantas veces te avisé que eran malas, ¿Mira lo que pasa? ¡Míralo! Tú ahora no tendrías que estar así, tú no te lo mereces, eres una niña buena y dulce, y las niñas así no van para la cárcel. Me importas, me preocupas, te quiero, te amo, es más, te necesito a mi lado para vivir, entiéndelo, soy tu padre, siempre estaré contigo y por favor, nunca dudes de lo que siento por ti.

Tú lo miras con lágrimas en los ojos. Valla, es la primera vez que se abre contigo de esa manera. Tan bonitas palabras y sentimientos hermosos no deberían de estar escondidos y sí, ser descubiertos. Te arrepientes de insultarlo de esa manera, al fin y al cabo, él te ama y se preocupa por ti. Tú también lo haces.

-Santana: siento decirte esas cosas, y-yo también te quiero y estaré bien, tú me has enseñado a cuidarme sola y a ser lo que soy, asique estate orgulloso de mi aunque valla para el sitio que valla, te doy las gracias por todo, eres el mejor padre que cualquier persona podría tener- él te sonríe orgulloso. Sí, esa es la palabra, orgulloso. Se acerca a ti y te acaricia la mejilla lentamente, mirándote a tus ojos fijamente.
-Manuel: Mi niña- susurra derramando unas cuantas lágrimas y mirándote con amor. Eso es, amor, ese amor que tú también sientes por él – Te quiero tanto, princesa.
-Santana. Y yo a ti – Lo abrazas, con todas las fuerzas que tienes en tu cuerpo, y crees que lo vas a matar o asfixiar, pero piensas lo contrario cuando te devuelve tal demuestra de cariño. Lo vas a extrañar, y él a ti también. Ambos lo sabéis. Lloras en su cuello y el te tranquiliza cómo hacía cuando eras pequeña, abanicándote en sus fuertes y protectores brazos.
-Manuel: Tranquila, todo estará bien, confía en mí.

Confías en él. Lo haces y mucho además. Miras por encima de su ojo y ves tu madre llorar ante tal escena. Ella nunca nos vio a mi padre y a mí así, abrazados y juntos, o incluso peleándonos y el pegándome.

-Santana: vete con mamá, ella necesita a alguien fuerte y que la quiera a su lado y ese eres tu grandullón.

Poco a poco vas aflojando la unión que teníais y lo miras sonriente. Él te despeina tu perfecto pelo y tú protestas arreglándotelo e intentando tenerlo cómo antes. Si es posible.
Se acerca a tu madre y sin decir nada le da un pequeño beso en los labios. Tú sonríes emocionada, tienes una familia tan tremendamente hermosa y unida que te dan ganas de comerlos a besos a cada uno de ellos.

Sin molestar, vas a la cocina y coges un batido de chocolate. Unas poquitas de fuerzas, que buena falta te hacen. Abres el cartón y bebes con ansias. Dios, te encanta este batidito, podrías alimentarte de él cada día, y vivirías fuerte y sana. Bueno, a tú manera.

-Alejandra: Que, ya estás bebiendo esa porquería – y no es una pregunta, si no una afirmación. Tú te das la vuelta y la miras divertida
-Santana: si, ¿tienes algún problema?- Ella niega y alza sus hombros con una mueca divertida en su rostro. Ella se parece mucho a ti, tanto físicamente tanto mentalmente.
-Alejandra: yo creo que el batido es el que te da toda esa locura que tienes, deja de tomarlo, te irá mejor créeme – Tú sueltas una carcajada y ella sonríe victoriosa. Es como hablar con otra persona igualita a ti.
-Santana: y tú, ¿Qué tomas para estar tan loca como lo eres? – Ella te mira con los brazos cruzados y niega con la cabeza.
-Alejandra: No sé, díselo al nomo que viste de azul y duerme debajo de mi cama todas las noches, sea sábado o Domingo- Tú te ríes. Sería imposible no hacerlo con la pedazo de chica que tienes delante. Con cada palabra que dice te mata, eso es un hecho.
-Santana: estás muy mal Ale, fatal- Ella asiente. Lo peor de todo este cuento es que ella lo sabe, y lo sigue haciendo, pero tú crees que le sale natural. Eso es más normal.
-Alejandra: lo sé, pero ya me considero cómo un caso sin solución – lo sabes. Tú también piensas lo mismo que ella.
-Santana: Te entiendo- Ella hace un puchero y se acerca a ti. Bueno, has tenido la charla con tu madre, tu padre……Ahora te toca con tu hermana.
-Alejandra: Dejando toda mi locura a un lado, ¿Estás bien? Enserio, lo que ha pasado hace 5 minutos ahí fuera ha sido muy fuerte y me ha asustado- Tú dejas el batido encima de la mesa y te lambes los labios con la lengua. Bueno, a ver cómo vas a hacer esto, López.
-Santana: estoy bien, ha sido muy raro y extraño para mí, pero estoy bien Alejandra, tranquila- Ella te mira con una ceja levantada. No te cree. Joder, todo el mundo te pilla en la mentira, no sabes mentir.
-Alejandra: soy tu hermana, y te conozco, asique por favor, no me mientas en mi cara porque es muy feo- Tú suspiras avergonzada. Parece que te está dando lecciones de comportamiento o algo parecido.
-Santana: Alejandra, sabes perfectamente cómo estoy, no sé para que me preguntas esas cosas, si ya sabes cuál es la respuesta, ¿Para qué preguntas? ¿Para qué lo haces?- Vale, tranquila pequeña latina, tranquilízate. Tu hermana media loca no tiene la culpa de esto.
-Alejandra: porque quiero que me lo digas tú – Te coge la mano y te mira fijamente a los ojos – Quiero que confíes en mí tanto como yo lo hago en ti, que es mucho y lo sabes- Tú asientes. Ella tiene razón- No hemos hablado mucho estos días, pero es que no sé que decirte, no es nada fácil perder a tu hermana por un tiempo que aún desconoces, ¿verdad? – La miras y notas cómo ella se está emocionando. Esto te recuerda a la despedida con Jéssica.
-Santana: No es fácil, pero tiene que ser así – Piensas la manera en que le puedes decir todo lo que tienes guardado. No quieres ser dura con ella- Desde pequeña, he intentado cuidarte y protegerte de todo lo que he tenido a mi mano o mis posibilidades, ahora es hora de que lo hagas tú sola, demostrándome lo mucho que aprendiste de mí y de papá y mamá – Ella baja su mirada y cruza sus brazos- Nos veremos, no cómo siempre a todas las horas y a cada minuto, pero sí podrás verme media hora o una cada semana o cada pocos días, créeme, estaremos bien – Ella niega con la cabeza y tú suspiras – Alejandra, tienes que mentalizarte, yo no puedo estar aquí y no podemos hacer nada, sólo esperar a que el tiempo pase – Ella te mira y ahí sabes que tu discurso ha terminado. No sabes que más decir, y aunque quisieras, no serías capaz.
-Alejandra: Prométeme que te acordarás de mí todos los días, que te cuidarás y serás buena, por favor – Tú sonríes. Ella siempre tan cómo tu segunda mamá, aunque sea más pequeña que tú.
-Santana: Lo haré, y saldré de la prisión siendo cómo soy ahora, ya lo verás – En eso dudas más, luego de esa experiencia, verás la vida desde otro ángulo y de diferente manera.
-Alejandra: eso espero – Ella hace una mueca y abre sus brazos. Quiero un abrazo de oso. Cómo siempre.

Tú abres tus brazos y le sonríes divertida. Se acerca rápidamente a ti y tú la envuelves en tus brazos. Esto se siente tan familiar, como en casa, nunca mejor dicho. Ella pone su cabeza en tu pecho y tú colocas tu barbilla en su pelo, aspirando su olor y acariciándolo. La quieres tanto, que harías cualquier cosa por ella, cualquier.

-Santana: Te adoro Alejandra – Susurras en su oído.

Notas cómo se aferra más a ti y tú sonríes melancólicamente.

-Alejandra: y yo a ti.

Su voz es ronca y entrecortada, y con eso ya sabes que tú pequeña latina junior está a punto de llorar.

-Santana: Tenemos que irnos, ya va a ser hora, ¿No crees? – Le acaricias la espalda y ella se separa de ti. Le sonríes y ella te devuelve una sonrisa más grande que la tuya. Te da un pellizco en los morros y tú ruedas los ojos. Que manía con hacerte eso.
-Alejandra: vamos, cabezona – Sale de la cocina rápidamente y con eso ya sabes lo qué pasa. Ella te lo hace a propósito, tu prima y ella tienen algo en contra tuya. Son tan gilipollas.
-Santana: no te escaparás tan fácilmente, loca de los nomos- Sales corriendo de la cocina y sales al salón donde está tu hermana detrás de tu hermano mayor, intentando protegerse de ti – eso no se vale, loca – la señalas y tú hermano suelta una carcajada.
-Alejandra: todo se vale, ¿Quién dijo lo contrario? – Tú la miras mal y sueltas un suspiro. Ni siquiera sabe jugar bien, más tonta la tipa.
-Abel: Vamos chicas parecéis niñas, comportaos- Tú lo miras y bajas la mirada. Siempre tiene que meterse en todo, no es justo.
-Alejandra: es él Aby, ¿No la ves? – Te saca la lengua y dirige de nuevo la mirada al moreno mayor. Tú la miras sorprendida.
-Santana: ¡No es verdad! ¡Me ha llamado cabezona Abel! – él niega con la cabeza y se aparta de tu hermana pequeña. No me extraña con la toca pelotas que es.
-Abel: Nos vamos chicas, espabilar- él sale por la puerta y os deja a tu hermana y a ti solas. Oh dios, muy mala idea.
Corres rápidamente hacia ella causando que se asuste, y se esconde tras el sofá impidiendo que la cojas. Tú la miras divertida. Parece una niña asustada cuando su madre la quiere pegar.
-Santana: ¿Tienes miedo, pequeña loca?- Ella apoya ambas manos en el sofá y te mira ofendida. Te da tanta gracia esa cara.
-Alejandra: Oye, ¿Por qué me llamas así? Inventas palabras que no existen, tú si que eres la loca – Ooh, lo que te ha dicho. Dos insultos de una vez, esto se pone muy feo, muy.
-Santana: Te doy 3 segundos para escapar – Pones tres dedos en tu mano y la miras fijamente – Uno.
Ella mira hacia su derecha para escapar pero tú niegas con la cabeza. Esa es mala elección, pequeña López.
-Santana: Dos – Bajas otro dedo, quedando dos en tu mano. Le dejas unos cuantos segundos de ventaja y ella no se mueve – Uno…- Te queda un dedo en la mano y ella traga saliva – Y cer-
-Manuel: y nada, nos vamos ya es hora por si no os habéis dado cuenta – Tú lo miras y frunces el ceño. ¿Por qué te ha estropeado esto?

Él se arregla su camisa blanca y se abrocha bien el cinturón. Valla, se ha puesto muy guapo.

-Santana: te has librado de esto, que suerte has tenido – Susurras mirándola fijamente y asintiendo. Para la próxima no tendrá tanta suerte.
-Alejandra: Me da igual, no te tengo miedo – Bufa con orgullo y se acomoda su falda azul. Parece que va para la fiesta del pueblo a bailar. Tú ruedas los ojos.

Tus dos hermanos entran por la puerta junto con tu otra hermana, y tú sonríes. Están los tres hermosos. Perfectos e increíbles. No cómo tu hermana, que va para la discoteca.

-Manuel: ¿Y vuestra madre? – pregunta mirando a los chicos confundidos. Tu hermano Carlos suelta un gruñido haciendo que tengas que aguantarte la risa.
-Carlos: Papá se está poniendo los zapatos, enserio parece que va para un bautizo– Tú ruedas de nuevo los ojos. Ella y tu hermana podrían irse para un restaurante y cenar a la luz de las velas.
-Manuel: Esta mujer cada vez está peor – Tú miras el reloj y juras por tu vida que el estómago te ha matado. Las once y media.
-Andrea: ¿Quién está cada vez peor?- Tú la miras de arriba abajo con la boca abierta y cierras los ojos. Ella es mejor que se quede en el coche ya, con esta pinta que tiene.
-Abel: Nadie, venga nos vamos, ya son las once y media y nos lleva diez minutos llegar al juzgado – Tú sales de la sala a paso rápido y cómo hiciste hace unos días, coges tus gafas de sol y te acomodas tu melena. Dentro de lo que cabe, estás normal.
-Manuel: vamos, Abel tu vete con Carlos y Samanta en tu coche, yo me voy con tu madre y tus hermanas – él asiente y coge las llaves de su audi. Que por cierto, pedazo coche que tiene el muy…

Sales de casa y la miras por fuera. La echarás de menos, estás paredes construyen el hogar en el que has estado con tu familia tanto tiempo. Compartiendo tantas aventuras y hechos, que no podrás olvidar.

-Andrea: Vamos Santy, sube al coche se nos ha hecho tarde.

Tú te acercas al coche y abres la puerta. Entras primero y esperas a que tu hermana entre y cierre la puerta. Te pones el cinturón de seguridad e intentas relajarte en tu asiento. Intentas.

-Manuel: Bueno, ¿Todas listas por ahí atrás? – os mira por el espejo retrovisor y tú le dedicas una sonrisa. Él al verte te guiña un ojo.
-Andrea: Vamos Manu, ya es tarde – él protesta y arranca el coche. Cosa que no te gusta que haga.

Ves como tu casa se queda atrás, al igual que las de tus vecinos. No quieres irte de aquí, no puedes ni quieres. Esto es tan duro, que nadie se lo podría imaginar.

-Alejandra: Tranquilízate San, tranquila – Te toma la mano y le da un ligero apretón. Tú sonríes y ella asiente.

Miras al cartel que acabáis de pasar “juzgado” y con eso ya sabes que habéis llegado. Oh dios mío, nunca te has sentido tan tremendamente nerviosa y mal.

Tu padre aparca en el sitio libre al lado del coche de tu hermano y pone el freno de mano.

-Manuel. Bueno, hemos llegado – Se saca el cinturón y abre la puerta sin decir nada más. Tu madre lo imita, y tú te sientes vacía.
-Alejandra: eh mira, vamos estar dentro contigo, asique tranquilízate – Intentas confiar en las palabras que ella te dice pero es imposible, ahora mismo no puedes con nada.
Sacas el cinturón y abres la puerta. Sientes cómo la mirada preocupada de tu hermana sigue en ti. Lo notas.
-Samanta: San, vamos tienes que entrar el tío Miguel ya está dentro – Tú asientes y miras a tus padres. Quieres entrar con ellos. Los necesitas.
-Manuel: Alejandra, Abel y Carlos, moveros ya es hora- dice empujando a cada uno dentro del juzgado.

Tú entras y el olor a justicia y leyes se apoderan de ti. Este sitio te da tanto miedo, más que cualquier en el que hayas estados. Deseas salir de aquí corriendo.

-Miguel: Ya estáis aquí, por fin – Se acerca a ti junto con tu madrina y te da un abrazo -¿Cómo estás princesita? – Tú alzas tus hombros y haces una mueca. Él debía de saber cómo estás.
-Amanda: Chicos ya es hora, los guardias ya han preguntado por la niña - ¿Guardia? ¿Pero que te van a hacer? ¿Te esposarán antes de tiempo?
-Miguel: tranquila cariño, sólo es para acompañarte hasta dentro de la sala, nada más.
Valla, eso no te ayuda nada…
-Samanta: vamos, jolines os quedáis aquí parados y viva la vida- Te agarro del brazo y te mueve. Tú te habrías quedado parada, y tus piernas parecían no responder – San, te veo pálida, ¿estás bien? – Te mira preocupada. Oh dios, claro que no estás bien.
-Santana: Sí claro, si – Ella asiente y camina detrás de tus padres y padrinos. Pareces un perro al que están a punto de matar.

Ves como tu padrino se acerca a un guardia y le habla y hace señas. Te señala a ti. El trajeado hombre asiente y junto tu padrino se acerca a ti.

-Guardia: Vamos Santana, ya te están esperando – Tú miras a tus padres y ellos te sonríen. Eso no te ayuda.
-Andrea: te vemos dentro San – Dice agarrando la mano de tu padre y mirándote con los ojos llenos de lágrimas. Si la ves así, más difícil se te hará entrar dentro de la sala del terror.
-Manuel: Vamos ahora hija, tú tranquila.

Tu padrino pasa sus brazos por encima de tus hombros y te da un pequeño beso en la mejilla. El guardia que os acompaña, a veces os regala miradas y una que otra sonrisa. Te paras delante de una puerta en la que pone “Sala 1” y los nervios te están comiendo viva.

-Guardia: Bueno, ¿Estás lista? – Tú miras a tu padrino. Él te coge la mano y asiente mirando al guardia.

Las puertas se abren, y cómo si estuvieras en una película, todos se giran para verte. Ves a tu abuelos Alma y Pepe, A tus tíos, a tus otros abuelos Pilar y David, tus primos… Valla, ya hacía tiempo que no los veías y justo hoy tenías que hacerlo. Tu padrino te empuja por la espalda y tú pasas por delante de toda esa gente. La sala está completamente llena, hasta hay gente levantada. Esto es demasiado. Tu cuerpo se muere de asco cuando ves a Verónica, Sebas, Lara, Estrella, María, Sergio, Silvia, Yeray, Merche y Fernando sentados en un banco, ocupando todo el espacio. No puedes evitar soltar un suspiro y poner cara de asco. Odias a cada uno de ellos. Los odias.

Tu padrino va delante de ti y entra en el pequeño recinto, al que tú decides llamar “Ring”. Cómo en una pelea. Esto lo es.

Te sientas en la silla al lado de tu familiar y él saca los folios que tenía guardados en la carpeta, colocándolos en orden encima de la mesa. Miras a tu lado y ahí está el viejo verde acompañado por una abogada, que te mira con desprecio Pensará que estás acabada. Lo sabes, gracias por tu cara bonita. Se abre la puerta y tú te giras para ver. Tus padres y tus hermanos acaban de entrar. Se sientan al lado de tu familia y tú te giras de nuevo hacia delante. Dios, crees que te vas a desmayar.

Una puerta pequeña en el fondo de la sala se abre y tú te asustas. Una mujer alta y morena se deja ver, con una vestimenta demasiado rara. Como una túnica negra, o algo parecido acompañada por dos guardias.

-Nos ponemos de pie para recibir a la jueza Martínez – Te levantas junto con tu padrino y te apoyas en la mesa. Tienes que hacerlo si no ya estarías en el suelo. Tu vista está empezando a fallarte, y no te gusta. La mujer se sienta en su asiento y se acomoda.
-Empieza el juicio – dice la señora mirando a su alrededor. Vale, ella también te da miedo.
-Fiscal: La acusada que pase al estrado, por favor – Tu padrino te da un toque en el hombro y tú intentas sonreir.
-Miguel: no te pongas nerviosa, hazlo como si estuviéramos en casa, tú y yo – Asientes.
Te acercas al estrado y notas la mirada de todo el mundo en ti. No puedes evitar ponerte como un completo tomate. Te sientas en la silla y rápidamente la abogada del viejo verde se acerca a ti.
-Fiscal: Señorita López, ¿Jura decir la verdad, solo la verdad? – Tú pones las manos encima de una biblia, o eso crees que es, y asientes.
-Santana: Sí, juro decir la verdad – El señor se retira y te deja en manos de la abogada.
-Alison: Bien señorita López, cuente la versión de su historia – Te mira fijamente, y eso causa que te pongas más nerviosa de lo que estás.
-Santana: bueno y-yo quería divertirme no quería causar daño a nadie, enserio, y no sé, era sólo una pequeña broma – vale López, que mierda has dicho. Miras a tu padrino y niega con la cabeza, vosotros en casa ensayasteis otra cosa.
-Alison: ¿eso es todo? – pregunta con una deja levantada. Tú asientes y la miras con miedo.
-Santana: Sí, eso es – susurras bajando la mirada y aguantando las lágrimas. No puedes creer lo que has hecho.
-jueza Martínez: Señorita López, puede ponerse en su sitio, por favor – Tú te levantas y te acercas a tu lugar, al lado de tu padrino. Él te mira molesto y decepcionado.
-Fiscal: La víctima que pase al estrado, por favor – Ves cómo el señor que agrediste se levanta y tú lo miras fijamente. Tiene una venda en la nariz y alrededor de sus ojos está algo morado, Dios, eso ha complicado más las cosas.

Tu padrino se levanta y se acerca al estrado.

-Fiscal: jura decir la verdad y solo la verdad – El señor pone las manos sobre la biblia y asiente.
-Si, lo juro.

Tu padrino se coloca delante de él y lo mira detalladamente.

Miguel: Bien señor, ¿De qué acusa usted a la joven señorita López? – él viejo verde te mira y hace una mueca de asco.
-Entró a mi casa e intentó robarme, en su bolsillo tenía el collar de diamantes que mi difunta madre me dejó, si no fuera porque la pillé a tiempo bueno, se iría tan contenta, me agredió y me rompió la nariz como ya ve, y por si esto no fuera poco me mató tres animales que tenía en mi propiedad – Tu padrino asiente y se aclara la garganta.
-Miguel: Bueno, ¿Conocía usted antes a la señorita López, le había hecho usted algo en el pasado?
-Por supuesto que no, no la conocía de nada, esa fue la primera vez que mi a la señorita.
-Miguel: bien, ¿La señorita López iba acompañada o iba sola la noche del intento de robo?- Tú lo miras sorprendido. Eso no es lo que tenía que decir.
-No, solo la vi a ella.
-Miguel: ¿Seguro? ¿O es que quiere proteger a la persona que ha detrás de esto? Bueno, si hay – El señor traga saliva y niega con la cabeza.
-No, no hay nadie más, bueno, yo no vi a nadie.
-Miguel: ¿Eso es todo señor?-pregunta mirándolo con el ceño fruncido.
-Eso es todo.
-Miguel: Puede retirarse para su lugar, gracias.

El viejo verde se levanta y se va para su asiento. Tu padrino se acerca a ti y se sienta. Él suspira y pasa las manos por la cabeza.

-Jueza Martínez: ¿Señorita López tiene algún testigo que pueda ayudarla? – Tú miras a tu padrino y él alza sus hombros. Esperas que Verónica diga algo, pero no. Y aunque tú mueras por decir que fue ella, la muy puta no saldría perjudicada, tiene a sus amigos.
-Santana: No, no tengo.

Ves como la jueza hace una mueca y mira al señor viejo verde.

-Jueza Martínez: ¿Usted tiene algún testigo? – pregunta mirando al señor fijamente quien asiente.
-Sí, mi mujer.
-jueza Martínez: está bien – Asiente y te mira fijamente. Dios, eso causa que el pelo se te ponga de gallina.
-Fiscal: ¡Que pase el testigo de la víctima!

Ves cómo la señora que viste la semana pasada se acerca poco a poco al estrado y se sienta. Te regala una mirada de odio y tú bajas la mirada. Desearías no escuchar nada.

-Fiscal: ¿Jura decir la verdad y solo la verdad? – La señora pone las manos sobre la biblia y asiente.
-Sí, lo juro.
-Jueza Martínez: Empiece con el testimonio, por favor.
-Bien, yo el pasado viernes escuche ruidos en casa y mi marido fue a mirar de qué se trataba, cómo vi que tardaba mucho decidí bajar y entonces me lo encontré forcejeando con la señorita López, y ahí fue cuando mi esposo me dijo que llamara a la policía, después decidimos mirarles el bolsillo y tenía nuestro collar de diamantes, la señorita al verse en esa situación se enfadó, y agredió a mi marido.
-Jueza Martínez: ¿Eso es todo, señora? Pregunta mirándola con la ceja izquierda levantada.
-Sí, eso es todo jueza.
-Jueza Martínez: bien, puede retirarse.

La señora se retira y pasa por tu lado dándote una mirada fría, que no pasa desapercibida por tu padrino quien la mira completamente enfadado.

-Jueza Martínez: ¿Hay algún otro testigo tanto de la víctima como de la acusada?- La sala se queda el silencio y tú suspiras. Dios, no puede llegar la hora, no – Abogado López, ¿Tiene algo que incluir o dictar? – él te mira y tú niegas con la cabeza. Ya está, es tu hora.
-Miguel: ¿Segura que no quieres decir nada más? Santana, dios no sé cómo puedes estar así – Susurra en tu oído golpeando suavemente la mesa.
-Santana: Quiero acabar con esto cuanto antes – él suspira frustrado y mira a la jueza.
-Miguel: No, su señoría
-Jueza Martínez: Bien.

Ella se acomoda en su asiento y te mira fijamente. No quieres oírlo, no puedes, juras que te dará un ataque al corazón y te morirás en este instante. Joder, ¿Por qué a mí esto? No puedes vivir con esto, no eres capaz.

-jueza Martínez: El veredicto es el siguiente- Hace una pequeña pausa y tu padrino pasa sus brazos por tus hombros. Tú cierras fuertemente los ojos y apretas tus puños. No…- Santana López, La declaro culpable, su sentencia serán de un año en prisión por robo en un domicilio y propiedad privada y un año por agresión, en total dos años, si su comportamiento en prisión no es gratificante, pueden aumentarse la sentencia, ¡Caso cerrado!- Bate en la mesa con su mazo y se retira de la sala.

Escuchas el grito de tu madre que retumba en las paredes, causando que abras tus ojos y que las lágrimas caigan encima de la mesa. No puede ser, no te lo puedes creer. Sientes como los brazos de tu padrino te rodean fuertemente y tú lloras en su camisa. Creías que tenías asimilado el hecho de ir a prisión, pero ahora no puedes, esto te lastima tanto y no puedes levantarte. Has destrozado tu vida, lo has hecho.

Te apartas de tu padrino y pones tus manos en la cara. Tus lágrimas corren y corren, y ya está. No te importa nada, lo has perdido todo.

-Guardia: Señorita López vamos – Tú asientes y te limpias las lágrimas. Te levantas y él te mira fijamente. Seguro que ya ha hecho esto tantas veces, que se sabrá lo que tiene que hacer y decir de memoria.

Te daS la vuelta y te coloca las esposas en tus manos. Esta sensación que no querías pasar otra vez, pero bueno, sabe dios las veces que lo harás ahora. Escuchas el “Clic” del hierro cerrándose y suspiras. Empieza tu condena.

Miras por última vez a tu padrino y niegas con la cabeza. Él llora tanto, sufre de una manera, que tú no te podrías imaginar. Él acerca tu mano a tu cintura, pero cuando está a punto de tocarte el guardia te empuja apartándote de su lado.

Pasas por delante de toda esa gente. Vecinos, compañeros de clase, conocidos….Hasta llegar a tu familia. Tu madre está aferrada a tu padre llorando como nunca lo ha hecho y tú te paras. Tu hermana Alejandra se acerca a ti y te da un beso en la mejilla, todo su maquillaje se ha corrido. Tu padre se aparta un poco de tu madre y te beso la frente, notas como sus manos tiemblan.

El guardia no te da más tiempo y te saca de la sala, pero por último ves a verónica y los que creías tus “Amigos”. Miras a la muy cabrona y niegas con la cabeza.

-Santana: Eres una hija de puta – El guardia te da con su rodilla en la parte trasera de tu cuerpo y protestas. Esto no te está gustando.

Sales de la sala y te llevan medio arrastras por los pasillos de este estúpido y asquerosa sitio. Sales de la gran puerta de madera y frunces el ceño cuando el fuerte viento pega en tu cara. ¿A dónde te llevan?

Tú te paras y el guardia te empuja haciendo que por poco, te caigas. Ves un autobús blanco y tú niegas con la cabeza. No por favor, ahí no.

Las puertas del autocar se abren y empiezas a sudar. No sabes por qué, pero una parte de ti te dice que esto no va a estar bien. Es mala idea subir y lo sabes, la cárcel te va a matar de la depresión.

Te meten dentro del gran coche y ves la gran cantidad de mujeres sentadas en los asientos. Están sentadas por parejas y tú protestas ante eso, tienes que compartir lugar con una delincuente como tú.

-Guardia: vamos muévete. No te quedes parada – Tú andas y él te acompaña detrás de ti.
Te sientes como el centro de atención, debido a que todas las miradas de las mujeres están centradas en ti. Te sientas en el asiento vacío al lado de la ventana y el guardia te mira fijamente.
-Guardia: No te muevas de ahí, ¿Entendido? No te valdrá para nada el intentar escaparte – Tú asientes. Diga lo que diga, no pensabas hacer nada.

El guardia se va y te deja sola con todas estas mujeres que te dan asco y sobre todo miedo. No quieres que te hablen, ni que te miren…Nada. Sonará raro, pero lo único que quieres es llegar a prisión e intentar dormir. Aunque teniendo en cuenta al lugar que vas, harás de todo menos dormir.

-Eh preciosa, ¿Cómo te llamas? – Una voz te saca de tus pensamientos haciendo que frunzas el ceño y te des la vuelta.

Oh dios, ¿Qué es eso? Una mujer, ¿Crees? A ver, tiene el pelo rojo rapado, cuatro piercings en la nariz, uno en el labio, dos en la ceja derecha y uno en la otra. Jesús, pero que demonios….

-Santana: Emm, ¿Hola?- Aún estás en estado shock, es que vamos, para no estarlo.
-¿Qué tal preciosa? ¿Cómo te llamas? – Ella se acerca más a tu asiento y tú haces una mueca de asco. Dios, por favor, que no se mueva de donde está, si no soltarás un grito de los tuyos.
-Santana: Bien, gracias por preocuparte – Ella te sonríe y tú aguantas las ganas de vomitar.

Sus dientes negros no son muy buenos para la vista, bueno ni para la vista ni para nada.

-Nada preciosa, cualquiera se preocuparía por ti – Tú le dedicas una sonrisa divertida pero parece que ella no lo nota, sólo se fija en tus pechos, cosa que te cabrea.
-Santana: Oyes, mi cara está aquí – Tú señalas tu perfecto rostro y ella suelta una pequeña carcajada. Es tan gilipollas.
-Lo sé, pero me gusta más ahí – Tú levantas tu ceja derecha y la miras con tu peor cara de póker. Huy, no te gusto el rumbo de esta conversación, si se le puede llamar así, claro.
-Santana: mira, ¿Quién te crees que eres para hablarme así?- Ella te mira y suelta un suspiro. A ver ahora que tiene la ramera esta.
-Creo que eres preciosa, y a llegar a prisión, bueno…Podríamos tener una sesión de sexo tú y yo- Tú la miras con la boca abierta y parpadeas.

¿Ha dicho lo que crees que ha dicho? Ooh dios, te dan ganas de darle una patada y meterle los piercings que tiene por el culo.

-Santana: ¿Te has visto? ¿Crees que yo me acostaría contigo? Es más, no sería capaz ni de tocarte con un palo – Te cruzas de brazos y tragas saliva. El solo hecho de pensarlo te entran ganas de ir al baño urgentemente.
-Eh tranquila mamita, no te enfades, yo sólo quiero ser tu amiguita que comparte cama, nada más- ¿Nada más? Oh si, y también podemos compartir la ropa interior y hablar de las novias que tuvimos en el pasado, ¿Esta tía es tonta?
-Santana: mira chavala, déjame en paz, porque lo único que me das es asco – Ella te mira divertida y se acomoda en su asiento. Joder, que aún no te deja tranquila, no debe de entender tu idioma.
-Oh no, yo te gusto te lo noto.

¿Te nota qué? El asco y el repelús que te da con simplemente respirar, asquerosa.

-Santana: Entonces tienes mal presentimientos chica, vete al médico urgentemente – Ella frunce el ceño y asiente lentamente. No te gusta cómo te está tratando. Tú no eres ninguna puta, ella no es nadie para tratarte de esta manera.
-¿Me llevas tú? – Se ríe y tú sueltas un gruñido. ¿Dónde coño está la policía cuando la necesitas, a ver?
-Santana: No vete tú, que para eso tienes piernas sean lo asquerosas que sean – Hasta hablar con ella te causa arcadas. Dios, que se calle y se olvide de ti, por favor, si no tendrás que matarla.
-Me gustaría que me las tocaras, preciosa.

Oh dios, vale, ya está se ha acabado, te ha cansado. Que se las toque su abuela o su madre, a ti esas cosas y guarradas que ni siquiera te las mencione.

-Santana: Mira tú sigue hablando que te meto una ostia que te deja más tont-

Te callas cuando ves que la puerta del autobús se abre y con eso sabes que llega alguien nuevo.

-Santana: E-es ella.

La ves a ella, oh sí, tan guapa como la última vez que la viste en aquella jaula de pacotilla. Esos ojos azules, que como ellos, no hay otros, mejor dicho, únicos y perfectos. Esas pecas que desde el primer día te causaron gracia y esos labios que quisiste devorar en cuento la viste. Eso fue antes de ver lo imbécil que era, obvio. Ahora lo único que sientes es odio y desprecio. Más o menos como la ramera que te estaba acosando. Leva un pantalón vaquero, una camiseta blanca con un dibujo rosa en ella y una cazadora vaquera con las mangas arremangadas. En sus pies calza unas converse blancas algo desatadas, resumiendo, un look normal y corriente. Su pelo lo lleva como la foto que te enseñó Jess, algunos tirabuzones caen por su pecho al igual que su espalda, haciéndola ver genial y sorprendente. Bueno la hace ver, eso no significa que lo sea, claro.

-Guardia: Vamos, muévete, ¿A que esperas? – Ella suspira y rueda los ojos. Aún sigue con su comportamiento malote y superficial.
-B: Ya me estoy moviendo ¿No lo ves? – El guardia le da un golpe en la cabeza y ella cierra un ojo. No debe tratarla así.
-Guardia: Cállate y compórtate, que por eso estás aquí, por no comportarte y ser como eres – La empuja hacia el pasillo y ella echa un pequeño vistazo a las mujeres que hay.

Haces lo mismo que ella y ruedas los ojos. Están como en la jaula que estuviste la semana pasada, atontadas, emocionadas, embobadas y locamente perdidas por ella. Miras hacia atrás y todas hacen lo mismo. Dios, es que no hay ni una que se libre de este embrujamiento, bueno, menos tú claro. Hasta la ramera que te molestaba ha parado de mirarte y mira de arriba abajo a tu enemiga. La pregunta es, ¿Son todas lesbianas o qué?

-Guardia: A ver gente, aquí tenéis a la famosa B por la que tanto babeáis aunque no es gran cosa, tratarla bien y por favor no os la coméis, gracias – El guardia va empujando lentamente a la chica y las mujeres se mueven en sus asientos para acercarse a ella, pero no pueden claramente, están esposadas.
-Guardia: ¿Con quién te sentaré B? – Ella alza sus hombros y suspira cansada. Le dará todo igual.

Las mujeres de tu alrededor empiezan a gritar y repetir “Aquí B” varias veces. No entiendes que pasa con esta mujer, ¿Qué es, la reina del país? ¿La hija perdida de Jennifer López o qué?

-Guardia: Te vas a sentar allí con esa morena, ha sido la única que no ha dicho nada y además estás sola.

Entonces por primera vez, sientes como un cosquilleo envuelve tu cuerpo cuando te mira y sus ojos se vuelven más azules de lo que son. Notas como su cuerpo se relaja y deja de estar tensa, y una tranquilidad alumbra en su interior. Evitas sonrojarte cuando ves su sonrisa y lo grande que es, enseñando sus dientes blancos. Ella asiente y se acerca a ti, y cuando está enfrente tuya mira al guardia.

-B: aquí estoy bien, gracias – El guardia asiente y se acerca a ella cogiéndola por los cuellos de la cazadora.
-Guardia: no quiero que tengas peleas en prisión, ¿Vale? Si no te las verás conmigo, niñata de mierda – Notas la furia en sus ojos y el odio que desprende.
-B: Vale, me portaré bien – Ella asiente y lo mira fijamente. No ves ni pizca de miedo en sus ojos. Increíble.
-Guardia: Bueno mujeres, nos vamos directo a prisión, el autobús arranca – Se separa de la rubia y camina hacia la parte delantera del autocar.

En cuento dejas de perder de vista al hombre con uniforme, la rubia famosa se gira hacia ti y te mira con una medio sonrisa. Valla, es raro que no te dijera nada y extrañamente, lo echas de menos. Ella se acomoda en el asiento y gira su cabeza hacia atrás.

-B, hola me llamo Marisa, encantada de conocerte por fin.

La rubia sonríe y le regala una pequeña sonrisa a la morena detrás de ella.

-B: encantada Marisa, ¿Qué tal estás? – Pregunta mirándola fijamente y con esa mirada suya tan coqueta. No te gusta nada esto. Odias escucharla hablar.
-Marisa: B-bien B, muy bien, ¿Y tú? – Dice echándose hacia delante y mirando a la rubia con la boca abierta. Está tan embobada que si le cortan todo el pelo no se entera.
-B: Bien, aquí estamos – La morena se ríe y B alza sus hombros. Arg, te da asco. Es tan imbécil, hace con todo el mundo lo que ella quiere.

-Bueno Marisa ahora me toca a mí, Hola B, yo me llamo Lidia, pero puedes llamarme cómo tú quieras - Vale, otra más, joder caen como churros, esto es decepcionante.
-B: Hola Lidia, eres muy guapa por cierto – La chica se sonroja y ella suelta una pequeña risita. Le causa gracia, obvio, hasta a mí. Dios, esta situación ya la has vivido una vez, por qué tenerlo que hacer otra vez.
-Lidia: Oh, para guapa tú, cielo- Mira al suelo y luego mira de nuevo a la rubia. Tú ruedas los ojos en tu asiento. Esto te parece muy incómodo .La chica llamada Lidia, vio tu reacción y te mira algo preocupada.
-Lidia: perdona B, ¿Ella es tu novia?- ella te mira extrañada y niega con la cabeza. Ni de coña chica, ni buena pareja hacemos.
-B: No, ¿Por qué lo preguntas?- Sonríe y eso hace que la chica con la que está hablando se derrita.
-Lidia: No nada, preguntaba, haríais buena pareja- Tú toses, sí, de repente te ha venido la tos y no puedes controlarla, pero no es de extrañar. Esta chica dice más barbaridades juntas.
-B: No, no te creas – Dice mirándola con el ceño fruncido y negando con la cabeza con una mueca de miedo. Espera, ¿Qué está insinuando?
-Santana: Qué piensas, ¿Qué soy fea para ti o qué? – Ella te mira sorprendida y tú rápidamente te has dado de cuenta de la gilipollez que has dicho.
-B: No, no pienso que eres fea, pero no pegas para mí – Te mira con una cara de “Por eso lo dije estúpida” y tú la miras entrecerrando los ojos.
-Santana: ¿Qué insinúas ricitos de oro? – preguntas con la ceja levantada y tú cara de ofendida 100%. Ya te está empezando a joder ya.
-B: Que no pegas conmigo, yo soy mala y tú eres, bueno no sé lo que eres, yo soy buena persona y tú eres borde, somos polos opuestos nena – Tú la miras sorprendida. ¿Dónde está la dulzura de rubia que conociste una semana atrás?
-Santana: Primero de todo no me trates de nena, y segundo ¿Por qué me tratas así? La semana pasada no te comportabas así, ahora eres como muy…cómo decirlo…putera – dices mirándola con orgullo y sabiendo que la has jodido.
-B: Vives en el pasado, yo en el presento bonita, si tanto te afecta que te trate así sólo dímelo y te trato cómo antes, lo que tú quieras – Ella te sonríe con esa sonrisa picarona y tú suspiras indignada. ¿Qué mierda de mierdas dice por esa mierda de boca?.
-Santana: No al contrario, me alegra que seas así, con eso me estás demostrando que has conseguido olvidarme, por fin – Ella te mira con cara divertida y suelta una pequeña carcajada. Tú frunces el ceño y la miras desconcertada, ¿Qué tiene el bicho este ahora?
-B: Oh vamos, ¿Enserio? ¿Eso es lo que crees? ¿Qué he conseguido olvidarte? Vamos bonita, la bofetada que me diste aún me duele, por no hablar de mi labio, por cierto, tienes unas manos preciosas- Intenta cogerte las manos aún con las suyas esposadas y tú las apartas. No ni de coña.
-Santana: Shh no, no me toques, caca bicho – Ella te mira confundida y tú sonríes victoriosa. Jódete.
-B: ¿Me has llamado bicho? ¿Pero qué coño tienes ahora? Primero te pones celosa de que hable con otras chicas y me reclamas no hablarte como el otro día y ahora me insultas, ¿Eres bipolar o qué? – Te ha dicho..¿Que estás celosa? Oh vamos, esta fuma.
-Santana: No estoy celosa, imbécil- dices empujándola con el hombro y mirándola mal.
-B: Ooh ya, seguro, si ahora le digo tres palabritas de amor a Lidia te mueres bonita – Tú abres la boca e intentas insultarla, pero no te sale nada. Hija de mala fruta.
-Santana: ¿Sabes? En todo el camino no me hables, será lo mejor – Dices mirando a la ventana y viendo en el reflejo cómo la rubia sonreía.

Se acerca a ti y junto su cuerpo al tuyo. Con sus manos atadas, delicadamente aparta tu pelo de tu cara y luego pone las manos en tus rodillas. Te dibuja circulitos imaginarios y tú sientes como el calor sube por tu cuerpo hasta parar en tus mejillas. ¿Qué te está pasando, López?

okey que onda b y san celosa? jaja me hiciste llorar no queria que san terminara presa pero bueh besos!

ahora viene la convivencia, supongo que sera entre divertida y desastrosa!

hola,...
me encanto,..
llore con la despedida de san con su familia,...!!!! :(
B va a estar de conquista en la cárcel,.. jajajaj
pobre san si se pone celosa por que nomas le hablan,... y si llega a pasar algo mas!! pobre de las chavas!!!

Que lastima lo de San y que buenos amigos que tiene!!!
Quiero leer mas! Saludos

Hooolaaaa ¿Que tal? espero que genial gente. Bueno como cada fin de semana, hoy he decidido subir este cap de esta pequeña historia Bueno este cap es algo, como decirlo...¿Emocionante? Creo que sí. Ya empieza el romance de estas dos loquillas, y creo que os gustará. Gracias por vuestros geniales comentarios y por leer la historia. Cuidaros y abracetes de oso. Saludos. BESITOS DE NUTELLA.


ENCARCELADAS CAP 5

Miras por la ventana, las cosas y cosas que vas pasando, que se quedan atrás sin poder evitarlo .Apoyas tu cabeza en la palma de tu mano y cierras tus ojos. Desearías dejar de escuchar, olvidarte de respirar y impedirte hablar, ahora mismo, es lo que más ansias. Aprietas tus puños y una lágrima desciende por tu mejilla hasta caer en tu pantalón. Abres tus ojos rápidamente y parpadeas varias veces, no puedes llorar aquí delante de tanta gente, tanta maldad junta es mala para ti. Sonríes melancólicamente cuando ves un señor y una señora pasear abrazados con tres niños a su alrededor. Los echas tanto de menos, que hasta duele. Llevas 45 minutos en este autobús, que parece que no te lleva a ninguna parte, cada segundo que pasa tú estás más nerviosa, si es posible, obvio. Después sin olvidar, la clase de compañía que tienes a tu lado, que lleva ligando con las mujeres de tu alrededor todo el puñetero trayecto. Te parece tan asquerosa, irritante e insoportable. No sabes que le ven las demás imbéciles que están hablando con ella. Suspiras cansada de tanta mierda alrededor tuyo y te sientas derecha en tu asiento, a ver si ella te ve y decide callar un momento. Un momento. Sólo uno.

Nada. La muy estúpida sigue hablando, sonriendo y riendo, carajos. Parece que se ha olvidado de ti, se ha olvidado de tu presencia, parece que te ha eliminado de su mundo de perras. Es una gilipollas, no puede hacerte eso por que quiera. Eso lo haces tú.

-Santana: Oye Rapuncel, por favor puedes callarte, me tienes la cabeza rayada con tantas tonterías saliendo de tu boca, asique para un poco- Ella se gira hacia ti y te mira divertida.

Vale, deberías saberlo, ella va a hacer lo contrario que tú digas.

Porque es subnormal, no entiende las cosas.

-B: ¿Te molesto? – pregunta mirándote con el ceño fruncida y la mirada fija en ti. Te está incomodando con tanta observación hacia ti.
-Santana: Sí, es más me mareas con tanta mierda – Tú alzas tu ceja y te pones completamente seria. No entiendes porque está tan sonriente, no le ves la gracia.
-B: Siento marearte de esta manera, yo tenía otras en mente – Ella te sonríe de manera pícara y te mira los labios. ¿Se está quedando contigo?
-Santana: ¿Estás de broma verdad? Dime que lo estás, porque te voy a dar una tremenda bofetada que te van a saltar todas las neuronas, o bueno, si tienes alguna claro – Alzas tu mano derecha y ella suelta una pequeña carcajada. Claro, tienes las manos atadas.
-B: ¿Cómo la de el otro día? ¿Después también te sentirás culpable de haberme pegado o no?- Ella te mira seriamente y tú te asustas. En el tiempo que tú has estado con ella nunca la has visto así, y te da miedo. Mucho.
-Santana: No me voy arrepentir, tenlo en cuenta – Tú bajas la mirada y la clavas en el suelo del bus. No quieres ver la cara que pone.

-B, pasa de ella, te estamos esperando cariño.

Ella se gira y tú levantas tu cabeza. Quieres escuchar lo que va a decir y quieres ver lo que va a suceder En este momento te arrepientes de haber querido dejar de oír.

-B: hablamos después, déjame con ella.

Tú te sorprendes al escuchar eso. Sinceramente, prefieres que hable contigo a escucharla hablar con otras mujeres. De ese modo te rompe más la cabeza.

-Oh vamos, es una imbécil, olvídala.

No te está gustando como habla de ti. No le has hecho nada a esa estúpida sin cerebro y mira como te trata, como la reina de las abejas.

-B: Te he dicho que no, déjame, ¿Vale?, y deja de insultar a los demás, cuidado con tu boca.

Tú te muerdes el labio para evitar sonreir. La cara de imbécil que se le ha quedado a la pelirroja es lo más.

-L-lo siento B, después hablamos.

Claro que sí, después habláis. Tendrá tantas mujeres con quien hablar, que no se acordará de ti, bonita.

-B: Bueno, asique no te vas a arrepentir – Se gira hacia ti y tú te sorprendes. Te ha pillado mirando la situación sonriente, y ante ello, te sonrojas.
-Santana: s-si claro- Ella asiente y tu tragas saliva. Joder López, eres tonta pero tonta, te pillan en todo. No sabes mentir ni disimular.
-B: ¿Te ha gustado lo que le he dicho a Natalie? – te mira mordiéndose el labio y con los ojos entrecerrados. Tú no sabes dónde meterte.
-Santana: No estaba escuchando, asique no me hables de algo que no tengo ni idea – Ella suelta una pequeña carcajada y da un golpe en el suelo con su pie. Tú pasas de algo intimidada a enfadada. ¿Esta tipa es tonta o se entrena?
-B: ¿No estabas escuchando? Oh vamos bonita, a mi no me engañas – Tú la miras indignada y te acomodas en el asiento mirando hacia ella. Te ha cansado.
-Santana: 1º no estaba escuchando y 2º no me llames bonita, estúpida- Ella te mira alegre y eso te jode más. Odias cuando se pone con esa actitud de chica pasota contigo.
-B: Ah me había olvidado, yo te tenía que llamar princesa- Mierda, la has jodido. Ese aún te gusta menos que el anterior. Me cago en….
-Santana: No, no me llames así, es más no me llames nada- La señalas y la miras completamente enfadada. Ella es capaz de sacarte fuera de tus casillas con simplemente una palabra. Es completamente INCREÍBLE.
-B: Algo tengo que llamarte teniendo en cuenta que no quieres decirme tu nombre, ¿O has cambiado de opinión princesa? – Tú resoplas y miras por la ventana un momento. Dios, estás pensando en ahorcarte con tus esposas para evitar esto. Quieres que siga hablando con sus putas y te deje en paz. Cambias mucho de opinión.
-Santana: No te voy a decir mi nombre, ¿me dices tú el tuyo? – Ella se pone algo seria pero aún tiene ese brillo divertido en sus ojos. No se le va ni con legía.
-B: B, me llamo B, ¿Y tú? – Tú niegas con la cabeza. Ese no es su nombre, quieres saberlo y ella no te lo dice. Comprendes cómo se siente ella por un momento.
-Santana: No dímelo, ese no puede ser tu nombre – Ella frunce el ceño y te mira molesta. Espera un momento, ¿Molesta? Oh dios, esto no puede ser algo bueno para ti, López. Te has metido con la persona equivocada.
-B: Te estoy diciendo que ese es mi nombre, ahora dime el tuyo y ya está, si no quieres decírmelo no me lo digas, me estoy cansando de tanto misterio por tu parte- Oh, valla.
Se ha cabreado, lo ha hecho y te da algo de miedo, aparte que no te gusta nada. ¿Le dices tu nombre o no?
-Santana. No, no te lo digo Pierce – Ves como su cara cambia por completo y sus ojos se abren como platos. No sabes si has hecho lo correcto diciéndole eso, pero no es para tanto, es solo su apellido, en la cárcel la tendrán que llamar por su nombre completo, ¿Cierto? ¿Y cómo reaccionará ante eso?
-B: Como coño sabes mi apellido- Se acerca a ti y te asustas. No te puedes creer como se está poniendo por una tontería como esa.
-Santana: Tus hermanas me han enviado una solicitud de amistad al Facebook, solo sé tu apellido, no te pongas así conmigo – Ves como los orificios de su nariz se abren y su boca se abre un poco. Se está enfadando.
-B: ¿Por qué coño han hecho eso? No te conocen de nada, ¿O si?, Espera ¿Eres la novia de mi hermana Anna?- pregunta a centímetros de tu rostro y susurrando en tus labios. Oh mi dios, ella está tan furiosa que no se da cuenta de esto, pero tú estás bastante “normal” ahora mismo, y bueno….
-Santana: No soy la novia de Anna, tranquila – Crees que con eso se relajaría algo más pero te has equivocado. Traga saliva y mira detrás de ti. A la ventana, que deja ver el enorme y hermoso prado verde.
-B: ¿Entonces de qué conoces a mis hermanas? Y dime la verdad, sé cuando mientes- Tú asientes y sin evitarlo miras sus labios. Joder, que te pasa López, vuelve a tu odio por ella…
-Santana: Tu hermana Ángela es amiga de mi prima Jéssica, igual ella le habló de mí a tus hermanas y me enviaron la solicitud, nada más – Ves como su rostro se relaja y se pone pálida. Ves como su pecho sube y baja, sube y baja, así varias veces. Ella está algo, bueno…no lo sabes. Te preocupas cuando ves que en su línea que tenía en su boca se va formando una curva, demostrando sus dientes y el brillo divertido de sus ojos vuelve. ¿Qué coño pasa?
-B: Asique eres la prima de Jess- Murmura pasando tu mano delicadamente por tus dedos y mirándote fijamente. A veces puede ser tan tierna.
-Santana: s-si – tartamudeas y luego niegas con la cabeza para apartar su mano de tus dedos. Su tacto te pone intranquila y nerviosa. Intranquila, dijiste intranquila.
-B: entonces te apellidas López- Tú te tensas y giras la cabeza. A la mierda, ya sabe tu nombre. Jéssica, te voy a matar…
-Santana: Sí, soy López – Ella asiente y te sonríe. Dios, se pasa la vida sonriendo y sonriendo, parece que le pagan por ello, te parece tan irritante.
-B: Ahora mismo no me acuerda tu nombre, emm…Samanta…No Samanta no….Ana…No ese no…Como era….Empezaba por San…..- Tú la miras con los abiertos y tu cuerpo se eriza. Dios, tiene tanta memoria para lo que quiere que te tiene intrigada. Está a punto de sacar tu nombre de su cabeza, pero sinceramente…No quieres eso. B, olvídate de que empieza por San .OLVÍDATE.
-Santana: Pues no, no, te estás confundiendo, nada que ver con lo que estás pensando- Sueltas un bufido divertido y sonríes. Por favor, que te crea, sólo por esta vez, te ha salido convincente, ¿Verdad? Claro que sí.
-B: Ya, seguro que sí – Susurra acercándose más a ti y apartándote el pelo de tu cara – Eres tan hermosa, que hasta me ciegas con tu belleza – Centímetros. Sí, está a centímetros de tus labios. Ves como dirige su mirada a ellos y luego de nuevo a tus marrones y oscuros ojos. Tú la miras fijamente. Lo que más te gusta de ella, sus ojos. Dios, podrías morirte por tener un segundo más su mirada en ti. Ella te hace sentir tan nerviosa, un simple roce, una simple palabra, te revuelve. Dios, esto no puede ser. Estás confundida.
-Santana: Aléjate de mi imbécil, eres tan estúpida que cada vez me sorprendes más, ¿No lo sabías? – Murmuras mirando sus labios con desprecio y luego a sus ojos – Nunca tendrás nada conmigo, métetelo en tu cabeza – la empujas con todas tus fuerzas consiguiendo que se separe de ti y que se ponga en su asiento.
-B: Sí, lo sé – te mira y recorre tu cuerpo con su mirada. Mierda, lo está haciendo de nuevo, te está acosando con su vistacito.
-Santana: ¿Entonces por qué sigues insistiendo? –preguntas cansada de tanta insistencia por su parte y por tanto acoso. Ella es una cerda y sucia. Arg.
-B: Porque sé que estás mintiendo, de nuevo – Ella asiente y mira a su alrededor. Las chicas de atrás están hablando entre ellas al igual que las del otro lado. Vuelve su vista hacia ti y se aclara la garganta – Sé que si ahora te besara, no harías nada por evitarlo
-Santana: estás loca, ¿Por qué te lo tengo que decir tantas veces? – Alzas tu voz y golpeas tu asiento enfadada. Es mentira todo lo que dice, son sucias y asquerosas mentiras. Si te besara le meterías un golpe enorme en su boca.
-B: Porque me gusta cómo me lo dices, tu voz es música para mí- Tú frunces el ceño y pones cara de asco. Esta chica no está bien de la cabeza, ella no puede decirte tantas asquerosidades como esta. Cree que por decirte tres tonterías de nada te vas a meter debajo de las sábanas con ella.
-Santana: ¿Sabes que es música para mí? – Te acercas a ella y rozas tus labios en su mejilla. Sientes como unas hormigas recorren tu espalda y estómago cuando notas su aliento en tu cuello. ¿Por qué te pones así, haber Santanita?
-B: ¿Qué?- Susurra en tu oído. Tú tragas fuertemente saliva y para agarrarte a algo apoyas tus manos en sus piernas. Ella es tan dura y fuerte, es tan atractiva.
-Santana: Esto – Apartas tus manos de sus piernas y con un movimiento hábil le das una bofetada, dejándole la marca de tu mano y de las gruesas cadenas. Ella suelta un pequeño gemido y se lleva sus manos a la cara. Dios, te duele tanto la mano, joder tienes mala experiencia con ella dando golpes. Tragas saliva cuando ves que todo tu alrededor, todo, tiene tu mirada fija en ti. Oh…

-¿Qué coño haces imbécil? – dice un castaña alzando su mano y mirándote mal. Dios, se van a poner todas sus putas en tu contra. Son muchas contra ti.

-Santana: A ti no te importa lo que yo haga, métete en tus asuntos – Ella se levanta y te mira con la ceja levantada. Su compañera de asiento la agarra por los hombros y tú suspiras. Menos mal.

-Morena, te has metido en un buen lío, le has pegado a la dueña de mi vida y de mi entrepierna – la pelirroja de antes, sí, la gilipollas esa. Dios, que haces ahora, no sabes.

-Santana: ¿Qué problema tienes? Parece que te ha dolido más a ti que a ella – Señalas a la rubia que tiene ambas manos en su cara tapándose el rostro.

-No eres nadie para pegarle, aún por encima que ha querido hablarte y interesarte por ti, dios no se que te ve en una hija de puta como tú.

Tú te levantas alterada de tu asiento pero una mano fuerte te para. La miras y sientes el dolor pudriéndose en tu interior, invadiendo todo tu ser. La sangre recorre su rostro, desde la parte baja de su ojo izquierdo hasta casi su cuello, un corte grande y algo profundo. No te puedes creer la tontería que has hecho, no puedes. Levantas tu mano derecha que no para de temblar y la acercas a su cara. La tocas, la tocas y ella cierra sus ojos. Le duele. Por tu culpa. Ella aparta tu mano de su cara y niega con la cabeza. No te quiere, no quiere nada de ti.

-Si fuera tú B, le daría una paliza ahora mismo, si quieres te ayudo bombón- Tú apartas tu vista de la rubia y la centras en esa pelirroja. Aprietas tus puños para calmarte y cuando estás a punto de hacerlo abre su estúpida boca de nuevo. Estropeando todo.

-B, amor, ¿Estás bien? ¿Qué te ha hecho esta perra?- pasa sus manos por los hombros de la rubia y le besa la mejilla derecha. El veneno recorre tu cuerpo.

-Santana: Aquí la única perra que hay, eres tú.

Te acercas y le tiras de los pelos haciendo que ella suelte un quejido y te coja a ti de tu larga melena. Tus esposas golpean su rostro y ella cierra los ojos, crees que ha acabado pero es todo lo contrario, esto acaba de comenzar. Ella te coge la cara con ambas manos y te estampa contra el sillón haciendo que sueltes un grito. Dios, tu perfecta boca, te duele a mares. Te tocas el labio y miras tu mano pintada con un rojo asqueroso que nunca te ha gustado. La muy cabrona. Te subes encima de B y pones ambas piernas a cada lado de su cuerpo, arañas la cara de la estúpida pelirroja y le muerdes la mano derecha que tenía enganchada en tu pelo. Que se joda. Te has calentado más que una tetera. Estás a punto de darle un puñetazo cuando la rubia que tienes debajo de tu cuerpo se aferra a tus piernas y se levanta llevándote a ti con ella en sus brazos. El golpe que tenías preparado acaba en el pecho de B, haciendo que tú te sorprendas. Te sientes tan bien en sus brazos, joder, la odias no puedes sentir esto por ella.

-B: ¿Qué te crees que haces? ¡Tranquilízate joder! ¡Te vas a cargar a medio autobús con tu comportamiento de mierda, que tienes, que te pasa, no seas tan estúpida por favor! – Te aprieta las piernas y tú sueltas un quejido. Dios, sus manos son tan fuertes.
-Santana: ¡A mí no me hables así! ¡Aquí la única estúpida eres tú! ¡Crees que por decirme cuatro cumplidos que no valen ni para fregar el suelo me voy a meter en tu cama, pues NO! – Te agarras a tus hombros y das unos cuantos golpes en ellos negando con la cabeza. Estás tan cabreada ahora mismo, que la matarías.
-B: ¡Te mueres por mí1 ¡Mueres ahora mismo al estar en mis brazos, no lo niegues! ¡Ahora mismo me das asco, asco! ¿Me oyes? ¡He estado comportándome contigo educadamente, te respecto, intento ser buena y vas tú y me das una bofetada que me duele más que mil demonios! ¡Se me ha acabado la paciencia, ahora sabrás como soy yo morena, lo sabrás! – Grita a todo pulmón en tu rostro haciendo que tu le des otra bofetada pero más ligera a causa que ella movió su cabeza hacia el otro lado.
-Santana: ¡Pues yo te odio! ¡Te odio! – te mueves en tus brazos y ella protesta acercándose a tu asiento y poniéndote en él. Tú no desenvuelves tus piernas de su cintura y le das un golpe con los puños cerrados en su cabeza.
-B: ¡Suéltame! ¡Si tanto me odias suéltame! ¡Déjame que me olvide de ti, deja que me comporte contigo como si no existieras, deja que te odie como tú lo haces conmigo, déjame intentarlo! – Grita y tú niegas con la cabeza.
-Santana: ¡No quiero! ¡Te arrepentirás por comportarte de esa manera conmigo, y lo único que querías es aprovecharte de mi cuerpo para satisfacer tus necesidades! ¡Yo no soy un muñeco, estúpida! ¡Yo soy mejor que tú en todos los sentidos! – Le agarras el cuello y ella cae encima de tu cuerpo. Le coges las mejillas y tiras de ellas haciendo que ella suelta un quejido y te aparte las manos de su cara.

-¡Guardias, guardias! ¡La morena está pegando a B! ¡Guardias! –Grita más fuerte que la rubia hace unos minutos y haciendo señas para que se acerquen aquí. Oh no, no quieres tu primer problema. No.

-Santana. A-apártate, me voy a meter en un lío y no quiero, sácate encima de mí estúpida- La empujas y ella hace más presión en tu cuerpo. Dios, esto te pasa por ser tan tonta e infantil, López. Mierda.
-B: Nos meteremos las dos en este lío, las dos princesa – Susurra en tú oído y tu sueltas un gemido queriendo sacarla encima de ti resultando imposible.
-Santana: Déjame por favor, dijiste que me ibas a olvidar y odiarme –murmuras cansada y sin fuerzas. Puede contigo, no puedes contra ella. Te supera.
-B: Dije que iba a intentarlo pero no dije cuando- tú cuerpo tiembla debajo del suyo y te agarras a su cuello. Joder, tiene que ser tan tierna, ¿Eh? Tan dulce, ¿Eh? ¡No, no puede!
Miras por encima de su hombro como dos guardias llegan corriendo y se acercan a la rubia por detrás. La cogen por la espalda y la separan de ti. Notas un vacío cuando notas su cuerpo lejos del tuyo, es extraño. Tú te acomodas en tu asiento y sueltas un quejido, la cabeza te duele un montón, parece que una familia de saltamontes ha formado una fiesta de cumpleaños en ella.
-Guardia: ¡Tú levántate! –te cogen por ambas manos y te levantan de tu asiento. Tanto brusquedad y sequedad no te gusta.

El autobús para y otro guardia se acerca por el largo pasillo. Mira a la rubia con preocupación y luego a ti. Niega con la cabeza y resopla fastidiado.

-¿Ya se han peleado? ¡Ni siquiera hemos bajado del bus! –Sus otros dos compañeros alzan sus hombros y ruedan sus ojos.

-Guardia: Mira que cara tienes rubia, ¡Parece que ten han molido a golpes! –murmura golpeando la espalda de B y moviéndola bruscamente.

-Ya hemos llegado, primero bajamos a las demás y luego bajan estas dos, apartaos del pasillo.

Los guardias nos sientan en cada asiento y se disponen a bajar a tus supuestas “compañeras” del bus para entrar dentro de prisión.

-Guardia: ¡Vamos bajando señoritas! ¡En fila y sin empujar, como en el colegio! ¡No vais a un centro comercial ni a una fiesta asique con calma!

Ves como bajan de sus asientos y los guardias las van mandando bajar. Tienes la oportunidad de ver a cada una de ellas, conocer sus caras y memorizar sus rostros para cuando os conozcáis, bueno, algunas de ellas. Cuentas, y más o menos han bajado 30 y algo de mujeres, pero de varias edades distintas.

-¡Ahora vosotras estúpidas! Y por cierto, ahí gritan el nombre de “B” supongo que eres tú rubia –La rubia resopla y él la mira divertida –Tranquila, es mejor que te adoren a que te maten a palizas y golpes.

Os coge a las dos y andáis completamente pegadas por el largo pasillo hasta bajar por las cuatro escaleritas y salir del autobús.

Tú abres tus ojos al máximo al ver tal edificio delante de tus narices. Una gran muralla protege la construcción pero deja ver un poco de ella. Ves a mujeres gritar dentro de la prisión al ver a la mujer de tu lado. Tragas saliva y bajas la mirada, no puedes hacer esto. No eres fuerte, y necesitas a tu familia para serlo.

El guardia os empuja por la espalda y tú andas a regañadientes. Las puertas de la cárcel se abren y tú te incomodas cuando sientes tantas miradas clavadas en ti, pero sobre todo en la rubia. Escuchas gritos. “Rubia, estás tan buena” “¿Qué le ha pasado a tu cara tan sexy?” “Esa B, sexy” “Morena, me tapas las vistas, muévete”.

El guardia abre camino entre la multitud y tú miras a B preocupada. Ella debe notar tu mirada en ella y te mira. Te sientes segura, sabes que si ella está a tu lado no te harán nada, pero cuando estés sola, harán de ti lo que quieran. Te regala una pequeña sonrisa y acerca su mano a la tuya. Acaricia tus dedos de la mano izquierda con su meñique y tú suspiras. No quieres que te pase nada, estás tan asustada que hasta respirar te da miedo.

-B: Tranquilízate, no te harán daño.

Tú asientes y separas tu mano de la de ella.

Miras al gran edificio en frente tuya y tragas saliva intentando aguantándote las lágrimas que batallan por salir de tus ojos, no es para menos. Un gran bloque pintado de un gris claro, que dan ganas de matarte antes de entrar. Ventanas con rendijas negras, para evitar la huída de todas las encerradas, incluyéndote a ti. Vallas metálicas, que si las tocas, te tostarás más que una tostada. Un gran espacio para jugar cuando sea hora del “recreo” y sin olvidar la gran torre situada a un quilómetro lejos de ti. Tú caminas y miras al césped en tus pies. No te gusta este sitio, lo odias.

Miras a tu derecha y ves a cientos de mujeres vestidas con un mono naranja y unos números gravadas en la parte derecha de su pecho. Como cerdos, igualmente. Tú aguantas las ganas de vomitar, odias pensar en tener que llevar esa mierda puesta, todo este sitio te da repelús, te da asco.

Entras dentro del gran edificio y ves las cientos y cientos de celdas que hay. Cientos. Podría llegar a miles perfectamente.

Ves a las mujeres con las que has estado en el autobús antes y te pones más triste aún. Matarías a la pelirroja asquerosa en cualquier momento.

El guardia que os llevaba a las dos se acerca a sus otros compañeros y os señala a la rubia y a ti. Ellos asienten y se acercan a vosotras.

-Guardia: Hey, ahora vamos a daros los monos y vuestras celdas, moveros- te empuja y tú suspiras. Te estás cansando de tantos empujones y tantas mierdas. No eres un perro para que te traten de esta manera. No lo eres, aunque ellos lo piensen.

Seguís a los tres guardias y os llevan a una gran sala. Tan grande como tu casa entera y la de tu padrino, y la de tu abuela, y la de tus tíos y la de tus vecinos. Joder, esto es enorme. Un gran lugar, con un escenario enorme y unas mesas delante con seis sillas y papeles encima de ella.

-Guardia: Vamos a ver, ahora os llamaremos por una lista que tenemos y os daremos vuestro mono naranja muy bonito, y os diremos vuestra celda que seguramente tengáis que compartir, y no quiero que me pidáis hacer cambios ni nada por el estilo porque queréis ir con vuestra amiga. Esto es la prisión señoritas, el peor lugar del mundo, no un campamento de verano.

Tú ruedas los ojos y te muerdes el labio. Mientras no te toque con B y con la hija de puta de la pelirroja, todo bien.

-Guardia: Poneros en cinco filas y cuando os llamemos os acercáis, os sacamos las esposas y os ponéis en este lado calladas y tranquilas. Cuando acabemos de llamar a todas os dirigiréis a vuestras celdas y os cambiaréis, luego podéis salir al patio o ir al comedor o como queráis.

Todo esto te parece tan ridículo e estúpido, que has tenido que aguantarte para decir algo. Estás casi detrás de todo en la tercera fila, y detrás de ti, B. Miras a tus contornos y te sorprendes, en el autobús no parecía haber tanta gente, pero ahora te quedas asustada de la tanta que hay.

- Jennifer Gómez.

Una morena con el pelo rojo y tatuajes en su cara se acerca al guardia y suspira cuando el guardia le saca las esposas. Le coge la ropa que tenía en las manos y mueve su cabeza.

-Guardia: Celda 301, compañera de celda Amanda Pego.

La chica asiente y se sitúa a un lado del guardia en completamente silencio. Joder, parece un circo, domar a las leonas y las tigresas y luego nos pondrán a saltar aros de fuego.

-Lidia González.

Sí, esa chica de antes del autobús que creía que la rubia detrás de mí era mi novia, que estupidez más grande.

-Guardia: celda 304, compañera de celda Marisa Johns

La chica sonríe y coge su ropa de las manos del guardia para colocarse al lado de la tal Jennifer. Lidia está contenta, obvio, le ha tocado con una amiga suya. Tú no tienes amigas, asique que te toque con una de las más decentes, si las hay.

-Lindsay Stuart

Y ahí va, la pelirroja hija de puta que te ha pegado antes, ojalá le tocara con la más peligrosa de la prisión y mientras estuviera durmiendo la violara y la matara.

-Guardia: Celda 302, compañera de celda Ainara Crespo.

Ella suelta un pequeño suspiro y con un asqueroso puchero se coloca al lado de Lidia. Como la odias, simplemente ver su cara y querer tener poderes para quemarla viva.

No sabes cuánto tiempo llevas de pie, 15 minutos puede ser, 10 también, bueno no sabes fijo lo que llevas. Has dejado de escuchar desde que dijeron el nombre de la hija de puta y se puso al lado de la compañera tuya. Miras a tus lados y ves que apenas quedan 10 personas, probablemente ya llegue tu turno. Piensas cómo intentarás hacer amigas aquí, porque será imposible, ¿Cómo vas encajar tú con gente como esta? Ni de broma. Te duelen los pies, te duele la cabeza, aclarando, te duele todo López. Te sientes tan vulnerable, tan poca cosa, tan mierda….Tienes ganas llorar, ¿Pero para qué? Nadie estaría ahí para apoyarte y decirte que te ayudará en todo lo que pueda. Estás sola en todo esto. Es un hecho.

-Santana López.

Te sacan de tus pensamientos y sacudes la cabeza. Dios, ahí vas tú, esperas no caer mientras vas caminando y comerte el suelo. No sería la primera vez.

-B: asique Santana, un nombre hermoso para una princesa hermosa –susurra en tu oído haciendo que tú tragues saliva y gires un poco tu cabeza para verle la cara. Sí, esa sonrisa suya.

- Santana López.

Tú asientes y a paso rápido te acercas al medio enfadado señor, quien al verte sonríe burlonamente.

-Guardia: a ver mujer, Celda 324 y tu compañera es Rachel Berry, ya lleva aquí una semana.

Tú coges el mono de sus brazos y vas al final de la cola para esperar e irte a tu estúpida celda con tu estúpida compañera.

Miras hacia B quien está mirando al suelo. Te parece simpática su cara, es más, quieres molestarla un poco. Toses fuertemente y con eso consigues llamar su atención. Fija su mirada confundida en ti y tú sonríes coquetamente. Ella lo ha hecho varias veces, ahora lo vas a intentar tú. La rubia levanta una ceja y se mueve un poco en su sitio, echando su cuerpo hacia delante. Tú te muerdes el labio e intentas no reírte “¿Te gusta mi nombre?” Susurras mirándola alegremente y divertida. Ella sonríe y mira hacia otro lado, cuando te devuelve la mirada te da gracia su cara divertida “Me gusta todo de ti, Santana”. Eso te ha fastidiado tus ganas de joderla, ella te ha jodido a ti. Sin evitarlo te sonrojas y ella sonríe victoriosamente “Me encanta tus coloretes, princesa” susurra. Ruedas tus ojos y miras al techo. Es tan tierna a veces, pero otras dan ganas de matarla y arrojarla al río más cercano. “¿Cuándo te llamarán a ti?” susurras mirándola fijamente. Ella alza sus hombros y pone cara de despreocupada “Pronto, supongo”

-B, B Pierce.

Ella mira al guardia y se acerca a paso lento a ella.

Tú cara es como un mapa, ¿Cómo no han dicho su nombre? Joder, todo el puñetero mundo quiere saberlo, bueno ¡Tú quieres saberlo! Ella sabe el tuyo, te gustaría saber el de ella.

-Guardia: Celda 323, compañera de celda Quinn Fabray, lleva aquí cinco días.
Ella asiente y coge su ropa de las manos del guardia. Quiere caminar hacia la fila pero el guardia la para. Ella lo mira confundida.

-Guardia: El guardia Eduardo está fuera, vigilando- Ella asiente - ¡Señoritas ahora cada una a su celda, vamos rapidito que se nos hace de noche!

Tú suspiras y sigues al guardia que está en la puerta y hace señas de que vallamos saliendo. Caminas de nuevo por ese enorme pasillo y miras confundida el lugar. ¿Dónde coño está la 324? Miras a Lidia, ella tiene la 304, la tuya estará más adelante. La sigues y te paras cuando ella entra en la suya. Tú diriges tu mirada al frente y vas caminando, mirando celda por celda hasta que paras en la celda con el letrero “324”. Entras, ya que estaba abierta, y miras el pequeño lugar con curiosidad. La cama de abajo se ve que está ocupada, hay ropa encima de ella y está algo desecha, la tuya se supone que es la litera de arriba. Pones el mono naranja encima junto con los zapatones negros, sí, al final también han dado unos zapatones horrorosos negros, que van a juego con el mono, horroroso con horroroso. Te quitas la americana y la colocas encima de tu cama completamente lisa, sin ninguna arruga. Te vas desabrochando la camisa blanca quedando en una simple y suspiras cansada. No piensas quitarte el pantalón, sólo las bailarinas para poner los zapatones y ponerte el mono. Coges la cosa naranja encartada encima de la cama y lo estiras. Dios, entraría dentro tu hermano Abel, sin problema ninguno. Protesta en murmullos y metes tus dos piernas por cada lado correspondiente, te subes el mono y metes tus brazos por cado lado y lo abrochas hasta un poco más arriba del pecho. “0322A” gravado en tu ropa. Te sientas en la cama de tu desconocida compañera y te sacas las bailarinas para ponerte los zapatones. Te atas los cordones y te arremangas un poco el pantalón para no pisarlo. Aunque es imposible. Pones tu ropa encima de tu cama y estiras tu espalda y cuello. Vas a salir, y no sabes que hacer.

Sales de tu celda y te apoyas en las barandillas que hay fuera para mirar el panorama, aunque bueno, no hay mucho. Ninguno. Ves a chicas caminar para fuera pero ninguna te llama la atención para ser su amiga o algo por el estilo, Puff esto es una mierda.

-Hola, perdón, ¿Eres mi compañera de celda?

Tú te das la vuelta y te encuentras con una castaña sonriente. Ojos marrones bien abiertos, pelo castaño suelto y ondulado y sonrisa enorme y simpática. A simple vista, te parece maja. Lleva el mismo mono que el tuyo, lo tiene arremangado hasta los codos y en las piernas hasta las rodillas, te causa gracia verla así.

-Santana: estoy en la celda 324 – señalas tu celda en frente tuya y te apoyas en la barandilla. Ves como sonríe y se acerca con algo de timidez a ti.

-Yo soy Rachel, tu compañera de celda.

Extiende su mano y tú con una sonrisa enorme, aunque no tanto como la de ella, le estrechas la mano encantada.

-Santana: Un placer Rachel, yo me llamo Santana – Ella asiente y suelta tu mano. Te parece muy educada y amable por lo que hace, no todas las personas son así de agradecidas.
-Rachel: ¿estás bien con la cama de arriba? Porque puedo cambiarme yo para ahí y dejarte a ti la de abajo, a mi me da igual- Alza sus hombros y mete sus manos en los bolsillos despreocupada. Que dulce.
-Santana: No gracias estoy bien, eres muy considerada – Ella suelta una pequeña carcajada y te da un toque en el hombro.
-Rachel: Somos compañeras de celda, ¿Recuerdas? – Tú asientes y sonríes. Con ella es evitable no hacerlo, tiene un carácter tan alegre.
-Santana: Dime Rachel, ¿A dónde puedo ir ahora? Es que estoy perdida – Arrugas tu nariz y ella se pone a tu lado apoyándose en la barandilla.
-Rachel: Si quieres puedes venir conmigo, tengo un grupo de amigas que puedo presentarte y estar con nosotras, eres muy maja por cierto- Te sonríe y te mira de reojo. Tú alzas tus hombros y sueltas una pequeña risita haciendo que ella sonría.
-Santana: No quiero molestar, enserio- la miras preocupada y ella se pone en frente tuya negando con la cabeza varias veces.
-Rachel: no al contrario, cuantas más mejor, además eres mi compañera asique puedes contar conmigo para lo que quieras – Tú la miras y notas como un nudo se te está formando en la garganta. Ella es tan amable contigo, te recuerda a tu hermana Samanta.
-Santana: gracias Rachel, eres muy buena persona enserio- ella tuerce su boca y entrecierra sus ojos, es amable y simpática. Lo tiene todo.
-Rachel: ¿Vamos?- te ofrece su brazos y tú rápidamente asientes y la coges de ganchete, caminado la dos animadas y contentas.

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-Eduardo: ¿Estás bien? –preguntó acariciando la espalda de la rubia quien negaba con la cabeza y tapaba su cara con ambas manos.
-B: No puedo estar bien, no me puedo creer que estoy aquí, no puedo- murmuró sobándose la frente y moviendo nerviosamente las piernas. Estaba muy cansada de tanta mierda, todo el mundo la adoraba y quería, era la grande “B” pero ella no se sentía así. Ella estaba disgustada, se había defraudado a ella misma y a su familia, no podía vivir con esto.
-Eduardo: pues tienes que hacerlo, te esperan 3 años, no quiero disgustarte más de lo que estás pero es la verdad, rubita– Pasó sus manos por el dorado pelo de su princesa y le besó delicadamente la mejilla. Le dolía ver a su rubita de esa manera, mucho.
-B: Tío, lo sé, pero no puedo, yo ayer estaba con mi padre, con mi madre, con mis hermanas, y mírame ahora, ahora no soy nada – dijo con la voz entrecortada y tragando saliva. Las lágrimas la estaban acosando desde el primer momento que pisó la prisión.
-Eduardo: yo prometo cuidarte cariño, haré todo por ti, puedes confiar en mí para todo lo que quieras yo siempre voy estar a tu lado-Agarró la cabeza de su sobrina y la acercó a su pecho. Su rubita envolvió sus brazos alrededor de su espalda y se dejó abrazar por él. Se preocupó cuando notó su camiseta mojada pero rápidamente lo comprendió, su sobrina estaba llorando. Todo el dolor acumulado, la tristeza aguantada y las lágrimas apartadas, ahora estaban saliendo a la luz.
-B: y-yo n-no sé cómo voy hacer p-para estar tres años aquí, no puedo Tío no puedo- soltó un pequeño grito y agarró fuertemente la camisa de su tío apretándola en sus manos. Era el momento de desahogarse.
-Eduardo: Lo sé Brittany, pero yo estaré a tu lado por lo menos, ¿Verdad? Estaremos juntos y nadie nos va a separar- Abrazó fuertemente a su rubita y besó delicadamente su hermoso y dorado cabello. Su sobrina era lo mejor de su vida junto sus otros 3 hijas, pero Brittany siempre tuvo algo especial que lo hacía enloquecer de ternura y amor.
-B: Juntos grandullón – susurró con la cabeza enterrada en el pecho de su tío. Se limpió las lágrimas con la palma de su mano y suspiró. Hacía meses y meses que no lloraba, hasta a ella le parecía raro.
-Eduardo: ¿mejor mi rubita? – Ella asintió y dejó un beso en la mejilla de su tío. Parpadeó varias veces seguidas y luego dirigió su mirada al suelo. Se encontraba muy vulnerable como para hacer algo.
-B: Si tío, gracias por estar conmigo y apoyarme – su tío sonrió y acarició dulcemente la rodilla de su sobrina, quien llevaba el famoso mono naranja y los zapatones negros.
-Eduardo: No te metas en problemas Brittany, ¿De acuerdo? – La señaló con el dedo y frunció el ceño. Sabía perfectamente como era su sobrina y lo muy agresiva que a veces podía llegar a ser.
-B: no, no lo haré- murmuró cansada de que su tío siempre le dijera lo mismo. Siempre le estaba diciendo lo mismo, y él sabía que no le hacía caso.
-Eduardo: ¿A no? ¿Y eso que tienes en la cara? ¡Por dios Brittany tienes un corte tan grande como tu dedo índice! – Empujó a su sobrina del asiento y dio un golpe fuerte en el suelo con su pié.
-B: Tío fue en el autobús, quise ligar con una chica y me abofeteó, y al tener las esposas me dio con la cadena – alzó sus hombros y su tío soltó una pequeña carcajada haciendo que su sobrina lo mirara con la ceja levantada.
-Eduardo: Brittany tienes a todas las mujeres de la ciudad locas por ti, ¿Seguro que fue por eso? – Su sobrina asintió y puso sus piernas encima del banco.
-B: si, pero ella es completamente diferente a las demás- murmuró mirando fijamente a sus zapatones medio atados y sus manos manchadas de sangre.
-Eduardo: ¿Diferente?- preguntó viendo cómo su rubita se empezaba a poner colorada y algo nerviosa.
-B: Sí, sus ojos escuros son diferentes a los demás, ese pelo suyo, tan largo, negro y hermoso es completamente único e especial, sus labios son tan apetecibles y atractivos como ningún otro, ese cuerpo color canela, pequeño, delgado y delicado, esa voz suya es exclusiva, toda ella es extraordinaria.

Su tío sonrió al ver como se expresaba su sobrina. Sus mejillas coloradas, ese brillo especial de sus ojos y sus palabras tan hermosas lo decían todo. A Brittany le gustaba esa chica, es más, le encantaba. La rubia nunca se había enamorado, podía tener toda chica que ella quisiese pero sólo si le gustaba, una noche de pasión y nada más. Esto era distinto, Brittany estaba hablando de sentimientos, estaba hablando de amor.

-Eduardo: Ella te gusta – dijo cogiendo la barbilla de la rubia y levantándola para encontrarse con su mirada- Te gusta Brittany.
-B: No me puede gustar, ella pasa completamente de mí, odio cuando hace eso, como se olvida de que existo y me insulta, no me gusta eso, que me trate como cualquiera persona de su vida, no - Ella niega con la cabeza y tapa su cara con ambas manos. Suspira confundida y cierra fuertemente sus ojos.
-Eduardo: Trate como te trate, niegues lo que niegues, intentes de convencerte de que no puede interesarte, no te vale para nada, te gusta y la necesitas, esa es la verdad rubita- Coge las manos de su sobrina y las aparta de su cara para verla a los ojos. Esos ojos que reflejan preocupación y confusión, para su tío, es su princesita confundida –Después, cuando salgamos me dices quien es, y te ayudaré a conquistarla, será la primera mujer que te gusta y eso no se ve todos los días, bueno nunca mejor dicho- apretó las manos de la rubia en sus manos y las llevó a sus labios para dejar un tierno y pequeño beso.
-B: Vale, pero es para mí, cuidado con lo que haces con ella o dices, no te tengo miedo grandullón- señaló divertida y con una simpática sonrisa en su rostro mirando a su tío.

Ahora mismo se sentía bien, hablando de sus sentimientos y cosas personales con el que para ella era su segundo padre, y tenía la suerte de que era uno de los guardias de prisión, teniendo todo el tiempo para pasar con él.

-Eduardo: Vale rubita vale, lo tengo claro, manitos atadas cuando vea a tu chica – Soltó una pequeña carcajada ganándose un pequeño golpe por parte de la ojiazul, quien se mordía el labio evitando reírse.
-B: Bueno ahora límpiame la cara, ¿No? Si no mañana la teré como un tomate aparte de lo hinchada que estará, claro- Su tío asintió y ella se acomodó en el banco esperando a que su grandullón viniera con el botiquín para curarle la gran herida de su cara.
-Eduardo: Bueno rubita, vamos a ver– dijo sacando un algodón y agua oxigenada del pequeño bote. Echó un poco de agua en el algodón y se acercó a su sobrina – Te dolerá un poco, pero tú aguantas, ¿Verdad? –La rubia asintió y él sonrió orgulloso – Esa es mi niña.

La rubia cerró sus ojos cuando sintió el ardor de la medicina en su piel y soltó un pequeño quejido que no fue desapercibido por su tío. Eduardo, por veces tranquilizaba a su sobrina y le decía lo bien que le estaba quedando ahora su cara, y que en pocos días, volvería a ser la de siempre.

-Eduardo: No te voy a poner ninguna tirita, porque me harían falta cuatro y además son de dibujitos – protestó sacando la caja de tiritas con dibujitos animados por fuera causando que la rubia soltara una carcajada.
-B: ¿Qué dibujos son? – preguntó curiosa tocándose la herida ganándose un golpe en la mano por parte de su tío.
-Eduardo: Pepa pig, ¿Qué es eso? – preguntó mirando la caja con asco y rascándose la cabeza leyendo la información en ella.
-B: Es una familia de cerdos o algo así, a Ángela le gusta y a veces lo tenía que ver con ella – Rodó sus ojos y soltó un suspiro de fastidio. Su hermana veía dibujos de niños aparte que eran todos aburridos y sin gracia.
-Eduardo: tu hermana tiene cada cosa que por momentos llega a asustarme- susurró mirando fijamente a los pies de la rubia y negando con la cabeza.
-B: ¿Tío que haré todo este tiempo en la cárcel? Me voy a aburrir como una ostra, aquí no tengo nada que hacer- Protestó apoyando su mano en la palma de su mano y mirando con un adorable puchero al hombre rubio en frente suya.
-Eduardo: Cuando estabas en casa en mis días libres practicabas boxeo, ¿Por qué no lo haces de nuevo?-preguntó curioso y mirando a su sobrina frunciendo el ceño.
-B: Boxeo…Me gusta, se me daba bien-murmuró jugando con el cordón negro de sus zapatones. Su tío sonrió y se levantó de un salto del banco dónde se encontraban.
-Eduardo: Se te da bien, tienes mucha fuerza en tu cuerpo y esos brazos tan fuertes no se han ejercitado de estar acostada en el sillón si no a base de ejercicio y esfuerzo, ahora haremos lo mismo, cada día a las 10 y media nos reuniremos aquí y te daré clases, este es nuestro secreto, ¿Vale rubia?-preguntó ofreciéndole su mano a su sobrina quien la aceptó sonriente y se levantó con ayuda de él.
-B: nuestro secreto grandullón y por cierto, delante de todos llámame B, que no se te escape mi nombre, ¿De acuerdo?-preguntó mirando con preocupación a su tío quien le pasó su brazo por el hombro de la rubia. Esta sonrió ampliamente.
-Eduardo: Confía en mi B, tu nombre estará a salvo conmigo-Salieron por la puerta abrazados, hablando y riendo con algunas de las locuras que les venía a la mente.

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Andas agarrada fuertemente del brazo de tu compañera de tu celda y sobre todo tu nueva “amiga”. Ella te habla y habla de lo mucho que le gusta cantar y lo bien que lo hace, mientras tú miras a todo tu alrededor .Hay como cientos de chicas mirándote ahora mismo, y tú te sientes como si fueras un perro en un escaparate del centro comercial, incómoda y disgustada .Tragas saliva cuando ves a un grupo de mujeres afilando unas navajas y por un momento señalándote con una de ellas. Esto es escalofriante.

Rachel te arrastra, porque al parecer se te ha olvidado como andar hasta incluso hablar. Habías visto muchas películas sobre cárceles y prisiones, pero esto no se parece en nada.
La castaña se acerca a un grupo de chicas morenas y castañas, charlando animadamente unas con otras y tú por un momento, te sientes como en casa. Tanta dulzura y amabilidad te recuerda a Jéssica, tu prima.

-Rachel: chicas tenemos una nueva, se llama Santana López, es mi compañera de celda-sonríe abrazándose fuertemente a tu hombro. Tú le regalas una pequeña sonrisa tímida y centras tu vista en el grupo de mujeres mirándote alegres.

-Hola Santana, yo me llamo Tina, un placer conocerte.

Una chica asiática, con unos 18 o 19 años, hablando claro, más o menos de tu edad. Se nota que es una buena chica, porque desprende alegría y simpatía hasta por las orejas.

-Hey Santana, soy Sugar pero puedes llamarme Sugy o como tu quieras, eres muy guapa por cierto me encanta tu pelo y tus ojos, son preciosos.

Oh, esta chica ya te encanta. Ese pelo castaño que le llega a la altura de los hombros y esos ojos marrones claros con un brillo especial en sus ojos. Su sonrisa, es una de la más reales y auténticas que has visto en tu vida. Este grupo es muy diferente a los demás, y eso te encanta.

-Me llamo Marley, encantada Santana, eres bienvenida en nuestro grupo.

Vale, esta chica tiene unos ojos preciosos. Azules, pequeños y preciosos. Su pelo castaño ondulado cae por debajo de su pecho con un bonito tirabuzón .Valla, es muy guapa.

-Yo soy Mercedes un gusto conocerte Santana, eres muy guapa.

Esta es una chica de tu misma edad más o menos, un poco más baja que tú, pelo oscuro como el tuyo al igual que su piel y una enorme y simpática sonrisa.

-Soy Dani, encantada de conocerte Santana.

Otra morena, con los ojos oscuros y esa sonrisa en su rostro. ¿Por qué todas tienen que ser morenas? Ni una rubia por aquí.

-Yo me llamo Alex, te digo lo mismo que las demás, un placer.

Esos ojos oscuros te llaman la atención, son demasiado parecidos a los tuyos. Su pelo castaño es demasiado largo, pero te gusta. Sus mofletes son muy simpáticos, como los de una ardilla.

Tú sonríes y suspiras emocionada. Te encanta este grupo de chicas, son tan majas, ojalá la puta de Verónica y sus pequeñas gilipollas aprendieran un poco de ellas, les haría mucha falta, demasiada.

-Santana: encantada de conoceros, sois muy amables.

Ellas te sonríen y te hacen sitio en la mesa para que te sientes. Tú sonríes tímidamente y te acomodas en medio de Sugar y Dani. Rachel se sitúa en el banco debajo de tus pies.

-Mercedes: Allí están otra vez, las estúpidas rubias- suspira acomodándose su pelo y acariciando el de Marley. Tú la miras algo más que confundida, no sabes de lo que hablan.
-Marley: Me dan ganas de arrancarles los ojos con una cuchara –Murmura cansada y cerrando los ojos por las caricias de su amiga en su largo pelo .Tú te has quedado sorprendida por sus palabras, parecía tan dulce y mira con lo que te ha salido.
-Alex: Odio a cada una de ellas, sobre todo a Fabray, es tan irritante y gilipollas, se cree la dueña del lugar con esa cara de drogada y borracha que tiene – Dice cruzándose de brazos y rodando los ojos. Valla, tú estás más confundida y perdida….
-Tina: Para mí son todas iguales, ratas de alcantarilla- Bufa molesta y se tapa la cara por el sol fuerte y caliente que hay hoy. ¡Hola! Estás aquí, y no me enteras de nada.
-Sugar: Son todas feas y horrorosas, ¡Míralas! ¡No hay ni una decente y que puedas decir “Ok, es guapa”! – Exclama decepcionada dándola un suave codazo a Rachel quien rápidamente asiente y apoya su cabeza en tus piernas.
-Santana: No quiero molestar ni interrumpir, ¿Pero de que habláis? –Preguntas algo asustada acariciando la melena castaña de tu amiga
.
Ellas se giran rápidamente hacia ti y te miran serias. Valla, has hecho mal preguntar.

-Tina: Tienes razón, eres nueva no sabes de lo que hablamos –Murmura algo avergonzada y mirándote con las mejillas algo rojas –Rach, explícaselo tú.
-Rachel: Bueno, empezamos el tour- dice acomodándose en tu regazo y mirando a las chicas en frentes ella- En primer lugar has entrado nuestro grupo que se llama “Las morenas” por lo que cada una de nosotras es castaña o morena no hay ninguna rubia, ¿Hasta ahí lo has entendido? –Pregunta mirándote con una ceja levantada y señalándote con el dedo. Tú asientes rápidamente – Bien, esta cárcel está dividida en varios grupos, pero los más peligrosos e importantes somos A) Nosotras y B)”Las rubias” que son las chicas que tienes en frente tuya – Tú miras por u momento a las mujeres en frente tuya y un escalofrío recorre tu espalda. Dios, sus miradas podrían matarte – Tenemos a Quinn Fabray, que es la que está sentada en el suelo, tiene 19 años y está aquí por robar en una cafetería e intentar violar a la dependienta –Señala a una chica rubia, obvio, con los ojos verdes y grandes, y con su pelo ondulado. A simple vista es guapa – Hanna, la mejor amiga de Quinn, tiene 18 años y está aquí por robar un coche y manejar borracha, teniendo en cuenta que no tiene carnet de conducir- Una chica tan parecida a la anterior que pasarían por hermanas tranquilamente. Rubia con el pelo ondulado, ojos verdes y pequeños y sonrisa grande – Luego llegamos a Paula, esa rubia con los ojos azules, tiene casi 19 años y está por robar en la casa de su abuelo y tirarlo por las escaleras, amor de nieta – suspira y tú intentas no reírte. Vale, esta chica llamada Paula o como sea aparte de ser físicamente “normal” está loca – Ashley, 18 años y es la mejor amiga de Paula, está aquí por agredir a su profesor de matemáticas por suspenderle un examen- Tú asientes y la miras fijamente. Parece una actriz de Hollywood de una película que tú has visto – Belinda, tiene 20 años y está en este lugar por robar dos casas con ayuda de su mejor amiga, Érica, las dos son como uña y carne –Miras a las dos rubias sentadas juntas, sonriendo y riendo animadamente. Se ve que se quieren – Y por último está Megan, tiene 19 años y está aquí por vender drogas, bueno, ya se le ve en la cara que está aquí por eso – Tú la miras y sueltas un bufido. Odias a las personas que tengan que ver con drogas o algo por el estilo.
-Santana: ¿Me estáis diciendo que vosotras sois peligrosas? ¡Oh vamos! Sois las chicas más amables y simpáticas que he conocido – Ellas se miran entre ellas y sueltan una carcajada haciendo que tú te sorprendas y las miras confundida. ¿Qué has dicho, que da tanta gracia?
-Marley: Entre nosotras, somos amables y divertidas, nos cuidamos mutuamente –dice con una sonrisa señalando a sus amigas.
-Dani: Pero con las demás somos unas completas fieras, es lo que tienes que hacer aquí, si vas de agradable y buena, hacen de ti lo que ellas quieran – Murmura estirando el cuello y mirando con odio al grupo de rubias. Valla, esto va a ser duro.
-Alex: Simplemente tienes que ser fuerte, protegerte y bueno, si es necesario, proteger a cualquiera de las que estamos aquí, peros nosotras somos así, las más peligrosas del lugar- Alzas sus hombros y te mira con cara despreocupada. Coño, como si fuera lo más normal del mundo, chavalas bipolares.
-Mercedes: El otro día le dimos una paliza a “Octopus” es la chica que tiene el pelo azul y tatuajes por todos sus brazos y piernas, y esas gafas tan chungas –Dice señalando a la mujer. Tú asientes y pones cara de asco, dios, es horripilante.
-Sugar: Quiso besar a la fuerza a Marley y bueno, ya sabes, quien se mete con una se mete con todas- Tú asientes y entrecierras los ojos a causa del sol reflectando en tu cara. Estás dispuesta a hacerlo, por lo menos intentarlo, tienes a un grupo de amigas que te protegerán y ayudarán.
-Santana: Contar conmigo, haré lo que pueda por estar en el grupo- Sonríes y chocas las cinco con Rachel, quien emocionada y orgullosa te da un leve abrazo.
-Tina: ¡Esa es nuestra Santana! – Dice cogiéndote por los hombros y dándote un suave apretón. Te sientes aceptada, te gusta estar con ellas.
-Alex: Cada una tenemos un apodo o algo, por ejemplo a Rachel la llamamos Rach, a Sugar Sugy, Dani ya tiene el apodo, Mercedes la llamamos Mercy, a Marley Mar y bueno faltas tú, ¿Qué apodo te gustaría?- Dice poniendo su mano en tu hombro y regalándote una sonrisa que te hace soltar una risita.
-Santana: San o Santy, mi familia me llamaba así – asientes contenta y ellas sueltan gritos y risas en tu nombre. Dios, esto es genial. Estas chicas son magníficas.
-Rachel: Bienvenida a nuestro grupo San, es un placer tener a una chica tan increíble como tú con nosotras – Tú tragas saliva y bajas la mirada. Creías que tu vida aquí sería un completo infierno, que no tendrías a nadie y que serías una pequeña piedra en este enorme lugar en la que todas pasarían de ti, y ahora tienes un grupo de amigas, que necesitas cuidar y aumentar la amistad, no puedes cagarla con ellas.
-Santana: El placer es mío, tener a unas amigas como vosotras, gracias – Ellas te regalan una sonrisa y te dan pequeños abrazos y uno que otro beso en la mejilla.
-Sugar: Bueno, tenemos que hacer una reunión del día, ¿No? San, cada mañana hacemos como un tipo de junta, en la hablamos de las cosas que vamos a hacer, si llegaron prisioneras nuevas, si hay algún problema con alguna mujer, bueno, cientos de cosas – Tú asientes convencida y sonríes a Rachel quien paso su brazo por tu hombro.
-Marley: Llegaron como cuarenta y algo o cincuenta y pico prisioneras nuevas, me lo dijo Adrenalina – Ves como tus compañeras asientes y tu apoyas tu cabeza en la palma de tu mano.
-Santana: Cincuenta y dos creo, más o menos Rachel te frota la espalda con su mano y tú la miras de reojo con una mueca divertida.
-Rachel: ¡Esa son muchas! ¡Dios habéis escuchado que B está aquí! ¡Chicas B! Es la mujer más sexy y atractiva que he visto, por no hablar de sus ojos, oh dios esos ojos azules enamoran a cualquiera, y su tatuaje del cuello, ¡Ay mi dios yo cuando la vea le voy a pedir un autógrafo! – dice completamente emocionada y dando unas palmitas con una enorme sonrisa. No puede ser, tiene que ser una broma de mal gusto. ¡Tiene que serlo! ¡Vamos! Creías que ellas eran las únicas a las que no le gustaba esa estúpida y mira como ha acabado, ¿Es que no hay ni una puñetera mujer que no se muera por ella?
-Mercedes: Mira Rach yo no soy lesbiana ni nada por el estilo, pero es que ella, esa rubita es una completa diosa con sus ojos y con su pelo rubio, ¡Por no hablar de su cuerpo! –Dice empujando ligeramente a Tina de su lado y soltando una leve carcajada. Dios, te están entrando ganas de vomitar con tantas tonterías juntas, siempre B y B, parece que no hay otra mujer en el planeta más guapa que ella.
-Dani: Oh dios yo estuve mirando todo el tiempo para el portal y no conseguí verla, todas las demás ya estaban pendientes de su llegada- Murmura bajando la mirada y jugando con sus dedos nerviosos. ¡Yo estaba a su lado! ¡Joder, me peleé con ella en el puto autobús!
-Alex: Bueno nosotras somos unas de las dueñas de este lugar, ¡Pudimos empujar a todo el mundo y verla! ¡Pero no me hicisteis caso! Rachel no paraba de gritar y decir lo poco que veía aunque bueno no me extraña, eres más pequeña que mi sobrina de 6 años- Dice empujando a Rachel de su asiento y cruzándose de brazos cansada. ¡Dios! Ni que fuera papa Noel echando caramelos a los niños.
-Rachel: !No me insultes! ¡Pues eras tú la que estaba encima de la mesa y daba saltitos! ¡Ojalá te calleras a ver si quedabas mejor de lo que estás! – Despeinó el pelo de su amiga y resopló acomodándose su mono en las piernas, ya que le quedaba muy flojo.
-Marley: ¡Dicen que tuvo que curarse una herida ya que se peleó con alguien! ¡Pobre B! ¡La gente se pelea con ella porque le gustaría ser tan sexy como ella! –Exclama frunciendo el ceño y haciendo un puchero que te parece súper adorable. Por cierto, no me peleé con ella porque me parece más sexy que yo, si no porque no para de ligar conmigo, ¡Joder!
-Tina: ¡Pues yo quiero verla ya! ¡Me han entrado ganas de conocerla y bueno si puedo estar con ella!- Dice alzando sus cejas y mirándoos con una sonrisa coqueta y pícara. Oh dios, eso no por favor….
-Dani: Me he puesto súper cachonda chicas- murmura abanicándose con su mano izquierda y agarrando su pelo en forma de coleta con la otra mano.
-Alex: Mientras puedo ayudarte yo si quieres – susurra en su oído haciendo que Rachel la empuje y le dé un golpe en la cabeza -¡Ay Rach!
-Rachel: ¡Por dios entre amigas eso no ¡ ¡Se lo puedes pedir a cualquiera p-pero! ¡Arg! – Grita negando con la cabeza y cerrando los ojos. Alex y Dani sueltan una carcajada haciendo que la simpática castaña se enfade.
-Dani: ¡Oh vamos! ¡Sólo quitar las calenturas! – Bufa molesta y se cruza de brazos. Alex le da un beso en la mejilla y apoya su cabeza en el hombro de ella.
-Alex: Lo que tú quieras mujer – acaricia lentamente el pelo de su “amiga” y le sonríe de manera tierna. Sinceramente, crees que hacen muy buena pareja.
-Rachel: ¡Sois asquerosas! ¡Dios tenéis que hablar de esto aquí! – pone una cara de asco y se tapa los oídos con sus manos. Vale, esta es una situación bastante divertida. Para ti, claro.
-Marley: Llevan mucho tiempo aquí Rach sin tener relaciones, eso afecta mucho a su carácter – Dice acariciando la espalda de su amiga en forma de apoyo haciendo que tú te tapes la boca para evitar reír. Pasaron de hablar de B a esto.
-Mercedes: ¡Yo también tengo ganas y no me pongo como ellas! ¡Además yo no tengo a nadie con quien hacerlo! – Se cruza de brazos y hace un puchero entrecerrando sus oscuros ojos.
-Alex: De hecho yo pod-
-Dani: ¡Tú nada! ¡Ya me tienes a mí que más quieres! –Empuja a la chica y le da un golpe en el hombro enfadada con ella.
-Alex: Mi vida si tengo que sacrificarme por mi amiga lo hago –Alza sus hombros y tú te tapas la cara para no reírte. Dios, te estás aguantando la risa de una manera….
-Dani: ¡Tú eres una salida! ¡Eres un conejo, siempre quieres follar y follar! –Alza sus brazos de manera brusca haciendo que Alex mueva su cabeza y acaricie su mejilla dulcemente.
-Alex: Yo no sólo pienso ello, también en hech-
Ves como una chica con el pelo rizo y castaño se acerca a vosotras cansada y con el rostro sudado. Dios, parece que viene de correr la maratón.
-¡Chicas! B ha llegado, dicen que acaba de bajar ahora, ¡Venir!

En un abrir y cerrar de ojos tus amigas están en el suelo arreglándose la ropa y mirándote curiosa. Oh vamos, tú no quieres verla, no quieres nada de ella. Ya has tenido bastante, te parece a ti.

Más que bastante.

Has tenido suficiente.

-Rachel: San, ¿Vienes?- Te tiende la mano con el ceño fruncido y tú te muerdes el labio. No quieres ir, no quieres ver la gran herida de su cara que le has dejado, no quieres que te vea y que repita cientos y cientos de veces tu nombre.

No quieres.

-Santana: Emm s-si si claro – tomas su mano y te levantas de la mesa en la que estabas sentada. La echas de menos, quieres acomodarte otra vez en ella.
-Sugar: ¡Estoy tan emocionada! ¡Vamos a conocer a una de las chicas más sexys de la ciudad! Por no decir que la veremos todos los días, claramente – levanta su ceja izquierda y aprieta contenta sus puños. Tan emocionada por nada, no te hará ni caso.
-Tina: Seguro que es perfecta, la chica ideal para cualquiera- Salta en la espalda Marley y se aferra en su cuello. Será la mujer ideal para ella, porque para ti ni para mascota serviría.
-Rachel: Joder, ¿Dónde está?
Se para en donde la multitud de mujeres están y mira a su alrededor. Dios, es que no te lo puedes creer, parece que estás en el concierto de One Direction o no sabes que mierda, sólo le faltaban los cartelitos y los globitos.

Te asustas cuando la mujer delante de ti se sube encima de otra compañera y empieza a llorar emocionada poniendo sus manos en su cara. Oh dios, la gran B ha llegado. Por favor, que no te vea e intente pasar de ti, olvidándose de que existes. Por favor.

-¡Ahhhhh! ¡Es B! ¡B preciosa!

Tus amigas empiezan a gritar y a alzar sus manos.

Tú bajas tu cabeza y fijas tu mirada en el suelo.

No quieres verla.

No puedes.

-Marley: ¡oh mi dios es perfecta! ¡La madre que te parió rubia eres una diosa! –Grita a todo pulmón haciendo que tú cierres un ojo fastidiada. Te ha jodido el oído izquierdo de tanto gritar. Tanta mierda.

Y la multitud sigue gritando más y tú te sorprendes cuando escuchas sus adoraciones cada vez más cerca. Más cerca de ti.

Oh no.

Ella se está acercando a ti.

Levantas tu cabeza y entonces ves como las mujeres se separan y dejan que alguien pase por ese pequeño camino creado.

-Sugar: ¡Oh mi dios viene hacia aquí! ¡Me dan ganas de llorar! – Lleva sus manos a su cara y suspira varias veces haciendo que tú ruedes tus ojos.

Estás a punto de protestar y decirle lo tonta que es y sobre la tontería que está haciendo, aparte del ridículo por el que está pasando. Aunque bueno, ella es una de las más decentes comparadas con las demás.

La ves apartando a la multitud de mujeres de su lado y entonces, sabes perfectamente que te busca a ti. Sus ojos se vuelven más oscuros cuando te ven y su sonrisa se hace presente. Tú no sabes dónde meterte. Tus piernas han dejado de funcionar ante sus ojos azules fijos en ti. Chicas se cuelgan encima de ella y ella las aparta con un ligero movimiento de brazos, pero lo que más te sorprende, es que ella no deja de mirarte.

Se acerca a ti y notas como a tus amigas les está a punto de dar un ataque al corazón. Sonríes de lado y te muerdes el labio. Se coloca a centímetros de ti y notas como sus dedos juegan con tu cintura y tú miras hacia abajo. Dios, todas estas mujeres te van a matar por comportarte de esa manera con la duella de sus corazones. Ella pasa su mano por tu brazo y tú levantas tu mirada para encontrarte con sus ojos.

Valla….

Esa gran herida de su cara todavía te hace sentir tan culpable que hasta te cuesta mirarla. Ella niega con la cabeza y coge tus manos entre las suyas, haciendo que tú la miras con tus labios entreabiertos. Es tan jodidamente tierna y dulce. Eso, guárdatelo para ti. Para lo más profundo de tu ser.

Tú das un paso atrás pero ella te sigue. ¿Qué quiere haber? ¿Qué quiere de ti? Tú le suplicas que te deje con tus ojos, pero ella hace todo lo contrario. Simplemente hay una distancia de tu cuerpo al de ella como la separación de un ojo al otro. Casi nada. Mejor dicho: Nada.

-Santana: ¿Qué quieres eh, qué quieres? –susurras mirando hacia el suelo y lamiéndote los labios. Se te han puesto secos y secos. Ella te sonríe dulcemente dejando mostrar sus perfectos dientes y tú suspiras. Dios, déjame…
-B: Sabes perfectamente lo que quiero, ven conmigo por favor, no te haré nada te lo prometo, solo quiero hablar contigo – suplica mirando tus labios y luego tus ojos. No, no vas a hacerlo. Ni de broma. No la quieres.

Que no.

No

Pues no

-Santana: No, no voy contigo a ningún lugar, te lo he dicho antes y tú me has prometido intentar olvidarte de mí, ¿Por qué no lo haces? ¡Hazlo! ¡Hazlo por mí y hazlo por ti! Nunca vas a tener nada conmigo, te lo he repetido más de diez veces y tú sigues insistiendo, tienes a cientos de mujeres a tu alrededor suplicando por ti, ¿Por qué tienes que fijarte en mí que nunca voy a corresponderte? ¿Por qué B? ¡¿Por qué?! – Alzas la voz causando que ella resople y te coja la cara con ambas manos. No quieres que te toque, no.
-B: ¡Ya sabes que es lo que pienso! ¡Vamos yo no quiero tu cuerpo, no quiero satisfacer mis necesidades contigo, no quiero! ¡Tú eres diferente, tus ojos me ven de diferente manera que cualquiera, tú eres diferente! ¡Eres especial, eres única, eres magnífica! ¡Entiende que yo contigo soy completamente distinta! ¡Cuando estoy contigo n-no sé lo que me pasa Santana! ¡No lo sé! – Notas lo nerviosa que está y lo preocupada que se siente. Ha sido tan hermoso lo que te ha dicho, tan romántico, tan precioso y hermoso.
-Santana: Mira B, y-yo no sé que decirte, y-yo no puedo estar contigo, ¿Vale? N-no me interesas, yo no sé si eres diferente conmigo o no, no lo sé, simplemente no quiero saberlo ni intentarlo, olvídate de mí, hazme ese favor- Sueltas el agarre que tenía contigo y con tus manos y te separas de ella. Ella te mira con una cara tan dolorosa que hasta te preguntas si estás haciendo lo correcto. Lo es.
-B: Sabes que soy insistente, y hasta que cambies de opinión estaré detrás de ti, sin importarme lo que me digas o lo que hagas, recuérdalo – Te señala y tú asientes suavemente. Vas dando pasos hacia atrás y cuando crees que estás bastante alejada de ella, te das la vuelta y te encaminas hacia la cafetería. La encontrarás.

-Santana: Hasta luego, B.

Te habría gustado saber su contestación, y escuchar su voz. Pero fue imposible.

En vez de eso, escuchaste el gran alboroto, y las cientos de mujeres acosar a la rubia que hace un minuto se te ha declarado. Te imaginas la escena. Ellas rodeando la gran mujer de sus sueños y abrazarla y besarla, ¿Y ella? Parada fijamente viendo como tú te alejas.

Probablemente de hayas equivocado

Pero va a ser que no

Estás en lo cierto

Dios, no puedes creer que ella te haya dicho todas esas cosas

Te ha dejado, completamente embobada y confundida

Mierda….

[CONTINUARA.......]


¿QUE OS HA PARECIDO? ¿GUAY? ¿MALO O HORROROSO? BUENO DE TODOS MODOS ESPERO VUESTROS COMENTARIOS, CRÍTICAS O BUENO LO QUE QUERAIS. ESA SANTANA NO QUIERE ADMITIR SUS SENTIMIENTOS PERO YA SIENTE ALGOOO JEJEJEJ
BUENO ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO Y BUENO PARA LA SEMANA SBIRE OTRO, QUE SERA MUY MUY MUY GUAY.

BESITOS DE NUTELLA MI GENTE

GRACIAS POR LEER Y PERDER VUESTRO APRECIADO TIEMPO EN ESTA HISTORIA.GRACIAS.

-OS QUIERE: Nerea :(k

hola,...

WOOOOWWWW,...
me encanto,..
pobre de britt si san la va a tener a los trancazos siempre,.. jajajaja
si que britt sabe llamar la atención jajajajja
a ver que hace para conquistar a san,.... y si de una ve por todas san admite lo que siente por B!!!

nos vemos!!!!