[Resuelto]FIC -Brittana "Encarceladas" cap-19 (Actualización)

Hay no que no se separen por favor quiero la segunda parte plisss

no podes a verlo dejado ahí!!! por que?????
me gusto la presentación de la filia de cada una ver como termina el cruce de britt y su papa!!!

nos vemos!!

Bueno aca aporto el comentario 5 :D asi que espero la otra parte! Awww que lindo y triste a la vez... se van a separar :'(

muy buen cap, odio al padre de britt lo detesto! pobre rubia hecha pelota y pobre san besitos

quisiera preguntar algo si un fic no recibe la cantidad de comentarios que su autor espera es justo que no actualize, no importan los pocos comentarios de los demas a quienes si se les da el tiempo de hacerlos,? tal vez no es que no quieran comentar, y si no tienen el tiempo en el momento? gracias hasta luego.

Holaa :)

Va, estoy de acuerdo con el comentario de arriba, pero también creo que es para dar animos a todas & creas ansieda jeje :3

En fin, tienes que estar de broma con lo de Brittany!
Ahora que rayos va a pasar?
Pregunto ¿No tendrán un poquito de paz en algun momento?

Cuando todo parece estar bien siempre aparece algo & .... DEMONIOS!!! :/

Yo se que no es fácil estar ahí, pero vamos...!
Aah! Espero el capítulo de hoy :D

Saludos :)

ENCARCELADAS CAP-15 2 PARTE.


BRITTANY


“Cargo tu peso en mi pesado corazón,
Y el viento es tan helado, estoy entumecida.
Cargo tu peso volviendo a comenzar.
Con miles de ojos sobre mí, me tropiezo por eso.”


Es difícil decir adiós, sobre todo cuando se lo dices a la persona, que trataste de solo decirle cada día, “Te amo, quédate”. Y eso, es completamente irreal. Como de un Hola, acabamos en un Adiós. Como de un Quédate, acabamos en un Por favor, olvídame. Eso también es completamente irreal. Paralelo a este mundo.

En los veinte años de mi vida, jamás me sentí tan mal como en este momento. Teniendo a un grupo de personas mirándome fijamente, mientras el hombre que ayudó a mi madre a darme la vida me grita una y otra vez en mi cara. Salpicando saliva, sus ojos ya no están rojos, su pelo está despeinado. Pero a él no le importa. Parece que yo no le importo. Ahora coge mi brazo, en la altura de mi bíceps, apretando fuerte. Fuerte. Fuerte. Cada vez más. Quería quejarme, pero eso significaba hablar, y yo no quería hacerlo. Asique decidí pestañear.

Sabía que Santana me estaba mirando, lo notaba, era imposible no notarlo, siendo sinceros. Con una mirada suya me hacía perder la razón del momento, solo con mirarme apenas un miserable segundo. Sorprendente. Nunca antes me había sucedido esto con nadie. Entonces, ¿Por qué con ella?

Podía enamorarme de una millonaria, guapa y macizorra, con buenos pechos y espectaculares curvas, ropa ajustada y tacones altos. Podía, pero no. Solo necesitaba a una chica morena, baja, delgada, sencilla. Pero sí guapa. Ella no necesitaba ropa ajustada, ni tacones altos, ni dinero. Ella era perfecta, lo tenía todo. Nunca antes había visto unos pares de ojos como los que ella tenía en su fina cara. Sí, había observado cientos de color marrón, negro, verde, azul, gris. Pero el color de los suyos, era un color nunca visto. Como en peligro de extinción. Solo había uno.

En el momento que la vi por primera vez, solo pude pensar una cosa: “Llegaste a mi vida, para ponerla patas arriba”.

Patas arribas. Como un ladrón en una casa de mucho valor, teniendo tanto que no sabe por dónde empezar para coger lo que le debe pertenecer, no sabe dónde tocar, no sabe qué hacer. Así me sentía con ella. Sin palabras. Sonreía y yo la miraba embobada, reía y yo la observaba, dormía y la volvía a observar. Nunca me cansaba con ella, me pasaba jornadas enteras pensando que pasaría si un día la apartaran de mi vida: me mataría. Porque no sería capaz de vivir con ese dolor. Hoy, mañana, pasado……Un mes entero, dos meses, tres meses……..Un año, dos años, tres años…….Eso era más que 365 días.

Los ojos me estaban comenzando a picar, eso solo quería decir, que iba a llorar.

No.

No aguantaba más esto. Era una batalla que nunca tenía fin.

Mi padre ahora, me tenía sujeta por ambos brazos. Tampoco me quejé.
Pero cuando ella comenzó sollozar, a espaldas mías, la cosa cambió radicalmente. ¿Cómo se supone que debes reaccionar cuando la persona que quieres sufre? ¿Y más si es por tu culpa? Tienes ganas de escapar, a un bosque solitario, y nunca más volver. Para no hacerle daño de nuevo.

Miré con los ojos repletos de lágrimas a mi padre. Me sentía mareada.

Quería ver su cara, por favor.

Y como si escuchara mis plegarias, zas.

Me arrepentí al instante de pedirlo.

Ella se giró, para dejar ver sus ojos oscuros cristalinos. Tragué saliva, sus labios estaban hinchados, cada vez que lloraba se ponían así, su maquillaje se estaba corriendo. Empujé con toda mi fuerza a mi padre, soltándome de su agarre. Este era el comienzo del pequeño final, que sería definitivo. Mierda. Santana negó con la cabeza señalándome. Odiaba que me señalaran.

Carraspeó antes de hablar.

-Me estás mintiendo Brittany, lo sé –Murmuró limpiando una lágrima que había caído en sus labios. Quise acercarme, pero dolía.

Ojalá pudiera mentir.

Sería la broma del siglo.

Mi ceja tembló. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Quería pellizcarme para definitivamente comprobar si esto era una terrible alucinación.

Cogí fuerzas de mi baúl secreto, y la observé. Justamente como el primer día que mis ojos pudieron contemplarla.

-Me trasladan a la prisión del norte Santana, por lo ocurrido con….con….con…con lo de….Marley.

Alcé mis hombros, porque era lo único que podía hacer.

Ella negó varias veces con la cabeza, murmurando algo que no podía llegar a escuchar, hablando sola entre susurros. Dios mío…. ¿Por qué tenía que hacer esto más difícil? Mi estómago empezaba a contraerse, mi cabeza comenzaba a dolerme.

Y entonces lágrimas cayeron por su cara, una y otra vez, y me sentí la peor persona de este mundo. Le estaba haciendo daño, de nuevo. Sus mejillas se tornaron rojas, mientras sus ojos se hinchaban. Ella se estaba destrozando delante de mí, algo que siempre detestaba.
Me quedé parada con los brazos extendidos a cada lado de mi cuerpo. Cogí aire, mirando a mi alrededor. Este lugar había sido mi hogar, en el tiempo pasado fuera de casa. Aquí había aprendido el significado de la verdadera amistad, miré a Quinn, ella me miraba con sus ojos grandes verdes cargados de agua. Aquí había aprendido a pelear y a luchar por lo que me pertenecía, miré a mi hermana Ángela. Aquí había aprendido el verdadero significado, de ser tú mismo, sin importar los demás. Aquí había aprendido a amar, sin barreras, simplemente pensando en mis sentimientos y en ella, porque era lo más importante.

Aquí había llorado, reído, gritado, bailado, cantado.

Aquí……Aquí había besado, entregado, abrazado, acariciado, mirado, amado.

Aquí había perdido a gente importante. Aquí había sido castigada verdaderamente por primera vez en mi vida. Gracias a todas esas experiencias, ahora era más fuerte que antes.
Era más valiente, más respetuosa, más luchadora. Pero también más agresiva y más seria.

Me iba de aquí con momentos únicos y imposibles de cambiar.

Me iba de aquí, con el corazón tatuado con su nombre.

Me iba de aquí, con el recuerdo de sus sonrisas, de sus sonoras carcajadas, de sus palabras sin sentido, de sus bromas, de sus abrazos inesperados y fuertes, de sus caricias en la cara, de sus besos tímidos, de sus miradas intensas y necesitadas, de sus bailes pegajosos, de sus manos encontrándose con las mías, de nuestras noche de pasión, de nuestra historia. De su amor.

Mordí mi labio mirando al cielo azul.

El sol cegó mis ojos, pero eso no me hizo apartar la mirada.

“Acuéstate aquí a mi lado en las aguas poco profundas.
A mi lado, aquí, donde el sol sigue brillando sobre nosotras.
Acuéstate aquí a mi lado en el agua sagrada.
A mi lado, aquí, con el relámpago de la plata aún en pie.
Las sirenas están llamando.”

Eran las 15:45.

Y sabía perfectamente que desde hoy, odiaría esa hora para toda mi vida.

Volví a mirarla de nuevo, me estaba estudiando. Sí, estudiando. Con sus hombros caídos, su cabeza algo bajada, sus labios haciendo un puchero…..Ella me estaba suplicando, el no decirle, “Adiós, Santana”.

Ahora o nunca.

Todo o nada.

Di un paso hacia delante, y el ruido de ese desastroso andar se clavó en mi cerebro. Santana soltó otra lágrima, limpiada por la palma de su mano.

En menos de lo que esperaba, me encontraba a centímetros de su cuerpo, pero sin tocarla.

Disfrutando de su olor, de su perfume, de su cercanía.

Disfrutando, porque ella aún seguía siendo mía.

Acaricié su mejilla, mojándome la mano.

Pasé el pulgar por sus pómulos, por sus mofletes destacados, por sus labios entreabiertos. Y zas. Algo en mi interior se había roto. Mi corazón.

-Te amo Santana.

Ella cabizbaja, negó con la cabeza.

Apreté mi boca con fuerza para no echarme a llorar.

Agarré su vestido con fuerza, cayendo de rodillas delante de ella.

Bajé la mirada, clavándola en el césped recién cortado.

-Solo…..No….No…..No sabes lo agradecida que te estoy……- Susurré moviendo mi mano izquierda para luego apoyarla en mi rodilla –Lo agradecida…….que te estoy……Por darme todo el amor que me diste.

Alcé mis hombros de nuevo.

Levanté la cabeza cuando sentí su mano apoyarse en mi pelo, enrollándose con sus dedos largos y delgados, queriendo mantenerme cerca.

Sus ojos estaban hechos pedazos: Por mi culpa.

Ella llorando: Por mi culpa.

Había destrozado el día de todos.

-Yo también te amo –Susurró dejando caer más lágrimas.

“Y es que cuando el dolor es por dentro, es más fuerte”.

Cogí su mano de mi cabeza, y la llevé a mis labios. Besándola, dejándola a escasos centímetros de mi boca. Cerré mis ojos con fuerza. Luego, la coloqué justo en mi corazón. Bum, Bum, Bum.

Ella cogió mi camisa con fuerza, y yo me levanté. Aún con su mano en mi pecho.

Me encantaba el hecho de que ella fuera más pequeña que yo. Mucho más pequeña que yo.

Nos miramos, no lo sé. No sé si fueron diez segundo, veinte, incluso cuarenta……Adoraba perderme en su mirada. Era en lo único que quería hacerlo.

“Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó”.

Miró mis labios, con atención y dulzura, y tragó saliva.

-¿Por qué me dejas Britt? –Preguntó con un hilo de voz. Su voz entrecortada, su cuerpo temblando.

Maldita sea yo no la estaba dejando, ¿Cómo podía pensar eso?

Como la iba dejar, ¡No podía vivir sin ella! ¡Dios, sentía tanta impotencia en este momento!

¿Qué iba hacer a ver?

¡Qué iba hacer!

-No te estoy dejando Santana –Murmuré aguantándome las lágrimas.

En cierto modo, la estaba dejando. Pero no voluntariamente.

Era por su bien.

¿Qué haría ella, sabiendo que yo estaba en la prisión dónde estaban las personas más peligrosas? Enloquecería. Así como encontró el amor conmigo en este lugar, podría intentarlo con otra persona. Sentía celos. Sentía que se me estaba escapando de las manos lo único bueno de mi vida. Pero ella ahora no era mía, no era tan mía como antes. No mandaba en sus elecciones, y menos en su alma.

Quería que cuando saliera de aquí, hiciera y construyera su futuro. Desde un principio, olvidando completamente su pasado. Pero eso me implicaba a mí. No quería que me olvidara, joder.

Ella arrugó su cara, soltando más y más gotas por sus ojos.

-¿Y esto que es, dime?- Volvió a preguntarme soltando aire.

Era una despedida, que podía o no ser definitiva.

La miré, como si estuviera vacilando.

-Santana, me trasladan a otro lugar, no lo he decidido por mi cuenta.

Y cuando menos me lo esperaba, soltó una risa sarcástica aún entre sollozos y lágrimas. Rascando su nariz con su mano.

Yo sentí un fuerte dolor en mi espalda. Como si alguien me estuviera azotando.

-Podíamos intentarlo Brittany, ¡Intentarlo! –Gritó en mi cara. A mí, me había gritado a mí - ¡Por qué has decidido decirme hoy que te marchas, por qué!

Ella había estallado completamente.

Y bum, otro azote en mi espalda.

-No lo sé, no quería amargarte la ilusión de que viniera tu familia a verte –Le supliqué con la mirada que no siguiera, esto era muy violento -¡Si te lo dijera no volverías conmigo! –Alcé la voz frunciendo el ceño.

Ella llevó su mano libre a su cabeza, frotándose la frente.

-¡Volvimos para ahora romper!

Apreté mis puños con fuerza. Clavando las uñas en mi piel. Notando como mis venas cada vez se hacían más visibles.

Volvimos, aunque fuera por quince minutos. Pero en eses quince minutos sentí otra vez, lo que era ser su novia, lo que era tenerla. Los quince minutos mejores aprovechados de mi vida, sentirla entre mis brazos, besar cada parte de su cuerpo. Desearía quedar así todo el resto de mi vida.

La observé con lágrimas claramente visibles en mis ojos. Un paso más, y ya estaba, me derrumbaría.

Ella lo notó.

-Eres lo que más quiero en este mundo y no quiero perderte pero Santana admitámoslo……Esto así, no tiene futuro.

Me dolió tanto decírselo, tanto.

Ella agarró mi camisa, acercándome más a ella.

-¿Por qué? ¿Por qué tuviste que presentarte a mis padres como mi novia, si ahora no lo somos? ¿Por qué?

Tomé su cara con mis dos manos, conectándonos a la primera.

-Quería que me conocieran, yo, la mujer que te amó con toda su alma, que se peleó por ti, que intentó protegerte hasta el último segundo. La mujer que en cada comida te miraba en silencio, la mujer que mataría por ver tu linda sonrisa, la mujer que cada noche apoyaba su mano en la pared sabiendo que tú estabas en el otro lado, la mujer que te respectó siempre, la mujer que quiso que nuestra historia fuera única y especial, para que la recordaras siempre. La mujer que te escuchaba ante todo, la mujer que con cada abrazo y beso quería sacarte toda la tristeza y el dolor, para que tú estuvieras bien. Te amo y siempre te amaré, por favor, nunca…… -Susurré dejando resbalar una lágrima por mi cara – Nunca me olvides, aunque duela, recuérdame.

Negó con la cabeza.

Esto era duro, esto era irreal.

-Pero ahora, tienes que dejarme ir.

“No”.

-Sabes que no es una ruptura oficial –Murmuré.

“Lo era.”

-Esto me suena como una ruptura oficial.

“Toda la razón”.

La besé, por última vez. Nuestras lágrimas, mojaron aún más la cara de la otra, y cerramos nuestros ojos al instante que nuestros labios se rozaron. Esto era dolor, sufrimiento. Se aferraba a mí, no queriendo soltarme. La abracé por la cintura, profundizando más nuestro encuentro. Ella seguía llorando, cada vez más, apretando más y más mi ropa, arrugándola. Yo hice lo mismo. La última vez que probaría su boca. Ya está.

Nos separamos, mirándonos entre llantos.

Y sin más, caminé hacia mi padre sin mirarla de nuevo.

Pero ella tomó mi mano.

-¿Y nuestro futuro?- Me estaba desgarrando el alma. ¡Que parara de una vez!

Zas, otro azote.

Acaricié su nuca con adoración.

-Sé que prometí casarme contigo algún día –Susurré con la voz entrecortada. Ella cerró sus ojos al sentir mis caricias –Pero no puedo atarte a mí, cuando no estaré a tu lado, no puedo hacer eso.

Sus párpados se apretaron, y entonces agarró con más fuerza mi camisa entre sus manos. Apretándola. Como si quisiera arrancarla.

Tuve que pedirle al mismísimo Dios que me ayudara.

Lágrimas suyas cayeron en mi ropa.

Todos eses planes se marchitaron. Como una flor.

-Britt…..por favor…..no……Te perdí una vez…. No quiero hacerlo de nuevo.

Negué con la cabeza.

-Tú nunca me perdiste Santana, nunca.

Y así, abrió sus ojos, y……no…. ¿Por qué hacía esto más difícil?

Mordió su labio inferior, bajando su cabeza.

Miré hermana, y ella comprendió todo.

Era el momento.

-Le pedí a Ángela que hiciera un favor por mí – Susurré haciendo más delicadas mis caricias.

Mis manos temblaban.

Ella se acercó tendiéndome una pequeña caja de terciopelo. Le sonreí, ella apretó sus labios.
Ellos podrían visitarme las veces que quisieran, ¿Santana? No.

Mi morenita abrió más sus ojos.

Aún así, sonreí.

-Yo, Brittany Pierce –Abrí la caja dejando ver un anillo de plata, con un diamante en el centro, era precioso –Prometo amarte a ti, Santana López, para toda la vida, siempre –Ella miró a la joya para luego mirarme a mí. El diamante reflejaba en sus ojos –Aunque no esté en tu vida, te amaré en la distancia en silencio, soñaré con tus besos cada noche, con tu risa cada mañana, te cuidaré con todas mis fuerzas rezando al cielo que lo haga por mí. Seré tu ángel de ojos azules, seré tu gladiadora rubia, seré todo lo que tú quieras – Aspiré por mi nariz sintiendo mis mejillas quemar – Quiero que seas feliz Santana, porque te mereces todo lo bueno que el mundo podría tener, eres mi estrella, alumbras mi camino, mi destino, mi vida. Y si el universo nos da otra oportunidad, te esperaré con los brazos y el corazón abierto. Prometo amarte apasionadamente, en todas las formas ahora y para siempre, prometo nunca olvidar que este es un amor para toda la vida y saber siempre que en lo profundo de mi alma, no importa que nos pueda separar, siempre nos volveremos a encontrar la una a la otra. Te entrego este anillo, en símbolo de mi amor, dejándote así, libre.

Se lo puse, resbalando por su dedo, dejando un beso en su mano.

Lloraba, aún más.

Intenté memorizar su rostro, sus facciones.

Sus ojos, sus pómulos, sus mejillas, sus labios.

3, 2,1….

-Adiós, princesita.

Y así, a paso lento, escuchando su llanto atrás mía, me fui.

Dejando a todos atrás. Todos.

-El autobús sale en quince minutos, Brittany, es hora, recoge tus cosas.

Mi tío apareció en el pasillo, vestido con un traje azul marino y una camisa blanca. Su pelo engominado, como mi padre. Me abrazó con fuerza, apretándome entre sus brazos. No lloró, pero se estaba aguantando.

Me separé de él.

-Cuídate pequeña, hazlo por favor Brittany, hazlo.

Asentí.

Subí al autobús, viendo desde la ventana el gran edificio que tendría por última vez delante de mis narices. El cual, desde la primera vez que lo vi, pensé que sería un manicomio. No. Este había sido el lugar más perfecto del mundo entero.

Lloré, como nunca antes lo había hecho.

Apoyando mi cabeza en el asiento, golpeando varias veces con fuerza hacia atrás.

Queriendo morirme.

¡Cómo poder olvidarme de todo esto!

Pegué un puñetazo, al sillón delante de mí.

Un golpe, otro golpe, otro.

Más fuerte, más fuerte. Más.

“¿Cómo miras a la persona que amas y le dices que es hora de irte?”

No supe, no sabía, de dónde había sacado tanta valentía.

El autocar arrancó.

Mientras yo seguía llorando.

Mi vida quedaba en el pasado, como todo. Todo.

Mi Santana, mi amor, mi princesa.

¡Quinn! Mi Quinnie.

Dios Santo….

“Santana, te quise desde la primera vez que te vi. Te quise incluso antes de verte por primera vez”.

“- Prometo ayudarte, a amar la vida, a tratarte siempre con ternura y tener la paciencia que se requiere, hablar cuando sea necesario y a compartir el silencio cuando no. A vivir en la calidez de tu corazón que siempre será mi hogar”.


¿Cuándo nos volveremos a ver Santana López?



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Los trozos de canción son : Sirens- Cher Lloyd.

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*Avances 1*

Todo sería fácil no viviendo, ahora, ya no tengo nada por lo qué luchar. Ahora no tengo nada por lo qué seguir viviendo. Sería fácil. Un corte, lo cambia todo. Un corte, en el lugar justo y adecuado.

Sería fácil.

De hecho, incluso tentador.

He perdido a mi mejor amiga, Marley. He perdido a la razón de los latidos increíblemente fuertes de mi corazón, Brittany.

Me observo en el espejo, ojeras y más ojeras.

Sonrío enseñando mi sonrisa, pero claro, es falsa. Como mi vida.

Cojo la cuchilla con mi mano derecha, sosteniéndola con firmeza.

-Todo el dolor terminará, ya era hora.


*Avances 2*


-¡Vamos, levántate!

No puedo. No puedo sacar fuerzas donde no las tengo. No soy una máquina, no soy un robot. No puedo. Esta lucha me está cansando.

Intento abrir los ojos.

Ja ja

Buen intento, Pierce.

Recibo otro golpe en la espalda.

-La niña necesita la ayudita de su tío, ¿Cierto? ¡Mimada!

Lo última que puedo ver, es la cara de esa mujer rubia de ojos verdes, riéndose junto sus amigas. Me recordó a mi Quinn. Me recordó a mi Hanna.


*Avances 3*


“Carta nº 1”

Hola, San.

Sinceramente no sé cómo empezar esto, asique espero empezar bien, espero. He soñado contigo, como cada noche, como cada segundo de mi día a día. Me besabas en la mejilla, y luego te acurrucabas en mi pecho, y yo dejaba una caricia en tu pelo. Todo parecía tan real, pero luego, abrí los ojos, y no estabas. Como todas las veces, no estás. Solo está mi compañera de celda, ella vive una situación parecida a la mía, buena, a la nuestra. Te escribiré cada día, porque necesito ver tu letra, leer tus palabras. Además, hoy es tu cumpleaños pequeña, felicidades.

*Avances 4*

-Santana, hoy es viernes.

¿Qué? ¿He dormido tanto? ¿Dos días?

-No puede ser, ¿Cómo pasó tan rápido?

Ella rió mirando de reojo a Sugar.

-Te lo explicaré brevemente, era una tarde nublada, tú estabas sentada mientras nosotras jugábamos al baloncesto, Tina tiró, falló, Mercedes tiró, falló, Alex tiró falló…..Y luego yo tiré….

Alcé una ceja.

-¿Metiste?

Ella frunció el ceño.

-No fallé también, pero con más estilo.


[CONTINUARÁ.....]


* * *

Espero que os haya gustado el capítulo y los avances. Gracias por vuestros comentarios que me ayudan y animan a seguir escribiendo, gracias por todo.

Sobre eso, como continúa......Hum........¿Vosotros como lo seguiríais? Va, me gustaría que me dijerais como escribiríais el seguimiento de la historia, vuestra opinión es muy importante para mí.

Bueno, a gracias también a todos los que leen la historia y pierden el tiempo en ella. Gracias por todo enserio.

Cuidaros y saludos. Abrazos de oso para todos.

BESITOS DE NUTELLA Y PARA MI AMIGA VICKY BESITOS DE NOCILLA BLANCA

OS QUIERE: NEREA

P.D ¿De cuántas capítulos queréis que conste la historia?


Hasta pronto amores.

que como quisiera que continuara la historia? que se reencontraran y pudieran estar juntas! que triste, hasta luego!

yo te mato,... como podes hacer eso heee?????
como quiero que siga, mmmm que se un encuentro o un traslado de nuevo donde estaba!!!

nos vemos!!!

Pobres mis Brittanas, alfil se había arreglado todo, y se les arruina todo, actualiza pronto plizz

me encanto el cap, pero o por dios detesto al padre de britt y ahora donde la han enviado la golpean ufaaa besitos!

Omg llore que capitulo tan hermoso! Yo no quiero que acabe!

casi lloro.. mas porque esty pasando por algo paresido :'( no oude llorar porque esty en el trabajo pero me encanto espero tu actu.. ;) talves m ayude en mi problema see you :)

Vuelveeeee

Actualizaaa porfa

ENCARCELADAS CAP-16

Abro la puerta de madera medio rota, el ruido que hace me pone los pelos de punta. Puedo visualizar entre la gran cantidad de polvo, un piano tapado con una sábana blanca. Camino por el pasillo largo, y las huellas de mis zapatos quedan plasmados en el suelo. Huele mal, y casi no soy capaz de respirar. Mis ojos azules están rojos por la porquería que hay en el ambiente, mi pelo rubio está manchado, mi ropa lo mismo. Me acerco al piano y saco la sábana que lo cubre, toso con ganas, más y más polvo. Hay una partitura que me llama la atención, se llama “Si muero joven”. La cojo entre mis manos, y una sensación de malestar invade mi cuerpo, como si algo malo estuviera sucediendo. “Si muero joven que me entierren en satén, cayendo sobre un lecho de rosas, rocíen de mí en el río al amanecer. Enviadme lejos con las palabras de una canción de amor”. No puedo seguir leyendo. La caligrafía escrita en este papel, es conocida para mí, es…….Es especial. Hay marcas de agua en el folio, como si alguien hubiera llorado y las lágrimas quedaran plasmadas en él. Pongo la hoja de nuevo en el piano, y decido revisar el lugar. Es como si fuera un auditorio, hay cientos de sillones en él, creo que el color de ellos es rojo. Pero este lugar parece estar abandonado, está completamente en ruinas, de hecho no sé qué hago aquí, no sé cómo he entrado. También quiero irme, largarme de aquí, pero no tengo ni idea como hacerlo, supongo que este sitio es muy grande, ¿Y si me pierdo? Me gustan los laberintos, asique decido investigar un poco. Cierro la puerta ruidosa a mis espaldas, y me adentro en los pasillos oscuros y solitarios. Solo se escucha como gotas de lluvia golpeando un mismo lugar una y otra vez, como una gotera. De vez en cuando, también se escuchan cañerías. Ahora se escuchan mis pasos y mi respiración fuerte; Tengo algo de miedo. Tropiezo con algo, y me agarro a la pared, miro a mis espaldas: Es un tacón color plata. Me arrodillo y lo observo de cerca, es realmente precioso. Me lo guardo en mi gran bolsillo, y sigo mi camino. Hay tres puertas, una blanca, una de madera y otra, por el contrario, de acero; No sé por cual ir. Elijo la blanca. Al primer instante sé de qué se trata, una cafetería. Es muy amplia, demasiado para mi gusto. Aquí caben 1000 personas tranquilamente. Sólo hay algo de luz, gracias a una ventana que está completamente abierta, dejando ver un árbol grande y fuerte. Los bancos de las mesas están esparcidos por cualquiera parte, las mesas están sucias y con platos y tenedores en ella, como si las personas de aquí se largaran por algo importante. Algo llama mi atención en el fondo de la sala; Es una persona. Entrecierro mis ojos para ver mejor, sí, me parece una persona. No quiero llamar su atención ni espantarla, asique camino poco a poco, con tranquilidad. Cuando me encuentro a tres metros de distancia, veo que es una mujer. Tiene el pelo oscuro, a la altura de los hombros o un poco más abajo, tiene la cadera y la cintura pequeña, por lo que puedo ver. Ella se encuentra de espaldas. Me extraña verla con un especie de vestido, rojo también. Uno de sus hombros está descubierto, asique puedo ver que su piel es color canela. Un escalofrío recorre mi columna vertebral, solo verla así, y me parece increíblemente preciosa. Pero ella parece asustada y preocupada, asique quiero ayudarla. Doy un paso hacia delante, aclarando la garganta “Hey, ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí tú sola?” Ella da un salto, la he alarmado. No se da la vuelta, como no queriendo mirarme, pero se queda quieta, como petrificada. Ahora la que está asustada, soy yo. “Eh, enserio, yo puedo ayudarte, ¿Te pasa algo?” Ella solloza, y después se relaja un poco, se calma. Luego decide hablarme “H-He….he perdido mi zapato” Su voz es fina y dulce, y puedo percibir que se siente vulnerable. Otro escalofrío recorre mi espalda. Sonrío y toco el bolsillo de mi cazadora “¿Es plateado y bonito?” Ella asiente, ahora balanceándose de delante a atrás. Me acerco, haciendo ver claros mis pasos, y ella se tensa, para relajarla, toco su hombro. Woah, su piel es tan suave y se siente tan bien entre mis manos……”No te asustes, yo no te voy hacer daño”. No dice nada más. Asique cojo la iniciativa, y me sitúo enfrente de ella, poniéndome de rodillas. No le veo el rostro, ya que está tapado por su pelo. Puedo ver como ella juega con una pulsera de perlas, acariciándola de vez en cuando, enrollándola entre sus dedos. Me parece tierna, parece una niña, pero al ver su cuerpo, ella es toda una mujer. “¿Sabes? Me parece que yo tengo tu zapato. Me llamo Brittany, ¿Y tú?”. Veo que ella respira con más rapidez, como si en algún momento quisiera escapar e irse de aquí, como si yo le diera miedo. Cojo su mano libre, y ella no hace nada. Entrelazo nuestros dedos, y otro escalofrío recorre mi cuerpo, como si ya conociera esta sensación de antes. Ella poco a poco levanta su cabeza, y aparta mechones de su pelo poniéndolos en su oreja. Lo primero que veo son sus ojos oscuros y sus largas pestañas, y siento como si un balde de agua cayera en mi cabeza…….Es….Es……No puede ser……”Santana” sale de mis labios. Ella sonríe y no sé, como si una ola de paz invadiera mi alma, porque la estoy viendo por fin, después de tantos años. Ella no ha cambiado nada, sigue siendo la misma de siempre. Más mujer, una mujer hermosa. No es la chica de 19 años que dejé, ahora tiene 25. Acaricio de nuevo su mano, pero siento algo en su dedo…..No puede ser…..Un anillo dorado posa en él, cegándome al primer instante. Ella está casada, casada……”¿Estás….estás…..casada?” Ella mira mis ojos, como cada vez que lo hacía, con amor, con dulzura, con pasión incluso. “Te fuiste Brittany, te fuiste y me dejaste sola…….No quería a otra persona que no fueres tú pero……Sucedió y no solo estoy casada……si no…..” Toca su vientre, con la pulsera de perlas aún en su mano, y caigo en la realidad. Esa pulsera se la había regalado yo, el día del baile, este lugar era la prisión dónde ella había sido mía, aquel piano fue testigo de canciones y palabras dulces para ella…..El vestido que ella llevaba puesto se lo había quitado yo con mis propias manos.....Su vientre está abultado……..Ella está……”¿Estás….embarazada?” Logro susurrar. Ella sonríe ampliamente, y ya sé la respuesta. Ella sonríe como una madre orgullosa y emocionada. Ella sonríe como una mujer casada y feliz. “Sí Brittany, será una niña, y se llamará Mía. Lindsay y yo, elegimos el nombre juntas”. Siento unas terribles ganas de llorar, ella…….ella no puede hacerme esto. La estuve esperando todos estos años, deseando encontrarla….Pero ella me olvidó, e hizo su vida…..con Lindsay. “Ahora tengo que irme Brittany, Lindsay me espera en casa, mañana tendremos consulta para saber cómo va nuestro angelito” Y así, se levanta, descalza, con solo un zapato en sus manos. Una lágrima cae por mi mejilla sin quererlo…..”Ha sido un verdadero placer verte Britt, estás igual que siempre. Me gustaría que fueras la madrina de Mía, sé que te gustan los niños” Ríe con esa risa suya simpática y graciosa, y mira a sus manos avergonzada. “Nos vemos, hasta luego”. Se pierde delante de mis ojos, cruza la puerta blanca y me deja, y yo me quedo sentada. No tengo fuerzas para levantarme, no tengo fuerzas para nada. No puedo dejarla ir, no puedo….”!Santana, por favor, no te vayas, Santana!”

Santana, no te vallas. Santana.

Abrí mis ojos, y me senté rápidamente en mi cama. Mi respiración era demasiado rápida, mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho. Estaba cubierta en sudor, mi cara tenía gotas incluso. Mi pijama estaba completamente mojado, completamente. Miré a mi alrededor: Era el mismo de siempre.

Desde que había llegado aquí, a la prisión del norte, hacía tres meses, todos los días era igual.

Todos los días tenía la misma pesadilla, y todos los días me levantaba confundida y bañada en sudor. Todos los días. A veces deseaba soñar otra cosa, cualquiera, pero no. Incluso no quería dormir. Incluso a veces me proponía quedar despierta toda la noche para bueno, eso, no soñar. Pero era imposible, los ojos se me cerraban sin pensarlo, y mi cuerpo se rendía. Y así, tenía otra vez la misma pesadilla una….y otra vez. Cogí mi almohada y la estampé en mi rostro. “¿Qué te sucede, Brittany, qué?” No podía seguir así.

Miré mi reloj, las 6:55.

Faltaban cinco minutos para levantarse.

Caí rendida de nuevo en el colchón, y me limpié la cara con la manga de mi camiseta. Estaba caliente, como si tuviera fiebre. Igual tenía, no lo sabía, no me importaba. Ya todo me daba igual. Absolutamente, toda mi vida era una miseria.

Llegué aquí el primer día, y desde ese momento supe que el final comenzaba.

Este lugar era escalofriante. Mi uniforme no era un mono naranja, si no, un pantalón y camiseta gris. Pero claro, los zapatones eran negros, y casi iguales a los que tenía.

Aquí, no era conocida. Nadie quería estar con nadie, cada una estaba en su mundo, y eso, aún asustaba más. Aquí yo no era una de las más fuertes, había otra muchacha, sí, “Perry”, la tenía tomada conmigo. Medía 1`78, y era ancha de espalda con unos brazos fuertes y gruesos. Era morena, con ojos verdes, y algunas pecas en su rostro. Tenía una voz grave y miedosa. Podía coger un coco y aplastarlo sin problema, y solo, con una mano.

Me pegaba, cada día, y yo, no hacía nada. Que hicieran conmigo lo que quisieran.

Me insultaba, cada día, y yo, no hacía nada.

Me empujaba en cada rincón, y yo, no hacía nada.

Y eso a la grande Perry, la enfurecía más y más.

Pero yo no hacía nada.

Mi compañera de celda, Susan, curaba mis heridas cada noche. Ella era una muchacha de veinte años, pelo castaño y rizado, con ojos azules. Tenía una bonita sonrisa, era delgada y baja, y sobre todo, atenta.

Era una persona callada y tímida, pero conmigo, intentaba ser todo lo contrario.

Sin embargo, yo no decía nada. Ella preguntaba, ¿Qué tal? Yo fruncía los hombros. Me decía, ¿Te duele? Mientras limpiaba la sangre de mi ceja, yo negaba con la cabeza. Aquí, nadie, había escuchado mi voz. Nadie. Por eso, me conocían como “La muda”.

Hablaba solo en sueños, Susan me lo repetía una y otra vez. Algunas veces ella me había despertado porque incluso gritaba, a veces lloraba. Otras golpeaba con toda la fuerza que tenía las sábanas, incluso las arrancaba o rompía.

Mi madre escribía cada semana, las cartas llegaban a los sábados. Me contaba todo tipo de cosas, desde las prácticas de Ángela para sacar el permiso de conducir, hasta la hora que llegaba mi padre del trabajo. Me mandaba muchos recuerdos y abrazos. Que me cuidara y que no me pasara nada, me quería ver bien. Me decía te quiero, y luego firmaba.

A veces rompía el folio después de leerlo, y lo tiraba a la basura.

No quería saber nada de mi vida.

Tenía tanta rabia acumulada en mi cuerpo, tanta.

Yo sabía que si quisiera, vencería a cualquiera que se metiera en mi camino. A Perry y a sus amigas, a cualquiera. Pero no quería más problemas, quería que el tiempo pasara e irme de aquí, olvidar toda la mierda de vida que tenía.
Para descargar todo esa rabia, lloraba.

Me iba a las duchas cuando era de noche, o todas estaban comiendo y aún vestida, abría el grifo y dejaba que el agua cayera en mi cabeza. Luego, sin más, las lágrimas salían. Golpeaba la pared con mis fuerzas, hasta hacer sangre.

Después Susan me curaba.

Había perdido diez kilos, ahora pesaba sesenta y tres.

Estaba más delgada que nunca. Seguía conservando mis músculos, entrenaba haciendo boxeo, corriendo, flexiones, baloncesto, fútbol. Pero aún así, no peleaba con nadie. Aún así, yo era el saco de boxeo para otras personas.

Escribía para Santana.

Tenía cuarenta y cuatro cartas para ella, pero no se las había enviado.

Cada una contaba una cosa, cada una expresaba una cosa.

También, antes de dormir me imaginaba su rostro. Sus ojos oscuros, sus largas pestañas, sus mejillas rosadas, su nariz, sus labios carnosos, su sonrisa amplia y perfecta.

No me había olvidado de ella.

Nunca lo haría.

“7:00”

Una sirena, ese era el método para despertarnos.


Susan golpeó mi colchón desde la litera de abajo, y yo me senté en el borde de mi cama.

Froté mis ojos, con fuerza, intentando apartar cualquier marca de cansancio, intentando apartar cualquiera marca de tristeza. Decidí colocarme la máscara de seriedad y dureza.
Me coloqué el pantalón gris, abrochando el botón. Luego, la camiseta gris adecuándola a mi cuerpo. Me puse los calcetines blancos, y luego los zapatones. Sin dirigirle la palabra a Susan. Como todos los días.

Las celdas se abrieron automáticamente, y salí fuera.

Los guardias se dejaron ver, mandándonos ponernos en la posición adecuada.

Perry, desde el otro lado del pasillo, sonrió con malicia.

Otro día empezaba.


*******************************************************************

Me miré al espejo, y veía lo mismo que siempre: Ojeras, labios secos, ojos llenos de bolsas. Era horrible saber que esa, era yo.

Era horrible vivir mi vida, no aguantaba más.

Todo sería fácil no viviendo, ahora, ya no tenía nada por lo qué luchar. Ahora no tenía nada por lo qué seguir viviendo. Sería fácil. Un corte, lo cambiaría todo. Un corte, en el lugar justo y adecuado.

Sería fácil.

De hecho, incluso tentador.

Había perdido a mi mejor amiga, Marley. Había perdido a la razón de los latidos increíblemente fuertes de mi corazón, Brittany.

¿Cómo seguir viviendo? ¡No tenía fuerzas ni voluntad!

Me sentía como una alma en pena, vagando por los pasillos de este lugar. Me sentía como un espíritu. Nadie se fijaba en mí, nadie se percataba de mi existencia. Era como un fantasma, pero el problema, era que estaba viva.

Me observé en el espejo, ojeras y más ojeras.

Sonreí enseñando mi sonrisa, pero claro, era falsa. Como mi vida.

Todo era una farsa.

Cogí la cuchilla con mi mano derecha, sosteniéndola con firmeza.

-Todo el dolor terminará, ya era hora –Susurré con la voz entrecortada.


Presioné la cuchilla en mi mano izquierda, en mis venas. Una lágrima de mis ojos cayó en ellas. ¿Así era como yo quería acabar con mi vida? ¿Qué pensaría mi madre de mí? ¿Mi padre y mis hermanos y hermanas? ¿Mis amigas? ¿Y si me viera…..Marley? Y si…..ella……Se enterara de esto…….

Si ella se enterara de esto, estaría decepcionada.

Habíamos prometido seguir juntas. Al salir de aquí, había prometido encontrarla.

Si acabara con mi vida, nada de eso sería posible.

Sollocé y apreté con fuerza mi muñeca.

La sangre estaba luchando por salir….

-¿Qué haces?- Escuché en mi espalda.

Miré por el espejo y ahí estaba, mi mejor amiga.

Lagrimas y más lágrimas caían por mi cara.

-No puedo seguir así Marley…….

Ella negó con la cabeza.

Dios, me estaba volviendo loca…….

-¿Por qué lo estás haciendo tan difícil, Santana?

Miré mi mano izquierda, tenía sangre.

Estaba comenzando a ver borroso.

-¿Te imaginas lo que sentiría Brittany al saber esto? ¿Te imaginas lo que está sufriendo día tras día Brittany para salir de allí y venir a tu lado? Eso es amor Santana, ella está sola, tuvo que comenzar desde cero, tú las tienes a ellas, te apoyan cada día y aún así quieres abandonar todo.

La cuchilla cayó de mis manos, rebotando una y otra vez en las baldosas.

La sangré de mi mano, gota a gota, cayó en el suelo.

-¿De verdad quieres…….dejar esto?

Sollocé imaginándome a Brittany llorando el día de la despedida.

Y por un momento, me imaginé a Brittany llorando por mi muerte.

-No –Susurré.

Ella asintió, y sonrió orgullosa.

“Su sonrisa era prácticamente igual a como la recordaba”

-Sé feliz Santana, tú puedes serlo.

Y sin más, caí en el suelo de las duchas, dejándome llevar por un sueño profundo. Donde Brittany, como veces antes, era la protagonista.

“Allí estaba yo otra vez aquella noche, forzando risas, fingiendo sonrisas,
En el mismo cansado y solitario lugar,
Paredes de mentiras.
Ojos moviéndose y huecos libres,
Desaparecieron cuando vi tu cara.
Todo lo que puedo decir es que fue encantador conocerte”.

“Aquí estoy rezando para que esta fuera la primera página,
Y no donde acaba la historia.
Mis pensamientos harán eco hasta que vuelva a verte de nuevo,
Estas son las palabras que guardé mientras me marchaba antes.
Estuve encantada de conocerte”.

***************************************************************
Quería escribirle, pero hoy sería diferente: Se la enviaría.

Era su cumpleaños. Cumplía veinte, igual que los que tenía yo ahora.

Veinte.

“Recuerdo que yo le dije que estaría con ella en su día especial, si ella me dejaba, y en un susurro dijo que sí. Luego la abracé con fuerza y necesidad, porque sabía que estaba enamorada de ella, y era algo que debería aceptar”.

Cogí el folio en blanco, y mordí mi labio.

“¿Qué decirle a la mujer que amo en su cumpleaños?”

Con fuerza, agarré mi bolígrafo. Mi mano temblaba con pudor.

-Carta para Santana-

Hola, San.

Sinceramente no sé cómo empezar esto, asique espero empezar bien, espero. He soñado contigo, como cada tarde, como cada segundo de mi día a día. Me besabas en la mejilla, y luego te acurrucabas en mi pecho, y yo dejaba una caricia en tu pelo. Todo parecía tan real, pero luego, abrí los ojos, y no estabas. Como todas las veces, no estás. Solo está mi compañera de celda, ella vive una situación parecida a la mía, bueno, a la nuestra. Te quise escribir cada día, pero no fui capaz. Tengo cuarenta cartas para ti, pero no tengo la valentía para enviártelas, pero hoy es diferente, me tragaré todo ese temor por ti porque hoy, pequeña, es tu cumpleaños. Tu esperado cumpleaños. Mira, San, espero que estés siendo fuerte, que estés siendo dura, porque es como quiero verte, no de otra manera. No te contaré como es este lugar, mi vida ahora, porque sinceramente no quiero. Por otra parte, te diré lo mucho que te extraño y te amo, ¿Vale? Vale. Empiezo diciéndote, y avisándote, que nunca pequeña, nunca, te rindas. ¿Dónde está ese carácter con el que me atacabas cuando nos conocimos, eh? ¿Dónde? Quiero que ahora, lo saques a la luz. Demuéstrale al mundo que eres mejor que ellos, y que nunca nadie va a poder contigo. Tú eres Santana López. La mujer de mi vida….La dueña de mi corazón. Es muy duro estar separada de ti, a veces siento que no puedo más, que no aguanto otro segundo así. Pero luego pienso, en la posible, posible oportunidad de poder verte de nuevo algún día, de esas coincidencias de la vida, ¿Sabes? Yo caminando por el parque con mi perro, le lanzaré la pelota y sin querer te dará a ti, y yo correré para ver si estás bien, te veré, y en ese segundo, agradeceré a la pelota comprada en los chinos por caer en ese lugar. Meses después te casarás conmigo, tendremos una hija o un hijo con mis ojos y tu pelo, tu carácter y mi fuerza, tu manera de cantar y mi habilidad para bailar. Eso sería realmente, fantástico, no tengo otra palabra para definirlo. Te sigo amando Santana, desde el primer momento que te vi, lo recuerdo todo, ¿Sabes? Me gustaste desde que entré en esa asquerosa celda, y te pude ver sentada en ese banco mirando al suelo con las mejillas rojas y el ceño fruncido. Cuando me sonreíste después de intentarlo tantas veces, tu sonrisa era la más hermosa y real que nunca antes había visto, tu carácter era impresionante, y tu mirada transmitía lo que tu boca no era capaz de decir. Y cuando escuché tu voz, no lo supe en ese instante, pero tuve una duda: No sabía si algo había cambiado en mí o todo. Pero después, cuando cada noche soñaba con tu voz susurrando la inicial de mi nombre, cuando me sonreías en cada pesadilla y la convertías en un precioso sueño, cuando tus ojos se adueñaban de mi alma, supe que todo había cambiado. Y cuando te vi por segunda vez pensé: Por favor, prométeme, ángel mío, que te harás dueña de mi alma y sentimientos, prométeme querida que me amarás en cada momento de tu vida, prométeme, amada mía, que siempre tendré el privilegio de escuchar tu voz. Y quiero que sepas, que cada vez que besabas mis labios, que me abrazabas, que susurrabas un Te amo en mi oído, mi corazón se convertía en tuyo, llegado al punto, que yo ya no tenía corazón y tú tenías dos. De hecho, tú lo tienes y eso me convierte en una simple mujer de ojos azules, sin alma ni corazón, perdidamente enamorada de ti. Te sigo extrañando Santana, tanto que me duele, y cada día, duele más, y no sé cuál será el dolor máximo que podré aguantar, ya que no tengo corazón, pero por ti, aguantaré cualquier cosa, y si es necesario, amor mío, seré lo suficiente valiente por las dos. Dime que estás bien, porque necesito saberlo, dime que sigues conservando esa sonrisa que me llevaba a la locura, dime que conservas esos ojos con ese brillo que me gustaba tanto, dime que conservas eses hoyuelos cada vez que reías, dime que conservas esa travesura, esa dulzura, esa picardía. Dime, que aún conservas lo que yo tanto extraño. Dime, que aún eres mía. Estoy contigo, aunque no me veas, lo estoy. Velo por ti cada día, rezo a los ángeles y al mismo Dios para que te cuide y te de todo lo que tú necesites. Sé que este amor, nuestro amor es difícil, lo es, pero es real. Tienes que recordarlo, es real. Y siempre lo seguirá siendo. Felicidades amor mío, disfruta de tus veinte años, cuídalos bien como a ti, sonríe más que nunca, sé feliz, te lo mereces todo y lo sabes. Te amo Santana López, ese es mi juramento.

De: Brittany Pierce, mujer rubia sin corazón.

**************************************************************************

No sabía dónde estaba.

Escuché la voz de Brittany, gritando mi nombre una y otra vez, sentía sus caricias en mi nuca, sus labios en mi frente. Quería abrir los ojos y verla, poder decirle lo tanto que la he extrañado, lo tanto que la amo. Necesitaba hacerlo.

“Necesito verte, para que mi corazón vuelva a latir. Demuéstrame que eres tú, para definitivamente, dejar de ser la mujer sin alma que soy. Demuéstrame que eres tú, por favor. Te necesito”.

Ahora, tomaba mi mano.

Su pulgar acariciaba todo el entorno a mi mano.

Y entonces lo sentí, como mi corazón dejaba de ser de piedra, y volvía a latir.
Bum, Bum, Bum.

Intenté abrir mis ojos, pero era tan complicado……

Quise mover mi mano, pero sentí un pinchazo en mi muñeca izquierda.

Entonces lo entendí todo, si estaba dormida la persona que me tocaba no podía ser Brittany. Y si la persona que realmente me tocaba era Brittany, no había otra razón…..Estaba muerta. Sí, estaba muerta, y ahora me encontraba con la mujer de mi vida. Pero, espera……Tampoco, porque si yo estaba muerta y me encontraba con Brittany, eso significaba….que mi Britt también estaba muerta. ¿Habían matado a Brittany? ¡Qué hija de la gran puta había hecho eso! Como sea, esto era tan confuso….

“Vamos, puedes hacerlo, puedes despertar, vamos Santana, tú puedes”.

Mis párpados pesaban, pero aún así, abrí mis ojos. Los cerré al instante, porque la habitación había cegado mis ojos, pero minutos después, definitivamente los abrí.
¿Dónde estaba…?

-Lo está haciendo, se ha despertado- Escuché en un susurro.

Supuse que estaba en una cama, porque sentía que estaba tapada por unas sábanas. Alguien se sentó a mi lado, tocándome el pelo. Entonces comprendí que no eran sus manos, ni eran sus ojos los que vería, ni podría escuchar sus Te amo. No era Brittany.

No….

-Santana, ¿Me escuchas?

Yo moví la cabeza de un lado a otro, gruñendo entre dientes.

¿Por qué la luz tenía que ser tan luminosa?

-Es la luz, le molesta, ¡Apaga la luz Rachel!

Intenté sonreír. Sugar siempre gritándole a Rachel.

Mis chicas……

-¿San? Eh San, por favor, dime algo –Distinguí la voz de Rachel en la distancia.
Aclaré mi garganta, intentando mover mi mano.

Pasé mi lengua por ambos labios, ya que estaban completamente secos.

-Rachel, iros a la mierda tú….tú y la luz.

La voz de Sugar se hizo presente, y abrí de nuevo mis ojos.

Encontrándome con Mercedes sentada a los pies de la cama, mirándome con una sonrisa. Alex y Dani, estaban sentando en una silla una encima de la otra y Tina apoyada en la puerta de mi celda, con media sonrisa en sus labios.

Faltaba mi Marley….

-¡Por fin te has despertado San, te he extrañado tanto! –Gritó Rachel corriendo hacia mi cama y abrazándome fuertemente.

Yo la aparté como pude con una mano.

-Rachel, has estado conmigo hace una hora cuando tú te fuiste a jugar al baloncesto con Tina, no exageres las cosas, por favor, ¿Sí?

Se miraron entre todas. Sus ojos viajaban a los ojos de las otras.

Ninguna era capaz de mirarme a mí.

Tina, era la única que lo hacía. Estaba tan seria, que incluso me intimidaba.

-Hoy es viernes Santana.

Palideé.

Lo noté.

¿Cómo era posible?

Sólo había sido un corte……

¿Dos días dormida?

-¿Cómo que hoy es viernes? Si….si era…miércoles….

Tina negó con la cabeza, llevando su puño a la pared y estampándolo.

Ella nunca se comportaba así. Pude percibir como tenía lágrimas en sus ojos.

Por favor….

-¿Qué es lo que pretendías, Santana?-Gritó ganándose la mirada de todas nosotras.
Rachel se colocó a su lado, dándole apoyo.

-Yo…..y-yo nada……solo……

Sugar rió sarcásticamente pasando sus manos por la cabeza.

-¡Nada! ¡Nada!- Alzó la voz Alex levantándose de las piernas de Dani.

Estaba comenzando a ponerme demasiado nerviosa.

“En estos momentos Brittany me protegería de todas ellas”.

-Te lo explicaré brevemente, era una tarde nublada, tú estabas sentada mientras nosotras jugábamos al baloncesto, Tina tiró, falló, Mercedes tiró, falló, Alex tiró falló…..Y luego yo tiré….fallé….con más estilo. Decías que te aburrías, y te largaste. Te estuve buscando una hora Santana, entonces fui a las duchas y te encontré……Tirada en las duchas, con una cuchilla al lado de tu cuerpo….llena de sangre…… -La voz de Rachel comenzaba a entrecortarse- Viví eso una vez, lo hice, una de mis mejores decía que se aburría y después de una hora tras buscarla y sin éxito, decidí ir a las duchas…..Y me la encontré llena de sangre…..El puñetero problema era que estaba muerta –Susurró apretando con fuerza su puño –Entonces cuando te vi a ti así pensé “Oh dios mío, por favor, no te la lleves” te toqué, y estabas tan pálida y fría, y entré en pánico, porque pensé que volvía a repetirse lo mismo –Su labio comenzó a temblar y sabía lo que se aproximaba -¡En qué estabas pensando, eh! ¿Qué?

Me sentía mal. Me estaba mareando terriblemente.

“Cuándo te vaya bien, llévame contigo, cuando te vaya mal, por favor, si no estoy contigo, no me defraudes”.

-Santana, esa no era la solución –Susurró Sugar sentada a mi lado – Tienes que luchar Santana, ¿Cuál es el problema que te lleva a hacer esas cosas?

Sollocé, tapándome la cara con mi mano sana.

“Todo, completamente todo, me lleva a esto….”.

-Toda esta situación. Primero….primero Marley…..y luego….luego Brittany se va…. –Murmuré limpiándome las lágrimas - ¡Brittany….ella me prometió que siempre estaría y se va cuando más la necesito!

Sugar negó con la cabeza. Podía leer furia en sus ojos.

“Cuando una persona buena, se enfada, ten cuidado, ya que puede ser tu peor pesadilla”.

-¡Brittany se fue, sí se fue, y ella sigue luchando y está peor que tú, estúpida! – Vi como sus pupilas se dilataban, y sentí miedo. Parecía una serpiente - ¡Ella se fue y te pidió que siguieras hacia delante….y tú, tú se lo prometiste! ¿Entonces ahora por qué pretendes quitarte la vida?

“Porque la vida no me quiere”.

“El mundo se me cae encima”

-Si acabas con tu vida, ahí no puedes hacer nada. No puedes arreglar lo que querías que cambiara, no puedes saber lo que luego te pasaría, no puedes hacer nada Santana, absolutamente nada, porque todo se acabó. Ese sí que es el final, no hay nada más después de eso –Dijo Mercedes aún en los pies de mi cama.

“No tengo nada que perder”.

-Brittany……a ella….no le importo…-Susurré.

Rachel sonrió.

-¿Cómo puedes saberlo? –Preguntó con un toque de superioridad.

“Porque no me demuestra que le importo”.

-Por….por todo…..pasaron….tres meses justos desde que se fue…..y no sé nada ella.

“Ella ahora podría estar muerta, y yo no lo sabría”

Pensar eso, y solo la idea, me mataría.

-¿Y tú le escribiste? –Dijo Tina.

-¿Tú preguntaste a su madre? –Insistió Dani.

-¿Tú preguntaste a su tío? –Preguntó Sugar.

-¿Hiciste algo tú para saber sobre ella? –Murmuró Rachel.

No, porque no sentía la valentía para hacerlo.

Pero ella era valiente, maldita sea.

“Ella era la persona más fuerte de este mundo”.

-Pero….ella….no….

Rachel sacó un sobre de la parte trasera de su mono.

Era una especia de carta.

-Hoy es tu cumpleaños, Santana, felices veinte.

Tenía razón, hoy era mi cumpleaños. 15 de Octubre.
Abrí la boca completamente sorprendida.

-G-Gracias.

Ella miró la carta entre sus manos, y cerró con fuerza sus ojos.

-Hay alguien que decidió felicitarte, antes que cualquiera de nosotras. Llegó ayer, pero como estabas dormida, decidí guardártela yo.

“Mi madre, diciéndome lo mayor y bonita que estaba”.

Tragué saliva mirando el sobre.

-¿De quién es? –Susurré con un hilo de voz.

“Piensas que no le importas, que ella se olvida de ti, y que cada noche no se acuerda de tus ojos. Pero entonces, una parte de ti sabe que estás equivocada, porque ella te ama. Cada vez que te lo decía, era de verdad. No era una simplemente frase, sin sentido. Era una simple frase, con dos palabras, que lo significaban todo”.

Ella sonrió de lado, con lágrimas en sus ojos.

-Es….es de Brittany, San.

Bum, Bum, Bum.

********************************************************************

-¿Cuándo piensas hablar, mudita? –Preguntó agarrándome con fuerza la camiseta.
Yo apreté con fuerza la mandíbula.

“Mudita, tu puta madre hija de puta”.

Sus dos amigas, se reían a sus espaldas.

Y sin darme tiempo a reaccionar, dejó un puñetazo en mi estómago.

Estaba tan acostumbrada a esto, que ni siquiera me quejaba. A veces, cerraba los ojos por el dolor, pero de mis labios no salían ni una queja. Ni un murmuro. Ni un susurro. Nada. Era completo silencio.

-Eres fuerte mudita lo sé, ¿Crees que no te veo en las duchas? Tienes un cuerpo increíble y eres preciosa…..Pero eso, a mí, no me vale.

Me soltó la camiseta, ahora, golpeando mi cara.

Giré la cara por el impacto.

Sabía que mi ceja, estaba rota de nuevo.

Y con toda la fuerza que ella poseía, lanzó una patada a mi rodilla derecha, y yo caí de rodillas al suelo, y así, llevé otro golpe en la cara.

No quería resistirme a caer en la oscuridad. Era lo que yo necesitaba.

Caí hacia atrás completamente dolorida.

-¡Vamos, levántate!

No podía. No podía sacar fuerzas donde no las tenía. No era una máquina, no era un robot. No podía. Esta lucha me estaba cansando. Algún día me cansaría de seguir hacia delante, ¿No?, y si…… ¿Y si ese día era hoy?


Me costaba respirar, algo en mi cuerpo estaba fallando.

“Ojalá fuera mi corazón”.

Intenté abrir mis ojos. Pero oh vamos….

Ja Ja

Buen intento Pierce

Y zas, ahora un golpe en la espalda.

-La niña necesita la ayudita de su tío, ¿Cierto? ¡Mimada!

Lo último que pude ver, fue la cara de esa mujer morena de ojos verdes, riéndose junto sus amigas. Me recordó a mi Quinn. Me recordó a mi Hanna. Me recordó a sus peleas, y luego a sus brazos de reconciliación.

Me recordó a mi Santana.

Esta noche, Susan no me ayudaría a curarme. Necesitaría ayuda máxima.

Un enfermero.

Un doctor.

O una funeraria.



AVANCES CAP-17

*Escena 1*

-¿Qué piensas? –Preguntó Rachel pasando su brazo por mi hombro.

Siento todo su amor, en una carta.

-Siento que aún le importo.


*Escena 2*

-¿Qué es lo que sabes de ella?- Pregunte por quinta vez.

Sus ojos azules se llenaron de lágrimas, y entonces sabía que algo pasaba.

-Ella está grave, ha sufrido una de las peores palizas.

¿Qué…?

*Escena 3*

-¡Quiero verla, verla y poder percibirla con mis propios ojos! –Grité soltándome del agarre de Sugar.

-Está mejor, me dan dicho que está fuera de peligro.

Negué con la cabeza.

-¿Se ha despertado?


*Escena 4*

-Lo siento Santana, no hay noticias.

No hay noticias.

Como siempre.

-No puede ser…-Susurré.

Él intentó coger mi mano.

-Se despertará, yo confío en ella.

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

-¡Lleva cinco meses en coma!




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ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO EL CAP

GRACIAS POR LEER Y POR ESPERAR.
SUBIRE PRONTO YA QUE PARA LA SEMANA NO TENGO COLEGIO Y TENGO MAS TIEMPO

ESPERO QUE ESTEÁIS BIEN MI GENTE

SALUDOS Y ABRAZOS DESDE GALICIA. BESITOS DE NUTELLA Y PARA MI AMIGA VICKY BESITOS DE NOCILLA BLANCA

OS QUIERE: Nerea

Ay Dios pobre Britt y San ya no seas mala y unelas otra vez llore mucho juntalas please

ooo porq las haces sufrir asi?? pobre mi san, pobre britt, esa hdp que golpea a brit ojala se mate!!! besitos volve pronto!

COMO ASI QUE COMA!!! Dios me quieres matar cierto? actualiza!

por favor ya es suficiente, hasta luego sera!

Oh dios Brittany en coma por 5 meses :( , estupendo capítulo, hasta la próxima :D

Hola!!! lectora nueva! me encanta tu historia... aunque como me haces sufrir! pobre Brittany... primero sufre por que cree q mato a Marley y luego la prision de maxima seguridad bueno espero puedas actualizar pronto x q ya me quede super picada!!!

Hola terrible capitulo este y los avances....... huyyyyy Britt 5 meses en coma!!!!!
Volve!!!!!

con el traslado de britt sufren todos,...
tu con tus avances, me va a dar algo!!!! bueno britt tiene que pagar el derecho de piso,...!!!
espero que se despierte pronto del coma britt!!!

nos vemos!!!

no solo hay que soportar que esten separadas sino que la actualizacion brilla por su ausencia, y lo peor sin ninguna explicacion!!!!