FanFic BRITTANA “Safe With Me” CAPÍTULO "BONUS TRACK": "Halloween con el clan familiar de los Pierce" (31 de Agosto)

Hola……….buenas       noches a todas/os……….antes que nada, lamento       profundamente no haber podido publicar el día que señale…….estos días de esta semana que culmina han sido una locura       fatal en la Universidad (problemas de carácter político entre los estudiantes, trabajos por presentar, exámenes, noches de desvelo, etc.), estoy que me caigo de       sueño, pero no podía dejar más tiempo sin actualizar (ahora si podré dormir tranquilamente); sin embargo por fin tendré mis esperadas “vacaciones breves” de 2 semanas       jejeje. Adelanto que en virtud a las múltiples situaciones que tuve que atender en esta semana caótica antes de mis vacaciones NO tuve tiempo de continuar con el trabajo de adaptación (ya se me acabaron los capítulos de reserva para adelantos)……. Así que hoy no me será posible poner adelantos de capítulos futuros, sin embargo este fin de semana tendré que ponerme a trabajar en más capítulos aprovechando que tengo algo más de tiempo libre       jejejeje



*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo (5ta Avenida Neoyorkina)


http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo (Play with Me)



*Próxima actualización: día LUNES…….procuraré actualizar antes, pero si no pudiera ya saben que día lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo



Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.



Y la canción del día es……….






*creo que ya puse esta canción en uno de los anteriores fic’s que adapté; sin embargo, quise ponerla aquí porque es una de mis favoritas       jejejeje



NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Safe With Me” de Kristen Proby, la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)



Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente       jejejeje.



Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de 21 capítulos + epílogo + un episodio “bonus track”, “Safe with Me” es la historia número 5 que forma parte de una saga (With Me in Seattle) que narra las historias de distintos personajes de una misma familia……en la historia se aborda la vida de un personaje (en nuestro caso, Brittany) con formación militar que está enamorado perdidamente de alguien (en nuestro caso, Santana), pero que trata de controlar sus sentimientos por sus temores y traumas a raíz de una importante incursión bélica; sin embargo no lo logra, porque da rienda suelta a sus sentimientos…..pero antes, deben pasar por algunas dificultades. Asimismo esta historia intercala la perspectiva de los personajes protagonistas, en el caso nuestro, algunos capítulos serán narrados por Brittany y otros por Santana.




Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

















Me despierto antes de que amanezca, alerta y lista para comenzar el día, a pesar de solo haber dormido un par de horas. Necesitamos comenzar temprano, para poder llevar a las niñas a la escuela, a Santana al trabajo y yo debo comenzar a hacer mi trabajo.


A la noche estaremos instaladas otra vez en casa de San.


Suspiro y dejo que mis ojos viajen por su rostro, hasta el pecho que está firmemente presionado contra mi cuerpo a través de su blusa fina, y más lejos hasta su cintura. Nunca puedo decirle que no a ella, aunque sea por su propio bien y tengo miedo que sea mi mayor error.


Ella es mi debilidad pero me fortalece mucho………. Ella y las niñas son lo mejor que pudo ocurrirme en la vida.


El recuerdo de la pesadilla de la noche pasada me atraviesa y cierro fuerte los ojos, abrazándola con fuerza contra mí.


Jesús, podría haberla matado. ¿Qué es lo que está mal en mí? Sí, la guerra es una estúpida situación que no debería existir, pero vuelves a casa y continúas con tu vida.


No saltas como una cobarde a cada sonido y, con toda maldita seguridad, no intentas como yo lastimar a la mujer que significa más para ti que la propia vida…..


Presiono mis labios y nariz en su cabello, inspiro profundamente, dejando que el dulce aroma a vainilla y lavanda llenen mi cabeza y me calmen.


Todo lo que tengo que hacer es sentir su aroma y me tranquilizo inmediatamente, pero sé que debería alejarme completamente de ella…….San y las niñas necesitan a alguien que no tenga la cabeza tan confundida como yo. Merecen alguien que no pierda el control en medio de una multitud y tenga pesadillas que la hacen actuar como una tonta en casa.


Pero pensar que alguien esté así con Santana o acompañando a sus hijas mientras crecen, me deja aún más loca de la cabeza.


Me aparto un poco y miro sus ojos marrones somnolientos. Ella me está mirando perezosamente y comienza a pasar la mano arriba y abajo por mi cuerpo. Coloca una de sus largas piernas entre las mías.


—Buenos días—murmura.


—Buenos días, cariño. —La beso en la frente y me aparto cuando su mano inquieta juega traviesamente conmigo.


—Para—susurro y llevo su mano a mis labios—. No puedo.


— ¿Qué quieres decir? —pregunta con una mueca de confusión.


—Aún no. —Muevo mi cabeza y entrelazo mis dedos con los suyos, apretando su mano en mí pecho, justo donde se ubica mi corazón—. Necesito decirte una cosa.


—Ok—murmura y se acomoda contra mí, no dejando que me aleje, lo que es una buena señal.


No soportaría si ella estuviera con miedo de estar cerca de mí…….


—Solo quiero decirte algo sobre la noche pasada—comienzo y frunzo la frente mientras intento reunir mis pensamientos. Ella espera tranquila, sin moverse, sin estar tensa. Solo esperándome—. Siento mucho haberte lastimado y haber dejado a todas con miedo.


Abre la boca para hablar pero me inclino y presiono mis labios suavemente contra los suyos, cerrando su boca.


—Eres la persona más fuerte que he conocido, Santana—susurro contra sus labios—. Y conozco algunas personas malditamente fuertes. Me sorprendes y me haces más humilde, una mejor persona, y estoy agradecida de estar aquí con ustedes.


Antes que pueda responder, la beso otra vez, pero más profundo ahora, y siento como mi cuerpo reclama ansiosamente sentir cada centímetro de su piel junto a la mía.


Excepto, que ella va a quedar desilusionada al descubrir que no vamos a hacer “nada de travesuras” esta mañana.


Ahora, en este momento, todo es sobre ella y las niñas…..


Delicadamente la empujo de espaldas y me aparto para poder examinar las marcas rojas alrededor de su cuello.


—Estoy bien—murmura, pero al mirar sus ojos, veo tristeza y pesar—. Realmente estoy bien. Está todo bien.


Bajo mi mirada nuevamente, y levanto su barbilla con el dedo para tener mejor acceso, regando besos suaves y cariñosos sobre su piel marcada. Ella ronronea y aprieta los músculos de mis brazos cuando desciendo hasta sus pechos, lamiendo y besándola cariñosamente. Sus pezones están duros bajo la fina pieza y levanto su blusa exponiendo sus perfectos pechos para mi boca. Chupo y la atormento, haciéndola gemir nuevamente.


—Brittany… —susurra.


—Shhh… —Soplo sobre sus picos mojados, volviéndolos más arrugados y luego continúo mi búsqueda por su estómago, besándola a lo largo de la cintura y caderas, contando sus costillas con mi lengua. Ella levanta sus caderas cuando agarro sus bermudas con mis dedos y lo arrastro junto con sus bragas hacia abajo sobre sus largas piernas, y las arrojo en el suelo.


—No tenemos tiempo para eso. —Respira y aprieta las sábanas con sus puños.


—Ah, yo creo que sí—confirmo y empujo sus piernas juntas y hacia arriba, con mis manos presionando los costados de sus muslos, entonces llevo sus rodillas flexionadas sobre su pecho. Bajo mi cabeza y comienzo a lamerla, a partir de su ano, a través de sus labios mojados, empapados y su clítoris ya hinchado.


—Dios, sabes jodidamente increíble—gimo y repito el movimiento nuevamente. Golpea las manos sobre las mías, agarrándome y empujando las piernas aún más cerca de su pecho mientras logro que se estremezca.


La siento comenzar a temblar, sus piernas también comienzan a temblar debajo de mis manos. La suelto y no puedo dejar de agradecer a Dios por tenerla junto a mí, mirándola cuando envuelvo mis labios alrededor de su clítoris y chupo rítmicamente. Hundo dos dedos en su interior y comienza a tensarse debajo de mí, empujándose aún más contra mi mano y mi rostro, sacudiendo la cabeza para atrás y adelante sobre la almohada, con su cabello oscuro despeinado alrededor de su cara.


Sus músculos aprietan mis dedos, y no quiero nada más que ella haga lo mismo conmigo hasta perder la razón, pero definitivamente no tenemos tiempo para eso.


Continúo besando sus labios y clítoris suavemente, sus muslos y pubis, mientras jadea y pasa los dedos por mi cabello de forma insistente.


Antes que me pida que continuemos haciendo el amor, enderezo su largo cuerpo, la beso profundamente y la alejo, caminando presurosamente hasta el baño.


— ¡Hey! —exclama.


— ¿Qué? —Lanzo una sonrisa por encima de mi hombro.


—Tú no has disfrutado como yo….


—Estoy bien—respondo, parándome junto a la puerta para mirarla. Adoro verla en mi cama, en toda su gloria, desparramada y satisfecha.


Mi hermosa Santana…….


—Tenemos que despertar a las niñas e irnos. —Me pongo seria y la miro en silencio por un momento. Ella suspira y se levanta de la cama, caminando hacia mí, y me rodea en un gran abrazo.

—Ellas van a estar bien, Brittany. Basta ser sinceras con ellas. —Toma mi mano y me lleva al baño tras ella—. Vamos a terminar lo que comenzamos antes, en la ducha. Economizar agua y todo lo demás.


Sonrío para sus ojos felices, encogiéndome por dentro. ¿Qué les voy a decir a Maddie y Josie?


¿Cómo les voy a explicar lo que yo no entiendo?


—Ve tú, cariño. Vamos a economizar agua otro día.


Frunce la frente en señal de confusión. Dios…..estoy demasiado confundida. Solo sé que no estoy lista para hacer el amor con ella otra vez. Aún no.


—Otro día—repito y beso su cabello, antes de retirarme rápidamente, antes que pierda mi determinación y la lleve conmigo hasta la ducha caliente y no pueda parar de hacerla mía.






—Niñas, arriba—canto suavemente desde la puerta, no queriendo asustarlas. Santana está parada a mi lado, con su mano en mi espalda—. Deberías despertarlas tú—susurro.


—Deja de preocuparte—me dice con una pequeña sonrisa.


— ¡Brittany! —Maddie salta de la cama cuando abre los ojos y me ve. Corre y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura, apretándome fuerte.


Miro a Josie y mi corazón se detiene. Ella está sentada en la cama, con los ojos marrones, el mismo color de su hermosísima madre, abiertos y observándome. Toma la muñeca de su cama y la abraza contra su pecho.


Ella me tiene miedo.


—Buenos días, florecita —murmuro bajo para Maddie y me agacho, para estar al mismo nivel que ella—. ¿Cómo te siente esta mañana?


—Tengo que hacer pipí.


—Bien, entonces ve. —Le sonrío y la llevo hasta la puerta, después me giro hacia Josie—. Hey, Jellybean.


La niña lleva su mirada a su madre y, enseguida, de nuevo a mí y permanece en silencio. Santana atraviesa la habitación y se sienta con ella en la cama, pasando la mano por los largos cabellos castaños oscuros de Josie.


—Josie, todo está bien, cariño.


—Lastimaste a mi mamá—susurra y aprieta los labios bien juntos, cuando comienzan a temblar.


—Yo no quería, Josie, lo juro. —Me acerco a la cama, pero ella se encoje en los brazos de Santana, entonces me detengo y llevo mis manos a los bolsillos, sintiéndome como una completa idiota.


¿Ahora qué va a pasar?


Maddie viene saltando para el cuarto y sube a la cama, mirando para un lado y para otro entre Josie y yo.


—Josie—Santana murmura bajito—. Está todo bien, nena.


Ella mueve la cabeza, frunciendo la frente, agarrándose a su madre. No me mira.


Me está castigando.


Y debería hacerlo. Diablos….yo tampoco confiaría en mí luego de lo que pasó.


—Está todo bien, San—murmuro y sonrío tranquilamente a las niñas—. Vamos. Necesitan llegar a la escuela, al trabajo y yo también.


Giro y salgo del cuarto, con mi corazón partido en mil pedazos.






—No tienes que llevarme. —Santana me dice, rodando los ojos—. Isaac está allí cerca.


—No me importa. Voy a dejarte en la puerta —le informo y abro la puerta de mi auto para que ella descienda.


Dejamos a las niñas en la escuela hace diez minutos. Josie aún no habla conmigo, pero Maddie habla por las dos, apenas parando para respirar durante toda la mañana.


— ¿Qué diablos sucedió contigo, Britt? —Isaac pregunta, a medida que entramos en la oficina.


—Púdrete—respondo y le muestro el dedo del medio.


—Pareces salida del infierno, hermanita. —Se recuesta en la silla y cruza sus brazos detrás de su cabeza, examinándome con los ojos apretados.


—Lo mismo para ti—respondo y observo a Santana, mientras guarda su bolso al fondo del cajón de su escritorio y se sienta. Está usando un top hasta el cuello para esconder los hematomas que le hice, pero cuando la miro, son como faroles que brillan, recordándome el tipo de monstruo que soy—. Sam la buscará a las dos y media y luego los dos recogerán a las niñas en la escuela.


—Yo tengo un trabajo, Brittany—Ella me recuerda, con los ojos llenos de frustración.


—Y yo conozco a tu jefe, que casualmente es mi hermano. —Sonrío y miro a Isaac—. Ella saldrá más temprano para buscar a las niñas y luego van para casa con Sam.


—Por mí todo bien. —Él levanta los hombros y se inclina hacia adelante, tomando su taza de café.


Santana maldice sobre nosotros bajo su respiración, haciéndonos reír.


Ella es devastadoramente adorable.


—Tengo trabajo que hacer. —Me apresuro cuando veo la hora en el reloj—. Te veo a la noche.


—Chau, hermanita. —Isaac grita después que me retiro, cerrando la puerta detrás de mí.


Cuando me deslizo en el asiento de mi auto y lo enciendo, marco el número de Sam por bluetooth.


Necesito avisarle.


—Ey—murmura con la voz grave por el sueño.


—Despierta, hombre.


— ¿Qué sucede? —pregunta con la voz más alerta y puedo escuchar un susurro al fondo, como si estuviera sentándose en la cama.


—No hay ninguna emergencia, solo necesito informarte, porque si Santana no te cuenta nada esta tarde, una de las niñas probablemente lo hará y quiero que te enteres primero por mí.


Jesús, estoy tartamudeando……y nada menos que con uno de mis hermanos.


— ¿Pasó algo? —Sam pregunta.


—No, Sam. Tuve una pesadilla anoche. —Trago saliva, recordando a Santana atrapada debajo de mí, con los ojos muy abiertos y rojos, jadeante.


Mierda.


— ¿Estás bien? —pregunta bajito.


—Yo estoy bien, pero lastimé a Santana y asusté a las niñas.


—Joder—se queja con un suspiro—. ¿Qué sucedió?


Mientras le explico los hechos, Sam me escucha tranquilo, nunca me interrumpe o hace preguntas.


—Y esta mañana, Santana está actuando como si todo fuera perfectamente normal. Maddie estaba bien, Josie no está muy convencida. Estaba asustada y no me habla. —El pensamiento aún me causa un enorme dolor en el pecho.


—Sabes que no es tu culpa, ¿verdad? —pregunta.


— ¿De quién es la culpa, entonces Sam? —pregunto con rabia y distraídamente froto mi mano sobre mi pecho—. Soy la única que estaba con las manos alrededor del cuello de Santana. ¡Está llena de hematomas! Si fuera tú, querría torturarme por hacerlo.


—Estabas dormida, Brittany.


— ¡Eso no es excusa, idiota! —Dios, estoy tan enojada. ¿Cómo pude hacerle eso a ellas?— ¿Cómo puede estar tan calmada después de todo esto? ¿Cómo puede actuar como si no hubiera pasado nada?


— ¿Le has preguntado? —Sam habla con calma.


—No. —Suspiro.


—Ustedes dos son unas cabezas duras, que no se dan cuenta de lo demás. —Sam ríe con tristeza.


— ¿Qué significa eso?


—Está claro que ella enfrentó tan bien todo eso porque está enamorada de ti, Brittany. Ustedes están locas la una por la otra. Hace meses que tú estás así.


—Eso no importa.


—Diablos que no. No me creo ni por un minuto que tienes sexo con ella solo porque te conviene satisfacer tus necesidades……..


Solo el pensamiento ese me hace querer darle un golpe en su garganta.


—No quise decir…


—Mereces ser feliz, como cualquier persona, Britt. —Él me interrumpe, dando con el clavo en mi cabeza.


Dejo que Sam exprese lo que está sucediendo en mi cabeza.


—Y si tú no reclamas para ti a Santana y las niñas como tuyas, alguien va a estar más que feliz en hacerlo.


—Eso no puede pasar—murmuro. Sam está en lo cierto.


—No, no eres mi tipo—responde—. Coloca la cabeza en su lugar, hermanita. Voy a dormir un par de horas más, antes de buscar a Santana y las niñas.


—Ok. Gracias. Te veo más tarde.


Corto la llamada y giro en la calle que lleva al complejo de entrenamiento en el cual ahora me ejercito.


La única cosa buena de salir de la milicia estadounidense es ser independiente. Escojo mis horas en Redwire, la empresa civil independiente que trabaja con los militares en zonas de guerra. Vengo entrenando a sus novatos en armamento y tiro hace algunos meses. Ellos saben que soy una de las mejores en el campo, razón por la cual gano mucho más dinero ahora que cuando era una militar al servicio de mi país.


Los hombres y mujeres de las fuerzas armadas están lamentablemente mal pagados. Otra ventaja de este trabajo en particular es trabajar con hombres y mujeres que eran de mi equipo militar, o que eran especialistas en otras ramas de las fuerzas armadas.


Solo los más destacados trabajan aquí…..


El Centro de Entrenamiento está a veinte minutos al sur de Nueva York, en un área remota, lejos de las empresas y residencias. Estaciono mi auto y entro al predio principal para verificar mi e-mail y hacer check-in con el propietario.


— ¿Qué tal, Pierce? —Jim Peterson saluda desde su oficina. Él y yo estábamos en la misma escuadra militar, juntos durante diez años. Es un hombre atemorizante cuando lo quiere ser, y conoce su trabajo.


—Hola, Jim —respondo y lo abrazo—. Disculpa por dejarte con poco personal.


Se encoje de hombros.


—Está todo bien. Markinson está dictando las clases los días que tú estás fuera. No es tan buena como tú, pero la necesitamos.


—Gracias.


Asiente y apunta para la silla que está frente a su escritorio.


—Siéntate.


— ¿Por qué siento que estoy siendo llamado a la oficina del director? —Sonrío cuando me siento en la silla, y cruzo un tobillo sobre la rodilla opuesta.


— ¿Cómo están las cosas? —pregunta, con el rostro serio.


—Todo bien.


—Mentira—responde.


Suspiro profundamente y froto mis manos por mi rostro.


— ¿Me veo tan mal?


—Peor—responde con una risa—. No te he visto aparecer tan destruida desde Colombia. —Su sonrisa desaparece cuando nos miramos, recordando una misión especialmente peligrosa en Colombia casi una década atrás, éramos muy jóvenes cuando debíamos rescatar a tres mujeres americanas que estaban siendo mantenidas como rehenes por el cartel de droga colombiano.


La misión era FUBAR antes que pusiéramos nuestros pies en suelo colombiano.


—Pesadillas. —Suspiro y me encojo de hombros y Peterson entiende lo que me pasa.


—Hay personas con las cuales puedes hablar sobre ello, lo sabes Brittany.


Lo miro y suspiro.


—Estoy bien. Estoy mejorando. La noche pasada solo fue difícil.


Me mira durante un largo momento.


—Ok. ¿Has hablado con Kramer últimamente? —pregunta, cambiando felizmente de tema. Kramer es otra ex compañera que también vive en la zona y entrena perros militares para las Fuerzas Armadas ahora.


—No hablo hace algún tiempo. ¿Qué está sucediendo? —pregunto.


—Ella tiene que salir de la ciudad durante aproximadamente un mes, para una misión. Necesita encontrar un lugar para Bix mientras está fuera.


— ¿Cómo anda Bix? —pregunto y sonrío cuando pienso en el perro. Leal, sin miedo y uno de los mejores elementos de la milicia con el que tuve el placer de trabajar.


—Está bien. No puede ser asignado nuevamente en combate. —Peterson hace una mueca y mueve la cabeza—. Pero está bien. ¿Crees que podrías quedarte con él por algunas semanas?


—Voy a ver lo que puedo hacer. Es mejor que vaya a encontrarme con los reclutas, me levanto y aprieto su mano—. Gracias, señor.


—De nada, soldado Pierce.

Santana

—Muéstrame. —Sam ordena detrás del volante, cuando me acomodo en el asiento del pasajero.


— ¿Mostrarte qué? —pregunto.


Levanta una ceja y me mira con esos increíbles ojos azules Pierce, con las manos descansando en su regazo.


—No voy a pedírtelo de nuevo—murmura con calma y nunca saca la mirada de mí.


Es irritante.


Bajo mis ojos y separo mi blusa de mi garganta, mostrándole los hematomas y, enseguida, la cierro rápidamente y me pongo el cinturón de seguridad.


— ¿Cómo lo sabes? —pregunto sin encontrar su mirada.


Enciende el motor, coloca la marcha y acelera por el aparcamiento con más fuerza de lo que me esperaba, dado su calmo comportamiento.


—Brittany me llamó—responde bajo y me mira—. Habla conmigo…..no es por presumir, pero soy su hermano favorito.


—Estoy bien.


—Habla conmigo.


Su voz es firme, haciendo que yo no pueda negarme. Suspiro derrotada y me aflojo en el asiento, llevando mi rostro entre mis manos.


—Fue horrible—susurro—. Me asustó.


Apoya su mano en mi muslo y lo aprieta tranquilizándome.


— ¿Britt tuvo pesadillas antes contigo?


—No—respondo inmediatamente, sacudiendo la cabeza con fuerza—. Siempre duerme profundamente.


— ¿Es verdad? —Sam pregunta mirándome sorprendido—. No ha dormido bien durante un largo tiempo.


—No tuvo ningún problema conmigo—respondo—. Hasta la noche pasada. Pero fue… diferente.


— ¿Diferente cómo?


—Se quedó dormida en el sofá, mirando un programa de guerra en History Channel. Cuando me desperté, escuché tiros y cañones y Brittany estaba en medio de la pesadilla.


— ¿Entonces no tuvo pesadillas mientras estaba contigo en la cama? —Maniobra su Jeep para tomar el camino para ir a buscar a las niñas a la escuela.


—No, ella estaba en el sofá.


—Interesante. —Me giro y observo a Sam silenciosamente. Él está con una camisa blanca y jeans, la pistola guardada en una pistolera en la cintura. Su cabello rubio está necesitando un buen corte y no se rasuró hoy, dejando una sombra en la barbilla.


Su codo izquierdo está apoyado en la puerta y se está frotando los labios con los dedos.


— ¿Cómo la has despertado? —me pregunta.


—Le di un rodillazo en el estómago—respondo. Él se estremece y ríe con tristeza.


—Eso la despertaría seguro. —Me sonríe y luego vuelve a ponerse serio—. ¿Y tú cómo te sientes hoy? —dice bajo.


—Mi voz estaba un poco ronca esta mañana, pero fuera de eso, me siento bien.


—No te pases de lista, Santana. ¿Cómo te sientes?


No va a dejar el asunto…..


—Exhausta. Aliviada. —Trago en seco y miro hacia mis rodillas—. Tan enamorada de ella que no consigo entender nada —susurro.


—Mírame.


Mi mirada encuentra la suya y me ofrece una dulce sonrisa.


—Creo que ustedes dos serán muy buenas la una con la otra. Da tiempo al tiempo.


Asiento, cuando las niñas llegan corriendo al auto.


— ¡Hola mamá! —Josie grita y agarra la hebilla de su cinturón de seguridad.


—Hola Sam. —Maddie sonríe, cuando se junta a su hermana.


—Hola niñas. —Les sonrío mientras Sam se aleja de la escuela y conduce en dirección a nuestra casa.


— ¿Cómo estuvo el día? —Sam pregunta.


—Brittany lastimó a mamá la noche pasada—Josie responde. Yo suspiro y la miro con la boca abierta.


— ¿Ella hizo eso? —Sam pregunta y mueve la cabeza levemente para mí, diciéndome que no responda y lo dejé a él lidiar con esto.


Yo quiero morir.


—Sí, ella no la soltaba del piso—Josie responde.


— ¡Ella no quiso hacerlo! —Maddie salta para defender a Brittany—. Tuvo una pesadilla.


Josie mueve su cabeza negando.


—Ella la lastimó.


— ¿Tú crees que Britt lo hizo a propósito? —Sam le pregunta a la niña con calma.
Josie se encoje de hombros y cruza los brazos sobre el pecho temerosa.


—Responde mi pregunta, por favor. —La voz de Sam es autoritaria y fuerte.


Típico policía.


—No lo sé—ella responde con una mueca—. Daba miedo.


—Estoy seguro que sí, mi amor—Sam murmura—. ¿Tú sabes lo que son pesadillas, Josie?


— ¿Pesadillas?


—Sí, son sueños realmente malos—afirma.


— ¿Recuerdas no hace mucho tiempo, cuando viniste llorando a mi habitación, porque tuviste un sueño que no podías contarme, querida? —le pregunto a ella y observo llenarse de lágrimas sus grandes ojos marrones.


—Sí, estaba muy triste. —Ella solloza.


—Brittany estaba teniendo un sueño muy, muy malo, amorcito, solo que ella pensó que estaba corriendo peligro. Pensó que alguien estaba intentando lastimarla. —Sam observa a Josie atentamente por el espejo retrovisor.


— ¿Quién estaba intentando lastimarla?


—Personas malas—Sam responde—. Ella acostumbraba ir a lugares donde había personas malas, que querían lastimarla y también a sus amigas y amigos, y tenía que ayudar a las personas que necesitaban de ella.


—Entonces, ¿era eso lo que estaba soñando? —Josie pregunta, con los ojos abiertos llenos de lágrimas.


—Sí, querida—respondo y froto su piernita con la palma de mi mano.


—Oh—ella susurra y mira hacia abajo—. Pero yo tenía miedo que estuviera lastimándote.


—Yo también—admite Maddie—. Pero Britt tenía miedo también.


—Joder—Sam susurra entre dientes y mueve la cabeza—. Lamento mucho que ellas tuvieran que ver eso.


—Tú no la abrazaste hoy—Maddie acusa a Jodie.


—Hey, está todo bien—interrumpo antes que una pelea se inicie y salga de control—. Puedes darle un abrazo hoy a la noche, si quieres.


Josie apenas mueve la cabeza y mira sus manos, mientras Sam maniobra frente a nuestra casa.


—Parece que no necesito quedarme mucho tiempo—él murmura, con su mirada fija en Brittany a punto de salir de su propio auto—. Regresó a casa más temprano.


—Sí. No la esperaba hasta dentro de una hora, por lo menos.


Sam estaciona detrás de ella y las niñas salen del auto con sus mochilas. Brittany nos mira, dudando, y luego abre la puerta trasera de su auto y silba.


Un perro grande y lindo sale del auto, para deleite de mis hijas que comienzan a saltar, batiendo palmas, con grandes sonrisas en sus rostros.


—Y esa es mi señal para salir. —Sam me sonríe, saluda a Brittany y nos quedamos parados en la calle.


—Siéntate—Brittany ordena bajito y el perro se sienta inmediatamente al lado de ella, sin moverse, mirándolo para su próxima orden.


— ¿Quién es este? —pregunto con una ceja levantada.


—Este es el sargento Bix. —Bix mueve su cola una vez al escuchar su nombre—. Él es un militar retirado y necesita de una casa durante algunas semanas, mientras su entrenadora está fuera en una misión.


— ¿Podemos acariciarlo? —pregunta Maddie, ella y Josie están con sus cuerpos temblando de la emoción. Bix mira ansiosamente a mis hijas y después mira de nuevo a Brittany, a la espera de que le digan que hacer—. ¿Por favor?


—Claro. —Brittany sonríe—. Ve —le dice a Bix, que felizmente corre hacia las niñas y ellas colapsan por la euforia, acariciándolo y hablando con él como si lo conocieran hace años.


— ¿Qué le pasó en su ojo? —Josie pregunta cuando besa su cara. Uno de sus ojos está permanentemente cerrado, como si estuviera siempre parpadeando y la oreja del mismo lado está ligeramente deformada.


Brittany me mira con ojos serios.


—Bix era un pero que rastreaba explosivos.—Traga en seco y vuelve la mirada hacia el perro—. Se lastimó mientras estaba trabajando y perdió el ojo, y se lastimó también su oído, entonces no puede trabajar más.


— ¡Oh, pobre Bix! —Maddie envuelve sus brazos alrededor de él y lo abraza con fuerza—. ¿Puede quedarse, mamá?


—Esto es sabotaje—le digo a Brittany—. No puedes preguntarme si el perro más noble y adorable del mundo puede quedarse con nosotras, cuando mis hijas ya están completamente enamoradas de él.


— ¿Qué tipo de perro es? —Josie pregunta y ríe cuando Bix lame su mejilla.


—Es un pastor belga. Fue entrenado para ser un perro de trabajo, desde que tenía tres días de vida.


— ¡Uau! —Josie exclama.


Brittany se acerca más a mí y me rodea los hombros con su brazo.


—Asumir la responsabilidad por un perro es mucha cosa ahora, Brittany.


—Es el mejor perro entrenado que hayas conocido, San. No tiene miedo, es obediente y ciento por ciento profesional.


Lo miro y me pongo a reír cuando veo a Bix acostado de espaldas, patas arriba, la lengua colgando fuera de su boca, sonriendo y saboreando los cariños en su barriga por dos ansiosas niñas de seis años de edad.


—Sí, puedo ver que es perfectamente profesional.


—Tiene que quedarse, mamá—Josie reclama—. ¡Es un héroe, como Brittany que también es una heroína que siempre defendió a nuestro país como a nosotras!


Brittany parece estar en estado de shock cuando se gira para mirarme.


—Es un perro increíble, San, y miembro del equipo. Podría hacerme sentir mejor sabiendo que él está aquí. Nadie va a llegar a ellas, con Bix observando.


—Eso es extorsión—susurro y a contrapunto sonrío para las niñas cuando ellas ríen y corren por la calle con el cariñoso perro—. Creo que puede quedarse.


— ¡Gracias, mamá! —Maddie grita.


—Ven. —Brittany le ordena y Bix salta inmediatamente y deja a las niñas atrás para estar a su lado—. Dile hola a Santana.


El perro ladra una vez y me sonríe, con la lengua colgando nuevamente.


—Hola —murmuro y acaricio su cabeza, me agacho a su lado y froto su cara—. Eres un niño dulce, ¿no es así?






—Pero no estamos cansadas—Maddie protesta mientras bosteza. Brittany arroja una gran cama para el perro al piso entre las camas de las niñas y apunta hacia ella. Bix inmediatamente se acuesta, mirándonos con una oreja levantada y ambas cejas moviéndose para arriba y para abajo, mientras mira para los costados, a cada una de las niñas.


— ¿Por qué él no puede dormir con nosotras? —Josie pregunta y mira ansiosamente a su nuevo mejor amigo.


—Él duerme en su propia cama—Brittany responde y se sienta a su lado—. Hey, Jellybean, siento mucho que estés enojada conmigo hoy. Tal vez mañana sea un día mejor. —Me siento en la cama de Maddie y asisto a la lucha interna de mi hija cuando Brittany la mira de cerca.


—Mi mamá siempre dice: dulces sueños cuando es la hora de dormir. —Ella le dice a Brittany suavemente. Bix suelta un largo suspiro cuando baja la cabeza y las patas y Josie lo mira con una sonrisa—. Espero que tengas buenos sueños, Brittany y no esos feos.


Yo me muerdo el labio y Maddie la abraza fuerte, mientras Brittany silenciosamente extiende las manos a Josie. Ella sube rápidamente en su regazo y la abraza, luego se aleja para arroparse en su cama.


—Buenas noches, mamá—susurra Maddie.


—Buenas noches, niñas.


Bix levanta la cabeza y acompaña el movimiento de Brittany hasta la puerta. Se detiene y mira a Bix.


—Quédate, Bix. Quédate con las niñas.


Con eso, Bix baja nuevamente la cabeza y Brittany apaga la luz, dejando apenas la luz del mueble de princesa en la pared, y cierra la puerta detrás de nosotras.


—No puedo creer que me hayas traído un perro. —Me río y me adelanto descendiendo las escaleras hasta la sala.


—Te demostré que está bien entrenado—responde con una sonrisa, refiriéndose a las innumerables veces que apretó la nariz en la puerta de vidrio corrediza, pidiendo salir para hacer sus necesidades fuera.


—Gracias a Dios —concuerdo y me siento en el sofá. Brittany se sienta a mi lado, pero mantiene por lo menos dos metros de distancia entre nosotras—. Oh, ¿quieres masajear mis pies? Acá están. —Extiendo mis pies en su regazo y le sonrío.


—No recuerdo haberme ofrecido a hacer eso —se queja, con una media sonrisa, comenzando a masajear mi pie, obteniendo un gemido de placer mío.


—Oh, dulce Jesús, eso es muy bueno.


El talón de mi pie está apoyado en su regazo……..y yo sólo quiero tenerla entre mis brazos demostrándole cuanto la amo.


—No comiences—me advierte.


— ¿Por qué no? —le pregunto.


—No estoy lista, San. —Aprieta mi pie y continúa masajeándolo.


—Uh, Brittany, venimos haciendo el amor hace semanas. —Arrugo la frente y me quedo sorprendida al ver como sus mejillas se sonrojan. Para de masajear mi pie y dirige su mirada hacia mí, con sus ojos azul hielo irritados como el infierno.

Hola……….buenas       noches a todas/os……….el día de hoy pondré unos “brevísimos” adelantos de lo que se viene próximamente (admito que no tuve mucho tiempo y…..psss, no terminé de adaptar de capítulo 13) (prometo       que me pondré manos a la obra en adelantar la adaptación de la historia)…..alguna sugerencia?. Por el momento no dispongo de mucho tiempo, ya que a falta de clases en la universidad por las clases en casa me delegaron varias cosas en las que debo ocuparme       jejejeje



*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo (5ta Avenida Neoyorkina)


http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo (Play with Me)



*Próxima actualización: día JUEVES…….procuraré actualizar antes, pero si no pudiera ya saben que día lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo



Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.



Y la canción del día es……….






*casualmente escuché esta canción y no pude resistirme a la idea de ponerla aquí       jejejejeje



NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Safe With Me” de Kristen Proby, la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)



Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente       jejejeje.



Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de 21 capítulos + epílogo + un episodio “bonus track”, “Safe with Me” es la historia número 5 que forma parte de una saga (With Me in Seattle) que narra las historias de distintos personajes de una misma familia……en la historia se aborda la vida de un personaje (en nuestro caso, Brittany) con formación militar que está enamorado perdidamente de alguien (en nuestro caso, Santana), pero que trata de controlar sus sentimientos por sus temores y traumas a raíz de una importante incursión bélica; sin embargo no lo logra, porque da rienda suelta a sus sentimientos…..pero antes, deben pasar por algunas dificultades. Asimismo esta historia intercala la perspectiva de los personajes protagonistas, en el caso nuestro, algunos capítulos serán narrados por Brittany y otros por Santana.



Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

Capítulo 12



Santana

- ¿Qué sucede? —pregunto y frunzo mi frente.


— ¿Cómo puedes estar tan normal? —pregunta, mirándome con aquellos ojos increíbles.


— ¿De qué estás hablando? —pregunto y saco mis pies de su regazo, colocándolos debajo de mí.


—Podría haberte matado la noche pasada, Santana. —Suspiro y me tomo la cabeza con mis manos, muy frustrada con ella.


— ¿Es por eso que no vas a tocarme?


—Sí. —Asiente firmemente.


—Brittany, estás siendo ridícula. —Bajo mis manos y la miro, para encontrarla mirándome como si yo tuviera dos cabezas.


—Santana, te apreté del cuello sin pensarlo dos veces. Tengo eso en mí. Tenía mi mano —extiende su mano para que yo vea—alrededor de tu hermoso cuello y estaba sacándote la vida y todo lo que tú haces hoy es ser dulce y agradable y normal. ¡Nada de esto es normal!


—No, no es normal, Brittany, pero ¡no fue a propósito, demonios! —Me inclino y tomo su brazo con la mano, apretándolo fuerte—. Tú nunca me lastimarías, cariño.


—Soy capaz de hacerlo. —Mueve la cabeza y suspira.


—No. No eras tú. —Se resiste a mirarme a los ojos y está realmente comenzando a irritarme—. Mírame.


Niega con la cabeza, mirando hacia mi mano, y no sé por qué, pero eso me deja completamente irritada. Me levanto rápidamente y subo las escaleras hasta mi cuarto y me meto en el baño. Tengo la urgente necesidad de golpear una puerta, pero no quiero despertar a las niñas.


—Todo bien, San, ¿pero por qué estás tan irritada? —pregunta Brittany desde la puerta del baño, los brazos cruzados sobre el pecho, observándome.


— ¡Porque eres tan terca! —Me alejo de ella y me apoyo en el lavabo, con la cabeza gacha—. Ya no sé qué decirte para que entiendas que no lo has hecho a propósito, y que yo estoy bien.


—Tengo un miedo tremendo de lastimarte —murmura, haciendo que me voltee para mirarla.


—Me lastimas al no tocarme. —Inclino mis caderas contra el lavabo y cruzo los brazos, imitando su postura—. Me lastimas al no hacer el amor conmigo. Ser tierna y dulce con las niñas para después alejarte de mí, eso me lastima.


—Quiero tocarte como no te imaginas y este sentimiento de culpa por lo que te hice me está matando —Britt susurra, con sus ojos cerrados y dientes apretados.


—Estoy aquí —le digo y me muevo lentamente hacia ella. No va a hacer el primer movimiento y que me maten si vuelvo a tener una relación platónica con esta increíble rubia que me robó el corazón.


La amo.


Lentamente le rodeo la cintura con mis brazos y me presiono contra ella, mantiene sus brazos aún cruzados y presionando entre nosotras. Me inclino, besando sus pechos y la acaricio a través de su suave remera con mi nariz y miro hacia arriba para encontrar su mirada azul observándome.


—Tú nunca podrías lastimarme, Britt —susurro y beso su boca con devoción—. Tú me amas.


Sus ojos se abren sorprendidos por una fracción de segundo y la próxima cosa que sé, es que estoy entre sus brazos, con sus manos plantadas en mi trasero y me está levantando contra ella, besándome ferozmente.


— ¿Estás segura? —gime.


—Si no me llevas ahora a la cama —respondo entre besos—. Entonces preocúpate por lastimarme.


Se ríe, me lleva a la cama y me deslizo hasta que mis pies tocan el piso, y Britt comienza inmediatamente a desvestirme.


Sin querer sentirme excluida, retribuyo el favor, tirando de su remera negra por su cabeza y dejo mis manos deslizarse hacia abajo disfrutando de la sensación del tacto de su piel.


—Tienes un cuerpo perfecto —murmuro, mirando mis manos recorrer cada centímetro de su piel.


—Todas y todos que estábamos en la milicia teníamos que hacer miles de abdominales y una infinidad de ejercicios —se queja y me lleva a la cama con ella y, enseguida, como si yo no pesara nada, tira de mis pies y me coloca sobre ella—. Llevo soñando durante meses con tener tu dulce coño sobre mi cara.


—Odio esa palabra, lo sabes —le digo y me equilibro con las manos apoyadas sobre su estómago, mientras coloca mis rodillas al lado de sus hombros y separa mi núcleo abierto.


— ¿Qué? —Gentilmente me lame, pasando la lengua a lo largo de mis labios, haciéndome jadear—. Tú maldices tanto como Rachel, excepto cuando las niñas están cerca, claro.


—Parece una palabra sucia —susurro y suspiro de nuevo, cuando siento su lengua barrer mi clítoris hasta mis labios y volver, otra vez, con más fuerza ahora, empujando contra mi excitada carne—. Ah, Dios, eso es tan bueno.


—Tengo una mejor vista ahora. —Envuelve los labios alrededor de mi clítoris y tira suavemente, haciendo un sonido cuando lo suelta y no puedo dejar de mover mis caderas en círculo sobre ella, con miedo de que se detenga—. Es verdad, San. —Abre y tira, cuando muerde mi clítoris y los labios una vez más y otra vez. Aprieto mis manos en sus costillas y miro hacia abajo para ver que ella también está ansiosa porque la haga mía y sin darle ni un momento más para pensar, extiendo la mano y empiezo a estimularla, acariciándola con firmeza.


— ¡San! —Su voz es baja y dura y me enloquece saber cuánto la excito. Continúo moviendo mis caderas, rozando mi centro hacia el frente y hacia atrás en su boca, me inclino hacia adelante determinada a que Britt disfrute también de esta indescriptible sensación que sólo ella puede provocar en mí cuando me hace suya.


Lo que significa que voy a hacer que ella se estremezca de placer cuando nuevamente sea sólo mía.


— ¡Rayos, San!


—Mmm —murmuro asintiendo y comienzo a satisfacerla, manteniendo mis labios firmes contra la suave piel de su centro, amando la sensación de tenerla así junto a mí.


Ella desliza dos dedos dentro de mí y pierdo mi concentración, teniendo que sentarme mientras continúa haciéndome suya con su rostro.


Dios querido, ¡voy a correrme en su cara!


—Brittany, tengo que apartarme.


—No te atrevas —gime contra mí, las vibraciones de su voz me empujan aún más al borde. Me froto contra sus dedos y siento crecer el clímax, mi centro vibra y me corro contra ella, descaradamente frotándome contra su boca y nariz.


Cuando mi cabeza se aclara, me inclino hacia abajo para continuar con la misión de enloquecer a Britt, acariciándola, moviendo mi mano hacia arriba y abajo reconociéndola como sólo mía, hasta que no aguanto más.


Necesito todo de ella


Ahora sé que la amo como a nadie…..ella es la única capaz de mover mi mundo con un simple gesto o acción.


Retiro mi coño de su rostro y desciendo por su largo torso, arrastrando mi humedad por todo el trayecto mientras recorro mi camino. Mis caderas suben cuando me dispongo a hacer que Britt también disfrute de nuestra cercanía, colocando mis rodillas al lado de su cuerpo y montándola de espaldas.


—Jesús, Santana.—Sus manos se deslizan por mi espalda, a los costados de mi columna, mi trasero y sostiene mis caderas cuando me aproximo aún más, acariciándola con fervor. Me preparo, apoyándome entre sus rodillas y dejo que una de mis manos la acaricie suavemente cuando se ubica entre sus preciosas piernas. Sus manos caen de mis caderas hacia mis pantorrillas y llegan hasta mis pies, donde se detienen, procurando que su cuerpo este tan cerca del mío como sea posible, reuniéndose conmigo en cada impulso de mis caderas, masajeando mis pies con sus delicadas manos.


¡Estoy recibiendo un masaje sumamente placentero en los pies mientras hago el amor con Britt apasionadamente!


Y esto es tan………increíble.


Su mano derecha abandona mi pie y la siento acariciar mi trasero, no contenta con ello continua con sus erráticas y excitantes caricias por todo mi cuerpo.


— ¡Britt! —grito, pero empujo más contra ella, experimentando con intensidad esas sensaciones indescriptibles que sólo ella puede provocarme.


—Eres tan hermosa, Santana —gime y sé que está cerca. Mi mano que la acariciaba traviesamente no deja de hacerlo cuando decido acelerar mis caricias y hacerla gozar de todo el placer que ella me provoca. Mientras me entrego por completo a mi objetivo, no puedo dejar de seguir entregándome a mi propio orgasmo, suspirando su nombre.


— ¡Oh, Britt! —grito cuando la siento estremecerse, y yo he llegado al límite.


Por Dios…… No podría imaginar una vida sin Britt.


Las dos estamos jadeantes y sudadas, y estoy segura que perdí la sensación de mis piernas hace por lo menos diez minutos. Me inclino hacia adelante permitiéndonos a ambas acomodarnos en la cama para descansar, y antes que pueda reaccionar, Brittany me empuja contra ella y me abraza amorosamente.


—Estás intentando que pierda la razón —se queja y besa mi frente—. Por Dios, San.


—No pude evitarlo. —Me río—. Eres tan caliente y sexy, Britt…


Me sonríe, con esos hoyuelos que me encantan en su rostro en plena explosión.


— ¿Ves? —pregunto y tomo su rostro en mi mano—. Esto es lo que somos, Brittany. No lo olvides.


Se queda seria y me mira durante unos segundos, antes que me abrace aún más, y esconda su rostro en mi cuello con la nariz presionando contra mi cabello disperso.


—Eres la mejor parte de mi vida, Santana. No lo olvides.


Sonrío y beso su boca con suavidad, sintiendo mis ojos pesados por la fatiga.


Le digo lo mismo a Britt.






—Esa ropa que has comprado para el show es jodidamente caliente —dice Rachel y sonríe mientras caminamos por un shopping del centro de Nueva York—. ¡Oh, mira! ¡Michael Kors!


—Necesitas otro bolso tanto como otro de los discos de Barbra Streisand. —Quinn se ríe y besa su frente.


—Una mujer nunca tiene bolsos suficientes, lo sabes muy bien Quinny —contesta Rachel.


Hoy estoy haciendo compras con Rachel y Quinn, Kitty y Artie, y Stacy. Era un día para reunirnos todas las chicas, pero Brittany al no poder asistir por una eventualidad en su trabajo insistió que deberíamos llevar a Artie que tenía el día libre para protegernos; mientras ella luego de su trabajo se reuniría con Sam e Isaac para quedarse en casa con los niños.


Creo que al final de cuentas la pasamos muy bien igualmente.


Kitty y Artie caminan delante, Artie empujando el carrito de Olivia su pequeña hija, y Kitty está con su brazo rodeando su cintura, con la mano metida en el bolsillo de atrás de sus jeans.


—Chicos calientes empujando un carrito de bebé son tan calientes—Stacy se inclina y me susurra.


—Artie empujando un carrito de bebé es tan tierno —respondo y me río, chocando nuestros hombros.


—Podemos escucharlas —Kitty nos avisa con sarcasmo, haciendo que Stacy y yo rompamos en un ataque de risa.


—Yo no he susurrado —respondo.


—Si aceptas casarte con un reconocido director de cine caliente. —Rachel provoca a Kitty detrás de nosotras, sosteniendo la mano de su sexy esposa rubia—. Tienes que saber que las personas irán codiciando su trasero.


—Él tiene un hermoso trasero—Kitty concuerda y lo acaricia con una sonrisa traviesa.


—Estoy feliz de que te guste, nena—murmura Artie y la besa suavemente.


—Comenzó —dice Rachel, haciéndome sonreír—. Ey, tengo que ir al baño.


— ¿Necesitas ir al médico? —pregunta Nate—. Esta es la cuarta vez desde que llegamos al shopping.


—No —le responde—. Bebí mucha agua.


—No, no has bebido, Rachel Barbra Berry. —Miro por encima de mi hombro para ver que Quinn la está observando con adoración.


—Vamos, chicas. Necesitan retocar sus pinta labios —Rachel lidera el camino hacia el baño, dejando a Artie, Quinn que esta distrayendo a la pequeña Livie.


—Yo no uso pinta labios—dice Stacy mientras seguimos a Rachel. Ella está deslumbrante hoy, como todos los días, en un vestido maxi con una chaqueta de jeans por arriba y tacones negros que suenan por el piso cuando camina.


Rachel es la única mujer que conozco que usa tacones durante todo el día de compras, sin necesidad de un trasplante de pie al final. Si no la adorase tanto, la detestaría.


Cuando todas entramos al baño, Rachel abre todas las puertas para asegurarse que estamos solas.


—Esto no es una escuela, Rachel—Stacy le recuerda con una sonrisa.


—Necesito que ustedes dos mantengan a Quinn ocupada durante un tiempo —dice a Stacy y a mí, con los ojos abiertos de entusiasmo.


— ¿Por qué? —pregunto—. ¿Dónde vas?


—Ella y yo vamos a comprar lencería, para que pueda usar algo sexy cuando… —Kitty comienza pero es interrumpida por Rachel cuando salta, aplaudiendo animadamente.


— ¡Cuando le diga que estoy embarazada!


— ¡Qué agradable sorpresa! —exclama Stacy.


— ¡Wow! —Asiento y nos apresuramos a abrazarla bien fuerte, balanceándonos hacia delante y atrás.


—Oh, déjenme entrar ahí —dice Kitty y envuelve sus brazos alrededor de nosotras.


—Y de repente en esta familia brotan bebés —murmura Stacy y se limpia las lágrimas de sus ojos.


—Oh, Dios mío, ¿puedes imaginar lo lindo que será este bebé? —pregunto y abrazo a Rachel nuevamente.


—Estoy tan contenta por ti —dice Kitty y le aprieta la mano. Rachel mira a cada una de nosotras y suspira con una gran sonrisa en el rostro.


—Sé que fue rápido. Nos acabamos de casar, hace solo algunos meses que estamos juntas, pero deseábamos tanto un hijo, que nos decidimos a iniciar el tratamiento… —ella se encoge de hombros y se lleva el cabello para atrás, por arriba del hombro—. Listas o no, aquí está.


—Quinn va a quedar enloquecida —dice Natalie con una sonrisa.


— ¿Entonces, estás pensando primero en tener sexo y luego darle la noticia? —pregunto con una sonrisa.


Eso es muy de ella………. de Rachel.


—Claro que sí —Asiente y luego, sus ojos se agrandan—. Espera. Realmente tengo que hacer pis otra vez. ¿Por qué nunca nadie me dijo que una se la pasa haciendo pis mientras está embarazada?


—Yo te avisé —dice Kitty detrás de la puerta de uno de los baños—. Tú nunca me escuchas.


—Entonces, ¿cuál es el plan? —pregunto.


— ¿Por qué ustedes dos no continúan con Quinn y buscan una mesa en aquel lugar italiano enfrente; y Rachel, Artie y yo las encontramos luego? —sugiere Kitty, mientras Rachel sale del baño y se lava las manos.


—Me parece bien —dice Stacy—. Podría comer lasaña.


—Ok —Rachel sonríe y retornamos con los demás—. Hey, Quinny, ¿puedes ir con Santana y Stacy a buscar una mesa en el restaurante italiano al otro lado de la calle, mientras Kitty, Artie y yo vamos a comprar alguna chuchería para Olivia? —Ella sonríe dulcemente y pasa los dedos sobre su barbilla. Quinn aprieta sus ojos verdes por un momento, como si supiera que está mintiéndole e intentando decidir si descubrirla o no.


Por fin, se encoje de hombros y simplemente dice:


—Por supuesto.


— ¡Chau chau! —Livie dice desde su carrito de bebé, sonriendo y apretando su pequeño puño y saludando de aquella manera típicamente infantil.


—Chau chau —saludamos, llevando a Quinn fuera del shopping.


— ¿Qué es lo que va a comprar ella realmente? —nos pregunta la rubia en cuanto estamos fuera de su vista.


—Cosas para el bebé —respondo con un movimiento de hombros y Stacy asiente, pero ninguna de nosotras podemos mirarla a los ojos.


—Entre amigas siempre se complotan —murmura bajito. Yo lanzo una carcajada.


—Yep. Estoy feliz de que finalmente lo hayas entendido.


Atravesamos las puertas de vidrio del restaurante italiano y Quinn se aproxima a la recepcionista para solicitar una mesa, al mismo tiempo que Steven y Gail Pierce (los padres de Britt) están abandonando el restaurante, riendo con un extraño hombre alto y muy lindo.


Steven nos ve y sus ojos se sorprenden, con el rostro perdiendo inmediatamente todo su color.


—Hola. —Stacy sonríe, feliz de ver a sus suegros.


— ¡Oh Dios mío! ¡Hola! —Gail nos abraza y se gira hacia el hombre alto que dio un paso atrás y cruzó los brazos sobre el pecho, mirándonos con sus ojos azules brillantes estrechos.


Tiene cabello oscuro, perfectamente cortado y una piel morena, hombros anchos bajo un sweater y apenas un asomo de barba en su barbilla.


—Dominic —Gail se dirige a él y se voltea hacia nosotros—. Ellas son Santana, Stacy y Quinn. —Ahora se dirige a nosotros—. Este es Dom Salvadore.


—Hola —saluda con un movimiento de cabeza y nos ofrece una media sonrisa y creo que podría resultar un buen amigo para el grupo.


¿Quién diablos es ese hombre y por qué los padres de Brittany están almorzando con él?


—En un momento Rachel y Kitty estarán aquí con Artie y el bebé, si los desean saludar —dice Quinn con los ojos pegados en Dom, observándolo cuidadosamente.


—Nos gustaría, pero creo que debemos irnos —responde Steven rápidamente, pasando por delante de Gail—. Dale un beso a Liv por nosotros.


Ellos saludan y salen rápidamente, dejándonos a las tres mirando hacia un lado y otro con expresiones de intriga.


—Extraño. —Finalmente observo.


—Definitivamente —concuerda Stacy.


Quinn saca el móvil del bolsillo.


— ¿Ella dijo qué su nombre es Dominic Salvadore? —pregunta.


—Yeah. ¿Qué estás haciendo? —pregunto.


—Escribiendo una nota. —Vuelve a guardar el móvil en su bolsillo, me guiña un ojo y yo sonrío. Quinn es atractiva, pero más que eso, es gentil, fuerte y tan buena para Rachel. Todas la adoramos.


—Podrías darle una paliza—Stacy habla y sonríe.


—Claro que podría, querida. Eso nunca estuvo en discusión.


Ella levanta una ceja y se mofa.


— ¿Mencioné que tienes un ego del tamaño del Space Needle? —digo.


Quinn lanza una carcajada y envuelve su brazo en mis hombros, acercándome a su costado, mientras la recepcionista nos guía hasta nuestra mesa.








—No debería haber comido ese tiramisú —murmuro y froto mi estómago, mientras Stacy guarda la minivan en mi garaje.


— ¿Quién es el que está detrás de nosotros? —pregunta Kitty y en seguida se ríe—. Son Ryder y Marley.


— ¿Qué es lo que hacen aquí? —pregunto mientras recojo mis compras de la parte trasera de la minivan.


—Isaac nos envió un mensaje SOS—Ryder nos informa con una risa.


— ¿Qué? ¿Por qué? —La voz de Stacy es de sorpresa, con los ojos abiertos de preocupación.


—Tiene a un policía y a una experimentada militar en la misma sala que él —responde Artie con una sonrisa y agarra a Olivia en sus brazos, sacándola del asiento de niños del auto. Ella se ríe, como si supiera de lo que está hablando—. ¿Qué podría estar sucediendo allí dentro?


Todas intercambiamos miradas e inmediatamente hacemos el camino más corto hacia la puerta de entrada. Rachel saca su móvil y se queda apuntando como si fuera a filmar.


— ¿Qué es lo que estás haciendo? —pregunta Artie cuando abro la puerta.


—Estoy lista para documentar lo que hay al otro lado de la puerta.


Nunca, en un millón de años, estaría esperando lo que encontramos dentro.


— ¡Pero qué es lo que ven mis ojos¡ —murmura Quinn bajito, tratando de contener la risa—. Ey, Rachel, ¿está mal que de repente encuentre a tus hermanos súper calientes?


— ¡Mamá! —grita Sophie y corre hacia Stacy, abrazándola por las rodillas.


—Ese es un muy buen color para ti Britt, jamás hubiese imaginado ver a la ruda militar más experimentada que conocí en la vida en una situación así. —Artie provoca a Brittany, que responde poniendo gestos amenazantes. Nadie en la sala se movió, además de Sophie y Rachel grabando con su móvil.


Britt, Sam e Isaac están sentados en el piso, alrededor de la pequeña mesa de las niñas. Josie y Maddie prepararon una fiesta de té con lo que parecen ser sus nuevas muñecas American Girl, caramba, eso debe haber costado una fortuna, y todos lo que están allí están usando tiaras rosas.


Tiaras.


Incluso el sargento Bix que está sentado obedientemente entre Josie y Maddie, ostenta una tiara de princesa en la cabeza, con su oreja dañada asomando por un costado. Sus cejas moviéndose hacia arriba y abajo, mientras observa toda la escena.


—Wow, estás tan lindo, Sam —murmuro, siendo incapaz de callarme más.


—Ok, la fiesta de té terminó —anuncia Brittany y saca su tiara rosa de su cabeza y se la entrega a Maddie.


—Pero solo has bebido una taza —ella le reclama.


—Fue suficiente —se queja y se levanta del piso.


—Isaac, ¿estás usando un collar? —pregunta Ryder, lanzando una carcajada y señalando a sus hermanos.


—Sophie quería que la usara —responde Isaac, sacando su pecho hacia afuera—. Espera. —Apunta a Artie—. Liz va a hacer lo mismo contigo.


—Esto va para Youtube —murmura Rachel y continúa filmando.


—Quita eso ahora, Rachel —ordena Sam, con su voz intentando sonar dura.


—Ni a palos. —Mueve su cabeza y se ríe—. Esto es increíble.


— ¡Dame tu móvil! —Brittany extiende su mano hacia ella y ella le pasa el móvil a
Marley.


— ¡Tómalo! —grita.


Marley lo toma fácilmente y continúa filmando, moviéndose rápido por la sala. Cuando Isaac está listo para sacarle el móvil de su mano, ella me lo arroja.


—Santana, te juro, que si no me das el móvil… —Brittany me susurra en el oído, encarándome.


— ¿Vas a hacer qué? ¿Me darás palmadas? —Sonrío dulcemente y aparto el móvil lejos de su alcance.


— ¿Qué es lo que está mal con ustedes chicas? —pregunta Sam en general. Artie, Ryder y Quinn están riendo tanto que se toman sus estómagos.


—Oh, Dios, este es el mejor día de mi vida. —Jadea Ryder, mientras intenta que entre aire en sus pulmones—. Estoy tan feliz de que grabaran un video.


—Voy a quebrar tus piernas, hermanito —promete Brittany—. ¿Y San, qué sucede con tus hijas, las pequeñas chantajistas? —pregunta.


— ¿De qué estás hablando? —pregunto e inmediatamente miro a las niñas, que se rehúsan a mirarme a los ojos.


—Ellas nos dijeron de ir hasta la tienda de muñecas American Girl. —Sam comienza—. Estábamos seguros que iríamos hasta allí y eso las mantendría ocupadas.


—Setecientos Dólares. —Isaac exclama cada palabra—. Para que tres niñas tengan una muñeca y vestuario entero para la muñeca.


— ¿Por qué has comprado tanto? —pregunto, con mis ojos abiertos en shock.


—En esa tienda son unos mentirosos—responde Sam con un suspiro—. Las muñecas tienen números, que pensamos eran los precios.


—Pero no. —Brittany se une al resto en la sala, observándolos con admiración cuando ellos cuentan su historia—. No, es un código que te dice como encontrar el precio en un gráfico. ¡Un gráfico!


—Entonces, en vez de que esa ropa valga ocho dólares como pensábamos, ¡eran cuarenta malditos dólares! —exclama Isaac, señalando la muñeca de Sophie.


— ¿Cuarenta dólares por una ropa de muñeca? —pregunta Marley con sorpresa—. Vaya, no puedo creerlo.


Durante toda esta conversación las tres pequeñas niñas en cuestión estaban silenciosamente jugando con sus muñecas, como si estuvieran solas en la sala.


—Y luego, cuando verificamos, estas tres sonreían con las miradas más inocentes en sus rostros. —Sam mueve la cabeza intentando no reír al quejarse.


—Ellas no son inocentes —dice Brittany—. Son unas pequeñas extorsivas.


— ¿Quinn? —Josie camina hacia la rubia y golpea levemente su brazo para llamar su atención.


— ¿Sí, niña bonita? —ella responde y se agacha, manteniendo sus miradas al mismo nivel.


— ¿Puedo dar un paseo en tu moto cuando esté soleado fuera? —pregunta y enrosca su cabello alrededor de un dedo, entornando sus ojos marrones abiertos y amorosos, y si no me engaño, ella, en verdad, parpadeó para Quinn.


—Claro que puedes —responde Quinn con una sonrisa y golpea delicadamente en su nariz con el dedo índice.


— ¡Gracias! —Ella le rodea los hombros con sus bracitos y la abraza, para luego volver a jugar con su muñeca.


—Si ella ya está encima de la chica de chaqueta de cuero con una moto… —Ryder observa con una risa—…tú vas a tener las manos ocupadas cuando crezca.


Brittany maldice bajo su respiración, mientras el resto de nosotros se ríe.


—Por eso es que nosotras solo vamos a tener niños —dice Quinn a Rachel, mientras apunta a Josie.


—Entonces, creo que es mejor esperar que éste sea un niño —responde con una sonrisa, observando el rostro de Quinn.


—Eso está bien, yo… Espera. —Se gira y la agarra por los hombros, mirando su rostro atentamente—. ¿Qué acabas de decir?


—Te lo quería contar más tarde, cuando estuviéramos solas, pero no consigo guardar los secretos y casi toda nuestra familia está aquí de cualquier manera, entonces… —Rachel se encoge los hombros y se muerde el labio, con los ojos brillantes con lágrimas no derramadas—. Vamos a tener un bebé, Quinny.


Quinn se inclina y toma su rostro con las manos, pasa los dedos por sus mejillas y descansa su frente contra la de Rachel y la sala está completamente silenciosa, mientras esperamos lo que tiene para decir.


— ¿Estoy soñando? —pregunta con la voz emocionada.


Ella mueve la cabeza negando y la rodea con sus brazos.


—No.


La besa levemente y, luego, profundo y apasionadamente, como nunca la había visto hacer en público, ni en su casamiento. Quinn finalmente se aparta y mira con tanto amor a Rachel en sus ojos, que me hace nublar la vista, como si estuviéramos invadiendo su privacidad.


Brittany entrelaza sus dedos con los míos y aprieta con fuerza. Todos los integrantes del clan Pierce están en silencio.


Rachel es su hermanita menor…..


—Te amo tanto, Rachel —Quinn finalmente habla y le limpia las lágrimas de sus mejillas con sus pulgares—. Gracias —susurra.


La abraza muy fuerte y giran las dos en círculo antes de volver a dejarla sobre el piso y mirarnos a todos.


— ¡Vamos a tener un bebé!


— ¡Felicidades! —Nos acercamos a ellas, abrazándolas y riendo y volvemos a abrazarlas, conmemorando la alegría de la nueva vida que está pronta a formar parte de nuestra familia.


—Mamá —Maddie tira de mi mano para llamar mi atención—. ¿Sophie puede quedarse a dormir hoy?


—No, querida. —La levanto en mis brazos y beso su mejilla. Está bastante más pesada para que yo pueda sostenerla así ahora—. Hoy a la noche no.


— ¿Por qué no? —pregunta Josie.


—Sophie tiene que ir a casa y dormir en su propia cama —contesta Stacy con una sonrisa.


—Ella puede dormir en nuestra cama como Brittany duerme en la cama de mamá —responde Maddie y una vez más la sala se queda en un silencio mortal. Mis ojos se abren y miro alrededor, buscando a Brittany, que está de pie al lado de Quinn, también pareciendo un dulce e inocente ciervo delante de los faroles en su bonito rostro.


Isaac se ríe y todo el mundo se junta a él, y simplemente cierro los ojos e inclino la cabeza contra el hombro de Maddie.



Quiero pegarme un tiro…..o que me trague la tierra por haber sido descubierta de esta manera tan inusual.




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Brevísimos adelantos – Capítulo 13, POV Brittany


— ¿Brittanny no te lo dijo? —pregunta Rachel.


Ella balancea la cabeza y sonríe a Quinn de forma interrogante.


—Quinn te mostrará algunas técnicas de defensa personal. —Le informo y tomo su mano en la mía, apretándola con firmeza.

********

—No tienes que ser atleta para protegerte, Santana. —Quinn parpadea hacia Santana, besa a Rachel una vez más y luego se aparta, extendiendo la mano hacia Santana para que la acompañe—. Vamos. Será divertido.


—Dile a mis hijas lo mucho que las amo —pide ella, cuando me mira por encima del hombro—. Y quiero ser incinerada, por favor.

*******

Elaine salta a través de las cuerdas y se une a Quinn y Santana con una sonrisa.


— ¿Qué puedo hacer? —pregunta, mirando de arriba a abajo a Santana, y yo siento que mis manos se cierran en puños.


—Elaine es una buena persona —menciona Rachel de forma engañosamente informal.


— ¡Hmm! —Suelto un par de groserías en voz baja.


—Hacen una hermosa pareja. —Ella golpea el labio con el dedo—. Debería juntarlas.

    Hola……….buenas       noches a todas/os……….el día de hoy       no me será posible poner adelantos del siguiente capítulo (aún lo tengo a medias…así que mejor pensé en concluirlo y adelantar más del trabajo de adaptación), explicados los motivos, espero que no quieran torturarme       jejejeje



Por el momento no dispongo de mucho tiempo, ya que a falta de clases en la universidad por las clases en casa me delegaron varias cosas en las que debo ocuparme jejejeje.



*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:



http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo (5ta Avenida Neoyorkina)


http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo (Play with Me)




*Próxima actualización: día DOMINGO…….procuraré actualizar antes, pero si no pudiera ya saben que día lo haré. Gracias por su comprensión y paciencia.



Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo



Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.




Y la canción del día es……….







*que puedo decir de esta canción……..no pude resistirme a la idea de ponerla aquí, ya que es una de mis favoritas     jejejejeje


NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “Safe With Me” de Kristen Proby, la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs)



Aclaro que si bien en la obra, la historia el lugar principal que se menciona es Seattle-EE.UU, tomando en cuenta las características y el contexto en el que se desarrolla Glee así como mi manía personal de preferir Nueva York…….decidí que el lugar donde se desarrollará la historia sea Nueva York. Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente     jejejeje.



Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de un solo libro, consta de 21 capítulos + epílogo + un episodio “bonus track”, “Safe with Me” es la historia número 5 que forma parte de una saga (With Me in Seattle) que narra las historias de distintos personajes de una misma familia……en la historia se aborda la vida de un personaje (en nuestro caso, Brittany) con formación militar que está enamorado perdidamente de alguien (en nuestro caso, Santana), pero que trata de controlar sus sentimientos por sus temores y traumas a raíz de una importante incursión bélica; sin embargo no lo logra, porque da rienda suelta a sus sentimientos…..pero antes, deben pasar por algunas dificultades. Asimismo esta historia intercala la perspectiva de los personajes protagonistas, en el caso nuestro, algunos capítulos serán narrados por Brittany y otros por Santana.



Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.

Capítulo 13



Brittany

- Entonces, me trajiste aquí, ¿sólo para recordarme que no estoy en forma? —Santana planta las manos en las caderas y me mira, después de entrar por la puerta principal de la academia de Rich Fabray, en el centro de Nueva York.


—No. —Sonrío y extiendo mi mano para coger su abrigo.


—No voy a darte mi abrigo. —Ella hace pucheros.


—Eres tan adorable. Dame el abrigo, San.


Ella me mira un poco más, así que Rachel grita detrás de nosotras.


— ¡Aquí están!


— ¿Rachel está aquí? —pregunta Santana con sus grandes ojos marrones. Antes de que pueda responder, Rachel corre hacia nosotras y agarra a Santana en un fuerte abrazo.


—Estoy tratando de convencer a Quinn para que me deje hacer algunas flexiones, pero ella no me deja hacer nada. —Rachel pone los ojos en blanco y luego sonríe—. Voy a engordar.


—No creo que eso sea posible —responde Santana mientras sacude la cabeza—. Además, Quinn tiene razón. A menos que estés aquí para hacer yoga, no hay nada más que deberías hacer en esta academia.


—Eso es lo que le estoy diciendo —responde Quinn cuando se une a nosotras—. Esta es una academia de lucha. Nosotras no hacemos yoga. —Quinn envuelve un brazo alrededor de sus hombros y besa la frente de mi hermana.


—Me alegro de verte —comienza Santana y me mira—. Pero, ¿qué estoy haciendo aquí?


— ¿Brittanny no te lo dijo? —pregunta Rachel.


Ella balancea la cabeza y sonríe a Quinn de forma interrogante.


—Quinn te mostrará algunas técnicas de defensa personal. —Le informo y tomo su mano en la mía, apretándola con firmeza.


— ¿Por qué? —pregunta, encarándose a Quinn.


—Porque es una chica muy ruda cuando se lo propone —responde Rachel con orgullo, haciendo que Quinn se ría y mueva la cabeza.


— ¿No me puedes enseñar tú? —me pregunta Santana en voz baja.


Por supuesto, si no te importa que me distraiga cada diez segundos, y transforme una clase de defensa personal en un día de pasión en el que no dejaría a Santana salir de la cama.


—Podría, pero Quinn tiene experiencia en combate real —respondo en su lugar.


Ella pone los ojos en blanco ante Quinn y frunce el ceño.


—Yo soy, tal vez, la persona que menos está en forma en esta familia. Lo sabes, ¿verdad? En lugar de cintas de correr y pesas, paso mi tiempo persiguiendo y levantando a las gemelas.


—No tienes que ser atleta para protegerte, Santana. —Quinn parpadea hacia Santana, besa a Rachel una vez más y luego se aparta, extendiendo la mano hacia Santana para que la acompañe—. Vamos. Será divertido.


—Dile a mis hijas lo mucho que las amo —pide ella, cuando me mira por encima del hombro—. Y quiero ser incinerada, por favor.


Yo me río y niego con la cabeza, mientras me detengo al lado de mi hermana Rachel, junto al gran cuadrilátero que hay en el centro de la habitación. Quinn lleva a Santana al ring y comienza a murmurar hacia ella, moviendo las manos mientras habla.


—Maldita sea, Quinn es tan caliente —susurra Rachel a mi lado.


— ¿En serio? —pregunto, y frunzo el ceño.


— ¿El qué? —Ella sonríe inocentemente, luego inclina la cabeza hacia mi brazo—. Ella es mía. Puedo decir cosas como esas.


—No cerca de mí. —Suspiro y miro a la atractiva morena que está en el ring.


—Ella es hermosa —murmura Rachel.


—Lo es —confirmo y suspiro de nuevo. Ella es tan hermosa que me quita el aliento.


No sé por qué insiste en que no está en forma. Es preciosa, esbelta y curvilínea, con un trasero que muchas envidiarían y sus pechos…..woww. Sus muslos son sólidos, probablemente por perseguir a las niñas. Y sus ojos marrones son mi perdición, si están felices o con miedo o brillando con lujuria.


—Y, de acuerdo con las niñas, estás durmiendo en su cama. —Puedo sentir su sonrisa en mi brazo y yo estrecho mis ojos cuando veo a Quinn envolviendo su brazo alrededor del cuello de Santana, cuando se aproximó por detrás.


—Lo estoy. — ¿Qué más hay que decir?


—Entonces, ¿cómo van las cosas? —pregunta Rachel, y se aparta para poder mirar mi cara.


Yo mantengo mis ojos sobre el ring.


—Todo está bien.


— ¡Jesús, eres tan difícil, Britt! —Ella me da un leve puñetazo en el hombro, y luego se aprieta la mano con una mueca—. Ay.


Sonrío y la miro.


—No voy a hablar de mi vida amorosa contigo. Nunca.


—Sólo quiero saber cómo van las cosas. —Ella hace pucheros.


—Estamos bien —repito.


— ¿Vas a ir al show de Nash mañana por la noche? —pregunta Rachel con una sonrisa.


—Sí. —Asiento y suspiro, llevando mi mano hasta mi rostro preocupado por la repentina pregunta.


Dios, no quiero ir a ese espectáculo.


— ¿Estás segura de que es una buena idea? —pregunta ella en voz baja.


Me encojo de hombros con indiferencia.


—Santana quiere ir. Ella no va a ninguna parte sin mí, entonces eso significa que vamos.


—No tienes que cuidar de ella cada minuto del día, Brittanny. —Rachel pone los ojos en blanco y sacude la cabeza—. ¿Qué, estás preocupada por qué coquetee allí?


—Tú no sabes nada de eso —respondo con firmeza.


— ¡Bueno, si nos dijeses lo que está sucediendo, yo sabría algo sobre eso! —responde y suspira profundamente—. Habrá un montón de personas en el show.


La miro brevemente, registrando la preocupación en su bonito rostro, y yo sacudo los hombros, mirando hacia otro lado.


Habrá un montón de gente, ¡diablos!.....porque no se me ocurrió pensar en eso antes.


Le doy un guiño y ella jura suavemente.


— ¡Hey, Elaine! ¡Ven aquí y ayúdame! —Quinn llama a una atractiva pelirroja al otro lado del ring.


Elaine salta a través de las cuerdas y se une a Quinn y Santana con una sonrisa.


— ¿Qué puedo hacer? —pregunta, mirando de arriba a abajo a Santana, y yo siento que mis manos se cierran en puños.


—Elaine es una buena persona —menciona Rachel de forma engañosamente informal.


— ¡Hmm! —Suelto un par de groserías en voz baja.


—Hacen una hermosa pareja. —Ella golpea el labio con el dedo—. Debería juntarlas.


—Debería darte una lección por semejantes ideas, Rachel —advierto.


Ella me mira y abre sus ojos, mientras una sonrisa se extiende por su rostro.


—No vas juntar a nadie, Rachel —le aviso.


—Parece que no quieres que Santana sea sólo tuya. —Se encoge de hombros.


—Ella es sólo mía—murmuro y maldigo en voz baja.


Mi hermana terriblemente curiosa y perspicaz no va a parar hasta enojarme o sacarme la verdad completa de mis sentimientos por Santana.


Rachel vuelve su cabeza para mirarme, con su boca y ojos marrones muy abiertos.


—Tú la amas —susurra.


Más que nada.


—No puedo tenerla —susurro, y empujo mi mano por mi cabello.


— ¿Por qué?


—Ella se merece alguien mucho mejor, Rach. —Niego con la cabeza, al ver a Santana en el ring con mi cuñada y una tipa que no deja de comérsela con los ojos, que daría lo que sea por tener sexo con mi San.


— ¿De qué demonios estás hablando? —Ella está manteniendo su voz baja, pero puedo decir que Rach está enojada como el infierno.


—Voy a terminar lastimándola. Física, emocionalmente. —Me encojo de hombros otra vez y miro hacia los coléricos ojos de Rachel.


— ¿Y entonces, qué? Van a tener sexo mientras te quedes con ella y luego vas a abandonarla tras la puesta de sol, ¿cuándo todo este dicho y hecho? —Ella me mira con los brazos cruzados sobre el pecho y me siento como una verdadera idiota.


Porque cuando ella lo dice así, definitivamente soy una idiota.


—No lo sé —respondo y respiro entrecortadamente cuando Quinn empuja a Santana contra el suelo, sacándole el aire. Quinn y Elaine se agachan junto a ella, ayudándola—. Es sólo que no quiero llevar mis problemas a su vida y a la de las niñas.


Siento los ojos de Rachel en mí, entonces, miro hacia abajo y encuentro lágrimas en ellos.


—Brittanny, la vida es demasiado corta para eso. Ella y las niñas te aman. Tú las amas. Sé feliz. —Envuelve sus brazos alrededor de mi cintura y se aferra a mí, presionando su cara contra mi pecho—. Sólo se feliz. Todas esas personas cuyas vidas salvaste, e incluso aquellas que perdieron su vida a tu lado, querrían eso para ti.


¿Cómo lo sabe? Yo no merezco lo que Santana y sus niñas me están ofreciendo.


No pude proteger a mis chicas y hombres de la escuadra que comandaba, ni garantizarles el tipo de vida que me veo teniendo con estas increíbles niñas.


En cambio, ellos tienen una caja de pino y una bandera americana.


—Sé feliz —susurra Rachel—. Disfruta de ella. Si ella no puede manejarlo, te lo dirá. Cristo, Brittanny, Santana es una de las mujeres más fuertes que he conocido. Puede lidiar con casi cualquier cosa que le propongas.


Arrugo la frente, mientras miro a Quinn y Elaine con Santana. Su ceño fruncido mientras se centra en lo que están tratando de enseñarle. Su sonrisa cuando acierta. Su suspiro de exasperación cuando falla y termina en el suelo sobre su magnífico trasero.


Ella es mía.


Elaine le susurra algo al oído, haciéndola reír, con los ojos brillantes, un brillo de sudor le cubre el rostro y el pecho, y mi respiración se detiene.


Y luego la estúpida pelirroja hace lo que cualquier persona con sangre en las venas haría cerca de una mujer tan atractiva como Santana.


Elaine le coloca un mechón de pelo detrás de la oreja.


Y yo tengo ganas de darle una paliza a esta pelirroja por atreverse a fijarse en Santana con otro tipo de intenciones.








¿Cómo diablos puedo concentrarme que no me torturen cuando estoy en el ring con Quinn Fabray?


Sé que ella está casada. Con una de mis mejores amigas. Y yo estoy enamorada de su hermana. Pero, por el Amor de Dios, ella está como un cañón, mostrando los músculos de su cuerpo perfectamente tonificados extendiéndose por debajo del delicioso tatuaje de su brazo. Su cabello está retirado hacia la nuca, mostrando una mirada hipnotizante y unos brillantes ojos verdes.


Todo sobre esta preciosa rubia grita sexo.


Además, ella es una de las personas más dulces que he conocido, y por otra parte, está completamente enamorada de su esposa.


¿Hay algo más sexy que una persona enamorada de esposa?


No.


—Recuerda, si logran poner su brazo alrededor de tu cuello, mueve el brazo hacia arriba y hacia abajo y golpea duro —susurra Quinn en mi oído detrás de mí. Su brazo se envuelve en mi cuello, como si ella estuviera sorprendiéndome desde atrás.


—De acuerdo —confirmo, aunque no estoy segura de si conseguiré recordar nada de eso más tarde.


—Ok, quiero mostrarte algunas técnicas de lucha. —Quinn sonríe tranquilizadora y se vuelve hacia el lado del ring—. ¡Hey, Elaine! ¡Ven aquí y ayúdame!


La pelirroja llamada Elaine sube fácilmente al ring, y atraviesa las cuerdas, caminando con confianza hacia nosotras.


— ¿Qué puedo hacer? —pregunta con una sonrisa. Ella es guapa, con un estilo de chica rompecorazones, su cuerpo es envidiable. Apuesto a que fue llamada “hermosa” por toda la escuela.


Ella es muy guapa, pero no es lo que quiero.


La persona que quiero está en el borde del ring con su hermana.


Miro y veo a Brittanny malhumorada junto a Rachel, que tiene sus brazos alrededor de su cintura en un apretado abrazo. Me pregunto de qué estarán hablando.


—Presta atención, San—Quinn me llama y pone a Elaine detrás de mí para enseñarme cómo colocar los pies y las manos. Paso varios minutos de instrucción con Quinn y Elaine colocando sus manos sobre mí, mostrándome cómo asegurar los brazos, y abrir las piernas, apoyando mis caderas.


—Ok, ¿estás lista para pelear? —pregunta Quinn.


—Voy a morir —susurro, ganándome una risa de Elaine detrás de mí.


—No voy a dejar que te maten —susurra en mi oído—. Además, sabes cómo esquivar. Sólo recuerda lo que dije.


Quinn se acerca a mí, y cuando pienso que puedo atacarla, se escapa con otro golpe, y yo estoy de espaldas con el aire noqueándome.


— ¡Rayos! —Quinn y Elaine se agachan a mi lado y cogen mis manos con las suyas, ayudándome a sentarme.


— ¿Estás bien, cariño? —pregunta Quinn.


Asiento y arrastro el aire a mis pulmones. Luego lo expulso.


Quinn da unos pasos hacia atrás, pero Elaine me sonríe suavemente, coloca mi pelo detrás de mi oreja y desliza los nudillos en la línea de mi mandíbula, provocando escalofríos en mis brazos.


—No hay nada más sexy que una mujer sudorosa por el ejercicio —susurra.


—Las mujeres sudadas no son sexy —respondo con una nariz arrugada, sonriendo pero luego me siento culpable y rápidamente busco a Brittanny.


—Creo que es suficiente por hoy —anuncia Brittanny mientras entra en el ring con el rostro congestionado por la ira. Ella mira a Elaine, que inmediatamente se aleja y toma mi mano en la suya, ayudándome a levantarme—. ¿Estás bien? —me pregunta.


—Estoy bien. Puedo continuar.


—No, es suficiente por hoy. —Le da la mano a Quinn—. Gracias, amiga.


—Cuando quieras.


— ¡Yo también quiero luchar! —anuncia Rachel cuando entra en el ring—. Vamos, San, voy a entrenar contigo.


— ¡No! —gritan Quinn y Brittanny al mismo tiempo.


—No va a pegarme duro —murmura Rachel con un mohín.


—No te voy a golpear de ninguna manera. ¡Estás embarazada por el amor de Dios! —Niego y le sonrío—. Puedes aguantar nueve meses sin dar una paliza, Rachel.


—Nueve meses. —Sus ojos se aprietan, antes de mirar feo a Quinn—. Será mejor que te prepares para muchas palizas verbales si no puedo patearte el trasero en el ring.


—Sí, me asustas. —Quinn sonríe y tira de ella hacia sus brazos.


—Estás sudada, Quinny —se queja Rachel y trata de esquivarla, pero Quinn la sostiene fuertemente.


—Ven aquí —refunfuña y entierra el rostro en su cuello, haciéndola reír.


—Me voy —anuncia Brittanny.


—Espera —grita Quinn y besa la cabeza de Rachel, antes de caminar hacia ella—. Si tienes tiempo, me gustaría un mano a mano contigo en el ring. Parece que necesitas una buena pelea.


Miro sorprendida de ver Brittanny considerando la invitación de Quinn. Me mira con sus ojos azules calientes y luego otra vez a Quinn.


—Sí, tengo tiempo.


—No la lastimes, Quinny. —Rachel sonríe y besa el rostro de Quinn, antes de agarrar mi mano y llevarme a un lado del ring.


— ¿Lo han hecho antes? —pregunto.


—No lo sé. —Rachel se encoge de hombros—. Pensaba que no, pero Brittanny viene a este gimnasio cuando está en la ciudad, puede que hayan luchado antes.


— ¿Cascos? —Quinn pregunta.


Brittanny niega con la cabeza y pone su mano en el hombro, quitándose la chaqueta y lanzándola en mi dirección.


—Maldita sea—susurro con su visión. Cada vez que veo su piel desnuda es como la primera vez.


Una multitud se reúne alrededor del ring para ver a las dos atletas.


Ellas se rodean la una a la otra, ambas son rubias que se han robado el corazón de Rachel y el mío respectivamente.


Probablemente es ilegal tener dos chicas increíblemente calientes en el mismo ring.


De repente, Quinn se inclina, golpea, y la lucha comienza. Durante varios minutos, dan puñetazos y esquivan, patean y empujan, cayendo una y otra al suelo, sólo para levantarse y comenzar de nuevo.


Sus rostros son feroces, sus ojos fijos la una en la otra, y eso es la cosa más caliente que he visto en mi vida.


—Van a matarse —susurro reverentemente.


—Puede ser. —Rachel está de acuerdo—. ¡Jesús, míralas!


La mano de Quinn vuela hacia el rostro de Brittanny, quien agarra el puño apretado, y lo gira, llevándola hacia atrás y dejándola en el suelo, con el codo en el cuello de Quinn.


Quinn da una patada hacia fuera, y ellas continúan, jadeando y sudando. Sangrando.


Quinn tiene un hilo de sangre saliendo de su nariz, y Brittanny está sangrando cerca de su ojo izquierdo.


Y ninguna de ellas parece dispuesta a parar.


Finalmente, después de que Quinn le pega una patada a Brittanny en las costillas y ésta se la devuelve con un codazo entre los omóplatos, el padre de Quinn entra al ring y toca la campana.


Ni siquiera me di cuenta de que estaba aquí.


— ¡Basta! —grita el Sr. Fabray—. Si quieren eliminar más agresividad, utilicen el saco de boxeo. No la una a la otra.


Quinn y Brittanny están dobladas con la mano en la cintura, jadeando y sudando, recuperando el aliento. Rachel y yo también estamos tratando de mantener el control.


— ¿Qué demonios fue eso? —pregunto.


— ¿Un arranque de locura? —pregunta Rachel con un encogimiento de hombros, perpleja—. Eso fue muy caliente.


Asiento, y veo cuando Quinn se levanta y se aproxima a Brittanny, le da la mano y tira de ella en un abrazo fraternal. Habla en voz baja por unos momentos, y los ojos de Brittanny se estrechan, antes de apartarse hacia atrás y mover la cabeza, Quinn le ofrece una media sonrisa y le pega con fuerza en el hombro.


Ambas descienden del ring, y nos sonríen.


— ¿Te sientes mejor? —pregunta Rachel.


—Sí. —Quinn se encoge de hombros y le ofrece una sonrisa arrogante—. Podría haberla derribado.


—En tus sueños, Fabray. Te ganaría fácilmente —responde Brittanny y pasa los brazos por la chaqueta, poniéndosela.


¡Oh, no escondas ese cuerpo de infarto, Britt!


—Deberíamos irnos —susurro y sonrío a Brittanny. Ella aún está un tanto reservada y tranquila, y yo no consigo descubrir qué error he cometido.


—Nosotras también tenemos que irnos —dice Quinn y atrae a Rachel con ella, incluso sabiendo lo sudorosa y sucia que está.


— ¡Nos vemos mañana por la noche! —Rachel ríe, y sin entusiasmo lucha para apartarse de Quinn.


Brittanny me lleva hasta el auto, me abre la puerta, sin decir una palabra y luego se sube por el lado del conductor. Después de conducir durante más de diez minutos en completo silencio, me decido a aligerar el ambiente.


—Yo no coqueteaba —dejo escapar.


— ¿Qué? —me pregunta, echándome un vistazo.


—Con Elaine. Ella flirteó conmigo, pero yo no coquetee con ella. —Cruzo los brazos sobre el pecho y miro por la ventana, sin prestar ninguna atención a los puntos turísticos del centro de Nueva York, o a la lluvia rodando por la ventana.


—Me importa muy poco esa tipa —murmura Brittanny y da la vuelta hacia mi calle.


—Entonces, ¿qué he hecho mal? —pregunto con el ceño fruncido.


Traga saliva y me mira, frotando los dedos sobre sus labios y parece que va a decir algo, pero cambia de idea.


—Nada.


Está mintiendo.


—Brittanny...


—Estoy bien —me interrumpe y conduce el auto hacia el parque cuando llegamos a mi casa—. No te preocupes por eso.


Cuando entramos, Brittanny verifica la alarma, las ventanas y puertas, deteniéndose en la cocina, evitando mi mirada. Bix nos saluda feliz de vernos, y Brittanny acaricia su cabeza, todavía sudada y sucia de su vigoroso ejercicio con Quinn.


— ¿Quieres venir conmigo a la ducha? —pregunto.


Sacude la cabeza y se dirige al patio trasero.


—Voy a trabajar un poco. Llámame si me necesitas.


Y con eso, ella se marcha con el perro a cuestas, y va directamente a los aparatos deportivos de gimnasio que están en el estudio de Kitty, trabajando enérgicamente con ellos. En el momento en el que se detiene, sus músculos debían estar protestando, pero fue directamente a la barra que tenía instalada para las flexiones, se colocó e inmediatamente comenzó a subir y bajar la barra.


Bix se acomoda en el suelo, observándola.


¿Qué diablos está pasando en su cabeza?


— ¡Mamá! ¡Mamá! —Las niñas vienen corriendo por la puerta principal, con los abrigos y mochilas, contentas de estar en casa después de la escuela. Sam sonríe en la puerta.


— ¿Se divirtieron en el gimnasio hoy? —pregunta.


—No me hagas hacerte daño —contesto con una sonrisa—. Ahora puedo hacerlo.


—Es bueno saberlo. —Sacude la cabeza y luego frunce el ceño—. ¿Dónde está Brittanny?


—Fuera, entrenando. Está malhumorada —respondo con un suspiro, y saco las mochilas de las niñas de sus espaldas.


—En ese caso, voy allí. Nos vemos más tarde. —Sam asiente, mientras le doy un beso a las niñas.


— ¿Tuvieron un buen día? —pregunto.


—Sí —responde Maddie—. ¿Por qué está enfadada Brittanny?


—No lo sé.


— ¿Le preguntamos? —Josie le sugiere a Maddie sonriente, y ambas corren hacia la puerta antes de que les pueda pedir que se queden quietas.


Guardo sus mochilas y recojo los ingredientes de la nevera para preparar la cena, y escucho los gritos de risa de las niñas en el patio trasero.


Miro fuera por la puerta de vidrio para encontrar a Brittanny agarrando a Maddie de la cintura, sujetándola hasta su barra, y ayudándola a subir y bajar, haciendo levantamientos. Ella mira por encima del hombro de Britt, con una enorme sonrisa en su rostro, llena de confianza y amor, mientras que Josie y Bix hacen círculos alrededor de ellas, riendo y ladrando.


— ¡Bájame! —grita Maddie, y Brittanny la baja y luego agarra a las dos niñas en sus brazos, cayendo en el suelo, pero asegurándose de que ellas caen encima de ella, mientras Bix ladra y salta alrededor de ellas, con su sonrisa de cachorro y con la lengua suelta cayendo de su boca .



Es la imagen más dulce que he visto en mi vida.