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FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
santana es.......solo santana! me encanta su familia adoptiva y la forma como para ella brittany es lo primero, hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
3:) escribió:holap demonio,...
por suerte tommy salio bien en nacimiento y la intervención!!!
amo cuando san es jodida mente cursi valió la pena la espera jajja!!!
nos vemos!!!
Hola Demonio :)
c: Tommy <3 ! y jajajajaja vdd que si :3
Saludos
micky morales escribió:santana es.......solo santana! me encanta su familia adoptiva y la forma como para ella brittany es lo primero, hasta pronto.
Hola Hola!
ELLA AWWWWWWWWWWW <3 y Son un amor sinceramente ! y asi es !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 65
Diciembre de 2011
Cerca de Essex Junction, Vermont
Dos noches antes de Navidad, Rachel estaba trabajando en el establo, sumida en sus pensamientos.
(Entre paréntesis, debe mencionarse que también estaba sumida en otra cosa. Algo orgánico.)
—Hola.
Su hermana Heather había entrado en el establo en silencio y la estaba mirando con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Hola tú —la saludó ella, mirándola por encima del hombro—. ¿Qué haces?
—Chris tenía que ocuparse de uno de los caballos de los Anderson. Creen que tiene cólico, así que estará fuera toda la noche. Le he pedido que me dejara aquí. ¿Cómo estás?
—Bien.
—Pues no lo parece. —Le clavó la mirada en la espalda hasta que ella se la devolvió.
—Es que estoy un poco preocupada por las entrevistas. He concertado citas con representantes de seis facultades distintas en la convención de la Asociación de Idiomas Modernos, en enero. Es mucha presión.
—Ya. —Heather miró a su hermana con escepticismo.
—Una de las entrevistas es para trabajar en la Universidad de St. Mike. Si me contrataran, podría seguir ayudando a papá los fines de semana.
—Eso sería fantástico. Le pediré a san Miguel que interceda por ti para que consigas el trabajo.
Ladeando la cabeza, Heather escuchó la música que sonaba una y otra vez. Era una versión de Inthe Sun. Cada vez que acababa, volvía a empezar.
—Si tienes buenas perspectivas de trabajo, ¿por qué estás escuchando eso? Me dan ganas de cortarme las venas... y acabo de llegar.
Ella la fulminó con la mirada y se alejó.
Heather la siguió.
—Me encontré con Ali el otro día en Hannaford’s.
—Ajá.
— ¿Por qué no la invitas a salir?
—Salimos de vez en cuando.
—Me refiero a una cita, no a veros como amigas.
—Rompimos —dijo ella con una mueca—. Hace un par de años
—Chris quiere que vayamos a hacer snowboard en Año Nuevo. Alquilará un apartamento para que no tengamos que subir y bajar cada día. Invita a Ali y venid con nosotros.
—No es buena idea.
Alargando el brazo, Heather detuvo a su hermana, que estaba a punto de alejarse una vez más.
—Sí es buena idea. Invítala.
—No podemos dejar a mamá aquí sola.
—Por eso mismo contrataste a alguien, Rach eres como un ángel guardián —replicó ella con una sonrisa descarada.
—Yo no soy un ángel, Soy Dante —murmuró.
— ¿Qué?
—Nada. —Se volvió.
—Vamos a ver, gruñona. Tienes que relajarte. Te estás obsesionando con tus problemas. De tanto darles vueltas, se están infectando y van a empezar a supurar. —Con una sonrisa traviesa, empezó a hacerle cosquillas, repitiendo—: Supurar, supurar, supurar.
Rachel le dio un golpecito en las manos para que parara.
— ¿Si digo que sí me dejarás en paz de una vez?
—Por supuesto.
—Bien. Pues lárgate.
—Bien —repitió ella, imitando su tono de voz—. Voy a preparar café. Cuando vengas, espero que la llames.
Cuando Heather desapareció del establo, Rachel se quedó quieta un momento, preguntándose qué acababa de aceptar.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 66
27 de diciembre de 2011
Selinsgrove, Pensilvania
Richard, sus hijos y las parejas de éstos estaban sentados a la mesa del comedor, disfrutando del café y el postre Lucy los estaba poniendo al día sobre el tratamiento de fertilidad.
—Sí, he empezado a tomar hormonas. Pero no me afectan tanto como la píldora. Cuando la tomaba, estaba muy sensible todo el rato.
Aaron alzó las cejas a su espalda y todos se echaron a reír al ver su expresión incrédula. Todos menos Lucy y Brittany.
Santana se fijó en que ésta había entornado los ojos. Luego clavó la vista en la mesa con tanta intensidad que a ella no le habría extrañado ver que la madera empezaba a cambiar de color y a echar humo. De repente, Britt echó la silla hacia atrás bruscamente y salió corriendo Santana levantó la silla y, disculpándose, subió los escalones de dos en dos tras ella.
Al llegar a su habitación, la encontró rebuscando desesperada en el cajón de la mesilla de noche.
Sacó el cajón del todo y volcó el contenido encima de la cama.
— ¡Maldita sea! —exclamó.
— ¿Qué pasa? —Santana trató de agarrarla, pero se quedó con la mano en el aire cuando ella pasó por su lado a toda prisa.
La siguió hasta el baño, donde había empezado a vaciar el neceser sobre el lavabo.
Mientras iba apartando las cosas, su expresión era cada vez más disgustada.
—Brittany, ¿qué pasa?
—No las encuentro.
— ¿Qué es lo que no encuentras?
Ella no pareció haberla oído Santana la agarró del brazo con fuerza.
—Brittany, ¿qué buscas?
—Las píldoras anticonceptivas.
Por un momento, ella estuvo a punto de dejarse contagiar por su pánico, pero fue sólo un instante.
—Seguro que están por aquí. ¿Cuándo las viste por última vez?
Ella parpadeó y apartó la vista.
—En Cambridge —susurró.
Santana abrió mucho los ojos.
— ¿Ni en Nueva York ni aquí?
—Antes de que te fueras a Nueva York tenía la regla, ¿te acuerdas? Tenía que haber empezado una caja nueva el miércoles siguiente.
— ¿Y lo hiciste?
Ella negó con la cabeza.
—El miércoles fue el día que fui a verte. Tenía tanta prisa por llegar al aeropuerto que me las olvidé. Y luego, en Nueva York...
—Cariño. —Santana trató de acariciarle la mejilla, pero ella apartó la cara y se la cubrió con ambas manos.
—No me puedo creer que me haya saltado un mes entero de la píldora sin darme cuenta. ¡Soy idiota!
—No eres idiota. —Tirándole de la muñeca, le abrió los brazos y la abrazó—. Tenías prisa por reunirte conmigo en Nueva York. Y luego la llamada de tu padre nos distrajo. Has tenido muchas cosas en la cabeza.
Una sombra oscureció el rostro de Santana, pero pasó en seguida, como una nube errante en un día de verano.
—Por eso necesito una caja de repuesto hasta que pueda ir a mi farmacia en Boston —le aclaró Britt a la farmacéutica a la mañana siguiente.
La mujer asintió.
—No hay problema. Llamaré a tu farmacia. Será un momento. Siéntate.
—Gracias.
Britt se reunió con Santana en la zona de espera de la pequeña farmacia de Selinsgrove.
— ¿Todo bien? —preguntó ella, mirándola con preocupación.
—Sí. —Ella respiró hondo, aliviada—. No tardaremos mucho.
Santana se sacó el iPhone del bolsillo y apretó algunas teclas.
— ¿Qué haces? —Britt se inclinó hacia ella.
—Mientras tú hablabas con la farmacéutica, he revisado los mensajes. Me han llamado de la consulta de la ginecóloga.
— ¿Tienes que devolverles la llamada?
—Si no te importa...
—No me importa. ¿Por qué te llamarán en mitad de las fiestas?
—No lo sé. Tenían que haberme llamado hace dos semanas con los resultados de las últimas pruebas. Supongo que no habrá habido cambios —respondió ella, mustia.
—El médico dijo que podías tardar hasta un año en recuperarte. No te preocupes. —Britt le cogió la mano y se la apretó.
Santana asintió y le besó el dorso de la mano antes de salir a la calle para hacer la llamada.
Cuando acabó de hablar, a Britt ya le habían dado las píldoras, las había pagado y se había tomado la primera.
Ella se plantó ante ella, con las piernas separadas y con la vista clavada en la bolsa de la farmacia.
Al levantar la cabeza, Britt se encontró con la mirada preocupada de su esposa.
— ¿Qué pasa?
—Vamos a casa.
Cuando ella se levantó de la silla, ella le apoyó la mano en la espalda para guiarla hacia el coche.
— ¿Va todo bien?
—En el coche hablamos.
Sin discutir, Britt caminó a su lado en silencio hasta llegar al Jeep que Santana tenía en Selinsgrove para cuando iban de visita.
—Me estás asustando —susurró.
—Tranquila. —Le abrió la puerta y esperó a que se aposentara para cerrarla.
Tras subir ella también al coche, dejó el iPhone en el salpicadero y se volvió hacia ella.
Britt se dio cuenta de que estaba luchando para encontrar las palabras adecuadas.
— ¿Son malas noticias?
—No lo creo.
—Entonces, ¿qué pasa?
Santana le cogió la mano, y le resiguió el contorno de los nudillos con el pulgar. Se detuvo al llegar al anillo de boda.
—Mírame.
Ella la miró a los ojos con el corazón desbocado.
—No quiero que te asustes, ¿de acuerdo?
—Santana, estoy aterrorizada. Suéltalo de una vez.
Ella apretó los labios.
—Me llamaban para darme los resultados de las últimas pruebas. Tenían que haberme llamado hace dos semanas, pero... encontraron una anomalía.
— ¿Una anomalía?
—Los resultados eran positivos —dijo muy lentamente, sin apartar los ojos de los de ella, mientras esperaba a que procesara lo que acababa de oír.
Santana parpadeó. Varias veces.
—Entonces, ¿eres...?
—Sí.
—Pero eso es imposible. Todavía no hace ni tres meses de la operación.
—Lo sé. Repitieron las pruebas y el resultado fue el mismo. Al parecer, al médico le gustaría poder usar mi caso para un artículo.
La sonrisa orgullosa de Santana desapareció de golpe al ver la cara de Brittany.
—Aunque sea fértil, no tiene importancia no hemos hecho ningún tratamiento todavía.
—Yo- yo he... Santana fui impulsiva y me hice una inseminación con tus óvulos pasados pero como estuve tomando las pastillas no creo que tu sabes—Britt se cubrió la boca con la mano.
Santana le rodeó los hombros con el brazo y la atrajo hacia él.
—Ya que estamos aquí iré a comprar un test de embarazo. Así saldremos de dudas y no me enojo por ser impulsiva mi amor solo querías complacerme, vamos.
Ella abrió mucho los ojos.
— ¿Ahora?
— ¿Prefieres esperar?
—Esto no puede estar pasando. —Britt escondió la cara entre las manos.
Ella hizo una mueca.
— ¿Tan terrible sería? —murmuró, acariciándose la barbilla.
Al ver que ella no respondía, le dio un toquecito en el hombro.
—En seguida vuelvo.
Britt apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y cerró los ojos, pidiendo a todas las deidades con nombre y sin nombre que acudieran en su ayuda que su momento de impulsividad no le diera una sorpresa que no quería ya.
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Hola Hola!
MMMMMM bueeeeno chicas :) jajajajajajjajaja lo dejo ahi porque soy malita jajajaja
PD: SI hay mucho comentarios vuelvo pronto
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Hola!!!
Me encantaron los capitulos!!
Que bueno que lo del bebe resultara bien.
Me encanto.
Saludos
Me encantaron los capitulos!!
Que bueno que lo del bebe resultara bien.
Me encanto.
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Por que lo dejas ahí!!!!!!!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,.....
mmm bueno para san,... y a britt lapidaria para su carrera,..
a ver como sale el test,.. y si ahí bebe!!! YO QUIERO BEBE(salio berrinche) jajaja
nos vemos!!!
mmm bueno para san,... y a britt lapidaria para su carrera,..
a ver como sale el test,.. y si ahí bebe!!! YO QUIERO BEBE(salio berrinche) jajaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
me encantaron los capitulosss!!! y ahora Britt va a estar embarazda con los ovulos de Santana... mmm como por arte de magia... jajaja q bien! q bueno q subiste los capituloss!!! y perdon x no comentar se me fue el avion!!!! jaja lo malo es q no voy a poder leer si actualizas me voy a ir de viaje y no voy a tener mucho internet felices fiestas anyway!!!
annienaya* - Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 19/01/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
espero que si britt esta embarazada lo tome de la mejor manera posible. hasta luego.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
monica.santander escribió:Hola!!!
Me encantaron los capitulos!!
Que bueno que lo del bebe resultara bien.
Me encanto.
Saludos
Hola Hola!
C; me alegro que te gusten !
y a todas nos emociona menos a britt creo :$ jajaja
Saludos
monica.santander escribió:Por que lo dejas ahí!!!!!!!!!!
Saludos
Hola Hola!
Aqui veeengo :)
Saludos
3:) escribió:holap demonio,.....
mmm bueno para san,... y a britt lapidaria para su carrera,..
a ver como sale el test,.. y si ahí bebe!!! YO QUIERO BEBE(salio berrinche) jajaja
nos vemos!!!
Hola Demonio :)
Asi es yaaa veremos que sucede ahh! y JAJAJAJAJ yo quiero que tengan gemelos jajaja
Saludos
annienaya escribió:me encantaron los capitulosss!!! y ahora Britt va a estar embarazda con los ovulos de Santana... mmm como por arte de magia... jajaja q bien! q bueno q subiste los capituloss!!! y perdon x no comentar se me fue el avion!!!! jaja lo malo es q no voy a poder leer si actualizas me voy a ir de viaje y no voy a tener mucho internet felices fiestas anyway!!!
Hola Hola!
c: me alegro que te gusten! y habia una frase super mega importante en el capitulo que Birtt fue a ver a la doctora ;) esa frase es muy muy importante ! y waaa dichosa que disfrustes mucho de tu viaje ;)
Saludos
micky morales escribió:espero que si britt esta embarazada lo tome de la mejor manera posible. hasta luego.
Hola Hola!
C: todas esperamos lo mismo !
Slaudos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 67
28 de diciembre de 2011
Washington D. C.
Natalie Lundy miró el teléfono y soltó una maldición había hecho mil llamadas y dejado mil mensajes, pero ahora el número al que llevaba semanas llamando estaba fuera de servicio Kitty se la había cambiado. Y no respondía a sus emails.
Miró la caja de cartón que estaba en el suelo, a su lado su contenido parecía burlarse de ella se había quedado sin trabajo.
El día después del anuncio del compromiso de Kitty, la habían llamado de la oficina del director de campaña del senador Wilde al menos Robert había tenido la decencia de parecer avergonzado por lo que estaba haciendo.
—Debemos prescindir de tus servicios —dijo, sin mirarla a los ojos.
— ¿Por qué?
—Tenemos exceso de personal el senador quiere hacer recortes y los empleados son los primeros que se ven afectados, Lo siento.
Natalie alzó una ceja.
—Esto no tendrá nada que ver con mi relación con Kitty, ¿no?
—Por supuesto que no —mintió Robert—No es nada personal. Son sólo negocios.
—No me vengas con ese rollo de El Padrino. He visto la película.
Robert miró al fondo de la habitación y asintió.
—Alex te acompañará a la salida. Si quieres, puedo llamar a Harrisburg y ver si puedo conseguirte trabajo con algún otro senador.
—Jódete. —Se levantó—. Y puedes decirles al senador y a su hija que hagan lo mismo. ¿Quieren librarse de mí? Bien pero esto no acaba aquí estoy segura de que Andrew Sampson de The Washington Post estará muy interesado en lo que puedo contarle sobre la manera de hacer negocios de los Wilde.
Robert levantó la mano.
—No te embales como te he dicho, puedo conseguirte trabajo en Harrisburg.
—No se me ha perdido nada en el maldito Harrisburg, Robert. Sólo quiero saber por qué me están jodiendo. He hecho mi trabajo y lo he hecho bien. Lo sabes.
Él miró a Alex y le dijo:
—Dame un minuto.
Éste se retiró y cerró la puerta.
—Oye, Natalie. Será mejor que no lances amenazas que no puedes cumplir.
—Es que puedo cumplirlas y pienso hacerlo.
—Eso no sería muy prudente.
—Al diablo con la prudencia.
Robert se removió en la silla.
—Por supuesto, la campaña te proporcionará una generosa indemnización. Los detalles te llegarán a tu casa.
— ¿Me estás sobornando para que cierre la boca?
—Indemnización por despido debido a exigencias financieras.
—Lo que sea. —Cogiendo el bolso, Natalie se dirigió a la puerta—. Dile a Kitty que tiene cuarenta y ocho horas para ponerse en contacto conmigo. Si no me llama, lo lamentará.
Con esas palabras, salió del despacho con paso decidido.
Desde aquel día habían pasado dos semanas y Kitty no había llamado las pruebas incriminatorias que había enviado a The Washington Post habían sido entregadas. FedEx se lo había confirmado. Pero ni Andrew Sampson ni nadie se había puesto en contacto con ella. Tal vez había decidido no publicar la historia. Tal vez le había parecido de demasiado mal gusto.
El día después de dejar el material en la oficina de FedEx, alguien había entrado en su apartamento y lo había arrasado no hacía falta ser muy listo para deducir que había sido alguien de la campaña del senador se habían llevado el portátil, la cámara digital, sus archivadores y lápices de memoria. Ya no le quedaba nada con lo que chantajear ni a Kitty ni a nadie.
Había recibido el dinero del soborno: veinticinco mil dólares era suficiente para empezar una nueva vida en California. No le vendría mal cambiar de aires. Usaría ese dinero para empezar de nuevo. Ya planearía su venganza contra los Wilde con calma desde Sacramento.
No tenía pruebas gráficas para justificar sus acusaciones, así que era difícil que ningún periodista se la tomara en serio pero esperaría a que llegara octubre y le vendería la historia a un periódico sensacionalista Sí, eso haría.
Sonriendo, empezó a hacer el equipaje.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 68
28 de diciembre de 2011
Selinsgrove, Pensilvania
Brittany y Santana estaban juntas en el cuarto de baño de su habitación de casa de Richard, mirando fijamente dos pruebas de embarazo que estaban sobre el mármol del lavabo las dos daban el mismo resultado.
— ¿Brittany? —La voz de ella era un susurro desgarrador.
Ella siguió con la vista clavada en las pruebas estaba inmóvil. Como un ciervo ante un depredador.
—Es culpa mía —Levantó una mano para tocarla, pero se lo repensó.
Britt se volvió hacia ella como si acabara de darse cuenta de su presencia.
— ¿Cómo va a ser culpa tuya?
Ella guardó silencio, buscando desesperadamente las palabras adecuadas.
—No debí de haberte estado presionando para tener un bebe, Te he fallado —añadió con un hilo de voz.
La joven cerró los ojos y respiró profundamente.
—Santana, no me has fallado soy yo la idiota que me he olvidado de tomarme la píldora y que además de eso hizo todo impulsivamente. —Una lágrima le cayó por el rabillo del ojo y le resbaló por la mejilla.
Santana la capturó con un dedo.
—No vuelvas a decir eso. No eres idiota. Tenías prisa porque querías reunirte conmigo y solo querías complacerme.
Más lágrimas siguieron a la primera los hombros le empezaron a temblar.
—Es demasiado tarde lo hice sin pensar.
Santana la acercó a ella y ella se aferró a su camisa como si se estuviera ahogando.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
Fecha de inscripción : 16/04/2014
Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 69
Esa noche, las López no durmieron bien Britt tenía miedo y se sentía culpable de haber hecho todo impulsivamente tenía miedo de lo que pasaría con sus aspiraciones académicas y se sentía culpable por ponerlas por delante de otras cosas Santana, por su parte, tenía un conflicto de intereses por un lado se sentía extasiado al saber que estaban esperando un hijo pero la preocupación y el evidente disgusto de Brittany le impedían expresar sus auténticos sentimientos.
Además, ella también se sentía culpable por no haber sido capaz de protegerla y de haberla presionado.
Mientras en casa de Richard todos pasaban el día siguiente juntos y relajados, Britt se quedó en la cama estaba agotada. No se sentía preparada para enfrentarse a Luce y a Aaron, a pesar de que Santana y ella habían acordado no contarle la noticia del embarazo a nadie hasta que estuviera de tres meses.
Santana se pasó el día fingiendo que no acababa de recibir la mejor noticia de su vida había decidido darle a Brittany el tiempo que necesitara para hacerse a la idea no cabía duda de que a ella le había sentado como un jarro de agua fría.
Esa noche, estaba hecha un ovillo en la cama mientras todos dormían. Todos menos su esposa.
Estaba tumbada a su espalda y la abrazaba por la cintura Britt se había pasado buena parte del día durmiendo y en esos momentos no tenía sueño. Aunque ella estaba exhausta, la preocupación por ella le impedía descansar.
El mayor temor de Brittany se había hecho realidad: estaba embarazada a mitad del segundo curso de un programa de doctorado de siete años.
Sollozó al pensarlo.
Instintivamente, Santana la atrajo hacia ella y le cubrió el abdomen con la mano.
Por unos momentos, se permitió el lujo de imaginarse cómo habría sido su vida si Maia hubiera llegado a nacer cuando Paulina estaba embarazada, casi no le había dedicado tiempo.
Dudaba que las cosas hubieran mejorado después del parto.
Se le encogió el estómago al imaginarse a sí misma gritándole a Paulina para que hiciera callar a la niña porque no la dejaba trabajar ella habría tenido que cargar sola con el peso de la maternidad ella no le habría dado ni un solo biberón a la pequeña, ni la habría acunado para que se durmiera ni, por supuesto, le habría cambiado los pañales en aquella época era una cabrona egoísta adicta a las drogas.
Habría sido una irresponsabilidad por parte de Paulina abandonar a su hija a su cargo.
Se habría ido de casa, dejándola sola con la niña. Tal vez le habría dado dinero, pero su adicción se lo había llevado casi todo hasta acabar con ella Y luego, Paulina y Maia se habrían quedado desamparadas.
Incluso aunque hubiera ido a rehabilitación y se hubiera recuperado, no se imaginaba siendo una buena madre en aquella época de su vida. No, la Profesora habría estado demasiado ocupada escribiendo libros y tratando de abrirse camino en el mundo académico.
Habría enviado alguna felicitación por el cumpleaños de la niña con algo de dinero. O, para ser sincero, le habría pedido a su secretaria o a alguna de las muchas mujeres de su vida que lo hicieran por ella Resumiendo, habría actuado igual que su padre, discutiendo con Paulina por teléfono sobre su falta de compromiso hasta que se hartara y rompiera el contacto por completo.
La visión le llegó con total claridad.
Abrazó a Brittany con más fuerza para reafirmarse ya no era la antigua Profesora; era una mujer nueva Tomó la firme determinación de ser la mejor madre, la más activa y la esposa más atenta del mundo.
Lo primero que tenía que hacer era consolar a su esposa luego tendría que asegurarse de que ella no perdía todo lo que había conseguido a nivel académico con tanto esfuerzo.
Abrió la boca para hablar, pero en ese momento Britt apartó las mantas y se dirigió al armario.
Encendió la luz y rebuscó entre su ropa.
Santana la siguió. Cuando llegó a su lado, Britt se había puesto unos vaqueros, un viejo jersey de cachemira de ella y estaba buscando unos calcetines.
— ¿Qué haces?
—No puedo dormir. —Sin mirarla, se inclinó y se puso unos de sus calcetines de rombos.
— ¿Adónde vas?
—Pensaba ir a dar una vuelta en coche para aclararme las ideas.
—Pues voy contigo —replicó ella, alargando la mano para coger una camisa.
Britt cerró los ojos.
—Santana, necesito tiempo para pensar.
Santana sacó unos vaqueros y un jersey del armario.
— ¿Recuerdas lo que te dije en Nueva York?
—Dijiste muchas cosas en Nueva York.
—Dije que no era buena idea separarnos. Y estuviste de acuerdo conmigo. Somos socias, ¿te acuerdas?
Ella dio una patada al suelo de madera.
—Me acuerdo.
—No me dejes fuera de esto.
— ¿Qué quieres que te diga, Santana? Mi peor pesadilla se ha hecho realidad por una cosa que hice sin pensar.
Santana se tambaleó hacia atrás, casi como si le hubiera dado un puñetazo.
— ¿Pesadilla? —susurró—. ¿Pesadilla? —repitió incrédula.
Britt rehuyó su mirada.
—Por eso necesito tiempo para pensar. No sé cómo expresar lo que siento sin hacerte daño. Yo...voy a perder todo lo que he conseguido con tanto esfuerzo por esto. No te imaginas cómo me duele.
Santana apretó los dientes.
—Era yo la que no sabía si querría tener hijos algún día —murmuró—. Esto ha sacado a relucir mis viejas inseguridades. Para mí tampoco es fácil.
Britt levantó la cabeza y la fulminó con la mirada.
—Me conoces, Santana Sabes que no haría nada para privarte de este hijo.
Tras unos segundos de intensa mirada, fue ella la que acabó bajando los ojos.
—Déjame ir contigo. No hace falta que hablemos. Sólo quiero estar cerca de ti —le pidió en un tono más suave.
Ella se dio cuenta de que se estaba esforzando en ser considerada; luchando contra su instinto de tomar las riendas del asunto.
—De acuerdo —aceptó a regañadientes.
Una vez en el vestíbulo, se protegieron del frío cubriéndose con bufandas. En el armario del recibidor, Santana encontró su boina y Britt se puso un viejo gorro de lana de Lucy.
— ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo en vez de ir en coche? —le propuso Santana, jugueteando con las llaves que había dejado sobre el mueble de la entrada.
— ¿Un paseo? Pero si hace un frío que pela...
—No iremos lejos. El aire frío te ayudará a dormir mejor.
—Vale. —La siguió.
Cruzaron el comedor y la cocina, donde ella cogió una linterna, y luego salieron por la puerta trasera atravesando el patio cubierto de nieve Santana no le ofreció la mano, pero se mantuvo cerca, como si tuviera miedo de que pudiera resbalar.
Se adentraron en el bosque, formando nubes fantasmales en el aire con su aliento. Cuando llegaron al huerto de manzanos, Britt se apoyó en la roca, rodeándose la cintura con los brazos.
—Siempre acabamos en el mismo sitio.
Santana se plantó ante ella, apuntando con la linterna hacia un lado.
—Es cierto este lugar me recuerda lo que es importante de verdad. Me recuerda a ti.
Britt volvió la cara para huir de la preocupación que vio en su mirada.
—En este lugar tengo un montón de recuerdos felices —siguió diciendo Santana con voz melancólica—. Nuestra primera noche juntas, la noche en que planeamos consumar nuestro amor, el compromiso... —Sonrió—. Aquella noche de verano cuando hicimos el amor justo allí.
Ella siguió la dirección que señalaba su dedo y vio el lugar donde se habían abrazado. Un montón de emociones e imágenes la asaltaron. Casi pudo sentir los brazos de Santana rodeándola, piel contra piel.
—Hace unos meses, la idea de tener un hijo me daba miedo. Pero tú me dijiste que tuviera esperanza. Que mirara hacia el futuro, no hacia el pasado. Y esa esperanza se vio recompensada al descubrir que mi árbol genealógico no estaba maldito por completo.
—Dios me está castigando —soltó Britt de sopetón.
Santana frunció el cejo.
— ¿De qué estás hablando?
—Dios me está castigando por ser impulsiva, Quería doctorarme en Harvard y ser profesora, pero ahora...
—Dios no funciona así —la interrumpió ella.
— ¿Cómo lo sabes?
Santana se quitó un guante de piel y le rozó el cuello con la mano, justo debajo de la oreja.
—Porque una jovencita, muy sabia para su edad, me lo dijo.
— ¿Y tú te lo creíste? —le preguntó ella con los ojos brillantes.
—Nunca me ha engañado —susurró ella—. Cuando un ángel de ojos azules te habla, lo mejor que puedes hacer es hacerle caso.
Britt se rió sin ganas.
—Creo que tu ángel de ojos azules la ha jodido bien.
La mueca de Santana mostró el dolor que le causaban sus palabras antes de poder ocultarlo.
—Lo siento —se disculpó ella al darse cuenta—No quiero hacerte daño.
Alzó la mano hacia su esposa y ella se acercó, levantando la otra mano para sujetarla suavemente de los hombros con las dos.
—No sé qué decir para no parecer una imbécil insensible.
— ¿Ah, sí, Profesora?
Ella apretó los labios y bajó la vista.
—Sí.
—Inténtalo.
Santana le acarició la mandíbula con ambos pulgares a la vez.
—Sé que esto no es lo que querías y que lo hiciste pensado en mí, Sé que es muy mal momento, pero no puedo evitarlo—Dejó de acariciarla—Soy feliz.
—Pues yo estoy aterrorizada. Voy a ser madre veinticuatro horas al día, siete días a la semana no podré estudiar para los exámenes generales, ni investigar para la tesis. No con un bebé del que ocuparme esto era exactamente lo que temía que pasara todo lo hice por impulso.
Cerró los ojos y dos lágrimas le cayeron por las mejillas.
Santana se las secó.
—Estás hablando como si fueras a ser madre soltera, Brittany Te aseguro que no tendrás que cargar con la responsabilidad de criar al bebé tú sola. Le propondremos a Rebecca que se mude a vivir con nosotras. Pediré una baja por maternidad o usaré el año sabático que me deben. Yo...
— ¿Baja por maternidad? ¿Hablas en serio? —preguntó ella con los ojos como platos.
—Totalmente en serio. —Movió las botas a un lado y a otro—. Estoy segura de que para el bebé será una pesadilla quedarse conmigo, pero haré lo que haga falta para que puedas acabar los estudios Y si para ello tengo que pedir la baja por maternidad o usar el año sabático, lo haré. No lo dudes.
—Nunca has cuidado a un bebé.
Santana le dirigió una mirada que sólo podía definirse como estirada.
—Fui a Princeton, Oxford y Harvard. Creo que puedo aprender a hacerlo.
—Cuidar de un bebé no tiene nada que ver con la formación universitaria de élite.
—Investigaré. Compraré todos los libros importantes sobre recién nacidos y los leeré antes de que nazca.
—Tus colegas se reirán de ti.
—Que lo hagan. —Los ojos cafés de Santana brillaron fieros.
Las comisuras de los labios de ella se curvaron en una sonrisa.
—Estarás hundida hasta las cejas en pañales sucios y paños para limpiar la leche que suelte después de tomar el biberón. Tendrás que sobrevivir durmiendo unas pocas horas al día y tratar de calmar a una tirana cascarrabias a la que le duele la barriga leyéndole Buenas noches, Luna una y otra vez. Y me temo que no podrás leérselo en italiano, porque Dante no acabó la traducción a tiempo —bromeó.
—Como se suele decir, que gane la mejor.
Britt le agarró la muñeca.
—Tus colegas del departamento te marginarán. Dirán que no te tomas la investigación en serio. Y su opinión hará que te sea más difícil conseguir futuras becas o futuros años sabáticos.
—Tengo plaza fija. Que los jodan.
La joven sintió ganas de echarse a reír, pero logró contenerse.
—Lo digo muy en serio, Brittany Que les den a todos. ¿Qué pueden hacerme? A menos que pase algo apocalíptico, tendrán que cargar conmigo. Y cómo elijo llevar mi vida familiar no les incumbe.
—¿Por qué estás tan decidida?
—Porque te quiero. Y porque ya quiero a ese niño o niña, aunque sea todavía más pequeño que una uva. —Le acarició las mejillas con los pulgares—. No estás sola. Tienes una esposa que te quiere y que se siente feliz de que vayamos a tener un hijo. No tendrás que pasar por esto sin nadie a tu lado. —Bajando la voz, le susurró al oído—: Estoy aquí, no me cierres las puertas de tu vida.
Ella cerró los ojos y se aferró con fuerza a sus antebrazos.
—Estoy asustada.
—Yo también. Pero te juro por Dios, Brittany, que todo irá bien. Me aseguraré de que todo vaya bien.
— ¿Y si algo sale mal?
Santana pegó su frente a la de ella.
—Espero que no pase, pero no deberíamos empezar este viaje pensando en las cosas malas que pueden suceder. Fuiste tú la que me enseñaste a tener esperanza. No desesperes.
Ella buscó un pañuelo en sus bolsillos y le secó la cara con delicadeza.
La besó entonces con ternura era el beso de una mujer que acababa de recibir el mejor regalo posible de su amada. Un regalo inesperado, pero muy deseado.
—Yo... recé por esto —confesó ella, insegura.
—Yo también —admitió Britt
La abrazó con fuerza y al cabo de un momento, añadió:
—No esperaba que mis oraciones obtuvieran respuesta. Todavía no puedo creerme que Dios me haya escuchado. Que me haya concedido lo que le pedí me resulta del todo increíble.
—Tal vez así sea la generosidad de la gracia de Dios, otorgada cuando uno menos se la espera y un día impulsivo con unos buenos óvulos tuyos.
—Fun dayn moyl in gots oyern.
— ¿Yidish? —preguntó Britt, alzando las cejas.
—Exacto. Significa «De tu boca a los oídos de Dios».
Una sensación de calidez se extendió por el vientre de ella.
—Podremos enseñarle yidish. E italiano. Y le contaremos cosas sobre su famoso bisabuelo, el profesor Spiegel.
—Y sobre su famosa madre, la profesora Brittany López acabarás el doctorado, Brittany, y serás profesora, Lo juro.
Ella escondió la cara en la lana de su grueso abrigo.
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Hola Hola!
Bueeeeeeeno traje tres capitulos :)
Espero que les gustaran y que me dejen sus comentarios al respecto me encanta saber que piensan
PD: De aqui en adelanten solo faltan 18 capítulos y se acaba la historia :l
Saludos Y besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Woooowwww es muy fuerte que alguien diga que su bebe es su peor pesadilla, San se super comporto!!
saludos
saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
bueno si a britt se le fue la lengua un par de veces pero san se mostro muy comprensiva, hasta pronto.
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Edad : 54
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,...
difícil para britt "creer que lapido su carrera" por una pesadilla,...!!!
me gusta san,.. es capas de bajarle la luna si britt le pide, a ver como se van a ir armando las cosas...
MUERO POR VER A MISS LOPEZ Y SU HERREDER@ jajaja
nos vemos!!!
difícil para britt "creer que lapido su carrera" por una pesadilla,...!!!
me gusta san,.. es capas de bajarle la luna si britt le pide, a ver como se van a ir armando las cosas...
MUERO POR VER A MISS LOPEZ Y SU HERREDER@ jajaja
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
monica.santander escribió:Woooowwww es muy fuerte que alguien diga que su bebe es su peor pesadilla, San se super comporto!!
saludos
Hola Hola!
Britt pasara por un momento duro :l ! y san es una bella <3
Saludos
micky morales escribió:bueno si a britt se le fue la lengua un par de veces pero san se mostro muy comprensiva, hasta pronto.
Hola Hola!
Britt pasa por un momento duro aunque ella lo busco asi sera !
Saludos
3:) escribió:holap demonio,...
difícil para britt "creer que lapido su carrera" por una pesadilla,...!!!
me gusta san,.. es capas de bajarle la luna si britt le pide, a ver como se van a ir armando las cosas...
MUERO POR VER A MISS LOPEZ Y SU HERREDER@ jajaja
nos vemos!!!
Hola Hola Demonio :)
Que decir no ? y yo amo a san siempre mierda es hermosa no ? jajajaja y waaa kjasdhkjsahadkja me too jajajaja
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 70
1 de enero de 2012
Stowe, Vermont
De madrugada, Rachel estaba sentada con Allison junto a la chimenea de un chalet de montaña.
Heather y Chris se habían retirado a su dormitorio tras celebrar la llegada del Año Nuevo, dejándolas a ellas dos tomando cerveza en silencio, aunque era un silencio cómodo.
Estaban sentadas en el suelo Allison miraba a Rachel con una expresión inescrutable en su bonita cara.
— ¿Te acuerdas de nuestra primera vez?
Ella dio tal brinco que la cerveza casi le salió despedida de la boca.
— ¿Qué? —Preguntó tosiendo— ¿Por qué me preguntas eso?
Ella apartó la vista, avergonzada.
—Sólo me preguntaba si en alguna ocasión pensabas en ello, Lo siento no he debido sacar el tema.
Rachel empezó a arrancar la etiqueta de la botella, mientras esperaba que el corazón le volviera a latir.
— ¿Y tú piensas mucho en ello? ¿En nuestra primera vez? —Rachel quería mucho a Ali y no deseaba que se sintiera mal no quería que se sintiera avergonzada de lo que habían compartido.
Ella, desde luego, no lo estaba.
—Hum, ¿tú no?
—Te recuerdo que fuiste tú la que rompió la relación ¿Adónde vas con estas preguntas?
—Me preguntaba si en alguna ocasión piensas en mí... de esa manera.
—Por supuesto pero ¿qué pretendes? ¿Torturarme? Tuve que esforzarme para dejar de pensar en ti de esa manera, porque si no... —Apartó la vista, incómoda.
—Lo siento—Allison se abrazó las piernas y apoyó la cara en las rodillas.
Sus miradas se cruzaron a la luz del fuego parecía tan perdida, tan triste.
Rachel volvió la cabeza y clavó la vista en las llamas.
— ¿En qué piensas? —le preguntó ella, pasados unos minutos.
—En tu olor en tu voz cuando me susurras al oído. En cómo me mirabas cuando... —Ali sonrió con timidez—. Ya nunca me miras así. Lo comprendo. Fue culpa mía y tengo que apechugar con las consecuencias.
—Tal vez no las cosas pasan por algo. —Rachel mantuvo la mirada fija en el fuego.
—Tal vez pero ojalá pudiera dar marcha atrás. Ojalá no hubiera sido tan idiota.
—La relación a distancia era muy dura. Nos pasábamos el día discutiendo.
—Eran discusiones absurdas.
—Sí, lo eran.
—Lo siento.
Rachel se volvió hacia ella.
—Deja de disculparte, ¿vale? Hiciste lo que pensabas que tenías que hacer. Lo superé. Fin de la historia.
—Eso es lo que más me duele —susurró ella.
— ¿El qué?
—Que lo hayas superado.
Sus miradas volvieron a encontrarse y a Rachel le pareció que ella tenía lágrimas en los ojos.
Allison se los secó rápidamente.
—No me malinterpretes —siguió diciendo—. Guardo buenos recuerdos de aquella época recuerdos felices pero después de que rompiéramos y de que yo empezara a salir con otra, no podía dejar de pensar en ti.
—Saliste con una tipa llamada Andrea, ¿no?
—Sí, trabajábamos juntas, pero ya no se mudó a Montpelier.
—No salisteis mucho tiempo.
Ella volvió a apoyar la cara en las rodillas.
—Era una tipa agradable, pero no tanto como tú.
— ¿Te hizo daño? —preguntó Rachel con cautela.
—No, Pero cuando nos acostábamos nunca me miraba siempre tenía los ojos cerrados. Yo no tenía la sensación de que estuviera realmente allí, conmigo. Me sentía como si fuera una chica que hubiera conocido esa noche, no su novia.
—Ali, yo...
Ella la interrumpió:
— No podía evitar compararla contigo por eso he sacado el tema de nuestra primera vez recuerdo tu insistencia en que nos conociéramos bien antes de acostarnos recuerdo la habitación de hotel que reservaste para la ocasión —dijo melancólica—. Siempre me hiciste sentir especial, incluso antes de que me dijeras que me querías.
—Eres especial.
Allison la miró fijamente.
— ¿Crees que podríamos retomar las cosas donde las dejamos?
—No.
Ella se encogió.
Rachel le cogió la mano.
—Todavía siento algo por ti, pero no estoy lista para embarcarme en una relación además, aunque lo estuviera, no podríamos retomar las cosas como si no hubiera pasado nada somos personas distintas.
—No pareces tan distinta.
—Lo soy, confía en mí.
Allison le apretó la mano.
—Nunca he confiado en nadie como confío en ti. —Hizo una pausa—. Antes estaba celosa de esa Brittany de cómo pronunciabas su nombre porque era la manera en que solías pronunciar el mío. Pero sé que fui yo la que rompió la relación, así que no puedo quejarme de que te enamoraras de otra persona no habría abierto la boca si las cosas hubieran salido bien entre vosotras pero no ha sido así.
Rachel bebió un sorbo de cerveza y negó con la cabeza.
El 2 de enero, Rachel se marchó para asistir a la convención anual de la Asociación de Idiomas Modernos que se celebraba en Seattle todas las entrevistas que había concertado tendrían lugar durante el encuentro.
Allison la llevó en coche al aeropuerto de Burlington antes de que se bajara del coche, le dio un paquete.
—Son unas galletas de chocolate que te he preparado. Y puede que también haya un libro.
Ella le dio las gracias con una sonrisa.
— ¿Qué libro es?
—Sentido y sensibilidad.
Rachel la miró extrañada.
— ¿Por qué me regalas este libro?
—Pensé que era adecuado.
—Gracias, Supongo.
—De nada, Te echaré a faltar.
—Yo también, Ven aquí.
Le dio un cálido abrazo.
Ella se apartó un poco para darle un suave pero insistente beso en los labios se quedó sorprendida pero encantada al ver que ella no sólo no se apartaba, sino que profundizaba su conexión.
—Pronto estaré de vuelta —dijo Rachel, cuando finalmente dejaron de besarse.
Ella le dirigió una sonrisa esperanzada, saludándola con la mano hasta que desapareció en la terminal.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 71
10 de enero de 2012
Nueva York
Quinn Fabray entró tranquilamente en el Departamento de Italiano de la Universidad de Columbia.
Había pasado unas agradables vacaciones de Navidad en casa de sus padres, en Toronto.
Había conocido a alguien con quien había vivido una breve aventura. Y ahora estaba ansiosa por retomar sus estudios para lograr su objetivo de convertirse en especialista en Dante.
Vació el casillero y se sentó en una silla cercana para revisar el correo la mayoría era propaganda, pero entre los folletos encontró una carta mecanografiada. La leyó rápidamente.
Anunciaban la llegada de tres especialistas en Dante que visitarían el departamento a lo largo delas dos semanas siguientes los tres eran candidatos a ocupar la plaza vacante de profesor.
Quinn leyó los nombres dos veces antes de relajarse en la silla.
Sonrió pero no por los nombres que aparecían.
Lo hizo por un nombre que no aparecía al parecer, su plan para vengarse del profesor Giuseppe Pacciani empezaba a dar sus frutos.
Con esa deliciosa idea en la cabeza, guardó la carta, tiró la propaganda a la papelera y estaba a punto de salir de la oficina del departamento, cuando la profesora Barini la detuvo.
—Señorita Fabray, tengo que hablar con usted.
—Por supuesto. —La siguió obedientemente a su despacho.
La profesora Barini se aseguró de dejar la puerta abierta antes de sentarse a la mesa.
—Quería darle las gracias por seguir mi consejo sobre el profesor Pacciani acabo de ver que no está en la lista de los candidatos. —Quinn no se molestó en disimular lo exultante que se sentía.
Lucia ignoró el comentario, cogió la carpeta que tenía sobre la mesa y empezó a hojear los documentos que contenía luego miró a Quinn por encima de las gafas.
—Tenemos un problema.
Ella frunció el cejo.
— ¿Un problema? ¿Qué clase de problema?
—Se supone que tiene que elegir a los tres profesores que deben constituir el comité para el examen oral, pero el claustro de profesores me ha informado que nadie quiere formar parte de su comité.
— ¿Qué? —La chica abrió mucho los ojos.
—Nunca me había encontrado con un caso parecido como catedrática, no puedo obligarlos a hacerlo contra su voluntad pero, aunque pudiera, no lo haría su falta de interés en participar indica que no creen que esté a la altura del programa.
Quinn no se creía lo que estaba oyendo era inconcebible que todos los profesores del Departamento de Italiano se negaran a trabajar con ella ninguno le había dado muestras de antipatía.
(Al menos, a la cara.)
— ¿Qué significa esto?
La profesora suspiró.
—Por desgracia, significa que en mayo le daremos el diploma de asistencia al máster y que, si quiere continuar haciendo el doctorado, tendrá que ser en otro sitio.
— ¡No pueden hacer eso!
Lucia cerró el expediente con un golpe de muñeca.
—Hay normas que rigen el funcionamiento de los cursos de posgrado según las de esta facultad, su trabajo no está al nivel esperado.
—Pero ¡esto es intolerable! —balbuceó Quinn, indignada—. He hecho todos los trabajos. He sacado notas decentes. Nadie me ha hecho ninguna crítica. ¡No pueden echarme así, por capricho!
—En Columbia no hacemos nada por capricho, señorita Fabray Tenemos un estándar. Es verdad que ha aprobado los trabajos escritos, pero le falta el examen oral. Y, como le he dicho, nadie está dispuesto a formar parte del comité examinador. Y eso implica que no podrá completar el programa.
Quinn miró a su alrededor como si buscara una salida a su problema.
—Deje que hable con ellos. Iré a hablar con los profesores y les expondré el problema.
Lucia negó con la cabeza.
—No puedo permitirlo el claustro ha incorporado una nota a su expediente. Si se acerca a cualquier profesor, lo considerarán acoso.
La joven frunció el cejo ante lo que implicaban esas palabras.
—Es ridículo, No voy a acosar a nadie.
La catedrática la miró fijamente y luego dijo:
—Tal vez no, pero no puedo permitir que vaya a hablar con ellos.
Quinn sintió que el control que creía haber recuperado se le escurría entre los dedos.
(No se le ocurrió pensar que así debieron de sentirse la profesora López y Brittany cuando tuvieron que presentarse ante el comité disciplinario en Toronto.)
—Es demasiado tarde para matricularme en otra universidad esto arruinará mi carrera —se lamentó, con la barbilla temblorosa.
—No necesariamente hay universidades que admiten solicitudes hasta marzo mi secretaria puede ayudarla a buscar alguno de esos programas. O podría plantearse volver a Canadá.
—Pero yo quiero quedarme aquí el profesor Martin me dijo...
—El profesor Martin no es el catedrático aquí, lo soy yo. —Lucia señaló la puerta con la cabeza— Comprendo que esté decepcionada, pero tal vez en otra universidad tenga más éxito.
—Tiene que haber algo que pueda hacer. Por favor —imploró Quinn, echándose hacia adelante en la silla.
—Puede ir a hablar con la decana si quiere, pero me temo que las normas de la universidad impiden que pueda obligar a los profesores a participar en un comité examinador específico. No creo que pueda ayudarla. —Volvió a señalar la puerta con la cabeza—. Mi secretaria la ayudará a encontrar otros programas de doctorado le deseo buena suerte.
Quinn se la quedó mirando en silencio estaba en estado de shock mientras salía del despacho, recordó algo que el profesor Pacciani le había dicho en Oxford: «Ten cuidado, Quinn no es buena idea ganarse la enemistad de la profesora Picton... Los departamentos de todo el mundo están llenos de admiradores suyos ¡La catedrática de tu facultad en Columbia fue alumna suya!».
Le dio mucha rabia comprobar que, al final, Pacciani había tenido razón pero instantes después se le ocurrió la solución a su problema lo único que tenía que hacer era encontrar una universidad que estuviera fuera del área de influencia de la profesora Picton.
Tendría que investigar a todos los profesores de todos los departamentos que ofrecían un programa de estudios de doctorado especializado en Dante.
Tenía días de duro trabajo por delante, sólo para encontrar un lugar donde poder seguir sus estudios.
(Entre paréntesis, debe decirse que el karma estaba servido.)
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Hola Hola!
Bueeeno chicas volvi despues de no actualizar en un rato :) desde ahora ire mas lento ya que la historia esta a nada de terminar asi que ire poco a poco !
Espero que les gusten estos dos capitulos
Ojala comenten muchoooo !
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holap demonio,...
mmm nada se san y britt,!!!!
el duende volviendo a su vida!!!!!
como me reí con lo que le paso a quinn es feo cuando car en contra la moneda jajajajajaj
nos vemos!!!
mmm nada se san y britt,!!!!
el duende volviendo a su vida!!!!!
como me reí con lo que le paso a quinn es feo cuando car en contra la moneda jajajajajaj
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Mas que genial espero que Rachel pueda seguir con su historia!!!
Espero no te tomes a pecho eso de ir poco a poco!!
Saludos
Espero no te tomes a pecho eso de ir poco a poco!!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
holaaaaame encanto te adoro
lo adoro me encantoooooo
lo adoro me encantoooooo
akarencilla*** - Mensajes : 132
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Edad : 26
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
3:) escribió:holap demonio,...
mmm nada se san y britt,!!!!
el duende volviendo a su vida!!!!!
como me reí con lo que le paso a quinn es feo cuando car en contra la moneda jajajajajaj
nos vemos!!!
Hola Hola demonio :P
Ya aqui viene san y britt !
Y el duende se lo merece :P y pobre quinny pero le tenia que pasar!
Saludos
monica.santander escribió:Mas que genial espero que Rachel pueda seguir con su historia!!!
Espero no te tomes a pecho eso de ir poco a poco!!
Saludos
Hola Hola!
Exacto se lo merece es buena :) y es que me pongo muy sentimental si voy muy rapido :l
Saludos
akarencilla escribió:holaaaaame encanto te adoro
lo adoro me encantoooooo
Hola Hola!
Me alegro que te guste :D me haces feliz!
Saludos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Edad : 28
Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 72
El miedo y la ansiedad no son fáciles de controlar, especialmente cuando asaltan a personas que llevan años luchando contra ambos.
Cuando las López volvieron a Cambridge, ambas concertaron citas urgentes con sus respectivos terapeutas.
La doctora Walters sugirió varias estrategias para que Britt superara la ansiedad a lo largo del embarazo insistió mucho en que tenía que aprender a pedir ayuda y a reconocer que la necesitaba, sin querer hacerlo todo ella sola.
El doctor Townsend escuchó pacientemente todas las dudas que Santana tenía sobre la salud de su esposa y sobre el bienestar de ésta y de su futuro hijo en general, se mostró satisfecha por los avances realizados por Santana desde el verano.
Las López también fueron a la consulta de la doctora, que confirmó el embarazo por medio de la inseminación que se había hecho Brittany y estimó que la fecha probable de parto sería el 6 de septiembre concertaron las futuras visitas, incluidas las ecografías para el seguimiento de la evolución del bebé y de los fibromas uterinos informó a Brittany sobre la dieta que debía seguir para asegurar su salud y la de su hijo también le dijo que evitara el sexo oral por parte de su esposa.
— ¿Cómo dice? —La voz de la Profesora resonó en la pequeña consulta.
—La mujer no debe tener sexo oral durante el embarazo —repitió la doctora enérgicamente.
—Eso es ridículo.
La mujer la miró con frialdad.
— ¿Dónde le dieron el título de obstetra, señora López?
—Profesora López, titulada por Harvard. ¿Dónde estudió usted, en una facultad contraria al sexo oral?
—Cariño —Britt le apoyó la mano en el brazo para calmarla—, la doctora quiere lo mejor para nosotras y para el bebé para que estemos sanas.
—El cunnilingus es sano —replicó ella con un resoplido—Puedo demostrarlo.
La doctora maldijo en español.
—Si el aire entra en la vagina, puede causar una embolia que podría dañar al bebé le recomiendo a todas mis pacientes que no practiquen sexo oral durante el embarazo no lo hago para fastidiarla a usted, profesora López.
»Bien. Nos veremos en la próxima visita. Recuerde: nada de cafeína, de productos lácteos crudos, ni brie ni camembert, nada de alcohol, ni marisco, ni sushi, ni mantequilla de cacahuete y, desde luego, nada de sexo oral —añadió, mirando a Santana con reprobación.
—Acabaría antes diciendo «nada de placer» ¿Qué demonios puede tomar? —protestó ella, malhumorada.
Con una risita incómoda, Britt aceptó la mano que ella le ofrecía para ayudarla a levantarse.
—Estoy segura de que encontraremos algo. Gracias, doctora.
Al salir de la consulta fueron directas a una librería Barnes & Noble, donde compraron nada más y nada menos que tres libros sobre embarazo en los tres se decía que no había ningún problema en practicar el cunnilingus durante el embarazo siempre y cuando no entrara aire en la vagina.
Luego, las López volvieron a casa, donde la Profesora empezó a demostrar su teoría con hechos.
—Creo que lo mejor será que no me acompañes a la próxima revisión —comentó Britt una mañana mientras se vestía.
Era 21 de enero, su primer aniversario de boda Rebecca (que estaba encantada ante la perspectiva de convertirse en niñera, aparte de las demás responsabilidades de la casa) había alquilado su casa de Norwood y se había trasladado a una de las habitaciones de invitados a Britt le resultaba muy reconfortante su presencia, ya que ni ella ni Santana podían contar con sus madres para que les resolvieran las típicas dudas que surgen durante el embarazo.
—Te acompañaré a todas las revisiones la doctora no me asusta. —Santana sonaba impaciente mientras se abrochaba los vaqueros—. Y, desde luego, no lo sabe todo.
Britt no se molestó en discutir estaba ya casi de dos meses y empezaba a notar los efectos del embarazo los pechos le habían crecido y estaban muy sensibles estaba siempre agotada y varios olores le empezaban a molestar.
Tuvo que pedirle a Santana que dejara de usar Chanel, porque no la soportaba también había tenido que deshacerse de sus productos con aroma a vainilla y cambiarlos por otros con olor a pomelo, que era uno de los pocos que podía tolerar.
Por otro lado, para alegría de Santana, tenía las hormonas tan revolucionadas que le apetecía practicar sexo varias veces al día. Y ella estaba encantada de complacerla.
(Ya que en ese aspecto, como en tantos otros, era una consumada dama.)
— ¿Estás bien? —le preguntó Santana, cuando vio que su cara había adquirido un tinte verdoso.
Sin responder, Britt siguió con su lucha por abrocharse los vaqueros.
—Mira, Santana aún me valen.
Santana se acercó y le dio un beso en la frente.
—Es fantástico, querida, pero pronto deberíamos ir a comprar ropa premamá.
—No quiero pasar mi aniversario yendo de compras.
—No tiene por qué ser hoy había pensado que podríamos dar un paseo por Copley Place antes de ir a registrarnos al Plaza para el fin de semana.
—De acuerdo —dijo ella en voz baja— Suena bien.
Pero al llegar a la cocina, su estómago empezó a protestar miró el plato de huevos revueltos que había sobre la mesa, mientras Santana se servía unas lonchas de beicon.
Sintió un cosquilleo en la garganta.
— ¿Por qué no empiezas con pan tostado? Ése era mi desayuno cada mañana cuando estaba embarazada. —Rebecca cogió la barra de pan y se dirigió a la tostadora.
—No me encuentro bien —admitió Britt, cerrando los ojos.
—He comprado más gingerale. Siéntate y te traeré uno. —Rebecca dejó el pan y se dirigió a la nevera.
Antes de que Britt pudiera decir nada más, empezó a tener arcadas cubriéndose la boca con las manos, corrió hacia el baño más cercano.
Santana la siguió el sonido de ella vomitando llegaba hasta el vestíbulo.
— ¡Oh, cariño! —Santana se agachó a su lado y le sujetó el pelo.
Britt estaba de rodillas, con la cara sobre la taza.
Vomitó una y otra vez hasta que no le quedó nada en el estómago.
Santana le acariciaba la espalda con la otra mano cuando acabó, le alargó una toalla y un vaso de agua.
—Esto tiene que ser amor —murmuró ella, entre sorbo y sorbo de agua.
— ¿El qué? —Santana se había sentado a su espalda, para que se apoyara en su pecho.
—Me has aguantado el pelo mientras vomitaba eso es que me quieres.
Ella le apoyó la mano en el vientre con cautela.
—Si no recuerdo mal, tú también te ocupaste de mí cuando vomité. Y eso fue incluso antes de que me amaras.
—Siempre te he amado, Santana.
—Gracias. —Le besó la frente—. A este pequeñajo lo vamos a criar juntas no vas a asustarme por unos pocos fluidos corporales.
—Ya te lo recordaré cuando rompa aguas.
Las López pasaron unas cuantas horas paseando tranquilamente por Copley Place antes de ir en coche a cenar a un restaurante italiano situado en la zona norte.
Esa noche, en la suite del hotel Copley Plaza, Britt se desnudó dejando la ropa de cualquier manera en el suelo Santana la miró de arriba abajo, fijándose en sus pechos, que estaban llenos como frutos maduros.
—Tu belleza siempre me deja sin aliento.
Ella se ruborizó.
—Tus cumplidos siempre logran sorprenderme.
—Tal vez no te los digo tan a menudo como debería. —Tras una pausa, añadió—: Ya no somos recién casadas.
—No, ya no.
—Feliz aniversario, señora López.
—Feliz aniversario, señora López.
Del bolsillo del abrigo, Santana sacó una cajita azul con un diseño muy particular, atada con un lazo blanco satinado.
—Lo... lo siento, Santana —balbuceó ella—. Tengo una tarjeta, pero me he olvidado el regalo en casa. —Se frotó la frente—. Espero que el embarazo no me esté afectando ya a la memoria.
— ¿El embarazo afecta a la memoria?
—La doctora dice que es normal que las embarazadas sufran problemas de memoria reciente que se debe a las hormonas.
—No necesito que me hagas ningún regalo, pero te agradezco que pensaras en mí.
—Es una estrella de David y una cadena de plata. Sé que la única joya que llevas es ésta —dijo, señalando el anillo de casada—, pero pensé que tal vez te gustaría.
—Por supuesto. La llevaré siempre. Gracias, Brittany, es un regalo precioso.
—Siento habérmelo olvidado. Yo tampoco necesito que me compres regalos, pero gracias—Cogiendo la cajita que le ofrecía Santana, tiró de la cinta.
Al abrirla, encontró una larga cadena de platino de la que colgaba un diamante solitario Britt alzó la vista, ladeando la cabeza.
—Hace juego con los pendientes de Grace —le aclaró ella, situándose a su espalda y señalando el colgante.
—Es precioso. —Britt tocó la piedra mientras su esposa le colocaba la cadena alrededor del cuello—. Gracias.
—Gracias a ti por soportarme —susurró ella, dándole un beso en el punto donde el cuello se unía al hombro.
—No es ninguna tortura. Tenemos nuestros altibajos, como cualquier pareja.
Santana le cogió la mano.
—Pues tendremos que asegurarnos de que los altos sean más abundantes que los bajos.
Después de pasar un buen rato haciendo el amor, se acurrucaron muy juntas en la cama.
Britt se acarició el diamante que colgaba sobre sus generosos pechos.
— ¿Estás asustada?
—Aterrorizada —respondió Santana, sonriendo.
—Entonces, ¿por qué sonríes?
—Porque parte de mí está creciendo en tu interior. Tengo la suerte de poder ver a mi preciosa esposa embarazada de mi hijo.
—Dentro de unos meses seremos una familia.
—Ya somos una familia. —Santana le acarició el pelo—. ¿Cómo te encuentras?
—Cansada. Casi me dormí en uno de los seminarios esta semana. Por las tardes me cuesta mucho mantenerme despierta sin cafeína.
Santana la miró con preocupación.
—Tienes que descansar más. Tal vez podrías ir a casa a dormir la siesta antes de los seminarios de la tarde.
Britt bostezó.
—Me encantaría, pero no me da tiempo. Tendré que empezar a acostarme más temprano. Lo que significa que se nos va a juntar el sexo con la cena.
—Y vuelta a empezar —murmuró ella.
—Ni se te ocurra. —Juguetona, Britt le dio un empujón.
Santana aprovechó para agarrarle la muñeca y tiró de ella hasta unir sus labios.
—Espero que sea una niña.
Ella la miró sorprendida.
— ¿Por qué?
—Quiero malcriarla, como a ti un angelito de ojos azules.
—Por cierto, quería comentarte una cosa. Hasta que no sepamos el sexo del bebé, no quiero que usemos siempre el pronombre masculino. Ya sé que el masculino se usa en sentido general, pero no me siento cómoda.
—Me gusta cuando hablas de géneros y pronombres. Es sexy. —Santana la besó—. Pues la llamaré la niña o el bebé. ¿Te parece bien?
— ¿Por qué estás tan segura de que será una niña? Yo creo que será un niño.
—No, es una niña. Tendremos que buscarle un nombre adecuado.
— ¿Cómo cuál? ¿Beatriz?
—No —respondió Santana suavemente—. Para mí sólo hay una Beatriz. Podríamos llamarla Grace.
Britt permaneció en silencio, pensativa.
—No quiero decidirlo todavía, aunque me parece una buena idea. Sin embargo, creo que será un niño. De momento, podemos llamarlo Ralph.
— ¿Ralph? ¿Por qué Ralph?
—Es un buen apodo, sirve para todo. Habría elegido Cacahuete, pero ya lo usamos con Tommy.
Santana se echó a reír.
—Tu mente es fascinante. Pero ahora a descansar, mami. Se hará de día en seguida.
Tras darle un beso en la frente, apagó la luz y se dispuso a dormir abrazado a su esposa.
Varias horas después, Santana se despertó al notar una mano que le acariciaba los pechos desnudos.
— ¿Cariño? —preguntó adormilada.
—Siento haberte despertado.
Sintió que los labios de Britt le recorrían el cuello y la clavícula.
— ¿No puedes dormir?
—No.
La mano de Britt le acarició los abdominales y siguió descendiendo cuando la besó en los labios, Santana respondió con fogosidad el sueño se desvanecía rápidamente con cada nueva caricia.
—Tienes algo que necesito.
— ¿Estás segura? —Santana le agarró la muñeca, haciendo que dejara de acariciarla.
Ella dudó.
—Brittany.
—Siento haberte despertado, pero necesito sexo. Ahora mismo.
— ¿Ahora mismo?
—Ya. Por favor.
Ella la soltó y echó el edredón a un lado.
—Haz conmigo lo que quieras.
Sin dudarlo un segundo, Britt se montó sobre sus caderas su esposa levantó las manos y le sujetó los pechos mientras ella se inclinaba para besarla.
—Invítame a entrar —murmuró Santana, alzando una mano.
— ¿De verdad necesitas invitación?
Ella la miró a los ojos, que brillaban de excitación.
—Podría pasar el resto de mi vida con mis dedos dentro de ti y moriría feliz eres mi hogar.
Britt se quedó inmóvil al ver la vulnerabilidad que había aparecido en el rostro de su esposa.
Levantando las manos, se cubrió los pechos con ellas por encima de las manos de Santana.
—Vas a hacerme llorar y no necesito ayuda. Ya estoy bastante blanda.
—No, nada de lágrimas. —Le apretó los pechos con más fuerza.
—Entonces, entra —susurró ella, quitando una mano de Santana de su pecho y bajándola hasta su entrada húmeda.
Santana la penetró muy lentamente con dos dedos.
—Estoy en casa —murmuró.
Britt dejó de luchar contra las lágrimas y las dejó caer libremente.
—Te quiero tanto...
Santana respondió lamiéndole y succionándole los pechos, provocándola y excitándola.
Poco después, ambas estaban sofocadas, con la piel brillante de sudor.
— ¿Te gusta? —preguntó Santana, apretando los dientes.
Ella tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos.
Al ver que no respondía, ella le acarició la mejilla con la mano libre.
— ¿Britt-Britt?
Ella parpadeó.
—Sí. Me gusta —dijo jadeando—. Me gusta mucho.
La mano de Santana acelero el paso.
—Más rápido.
Britt respondió elevándose sobre sus caderas y dejándose caer con fuerza una y otra vez, hasta que las dos se derrumbaron en brazos de la otra.
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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Re: FanFic Brittana: El infierno de Santana #3 (Capitulo FINAL 02/2/15)
Capítulo 73
31 de enero de 2012
Cambridge, Massachusetts
La profesora Picton estaba en la sala de conferencias de Harvard, contemplando a la multitud con sus ojos de color gris azulado acababa de pronunciar una conferencia, media hora después de que el profesor Jeremy Martin diera la suya había respondido ya a las preguntas de los asistentes y el profesor Greg Matthews le había hecho entrega de un pisapapeles muy elegante de parte del Departamento de Lenguas Románicas.
Aún no había tenido oportunidad de saludar a las López y estaba impaciente por hacerlo la habían invitado a cenar a su casa para que pudiera escapar de los experimentos culinarios de Greg.
— ¡Ah, ahí estáis! —El nítido acento británico de la profesora Picton destacó sobre el murmullo de la docena de conversaciones de su alrededor.
Rápidamente, bajó por el pasillo hasta el lugar donde Britt permanecía sentada, mientras Santana, a su lado, se había levantado para hablar con la supervisora de Britt, la profesora Marinelli.
—Katherine —la saludó Santana diplomáticamente, antes de darle un beso en la mejilla.
—Santana, Brittany, me alegro de veros. —Volviéndose hacia la profesora Marinelli, añadió—: Cecilia, es un placer, como siempre.
—Lo mismo digo. —Las dos mujeres se abrazaron.
— ¿Y bien? ¿Has hablado ya con Jeremy, Santana? —preguntó Katherine, como siempre yendo directa al grano.
—No.
—Creo que ya es hora de que enterréis el hacha de guerra, ¿no?
Cecilia miró a sus colegas y se despidió educadamente, dirigiéndose a una zona menos conflictiva de la sala.
—Yo no tengo ningún problema con Jeremy. —Santana sonaba ofendida—. Es él el que tiene el problema conmigo.
Katherine abrió mucho los ojos.
—En ese caso, no te importará que lo traiga aquí.
Y dicho esto, se acercó a Jeremy Martin con decisión y empezó a hablar con él.
Britt contemplaba la escena sin saber qué pasaría era evidente que el profesor Martin no tenía ganas de hablar con Santana Vio cómo miraba en dirección a éste, se volvía hacia Katherine y negaba con la cabeza enérgicamente.
La profesora pareció reprenderlo y poco después ambos se acercaron a ellos.
—Allá vamos —anunció Britt, cogiendo a su esposa de la mano.
—López —dijo el profesor Martin, tenso.
—Jeremy.
Katherine miró a uno y a otro y frunció el cejo.
—Venga, ¿a qué esperáis? Daos las manos.
Santana soltó a Britt para ofrecerle la mano a su antiguo amigo.
—Por si sirve de algo, Jeremy, lo siento.
Britt miró a su esposa sorprendida.
Al profesor Martin también parecieron pillarlo por sorpresa las disculpas de Santana Cambiando el peso de pie, paseó la mirada entre ésta y Brittany.
—Creo que tengo que felicitaros. Os casasteis el año pasado, ¿no?
—Así es —respondió ella—. Gracias, profesor Martin.
—Llámame Jeremy.
—Sé que estamos en deuda contigo. Nunca lo olvidaré —confesó Santana, bajando la voz.
Jeremy dio un paso atrás.
—Éste no es el momento ni el lugar.
—Pues salgamos a hablar al vestíbulo. Venga, Jeremy, fuimos amigos durante años. Sólo trato de disculparme.
El otro hizo una mueca.
—De acuerdo. Señoras, si nos disculpan... —Con una inclinación de cabeza en dirección a Katherine y a Brittany, siguió a Santana pasillo abajo.
—Parece que no ha ido mal. —Britt se volvió hacia Katherine.
—Ya veremos. Si vuelven sin haber derramado sangre, te daré la razón. —Con los ojos brillantes, añadió traviesa—: ¿Vamos a espiarlos desde la puerta?
Aquella noche durante la cena, Santana y Britt no hicieron ningún comentario sobre el embarazo.
Seguían decididas a no hacerlo público hasta que estuviera en el segundo trimestre.
(Sin embargo, todo el mundo pudo fijarse en el Volvo todoterreno que Santana acababa de comprar y que había dejado aparcado en la acera, a la vista de todos. Era fácil sacar conclusiones.)
No obstante, mientras Santana estaba en la cocina preparando café, Katherine volvió sus astutos ojos hacia Britt dando unos golpecitos en el mantel con un dedo.
—Estás en estado.
— ¿Qué? —Ella dejó el vaso en la mesa para que no se le derramara el agua.
—Es obvio. No tomas vino ni café. Y tu solícita esposa se deshace en atenciones y te trata como si fueras de porcelana, aunque al mismo tiempo no puede ocultar el orgullo cargado que le sale por las orejas no podéis engañarme.
—Profesora Picton, yo...
—Te he dicho que me llames Katherine.
—Katherine, aún no estoy de mucho tiempo. No se lo hemos dicho a nadie, ni siquiera a la familia. Estamos esperando a cumplir los tres meses.
—Haces bien. Y en el departamento no tengas prisa por contarlo. Cuanto más tarde lo digas, mejor. —Katherine bebió el vino a sorbitos, perdida en sus pensamientos.
—Tengo miedo de decirlo.
La profesora dejó la copa en la mesa.
— ¿Por qué, si puede saberse?
Britt se llevó la mano al vientre.
—Por varias razones. Tengo miedo de que piensen que no me tomo los estudios en serio. Tengo miedo de que Cecilia se desentienda de mí.
—Qué tontería. Cecilia tiene tres hijos. Dos de ellos nacieron mientras era estudiante en Pisa siguiente pregunta.
Britt la miró con la boca abierta.
—No tenía ni idea.
—La conozco desde hace años. Es una madre trabajadora que trata de sacar tiempo para estar con su familia. Por eso pasan los veranos en Italia, para que los niños puedan estar con sus abuelos Siguiente problema.
—Ejem, tengo miedo de que me quiten la beca de investigación.
—Las universidades han cambiado mucho últimamente. Hay normas que impiden que los departamentos tomen ese tipo de medidas. Tienes derecho a coger una baja por maternidad.
De hecho, si no me equivoco, Harvard tiene un comité de igualdad que velará porque recibas un trato justo aunque tu departamento estuviera dirigido por un idiota, que no es el caso, tendría que seguir la normativa siguiente problema.
—No quiero pedir la baja por maternidad, pero mi ginecóloga dice que debo estar de baja seis semanas tras el nacimiento del bebé. Tengo miedo de perder el semestre.
— ¿No quieres pedir la baja por maternidad? ¿Estás loca?
Cuando Britt empezó a protestar, Katherine levantó una mano arrugada.
—Puede que yo sea una solterona, pero te puedo decir sin temor a equivocarme, que si no te coges la baja no estarás a la altura ni en los estudios ni con tu bebé. Tienes derecho a esa baja y deberías aprovecharla.
— ¿No les sentará mal en el departamento?
—Puede que alguno de los viejos fósiles proteste, pero si cuentas con el apoyo de tu supervisora, ¿qué más te da? Te aconsejo que hables con Cecilia y le pidas asesoramiento. Ella sabrá lo que tienes que hacer. No permitas que los misóginos te coloquen en una situación imposible.
Pensativa, Katherine se golpeó la barbilla con un dedo.
—Siempre estoy dispuesta a echar una mano para luchar contra las injusticias. Si alguien trata de perjudicarte, se las verá conmigo. De hecho, estoy tentada de aceptar la oferta de Greg Matthews de unirme al departamento, sólo para asegurarme de que nadie te ataca.
Britt se quedó boquiabierta.
— ¿De verdad?
—He decidido vender la casa de Toronto. Me han ofrecido renovar el contrato con All Souls, en Oxford, pero la verdad es que allí sólo hay unos cuantos tipos a los que tolero lo suficiente como para tomarme una taza de té con ellos. Y eso hace que las comidas se hayan vuelto muy desagradables.
—Sería maravilloso tenerte en Harvard.
—Sí, cada vez me apetece más —admitió Katherine con los ojos brillantes—. Aquí es donde está la acción. Además, Greg se ofreció a encargarse de mi biblioteca personalmente. Me tienta mucho aceptar sólo por verlo empaquetar mis libros uno a uno.
Britt se echó a reír al imaginarse al distinguido profesor Matthews trasladando la gran biblioteca privada de la profesora Picton con sus propias manos.
—Me alegro mucho de que Santana y tú vayáis a tener un hijo. Me traslade o no, espero que me dejéis ser la vieja y excéntrica madrina que le compra regalos extravagantes y le deja comer cosas que no le convienen.
—Nada me gustaría más. —Britt apretó la mano de Katherine justo cuando Santana volvía con el café.
Santana se quedó mirando la escena.
— ¿Qué pasa?
La profesora alzó la copa de vino en dirección a ella.
—Le estaba diciendo a Brittany que acepto el honor de ser la madrina del bebé.
Al acostarse, Britt le preguntó a Santana cómo había ido la conversación con el profesor Martin.
Ella se quedó mirando el techo.
—Mejor de lo que esperaba, aunque dudo que llegue a perdonarme nunca del todo.
Ella le apoyó la cabeza en el pecho.
—Lo siento.
—Cree que le di una puñalada por la espalda, tanto a él como al departamento. Aunque parece que haberme casado contigo ha hecho que mejore su opinión de mí. Tal vez cuando se entere de que estamos embarazadas, se calmará un poco más.
— ¿Cómo te sientes?
Se encogió de hombros.
—Era mi amigo. Siento que nos hayamos distanciado, pero no puedo arrepentirme de lo que hice volvería a hacerlo.
Britt suspiró.
—Bueno, el día también ha tenido sus cosas buenas me ha gustado ver la reacción de mis compañeras cuando has aparecido.
Los labios de Santana esbozaron una sonrisa.
— ¿Ah, sí? ¿Cómo han reaccionado?
Ella se tumbó boca abajo.
—Como si nunca hubieran visto a una profesora que estuviera buena. La verdad es que estabas impresionante, con ese vestido negro hasta las hetereo se volvieron locas.
—Ese vestido negro siempre tiene ese efecto en la gente.
—No, era por la mujer que había debajo. Me he sentido muy orgullosa. —Jugueteó con el borde de la sábana—. Aunque todavía circulan rumores.
— ¿Qué rumores? —Santana se incorporó un poco para no perder el contacto visual.
—Zsuzsa me ha dicho que hay rumores de que estoy en Harvard gracias a ti.
—Cabrones es culpa de Quinn.
—No del todo. Tomamos decisiones y ahora debemos asumir las consecuencias.
—Lo que pasó en realidad y lo que se cuenta no tienen nada que ver.
—Tienes razón. Te interesará saber que ahora mismo corren más rumores sobre Quinn que sobre nosotras.
Santana la miró con curiosidad, pero también con cautela.
— ¿Sobre Quinn? ¿Por qué?
—Sean, uno de mis compañeros, tiene un amigo en Columbia. Éste le contó que la habían echado de la universidad. Ningún profesor ha querido examinarla.
Santana alzó las cejas.
— ¿De verdad? Cuando estuve en Nueva York, Lucia mencionó que Katherine se había quejado dela actitud de Quinn en Oxford. Pero dudo que su expulsión tenga nada que ver con nosotras Lucia también comentó que su trabajo no estaba a la altura.
—Puede que no se llevara bien con las y los especialistas en Dante de ese departamento. Éstos pueden ser muy susceptibles —bromeó Britt, guiñándole un ojo.
—No sé a qué te refieres —replicó ella, haciéndose el digno.
—Sean también dice que Quinn seguirá sus estudios en Ginebra.
—En Ginebra no hay Departamento de Italiano. Forman parte de un consorcio.
—Eso es lo que dicen los rumores.
Santana negó con la cabeza.
—Si se hubiera centrado en sus estudios y no se hubiera obsesionado conmigo, probablemente seguiría en Toronto. Sus trabajos iniciales eran buenos. Pero se distrajo con tantas maquinaciones y su rendimiento bajó.
»Y luego cometió el error garrafal de enfrentarse a Katherine. A Lucia eso no le gustó nada.
— ¿Por qué?
—Katherine es una de las principales figuras en su campo. Si alguien quiere publicar sobre Dante, o pedir una opinión autorizada, acude a ella. Si respeta tu trabajo, lo dice, pero si no lo hace, también lo dice. Nadie quiere enemistarse con ella por si algún día necesitan su aprobación. Y eso incluye a Lucia y a todos los profesores de su departamento.
Britt frunció los labios.
—No quería destrozarle la vida a Quinn Sólo quería que nos dejara en paz.
—No lo hiciste tú; se lo ha hecho ella sola. Tuvo varias oportunidades para rehacer su vida y no las aprovechó. Nadie la obligó a ir a Oxford a boicotear tu conferencia. Y que su trabajo en Columbia fuera mediocre no es culpa de nadie más que de ella.
—Supongo que tienes razón. —Britt apoyó la cabeza en la almohada—. El mundo académico es muy extraño.
—Sí, se parece a Marte, pero con más sexo.
Ella se echó a reír.
—Me alegro de gustarle a Katherine. No me quiero ni imaginar lo que debe de ser tenerla como enemiga.
—Yo tampoco. En cualquier caso, hablaré con Greg Matthews y le pediré que acalle los rumores sobre nosotras.
—Si tienes que pedírselo como un favor especial, no lo hagas. Prefiero que lo guardes para otra cosa.
— ¿Para qué?
—Katherine cree que debo pedir la baja por maternidad. Me ha aconsejado que lo hable con Cecilia.
Santana le acarició las cejas con los dedos.
— ¿Y tú qué quieres hacer?
—Tengo que hablar con Cecilia, pero quería esperar a estar de más de tres meses. La mayoría de los abort... —Al ver la mirada de Santana, no pudo acabar de pronunciar la palabra—. La mayor parte de los problemas tienen lugar durante el primer trimestre.
—Si quieres coger la baja por maternidad, hazlo. Si no quieres, no la pidas. Yo la pediré igualmente. Y tras la baja por maternidad, puedo tomarme el año sabático que me deben. Podría estar en casa con el bebé casi dos años.
— ¿No hay ninguna norma que prohíba pedir la baja y tomarse el año sabático tan seguidos?
—Es posible. —Santana le acarició la parte baja de la espalda—. Pero en mi contrato especifiqué que quería tomarme el año sabático dentro de dos años. Fue parte de las condiciones que exigí.
—No quiero que malgastes tu año sabático así —murmuró Britt.
Santana le apoyó la mano justo antes de llegar al culo.
—Pasar tiempo con el bebé no es malgastarlo.
—Pero no podrás acabar el libro.
—Ya buscaré la manera. Pero aunque no diera con ella, valdría la pena. Habla con Cecilia —añadió—, a ver qué dice. En cualquier caso, no te preocupes. Te hice unas promesas y voy a cumplirlas.
Brittany sonrió.
—Por eso mismo no estoy histérica.
Ella la miró fijamente.
—Bien.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola Hola chicas
Bueeeno aqui vengo a dejar dos capítulos se que estoy un poco lenta pero es que me agarra nostalgia de actualizar tan rapido ya la historia pronto se acaba pero igual espero que les gusten :)
Dejenme sus comentarios
Besos
Dani(:********-*- - Mensajes : 1092
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