(FIC-Klaine) "Escenas borradas" Glee “10 days for Christmas”

Diciembre de 2010





-¡Vaya si eres ingenioso!
-Bueno, si estas en medio de la nada con tu Papá tratando de armar una fogata y una carpa de 3 por 2, no te queda más que recurrir al ingenio para lucir remotamente decente —explico Kurt mientras estiraba la cinta con mimo.
-¿Me vas atar o algo? —pregunto Blaine tomando un sorbo de café.
-No, dejemos lo sadomasoquista para más adelante en nuestra relación… —dijo como murmurando.
-¿Cómo?
-Que voy a hacer algo para que luzcas mejor —respondió acercándose con la cinta en sus manos. En un movimiento rápido le dio cuatro dobleces y dejo las puntas hacia arriba, miro un instante a su amigo a los ojos y soltando un poco de aire se acercó más, le guardo la cinta en el bolsillo delantero de la chaqueta simulando un pañuelo y termino por retroceder algunos pasos para ver cómo se veía— ¡perfecto! —exclamo sonriendo y dando un par de aplausos.
-¡Wow!... —dijo Blaine mirándose el bolsillo hacia abajo— estoy impresionado —agrego mirándose en el espejo de una las puertas— ¡quedo perfecto!, ¡gracias Kurt!
-De nada, y ahora si que podrás presumir que tú y esa mujer hacen el mejor de los duetos —sentencio Kurt dando los últimos toques a la “cinta/pañuelo”, se situó tan cerca de su amigo que pudo identificar el perfume, la crema de afeitar y hasta el dentífrico que este había usado antes que de su boca saliera olor a café de grano.
-Deberíamos de irnos —dijo Blaine sintiéndose un poco incómodo.
-Claro… —contesto Kurt sin moverse ni un poco siquiera.
-Si quieres que conduzca yo deberías estar dispuesto a que nos lleven detenidos.
-¿Cómo?... ¡no!, ¿cómo vas a conducir ni siquiera tienes licencia?… yo te conduciré, es decir el auto, yo manejare el volante… las carreteras de Mason no son un juego —termino por decir Kurt moviendo sus manos como si ya las tuviera sobre el volante.
Blaine sonrió engreído y se subió al auto primero
-¡”Kings Island's Christmas Spectacular” allá vamos! —exclamo Kurt con un puño en alto como si fuera un superhéroe a punto de iniciar el vuelo, cerró los ojos e hizo un gesto de arrepentimiento avergonzado mientras rodeaba el auto para subirse, casi pensando que aquello era lo más estúpido de hacer en cualquier ocasión, en especial en frente a Blaine Anderson— ¿Qué hora es? —agrego poniéndose el cinturón de seguridad y aparentando la mayor de las normalidades.
-Pues faltan 15 minutos para las seis, ¿por qué? —pregunto de vuelta Blaine mirándose el arreglo en su bolsillo.
-Por nada en particular… —contesto echando andar el auto y retomando la ruta por dónde venían— solo quería saber si estamos con tiempo o debo pisar el acelerador a fondo.
-Tenemos tiempo, el show es en 45 minutos —agrego mirando su reloj y nuevamente la cinta que tan perfectamente su amigo le había puesto en la chaqueta.
-Si vuelves a tocarte el arreglo que te hice, te juro por ese Santa que está ahí, que te golpeare Blaine Anderson —sentencio Kurt señalando un cartel gigante y navideño de una tienda de zapatos del centro de Mason.
-¿Qué?...
-Lo que escuchaste… —repitió Kurt mirando el papel con la instrucciones y corroborando si la calle que decía allí era la misma por donde había doblado.
-No te creo capaz de hacer eso, y en todo caso, no estaba tocando mi súper “cinta-pañuelo” —respondió Blaine mirándose en el espejo de la visera del copiloto.
-Pues eso espero, mira que bastante trabajo me costó hacerla.
-¡Mentira!, mejoraste mi atuendo en menos de 5 minutos, lo que me lleva a pensar que tienes habilidades que aún no conozco Kurt Hummel.
Kurt sonrió para sí mientras miraba hacia afuera pensando que si Blaine conociera la lista de habilidades que tenía, se sentiría más que complacido.
-Ok, creo y tenemos un problema… —dijo deteniendo el auto en un cruce— ¡Blaine! —exclamo dándole un golpe.
-¿Qué?, no estaba haciendo nada… —respondió haciendo un gesto de inocencia.
-Lo siento… —agrego encogiéndose de hombros arrepentido.
-Está bien… ¿qué problema sería el que tenemos?
-Este cruce, no aparece aquí, y no sé si en algún momento tomamos otra ruta o algo —agrego mirando nuevamente el mapa, y a su alrededor de manera alternada.
-Primero, creo que decir “tenemos” es un poco injusto, tu decidiste seguir esta ruta y no tomar atención a las instrucciones que yo iba a darte y segundo, si estamos perdidos no tenemos un problema, si no que tenemos un ENORME problema —sentencio Blaine poniendo acento en lo de “enorme”
-Primero… —dijo Kurt tratando de imitar los modos de su amigo— yo no seguí mis instrucciones, decidí hacerte caso a ti y no a Google, segundo si lo que buscamos es un parque de diversiones debería aparecer anunciado como atractivo turístico en alguna de las múltiples señales que pasamos en la carretera y tercero, este mapa es una porquería —termino por decir arrugando el papel y lanzándolo hacia atrás por sobre su hombro.
-No hagas eso… —dijo Blaine moviéndose en el asiento, se torció como si su cuerpo estuviera hecho de goma y tomo la bola de papel, volvió a su posición en el auto y lo estiro en una de sus piernas —¿Qué? —pregunto al ver que su amigo se le quedaba viendo.
-Nada… es solo que… eres muy… elástico…
-Pues hago un poco de yoga…—dijo como dándose aires de experto.
-¿Hay algo que no sepas hacer?
-¿Conducir? —respondió dando unos golpes al volante con el mapa ya estirado.
-¿No sabes?, ¿o si sabes y dices eso porque no aun no tienes licencia? —quiso saber Kurt mirándolo de manera suspicaz
-Ambos…
-¿De verdad?... ¿tu Papá no te ha llevado a recorrer las calles de Westerville?
-La verdad es que sí, pero no tiene mucha paciencia, por lo tanto es bien poco lo que he aprendido.
-Yo podría enseñarte..
-¿Hablas enserio?
-Obvio… soy bueno enseñando y tengo mucha paciencia.
-Ok...
-¿Cuándo debes dar tu examen de conducción?
-El próximo año…
-Entonces tenemos tiempo, más que suficiente, ¿por qué haces eso?, te dije que era una porquería —dijo al ver que Blaine insistía en estirar la hoja con el plano— será mejor que le preguntemos a alguien —insistió Kurt haciendo el ademan de bajarse.
-No es necesario mira… esto que está aquí… —dijo apuntando un punto en el mapa— es eso que esta allí…—explico señalando hacia afuera— por lo tanto… lo que debes hacer… es retroceder dos calles y doblar a la derecha.
-¿Cómo?...
-Eso…—dijo Blaine sonriendo como en comercial de dentífrico.
-¿Estás seguro?
-Lo dice tu mapa.
-El mapa no dice eso, y si tú me dices que conoces este pueblo también me darán tres ataques —dijo Kurt encendiendo el auto nuevamente.
-¿Por qué?... —pegunto Blaine en medio de una risa.
-¡Porque si!… me acabas de enseñar un atractivo súper sensacional en la plaza de Columbus y ahora sabes dónde está todo en este pueblo olvidado de dios.
-Creí que Columbus era el pueblo olvidado de dios.
-Pues cómo va la existencia de la humanidad creo que todos lo son —sentencio Kurt poniendo la reversa.
-Está bien… —dijo Blaine mirando en la dirección que su amigo lo hacía— pero si te sirve de algo, Mason no lo conozco, solo hice mis averiguaciones para saber dónde estaba el lugar en el que iba a cantar.
-Menos mal…
-¿Por qué menos mal?
-Porque yo solo conozco Lima… y dos calles de Westerville y eso es bastante injusto.
-Todo cambiara cuando termines la secundaria.
-Eso espero… un momento, ¿cómo sabes eso? —pegunto mirándolo de reojo.
-No lo sé, aquí debes doblar, es solo que tú me dijiste que querías estudiar en una ciudad grande, y las metrópolis más grandes no están precisamente en Ohio.
-Eso te lo dije hace no sé cuantos meses, ¿cómo te acuerdas? —dijo Kurt desviando su atención desde la carretera a los ojos de su amigo.
-Generalmente pongo atención a lo que al gente me cuenta… no como tú, que si sigues así, terminaremos estampados en ese letrero que dice “Si bebe, no conduzca”—añadió Blaine señalando hacia adelante.
-¿Qué?... ¡oh!... —exclamo moviendo un poco el volante— lo siento… en fin… —agrego carraspeando un poco— y, señor memoria… ¿sabe cuál es el parque de diversiones?
-¿El que dice “Bienvenido al parque de diversiones”? —contesto Blaine arrugando la nariz.
-¡Claro!... obvio… bien Kurt Hummel… —murmuro mientras detenía el auto— ¿estacionamos aquí?... ¿o?...
-Creo que hay lugares adentro, mira… —respondió Blaine señalando una de las entradas.
-Vamos adentro entonces… vaya si hay gente… —opino Kurt deteniéndose al final de la fila de vehículos que esperaban por entrar.
-Bastante en realidad… —contesto tomándose una oreja— no pensé que sería tan concurrido.
-¿Por qué no?... es Navidad, la gente está deseosa de espectáculos que le recuerden la fecha en que estamos… ¿te parece bien aquí?… creo que todos los cercanos a la puerta del centro de eventos están ocupados —dijo Kurt estirando su cuello para ampliar de algún modo su campo visual.
-Claro… como gustes… —respondió ajustándose la corbata.
-Pues mi gusto es que este lugar es perfecto —sentencio apagando el motor y desmontando la radio— tal vez deberías llamar a tu amiga, para que le digas que llegaste… ¿cómo se llama a todo esto?
-…
-¿Blaine?
-¿Qué?...
-Tu amiga… ¿Cómo se llama?
-Kathyrn… Kathyrn Mccloskey
-¡Vaya nombre!, ahora entiendo lo del vestido dorado… ¿no quieres llamarla?, tal vez ella desee ensayar, ver los últimos de talles, las chicas son bastante perfeccionistas y si es amiga tuya, creo y debe serlo más —añadió abriendo la puerta para bajarse.
-No es necesario, además no es mi amiga, es solo una chica con la que voy a cantar… —respondió Blaine sin moverse un ápice del lugar en donde estaba.
-¿Estas bien…?
-Si…
-¿Seguro?, pareces una estatua…
-Bueno… lo que sucede es que no sabía que iba a haber tanta gente —dijo Blaine señalando hacia adelante.
-¿No te lo dijeron cuando te pidieron que hicieras esto?
-Sí, es decir la persona encargada menciono algo, pero pensé que estaba exagerando, ya sabes… para que no creyera que a su espectáculo no asistiría nadie… —respondió soltándose un poco la corbata.
-¿Acaso estas nervioso? —pregunto Kurt cerrando la puerta.
-¿Quieres la respuesta políticamente correcta?, ¿o la verdad?
-La verdad, siempre la verdad.
-Estoy aterrorizado… —respondió abriendo sus manos.
-¿Qué?... pero Blaine, ¿cómo puede ser eso posible?, con los Warblers has cantado frente a cientos de personas.
-Lo sé, pero eso es diferente… estaba con ellos, ahora básicamente estaré yo y la chica esa que no termina de entender cuándo debe cantar la primera línea y siempre entra cantando en el tercer compas y no en el cuarto.
-OK, te compro el argumento que es diferente si estas en un grupo, pero… ¿acaso no te has escuchado?
-Kurt…
-Blaine… esto lo diré solo una vez porque no quiero que se te suban los humos a la cabeza y comiences a actuar como un engreído… pero tu Blaine Anderson… eres fantástico…
Blaine entorno los ojos como si no creyera lo que estaba escuchando.
-Es la verdad y no me digas que no lo sabes, porque estoy bastante seguro de que sabes que eres el mejor desde la punta del ultimo de tus rizos hasta el término de tu dedo gordo del pie… tu voz es espectacular, tu desempeño en el escenario dista mucho de la de un amateur y raya casi en la perfección, lo que de por sí ya es bastante molesto, debo decir.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine echando su cabeza haca atrás en el asiento.
-De nada, eres talentoso, nunca dudes de ello… y quien sabe, tal vez la tal Kathyrn Mccloskey sufra un accidente inesperado y deba ser yo quien tenga que subir al escenario a cantar contigo.
-Eso sería mucho mejor… créeme —contesto Blaine arreglando su corbata.
-También lo creo… ¿te sientes mejor?
-Mucho… y te agradezco, de verdad, por haberme traído, por acompañarme, por darme esta charla motivacional…
-No tienes que agradecer, ¿para qué son los amigos?... claro que te lo recordare de manera permanente para que tú hagas lo mismo conmigo cuando yo me sienta nervioso y angustiado antes de enfrentar mi primer solo con los Warblers… aunque creo y eso sucederá cuando el infierno se congele o algo…
-Estas más cerca de lo que crees de conseguir un solo… todo lo están… en fin… —dijo tomando sus cosas para bajarse— estoy en deuda contigo, déjame invitarte a cenar después del show.
-¿No tienes un reporte que hacer con Trent?
-Claro, pero eso se soluciona de inmediato —dijo tomando su teléfono al tiempo que salía del auto.
-¿Qué vas a hacer?
-Le enviare un mensaje diciendo que no podre reunirme con él y que será mejor cada quien haga su parte, luego las compaginaremos el lunes.
-¿Y alcanzaras?, porque te recuerdo y quedaste en acompañarme al centro comercial mañana.
-Tengo todo bajo control Kurt Hummel… listo… un “OK” más una cara feliz y… soy todo tuyo…—dijo enseñando su teléfono. Kurt se le quedo viendo un instante pensando en aquello.
-Te tomare la palabra Blaine Anderson…—murmuro sonriendo.
-¿Qué?...—pregunto Blaine mientras se ponía el abrigo y arreglaba por enésima vez la corbata y el detalle de su bolsillo.
-¿Que de… que?—dijo de vuelta dándose cuenta que había hablado más fuerte de lo que tenía presupuestado.
-Dijiste algo… —insistió Blaine arreglándose los puños de la camisa.
-No lo creo… —contesto rascándose la cabeza— los nervios te están traicionando… ¿vamos?...
-Vamos… —dijo tomando una cantidad extra de aire, a ver si así se le disipaban un tanto los nervios que su amigo hacia mención.

Octubre de 2041






-¿Estas bien? —dijo Blaine soltando la cintura de su esposo para parase frente a él.
-Lo estoy… siempre se puede contar con nuestra hija para subir cualquier animo —respondió Kurt mirando a Lizzie que al parecer seguía hablando con Lily del enfermero súper extra sexy.
-Muy bien… ¿te parece si voy con Henry?, así luego vas tú con Noah.
-Me parece muy bien.
-OK —agrego Blaine limpiando con uno de sus besos, la última de las lágrimas que rodaba por el rostro de su esposo— yo te acompaño hijo.
-Puedo ir solo “Papáblen”, es solo una muestra de sangre.
-¡Yo fui sola!… y solo soy una pequeña niña… ¡hola! —dijo Lizzie alzando una mano.
-Lo se… sé que tú eres un hombre grande y tú una pequeña niña revoltosa, pero si voy contigo hijo, es para que después tu Papá vaya con Noah, ¿de acuerdo?
-¡Oh!... en ese caso.. muy de acuerdo.
-Muy bien… nos vemos en un rato… —termino por decir Blaine haciendo una seña de adiós mientras se retiraba junto a su hijo.

-¿Este es el laboratorio?
-Es lo que dice aquí… —respondió Blaine abriendo la puerta— ¿quieres que yo entre primero?
-Como quieras “Papáblen”… —añadió Henry tomando un par de folletos del exhibidor de la entrada.
-Ok… iré yo entonces —dijo mirando a su hijo que parecía y su sonrisa crecía de manera exponencial.
Blaine se acercó al mesón y dijo a lo que venía, la enfermera encargada manipulo el teléfono y computadora que tenía enfrente y le indico a donde tenía que dirigirse, este apunto en la misma dirección como corroborando la información recibida y desapareció tras una mampara de vidrio.
Todo el proceso demoro alrededor de 20 minutos, el enfermero que su hija describiera como “súper sexy” fue el encargado del procedimiento, le explico los pasos que seguían luego del análisis de sangre y le sonrió de una manera más que amable, incluso cuando le abrió la puerta en el momento de salir.
Blaine se retiró despidiéndose de todos y se tomó el tiempo para hacerse algunas fotos con tres de sus admiradoras, se dirigió luego a la sala donde estaba su hijo, le explico lo que había que hacer y donde y se sentó a esperarlo leyendo algunos folletos que hablaban de la importancia de donar sangre.

-¿Te sientes bien hijo? —pregunto al ver aparecer a Henry más que pálido, como si le hubieran sacado toda la sangre del cuerpo.
-Si… —respondió empequeñeciendo sus ojos, tratando de aliviar su malestar enfocando un punto más allá de donde su “Papáblen” se encontraba.
-Ven… siéntate… —dijo sonriendo— ¿cómo es posible que te marearas?... ¿no comiste nada en el avión?
-Comí… —contesto tomándose la cabeza con ambas manos— que vergüenza…—agrego echándose hacia atrás.
-¿Por qué vergüenza?... todos reaccionamos diferente ante los procedimientos médicos… inclínate hacia adelante, eso hará que tu sangre circule mejor —advirtió Blaine acariciándole la espalda.
-No le digas a nadie… mírame ... un hombre de un metro noventa se marea por un pinchazo.
-No se lo diré a nadie, no te preocupes… ¿te sientes mejor?
-Un poco…
-¿Quieres agua?... hay una maquina justo allí.
-No… no es necesario —dijo el chico incorporándose en el asiento, abrió y cerró sus ojos repetidas veces y termino por mover la cabeza como un perro mojado lo haría.
-Podemos pedirle ayuda al enfermero sexy de tu hermana, mira que conmigo se portó de lo más amable.
-Eso… es porque eres quien eres “Papáblen”, además ya quisiera “Rizzie” estar en mi lugar para que al atendiera el tipo ese —dijo soltando una risa.
-Por cierto que querría —agrego Blaine riendo también.
-¿Cómo lo hace?... —pregunto Henry moviendo su cabeza de un lado a otro.
-¿Cómo hace quién, que?
-Mi hermana, para ser tan libre, pensar y decir lo que siente no importa donde este…
-No lo sé... tal vez la edad que tiene se lo permite.
-Tal vez… aunque yo culpo a sus rizos.
-También hay personalidad en ellos, te lo digo yo… —dijo Blaine apuntando su propia cabeza.
-¿”Papáblen”?...
-¿Si?...
-¿Crees que Liverpool salga bien de todo esto?
-No lo sé hijo, pero es lo que esperamos todos.
-Claro…
-Te parece si esperamos aquí a tu Papá y a Noah, se supone y vendrán dentro de poco.
-Me parece… aunque yo saldré a tomar un poco de aire —dijo haciendo el ademan de levantarse— aunque pensándolo bien… eso será dentro de un instante —agrego volviendo a sentarse.
-¿Aun estas mareado?
-Si… que estupidez.
-Tranquilo, tomate el tiempo que necesites… mientras tanto, sería bueno que conversáramos.
-Sobre que… —pregunto Henry tomando pequeñas bocanadas de aire.
-Sobre ti y el origen de tu excelente buen humor.
-¿Qué quieres decir?
-Quiero decir que dos cosas pasan contigo, una… el curso ese de regulación urbanística realmente te tiene fascinado, o dos… el aire de Philadelphia realmente te sienta cada vez mejor.
-Estoy igual “Papáblen” ¿de que estas hablando?
-De que estas particularmente feliz, y con tu Papá nos preguntamos a que se debe.
-Pues lo estoy y ya me he siento bastante culpable por ello.
-¿Culpable?... ¿por qué?
-Porque si, porque los Tíos están pasando por una situación límite y yo ando con una sonrisa boba en mi cara y no debería… como dijo el Papá, debido al lugar en donde estamos y toda la situación a la que nos enfrentamos debería enseriarme como se lo pidió a “Rizzie”… pero no puedo evitarlo.
-Hijo… no es culpa de nadie lo que está pasando, y si sea lo que sea que te hace sonreír, debes hacerlo, con toda tu alma, no hay sensación más bella que la de la plenitud que nos brinda una sonrisa, ya sea esbozarla uno o recibirla de alguien… y si hablamos de sentirnos culpables, yo también me sentí así cuando veníamos camino al hospital.
-¿Por qué?... ¿por qué tomaste las llaves del auto antes que el Papá?
-No… porque cuando ustedes comenzaron a jugar con Noah, a hacerle cosquillas y demás, no pude evitar sentirme feliz por lo afortunados que somos, porque ustedes están sanos y nosotros felices.
Henry sonrió como Kurt lo hacía cuando Blaine lo sorprendía con alguna de sus “líneas”
-¿Quieres saber porque estoy tan feliz?
-Solo si quieres contarme hijo… —respondió Blaine dándole unos golpes en una de las piernas.
-¡Vamos!… te mueres por saber, igual que el Papá.
-Eso es cierto, pero a diferencia de tu Papá, yo no te obligare a que me cuentes… porque debes admitir que si él estuviera aquí, ya te habría sacado la verdad torturándote con las ligas para sacar sangre.
-Eso es cierto… —dijo Henry soltando una risa— pero tú te encargaras de contarle… ¿no es así?
-Puedes apostar a que si…
-Ok… —dijo Henry cambiando de posición en la silla— ¿te acuerdas de ese día que estuve en la casa?, ¿cuándo el Papá acompaño a Rizzie a comprar su vestido para el baile?
-Lo recuerdo…
-Pues en esa ocasión te hable de algo, algo relacionado con mi relación con Amelia…
-Si…
-Bueno has de saber… que esa situación que te conté en aquella ocasión, cambio… porque hace unos días, ella y yo… —dijo Henry sonriendo, sin decir más, como si en aquella mueca de plena felicidad estuviera implícito el final de la historia.
-¿Ella y tú?... —pregunto Blaine sin caer en la cuenta.
-Lo… ya sabes… hicimos…—agrego el chico ruborizándose un poco.
-¿Hicieron?... ¿hicieron que cosa?... ¡oh!... —exclamo alargando la “o” entendiendo por fin a lo que Henry se refería— ¿en serio?... ¿cuándo te decidiste?
-Bueno… —contesto Henry rascándose la cabeza— no es que lo haya planeado o algo… solo surgió… —añadió encogiéndose de hombros.
-Hijo… me alegro… por ti y por ella… ¿todo bien?
-Todo maravilloso… indescriptiblemente maravilloso… “Papáblen”… te juro y no he parado de sonreír desde ese día.
-Te entiendo… a mí también me paso, luego de estar con tu Papá la primera vez, te juro y anduve sonriendo un mes completo sin parar.
-Bueno yo voy por un cuarto de eso…
-¿Cómo te sentiste?
-Increíble... como persona, como hombre… y no solo por haber tenido sexo por primera vez en mi vida, sino que por haber estado con ella… creo que la amo más que antes… ¿será posible? —dijo Henry volviendo a lo de la sonrisa.
-Lo es… por supuesto que lo es… solo con quien se ama es posible llegar a ese nivel de intimidad, lo que es espectacular, pero atemorizante a la vez.
-¡Lo sé!... pensar en perderla me llena de miedo… más ahora que… —contesto el chico mirando a la distancia como si recordara lo más preciado.
-No te pongas en ese escenario, vive el momento hijo, disfruta de lo que te está pasando… y como no puedo dejar de pensar en lo que diría tu Papá... toma las precauciones necesarias, no queremos ser abuelos antes de los 50.
-OK… —contesto riendo al escuchar aquello— gracias “Papáblen” por ser tan espectacular… nunca me has hecho sentir incomodo, ni tú, ni el Papá y eso es algo que pocos pueden presumir de sus padres.
-De nada hijo… ¿abrazo? —pregunto Blaine abriendo sus brazos.
-Obvio… —respondió Henry estirando los propios— gracias —repitió dándole unas palmadas en la espalda— ahora sí que me voy a tomar un poco el aire… ¿estarán aquí? —pregunto apartándose.
-Lo más probable, si no, arriba en la sala esa donde nos recibió el Tío Dylan.
-Muy bien… y puedes contarle esto al Papá… pero no lo de mi debilidad para con la extracción de sangre.
-Trato hecho hijo… —dijo Blaine mirándolo marchar, se quedó unos segundos pensando y sonriendo satisfecho de su rol de padre.

-Si siempre recibieran a los pacientes con esa sonrisa, creo que mucha más gente donaría sangre en este mundo —sentencio Kurt llegando con Noah de la mano.
-Hola… —contesto Blaine aun sonriendo.
-“Papáblen”… pude hablar con Liverpool Westbrook Stewart, ¿supiste?
-Por supuesto que supe… te vi cuando te abrazo y todo… ¿Cómo está?
-Él dice que está bien, yo le creo.
-Pues su Mamá también nos dijo lo mismo a nosotros, ¿verdad Kurt?
-Muy verdad…—respondió este sentándose en una de las sillas— ¿Henry está dentro?
-No, salió a tomar un poco de aire, se sintió mareado… cosa que por cierto me pidió que no contara —explico Blaine sentándose al lado de su esposo, cogió los folletos que hojeaba antes del examen y se los dejo en el regazo.
-¿Qué es eso “Papáblen”? —quiso saber Noah apuntando los papeles.
-Pues son folletos sobe la donación de sangre y demás… ¿quieres leerlo?
-No traje mis gafas… sería inútil…—sentencio el pequeño trepándose a la silla junto a “Desmond”
-Muy cierto —respondió Blaine dejándolos sobre una de las mesas más próximas a él.
-¿Ya viste al supuesto “enfermero sexy”? —pregunto Kurt mirando a su alrededor.
-Lo vi, él fue quien me atendió de hecho —contesto Blaine señalado el parche en su antebrazo.
-¿Perdón?
-¿Qué?...
-¿Él te atendió?, ¿no pudiste ir con otra persona?, ¿uno horrible y sin gracia por ejemplo? —sentencio Kurt levantado su ceja inquisidora.
-Pues no creo que los pacientes puedan elegir, es un hospital, no un hotel de cinco estrellas.
Kurt hizo un par de gestos más propios de cualquiera de sus hijos que de un hombre adulto.
-¿Cuando me “epstraeran” la sangre? —quiso saber Noah arremangándose un lado de su camisa.
-Cuando te llamen bebé…
-De hecho… hay que anunciar la llegada en el mesón, luego llaman a quien corresponda.
-Hagamos eso entonces… —dijo Kurt levantándose. Noah lo siguió de inmediato y se paró al lado de su Papá, atento a lo que decía la enfermera encargada.
-¿Qué dijo?...—pregunto el pequeño mirando hacia arriba.
-Que alguien saldrá por esa puerta y dirá tu nombre y el mío, ahí entraremos para que hagan tu examen.
-¿Puedo entrar solo?
-¿Cómo? —dijo Kurt dando un pequeño respingo.
-Que si puedo entrar solo… tú vas a entrar solo.
-Pero cariño… —añadió mirando de reojo a Blaine y poniéndose a la altura de su hijo— eres muy pequeñito, y por eso creo que esta bien el querer acompañarte.
-No lo soy tanto, Liverpool Westbrook Stewart esta solo en su habitación, y es solo un año más grande… yo puedo ir solo… además alguien debe quedarse con “Desmond” —añadió acariciando el copete del dinosaurio. Blaine sonrió disimulado al escuchar los argumentos de su hijo.
Kurt lo miro un segundo pensando en que momento su hijo que era un bebé en sus brazos, se había convertido en un niño cada vez más independiente.
-¡Noah Anderson Hummel! —dijo el enfermero sexy sonriéndole a Blaine.
-¡Soy yo! —exclamo el pequeño levantando su mano— toma Papá, a “Desmond” no le gusta la sangre —dijo entregándole el juguete.
-Muy bien… ven pequeño… —añadió el facultativo parándose al lado de la puerta— ¿entraras solo? —pregunto al verlo pasar el umbral más que decidido.
-Sí, mis Papas se quedaran esperándome.
-Pero bebé… —alcanzo a decir Kurt antes que su hijo despareciera tras las puertas vidriadas, se abrazó del dinosaurio y se quedó unos cuantos segundos frente a la puerta, su esposo lo miro haciendo un puchero solidario y le dedico una mirada de ternura.
-No digas nada… —pidió acercándosele.
-No lo hare… —respondió Blaine haciendo un gesto de inocencia.
-¿Cómo es posible que sea tan independiente?, ¡tiene seis años por todos los cielos!… —añadió sentándose con dramatismo.
-No lo es tanto, recuerda que siempre dice que no quiere irse de la casa.
-Lo recuerdo muy bien, y créeme que se lo mencionare cuando cumpla 18.
-Bueno… —dijo Blaine abrazándolo por sobre el respaldo de la silla— pero faltan muchos años para eso.
-Si… —respondió acomodándose en al abrazo— ¿Liverpool se ve muy bien no crees?
-Lo creo, se lo mencione a Henry hace un instante, espero y todo salga bien.
-También lo espero… ¿Blaine?
-¿Si?
-Dime por favor que estás deseando lo mismo que yo.
-¿Qué nuestra habitación en la casa de Dylan tenga vista a los aposentos de la reina?
-No… aunque ahora que lo mencionas… ¡pero no!... —exclamo moviendo sus manos cerca de su cabeza— a lo que me refiero es… mira… —añadió volteándose hacia él— aunque tengo todos mis pensamientos positivos para que Liverpool se reponga… deseo con las mismas fuerzas que Noah no sea compatible.
-¿Cómo?
-Eso… ¡uy soy una persona horrible! —agrego tomándose la cara y cerrando sus ojos como si lo que estaba deseando fuera lo peor del mundo.
-No lo eres… ven aquí… —dijo Blaine acercándolo a él— debo confesar que yo también deseo lo mismo.
-¿De verdad?
-De verdad… solo pensar que nuestro pequeño hijo tenga que pasar por algo más complicado, me crispa todos los cabellos.
-¡Ay Gracias a dios!... —exclamo tomándose el pecho— te juro que no quisiera que pasara por ese examen que menciono Lily.
-Tampoco yo…
-¿No somos malas personas por pensar así?... ¿verdad?
-Por supuesto que no, estamos aquí dando apoyo y colaborando con todo lo que se nos pida y desear algo pensando en el bienestar de nuestro hijo, no nos hace malas personas… para nada… —aseguro Blaine dándole un pequeño beso.
-Gracias…—dijo Kurt apoyándole la cabeza en el hombro.
-Por nada… —respondió besándole el pelo— ¿quieres que te diga algo que te hará sonreír?
-Por favor…
-Averigüé porque el mayor de nuestros hijos esta tan feliz.
-¿En serio?... —pregunto Kurt incorporándose para mirarlo a la cara— ¿tiene algo que ver con algún edificio?, ¿no es así?
-No… —respondió Blaine como haciéndose de rogar.
-¡Cuéntame!
-Te ves tan dulce con “Desmond” en los brazos.
-¡Blaine!... si no quieres que te golpee con él, habla ahora —advirtió Kurt haciendo un gesto amenazante con el juguete.
-OK… no es necesaria la violencia… te contare… lo que sucede —contesto tomando un poco de aire— es que nuestro hijo, finalmente… intimo con su novia.
-¿Qué?, ¿Amelia abuso de mi bebé? —pregunto levantando una ceja.
-Kurt…
-¿Qué?... las chicas son de armas tomar deberías saberlo con tanta fan que te persigue.
-Tal vez lo sean, pero este no fue el caso… creo que fue más un acto de amor que otra cosa.
-Vaya… pensé y no se decidirían nunca… ¿te conto algo?
-No entro detalles como es obvio, pero si dijo que solo surgió… como nos pasó a nosotros… ¿te acuerdas? —dijo Blaine susurrando sus últimas palabras bien cerca del oído de su esposo.
-Me acuerdo… —contesto Kurt volviendo a instalarse en el hombro de su esposo— ¡ay mi bebé!... ¿qué te dijo?, ¿está bien?
-Lo está… muy feliz por cierto.
-Qué maravilla… un momento… ¿sabe todo lo que tiene que hacer verdad?
-Creo que lo sabe desde antes que habláramos con él… pero para su tranquilidad Señor Hummel-Anderson, le advertí que no está en el plan de vida de sus padres, ser abuelos antes de los 50.
-Muy bien… ni después tampoco —dijo soltando un poco de aire.
-Vamos… te mueres por tener nietos.
-¡No es cierto!, solo la palabra “abuelo” me hace sentir como de 100 años.
-¡Sí que lo es!… te mueres porque te llamen “Abuelito Kurt”
-¡¡¡Cállate !!! —exclamo dándole un golpe con la cola del dinosaurio.
-¡Oye!... dijimos que sin violencia… —dijo Blaine entre risas.
-Papá, “Papáblen” ya me “epstrajeron” toda la sangre —dijo Noah en cuanto cruzo la puertas vidriadas de la mano del enfermero.
-¿Toda bebé?... eso es imposible —dijo Kurt levantándose junto a su esposo.
-Lo es, pero si me sacaron mucha… ¿cierto Señor enfermero sexy?
-¿Cómo? —pregunto el aludido soltando una pequeña risa.
-¡Noah!... discúlpelo… escucho a mi hija llamarlo así, aparentemente ella si lo encuentra sexy…—explico Kurt gesticulando nervios
-Bueno, gracias… pero dígale a su hija que no van por ahí “mis tiros” —respondió guiñándole un ojo a Blaine— ¿es usted Kurt Hummel -Anderson? —agrego mirando la ficha que cargaba.
-¿Cómo?...
-Kurt Hummel… ¿es usted?
-Si… Kurt Hummel–Anderson —repitió Kurt poniendo énfasis en lo de “Anderson”
-Es su turno entonces… acompáñeme —agrego el enfermero partiendo adelante.
-¿Acaso….?... ¿acaso esa persona te guiño un ojo?
-¿Cómo? —dijo Blaine aparentando desinterés.
-Él… —insistió Kurt apuntando en la dirección que el enfermero había desaparecido.
-No lo sé… no me di cuenta…
-¡Claro que te diste cuenta!... te pones todo así… cuando pasan esas cosas.
-¿Todo así como?
-Así... todo sexy… y engreído…
-No me puse nada… y ahora como los ribetes que está tomando esta conversación no son para todo publico —dijo Blaine señalando con la mirada a su hijo que en ese momento parecía que lo único importante era el parche en su antebrazo— deberías de entrar a hacerte los análisis.
-¿No me vas a dar ninguna explicación?.
-No tengo nada que explicar… con Noah te esperaremos aquí —dijo Blaine sentándose donde estaba antes.
-Ve Papá, no duele nada, no tengas miedo…—dijo el pequeño instalándose en la silla de junto.
Kurt lo miro un instante como si desconfiara de algo, hizo un gesto de desesperación con sus puños en alto y tomo un poco de aire, se arregló el cabello en el vidrio de la puerta y acomodo la argolla de casado en su dedo dejándola bien expuesta en su mano, como si con eso estableciera un punto irrefutable frente a aquel enfermero sexy, que en su cabeza ya estaba catalogado de descarado o algo peor.

Febrero de 2040





-Creo y debo hablar con nuestro hijo, explicarse ciertas cosas —añadió Blaine tomándolo de la cintura.
-Por supuesto… y yo voy contigo… así… termino esto antes de la cena —dijo Kurt apartándose para tomar el traje ya terminado.
-Espera, espera, espera…
-¿Qué?
-No puedes estar así tan cerca mío, y retirarte sin darme un beso al menos —aseguro Blaine tomándolo por las caderas.
-¡Oh!… ¿quiere establecer una nueva regla en nuestra relación Señor Anderson-Hummel?
-Creo que si…
-Muy bien… entonces, y solo en razón a esta nueva regla que nos regirá… lo primero que haré es tomar mis manos… y hacer esto… —contesto Kurt comenzando a acariciarle el cabello.
-Ok…
-Luego… con mi nariz hare esto… —añadió rozando con ella el cuello y quijada de su esposo— y para finalizar… señor Anderson-Hummel, me acercare a ti… así… —dijo arrimándose más que antes— y hare esto… así… —termino de decir Kurt dándole un beso que hizo a Blaine sentir que sus pies se levantaban un poco del piso.
-Mmmm… —musito Blaine saboreando el beso.
-¿Qué el pareció eso, como respuesta a esa nueva regla que quiere que nos rija Señor Anderson-Hummel? —pregunto Kurt sintiéndose el más poderoso de los hombres.
-Me parece que perdí la noción de tiempo, del espacio y de todo lo que me rodea —respondió su esposo sonriendo.
-¿De verdad?... ¿yo tengo la capacidad de hacer eso?
-Desde el primer día, luego que nos besamos la primera vez, olvide que estaba en la sala común de Dalton.
-Sé que no es cierto, pero me agrada eso que acabas de inventar.
-Es cierto… puedo probarlo.
-¿Si?... ¿y cómo?
-No lo sé… pero recolectare las pruebas, de una forma u otra…
-OK, pero mientras tanto yo puedo hacerle recordar si gusta…
-Ok…
-Primero, íbamos a besarnos por unos cuantos minutos, cosa que ya hicimos… segundo… —dijo acariciándole al cara —ibas a ir a hablar con el menor de nuestros hijos, para que no pensara que lo habías olvidado por tu carrera en la música y tercero, comenzaríamos a pensar en nuestro atuendo para la gala del MET.
-Ahora recuerdo todo, ¿seguimos besándonos entonces?—pregunto Blaine tomándolo por la cintura para acercarlo a él
-No… —respondió apartándose— la paternidad va primero… —añadió indicando en la dirección del cuarto de Noah.
-Mucha razón… ¿te ayudo con algo?
-No… es una traje pequeño para un niño diminuto, no se requieren más manos para llevarlo… —dijo Kurt tomando el pantalón y chaqueta ya terminados, desabotono un la camisa que esperaba en un maniquí de talle y miro revisando mentalmente a su alrededor por si dejaba algo olvidado.
-¿Esto no lo llevas? —quiso saber Blaine apuntando una caja con hilos, agujas, y tijeras de diferentes tamaños.
-No… pero toma la tijera pequeña y yo me calzare esto —respondió poniéndose la pulsera de alfileres nuevamente en su muñeca.
-Muy preparado, si una emergencia “fashionista” se presentara, me gustaría y aparecieras tú con todos esos implementos.
-Terminaría por salvarte eso de seguro —sentencio Kurt saliendo de la cocina.
-De seguro…—repitió su esposo partiendo tras de él.

-¿Noah?... estoy con el “Papáblen”, ¿podemos pasar?
-¡Por supuesto!... —contesto el pequeño desde adentro con el mayor de los entusiasmos.
-¿Ves?... eres la palabra calve para llamar su atención de inmediato —dijo Kurt abriendo la puerta.
-¿”Papáblen”?, ¿acaso ya llegaste? —pregunto Noah llevándose su manitos a la boca, como si la llegada de su otro Papá fuera lo más sorprendente que la había tocado ver aquella tarde.
-Así es hijo… hace unos momentos
-Me parece súper bien… —añadió alzando sus brazos.
-Y a mí… ¿cómo estás? —dijo Blaine levantándolo enseguida, le dio un abrazo bien apretado y un par de besos en las mejillas y el cuello que hicieron que su hijo se encogiera por las cosquillas de manera dulce y divertida.
-Bien… te extrañaba —respondió acurrucándosele en el hombro.
-Lo se…—añadió su Papá dándole otro beso.
-El Papá me esta haciendo el traje del “pesidente Lincon”, ¿lo sabias?
-Claro… el me lo dijo hace un momento.
-De hecho bebé, ya lo termine… mira —se adelantó en decir Kurt enseñando el traje ya acabado.
-¿Tan rápido? —preguntó el pequeño volviendo al gesto de sorpresa.
-¿Te lo quieres probar?, así puedes ensayar tu discurso.
-¡Si!... ¿Qué te parece “Papáblen”?
-Me parece excelente, pero antes… —dijo dejando a su hijo en el piso— me gustaría hablarte de algo.
-¿De qué?... —pregunto haciendo como limpiaba los cristales de sus gafas con el borde del sweater.
-Ven sentémonos aquí —añadió Blaine señalando el rellano de la ventana.
-Este es el mejor lugar para pensar, no sé si para hablar.
Kurt sonrió y se sentó en la cama a observarlos.
-Creo que sirve para las dos cosas… ven… —insistió dando unos golpecitos al lugar frente a él.
-¿De qué hablaremos?, ¿del “pesidente Lincon”?
-No… veras, tu Papá me dijo que estabas preocupado y pensativo, ¿eso es verdad?
-Si… tenía muchas cosas en las que pensar… —respondió tomándose la cabeza.
-También me dijo eso… y lo otro que me dijo fue que estabas preocupado por tu presentación porque creías que yo no asistiría a ella.
Noah miro a Kurt como si su mayor secreto hubiera sido revelado, junto sus manitos nervioso pensando que había dicho algo malo y desvió su mirada hacia el Central Park.
-Cariño, no te asustes —se adelantó en decir Kurt adivinando lo que pasaba por la cabeza de su hijo— el “Papáblen” solo quiere aclarar algunas cosas contigo.
-¿Fue malo lo que dije?
-No hijo, para nada…
-¿Entonces?... ¿Por qué quieres hablar de ello?
-Porque no quiero que te preocupes, ni que pienses que no eres importante para mí, porque tú , al igual que tus hermanos y tu Papá son lo más importante de mi vida… en especial tú…
-¿Por qué soy el más pequeño?
-Porque eres el más pequeño… y porque por nada de este mundo yo me atrevería a anteponer algo por encima de ti o tus intereses, sé que estos días he estado mas ausente de lo que quisiera, pero eso no significa que no te ame, o que no me preocupe por ti, porque lo hago Noah, cada día de mi vida es para amarte y buscar tu bienestar.
-Es lo que dijo el Papá… que por tu disco nuevo estas más ausente y como no puedes “deguelar”, debes ausentarte…
-Es verdad, pero lo que también es verdad, es que ya lo estoy terminando, y eso significa que después que esté listo tendré tiempo de sobra para estar más contigo, con el Papá y con Lizzie… ¿Qué te parece?
-¿Y con Henry Anderson Hummel?
-Con él también… ¿me prometes que no volverás a pensar que no eres importante para mí?
-Lo prometo “Papáblen” —respondió Noah haciendo los múltiples gestos de promesa que había aprendido de su hermana mayor.
-Muy bien… ven aquí… —dijo extendiendo sus brazos, Noah sonrió y sin que esperar que se lo pidieran dos veces se le colgó del cuello con la mayor de las fuerzas.
-¿Te cuento algo?... —el pequeño hizo un gesto positivo con su cabeza sin zafarse del abrazo— ya tengo medio pensado como resolver esta falta de tiempo que tengo.
-¿Si?... ¿y cómo lo resolverás “Papáblen”?
-Pues prefiero resolverlo primero, y luego te cuento… ¿Qué te parece?
-¿Para no crear “espeptativas” falsas?
Blaine sonrió a la par con Kurt al escuchar aquello y lo abrazo con más fuerza, lo soltó de a poco y le beso al frente.
-Tú lo has dicho… para no crear expectativas falsas, exactamente.
-Ahora cariño… ¿te quieres probar el tarje? —dijo Kurt revisando que no hubiera ninguna alfiler en el pantalón recién cosido, ni en el resto de la ropa.
-¡Si!... —exclamo Noah comenzando a desvestirse de inmediato— espérenme en la sala, para ensayar antes de la presentación— agrego quitándose el sweater.
-Muy bien bebé… pero si necesitas ayuda nos llamas, ¿de acuerdo?
-De acuerdo… —respondió saltando en un pie en un intento por quitarse el pantalón y las zapatillas, todo de una sola vez.

-¿De dónde saca esas palabras? —dijo Blaine mientras bajaba por la escalera hacia la cocina.
-Pues como bien has dicho tú, vivir entre adultos es gran parte de la culpa
-Claro, aunque también pienso que es más inteligente que cualquier niño de su edad.
-Lo es… ¿y sabes lo que creo?, que deberíamos de alertar a las autoridades universitarias, porque nuestros ADN mezclados pueden dar origen a una civilización de niños súper inteligentes —dijo Kurt sacando del refrigerador unas latas de soda.
-Pero estaríamos expuestos a que nos hagan estudios y pruebas —agrego Blaine siguiendo el juego, al tiempo que tomaba un tazón grande desde uno de los anaqueles y vertía en el una bolsa del mismo tamaño de frituras de diferente tipo.
-¿Nos guardamos el secreto entonces?
-Creo y sería lo mejor —sentencio abriendo la puerta para su esposo.
-Loco… —respondió Kurt quedándose perdido en los ojos de su esposo por unos segundos— ¡uy como te amo! —exclamo dándole un pequeño beso seguido de un mordico en la oreja.
-¡Oye!, tenemos boletos en primera fila para la primera actuación de nuestro hijo, no creo y sea un buen momento para toqueteos inapropiados.
-Primero… —dijo Kurt avanzando hacia la sala— no fue un toqueteo, fue un mordisco en tu pequeña oreja, bien sabes que esas orejitas diminutas me provocan cosas, segundo —agrego abriendo la puerta vidriada— no es la presentación oficial, es solo un ensayo y tercero, siempre es un buen momento para toqueteos —termino por decir dejándose caer en el sofá.
-Te tomare la palabra Kurt Hummel Anderson —contesto sentándose a su lado.
-Hazlo… ¿te sientes mejor? —le pregunto su esposo mientras el acariciaba el cabello
-¿Con respecto a qué? —dijo Blaine apoyando su cabeza en el canto del sofá.
-¿A lo de tus infundadas dudas sobre tus habilidades como padre?
-Ah... eso… la verdad es que si… pero solo porque nuestro hijo es maravilloso.
-Lo es… igual que su Papá… que planea cosas sin decirme…
-¿Qué cosas?
-Eso que le dijiste a Noah sobre que ya tenías medio pensado como resolver la falta de tiempo…
-Bueno, como le dije a él, prefiero resolverlo antes de contar nada, además…
-Hola… —interrumpió Lizzie llegando a la sala como si hubiera perdido todas las energías de su cuerpo.
-Vaya… ese si no es un “hola” feliz… —dijo Kurt mirándola sentarse en frente de ellos.
-No lo es…
-¿Qué sucedió Princesa?
-Soy lo peor del mundo… nadie debería hablarme nunca… es decir… ¡hola!... nadie! —contesto agarrando uno de los cojines, lo puso entre sus brazos y frunció el entrecejo como disgustada con todo.
-¿Sabes lo que ayudaría cariño?... no nos dieras más detalles de lo que te sucedió… inténtalo… solo por diversión… —dijo Kurt gesticulando con sus manos.
-¡Ay Papá!... no es hora para sarcasmos… ni eso merezco… ¡hola!
-Princesa… ¿qué te paso?, según lo que me conto tu Papá, estabas en el centro comercial con tu amiga Alaska…
-Acosando a un chico, no olvides esa parte —añadió Kurt terminando la frase por su esposo.
-En eso estaba… ¡uy!, ¡odio cuando pasan estas cosas!
-¿Qué cosas?... —pregunto Blaine con la mayor de las paciencias.
-Ok... les contare… pero si creen que soy lo peor del mundo pueden dejarme sin postre, ni regalos por el resto de mi vida —respondió Lizzie sacando un puñado grande frituras.
-Lo analizaremos cariño… cuéntanos…
-Ok… —dijo mascando— estábamos con Alaska en el centro comercial persiguiendo a su amor Nicholas Wooten… llegamos donde él trabaja, que es esa tienda donde venden esos zapatos súper geniales…
-¿La tienda Clarks?
-¡Si!
-¡Me encanta esa tienda!… ¿te acuerdas que una vez la visitamos Blaine?, la colección de “desert boots” es la mejor que existe, ¿ese amigo tuyo acaso tiene descuento? —pregunto Kurt de lo mas interesado
-No lo sé... ¡debí preguntar eso!… ¡hola!
-¿Que tal si nos concentramos en lo que estábamos hablando al principio? —dijo Blaine deteniendo en seco el tema de los zapatos extra geniales.
-¿Qué?... oh… si, si, si… sigue contándonos cariño —dijo Kurt haciendo una mueca cómplice con su hija.
-¿Qué cosa?... ¡ah!.. obvio… ¡hola!… el asunto es que lo fuimos a espiar para obtener algunos datos, Alaska quería que fuera yo su “piloto de pruebas”, entre a la tienda aparentando que queria zapatos, y lo que sucedió es que Nicholas me vio y se acercó a hablarme.
-Pero eso es muy bueno Princesa, ¿no era ese el propósito del acoso?
-Lo era, pero resulta que el tal Nicholas empezó a decir que yo le gustaba, que era bella, inteligente.. que no sé qué con mis rizos… ¡si hasta me invito al baile por todos los cielos!
-¿El baile de graduación?
-Si… y cuando le conté a Alaska se puso furiosa, me llamo “roba novios” y no sé qué más… ¿por qué me llama así?, ¡Nicholas ni si quiera es su novio!... ¡hola!... ¡me sentí de lo peor! —exclamo tapándose la cara con el cojín.
-Cariño, que este chico se muestre interesado en ti no es tu culpa y tu amiga Alaska debería entender eso.
-¡Pues no lo entiende! —exclamo Lizzie alzando sus manos— ¡ni lo entenderá tampoco!, me dejo tirada en el centro comercial… íbamos en su auto, ¿cómo se le ocurre?... no sé qué hacer… —añadió tomando una lata de soda, la abrió con rudeza y se la bebió casi toda de un solo trago.
-Princesa, lo que debes hacer, es hablar con tu amiga, explicarle que no tuviste intención de quitarle a su novio.
-¡Pero si no es su novio!… ¡hola!... además no tenía intención alguna de quitarle nada, fue culpa de Nicholas que cree que porque tiene un cuerpo de ensueño, unos ojos divinos y huele sensacional, puede hacer lo que quiera con las chicas… ¡pues se equivoca!.
Blaine intercambio miradas con su esposo pensando ambos lo mismo.
-¿Por qué se miran así?... ¿Qué están pensando?
-Pues pensamos, que al parecer a ti te gusta ese chico… —señalo Kurt sonriendo.
-¿Qué?... ¡No me gusta!… ¡a ustedes les gusta!…
-Lizzie…
-Ay está bien… es más que atractivo y lo odio por eso… ¿qué debo hacer?... ¡ayúdenme!
-Primero, no sentirte culpable, no es tu culpa que ese niño te elija a ti en desmedro de tu amiga...
-Segundo, hablar con Alaska, si bien como dice tu Papá, no tienes la culpa de lo que paso, ella tampoco la tiene y debe sentirse un poco desilusionada —añadió Blaine arrugando la nariz
-Y tercero —dijo Kurt entregándole una servilleta— si te gusta ese chico deberás de aceptar su invitación y salir con él sin culpas…
-Pero arregla las cosas con tu amiga primero, los chicos van y vienen, la amistad es algo que permanece para siempre —sentencio Blaine creyéndose consejero motivacional.
-¡Ay está bien!… gracias padres —dijo Lizzie haciendo un puchero.
-De nada cariño, ahora ven a sentarte aquí con nosotros —pidió Kurt señalando el sofá donde ellos estaban.
-¿Por qué?... no me obligaran a ver una película de como mil años, ¿o si? —respondió Lizzie levantándose a regañadientes.
-No… queremos que escuches a tu hermano, nos mostrara lo que dirá en su presentación del día del Presidente.
-¿Lo de Lincoln?
-Exacto, está muy entusiasmado, así es que debemos ponerle atención —dijo Blaine moviéndose hacia un extremo para hacerle espacio a su hija.
-¡Que cosa ten genial!, Lincoln es el único republicano que ha valido la pena en nuestro país—aseguro Lizzie dejándose caer entre sus dos padres.
-Ciertamente cariño…
-Ahí viene Noah… se ve tan grande con el traje —advirtió Blaine apuntando hacia la entrada de la sala.
-Listo, ya me vestí… —dijo el pequeño arreglando su traje mientras sostenía a “Desmond” bajo uno de sus brazos.
-¡Te queda perfecto cariño!... qué maravilla —exclamo Kurt dando unos aplausos.
-Si... aunque me falta mi barba y mi gorro —señalo tocándose la cara y la cabeza al mencionar los ítems ausentes.
-Pues la barba te la podrán el día de la presentación como te dije bebé y el sombrero, el “Papáblen” lo encargo en una tienda, lo harán especialmente para ti.
-¿De verdad “Papáblen”?
-Muy verdad… ahora muéstranos lo que dirás ese día.
-Si… —dijo Noah poniéndose recto en el lugar, tomo un poco de aire y se concentró en un punto fijo en la distancia— Lizzie Anderson Hummel, ¿puedes sostener a “Desmond” —agrego entregándole el dinosaurio
-Obvio “Goblin”… ven “Desmond”, tu Papá está a punto de hacer historia —respondió Lizzie sentando al juguete entre ella y Kurt.
-Yo no soy su Papá Lizzie Anderson Hummel… con “Desmond” somos amigos… —aclaro Noah abriendo sus manos como si quisiera establecer un punto irrefutable.
-¡Oh!… perdón… —dijo Lizzie sonriendo.
-Vamos bebé, te escuchamos —agrego Kurt acomodándose.
-Si…—repitió el pequeño tomando un poco de aire— "Que el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparezca de la Tierra." —comenzó a decir Noah demostrando todo el talento que había heredado de sus padres, y que hasta ese momento había permanecido oculto. Continuo hablando sobre los privilegios de los blancos y de cómo todos debían tener derecho al sufragio incluyendo las mujeres.
-Por dios…—murmuro Kurt sintiendo que su pequeño hijo era digno de un oscar.
-Vaya con el “Goblin”… —añadió Lizzie sonriendo— tal vez el sí siga sus pasos padres.
-“Shhhh”… escuchen… —pidió Blaine haciendo un gesto de silencio.
Kurt le hizo un gesto de despreocupación con una de sus manos y se movió más adelante en el asiento pensado y deseando que lo que decía Lizzie fuera cierto, que Noah se olvidara de los insectos y la ciencia y se dedicara a actuar junto a él pro el resto de su pequeña vida.

Enero de 2022





-¿Puedo cómeme uno de los chocolates? —pregunto Henry hurgando dentro de la bolsa de supermercado.
-Luego de la cena cariño, antes no —dijo Kurt quitándole el gorro y al bufanda.
-¡Pero queda mucho para la cena!… es súper no justo —insistió el chico cruzándose de brazos.
-Lo que no es justo, es que arrugues una carita tan bella… ve a lavarte las manos la Tía Lily llegara en unos instantes —añadió su Papá corrigiéndole el peinado.
-Está bien… —contesto Henry como refunfuñando.
-Está bien…—repitió Kurt en el mismo tono.
-Los pondré aquí —dijo Blaine señalando los anaqueles más altos, tomo las barras de chocolate y el resto de las compras y las guardo donde dijera.
-Perfecto, mientras alto mejor… luego le decimos a Lily que Henry puede comer un trozo después de cenar —agrego Kurt sacando del horno el postre que había preparado.
-Te dije que te quedaría perfecto… —sentencio Blaine al ver el soufflé esponjoso y levantado como se supone y debía de quedar.
-Y yo te dije que había que preparase para cualquier imprevisto, nunca se sabe con el “soufflé au chocolat” —respondió Kurt mirándolo por todos lados— pero por lo visto, creo y esta vez no necesitare ni las frambuesas… ni la crema batida, por lo tanto —agrego tomando una caja plástica y cuadrada llena de aquella fruta— podemos dejar esto para cualquier otra ocasión —dijo poniéndolo dentro del refrigerador.
-Pues a mí se me ocurren unas 5 diferentes y que involucran quedarse en casa y en nuestra cama todo lo que resta de tarde.
-¿Vas a seguir con eso? —pregunto tirando los guantes de horno al fregadero— ya no sé qué pensar, ni que creer cuando me estás hablando, si no quieres ir a este encuentro, dímelo ahora… sin bromas —señalo Kurt parándose frente a él con los brazos cruzados y un semblante serio en su cara.
-Kurt…
-No, de verdad, porque me dices una cosa, luego esbozas esa sonrisa con la que consigues todo y me dices otra completamente diferente… así es que…
-¿Tú quieres ir? —quiso saber Blaine mirándolo con las cejas levantadas.
-No, no, no… —respondió Kurt gesticulando negativa con sus manos— no me hagas esto, yo pregunte primero.
-Y yo pregunte segundo, respóndeme… ¿tú quieres ir?
-Quiero ir, obvio que quiero, te lo dije antes de que saliéramos a comprar…
-Entonces yo también quiero ir —respondió Blaine sonriendo de la manera que Kurt aseguraba y conseguía todo.
-¡Uy!... —exclamo apuntando la sonrisa irresistible de su esposo— creo y lo haces a propósito Blaine Anderson-Hummel…
-¿Eso piensas? —pregunto este aproximándosele de manera sexy.
-Papá, ya lave mis manos, ¿puedo comer chocolate? —interrumpió Henry enseñando sus palmas abiertas.
Kurt soltó un suspiro de frustración al no poder hacer lo que deseaba frente a la proximidad de su esposo y se volteo hacia su hijo.
-¿En qué quedamos bebé? —pregunto.
-En que debo cenar primero… —contesto su hijo al tiempo que se trepaba en una de las sillas de la mesa de la cocina y se quedaba pensativo con su cabeza apoyada en una mano.
-Así es… y en cuanto llegue la Tía Lily se lo diremos.
-¿A qué hora van a “dregresar”?
-Pronto hijo, estoy muy seguro que la reunión a la que vamos será tan aburrida que podremos regresara enseguida.
-¿Y si es aburrida para que van?
-Porque queremos saber que sucedió con todos nuestros compañeros de escuela 10 años después, algunos fueron grandes amigos nuestros y algunos llegaron a conocerte cuando eras un bebé.
-Ah…si me acuerdo… —dijo Henry con convencimiento.
-¿Te acuerdas de que cariño? —pregunto Kurt sonriendo.
-De sus amigos que me conocieron —respondió el pequeño encogiendo sus hombros.
-¿En serio?... en ese caso creo que mereces dos trozos de chocolate tras la cena, por tu buena memoria —agrego Blaine besándole la cabeza.
-Esa debe ser Lily… —dijo Kurt al sentir la puerta— Blaine, ¿puedes guardar el postre por favor?, la caja que compre esta sobre el refrigerador —añadió apuntando mientras salía.
-Claro… —dijo este haciendo lo que le pidieran.
-¿Puedo comer de eso también? —pregunto Henry trepándose en la mesa, queriendo sacar un pellizco de soufflé.
-Creo que no hijo… esto lo llevaremos a la comida a la que vamos.
-¿Me traerán un pedazo?
-Por supuesto… —dijo Blaine mientras armaba la caja— yo me encargare personalmente de aquello.
-¡Súper perfecto! —exclamo Henry levantando un brazo con la mano empuñada.
-¿Qué es súper perfecto?... ¿acaso tu genial Tía Lily?
-¡Tía Lily!... abrázame… —agrego Henry alzando sus pequeños brazos.
-¡Pero por supuesto!... ¿cómo estás? —dijo la recién llegada al tiempo que se comía a besos al hijo de sus amigos.
-Bien, pero los Papás no me dejan comer del chocolate que compraron, ni del postre que hicieron.
-¿En serio?... pues eso es súper no perfecto… ¿qué pasa con ustedes? —pregunto Lily creyendo que tenía la misa edad del niño de la casa.
-Pasa que llegamos a un acuerdo… ¿o no bebé?
-Si… debo comer la cena primero… —sentencio Henry blanqueando sus ojos al tiempo que hacia una serie de muecas que demostraban que estaba harto que le dijeran lo mismo una y otra vez.
Todos rieron al ver los gestos del pequeño.
-Pues yo me ocupare de recompensar tu buena conducta luego de la cena… ¿trato?—dijo Lily alzando su mano.
-¡Trato! —exclamo Henry “dándole los cinco”
-¿Verán a Rachel? —pregunto la chica sentándose en la silla próxima a la del pequeño.
-Según lo que nos dijo ayer y que es “no me pierdo esa reunión por nada”, la veremos… ¿por qué? —pregunto Kurt mientras anotaba una serie de números en un papel y lo colgaba con un magneto de flor en la puerta del refrigerador.
-Por nada… ¡me encanta esa chaqueta! —exclamo señalando el atuendo de Blaine para cambiar de tema.
-¿Hay algo por lo que debería preocuparme? —se adelantó en preguntar Kurt dejando a su esposo con la boca abierta presto responder el halago.
-¿Qué?... ¡no!… ¿por qué dices eso?... ¿dónde lo compraste Blaine?
-Bueno…
-¡Lilian Mary Stewart demando una repuesta tuya en este preciso instante! —exclamo Kurt volviendo a interrumpir a su esposo y su afán de responder los piropos que su amiga le brindaba.
-¡No hay nada!… lo juro… es solo que…
-¿Solo que...?
-Solo que Rachel tenia ciertas… ¿Cómo decirlo?... —respondió la chica mirando el cielo raso en busca de una respuesta— ¿dudas?...
-¿Dudas?... dudas con que… —añadió Kurt acercándosele dos pasos.
-Dudas… dudas con… “ellargodelasfaldasdelaSeñoraBown”—dijo Lily de corrido.
-¡¿QUÉ?!... —exclamo abriendo sus ojos más de lo normal y aproximándose otros cuatro pasos.
-¡Es solo un detalle Kurt!... no te aflijas… —agrego haciendo un gesto de desinterés con su mano— oye Blaine, ¿Cuándo lanzaran el álbum de “Crossover”?, le pregunte a Westbrook y…
-¡LILY!...
-¿Que?... mira, el asunto es que Rachel me dijo eso luego de la primera prueba de vestuario, le dije que te lo diría a ti, y eso es lo que acabo de hacer.
-Maldita seas Rachel Berry… —murmuro Kurt por lo bajo para que su hijo no escuchara ese tipo de lenguaje.
-Mira, no te preocupes… vete a tu fiesta, yo tengo todo medio arreglado.
-¿Medio arreglado?, te recuerdo que estrenamos en menos de cuatro meses.
-Lo se… ¡por dios si lo sé!... pero todo va estar bien… te lo juro… —dijo Lily besando sus dedos en cruz.
-Si claro… —respondió tomando su teléfono.
-¿Qué vas a hacer? —se atrevió a preguntar Blaine acercándosele.
-Llamare a Rachel, para asegurarme que ira a la comida y así hablar con ella de este capricho que invento —respondió mientras buscaba el número.
-No necesitas llamarla… lo que deberías de hacer es calmarte, o terminaras arruinando tu encuentro estudiantil —dijo Lily arrebatándole el teléfono.
-¿Qué acaba de pasar? —pregunto Kurt medio descolocado.
-Yo te quite el teléfono y tengo pleno derecho a hacerlo… ya te dije que tengo todo medio arreglado, hable con la modista y el diseñador, todo estará bien —agrego la chica devolviéndole el aparato al ver la cara más que amenazante de su amigo.
-Muy bien, te creo… pero si las cosas no se solucionan y tu vuelves a quitarme el teléfono, le diré a Richard lo que se de ti…
Lily se echó hacia atrás sorprendida y miro a Blaine como si este fuera el responsable de que Kurt supiese cosas que bajo ninguna circunstancia debía saber.
-¿Qué tal si nos vamos? —dijo Blaine queriendo poner paños fríos en una discusión que aunque estúpida, estaba cobrando ribetes exagerados.
-Claro… —respondió su esposo sin quitar los ojos de los de su amiga— hablare con Rachel… —agrego apuntándola, Lily Blanqueo los ojos y se sirvió un vaso de agua— adiós cariño… pórtate bien… te amo… —termino por decir dando unos besos de despedida a su hijo.
-Lo hare… te amo Papá…—dijo el pequeño respondiendo a los mimos de su Papá con golpecitos en su espalda.
-Lo siento… —murmuro Blaine mirando a su amiga una vez que Kurt salió de la cocina.
-Por favor, si me preocupara por los arranques de tu esposo, ya tendría una ulcera de este porte —dijo Lily señalando con manos algo del porte de una hogaza de pan de dos kilos como mínimo.
-Esta nervioso, es su primera obra, ¿lo entiendes verdad?
-¡OBVIO QUE SI!... —exclamo alzando sus brazos— ¡uy!… ¡odio que lo consientas tanto!... —añadió dándole una especie de empujón amistoso.
-Pues a mí me encanta hacerlo… adiós hijo… y recuerda… chocolate…
-Una vez que termine de cenar… lo sé... —se adelantó en decir Henry gesticulando con sus manos.
-Muy bien… aquí están los números del lugar en que estaremos —dijo Blaine señalando el refrigerador.
-No hay problema… diviértanse… y denle saludos a ese chico del que siempre hablan… el de las gafas que se dedica al cine.
-¿Artie?
-Él… díganle que creo que es talentosísimo…
-OK, se lo diré… gracias Lily… —termino por decir Blaine cogiendo la caja con el “soufflé au chocolat”
-Por nada, y ya vete o Kurt creerá que estoy hablando mal de él contigo.
-Lily…
-Está bien… me retracto… ¡ya vete! —insistió meneando un paño de cocina como si Blaine fuera una mosca molestosa en un día de campo.

-¿Tienes la dirección?—pregunto Blaine subiéndose al auto.
-La tengo… —respondió Kurt recibiendo la caja con el postre.
-Creo que si nos vamos por FDR drive nos demoraremos menos… ¿Qué opinas?
-…
-¿Kurt?
-Sí, ve por donde desees, mientras lleguemos a destino… —respondió este mirando hacia la calle.
-Llegaremos eso de seguro —señalo Blaine poniéndose el cinturón de seguridad —¿estás bien?... o ¿aun estas molesto por mi insistencia en quedarnos en la casa?
-No… ¿de qué estás hablando?… estamos en el auto camino al evento, sería estúpido de mi parte enojarme por eso contigo.
-¿Seguro?, ¿aunque hiciera una maniobra aquí mismo para terminar de convencerte que no hay mejor panorama que las frambuesas y la cama?
-¿De verdad que tienes planeado algo con esos dos elementos?
-¡Obvio que sí!... y algo muy bueno —sentencio Blaine moviendo sus cejas.
Kurt le sonrió un instante y volvió a perder su vista en la calle.
-Lily le mando saludos a Artie… ¿puedes creerlo?, ni siquiera lo conoce y me pide que le diga que lo encuentra talentosísimo.
-De ella puedo creerlo todo.
-Kurt, estoy seguro y lo del vestuario no será mayor problema, además aún faltan casi cuatro meses para el estreno, tu obra tiene el éxito asegurado.
-Lo se… y sé que no será un problema… no debí hablarle así a Lily… no se en que estaba pensando.
-Estas nervioso, y quieres que todo salga bien, en eso estabas pensando.
-¿Se enojó mucho, ¿te dijo algo de mí?
-La verdad es que no, yo le pedí que te entendiera porque estabas nervioso y ella me respondió que obvio, que si te hiciera caso tendría una ulcera así de gigante, luego me regaño por consentirte tanto…
-¿Te regaño?
Blaine hizo un gesto de si.
-¿Y tú que le dijiste?
-Que me encanta hacerlo… —respondió Blaine aprovechando un semáforo en rojo para regalarle la que Kurt creyó y era la mejor de sus sonrisas.
-Gracias…
-De nada… aunque eso si, no puedo dejar pasar la oportunidad de pedirte que aunque pase lo que pase, no le digas Richard que Lily durmió con Dylan… eso es algo que le corresponde explicar a ella.
-Lo se… y no lo hare no te preocupes… me salí de mis casillas y actué como un adolescente… espero y me perdone
-Estoy seguro y ya lo hizo, y por lo demás tienes todo el derecho de portarte como un adolescente, mal que mal estamos de camino de reunirnos con nuestros ex compañeros de escuela, no hay nada mejor que revivir aquellos tiempos incluso con actitudes.
-Claro…
-¿Recuerdas nuestro código?, ¿verdad?
-Lo recuerdo… un rascado de cabeza, sutil, por cierto, no como si tuviéramos parásitos —dijo Kurt haciendo el gesto en su propia cabeza.
-Muy bien, y no te reprimas en solicitarme, puedes rascar esa maravillosa cabeza tuya las veces que desees.
-No lo hare… aunque si me lo preguntas me gustaría que te mantuvieras pegado a mi y así no necesitaría de ningún gesto raro.
-Puedo hacer eso si gustas… —dijo Blaine tomando al primera salida hacia TriBeCa.
-Lo se… y no sabes cuánto agradezco ese afán tuyo de consertirme, espero y nunca lo dejes.
-¿No escuchaste lo que dije?, ¡me encanta hacerlo!… —exclamo tomándole una pierna, Kurt puso su mano encima y Blaine sonrió mientras ponía el cambio en tercera cogido de la mano de su esposo.

Octubre de 2041





-¿Acaso….?... ¿acaso esa persona te guiño un ojo?
-¿Cómo? —dijo Blaine aparentando desinterés.
-Él… —insistió Kurt apuntando en la dirección que el enfermero había desaparecido.
-No lo sé… no me di cuenta…
-¡Claro que te diste cuenta!... te pones todo así… cuando pasan esas cosas.
-¿Todo así como?
-Así... todo sexy… y engreído…
-No me puse nada… y ahora como los ribetes que está tomando esta conversación no son para todo publico —dijo Blaine señalando con la mirada a su hijo que en ese momento parecía que lo único importante era el parche en su antebrazo— deberías de entrar a hacerte los análisis.
-¿No me vas a dar ninguna explicación?.
-No tengo nada que explicar… con Noah te esperaremos aquí —dijo Blaine sentándose donde estaba antes.
-Ve Papá, no duele nada, no tengas miedo…—dijo el pequeño instalándose en la silla de junto.
Kurt lo miro un instante como si desconfiara de algo, hizo un gesto de desesperación con sus puños en alto y tomo un poco de aire, se arregló el cabello en el vidrio de la puerta y acomodo la argolla de casado en su dedo dejándola bien expuesta en su mano, como si con eso estableciera un punto irrefutable frente a aquel enfermero sexy, que en su cabeza ya estaba catalogado de descarado o algo peor.
Blaine se quedó viendo a su esposo mientras entraba en el laboratorio, enseñando su argolla como si fuera una bandera de lucha, negó con la cabeza y sonrió para si, como siempre lo hacía cuando Kurt quería hacer valer la pertenencia que tenía sobre él.
-¿Por qué sonríes “Papáblen”?
-…
-¡”Papáblen”!, “Desmond” y yo queremos saber porque estas sonriendo —insistió Noah trepándose en la silla para quedar sentando sobre sus rodillas.
-Lo siento hijo, no te escuche… ¿qué me preguntabas?
-Que porque sonríes, ¿Por qué el Papá tiene miedo?
-No hijo, tu Papá no tiene miedo, es solo que… —respondió tomándolo en sus brazos— cuando amas a alguien, lo único que se te ocurre hacer es sonreír todo el tiempo —dijo dándole un beso a él y otro a “Desmond”
-¿Cómo Henry Anderson Hummel que sonríe cuando esta con Amelia?
-Exacto…
-¿Y Lizzie Anderson Hummel?, ¿con quién sonríe?
-Bueno, ella sonríe todo el tiempo, así es que creo que no necesita a nadie para eso.
-¿Y por qué yo sonrió?, no amo a nadie que yo sepa.
-Eso es porque tú eres un dulce, relleno y bañado como dijeron tus hermanos —respondió Blaine haciéndole unas cosquillas en la panza, Noah rio de buena gana y se acercó más a su “Papáblen”, como si se acomodara para dormir una siesta— cuéntame, ¿qué te dijo Liverpool?
-Me pregunto por “Mister Stephen Wishkers” y que por qué no viajo con nosotros.
-¿Y tú le explicaste el por qué?
-Sí, porque el Papá no quería que se hiciera novio de “Agatha”
-¿Le dijiste eso?
-Sí, porque es la verdad, siempre se debe decir la verdad.
-Eso es muy cierto, ¿y que te dijo él?
-Se puso triste porque quería conocerlo.
-Bueno, ya habrán muchas ocasiones para que lo conozca, en persona o en fotos.
-Es lo que le dije yo, pero parecía más triste por otras cosas.
-¿Qué cosas?
-Porque no está en su cuarto y porque había perdido todo su cabello por ejemplo.
-¿Él te lo dijo?
-No, yo se lo pregunte porque lo “pepsivi” en sus ojos, pero yo le dije que no se preocupara, que su cuarto lo estará esperado cuando termine su tratamiento y que el cabello no es importante para ser feliz, el abuelo Burt Hummel no tiene y es súper feliz.
-Eso es muy cierto —dijo Blaine sonriendo emocionado— ¿sabes a quien también le gustaría escuchar eso? —Noah gesticulo un no con su cabeza— pues a tu Papá, asegúrate de contárselo cuando salga de hacerse los análisis, ¿de acuerdo?
-De acuerdo… —respondió Noah acurrucándose— sabias que Hendrix Westbrook Stewart y el tío Dylan Westbrook se cortaran el cabello para “solidr”... “sodira”…
-¿Solidarizar?
-Si… para “sodirazirar” con Liverpool Westbrook Stewart.
-¿Y tú qué opinas de eso?
-Que yo también quisiera “sodirazirar” con él, pero no sé si tú y el Papá me autorizaran.
-¿A cortarte el cabello?
-Si, es una decisión difícil.
-No lo es tanto, te diré algo, cuando el Papá salga por esa puerta, le preguntamos qué opina, ¿bueno?
-Bueno… —respondió el pequeño acomodándose nuevamente.

-Tome asiento Señor Hummel... —dijo el enfermero señalando los lugares, cada uno estaba diseñado especialmente para la extracción de sangre, eran como sillones reclinables y tenían apoya brazos más largos que los usuales para que los pacientes estuvieran cómodos.
-Anderson… —agrego mirándolo fijo.
-Claro… ¿no son de Londres?, ¿verdad?
-No, de New York… —respondió Kurt quitándose la chaqueta elegante que vestía, la dejo en otra de las sillas de la manera más ordenada y se sentó en la que estaba próxima a una ventana— ¿cualquier brazo? —agrego.
-Sí, con el que se sienta más cómodo —respondió preparando los implementos.
-Si es así, con este… —dijo enseñando su dedo con la argolla de casado. Se arremango la camisa y dejo su mano bien a la vista, como si fuera a participar en un concurso de dedos o algo parecido.
-Muy bien… le pondré esto aquí, y sentirá un pequeño pinchazo, respire hondo cuando se lo indique.
-¿Usted tampoco es de aquí?, ¿o me equivoco? —pregunto Kurt mirando la liga en su brazo.
-No… soy de Australia, ¿Cómo lo noto?
-Soy bueno en los detalles —dijo sonriendo —eso incluye detectar acentos y comportamientos totalmente inapropiados —agrego mirándolo fijo.
-Bien por usted —respondió sin darse por aludido— muy bien señor Hummel, respire hondo.
-Disculpe, antes que haga nada y no sé si lo que voy a decir es totalmente inapropiado, pero me da lo mismo, porque dos cosas suceden aquí, o la enfermar de afuera se equivocó en apuntar mis datos o usted no sabe leer bien, porque le he corregido más de una vez que mi nombre es Kurt Hummel-Anderson, ANDERSON, porque estoy casado —dijo enseñando su argolla— y mi esposo, Blaine Anderson, es el señor extra guapo que está afuera con uno de mis hijos, así es que por favor, y si es que no es mucho problema, tenga la amabilidad de llamarme así —termino por decir Kurt desviando su mirada hacia otro lado, como si temiera que el enfermero sexy se vengara de él clavándole cinco agujas al hilo.
-Vaya… disculpe señor Hummel-ANDERSON —dijo el enfermero haciendo hincapié en lo de Anderson— no fue mi intención ofenderlo, ni tampoco faltarle el respeto, no sabía, sino créame que hubiera dejado mis bromas y guiños para otro paciente.
-¿Perdón? —añadió Kurt levantando una ceja.
-No, por favor… nada sucedió, su esposo se sentó aquí mismo, le extraje la sangre y nada más, solo le pedí una foto, y accedió a tomársela, después de todo no se atiende a Blaine Anderson todos los días —explico comenzando el proceso de extracción de la muestra sanguínea.
-¿Entonces si sabía que era Blaine Anderson-Hummel? —pregunto Kurt con una gran sonrisa en su cara y sintiendo más rabia que antes.
-Sí, bueno… ya sabe… —trato de explicarse el chico mientras desechaba los implementos usados en el procedimiento— en fin… ya está listo señor Hummel-Anderson, puede retirarse, como le dije al resto de su familia, a más tardar mañana sabrán si son compatibles o no —añadió anotando algunas notas en la ficha de ingreso.
-Vaya, que buena mano tiene, no sentí nada —dijo Kurt arreglándose la ropa.
-Bueno, creo que usted estaba más preocupado de reñirme que de otra cosa, así es que no me de méritos que tal vez no tengo.
-Por supuesto que no los tiene y no pensaba hacerlo tampoco —añadió terminando de vestirse— esperaremos esos resultados entonces… ¿no es preciso volver aquí?, ¿verdad? —pregunto señalando a su alrededor como si aquel subterráneo fuera el peor lugar de toda la tierra.
-No, se los harán saber arriba.
-Mejor aún… adiós —termino por decir Kurt encaminándose a la salida, tomo un poco de aire antes de abrir la puerta, como si buscara calma en su propio aliento y termino por salir, dispuesto a pedir a su esposo explicaciones y detalles de todo lo sucedido allí dentro con él y el tal enfermero sexy, en especial aquello de los guiños y bromas que este había hecho mención.
Traspaso la puerta y se encontró con su familia en pleno esperándolo en la sala, Henry estaba al lado de Blaine y gesticulaba con sus brazos la fuerza que al parecer tenia, Lizzie hacia muecas divertidas como si se burlara de todo como siempre y Noah solo reía acurrucado en los brazos de su esposo, sonrió para si al ver que lo tenía todo para luego terminar por sentirse estúpido por los celos e inseguridad que había sentido.

-¿Por qué aun no terminan?... ¿qué hay con sus venas?, ¡hola! —dijo Lizzie llegando al laboratorio, se arregló el cabello y miro a su alrededor en busca del enfermero sexy.
-Lizzie Anderson Hummel, ¿a qué bajaste?
-Pues a averiguar qué pasa con los hombres de mi familia, yo me hice el examen en menos de un minuto y ustedes están tardando una eternidad y media… ¡hola!
-¿Tus tíos Princesa?
-Se quedaron con Liverpool, porque se iban a despedir de él, la Tía Lily dijo que nos irían a dejar al departamento, luego volverían aquí.
-Mejor así, si bien recuerdo donde vive Dylan, no sabría bien llegar hasta allí, no sin preguntar al menos —dijo Blaine repasando el mapa del barrio de Belgravia que tenía en su cabeza.
-¿Te van a “epstraer” más sangre Lizzie Anderson Hummel?
-No “Goblin”, ¿cómo se te ocurre?, después me desmayo o algo… —respondió dejándose caer al lado de Blaine como si efectivamente se desvaneciera a causa de una anemia aguda— aunque ese enfermero sexy puede “epstraerme” lo que sea y cuando sea.
-Princesa… —dijo Blaine señalando al más pequeño de la familia con su mirada.
-¡Ay si no he dicho nada!... ¡hola!
-Dijiste, además, debo advertirte que al parecer ese enfermero sexy, es gay.
-¿Qué?... ¡no!... ¿qué está pasando?... quiero olvidar a Vincent y toda su porquería de “esto va muy rápido” y nadie me ayuda.. ¡Que pasa contigo Londres! —exclamo alzando uno de sus puños como si la ciudad entera fuera culpable de sus desvaríos amorosos.
-Bueno, deberías buscar en otro lado con quien olvidar a tu novio… oye, ¿qué tal si salen con Hendrix y tu hermano esta noche?
-“Papáblen”, Hendrix es un niño…
-Tiene 15 años, no es un niño hija, y estoy seguro que estará más que complacido de llevarlos a recorrer los lugares de moda.
-¡Pero qué desubicación!, ¡si él no podrá ni entrar!, ¿qué hará?, ¿quedarse afuera?... ¡hola!
-Bueno era solo una idea…
-Y es una muy buena idea… ¡uy eres tan sabio “Papáblen”!.. ¡te amo!... —dijo Lizzie dándole unos cinco besos en diferentes partes de la cara.
-Claro, primero me llamas desubicado por sugerirte un plan para esta noche y ahora me llenas de besos… ¿quién entiende a esta Princesa?
-Nunca te llame desubicado, hable que la situación lo era… nunca te llamaría de ninguna forma, excepto “súper guapo” o algo… —dijo la chica recostándosele en el hombro.
-¿Ya no lo llamaras “Papáblen” como siempre, Lizzie Anderson Hummel?
-No, de hecho “Goblin”, le cambiare el nombre en este instante… —respondió su hermana poniéndose de pie, miro a su alrededor y tomo uno de los lápices que había de cortesía en el mesón de la recepción y volvió hasta el área de las sillas, se paró frente a Blaine y tomo un poco de aire como si dispusiese a decir el discurso de su vida— Yo la Princesa Lizzie Anderson Hummel, cambio su nombre a “Papáblen súper guapo Anderson-Hummel”—agrego dando con el lápiz dos toques a Blaine, uno en cada hombro tal y como la reina lo haría en una envestidura de caballero en la corte.
-¿Al Papá le gustara ese nombre?
-¡Obvio que si “Goblin”!… ¿porque crees que se casó con el “Papáblen”…
-¿Por qué lo ama?
-Por eso y porque es súper extra guapo… ¡hola!
-¿Quién es “súper extra guapo”?... ¿yo?... —pregunto Henry llegando hasta donde estaban todos.
-No, el “Papáblen”, Lizzie Anderson Hummel le cambio el nombre y todo.
-¿En serio “Goblin”?, ¿y el Papá lo aceptara? —pregunto sentándose junto a ellos.
-Si porque lo ama y se casó con él por ser “epstra” guapo.
-¿Te sientes mejor hijo? —pregunto Blaine acariciándole la espalda.
-¡”Papáblen”!
-¿Te dieron miedo las agujas Henry Anderson Hummel?
-Henry… ¡vamos!... no puede ser… —agrego Lizzie tapándose la boca para no soltar una gran carcajada.
-Lo siento hijo… —dijo Blaine poniendo cara compungida.
-¿Cómo pudiste tener miedo Henry?, ¡mides como dos metros! y pesas… bueno bastante…
-¿Y eso que tiene que ver?... además no tuve miedo “Rizzie”, solo me sentí mareado luego del procedimiento.
-Yo no me sentí mareado… —dijo Noah mirando a su hermano —¿porque te mareaste tú?
-No lo sé “Goblin”… solo me sucedió.
-¿Pero ya estas restablecido?
-Lo estoy… mírame, ¡fuerte como un roble! —exclamo exacerbando uno de sus bíceps.
-Ahí viene el Papá, a ver si él también esta mareado —indico el pequeño bajándose del regazo de su otro Papá.
Henry blanqueo los ojos pensando que tal vez esa debilidad mostrada frente a su hermano menor, lo perseguiría por el resto de sus días.
-¡Papá!... ¿quién te hizo el examen?, ¿el enfermero súper extra sexy? —pregunto Lizzie moviendo sus cejas.
-Me lo hizo un enfermero, que en realidad cariño, no sé si estas ebria o algo, pero esa persona de sexy no tiene nada.
-¿Qué?... ¿estás loco?, es súper guapo, dejaría que me “epstrajera” cualquier cosa, pero así…—añadió chasqueando sus dedos en el “así”.
-Bueno, la verdad es que siento decepcionarte, pero creo que tu nueva conquista es más gay que un zapato de duende irlandés.
-¿También tú?... lo comprobare por mí misma —dijo Lizzie dirigiéndose a paso firme hasta el laboratorio.
-¡Lizzie!... ¿Qué va a hacer?, ¿insinuársele en medio de las bolsas de plasma? —pregunto Kurt poniendo cara de impacto.
-No lo sé…—respondió Blaine sonriendo.
-Iré tras ella —añadió Henry levantándose y haciendo lo que dijera.
-Papá, ¿tú no estás mareado como Henry Anderson Hummel?
-La verdad es que no bebé… —contesto Kurt sentándose al lado de su esposo— ese enfermero es un pesado, pero hace muy bien su trabajo, ¿me creerías si te dijera que ni siquiera me dolió?
-¡Ni a mí! —exclamo Noah levantando a “Desmond” por sobre su cabeza.
-¿Cuan genial es eso?... ven celebremos con un beso y un abrazo —dijo haciéndole una seña para que se allegara hasta él, Noah se acercó dando unos brincos y lo beso y abrazo como si su pequeña vida dependiera de ello, se apartó sonriendo y junto a “Desmond” se acerco al mueble con los folletos informativos, tomo uno de cada uno y los desplego sobre el piso.
-¿Te sientes bien? —pregunto Blaine queriendo hacerle un cariño en una pierna.
-¿Dónde están Lily y Dylan?
-Con Liverpool, bajaran en cuanto se despidan, nuestra hija dijo que nos llevaran al departamento y luego volverán aquí.
-Perfecto, así evitamos estar recorriendo Londres sin asunto —respondió sin mirarlo.
-¿Estas bien? —quiso saber Blaine queriendo acariciarlo nuevamente.
-Muy bien… —contesto sonriendo, lo miro a los ojos y se quedó perdido en ellos un instante pensando en la escena que había visto al salir de los análisis y en lo que esos ojos le decían desde el primer día— ¿me amas Blaine? —le pregunto volteándose hacia él en la silla.
-¿Cómo?....—dijo el aludido adoptando la misma posición.
-Eso… ¿me amas?
-Kurt… ¿Qué pregunta es esa?, por supuesto que te amo, te amo más que a mi vida… ¿estás seguro y estas bien?, ¿sucedió algo? —pregunto acariciándole la cara.
-Lo estoy… y no sucedió nada, es solo… a veces no me doy cuenta lo estúpido que puedo llegar a ser.
-Kurt tú no eres estúpido…
-Tal vez, pero en ocasiones como esta afloran mis inseguridades y estupideces, esas de cuando tenía 15 y tú aun no llegabas a mi vida, y por más que trate, creo que esos sentimientos me acompañaran por siempre, como un lunar o un mal corte de cabello...
-Kurt, te juro que no pasó nada con ese sujeto, solo me pidió una foto, e hizo un par de bromas que no entendí y unos guiños que me hicieron pensar que tenía una enfermedad neuronal o algo.
-Lo sé, tranquilo —dijo tomándole las manos—además… él me lo dijo.
-¿Peleaste con ese sujeto o algo? —quiso saber Blaine mirando a su hijo pequeño de reojo.
-Establecí algunos puntos…
-¿Puntos que me contaras en algún momento? —agrego bajando su voz al ver que Noah se aproximaba a ellos.
-Puntos que te contare en algún momento… gracias Blaine.
-¿Por qué?
-Porque…
-“Papáblen”, ¿acompáñame al baño? —interrumpió Noah meneándose un poco.
-Yo te acompaño cariño, también debo ir —se adelantó en decir Kurt imitando el baile de su hijo— ¿te parece bien?
-Si…
-Vamos entonces…—añadió tomándolo de la mano.
-Volvemos enseguida “Papáblen”, cuida a “Desmond” —dijo el pequeño entregándole el muñeco.